Así que quieres ser un Gorrión... [Interpretativo]

Miré a Demian pero no dije nada cuando tartamudeó, me había dado cuenta antes que parecía tener ciertas dificultades para hablar a veces pero no era el primer muchacho con problemas similares que conocía, de hecho una de mis mejores amigas era muda, bueno, mejor amiga antes de que... "¡No Azoth, céntrate en el presente!" Me reprendí a mi mismo para obligarme a prestar atención a Chimar.

Bufé cuando vi al guardia, un tipo con cara de perro y de que todo el mundo le debía dinero, no habían escogido al guardia más amable del distrito, desde luego. Pero bueno, si así fuera no sería una verdadera prueba... tan solo esperaba no acabar partido en dos por intentar ingresar en la sociedad de estos jovenes. No pude evitarlo, dudé, y eso se mostró en una expresión vacilante que por un instante pareció predecir una retirada. No obstante, al final me sobrepuse a mis miedos y di un paso al frente, sin mirar atrás.

Caminé por la calle intentando parecer lo más discreto posible mientras analizaba a mi "víctima" desde varios ángulos, empezando por tratar de encontrar algo que robarle, pero a parte de las armas poco más se le veía. Una bolsa de oro que no parecía pesar mucho, lo cual eran malas noticias porque era alguien que parecía tener rango, por tanto debía cobrar bastante , por tanto si su bolsa de oro pesaba poco es que era precavido y guardaba casi todo su dinero en casa, lo que significaba que no sería fácil pillarlo desprevenido porque tenía práctica contra ladrones.

Me permití lanzarles una última mirada de reproche a los Gorriones como acusándolos de haberme metido en un gran problema y me mezclé con la multitud para tratar de acercarme a él y ver la situación más de cerca. El hombre parecía estar simlemente de patrulla, aunque sus ojos barrían la multitud como si pudiera ver a través de las almas de todos los que caminaban por la calle, realmente daba miedo, y si, lo único de valor que parecía tener era su bolsa de oro, y su espada bueno, pero eso era demasiado grande como para huir. Pero vi algo que podía ser una solución.

Me acuclillé al lado de un mendigo que estaba pidiendo y le enseñé una de las monedas de oro que Chimar me había dado ayer, lo cual hizo que su mirada brillara ante el reflejo aureo, entre la clase baja lo normal era el trueque o monedas desgastadas y mordidas, pero esta estaba en buen estado. No obstante, cuando alargó la mano para cogerla aparté la mano. - Si la quieres, tendrás que hacer una cosa por mi. - posé la mirada en el puesto de manzanas mientras lo decía. - Quiero que robes una manzana y corras con todas tus fuerzas, asegurándote de que el dueño te vea. - el hombre protestó, así que le di la segunda moneda de oro, eso bastó para convencerle.

Me situé cerca del guardia justo antes de que se escucharan los gritos de "¡Al ladrón!" y, tal y como había pensado, el guardia volvió su canina mirada en dirección a los gritos, los cuales captaron toda su atención. Con un rápido movimiento con un pequeño cuchillo corté su bolsa de oro y recogí media docena de monedas de oro con la otra mano, pero antes de poder guardármelas o retirarme el afilado instinto del guardia me detectó y con su manaza rodeó la muñeca en la que tenía las monedas. Destilando rabia abrió la boca para hablar, pero no le dio tiempo pues mi entrenamiento tomó el control transformando lo que serían palabras de desprecio en un grito de dolor cuando mi cuchillo se hundió en la muñeca del guardia haciendo que abriera la mano. No me lo pensé más, me di la vuelta y huí.

Pero no escapé en dirección a donde estaban los demás niños, eso habría supuesto ponerlos en peligro, no, tenía que irme en otra dirección y despistarlo para poder volver. Porque obviamente el guardia salió corriendo detrás de mi vociferando que me iba a despellejar vivo. Serpenteé entre los callejones tratando de dejarlo atrás pero cometí un error y acabé en un callejón sin salida, donde había unos establos. No me lo pensé, salté y me sumergí entre la paja aferrándome a la empuñadura de mi espada mientras el corazón me latía a toda velocidad, si el hombre este me acababa descubriendo quizás tuviera que recurrir a la violencia para salir de esta...

Azoth avanza destilando cierto nerviosismo, se nota a simple vista. Por suerte logra desenvolverse con naturalidad una vez alcanza aquella multitud, después de todo no es la primera vez que recurre al robo directo. Los Gorriones observan desde cierta distancia disimulando las miradas para no arruinar el intento del recluta, pese al apoyo moral es evidente que durante esta travesía deberá actuar solo.

El niño humano en prueba recurre a una treta rápida, buena forma de potenciar su “trabajo”. Muchas veces el oficio de ladrón requiere emplear recursos del sitio para lograr el objetivo, las personas se incluyen dentro de esa clasificación. Parece evidente lo que pasara a continuación para cualquier observador previo sin embargo pilla por sorpresa a medio mercado, menudo tumulto se forma.

Que discreto…

Expresa con ironía mientras sigue observando, la acción principal esta próxima. Es difícil ver con tanta gente corriendo detrás del señuelo pero parece un robo exitoso, al menos hasta que el guardia se voltea de golpe. Aquel inventor abre los ojos de par en par pues sabe que todo se acaba de complicar, mira de reojo a Dem y ratita pero vuelve la vista al recluta poco después.  
 
Mierda.

Susurra para sus amigos, será necesario intervenir. Se puede detallar con dificultad como el ladrón novato hiere al guardia empleando un movimiento reflejo, logra liberarse pero acaba de sumar varios puntos al nivel de peligro. Dicho niño sale corriendo pero el adulto le persigue igual de molesto que un toro, si lo atrapa podría dejarle muy golpeado. Es hora de las contramedidas y el tiempo apremia.

¡¡Vamos!!

Dem es el primero en seguir los pasos del dúo, Chimar y ratita van detrás. Atraviesan varios callejones hasta que la figura sigilosa del brujo ocasiona una parada instantánea, no se ve nada bien. Todo indica que Azoth queda atrapado en un callejón sin salida, recurre al escondite pero tarde o temprano será descubierto. El Gorrión intermedio se asoma discretamente luego de indicarle a su hermano pequeño que cubra la retaguardia.

¿Y ahora?

Pregunta al hechicero, parece que desea continuar el examen. Al chico listo le gustaría intervenir pero comprende las ideas de su hermano, aun está siendo evaluado aquel recluta. Trabajar bajo presión es crucial para este tipo de vida, aprendes eso el día uno. Al final mientras la caballería permanezca cerca no debería haber un peligro real, claro que el joven creador intervendrá para evitar cualquier situación cruda aunque no le guste al ilusionista.

Veamos...

Mierda, mierda, mierda. El tio paseaba por el callejón resoplando como un toro enfurecido, buscándome. Al final pudo sumar dos más dos y caer en la cuenta de que las pajas eran prácticamente el único sitio donde podía estar escondido, así que empezó a pincharlas con la espada para ver si conseguía encontrarme, la verdad, la situación no pintaba nada bien.

Tenía que actuar antes de resultar herido, así que me levanté de golpe generando una nube de paja a mi alrededor y lanzando un golpe a ciegas, antes de que el otro pudiera reaccionar. El golpe impactó en el pecho del guardia creando una muesca en su coraza, pero sin llegar a atravesarla. El impacto pareció confundir al hombre un instante, así que aproveché para escurrirme como una anguila a su lado para tratar de alcanzar el callejón. Pero claro, el tipo era persistente así que lanzó un nuevo golpe hacia mi cortándome el paso. Rodé por el suelo evitando el golpe y me levanté de un salto girando de forma paralela al suelo, como un tirabuzón. Entonces quedé frente a él en guardia, con mi espada quebrada entre él y yo.

- Vaya niñato, ¿quieres jugar con los mayores? - dijo con una sonrisa burlona. - Voy a hacerte pedacitos poco a poco. - dijo con una expresión que parecía indicar que lo haría de verdad si tuviera la ocasión, pero claro, yo no se la iba a dar.

El hombre cargó hacia mi, con un golpe predecible que pude esquivar fácilmente. Entonces empezó una cadena de golpes que yo esquivaba o desviaba con mi espada cuando pasaban demasiado cerca de mi, me mantenía a la defensiva porque quería estudiar bien a mi rival. Llevaba una coraza, con lo que tenía el torso bastante protegido. Se podía atravesar la coraza, pero requeriría un golpe muy fuerte que seguramente no me permitiría retirarme a tiempo si realizaba un contraataque. Tambien llevaba brazaletes que dejaban expuestas las zonas del codo y las manos. En cuanto a las piernas llevaba unos pantalones de cuero endurecido, era la zona más vulnerable del cuerpo, junto con la cara, puesto que llevaba un yelmo abierto. Decidí atacar a lo primero, pero aparentar lo segundo. Lancé varios ataques rápidos hacia su cabeza, ataques que el hombre bloqueaba con su propia arma.

Mantuve ese ritmo durante unos veinte segundos, esquivando sus ataques con rápidos movimientos, saltos y acrobacias, como se me había enseñado, y cuando pasaba a la ofensiva siempre trataba de atacar por encima de su cuello. Así, el hombre se esperaba esa clase de ataques y, en un momento en que esquivé uno ataque suyo rodando a su lado lancé un tajo hacia la parte trasera de su rodilla y mi espada bebió de su sangre, arrancándole un grito de dolor y haciendo que cayera de rodillas al suelo. Había cortado los tendones traseros de su pierna. esa extremidad ya no podía sostener bien su peso, ya no podría alcanzarme. - Se acabó. - dije apartándome de él de un salto. Pensé en rematarlo, pero no había verdadera necesidad de ello, y no sabía si se l merecía, por tanto, no me sentía capaz de hacerlo.

Así que me alejé de él y envainé la espada. Podía oir como el hombre se ponía en pie con esfuerzo y trataba de cojear amparándose en la pared, pero no tenía nada que temer. Claro que al darle la espalda tampoco podía ver como había desenvainado una daga y había llevado el brazo hacia atrás con el propósito de lanzármela.

Una daga pasó zumbando al lado de mi cabeza, lo cual me hizo dar un salto en dirección contraria y girarme furioso hacia el guardia. - ¿¡Atacas por la espalda a un niño maldita rata!? - le recriminé. Malditos fueran los guardias y maldito fuera su nulo sentido del honor, ¡había asesinos más honrados que ellos! Entonces escuché la voz de Chimar diciendo cuidado y me giré hacia él, medio mareado por girar dos veces en menos de un segundo ya que su grito de advertencia había sonado más o menos a la vez que la daga pasaba a mi lado.

Me giro de nuevo hacia el guardia y veo que no tiene más dagas. Escupí al suelo en su dirección y empiezo a caminar hacia Chimar sin quitrle del todo el ojo de encima, decidido a largarme de allí de una vez. Pero entonces Chimar dice algo que me clava en el sitio desconcertado, parecía estar diciendole a Demian que no hiciera algo. Pero Demian no estaba por ninguna parte.

El sonido del metal atravesando la carne me dio la respuesta. Como por resorte me giré de nuevo hacia el guardia solo para ver como Demian retiraba la daga del cuello del hombre, lo cual me hizo abrir los ojos como platos. ¿De donde había salido? ¿Y porque lo había matado? - Ese hombre ya no era una amenaza... - dije viendo como se desplomaba en medio de un gorgeo agónico. - Puede que ni siquiera se lo mereciera. - murmuré. Mi maestro me había enseñado a eliminar a los testigos, pero se refería a aquellos que me vieran practicar el oficio amargo, no... un simple robo. Ese hombre acabaría olvidando al cortabolsas que lo hirió una vez, y aunque me buscara era poco probable que me encontrara.

Chimar se ocupó de dejar bien claro a Demian lo que había hecho, y tambien de neutralizar a los soldados recien llegados con... con algo. - ¿Seguro que no eres un brujo tambien? - pregunté al ver la explosión, la cual desde mi punto de vista había sido como hecha por arte de magia. - Da igual, ¡vámonos! - urgí. Habría tiempo para discutir y hablar de quien era mago y quien no cuando estuviéramos a salvo. Claro que el único callejón de salida era por donde estaban esos dos guardias medio aturdidos aun.

No me lo pensé, salté entre ellos para salir del callejón. Uno de los guardias trató de aferrarme pero aun parecía mareado por la magia de Chimar, así que golpeé su cara y el impacto hizo que le girara el casco tapándole la visión, esperaba que se dieran prisa porque estos tipos no parecía que fueran a quedarse descansando en el suelo mucho rato más.

Corrimos como si escapáramos del mismisimo demonio, y es que si esos guardias recobraban la conciencia e intuían por donde nos habíamos ido se convertirían en precisamente eso a nuestros ojos, en demonios. Lo mejor era poner toda la distancia posible entre ellos y nosotros y así llegamos hasta la parte trasera de un negocio, donde me sujeté las rodillas, jadeando por la carrera y viendo como llegaban todos los demás.

La tensión podía cortarse con un chuchillo, Chimar y Demian estaban furiosos el uno con el otro y estar cerca de ellos me transmitía la misma confianza que estrar cerca de un perro rabioso, por lo que acabé situandome al lado del menor de los miembros, el cual parecía tan incómodo como yo, por lo que deduje que esta clase de peleas no eran habituales. Y como no los conocía pues no sabría cuanto tardaría en írseles el enfado.

De todos modos ese asunto pareció dejarse en un segundo plano momentáneamente ya que había llegado el momento del veredicto. No estaba seguro de haberlo hecho muy bien, aunque al final me había llevado las monedas... pero no me preguntaron por ellas, no me las pidieron, lo cual me hizo fruncir el ceño con extrañeza, ¿no querían saber si había logrado mantener el botín o es que me habían vigilado tan bien que ya lo sabían?

De todos modos no pregunté sobre el tema puesto que tanto Chimar como ratita dieron su afirmación, lo cual hizo que el corazón me latiera con fuerza. La cosa pintaba bien, ya solo quedaba la respuesta del joven brujo. Clavé la mirada en él, tratando de adivinar que resolución tomaría, aunque me resultaba dificil ya que era el gorrión más impredecible, o eso es lo que pensaba por como lo había visto actuar en el poco tiempo que lo conocía.  

Momentáneamente aquella riña queda de lado, es engullida por la solemnidad del veredicto. Podrán ser mocosos pero sienten respeto a lo que representan, creen fervientemente en la organización. Los dos Gorriones menores apoyan el ingreso del nuevo humano, la decisión de Demian se hace esperar un poco pero al final termina siendo afirmativa. Oficialmente ya tienen un nuevo miembro si este acepta todos los términos.

Las palabras del hechicero aunque cargadas de verdad son soltadas erráticamente, parece tener la cabeza en otra parte. Indiferentemente el sermón de iniciación es lanzado, sigue la decisión final emitida por el aspirante. Chimar sonríe levemente, todo el progreso que han logrado se resume a este momento, si tienen la capacidad de atraer nuevos integrantes se les puede considerar un clan completo.

Somos una familia Azoth, un vínculo fuerte, es tu decisión si quieres formar parte.

Dem esta más inestable de lo normal aunque no resulta raro, recibió un golpe a traición así que en teoría debe querer venganza. Por muy asesino que sea sigue siendo un niño y un hombre, Chimar tiene suficiente materia gris para comprender dichos conceptos. No se puede rechazar la naturaleza intrínseca de los seres pensantes, son muchos siglos de instintos moldeados a medida por la evolución.

El científico se queda mirando a su hermano mayor de forma desafiante, sabe lo que viene. Al final es mejor desahogar las emociones violentas en el instante, lo que menos se quiere es un Demian cegado por la rabia maquinando cosas mientras duerme. De repente las palabras se detienen dando un preludio adecuado para las siguientes acciones, menuda falta de control están demostrando el par de niños.

Cuando el ilusionista forma su pose ofensiva un desenlace directo es inevitable, allí viene el golpe. Chimar se tensa completo para resistir la embestida aunque no intenta esquivar, las cosas deben solucionarse de una vez. Ese ataque parece una copia exacta del primer golpe lanzado por el propio inventor aunque seguramente es coincidencia, la adrenalina a veces juega ilusiones ópticas extrañas.

Maquiavelo recibe aquel golpe directo en la mandíbula, casi pierde el equilibrio pero se mantiene en pie. Para ser mago su hermano tiene buena derecha, fue un gran ataque. El joven agredido toca el daño con cierta delicadeza, dolerá un par de días. Mira al rival directamente pero no muestra odio ni rencor, sabe reconocer la justicia en un acto. Cierta gota de sangre cae desde el labio indicando la efectividad alcanzada por ese puñetazo. Al final esboza una sonrisa mientras extiende su mano a modo de tregua.

Nada mal… "No matamos bajo ninguna circunstancia esa es nuestra dignidad" ¿te suena familiar?

Dejé salir el aire que había estado conteniendo cuando Demian dio su aprobación ante el resultado de mi prueba, vale, ya podía respirar relajado... aunque no sabía porque todo esto era tan importante para mi. Ayer vivía solo, sin nadie y sin necesidad alguna de compañía pero ahora, ahora me daba cuenta de que en realidad si había necesitado a más gente, de lo solo que me había sentido desde que Kylar había muerto. Por eso sentí una cálida luz dentro de mi cuando todos dijeron que si de forma unánime.

Escucheé en absoluto silencio el pequeño discurso de Demian, o al menos pretendía ser pequeño pero su tartamudeo lo alargó más de lo necesario, cosa que me extrañó porque hasta ahora no había demostrado tener tantos problemas de habla, ¿sería debido a las emociones del momento? Pero no me importaba, fui paciente y asentí enérgicamente cuando terminó de hablar.

- Claro que quiero formar parte. - contesto a Chimar girándome hacia él. Y quería añadir algo más pero no se me ocurría que, o sea, imaginaba que este era uno de esos momentos en los que tendría que decir algo, soltar un discursito acerca de lo agradecido que estaba por todo y lo importante que era la familia que no había tenido en mi vida... pero sencillamente no me salía, así que me limité a dejar que mis dedos se movieran nerviosamente.

Y entonces Demian golpeó a Chimar, acción que vi con los ojos abiertos como platos, al igual que el más pequeño de los gorriones. Ambos nos quedamos paralizados sin saber muy bien que hacer mientras los otros dos parecían solucionar sus diferencias. Aunque Chimar encajó el golpe con dignidad y parecía estar de acuerdo con él lo cual suavizó la situación.

Entonces soltó una frase que debía de ser una de las normas del grupo. - ¿Es una norma o algo así? - pregunté frunciendo los labios con desaprobación. No era partidario de las masacres sin sentido, pero cuando alguien realmente se lo merecía mi mano no dudaría mientras empuñara a Sentencia, la espada quebrada de mi maestro. - Me parece un tanto ingenua esa afirmación... - dije en voz no muy alta.

Problema saldado de una forma tonta, a veces la niñez cobra su territorio. Ya con los dos amigos más calmados y sin ganas de matarse entre sí todo vuelve a una extraña normalidad, excepto para el muerto claro. Indiferentemente su reclutamiento resulta exitoso ganando un nuevo hermano como consecuencia, los Gorriones empiezan a crecer reforzando el futuro próximo con buenas bases.

Insisto en que no era necesario pero… dejémoslo allí, espero muestres mas moderación en el futuro o terminaremos ejecutados.

Ese pequeño chiste de Dem resulta algo perturbador, más que todo por su verdad. Chimar lleva varias muertes encima desde el inicio de su orfandad, si bien ha intentado evitar desenlaces fatales a veces resulta difícil. Ya no es el mismo enano que vivía con su padre, ha cambiado en muchos aspectos siendo el más resaltante de todos su nueva tolerancia a la muerte acelerada o asesinato directo.

No asesinamos… la mayoría de veces…

Un último comentario para complementar y dejar finalizado el punto, recalcar demasiado cualquier argumento se puede volver tedioso. Es bueno saber que Demian conoce bien las prioridades aunque sigue siendo muy “daga alegre”, tal vez la muerte del guardia fue en cierto modo merecida pero es mejor seguir evitando aplaudir ese tipo de acciones repudiadas por la inmensa mayoría social.

Es la mascota del clan jeje.

Aquella ave tiene una libertad envidiable aunque por alguna razón siempre revoletea cerca del brujo, atracción salvaje tal vez. Al final termina siendo un buen estandarte para el grupo de niños ladrones y no solo por compartir nombre, la vida tiene caminos misteriosos o quizás muchas coincidencias extrañas. No resulta raro que quiera conocer al nuevo integrante pues es una criatura muy curiosa.

¿Cuántos años tienes Azoth? … ¿Dem sigue siendo el mayor?

No es que sea muy relevante pero siempre resulta gracioso saber esos datos, hasta entonces aquel hechicero ostenta el titulo de “Gorrión más viejo”. Es fácil confundirle con ese tamaño pero tiene más edad que todos, por muy tonta que sea la diferencia. Seria gracioso que el nuevo destronara a Demian, el dominio no debe permanecer en manos de una sola persona. Menuda tontería pero recordemos que son niños.

¿Le ganaron a Demian?

No rompas el suspenso ratita "Golpe leve".

Ennarqué las cejas cuando Demian le dicho a Chimar que había matado tanto como él. Es decir, que la norma de no matar se la pasaban por el forro de los huevos y la aplicaban cuando lo veían oportuno. Ese pensamiento me lo confirmó Chimar con su "no matamos la mayoría de las veces", a lo cual contesté con un simple "ajá" con un tono que indicaba claramente que no me creía ni media palabra de eso. De todos modos no los juzgaba por ello. - Entonces quizás debais saber que yo tambien me he manchado las manos de sangre... más de una vez quiero decir. Aunque nunca a nadie que no se lo mereciera.- había sido entrenado por un asesino, pero había actúado más bien como un justiciero, mi pulso temblaba cuando no creía que la futura víctima se lo mereceriera, pero cuando si mi arma era implacable era una sentencia. Y ese era el nombre que estaba grabado en el filo de mi espada (en lo que quedaba de él).

Entonces vi como el gorrión se posaba en el hombro del brujo y claro, dadas las circunstancias lo achaqué automáticamente a un conjuro o algo así. No era normal que un gorrión actuara de esa manera, pero ahí estaba, actuando como si no tuviera ningun miedo de nosotros. Chimar pareció aceptarlo con naturalidad, pero claro, no debía olvidar que él tambien era un brujo, había visto con mis propios ojos como hacía magia antes.

Me acerqué a Demian y dejé que su dedo rozara mi hombro, haciendo que el ave saltara encima mio. Me quedé mirando al pequeño gorrión mientras él hacia lo propio, o eso me parecía pero era dificil de decir ya que no paraba de girar la cabeza y moverla hacia todas partes, como habitualmente hacían los gorriones. Sonreí ligeramente, uno se sentía extrañamente en paz teniendo al pajarillo en el hombro.

La pregunta de Chimar me desconcertó. - ¿Demian es mayor que tú? - siempre había asumido que el mayor era Chimar. Posé la mirada en el citado y lo examiné con ojo crítico, como si lo estuviera viendo por primera vez, pero me seguía pareciendo o de la misma edad o un poco más joven que Chimar. - La verdad es que no sé cuantos años tengo. - dije de forma pensativa. Lo malo de criarse con una banda callejera es que uno no celebraba su cumpleaños, no sabía cuando había nacido, ni cuantos años tenía antes de que me recogieran los demás niños de la banda. - Pero estoy seguro de que no tengo menos de diez años, ni tampoco tengo catorce, seguramente tampoco trece.- así que las opciones eran diez, once o doce años, ignoraba cual de las tres respuestas era la correcta.

Pero no me gustaba hablar de mi ignorancia, así que tosí para desviar la atención de ese tema. - Y bueno, ¿puedo ver ahora el camino hacia la Ratonera sin una venda en los ojos? - pregunté esbozando una semisonrisa.

Pronto el tema de la edad toma importancia, siempre levanta polémica. Es difícil no endosarle a Demian solo diez años con su corta estatura aunque teóricamente hablando los niños brujos siempre son algo bajitos, cierta jugarreta de la evolución al parecer. Aunque no lo parezca el enano tiene mayor edad que los demás Gorriones, quizás cuando llegue a su adultez pueda medir como un adolescente humano normal.

… tramposo.

Desgraciadamente Azoth no tiene conocimiento de su propia edad así que la victoria resulta imposible, Dem logra mantener su corona usando un truco rastrero y algo de ingenio. Se veía venir pero ya abra más oportunidades de vencerle, la entrada de miembros no quedara detenida bajo ningún concepto, este es solo el comienzo de un extenso crecimiento organizacional que podría repuntar en el futuro.

Puedo saber tu edad, solo necesito un poco de sangre y piel para realizar cierto experimento y… si tu quieres claro…

A veces la ciencia puede resultar bizarra para mentes comunes, especialmente en la época actual. El método técnico que permite conocer los años por medio de material biológico es relativamente sencillo aunque a nadie le importa, es una de esas ramas menores que ningún personaje desempolva. Al final se sigue usando el método visual para catalogar una persona, primitivo aunque jodidamente eficiente.

Con rapidez Chimar alborota el pelo de ratita para darle ánimo, ese niño tenia ilusiones de que su hermano brujo fuera vencido. Después viene un asunto importante, revelar la localización del refugio. No es muy difícil pues ostenta buena altura con respecto al común denominador, además están cerca. Solo hace falta señalar con el dedo, esa torre se alza orgullosa sobre la ciudad.

Ahora es tu hogar también, la ratonera.

El estilo de vida ofrecido por el clan es muy envidiable y discrepa bastante del prototipo normal actual, los miembros tienen libertad junto con muchos beneficios directos. Un Gorrión mejora sus habilidades sin dejar de lado la diversión, sobre todas las cosas son niños. Seguramente el nuevo humano perfeccionara técnicas delictivas rápido al tener una base, queda por ver que aventuras vivirán ahora.

Tanto golpear a Dem me ha dado hambre…

No supe que cara poner cuando dijo que su madre lo había abandonado en un templo y luego se había suicidado, yo no sabía nada de la mía pero prefería la ignorancia a saber algo tan terrible de ella. Desgraciadamente las palabras de Demian hicieron mella en mi imaginación y dibujaron a una mujer loca dejandome en la calle para luego lanzarse al mar, quizás todas las madres que abandonan a sus hijos fueran así...

De todos modos Demian parecía haber concluído que yo tenía once años, ante lo cual solo me encogí de hombros ya que me parecía una respuesta tan válida como cualquier otra, no era algo que me importara mucho ni que me hubiera planteado muy a menudo, al fin y al cabo, ¿había realmente una diferencia entre tener un año más o un año menos? Parecía que si, o al menos al para el resto de mis compañeros aparentaba serlo. - Um, nunca me he sometido antes a la magia. - dije con el ceño fruncido mirando a Chimar, ya que en mi ignorancia aun pensaba que lo que había hecho antes con los guardias era magia y que por tanto él era un brujo. - Pero si dices que es seguro, de acuerdo. - concluí, ahora me había picado la curiosidad.

Seguí el dedo de Demian hacia la torre que se alazaba a las afueras, una torre siniestra que segun las historias estaba embrujada. Vaya, así que era allí dentro donde me habían metido, solo de pensarlo me provocó un escalofrio. - Bueno, tú eres un brujo y vives en ella. - contesté mirándolo con una sonrisa divertida. - Así que técnicamente está embrujada. - tampoco necesitaba que me dijera que nunca llevara a un adulto al interior, no tenía pensado llevar ni a un adulto ni a nadie.

Me giro hacia Chimar cuando declara tener hambre. - Yo tambien, pero por hoy nos hemos metido en muchos líos como para robar comida. Venid conmigo, vosotros habeis compartido muchos secretos vuestros conmigo así que es hora de que os devuelva el favor. - comencé a caminar con intención de que me siguieran. - Conozco algunos puntos seguros, al margen de la ley pero donde seremos bien recibidos, a salvo. Mamá-K os caerá bien. - dije poniendome a andar.