La diversión y la desgracia [tema libre]
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Re: La diversión y la desgracia [tema libre]
Eoghan observó el trabajo de la joven muchacha mientras se dedicaba ahora a quitarse el jubón de cuero, raído en algunas costuras y con varios cortes en pequeños triángulos en las zonas de protección más obvias. Aquel no era exactamente el trabajo de un sastre si no el de un peletero, así que se limitó a quitarse entonces la camisa de lino gris, que ésta sí, necesitaba un remiendo urgente. Aparte de un corte en la espalda, le faltaban las mangas, una de ellas claramente arrancada por un animal y la otra por igualar la prenda por él mismo. Era obvio que en aquel estado a Eoghan le iba a venir mejor comprarse una camisa nueva directamente, pero igualmente era lo que él tenía, y necesitaba que le remendasen las costuras con premura.
Observó entonces cómo la joven se dejaba la cara negra y omitió una risa entre dientes. Aun descalzo y sin la camisa, se dirigió a la fuente y empapó un paño de su morral, lo escurrió y se lo tendió a la muchacha para que se refrescase a gusto, luego sentándose frente a ella de nuevo mientras estudiaba las muescas que le quedaron a la espada rota después del combate. Tendría que afilarla cuando pudiera, aunque el filo estuviera quebrado.
-Ya, a mí me lo vas a contar. -Comentó con una suave sonrisa mientras cogía una desgastada piedra de afilar del zurrón y empezaba a pasarla por la hoja para hacer desaparecer las minúsculas muescas que desgastaban el filo. A un ojo normal podría darle igual, pero al suyo no, porque era su espada. Su pequeño tesoro. -Lo único de valor que tengo es esta espada, y está rota. Además que tampoco iba a pensar en venderla ni nada de eso, la forjó mi padre y la reforjaré yo cuando llegue el momento.
Sentenció con convicción y un posterior asentimiento.
-Este tipo de vida si te soy sincero, aunque es duro y en ocasiones uno se pregunta por qué sigue adelante de villa en villa, es placentero. -Le dijo, sabiendo cómo era la vida que llevaban ambos, aunque ella estuviera en la ciudad y él fuese de pueblo en pueblo. -Pero la gente que uno conoce vale mil veces más que la que suele rondar por cualquier villa.
Era cierto. A su cabeza era inevitable que vinieran los recuerdos de su villa, donde aunque su padre y su madre contaban con muchas simpatías, no fueron suficiente como para que le ayudasen a darles un entierro digno. Nunca tuvieron mucho, pero cuando los bandidos se llevaron su dinero y quemaron su casa, era muy difícil no mandarlos a una fosa común, pero a base de arar campos y practicar como cazador, ganó un poco de plata para poder enterrarles decentemente junto a Ingrid: Con una barca y en el lago.
Salió de su ensimismamiento sacudió la cabeza con suavidad.
-Lo cierto es que ya había días en los que me estaban machacando los pies, sobre todo cuando la carretera está accidentada. Me acuerdo de una vez que tuve que caminar con los pies vendados, vaya horror. -Sonrió mientras le tendía la camisa para que la remendase.
Observó entonces cómo la joven se dejaba la cara negra y omitió una risa entre dientes. Aun descalzo y sin la camisa, se dirigió a la fuente y empapó un paño de su morral, lo escurrió y se lo tendió a la muchacha para que se refrescase a gusto, luego sentándose frente a ella de nuevo mientras estudiaba las muescas que le quedaron a la espada rota después del combate. Tendría que afilarla cuando pudiera, aunque el filo estuviera quebrado.
-Ya, a mí me lo vas a contar. -Comentó con una suave sonrisa mientras cogía una desgastada piedra de afilar del zurrón y empezaba a pasarla por la hoja para hacer desaparecer las minúsculas muescas que desgastaban el filo. A un ojo normal podría darle igual, pero al suyo no, porque era su espada. Su pequeño tesoro. -Lo único de valor que tengo es esta espada, y está rota. Además que tampoco iba a pensar en venderla ni nada de eso, la forjó mi padre y la reforjaré yo cuando llegue el momento.
Sentenció con convicción y un posterior asentimiento.
-Este tipo de vida si te soy sincero, aunque es duro y en ocasiones uno se pregunta por qué sigue adelante de villa en villa, es placentero. -Le dijo, sabiendo cómo era la vida que llevaban ambos, aunque ella estuviera en la ciudad y él fuese de pueblo en pueblo. -Pero la gente que uno conoce vale mil veces más que la que suele rondar por cualquier villa.
Era cierto. A su cabeza era inevitable que vinieran los recuerdos de su villa, donde aunque su padre y su madre contaban con muchas simpatías, no fueron suficiente como para que le ayudasen a darles un entierro digno. Nunca tuvieron mucho, pero cuando los bandidos se llevaron su dinero y quemaron su casa, era muy difícil no mandarlos a una fosa común, pero a base de arar campos y practicar como cazador, ganó un poco de plata para poder enterrarles decentemente junto a Ingrid: Con una barca y en el lago.
Salió de su ensimismamiento sacudió la cabeza con suavidad.
-Lo cierto es que ya había días en los que me estaban machacando los pies, sobre todo cuando la carretera está accidentada. Me acuerdo de una vez que tuve que caminar con los pies vendados, vaya horror. -Sonrió mientras le tendía la camisa para que la remendase.
Eoghan Lothannor
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Re: La diversión y la desgracia [tema libre]
Notaba cierta melancolía a la hora de hablar de aquel joven,pero el tipo de melancolía que traía consigo paz para el alma.Ser un trotamundos y haber vivido tantas experiencias,haber tratado con tantas personas podía notarse en su manera de expresarse, de sonreír, incluso el más minúsculo gesto.¿Seguirás viajando solo?, supongo que llegarás a un día en el que querrás quedarte en algún lugar Atrapó su camisa y poco a poco la miraba con detenimiento para ir haciendo apaños.
Ya sabes, aunque en el fondo, no quisieras estar rodeado de gente.Añadió mientras atrapó uno de los descosidos y fue trabajando en ello con sumo cuidado.
Perdona, quizás no debí haberme entrometido... dio musitando entre dientes.
Mientras tapaba pequeños rotos se limito a observar las mangas roídas, sobre todo una, extremadamente desgastada, necesitaba una nueva camisa. Estaba claro, pero el dinero siempre sería la prueba ante todo.
¿Has peleado contra criaturas?. Puedo deducirlo por el estado en el que están.Si quieres puedo solucionarlo con una doblez.. La joven le dedicó una sonrisa de conformidad.
Siempre y cuando aceptes, y estés de acuerdo con ello
Se quedó en un silencio corto observando su rostro a espera de una respuesta.Runa estaba más habladora de lo normal, tenía curiosidad por la vida de aquel hombre, porque sospechaba que podrían existir pequeñas cosas que desconocía, como es normal en una persona que se acaba de conocer.
¿Tu villa está lejos? En aquel instante se sentía como una criaja de cinco años la cual no se cansaba de hacer preguntas.Meditó que quizás aquel hombre podría aborrecerla por ello, pero no importaba
Ya sabes, aunque en el fondo, no quisieras estar rodeado de gente.Añadió mientras atrapó uno de los descosidos y fue trabajando en ello con sumo cuidado.
Perdona, quizás no debí haberme entrometido... dio musitando entre dientes.
Mientras tapaba pequeños rotos se limito a observar las mangas roídas, sobre todo una, extremadamente desgastada, necesitaba una nueva camisa. Estaba claro, pero el dinero siempre sería la prueba ante todo.
¿Has peleado contra criaturas?. Puedo deducirlo por el estado en el que están.Si quieres puedo solucionarlo con una doblez.. La joven le dedicó una sonrisa de conformidad.
Siempre y cuando aceptes, y estés de acuerdo con ello
Se quedó en un silencio corto observando su rostro a espera de una respuesta.Runa estaba más habladora de lo normal, tenía curiosidad por la vida de aquel hombre, porque sospechaba que podrían existir pequeñas cosas que desconocía, como es normal en una persona que se acaba de conocer.
¿Tu villa está lejos? En aquel instante se sentía como una criaja de cinco años la cual no se cansaba de hacer preguntas.Meditó que quizás aquel hombre podría aborrecerla por ello, pero no importaba
Runa Thorgil
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Re: La diversión y la desgracia [tema libre]
El joven guerrero siguió afilando la espada con ojo crítico, pero al cabo de un momento terminó por envainarla con un suave golpe seco, dejando luego el arma apoyada en el banco en el que estaban sentados. Hubo unos instantes de silencio con la primera pregunta de Runa. No estaba seguro de qué responderle, ¿quería viajar solo? ¿Por qué no hizo compañeros de viaje durante aquellos años?
Realmente ni él tenía la respuesta, ya que se había dedicado esencialmente a vagabundear de un lado a otro sin pedirle a nadie su compañía de forma constante, o mejor dicho, tampoco había encontrado a nadie con quien desease viajar de forma regular, o al que fuese necesario. En cierto modo podía resultar hasta triste, pero por otra parte, era natural. Poca gente en aquellos tiempos abandonaba su casa en pos de la aventura.
-¿La verdad? No lo sé. Estoy tan habituado a viajar yo solo que prácticamente no necesito pensar en eso. -En cierto modo podía decir que estaba en paz consigo mismo, pero admitía que cuando llevaba mucho tiempo viajando solo, empezaba a hacer tonterías, y su cabeza y su ánimo a jugarle malas pasadas, sobre todo cuando se notaba estancado en algún lugar, bien fuera por el dinero o la imposibilidad de moverse de un lugar a otro, lo cual podía llegar a ser francamente agobiante cuando se es un culo inquieto con miedo a tratar consigo mismo más de veinte minutos seguidos sin tener que estar alerta.
Demonios, dicho así su vida parecía muy triste.
-Además, me gusta la gente. No es que sea el hombre más sociable del mundo, pero agradezco la compañía. Si algún día sentaré la cabeza, pues no lo sé. Tendrían que pasar muchas cosas y arreglarse otras tantas como para que yo hiciera eso. -Entre ellas que le diesen al menos cinco buenos motivos para dejar de viajar y moverse, y sobre todo dedicarse a lo que se dedicaba. Asintio con conformidad a la idea de los pliegues, respondiendo luego a la joven costurera. -Eso fue un lobo con malas pulgas. El caballo de posta sobre el que viajaba se asustó y me tiró al suelo, y el bicho me agarró el brazo hasta que arrancó la manga.
Explicó a la joven, mientras se tumbaba sobre el banco dejando que sus músculos se relajasen un poco. Además, el calorcillo que hacía le venía bien ahora que no estaba hasta arriba de cuero y algodón.
-Mi... Villa. Bueno, está al Norte, casi en la frontera del Reino. -Le dijo, aun tumbado. Esperaba que la muchacha pudiera terminar de remendarle la camisa para luego poder ir al peletero a que le pusiera un par de parches al jubón por lo menos, porque la verdad es que el día ya empezaba a estar algo avanzado y a él le corría un pelín de prisa poder ir al peletero y al día siguiente tener su jubón de nuevo. -Bastante lejos de Lunargenta, la verdad... Pero ya he ido y venido varias veces, así que supongo que el camino no es tan largo como parece, depende de la ruta que tomes.
Realmente ni él tenía la respuesta, ya que se había dedicado esencialmente a vagabundear de un lado a otro sin pedirle a nadie su compañía de forma constante, o mejor dicho, tampoco había encontrado a nadie con quien desease viajar de forma regular, o al que fuese necesario. En cierto modo podía resultar hasta triste, pero por otra parte, era natural. Poca gente en aquellos tiempos abandonaba su casa en pos de la aventura.
-¿La verdad? No lo sé. Estoy tan habituado a viajar yo solo que prácticamente no necesito pensar en eso. -En cierto modo podía decir que estaba en paz consigo mismo, pero admitía que cuando llevaba mucho tiempo viajando solo, empezaba a hacer tonterías, y su cabeza y su ánimo a jugarle malas pasadas, sobre todo cuando se notaba estancado en algún lugar, bien fuera por el dinero o la imposibilidad de moverse de un lugar a otro, lo cual podía llegar a ser francamente agobiante cuando se es un culo inquieto con miedo a tratar consigo mismo más de veinte minutos seguidos sin tener que estar alerta.
Demonios, dicho así su vida parecía muy triste.
-Además, me gusta la gente. No es que sea el hombre más sociable del mundo, pero agradezco la compañía. Si algún día sentaré la cabeza, pues no lo sé. Tendrían que pasar muchas cosas y arreglarse otras tantas como para que yo hiciera eso. -Entre ellas que le diesen al menos cinco buenos motivos para dejar de viajar y moverse, y sobre todo dedicarse a lo que se dedicaba. Asintio con conformidad a la idea de los pliegues, respondiendo luego a la joven costurera. -Eso fue un lobo con malas pulgas. El caballo de posta sobre el que viajaba se asustó y me tiró al suelo, y el bicho me agarró el brazo hasta que arrancó la manga.
Explicó a la joven, mientras se tumbaba sobre el banco dejando que sus músculos se relajasen un poco. Además, el calorcillo que hacía le venía bien ahora que no estaba hasta arriba de cuero y algodón.
-Mi... Villa. Bueno, está al Norte, casi en la frontera del Reino. -Le dijo, aun tumbado. Esperaba que la muchacha pudiera terminar de remendarle la camisa para luego poder ir al peletero a que le pusiera un par de parches al jubón por lo menos, porque la verdad es que el día ya empezaba a estar algo avanzado y a él le corría un pelín de prisa poder ir al peletero y al día siguiente tener su jubón de nuevo. -Bastante lejos de Lunargenta, la verdad... Pero ya he ido y venido varias veces, así que supongo que el camino no es tan largo como parece, depende de la ruta que tomes.
Eoghan Lothannor
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Re: La diversión y la desgracia [tema libre]
Que misterio cargaba sobre los hombros aquel hombre,había permanecido durante mucho tiempo a solas y realmente no estaba seguro si en un futuro necesitaría compañía. Al menos era la impresión de Runa,tenia esa estúpida a la vez de vieja manía de preguntar como era la vida de los demás.
Lo hizo desde pequeña,cuando el sol decidía alumbrar cada rincón de lunargenta,miraba a cada persona que paseaba donde transitaba con su padre, sin parar de preguntarse que tipo de vida ocuparían,que futuro tendría ella,que pensarían cuando la viesen con aquellos ropajes, rotos y manchados por incontables travesuras que le gustaba cometer.
-Perdoname,hablo demadiao en ocasiones, no tengo intención de molestar
El joven le asintió a su pregunta, cogió las mangas y haciendo una doblez mas o menos igualada en ambas mangas,metió la aguja y lentamente fue dando pequeñas punzadas para que se sujetara mas o menos bien al estar rota por los lobos, como Eoghan le contó, sería más complicado al faltar mas tela.
-Tardaré el doble, pero trataré de que este bien remendado
Sin tomar descanso trató de acelerar el paso, pues ella notaba que tenía prisa. Estaba apunto de atardecer y en escasas horas sería de noche.No era recomendable continuar a esas horas por las calles de Lunargenta,pues los ladrones abundaban,lo cual tarde o temprano sería el punto de mira de uno de ellos.
Finalmente gracias a la paciencia y perfección , logró dejarlas en buen estado y le entregó la camisa al caballero.
-Te veo con prisa, quizás deberías aguardarte dentro de unas horas.Las calles no son seguras... Tómalo como un consejo
Lo hizo desde pequeña,cuando el sol decidía alumbrar cada rincón de lunargenta,miraba a cada persona que paseaba donde transitaba con su padre, sin parar de preguntarse que tipo de vida ocuparían,que futuro tendría ella,que pensarían cuando la viesen con aquellos ropajes, rotos y manchados por incontables travesuras que le gustaba cometer.
-Perdoname,hablo demadiao en ocasiones, no tengo intención de molestar
El joven le asintió a su pregunta, cogió las mangas y haciendo una doblez mas o menos igualada en ambas mangas,metió la aguja y lentamente fue dando pequeñas punzadas para que se sujetara mas o menos bien al estar rota por los lobos, como Eoghan le contó, sería más complicado al faltar mas tela.
-Tardaré el doble, pero trataré de que este bien remendado
Sin tomar descanso trató de acelerar el paso, pues ella notaba que tenía prisa. Estaba apunto de atardecer y en escasas horas sería de noche.No era recomendable continuar a esas horas por las calles de Lunargenta,pues los ladrones abundaban,lo cual tarde o temprano sería el punto de mira de uno de ellos.
Finalmente gracias a la paciencia y perfección , logró dejarlas en buen estado y le entregó la camisa al caballero.
-Te veo con prisa, quizás deberías aguardarte dentro de unas horas.Las calles no son seguras... Tómalo como un consejo
Runa Thorgil
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Re: La diversión y la desgracia [tema libre]
-No me molestas, no tengo nada que ocultar. -Dijo con una sonrisa resolutiva mientras la observaba trabajar y aprovechaba para tocarse un par de los morados que tenía de haber sido pateado y embestido contra las mesas del mercado. -No me corre prisa alguna, como si se hace de noche. Tómate tu tiempo.
Vale que las calles de Lunargenta pudieran ser peligrosas de noche, pero es que él también muchas veces se dedicaba a vagabundear por ellas con el solo objetivo de vigilar que las cosas fueran bien, al menos durante las semanas que había permanecido en la ciudad. La guardia no podía estar en todos sitios, y muchas veces pasaban de largo. Ese era el momento en que entraba él.
Sin embargo, ella llevaba un punto de razón en sus palabras: Estaba agotado y magullado. No eran heridas de gravedad, si no, no estaría allí si no en el hospital, pero sí que necesitaba algo de comer. Quizás en alguna de las posadas baratas tuvieran todavía las cocinas abiertas, porque lo que era aquel antro de mala muerte en el que él acostumbraba a alojarse, ya la habrían cerrado, y si estuviera abierto, no se extrañaría de que le sirvieran el caldo con un ratón muerto en vez de pollo dentro.
Hizo una mueca instintiva al recordar ese primer plato que le sirvieron y el cómo pasó aquella noche sin comer, y luego miró a Runa.
-Permaneceré unas semanas por aquí. Si me buscas, estaré alojado en el mesón Ratón de Mar -Le dijo. Sí, se alojaba en una taberna del puerto, no le quedaba otra y, si Runa se había pasado mínimamente por allí, sabría que era un lugar absurdo para quedarse, de hecho, era hasta más seguro dormir en la calle en comparación a aquel nido de ratas y matones.
Dicho dónde se alojaba, se levantó con tranquilidad y se vistió de nuevo ya con las ropas remendadas, y se estiró con un crujido de huesos. Se le notaba liberado, como poco, ahora que tenía una ropa más o menos decente, aunque no fuera nueva.
-Muchísimas gracias por los remiendos, Runa. -Le dijo sonriente antes de tomar su lanza del suelo y disponerse a partir entre los callejones de la ciudad, no sin antes dedicar a la joven una de sus habituales miradas amables. Había demostrado ser una buena chica y tener agallas, sería un placer tenerla a su lado en otra ocasión si los hados así lo terciaban.
Vale que las calles de Lunargenta pudieran ser peligrosas de noche, pero es que él también muchas veces se dedicaba a vagabundear por ellas con el solo objetivo de vigilar que las cosas fueran bien, al menos durante las semanas que había permanecido en la ciudad. La guardia no podía estar en todos sitios, y muchas veces pasaban de largo. Ese era el momento en que entraba él.
Sin embargo, ella llevaba un punto de razón en sus palabras: Estaba agotado y magullado. No eran heridas de gravedad, si no, no estaría allí si no en el hospital, pero sí que necesitaba algo de comer. Quizás en alguna de las posadas baratas tuvieran todavía las cocinas abiertas, porque lo que era aquel antro de mala muerte en el que él acostumbraba a alojarse, ya la habrían cerrado, y si estuviera abierto, no se extrañaría de que le sirvieran el caldo con un ratón muerto en vez de pollo dentro.
Hizo una mueca instintiva al recordar ese primer plato que le sirvieron y el cómo pasó aquella noche sin comer, y luego miró a Runa.
-Permaneceré unas semanas por aquí. Si me buscas, estaré alojado en el mesón Ratón de Mar -Le dijo. Sí, se alojaba en una taberna del puerto, no le quedaba otra y, si Runa se había pasado mínimamente por allí, sabría que era un lugar absurdo para quedarse, de hecho, era hasta más seguro dormir en la calle en comparación a aquel nido de ratas y matones.
Dicho dónde se alojaba, se levantó con tranquilidad y se vistió de nuevo ya con las ropas remendadas, y se estiró con un crujido de huesos. Se le notaba liberado, como poco, ahora que tenía una ropa más o menos decente, aunque no fuera nueva.
-Muchísimas gracias por los remiendos, Runa. -Le dijo sonriente antes de tomar su lanza del suelo y disponerse a partir entre los callejones de la ciudad, no sin antes dedicar a la joven una de sus habituales miradas amables. Había demostrado ser una buena chica y tener agallas, sería un placer tenerla a su lado en otra ocasión si los hados así lo terciaban.
Eoghan Lothannor
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Re: La diversión y la desgracia [tema libre]
En el momento que ella al fin consiguió acabar el trabajo,entregó las prendas a su legitimo dueño sin haber dicho más.
Espero, que los remiendos te duren un buen tiempo, si alguna vez te vuelve a pasar y estás por aquí, búscame y te haré de nuevo el favor
Eoghan parece que se lo probó, parece que todo estaba en orden,Runa había hecho un buen apaño.Aguantaría un gran tiempo,tendría quizás un año más con ella, todo dependía de la cantidad de peleas en las que se entrometiera para defender, como había hecho esta vez, o el recorrido que dedicará a sumar a su cifra.
Le dijo que se alojaría en el mesón Ratón de Mar, un sitio con la peor fama posible de la cuidad,ahí se arrejuntaban no solo mendigos y ladrones como ella, sino mercenarios y gente todavía más seria.
mmm...Ten cuidado allí, ese lugar es peligroso... Si deseas puedes hospedarte conmigo o con el viejo Willy,al menos no correrás el riesgo de ser acuchillado.
Parecía que sus palabras las tuvo en cuenta pero continuó con esa idea en mente, quizás no quería incordiarla más y necesitaba descansar para olvidarse de todo lo sucedido de hoy.Le regaló una alegre mirada a la muchacha y emprendió por su cuenta hacía a aquel mesón.
Eoghan, cuidate ¿vale?
Fueron las únicas palabras que le entregó agitando su mano mientras se despedía.Esperaba que un buen hombre como él estuviera bien, que por su bien esa misma noche no se metiera en ningún problema más.
Gracias
Runa se giró y subió al tejadillo entrando por una pequeña ventanita para aguardarse, de nuevo, estaba en su hogar.
Espero, que los remiendos te duren un buen tiempo, si alguna vez te vuelve a pasar y estás por aquí, búscame y te haré de nuevo el favor
Eoghan parece que se lo probó, parece que todo estaba en orden,Runa había hecho un buen apaño.Aguantaría un gran tiempo,tendría quizás un año más con ella, todo dependía de la cantidad de peleas en las que se entrometiera para defender, como había hecho esta vez, o el recorrido que dedicará a sumar a su cifra.
Le dijo que se alojaría en el mesón Ratón de Mar, un sitio con la peor fama posible de la cuidad,ahí se arrejuntaban no solo mendigos y ladrones como ella, sino mercenarios y gente todavía más seria.
mmm...Ten cuidado allí, ese lugar es peligroso... Si deseas puedes hospedarte conmigo o con el viejo Willy,al menos no correrás el riesgo de ser acuchillado.
Parecía que sus palabras las tuvo en cuenta pero continuó con esa idea en mente, quizás no quería incordiarla más y necesitaba descansar para olvidarse de todo lo sucedido de hoy.Le regaló una alegre mirada a la muchacha y emprendió por su cuenta hacía a aquel mesón.
Eoghan, cuidate ¿vale?
Fueron las únicas palabras que le entregó agitando su mano mientras se despedía.Esperaba que un buen hombre como él estuviera bien, que por su bien esa misma noche no se metiera en ningún problema más.
Gracias
Runa se giró y subió al tejadillo entrando por una pequeña ventanita para aguardarse, de nuevo, estaba en su hogar.
Runa Thorgil
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Re: La diversión y la desgracia [tema libre]
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Recordad poner [Cerrado] en el título del tema una vez se ha finalizado para evitar cualquier confusión. Gracias.
Sarez
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