Errores de novato [Interpretativo][Libre][Cerrado]
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Errores de novato [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Es un día tranquilo y la cuota de robos se cubre prácticamente sola, ya Chimar a logrado buena destreza por lo que no duda en aplicarla con cualquier persona cargada de Aeros. Tanta confianza le impulsa a subir el nivel de dinero que extrae cada día, no de manera desproporcionada pero si lo suficiente para permitirse algunos lujos nuevos. Tiene varios inventos en fila a la espera de materiales que no se conseguirán solos.
Toma posición cerca de un sujeto que revisa indeciso varias tiendas, no nota cuando pierde la bolsa de monedas. Próximo blanco una señora realizando compras cotidianas, cierto corte en el bolso hace más fácil retirar los aeros. La labor es prácticamente automática por lo que se comienza a tornar aburrida, es hora de agregar emoción. Al final se acerca a un guardia de espaldas y le arrebata la cartera de cuero, eso siempre alegra el día.
Bueno creo que estamos listos jeje.
Decide abandonar el mercado pero no sin antes sustraer una manzana dándole cierto par mordiscos mientras avanza por la carretera del rey. Su mente se inunda con algunas ideas, existen formas de mejorar la profesión utilizando varios utensilios personalizados. Los creara por supuesto cuando cumpla la cuota necesaria para comprar materiales, sonara extraño pero no se puede robar lingotes de hierro con once años de edad.
Se queda pensativo cuando de repente nota otro sujeto acercándose, no sabe porque pero se marca el hito personal de arrebatarle la bolsa. Le sigue un buen rato buscando el momento oportuno para aproximarse pero no es fácil con el camino principal lleno de ojos curiosos, es esa hora del día en el que las calles no están tan abarrotadas por lo que se puede distinguir bien un acto delictivo.
La víctima se detiene en una intercepción y por primera vez flanquea su guardia. Chimar se acerca luego de arrojar el palito de la manzana al suelo, es el momento oportuno por lo que se coloca en posición. Acerca sus manos a la bolsa comenzando el proceso, no hay nada del otro mundo en la acción por lo que se confía, un error que paga con creces. Por cosas del destino falla el intento y pierde la discreción, un tirón alerta al personaje.
“Mierda”
Toma cierta postura rígida sin saber muy bien qué hacer, busca cualquier ruta de escape preparándose para reaccionar con una carrera, cuando su cuerpo le responda claro. Tiene la ballesta en el brazo a punto y la utilizara de ser necesario pero solo como forma de amenazar, como es natural en el no tiene intensión de matar a nadie. Lo mejor será salir de allí antes de que se entere todo el mundo, las turbas no son buenas.
Toma posición cerca de un sujeto que revisa indeciso varias tiendas, no nota cuando pierde la bolsa de monedas. Próximo blanco una señora realizando compras cotidianas, cierto corte en el bolso hace más fácil retirar los aeros. La labor es prácticamente automática por lo que se comienza a tornar aburrida, es hora de agregar emoción. Al final se acerca a un guardia de espaldas y le arrebata la cartera de cuero, eso siempre alegra el día.
Bueno creo que estamos listos jeje.
Decide abandonar el mercado pero no sin antes sustraer una manzana dándole cierto par mordiscos mientras avanza por la carretera del rey. Su mente se inunda con algunas ideas, existen formas de mejorar la profesión utilizando varios utensilios personalizados. Los creara por supuesto cuando cumpla la cuota necesaria para comprar materiales, sonara extraño pero no se puede robar lingotes de hierro con once años de edad.
Se queda pensativo cuando de repente nota otro sujeto acercándose, no sabe porque pero se marca el hito personal de arrebatarle la bolsa. Le sigue un buen rato buscando el momento oportuno para aproximarse pero no es fácil con el camino principal lleno de ojos curiosos, es esa hora del día en el que las calles no están tan abarrotadas por lo que se puede distinguir bien un acto delictivo.
La víctima se detiene en una intercepción y por primera vez flanquea su guardia. Chimar se acerca luego de arrojar el palito de la manzana al suelo, es el momento oportuno por lo que se coloca en posición. Acerca sus manos a la bolsa comenzando el proceso, no hay nada del otro mundo en la acción por lo que se confía, un error que paga con creces. Por cosas del destino falla el intento y pierde la discreción, un tirón alerta al personaje.
“Mierda”
Toma cierta postura rígida sin saber muy bien qué hacer, busca cualquier ruta de escape preparándose para reaccionar con una carrera, cuando su cuerpo le responda claro. Tiene la ballesta en el brazo a punto y la utilizara de ser necesario pero solo como forma de amenazar, como es natural en el no tiene intensión de matar a nadie. Lo mejor será salir de allí antes de que se entere todo el mundo, las turbas no son buenas.
Última edición por Chimar el Sáb 18 Jul - 20:06, editado 1 vez
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Re: Errores de novato [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Hambre, mucha hambre. Llevaba todo el día vagando por la ciudad de un lugar a otro buscando la forma de conseguir un poco de comida, pero había llegado el día anterior a Lunargenta y no tenía ni idea de donde podría conseguir un trabajo temporal. No tenía ninguna esperanza en conseguir algunos aeros, pero de todas formas no tenía nada que hacer allí. Con lo feliz que era él vagando por el mundo, al menos en los poblados la gente solía ser más amable y le ofrecían comida a cambio de una pequeña ayuda, pero allí en la capital la gente era tan seria, tan... estúpidos.
"Debería haberme quedado en el bosque, allí al menos hay árboles de los que puedo sacar algo de comida"
Durenot llegó a una calle abierta, brillante, limpia y preciosa. Las personas que la transitaban iban bien vestidas y arregladas. En las ventanas de las casas se podían ver varias flores vigorosas y bien cuidadas. Sin duda las personas que vivían allí mantenían una buena calidad de vida, el brujo destacaba claramente en aquel lugar. Pero él no fue el único que se percató de eso, los transeúntes también se molestaban en hacérselo saber. Cada vez que pasaba al lado de alguien recibía un para de miradas despectivas, unas pequeñas pero nada disimuladas risas o se apartaban de inmediato. Los guardias le miraban mal, estaban deseosos de que hiciese algo para lanzarse encima de él y pegarle una paliza. Si hubiese llegado a meterse en alguna tienda, aunque fuese solo a mirar desde fuera, los guardias le habrían arrestado con la excusa de "desorden civil". Aquel lugar era precioso pero no, no era un lugar para él.
Salió de aquella calle y comenzó a caminar. Cuando llegaba a un cruce, elegía el camino que pareciese más sucio y deplorable, así llegaría hasta un lugar donde no le mirasen extrañado, sino simplemente como uno más. En algún punto de su viaje, Durenot llegó hasta un mercado, repleto de tiendas que exhibían sus mercancías. Caminó un rato por los puestos, adoraba aquello lugares. Podías encontrar de todo en el mismo sitio, no tenías que ir de una punta a otra de la ciudad para encontrar lo que necesitabas. Además, una de las mejores cosas de los mercados era encontrar cosas que no te esperas, cosas que te alegran el día. Pero por desgracia los mercados tienen un inconveniente, si no tienes dinero, no sirven de nada. Y Durenot no tenía dinero. Se quedó mirando a un puesto en el que se vendían una gran variedad de frutas y se quedó tentado de robar una. Solo tendría que acercarse, coger una y salir corriendo de allí. Era tan fácil, no había riesgo, si lo pillaban tampoco le harían mucho por robar una simple pieza de fruta. En medio de aquel dilema moral, el mercader se dio cuenta del brujo- Ey joven, ¿te gustan? Son las mejores del reino, te lo aseguro- Aquellas palabras lo sacaron de sus pensamientos. Dirigió la mirada hacia el mercader y sonrió- Sin duda parecen exquisitas- Al terminar aquellas palabras decidió continuar caminando y alejarse de allí, el frutero parecía honrado, no merecía que le robasen.
Tras dar un par de vueltas más por el mercado acabó por decidir marcharse de allí. No tenía dinero para comprar nada, no tenía nada que hacer en aquel lugar. Continuó caminando por la calle, sin mantener atención a sus pasos y perdido en sus pensamientos, ya había perdido todas las esperanzas de encontrar comida y lo único que le quedaba era vagar esperando a que llegase un milagro. Mientras pensaba en la forma de convencer al dueño del hostal en el que se hospedaba de que le devolviese el dinero de los siguientes dos día para marcharse al día siguiente, notó un tirón en su espalda. Instintivamente se giró, pensando que se había enganchado con algo, pero lo que encontró fue a un niño detrás suya.
Al principio el brujo se quedó desconcertado sin saber que es lo que pasaba, pero en seguida comenzó a atar cabos. ¿De verdad aquel chaval estaba intentando robarle? Había vendido todas sus pertenencias, que en su mayoría eran libros, para poder pagarse cinco días de estancia en la capital. No le quedaban más que su ropa raída, una bolsa vacía donde esperaba poder guardar el dinero que hubiese ganado con el supuesto trabajo que iba a conseguir y un par de hojas en blanco que había guardado en su habitación por si necesitaba apuntar algo. Durenot no pudo más que echarse a reir al ver aquella situación, pero su risa se cortó al ver como el joven sacaba una ballesta. No es que tuviese miedo por recibir un flechazo, apenas sabía si iba a conseguir comida, un disparo al menos le brindaría la oportunidad de ir hasta el hospital donde le curarían y recibiría al menos un poco de alimento. La risa se cortó porque el milagro que estaba esperando había aparecido delante suya, si le quitaba la ballesta a aquel joven podría venderla y conseguir el dinero suficiente como para sobrevivir y largarse de la ciudad. No estaba dispuesto a robar a un mercader honrado, pero freir de un rayo a un niño que le había intentado robar y que le estaba amenazando con un arma era algo que no le causaba ningún reparo- Oye, ¿que tal si me das esa ballesta y hacemos como que no ha pasado nada?- acompañando sus palabras, empezaron a surgir chispas de los dedos del brujo, dispuesto a electrocutar al ladrón como hiciese alguna tontería.
"Debería haberme quedado en el bosque, allí al menos hay árboles de los que puedo sacar algo de comida"
Durenot llegó a una calle abierta, brillante, limpia y preciosa. Las personas que la transitaban iban bien vestidas y arregladas. En las ventanas de las casas se podían ver varias flores vigorosas y bien cuidadas. Sin duda las personas que vivían allí mantenían una buena calidad de vida, el brujo destacaba claramente en aquel lugar. Pero él no fue el único que se percató de eso, los transeúntes también se molestaban en hacérselo saber. Cada vez que pasaba al lado de alguien recibía un para de miradas despectivas, unas pequeñas pero nada disimuladas risas o se apartaban de inmediato. Los guardias le miraban mal, estaban deseosos de que hiciese algo para lanzarse encima de él y pegarle una paliza. Si hubiese llegado a meterse en alguna tienda, aunque fuese solo a mirar desde fuera, los guardias le habrían arrestado con la excusa de "desorden civil". Aquel lugar era precioso pero no, no era un lugar para él.
Salió de aquella calle y comenzó a caminar. Cuando llegaba a un cruce, elegía el camino que pareciese más sucio y deplorable, así llegaría hasta un lugar donde no le mirasen extrañado, sino simplemente como uno más. En algún punto de su viaje, Durenot llegó hasta un mercado, repleto de tiendas que exhibían sus mercancías. Caminó un rato por los puestos, adoraba aquello lugares. Podías encontrar de todo en el mismo sitio, no tenías que ir de una punta a otra de la ciudad para encontrar lo que necesitabas. Además, una de las mejores cosas de los mercados era encontrar cosas que no te esperas, cosas que te alegran el día. Pero por desgracia los mercados tienen un inconveniente, si no tienes dinero, no sirven de nada. Y Durenot no tenía dinero. Se quedó mirando a un puesto en el que se vendían una gran variedad de frutas y se quedó tentado de robar una. Solo tendría que acercarse, coger una y salir corriendo de allí. Era tan fácil, no había riesgo, si lo pillaban tampoco le harían mucho por robar una simple pieza de fruta. En medio de aquel dilema moral, el mercader se dio cuenta del brujo- Ey joven, ¿te gustan? Son las mejores del reino, te lo aseguro- Aquellas palabras lo sacaron de sus pensamientos. Dirigió la mirada hacia el mercader y sonrió- Sin duda parecen exquisitas- Al terminar aquellas palabras decidió continuar caminando y alejarse de allí, el frutero parecía honrado, no merecía que le robasen.
Tras dar un par de vueltas más por el mercado acabó por decidir marcharse de allí. No tenía dinero para comprar nada, no tenía nada que hacer en aquel lugar. Continuó caminando por la calle, sin mantener atención a sus pasos y perdido en sus pensamientos, ya había perdido todas las esperanzas de encontrar comida y lo único que le quedaba era vagar esperando a que llegase un milagro. Mientras pensaba en la forma de convencer al dueño del hostal en el que se hospedaba de que le devolviese el dinero de los siguientes dos día para marcharse al día siguiente, notó un tirón en su espalda. Instintivamente se giró, pensando que se había enganchado con algo, pero lo que encontró fue a un niño detrás suya.
Al principio el brujo se quedó desconcertado sin saber que es lo que pasaba, pero en seguida comenzó a atar cabos. ¿De verdad aquel chaval estaba intentando robarle? Había vendido todas sus pertenencias, que en su mayoría eran libros, para poder pagarse cinco días de estancia en la capital. No le quedaban más que su ropa raída, una bolsa vacía donde esperaba poder guardar el dinero que hubiese ganado con el supuesto trabajo que iba a conseguir y un par de hojas en blanco que había guardado en su habitación por si necesitaba apuntar algo. Durenot no pudo más que echarse a reir al ver aquella situación, pero su risa se cortó al ver como el joven sacaba una ballesta. No es que tuviese miedo por recibir un flechazo, apenas sabía si iba a conseguir comida, un disparo al menos le brindaría la oportunidad de ir hasta el hospital donde le curarían y recibiría al menos un poco de alimento. La risa se cortó porque el milagro que estaba esperando había aparecido delante suya, si le quitaba la ballesta a aquel joven podría venderla y conseguir el dinero suficiente como para sobrevivir y largarse de la ciudad. No estaba dispuesto a robar a un mercader honrado, pero freir de un rayo a un niño que le había intentado robar y que le estaba amenazando con un arma era algo que no le causaba ningún reparo- Oye, ¿que tal si me das esa ballesta y hacemos como que no ha pasado nada?- acompañando sus palabras, empezaron a surgir chispas de los dedos del brujo, dispuesto a electrocutar al ladrón como hiciese alguna tontería.
Durenot
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Re: Errores de novato [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Luego de aquella semejante estupidez con el intento de robo la persona adulta se voltea, por alguna razón comienza a reírse cosa que desconcierta bastante al joven inventor. La actitud de aquel sujeto cambia radicalmente al ver la ballesta mecánica encajada en el brazo del niño, tal vez este asustado o simplemente tome al pequeño ahora como una amenaza. A este punto parece que se desencadenara un combate.
¿¡Que!?
Suelta al recibir la amenaza, primero no le toma en serio pero cuando surgen chispas se hace evidente un nuevo problema. El tipo es un brujo como Demian, esto le suma varios niveles de peligrosidad a la situación pero tal vez vengan incluidos con una salida potencial. Chimar le pega otro vistazo al personaje, se nota que es un harapiento y por momentos sus razones para intentar robarle se vislumbran estúpidas, seguramente le vio como un extranjero pero este es uno de los casos en que esa definición no acarrea dinero.
Genial...
Deja escapar con desanimo ¿Quién roba a quien?, solo a Chimar Maquiavelo y al bufón del reino le pasan estas cosas. Barajea sus opciones con rapidez pues no quiere dar mucho tiempo al rival, le estudia de arriba abajo esbozando una leve sonrisa malintencionada. Al final se lleva las manos hasta la nuca teniendo su estrategia fijada, está claramente confiado de que sus próximas palabras le salvaran el trasero.
Pues... como yo lo veo eres un brujo en Lunargenta amenazando a un niño humano... si me pongo a gritar y llorar te llevaran al cadalso… cometiste una serie de errores que te acaban de poner en desventaja. Cambiando de tema puedes seguir con tu plan o te puedo enseñar algunas cosas para que no andes con la bolsa sin nada la próxima vez...
Pone cara de ironía mientras enseña el artículo arrebatado antes de devolvérselo, no tiene ganas de pelear y seguramente su argumento tiene toda la razón del mundo. Una multitud puede dejarse engañar fácilmente por cualquier buena actuación, en especial una que se sienta identificada con la víctima. Se le queda mirando con cierta sonrisa inocente, no tiene problema en enseñar algunas cosas como compensación por el mal rato.
¿Qué dices? Después de todo los que no tenemos nada debemos estar unidos ¿verdad?
Se prepara para iniciar la otra estrategia si el parlamento no funciona aunque juzgando por el aspecto famélico del brujo no le caerían mal unas lecciones sobre como sustentarse, de este modo ambos salen ganando sin situaciones desagradables de por medio. Se asegurara de obviárselo a sus compañeros Gorriones pues no ven de buena manera a los adultos, el por otra parte no les tiene ninguna aversión.
¿¡Que!?
Suelta al recibir la amenaza, primero no le toma en serio pero cuando surgen chispas se hace evidente un nuevo problema. El tipo es un brujo como Demian, esto le suma varios niveles de peligrosidad a la situación pero tal vez vengan incluidos con una salida potencial. Chimar le pega otro vistazo al personaje, se nota que es un harapiento y por momentos sus razones para intentar robarle se vislumbran estúpidas, seguramente le vio como un extranjero pero este es uno de los casos en que esa definición no acarrea dinero.
Genial...
Deja escapar con desanimo ¿Quién roba a quien?, solo a Chimar Maquiavelo y al bufón del reino le pasan estas cosas. Barajea sus opciones con rapidez pues no quiere dar mucho tiempo al rival, le estudia de arriba abajo esbozando una leve sonrisa malintencionada. Al final se lleva las manos hasta la nuca teniendo su estrategia fijada, está claramente confiado de que sus próximas palabras le salvaran el trasero.
Pues... como yo lo veo eres un brujo en Lunargenta amenazando a un niño humano... si me pongo a gritar y llorar te llevaran al cadalso… cometiste una serie de errores que te acaban de poner en desventaja. Cambiando de tema puedes seguir con tu plan o te puedo enseñar algunas cosas para que no andes con la bolsa sin nada la próxima vez...
Pone cara de ironía mientras enseña el artículo arrebatado antes de devolvérselo, no tiene ganas de pelear y seguramente su argumento tiene toda la razón del mundo. Una multitud puede dejarse engañar fácilmente por cualquier buena actuación, en especial una que se sienta identificada con la víctima. Se le queda mirando con cierta sonrisa inocente, no tiene problema en enseñar algunas cosas como compensación por el mal rato.
¿Qué dices? Después de todo los que no tenemos nada debemos estar unidos ¿verdad?
Se prepara para iniciar la otra estrategia si el parlamento no funciona aunque juzgando por el aspecto famélico del brujo no le caerían mal unas lecciones sobre como sustentarse, de este modo ambos salen ganando sin situaciones desagradables de por medio. Se asegurara de obviárselo a sus compañeros Gorriones pues no ven de buena manera a los adultos, el por otra parte no les tiene ninguna aversión.
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Re: Errores de novato [Interpretativo][Libre][Cerrado]
El brujo no pudo evitar una sonrisa al escuchar las palabras del ladrón. A pesar de haberle intentado robar y de que él decidiese robarle su ballesta, había algo en su forma de hablar que le agradaba. Aún así, lo que le dijo era algo que Durenot no desconocía. Que un brujo vagabundo atacase a un pobre niño en mitad de la capital de los humanos no podía acabar bien, pero que alguien decidiese robarle, aunque no tuviese nada, no era algo que le sentase muy bien. Además, últimamente se estaba empezando a acostumbrar a los problemas y contar como había escapado de la ciudad de Lunargenta con todos los guardias persiguiéndole sería una historia digna de contar, si es que lo conseguía.
-Bueno...- El brujo se quedó mirando al niño. La proposición que le ofrecía era sin lugar a dudas bastante buena, pero aún tenía ganas de freír a aquel niño. Solo hacía un par de días que se había propuesto escribir un ensayo sobre los resultados de la exposición de la electricidad en el cuerpo humano, y si empezaba ya a rechazar los posibles experimentos para su libro no acabaría de escribirlo nunca. Por otro lado, si decidía atacarlo podría terminar en la cárcel y no concluirlo nunca, mientras que si le hacía caso tal vez aprendería como sobrevivir en aquella ciudad y conseguir algo de comida- Tal vez no me vendrían mal un par de lecciones. Últimamente mi bolsa suele pesar muy poco y me sabe mal que los chavales que me roben acaben yéndose con las manos vacías- acompañó esas últimas palabras con una leve carcajada.
Como ya no necesitaba intimidar al joven decidió dejar de soltar chispas de las manos, lo cuál no significaba que estuviese vigilando para atacarlo en caso de que fuese necesario. Desvió la vista a la calle en busca de algún guardia, pero por suerte no había ninguno allí en aquel momento. Si aparecía uno antes de que su trato se formalizase el ladrón podría montar un espectáculo que acabaría muy mal para el brujo- Verás, - el mago intentó poner el mejor tono de amenaza que conocía en aquellas palabras- si decides jugármela que sepas que te freiré. No escaparé, no lucharé ni respiraré hasta que haya acabado contigo- era obvio que aquellas palabras no eran verdad, si el niño le preparaba una trampa lo primero que haría sería intentar salvar su pellejo, pero sentía que debía amenazarlo un poco. No es que quisiese amenazarlo ni estuviese cabreado, era simplemente que no sabía muy bien como comportarse en una situación así y le pareció que debía comportarse así. Seguramente por eso mismo no sonó muy amenazador, pero al menos lo intentaba- Pero si cumples con tu palabra y me ayudas me encargaré de devolverte el favor -Durenot pensó en una forma de compensarle, pero en realidad no tenía absolutamente nada que darle- Una vez haya comido y recuperado fuerzas podría ayudarte si hay alguien que te esté molestando- un corriente eléctrica surgió de la mano del brujo y acabó en el suelo para que entendiese a qué se refería. Entonces, se le ocurrió una idea aún mejor - Podría enseñarte matemáticas, a leer o a escribir- Durenot solo conocía a los humanos por lo que había leído en los libros, así que no conocía muy bien si a ellos les enseñaban esas cosas. Ni siquiera sabía si aquello le interesaría, pero para los brujos el conocimiento era un bien muy valioso y usarlo como moneda de cambio le parecía buena idea- Saber esas cosas pueden resultar muy útiles.
-Bueno...- El brujo se quedó mirando al niño. La proposición que le ofrecía era sin lugar a dudas bastante buena, pero aún tenía ganas de freír a aquel niño. Solo hacía un par de días que se había propuesto escribir un ensayo sobre los resultados de la exposición de la electricidad en el cuerpo humano, y si empezaba ya a rechazar los posibles experimentos para su libro no acabaría de escribirlo nunca. Por otro lado, si decidía atacarlo podría terminar en la cárcel y no concluirlo nunca, mientras que si le hacía caso tal vez aprendería como sobrevivir en aquella ciudad y conseguir algo de comida- Tal vez no me vendrían mal un par de lecciones. Últimamente mi bolsa suele pesar muy poco y me sabe mal que los chavales que me roben acaben yéndose con las manos vacías- acompañó esas últimas palabras con una leve carcajada.
Como ya no necesitaba intimidar al joven decidió dejar de soltar chispas de las manos, lo cuál no significaba que estuviese vigilando para atacarlo en caso de que fuese necesario. Desvió la vista a la calle en busca de algún guardia, pero por suerte no había ninguno allí en aquel momento. Si aparecía uno antes de que su trato se formalizase el ladrón podría montar un espectáculo que acabaría muy mal para el brujo- Verás, - el mago intentó poner el mejor tono de amenaza que conocía en aquellas palabras- si decides jugármela que sepas que te freiré. No escaparé, no lucharé ni respiraré hasta que haya acabado contigo- era obvio que aquellas palabras no eran verdad, si el niño le preparaba una trampa lo primero que haría sería intentar salvar su pellejo, pero sentía que debía amenazarlo un poco. No es que quisiese amenazarlo ni estuviese cabreado, era simplemente que no sabía muy bien como comportarse en una situación así y le pareció que debía comportarse así. Seguramente por eso mismo no sonó muy amenazador, pero al menos lo intentaba- Pero si cumples con tu palabra y me ayudas me encargaré de devolverte el favor -Durenot pensó en una forma de compensarle, pero en realidad no tenía absolutamente nada que darle- Una vez haya comido y recuperado fuerzas podría ayudarte si hay alguien que te esté molestando- un corriente eléctrica surgió de la mano del brujo y acabó en el suelo para que entendiese a qué se refería. Entonces, se le ocurrió una idea aún mejor - Podría enseñarte matemáticas, a leer o a escribir- Durenot solo conocía a los humanos por lo que había leído en los libros, así que no conocía muy bien si a ellos les enseñaban esas cosas. Ni siquiera sabía si aquello le interesaría, pero para los brujos el conocimiento era un bien muy valioso y usarlo como moneda de cambio le parecía buena idea- Saber esas cosas pueden resultar muy útiles.
Durenot
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Re: Errores de novato [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Al parecer las palabras triunfan sobre la violencia, al menos por hoy. El pequeño se le queda mirando con una ceja arqueada mientras recibe otra amenaza, algo natural pues los adultos siempre buscan estar en control. No le toma mucha atención a ese aspecto y sigue escuchando las palabras del sujeto, parece querer compensarle de alguna forma cuando la instrucción este completada pero una de sus recompensas despierta cierta risa leve en el pequeño.
Sonara raro pero… soy un inventor y tengo buena formación académica… ¡no es broma en serio! lo que pasa es que soy huérfano por lo que mi situación económica deja mucho que desear, cuando crezca podre reclamar las propiedades de mi padre pero de momento es esta vida o el orfanato…
Baja la mirada un momento pero luego sonríe, ha logrado aceptar su situación y ahora que tiene a los Gorriones de su parte está mejor que nunca. Volviendo al acuerdo Chimar debe instruir al pintoresco mago en las artes del robar, sin duda todo un reto pues los adultos no pasan tan desapercibido como los niños. El modo de operar para una persona mayor es diferente aunque los principios son los mismos.
Con una comida me conformo, después de todo intente robarte jeje, me llamo Chimar por cierto. Ahora es momento de trabajar.
Le indica que lo siga de cerca y avanzan por el camino que ahora se torna concurrido, diez minutos después están frente a una plaza abarrotada, parece ser un área de ocio con muchos puestos de comida. Cierta zona habitual de los Gorriones y perfecta para pulir el arte del robar, es prácticamente un principio que la gente comiendo se vuelve descuidada por lo que están en el lugar indicado para entrenar a cualquier ladrón novato.
Bien primero lo primero, debes comer pues las manos temblorosas arruinan los intentos, tu primera tarea será sencilla, tendrás que robar fruta de un par de puestos. Ahora los principios básicos “se aclara la garganta” pasa desapercibido mezclándote con la gente, vigila las miradas de los presentes y actúa rápido, este es un arte prácticamente teatral así que disimula, cuando tengas lo suficiente ven a verme en aquel callejón, recuerda usar el sentido común también y no lo arruines o tendrás que correr jeje.
Con discreción se retira hasta una callejuela cerrada sin miradas indiscretas, es hora de ver si el tipo tiene madera para esto. La necesidad es una buena fuente de motivación por lo que debería salirle bien. El alimento casi siempre es lo más fácil de sustraer, todo se pone complicado cuando involucras dinero de por medio. Las personas son muy paranoicas con los aeros y hacen bien en temer pues muchos individuos incluyendo al joven Chimar buscan quitárselos sigilosamente.
Sonara raro pero… soy un inventor y tengo buena formación académica… ¡no es broma en serio! lo que pasa es que soy huérfano por lo que mi situación económica deja mucho que desear, cuando crezca podre reclamar las propiedades de mi padre pero de momento es esta vida o el orfanato…
Baja la mirada un momento pero luego sonríe, ha logrado aceptar su situación y ahora que tiene a los Gorriones de su parte está mejor que nunca. Volviendo al acuerdo Chimar debe instruir al pintoresco mago en las artes del robar, sin duda todo un reto pues los adultos no pasan tan desapercibido como los niños. El modo de operar para una persona mayor es diferente aunque los principios son los mismos.
Con una comida me conformo, después de todo intente robarte jeje, me llamo Chimar por cierto. Ahora es momento de trabajar.
Le indica que lo siga de cerca y avanzan por el camino que ahora se torna concurrido, diez minutos después están frente a una plaza abarrotada, parece ser un área de ocio con muchos puestos de comida. Cierta zona habitual de los Gorriones y perfecta para pulir el arte del robar, es prácticamente un principio que la gente comiendo se vuelve descuidada por lo que están en el lugar indicado para entrenar a cualquier ladrón novato.
Bien primero lo primero, debes comer pues las manos temblorosas arruinan los intentos, tu primera tarea será sencilla, tendrás que robar fruta de un par de puestos. Ahora los principios básicos “se aclara la garganta” pasa desapercibido mezclándote con la gente, vigila las miradas de los presentes y actúa rápido, este es un arte prácticamente teatral así que disimula, cuando tengas lo suficiente ven a verme en aquel callejón, recuerda usar el sentido común también y no lo arruines o tendrás que correr jeje.
Con discreción se retira hasta una callejuela cerrada sin miradas indiscretas, es hora de ver si el tipo tiene madera para esto. La necesidad es una buena fuente de motivación por lo que debería salirle bien. El alimento casi siempre es lo más fácil de sustraer, todo se pone complicado cuando involucras dinero de por medio. Las personas son muy paranoicas con los aeros y hacen bien en temer pues muchos individuos incluyendo al joven Chimar buscan quitárselos sigilosamente.
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Re: Errores de novato [Interpretativo][Libre][Cerrado]
La respuesta del Chimar le sorprendió, no esperaba que la educación en los humanos fuese tan buena como para que un niño fuese inventor. Tal vez sería una mentira, pues a esa edad era muy normal mentir para quedar mejor, pero si fuese verdad sería impresionante. Durenot siempre había visto a los humanos como unos simples catetos a diferencia de los sabios brujos, que dedicaban su vida al estudio de todas las artes y, principalmente, de la magia. Pero si realmente aquel niño era un inventor, los humanos no eran tan tontos como el brujo pensaba, aunque seguía viéndolos como inferiores. El estudio de la magia conllevaba estudiar la verdadera naturaleza de las cosas, mientras que para Durenot los inventos modernos solo eran una forma de conseguir las cosas secundaria y antinatural para aquellos que eran incapaces de hacer magia. Existían brujos que habían conseguido dar vida a los muertos, podían mover objetos de gran tamaño con su telequinesia e incluso los elfos podían realizar grandes maravillas con sus poderes de sanación. Sin embargo, aquellos aparatos creados por los humanos eran demasiado complejos y podían fallar en cualquier momento.
-Tiene que ser interesante ser inventor, nunca había conocido- A pesar de que lo consideraba aquello como un conocimiento inferior, no por ello lo despreciaba completamente. Comprendía la complejidad que debía de requerir aquello, por lo que tenía curiosidad por descubrir como era el trabajo de un inventor.
Un rato después llegaron hasta una plaza en la que había varios puestos de comida. Durenot no sabía a ciencia cierta cuales iban a ser las lecciones que le iba a enseñar, pero por la manera en la que se había conocido se podía hacer una idea. Y así fue, Chimar le encargo robar un par de piezas de frutas del mercado. El brujo se quedó mirando los puestos, dubitativo. No quería tener que robar aquellas pobres personas que no le habían hecho nada y estuvo a punto de rechazar las enseñanza y marcharse de allí, pero un rugido proveniente de su estómago que podía traducirse como "Idiota, déjate de moralidades, tengo hambre" le hizo decidirse. Para consolarse, se dijo a sí mismo que solo robaba porque no le quedaba otra y que si tenía que robar comida, que mejor que hacerlo con un maestro que le enseñase.
En cuanto el joven ladrón se dirigió hacia el callejón, Durenot comenzó a andar hacia los puestos. El lugar no estaba completamente lleno de gente, pero sí que había la suficiente como para que el brujo no sintiese que cualquiera pudiese verlo. Aún con eso, estaba bastante nervioso, le temblaban las manos por lo que estaba a punto de hacer y no podía robar mientra estuviese así. Se obligó a sí mismo tranquilizarse, cerrar los ojos, dejar la mente en blanco y no pensar en nada. Aquello fue bastante fácil, el hecho de que meditara dos horas al día le permitió hacerlo con mucha sencillez. Volvió a abrir los ojos y comenzó a caminar, intentando continuar sin pensar en nada. Si tenía que pasar desapercibido lo mejor sería que actuase con total naturalidad, y una de las ventajas de aquel estado mental era que como no pensaba al realizar sus acciones, todo parecía natural. Empezó a caminar hacia un puesto, caminando justo por enfrente y cogiendo una fruta cuando estaba llegando al final. Se acercó hasta otro puesto y repitió el proceso. Volvió a realizar aquello mismo dos veces más. No tenía ni idea de si lo habían pillado, pues en aquel estado de meditación ignoraba completamente los sonidos, pero como nadie se le había abalanzado encima supuso que le había salido bien la jugada. Había sido más por suerte que por otra razón, pues ni siquiera se había molestado en fijarse de que el tendero no le estuviese mirando o de que hubiese alguna persona delante. Pero le había salido bien y eso era lo que importaba. Con sus trofeos en las manos, comenzó a caminar hacia el callejón para enseñarle las piezas de frutas Chimar. Esperaba que no le hubiese estado observando, pues si no se ganaría una buena reprimenda por ser tan descuidado.
-Tiene que ser interesante ser inventor, nunca había conocido- A pesar de que lo consideraba aquello como un conocimiento inferior, no por ello lo despreciaba completamente. Comprendía la complejidad que debía de requerir aquello, por lo que tenía curiosidad por descubrir como era el trabajo de un inventor.
Un rato después llegaron hasta una plaza en la que había varios puestos de comida. Durenot no sabía a ciencia cierta cuales iban a ser las lecciones que le iba a enseñar, pero por la manera en la que se había conocido se podía hacer una idea. Y así fue, Chimar le encargo robar un par de piezas de frutas del mercado. El brujo se quedó mirando los puestos, dubitativo. No quería tener que robar aquellas pobres personas que no le habían hecho nada y estuvo a punto de rechazar las enseñanza y marcharse de allí, pero un rugido proveniente de su estómago que podía traducirse como "Idiota, déjate de moralidades, tengo hambre" le hizo decidirse. Para consolarse, se dijo a sí mismo que solo robaba porque no le quedaba otra y que si tenía que robar comida, que mejor que hacerlo con un maestro que le enseñase.
En cuanto el joven ladrón se dirigió hacia el callejón, Durenot comenzó a andar hacia los puestos. El lugar no estaba completamente lleno de gente, pero sí que había la suficiente como para que el brujo no sintiese que cualquiera pudiese verlo. Aún con eso, estaba bastante nervioso, le temblaban las manos por lo que estaba a punto de hacer y no podía robar mientra estuviese así. Se obligó a sí mismo tranquilizarse, cerrar los ojos, dejar la mente en blanco y no pensar en nada. Aquello fue bastante fácil, el hecho de que meditara dos horas al día le permitió hacerlo con mucha sencillez. Volvió a abrir los ojos y comenzó a caminar, intentando continuar sin pensar en nada. Si tenía que pasar desapercibido lo mejor sería que actuase con total naturalidad, y una de las ventajas de aquel estado mental era que como no pensaba al realizar sus acciones, todo parecía natural. Empezó a caminar hacia un puesto, caminando justo por enfrente y cogiendo una fruta cuando estaba llegando al final. Se acercó hasta otro puesto y repitió el proceso. Volvió a realizar aquello mismo dos veces más. No tenía ni idea de si lo habían pillado, pues en aquel estado de meditación ignoraba completamente los sonidos, pero como nadie se le había abalanzado encima supuso que le había salido bien la jugada. Había sido más por suerte que por otra razón, pues ni siquiera se había molestado en fijarse de que el tendero no le estuviese mirando o de que hubiese alguna persona delante. Pero le había salido bien y eso era lo que importaba. Con sus trofeos en las manos, comenzó a caminar hacia el callejón para enseñarle las piezas de frutas Chimar. Esperaba que no le hubiese estado observando, pues si no se ganaría una buena reprimenda por ser tan descuidado.
Durenot
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Re: Errores de novato [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Chimar se queda observando detenidamente el avance del sujeto, sus movimientos son torpes y prácticamente invitan a que le descubran. Un cuerpo grande requiere más estilo para poder desenvolverse con naturalidad, eso solo lo da la práctica. El niño mira a cada lado buscando algún guardia despabilado sin embargo parece que están almorzando o algo, no sabe porque pero comienza a preocuparse por su “estudiante”.
Dicho miedo no hace más que aumentar cuando “chispas” deja su discreción y empieza una estrategia temeraria, se abalanza directamente guiándose por patrones sin orden establecido. El joven inventor abre los ojos de par en par mientras detalla las miradas de todo el mundo, casi le revelan un par de veces pero sale sin ser descubierto. Debe ser el jodido personaje más afortunado del reino.
Cuando el hombre se acerca hasta su "instructor" este le espera con la ceja arqueada, los brazos cruzados y un tic nervioso en el pie. Fue una actitud muy estúpida que pudo costar varios días en la prisión del puerto, se le queda mirando casi durante un minuto antes de tomar cierta manzana traída por el mago, Luego de clavarle un mordisco a la fruta y tragar lentamente con cierto aire de dramatismo expresa.
¡¡Estas demente!! No puedes… “tomar prestado“ de ¡¡esa forma!! Debes tener conciencia de lo que te rodea o te atraparan, solo la suerte te salvo esta vez pero eso no siempre esta de tu lado, esto es 50% fortuna y 50% habilidad ¡recuérdalo!
Respira un poco agitado antes de calmarse, no sabe si es más tonto preocuparse por alguien que acaba de conocer o la actitud despreocupada del individuo. Come varios de minutos en silencio dando tiempo para que el adulto reponga sus calorías también, seguramente requiere todas las piezas de comida restantes por su tamaño. Al final se recuesta de la pared mientras arroja el palito sobrante en la calle.
Bien… ¿tienes nombre o te debo llamar chispas?
Saca una moneda y empieza a desplazarla diestramente sobre su mano, puede parecer una acción sutil pero tiene algo de trasfondo. Luego de darle un par de vueltas le indica con la mirada al brujo que intente tomarla, cierta sonrisa maliciosa revela que no será tan sencillo. Y de esta manera el primer intento termina con un golpe en la rodilla para el sujeto mayor, luego de una leve risa aquel pequeño expresa con los ojos cerrados.
Hazlo sin que me dé cuenta.
Dicho miedo no hace más que aumentar cuando “chispas” deja su discreción y empieza una estrategia temeraria, se abalanza directamente guiándose por patrones sin orden establecido. El joven inventor abre los ojos de par en par mientras detalla las miradas de todo el mundo, casi le revelan un par de veces pero sale sin ser descubierto. Debe ser el jodido personaje más afortunado del reino.
Cuando el hombre se acerca hasta su "instructor" este le espera con la ceja arqueada, los brazos cruzados y un tic nervioso en el pie. Fue una actitud muy estúpida que pudo costar varios días en la prisión del puerto, se le queda mirando casi durante un minuto antes de tomar cierta manzana traída por el mago, Luego de clavarle un mordisco a la fruta y tragar lentamente con cierto aire de dramatismo expresa.
¡¡Estas demente!! No puedes… “tomar prestado“ de ¡¡esa forma!! Debes tener conciencia de lo que te rodea o te atraparan, solo la suerte te salvo esta vez pero eso no siempre esta de tu lado, esto es 50% fortuna y 50% habilidad ¡recuérdalo!
Respira un poco agitado antes de calmarse, no sabe si es más tonto preocuparse por alguien que acaba de conocer o la actitud despreocupada del individuo. Come varios de minutos en silencio dando tiempo para que el adulto reponga sus calorías también, seguramente requiere todas las piezas de comida restantes por su tamaño. Al final se recuesta de la pared mientras arroja el palito sobrante en la calle.
Bien… ¿tienes nombre o te debo llamar chispas?
Saca una moneda y empieza a desplazarla diestramente sobre su mano, puede parecer una acción sutil pero tiene algo de trasfondo. Luego de darle un par de vueltas le indica con la mirada al brujo que intente tomarla, cierta sonrisa maliciosa revela que no será tan sencillo. Y de esta manera el primer intento termina con un golpe en la rodilla para el sujeto mayor, luego de una leve risa aquel pequeño expresa con los ojos cerrados.
Hazlo sin que me dé cuenta.
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Re: Errores de novato [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Nada más ver la cara de Chimar, el brujo supo que le iba a caer una buena bronca. El joven ladrón tenía razón, había sido muy descuidado y lo había hecho sin fijarse absolutamente en nada de lo que le rodeaba, pero no por eso le sintió bien la bronca. Desde fuera tenía que verse ridículo, un chaval estaba gritando y reprimiendo a un adulto. Solo de pensarlo Durenot comenzó a cabrearse y estuvo tentado de responderle y encarársele, pero sabía que solo le estaba ayudando y que había sido culpa suya. Por ello, solo se quedó mirando hacia otro lado mientras Chimar le regañaba, como un niño que recibe una bronca de su padre.
-Solo soy un brujo, no se nada sobre robar...- dijo en voz baja.
Agarró una pieza de fruta y comenzó a comerla con ansia. Tenía mucha hambre y agradecía poder tener algo que comer al fin.La fruta le supo maravillosa, aunque seguramente en aquella situación cualquier cosa, incluso la carne del animal más asqueroso le sabría deliciosa. Cuando se la terminó, cogió la última pieza de fruta restante y se la comió con la misma avidez que la primera, más valía comer todo lo que pudiese en aquel momento por si volvía a encontrarse en una situación igual. Aún tenía hambre y se planteó pedirle a Chimar que fuese a por alguna más, pero seguro que le mandaría a robarlas él mismo y no se sentía especialmente motivado tras la bronca que acababa de recibir.
- Durenot- dijo respondiendo a su improvisado profesor- Aunque lo de chispas no suena nada mal- Todos los grandes brujos tenían un seudónimo, y aquel no estaba nada mal.
En aquel momento el ladrón empezó a jugar con la moneda. Era realmente habilidoso con ella, nunca había visto a nadie hace aquel tipo de cosas, aunque claro, en las islas nadie se preocupaba de practicar cosas así. Haciendo caso a Chimar, se abalanzó sobre la moneda para arrebatársela, pero en lugar de conseguir la moneda lo que consiguió fue un dolor de rodilla. Para hacérselo más fácil, el humano cerró los ojos y continuó moviendo la moneda. Durenot se sorprendió de que fuese capaz de hacer aquello incluso sin tener que mirar y empezó a preguntarse como había sido él capaz de darse cuenta de que le estaba robando, pero eso ya se lo preguntaría más tarde. El brujo miró durante unos instantes la moneda y se volvió a abalanzar sobre la moneda, pero volvió a fallar y recibió un bofetón en la cara proveniente de la otra mano de Chimar.
-¡Maldita sea!
Durenot estaba cabreado, sentía que el ladrón se estaba riendo de él. Era como cuando era pequeño y sus hermanos mayores se metían con él aprovechándose de su incredulidad. En aquellas ocasiones siempre recurría a su magia para vengarse de sus hermanos y estuvo a punto de hacer lo mismo en aquella situación. La moneda era pequeña, incluso un brujo novato como él podría quitársela mediante la telequinesia. Sería tan fácil, sería tan sencillo... pero no, aquello no era lo que estaba intentando enseñarle el niño. Ya había intentado hacer las cosas a su manera, era hora de probar a hacer las cosas de la forma que creía que Chimar esperaba que aprendiera.
Miró la moneda, fijándose en como movía las manos. Al principio no sabía como quitarla, pero pronto descubrió que había un momento en el que la moneda se quedaba parada. Era muy poco tiempo y al instante Chimar comenzaba a repetir el juego de manos, pero era el momento en el que tenía más oportunidades de cogerla... Durenot esperó hasta que su "maestro" volviese a colocar la moneda en aquel lugar y se lanzó a por ella, esperando no volver a recibir un golpe.
-Solo soy un brujo, no se nada sobre robar...- dijo en voz baja.
Agarró una pieza de fruta y comenzó a comerla con ansia. Tenía mucha hambre y agradecía poder tener algo que comer al fin.La fruta le supo maravillosa, aunque seguramente en aquella situación cualquier cosa, incluso la carne del animal más asqueroso le sabría deliciosa. Cuando se la terminó, cogió la última pieza de fruta restante y se la comió con la misma avidez que la primera, más valía comer todo lo que pudiese en aquel momento por si volvía a encontrarse en una situación igual. Aún tenía hambre y se planteó pedirle a Chimar que fuese a por alguna más, pero seguro que le mandaría a robarlas él mismo y no se sentía especialmente motivado tras la bronca que acababa de recibir.
- Durenot- dijo respondiendo a su improvisado profesor- Aunque lo de chispas no suena nada mal- Todos los grandes brujos tenían un seudónimo, y aquel no estaba nada mal.
En aquel momento el ladrón empezó a jugar con la moneda. Era realmente habilidoso con ella, nunca había visto a nadie hace aquel tipo de cosas, aunque claro, en las islas nadie se preocupaba de practicar cosas así. Haciendo caso a Chimar, se abalanzó sobre la moneda para arrebatársela, pero en lugar de conseguir la moneda lo que consiguió fue un dolor de rodilla. Para hacérselo más fácil, el humano cerró los ojos y continuó moviendo la moneda. Durenot se sorprendió de que fuese capaz de hacer aquello incluso sin tener que mirar y empezó a preguntarse como había sido él capaz de darse cuenta de que le estaba robando, pero eso ya se lo preguntaría más tarde. El brujo miró durante unos instantes la moneda y se volvió a abalanzar sobre la moneda, pero volvió a fallar y recibió un bofetón en la cara proveniente de la otra mano de Chimar.
-¡Maldita sea!
Durenot estaba cabreado, sentía que el ladrón se estaba riendo de él. Era como cuando era pequeño y sus hermanos mayores se metían con él aprovechándose de su incredulidad. En aquellas ocasiones siempre recurría a su magia para vengarse de sus hermanos y estuvo a punto de hacer lo mismo en aquella situación. La moneda era pequeña, incluso un brujo novato como él podría quitársela mediante la telequinesia. Sería tan fácil, sería tan sencillo... pero no, aquello no era lo que estaba intentando enseñarle el niño. Ya había intentado hacer las cosas a su manera, era hora de probar a hacer las cosas de la forma que creía que Chimar esperaba que aprendiera.
Miró la moneda, fijándose en como movía las manos. Al principio no sabía como quitarla, pero pronto descubrió que había un momento en el que la moneda se quedaba parada. Era muy poco tiempo y al instante Chimar comenzaba a repetir el juego de manos, pero era el momento en el que tenía más oportunidades de cogerla... Durenot esperó hasta que su "maestro" volviese a colocar la moneda en aquel lugar y se lanzó a por ella, esperando no volver a recibir un golpe.
Durenot
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Re: Errores de novato [Interpretativo][Libre][Cerrado]
A pesar de tener los ojos cerrados el pequeño ya posee la suficiente habilidad para mantener un panorama mental claro de la moneda en su mano, el segundo intento resulta en otro golpe destinado a aquel aprendiz. En este punto dicho adulto debe estar algo molesto pero es necesario tales métodos de aprendizaje para lograr un resultado optimo en esta profesión. Con serenidad Chimar permanece inmutable esperando otro movimiento.
Esa estuvo buena.
Expresa tranquilamente mientras detalla que efectivamente le han quitado el aero, todo era cuestión de centrarse en la situación. El trabajo del ladrón requiere mucha concentración aunque parezca algo ridículo, todo desde robar un bolsillo hasta romper cualquier tipo de cerradura necesita que el perpetrador se enfoque. El oficio de robar debería ser visto con buenos ojos al menos en lo que habilidad se refiere.
Bien ¿no fue tan difícil verdad? Ojos en todas partes recuérdalo… también debes usar lo que tengas para potenciar tus “trabajos”, Cada estilo es único… Quédate con esa moneda como motivación jeje.
Parece estar listo para adentrarse en terreno más pantanoso, es hora de pasar a las cosas de valor. Robar comida está bien y te puede mantener vivo bastante tiempo pero siempre es necesario tener dinero, todo en la sociedad necesita un par de monedas de vez en cuando. Claro que robar capital significa subir el nivel de peligro, los castigos se vuelven más severos cuando cruzas ese umbral.
Obsérvame discretamente.
Mira unos segundos a la multitud antes de volverse la sombra de un cliente, le sigue varios instantes buscando el momento oportuno para su jugada. Al final aquel pequeño mueve ficha mientras el sujeto de complexión normal revisa algunas piezas de orfebrería, en un movimiento sutil arrebata la bolsa de monedas y se pierde entre otros compradores. Nadie lo vio por lo que su trabajo fue limpio. Sin más asuntos pendientes regresa al punto de partida.
Tenía que recuperar esa moneda jeje. Espero que hayas visto bien pues ahora te toca, la idea es que no se den cuenta así que hazlo rápido pero sin movimientos bruscos, se como el viento y desarrolla tu estilo ¡rayos! si quieres usa la magia que mueve cosas pero mantén una discreción decente.
Chimar recuerda bien a su hermano moviendo objetos con la mente y tiene entendido que todos los brujos nacen con esa habilidad, seguramente aquellas palabras le caerán de sorpresa a Durenot pero ya se lo aclara más adelante. De momento este es su bautismo de fuego por lo que más le vale no arruinarlo o tendrá que correr con mucha motivación, después de esta lección lo mejor será moverse antes de que alguien grite porque le falta algo.
Esa estuvo buena.
Expresa tranquilamente mientras detalla que efectivamente le han quitado el aero, todo era cuestión de centrarse en la situación. El trabajo del ladrón requiere mucha concentración aunque parezca algo ridículo, todo desde robar un bolsillo hasta romper cualquier tipo de cerradura necesita que el perpetrador se enfoque. El oficio de robar debería ser visto con buenos ojos al menos en lo que habilidad se refiere.
Bien ¿no fue tan difícil verdad? Ojos en todas partes recuérdalo… también debes usar lo que tengas para potenciar tus “trabajos”, Cada estilo es único… Quédate con esa moneda como motivación jeje.
Parece estar listo para adentrarse en terreno más pantanoso, es hora de pasar a las cosas de valor. Robar comida está bien y te puede mantener vivo bastante tiempo pero siempre es necesario tener dinero, todo en la sociedad necesita un par de monedas de vez en cuando. Claro que robar capital significa subir el nivel de peligro, los castigos se vuelven más severos cuando cruzas ese umbral.
Obsérvame discretamente.
Mira unos segundos a la multitud antes de volverse la sombra de un cliente, le sigue varios instantes buscando el momento oportuno para su jugada. Al final aquel pequeño mueve ficha mientras el sujeto de complexión normal revisa algunas piezas de orfebrería, en un movimiento sutil arrebata la bolsa de monedas y se pierde entre otros compradores. Nadie lo vio por lo que su trabajo fue limpio. Sin más asuntos pendientes regresa al punto de partida.
Tenía que recuperar esa moneda jeje. Espero que hayas visto bien pues ahora te toca, la idea es que no se den cuenta así que hazlo rápido pero sin movimientos bruscos, se como el viento y desarrolla tu estilo ¡rayos! si quieres usa la magia que mueve cosas pero mantén una discreción decente.
Chimar recuerda bien a su hermano moviendo objetos con la mente y tiene entendido que todos los brujos nacen con esa habilidad, seguramente aquellas palabras le caerán de sorpresa a Durenot pero ya se lo aclara más adelante. De momento este es su bautismo de fuego por lo que más le vale no arruinarlo o tendrá que correr con mucha motivación, después de esta lección lo mejor será moverse antes de que alguien grite porque le falta algo.
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Re: Errores de novato [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Durenot lanzó la moneda al aire para volver a recogerla nuevamente. Por primera vez desde que había llegado a Lunargenta algo le salía bien, aunque fuese algo como robar. No se sentía muy bien robando a la gente, pero la sensación de estómago con comida y la de volver a tener dinero, aunque fuese una mísera moneda, le daba ánimos para continuar con aquellas clases. Ya se redimiría en el futuro... si eso.
- No voy a decir que haya sido difícil... pero tampoco fácil. Sería más sencillo si hubiese algún libro que enseñase a robar.
Haciendo caso a Chimar, se quedó mirando como actuaba desde la lejanía. El ladrón comenzó a perseguir a un comprador sin que este notase su presencia para acabar robándole la bolsa y yéndose del lugar sin que nadie se percatase de su acto delictivo. No cabía duda de que era un gran ladrón, lo cual chocaba un poco con la teoría de que fuese inventor. Si de verdad lo fuese podría ganar dinero vendiendo sus inventos, así que lo más probable es que se tratase de un niño que quería ser inventor, pero que en realidad no fuese capaz de construir nada demasiado complejo. Pero al fin y al cabo se trataba de un niño, lo raro sería que fuese un inventor.
- Vaya... eres bueno... estoy seguro de que podrías robarle a alguien el pelo sin que se diese cuenta. Yo también conseguiré una bolsa llena de monedas, aunque tendrá que ser sin telequinesia, soy incapaz de mover algo más grande que una moneda o una pluma. Y no creo que sea muy recomendable ir quitándole a alguien su dinero moneda a moneda...
Durenot se dio media vuelta y se dirigió hacia el mercado. Al principio estuvo dando vueltas por el lugar, observando a la gente hasta que se encontró con alguien al que le sobresalía un poco de su bolsa por el bolsillo derecho de su pantalón. Venía por la calle** que estaba a su izquierda, así que el mago se quedó mirando un puesto hasta que su víctima se encontraba a pocos metros de él. Rápidamente se giró y comenzó a andar hacia adelante, moderando su velocidad para que pudiese cruzarse con aquel tipo y pasar por su espalda. Anduvo hacia adelante intentando fingir que estaba distraído con los puestos cercanos y cuando el sujeto pasó por delante suya agarró con fuerza la bolsa y tiró de ella para sacarla de su bolsillo. Pero debido a que no sabía cuanta fuerza era necesaria se sobrepasó y la bolsa se escapó de su mano, realizando un arco por el aire y cayendo bajo un puesto que había un poco más adelante, el cuál por capricho del destino resultó ser uno de los que había robado anteriormente. El tipo notó el rápido movimiento a su espalda y se giró extrañado, mirando al brujo.
-¿Stuart?- Durenot miró en dirección contraria a la que estaba su víctima y se dirigió hacia la persona más cercana- ¡Stuart! Cuanto tiempo sin verte, ¿estás ya mejor de la espalda?
-Creo que te confundes de persona, yo no soy Stuart.
-¿En serio? Perdona, te he confundido con un viejo amigo- le dio una palmada en el hombro y comenzó a andar hacia el puesto en el que había caído la bolsa.
Tenía que pensar algo rápido para recoger la bolsa, por suerte su víctima solo había notado como Durenot realizaba un movimiento brusco a su espalda, pero si echaba mano a su bolsa y no la encontraba le bastaría con sumar uno más uno para averiguar qué había pasado con ella. No podía simplemente agacharse y coger la bolsa, el tendero le preguntaría qué es lo que estaba haciendo. Tal vez si usaba alguna distracción...
- Buenas, ¿podría darme un poco de estas?- dijo señalando la más barata que había. Hizo un rápido cálculo de cuantas podía conseguir con la moneda que le había quitado a Chimar- Deme dos.
-Ahora mismo.
Sacó la moneda para pagar al tendero, pero la tiró al suelo cuando la sacó del bolsillo- Vaya, parece que la moneda no quiere irse- se agachó para recogerla la moneda, aprovechando aquel momento para agarrar también la bolsa robada y guardársela en el bolsillo- Aquí tiene, quédese con la vuelta buen hombre- Agarró la compra y se dirigió hacia el callejón donde le estaba esperando Chimar-¡Conseguido!¡Soy un maestro del robo! Cuando la bolsa se cayó pensé que la había jodido, pero lo he logrado- Emocionado, sacó la bolsa y la vació en su mano para enseñarle cuando había conseguido, pero para su decepción el contenido era mísero, no había ni para pagar una comida en cualquier taberna, o al menos no en una en la que la comida no diese diarrea. Desilusionado, sacó una de las frutas que había comprado y se la ofreció a Chimar- Se que habíamos quedado en que te diese una comida, pero creo que por ahora habrá que conformarse con esto
**Con calle me refiero a las "calles" que se forman al colocar los diferentes puestos, no se si hay otra forma de nombrarlos.
- No voy a decir que haya sido difícil... pero tampoco fácil. Sería más sencillo si hubiese algún libro que enseñase a robar.
Haciendo caso a Chimar, se quedó mirando como actuaba desde la lejanía. El ladrón comenzó a perseguir a un comprador sin que este notase su presencia para acabar robándole la bolsa y yéndose del lugar sin que nadie se percatase de su acto delictivo. No cabía duda de que era un gran ladrón, lo cual chocaba un poco con la teoría de que fuese inventor. Si de verdad lo fuese podría ganar dinero vendiendo sus inventos, así que lo más probable es que se tratase de un niño que quería ser inventor, pero que en realidad no fuese capaz de construir nada demasiado complejo. Pero al fin y al cabo se trataba de un niño, lo raro sería que fuese un inventor.
- Vaya... eres bueno... estoy seguro de que podrías robarle a alguien el pelo sin que se diese cuenta. Yo también conseguiré una bolsa llena de monedas, aunque tendrá que ser sin telequinesia, soy incapaz de mover algo más grande que una moneda o una pluma. Y no creo que sea muy recomendable ir quitándole a alguien su dinero moneda a moneda...
Durenot se dio media vuelta y se dirigió hacia el mercado. Al principio estuvo dando vueltas por el lugar, observando a la gente hasta que se encontró con alguien al que le sobresalía un poco de su bolsa por el bolsillo derecho de su pantalón. Venía por la calle** que estaba a su izquierda, así que el mago se quedó mirando un puesto hasta que su víctima se encontraba a pocos metros de él. Rápidamente se giró y comenzó a andar hacia adelante, moderando su velocidad para que pudiese cruzarse con aquel tipo y pasar por su espalda. Anduvo hacia adelante intentando fingir que estaba distraído con los puestos cercanos y cuando el sujeto pasó por delante suya agarró con fuerza la bolsa y tiró de ella para sacarla de su bolsillo. Pero debido a que no sabía cuanta fuerza era necesaria se sobrepasó y la bolsa se escapó de su mano, realizando un arco por el aire y cayendo bajo un puesto que había un poco más adelante, el cuál por capricho del destino resultó ser uno de los que había robado anteriormente. El tipo notó el rápido movimiento a su espalda y se giró extrañado, mirando al brujo.
-¿Stuart?- Durenot miró en dirección contraria a la que estaba su víctima y se dirigió hacia la persona más cercana- ¡Stuart! Cuanto tiempo sin verte, ¿estás ya mejor de la espalda?
-Creo que te confundes de persona, yo no soy Stuart.
-¿En serio? Perdona, te he confundido con un viejo amigo- le dio una palmada en el hombro y comenzó a andar hacia el puesto en el que había caído la bolsa.
Tenía que pensar algo rápido para recoger la bolsa, por suerte su víctima solo había notado como Durenot realizaba un movimiento brusco a su espalda, pero si echaba mano a su bolsa y no la encontraba le bastaría con sumar uno más uno para averiguar qué había pasado con ella. No podía simplemente agacharse y coger la bolsa, el tendero le preguntaría qué es lo que estaba haciendo. Tal vez si usaba alguna distracción...
- Buenas, ¿podría darme un poco de estas?- dijo señalando la más barata que había. Hizo un rápido cálculo de cuantas podía conseguir con la moneda que le había quitado a Chimar- Deme dos.
-Ahora mismo.
Sacó la moneda para pagar al tendero, pero la tiró al suelo cuando la sacó del bolsillo- Vaya, parece que la moneda no quiere irse- se agachó para recogerla la moneda, aprovechando aquel momento para agarrar también la bolsa robada y guardársela en el bolsillo- Aquí tiene, quédese con la vuelta buen hombre- Agarró la compra y se dirigió hacia el callejón donde le estaba esperando Chimar-¡Conseguido!¡Soy un maestro del robo! Cuando la bolsa se cayó pensé que la había jodido, pero lo he logrado- Emocionado, sacó la bolsa y la vació en su mano para enseñarle cuando había conseguido, pero para su decepción el contenido era mísero, no había ni para pagar una comida en cualquier taberna, o al menos no en una en la que la comida no diese diarrea. Desilusionado, sacó una de las frutas que había comprado y se la ofreció a Chimar- Se que habíamos quedado en que te diese una comida, pero creo que por ahora habrá que conformarse con esto
**Con calle me refiero a las "calles" que se forman al colocar los diferentes puestos, no se si hay otra forma de nombrarlos.
Durenot
Experto
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Re: Errores de novato [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Chimar mantiene la vista clavada en Durenot para supervisar sus acciones, por un momento el novato sabe dominar la situación y está a punto de realizar el intento satisfactoriamente pero no puede ser tan fácil siempre. Calcula mal y la bolsa de dinero sale disparada hasta un puesto cercano, para ese entonces el pequeño está a punto de dejar salir su corazón como forma de liberar presión. Las cosas no se ven bien.
Mierda...
De manera increíble aquel mago elude la culpabilidad usando todas las artimañas que se puede permitir, su maestro mira orgulloso el desenlace deseándole buena suerte. Lo cierto es que piensa rápido en el momento oportuno, una de las cualidades indispensables para cualquier “amigo de lo ajeno”. Como por arte de magia aunque resulte irónico decirlo el personaje adulto vuelve al inicio con un premio bien ganado “figurativamente hablando claro”.
Bien creo que sirves para esto jeje.
Toma una de las frutas ofrecidas por su aprendiz que curiosamente resulta ser cierta manzana jugosa, es fácil deducir que al pequeño le encantan. Da un par de mordiscos mientras detalla la multitud, un sujeto comienza a revisar nerviosamente su bolsillo por lo que es momento de “salir de la obra”. Con un leve gesto el inventor indica a su acompañante que le siga de cerca y ambos individuos se pierden por el camino más concurrido antes de que la conmoción pública estalle.
Siempre es bueno rotar tus “zonas de caza”.
Ahora el hechicero tiene los conocimientos necesarios para sobrevivir en las grandes urbes, puede que no lo perciba en este momento pero dichas cualidades resultan útiles si eres un “ejército de uno”. Chimar se dispone a subir por los tejados para otra lección cuando de repente nota que el área se queda sola, presintiendo el peligro despabila pero no lo suficientemente rápido para evitar una patada al estomago.
Pe…. pero ¿¡que!?
Te dijimos que este es nuestro territorio Gorrión, fuimos muy amables pero el gremio de ladrones no repite, tal vez un par de huesos rotos den el mensaje con más “claridad”.
El niño se aterra e intenta salir corriendo pero lo sujetan otro par de tipos en la esquina. Son unos cuatro enemigos en total, todos con capas negras dotadas de capuchas que les ocultan ligeramente el rostro. No son precisamente atletas pero el simple hecho de ser adultos pone en desventaja al pequeño, incapaz de apuntar por haber perdido la iniciativa no tiene mucho que hacer. Le clava una mirada desesperada a su estudiante y el líder de la banda lo percibe de inmediato.
Largo de aquí harapiento o te llevaras tu parte también.
Aunque no se preocupan en sacar las armas por un mocoso debajo de su cobertura tienen espadas cortas y dagas, uno incluso lleva cierta ballesta tosca. Los ladrones son muy cuidadosos de no meterse en el terreno del gremio de asesinos pero de vez en cuando se les va la mano y a nadie le importa, de preferencia dichos malvivientes prefieren dar su mensaje a golpes sin embargo responderán vigorosamente si se les provoca.
Mierda...
De manera increíble aquel mago elude la culpabilidad usando todas las artimañas que se puede permitir, su maestro mira orgulloso el desenlace deseándole buena suerte. Lo cierto es que piensa rápido en el momento oportuno, una de las cualidades indispensables para cualquier “amigo de lo ajeno”. Como por arte de magia aunque resulte irónico decirlo el personaje adulto vuelve al inicio con un premio bien ganado “figurativamente hablando claro”.
Bien creo que sirves para esto jeje.
Toma una de las frutas ofrecidas por su aprendiz que curiosamente resulta ser cierta manzana jugosa, es fácil deducir que al pequeño le encantan. Da un par de mordiscos mientras detalla la multitud, un sujeto comienza a revisar nerviosamente su bolsillo por lo que es momento de “salir de la obra”. Con un leve gesto el inventor indica a su acompañante que le siga de cerca y ambos individuos se pierden por el camino más concurrido antes de que la conmoción pública estalle.
Siempre es bueno rotar tus “zonas de caza”.
Ahora el hechicero tiene los conocimientos necesarios para sobrevivir en las grandes urbes, puede que no lo perciba en este momento pero dichas cualidades resultan útiles si eres un “ejército de uno”. Chimar se dispone a subir por los tejados para otra lección cuando de repente nota que el área se queda sola, presintiendo el peligro despabila pero no lo suficientemente rápido para evitar una patada al estomago.
Pe…. pero ¿¡que!?
Te dijimos que este es nuestro territorio Gorrión, fuimos muy amables pero el gremio de ladrones no repite, tal vez un par de huesos rotos den el mensaje con más “claridad”.
El niño se aterra e intenta salir corriendo pero lo sujetan otro par de tipos en la esquina. Son unos cuatro enemigos en total, todos con capas negras dotadas de capuchas que les ocultan ligeramente el rostro. No son precisamente atletas pero el simple hecho de ser adultos pone en desventaja al pequeño, incapaz de apuntar por haber perdido la iniciativa no tiene mucho que hacer. Le clava una mirada desesperada a su estudiante y el líder de la banda lo percibe de inmediato.
Largo de aquí harapiento o te llevaras tu parte también.
Aunque no se preocupan en sacar las armas por un mocoso debajo de su cobertura tienen espadas cortas y dagas, uno incluso lleva cierta ballesta tosca. Los ladrones son muy cuidadosos de no meterse en el terreno del gremio de asesinos pero de vez en cuando se les va la mano y a nadie le importa, de preferencia dichos malvivientes prefieren dar su mensaje a golpes sin embargo responderán vigorosamente si se les provoca.
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Re: Errores de novato [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Off: Creo que me he pasado un poco en la longitud del post ^^'
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Chimar le felicitó por su trabajo a pesar de haber traído una bolsa casi vacía. Aunque claro, el objetivo principal era conseguir la bolsa, ya aprendería más tarde a averiguar que personas podrían tener más o menos dinero en sus bolsillos. Listos para la próxima lección, alumno y maestro se largan del mercado. Ya habían robado bastantes cosas y en cuanto empezasen a buscar sospechosos un joven vagabundo escondido en un callejón sería el primero en la lista a ser encarcelados. Comienzan a caminar por las calles con el ladrón como guía. Durenot no tiene ni idea de a donde va, ya había comenzado a confiar lo suficiente en Chimar como para no preocuparse porque lo llevase hasta una trampa o lo dejase tirado allí. La verdad es que se lo estaba pasando bien con aquellas clases y el ladrón parecía que también, sobre todo en la parte en la que había golpeado al brujo varias veces.
Por fin se detuvieron en una calle vacía. Era angosta, olía a meado y todo el lugar poseía un aspecto bastante lúgubre que pedían a gritos que se marchasen de allí. Chimar comenzó a buscar una forma por la cual subir al tejado mientras el brujo se detenía a mirar una mancha roja que había en el suelo, claramente sangre. El charco ya estaba seco y por el aspecto llevaba allí mucho tiempo. Era obvio, ¿quién se iba a molestar en limpiar algo en un calle como esa?
-Por cierto, ¿podrías explicarme como va lo de ser inventor? No se, podrías enseñarme algo- Durenot tenía curiosidad por descubrir hasta qué punto era cierto la parte de inventor del niño. Pero sin darle siquiera tiempo a esperar a una respuesta, un fuerte golpe se escuchó en la calle.
El brujo dejó de mirar el charco de sangre y dirigió su vista hacia su compañero. Cuatro tipos le estaban agarrando y por las pintas que tenían claramente sus intenciones no eran muy buenas. Justo en aquel momento se giraron y se percataron de la presencia de Durenot- Largo de aquí harapiento o te llevaras tu parte también.- Al escuchar aquellas palabras se planteó seriamente lo que hacer a continuación. Podría largarse en aquel momento dejando atrás a Chimar y salvar el pellejo o podría arriesgarse a luchar contra aquellos tipos. La primera idea era la que más predominaba, realmente no conocía a aquel chico y su muerte se le olvidaría en un par de días. Agradecía que le estuviese enseñando a robar, pero aquello no era razón suficiente para arriesgar su vida y menos aún teniendo en cuenta que se habían conocido porque había intentado robarle. Sin embargo, había algo que le impedía largarse de allí, su reputación. La razón principal de su vida en aquel momento era conseguir poder y labrarse una reputación, de forma que pudiese volver a las islas como un gran mago y tener por ello acceso a toda la información que pudiese. Pero si se largaba en aquel momento solo sería conocido como "Durenot el cobarde".
- Oye tío, no quiero problemas. Tengo dinero sí es lo que queréis, pero dejadle por favor- El brujo pronunció aquellas palabras con tono lastimero, intentando dar pena.
- Esto no tiene nada que ver contigo, lárgate- dijo el más corpulento de los cuatro mientras avanzaba hacia él.
-Pero de verdad que tengo dinero - sacó su bolsa y comenzó a hacer como que buscaba mientras daba un paso hacia adelante con aspecto inocente.
El corpulento agarró al brujo por el cuello con ambas manos y lo estrelló contra a pared, sujetándolo varios centímetros por encima del suelo e impidiéndole respirar. A pesar de que se había preparado mentalmente para recibir algún golpe de aquel tipo, no pudo evitar estar aturdido durante unos cinco segundos, volviendo a recuperar la compostura cuando ya empezaba a faltarle el aire. Estiró los brazos hacia la cara de su agresor, como si intentase empujarle hacia fuera, lo que le provocó grandes carcajadas- Así aprenderás a no meterte donde- No pudo terminar la frase, pues en cuanto las dos manos de Durenot tocaron su cara, este comenzó a desprender una fuerte descarga eléctrica continuada en el cuerpo de su agresor. El asesino empezó a tener fuertes espasmos y convulsiones, soltando al brujo y provocando que se tornase la situación, pues era ahora el mago quien agarraba la cara de bruto y lo empujaba hacia atrás. Tras unos cuantos segundos decidió soltarlo, dejándolo temblando en el suelo incapaz de moverse.
-¡Lo has matado!- gritó de repente el matón restante que no estaba sujetando a Chimar.
-No idiota, solo es una pastilla de parálisis. Dejad en paz al crío- Aún le quedaban tres oponentes y sus rayos solo podrían derribar a uno más. Lo mejor era que no mostrase aún que poseía magia, pues mientras sus enemigos no supiesen de sus poderes no podrían prepararse ante ellos. Como dice el dicho, un mago nunca revela sus trucos.
- Y una mierda. Cabrón, voy a matarte- sacó una espada corta de su vestimenta y comenzó a correr hacia el brujo.
-Lo siento Chimar, te recordaré como un héroe- Durenot se dio la vuelta y comenzó a correr por la calle, girando en la primera salida a la derecha, pero en lugar de salir corriendo se quedó agazapado en la esquina mientras sacaba su daga. En cuanto su oponente giró y se colocó enfrente suya, saltó hacia adelante agarrándole con mano izquierda su mano derecha para evitar clavarse la espada en medio del embiste y con la mano izquierda le clavaba la daga en el muslo derecho. Por suerte aquel tipo no era muy corpulento y la fuerza del salto empujó hacia atrás al asesino, tirándolo al suelo con una daga a medio clavar en la pierna. El brujo maldijo su mala suerte, llevaba dos meses sin tener que usar la daga y no la había afilado ninguna vez, era obvio que no se iba a clavar completamente dentro de la pierna. Rápidamente dio una zancada hacia adelante, pisando justo encima de la daga, lo cual provocó que terminase de clavarla- Hijo de...- gritó el asesino mientras se retorcía de dolor y se llevaba las manos a la pierna.
Se giró hacia los otros dos restantes, que habían cambiado de posición ante aquel escenario inesperado. Ahora solo uno sujetaba a Chimar, pero le había colocado una daga en el cuello. El otro se había acercado hacia el brujo y le apuntaba con una ballesta. Se les veía claramente agobiados, estaba claro que no esperaban encontrarse con un enfrentamiento así. Pero Durenot ya estaba exhausto, llevaba varios días sin comer, aquel día apenas se había alimentado y llevaba todo el día dando vueltas de un lugar para otro. Podría derribar a uno más con los rayos, pero aquello lo dejaría indefenso y lo más seguro era que acabase muerto. Debía pensar en una forma de vencer a los dos con su siguiente movimiento.
El mago comenzó a andar hacia sus dos últimos oponente mientras provocaba que una gran cantidad de rayos surgiesen de todo su cuerpo y fuesen a parar a las paredes cercanas. Aquel tipo de rayo era el primero que había aprendido a controlar, espectacular y precioso, pero completamente inofensivo. Sin embargo, cumplía bien su función, los dos asesinos restantes comenzaban a asustarse- Mierda, es un maldito brujo-dijo el de la ballesta mientras apuntaba hacia él, preparado para disparar. Antes de que pudiese apretar el gatillo, el brujo hizo aparecer una gran cantidad de rayos inofensivos hacia el artillero, cegándolo momentáneamente y provocando que el disparo se desviase y fuese a parar en una caja. Durenot comenzó a correr hacia adelante y lo embistió, sentándose encima de asesino- ¡Que el Dios Thor juzgue tus pegados, infiel!- Mientras pronunciaba aquellas palabras, desplegó todo el poder que le quedaba en crear gigantescos rayos que surgían de su cuerpo y se dispersaban por toda la calle, dándole durante un momento un color azulado. A su vez, alzó ambas manos hacia arriba para luego bajarlas contra la cara de su contrincante, dejándolo inconsciente al instante. Lo que no se vio, gracias a los luminosos rayos que había creado, es que en realidad en las manos llevaba un adoquín, por lo que el golpe que recibió el matón no fue de sus manos, sino de la dura piedra. Usando las pocas fuerza que le quedaban, Durenot se levantó con las pocas fuerzas que le quedaban y se dirigió hacia el único enemigo restante, que estaba temblando de miedo tras presenciar aquel espectáculo.
- ¡¡Aléjate o lo mato!!- dijo acercando aún más la daga al cuello de Chimar.
-Podrías matarlo, pero al instante yo te mataré. Me basta con una chasquido de dedos para reducir tu cuerpo a simples cenizas. Lárgate mientras puedas y dile a todo el mundo que si alguien amenaza al brujo Chispas- aquel mote no terminaba de convencerle, pero era lo mejor que tenía- acabará muerto. Si tardas demasiado tus compañeros morirán- Esperaba que aquellas palabras surtiesen efecto, aunque realmente ya importaba poco para él. En cualquier momento caería inconsciente al suelo, siendo incapaz de defenderse. Al menos con un poco de suerte conseguiría salvar al niño. Debería haber huido desde el primer momento.
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Chimar le felicitó por su trabajo a pesar de haber traído una bolsa casi vacía. Aunque claro, el objetivo principal era conseguir la bolsa, ya aprendería más tarde a averiguar que personas podrían tener más o menos dinero en sus bolsillos. Listos para la próxima lección, alumno y maestro se largan del mercado. Ya habían robado bastantes cosas y en cuanto empezasen a buscar sospechosos un joven vagabundo escondido en un callejón sería el primero en la lista a ser encarcelados. Comienzan a caminar por las calles con el ladrón como guía. Durenot no tiene ni idea de a donde va, ya había comenzado a confiar lo suficiente en Chimar como para no preocuparse porque lo llevase hasta una trampa o lo dejase tirado allí. La verdad es que se lo estaba pasando bien con aquellas clases y el ladrón parecía que también, sobre todo en la parte en la que había golpeado al brujo varias veces.
Por fin se detuvieron en una calle vacía. Era angosta, olía a meado y todo el lugar poseía un aspecto bastante lúgubre que pedían a gritos que se marchasen de allí. Chimar comenzó a buscar una forma por la cual subir al tejado mientras el brujo se detenía a mirar una mancha roja que había en el suelo, claramente sangre. El charco ya estaba seco y por el aspecto llevaba allí mucho tiempo. Era obvio, ¿quién se iba a molestar en limpiar algo en un calle como esa?
-Por cierto, ¿podrías explicarme como va lo de ser inventor? No se, podrías enseñarme algo- Durenot tenía curiosidad por descubrir hasta qué punto era cierto la parte de inventor del niño. Pero sin darle siquiera tiempo a esperar a una respuesta, un fuerte golpe se escuchó en la calle.
El brujo dejó de mirar el charco de sangre y dirigió su vista hacia su compañero. Cuatro tipos le estaban agarrando y por las pintas que tenían claramente sus intenciones no eran muy buenas. Justo en aquel momento se giraron y se percataron de la presencia de Durenot- Largo de aquí harapiento o te llevaras tu parte también.- Al escuchar aquellas palabras se planteó seriamente lo que hacer a continuación. Podría largarse en aquel momento dejando atrás a Chimar y salvar el pellejo o podría arriesgarse a luchar contra aquellos tipos. La primera idea era la que más predominaba, realmente no conocía a aquel chico y su muerte se le olvidaría en un par de días. Agradecía que le estuviese enseñando a robar, pero aquello no era razón suficiente para arriesgar su vida y menos aún teniendo en cuenta que se habían conocido porque había intentado robarle. Sin embargo, había algo que le impedía largarse de allí, su reputación. La razón principal de su vida en aquel momento era conseguir poder y labrarse una reputación, de forma que pudiese volver a las islas como un gran mago y tener por ello acceso a toda la información que pudiese. Pero si se largaba en aquel momento solo sería conocido como "Durenot el cobarde".
- Oye tío, no quiero problemas. Tengo dinero sí es lo que queréis, pero dejadle por favor- El brujo pronunció aquellas palabras con tono lastimero, intentando dar pena.
- Esto no tiene nada que ver contigo, lárgate- dijo el más corpulento de los cuatro mientras avanzaba hacia él.
-Pero de verdad que tengo dinero - sacó su bolsa y comenzó a hacer como que buscaba mientras daba un paso hacia adelante con aspecto inocente.
El corpulento agarró al brujo por el cuello con ambas manos y lo estrelló contra a pared, sujetándolo varios centímetros por encima del suelo e impidiéndole respirar. A pesar de que se había preparado mentalmente para recibir algún golpe de aquel tipo, no pudo evitar estar aturdido durante unos cinco segundos, volviendo a recuperar la compostura cuando ya empezaba a faltarle el aire. Estiró los brazos hacia la cara de su agresor, como si intentase empujarle hacia fuera, lo que le provocó grandes carcajadas- Así aprenderás a no meterte donde- No pudo terminar la frase, pues en cuanto las dos manos de Durenot tocaron su cara, este comenzó a desprender una fuerte descarga eléctrica continuada en el cuerpo de su agresor. El asesino empezó a tener fuertes espasmos y convulsiones, soltando al brujo y provocando que se tornase la situación, pues era ahora el mago quien agarraba la cara de bruto y lo empujaba hacia atrás. Tras unos cuantos segundos decidió soltarlo, dejándolo temblando en el suelo incapaz de moverse.
-¡Lo has matado!- gritó de repente el matón restante que no estaba sujetando a Chimar.
-No idiota, solo es una pastilla de parálisis. Dejad en paz al crío- Aún le quedaban tres oponentes y sus rayos solo podrían derribar a uno más. Lo mejor era que no mostrase aún que poseía magia, pues mientras sus enemigos no supiesen de sus poderes no podrían prepararse ante ellos. Como dice el dicho, un mago nunca revela sus trucos.
- Y una mierda. Cabrón, voy a matarte- sacó una espada corta de su vestimenta y comenzó a correr hacia el brujo.
-Lo siento Chimar, te recordaré como un héroe- Durenot se dio la vuelta y comenzó a correr por la calle, girando en la primera salida a la derecha, pero en lugar de salir corriendo se quedó agazapado en la esquina mientras sacaba su daga. En cuanto su oponente giró y se colocó enfrente suya, saltó hacia adelante agarrándole con mano izquierda su mano derecha para evitar clavarse la espada en medio del embiste y con la mano izquierda le clavaba la daga en el muslo derecho. Por suerte aquel tipo no era muy corpulento y la fuerza del salto empujó hacia atrás al asesino, tirándolo al suelo con una daga a medio clavar en la pierna. El brujo maldijo su mala suerte, llevaba dos meses sin tener que usar la daga y no la había afilado ninguna vez, era obvio que no se iba a clavar completamente dentro de la pierna. Rápidamente dio una zancada hacia adelante, pisando justo encima de la daga, lo cual provocó que terminase de clavarla- Hijo de...- gritó el asesino mientras se retorcía de dolor y se llevaba las manos a la pierna.
Se giró hacia los otros dos restantes, que habían cambiado de posición ante aquel escenario inesperado. Ahora solo uno sujetaba a Chimar, pero le había colocado una daga en el cuello. El otro se había acercado hacia el brujo y le apuntaba con una ballesta. Se les veía claramente agobiados, estaba claro que no esperaban encontrarse con un enfrentamiento así. Pero Durenot ya estaba exhausto, llevaba varios días sin comer, aquel día apenas se había alimentado y llevaba todo el día dando vueltas de un lugar para otro. Podría derribar a uno más con los rayos, pero aquello lo dejaría indefenso y lo más seguro era que acabase muerto. Debía pensar en una forma de vencer a los dos con su siguiente movimiento.
El mago comenzó a andar hacia sus dos últimos oponente mientras provocaba que una gran cantidad de rayos surgiesen de todo su cuerpo y fuesen a parar a las paredes cercanas. Aquel tipo de rayo era el primero que había aprendido a controlar, espectacular y precioso, pero completamente inofensivo. Sin embargo, cumplía bien su función, los dos asesinos restantes comenzaban a asustarse- Mierda, es un maldito brujo-dijo el de la ballesta mientras apuntaba hacia él, preparado para disparar. Antes de que pudiese apretar el gatillo, el brujo hizo aparecer una gran cantidad de rayos inofensivos hacia el artillero, cegándolo momentáneamente y provocando que el disparo se desviase y fuese a parar en una caja. Durenot comenzó a correr hacia adelante y lo embistió, sentándose encima de asesino- ¡Que el Dios Thor juzgue tus pegados, infiel!- Mientras pronunciaba aquellas palabras, desplegó todo el poder que le quedaba en crear gigantescos rayos que surgían de su cuerpo y se dispersaban por toda la calle, dándole durante un momento un color azulado. A su vez, alzó ambas manos hacia arriba para luego bajarlas contra la cara de su contrincante, dejándolo inconsciente al instante. Lo que no se vio, gracias a los luminosos rayos que había creado, es que en realidad en las manos llevaba un adoquín, por lo que el golpe que recibió el matón no fue de sus manos, sino de la dura piedra. Usando las pocas fuerza que le quedaban, Durenot se levantó con las pocas fuerzas que le quedaban y se dirigió hacia el único enemigo restante, que estaba temblando de miedo tras presenciar aquel espectáculo.
- ¡¡Aléjate o lo mato!!- dijo acercando aún más la daga al cuello de Chimar.
-Podrías matarlo, pero al instante yo te mataré. Me basta con una chasquido de dedos para reducir tu cuerpo a simples cenizas. Lárgate mientras puedas y dile a todo el mundo que si alguien amenaza al brujo Chispas- aquel mote no terminaba de convencerle, pero era lo mejor que tenía- acabará muerto. Si tardas demasiado tus compañeros morirán- Esperaba que aquellas palabras surtiesen efecto, aunque realmente ya importaba poco para él. En cualquier momento caería inconsciente al suelo, siendo incapaz de defenderse. Al menos con un poco de suerte conseguiría salvar al niño. Debería haber huido desde el primer momento.
Durenot
Experto
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Re: Errores de novato [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Chimar detalla con cautela y algo de pánico todo lo que ocurre, a este punto solo espera que no le golpeen demasiado. No es por menospreciar a su acompañante pero difícilmente podrá enfrentarse a cuatro ladrones profesionales, eso asumiendo que no salga huyendo a la primera. El pequeño mira mientras le sujetan bruscamente, no tiene oportunidad de usar su ballesta dadas las circunstancias.
Aquel brujo ofrece dinero pero la pandilla no acepta sobornos, Durenot sigue insistiendo hasta que desencadena una agresión por parte del líder. Con el hechicero estrellado contra la pared las cosas no se ven muy bien tanto para el aprendiz como su maestro, de momento por la simple inferioridad numérica les vencen. El niño cierra los ojos como reacción y escucha un desenlace extraño, cuando restablece la visión se lleva una sorpresa grata.
Que… Qué rayos.
No se debe subestimar a los hechiceros, lección que ya debería haber aprendido con Demian pero siempre peca de inocente. Con el jefe lisiado sus compañeros se sobresaltan, apenas le toca se desploma y eso deja mucho a la imaginación. A pesar de que parece muerto el mago aclara que solo le paralizo, eso no disminuye la rabia de los demás quienes se preparan para otro ataque directo.
¡¡No espera!!
Expresa con miedo pero la acción de huir de su conocido queda en amague, el hechicero simplemente intenta atraer al sujeto armado. Cuando lo tiene a corta distancia le incapacita con una daga prácticamente sin filo, tiene que hacer esfuerzo pero ocasionar el daño paro lo logra a la final. Nada mal para un harapiento, en pocos minutos ha conseguido inutilizar dos ladrones plenamente conformados.
Siguen restando dos hostiles y uno de ellos sube su “seguridad personal” poniéndole la daga en el cuello al pequeño, este ultimo simplemente se queda inmóvil mientras varias gotas de sudor recorren su rostro. A pesar de estar asustado se muestra valiente, más que todo por los acertados intentos de su nuevo amigo. Recuerda que los magos tienen la energía limitada así que solo le queda esperar que el sujeto no se descargue como un rayo.
De repente comienza un espectáculo vistoso, centellas por todas partes. Sin duda atemorizante para alguien que nunca ha estado en presencia de la magia, por suerte ese par de ladrones de esquina entran en la categoría. Tal distracción visual sin un ataque directo concreto también puede significar que Durenot carece de la energía necesaria para atacar de golpe, eso no es para nada bueno.
¡¡Deben irse o los freira como a un pollo!!
Dice para dar más teatralidad al acto, recibe como premio el acercamiento extremo de la daga. La situación entre el ballestero y el hechicero se desenvuelve con rapidez, aquel hostil falla su tiro por lo que recibe una embestida directa que le deja fuera de combate. Sorprendente pero por el aspecto desgastado de Durenot ya no lo queda demasiado tiempo funcional, es momento de que Chimar actué.
Así que te gusto el sobrenombre ¿no?
No tiene tiempo pues si su compañero cae todo abra sido en vano, acerca ambas manos hasta el cuello fingiendo una respuesta inofensiva a la daga. El enemigo se cree la treta cometiendo un grave error pues ignora que el objeto encajado en el brazo del niño es una ballesta, toda la acción permite un Angulo favorable por lo que el chico simplemente se limita a tirar del gatillo atravesando la mano armada de su adversario.
Herido el matón suelta la daga liberando al pequeño, Chimar se aleja y vuelve a apuntar. No quiere tener problemas con el gremio de ladrones así que no le matara, además ese no es su estilo. Dispara cuando el mecanismo recarga atravesándole la pierna al encapuchado, este cae adolorido pero el daño no es letal. El par de aliados acaba de salvarse por los pelos de terminar con varios huesos rotos.
Vamos debemos salir de aquí.
Afirma mientras actúa como muleta para que su salvador no caiga al suelo, le ayuda a caminar hasta que entran de nuevo en el camino principal. El desplazamiento es lento pero nadie les sigue, lo lograron. Avanzan un buen trayecto siguiendo el liderato del jovencito hasta que finalmente llegan a la entrada del puerto, están en cierta zona elevada con una grandiosa vista de los muelles rodeados por varios puestos de comida. Finalmente con un poco de tranquilidad el chico se acerca a uno de los vendedores y pide dos especiales, vale destacar que esta vez paga.
Pescado empanizado… es bastante bueno créeme, a veces hay que gastar dinero ¿verdad? Jeje… oye yo… gracias… me salvaste el trasero allí atrás… en fin toma y agrega proteína al estomago.
Aquel brujo ofrece dinero pero la pandilla no acepta sobornos, Durenot sigue insistiendo hasta que desencadena una agresión por parte del líder. Con el hechicero estrellado contra la pared las cosas no se ven muy bien tanto para el aprendiz como su maestro, de momento por la simple inferioridad numérica les vencen. El niño cierra los ojos como reacción y escucha un desenlace extraño, cuando restablece la visión se lleva una sorpresa grata.
Que… Qué rayos.
No se debe subestimar a los hechiceros, lección que ya debería haber aprendido con Demian pero siempre peca de inocente. Con el jefe lisiado sus compañeros se sobresaltan, apenas le toca se desploma y eso deja mucho a la imaginación. A pesar de que parece muerto el mago aclara que solo le paralizo, eso no disminuye la rabia de los demás quienes se preparan para otro ataque directo.
¡¡No espera!!
Expresa con miedo pero la acción de huir de su conocido queda en amague, el hechicero simplemente intenta atraer al sujeto armado. Cuando lo tiene a corta distancia le incapacita con una daga prácticamente sin filo, tiene que hacer esfuerzo pero ocasionar el daño paro lo logra a la final. Nada mal para un harapiento, en pocos minutos ha conseguido inutilizar dos ladrones plenamente conformados.
Siguen restando dos hostiles y uno de ellos sube su “seguridad personal” poniéndole la daga en el cuello al pequeño, este ultimo simplemente se queda inmóvil mientras varias gotas de sudor recorren su rostro. A pesar de estar asustado se muestra valiente, más que todo por los acertados intentos de su nuevo amigo. Recuerda que los magos tienen la energía limitada así que solo le queda esperar que el sujeto no se descargue como un rayo.
De repente comienza un espectáculo vistoso, centellas por todas partes. Sin duda atemorizante para alguien que nunca ha estado en presencia de la magia, por suerte ese par de ladrones de esquina entran en la categoría. Tal distracción visual sin un ataque directo concreto también puede significar que Durenot carece de la energía necesaria para atacar de golpe, eso no es para nada bueno.
¡¡Deben irse o los freira como a un pollo!!
Dice para dar más teatralidad al acto, recibe como premio el acercamiento extremo de la daga. La situación entre el ballestero y el hechicero se desenvuelve con rapidez, aquel hostil falla su tiro por lo que recibe una embestida directa que le deja fuera de combate. Sorprendente pero por el aspecto desgastado de Durenot ya no lo queda demasiado tiempo funcional, es momento de que Chimar actué.
Así que te gusto el sobrenombre ¿no?
No tiene tiempo pues si su compañero cae todo abra sido en vano, acerca ambas manos hasta el cuello fingiendo una respuesta inofensiva a la daga. El enemigo se cree la treta cometiendo un grave error pues ignora que el objeto encajado en el brazo del niño es una ballesta, toda la acción permite un Angulo favorable por lo que el chico simplemente se limita a tirar del gatillo atravesando la mano armada de su adversario.
Herido el matón suelta la daga liberando al pequeño, Chimar se aleja y vuelve a apuntar. No quiere tener problemas con el gremio de ladrones así que no le matara, además ese no es su estilo. Dispara cuando el mecanismo recarga atravesándole la pierna al encapuchado, este cae adolorido pero el daño no es letal. El par de aliados acaba de salvarse por los pelos de terminar con varios huesos rotos.
Vamos debemos salir de aquí.
Afirma mientras actúa como muleta para que su salvador no caiga al suelo, le ayuda a caminar hasta que entran de nuevo en el camino principal. El desplazamiento es lento pero nadie les sigue, lo lograron. Avanzan un buen trayecto siguiendo el liderato del jovencito hasta que finalmente llegan a la entrada del puerto, están en cierta zona elevada con una grandiosa vista de los muelles rodeados por varios puestos de comida. Finalmente con un poco de tranquilidad el chico se acerca a uno de los vendedores y pide dos especiales, vale destacar que esta vez paga.
Pescado empanizado… es bastante bueno créeme, a veces hay que gastar dinero ¿verdad? Jeje… oye yo… gracias… me salvaste el trasero allí atrás… en fin toma y agrega proteína al estomago.
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Re: Errores de novato [Interpretativo][Libre][Cerrado]
Antes de desplomarse aparece Chimar para sujetarle, aguantándole para evitar que se cayera. Durenot se apoyó, en él, sujetándose como podía e intentando por todos los medios no desmayarse, ya que el joven ladrón sería incapaz de cargar con él. Pero había usado más magia de la que debía y era difícil mantenerse en pie- Chispas, chispas, chispas, puff- El brujo estaba delirando ante el agotamiento- La próxima vez iremos a montar en caballo. Me gustan los caballos. Sus plumas son tan suaves...- Intentaba mantener una conversación, pero realmente no tenía ni idea de donde estaba, hacia donde iba o qué es lo que decía. Acercó la cara a la oreja de Chimar y susurró- Cuarenta y tres- Tras aquellas palabras se quedó callado y caminando, cualquiera que lo vería en aquella situación pensaría que estaba borracho.
Tras caminar un buen rato, en el que Durenot aseguraría más tarde que perdió el conocimiento un par de veces, se pararon frente a un puesto de comida. Después de la caminata ya era capaz de sostenerse en pie, aunque tambaleándose de vez en cuando, y de ser consciente de lo que hacía, aunque lo que sucedía a su alrededor era un poco borroso. Las personas que pasaban a su lado no era más que manchas difuminadas que se almacenaban en su memoria y el escenario a su alrededor era prácticamente inexistente. Conforme iba recuperándose, peor se sentía, pues empezaba a sentir todo el malestar físico por la batalla y la cabeza le dolía enormemente, uno de los efectos secundarios de realizar más hechizos de los que era capaz.
-Gracias- dijo mientras agarraba la comida que le ofrecía Chimar. Miró la comida con asco, Durenot era vegetariano. O al menos aquella era su intención, pues con aquel estilo de vida de mendigo muchas veces había tenido que resignarse a comer animales para poder sobrevivir. Y aquella era una de aquellas veces, en su estado no podía rechazar un plato de comida, aunque para hacer esa comida hubiesen tenido que matar al último miembro de la especie animal más preciosa del planeta. Cogió el pescado y empezó a comérselo con avidez sin mencionar ni una palabra, quedándose con hambre una vez que hubo terminado- No tienes que agradecerme nada, puede que gracias a ti no aparezca muerto mañana por inanición...- se colocó las manos en la sienes, a cada segundo que pasaba el dolor se volvía más y más insoportable- Si no te importa dejemos las clases para otro día, creo que como me mueva mucho voy a vomitar todo lo que llevo dentro -Aquel pescado le había ayudado a saciar su hambre, pero comer pescado o carne no le sentaban nada bien- Oye, no quiero ser muy molesto pero, ¿podrías ayudarme a llegar hasta mi hostal?
Tras caminar un buen rato, en el que Durenot aseguraría más tarde que perdió el conocimiento un par de veces, se pararon frente a un puesto de comida. Después de la caminata ya era capaz de sostenerse en pie, aunque tambaleándose de vez en cuando, y de ser consciente de lo que hacía, aunque lo que sucedía a su alrededor era un poco borroso. Las personas que pasaban a su lado no era más que manchas difuminadas que se almacenaban en su memoria y el escenario a su alrededor era prácticamente inexistente. Conforme iba recuperándose, peor se sentía, pues empezaba a sentir todo el malestar físico por la batalla y la cabeza le dolía enormemente, uno de los efectos secundarios de realizar más hechizos de los que era capaz.
-Gracias- dijo mientras agarraba la comida que le ofrecía Chimar. Miró la comida con asco, Durenot era vegetariano. O al menos aquella era su intención, pues con aquel estilo de vida de mendigo muchas veces había tenido que resignarse a comer animales para poder sobrevivir. Y aquella era una de aquellas veces, en su estado no podía rechazar un plato de comida, aunque para hacer esa comida hubiesen tenido que matar al último miembro de la especie animal más preciosa del planeta. Cogió el pescado y empezó a comérselo con avidez sin mencionar ni una palabra, quedándose con hambre una vez que hubo terminado- No tienes que agradecerme nada, puede que gracias a ti no aparezca muerto mañana por inanición...- se colocó las manos en la sienes, a cada segundo que pasaba el dolor se volvía más y más insoportable- Si no te importa dejemos las clases para otro día, creo que como me mueva mucho voy a vomitar todo lo que llevo dentro -Aquel pescado le había ayudado a saciar su hambre, pero comer pescado o carne no le sentaban nada bien- Oye, no quiero ser muy molesto pero, ¿podrías ayudarme a llegar hasta mi hostal?
Durenot
Experto
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Re: Errores de novato [Interpretativo][Libre][Cerrado]
A pesar de haberlo logrado Durenot está más muerto que vivo, por algunos momentos se puede confundir con un muerto viviente o cualquier adicto de cuadra. Chimar no fue consciente de tal estado hasta que llegaron al mirador, por suerte una vez detenidos su recuperación fluyo rápidamente. Esto de la magia puede resultar perjudicial para la salud del usuario luego de un uso prolongado.
El sujeto come su pescado con cierta mueca de repulsión pero se lo termina enseguida, probablemente solo esta mareado todavía. mientras tanto el niño se limita a detallar la vista, siempre le ha gustado este lugar desde que lo descubrió hace años. Uno de los puntos panorámicos que no entran bajo la jurisdicción noble, las personas con dinero no son las únicas que tienen derecho a disfrutar la belleza.
Quedar en buenos términos con aquel brujo hace sonreír al pequeño, le ayudo en vez de salir corriendo y eso significa una amistad potencial en el futuro. Con rapidez finiquita su comida y da un último vistazo al muelle, tampoco es una despedida pues pasa por el lugar varias veces a la semana. Luego de un suspiro se prepara para volver a actuar de muleta, lo mejor será dejar al adulto en la cama de su posada.
Claro ¿dónde queda?
Recibe la dirección y le reconoce de inmediato, es cerca del mercado por lo que el trayecto no debería tardar. Esa zona es conocida por tener lugares de alojamiento para todos los bolsillos, parece que su reputación no se equivoca. Avanzan con paso lento pero firme en un intento por evitar que Durenot vomite, su aspecto es terrible pero luego de varias horas de sueño debería volver a un estado aceptable.
Tardan veinte minutos en llegar, es un sitio económico pero con buena pinta. El niño ayuda a su nuevo conocido a llegar sano y salvo hasta la habitación correspondiente, una vez en el lugar se despide cordialmente asegurándole que si necesita ayuda puede conseguirle en las calles. Ya con todo el asunto resulto se dispone a volver al refugio, es tarde y la cuota personal fue cubierta hace horas. Quien sabe tal vez todo este encuentro de pie a otras aventuras más adelante.
Día interesante.
El sujeto come su pescado con cierta mueca de repulsión pero se lo termina enseguida, probablemente solo esta mareado todavía. mientras tanto el niño se limita a detallar la vista, siempre le ha gustado este lugar desde que lo descubrió hace años. Uno de los puntos panorámicos que no entran bajo la jurisdicción noble, las personas con dinero no son las únicas que tienen derecho a disfrutar la belleza.
Quedar en buenos términos con aquel brujo hace sonreír al pequeño, le ayudo en vez de salir corriendo y eso significa una amistad potencial en el futuro. Con rapidez finiquita su comida y da un último vistazo al muelle, tampoco es una despedida pues pasa por el lugar varias veces a la semana. Luego de un suspiro se prepara para volver a actuar de muleta, lo mejor será dejar al adulto en la cama de su posada.
Claro ¿dónde queda?
Recibe la dirección y le reconoce de inmediato, es cerca del mercado por lo que el trayecto no debería tardar. Esa zona es conocida por tener lugares de alojamiento para todos los bolsillos, parece que su reputación no se equivoca. Avanzan con paso lento pero firme en un intento por evitar que Durenot vomite, su aspecto es terrible pero luego de varias horas de sueño debería volver a un estado aceptable.
Tardan veinte minutos en llegar, es un sitio económico pero con buena pinta. El niño ayuda a su nuevo conocido a llegar sano y salvo hasta la habitación correspondiente, una vez en el lugar se despide cordialmente asegurándole que si necesita ayuda puede conseguirle en las calles. Ya con todo el asunto resulto se dispone a volver al refugio, es tarde y la cuota personal fue cubierta hace horas. Quien sabe tal vez todo este encuentro de pie a otras aventuras más adelante.
Día interesante.
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