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Mensaje  Tyr Vie 8 Abr - 18:15

El miembro 'Ger' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses


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Cenizas de sangre [Quest] [Cerrado] - Página 2 Empty Re: Cenizas de sangre [Quest] [Cerrado]

Mensaje  Elen Calhoun Dom 10 Abr - 22:56

El eléctrico proyectil hizo su trabajo, impactó de lleno en el cuerpo de la gran encantadora y la obligó a retroceder, e incluso consiguió que hincase una rodilla en la nieve, pero con ayuda de su bastón volvió a erguirse, justo a tiempo de ver las intenciones del vampiro. Bio había optado por tratar de arrebatarle el arma para debilitarla, pero por desgracia su objetivo se dio cuenta y sujetó con más fuerza aún la vara, para propinar un golpe en la espalda al de cabellos negros, congelando parte de su chaqueta. A pesar de eso la suerte sonreía al caballero, que seguía ileso de momento, cosa que podría cambiar si no se daban prisa en neutralizar a Abbey.

Justo donde fue a parar Bio después del intento fallido, Lazid y sus hombres se alzaban victoriosos tras ocuparse de los guardias de palacio, cosa que dejaba a la maga completamente sola ante un grupo nada despreciable de enemigos. Sin embargo, para Elen no tendría mérito vencerla aprovechando la aplastante superioridad numérica, ya había recibido bastante ayuda por parte de Tarivius para conseguir el corazón de Ravnik, y esta vez quería ganarse el fragmento por sus propios medios, aunque no le vendría mal que interviniese el vampiro, cuya rapidez podría llegar a ser de mucha utilidad.

Tal como había anunciado hacía unos instantes la de ojos verdes, los caballeros dragones no tardaron en aparecer, pero solo se presentaron Sammuel, Christine y otro más, aunque debería ser suficiente, pensó la bruja. Lo que la joven desconocía era que el juramento de la orden les obligaba a mostrar lealtad no solo al monarca sino también a los grandes encantadores, detalle que podía desequilibrar la balanza en favor de la pelirroja. Elen maldijo interiormente y buscó la mirada de Sammuel, que tras escuchar el requerimiento de la hechicera palideció, dejando que la preocupación se reflejase en su rostro.

Abbey insistió pero no obtuvo respuesta alguna del dragón, que quedó pensativo mirando a la tensai de aire, sin saber muy bien cómo actuar ante tal dilema. - Yo no quería esto… de haberlo sabido no te habría involucrado, lo…lo siento. - musitó la de cabellos cenicientos, tras escuchar el castigo que podría recibir el anciano si desobedecía la petición de la encantadora. Aun así, Sammuel no la atacó, cosa que decepcionó a la pelirroja y la obligó a tomar nuevamente la iniciativa, para seguir con el combate por los fragmentos. Lazid intervino entonces para dirigirse a Bio, proponiéndole atacar al caballero y darle así una excusa con la que salvar su honor, acto que la bruja agradecería, siempre y cuando no le hicieran daño y se limitasen a ganar el tiempo suficiente para que ella se apoderase del colgante.

Sin poder quedarse a observar lo que decidía el vampiro, Elen tuvo que volver a centrarse en Abbey, que ya preparaba un nuevo hechizo contra ella, esta vez lanzándole unas enormes bolas de granizo, que la alcanzaron en parte del pecho y el hombro izquierdo. Ambas estaban demasiado cerca una de otra, tanto que la de ojos verdes no tuvo tiempo de reaccionar para cubrirse o intentar esquivar los proyectiles, con lo que se vio obligada a retroceder y ahogar un quejido de dolor. En aquel momento le habría venido bien contar con la pechera metálica de su armadura, pero tenía que sobreponerse y contraatacar, antes de que su enemiga aprovechase la ventaja para lanzar otra ofensiva.

Conteniendo la respiración, la bruja volvió a manipular la electricidad de modo que le recorriese ambos brazos, esforzándose por concentrar tanta energía como le fuese posible para hacer el ataque más potente, luego unió las manos y liberó una ráfaga eléctrica, tres rayos simultáneos que salieron disparados hacia la encantadora, y que de alcanzarla con éxito quizá consiguiesen dejarla fuera de combate. Enseguida notó que la visión se le nublaba ligeramente, pero no podía permitirse quedar ciega en aquel punto del combate, así que disipó la energía que quedaba en su cuerpo y esperó a ver el resultado de la ráfaga, deseando que surtiese el efecto que ansiaba.

También quedaba por ver qué ocurriría entre los dragones y la banda de Lazid, y si Bio tomaría parte en la idea del hombre bestia, pero Elen tenía que mantener su atención sobre la pelirroja, y comenzar a preparar su siguiente movimiento por si aquel salía mal. El viento sería su aliado, y si la ráfaga no acertaba en el objetivo tendría que esquivar la respuesta de Abbey, para luego intentar sacarla de escena con una onda lo suficientemente fuerte como para estampar el cuerpo de la encantadora contra la dura piedra de los muros de palacio.


Off: Disculpad la tardanza, con el tema de las runas pensé que la última era de Bio y no me di cuenta de que Ger ya había posteado.
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Mensaje  Tyr Dom 10 Abr - 22:56

El miembro 'Elen Calhoun' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses


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Mensaje  Bio Lun 11 Abr - 0:01

Te tengo- Dije confiado mientras avanzaba imparable hasta donde podía ver el tenue brillo del báculo despidiendo parpadeantes luces entre la densa niebla, aunque mi velocidad me dejó mal en el peor momento, el frío comenzaba a helarme los huesos y al darme cuenta ya me estaba moviendo menos rápido de lo normal, los dedos de mis manos comenzaban a doler ante tan inclemente baja de temperatura y en consecuencia no fui capaz de alcanzar a quitarle el bastón -Mal planeado- Pensé al haber ignorado un detalle tan importante como la limitación física que iba a causarme el frío tan brutal que se había formado de pronto y que incluso, me hacía doler los ojos tentándome a cerrarlos o haciéndolos arder si se mantenían abiertos; tales efectos no pudieron sino causar que mi ataque resultara en un caótico intento fallido que acabó con un contra ataque de la bruja intentando congelarme; sentí un rápido escozor en la espalda y saqué fuerzas presionando mis músculos para obtener un último salto de velocidad y consiguiendo que el toque helado de la maga no lograra nada más que congelar mi ropa, la cual se deshizo en pedazos al momento en que, luego de trastabillar algunos pasos, acabé cayendo al piso por la velocidad, el esfuerzo y el desequilibrante ataque que había recibido en la espalda.

Arranqué los pedazos de ropa que me quedaban en el torso y brazos al tiempo que escuchaba la voz de Lazid, quien había resultado ser un guerrero mucho más eficiente de lo que yo imaginaba; giré el rostro con sorpresa para ver que realmente habían logrado derrotar a los guardias -Peleas mejor que cualquier caballero dragón que haya conocido- Le dije al pequeño mientras me levantaba dispuesto a intentarlo de nuevo pero ahora con un mejor plan, sin embargo me detuve al escuchar la conversación que sostenían ambas brujas al mismo tiempo que aparecía una pequeña parte del cuerpo de caballeros -Qué mal que hayan venido solo unos pocos- Dije un poco decepcionado por la respuesta que habían ofrecido, pero al parecer entre menos de ellos fueran, mejor nos resultaría, pues la bruja de hielo no tardó en usar su astucia para ponerlos de su parte, o al menos evitar que atacaran -Qué bien que vinieron solo unos pocos- Le dije a Lazid imaginando lo que iba a suceder a continuación, el deber de un soldado siempre estaba por encima de sus intereses, quisiera o no, debía hacerlo o perdería mucho más que el respeto y su rango.

El viejo caballero no parecía tener la intención de atacar a su amiga, al mismo tiempo Elen no parecía querer atacarlo -¿Me tocará ser el villano de nuevo?- Pensé con resignación, ciertamente al ser un vampiro se me tildaba de malo con solo verme -Encárgate de los acompañantes... Déjame al viejo- Le dije al lagarto -No los mates- Le susurré antes de comenzar a correr hacia el caballero mientras preparaba mis dagas para defenderme de sus ataques -¡No permitiré que se queden con el collar!- Dije lo primero que me vino a la mente como una excusa para enfrentarlo y llamar su atención -Una vez que las brujas se maten entre ellas, nosotros nos haremos con la joya- Dije mientras señalaba a la tropa de Lazid para fingir ser uno más de ellos; pensé en darle alguna señal al caballero para darle a entender que todo era teatro, pero si realmente queríamos engañar a la bruja helada entonces debía ser real, o al menos el ataque de los caballeros debía serlo, de mi parte quedaría saber resistir los ataques y esperar que la peliblanca lograra acabar rápido con su oponente, teniendo en mente que si Elen fallaba, nada impediría a los caballeros su deber de atacarme junto con los secuaces del pequeño reptil.

De momento solo esperaba que al caballero no le viniera a la mente la idea de transformarse porque ahí sí que la tendría difícil, no debía acorralarlo demasiado para hacerlo creer que podía ganar el combate, solté una de mis dagas al recibir la fuerza del primero de sus ataques y retrocedí un poco desconcertado, al parecer se lo había tomado muy en serio y no limitaría su destreza, así que con una sola daga me mantuve bloqueando durante un rato hasta que al final ya comenzaba a cansarme -Date prisa Elen, no resistiré mucho- Pensé sin desviar la mirada hacia el combate mágico pues el más mínimo descuido me podía dejar en una muy mala posición con el caballero que a pesar de su edad había resultado ser mucho más hábil de lo que yo esperaba.


Última edición por Bio el Mar 12 Abr - 7:26, editado 1 vez
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Cenizas de sangre [Quest] [Cerrado] - Página 2 Empty Re: Cenizas de sangre [Quest] [Cerrado]

Mensaje  Ger Lun 11 Abr - 21:19

-Muy bien, Víctor, nos vamos entendiendo. – sonrió Lazid, ansioso por recuperar el collar perdido. El vampiro le había dicho que no quería que ninguna de las dos se quedara con el mismo. Puede que estuviera mintiendo, pero las palabras de Bio parecían calar fondo en el pequeño lagarto, que se lanzaría con su espada y escudo en mano en dirección a los enormes caballeros dragón. Ansioso por demostrarle cuánto se habían equivocado al rechazarle de tan despreciable manera.

Bio, Lazid y sus mercenarios se lanzaron a por los caballeros dragón. El pequeño dejó que Víctor se encargara de Sammuel y, tal y como le advirtió Víctor, no mataría a los otros dos caballeros. Así lo haría el pequeño lagarto, que con una agilidad impropias de alguien como él empezaría con el escudo a  los dos caballeros dragón que, si bien eran mejores guerreros, pronto se verían superados en número por los mercenarios del lagarto. Rápidamente entenderían la falsedad del ataque y terminarían dejándose vencer. Sammuel, tras un muy falso combate, haría lo propio ante Bio. Aquella actuación, aunque había terminado en derrota para ellos, les había servido para salvar el honor del veterano guerrero y sus caballeros, que se suponía que habían dado todo por detener a la banda en su lucha por “robar” el collar.

La lucha entre las dos brujas continuaba. Era mucho más intensa y, por supuesto, menos teatral. Abbey acababa de golpear a Elen, aunque su ataque no resultó nada efectivo ante la benjamina de los Calhoun, cuyo poder parecía ser superior al de la gran encantadora. Contraatacó nuevamente con tres potentes rayos eléctricos, que se desplazaron hacia la encantadora de manera casi instantánea, tanto que ni siquiera tuvo capacidad para defenderse.

Abbey recibió el impacto y cayó al suelo de espaldas. Observando como su fragmento de Kinvar, que llevaba en la mano, se soltaba de ésta y caía en un punto intermedio entre ambas brujas. Pero la gran encantadora había acabado tirada en el suelo, sin opción a hacer nada, moviéndose lentamente en el suelo, desorientada, y haciendo esfuerzos por no quedarse inconsciente.

-Ma… Maldita seas, bruja. – dijo la joven con rabia, dándose media vuelta en el suelo y arrastrándose como podía hacia la entrada de palacio. Dando ya por perdido el fragmento. Buscaba refugio en el palacio. Huía de la muerte. – Ten por seguro que nos volveremos a ver pronto. – contestó amenazante, levantándose ante las puertas de palacio.

Un crecido Lazid esperaba ávido a que alguna de las dos brujas cayera para tomar algún fragmento. Se dirigirió al lugar en el que había caído el de Abbey y lo tomaría. Miraría desafiante a la gran encantadora, con su espada apuntando hacia ella, aunque a bastante distancia, por si acaso. El lagarto no tenía un pelo de tonto.

-Considera tu huida un acto de misericordia, bruja
. – replicó con su voz repelente. – Lazid y su banda no perdonan traiciones de nadie. Ni siquiera de las furcias del rey como tú. – la mirada de la bruja al lagarto no podía ser de más asco. Pero en aquel momento no estaba en condiciones de reprochar nada. Estaba sola contra el peligro. Y el lagarto estaba crecido, demasiado.

Las palabras de Lazid no pudieron ser más desafortunadas. Debía de creer que el palacio estaba vacío y que tras derrotar a la bruja, él sería el nuevo amo y señor de Dundarak. En ese momento, las puertas de palacio se abrirían y de ahí saldrían una incontable cantidad de guerreros con armadura y espada. Abbey sonrió al ritmo que uno de los guardias la ayudaba a incorporarse a palacio. Lanzó una última mirada valiente a Elen, como diciéndole que volvería a enfrentarse a ella muy pronto.

El resto de guardias se alzarían en grito contra el grupo.

-¡Detenedlos! ¡Lazid y su banda han atacado a la gran encantadora! – gritaban al ritmo que mostraban sus espadas desafiantes.
* * * * *


¡Enhorabuena, Elen! Gracias a tu habilidad ofensiva y a la suerte de los dioses, tu ataque ha sido efectivo y la ha derribado. Ambos acabáis ilesos el combate.

Sin embargo, los dioses no os han sonreído del todo y el golpe de Elen no ha matado a Abbey, que ha escapado. Los guardias de palacio os persiguen. Tenéis que huir de Dundarak como sea.

Espero que entendáis que atacar delante del mismísimo palacio a una Gran Encantadora Real tiene sus consecuencias. Vuestra grave ofensa contra el monarca a las puertas de su propio palacio no puede quedar impune. Cientos de carteles con vuestras caras y una recompensa por vuestras cabezas adornarán todas las calles de ciudades, pueblos y rincones de los reinos del Norte durante los próximos 3 meses. Os asocian con la banda de Lazid. No podréis pisar ninguna tierra de los reinos del Norte durante este tiempo. (Tiempo Real. Es decir. Hasta el 12 de Julio de 2016) (o 15 temas de cualquier tipo cronológicamente ambientados después de los acontecimientos de este). Cumplidas una de las dos condiciones, cuando las cosas estén menos tensas. Podréis hacer una quest para limpiar vuestro nombre. (OJO! Como caso excepcional, si resulta imprescindible para avanzar la historia de vuestro pj acceder a Dundarak, podéis pedir la quest antes. Pero únicamente en casos justificados.)


En cuanto a lo que debéis hacer este turno:

  • Elen, procura seguir a Lazid. Tendrás que seguirlo pues él lleva el fragmento. Puedes manejarlo e ir por dónde consideres, respetando las limitaciones físicas del personaje. Él confía en vosotros así que no intentará huir. Tiene las piernas cortas y no es muy rápido, así que procura ayudarlo. No dejará que le robes el fragmento y si lo pillan te será muy difícil recuperarlo.

  • Bio, tú eres el más ágil de los tres. Intenta atraer la atención de los guardias de alguna manera, despistarlos y reunirte con Elen y el lagarto.

Debéis terminar el turno en un lugar tranquilo.

Vuestros carteles:
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Mensaje  Elen Calhoun Mar 12 Abr - 21:17

Mientras las hechiceras proseguían su pelea particular, Bio, Lazid y sus hombres se lanzaron contra los caballeros dragones, en un intento por darles la excusa perfecta para no ser castigados por los responsables de palacio, ya que al menos habían intentado detener a los ladrones. Aquel enfrentamiento era puramente teatral, pero debía resultar lo más creíble posible para que Abbey no pudiese culparlos, así que se lo tomaron en serio, hasta que tras unos instantes, los tres fingieron ser vencidos por la banda del lagarto y el vampiro. Con ello quizá los miembros de la orden saliesen ilesos del incidente, pues no quedaba guardia alguna a las puertas de palacio para corroborar las acusaciones de la gran encantadora, que tendría realmente difícil demostrar lo que había ocurrido.

Sería su palabra contra la de Sammuel, y teniendo en cuenta lo antigua que era la orden en Dundarak, además de su importancia para los habitantes de la misma, seguramente el anciano se las ingeniase para arreglar el asunto sin ser juzgado. Aun así, la de ojos verdes rendiría cuentas de ser preciso, pero primero debía regresar junto a Tarivius para completar su misión, cosa que no estaba segura de poder conseguir ahora que la pelirroja le había hablado del último elemento, uno que el centinela ni siquiera le había mencionado. Estrellas, ¿de dónde iba a sacar eso? ¿acaso no era algo material sino una referencia a la noche? Después de lo que había escuchado con relación a la luna era posible, pero hasta que no se reencontrase con el anciano no lo sabría.

La ráfaga eléctrica cruzó la distancia que las separaba a gran velocidad, la suficiente como para que Abbey tampoco  tuviese ocasión de reaccionar a tiempo esta vez, y recibiese de lleno el impacto de las tres descargas, cayendo de espaldas en la fría nieve que empezaba a acumularse sobre los adoquines de piedra. El colgante que sostenía se le escapó de entre los dedos, para segundos después aterrizar en un punto intermedio entre ambas, pero al que la pelirroja no era capaz de llegar en su estado. La joven se movía lentamente, tenía el cuerpo aturdido y se sentía desorientada, factores que de acrecentarse podrían llegar a dejarla inconsciente y vulnerable en medio de la escena, a merced de lo que Elen decidiera hacer con ella.

Sin embargo, sacó fuerzas para darse la vuelta y empezar a arrastrarse hacia palacio, no sin antes maldecir a la bruja que la había dejado en aquella situación, pues aquella derrota había herido su orgullo. Cuando por fin consiguió alcanzar las puertas del imponente edificio se puso en pie, permitiéndose amenazar a la de cabellos cenicientos con que volverían a verse las caras muy pronto, sin duda quería una revancha y no se daría por satisfecha hasta obtenerla. Abbey era joven, quizá demasiado, impulsiva y arrogante, no podía aceptar que otra hechicera la venciese de aquel modo, no cuando ostentaba un cargo de tanta importancia en las tierras del norte, un puesto que ocuparía de por vida y que le había sido otorgado a ella y no a otro, lo cual la llevaba a considerarse superior al resto de su raza.

Aquella noche había descubierto la cruda verdad, había otros más fuertes que ella, pero esa idea no entraría en su cabeza fácilmente, y tras buscar algún pretexto para quitar méritos a la victoria de Elen, buscaría el modo de vengarse. El pequeño lagarto llegó al colgante antes de que la tensai pudiese hacerse con él, apuntó con su espada a la encantadora de forma desafiante y le dedicó unas palabras nada educadas, aunque teniendo en cuenta lo que ella le había hecho se las tenía bien merecidas. Por desgracia no solo lo escucharos cuantos se encontraban fuera de palacio, sino también la guardia que quedaba dentro, que no tardó en salir para auxiliar a la pelirroja y lanzarse contra la banda de ladrones, en la cual tanto Bio como la benjamina de los Calhoun quedaron incluidos.

- Mierda. - musitó la bruja, ignorando la mirada que Abbey le lanzaba para buscar a Sammuel, y cerciorarse de que el dragón se encontraba bien. Sin acercarse a él ni a ninguno de sus compañeros, para no complicarles aún más la situación, la benjamina de los Calhoun se acercó al lagarto y al vampiro, mientras los mercenarios de Lazid tomaban una posición adelantada para defender a su jefe, o al menos tratar de contener a la guardia que avanzaba espada en mano hacia ellos. - Tenemos que salir de la ciudad. - instó, al tiempo que aprovechaba la nieve que se había acumulado alrededor de la entrada y sus poderes de viento, para levantar el blanco polvo del suelo repentinamente y dificultar con ello la visibilidad de los soldados.

- Nuestra guarida está fuera de Dundarak, en una pequeña cabaña de madera al oeste del muro que rodea la ciudad. - susurró hacia Bio y la bruja. - Dispersaos chicos, dad esquinazo a los guardias y escondeos donde siempre, cuando las cosas se calmen reuníos conmigo. - indicó rápidamente el hombre bestia, sin hacer mención a las numerosas casas que su banda utilizaba para moverse dentro de la ciudad. - Hora de correr. -  fue lo último que dijo, antes de emprender la carrera en dirección contraria a palacio. Elen no tenía opción, debía seguir al lagarto para hacerse con el último fragmento así que tras cruzar una mirada con el vampiro, sin saber qué haría él, comenzó a seguir al enano, tan rápido como le era posible.

Las molestias de su pierna aún estaban presentes, así que la velocidad no podría ser su fuerte, ni tampoco la resistencia, con lo que debía buscar un modo de salir del barrio noble y rápido, aunque quizá Lazid ya tuviese una ruta de escape. - ¡Vamos canosa, que nos alcanzan! - exclamó, desviándose hacia las callejuelas secundarias en que hacía solo un rato la de ojos verdes había detenido a Ricard. Ninguno de los dos podía ir demasiado deprisa, así que al igual que anteriormente, la hechicera aprovechó unas cajas y barriles para cortar el paso a sus perseguidores, valiéndose de una potente corriente de aire.

- Busca calles más estrechas, donde les cueste pasar con las armaduras. - dijo Elen, deseando salir de aquella zona lo antes posible. - Tranquila, ya casi hemos llegado. - contestó el lagarto con la respiración agitada, para acto seguido desviarse a una callejuela sin salida que era mucho más angosta que el resto. Sin perder tiempo, el hombre bestia fue corriendo hasta el fondo de la misma y destapó una entrada a las alcantarillas, haciendo un gesto a la de cabellos cenicientos para que entrase. - Espero que a estas alturas no te pongas con remilgos bruja. - comentó, pero no tuvo que decirlo dos veces, la joven bajó a la red de túneles y esperó a que el hombre bestia se uniese a ella, tapando nuevamente la entrada para que los guardias pasaran de largo.

- ¿A dónde lleva esto? -  preguntó la tensai, arrugando ligeramente la nariz a causa del mal olor, mientras recordaba la época de su pasado en que frecuentaba las catacumbas de Lunargenta. - Saldremos al otro lado de la muralla, no muy lejos de la guarida. - aclaró el enano, al tiempo que se ponía en marcha. Elen iluminó las alcantarillas con ayuda de la electricidad y siguió de cerca al portador del fragmento, sin intentar arrebatárselo de momento, pues no era el mejor lugar. Ambos caminaron a paso ligero sin prestar demasiada atención a cuanto les rodeaba, de vez en cuando se cruzaban con alguna rata pero estas huían nada más verlos, y por suerte para ambos, podían avanzar sobre un estrecho murillo de piedra que se mantenía fuera de las sucias aguas, así que solo debían continuar, echando la vista atrás de tanto en tanto para comprobar que nadie los siguiese.

La guardia probablemente seguía en las calles, persiguiendo al resto de la banda y al vampiro, que era el único que preocupaba a la hechicera, pues lo conocía y la había ayudado cuando no tenía por qué intervenir, estaba en deuda con él. Cuando por fin salieron de los túneles, la tensai comprobó que no hubiese nadie en los alrededores antes de echarse a correr por la nieve junto al enano, aunque no tardaron en alcanzar una zona boscosa que les dio algo de cobijo. - Esos inútiles se pasaran la noche entera buscando sin encontrar nada, solo espero que Víctor no tarde en reunirse con nosotros. - comentó Lazid, al tiempo que ambos relajaban el ritmo y recuperaban el aliento.

Un cuarto de hora más tarde ya se encontraban frente a la cabaña de madera, en cuya entrada vigilaba un mercenario de la banda, medio dormido. - ¡Despierta merluzo! Hemos tenido algunas complicaciones, necesito que muevas el culo y vayas a la ciudad a asegurarte de que los demás están bien. - ordenó, sobresaltando al tipo, que a punto estuvo de caerse de la silla. - Nosotros esperaremos dentro, vamos canosa. - añadió, justo antes de cruzar el umbral de la puerta.
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Cenizas de sangre [Quest] [Cerrado] - Página 2 Empty Re: Cenizas de sangre [Quest] [Cerrado]

Mensaje  Bio Miér 13 Abr - 8:11

Una feroz batalla se libraba justo al lado de donde las brujas peleaban, o al menos eso era lo que debíamos hacer creer a la Encantadora Real, aunque el amigo de Elen parecía estárselo tomando muy en serio, con una rápida maniobra de su espada me desarmó lanzándome al suelo, me preocupé al ver como se lanzaba hacia mí en una violenta estocada que me atravesaría el pecho pero al final bajó la velocidad dejándome entender en su mirada que había entendido la estrategia; giré en el piso para evadir el ataque y sin levantarme lancé una patada a su muñeca que lo hizo soltar la espada, luego empujé su rodilla con otra patada para hacerlo caer y saltar sobre él -Lo lamento- Susurré antes de golpearlo un par de veces en el rostro, si resultaba completamente ileso resultaría difícil creer que había combatido en serio así que aunque no deseara hacerlo me parecía completamente necesario, los golpes sanarían en poco y resultaban menos peligrosos que una herida de arma.

Me levanté justo a tiempo para ver el desenlace de la batalla entre brujas en donde Elen consiguió salir victoriosa ¿Pero a qué precio? Parecía agotada, debía estarlo para no correr en busca del anhelado collar, dándole tiempo a Lazid de llegar antes que cualquiera a la joya y reclamarla para sí mientras fanfarroneaba frente a una derrotada encantadora, aunque su momento de gloria no duraría demasiado pues un grupo de guardias salieron del palacio para socorrer a la bruja de hielo; aunque desafortunadamente las malas noticias no terminaban ahí, ahora nos asociaban a la banda de Lazid, quedando el lagarto como el cerebro detrás del ataque; me cerqué al lagartijo esperando saber qué planeaba -Espero que estés consciente de que me debes una chaqueta- Le repliqué echándole la culpa de que perdiera mi ropa a causa de su gran idea de quitarle el bastón -No puedo estar más de acuerdo- Dije a la peliblanca que se acercaba alertándonos de escapar; las indicaciones del lagarto parecían fáciles de seguir, sin embargo ellos no parecían estar en buenas condiciones como para completar una fuga exitosa, siendo yo el más rápido debía quedarme atrás.

Finalmente el vendaval que había usado Elen para cubrirnos comenzaba a dispersarse -¡Vámonos, de prisa!- Dije a ambos mientras comenzaban su fuga aunque yo me quedaría atrás para darles un poco de tiempo; al aclararse la visibilidad solo me encontrarían a mí, de pie caminando hacia ellos hasta una distancia prudente, tenía una de mis dagas en la mano, caminé hasta donde había caído la otra y la pisé de medio lado haciendo que diera un salto hasta una altura en la que pude alcanzarla con mi mano -Y bien- Dije en tono arrogante -¿Quién viene primero?- Dije poniéndome en guardia; no tenía la más mínima intención de pelear contra todos, y sabía que hacerlo no era la más prudente de las ideas, pero mientras hablaba le daba un poco más de tiempo a mis compañeros; aunque finamente algunos comenzaban a pasar de mí para ir tras los otros; al menos debería asegurarme de que sus perseguidores fueran pocos -De uno en uno o varios a la vez, ustedes deciden cómo morir- Continué fanfarroneando para enojarlos y lograr que me atacaran -¡Non!- [1] Grité fuerte mientras me acercaba un poco a la tropa de donde algunos pocos se habían lanzado al ataque, sin embargo, lo que parecía un simple grito llevaba una carga mágica que intentaría causar confusión entre ellos -Tú pareces ser el más fuerte- Le dije al primero en llegar a atacarme -Lo soy- Respondió con soberbia -Ya quisieras serlo- Respondió otro replicando al comentario del primero -Apártense idiotas- Dijo un tercero mientras empujaba a ambos para meterse por en medio y llegar a donde me encontraba pero fue empujado hacia atrás por los dos primeros que parecían haber entrado en discordia; la mecha estaba encendida y no faltaba mucho para que explotara el caos en sus filas, momento que aproveché para correr en dirección contraria sin animarme a voltear para ver el caos que se había formado.

Aunque me había evitado ser perseguido por el escuadrón entero, algunos aún venían tras de mí, y a pesar de mi velocidad me resultaba difícil perderlos, me escabullí entre callejones y pasillos en busca de alguna oportunidad pero estos guardias parecían venir de todos lados, así que lo mejor sería emprender una fuga directa hacia la entrada de la ciudad de los dragones; el metal de las armaduras delataba fácilmente sus posiciones y me permitían doblar esquinas a mayor velocidad para deshacerme de ellos poco a poco; al quedar solo algunos por haber dividido el grupo encontré un callejón oscuro en donde me escondí a toda prisa y usando las mismas sombras del oscuro pasillo me desvanecí de la vista [2] manteniéndome quieto y tranquilo hasta que se fueron para continuar la búsqueda en otros callejones.

Incluso después que se fueron, permanecí unos instantes en el mismo sitio, oculto entre las sombras, siendo esta una excelente decisión pues me salvó de ser detectado por los que vinieron luego; de pronto una extraña situación se presentó y muchos de los guardias se regresaban de prisa, ignoraba lo que hubiese pasado pero el momento no podía ser otro, emprendí una veloz carrera casi saltando de sombra en sombra hasta dejar por fin la ciudad; una vez que me sentí a salvo, escondido tras un árbol me dejé caer sentado para agarrar aire y recuperar el aliento; luego me levanté y seguí corriendo en dirección al lugar que me había indicado Lazid, una vez que bajé el ritmo y la velocidad, el frío del norte comenzó a hacer mella de mi físico y terminé abrazándome para soportar el frío; mientras caminaba escuché a alguien acercarse a pasos apresurados, así que salté a esconderme tras unos blanquecinos arbustos, de momento no quería toparme con nadie, sería lo mejor; en unos minutos llegué al que esperaba que fuera el lugar indicado, con el ruido de mis pasos al llegar estaba seguro que me habían escuchado, sin embargo me atreví a tocar la puerta esperando que fuera el lugar correcto o que al menos pudieran ofrecerme una bebida caliente...
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Offrol [1] Habilidad de nivel 5: El valle de la inquietud
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Cenizas de sangre [Quest] [Cerrado] - Página 2 Empty Re: Cenizas de sangre [Quest] [Cerrado]

Mensaje  Ger Miér 13 Abr - 19:56

Elen y Lazid tardaron bastante en alcanzar la cabaña. Tras una dura huida por calles, alcantarillas y bosques, el curioso dúo conseguiría escapar sano y salvo de la persecución de los dragones, que seguramente no detendrían su búsqueda. Terminarían alcanzando la cabaña de madera, el lagarto ordenaría con su poca cortesía a un mercenario ir a la ciudad a buscar al resto de miembros de la banda. Quedando solos la bruja y el hombre bestia.

Fue el enano quien abrió la puerta del cobertizo. El lugar era bastante caótico, lleno de armamento tirado y todo semi-destrozado. Aquella no podía ser la guarida principal del grupo, más bien un pequeño cuartel donde guardar el material para sus operaciones en Dundarak. El pequeño se sentaría en una silla roída tras un escritorio viejo de madera de pino tras el que casi ni se le vería. Levantó los pies para colocarlos encima de la mesa, a la que apenas llegaba dado su diminuto tamaño, en un intento de actitud chulesca. Justo después de acomodarse, alguien picó a la puerta.

-¡Pase! – gritó. Y allí apareció Bio, que también había conseguido dar esquinazo a los que le habían perseguido de una manera muy astuta e inteligente. Algo que sorprendería a Lazid. - ¡Víctor! ¡Amigo mío! Bendita la hora en que te conocí. No hubiera apostado ni un aero a que pudieras escapar sin mi inteligencia. Has superado mis expectativas. – Y aplaudió. Después, miró a Elen. – También tú has hecho un gran trabajo, canosa… ¿Elen era tu nombre? Creí escucharlo en algún momento. – preguntó, sin mirar a ninguno de los dos.

Sacó el collar de su bolsillo y lo observó. El tercero y último de los fragmentos de Kinvar. El pequeño desconocía su utilidad pero sí conocía su valor, sin embargo, había visto como Elen despachó a la gran encantadora, seguramente hiciera lo mismo con él si no se lo entregaba. El lagarto, que de tonto no tenía un pelo, tiró de astucia para entregarle el collar a Elen y quedar bien.

-Tu presencia en palacio ha servido para poner a mi grupo en el mapa. ¡La cabeza del hampa! Ahora todo el mundo respetará y temerá a Lazid Rajeesh. – dijo, observando por última vez la piedra rosada. - Estoy en deuda contigo bruja, y un dragón siempre paga sus deudas. Bueno… tal vez no siempre. – rectificó tras recordar el trato fallido con los magos de palacio. A continuación puso el fragmento sobre la mesa, a disposición de Elen. – Puedes quedarte el collar. No lo necesito. Y es lo menos que puedo darte. – Luego miró a Bio, al que no había obsequiado con nada. – Víctor, considera los obsequios de Iñigo como tu paga, más que suficiente por tratar de engañarme y entregarme un collar falso. – dijo entre risas, el pequeño sabía que en realidad, el collar de Bio era el auténtico. Pero esperaba que el vampiro no se hubiese dado cuenta y utilizar esto en su contra.

El pequeño era muy inteligente. Sin entregar nada que no tuviera antes de comenzar la noche, había conseguido obtener un beneficio, en este caso social, considerable. El lagarto era consciente de que ahora lo perseguían, pero eso parecía ser lo que buscaba.

-Como doy por hecho que ninguno os uniréis a mi noble causa, os recuerdo que ahora os asociarán conmigo. Seréis proscritos y forajidos. Os recomiendo no volver por aquí en una temporada, tal y como haré yo.– les recomendó. Luego quedó reflexivo, preocupado por lo que Abbey le había dicho a Elen– Bruja, no sé nada de magia, pero la encantadora de hielo mencionó que te faltaba una pócima de estrellas y algo de la luna. ¿Qué harás ahora? – le preguntó curioso, más por cotillear que por interés. - ¿Y tú, Víctor? ¿A dónde irás?

Las preguntas de Lazid no solucionarían aquella papeleta. A Elen aún le faltaba la pócima de las estrellas. Según Abbey, la de cabellos cenicientos no sería capaz de realizar la conjunción sin el preciado objeto. Quedaba muy poco tiempo, y ya no había mucho más tiempo para seguir buscando objetos. Tarivius le había dicho que faltaba poco
* * * * * *

Ya estamos casi al final… ¡Penúltimo turno!

  • Elen, ¡por fin has conseguido los tres fragmentos de Kinvar!, aunque te falta la pócima de las estrellas. Que se encuentra en posesión de Bio. Algo que ni sabes ni percibes. Deberías tratar de recalcar la importancia del objeto para ti de la manera que consideres. Tal vez así consigas que, si alguien la tuviera por azar de los dioses, la muestre.

  • Bio, en función de lo que diga Elen, como siempre, puedes decidir si mostrársela y dársela o bien quedártela. La decisión que tomes no tendrá consecuencias negativas para ti. Elen podrá cumplir su misión sin ella, aunque le costará un poco más.
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Mensaje  Elen Calhoun Jue 14 Abr - 8:47

Nada más entrar en la pequeña cabaña, Elen se dio cuenta de que aquel lugar no podía ser realmente la guarida de una banda, al menos no de una que estuviese mínimamente organizada. La multitud de objetos tirados por el suelo y apilados en los rincones sin orden alguno daba al interior un aspecto más propio de un almacén bastante descuidado, así que supuso que tanto Lazid como sus hombres usaban aquel lugar para tener a mano las armas y el material necesario para sus golpes en Dundarak, y en última instancia para esconderse si era preciso, tal como había ocurrido en aquella ocasión.

El lagarto tomó asiento tras un viejo escritorio de madera y la bruja hizo lo propio en un antiguo sillón que se encontraba al otro lado de la mesa, dejándose caer pesadamente sobre el mismo. El asiento estaba en malas condiciones, tenía muchos años y ya le habían salido rotos por varios lados, con lo que sería mejor tirarlo que seguir manteniéndolo allí, pero probablemente eso importase bien poco a los mercenarios. El sillón se hundió bajo el peso de la hechicera y liberó una molesta cantidad de polvo en el ambiente, que la hizo toser un par de veces, hasta que se disipó.

Mientras el enano se acomodaba con las piernas sobre el escritorio, Elen se deshizo de su bolsa de cuero y la depositó en el suelo, con expresión cansada y ni un ápice de alegría en ella. Entonces alguien tocó a la puerta, pero no se trataba de ninguno de los hombres de Lazid sino de Bio, cosa que la tranquilizó un tanto, al menos no le habían hecho nada. El pequeño hombre bestia se mostró bastante animado al reencontrarse con el vampiro, le aplaudió por haber logrado escapar sin ayuda y luego también hizo mención al buen trabajo de la joven, refiriéndose a ella por su nombre por primera vez, aunque no estaba seguro de que fuera ese. - Si, Elen. - respondió ella para confirmarle que estaba en lo cierto. - Parece que os debo una, gracias. - añadió hacia ambos, aunque en realidad esa frase iba más dirigida hacia Bio.

Para cuando la de ojos verdes volvió a centrar su mirada en el ladrón, éste sostenía el colgante que le había arrebatado a Abbey y lo observaba con detenimiento. Quizá fuese el momento adecuado para quitárselo, pero no hizo falta, el lagarto ya la había visto en acción y no quería terminar igual que la gran encantadora, así que tras dedicarle unas palabras, agradeciéndole que hubiese encumbrado a su banda de aquel modo, colocó la joya sobre la mesa para que la maga pudiese tomarla. Elen extendió la mano y atrapó entre sus dedos el fragmento, para luego atraerlo hacia sí y quedarse mirándolo en silencio durante unos instantes, pero aquello que hacía tan solo unas horas habría supuesto una gran alegría para ella, ahora no le despertaba ningún sentimiento.

- Tanto esfuerzo, todo lo que he tenido que pasar para llegar hasta aquí… y no servirá de nada. - musitó sin apenas elevar la voz, en cuanto el hombre bestia le preguntó qué haría ahora. Echando mano a la pequeña bolsa de cuero que colgaba del cinturón, la tensai extrajo los otros dos fragmentos de Kinvar y sostuvo los tres juntos entre sus manos, viendo en cada uno de ellos al guardián con que se había enfrentado para conseguirlos. Ravnik, el temible dragón de humo, la hechicera de fuego y su compañero calamar, y por último Abbey, aunque en realidad el protector original del colgante hubiese sido otro dragón. - La luna no me preocupa, tiene que ver con mi hogar, pero las estrellas… no tengo idea de dónde encontrarlas. - prosiguió, al tiempo que guardaba las tres piedras en un saquito de tela bien atado, que volvería al interior de la bolsa de cuero.

Acto seguido, rebuscó en la otra bolsa, donde descansaban sus pertenencias y sacó el libro que Tarivius le había entregado al enviarla a aquella misión, para pasar las páginas en busca del boceto de la pócima que ya le había mostrado una vez. El problema de aquel tomo era que tenía vida propia, y enseñaba lo que quería cuando quería, así que no encontró más que páginas en blanco, lo cual la desanimó aún más. - No puedo creer que Tarivius pasara por alto nombrarme el último elemento, ¿qué voy a hacer sin él? - preguntó en voz alta, aunque más para sí misma que para los presentes. - Ya casi no me queda tiempo y he fallado, nunca conseguiré librarme de la maldición. - dijo la bruja, con la vista clavada en una de aquellas páginas en blanco.

Había sido una estúpida al creer que podría librarse de los jinetes, ellos no iban a permitir que alguien se les escapase tan fácilmente, y esa realidad hizo que las pocas esperanzas que tenía se desvaneciesen en el acto. El libro la volvería a llevar con el centinela tarde o temprano, pero no serviría de nada, el ritual quedaría incompleto y ella tendría que seguir llevando aquella carga consigo por el resto de su vida.
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Mensaje  Bio Vie 15 Abr - 4:34

No fue difícil encontrar la casa, no por recordar el lugar exacto que me habían indicado, sino porque no había mucho con qué equivocarse, ni siquiera había visto otra casa cercana, buen lugar para un escondite, tampoco hizo falta tocar muchas veces, pues simplemente pareció como que me estaban esperando y no querían comenzar sin mí; al escuchar la voz de Lazid entré ya un poco más relajado encontrando dentro también a Elen, afortunadamente ambos habían conseguido salir, y aunque el comentario de Lazid dudando de mis capacidades fue un poco ofensivo, al final acabé soltando una pequeña risa, sin duda el pequeño tenía un toque encantador aunque a veces daban ganas de rebanarlo en pedazos -Apenas y pude escapar, me costó mucho, definitivamente habría sido más fácil si escapaba junto a ustedes, pero soy demasiado lento y me quedé atrás- Dije con cierta picardía para seguir el juego al lagarto -No tienes que agradecer nada, me alegra que hayan podido salir- Dije en tono sincero, para variar, aunque mi mirada y la frase en sí misma estaba más dirigida a Elen.

Escuché la conversación de agradecimiento y reí levemente al ver que el astuto lagartijo le dejaba el collar a Elen como agradecimiento, estaba seguro que lo hacía por su seguridad de no poder contra ella, así que justo ahora, seguirme haciendo el débil sería especialmente útil, pues de sentirse apoyado seguro esperaría que lo apoyara al intentar algo contra ella -¿Collar falso?- Pregunté mientras alzaba una ceja -Ambos sabemos de quién era el falso- Dije con determinación, según mis cálculos y lo que había dicho la encantadora, los bandidos con los que me había topado habían sacado un buen montón de joyas, incluido el collar, no tendrían motivo para haberse llevado el falso y dejado el verdadero, teniendo la oportunidad de cambiarlos, sin embargo no quería tampoco discutir por ello -Pero ya me da igual, me conformo con que me des una chaqueta nueva- Dije en modo recriminatorio -Perdí la anterior por tu gran idea de quitarle el bastón a la encantadora demente- Dramaticé un poco abrazándome a mí mismo en señal de frio -Casi muero de frío ahí afuera- Dije tratando de generarle algún remordimiento.

La advertencia del lagarto parecía bastante seria, sin embargo, no podía salir de las tierras del norte sin antes ver a Arygos y resolver el tema del misterioso libro -Estoy acostumbrado a ser perseguido, creo que éste es por ahora el menor de mis problemas- Respondí tratando de no mostrarme preocupado por ello, Elen sin embargo, a pesar de haber conseguido lo que buscaba, no parecía estar del todo feliz, me gustaría ayudarle, pero no tenía idea de cómo hacerlo, solo nombraba personas y cosas que no lograba entender -Al menos no te fue tan mal- Le dije a Elen tratando de alegrarla -Te aseguro que me ha ido peor- Dije mientras desataba la pequeña manta donde había sostenido los dos frascos, saqué en primer lugar la extraña calavera de cristal -Traía muchas esperanzas de sacar algo de dinero por acá y apenas conseguí unos cuantos aeros y esta cosa extraña- Dije poniendo sobre la mesa la calavera -Ahora en vez de un frasco inútil he conseguido dos frascos inútiles- Terminé la frase sacando el otro de los frascos, un envase pequeño que contenía dentro una especie de diminutos orbes brillantes o similar -No tengo idea de lo que sean o para qué puedan servir estas cosas- Dije bastante decepcionado -Creo que hasta prefiero no saberlo y pensar que puedan ser útiles- Protesté ya en modo gracioso -¿Sabes qué puedes darme como agradecimiento además de una chaqueta nueva? ¡Un bolso!- Sugerí a Lazid a quien esperaba sacarle al menos algo útil y que no resultara tan tacaño como ese Iñigo -Me ha resultado muy incómodo pelear cargando con estos estúpidos frascos- Pedí en tono suplicante y lastimoso; tampoco era la gran cosa y siendo ellos bandidos, tal vez tuvieran alguno que les sobrara de los que usaban para transportar sus botines.

Casualmente había pasado semanas buscando a Elen para comentarle que al parecer los Escorpiones estaban de vuelta, pero al parecer no era el mejor momento para ello, así que simplemente lo dejaría para después -Puedo ayudarte si me explicas cómo- Le dije a la bruja con aires de solidaridad para luego responderle a Lazid -Vine aquí a ver a una amiga, Arygos Valnor, una dragona que vive en las montañas- Expliqué en tono pausado -¡Te hablé de ella cuando nos conocimos!- Exclamé al recordar que ya se la había mencionado -Iré a refugiarme con su familia unos días mientras encuentro cómo huir lejos de Dundarak- Expliqué sobre mi próximo paradero mientras me sentaba sobre el escritorio junto al par de misteriosos e inútiles frascos.
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Mensaje  Ger Vie 15 Abr - 18:41

Elen parecía entristecida por no haber conseguido la pócima de las estrellas. Observando pensativa los tres fragmentos de Kinvar y el libro de Tarivius. Pasando hojas en blanco. El lagarto, un hombre curioso, se inclinó hacia delante para poder observar el libro. Elen buscaba en él una respuesta, algo que el lagarto no comprendería. – Maldita sea, bruja, ese libro no tiene nada escrito. Difícilmente encontrarás algo ahí. - Replicó Lazid, ignorante y mostrando nula empatía. No parecía preocuparle lo más mínimo y siguió con lo suyo. Bio, en cambio, sí que tuvo unas palabras de agradecimiento, para la bruja, para a continuación pedirle algo al lagarto.

Lazid comenzó a reírse a carcajada en cuanto Bio le pidió una chaqueta. La idea de quitarle el bastón a Abbey había sido suya, cierto, y el resultado de la chaqueta de Bio le había parecido cuanto menos, graciosa.

-Tienes suerte de que sea un ladrón, Víctor. - dijo entre risas saltando de la mesa al suelo para dirigirse a uno de los muchos grandes arcones que allí había, en el que empezó a revolver y a sacar objetos curiosos. Seguro que entre todo lo que había robado, tenía algo interesante que entregarle a Bio. No tardó demasiado en encontrar un pequeño jubón marrón, bastante cálido y que parecía de la talla del vampiro. – Aquí tienes. ¡Joder! Hoy me siento caritativo. – siguió revolviendo - Toma, y una faltriquera.

A continuación tomó también un abrigo para él, así como otro bolso. Y se propuso a salir por la puerta, parecía apresurado. No hizo ni siquiera caso a los dos frascos, uno de ellos con pequeñas esferas brillantes que revoloteaban y que parecían estrellitas, que había depositado sobre la mesa.

-Mira, ahí tienes tus estrellitas bruja. – dijo señalando el frasco y comenzando a reír a carcajada limpia. El lagarto se estaba burlando de Elen, pero en realidad, le estaba dando la clave. Él ignoraba por completo el hecho de que, aquel frasco, era en realidad lo que Elen necesitaba. ¿Quién podría pensar que iba a estar tan cerca? – No te quedes mucho tiempo leyendo esa interesante novela, que la guardia te anda buscando.– El hombre bestia continuaba con su ironía.

Con Bio tenía más conexión que con la tensái. Aunque había escuchado que iría a ver a una amiga suya, Lazid sabía lo bien que se desenvolvía en combate y tal vez le interesase ir junto a él durante un trecho, lo suficiente como para que alejarse de Dundarak, se acercó a la puerta y la abrió. No quedaría demasiado para el amanecer. Lo cual era un inconveniente para Bio, pero también para Elen, pues la conjunción tendría lugar en horas. Lazid sonreiría al vampiro desde la puerta y le haría un gesto con la cabeza. - Víctor, yo me reuniré con mis hombres en Ulmer, podremos compartir el viaje un rato. ¿Vienes?
* * * * *


Bueno, pues esta será mi última intervención en el hilo. Falta por ver qué pasará con la pócima de las estrellas.

A modo de epílogo, Elen deberías explicarle por qué crees que es importante y pedírsela. En cualquier caso, Bio siempre podrás elegir si cedérsela o no.

Independientemente de lo que decida Bio, en el siguiente hilo, Elen irá a la isla Lunar.

Respecto al hilo debo felicitaros a ambos. Hemos llevado un ritmo de posteo muy alto y con muy buena calidad, superando todas las trabas que os puse. Un placer llevar hilos así.

Para no parar demasiado el hilo, voy a proceder a dar las recompensas que Thorn no dio hasta el momento. Elen, tus recompensas en concepto de experiencia se darán al desenlace de la quest



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Levia:

10 ptos de experiencia base + 8 por desarrollo = 18 ptos de experiencia
300 aeros

Consecuencias negativas:

Ninguna

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Capitán Werner:

10 ptos de experiencia base + 9 por desarrollo = 19 ptos de experiencia.
300 aeros

Pluma del mismísimo Edgar Allan Poe:

Consecuencias negativas:

Magulladuras varias durante los próximos 3 hilos cronológicamente posteriores a este en los que participes por los impactos recibidos de los golpes de Elen.

*****************************************************************************

Keira Brabery:

10 ptos de experiencia base + 9 por desarrollo = 19 ptos de experiencia
300 aeros

Gafas mágicas:

Consecuencias negativas (por el momento):

Ceguera definitiva. (Pedir quest para eliminar).

*****************************************************************************

Bio:

10 ptos de experiencia base + 10 por desarrollo = 20 ptos de experiencia
300 aeros

Calavera de cristal de Roilkat:


Jubón marrón:

Faltriquera roída:

Consecuencias negativas:

3 meses de tiempo real en búsqueda y captura en las Tierras del Norte o 15 temas cronológicamente posteriores a este. Esto implica no poder participar en hilos en Tierras del Norte hasta el 12 de julio de 2016. Una vez llegada la fecha, debes solicitar quest para limpiar tu nombre y poder volver a tierras del Norte.

*****************************************************************************

Elen:
10 ptos de experiencia base + 10 por desarrollo (por este hilo) + 5 ptos extra hilo “Vientos Grises” + 5 ptos extra hilo “Coincidencia Salvaje” = 30 ptos de experiencia. (¡Casi nivel 6!) (El último hilo tendrá otros 5 ptos extra para ti, además de las posibles recompensas que obtengas en él).

Objetos (por el momento):

300 aeros
Fragmentos mágicos: Corazón, anillo y collar.

Lo “gordo” vendrá al final.

Consecuencias negativas:

3 meses de tiempo real en búsqueda y captura en las Tierras del Norte o 15 temas cronológicamente posteriores a este. Esto implica no poder participar en hilos en Tierras del Norte hasta el 12 de julio de 2016. Una vez llegada la fecha, debes solicitar quest para limpiar tu nombre y poder volver a tierras del Norte.

Quemadura en el muslo. Por el golpe de Keira. Sigues teniendo la quemadura y cada vez tiene peor pinta. Deberás curarla en cuanto encuentres un médico.

Los puntos de experiencia y aeros se os han dispuesto ya en vuestro perfil. No olvidéis registrar los objetos de master en el apartado correspondiente.
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Mensaje  Elen Calhoun Sáb 16 Abr - 9:07

Ensimismada, la hechicera no apartó sus ojos del libro en blanco, mientras sus enigmáticas palabras despertaban la curiosidad del lagarto, pero en aquel momento la joven no prestaba atención a la presencia de ninguno de ellos, hablaba como si se encontrase totalmente sola en la estancia. Sin duda quien la escuchase sentiría que se había perdido algo, pues no entendería la historia, pero Elen tampoco se encontraba con ánimos de contarla. Se había esforzado mucho para llegar al último reto, pero ahora comenzaba a ver que probablemente hubiese perdido el tiempo y alimentado esperanzas para nada, a no ser que el centinela se hubiese encargado de obtener las estrellas, posibilidad que hasta el momento no había barajado.

Tenía sentido, quizá el poderoso mago tuviese entre sus pertenencias la pócima, y por eso no le mencionó nada al respecto antes de emprender aquella misión. ¿Pero y si se equivocaba? Volver a las islas sin las estrellas no le valdría de nada, pero el tomo de Tarivius no estaba por la labor de ayudar, ni mostrándole nuevamente el recipiente ni llevándola a donde se encontraba, así que poco podía hacer. Bio y Lazid hablaban entre ellos acerca de unos frascos y lo incómodo que el vampiro se había sentido teniendo que pelear cargando con ellos, tanto que estaba dispuesto a cambiarlos por un abrigo nuevo y una bolsa en la que poder llevar cosas.

Debido a lo bien que le había caído Víctor, el pequeño hombre bestia accedió y rebuscó en uno de los cofres que había dentro de la cabaña, hasta dar con algo de ropa para su compañero y para sí mismo, a lo cual también añadió una faltriquera, sin pedir nada a cambio. No parecía interesado en cobrar por aquellos objetos, sino más bien ansioso por marcharse del lugar, ahora la guardia lo buscaba por todas partes y debía desaparecer durante un tiempo, al igual que ellos. Antes de abandonar la habitación, el ladrón hizo un comentario que sí llamó la atención de la bruja, mientras señalaba uno de los frascos que Bio había depositado sobre la mesa hacía unos minutos.

Hasta aquel instante la de ojos verdes ni siquiera los había mirado, pero decidió girar el rostro en dirección a los recipientes, y entonces la sorpresa se reflejó en su cara. No podía ser, el boceto del libro era casi idéntico a uno de los frascos que descansaban sobre el escritorio, con las pequeñas esferas brillantes flotando en su interior, tan semejantes a estrellas. Elen se puso en pie y sujetó aquel recipiente incrédula, para luego dirigir la mirada hacia el vampiro. - Las estrellas… ¿cómo las has conseguido? - preguntó, con un nuevo brillo de esperanza en la mirada. Puede que al final consiguiese todos los elementos necesarios para terminar el ritual, solo debía averiguar qué quería el pelinegro a cambio.

- No importa, es… es exactamente como lo vi en el libro, tiene que ser este. - musitó, al tiempo que su corazón se aceleraba ligeramente, cosa que por una vez no trató de contener. - Necesito este frasco Bio, ojalá tuviese tiempo de contarte el por qué pero no es el caso, de un momento a otro desapareceré y esto es muy importante para mí. - explicó, sabiendo que se desvanecería en cuanto las páginas del tomo del anciano cobrasen vida propia, para llevarla al lugar en que debía celebrarse la conjunción. - Si todo sale bien regresaré a Lunargenta, puede que allí tenga ocasión de relatarte la historia con detalle, pero de momento te ofrezco esto a cambio del frasco. - añadió, para acto seguido extraer doscientos aeros de su bolsa de cuero y depositarlos sobre la mesa.

Ahora quedaba en manos del vampiro aceptar el trato o no, pero fuera cual fuese su respuesta, la bruja recogería sus pertenencias y sostendría el tomo en blanco con fuerza entre sus manos, a la espera de que éste la llevase nuevamente junto al centinela del sur. La única diferencia sería llevarse consigo la pócima o no, cosa que dependía únicamente de Bio.


Off: Ger, si Bio acepta el trato te pido que le traspases los 200 aeros de mi perfil al suyo.
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Mensaje  Bio Lun 18 Abr - 5:28

Me encontraba bastante agotado después de todos aquellos acontecimientos, no solo los de Dundarak, sino desde el encuentro con los bandidos, todo había estado tan misteriosamente conectado, como si el destino así lo quisiera, piezas del destino en un tablero de ajedrez; meditaba en eso mientras Lazid hacía gala de su evidente falta de tacto, tomando a juego el semblante de Elen, cosa que me resultaba bastante desagradable, pero tampoco era quien para reprocharle nada al lagarto, y menos después que tan amablemente había accedido a entregarme algo de ropa para pasar el frío del norte -Gracias- Dije con una sonrisa al recibir el abrigo, pero incluso había más, una pequeña faltriquera... ¿Rota? Metí la mano en ella y salió por el otro lado, pero la guardé rápidamente y resistí a creer que me la hubiera dado así de manera intencional, con algo de suerte podría mandarla a reparar o vender la tela para comprar otra, de cualquier modo por ahora me bastaba con la chaqueta al menos hasta que encontrara algo más cómodo.

El lagarto había resultado ser todo un personaje, pero lo generoso que era conmigo, lo contrarrestaba siendo cruel con la peliblanca, aunque si bien es cierto que ella misma carecía de tacto al hablar, no me parecía justo mofarse de su preocupante estado; cuando el enano mencionó sarcásticamente el frasco con estrellas, consiguió por fin llamar la atención de Elen quien no parecía prestarle mucha atención, y la reacción de la bruja consiguió despertarme aún más curiosidad -No, Gracias- Respondí con amabilidad al lagarto dejando que se fuera para quedarme con Elen un rato más -Tomaré un atajo- Expliqué -Ten cuidado- Advertí a Lazid, posiblemente lo estarían buscando por el camino, y aunque había visto lo bien que se desenvolvía en combate, no parecía muy atlético como para sobrevivir a batallas largas.

Volví la vista a Elen que parecía haber encontrado algo interesante en el frasco brillante -¿Conseguir? ¿Eso? Fue un regalo, pero jamás me dijeron lo que era- Contesté un poco confundido ¿Era eso lo que ella mencionaba que le faltaba? Escuché su explicación y aunque no entendía muy bien la razón por la que lo quería, era la primera vez que la veía mostrar alguna emoción -Si es importante para ti, puedes quedártelo- Respondí justo antes de escuchar el metálico sonido en una pequeña bolsa que colocaba en la mesa, ese inconfundible sonido de monedas, no sabía cuántas fueran, pero aunque mi motivo de venir a Dundarak era justamente vender esos objetos, no sería capaz de quitarle un solo aero por algo que para mí no tenía valor alguno; tomé la pequeña bolsa y la coloqué sobre el frasco que ahora sostenía ella con evidente emoción -No es necesario que me entregues nada a cambio, prefiero contar con que me debas un favor- Dije con una sonrisa -Sé que en mi lugar actuarías del mismo modo- Murmuré en tono bajo, aunque lo suficiente como para que pudiera escucharlo claramente y luego me dirigí hacia la puerta, no faltaba mucho para el amanecer y debía darme prisa si quería llegar al punto de reunión -Sea lo que sea en lo que andas metida, espero que se resuelva, tal vez nos veamos en Lunargenta luego- Dije sin voltear a mirarla para luego darme a la fuga en un parpadeo, debía moverme rápido pues si no era víctima de los guardias que de seguro aún buscaban, entonces lo sería del amanecer, lo mejor sería encontrar un refugio temporal para luego emprender un nuevo viaje bajo la seguridad de una larga noche.
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Offrol: Ger, por favor, omite la petición de Elen y deja sus aeros intactos =) La pócima de las estrellas será un regalo
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Mensaje  Ger Lun 18 Abr - 18:12

Tal y como habéis pactado, no hay intercambio de aeros.

En los próximos días te mandaré un mensaje privado cuando abra la última y definitiva parte de tu quest Elen.

Gracias Bio por tu buena participación en el hilo.

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