La noche más oscura [Quest temática Halloween][Cerrado]
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Re: La noche más oscura [Quest temática Halloween][Cerrado]
- Azoth, en el piso superior te encontrarás con que tres aldeanos enfermos han conseguido acceder a la casa a través de una ventana que da directamente a un pequeño patio que la clínica de Theo comparte con el edificio del al lado, si no haces algo pronto seguirán entrando por ahí. Lanzarás la voluntad de los dioses para saber tu fortuna.
- Alanna, las improvisadas defensas del piso inferior aguantan correctamente, al menos hasta que notas como Theo se despierta como uno de los muchos aldeanos coléricos que tratan de acceder al interior. Esto hace que, por algún motivo, los enfermos se vuelvan más insistentes y quiebren algunas de las ventanas mas alejadas de dónde te encuentras, permitiendo a varios aldeanos entrar en el interior; mantente a salvo. Lnazarás la voluntad de los dioses para saber tu fortuna.
- Nübian y Huracan, ambos conseguís dejar a atrás a los hombres-bestia enfermos gracias a Hank, aún, de vez en cuando, oís explosiones distantes. Os encontráis una aldea semi abandonada, los pocos aldeanos que hay por las desiertas calles del lugar parecen dirigirse a un sitio en concreto. Por otro lado, tenéis las hiervas pero no como sintetizar la medicina, pensad en que lugar del pueblo se encontrarán los aparatos necesarios para esto y encontradlo, el método de fabricación se encuentra detallado en el papel que Sarah os entregó. Sed cautos, los aldeanos os atacarán en cuanto os vean.
Fehu
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Re: La noche más oscura [Quest temática Halloween][Cerrado]
Me coloqué tras la esquina del pasillo y observé con cuidado. Había tres de esos aldeanos entrando por la ventana, bueno, dos estaban en el pasillo, el último estaba entrando ahora. Solté un taco en voz baja y me volví a colocar tras la pared nuevamente. Por lo que había podido ver a través de la ventana se estaban colando gracias a un pequeño patio, había que hacer algo al respecto, ¿pero que?
De todos modos no tuve mucho tiempo para pensar ya que estos empezaron a moverse. Además estaba empezando a escuchar ruidos demasiado intensos en el piso de abajo (de algo moviendose dentro de la casa) y varios cristales romperse. La situación no pintaba nada bien. Respiré hondamente para armarme de valor, tendría que afrontar a esos enfermos antes de tratar de sellar la ventana por la que estaban viniendo, así que rodeé la esquina y decidí tratar de enfrentarlos.
Con un grito de guerra lancé un tajo hacia el cuello del primero de los aldeanos con intención de abrirle la garganta, mi intención era matar o deshacerme de estos tres para luego intentar tapiar la ventana con alguno de los muebles que hubiera por allí. O eso era mi intención, porque lo cierto es que en el último instante, cuando estaba llendo hacia ellos empecé a dudar. Solo me mostraba implacable con aquellos que se lo merecían, pero claro, ¿unas cuantas personas que estaban coléricas por culpa de una enfermedad se lo merecían?
De todos modos no tuve mucho tiempo para pensar ya que estos empezaron a moverse. Además estaba empezando a escuchar ruidos demasiado intensos en el piso de abajo (de algo moviendose dentro de la casa) y varios cristales romperse. La situación no pintaba nada bien. Respiré hondamente para armarme de valor, tendría que afrontar a esos enfermos antes de tratar de sellar la ventana por la que estaban viniendo, así que rodeé la esquina y decidí tratar de enfrentarlos.
Con un grito de guerra lancé un tajo hacia el cuello del primero de los aldeanos con intención de abrirle la garganta, mi intención era matar o deshacerme de estos tres para luego intentar tapiar la ventana con alguno de los muebles que hubiera por allí. O eso era mi intención, porque lo cierto es que en el último instante, cuando estaba llendo hacia ellos empecé a dudar. Solo me mostraba implacable con aquellos que se lo merecían, pero claro, ¿unas cuantas personas que estaban coléricas por culpa de una enfermedad se lo merecían?
Última edición por Azoth el Jue Nov 12 2015, 16:27, editado 1 vez
Azoth
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Re: La noche más oscura [Quest temática Halloween][Cerrado]
El miembro 'Azoth' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: La noche más oscura [Quest temática Halloween][Cerrado]
Todo parecía haberse quedado en calma, ni un sonido perturbaba la paz de la sala, solo los golpes en puertas y paredes y en las ventanas ya reforzadas molestaban, pero nada desde arriba. La tensión corría por la sangre de la chica, no le gustaba, el silencio no era buena señal, aunque, al menos, tenía un momento de calma, para pensar un plan, dudaba que pudieran entrar, pero no podía descartar nada.
De pronto, escuchó un sonido a sus espaldas, el doctor había despertado, y, al igual que pasaba con los de fuera, sus movimientos herráticos e iracundos acompañados de gritos lo hacían moverse intentando deshacerse de la silla. Nerviosa, la chica se alzó escuchando los tremendos golpes contra las paredes, no le gustaba, la cosa empezaba a ponerse fatal. La parede empezaba a ceder.
Mordiendose el labio, acabó de cerrar la escalera y se metió dentro del armario cerrando con fuerza, justo a tiempo, pues los zombies empezaban a adantrarse en la sala, y su violencia era mayor a cada instante. Con la puerta bien cerrada, contuvo la respiración preparando un plan b. Comenzó a agujerear la parte de atrás del armario para que, si era necesario, escapar de una sola patada, no podía dejar nada a ciegas, lo primero era sobrevivir, y si todo el pueblo moría al amanecer, al menos que ellos, que estaban sanos, sobrevivieran.
En silencio, dispuesta a dar la patada si era necesario, y con las dagas disuestas a cortar a aquel que se atreviera a meter una sola mano dentro de su escondite, suplicó nuevamente para que la elfa y la que parecía saber de medicina se apresuraran, a los allí presentes, a Azoth y a ella misma, les quedaba muy poco tiempo.
De pronto, escuchó un sonido a sus espaldas, el doctor había despertado, y, al igual que pasaba con los de fuera, sus movimientos herráticos e iracundos acompañados de gritos lo hacían moverse intentando deshacerse de la silla. Nerviosa, la chica se alzó escuchando los tremendos golpes contra las paredes, no le gustaba, la cosa empezaba a ponerse fatal. La parede empezaba a ceder.
Mordiendose el labio, acabó de cerrar la escalera y se metió dentro del armario cerrando con fuerza, justo a tiempo, pues los zombies empezaban a adantrarse en la sala, y su violencia era mayor a cada instante. Con la puerta bien cerrada, contuvo la respiración preparando un plan b. Comenzó a agujerear la parte de atrás del armario para que, si era necesario, escapar de una sola patada, no podía dejar nada a ciegas, lo primero era sobrevivir, y si todo el pueblo moría al amanecer, al menos que ellos, que estaban sanos, sobrevivieran.
En silencio, dispuesta a dar la patada si era necesario, y con las dagas disuestas a cortar a aquel que se atreviera a meter una sola mano dentro de su escondite, suplicó nuevamente para que la elfa y la que parecía saber de medicina se apresuraran, a los allí presentes, a Azoth y a ella misma, les quedaba muy poco tiempo.
Alanna Delteria
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Re: La noche más oscura [Quest temática Halloween][Cerrado]
El miembro 'Alanna Delteria' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Tyr
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Re: La noche más oscura [Quest temática Halloween][Cerrado]
Las dos corríamos tanto como podíamos aunque más bien, tanto como el bosque lloviendo y a oscuras nos permitía. Miré a Huracán de soslayo, sin detener la marcha y asentí apretando los dientes ante su negativa de volver. En el fondo… Sabía que tenía razón.
Los rugidos nos perseguían, las pisadas alborotaban el bosque, el silencio, y sentía el corazón casi salírseme del pecho. De cuando en cuando, alguna explosión todavía sonaba detrás de nosotras, arrojando cierta esperanza de un quizá aún vivo Hank, aún con posibilidades, aunque sabía tan bien como Huracán que no sería muy probable, pues aquellos seres tampoco parecían muy normales… Eran unos rugidos demasiado profundos, maníacos.
Gracias a los dioses y a la Madre, al cabo de un tiempo corriendo veloces, zizageando y cada una sumida en su silencio y pensamientos llegamos a un punto en que el bosque se abría más, dejando entrever luces lejanas, la lluvia caía aún sin cesar, pero sin ser una cortina… Y sobre todo, los rugidos habían cesado.
Por ahora.
Me apoyé en un tronco recio, jadeante, con las manos contra mis rodillas y miré a Huracán, suponiendo que de igual modo estaría cansada. Al fondo estaba la aldea que había señalada en el mapa que llevaba en la bolsa y que volví a sacar. – Mira… Ese es el pueblo. ¿Qué haremos si nos reciben de la misma manera?
– Espero que no… Me parece que no estamos para otra carrera. – miré el mapa mientras me acercaba hacia las casas más cercanas y me aposté tras de ellas, mirando a Huracán. A lo lejos podía verse un grupo de personas caminando de extraño modo, unidos, con lo que parecía un destino fijo, ineludible. Tragué, con un escalofrío recorriéndome el cuerpo. – No creo que sea muy bueno dejarnos ver… Este lugar está enfermo, y visto lo visto en el bosque… No se han librado. Los dioses y la Madre no son benevolentes durante estos tiempos… – Le tendí el papel a ella y saqué las plantas para comprobar su estado que por suerte y a pesar de la carrera y la lluvia, se encontraban bien. – La mujer nos habló de un hombre conocedor del remedio… Ahí en el papel, cerca del dibujo de las plantas explica el proceso para elaborar las medicinas. Yo.. No sé mucho sobre alquimia pero sé que ese es el método; alguna vez he llevado a cabo algún brebaje tal vez pueda… Ayudar. Pero necesitamos un lugar adecuado.
Miré a la mujer, me sentía impotente, apenas sabía utilizar mi arma y ella tenía que ocuparse de mi como si fuese una mozuela elfa… Me dije de nuevo que entrenaría para valerme por mí misma.
Tal vez una botica o un taller… Algún lugar con otros ingredientes y material… Recordé de pronto a los demás. Me asomé por la esquina mirando la plaza con algún que otro lugareño. – Alanna y el chico… Azoth, deben estar por aquí. ¿Deberíamos buscarlos o hacer primero las medicinas aprovechando la… fijación de los aldeanos con aquella dirección? – miré de nuevo a la mujer, con incertidumbre, pero dispuesta a todo por aquel improvisado cometido.
Off: perdonad mi tardanza chicos. Problemas con el ordenador y además de tiempo... D:
Los rugidos nos perseguían, las pisadas alborotaban el bosque, el silencio, y sentía el corazón casi salírseme del pecho. De cuando en cuando, alguna explosión todavía sonaba detrás de nosotras, arrojando cierta esperanza de un quizá aún vivo Hank, aún con posibilidades, aunque sabía tan bien como Huracán que no sería muy probable, pues aquellos seres tampoco parecían muy normales… Eran unos rugidos demasiado profundos, maníacos.
Gracias a los dioses y a la Madre, al cabo de un tiempo corriendo veloces, zizageando y cada una sumida en su silencio y pensamientos llegamos a un punto en que el bosque se abría más, dejando entrever luces lejanas, la lluvia caía aún sin cesar, pero sin ser una cortina… Y sobre todo, los rugidos habían cesado.
Por ahora.
Me apoyé en un tronco recio, jadeante, con las manos contra mis rodillas y miré a Huracán, suponiendo que de igual modo estaría cansada. Al fondo estaba la aldea que había señalada en el mapa que llevaba en la bolsa y que volví a sacar. – Mira… Ese es el pueblo. ¿Qué haremos si nos reciben de la misma manera?
– Espero que no… Me parece que no estamos para otra carrera. – miré el mapa mientras me acercaba hacia las casas más cercanas y me aposté tras de ellas, mirando a Huracán. A lo lejos podía verse un grupo de personas caminando de extraño modo, unidos, con lo que parecía un destino fijo, ineludible. Tragué, con un escalofrío recorriéndome el cuerpo. – No creo que sea muy bueno dejarnos ver… Este lugar está enfermo, y visto lo visto en el bosque… No se han librado. Los dioses y la Madre no son benevolentes durante estos tiempos… – Le tendí el papel a ella y saqué las plantas para comprobar su estado que por suerte y a pesar de la carrera y la lluvia, se encontraban bien. – La mujer nos habló de un hombre conocedor del remedio… Ahí en el papel, cerca del dibujo de las plantas explica el proceso para elaborar las medicinas. Yo.. No sé mucho sobre alquimia pero sé que ese es el método; alguna vez he llevado a cabo algún brebaje tal vez pueda… Ayudar. Pero necesitamos un lugar adecuado.
Miré a la mujer, me sentía impotente, apenas sabía utilizar mi arma y ella tenía que ocuparse de mi como si fuese una mozuela elfa… Me dije de nuevo que entrenaría para valerme por mí misma.
Tal vez una botica o un taller… Algún lugar con otros ingredientes y material… Recordé de pronto a los demás. Me asomé por la esquina mirando la plaza con algún que otro lugareño. – Alanna y el chico… Azoth, deben estar por aquí. ¿Deberíamos buscarlos o hacer primero las medicinas aprovechando la… fijación de los aldeanos con aquella dirección? – miré de nuevo a la mujer, con incertidumbre, pero dispuesta a todo por aquel improvisado cometido.
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Off: perdonad mi tardanza chicos. Problemas con el ordenador y además de tiempo... D:
Nübian
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Re: La noche más oscura [Quest temática Halloween][Cerrado]
Apoyé mis brazos y mi cuerpo sobre mis rodillas mientras exhalaba profundamente. Estaba agotada después de la carrera que nos habíamos metido, pero al menos ya no se escuchaban pasos de ningún perseguidor. Les habíamos dado esquinazo.
Era sorprendente como todas las personas del pueblo, o más bien ánimas, pues su comportamiento no parecía muy humano, se dirigían todos a un mismo punto. ¿A dónde? No tenía ni la menor sospecha. Fuera lo que fuera, era importante que no se percataran de nuestra presencia. Lo primero que pensé fue en Alanna y Azoth. ¿Qué habría ocurrido con ellos? Encontrarlos era importante, pero igual de importante era fabricar la medicina y detener a aquellos tarados mentales.
Nübian destacó que el papel que la mujer de la posada nos había entregado, reflejaba también las indicaciones de cómo sintetizar la medicina, pero admitió no saber lo suficiente de alquimia como para fabricarla, pero que podría intentarlo. Pues estábamos apañados pues yo sí que no tenía ni idea. Yo de química sabía lo justo, apenas lo básico que se estudia en la academia tensái, pero como nunca me especialicé en alquimia y pociones.
-No puede ser muy difícil… Vienen las instrucciones. – le dije observando el papel, escrito con una letra muy poco cuidadosa y apresurada. – Es seguir los pasos y ya está.
En cuanto al lugar en el que hubiese el material necesario… tenía que existir un punto en el que se fabricara aquello. Ahora bien, ¿entre todos esos edificios iguales, cuál era el lugar? Podría estar en el sótano de cualquier casa. Y era de noche. Fue entonces cuando miré al pueblo y a toda su extensión buscando un edificio con alguna característica diferente… Y entonces me fijé que de uno de los tejados salían dos chimeneas. Tuve la corazonada.
-Mira Núbian… - le dije apuntando con el dedo hacia el edificio - ¿Ves aquel edificio con dos chimeneas? Una podría ser la de la de la cocina, y otra una campana extractora del laboratorio. – descargué la ballesta y me puse a colocar un virote. Saqué de mi faltriquera veneno paralizante y unté la punta del mismo con él.
Nübian mostró preocupación también por Alanna y el niño… Si ya era difícil dar con el laboratorio, dar con los dos acompañantes que tal vez se hubiesen escondido en cualquiera de las casas o sótanos del lugar, o tal vez hubiesen sido mordidos por aquellos seres, iba a ser muy complicado. A decir verdad, probablemente no siguieran con vida si es que llegaron a entrar allí. Lancé una mirada un poco triste al pensar esto. Pero no iba a decirle a Nübian que probablemente ella y yo correríamos el mismo destino. Pero no, no iba a decirle a la elfa lo que verdaderamente pensaba. Había que ser positivo.
–Estarán bien, son fuertes. – le dije con una sonrisa mientras terminaba de preparar la ballesta para tratar de tranquilizarla. No sé por qué en situaciones comprometidas me salía una vena más cariñosa y maternal que cuando estábamos en situación normal, que generalmente me hacía la dura y la inflexible. Tal vez aquello significara que no tenía un corazón tan avinagrado como el que la gente dice que tengo. - Ven detrás de mí. Intentaremos llegar sin que nos vean.
Y así, entre las sombras, nos dirigimos al edificio de las dos chimeneas. Estábamos muy cerca de él y nos aproximamos a su parte trasera. Había una puerta trasera, que parecía entreabierta. Mejor, así no tendría que romper una ventana y provocar ruido, claro que… tal vez hubiera alguien dentro.
Era sorprendente como todas las personas del pueblo, o más bien ánimas, pues su comportamiento no parecía muy humano, se dirigían todos a un mismo punto. ¿A dónde? No tenía ni la menor sospecha. Fuera lo que fuera, era importante que no se percataran de nuestra presencia. Lo primero que pensé fue en Alanna y Azoth. ¿Qué habría ocurrido con ellos? Encontrarlos era importante, pero igual de importante era fabricar la medicina y detener a aquellos tarados mentales.
Nübian destacó que el papel que la mujer de la posada nos había entregado, reflejaba también las indicaciones de cómo sintetizar la medicina, pero admitió no saber lo suficiente de alquimia como para fabricarla, pero que podría intentarlo. Pues estábamos apañados pues yo sí que no tenía ni idea. Yo de química sabía lo justo, apenas lo básico que se estudia en la academia tensái, pero como nunca me especialicé en alquimia y pociones.
-No puede ser muy difícil… Vienen las instrucciones. – le dije observando el papel, escrito con una letra muy poco cuidadosa y apresurada. – Es seguir los pasos y ya está.
En cuanto al lugar en el que hubiese el material necesario… tenía que existir un punto en el que se fabricara aquello. Ahora bien, ¿entre todos esos edificios iguales, cuál era el lugar? Podría estar en el sótano de cualquier casa. Y era de noche. Fue entonces cuando miré al pueblo y a toda su extensión buscando un edificio con alguna característica diferente… Y entonces me fijé que de uno de los tejados salían dos chimeneas. Tuve la corazonada.
-Mira Núbian… - le dije apuntando con el dedo hacia el edificio - ¿Ves aquel edificio con dos chimeneas? Una podría ser la de la de la cocina, y otra una campana extractora del laboratorio. – descargué la ballesta y me puse a colocar un virote. Saqué de mi faltriquera veneno paralizante y unté la punta del mismo con él.
Nübian mostró preocupación también por Alanna y el niño… Si ya era difícil dar con el laboratorio, dar con los dos acompañantes que tal vez se hubiesen escondido en cualquiera de las casas o sótanos del lugar, o tal vez hubiesen sido mordidos por aquellos seres, iba a ser muy complicado. A decir verdad, probablemente no siguieran con vida si es que llegaron a entrar allí. Lancé una mirada un poco triste al pensar esto. Pero no iba a decirle a Nübian que probablemente ella y yo correríamos el mismo destino. Pero no, no iba a decirle a la elfa lo que verdaderamente pensaba. Había que ser positivo.
–Estarán bien, son fuertes. – le dije con una sonrisa mientras terminaba de preparar la ballesta para tratar de tranquilizarla. No sé por qué en situaciones comprometidas me salía una vena más cariñosa y maternal que cuando estábamos en situación normal, que generalmente me hacía la dura y la inflexible. Tal vez aquello significara que no tenía un corazón tan avinagrado como el que la gente dice que tengo. - Ven detrás de mí. Intentaremos llegar sin que nos vean.
Y así, entre las sombras, nos dirigimos al edificio de las dos chimeneas. Estábamos muy cerca de él y nos aproximamos a su parte trasera. Había una puerta trasera, que parecía entreabierta. Mejor, así no tendría que romper una ventana y provocar ruido, claro que… tal vez hubiera alguien dentro.
Anastasia Boisson
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Re: La noche más oscura [Quest temática Halloween][Cerrado]
- Azoth, los enfermos te atacan sin pensárselo dos veces, la ventana sigue abierta y sin que puedas remediarlo entran otros dos por ahí a vuestro refugio. Alanna, tienes mala suerte y uno de los enfermos te muerde un brazo, afortunadamente tomaste precauciones y, aunque dolorosa, la herida no sangra, por lo que no te infectas y solo se te forma un moratón en torno al brazo herido; la "armadura" de algodón que has improvisado no volverá a salvarte.
Mientras sucede todo esto, enfermos siguen entrado uno tras otro al edificio. - La casa en la que os encontráis, ya no es segura, actuad con conocimiento.
- Huracán y Nübian, no hayáis muchos problemas por el camino, no obstante si que os encontráis con algún enfermo que se dirige al mismo lugar al que parecen ir todos, estos os atacarán al veros. Cuando os vayáis a adentrar en el edificio Huracán lanzará la voluntad de los dioses; la fortuna de ambas esta atada.
- Los gemidos distantes de los enfermos es lo único audible en la noche.
Fehu
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Re: La noche más oscura [Quest temática Halloween][Cerrado]
Vacilar fue lo peor que pude hacer, me hizo lento lo cual provocó que los enfermos se fijaran en mi y tuvieran tiempo de reaccionar. Y entonces ya fue muy tarde, tuve un breve ataque de pánico cuando los aldeanos se abalanzaron sobre mi coléricos, presa de esa extraña rabia provocada por la enfermedad. Nunca antes había estado en un peligro tan real, nunca antes había sentido como si una mano invisible me estrujara el estómago y nunca había tenido tantas ganas de despertarme y que resultara que todo había sido una pesadilla.
Los dientes del primero se cerraron en torno al filo irregular de mi espada ya que logré interponerlo en el último momento. - ¡Alejaos de mi! - grité en un inútil intento de que hicieran caso, cosa que obviamente no sucedió. Apreté los dientes mientras mi mente pensaba a toda velocidad y de un tirón solté mi espada de los dientes del aldeano. Era hora de largarse ya que los demás aldeanos estaban luchando por abrirse paso hasa mi, suerte que el pasillo no era muy ancho y su propio tamaño y número jugaba en mi favor.
Me di la vuelta y corrí, pero teniendo en cuenta los ruidos que escuchaba desde el piso de abajo decidí que mejor no bajar hasta ahí, lo sentía por Alanna pero tenía que cuidar de mi propio pellejo, además, no bajando hacia que los aleanos del piso de arriba no bajaran tampoco, al menos aun no.
Entré en una habitación y traté de cerrar la puerta de golpe antes de que ellos pasaran detrás de mi como la peligrosa plaga rabiosa que eran. Pero tampoco tenía tiempo (ni la fuerza) para asegurar la puerta, debía actuar ya, así que decidí saltar por la ventana. Afortunadamente solo había un piso hasta el suelo y la tierra estaba blanda por causa de la lluvia, además las acrobacias se me daban muy bien por lo que esperaba ser capaz de caer bien y rodar para amortiguar el golpe, levantarme de un salto y echar a correr antes de que los aldeanos que rodeaban la casa se dieran cuenta de que acababa de caer justo detrás de ellos.
Los dientes del primero se cerraron en torno al filo irregular de mi espada ya que logré interponerlo en el último momento. - ¡Alejaos de mi! - grité en un inútil intento de que hicieran caso, cosa que obviamente no sucedió. Apreté los dientes mientras mi mente pensaba a toda velocidad y de un tirón solté mi espada de los dientes del aldeano. Era hora de largarse ya que los demás aldeanos estaban luchando por abrirse paso hasa mi, suerte que el pasillo no era muy ancho y su propio tamaño y número jugaba en mi favor.
Me di la vuelta y corrí, pero teniendo en cuenta los ruidos que escuchaba desde el piso de abajo decidí que mejor no bajar hasta ahí, lo sentía por Alanna pero tenía que cuidar de mi propio pellejo, además, no bajando hacia que los aleanos del piso de arriba no bajaran tampoco, al menos aun no.
Entré en una habitación y traté de cerrar la puerta de golpe antes de que ellos pasaran detrás de mi como la peligrosa plaga rabiosa que eran. Pero tampoco tenía tiempo (ni la fuerza) para asegurar la puerta, debía actuar ya, así que decidí saltar por la ventana. Afortunadamente solo había un piso hasta el suelo y la tierra estaba blanda por causa de la lluvia, además las acrobacias se me daban muy bien por lo que esperaba ser capaz de caer bien y rodar para amortiguar el golpe, levantarme de un salto y echar a correr antes de que los aldeanos que rodeaban la casa se dieran cuenta de que acababa de caer justo detrás de ellos.
Azoth
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Re: La noche más oscura [Quest temática Halloween][Cerrado]
Desde el interior del armario, notando los golpes e intentos de entrar de los enfermos, miró su brazo, dolía, molestaba más bien, pero las precauciones la habían salvado de una buena, estaba momentáneamente a salvo, sin embargo, no podía permanecer ahí por más tiempo, desde arriba se escuchaban más ruidos, esa especie de zombies, o lo que fueran, debían estar buscando a Azoth, el chiquillo era más pequeño que ella, lo tendría fácil para esconderse, en su caso, lo mejor que podría hacer, era salir de allí e en busca de algún lado donde poder estar a salvo y proporcionar lo necesario para preparar las medicinas cuando las otras dos chicas llegasen.
Con un fuerte patada, tiró la madera del agujero que había hecho en el armario y salió con sigilo subiendo las escaleras con sus pasos de pluma, notaba el corazón martilleándole en los oídos, no le gustaba para nada la situación. Mirando con cuidado hacia arriba medio oculta por los escalones, comprobó que el pasillo estaba ocupado por dos de esos tipos de pasos desacompasados que parecían aporrear una puerta, era su oportunidad, entró en el primer cuarto que había y cerró la puerta, estaba desierto.
Se retiró las protecciones, ya inútiles y respiró hondo, ya era la tercera vez que se enfrentaba a tal locura, acabarían por tacharla de especialista, y, sinceramente, no tenía ganas, odiaba ese tipo de cosas, contra las personas puedes luchar, pero... ¿cómo luchas contra algo que no parece siquiera humano? Al frente de la ventana, parecía haber una casa, con una ventana abierta, si tenía en cuenta que todos los monstruos debían estar actualmente persiguiendolos, a ella y a Azoth, la casa de enfrente debería ser un lugar seguro.
Con rapidez, quitó las sábanas de la cama que había en ese cuarto y las anudó, eso le serviría, ató una parte de la sábana a la pata de la cama y, al otro lado de la sábana, anudó uno de los barrotes del cabezal de la cama, que rompió de una patada, cuando lo tuvo, lanzó la sábana hasta la ventana de en frente, y cuando estuvo enganchada, se colgó de ella, pasando de un lado al otro.
Bajo ella, no había más que silencio, y las sabanas, viejas, querían resquebrajarse, llegó con prisas a la casa de enfrente, que tenía dos chimeneas en el techo, y desenganchó la sábana, era momento de inspeccionar el lugar. Cerró las ventanas con el silencio que la caracterizaba. Dagas en mano, recorrió el lugar, que parecía estar vacío, cerrando procurando no hacer ruido, puertas y ventanas, ese, de momento, parecía ser un lugar seguro, y, en la planta baja, estaba lo que había buscado desde el principio, un laboratorio, era hora de hacer su magia.
Buscó entre los restos de medicinas y sustancias amoniaco y acetona, encontrando dos grandes botes de ambos, para lo que pretendía hacer, no necesitaba usar la chimenea, así que no advertiría de su posición. únicamente debía mezclar ambas sustancias en un tarro de cristal y, tras esto, dejarlas hervir. Las juntó y separó en varias botellas poniendo cada una a hervir en un pequeño fuego de mesa, cuando las burbujas empezaron a brotar, apartó las probetas y cerró los tubos. Cloroformo. Con ello podría dormir a los atacantes, serían agresivos y peligrosos, pero no podía olvidar que eran ciudadanos. Solo tendría que lanzarlas frente a ellos, y, cuando el olor es subiera hasta la nariz, acabarían dormidos y sería mucho más fácil administrar el fármaco cuando este estuviera listo.
Suspiró, quién le habría mandado salir esa noche... Aun suerte que era sigilosa y que todavía no había hecho ruido alguno que delatase su posición, sin embargo, tenía las dagas a mano, y los botes ya enganchados en su cinto, más valía prevenir que curar.
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off: Subrayado el uso de habilidad pasiva: Trampas y venenos.
Con un fuerte patada, tiró la madera del agujero que había hecho en el armario y salió con sigilo subiendo las escaleras con sus pasos de pluma, notaba el corazón martilleándole en los oídos, no le gustaba para nada la situación. Mirando con cuidado hacia arriba medio oculta por los escalones, comprobó que el pasillo estaba ocupado por dos de esos tipos de pasos desacompasados que parecían aporrear una puerta, era su oportunidad, entró en el primer cuarto que había y cerró la puerta, estaba desierto.
Se retiró las protecciones, ya inútiles y respiró hondo, ya era la tercera vez que se enfrentaba a tal locura, acabarían por tacharla de especialista, y, sinceramente, no tenía ganas, odiaba ese tipo de cosas, contra las personas puedes luchar, pero... ¿cómo luchas contra algo que no parece siquiera humano? Al frente de la ventana, parecía haber una casa, con una ventana abierta, si tenía en cuenta que todos los monstruos debían estar actualmente persiguiendolos, a ella y a Azoth, la casa de enfrente debería ser un lugar seguro.
Con rapidez, quitó las sábanas de la cama que había en ese cuarto y las anudó, eso le serviría, ató una parte de la sábana a la pata de la cama y, al otro lado de la sábana, anudó uno de los barrotes del cabezal de la cama, que rompió de una patada, cuando lo tuvo, lanzó la sábana hasta la ventana de en frente, y cuando estuvo enganchada, se colgó de ella, pasando de un lado al otro.
Bajo ella, no había más que silencio, y las sabanas, viejas, querían resquebrajarse, llegó con prisas a la casa de enfrente, que tenía dos chimeneas en el techo, y desenganchó la sábana, era momento de inspeccionar el lugar. Cerró las ventanas con el silencio que la caracterizaba. Dagas en mano, recorrió el lugar, que parecía estar vacío, cerrando procurando no hacer ruido, puertas y ventanas, ese, de momento, parecía ser un lugar seguro, y, en la planta baja, estaba lo que había buscado desde el principio, un laboratorio, era hora de hacer su magia.
Buscó entre los restos de medicinas y sustancias amoniaco y acetona, encontrando dos grandes botes de ambos, para lo que pretendía hacer, no necesitaba usar la chimenea, así que no advertiría de su posición. únicamente debía mezclar ambas sustancias en un tarro de cristal y, tras esto, dejarlas hervir. Las juntó y separó en varias botellas poniendo cada una a hervir en un pequeño fuego de mesa, cuando las burbujas empezaron a brotar, apartó las probetas y cerró los tubos. Cloroformo. Con ello podría dormir a los atacantes, serían agresivos y peligrosos, pero no podía olvidar que eran ciudadanos. Solo tendría que lanzarlas frente a ellos, y, cuando el olor es subiera hasta la nariz, acabarían dormidos y sería mucho más fácil administrar el fármaco cuando este estuviera listo.
Suspiró, quién le habría mandado salir esa noche... Aun suerte que era sigilosa y que todavía no había hecho ruido alguno que delatase su posición, sin embargo, tenía las dagas a mano, y los botes ya enganchados en su cinto, más valía prevenir que curar.
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Alanna Delteria
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Re: La noche más oscura [Quest temática Halloween][Cerrado]
– Estarán bien, son fuertes. Ven detrás de mí. Intentaremos llegar sin que nos vean. – la miré. Sus palabras eran en cierto modo reconfortantes… Una parte de mí quería pensar que Alanna y Azoth estaban bien, quería creerlo igual que quería creer que Hank habría… Bueno. Sobrevivido. Sus casos no eran ni por asomo iguales.
Asentí sonriendo a Huracán, me acerqué sumamente a ella, cogiendo con firmeza y confianza su brazo mientras comenzábamos a avanzar. – Gracias… Es una sensación extraña; supongo que siento miedo… He sentido vergüenza otras veces, rabia o decepción, pero el miedo no me ha amparado nunca, la Madre me protege… Sin embargo, ver este sitio, saber que ellos están… Por ahí… Me hace sentir mal, miedo. Tus… palabras me ayudan. Gracias.
Musité todo aquello dirigiéndome a ella, mirando el edificio que ella había señalado y que tan adecuado parecía para nuestras necesidades. Supuse que mi compañera se habría abrumado con mis palabras; muchos se quedaban callados tras escucharme... Traté de mantener la mente fría y dedicarme al asunto que allí nos traía, a pesar de sentirme profundamente agradecida hacia Huracán. – Tiene toda la pinta de un laboratorio como has dicho.. –susurré. Nos acercábamos por la parte de atrás.
Sin embargo, cometimos el error.. O más bien, cometí el error por ir detrás de descuidar nuestras espaldas. Al cabo de unos segundos, el gemido lastimero y el grito ahogado de un total de tres personas se alzó detrás de nosotras. Ahogué un grito, dándome la vuelta y agarré a Huracán mientras tanteaba mi hacha para sacarla y ponerme en guardia, a pesar de no tener ni idea de qué hacer con ella.
Uno de aquellos seres con apariencia de persona y ojos vagos en el infinito se precipitó a la carrera sobre nosotras. Agité el hacha, logré un tajo en su torso pero caí en los brazos de otro. Perdía de vista a Huracán y me costaba retener el grito, con lo que estábamos envueltas en un embrollo de voces lastimosas de aquellos, antaño, aldeanos y mis jadeos, reprimiendo chillidos de agobio pues estaba en una maraña de mi pelo, brazos, los de aquel ser y manotazos, agitando el hacha. Deseaba con todas mis fuerzas y con un frío sepulcral que Huracán interviniese para deshacernos de ellos antes de que atrajesen a más… Pero no, no podía ser... Una estúpida niña sin medios. Giré mientras me agachaba y aparatosamente golpeé con el canto del hacha en la pierna de uno de esos seres derribándolo, golpeando con la punta sin filo en la cabeza, con lo que quedó inconsciente y me volví, buscando brindar como ayuda aquel... burdo uso que le estaba dando al hacha. Pero en fin, menos daba una piedra... Y por algo se empieza.
Off: siento muchísimo la largura tan escasa del post... Si Huracán debe tirar la voluntad, no podía poner que entrábamos, y mi elfa es tonta con su hacha D: doy permiso para "metarolear" que Nübian entra dentro si debe suceder antes de mi turno.
Asentí sonriendo a Huracán, me acerqué sumamente a ella, cogiendo con firmeza y confianza su brazo mientras comenzábamos a avanzar. – Gracias… Es una sensación extraña; supongo que siento miedo… He sentido vergüenza otras veces, rabia o decepción, pero el miedo no me ha amparado nunca, la Madre me protege… Sin embargo, ver este sitio, saber que ellos están… Por ahí… Me hace sentir mal, miedo. Tus… palabras me ayudan. Gracias.
Musité todo aquello dirigiéndome a ella, mirando el edificio que ella había señalado y que tan adecuado parecía para nuestras necesidades. Supuse que mi compañera se habría abrumado con mis palabras; muchos se quedaban callados tras escucharme... Traté de mantener la mente fría y dedicarme al asunto que allí nos traía, a pesar de sentirme profundamente agradecida hacia Huracán. – Tiene toda la pinta de un laboratorio como has dicho.. –susurré. Nos acercábamos por la parte de atrás.
Sin embargo, cometimos el error.. O más bien, cometí el error por ir detrás de descuidar nuestras espaldas. Al cabo de unos segundos, el gemido lastimero y el grito ahogado de un total de tres personas se alzó detrás de nosotras. Ahogué un grito, dándome la vuelta y agarré a Huracán mientras tanteaba mi hacha para sacarla y ponerme en guardia, a pesar de no tener ni idea de qué hacer con ella.
Uno de aquellos seres con apariencia de persona y ojos vagos en el infinito se precipitó a la carrera sobre nosotras. Agité el hacha, logré un tajo en su torso pero caí en los brazos de otro. Perdía de vista a Huracán y me costaba retener el grito, con lo que estábamos envueltas en un embrollo de voces lastimosas de aquellos, antaño, aldeanos y mis jadeos, reprimiendo chillidos de agobio pues estaba en una maraña de mi pelo, brazos, los de aquel ser y manotazos, agitando el hacha. Deseaba con todas mis fuerzas y con un frío sepulcral que Huracán interviniese para deshacernos de ellos antes de que atrajesen a más… Pero no, no podía ser... Una estúpida niña sin medios. Giré mientras me agachaba y aparatosamente golpeé con el canto del hacha en la pierna de uno de esos seres derribándolo, golpeando con la punta sin filo en la cabeza, con lo que quedó inconsciente y me volví, buscando brindar como ayuda aquel... burdo uso que le estaba dando al hacha. Pero en fin, menos daba una piedra... Y por algo se empieza.
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Off: siento muchísimo la largura tan escasa del post... Si Huracán debe tirar la voluntad, no podía poner que entrábamos, y mi elfa es tonta con su hacha D: doy permiso para "metarolear" que Nübian entra dentro si debe suceder antes de mi turno.
Nübian
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Re: La noche más oscura [Quest temática Halloween][Cerrado]
Las palabras de Nübian sobre la Madre que decía que la protegía me parecieron un tanto extrañas, sólo sonreí a su comentario. Para mí, los dioses no existían. Tal vez hubiera dioses, pero si existían a mí nunca me habían ayudado. Por lo tanto para mí no eran nadie. No dije nada porque estar rodeada de gente enferma no era el momento más ideal para iniciar una sana conversación sobre teología.
No tuvimos problemas para llegar al edificio, que se supone que era un laboratorio. Ya enfocaba la puerta trasera cuando Nübian, que venía a mi espalda. Dio un grito de espanto, y se agarró a mí como si le fuera la vida en ello, tanto que me hizo perder el equilibrio y caer al suelo. Si me hubiese avisado con un poco más de tranquilidad podríamos tener una reacción más tranquila, pero la chica era puro nervio.
Rajó la cara de un aldeano que venía hacia nosotros corriendo y cayó sobre los brazos de otro. Se revolvió a grito pelado. Un tercer aldeano corría hacia nosotras con gran velocidad, pero no durante mucho tiempo pues se comió un virote mío entre ceja y ceja.
Me volví para ayudar a Nübian, que estaba siendo atacada por un aldeano, pero el enfermo al que la elfa había rajado la cabeza todavía seguía vivo, y trató de arrebatarme el arma, agarrándose a mi ballesta fuertemente. Soltó un grito desmoralizador que con su cara cortada tan cerca hizo una imagen horrorosa que difícilmente se me olvidaría en un tiempo. Quería deshacerme así que lo empujé hacia atrás y le aticé con la culata. Cayendo inconsciente. Nübian ya se había liberado de su rival también dejándolo inconsciente, aunque no sé muy bien cómo lo hizo, el hacha roma que llevaba en la mano parecía ser la respuesta.
-¡Joder! – dije jadeante por el combate y todavía con el miedo en el cuerpo – Cuando llegue a Beltrexus le diré a Mortdecái que me ponga una bayoneta – Y es que mi arbalesta era un arma de largo alcance. Por suerte, tenía mis dos ballestas pequeñas de mano, tal vez serían más apropiadas para entrar a un edificio. Enfundé la ballesta pesada a mi espalda y saqué estas dos.
El siguiente paso era acceder al peligroso laboratorio. - Espero que dentro no haya nadie peligroso y que podamos fabricar la pócima sin dificultades – Le dije a Nübian, mientras abría la puerta de acceso al mismo, que estaba entreabierta. No tenía miedo de lo que hubiera al otro lado, aunque sí respeto. Pero no quería mostrar sensación de inseguridad a la elfa, que ya era de por sí bastante cobarde. Con la puerta ya abierta, le hice un gesto a la elfa con la cabeza para que pasara ella primero.
–Será mejor que vigile yo desde atrás – concluí. Pues me parecía que había más peligro fuera del edificio que dentro. Pronto sabríamos si estaba en lo cierto.
No tuvimos problemas para llegar al edificio, que se supone que era un laboratorio. Ya enfocaba la puerta trasera cuando Nübian, que venía a mi espalda. Dio un grito de espanto, y se agarró a mí como si le fuera la vida en ello, tanto que me hizo perder el equilibrio y caer al suelo. Si me hubiese avisado con un poco más de tranquilidad podríamos tener una reacción más tranquila, pero la chica era puro nervio.
Rajó la cara de un aldeano que venía hacia nosotros corriendo y cayó sobre los brazos de otro. Se revolvió a grito pelado. Un tercer aldeano corría hacia nosotras con gran velocidad, pero no durante mucho tiempo pues se comió un virote mío entre ceja y ceja.
Me volví para ayudar a Nübian, que estaba siendo atacada por un aldeano, pero el enfermo al que la elfa había rajado la cabeza todavía seguía vivo, y trató de arrebatarme el arma, agarrándose a mi ballesta fuertemente. Soltó un grito desmoralizador que con su cara cortada tan cerca hizo una imagen horrorosa que difícilmente se me olvidaría en un tiempo. Quería deshacerme así que lo empujé hacia atrás y le aticé con la culata. Cayendo inconsciente. Nübian ya se había liberado de su rival también dejándolo inconsciente, aunque no sé muy bien cómo lo hizo, el hacha roma que llevaba en la mano parecía ser la respuesta.
-¡Joder! – dije jadeante por el combate y todavía con el miedo en el cuerpo – Cuando llegue a Beltrexus le diré a Mortdecái que me ponga una bayoneta – Y es que mi arbalesta era un arma de largo alcance. Por suerte, tenía mis dos ballestas pequeñas de mano, tal vez serían más apropiadas para entrar a un edificio. Enfundé la ballesta pesada a mi espalda y saqué estas dos.
El siguiente paso era acceder al peligroso laboratorio. - Espero que dentro no haya nadie peligroso y que podamos fabricar la pócima sin dificultades – Le dije a Nübian, mientras abría la puerta de acceso al mismo, que estaba entreabierta. No tenía miedo de lo que hubiera al otro lado, aunque sí respeto. Pero no quería mostrar sensación de inseguridad a la elfa, que ya era de por sí bastante cobarde. Con la puerta ya abierta, le hice un gesto a la elfa con la cabeza para que pasara ella primero.
–Será mejor que vigile yo desde atrás – concluí. Pues me parecía que había más peligro fuera del edificio que dentro. Pronto sabríamos si estaba en lo cierto.
Anastasia Boisson
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Re: La noche más oscura [Quest temática Halloween][Cerrado]
El miembro 'Huracan' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Tyr
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Re: La noche más oscura [Quest temática Halloween][Cerrado]
- Azoth, consigues salir de la casa sin ningún problema, sin embargo te separas de Alanna por lo que te encuentras completamente solo, muchos de los aldeanos que estaban congregados en torno a la puerta se giran y comienzan a avanzar hacía ti; desde dónde estas ves tres sitios a dónde podrías dirigirte. Una casa a la derecha, otro edificio algo más pequeño detrás tuya, y un pozo a tu izquierda.
- Alanna, has conseguido fabricar correctamente cloroformo, ahora podrás abatir a los aldeanos sin hacerles daño. No obstante has perdido un valioso tiempo que podrías haber aprovechado huyendo, las personas encolerizadas que te siguen vuelven a irrumpir en la habitación tan pronto como finalizas la formula, no tienes tiempo para descansar.
- Huracán y Nübian, tenéis suerte y el interior del edificio esta aparentemente vacío, así como os encontráis un juego alquímico con el que la elfa podrá trabajar, no obstante el ruido que habéis hecho por el camino atrae a aldeanos enfermos hasta el lugar. Nübian, si decides fabricar la cura para la enfermedad que azota al pueblo deberás lanzar la voluntad de los dioses. Huracán, además de los ruidos en el exterior oyes algo moverse en el sótano.
Fehu
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Re: La noche más oscura [Quest temática Halloween][Cerrado]
Salté y rodé por el suelo, poniendome perdido de barro, aunque ese era el menor de mis problemas. Me levanté de un salto y miré hacia la casa, rodeada de enfermos que se apelotonaban contra las paredes mientras intentaban colarse por las ventanas. Algunos de ellos nada más verme olvidaron por completo el porque estaban asediando la casa y empezaron a perseguirme a mi, con lo que empecé a retroceder de espaldas.
Justo cuando iba a darme la vuelta y salir corriendo caí en la cuenta de algo, esos aldeanos parecían guiarse por el último estímulo recibido, y Alanna seguía ahí dentro, atrapada mientras seguían entrando. No obstante, si ellos olvidaban que la estaban persiguiendo podrían dejar la casa en paz (al menos los que ya estaban fuera) y de ese modo ella tambien tendría una oportunidad de huir.
Me llevé los dedos medio e índice de ambas manos a la los lados de la boca boca y silbé con todas mis fuerzas para captar la atención de los aldeanos que no se habían dado cuenta aun de que había caído cerca de ellos. Salté hacia atrás evitando la embestida de uno y entonces volví a silbar haciendo el sonido más alto, agudo y estridente que pude, es decir, para llamar toda la atención posible, hacer de cebo y que la otra chica pudiera huir. - Eso es idiotas, venid. - dije mientras echaba a correr de nuevo con esas cosas detrás.
Desde aqui pude ver el pozo, aquel que seguramente estaría contaminado pero sin la cura poco podríamos hacer de momento. De todos modos memoricé su posición porque esperaba que me fuera útil más adelante, eso si las otras dos mujeres aparecían con las plantas y... ¿y como íbamos a hacer la cura? En fin, tanto daba, ahora tenía otras preocupaciones.
Me abalancé sobre la el edificio que tenía detrás y corrí por una de sus paredes laterales para alcanzar el segundo piso y colarme por una de las ventanas. Ahora iba a poner a prueba la inteligencia y la memoria de estas cosas. Aprovechando mi pequeño tamaño me metí en el primer mueble con alguna puerta (un tocador, una cómoda, un armario, lo que fuera) que pudiera cerrar. Esos bichos no me habían visto entrar por la puerta principal del edificio, ¿deducirían que por ahí se llegaba al mismo sitio que en el que estaba ahora? Lo que había visto en la clínica parecía indicar que si, pero, ¿una vez dentro de la casa serían lo bastante listos como para buscar en escondites? ¿Y cuanto tiempo recordarían que me estaban persiguiendo?
Sostuve uno de mis cuchillos en una mano y mi corazón en la otra, tenía miedo, no podía negarlo, pero la adrenalina me impedía pensar en ello ahora mismo, ahora mismo estaba totalmente centrado en mi oido a la espera de cualquier seña que pudiera indicarme que estaban haciendo. Tan solo esperaba no haberme arriesgado demasiado con esto.
Justo cuando iba a darme la vuelta y salir corriendo caí en la cuenta de algo, esos aldeanos parecían guiarse por el último estímulo recibido, y Alanna seguía ahí dentro, atrapada mientras seguían entrando. No obstante, si ellos olvidaban que la estaban persiguiendo podrían dejar la casa en paz (al menos los que ya estaban fuera) y de ese modo ella tambien tendría una oportunidad de huir.
Me llevé los dedos medio e índice de ambas manos a la los lados de la boca boca y silbé con todas mis fuerzas para captar la atención de los aldeanos que no se habían dado cuenta aun de que había caído cerca de ellos. Salté hacia atrás evitando la embestida de uno y entonces volví a silbar haciendo el sonido más alto, agudo y estridente que pude, es decir, para llamar toda la atención posible, hacer de cebo y que la otra chica pudiera huir. - Eso es idiotas, venid. - dije mientras echaba a correr de nuevo con esas cosas detrás.
Desde aqui pude ver el pozo, aquel que seguramente estaría contaminado pero sin la cura poco podríamos hacer de momento. De todos modos memoricé su posición porque esperaba que me fuera útil más adelante, eso si las otras dos mujeres aparecían con las plantas y... ¿y como íbamos a hacer la cura? En fin, tanto daba, ahora tenía otras preocupaciones.
Me abalancé sobre la el edificio que tenía detrás y corrí por una de sus paredes laterales para alcanzar el segundo piso y colarme por una de las ventanas. Ahora iba a poner a prueba la inteligencia y la memoria de estas cosas. Aprovechando mi pequeño tamaño me metí en el primer mueble con alguna puerta (un tocador, una cómoda, un armario, lo que fuera) que pudiera cerrar. Esos bichos no me habían visto entrar por la puerta principal del edificio, ¿deducirían que por ahí se llegaba al mismo sitio que en el que estaba ahora? Lo que había visto en la clínica parecía indicar que si, pero, ¿una vez dentro de la casa serían lo bastante listos como para buscar en escondites? ¿Y cuanto tiempo recordarían que me estaban persiguiendo?
Sostuve uno de mis cuchillos en una mano y mi corazón en la otra, tenía miedo, no podía negarlo, pero la adrenalina me impedía pensar en ello ahora mismo, ahora mismo estaba totalmente centrado en mi oido a la espera de cualquier seña que pudiera indicarme que estaban haciendo. Tan solo esperaba no haberme arriesgado demasiado con esto.
Azoth
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Re: La noche más oscura [Quest temática Halloween][Cerrado]
Lo había logrado, tenía cloroformo suficiente para, si quería, poder dormir a la aldea entera, pero no podía desperdiciar una sola gota. uano más cerrado fuera el lugar, mejor le iría, pues menos botes debería usar para dormir a la mayor cantidad posible. Cogiendo un trapo de la casa, lo anudó a su boca y nariz, no era momento de caer ella dormida. Aun no había apretado el último nudo cuando la puerta calló al suelo, dejando entrar a un variado grupo de enfermos.
"Mierda, mierda" pensó intentando controlar el susto, corriendo hacia las escaleras, tirando, tras ella uno de los frascos. El humo comenzó a esparcirse por el cuarto mientras la chica, sin perder un solo instante, seguía corriendo al piso de arriba, escuchando, entre pisada y pisada, el sonido característico de un cuerpo golpeando el suelo. Los ojos se le abrieron con alegría, sí, su táctica funcionaba. Aguantó las ganas de dar un salto de alegría y siguió subiendo escalones, sabía que, con eso, empezarían a entrar más y más... zombies, o lo que fueran en ese instante.
Repitiendo la táctica usada para cruzar hasta allí, cerró la puerta de un dormitorio y la taponó con un armario, retiró las sábanas de una cama y usó algo de peso. Esta vez, se dirigía a los tejados, dudaba que pudieran llegar hasta allí, y, aunque lo hicieran, las cornisas eran su terreno, difícilmente podrían alcanzarla por los tejados con los pasos torpes que los caracterizaban. En ese momento, para ella, no había lugar más seguro que el tejado.
Lancó el improvisado lazo hacia la chimenea de la casa contigua escuchando los golpes en la puerta y, cuando este se enredó, enlazó la tela en su mano acortando la largaria y se lanzó parando el golpe contra la pared con las piernas para, al instante, seguir subiendo hasta alcanzar el tejado. Subió y allí, finalmente, tuvo un segundo para descansar. Respiró hondo, recobrando el aliento con la ayuda del frío aire de la noche oscura. La lluvia aun mojaba sus hombros y el paisaje que había a sus pies era desoaldor, por segunda vez contemplaba la vida luchar contra la muerte de la forma más terrorífica que ella podía imaginarse.
Desde el tejado, podía escuchar, en los pisos de abajo, dentro de la casa, los golpes de los que ya se asemajaban más a cadáveres que a personas, le quedaban aun 14 frascos, si los usaba bien, podría adormecer a los presentes, y sus venenos no eran precisamente de principiantes, por lo que, calculaba, que durarían unas 2 horas dormidos, y, aunque no lograse que toda la aldea se durmiera, era más fácil controlar a un grupo pequeño que a toda la caballería.
Lanzó parte del contenido por la chimenea y notó subir el humo que, en ese instante, se estaría esparciendo por los cuartos. Suspiró, debía localizar el lugar donde habían ido a parar los demás, a lo lejos vio a Azoth, un gran número de aldeanos lo perseguían sin cese. Si lanzase uno de sus tubos, ¿los alcanzaría? La aldea no era tan grande, y se encontraba a dos casas del pozo, con su fuerza y su puntería.... no perdía nada por intentarlo. Lanzó uno de los tubos, confiando en que el niño, más inteligente que los enfermos, fuera capaz de taparse la boca y la nariz.
Lo siguiente era localizar el siguiente punto donde se congregasen, si lanzaba los somiferos en los puntos claves de acción, sería más sencillo. No muy lejos, dos casas más allá, un numero considerable entraban en una casa, ese sería su próximo objetivo. Que bien le vendría tener allí su arco, o a la chica que se las daba de médico, había visto que ella portaba un arma de largo alcance en la espalda, en ese instante algo así le sería tan útil....
"Mierda, mierda" pensó intentando controlar el susto, corriendo hacia las escaleras, tirando, tras ella uno de los frascos. El humo comenzó a esparcirse por el cuarto mientras la chica, sin perder un solo instante, seguía corriendo al piso de arriba, escuchando, entre pisada y pisada, el sonido característico de un cuerpo golpeando el suelo. Los ojos se le abrieron con alegría, sí, su táctica funcionaba. Aguantó las ganas de dar un salto de alegría y siguió subiendo escalones, sabía que, con eso, empezarían a entrar más y más... zombies, o lo que fueran en ese instante.
Repitiendo la táctica usada para cruzar hasta allí, cerró la puerta de un dormitorio y la taponó con un armario, retiró las sábanas de una cama y usó algo de peso. Esta vez, se dirigía a los tejados, dudaba que pudieran llegar hasta allí, y, aunque lo hicieran, las cornisas eran su terreno, difícilmente podrían alcanzarla por los tejados con los pasos torpes que los caracterizaban. En ese momento, para ella, no había lugar más seguro que el tejado.
Lancó el improvisado lazo hacia la chimenea de la casa contigua escuchando los golpes en la puerta y, cuando este se enredó, enlazó la tela en su mano acortando la largaria y se lanzó parando el golpe contra la pared con las piernas para, al instante, seguir subiendo hasta alcanzar el tejado. Subió y allí, finalmente, tuvo un segundo para descansar. Respiró hondo, recobrando el aliento con la ayuda del frío aire de la noche oscura. La lluvia aun mojaba sus hombros y el paisaje que había a sus pies era desoaldor, por segunda vez contemplaba la vida luchar contra la muerte de la forma más terrorífica que ella podía imaginarse.
Desde el tejado, podía escuchar, en los pisos de abajo, dentro de la casa, los golpes de los que ya se asemajaban más a cadáveres que a personas, le quedaban aun 14 frascos, si los usaba bien, podría adormecer a los presentes, y sus venenos no eran precisamente de principiantes, por lo que, calculaba, que durarían unas 2 horas dormidos, y, aunque no lograse que toda la aldea se durmiera, era más fácil controlar a un grupo pequeño que a toda la caballería.
Lanzó parte del contenido por la chimenea y notó subir el humo que, en ese instante, se estaría esparciendo por los cuartos. Suspiró, debía localizar el lugar donde habían ido a parar los demás, a lo lejos vio a Azoth, un gran número de aldeanos lo perseguían sin cese. Si lanzase uno de sus tubos, ¿los alcanzaría? La aldea no era tan grande, y se encontraba a dos casas del pozo, con su fuerza y su puntería.... no perdía nada por intentarlo. Lanzó uno de los tubos, confiando en que el niño, más inteligente que los enfermos, fuera capaz de taparse la boca y la nariz.
Lo siguiente era localizar el siguiente punto donde se congregasen, si lanzaba los somiferos en los puntos claves de acción, sería más sencillo. No muy lejos, dos casas más allá, un numero considerable entraban en una casa, ese sería su próximo objetivo. Que bien le vendría tener allí su arco, o a la chica que se las daba de médico, había visto que ella portaba un arma de largo alcance en la espalda, en ese instante algo así le sería tan útil....
Alanna Delteria
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Re: La noche más oscura [Quest temática Halloween][Cerrado]
Asentí a sus palabras; un arma mejor sin duda con la destreza de aquella muchacha ayudaría a suplir los ataques como aquel. La seguí, poniendo en orden mis ropas y guardando mi hacha a la cintura. El edificio estaba ya sumamente cerca, a unos pocos pasos y apenas se escuchaba nada dentro. Deseé con todas mis fuerzas que no hubiese nadie… Tragué, caminé después de Huracán. – Espero que dentro no haya nadie peligroso y que podamos fabricar la pócima sin dificultades.
– Sí, yo también lo espero, y espero poder servir para preparar a medicina. – miré el papel de soslayo, tratando de recordar cómo había solventado las dificultades que había tenido cuando había preparado pócimas complicadas que me dictaba la Madre. Todo aquello lo tenía claro, ahora me faltaba estar en lo cierto y poder preparar aquello.
Entré delante de Huracán y examiné lentamente, caminando despacio y agudizando el oído. – No parece que haya nadie. – Susurré. Caminé despacio, agachada, evitando las ventanas y mirando en la estancia con todo cubierto por una capa de polvo: mostrador, estanterías con frasquitos, cajas con ingredientes en frascos y cestas con… lo que parecían moscas revoloteando entre lo que eran restos de ingredientes vivos. Plantas o no.
Al fondo, un gran arco en la pared daba paso a otra estancia con una mesa más grande de madera, firme y gruesa con una serie de artilugios de cristal, y otros objetos para la combustión de ingredientes. ¡Sí, era un laboratorio! Me giré contenta hacia ella incorporándome lejos de la ventana, encendida de ilusión susurré – ¡Lo hemos encontrado Huracán! Me pondré a ello. Espero no tardar mucho…
Caminé veloz, dejando que ella se ocupase de lo que creyese necesario para que no se acercase nadie peligroso y procuré no hacer ruido mientras iba de aquí para allá cogiendo ingredientes de las estanterías, dejándolos en la mesa para trabajar y finalmente depositando también las plantas de mi morral.
Me acerqué con una mueca de concentración, y agitando los dedos inquieta me puse a ello, del modo tradicional que sabía y alternando aquellos artilugios que me eran del todo desconocidos… Esperaba sinceramente que me saliese algo… decente.
– Sí, yo también lo espero, y espero poder servir para preparar a medicina. – miré el papel de soslayo, tratando de recordar cómo había solventado las dificultades que había tenido cuando había preparado pócimas complicadas que me dictaba la Madre. Todo aquello lo tenía claro, ahora me faltaba estar en lo cierto y poder preparar aquello.
Entré delante de Huracán y examiné lentamente, caminando despacio y agudizando el oído. – No parece que haya nadie. – Susurré. Caminé despacio, agachada, evitando las ventanas y mirando en la estancia con todo cubierto por una capa de polvo: mostrador, estanterías con frasquitos, cajas con ingredientes en frascos y cestas con… lo que parecían moscas revoloteando entre lo que eran restos de ingredientes vivos. Plantas o no.
Al fondo, un gran arco en la pared daba paso a otra estancia con una mesa más grande de madera, firme y gruesa con una serie de artilugios de cristal, y otros objetos para la combustión de ingredientes. ¡Sí, era un laboratorio! Me giré contenta hacia ella incorporándome lejos de la ventana, encendida de ilusión susurré – ¡Lo hemos encontrado Huracán! Me pondré a ello. Espero no tardar mucho…
Caminé veloz, dejando que ella se ocupase de lo que creyese necesario para que no se acercase nadie peligroso y procuré no hacer ruido mientras iba de aquí para allá cogiendo ingredientes de las estanterías, dejándolos en la mesa para trabajar y finalmente depositando también las plantas de mi morral.
Me acerqué con una mueca de concentración, y agitando los dedos inquieta me puse a ello, del modo tradicional que sabía y alternando aquellos artilugios que me eran del todo desconocidos… Esperaba sinceramente que me saliese algo… decente.
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Off: perdón perdón perdón por toda la tardanza, el master estaba informado de que estaba ocupada igual que Alanna, pero eso no elimina mi mal comportamiento. u.u en subrayado el uso de pasiva.. si es que puede considerarse así; nunca he dado uso on rol a las pasivas, supuse que debía subrayarlo pero como aún no sé si saldrá algo, no sé si eso cuenta. Si no es así... Pues, perdón xD
Off: perdón perdón perdón por toda la tardanza, el master estaba informado de que estaba ocupada igual que Alanna, pero eso no elimina mi mal comportamiento. u.u en subrayado el uso de pasiva.. si es que puede considerarse así; nunca he dado uso on rol a las pasivas, supuse que debía subrayarlo pero como aún no sé si saldrá algo, no sé si eso cuenta. Si no es así... Pues, perdón xD
Nübian
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Re: La noche más oscura [Quest temática Halloween][Cerrado]
El miembro 'Nübian' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Tyr
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Re: La noche más oscura [Quest temática Halloween][Cerrado]
Aunque oscura, la estancia estaba vacía. Me mantuve todo el rato apuntando con el arma a cada esquina que cruzaba. No tenía ganas de ser sorprendida por ningún extraño enfermo, y me aseguré y cercioré de que no hubiese nadie en el interior de las distintas estancias.
Tras cierto tiempo caminando por el edificio, que contaba con ciertas estancias, llegamos a lo que sería una especie de laboratorio. Que parecía vacío. Y Nübian, infeliz de ella, casi me empujó para lanzarse a fabricar la poción con una gran exclamación. Insensata. ¿Acaso no sabe el peligro que esconden las sombras? Un poco de tiempo para chequear la habitación no hubiese estado de más. En cualquier caso. No había nadie. Así que pudo ponerse a fabricar la poción sin mayor dificultad mientras yo vigilaba a la puerta que a nadie le diera por acceder a la habitación e interrumpir a la elfa durante su procedimiento.
De vez en cuando observaba como avanzaba, estaba tan nerviosa como ella y tenía ganas de acabar con todo aquello de una vez por todas. ¿Quién cojones me mandaría a mi meterme en aquel entuerto? Fue lo primero que pensé. Al poco vi como Nübian había fabricado la poción.
-¿Has acabado? Genial. Recemos para que haya salido bien. Ahora solo tenemos que salir de aquí y repartirla – le dije a la elfa desde la puerta de entrada a la habitación.
Pero justo en ese instante sentí algo moverse debajo de mí. Un estruendo fuerte. Miré al pasillo con el arma apuntada, y la respiración fuerte. A un lado y al otro. Pero no eran los ruidos que venían de fuera, que ya me eran conocidos. Este nuevo ruido era más fuerte… y venía de debajo. Estaba claro que tenía que haber alguna especie de sótano en la que probablemente hubiera algo. En cualquier caso, no tenía ganas de bajar a comprobar que era lo que allí se cocía. Simplemente decidí avisar a mi compañera elfa.
-Nübian. – la llamé, todavía desde la puerta, me estaba poniendo muy nerviosa, y eso era extraño en mí. Pero aquello era distinto a cualquier cosa a la que me hubiera enfrentado. – Siento pasos fuertes en el sótano. Deja lo que sea que estés haciendo y vámonos ya. – la apresuré. Aquello no me daba nada de buena espina.
Y es que los golpes en el sótano cada vez eran más intensos, y sentía gritos cada vez más cerca nuestra provenientes de la calle. Aquello no iba a terminar bien.
Tras cierto tiempo caminando por el edificio, que contaba con ciertas estancias, llegamos a lo que sería una especie de laboratorio. Que parecía vacío. Y Nübian, infeliz de ella, casi me empujó para lanzarse a fabricar la poción con una gran exclamación. Insensata. ¿Acaso no sabe el peligro que esconden las sombras? Un poco de tiempo para chequear la habitación no hubiese estado de más. En cualquier caso. No había nadie. Así que pudo ponerse a fabricar la poción sin mayor dificultad mientras yo vigilaba a la puerta que a nadie le diera por acceder a la habitación e interrumpir a la elfa durante su procedimiento.
De vez en cuando observaba como avanzaba, estaba tan nerviosa como ella y tenía ganas de acabar con todo aquello de una vez por todas. ¿Quién cojones me mandaría a mi meterme en aquel entuerto? Fue lo primero que pensé. Al poco vi como Nübian había fabricado la poción.
-¿Has acabado? Genial. Recemos para que haya salido bien. Ahora solo tenemos que salir de aquí y repartirla – le dije a la elfa desde la puerta de entrada a la habitación.
Pero justo en ese instante sentí algo moverse debajo de mí. Un estruendo fuerte. Miré al pasillo con el arma apuntada, y la respiración fuerte. A un lado y al otro. Pero no eran los ruidos que venían de fuera, que ya me eran conocidos. Este nuevo ruido era más fuerte… y venía de debajo. Estaba claro que tenía que haber alguna especie de sótano en la que probablemente hubiera algo. En cualquier caso, no tenía ganas de bajar a comprobar que era lo que allí se cocía. Simplemente decidí avisar a mi compañera elfa.
-Nübian. – la llamé, todavía desde la puerta, me estaba poniendo muy nerviosa, y eso era extraño en mí. Pero aquello era distinto a cualquier cosa a la que me hubiera enfrentado. – Siento pasos fuertes en el sótano. Deja lo que sea que estés haciendo y vámonos ya. – la apresuré. Aquello no me daba nada de buena espina.
Y es que los golpes en el sótano cada vez eran más intensos, y sentía gritos cada vez más cerca nuestra provenientes de la calle. Aquello no iba a terminar bien.
Anastasia Boisson
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Re: La noche más oscura [Quest temática Halloween][Cerrado]
- Azoth, das esquinazo a los enfermos al huir en la dirección en la que los has hecho. En el piso de abajo oyes voces de dos personas que te resultan muy familiares, no obstante la formula que ha lanzado Alanna detrás de ti te adormece, aunque no lo hace totalmente.
- Alanna, te quedan 13 frascos, úsalos sabiamente, desde donde te encuentras tienes buena vista de todo el pueblo, así como la mayor parte de los enfermos notan tu presencia y comienzan a congregarse alrededor de la casa, alzando sus brazos para intentar alcanzarte.
- Nübian, tu esfuerzo da sus frutos y consigues hacer una medicina de buena calidad, a pesar de ello, debido a la tardanza y a la presión a la hora de fabricarla el efecto curativo tardará un turno más en comenzar a actuar.
- Huracán, aún cuando notas los sonidos no los investigas, por ello, sin previo aviso, un enorme y corpulento aldeano, que puede llegar a medir perfectamente los dos metros destroza la puerta del sótano y se abalanza contra ti y Nübian. Asegúrate de que no os atrapa. Lanzarás la voluntad de los dioses para desvelar tu fortuna en el combate.
Fehu
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Re: La noche más oscura [Quest temática Halloween][Cerrado]
Permanecí ahí escondido sintiendo como una ligera modorra me invadía poco a poco, menudo momento para que me entrara el sueño. Probablemente tenía algo que ver con aquel humo que había visto de camino hacia aqui, aunque en el momento no me había parado a investigar su origen, estaba más ocupado huyendo de los aldeanos enfermos.
Pero finalmente caí en la cuenta de que no me habían seguido hasta aqui, así que me permití abrir la puerta del armario donde me había escondido antes de que estar arrinconado en un lugar oscuro terminara de darme sueño. Me desperecé en cuanto estuve libre del enclaustrado lugar y miré por la ventana para ver como estaba la situación. Alana se había subido a un tejado y ahora los aldeanos se estaban congregando alrededor de ella, parecía que de poco había servido mi distracción. Fruncí los labios, tenía que hacer algo, pero... ¿el que? Empezaba a pensar que esta situación me superaba.
Pero entonces tuve que prestar atención a otra cosa, en el piso inferior estaba escuchando voces, y por voces no quería decir berridos agonizantes y gemidos de ultratumba como los que emitían estos aldeanos, si no voces reales, que aun encima me resultaban ligeramente conocidas, aunque no estaba seguro de que.
Decidí que si había más gente viva allí dentro debía averiguarlo, era mejor que la incertidumbre de estar solo no sabiendo si iba a ser devorado o asesinado por un puñado de lunáticos fuera de control (aunque aqui estaba relativamente seguro). No obstante no dejé las precauciones de lado, traté de no hacer ruido mientras salía de la habitación y empecé a bajar las escaleras con infinito cuidado, prestando atención al oido mientras sostenía mi espada partida por delante de mi.
Pero finalmente caí en la cuenta de que no me habían seguido hasta aqui, así que me permití abrir la puerta del armario donde me había escondido antes de que estar arrinconado en un lugar oscuro terminara de darme sueño. Me desperecé en cuanto estuve libre del enclaustrado lugar y miré por la ventana para ver como estaba la situación. Alana se había subido a un tejado y ahora los aldeanos se estaban congregando alrededor de ella, parecía que de poco había servido mi distracción. Fruncí los labios, tenía que hacer algo, pero... ¿el que? Empezaba a pensar que esta situación me superaba.
Pero entonces tuve que prestar atención a otra cosa, en el piso inferior estaba escuchando voces, y por voces no quería decir berridos agonizantes y gemidos de ultratumba como los que emitían estos aldeanos, si no voces reales, que aun encima me resultaban ligeramente conocidas, aunque no estaba seguro de que.
Decidí que si había más gente viva allí dentro debía averiguarlo, era mejor que la incertidumbre de estar solo no sabiendo si iba a ser devorado o asesinado por un puñado de lunáticos fuera de control (aunque aqui estaba relativamente seguro). No obstante no dejé las precauciones de lado, traté de no hacer ruido mientras salía de la habitación y empecé a bajar las escaleras con infinito cuidado, prestando atención al oido mientras sostenía mi espada partida por delante de mi.
Azoth
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Re: La noche más oscura [Quest temática Halloween][Cerrado]
Al parecer la botella que había usado había funcionado como esperaba, lo que no había visto venir era esa tremenda horda de enfermos que empezaban a congregarse entorno a la casa sobre la que ella se encontraba, el viento soplaba con fuerza y la lluvia golpeaba con más dureza aun. Solo le quedaban 13 botes, y debía conservarlos bien.
Miró a su alrededor, mientras los pesados no cesaban sus intentos vanos de alcanzarla, demasiado alta como para que llegasen a ella. Pensaba que, al menos, tenía tiempo para pensar, ni que fuera un poco. Observó la aldea, y su cinto, la mayor parte de enfermos se reunía a sus pies, como si quisieran alcanzarla a ella y únicamente a ella, le resultaba extraño, ¿porqué iban a por ella cuando tenían a varias personas más a ras de suelo?
No lo sabía, tal vez ellos tampoco se sintieran a gusto en su situación y por ello, como un naufrago en el mar, o un pobre viajero perdido en un desierto, iban tras ella, para que los adormeciera y los hiciera descansar hasta recibir la cura, tal vez lo que fuera a hacer fuera una locura, pero poca cosa más se le ocurría. La lluvia empezaba a cesar, pero el viento soplaba con fuerza, y no debía tardar mucho más en amanecer, si tenían eso en cuenta, y que deberían volver a la taberna a dar la cura a la joven que los había advertido, tal vez cometer una locura era lo más cuerdo que podía hacer.
Anudó con fuerza un pañuelo a su rostro, para filtrar el aire, rompió su capa y a modo de tapón, situó la tela sobre la boquilla abierta de uno de los botes, de los cuales ya empezaba a salir el olor que adormecía, apartó la cara, sostuvo el cuello de la botella y, sacando el brazo comenzó a rociar a los que se encontraban bajo la casa, como una lluvia de sueño. Morfeo portaba su arena a los ojos de aquellos que pedían descanso de una larga noche.
A medida que el liquido topaba con las cabezas de quienes estaban allí bajo, el olor se expandía con más fuerza, el viento fuerte y la lluvia cesante ayudaban a esto, incluso ella notaba un poco los efectos, pero no llegaría a dormirse gracias a que no respiraba directamente las sustancias. Repartió el contenido de la botella por todos aquellos que se congregaban en torno a la casa, parecía que empezaban a sentir los efectos de la droga, cuando terminó la botella, la lanzó lejos, dejando que las últimas gotas reventasen, junto al cristal, al chocar contra el suelo, alejando, de paso, el aroma de la tela que había usado como calador y que era lo que más modorra le provocaba.
Se sentó en la parte más alta del tejado, y movió la cabeza alejando de si los ligeros efectos que la sustancia había provocado en ella. Suspiró y miró al resto del pueblo, algo más despierta, parecía que la cosa iba relajándose poco a poco, ojala todo terminase pronto, ella estaba cansada, y, posiblemente, todos los que habían ido a ayudar también, y, si no se daban prisa, el sol terminaría de salir por el horizonte y la aldea desaparecería para siempre.
"Apresuraos, por favor" pensó cansada, con una de las 12 botellas de cloroformo que le quedaban en la mano, por si la necesitaba usar con rapidez, reventandosela a alguien en la cabeza.
Miró a su alrededor, mientras los pesados no cesaban sus intentos vanos de alcanzarla, demasiado alta como para que llegasen a ella. Pensaba que, al menos, tenía tiempo para pensar, ni que fuera un poco. Observó la aldea, y su cinto, la mayor parte de enfermos se reunía a sus pies, como si quisieran alcanzarla a ella y únicamente a ella, le resultaba extraño, ¿porqué iban a por ella cuando tenían a varias personas más a ras de suelo?
No lo sabía, tal vez ellos tampoco se sintieran a gusto en su situación y por ello, como un naufrago en el mar, o un pobre viajero perdido en un desierto, iban tras ella, para que los adormeciera y los hiciera descansar hasta recibir la cura, tal vez lo que fuera a hacer fuera una locura, pero poca cosa más se le ocurría. La lluvia empezaba a cesar, pero el viento soplaba con fuerza, y no debía tardar mucho más en amanecer, si tenían eso en cuenta, y que deberían volver a la taberna a dar la cura a la joven que los había advertido, tal vez cometer una locura era lo más cuerdo que podía hacer.
Anudó con fuerza un pañuelo a su rostro, para filtrar el aire, rompió su capa y a modo de tapón, situó la tela sobre la boquilla abierta de uno de los botes, de los cuales ya empezaba a salir el olor que adormecía, apartó la cara, sostuvo el cuello de la botella y, sacando el brazo comenzó a rociar a los que se encontraban bajo la casa, como una lluvia de sueño. Morfeo portaba su arena a los ojos de aquellos que pedían descanso de una larga noche.
A medida que el liquido topaba con las cabezas de quienes estaban allí bajo, el olor se expandía con más fuerza, el viento fuerte y la lluvia cesante ayudaban a esto, incluso ella notaba un poco los efectos, pero no llegaría a dormirse gracias a que no respiraba directamente las sustancias. Repartió el contenido de la botella por todos aquellos que se congregaban en torno a la casa, parecía que empezaban a sentir los efectos de la droga, cuando terminó la botella, la lanzó lejos, dejando que las últimas gotas reventasen, junto al cristal, al chocar contra el suelo, alejando, de paso, el aroma de la tela que había usado como calador y que era lo que más modorra le provocaba.
Se sentó en la parte más alta del tejado, y movió la cabeza alejando de si los ligeros efectos que la sustancia había provocado en ella. Suspiró y miró al resto del pueblo, algo más despierta, parecía que la cosa iba relajándose poco a poco, ojala todo terminase pronto, ella estaba cansada, y, posiblemente, todos los que habían ido a ayudar también, y, si no se daban prisa, el sol terminaría de salir por el horizonte y la aldea desaparecería para siempre.
"Apresuraos, por favor" pensó cansada, con una de las 12 botellas de cloroformo que le quedaban en la mano, por si la necesitaba usar con rapidez, reventandosela a alguien en la cabeza.
Alanna Delteria
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Re: La noche más oscura [Quest temática Halloween][Cerrado]
No quería que los nervios me jugasen una mala pasada, y estaba visiblemente nerviosa, además de emocionada por poder ser de utilidad en una situación como aquella.
En la habitación se había levantado una nube de vapor repleta de olores distintos, de las plantas que habían pasado por distintos tipos de tratamiento, y a aquel humo blanquecino se sumaba un latente sonido burbujeante. Retiré del pequeño fuego finalmente el recipiente de cristal y lo repartí con mucho cuidado de no rozarlo para no adulterarlo en una serie de frasquitos que metí en la bolsa de piel con cuidado.
Huracán mientras tanto vigilaba, de cuando en cuando se movía, y ahora por fin podía reunirme con ella con una parte de los nervios que me habían acosado fuera, aunque no del todo. Seguíamos ahí, aún teníamos que encontrar a Alanna y a Azoth u por supuesto, teníamos que repartir aquel brebaje entre los enfermos del pueblo, que parecían estar en una especie de embotamiento que les negaba la razón y el pensamiento.
– ¿Has acabado? –me acerqué veloz, tratando de no hacer ruido con las pisadas– Genial. Recemos para que haya salido bien. Ahora solo tenemos que salir de aquí y repartirla.
– Más me vale que haya salido bien. –dije asintiendo y siguiendola muy de cerca, comprobando también que los frascos estaban bien puestos en la bolsa: tenían cierto color violáceo con pequeñas burbujitas verdes que parecían en movimiento. Por desgracia aquello eran pequeños restos de la elaboración previa que no había terminado de coger la consistencia ni el color deseado... Y por tanto el efecto sería más lento, claro que por entonces yo aquello no lo sabía, aún me quedaba mucho por aprender en alquimia– Me parece que el asunto de repartirla va a ser complicado... Tal vez al contacto con la piel o en heridas resulte efectivo, porque la vía oral me parece que será bastante dificil... No recuerdo que pusiese nada de cómo se debe administrar en el papel... ¿O sí? A ver... –me puse a rebuscar en la bolsa– No parece que...
– Nübian. –Me cortó. Y lo agradecí, por el tono bajo e imperante de su voz sentí que debía detenerme. La miré, parando lo que hacía y efectivamente, la alerta se había encendido en sus ojos.– Siento pasos fuertes en el sótano. Deja lo que sea que estés haciendo y vámonos ya.
Asentí, sin mediar palabra y cerré con dedos ágiles la bolsa, afianzándola bien cruzada al tronco, saqué con cuidado el hacha y la empuñé con fuerza, dispuesta a lo que sea que pudiere pasar. Pegué la espalda a la de Huracán y abrí bien los ojos, sintiendo como ella el retumbar del suelo grave, firme. Tragué.
Silencio.
Silencio, un zumbido, lejano. ¿Aleteo?
Silencio.
Silencio, un zumbido lejano y... ¡Chas! Cristales rotos. Chillé sin poder evitarlo sobresaltandome detrás de Huracán, me giré, pues el estruendo había sido en su lado por así decirlo y ante mis ojos, la mesa del laboratorio estaba llena de pequeños cristales, con cantidad de líquidos derramandose. – Eso es peligroso... ¿Ha sido una piedra..? –me acerqué a la mesa con cuidado, alejándome del hueco roto en la ventana y vi lo que parecía una especie de nudo con trapos, hojas y una gran piedra al fondo.– Sí, ha sido una...
Zumbido. Aleteo. Graznido. – ¿¡Qué demonios....!? – otra piedra entró rompiendo otro cristal, pero esta vez iba "sujeta" a un pobre pájaro oscuro y por lo que parecía agobiado que impactó en la cabeza de Huracán, a lo que me acerqué corriendo a ella.
Off: perdonad, os habrá llegado notificación de eb. Sí, había posteado con ella xD perdón >.< Sé que es corto el post pero ahora mismo en la situación... No podía avanzar demasiado.
En la habitación se había levantado una nube de vapor repleta de olores distintos, de las plantas que habían pasado por distintos tipos de tratamiento, y a aquel humo blanquecino se sumaba un latente sonido burbujeante. Retiré del pequeño fuego finalmente el recipiente de cristal y lo repartí con mucho cuidado de no rozarlo para no adulterarlo en una serie de frasquitos que metí en la bolsa de piel con cuidado.
Huracán mientras tanto vigilaba, de cuando en cuando se movía, y ahora por fin podía reunirme con ella con una parte de los nervios que me habían acosado fuera, aunque no del todo. Seguíamos ahí, aún teníamos que encontrar a Alanna y a Azoth u por supuesto, teníamos que repartir aquel brebaje entre los enfermos del pueblo, que parecían estar en una especie de embotamiento que les negaba la razón y el pensamiento.
– ¿Has acabado? –me acerqué veloz, tratando de no hacer ruido con las pisadas– Genial. Recemos para que haya salido bien. Ahora solo tenemos que salir de aquí y repartirla.
– Más me vale que haya salido bien. –dije asintiendo y siguiendola muy de cerca, comprobando también que los frascos estaban bien puestos en la bolsa: tenían cierto color violáceo con pequeñas burbujitas verdes que parecían en movimiento. Por desgracia aquello eran pequeños restos de la elaboración previa que no había terminado de coger la consistencia ni el color deseado... Y por tanto el efecto sería más lento, claro que por entonces yo aquello no lo sabía, aún me quedaba mucho por aprender en alquimia– Me parece que el asunto de repartirla va a ser complicado... Tal vez al contacto con la piel o en heridas resulte efectivo, porque la vía oral me parece que será bastante dificil... No recuerdo que pusiese nada de cómo se debe administrar en el papel... ¿O sí? A ver... –me puse a rebuscar en la bolsa– No parece que...
– Nübian. –Me cortó. Y lo agradecí, por el tono bajo e imperante de su voz sentí que debía detenerme. La miré, parando lo que hacía y efectivamente, la alerta se había encendido en sus ojos.– Siento pasos fuertes en el sótano. Deja lo que sea que estés haciendo y vámonos ya.
Asentí, sin mediar palabra y cerré con dedos ágiles la bolsa, afianzándola bien cruzada al tronco, saqué con cuidado el hacha y la empuñé con fuerza, dispuesta a lo que sea que pudiere pasar. Pegué la espalda a la de Huracán y abrí bien los ojos, sintiendo como ella el retumbar del suelo grave, firme. Tragué.
Silencio.
Silencio, un zumbido, lejano. ¿Aleteo?
Silencio.
Silencio, un zumbido lejano y... ¡Chas! Cristales rotos. Chillé sin poder evitarlo sobresaltandome detrás de Huracán, me giré, pues el estruendo había sido en su lado por así decirlo y ante mis ojos, la mesa del laboratorio estaba llena de pequeños cristales, con cantidad de líquidos derramandose. – Eso es peligroso... ¿Ha sido una piedra..? –me acerqué a la mesa con cuidado, alejándome del hueco roto en la ventana y vi lo que parecía una especie de nudo con trapos, hojas y una gran piedra al fondo.– Sí, ha sido una...
Zumbido. Aleteo. Graznido. – ¿¡Qué demonios....!? – otra piedra entró rompiendo otro cristal, pero esta vez iba "sujeta" a un pobre pájaro oscuro y por lo que parecía agobiado que impactó en la cabeza de Huracán, a lo que me acerqué corriendo a ella.
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Off: perdonad, os habrá llegado notificación de eb. Sí, había posteado con ella xD perdón >.< Sé que es corto el post pero ahora mismo en la situación... No podía avanzar demasiado.
Nübian
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Re: La noche más oscura [Quest temática Halloween][Cerrado]
Nübian creía que el contacto con la piel podría ser la cura de aquella enfermedad que enrarecía a los aldeanos. En cualquier caso, habría que probar y salir de allí en cuanto saliésemos de aquel extraño lugar. La elfa se pegó a mí temerosa en cuanto dije que sentía pasos fuertes en el sótano.
Ambas permanecimos calladas, en silencio, hasta que escuchamos el ruido de un cristal romperse. Nübian preguntó si había sido una piedra, pero no respondí, lo cierto es que eso parecía, ella se acercó para comprobar que, efectivamente, lo era. ¿Quién andaba lanzando pedradas a aquellas horas de la noche?
Por otra ventana surgió una nueva piedra a la que iba atada un cuervo que impactó en mi cabeza. Menos mal que fue el pájaro lo que chocó contra mí y no aquel canto. Aún así, el golpe me desconcertó un poco, haciéndome retroceder ligeramente hacia atrás.
-¡Joder! – maldije, tocándome el lugar de mi cabeza en el que el pájaro había impactado contra mí.
Por el retroceso me acerqué demasiado a una puerta podrida, concretamente a la puerta del sótano, de donde había escuchado los ruidos. Y de repente oí como un grito de horror y acto seguido como dos brazos salían de la puerta podrida, tratando de cogerme y abalanzarse contra mí. Poco después terminó de reventar totalmente la madera y del sótano surgió un violento aldeano. Era un bruto de unos dos metros de alto, y muy fuerte. Aquel cuerpo no era normal ni mucho menos. Algo raro estaba pasando en aquel pueblo.
-Sal de aquí, corre. Yo me encargo. – dije alterada a Nübian tomándola del brazo y apartándola hacia la puerta de salida del edificio, mientras sacaba mi ballesta y cargaba un virote – ¡Reparte esa cura como sea por dios, pero hazlo ya! – le ordené. Empezaba a pensar que meterme en aquello había sido una mala idea.
No me dio tiempo a decirle mucho más pues el hombre se abalanzó directamente sobre mí haciendo mazo con sus dos musculazos brazos juntos, que pude esquivar con una voltereta. Partió directamente la mesa del laboratorio sobre la que Nübian había fabricado la poción.
Contraataqué sacando mi daga y lanzándosela para clavársela en la cabeza, pero fallé y le di en el hombro. Se la quitó con un brazo como el que se quita una espina de arto y volvió a cargar contra mí. Me tomó del brazo y me levantó con sus dos manos en el aire y me lanzó fuertemente, atravesé la habitación entera hasta que golpeé contra la pared, que medio partí también del golpe. Durante el camino había perdido la ballesta.
Di un fuerte grito y traté de reincorporarme, el monstruo volvía a cargar contra mí. De nuevo lo esquivé, pero de poco me sirvió, pues al poco me volvió a enganchar del pie y salí despedida de nuevo por los aires, hasta tropezar con otra pared. Sentí como un líquido caliente me recorría la frente y otro la boca, era la sangre que me habían provocado todos los golpes. Afortunadamente, volví a caer esta vez cerca de mi ballesta, con el virote cargado.
El monstruo volvía a por mí de nuevo corriendo. Dispuesto a darme un fuerte golpe. Pero no. No trataría de que no lo hiciera por tercera vez. Rápidamente tomé la ballesta, que estaba a mi lado y apunté lo más rápidamente que pude para propinarle un disparo certero en la cabeza. No tuve mucho tiempo a apuntar, tan solo disparé rezando para que el virote le diera en la cabeza o en algún sitio lo suficientemente bueno como para herirlo de gravedad.
Ambas permanecimos calladas, en silencio, hasta que escuchamos el ruido de un cristal romperse. Nübian preguntó si había sido una piedra, pero no respondí, lo cierto es que eso parecía, ella se acercó para comprobar que, efectivamente, lo era. ¿Quién andaba lanzando pedradas a aquellas horas de la noche?
Por otra ventana surgió una nueva piedra a la que iba atada un cuervo que impactó en mi cabeza. Menos mal que fue el pájaro lo que chocó contra mí y no aquel canto. Aún así, el golpe me desconcertó un poco, haciéndome retroceder ligeramente hacia atrás.
-¡Joder! – maldije, tocándome el lugar de mi cabeza en el que el pájaro había impactado contra mí.
Por el retroceso me acerqué demasiado a una puerta podrida, concretamente a la puerta del sótano, de donde había escuchado los ruidos. Y de repente oí como un grito de horror y acto seguido como dos brazos salían de la puerta podrida, tratando de cogerme y abalanzarse contra mí. Poco después terminó de reventar totalmente la madera y del sótano surgió un violento aldeano. Era un bruto de unos dos metros de alto, y muy fuerte. Aquel cuerpo no era normal ni mucho menos. Algo raro estaba pasando en aquel pueblo.
-Sal de aquí, corre. Yo me encargo. – dije alterada a Nübian tomándola del brazo y apartándola hacia la puerta de salida del edificio, mientras sacaba mi ballesta y cargaba un virote – ¡Reparte esa cura como sea por dios, pero hazlo ya! – le ordené. Empezaba a pensar que meterme en aquello había sido una mala idea.
No me dio tiempo a decirle mucho más pues el hombre se abalanzó directamente sobre mí haciendo mazo con sus dos musculazos brazos juntos, que pude esquivar con una voltereta. Partió directamente la mesa del laboratorio sobre la que Nübian había fabricado la poción.
Contraataqué sacando mi daga y lanzándosela para clavársela en la cabeza, pero fallé y le di en el hombro. Se la quitó con un brazo como el que se quita una espina de arto y volvió a cargar contra mí. Me tomó del brazo y me levantó con sus dos manos en el aire y me lanzó fuertemente, atravesé la habitación entera hasta que golpeé contra la pared, que medio partí también del golpe. Durante el camino había perdido la ballesta.
Di un fuerte grito y traté de reincorporarme, el monstruo volvía a cargar contra mí. De nuevo lo esquivé, pero de poco me sirvió, pues al poco me volvió a enganchar del pie y salí despedida de nuevo por los aires, hasta tropezar con otra pared. Sentí como un líquido caliente me recorría la frente y otro la boca, era la sangre que me habían provocado todos los golpes. Afortunadamente, volví a caer esta vez cerca de mi ballesta, con el virote cargado.
El monstruo volvía a por mí de nuevo corriendo. Dispuesto a darme un fuerte golpe. Pero no. No trataría de que no lo hiciera por tercera vez. Rápidamente tomé la ballesta, que estaba a mi lado y apunté lo más rápidamente que pude para propinarle un disparo certero en la cabeza. No tuve mucho tiempo a apuntar, tan solo disparé rezando para que el virote le diera en la cabeza o en algún sitio lo suficientemente bueno como para herirlo de gravedad.
Anastasia Boisson
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Re: La noche más oscura [Quest temática Halloween][Cerrado]
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Tyr
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