La puertica de madera [Taller ArcanoAlquimista de Maguita y Pelusa]

No esperaba que mi pequeño viaje al norte fuese tan complicado y tan estresante, aún recuerdo aquella experiencia de buscar a una niña perdida con mi nombre; se me acelera el corazón de solo pensarlo; sin hablar del pequeño regalo que me dejaron en las piernas. Aún sentía dolor; llevaba ya un tiempo tratando de no caminar más de lo necesario y eso había ayudado a mi pronta recuperación, más mi toma religiosa de líquidos alquímicos que me ayudaban con el dolor.

Mi reconciliación con Pelusa fue otro tema, Pelusa es el niño de mis ojos, a pesar de no ser un niño; se había robado mi corazón, y a pesar de haber tenido mi pequeña discusión con él en el viaje yo no tardé mucho en querer apapacharlo y consentirlo como siempre. Él sí tardó un poco más en perdonarme, pero al final el cariño que hay entre nosotros es de otro mundo.

Quería despejar un poco la mente, así que aproveché de poner en práctica lo aprendido en aquella aventura, quería diseñar una hermosa joya para que el tamaño de Pelusa cambiara y así poder llevarlo conmigo a todas partes, y si se portaba muy malcriado podría volverlo chiquito y apapacharlo y darle mucho amor hasta que me perdonara; y si no me perdonaba al menos se vería más cuchi todo enojado y chiquitito.

Empecé con conseguir una joya adecuada, luego trataría de replicar las runas que utilicé para aquel encuentro en el norte. Unas líneas por aquí, otras por allá y pronto estaría todo listo.

Otra cosita que necesitaba era equiparme con un pergamino emocional; tenía años sin usar mis poderes de esa forma y estaba empezando a extrañarlo. Me acordé que en aquella época los efectos eran bastante divertidos así que busqué un pergamino en blanco y con la tinta adecuada empecé a escribir las runas.

Emocionada por mis compras y mi día de aprendizaje de hace días era el momento de poner todo eso en práctica.

Compré muchas cositas, sobre todo un montón de materiales para hacer pociones alquímicas, y otros tantos materiales para condimentar un poco la tinta para hacer el encantamiento de runa. Compré Tabato, susurro de imbar, euforia (que casualmente se usa para dos de las pociones que quería hacer), unas hojas de árbol de amor, urtica lycium, uva dorada, amorttentia, un poquito de olema porque es peligrosa, menta, romero, sábila y cualquier cosita que pudiese darle un toque interesante a mis recetas.

Empecé haciendo la tinta especial para la runa del Bo, agarré un poco del cristal de sábila y lo trituré con un poquito de tabato, luego le coloqué tinta mágica de la que suelo usar para mis pergaminos y solo por capricho le puse un poco de romero que huele espectacular. Empecé a dibujar la runa correspondiente sobre la superficie de madera.

Luego era el momento de hacer el perfume de freya, usando obviamente los ingredientes más dulces, sutiles y románticos de aerandir; traté de no colocarle especias con olores muy fuertes, ni mezclar demasiados ingredientes; con un poco de agua, amorttentia, uva dorada cocida para disipar un poco el olor, y con agua de hojas del árbol del amor.

Para mi otra preparación tenía que tener cuidado, iba a ser un poquito de agua de olema, menta, obviamente urtica lycium y alguna que otra especia especial.

Ya casi estaba listo mi súper arsenal bélico para las próximas aventuras; pero como no me podía quedar quieta hasta tener todo terminado y ser la chica más armada de todo aerandir tenía que seguir dándole amor y magia a todas mis adquisiciones; definitivamente estar armada hasta los dientes era mi obsesión estos últimos días.

-Okey Pelusa, es hora de darle amor a mis nuevos juguetes- le comenté a mi compañero mientras caminaba de un lado a otro haciendo malabares con mis nuevas agujas y dagas con telekinesis -¡Pelusaaaaaaaaaa! Esto será divertido… ¡Ven a bailar conmigo!- le dije mientras hacía que ahora mis armas bailaran a mi alrededor de forma romántica cual pétalos de primavera.

Pelusa al parecer no quería involucrarse en mi baile así que lo dejé tranquilo

-Rompecabezas, dardos y hacer galletas
Papel maché, ballet, y algo de ajedrez
Alfarería, ventriloquia y velas
Estirar, dibujar o trepar o coser
…
Okey, ya
Vamos a trabajar
- canté de un lado a otro.

Agarré mis nuevas agujas y con unas runas y un pimpumpam con una tinta especial hice que mis agujas tuvieran encantamiento eléctrico. Faltaba lo más difícil, la maldición necrótica; una receta que había sido una de las últimas en aprender y que aún no había aplicado. Busqué otra vez mis anotaciones y las seguí al pie de la letra y tarán, dagas necróticas recién salidas del horno; y porsi a las mosquis dos medicinas multipropósito, esas cositas nunca estaban de más.