[Cerrado] Escape de la isla [Interpretativo-Libre]
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[Cerrado] Escape de la isla [Interpretativo-Libre]
La luna brillaba sublime en el estrellado cielo de la noche silente, aún corríamos aunque ya no tan rápido, al parecer habíamos dejado atrás a los perseguidores y podíamos ver a lo lejos la orilla de la playa donde permanecían inmóviles algunos pequeños barcos, alguno de ellos nos podría sacar de la isla con rumbo a cualquier lugar.
Sin embargo, el lugar se encontraba misteriosamente vacío, apenas unas cuantas siluetas se movían a lo lejos entre los barcos distantes - Aquellos objetos flotantes ofrecen un oportuno escape - Dijo el elfo a la chica que aún lo seguía, sin embargo, algo en la orilla le pareció peligrosamente sospechoso, las pequeñas siluetas se agrupaban en un mismo punto y señalaban en dirección al par de fugitivos - Destino tiene un mal presentimiento acerca de esto - Dijo mientras extendía el brazo para detener a la chica aunque ya era tarde, algunos de los sujetos comenzaba a acercarse al duo de perseguidos, aunque despacio, tal vez para no alertarlos, pero definitivamente algo sucedía, por ahora, solo se le ocurría seguirles el juego y fingir que no habían notado nada extraño; eran en total 5 sujetos quienes los esperaban, dos se quedaron atrás mientras otros tres se acercaban a encontrarlos.
La noche había dado otro giro inesperado y esta parte del escape no resultaría tan fácil como habían pensado al inicio, no solo por el peligro que tenían al frente, sino porque en cualquier momento podrían llegar los que habían dejado atrás y entonces estarían en una peligrosa desventaja numérica.
Sin embargo, el lugar se encontraba misteriosamente vacío, apenas unas cuantas siluetas se movían a lo lejos entre los barcos distantes - Aquellos objetos flotantes ofrecen un oportuno escape - Dijo el elfo a la chica que aún lo seguía, sin embargo, algo en la orilla le pareció peligrosamente sospechoso, las pequeñas siluetas se agrupaban en un mismo punto y señalaban en dirección al par de fugitivos - Destino tiene un mal presentimiento acerca de esto - Dijo mientras extendía el brazo para detener a la chica aunque ya era tarde, algunos de los sujetos comenzaba a acercarse al duo de perseguidos, aunque despacio, tal vez para no alertarlos, pero definitivamente algo sucedía, por ahora, solo se le ocurría seguirles el juego y fingir que no habían notado nada extraño; eran en total 5 sujetos quienes los esperaban, dos se quedaron atrás mientras otros tres se acercaban a encontrarlos.
La noche había dado otro giro inesperado y esta parte del escape no resultaría tan fácil como habían pensado al inicio, no solo por el peligro que tenían al frente, sino porque en cualquier momento podrían llegar los que habían dejado atrás y entonces estarían en una peligrosa desventaja numérica.
Última edición por Destino el Mar Ago 11 2015, 05:09, editado 2 veces
Destino
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Re: [Cerrado] Escape de la isla [Interpretativo-Libre]
Lo de correr era algo que a Erzsébeth no le hacía ninguna gracia: sudabas, te cansabas y, lo peor de todo, las probabilidades de romperse los tacones iban aumentando a medida que avanzabas, esquivando torpemente los grandes pedruscos hasta que consiguieron llegar a la playa del muelle. Sin rocas, sin árboles, solo arena y una brisa marina que acariciaba la cara del vampiro. La carrera había sido más pausada los últimos quince minutos, como si diesen por sentado que habían conseguido despistar por completo a los magos que les seguían el rastro. En cierto sentido parecía real y el cazador noctívago se permitió relajarse, se descalzó para darle un descanso a sus pies y acarició la arena con sus dedos. Una sensación de inmensa paz le revolvió las entrañas, aquella luna enorme y hermosa iluminaba los barcos y pequeñas embarcaciones del muelle, las cuales se mecían al son del mar. Pero la relajación duró poco, siendo quebrada por la voz de Destino.
—Destino tiene un mal presentimiento acerca de esto —había dicho el elfo, hablando en tercera persona, algo a lo que Erzsébeth se intentaba adaptar, pero algo se lo impedía. Como si unos transeúntes fuesen algo de lo que preocuparse. Habían sobrevivido a cosas peores hacía a penas una media hora, así que tampoco se intranquilizó demasiado. Siguió la mirada de Destino hasta encontrar a dos hombres algo fornidos pero con cara de estúpidos. Una vez estuvieron lo suficientemente cerca, apreció que de sus cinturones colgaban unas espadas algo oxidadas, pero con el filo necesario como para propinar un buen tajo. Uno de ellos señaló a Destino y otro se dedicó a escudriñar al vampiro. Erzsébeth ya tenía las dagas entre los dedos, con disimulo.
—¡Vosotros teníais que haber muerto ya! —gritó, descontento—. Me van a tener que pagar horas extra por esto... Y sin más escupió a la arena, sacó la espada y se abalanzó contra Destino. Los reflejos del vampiro no dormían nunca, y tan pronto como el sicario pretendía acercarse al elfo, lo detuvo enterrándole una de sus dagas en los intestinos. Removió el arma para asegurarse de provocar el mayor dolor posible por un ataque tan poco premeditado e inútil, el muchacho dejó caer la espada entre gritos angustiosos. El olor a la sangre de aquel humano efímero le recordó el hambre que tenía. No pudo aguantarse.
—Lo siento, Destino —comenzó él, sacando la daga del cuerpo y agarrándolo como si fuera un muñeco— pero necesito un aperitivo para funcionar mejor. Encárgate tú de ese, antes de que se escape a buscar a sus amigos—le hizo un gesto para que mirase al compañero del humano, tan asustado y tembloroso que no presentaba mayor peligro que el que presenta una mosca. Una vez dio la orden, se apresuró a morderle el cuello, la sangre brotaba y le llenaba la boca, y hasta que el humano no quedase exangüe no iba a parar de succionar la vida por sus venas. Observó que otras tres siluetas se movían en la distancia, no se acercaban, pero hablaban a voces. Una vez terminasen con los inconvenientes cogería el primer barco que se le antojara y se irían a dar una vuelta antes de que saliese el sol.
—Destino tiene un mal presentimiento acerca de esto —había dicho el elfo, hablando en tercera persona, algo a lo que Erzsébeth se intentaba adaptar, pero algo se lo impedía. Como si unos transeúntes fuesen algo de lo que preocuparse. Habían sobrevivido a cosas peores hacía a penas una media hora, así que tampoco se intranquilizó demasiado. Siguió la mirada de Destino hasta encontrar a dos hombres algo fornidos pero con cara de estúpidos. Una vez estuvieron lo suficientemente cerca, apreció que de sus cinturones colgaban unas espadas algo oxidadas, pero con el filo necesario como para propinar un buen tajo. Uno de ellos señaló a Destino y otro se dedicó a escudriñar al vampiro. Erzsébeth ya tenía las dagas entre los dedos, con disimulo.
—¡Vosotros teníais que haber muerto ya! —gritó, descontento—. Me van a tener que pagar horas extra por esto... Y sin más escupió a la arena, sacó la espada y se abalanzó contra Destino. Los reflejos del vampiro no dormían nunca, y tan pronto como el sicario pretendía acercarse al elfo, lo detuvo enterrándole una de sus dagas en los intestinos. Removió el arma para asegurarse de provocar el mayor dolor posible por un ataque tan poco premeditado e inútil, el muchacho dejó caer la espada entre gritos angustiosos. El olor a la sangre de aquel humano efímero le recordó el hambre que tenía. No pudo aguantarse.
—Lo siento, Destino —comenzó él, sacando la daga del cuerpo y agarrándolo como si fuera un muñeco— pero necesito un aperitivo para funcionar mejor. Encárgate tú de ese, antes de que se escape a buscar a sus amigos—le hizo un gesto para que mirase al compañero del humano, tan asustado y tembloroso que no presentaba mayor peligro que el que presenta una mosca. Una vez dio la orden, se apresuró a morderle el cuello, la sangre brotaba y le llenaba la boca, y hasta que el humano no quedase exangüe no iba a parar de succionar la vida por sus venas. Observó que otras tres siluetas se movían en la distancia, no se acercaban, pero hablaban a voces. Una vez terminasen con los inconvenientes cogería el primer barco que se le antojara y se irían a dar una vuelta antes de que saliese el sol.
Bathory
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Re: [Cerrado] Escape de la isla [Interpretativo-Libre]
De los tres sujetos que se habían acercado, uno se quedó a medio camino y finalmente fueron dos los que se terminaron acercando, no parecían un gran peligro, al menos en comparación con todo lo que el disparejo par de fugitivos había enfrentado antes, además estos no parecían ser muy listos, el elfo cerró sus ojos y se concentró buscando sentir algo me magia en ambos sujetos pero no encontró nada, no había ni un atisbo de magia en ellos, al menos en los que estaban más cerca, por su aspecto parecían ser mercenarios, y no muy buenos al parecer, uno de los sujetos vociferó de mala gana - ¡Vosotros teníais que haber muerto ya! - Lo cual llamó la atención del elfo, no habría lugar en la isla donde lograra estar a salvo, y aunque su deseo era quedarse y luchar hasta aniquilar a todos, sabía que no contaba con las fuerzas para realizar tal hazaña, no había logrado recuperar toda su fuerza y ni hablar de sus poderes, su repertorio actual de habilidades no era más que un espacio vacío y la espada de la que antes se había bastado, ahora no era más que un mero juguete inservible.
La escena que siguió al ataque del sujeto fue realmente espeluznante, sin embargo, había despertado en los ojos del elfo su antiguo interés bélico, estaba cansado de huir, al menos de momento, tenía la opción de luchar y dejar salir toda la furia que hasta entonces había tenido que controlar - Encárgate tú de ese, antes de que se escape a buscar a sus amigos - Fueron más que suficientes palabras para activar a Destino que se abalanzó sobre el otro sujeto que intimidado apenas logró sacar su espada pero no a tiempo para evitar ser alcanzado por el elfo que con su guante apretó el brazo del pobre hombre incrustando las garras en la piel hasta hacer una lluvia de sangre sobre el pecho y rostro del mismo sujeto que acabó por soltar su espada - Destino te enseñará a usar tu espada - Dijo el elfo mientras velozmente tomaba la espada sin dejarla caer al piso y en delicados giros hacía una serie de cortes sucesivos a la piel del hombre que veía negadas sus posibilidades de caer al piso mientras era brutalmente cortado por su propia espada en manos de Destino.
Finalmente el pelinegro acabó por hacer un fuerte giro que arrancó la cabeza del hombre para luego clavarle la espada en el pecho y patear el cadáver inmóvil al piso - En su intento de detener a un monstruo, han creado uno peor - Dijo el elfo mientras se acercaba al resto de sujetos con una mirada sádica y un deseo de pelear como no había sentido en mucho tiempo, sin embargo el siguiente objetivo sería un poco diferente, en éste sí parecía haber algo de magia, y así lo demostró al dejar caer de sus brazos una larga cadena con una bola de púas en el extremo, pero no solo eso, de sus brazos se deslizaban algunas chispas de electricidad que recorrían toda la cadena hasta llegar a la punta donde terminaban de explotar las chispas relampagueantes, y se ponía peor, no era solo eso, el mismo sujeto era capaz de mover la cadena con telequinesis y dirigirla a su antojo - Ha terminado el calentamiento, ahora si habrá una verdadera batalla - Dijo destino mientras se preparaba para la siguiente fase, se encontraba bastante emocionado y sentía que renacían sus deseos de continuar.
La escena que siguió al ataque del sujeto fue realmente espeluznante, sin embargo, había despertado en los ojos del elfo su antiguo interés bélico, estaba cansado de huir, al menos de momento, tenía la opción de luchar y dejar salir toda la furia que hasta entonces había tenido que controlar - Encárgate tú de ese, antes de que se escape a buscar a sus amigos - Fueron más que suficientes palabras para activar a Destino que se abalanzó sobre el otro sujeto que intimidado apenas logró sacar su espada pero no a tiempo para evitar ser alcanzado por el elfo que con su guante apretó el brazo del pobre hombre incrustando las garras en la piel hasta hacer una lluvia de sangre sobre el pecho y rostro del mismo sujeto que acabó por soltar su espada - Destino te enseñará a usar tu espada - Dijo el elfo mientras velozmente tomaba la espada sin dejarla caer al piso y en delicados giros hacía una serie de cortes sucesivos a la piel del hombre que veía negadas sus posibilidades de caer al piso mientras era brutalmente cortado por su propia espada en manos de Destino.
Finalmente el pelinegro acabó por hacer un fuerte giro que arrancó la cabeza del hombre para luego clavarle la espada en el pecho y patear el cadáver inmóvil al piso - En su intento de detener a un monstruo, han creado uno peor - Dijo el elfo mientras se acercaba al resto de sujetos con una mirada sádica y un deseo de pelear como no había sentido en mucho tiempo, sin embargo el siguiente objetivo sería un poco diferente, en éste sí parecía haber algo de magia, y así lo demostró al dejar caer de sus brazos una larga cadena con una bola de púas en el extremo, pero no solo eso, de sus brazos se deslizaban algunas chispas de electricidad que recorrían toda la cadena hasta llegar a la punta donde terminaban de explotar las chispas relampagueantes, y se ponía peor, no era solo eso, el mismo sujeto era capaz de mover la cadena con telequinesis y dirigirla a su antojo - Ha terminado el calentamiento, ahora si habrá una verdadera batalla - Dijo destino mientras se preparaba para la siguiente fase, se encontraba bastante emocionado y sentía que renacían sus deseos de continuar.
Destino
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Re: [Cerrado] Escape de la isla [Interpretativo-Libre]
Los que no habían probado jamás la sangre nunca sabrían lo que esta supone para el organismo. Sí, todos la llevan dentro, ¿pero qué se siente cuando succionas sangre ajena? No es como cuando te lames la sangre de una herida o te muerdes la lengua, no es un sabor agrio al probar la tuya propia, para nada. El éxtasis que daba arrebatar la vida de una persona a través de algo tan simple y hermoso como lo era aquel manjar carmesí era inimaginable, la sensación de tener poder absoluto solo por dar un mordisco. Erzsébeth se hallaba en un vaivén de emociones, pasando desde la ira más profunda hasta la felicidad más excitante, una vez succionó y no salió más, tiró el cadáver al suelo, limpiándose la boca con los guantes. Ahora se hallaba en un estado tan activo que podría arrancarle la cabeza a un dragón.
Cuando alzó la mirada abrió los ojos como platos, se encontró con la faceta más oculta de Destino. Tampoco es que lo conozca demasiado, pero, ¡qué cambio!, pensó, mientras observaba cómo el elfo bailaba con las sombras, cómo era capaz de desgarrar a aquel humano como su fuese un trozo de carne endeble sin resistencia alguna. Una lluvia de sangre sacudía la arena y salpicaba, a su vez, al vampiro, que en aquella danza de sangre y vísceras ya no podía contener sus ansias de batalla. Una vez Destino hubo acabado con su presa arrancándole la cabeza y clavándole su propia espada, corrió hacia una tercera figura que había quedado en medio del camino, aprovechó para registrar los bolsillos de los cadáveres en pocos segundos. No encontró identificación alguna, aún sabía sin conocer el motivo por el cuál perseguían al elfo, pero eso poco importaba. En unos instantes tendrían mucho tiempo para hablar.
Se levantó y vio en la lejanía cómo unas chispas azules brotaban del individuo al que se enfrentaba Destino. No sería un problema para el elfo sino fuese porque los sucios de sus compañeros habían empezado a avanzar sigilosamente hacia él, uno de ellos intentando colocarse a su espalda mientras que el otro caminaba en círculos hablando en un idioma extraño. Erzsébeth rió por lo bajo y comenzó su carrera hacia la figura traicionera, ya que le había dado la espalda a él poniéndose tras Destino, con rapidez y sin ser visto se colocó justo en la espalda del individuo. Mientras Destino parecía ajeno al asunto, el vampiro vio cómo el que daba vueltas empezaba a crear llamas entre sus dedos y apuntaba hacia su compañero. Comprendió que se trataba de una bola ígnea que iba a disparar contra el elfo, así que rápidamente agarró al otro sicario por el cuello con su daga, inmovilizándolo cogiendo ambos de sus brazos con el brazo que le había quedado libre.
—Lo que yo te haría sería menos doloroso —musitó, a la vez que corría con el peso muerto hacia la trayectoria de la bola de fuego— pero no sería tan divertido. Una vez llegó a la posición frente a Destino, la bola de fuego salió de la mano del mago y el sicario ardió. Erzsébeth se despegó de él enseguida para que no le afectasen las llamas, y el pobre hombre echó a rodar a la arena, siendo inútil. Las intensidades del fuego mágico no eran como las naturales, o eso parecía. A los pocos segundos dejó de resistirse y se rindió ante la muerte. El mago maldijo por lo bajo y miró a su compañero, tomando una postura amenazante contra el vampiro.
—Ya que has empezado, te quedas con el chispitas —dijo a Destino, mientras esquivaba un fogonazo a traición enviado por el mago—. Estos malditos magos no son de fiar. Aprovechó una vez más las sombras para intentar ocultarse, mas había tanta luz a causa de las llamas y los destellos que le fue una tarea imposible. Esquivó bolas de fuego por un lado, bolas de fuego por otro, hasta que por fin, en parte gracias a la adrenalina que estaba experimentando por haber comido hacía tan poco, pudo encontrar la posición perfecta para ponerse a espaldas de su agresor. Con un giro esquivó el último ataque, dando una voltereta hacia adelante entre las piernas del mago y, con gracia y soltura se colocó a su espalda; daga en mano y sonrisa burlona dibujada en sus labios.
—¿Adivinas lo que viene ahora? —dijo, clavando la punta de su daga en el cuello del ahora inofensivo mago.
Cuando alzó la mirada abrió los ojos como platos, se encontró con la faceta más oculta de Destino. Tampoco es que lo conozca demasiado, pero, ¡qué cambio!, pensó, mientras observaba cómo el elfo bailaba con las sombras, cómo era capaz de desgarrar a aquel humano como su fuese un trozo de carne endeble sin resistencia alguna. Una lluvia de sangre sacudía la arena y salpicaba, a su vez, al vampiro, que en aquella danza de sangre y vísceras ya no podía contener sus ansias de batalla. Una vez Destino hubo acabado con su presa arrancándole la cabeza y clavándole su propia espada, corrió hacia una tercera figura que había quedado en medio del camino, aprovechó para registrar los bolsillos de los cadáveres en pocos segundos. No encontró identificación alguna, aún sabía sin conocer el motivo por el cuál perseguían al elfo, pero eso poco importaba. En unos instantes tendrían mucho tiempo para hablar.
Se levantó y vio en la lejanía cómo unas chispas azules brotaban del individuo al que se enfrentaba Destino. No sería un problema para el elfo sino fuese porque los sucios de sus compañeros habían empezado a avanzar sigilosamente hacia él, uno de ellos intentando colocarse a su espalda mientras que el otro caminaba en círculos hablando en un idioma extraño. Erzsébeth rió por lo bajo y comenzó su carrera hacia la figura traicionera, ya que le había dado la espalda a él poniéndose tras Destino, con rapidez y sin ser visto se colocó justo en la espalda del individuo. Mientras Destino parecía ajeno al asunto, el vampiro vio cómo el que daba vueltas empezaba a crear llamas entre sus dedos y apuntaba hacia su compañero. Comprendió que se trataba de una bola ígnea que iba a disparar contra el elfo, así que rápidamente agarró al otro sicario por el cuello con su daga, inmovilizándolo cogiendo ambos de sus brazos con el brazo que le había quedado libre.
—Lo que yo te haría sería menos doloroso —musitó, a la vez que corría con el peso muerto hacia la trayectoria de la bola de fuego— pero no sería tan divertido. Una vez llegó a la posición frente a Destino, la bola de fuego salió de la mano del mago y el sicario ardió. Erzsébeth se despegó de él enseguida para que no le afectasen las llamas, y el pobre hombre echó a rodar a la arena, siendo inútil. Las intensidades del fuego mágico no eran como las naturales, o eso parecía. A los pocos segundos dejó de resistirse y se rindió ante la muerte. El mago maldijo por lo bajo y miró a su compañero, tomando una postura amenazante contra el vampiro.
—Ya que has empezado, te quedas con el chispitas —dijo a Destino, mientras esquivaba un fogonazo a traición enviado por el mago—. Estos malditos magos no son de fiar. Aprovechó una vez más las sombras para intentar ocultarse, mas había tanta luz a causa de las llamas y los destellos que le fue una tarea imposible. Esquivó bolas de fuego por un lado, bolas de fuego por otro, hasta que por fin, en parte gracias a la adrenalina que estaba experimentando por haber comido hacía tan poco, pudo encontrar la posición perfecta para ponerse a espaldas de su agresor. Con un giro esquivó el último ataque, dando una voltereta hacia adelante entre las piernas del mago y, con gracia y soltura se colocó a su espalda; daga en mano y sonrisa burlona dibujada en sus labios.
—¿Adivinas lo que viene ahora? —dijo, clavando la punta de su daga en el cuello del ahora inofensivo mago.
Bathory
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Re: [Cerrado] Escape de la isla [Interpretativo-Libre]
Acabar con los enemigos había sido sencillo hasta ahora, pero ya se tornaría más difícil, ahora eran brujos con poderosos ataques de fuego, gracias a la oportuna intervención de la vampiresa, el elfo consiguió enfocarse en el otro sujeto que parecía realmente intimidante, era grande y lento, aunque sus golpes parecían realmente peligrosos por el tamaño de los puños, Destino avanzaba a saltos intentando acercarse pero el sujeto tenía una gran destreza con el uso de su cadena y aunque el elfo evadía con gracia los ataques, uno de ellos le alcanzó una pierna mientras deba un salto, el elfo contempló la escena casi en cámara lenta mientras una ráfaga de electricidad se desplazaba velozmente por la cadena hasta llegar a su pierna, afortunadamente el contacto fue muy corto y la descarga no llegó a impactar con todo el potencial.
Destino giró su cuerpo en el aire para caer de pie a unos metros del hombre y de inmediato dio un salto hacia atrás para evitar ser alcanzado por la cadena que de nuevo se lanzaba al ataque, necesitaría ser más rápido para poder acercarse, su compañera parecía muy ocupada como para pedirle ayuda, por ahora debía ingeniárselas solo, así que por ahora, su mejor opción sería tratar de usar sus desaparecidos poderes, se concentró para comenzar a sentir el maná cercano y posteriormente absorberlo, ahora debía mantener la concentración para sostener dicha habilidad y al mismo tiempo dar saltos para esquivar la cadena que seguía teniendo una precisión admirable.
En un momento la amenaza no venía dada solamente por la fuerza y velocidad de la cadena, sino que además, el brujo parecía usar su telequinesis para controlar la trayectoria de la cadena, Destino vio su oportunidad cuando el adversario lanzó la cadena en línea recta hacia él, con su velocidad podría correr de frente y esquivar la cadena en el momento adecuado, entonces el brujo quedaría vulnerable, emprendió entonces una vertiginosa carrera y cuando la cadena estaba cerca se agachó un poco y cambió de dirección hacia la derecha para luego levantar su brazo izquierdo y desviar un poco la cadena con su guante metálico, había salido según el plan, pero al estar más cerca pudo notar como una cadena que antes no había notado se despegaba del otro brazo del brujo y se lanzaba contra el inofensivo elfo, saltó hacia un lado y luego hacia el otro esquivando la nueva cadena sin notar que la otra se acercaba hasta que ya fue muy tarde y la cadena se enrollo alrededor de su cuello para luego dejar salir una potente descarga que a mitad de camino se desvaneció.
El brujo contempló la situación un poco indignado, no podía entender lo que sucedía, pero Destino sí lo sabía, había estado absorbiendo el maná cercano, por lo que los poderes del brujo eran lentamente anulados, el enemigo comenzaba a desesperarse lanzando una y otra vez sus descargas que desaparecían antes de llegar a la mitad de su camino, eso lo hizo perder el control de la cadena unos instantes dando tiempo a Destino para liberarse de la cadena, pero ahora el brujo estaba más furioso - ¿Qué me has hecho? - Gritó furioso al tiempo que le arrojaba ambas cadenas con toda su fuerza estrellándolas contra el piso mientras el elfo se lanzaba hacia un lado, solo era cuestión de esperar un poco más y el brujo acabaría vencido por agotamiento...
Destino giró su cuerpo en el aire para caer de pie a unos metros del hombre y de inmediato dio un salto hacia atrás para evitar ser alcanzado por la cadena que de nuevo se lanzaba al ataque, necesitaría ser más rápido para poder acercarse, su compañera parecía muy ocupada como para pedirle ayuda, por ahora debía ingeniárselas solo, así que por ahora, su mejor opción sería tratar de usar sus desaparecidos poderes, se concentró para comenzar a sentir el maná cercano y posteriormente absorberlo, ahora debía mantener la concentración para sostener dicha habilidad y al mismo tiempo dar saltos para esquivar la cadena que seguía teniendo una precisión admirable.
En un momento la amenaza no venía dada solamente por la fuerza y velocidad de la cadena, sino que además, el brujo parecía usar su telequinesis para controlar la trayectoria de la cadena, Destino vio su oportunidad cuando el adversario lanzó la cadena en línea recta hacia él, con su velocidad podría correr de frente y esquivar la cadena en el momento adecuado, entonces el brujo quedaría vulnerable, emprendió entonces una vertiginosa carrera y cuando la cadena estaba cerca se agachó un poco y cambió de dirección hacia la derecha para luego levantar su brazo izquierdo y desviar un poco la cadena con su guante metálico, había salido según el plan, pero al estar más cerca pudo notar como una cadena que antes no había notado se despegaba del otro brazo del brujo y se lanzaba contra el inofensivo elfo, saltó hacia un lado y luego hacia el otro esquivando la nueva cadena sin notar que la otra se acercaba hasta que ya fue muy tarde y la cadena se enrollo alrededor de su cuello para luego dejar salir una potente descarga que a mitad de camino se desvaneció.
El brujo contempló la situación un poco indignado, no podía entender lo que sucedía, pero Destino sí lo sabía, había estado absorbiendo el maná cercano, por lo que los poderes del brujo eran lentamente anulados, el enemigo comenzaba a desesperarse lanzando una y otra vez sus descargas que desaparecían antes de llegar a la mitad de su camino, eso lo hizo perder el control de la cadena unos instantes dando tiempo a Destino para liberarse de la cadena, pero ahora el brujo estaba más furioso - ¿Qué me has hecho? - Gritó furioso al tiempo que le arrojaba ambas cadenas con toda su fuerza estrellándolas contra el piso mientras el elfo se lanzaba hacia un lado, solo era cuestión de esperar un poco más y el brujo acabaría vencido por agotamiento...
- El tipo de las cadenas:
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Última edición por Destino el Sáb Jul 25 2015, 23:15, editado 2 veces
Destino
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Re: [Cerrado] Escape de la isla [Interpretativo-Libre]
Limpio, rápido y eficaz. Esas tres palabras definían a la perfección el corte que había propinado Erzsébeth a la que esperaba fuese la última víctima de la noche, había deslizado su daga con la delicadeza que caracterizaba a sus trabajos; lo bueno de sus armas era que poseían un filo tan extremadamente bueno que apenas debía hacer presión sobre la carne para rasgarla como si fuera gelatina. Y ahora la sangre brotaba del cuello del brujo, quien llevaba las manos a su garganta con estúpida fe de detener la hemorragia que acabaría con su vida pasados unos minutos. Cayó de rodillas al suelo, gritos ahogados salían de sus labios. Erzsébeth no aguantaba toda esa cantinela, le dio una patada en la espalda y dejó que la herida hiciese el resto, pero en silencio.
Cuando se giró por poco le da un ataque, vio a Destino envuelto alrededor de su cuello por unas cadenas del mago, pero algo había cambiado. Ya no veía tantas chispas, y el mago se veía tan confuso como él contemplando la escena. Destino pudo liberarse con cierta facilidad, y al parecer le había provocado enérgicamente, ya que estaba atacándole con más ira, más precipitadamente... con muchos, muchos más errores. Y las batallas se ganan más por los errores del enemigo que por nuestros propios aciertos. Erzsébeth consideró que su ayuda no era necesaria, así que corrió descalzo con los tacones en la mano hacia la orilla, donde descansaban a merced de la marea las embarcaciones.
Empezó a escudriñar cada uno de los barcos. Un buque negro se alzaba al principio, era el más inmenso de todos. Se metió en el agua para inspeccionar si había algún símbolo o marca que identificase al susodicho, pero nada. A este paso jamás encontraría una pista que le descifrase a Destino. Con el agua por las rodillas, decidió seguir inspeccionando embarcaciones metido en el mar, aunque sin perder de vista la batalla que su compañero estaba teniendo. Cuando consiguió dar la vuelta al barco, se topó de bruces con un anciano alto y pelirrojo que le miraba con ojos cansados e iracundos. Le hizo un gesto para que guardase silencio, apartó al vampiro de su camino con un gran bastón y siguió su recorrido. Al parecer el viejo también estaba buscando algo en aquellos barcos, pero no tenía tiempo de interrogarle.
Bingo. Una pequeña barca atada a un poste, cabían tirando por lo alto tres personas y parecía segura. Se montó en ella para comprobar que no hubiese ningún agujero o algo por el estilo y que los remos estuviesen en condiciones para usarse. Todo estaba bien. Bajó del barco con sigilo y vio cómo la figura del anciano penetraba en el gran buque del inicio de la playa. Este viejo no puede tramar nada bueno, pensó, pero ellos tampoco hacían nada prometedor. Erzsébeth se dirigió de nuevo a la playa para buscar a su compañero y poder irse por fin de aquel lugar.
Cuando se giró por poco le da un ataque, vio a Destino envuelto alrededor de su cuello por unas cadenas del mago, pero algo había cambiado. Ya no veía tantas chispas, y el mago se veía tan confuso como él contemplando la escena. Destino pudo liberarse con cierta facilidad, y al parecer le había provocado enérgicamente, ya que estaba atacándole con más ira, más precipitadamente... con muchos, muchos más errores. Y las batallas se ganan más por los errores del enemigo que por nuestros propios aciertos. Erzsébeth consideró que su ayuda no era necesaria, así que corrió descalzo con los tacones en la mano hacia la orilla, donde descansaban a merced de la marea las embarcaciones.
Empezó a escudriñar cada uno de los barcos. Un buque negro se alzaba al principio, era el más inmenso de todos. Se metió en el agua para inspeccionar si había algún símbolo o marca que identificase al susodicho, pero nada. A este paso jamás encontraría una pista que le descifrase a Destino. Con el agua por las rodillas, decidió seguir inspeccionando embarcaciones metido en el mar, aunque sin perder de vista la batalla que su compañero estaba teniendo. Cuando consiguió dar la vuelta al barco, se topó de bruces con un anciano alto y pelirrojo que le miraba con ojos cansados e iracundos. Le hizo un gesto para que guardase silencio, apartó al vampiro de su camino con un gran bastón y siguió su recorrido. Al parecer el viejo también estaba buscando algo en aquellos barcos, pero no tenía tiempo de interrogarle.
Bingo. Una pequeña barca atada a un poste, cabían tirando por lo alto tres personas y parecía segura. Se montó en ella para comprobar que no hubiese ningún agujero o algo por el estilo y que los remos estuviesen en condiciones para usarse. Todo estaba bien. Bajó del barco con sigilo y vio cómo la figura del anciano penetraba en el gran buque del inicio de la playa. Este viejo no puede tramar nada bueno, pensó, pero ellos tampoco hacían nada prometedor. Erzsébeth se dirigió de nuevo a la playa para buscar a su compañero y poder irse por fin de aquel lugar.
Bathory
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Re: [Cerrado] Escape de la isla [Interpretativo-Libre]
La arena salpicaba con cada golpe de las cadenas al suelo, lluvias de ataques horizontales, verticales, diagonales y de todas direcciones intentaban alcanzar al elfo, logrando algunos ataques golpearle aunque se cubría con los brazos, el brujo se veía agotado, ya era incapaz de usar su elemento de electricidad pero su telequinesis aún no lo abandonaba, faltaba más, solo un poco más, Destino casi danzaba alrededor del oponente formando círculos para mantener la misma distancia a pesar de estar en movimiento, al estar de frente hacia la playa pudo ver a su compañera buscando entre los barcos de la orilla, sin duda era lo mejor que podría hacer, necesitaban salir de la isla lo más pronto posible.
El momento de distracción casi le cuesta caro, pues una estocada de la cadena se dirigía directo a su pecho y apenas logró mover su brazo izquierdo para bloquear la trayectoria de la cadena con su guante de metal pero tras eso, una segunda cadena venía en su dirección y aunque se apartó hacia la izquierda para evitar la afilada punta, el resto de la cadena se arrastró por su cuello causándole una herida por causa de la fricción, sin embargo eso no sería todo, ambas cadenas venían de regreso a modo de gancho en un ataque que casi le cuesta la cabeza al elfo, por suerte consiguió agacharse de prisa, aunque no por habilidad y destreza sobrenatural, sino por el dolor que le había causado la herida en el cuello.
Sin duda, el ataque del brujo había sido devastador, pero había agotado todo lo que le quedaba, su potencial mágico había sido reducido a cero y tan solo podría mover las cadenas usando su habilidad y las fuerzas físicas fundamentales como la gravedad y la fuerza centrífuga, sin embargo, aún sin magia era un oponente formidable.
Era el momento justo para un oportuno ataque contra el brujo, Destino avanzó de prisa mientras el brujo lanzaba un ataque con cadenas que el elfo logró interceptar con sus manos, y tras girarla un par de veces la arrojó de regreso contra el brujo, la otra cadena también fue interceptada por el pelinegro que la llevó consigo en una rápida carrera, aprovechando el momento en que el brujo esquivaba su propia cadena, el elfo se posicionó frente a él usando su guante de metal para cortar el cuello del brujo en una herida similar a la que le había recibido el elfo anteriormente, luego, usó la cadena para rodear el cuello del brujo colocándose a su espalda de un acrobático salto y haló la cadena hacia atrás mientras colocaba un pie en la espalda del brujo y lo empujaba hasta llevarlo al suelo, apenas unos instantes pasaron hasta que el brujo dejó de respirar, la batalla por fin había terminado.
Destino se agachó un poco agotado por la dura batalla y llevó su mano a la herida concentrándose hasta comenzar a sanarla, no era una herida grave así que no le tomó mucho tiempo, pero sí que le había causado agotamiento, y de no ser por la constante absorción de maná, no habría logrado resistir toda la pelea; finalmente se caminó en dirección a Bath notando también a un extraño sujeto se acercaba hasta entrar a un buque al inicio de la playa - Y aún no termina - Dijo el elfo mientras continuaba su camino esperando reunirse pronto con la vampiresa.
El momento de distracción casi le cuesta caro, pues una estocada de la cadena se dirigía directo a su pecho y apenas logró mover su brazo izquierdo para bloquear la trayectoria de la cadena con su guante de metal pero tras eso, una segunda cadena venía en su dirección y aunque se apartó hacia la izquierda para evitar la afilada punta, el resto de la cadena se arrastró por su cuello causándole una herida por causa de la fricción, sin embargo eso no sería todo, ambas cadenas venían de regreso a modo de gancho en un ataque que casi le cuesta la cabeza al elfo, por suerte consiguió agacharse de prisa, aunque no por habilidad y destreza sobrenatural, sino por el dolor que le había causado la herida en el cuello.
Sin duda, el ataque del brujo había sido devastador, pero había agotado todo lo que le quedaba, su potencial mágico había sido reducido a cero y tan solo podría mover las cadenas usando su habilidad y las fuerzas físicas fundamentales como la gravedad y la fuerza centrífuga, sin embargo, aún sin magia era un oponente formidable.
Era el momento justo para un oportuno ataque contra el brujo, Destino avanzó de prisa mientras el brujo lanzaba un ataque con cadenas que el elfo logró interceptar con sus manos, y tras girarla un par de veces la arrojó de regreso contra el brujo, la otra cadena también fue interceptada por el pelinegro que la llevó consigo en una rápida carrera, aprovechando el momento en que el brujo esquivaba su propia cadena, el elfo se posicionó frente a él usando su guante de metal para cortar el cuello del brujo en una herida similar a la que le había recibido el elfo anteriormente, luego, usó la cadena para rodear el cuello del brujo colocándose a su espalda de un acrobático salto y haló la cadena hacia atrás mientras colocaba un pie en la espalda del brujo y lo empujaba hasta llevarlo al suelo, apenas unos instantes pasaron hasta que el brujo dejó de respirar, la batalla por fin había terminado.
Destino se agachó un poco agotado por la dura batalla y llevó su mano a la herida concentrándose hasta comenzar a sanarla, no era una herida grave así que no le tomó mucho tiempo, pero sí que le había causado agotamiento, y de no ser por la constante absorción de maná, no habría logrado resistir toda la pelea; finalmente se caminó en dirección a Bath notando también a un extraño sujeto se acercaba hasta entrar a un buque al inicio de la playa - Y aún no termina - Dijo el elfo mientras continuaba su camino esperando reunirse pronto con la vampiresa.
Destino
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Re: [Cerrado] Escape de la isla [Interpretativo-Libre]
Desde la orilla, mojado hasta las rodillas y muerto de frío, el vampiro no podía dejar de apreciar los gráciles y mortíferos movimientos de aquel engreído elfo que se hacía llamar Destino. Era completamente una danza con la oscuridad, una batalla incesante con las sombras, tan maravillosos los movimientos, tan delicados y potentes. Aunque el brujo a veces parecía tomarle ventaja, no era más que una ilusión, ya que el elfo rápidamente recobraba su posición y sin siquiera administrar un solo golpe agotaba al misterioso brujo. Tenía una forma de pelear distinta. Algo le hacía diferente a cualquier otra persona a la que Erzsébeth hubiese visto pelear, incluso cuando a veces se enervaba, perdía la sutileza y cogía troncos gigantes del suelo para defenderse. Observar cómo cambiaba las tornas de un segundo al otro era magnífico.
Una vez el elfo acabó con la vida del mago con sus propias armas, el vampiro decidió esperarle en mitad de la playa, ya que él también había empezado un avance hacia su figura. El cazador noctívago dio unos pequeños aplausos, dando su sincera enhorabuena por sus capacidades tan sanguinarias que tan poca justicia le hacían a aquella cara inofensiva. Le señaló la pequeña barca que se encontraba en la orilla y corrió en su busca. Pero algo no iba bien.
El mar estaba agitado, la espuma brotaba del agua como si estuviera poseída, las olas chocaban contra los inmensos navíos mientras estos crujían y se resentían. Hacía tan solo unos minutos el mar estaba en total calma, ¿cómo podía haber cambiado el tiempo tan repentinamente? Se acordó del viejo que había visto. Dirigió su mirada al gran buque del color del carbón, y apreció que una pequeña luz salía de la proa.
Remangándose el vestido se acercó con lentitud, pero sin descanso, hasta que se topó de bruces con dos encapuchados haciendo gestos y balbuceando. No tuvo tiempo de sacar sus dagas cuando una ola le golpeó en toda la cara, haciendo que perdiese el equilibrio y tirándolo hacia atrás varios metros. Sacó la cabeza del agua y escupió; ahora la boca le sabía amargamente a sangre y sal. Era una mezcla muy extraña y no quería repetirla. Buscó al elfo y le hizo un gesto para que entrase al agua.
—¡ODIO A LOS BRUJOS! —dijo, y se irguió como pudo, sacando las dagas. Uno de los magos avanzó con rapidez, al parecer tenía tan dominada el agua del mar que podía moverse mucho más rápido que el vampiro. Pero eso no sería un problema cuando lo tuviera justo en frente. El mago utilizó sus inverosímiles poderes para crear una especie de látigos acuáticos, los cuales impactaban una y otra vez en la superficie marina intentando alcanzar al vampiro. Pensando que solo sería un breve escozor, dejó que uno de los látigos le golpease en el hombro.
Craso error. El hombro del cazador empezó a supurar, y un dolor agudo le recorrió la espalda. Soltó un grito ahogado y tosió, expulsando todavía más agua. Se llevó una mano al hombro y maldijo por lo bajo.
—No te dejes tocar por esas cosas —gritó al elfo, sin mirarlo, estando seguro de que el otro brujo iría sin dudar un instante hacia él— no es agua normal. ¡Aagh! ¿Quién os dio el poder de ser tan insufribles? —y avanzó hacia el brujo, esquivando latigazos y dando golpes al aire, en una lucha que al parecer iba a tomar su tiempo.
Una vez el elfo acabó con la vida del mago con sus propias armas, el vampiro decidió esperarle en mitad de la playa, ya que él también había empezado un avance hacia su figura. El cazador noctívago dio unos pequeños aplausos, dando su sincera enhorabuena por sus capacidades tan sanguinarias que tan poca justicia le hacían a aquella cara inofensiva. Le señaló la pequeña barca que se encontraba en la orilla y corrió en su busca. Pero algo no iba bien.
El mar estaba agitado, la espuma brotaba del agua como si estuviera poseída, las olas chocaban contra los inmensos navíos mientras estos crujían y se resentían. Hacía tan solo unos minutos el mar estaba en total calma, ¿cómo podía haber cambiado el tiempo tan repentinamente? Se acordó del viejo que había visto. Dirigió su mirada al gran buque del color del carbón, y apreció que una pequeña luz salía de la proa.
Remangándose el vestido se acercó con lentitud, pero sin descanso, hasta que se topó de bruces con dos encapuchados haciendo gestos y balbuceando. No tuvo tiempo de sacar sus dagas cuando una ola le golpeó en toda la cara, haciendo que perdiese el equilibrio y tirándolo hacia atrás varios metros. Sacó la cabeza del agua y escupió; ahora la boca le sabía amargamente a sangre y sal. Era una mezcla muy extraña y no quería repetirla. Buscó al elfo y le hizo un gesto para que entrase al agua.
—¡ODIO A LOS BRUJOS! —dijo, y se irguió como pudo, sacando las dagas. Uno de los magos avanzó con rapidez, al parecer tenía tan dominada el agua del mar que podía moverse mucho más rápido que el vampiro. Pero eso no sería un problema cuando lo tuviera justo en frente. El mago utilizó sus inverosímiles poderes para crear una especie de látigos acuáticos, los cuales impactaban una y otra vez en la superficie marina intentando alcanzar al vampiro. Pensando que solo sería un breve escozor, dejó que uno de los látigos le golpease en el hombro.
Craso error. El hombro del cazador empezó a supurar, y un dolor agudo le recorrió la espalda. Soltó un grito ahogado y tosió, expulsando todavía más agua. Se llevó una mano al hombro y maldijo por lo bajo.
—No te dejes tocar por esas cosas —gritó al elfo, sin mirarlo, estando seguro de que el otro brujo iría sin dudar un instante hacia él— no es agua normal. ¡Aagh! ¿Quién os dio el poder de ser tan insufribles? —y avanzó hacia el brujo, esquivando latigazos y dando golpes al aire, en una lucha que al parecer iba a tomar su tiempo.
Bathory
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Re: [Cerrado] Escape de la isla [Interpretativo-Libre]
Justo cuando el elfo pensaba que todo había terminado acabó por descubrir con algo de frustración que la batalla continuaría otro tanto más, la vampira se encontraba en el agua y fue sorprendida por un nuevo enemigo, ésta vez un brujo que podía controlar el agua, Destino entendió que debía ir rápido a donde la chica se encontraba para poder socorrerla y enfrentar juntos a la nueva amenaza, pero antes de llegar, otro brujo se cruzó en su camino, no dejaban de aparecer unos tras otros, el nuevo también parecía poder controlar el agua, pero no solo eso, sino que además podía convertirla en afilados trozos de hielo, y si eso no era suficiente, los controlaba hábilmente con telequinesis, o al menos eso era lo que el elfo descubriría al enfrentarlo.
En su carrera, el elfo fue brutalmente detenido al ver como aquel brujo salido casi de la nada, se rodeaba por una masa de agua que buscaba tomar la forma de una serpiente, sin embargo, eso había sido solo para llamar la atención, sin decir una palabra el brujo alzó su mano, tras lo cual la serpiente se elevó para luego romperse en pequeños pedazos cuando el brujo cerró el puño, Destino observaba atento como los restos de la serpiente dejaban ya de ser agua y comenzaban a endurecerse hasta terminar haciendo largas y afiladas estacas de hielo que se vendrían abajo en dirección al pelinegro cuando el brujo bajó su brazo trayendo hacia el suelo todos esas filosas y heladas estacas de hielo.
Los ojos de Destino se agrandaron sorprendidos mientras solo observaba la lluvia de hielo que se dirigía hacia él; muchos pedazos de hielo eran pequeños, sus impactos no serían más que pequeños piquetes de agujas, pero otros en cambio eran incluso más gruesos que la espada del elfo; no sería nada bueno dejarse alcanzar así que finalmente logró saltar hacia un lado esquivando algunas de las estacas, sin embargo, el ataque no había terminado y al alzar la vista pudo notar que las filosas armas cambiaban su rumbo en el aire para perseguirlo - Telequinesis - Murmuró Destino para sí mismo mientras daba un salto hacia la izquierda que acabaría en una voltereta sobre el suelo para luego levantarse de prisa y dar un rápido salto hacia atrás para evitar los próximos ataques.
Si el sujeto de las cadenas había sido difícil, éste no se quedaría atrás, de momento acercarse no era una opción, por lo que debería darse prisa en encontrar otro método antes de ser aniquilado; aunque de momento el elfo lograba esquivar los ataques con gran elegancia, el brujo comenzaba a perder la paciencia, por lo que hizo que una gran masa de agua saliera flotando de la playa que la tenía bastante cerca y repentinamente la hizo estallar en cientos de pequeñas gotas que transformó rápidamente en pequeñas agujas, las cuales cayeron en picada, no solo hacia el elfo, sino también hacia toda el área donde se encontraba, por más gracia que tuviera, o velocidad, evadir ese ataque era virtualmente imposible, Destino observó la situación pensando rápidamente en una solución para salir vivo de ese problema.
En su carrera, el elfo fue brutalmente detenido al ver como aquel brujo salido casi de la nada, se rodeaba por una masa de agua que buscaba tomar la forma de una serpiente, sin embargo, eso había sido solo para llamar la atención, sin decir una palabra el brujo alzó su mano, tras lo cual la serpiente se elevó para luego romperse en pequeños pedazos cuando el brujo cerró el puño, Destino observaba atento como los restos de la serpiente dejaban ya de ser agua y comenzaban a endurecerse hasta terminar haciendo largas y afiladas estacas de hielo que se vendrían abajo en dirección al pelinegro cuando el brujo bajó su brazo trayendo hacia el suelo todos esas filosas y heladas estacas de hielo.
Los ojos de Destino se agrandaron sorprendidos mientras solo observaba la lluvia de hielo que se dirigía hacia él; muchos pedazos de hielo eran pequeños, sus impactos no serían más que pequeños piquetes de agujas, pero otros en cambio eran incluso más gruesos que la espada del elfo; no sería nada bueno dejarse alcanzar así que finalmente logró saltar hacia un lado esquivando algunas de las estacas, sin embargo, el ataque no había terminado y al alzar la vista pudo notar que las filosas armas cambiaban su rumbo en el aire para perseguirlo - Telequinesis - Murmuró Destino para sí mismo mientras daba un salto hacia la izquierda que acabaría en una voltereta sobre el suelo para luego levantarse de prisa y dar un rápido salto hacia atrás para evitar los próximos ataques.
Si el sujeto de las cadenas había sido difícil, éste no se quedaría atrás, de momento acercarse no era una opción, por lo que debería darse prisa en encontrar otro método antes de ser aniquilado; aunque de momento el elfo lograba esquivar los ataques con gran elegancia, el brujo comenzaba a perder la paciencia, por lo que hizo que una gran masa de agua saliera flotando de la playa que la tenía bastante cerca y repentinamente la hizo estallar en cientos de pequeñas gotas que transformó rápidamente en pequeñas agujas, las cuales cayeron en picada, no solo hacia el elfo, sino también hacia toda el área donde se encontraba, por más gracia que tuviera, o velocidad, evadir ese ataque era virtualmente imposible, Destino observó la situación pensando rápidamente en una solución para salir vivo de ese problema.
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Re: [Cerrado] Escape de la isla [Interpretativo-Libre]
La pelea estaba siendo agotadora y no conseguía propinarle ni un solo golpe al mago. Erzsébeth lanzaba tajos al aire con sus dagas, mientras que el brujo lo esquivaba con una gracia impropia de la cara que tenía, una sonrisa perversa asomaba bajo la capucha burlonamente, a la vez que lanzaba latigazos en dirección al vampiro, pero él también era rápido y ningún látigo había vuelto a contactar con su piel. En la oscuridad siempre llevaba ventaja, pero no contra un objetivo que se movía tan ágil a través de la marea, como si sus pies perteneciesen al mar y se moviera al mismo son. Era desagradable.
Decidió mantener un poco de distancia e intentar atacar al brujo pillándolo por sorpresa. Saltó hacia atrás, sin apartar la mirada de su enemigo, y acompañado por un giro lanzó una de sus dagas hacia la frente del mago, con esperanzas de dejársela clavada en medio de las cejas. Para su no tan sorpresa, en el último segundo el mago hizo que los látigos se deshiciesen ante él y tomasen cierta solidez frente a su rostro, formando un escudo acuático invisible que el vampiro solo había sido capaz de ver en el momento en que la daga había chocado contra él, dicho escudo tan potente que había devuelto la daga con la fuerza del impacto, casi cortándole en un brazo a Erzsébeth cuando la agarró en el aire.
El escudo se deshizo en miles de gotitas que caían al rededor del brujo. Este rió y, moviendo las manos en círculos, hizo un pequeño torbellino que empezó a perseguir al vampiro. Estaba jugando con él antes de matarlo. Erzsébeth empezó a correr buscando al elfo y lo encontró en una situación muy similar a los pies de la orilla. El otro mago era capaz de tornar el agua en hielo, algo que al parecer el brujo al que ella se enfrentaba no era capaz de hacer. Siguió corriendo hacia Destino con cierto miedo por su vida debido a que el mago había llevado el agua muy, muy arriba, como con intenciones de hacer una lluvia de flechas... versión helada. Trágico, pensó el vampiro, y aunque el agua en aquellos instantes solo le llegaba por las rodillas, sintió cómo era arrastrado hasta el fondo del agua.
Picor. Calor. Insufrible. Eran las palabras que se dibujaban en su imaginación. Abrió los ojos bajo el agua para observar que uno de los látigos del brujo había atrapado su tobillo, había quemado su media hasta llegar a la carne y abrasarla. Esto no puede ser bueno, pensó el vampiro, llevándose las manos a la garganta. El aire se le estaba acabando y el látigo la arrastraba por la arena, seguramente a una muerte incluso peor que acabar ahogado. No podía permitírselo. Una vez estuvo lo suficientemente cerca del brujo como para verle los pies, giró sobre sí mismo para ponerse con la cara bajo las piernas del mismo. Sacó su daga y se la clavó en el muslo.
Incluso bajo el agua el grito que profirió el estúpido mago fue escuchado. El látigo se deshizo y Erzsébeth sacó la cabeza para tomar aire, bajó rápidamente y nadó hasta la orilla. El brujo la perseguía corriendo, era rápido, pero ella era lista. Destino estaba acorralado y la única forma de combatirlo era usando la magia de aquellos brujos en su contra. Salió hasta la arena, tenía al brujo pegado a su espalda, y el muy imbécil había salido también tras su busca.
—¡Fin del juego! —espetó él, lanzándole un látigo que desestabilizó al vampiro y le hizo morder la arena. Volvió a ver aferrado el mismo tobillo con otro látigo y gritó de dolor.
—Para todos, como no hagas algo... —señaló al cielo para que el brujo entendiese que se encontraban en el mismo área que Destino. A punto de ser acribillados por miles de esquirlas de hielo. El mago maldijo por lo bajo y, al verse falto de tiempo para impedir la acción de su compañero, arrastró buena parte del agua de la orilla y creó otro escudo que cubría todas las esquirlas. Estas cayeron y se quedaron clavadas en el mismo, y una vez se hubo destruido, el agua se evaporó bajo la luz de la luna. Habían fallado y estaban confusos, mirándose el uno al otro con un gesto de pánico. Era la oportunidad que estaba esperando.
Lanzó su otra daga al estómago del brujo con tanta rapidez que ni el mayor de los esfuerzos habría detenido su trayectoria. Este se llevó la mano a la barriga y tocó su sangre, mirándola asustado e inmóvil. Intentó mover los brazos, pero Erzsébeth ya estaba en pie dándole un puñetazo en la nariz. Creyó haberle roto el tabique, pero no era suficiente. Seguía en éxtasis. El brujo cayó al suelo y el vampiro encima de él, siguió propinándole puñetazos hasta arrancarle un par de dientes. Sacó la daga de su pierna y de su estómago, las lamió en la cara del moribundo hombre y rió.
—Necesitas más que esto para acabar conmigo, viejo —gritó, mirando al buque, que parecía a punto de zarpar—. ¿Sabía que no iban a lograrlo y por eso está huyendo...? No entendía la situación, pero la barca seguía dispuesta para cuando Destino acabase con el amigo del ya casi exangüe brujo.
Decidió mantener un poco de distancia e intentar atacar al brujo pillándolo por sorpresa. Saltó hacia atrás, sin apartar la mirada de su enemigo, y acompañado por un giro lanzó una de sus dagas hacia la frente del mago, con esperanzas de dejársela clavada en medio de las cejas. Para su no tan sorpresa, en el último segundo el mago hizo que los látigos se deshiciesen ante él y tomasen cierta solidez frente a su rostro, formando un escudo acuático invisible que el vampiro solo había sido capaz de ver en el momento en que la daga había chocado contra él, dicho escudo tan potente que había devuelto la daga con la fuerza del impacto, casi cortándole en un brazo a Erzsébeth cuando la agarró en el aire.
El escudo se deshizo en miles de gotitas que caían al rededor del brujo. Este rió y, moviendo las manos en círculos, hizo un pequeño torbellino que empezó a perseguir al vampiro. Estaba jugando con él antes de matarlo. Erzsébeth empezó a correr buscando al elfo y lo encontró en una situación muy similar a los pies de la orilla. El otro mago era capaz de tornar el agua en hielo, algo que al parecer el brujo al que ella se enfrentaba no era capaz de hacer. Siguió corriendo hacia Destino con cierto miedo por su vida debido a que el mago había llevado el agua muy, muy arriba, como con intenciones de hacer una lluvia de flechas... versión helada. Trágico, pensó el vampiro, y aunque el agua en aquellos instantes solo le llegaba por las rodillas, sintió cómo era arrastrado hasta el fondo del agua.
Picor. Calor. Insufrible. Eran las palabras que se dibujaban en su imaginación. Abrió los ojos bajo el agua para observar que uno de los látigos del brujo había atrapado su tobillo, había quemado su media hasta llegar a la carne y abrasarla. Esto no puede ser bueno, pensó el vampiro, llevándose las manos a la garganta. El aire se le estaba acabando y el látigo la arrastraba por la arena, seguramente a una muerte incluso peor que acabar ahogado. No podía permitírselo. Una vez estuvo lo suficientemente cerca del brujo como para verle los pies, giró sobre sí mismo para ponerse con la cara bajo las piernas del mismo. Sacó su daga y se la clavó en el muslo.
Incluso bajo el agua el grito que profirió el estúpido mago fue escuchado. El látigo se deshizo y Erzsébeth sacó la cabeza para tomar aire, bajó rápidamente y nadó hasta la orilla. El brujo la perseguía corriendo, era rápido, pero ella era lista. Destino estaba acorralado y la única forma de combatirlo era usando la magia de aquellos brujos en su contra. Salió hasta la arena, tenía al brujo pegado a su espalda, y el muy imbécil había salido también tras su busca.
—¡Fin del juego! —espetó él, lanzándole un látigo que desestabilizó al vampiro y le hizo morder la arena. Volvió a ver aferrado el mismo tobillo con otro látigo y gritó de dolor.
—Para todos, como no hagas algo... —señaló al cielo para que el brujo entendiese que se encontraban en el mismo área que Destino. A punto de ser acribillados por miles de esquirlas de hielo. El mago maldijo por lo bajo y, al verse falto de tiempo para impedir la acción de su compañero, arrastró buena parte del agua de la orilla y creó otro escudo que cubría todas las esquirlas. Estas cayeron y se quedaron clavadas en el mismo, y una vez se hubo destruido, el agua se evaporó bajo la luz de la luna. Habían fallado y estaban confusos, mirándose el uno al otro con un gesto de pánico. Era la oportunidad que estaba esperando.
Lanzó su otra daga al estómago del brujo con tanta rapidez que ni el mayor de los esfuerzos habría detenido su trayectoria. Este se llevó la mano a la barriga y tocó su sangre, mirándola asustado e inmóvil. Intentó mover los brazos, pero Erzsébeth ya estaba en pie dándole un puñetazo en la nariz. Creyó haberle roto el tabique, pero no era suficiente. Seguía en éxtasis. El brujo cayó al suelo y el vampiro encima de él, siguió propinándole puñetazos hasta arrancarle un par de dientes. Sacó la daga de su pierna y de su estómago, las lamió en la cara del moribundo hombre y rió.
—Necesitas más que esto para acabar conmigo, viejo —gritó, mirando al buque, que parecía a punto de zarpar—. ¿Sabía que no iban a lograrlo y por eso está huyendo...? No entendía la situación, pero la barca seguía dispuesta para cuando Destino acabase con el amigo del ya casi exangüe brujo.
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Re: [Cerrado] Escape de la isla [Interpretativo-Libre]
Las filosas y brillantes estacas adornaban el cielo con su brillante fulgor mientras el elfo observaba sin posibilidad alguna de escapar, fuera donde fuera las estacas irían contra él, era el fin, sin embargo al bajar la vista al frente pudo ver a la vampiresa correr hacia él mientras luchaba contra el otro brujo, al parecer era imposible ayudarse mutuamente para luchar contra ambos brujos, pero la rubia había diseñado un plan que al pelinegro jamás se le podría haber ocurrido, usar los poderes de los brujos, uno contra el otro, así que mientras uno dejaba caer el ataque de filosas estacas, el otro reaccionó creando un escudo que cortó el ataque inesperadamente, se habían salvado al menos de momento.
Los brujos se miraron entre ellos ante tan inesperado acontecimiento, momento que fue aprovechado por la rubia para atacar al primero de ellos, pero llamando la atención de ambos que intentarían arremeter contra ella, estaba muy enfocada en uno y no vería el ataque del segundo, pero Destino estaba muy lejos y no conseguiría llegar a tiempo, así que tomó la cadena que habían usado antes en su contra y tras girarla algunas veces la arrojó hasta engancharla en el cuello del brujo antes que pudiera lanzar el ataque y lo haló con fuerza para llevarlo al piso, pero el brujo no se rendiría tan fácil, mientras el elfo lo arrastraba por la arena halando la cadena, el mago puso su mano en los eslabones cercanos haciendo que se congelaran hasta romperse, aunque siguió en el piso recuperando el aliento luego de estar casi sofocado.
La punta de la cadena estaba rota y el elfo sería incapaz de usarla para atrapar al brujo de nuevo, pero al menos de momento podría usarla como látigo, comenzó a correr en círculos rodeando al brujo mientras le asestaba rápidos y precisos latigazos con la fría cadena, en la parte donde se había roto, habían quedado algunos filosos cristales de hielo que además de hacer peso en el extremo de la cadena, servían para hacer daño en cada impacto, lentamente el cuerpo del brujo comenzó a mostrar ligeras pero abundantes hemorragias sin que éste dejara de fabricar improvisadas y débiles estacas de hielo para lanzarlas hacia el elfo, al verlo más débil, Destino enrolló la cadena en su puño derecho y se lanzó hacia el oponente para golpearlo con toda su fuerza sumada a la dureza que la cadena le daba a su puño, consiguiendo impactar directamente al rostro del brujo para luego apretarle el cuello con el guante de su mano izquierda y halarlo rápidamente haciendo que las afiladas agujas de éste, cortaran el cuello del rival causando una indetenible hemorragia que acabó por llevarlo irremediablemente al suelo agonizando hasta morir.
Tras él, Destino también cayó de rodillas, se encontraba bastante agotado luego de tanta acción, necesitaría un descanso al acabar esto, pero aún no terminaba, el otro sujeto se encontraba a punto de marcharse en un buque, ya estaba listo para salir y sería el transporte ideal para largarse de esta horrible isla, el elfo reunió sus energías y lanzó una mirada a la rubia para invitarla a subir - El azar favorece a una mente preparada - Dijo el pelinegro mientras esperaba a la vampiresa frente al buque y entrelazaba los dedos de las manos frente a él a la altura del obligo ofreciéndole a su compañera un escalón que le serviría de apoyo para subir a la cubierta del buque, tras eso saltaría él también y con algo de esfuerzo lograría llegar para enfrentar al que esperaba que fuera el último enemigo de la noche.
Los brujos se miraron entre ellos ante tan inesperado acontecimiento, momento que fue aprovechado por la rubia para atacar al primero de ellos, pero llamando la atención de ambos que intentarían arremeter contra ella, estaba muy enfocada en uno y no vería el ataque del segundo, pero Destino estaba muy lejos y no conseguiría llegar a tiempo, así que tomó la cadena que habían usado antes en su contra y tras girarla algunas veces la arrojó hasta engancharla en el cuello del brujo antes que pudiera lanzar el ataque y lo haló con fuerza para llevarlo al piso, pero el brujo no se rendiría tan fácil, mientras el elfo lo arrastraba por la arena halando la cadena, el mago puso su mano en los eslabones cercanos haciendo que se congelaran hasta romperse, aunque siguió en el piso recuperando el aliento luego de estar casi sofocado.
La punta de la cadena estaba rota y el elfo sería incapaz de usarla para atrapar al brujo de nuevo, pero al menos de momento podría usarla como látigo, comenzó a correr en círculos rodeando al brujo mientras le asestaba rápidos y precisos latigazos con la fría cadena, en la parte donde se había roto, habían quedado algunos filosos cristales de hielo que además de hacer peso en el extremo de la cadena, servían para hacer daño en cada impacto, lentamente el cuerpo del brujo comenzó a mostrar ligeras pero abundantes hemorragias sin que éste dejara de fabricar improvisadas y débiles estacas de hielo para lanzarlas hacia el elfo, al verlo más débil, Destino enrolló la cadena en su puño derecho y se lanzó hacia el oponente para golpearlo con toda su fuerza sumada a la dureza que la cadena le daba a su puño, consiguiendo impactar directamente al rostro del brujo para luego apretarle el cuello con el guante de su mano izquierda y halarlo rápidamente haciendo que las afiladas agujas de éste, cortaran el cuello del rival causando una indetenible hemorragia que acabó por llevarlo irremediablemente al suelo agonizando hasta morir.
Tras él, Destino también cayó de rodillas, se encontraba bastante agotado luego de tanta acción, necesitaría un descanso al acabar esto, pero aún no terminaba, el otro sujeto se encontraba a punto de marcharse en un buque, ya estaba listo para salir y sería el transporte ideal para largarse de esta horrible isla, el elfo reunió sus energías y lanzó una mirada a la rubia para invitarla a subir - El azar favorece a una mente preparada - Dijo el pelinegro mientras esperaba a la vampiresa frente al buque y entrelazaba los dedos de las manos frente a él a la altura del obligo ofreciéndole a su compañera un escalón que le serviría de apoyo para subir a la cubierta del buque, tras eso saltaría él también y con algo de esfuerzo lograría llegar para enfrentar al que esperaba que fuera el último enemigo de la noche.
Destino
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Re: [Cerrado] Escape de la isla [Interpretativo-Libre]
Tal y como Erzsébeth se imaginaba, el hecho de tener que acabar con el mago restante no era ningún reto para el elfo. En un pis pas de idas y venidas de cadenas y esquirlas de hielo, el mago yacía moribundo en la arena, tiñendo la misma junto con su ya cadáver amigo de un intenso rojo, y colmando el aire con peste a sangre y vísceras. Era el mejor olor para hacerle compañía a la brisa marina. Destino parecía cansado, pero eso no le impidió dirigirse al mar para coger la embarcación que allí les esperaba.
El vampiro decidió que lo mejor sería ocultar los cuerpos hasta que los otros descubriesen qué había pasado, ya que dejarlos ahí era otro motivo más para ser perseguidos. Si no veían a los magos ni al buque, quizá pensasen que habrían puesto pies en polvorosa tras terminar su misión. Toda precaución era poca cuando cometías un asesinato en un sitio tan despejado.
Agarró las cadenas del mago muerto y las ató alrededor del estómago de ambos hombres, dejando dos extremos para poder remolcarlos hasta la orilla. El rastro que estaban dejando los cadáveres en la arena serían borrados a los pocos minutos gracias al viento que arremetía contra la playa, así que no se preocupó más. Una vez hubo llegado a la orilla, los llevó hasta más o menos donde el agua le llegase a él por la cintura y ahí los dejó. Si no les encuentran siempre es bueno alimentar a los peces, pensó, a la vez que se sacudía las manos y se dirigía a la pequeña barca que les sacaría de allí.
Pero había un cambio de planes. Al parecer Destino quería tentar a su suerte y subir al gran buque negro que estaba zarpando con aquel misterioso caballero a bordo. Quizá estaba acostumbrado a hacer las cosas a lo grande y le parecía algo muy ridículo viajar en una barca tan diminuta. Corrió hacia él al ver que le ofrecía las palmas de sus manos para saltar a bordo del barco, el cual se encontraba muy alto como para saltarlo. Se apoyó y saltó con todas sus fuerzas, agarrándose al borde de la popa del buque y casi resbalando. Echó un vistazo hacia abajo y tragó saliva. La altura de la caída no era un poco tétrica.
Se arrastró por el suelo y se encontró de bruces con un par de pies. Alzó la vista para ver al hombre, empapado y envejecido, con el que se había encontrado hacía tan solo unos instantes. El viejo hizo un amago por hablar, pero Erzsébeth no le dio tiempo, giró sobre sí mismo y le dio un barrido con las piernas para tirarlo al suelo, golpeándose la cabeza y llevándose las manos a la misma con intenciones de paliar el dolor por presión. Tremenda estupidez. Aprovechó el momento para levantarse y escudriñó el lugar rápidamente, buscando algo que lanzarle al elfo por si no lograba llegar hasta arriba solo con sus mágicos saltos.
Bingo. Una cuerda de bastantes metros y bien conservada estaba colgada de la barandilla, la agarró y la lanzó donde el elfo se hallaba. El barco empezaba a tomar impulso y aunque fuese lento quizá iría demasiado rápido para que el elfo se metiera dentro. A su espalda, el anciano intentaba levantarse inútilmente, el golpe en la cabeza le había dejado atontado. Erzsébeth suspiró esperando que su compañero subiese pronto y descubriesen quién había organizado todo eso. Aunque tenía la corazonada de que Destino lo sabía.
—¡Sube, que tenemos compañía! —gritó, saludándole desde las alturas con la sonrisa inquebrantable que le caracterizaba.
El vampiro decidió que lo mejor sería ocultar los cuerpos hasta que los otros descubriesen qué había pasado, ya que dejarlos ahí era otro motivo más para ser perseguidos. Si no veían a los magos ni al buque, quizá pensasen que habrían puesto pies en polvorosa tras terminar su misión. Toda precaución era poca cuando cometías un asesinato en un sitio tan despejado.
Agarró las cadenas del mago muerto y las ató alrededor del estómago de ambos hombres, dejando dos extremos para poder remolcarlos hasta la orilla. El rastro que estaban dejando los cadáveres en la arena serían borrados a los pocos minutos gracias al viento que arremetía contra la playa, así que no se preocupó más. Una vez hubo llegado a la orilla, los llevó hasta más o menos donde el agua le llegase a él por la cintura y ahí los dejó. Si no les encuentran siempre es bueno alimentar a los peces, pensó, a la vez que se sacudía las manos y se dirigía a la pequeña barca que les sacaría de allí.
Pero había un cambio de planes. Al parecer Destino quería tentar a su suerte y subir al gran buque negro que estaba zarpando con aquel misterioso caballero a bordo. Quizá estaba acostumbrado a hacer las cosas a lo grande y le parecía algo muy ridículo viajar en una barca tan diminuta. Corrió hacia él al ver que le ofrecía las palmas de sus manos para saltar a bordo del barco, el cual se encontraba muy alto como para saltarlo. Se apoyó y saltó con todas sus fuerzas, agarrándose al borde de la popa del buque y casi resbalando. Echó un vistazo hacia abajo y tragó saliva. La altura de la caída no era un poco tétrica.
Se arrastró por el suelo y se encontró de bruces con un par de pies. Alzó la vista para ver al hombre, empapado y envejecido, con el que se había encontrado hacía tan solo unos instantes. El viejo hizo un amago por hablar, pero Erzsébeth no le dio tiempo, giró sobre sí mismo y le dio un barrido con las piernas para tirarlo al suelo, golpeándose la cabeza y llevándose las manos a la misma con intenciones de paliar el dolor por presión. Tremenda estupidez. Aprovechó el momento para levantarse y escudriñó el lugar rápidamente, buscando algo que lanzarle al elfo por si no lograba llegar hasta arriba solo con sus mágicos saltos.
Bingo. Una cuerda de bastantes metros y bien conservada estaba colgada de la barandilla, la agarró y la lanzó donde el elfo se hallaba. El barco empezaba a tomar impulso y aunque fuese lento quizá iría demasiado rápido para que el elfo se metiera dentro. A su espalda, el anciano intentaba levantarse inútilmente, el golpe en la cabeza le había dejado atontado. Erzsébeth suspiró esperando que su compañero subiese pronto y descubriesen quién había organizado todo eso. Aunque tenía la corazonada de que Destino lo sabía.
—¡Sube, que tenemos compañía! —gritó, saludándole desde las alturas con la sonrisa inquebrantable que le caracterizaba.
Bathory
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Re: [Cerrado] Escape de la isla [Interpretativo-Libre]
La chica se tomó su tiempo para ocultar los cuerpos de los enemigos, bastante precavida, de ese modo no sería tan evidente que habíamos escapado, finalmente la chica se apoyó en las manos del elfo, el cual haló hacia arriba al tiempo que ella saltaba para darle más altura y que consiguiera llegar a subir, aunque al parecer no había sido suficiente aún y la vampiresa casi se vino abajo, afortunadamente logró sostenerse y trepar hasta subir al buque; lo que siguió a eso fue un completo misterio para el elfo que se mantenía aún abajo, y aunque saltó un par de veces no consiguió nada de qué sostenerse por lo que fue al suelo irremediablemente.
Al cabo de unos instantes, justo cuando el barco comenzaba a moverse, la rubia apareció en lo alto para dejar caer una cuerda que le serviría al elfo como medio de ascenso, aunque primero debía alcanzarla, correr en el agua no era su especialidad y aunque iba muy rápido, la cuerda parecía estar cada vez más lejos, pero finalmente tras una serie de rápidos empujones y saltos hacia adelante, consiguió sujetarse de la cuerda y tras ser arrastrado durante un rato pudo comenzar a subir hasta llegar a la cubierta.
Al subir encontró a su compañera en una lucha con aquel misterioso personaje que hasta ahora no había mostrado sus habilidades, tal vez no tuviera ninguna, pero tenía una actitud demasiado amenazante, por lo que seguramente tramaba algo - Son un par de tontos - Dijo con una gran sonrisa mientras halaba una cuerda que activaría una serie de trampas dispuestas en diferentes lugares de la cubierta formando un círculo alrededor de la ubicación de ambos compañeros - Morirán juntos - Dijo el sujeto mientras intentaba correr para saltar del barco y dejar a las víctimas atrapadas, Destino intentó correr tras él pero se detuvo al ver que una de las trampas comenzaba a dibujar una pequeña chispa y que de hacerse más grande podría encerrar a ambos en un anillo de fuego - Ha sido una trampa - Dijo el elfo mientras llevaba la vista a la rubia - Pero tú no escaparás - Dijo Destino mientras tomaba su espada y la arrojaba directo a la espalda del enemigo, con tal fuerza que la punta salió por el pecho - ¿Tienes idea de cómo salir? - Preguntó a la rubia esperando que lo sorprendiera con alguno de sus extraños y estratégicos trucos.
Al cabo de unos instantes, justo cuando el barco comenzaba a moverse, la rubia apareció en lo alto para dejar caer una cuerda que le serviría al elfo como medio de ascenso, aunque primero debía alcanzarla, correr en el agua no era su especialidad y aunque iba muy rápido, la cuerda parecía estar cada vez más lejos, pero finalmente tras una serie de rápidos empujones y saltos hacia adelante, consiguió sujetarse de la cuerda y tras ser arrastrado durante un rato pudo comenzar a subir hasta llegar a la cubierta.
Al subir encontró a su compañera en una lucha con aquel misterioso personaje que hasta ahora no había mostrado sus habilidades, tal vez no tuviera ninguna, pero tenía una actitud demasiado amenazante, por lo que seguramente tramaba algo - Son un par de tontos - Dijo con una gran sonrisa mientras halaba una cuerda que activaría una serie de trampas dispuestas en diferentes lugares de la cubierta formando un círculo alrededor de la ubicación de ambos compañeros - Morirán juntos - Dijo el sujeto mientras intentaba correr para saltar del barco y dejar a las víctimas atrapadas, Destino intentó correr tras él pero se detuvo al ver que una de las trampas comenzaba a dibujar una pequeña chispa y que de hacerse más grande podría encerrar a ambos en un anillo de fuego - Ha sido una trampa - Dijo el elfo mientras llevaba la vista a la rubia - Pero tú no escaparás - Dijo Destino mientras tomaba su espada y la arrojaba directo a la espalda del enemigo, con tal fuerza que la punta salió por el pecho - ¿Tienes idea de cómo salir? - Preguntó a la rubia esperando que lo sorprendiera con alguno de sus extraños y estratégicos trucos.
Destino
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Re: [Cerrado] Escape de la isla [Interpretativo-Libre]
Después de un par de patadas y puñetazos el vampiro pudo apreciar que el viejo parecía tener la agilidad de un auténtico jovenzuelo de veinte años, mas el cansancio se iba abriendo paso entre sus cansados músculos y desgastados huesos, haciendo mella en su ánimo y espíritu luchador y minando sus posibilidades de ganar ventaja. Para Erzsébeth estaría chupado sacar sus dagas y atravesar el cráneo del anciano con su daga y zanjar el asunto, pero se divertía pensando en la historia que habría detrás de sus canas, en lo que podría sonsacarle si tan solo le torturase un poco. Las palabras sacadas a la fuerza son siempre las más reconfortantes, pensó, a la vez que acorralaba al hombre con una pared.
Destino se hizo hueco en cubierta, sus pisadas aunque divinas eran pesadas y se había hecho notar. El anciano, con sonrisa burlona, tiró de una cuerda y de pronto un "click" le hizo saber que había activado trampas. No sabía exactamente cómo era el diseño de las mismas, pero ahora sí que quería matarle con sus propias manos. Destino se adelantó, haciendo amago de perseguirle, y salieron chispas de una de las baldosas del suelo. No fue impedimento alguno para que el elfo lanzase con total gracia una espada que no había visto hasta el momento y atravesase el pecho del anciano, el cual cayó boca abajo a pocos metros justo al borde del barco.
—¿Tienes idea de cómo salir? —le había preguntado Destino, algo que hirió su orgullo profundamente. Él siempre encontraba una salida ante una trampa.
—Por supuesto, ¡dudar de una dama es ofensivo! —dijo el vampiro, acercándose de rodillas con extrema precaución al suelo.
Comenzó a arrastrarse por la cubierta, examinando detenidamente cada detalle que se presentaba. Las trampas tenían un sensor de presión, por lo visto y, cada vez que pasabas, como mucho a 5 centímetros de la misma, esta soltaba chispas como advertencia para que te retirases. Si la pisabas, eras pasto de llamas, o al menos eso dejaban ver. Era como una jaula. Siguió gateando por el suelo, tabla por tabla, trampa por trampa, asegurándose de que cada una funcionaba de la misma manera.
Contó 10 trampas dispuestas de una forma circular perfecta al rededor de los fugitivos y todas tenían el mismo mecanismo. Presión y adiós. Situadas bajo las tablas del suelo justamente, eran unas trampas que hacían efecto dominó, si una se activaba, las otras la imitarían ya que estaban conectadas entre sí para que si una era detonada las otras lo hiciesen. Las trampas debían funcionar con algún tipo de combustible, y la presión haría que se hiciese fricción suficiente como para que las chispas atravesasen la madera y detonasen el mismo. Era algo extremadamente inteligente, pero el truco sencillo.
No tocar las trampas ni sus alrededores. Erzsébeth recordaba dónde estaba cada una de ellas, así que calculó para dar un salto lo suficientemente amplio para llegar hasta la cuerda con la que había activado las trampas. Si había algo que las activase, también habría algo para detenerlas, en un barco no tener ese tipo de precauciones era de auténtico estúpido, y seguro que no lo eran tanto. Cogió aire y dio un salto, dando una voltereta en el suelo al caer para no hacerse daño, aunque chocó contra la pared.
Todo en orden, nada había salido por los aires ni estaba envuelto en llamas. Tiró nuevamente de la cuerda y las trampas seguían activadas. Siguió el recorrido de la misma hasta que llegó a otro extremo tapado con una cortina, la abrió y había un panel con dos palancas: una roja y una verde. Lo lógico sería pensar que la roja era EMERGENCIA para detornar las trampas y que la verde significaba OK. Tiró de la verde y fue a cerciorarse de que las trampas estaban fuera de combate.
Bingo. Le hizo un gesto a Destino para que se acercase y se adelantó hasta la proa. El barco ya estaba en marcha y solo haría falta dar algún golpe al timón si algo les aparecía en frente. Lo que les esperaba ahora era un viaje a ninguna parte, y era lo mejor que les había ocurrido desde que se conocían.
OFFrol: He usado mi pasiva de trampas y venenos.
Destino se hizo hueco en cubierta, sus pisadas aunque divinas eran pesadas y se había hecho notar. El anciano, con sonrisa burlona, tiró de una cuerda y de pronto un "click" le hizo saber que había activado trampas. No sabía exactamente cómo era el diseño de las mismas, pero ahora sí que quería matarle con sus propias manos. Destino se adelantó, haciendo amago de perseguirle, y salieron chispas de una de las baldosas del suelo. No fue impedimento alguno para que el elfo lanzase con total gracia una espada que no había visto hasta el momento y atravesase el pecho del anciano, el cual cayó boca abajo a pocos metros justo al borde del barco.
—¿Tienes idea de cómo salir? —le había preguntado Destino, algo que hirió su orgullo profundamente. Él siempre encontraba una salida ante una trampa.
—Por supuesto, ¡dudar de una dama es ofensivo! —dijo el vampiro, acercándose de rodillas con extrema precaución al suelo.
Comenzó a arrastrarse por la cubierta, examinando detenidamente cada detalle que se presentaba. Las trampas tenían un sensor de presión, por lo visto y, cada vez que pasabas, como mucho a 5 centímetros de la misma, esta soltaba chispas como advertencia para que te retirases. Si la pisabas, eras pasto de llamas, o al menos eso dejaban ver. Era como una jaula. Siguió gateando por el suelo, tabla por tabla, trampa por trampa, asegurándose de que cada una funcionaba de la misma manera.
Contó 10 trampas dispuestas de una forma circular perfecta al rededor de los fugitivos y todas tenían el mismo mecanismo. Presión y adiós. Situadas bajo las tablas del suelo justamente, eran unas trampas que hacían efecto dominó, si una se activaba, las otras la imitarían ya que estaban conectadas entre sí para que si una era detonada las otras lo hiciesen. Las trampas debían funcionar con algún tipo de combustible, y la presión haría que se hiciese fricción suficiente como para que las chispas atravesasen la madera y detonasen el mismo. Era algo extremadamente inteligente, pero el truco sencillo.
No tocar las trampas ni sus alrededores. Erzsébeth recordaba dónde estaba cada una de ellas, así que calculó para dar un salto lo suficientemente amplio para llegar hasta la cuerda con la que había activado las trampas. Si había algo que las activase, también habría algo para detenerlas, en un barco no tener ese tipo de precauciones era de auténtico estúpido, y seguro que no lo eran tanto. Cogió aire y dio un salto, dando una voltereta en el suelo al caer para no hacerse daño, aunque chocó contra la pared.
Todo en orden, nada había salido por los aires ni estaba envuelto en llamas. Tiró nuevamente de la cuerda y las trampas seguían activadas. Siguió el recorrido de la misma hasta que llegó a otro extremo tapado con una cortina, la abrió y había un panel con dos palancas: una roja y una verde. Lo lógico sería pensar que la roja era EMERGENCIA para detornar las trampas y que la verde significaba OK. Tiró de la verde y fue a cerciorarse de que las trampas estaban fuera de combate.
Bingo. Le hizo un gesto a Destino para que se acercase y se adelantó hasta la proa. El barco ya estaba en marcha y solo haría falta dar algún golpe al timón si algo les aparecía en frente. Lo que les esperaba ahora era un viaje a ninguna parte, y era lo mejor que les había ocurrido desde que se conocían.
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Bathory
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Re: [Cerrado] Escape de la isla [Interpretativo-Libre]
La situación se había vuelto tensa de un momento a otro, la batalla había tomado drásticamente un enfoque diferente, ahora ya no era tan simple como acabar con algún oponente, eso habría sido más sencillo, encontrar un punto débil y atacar esa vulnerabilidad, no, esto era muy distinto, Destino permanecía casi inmóvil mientras la rubia se lanzaba al piso para analizar las trampas, el elfo se ponía nervioso cada vez que la rubia se acercaba demasiado a las trampas, pues al parecer estaban conectadas y cualquier error los haría volar en apenas un parpadeo, o tal vez freírlos en un fuego intenso, desconocía la magnitud del peligro al que se enfrentaban, pero prefería no averiguar algunas cosas y salir bien librado de todo eso.
Ver a su compañera dando saltos sobre las trampas le ponía la piel de gallina, había enfrentado situaciones más amenazantes, pero ahora, luchar contra una amenaza invisible que podría asesinar a ambos en cualquier momento le helaba hasta los huesos; cerraba los ojos y apretaba los puños esperando explotar en cada movimiento de la vampira que aunque parecía saber lo que estaba haciendo, era evidente que el más mínimo error le pondría fin a la historia de ambos.
Finalmente, tras varios intentos la chica llegó a lo que parecía ser un panel para controlar la activación de las trampas, el elfo jamás lo habría imaginado, en sus tiempos las cosas se hacían de otros modos, la tecnología actual le resultaba sumamente confusa, pues aunque había pasado tal vez cientos de años, para él solo había sido un parpadeo, como si le hubiesen congelado ayer, y tras una noche de sueño despertara en un mundo tan cambiado.
Finalmente la vampiresa lo consiguió, las bombas parecían haber sido desactivadas, cosa que fue confirmada con la señal que hizo la astuta chica para que Destino se acercara a ella - Eso ha sido impresionante - Dijo el elfo mientras se acercaba, no sin antes tomar su casi inútil espada del cuerpo muerto de aquel viejo despreciable al que empujó a patadas hasta sacarlo de la cubierta para hacerlo caer al agua dejando una larga mancha de sangre por todo el piso, el barco comenzaba a moverse en un rumbo que tal vez ninguno de los dos conocía, pero mientras fuera lejos de la isla, estaría bien, aunque Destino ignoraba el peligro inminente, estaba a punto de amanecer y los rayos del sol comenzaban a hacerse presentes en el horizonte, la rubia debería bajar algunos escalones para mantenerse oculta en la habitación interior, al parecer, algún depósito o sala de descanso, fuera como fuera, la mantendría a salvo de la luz del sol - Salvar a Destino se ha vuelto costumbre para ti, mujer de cabellos dorados - Dijo el elfo en tono amistoso mientras le regalaba, tal vez la primera sonrisa y la última en mucho tiempo.
Ver a su compañera dando saltos sobre las trampas le ponía la piel de gallina, había enfrentado situaciones más amenazantes, pero ahora, luchar contra una amenaza invisible que podría asesinar a ambos en cualquier momento le helaba hasta los huesos; cerraba los ojos y apretaba los puños esperando explotar en cada movimiento de la vampira que aunque parecía saber lo que estaba haciendo, era evidente que el más mínimo error le pondría fin a la historia de ambos.
Finalmente, tras varios intentos la chica llegó a lo que parecía ser un panel para controlar la activación de las trampas, el elfo jamás lo habría imaginado, en sus tiempos las cosas se hacían de otros modos, la tecnología actual le resultaba sumamente confusa, pues aunque había pasado tal vez cientos de años, para él solo había sido un parpadeo, como si le hubiesen congelado ayer, y tras una noche de sueño despertara en un mundo tan cambiado.
Finalmente la vampiresa lo consiguió, las bombas parecían haber sido desactivadas, cosa que fue confirmada con la señal que hizo la astuta chica para que Destino se acercara a ella - Eso ha sido impresionante - Dijo el elfo mientras se acercaba, no sin antes tomar su casi inútil espada del cuerpo muerto de aquel viejo despreciable al que empujó a patadas hasta sacarlo de la cubierta para hacerlo caer al agua dejando una larga mancha de sangre por todo el piso, el barco comenzaba a moverse en un rumbo que tal vez ninguno de los dos conocía, pero mientras fuera lejos de la isla, estaría bien, aunque Destino ignoraba el peligro inminente, estaba a punto de amanecer y los rayos del sol comenzaban a hacerse presentes en el horizonte, la rubia debería bajar algunos escalones para mantenerse oculta en la habitación interior, al parecer, algún depósito o sala de descanso, fuera como fuera, la mantendría a salvo de la luz del sol - Salvar a Destino se ha vuelto costumbre para ti, mujer de cabellos dorados - Dijo el elfo en tono amistoso mientras le regalaba, tal vez la primera sonrisa y la última en mucho tiempo.
Destino
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Re: [Cerrado] Escape de la isla [Interpretativo-Libre]
Destino finalmente se había unido a él en la proa del buque, donde la barandilla en la que estaba apoyado con ambos brazos era lo único que le separaba de las otras plantas de la embarcación, perfectamente superpuestas unas de otras, en armonía con aquella titánica construcción de acero y madera. El mar estaba agitado por el avance del barco, la brisa marina hacía que los cabellos de Erzsébeth jugaran con el viento dibujando formas, y por una vez en muchas horas podía respirar en paz. Las estrellas estaban remolonas y no querían abandonar el cielo nocturno, pero poco a poco se iban difuminando, iban desapareciendo como las esperanzas de un niño que crece. Quedarían olvidadas junto a su madre luna hasta que muriese, nuevamente, el último rayo de sol del día que se avecinaba.
—Salvar a Destino se ha vuelto costumbre para ti, mujer de cabellos dorados —le había dicho el elfo al acercarse. Su sonrisa era lo más bonito que había visto en la cara de un hombre, tan perfectamente colocada y diseñada como un lienzo del mejor artista de Aerandir.
Se giró hacia él y le miró. Aquellos ojos grises encerraban misterios que, sin lugar a dudas, debería resolver en algún momento. Pero el frío nocturno se disipaba y era señal de que debía refugiarse antes de que muriese quemado por el sol. No por nada le llamaban el cazador noctívago, cuando la noche moría él moría con ella. Le hizo una reverencia, agarrándose del vestido, y le besó una mano.
—En la oscuridad todo está más claro, Destino —le dijo, alejándose poco a poco, con algo de prisa disimulada—, cuando caiga el sol volveremos a vernos —y corrió a la cubierta inferior bajando unas escaleras, el sol y él tenían una carrera y le estaba tomando ventaja. Poco a poco todo fue iluminándose, mas había conseguido entrar a un camarote y cerrar la puerta. Cogió una sábana de la cama y tapó la ventana circular que descansaba en la pared de su habitación. Nada podría perturbarle ahora.
Se acostó, borracho de sueño, y se dejó arrastrar al mundo que tanto le apasionaba, aquel en que su batalla terminaba y podía salir a la luz del amanecer, vivir su vida de la mano de Cassandra. Donde todo era tan irreal que siempre acababa descubriendo que era un sueño.
No fue el final de una pesadilla lo que le despertó, ni haberse desvelado porque ya careciese de necesidad de dormir. Un estruendo, un golpe tremendo y abusivo había agitado todo su cuerpo y la habitación en la que se encontraba. Abrió los ojos de par en par y saltó de la cama, corrió la cortina improvisada para corroborar que era de noche y una vez lo hubo comprobado, dio un portazo y se apresuró a salir de la habitación. Corrió escalones arriba lo más rápido que pudo.
—¡Destino! ¿Qué ha pasado?
Cuando llegó a cubierta donde se esperaba encontrar a su elfo favorito, él ya había desaparecido. Con la llegada de la luna había aprovechado para escabullirse entre las sombras, para ser uno más en la noche y hacer lo que quisiera que hiciesen los elfos a esas horas de la noche. Tragó saliva. El golpe era que el buque se había estrellado contra el puerto de Lunargenta. Estaba rodeado de barcos piratas, de negocios, de cualquier cosa. Por suerte era una noche cerrada y las estrellas estaban escondidas, la luna estaba en cuarto menguante y aprovechó la penumbra para coger la cuerda. La lanzó por la proa después de engancharla con firmeza a la barandilla y se deslizó por ella.
Una vez más, solo.
Y cuánto lo agradecía. Tenía un hambre atroz.
—Salvar a Destino se ha vuelto costumbre para ti, mujer de cabellos dorados —le había dicho el elfo al acercarse. Su sonrisa era lo más bonito que había visto en la cara de un hombre, tan perfectamente colocada y diseñada como un lienzo del mejor artista de Aerandir.
Se giró hacia él y le miró. Aquellos ojos grises encerraban misterios que, sin lugar a dudas, debería resolver en algún momento. Pero el frío nocturno se disipaba y era señal de que debía refugiarse antes de que muriese quemado por el sol. No por nada le llamaban el cazador noctívago, cuando la noche moría él moría con ella. Le hizo una reverencia, agarrándose del vestido, y le besó una mano.
—En la oscuridad todo está más claro, Destino —le dijo, alejándose poco a poco, con algo de prisa disimulada—, cuando caiga el sol volveremos a vernos —y corrió a la cubierta inferior bajando unas escaleras, el sol y él tenían una carrera y le estaba tomando ventaja. Poco a poco todo fue iluminándose, mas había conseguido entrar a un camarote y cerrar la puerta. Cogió una sábana de la cama y tapó la ventana circular que descansaba en la pared de su habitación. Nada podría perturbarle ahora.
Se acostó, borracho de sueño, y se dejó arrastrar al mundo que tanto le apasionaba, aquel en que su batalla terminaba y podía salir a la luz del amanecer, vivir su vida de la mano de Cassandra. Donde todo era tan irreal que siempre acababa descubriendo que era un sueño.
No fue el final de una pesadilla lo que le despertó, ni haberse desvelado porque ya careciese de necesidad de dormir. Un estruendo, un golpe tremendo y abusivo había agitado todo su cuerpo y la habitación en la que se encontraba. Abrió los ojos de par en par y saltó de la cama, corrió la cortina improvisada para corroborar que era de noche y una vez lo hubo comprobado, dio un portazo y se apresuró a salir de la habitación. Corrió escalones arriba lo más rápido que pudo.
—¡Destino! ¿Qué ha pasado?
Cuando llegó a cubierta donde se esperaba encontrar a su elfo favorito, él ya había desaparecido. Con la llegada de la luna había aprovechado para escabullirse entre las sombras, para ser uno más en la noche y hacer lo que quisiera que hiciesen los elfos a esas horas de la noche. Tragó saliva. El golpe era que el buque se había estrellado contra el puerto de Lunargenta. Estaba rodeado de barcos piratas, de negocios, de cualquier cosa. Por suerte era una noche cerrada y las estrellas estaban escondidas, la luna estaba en cuarto menguante y aprovechó la penumbra para coger la cuerda. La lanzó por la proa después de engancharla con firmeza a la barandilla y se deslizó por ella.
Una vez más, solo.
Y cuánto lo agradecía. Tenía un hambre atroz.
Bathory
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Re: [Cerrado] Escape de la isla [Interpretativo-Libre]
+3 puntos para Bathory en habilidad pasiva, trampas y venenos.
Solicitar la recompenza en el apartado correspondiente.
Solicitar la recompenza en el apartado correspondiente.
[Tema cerrado]
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