[Cerrado] El vendedor de armas [Interpretativo-Libre]
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Re: [Cerrado] El vendedor de armas [Interpretativo-Libre]
Los pies del elfo, acostumbrados al más completo sigilo, característica esencial de un asesino, de enterraban torpemente en el fangoso suelo en cada paso, lo cual le irritaba ligeramente aunque no llegaba a demostrarlo por mero orgullo, de hecho, agradeció que la chica no podía ir más de prisa para no terminar haciendo el ridículo al resbalar torpemente cuando menos lo esperara -Puedes ir despacio, no es problema, Destino irá al paso que puedas marcar- De momento lo mejor sería aparentar que iba lento para esperarla a ella, aunque realmente los motivos eran otros más ligados a la infinita arrogancia del pelinegro.
Finalmente, con la ropa empapada y los pies cubiertos de barro, lograron llegar a una pequeña cueva en donde la dragona pensaba que podrían refugiarse los dos, a estas alturas y con lo que se había mojado poco le importaba llegar rápido, pero la tentación de caminar sobre suelo firme donde no se le hundieran los pies era la mayor de las motivaciones.
Destino apoyó una mano sobre la entrada que no era muy alta, y se agachó un poco para entrar sorprendiéndose luego al ver que el lugar era más espacioso de lo que parecía; mirar al piso le recordó un poco a la historia que había contado el mercader, sobre los cráneos y huesos dejados en el camino hacia la morada de aquel siniestro dragón -Tu morada es digna de leyenda- Dijo mientras señalaba dichos huesos a la chica, aunque sin saber si realmente aquellos eran los restos de sus víctimas o simplemente habían estado ahí desde antes.
El interior de la cueva, al llegar más allá de la dramática colección de huesos, parecía estar bien preparado, con algunas ramas que la dragona usó para improvisar una pequeña fogata, al igual que la chica, Destino se desprendió de una parte de su ropa, la que estaba más mojada y la colocó colgada de un pequeño saliente en la pared, quedándose solo con las espadas que colgaban en su espalda para luego acercarse lentamente a las llamas y mantenerse caliente, normalmente acostumbraba vivir a la intemperie, así que tal vez era la primera vez que buscaba refugio para mantenerse seguro -Pues...- Respondió un poco sorprendido por la pregunta que lo había tomado desprevenido, se sentó colocando a un lado una de sus espadas y dejando la otra para sacarla lentamente de su vaina -Destino necesita un buen herrero para reparar esta espada- Desenvainó entonces el arma que aunque se mantenía firme, pareció romperse con apenas unos instantes que la sostuvo, quedando ésta más bien con la apariencia de un látigo que sostenía pedazos de espada -Es un arma inigualable- Dijo con cierta emoción pero a la vez decepcionado porque el maestro herrero que había encontrado, había desaparecido después de ofrecerse a repararla -Hasta ahora no ha aparecido nadie capaz de repararla, pero todo llega para quien sabe esperar- Dijo con un tono esperanzador manteniendo la vista fija en las llamas.
Finalmente, con la ropa empapada y los pies cubiertos de barro, lograron llegar a una pequeña cueva en donde la dragona pensaba que podrían refugiarse los dos, a estas alturas y con lo que se había mojado poco le importaba llegar rápido, pero la tentación de caminar sobre suelo firme donde no se le hundieran los pies era la mayor de las motivaciones.
Destino apoyó una mano sobre la entrada que no era muy alta, y se agachó un poco para entrar sorprendiéndose luego al ver que el lugar era más espacioso de lo que parecía; mirar al piso le recordó un poco a la historia que había contado el mercader, sobre los cráneos y huesos dejados en el camino hacia la morada de aquel siniestro dragón -Tu morada es digna de leyenda- Dijo mientras señalaba dichos huesos a la chica, aunque sin saber si realmente aquellos eran los restos de sus víctimas o simplemente habían estado ahí desde antes.
El interior de la cueva, al llegar más allá de la dramática colección de huesos, parecía estar bien preparado, con algunas ramas que la dragona usó para improvisar una pequeña fogata, al igual que la chica, Destino se desprendió de una parte de su ropa, la que estaba más mojada y la colocó colgada de un pequeño saliente en la pared, quedándose solo con las espadas que colgaban en su espalda para luego acercarse lentamente a las llamas y mantenerse caliente, normalmente acostumbraba vivir a la intemperie, así que tal vez era la primera vez que buscaba refugio para mantenerse seguro -Pues...- Respondió un poco sorprendido por la pregunta que lo había tomado desprevenido, se sentó colocando a un lado una de sus espadas y dejando la otra para sacarla lentamente de su vaina -Destino necesita un buen herrero para reparar esta espada- Desenvainó entonces el arma que aunque se mantenía firme, pareció romperse con apenas unos instantes que la sostuvo, quedando ésta más bien con la apariencia de un látigo que sostenía pedazos de espada -Es un arma inigualable- Dijo con cierta emoción pero a la vez decepcionado porque el maestro herrero que había encontrado, había desaparecido después de ofrecerse a repararla -Hasta ahora no ha aparecido nadie capaz de repararla, pero todo llega para quien sabe esperar- Dijo con un tono esperanzador manteniendo la vista fija en las llamas.
Destino
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Re: [Cerrado] El vendedor de armas [Interpretativo-Libre]
Seguí la mirada del elfo hasta los huesos de mi comida, para luego observarlo a él con el comentario.- No son huesos de persona.- me excuse.- además, así nadie me quita el lugar mientras no estoy. Cuando me voy de una cueva los entierro para que otros puedan usarla.- explique sin dar más importancia a los despojos que yacían en el suelo.
Su respuesta mi pregunta no tenía nada de espectacular, en cambio lo que sí llamó mi atención fue esa peculiar arma rota que exhibía entre las manos. Me acerque aun hecha una bolita para poder pispearla más de cerca desde mi escondite detrás de mis propias rodillas, siguiendo el consejo que el vampiro me había dado de cubrirme delante de extraños.
-Nunca había visto una espada fraccionada de esa manera.- Habría pensado que eso era lo que estaba roto de no haber sido todos los fragmentos del mismo tamaño de modo que pareciera cortada o forjada así a propósito. Miré la misma intentando adivinar qué podía ser lo que no funcionaba si aquella partición era intencionada, y solo se me ocurrió, que no podía mantenerla entera siendo un arma que cambiaba de forma.
-¿Como se usa?.- extendí la mano intentando tocarla pero me detuve a medio camino, considerando que aquello podía molestarle. Separe finalmente los ojos de la espada para fijarlos en los de mi interlocutor esperando escuchar sobre aquel objeto al que parecía tenerle bastante apreció data e información.
-Destino parece una persona paciente.- murmure cuando repitió la misma expresión que antes cuando se había negado a dar una respuesta concreta sobre su peculiar forma de referirse a sí mismo. Quizás era muy viejo, pero sus rasgos no me daban ninguna pista, como tampoco me los había dado el vampiro de más de un siglo a quien había intuido erróneamente mucho más joven durante todas nuestras andanzas.
La verdad es que resultaba bastante incómodo estar plegada de esa forma, y el frío apremiaba, y aunque el fuego calmaba el viento de los últimos días de invierno, no llegaba al centro de mi cuerpo sobre el que me encontraba encorvada para cubrirlo. Quizás debería haber hecho como mi compañero elfo y no desprenderme de toda la ropa, o imitar la idea extraña del señor Curgo y hacerme otro traje de hojas imitando la peculiar técnica de los aborígenas de las islas illidienses, pero ahora ya era muy tarde para aquello.
-¿Destino sabe leer?.- pregunte esperanzada de poder comunicarme con él por escrito en vez de con la palabra, y descansar mucho más cómoda en mi cuerpo de leviatán que cabía perfectamente en la estancia y me daría más libertad de movimiento.
Su respuesta mi pregunta no tenía nada de espectacular, en cambio lo que sí llamó mi atención fue esa peculiar arma rota que exhibía entre las manos. Me acerque aun hecha una bolita para poder pispearla más de cerca desde mi escondite detrás de mis propias rodillas, siguiendo el consejo que el vampiro me había dado de cubrirme delante de extraños.
-Nunca había visto una espada fraccionada de esa manera.- Habría pensado que eso era lo que estaba roto de no haber sido todos los fragmentos del mismo tamaño de modo que pareciera cortada o forjada así a propósito. Miré la misma intentando adivinar qué podía ser lo que no funcionaba si aquella partición era intencionada, y solo se me ocurrió, que no podía mantenerla entera siendo un arma que cambiaba de forma.
-¿Como se usa?.- extendí la mano intentando tocarla pero me detuve a medio camino, considerando que aquello podía molestarle. Separe finalmente los ojos de la espada para fijarlos en los de mi interlocutor esperando escuchar sobre aquel objeto al que parecía tenerle bastante apreció data e información.
-Destino parece una persona paciente.- murmure cuando repitió la misma expresión que antes cuando se había negado a dar una respuesta concreta sobre su peculiar forma de referirse a sí mismo. Quizás era muy viejo, pero sus rasgos no me daban ninguna pista, como tampoco me los había dado el vampiro de más de un siglo a quien había intuido erróneamente mucho más joven durante todas nuestras andanzas.
La verdad es que resultaba bastante incómodo estar plegada de esa forma, y el frío apremiaba, y aunque el fuego calmaba el viento de los últimos días de invierno, no llegaba al centro de mi cuerpo sobre el que me encontraba encorvada para cubrirlo. Quizás debería haber hecho como mi compañero elfo y no desprenderme de toda la ropa, o imitar la idea extraña del señor Curgo y hacerme otro traje de hojas imitando la peculiar técnica de los aborígenas de las islas illidienses, pero ahora ya era muy tarde para aquello.
-¿Destino sabe leer?.- pregunte esperanzada de poder comunicarme con él por escrito en vez de con la palabra, y descansar mucho más cómoda en mi cuerpo de leviatán que cabía perfectamente en la estancia y me daría más libertad de movimiento.
Arygos Valnor
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Re: [Cerrado] El vendedor de armas [Interpretativo-Libre]
Tal vez porque la poca luz no le permitiera ver mejor, o tal vez porque su curiosidad le imploraba ver con más detalle, la chica se acercó curiosa para tratar de observar la espada acortando la distancia -Es una espada látigo- Explicó el elfo de manera paciente aunque tratando de no ser muy detallado pues al no llevar arma alguna la dragona, asumía que era una criatura pacífica que incluso podría odiar ese tipo de instrumentos -Se supone que debería poder estirarse y recogerse a voluntad del portador, pero Destino no consigue hacer que se mantenga unida- Esta vez había cierta frustración en las palabras del pelinegro -Es producto de esa extraña magia que los biocibernéticos llaman “Tecnología” y que Destino lo logra comprender- Sin darse cuenta había hablado con bastante confianza y libertad, así que al notarlo guardó silencio y simplemente extendió la espada en forma de semicírculo alrededor de la improvisada fogata dejándola por si la chica tenía la curiosidad de tocarla.
En el piso junto a la otra espada, reposaba también el guante que tan útil le había resultado y a la vez, la única arma que conservaba desde sus tiempos antes de ser atrapado -Esto funciona como un aguijón- Aclaró mientras colocaba la pieza cerca de ella con cuidado de no quemarse -Tiene pequeños contenedores que almacenan venenos y estos se inyectan a través de las agujas en los dedos, Destino es un... Cazador- Corrigió rápidamente antes de terminar diciendo otra cosa que pudiera asustar a la chica -La paciencia es una virtud- Respondió rápidamente para darle la razón a la chica en su sospecha -Destino acostumbra planificar sus acciones y no tomar decisiones al azar- Esta vez dejaría salir un poco de cizañosa ironía -Por ejemplo, para no dejarse llevar por emociones e impulsos y hacer que lo maten con la esperanza de forjar objetos con sus huesos- A pesar de decirlo en un tono un tanto indirecto, en el fondo buscaba recordarle a la chica que a veces había que ser más sensato -No es bueno actuar siempre con el cerebro como hace Destino, ni tampoco dejarse llevar por el corazón como cierta dragona- Dijo finalmente antes de cambiar de tema para no saturarla con el mismo sermón.
La joven parecía un poco incómoda en su posición actual, y de hecho al elfo le resultaba un poco extraña su libertad para desprenderse de su ropa de esa manera, cosa que también, podría resultarle peligrosa a la chica si lo hacía con frecuencia, aunque en aquel momento le había parecido un gesto de confianza y libertad -Destino sabe leer y escribir- Dijo el elfo mientras llevaba su mano al piso y tras iluminar la punta de su dedo índice comenzaba a escribir en el suelo el nombre de la dragona -Arygos- Quedaría marcado de forma casi imperceptible aunque al cabo de apenas unos instantes cada una de las letras comenzarían a emitir un leve brillo que se haría cada vez más brillante para luego desaparecer -¿Por qué la pregunta?- Respondió con curiosidad.
En el piso junto a la otra espada, reposaba también el guante que tan útil le había resultado y a la vez, la única arma que conservaba desde sus tiempos antes de ser atrapado -Esto funciona como un aguijón- Aclaró mientras colocaba la pieza cerca de ella con cuidado de no quemarse -Tiene pequeños contenedores que almacenan venenos y estos se inyectan a través de las agujas en los dedos, Destino es un... Cazador- Corrigió rápidamente antes de terminar diciendo otra cosa que pudiera asustar a la chica -La paciencia es una virtud- Respondió rápidamente para darle la razón a la chica en su sospecha -Destino acostumbra planificar sus acciones y no tomar decisiones al azar- Esta vez dejaría salir un poco de cizañosa ironía -Por ejemplo, para no dejarse llevar por emociones e impulsos y hacer que lo maten con la esperanza de forjar objetos con sus huesos- A pesar de decirlo en un tono un tanto indirecto, en el fondo buscaba recordarle a la chica que a veces había que ser más sensato -No es bueno actuar siempre con el cerebro como hace Destino, ni tampoco dejarse llevar por el corazón como cierta dragona- Dijo finalmente antes de cambiar de tema para no saturarla con el mismo sermón.
La joven parecía un poco incómoda en su posición actual, y de hecho al elfo le resultaba un poco extraña su libertad para desprenderse de su ropa de esa manera, cosa que también, podría resultarle peligrosa a la chica si lo hacía con frecuencia, aunque en aquel momento le había parecido un gesto de confianza y libertad -Destino sabe leer y escribir- Dijo el elfo mientras llevaba su mano al piso y tras iluminar la punta de su dedo índice comenzaba a escribir en el suelo el nombre de la dragona -Arygos- Quedaría marcado de forma casi imperceptible aunque al cabo de apenas unos instantes cada una de las letras comenzarían a emitir un leve brillo que se haría cada vez más brillante para luego desaparecer -¿Por qué la pregunta?- Respondió con curiosidad.
Destino
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Re: [Cerrado] El vendedor de armas [Interpretativo-Libre]
Escuché con suma atención la explicación sobre sus armas, aprovechando para rozar sus superficies con cuidado con las yemas de los dedos cuando las extendió para que quedaran a mi alcance, tomándolo como una invitación a explorarlas.
-Yo tampoco logro entender a los biocibernéticos, son criaturas extrañas… y su ciudad es un lugar realmente aterrador.- murmuré mientras seguía observando con suma curiosidad los distintos eslabones que formaban esa extraña espada metamorfa. Me hubiera gustado ver como funcionaba correctamente, lastima que estaba rota.
Me fijé entonces que el guantelete también estaba en el suelo, y alargué las manos hasta alcanzarlo, si me lo hubiera puesto me hubiera quedado sumamente inmenso. Aunque era una garra, la falta de armadura o protección en su cuerpo descartaba que fuera un arma que pudiera usar con bestias salvajes sin correr un grave peligro, por lo que esa clase de armas cuerpo a cuerpo, debían de servir sobre todo con criaturas que pudiera pelear a corta distancia y fueran de un tamaño medio. Después del mercader no me hizo falta usar demasiado mi imaginación para saber para qué tipo de criaturas resultaban idóneas.
-Destino caza humanoides.- Corregí dejando la garra a un costado tras haber quedado satisfecha con mi examen. Después de ver que clase de calaña se podía encontrar por Aerandir, podía entender la necesidad de que hubieran cazadores.
-Intentan forjar cosas con mis huesos aun cuando no reprendo a mercaderes mentirosos que profanan tumbas sagradas.- alce la mirada, dejando completamente de lado su armamento.- Además puedo volar. Tengo facilidades para huir.-resoplé por la nariz. Parecía ser demasiado a menudo en el que la gente se olvidaba de que era un dragón, y de que, aunque no comía humanos, podría haberlo hecho de haber querido, fisicamente cabían en mi estomago, y su piel y su carne eran lo suficientemente blandos como para que lo desgarrarse con los dientes.
Un suspiro de alivio escapó entre mis labios cuando vi que sabía escribir, pregunta que con demasiada frecuencia había recibido una respuesta negativa.-¿Como has hecho que brille?.- murmure asombrada al ver el fulgor de mi nombre en la tierra, encorvándome hacia el mismo como si de esa forma pudiera desentrañar su misterio, aunque su pregunta me hizo alzar de nuevo el rostro para responder.- Acostumbro a estar en mi forma normal siempre que puedo, pero como la gente no entiende los rugidos y los gestos, escribo en el suelo con las zarpas. Pero cuando otros no saben leer, resulta inconveniente.-dije dejándome caer de costado en la misma postura, rodeando mis rodillas con los brazos, y apoyando la mejilla en el tibio suelo de piedra adyacente a la fogata.- Además, un amigo mio se asustó con la idea de que fuera en paños menores, así que asumo que por alguna razón está mal aún cuando es inevitable. Por alguna razón no lo está si mi cuerpo es el de un dragón.-sentencié antes de volver a cambiar tranquilamente hasta convertirme en un mediano leviatán blanco, cómodamente enroscado sobre sí mismo. La postura en la que había permanecido, bastante incómoda para un cuerpo humano, lucia perfectamente natural ahora que la metamorfosis había terminado.
-Yo tampoco logro entender a los biocibernéticos, son criaturas extrañas… y su ciudad es un lugar realmente aterrador.- murmuré mientras seguía observando con suma curiosidad los distintos eslabones que formaban esa extraña espada metamorfa. Me hubiera gustado ver como funcionaba correctamente, lastima que estaba rota.
Me fijé entonces que el guantelete también estaba en el suelo, y alargué las manos hasta alcanzarlo, si me lo hubiera puesto me hubiera quedado sumamente inmenso. Aunque era una garra, la falta de armadura o protección en su cuerpo descartaba que fuera un arma que pudiera usar con bestias salvajes sin correr un grave peligro, por lo que esa clase de armas cuerpo a cuerpo, debían de servir sobre todo con criaturas que pudiera pelear a corta distancia y fueran de un tamaño medio. Después del mercader no me hizo falta usar demasiado mi imaginación para saber para qué tipo de criaturas resultaban idóneas.
-Destino caza humanoides.- Corregí dejando la garra a un costado tras haber quedado satisfecha con mi examen. Después de ver que clase de calaña se podía encontrar por Aerandir, podía entender la necesidad de que hubieran cazadores.
-Intentan forjar cosas con mis huesos aun cuando no reprendo a mercaderes mentirosos que profanan tumbas sagradas.- alce la mirada, dejando completamente de lado su armamento.- Además puedo volar. Tengo facilidades para huir.-resoplé por la nariz. Parecía ser demasiado a menudo en el que la gente se olvidaba de que era un dragón, y de que, aunque no comía humanos, podría haberlo hecho de haber querido, fisicamente cabían en mi estomago, y su piel y su carne eran lo suficientemente blandos como para que lo desgarrarse con los dientes.
Un suspiro de alivio escapó entre mis labios cuando vi que sabía escribir, pregunta que con demasiada frecuencia había recibido una respuesta negativa.-¿Como has hecho que brille?.- murmure asombrada al ver el fulgor de mi nombre en la tierra, encorvándome hacia el mismo como si de esa forma pudiera desentrañar su misterio, aunque su pregunta me hizo alzar de nuevo el rostro para responder.- Acostumbro a estar en mi forma normal siempre que puedo, pero como la gente no entiende los rugidos y los gestos, escribo en el suelo con las zarpas. Pero cuando otros no saben leer, resulta inconveniente.-dije dejándome caer de costado en la misma postura, rodeando mis rodillas con los brazos, y apoyando la mejilla en el tibio suelo de piedra adyacente a la fogata.- Además, un amigo mio se asustó con la idea de que fuera en paños menores, así que asumo que por alguna razón está mal aún cuando es inevitable. Por alguna razón no lo está si mi cuerpo es el de un dragón.-sentencié antes de volver a cambiar tranquilamente hasta convertirme en un mediano leviatán blanco, cómodamente enroscado sobre sí mismo. La postura en la que había permanecido, bastante incómoda para un cuerpo humano, lucia perfectamente natural ahora que la metamorfosis había terminado.
Arygos Valnor
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Re: [Cerrado] El vendedor de armas [Interpretativo-Libre]
El tiempo transcurría despacio, afuera la lluvia no parecía ceder en absoluto e incluso parecía hacerse cada vez más intensa y fuerte, dentro del arcaico refugio, la chica se dedicó a tocar las armas con curiosidad mientras escuchaba la explicación, para luego insinuar no solo que conocía algún biocibernético, sino que además había visitado su ciudad ¿Tenían una ciudad? Podía ser el lugar indicado para tratar de reparar la espada; el elfo se emocionó por un momento ante aquella posibilidad que luego le fue arrebatada por la lógica realidad, considerando que el arma la había tomado de mala manera, lo más probable es que se negaran a repararla o incluso que se la intentaran arrebatar, por lo que ir allá resultaría demasiado imprudente, así que simplemente guardó silencio evitando continuar el tema por ese camino.
Una rápida y perspicaz cadena de suposiciones pudieron haber llevado a la joven a la inevitable conclusión de que Destino era un cazador de hombres, aunque la realidad era un poco peor que eso, pues el término correcto era asesino, aunque de momento cazador sonaba bastante bien -Sí, así es- Respondió el pelinegro sin darle más vueltas al asunto, era lo que era y hacía lo que hacía, la chica parecía demasiado lista como para cualquier invento que al pelinegro se le pudiera ocurrir en ese momento, aunque de igual modo el tema cambió drásticamente gracias a los argumentos defensivos de la dragona -Confías mucho en tus propias habilidades, tal vez demasiado- Advirtió Destino de nuevo en tono serio -Si algo tienen los humanos, es inventiva, a pesar de sus limitaciones se ingenian métodos y artefactos para luchar contra cualquier cosa, jamás debes tomar a un enemigo a la ligera- Tal vez la chica tenía razón y podría sobrevivir con facilidad a muchos enfrentamientos, pero inevitablemente, en algún momento, en algún lugar, aparecería alguien que la tomara desprevenida.
Pareció sentirse impresionada o al menos atraída por el llamativo brillo de su nombre en el piso -Magia de luz- Respondió el pelinegro con cierto orgullo, aunque de momento no era mucho lo que podía hacer, cualquier cosa le servía de práctica para mejorar en el control de la misma -Eres bastante extraña, la desnudez es algo que generalmente reservas para una persona especial, con quien vayas a formar una familia, es lo normal en la mayoría de las razas- Manifestó aunque bastante tranquilo pues no le incomodaba ni tampoco le importaba la desnudez de la pequeña o incluso la suya propia -El cuerpo de un dragón no despierta interés sexual en un hombre, pero el de una chica humana sí lo hace, es una gran diferencia- Resultaba un tanto difícil explicarle la relevancia de un asunto que para él mismo resultaba un tanto irrelevante, sin embargo se esforzaba por hacerse entender -Destino ha leído que algunos dragones pueden alterar solamente algunas partes de su cuerpo, haciendo crecer sus alas para volar aunque mantengan su cuerpo humano ¿Tú puedes?- Preguntó con la esperanza de obtener una demostración de ello.
Una rápida y perspicaz cadena de suposiciones pudieron haber llevado a la joven a la inevitable conclusión de que Destino era un cazador de hombres, aunque la realidad era un poco peor que eso, pues el término correcto era asesino, aunque de momento cazador sonaba bastante bien -Sí, así es- Respondió el pelinegro sin darle más vueltas al asunto, era lo que era y hacía lo que hacía, la chica parecía demasiado lista como para cualquier invento que al pelinegro se le pudiera ocurrir en ese momento, aunque de igual modo el tema cambió drásticamente gracias a los argumentos defensivos de la dragona -Confías mucho en tus propias habilidades, tal vez demasiado- Advirtió Destino de nuevo en tono serio -Si algo tienen los humanos, es inventiva, a pesar de sus limitaciones se ingenian métodos y artefactos para luchar contra cualquier cosa, jamás debes tomar a un enemigo a la ligera- Tal vez la chica tenía razón y podría sobrevivir con facilidad a muchos enfrentamientos, pero inevitablemente, en algún momento, en algún lugar, aparecería alguien que la tomara desprevenida.
Pareció sentirse impresionada o al menos atraída por el llamativo brillo de su nombre en el piso -Magia de luz- Respondió el pelinegro con cierto orgullo, aunque de momento no era mucho lo que podía hacer, cualquier cosa le servía de práctica para mejorar en el control de la misma -Eres bastante extraña, la desnudez es algo que generalmente reservas para una persona especial, con quien vayas a formar una familia, es lo normal en la mayoría de las razas- Manifestó aunque bastante tranquilo pues no le incomodaba ni tampoco le importaba la desnudez de la pequeña o incluso la suya propia -El cuerpo de un dragón no despierta interés sexual en un hombre, pero el de una chica humana sí lo hace, es una gran diferencia- Resultaba un tanto difícil explicarle la relevancia de un asunto que para él mismo resultaba un tanto irrelevante, sin embargo se esforzaba por hacerse entender -Destino ha leído que algunos dragones pueden alterar solamente algunas partes de su cuerpo, haciendo crecer sus alas para volar aunque mantengan su cuerpo humano ¿Tú puedes?- Preguntó con la esperanza de obtener una demostración de ello.
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Re: [Cerrado] El vendedor de armas [Interpretativo-Libre]
"Tengo mas instinto de supervivencia del que pueda parecer" aseveré en el suelo con mi garra por su comentario de la inventiva humana. No tendía a provocar conflictos de forma innecesaria, y cuando una situación me superaba, era lo suficientemente prudente como para huir.
Magia de luz, aquella palabra se quedo en mi mente, era la primera vez que veía cómo la usaban, aunque me hacía acordar a la runa de tiza que había usado Vincent cuando me lastime, sobre mis escamas. Magia, siempre había sido algo que había admirado y envidiado un poco, aunque yo poseía la capacidad de usar el agua, no tenía el mismo manejo que había leído tenían los tensai, ni tenía un don tan útil como el del pueblo de los elfos, de quienes había oído, todos eran capaces de sanar con su magia.
El elfo se dignó a darme más datos sobre aquella parte de la interacción y reacciones humanas que no entendía o me parecían algo ridículas, empezando con una afirmación que e hizo parpadear un par de veces asombrada.
"¿Porque soy extraña?... además, siempre voy desnuda, ¿Vió alguna vez a un dragón con ropa?" Siempre me había considerado como una dragona bastante normal. La imagen de uno de los míos cubriendo con telas el escamoso cuerpo me parecía incómoda, y como poco, sumamente ridícula.
Al menos había aprendido algo, desnudarse ante alguien era equivalente a demostrar interés en formar una familia en conjunto.
Pero antes de que le viera siquiera leer mi mensaje, el elfo empezó a responder a mi pregunta. Algo que pocas veces sucedía y que tenía que admitir, resultaba sumamente cómodo. Yo que pensaba que ya tenía todos los datos como para hacerme una idea bastante exacta, y él mencionó un término que no había escuchado hasta el momento, en todos los meses que llevaba explorando aerandir.
"¿Que es el interés sexual? Nunca lo había escuchado."
Pero el elfo también tenía su dosis de pregunta, si no era correcto que solo le hiciera responder sin ignorarme a saciar también su curiosidad.
"Nunca lo intenté, imagino que podría si practicase mucho, no lo se, ¿Porque querría tener solo una parte de un dragón si puedo ser un dragón?" Tomar una parte dracónida era como marcar mi raza, asi que hacerlo en una aldea atraería a mercenarios y gente de mala moral el mismo modo en el que lo hacía mi forma dracónida, y en los lugares en los que podía ir como un leviatán, ¿Porque me iba a conformar en tener solo una parte de mi cuerpo? No tenía mucho sentido desde mi punto de vista, aunque quizás había algo que se me estaba escapando.
Puede que preguntara en casa al llegar, pero dudaba seriamente de que supieran mucho de aquello.
Magia de luz, aquella palabra se quedo en mi mente, era la primera vez que veía cómo la usaban, aunque me hacía acordar a la runa de tiza que había usado Vincent cuando me lastime, sobre mis escamas. Magia, siempre había sido algo que había admirado y envidiado un poco, aunque yo poseía la capacidad de usar el agua, no tenía el mismo manejo que había leído tenían los tensai, ni tenía un don tan útil como el del pueblo de los elfos, de quienes había oído, todos eran capaces de sanar con su magia.
El elfo se dignó a darme más datos sobre aquella parte de la interacción y reacciones humanas que no entendía o me parecían algo ridículas, empezando con una afirmación que e hizo parpadear un par de veces asombrada.
"¿Porque soy extraña?... además, siempre voy desnuda, ¿Vió alguna vez a un dragón con ropa?" Siempre me había considerado como una dragona bastante normal. La imagen de uno de los míos cubriendo con telas el escamoso cuerpo me parecía incómoda, y como poco, sumamente ridícula.
Al menos había aprendido algo, desnudarse ante alguien era equivalente a demostrar interés en formar una familia en conjunto.
Pero antes de que le viera siquiera leer mi mensaje, el elfo empezó a responder a mi pregunta. Algo que pocas veces sucedía y que tenía que admitir, resultaba sumamente cómodo. Yo que pensaba que ya tenía todos los datos como para hacerme una idea bastante exacta, y él mencionó un término que no había escuchado hasta el momento, en todos los meses que llevaba explorando aerandir.
"¿Que es el interés sexual? Nunca lo había escuchado."
Pero el elfo también tenía su dosis de pregunta, si no era correcto que solo le hiciera responder sin ignorarme a saciar también su curiosidad.
"Nunca lo intenté, imagino que podría si practicase mucho, no lo se, ¿Porque querría tener solo una parte de un dragón si puedo ser un dragón?" Tomar una parte dracónida era como marcar mi raza, asi que hacerlo en una aldea atraería a mercenarios y gente de mala moral el mismo modo en el que lo hacía mi forma dracónida, y en los lugares en los que podía ir como un leviatán, ¿Porque me iba a conformar en tener solo una parte de mi cuerpo? No tenía mucho sentido desde mi punto de vista, aunque quizás había algo que se me estaba escapando.
Puede que preguntara en casa al llegar, pero dudaba seriamente de que supieran mucho de aquello.
Arygos Valnor
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Re: [Cerrado] El vendedor de armas [Interpretativo-Libre]
El elfo sonrió ante los constantes argumentos defensivos de la dragona que parecían inagotables así que al final dejó de insistir en el tema a la joven que parecía un poco impresionada por la vistosidad que generaba la magia de luz de Destino y de los elfos ofensivos en general; el elfo se sentía a la vez intrigado e identificado con la chica, desconocía aspectos que resultaban fundamentales para la convivencia con otras razas, pero a la vez lo asumía con tal naturalidad que resultaba incluso un poco adorable; el mismo elfo se había tropezado con actividades y actitudes que a su juicio rayaban en lo ridículo, así como también algunas cosas que en sus tiempos habrían resultado completamente irracionales.
Tal vez Destino supiera muchas cosas que ella no, pero aquello también aplicaba a la inversa, y habían muchas cosas naturales para la dragona y de las que el pelinegro no tenía la menor idea, aunque ninguna idea lo habría preparado jamás para responder lo que ahora preguntaba la chica -Interés sexual es...- Dijo él buscando las palabras correctas para explicar aquella compleja idea -Pues...- Realmente le costaba encontrar las palabras correctas para definir aquello, así que lo haría con un ejemplo -Tal vez los dragones solo se aparean para crear descendencia, pero los humanos lo hacen por mera diversión, también los vampiros e incluso algunos elfos en determinados momentos- Explicó para introducirla lentamente en el tema -Interés sexual es lo que te hace desear aparearte con alguien pero sin la intención de procrear- Dijo finalmente al encontrar la idea que le pareció correcta, pero dicho así sonaba completamente ilógico. Aparearse sin desear procrear sonaba como a comer sin querer quitarse el hambre, pero esa idea era justamente la que usaría para explicarle por medio de una apetitosa metáfora -Generalmente una persona come cuando tiene hambre, y lo hace para saciarla, para cumplir con una necesidad biológica- Explicó mientras con la punta del dedo índice de su mano derecha comenzaba a dejar en el aire una estela de luz que parecía tomar la forma de una manzana -Pero hay ocasiones en las que incluso sin tener hambre, una persona desea comer algo solo porque sabe bien, solo por disfrutar de ello en ese momento- No se le podría ocurrir ninguna explicación mejor que esa.
Afortunadamente la pregunta del elfo hizo cambiar de dirección el tema, aunque la respuesta de la dragona solo generó más preguntas en la mente del elfo -En algún momento podrías estar en un espacio cerrado, donde tu forma de dragón no pueda moverse con libertad, tu forma humana suele ser menos ágil, por lo que tener un par de alas en ese cuerpo te permitiría viajar más de prisa sin pensar en que tu cuerpo pueda o no caber en determinados espacios- Uno de los peores males de Destino era su constante sensación de persecución, y eso mismo aunque servía para mantenerlo a salvo, también lo llevaba a imaginar situaciones hipotéticas en donde sus condiciones lo convirtieran en un blanco vulnerable y fácil, debía conocer a fondo sus debilidades pues así como él, cualquier otro podría conocerlas antes y sacar ventaja de ello.
Tal vez Destino supiera muchas cosas que ella no, pero aquello también aplicaba a la inversa, y habían muchas cosas naturales para la dragona y de las que el pelinegro no tenía la menor idea, aunque ninguna idea lo habría preparado jamás para responder lo que ahora preguntaba la chica -Interés sexual es...- Dijo él buscando las palabras correctas para explicar aquella compleja idea -Pues...- Realmente le costaba encontrar las palabras correctas para definir aquello, así que lo haría con un ejemplo -Tal vez los dragones solo se aparean para crear descendencia, pero los humanos lo hacen por mera diversión, también los vampiros e incluso algunos elfos en determinados momentos- Explicó para introducirla lentamente en el tema -Interés sexual es lo que te hace desear aparearte con alguien pero sin la intención de procrear- Dijo finalmente al encontrar la idea que le pareció correcta, pero dicho así sonaba completamente ilógico. Aparearse sin desear procrear sonaba como a comer sin querer quitarse el hambre, pero esa idea era justamente la que usaría para explicarle por medio de una apetitosa metáfora -Generalmente una persona come cuando tiene hambre, y lo hace para saciarla, para cumplir con una necesidad biológica- Explicó mientras con la punta del dedo índice de su mano derecha comenzaba a dejar en el aire una estela de luz que parecía tomar la forma de una manzana -Pero hay ocasiones en las que incluso sin tener hambre, una persona desea comer algo solo porque sabe bien, solo por disfrutar de ello en ese momento- No se le podría ocurrir ninguna explicación mejor que esa.
Afortunadamente la pregunta del elfo hizo cambiar de dirección el tema, aunque la respuesta de la dragona solo generó más preguntas en la mente del elfo -En algún momento podrías estar en un espacio cerrado, donde tu forma de dragón no pueda moverse con libertad, tu forma humana suele ser menos ágil, por lo que tener un par de alas en ese cuerpo te permitiría viajar más de prisa sin pensar en que tu cuerpo pueda o no caber en determinados espacios- Uno de los peores males de Destino era su constante sensación de persecución, y eso mismo aunque servía para mantenerlo a salvo, también lo llevaba a imaginar situaciones hipotéticas en donde sus condiciones lo convirtieran en un blanco vulnerable y fácil, debía conocer a fondo sus debilidades pues así como él, cualquier otro podría conocerlas antes y sacar ventaja de ello.
Destino
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Re: [Cerrado] El vendedor de armas [Interpretativo-Libre]
Cómodamente doblada sobre mi misma, con el cuello girado y el mentón recostado sobre mi lomo observaba al elfo fijamente, escuchando cada una de sus palabras como si contuvieran grandes dosis de sabiduría. la verdad es que como más hablaba más me daba la sensación de tenía mucho más conocimiento del que yo poseía, y, aunque sus explicaciones parecían algo confusas al principio, lograba cerrar las ideas de un modo comprensible.
Y además me había hecho entrar hambre, o más bien gula con su analogía sobre la comida.
"Nunca le pregunté, cuando vuelva a ver a mi familia lo haré." escribí en el suelo, sobre su acotación de los motivos por los que podía o no mi raza procrear, tema al que no le había dado importancia alguna hasta que resultó ser una mención recurrente, tanto por los extraños rituales para llamar la atención que había observado, como por las advertencias y comentarios sobre mi desnudez cuando aún no había comprado ropajes mágicos.
Aún tenía bastantes dudas sobre el tema, cómo, por qué si era como compartir comida, y no tenía ninguna repercusión como la crianza de una descendencia, la gente alertaba tanto sobre tener cuidado al respecto. ¿No se suponía que era una actividad divertida según las propias palabras del elfo? De todos modos, no se veía especialmente cómodo con el tema, por el modo en el que se detenía al hablar para buscar las palabras.
Su perfecta justificación sobre la utilidad de una metamorfosis parcial me hicieron empezar a plantearme el tratar de aprender esa clase de conversión, aunque personalmente no me había visto envuelta en situaciones donde tuviera problemas de espacio, si era cierto que con la mala suerte que había tenido en algunos encuentros, no sería una precaución mal recibida el disponer de aquella herramienta.
"Destino es muy audaz." Garabatee con la zarpa entre ambos. "Cuando vuelva a dundarak veré si puedo aprender a hacer eso." Por otro lado poder mantener mi cola y mis alas en mi forma humana quizás me facilitaran el movimiento, era extraño disponer de menos apéndices, y aunque quizás era exagerar, me hacía sentir como suponía que lo hacían los mendigos de las ciudades con miembros amputados que vivían de limosnas.
"Destino parece saber muchas cosas" Como la abuela theragon, aunque era una acotación que podía tomarse de forma ofensiva, así que me la guardé para mí misma."Me gustaría escuchar tu historia, si no te importa hablar de ello." Escribí en la tierra, con toda la prudencia que fui capaz, dado que ya había mencionado antes no querer tocar el tema de su nombre.
Tras escribir esa última oración, gire vagamente la cabeza para mirarle fijamente, sin siquiera parpadear, esperando desde lo más profundo una respuesta afirmativa, y alguna enriquecedora historia que me permitiera aprender más sobre el mundo que me rodeaba. Tenía la sensación de que ya estaba siendo un encuentro bastante didáctico hasta el momento, pero como siempre decían en la cueva, el saber no ocupa lugar.
Y además me había hecho entrar hambre, o más bien gula con su analogía sobre la comida.
"Nunca le pregunté, cuando vuelva a ver a mi familia lo haré." escribí en el suelo, sobre su acotación de los motivos por los que podía o no mi raza procrear, tema al que no le había dado importancia alguna hasta que resultó ser una mención recurrente, tanto por los extraños rituales para llamar la atención que había observado, como por las advertencias y comentarios sobre mi desnudez cuando aún no había comprado ropajes mágicos.
Aún tenía bastantes dudas sobre el tema, cómo, por qué si era como compartir comida, y no tenía ninguna repercusión como la crianza de una descendencia, la gente alertaba tanto sobre tener cuidado al respecto. ¿No se suponía que era una actividad divertida según las propias palabras del elfo? De todos modos, no se veía especialmente cómodo con el tema, por el modo en el que se detenía al hablar para buscar las palabras.
Su perfecta justificación sobre la utilidad de una metamorfosis parcial me hicieron empezar a plantearme el tratar de aprender esa clase de conversión, aunque personalmente no me había visto envuelta en situaciones donde tuviera problemas de espacio, si era cierto que con la mala suerte que había tenido en algunos encuentros, no sería una precaución mal recibida el disponer de aquella herramienta.
"Destino es muy audaz." Garabatee con la zarpa entre ambos. "Cuando vuelva a dundarak veré si puedo aprender a hacer eso." Por otro lado poder mantener mi cola y mis alas en mi forma humana quizás me facilitaran el movimiento, era extraño disponer de menos apéndices, y aunque quizás era exagerar, me hacía sentir como suponía que lo hacían los mendigos de las ciudades con miembros amputados que vivían de limosnas.
"Destino parece saber muchas cosas" Como la abuela theragon, aunque era una acotación que podía tomarse de forma ofensiva, así que me la guardé para mí misma."Me gustaría escuchar tu historia, si no te importa hablar de ello." Escribí en la tierra, con toda la prudencia que fui capaz, dado que ya había mencionado antes no querer tocar el tema de su nombre.
Tras escribir esa última oración, gire vagamente la cabeza para mirarle fijamente, sin siquiera parpadear, esperando desde lo más profundo una respuesta afirmativa, y alguna enriquecedora historia que me permitiera aprender más sobre el mundo que me rodeaba. Tenía la sensación de que ya estaba siendo un encuentro bastante didáctico hasta el momento, pero como siempre decían en la cueva, el saber no ocupa lugar.
Arygos Valnor
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Re: [Cerrado] El vendedor de armas [Interpretativo-Libre]
De momento, cesar era algo que al parecer no figuraba en lo planes de la lluvia que ahora incluso con fuertes vientos se escuchaba estrellarse contra las paredes de la caverna, incluso en ocasiones, alguna que otra ventisca se colaba hasta el fondo y amenazando con apagar la fogata aunque afortunadamente no lograba tener éxito en sus intentos.
El elfo notaba con agrado como la dragona le prestaba especial atención a sus palabras, el tema del interés sexual parecía llamar su atención, aunque siendo francos, todo parecía llamar su atención, aunque luego el asunto se desvió hacia el tema de la semitransformación -Destino es muy precavido- Advirtió a modo de corrección pues le parecía un término más adecuado -Hay ocasiones en las que, incluso seres de una misma raza poseen habilidades especiales que no toda su raza puede tener- Acotó luego de que la joven mencionara su intención de aprender a transformarse a medias, tal vez la frustrara un poco el no poder hacerlo, aunque si lo lograba tal vez se sentiría satisfecha, por lo que parecía ser un riesgo bastante aceptable.
El discreto halago había agradado al pelinegro, aunque luego trató de escapar con una respuesta que daría que pensar a la pequeña -Destino sabe cientos de cosas, pero ignora miles de ellas- Ciertamente sus años le habían dado la oportunidad de aprender mucho, sin embargo estaba consciente de que en su tiempo de letargo se había perdido de muchas cosas que ahora para todos eran lo más natural del mundo -La historia de Destino es muy larga…- Contestó para evitar responder pero la cara de ilusión que podía distinguir en ella lo hicieron esforzarse por responder al menos algo para calmar esa curiosidad latente.
Pero la hará corta para ti- Decidió finalmente contarle algunas cosas que tal vez podrían llamar la atención de la dragona -Destino viene de un tiempo en que brujos y elfos eran un mismo pueblo que compartía las islas, aunque algunos roces entre ellos iban despertando y haciéndose cada vez más fuertes hasta desembocar en lo que es el resultado actual- Explicó con un poco de resignación -Destino creció huérfano y rechazado, así que un día decidió hacerse fuerte para que nadie más se aprovechara de él, aunque al pueblo no le gustó la idea y acabaron por encerrarlo en una prisión de hielo que lo mantuvo hasta hace poco atrapado- Sabía que no tenía más de unos dos meses deambulando por Aerandir, por eso a veces ignoraba costumbres de la sociedad actual -Ahora Destino no tiene a dónde ir, o a donde volver, así que solo busca su lugar en el mundo- Finalizó con un tono oscuro y melancólico, tal vez no era la historia detallada que la dragona habría querido, pero siendo como era, al menos podría significar un buen esfuerzo.
El elfo notaba con agrado como la dragona le prestaba especial atención a sus palabras, el tema del interés sexual parecía llamar su atención, aunque siendo francos, todo parecía llamar su atención, aunque luego el asunto se desvió hacia el tema de la semitransformación -Destino es muy precavido- Advirtió a modo de corrección pues le parecía un término más adecuado -Hay ocasiones en las que, incluso seres de una misma raza poseen habilidades especiales que no toda su raza puede tener- Acotó luego de que la joven mencionara su intención de aprender a transformarse a medias, tal vez la frustrara un poco el no poder hacerlo, aunque si lo lograba tal vez se sentiría satisfecha, por lo que parecía ser un riesgo bastante aceptable.
El discreto halago había agradado al pelinegro, aunque luego trató de escapar con una respuesta que daría que pensar a la pequeña -Destino sabe cientos de cosas, pero ignora miles de ellas- Ciertamente sus años le habían dado la oportunidad de aprender mucho, sin embargo estaba consciente de que en su tiempo de letargo se había perdido de muchas cosas que ahora para todos eran lo más natural del mundo -La historia de Destino es muy larga…- Contestó para evitar responder pero la cara de ilusión que podía distinguir en ella lo hicieron esforzarse por responder al menos algo para calmar esa curiosidad latente.
Pero la hará corta para ti- Decidió finalmente contarle algunas cosas que tal vez podrían llamar la atención de la dragona -Destino viene de un tiempo en que brujos y elfos eran un mismo pueblo que compartía las islas, aunque algunos roces entre ellos iban despertando y haciéndose cada vez más fuertes hasta desembocar en lo que es el resultado actual- Explicó con un poco de resignación -Destino creció huérfano y rechazado, así que un día decidió hacerse fuerte para que nadie más se aprovechara de él, aunque al pueblo no le gustó la idea y acabaron por encerrarlo en una prisión de hielo que lo mantuvo hasta hace poco atrapado- Sabía que no tenía más de unos dos meses deambulando por Aerandir, por eso a veces ignoraba costumbres de la sociedad actual -Ahora Destino no tiene a dónde ir, o a donde volver, así que solo busca su lugar en el mundo- Finalizó con un tono oscuro y melancólico, tal vez no era la historia detallada que la dragona habría querido, pero siendo como era, al menos podría significar un buen esfuerzo.
Destino
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Re: [Cerrado] El vendedor de armas [Interpretativo-Libre]
"Supongo, pero aun así, eso no es excusa para no intentarlo." Respondí sin perder un atisbo de interés en el tema del semi polimorfismo. Sabía que eso era cierto, yo jamás soltaría una llamarada, del mismo modo que un dragón de fuego jamás sería capaz de soltar un chorro de agua. Si resultaba que era algo que iba más allá de mis capacidades, simplemente me quedaría como estaba, y si lograba aprender aquello, tendría otra herramienta más a mi alcance para cuando viajase por Aerandir.
Destino parecía incapaz de aceptar completamente un cumplido, quizás por modestia, quizás porque se tenía en muy mal concepto. Y aunque esperaba que fuera la primera, el aura de soledad que desprendía aquel elfo me hacía inclinarme más hacia la segunda opción, por mucho que me desagradara.
La respuesta evasiva no era algo que no me esperara, sin embargo, cuando se corrigió permitiendome escuchar algo de su vida, no pude si no soltar un gorgojeo alegre desde la garganta, y acomodarme para observarlo con más fijeza, mientras borraba del suelo, distraídamente, mis anteriores mensajes.
Había esperado una historia de viajes, conocimientos, algo mucho más alegre, quizás por ingenua, porque el muchacho se veía bastante desamparado, pero la historia que contó me compunguió tanto como la de Leissar. Jamás comprendería cómo algunas familias podían hacer esa clase de cosas a los suyos. Quizás por ello no le presté tanta atención a lo sumamente anciano que debía de ser aquel elfo para haber vivido hace tanto tiempo.
Desenrosque el cuello de mi abdomen, y lo estiré con lentitud para apoyar mi frente sobre la de Destino.
Ahora podía comprender porque emanaba esa sensación tan triste, como si espesas nubes lo envolieran o persiguieran todo el tiempo.
"Gracias." Escribí en la tierra, comprendiendo lo difícil que podía ser para personas que habían sufrido tanto el compartir algo de su vida, porque significaba evocar recuerdos, recuerdos que podían ser sumamente dolorosos y que muchas veces preferían olvidar, o confinar en lo más profundo de su mente.
La idea de no tener un lugar al que volver era bastante triste, aunque yo viajaba, siempre tenía presente el norte, siempre habría un lugar para mi en las cuevas del segundo pico en las que moraba mi familia. Imaginarme sin aquello era como tener un enorme vacío adentro.
"Destino es sin duda una persona muy fuerte." rasgué en la tierra. Yo en su caso, estaría completamente perdida y desolada.
Destino parecía incapaz de aceptar completamente un cumplido, quizás por modestia, quizás porque se tenía en muy mal concepto. Y aunque esperaba que fuera la primera, el aura de soledad que desprendía aquel elfo me hacía inclinarme más hacia la segunda opción, por mucho que me desagradara.
La respuesta evasiva no era algo que no me esperara, sin embargo, cuando se corrigió permitiendome escuchar algo de su vida, no pude si no soltar un gorgojeo alegre desde la garganta, y acomodarme para observarlo con más fijeza, mientras borraba del suelo, distraídamente, mis anteriores mensajes.
Había esperado una historia de viajes, conocimientos, algo mucho más alegre, quizás por ingenua, porque el muchacho se veía bastante desamparado, pero la historia que contó me compunguió tanto como la de Leissar. Jamás comprendería cómo algunas familias podían hacer esa clase de cosas a los suyos. Quizás por ello no le presté tanta atención a lo sumamente anciano que debía de ser aquel elfo para haber vivido hace tanto tiempo.
Desenrosque el cuello de mi abdomen, y lo estiré con lentitud para apoyar mi frente sobre la de Destino.
Ahora podía comprender porque emanaba esa sensación tan triste, como si espesas nubes lo envolieran o persiguieran todo el tiempo.
"Gracias." Escribí en la tierra, comprendiendo lo difícil que podía ser para personas que habían sufrido tanto el compartir algo de su vida, porque significaba evocar recuerdos, recuerdos que podían ser sumamente dolorosos y que muchas veces preferían olvidar, o confinar en lo más profundo de su mente.
La idea de no tener un lugar al que volver era bastante triste, aunque yo viajaba, siempre tenía presente el norte, siempre habría un lugar para mi en las cuevas del segundo pico en las que moraba mi familia. Imaginarme sin aquello era como tener un enorme vacío adentro.
"Destino es sin duda una persona muy fuerte." rasgué en la tierra. Yo en su caso, estaría completamente perdida y desolada.
Arygos Valnor
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Re: [Cerrado] El vendedor de armas [Interpretativo-Libre]
El pelinegro se sentía identificado con la curiosidad de la dragona, ese deseo de saber y conocer le recordaba un poco a él mismo muchos años atrás, por lo que, por primera vez en mucho tiempo se sintió acompañado por alguien que al menos en el afán por aprender cosas nuevas le resultaba emocionalmente cercana, aquella misma sensación fue lo que logró persuadir al pelinegro de contarle un poco más de su vida a la chica que parecía bastante emocionada por haber logrado sacarle tal información.
A pesar de lo emocionada que parecía estar, también se veía en sus ojos cierta pena hacia el elfo, cosa que lo hizo detenerse al sentir que estaba hablando de más; lo que siguió fue completamente inesperado; la dragona estiró su cuello hasta que su frente se apoyó sobre la de Destino, quien al principio pensaba apartarse, pero recordó las palabras de la chica, quien había dicho que aquello era una especie de señal de afecto, y aunque al rudo elfo no terminaba de agradarle, tampoco era algo que le desagradara.
Con un poco de intriga, el elfo inclinó la cabeza hacia un lado extrañado por el agradecimiento -De nada- Respondió aunque sin saber exactamente por qué le estaba agradeciendo, aunque la frase siguiente sí resultó ser todo un halago para el pelinegro, la dragona lo consideraba fuerte a pesar de que, tras la pérdida de sus poderes el elfo solía considerarse bastante inútil.
Alzó la frente con orgullo mientras tomaba un poco de aire -Destino será más fuerte, el más fuerte de Aerandir- Realmente esa idea no le había pasado por la mente hasta ahora, pero considerando que el elfo andaba por la vida sin metas o al menos una razón de ser, ahora procuraría alcanzar esa meta, convertirse en alguien muy fuerte justo como había logrado ser en sus tiempos, y si le faltaban sus poderes, llenaría el vacío con inteligencia y estrategia -Gracias- Respondió por fin el elfo dejando salir lo más cercano a una sonrisa que había dejado ver en muchos años -Tú también eres muy fuerte, y a pesar de la impulsividad... Y también eres muy lista- Le dijo en tono muy sincero.
Afuera, mientras tanto, la lluvia comenzaba a menguar, dejando solamente una pequeña llovizna envuelta por una espesa niebla gris; el elfo recostó su espalda hacia la pared de la caverna y cerró los ojos por un instante, estaba cansado, pero dentro de poco ya podría salir y continuar su camino -¿A dónde irás al salir de acá?- Preguntó el elfo lleno de curiosidad, pues aunque pronto llegaría el momento de separarse, el joven quería asegurarse de que próximamente pudieran encontrarse de nuevo sin dejarle la posibilidad al azar.
A pesar de lo emocionada que parecía estar, también se veía en sus ojos cierta pena hacia el elfo, cosa que lo hizo detenerse al sentir que estaba hablando de más; lo que siguió fue completamente inesperado; la dragona estiró su cuello hasta que su frente se apoyó sobre la de Destino, quien al principio pensaba apartarse, pero recordó las palabras de la chica, quien había dicho que aquello era una especie de señal de afecto, y aunque al rudo elfo no terminaba de agradarle, tampoco era algo que le desagradara.
Con un poco de intriga, el elfo inclinó la cabeza hacia un lado extrañado por el agradecimiento -De nada- Respondió aunque sin saber exactamente por qué le estaba agradeciendo, aunque la frase siguiente sí resultó ser todo un halago para el pelinegro, la dragona lo consideraba fuerte a pesar de que, tras la pérdida de sus poderes el elfo solía considerarse bastante inútil.
Alzó la frente con orgullo mientras tomaba un poco de aire -Destino será más fuerte, el más fuerte de Aerandir- Realmente esa idea no le había pasado por la mente hasta ahora, pero considerando que el elfo andaba por la vida sin metas o al menos una razón de ser, ahora procuraría alcanzar esa meta, convertirse en alguien muy fuerte justo como había logrado ser en sus tiempos, y si le faltaban sus poderes, llenaría el vacío con inteligencia y estrategia -Gracias- Respondió por fin el elfo dejando salir lo más cercano a una sonrisa que había dejado ver en muchos años -Tú también eres muy fuerte, y a pesar de la impulsividad... Y también eres muy lista- Le dijo en tono muy sincero.
Afuera, mientras tanto, la lluvia comenzaba a menguar, dejando solamente una pequeña llovizna envuelta por una espesa niebla gris; el elfo recostó su espalda hacia la pared de la caverna y cerró los ojos por un instante, estaba cansado, pero dentro de poco ya podría salir y continuar su camino -¿A dónde irás al salir de acá?- Preguntó el elfo lleno de curiosidad, pues aunque pronto llegaría el momento de separarse, el joven quería asegurarse de que próximamente pudieran encontrarse de nuevo sin dejarle la posibilidad al azar.
Destino
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Re: [Cerrado] El vendedor de armas [Interpretativo-Libre]
Sonreí al escuchar el cumplido del elfo, aunque contuve rápidamente el gesto, puesto que mostrar los dientes solía interpretarse mal y no solían distinguir entre hacerlo de un modo u otro.
"Gracias" Escribí nuevamente por el cumplido.
Su pregunta sobre mi siguiente destino me hizo quedarme quieta pensando un rato, a ver hacia cuál de las ciudades humanas tenía que dirigirme ahora, no tardé mucho en acordarme de la famosa industria siderúrgica de una de las ciudades humanas.
"Baslodia, quiero ver su orfebrería." Anoté en el suelo.
Solo esperaba que esta vez pudiera realmente visitar la ciudad, y que no ocurriera como siempre que terminaba en cualquier otra parte. Por suerte o por desgracia había adquirido la mala costumbre de cambiar de destino o dejarme llevar, y aunque aquello me había permitido conocer muchas cosas, también me había alejado sobremanera de mi recorrido inicial por las tierras humanas.
"Bueno, espero ver su orfebrería, tiendo a distraerme y desviarme a medio camino a menudo."
Añadí, poniendo en el suelo mis propios pensamientos.
"¿Y tu?"
Ahora que el elfo había proclamado querer fortalecerse hasta convertirse en la persona más poderosa del continente, me suscitaba cierta curiosidad hacia dónde se dirigiría, para poder llevar a cabo semejante cometido, que parecía una tarea de titánico esfuerzo y que clase de medios emplearía para lograr dicha meta.
La lluvia estaba aminorando, marcando el final de nuestro encuentro como algo próximo, y preste suma atención a su última respuesta, esperando con ello poder localizarlo en el futuro en algún lado.
"Me gustaría ver tus progresos algún día."
Marqué en la tierra, no queriendo tampoco importunarle de repente solo por mi mera curiosidad, sobre todo después de haberle ocasionado ya un buen problema.
"Gracias" Escribí nuevamente por el cumplido.
Su pregunta sobre mi siguiente destino me hizo quedarme quieta pensando un rato, a ver hacia cuál de las ciudades humanas tenía que dirigirme ahora, no tardé mucho en acordarme de la famosa industria siderúrgica de una de las ciudades humanas.
"Baslodia, quiero ver su orfebrería." Anoté en el suelo.
Solo esperaba que esta vez pudiera realmente visitar la ciudad, y que no ocurriera como siempre que terminaba en cualquier otra parte. Por suerte o por desgracia había adquirido la mala costumbre de cambiar de destino o dejarme llevar, y aunque aquello me había permitido conocer muchas cosas, también me había alejado sobremanera de mi recorrido inicial por las tierras humanas.
"Bueno, espero ver su orfebrería, tiendo a distraerme y desviarme a medio camino a menudo."
Añadí, poniendo en el suelo mis propios pensamientos.
"¿Y tu?"
Ahora que el elfo había proclamado querer fortalecerse hasta convertirse en la persona más poderosa del continente, me suscitaba cierta curiosidad hacia dónde se dirigiría, para poder llevar a cabo semejante cometido, que parecía una tarea de titánico esfuerzo y que clase de medios emplearía para lograr dicha meta.
La lluvia estaba aminorando, marcando el final de nuestro encuentro como algo próximo, y preste suma atención a su última respuesta, esperando con ello poder localizarlo en el futuro en algún lado.
"Me gustaría ver tus progresos algún día."
Marqué en la tierra, no queriendo tampoco importunarle de repente solo por mi mera curiosidad, sobre todo después de haberle ocasionado ya un buen problema.
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Re: [Cerrado] El vendedor de armas [Interpretativo-Libre]
Lentamente el elfo comenzaba a identificar los gestos que realizaba la dragona en su forma bestial, incluyendo ese extraño gesto parecido a una rara sonrisa; Destino inclinó levemente la cabeza al leer el agradecimiento en el piso al tiempo que esperaba la respuesta sobre el futuro paradero de la joven -Baslodia...- Repitió susurrante el pelinegro recordando su anterior aventura en ese lugar; aunque luego asumió un semblante más carismático al leer la última frase de la dragona; resultaba bastante extraño tener que esperar a que escribiera, pero el pelinegro comenzaba a acostumbrarse al ritmo de escritura.
Sin embargo la chica, como era de esperarse, también tenía curiosidad por saber a dónde iría el elfo, cosa que ni él mismo sabía con certeza -Sandorai...- Dijo Destino con cierto tono de duda e indecisión, en parte porque era lo primero que le había venido a la mente en ese momento, pero por otro lado, tal vez inconscientemente deseaba volver a ese lugar, de pronto darse una vuelta por el árbol madre, pero por otro lado, tal vez también debería darse una vuelta por la base del gremio de asesinos, aunque eso era algo que no podía decirle a la chica sin asustarla, o al menos era lo que él pensaba.
Verás esos progresos- Dijo el elfo con seguridad mientras comenzaba a levantarse del lugar alzando la vista hacia la salida de la cueva -Parece que ya no llueve- Dijo aunque con un poco de duda, no estaba seguro de ello, tal vez no hubiera cesado completamente la lluvia, pero al menos ya no se escuchaba como la feroz tormenta que los había acorralado en el interior de aquel lugar; caminó hacia el lugar donde había dejado secando parte de su ropa, aún no estaba del todo seca pero al menos no parecía empapada -Ha sido agradable conocerte- Dijo en tono amable mientras se colocaba encima su atuendo, luego se acercó a la fogata para tomar del piso su guante que colocó en la mano directamente, y el par de espadas que hasta ahora habían permanecido frente a la chica, era momento de la despedida, inconscientemente, la joven había regalado al elfo uno de los momentos más tranquilos y relajantes que había tenido en mucho tiempo, y por ello le estaría muy agradecido...
Sin embargo la chica, como era de esperarse, también tenía curiosidad por saber a dónde iría el elfo, cosa que ni él mismo sabía con certeza -Sandorai...- Dijo Destino con cierto tono de duda e indecisión, en parte porque era lo primero que le había venido a la mente en ese momento, pero por otro lado, tal vez inconscientemente deseaba volver a ese lugar, de pronto darse una vuelta por el árbol madre, pero por otro lado, tal vez también debería darse una vuelta por la base del gremio de asesinos, aunque eso era algo que no podía decirle a la chica sin asustarla, o al menos era lo que él pensaba.
Verás esos progresos- Dijo el elfo con seguridad mientras comenzaba a levantarse del lugar alzando la vista hacia la salida de la cueva -Parece que ya no llueve- Dijo aunque con un poco de duda, no estaba seguro de ello, tal vez no hubiera cesado completamente la lluvia, pero al menos ya no se escuchaba como la feroz tormenta que los había acorralado en el interior de aquel lugar; caminó hacia el lugar donde había dejado secando parte de su ropa, aún no estaba del todo seca pero al menos no parecía empapada -Ha sido agradable conocerte- Dijo en tono amable mientras se colocaba encima su atuendo, luego se acercó a la fogata para tomar del piso su guante que colocó en la mano directamente, y el par de espadas que hasta ahora habían permanecido frente a la chica, era momento de la despedida, inconscientemente, la joven había regalado al elfo uno de los momentos más tranquilos y relajantes que había tenido en mucho tiempo, y por ello le estaría muy agradecido...
Destino
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Re: [Cerrado] El vendedor de armas [Interpretativo-Libre]
El titubeo de su voz al pronunciar el nombre de su tierra madre me resultó curioso. D nuestro encuentro había muchas palabras con las que podía envolver a aquel sujeto, y la duda no era una de ellas, hasta que pronunció ese nombre que no resultaba ajeno a ninguno de los suyos, con un tono hasta aquel momento desconocido en su voz.
Quizás no estuviera muy seguro de su destino, o tampoco lo hubiera meditado, a fin de cuentas, era un poco mi caso, asi que me limité a asentir, ninguno de los dos parecíamos tener nociones más exactas de nuestro destino, y en el fondo, sería el propio sino quien nos haría encontrarnos si en un futuro buscábamos otro encuentro, pues tanto a extensión de dichos lugares, como el cuándo y por cuánto tiempo pasamos en ellos era algo que todavía no habíamos definido.
Y aun así, afirmó con la misma seguridad que antes que nos veríamos de nuevo, haciendo, que , pese lo improbable, se sintiera ineludible. Envidie un poco esa serenidad y firmeza con la cual se afirmaba sobre sí mismo y su propio futuro.
La lluvia había casi desaparecido, y apenas unas gotas caían sobre el suelo, resquicios de nubes rezagadas o de la humedad que pendía sobre las hojas y que seguiría cayendo durante un rato ante la menor corriente de viento. Destino también se percató de ello, y menos perezoso empezó a recoger mis cosas.
Con algo de reticencia imité sus gestos, me puse en pie y metí lenta y torpemente mis ropas en el morral así como todas las cosas que hubiera podido dejar afuera, para poder seguir viajando en esa forma.
Me escurrí pegada a las paredes de la cueva hasta ocupar la entrada, dispuesta a salir primero, dejando la hoguera encendida para que pudiera albergar calor en el cuerpo durante el máximo tiempo posible, y permitiéndole el tiempo que necesitara para partir. A mi me resultaba más sencillo.
"Igualmente Destino. Aguardaré con curiosidad tus progresos." Escribí tras una breve inclinación al escuchar su despedida. "Te deseo suerte."
Y tras garabatear ese mensaje dejé el amparo del techo de roca, y aleteé con fuerza, haciendo que las hojas sacudieran el agua acumulada, despejando un poco el camino para cuando saliera de la caverna el elfo.
Quizás no estuviera muy seguro de su destino, o tampoco lo hubiera meditado, a fin de cuentas, era un poco mi caso, asi que me limité a asentir, ninguno de los dos parecíamos tener nociones más exactas de nuestro destino, y en el fondo, sería el propio sino quien nos haría encontrarnos si en un futuro buscábamos otro encuentro, pues tanto a extensión de dichos lugares, como el cuándo y por cuánto tiempo pasamos en ellos era algo que todavía no habíamos definido.
Y aun así, afirmó con la misma seguridad que antes que nos veríamos de nuevo, haciendo, que , pese lo improbable, se sintiera ineludible. Envidie un poco esa serenidad y firmeza con la cual se afirmaba sobre sí mismo y su propio futuro.
La lluvia había casi desaparecido, y apenas unas gotas caían sobre el suelo, resquicios de nubes rezagadas o de la humedad que pendía sobre las hojas y que seguiría cayendo durante un rato ante la menor corriente de viento. Destino también se percató de ello, y menos perezoso empezó a recoger mis cosas.
Con algo de reticencia imité sus gestos, me puse en pie y metí lenta y torpemente mis ropas en el morral así como todas las cosas que hubiera podido dejar afuera, para poder seguir viajando en esa forma.
Me escurrí pegada a las paredes de la cueva hasta ocupar la entrada, dispuesta a salir primero, dejando la hoguera encendida para que pudiera albergar calor en el cuerpo durante el máximo tiempo posible, y permitiéndole el tiempo que necesitara para partir. A mi me resultaba más sencillo.
"Igualmente Destino. Aguardaré con curiosidad tus progresos." Escribí tras una breve inclinación al escuchar su despedida. "Te deseo suerte."
Y tras garabatear ese mensaje dejé el amparo del techo de roca, y aleteé con fuerza, haciendo que las hojas sacudieran el agua acumulada, despejando un poco el camino para cuando saliera de la caverna el elfo.
Arygos Valnor
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Re: [Cerrado] El vendedor de armas [Interpretativo-Libre]
Pese al tiempo que habían pasado en aquella cueva, la compañía de la dragona había resultado tan agradable que el elfo ignoraba en realidad el tiempo que había pasado en el interior, aunque parecía una charla de semanas, realmente habrían sido tan solo unos instantes, apenas el tiempo necesario para que menguara la intensidad de la lluvia, y ahora la inminente partida resultaba incluso dolorosa, no obstante, el pelinegro no era alguien que se apegara a otros, así que disimularía tanto como le fuera posible, el hecho de que iba a extrañar a la chica.
Se agachó para ayudarla metiendo algunas cosas al morral, consciente de que en esa forma seguramente le costaría un poco más, luego se levantó para terminar de tomar sus propias cosas dispuesto a caminar hasta la salida, la cálida fogata le hacía sentir un poco de nostalgia cada vez que la miraba, tal vez a futuro recordara a la chica cada vez que estuviera cerca de una fogata; leyó con agrado las palabras de despedida de la dragona en el piso y luego de que ésta aleteara para despejar el camino, el elfo con una amable sonrisa se dirigió a la entrada de la cueva.
El ambiente afuera era aún frío por la abundante lluvia, el olor a tierra mojada se sentiría seguro a kilómetros, tal vez la misma distancia que tendría que caminar el elfo, por unos instantes envidió las alas de los dragones y su capacidad de volar, de ese modo podría llegar más pronto a todos lados, sin embargo la autoaceptación también era parte de la disciplina de un guerrero, así que debía aprender a vivir únicamente con lo que tenía o podía conseguir con sus propias capacidades.
Tras unos instantes de contemplar comenzó una apresurada caminata hacia el norte, tal vez de momento lo mejor sería ir a la base del gremio y descansar un tiempo hasta su próxima misión, dado que el pelinegro no tenía un sitio al que pudiera llamar hogar, la base del gremio era el único lugar a donde ir.
Se agachó para ayudarla metiendo algunas cosas al morral, consciente de que en esa forma seguramente le costaría un poco más, luego se levantó para terminar de tomar sus propias cosas dispuesto a caminar hasta la salida, la cálida fogata le hacía sentir un poco de nostalgia cada vez que la miraba, tal vez a futuro recordara a la chica cada vez que estuviera cerca de una fogata; leyó con agrado las palabras de despedida de la dragona en el piso y luego de que ésta aleteara para despejar el camino, el elfo con una amable sonrisa se dirigió a la entrada de la cueva.
El ambiente afuera era aún frío por la abundante lluvia, el olor a tierra mojada se sentiría seguro a kilómetros, tal vez la misma distancia que tendría que caminar el elfo, por unos instantes envidió las alas de los dragones y su capacidad de volar, de ese modo podría llegar más pronto a todos lados, sin embargo la autoaceptación también era parte de la disciplina de un guerrero, así que debía aprender a vivir únicamente con lo que tenía o podía conseguir con sus propias capacidades.
Tras unos instantes de contemplar comenzó una apresurada caminata hacia el norte, tal vez de momento lo mejor sería ir a la base del gremio y descansar un tiempo hasta su próxima misión, dado que el pelinegro no tenía un sitio al que pudiera llamar hogar, la base del gremio era el único lugar a donde ir.
Destino
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