[cerrado]Risas con el destino [interpretativo][libre]
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[cerrado]Risas con el destino [interpretativo][libre]
No era algo de lo que pudiera sentirme realmente orgullosa. Allí estaba yo, con un brazo destrozado haciendo frente sola a aquellas aberraciones. De pronto la rata que había estado tratando de comerse mi brazo mientras había yacido en el suelo inconsciente quién sabe por cuánto, creció desmesuradamente convirtiéndose en una especie de espantapájaros gigante de espaldas hacia mí, colgado de un palo y rellena o relleno de paja. Entonces un trueno me hizo saltar y reaccionar ante todo lo que estaba sucediendo. Mis piernas temblaban como pocas veces lo había hecho, pero me mantuve firme, no podía transformarme. Ya no era una licántropo, era una simple humana débil y herida con demasiado miedo como para siquiera gritar. Tras un par de relámpagos la criatura comenzó a moverse, era colosal… su cabeza se giró de forma antinatural para encararme y finalmente se desprendió y flotó hacia mí en medio de un torrente de sangre.
______________ _____________ ______________
Desperté agitada, con el corazón zumbando en mis oídos y un fuerte dolor de cabeza. Estaba mareada, con náuseas y sentía infinitas agujas en cada uno de mis músculos. Tosí un par de veces y me revolqué en el piso de dolor. Hacía más de una semana que nos habíamos separado de Paul con sus secuaces y el inteligente elfo de sangre. Después de despedirnos acordamos que sabrían de mí en poco tiempo, aunque a este paso comenzaba a dudar de mi propia palabra y no porque lo deseara, sino porque estaba poco menos que perdida.
Mis hermanos del gremio y yo acordamos separarnos para no llamar la atención si nos topábamos con alguna caravana. Los pocos que me acompañaban los perdí en medio de una tormenta de nieve y como pude llegué a una aldea que al parecer, hacía poco había sido destruida probablemente por mercenarios. No conocía el lugar, pero tampoco estaba en condiciones de ponerme a elegir. Cuando intenté apearme de Furia caí con todo mi peso sobre el brazo malo. Buenas noticias, estaba tan congelada que no sentí nada. Malas noticias, todo lo que había hecho Ivan por mi se había… de alguna forma “destrozado” y las agujas de los huesos volvían a emerger.
Me tomó varias horas quitarle la montura a la paciente de Furia, al final me metí en los restos de una casa destruida, me arrinconé en el lugar más caliente y dormí. El hambre y la sed se habían convertido en uno solo. Desperté sudorosa varias veces al cabo de un día. El sol siempre estaba en posiciones diferentes cada vez que recobraba la conciencia, pero la última vez había sido la peor. Había intentado comerme a Chy en medio de un delirio y el ave ahora no estaba en ningún lugar como para ser encontrado. Tampoco la yegua. Moriría sola, como un perro. Como la loba solitaria que siempre había sido…
Sonreí de lado y busqué entre mis cosas la botella con el último sorbo de Vodka. Para mi desgracia ya no le quedaba nada. Ni siquiera puedo irme dignamente mascullé incapaz siquiera de arrastrarme donde estaban mis armas para cortarme las venas. Había escuchado que algunas mujeres se cortaban la lengua con sus propios dientes para morir con su propia sangre, pero yo no era lo suficientemente valiente para eso, además de que el castañeo de los dientes y mis temblores me daban poco margen.
Maldito Luner, debiste haberme matado cuando tuviste la oportunidad susurré, con palabras entrecortadas cuando vi una figura cortar la poca luz que me daba en el rostro. Podía jurar que el maldito solamente se había levantado de su tumba para reírse de mi ahora que tenía la oportunidad.
__________________Mis hermanos del gremio y yo acordamos separarnos para no llamar la atención si nos topábamos con alguna caravana. Los pocos que me acompañaban los perdí en medio de una tormenta de nieve y como pude llegué a una aldea que al parecer, hacía poco había sido destruida probablemente por mercenarios. No conocía el lugar, pero tampoco estaba en condiciones de ponerme a elegir. Cuando intenté apearme de Furia caí con todo mi peso sobre el brazo malo. Buenas noticias, estaba tan congelada que no sentí nada. Malas noticias, todo lo que había hecho Ivan por mi se había… de alguna forma “destrozado” y las agujas de los huesos volvían a emerger.
Me tomó varias horas quitarle la montura a la paciente de Furia, al final me metí en los restos de una casa destruida, me arrinconé en el lugar más caliente y dormí. El hambre y la sed se habían convertido en uno solo. Desperté sudorosa varias veces al cabo de un día. El sol siempre estaba en posiciones diferentes cada vez que recobraba la conciencia, pero la última vez había sido la peor. Había intentado comerme a Chy en medio de un delirio y el ave ahora no estaba en ningún lugar como para ser encontrado. Tampoco la yegua. Moriría sola, como un perro. Como la loba solitaria que siempre había sido…
Sonreí de lado y busqué entre mis cosas la botella con el último sorbo de Vodka. Para mi desgracia ya no le quedaba nada. Ni siquiera puedo irme dignamente mascullé incapaz siquiera de arrastrarme donde estaban mis armas para cortarme las venas. Había escuchado que algunas mujeres se cortaban la lengua con sus propios dientes para morir con su propia sangre, pero yo no era lo suficientemente valiente para eso, además de que el castañeo de los dientes y mis temblores me daban poco margen.
Maldito Luner, debiste haberme matado cuando tuviste la oportunidad susurré, con palabras entrecortadas cuando vi una figura cortar la poca luz que me daba en el rostro. Podía jurar que el maldito solamente se había levantado de su tumba para reírse de mi ahora que tenía la oportunidad.
Off:Pues, abierto al fin. Wood está mas en el otro mundo que en este. Cree que una persona de su pasado llegó a reírse de ella, pero esta entrada si la quieren tomar no va dirigida para nadie en especial. La idea es que la aldea fue saqueada y tenga historia en ello y que mas adelante vuelvan los malosos. Furia y Chy volverán hacia la ubicación de Wood y los pueden usar ^^
Básicamente tiene el brazo derecho destrozado y golpes y lastimaduras. Lleva la armadura del inventario pero se la quitaron donde tiene el brazo roto. El resto de sus cosas están tiradas a su alrededor
Última edición por Woodpecker el Mar Feb 28 2017, 17:19, editado 1 vez
Woodpecker
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Re: [cerrado]Risas con el destino [interpretativo][libre]
Remar era complicado en su propia manera. Nunca lo había hecho, pero había podido sentir desde un inicio cómo cometía errores que podían dar una buena impresión pero que en realidad eran contraproducentes. Como levantar el remo con rapidez, provocando que salpicara agua dentro del bote, o girar dentro del agua el remo creyendo que le daría velocidad para hacer una segunda brazada. Lo bueno es que no estaba en una competencia, o habría sido humillado muy fácil.
Quería entrar en contacto con su elemento opuesto, el agua, tratando de hallar una nueva perspectiva o un diferente nivel de control. Para ello, había rentado una canoa pequeña a alguien en Dundarak. Le había parecido extraño que le pidiera dejar el bote en otro lado del Lago Central, pero argumentaba que tenía otro cliente en esa región. No le causaba ni una pizca de desconfianza, su hermana aseguraba que su familia era de confianza y había estado en el negocio durante mucho tiempo.
Pasó un excelente día en medio del agua. Veinticuatro horas completas en soledad, pasándolas meditando, nadando o pescando. Había sido una experiencia memorable que sería interesante repetir, aunque circunstancias diferentes, tal vez con alguien más o con otros entretenimientos o con nuevas ideas. Al volver a la orilla, más o menos en el lugar donde le habían pedido, un señor que se identificó como el sobrino del dueño de la lancha le agradeció la puntualidad y paso a revisar el bote antes de que el otro cliente la usara.
Estaba ansioso por volver a Dundarak, tanto porque quería compartir lo aprendido como por el deseo de comer. Había ingerido alimentos muy ligeros, y realmente agradecería algo más sustancial. Cuando estaba por partir, con la idea de tomar el camino rápido hacia la ciudad, le advirtieron que tuviera cuidado al andar, puesto que habían recibido reportes de ataques por la zona. Quizá para otra persona hubiera sido suficiente para optar por un sendero largo, mas Athos sintió la necesidad de inspeccionar; no con la idea de enfrentar a los agresores, sino para ayudar a quien pudiera necesitarle y posteriormente llamar a la guardia de ser necesario.
Se sentía con buena energía, así que no dudo en moverse trotando para llegar cuanto antes a la región que supuestamente estaba asediada por mercenarios. Con eso en mente, avanzaba con cuidado, pero poco a poco comenzaba a darle la impresión de estar solo. No había visto ni una alma a su alrededor, y se supone que los bandidos suelen marcar llamativamente sus logros. Pero nada.
Divisó una pequeña aldea demolida, recientemente incinerada y arrasada por una fuerza despiadada, probablemente los mercenarios. Que no estuvieran ahí podía significar que sólo habían pasado para hacer algo muy específico. ¿Pero qué clase de persona podría desearle mal a un pueblito? ¿O qué maldad pudo haber hecho una población tan humilde?
Decidido, aunque con cautela, se adentró dentro de la aldea—. ¿Quién vive? —Exclamó después de haber rondado por un par de minutos. Por una parte era bueno saber que no había heridos, así no tendría que preocuparse por ellos, pero eso al mismo tiempo era muy deprimente. "Tantas vidas terminadas en un instante". Levantaba tablas quemadas y veía detrás de las paredes, tal vez había algún superviviente que estaba inconsciente o traumatizado—. ¿Nadie vive? —Parecía que estaba por culminar su inspección.
Atravesó una puerta. No estaba seguro si ya había revisado esa casita, todas tenían el mismo aspecto destruido. Había ingresado con mucha tranquilidad, realmente no esperando ver a alguien. Para su sorpresa, sí deslumbró la figura de una persona en un rincón. Había numerosos objetos en el piso, incluyendo armas. Conforme se iba acercando, el aroma a ceniza era remplazado por uno de sangre y sudor—. Supongo que necesita ayuda. —Se acercaba con calma, no queriendo asustarle, también queriendo distinguir a la persona tirada. Parecía tener una armadura plateada y un mal aspecto.
Podría ofrecerle agua, mas no alimento. También hubiera deseado traer pociones sanadoras o equipo de primeros auxilios más extenso, sólo traía una venda, hilo de pesca y pociones de distracción.
Estaba a punto de reconocer su rostro, cuando de pronto...
Quería entrar en contacto con su elemento opuesto, el agua, tratando de hallar una nueva perspectiva o un diferente nivel de control. Para ello, había rentado una canoa pequeña a alguien en Dundarak. Le había parecido extraño que le pidiera dejar el bote en otro lado del Lago Central, pero argumentaba que tenía otro cliente en esa región. No le causaba ni una pizca de desconfianza, su hermana aseguraba que su familia era de confianza y había estado en el negocio durante mucho tiempo.
Pasó un excelente día en medio del agua. Veinticuatro horas completas en soledad, pasándolas meditando, nadando o pescando. Había sido una experiencia memorable que sería interesante repetir, aunque circunstancias diferentes, tal vez con alguien más o con otros entretenimientos o con nuevas ideas. Al volver a la orilla, más o menos en el lugar donde le habían pedido, un señor que se identificó como el sobrino del dueño de la lancha le agradeció la puntualidad y paso a revisar el bote antes de que el otro cliente la usara.
Estaba ansioso por volver a Dundarak, tanto porque quería compartir lo aprendido como por el deseo de comer. Había ingerido alimentos muy ligeros, y realmente agradecería algo más sustancial. Cuando estaba por partir, con la idea de tomar el camino rápido hacia la ciudad, le advirtieron que tuviera cuidado al andar, puesto que habían recibido reportes de ataques por la zona. Quizá para otra persona hubiera sido suficiente para optar por un sendero largo, mas Athos sintió la necesidad de inspeccionar; no con la idea de enfrentar a los agresores, sino para ayudar a quien pudiera necesitarle y posteriormente llamar a la guardia de ser necesario.
Se sentía con buena energía, así que no dudo en moverse trotando para llegar cuanto antes a la región que supuestamente estaba asediada por mercenarios. Con eso en mente, avanzaba con cuidado, pero poco a poco comenzaba a darle la impresión de estar solo. No había visto ni una alma a su alrededor, y se supone que los bandidos suelen marcar llamativamente sus logros. Pero nada.
Divisó una pequeña aldea demolida, recientemente incinerada y arrasada por una fuerza despiadada, probablemente los mercenarios. Que no estuvieran ahí podía significar que sólo habían pasado para hacer algo muy específico. ¿Pero qué clase de persona podría desearle mal a un pueblito? ¿O qué maldad pudo haber hecho una población tan humilde?
Decidido, aunque con cautela, se adentró dentro de la aldea—. ¿Quién vive? —Exclamó después de haber rondado por un par de minutos. Por una parte era bueno saber que no había heridos, así no tendría que preocuparse por ellos, pero eso al mismo tiempo era muy deprimente. "Tantas vidas terminadas en un instante". Levantaba tablas quemadas y veía detrás de las paredes, tal vez había algún superviviente que estaba inconsciente o traumatizado—. ¿Nadie vive? —Parecía que estaba por culminar su inspección.
Atravesó una puerta. No estaba seguro si ya había revisado esa casita, todas tenían el mismo aspecto destruido. Había ingresado con mucha tranquilidad, realmente no esperando ver a alguien. Para su sorpresa, sí deslumbró la figura de una persona en un rincón. Había numerosos objetos en el piso, incluyendo armas. Conforme se iba acercando, el aroma a ceniza era remplazado por uno de sangre y sudor—. Supongo que necesita ayuda. —Se acercaba con calma, no queriendo asustarle, también queriendo distinguir a la persona tirada. Parecía tener una armadura plateada y un mal aspecto.
Podría ofrecerle agua, mas no alimento. También hubiera deseado traer pociones sanadoras o equipo de primeros auxilios más extenso, sólo traía una venda, hilo de pesca y pociones de distracción.
Estaba a punto de reconocer su rostro, cuando de pronto...
- Wooooooooooooooooood! Wood, Wood, Wood~:
Athos
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Re: [cerrado]Risas con el destino [interpretativo][libre]
¿Y si no encuentro a su familia? He preguntado por toda Lunargenta. He viajado a Belltrexus, hogar de brujos, con tal de encontrar a su hija. Pero nada. Nadie había visto jamás el reloj que les mostraba, y los pocos que me decían que sí eran unos granujas que querían sacar un par de monedas al venderlo. No voy a permitir que eso ocurra. Estoy dispuesto a viajar por toda Aerandir si es necesario.
Maté a su padre. Debo decírselo. Debo disculparme. Cuando la vea le daré el reloj como prueba. Le diré que su padre era un bandido, que iba a matar a una joven cuando le tuve que disparar. ¿Qué hará ella? ¿Se enfadará? ¿Me matará? No importa que haga mientras se acabe haciendo justicia.
Me dirijo hacia el norte. Allí nunca he estado. No sé lo que hay. Espero encontrarme con una ciudad y allí preguntar. Con suerte será la ciudad del hombre que maté. Todavía sueño con él. No es la primera persona que he matado. Sé lo que se siente cuando matas a una persona. No es agradable. No es fácil tener que vivir mientras saber que por tu culpa otra persona está muerta. Pienso que, mientras estoy caminando, sus familiares estarán llorándole. Si me esfuerzo puedo recordar la cara junto a su historia de cada hombre y mujer que he matado. Me pongo la capucha de mi capa. No quiero que se me vea la cara. No quiero que se me vea llorar.
Al salir del bosque encuentro una ciudad en ruinas. Ha habido una masacre. Las casas están destrozadas. No puedo distinguir lo que, en su día era una pared, con el resto de la vivienda. Es como si estuviera visitando un cementerio de hogares. Aquí ha vivido gente. Hombres y mujeres, jóvenes y viejos. Ahora solo viven las cenizas y el polvo. No hay cadáveres, por lo menos yo no los veo. Los bandidos habrán robado hasta los huesos.
No puedo evitar llevarme una mano bajo el cuello de la camisa por tal de tocar el collar que me hizo Aliena. Necesito un mínimo de bondad. Algo que me recuerde que las personas no son tan malas como lo parecen, que la gente no destruye ciudades como esta por solo unas pocas monedas de oro.
Oigo un ruido a lo lejos. Alguien se acerca. Nadie con buenas intenciones vendría a este lugar. Rápidamente, me escondo en el interior de una de las casas. Subo las escaleras hasta llegar al piso interior donde espero no me encuentre. Allí, tirada en el suelo, se encuentra una mujer. Está herida. Muy herida. Casi muerta. Me quito la capucha dejando expuesta mi cara. –Tranquila.- Susurro. No voy a dejar que nadie muera. Hace poco redescubrí mi poder como elfo. Desde entonces me prometí que cada vez que viera a alguien herido, yo lo curaría.
Me arrodillo a su lado. Pongo mis manos sobre su cuerpo. En la zona de la herida. Mi magia hace el resto. Jamás he intentado curar a alguien en tal mal estado. Necesito tiempo. Mucho tiempo.
Otra vez. Vuelvo a escuchar los pasos. Ha entrado en la casa. Están subiendo las escaleras. Me giró nervioso. Debo esconderme. Debo esconderla y seguir curándola. Pero el espacio es mínimo. No hay muebles donde ocultarse, no hay nada en la habitación más que piedra roída. Nervioso, me pongo de nuevo la capucha. Saltó hacia una de las vigas del techo y me escondo entre las tinieblas con el arco en mano. No quiero matarle. No quisiera tener que matar a ese hombre. Sin embargo si hace algo malo, deberé hacerlo.
Maté a su padre. Debo decírselo. Debo disculparme. Cuando la vea le daré el reloj como prueba. Le diré que su padre era un bandido, que iba a matar a una joven cuando le tuve que disparar. ¿Qué hará ella? ¿Se enfadará? ¿Me matará? No importa que haga mientras se acabe haciendo justicia.
Me dirijo hacia el norte. Allí nunca he estado. No sé lo que hay. Espero encontrarme con una ciudad y allí preguntar. Con suerte será la ciudad del hombre que maté. Todavía sueño con él. No es la primera persona que he matado. Sé lo que se siente cuando matas a una persona. No es agradable. No es fácil tener que vivir mientras saber que por tu culpa otra persona está muerta. Pienso que, mientras estoy caminando, sus familiares estarán llorándole. Si me esfuerzo puedo recordar la cara junto a su historia de cada hombre y mujer que he matado. Me pongo la capucha de mi capa. No quiero que se me vea la cara. No quiero que se me vea llorar.
Al salir del bosque encuentro una ciudad en ruinas. Ha habido una masacre. Las casas están destrozadas. No puedo distinguir lo que, en su día era una pared, con el resto de la vivienda. Es como si estuviera visitando un cementerio de hogares. Aquí ha vivido gente. Hombres y mujeres, jóvenes y viejos. Ahora solo viven las cenizas y el polvo. No hay cadáveres, por lo menos yo no los veo. Los bandidos habrán robado hasta los huesos.
No puedo evitar llevarme una mano bajo el cuello de la camisa por tal de tocar el collar que me hizo Aliena. Necesito un mínimo de bondad. Algo que me recuerde que las personas no son tan malas como lo parecen, que la gente no destruye ciudades como esta por solo unas pocas monedas de oro.
Oigo un ruido a lo lejos. Alguien se acerca. Nadie con buenas intenciones vendría a este lugar. Rápidamente, me escondo en el interior de una de las casas. Subo las escaleras hasta llegar al piso interior donde espero no me encuentre. Allí, tirada en el suelo, se encuentra una mujer. Está herida. Muy herida. Casi muerta. Me quito la capucha dejando expuesta mi cara. –Tranquila.- Susurro. No voy a dejar que nadie muera. Hace poco redescubrí mi poder como elfo. Desde entonces me prometí que cada vez que viera a alguien herido, yo lo curaría.
Me arrodillo a su lado. Pongo mis manos sobre su cuerpo. En la zona de la herida. Mi magia hace el resto. Jamás he intentado curar a alguien en tal mal estado. Necesito tiempo. Mucho tiempo.
Otra vez. Vuelvo a escuchar los pasos. Ha entrado en la casa. Están subiendo las escaleras. Me giró nervioso. Debo esconderme. Debo esconderla y seguir curándola. Pero el espacio es mínimo. No hay muebles donde ocultarse, no hay nada en la habitación más que piedra roída. Nervioso, me pongo de nuevo la capucha. Saltó hacia una de las vigas del techo y me escondo entre las tinieblas con el arco en mano. No quiero matarle. No quisiera tener que matar a ese hombre. Sin embargo si hace algo malo, deberé hacerlo.
Sarez
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Re: [cerrado]Risas con el destino [interpretativo][libre]
Levanté con dificultad la cabeza, quería darle su merecido al maldito de Luner, pero no podía siquiera levantar mis brazos. Abrí los ojos con dificultad luchando conmigo misma, entonces vi un par de orejas en punta, ojos claros y una amplia cicatriz. Los elfos nos invaden susurré luego de ver que sus labios se movieran en algo que no comprendía qué quería decir. Sin embargo quién apareció frente a mi vista no era nada más ni nada menos que mi dragón favorito. Athos saludé intentando enderezarme contra la pared para estar un poco más decente.
Llegas justo a tiempo, creo que esta no la voy a contar dije con mucha dificultad en un tono cansino y bajo, extendiéndole mi mano para poder corroborar que no era otra de mis alucinaciones. Ya no sentía dolor, ni frío, ni malestar. Estaba en un estado de sopor que se sentía muy bien. Tenía sueño, quería dormir. Cada vez que la luz llegaba a mis ojos me parecía ver a mi amigo más desesperado y no comprendía la razón. Entonces vi a su espalda una figura desconocida. No era alguien que conociese, no podía fiarme de mi olfato pero lo que veía no era nada bueno. Cuidado dije mirando sin mirar y señalando a la figura encapuchada. Estaba armado. Intenté ponerme en pie en vano, alcanzar mis armas, pero solamente logré hacer un par de movimientos torpes.
“Bha, me iré más rápido. Athos podrá salvarse” pensé cerrando los ojos con mucha paz y tranquilidad. Estaba resignada y no podía pedir una mejor muerte que aquella.
Llegas justo a tiempo, creo que esta no la voy a contar dije con mucha dificultad en un tono cansino y bajo, extendiéndole mi mano para poder corroborar que no era otra de mis alucinaciones. Ya no sentía dolor, ni frío, ni malestar. Estaba en un estado de sopor que se sentía muy bien. Tenía sueño, quería dormir. Cada vez que la luz llegaba a mis ojos me parecía ver a mi amigo más desesperado y no comprendía la razón. Entonces vi a su espalda una figura desconocida. No era alguien que conociese, no podía fiarme de mi olfato pero lo que veía no era nada bueno. Cuidado dije mirando sin mirar y señalando a la figura encapuchada. Estaba armado. Intenté ponerme en pie en vano, alcanzar mis armas, pero solamente logré hacer un par de movimientos torpes.
“Bha, me iré más rápido. Athos podrá salvarse” pensé cerrando los ojos con mucha paz y tranquilidad. Estaba resignada y no podía pedir una mejor muerte que aquella.
Off: Me mató ese gif Athos xD. Keyan paree que estará algo ausente por lo que estamos todos. Sarez, esa entrada fue muy original a lo niño rata xDD loved it <3
Woodpecker
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Re: [cerrado]Risas con el destino [interpretativo][libre]
La dama en el rincón habló, provocando que Athos le reconociera primero al oírla que al verla. En ese instante, sus sentidos se afinaron y un impulso de adrenalina recorrió su cuerpo, empujándolo a acelerar hacia Wood. Puso una rodilla sobre el suelo, observando de cerca su frágil situación—. Resista, amiga Wood. Ésta es una historia que contará muchas veces. —Se esforzaba por mantenerse tranquilo, mas su ritmo era un poco más rápido de lo normal, pues quería enfocarse más en atenderla que en hablarle. Ella tenía un carácter recio, siempre le había transmitido mucha energía y fuerza de voluntad, así que consideraba que podía animarse por sí misma. Sin embargo, parecía que su solidez atenuaba.
Observó con el mayor detenimiento posible, inevitablemente teniendo que hacerlo a una velocidad aumentada. Estaba buscando lo que le estaba causando más debilidad. Imaginaba que debía ser alguna estocada, pues parecía haber estado en combate, mas no veía suficiente sangre para que justifique su hipótesis. ¿Quizá había sido envenenada? De ser así, ¿cómo ayudarla? No. Debía ser algo físico, quería que fuese algo físico, de otra forma sería incapaz de auxiliarle.
"Falta armadura". Tal vez si hubiera conservado un poquito más de calma lo hubiera notado antes. Ahora era evidente, la falta de protección revelaba un brazo mutilado. Desgarrado, roto, molido. Era casi como el producto de una tortura, pues el nivel de lesión era considerablemente mayor en esa área que en otras partes de su cuerpo.
Mientras trataba de evaluar el trauma con mayor detenimiento, la señorita hizo que Athos dirigiera su atención hacia atrás. Por un instante creía ser un enemigo a temer, pero al verlo no parecía ser tan malo. Definitivamente atemorizaba con su arco y flecha, pero no al grado de hacer saltar a la defensiva. Además de que era un elfo, y Komar siempre había tenido una visión muy pacífica de ellos. Más que inquietarse, le daba curiosidad saber por qué él yacía ahí. Tema para después, más importante es tratar a su amiga.
Volvió a clavar su vista sobre la extremidad lastimada. Realmente se veía fatal, aunque por sí sola no podía creer que arrinconara a Wood al borde de la vida. Quizá estaba así por múltiples razones, cansancio, hambre, desgaste... En cualquier caso, definitivamente debía hallar la forma de curar ese brazo. "Curar... Sanar... Aliviar..." Las palabras e ideas rebotaban en su mente que yacía inestable por el repentino arranque de peligro. Notando esto, hizo un esfuerzo para recuperarse. Entonces, la respuesta fue tan clara como el día.
Se giró hacia el elfo instantáneamente—. Usted es un elfo, ¿no es así? —Aún en la oscuridad, no le cabía duda que el hombre delante de él era de hecho un elfo. De alguna manera sus ojos ya se habían ajustado un poco a las sombras, lo suficiente para notar ciertas características—. Ayude a mi amiga, por favor. —Señaló con cuidado la mano de Wood—. Tiene el brazo severamente dañado y sus energías se escurren con rapidez. —Quizá Athos podría intentar acomodar los huesos que estuvieran fuera de lugar o limpiar la piel, pero consideraba más adecuada la intervención de un ser mágico—. Por favor.
Volvió a pedirlo, aunque esta vez ya no miraba a uno o a otro, sino que llevó sus dedos a su mochila, donde aún guardaba un poco de agua. Acercó la cantimplora a la boca de Wood y lentamente fue inclinándola para poder hidratarla. Parecía un vago intento de ayudar, pero si él estuviera en su lugar definitivamente recibiría el líquido de buena gana.
_____
OFF: No indiqué directamente que Athos le echó agua a Wood, sino que lo quise poner de tal forma que sea posible para puedan detenerlo en caso de que... x) Bueno, no sé, para lo que quieran.
Observó con el mayor detenimiento posible, inevitablemente teniendo que hacerlo a una velocidad aumentada. Estaba buscando lo que le estaba causando más debilidad. Imaginaba que debía ser alguna estocada, pues parecía haber estado en combate, mas no veía suficiente sangre para que justifique su hipótesis. ¿Quizá había sido envenenada? De ser así, ¿cómo ayudarla? No. Debía ser algo físico, quería que fuese algo físico, de otra forma sería incapaz de auxiliarle.
"Falta armadura". Tal vez si hubiera conservado un poquito más de calma lo hubiera notado antes. Ahora era evidente, la falta de protección revelaba un brazo mutilado. Desgarrado, roto, molido. Era casi como el producto de una tortura, pues el nivel de lesión era considerablemente mayor en esa área que en otras partes de su cuerpo.
Mientras trataba de evaluar el trauma con mayor detenimiento, la señorita hizo que Athos dirigiera su atención hacia atrás. Por un instante creía ser un enemigo a temer, pero al verlo no parecía ser tan malo. Definitivamente atemorizaba con su arco y flecha, pero no al grado de hacer saltar a la defensiva. Además de que era un elfo, y Komar siempre había tenido una visión muy pacífica de ellos. Más que inquietarse, le daba curiosidad saber por qué él yacía ahí. Tema para después, más importante es tratar a su amiga.
Volvió a clavar su vista sobre la extremidad lastimada. Realmente se veía fatal, aunque por sí sola no podía creer que arrinconara a Wood al borde de la vida. Quizá estaba así por múltiples razones, cansancio, hambre, desgaste... En cualquier caso, definitivamente debía hallar la forma de curar ese brazo. "Curar... Sanar... Aliviar..." Las palabras e ideas rebotaban en su mente que yacía inestable por el repentino arranque de peligro. Notando esto, hizo un esfuerzo para recuperarse. Entonces, la respuesta fue tan clara como el día.
Se giró hacia el elfo instantáneamente—. Usted es un elfo, ¿no es así? —Aún en la oscuridad, no le cabía duda que el hombre delante de él era de hecho un elfo. De alguna manera sus ojos ya se habían ajustado un poco a las sombras, lo suficiente para notar ciertas características—. Ayude a mi amiga, por favor. —Señaló con cuidado la mano de Wood—. Tiene el brazo severamente dañado y sus energías se escurren con rapidez. —Quizá Athos podría intentar acomodar los huesos que estuvieran fuera de lugar o limpiar la piel, pero consideraba más adecuada la intervención de un ser mágico—. Por favor.
Volvió a pedirlo, aunque esta vez ya no miraba a uno o a otro, sino que llevó sus dedos a su mochila, donde aún guardaba un poco de agua. Acercó la cantimplora a la boca de Wood y lentamente fue inclinándola para poder hidratarla. Parecía un vago intento de ayudar, pero si él estuviera en su lugar definitivamente recibiría el líquido de buena gana.
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OFF: No indiqué directamente que Athos le echó agua a Wood, sino que lo quise poner de tal forma que sea posible para puedan detenerlo en caso de que... x) Bueno, no sé, para lo que quieran.
Athos
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Re: [cerrado]Risas con el destino [interpretativo][libre]
Parece que el hombre que acaba de llegar conoce a la mujer herida. No es un enemigo como había pensado; es amigo de la mujer. Aflojo la flecha que tenía tensada en el arco y la dejo de nuevo en el carcaj. No tienen intenciones de atacar. Están hablando, pero no alcanzo a escuchar lo que dicen. Intento asomarme, muy lentamente, para poder oírles.
La mujer hace una señal para que el hombre tenga cuidado. Instintivamente, me doy la vuelta buscando ese peligro que alerta. Tras girarme me doy cuenta que a quien señala es a mí. Yo soy la razón por la que tienen que tener “cuidado”. No lo pienso y llevo una mano al carcaj buscando la flecha que acababa de dejar hace un momento. Bien pensado, parezco una amenaza. Les estoy espiando desde lo alto de una viga y con un arco en las manos. Yo mismo me hubiera disparado de estar en la posición del hombre. Sin embargo, a él no parece importarle. No me ataca como había esperado. Es más, me llama para que le ayude a curar a la mujer.
Me cuelgo a Vientoatroz en la espalda y de un salto bajo de la viga. La mujer está muy herida. Si no la curo pronto habrá que cercenar el brazo. Debo darme prisa.
-Dame.- Le digo al hombre mientras le quito la cantimplora de las manos. –Esto es bueno.- Del bolsillo de mi pantalón saco unas hojas de equinácea y la pongo dentro del agua. –Calma el dolor.- Remuevo la cantimplora. –Dáselo ahora.-
Para ellos soy un desconocido. No dejo de pensar que pueden creer que les quiero hacer daño. Pueden pensar, entre otras cosas, que he puesto un veneno en el agua. Existen más plantas que matan que las que curan, eso es un hecho. No soy una mala persona.
Me siento junto a la mujer tal y como hice antes que apareciese el hombre. Pongo mis manos en la herida del brazo muy despacio. Me esfuerzo por curarla. Está muy débil, lo puedo sentir. Siento el mismo dolor y la misma debilidad como si fuera una enorme roca sobre mi espalda. Cuando curo puedo sentir una porción del dolor. Cuando curé a aquella mujer hace meses de la herida en el hombro pude sentir un leve pinchazo en mi propio hombro; lo mismo me pasó cuando curé a Ryomaru. Hasta ahora siempre había sido algo leve, como un pequeño golpe. Sin embargo, con la mujer, siento como mi brazo mucho más pesado. Me duele. Empiezo a dudar si mi espalda me puede mantener mi peso.
-¿Qué te ha pasado?- Susurro sorprendido.
La mujer hace una señal para que el hombre tenga cuidado. Instintivamente, me doy la vuelta buscando ese peligro que alerta. Tras girarme me doy cuenta que a quien señala es a mí. Yo soy la razón por la que tienen que tener “cuidado”. No lo pienso y llevo una mano al carcaj buscando la flecha que acababa de dejar hace un momento. Bien pensado, parezco una amenaza. Les estoy espiando desde lo alto de una viga y con un arco en las manos. Yo mismo me hubiera disparado de estar en la posición del hombre. Sin embargo, a él no parece importarle. No me ataca como había esperado. Es más, me llama para que le ayude a curar a la mujer.
Me cuelgo a Vientoatroz en la espalda y de un salto bajo de la viga. La mujer está muy herida. Si no la curo pronto habrá que cercenar el brazo. Debo darme prisa.
-Dame.- Le digo al hombre mientras le quito la cantimplora de las manos. –Esto es bueno.- Del bolsillo de mi pantalón saco unas hojas de equinácea y la pongo dentro del agua. –Calma el dolor.- Remuevo la cantimplora. –Dáselo ahora.-
Para ellos soy un desconocido. No dejo de pensar que pueden creer que les quiero hacer daño. Pueden pensar, entre otras cosas, que he puesto un veneno en el agua. Existen más plantas que matan que las que curan, eso es un hecho. No soy una mala persona.
Me siento junto a la mujer tal y como hice antes que apareciese el hombre. Pongo mis manos en la herida del brazo muy despacio. Me esfuerzo por curarla. Está muy débil, lo puedo sentir. Siento el mismo dolor y la misma debilidad como si fuera una enorme roca sobre mi espalda. Cuando curo puedo sentir una porción del dolor. Cuando curé a aquella mujer hace meses de la herida en el hombro pude sentir un leve pinchazo en mi propio hombro; lo mismo me pasó cuando curé a Ryomaru. Hasta ahora siempre había sido algo leve, como un pequeño golpe. Sin embargo, con la mujer, siento como mi brazo mucho más pesado. Me duele. Empiezo a dudar si mi espalda me puede mantener mi peso.
-¿Qué te ha pasado?- Susurro sorprendido.
Sarez
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Abrí los ojos nuevamente, Athos estaba ignorando a aquél hombre. No me gustaba no poder valerme, increpar al desconocido por mantenerse en las sombras. Por algún motivo sentí cierto alivio momentáneo del pesar sobre la herida, pero no sabía si se debía a la felicidad de ver a Athos o si él me había aplicado en algún momento alguna medicina*. Eso sería tan de él… y que pidiera ayuda por mí también era propio de ese hombre dragón. Los elfos no me caían bien, no desde que me llenaran de tanto amor y esas cosas de paz. Aun recordaba al elfo-ratón que habíamos conocido en los baldíos con mi compañero y su presencia no había mejorado nada. No quería su ayuda, pero no me quedaban muchas más opciones. Me mantuve en silencio, no era necesario morder mi lengua, no había mucho que pudiera decir.
Aunque mi cuerpo temblaba y veía borroso, aunque estuviera cansada y con sueño, mi mente aún trabajaba. Aun peleaba por no perderme detalle de lo que ocurría. Vi el odre que tenía Athos entre sus manos y de pronto fui consciente de que tenía la boca seca, la abrí y cerré adelantándome a la sensación de satisfacción del agua en mis labios. Sin embargo el odre y su contenido pasaron frente a mí para ir a parar a manos del elfo. Estaba irritada. Pensé en escupirle para expresarle la ofensa que sentí, pero ni siquiera tenía saliva. Miré a Athos y luego al desconocido que le echaba quién sabía qué al agua. Parecía que le echaba una planta. ¿Sería veneno? ¿Qué más daba? Moriría feliz con algo que beber. Aunque muy el en fondo sabía que mi amigo no permitiría que muriera lentamente. Él siempre me había salvado, confiaba en que esta no fuera la excepción.
Estiré mi mano buena para ayudar a que ninguna gota se derramase. Por todos los dioses, era lo mejor que había bebido jamás por lejos. Algo pasó por un mal lado, tosí un poco, pero no dejé de beber. Sentía que un incendio que había estado creciendo en mi interior sin que me enterase se estaba apagando. Quería continuar bebiendo, pero el odre se había ido y a mi lado estaba ese desconocido. Del cabello del mismo color del mío, estaba apenas a escasos centímetros de mí. Pude notar entonces una cicatriz en su ojo izquierdo, por algún motivo, ver eso me calmó y me relajé un poco mientas sentía su don correr por mi cuerpo. Al principio no sentía nada, era como si fuera empujada por una fuerza invisible, pero a medida que pasaba el tiempo comencé a sentir calor y luego mucho dolor.
Apreté los dientes y cerré los ojos. Estaba concentrada en no gritar hasta que escuché su pesado susurro. Parecía que él también estaba pasando por un mal momento. Entonces dejé salir un grito de guerra con toda la fuerza que tenía en mis pulmones. Se escuchó, me escuché. Ya no tenía sueño y aunque el dolor al principio había parecido insoportable, ahora sentía. Sentía frío desde que la circulación volvió a reanudarse. Fue una emboscada, querían exterminarnos. Soltaron un troll… fue una masacre entre cada oración había un silencio incómodo [b]Ganamos gracias a nuevos aliados, de regreso una tormenta de nueve me separó de mi grupo. Ibamos a Lunargenta informé. No quería mirar mi herida. ¿Qué tan mal está? pregunté ¿Qué haces aquí Athos y tú quién eres y por qué me ayudas?. Estaba lúcida y comenzaría a demostrarlo.
Off: * Desde la perspectiva de Wood, ella no sabe que Sarez estuvo curandola momentos antes, solamente siente más fuerzas
Aunque mi cuerpo temblaba y veía borroso, aunque estuviera cansada y con sueño, mi mente aún trabajaba. Aun peleaba por no perderme detalle de lo que ocurría. Vi el odre que tenía Athos entre sus manos y de pronto fui consciente de que tenía la boca seca, la abrí y cerré adelantándome a la sensación de satisfacción del agua en mis labios. Sin embargo el odre y su contenido pasaron frente a mí para ir a parar a manos del elfo. Estaba irritada. Pensé en escupirle para expresarle la ofensa que sentí, pero ni siquiera tenía saliva. Miré a Athos y luego al desconocido que le echaba quién sabía qué al agua. Parecía que le echaba una planta. ¿Sería veneno? ¿Qué más daba? Moriría feliz con algo que beber. Aunque muy el en fondo sabía que mi amigo no permitiría que muriera lentamente. Él siempre me había salvado, confiaba en que esta no fuera la excepción.
Estiré mi mano buena para ayudar a que ninguna gota se derramase. Por todos los dioses, era lo mejor que había bebido jamás por lejos. Algo pasó por un mal lado, tosí un poco, pero no dejé de beber. Sentía que un incendio que había estado creciendo en mi interior sin que me enterase se estaba apagando. Quería continuar bebiendo, pero el odre se había ido y a mi lado estaba ese desconocido. Del cabello del mismo color del mío, estaba apenas a escasos centímetros de mí. Pude notar entonces una cicatriz en su ojo izquierdo, por algún motivo, ver eso me calmó y me relajé un poco mientas sentía su don correr por mi cuerpo. Al principio no sentía nada, era como si fuera empujada por una fuerza invisible, pero a medida que pasaba el tiempo comencé a sentir calor y luego mucho dolor.
Apreté los dientes y cerré los ojos. Estaba concentrada en no gritar hasta que escuché su pesado susurro. Parecía que él también estaba pasando por un mal momento. Entonces dejé salir un grito de guerra con toda la fuerza que tenía en mis pulmones. Se escuchó, me escuché. Ya no tenía sueño y aunque el dolor al principio había parecido insoportable, ahora sentía. Sentía frío desde que la circulación volvió a reanudarse. Fue una emboscada, querían exterminarnos. Soltaron un troll… fue una masacre entre cada oración había un silencio incómodo [b]Ganamos gracias a nuevos aliados, de regreso una tormenta de nueve me separó de mi grupo. Ibamos a Lunargenta informé. No quería mirar mi herida. ¿Qué tan mal está? pregunté ¿Qué haces aquí Athos y tú quién eres y por qué me ayudas?. Estaba lúcida y comenzaría a demostrarlo.
Off: * Desde la perspectiva de Wood, ella no sabe que Sarez estuvo curandola momentos antes, solamente siente más fuerzas
Woodpecker
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Re: [cerrado]Risas con el destino [interpretativo][libre]
Permitió sin queja o contracción el arrebato del agua. "Debe tener una idea". Aunque estaba seguro que darle de beber era algo benéfico, creía que tal vez el elfo tendría un plan más sofisticado o simplemente más efectivo. Quizá era mejor dejarle esa comisión al extraño y enfocarse en algo más sustancial. Volvió a ojear el brazo molido, tratando de recordar sus conocimientos de anatomía, maquinando una técnica para sanarle o al menos poner en su lugar el brazo, pero es que simplemente la extremidad estaba muy dañada.
"¿Calmar el dolor?" Eso resultaba muy sensacional, sin duda algo que Wood festejaría, mas si sólo aliviaría el dolor... Estaba bien eliminar la sensación, pero si no se ocupaba por el verdadero peligro, su cuerpo seguiría deteriorándose e internamente sufriendo. Por el momento, era un grandioso primer paso. Aunque, por un instante sintió cierta inseguridad, y no por la confianza que le transmitía el elfo, sino el destino del líquido. "¿Se lo doy?" La lógica le decía que debía bebérselo, pero también podía referirse a untárselo de alguna manera o sólo arrojarlo a la cara. Parecía demasiado extraño, y creía que de ser así lo hubiera mencionado. Rápidamente se deshizo de esas opciones.
—Con tranquilidad. —Dijo más para sí mismo que para su amiga. De alguna forma, sí quería que se lo tomara con más calma, le preocupaba que tosiera, aunque fuera poco y bastante normal. No. Realmente quería apaciguarse él mismo. Lo peor había pasado, que era el desconcierto. Ahora que ya estaba más consciente de lo que pasaba, y al tener a un curador cerca, sentía que con los pasos correctos todo saldría bien.
Aquel cambio al agua parecía tener un primer efecto no muy agradable. Era curioso que una poción que se supone quitará el dolor provoque un sufrimiento inicial. Mas así es como funciona, aparentemente. ¿Quién era él para cuestionar a la naturaleza? Sólo se adaptó. Extendió su mano hacia la de Wood, permitiéndole sujetarla y presionarla. Athos prefería que estrujara su mano a que de alguna forma se lastimara a sí misma. Cierto que era incómodo, demasiado, pero lo soportaba y también sabía que le ayudaría a liberar mayor presión. No estaba seguro cómo funcionaba esa mecánica exactamente, pero definitivamente funcionaba. Lo sabía.
Aquello no duró mucho. Pronto estaría la licántropa hablando con más lucidez y energía, explicando muy brevemente lo que sucedió. La verdad es que no había mucho que escuchar, uno podía imaginarse lo que sucedió, al menos sabría los detalles—. De la escala del uno al diez, yo diría que está en un nueve. —Intentó contestar de la manera más discreta posible—. Quizá un ocho. No creo que lo pierda, pero... —Quizá lo más idóneo sería ir desde el hombro hasta los dedos—. Necesitará mucha atención. —Había mucho trabajo que hacer, e infortunadamente no tenía el nivel suficiente para hacer todo. Intentaría, eso seguro.
—Primero deberemos desluxar su hombro. —De todo, era lo que mejor se veía, pero era muy importante tratar esa articulación pues podría estar interrumpiendo la comunicación de los nervios y la circulación correcta de la sangre—. Será fácil. Supongo que ni lo va a sentir. —Comenzó a tomar posición. Usualmente se tira del brazo para ajustarlo, pero no deseaba dañarlo aún más, así que se apoyaría directamente en el húmero—. Y llegué aquí por coincidencia. —Intentó distraerla un poco, respondiendo a su interrogante—. Di un paseo al lago y de camino a Dundarak escuché que una aldea había sido atacada. Vine a investigar. —Jaló de su hombro en un movimiento y lo empujó a la posición correcta. Era mucho más fácil hacerlo cuando sabía que el paciente no gritaría por el dolor. A fin de cuentas, lo importante era no hacer más daño del que ya había.
Era difícil. Se podía notar que había estado un tiempo significativo en mal estado. Precisamente había necesitado emplear mucha fuerza para realizar la maniobra, normalmente no requiere tanta potencia. ¿O acaso sus tejidos eran más densos?
____
OFF: No sé. Me lo inventé. Tenía que hacer algo xD
"¿Calmar el dolor?" Eso resultaba muy sensacional, sin duda algo que Wood festejaría, mas si sólo aliviaría el dolor... Estaba bien eliminar la sensación, pero si no se ocupaba por el verdadero peligro, su cuerpo seguiría deteriorándose e internamente sufriendo. Por el momento, era un grandioso primer paso. Aunque, por un instante sintió cierta inseguridad, y no por la confianza que le transmitía el elfo, sino el destino del líquido. "¿Se lo doy?" La lógica le decía que debía bebérselo, pero también podía referirse a untárselo de alguna manera o sólo arrojarlo a la cara. Parecía demasiado extraño, y creía que de ser así lo hubiera mencionado. Rápidamente se deshizo de esas opciones.
—Con tranquilidad. —Dijo más para sí mismo que para su amiga. De alguna forma, sí quería que se lo tomara con más calma, le preocupaba que tosiera, aunque fuera poco y bastante normal. No. Realmente quería apaciguarse él mismo. Lo peor había pasado, que era el desconcierto. Ahora que ya estaba más consciente de lo que pasaba, y al tener a un curador cerca, sentía que con los pasos correctos todo saldría bien.
Aquel cambio al agua parecía tener un primer efecto no muy agradable. Era curioso que una poción que se supone quitará el dolor provoque un sufrimiento inicial. Mas así es como funciona, aparentemente. ¿Quién era él para cuestionar a la naturaleza? Sólo se adaptó. Extendió su mano hacia la de Wood, permitiéndole sujetarla y presionarla. Athos prefería que estrujara su mano a que de alguna forma se lastimara a sí misma. Cierto que era incómodo, demasiado, pero lo soportaba y también sabía que le ayudaría a liberar mayor presión. No estaba seguro cómo funcionaba esa mecánica exactamente, pero definitivamente funcionaba. Lo sabía.
Aquello no duró mucho. Pronto estaría la licántropa hablando con más lucidez y energía, explicando muy brevemente lo que sucedió. La verdad es que no había mucho que escuchar, uno podía imaginarse lo que sucedió, al menos sabría los detalles—. De la escala del uno al diez, yo diría que está en un nueve. —Intentó contestar de la manera más discreta posible—. Quizá un ocho. No creo que lo pierda, pero... —Quizá lo más idóneo sería ir desde el hombro hasta los dedos—. Necesitará mucha atención. —Había mucho trabajo que hacer, e infortunadamente no tenía el nivel suficiente para hacer todo. Intentaría, eso seguro.
—Primero deberemos desluxar su hombro. —De todo, era lo que mejor se veía, pero era muy importante tratar esa articulación pues podría estar interrumpiendo la comunicación de los nervios y la circulación correcta de la sangre—. Será fácil. Supongo que ni lo va a sentir. —Comenzó a tomar posición. Usualmente se tira del brazo para ajustarlo, pero no deseaba dañarlo aún más, así que se apoyaría directamente en el húmero—. Y llegué aquí por coincidencia. —Intentó distraerla un poco, respondiendo a su interrogante—. Di un paseo al lago y de camino a Dundarak escuché que una aldea había sido atacada. Vine a investigar. —Jaló de su hombro en un movimiento y lo empujó a la posición correcta. Era mucho más fácil hacerlo cuando sabía que el paciente no gritaría por el dolor. A fin de cuentas, lo importante era no hacer más daño del que ya había.
Era difícil. Se podía notar que había estado un tiempo significativo en mal estado. Precisamente había necesitado emplear mucha fuerza para realizar la maniobra, normalmente no requiere tanta potencia. ¿O acaso sus tejidos eran más densos?
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OFF: No sé. Me lo inventé. Tenía que hacer algo xD
Athos
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Re: [cerrado]Risas con el destino [interpretativo][libre]
Hacía relativamente poco que había redescubierto mi poder como sanador. No soy bueno curando, ni mucho menos. Recuerdo que, en la ciudad de los elfos, había sacerdotisas que podían curar heridas mucho más grandes de las que yo nunca he curado sin tan siquiera ponerle las manos encima. Los elfos trabajan su magia sanadora durante toda su vida; pero yo no era un elfo. Me parezco a ellos y, sin embargo, no lo soy. Soy un bastardo desterrado que ha tenido que sobrevivir por sus propios métodos. Un superviviente.
Hasta ahora no he curado una herida tan grave como ésta. Temo que la mujer muera en mis manos. El dolor que siento en mi brazo es agonizante. Me muerdo la camisa para no tener gritar.
Poco a poco parece que la mujer empieza a mejorar, lo veo en sus ojos ahora llenos de vida. Sonrío ligeramente a pesar del dolor. Estoy orgulloso. No soy un elfo, ellos jamás quisieron que formara parte de su raza. Me lo repitieron, una y otra vez, me repitieron que no tenía el derecho de llamarme elfo. Se equivocaron. Estoy curando. La mujer estaba al borde de la muerte y yo la he curado. Soy mejor sanador que muchos de los sacerdotes de Sandoral. Un humano no podría haberla curado, un brujo tampoco ni siquiera un dragón. Yo sí la he curado. ¿Qué es lo que soy? De nuevo pienso en la misma palabra. Un superviviente.
He sobrevivido al destierro. He sobrevivido a la soledad. He sobrevivido a todas las adversidades que me ha puesto el destino y ahora acabo de curar a una mujer que, según cuenta ha sobrevivido al ataque de un troll y a una horrible tormenta. Me sorprendo al oírla hablar tan clara.
El hombre se adelanta a contestar a la mujer. Ocho es el número con el que describe la mejoraría de la mujer. Ocho es también el dolor de mi brazo. Siento como me lo hubieran martilleado como un herrero hace con un hierro candente.
Me retiro para dejar al hombre que desluxe el brazo de la mujer. Ya he absorbido gran parte del dolor y he conseguido hacer que la sangre vuelva a circular por dentro de la mujer. Ahora, egoístamente, debo centrarme en mi brazo. He absorbido demasiado dolor. Me siento apartado en una esquina de la habitación. Agito mi brazo herido, como si estuviera expulsando el mal de mi cuerpo.
-Has tenido suerte.- Si no hubiera llegado a tiempo estaría muerta.
Hasta ahora no he curado una herida tan grave como ésta. Temo que la mujer muera en mis manos. El dolor que siento en mi brazo es agonizante. Me muerdo la camisa para no tener gritar.
Poco a poco parece que la mujer empieza a mejorar, lo veo en sus ojos ahora llenos de vida. Sonrío ligeramente a pesar del dolor. Estoy orgulloso. No soy un elfo, ellos jamás quisieron que formara parte de su raza. Me lo repitieron, una y otra vez, me repitieron que no tenía el derecho de llamarme elfo. Se equivocaron. Estoy curando. La mujer estaba al borde de la muerte y yo la he curado. Soy mejor sanador que muchos de los sacerdotes de Sandoral. Un humano no podría haberla curado, un brujo tampoco ni siquiera un dragón. Yo sí la he curado. ¿Qué es lo que soy? De nuevo pienso en la misma palabra. Un superviviente.
He sobrevivido al destierro. He sobrevivido a la soledad. He sobrevivido a todas las adversidades que me ha puesto el destino y ahora acabo de curar a una mujer que, según cuenta ha sobrevivido al ataque de un troll y a una horrible tormenta. Me sorprendo al oírla hablar tan clara.
El hombre se adelanta a contestar a la mujer. Ocho es el número con el que describe la mejoraría de la mujer. Ocho es también el dolor de mi brazo. Siento como me lo hubieran martilleado como un herrero hace con un hierro candente.
Me retiro para dejar al hombre que desluxe el brazo de la mujer. Ya he absorbido gran parte del dolor y he conseguido hacer que la sangre vuelva a circular por dentro de la mujer. Ahora, egoístamente, debo centrarme en mi brazo. He absorbido demasiado dolor. Me siento apartado en una esquina de la habitación. Agito mi brazo herido, como si estuviera expulsando el mal de mi cuerpo.
-Has tenido suerte.- Si no hubiera llegado a tiempo estaría muerta.
Sarez
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Re: [cerrado]Risas con el destino [interpretativo][libre]
Nueve repetí con una sonrisa apagada. Eso no sonaba tan mal, me preguntaba si era un nueve de bueno o uno de malo y que terminaría por perder el brazo. No, eso no podía ser, la extremidad estaba demasiado viva como para que me la quitaran. El elfo no respondió a mis preguntas. Levanté la cabeza e intenté buscar su mirada pero su piel se veía sudorosa, estaba cansado, parecía que estuviera viviendo alguna especie de tortura. ¿Estás bien? le pregunté viendo cómo se apartaba para que Athos tomara el brazo y No… no… ¡Arggggh! quise negarme y gritar, apreté mis dientes y abrí y cerré mi mano para comprobar que recuperaba el control de la extremidad. Atención es tu segundo nombre, ¿no? inquirí destrabando la mandíbula y tratando de aclararme la garganta. Aún me dolía, esa maniobra que había hecho casi me saca la poca vida que me quedaba dentro, aunque ahora comenzaba a sentirme mucho mejor. La sangre caliente irrigaba el brazo hasta la punta de mis dedos, casi escocía.
¿Investigar dices? pregunté unos momentos luego de que el contenido de sus palabras comenzaran a hundirse en mi consciente. Perdón, pero no te estaba prestando mucha atención, ni tampoco al lugar…esto es un pueblo ¿verdad? pregunté comenzando a tener una sensación espacial un poco más acertada. Olfatee el aire, había restos de humo y sangre. ¿Suerte? Soy la encarnación de la tozudez respondí al comentario del elfo, había captado mi ojo ver cómo sacudía su brazo. Eh… gracias dije mirándole y luego me volví hacia Athos a ambos… y si no tengo un nombre y una razón, al menos quiero un sobrenombre, supongo que no te gustará que te llamen elfo esto o elfo aquello, ¿o sí? comenté. Me sentía animada. Como si me hubieran sacado un peso de encima.
¿Qué hora es? Tengo hambre, y sed y… ¿Furia y Chy? ¿Los han visto? cuestioné. Intenté levantarme, pero el movimiento súbito hizo que me mareara y la sangre fría recorriera las venas alrededor de mi cabeza. Uoooohaaa jajajaja. Creo que aún no comenté cerrando los ojos y respirando profundamente por la nariz. ¿Estamos en peligro? pregunté sosteniéndome de una viga que estaba medio caída a mi lado desde el techo.
¿Investigar dices? pregunté unos momentos luego de que el contenido de sus palabras comenzaran a hundirse en mi consciente. Perdón, pero no te estaba prestando mucha atención, ni tampoco al lugar…esto es un pueblo ¿verdad? pregunté comenzando a tener una sensación espacial un poco más acertada. Olfatee el aire, había restos de humo y sangre. ¿Suerte? Soy la encarnación de la tozudez respondí al comentario del elfo, había captado mi ojo ver cómo sacudía su brazo. Eh… gracias dije mirándole y luego me volví hacia Athos a ambos… y si no tengo un nombre y una razón, al menos quiero un sobrenombre, supongo que no te gustará que te llamen elfo esto o elfo aquello, ¿o sí? comenté. Me sentía animada. Como si me hubieran sacado un peso de encima.
¿Qué hora es? Tengo hambre, y sed y… ¿Furia y Chy? ¿Los han visto? cuestioné. Intenté levantarme, pero el movimiento súbito hizo que me mareara y la sangre fría recorriera las venas alrededor de mi cabeza. Uoooohaaa jajajaja. Creo que aún no comenté cerrando los ojos y respirando profundamente por la nariz. ¿Estamos en peligro? pregunté sosteniéndome de una viga que estaba medio caída a mi lado desde el techo.
Woodpecker
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Re: [cerrado]Risas con el destino [interpretativo][libre]
—Lo siento. —Tal vez sí había exagerado, pero si no lo hacía su situación hubiera empeorado. Escucharla gritar de esa forma casi le había hecho titubear, le preocupaba que le dañara más de lo que intentaba ayudar, sobre todo porque la veía como alguien sumamente fuerte, incapaz de exclamar de esa manera. "Todos tenemos nuestros límites". Le sorprendía verla así, sí, mas debía ser fijo con sus acciones. Cualquier curación que empezara era mejor que la terminara, definitivamente dejar algo a medias sería lo peor.
—No tengo segundo nombre. —Murmuró confundido, no comprendiendo por qué le llamaba 'Atención'—. En cualquier caso podría ser Komar, pero... —Rodó los ojos, notando de inmediato que divagaba. Probablemente era una de sus pequeñas bromas, tal vez en otra situación le hubiera entendido sin problemas, ahora estaba demasiado concentrado en ayudarle que había perdido el poco sentido del humor que podía tener.
—Verdad. —Contestó con simpleza, más enfocado en el brazo que en las palabras. Aun así, le parecía curioso que no supiera exactamente dónde estaba. ¿Amnesia, quizá? "Tal vez sólo estaba muy cansada para comprender lo que hacía". En cualquier caso, siguiendo con el diagnóstico del brazo, no parecía ser muy importante tratar las heridas a la carne, era mejor centrarse en la alineación de las articulaciones y la solidez de los huesos. No parecía que su húmero estuviera fracturado, tampoco le sorprendería que así fuera, de hecho explicaría el intenso dolor a la hora de acomodar el hombro. Incapaz de saberlo, pasó al codo. También estaba luxado, aunque sólo a medias, puesto que únicamente el radio estaba salido del cóndilo. Eso era muy malo, pues significaba que los ligamentos estaban sobre-extendidos al hallarse tan lejos del cúbito.
—¿No tiene el derecho a la privacidad? —Comentó por lo bajo al oír que exigía saber la nombradía del elfo. Cierto que era una testaruda e ignoraría su intromisión, mas esperaba que no le exigiría algo que el desconocido no quería anunciar, ni tampoco que se exigiera demasiado a sí misma. Eso sí, estaba agradecido con su intervención y a la primera oportunidad buscaría la forma de devolverle el favor.
—Medio día. —Comenzó a contestar las cuestiones de la dama con la mayor brevedad posible—. En breve le conseguiré comida y agua. No sé dónde se encuentren, no les he visto. También las hallaré. Por ahora... —Quería decirle que se quedara quieta para tratar ese codo pero ahí iba por su cuenta, tratando de reincorporarse. Debía admitirlo, era una mujer imparable. Al menos en voluntad, su cuerpo definitivamente había sido frenado por el cansancio y la debilidad—. Aún no. —Repitió sus palabras, ayudándola a recostarse de nuevo para que no cayera en seco.
—¿Estamos? No. Lo dudo. No creo. Este lugar parecía desolado cuando llegué. Me sorprendería que hubiera alguien más aquí cerca. —La verdad es que le era incierto. Le había sorprendido la llegada del elfo, ¿por qué no la entrada de un enemigo?— Sin embargo, me preocupa su codo. Sus huesos están demasiado separados, están causando estrés en sus músculos y ligamentos, si no lo acomodo... —Se encogió de hombros por un instante—. Supongo que lleva mucho tiempo así, quizá el daño ya está hecho, pero evitemos empeorarlo, ¿le parece?
Aún si no le parecía, ese eslabón debía ser reinstaurado—. Discúlpeme. —La técnica era físicamente más sencilla, pues bastaba con 'empujar'. Se requería de un ligero tirón al inicio, pero era muy leve. Jaló y presionó—. Listo... —Poco contento, Athos musitó. Al tocar su antebrazo, notó inestabilidad, fragilidad—. Creo que está roto. —Tal vez sólo era una fisura, pero en caso de ser un quiebre total, el cuidado sería complicado debido a los daños superficiales al tejido. ¿Probablemente el joven elfo podría intervenir de nuevo? Eso sería muy útil.
—No tengo segundo nombre. —Murmuró confundido, no comprendiendo por qué le llamaba 'Atención'—. En cualquier caso podría ser Komar, pero... —Rodó los ojos, notando de inmediato que divagaba. Probablemente era una de sus pequeñas bromas, tal vez en otra situación le hubiera entendido sin problemas, ahora estaba demasiado concentrado en ayudarle que había perdido el poco sentido del humor que podía tener.
—Verdad. —Contestó con simpleza, más enfocado en el brazo que en las palabras. Aun así, le parecía curioso que no supiera exactamente dónde estaba. ¿Amnesia, quizá? "Tal vez sólo estaba muy cansada para comprender lo que hacía". En cualquier caso, siguiendo con el diagnóstico del brazo, no parecía ser muy importante tratar las heridas a la carne, era mejor centrarse en la alineación de las articulaciones y la solidez de los huesos. No parecía que su húmero estuviera fracturado, tampoco le sorprendería que así fuera, de hecho explicaría el intenso dolor a la hora de acomodar el hombro. Incapaz de saberlo, pasó al codo. También estaba luxado, aunque sólo a medias, puesto que únicamente el radio estaba salido del cóndilo. Eso era muy malo, pues significaba que los ligamentos estaban sobre-extendidos al hallarse tan lejos del cúbito.
—¿No tiene el derecho a la privacidad? —Comentó por lo bajo al oír que exigía saber la nombradía del elfo. Cierto que era una testaruda e ignoraría su intromisión, mas esperaba que no le exigiría algo que el desconocido no quería anunciar, ni tampoco que se exigiera demasiado a sí misma. Eso sí, estaba agradecido con su intervención y a la primera oportunidad buscaría la forma de devolverle el favor.
—Medio día. —Comenzó a contestar las cuestiones de la dama con la mayor brevedad posible—. En breve le conseguiré comida y agua. No sé dónde se encuentren, no les he visto. También las hallaré. Por ahora... —Quería decirle que se quedara quieta para tratar ese codo pero ahí iba por su cuenta, tratando de reincorporarse. Debía admitirlo, era una mujer imparable. Al menos en voluntad, su cuerpo definitivamente había sido frenado por el cansancio y la debilidad—. Aún no. —Repitió sus palabras, ayudándola a recostarse de nuevo para que no cayera en seco.
—¿Estamos? No. Lo dudo. No creo. Este lugar parecía desolado cuando llegué. Me sorprendería que hubiera alguien más aquí cerca. —La verdad es que le era incierto. Le había sorprendido la llegada del elfo, ¿por qué no la entrada de un enemigo?— Sin embargo, me preocupa su codo. Sus huesos están demasiado separados, están causando estrés en sus músculos y ligamentos, si no lo acomodo... —Se encogió de hombros por un instante—. Supongo que lleva mucho tiempo así, quizá el daño ya está hecho, pero evitemos empeorarlo, ¿le parece?
Aún si no le parecía, ese eslabón debía ser reinstaurado—. Discúlpeme. —La técnica era físicamente más sencilla, pues bastaba con 'empujar'. Se requería de un ligero tirón al inicio, pero era muy leve. Jaló y presionó—. Listo... —Poco contento, Athos musitó. Al tocar su antebrazo, notó inestabilidad, fragilidad—. Creo que está roto. —Tal vez sólo era una fisura, pero en caso de ser un quiebre total, el cuidado sería complicado debido a los daños superficiales al tejido. ¿Probablemente el joven elfo podría intervenir de nuevo? Eso sería muy útil.
Athos
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Re: [cerrado]Risas con el destino [interpretativo][libre]
Presto atención a los movimientos del hombre. Parece saber lo que hace. Me doy cuenta de nuestra diferencia. Yo soy capaz de absorber el dolor, él lo arranca de raíz. Siento una extraña admiración. Mi poder de sanación es algo que lo llevo en mi sangre. Nací con él y moriré con él. Sin embargo, ese hombre ha tenido que aprender por sí mismo lo que está haciendo.
Doy un salto hacia delante al escuchar a la mujer gritar. Le duele. No he curado suficiente dolor. Es culpa mía. Si no hubiera negado mis raíces élficas ahora podría curarla. El mal, al igual que su grito, es momentáneo. La mujer, vuelve a hablar claro y alto. Más claro y más alto que en un principio. Está bien. Vuelvo a sentarme.
El hombre contesta a la mujer a todas sus preguntas una a una mientras continua arrancando el dolor. No le miro; aprendo de él. Siento curiosidad. Los sanadores elfos no curan de la misma manera de que él lo hace. Es posible que sea otro método de curación que desconozco, otra clase de magia. Al fijarme más detenidamente veo que no hay magia. Solo están sus manos sobre el brazo de la mujer. Nada más.
¿Privacidad? Se refiere a mí, pero no entiendo que significa. Me habían hablado y no me he dado cuenta de lo que me decían, estaba demasiado concentrado en los movimientos de aquel hombre para poder darme cuenta. Instintivamente me acaricio mi cicatriz en el ojo, mi marca como desterrado. –No estoy acostumbrado que me llamen elfo.- Digo con tono de disculpa. - Sarez es mi nombre.- Sigo pensando en la palabra que no entiendo. - ¿Qué significa “privacidad”?- Intento emular el tono de voz del hombre. Había oído hablar de lenguas que una misma palabra con distinta pronunciación puede significar diferentes cosas. No quería arriesgarme.
El hombre se aleja de nuevo del brazo de la mujer. No ha podido curarla. El brazo está roto. –Creo que puedo.- No estoy seguro. Pero, siento que he de intentarlo. No voy a dejar que nadie muera. Me acerco al brazo roto de la mujer rota. - ¿Puedo?- Pregunto cuando mis manos ya tocan su brazo.
No hago nada. No estiro. No empujo. No arranco el dolor. Cierro los ojos. Busco en mi interior mi magia dormida. No quiero tener que volver a sentir su dolor sobre mi brazo. Debo curarla de raíz. Debo buscar la raíz de su propio mal. Divido mi mente en dos partes. Una busca en mis recuerdos las imágenes de los sacerdotes elfos que conocí cuando era niño, debo curar como ellos. La otra parte de mi mente se concentra en buscar la fuente de su dolor, el punto exacto que está roto. Lo busco primero comparado mi brazo con el suyo, pronto me doy cuenta que es inútil, soy más alto que ella, mis huesos son más grandes. Pronto, paso a buscar su dolor directamente sobre su brazo. Lo encuentro. Los encuentro. Los recuerdos y el dolor los he encontrado. Me concentro en la zona su brazo que se ha roto. Me concentro en sanar como lo hacen los sacerdotes de mis recuerdos. Mis manos se iluminan. Magia élfica. Noto la sangre de la mujer correr por su brazo. Noto la fisura en sus huesos. Lo noto como si fuera mío. Otra vez el mismo dolor que me hizo retirarme. Debo resistir. Debo seguir. Aprieto mis dientes para contener mi propio dolor. Los huesos rotos se unen. Ya no están rotos. La mujer ya no está rota.
-¿Puedes moverlo?- Pregunto con gran dificultad tras asegurarme que ya no hay dolor.
Doy un salto hacia delante al escuchar a la mujer gritar. Le duele. No he curado suficiente dolor. Es culpa mía. Si no hubiera negado mis raíces élficas ahora podría curarla. El mal, al igual que su grito, es momentáneo. La mujer, vuelve a hablar claro y alto. Más claro y más alto que en un principio. Está bien. Vuelvo a sentarme.
El hombre contesta a la mujer a todas sus preguntas una a una mientras continua arrancando el dolor. No le miro; aprendo de él. Siento curiosidad. Los sanadores elfos no curan de la misma manera de que él lo hace. Es posible que sea otro método de curación que desconozco, otra clase de magia. Al fijarme más detenidamente veo que no hay magia. Solo están sus manos sobre el brazo de la mujer. Nada más.
¿Privacidad? Se refiere a mí, pero no entiendo que significa. Me habían hablado y no me he dado cuenta de lo que me decían, estaba demasiado concentrado en los movimientos de aquel hombre para poder darme cuenta. Instintivamente me acaricio mi cicatriz en el ojo, mi marca como desterrado. –No estoy acostumbrado que me llamen elfo.- Digo con tono de disculpa. - Sarez es mi nombre.- Sigo pensando en la palabra que no entiendo. - ¿Qué significa “privacidad”?- Intento emular el tono de voz del hombre. Había oído hablar de lenguas que una misma palabra con distinta pronunciación puede significar diferentes cosas. No quería arriesgarme.
El hombre se aleja de nuevo del brazo de la mujer. No ha podido curarla. El brazo está roto. –Creo que puedo.- No estoy seguro. Pero, siento que he de intentarlo. No voy a dejar que nadie muera. Me acerco al brazo roto de la mujer rota. - ¿Puedo?- Pregunto cuando mis manos ya tocan su brazo.
No hago nada. No estiro. No empujo. No arranco el dolor. Cierro los ojos. Busco en mi interior mi magia dormida. No quiero tener que volver a sentir su dolor sobre mi brazo. Debo curarla de raíz. Debo buscar la raíz de su propio mal. Divido mi mente en dos partes. Una busca en mis recuerdos las imágenes de los sacerdotes elfos que conocí cuando era niño, debo curar como ellos. La otra parte de mi mente se concentra en buscar la fuente de su dolor, el punto exacto que está roto. Lo busco primero comparado mi brazo con el suyo, pronto me doy cuenta que es inútil, soy más alto que ella, mis huesos son más grandes. Pronto, paso a buscar su dolor directamente sobre su brazo. Lo encuentro. Los encuentro. Los recuerdos y el dolor los he encontrado. Me concentro en la zona su brazo que se ha roto. Me concentro en sanar como lo hacen los sacerdotes de mis recuerdos. Mis manos se iluminan. Magia élfica. Noto la sangre de la mujer correr por su brazo. Noto la fisura en sus huesos. Lo noto como si fuera mío. Otra vez el mismo dolor que me hizo retirarme. Debo resistir. Debo seguir. Aprieto mis dientes para contener mi propio dolor. Los huesos rotos se unen. Ya no están rotos. La mujer ya no está rota.
-¿Puedes moverlo?- Pregunto con gran dificultad tras asegurarme que ya no hay dolor.
Sarez
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Re: [cerrado]Risas con el destino [interpretativo][libre]
Una a una mis inquietudes fueron siendo respondidas por el buen hombre. Asentía a sus palabras mientras trataba de comprenderlas. Tantas cosas por aprehender… todavía no terminaba de tragarme lo del troll y esas cosas… ¿y ahora en un pueblo perdido? Athos conmigo y un elfo, un elfo que no vomitaba amor. Ugh, casi me daban escalofríos. Bueno, era el segundo elfo que no vomitaba amor… y consecutivos. ¿Tendrían alguna enfermedad racial ahora? En toda mi vida siempre había sido blanco del humor tan… propio de los orejones, generalmente encontraban mi punto débil y me molestaban. Pero estos dos más bien parecían haber sufrido también, casi pensaba en hacer alguna especie de aparato estilo “todos contra los elfos que molestan a los desvalidos” y tenía una buena idea de varias personas que también se unirían. No estaba mal, en el futuro lo pensaría con mas calma.
Athos recorría mi brazo con sus manos tibias. Era extraño… era la primera vez desde que nos conocíamos que se acercaba tanto, ni hablar de hacer contacto. Entrecerré los ojos intentando ignorar el posible dolor, con sus dedos se acercaba a lugares que mi cuerpo sabía que dolerían. Intentaba hacer memoria en el pasado, algo en lo más profundo de mis recuerdos aparecía… estaba casi segura de que él no se permitía sentir a fondo las cosas. Sonreí en mi propia oscuridad, creía que había dado en el clavo. Su pregunta, siempre tan considerada para con los demás era demasiado condescendiente. Nole había contestado justo antes de que el mencionado participara de la pequeña conversación. Le arquee una ceja al dragón y moví mi cabeza hacia los lados como diciendo “ Uajajaja”. Sarez, normalmente no diría esto a un elfo y sé que me estás mirando feo, puedo setirlo le dije a Athos sin mirarle …pero, es un placer.
Quien me atendía esperaba una respuesta No tengo idea de qué hablas Athos, sólo has lo que tengas que hacer y ni bien di mi autorización sentí que mi cuerpo se separaba y volvía a unir. Una sensación curiosa… similar a la del hombro, pero no había dolido tanto. Respiré aliviada, esperaba que eso fuera lo último, pero al parecer solamente me hacía falsas esperanzas. Pese a que casi me sintiera bien, mi cuerpo parecía tener vida propia y rehuía a mi amigo, su cercanía provocaba un temblor desconocido para mí hasta el momento. Intenté esconderlo, esperaba lograrlo. Sonreí lo más abiertamente posible y eché un ojo al brazo. Yo solía ser carnicera, matar sin mucha consideración, pero no solía torturar… no al menos hasta este punto a mis víctimas, por lo que todo esto casi que me revolvía el estómago. La sangre, el hambre, la falta de un buen baño… todo junto. Tuve que reprimir una arcada, el espasmo abarcó casi todo el cuerpo, lo bueno es que solamente tenía la bilis para echar afuera y me temía que eso no era posible.
Athos es el bueno para las palabras… dije reconociendo su presencia con un leve asentimiento de cabeza, por una razón u otra la presencia del elfo no era perturbadora y al alejarse el semi dragón mi cuerpo nuevamente volvía a mantenerse quieto y más tranquilo Solo puedo decir que es algo que yo no tengo dije y les guiñé un ojo. Recordaba muy bien aquella tarde en Ulmer cuando me desnudé frente al dragón y su reacción. Tal vez tenga que ver con algo llamado sensibilidad… teoricé, muy pensativa. Intentar razonar me daba dolor de cabeza, asique moví mi cuello como sustituto de un encogimiento de hombros y observé al elfo hacer su magia.
Sarez parecía concentrado, casi parecía sufrir… no estaba segura de que las cosas estuviesen funcionando, pero al menos yo no sentía dolor, por lo que no había motivos para decir nada. Casi se me cae la mandíbula cuando sus manos se iluminaron. Con la luz tenue, sus rasgos adquirieron nuevas formas, estaba cerca, podía verle y olerle, sentir el calor emanar de su piel… de su cuerpo. Todo su ser compartía algo conmigo, por unos momentos sentí que estábamos unidos, y por ese mismo tiempo me sentí indigna de tales tratos. De ser ayudada por un buen amigo en esos momentos, y por una persona tan especial como parecía serlo el elfo. Ya no eran imaginaciones mías, él estaba compartiendo mi dolor, se veía en su rostro, en el diálogo de su cuerpo. Era una cazadora, podía sentir eso… Pero justo antes de intervenir de algún modo, él se detuvo y habló.
Le observé como si se hubiera vuelto loco. Busqué en Athos una mirada reaseguradora y asentí. Comencé por abrir y cerrar la mano, luego flexionar el brazo, primero lentamente, tentativamente para más adelante hacerlo con menos cuidado y finalmente moví todo el brazo, con hombro y todo. Es genial dije en voz baja, sin poder terminar de creérmelo. Se puede usar murmuré más para mi misma que para que el resto me escuchara. Sonreí y le besé la mejilla rápidamente. Gracias Sarez dije sintiendo como la temperatura en mi rostro aumentaba varios grados. No estaba acostumbrada a dar las gracias, me sentía insegura. Volví a posar mis ojos en el dragón “¿Hice lo correcto?” le pregunté sin hablar, solamente con la mirada.
¿Y ahora qué? pregunté mirando a aquél par singular. Me adhiero a lo que planeen dije tratando de reprimir que mi rostro delatara hambre. Me mordí el labio inferior esperando sus respuestas.
Athos recorría mi brazo con sus manos tibias. Era extraño… era la primera vez desde que nos conocíamos que se acercaba tanto, ni hablar de hacer contacto. Entrecerré los ojos intentando ignorar el posible dolor, con sus dedos se acercaba a lugares que mi cuerpo sabía que dolerían. Intentaba hacer memoria en el pasado, algo en lo más profundo de mis recuerdos aparecía… estaba casi segura de que él no se permitía sentir a fondo las cosas. Sonreí en mi propia oscuridad, creía que había dado en el clavo. Su pregunta, siempre tan considerada para con los demás era demasiado condescendiente. Nole había contestado justo antes de que el mencionado participara de la pequeña conversación. Le arquee una ceja al dragón y moví mi cabeza hacia los lados como diciendo “ Uajajaja”. Sarez, normalmente no diría esto a un elfo y sé que me estás mirando feo, puedo setirlo le dije a Athos sin mirarle …pero, es un placer.
Quien me atendía esperaba una respuesta No tengo idea de qué hablas Athos, sólo has lo que tengas que hacer y ni bien di mi autorización sentí que mi cuerpo se separaba y volvía a unir. Una sensación curiosa… similar a la del hombro, pero no había dolido tanto. Respiré aliviada, esperaba que eso fuera lo último, pero al parecer solamente me hacía falsas esperanzas. Pese a que casi me sintiera bien, mi cuerpo parecía tener vida propia y rehuía a mi amigo, su cercanía provocaba un temblor desconocido para mí hasta el momento. Intenté esconderlo, esperaba lograrlo. Sonreí lo más abiertamente posible y eché un ojo al brazo. Yo solía ser carnicera, matar sin mucha consideración, pero no solía torturar… no al menos hasta este punto a mis víctimas, por lo que todo esto casi que me revolvía el estómago. La sangre, el hambre, la falta de un buen baño… todo junto. Tuve que reprimir una arcada, el espasmo abarcó casi todo el cuerpo, lo bueno es que solamente tenía la bilis para echar afuera y me temía que eso no era posible.
Athos es el bueno para las palabras… dije reconociendo su presencia con un leve asentimiento de cabeza, por una razón u otra la presencia del elfo no era perturbadora y al alejarse el semi dragón mi cuerpo nuevamente volvía a mantenerse quieto y más tranquilo Solo puedo decir que es algo que yo no tengo dije y les guiñé un ojo. Recordaba muy bien aquella tarde en Ulmer cuando me desnudé frente al dragón y su reacción. Tal vez tenga que ver con algo llamado sensibilidad… teoricé, muy pensativa. Intentar razonar me daba dolor de cabeza, asique moví mi cuello como sustituto de un encogimiento de hombros y observé al elfo hacer su magia.
Sarez parecía concentrado, casi parecía sufrir… no estaba segura de que las cosas estuviesen funcionando, pero al menos yo no sentía dolor, por lo que no había motivos para decir nada. Casi se me cae la mandíbula cuando sus manos se iluminaron. Con la luz tenue, sus rasgos adquirieron nuevas formas, estaba cerca, podía verle y olerle, sentir el calor emanar de su piel… de su cuerpo. Todo su ser compartía algo conmigo, por unos momentos sentí que estábamos unidos, y por ese mismo tiempo me sentí indigna de tales tratos. De ser ayudada por un buen amigo en esos momentos, y por una persona tan especial como parecía serlo el elfo. Ya no eran imaginaciones mías, él estaba compartiendo mi dolor, se veía en su rostro, en el diálogo de su cuerpo. Era una cazadora, podía sentir eso… Pero justo antes de intervenir de algún modo, él se detuvo y habló.
Le observé como si se hubiera vuelto loco. Busqué en Athos una mirada reaseguradora y asentí. Comencé por abrir y cerrar la mano, luego flexionar el brazo, primero lentamente, tentativamente para más adelante hacerlo con menos cuidado y finalmente moví todo el brazo, con hombro y todo. Es genial dije en voz baja, sin poder terminar de creérmelo. Se puede usar murmuré más para mi misma que para que el resto me escuchara. Sonreí y le besé la mejilla rápidamente. Gracias Sarez dije sintiendo como la temperatura en mi rostro aumentaba varios grados. No estaba acostumbrada a dar las gracias, me sentía insegura. Volví a posar mis ojos en el dragón “¿Hice lo correcto?” le pregunté sin hablar, solamente con la mirada.
¿Y ahora qué? pregunté mirando a aquél par singular. Me adhiero a lo que planeen dije tratando de reprimir que mi rostro delatara hambre. Me mordí el labio inferior esperando sus respuestas.
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Re: [cerrado]Risas con el destino [interpretativo][libre]
La situación era importante. El escenario requería de cada gramo de concentración de Athos. El momento era crítico y sumamente serio. Por eso, y quizá sólo por eso, no tuvo una reacción total y natural. Sin embargo, por dentro se había formulado una clara intriga. "¿Cómo es posible que no sepa lo que es la privacidad?" ¿O quizá Sarez pedía que especificara el tipo de privacidad? Porque hay muchas formas de definir el vocablo, ¿no? Economía, psicología, sociología e incluso en burocracia. Aún así, todas las definiciones tienden a tener el mismo significado, por lo que es complicado justificar la posición del elfo. Curioso, sin duda—. En un momento le explico. —Contestó con rapidez, sin apartarse del cuidado de Wood.
Ciertamente la raza élfica era llamativa y, al parecer, mucho más variada de lo que uno pensaría. "¿Y por qué no?" ¿Qué diferencia tenían de los humanos, de los licántropos o de los dragones? Miles, claro, ¿entonces por qué todos veían a las razas como algo monótono y fijo? Siempre se habla de estereotipos o patrones que siguen dentro de las especies. 'Los vampiros siempre son así'. No era verdad. ¿Cómo podía ser verdad? Athos había conocido ya a cuatro elfos —¿o más?—, los cuatro con comportamiento distinto, incluso a la hora de usar magia. ¿Dependería del tipo de entrenamiento?
"Creo que lo comprendo". Komar definitivamente no era un experto en magia, pero podía imaginar lo que trataba de hacer. Así como Athos intentaba identificar el tipo de daño con sus manos, Sarez se esforzaba por hacer lo mismo mediante... ¿magia? Ahí es donde se perdía, no podía explicarlo, no podía entenderlo, pero sí comprenderlo. "No somos tan diferentes, hmm". La fórmula era la misma, 'identificar, analizar, explicar, resolver', las herramientas y los métodos eran distintos. Igual, no parecía ser algo placentero para él. Muy noble su sacrificio. "Al menos no está perdiendo la vida, ¿verdad?" Verdad.
Sonrió hacia su amiga, esperando con ansias verla blandir su brazo con aquella fuerza que siempre denota. Realmente era raro, incluso un tanto incómodo verla en esa posición de debilidad. Pronto todo volvería a la normalidad, dentro de lo que cabe, gracias a la buena intervención de Sarez—. Es usted muy hábil, caballero. —Había logrado volver a la vida el brazo de la señorita prácticamente en un instante. En un minuto hizo más de lo que cualquier médico hubiera podido cumplir en un mes. Era excelente que Sarez se encontrara por aquí. Muy fortuito en verdad.
Ahora, ¿qué tipo de recompensa sería ideal para este joven arquero? Tal vez Wood tendría una idea, quien por cierto miraba de una manera muy específica a Athos, así como cuando alguien intenta decir algo con los ojos. Su hermana había intentado adiestrarlo a entender ese tipo de 'miradas', pero simplemente era pésimo para interpretarlas. "Al menos puedo identificarlas". Quizá... ¿esperaba que tomara la iniciativa de algo? O probablemente intentaba hacerle recordar algo. "Definir la privacidad, buscar a Chy y a Furia, encontrar agua y comida para Wood. Creo que tengo todo". No es la mejor memoria del mundo, pero puede recordar eso sin problema.
—Creo que lo mejor que podríamos hacer es hallar agua y alimento. Infortunadamente, no guardé para mi viaje de regreso. —No por descuido, sino porque no esperaba necesitarlo. Se suponía que sería un retorno rápido—. En el proceso, tratar de encontrar a Chy y a Furia. No pueden estar muy lejos, ¿hmm? —No podía imaginarles en buen estado, realmente temía que algo malo les hubiera pasado, pero también le parecía improbable que estuvieran tan graves como Wood, puesto que ella hubiera hecho hasta lo imposible para mantener a sus aliados a salvo. "Precisamente esa mentalidad es la que debió ponerla en esta complicación".
—Y por supuesto que no he olvidado la definición que pidió y ni la recompensa que merece, buen Sarez. —Sonrió sutilmente, tratando de hacerlo sentir en confianza. Se habían conocido de una forma muy inconvencional, era preciso balancear eso—. Pero antes, ¿cree poder andar, amiga Wood? —Extendió su mano para que pudiera apoyarse, si lo veía necesario. Seguramente diría que sí, y sin duda trataría de reincorporarse, mas esperaba que fuese sincera—. Si no, yo puedo emprender solo la búsqueda. —De alguna forma, quizá hasta sería mejor ir sin compañía. Realmente podía transformarse en dragón e ir a Dundarak y regresar, era un capricho andar como humano.
Bah, pero esa chica era muy testaruda, tal y como lo había dicho. ¿Tendría relación con su falta de 'sensibilidad'? No le había dedicado atención a ello, pero tenía sentido si se refería a que carecía de la facultad de evadir daños innecesarios.
Ciertamente la raza élfica era llamativa y, al parecer, mucho más variada de lo que uno pensaría. "¿Y por qué no?" ¿Qué diferencia tenían de los humanos, de los licántropos o de los dragones? Miles, claro, ¿entonces por qué todos veían a las razas como algo monótono y fijo? Siempre se habla de estereotipos o patrones que siguen dentro de las especies. 'Los vampiros siempre son así'. No era verdad. ¿Cómo podía ser verdad? Athos había conocido ya a cuatro elfos —¿o más?—, los cuatro con comportamiento distinto, incluso a la hora de usar magia. ¿Dependería del tipo de entrenamiento?
"Creo que lo comprendo". Komar definitivamente no era un experto en magia, pero podía imaginar lo que trataba de hacer. Así como Athos intentaba identificar el tipo de daño con sus manos, Sarez se esforzaba por hacer lo mismo mediante... ¿magia? Ahí es donde se perdía, no podía explicarlo, no podía entenderlo, pero sí comprenderlo. "No somos tan diferentes, hmm". La fórmula era la misma, 'identificar, analizar, explicar, resolver', las herramientas y los métodos eran distintos. Igual, no parecía ser algo placentero para él. Muy noble su sacrificio. "Al menos no está perdiendo la vida, ¿verdad?" Verdad.
Sonrió hacia su amiga, esperando con ansias verla blandir su brazo con aquella fuerza que siempre denota. Realmente era raro, incluso un tanto incómodo verla en esa posición de debilidad. Pronto todo volvería a la normalidad, dentro de lo que cabe, gracias a la buena intervención de Sarez—. Es usted muy hábil, caballero. —Había logrado volver a la vida el brazo de la señorita prácticamente en un instante. En un minuto hizo más de lo que cualquier médico hubiera podido cumplir en un mes. Era excelente que Sarez se encontrara por aquí. Muy fortuito en verdad.
Ahora, ¿qué tipo de recompensa sería ideal para este joven arquero? Tal vez Wood tendría una idea, quien por cierto miraba de una manera muy específica a Athos, así como cuando alguien intenta decir algo con los ojos. Su hermana había intentado adiestrarlo a entender ese tipo de 'miradas', pero simplemente era pésimo para interpretarlas. "Al menos puedo identificarlas". Quizá... ¿esperaba que tomara la iniciativa de algo? O probablemente intentaba hacerle recordar algo. "Definir la privacidad, buscar a Chy y a Furia, encontrar agua y comida para Wood. Creo que tengo todo". No es la mejor memoria del mundo, pero puede recordar eso sin problema.
—Creo que lo mejor que podríamos hacer es hallar agua y alimento. Infortunadamente, no guardé para mi viaje de regreso. —No por descuido, sino porque no esperaba necesitarlo. Se suponía que sería un retorno rápido—. En el proceso, tratar de encontrar a Chy y a Furia. No pueden estar muy lejos, ¿hmm? —No podía imaginarles en buen estado, realmente temía que algo malo les hubiera pasado, pero también le parecía improbable que estuvieran tan graves como Wood, puesto que ella hubiera hecho hasta lo imposible para mantener a sus aliados a salvo. "Precisamente esa mentalidad es la que debió ponerla en esta complicación".
—Y por supuesto que no he olvidado la definición que pidió y ni la recompensa que merece, buen Sarez. —Sonrió sutilmente, tratando de hacerlo sentir en confianza. Se habían conocido de una forma muy inconvencional, era preciso balancear eso—. Pero antes, ¿cree poder andar, amiga Wood? —Extendió su mano para que pudiera apoyarse, si lo veía necesario. Seguramente diría que sí, y sin duda trataría de reincorporarse, mas esperaba que fuese sincera—. Si no, yo puedo emprender solo la búsqueda. —De alguna forma, quizá hasta sería mejor ir sin compañía. Realmente podía transformarse en dragón e ir a Dundarak y regresar, era un capricho andar como humano.
Bah, pero esa chica era muy testaruda, tal y como lo había dicho. ¿Tendría relación con su falta de 'sensibilidad'? No le había dedicado atención a ello, pero tenía sentido si se refería a que carecía de la facultad de evadir daños innecesarios.
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Re: [cerrado]Risas con el destino [interpretativo][libre]
Sonrío. La mujer puede mover el brazo como si nunca le hubiera tenido dolor. Me siento orgulloso. Los elfos me desterraron, dijeron que no soy uno de ellos. ¡Miradme! Acabo de salvar a una chica de las garras de la muerte. No solo he aliviado su dolor, lo he destruido. Es como si hubiera cogido mi arco y hubiera disparado una flecha directamente a la cabeza de la personificación del mal que ella sentía en el brazo. No soy un elfo; soy mejor que uno de ellos. Lo acabo de demostrar.
La chica se acerca hacia mí y me besa en la mejilla. No sé como sentirme. Siento que me sonrojo. No estoy acostumbrado a las muestras de afecto. Lo lógico es que huyan de mí no que me besen. Ella es la primera persona que me ha besado en mucho tiempo. Años, décadas… tal vez no me hayan besado nunca. En mis viajes en la ciudad he visto cientos de veces a jóvenes parejas besándose. Siempre me he preguntado que se siente. ¿Esto se siente? Siento el agradecimiento y cierto afecto. No estoy seguro si me gusta.
El hombre se adelanta a mis palabras. En cierto modo, de no haber sido por él. Estoy seguro que no hubiera podido contestar a la mujer con el pelo del mismo color que yo. Eso hubiera provocado una incómoda situación entre nosotros. El hombre hablo sobre comer y beber. Esas dos palabras me saben a gloria pues tengo hambre y sed. No se quienes son Chy y Furia, pero espero que tengan comida y agua para nosotros tres.
Pongo mi mano en dentro del bolsillo para tocar el reloj. Pienso si debería hablarles de lo que he ido hacer a estas tierras lejanas de mis bosques. ¿Debería? Ellos estarían dispuestos a ayudarme en mi causa. Sin embargo, me echo hacia atrás. No conozco el lugar donde he de ir, ni a las personas que tengo que hablar. La única pista que tengo es la inscripción en el reloj. Ellos no podrían ayudarme. Deben tener mejores cosas que hacer.
-Os ayudaré en vuestras empresas.- Mis palabras suenan entrecortadas. Me siento el centro de atención. Lo noto en sus miradas. Sí; entiendo que están agradecidos. Yo también lo estaría. Pero, no estoy acostumbrado a que me traten de esta manera.
Guardo un largo rato de silencio. –De nada.- Digo con apenas un hilo de voz mientras la mano recordando el gesto del beso. Mi mano, la misma con la que sostenía el reloj desde dentro del bolsillo, ahora, sin darme cuenta, esta acariciando mi cara. No la cicatriz del ojo como acostumbro a hacer en los momentos que más incómodo me siento, sino más abajo, en el lugar donde la joven me ha besado.
La chica se acerca hacia mí y me besa en la mejilla. No sé como sentirme. Siento que me sonrojo. No estoy acostumbrado a las muestras de afecto. Lo lógico es que huyan de mí no que me besen. Ella es la primera persona que me ha besado en mucho tiempo. Años, décadas… tal vez no me hayan besado nunca. En mis viajes en la ciudad he visto cientos de veces a jóvenes parejas besándose. Siempre me he preguntado que se siente. ¿Esto se siente? Siento el agradecimiento y cierto afecto. No estoy seguro si me gusta.
El hombre se adelanta a mis palabras. En cierto modo, de no haber sido por él. Estoy seguro que no hubiera podido contestar a la mujer con el pelo del mismo color que yo. Eso hubiera provocado una incómoda situación entre nosotros. El hombre hablo sobre comer y beber. Esas dos palabras me saben a gloria pues tengo hambre y sed. No se quienes son Chy y Furia, pero espero que tengan comida y agua para nosotros tres.
Pongo mi mano en dentro del bolsillo para tocar el reloj. Pienso si debería hablarles de lo que he ido hacer a estas tierras lejanas de mis bosques. ¿Debería? Ellos estarían dispuestos a ayudarme en mi causa. Sin embargo, me echo hacia atrás. No conozco el lugar donde he de ir, ni a las personas que tengo que hablar. La única pista que tengo es la inscripción en el reloj. Ellos no podrían ayudarme. Deben tener mejores cosas que hacer.
-Os ayudaré en vuestras empresas.- Mis palabras suenan entrecortadas. Me siento el centro de atención. Lo noto en sus miradas. Sí; entiendo que están agradecidos. Yo también lo estaría. Pero, no estoy acostumbrado a que me traten de esta manera.
Guardo un largo rato de silencio. –De nada.- Digo con apenas un hilo de voz mientras la mano recordando el gesto del beso. Mi mano, la misma con la que sostenía el reloj desde dentro del bolsillo, ahora, sin darme cuenta, esta acariciando mi cara. No la cicatriz del ojo como acostumbro a hacer en los momentos que más incómodo me siento, sino más abajo, en el lugar donde la joven me ha besado.
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Re: [cerrado]Risas con el destino [interpretativo][libre]
Mi amigo el caballero dragón pareció no comprender mi idioma, por lo que me sentí como mil veces más insegura e irritada, no podía entender cómo él no se había dado cuenta. Por los dioses, no podría ser tan denso. Cambié mi atención al elfo, al menos no parecía querer deshacer el trabajo que había hecho en mi brazo por tomarme tales atribuciones, aunque tampoco parecía complacido. Tomé nota mental de no acercarme demasiado a él, quizás no encontrase del todo placentera la compañía de una mujer licántropo, una asesina… “un ser despreciable” como muchos me habían llamado antaño. Sonreí irónicamente, éramos un trío de lo más poco convencional; un elfo distante, un dragón como Athos que no sabía como calificar y una licántropo testaruda, insensible, bruta y con el orgullo herido. “perfecto” pensé con una sonrisa mental. Algo me decía que esto era el comienzo de una nueva aventura.
Negué con la cabeza para corroborar las palabras del hombre No deberían, no creo haberme movido mucho desde que me bajé de Furia, Chy debe de estar con ella. ¿Probablemente cerca de un curso de agua? comenté frunciendo el ceño pensando en ambos. No, claro que puedo andar dije en voz alta y clara Y si no puedo, se que me ayudarás mi buen amigo. No quiero quedarme sola mientras ambos buscan agregué luego de escuchar a nuestro nuevo compañero. Le devolví una reverencia con mi cabeza ante su devolución y me puse en pie lentamente. ¿Puedo tomar tu brazo Athos? pregunté antes de hacerlo, en realidad solamente esperaba su confirmación verbal, porque sabía que él estaría allí para mi siempre que lo necesitase. Era ese tipo de persona.
Aún estaba débil y me sentía un poco mareada. La luz del sol era molesta sobre mi piel y me hacía cerrar los ojos cada poco tiempo. También tropezaba a menudo. Me dirigí al elfo Estás lejos de tus tierras Sarez ¿habías venido al pueblo? pregunté. Tenía mucha curiosidad con respecto a él, pero si era muy directa sabía que sería regañada por Athos, aunque me desvivía por hacer muchas preguntas, me desvivía más por hacerlas de una forma en la que fuera “aceptable” aunque no tenía mucha idea de cómo hacer eso.
Negué con la cabeza para corroborar las palabras del hombre No deberían, no creo haberme movido mucho desde que me bajé de Furia, Chy debe de estar con ella. ¿Probablemente cerca de un curso de agua? comenté frunciendo el ceño pensando en ambos. No, claro que puedo andar dije en voz alta y clara Y si no puedo, se que me ayudarás mi buen amigo. No quiero quedarme sola mientras ambos buscan agregué luego de escuchar a nuestro nuevo compañero. Le devolví una reverencia con mi cabeza ante su devolución y me puse en pie lentamente. ¿Puedo tomar tu brazo Athos? pregunté antes de hacerlo, en realidad solamente esperaba su confirmación verbal, porque sabía que él estaría allí para mi siempre que lo necesitase. Era ese tipo de persona.
Aún estaba débil y me sentía un poco mareada. La luz del sol era molesta sobre mi piel y me hacía cerrar los ojos cada poco tiempo. También tropezaba a menudo. Me dirigí al elfo Estás lejos de tus tierras Sarez ¿habías venido al pueblo? pregunté. Tenía mucha curiosidad con respecto a él, pero si era muy directa sabía que sería regañada por Athos, aunque me desvivía por hacer muchas preguntas, me desvivía más por hacerlas de una forma en la que fuera “aceptable” aunque no tenía mucha idea de cómo hacer eso.
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Re: [cerrado]Risas con el destino [interpretativo][libre]
En sus labios figuró una sonrisa divertida. Con la tragedia superada, se sentía más cómodo haciendo esos gestos. "Es fácil predecirme". Ciertamente Athos le ayudaría en todo lo que ocupara, más aún en su condición de mejoría. Sería ridículo que saliera de un problema sólo para caer en otro. En cualquier caso, Wood era como una niña de acero. Se mete frecuentemente en dificultades menores, pero para herirla de verdad hace falta una fuerza descomunal y un ambiente extremo. No estaría en peligro tan fácilmente. Eso era reconfortante.
Estando todos satisfechos y resueltos, comenzar a marchar era el próximo paso, no sin antes escuchar una inesperada petición, aunque muy razonable. Komar asintió conforme, no tenía ningún inconveniente en brindarle un punto de apoyo, por el contrario, parecía una excelente idea. Así sería menos probable que sucediera un accidente—. Pero no se lo lleve. Y si lo hace, me lo devuelve. —Dijo a modo de broma. A falta de la necesidad de aceptar con palabras cutres, optó por un rápido y simple juego de palabras. Era fácil hacerlo, sólo hay que dar un diferente significado. Era lo bello del idioma, el doble sentido.
Pronto estarían saliendo de la choza demolida, saltando hacia la luz. El dragón recibió los rayos con alegría, mas no así su amiga. "Por supuesto". Había estado tanto tiempo a oscuras que le irritaba cualquier destello luminoso. No conocía bien esa sensación, poco la había sentido, sólo de la transición del sueño al despertar. Pero estaba seguro que no era algo agradable. Puso su mano libre poco arriba de la frente de Wood, en un pequeño intento de hacerle sentir más cómoda.
Se aseguraba de llevar con firmeza su brazo para darle seguridad a su amistad. En caso de una caída súbita o un paso en falso, contaría con el sólido soporte del dragón. Y aún así, podía sentir la inestabilidad de la dama, la dificultad, aunque mínima, por la que pasaba para avanzar. Podía volver a sugerir tomar reposo, pero no sólo resultaría en un rechazo, sino que sería un insulto a su fuerza de voluntad. "Avance con fuerza. Lo necesita". Después de haber sido lastimada, mejor era evitar los golpea a la moral. "Supongo". Era una idea que estaba formadando recientemente, y aunque llevaba lógica, no podía sólo aceptarla.
Afinó su vista, buscando a Chy y a Furia. Si de verdad no llevaban mucho tiempo separadas, sería fácil hallarlas, y la observación de encontrarlas cerca de un cuerpo de agua era totalmente probable, aunque tendrían que abandonar el pueblo primero. "No creo que haya más aquí para nosotros". Sólo muerte y un amargo recuerdo.
Estaba por rememorar el pendiente que quedaba. "¿Qué es privacidad?" Buscaba el mejor conjunto de palabras para dar una definición suficientemente práctica para facilitar su comprensión. Pero en ese instante, Wood dio rienda suelta a su curiosidad. Ya anteriormente Sarez no había tenido problemas en responder, probablemente se repetiría el caso. Siempre tiene la opción de evadir, ¿hmm? Dependiendo de cómo responda intervendría de una u otra forma. "Wood no es peligrosa". La idea era asegurarse que no se sintiera oprimido de alguna forma. A fin de cuentas está entre extraños.
Estando todos satisfechos y resueltos, comenzar a marchar era el próximo paso, no sin antes escuchar una inesperada petición, aunque muy razonable. Komar asintió conforme, no tenía ningún inconveniente en brindarle un punto de apoyo, por el contrario, parecía una excelente idea. Así sería menos probable que sucediera un accidente—. Pero no se lo lleve. Y si lo hace, me lo devuelve. —Dijo a modo de broma. A falta de la necesidad de aceptar con palabras cutres, optó por un rápido y simple juego de palabras. Era fácil hacerlo, sólo hay que dar un diferente significado. Era lo bello del idioma, el doble sentido.
Pronto estarían saliendo de la choza demolida, saltando hacia la luz. El dragón recibió los rayos con alegría, mas no así su amiga. "Por supuesto". Había estado tanto tiempo a oscuras que le irritaba cualquier destello luminoso. No conocía bien esa sensación, poco la había sentido, sólo de la transición del sueño al despertar. Pero estaba seguro que no era algo agradable. Puso su mano libre poco arriba de la frente de Wood, en un pequeño intento de hacerle sentir más cómoda.
Se aseguraba de llevar con firmeza su brazo para darle seguridad a su amistad. En caso de una caída súbita o un paso en falso, contaría con el sólido soporte del dragón. Y aún así, podía sentir la inestabilidad de la dama, la dificultad, aunque mínima, por la que pasaba para avanzar. Podía volver a sugerir tomar reposo, pero no sólo resultaría en un rechazo, sino que sería un insulto a su fuerza de voluntad. "Avance con fuerza. Lo necesita". Después de haber sido lastimada, mejor era evitar los golpea a la moral. "Supongo". Era una idea que estaba formadando recientemente, y aunque llevaba lógica, no podía sólo aceptarla.
Afinó su vista, buscando a Chy y a Furia. Si de verdad no llevaban mucho tiempo separadas, sería fácil hallarlas, y la observación de encontrarlas cerca de un cuerpo de agua era totalmente probable, aunque tendrían que abandonar el pueblo primero. "No creo que haya más aquí para nosotros". Sólo muerte y un amargo recuerdo.
Estaba por rememorar el pendiente que quedaba. "¿Qué es privacidad?" Buscaba el mejor conjunto de palabras para dar una definición suficientemente práctica para facilitar su comprensión. Pero en ese instante, Wood dio rienda suelta a su curiosidad. Ya anteriormente Sarez no había tenido problemas en responder, probablemente se repetiría el caso. Siempre tiene la opción de evadir, ¿hmm? Dependiendo de cómo responda intervendría de una u otra forma. "Wood no es peligrosa". La idea era asegurarse que no se sintiera oprimido de alguna forma. A fin de cuentas está entre extraños.
Athos
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Re: [cerrado]Risas con el destino [interpretativo][libre]
Oigo hablar a la mujer. No dice más que nombres. Chy, Furia y, ahora Athos. No sé quiénes son ni tampoco sé por qué no acudieron a salvarla cuando ella estaba herida. Encontré a la mujer sola y herida. Estaba casi muerta. Fui yo, un desconocido quien la salvó. Mientras, otros tres nombres estaban en la ciudad en ruinas. No confío en ellos.
La mujer se dirige al hombre. Lo llama Athos al mismo tiempo que le coge el brazo. Athos, uno de esos tres nombres de quienes hablaba. Él sí que vino a rescatarla. Ayudó en todo cuanto pudo y no dudó a la hora de hacerle beber la infusión que le preparé. Me siento mal por haber dudado yo de él. Bajo la mirada como si estuviera disculpándome ante el hombre llamado Athos. Sin embargo, no digo nada. Es solo un pequeño gesto para acallar mi conciencia.
Me doy cuenta de lo poco que sé de ellos. La mujer conoce al hombre. El hombre conoce a la mujer. Yo no conozco a nadie. No conozco ni sus nombres. Podrían ser dos ladrones, dos asesinos o cualquier cosa peor.
Levanto lentamente la mirada al escuchar su pregunta. Quiere conocerme, saber más de mí. Ligero de lado a lado mi cabeza mirando los restos de la ciudad en ruinas. No entiendo por qué me pregunta si he venido aquí. Nadie quería venir a este pueblo. –No.- Digo tras un largo silencio. – Estoy viajando.- No digo nada acerca del reloj. Ella no es la hija del hombre que maté. No comparten los rasgos faciales que comparten un padre y un hijo. Hablar del tesoro que escondo bajo el bolsillo de la camisa harían tentaría a los posibles ladrones.
-¿Cuáles son vuestros nombres?- Hago un esfuerzo por conocerlos. -¿Quiénes son Chy y Furia?- Tanto si se trata de ladrones o asesinos, sus nombres son importantes para conocerlos si me los vuelvo a encontrar.
La mujer se dirige al hombre. Lo llama Athos al mismo tiempo que le coge el brazo. Athos, uno de esos tres nombres de quienes hablaba. Él sí que vino a rescatarla. Ayudó en todo cuanto pudo y no dudó a la hora de hacerle beber la infusión que le preparé. Me siento mal por haber dudado yo de él. Bajo la mirada como si estuviera disculpándome ante el hombre llamado Athos. Sin embargo, no digo nada. Es solo un pequeño gesto para acallar mi conciencia.
Me doy cuenta de lo poco que sé de ellos. La mujer conoce al hombre. El hombre conoce a la mujer. Yo no conozco a nadie. No conozco ni sus nombres. Podrían ser dos ladrones, dos asesinos o cualquier cosa peor.
Levanto lentamente la mirada al escuchar su pregunta. Quiere conocerme, saber más de mí. Ligero de lado a lado mi cabeza mirando los restos de la ciudad en ruinas. No entiendo por qué me pregunta si he venido aquí. Nadie quería venir a este pueblo. –No.- Digo tras un largo silencio. – Estoy viajando.- No digo nada acerca del reloj. Ella no es la hija del hombre que maté. No comparten los rasgos faciales que comparten un padre y un hijo. Hablar del tesoro que escondo bajo el bolsillo de la camisa harían tentaría a los posibles ladrones.
-¿Cuáles son vuestros nombres?- Hago un esfuerzo por conocerlos. -¿Quiénes son Chy y Furia?- Tanto si se trata de ladrones o asesinos, sus nombres son importantes para conocerlos si me los vuelvo a encontrar.
Sarez
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Re: [cerrado]Risas con el destino [interpretativo][libre]
Me reí con ganas, o al menos lo intenté. La inventiva de Athos siempre era tan refrescante como una brisa de verano, y no exagero al decir que más de una vez me iluminó la corta sapiencia de la que siempre había hecho gala, irónicamente, claro. Mi risa se apagó con una suave tos ronca, pero no dejé de sonreír y negar con la cabeza mientras me apoyaba en él para salir a la luz del día. Una oleada de luz y calor me golpeó tan rápido como pusimos los pies fuera. La mano de mi acompañante fue un gran alivio, y aunque en principio solamente le quería como un apoyo auxiliar de emergencia, ahora estaba haciendo cierto abuso con mi peso sobre él. El aire limpio, esa sensación refrescante de libertad… era demasiado abrumador. Ojee los alrededores, había ido a caer hasta lo más bajo de lo más bajo. “¿Quién barre así con un lugar?” me pregunté frunciendo el ceño. Pregunta que probablemente no tendría una respuesta sencilla ni próxima.
Finalmente el orejón respondió. Al parecer no era un elfo de andar rodeando la cuestión, probablemente era de los que se saltaban la cerca. Cierta picardía afloró en mi mente mientras pensaba en comentarios picantes, pero probablemente eso no sería de muy buen gusto. Arrugué la nariz y me aclaré la garganta para responder mientras continuábamos nuestro camino a la salida de ese lugar, si podría llamársele así. Mi nombre es Feith, pero soy mejor conocida como Wood. Antes me dedicaba a viajar pero ahora me asenté en Ulmer, aunque también tengo parada en Lunargenta informé, me detuve un poco para respirar mejor y levanté la cabeza. El paisaje no era tan malo, ya habíamos comenzado a dejar atrás los vestigios del pueblo y el descampado estaba frente a nosotros. Chy es mi halcón, mi primer compañero desde que decidí comenzar a ser un poco mejor. Furia es una yegua negra como la noche, quién me trajo hasta aquí… creo que anoche intenté comérmela… enarqué la ceja derecha. Mis memorias eran bastante difusas después de entrar en la tormenta.
Miré a Athos indecisa, aunque sabía que él era incapaz de leerme los pensamientos. ¿Estarían bien? Bajé la vista y procuré levantar la cabeza contraviento para olfatear el agua. Este es Athos dije, dándole la oportunidad para que se explayara a sus anchas. Podía sentir con cada respiración que me volvía un poco más fuerte, más independiente… y más hambrienta. Esperaba poder encontrar agua y comida lo más pronto posible. Pero no contaba con que una brisa me mostrara el camino hacia ella tan rápidamente. A algunos metros de la rivera del angosto riachuelo divisé a mis compañeros y se los señalicé a los hombres. ¡Allí están! informé. Entonces Athos cambió el peso de su cuerpo incómodo, le observé con cierta curiosidad pero traté de quitarle peso al asunto. Sarez, ¿me acompañas? pregunté, soltando mi agarre del hombre dragón con un guiño. Creo que el amigo Athos tiene algo que hacer. Nos vemos dije a modo de despedida, apoyandome sobre el desconocido. Siento imponerme susurré sin mucho aire. El movimiento me mareaba un poco aún.
___________________
Pues… después de tanto… decidí escribir breve pa no meter la pata xD. Creo que después de los sociales podríamos hacer una especie de guerrilla? Si es que aún está en mente la idea de que los sujetos malos vengan… sino pues, lo dejo a su decisión
Off 2: Dado que Athos no aparece por ningún lado, edité el último párrafo ya gregué algunas líneas más, si vuelve podrá volver a unirsenos, de lo contrario finalizaremos nosotros. Gracias Sarez por tu consentimiento de no tirarme <3
Finalmente el orejón respondió. Al parecer no era un elfo de andar rodeando la cuestión, probablemente era de los que se saltaban la cerca. Cierta picardía afloró en mi mente mientras pensaba en comentarios picantes, pero probablemente eso no sería de muy buen gusto. Arrugué la nariz y me aclaré la garganta para responder mientras continuábamos nuestro camino a la salida de ese lugar, si podría llamársele así. Mi nombre es Feith, pero soy mejor conocida como Wood. Antes me dedicaba a viajar pero ahora me asenté en Ulmer, aunque también tengo parada en Lunargenta informé, me detuve un poco para respirar mejor y levanté la cabeza. El paisaje no era tan malo, ya habíamos comenzado a dejar atrás los vestigios del pueblo y el descampado estaba frente a nosotros. Chy es mi halcón, mi primer compañero desde que decidí comenzar a ser un poco mejor. Furia es una yegua negra como la noche, quién me trajo hasta aquí… creo que anoche intenté comérmela… enarqué la ceja derecha. Mis memorias eran bastante difusas después de entrar en la tormenta.
Miré a Athos indecisa, aunque sabía que él era incapaz de leerme los pensamientos. ¿Estarían bien? Bajé la vista y procuré levantar la cabeza contraviento para olfatear el agua. Este es Athos dije, dándole la oportunidad para que se explayara a sus anchas. Podía sentir con cada respiración que me volvía un poco más fuerte, más independiente… y más hambrienta. Esperaba poder encontrar agua y comida lo más pronto posible. Pero no contaba con que una brisa me mostrara el camino hacia ella tan rápidamente. A algunos metros de la rivera del angosto riachuelo divisé a mis compañeros y se los señalicé a los hombres. ¡Allí están! informé. Entonces Athos cambió el peso de su cuerpo incómodo, le observé con cierta curiosidad pero traté de quitarle peso al asunto. Sarez, ¿me acompañas? pregunté, soltando mi agarre del hombre dragón con un guiño. Creo que el amigo Athos tiene algo que hacer. Nos vemos dije a modo de despedida, apoyandome sobre el desconocido. Siento imponerme susurré sin mucho aire. El movimiento me mareaba un poco aún.
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Pues… después de tanto… decidí escribir breve pa no meter la pata xD. Creo que después de los sociales podríamos hacer una especie de guerrilla? Si es que aún está en mente la idea de que los sujetos malos vengan… sino pues, lo dejo a su decisión
Off 2: Dado que Athos no aparece por ningún lado, edité el último párrafo ya gregué algunas líneas más, si vuelve podrá volver a unirsenos, de lo contrario finalizaremos nosotros. Gracias Sarez por tu consentimiento de no tirarme <3
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Re: [cerrado]Risas con el destino [interpretativo][libre]
La mujer se presenta. Dice que su nombre es Feith pero la conocen como Wood. ¿Su oficio tal vez? Muchas veces en las ciudades suelen nombrar a un hombre por su oficio y no por su nombre. El herrero, el carpintero, el tabernero… Vaya a la ciudad donde vaya siempre hay un hombre que le conocen como el tabernero aunque ese no sea su verdadero nombre. Sin embargo, no conozco ningún trabajo de Wood. La mujer aprovecha su presentación para explicarme quienes son Chy y Furia. Aquellos que en un principio desconfié porque creí que la habían dejado abandonado en su suerte no son más que un halcón y una yegua. Ahora entiendo porque no entraron a la casa en ruinas para salvar a Feith, ellos no podían hacer nada más que esperar ayuda.
-Está mal.- Por mero instinto, siento la necesidad de protestar. No sé si Feith se arrepiente de haber intentado comer a Furia, a su amiga, a mí no me lo parece. Sus palabras suenan como algo cotidiano, como si ya lo hubiera comido a otros amigos. – Has dicho que Furia es tu compañera. ¿Por qué crees que has intentado comértela?- Bajo mi mirada al suelo en gesto de arrepentimiento. Mis preguntas, aunque justas, son un acto de ingenua valentía que podría pagarlo caro. Recuerdo una frase que me decían cuando de niño servía a los nobles: “Obedece y calla.” Una orden sencilla que nunca he sabido cumplir. Cuando veo algo que no me gusta siempre levanto la voz y hablo a favor de la justicia, aunque sé que no deba hacerlo. –Lo siento. No debí haber lo preguntado.- “Obedece y calla.”
A medida que pasa el tiempo Feith se siente más animada y su respiración se vuelve más continua. Mis labios se curvan ligeramente dando lugar a una mediasonrisa. Me siento orgulloso de haberla podido curar tan bien y tan rápido, mas el estar rodeado de personas que no conozco me hace desconfiar de ellos. Hasta el momento no han hecho nada censurable, solo han hablado de cosas que no he entiendo y han preguntado cosas sobre mí. Al principio nadie hace nada malo, después sí.
Dejamos a atrás las ruinas que en su día fueron edificios para encontrarnos con Chy y Furia, los amigos de Feith. En el bosque no se ven animales como ellos. Chy el halcón y Furia la yegua pertenecen a un grupo de animales que, sin dejar de ser salvajes, han sido criados para convivir con las personas. Sin hacer caso a lo que dice la mujer, me dirijo hacia la yegua. Su color negro azabache junto a su noble pose me fascinan. Pongo mi mano en su lomo y la acaricio muy despacio. De saber cabalgar desearía que fuera siempre con un yegua como esta. No entiendo cómo podría alguien creer que iba a comerse un animal tan magnífico como éste.
-¿Dónde?- Contesto a Feith sin dejar de acariciar el lomo de Furia largo rato de que me haya preguntado si la acompaño. Antes ella ha dicho que ha viajado por muchas ciudades, incluso ha dicho el nombre de dos de ellas. Tal vez sepa de quienes son los familiares del hombre que maté.
Off rol:
1) Las buenas cosas siempre se hacen esperar Wood <3
-Está mal.- Por mero instinto, siento la necesidad de protestar. No sé si Feith se arrepiente de haber intentado comer a Furia, a su amiga, a mí no me lo parece. Sus palabras suenan como algo cotidiano, como si ya lo hubiera comido a otros amigos. – Has dicho que Furia es tu compañera. ¿Por qué crees que has intentado comértela?- Bajo mi mirada al suelo en gesto de arrepentimiento. Mis preguntas, aunque justas, son un acto de ingenua valentía que podría pagarlo caro. Recuerdo una frase que me decían cuando de niño servía a los nobles: “Obedece y calla.” Una orden sencilla que nunca he sabido cumplir. Cuando veo algo que no me gusta siempre levanto la voz y hablo a favor de la justicia, aunque sé que no deba hacerlo. –Lo siento. No debí haber lo preguntado.- “Obedece y calla.”
A medida que pasa el tiempo Feith se siente más animada y su respiración se vuelve más continua. Mis labios se curvan ligeramente dando lugar a una mediasonrisa. Me siento orgulloso de haberla podido curar tan bien y tan rápido, mas el estar rodeado de personas que no conozco me hace desconfiar de ellos. Hasta el momento no han hecho nada censurable, solo han hablado de cosas que no he entiendo y han preguntado cosas sobre mí. Al principio nadie hace nada malo, después sí.
Dejamos a atrás las ruinas que en su día fueron edificios para encontrarnos con Chy y Furia, los amigos de Feith. En el bosque no se ven animales como ellos. Chy el halcón y Furia la yegua pertenecen a un grupo de animales que, sin dejar de ser salvajes, han sido criados para convivir con las personas. Sin hacer caso a lo que dice la mujer, me dirijo hacia la yegua. Su color negro azabache junto a su noble pose me fascinan. Pongo mi mano en su lomo y la acaricio muy despacio. De saber cabalgar desearía que fuera siempre con un yegua como esta. No entiendo cómo podría alguien creer que iba a comerse un animal tan magnífico como éste.
-¿Dónde?- Contesto a Feith sin dejar de acariciar el lomo de Furia largo rato de que me haya preguntado si la acompaño. Antes ella ha dicho que ha viajado por muchas ciudades, incluso ha dicho el nombre de dos de ellas. Tal vez sepa de quienes son los familiares del hombre que maté.
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Sarez
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Re: [cerrado]Risas con el destino [interpretativo][libre]
Allí estaban ellos, tan frescos y hermosos como la primera vez que los había visto. Mi corazón no dejaba de latir animado ante aquella vista. Estaba feliz de reencontrarme con mis mejores amigos; Chy sobrevoló mi cabeza mientras Furia emitía un suave relincho era su bienvenida, ambas los sabíamos. Vi como el elfo se acercaba a la yegua, por un momento me sorprendió, más luego recordé que no dejaba de ser un elfo amante de los animales. Él habló, era su respuesta diferida a mi pregunta. Me encogí de hombros de forma automática, acción un poco molesta. A dar un paseo, a comer, en realidad no importa. Quería una excusa para darle tiempo a Athos respondí, acercándome al par. Es hermosa, ¿no es cierto? La mas veloz que jamás haya visto. Dejaría que la montaras, pero ella tiene sus propias ideas a ese respecto comenté alzando una mano para acariciar su hocico.
Lo siento mi niña, anoche estaba perdida en la fiebre, no sabía lo que hacía le dije en tono bajo. Ella pareció comprender, ya que me dio un suave empujón con su cabeza. Aunque aquellas palabras sobraran, también quería que las escuchara él, después de todo parecía un poco turbado cuando había hecho el comentario minutos atrás y yo sin oportunidad para responderle antes. Hay tanta paz… comenté casi en un susurro. Respiraba la brisa fresca y observaba la nieve de la llanura a la distancia, en el horizonte. Athos, el hombre que se quedó atrás hace unos momentos, y tú se parecen un poco. Sonreí y me senté en una piedra Debe de ser algo en ustedes agregué, quitándole importancia al asunto.
De pronto se escuchó un fuerte sonido, los animales se pusieron tensos. El halcón comenzó a chillar y la yegua a moverse inquieta. Aquello no me estaba gustando nada, nada de nada. Levanté el hocico. No había nada extraño, probablemente el viento no estaba a nuestro favor. Le eché un ojo a Sarez ¿Tienes idea de qué puede estar pasando? pregunté poniéndome en pie y echando a andar lentamente hacia la casa en donde me habían curado, allí se encontraban mis pertenencias. Lo mejor sería retribuirlas y salir de allí en cuanto antes. Después de todo, una aldea saqueada no era el lugar más propicio para quedarse. ¿Viste a los muertos o el camposanto? pregunté de la nada. Aquello no tenía sentido, ni siquiera sabía por qué me venía eso a la mente en esos momentos, pero fue terriblemente sospechoso. Esto no me gusta …
Lo siento mi niña, anoche estaba perdida en la fiebre, no sabía lo que hacía le dije en tono bajo. Ella pareció comprender, ya que me dio un suave empujón con su cabeza. Aunque aquellas palabras sobraran, también quería que las escuchara él, después de todo parecía un poco turbado cuando había hecho el comentario minutos atrás y yo sin oportunidad para responderle antes. Hay tanta paz… comenté casi en un susurro. Respiraba la brisa fresca y observaba la nieve de la llanura a la distancia, en el horizonte. Athos, el hombre que se quedó atrás hace unos momentos, y tú se parecen un poco. Sonreí y me senté en una piedra Debe de ser algo en ustedes agregué, quitándole importancia al asunto.
De pronto se escuchó un fuerte sonido, los animales se pusieron tensos. El halcón comenzó a chillar y la yegua a moverse inquieta. Aquello no me estaba gustando nada, nada de nada. Levanté el hocico. No había nada extraño, probablemente el viento no estaba a nuestro favor. Le eché un ojo a Sarez ¿Tienes idea de qué puede estar pasando? pregunté poniéndome en pie y echando a andar lentamente hacia la casa en donde me habían curado, allí se encontraban mis pertenencias. Lo mejor sería retribuirlas y salir de allí en cuanto antes. Después de todo, una aldea saqueada no era el lugar más propicio para quedarse. ¿Viste a los muertos o el camposanto? pregunté de la nada. Aquello no tenía sentido, ni siquiera sabía por qué me venía eso a la mente en esos momentos, pero fue terriblemente sospechoso. Esto no me gusta …
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Re: [cerrado]Risas con el destino [interpretativo][libre]
Afino el oído al escuchar disculparse a Wood. Entre ella y Furia hay un vínculo que no sé explicar. La mujer sabe lo que piensa yegua del mismo modo que la yegua sabe que piensa la mujer. Puedo notar el vínculo, no porque esté acariciando el lomo del animal, sino porque está en el aire. No es algo físico, es algo más allá que cualquier cosa física. Dejo de acariciar a la yegua y bajo la mirada arrepentido por haber malpensado acerca del comportamiento de la humana hacia su animal. Me equivoqué. Ninguna persona puede comerse a alguien con el que tenga tal vínculo.
-¿Por qué dices que nos parecemos?- No llego a comprender dónde ve el parecido con aquel hombre y yo. Él es pequeño, de cabello corto y moreno, ojos rasgados de color café… nada que se asemeje a mí. –Somos muy diferentes.- Digo tras darle larga vueltas a la razón por la que Wood ha dicho que nos parecemos.
Oigo algo a lo lejos. Un extraño sonido que no se identificar. Los animales también lo escuchan, no le gustan ese ruido. El halcón, aquel que recibe el nombre de Chy grazna fuertemente avisando del peligro que llega con el sonido. Por muy fino que tenga el oído no llego a diferenciar con exactitud de qué se trata. Suena a metal rallando la tierra a gran velocidad, también a madera, oigo el relinchar de dos caballos y tras sus quejidos, el sacudir de un látigo. Algo se acerca a gran velocidad, algo que ni a los animales ni a mí nos gusta.
-No lo sé.- Contesto a Wood confuso mirando hacia todos los rincones en busca de aquello que produce esos sonidos. –Está cerca.- Rápido, descargo a Vientoatroz de mi espalda. Sea lo que sea lo que se acerca, cuando venga, estaré preparado. –No he visto nada de eso.- ¿Muertos? Las preguntas de la mujer no hacen más que ponerme más nervioso. Por sus palabras parece que espera enfrentarse contra unos muertos. ¿Serán ellos los que la dejaron tan débil?
A lo lejos, tras uno de los edificios consigo ver algo, una especie de carruaje tirado por dos cabellos de color gris. El vehículo tiene tres ruedas de madera y una cuarta de metal oxidado. Siete hombres están en el carruaje, uno de ellos encima en la posición en frente de los caballos, los otros seis son muertos que el primer hombre transporta.
-Muertos…- Susurró. –¿Son tus muertos?- Aunque el carruaje está demasiado lejos para que los ojos de un humano puedan verlo con detalle, lo señalo con el arco.
Offrol: El hombre del carruaje tenía pensado que fuera un bandido, uno de esos que roban los muertos que se van encontrarlos para vender lo que pueda de ellos. Pero, bien pensado, también puede ser un brujo que quiere experimentar o un humano inventor que quiere hacer sus propios prototipos de biocibernéticos... Pueden ser mil cosas... Así que te dejo a ti improvisar ahora Wood ♥♥♥♥ No me odies
-¿Por qué dices que nos parecemos?- No llego a comprender dónde ve el parecido con aquel hombre y yo. Él es pequeño, de cabello corto y moreno, ojos rasgados de color café… nada que se asemeje a mí. –Somos muy diferentes.- Digo tras darle larga vueltas a la razón por la que Wood ha dicho que nos parecemos.
Oigo algo a lo lejos. Un extraño sonido que no se identificar. Los animales también lo escuchan, no le gustan ese ruido. El halcón, aquel que recibe el nombre de Chy grazna fuertemente avisando del peligro que llega con el sonido. Por muy fino que tenga el oído no llego a diferenciar con exactitud de qué se trata. Suena a metal rallando la tierra a gran velocidad, también a madera, oigo el relinchar de dos caballos y tras sus quejidos, el sacudir de un látigo. Algo se acerca a gran velocidad, algo que ni a los animales ni a mí nos gusta.
-No lo sé.- Contesto a Wood confuso mirando hacia todos los rincones en busca de aquello que produce esos sonidos. –Está cerca.- Rápido, descargo a Vientoatroz de mi espalda. Sea lo que sea lo que se acerca, cuando venga, estaré preparado. –No he visto nada de eso.- ¿Muertos? Las preguntas de la mujer no hacen más que ponerme más nervioso. Por sus palabras parece que espera enfrentarse contra unos muertos. ¿Serán ellos los que la dejaron tan débil?
A lo lejos, tras uno de los edificios consigo ver algo, una especie de carruaje tirado por dos cabellos de color gris. El vehículo tiene tres ruedas de madera y una cuarta de metal oxidado. Siete hombres están en el carruaje, uno de ellos encima en la posición en frente de los caballos, los otros seis son muertos que el primer hombre transporta.
-Muertos…- Susurró. –¿Son tus muertos?- Aunque el carruaje está demasiado lejos para que los ojos de un humano puedan verlo con detalle, lo señalo con el arco.
Offrol: El hombre del carruaje tenía pensado que fuera un bandido, uno de esos que roban los muertos que se van encontrarlos para vender lo que pueda de ellos. Pero, bien pensado, también puede ser un brujo que quiere experimentar o un humano inventor que quiere hacer sus propios prototipos de biocibernéticos... Pueden ser mil cosas... Así que te dejo a ti improvisar ahora Wood ♥♥♥♥ No me odies
Sarez
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Re: [cerrado]Risas con el destino [interpretativo][libre]
Sentí como el rostro se me desfiguraba y la sonrisa que había mantenido a flor de labios por la paz reinante se desmoronaba como un castillo de naipes. Estábamos a todas luces en una aldea saqueada, el estado general de las cosas cuando salí y llegué me habían señalado eso, además de muchos años en los caminos… tantas matanzas que luego del primer par son todas iguales. El hecho de que sus muertos no estuvieran solo indicaba malos presagios. Probablemente habían huido, de ser ese el caso, volverían con lanzas, fuego, horquillas y demases. De no ser así, teníamos aún menos suerte, probablemente habían sido devorados o lo más común y grotesco, que sus cuerpos hayan sido llevados a otras locaciones con fines perversos, venta de esclavos y todo ese rollo.
El elfo desenfundó su labrado arco “No se de qué te sigues sorprendiendo… que sea un elfo agradable no le quita más elfosidad” pensé a modo de reproche. Sacudí mi cabeza para espantar esas ideas ¿Mis muertos? ¡No! Ehm… puedo llegar a ser muy mala, pero puedo jurar sobre mi amistad con estos animales que no he matado a nadie. No he visto a nadie desde que llegué… al menos no conscientemente agregué al final, en un tono discorde. Me adelanté a Sarez y con una mano haciendo sombra a mis ojos entorné la mirada en la dirección que él había apuntado. Francamente no veo bien, pero sí que huelo la carne pútrida. Oh… me di media vuelta y sentí como las arcadas enviaban espasmos a todo mi cuerpo. No tenía nada en el estómago salvo la poca agua que me habían dado y ahora estaba saliendo de él también.
Me limpié la comisura de los labios y con un poco de trabajo me enderecé. Esto está mal… muy mal. No se cómo será contigo, pero no me gustaría que un imbécil irrespetuoso cargase con mis amigos. ¿Le detenemos? pregunté. Esperé su respuesta, asentí y encaminé hacia las casas más cercanas en busca de materiales para tender algunas trampas. Probablemente no ande solo, deberíamos de dejar varias trampas mientras está detenido juntando los cuerpos. No creo que los esté reuniendo para quemarlos ¿tú si? En todo caso podemos dejar todo armado primero, capturarlo y luego preguntar. Me temo que mi cuerpo aún no está del todo fuerte como para ayudarte si algo sucediera comenté, levantando unas maderas que pertenecían a un techo caído.
Ahogué el sonido de la tos y con cierto orgullo saqué unas cuerdas y tientos. Aquello probablemente había sido un taller o algo así. Habían varias cosas más que se podían usar. Podríamos encerrarle, enlazarle o atraparle alguna extremidad con todo lo que hay aquí. De pronto un olor poco familiar llegó hasta mí Escóndete me apresuré a decir. Alguien se aproxima
El elfo desenfundó su labrado arco “No se de qué te sigues sorprendiendo… que sea un elfo agradable no le quita más elfosidad” pensé a modo de reproche. Sacudí mi cabeza para espantar esas ideas ¿Mis muertos? ¡No! Ehm… puedo llegar a ser muy mala, pero puedo jurar sobre mi amistad con estos animales que no he matado a nadie. No he visto a nadie desde que llegué… al menos no conscientemente agregué al final, en un tono discorde. Me adelanté a Sarez y con una mano haciendo sombra a mis ojos entorné la mirada en la dirección que él había apuntado. Francamente no veo bien, pero sí que huelo la carne pútrida. Oh… me di media vuelta y sentí como las arcadas enviaban espasmos a todo mi cuerpo. No tenía nada en el estómago salvo la poca agua que me habían dado y ahora estaba saliendo de él también.
Me limpié la comisura de los labios y con un poco de trabajo me enderecé. Esto está mal… muy mal. No se cómo será contigo, pero no me gustaría que un imbécil irrespetuoso cargase con mis amigos. ¿Le detenemos? pregunté. Esperé su respuesta, asentí y encaminé hacia las casas más cercanas en busca de materiales para tender algunas trampas. Probablemente no ande solo, deberíamos de dejar varias trampas mientras está detenido juntando los cuerpos. No creo que los esté reuniendo para quemarlos ¿tú si? En todo caso podemos dejar todo armado primero, capturarlo y luego preguntar. Me temo que mi cuerpo aún no está del todo fuerte como para ayudarte si algo sucediera comenté, levantando unas maderas que pertenecían a un techo caído.
Ahogué el sonido de la tos y con cierto orgullo saqué unas cuerdas y tientos. Aquello probablemente había sido un taller o algo así. Habían varias cosas más que se podían usar. Podríamos encerrarle, enlazarle o atraparle alguna extremidad con todo lo que hay aquí. De pronto un olor poco familiar llegó hasta mí Escóndete me apresuré a decir. Alguien se aproxima
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Off: xDDD lo siento, ambos hemos de improvisar.
He dado por sentado que te ibas conmigo, aunque puedes elegir otra cosa. Siempre es facil pucharle al boton de editar ;P
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Re: [cerrado]Risas con el destino [interpretativo][libre]
No me refería a si ella los ha matado sino si son esos los muertos que ella había nombrado. Pero eso no es lo que sorprende; el error que ha tenido es razonable ya que reconozco que no sé expresarme con claridad. Lo que realmente me sorprende la manera en que ella se describe. Dice que puede llegar a ser muy mala pero que aun así no ha matado a nadie. Le creo, lo jura sobre la amistad que tiene con estos animales y yo le creo.
Wood se adelanta, se pone a mi lado y agudiza su vista con la intención de observar lo que está por venir. No puede verlo. Olvidé que no todos ven tan lejos como los elfos. Lo mismo que pasa con la vista pasa con el olfato. Wood dice que siente el olor a carne podrida, tanto que la hace vomitar. No sabía que los humanos tienen un olfato tan desarrollado. Me acerco hacia ella y pongo una mano sobre su espalda mientras devuelve. No estoy seguro si puedo curar el mal estar que se siente al vomitar, por lo menos lo tengo que intentar.
¿Detenerlo? No sabemos para qué usa esos muertos. Sin embargo, por mucho que lo pienso, no hay ninguna razón buena por la cual un humano recoge muertos y, en cambio, conozco muchas razones malas para hacerlo. Los muertos deben descansar en tierra. Su vida ha terminado y ahora merecen descansar en paz. Contesto a Wood con un leve movimiento afirmativo con la cabeza y la siga al lugar donde se dirige, una de las muchas casas en ruinas. Una vez cubiertos ella vuelve a hablar, me explica todo lo que podemos hacer y estoy de acuerdo con todo lo que dice. Observo la casa en busca de objetos útiles para poder hacer trampas. Se me da bien hacer trampas, tuve que aprender desde pequeño. Los primeros días perdido en el bosque, cuando era tan pequeño que no podía atrapar a las bestias solo usando mi arco y mis flechas, aprendí a usar el entorno a mi favor. Si no podía cazar un conejo con mi arco, hacia que el conejo cayera en una de mis trampas.
-No, nada bueno se puede hacer con los muertos.- Contesto a Wood a la vez que busco entre la casa objetos que me puedan servir para confeccionar una trampa.
Cojo una cuerda, la enrollo y me la cuelgo al brazo. Las cuerdas siempre son útiles. Puedo atar un pedrusco en la cuerda y colgarlo del techo de forma que, cuando un enemigo se acercase, la cuerda cedería y el pedrusco lo derribara. Pero no hay techo donde poder colgar la cuerda. Las maderas que hacían la parte de tejado las tiene Wood en sus manos. Pienso rápido en hacer otra cosa. Encuentro una especie de gancho de metal, hay muchas cosas de metal en el suelo. Ato un extremo de la cuerda en una de mis flechas y la lanzo por encima de una viga del edificio. El otro extremo lo ato con el gancho de metal en la pared. Voy hacia el extremo que paso sobre la viga y desato la flecha que guardo otra vez en mi carcaj. El nuevo extremo lo ato al otro lado de la pared.
-Si entra alguien caerá.- Le digo a Wood señalando la viga que está encima de nuestras cabezas.
Iba a explicarle cómo funciona con exactitud cuando ella me avisa de que algo se aproxima. No oigo nada. Soy incapaz de oír nada. Sea lo que sea lo que se aproxima no hace ningún ruido solo huele, por lo que solo Wood puede sentirlo. Una mano de metal golpea desde fuera la pared haciendo un agujero, un rostro se observa sobre el agujero. Parece humano pero no lo llega a ser. Es como si un todo el metal que hay sobre el suelo se hubiera unido con un humano para crear lo que sea que está al otro lado. Un puñetazo más y otro agujero. Otro puñetazo más y otro agujero más. No es solo el rostro, todo su cuerpo está formado por un humano de metal.
Llevo una de mis flechas a la cuerda de Vientoatroz y la disparo por uno de los agujeros de la pared. Doy de pleno al hombre de metal. Pero no por ello le hago algún mal; su armadura es demasiado resistente, de puro hierro. –No puedo hacerle nada.- Le digo a Wood casi como un lamento. –Nunca me he enfrentado a alguien como él.-
Wood se adelanta, se pone a mi lado y agudiza su vista con la intención de observar lo que está por venir. No puede verlo. Olvidé que no todos ven tan lejos como los elfos. Lo mismo que pasa con la vista pasa con el olfato. Wood dice que siente el olor a carne podrida, tanto que la hace vomitar. No sabía que los humanos tienen un olfato tan desarrollado. Me acerco hacia ella y pongo una mano sobre su espalda mientras devuelve. No estoy seguro si puedo curar el mal estar que se siente al vomitar, por lo menos lo tengo que intentar.
¿Detenerlo? No sabemos para qué usa esos muertos. Sin embargo, por mucho que lo pienso, no hay ninguna razón buena por la cual un humano recoge muertos y, en cambio, conozco muchas razones malas para hacerlo. Los muertos deben descansar en tierra. Su vida ha terminado y ahora merecen descansar en paz. Contesto a Wood con un leve movimiento afirmativo con la cabeza y la siga al lugar donde se dirige, una de las muchas casas en ruinas. Una vez cubiertos ella vuelve a hablar, me explica todo lo que podemos hacer y estoy de acuerdo con todo lo que dice. Observo la casa en busca de objetos útiles para poder hacer trampas. Se me da bien hacer trampas, tuve que aprender desde pequeño. Los primeros días perdido en el bosque, cuando era tan pequeño que no podía atrapar a las bestias solo usando mi arco y mis flechas, aprendí a usar el entorno a mi favor. Si no podía cazar un conejo con mi arco, hacia que el conejo cayera en una de mis trampas.
-No, nada bueno se puede hacer con los muertos.- Contesto a Wood a la vez que busco entre la casa objetos que me puedan servir para confeccionar una trampa.
Cojo una cuerda, la enrollo y me la cuelgo al brazo. Las cuerdas siempre son útiles. Puedo atar un pedrusco en la cuerda y colgarlo del techo de forma que, cuando un enemigo se acercase, la cuerda cedería y el pedrusco lo derribara. Pero no hay techo donde poder colgar la cuerda. Las maderas que hacían la parte de tejado las tiene Wood en sus manos. Pienso rápido en hacer otra cosa. Encuentro una especie de gancho de metal, hay muchas cosas de metal en el suelo. Ato un extremo de la cuerda en una de mis flechas y la lanzo por encima de una viga del edificio. El otro extremo lo ato con el gancho de metal en la pared. Voy hacia el extremo que paso sobre la viga y desato la flecha que guardo otra vez en mi carcaj. El nuevo extremo lo ato al otro lado de la pared.
-Si entra alguien caerá.- Le digo a Wood señalando la viga que está encima de nuestras cabezas.
Iba a explicarle cómo funciona con exactitud cuando ella me avisa de que algo se aproxima. No oigo nada. Soy incapaz de oír nada. Sea lo que sea lo que se aproxima no hace ningún ruido solo huele, por lo que solo Wood puede sentirlo. Una mano de metal golpea desde fuera la pared haciendo un agujero, un rostro se observa sobre el agujero. Parece humano pero no lo llega a ser. Es como si un todo el metal que hay sobre el suelo se hubiera unido con un humano para crear lo que sea que está al otro lado. Un puñetazo más y otro agujero. Otro puñetazo más y otro agujero más. No es solo el rostro, todo su cuerpo está formado por un humano de metal.
Llevo una de mis flechas a la cuerda de Vientoatroz y la disparo por uno de los agujeros de la pared. Doy de pleno al hombre de metal. Pero no por ello le hago algún mal; su armadura es demasiado resistente, de puro hierro. –No puedo hacerle nada.- Le digo a Wood casi como un lamento. –Nunca me he enfrentado a alguien como él.-
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Sarez
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Re: [cerrado]Risas con el destino [interpretativo][libre]
Nos escondimos por unos momentos. Había visto al elfo hacer una trampa con una especie de sistema de poleas improvisadas. Aún no comprendía bien la dinámica de su trampa, pero parecía estar bien fundamentada, era una pena que él no hubiese podido explicarme su funcionamiento antes de que el enemigo llegara. No pude evitar pegar un pequeño salto cuando sentí el golpe en la pared. No era que tuviese mieeedo, pero… tampoco esperaba que el muy maldito no usara la puerta o la ventana para asomarse a mirar. O no es muy inteligente o es muy fuerte susurré, sin estar segura de que mis palabras llegasen a Sarez.
Mi acompañante reveló su ubicación cuando agredió al biocibernético. Odio a esas cosas le dije a modo de respuesta poniéndome en pie con algo de dificultad Eso no está vivo, asique no podrás matarle, deberás desactivarlo o algo así. Su coraza es casi impenetrable, deberías intentar con las uniones que tiene, por ejemplo en sus brazos. Recuerda: no sienten dolor y son excesivamente fuertes informé, palmeando su hombro. Distráelo cuanto puedas dije mientras lentamente me escabullía sin ser detectada.
Aún me sentía débil como para enfrascarme en una lucha con uno de esos seres. Al menos eso era lo que quería creer, pero en realidad tenía cierto temor a transformarme y luchar. Luego de la última experiencia en el combate, tenía dudas y resentimientos, recelos. Vaya asesina y guerrera. Te quedarás sin trabajo murmuré al tiempo que me dejaba llevar por mi lado animal. Había adquirido la forma de un lobo castaña y gris. Con toda la energía que tenía comencé a cavar un pozo profundo. Me sentía extraña en la forma feral… casi como si no estuviera en mi propio cuerpo. Al cabo de unos minutos, la trampa estaba casi terminada. Ahora me transformé a mi forma bípeda y con mucho trabajo arrastré algunas maderas y pieles sobre el pozo para taparlo. Cuando nuestro enemigo pisara la trampa, caería sin remedio, momento que podríamos usar para terminarlo.
No me quedaban muchas fuerzas, mi cuerpo aún estaba débil, y le había apresurado, pero debía hacer aquello. Con algo de dificultad deshice la transformación Eh, chatarra, ven por mí grité, tomando una piedra y lanzándosela a la cabeza. Aquello tendría que llamar definitivamente su atención. Sarez ¿estás bien? ¡Por aquí! señalé. En su avance hacia mi, el enemigo debería de pisar la trampa y caer.
…Pero aquello no podía ser tan fácil ¿verdad?. ¡Sobrevivientes! gritó una voz tras de mí, parecía querer alertar a alguien más…
Mi acompañante reveló su ubicación cuando agredió al biocibernético. Odio a esas cosas le dije a modo de respuesta poniéndome en pie con algo de dificultad Eso no está vivo, asique no podrás matarle, deberás desactivarlo o algo así. Su coraza es casi impenetrable, deberías intentar con las uniones que tiene, por ejemplo en sus brazos. Recuerda: no sienten dolor y son excesivamente fuertes informé, palmeando su hombro. Distráelo cuanto puedas dije mientras lentamente me escabullía sin ser detectada.
Aún me sentía débil como para enfrascarme en una lucha con uno de esos seres. Al menos eso era lo que quería creer, pero en realidad tenía cierto temor a transformarme y luchar. Luego de la última experiencia en el combate, tenía dudas y resentimientos, recelos. Vaya asesina y guerrera. Te quedarás sin trabajo murmuré al tiempo que me dejaba llevar por mi lado animal. Había adquirido la forma de un lobo castaña y gris. Con toda la energía que tenía comencé a cavar un pozo profundo. Me sentía extraña en la forma feral… casi como si no estuviera en mi propio cuerpo. Al cabo de unos minutos, la trampa estaba casi terminada. Ahora me transformé a mi forma bípeda y con mucho trabajo arrastré algunas maderas y pieles sobre el pozo para taparlo. Cuando nuestro enemigo pisara la trampa, caería sin remedio, momento que podríamos usar para terminarlo.
No me quedaban muchas fuerzas, mi cuerpo aún estaba débil, y le había apresurado, pero debía hacer aquello. Con algo de dificultad deshice la transformación Eh, chatarra, ven por mí grité, tomando una piedra y lanzándosela a la cabeza. Aquello tendría que llamar definitivamente su atención. Sarez ¿estás bien? ¡Por aquí! señalé. En su avance hacia mi, el enemigo debería de pisar la trampa y caer.
…Pero aquello no podía ser tan fácil ¿verdad?. ¡Sobrevivientes! gritó una voz tras de mí, parecía querer alertar a alguien más…
Woodpecker
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