[Cerrado] Rinoceronte de cristal [Interpretativo][Libre][2/2]
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[Cerrado] Rinoceronte de cristal [Interpretativo][Libre][2/2]
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Roilkat, una ciudad que actualmente se está dando a conocer de manera excesiva gracias a su importante producción de adornos de cristal, unas maravillas para los ojos de muchos ladrones en la zona, algunos expertos en la materia y otros no tan buenos; pero siempre están aquellos ladrones que no se ensucian las manos, aquellos adinerados que prefieren pagar por los servicios de algún ladrón antes de pagar el debido valor de las pertenencias de los demás.
El gremio de ladrones no me había asignado más misiones durante un tiempo por el incidente que tuve la última vez, sin embargo yo había escuchado sobre un caso y decidí contactar al postor por mi cuenta antes de que alguno de mis compañeros de gremio aceptara el trabajo. No se me hizo difícil enterarme de quién era el cliente de esta asignación y me fui enseguida a conocerlo personalmente, quería ofrecerle una cuota más cómoda de pago para que así retirara el pedido del gremio y me lo dejara a mí; sentía que mi vida necesitaba un poco de acción después de tanto drama vivido.(1)
Me dirigí hasta aquella nombrada ciudad en donde tuve contacto directo con el señor Alexander Volcaf, un hombre alto de contextura delgada, piel pálida y abundantes joyas en todo el cuerpo; que por su forma de caminar, hablar y ciertos gestos que hizo podría suponer que estaba tratando con un vampiro, sin contar que la reunión fue bajo el manto de las estrellas. Estuve observando muy bien sus movimientos, el tiempo suficiente como para saber que no era un fraude trabajar con él, sin embargo el muy testarudo expresó que no me daría ningún adelanto hasta que consiguiera el rinoceronte de cristal. Un cornudo animalito que se encontraba en exhibición en una de las tiendas del pueblo.
Suspiré ante las demandas del cliente, pero igual me decidí a hacer el pequeño robo, no tendría por que ser muy complicado ya que era en una tienda sencilla, sin embargo no estaba acostumbrada a confiarme después de lo ocurrido en mi último trabajo, por lo que fui al día siguiente a pasear por la tienda, conocer sus instalaciones y probar si podría salir de aquella tarea lo antes posible, pero por la popularidad del lugar y la cantidad de empleados vigilando preferí hacer el ataque en la noche. Le di varias vueltas al local tanto por dentro como por fuera con un aire de niña adinerada y siempre manteniéndome en cubierta para saber lo necesario en mi ataque nocturno.
El gremio de ladrones no me había asignado más misiones durante un tiempo por el incidente que tuve la última vez, sin embargo yo había escuchado sobre un caso y decidí contactar al postor por mi cuenta antes de que alguno de mis compañeros de gremio aceptara el trabajo. No se me hizo difícil enterarme de quién era el cliente de esta asignación y me fui enseguida a conocerlo personalmente, quería ofrecerle una cuota más cómoda de pago para que así retirara el pedido del gremio y me lo dejara a mí; sentía que mi vida necesitaba un poco de acción después de tanto drama vivido.(1)
Me dirigí hasta aquella nombrada ciudad en donde tuve contacto directo con el señor Alexander Volcaf, un hombre alto de contextura delgada, piel pálida y abundantes joyas en todo el cuerpo; que por su forma de caminar, hablar y ciertos gestos que hizo podría suponer que estaba tratando con un vampiro, sin contar que la reunión fue bajo el manto de las estrellas. Estuve observando muy bien sus movimientos, el tiempo suficiente como para saber que no era un fraude trabajar con él, sin embargo el muy testarudo expresó que no me daría ningún adelanto hasta que consiguiera el rinoceronte de cristal. Un cornudo animalito que se encontraba en exhibición en una de las tiendas del pueblo.
Suspiré ante las demandas del cliente, pero igual me decidí a hacer el pequeño robo, no tendría por que ser muy complicado ya que era en una tienda sencilla, sin embargo no estaba acostumbrada a confiarme después de lo ocurrido en mi último trabajo, por lo que fui al día siguiente a pasear por la tienda, conocer sus instalaciones y probar si podría salir de aquella tarea lo antes posible, pero por la popularidad del lugar y la cantidad de empleados vigilando preferí hacer el ataque en la noche. Le di varias vueltas al local tanto por dentro como por fuera con un aire de niña adinerada y siempre manteniéndome en cubierta para saber lo necesario en mi ataque nocturno.
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OffRol
(1) Maguita hace referencia varias veces sobre la misión que tuvo antes de esto. Lo único que necesitan saber de eso es que se siente culpable por la muerte de un compañero y por eso a lo mejor lo menciona en otras ocasiones, aún no lo supera.
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(1) Maguita hace referencia varias veces sobre la misión que tuvo antes de esto. Lo único que necesitan saber de eso es que se siente culpable por la muerte de un compañero y por eso a lo mejor lo menciona en otras ocasiones, aún no lo supera.
Última edición por Magazubi el Lun Abr 11 2016, 01:58, editado 2 veces
Magazubi
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Re: [Cerrado] Rinoceronte de cristal [Interpretativo][Libre][2/2]
Observé los edificios con gran interés, la noche era joven, estrellada, cálida. Respiré profundamente y me estiré mientras caminaba al costado de un gran edificio. Aún podía sentir en mi paladar el gusto de una de las sangres más finas que había probado jamás. La damisela que me había servido de postre esa mañana no solamente tenía una delicada figura, sino además uno de los corazones más desapegados que hubiese encontrado en toda mi vida. De haber sido humano y un tanto más joven tal vez le hubiese visto con otros ojos. Lástima que ella viese con tanto cariño la misma idea de beber mi propia sangre para compartir un “destino de felicidad mutua”, aquello era como poco, descabellado.
Luego de un día donde había saciado mis instintos más bajos, había tomado los vientos sin dejar rastro. Probablemente solo tendría aquella noche para disfrutar de la colorida ciudad, luego de la cual mi retrato aparecería en cada taberna y posada. Al menos mi rostro no había sido expuesto, aunque por otra parte no me gustaba la idea de tener que quitarme mi máscara. Me llamó la atención ver casi tantos edificios nuevos como viejos. Se notaba que el lugar estaba creciendo o cuanto menos, manteniéndose. Los humanos eran seres tan efímeros que el breve esplendor y el largo decaimiento seguidamente era lo corriente. Los huesos de mi espalda y cuello tronaron, sonreí de lado. Si esa era mi única oportunidad para conocer Roilkat, entonces aprovecharía cada segundo.
Escudado por las sombras, comencé a correr por las calles como un loco. Estaba alegre, borracho de la sangre y de la vida. Me detenía de tanto en tanto frente a un escaparate, una dama, un niño o cualquier otra nimiedad que me llamaba la atención. Llegué a un local donde tenían en muestra bellos modelos de cristal, allí me detuve por un buen rato admirando el exquisito trabajo. De tener alguien a quién regalarle uno de esos pequeños y brillantes objetos habría comprado uno. Retomé mi camino pero dubitativo me detuve en la puerta. Aún estaba abierto -¿Debería de adquirir algún pequeño detalle? No podré volver por un tiempo- me cuestioné entorpeciendo el paso en aquél lugar. Hice un cálculo mental de los aeros que tenía a mi disposición. - Lo haré-
Luego de un día donde había saciado mis instintos más bajos, había tomado los vientos sin dejar rastro. Probablemente solo tendría aquella noche para disfrutar de la colorida ciudad, luego de la cual mi retrato aparecería en cada taberna y posada. Al menos mi rostro no había sido expuesto, aunque por otra parte no me gustaba la idea de tener que quitarme mi máscara. Me llamó la atención ver casi tantos edificios nuevos como viejos. Se notaba que el lugar estaba creciendo o cuanto menos, manteniéndose. Los humanos eran seres tan efímeros que el breve esplendor y el largo decaimiento seguidamente era lo corriente. Los huesos de mi espalda y cuello tronaron, sonreí de lado. Si esa era mi única oportunidad para conocer Roilkat, entonces aprovecharía cada segundo.
Escudado por las sombras, comencé a correr por las calles como un loco. Estaba alegre, borracho de la sangre y de la vida. Me detenía de tanto en tanto frente a un escaparate, una dama, un niño o cualquier otra nimiedad que me llamaba la atención. Llegué a un local donde tenían en muestra bellos modelos de cristal, allí me detuve por un buen rato admirando el exquisito trabajo. De tener alguien a quién regalarle uno de esos pequeños y brillantes objetos habría comprado uno. Retomé mi camino pero dubitativo me detuve en la puerta. Aún estaba abierto -¿Debería de adquirir algún pequeño detalle? No podré volver por un tiempo- me cuestioné entorpeciendo el paso en aquél lugar. Hice un cálculo mental de los aeros que tenía a mi disposición. - Lo haré-
Maximilian Deus
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Re: [Cerrado] Rinoceronte de cristal [Interpretativo][Libre][2/2]
Ya tenía la información suficiente para mi ataque, rutas de escape, entradas alternas, posibles armas a utilizar e incluso el horario de trabajo era una de las informaciones más importantes para el ataque. Tenía que estar muy preparada para correr, puesto a que la tienda había sacado nuevos modelos en cristal y la guardia de la ciudad estaba al tanto de la situación, era casi seguro que iba a existir una persecución y con respecto a mi plan de atacar en la noche... sí se podía, pero no iba a ser posible esperar a que la tienda cerrara, tenía que asaltarla con todas las personas adentro, por lo que fui a los alrededores del local en busca de los últimos materiales que iba a necesitar en la misión.
Compré una mascara de gatito muy linda en una tienda teatral y aproveché de comprar ahí mismo unos cuantos trozos de papel, eso sería suficiente para completar mi cargamento para el ataque, ya que de mis pertenencias había tomado una cantidad de objetos mínima para optimizar mi capacidad de movimiento. Llevaba la capa marrón que había comprado, mis inolvidables agujas, el cuchillo de Leinil en mis botas y la medalla al heroísmo que siempre me acompañaba, me quedaba muy linda. Calculaba que eso me daría suficiente agilidad como para escapar pero me mantenía precavida por sí necesitaba contra atacar.
El plan era sencillo, iba a entrar al local gritando que todos salieran por la puerta principal, por la cuál cabrían unas tres personas al mismo tiempo (la entrada no era tan grande), mientras que con telekinesis les depositaba a cada persona una de las piezas de cristal de la tienda, así todos seriamos ladrones. Algunos correrían aprovechando la situación y se llevarían las pertenencias, siendo ellos blancos fáciles para los guardias, mientras que yo ya tenía mi plan de escape bien armado. Todo estaba listo para que sucediera...
Me coloqué la máscara, me acomodé la capa con la capucha y corrí hasta adentrarme en la tienda, hice que algunos objetos de cristal pequeños levitaran para intimidar un poco y hacer que todo funcionara como yo lo había esperado -¡¡TODOS SALGAN!!- ordené a todo pulmón -¡Ahora!- completé.
Compré una mascara de gatito muy linda en una tienda teatral y aproveché de comprar ahí mismo unos cuantos trozos de papel, eso sería suficiente para completar mi cargamento para el ataque, ya que de mis pertenencias había tomado una cantidad de objetos mínima para optimizar mi capacidad de movimiento. Llevaba la capa marrón que había comprado, mis inolvidables agujas, el cuchillo de Leinil en mis botas y la medalla al heroísmo que siempre me acompañaba, me quedaba muy linda. Calculaba que eso me daría suficiente agilidad como para escapar pero me mantenía precavida por sí necesitaba contra atacar.
El plan era sencillo, iba a entrar al local gritando que todos salieran por la puerta principal, por la cuál cabrían unas tres personas al mismo tiempo (la entrada no era tan grande), mientras que con telekinesis les depositaba a cada persona una de las piezas de cristal de la tienda, así todos seriamos ladrones. Algunos correrían aprovechando la situación y se llevarían las pertenencias, siendo ellos blancos fáciles para los guardias, mientras que yo ya tenía mi plan de escape bien armado. Todo estaba listo para que sucediera...
Me coloqué la máscara, me acomodé la capa con la capucha y corrí hasta adentrarme en la tienda, hice que algunos objetos de cristal pequeños levitaran para intimidar un poco y hacer que todo funcionara como yo lo había esperado -¡¡TODOS SALGAN!!- ordené a todo pulmón -¡Ahora!- completé.
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Magazubi
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Re: [Cerrado] Rinoceronte de cristal [Interpretativo][Libre][2/2]
Indeciso estaba de qué comprar, me paseaba frente al escaparate con una mano delante y la otra detrás con gesto dubitativo. Estaba casi seguro que deseaba la figura de la dama de largos cabellos, era detallada, muy pequeña y sumamente elegante. Era una fémina con la que no me importaría compartir mi lecho y que no me pediría más de lo que le podía dar. Sin embargo el problema radicaba en el hecho que la idea inicial era que fuese un objeto que cumpliera con un solo requisito y ese era que pudiese ser regalado precisamente a una persona del sexo opuesto. Estaba en un dilema ¿las mujeres gustaban de figuras del mismo sexo? Se me antojaba grotesco incluso el pensamiento de un hombre inmortalizado en una delicada figura de cristal. De ser una pareja tal vez… dos danzarines, pero ¡ah! El precio. Me sentí transgresor por el fugaz pensamiento que decidí volver realidad: ¡la compraría!
El local tenía muchas personas para la hora que era, según entendía los humanos tendían a cerrar las puertas de sus negocios cuando la luna estaba por descubrirse, pero al parecer la fuerza que ejercían los aeros en las arcas era más poderosa que la del sentimiento, y seguridad, de la tranquilidad. Las jóvenes que estaban atendiendo con enmarcadas sonrisas pese a la altura de la tarde y el cansancio que podrían sentir se veían ocupadas, solamente tenía dos opciones, una señora de avanzada edad que por su expresión juzgué poco conveniente siquiera iniciar un acercamiento y un hombre joven y alto que parecía estar inventando trabajo para parecer ocupado. -Te tengo- murmuré captando su atención con una de mis manos para que se acercase. Su primera impresión no debió ser muy gustosa al verme con la máscara, muchos tenían esa reacción, pero le sonreí y traté de actuar de la forma menos repulsiva posible.
-Quisiera adquirir ese bello modelo, parece que los artesanos hubiesen tomado a una joven de carne y hueso para modelarla en el cristal. Es totalmente atractivo- dije, haciendo énfasis en una de las palabras para utilizar mi habilidad racial y limar cualquier aspereza que se pudiera presentar. No me gustaba abusar, pero tampoco quería perder el poco tiempo del que gozaba.
-Enseguida señor- respondió el chico, con un nuevo aire de comerciante. Parecía que mis palabras le hubiesen insuflado vigor y por unos momentos me pregunté si mi habilidad estaba perdiendo su toque… Le observé volver hasta mí con la bella escultura diminuta entre sus manos. -Son cuarenta aeros buen hombre- informó tendiéndome mi compra envuelta en un paquetito relleno de hojas verdes similares a la chala. -Interesante- murmuré sacando la suma estipulada y dejándola sobre el mostrador. Hice una reverencia al vendedor y comencé con mi retirada mientras guardaba la nueva adquisición en un bolsillo de mi chaleco. Pero el destino me tendría deparado otro camino.
A unos pasos de distancia de mí apareció un pequeño [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] envuelto en una capa marrón y con una máscara de un animal feo. Con voz afeminada gritó algo de salir del puesto. Miré a todos lados, creyendo que era una especie de broma absurda, casi comencé a reír pero no lo hice porque esos seres tienden a tener un sentido del humor muy distinto al mío. Me detuve a observar qué estaba planeando, pero mis ojos casi se salen de sus orbes cuando vi que varias figurillas levitaban. -De acuerdo… comienzo a ponerme nervioso- admití dando un paso hacia adelante para mirar con mayor detenimiento y sin perder detalle. No tenía noticia de que esos enanos fuesen capaces de hacer mover objetos con su mente a no ser que todo aquello fuese un artilugio.
Una de las figuras llegó hasta mis manos por los aires. Normalmente hubiese golpeado el objeto de forma contundente hasta que despareciera, se hiciera añicos o hiciera un agujero en el techo y se perdiera en la distancia, pero el ciervo me pareció por demás bello y que se acercara a mí era como una especie de señal. -¡La…ladrón!- gritó el joven que me había atendido con tono acusador, apuntando en mi dirección con su dedo índice. Giré mi cabeza para ver los alrededores y cerciorarme que se trataba de mí y en efecto, ese… joven de pocos pensamientos se dirigía a mi persona. Negué con la cabeza, aceptaba que el caos estaba reinando y que muchos salían por la puerta despavoridos sin tener ni idea de lo que ocurría y que otros robaban algunas figuras, pero de ahí a que yo fuese el causante de tal alboroto…
-Dolor- dije en tono alto, no solamente usando mis habilidades con las palabras, sino también haciendo que los que me rodeaban, incluyendo al osado joven, me percibiesen más terrorífico. -Así me gusta más- dije con una sonrisa vampírica acercándome al confuso y adolorido objeto de mi cólera para darle una patada a la boca del estómago, dejándole sin aire y en el suelo. -Ahora con tu permiso, tomaré esta estatuilla como símbolo de que no hay resentimientos- agregué, con pesar en el corazón por las jóvenes asistentes. Pero cualquier emoción se desvaneció cuando aparecieron los guardias, espada en mano subyugando a cuanto sospechoso tenían delante. No estaba exactamente con el ánimo de enfrascarme a una pelea por lo que retomé el asunto de la salida sigilosa.
Todo hubiese salido a la perfección de no ser por un pequeño detalle. Desde la puerta me di la media vuelta y chisté -Tsss… pequeño… ¡pequeño! La guardia te va a capturar, es hora de dejar de hacer bromas- abrí mi capa para ofrecerle cobijo -No suelo ser muy perseguido en la oscuridad- ofrecí. Me quedaría apenas unos momentos esperando su respuesta. De ser negativa cerraría la capa, para desaparecer en el manto de la noche.
- figura de cristal:
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El local tenía muchas personas para la hora que era, según entendía los humanos tendían a cerrar las puertas de sus negocios cuando la luna estaba por descubrirse, pero al parecer la fuerza que ejercían los aeros en las arcas era más poderosa que la del sentimiento, y seguridad, de la tranquilidad. Las jóvenes que estaban atendiendo con enmarcadas sonrisas pese a la altura de la tarde y el cansancio que podrían sentir se veían ocupadas, solamente tenía dos opciones, una señora de avanzada edad que por su expresión juzgué poco conveniente siquiera iniciar un acercamiento y un hombre joven y alto que parecía estar inventando trabajo para parecer ocupado. -Te tengo- murmuré captando su atención con una de mis manos para que se acercase. Su primera impresión no debió ser muy gustosa al verme con la máscara, muchos tenían esa reacción, pero le sonreí y traté de actuar de la forma menos repulsiva posible.
-Quisiera adquirir ese bello modelo, parece que los artesanos hubiesen tomado a una joven de carne y hueso para modelarla en el cristal. Es totalmente atractivo- dije, haciendo énfasis en una de las palabras para utilizar mi habilidad racial y limar cualquier aspereza que se pudiera presentar. No me gustaba abusar, pero tampoco quería perder el poco tiempo del que gozaba.
-Enseguida señor- respondió el chico, con un nuevo aire de comerciante. Parecía que mis palabras le hubiesen insuflado vigor y por unos momentos me pregunté si mi habilidad estaba perdiendo su toque… Le observé volver hasta mí con la bella escultura diminuta entre sus manos. -Son cuarenta aeros buen hombre- informó tendiéndome mi compra envuelta en un paquetito relleno de hojas verdes similares a la chala. -Interesante- murmuré sacando la suma estipulada y dejándola sobre el mostrador. Hice una reverencia al vendedor y comencé con mi retirada mientras guardaba la nueva adquisición en un bolsillo de mi chaleco. Pero el destino me tendría deparado otro camino.
A unos pasos de distancia de mí apareció un pequeño [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] envuelto en una capa marrón y con una máscara de un animal feo. Con voz afeminada gritó algo de salir del puesto. Miré a todos lados, creyendo que era una especie de broma absurda, casi comencé a reír pero no lo hice porque esos seres tienden a tener un sentido del humor muy distinto al mío. Me detuve a observar qué estaba planeando, pero mis ojos casi se salen de sus orbes cuando vi que varias figurillas levitaban. -De acuerdo… comienzo a ponerme nervioso- admití dando un paso hacia adelante para mirar con mayor detenimiento y sin perder detalle. No tenía noticia de que esos enanos fuesen capaces de hacer mover objetos con su mente a no ser que todo aquello fuese un artilugio.
Una de las figuras llegó hasta mis manos por los aires. Normalmente hubiese golpeado el objeto de forma contundente hasta que despareciera, se hiciera añicos o hiciera un agujero en el techo y se perdiera en la distancia, pero el ciervo me pareció por demás bello y que se acercara a mí era como una especie de señal. -¡La…ladrón!- gritó el joven que me había atendido con tono acusador, apuntando en mi dirección con su dedo índice. Giré mi cabeza para ver los alrededores y cerciorarme que se trataba de mí y en efecto, ese… joven de pocos pensamientos se dirigía a mi persona. Negué con la cabeza, aceptaba que el caos estaba reinando y que muchos salían por la puerta despavoridos sin tener ni idea de lo que ocurría y que otros robaban algunas figuras, pero de ahí a que yo fuese el causante de tal alboroto…
-Dolor- dije en tono alto, no solamente usando mis habilidades con las palabras, sino también haciendo que los que me rodeaban, incluyendo al osado joven, me percibiesen más terrorífico. -Así me gusta más- dije con una sonrisa vampírica acercándome al confuso y adolorido objeto de mi cólera para darle una patada a la boca del estómago, dejándole sin aire y en el suelo. -Ahora con tu permiso, tomaré esta estatuilla como símbolo de que no hay resentimientos- agregué, con pesar en el corazón por las jóvenes asistentes. Pero cualquier emoción se desvaneció cuando aparecieron los guardias, espada en mano subyugando a cuanto sospechoso tenían delante. No estaba exactamente con el ánimo de enfrascarme a una pelea por lo que retomé el asunto de la salida sigilosa.
Todo hubiese salido a la perfección de no ser por un pequeño detalle. Desde la puerta me di la media vuelta y chisté -Tsss… pequeño… ¡pequeño! La guardia te va a capturar, es hora de dejar de hacer bromas- abrí mi capa para ofrecerle cobijo -No suelo ser muy perseguido en la oscuridad- ofrecí. Me quedaría apenas unos momentos esperando su respuesta. De ser negativa cerraría la capa, para desaparecer en el manto de la noche.
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Re: [Cerrado] Rinoceronte de cristal [Interpretativo][Libre][2/2]
Era apenas una posibilidad, realmente no era algo seguro pero Seek parecía muy segura de lo que había visto en Roilkat, así que sin siquierapensarlo, había salido de Lunargenta con rumbo a la mencionada ciudad. Corría tan rápido como podía pero los nervios no me dejaban usar toda mi capacidad, mis piernas flaqueaban a ratos ante la emoción de volverla a ver, encontrarla por fin después de tanto tiempo -Apresúrate anciano- Dijo Seek en tono juguetón a sabiendas de que en condiciones normales ella era más lenta que yo -¿Estás segura que se treta de ella?- Pregunté dejando cierto margen de duda -Las coincidencias físicas son de un 97% de que sea ella- Dijo la biocibernética de la manera más seria posible pues, odiaba cuando yo desconfiaba de sus cálculos.
Habíamos venido desde Lunargenta hasta la imponente ciudad de Roilkat, según lo que me había dicho Seek, se corrían rumores de que alguien había estado ofreciendo una suma de dinero a quien pudiera robar para él la extraña y valiosa figura de un rinoceronte de cristal; si mi pequeña realmente se había unido a un grupo de ladrones, la tentación de intentar robar ese objeto sería demasiado fuerte, y si no era ella, seguro alguien de su grupo estaría en ese lugar, entonces podría seguirlo hasta llegar a ella.
La noche parecía estar de mi lado, pues un cielo nublado y sin estrella adormecía la noche haciéndola parecer más oscura y solitaria; los pasos de Seek, a pesar de sus intentos, seguían sin ser una demostración de sigilo absoluto, acercarme al lugar junto a ella no sería nada bueno, me descubrirían al dar los primeros pasos, así que tras dar unas breves instrucciones a mi metálica compañera me salí del camino buscando el refugio de los oscuros callejones por donde ahora me desplazaría para no llamar la atención.
No fue difícil encontrar el lugar en donde todo estaba sucediendo y aunque sentí que había llegado tarde, permanecí inmóvil mirando desde el rincón donde permanecía escondido; una gran cantidad de personas comenzaban a abandonar un local con mucha prisa, hasta con algo de desesperación -¿Qué está pasando ahí?- Me pregunté en mi mente mientras me concentraba en intentar ver a mi pequeña Maguita para confirmar que realmente estuviera ahí; Seek por su parte se había acercado tanto como aquellas desesperadas personas que corrían despavoridas, se lo permitían, si la biocibernética de entaraba de algo, seguramente saldría para avisarme, así que de momento solo me dediqué a esperar mientras analizaba la situación...
Habíamos venido desde Lunargenta hasta la imponente ciudad de Roilkat, según lo que me había dicho Seek, se corrían rumores de que alguien había estado ofreciendo una suma de dinero a quien pudiera robar para él la extraña y valiosa figura de un rinoceronte de cristal; si mi pequeña realmente se había unido a un grupo de ladrones, la tentación de intentar robar ese objeto sería demasiado fuerte, y si no era ella, seguro alguien de su grupo estaría en ese lugar, entonces podría seguirlo hasta llegar a ella.
La noche parecía estar de mi lado, pues un cielo nublado y sin estrella adormecía la noche haciéndola parecer más oscura y solitaria; los pasos de Seek, a pesar de sus intentos, seguían sin ser una demostración de sigilo absoluto, acercarme al lugar junto a ella no sería nada bueno, me descubrirían al dar los primeros pasos, así que tras dar unas breves instrucciones a mi metálica compañera me salí del camino buscando el refugio de los oscuros callejones por donde ahora me desplazaría para no llamar la atención.
No fue difícil encontrar el lugar en donde todo estaba sucediendo y aunque sentí que había llegado tarde, permanecí inmóvil mirando desde el rincón donde permanecía escondido; una gran cantidad de personas comenzaban a abandonar un local con mucha prisa, hasta con algo de desesperación -¿Qué está pasando ahí?- Me pregunté en mi mente mientras me concentraba en intentar ver a mi pequeña Maguita para confirmar que realmente estuviera ahí; Seek por su parte se había acercado tanto como aquellas desesperadas personas que corrían despavoridas, se lo permitían, si la biocibernética de entaraba de algo, seguramente saldría para avisarme, así que de momento solo me dediqué a esperar mientras analizaba la situación...
Última edición por Bio el Lun Ene 18 2016, 03:53, editado 1 vez
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Re: [Cerrado] Rinoceronte de cristal [Interpretativo][Libre][2/2]
Mi magnifico plan se estaba llevando a cabo, todo estaba saliendo a la perfección, los objetos de cristal estaban levitando hacía sus futuros dueños, muchos agarraron el objeto y lo pusieron de nuevo en su puesto mientras que otros se aprovechaban y salían desesperadamente del local. Mi intención era que fuese más rápido de lo que fue, pero me encontré con un pequeño inconveniente, y era que alguien en el interior de la tienda también llevaba máscara, por lo que enseguida lo involucraron conmigo y lo llamaban descaradamente ladrón. En realidad todo el que hubiese salido con alguna figurita y sin pagar sería el ladrón, pero ahora tenía un “cómplice” no deseado que acusarían como causante del alboroto. En situaciones ideales ese sería el mejor comodín que cualquier ladrón podría esperar... echarle la culpa a alguien, cualquier inocente era suficiente para cumplir ese papel, pero en este caso yo me consideraba una buena persona y que a demás como este robo era tan arriesgado no quise dejarle toda la responsabilidad al hombre enmascarado, así que le presté cierta atención y me ofreció ocultarme, con lo cuál yo le respondí velozmente -¡¡Corre que esos no son de la guardia... el uniforme de los funcionarios de Roilkat los cambiaron!!- le dije en tono desesperado mientras me quitaba la capucha y la máscara de mi rostro, para luego intentar halarlo por la ropa para que huyera conmigo. Es importante mencionar que a parte de que el uniforme que tenían los que nos seguían no era el adecuado, también era ilógico que se lograran fijar en nosotros exclusivamente mientras que varios compradores de la tienda también se llevaban delicadas piezas del establecimiento; por lo tanto tenían que ser otros ladrones buscando el mismo rinoceronte que yo había guardado en mi capa en el momento de descuido de los que se encontraban a mi alrededor.
La situación se estaba tornando peligrosa, yo empecé a correr con mucha energía sin darle mucha importancia al otro hombre enmascarado, no sabía si me seguía o no, pero definitivamente los ladrones no eran humanos, ya que cuando volteé a ver que tanta ventaja tenía me di cuenta que uno de los “guardias” se había transformado en jaguar con una velocidad impresionante, mientras que los otros dos se acercaron con sigilo a los establecimientos de los alrededores y habían desaparecido de mi vista. Definitivamente ambos estábamos en serios problemas.
La situación se estaba tornando peligrosa, yo empecé a correr con mucha energía sin darle mucha importancia al otro hombre enmascarado, no sabía si me seguía o no, pero definitivamente los ladrones no eran humanos, ya que cuando volteé a ver que tanta ventaja tenía me di cuenta que uno de los “guardias” se había transformado en jaguar con una velocidad impresionante, mientras que los otros dos se acercaron con sigilo a los establecimientos de los alrededores y habían desaparecido de mi vista. Definitivamente ambos estábamos en serios problemas.
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Los otros ladrones no saben quién de los dos tiene el rinoceronte, por lo que irán también a por ti, Max.
Por los momentos tenemos a un grupo de ladrones con 4 integrantes (hay uno que es sorpresa).
Seek puede detectarme en cuanto me quito la capucha y la máscara Bio. Aún Seek no está en peligro pero en un determinado momento lo estará, así que cuidado.
Por los momentos el grupo de ladrones está formado por: un brujo ilucionista (que hace parecer un hombre-jaguar), un vampiro macabro y un elfo (es más como un mago que mueve las plantas a conveniencia). Los 3 son muy muy despiadados.
Espero que lo disfruten =P
Magazubi
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Re: [Cerrado] Rinoceronte de cristal [Interpretativo][Libre][2/2]
Aunque ya había escuchado la voz del Alux, sentir una voz tan femenina no me resultó menos que chocante. Sus palabras no se relacionaban con sus acciones, lo que probablemente hizo que perdiera tiempo de reacción mientras procesaba todo aquello. El duende comenzó a correr hacia mi dirección, di un paso tentativo hacia atrás, tampoco esperaba que se decantara tan rápidamente a aceptar mi oferta, pero lo que vi me sorprendió. En vez de un rostro viejo, demacrado arrugado y tal vez asqueroso, estaba el de una angelical e inocente niñita de cabellos castaños y mirada traviesa. Instintivamente mostré una sonrisa ladina cuando, valientemente, intentaba empujarme fuera del local.
La noche finalmente comenzaba a ponerse interesante. Decidí darle el gusto a la pequeña damita y seguirle sigilosamente entre las sombras. Al momento que juzgué más oportuno me puse frente a ella cortándole el paso. -Vaya lío que se ha armado. ¿Puedo saber a dónde nos dirigimos tan apresurados?- inquirí hincándome frente a ella y extendiendo mi mano para tomar la suya, si ella lo aceptaba, y besarla con reverencia-Es peligroso jugar de ese modo bella dama- agregué poniéndome en pie observando los alrededores. -El lugar no es seguro- informé al percatarme de presencias desconocidas rodeándonos.
Antes de poder hacer mucho más, esquivé el golpe de una criatura nunca antes vista. Me restregué los ojos mientras perdía terreno observando a la bestia que venía contra mí para atacarme. Mi vista no estaba fallando, era ese ser el que no encajaba con la realidad. -¿Qué engendro de la naturaleza?- pregunté en voz alta, desenvainando a Azhar, volviendo a esquivar un ataque con los brazos de aquella cosa repleta de hojas, helechos, pasto y enredaderas. Su cuerpo semejante al de un hombre, que se movía tanto en dos como en cuatro patas parecía estar formado de tierra. Con unos ojos apenas visibles y dientes increíblemente grandes, solamente pude deducir que su visión no debía ser el punto fuerte de la criatura.
Esta vez intentó morderme, pero conociendo un poco la forma en la que se desplazaba no fue difícil asestarle una patada en el pecho que le apartó bruscamente de mí. Aquello no me gustaba, usé una cantidad importante de fuerza, lo que debió haberle mandado al menos un par de metros hacia atrás o al menos tirarlo de bruces y lo único que había logrado había sido apartarle un poco, comprando apenas algo de tiempo para mi siguiente acción. -¿Problemas con mi escudo?- preguntó una voz misteriosa desde la distancia.
-¿Escudo?- pregunté, evadiendo una patada de esa cosa y enterrando el filo de mi espada en su pecho. De esa acción aprendí dos cosas, la primera, ese ser aprendía extremadamente rápido, sospechosamente rápido… y la segunda, pese a que en su exterior se le veía robusto e implacable, el centro había demostrado estar vacío. No había corazón que pudiera a atravesar lo que en sí mismo eran buenas y malas noticias. La mala, sería casi imposible derrotarle usando fuerza o espada. Podría intentar rebanarlo, pero las plantas esas solamente le quitarían el filo a Azhar antes de lograr algo importante. Las buenas nuevas, era que ya tenía una buena idea de lo que era.
- ¿Qué escudo? ¿Quién llamó a mi Ser Cudo escudo?- preguntó la voz, respondiéndome con otra pregunta. -…¿eh?- me pregunté, corriendo hacia el origen del sonido. La bestia no se alejaba de mi en ninguna situación, pero algo en su actuación cambió a medida que me acercaba a la voz. En vez de atacar estaba tomando una posición más defensiva. -Atrapado estás- murmuré, usando mi voz para restringir un poco el movimiento de mi presa. La bestia, eco deforme de su creador se detuvo en seco también, justo antes de lanzar un ataque que me hubiera hecho mucho daño.
Mi presa había resultado ser un elfo. No aparentaba más de unos quince años, cabello lacio que terminaba en bucles rojizos, ojos grises y dientes prominentes. Temblaba como una hoja de otoño al viento. - ¿Qué quieres? ¿por qué nos atacas?- cuestioné poniendo el filo del arma en su cuello, pero eso solo le hizo salir de su breve momento de indecisión. Me empujó y de un salto se montó sobre el hombro de su creación, desde allí me señaló y dijo: - ¿No se? ¿quién eres? Es Cudo, ataca-
Revolví mis ojos en señal de descontento y me llevé la zurda a la sien, la cual masajee. Sentía que ese chico me mataría de un dolor de cabeza antes que de cualquier otra cosa. Abandonado la idea de poder comunicarme con él, me tomé las cosas más en serio y comencé a atacar en cada uno de los puntos ciegos que encontraba en esa bestia. Dicho ser no era mas que unos diez centímetros más alto que yo, pero era más frágil de lo que aparentaba y el peso extra de quién le dirigía sobre su hombro le desestabilizaba, volviéndole más lento y torpe de lo que suponía era en situaciones normales. Era la primera vez que me enfrentaba a un enemigo así, por lo que me había costado unos cuantos minutos conocer un poco el patrón de movimientos e inferir la relación bestia-elfo.
Por lo que sabía los elfos podían usar una suerte de “poderes” como lo era su habilidad de curación para otros fines, y uno de ellos era crear algo así como escudos, alguna vez había visto unos más pequeños hechos de otros elementos, pero nada tan elaborado como eso. Luego de que con prueba y error estuve más convencido de lo que aquella cosa era, no fue difícil burlar su defensa y asestarle un puñetazo en la quijada al elfo que lo aterrizó en el suelo. Aquello le tomó desprevenido al parecer, ya que el monstruo volvió a la tierra convirtiéndose en un montón de cosas verdes. -Tenía entendido que los elfos eran más pacíficos- comenté, acercándome al chico que no dejaba de masajear la zona afectada y abría y cerraba la boca, probablemente le había desencajado el hueso.
-¿Te había visto antes?- preguntó él. Suspiré, negué con la cabeza y me rasqué el puente de la nariz sin estar muy seguro si valía la pena hacerle pagar por su error o dejarle ir -¿De qué elfo hablas? ¿Te referías a mí? ¿Cómo lo has adivinado?- preguntó cubriendo su cuerpo con los brazos débiles y descarnados. Probablemente su proceso mental hizo algunas inferencias que yo no quería conocer en detalle. Volví a suspirar, enfundé a Azhar me di media vuelta y le propiné una patada que le dejó inconsciente en el suelo. Al menos esperaba que al despertar su mandíbula hubiera vuelto a su lugar y quién sabe, tal vez tuviera suerte y la chaveta floja pudiera encontrar su lugar.
La noche finalmente comenzaba a ponerse interesante. Decidí darle el gusto a la pequeña damita y seguirle sigilosamente entre las sombras. Al momento que juzgué más oportuno me puse frente a ella cortándole el paso. -Vaya lío que se ha armado. ¿Puedo saber a dónde nos dirigimos tan apresurados?- inquirí hincándome frente a ella y extendiendo mi mano para tomar la suya, si ella lo aceptaba, y besarla con reverencia-Es peligroso jugar de ese modo bella dama- agregué poniéndome en pie observando los alrededores. -El lugar no es seguro- informé al percatarme de presencias desconocidas rodeándonos.
Antes de poder hacer mucho más, esquivé el golpe de una criatura nunca antes vista. Me restregué los ojos mientras perdía terreno observando a la bestia que venía contra mí para atacarme. Mi vista no estaba fallando, era ese ser el que no encajaba con la realidad. -¿Qué engendro de la naturaleza?- pregunté en voz alta, desenvainando a Azhar, volviendo a esquivar un ataque con los brazos de aquella cosa repleta de hojas, helechos, pasto y enredaderas. Su cuerpo semejante al de un hombre, que se movía tanto en dos como en cuatro patas parecía estar formado de tierra. Con unos ojos apenas visibles y dientes increíblemente grandes, solamente pude deducir que su visión no debía ser el punto fuerte de la criatura.
Esta vez intentó morderme, pero conociendo un poco la forma en la que se desplazaba no fue difícil asestarle una patada en el pecho que le apartó bruscamente de mí. Aquello no me gustaba, usé una cantidad importante de fuerza, lo que debió haberle mandado al menos un par de metros hacia atrás o al menos tirarlo de bruces y lo único que había logrado había sido apartarle un poco, comprando apenas algo de tiempo para mi siguiente acción. -¿Problemas con mi escudo?- preguntó una voz misteriosa desde la distancia.
-¿Escudo?- pregunté, evadiendo una patada de esa cosa y enterrando el filo de mi espada en su pecho. De esa acción aprendí dos cosas, la primera, ese ser aprendía extremadamente rápido, sospechosamente rápido… y la segunda, pese a que en su exterior se le veía robusto e implacable, el centro había demostrado estar vacío. No había corazón que pudiera a atravesar lo que en sí mismo eran buenas y malas noticias. La mala, sería casi imposible derrotarle usando fuerza o espada. Podría intentar rebanarlo, pero las plantas esas solamente le quitarían el filo a Azhar antes de lograr algo importante. Las buenas nuevas, era que ya tenía una buena idea de lo que era.
- ¿Qué escudo? ¿Quién llamó a mi Ser Cudo escudo?- preguntó la voz, respondiéndome con otra pregunta. -…¿eh?- me pregunté, corriendo hacia el origen del sonido. La bestia no se alejaba de mi en ninguna situación, pero algo en su actuación cambió a medida que me acercaba a la voz. En vez de atacar estaba tomando una posición más defensiva. -Atrapado estás- murmuré, usando mi voz para restringir un poco el movimiento de mi presa. La bestia, eco deforme de su creador se detuvo en seco también, justo antes de lanzar un ataque que me hubiera hecho mucho daño.
Mi presa había resultado ser un elfo. No aparentaba más de unos quince años, cabello lacio que terminaba en bucles rojizos, ojos grises y dientes prominentes. Temblaba como una hoja de otoño al viento. - ¿Qué quieres? ¿por qué nos atacas?- cuestioné poniendo el filo del arma en su cuello, pero eso solo le hizo salir de su breve momento de indecisión. Me empujó y de un salto se montó sobre el hombro de su creación, desde allí me señaló y dijo: - ¿No se? ¿quién eres? Es Cudo, ataca-
Revolví mis ojos en señal de descontento y me llevé la zurda a la sien, la cual masajee. Sentía que ese chico me mataría de un dolor de cabeza antes que de cualquier otra cosa. Abandonado la idea de poder comunicarme con él, me tomé las cosas más en serio y comencé a atacar en cada uno de los puntos ciegos que encontraba en esa bestia. Dicho ser no era mas que unos diez centímetros más alto que yo, pero era más frágil de lo que aparentaba y el peso extra de quién le dirigía sobre su hombro le desestabilizaba, volviéndole más lento y torpe de lo que suponía era en situaciones normales. Era la primera vez que me enfrentaba a un enemigo así, por lo que me había costado unos cuantos minutos conocer un poco el patrón de movimientos e inferir la relación bestia-elfo.
Por lo que sabía los elfos podían usar una suerte de “poderes” como lo era su habilidad de curación para otros fines, y uno de ellos era crear algo así como escudos, alguna vez había visto unos más pequeños hechos de otros elementos, pero nada tan elaborado como eso. Luego de que con prueba y error estuve más convencido de lo que aquella cosa era, no fue difícil burlar su defensa y asestarle un puñetazo en la quijada al elfo que lo aterrizó en el suelo. Aquello le tomó desprevenido al parecer, ya que el monstruo volvió a la tierra convirtiéndose en un montón de cosas verdes. -Tenía entendido que los elfos eran más pacíficos- comenté, acercándome al chico que no dejaba de masajear la zona afectada y abría y cerraba la boca, probablemente le había desencajado el hueso.
-¿Te había visto antes?- preguntó él. Suspiré, negué con la cabeza y me rasqué el puente de la nariz sin estar muy seguro si valía la pena hacerle pagar por su error o dejarle ir -¿De qué elfo hablas? ¿Te referías a mí? ¿Cómo lo has adivinado?- preguntó cubriendo su cuerpo con los brazos débiles y descarnados. Probablemente su proceso mental hizo algunas inferencias que yo no quería conocer en detalle. Volví a suspirar, enfundé a Azhar me di media vuelta y le propiné una patada que le dejó inconsciente en el suelo. Al menos esperaba que al despertar su mandíbula hubiera vuelto a su lugar y quién sabe, tal vez tuviera suerte y la chaveta floja pudiera encontrar su lugar.
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Maximilian Deus
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Re: [Cerrado] Rinoceronte de cristal [Interpretativo][Libre][2/2]
El gremio de ladrones, profesionales, sigilosos, casi invisibles, nadie se da cuenta del robo hasta que ya es demasiado tarde, nadie los ve venir, es inevitable, siempre consiguen lo que quieren -Sigilosos... Sigilosos...- Me repetía en mi mente una y otra vez al ver lo que estaba sucediendo; me resistía a aceptar que mi pequeña andaba metida en algo tan peligroso, tenía que ser un error, pero las investigaciones de Seek e incluso lo que yo mismo había podido ver en la misión anterior me obligaban a aceptar la realidad -Sigilosos, todos ellos muy sigilosos- Me repetía de nuevo en mi mente mientras miraba todo el alboroto que se estaba formando y mientras yo seguía esperando que todo fuera un error, a unos metros de mí Seek confirmaba la presencia de la pequeña al ver cómo se quitaba su capucha, intentó de inmediato regresar y alertarme pero fue interrumpida por unos extraños sujetos que no tenían ni la más remota apariencia de ser guardias comunes que a pesar del alboroto a causa del aparente robo, no se dirigían al lugar del incidente sino que parecían ir directamente por la posible Magazubi y su misterioso compañero -Especimen U1127, identidad confirmada, Magazubi, Especimen U1403, identidad desconocida- Mencionó Seek mientras guardaba los registros visuales en su base de datos.
Aunque mi metálica amiga intentaba regresar conmigo, su camino se veía cortado por la cantidad de gente que pasaba, al no poder volver conmigo decidió avanzar para alcanzar a los fugitivos; tardé unos instantes en darme cuenta y decidí seguirla por el otro lado de la calle hasta que en nuestra carrera alcanzamos a los perseguidores quienes habían visto su paso cortado por una batalla, el enmascarado que la protegía luchaba contra un... Una... Bueno, contra algo, jamás había visto una cosa tan espantosa y deforme, así que no sabía exactamente cómo definirla, pero eso no era lo peor, mientras una rara bestia intentaba avanzar tal vez a modo de distracción, otro ser trataba de escabullirse por un lado, tal vez con la intención de rodear a los desprevenidos fugitivos y flanquearlos desde alguno de los costados -No, no lo harás- Murmuré mientras lo seguía de prisa, se metió por uno de los callejones y luego por otro y aunque era rápido, también era predecible -No es de caballeros atacar por la espalda- Le dije en tono serio mientras avanzaba hacia él hasta quedar a escasos dos metros donde saqué mis dagas y las comencé a girar entre mis dedos de manera arrogante -¿Y tú quién rayos eres?- Dijo el sujeto con el seño fruncido y tono de desprecio -No tienes idea de a quienes te enfrentas- Dijo tajante mientras de su espalda comenzaban a crecer unas grandes alas negras formadas por una especie de manto sombrío -Un señor de las sombras- Murmuré mientras daba un paso hacia atrás -Tratar de escapar es inútil- Dijo con una macabra sonrisa mientras se acercaba hacia mí de manera amenazante moviendo sus alas que mostraban filosas extremidades a cada lado -¿Por qué me tienen que tocar los más raros?- Pregunté con sarcasmo mientras seguía retrocediendo -¿Quiénes son ustedes y qué quieren?- Pregunté tomando de nuevo una voz más amenazante aunque poco efecto había producido en el oponente que se mostraba cada vez más confiado -Tú pronto estarás muerto, y los muertos no necesitan respuestas- Sus palabras venían seguidas de una serie de ataques punzantes de sus alas que parecían estirarse cada vez más para ganar distancia y hacerme retroceder, sin embargo no me rendiría en mi plan de sacarle algo de información, de una forma u otra, por ahora intentaba ser sutil, pero si no funcionaba tendría que pasar a un método más violento.
Sus ataques eran cada vez más rápidos y precisos, usaba mis dagas para bloquear y repeler sus ataques pero se volvía cada vez más rápido aunque hasta ahora solo usaba sus “alas” mientras se mantenía de brazos cruzados con una gran confianza en sí mismo, al parecer mi método con delicadeza no daría buenos resultados; al verme acorralado me vi por fin en la necesidad de contra atacar con una repentina y rápida patada que aunque no consiguió impactarle, al menos lo hizo mover sus brazos y quitarle esa molesta pose que a su vez, hizo que las alas se quedaran estáticas ¿Acaso necesitaba mantener sus manos quietas para atacar con sus alas? ¿O sería solo una casualidad?
Aunque mi metálica amiga intentaba regresar conmigo, su camino se veía cortado por la cantidad de gente que pasaba, al no poder volver conmigo decidió avanzar para alcanzar a los fugitivos; tardé unos instantes en darme cuenta y decidí seguirla por el otro lado de la calle hasta que en nuestra carrera alcanzamos a los perseguidores quienes habían visto su paso cortado por una batalla, el enmascarado que la protegía luchaba contra un... Una... Bueno, contra algo, jamás había visto una cosa tan espantosa y deforme, así que no sabía exactamente cómo definirla, pero eso no era lo peor, mientras una rara bestia intentaba avanzar tal vez a modo de distracción, otro ser trataba de escabullirse por un lado, tal vez con la intención de rodear a los desprevenidos fugitivos y flanquearlos desde alguno de los costados -No, no lo harás- Murmuré mientras lo seguía de prisa, se metió por uno de los callejones y luego por otro y aunque era rápido, también era predecible -No es de caballeros atacar por la espalda- Le dije en tono serio mientras avanzaba hacia él hasta quedar a escasos dos metros donde saqué mis dagas y las comencé a girar entre mis dedos de manera arrogante -¿Y tú quién rayos eres?- Dijo el sujeto con el seño fruncido y tono de desprecio -No tienes idea de a quienes te enfrentas- Dijo tajante mientras de su espalda comenzaban a crecer unas grandes alas negras formadas por una especie de manto sombrío -Un señor de las sombras- Murmuré mientras daba un paso hacia atrás -Tratar de escapar es inútil- Dijo con una macabra sonrisa mientras se acercaba hacia mí de manera amenazante moviendo sus alas que mostraban filosas extremidades a cada lado -¿Por qué me tienen que tocar los más raros?- Pregunté con sarcasmo mientras seguía retrocediendo -¿Quiénes son ustedes y qué quieren?- Pregunté tomando de nuevo una voz más amenazante aunque poco efecto había producido en el oponente que se mostraba cada vez más confiado -Tú pronto estarás muerto, y los muertos no necesitan respuestas- Sus palabras venían seguidas de una serie de ataques punzantes de sus alas que parecían estirarse cada vez más para ganar distancia y hacerme retroceder, sin embargo no me rendiría en mi plan de sacarle algo de información, de una forma u otra, por ahora intentaba ser sutil, pero si no funcionaba tendría que pasar a un método más violento.
Sus ataques eran cada vez más rápidos y precisos, usaba mis dagas para bloquear y repeler sus ataques pero se volvía cada vez más rápido aunque hasta ahora solo usaba sus “alas” mientras se mantenía de brazos cruzados con una gran confianza en sí mismo, al parecer mi método con delicadeza no daría buenos resultados; al verme acorralado me vi por fin en la necesidad de contra atacar con una repentina y rápida patada que aunque no consiguió impactarle, al menos lo hizo mover sus brazos y quitarle esa molesta pose que a su vez, hizo que las alas se quedaran estáticas ¿Acaso necesitaba mantener sus manos quietas para atacar con sus alas? ¿O sería solo una casualidad?
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Última edición por Bio el Lun Feb 22 2016, 00:55, editado 1 vez
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Re: [Cerrado] Rinoceronte de cristal [Interpretativo][Libre][2/2]
Corríamos con gran velocidad, volteé a ver si por fin el joven me seguía y así era, incluso segundos después me cortó el paso para hacerse el galán conmigo. Al principio aquello me preocupaba porque se estaba poniendo muy romántico en una persecución de vida o muerte, estábamos huyendo por nuestras vidas y aquel hombre pensando en robarse mi corazón. -Sé que soy linda, pero hay que calmarnos- pensé de forma graciosa deteniendo mi carrera para admirar la caballerosidad que tenía aquel hombre; sí, ya no era “el joven” sino aquel “hombre” tan seductor. Se me hacía difícil no ruborizarme ante su acto y permití que tomara con suavidad mi mano -Vamos a alejarnos lo más que podamos del peligro- le contesté tiernamente metida aún en la escena romántica. Todo esto fue posible ya que el hombre jaguar había desaparecido también de nuestras vistas, porque sino seguiría corriendo por más caballeroso que fuese cualquier hombre. Segundos después me volteé otra vez para confirmar que ya nadie nos estaba siguiendo y pude respirar con alivio después de todo.
Desde hace algún tiempo para acá mi tranquilidad en las misiones duraba muy poco, casi siempre me daba tiempo de dar un respiro y enseguida pasaba algo impresionante y hoy no sería la excepción. Al parecer nada nos estaba siguiendo, pero desde uno de los laterales salió una bestia enorme que parecía hecha de un árbol. Mi reacción fue alejarme de la pelea que se iba a generar con el señor caballeroso que me acompañaba, necesitaba quedarme a salvo puesto que llevaba dentro de mi capa una pieza valiosa de cristal. Resultaba ser que aquel animalito era una replica muy parecida a la original y que por ser tan similar valía mucho para ciertos coleccionistas.
Llevé mis manos a la capa para verificar que todo estaba en orden y me encontré con la desagradable sorpresa de que yo ya no tenía el rinoceronte. Era imposible que se me hubiese caído y no me acerqué tanto a nadie... bueno a el hombre de la mascara nada más -¿Será que él me traicionó y me engañó? ¿Y si todo esto era parte de su plan? ¡Debo tenerlo vigilado!- pensé acercándome con desconfianza a la escena en donde el monstruo árbol yacía hecho pedazos en el suelo; efectivamente aquel “amable amigo” sí me había robado el rinoceronte, lo tenía flotando detrás de la espalda con cierta distancia prudencial -¡Ya me conozco ese truco!-(1) le reclamé enojada al hombre de la máscara mientras que con mi telekinesis hice que el rinoceronte volviese a mí; por suerte mi poder telekinetico tenía cierta ventaja sobre otros, lo suficiente como para perturbar la fuerza de algún otro brujo. -¡Eres un mentiroso!- dije mirando con mucho enojo al elegante hombre. Él parecía impresionado por todos los reclamos que le hacía, incluso parecía no saber nada al respecto y eso me hacía enojar aún más. Estaba casi que me comía vivo al hombre en cuanto veo que mi rinoceronte se mueve hacía otra dirección y se nota que el autor del movimiento no era el señor de la máscara. Sin siquiera decirle disculpas al pobre hombre salí corriendo tras la figura de cristal, estiré mi mano al aire y en seguida hice que la pieza se detuviera, hubo un pequeño forcejeo de fuerzas, sin embargo el rinoceronte sentía mucho más fuerza desde mi mente que de la otra persona. -¿Quién estará en medio de esto?- pensé preocupada por tener que enfrentarme a un brujo, pero al parecer eso no sería lo único por lo que me tendría que preocupar puesto que una mujer extraña corrió hacía mí para atacarme, distraerme, y lo había logrado. Perdí la concentración y con ello la fuerza que ataba al rinoceronte, maldije a la mujer de rojo en mi mente y luego me preparé para lastimarla por interferir en mis asuntos, pero esta ya se encontraba atacando al hombre de la mascará con sus veloces y certeros movimientos.
Desde hace algún tiempo para acá mi tranquilidad en las misiones duraba muy poco, casi siempre me daba tiempo de dar un respiro y enseguida pasaba algo impresionante y hoy no sería la excepción. Al parecer nada nos estaba siguiendo, pero desde uno de los laterales salió una bestia enorme que parecía hecha de un árbol. Mi reacción fue alejarme de la pelea que se iba a generar con el señor caballeroso que me acompañaba, necesitaba quedarme a salvo puesto que llevaba dentro de mi capa una pieza valiosa de cristal. Resultaba ser que aquel animalito era una replica muy parecida a la original y que por ser tan similar valía mucho para ciertos coleccionistas.
Llevé mis manos a la capa para verificar que todo estaba en orden y me encontré con la desagradable sorpresa de que yo ya no tenía el rinoceronte. Era imposible que se me hubiese caído y no me acerqué tanto a nadie... bueno a el hombre de la mascara nada más -¿Será que él me traicionó y me engañó? ¿Y si todo esto era parte de su plan? ¡Debo tenerlo vigilado!- pensé acercándome con desconfianza a la escena en donde el monstruo árbol yacía hecho pedazos en el suelo; efectivamente aquel “amable amigo” sí me había robado el rinoceronte, lo tenía flotando detrás de la espalda con cierta distancia prudencial -¡Ya me conozco ese truco!-(1) le reclamé enojada al hombre de la máscara mientras que con mi telekinesis hice que el rinoceronte volviese a mí; por suerte mi poder telekinetico tenía cierta ventaja sobre otros, lo suficiente como para perturbar la fuerza de algún otro brujo. -¡Eres un mentiroso!- dije mirando con mucho enojo al elegante hombre. Él parecía impresionado por todos los reclamos que le hacía, incluso parecía no saber nada al respecto y eso me hacía enojar aún más. Estaba casi que me comía vivo al hombre en cuanto veo que mi rinoceronte se mueve hacía otra dirección y se nota que el autor del movimiento no era el señor de la máscara. Sin siquiera decirle disculpas al pobre hombre salí corriendo tras la figura de cristal, estiré mi mano al aire y en seguida hice que la pieza se detuviera, hubo un pequeño forcejeo de fuerzas, sin embargo el rinoceronte sentía mucho más fuerza desde mi mente que de la otra persona. -¿Quién estará en medio de esto?- pensé preocupada por tener que enfrentarme a un brujo, pero al parecer eso no sería lo único por lo que me tendría que preocupar puesto que una mujer extraña corrió hacía mí para atacarme, distraerme, y lo había logrado. Perdí la concentración y con ello la fuerza que ataba al rinoceronte, maldije a la mujer de rojo en mi mente y luego me preparé para lastimarla por interferir en mis asuntos, pero esta ya se encontraba atacando al hombre de la mascará con sus veloces y certeros movimientos.
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La situación se estaba tornando filosa, la mujer de cabellos oscuros había logrado distraer a la niña, claramente ese era su intención, pero esta hábil y esbelta chica no se conformaría con ayudar tan poquito a sus compañeros, necesitaba crear un poco más de desastre para dejar su marca y que nadie más interfiriera en su camino. Era una lucha de respeto, de territorio y de propiedad, por lo que se dirigió con gran velocidad a lastimar con una de sus Sais al hombre. Agarró con firmeza su arma y giró sobre sí misma como si estuviese bailando para luego intentar hacer un corte en uno de los costados con mucha elegancia, y sin dejar de girar atacó una segunda vez con la otra mano en dirección vertical. Cabe remarcar que la velocidad con que la chica hizo el ataque sería una gran complicación para el enmascarado.
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OffRol
(1) Maguita cree que Max es un brujo y que se llevo el rinoceronte haciéndolo flotar detrás de su espalda (esa técnica Maguita ya la ha usado)
El último integrante del grupo de ladrones: una mujer(humana), veloz y letal con los filos, es experta en el arte de la velocidad y la lucha cuerpo a cuerpo, da golpes certeros, es la mente y líder del grupo.
En el próximo turno para hacer las cosas un poquito más interesantes jugaremos a ser Masters:
Max, responde a lo que sucede como lo harías normalmente y a parte en un último párrafo vas a controlar las acciones del vampiro que está contra Bio.
Bio, tendrás que atenerte a lo que Max describa que hace tu contrincante y tú controlarás en el siguiente turno al brujo que se roba el rinoceronte.
Yo me encargaré de controlar a la humana que va contra Max. (Ahorita sólo lanzaré una voluntad de los dioses que es para la villana)
Cada uno tendrá que lanzar dos dados (el primero para la efectividad de tu personaje y el segundo es la efectividad del personaje villano que controlas.
Normas:
1. Durante 2 turnos más no se pueden matar a los villanos.
2. Los villanos no pueden ser TAN poderosos (tiene que ser difícil pero no imposible). Máximo pueden ser un nivel más que el contrincante, y de ser así deben tener una debilidad evidente.
Última edición por Magazubi el Jue Ene 21 2016, 05:08, editado 1 vez
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Re: [Cerrado] Rinoceronte de cristal [Interpretativo][Libre][2/2]
El miembro 'Magazubi' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: [Cerrado] Rinoceronte de cristal [Interpretativo][Libre][2/2]
Aunque más trabajoso de lo que en un principio hubiese arriesgado a apostar, terminé con mi enemigo en un tiempo aceptable. Estaba buscando con la vista a mi pícara compañera cuando tras de mí escuché su voz. Lo que salía de sus labios no eran precisamente halagos, tampoco es que me los mereciera… pero no comprendía por qué me increpaba de aquella manera. Puse expresión neutra, me enderecé y la miré con seriedad, me recordaba mucho a mi querida ama cuando lanzaba alguno de sus berrinches. No entendía de qué estaba hablando, pero por lo que podía ver estaba furiosa conmigo. ¿Tal vez no debí dejar inconsciente al elfo?...
Inconscientemente me encontré negando con la cabeza lo que ella estaba aseverando, la acción parecía lograr el efecto completamente opuesto al que deseaba. Temía por su bienestar, su rostro se estaba poniendo tan tenso y rojo que estaba casi seguro de que de seguir de esa forma, le haría daño a su salud. Levanté un brazo en señal de pases, pero ella pareció ignorarlo, siguiendo con su vista algo. Me perfilé para observar el motivo de su silencio repentino –y tal vez reverenciarle- pero lo que encontré no fue para nada gracioso. La figura de un rinoceronte de cristal se iba volando o lo que fuese hacia un lugar desconocido y mi pequeña damita tras él.
-¡Cuidado!- grité avanzando tras sus pasos, me sorprendí a mí mismo en esa moción ya que no recordaba la última vez que me había preocupado tanto por alguien al punto de elevar mi voz con tanta desesperación. Mi pequeña compañera parecía tener buenos reflejos, pero la enemiga era filosa, de temer. Luego de lograr su cometido desviando la atención de la jovencita, se volvió hacia mí con la ferocidad de un gato enjaulado y comenzó a lanzar ataques que apenas era capaz de esquivar. En la retirada mis ojos no dejaban de enfocar su pechera -Excesivamente provocativo- le susurré sintiendo como el deseo comenzaba a subir desde mis más bajos instintos.
Ella reaccionó aumentando su velocidad, sus extrañas armas eran letales. Parecían estar cortando el mismo aire que nos unía y separaba a la vez. Sus ojos eran salvajes, no podía terminar de concentrarme en la lucha, quería tomarla, tenerla entre mis brazos, convertirla en mi posesión… pero no podía. Ironías del destino… una mujer tan fuerte a la que no podía alcanzar por más que extendiese mi mano. -Tan cerca pero tan lejos. ¿Quieres pasar la noche conmigo preciosa?- pregunté, estaba comenzando a despertar del momentáneo hechizo de aquella beldad asesina.
Su respuesta no se hizo esperar, uno de los cuernos del arma buscó hundirse en el costado donde mantenía enfundada a Azhar y apenas fui capaz de esquivarle. Intentar llevar una conversación con una belleza siniestra tenía sus implicancias y comenzaba a pagar por ello. Tenía que espabilar y comenzar a atacar o con suerte mi cabeza terminaría rodando. En el peor escenario sería otro par de cosas, por las que estaba dispuesto a pagar con la vida. Sacar la espada no era una decisión sabia, durante mi entrenamiento muchos muchos años atrás recordaba haber perdido como un crío cuando uno de los instructores había sacado un arma similar; y no se podía comparar el dominio de ella con la de aquél mequetrefe. De todas formas, no había nada más que pudiera hacer, solamente tendría que ser precavido y buscar mi oportunidad para infringirle dolor y desarmarla.
Antes de que el filo de mi arma se envolviera en la oscuridad de la noche, ella volvió a atacar. Su agilidad y destreza eran excepcionales. Mi plan había sido aprovechar que ella se estaba recuperando del ataque anterior, pero de un salto giró en el aire y aprovechó la caída para lanzar otro ataque en una especie de cadena. Esa fue mi perdición. Su mano zurda con un grácil movimiento limpio clavó cual un puñal la punta mayor del arma en el hueco de mi hombro izquierdo. -¡Ah!- dejé escapar un alarido apagado mientras le ensartaba una patada en la boca del estómago, apartándola de mi.- Querida, preferiría ser yo quién le hiciera cosas a tu cuerpo- mis palabras sonaban constreñidas. No tenía forma de conocer el estado de mi hombro, pero no me gustaba para nada el hecho de no poder cerrar los últimos tres dedos de esa mano.
Por supuesto que ella cayó de pie, como un gato, con sus armas mirando hacia sus antebrazos, en posición defensiva. Al menos era humana. Aquello casi me había sacado el espíritu de un susto, era buena, pero nada a lo que no pudiera hacer frente. Podía sentir le frescor de mi sangre bajar por el brazo, de haber ido más profundo aquello hubiese sido un problema importante. Ambos nos detuvimos, observándonos por unos momentos. Desenfundé a Azhar y avancé directo hacia ella, hice el amago de atacar en un movimiento vertical, pero cambié el estilo en medio del ataque, buscando cortar uno de sus costados. Ella había hecho girar con destreza el arma de su mano derecha, pero reaccionó rápidamente con la izquierda, con un movimiento que implicaba la coordinación de todo su cuerpo. El filo de mi espada recorrió el metal redondo de su arma hasta llegar al final. El sonido sonaba como una dulce melodía para mis oídos.
En este tipo de ocasiones era prudente atacar de formas poco convencionales, de lo contrario sería fácil que me desarmara y redujera. Cuando quedamos frente a frente le mostré mis colmillos -Punzada- murmuré mirando sus profundos ojos negros. Los irises estaban dilatados, extremadamente grandes. Pronto el efecto deseado se hizo ver, su estanza se quebró, debía de estar sintiendo un dolor perforador en su espalda baja. Aproveché esos segundos para poner la punta del filo en su cuello, pero la fiereza que por un segundo se había apagado de su mirar volvió con más potencia que nunca. Me empujó con sus brazos, raspándome con los cuernos del arma los antebrazos y dio un salto hacia atrás. -Bien- exclamé en voz alta. Quería que solamente me prestara atención a mí y que deseara mi corazón en vez de mi cabeza.
-¿El muerto quiere salir de su tumba?- preguntó una voz desconocida. La concentración en la que habíamos estado sumergidos la chica mala y yo se rompió y ambos miramos de reojo con curiosidad. Cerca de nosotros habían otros dos vampiros enfrentándose. El que había hablado era el de las alas negras. -Ay si, ay sí, porque tengo alas y las quiero andar mostrando…- murmuré haciendo una mueca de desprecio. Al parecer el otro estaba en problemas, porque el de los ojos rojos definitivamente parecía estar perdiendo lo suyo. Comenzó una serie de ataques con sus alas que no daban pausa, aunque eran bastante vistosos, por lo que puede ver desde la distancia era que el muy prepotente estaba guiando al otro a algo ¿a qué? aún no lo sabía. En cierto momento, extendió sus alas y éstas parecieron crecer, rodeó con ellas a su presa y extendió uno de sus brazos hacia la cara de su oponente quién comenzaría a sentir presión desde su cuerpo, su sangre querría salir por sus mismos poros.
-¡Aprovéchalo!- grité al otro para que espabilase si es que aún no se había rendido. Ahora estaba a una distancia en la que podría hacer puré el corazón del otro si es que se lo proponía. Solamente había tomado partido por el que parecía ir perdiendo porque envidiaba a los que tenían alas. La mujer frente a mí se sonrió y con ello pareció adquirir una nueva vitalidad. Sabía que venía otra ronda de ataques, estaba vez estaba preparado, aunque estaba el problema de que por la pérdida de sangre se me estaba haciendo difícil pensar claramente. Quería hincarle los dientes a esa belleza fuerte y vigorosa y con ello apagar la sed y el dolor que comenzaban a embriagarme. Deseaba hartarme de ella y usarla como una muñeca por el resto de la noche.
Inconscientemente me encontré negando con la cabeza lo que ella estaba aseverando, la acción parecía lograr el efecto completamente opuesto al que deseaba. Temía por su bienestar, su rostro se estaba poniendo tan tenso y rojo que estaba casi seguro de que de seguir de esa forma, le haría daño a su salud. Levanté un brazo en señal de pases, pero ella pareció ignorarlo, siguiendo con su vista algo. Me perfilé para observar el motivo de su silencio repentino –y tal vez reverenciarle- pero lo que encontré no fue para nada gracioso. La figura de un rinoceronte de cristal se iba volando o lo que fuese hacia un lugar desconocido y mi pequeña damita tras él.
-¡Cuidado!- grité avanzando tras sus pasos, me sorprendí a mí mismo en esa moción ya que no recordaba la última vez que me había preocupado tanto por alguien al punto de elevar mi voz con tanta desesperación. Mi pequeña compañera parecía tener buenos reflejos, pero la enemiga era filosa, de temer. Luego de lograr su cometido desviando la atención de la jovencita, se volvió hacia mí con la ferocidad de un gato enjaulado y comenzó a lanzar ataques que apenas era capaz de esquivar. En la retirada mis ojos no dejaban de enfocar su pechera -Excesivamente provocativo- le susurré sintiendo como el deseo comenzaba a subir desde mis más bajos instintos.
Ella reaccionó aumentando su velocidad, sus extrañas armas eran letales. Parecían estar cortando el mismo aire que nos unía y separaba a la vez. Sus ojos eran salvajes, no podía terminar de concentrarme en la lucha, quería tomarla, tenerla entre mis brazos, convertirla en mi posesión… pero no podía. Ironías del destino… una mujer tan fuerte a la que no podía alcanzar por más que extendiese mi mano. -Tan cerca pero tan lejos. ¿Quieres pasar la noche conmigo preciosa?- pregunté, estaba comenzando a despertar del momentáneo hechizo de aquella beldad asesina.
Su respuesta no se hizo esperar, uno de los cuernos del arma buscó hundirse en el costado donde mantenía enfundada a Azhar y apenas fui capaz de esquivarle. Intentar llevar una conversación con una belleza siniestra tenía sus implicancias y comenzaba a pagar por ello. Tenía que espabilar y comenzar a atacar o con suerte mi cabeza terminaría rodando. En el peor escenario sería otro par de cosas, por las que estaba dispuesto a pagar con la vida. Sacar la espada no era una decisión sabia, durante mi entrenamiento muchos muchos años atrás recordaba haber perdido como un crío cuando uno de los instructores había sacado un arma similar; y no se podía comparar el dominio de ella con la de aquél mequetrefe. De todas formas, no había nada más que pudiera hacer, solamente tendría que ser precavido y buscar mi oportunidad para infringirle dolor y desarmarla.
Antes de que el filo de mi arma se envolviera en la oscuridad de la noche, ella volvió a atacar. Su agilidad y destreza eran excepcionales. Mi plan había sido aprovechar que ella se estaba recuperando del ataque anterior, pero de un salto giró en el aire y aprovechó la caída para lanzar otro ataque en una especie de cadena. Esa fue mi perdición. Su mano zurda con un grácil movimiento limpio clavó cual un puñal la punta mayor del arma en el hueco de mi hombro izquierdo. -¡Ah!- dejé escapar un alarido apagado mientras le ensartaba una patada en la boca del estómago, apartándola de mi.- Querida, preferiría ser yo quién le hiciera cosas a tu cuerpo- mis palabras sonaban constreñidas. No tenía forma de conocer el estado de mi hombro, pero no me gustaba para nada el hecho de no poder cerrar los últimos tres dedos de esa mano.
Por supuesto que ella cayó de pie, como un gato, con sus armas mirando hacia sus antebrazos, en posición defensiva. Al menos era humana. Aquello casi me había sacado el espíritu de un susto, era buena, pero nada a lo que no pudiera hacer frente. Podía sentir le frescor de mi sangre bajar por el brazo, de haber ido más profundo aquello hubiese sido un problema importante. Ambos nos detuvimos, observándonos por unos momentos. Desenfundé a Azhar y avancé directo hacia ella, hice el amago de atacar en un movimiento vertical, pero cambié el estilo en medio del ataque, buscando cortar uno de sus costados. Ella había hecho girar con destreza el arma de su mano derecha, pero reaccionó rápidamente con la izquierda, con un movimiento que implicaba la coordinación de todo su cuerpo. El filo de mi espada recorrió el metal redondo de su arma hasta llegar al final. El sonido sonaba como una dulce melodía para mis oídos.
En este tipo de ocasiones era prudente atacar de formas poco convencionales, de lo contrario sería fácil que me desarmara y redujera. Cuando quedamos frente a frente le mostré mis colmillos -Punzada- murmuré mirando sus profundos ojos negros. Los irises estaban dilatados, extremadamente grandes. Pronto el efecto deseado se hizo ver, su estanza se quebró, debía de estar sintiendo un dolor perforador en su espalda baja. Aproveché esos segundos para poner la punta del filo en su cuello, pero la fiereza que por un segundo se había apagado de su mirar volvió con más potencia que nunca. Me empujó con sus brazos, raspándome con los cuernos del arma los antebrazos y dio un salto hacia atrás. -Bien- exclamé en voz alta. Quería que solamente me prestara atención a mí y que deseara mi corazón en vez de mi cabeza.
-¿El muerto quiere salir de su tumba?- preguntó una voz desconocida. La concentración en la que habíamos estado sumergidos la chica mala y yo se rompió y ambos miramos de reojo con curiosidad. Cerca de nosotros habían otros dos vampiros enfrentándose. El que había hablado era el de las alas negras. -Ay si, ay sí, porque tengo alas y las quiero andar mostrando…- murmuré haciendo una mueca de desprecio. Al parecer el otro estaba en problemas, porque el de los ojos rojos definitivamente parecía estar perdiendo lo suyo. Comenzó una serie de ataques con sus alas que no daban pausa, aunque eran bastante vistosos, por lo que puede ver desde la distancia era que el muy prepotente estaba guiando al otro a algo ¿a qué? aún no lo sabía. En cierto momento, extendió sus alas y éstas parecieron crecer, rodeó con ellas a su presa y extendió uno de sus brazos hacia la cara de su oponente quién comenzaría a sentir presión desde su cuerpo, su sangre querría salir por sus mismos poros.
-¡Aprovéchalo!- grité al otro para que espabilase si es que aún no se había rendido. Ahora estaba a una distancia en la que podría hacer puré el corazón del otro si es que se lo proponía. Solamente había tomado partido por el que parecía ir perdiendo porque envidiaba a los que tenían alas. La mujer frente a mí se sonrió y con ello pareció adquirir una nueva vitalidad. Sabía que venía otra ronda de ataques, estaba vez estaba preparado, aunque estaba el problema de que por la pérdida de sangre se me estaba haciendo difícil pensar claramente. Quería hincarle los dientes a esa belleza fuerte y vigorosa y con ello apagar la sed y el dolor que comenzaban a embriagarme. Deseaba hartarme de ella y usarla como una muñeca por el resto de la noche.
Maximilian Deus
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Re: [Cerrado] Rinoceronte de cristal [Interpretativo][Libre][2/2]
El miembro 'Maximilian Deus' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Tyr
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Re: [Cerrado] Rinoceronte de cristal [Interpretativo][Libre][2/2]
Una gran ola negra formada por las alas del vampiro se convirtieron en un torbellino de cortes una vez que se recompuso y volvió a cruzarse de brazos para embestirme con sus grandes alas en una serie de ataques consecutivos que hacían sonar ligeros silbidos en cada ataque, uno tras otro parecían ser cada vez más rápido e impredecibles, por lo que aunque me cubría con las dagas mientras retrocedía, algunas punzadas comenzaban a alcanzarme, mis brazos fueron cortados ligeramente, habría sido peor si no me hubiera girado para evitar el impacto, la situación comenzaba a salirse de control de nuevo y esta vez parecía más difícil tener de mi lado el elemento sorpresa, pues era yo el que se encontraba más sorprendido ante tan extraña forma de combate; mientras tanto, al ver que sus ataques eran más intimidantes que letales, pude notar que se estaba aprovechando de mis constantes retrocesos para llevarme a algún lugar; me empujaba discretamente, atento siempre para hacerme caminar en la dirección deseada -¿Qué planeas?- Pensé sin decir nada mientras daba un salto hacia atrás para alejarme, aunque de nada había servido, el sujeto extendió las alas en toda su envergadura, incluso más grandes de lo que parecían ser al principio y las usó para rodearme a pesar de estar ya más alejado; entonces comenzó a usar de nuevo sus brazos, esta vez las alas permanecían estáticas mientras sus manos se acercaban a mi rostro, me encontraba envuelto en una especie de capullo de sombras que lentamente me iban cortando la respiración, mi sangre parecía ser arrancada de mi cuerpo, mi sudor comenzaba a volverse rojo y todo mi cuerpo comenzaba a parecerme pesado y débil.
Una voz distante me sacó del inefable letargo en el que me había sumido el lúgubre y sombrío manto oscuro que me rodeaba, giré mi cabeza a los lados para reaccionar -Supplicium- [1] Dije aún con los ojos cerrados justo cuando su mano estaba cerca de posarse sobre mi rostro, la palabra cargada con magia de voz le había causado un severo dolor mental que lo hizo tambalearse y perder la concentración, ante lo cual sus alas desaparecieron por unos instantes, tiempo suficiente como para embestirlo con una sucesiva serie de cortes hacia su pecho que buscarían debilitarlo a causa de las múltiples hemorragias que podría causarle pero justo cuando estaba por darle el golpe final retrocedió para luego formar un escudo con sus renacidas alas negras en donde se estrellaron mis dagas.
Su rostro dejaba notar que estaba realmente molesto, seguro esperaban una tarea sencilla y sin complicaciones y ahora una simple niña les estaba causando más problemas de los que habían imaginado; el brujo que al fin consiguió hacerse con el premio gracias a la ayuda de la mujer de rojo, se reprochaba a sí mismo que le hubiera costado tanto trabajo superar la telequinesis de una simple mocosa, sin embargo, al final se desvaneció entre las sombras de las casas cercanas, aunque prestando atención se podían ver en el suelo las huellas de sus pisadas pasando hacia el lado contrario, su objetivo era huir, a fin de cuentas ya tenían lo que habían venido a buscar, y él no sería tan necio como sus compañeros que se dejaban llevar por el orgullo y preferían vengarse de aquellos extraños que ayudaban a la niña, sin embargo unos rápidos y pesados se acercaron hasta cortarle el camino -No pasarás de aquí- Dijo Seek quien había rodeado algunas casas para salir justo delante del camino -Una hojalata y una mocosa- Se escuchó una voz aunque no se podía ver cuerpo alguno; de pronto una figura comenzó a tomar forma, de nuevo una especie de hombre-jaguar comenzaba a aparecer en el lugar de donde había salido la voz -Esta noche es la última página de sus vidas- Dijo mientras una especie de explosión de polvo blanco cubría todo el cuerpo de una densa niebla de donde salió el hombre jaguar dando un salto directamente hacia Seek, pero no sería todo, otro hombre-jaguar exactamente idéntico salía en dirección opuesta a donde se encontraba la pequeña Maguita seguido de otro más, mientras un cuarto salía un poco más lento en dirección a la biocibernética, ambas enfrentarían a dos de esos oponentes pero evidentemente solo uno era real, todos los demás eran distracciones; uno de los oponentes que iban hacia la niña se lanzó en un ataque al ras del suelo mientras el otro daba un salto hacia ella, no había mucho tiempo para pensar, debía reaccionar de prisa ante el ataque o tal vez no la contaría.
Una voz distante me sacó del inefable letargo en el que me había sumido el lúgubre y sombrío manto oscuro que me rodeaba, giré mi cabeza a los lados para reaccionar -Supplicium- [1] Dije aún con los ojos cerrados justo cuando su mano estaba cerca de posarse sobre mi rostro, la palabra cargada con magia de voz le había causado un severo dolor mental que lo hizo tambalearse y perder la concentración, ante lo cual sus alas desaparecieron por unos instantes, tiempo suficiente como para embestirlo con una sucesiva serie de cortes hacia su pecho que buscarían debilitarlo a causa de las múltiples hemorragias que podría causarle pero justo cuando estaba por darle el golpe final retrocedió para luego formar un escudo con sus renacidas alas negras en donde se estrellaron mis dagas.
Su rostro dejaba notar que estaba realmente molesto, seguro esperaban una tarea sencilla y sin complicaciones y ahora una simple niña les estaba causando más problemas de los que habían imaginado; el brujo que al fin consiguió hacerse con el premio gracias a la ayuda de la mujer de rojo, se reprochaba a sí mismo que le hubiera costado tanto trabajo superar la telequinesis de una simple mocosa, sin embargo, al final se desvaneció entre las sombras de las casas cercanas, aunque prestando atención se podían ver en el suelo las huellas de sus pisadas pasando hacia el lado contrario, su objetivo era huir, a fin de cuentas ya tenían lo que habían venido a buscar, y él no sería tan necio como sus compañeros que se dejaban llevar por el orgullo y preferían vengarse de aquellos extraños que ayudaban a la niña, sin embargo unos rápidos y pesados se acercaron hasta cortarle el camino -No pasarás de aquí- Dijo Seek quien había rodeado algunas casas para salir justo delante del camino -Una hojalata y una mocosa- Se escuchó una voz aunque no se podía ver cuerpo alguno; de pronto una figura comenzó a tomar forma, de nuevo una especie de hombre-jaguar comenzaba a aparecer en el lugar de donde había salido la voz -Esta noche es la última página de sus vidas- Dijo mientras una especie de explosión de polvo blanco cubría todo el cuerpo de una densa niebla de donde salió el hombre jaguar dando un salto directamente hacia Seek, pero no sería todo, otro hombre-jaguar exactamente idéntico salía en dirección opuesta a donde se encontraba la pequeña Maguita seguido de otro más, mientras un cuarto salía un poco más lento en dirección a la biocibernética, ambas enfrentarían a dos de esos oponentes pero evidentemente solo uno era real, todos los demás eran distracciones; uno de los oponentes que iban hacia la niña se lanzó en un ataque al ras del suelo mientras el otro daba un salto hacia ella, no había mucho tiempo para pensar, debía reaccionar de prisa ante el ataque o tal vez no la contaría.
Offrol [1] Habilidad de Nivel 0: El que susurra en la oscuridad.
Runas para:
1: Suerte de Bio
2: Suerte del brujo que ataca a Maguita
Última edición por Bio el Lun Feb 22 2016, 00:57, editado 1 vez
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Aerandiano de honor
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Re: [Cerrado] Rinoceronte de cristal [Interpretativo][Libre][2/2]
El miembro 'Bio' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Tyr
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Re: [Cerrado] Rinoceronte de cristal [Interpretativo][Libre][2/2]
Aquella mujer de rojo había corrido hacía mi para darme un golpe y en cuanto me aparté para esquivarlo perdí la concentración que mantenía atado al rinoceronte. De un momento a otro, como un simple parpadeo la moneda cambió de cara, yo había perdido el vínculo con la figura de cristal y en cuanto volteé a observar a la mujer se notaba que le daría unos cuantos problemas al hombre de la máscara. Por más que quería ignorarlo y ocuparme de mis asuntos con la misión no podía, era muy complicado para mí ser egoísta con alguien que había tenido buenas intenciones conmigo, además me di cuenta muy tarde de que lo estaba culpando por algo que él no era el responsable.
Si me regresaba a ayudar al enmascarado seguro perdería por completo el preciado cristal, y como ya mi cuerpo por reacción había salido tras el brujo decidí confiar en que él se pudiese defender solo, o al menos eso era lo que yo esperaba.
Corrí tras el rinoceronte, sin embargo al cabo de unos cuantos segundos no logré localizar visualmente a nada ni a nadie; a pesar de que seguía mi ritmo me preocupaba no estar segura de lo que sucedía en mi entorno. Podía estar segura de que se había escabullido por algún rincón ya que sí hubiese tomado el camino recto y luminoso ya lo tendría en la mira. -¿Por qué los malos siempre se van a lo oscuro?- suspiré con algo de resignación -Que terrible no ver nada- me quejé al no poder precisar la posición de aquel brujo y traté de abrir más mis ojos para intentar ver mejor, todo era en vano, no alcanzaba a verlo pero gracias a lo lista que soy, me fijé de unas pisadas en el suelo que no eran nada normales, estaba por avanzar contra él pero me detuve al ver que una nueva figura aparecía más allá para cortarle el paso a ¿Los pasos? Las pisadas se detuvieron mientras la extraña chica le hablaba a la nada, jamás había visto algo como eso, su cabeza era humana y bonita, pero sus brazos y piernas parecían estar solo puestos; miré mis bracitos cortos pero bonitos y muy bien puestos y suspiré agradeciendo que los míos si estuvieran bien puestos, pero mientras yo me daba amor a mí misma, una densa nube de humo comenzó a aparecer en el lugar en donde se habían detenido las pisadas -¿Ahora qué? Fastidioso, sólo ríndete- Murmuré con cierto enfado pero para mi sorpresa de nuevo apareció el extraño hombre jaguar que ahora venía directo hacia mí; retrocedí un par de pasos y se me enredaron las piernas para terminar cayendo de colita al piso, cerré los ojitos con un gesto de molestia y al abrirlos ya no era solo uno sino dos hombres jaguar que venían hacia mí; abrí los ojos como platos y como un acto reflejo extendí mis manos a los lados haciendo que se abriera mi bolsito con telekinesis y salieran flotando todas mis agujas para hacerlas girar a mi alrededor a gran velocidad.
Manteniendo la concentración froté mis ojitos para asegurarme de que estaba viendo bien y así parecía ser, a pesar de mi genial defensa los atacantes se seguían acercando sin miedo alguno; uno de ellos corrió en cuatro patas a gran velocidad mientras el otro daba un gran salto para caerme desde el aire; apunté las palmas de mis manos hacia el frente para luego hacer una potente lluvia de metal con las agujas que se encontraban flotando, siendo el blanco, el atacante que venía por tierra quien difícilmente lograría escapar; aunque para mi sorpresa todas las agujas lo atravesaron como si solo fuera aire y se clavaron al piso; mientras tanto, para el que venía por el aire tan solo pude intentar esquivarlo dando un salto hacia un lado pero mis piernitas fallaron en el último momento y acabé cayendo al piso de nuevo -Ahora tendrás que lavar mi ropa- Dije enojada mientras levantaba una mano y hacía que las agujas se elevaran de nuevo desde el suelo directamente hacia el otro hombre jaguar que había caído casi sobre mí y ahora pensaba aprovechar mi descuido.
Mientras tanto, la mujer de rojo se acercó al vampiro con una sonrisa que era una mezcla entre malvada y sensual, sus caderas se desplazaban con tal sensualidad que era casi una invitación a poseerla, sabía que su belleza no pasaba desapercibida a los ojos del enmascarado y aprovecharía eso como su última arma, tomó sus extrañas dagas con las manos abiertas y las sujetó finalmente con apenas dos dedos mientras se acercaba en señal de rendirse, levantó una ceja al vampiro de manera insinuante mientras le lanzaba una mirada a la entrepierna y soltaba luego una mirada muy pícara y traviesa, finalmente dejó caer ambas armas al piso para luego estirar la mano hacia el rostro del enmascarado y tratar de tocar suavemente su mejilla con la punta de los dedos aunque todo aquello era tan solo una excusa para acercarse a su víctima, apenas las dagas cayeron clavadas al piso y justo antes que el enmascarado pudiera llegar a tocarla, reaccionó lanzando una serie de golpes rápidos a diversos puntos del cuerpo del vampiro, no eran golpes comunes de puños cerrados, sino que sus palmas estaban abiertas de modo que golpearía con la punta de los dedos en sitios muy específicos, los golpes iban dirigidos al cuello, boca del estómago, abdomen, clavícula y garganta para finalizar levantándose en una potente patada desde abajo que hizo girar su cuerpo en el aire y caer agachada un poco más atrás, justo para recuperar sus dagas aún clavadas en el suelo.
Si me regresaba a ayudar al enmascarado seguro perdería por completo el preciado cristal, y como ya mi cuerpo por reacción había salido tras el brujo decidí confiar en que él se pudiese defender solo, o al menos eso era lo que yo esperaba.
Corrí tras el rinoceronte, sin embargo al cabo de unos cuantos segundos no logré localizar visualmente a nada ni a nadie; a pesar de que seguía mi ritmo me preocupaba no estar segura de lo que sucedía en mi entorno. Podía estar segura de que se había escabullido por algún rincón ya que sí hubiese tomado el camino recto y luminoso ya lo tendría en la mira. -¿Por qué los malos siempre se van a lo oscuro?- suspiré con algo de resignación -Que terrible no ver nada- me quejé al no poder precisar la posición de aquel brujo y traté de abrir más mis ojos para intentar ver mejor, todo era en vano, no alcanzaba a verlo pero gracias a lo lista que soy, me fijé de unas pisadas en el suelo que no eran nada normales, estaba por avanzar contra él pero me detuve al ver que una nueva figura aparecía más allá para cortarle el paso a ¿Los pasos? Las pisadas se detuvieron mientras la extraña chica le hablaba a la nada, jamás había visto algo como eso, su cabeza era humana y bonita, pero sus brazos y piernas parecían estar solo puestos; miré mis bracitos cortos pero bonitos y muy bien puestos y suspiré agradeciendo que los míos si estuvieran bien puestos, pero mientras yo me daba amor a mí misma, una densa nube de humo comenzó a aparecer en el lugar en donde se habían detenido las pisadas -¿Ahora qué? Fastidioso, sólo ríndete- Murmuré con cierto enfado pero para mi sorpresa de nuevo apareció el extraño hombre jaguar que ahora venía directo hacia mí; retrocedí un par de pasos y se me enredaron las piernas para terminar cayendo de colita al piso, cerré los ojitos con un gesto de molestia y al abrirlos ya no era solo uno sino dos hombres jaguar que venían hacia mí; abrí los ojos como platos y como un acto reflejo extendí mis manos a los lados haciendo que se abriera mi bolsito con telekinesis y salieran flotando todas mis agujas para hacerlas girar a mi alrededor a gran velocidad.
Manteniendo la concentración froté mis ojitos para asegurarme de que estaba viendo bien y así parecía ser, a pesar de mi genial defensa los atacantes se seguían acercando sin miedo alguno; uno de ellos corrió en cuatro patas a gran velocidad mientras el otro daba un gran salto para caerme desde el aire; apunté las palmas de mis manos hacia el frente para luego hacer una potente lluvia de metal con las agujas que se encontraban flotando, siendo el blanco, el atacante que venía por tierra quien difícilmente lograría escapar; aunque para mi sorpresa todas las agujas lo atravesaron como si solo fuera aire y se clavaron al piso; mientras tanto, para el que venía por el aire tan solo pude intentar esquivarlo dando un salto hacia un lado pero mis piernitas fallaron en el último momento y acabé cayendo al piso de nuevo -Ahora tendrás que lavar mi ropa- Dije enojada mientras levantaba una mano y hacía que las agujas se elevaran de nuevo desde el suelo directamente hacia el otro hombre jaguar que había caído casi sobre mí y ahora pensaba aprovechar mi descuido.
Mientras tanto, la mujer de rojo se acercó al vampiro con una sonrisa que era una mezcla entre malvada y sensual, sus caderas se desplazaban con tal sensualidad que era casi una invitación a poseerla, sabía que su belleza no pasaba desapercibida a los ojos del enmascarado y aprovecharía eso como su última arma, tomó sus extrañas dagas con las manos abiertas y las sujetó finalmente con apenas dos dedos mientras se acercaba en señal de rendirse, levantó una ceja al vampiro de manera insinuante mientras le lanzaba una mirada a la entrepierna y soltaba luego una mirada muy pícara y traviesa, finalmente dejó caer ambas armas al piso para luego estirar la mano hacia el rostro del enmascarado y tratar de tocar suavemente su mejilla con la punta de los dedos aunque todo aquello era tan solo una excusa para acercarse a su víctima, apenas las dagas cayeron clavadas al piso y justo antes que el enmascarado pudiera llegar a tocarla, reaccionó lanzando una serie de golpes rápidos a diversos puntos del cuerpo del vampiro, no eran golpes comunes de puños cerrados, sino que sus palmas estaban abiertas de modo que golpearía con la punta de los dedos en sitios muy específicos, los golpes iban dirigidos al cuello, boca del estómago, abdomen, clavícula y garganta para finalizar levantándose en una potente patada desde abajo que hizo girar su cuerpo en el aire y caer agachada un poco más atrás, justo para recuperar sus dagas aún clavadas en el suelo.
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OffRol
Maximiliam, no me mates u.u es que he estado MUY ocupadísima
-Maguita le hace ojitos al vampirito casheton (Maximiliam)-
Sorry a ambos...
Primero mi suerte y la segunda de la chica de rojo.
OffRol
Maximiliam, no me mates u.u es que he estado MUY ocupadísima
-Maguita le hace ojitos al vampirito casheton (Maximiliam)-
Sorry a ambos...
Primero mi suerte y la segunda de la chica de rojo.
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Re: [Cerrado] Rinoceronte de cristal [Interpretativo][Libre][2/2]
El miembro 'Magazubi' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: [Cerrado] Rinoceronte de cristal [Interpretativo][Libre][2/2]
En mi larga vida había poseído a muchas mujeres, había conquistado algunos corazones, había probado incontables tipos de sangre, pero solamente había entregado mi corazón a una mujer que hacía poco menos de una centuria que había dejado de respirar y solamente una vez entregué mi alma a una falda que poseía mi cuerpo con sus finos dedos de titiritera, la razón de mi ser, el por qué de mi existir… y ahora… ahora tenía frente a mí a una hembra que me observaba como si este viejo vampiro fuese su presa. Los oscuros orbes negros cual infinidad nocturna atravesaban y quemaban cada parte en la que se posaban.
Con la gracia de un leopardo se movió hacia mí bajando sus armas. Di un paso hacia atrás, nunca antes mi señor Habakhuk le había hecho honor a su nombre por más ruegos y sacrificios que le hiciera, entonces, dudaba que aquello que estaba viendo fuese cierto. No podía haber sido tan fácil conquistar el corazón de una guerrera, de ser así había vivido toda la vida engañado, no… no solamente “la” vida, sino “las”, toda mi existencia. Pero al final la carne era débil y me dejé llevar por el hermoso engaño. La castaña mostró una subversiva sonrisa, sensual, premeditada, traviesa… de esas que le gustan a los hombres para pasar un buen rato, porque no son inocentes, ni fingidas, demuestran pleno conocimiento de sus acciones, invitan…
Devolví una intención de sonrisa como respuesta viendo su cuidada carga hacia mi persona, dejó sus armas y continuó su camino hacia mí. Por mi parte envainé a Azhar, hechizado por las armas del retrato encarnado a la seducción. Algo en lo profundo de mis pensamientos me decía que no debía perderme en aquellas entrepiernas ajustadas, en la voluptuosidad de su escote, en ese andar felino… estiró su mano hacia mi rostro y la campana de la claridad iluminó la oscuridad del más profundo deseo. Eché la cabeza a un lado, evitando hacer contacto con la manzana prohibida pero sin dejar de intentar alcanzarla como un niño al que le prohíben tocar el objeto de su capricho.
Sus ojos imperturbables como el agua se tensaron apenas un momento, y en ese mismo instante me di cuenta que había caído como un chorlito y que esa fémina era de armas tomar. –La pequeña- susurré levantando la vista y recordando la razón de todo, pero no tuve mucho tiempo para explorar los alrededores ya que la fiera en forma de dama lanzó una serie de ataques que indudablemente buscaban ciertos puntos estratégicos de mi cuerpo. A duras penas pude evadir algunos, pero no me libré de un horrible calambre en la boca del estómago que me dejó recordando el nombre de todas las estrellas que conocía en el firmamento.
Había tenido suerte, era la primera vez que alguien se atrevía a atacar a este vampiro de esa forma, sobre todo una mujer que, ignorando cualquier atracción carnal se había decantado por hacer de este pobre hombre trocitos de carne palpitantes. Por algún motivo presentí varios de sus ataques y otros cayeron sobre puntos que estaban bien resguardados, como una faja compuesta principalmente de hueso que cubría mi abdomen, algunas insignias insignificantes que estaban en la zona de la clavícula… Los intentos de ir por mi garganta resultaron totalmente infructíferos, era algo tan ridículo como que un hombre fuera a por los pechos desnudos de una damisela en apuros, totalmente infructuoso en el caso de un vampiro que vive mayoritariamente de los cuellos ajenos.
Con todo el dolor del alma lancé un puñetazo a su rostro que esquivó con la gracilidad de una gacela y en el mismo movimiento me regaló una patada que afortunadamente dio en mi pierna baja. -Por las barbísimas barbas del señor de la noche mi querida…- susurré apretando los dientes para intentar apaciguar las crecientes blasfemias que querían brotar de mi garganta -¿Quién os entiende? ¿Queréis mi cabeza, mi corazón o dejarme eunuco?- inquirí sobándome la pierna y tomando un poco de distancia. Aquella belleza sonrió de lado, esta vez con franqueza y movió su cabeza a un lado. En su mirada estaba escrito todo lo que necesitaba saber.
Puso sus armas en posición de combate nuevamente y cargó a una velocidad casi increíble para un humano común. Esta vez estaba mejor preparado, aunque más adolorido y deseoso de probar el elixir de su sangre. Sus armas se trenzaron con mi espada, aunque era diestra y con una masa de músculos envidiable para una joven, su fuerza no era comparable a la mía. -Dolor- ordené a su mente, convocando en la mía la misma sensación de calvario que yo había sentido momentos atrás en mi estómago. Ella exhaló un suspiro y sus fuerzas le fallaron por el tiempo necesario para que le diera un rodillazo en su estómago para finalmente tomarla del pelo con fuerza para mantenerla quieta. Patee nuestras armas y terminé de impedir sus movimientos tomando sus frágiles brazos juntos a la altura de las muñecas por sobre su cabeza.
Ella me miró con ojos llenos de rabia asesina y yo con deseo. -Lo siento- murmuré mientras observaba cada vez más de cerca su cuello y el pulso de su sangre bombear bajo la fina capa de piel. -Hermosa- agregué mordiendo su cuello para degustar el delicado alimento. Ella estaba decidida a morir con orgullo y yo a permitirme salirme con la mía. Por más que se resistiera, sus intentos eran fútiles y sus párpados comenzaron a pesarle, lo sabía por experiencia, pronto quedaría profundamente dormida pero antes… lamí su cuello y subí hasta su oreja, exhalé mi fío aliento sobre su acalorada y rojiza piel. Dejó escapar un gemido bajo y sonreí. Solté su cabello y sus brazos que casi sin fuerza apenas se resistieron a su propio peso.
Miré una última vez sus ojos y sellé sus labios en un íntimo beso de un vampiro solitario. -Lo siento- volví a murmurar cargándola en la oscuridad de la noche hasta ponerla junto al elfo que ya había derrotado.
-¿Dónde estás pequeña?- llamé en vano en busca de aquella miniatura de hechicera que se había ganado todo mi favor en apenas unos minutos. Escuché entonces su voz a la distancia, sonó como que reñía con alguien. -Pequeño Alux, voy por ti-
Con la gracia de un leopardo se movió hacia mí bajando sus armas. Di un paso hacia atrás, nunca antes mi señor Habakhuk le había hecho honor a su nombre por más ruegos y sacrificios que le hiciera, entonces, dudaba que aquello que estaba viendo fuese cierto. No podía haber sido tan fácil conquistar el corazón de una guerrera, de ser así había vivido toda la vida engañado, no… no solamente “la” vida, sino “las”, toda mi existencia. Pero al final la carne era débil y me dejé llevar por el hermoso engaño. La castaña mostró una subversiva sonrisa, sensual, premeditada, traviesa… de esas que le gustan a los hombres para pasar un buen rato, porque no son inocentes, ni fingidas, demuestran pleno conocimiento de sus acciones, invitan…
Devolví una intención de sonrisa como respuesta viendo su cuidada carga hacia mi persona, dejó sus armas y continuó su camino hacia mí. Por mi parte envainé a Azhar, hechizado por las armas del retrato encarnado a la seducción. Algo en lo profundo de mis pensamientos me decía que no debía perderme en aquellas entrepiernas ajustadas, en la voluptuosidad de su escote, en ese andar felino… estiró su mano hacia mi rostro y la campana de la claridad iluminó la oscuridad del más profundo deseo. Eché la cabeza a un lado, evitando hacer contacto con la manzana prohibida pero sin dejar de intentar alcanzarla como un niño al que le prohíben tocar el objeto de su capricho.
Sus ojos imperturbables como el agua se tensaron apenas un momento, y en ese mismo instante me di cuenta que había caído como un chorlito y que esa fémina era de armas tomar. –La pequeña- susurré levantando la vista y recordando la razón de todo, pero no tuve mucho tiempo para explorar los alrededores ya que la fiera en forma de dama lanzó una serie de ataques que indudablemente buscaban ciertos puntos estratégicos de mi cuerpo. A duras penas pude evadir algunos, pero no me libré de un horrible calambre en la boca del estómago que me dejó recordando el nombre de todas las estrellas que conocía en el firmamento.
Había tenido suerte, era la primera vez que alguien se atrevía a atacar a este vampiro de esa forma, sobre todo una mujer que, ignorando cualquier atracción carnal se había decantado por hacer de este pobre hombre trocitos de carne palpitantes. Por algún motivo presentí varios de sus ataques y otros cayeron sobre puntos que estaban bien resguardados, como una faja compuesta principalmente de hueso que cubría mi abdomen, algunas insignias insignificantes que estaban en la zona de la clavícula… Los intentos de ir por mi garganta resultaron totalmente infructíferos, era algo tan ridículo como que un hombre fuera a por los pechos desnudos de una damisela en apuros, totalmente infructuoso en el caso de un vampiro que vive mayoritariamente de los cuellos ajenos.
Con todo el dolor del alma lancé un puñetazo a su rostro que esquivó con la gracilidad de una gacela y en el mismo movimiento me regaló una patada que afortunadamente dio en mi pierna baja. -Por las barbísimas barbas del señor de la noche mi querida…- susurré apretando los dientes para intentar apaciguar las crecientes blasfemias que querían brotar de mi garganta -¿Quién os entiende? ¿Queréis mi cabeza, mi corazón o dejarme eunuco?- inquirí sobándome la pierna y tomando un poco de distancia. Aquella belleza sonrió de lado, esta vez con franqueza y movió su cabeza a un lado. En su mirada estaba escrito todo lo que necesitaba saber.
Puso sus armas en posición de combate nuevamente y cargó a una velocidad casi increíble para un humano común. Esta vez estaba mejor preparado, aunque más adolorido y deseoso de probar el elixir de su sangre. Sus armas se trenzaron con mi espada, aunque era diestra y con una masa de músculos envidiable para una joven, su fuerza no era comparable a la mía. -Dolor- ordené a su mente, convocando en la mía la misma sensación de calvario que yo había sentido momentos atrás en mi estómago. Ella exhaló un suspiro y sus fuerzas le fallaron por el tiempo necesario para que le diera un rodillazo en su estómago para finalmente tomarla del pelo con fuerza para mantenerla quieta. Patee nuestras armas y terminé de impedir sus movimientos tomando sus frágiles brazos juntos a la altura de las muñecas por sobre su cabeza.
Ella me miró con ojos llenos de rabia asesina y yo con deseo. -Lo siento- murmuré mientras observaba cada vez más de cerca su cuello y el pulso de su sangre bombear bajo la fina capa de piel. -Hermosa- agregué mordiendo su cuello para degustar el delicado alimento. Ella estaba decidida a morir con orgullo y yo a permitirme salirme con la mía. Por más que se resistiera, sus intentos eran fútiles y sus párpados comenzaron a pesarle, lo sabía por experiencia, pronto quedaría profundamente dormida pero antes… lamí su cuello y subí hasta su oreja, exhalé mi fío aliento sobre su acalorada y rojiza piel. Dejó escapar un gemido bajo y sonreí. Solté su cabello y sus brazos que casi sin fuerza apenas se resistieron a su propio peso.
Miré una última vez sus ojos y sellé sus labios en un íntimo beso de un vampiro solitario. -Lo siento- volví a murmurar cargándola en la oscuridad de la noche hasta ponerla junto al elfo que ya había derrotado.
-¿Dónde estás pequeña?- llamé en vano en busca de aquella miniatura de hechicera que se había ganado todo mi favor en apenas unos minutos. Escuché entonces su voz a la distancia, sonó como que reñía con alguien. -Pequeño Alux, voy por ti-
Off: Tranquila peque, ya te lo dije, no hay problemas.
Ya que esta vez no hubieron órdenes estilo master, solo relaté mi parte de la historia. Y como lanzaste mi voluntad de los dioses, supongo que tengo que hacer lo propio para Bio, por lo que allá va. Buena suerte.
Última edición por Maximilian Deus el Jue Feb 18 2016, 00:52, editado 1 vez
Maximilian Deus
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Re: [Cerrado] Rinoceronte de cristal [Interpretativo][Libre][2/2]
El miembro 'Maximilian Deus' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: [Cerrado] Rinoceronte de cristal [Interpretativo][Libre][2/2]
Jamás había enfrentado a un rival como éste, a pesar de sus heridas, su escudo sombrío había conseguido no solo detenerme, sino además repelerme enviándome hacia atrás, aunque eso también había limitado mucho su visibilidad, por lo que apenas un mísero instante me sirvió para desvanecerme [1] en el velo de sombras del oscuro callejón para desaparecer de su vista; una vez que deshizo su escudo no me encontró frente a él -¿Resultaste ser un cobarde?- Alardeó el vampiro con mucha seguridad en su victoria, aunque de inmediato llevó sus manos a las heridas que tenía por todo el pecho -Tipos como tú son una deshonra para nuestra raza- Continuó diciendo al pensar que me había ido, pero me encontraba más cerca de lo que podía imaginar, justo sobre él en lo alto del muro donde había conseguido trepar saltando sobre algunas cajas que me habían servido como escalones, esperé el momento indicado para saltar sobre él y clavar mis dagas a ambos lados de su cuello -No bajes la guardia, sombritas- Le susurré al oído al tiempo que con mucha fuerza movía las dagas hacia los lados hasta dislocarle los hombros en medio de un espantoso grito de dolor, y aunque sus brazos estaban ahora inmovilizados, alcanzó a formar unos leves pero afilados tentáculos sombríos que salieron de su espalda intentando herir mis antebrazos; retiré mis dagas hacia arriba casi a tiempo de evitar el corte aunque al final sí consiguió herirme, lo que me dificultaba seguir sosteniendo las dagas y pelea, pero no me impedía apretar los puños y además tenía un arma con la que no contaba ¿O sí?
Tras herirme, sus repentinas y oscuras armas afiladas desaparecieron de nuevo, estaba demasiado adolorido como para concentrarse en eso, así que salté sobre él buscando su cuello -¡Estás demente! ¡No nos mordemos entre nosotros!- Exclamó para tratar de entender lo que yo pensaba hacerle -No planeo beber de ti- Dije mientras con vehemencia mordía su cuello y con mucha fuerza retrocedía hasta arrancarle uno a uno varios pedazos de su cuello hasta que su cabeza no era más que un pequeño globo apenas sostenido por una visible espina dorsal.
Retrocedí al ver lo que estaba haciendo, un poco asustado por mi propia acción, actuaba como un vil animal; sacudí mi cabeza hacia los lados para controlar mis impulsos y me dirigí al límite del callejón para ver lo que había sucedido con mi pequeña Magazubi; el otro sujeto, quien había resultado ser un señor de la voz, pues no era difícil percibir nuestra magia viajando a través del viento en forma de ecos y susurros; caminaba ahora buscando ayudar a mi pequeña que se encontraba en graves aprietos.
Con algo de esfuerzo, Seek había logrado evadir a uno de los jaguares que iban hacia ella, aunque el otro había alcanzado a golpearla, sin embargo las garras del atacante habían pasado a través de su metálico cuerpo dejando ver que eran tan solo una ilusión, una simple distracción, pues su objetivo principal era la niña, en quien ahora concentraba el brujo todo su odio -No intervengas- Se dejó escuchar una voz al tiempo que una serie de pequeños cuchillos arrojadizos aparecían casi de la nada y comenzaban a flotar para luego dirigirse directamente hacia el enmascarado vampiro con el fin de impedir que llegara a donde se encontraba la pequeña en problemas.
Tras herirme, sus repentinas y oscuras armas afiladas desaparecieron de nuevo, estaba demasiado adolorido como para concentrarse en eso, así que salté sobre él buscando su cuello -¡Estás demente! ¡No nos mordemos entre nosotros!- Exclamó para tratar de entender lo que yo pensaba hacerle -No planeo beber de ti- Dije mientras con vehemencia mordía su cuello y con mucha fuerza retrocedía hasta arrancarle uno a uno varios pedazos de su cuello hasta que su cabeza no era más que un pequeño globo apenas sostenido por una visible espina dorsal.
Retrocedí al ver lo que estaba haciendo, un poco asustado por mi propia acción, actuaba como un vil animal; sacudí mi cabeza hacia los lados para controlar mis impulsos y me dirigí al límite del callejón para ver lo que había sucedido con mi pequeña Magazubi; el otro sujeto, quien había resultado ser un señor de la voz, pues no era difícil percibir nuestra magia viajando a través del viento en forma de ecos y susurros; caminaba ahora buscando ayudar a mi pequeña que se encontraba en graves aprietos.
Con algo de esfuerzo, Seek había logrado evadir a uno de los jaguares que iban hacia ella, aunque el otro había alcanzado a golpearla, sin embargo las garras del atacante habían pasado a través de su metálico cuerpo dejando ver que eran tan solo una ilusión, una simple distracción, pues su objetivo principal era la niña, en quien ahora concentraba el brujo todo su odio -No intervengas- Se dejó escuchar una voz al tiempo que una serie de pequeños cuchillos arrojadizos aparecían casi de la nada y comenzaban a flotar para luego dirigirse directamente hacia el enmascarado vampiro con el fin de impedir que llegara a donde se encontraba la pequeña en problemas.
Offrol [1] Habilidad de nivel 4: Espíritus de la noche.
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Re: [Cerrado] Rinoceronte de cristal [Interpretativo][Libre][2/2]
Todo lo que estaba sucediendo era muy muy raro, hasta donde sabía, ningún brujo se podía convertir en algo más, y menos en muchas cosas como estaba haciendo éste, y más raro aún fue cuando mi lluvia de agujas atravesó al hombre jaguar como si fuera tan solo polvo en el viento, aunque no todas, una de las agujas acabó por incrustarse en el ¿Aire? De alguna manera había quedado suspendida en el aire y flotaba moviéndose -Ilusión, usas una ilusión- dije celebrando mi gran descubrimiento y me levanté de prisa para tomar distancia y levantar de nuevo mis agujitas y hacer que giraran a mi alrededor mientras me mantenía atenta -¡¡Aquí, enmascarado, ven a salvarme!!- grité haciéndome la víctima para luego mirar desafiante a la figura del hombre jaguar aunque sabía que tal vez el verdadero estaría en otra parte -Ese enmascarado ha acabado con todos tus amigos, es muy fuerte y te hará pedazos- pronuncié desafiante buscando intimidar al ilusionista que se seguía escondiendo, esperaba hacerlo perder el control con mis palabras, pues sabía que ese tipo de ilusiones requerían un gran control y mucha concentración, aunque al parecer necesitaría más que eso -¡No intervengas!- dijo una voz salida casi de la nada mientras aparecían unos pequeños cuchillos que se movían directamente hacia el enmascarado.
Presté mucha atención al lugar de donde había escuchado la voz y alcancé a ver como mi aguja faltante caía al piso cubierta por un poco de sangre -Te tengo- comenté mientras lanzaba con telequinesis todas mis agujas en esa dirección, aunque el impulso de hacerlo rápido me había restado mucha precisión -O tal vez yo te tengo a ti- escuché decir a mi derecha donde se estaba formando la figura de un hombre jaguar, me paralizó el miedo por unos instantes y no supe qué hacer, estaba demasiado cerca para reaccionar y sólo pude cubrirme con mis brazos, esperaba que fuera tan solo una ilusión como las otras veces, o cuando mucho me daría un golpe que con algo de esfuerzo podría resistir, pero en cambio recibí un feo corte de garras que dejaron cuatro marquitas rojas en mi brazo izquierdo, una vez en el piso pude ver por fin cómo era la verdadera apariencia del misterioso brujo, tenía unas raras marcas en su rostro, parecía algún tipo de guerrero mágico y en sus manos tenía unos guantes que parecían garras filosas, al parecer su truco de los jaguares eran para hacer creer que realmente era un animal con garras y no un simple brujo -Ya no podrás escapar de mí- dijo el sujeto que se acercaba dispuesto a dar el golpe de gracia -No, gracias, eres muy viejo y feo, no me gustas- le dije con picardía mientras tomaba un puñado de tierra y lo lanzaba a sus ojos para luego levantarme y correr hacia donde había visto venir al elegante enmascarado.
Mientras corría desesperada, la misteriosa chica biocibernética corrió rápidamente y al estar cerca del brujo le lanzó muy cerca unas pequeñas y misteriosas esferas que explotaron al instante bañando el piso y los pies del brujo de una extraña tinta de color rosa chillón, luego siguió corriendo hasta casi alcanzarme. El brujo volvió a hacerse invisible, pero ahora su truco no era tan efectivo, pues sus pies iban manchando todo el camino dejando pisadas de color rosa chillón, al menos ahora sería más difícil perderlo de vista, al darse cuenta que su invisibilidad no era tan invisible decidió correr hacia nosotros para atacarnos con sus garras metálicas, y aunque no permanecía invisible, a ratos hacía que su imagen de distorcionara, por lo que era difícil saber cuándo y cómo atacaría.
Presté mucha atención al lugar de donde había escuchado la voz y alcancé a ver como mi aguja faltante caía al piso cubierta por un poco de sangre -Te tengo- comenté mientras lanzaba con telequinesis todas mis agujas en esa dirección, aunque el impulso de hacerlo rápido me había restado mucha precisión -O tal vez yo te tengo a ti- escuché decir a mi derecha donde se estaba formando la figura de un hombre jaguar, me paralizó el miedo por unos instantes y no supe qué hacer, estaba demasiado cerca para reaccionar y sólo pude cubrirme con mis brazos, esperaba que fuera tan solo una ilusión como las otras veces, o cuando mucho me daría un golpe que con algo de esfuerzo podría resistir, pero en cambio recibí un feo corte de garras que dejaron cuatro marquitas rojas en mi brazo izquierdo, una vez en el piso pude ver por fin cómo era la verdadera apariencia del misterioso brujo, tenía unas raras marcas en su rostro, parecía algún tipo de guerrero mágico y en sus manos tenía unos guantes que parecían garras filosas, al parecer su truco de los jaguares eran para hacer creer que realmente era un animal con garras y no un simple brujo -Ya no podrás escapar de mí- dijo el sujeto que se acercaba dispuesto a dar el golpe de gracia -No, gracias, eres muy viejo y feo, no me gustas- le dije con picardía mientras tomaba un puñado de tierra y lo lanzaba a sus ojos para luego levantarme y correr hacia donde había visto venir al elegante enmascarado.
Mientras corría desesperada, la misteriosa chica biocibernética corrió rápidamente y al estar cerca del brujo le lanzó muy cerca unas pequeñas y misteriosas esferas que explotaron al instante bañando el piso y los pies del brujo de una extraña tinta de color rosa chillón, luego siguió corriendo hasta casi alcanzarme. El brujo volvió a hacerse invisible, pero ahora su truco no era tan efectivo, pues sus pies iban manchando todo el camino dejando pisadas de color rosa chillón, al menos ahora sería más difícil perderlo de vista, al darse cuenta que su invisibilidad no era tan invisible decidió correr hacia nosotros para atacarnos con sus garras metálicas, y aunque no permanecía invisible, a ratos hacía que su imagen de distorcionara, por lo que era difícil saber cuándo y cómo atacaría.
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Re: [Cerrado] Rinoceronte de cristal [Interpretativo][Libre][2/2]
Una noche de una simple búsqueda se había convertido en una feroz batalla, vampiros, elfos, brujos y hasta una asesina humaba habían cooperado para acabar con la inocente ladrona y para sorpresa, a pesar de su entrenamiento todos habían sido eliminados y ella seguía en pie, me llenaba de orgullo la capacidad de supervivencia que había adquirido mi niña en todo este tiempo sin mí, había mostrado una fortaleza abrumadora y una interesante capacidad de automantenerse, aunque también para mi desgracia, parecía tener también un don para meterse en problemas.
Estaba a punto de dejar mi refugio en el callejón al ver que el enfurecido brujo avanzaba directo hacia Maguita, aunque al final me detuve al ver que Seek se ponía delante de ella para protegerla; la imagen del brujo que a veces se distorsionaba pasó a través de la biocibernética dejando ver que no era más que otra ilusión; para luego descubrir que el verdadero brujo pensaba escapar del lugar, cosa que no era de extrañar en absoluto, aún conservaba en su poder la pequeña figura de cristal y sus compañeros habían sido derrotados, luchando solo no tendría oportunidad alguna, así que usó una distracción para llamar la atención de todos ganando algo de tiempo para su escape.
Si algo recordaba de mi pequeña era lo malcriada y terca que podría llegar a ser, seguramente no dejaría las cosas de esa forma, si decidía quedarse con el enmascarado estaría a salvo, pero conociéndola seguro iría tras su figura, así que hice lo mismo adelantándome un poco a lo que pensé que haría; trepé por unas cajas que se mantenían apiladas al fondo del callejón y conseguí subir al tejado de una de las casas que componían aquellas callejuelas angostas y solitarias, el brujo había dejado atrás la idea del sigilo, sabiendo que con sus pies entintados le resultaría difícil pasar desapercibido, corría con desespero mientras usaba su telequinesis para dejar caer algunos objetos al camino para que no lograran alcanzarlo tan fácilmente.
No es prudente seguirlo, podría llevarte a una emboscada- Dijo Seek a la pequeña aún ignorando el próximo movimiento que ésta pudiera hacer, por lo que yo le había contado, sabía algunas cosas de Magazubi, así que no le extrañaría que la niña corriera tras el peligro sin miedo ni precauciones, así que sería su deber seguirla protegiendo de cualquier peligro inesperado que pudiera surgir en el momento.
Estaba a punto de dejar mi refugio en el callejón al ver que el enfurecido brujo avanzaba directo hacia Maguita, aunque al final me detuve al ver que Seek se ponía delante de ella para protegerla; la imagen del brujo que a veces se distorsionaba pasó a través de la biocibernética dejando ver que no era más que otra ilusión; para luego descubrir que el verdadero brujo pensaba escapar del lugar, cosa que no era de extrañar en absoluto, aún conservaba en su poder la pequeña figura de cristal y sus compañeros habían sido derrotados, luchando solo no tendría oportunidad alguna, así que usó una distracción para llamar la atención de todos ganando algo de tiempo para su escape.
Si algo recordaba de mi pequeña era lo malcriada y terca que podría llegar a ser, seguramente no dejaría las cosas de esa forma, si decidía quedarse con el enmascarado estaría a salvo, pero conociéndola seguro iría tras su figura, así que hice lo mismo adelantándome un poco a lo que pensé que haría; trepé por unas cajas que se mantenían apiladas al fondo del callejón y conseguí subir al tejado de una de las casas que componían aquellas callejuelas angostas y solitarias, el brujo había dejado atrás la idea del sigilo, sabiendo que con sus pies entintados le resultaría difícil pasar desapercibido, corría con desespero mientras usaba su telequinesis para dejar caer algunos objetos al camino para que no lograran alcanzarlo tan fácilmente.
No es prudente seguirlo, podría llevarte a una emboscada- Dijo Seek a la pequeña aún ignorando el próximo movimiento que ésta pudiera hacer, por lo que yo le había contado, sabía algunas cosas de Magazubi, así que no le extrañaría que la niña corriera tras el peligro sin miedo ni precauciones, así que sería su deber seguirla protegiendo de cualquier peligro inesperado que pudiera surgir en el momento.
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Re: [Cerrado] Rinoceronte de cristal [Interpretativo][Libre][2/2]
Las cosas se estaban tornando peligrosas, el brujo había acaparado toda mi atención y en cuanto me di cuenta ya no tenía bajo mi campo visible ni a la chica de los cuchillos ni a el joven enmascarado, me encontraba corriendo con la chica cibernética hasta que nos dimos cuenta de la gran ilusión que eso era. Cerré mis puños con rabia y miré hacía al frente con un aire de poca paciencia, el brujo había sido muy astuto y se las había arreglado para mantenernos alejadas de él mientras hacía de las suyas.
Claramente en mis planes no estaba dejar que él se quedara con el rinoceronte de cristal que tanto ansiaba tener, era mi forma de recordar que seguía viva y que no era una ladrona inservible, que algo de lo que había aprendido en mi vida podría ayudarme a valerme por mí misma sin dejar que ningún jaguarujo(1) me arruinara los planes. Respiré profundo para concentrarme, ya que por lo general las peleas de brujos son más que todo de astucia y de inteligencia; esa era la única forma de enfrentarse realmente a alguien con tanto poder; sin embargo mi buena idea de detenerme a pensar ignorando por completo las palabras de la biocibernética me había recordado sobre unos cuantos truquitos que tenía bajo la manga.
-¡Tienes razón! No es prudente- me dirigí a la chica con mucha seriedad mientras me sentaba en el suelo de la calle con las piernas cruzadas y una respiración pausada -¡Ellos harán el trabajo por mí!-
Cerré los ojos por unos instantes y los volví a abrir confiada en un gran control sobre mis agujas, estas me servirían como rastreadores rápidos y veloces, tenía que intentarlo, esa era la última opción que me quedaba... seguramente ya se encontraba lo suficientemente lejos como para poder atraparlo corriendo tras de él, pero lo que podía hacer era intentar hallar su ubicación lanzando mis agujas con telequinesis a gran velocidad por los rincones y alrededores del lugar con la intención y la esperanza de poder incrustar alguna de mis preciadas armas en la piel de ese brujo que se las había arreglado muy bien.
Claramente en mis planes no estaba dejar que él se quedara con el rinoceronte de cristal que tanto ansiaba tener, era mi forma de recordar que seguía viva y que no era una ladrona inservible, que algo de lo que había aprendido en mi vida podría ayudarme a valerme por mí misma sin dejar que ningún jaguarujo(1) me arruinara los planes. Respiré profundo para concentrarme, ya que por lo general las peleas de brujos son más que todo de astucia y de inteligencia; esa era la única forma de enfrentarse realmente a alguien con tanto poder; sin embargo mi buena idea de detenerme a pensar ignorando por completo las palabras de la biocibernética me había recordado sobre unos cuantos truquitos que tenía bajo la manga.
-¡Tienes razón! No es prudente- me dirigí a la chica con mucha seriedad mientras me sentaba en el suelo de la calle con las piernas cruzadas y una respiración pausada -¡Ellos harán el trabajo por mí!-
Cerré los ojos por unos instantes y los volví a abrir confiada en un gran control sobre mis agujas, estas me servirían como rastreadores rápidos y veloces, tenía que intentarlo, esa era la última opción que me quedaba... seguramente ya se encontraba lo suficientemente lejos como para poder atraparlo corriendo tras de él, pero lo que podía hacer era intentar hallar su ubicación lanzando mis agujas con telequinesis a gran velocidad por los rincones y alrededores del lugar con la intención y la esperanza de poder incrustar alguna de mis preciadas armas en la piel de ese brujo que se las había arreglado muy bien.
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OffRol
(1) Es una palabra que Maguita inventó que se refiere a la combinación de jaguar con brujo.
Nota: Las agujas pueden llegar a ser un problema para Bio.
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(1) Es una palabra que Maguita inventó que se refiere a la combinación de jaguar con brujo.
Nota: Las agujas pueden llegar a ser un problema para Bio.
Magazubi
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Re: [Cerrado] Rinoceronte de cristal [Interpretativo][Libre][2/2]
Avanzaba por los tejados persiguiendo al brujo sin notar que Maguita también había hecho lo mismo debajo, llevándose a Seek tras ella pues le había encargado la misión de proteger a mi pequeña, el brujo no dejaba de correr, a veces paraba y se escondía, pero al darse cuenta que dejaba sus huellas marcadas visiblemente por todo el camino, entendía que no sería nada fácil encontrarle, al menos hasta que encontró un pequeño estanque de donde se alimentaban los caballos y metió los pies para lavarse, quitando también sus botas y dejándolas a un lado pues le resultaría muy difícil quitar la tinta de las mismas, luego de eso y pensando que nadie lo veía se escondió en uno de los callejones; se veía agotado, respiraba con dificultad y su condición física se veía bastante mermada pues es bien sabido que la actividad física no es el fuerte de su raza.
Me encontraba acechante y observándolo desde el tejado por donde lo había seguido saltando de uno a otro, pero justo cuando estaba a punto de dejarme caer sobre él, sentí un ligero piquete en una nalga; con una mezcla de dolor y sorpresa llevé una mano atrás para ver de qué se trataba y conseguí arrancar de mi piel una pequeña aguja que se había incrustado en mi cuerpo; me agaché rápidamente al ver un pequeño brillo metálico que se acercaba a mí y conseguí evitarlo, pero no sin antes ver hacia abajo, no muy lejos de ahí, Maguita parecía ser quien controlaba las agujas con su telequinesis -Impresionante- Dije un poco orgulloso pero aunque la demostración era sorprendente, no parecía ser muy eficaz, pues las agujas iban y venían sin encontrar nada en su camino, al menos hasta ahora.
Observé la aguja que tenía en mi mano y se me ocurrió una gran idea; tomé la aguja y me hice un pinchazo en el dedo para hacer salir un poco de sangre, luego con la misma sangre hice un círculo en el piso colocando la aguja en el centro, apreté el dedo para dejar salir un poco más de sangre y escribí alrededor de la aguja algunas runas -έλξη- Dije suavemente mientras colocaba mi mano derecha sobre el pequeño círculo que no era más grande que mi mano abierta; al apartar la mano, la aguja estaría impregnada de un tenue brillo rojizo; me arrastré hasta el borde del tejado por el extremo contrario donde se encontraba el brujo escondido, por un momento creí que lo había perdido pero tan solo había cambiado de posición, al verlo dejé caer la aguja hacia su cuerpo; no contaba con la precisión para hacer que se clavara, pero me bastaba con que solo lo tocara, si lo lograba, el efecto arcano que impregnaba la aguja, haría que el resto de ellas vinieran encaminadas hacia el objetivo, ante lo cual ya no podría mantenerse escondido e inmóvil en el callejón -Por allá- Dijo Seek señalando el callejón a donde parecían dirigirse las agujas ¿Podría mantenerse escondido el brujo ante semejante ataque filoso?
Me encontraba acechante y observándolo desde el tejado por donde lo había seguido saltando de uno a otro, pero justo cuando estaba a punto de dejarme caer sobre él, sentí un ligero piquete en una nalga; con una mezcla de dolor y sorpresa llevé una mano atrás para ver de qué se trataba y conseguí arrancar de mi piel una pequeña aguja que se había incrustado en mi cuerpo; me agaché rápidamente al ver un pequeño brillo metálico que se acercaba a mí y conseguí evitarlo, pero no sin antes ver hacia abajo, no muy lejos de ahí, Maguita parecía ser quien controlaba las agujas con su telequinesis -Impresionante- Dije un poco orgulloso pero aunque la demostración era sorprendente, no parecía ser muy eficaz, pues las agujas iban y venían sin encontrar nada en su camino, al menos hasta ahora.
Observé la aguja que tenía en mi mano y se me ocurrió una gran idea; tomé la aguja y me hice un pinchazo en el dedo para hacer salir un poco de sangre, luego con la misma sangre hice un círculo en el piso colocando la aguja en el centro, apreté el dedo para dejar salir un poco más de sangre y escribí alrededor de la aguja algunas runas -έλξη- Dije suavemente mientras colocaba mi mano derecha sobre el pequeño círculo que no era más grande que mi mano abierta; al apartar la mano, la aguja estaría impregnada de un tenue brillo rojizo; me arrastré hasta el borde del tejado por el extremo contrario donde se encontraba el brujo escondido, por un momento creí que lo había perdido pero tan solo había cambiado de posición, al verlo dejé caer la aguja hacia su cuerpo; no contaba con la precisión para hacer que se clavara, pero me bastaba con que solo lo tocara, si lo lograba, el efecto arcano que impregnaba la aguja, haría que el resto de ellas vinieran encaminadas hacia el objetivo, ante lo cual ya no podría mantenerse escondido e inmóvil en el callejón -Por allá- Dijo Seek señalando el callejón a donde parecían dirigirse las agujas ¿Podría mantenerse escondido el brujo ante semejante ataque filoso?
Offrol: Subrayado el uso de la pasiva Arcanos
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Aerandiano de honor
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Re: [Cerrado] Rinoceronte de cristal [Interpretativo][Libre][2/2]
Observé mis agujas trasladarse a gran velocidad mientras cortaban el viento de una forma muy elegante; tenía tiempo trabajando con las mismas armas y se podía decir las conocía como si estas tuviesen vida propia; me agradaba estar tan segura de mis habilidades. Pasado unos segundos que dirigí las agujas en lugares aleatorios todas empezaron a direccionarse por sí solas hacía una misma dirección. Mis ojos se pusieron como dos enormes platos blancos, no esperaba que mis chiquillas de verdad tuvieran vida propia y del asombro me levanté de inmediato del suelo un poco acelerada -Esto no puede ser- pensé confundida. La biocibernética al ver las agujas tomar un nuevo rumbo se dejó llevar por la dirección y señaló un callejón con intenciones de cesar mis ganas de querer conseguir mi rinoceronte. Yo aún no confiaba mucho en aquella escena puesto que era muy extraño que todas mis armas se dirigieran hacia un solo punto y sin telequinesis, estaba totalmente segura de que hubiese sentido como si alguien más las estuviese halando de forma brusca, pero al contrario de eso el cambio fue imperceptible, fue sutil y se vio como si fuera el movimiento natural de ellas; por lo que decidí esperar un poco antes de empezar a correr a todo pulmón por aquella figura de cristal.
En cuanto escuché un alarido sincero proveniente de aquel callejón fue que sin pensarlo dos veces salí corriendo seguida por la chica metálica, que al llegar al lugar donde se encontraba el brujo dolorido ella ¿suspiró?. Batuquee mi cabeza confundida al tiempo que me acercaba al brujo con cuidado para quitarle de sus ropas aquel precioso rinoceronte de cristal, y en cuanto lo tuve en mano me volteé a mirar a la joven -¿Estás cansada?- pronuncié mientras pensaba en su extraño suspiro o ruido de ¿actualización? -¿Por qué me estás ayudando?- empecé a caminar con tranquilidad para salir del callejón sin preocuparme de algún ataque del brujo, se notaba que aquella lluvia de agujas eran suficientes para dejarlo realmente inconsciente y con agujeros bien profundos. Me coloqué al rinoceronte bajo el brazo y camine como si nada hubiese pasado, incluso parecía que paseaba muy normalmente con una extraña biocibernética por un callejón oscuro; seguro cualquiera creería que estábamos comprando helados en alguna tienda al final del callejón.
-Gracias por ayudarme de todas formas- le dije con mucha sinceridad a la chica -¿Puedo ayudarte yo a ti en algo?- comenté esperando una respuesta negativa mientras trataba de descifrar qué era lo que había causado que mis agujas se direccionaran de aquella forma tan inusual.
En cuanto escuché un alarido sincero proveniente de aquel callejón fue que sin pensarlo dos veces salí corriendo seguida por la chica metálica, que al llegar al lugar donde se encontraba el brujo dolorido ella ¿suspiró?. Batuquee mi cabeza confundida al tiempo que me acercaba al brujo con cuidado para quitarle de sus ropas aquel precioso rinoceronte de cristal, y en cuanto lo tuve en mano me volteé a mirar a la joven -¿Estás cansada?- pronuncié mientras pensaba en su extraño suspiro o ruido de ¿actualización? -¿Por qué me estás ayudando?- empecé a caminar con tranquilidad para salir del callejón sin preocuparme de algún ataque del brujo, se notaba que aquella lluvia de agujas eran suficientes para dejarlo realmente inconsciente y con agujeros bien profundos. Me coloqué al rinoceronte bajo el brazo y camine como si nada hubiese pasado, incluso parecía que paseaba muy normalmente con una extraña biocibernética por un callejón oscuro; seguro cualquiera creería que estábamos comprando helados en alguna tienda al final del callejón.
-Gracias por ayudarme de todas formas- le dije con mucha sinceridad a la chica -¿Puedo ayudarte yo a ti en algo?- comenté esperando una respuesta negativa mientras trataba de descifrar qué era lo que había causado que mis agujas se direccionaran de aquella forma tan inusual.
Magazubi
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Re: [Cerrado] Rinoceronte de cristal [Interpretativo][Libre][2/2]
Las agujas habían decido a la fuerza del hechizo arcano, hasta ahora, a pesar de lo básicos que resultaban los pocos hechizos que había logrado, había tenido un éxito tal vez gracias a una gran suerte; el brujo retrocedió al sentir la primera de las agujas clavarse en su piel, pero luego vendría una y otra más; se levantó extrañado de lo que sucedía y trató de usar su telequinesis para evitar que las agujas siguieran llegando a él, fue entonces cuando me dejé caer desde el techo cayendo a su espalda -Negatio- [1] Dije liberando magia que se metería por sus oídos causando una sensación de debilidad e impotencia, lo cual impidió que pudiera repeler el resto de las agujas que acabaron por incrustarse en él, por si eso no era suficiente aproveché el momento para clavar en su espalda una de mis dagas dejando una potente herida, el pobre ni siquiera me habría sentido caer tras él y ahora se tambaleaba hasta que finalmente cayó de bruces al suelo con la herida de dagas bien oculta, de ese modo maguita pensaría que solo había caído a causa de sus agujas -¡¡Rayos!!- Exclamé al sentir que se acercaba así que rápidamente corrí a esconderme aunque no encontraba nada disponible; Seek fue la primera en asomarse al callejón y logró verme, ante lo cual reaccionó tratando de obstruir el paso a Maguita para evitar que llegara al menos hasta que yo lograra esconderme; al final conseguí trepar por algunos salientes en la pared hasta volver al techo aunque con bastante dificultad; Maga sin detenerse mucho terminó llegando al callejón, ante lo cual Seek cerró los ojos esperando el inevitable encuentro entre padre e hija; pero al no escuchar nada de eso se atrevió a mirar al callejón para luego soltar un suspiro de alivio al ver que había conseguido esconderme a tiempo.
Después de recuperar la figura y sin preocuparse mucho en asegurarse que el brujo estuviera fuera de combate, la pequeña bruja se alejó junto a Seek que a ratos miraba hacia arriba con disimulo para no delatarme -¿Ayudarte?- Respondió Seek intentando no revelar más información de la que debería -Eso ha sido casual, ni siquiera llevo armas- Dijo mientras levantaba los brazos y se giraba frente a Maga para mostrar que aquello era cierto -Solo soy una mensajera- Dijo generando unos instantes de misterio -No ha sido nada, tranquila- Respondió ante el agradecimiento de la pequeña mientras se quitaba su mochila para sacar de ella un par de cosas -Alguien que te admira, te extraña, y está orgulloso de ti, me ha pedido entregarte esto- Dijo mientras terminaba de sacar lentamente, en primer lugar un adorable peluche violeta con forma de pulpo esponjoso que entregó a la pequeña -Y también esto...- Nuevamente metió la mano en la mochila, ahora por más tiempo hasta sacar un pequeño colgante con forma de gota que también le entregó -Quien me ha enviado, dijo que si llevas eso puesto, podrá cuidarte desde las sombras para que nada te pase- Una pícara sonrisa de complicidad se dibujó en la cara de Seek al entregar aquellos objetos pero aún había algo más, una pequeña nota doblada estratégicamente de modo que para abrirla sin romperla debería estar en un sitio tranquilo -¿Te gustan los regalos?- Dijo Seek con algo de picardía y un poco de intriga -No intentes abrir la nota hasta que estés en un lugar tranquilo- Advirtió finalmente antes de guardar silencio esperando la reacción de la minibruja.
Después de recuperar la figura y sin preocuparse mucho en asegurarse que el brujo estuviera fuera de combate, la pequeña bruja se alejó junto a Seek que a ratos miraba hacia arriba con disimulo para no delatarme -¿Ayudarte?- Respondió Seek intentando no revelar más información de la que debería -Eso ha sido casual, ni siquiera llevo armas- Dijo mientras levantaba los brazos y se giraba frente a Maga para mostrar que aquello era cierto -Solo soy una mensajera- Dijo generando unos instantes de misterio -No ha sido nada, tranquila- Respondió ante el agradecimiento de la pequeña mientras se quitaba su mochila para sacar de ella un par de cosas -Alguien que te admira, te extraña, y está orgulloso de ti, me ha pedido entregarte esto- Dijo mientras terminaba de sacar lentamente, en primer lugar un adorable peluche violeta con forma de pulpo esponjoso que entregó a la pequeña -Y también esto...- Nuevamente metió la mano en la mochila, ahora por más tiempo hasta sacar un pequeño colgante con forma de gota que también le entregó -Quien me ha enviado, dijo que si llevas eso puesto, podrá cuidarte desde las sombras para que nada te pase- Una pícara sonrisa de complicidad se dibujó en la cara de Seek al entregar aquellos objetos pero aún había algo más, una pequeña nota doblada estratégicamente de modo que para abrirla sin romperla debería estar en un sitio tranquilo -¿Te gustan los regalos?- Dijo Seek con algo de picardía y un poco de intriga -No intentes abrir la nota hasta que estés en un lugar tranquilo- Advirtió finalmente antes de guardar silencio esperando la reacción de la minibruja.
Offrol [1] Habilidad de nivel 0: El que susurra en la oscuridad.
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