En un día de relajo también se puede entrenar [Entrenamiento][Ëarwen+Eltrant Tale+Alanna Delteria+Demian] [CERRADO]
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En un día de relajo también se puede entrenar [Entrenamiento][Ëarwen+Eltrant Tale+Alanna Delteria+Demian] [CERRADO]
La trama de este entrenamiento viene de: Continuando el viaje
Despertó sintiendo un picotazo en la cara, sin recordar bien en qué momento había caído dormido. Tenía una vaga imagen de que Ëarwen le había, en algún momento, llevado a una habitación, pero todo le resultaba extraño en ese momento. Se levantó y se dio cuenta que había dormido con su misma ropa puesta, así que se limitó a lavarse la cara con un jarrón y una fuente dispuestas para ese fin en aquella humilde y pequeña habitación. No se quejaba, dormir en una cama, incluso si era una tan sencilla como esa, era siempre mejor que hacerlo a la intemperie.
Salió de su habitación de manera tímida, casi con temor, pues en los últimos días no había estado solo sino para ir al baño, aunque al menos tenía la compañía de su gorrión que alegremente le buscaba parásitos en el cabello. ¿Se habrían olvidado de él?, ¿habrían salido temprano y él se había quedado dormido?, ¿se habían enojado con él?. Se contestó a sí mismo que no tenía sentido pensar de esa manera, seguro estarían ocupados y tenían algo que hacer o simplemente aún dormían. Eso no evitó que se sintiera solo y se pusiera a pensar sobre lo que ese día significaba. Era el día donde se despediría de sus compañeros.
Salió de la posada. Era bastante temprano, el sol no había salido hace mucho, pero se sentía descansado y renovado. Al parecer el día anterior había caído dormido muy temprano, incluso antes de que el sol se escondiera del todo. Se percató entonces que la posada poseía un patio abierto de arena. En un lado de aquel lugar aún se erigían 3 troncos adornados como guerreros con numerosas y viejas marcas de golpes y cortes.
-Sí -dijo una voz a su espalda- Antes solían circular muchos guerreros en este pueblo y usaban este patio para entrenar… es lamentable que ya no queden de aquellos hombres y mujeres.
Demian se giró y pudo ver que se trataba del dueño de la posada, quien tenía una evidente cojera, aparte de su baja estatura. Cierta nostalgia podía verse en sus ojos.
-¿Qué pasó con ellos? -preguntó curioso el niño.
-El tiempo… los licántropos… supongo que simplemente la gente buscó otros lugares mejores donde vivir y los caminos se hicieron más importantes hacia otros destinos -suspiró- ¿Quieres ver los implementos?.
Demian asintió y fue con el hombre hasta una caja que había bajo un pequeño techo. Abrió este contenedor y ante los ojos de Demian apareció una inmensa colección de armas de entrenamiento. Espadas de madera, otras incluso de metal sin filo, flechas con punta redonda, hachas y martillos de madera, cuerdas, etc. Demian sacó, casi por instinto, un par de espadas cortas de madera que al final tenían un tamaño muy similar a sus dagas. Aquel hombre de tan baja estatura había resultado ser una persona muy amable desde que lo habían conocido.
Recordó tiempos no tan lejanos, cuando entrenaba a diario en el templo para prepararse para ser un asesino. No podía considerarse que un brujo llegara a ser un gran guerrero, no era ese su objetivo, sino tener la destreza suficiente para salir airoso al momento de la lucha, apoyado por su magia ilusoria.
Caminó hacia los improvisados muñecos de entrenamiento y blandió sus armas de madera, dándoles golpes sorpresivos en puntos que representaban partes sensibles del cuerpo, como los riñones o la ingle. Comenzó a entrar en calor, con un par de gotas de sudor resbalando desde su frente, pero seguía moviéndose de manera intensa. Era en parte catártico liberar energía de esa manera, en especial luego de los acontecimientos que se habían acumulado en los últimos días.
Este entrenamiento es supervisado por el master Thorn.
Despertó sintiendo un picotazo en la cara, sin recordar bien en qué momento había caído dormido. Tenía una vaga imagen de que Ëarwen le había, en algún momento, llevado a una habitación, pero todo le resultaba extraño en ese momento. Se levantó y se dio cuenta que había dormido con su misma ropa puesta, así que se limitó a lavarse la cara con un jarrón y una fuente dispuestas para ese fin en aquella humilde y pequeña habitación. No se quejaba, dormir en una cama, incluso si era una tan sencilla como esa, era siempre mejor que hacerlo a la intemperie.
Salió de su habitación de manera tímida, casi con temor, pues en los últimos días no había estado solo sino para ir al baño, aunque al menos tenía la compañía de su gorrión que alegremente le buscaba parásitos en el cabello. ¿Se habrían olvidado de él?, ¿habrían salido temprano y él se había quedado dormido?, ¿se habían enojado con él?. Se contestó a sí mismo que no tenía sentido pensar de esa manera, seguro estarían ocupados y tenían algo que hacer o simplemente aún dormían. Eso no evitó que se sintiera solo y se pusiera a pensar sobre lo que ese día significaba. Era el día donde se despediría de sus compañeros.
Salió de la posada. Era bastante temprano, el sol no había salido hace mucho, pero se sentía descansado y renovado. Al parecer el día anterior había caído dormido muy temprano, incluso antes de que el sol se escondiera del todo. Se percató entonces que la posada poseía un patio abierto de arena. En un lado de aquel lugar aún se erigían 3 troncos adornados como guerreros con numerosas y viejas marcas de golpes y cortes.
-Sí -dijo una voz a su espalda- Antes solían circular muchos guerreros en este pueblo y usaban este patio para entrenar… es lamentable que ya no queden de aquellos hombres y mujeres.
Demian se giró y pudo ver que se trataba del dueño de la posada, quien tenía una evidente cojera, aparte de su baja estatura. Cierta nostalgia podía verse en sus ojos.
-¿Qué pasó con ellos? -preguntó curioso el niño.
-El tiempo… los licántropos… supongo que simplemente la gente buscó otros lugares mejores donde vivir y los caminos se hicieron más importantes hacia otros destinos -suspiró- ¿Quieres ver los implementos?.
Demian asintió y fue con el hombre hasta una caja que había bajo un pequeño techo. Abrió este contenedor y ante los ojos de Demian apareció una inmensa colección de armas de entrenamiento. Espadas de madera, otras incluso de metal sin filo, flechas con punta redonda, hachas y martillos de madera, cuerdas, etc. Demian sacó, casi por instinto, un par de espadas cortas de madera que al final tenían un tamaño muy similar a sus dagas. Aquel hombre de tan baja estatura había resultado ser una persona muy amable desde que lo habían conocido.
Recordó tiempos no tan lejanos, cuando entrenaba a diario en el templo para prepararse para ser un asesino. No podía considerarse que un brujo llegara a ser un gran guerrero, no era ese su objetivo, sino tener la destreza suficiente para salir airoso al momento de la lucha, apoyado por su magia ilusoria.
Caminó hacia los improvisados muñecos de entrenamiento y blandió sus armas de madera, dándoles golpes sorpresivos en puntos que representaban partes sensibles del cuerpo, como los riñones o la ingle. Comenzó a entrar en calor, con un par de gotas de sudor resbalando desde su frente, pero seguía moviéndose de manera intensa. Era en parte catártico liberar energía de esa manera, en especial luego de los acontecimientos que se habían acumulado en los últimos días.
Última edición por Demian el Dom Abr 26 2015, 03:16, editado 1 vez
Demian
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Re: En un día de relajo también se puede entrenar [Entrenamiento][Ëarwen+Eltrant Tale+Alanna Delteria+Demian] [CERRADO]
La joven despertó con los primeros rayos de sol, la luz se colaba de forma suave por las rendijas de la ventana y una suave brisa removía su pelo de color caramelo. Sentándose en la cama, aun medio tapada, se desperezó, hacía mucho que no dormía tan bien, tal vez por el cansancio, tal vez por la compañía. Con una sonrisa abrió la ventana, la noche anterior, con el cansancio, no había podido fijarse en el paisaje. Su dormitorio daba a un patio trasero amplio y con tres monigotes de madera, plantados ahí en medio, como si vigilasen el lugar, Pudo ver al brujo, que con lo que parecían unas espadas de madera, golpeaba puntos de los postes. Tal vez, pensó, la granja pueda esperar.
Se levantó de la cama y rebuscó ropa cómoda entre sus pertenencias, cuando estuvo cambiada se aseó y anudó su pelo, iba a tener que partir pronto, pero nada le impedía disfrutar de un buen entrenamiento, como años atrás. Salió del cuarto y bajó las escaleras con rapidez, pero sin hacer ruido alguno, con el sigilo que la caracterizaba y que, junto a su agilidad, le había hecho ganarse el sobrenombre de "Gata". Tomó una manzana de un cuenco que había sobre la recepción y salió fuera dándole un bocado. Con calma, disfrutando del estupendo día soleado, se encaminó hacia l parte de atrás, allí un concentrado Demian seguía entrenando. Se acercó al posadero, que ahora podía ver, era además de bajo, algo cojo:
- Disculpe- pronunció en voz baja con una sonrisa- ¿puedo tomar yo también alguna?- preguntó refieriendose a las armas de madera- me gustaría unirme a la práctica.
- Por supuesto niña- sonrió el hombre, haciendo que, en sus ojos, apareciesen arrugas.
- Muchas gracias- pronuncio la chica antes de acercarse a la caja con armas.
Revisó con cuidado entre las espadas sin filo, las armas de madera e, incluso, bastones, que normalmente terminarían en punta, pero, en ese caso, estaban redondeadas, también había otros objetos, cuerdas, flechas sin punta, y algunos ganchos de escalada. Tomó una espada de madera, ligera y con buen movimiento, y una cuerda, de algo le valdría. Una vez armada, se acercó a Demian y saludó:
- Buenos días brujito- Comentó con una sonrisa terminándose, por fin, la manzana.- ¿Has dormido bien? Si vamos a entrenar, lo mejor será que tengas fuerzas- bromeó la chica Mientras colgaba la cuerda de su cinto y tomaba la espada para ir haciendo giros y golpes al aire, como le habían enseñado.
Se levantó de la cama y rebuscó ropa cómoda entre sus pertenencias, cuando estuvo cambiada se aseó y anudó su pelo, iba a tener que partir pronto, pero nada le impedía disfrutar de un buen entrenamiento, como años atrás. Salió del cuarto y bajó las escaleras con rapidez, pero sin hacer ruido alguno, con el sigilo que la caracterizaba y que, junto a su agilidad, le había hecho ganarse el sobrenombre de "Gata". Tomó una manzana de un cuenco que había sobre la recepción y salió fuera dándole un bocado. Con calma, disfrutando del estupendo día soleado, se encaminó hacia l parte de atrás, allí un concentrado Demian seguía entrenando. Se acercó al posadero, que ahora podía ver, era además de bajo, algo cojo:
- Disculpe- pronunció en voz baja con una sonrisa- ¿puedo tomar yo también alguna?- preguntó refieriendose a las armas de madera- me gustaría unirme a la práctica.
- Por supuesto niña- sonrió el hombre, haciendo que, en sus ojos, apareciesen arrugas.
- Muchas gracias- pronuncio la chica antes de acercarse a la caja con armas.
Revisó con cuidado entre las espadas sin filo, las armas de madera e, incluso, bastones, que normalmente terminarían en punta, pero, en ese caso, estaban redondeadas, también había otros objetos, cuerdas, flechas sin punta, y algunos ganchos de escalada. Tomó una espada de madera, ligera y con buen movimiento, y una cuerda, de algo le valdría. Una vez armada, se acercó a Demian y saludó:
- Buenos días brujito- Comentó con una sonrisa terminándose, por fin, la manzana.- ¿Has dormido bien? Si vamos a entrenar, lo mejor será que tengas fuerzas- bromeó la chica Mientras colgaba la cuerda de su cinto y tomaba la espada para ir haciendo giros y golpes al aire, como le habían enseñado.
Última edición por Alanna Delteria el Lun Abr 13 2015, 10:25, editado 1 vez
Alanna Delteria
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Re: En un día de relajo también se puede entrenar [Entrenamiento][Ëarwen+Eltrant Tale+Alanna Delteria+Demian] [CERRADO]
Abrió los ojos y quedó momentáneamente cegado por la luz del sol que entraba tímidamente a la habitación abriéndose paso entre las finas cortinas. Se incorporó y después de dejar escapar un fuerte bostezo salió de la cama, hacía tiempo que no dormía tan profundamente, pero después de los últimos días, no podía haber sido de otro modo.
Estudió la pequeña estancia en la que se había hospedado, lo cierto era que la noche anterior estaba demasiado cansado para apreciar lo bien ordenada y cuidada que estaba, casi parecía que aquellas personas alquilaban sus propias habitaciones a los viajeros. Examinó un cuadro de una familia sonriente que había en una cómoda cerca de la salida y se encogió de hombros, tendría que pagarle de alguna forma la hospitalidad a aquel anciano.
Después de vestirse y atarse la espada al cinto salió de la habitación y la cerró tras él con cuidado, por si en las habitaciones contiguas había alguien durmiendo todavía.
Aun bostezando bajó las escaleras hasta el primer piso, que se encontraba totalmente vacío salvo por una joven de cabellos dorados que estaba sirviendo el desayuno para los inquilinos del hostal. La joven sonrió al ver al mercenario e hizo una leve reverencia, Eltrant arqueó una ceja y tomó un trozo de pan de la bandeja que estaba junto a la joven. –“Si estás buscando al abuelo…” – dijo la muchacha mientras Eltrant analizaba con la mirada el lugar –“Esta en el patio de atrás, creo que tus compañeros están allí, ve por esa puerta y sigue el pasillo.” – La joven sonrió y señaló una de las puertas al otro lado de la habitación para después desaparecer tras una puerta, la cual, por el olor que emanaba, Eltrant interpretó que era la de la cocina.
Eltrant se quedó mirando la puerta por la que la chica había desaparecido mientras terminaba de comerse el trozo de pan que había cogido y una vez lo hubo devorado completamente, siguió las indicaciones hasta el patio trasero.
Tres monigotes que ciertamente habían visto mejores días estaban plantados en mitad de un patio de arena que, como los postes de entrenamiento, había sufrido bastante el paso del tiempo. Sin embargo, aun habiendo sufrido el desgaste del tiempo, el lugar estaba cuidado con cariño, esperando a ser usado algún día que otro.
Demian y Alanna ya estaban allí distraídos entrenando, le sorprendió no ver aún a Eärwen, aunque por la cantidad de magia curativa que había usado, lo sorprendente en realidad seria que no siguiese durmiendo por un buen par de horas, Eltrant se cruzó de brazos y les observó luchar contra aquellos hombres inanimados.
-“¡Buenos días!” – Les dijo desde la entrada de buen humor.
Mientras que el muchacho descargaba con furia dos espadas cortas de madera contra uno de los troncos, y a pesar de que sus golpes parecían caóticos y al azar pronto adivinó que se concentraban sobre todo en las partes de los maniquíes marcadas como “letales”, rápido y conciso, no podía ser de otra forma.
Alanna por su parte se movía grácilmente y daba sendas estocadas al aire con una espada de confección similar a la de su compañero, un poco más larga que la del muchacho las cuales podían ser consideradas dagas. La joven manejaba el arma con una destreza encomiable, los golpes que daba, gráciles pero directos, decían que había recibido adiestramiento –“Digna de la guardia de Lunargenta…” – dijo para sí con media sonrisa recordando la vez que había tratado de entrar a la guardia.
-“¿Te vas a quedar simplemente mirando o vas a unirte a ellos?” – La afable voz del regente del local llamó su atención, el cual se había colocado junto a él sin que el mercenario se percatase. Eltrant rió un poco y negó con la cabeza –“No sabría que hacer de todas formas” – El anciano asintió sonriendo, sin embargo, no desistió –"Y sin embargo cargas con una espada ¿Puedo verla?” – Tras pensarlo unos segundos se desató la espada del cinturón y se la entregó al anciano, quien la extrajo de su vaina y observó el frío brillo cobrizo del metal –“Es un arma pesada muchacho” – dijo tras verla durante unos segundos–“…y ha visto muchas cosas” – El anciano pasó el dedo por la corroída hoja arrastrando en él parte del color de la misma – “¿Sabes usarla?” – Eltrant se encogió de hombros y sonrió –“Podría decirse que sí”
A diferencia de sus compañeros quienes después de observarles practicar durante unos segundos se podían apreciar que habían recibido un riguroso y duro entrenamiento, él era completamente autodidacta, algo que tenía sus pro y sus contra, a Eltrant le gustaba pensar que tenía más cosas buenas que malas, principalmente para tranquilizarse en los enfrentamientos.
Al salir de la granja su mayor conocimiento sobre esgrima era “Si te cruzas en el trayecto de la hoja, te cortas” y si bien su padre había enseñado a sus hijos a defenderse con una espada, los conocimientos del granjero entonces no iban mucho más allá de agarrar la empuñadura correctamente.
Tras unos segundos más contemplando a sus compañeros entrenar, el hombre le condujo hasta un baúl en el que guardaba una multitud de armas de madera y otras para práctica.
Eltrant aguardó sin decir nada mientras el anciano rebuscaba entre las armas hasta que sacó una espada de madera de dimensiones similares a la suya, tras revisar que estaba correctamente se la entregó al mercenario con una sonrisa –“Es muy ligera” – dijo este agarrando la espada con ambas manos y tanteando su peso, esto hizo que el hombre dejara escapar una fuerte carcajada –“¿Qué esperabas? Es madera” – después le dio unos golpecitos en la espalda a Eltrant y le señaló uno de los maniquies. –“Ese horrendo bandido quiere acabar con el pueblo, dale una lección”
Eltrant suspiró y dejo escapar una risa nerviosa ante la ocurrencia del anciano, dejando a su cuidado la herrumbrosa espada se dirigió con la de madera hacia el tocón con armadura.
Esquivó cuidadosamente una de las estocadas al aire de la muchacha y pasó junto al chico para ponerse frente al maniquí, ¿Qué tenía que hacerle? ¿Golpearle? Era un trozo de madera, no iba a sentir mucho. Miró otra vez hacia el anciano quien le sonrió y como solía hacer, agarrando la espada con una mano, empezó a golpear los puntos marcados con una cruz.
Estudió la pequeña estancia en la que se había hospedado, lo cierto era que la noche anterior estaba demasiado cansado para apreciar lo bien ordenada y cuidada que estaba, casi parecía que aquellas personas alquilaban sus propias habitaciones a los viajeros. Examinó un cuadro de una familia sonriente que había en una cómoda cerca de la salida y se encogió de hombros, tendría que pagarle de alguna forma la hospitalidad a aquel anciano.
Después de vestirse y atarse la espada al cinto salió de la habitación y la cerró tras él con cuidado, por si en las habitaciones contiguas había alguien durmiendo todavía.
Aun bostezando bajó las escaleras hasta el primer piso, que se encontraba totalmente vacío salvo por una joven de cabellos dorados que estaba sirviendo el desayuno para los inquilinos del hostal. La joven sonrió al ver al mercenario e hizo una leve reverencia, Eltrant arqueó una ceja y tomó un trozo de pan de la bandeja que estaba junto a la joven. –“Si estás buscando al abuelo…” – dijo la muchacha mientras Eltrant analizaba con la mirada el lugar –“Esta en el patio de atrás, creo que tus compañeros están allí, ve por esa puerta y sigue el pasillo.” – La joven sonrió y señaló una de las puertas al otro lado de la habitación para después desaparecer tras una puerta, la cual, por el olor que emanaba, Eltrant interpretó que era la de la cocina.
Eltrant se quedó mirando la puerta por la que la chica había desaparecido mientras terminaba de comerse el trozo de pan que había cogido y una vez lo hubo devorado completamente, siguió las indicaciones hasta el patio trasero.
Tres monigotes que ciertamente habían visto mejores días estaban plantados en mitad de un patio de arena que, como los postes de entrenamiento, había sufrido bastante el paso del tiempo. Sin embargo, aun habiendo sufrido el desgaste del tiempo, el lugar estaba cuidado con cariño, esperando a ser usado algún día que otro.
Demian y Alanna ya estaban allí distraídos entrenando, le sorprendió no ver aún a Eärwen, aunque por la cantidad de magia curativa que había usado, lo sorprendente en realidad seria que no siguiese durmiendo por un buen par de horas, Eltrant se cruzó de brazos y les observó luchar contra aquellos hombres inanimados.
-“¡Buenos días!” – Les dijo desde la entrada de buen humor.
Mientras que el muchacho descargaba con furia dos espadas cortas de madera contra uno de los troncos, y a pesar de que sus golpes parecían caóticos y al azar pronto adivinó que se concentraban sobre todo en las partes de los maniquíes marcadas como “letales”, rápido y conciso, no podía ser de otra forma.
Alanna por su parte se movía grácilmente y daba sendas estocadas al aire con una espada de confección similar a la de su compañero, un poco más larga que la del muchacho las cuales podían ser consideradas dagas. La joven manejaba el arma con una destreza encomiable, los golpes que daba, gráciles pero directos, decían que había recibido adiestramiento –“Digna de la guardia de Lunargenta…” – dijo para sí con media sonrisa recordando la vez que había tratado de entrar a la guardia.
-“¿Te vas a quedar simplemente mirando o vas a unirte a ellos?” – La afable voz del regente del local llamó su atención, el cual se había colocado junto a él sin que el mercenario se percatase. Eltrant rió un poco y negó con la cabeza –“No sabría que hacer de todas formas” – El anciano asintió sonriendo, sin embargo, no desistió –"Y sin embargo cargas con una espada ¿Puedo verla?” – Tras pensarlo unos segundos se desató la espada del cinturón y se la entregó al anciano, quien la extrajo de su vaina y observó el frío brillo cobrizo del metal –“Es un arma pesada muchacho” – dijo tras verla durante unos segundos–“…y ha visto muchas cosas” – El anciano pasó el dedo por la corroída hoja arrastrando en él parte del color de la misma – “¿Sabes usarla?” – Eltrant se encogió de hombros y sonrió –“Podría decirse que sí”
A diferencia de sus compañeros quienes después de observarles practicar durante unos segundos se podían apreciar que habían recibido un riguroso y duro entrenamiento, él era completamente autodidacta, algo que tenía sus pro y sus contra, a Eltrant le gustaba pensar que tenía más cosas buenas que malas, principalmente para tranquilizarse en los enfrentamientos.
Al salir de la granja su mayor conocimiento sobre esgrima era “Si te cruzas en el trayecto de la hoja, te cortas” y si bien su padre había enseñado a sus hijos a defenderse con una espada, los conocimientos del granjero entonces no iban mucho más allá de agarrar la empuñadura correctamente.
Tras unos segundos más contemplando a sus compañeros entrenar, el hombre le condujo hasta un baúl en el que guardaba una multitud de armas de madera y otras para práctica.
Eltrant aguardó sin decir nada mientras el anciano rebuscaba entre las armas hasta que sacó una espada de madera de dimensiones similares a la suya, tras revisar que estaba correctamente se la entregó al mercenario con una sonrisa –“Es muy ligera” – dijo este agarrando la espada con ambas manos y tanteando su peso, esto hizo que el hombre dejara escapar una fuerte carcajada –“¿Qué esperabas? Es madera” – después le dio unos golpecitos en la espalda a Eltrant y le señaló uno de los maniquies. –“Ese horrendo bandido quiere acabar con el pueblo, dale una lección”
Eltrant suspiró y dejo escapar una risa nerviosa ante la ocurrencia del anciano, dejando a su cuidado la herrumbrosa espada se dirigió con la de madera hacia el tocón con armadura.
Esquivó cuidadosamente una de las estocadas al aire de la muchacha y pasó junto al chico para ponerse frente al maniquí, ¿Qué tenía que hacerle? ¿Golpearle? Era un trozo de madera, no iba a sentir mucho. Miró otra vez hacia el anciano quien le sonrió y como solía hacer, agarrando la espada con una mano, empezó a golpear los puntos marcados con una cruz.
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Re: En un día de relajo también se puede entrenar [Entrenamiento][Ëarwen+Eltrant Tale+Alanna Delteria+Demian] [CERRADO]
Eärwen despertó más pronto de lo que hubiese querido, ignoró la luz que comenzaba a colarse en la estancia y se dio la vuelta, cubriéndose el rostro con las sábanas. Después de todos los esfuerzos realizados durante los incidentes de los últimos días hubiese preferido dormir algo más, pero ya le sería muy difícil conciliar el sueño de nuevo, así que abrió los ojos y se quedó en la cama durante unos minutos, pensativa.
La noche anterior apenas había echado un vistazo a la habitación, tras asegurarse de dejar al brujo en la suya, había buscado la correspondiente a su llave, para simplemente limitarse a depositar sus cosas sobre una mesa y dejarse caer en el camastro, que le pareció de lo más cómodo. Quizá aquella sensación se debiera a las semanas que llevaba sin descansar debidamente, pues desde que puso los pies en Midgar no había tenido una noche tranquila.
Se sentó al borde de la cama y observó con mayor detenimiento el cuarto, que era bastante modesto pero acogedor. Contaba con una mesa y una silla, junto a las que se encontraba un armario de madera, que quedaba al lado de la única ventana de la estancia. Luego estaban la cama y una mesita de noche junto a ella, en la que Nessa dormía plácidamente, dentro de uno de los cajones, que la elfa había dejado abierto, tal como hacía en su casa de Sandorai.
No podía quejarse, en realidad no necesitaba mucho más, así que se levantó y acudió al aseo, donde pudo darse un baño relajante antes de ponerse una muda limpia. Revisó el estado de su túnica y soltó un suspiro, tendría que llevar a arreglar la manga, pero dudaba que en aquel pequeño poblado pudiese haber un sastre, con lo que esperaría a estar en Dundarak. Se acercó a la ventana y pudo ver como sus compañeros se encontraban en una especie de patio trasero, practicando con varios muñecos de entrenamiento.
Sonrió levemente y se echó el arco al hombro, antes de bajar a por algo de comida y volver a la habitación, para dejar un poco a su pequeña amiga peluda. Enfiló de nuevo el pasillo y bajó las escaleras, mientras terminaba de comerse una pasta dulce que la cocinera le había dado. Salió por la puerta principal y pasó por el establo, para revisar que a Lluvia tampoco le faltase nada y que estuviese tranquila, cosa que le costaba más por tener que tratar con desconocidos. - Buenos días amiga, parece que te tienen bien cuidada. - musitó, mientras acariciaba las grises crines de la yegua.
Abandonó el establo y bordeó el edificio, hasta llegar al patio de arena donde los demás se encontraban. - Buenos días, veo que habéis descansado bien. - dijo al acercarse, con voz amable y una sonrisa en el rostro. - ¿También se une al entrenamiento joven? - preguntó el tabernero, que se encontraba junto a una caja de armas, mayormente de madera o sin filo. Se detuvo junto a él y echó un vistazo al contenido, centrándose en las flechas sin punta, que resultarían algo complicadas de clavar.
- Una arquera, espere un momento y le traeré una diana, estoy seguro de que la dejé por aquí. - añadió al ver que su interés se centraba en las saetas. La de cabellos negros observó a los demás mientras esperaba, ladeando levemente la cabeza, como solía hacer cuando prestaba atención a lo que veía. Los cuatro tenían estilos diferentes de lucha, lo cual podía resultar de lo más útil, ya que podían enseñarse cosas unos a otros, con lo que todos mejorarían.
- Aquí está, ¿dónde quiere que se la ponga? - preguntó el amable hombre, sosteniendo el soporte de madera de la diana. - Tan lejos como sea posible, deje que le ayude. - respondió ella, antes de sujetar uno de los extremos para que trasladarla fuese más fácil. La situaron casi al borde del patio, con lo que podría practicar su puntería a una distancia aceptable.
La noche anterior apenas había echado un vistazo a la habitación, tras asegurarse de dejar al brujo en la suya, había buscado la correspondiente a su llave, para simplemente limitarse a depositar sus cosas sobre una mesa y dejarse caer en el camastro, que le pareció de lo más cómodo. Quizá aquella sensación se debiera a las semanas que llevaba sin descansar debidamente, pues desde que puso los pies en Midgar no había tenido una noche tranquila.
Se sentó al borde de la cama y observó con mayor detenimiento el cuarto, que era bastante modesto pero acogedor. Contaba con una mesa y una silla, junto a las que se encontraba un armario de madera, que quedaba al lado de la única ventana de la estancia. Luego estaban la cama y una mesita de noche junto a ella, en la que Nessa dormía plácidamente, dentro de uno de los cajones, que la elfa había dejado abierto, tal como hacía en su casa de Sandorai.
No podía quejarse, en realidad no necesitaba mucho más, así que se levantó y acudió al aseo, donde pudo darse un baño relajante antes de ponerse una muda limpia. Revisó el estado de su túnica y soltó un suspiro, tendría que llevar a arreglar la manga, pero dudaba que en aquel pequeño poblado pudiese haber un sastre, con lo que esperaría a estar en Dundarak. Se acercó a la ventana y pudo ver como sus compañeros se encontraban en una especie de patio trasero, practicando con varios muñecos de entrenamiento.
Sonrió levemente y se echó el arco al hombro, antes de bajar a por algo de comida y volver a la habitación, para dejar un poco a su pequeña amiga peluda. Enfiló de nuevo el pasillo y bajó las escaleras, mientras terminaba de comerse una pasta dulce que la cocinera le había dado. Salió por la puerta principal y pasó por el establo, para revisar que a Lluvia tampoco le faltase nada y que estuviese tranquila, cosa que le costaba más por tener que tratar con desconocidos. - Buenos días amiga, parece que te tienen bien cuidada. - musitó, mientras acariciaba las grises crines de la yegua.
Abandonó el establo y bordeó el edificio, hasta llegar al patio de arena donde los demás se encontraban. - Buenos días, veo que habéis descansado bien. - dijo al acercarse, con voz amable y una sonrisa en el rostro. - ¿También se une al entrenamiento joven? - preguntó el tabernero, que se encontraba junto a una caja de armas, mayormente de madera o sin filo. Se detuvo junto a él y echó un vistazo al contenido, centrándose en las flechas sin punta, que resultarían algo complicadas de clavar.
- Una arquera, espere un momento y le traeré una diana, estoy seguro de que la dejé por aquí. - añadió al ver que su interés se centraba en las saetas. La de cabellos negros observó a los demás mientras esperaba, ladeando levemente la cabeza, como solía hacer cuando prestaba atención a lo que veía. Los cuatro tenían estilos diferentes de lucha, lo cual podía resultar de lo más útil, ya que podían enseñarse cosas unos a otros, con lo que todos mejorarían.
- Aquí está, ¿dónde quiere que se la ponga? - preguntó el amable hombre, sosteniendo el soporte de madera de la diana. - Tan lejos como sea posible, deje que le ayude. - respondió ella, antes de sujetar uno de los extremos para que trasladarla fuese más fácil. La situaron casi al borde del patio, con lo que podría practicar su puntería a una distancia aceptable.
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Re: En un día de relajo también se puede entrenar [Entrenamiento][Ëarwen+Eltrant Tale+Alanna Delteria+Demian] [CERRADO]
Uno a uno sus compañeros había llegado y se habían unido a la práctica. Parecía que aquel grupo no conocía mucho del relajo. Definitivamente no eran personas comunes, todos a su manera eran aventureros en busca de acción y no habían nacido para vidas simples y aburridas, sino para grandeza.
Dejó de golpear el muñeco y contempló a sus compañeros, cada uno esforzándose en lo que hacía, cada uno mostrando su talento. Definitivamente habían mostrado ser efectivos en el campo de batalla y valerosos guerreros, pero por lo general habían actuado de acuerdo a improvisación y valentía más que estrategias elaboradas de combate.
-Un monigote no pelea de vuelta -dijo en voz suficientemente alta para hacerse oír -un vampiro o un licántropo no se quedarán quietos para que les demos como almohadas.
Se paró en el medio del patio, una arena simple, amplia, despejada en el centro y con algunos pilares de madera en los costados, que sostenían el pequeño tejado que hacía sombra en el borde que daba a la posada. Estiró un poco sus músculos, para elongar las articulaciones y luego miró a sus compañeros estudiando sus características. Eltrant, según había observado, era un luchador equilibrado, algo flaco en la defensa, pero a cambio resistente a los golpes, ágil y ciertamente letal cuando blandía su espadón. Ëarwen era más ágil, pero menos resistente. A Alanna no había podido verla mucho en combate, a diferencia de sus compañeros, por lo que no sabía muy bien cuáles serían sus características. Él, por otro lado, era el que tenía menos fuerza y resistencia del montón, pero compensaba con una buena agilidad y con trucos mágicos.
-¿Qué tal si vamos a la acción chicos contra chicas? -propuso con una sonrisa en su rostro- yo y Eltrant por un lado, Ëarwen y Alanna por otro… obviamente no usaríamos armas de verdad y la idea no es herir al otro, cualquier contacto que con arma real haría daño va a dar un punto, si el ataque da en la cabeza o en el corazón vale 2 puntos, pero nada de pegar fuerte en la cabeza, sólo tocar, gana el equipo que suma más puntos… ¿qué les parece?.
Trató de pensar una manera de ser más justo con aquellos que denotaban ser físicamente más resistentes.
-El primer golpe a Eltrant o a Alanna no cuenta como punto, ya que parecen ser quienes más aguantan golpes en una pelea real… no se vale pegar con malicia ni lesionar a los otros, es sólo un juego.
El chico parecía animado, la idea de participar en un juego era atrayente y era la parte que más le gustaba de los entrenamientos en el templo, cuando probaban sus habilidades en combates a modo de juego. Podía ser muy competitivo cuando se lo proponía.
-Si Ëarwen está de acuerdo y le parece justo, sólo podrá usar 3 a 5 flechas, las que crea justas, pero puede recogerlas luego de usarlas… en un espacio casi sin obstáculos como este tiene tiros fáciles.
Demian
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Re: En un día de relajo también se puede entrenar [Entrenamiento][Ëarwen+Eltrant Tale+Alanna Delteria+Demian] [CERRADO]
Al poco de que Alanna estuviese practicando bajó Eltrant, el chico, aunque dudoso, finalmente se unió a la práctica, entre golpes al aire y piruetas para calentar, Alanna se fijo en que el estilo del chico, aunque sin refinar, tenía mucha fuerza, por otro lado, Demian era rápido y ágil, y letal, sus estilos parecían más similares. Se acercó al espadachín y le pidió consejo:
- ¿Cómo lo haces?- preguntó- Esos golpes, ¿de dónde sacas la fuerza? ¿Del pecho?- Intentó imitar el movimiento, pero le pareció absurdo, ella no sabía golpear tan fuerte.
Mientras preguntaba llegó Eärwen, la elfa traía consigo el arco, y tras situar una diana se puso a disparar. Sus disparos eran certeros y rápidos. Cuando todos estuvieron allí, cada uno practicando su destreza, el pequeño brujo tuvo una idea, un juego, -chicos contra chicas-, dijo, se sumarían puntos por golpes, los vitales, serían dos, el resto uno, aunque, por supuesto, no debían golpear fuerte, el primero golpe a Eltrant y Alanna no contaría, pues eran los más resistentes y la arquera solo podría usar de tres, a cinco flechas, que podría recoger, ya que en ese espacio, tendría tiros limpios.
- Me apunto,- dijo la joven espadachín- lo siento Eltrant, los consejos tendrán que esperar, tanto para ti como para mi- con una sonrisa, Alanna dio un paso hacia la caja de armas y sacó las flechas de punta redonda para darselas a la elfa, se acercó a ella y la miró- ¿Les damos una paliza?
Tras la respuesta de la joven morena, muchacha giró la espada de madera en sus manos, sus músculos ya habían entrado en calor, se situó en una de las mitades del, ahora, ring, y observó su entorno, algo alejados había arboles, el suelo era de tierra y también estaban los postes, eran elementos importantes para tener en cuenta, tal vez podría usarlos para algo. Esperó la reacción del resto de compañeros, tenía ganas de una pelea amistosa, la mejor forma de aprender de los otros, era luchar contra ellos.
- ¿Cómo lo haces?- preguntó- Esos golpes, ¿de dónde sacas la fuerza? ¿Del pecho?- Intentó imitar el movimiento, pero le pareció absurdo, ella no sabía golpear tan fuerte.
Mientras preguntaba llegó Eärwen, la elfa traía consigo el arco, y tras situar una diana se puso a disparar. Sus disparos eran certeros y rápidos. Cuando todos estuvieron allí, cada uno practicando su destreza, el pequeño brujo tuvo una idea, un juego, -chicos contra chicas-, dijo, se sumarían puntos por golpes, los vitales, serían dos, el resto uno, aunque, por supuesto, no debían golpear fuerte, el primero golpe a Eltrant y Alanna no contaría, pues eran los más resistentes y la arquera solo podría usar de tres, a cinco flechas, que podría recoger, ya que en ese espacio, tendría tiros limpios.
- Me apunto,- dijo la joven espadachín- lo siento Eltrant, los consejos tendrán que esperar, tanto para ti como para mi- con una sonrisa, Alanna dio un paso hacia la caja de armas y sacó las flechas de punta redonda para darselas a la elfa, se acercó a ella y la miró- ¿Les damos una paliza?
Tras la respuesta de la joven morena, muchacha giró la espada de madera en sus manos, sus músculos ya habían entrado en calor, se situó en una de las mitades del, ahora, ring, y observó su entorno, algo alejados había arboles, el suelo era de tierra y también estaban los postes, eran elementos importantes para tener en cuenta, tal vez podría usarlos para algo. Esperó la reacción del resto de compañeros, tenía ganas de una pelea amistosa, la mejor forma de aprender de los otros, era luchar contra ellos.
Alanna Delteria
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Re: En un día de relajo también se puede entrenar [Entrenamiento][Ëarwen+Eltrant Tale+Alanna Delteria+Demian] [CERRADO]
Eltrant bajó el arma de madera para contestar la pregunta de Alanna y la miró con curiosidad- “¿Qué cómo hago…?” – pero antes de poder contestar llegó Eärwen a quien el anciano pronto le trajo una diana para que practicase.
Fue en ese momento cuando Demian propuso una pequeña competición entre los presentes, desviando de nuevo el tema de conversación, no tardó en explicar las reglas y proponer los equipos.
El humor y la competitividad del muchacho eran contagiosas por lo que Eltrant quien había dejado de golpear el maniquí de entrenamiento para escuchar al chico asintió de buen humor –“Sí, puede ser divertido” – Dejó caer la espada de madera sobre su hombro y se acercó al muchacho.
La decisión para hacer los equipos fue simple, chicos contra chicas. No había visto luchar a Alanna, pero Eärwen era endiabladamente rápida y algo le decía que haber descansado no solo había afinado su puntería, pero tenía a Demian en el equipo, quien era casi tan ágil como la elfa y especialista en pasar desapercibido, podría inclinar la balanza a favor de su equipo. En cualquier caso, independientemente del resultado de aquel improvisado encuentro, el hecho era que aquella competición podía ser un ejercicio muy interesante.
-“¿Y cómo empezamos?” – Preguntó Eltrant –“¿Contamos hasta tres o algo?” – Bromeó Eltrant pasándose la espada de una mano a otra. -“Yo me ocupare de eso” – El anciano que había observado toda la planificación del combate desde la entrada al patio se sentó sobre unas cajas que tenía junto a él e indicó a los presentes que se preparasen – “Hacia tiempo solía hacer este tipo de cosas a diario, o al menos verlas” – dijo sonriendo –“Venga, tomad posiciones” – Apremió al grupo dando palmas a que se colocaran de las formas que más les conviniera.
Eltrant miró a Eärwen quien estaba armada con un arco y después a Alanna. Demian sabia hasta el momento como luchaba Eärwen, y su instinto de supervivencia le decía que si atacaba a Eärwen de frente lo único que haría sería recibir todas las flechas de la elfa, Alanna en cambio era una incógnita, por lo que en cierto modo, no estaría mal que quien tenía un golpe de más comprobara sus habilidades, así que después de pensarlo un poco agarrando firmemente la empuñadura de la gruesa espada de madera se colocó frente a la guarda.
-“¿Me concede este baile?” – Bromeó mientras hacia una exagerada reverencia y se ponía en guardia.
Fue en ese momento cuando Demian propuso una pequeña competición entre los presentes, desviando de nuevo el tema de conversación, no tardó en explicar las reglas y proponer los equipos.
El humor y la competitividad del muchacho eran contagiosas por lo que Eltrant quien había dejado de golpear el maniquí de entrenamiento para escuchar al chico asintió de buen humor –“Sí, puede ser divertido” – Dejó caer la espada de madera sobre su hombro y se acercó al muchacho.
La decisión para hacer los equipos fue simple, chicos contra chicas. No había visto luchar a Alanna, pero Eärwen era endiabladamente rápida y algo le decía que haber descansado no solo había afinado su puntería, pero tenía a Demian en el equipo, quien era casi tan ágil como la elfa y especialista en pasar desapercibido, podría inclinar la balanza a favor de su equipo. En cualquier caso, independientemente del resultado de aquel improvisado encuentro, el hecho era que aquella competición podía ser un ejercicio muy interesante.
-“¿Y cómo empezamos?” – Preguntó Eltrant –“¿Contamos hasta tres o algo?” – Bromeó Eltrant pasándose la espada de una mano a otra. -“Yo me ocupare de eso” – El anciano que había observado toda la planificación del combate desde la entrada al patio se sentó sobre unas cajas que tenía junto a él e indicó a los presentes que se preparasen – “Hacia tiempo solía hacer este tipo de cosas a diario, o al menos verlas” – dijo sonriendo –“Venga, tomad posiciones” – Apremió al grupo dando palmas a que se colocaran de las formas que más les conviniera.
Eltrant miró a Eärwen quien estaba armada con un arco y después a Alanna. Demian sabia hasta el momento como luchaba Eärwen, y su instinto de supervivencia le decía que si atacaba a Eärwen de frente lo único que haría sería recibir todas las flechas de la elfa, Alanna en cambio era una incógnita, por lo que en cierto modo, no estaría mal que quien tenía un golpe de más comprobara sus habilidades, así que después de pensarlo un poco agarrando firmemente la empuñadura de la gruesa espada de madera se colocó frente a la guarda.
-“¿Me concede este baile?” – Bromeó mientras hacia una exagerada reverencia y se ponía en guardia.
Eltrant Tale
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Re: En un día de relajo también se puede entrenar [Entrenamiento][Ëarwen+Eltrant Tale+Alanna Delteria+Demian] [CERRADO]
Una vez colocada la diana a una distancia adecuada, la elfa tomó algunas flechas y comenzó a practicar su puntería desde la posición adecuada, acertando en el objetivo con todos los tiros. Lanzaba con rapidez y de forma efectiva, alcanzando el centro de la diana sin demasiada dificultad, aunque el hecho de que fuese un objeto inanimado ayudaba. De todos modos no solía fallar a menudo, la joven siempre intentaba apuntar a zonas vitales para que el daño resultase crítico, aunque prefería evitar la pelea si era posible.
Sin embargo, los últimos días le habían hecho ver que eso en ocasiones no se podía lograr, así que la opción más inteligente era seguir en forma y entrenándose como solía hacer en los bosques de Sandorai. Tenía en mente las enseñanzas de su padre, que la había instruido en combate durante décadas para que al abandonar su hogar supiese defenderse ante cualquier situación, lecciones que ahora intentaría repetir para no perder la destreza que con tanto esfuerzo había adquirido.
Apartó la vista de la diana para prestar atención a las palabras del brujo, que proponía un pequeño juego a modo de práctica, en que el grupo se dividiría en dos parejas, chicos contra chicas. Eärwen miró a su compañera y se preguntó cuáles serían sus puntos fuertes y débiles, ya que aún no había tenido ocasión de verla pelear. Demian era el más ágil, y además contaba con la magia ilusoria que le permitía volverse casi invisible, mientras que Eltrant se centraba más en el cuerpo a cuerpo, por su resistencia a los golpes y la fuerza con que podía herir.
Por supuesto tendrían que tener cuidado, solo era un ejercicio y lo último que buscaban era hacer daño a otro, cosa que a ella la limitaba bastante. No podía apuntar a la cabeza con el arco, o se arriesgaría a acertar en los ojos, y aunque las flechas no tuviesen punta eso podría causar un gran problema, por el impulso con que salía disparado el proyectil. Asintió ante las palabras de Demian, que limitaba el número de saetas que podía usar, con lo que se acercó a la caja y aceptó las que le tendía Alanna.
- Usaré tres flechas y una daga de madera, si no os parece mal. - dijo, mientras se hacía con un carcaj y se lo colgaba al hombro, para tener las saetas en el lugar adecuado de cara a los tiros. Enfundó el arma de corto alcance en su cinturón y esbozó una sonrisa, mientras se posicionaba y tensaba a medias el arco, con la primera flecha ya colocada. - Que vean de lo que somos capaces. - musitó en respuesta a la pregunta que había hecho la joven guarda.
No sabía cómo se desenvolvería ella en la pelea, ni que estilo de lucha dominaba, pero pronto todos lo verían. El tabernero se ofreció a dar la señal para que comenzaran, tras lo cual Eltrant se colocó frente a Alanna e hizo una exagerada reverencia. De aquel modo las parejas quedaban lo más igualadas posibles en cuanto a habilidades, ya que cada uno se enfrentaba al miembro del grupo más parecido.
Eärwen observó al brujo, al que tendría que vigilar para no perderlo de vista con aquel truco suyo de las ilusiones. Demian era ágil y estaba entrenado para ir a las zonas críticas, al igual que ella, por lo que tendría que estar muy atenta a cualquier movimiento que realizara. También el muchacho contaba con algo de ventaja al ser más pequeño, ya que eso reducía la zona a la que la elfa podía apuntar, pero se las apañaría, y en última instancia echaría mano a la daga de madera, cuando el mago se encontrase ya demasiado cerca para que pudiese lanzar una flecha hacia él.
- Creo que estamos todos listos, cuando quiera buen hombre. - añadió, desviando la vista hacia el tabernero para que se diera por aludido y comenzara la cuenta atrás.
Sin embargo, los últimos días le habían hecho ver que eso en ocasiones no se podía lograr, así que la opción más inteligente era seguir en forma y entrenándose como solía hacer en los bosques de Sandorai. Tenía en mente las enseñanzas de su padre, que la había instruido en combate durante décadas para que al abandonar su hogar supiese defenderse ante cualquier situación, lecciones que ahora intentaría repetir para no perder la destreza que con tanto esfuerzo había adquirido.
Apartó la vista de la diana para prestar atención a las palabras del brujo, que proponía un pequeño juego a modo de práctica, en que el grupo se dividiría en dos parejas, chicos contra chicas. Eärwen miró a su compañera y se preguntó cuáles serían sus puntos fuertes y débiles, ya que aún no había tenido ocasión de verla pelear. Demian era el más ágil, y además contaba con la magia ilusoria que le permitía volverse casi invisible, mientras que Eltrant se centraba más en el cuerpo a cuerpo, por su resistencia a los golpes y la fuerza con que podía herir.
Por supuesto tendrían que tener cuidado, solo era un ejercicio y lo último que buscaban era hacer daño a otro, cosa que a ella la limitaba bastante. No podía apuntar a la cabeza con el arco, o se arriesgaría a acertar en los ojos, y aunque las flechas no tuviesen punta eso podría causar un gran problema, por el impulso con que salía disparado el proyectil. Asintió ante las palabras de Demian, que limitaba el número de saetas que podía usar, con lo que se acercó a la caja y aceptó las que le tendía Alanna.
- Usaré tres flechas y una daga de madera, si no os parece mal. - dijo, mientras se hacía con un carcaj y se lo colgaba al hombro, para tener las saetas en el lugar adecuado de cara a los tiros. Enfundó el arma de corto alcance en su cinturón y esbozó una sonrisa, mientras se posicionaba y tensaba a medias el arco, con la primera flecha ya colocada. - Que vean de lo que somos capaces. - musitó en respuesta a la pregunta que había hecho la joven guarda.
No sabía cómo se desenvolvería ella en la pelea, ni que estilo de lucha dominaba, pero pronto todos lo verían. El tabernero se ofreció a dar la señal para que comenzaran, tras lo cual Eltrant se colocó frente a Alanna e hizo una exagerada reverencia. De aquel modo las parejas quedaban lo más igualadas posibles en cuanto a habilidades, ya que cada uno se enfrentaba al miembro del grupo más parecido.
Eärwen observó al brujo, al que tendría que vigilar para no perderlo de vista con aquel truco suyo de las ilusiones. Demian era ágil y estaba entrenado para ir a las zonas críticas, al igual que ella, por lo que tendría que estar muy atenta a cualquier movimiento que realizara. También el muchacho contaba con algo de ventaja al ser más pequeño, ya que eso reducía la zona a la que la elfa podía apuntar, pero se las apañaría, y en última instancia echaría mano a la daga de madera, cuando el mago se encontrase ya demasiado cerca para que pudiese lanzar una flecha hacia él.
- Creo que estamos todos listos, cuando quiera buen hombre. - añadió, desviando la vista hacia el tabernero para que se diera por aludido y comenzara la cuenta atrás.
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Re: En un día de relajo también se puede entrenar [Entrenamiento][Ëarwen+Eltrant Tale+Alanna Delteria+Demian] [CERRADO]
Como un mapa con puntos de colores para señalar a cada miembro de la batalla imaginó Demian el campo de batalla. No le gustaba la idea de partir a campo abierto, pero estimó que si jugaba bien sus cartas podría hacer hacer algo. De alguna manera pareció formarse un acuerdo tácito de que Eltrant se enfrentaría a Alanna y Demian a Ëarwen, aquello sería lo más honorable, uno contra uno en una muestra de talento y habilidad, en cierta igualdad de condiciones. Sonaba lo correcto… pero Demian no era honorable ni hacía lo correcto.
Soltó sus dagas, dejándolas enfundadas a su costado en señal de que comenzaría de la manera más justa posible, a una prudente distancia de la elfa, de unos 10 metros, por el lado izquierdo de Eltrant, pero mirándola fijamente. Le sonrió y le hizo una profunda reverencia, como si aquello fuera una especia de ritual al que estaba acostumbrado. En cierta manera lo era.
-No creas que seré bueno contigo porque eres una chica -le dijo con una sonrisa burlesca, consciente de que era él quien en teoría era el más débil del grupo por ser un niño, pero aquello le daba un sabor especial a su mofa.
El pequeño hombre parecía disfrutar de la escena, como si presenciar combates fuera su pasatiempo favorito que le hubieran negado por mucho tiempo. Se ofreció a ser una suerte de árbitro o al menos dar la partida. Aquello le parecía bien y sería perfecto para su plan de ataque.
-Ataca rápido y agresivo, por favor… y si puedes levantar polvo al moverte, mejor, mientras más llenemos de polvo el campo más protegidos estaremos de las flechas -le comentó a Eltrant en un susurro.
A continuación volvió a mirar fijo a Ëarwen, desafiante, como si estuviera confiado en su capacidad para acortar la distancia y clavarle las dagas, con las manos cerca de su cintura y los dedos preparados para sacar las armas. El hombre, en tanto, caminó con dificultad hasta estar a un costado del campo, justo a la altura del centro, y levantó su mano.
-A la cuenta de tres -proclamó solemne- ya saben, golpe es punto, herida mortal son 2… el joven y el niño por un lado, las dos damas por el otro… el primer equipo que llega a 10 puntos es el ganador -había agregado la última regla para tener un límite, de lo contrario podrían darse de golpes todo el día sin que hubiera un ganador -atentos… 3… 2… 1… ¡AHORA!.
Demian dio un paso adelante, en dirección a Ëarwen, manteniendo la mirada fija en ella, pero en ese mismo instante activó su magia de invisibilidad. La distancia le aseguraba que ella no pudiera verle sin acercarse, pero acercarse reduciría la distancia para alcanzarla. De todas maneras no era esa su intención. Apenas su ilusión le cubría cambió su dirección en seco, girando hacia la izquierda y movilizándose para pasar por detrás de Eltrant, de manera de describir una curva completa que comenzaría desde su lugar, daba la vuelta y terminaba al costado de la mano izquierda de Alanna, o derecha de Eltrant, interponiendo los otros luchadores entre él y la elfa. Si su plan tenía éxito Ëarwen intentaría protegerse de una eventual emboscada suya, pero él en realidad estaría listo para descargar sus dagas contra Alanna al mismo tiempo que Eltrant la atacara con su espada.
Demian
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Re: En un día de relajo también se puede entrenar [Entrenamiento][Ëarwen+Eltrant Tale+Alanna Delteria+Demian] [CERRADO]
- Será un placer- Respondió la joven al espadachín, con nueva reverencia. Lo tenía todo paneado, lo primero, correr hacia los postes, tenía la cuerda, y pensaba usarla con inteligencia. Miró atentamente la distancia entre ella y los postes, no estaban demasiado alejados, le daría tiempo a anudar la cuerda y a lanzarla con suficiente certeza. Volvió a mirar al espadachín. Dio unos giros a la espada presentó su arma y luego se puso en posición, en cuanto diesen la señal, a correr, era momento de jugar al ratón y al gato.
Una vez más dio un vistazo al terreno, el suelo polvoriento... era un contratiempo para las flechas, pero confiaba en la puntería de la elfa,Sabía que Eltrant era bueno resistiendo golpes y tenía mucha fuerza, pero si fallaba en algo, era en la agilidad, el pequeño había demostrado inteligencia y dotes en la magia, pero el era problema de la arquera. Había un abrevadero lleno de agua, pero no sabía si tenía bastante fuerza para tirarlo, si lo lograse la arena sería barro y dirían adios al polvo. Mientras analizaba el terreno por segunda vez, el señor, que se había ofrecido a arbitrar, habló, era el momento de centrarse, se mordió el labio esperando la señal para hechar a correr hacia los postes:
-A la cuenta de tres - proclamó con seriedad- ya saben, golpe es punto, herida mortal son 2… el joven y el niño por un lado, las dos damas por el otro… el primer equipo que llega a 10 puntos es el ganador -vaya, eso es nuevo, se le pasó por la cabeza a la chica entre los latidos nerviosos de su corazón y las ansias por empezar -atentos… 3… 2… 1… ¡AHORA!.
Por fín, comenzó a correr sacando la cuerda de su cinto y anundandola, y fue un acierto, pues el pequeño brujo, con una rapidez envidiable, había ido directo a darle con las dagas, se había librado por pura suerte, pero era algo que no siempre le sonreiría, necesitaba estrategia, aun corriendo, y con la espada mal cogida, anudó la cuerda y la lanzó hacia el monigote del centro. Entró, por fortuna, y enredó la cuerda en una de sus manos con fuerza mientras tomaba bien la espada, en cuanto alguien se acercase, saltaría, con la rapidez y la cuerda, si hacía fuerza para mantenerse en el aire unos momentos, podría dar una vuelta al "soldado" y caer sobre la espalda de quien la hubiese perseguido. Era hora de ponerse serios.
Una vez más dio un vistazo al terreno, el suelo polvoriento... era un contratiempo para las flechas, pero confiaba en la puntería de la elfa,Sabía que Eltrant era bueno resistiendo golpes y tenía mucha fuerza, pero si fallaba en algo, era en la agilidad, el pequeño había demostrado inteligencia y dotes en la magia, pero el era problema de la arquera. Había un abrevadero lleno de agua, pero no sabía si tenía bastante fuerza para tirarlo, si lo lograse la arena sería barro y dirían adios al polvo. Mientras analizaba el terreno por segunda vez, el señor, que se había ofrecido a arbitrar, habló, era el momento de centrarse, se mordió el labio esperando la señal para hechar a correr hacia los postes:
-A la cuenta de tres - proclamó con seriedad- ya saben, golpe es punto, herida mortal son 2… el joven y el niño por un lado, las dos damas por el otro… el primer equipo que llega a 10 puntos es el ganador -vaya, eso es nuevo, se le pasó por la cabeza a la chica entre los latidos nerviosos de su corazón y las ansias por empezar -atentos… 3… 2… 1… ¡AHORA!.
Por fín, comenzó a correr sacando la cuerda de su cinto y anundandola, y fue un acierto, pues el pequeño brujo, con una rapidez envidiable, había ido directo a darle con las dagas, se había librado por pura suerte, pero era algo que no siempre le sonreiría, necesitaba estrategia, aun corriendo, y con la espada mal cogida, anudó la cuerda y la lanzó hacia el monigote del centro. Entró, por fortuna, y enredó la cuerda en una de sus manos con fuerza mientras tomaba bien la espada, en cuanto alguien se acercase, saltaría, con la rapidez y la cuerda, si hacía fuerza para mantenerse en el aire unos momentos, podría dar una vuelta al "soldado" y caer sobre la espalda de quien la hubiese perseguido. Era hora de ponerse serios.
Alanna Delteria
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Re: En un día de relajo también se puede entrenar [Entrenamiento][Ëarwen+Eltrant Tale+Alanna Delteria+Demian] [CERRADO]
-“Atacar agresivamente y rápido” – Eltrant asintió al muchacho –“No se me da mal” – le sonrió.
Frente a él, Alanna le devolvió la reverencia y se preparó para el combate –“¿Nerviosa?” – preguntó burlón a la chica, lo cierto era que aunque aún no había empezado la escaramuza, se lo estaba pasando bien, no obstante el sí que estaba algo nervioso, tragó saliva e inspiró profundamente para después dar varios saltitos tratando de relajarse, mentalizándose para atacar o parar la embestida de la guarda en cuanto el anciano diese la señal.
Segundos después el anciano contó hasta tres dando pie a que comenzara el combate, para el mercenario fueron tres segundos extrañamente largos, pero cuando pasaron, Eltrant notó como su compañero se desvanecía, su mano se cerró aun con más firmeza en torno a su espada, ya tendría algún plan en su cabeza.
Alanna parecía tenerlo también pues empezó con el suyo propio a la vez que Demian desaparecía y retrocedió hasta los maniquíes con una larga cuerda en una de sus manos, Eltrant esbozó una ligera sonrisa, era realmente tentador seguir a la muchacha y ver hasta dónde llegaba la estratagema, pero desde un principio el mercenario había pensado que al ser ella “la fuerza bruta” del equipo contrario, Alanna y él se enfrentarían cuerpo a cuerpo nada más empezar el combate, si iba a estar obligado a jugar al gato y al ratón iba a hacerlo con alguien a quien tuviese la oportunidad de derrotar cuerpo a cuerpo sin muchos problemas.
Fue en ese instante cuando su vista se clavó en Eärwen armada con el arco y una daga de madera, la guarda se había alejado lo suficiente como para no ser un problema inmediato y Demian estaba en alguna parte, cubriéndole las espaldas, si tenía alguna oportunidad de dejar a Eärwen sin varios valiosos puntos, era en aquel momento.
Colocando la punta de la espada de madera en el suelo, y haciendo zigzag para evitar futuras flechas, empezó a correr hacia la arquera arrastrando la espada de forma que dejaba tras de sí una estela de polvo, que si bien no era ni muy extensa ni espesa, se encargaba de levantar el suficiente como para tener una tenue cobertura.
La noche de descanso le había sentado bien le habían herido de gravedad los últimos días y allí estaba, dando lo máximo de sí en una competición casera. Y aunque seguía sin ser el más ágil, no iba a permitir que menospreciaran su velocidad, sin apartar la mirada de Eärwen siguió avanzando hacia ella, cuidando de que no le disparase una flecha de improviso, había visto a la mujer agarrar una flecha del carcaj y dispararla en menos de lo que dura un parpadeo en los últimos días, tenía que estar alerta si no quería ser un blanco fácil.
Desveló una amplia sonrisa cuando, ya cerca de la elfa, levantó su arma del suelo dispuesto a arrebatarle los puntos a su compañera trató de rodearla – “¡Te tengo!” – Exclamó dirigiendo el arma de madera hacia el cuerpo de la mujer.
Frente a él, Alanna le devolvió la reverencia y se preparó para el combate –“¿Nerviosa?” – preguntó burlón a la chica, lo cierto era que aunque aún no había empezado la escaramuza, se lo estaba pasando bien, no obstante el sí que estaba algo nervioso, tragó saliva e inspiró profundamente para después dar varios saltitos tratando de relajarse, mentalizándose para atacar o parar la embestida de la guarda en cuanto el anciano diese la señal.
Segundos después el anciano contó hasta tres dando pie a que comenzara el combate, para el mercenario fueron tres segundos extrañamente largos, pero cuando pasaron, Eltrant notó como su compañero se desvanecía, su mano se cerró aun con más firmeza en torno a su espada, ya tendría algún plan en su cabeza.
Alanna parecía tenerlo también pues empezó con el suyo propio a la vez que Demian desaparecía y retrocedió hasta los maniquíes con una larga cuerda en una de sus manos, Eltrant esbozó una ligera sonrisa, era realmente tentador seguir a la muchacha y ver hasta dónde llegaba la estratagema, pero desde un principio el mercenario había pensado que al ser ella “la fuerza bruta” del equipo contrario, Alanna y él se enfrentarían cuerpo a cuerpo nada más empezar el combate, si iba a estar obligado a jugar al gato y al ratón iba a hacerlo con alguien a quien tuviese la oportunidad de derrotar cuerpo a cuerpo sin muchos problemas.
Fue en ese instante cuando su vista se clavó en Eärwen armada con el arco y una daga de madera, la guarda se había alejado lo suficiente como para no ser un problema inmediato y Demian estaba en alguna parte, cubriéndole las espaldas, si tenía alguna oportunidad de dejar a Eärwen sin varios valiosos puntos, era en aquel momento.
Colocando la punta de la espada de madera en el suelo, y haciendo zigzag para evitar futuras flechas, empezó a correr hacia la arquera arrastrando la espada de forma que dejaba tras de sí una estela de polvo, que si bien no era ni muy extensa ni espesa, se encargaba de levantar el suficiente como para tener una tenue cobertura.
La noche de descanso le había sentado bien le habían herido de gravedad los últimos días y allí estaba, dando lo máximo de sí en una competición casera. Y aunque seguía sin ser el más ágil, no iba a permitir que menospreciaran su velocidad, sin apartar la mirada de Eärwen siguió avanzando hacia ella, cuidando de que no le disparase una flecha de improviso, había visto a la mujer agarrar una flecha del carcaj y dispararla en menos de lo que dura un parpadeo en los últimos días, tenía que estar alerta si no quería ser un blanco fácil.
Desveló una amplia sonrisa cuando, ya cerca de la elfa, levantó su arma del suelo dispuesto a arrebatarle los puntos a su compañera trató de rodearla – “¡Te tengo!” – Exclamó dirigiendo el arma de madera hacia el cuerpo de la mujer.
Eltrant Tale
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Re: En un día de relajo también se puede entrenar [Entrenamiento][Ëarwen+Eltrant Tale+Alanna Delteria+Demian] [CERRADO]
La elfa sonrió ante las palabras del brujo, que le anunciaba que no sería bueno con ella por el hecho de que fuese una mujer, aunque ella tampoco lo sería con él por ser un niño. Demian estaba sobradamente preparado para hacerle frente a pesar de su corta edad, por las enseñanzas que había recibido en el templo de su maestro, con lo que la lucha sería bastante interesante.
Vio como el muchacho se dirigía hacia Eltrant con voz muy baja, probablemente para seguir una estrategia, cosas que ellas no habían hecho. La joven se limitaría a ponerse en una segunda posición por detrás de Alanna, desde donde pudiese lanzar con facilidad a los dos contrincantes, luego tendría que apañárselas para recuperar las flechas de algún modo. Enfrentarse al chico cuerpo a cuerpo sería complicado, dada su agilidad y que contaba con dos dagas, mientras que ella solo llevaba una, pero haría lo posible por esquivar sus ataques y buscar el momento adecuado para contraatacar.
Eärwen tensó el arco en cuanto el hombre dio la señal, pero el pequeño enseguida desapareció utilizando su magia ilusoria, que resultaba más complicada de seguir. Buscó con la mirada las imperfecciones que los bordes de la silueta solían mostrar en cuanto al ambiente, y así fue como pudo seguir sus movimientos, que sorprendentemente no se dirigieron hacia ella sino hacia la guarda.
Aquello era algo con lo que no había contado, un cambio de adversarios en medio del juego. Vio como Eltrant fijaba la mirada en ella y empezaba a avanzar en su dirección, levantando tras de sí una nube de polvo, que ayudaría al brujo a esconder mejor sus acciones. Retrocedió un par de pasos mientras le apuntaba y buscaba el instante más adecuado para liberar la flecha, estudiando los movimientos evasivos de zigzag que estaba realizando.
No podía esperar a que estuviese demasiado cerca, ya que ahí tendría una clara desventaja con respecto al guerrero, que dominaba mejor que ella las distancias cortas. Aunque aquello era más bien en fuerza, la agilidad seguía estando de su lado, pero ante una espada larga le costaría más esquivar los golpes. Liberó la flecha cuando ya casi lo tenía encima, antes de apartarse de la trayectoria de su arma, que ya iba directa a su cuerpo.
Lo consiguió por los pelos, quedando a un costado del humano, que podría intentar un revés para alcanzarla de nuevo. El arco en aquel momento no le resultaba nada útil, se lo colgó al hombro mientras ponía algo de distancia entre ambos y desenfundó la daga, que en comparación con la espada de Eltrant parecía algo ridícula. - Casi, pero todavía no. - dijo con una sonrisa en los labios, ante la exclamación que había hecho él antes.
Tenía que mantenerse alerta por la posible posición de Demian, que seguía oculto bajo aquella ilusión y podía aparecerse en cualquier momento para alcanzarla. Sujetó con fuerza la empuñadura del arma y caminó hasta una posición desde la que pudiese ver de fondo a Alanna, para tener una idea de cómo le iba a ella con el brujo. Centró su atención en Eltrant y le hizo un gesto para que se acercase, ya que de ir ella hacia él le resultaría tremendamente fácil detener su ataque con la espada.
Vio como el muchacho se dirigía hacia Eltrant con voz muy baja, probablemente para seguir una estrategia, cosas que ellas no habían hecho. La joven se limitaría a ponerse en una segunda posición por detrás de Alanna, desde donde pudiese lanzar con facilidad a los dos contrincantes, luego tendría que apañárselas para recuperar las flechas de algún modo. Enfrentarse al chico cuerpo a cuerpo sería complicado, dada su agilidad y que contaba con dos dagas, mientras que ella solo llevaba una, pero haría lo posible por esquivar sus ataques y buscar el momento adecuado para contraatacar.
Eärwen tensó el arco en cuanto el hombre dio la señal, pero el pequeño enseguida desapareció utilizando su magia ilusoria, que resultaba más complicada de seguir. Buscó con la mirada las imperfecciones que los bordes de la silueta solían mostrar en cuanto al ambiente, y así fue como pudo seguir sus movimientos, que sorprendentemente no se dirigieron hacia ella sino hacia la guarda.
Aquello era algo con lo que no había contado, un cambio de adversarios en medio del juego. Vio como Eltrant fijaba la mirada en ella y empezaba a avanzar en su dirección, levantando tras de sí una nube de polvo, que ayudaría al brujo a esconder mejor sus acciones. Retrocedió un par de pasos mientras le apuntaba y buscaba el instante más adecuado para liberar la flecha, estudiando los movimientos evasivos de zigzag que estaba realizando.
No podía esperar a que estuviese demasiado cerca, ya que ahí tendría una clara desventaja con respecto al guerrero, que dominaba mejor que ella las distancias cortas. Aunque aquello era más bien en fuerza, la agilidad seguía estando de su lado, pero ante una espada larga le costaría más esquivar los golpes. Liberó la flecha cuando ya casi lo tenía encima, antes de apartarse de la trayectoria de su arma, que ya iba directa a su cuerpo.
Lo consiguió por los pelos, quedando a un costado del humano, que podría intentar un revés para alcanzarla de nuevo. El arco en aquel momento no le resultaba nada útil, se lo colgó al hombro mientras ponía algo de distancia entre ambos y desenfundó la daga, que en comparación con la espada de Eltrant parecía algo ridícula. - Casi, pero todavía no. - dijo con una sonrisa en los labios, ante la exclamación que había hecho él antes.
Tenía que mantenerse alerta por la posible posición de Demian, que seguía oculto bajo aquella ilusión y podía aparecerse en cualquier momento para alcanzarla. Sujetó con fuerza la empuñadura del arma y caminó hasta una posición desde la que pudiese ver de fondo a Alanna, para tener una idea de cómo le iba a ella con el brujo. Centró su atención en Eltrant y le hizo un gesto para que se acercase, ya que de ir ella hacia él le resultaría tremendamente fácil detener su ataque con la espada.
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Re: En un día de relajo también se puede entrenar [Entrenamiento][Ëarwen+Eltrant Tale+Alanna Delteria+Demian] [CERRADO]
La singular batalla daba comienzo y Demian aún se mantenía bajo la ilusión. Alanna había retrocedido en vez de enfrentar a Eltrant y su compañero se había adaptado a la nueva situación para cambiar de objetivo e ir hacia Ëarwen. El escenario cambiaba, lo que demandaba de nuevas estrategias.
La presión en ese instante debía cambiar hacia Ëarwen, quien a pesar de su destreza tendría problemas para defenderse de 2 atacantes simultáneos. Al final el chico podía tener poca fuerza, pero no se quedaba rezagado cuando se trataba de agilidad.
Como si fuera su sombra, Demian se movió detrás de Eltrant, cubierto por el polvo que levantaba y por su ilusión. De momento dejaría a Alanna sostener su improvisada trampa para hacer de soporte a su compañero. El arco que llevarían sus pasos sería distinto esta vez. Por la rapidez del avance de Eltrant no pudo aprovechar el instante en que descargaba su espada contra la elfa, pero utilizó ese momento para moverse hacia el lado izquierdo de Eltrant o derecho de Ëarwen, es decir, el interponiendo la pelea entre él y la humana, para no exponer su espalda.
La compañera que le había protegido en tantas hazañas en tan pocos días hacía gala de su habilidad, esquivando el golpe del joven por poco y retrocediendo para desviar su vista por un momento hacia Alanna.
Desde el lado opuesto, Demian vio su oportunidad y decidió que era el momento de atacar. Para un asesino ese era el momento en que todo parecía detenerse por un segundo, todo parecía ir en cámara lenta en el instante en que su adrenalina se elevaba. ¿Sería eso lo que haría que aquellos que se dedicaban a esa arte adquirieran una suerte de adicción?. Había oído sobre ello en el templo, pero por su juventud no le permitían vivirlo más que en entrenamientos. Aquella había sido la razón por la que había cometido aquellos actos que su maestro había considerado tan reprochables al asesinar animales domésticos. Su maestro, a pesar de su sabiduría, no había entendido su real intención. Él sólo quería aprender lo que era matar de verdad. Una parte de su ser parecía reclamar que eso eran sólo excusas y su maestro tenía razón, pero la parte más sonora reclamaba que estaba en su deber al querer aprender aquello si su vida iba a ser dedicada a ese oficio.
No importaba si era un juego o si las armas eran de madera, aún así la adrenalina se disparó en el cuerpo del chico cuando descargaba su ataque. Guerreros honorables podían decir que atacar por la espalda y escondiéndose no era respetable, al diablo con ellos. Su ataque fue lanzado con ambas armas sobre la zona de ambos riñones. Si impactaban ambos, ¿sería ello considerado 2 puntos?, se preguntó.
Fuese cual fuese el resultado de su acción, intentaría luego retroceder ligeramente y mantener una distancia exacta de 2 metros de Ëarwen, retrocediendo y avanzando de ser necesario, lo que consideraba suficiente para no entrar en rango de tiro con arco.
Demian
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Re: En un día de relajo también se puede entrenar [Entrenamiento][Ëarwen+Eltrant Tale+Alanna Delteria+Demian] [CERRADO]
La joven aun se encontraba en el aire cuando se dio cuenta, el joven espadachín había cambiado el rumbo y se dirigía hacia la elfa alzando polvo, y el pequeño brujo no se veía por ningún lado, demonios, penso, no juegan limpio, esos trucos sucios... jamás pensó que fuesen a usarlos, afortunadamente sabía de la velocidad de la elfa. Tocó el suelo y, mientras miraba a todos lados para evitar un posible ataque del brujo, quitó la cuerda del poste. Fue entonces cuando intercambió una mirada con la arquera y vió aparecer una silueta a espaldas de la chica, el pequeño había ido de nuevo a por el contrincante de su compañero de equipo, eso era juego sucio....
Alanna corrió para intentar detenerlo, pero veía claro que no iba a llegar, ni de broma, estaba a escasos metros, pero el pequeño era demasiado veloz. Al menos debo impedir una nueva estocada de Eltrant, tuvo claro. Corrió con rápidez envolviendo la cuerda y sosteniendo la espada con dificultad, cuando estuvo lo bastante cerca lanzó la cuerda para enganchar el arma del joven, si no lograba arrebatarsela, al menos, lo distraería y podrían volver a tener un enfrentamiento justo de uno contra uno.
Siguió corriendo para llegar a dar un golpe mientras soltava cuerda sin dejarla ir del todo, en caso de que lograra tomar la espada, daría un tirón para dejarlo desarmado, pero en caso de fallar, estaría ahí para pegar una estocada.
Alanna corrió para intentar detenerlo, pero veía claro que no iba a llegar, ni de broma, estaba a escasos metros, pero el pequeño era demasiado veloz. Al menos debo impedir una nueva estocada de Eltrant, tuvo claro. Corrió con rápidez envolviendo la cuerda y sosteniendo la espada con dificultad, cuando estuvo lo bastante cerca lanzó la cuerda para enganchar el arma del joven, si no lograba arrebatarsela, al menos, lo distraería y podrían volver a tener un enfrentamiento justo de uno contra uno.
Siguió corriendo para llegar a dar un golpe mientras soltava cuerda sin dejarla ir del todo, en caso de que lograra tomar la espada, daría un tirón para dejarlo desarmado, pero en caso de fallar, estaría ahí para pegar una estocada.
Alanna Delteria
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Re: En un día de relajo también se puede entrenar [Entrenamiento][Ëarwen+Eltrant Tale+Alanna Delteria+Demian] [CERRADO]
La elfa se apartó de la trayectoria de su espada con un ligero y grácil movimiento, evitando a la misma, hecho esto y en una fracción de segundo liberó la flecha que tenía colocada en el arco, Eltrant se tiró al suelo tratando de evitar la saeta y aunque se consideraba alguien ágil, estaba demasiado cerca como para poder evitar el proyectil que impactó irremediablemente en su pierna, restándole el punto de bonificación que tenía.
Eltrant maldijo su suerte por lo bajo mientras desviaba su mirada hacia Eärwen, quien ahora estaba sonriéndole a él y tras colocarse el arco a la espalda llevó su mano hasta la hoja corta de madera que llevaba consigo para después indicarle con un gesto que se acercase. Eltrant le devolvió la sonrisa y preparó su espada, su arma tenía más alcance y fuerza, pero ambas cosas no servirían de nada si la elfa seguía evitando sus ataques, tenía que pensar un modo de alcanzarla y tenía que hacerlo antes de que Alanna regresase.
Estaba claro que no podía atacar de frente, Eärwen también había recibido adiestramiento, uno muy bueno según desvelaban sus movimientos. Normalmente contra enemigos mejor entrenados que él lo que mejor funcionaba era el desconcierto que producía el hecho de ser poseedor de un estilo tosco e impredecible, cosa que Eärwen ya conocía.
Mientras estudiaba el mejor curso de acción, Demian apareció de entre las sombras tras la elfa dispuesto a restar los puntos de su compañera con ambas dagas alzadas, Eltrant aprovechando la situación avanzó hacia ella para llamar su atención con la espada en alto, dispuesto acometer contra Eärwen en el caso de que también evitara el ataque de su compañero.
En ese momento una cuerda apareció de la nada y enredó su espada, que intentó escapar de su mano tras recibir un fuerte tirón. Afianzando la mano en torno al pomo de la espada con fuerza se aseguró de que no se quedaba desarmado, sin embargo seguía sin poder moverse, no podía ayudar a Demian hasta que no se hubiese encargado de aquello.
Dirigió la mirada al origen de la cuerda, estando Alanna al otro extremo sujetándola mientras corría hacia él con la espada en la otra mano dispuesta a sacar de aquel aprieto a su compañera. Eltrant sonrió, correr con una cuerda en la mano no parecía ser lo más prudente.
Imitando en esencia lo que la chica había tratado de hacer agarró su espada con ambas manos, la cual aún se encontraba enredada en la cuerda que sujetaba Alanna, y tiró hacia él con todas sus fuerzas asegurándose de hacerlo de forma que dejara el mínimo tiempo posible para que la chica pudiese soltar la soga o reaccionar.
Si aquel tirón a mitad de una carrera no hacía que se cayese de bruces al menos la desestabilizaría y dejaría de correr, momento que aprovecharía o bien para ayudar a Demian o para atacar a la guarda.
Eltrant maldijo su suerte por lo bajo mientras desviaba su mirada hacia Eärwen, quien ahora estaba sonriéndole a él y tras colocarse el arco a la espalda llevó su mano hasta la hoja corta de madera que llevaba consigo para después indicarle con un gesto que se acercase. Eltrant le devolvió la sonrisa y preparó su espada, su arma tenía más alcance y fuerza, pero ambas cosas no servirían de nada si la elfa seguía evitando sus ataques, tenía que pensar un modo de alcanzarla y tenía que hacerlo antes de que Alanna regresase.
Estaba claro que no podía atacar de frente, Eärwen también había recibido adiestramiento, uno muy bueno según desvelaban sus movimientos. Normalmente contra enemigos mejor entrenados que él lo que mejor funcionaba era el desconcierto que producía el hecho de ser poseedor de un estilo tosco e impredecible, cosa que Eärwen ya conocía.
Mientras estudiaba el mejor curso de acción, Demian apareció de entre las sombras tras la elfa dispuesto a restar los puntos de su compañera con ambas dagas alzadas, Eltrant aprovechando la situación avanzó hacia ella para llamar su atención con la espada en alto, dispuesto acometer contra Eärwen en el caso de que también evitara el ataque de su compañero.
En ese momento una cuerda apareció de la nada y enredó su espada, que intentó escapar de su mano tras recibir un fuerte tirón. Afianzando la mano en torno al pomo de la espada con fuerza se aseguró de que no se quedaba desarmado, sin embargo seguía sin poder moverse, no podía ayudar a Demian hasta que no se hubiese encargado de aquello.
Dirigió la mirada al origen de la cuerda, estando Alanna al otro extremo sujetándola mientras corría hacia él con la espada en la otra mano dispuesta a sacar de aquel aprieto a su compañera. Eltrant sonrió, correr con una cuerda en la mano no parecía ser lo más prudente.
Imitando en esencia lo que la chica había tratado de hacer agarró su espada con ambas manos, la cual aún se encontraba enredada en la cuerda que sujetaba Alanna, y tiró hacia él con todas sus fuerzas asegurándose de hacerlo de forma que dejara el mínimo tiempo posible para que la chica pudiese soltar la soga o reaccionar.
Si aquel tirón a mitad de una carrera no hacía que se cayese de bruces al menos la desestabilizaría y dejaría de correr, momento que aprovecharía o bien para ayudar a Demian o para atacar a la guarda.
Eltrant Tale
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Re: En un día de relajo también se puede entrenar [Entrenamiento][Ëarwen+Eltrant Tale+Alanna Delteria+Demian] [CERRADO]
La flecha que había disparado antes de cambiar de arma alcanzó a Eltrant en una de las piernas, restándole así el punto de más que le habían dado por ser de los más resistentes a los golpes, con lo que quedaba igualado con el brujo y la elfa, dejando a Alanna como única bonificada. Pero aquella ventaja pronto se vería reducida, por algo que la de ojos azules no alcanzó a ver venir.
Demian parecía haber optado por una estrategia de dos contra uno, con lo que cambió nuevamente de objetivo para acompañar a su compañero y buscar un punto vulnerable en la elfa. La joven no se percató de que se acercaba, aunque las ilusiones también tenían bastante que ver con ello, ya que solo podía notar las imperfecciones visuales si el mago se encontraba a una distancia corta.
Solo se dio cuenta de que el pequeño la atacaba cuando sus dagas la alcanzaron por la espalda, de forma tan repentina que la sobresaltó, pero reaccionó casi instintivamente, lanzando un tajo horizontal al aire a una altura en la que de encontrarse allí, pudiese alcanzarlo. Sin embargo el mago ya había retrocedido lo suficiente para librarse de aquel ataque, pero ahora que lo tenía cerca podía ver aquellas pistas sobre sus movimientos, lo que le sería de ayuda para intentar acertarle.
Observó por el rabillo del ojo a Eltrant, que ahora se las veía con la guarda, quien se las había ingeniado para atrapar su espada con una cuerda, cosa que podría resultar útil hasta cierto punto. En el momento en que el guerrero comenzara a tirar de ella podría ser un inconveniente, ya que estaba claro que él tenía más fuerza que Alanna, y podría terminar haciendo que cayese al suelo.
Echó un vistazo a la posición de Demian y sonrió levemente, antes de dirigirse a toda prisa contra el de cabellos castaños, que podía estar distraído gracias a su compañera. En cierto modo era imitar lo que ellos habían hecho, con lo que no se sintió mal porque fuesen las dos contra él, se acercó por uno de los costados y lanzó un tajo hacia la zona de las costillas, sin saber si conseguiría tocarlo, ya que se movía bastante por el forcejeo con la cuerda de Alanna.
Acto seguido retrocedió y buscó con la mirada al brujo, para que no volviese a tomarla por sorpresa, pero se había alejado de él lo suficiente para no poder ver las imperfecciones que delataban su posición. Se colocó cerca de su compañera y se mantuvo vigilante, mientras sopesaba la posibilidad de volver a tomar el arco para intentar lanzar en cuanto viese las señales, pero algo le decía que no tendría tiempo de hacerlo, la agilidad del muchacho le ayudaría a llegar a ella antes de que pudiese apuntar y liberar una flecha.
Podía seguir atacando a Eltrant, que era a quien más cerca tenía, pero los chicos ya habían logrado uno o dos puntos con el acierto de Demian, no podía permitir que la tocasen de nuevo. Así pues decidió mantenerse como apoyo, si Alanna se veía en apuros entraría en acción, pero por el momento se dedicaría a escrutar la arena en busca del mago.
Demian parecía haber optado por una estrategia de dos contra uno, con lo que cambió nuevamente de objetivo para acompañar a su compañero y buscar un punto vulnerable en la elfa. La joven no se percató de que se acercaba, aunque las ilusiones también tenían bastante que ver con ello, ya que solo podía notar las imperfecciones visuales si el mago se encontraba a una distancia corta.
Solo se dio cuenta de que el pequeño la atacaba cuando sus dagas la alcanzaron por la espalda, de forma tan repentina que la sobresaltó, pero reaccionó casi instintivamente, lanzando un tajo horizontal al aire a una altura en la que de encontrarse allí, pudiese alcanzarlo. Sin embargo el mago ya había retrocedido lo suficiente para librarse de aquel ataque, pero ahora que lo tenía cerca podía ver aquellas pistas sobre sus movimientos, lo que le sería de ayuda para intentar acertarle.
Observó por el rabillo del ojo a Eltrant, que ahora se las veía con la guarda, quien se las había ingeniado para atrapar su espada con una cuerda, cosa que podría resultar útil hasta cierto punto. En el momento en que el guerrero comenzara a tirar de ella podría ser un inconveniente, ya que estaba claro que él tenía más fuerza que Alanna, y podría terminar haciendo que cayese al suelo.
Echó un vistazo a la posición de Demian y sonrió levemente, antes de dirigirse a toda prisa contra el de cabellos castaños, que podía estar distraído gracias a su compañera. En cierto modo era imitar lo que ellos habían hecho, con lo que no se sintió mal porque fuesen las dos contra él, se acercó por uno de los costados y lanzó un tajo hacia la zona de las costillas, sin saber si conseguiría tocarlo, ya que se movía bastante por el forcejeo con la cuerda de Alanna.
Acto seguido retrocedió y buscó con la mirada al brujo, para que no volviese a tomarla por sorpresa, pero se había alejado de él lo suficiente para no poder ver las imperfecciones que delataban su posición. Se colocó cerca de su compañera y se mantuvo vigilante, mientras sopesaba la posibilidad de volver a tomar el arco para intentar lanzar en cuanto viese las señales, pero algo le decía que no tendría tiempo de hacerlo, la agilidad del muchacho le ayudaría a llegar a ella antes de que pudiese apuntar y liberar una flecha.
Podía seguir atacando a Eltrant, que era a quien más cerca tenía, pero los chicos ya habían logrado uno o dos puntos con el acierto de Demian, no podía permitir que la tocasen de nuevo. Así pues decidió mantenerse como apoyo, si Alanna se veía en apuros entraría en acción, pero por el momento se dedicaría a escrutar la arena en busca del mago.
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Re: En un día de relajo también se puede entrenar [Entrenamiento][Ëarwen+Eltrant Tale+Alanna Delteria+Demian] [CERRADO]
Se sintió lleno de energía al sentir que sus dagas de madera hacían contacto con la elfa. Había procurado ser suave y sólo tocarla, no causar ningún tipo de daño, al final sólo era un entrenamiento y nadie se suponía que saliera herido. Sonrió divertido, una pelea también podía ser un juego y la estaba pasando muy bien. Ni siquiera recordaba en ese momento al pescador fallecido hacía tan pocas horas, ni las heridas, el troll de río, el licántropo o los vampiros, sólo pensaba en cómo sacar puntos y en cómo evitar que se los sacaran a él.
La elfa pareció no verle luego del impacto y, en cambio, se dirigió en ayuda de su compañera para atacar a Eltrant. El polvo le impidió ver con claridad si había dado en el blanco o no, pues de inmediato retrocedió. La había seguido para intentar alcanzarla antes que le diera, pero no había sido suficientemente rápido y ella ya se daba a la fuga. En ese instante la siguió por la espalda, procurando sacar ventaja de su baja estatura y del polvo para pasar desapercibido. Ya no tenía la ilusión de su hechizo “Ocultar la esencia” de su lado y no era tan fácil volver a usarla de inmediato, por lo que ahora debía confiar sólo en su astucia para evitar enfrentamientos cara a cara y tener ventaja.
Procuró ser su sombra, su reflejo por unos segundos, manteniéndose a su espalda. No en vano su bajo peso y pequeño cuerpo ayudaban a ser silencioso. Por un instante se sintió glorioso, luchando, aunque fuera como juego, con adultos preparados y capaces, lo que incluía una elfa preparada en el bosque, un hombre valeroso y una guardia de Lunargenta juntos. En el campo de batalla no era el chico rechazado criado en el templo por lástima, sino alguien capaz.
Decidió que seguiría hincando el diente sobre Ëarwen, ya que de momento era peligroso intentar acercarse a Alanna sin contar con la sorpresa y para colmo le regalaría espacio de disparo a la elfa y su audaz puntería. Decidió recurrir a uno de sus trucos más esenciales, pero al mismo tiempo muy eficaz. Creó una ilusión simple y burda, apenas una pelota negra, como una sombra flotante, sostenida cerca del rostro de la elfa. Lo puso de inmediato en movimiento hacia ella, esperando causar una sorpresa momentánea. Con ello pensaba sólo aprovechar la distracción para atacar nuevamente a la espalda de la elfa con las dagas.
En esta ocasión intentaría moverse hacia el lado izquierdo luego del ataque, fuera cual fuera el resultado de éste.
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Re: En un día de relajo también se puede entrenar [Entrenamiento][Ëarwen+Eltrant Tale+Alanna Delteria+Demian] [CERRADO]
El plan de la chica había funcionado y ahora el espadachin estaba distraido y se había girado a mirarla. Por desgracia, la cuerda, igual que había sido una ventaja, se convirtió en un incordio al segundo siguiente. El chico, usando su fuerza, logró que la joven, sin tiempo para soltar la cuerda, perdiera el equilibrio, avanzó unos pasos intentando no caer, pero no lo consiguió y calló al suelo de culo.
Sin embargo, reaccionó con rapidez, soltanto la cuerda, se levantó poniendose en guardia y miró al chico, y lo que lo rodeaba, tal vez pudiese encontrar algo que hacer con lo que los rodeaba, podía esquivar sus golpes, pero en fuerza no le llegaba ni a la suela de los zapatos, fijandose en todo se dió cuenta de una pequeña distorsión en el aire, y notó que el pequeño brujo no estaba en ningún lado, lo captó, esa distorisión era el pequeño brujo, ¿cómo podría advertir a la arquera? Sin saber que hacer empezó a correr de frente hacia Eltrant y al llegar a su frente, en lugar de das una estocada, se agachó e intentó un golpe a la barbilla desde abajo.
Había perdido la sombra, se alejó del espadachín y miró a la elfa, cerca, muy cerca, volvió a distinguir, o eso creía, una pequeña distorsión a espaldas de la joven, mientras volvía a prestar atención al contrincante que ahora le interesaba dijo en voz alta:
- ¡Arquera, a tu espalda!- ojala llegase a tiempo.
La chica estaba disfrutando del entrenamiento, y aprendiendo mucho, Demian, rápido y letal, Eltrant, fuerte y sin miedo a plantar cara, la elfa, que colaboraba y cubría sus espaldas, tenía mucho que aprender de esos tres, y, además, era divertido compartir campo de forma amistosa, no recordaba si alguna vez había logrado disfrutar tanto de un entrenamiento.
Sin embargo, reaccionó con rapidez, soltanto la cuerda, se levantó poniendose en guardia y miró al chico, y lo que lo rodeaba, tal vez pudiese encontrar algo que hacer con lo que los rodeaba, podía esquivar sus golpes, pero en fuerza no le llegaba ni a la suela de los zapatos, fijandose en todo se dió cuenta de una pequeña distorsión en el aire, y notó que el pequeño brujo no estaba en ningún lado, lo captó, esa distorisión era el pequeño brujo, ¿cómo podría advertir a la arquera? Sin saber que hacer empezó a correr de frente hacia Eltrant y al llegar a su frente, en lugar de das una estocada, se agachó e intentó un golpe a la barbilla desde abajo.
Había perdido la sombra, se alejó del espadachín y miró a la elfa, cerca, muy cerca, volvió a distinguir, o eso creía, una pequeña distorsión a espaldas de la joven, mientras volvía a prestar atención al contrincante que ahora le interesaba dijo en voz alta:
- ¡Arquera, a tu espalda!- ojala llegase a tiempo.
La chica estaba disfrutando del entrenamiento, y aprendiendo mucho, Demian, rápido y letal, Eltrant, fuerte y sin miedo a plantar cara, la elfa, que colaboraba y cubría sus espaldas, tenía mucho que aprender de esos tres, y, además, era divertido compartir campo de forma amistosa, no recordaba si alguna vez había logrado disfrutar tanto de un entrenamiento.
Alanna Delteria
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Re: En un día de relajo también se puede entrenar [Entrenamiento][Ëarwen+Eltrant Tale+Alanna Delteria+Demian] [CERRADO]
Una amplia sonrisa cruzó la cara de Eltrant cuando vio caerse a Alanna frente a él, momento en el que Eltrant se dirigió hacia aprovechando que estaba indefensa, sin embargo, Eärwen aprovechó que estaba distraído con la guarda para atacarle a la altura de las costillas.
Sorprendido por la fugaz aparición de la elfa no pudo sino soltar su espada para evitar el impacto que su compañera se había propuesto darle, la espada de madera que permanecía todavía atada a la cuerda de Alanna cayó sobre el polvoriento suelo a pocos metros de él, lejos de su alcance.
Evitó la daga de Eärwen por unos centímetros, de haberse quedado con su propia arma no lo habría logrado, y aunque el ataque de su compañera no llego a alcanzar su cuerpo el suelo arenoso hizo que resbalase y cayese sobre su espalda
Eltrant apretó los dientes desde el suelo esperando otro ataque de su amiga, desarmado no iba a poder evitar muchos impactos, pero para su sorpresa no continuó atacando, suspiró aliviado, la elfa parecía estar estaba teniendo sus propios problemas con el brujo.
El mercenario negándose a perder más tiempo se incorporó, seguía desarmado, si quería ser medianamente útil tenía que volver a hacerse con su arma, la buscó con la mirada y la localizó a pocos metros de él, en el suelo. Fue entonces cuando Alanna, rápida como el mismo viento se adelantó hasta estar frente a él y dirigió un golpe de espada directo a su mandíbula. Eltrant se cubrió del inevitable ataque con ambas manos para al menos, evitar que le golpease en la cabeza.
Perdió otro punto y este impacto hizo que volviese a perder el equilibrio, sin pensarlo dos veces se arrastró por el suelo tratando de mantenerse fuera del radar de Alanna, quien estaba avisando a Eärwen de que tuviese cuidado con Demian, pocos segundos después la palma de su mano se cerró en torno a la empuñadura de su arma. Tras levantarse cubierto de polvo una vez más y deshacerse de la cuerda que entorpecía el uso de su espada estudió su curso de acción.
Podía por un lado, apoyar a Demian y atacar a Eärwen, pero por otro lado Alanna era demasiado peligrosa como para dejarla sin vigilancia. Frunció el ceño y se aproximó a Alanna, quien estaba distraída tratando de ver dónde estaba Demian. Confiaba en que el brujo se ocupara de mantener a Eärwen ocupada el tiempo suficiente como para poder dejar de preocuparse por recibir un impacto de flecha en la nuca.
Usando toda la velocidad a la que sus piernas se podían mover avanzó hasta la joven y dirigió la espada de madera, bien sujeta entre sus manos, al mentón de la muchacha, para a mitad de camino detener la espada y cambiar de objetivo haciendo un tajo en diagonal a la altura del corazón. Si acertaba el golpe probablemente le dolería y no se sentía bien atacándola así, sin embargo no le dolería más que el que, si no se hubiese protegido con las manos, había estado ella a punto de darle momentos antes en la cara.
Sorprendido por la fugaz aparición de la elfa no pudo sino soltar su espada para evitar el impacto que su compañera se había propuesto darle, la espada de madera que permanecía todavía atada a la cuerda de Alanna cayó sobre el polvoriento suelo a pocos metros de él, lejos de su alcance.
Evitó la daga de Eärwen por unos centímetros, de haberse quedado con su propia arma no lo habría logrado, y aunque el ataque de su compañera no llego a alcanzar su cuerpo el suelo arenoso hizo que resbalase y cayese sobre su espalda
Eltrant apretó los dientes desde el suelo esperando otro ataque de su amiga, desarmado no iba a poder evitar muchos impactos, pero para su sorpresa no continuó atacando, suspiró aliviado, la elfa parecía estar estaba teniendo sus propios problemas con el brujo.
El mercenario negándose a perder más tiempo se incorporó, seguía desarmado, si quería ser medianamente útil tenía que volver a hacerse con su arma, la buscó con la mirada y la localizó a pocos metros de él, en el suelo. Fue entonces cuando Alanna, rápida como el mismo viento se adelantó hasta estar frente a él y dirigió un golpe de espada directo a su mandíbula. Eltrant se cubrió del inevitable ataque con ambas manos para al menos, evitar que le golpease en la cabeza.
Perdió otro punto y este impacto hizo que volviese a perder el equilibrio, sin pensarlo dos veces se arrastró por el suelo tratando de mantenerse fuera del radar de Alanna, quien estaba avisando a Eärwen de que tuviese cuidado con Demian, pocos segundos después la palma de su mano se cerró en torno a la empuñadura de su arma. Tras levantarse cubierto de polvo una vez más y deshacerse de la cuerda que entorpecía el uso de su espada estudió su curso de acción.
Podía por un lado, apoyar a Demian y atacar a Eärwen, pero por otro lado Alanna era demasiado peligrosa como para dejarla sin vigilancia. Frunció el ceño y se aproximó a Alanna, quien estaba distraída tratando de ver dónde estaba Demian. Confiaba en que el brujo se ocupara de mantener a Eärwen ocupada el tiempo suficiente como para poder dejar de preocuparse por recibir un impacto de flecha en la nuca.
Usando toda la velocidad a la que sus piernas se podían mover avanzó hasta la joven y dirigió la espada de madera, bien sujeta entre sus manos, al mentón de la muchacha, para a mitad de camino detener la espada y cambiar de objetivo haciendo un tajo en diagonal a la altura del corazón. Si acertaba el golpe probablemente le dolería y no se sentía bien atacándola así, sin embargo no le dolería más que el que, si no se hubiese protegido con las manos, había estado ella a punto de darle momentos antes en la cara.
Eltrant Tale
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Re: En un día de relajo también se puede entrenar [Entrenamiento][Ëarwen+Eltrant Tale+Alanna Delteria+Demian] [CERRADO]
La voz de Alanna la puso sobre aviso, el brujo volvía a intentar alcanzarla por la espalda, pero esta vez no se lo pondría tan fácil. Ni siquiera con la ilusión que de pronto apareció ante su rostro, otro truco de Demian para distraerla. Se giró y sonrió al ver que el pequeño ya no tenía la ventaja de poder ocultarse, al menos ya estaban más igualados. Retrocedió antes de que se acercase demasiado a ella, esquivando así sus dagas y observando atentamente la dirección que tomaba.
Sacó el arco y una flecha con rapidez, para lanzarla hacia él e intentar así quitarle un punto. El juego se estaba desarrollando de forma muy entretenida, todos estaban alerta en todo momento y mostraban sus habilidades de combate, aunque la elfa ya había visto en acción a sus dos compañeros. La guarda en cambio había sido una incógnita hasta el momento, pero ahora podían ver que se le daba bastante bien el manejo de armas de largo alcance, y que sabía apañárselas con lo que tenía a mano para decantar la balanza a su favor, tal como había hecho con la cuerda.
Vio por el rabillo del ojo como Eltrant se arrastraba hasta su espada, que se había visto obligado a soltar cuando Eärwen lo atacó por el costado, para evitar que lo tocase. Puede que no le hubiese dado, pero al menos había quedado desarmado ante su compañera, cosa que ella debería aprovechar antes de que volviera a hacerse con el arma.
Centró su atención en el pequeño mago y volvió a cambiar de arma, sabiendo que si la flecha anterior lo había alcanzado, cosa en la que no se había fijado por la rapidez del ataque, no conseguiría acertar otra vez. Desenfundó la daga de madera y se acercó a él de frente, vigilando sus manos para no recibir un golpe inesperado. Demian contaba con una agilidad envidiable, de la que tendría que cuidarse o perdería más puntos, así que se mantuvo a una distancia prudencial, fuera de su rango de alcance.
Pero ¿cómo abordar una lucha con alguien tan semejante en habilidades? Sólo se le ocurrían dos opciones. La primera se basaba en provocarle para que atacase primero y así poder centrarse en esquivar el golpe y aprovechar el momento para contraatacar, mientras que la segunda se reducía a un pequeño truco, engañar al chico haciendo una finta o simulando que intentaba darle en alguna zona concreta, para cambiar de objetivo en el último momento, cuando él ya hubiese actuado para cubrirse, dejando al descubierto otros puntos de su cuerpo.
La de cabellos negros decidió optar por esta última, avanzó hacia el brujo por un costado e hizo el amago de lanzar un tajo a esa zona, para al poco cambiar el movimiento con un grácil giro e intentar llevar la daga a su vientre. Puede que Demian se imaginase lo que pensaba hacer, pero de todos modos tenía que intentarlo, no podía depender del arco siendo él tan rápido.
Sacó el arco y una flecha con rapidez, para lanzarla hacia él e intentar así quitarle un punto. El juego se estaba desarrollando de forma muy entretenida, todos estaban alerta en todo momento y mostraban sus habilidades de combate, aunque la elfa ya había visto en acción a sus dos compañeros. La guarda en cambio había sido una incógnita hasta el momento, pero ahora podían ver que se le daba bastante bien el manejo de armas de largo alcance, y que sabía apañárselas con lo que tenía a mano para decantar la balanza a su favor, tal como había hecho con la cuerda.
Vio por el rabillo del ojo como Eltrant se arrastraba hasta su espada, que se había visto obligado a soltar cuando Eärwen lo atacó por el costado, para evitar que lo tocase. Puede que no le hubiese dado, pero al menos había quedado desarmado ante su compañera, cosa que ella debería aprovechar antes de que volviera a hacerse con el arma.
Centró su atención en el pequeño mago y volvió a cambiar de arma, sabiendo que si la flecha anterior lo había alcanzado, cosa en la que no se había fijado por la rapidez del ataque, no conseguiría acertar otra vez. Desenfundó la daga de madera y se acercó a él de frente, vigilando sus manos para no recibir un golpe inesperado. Demian contaba con una agilidad envidiable, de la que tendría que cuidarse o perdería más puntos, así que se mantuvo a una distancia prudencial, fuera de su rango de alcance.
Pero ¿cómo abordar una lucha con alguien tan semejante en habilidades? Sólo se le ocurrían dos opciones. La primera se basaba en provocarle para que atacase primero y así poder centrarse en esquivar el golpe y aprovechar el momento para contraatacar, mientras que la segunda se reducía a un pequeño truco, engañar al chico haciendo una finta o simulando que intentaba darle en alguna zona concreta, para cambiar de objetivo en el último momento, cuando él ya hubiese actuado para cubrirse, dejando al descubierto otros puntos de su cuerpo.
La de cabellos negros decidió optar por esta última, avanzó hacia el brujo por un costado e hizo el amago de lanzar un tajo a esa zona, para al poco cambiar el movimiento con un grácil giro e intentar llevar la daga a su vientre. Puede que Demian se imaginase lo que pensaba hacer, pero de todos modos tenía que intentarlo, no podía depender del arco siendo él tan rápido.
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Re: En un día de relajo también se puede entrenar [Entrenamiento][Ëarwen+Eltrant Tale+Alanna Delteria+Demian] [CERRADO]
Demian abrió los ojos con sorpresa cuando vio que la elfa intentaba cambiar de arma para lanzarle una flecha desde tan cerca, pero sabia que era tenía ventaja en esta ocasión, lanzándose hacia adelante rápidamente en cuanto vio que ella comenzaba a cambiar de arma. Cuando ella ya preparaba la flecha con envidiable velocidad él lanzaba un corte con su arma sobre el arco. Su fuerza no era nada espectacular, de modo que sólo consiguió desviar la dirección del arco para que la flecha saliera en otra dirección. Lamentó que el arma fuera falsa y no pudiera dañar el arco, pero al final todo era un juego, no podía olvidarlo, no podía permitir que sus oscuros instintos le hicieran hacer cosas que no debía.
Ëarwen no era un oponente simple y, antes de que pudiera tomar acción alguna sobre ella se las apañó para cambiar nuevamente de arma y disponerse a enfrentarle. Notó que su propio corazón se aceleraba. En una mirada de reojo se tranquilizó cuando Eltrant recuperaba su arma, aunque había recibido un nuevo impacto, pero él mismo aprovechaba la oportunidad para contraatacar. De momento podía confiar en que su compañero no parecía estar en problemas, lo que le hizo devolver la atención a la elfa.
Si la pelea hubiera sido real no le convenía seguir en combate cuerpo a cuerpo por su baja constitución, pero dado que era un entrenamiento se decidió a plantarle cara a la mujer con la que había compartido tantos peligros. Los brujos no solían ser grandes peleadores físicos, pero cuando él entrenaba en el templo solía ser, para colmo, el más joven, por lo que solía llevarse más palizas que las que daba. Algunos se ensañaban con él por considerarlo el favorito del maestro. Esto siempre le había dado escasa confianza en sus habilidades físicas y para él era toda una nueva experiencia atreverse a salir de las sombras para un combate. Era la primera vez que se daba cuenta también de que no era tan torpe como creía, sino que podía ser al menos ágil. Decidió que mostraría a Ëarwen que era capaz de sostener su terreno frente a ella.
Sabia, de todos modos, que ella era superior a él en el combate físico y que difícilmente podía aspirar a detener uno de sus ataques cuerpo a cuerpo. Si algo le había caracterizado en el campo de batalla en sus peligros anteriores era que, llegado el momento, estaba dispuesto a recibir daño con tal de llevar a cabo sus planes. Esta no seria la excepción.
Ella lanzaba un ataque con la daga contra él, primero por el costado, pero luego cambiando la trayectoria. En vez de intentar detener el impacto, adelantó su pie derecho hacia ella y se impulsó hacia adelante en un paso pronunciado, con sus dos brazos hacia adelante, llevando las puntas de sus armas hacia el pecho izquierdo de la elfa, a la altura del corazón. En el mismo instante en que el ataque de ella hacia contacto con su cuerpo el suyo debería estar impactando, de nada impedirlo.
Una punzada de dolor le llegó desde el vientre y se intentaría retirar a un rango prudente de 2 metros, si nada se lo impedía, con una mueca de dolor en el rostro. Al haber impulsado su cuerpo hacia adelante frente al ataque él mismo había colaborado a aumentar el impacto. Sabia que su compañera no intentaba dañarle y ciertamente no era nada grave, dado que el arma era de madera, pero al final tenía un cuerpo frágil y era un combate. Era un niño peleando con adultos muy fuertes y capaces.
Demian
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Re: En un día de relajo también se puede entrenar [Entrenamiento][Ëarwen+Eltrant Tale+Alanna Delteria+Demian] [CERRADO]
Una vez advertida la elfa, Alanna volvió a centrarse únicamente en su contrincante, que había logrado recuperar su espada y se dirigía apresuradamente hacia ella, iba de frente, pero la chica sabía perfectamente que el espadachín era inteligente y fuerte, por lo que dudaba mucho que lo que parecía un ataque sencillo fuera a serlo. Parecía que se dirigía hacia el cuello, pero cuando fue a dar el golpe, el chico cambió para intentar dar en su pecho.
La joven no llegó a tiempo de impedir un golpe, pero dandole con la empuñadura de su propia arma, consiguió desviarlo hacia un costado, en una batalla real, en lugar de una herida mortal, tendría un corte en un lado de la cintura.
Resvaló hacia atrás intentando recuperar distancia, le había dolido, pero menos de lo que lo habría hecho un golpe en el pecho. Mordiendose el labio miró el suelo al rededor del mercenario, su estrategia no sería dificil, simplemente tenía que ser más rápida que él.
La chica comenzó a correr, como si de un ataque directo se tratase y, en el último momento, se lanzo al suelo reslvalando por la arena, situandose a espaldas del espadachín y alzando su arma para dar un golpe, no muy fuerte, pues no quería hacerle daño al chico, en los riñones al tiempo que se alzaba del suelo para, en cuanto fuesen a golpearla, estar preparada.
La joven no llegó a tiempo de impedir un golpe, pero dandole con la empuñadura de su propia arma, consiguió desviarlo hacia un costado, en una batalla real, en lugar de una herida mortal, tendría un corte en un lado de la cintura.
Resvaló hacia atrás intentando recuperar distancia, le había dolido, pero menos de lo que lo habría hecho un golpe en el pecho. Mordiendose el labio miró el suelo al rededor del mercenario, su estrategia no sería dificil, simplemente tenía que ser más rápida que él.
La chica comenzó a correr, como si de un ataque directo se tratase y, en el último momento, se lanzo al suelo reslvalando por la arena, situandose a espaldas del espadachín y alzando su arma para dar un golpe, no muy fuerte, pues no quería hacerle daño al chico, en los riñones al tiempo que se alzaba del suelo para, en cuanto fuesen a golpearla, estar preparada.
Alanna Delteria
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Re: En un día de relajo también se puede entrenar [Entrenamiento][Ëarwen+Eltrant Tale+Alanna Delteria+Demian] [CERRADO]
Alanna era más rápida de lo que el mercenario se había pensado y aunque no le resultó fácil hacerlo, consiguió desviar su ataque hasta un punto no letal, Eltrant sonrió sin embargo, el punto de bonificación que tenía la joven se iba con aquel golpe.
Demian y Eärwen por otro lado seguían enfrascados en su combate singular, le pareció ver por el rabillo del ojo como la elfa alcanzaba a su compañero después de que este desvelase su posición para atacarla, no dudaba de las aptitudes de combate del muchacho, de hecho, eran bastante superiores a las suyas propias, pero tenía que tratar de ayudarle lo más pronto posible.
Alanna tras desviar magistralmente su ataque retrocedió varios pasos para después correr alrededor suyo tratando de posicionarse tras él, Eltrant preparó la espada para la futura embestida sin moverse del sitio. Siguió con la mirada a la guarda solo girando sobre sí mismo para tenerla siempre de frente negándole el privilegio de flanquearle.
No obstante, no llegó a plantearse siquiera que la chica decidiría deslizarse sobre la arena, sacrificando el equilibrio a costa de moverse mucho más rápido, en una fracción de segundo tuvo a la guarda a su espalda con su espada buscando un objetivo. Eltrant frunció el ceño y se giró todo lo rápido que sus reflejos le permitieron, podía sentir como su organismo liberaba un torrente de adrenalina en sangre mientras se giraba justo a tiempo para parar la estocada con su propia espada.
Suspiró aliviado cuando escuchó el sonido de su espada de madera al parar el ataque de Alanna, a pesar de haber bloqueado el ataque ahora se encontraba atrapado por la espada de Alanna, si trataba de moverse, de retroceder o de auxiliar a su compañero desprotegería todo su cuerpo dándole la oportunidad a Alanna de acertarle en sus puntos vitales. Por fortuna, se había asegurado de que la guarda se encontrara en su misma situación y si retrocediese estaría permitiendo al mercenario arrebatarle más puntos.
Se quedó ahí, forcejeando con su nueva amiga, mientras lo hacía buscó con la mirada a Demian, pero Alanna frente a él le impedía ver lo que estaba sucediendo con el brujo. Mientras Eltrant se aseguraba de que la chica no retrocediese para ayudar a la elfa le sonrió. -“Supongo que es por esto por lo que eres guarda de Lunargenta”
Demian y Eärwen por otro lado seguían enfrascados en su combate singular, le pareció ver por el rabillo del ojo como la elfa alcanzaba a su compañero después de que este desvelase su posición para atacarla, no dudaba de las aptitudes de combate del muchacho, de hecho, eran bastante superiores a las suyas propias, pero tenía que tratar de ayudarle lo más pronto posible.
Alanna tras desviar magistralmente su ataque retrocedió varios pasos para después correr alrededor suyo tratando de posicionarse tras él, Eltrant preparó la espada para la futura embestida sin moverse del sitio. Siguió con la mirada a la guarda solo girando sobre sí mismo para tenerla siempre de frente negándole el privilegio de flanquearle.
No obstante, no llegó a plantearse siquiera que la chica decidiría deslizarse sobre la arena, sacrificando el equilibrio a costa de moverse mucho más rápido, en una fracción de segundo tuvo a la guarda a su espalda con su espada buscando un objetivo. Eltrant frunció el ceño y se giró todo lo rápido que sus reflejos le permitieron, podía sentir como su organismo liberaba un torrente de adrenalina en sangre mientras se giraba justo a tiempo para parar la estocada con su propia espada.
Suspiró aliviado cuando escuchó el sonido de su espada de madera al parar el ataque de Alanna, a pesar de haber bloqueado el ataque ahora se encontraba atrapado por la espada de Alanna, si trataba de moverse, de retroceder o de auxiliar a su compañero desprotegería todo su cuerpo dándole la oportunidad a Alanna de acertarle en sus puntos vitales. Por fortuna, se había asegurado de que la guarda se encontrara en su misma situación y si retrocediese estaría permitiendo al mercenario arrebatarle más puntos.
Se quedó ahí, forcejeando con su nueva amiga, mientras lo hacía buscó con la mirada a Demian, pero Alanna frente a él le impedía ver lo que estaba sucediendo con el brujo. Mientras Eltrant se aseguraba de que la chica no retrocediese para ayudar a la elfa le sonrió. -“Supongo que es por esto por lo que eres guarda de Lunargenta”
Eltrant Tale
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Re: En un día de relajo también se puede entrenar [Entrenamiento][Ëarwen+Eltrant Tale+Alanna Delteria+Demian] [CERRADO]
Demian actuó de un modo que no se esperaba, no trató de esquivar ni detener su ataque, cuya trayectoria y objetivo eran del todo predecibles, sino todo lo contrario. Tomó impulso y avanzó hacia la elfa, dirigiendo ambas dagas hacia su pecho, justo donde estaba el corazón. El arma de la joven alcanzó al brujo en el vientre con más fuerza de la que ella quería dar al golpe, por el repentino cambio de posición del muchacho.
Eärwen giró el cuerpo bruscamente hacia un lado, en un intento por evitar que la alcanzara, pero solo logró esquivar una de las dagas de madera, la del brazo contrario a la dirección de su movimiento evasivo, mientras que la otra llegó a darle, aunque no en el lugar al que apuntaba el mago. Retrocedió unos metros, aprovechando que Demian hacía lo mismo para echar un vistazo a Alanna y Eltrant, que habían llegado a una posición en que sus espadas se contenían mutuamente, y de la que sería complicado salir sin que alguno de los dos perdiera otro punto.
Volvió la vista hacia el brujo y se preocupó al ver la mueca de dolor que había en su rostro, por la intensidad del toque que había recibido. Puede que no fueran armas de verdad y careciesen de filo y punta, pero seguían siendo contundentes, más aún cuando el golpe lo recibía un cuerpo como el del pequeño, menudo y aún en desarrollo. Se detuvo y le dio unos instantes para que pudiese recomponerse, a fin de cuentas Demian era su amigo y le preocupaba más que se hiciera daño a perder el juego en que participaban.
Bajó la vista al suelo y con un ágil salto se acercó a la segunda flecha que había lanzado, para recuperarla y meterla en el carcaj. La primera se encontraba al otro lado de sus compañeros, con lo que si quería alcanzarla tendría que ponerse en riesgo o rodearlos pasando por detrás de Alanna. - ¿Todo bien? - preguntó al muchacho, tras descartar la idea de ir a por la saeta. Por el momento no le hacía falta, tenía dos aún y no podía usar el arco frente al mago, por la rapidez con que acercaba a ella al atacar.
Pero contra Eltrant la cosa cambiaba, ya que se centraba en un estilo de lucha basado en la fuerza y el cuerpo a cuerpo, por lo que guardaría los proyectiles para intentar quitarle puntos a él en cuanto tuviese ocasión. Observó al hechicero con atención, esperando una respuesta para luego continuar con el entrenamiento que llevaban a cabo.
En cuanto Demian contestase se pondría nuevamente en acción, acortando la distancia que los separaba ligeramente, pero sin llegar a acercarse tanto como había hecho en el anterior ataque. La idea era esperar a que él iniciase la ofensiva esta vez, para actuar según lo que el muchacho intentase.
Off: Siento no responder tan rápido como antes, estos días estoy más ocupada pero trataré de postear al menos una vez al día.
Eärwen giró el cuerpo bruscamente hacia un lado, en un intento por evitar que la alcanzara, pero solo logró esquivar una de las dagas de madera, la del brazo contrario a la dirección de su movimiento evasivo, mientras que la otra llegó a darle, aunque no en el lugar al que apuntaba el mago. Retrocedió unos metros, aprovechando que Demian hacía lo mismo para echar un vistazo a Alanna y Eltrant, que habían llegado a una posición en que sus espadas se contenían mutuamente, y de la que sería complicado salir sin que alguno de los dos perdiera otro punto.
Volvió la vista hacia el brujo y se preocupó al ver la mueca de dolor que había en su rostro, por la intensidad del toque que había recibido. Puede que no fueran armas de verdad y careciesen de filo y punta, pero seguían siendo contundentes, más aún cuando el golpe lo recibía un cuerpo como el del pequeño, menudo y aún en desarrollo. Se detuvo y le dio unos instantes para que pudiese recomponerse, a fin de cuentas Demian era su amigo y le preocupaba más que se hiciera daño a perder el juego en que participaban.
Bajó la vista al suelo y con un ágil salto se acercó a la segunda flecha que había lanzado, para recuperarla y meterla en el carcaj. La primera se encontraba al otro lado de sus compañeros, con lo que si quería alcanzarla tendría que ponerse en riesgo o rodearlos pasando por detrás de Alanna. - ¿Todo bien? - preguntó al muchacho, tras descartar la idea de ir a por la saeta. Por el momento no le hacía falta, tenía dos aún y no podía usar el arco frente al mago, por la rapidez con que acercaba a ella al atacar.
Pero contra Eltrant la cosa cambiaba, ya que se centraba en un estilo de lucha basado en la fuerza y el cuerpo a cuerpo, por lo que guardaría los proyectiles para intentar quitarle puntos a él en cuanto tuviese ocasión. Observó al hechicero con atención, esperando una respuesta para luego continuar con el entrenamiento que llevaban a cabo.
En cuanto Demian contestase se pondría nuevamente en acción, acortando la distancia que los separaba ligeramente, pero sin llegar a acercarse tanto como había hecho en el anterior ataque. La idea era esperar a que él iniciase la ofensiva esta vez, para actuar según lo que el muchacho intentase.
Off: Siento no responder tan rápido como antes, estos días estoy más ocupada pero trataré de postear al menos una vez al día.
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Re: En un día de relajo también se puede entrenar [Entrenamiento][Ëarwen+Eltrant Tale+Alanna Delteria+Demian] [CERRADO]
Siguió a Ëarwen con la vista y vio su oportunidad. Ella daba un salto y recogía una flecha a poca distancia, podría abalanzarse sobre ella en ese instante y no tendría oportunidad de responder a su ataque, sería un punto fácil. Pero no lo hizo, ella le estaba dando un respiro tras el golpe y, a pesar de que él no era de los que juegan limpio, era evidente que aquello sería romper la armonía del encuentro. Estaba en una pequeña tregua y debía actuar en consecuencia, de momento Ëarwen no podía ser su objetivo.
-Sí, claro, no es nada -contestó, sobándose con una mano la zona del golpe. No parecía nada tan malo, sólo le había dolido, quizás luego descubriría un inocente moretón, pero podía seguir peleando sin problemas. No se podía entrenar un combate sin estar dispuesto a recibir algunos golpes. De hecho sus compañeros actuaban de manera mucho más moderada de lo que él había conocido en las islas.
De todas maneras, la elfa utilizaba la pausa para recuperar una de sus flechas, de modo que él también usaría ese momento para un pequeño volver a comenzar.
-Cuidado con las flechas, puede volver a disparar -indicó a su compañero, al tiempo que daba unos pasos en el sentido contrario a la flecha que Ëarwen recogía. Una vez que la distancia entre ambos era suficiente, activó nuevamente su habilidad para esconderse, pues ya había descansado de su uso el tiempo necesario.
Contempló entonces el campo de batalla. Eltrant forcejeaba con Alanna, quien estaba entre él y Ëarwen. Por otro lado, la elfa guardaba su flecha y parecía lista para continuar. Hasta el momento el intercambio de ataques había ido tranquilo y el pequeño hombre que atendía la posada parecía interesado y entusiasmado por lo que veía, siguiendo con su vista los pormenores de la batalla. Seguramente él llevaba la cuenta de los puntos, porque al menos Demian no sabía las veces que se podían haber impactado Eltrant y Alanna.
Su mente rápidamente sacó conclusiones, si iba a por Ëarwen, podría sorprenderla cuando intentase lanzar una flecha, pero sería repetir la misma estrategia ya usada, además de que ya de por sí Eltrant se encontraba en una buena posición para hacer difícil un tiro. Por otro lado, si sus otros compañeros se encontraban forcejeando el hombre tenía la ventaja, por lo que Alanna estaría en una posición muy difícil para defenderse de 2 atacantes, en especial uno por su espalda. Era el momento de cambiar de objetivo y caer sobre Alanna.
Se desplazó con presteza y en postura de sigilo hacia la espalda de la humana. Una vez que iba llegando a su destino elevó sus dagas e intentaría descargar 2 cortes sobre la humana, uno desde la derecha y otro un segundo más tarde desde la izquierda. El primero iría en diagonal ascendente y el segundo descendente. Al momento de atacar, su ilusión caería y volvería a ser visible, pero esperaba contar con unos segundos por la sorpresa. El combate entraba en una segunda fase que prometía ser aún más excitante que la anterior.
Demian
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