Campeones de los justos [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
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Re: Campeones de los justos [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
Iltharion coronó la muralla, empapada por la llovizna que también se había adueñado del patio un buen rato antes. La roca del muro se encuentra oscurecida por la humedad, y su superficie rugosa menos firme de lo que habituaba. Por suerte, si bien las nueves grises no habían abandonado el cielo, el agua que caía de las mismas había dado un descanso al ambiente.
Las puertas de madera que permitían el acceso al interior de las torres se encontraban en su mayoría cerradas. En el pasillo que conformaba la parte superior de la muralla solo se hallaban algunos braseros con antorchas semi a cubierto apra iluminar el camino de los soldados o mantener el calor, ahora apagadas.
Iltharion ató la cuerda en torno a las protuberantes rocas que hacían de barandilla, y comprobó varias veces los nudos, asegurándose de que no fueran a soltarse en el descenso. Luego, se acercó a los restos de grasa y aceites que habían quedado de los fuegos de la noche anterior, y a las módicas cantidades acomodadas debajo de las lumbres para reponer su combustible y humedeció la cuerda que rodeaba la roca, así como el resto que había quedado colgando.
Lo justo como para que la cuerda quedara impermeable de agua, e inflamable.
Con la propia cuerda hizo una especie de arnés, y un nudo doble que le ayudará a controlar su descenso con las sencillez, y sin tener que hacerlo a pura fuerza bruta, algo que pudiera controlar con una sola mano.
El elfo se sentó en el borde de la roca y miró hacia los largos metros de descenso que le esperaban por delante. No era la primera vez que hacia algo como aquello, pero esperaba des del fondo de su corazón, que fuera la última, al menos, de aquella altura.
Inspiró profundamente, y apoyando sus manos sobre el borde de la roca se dio vuelta, afirmó los pies en los salientes que delimitaban los bordes de cada bloque de piedra, y empezó a descender.
Varias fueron las veces en las que resbalo algunos centímetros, y sus manos se arañaron contra el muro buscando un sostén, y largo y fue el camino hasta que logró tocar el suelo con las botas, pero una vez que el hombre se irguió fuera de la fortaleza, supo que el peligro había terminado.
Saco la yesca y el pedernal y cubriendo con su cuerpo encendió la cuerda que lo había ayudado a bajar. La grasa y el aceite hicieron que la mecha se encendiera y empezaran a consumir la cuerda.
Iltharion sabía que era cuestión de tiempo que no quedara mas rastro de su huida que unas pocas cenizas alrrededor de uno de los salientes de la muralla, y una pequeña mancha oscura alrededor de la misma que no tardaría en desaparecer.
No cobraría de los templarios, pero tampoco tendría de ellos ningún perjuicio.
Mientras los restos de su huida se convertían en cenizas, también desaparecía el bardo de aquel remoto lugar.
Las puertas de madera que permitían el acceso al interior de las torres se encontraban en su mayoría cerradas. En el pasillo que conformaba la parte superior de la muralla solo se hallaban algunos braseros con antorchas semi a cubierto apra iluminar el camino de los soldados o mantener el calor, ahora apagadas.
Iltharion ató la cuerda en torno a las protuberantes rocas que hacían de barandilla, y comprobó varias veces los nudos, asegurándose de que no fueran a soltarse en el descenso. Luego, se acercó a los restos de grasa y aceites que habían quedado de los fuegos de la noche anterior, y a las módicas cantidades acomodadas debajo de las lumbres para reponer su combustible y humedeció la cuerda que rodeaba la roca, así como el resto que había quedado colgando.
Lo justo como para que la cuerda quedara impermeable de agua, e inflamable.
Con la propia cuerda hizo una especie de arnés, y un nudo doble que le ayudará a controlar su descenso con las sencillez, y sin tener que hacerlo a pura fuerza bruta, algo que pudiera controlar con una sola mano.
El elfo se sentó en el borde de la roca y miró hacia los largos metros de descenso que le esperaban por delante. No era la primera vez que hacia algo como aquello, pero esperaba des del fondo de su corazón, que fuera la última, al menos, de aquella altura.
Inspiró profundamente, y apoyando sus manos sobre el borde de la roca se dio vuelta, afirmó los pies en los salientes que delimitaban los bordes de cada bloque de piedra, y empezó a descender.
Varias fueron las veces en las que resbalo algunos centímetros, y sus manos se arañaron contra el muro buscando un sostén, y largo y fue el camino hasta que logró tocar el suelo con las botas, pero una vez que el hombre se irguió fuera de la fortaleza, supo que el peligro había terminado.
Saco la yesca y el pedernal y cubriendo con su cuerpo encendió la cuerda que lo había ayudado a bajar. La grasa y el aceite hicieron que la mecha se encendiera y empezaran a consumir la cuerda.
Iltharion sabía que era cuestión de tiempo que no quedara mas rastro de su huida que unas pocas cenizas alrrededor de uno de los salientes de la muralla, y una pequeña mancha oscura alrededor de la misma que no tardaría en desaparecer.
No cobraría de los templarios, pero tampoco tendría de ellos ningún perjuicio.
Mientras los restos de su huida se convertían en cenizas, también desaparecía el bardo de aquel remoto lugar.
Iltharion Dur'Falas
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Re: Campeones de los justos [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
Sin nada más que les retuviese en aquel pequeño espacio abierto continuaron su camino hasta el siguiente punto. Un trayecto corto aunque tenso ya que todos los allí presentes estaban más que atentos a cualquier ruido o presencia sospechosa y con las armas prestas para responder ante cualquier amenaza. Tenían suerte de que la paga ofrecida por aquella orden para aquel trabajo fuera especialmente suculenta, había atraído a buenas espadas de alquiler hasta allí y desde luego se estaban ganando gana moneda a pulso. Puede que la situación no fuese muy buena pero si aquellos templarios se hubiesen conformado con menos sin duda hubiese sido mucho peor. También era de agradecer contar con el vigilante Denam entre ellos. Puede que al principio Níniel tuviese sus dudas sobre él y sobre su buen juicio, y no sin razón, pero conforme combatían juntos y contaban cada lance como una victoria más confianza sentía en el humano. Especialmente cuando demostró que bajo esa armadura y toda aquella faceta marcial había una persona capaz de maldecir al causante de tanta desgracia y no alguién más frío que el filo de su propia espada.
-Me pregunto quién coño será ese Kane al que todos estos locos aclaman. Dicen su nombre como si fuera el del mismísimo Thor. Empiezo a estar hasta los mismísimos de escuchar esa palabra incluso cuando mi acero está enterrado en sus entrañas.- Comentó Drake en voz baja pero audible para los cercanos a él, seguramente tratando de aliviar algo el ambiente al hacer gala de aquel lenguaje tan vulgar y que tanto gustaba entre los mercenarios. No obstante aquella duda seguramente era compartida por todos.
-A saber. A mi todo esto me parece brujería. Si es un brujo ya sabéis, rajadle el cuello en cuanto lo veáis. He visto a más de un compañero arder con un simple gesto de las manos de uno de ellos.- Respondió otro de los mercenarios, un sujeto bastante bajito y grueso que portaba un hacha de dos manos de gran tamaño que parecía no pesarle entre las manos.
-No me preocupan los brujos. Una vez estaba en Lunargenta cuando una bruja se me acercó y...¿Oís eso?.- Comenzó a comentar el fornido guerrero siendo interrumpido por unos tenues ruidos provenientes de un poma más adelante y que pronto fueron identificados como de entrechocar de metales. -Parece que alguien ha empezado la fiesta sin nosotros.- Sentenció de buen humor antes de seguir a Denam hasta el origen de todo aquel jaleo.
El lugar era una sala de tamaño medio aunque atestada de mesas, estanterías y librerías repletas de un excelente surtido de ingredientes, materiales y libros relacionados con la alquimia, por lo que aparentaba ser mucho más pequeña de lo que en realidad era al disponer de muy poco espacio libre de objetos. En medio de la sala tres templarios, uno de los cuales destacaba poderosamente sobre sus compañeros, mantenían la posición ante cinco enemigos que además de verse superados por las habilidades de aquel templario con armadura negra ni siquiera podían usar su ventaja numérica con tan poco espacio despejado. Seguramente aquel grupo de tres hubiese acabado obteniendo la victoria por su cuenta y desde luego la llegada de aliados se lo puso mucho más fácil y enseguida la victoria se decantó por el bando templario, lamentando únicamente una herida leve entre los aliados...y bastantes destrozos entre el delicado equipo de alquimia. Todo el lugar quedó lleno de cristales rotos, libros por el suelo e ingredientes desparramados por todas partes.
Por la conversación entre Denam y el sujeto de negro Níniel supo que se trataba de uno de los tan codiciados inquisidores y por fin pudo entender qué tenían de especial. Debían de ser bastante duchos en el uso de los arcanos a pesar de ser humanos y por lo tanto desprovistos de toda relación con el maná, con razón eran los adecuados para derribar aquella barrera, además de una excelente unidad de combate visto lo visto. El grupo acababa de aumentar significativamente sus opciones tras aquel exitoso encuentro, solo tendrían que lamentar haber encontrado solo a uno y no los dos que necesitaban, pero aún así la cosa iba bien. Una pena lo de aquel laboratorio. Pensó echando un último vistazo y percatándose de algo extraño con sus ojos de elfa.
-Un momento...- Pidió antes de abandonar aquel lugar para proseguir con la búsqueda de más inquisidores. -Mirad...- Indicó señalando a sus compañeros el cuerpo de uno de los templarios rojos muerto junto a una mesa y cubierto de varios cristales e ingredientes que habían acabado sobre su cuerpo, seguramente al ir a golpear contra aquel mueble al ser derrotado. No es que encontrara aquello divertido y quisiera mofarse de que uno de sus enemigos hubiese acabado cubierto de toda clase de sustancias, si no que les señalaba un lugar en concreto sobre su brazo. Allí un polvo muy fino de color verdoso reposaba sobre la piel de aquel hombre, y mientras que el resto de su cuerpo presentaba aún los ronchones rojos, en aquel brazo habían desaparecido en gran medida. -Eso es...Ala de actias luna pulverizada...Interesante.- Dijo pensativa y mirando lo que quedaba en el frasco volcado de aquel ingrediente, perdiéndose en su mundo durante unos breves instantes. -!Pues claro!. Se usa para ayudar a las novicias a controlar sus habilidades mágicas. Esta cosa roja es mágica...Así que ayuda a disminuir sus efectos...Aunque menuda cantidad ha hecho falta...- Dijo casi más para sí que para los demás. -Si pudiese preparar una poción que reforzara esos efectos de este ingrediente y los concentrara podría sernos muy útil. No sería una cura pero un arma arrojadiza que debilitara a nuestros enemigos durante un tiempo suena bien ¿No?. Debería de poder apañar algo con lo que tengo aquí.- Preguntó a Denam. Y con aquella pregunta iba otra velada. Preparar aquella poción iba a llevarle un tiempo, no mucho pero quizá más del que podían permanecer allí esperando todos. ¿Debían quedarse o separarse?. ¿Ignorar lo de la poción por el momento?. ¿Pedir refuerzos al grupo central frente a la capilla?.
Subrayado uso de alquimia.-Me pregunto quién coño será ese Kane al que todos estos locos aclaman. Dicen su nombre como si fuera el del mismísimo Thor. Empiezo a estar hasta los mismísimos de escuchar esa palabra incluso cuando mi acero está enterrado en sus entrañas.- Comentó Drake en voz baja pero audible para los cercanos a él, seguramente tratando de aliviar algo el ambiente al hacer gala de aquel lenguaje tan vulgar y que tanto gustaba entre los mercenarios. No obstante aquella duda seguramente era compartida por todos.
-A saber. A mi todo esto me parece brujería. Si es un brujo ya sabéis, rajadle el cuello en cuanto lo veáis. He visto a más de un compañero arder con un simple gesto de las manos de uno de ellos.- Respondió otro de los mercenarios, un sujeto bastante bajito y grueso que portaba un hacha de dos manos de gran tamaño que parecía no pesarle entre las manos.
-No me preocupan los brujos. Una vez estaba en Lunargenta cuando una bruja se me acercó y...¿Oís eso?.- Comenzó a comentar el fornido guerrero siendo interrumpido por unos tenues ruidos provenientes de un poma más adelante y que pronto fueron identificados como de entrechocar de metales. -Parece que alguien ha empezado la fiesta sin nosotros.- Sentenció de buen humor antes de seguir a Denam hasta el origen de todo aquel jaleo.
El lugar era una sala de tamaño medio aunque atestada de mesas, estanterías y librerías repletas de un excelente surtido de ingredientes, materiales y libros relacionados con la alquimia, por lo que aparentaba ser mucho más pequeña de lo que en realidad era al disponer de muy poco espacio libre de objetos. En medio de la sala tres templarios, uno de los cuales destacaba poderosamente sobre sus compañeros, mantenían la posición ante cinco enemigos que además de verse superados por las habilidades de aquel templario con armadura negra ni siquiera podían usar su ventaja numérica con tan poco espacio despejado. Seguramente aquel grupo de tres hubiese acabado obteniendo la victoria por su cuenta y desde luego la llegada de aliados se lo puso mucho más fácil y enseguida la victoria se decantó por el bando templario, lamentando únicamente una herida leve entre los aliados...y bastantes destrozos entre el delicado equipo de alquimia. Todo el lugar quedó lleno de cristales rotos, libros por el suelo e ingredientes desparramados por todas partes.
Por la conversación entre Denam y el sujeto de negro Níniel supo que se trataba de uno de los tan codiciados inquisidores y por fin pudo entender qué tenían de especial. Debían de ser bastante duchos en el uso de los arcanos a pesar de ser humanos y por lo tanto desprovistos de toda relación con el maná, con razón eran los adecuados para derribar aquella barrera, además de una excelente unidad de combate visto lo visto. El grupo acababa de aumentar significativamente sus opciones tras aquel exitoso encuentro, solo tendrían que lamentar haber encontrado solo a uno y no los dos que necesitaban, pero aún así la cosa iba bien. Una pena lo de aquel laboratorio. Pensó echando un último vistazo y percatándose de algo extraño con sus ojos de elfa.
-Un momento...- Pidió antes de abandonar aquel lugar para proseguir con la búsqueda de más inquisidores. -Mirad...- Indicó señalando a sus compañeros el cuerpo de uno de los templarios rojos muerto junto a una mesa y cubierto de varios cristales e ingredientes que habían acabado sobre su cuerpo, seguramente al ir a golpear contra aquel mueble al ser derrotado. No es que encontrara aquello divertido y quisiera mofarse de que uno de sus enemigos hubiese acabado cubierto de toda clase de sustancias, si no que les señalaba un lugar en concreto sobre su brazo. Allí un polvo muy fino de color verdoso reposaba sobre la piel de aquel hombre, y mientras que el resto de su cuerpo presentaba aún los ronchones rojos, en aquel brazo habían desaparecido en gran medida. -Eso es...Ala de actias luna pulverizada...Interesante.- Dijo pensativa y mirando lo que quedaba en el frasco volcado de aquel ingrediente, perdiéndose en su mundo durante unos breves instantes. -!Pues claro!. Se usa para ayudar a las novicias a controlar sus habilidades mágicas. Esta cosa roja es mágica...Así que ayuda a disminuir sus efectos...Aunque menuda cantidad ha hecho falta...- Dijo casi más para sí que para los demás. -Si pudiese preparar una poción que reforzara esos efectos de este ingrediente y los concentrara podría sernos muy útil. No sería una cura pero un arma arrojadiza que debilitara a nuestros enemigos durante un tiempo suena bien ¿No?. Debería de poder apañar algo con lo que tengo aquí.- Preguntó a Denam. Y con aquella pregunta iba otra velada. Preparar aquella poción iba a llevarle un tiempo, no mucho pero quizá más del que podían permanecer allí esperando todos. ¿Debían quedarse o separarse?. ¿Ignorar lo de la poción por el momento?. ¿Pedir refuerzos al grupo central frente a la capilla?.
Níniel Thenidiel
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Re: Campeones de los justos [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
Encontrar al inquisidor vivo eleva la moral del grupo, incluso los mercenarios sienten algo de alivio. Es una lástima prescindir de una unidad tan fuerte pero en la capilla le necesitan más, eso sin mencionar que bajo todo concepto debe seguir respirando. Las fuerzas aliadas parten con velocidad y en breve solo quedan los personajes del grupo inicial, lo lógico sería seguir moviéndose pero nuevamente la elfa pide un momento.
...?
Niniel rápidamente entra en su propio mundo técnico formulando varias hipótesis, Denam observa con interés haciendo esfuerzo por comprender todo. A pesar de haber recibido educación no es un individuo tan destacable en el aspecto académico, para luchar solo necesitas saber de armas y estrategias repetitivas. No es una realidad demasiado agradable para el pero reconoce que los guerreros usan poco el cerebro.
Interesante.
Una propuesta es lanzada al aire por la elfa, de ser viable sería la primera ventaja real frente a los dementes. Es impresionante que una persona pueda deducir algo así solo con ver de manera analítica un montón de polvo desparramado, impresionante y bastante útil en el presente inmediato. Guerrim emite una media sonrisa algo arrogante, al notar su comportamiento retoma la expresión neutra antes de hablar.
Tienes 20 minutos, los demás despliéguense, protegeremos la instalación.
Si existe una posibilidad de sacar ventaja vale la pena combatir, especialmente cuando no se sabe que saldrá de la barrera. Los mercenarios toman posiciones estratégicas por todo el laboratorio, si algo aparece tendrá que sufrir para llegar al centro. Dejando a un lado los materiales dañados existen suficientes recursos y equipos intactos para que Thenidiel cree su experimento, los templarios suelen ser bastante dedicados con las artes restablecedoras por obvias razones.
Es una apuesta arriesgada, si tardan mucho se perderán los inquisidores restantes condenando el plan para tumbar la barrera. Toda responsabilidad recae sobre Denam aunque en su mente es la opción correcta, sin ventajas el acero puede ser superado, especialmente cuando tiene ayuda mágica. Un poco de apoyo puede salvar vidas y claramente ese es el activo más importante para la orden ahora.
Algo viene... y es grande.
Algunos minutos después un templario rojo de aspecto deforme aparece, claramente su cuerpo a sufrido alteraciones masivas. Es más grande que un hombre normal y de su armadura brotan fragmentos rojos similares a cristales, sin duda será algo difícil de matar. El escudero vigilante prepara su postura mientras intenta alentar valor en los demás, la mayoría tuvo un encuentro cercano con algo similar bajo las órdenes de Ryan.
Otra vez esa cosa…
¡Todos atentos! no perderé a nadie frente a un monstruo. Hagan lo que mejor saben hacer y venceremos, nada en este mundo es inmortal... ¡a mi señal!
Los hombres forman un circulo alrededor del despojo humano, si quieren tener oportunidades deben atacar continuamente. Superan en número a su enemigo pero este no es un hombre normal, dará mucha pelea. La figura a cargo ordena con el puño que nadie rompa formación, debe hacerse bien. Los seguidores empiezan a impacientarse pero antes de dañar filas se escucha la voz del templario sano.
¡¡Ahora!!
...?
Niniel rápidamente entra en su propio mundo técnico formulando varias hipótesis, Denam observa con interés haciendo esfuerzo por comprender todo. A pesar de haber recibido educación no es un individuo tan destacable en el aspecto académico, para luchar solo necesitas saber de armas y estrategias repetitivas. No es una realidad demasiado agradable para el pero reconoce que los guerreros usan poco el cerebro.
Interesante.
Una propuesta es lanzada al aire por la elfa, de ser viable sería la primera ventaja real frente a los dementes. Es impresionante que una persona pueda deducir algo así solo con ver de manera analítica un montón de polvo desparramado, impresionante y bastante útil en el presente inmediato. Guerrim emite una media sonrisa algo arrogante, al notar su comportamiento retoma la expresión neutra antes de hablar.
Tienes 20 minutos, los demás despliéguense, protegeremos la instalación.
Si existe una posibilidad de sacar ventaja vale la pena combatir, especialmente cuando no se sabe que saldrá de la barrera. Los mercenarios toman posiciones estratégicas por todo el laboratorio, si algo aparece tendrá que sufrir para llegar al centro. Dejando a un lado los materiales dañados existen suficientes recursos y equipos intactos para que Thenidiel cree su experimento, los templarios suelen ser bastante dedicados con las artes restablecedoras por obvias razones.
Es una apuesta arriesgada, si tardan mucho se perderán los inquisidores restantes condenando el plan para tumbar la barrera. Toda responsabilidad recae sobre Denam aunque en su mente es la opción correcta, sin ventajas el acero puede ser superado, especialmente cuando tiene ayuda mágica. Un poco de apoyo puede salvar vidas y claramente ese es el activo más importante para la orden ahora.
Algo viene... y es grande.
Algunos minutos después un templario rojo de aspecto deforme aparece, claramente su cuerpo a sufrido alteraciones masivas. Es más grande que un hombre normal y de su armadura brotan fragmentos rojos similares a cristales, sin duda será algo difícil de matar. El escudero vigilante prepara su postura mientras intenta alentar valor en los demás, la mayoría tuvo un encuentro cercano con algo similar bajo las órdenes de Ryan.
Otra vez esa cosa…
¡Todos atentos! no perderé a nadie frente a un monstruo. Hagan lo que mejor saben hacer y venceremos, nada en este mundo es inmortal... ¡a mi señal!
Los hombres forman un circulo alrededor del despojo humano, si quieren tener oportunidades deben atacar continuamente. Superan en número a su enemigo pero este no es un hombre normal, dará mucha pelea. La figura a cargo ordena con el puño que nadie rompa formación, debe hacerse bien. Los seguidores empiezan a impacientarse pero antes de dañar filas se escucha la voz del templario sano.
¡¡Ahora!!
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Denam
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Re: Campeones de los justos [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
Níniel temía que el templario no supiese ver las ventajas potenciales que preparar aquella poción traería consigo y ordenara continuar con su búsqueda sin dilación ignorando sus palabras. Al fin y al cabo era consciente de que en aquellas circunstancias el tiempo apremiaba y que lo que proponía era un "quizá" cuya eficacia real era difícil de calcular. La peliblanca no podría haber culpado a Denam por denegar su petición y continuar con la misión, dejando cualquier trabajo alquímico para otro momento, si es que surgía dicha oportunidad, pero ya fuera porque el humano era conocedor de las muchas posibilidades de la alquimia, o porque en tan escaso margen de tiempo había aprendido a confiar en el criterio de la elfa, dio su visto bueno a aquella idea. Nada mal viniendo de uno de esos cuadriculados templarios.
-Será más que suficiente- Respondió ante el límite de tiempo impuesto comenzando de inmediato a buscar por entre las mesas y armarios un par de alambiques que hubiesen sobrevivido intactos al enfrentamiento anterior, finalmente consiguiendo tener un par de ellos completos tras juntar diferentes partes de varios juegos distintos. Llenó las retortas con agua de su propia cantimplora y añadió una cantidad cuidadosamente medida de aquel polvo de ala de actias luna que había encontrado para obtener su esencia concentrada. Aprovechando que aquel proceso llevaría uno minutos la peliblanca continuó buscando por el lugar un par de recipientes adecuados más para después revisar uno por uno los estantes llenos de ingredientes en busca de los ideales para su fórmula, o en su defecto algún sustituto viable, mientras repasaba mentalmente la larga lista de nombres y propiedades que conocía.
-Ala de dardo azul, no. Lengua de dragón, no. Semilla de hierba, no. Ummm musgo colgante, y hay bastante. Esto me vendrá muy bien. A ver qué más hay por aquí...Alas de mariposa y de mariposa azul, perfecto.- Murmuraba para si misma entre susurros descartando los frascos con los ingredientes que no le eran de utilidad y colocando sobre su mesa de trabajo los que sí conforme los iba encontrando, actuando casi como si se hubiese olvidado de dónde estaba y de cuantos la rodeaban, casi totalmente absorta en su trabajo y prestando solo un mínimo de atención a su entorno, reflejado en el modo en el que sus puntiagudas orejas se movían levemente con cada ruido cercano.
Con mortero y mazo pulverizó las alas de mariposa y de mariposa azul hasta convertirlas en fino polvo y las mezcló en agua en una tercera retorta que puso al fuego cuando la esencia de actias luna estuvo lista para repetir aquel proceso. Mientras sacó su fiel daga de entre los pliegues de su ropa y cortó el musgo colgante con cuidado para escoger solo la parte más verde para luego molerla hasta obtener una pasta verdosa que dejó allí preparada para a continuación apagar los fuegos de los alambiques que ya habían cumplido su tarea. Lo siguiente fue mezclar la esencia de actias luna con las pasta verdosa de musgo colgante hasta obtener el resultado con el color y textura ideales según su experiencia y dicha mezcla a su vez con la esencia de ala de mariposa, y de nuevo todo ello con la esencia de ala de mariposa azul. Proceso delicado pues el orden, las cantidades y los tiempos debían ser los adecuados o el resultado podría perder eficacia o incluso tener propiedades distintas a las deseadas. Una vez todo estuvo preparado colocó el preparado resultante hasta llenar tres frascos con un líquido de textura oleosa y de color verde claro.
-De tener más tiempo podría preparar más...Pero estoy muy orgullosa del resultado- Comunicó a los demás unos minutos antes de que el plazo de veinte minutos terminara.
-¿Funcionará?. La verdad es que me cuesta creer que uno de esos frasquitos pueda hacer mucho contra uno de esos lunáticos...Supongo que soy un hombre tradicional y lo mio es el acero.- Dijo Drake expresando sus dudas con total sinceridad.
-Nunca me había enfrentado a enemigos así...Pero conozco las propiedades de los ingredientes y cómo eliminarlas, reducirlas o potenciarlas. Este líquido en contacto con su piel debería hacer lo mismo que aquel polvo hizo en el brazo de aquel templario muerto, solo que a lo grande.- Fue la respuesta de la peliblanca totalmente convencida de su trabajo, aunque con cosas así nunca se podía estar segura y solo tras probarla podrían saber hasta qué punto era eficaz.
Por suerte, o por desgracia, pronto el grupo recibió la visita de un invitado indeseado en el destrozado laboratorio. Se trataba de un coloso aún mayor que el propio Drake y cuyo cuerpo parecía haber sido totalmente tomado por el rojo hasta el punto de resultar difícilmente descrito como humano. Una grotesca criatura deforme incapaz incluso de pronunciar los fanáticos ensalmos de sus compañeros de menor tamaño pero que sin embargo se movía con la coordinación propia de un ser que aún conserva su cordura, o al menos parte de ella. Sobre su cuerpo, aquellas formaciones minerales rojas habían alcanzado un gran tamaño denotando una relación directa entre las mismas y el estado del templario en cuestión...Algo sin duda interesante a pesar de lo bizarro del conjunto.
El enemigo fue rodeado por los aliados que pronto tratan de aprovechar su superioridad numérica contra él, aunque resultaba evidente que también van a necesitar coordinarse muy bien entre ellos para poder lograr algo, como demuestra el hecho de que sus primeros ataques no logran atravesar las defensas de la mole y apenas sí logran hacer saltar algunas esquirlas de rojo que saltan hasta el suelo sin que parezca afectar a la criatura. Por el contrario cada uno de sus golpes era una amenaza de muerte para los humanos. La cosa pintaba mal, pero mirándolo por el lado bueno era la situación ideal para probar su recién desarrollada arma contra el rojo.
Níniel tomó uno de los frascos y aprovechándose del fácil blanco que aquel enemigo resultaba por su tamaño y posición entre los tres guerreros se lo arrojó con todas sus fuerzas causando que el frasco se rompiera sobre su pecho y que derramara su contenido sobre su torso y cara. Los efectos no se hicieron esperar, y cuando el verde líquido reaccionó con el rojo comenzó a hacerlo desaparecer allí donde había alcanzado al enemigo, haciéndole chillar de agonía y agitarse espasmódicamente hasta el punto de lanzarse contra la pared cercana y comenzar a golpearse contra la misma fuera de sí. Drake tenía su respuesta, funcionaba a las mil maravillas.
-Será más que suficiente- Respondió ante el límite de tiempo impuesto comenzando de inmediato a buscar por entre las mesas y armarios un par de alambiques que hubiesen sobrevivido intactos al enfrentamiento anterior, finalmente consiguiendo tener un par de ellos completos tras juntar diferentes partes de varios juegos distintos. Llenó las retortas con agua de su propia cantimplora y añadió una cantidad cuidadosamente medida de aquel polvo de ala de actias luna que había encontrado para obtener su esencia concentrada. Aprovechando que aquel proceso llevaría uno minutos la peliblanca continuó buscando por el lugar un par de recipientes adecuados más para después revisar uno por uno los estantes llenos de ingredientes en busca de los ideales para su fórmula, o en su defecto algún sustituto viable, mientras repasaba mentalmente la larga lista de nombres y propiedades que conocía.
-Ala de dardo azul, no. Lengua de dragón, no. Semilla de hierba, no. Ummm musgo colgante, y hay bastante. Esto me vendrá muy bien. A ver qué más hay por aquí...Alas de mariposa y de mariposa azul, perfecto.- Murmuraba para si misma entre susurros descartando los frascos con los ingredientes que no le eran de utilidad y colocando sobre su mesa de trabajo los que sí conforme los iba encontrando, actuando casi como si se hubiese olvidado de dónde estaba y de cuantos la rodeaban, casi totalmente absorta en su trabajo y prestando solo un mínimo de atención a su entorno, reflejado en el modo en el que sus puntiagudas orejas se movían levemente con cada ruido cercano.
Con mortero y mazo pulverizó las alas de mariposa y de mariposa azul hasta convertirlas en fino polvo y las mezcló en agua en una tercera retorta que puso al fuego cuando la esencia de actias luna estuvo lista para repetir aquel proceso. Mientras sacó su fiel daga de entre los pliegues de su ropa y cortó el musgo colgante con cuidado para escoger solo la parte más verde para luego molerla hasta obtener una pasta verdosa que dejó allí preparada para a continuación apagar los fuegos de los alambiques que ya habían cumplido su tarea. Lo siguiente fue mezclar la esencia de actias luna con las pasta verdosa de musgo colgante hasta obtener el resultado con el color y textura ideales según su experiencia y dicha mezcla a su vez con la esencia de ala de mariposa, y de nuevo todo ello con la esencia de ala de mariposa azul. Proceso delicado pues el orden, las cantidades y los tiempos debían ser los adecuados o el resultado podría perder eficacia o incluso tener propiedades distintas a las deseadas. Una vez todo estuvo preparado colocó el preparado resultante hasta llenar tres frascos con un líquido de textura oleosa y de color verde claro.
-De tener más tiempo podría preparar más...Pero estoy muy orgullosa del resultado- Comunicó a los demás unos minutos antes de que el plazo de veinte minutos terminara.
-¿Funcionará?. La verdad es que me cuesta creer que uno de esos frasquitos pueda hacer mucho contra uno de esos lunáticos...Supongo que soy un hombre tradicional y lo mio es el acero.- Dijo Drake expresando sus dudas con total sinceridad.
-Nunca me había enfrentado a enemigos así...Pero conozco las propiedades de los ingredientes y cómo eliminarlas, reducirlas o potenciarlas. Este líquido en contacto con su piel debería hacer lo mismo que aquel polvo hizo en el brazo de aquel templario muerto, solo que a lo grande.- Fue la respuesta de la peliblanca totalmente convencida de su trabajo, aunque con cosas así nunca se podía estar segura y solo tras probarla podrían saber hasta qué punto era eficaz.
Por suerte, o por desgracia, pronto el grupo recibió la visita de un invitado indeseado en el destrozado laboratorio. Se trataba de un coloso aún mayor que el propio Drake y cuyo cuerpo parecía haber sido totalmente tomado por el rojo hasta el punto de resultar difícilmente descrito como humano. Una grotesca criatura deforme incapaz incluso de pronunciar los fanáticos ensalmos de sus compañeros de menor tamaño pero que sin embargo se movía con la coordinación propia de un ser que aún conserva su cordura, o al menos parte de ella. Sobre su cuerpo, aquellas formaciones minerales rojas habían alcanzado un gran tamaño denotando una relación directa entre las mismas y el estado del templario en cuestión...Algo sin duda interesante a pesar de lo bizarro del conjunto.
El enemigo fue rodeado por los aliados que pronto tratan de aprovechar su superioridad numérica contra él, aunque resultaba evidente que también van a necesitar coordinarse muy bien entre ellos para poder lograr algo, como demuestra el hecho de que sus primeros ataques no logran atravesar las defensas de la mole y apenas sí logran hacer saltar algunas esquirlas de rojo que saltan hasta el suelo sin que parezca afectar a la criatura. Por el contrario cada uno de sus golpes era una amenaza de muerte para los humanos. La cosa pintaba mal, pero mirándolo por el lado bueno era la situación ideal para probar su recién desarrollada arma contra el rojo.
Níniel tomó uno de los frascos y aprovechándose del fácil blanco que aquel enemigo resultaba por su tamaño y posición entre los tres guerreros se lo arrojó con todas sus fuerzas causando que el frasco se rompiera sobre su pecho y que derramara su contenido sobre su torso y cara. Los efectos no se hicieron esperar, y cuando el verde líquido reaccionó con el rojo comenzó a hacerlo desaparecer allí donde había alcanzado al enemigo, haciéndole chillar de agonía y agitarse espasmódicamente hasta el punto de lanzarse contra la pared cercana y comenzar a golpearse contra la misma fuera de sí. Drake tenía su respuesta, funcionaba a las mil maravillas.
Subrayado uso de la pasiva alquimia.
Níniel Thenidiel
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Re: Campeones de los justos [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
Luchar contra la mole roja prueba ser todo un reto, es demasiado fuerte. Los justos no pierden a nadie pero los escasos ataques terminan en fracaso, si quieren vencer deben persistir. Denam se prepara para realizar algunos combos pero detiene su avance cuando nota la iniciativa de Niniel, al parecer término el arma secreta. La elfa arroja cierto frasco y logra un buen tiro, eventualmente esa formula hace su trabajo.
Nada mal.
El templario rojo enloquece y pierde el poco control que posee, se estrella repetidas veces contra una pared hasta que su cráneo se fractura. Poco después los mercenarios lo rematan con espadas, es mejor estar seguros. Sin duda pueden encontrarle utilidad al extraño producto alquímico, el poder del conocimiento. Es una lástima que hayan conseguido tan poca cantidad pero conviene no exigirle demasiado al karma.
Será mejor reservarlo para enemigos duros.
Con los objetivos opcionales completados el pintoresco grupo inicia otra marcha, todavía falta un inquisidor. Denam encabeza todo con cautela, no quiere ser sorprendido por cientos de enemigos. Nuevamente escuchan ruidos de batalla y avanzan hasta la fuente, pronto se encuentran otra escaramuza. Un combatiente de armadura negra lucha contra cuatro enemigos dementes.
No dejen rojo vivo.
La batalla rápidamente se decanta para el lado de los sanos, minutos después los hostiles decoran el suelo. Guerrim se acerca al inquisidor y pide un estado de situación, dicho sujeto responde enseñando una herida vieja en la garganta. No puede hablar pero de resto se encuentra funcional, servirá para combatir la barrera. El escudero vigilante da las ordenes partiendo poco después con todos los efectivos, tiempo de conocer a Kane.
Volvamos a la capilla.
No tarda mucho volver a la trinchera, el camino está despejado. Resulta perturbador no poder peinar reducto en busca de supervivientes pero primero deben acabar con el líder, una facción sin figura de mando pierde rápido. Ingresan en la instalación y se encuentran con un espectáculo duro, La batalla ha cobrado muchas víctimas pero los templarios normales aún mantienen el control.
Ryan ¿Qué tal nos fue?
Resistimos Ser, no tengo más que agregar.
Haremos que valga la pena.
Cerca de la barrera el primer inquisidor ya ha dispuesto sus armas, cuando su colega se acerca no hacen falta palabras. se preparan mentalmente para soportar el uso de runas anti magia, sin experiencia tal método puede dañar a cualquiera. Chocan espadas en un ritual prácticamente ceremonial, los procesos se activan tan sutilmente que solo una persona arcana podría sentirlo. Los guerreros sobrevivientes se acercan a observar pero una gran cantidad de ruidos rompen la concentración, vienen muchos rojos.
¡Formaciones! ¡No deben dañar a los inquisidores!
Sin duda se trata del último intento, el todo o nada para los dementes. Las fuerzas enemigas que se retiraron o quedaron ilesas ahora buscan su camino al templo, será un combate encarnizado. Un grupo forma el típico círculo de protección alrededor de los personajes valiosos, el resto toma posiciones cerradas, no pueden pasar agresores bajo ningún concepto. Sin duda Kane sabe que es su última línea de defensa y tiene mucha razón.
¡¡Por la orden!!
Nada mal.
El templario rojo enloquece y pierde el poco control que posee, se estrella repetidas veces contra una pared hasta que su cráneo se fractura. Poco después los mercenarios lo rematan con espadas, es mejor estar seguros. Sin duda pueden encontrarle utilidad al extraño producto alquímico, el poder del conocimiento. Es una lástima que hayan conseguido tan poca cantidad pero conviene no exigirle demasiado al karma.
Será mejor reservarlo para enemigos duros.
Con los objetivos opcionales completados el pintoresco grupo inicia otra marcha, todavía falta un inquisidor. Denam encabeza todo con cautela, no quiere ser sorprendido por cientos de enemigos. Nuevamente escuchan ruidos de batalla y avanzan hasta la fuente, pronto se encuentran otra escaramuza. Un combatiente de armadura negra lucha contra cuatro enemigos dementes.
No dejen rojo vivo.
La batalla rápidamente se decanta para el lado de los sanos, minutos después los hostiles decoran el suelo. Guerrim se acerca al inquisidor y pide un estado de situación, dicho sujeto responde enseñando una herida vieja en la garganta. No puede hablar pero de resto se encuentra funcional, servirá para combatir la barrera. El escudero vigilante da las ordenes partiendo poco después con todos los efectivos, tiempo de conocer a Kane.
Volvamos a la capilla.
No tarda mucho volver a la trinchera, el camino está despejado. Resulta perturbador no poder peinar reducto en busca de supervivientes pero primero deben acabar con el líder, una facción sin figura de mando pierde rápido. Ingresan en la instalación y se encuentran con un espectáculo duro, La batalla ha cobrado muchas víctimas pero los templarios normales aún mantienen el control.
Ryan ¿Qué tal nos fue?
Resistimos Ser, no tengo más que agregar.
Haremos que valga la pena.
Cerca de la barrera el primer inquisidor ya ha dispuesto sus armas, cuando su colega se acerca no hacen falta palabras. se preparan mentalmente para soportar el uso de runas anti magia, sin experiencia tal método puede dañar a cualquiera. Chocan espadas en un ritual prácticamente ceremonial, los procesos se activan tan sutilmente que solo una persona arcana podría sentirlo. Los guerreros sobrevivientes se acercan a observar pero una gran cantidad de ruidos rompen la concentración, vienen muchos rojos.
¡Formaciones! ¡No deben dañar a los inquisidores!
Sin duda se trata del último intento, el todo o nada para los dementes. Las fuerzas enemigas que se retiraron o quedaron ilesas ahora buscan su camino al templo, será un combate encarnizado. Un grupo forma el típico círculo de protección alrededor de los personajes valiosos, el resto toma posiciones cerradas, no pueden pasar agresores bajo ningún concepto. Sin duda Kane sabe que es su última línea de defensa y tiene mucha razón.
¡¡Por la orden!!
Denam
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Re: Campeones de los justos [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
Gracias a los efectos de la poción el pequeño grupo de búsqueda consiguió cambiar el rumbo de la complicada lucha contra aquella mole y obtener una victoria fácil ante un enemigo peligroso sin que tuvieran que lamentar ningún daño entre sus integrantes. Aquel preparado no solo había cumplido con las más altas expectativas de la peliblanca sobre su utilidad si no que que las había sobrepasado con creces. No podía sentirse más orgullosa de su obra así como satisfecha por haber podido corresponder la confianza que Denam había depositado en ella con un arma a la altura del valioso tiempo sacrificado para obtenerla. Definitivamente aquella prueba debía considerarse como un rotundo éxito.
-Está bien. Yo me quedaré con una y tú puedes llevar la otra, así si nos separamos o uno no puede usarla por cualquier motivo aún tendremos otra.- Dijo la elfa tendiéndole uno de los dos frascos restantes al templario y guardando el otro con cuidado en su bolsa, aunque dejándolo bastante a mano dentro de la misma por si tenía que echar mano de ella en cualquier momento por culpa de una emergencia repentina, lo cual era bastante probable teniendo en cuenta la situación.
-La verdad es que nos has salvado el culo...¿Qué demonios le pasaba a ese tipo?. Una cosa es ser un poco más fuerte...O incluso seguir peleando sin un brazo...Pero esto cada vez pinta peor. No creo que nadie se preste voluntario para convertirse en algo así.- Comentó Farlands limpiando de sangre el filo de su espada tras asestar varias puñaladas mortales al enemigo, y luego unas cuantas más solo para asegurarse de que no se levantaba de nuevo.
-Creo que en cierto modo lo que les afecta actúa casi como una infección en el cuerpo de estas personas. ¿Os habéis fijado en sus manchas rojas y en ese...Mineral rojo que tienen?. Cuanto más se extiende la infección, cuanto mayor cantidad de rojo, más fuertes se vuelven, pero tiene un precio. Creo que este tipo empezó como los demás y acabó convirtiéndose en esto gradualmente. Aunque para confirmarlo tendría que estudiar las muestras que recogí.- Respondió la peliblanca compartiendo con el grupo la teoría a la que había llegado basándose principalmente en la observación de los enemigos. También creía que esa infección roja, fuese lo que fuese, estaba directamente relacionada con el tipo de comportamiento que presentaban aquellos enemigos, aunque aquello solo eran meras conjeturas que de ser ciertas explicarían por qué algunos luchaban hasta la muerte de manera frenética e incluso absurda y otros parecían poder seguir un plan.
Siguieron avanzando por aquella parte de la fortaleza guiados por Denam, que parecía conocer aquel lugar como la palma de su mano. No obstante los ánimos comenzaron a decaer cuando apenas a unos metros más allá del laboratorio de alquimia, mientras revisaban en algunas de las habitaciones que había a lo largo del pasillo, comenzaron a encontrar los cuerpos sin vida de varios templarios sanos, resultando especialmente desalentador dar con los cuerpos de dos de aquellos humanos de negras armaduras muertos y sus cuerpos destrozados con un salvajismo tan atroz que incluso Drake tuvo que arrugar el gesto. Rodeando sus cuerpos yacían muertos varios enemigos que evidenciaban que aquellos inquisidores no se habían rendido sin luchar, escaso consuelo para el pequeño grupo que empezaba a perder la esperanza de encontrar a nadie más con vida allí...Hasta que de nuevo el ruido de un combate les instó a acelerar el paso.
No tardaron en llegar hasta una sala circular con las paredes ocultas tras decenas de estanterías llenas de libros, y ver como un solo templario inquisidor enfrentaba a cuatro de los rojos, tratando por todos los medios de defenderse de forma habilidosa, aunque no lo suficiente como para evitar perder cada vez más terreno y hayase cada vez más arrinconado contra una de las paredes ante los incansables ataques de sus rivales. Denam y los demás cargaron contra ellos tan pronto como les vieron pillandoles por la espalda y fulminando a dos de ellos antes de que los demás se dieran cuenta de su presencia, obteniendo enseguida la victoria. En cierto modo resultó una victoria cargada de poética venganza...Hacía una hora el grupo de Denam había sufrido una emboscada similar y perdido a tres de sus miembros...Ahora devolvían la jugada...Y con ella sumaban a su causa al anhelado segundo inquisidor pudiendo regresar de nuevo a la capilla para lanzar el asalto final.
De regreso con el grueso de las tropas pronto resultó evidente que, a pesar de los múltiples combates que el grupo de búsqueda había tenido que librar para hacerse con los servicios de aquellos dos inquisidores, no les había tocado la peor parte. La tropa había mantenido la posición sin retroceder ni un solo palmo de terreno, pero lo habían pagado con muchas vidas.
Níniel no pudo evitar sentirse apesadumbrada, pues había sido por su culpa que habían tardado tanto en regresar hasta allí, pero también sabía que lamentarse no serviría de nada, el mejor modo de honrar sus muertes era asegurándose de darle un buen uso a aquellas dos pociones que les quedaban. Además, mientras los inquisidores terminaban de realizar su trabajo la peliblanca aprovechó el tiempo para repartir todos los viales de poción curativa que llevaba consigo entre las fuerzas aliadas restantes, así como los viales de poción de aguante para restablecer en la medida de lo posible las fuerzas de sus mejores combatientes de cara a lo que parecía que sería la última batalla.
Entonces comenzó. Los templarios que quedaban formaron con sus escudos una línea defensiva dirigidos por sus oficiales de mayor rango, dispuestos a combatir y a morir en el nombre de su noble orden. A su lado los mercenarios encontraron en el fornido Farlands el líder que tanto iban a necesitar y formaron a su alrededor enardecidos por ideales mucho menos nobles pero aparentemente igual de poderosos. La carga de los templarios rojos no se hizo esperar.
Cuando ambas fuerzas chocaron el estruendo del fuerte impacto de decenas de escudos, armas y armaduras fue ensordecedor y resonó por todo el lugar con la fuerza de un trueno. Pronto gritos de esfuerzo, de furia, de rabia lo siguieron conforme los defensores rechazaban aquella feroz embestida y ambos grupos se trababan en el duro combate cuerpo a cuerpo sobre los cuerpos de los primeros muertos de aquella lucha sangrienta, a los que pronto se unirían muchos más. Estaba claro que ganase quien ganase aquello iba a ser una masacre pero parecía que los hombres como aquellos, que vivían por y para la espada, estaban más que acostumbrados a que así fuera, pues ni siquiera todo aquel horror les hacía flaquear, al menos no mientras hubiese enemigos delante.
Unos metros por detrás de la línea de defensores que combatía contra los rojos Níniel acompañaba a los inquisidores y a un reducido grupo de templarios destinados a protegerlos hasta que la barrera hubiese caído. Con sus armas prestas en la mano todos ellos tenían reflejado en el rostro que deseaban unirse a la cercana lucha en la que sus hermanos lo estaban dando todo, siendo para ellos una tortura solamente mirar. No obstante estaba claro que cumplirían con su órdenes. Desde aquella posición en retaguardia la peliblanca comenzó a aplicar su magia sanadora sobre sus aliados centrándose cada vez en aquellas zonas donde más parecía que flaqueaban los guerreros y otorgando sus bendiciones allí donde más falta hacían. Aumentó la destreza de Drake y Denam para que su habilidad de combate no solo segara a sus enemigos si no que inspirara también a sus compañeros y otorgó sendas armaduras mágicas a los dos mercenarios más grandes y fuertes para convertirlos en baluartes contra el enemigo y asegurarse de no no perder fácilmente tan valiosos activos.
Poco a poco su bando comenzó a hacerse con el control de la batalla. Pero a pesar de todo ello Níniel no se permitía ni un instante de distracción ni dejaba de estar alerta...Aquel tal Kane aún no había aparecido.
Subrayado uso de alquimia.-Está bien. Yo me quedaré con una y tú puedes llevar la otra, así si nos separamos o uno no puede usarla por cualquier motivo aún tendremos otra.- Dijo la elfa tendiéndole uno de los dos frascos restantes al templario y guardando el otro con cuidado en su bolsa, aunque dejándolo bastante a mano dentro de la misma por si tenía que echar mano de ella en cualquier momento por culpa de una emergencia repentina, lo cual era bastante probable teniendo en cuenta la situación.
-La verdad es que nos has salvado el culo...¿Qué demonios le pasaba a ese tipo?. Una cosa es ser un poco más fuerte...O incluso seguir peleando sin un brazo...Pero esto cada vez pinta peor. No creo que nadie se preste voluntario para convertirse en algo así.- Comentó Farlands limpiando de sangre el filo de su espada tras asestar varias puñaladas mortales al enemigo, y luego unas cuantas más solo para asegurarse de que no se levantaba de nuevo.
-Creo que en cierto modo lo que les afecta actúa casi como una infección en el cuerpo de estas personas. ¿Os habéis fijado en sus manchas rojas y en ese...Mineral rojo que tienen?. Cuanto más se extiende la infección, cuanto mayor cantidad de rojo, más fuertes se vuelven, pero tiene un precio. Creo que este tipo empezó como los demás y acabó convirtiéndose en esto gradualmente. Aunque para confirmarlo tendría que estudiar las muestras que recogí.- Respondió la peliblanca compartiendo con el grupo la teoría a la que había llegado basándose principalmente en la observación de los enemigos. También creía que esa infección roja, fuese lo que fuese, estaba directamente relacionada con el tipo de comportamiento que presentaban aquellos enemigos, aunque aquello solo eran meras conjeturas que de ser ciertas explicarían por qué algunos luchaban hasta la muerte de manera frenética e incluso absurda y otros parecían poder seguir un plan.
Siguieron avanzando por aquella parte de la fortaleza guiados por Denam, que parecía conocer aquel lugar como la palma de su mano. No obstante los ánimos comenzaron a decaer cuando apenas a unos metros más allá del laboratorio de alquimia, mientras revisaban en algunas de las habitaciones que había a lo largo del pasillo, comenzaron a encontrar los cuerpos sin vida de varios templarios sanos, resultando especialmente desalentador dar con los cuerpos de dos de aquellos humanos de negras armaduras muertos y sus cuerpos destrozados con un salvajismo tan atroz que incluso Drake tuvo que arrugar el gesto. Rodeando sus cuerpos yacían muertos varios enemigos que evidenciaban que aquellos inquisidores no se habían rendido sin luchar, escaso consuelo para el pequeño grupo que empezaba a perder la esperanza de encontrar a nadie más con vida allí...Hasta que de nuevo el ruido de un combate les instó a acelerar el paso.
No tardaron en llegar hasta una sala circular con las paredes ocultas tras decenas de estanterías llenas de libros, y ver como un solo templario inquisidor enfrentaba a cuatro de los rojos, tratando por todos los medios de defenderse de forma habilidosa, aunque no lo suficiente como para evitar perder cada vez más terreno y hayase cada vez más arrinconado contra una de las paredes ante los incansables ataques de sus rivales. Denam y los demás cargaron contra ellos tan pronto como les vieron pillandoles por la espalda y fulminando a dos de ellos antes de que los demás se dieran cuenta de su presencia, obteniendo enseguida la victoria. En cierto modo resultó una victoria cargada de poética venganza...Hacía una hora el grupo de Denam había sufrido una emboscada similar y perdido a tres de sus miembros...Ahora devolvían la jugada...Y con ella sumaban a su causa al anhelado segundo inquisidor pudiendo regresar de nuevo a la capilla para lanzar el asalto final.
De regreso con el grueso de las tropas pronto resultó evidente que, a pesar de los múltiples combates que el grupo de búsqueda había tenido que librar para hacerse con los servicios de aquellos dos inquisidores, no les había tocado la peor parte. La tropa había mantenido la posición sin retroceder ni un solo palmo de terreno, pero lo habían pagado con muchas vidas.
Níniel no pudo evitar sentirse apesadumbrada, pues había sido por su culpa que habían tardado tanto en regresar hasta allí, pero también sabía que lamentarse no serviría de nada, el mejor modo de honrar sus muertes era asegurándose de darle un buen uso a aquellas dos pociones que les quedaban. Además, mientras los inquisidores terminaban de realizar su trabajo la peliblanca aprovechó el tiempo para repartir todos los viales de poción curativa que llevaba consigo entre las fuerzas aliadas restantes, así como los viales de poción de aguante para restablecer en la medida de lo posible las fuerzas de sus mejores combatientes de cara a lo que parecía que sería la última batalla.
Entonces comenzó. Los templarios que quedaban formaron con sus escudos una línea defensiva dirigidos por sus oficiales de mayor rango, dispuestos a combatir y a morir en el nombre de su noble orden. A su lado los mercenarios encontraron en el fornido Farlands el líder que tanto iban a necesitar y formaron a su alrededor enardecidos por ideales mucho menos nobles pero aparentemente igual de poderosos. La carga de los templarios rojos no se hizo esperar.
Cuando ambas fuerzas chocaron el estruendo del fuerte impacto de decenas de escudos, armas y armaduras fue ensordecedor y resonó por todo el lugar con la fuerza de un trueno. Pronto gritos de esfuerzo, de furia, de rabia lo siguieron conforme los defensores rechazaban aquella feroz embestida y ambos grupos se trababan en el duro combate cuerpo a cuerpo sobre los cuerpos de los primeros muertos de aquella lucha sangrienta, a los que pronto se unirían muchos más. Estaba claro que ganase quien ganase aquello iba a ser una masacre pero parecía que los hombres como aquellos, que vivían por y para la espada, estaban más que acostumbrados a que así fuera, pues ni siquiera todo aquel horror les hacía flaquear, al menos no mientras hubiese enemigos delante.
Unos metros por detrás de la línea de defensores que combatía contra los rojos Níniel acompañaba a los inquisidores y a un reducido grupo de templarios destinados a protegerlos hasta que la barrera hubiese caído. Con sus armas prestas en la mano todos ellos tenían reflejado en el rostro que deseaban unirse a la cercana lucha en la que sus hermanos lo estaban dando todo, siendo para ellos una tortura solamente mirar. No obstante estaba claro que cumplirían con su órdenes. Desde aquella posición en retaguardia la peliblanca comenzó a aplicar su magia sanadora sobre sus aliados centrándose cada vez en aquellas zonas donde más parecía que flaqueaban los guerreros y otorgando sus bendiciones allí donde más falta hacían. Aumentó la destreza de Drake y Denam para que su habilidad de combate no solo segara a sus enemigos si no que inspirara también a sus compañeros y otorgó sendas armaduras mágicas a los dos mercenarios más grandes y fuertes para convertirlos en baluartes contra el enemigo y asegurarse de no no perder fácilmente tan valiosos activos.
Poco a poco su bando comenzó a hacerse con el control de la batalla. Pero a pesar de todo ello Níniel no se permitía ni un instante de distracción ni dejaba de estar alerta...Aquel tal Kane aún no había aparecido.
Níniel Thenidiel
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Re: Campeones de los justos [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
La refriega pronto estalla, decenas de enemigos se filtran al templo. Los guerreros justos reciben la primera andanada pero no pierden terreno, se mantienen a la altura. El grupo de mercenarios también hace bien su trabajo bajo el liderato del tal Drake, sin duda los demás tomaron nota sobre su pericia y habilidad. Pese a la fortaleza abrumadora de los templarios rojos sus contrapartes normales logran hacerles sangrar, nadie cederá.
¡Que no cobren ventaja!
Contra todo pronóstico los guerreros sanos logran rechazar ola tras ola, pierden efectivos pero los enemigos sufren mayores bajas. Esta vez la facción corrupta no desiste y lucha hasta morir, su maestro ha dado una orden clara. Denam lucha en primera línea con sus hermanos, cuando no está atravesando dementes presta cobertura a cualquier herido, todo miembro salvado es invaluable.
Luego de tensos minutos de combate la victoria comienza a asomarse por el lado recto, solo quedan pocos focos rojos. Los templarios normales rompen formación y avanzan a la resistencia hostil, sin mediar palabra atacan hasta finiquitar el trabajo. Con el peligro eliminado se escucha un fuerte grito unánime de victoria, ahora solo queda el último problema, un cobarde tras la barrera.
¿Tenemos vía libre inquisidores?
Dice mientras se acerca, los guerreros rúnicos están exhaustos pero una sonrisa en el hombre mudo dice más que mil palabras. La protección mágica cae de golpe revelando el último camino para conseguir una victoria, tiempo de hacer justicia. Guerrim se dispone a subir pero cierto ruido peculiar le desconcierta, alguien aplaude escaleras arriba. Todos fijan su mirada en un sujeto de aspecto siniestro quien rápidamente toma la palabra.
Nada mal guerreros, nada mal.
Por tus crímenes la orden templaría te sentencia a muerte. Ríndete o lucha, me da igual, no saldrás vivo de aquí.
Valientes palabras noble guerrero pero esto va más allá de tu orden… si es que se puede llamar así a lo que queda.
Cuidado escudero vigilante, las runas indican que es un maleficar poderoso.
¿Qué tramas brujo, que planeabas lograr?
Una pregunta sin fundamento pues he cumplido mi objetivo, ya no son un peligro. Me gustaría quedarme charlando pero tengo una agenda apretada, les dejare con un gran colaborador.
No sal…
En ese momento algo hace retumbar la capilla, son pisadas de una criatura enorme. Denam avanza para interceptar al hechicero pero un temblor le hace tambalearse, cuando levanta su mirada descubre un horror sin nombre. Se trata de cierta criatura gigante y deforme que podría considerarse un simple mineral rojo andante de no ser por su forma humanoide, debajo de todo eso hay un hermano.
¿…Caballero vigilante Tanner?
Un símbolo en lo que queda de la armadura inferior revela su identidad, se trata de un caballero vigilante. Guerrim busca con la mirada al titiritero pero ha desparecido, solo resta enfrentarse a su muñeco. Los hombres se acercan con espadas en mano listos para luchar, parece que el infierno tiene un sótano. Denam saca el frasco de la elfa y se prepara para arrojarlo, en pleno intento decide coordinarse con ella para hacer el ataque conjunto.
¡¡Niniel a mi señal!!
¡Que no cobren ventaja!
Contra todo pronóstico los guerreros sanos logran rechazar ola tras ola, pierden efectivos pero los enemigos sufren mayores bajas. Esta vez la facción corrupta no desiste y lucha hasta morir, su maestro ha dado una orden clara. Denam lucha en primera línea con sus hermanos, cuando no está atravesando dementes presta cobertura a cualquier herido, todo miembro salvado es invaluable.
Luego de tensos minutos de combate la victoria comienza a asomarse por el lado recto, solo quedan pocos focos rojos. Los templarios normales rompen formación y avanzan a la resistencia hostil, sin mediar palabra atacan hasta finiquitar el trabajo. Con el peligro eliminado se escucha un fuerte grito unánime de victoria, ahora solo queda el último problema, un cobarde tras la barrera.
¿Tenemos vía libre inquisidores?
Dice mientras se acerca, los guerreros rúnicos están exhaustos pero una sonrisa en el hombre mudo dice más que mil palabras. La protección mágica cae de golpe revelando el último camino para conseguir una victoria, tiempo de hacer justicia. Guerrim se dispone a subir pero cierto ruido peculiar le desconcierta, alguien aplaude escaleras arriba. Todos fijan su mirada en un sujeto de aspecto siniestro quien rápidamente toma la palabra.
Nada mal guerreros, nada mal.
Por tus crímenes la orden templaría te sentencia a muerte. Ríndete o lucha, me da igual, no saldrás vivo de aquí.
Valientes palabras noble guerrero pero esto va más allá de tu orden… si es que se puede llamar así a lo que queda.
Cuidado escudero vigilante, las runas indican que es un maleficar poderoso.
¿Qué tramas brujo, que planeabas lograr?
Una pregunta sin fundamento pues he cumplido mi objetivo, ya no son un peligro. Me gustaría quedarme charlando pero tengo una agenda apretada, les dejare con un gran colaborador.
No sal…
En ese momento algo hace retumbar la capilla, son pisadas de una criatura enorme. Denam avanza para interceptar al hechicero pero un temblor le hace tambalearse, cuando levanta su mirada descubre un horror sin nombre. Se trata de cierta criatura gigante y deforme que podría considerarse un simple mineral rojo andante de no ser por su forma humanoide, debajo de todo eso hay un hermano.
¿…Caballero vigilante Tanner?
Un símbolo en lo que queda de la armadura inferior revela su identidad, se trata de un caballero vigilante. Guerrim busca con la mirada al titiritero pero ha desparecido, solo resta enfrentarse a su muñeco. Los hombres se acercan con espadas en mano listos para luchar, parece que el infierno tiene un sótano. Denam saca el frasco de la elfa y se prepara para arrojarlo, en pleno intento decide coordinarse con ella para hacer el ataque conjunto.
¡¡Niniel a mi señal!!
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Denam
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Re: Campeones de los justos [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
Una vez decantada la balanza a su favor los aliados no dejaron escapar la ventaja y lograron desbaratar la última ofensiva enemiga, rompiendo en última instancia su propia formación para acabar con los enemigos dispersos restantes. Llegados a ese punto no dudaron en usar su número para acabar con los remanentes afectados por el rojo, llegando a atacar incluso tres de ellos al mismo objetivo, demostrando que cualquier piedad que creyeran que aquellos locos podrían merecer hacía mucho que se había agotado. Y entonces, cuando el último de los templarios infectados cayó con su cuerpo atravesado por tres espadas empuñadas por los que en un tiempo no muy lejano fueron sus hermanos, se produjo un breve instante de silencio.
-!!!Odiiiin!!!- Gritó Drake rompiendo el silencio con un desgarrador grito de euforia, alzando su arma teñida de sangre por encima de su cabeza, siendo coreado por el resto de los mercenarios en la medida que su cansancio o heridas así lo permitían. Pronto todo el lugar se llenó de las voces de todos los supervivientes a aquella batalla que gritaban el nombre de sus deidades predilectas, sus ideales y la memoria de los camaradas caídos. A pesar de las bajas y las heridas la moral estaba por las nubes fruto del momento, pero, cuando las voces comenzaron a callar y el ruido de unos aplausos espaciados sarcásticamente entre sí silenció toda celebración e instauró de nuevo la tensión entre la tropa, se hizo patente que aún no habían terminado.
En lo alto de las ya desprotegidas escaleras un hombre de aspecto perverso hizo acto de presencia, y como si encontrara la situación favorable para él o incluso divertida se pavoneó ante los allí reunidos como si se considerase invencible, o al menos por encima de todos ellos hasta el punto de ser inalcanzable. ¿Aquel era Kane?. Una de dos, o era un hombre muy poderoso o a pesar de no parecer afectado por el rojo estaba igual de loco que los corrompidos que pronunciaban su nombre mientras se lanzaban en pos de la muerte. La barrera había caído, las fuerzas enemigas habían sido diezmadas y aún quedaban varias decenas de soldados capaces de luchar en el bando templario. ¿Por qué no estaba preocupado?.
-Manteneos alerta guerreros, no os confiéis.- Dijo la peliblanca en voz alta para que los que estaban a su alrededor la oyeran y logrando que los más sensatos entre ellos volvieran a colocarse en posición de combate y que otros tantos les imitaran mientras Denam instaba a aquel sujeto calvo a rendirse y a pagar por sus crímenes, obteniendo de él nada más que leves atisbos de una amenaza incluso superior que aquella que habían enfrentado entre los muros de Reducto. De hecho por sus escuetas palabras todo aquello formaba parte de un plan para que aquellos caballeros ya no fuesen un problema...Quizá una información más valiosa de lo que aquel sujeto podía pensar.
Como si ya hubiese dicho todo cuanto tenía que decir, y exhibiendo de nuevo una prepotencia y una arrogancia realmente molestas, aquel tipejo se giró dispuesto a irse de allí sin más, ignorando a Denam y a las decenas de hombres armados que ansiaban su cabeza a tan solo unos escasos metros de él. Tan pronto como lo hizo y el escudero vigilante dió el primer paso para ir tras él, una docena de mercenarios y templarios se adelantaron también para ayudarle a terminar con aquello de una vez por todas...Pero como era de esperar, aquella seguridad estaba justificada. Concretamente en la forma de un enorme enemigo mayor que ningún otro y cuyos meros pasos causaban que el suelo temblase levemente, desequilibrando a los menos preparados para algo así.
Aquella cosa hacía parecer ridículamente pequeño incluso al último templario cubierto por el rojo al que dieran muerte en el laboratorio de alquimia, de hecho era prácticamente el doble de alto y su aspecto aún más grotesco. Lo poco de humano que le quedaba, apenas un testimonio de lo que un día fuese, estaba estirado y deformado por el rojo hasta la repugnancia. El resto era prácticamente una enorme veta de mineral rojo andante que clamaba por su destrucción en el nombre de todo los bueno y puro, aunque parecía conservar al menos algo para que los templarios lo reconocieran...De algún modo.
-Esa cosa es peligrosa, dispersaos muchachos. Usemos su tamaño y su lentitud contra él. La fuerza bruta no sirve contra algo así, usad la cabeza y no dejéis que os coja.- Instruyó Drake alzando su poderosa voz sobre el resto de sonidos de aquel lugar, usando su experiencia con el anterior templario colosal para dirigir a los mercenarios y a todo templario que quisiera prestar oídos a sus palabras.
El mercenario estaba en lo cierto, lanzarse de cabeza contra algo así solo serviría para perder la vida de forma estúpida. Era demasiado grande y fuerte para atacarlo directamente, había que debilitarlo y hacerlo vulnerable antes de lanzar alguna clase de asalto contra él. Por suerte tenían las herramientas adecuadas para ello. Tenían las pociones, que a pesar de su tamaño sin duda harán su parte a juzgar por la exitosa prueba anterior...Y además sobre sus cabezas descansaba la enorme y pesada lámpara con la que un rato antes Iltharion quiso bloquear las puertas.
Níniel asintió ante las instrucciones de Denam y preparó su preparado alquímico dispuesta para lanzarlo, pero también señaló a la lámpara y avisó a Drake para que estuviese al tanto de sus intenciones. La idea resultaba bastante clara incluso sin tener que ponerse a vociferar el plan en voz alta. Conducir a aquel titán hasta debajo de la lámpara, debilitarlo con las pociones y aplastarlo bajo aquel enorme montón de madera y metal. Si sobrevivía al golpe estaría muy limitado en sus movimientos...Y entonces los soldados tendrían vía libre para darle muerte atacando los puntos vulnerables.
En cuanto Drake estuvo listo y Denam dio la orden, la peliblanca lanzó su frasco sobre aquella montaña de rojo, golpeando en la parte alta de su espalda y desparramando todo su contenido por aquella zona. Los rugidos guturales de dolor no se hicieron esperar.
-!!!Odiiiin!!!- Gritó Drake rompiendo el silencio con un desgarrador grito de euforia, alzando su arma teñida de sangre por encima de su cabeza, siendo coreado por el resto de los mercenarios en la medida que su cansancio o heridas así lo permitían. Pronto todo el lugar se llenó de las voces de todos los supervivientes a aquella batalla que gritaban el nombre de sus deidades predilectas, sus ideales y la memoria de los camaradas caídos. A pesar de las bajas y las heridas la moral estaba por las nubes fruto del momento, pero, cuando las voces comenzaron a callar y el ruido de unos aplausos espaciados sarcásticamente entre sí silenció toda celebración e instauró de nuevo la tensión entre la tropa, se hizo patente que aún no habían terminado.
En lo alto de las ya desprotegidas escaleras un hombre de aspecto perverso hizo acto de presencia, y como si encontrara la situación favorable para él o incluso divertida se pavoneó ante los allí reunidos como si se considerase invencible, o al menos por encima de todos ellos hasta el punto de ser inalcanzable. ¿Aquel era Kane?. Una de dos, o era un hombre muy poderoso o a pesar de no parecer afectado por el rojo estaba igual de loco que los corrompidos que pronunciaban su nombre mientras se lanzaban en pos de la muerte. La barrera había caído, las fuerzas enemigas habían sido diezmadas y aún quedaban varias decenas de soldados capaces de luchar en el bando templario. ¿Por qué no estaba preocupado?.
-Manteneos alerta guerreros, no os confiéis.- Dijo la peliblanca en voz alta para que los que estaban a su alrededor la oyeran y logrando que los más sensatos entre ellos volvieran a colocarse en posición de combate y que otros tantos les imitaran mientras Denam instaba a aquel sujeto calvo a rendirse y a pagar por sus crímenes, obteniendo de él nada más que leves atisbos de una amenaza incluso superior que aquella que habían enfrentado entre los muros de Reducto. De hecho por sus escuetas palabras todo aquello formaba parte de un plan para que aquellos caballeros ya no fuesen un problema...Quizá una información más valiosa de lo que aquel sujeto podía pensar.
Como si ya hubiese dicho todo cuanto tenía que decir, y exhibiendo de nuevo una prepotencia y una arrogancia realmente molestas, aquel tipejo se giró dispuesto a irse de allí sin más, ignorando a Denam y a las decenas de hombres armados que ansiaban su cabeza a tan solo unos escasos metros de él. Tan pronto como lo hizo y el escudero vigilante dió el primer paso para ir tras él, una docena de mercenarios y templarios se adelantaron también para ayudarle a terminar con aquello de una vez por todas...Pero como era de esperar, aquella seguridad estaba justificada. Concretamente en la forma de un enorme enemigo mayor que ningún otro y cuyos meros pasos causaban que el suelo temblase levemente, desequilibrando a los menos preparados para algo así.
Aquella cosa hacía parecer ridículamente pequeño incluso al último templario cubierto por el rojo al que dieran muerte en el laboratorio de alquimia, de hecho era prácticamente el doble de alto y su aspecto aún más grotesco. Lo poco de humano que le quedaba, apenas un testimonio de lo que un día fuese, estaba estirado y deformado por el rojo hasta la repugnancia. El resto era prácticamente una enorme veta de mineral rojo andante que clamaba por su destrucción en el nombre de todo los bueno y puro, aunque parecía conservar al menos algo para que los templarios lo reconocieran...De algún modo.
-Esa cosa es peligrosa, dispersaos muchachos. Usemos su tamaño y su lentitud contra él. La fuerza bruta no sirve contra algo así, usad la cabeza y no dejéis que os coja.- Instruyó Drake alzando su poderosa voz sobre el resto de sonidos de aquel lugar, usando su experiencia con el anterior templario colosal para dirigir a los mercenarios y a todo templario que quisiera prestar oídos a sus palabras.
El mercenario estaba en lo cierto, lanzarse de cabeza contra algo así solo serviría para perder la vida de forma estúpida. Era demasiado grande y fuerte para atacarlo directamente, había que debilitarlo y hacerlo vulnerable antes de lanzar alguna clase de asalto contra él. Por suerte tenían las herramientas adecuadas para ello. Tenían las pociones, que a pesar de su tamaño sin duda harán su parte a juzgar por la exitosa prueba anterior...Y además sobre sus cabezas descansaba la enorme y pesada lámpara con la que un rato antes Iltharion quiso bloquear las puertas.
Níniel asintió ante las instrucciones de Denam y preparó su preparado alquímico dispuesta para lanzarlo, pero también señaló a la lámpara y avisó a Drake para que estuviese al tanto de sus intenciones. La idea resultaba bastante clara incluso sin tener que ponerse a vociferar el plan en voz alta. Conducir a aquel titán hasta debajo de la lámpara, debilitarlo con las pociones y aplastarlo bajo aquel enorme montón de madera y metal. Si sobrevivía al golpe estaría muy limitado en sus movimientos...Y entonces los soldados tendrían vía libre para darle muerte atacando los puntos vulnerables.
En cuanto Drake estuvo listo y Denam dio la orden, la peliblanca lanzó su frasco sobre aquella montaña de rojo, golpeando en la parte alta de su espalda y desparramando todo su contenido por aquella zona. Los rugidos guturales de dolor no se hicieron esperar.
Níniel Thenidiel
Aerandiano de honor
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Re: Campeones de los justos [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
En ese momento Niniel y Denam arrojan los frascos a discreción, el resultado no se hace esperar. A medida que la formula alquímica impregna al coloso se pueden escuchar sonidos de dolor, eso sin mencionar la grotesca imagen de cristales rompiéndose. Logran disminuir su poder pero aún le queda bastante potencia, a diferencia del otro enemigo este no muere por la estrategia.
Drake vocifera sus impresiones y sin duda son acertadas, combatir directamente una cosa tan grande solo ocasionara muchas bajas. Los guerreros mantienen posición sin atreverse a avanzar, no saben cómo enfrentar algo de tal magnitud. El propio Guerrim intenta buscar estrategias viables en su mente, rara vez los instructores enseñan cómo luchar contra un gigante rojo acorazado.
El curtido mercenario recibe instrucciones y con señas informa al escudero vigilante, usar el entorno como ventaja podría funcionar. Sin vacilar este último inicia la primera andanada de ataques y los demás le siguen, parecen golpes dispersos pero poco a poco la criatura comienza a ser guiada hasta la posición deseada. El templario de mayor rango lidera todo intentando asegurar un resultado viable, nadie cuestiona su juicio a estas alturas.
La bestia con forma humana es prácticamente un ariete, sus golpes manda a volar cualquier blanco. Uno de los guerreros justos se atraviesa en su camino y termina aplastado por un ataque crítico, acercarse demasiado es la muerte segura. Eventualmente logran conducirle a duras penas hasta el lugar indicado, viene siendo hora de accionar el plan y ver si los dioses son benevolentes esta vez.
¡¡Ahora Drake!!
Grita con fuerza y el guerrero de alquiler responde rápido, todo pasa velozmente a partir de ese punto. La cuerda de soporte es cortada y el pesado candelabro se precipita violentamente, pocos segundos después golpea la mole roja con una fuerza descomunal. El templario rojo deforme sigue vivo pero está destrozado, Denam lo libera de su miseria al enterrarle la espada en el cráneo.
Termino…
Esta vez no hay vitoreo, todos los templarios se dispersan en busca del tal Kane. Lastimosamente al volver la expresión de sus rostros lo dice todo, ha escapado durante la conmoción. El escudero vigilante descarga su frustración con una mirada severa sin blanco, esta no es una victoria. Las fuerzas vuelven a reagruparse con la intensión de recibir alguna orden o vestigio de futuras acciones.
Ryan, ¿quién es el templario de más alto rango que queda? ¿Quién está a cargo?
Es usted Ser… es el último vigilante.
Queda sorprendido, las filas fueron severamente mermadas si es el único líder sobreviviente. Pega un vistazo a sus hermanos, continúan esperando instrucciones. Si rechaza el liderato la orden podría disolverse y Kane continuaría su misterioso plan sin resistencia alguna, deben seguir existiendo a toda costa. Suspira levemente, nunca le ha gustado comandar pero dar un paso atrás es imperdonable ahora.
La orden debe seguir existiendo, tomare el mando hasta que reconstruyamos las filas.
¡Templarios! ¿¡aceptan al escudero vigilante como líder!?
Se escucha rápidamente una fuerte aprobación conjunta, saben que sin él no hubiera quedado nadie vivo en Reducto. El futuro es incierto, sin números ni veteranos la organización tendrá que volver a comenzar. Por suerte aún quedan guerreros rectos dispuestos a luchar contra la maldad, mientras eso no varié las cosas seguirán funcionando. Sin duda algo parece certero, con un enemigo claro la voluntad está más alta que nunca.
Organiza grupos de cinco unidades Ryan, quiero a todos los sobrevivientes a salvo... envía un equipo a la oficina del caballero capitán interino en los niveles inferiores, varios niños deben saber que ganamos.
Enseguida Ser.
Pronto las fuerzas funcionales son destinados a cumplir órdenes, solo queda cierto punto faltante. El grupo de mercenarios ha demostrado un valor similar al de cualquier miembro devoto, merecen una recompensa acorde. Sin vacilar el vigilante se acerca hasta los recién convocados guerreros libres, luego de todo lo vivido esperan una buena paga por los servicios prestados.
Caballeros se ganaron su paga con creces y agregare un pequeño bono, lo que más nos sobra ahora es oro. Niniel y Drake, si alguna vez necesitan ayuda pueden convocarnos, acudiremos. Debo agregar que pagaremos bien por cualquier información referente a Kane o sus métodos, esto aún no acaba.
Drake vocifera sus impresiones y sin duda son acertadas, combatir directamente una cosa tan grande solo ocasionara muchas bajas. Los guerreros mantienen posición sin atreverse a avanzar, no saben cómo enfrentar algo de tal magnitud. El propio Guerrim intenta buscar estrategias viables en su mente, rara vez los instructores enseñan cómo luchar contra un gigante rojo acorazado.
El curtido mercenario recibe instrucciones y con señas informa al escudero vigilante, usar el entorno como ventaja podría funcionar. Sin vacilar este último inicia la primera andanada de ataques y los demás le siguen, parecen golpes dispersos pero poco a poco la criatura comienza a ser guiada hasta la posición deseada. El templario de mayor rango lidera todo intentando asegurar un resultado viable, nadie cuestiona su juicio a estas alturas.
La bestia con forma humana es prácticamente un ariete, sus golpes manda a volar cualquier blanco. Uno de los guerreros justos se atraviesa en su camino y termina aplastado por un ataque crítico, acercarse demasiado es la muerte segura. Eventualmente logran conducirle a duras penas hasta el lugar indicado, viene siendo hora de accionar el plan y ver si los dioses son benevolentes esta vez.
¡¡Ahora Drake!!
Grita con fuerza y el guerrero de alquiler responde rápido, todo pasa velozmente a partir de ese punto. La cuerda de soporte es cortada y el pesado candelabro se precipita violentamente, pocos segundos después golpea la mole roja con una fuerza descomunal. El templario rojo deforme sigue vivo pero está destrozado, Denam lo libera de su miseria al enterrarle la espada en el cráneo.
Termino…
Esta vez no hay vitoreo, todos los templarios se dispersan en busca del tal Kane. Lastimosamente al volver la expresión de sus rostros lo dice todo, ha escapado durante la conmoción. El escudero vigilante descarga su frustración con una mirada severa sin blanco, esta no es una victoria. Las fuerzas vuelven a reagruparse con la intensión de recibir alguna orden o vestigio de futuras acciones.
Ryan, ¿quién es el templario de más alto rango que queda? ¿Quién está a cargo?
Es usted Ser… es el último vigilante.
Queda sorprendido, las filas fueron severamente mermadas si es el único líder sobreviviente. Pega un vistazo a sus hermanos, continúan esperando instrucciones. Si rechaza el liderato la orden podría disolverse y Kane continuaría su misterioso plan sin resistencia alguna, deben seguir existiendo a toda costa. Suspira levemente, nunca le ha gustado comandar pero dar un paso atrás es imperdonable ahora.
La orden debe seguir existiendo, tomare el mando hasta que reconstruyamos las filas.
¡Templarios! ¿¡aceptan al escudero vigilante como líder!?
Se escucha rápidamente una fuerte aprobación conjunta, saben que sin él no hubiera quedado nadie vivo en Reducto. El futuro es incierto, sin números ni veteranos la organización tendrá que volver a comenzar. Por suerte aún quedan guerreros rectos dispuestos a luchar contra la maldad, mientras eso no varié las cosas seguirán funcionando. Sin duda algo parece certero, con un enemigo claro la voluntad está más alta que nunca.
Organiza grupos de cinco unidades Ryan, quiero a todos los sobrevivientes a salvo... envía un equipo a la oficina del caballero capitán interino en los niveles inferiores, varios niños deben saber que ganamos.
Enseguida Ser.
Pronto las fuerzas funcionales son destinados a cumplir órdenes, solo queda cierto punto faltante. El grupo de mercenarios ha demostrado un valor similar al de cualquier miembro devoto, merecen una recompensa acorde. Sin vacilar el vigilante se acerca hasta los recién convocados guerreros libres, luego de todo lo vivido esperan una buena paga por los servicios prestados.
Caballeros se ganaron su paga con creces y agregare un pequeño bono, lo que más nos sobra ahora es oro. Niniel y Drake, si alguna vez necesitan ayuda pueden convocarnos, acudiremos. Debo agregar que pagaremos bien por cualquier información referente a Kane o sus métodos, esto aún no acaba.
Denam
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Re: Campeones de los justos [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
El plan resultó ser un éxito y, aunque las pociones no lograron debilitar del todo a aquella cosa sí que hicieron lo suficiente para que los guerreros pudieran llevarlo hasta el punto exacto justo bajo la lámpara para que su peso y la gravedad hicieran el resto. Ni siquiera tamaña mole pudo soportar tan tremendo impacto. Sobrevivió, que ya es más de lo que nada de su tamaño podría haber hecho, pero solo para agonizar durante los breves instantes que tardaron los soldados en acercarse temerosos para rematarla y Denam le dio el golpe de gracia.
No hubo vítores tras aquella hazaña. Acababan de derrotar a un auténtico monstruo tras derrotar a un ejército, pero nadie parecía dispuesto a alzar en aquella ocasión la espada al cielo para reclamar la victoria. Todos habían oído las palabras de Kane, había cumplido su objetivo, había logrado lo que quería y además se las había apañado para escapar y evitar ser ajusticiado. Habían sobrevivido y se habían impuesto contra todo pronóstico a sus enemigos, pero aún así aquellas palabras les habían arrebatado el triunfo de entre las manos. Por supuesto hubo felicitaciones, guerreros alabando la habilidad combativa de aquellos que habían luchado a su lado. También hubo alivio de que todo hubiese acabado en Reducto y al menos el día fuera suyo, así como agradecimientos a los dioses. Pero aquellas cortas frases pesaban como una losa, especialmente sobre los templarios restantes.
Con la orden hecha pedazos los hombres y mujeres restantes no tardaron en buscar un líder al que seguir. Acababan de pelear entre hermanos, su número se había visto reducido al mínimo, carecían de veteranos, de cadena de mando sólida y si dejaban a un lado a los inquisidores restantes, cuyo rango dentro de la orden era un misterio para la joven peliblanca, solo contaban con dos oficiales incluido Denam. La decisión estaba clara. El peso del liderazgo le correspondía a él. Níniel no envidiaba su posición, le esperaban duras pruebas en su camino y un enfrentamiento contra un enemigo que por poco no los borra de la faz de Aerandir con el primer golpe. Aquella iba a ser una lucha con todo en contra y de sus decisiones dependería el destino de muchos. Una carga muy pesada que la elfa entendía muy bien como heredera de un clan familiar, aunque por suerte ella tendría aún décadas, incluso siglos para prepararse.
Tras aquel breve momento solemne del nombramiento de un nuevo comandante los templarios sanos se pusieron nuevamente a en marcha. Quedaba mucho que hacer aunque la batalla principal se hubiese ganado. Aún podían quedar pequeños grupos de supervivientes vivos por el lugar y también era posible que todavía restasen algunos enemigos rezagados a los que despachar, aunque nadie parecía creer que fuesen ya una amenaza real. Tampoco había que olvidar los cuerpos de los muertos, en cuanto fuese posible debían enterrarlos o en su defecto realizar el rito funerario común de los humanos de quemar sus cuerpos. De lo contrario aquella fortaleza podría convertirse en el foco de un sin fin de enfermedades, algo que había que evitar a toda costa.
-Sinceramente Denam...O ahora caballero comandante Denam....Me parece que los que vais a necesitar ayuda sois vosotros. Dado que dices que os sobra el oro...Creo que me quedaré una temporada por aquí. Es evidente que necesitáis gente curtida...Y a mi no me importaría cobrar una buena suma por instruir a los reclutas- Fueron las palabras del fornido mercenario que fue secundado por un pequeño grupo entre los mercenarios. Parecía que mientras el templario pudiera pagar sus honorarios al menos contaría con algunos veteranos...Siempre que no le importara que sus instructores, al menos hasta que la orden se recuperara, no fueran precisamente...Caballeros. En cuanto al resto aceptaron de buena gana la bonificación a su paga.
Níniel por su parte no le iba a hacer ascos al dinero, los dioses sabían que los ingredientes y materiales de alquimia superiores no eran precisamente baratos. Además todo aquello le había brindado unas posibilidades de investigación poco usuales y que fácilmente resultarían más valiosas que el propio oro. Por último tenía un informe muy completo que entregar a su padre. Había sido un largo y terrible día, pero no podía evitar sentirse orgullosa por la labor desempañada en el.
-Me alegra haber podido ser de ayuda ante esta amenaza.En cuanto termine de atender a los heridos retomaré mis investigaciones. Tengo unas teorías que contrastar...Y pociones contra el rojo más potentes que preparar cuyas recetas seguro os vendrán bien si vais a perseguir a Kane. Por el momento solo hay algo más que pueda añadir. Kane mencionó que la orden "No es ya un problema", eso me hace pensar que algo de vuestro entrenamiento, estilo de combate o ideales eran una amenaza para sus planes, por eso atacó reducto. Y lo hizo mediante el rojo, no a la fuerza. Eso podría ser útil.- Dijo antes de ponerse manos a la obra. Realmente todavía quedaba mucho por hacer.
No hubo vítores tras aquella hazaña. Acababan de derrotar a un auténtico monstruo tras derrotar a un ejército, pero nadie parecía dispuesto a alzar en aquella ocasión la espada al cielo para reclamar la victoria. Todos habían oído las palabras de Kane, había cumplido su objetivo, había logrado lo que quería y además se las había apañado para escapar y evitar ser ajusticiado. Habían sobrevivido y se habían impuesto contra todo pronóstico a sus enemigos, pero aún así aquellas palabras les habían arrebatado el triunfo de entre las manos. Por supuesto hubo felicitaciones, guerreros alabando la habilidad combativa de aquellos que habían luchado a su lado. También hubo alivio de que todo hubiese acabado en Reducto y al menos el día fuera suyo, así como agradecimientos a los dioses. Pero aquellas cortas frases pesaban como una losa, especialmente sobre los templarios restantes.
Con la orden hecha pedazos los hombres y mujeres restantes no tardaron en buscar un líder al que seguir. Acababan de pelear entre hermanos, su número se había visto reducido al mínimo, carecían de veteranos, de cadena de mando sólida y si dejaban a un lado a los inquisidores restantes, cuyo rango dentro de la orden era un misterio para la joven peliblanca, solo contaban con dos oficiales incluido Denam. La decisión estaba clara. El peso del liderazgo le correspondía a él. Níniel no envidiaba su posición, le esperaban duras pruebas en su camino y un enfrentamiento contra un enemigo que por poco no los borra de la faz de Aerandir con el primer golpe. Aquella iba a ser una lucha con todo en contra y de sus decisiones dependería el destino de muchos. Una carga muy pesada que la elfa entendía muy bien como heredera de un clan familiar, aunque por suerte ella tendría aún décadas, incluso siglos para prepararse.
Tras aquel breve momento solemne del nombramiento de un nuevo comandante los templarios sanos se pusieron nuevamente a en marcha. Quedaba mucho que hacer aunque la batalla principal se hubiese ganado. Aún podían quedar pequeños grupos de supervivientes vivos por el lugar y también era posible que todavía restasen algunos enemigos rezagados a los que despachar, aunque nadie parecía creer que fuesen ya una amenaza real. Tampoco había que olvidar los cuerpos de los muertos, en cuanto fuese posible debían enterrarlos o en su defecto realizar el rito funerario común de los humanos de quemar sus cuerpos. De lo contrario aquella fortaleza podría convertirse en el foco de un sin fin de enfermedades, algo que había que evitar a toda costa.
-Sinceramente Denam...O ahora caballero comandante Denam....Me parece que los que vais a necesitar ayuda sois vosotros. Dado que dices que os sobra el oro...Creo que me quedaré una temporada por aquí. Es evidente que necesitáis gente curtida...Y a mi no me importaría cobrar una buena suma por instruir a los reclutas- Fueron las palabras del fornido mercenario que fue secundado por un pequeño grupo entre los mercenarios. Parecía que mientras el templario pudiera pagar sus honorarios al menos contaría con algunos veteranos...Siempre que no le importara que sus instructores, al menos hasta que la orden se recuperara, no fueran precisamente...Caballeros. En cuanto al resto aceptaron de buena gana la bonificación a su paga.
Níniel por su parte no le iba a hacer ascos al dinero, los dioses sabían que los ingredientes y materiales de alquimia superiores no eran precisamente baratos. Además todo aquello le había brindado unas posibilidades de investigación poco usuales y que fácilmente resultarían más valiosas que el propio oro. Por último tenía un informe muy completo que entregar a su padre. Había sido un largo y terrible día, pero no podía evitar sentirse orgullosa por la labor desempañada en el.
-Me alegra haber podido ser de ayuda ante esta amenaza.En cuanto termine de atender a los heridos retomaré mis investigaciones. Tengo unas teorías que contrastar...Y pociones contra el rojo más potentes que preparar cuyas recetas seguro os vendrán bien si vais a perseguir a Kane. Por el momento solo hay algo más que pueda añadir. Kane mencionó que la orden "No es ya un problema", eso me hace pensar que algo de vuestro entrenamiento, estilo de combate o ideales eran una amenaza para sus planes, por eso atacó reducto. Y lo hizo mediante el rojo, no a la fuerza. Eso podría ser útil.- Dijo antes de ponerse manos a la obra. Realmente todavía quedaba mucho por hacer.
Subrayado uso de alquimia.
Níniel Thenidiel
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Re: Campeones de los justos [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
Níniel, dado que tu habilidad pasiva de alquimia está por encima de 80 y a partir de ese límite los puntos debes ganarlos con quests o mastereados, no recibes ningún punto en este tema libre.
Sigel
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Página 2 de 2. • 1, 2
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