Alas de libertad [Trabajo] (Bio-Níniel) [Cerrado]
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Alas de libertad [Trabajo] (Bio-Níniel) [Cerrado]
-Sí, creo que lo que propones es posible. Complejo y costoso pero podría hacerse.- Respondió Níniel levantando la cabeza y mirando a su paciente interlocutor tras varios largos minutos de silencio en los que la joven peliblanca había estado ojeando con cuidado y atención un par de los más valiosos tomos sobre alquimia que tenía a su disposición para encontrar la respuesta a la extraña pregunta de su amigo. -Para los vampiros la sangre que ingerís no es meramente alimento, es vuestro modo de canalizar el éter, la fuente de vuestro poder. Si pudiera crear algo que cumpliera esa función podría ser un sustituto viable a...Bueno, no quiero pensar en quién fue tu última comida...-Continuó diciendo la elfa con cierto aire ausente pues en su cabeza ya estaba formando largas listas de ingredientes con propiedades que podrían servir o no y los procesos que tendría que realizar para obtener los resultados adecuados. -Necesitaré algunas muestras de tu sangre para estudiarlas y hacer pruebas también.- Añadió aún en su mundo de hipótesis y complejas fórmulas alquímicas.
Además era cierto, no le gustaba recrearse en las necesidades alimenticias de Bio. Era consciente de que a pesar de sus casi siempre buenas intenciones el moreno no era ajeno a la sed de los malditos, y aunque la consolaba el hecho de que seguramente se alimentaría de malvados y criminales en exclusiva, era algo que estaba ahí, tan oscuro y peligroso como tentador. Una suerte que Níniel fuera especialmente resistente a sus "encantos", repetir los sueños tras sus primeros encuentros sería algo que no se perdonaría a esas alturas y que sin duda acabaría causando que atizara al pelinegro, a diferencia de lo que solía pasar en muchas de las historias que circulaban por ahí y que implicaban a un vampiro y a una joven.
-Mañana a primera hora iré a ver a mi proveedor de materiales raros para pedirle algunas cosas que me faltan para empezar. ¿Te quedarás en la ciudad unos días mientras trabajo? Puedes quedarte aquí si quieres. Abajo hay un sótano amplio y ordenado en el que puedes quedarte. Y como puedes ver tengo una gran colección de libros para que no te aburras.- Le ofreció amablemente a su compañero de aventuras y desventuras, pues aún seguía considerándolo un amigo a pesar de la que lió en la torre de la logia unas semanas antes. Asunto que parecía que los dos querían tratar pero que por el momento ninguno había mencionado, quizá esperando a que fuera el otro quien lo iniciara y pidiera disculpas.
En ese momento, sin dejarle a Bio alargar en demasía su respuesta, comenzó a sonar con insistencia la puerta en la planta de abajo. Alguien llamaba con fuerza y de manera continuada, como si fuera algo importante, urgente o como si quien llamaba carecía de los modales mínimos entre los orejas redondas. -¿Le dijiste mi dirección a alguién?.- Preguntó la joven pensando que quizá era alguien que buscaba al pelinegro, pues era extraño que alguien fuera a verla a ella a esas horas de la noche. Por mucho que fuera sanadora, la gente con una urgencia acudía al cercano hospital, lo suyo era más bien un boticario.
-Voy a ver.- Anunció entonces la elfa poniéndose en pie y dirigiéndose a la planta inferior por las escaleras que separaban la zona privada de su casa de su negocio de pociones, ungüentos y tratamientos comunes, lugar que en esos momentos se encontraba a oscuras aunque Níniel no tardó en iluminarlo con una esfera de luz.
-¿Quién es?- Preguntó por precaución la joven al llegar hasta la puerta, notando de inmediato como un aroma dulzón llegaba hasta ella e inundaba sus fosas nasales obligándola a arrugar la nariz. Era perfume del barato, y en cantidades ingentes a juzgar por el hecho de que pudiera olerlo tan claramente incluso a través de la madera de la entrada.
-Ah, por fin responde alguien. Me llamo Joel Gray, un...humilde empresario de la ciudad. Me han dicho que aquí podría encontrar a una pareja de mercenarios más que capaces, no solo a la hora de darles una lección a los criminales si no de llevar a cabo una investigación a la altura de los mejores miembros de la guardia. ¿Me han informado bien?, tengo un trabajo que debe realizarse sin demora.- Dijo una voz tan empalagosa como el perfume que su dueño gastaba.
-Me temo que se equivoca.- Respondió Níniel extrañada. Ciertamente la elfa había realizado a veces trabajos del estilo que aquel hombre mencionaba si lo había considerado oportuno, pero allí solo vivía ella, era imposible que aquel humano se estuviera refiriendo a Bio, el cual era la primera vez que estaba allí. ¿Era quizá un maleante que trataba de tantear si estaba sola en casa?.
-Vaya...Entonces la información del señor Malade debe de ser errónea. ¿No es esta la casa de una elfa llamada Níniel y un brujo de nombre Vincent?- Preguntó con tono extrañado y con cierta decepción aquel perfumado sujeto. Palabras que lo explicaban todo. Aquel escultor para el que Vincent y ella habían trabajado recientemente debía de haberles recomendado...Y por alguna razón seguía pensando que estaban casados, error que ya cometió al conocerse y del que por lo visto no había tomado nota.
-Me parece que el señor Malade no estaba escuchando cuando aclaramos ese punto...En cualquier caso Vincent no vive aquí, de hecho no está en la ciudad ahora mismo.- Explicó la joven abriendo el visor de la puerta para ver en la penumbra del exterior el aspecto de aquel sujeto, aunque para ello tuviera que aumentar su exposición a su horroroso perfume.
-Ya veo...pero tú sí. Es importante y te pagaré bien. Varias de mis empleadas han desaparecido sin dejar rastro en las últimas semanas. Al principio pensaba que sencillamente se habían ido sin darme siquiera las gracias por todo lo que había hecho por ellas, pero ahora...El número aumenta y ha desaparecido uno de los clientes...Alguien tiene que investigar, temo por el resto de mis empleados.- Explicó el hombre haciendo que Níniel no pudiera evitar preguntarse a qué negocio se refería. Además, ¿chicas desaparecidas? ¿cómo es que no había oído nada al respecto en la ciudad si llevaba tanto tiempo pasando?
-Parece un asunto para la guardia, uno que de hecho debió de poner en conocimiento de las autoridades desde el primer momento..¿A qué dice que se dedica?.- Preguntó la joven extrañada.
-La guardia no se preocupa de lo que pueda pasar en mi negocio, o a mí o a mis empleados...Por supuesto saben de mis actividades, muchos de sus miembros son clientes míos, pero no harán nada al respecto, no hasta que vuelva a pasar y no les quede más remedio. No puedo permitir que eso pase. Tengo que hacer algo antes... De que haya más desaparecidos, sí, eso.- Fue la respuesta curiosamente segmentada de aquel tipo que sin embargo no había nombrado la naturaleza de sus actividades comerciales. No hasta que Níniel clavó su mirada aguamarina en la suya exigiendo que se dejara de rodeos si quería que le ayudase.
-Regento un... burdel, funciona al límite de la ley de la ciudad... Las mujeres desaparecidas son prostitutas..- Terminó por confesar aquel humano temiendo claramente que la conversación acabara allí. ¿Tan desesperadamente necesitaba ayuda? ¿Acaso había escasez de mercenarios capaces en la ciudad esos días?
En cualquier caso era un trabajo que Níniel no aceptaría sola. Muchas cosas podían salir mal y la joven elfa conocía muy bien sus limitaciones. Claro que quizá cierto vampiro movido por la curiosidad hubiese estado pendiente de su conversación y la hubiese encontrado...interesante. Puede que los dioses hubiesen querido que Bio estuviera allí esa noche y no otra.
Además era cierto, no le gustaba recrearse en las necesidades alimenticias de Bio. Era consciente de que a pesar de sus casi siempre buenas intenciones el moreno no era ajeno a la sed de los malditos, y aunque la consolaba el hecho de que seguramente se alimentaría de malvados y criminales en exclusiva, era algo que estaba ahí, tan oscuro y peligroso como tentador. Una suerte que Níniel fuera especialmente resistente a sus "encantos", repetir los sueños tras sus primeros encuentros sería algo que no se perdonaría a esas alturas y que sin duda acabaría causando que atizara al pelinegro, a diferencia de lo que solía pasar en muchas de las historias que circulaban por ahí y que implicaban a un vampiro y a una joven.
-Mañana a primera hora iré a ver a mi proveedor de materiales raros para pedirle algunas cosas que me faltan para empezar. ¿Te quedarás en la ciudad unos días mientras trabajo? Puedes quedarte aquí si quieres. Abajo hay un sótano amplio y ordenado en el que puedes quedarte. Y como puedes ver tengo una gran colección de libros para que no te aburras.- Le ofreció amablemente a su compañero de aventuras y desventuras, pues aún seguía considerándolo un amigo a pesar de la que lió en la torre de la logia unas semanas antes. Asunto que parecía que los dos querían tratar pero que por el momento ninguno había mencionado, quizá esperando a que fuera el otro quien lo iniciara y pidiera disculpas.
En ese momento, sin dejarle a Bio alargar en demasía su respuesta, comenzó a sonar con insistencia la puerta en la planta de abajo. Alguien llamaba con fuerza y de manera continuada, como si fuera algo importante, urgente o como si quien llamaba carecía de los modales mínimos entre los orejas redondas. -¿Le dijiste mi dirección a alguién?.- Preguntó la joven pensando que quizá era alguien que buscaba al pelinegro, pues era extraño que alguien fuera a verla a ella a esas horas de la noche. Por mucho que fuera sanadora, la gente con una urgencia acudía al cercano hospital, lo suyo era más bien un boticario.
-Voy a ver.- Anunció entonces la elfa poniéndose en pie y dirigiéndose a la planta inferior por las escaleras que separaban la zona privada de su casa de su negocio de pociones, ungüentos y tratamientos comunes, lugar que en esos momentos se encontraba a oscuras aunque Níniel no tardó en iluminarlo con una esfera de luz.
-¿Quién es?- Preguntó por precaución la joven al llegar hasta la puerta, notando de inmediato como un aroma dulzón llegaba hasta ella e inundaba sus fosas nasales obligándola a arrugar la nariz. Era perfume del barato, y en cantidades ingentes a juzgar por el hecho de que pudiera olerlo tan claramente incluso a través de la madera de la entrada.
-Ah, por fin responde alguien. Me llamo Joel Gray, un...humilde empresario de la ciudad. Me han dicho que aquí podría encontrar a una pareja de mercenarios más que capaces, no solo a la hora de darles una lección a los criminales si no de llevar a cabo una investigación a la altura de los mejores miembros de la guardia. ¿Me han informado bien?, tengo un trabajo que debe realizarse sin demora.- Dijo una voz tan empalagosa como el perfume que su dueño gastaba.
-Me temo que se equivoca.- Respondió Níniel extrañada. Ciertamente la elfa había realizado a veces trabajos del estilo que aquel hombre mencionaba si lo había considerado oportuno, pero allí solo vivía ella, era imposible que aquel humano se estuviera refiriendo a Bio, el cual era la primera vez que estaba allí. ¿Era quizá un maleante que trataba de tantear si estaba sola en casa?.
-Vaya...Entonces la información del señor Malade debe de ser errónea. ¿No es esta la casa de una elfa llamada Níniel y un brujo de nombre Vincent?- Preguntó con tono extrañado y con cierta decepción aquel perfumado sujeto. Palabras que lo explicaban todo. Aquel escultor para el que Vincent y ella habían trabajado recientemente debía de haberles recomendado...Y por alguna razón seguía pensando que estaban casados, error que ya cometió al conocerse y del que por lo visto no había tomado nota.
-Me parece que el señor Malade no estaba escuchando cuando aclaramos ese punto...En cualquier caso Vincent no vive aquí, de hecho no está en la ciudad ahora mismo.- Explicó la joven abriendo el visor de la puerta para ver en la penumbra del exterior el aspecto de aquel sujeto, aunque para ello tuviera que aumentar su exposición a su horroroso perfume.
-Ya veo...pero tú sí. Es importante y te pagaré bien. Varias de mis empleadas han desaparecido sin dejar rastro en las últimas semanas. Al principio pensaba que sencillamente se habían ido sin darme siquiera las gracias por todo lo que había hecho por ellas, pero ahora...El número aumenta y ha desaparecido uno de los clientes...Alguien tiene que investigar, temo por el resto de mis empleados.- Explicó el hombre haciendo que Níniel no pudiera evitar preguntarse a qué negocio se refería. Además, ¿chicas desaparecidas? ¿cómo es que no había oído nada al respecto en la ciudad si llevaba tanto tiempo pasando?
-Parece un asunto para la guardia, uno que de hecho debió de poner en conocimiento de las autoridades desde el primer momento..¿A qué dice que se dedica?.- Preguntó la joven extrañada.
-La guardia no se preocupa de lo que pueda pasar en mi negocio, o a mí o a mis empleados...Por supuesto saben de mis actividades, muchos de sus miembros son clientes míos, pero no harán nada al respecto, no hasta que vuelva a pasar y no les quede más remedio. No puedo permitir que eso pase. Tengo que hacer algo antes... De que haya más desaparecidos, sí, eso.- Fue la respuesta curiosamente segmentada de aquel tipo que sin embargo no había nombrado la naturaleza de sus actividades comerciales. No hasta que Níniel clavó su mirada aguamarina en la suya exigiendo que se dejara de rodeos si quería que le ayudase.
-Regento un... burdel, funciona al límite de la ley de la ciudad... Las mujeres desaparecidas son prostitutas..- Terminó por confesar aquel humano temiendo claramente que la conversación acabara allí. ¿Tan desesperadamente necesitaba ayuda? ¿Acaso había escasez de mercenarios capaces en la ciudad esos días?
En cualquier caso era un trabajo que Níniel no aceptaría sola. Muchas cosas podían salir mal y la joven elfa conocía muy bien sus limitaciones. Claro que quizá cierto vampiro movido por la curiosidad hubiese estado pendiente de su conversación y la hubiese encontrado...interesante. Puede que los dioses hubiesen querido que Bio estuviera allí esa noche y no otra.
- Spoiler:
- Situación inicial de los pjs convenida con el user del pj Bio.
Última edición por Níniel Thenidiel el Vie Feb 24 2017, 22:59, editado 1 vez
Níniel Thenidiel
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Re: Alas de libertad [Trabajo] (Bio-Níniel) [Cerrado]
No había resultado difícil llegar a la residencia de la sacerdotisa, al principio tenía mis dudas por lo ocurrido en la torre de la logia, pero a fin de cuentas, ambos habíamos hecho lo que considerábamos correcto y yo pues, lo volvería a hacer sin dudarlo un instante, aunque por ahora no lo admitiría, estaba acá por una razón diferente; y es que lo que necesitaba solo podría ser realizado o al menos intentado con alguien con amplios conocimientos en alquimia, así que había pensado en la elfa como primera opción; no porque estuviera al tanto de su gran potencial, sino porque era la única que conocía que tenía conocimientos de alquimia.
Al principio habré de forma pausada esperando que en cualquier momento me reprochara lo de la torre pero tan amargo tema jamás llegó, así que me decidí finalmente a pedirle aquello por lo que estaba en este lugar -Confío plenamente en ti y en tus capacidades, es algo que no le confiaría a nadie más- Dije aunque realmente no estaba seguro si podría lograrlo, sin embargo al menos intentarlo era mejor que nada; asentí con la cabeza una y otra vez ante sus explicaciones, con las cuales me hacía suponer que realmente sí sabía de lo que hablaba -¿Podría tener buen sabor?- Pregunté con algo de timidez, como si fuera un niño que no desea comerse sus verduras -Puedo estar un par de días por acá, o puedo ir y volver luego para no apresurarte, se lo difícil que es...- Ofrecí dos opciones para que decidiera la que la hiciera trabajar más cómoda aunque no logré terminar la frase.
El sonido tan desesperado de alguien tocando la puerta llamó mi atención -Es- Dije musitando -Es un visitante a la puerta de tu cuarto queriendo entrar. Algún visitante que a deshora a tu cuarto quiere entrar... Eso es todo, y nada más- Respondí citando las palabras que en un libro llegué a leer alguna vez para luego negar con la cabeza cuando me preguntó si había dado su dirección; una vez que se levantó la elfa, despertó mi curiosidad la manera tan desesperada en que tocaban, con tal vehemencia lo hacía que me pareció podría ser una emergencia; así que sin más me levanté y caminé hasta la puerta, luego al pequeño pasillo que daba a las escaleras.
Me acerqué tanto como podía sin ser visto, me recosté a la pared con los brazos cruzados y cerré los ojos concentrándome en escuchar cada sonido tan detalladamente como pudiera. El tono del hombre me hizo relajarme un poco pues no parecía agresivo o amenazante, incluso parecía más angustiado que otra cosa -¿Vincent?- Me pregunté en mi mente pensando si se trataba del mismo Vincent que había resultado ser hermano de Elen; me resultaba muy intrigante la constante evasiva del hombre para revelar la naturaleza de su negocio hasta que finalmente entendí por qué lo hacía, y es que finalmente lo dijo y noté un poco de temor en su voz, tal vez pensaba que por dedicarse a un negocio poco moral la elfa lo mandaría a freír espárragos en la luna, de hecho, yo también llegué a pensarlo así que decidí intervenir.
Aceptaremos- Dije asomando la cabeza detrás de Niniel -Prostitutas o no, son personas que necesitan ayuda- Aclaré parándome firme detrás de la elfa -Mi nombre es Vincent, aceptaremos tu encargo- Le dije usando el nombre que seguramente le gustaría escuchar, si pensaba que éramos a quienes buscaba tal vez se sentiría más tranquilo.
Al principio habré de forma pausada esperando que en cualquier momento me reprochara lo de la torre pero tan amargo tema jamás llegó, así que me decidí finalmente a pedirle aquello por lo que estaba en este lugar -Confío plenamente en ti y en tus capacidades, es algo que no le confiaría a nadie más- Dije aunque realmente no estaba seguro si podría lograrlo, sin embargo al menos intentarlo era mejor que nada; asentí con la cabeza una y otra vez ante sus explicaciones, con las cuales me hacía suponer que realmente sí sabía de lo que hablaba -¿Podría tener buen sabor?- Pregunté con algo de timidez, como si fuera un niño que no desea comerse sus verduras -Puedo estar un par de días por acá, o puedo ir y volver luego para no apresurarte, se lo difícil que es...- Ofrecí dos opciones para que decidiera la que la hiciera trabajar más cómoda aunque no logré terminar la frase.
El sonido tan desesperado de alguien tocando la puerta llamó mi atención -Es- Dije musitando -Es un visitante a la puerta de tu cuarto queriendo entrar. Algún visitante que a deshora a tu cuarto quiere entrar... Eso es todo, y nada más- Respondí citando las palabras que en un libro llegué a leer alguna vez para luego negar con la cabeza cuando me preguntó si había dado su dirección; una vez que se levantó la elfa, despertó mi curiosidad la manera tan desesperada en que tocaban, con tal vehemencia lo hacía que me pareció podría ser una emergencia; así que sin más me levanté y caminé hasta la puerta, luego al pequeño pasillo que daba a las escaleras.
Me acerqué tanto como podía sin ser visto, me recosté a la pared con los brazos cruzados y cerré los ojos concentrándome en escuchar cada sonido tan detalladamente como pudiera. El tono del hombre me hizo relajarme un poco pues no parecía agresivo o amenazante, incluso parecía más angustiado que otra cosa -¿Vincent?- Me pregunté en mi mente pensando si se trataba del mismo Vincent que había resultado ser hermano de Elen; me resultaba muy intrigante la constante evasiva del hombre para revelar la naturaleza de su negocio hasta que finalmente entendí por qué lo hacía, y es que finalmente lo dijo y noté un poco de temor en su voz, tal vez pensaba que por dedicarse a un negocio poco moral la elfa lo mandaría a freír espárragos en la luna, de hecho, yo también llegué a pensarlo así que decidí intervenir.
Aceptaremos- Dije asomando la cabeza detrás de Niniel -Prostitutas o no, son personas que necesitan ayuda- Aclaré parándome firme detrás de la elfa -Mi nombre es Vincent, aceptaremos tu encargo- Le dije usando el nombre que seguramente le gustaría escuchar, si pensaba que éramos a quienes buscaba tal vez se sentiría más tranquilo.
Última edición por Bio el Jue Feb 02 2017, 04:51, editado 1 vez
Bio
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Re: Alas de libertad [Trabajo] (Bio-Níniel) [Cerrado]
Si con algo se podía contar era con la curiosidad de Bio. Seguramente el pelinegro había escuchado la conversación en la puerta desde que esta había empezado y como no podía ser de otra forma, y tal y como esperaba Níniel, no se resistió a la tentación de intervenir para aceptar el trabajo en su nombre y el de la elfa. Claro que tomarlo presentándose como Vincent era un modo de hacerlo que incluso a la sacerdotisa que tan bien lo conocía pilló por sorpresa. ¿Por qué no decir la verdad? ¿Creía que tomando el papel del brujo aquel sujeto bañado en perfume barato no pondría pegas para contratarlo, o es que tan pronto tras lo de la torre de la logia estaba tratando de hacer comedia a su costa? Lo cierto es que esa era una pregunta estúpida. Era Bio, claramente se trataba de ambas cosas.
-Oh, es usted, excelente. Me alegra conocer al hombre que le robó el corazón de Aliandra a un Vanvouren ni más ni menos. El dinero importa pero no lo es todo, hay que saber cómo tratar a las mujeres ¿eh? Agradezco que acepte.- Fue la respuesta cómplice de aquel orejas redondas ante la presentación a través de la mirilla de Bio mientras la elfa miraba interrogante al pelinegro. Lo cual no evitó que se percatara que al decir aquello el humano la había mirado a ella como queriendo decir: "ya sabes", lo cual hizo que la joven rodara los ojos. Por lo visto era uno de "esos" humanos...Pues más le valía mantener su "ego masculino" a raya si no quería aprender por las malas por qué los Thenidiel eran matriarcales. Y a Bio tres cuartos de lo mismo, más le valía haber entendido el gesto o...
En cualquier caso el pelinegro tenía razón. Quizá la guardia de la ciudad acabara haciendo algo por el cliente desaparecido dependiendo de quien fuera, pero rara vez movían un dedo por los pobres y las clases sociales más humildes y vulnerables como serían unas meretrices. Al contrario, no era raro verles abusar de su autoridad contra ese segmento de la población mientras que acudían solícitos como perros adiestrados en cuanto un noble o un comerciante adinerado daba una voz. Había honrosas excepciones gracias a los dioses, pero parecían eso, excepciones. Además ella ya quería ayudar, Bio no tenía que convencerla. Solo con saber que podía contar con su ayuda para investigar las desapariciones ya era más que suficiente.
-Tienes razón...Vincent. Además somos expertos en la materia.- Respondió la joven abriendo la puerta e invitando al tal Gray a pasar, creando un par de esferas de luz más para que aquella primera planta de su casa-taller quedara mejor iluminada. -Adelante, hablemos de los detalles.- Ofreció la peliblanca amablemente.
-Preferiría hablarlo de camino a mi establecimiento si es posible.- Dijo el hombre ignorando el gesto de Níniel y dirigiéndose a Bio. -Dada la naturaleza de mi negocio la noche es cuando más actividad hay, las chicas y el cliente desaparecieron siempre de noche.- Les contó a continuación. Parecía que era uno de esos trabajos que requerían de una incorporación inmediata.
La sacerdotisa intercambió una mirada con Bio, como un modo de preguntarle si estaba de acuerdo, y asintiendo pidió un momento para prepararse subiendo arriba a por sus cosas. Daga, bastón, su bolsa de viaje, capa...Y como no su armadura ligera bajo sus ropas por si la cosa se ponía peligrosa, lo cual por su ya vasta experiencia era algo que siempre terminaba por ocurrir, especialmente si Bio estaba cerca. Una vez tuvo todo lo necesario volvió a bajar bien pertrechada y pronto el grupo abandonó el vial blanco dirigiendo sus pasos hasta el local del humano, situado al parecer en algún punto de la ciudad baja cercano a la muralla noroeste. Uno de esos barrios que Níniel prefería evitar en la medida de lo posible por no contar precisamente con muchas patrullas de vigilancia...por decirlo de algún modo.
-¿Qué puede decirnos señor Gray? ¿Alguna sospecha? ¿Algo que relaciones a las chicas y al cliente?- No tardó en preguntar la elfa protegiéndose del frío nocturno con su capa y rompiendo el breve momento de silencio que se había establecido entre los tres.
-Pues a parte que todas eran jóvenes y guapas y que trabajan para mi...Quizá Odalyn pueda responderos mejor a eso. Ella es la madame del lugar y mi mano derecha. Ella se ocupa directamente de las chicas y las conoce bien. En cuanto a sospechar...Mi establecimiento no es el único de la ciudad y hace unos meses tuve un encontronazo con la familia Black. Regentan el "Alfombra roja" en las catacumbas, son mi competencia. Conseguí que un par de sus chicas se vinieran conmigo, una de ellas fue precisamente la primera en desaparecer, la otra sigue trabajando en mi local. Se hace llamar "Suspiro" podríais hablar con ella también- Fueron las palabras de aquel no tan honrado empresario. No era gran cosa pero parecía un buen punto de comienzo.
Claro que llegar hasta el local y comenzar a hacer preguntas a discreción quizá no fuera el mejor modo de abordar la situación. No podían saber si alguno de los trabajadores o clientes estaba implicado, bien podrían asustar al culpable o culpables y acabar con las manos vacías.
-¿Sabe alguien que querías contratar a alguien para que se ocupara del asunto? Quizá podríamos hacernos pasar por empleados e investigar sin que nadie sepa que somos algo más que las nuevas incorporaciones.- Sugirió la joven más para saber qué pensaba Bio de ello que la opinión del humano al respecto que simplemente tenía que responder a la primera pregunta.
-He contratado más músculo, eso lo saben todos, pero nada más. Vincent podría ser un vigilante de refuerzo más y tú...-Le lanzó una mirada lasciva a Níniel. -Siempre quise tener a una elfa. Los clientes harían cola por alguien como tú. Incluso ganarías mucho más que como mercenaria, no tendrías ni que fingir que eres la nueva chica, podrías serlo.- Propuso aquel humano sin seguramente tener ni idea de la magnitud del insulto que suponían aquellas palabras para la sacerdotisa. De hecho solo un gran autocontrol le libró de un soberano guantazo.
-Creo que la armadura hace que pegue más como parte de ese músculo también ¿No creé?- Respondió tratando que su tono no mostrara el creciente desprecio que sentía por el orejas redondas.
-Una joven elfa con una armadura élfica...Harían una cola aún más larga, pero está bién. Pareces demasiado dulce pero puedo inventar algo. Quizá cuele si digo que tras ese aspecto delicado hay una peligrosa elfa de gran talento para la magia destructiva.- Apañó el humano girando entonces para adentrarse en un estrecho callejón y una vez en el deteniéndose ante lo que parecía la puerta trasera de algún tipo de almacén destartalado. -Aquí es, "Libertad" mi humilde local. Vamos dentro. Os presentaré como los nuevos guardias y...Bueno, a ver qué averiguais.-
Nada hubiese podido preparar a Níniel para lo que vio una vez hubo cruzado aquella maltrecha puerta de madera. Tras ella, había una pequeña sala de suelos de madera y terciopelo cubriendo las paredes. El lugar estaba iluminado tenuemente y frente a ellos había una segunda puerta custodiada por un par de matones altos y fuertes con cara de pocos amigos. Los hombres abrieron aquella segunda puerta reconociendo a su jefe y entonces fue cuando ante sus ojos apareció el auténtico local del señor Gray.
El lugar era realmente grande, del tamaño de una pequeña casa señorial y contaba con dos plantas destinadas a satisfacer los más lujuriosos antojos de cualquiera. De cualquiera con los suficientes aeros en los bolsillos como para pagar por ello al menos.
La primera planta acogía un gran salón de aterciopeladas paredes donde clientes y empleados bebían y hablaban mientras retozaban, y que contaba con una zona de reservados al fondo donde sin duda en esos momentos estaban ocurriendo todo tipo de obscenidades. Desde allí, unas escaleras de madera recubiertas por una alfombra a juego con las paredes ascendían a la segunda planta. Una galería donde un par de chicas enseñaban su desnudez claramente bajo los efectos del alcohol y que daba acceso a las habitaciones del burdel. Reservadas por lo visto para aquellos clientes más tradicionales que querían privacidad y una cama para sus sucios asuntos. Por todas partes la decoración, con preferencia por el color rojo, hacía referencias sexuales, con estatuas de desnudos y cuadros que traspasaban el erotismo por mucho en algún caso.
-Pensaba que estaba preparada pero empiezo a creer que no ha sido buena idea...- Le confesó la elfa al vampiro sintiendo cómo a pesar de haberse concienciado toda aquella depravación amenazaba con superarla. Y es que no importaba hacia donde mirara veía la mano de un hombre indecorosamente sobre la piel de una mujer o de otro hombre y viceversa.
-Bien vosotros dos, aquí trabajaréis a partir de ahora.- Dijo entonces en voz especialmente alta para hacerse notar el señor Gray. Asegurándose de que el mayor número posible de gente lo oyera. -Ya sabéis, si alguien busca problemas lo echáis, y no hace falta que seáis muy amables. Como empleados podéis tomar un trago pero con moderación y nada de tocar el género en vuestro turno ¿estamos? Odalyn, encanto, estos son los nuevos. ¿Échales un ojo quieres?- Añadió a continuación dirigiéndose hacia una joven y exótica mujer bestia de busto generoso con una grandes alas a su espalda y únicamente cubierta por una larga y suave cascada de cabello castaño que además enmarcaba unos curiosos ojos dorados. La chica les miró de forma extraña y asintió antes de intercambiar unas palabras susurradas con su jefe el cual acto seguido le dio una cachetada en el trasero y desapareció escaleras arriba dejándolos solos.
-Ummm, por una vez ha contratado a alguien guapo...Que pena que Joel no te deje tocar...Y una elfa, ha dicho que eres fuerte, a mi me pareces muy mona. Puedes mirarme, no muerdo, salvo que se me pida. Procura que no te confundan con una de mis chicas...-Dijo la hermosa mujer con un tono de voz sensual y juguetón.
-Oh, es usted, excelente. Me alegra conocer al hombre que le robó el corazón de Aliandra a un Vanvouren ni más ni menos. El dinero importa pero no lo es todo, hay que saber cómo tratar a las mujeres ¿eh? Agradezco que acepte.- Fue la respuesta cómplice de aquel orejas redondas ante la presentación a través de la mirilla de Bio mientras la elfa miraba interrogante al pelinegro. Lo cual no evitó que se percatara que al decir aquello el humano la había mirado a ella como queriendo decir: "ya sabes", lo cual hizo que la joven rodara los ojos. Por lo visto era uno de "esos" humanos...Pues más le valía mantener su "ego masculino" a raya si no quería aprender por las malas por qué los Thenidiel eran matriarcales. Y a Bio tres cuartos de lo mismo, más le valía haber entendido el gesto o...
En cualquier caso el pelinegro tenía razón. Quizá la guardia de la ciudad acabara haciendo algo por el cliente desaparecido dependiendo de quien fuera, pero rara vez movían un dedo por los pobres y las clases sociales más humildes y vulnerables como serían unas meretrices. Al contrario, no era raro verles abusar de su autoridad contra ese segmento de la población mientras que acudían solícitos como perros adiestrados en cuanto un noble o un comerciante adinerado daba una voz. Había honrosas excepciones gracias a los dioses, pero parecían eso, excepciones. Además ella ya quería ayudar, Bio no tenía que convencerla. Solo con saber que podía contar con su ayuda para investigar las desapariciones ya era más que suficiente.
-Tienes razón...Vincent. Además somos expertos en la materia.- Respondió la joven abriendo la puerta e invitando al tal Gray a pasar, creando un par de esferas de luz más para que aquella primera planta de su casa-taller quedara mejor iluminada. -Adelante, hablemos de los detalles.- Ofreció la peliblanca amablemente.
-Preferiría hablarlo de camino a mi establecimiento si es posible.- Dijo el hombre ignorando el gesto de Níniel y dirigiéndose a Bio. -Dada la naturaleza de mi negocio la noche es cuando más actividad hay, las chicas y el cliente desaparecieron siempre de noche.- Les contó a continuación. Parecía que era uno de esos trabajos que requerían de una incorporación inmediata.
La sacerdotisa intercambió una mirada con Bio, como un modo de preguntarle si estaba de acuerdo, y asintiendo pidió un momento para prepararse subiendo arriba a por sus cosas. Daga, bastón, su bolsa de viaje, capa...Y como no su armadura ligera bajo sus ropas por si la cosa se ponía peligrosa, lo cual por su ya vasta experiencia era algo que siempre terminaba por ocurrir, especialmente si Bio estaba cerca. Una vez tuvo todo lo necesario volvió a bajar bien pertrechada y pronto el grupo abandonó el vial blanco dirigiendo sus pasos hasta el local del humano, situado al parecer en algún punto de la ciudad baja cercano a la muralla noroeste. Uno de esos barrios que Níniel prefería evitar en la medida de lo posible por no contar precisamente con muchas patrullas de vigilancia...por decirlo de algún modo.
-¿Qué puede decirnos señor Gray? ¿Alguna sospecha? ¿Algo que relaciones a las chicas y al cliente?- No tardó en preguntar la elfa protegiéndose del frío nocturno con su capa y rompiendo el breve momento de silencio que se había establecido entre los tres.
-Pues a parte que todas eran jóvenes y guapas y que trabajan para mi...Quizá Odalyn pueda responderos mejor a eso. Ella es la madame del lugar y mi mano derecha. Ella se ocupa directamente de las chicas y las conoce bien. En cuanto a sospechar...Mi establecimiento no es el único de la ciudad y hace unos meses tuve un encontronazo con la familia Black. Regentan el "Alfombra roja" en las catacumbas, son mi competencia. Conseguí que un par de sus chicas se vinieran conmigo, una de ellas fue precisamente la primera en desaparecer, la otra sigue trabajando en mi local. Se hace llamar "Suspiro" podríais hablar con ella también- Fueron las palabras de aquel no tan honrado empresario. No era gran cosa pero parecía un buen punto de comienzo.
Claro que llegar hasta el local y comenzar a hacer preguntas a discreción quizá no fuera el mejor modo de abordar la situación. No podían saber si alguno de los trabajadores o clientes estaba implicado, bien podrían asustar al culpable o culpables y acabar con las manos vacías.
-¿Sabe alguien que querías contratar a alguien para que se ocupara del asunto? Quizá podríamos hacernos pasar por empleados e investigar sin que nadie sepa que somos algo más que las nuevas incorporaciones.- Sugirió la joven más para saber qué pensaba Bio de ello que la opinión del humano al respecto que simplemente tenía que responder a la primera pregunta.
-He contratado más músculo, eso lo saben todos, pero nada más. Vincent podría ser un vigilante de refuerzo más y tú...-Le lanzó una mirada lasciva a Níniel. -Siempre quise tener a una elfa. Los clientes harían cola por alguien como tú. Incluso ganarías mucho más que como mercenaria, no tendrías ni que fingir que eres la nueva chica, podrías serlo.- Propuso aquel humano sin seguramente tener ni idea de la magnitud del insulto que suponían aquellas palabras para la sacerdotisa. De hecho solo un gran autocontrol le libró de un soberano guantazo.
-Creo que la armadura hace que pegue más como parte de ese músculo también ¿No creé?- Respondió tratando que su tono no mostrara el creciente desprecio que sentía por el orejas redondas.
-Una joven elfa con una armadura élfica...Harían una cola aún más larga, pero está bién. Pareces demasiado dulce pero puedo inventar algo. Quizá cuele si digo que tras ese aspecto delicado hay una peligrosa elfa de gran talento para la magia destructiva.- Apañó el humano girando entonces para adentrarse en un estrecho callejón y una vez en el deteniéndose ante lo que parecía la puerta trasera de algún tipo de almacén destartalado. -Aquí es, "Libertad" mi humilde local. Vamos dentro. Os presentaré como los nuevos guardias y...Bueno, a ver qué averiguais.-
Nada hubiese podido preparar a Níniel para lo que vio una vez hubo cruzado aquella maltrecha puerta de madera. Tras ella, había una pequeña sala de suelos de madera y terciopelo cubriendo las paredes. El lugar estaba iluminado tenuemente y frente a ellos había una segunda puerta custodiada por un par de matones altos y fuertes con cara de pocos amigos. Los hombres abrieron aquella segunda puerta reconociendo a su jefe y entonces fue cuando ante sus ojos apareció el auténtico local del señor Gray.
El lugar era realmente grande, del tamaño de una pequeña casa señorial y contaba con dos plantas destinadas a satisfacer los más lujuriosos antojos de cualquiera. De cualquiera con los suficientes aeros en los bolsillos como para pagar por ello al menos.
La primera planta acogía un gran salón de aterciopeladas paredes donde clientes y empleados bebían y hablaban mientras retozaban, y que contaba con una zona de reservados al fondo donde sin duda en esos momentos estaban ocurriendo todo tipo de obscenidades. Desde allí, unas escaleras de madera recubiertas por una alfombra a juego con las paredes ascendían a la segunda planta. Una galería donde un par de chicas enseñaban su desnudez claramente bajo los efectos del alcohol y que daba acceso a las habitaciones del burdel. Reservadas por lo visto para aquellos clientes más tradicionales que querían privacidad y una cama para sus sucios asuntos. Por todas partes la decoración, con preferencia por el color rojo, hacía referencias sexuales, con estatuas de desnudos y cuadros que traspasaban el erotismo por mucho en algún caso.
-Pensaba que estaba preparada pero empiezo a creer que no ha sido buena idea...- Le confesó la elfa al vampiro sintiendo cómo a pesar de haberse concienciado toda aquella depravación amenazaba con superarla. Y es que no importaba hacia donde mirara veía la mano de un hombre indecorosamente sobre la piel de una mujer o de otro hombre y viceversa.
-Bien vosotros dos, aquí trabajaréis a partir de ahora.- Dijo entonces en voz especialmente alta para hacerse notar el señor Gray. Asegurándose de que el mayor número posible de gente lo oyera. -Ya sabéis, si alguien busca problemas lo echáis, y no hace falta que seáis muy amables. Como empleados podéis tomar un trago pero con moderación y nada de tocar el género en vuestro turno ¿estamos? Odalyn, encanto, estos son los nuevos. ¿Échales un ojo quieres?- Añadió a continuación dirigiéndose hacia una joven y exótica mujer bestia de busto generoso con una grandes alas a su espalda y únicamente cubierta por una larga y suave cascada de cabello castaño que además enmarcaba unos curiosos ojos dorados. La chica les miró de forma extraña y asintió antes de intercambiar unas palabras susurradas con su jefe el cual acto seguido le dio una cachetada en el trasero y desapareció escaleras arriba dejándolos solos.
-Ummm, por una vez ha contratado a alguien guapo...Que pena que Joel no te deje tocar...Y una elfa, ha dicho que eres fuerte, a mi me pareces muy mona. Puedes mirarme, no muerdo, salvo que se me pida. Procura que no te confundan con una de mis chicas...-Dijo la hermosa mujer con un tono de voz sensual y juguetón.
- Odalyn:
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Última edición por Níniel Thenidiel el Dom Feb 19 2017, 01:34, editado 2 veces
Níniel Thenidiel
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Re: Alas de libertad [Trabajo] (Bio-Níniel) [Cerrado]
Pero claro que soy yo- Respondí de primera con una mirada cómplice a Niniel -Ah sí, Aliandra, claro- Dije sin tener idea de lo que estaba hablando, solo esperaba que no me hiciera alguna pregunta que me delatara o todo se iría por la borda -Pero el corazón de Vincent ya tiene dueña- Dije posando mi mano en el hombro de la elfa al mismo tiempo que me alejaba ligeramente con mucha discreción para evitar consecuencias contundentes -Expertos, totalmente- Secundé a la sanadora, sin duda me estaba disfrutando el momento -Entiendo, debemos resolver esto antes que termine la noche- Miré a la elfa luego de la afirmación, seguramente entendería la razón de ello.
Asentí con la cabeza cuando la elfa me miró, ahora estábamos juntos en esto -No tardes... Cielo... Te estaremos esperando- Dije intentando aguantar la risa ante la cariñosa manera de tratarla, seguramente como mínimo tendría ganas de agarrarme por una pata y lanzarme por la ventana; efectivamente no tardó mucho en volver, y al ponernos en marcha inició una ronda de preguntas para saber un poco más acerca de lo que estaba sucediendo en aquel local; presté atención a los detalles que mencionaba intentando recordar todos los nombres que había mencionado, hasta ahora las circunstancias señalaban como sospechosos a los de ese otro local, tal vez una venganza; las personas de las catacumbas solían ser malos perdedores y tener contactos peligrosos.
Acepté la sugerencia de ser un vigilante más, aunque no pude evitar alzar una ceja ante la propuesta que le hizo a la elfa, su actitud poco a poco se iba haciendo más molesta y definitivamente estaba intenso con el tema de reclutar a una elfa para su negocio -No sueñe, señor Gray, ni trabajando varias vidas alguien podría pagar lo que ella vale- Dije en tono serio pero sin dirigirle la vista, por ahora no era correcto intimidar al cliente -¿Libertad?- Dije rápidamente para cambiar el tema al leer el anuncio una vez que llegamos, sin duda un nombre bastante acorde.
Entramos a una primera sala que a todas luces era más una fachada que otra cosa; tenían una manera bastante discreta de funcionar -¿Existe otra entrada o ésta es la única?- Pregunté a Gray mientras observaba con atención aquella sala y a los encargados de custodiar el acceso, ya luego haría preguntas acerca de ellos, no me inspiraban confianza pero a fin de cuentas, en ese lugar tal vez nadie podría inspirarme confianza; finalmente accedimos a otra puerta que nos llevaba a un escenario completamente diferente, totalmente erótico y lascivo con borrachos tan asquerosos que llevaban el asco a otro nivel.
Dejé que Joel y Níniel entraran de primeros y fui tras ellos más que todo para estar pendiente de que nadie se emocionara de más al verla, seguramente no estaban acostumbrados a rostros lindos en ese lugar, pues las mujeres que veía tenían aspectos muy diferentes, algunas se veían pervertidas, otras en cambio parecían esconder entre maquillaje y sonrisas, sus rostros tristes por tener que dedicarse a semejante labor -Tranquila, todo va a estar bien- Respondí a la elfa poniendo mi mano en su hombro en una actitud más seria que de costumbre; definitivamente la situación requería una pequeña tregua a nuestras constantes pero amistosas luchas verbales.
Un hombre bastante ebrio se acercó desde atrás mientras Joel estaba distraído anunciándonos y estiró la mano con una sádica sonrisa hacia el trasero de la elfa; discretamente tomé su mano y la apreté con la mía tan fuerte que sus huesos comenzaban a crujir -No- Le dije en un susurro mientras negaba con la cabeza, acto seguido lo solté con un ligero empujón para alejarlo de nosotros -Ah, Odalyn, claro, mucho gusto- Dije regresando a la conversación un poco despistado; levanté una ceja ante la peculiar nalgada y miré a la mujer que resultaba bastante llamativa.
Había iniciado la conversación con una insinuación, imaginando que la elfa no haría nada indecoroso, tal vez debía yo sacrificarme para conseguir algo de información extra, me acerqué galante, me incliné y tomé su mano derecha para besarla, luego me levanté acercándome a su rostro -Si no me ve tocarte, jamás lo sabrá- Dije con cierta picardía en un susurro tan cerca de su oído como me fue posible; si era la encargada seguro sabía más de lo que decía y podría ser la fuente más valiosa de información.
Ahora la situación nos ponía en un nuevo dilema, debíamos separarnos y buscar por separado o mantenernos juntos para torcer cuanta mano se acercara a mi compañera de clan; retrocedí hasta colocarme de nuevo justo al lado de la elfa esperando instrucciones antes de decidir cualquier cosa, aunque no sin antes barrer el lugar en una rápida mirada en busca de algo sospechoso, sin embargo de momento no encontraba nada fuera de lo... Normal.
Asentí con la cabeza cuando la elfa me miró, ahora estábamos juntos en esto -No tardes... Cielo... Te estaremos esperando- Dije intentando aguantar la risa ante la cariñosa manera de tratarla, seguramente como mínimo tendría ganas de agarrarme por una pata y lanzarme por la ventana; efectivamente no tardó mucho en volver, y al ponernos en marcha inició una ronda de preguntas para saber un poco más acerca de lo que estaba sucediendo en aquel local; presté atención a los detalles que mencionaba intentando recordar todos los nombres que había mencionado, hasta ahora las circunstancias señalaban como sospechosos a los de ese otro local, tal vez una venganza; las personas de las catacumbas solían ser malos perdedores y tener contactos peligrosos.
Acepté la sugerencia de ser un vigilante más, aunque no pude evitar alzar una ceja ante la propuesta que le hizo a la elfa, su actitud poco a poco se iba haciendo más molesta y definitivamente estaba intenso con el tema de reclutar a una elfa para su negocio -No sueñe, señor Gray, ni trabajando varias vidas alguien podría pagar lo que ella vale- Dije en tono serio pero sin dirigirle la vista, por ahora no era correcto intimidar al cliente -¿Libertad?- Dije rápidamente para cambiar el tema al leer el anuncio una vez que llegamos, sin duda un nombre bastante acorde.
Entramos a una primera sala que a todas luces era más una fachada que otra cosa; tenían una manera bastante discreta de funcionar -¿Existe otra entrada o ésta es la única?- Pregunté a Gray mientras observaba con atención aquella sala y a los encargados de custodiar el acceso, ya luego haría preguntas acerca de ellos, no me inspiraban confianza pero a fin de cuentas, en ese lugar tal vez nadie podría inspirarme confianza; finalmente accedimos a otra puerta que nos llevaba a un escenario completamente diferente, totalmente erótico y lascivo con borrachos tan asquerosos que llevaban el asco a otro nivel.
Dejé que Joel y Níniel entraran de primeros y fui tras ellos más que todo para estar pendiente de que nadie se emocionara de más al verla, seguramente no estaban acostumbrados a rostros lindos en ese lugar, pues las mujeres que veía tenían aspectos muy diferentes, algunas se veían pervertidas, otras en cambio parecían esconder entre maquillaje y sonrisas, sus rostros tristes por tener que dedicarse a semejante labor -Tranquila, todo va a estar bien- Respondí a la elfa poniendo mi mano en su hombro en una actitud más seria que de costumbre; definitivamente la situación requería una pequeña tregua a nuestras constantes pero amistosas luchas verbales.
Un hombre bastante ebrio se acercó desde atrás mientras Joel estaba distraído anunciándonos y estiró la mano con una sádica sonrisa hacia el trasero de la elfa; discretamente tomé su mano y la apreté con la mía tan fuerte que sus huesos comenzaban a crujir -No- Le dije en un susurro mientras negaba con la cabeza, acto seguido lo solté con un ligero empujón para alejarlo de nosotros -Ah, Odalyn, claro, mucho gusto- Dije regresando a la conversación un poco despistado; levanté una ceja ante la peculiar nalgada y miré a la mujer que resultaba bastante llamativa.
Había iniciado la conversación con una insinuación, imaginando que la elfa no haría nada indecoroso, tal vez debía yo sacrificarme para conseguir algo de información extra, me acerqué galante, me incliné y tomé su mano derecha para besarla, luego me levanté acercándome a su rostro -Si no me ve tocarte, jamás lo sabrá- Dije con cierta picardía en un susurro tan cerca de su oído como me fue posible; si era la encargada seguro sabía más de lo que decía y podría ser la fuente más valiosa de información.
Ahora la situación nos ponía en un nuevo dilema, debíamos separarnos y buscar por separado o mantenernos juntos para torcer cuanta mano se acercara a mi compañera de clan; retrocedí hasta colocarme de nuevo justo al lado de la elfa esperando instrucciones antes de decidir cualquier cosa, aunque no sin antes barrer el lugar en una rápida mirada en busca de algo sospechoso, sin embargo de momento no encontraba nada fuera de lo... Normal.
Bio
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Re: Alas de libertad [Trabajo] (Bio-Níniel) [Cerrado]
Aquella bonita mujer alada era tan descarada que efectivamente Níniel se vio obligada a bajar la mirada casi hasta el suelo para que no pareciera que se quedaba mirando a alguna parte en concreto de su exuberante anatomía. No porque le incomodara su desnudez, de hecho estaba bastante acostumbrada a compartirla con sus hermanas en Sandorai, si no por el resto de la situación; sus insinuaciones y el lugar en el que estaban rodeados de una depravación de la que no quería parecer participe...Aunque por lo visto para lograrlo no iba a bastar con bajar la mirada, como bien demostró el hecho de que Bio tuviera que parar una mano que iba directa a su trasero y eso que acababan de entrar allí.
En cierto modo las palabras de Odalyn hicieron reaccionar a la elfa. No porque ella mordiera o no, eso era irrelevante, sino porque la peliblanca se dio cuenta de que estaba actuando de un modo que no solo no servía para nada, si no que además ponía en riesgo su tapadera de ser los nuevos guardias del lugar. Si quería cumplir su papel tenía que aparentar estar en su salsa, cómoda y desde luego ser más que capaz de defender su propia retaguardia sin que tuviera que llegar Bio al rescate para evitar las manos largas. No podía parecer débil, fuera de lugar o indefensa...Y por ello alzó la vista y comenzó a mirar con atención todo cuanto la rodeaba, aunque fuera indecoroso.
-No te preocupes, me ocuparé de que de darse el caso dicho cliente se dirija a una de tus chicas, casi de una pieza.- Faroleó tratando de meterse en el papel y esperando que la mujer no se hubiera dado cuenta de que había apartado sin querer la mirada de una de las mesas tras ella en la cual la cosa estaba empezando a caldearse demasiado. Y es que poder mantener el papel allí iba ser mucho más difícil de hacer de lo que con tanta determinación había creído.
Por su parte Bio parecía tenerlo mucho más fácil que la sacerdotisa para desenvolverse, y no, no era gracias a su excelente visión nocturna si no por su personalidad. Eso o fingía muy pero que muy bien. De hecho no tardo ni un instante en acercarse a la desnuda mujer-bestia y...Bueno, le dijera lo que le dijera la hizo esbozar una amplia y pícara sonrisa antes de separarse de él y morderse el labio inferior de manera insinuante. ¿Había usado su don oscuro para lograrlo? Níniel hubiese podido jurar que no. que lo había conseguido susurrando sin más.
-Sabía que no me equivocaba contigo...Déjame invitarte a una copa, así podré ponerte al día sobre el local para que puedas protegernos mejor...¿Te ha contado Joel lo de las desapariciones? Últimamente mis chicas y yo no nos sentimos seguras ni en la cama. Estoy segura que eso cambiaría contigo cerca de mi habitación...Muy cerca.- Dijo la mujer con aquel tono de voz que resultaba casi un ronroneo, pegándose al vampiro lo suficiente como para que pudiera notar su cuerpo desnudo a través de su ropa pero no tanto como para romper la regla de no tocar, la cual por momentos parecía ser de lo más flexible. -Tu amiga puede venir también, al fin y al cabo donde caben dos...- Añadió al final haciendo que la peliblanca apenas pudiera contener el sonrojo al captar perfectamente el doble sentido de las palabras de aquella lasciva mujer-pájaro. Un intento de nalgada y una proposición para un trio en cinco minutos...Definitivamente aquel lugar era demasiado para ella.
-Ya hablaremos después él y yo. Al fin y al cabo alguien de por aquí si debe hacer su trabajo. Iré a revisar que todo esté bien arriba.- Respondió la elfa zafándose de aquello tirando de profesionalidad. Le dejaría a aquella mujer al pelinegro mientras ella trataba de averiguar algo más prestando atención a las conversaciones. Además Joel había mencionado a una tal "Suspiro", estaría bien poder averiguar si realmente le había contado todo cuanto sabía al dueño o si por el contrario ocultaba alguna cosa. Que la primera desaparecida fuera precisamente su antigua compañera en el burdel de los Black podría ser una mera coincidencia, pero era el tipo de coincidencias que había que revisar.
Aquella negativa no pareció importarle a Odalyn y tras un intercambio cómplice de miradas Níniel se separó de la "parejita" y comenzó a caminar por el lugar, meditadamente despacio, prestando atención a cualquier cosa que pudiera servirles para algo en su investigación. ¿Estaban los clientes al tanto de las desapariciones? ¿Qué se decía al respecto? ¿Había miedo entre las chicas y chicos que trabajan allí? Las averiguaciones de la elfa al respecto, al menos tras escuchar durante unos primeros minutos, no obtuvieron ningún resultado, pero cuando ya se dirigía escaleras arriba, un diálogo en particular entre una chica especialmente joven y su cliente sí que llamó su atención.
-Ya lo sabes, no puedo decirte cuándo pero sé que será pronto...- Captó la joven sacerdotisa que disimuladamente dejó de subir las escaleras y se quedó pegada a ellas de espaldas a la conversación. De ese modo podía escucharles y a la vez parecer estar simplemente vigilando la sala.
-Sí, pero es que esto me pone de los nervios. Conseguí algo de dinero vendiendo la armadura de mi padre, no es mucho pero será suficiente para pagar el viaje. Mi familia no tardará en darse cuenta.- Respondió el cliente que por su tono de voz si que parecía estar más nervioso de lo que cabría esperar del típico cliente de un burdel.
-Será pronto, solo un par de días más y podremos estar juntos, lo prometo. Me han dicho que estaré con el siguiente grupo.- Respondió la voz de la joven también con cierto nerviosismo. ¿El siguiente grupo para qué? ¿Y qué era todo eso de un viaje y estar juntos para siempre? ¿Acaso esa chica pensaba dejar atrás aquella vida? Aquella conversación había sido un golpe de suerte, quizá estuviera relacionado con las desapariciones y además su nerviosismo les estaba haciendo hablar más de la cuenta, bien podrían acabar diciendo algo aún más sustancioso.
-Eh tú.- La interrumpió una voz que la instó a desatender la conversación para centrar su atención en un hombre que descendía las escaleras mientras se abrochaba con aires orgullosos el cinturón de sus pantalones. -No sabía que Gray hubiese conseguido por fin a una elfa...y desde luego se ha lucido. Acabo de darle a Suspiro lo suyo, pero que me aspen si no acabo de ponerme de nuevo tontorrón solo con verte. ¿Cuánto pides?.- Espetó aquel repugnante orejas redondas, un fornido aunque barrigón cuarentón de larga barba negra pero sin nada de pelo sobre la cabeza.
-No pido nada humano, trabajo como maga de batalla del señor Gray. Busca a otra. Odalyn seguro te ayudará a ello.- Fue la respuesta de Níniel tratando de mantenerse firme y de evitar dejar entrever lo violenta que le resultaba la situación. Más le valía librarse cuanto antes de aquel sujeto o acabaría por perder su oportunidad de averiguar algo más.
-Maga de batalla...Bueno pues si no pides nada me lo harás grátis. Podemos decir que eres una defensora de tus bosques y yo un apuesto humano que te dará lo que los elfos no pueden darte.- Espetó aquel hombre agarrandola por la muñeca y tirando de ella escaleras arriba con bastante fuerza, haciéndole daño.
-Te digo que no soy una prostituta. Suéltame ahora mismo.- Exigió la joven dolorida sin poder zafarse de la presa de aquel humano que lejos de hacerla caso parecía disfrutar con su resistencia y sus protestas.
-Realmente Gray es un maestro a la hora de cumplir fantasías...- Comentó con su cara de asqueroso pervertido y más que evidentemente excitado. ¿Realmente creía que estaba actuando, o simplemente le daba igual y pensaba violentarla?
-He dicho que me sueltes Shemlen.- Pidió de nuevo Níniel, y esta vez dispuesta a hacerlo por las malas. Imbuyó sus propias manos con su magia de luz y con la mano libre lanzó un puñetazo directamente a la entrepierna de aquel tipo, el cual pegó un chillido agudo y quedó a duras penas de pie sobre las escaleras con los ojos bizcos por el dolor. Con su otra mano ya libre Níniel golpeó directamente al punto del dolor situado en el cuello de su "víctima" privándolo de una respiración normal continuada y después, sencillamente le empujó el tramo de escaleras que ya habían recorrido abajo.
-Escoria...- Se limitó a decir aún escaleras arriba y convertida en el centro de atención del lugar. -¿Alguien más quiere comprobar si soy la guardia del señor Gray o una de sus meretrices? ¿No? Bien, porque no seré tan amable con el siguiente que me toque sin mi permiso.- Proclamó la elfa bajando lentamente las escaleras y pasando por encima del cuerpo inconsciente de aquel maldito cerdo, dándose cuenta al bajar que lo que realmente debería estar haciendo era subir para hablar con Suspiro. Se había puesto tan nerviosa que hasta se había olvidado.
En cualquier caso acababa de perder su mejor oportunidad para obtener información, ojalá Bio hubiese tenido más suerte, pero al menos ya nadie se atrevería a ponerle de nuevo sus sucias manos encima. Su estatus de maga de combate debía de haber quedado más que confirmado.
En cierto modo las palabras de Odalyn hicieron reaccionar a la elfa. No porque ella mordiera o no, eso era irrelevante, sino porque la peliblanca se dio cuenta de que estaba actuando de un modo que no solo no servía para nada, si no que además ponía en riesgo su tapadera de ser los nuevos guardias del lugar. Si quería cumplir su papel tenía que aparentar estar en su salsa, cómoda y desde luego ser más que capaz de defender su propia retaguardia sin que tuviera que llegar Bio al rescate para evitar las manos largas. No podía parecer débil, fuera de lugar o indefensa...Y por ello alzó la vista y comenzó a mirar con atención todo cuanto la rodeaba, aunque fuera indecoroso.
-No te preocupes, me ocuparé de que de darse el caso dicho cliente se dirija a una de tus chicas, casi de una pieza.- Faroleó tratando de meterse en el papel y esperando que la mujer no se hubiera dado cuenta de que había apartado sin querer la mirada de una de las mesas tras ella en la cual la cosa estaba empezando a caldearse demasiado. Y es que poder mantener el papel allí iba ser mucho más difícil de hacer de lo que con tanta determinación había creído.
Por su parte Bio parecía tenerlo mucho más fácil que la sacerdotisa para desenvolverse, y no, no era gracias a su excelente visión nocturna si no por su personalidad. Eso o fingía muy pero que muy bien. De hecho no tardo ni un instante en acercarse a la desnuda mujer-bestia y...Bueno, le dijera lo que le dijera la hizo esbozar una amplia y pícara sonrisa antes de separarse de él y morderse el labio inferior de manera insinuante. ¿Había usado su don oscuro para lograrlo? Níniel hubiese podido jurar que no. que lo había conseguido susurrando sin más.
-Sabía que no me equivocaba contigo...Déjame invitarte a una copa, así podré ponerte al día sobre el local para que puedas protegernos mejor...¿Te ha contado Joel lo de las desapariciones? Últimamente mis chicas y yo no nos sentimos seguras ni en la cama. Estoy segura que eso cambiaría contigo cerca de mi habitación...Muy cerca.- Dijo la mujer con aquel tono de voz que resultaba casi un ronroneo, pegándose al vampiro lo suficiente como para que pudiera notar su cuerpo desnudo a través de su ropa pero no tanto como para romper la regla de no tocar, la cual por momentos parecía ser de lo más flexible. -Tu amiga puede venir también, al fin y al cabo donde caben dos...- Añadió al final haciendo que la peliblanca apenas pudiera contener el sonrojo al captar perfectamente el doble sentido de las palabras de aquella lasciva mujer-pájaro. Un intento de nalgada y una proposición para un trio en cinco minutos...Definitivamente aquel lugar era demasiado para ella.
-Ya hablaremos después él y yo. Al fin y al cabo alguien de por aquí si debe hacer su trabajo. Iré a revisar que todo esté bien arriba.- Respondió la elfa zafándose de aquello tirando de profesionalidad. Le dejaría a aquella mujer al pelinegro mientras ella trataba de averiguar algo más prestando atención a las conversaciones. Además Joel había mencionado a una tal "Suspiro", estaría bien poder averiguar si realmente le había contado todo cuanto sabía al dueño o si por el contrario ocultaba alguna cosa. Que la primera desaparecida fuera precisamente su antigua compañera en el burdel de los Black podría ser una mera coincidencia, pero era el tipo de coincidencias que había que revisar.
Aquella negativa no pareció importarle a Odalyn y tras un intercambio cómplice de miradas Níniel se separó de la "parejita" y comenzó a caminar por el lugar, meditadamente despacio, prestando atención a cualquier cosa que pudiera servirles para algo en su investigación. ¿Estaban los clientes al tanto de las desapariciones? ¿Qué se decía al respecto? ¿Había miedo entre las chicas y chicos que trabajan allí? Las averiguaciones de la elfa al respecto, al menos tras escuchar durante unos primeros minutos, no obtuvieron ningún resultado, pero cuando ya se dirigía escaleras arriba, un diálogo en particular entre una chica especialmente joven y su cliente sí que llamó su atención.
-Ya lo sabes, no puedo decirte cuándo pero sé que será pronto...- Captó la joven sacerdotisa que disimuladamente dejó de subir las escaleras y se quedó pegada a ellas de espaldas a la conversación. De ese modo podía escucharles y a la vez parecer estar simplemente vigilando la sala.
-Sí, pero es que esto me pone de los nervios. Conseguí algo de dinero vendiendo la armadura de mi padre, no es mucho pero será suficiente para pagar el viaje. Mi familia no tardará en darse cuenta.- Respondió el cliente que por su tono de voz si que parecía estar más nervioso de lo que cabría esperar del típico cliente de un burdel.
-Será pronto, solo un par de días más y podremos estar juntos, lo prometo. Me han dicho que estaré con el siguiente grupo.- Respondió la voz de la joven también con cierto nerviosismo. ¿El siguiente grupo para qué? ¿Y qué era todo eso de un viaje y estar juntos para siempre? ¿Acaso esa chica pensaba dejar atrás aquella vida? Aquella conversación había sido un golpe de suerte, quizá estuviera relacionado con las desapariciones y además su nerviosismo les estaba haciendo hablar más de la cuenta, bien podrían acabar diciendo algo aún más sustancioso.
-Eh tú.- La interrumpió una voz que la instó a desatender la conversación para centrar su atención en un hombre que descendía las escaleras mientras se abrochaba con aires orgullosos el cinturón de sus pantalones. -No sabía que Gray hubiese conseguido por fin a una elfa...y desde luego se ha lucido. Acabo de darle a Suspiro lo suyo, pero que me aspen si no acabo de ponerme de nuevo tontorrón solo con verte. ¿Cuánto pides?.- Espetó aquel repugnante orejas redondas, un fornido aunque barrigón cuarentón de larga barba negra pero sin nada de pelo sobre la cabeza.
-No pido nada humano, trabajo como maga de batalla del señor Gray. Busca a otra. Odalyn seguro te ayudará a ello.- Fue la respuesta de Níniel tratando de mantenerse firme y de evitar dejar entrever lo violenta que le resultaba la situación. Más le valía librarse cuanto antes de aquel sujeto o acabaría por perder su oportunidad de averiguar algo más.
-Maga de batalla...Bueno pues si no pides nada me lo harás grátis. Podemos decir que eres una defensora de tus bosques y yo un apuesto humano que te dará lo que los elfos no pueden darte.- Espetó aquel hombre agarrandola por la muñeca y tirando de ella escaleras arriba con bastante fuerza, haciéndole daño.
-Te digo que no soy una prostituta. Suéltame ahora mismo.- Exigió la joven dolorida sin poder zafarse de la presa de aquel humano que lejos de hacerla caso parecía disfrutar con su resistencia y sus protestas.
-Realmente Gray es un maestro a la hora de cumplir fantasías...- Comentó con su cara de asqueroso pervertido y más que evidentemente excitado. ¿Realmente creía que estaba actuando, o simplemente le daba igual y pensaba violentarla?
-He dicho que me sueltes Shemlen.- Pidió de nuevo Níniel, y esta vez dispuesta a hacerlo por las malas. Imbuyó sus propias manos con su magia de luz y con la mano libre lanzó un puñetazo directamente a la entrepierna de aquel tipo, el cual pegó un chillido agudo y quedó a duras penas de pie sobre las escaleras con los ojos bizcos por el dolor. Con su otra mano ya libre Níniel golpeó directamente al punto del dolor situado en el cuello de su "víctima" privándolo de una respiración normal continuada y después, sencillamente le empujó el tramo de escaleras que ya habían recorrido abajo.
-Escoria...- Se limitó a decir aún escaleras arriba y convertida en el centro de atención del lugar. -¿Alguien más quiere comprobar si soy la guardia del señor Gray o una de sus meretrices? ¿No? Bien, porque no seré tan amable con el siguiente que me toque sin mi permiso.- Proclamó la elfa bajando lentamente las escaleras y pasando por encima del cuerpo inconsciente de aquel maldito cerdo, dándose cuenta al bajar que lo que realmente debería estar haciendo era subir para hablar con Suspiro. Se había puesto tan nerviosa que hasta se había olvidado.
En cualquier caso acababa de perder su mejor oportunidad para obtener información, ojalá Bio hubiese tenido más suerte, pero al menos ya nadie se atrevería a ponerle de nuevo sus sucias manos encima. Su estatus de maga de combate debía de haber quedado más que confirmado.
Níniel usa su Hab imbuir.
Níniel Thenidiel
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Re: Alas de libertad [Trabajo] (Bio-Níniel) [Cerrado]
No podía evitar reir con cierta malicia cada ver que veía el rostro de la elfa, claramente no acostumbrada a lugares tan indecorosos como este, incluso me tocó hacer un esfuerzo para no reir cuando la vi actuar con tanta rudeza en sus palabras -En una pieza, por favor, debes medir tu fuerza para que no suceda lo de la última vez- Secundé a la elfa para ayudarle a tener mayor credibilidad, a fin de cuentas si algo se me daba especialmente bien era mentir descaradamente y sin remordimientos, así que nada me costaba darle algo de credibilidad.
Procuré no moverme ante el repentino acercamiento de la mujer bestia que si bien, no estaba nada mal, poco podría lograr con una actitud así, sin embargo debía procurar actuar como cualquier otro baboso y adularla para ganarme su confianza -Claro que no te equivocaste, aunque no te imaginas lo peligroso que es invitarme a... beber- Sonreí con picardía mientras miraba de reojo a la elfa que seguramente entendería muy bien el comentario -No creo que quiera, ella se ha estado juntando con amigas muy frías- La indirecta sería difícil de entender para la mujer bestia, pero para la elfa podría ser una clara alusión a su relación con la encantadora.
Me junté un poco más a la mujer bestia mientras despedía amablemente a mi compañera -Vale, ve a trabajar, pero luego no digas que no te invitamos- Le dije bromeando pero al mismo tiempo pendiente de que nadie le saltara encima; si mantenía su apariencia inocente tendría que estar muy pendiente de ella para evitar malos ratos y manos sueltas -¿Hay descuento para los empleados?- Pregunté entre susurros a la mujer que parecía muy tentada a romper las reglas esa noche -Habrá que entretenernos en... Algo... Mientras me pones al tanto de esas desapariciones- Dije para asegurarme de dejar claro que esperaba conocer más detalles acerca del misterioso caso de las desaparecidas.
Primero bebamos algo- Dijo la chica tomándome la mano y llevándome hasta el modesto bar donde tenían un buen catálogo de bebidas para todos los gustos -¿Te dije que tengo el don de la adivinación?- Preguntó con aires de picardía mientras sacaba una botella de color negro -Sé que esto te gustará- Colocó la botella sobre la barra y me ofreció una copa -Tranquilo, lo pondré en tu cuenta, en eso sí hay descuento para quienes trabajan aquí- Empujó la botella hacia mí para asegurarse de que la tomara -Se ve costosa- Dije empujándola de regreso, no quería terminar la noche gastando más dinero del que ganaba -No, insisto, debes...- Su frase fue cortada por una serie de contundentes impactos provenientes de la escalera -El deber me llama- Dije alejándome de su misteriosa botella para acercarme a la escalera donde encontré a Niniel destruyendo literalmente a un pobre sujeto.
Esta elfa no dejaba de sorprenderme, y es que a pesar de su apariencia ingenua y dulce se escondía una feroz guerrera. La amenaza de Niniel me dejó impresionado y con la boca completamente abierta, no recordaba haberla visto tan enojada antes, tal vez ahora andaba en sus días, pero no pensaba averiguarlo -Vaya carácter el de la elfa- Dijo Odalyn que aunque había tardado, llegó finalmente a colocarse detrás de mí -Sí, discúlpala, es que perdió a su esposo en un barco y desde entonces, nadie le... Ya sabes- Giré el rostro hacia ella pero antes de llegar observé que una jovencita salía del pasillo que daba a la oficina de Joel con los ojos llenos de lágrimas, se limpió como mejor puso y con rostro de tristeza se sentó en una de las mesas donde un par de sujetos se apresuraron a acercarse, parecían querer un servicio para dos, ella se negó en un principio pero Odalyn hizo un sonido como si aclarara su garganta y misteriosamente la joven cambió de opinión, aceptando ir a una habitación con ambos; algo extraño sucedía por acá pues al parecer, no todas disfrutaban el trabajo de la misma forma.
Procuré no moverme ante el repentino acercamiento de la mujer bestia que si bien, no estaba nada mal, poco podría lograr con una actitud así, sin embargo debía procurar actuar como cualquier otro baboso y adularla para ganarme su confianza -Claro que no te equivocaste, aunque no te imaginas lo peligroso que es invitarme a... beber- Sonreí con picardía mientras miraba de reojo a la elfa que seguramente entendería muy bien el comentario -No creo que quiera, ella se ha estado juntando con amigas muy frías- La indirecta sería difícil de entender para la mujer bestia, pero para la elfa podría ser una clara alusión a su relación con la encantadora.
Me junté un poco más a la mujer bestia mientras despedía amablemente a mi compañera -Vale, ve a trabajar, pero luego no digas que no te invitamos- Le dije bromeando pero al mismo tiempo pendiente de que nadie le saltara encima; si mantenía su apariencia inocente tendría que estar muy pendiente de ella para evitar malos ratos y manos sueltas -¿Hay descuento para los empleados?- Pregunté entre susurros a la mujer que parecía muy tentada a romper las reglas esa noche -Habrá que entretenernos en... Algo... Mientras me pones al tanto de esas desapariciones- Dije para asegurarme de dejar claro que esperaba conocer más detalles acerca del misterioso caso de las desaparecidas.
Primero bebamos algo- Dijo la chica tomándome la mano y llevándome hasta el modesto bar donde tenían un buen catálogo de bebidas para todos los gustos -¿Te dije que tengo el don de la adivinación?- Preguntó con aires de picardía mientras sacaba una botella de color negro -Sé que esto te gustará- Colocó la botella sobre la barra y me ofreció una copa -Tranquilo, lo pondré en tu cuenta, en eso sí hay descuento para quienes trabajan aquí- Empujó la botella hacia mí para asegurarse de que la tomara -Se ve costosa- Dije empujándola de regreso, no quería terminar la noche gastando más dinero del que ganaba -No, insisto, debes...- Su frase fue cortada por una serie de contundentes impactos provenientes de la escalera -El deber me llama- Dije alejándome de su misteriosa botella para acercarme a la escalera donde encontré a Niniel destruyendo literalmente a un pobre sujeto.
Esta elfa no dejaba de sorprenderme, y es que a pesar de su apariencia ingenua y dulce se escondía una feroz guerrera. La amenaza de Niniel me dejó impresionado y con la boca completamente abierta, no recordaba haberla visto tan enojada antes, tal vez ahora andaba en sus días, pero no pensaba averiguarlo -Vaya carácter el de la elfa- Dijo Odalyn que aunque había tardado, llegó finalmente a colocarse detrás de mí -Sí, discúlpala, es que perdió a su esposo en un barco y desde entonces, nadie le... Ya sabes- Giré el rostro hacia ella pero antes de llegar observé que una jovencita salía del pasillo que daba a la oficina de Joel con los ojos llenos de lágrimas, se limpió como mejor puso y con rostro de tristeza se sentó en una de las mesas donde un par de sujetos se apresuraron a acercarse, parecían querer un servicio para dos, ella se negó en un principio pero Odalyn hizo un sonido como si aclarara su garganta y misteriosamente la joven cambió de opinión, aceptando ir a una habitación con ambos; algo extraño sucedía por acá pues al parecer, no todas disfrutaban el trabajo de la misma forma.
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Re: Alas de libertad [Trabajo] (Bio-Níniel) [Cerrado]
No tardando, bien porque habían escuchado el alboroto y estaban más que acostumbrados o porque alguien se lo había dicho, los porteros de la entrada acabarían sacando a aquel humano barbudo del lugar y arrojándolo fuera para que el resto de clientes pudieran seguir disfrutando de sus asuntos sin tan desagradables vistas. Algo que importaba bien poco a la peliblanca, el mensaje ya había sido enviado y había sonado alto y claro por todo el lugar. Además aquel desagradable sujeto acabaría despertando y no le quedaría más secuela que la humillación por la paliza recibida y unos días de dolor moderado, en cualquier caso el tipo de marcas de las que extraer una valiosa lección vital; no le toques las narices a las elfas.
Bio se la quedó mirando con la boca abierta, lo cual resultaba violento ya que ni siquiera ante los pechos de Odalyn había hecho una mueca como esa, por no decir que se suponía que sabía que era una maga peligrosa y no mostrarse tan sorprendido en público ante algo así. Por ello la peliblanca le miró a los ojos y alzó las cejas a modo de señal para que cerrara la boca y volviera a su papel. Con aquella interrupción Níniel dudaba que aquella parejita retomara la conversación anterior, y menos teniéndola a ella más que identificada como una de las trabajadoras de seguridad del señor Gray, por ello necesitaban toda la información que pudieran sacarle a la mujer alada. Necesitaban algo por donde empezar o eso de resolver el caso antes del amanecer se revelaría como una quimera irrealizable.
-Entiendo, por eso antes ni me miraba. Casi dudaba que fuera lo que decía ser pero ahora está claro por qué la contrató el señor Gray. Me alegra que use toda esa energía contenida para protegernos, claro que preferiría que la usara de otras formas...- A continuación, y sin inmutarse la madame se ocupó de una de sus chicas con un simple carraspeo, tras lo cual volvió de nuevo su atención hacia el pelinegro, que parecía gustarle sobremanera. -Se les paga por trabajar, a veces tengo que ser dura con ellas pero saben que lo hago por su bien. El señor Gray no es tan amable como yo.- Fue cuanto dijo respecto a ello, actuando como si fuera lo más normal y sin darle mayor importancia.
-¿Por dónde íbamos? Ah sí, querías que te hablara sobre las desapariciones...Bueno me siento más cómoda si quién me acompaña bebe conmigo en vez de limitarse a mirar mientras hablo. Pero si no quieres, bueno, tampoco sé tantas cosas. Solo que han desaparecido cinco chicas y un cliente. Si me preguntas a mí, creo que tiene que ver con todo ese asunto de los Black. Pobre Suspiro.- Añadió alzando la mirada hasta las barandillas de la primera planta y señalando con ella inequívocamente a una chica joven y morena vestida de negro que parecía descansar allí apoyada. -No es una vida fácil esta, ni siquiera para mí.- Dijo a continuación, casi a modo de un susurró más para sí misma que para el pelinegro a su lado que por un instante parecía haber dejado de existir a pesar de lo mucho que había estado intentando seducirlo.
-Bueno, quizá podamos seguir hablando más tarde, debo ponerme a trabajar. Claro que si prefieres esperarme en mi habitación no tardaré mucho.- Fue lo siguiente que dijo la mujer-bestia alejándose de la barra contoneándose mientras caminaba y dirigiéndose a hablar con algunas de las chicas, las cuales tan pronto como terminaban de hablar con ella se dirigían a la zona de los reservados del fondo. Entre ellas la joven a la que Níniel había estado espiando antes, lo cual no pasó desapercibido para la elfa ya en la primera planta y a punto de entablar conversación con la tal Suspiro, que también parecía estar mirando lo mismo que ella. ¿Era habitual que la madame de un burdel decidiera poner fin al encuentro entre una chica y uno de los clientes de ese modo? ¿Para hacer qué?
En ese momento Níniel miró a Suspiro, y Suspiro la miró a ella antes de darse la vuelta y entrar de nuevo en su habitación con elegante calma. El modo en el que la morena había mirado a Odalyn, el mero hecho de que la mujer-bestia se llevara de ese modo a una de sus chicas que ya estaba ocupada, y más aún, que el cliente no protestara, de hecho aquel chico se limitó a levantarse y, nervioso, fue hacia la salida del local... Allí había algo que olía a quemado, y no eran las velas aromáticas.
La peliblanca miró hacia atrás, hacia la puerta de la habitación que en ese momento ocupaba Suspiro, pero negando con la cabeza decidió que en ese momento era más importante hacer partícipe a Bio de lo que había descubierto, así como de sus sospechas de que aquella madame parecía estar haciendo algo irregular como poco, y que bien podría tener relación con las desapariciones. No podía ser casualidad que una de las chicas hablara de que pronto iba a poder irse de allí con su "amiguito" y al cabo de poco rato pasara todo aquello.
-Creo que esa chica sabía lo que estaba pasando y Odalyn está implicada, hasta creo que Suspiro lo sabe pero no sé qué pinta en todo esto.- Opinó tras contarle al pelinegro todo lo que había oído de la conversación y como había visto a Suspiro observando a la alada madame. -Me atrevería a decir que están tramando algo incluso ahora mismo en los reservados.- Terminó de decir indicando que quizá deberían echar un vistazo. No era un lugar al que quisiera ir por gusto precisamente pero, si tan solo pudieran espiar lo que fuese que estuviesen hablando...
Bio se la quedó mirando con la boca abierta, lo cual resultaba violento ya que ni siquiera ante los pechos de Odalyn había hecho una mueca como esa, por no decir que se suponía que sabía que era una maga peligrosa y no mostrarse tan sorprendido en público ante algo así. Por ello la peliblanca le miró a los ojos y alzó las cejas a modo de señal para que cerrara la boca y volviera a su papel. Con aquella interrupción Níniel dudaba que aquella parejita retomara la conversación anterior, y menos teniéndola a ella más que identificada como una de las trabajadoras de seguridad del señor Gray, por ello necesitaban toda la información que pudieran sacarle a la mujer alada. Necesitaban algo por donde empezar o eso de resolver el caso antes del amanecer se revelaría como una quimera irrealizable.
-Entiendo, por eso antes ni me miraba. Casi dudaba que fuera lo que decía ser pero ahora está claro por qué la contrató el señor Gray. Me alegra que use toda esa energía contenida para protegernos, claro que preferiría que la usara de otras formas...- A continuación, y sin inmutarse la madame se ocupó de una de sus chicas con un simple carraspeo, tras lo cual volvió de nuevo su atención hacia el pelinegro, que parecía gustarle sobremanera. -Se les paga por trabajar, a veces tengo que ser dura con ellas pero saben que lo hago por su bien. El señor Gray no es tan amable como yo.- Fue cuanto dijo respecto a ello, actuando como si fuera lo más normal y sin darle mayor importancia.
-¿Por dónde íbamos? Ah sí, querías que te hablara sobre las desapariciones...Bueno me siento más cómoda si quién me acompaña bebe conmigo en vez de limitarse a mirar mientras hablo. Pero si no quieres, bueno, tampoco sé tantas cosas. Solo que han desaparecido cinco chicas y un cliente. Si me preguntas a mí, creo que tiene que ver con todo ese asunto de los Black. Pobre Suspiro.- Añadió alzando la mirada hasta las barandillas de la primera planta y señalando con ella inequívocamente a una chica joven y morena vestida de negro que parecía descansar allí apoyada. -No es una vida fácil esta, ni siquiera para mí.- Dijo a continuación, casi a modo de un susurró más para sí misma que para el pelinegro a su lado que por un instante parecía haber dejado de existir a pesar de lo mucho que había estado intentando seducirlo.
- Suspiro:
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-Bueno, quizá podamos seguir hablando más tarde, debo ponerme a trabajar. Claro que si prefieres esperarme en mi habitación no tardaré mucho.- Fue lo siguiente que dijo la mujer-bestia alejándose de la barra contoneándose mientras caminaba y dirigiéndose a hablar con algunas de las chicas, las cuales tan pronto como terminaban de hablar con ella se dirigían a la zona de los reservados del fondo. Entre ellas la joven a la que Níniel había estado espiando antes, lo cual no pasó desapercibido para la elfa ya en la primera planta y a punto de entablar conversación con la tal Suspiro, que también parecía estar mirando lo mismo que ella. ¿Era habitual que la madame de un burdel decidiera poner fin al encuentro entre una chica y uno de los clientes de ese modo? ¿Para hacer qué?
En ese momento Níniel miró a Suspiro, y Suspiro la miró a ella antes de darse la vuelta y entrar de nuevo en su habitación con elegante calma. El modo en el que la morena había mirado a Odalyn, el mero hecho de que la mujer-bestia se llevara de ese modo a una de sus chicas que ya estaba ocupada, y más aún, que el cliente no protestara, de hecho aquel chico se limitó a levantarse y, nervioso, fue hacia la salida del local... Allí había algo que olía a quemado, y no eran las velas aromáticas.
La peliblanca miró hacia atrás, hacia la puerta de la habitación que en ese momento ocupaba Suspiro, pero negando con la cabeza decidió que en ese momento era más importante hacer partícipe a Bio de lo que había descubierto, así como de sus sospechas de que aquella madame parecía estar haciendo algo irregular como poco, y que bien podría tener relación con las desapariciones. No podía ser casualidad que una de las chicas hablara de que pronto iba a poder irse de allí con su "amiguito" y al cabo de poco rato pasara todo aquello.
-Creo que esa chica sabía lo que estaba pasando y Odalyn está implicada, hasta creo que Suspiro lo sabe pero no sé qué pinta en todo esto.- Opinó tras contarle al pelinegro todo lo que había oído de la conversación y como había visto a Suspiro observando a la alada madame. -Me atrevería a decir que están tramando algo incluso ahora mismo en los reservados.- Terminó de decir indicando que quizá deberían echar un vistazo. No era un lugar al que quisiera ir por gusto precisamente pero, si tan solo pudieran espiar lo que fuese que estuviesen hablando...
Última edición por Níniel Thenidiel el Jue Feb 09 2017, 22:47, editado 1 vez
Níniel Thenidiel
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Re: Alas de libertad [Trabajo] (Bio-Níniel) [Cerrado]
Ni siquiera me dio tiempo a ver cómo un par de grandulones sacaban a la aporreada víctima de la elfa del local casi a patadas, y no es que no se lo hubiera buscado pero me seguía impresionando tanta ese comportamiento tan brutal, al menos de parte de ella y aunque ya la había visto cargarse a un vampiro sin muchos problemas, esta vez había hecho gala de una actitud tan despiadada que hasta me asustaba un poco; fue necesario que me hiciera una seña para que volviera al papel, éramos rudos, ambos, y debíamos actuar como tales.
Escuché a Odalyn que al parecer también había quedado impresionada -Sí, te lo dije, la pérdida de su esposo la afectó mucho- Señalé mi cabeza -No está muy bien de aquí- Dije susurrando al oído de la mujer bestia para luego notar cómo hacía trabajar a una de sus chicas de manera bastante sutil pero directa -Sí, sí, las desapariciones, dime más- Afirmé quedándome junto a ella esperando saber lo que pudiera decirme, mencionó a Suspiro, de quien había hablado también Grey pero no habíamos logrado verla; dirigí la vista a donde señalaba la mujer y pude ver a la hermosa joven de cabellos negros y una mirada que aunque no era inocente, tampoco parecían los ojos de una mala persona... ¿O sí?
La información que me había dado dejaba muchos huecos; aunque había algo más que comenzaba a intrigarme -Dices que Gray no es tan amable, háblame de él ¿Cómo consigue a sus chicas?- Pregunté de manera curiosa y ésta vez, solo para asegurarme usaría mi mágica y encantadora voz de vampiro para convencerla de hablarme sin limitaciones; en mi mente el plan debía funcionar mucho mejor, pero en la realidad falló de manera catastrófica, parecía querer hablar pero al mismo tiempo había algo que la detenía, como si le causara un gran miedo hablar más de la cuenta y escapó de la situación alegando que debía ir a trabajar.
Afirmé con la cabeza aunque sin decir nada a su oferta, pero me mantuve en una posición que pudiera mantener la vista sobre ella en todo momento; al menos hasta que entraron a uno de los lugares reservados donde la vista se veía cortada por un delgado muro -Rayos...- Murmuré de mala gana ante la pésima suerte, o la astuta estrategia de la mujer para mantener sus actividades en secreto incluso para los mismos empleados del local; estaba distraído cuando fui sorprendido por la elfa quien me tomó sumido en tal grado de concentración que me hizo dar un pequeño salto -¡Casi me matas!- Dije exagerando un poco la situación; negué con la cabeza ante su suposición -No, yo más bien creo que esa chica sabía lo que estaba pasando, tal vez Odalyn también esté implicada, aunque no sé qué pueda pintar en todo esto- Dije a la elfa solo por tratar de llevarle la contraria aunque considerando muy seriamente su teoría.
Di un vistazo al lugar mientras la elfa terminaba su argumento -No digas más- Interrumpí -Si alguien debe ir a husmear en un lugar lleno de lujuria, erotismo y sexo desenfrenado, creo que debo ser yo- Dije poniendo mi mano en el pecho -Me sacrificaré por el equipo- Dije para finalmente acercarme discretamente al lugar que resguardaba celosamente la conversación que pudieran estar teniendo; no solo era el muro interpuesto, sino que además hablaban entre susurros, esta vez no bastaría con afinar el oído, haría falta mucho más; me recosté disimuladamente al muro pegando la parte posterior de mi cabeza y cerrando los ojos; respiré profundo y me concentré en concentrarme en el sonido que viniera desde adentro [1] Aún no entendía muy bien cómo lo hacía, pero si podía llenar mi voz de magia para causar efectos; tal vez también a la inversa funcionaría, atraer la voz hacia mí usando magia, a fin de cuentas, no en vano era un señor de la voz.
Todo mi argumentación y justificación mágica resultó ser solo una pérdida de tiempo, pues igual no escuchaba un rábano; aunque apenas logré entender algunos de los susurros repitiéndolos en mi mente -Les ayudaré... Calmar las sospechas... Todas podrán irse a su tiempo... Tener paciencia, y... ¿Desprenderse de los huevos?- Eso último no tenía mucho sentido aunque luego lo analicé mejor -Deshacerse de los nuevos? ¿Es eso lo que dijeron?- Pensé cayendo en cuenta que Niniel y yo éramos “Los nuevos” y si tenían una operación montada seguramente encontrarían la manera de silenciarnos o deshacerse de nosotros para después desprendernos los huevos... O algo así.
Su conversación fue cortada repentinamente a causa de un nuevo imbécil que se me acercó de manera indiscreta posando su mano en el muro muy cerca de mi cabeza -Vamos amigo, la conoces, la quiero, solo dime que hacer para tener a esa elfa- Lo miré de mala manera alejándome del muro para evitar sospechas pero hábilmente se puso en mi camino para insistir -Debe tener un precio, todas lo tienen, solo debes acercarme a ella, yo haré el resto- Dijo confiado el sujeto que a todas luces no tenía tan mala pinta como el resto, un amante de los desafíos y las mujeres duras seguramente, o un masoquista que le gustaba ser azotado, era algo que realmente no pensaba averiguar -No puedo ayudarte- Dije en voz baja -¡Claro que puedes, tú también tienes un precio, todos lo tienen!- Continuó con su teoría de que podía comprar el mundo con dinero -Está bien... Le gustan los hombres que se chupan el dedo, no me preguntes, le parece excitante, y no te ayudaré más- Le dije para deshacerme de él y alejarme rápidamente del lugar esperando que Odalyn o sus chicas no hubiesen notado que las espiaba o estaría en peores problemas, mucho peores.
[1] Habilidad de nivel 1: Morador de las Tinieblas Escuché a Odalyn que al parecer también había quedado impresionada -Sí, te lo dije, la pérdida de su esposo la afectó mucho- Señalé mi cabeza -No está muy bien de aquí- Dije susurrando al oído de la mujer bestia para luego notar cómo hacía trabajar a una de sus chicas de manera bastante sutil pero directa -Sí, sí, las desapariciones, dime más- Afirmé quedándome junto a ella esperando saber lo que pudiera decirme, mencionó a Suspiro, de quien había hablado también Grey pero no habíamos logrado verla; dirigí la vista a donde señalaba la mujer y pude ver a la hermosa joven de cabellos negros y una mirada que aunque no era inocente, tampoco parecían los ojos de una mala persona... ¿O sí?
La información que me había dado dejaba muchos huecos; aunque había algo más que comenzaba a intrigarme -Dices que Gray no es tan amable, háblame de él ¿Cómo consigue a sus chicas?- Pregunté de manera curiosa y ésta vez, solo para asegurarme usaría mi mágica y encantadora voz de vampiro para convencerla de hablarme sin limitaciones; en mi mente el plan debía funcionar mucho mejor, pero en la realidad falló de manera catastrófica, parecía querer hablar pero al mismo tiempo había algo que la detenía, como si le causara un gran miedo hablar más de la cuenta y escapó de la situación alegando que debía ir a trabajar.
Afirmé con la cabeza aunque sin decir nada a su oferta, pero me mantuve en una posición que pudiera mantener la vista sobre ella en todo momento; al menos hasta que entraron a uno de los lugares reservados donde la vista se veía cortada por un delgado muro -Rayos...- Murmuré de mala gana ante la pésima suerte, o la astuta estrategia de la mujer para mantener sus actividades en secreto incluso para los mismos empleados del local; estaba distraído cuando fui sorprendido por la elfa quien me tomó sumido en tal grado de concentración que me hizo dar un pequeño salto -¡Casi me matas!- Dije exagerando un poco la situación; negué con la cabeza ante su suposición -No, yo más bien creo que esa chica sabía lo que estaba pasando, tal vez Odalyn también esté implicada, aunque no sé qué pueda pintar en todo esto- Dije a la elfa solo por tratar de llevarle la contraria aunque considerando muy seriamente su teoría.
Di un vistazo al lugar mientras la elfa terminaba su argumento -No digas más- Interrumpí -Si alguien debe ir a husmear en un lugar lleno de lujuria, erotismo y sexo desenfrenado, creo que debo ser yo- Dije poniendo mi mano en el pecho -Me sacrificaré por el equipo- Dije para finalmente acercarme discretamente al lugar que resguardaba celosamente la conversación que pudieran estar teniendo; no solo era el muro interpuesto, sino que además hablaban entre susurros, esta vez no bastaría con afinar el oído, haría falta mucho más; me recosté disimuladamente al muro pegando la parte posterior de mi cabeza y cerrando los ojos; respiré profundo y me concentré en concentrarme en el sonido que viniera desde adentro [1] Aún no entendía muy bien cómo lo hacía, pero si podía llenar mi voz de magia para causar efectos; tal vez también a la inversa funcionaría, atraer la voz hacia mí usando magia, a fin de cuentas, no en vano era un señor de la voz.
Todo mi argumentación y justificación mágica resultó ser solo una pérdida de tiempo, pues igual no escuchaba un rábano; aunque apenas logré entender algunos de los susurros repitiéndolos en mi mente -Les ayudaré... Calmar las sospechas... Todas podrán irse a su tiempo... Tener paciencia, y... ¿Desprenderse de los huevos?- Eso último no tenía mucho sentido aunque luego lo analicé mejor -Deshacerse de los nuevos? ¿Es eso lo que dijeron?- Pensé cayendo en cuenta que Niniel y yo éramos “Los nuevos” y si tenían una operación montada seguramente encontrarían la manera de silenciarnos o deshacerse de nosotros para después desprendernos los huevos... O algo así.
Su conversación fue cortada repentinamente a causa de un nuevo imbécil que se me acercó de manera indiscreta posando su mano en el muro muy cerca de mi cabeza -Vamos amigo, la conoces, la quiero, solo dime que hacer para tener a esa elfa- Lo miré de mala manera alejándome del muro para evitar sospechas pero hábilmente se puso en mi camino para insistir -Debe tener un precio, todas lo tienen, solo debes acercarme a ella, yo haré el resto- Dijo confiado el sujeto que a todas luces no tenía tan mala pinta como el resto, un amante de los desafíos y las mujeres duras seguramente, o un masoquista que le gustaba ser azotado, era algo que realmente no pensaba averiguar -No puedo ayudarte- Dije en voz baja -¡Claro que puedes, tú también tienes un precio, todos lo tienen!- Continuó con su teoría de que podía comprar el mundo con dinero -Está bien... Le gustan los hombres que se chupan el dedo, no me preguntes, le parece excitante, y no te ayudaré más- Le dije para deshacerme de él y alejarme rápidamente del lugar esperando que Odalyn o sus chicas no hubiesen notado que las espiaba o estaría en peores problemas, mucho peores.
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Re: Alas de libertad [Trabajo] (Bio-Níniel) [Cerrado]
-Solo asegúrate de prestar atención a la conversación adecuada, ¿quieres? No estamos aquí para aprender sobre las costumbres sexuales de la gente de la ciudad y lo que hacen en privado.- Advirtió en voz baja a su compañero la joven elfa a tenor de ver lo cómodo que se sentía el pelinegro en aquel ambiente y con las mujeres lascivas carentes de ropa alguna, algo que sinceramente no esperaba de él a sabiendas de su pasado. Sentándose a esperar su regreso en un taburete cercano a la barra mientras trataba de seguir aparentando ser una temible maga elfa con el trabajo de asegurarse de que todo allí estuviera tranquilo y controlado y nadie se pasara con las chicas y chicos del "servicio".
-Buen trabajo con ese gordo novata.- La interrumpió una chica joven apenas cubierta tras la barra, llamando su atención al golpear la madera tras ella al poner un vaso justo tras la elfa. -Ese indeseable era uno de los clientes habituales. Un cerdo agresivo con unas fantasías muy sucias, me alegro de que por fin alguien lo haya puesto en su sitio.- Continuó diciendo agradeciéndole a la peliblanca lo que había hecho y haciéndola sentir aún mejor consigo misma por ello al saber que era incluso peor de lo que había pensado.
-Ah, no hay de qué...Es mi trabajo. Me extraña que nadie le hubiese dado una lección antes por lo que me cuentas.- Respondió la elfa contenta de poder centrarse por un momento en una sola mujer medio desnuda al girarse para hablar con aquella camarera en vez de con todo lo que había a sus espaldas.
-Como si los hombres que contrata el señor Gray fuesen mejores...Eres la primera mujer que contrata que no sea para menear el culo por aquí. Las chicas con las que he hablado están sorprendidas, para bien quiero decir. ¿Te pongo algo?, invita la casa.- Le ofreció la joven encontrando de lo más interesante el hecho de que podría ser que las trabajadoras de aquel lugar la vieran en cierto modo como una aliada por ser mujer. Puede que incluso su intercambio de opiniones con aquel orondo orejas redondas en las escaleras acabara siendo más útil de lo que había pensado.
-No gracias, debo de estar despejada. Por todo ese tema de las desapariciones, ya sabes.- Dijo, bajando la voz de forma cómplice en las últimas palabras y haciendo un gesto negativo con las manos pues la camarera ya estaba a punto de verter en el vaso algún tipo de bebida alcohólica en el vaso, y de las fuertes por cómo olía.
-Ah sí...Ha sido una...pena. Algunas son amigas mías.- Contestó la chica sin parecer especialmente compunguida o preocupada, dejando la botella a un lado del vaso como solían hacer los camareros cuando querían indicar que el cliente podría servirse a discreción. Algo que solía acabar con las botellas más que apuradas según la experiencia de la peliblanca, que por su parte prefería las bebidas de su pueblo a las humanas, más dulces y afrutadas y menos perniciosas, aunque algunas mucho más fuertes de lo que cualquiera podría pensar. -¿Sabés lo peor de todo eso? Que ese maldito de Joel no moviera ni un dedo hasta que desapareció uno de los clientes. No le importamos a nadie, suerte que tenemos a Odalyn.- Continuó diciendo aunque callándose de repente al darse cuenta de que quizás había hablado demasiado ya y de un modo que no debería, poniéndose algo nerviosa y tratando de quitarle hierro al asunto diciendo que no había querido decir nada malo del señor Gray y solo tranquilizándose cuando la elfa hizo un gesto de despreocupación.
-Ya me di cuenta del tipo de persona que es. Como todos los hombres pensó que ganaría más desnuda que con mi oficio, menudo cerdo.- Le confió para ganarse su confianza, consiguiendo que sonriera levemente.
-Hola encanto. ¿Puedo sentarme?.- Interrumpió un hombre cercano a la treintena y bastante apuesto para ser un orejas redondas sentándose al lado de la sacerdotisa antes de haber recibido respuesta a su pregunta. -Ponme otro vaso, comparto el buen gusto de esta preciosidad por las bebidas contundentes. ¿No te importa que compartamos la botella, no?, yo invito.- Continuó diciendo y preguntando a pesar de que claramente le importaba un comino la opinión de Níniel, pues no parecía interesado en escuchar sus respuestas.
Y eso no fue lo peor, lo peor fue cuando para extrañeza de la joven, aquel hombre se apoyó de un modo con el que intentaba ser sensual con un codo sobre la barra, y mirándola gesticulando de forma rara con sus pequeños ojos comenzó a chuparse un dedo como si fuera una especie de bebé grande o pareciera algún tipo de trastorno mental que le impedía ver que una persona adulta, al menos no una con algo de amor propio, no haría algo así. Y por los dioses, ¿por qué se los lamía con la lengua?
-¿Estás bien? Si tienes algo entre los dedos te aconsejaría que usases una balde con agua limpia, eso que haces es asqueroso y pareces imbécil.- Espetó la elfa con sinceridad dejando a aquel humano con dos dedos metidos en la boca y con una cara de gilipollas que era todo un poema, logrando que la camarera soltara una risita que no hizo si no aumentar el profundo foso de vergüenza e ignominia al que aquel sujeto se había lanzado de cabeza a saber por qué.
-Pero tú...ese malnacido me ha...Ahí está.- Comenzó a decir furioso con alguien que pronto Níniel identificó, como no, como Bio. El cual regresaba tras realizar sus pesquisas en la zona privada de aquella planta del burdel. Para cualquiera la situación no tendría demasiado sentido, pero para la elfa tenía todo el del mundo. El vampiro seguramente se las había apañado para azuzarle a aquel tipo y además le había convencido de algún modo para que hiciera aquella bobada con toda la intención de molestarla. Bueno, pues ahora tendría que librarse de él antes de poder poner en común lo que había averiguado...Buen trabajo Bio.
-¿Sabes quién soy? No soy alguien con quien puedas jugar, ¿me oyes?.- Le increpó aquel botarate lanzándose a por él para empujarlo. De unas de las mesas cercanas, un par de humanos que parecían amigos de aquel furibundo shemlen comenzaron a levantarse de las sillas con la clara intención de ayudarlo. Ante aquello Níniel se limitó a cruzarse de brazos y a sonreír de medio lado. Sin decir nada estaba clara su postura; "alé apañatelas ahora listo". Cuando acabara de hacer rl tonto podrían regresar al trabajo.
-Buen trabajo con ese gordo novata.- La interrumpió una chica joven apenas cubierta tras la barra, llamando su atención al golpear la madera tras ella al poner un vaso justo tras la elfa. -Ese indeseable era uno de los clientes habituales. Un cerdo agresivo con unas fantasías muy sucias, me alegro de que por fin alguien lo haya puesto en su sitio.- Continuó diciendo agradeciéndole a la peliblanca lo que había hecho y haciéndola sentir aún mejor consigo misma por ello al saber que era incluso peor de lo que había pensado.
-Ah, no hay de qué...Es mi trabajo. Me extraña que nadie le hubiese dado una lección antes por lo que me cuentas.- Respondió la elfa contenta de poder centrarse por un momento en una sola mujer medio desnuda al girarse para hablar con aquella camarera en vez de con todo lo que había a sus espaldas.
-Como si los hombres que contrata el señor Gray fuesen mejores...Eres la primera mujer que contrata que no sea para menear el culo por aquí. Las chicas con las que he hablado están sorprendidas, para bien quiero decir. ¿Te pongo algo?, invita la casa.- Le ofreció la joven encontrando de lo más interesante el hecho de que podría ser que las trabajadoras de aquel lugar la vieran en cierto modo como una aliada por ser mujer. Puede que incluso su intercambio de opiniones con aquel orondo orejas redondas en las escaleras acabara siendo más útil de lo que había pensado.
-No gracias, debo de estar despejada. Por todo ese tema de las desapariciones, ya sabes.- Dijo, bajando la voz de forma cómplice en las últimas palabras y haciendo un gesto negativo con las manos pues la camarera ya estaba a punto de verter en el vaso algún tipo de bebida alcohólica en el vaso, y de las fuertes por cómo olía.
-Ah sí...Ha sido una...pena. Algunas son amigas mías.- Contestó la chica sin parecer especialmente compunguida o preocupada, dejando la botella a un lado del vaso como solían hacer los camareros cuando querían indicar que el cliente podría servirse a discreción. Algo que solía acabar con las botellas más que apuradas según la experiencia de la peliblanca, que por su parte prefería las bebidas de su pueblo a las humanas, más dulces y afrutadas y menos perniciosas, aunque algunas mucho más fuertes de lo que cualquiera podría pensar. -¿Sabés lo peor de todo eso? Que ese maldito de Joel no moviera ni un dedo hasta que desapareció uno de los clientes. No le importamos a nadie, suerte que tenemos a Odalyn.- Continuó diciendo aunque callándose de repente al darse cuenta de que quizás había hablado demasiado ya y de un modo que no debería, poniéndose algo nerviosa y tratando de quitarle hierro al asunto diciendo que no había querido decir nada malo del señor Gray y solo tranquilizándose cuando la elfa hizo un gesto de despreocupación.
-Ya me di cuenta del tipo de persona que es. Como todos los hombres pensó que ganaría más desnuda que con mi oficio, menudo cerdo.- Le confió para ganarse su confianza, consiguiendo que sonriera levemente.
-Hola encanto. ¿Puedo sentarme?.- Interrumpió un hombre cercano a la treintena y bastante apuesto para ser un orejas redondas sentándose al lado de la sacerdotisa antes de haber recibido respuesta a su pregunta. -Ponme otro vaso, comparto el buen gusto de esta preciosidad por las bebidas contundentes. ¿No te importa que compartamos la botella, no?, yo invito.- Continuó diciendo y preguntando a pesar de que claramente le importaba un comino la opinión de Níniel, pues no parecía interesado en escuchar sus respuestas.
Y eso no fue lo peor, lo peor fue cuando para extrañeza de la joven, aquel hombre se apoyó de un modo con el que intentaba ser sensual con un codo sobre la barra, y mirándola gesticulando de forma rara con sus pequeños ojos comenzó a chuparse un dedo como si fuera una especie de bebé grande o pareciera algún tipo de trastorno mental que le impedía ver que una persona adulta, al menos no una con algo de amor propio, no haría algo así. Y por los dioses, ¿por qué se los lamía con la lengua?
-¿Estás bien? Si tienes algo entre los dedos te aconsejaría que usases una balde con agua limpia, eso que haces es asqueroso y pareces imbécil.- Espetó la elfa con sinceridad dejando a aquel humano con dos dedos metidos en la boca y con una cara de gilipollas que era todo un poema, logrando que la camarera soltara una risita que no hizo si no aumentar el profundo foso de vergüenza e ignominia al que aquel sujeto se había lanzado de cabeza a saber por qué.
-Pero tú...ese malnacido me ha...Ahí está.- Comenzó a decir furioso con alguien que pronto Níniel identificó, como no, como Bio. El cual regresaba tras realizar sus pesquisas en la zona privada de aquella planta del burdel. Para cualquiera la situación no tendría demasiado sentido, pero para la elfa tenía todo el del mundo. El vampiro seguramente se las había apañado para azuzarle a aquel tipo y además le había convencido de algún modo para que hiciera aquella bobada con toda la intención de molestarla. Bueno, pues ahora tendría que librarse de él antes de poder poner en común lo que había averiguado...Buen trabajo Bio.
-¿Sabes quién soy? No soy alguien con quien puedas jugar, ¿me oyes?.- Le increpó aquel botarate lanzándose a por él para empujarlo. De unas de las mesas cercanas, un par de humanos que parecían amigos de aquel furibundo shemlen comenzaron a levantarse de las sillas con la clara intención de ayudarlo. Ante aquello Níniel se limitó a cruzarse de brazos y a sonreír de medio lado. Sin decir nada estaba clara su postura; "alé apañatelas ahora listo". Cuando acabara de hacer rl tonto podrían regresar al trabajo.
Níniel Thenidiel
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Re: Alas de libertad [Trabajo] (Bio-Níniel) [Cerrado]
Afortunadamente había conseguido deshacerme de aquel molesto sujeto, ahora lidiar con él era problema de alguien más pues yo tenía mis propios asuntos entre manos; afortunadamente logré alejarme un poco de la pared para cuando salió de la habitación la mujer que hablaba con Odalyn esperando descubrir de qué se trataba el pequeño alboroto que había formado ese individuo y que ahora no era más que un triste recuerdo.
La mujer me miró inquisitivamente así que para evitar las sospechas que derivarían de alejarme, preferí acercarme a ella como si no hubiese hecho nada malo -¿Qué ha sido eso?- Me preguntó -Ese sujeto estaba golpeando el muro, parece que se desquitaba por haber sido rechazado- Respondí de inmediato con lo primero que me vino a la mente al mismo tiempo que señalaba la dirección a donde se había ido y que para mi sorpresa, se había tomado muy literal mi consejo.
Dejé caer los brazos y alcé una ceja ante la peculiar escena de aquel sujeto chupando sus dedos pero con tal seguridad en su rostro que parecía imposible que fallara, aunque lógicamente así fue, y aunque no alcancé a escuchar lo que la elfa le había dicho, resultaba evidente que no le había sentado nada bien y ahora venía por mí, acusándome como el causante de su desgracia, tal como si yo le hubiese dicho que... Bueno sí lo había hecho pero no esperaba que lo hiciera al pie de la letra.
Abrí los ojos como platos y retrocedí un poco hasta que mi espalda alcanzó el muro, además de ello se acercaban otros dos -Ya, vale, te he visto y no lo hiciste bien- Le dije justo antes que de un empujón me hiciera rebotar contra el muro -Te daré otro consejo y verás cómo cae rendida- Dije para tratar de convencerlo pero al parecer todo esfuerzo para resolverlo por las buenas iba a ser en vano, hay sujetos con los que no se puede simplemente dialogar -No me engañarás de nuevo, igualado- Dijo con desprecio mientras se acercaba sin detenerse.
Los otros dos sujetos me rodearon para evitar que huyeran al mismo tiempo que se adelantaban al otro sujeto para sostenerme de los hombros; la situación estaba a punto de salirse de control así que era momento de volverse serio -Vamos chicos, ya saben cómo terminará esto, mi trabajo es mantener el orden en el lugar y ustedes están causando desorden- Dije en tono calmado tratando de calmarlos pero un fuerte puñetazo aterrizó en mi cara volteándome hacia un lado -¡¡Me importa un rábano tu trabajo!!- Alzó la voz el hombre al tiempo que lanzaba un segundo golpe que esta vez fue interceptado por mi mano -Basta- [1] Dije en tono calmado pero al mismo tiempo dejé salir una fuerte dosis de magia escondida en la palabra; una dosis tan fuerte para hacer que el sujeto cayera al piso de rodillas con los ojos cerrados y gritando de dolor; apreté su mano para que diera la impresión que era ese daño el que sentía pero en realidad era solo su mente la que estaba ahogada en sufrimiento.
Ahora te diré lo que pasará, te soltaré y saldrás caminando, o te quedas y te sacarán arrastrado, tú decides- Dije apretando su mano más fuerte aunque lo que realmente le lastimaba era la magia anidada en mis palabras; realmente no solía usar el viejo truco del rostro feo pero era una situación desesperada; por lo que al mirar a los otros sujetos hice mi rostro más atemorizante con mi presencia vampírica -¿Y ustedes? ¿Se quedan o se van?- Dije soltando al sujeto que no tardó en irse por su cuenta, aunque ayudándose de la pared para poder caminar; los otros dos tan solo me miraron y retrocedieron -Esto no se quedará así- Dijo uno de ellos mientras comenzaban a correr detrás del otro sujeto hasta que todos se perdieron tras la puerta.
No sabía si había sido la mejor solución, pero había mantenido mis habilidades escondidas para seguir pasando desapercibido -¿Te diviertes?- Me preguntó la mujer -Tenemos otro problema en el depósito de licores, tienen que ir a verlo... Ambos- Ordenó la mujer en un tono muy serio que ciertamente después de lo que había escuchado me daba muy mala espina; la mujer llamó a Niniel al mismo tiempo que caminábamos hacia la elfa hasta que nos encontramos -Ambos deben bajar al depósito de licores, han encontrado un... Una... Una pista, sí eso, deben verla- Dijo de una manera tan tosca que se notaba a leguas la mentira.
Negué disimuladamente con la cabeza y lancé una mirada de alerta a Niniel al tiempo que trataba de evitarle el peligro -Ella es la fuerza de este equipo, debe estar aquí atenta a todo, bajaré yo solo, no es necesario que...- Me interrumpió sin vacilar -Ambos, deben ir. Ahora- Tal parecía que no habría manera de hacerla cambiar de parecer, así que simplemente miré a mi compañera de clan esperando su respuesta, algo me decía que habían encontrado la manera de librarse de nosotros, o al menos intentarlo; aunque tal vez todo aquello fuera solo producto de mi imaginación y no había escuchado correctamente, y es que “Desprenderse de los huevos” no sonaba tan mal una vez que se le encontraba sentido.
[1] Habilidad de Nivel 0: El que susurra en la oscuridad La mujer me miró inquisitivamente así que para evitar las sospechas que derivarían de alejarme, preferí acercarme a ella como si no hubiese hecho nada malo -¿Qué ha sido eso?- Me preguntó -Ese sujeto estaba golpeando el muro, parece que se desquitaba por haber sido rechazado- Respondí de inmediato con lo primero que me vino a la mente al mismo tiempo que señalaba la dirección a donde se había ido y que para mi sorpresa, se había tomado muy literal mi consejo.
Dejé caer los brazos y alcé una ceja ante la peculiar escena de aquel sujeto chupando sus dedos pero con tal seguridad en su rostro que parecía imposible que fallara, aunque lógicamente así fue, y aunque no alcancé a escuchar lo que la elfa le había dicho, resultaba evidente que no le había sentado nada bien y ahora venía por mí, acusándome como el causante de su desgracia, tal como si yo le hubiese dicho que... Bueno sí lo había hecho pero no esperaba que lo hiciera al pie de la letra.
Abrí los ojos como platos y retrocedí un poco hasta que mi espalda alcanzó el muro, además de ello se acercaban otros dos -Ya, vale, te he visto y no lo hiciste bien- Le dije justo antes que de un empujón me hiciera rebotar contra el muro -Te daré otro consejo y verás cómo cae rendida- Dije para tratar de convencerlo pero al parecer todo esfuerzo para resolverlo por las buenas iba a ser en vano, hay sujetos con los que no se puede simplemente dialogar -No me engañarás de nuevo, igualado- Dijo con desprecio mientras se acercaba sin detenerse.
Los otros dos sujetos me rodearon para evitar que huyeran al mismo tiempo que se adelantaban al otro sujeto para sostenerme de los hombros; la situación estaba a punto de salirse de control así que era momento de volverse serio -Vamos chicos, ya saben cómo terminará esto, mi trabajo es mantener el orden en el lugar y ustedes están causando desorden- Dije en tono calmado tratando de calmarlos pero un fuerte puñetazo aterrizó en mi cara volteándome hacia un lado -¡¡Me importa un rábano tu trabajo!!- Alzó la voz el hombre al tiempo que lanzaba un segundo golpe que esta vez fue interceptado por mi mano -Basta- [1] Dije en tono calmado pero al mismo tiempo dejé salir una fuerte dosis de magia escondida en la palabra; una dosis tan fuerte para hacer que el sujeto cayera al piso de rodillas con los ojos cerrados y gritando de dolor; apreté su mano para que diera la impresión que era ese daño el que sentía pero en realidad era solo su mente la que estaba ahogada en sufrimiento.
Ahora te diré lo que pasará, te soltaré y saldrás caminando, o te quedas y te sacarán arrastrado, tú decides- Dije apretando su mano más fuerte aunque lo que realmente le lastimaba era la magia anidada en mis palabras; realmente no solía usar el viejo truco del rostro feo pero era una situación desesperada; por lo que al mirar a los otros sujetos hice mi rostro más atemorizante con mi presencia vampírica -¿Y ustedes? ¿Se quedan o se van?- Dije soltando al sujeto que no tardó en irse por su cuenta, aunque ayudándose de la pared para poder caminar; los otros dos tan solo me miraron y retrocedieron -Esto no se quedará así- Dijo uno de ellos mientras comenzaban a correr detrás del otro sujeto hasta que todos se perdieron tras la puerta.
No sabía si había sido la mejor solución, pero había mantenido mis habilidades escondidas para seguir pasando desapercibido -¿Te diviertes?- Me preguntó la mujer -Tenemos otro problema en el depósito de licores, tienen que ir a verlo... Ambos- Ordenó la mujer en un tono muy serio que ciertamente después de lo que había escuchado me daba muy mala espina; la mujer llamó a Niniel al mismo tiempo que caminábamos hacia la elfa hasta que nos encontramos -Ambos deben bajar al depósito de licores, han encontrado un... Una... Una pista, sí eso, deben verla- Dijo de una manera tan tosca que se notaba a leguas la mentira.
Negué disimuladamente con la cabeza y lancé una mirada de alerta a Niniel al tiempo que trataba de evitarle el peligro -Ella es la fuerza de este equipo, debe estar aquí atenta a todo, bajaré yo solo, no es necesario que...- Me interrumpió sin vacilar -Ambos, deben ir. Ahora- Tal parecía que no habría manera de hacerla cambiar de parecer, así que simplemente miré a mi compañera de clan esperando su respuesta, algo me decía que habían encontrado la manera de librarse de nosotros, o al menos intentarlo; aunque tal vez todo aquello fuera solo producto de mi imaginación y no había escuchado correctamente, y es que “Desprenderse de los huevos” no sonaba tan mal una vez que se le encontraba sentido.
Bio
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Re: Alas de libertad [Trabajo] (Bio-Níniel) [Cerrado]
Níniel no podía aprobar que Bio usara sus habilidades de vampiro con aquellos indefensos humanos, pero desde luego no se podía negar que resultaban de lo más eficaces, como quedó patente al poder librarse de los tres en un santiamén ahorrándoles un valioso tiempo; que por otra parte hubiesen perdido por su culpa. Él mismo se metió en aquel lío y el mismo salió de el rápidamente, no había gran cosa que reprocharle, no al menos tras haber tenido que recurrir ella misma a la violencia contra otro sucio orejas redondas. Claro que de no haber aparecido acompañado de una de las chicas sí que le hubiera preguntado acerca de por qué rayos le había enviado a un penoso espécimen chupándose el dedo. Entendía que había sido un modo de molestarla pero se le escapan las sutilezas de dicha simbología.
-¿El depósito de licores?- Repitió en voz alta la peliblanca ante la extraña petición de aquella joven mientras notaba como tras ella Bio le lanzaba una mirada de advertencia que junto al tono de la muchacha fueron señales más que evidentes de que algo estaba tramando. -¿Dónde está ese depósito?- Preguntó a continuación para ganar algo de tiempo para pensar y de paso asentir levemente, aunque no hacía ella si no hacía el pelinegro para que supiera que le había entendido.
-En el sótano, las escaleras están en la sala detrás de la barra. Os acompañaré.- Indicó señalando con la mano en aquella dirección e intercambiando una serie de miradas con la camarera que les abrió la puertecita que separaba la barra del resto del local. Un lugar apartado del burdel, una clara intención de llevarlos a ellos dos que no admitía discusión, la mirada de Bio...Definitivamente aquello olía a trampa a la lengua aunque la elfa no sabía de qué tipo ni por qué. ¿Les habían calado igual que ellos ya sospechaban que había meretrices implicadas en las desapariciones, o era por otra cosa?
En cualquier caso no tenían mucha elección. No podían dar un motivo para negarse que no les delatara, y de hecho activar la trampa seguramente fuera el mejor modo de avanzar en la investigación de las desapariciones. Era un riesgo que tendrían que correr y además contaban con sus propios ases bajo la manga. No sabían que Bio no era un matón del tres al cuarto si no un poderoso vampiro, y de Níniel, bueno, debían de pensar que era una luchadora mágica nata cuando en realidad sus virtudes iban más dirigidas al apoyo. Quizá pudieran sacar ventaja de ello -Bien, vamos a ver esa pista.- fueron las palabras de la sacerdotisa tratando de no dejar entrever su tensión para que de ese modo su guía pensara que la trampa estaba funcionando y estaban desprevenidos, apoyando aquella idea comenzando una conversación intrascendente mientras descendían al sótano haciendo crujir los escalones de madera.
-Realmente creo que estamos de suerte...Vincent. Este es el trabajo más fácil que hemos tenido en meses. Está claro que esas desapariciones son cosa de esos Black y ahora que el señor Gray ha contratado más seguridad seguramente no volverán a ocurrir. Despachamos a unos borrachos un par de noches y listo.- Comentó para Bio.- Además si hay cualquier problema seguro que te las apañas, claro que puedo ayudarte con mis habilidades.- Añadió de tal manera que el pelinegro entendiera que estaba preparada para ayudarle, él sabría que se refería a sus curas y bendiciones las cuales conocía de sobra.
Una vez que terminaron de bajar, aquella chica tomó una lámpara de aceite de una mesa cercana a las escaleras, sobre la cual había otro par más a las que había que sumar una ya encendida, y usando una larga cerilla la encendió también señalandoles en dirección al fondo de aquel lugar frío y oscuro. Las paredes, suelo y techo eran de piedra de unos tres metros de altura y buena parte del lugar estaba lleno de estanterías formando largos pasillos en los que había almacenada una gran cantidad de comida y botellas de bebidas de las más baratas. Contra las paredes había apilados una gran cantidad de barricas de madera que debían de contener el vino y a la derecha de la entrada había unos armarios especiales para botellas donde reposaban los licores de mayor valor.
-La pista está al fondo.- Les indicó la chica caminando por delante de ellos agitando el candil con un pulso cada vez más tembloroso y llevándoles hasta la pared contraria de piedra, donde dos grandes barriles de madera con un diámetro de casi dos metros cada uno ocupaban buena parte de la misma. Entonces se detuvo y simplemente señaló a uno de los barriles apartándose y limitándose a quedarse callada y sujetando la luz.
-Aquí no veo nada, solo son barricas de vino...- Dijo la elfa en guardia y preparada para actuar ante algo que aún no había ocurrido y que a juzgar por los nervios de su guía ya debería de haber pasado. -Aunque estas rozaduras en el suelo son delante de este barril son sospechosas.- Se percató la joven gracias a su vista de elfa y pensando que quizá sí que les había conducido hasta una pista. Claro que a juzgar por el respingó que la la chica soltó, a una que no esperaba que viera.
-No..no, eso es, de mover los barriles, la pista es...eso de...- Trató de decir. Pero en ese momento el sonido de la puerta de la entrada al sótano se cerró de golpe interrumpiendo su intento de excusa y como alma que lleva el diablo trató de salir corriendo hacia allí dejando caer incluso el farol con las prisas.
-Debiste aceptar mi proposición, guapo. Debisteis aceptar las bebidas y la buena compañía como hacen todos y no ser tan "profesionales". Porque ahora mismo lo que el "Libertad" necesita son los típicos garrulos incapaces de apartar sus ojos de mis tetas. Para una vez que ese hijo de puta de Joel contrata a alguien decente...-Dijo la aterciopelada y conocida voz de Odalyn conforme su alada y desnuda silueta se dibuja en la penumbra al acercarse hasta ellos con sus alas acariciando los estantes que recorría. -No puedo dejar que lo estropeéis todo ahora así que...Voy a saltarme la norma de no tocar.- Terminó de decir dejando a la vista una larga lanza y haciendo una demostración bastante impresionante de lo que podía hacer con ella incluso en aquel espacio tan limitado. Iba muy pero que muy en serio, y en sus dorados ojos de halcón, una vez se acercó lo bastante a la luz del farolillo, no había más que un feroz instinto combativo.
-¿El depósito de licores?- Repitió en voz alta la peliblanca ante la extraña petición de aquella joven mientras notaba como tras ella Bio le lanzaba una mirada de advertencia que junto al tono de la muchacha fueron señales más que evidentes de que algo estaba tramando. -¿Dónde está ese depósito?- Preguntó a continuación para ganar algo de tiempo para pensar y de paso asentir levemente, aunque no hacía ella si no hacía el pelinegro para que supiera que le había entendido.
-En el sótano, las escaleras están en la sala detrás de la barra. Os acompañaré.- Indicó señalando con la mano en aquella dirección e intercambiando una serie de miradas con la camarera que les abrió la puertecita que separaba la barra del resto del local. Un lugar apartado del burdel, una clara intención de llevarlos a ellos dos que no admitía discusión, la mirada de Bio...Definitivamente aquello olía a trampa a la lengua aunque la elfa no sabía de qué tipo ni por qué. ¿Les habían calado igual que ellos ya sospechaban que había meretrices implicadas en las desapariciones, o era por otra cosa?
En cualquier caso no tenían mucha elección. No podían dar un motivo para negarse que no les delatara, y de hecho activar la trampa seguramente fuera el mejor modo de avanzar en la investigación de las desapariciones. Era un riesgo que tendrían que correr y además contaban con sus propios ases bajo la manga. No sabían que Bio no era un matón del tres al cuarto si no un poderoso vampiro, y de Níniel, bueno, debían de pensar que era una luchadora mágica nata cuando en realidad sus virtudes iban más dirigidas al apoyo. Quizá pudieran sacar ventaja de ello -Bien, vamos a ver esa pista.- fueron las palabras de la sacerdotisa tratando de no dejar entrever su tensión para que de ese modo su guía pensara que la trampa estaba funcionando y estaban desprevenidos, apoyando aquella idea comenzando una conversación intrascendente mientras descendían al sótano haciendo crujir los escalones de madera.
-Realmente creo que estamos de suerte...Vincent. Este es el trabajo más fácil que hemos tenido en meses. Está claro que esas desapariciones son cosa de esos Black y ahora que el señor Gray ha contratado más seguridad seguramente no volverán a ocurrir. Despachamos a unos borrachos un par de noches y listo.- Comentó para Bio.- Además si hay cualquier problema seguro que te las apañas, claro que puedo ayudarte con mis habilidades.- Añadió de tal manera que el pelinegro entendiera que estaba preparada para ayudarle, él sabría que se refería a sus curas y bendiciones las cuales conocía de sobra.
Una vez que terminaron de bajar, aquella chica tomó una lámpara de aceite de una mesa cercana a las escaleras, sobre la cual había otro par más a las que había que sumar una ya encendida, y usando una larga cerilla la encendió también señalandoles en dirección al fondo de aquel lugar frío y oscuro. Las paredes, suelo y techo eran de piedra de unos tres metros de altura y buena parte del lugar estaba lleno de estanterías formando largos pasillos en los que había almacenada una gran cantidad de comida y botellas de bebidas de las más baratas. Contra las paredes había apilados una gran cantidad de barricas de madera que debían de contener el vino y a la derecha de la entrada había unos armarios especiales para botellas donde reposaban los licores de mayor valor.
-La pista está al fondo.- Les indicó la chica caminando por delante de ellos agitando el candil con un pulso cada vez más tembloroso y llevándoles hasta la pared contraria de piedra, donde dos grandes barriles de madera con un diámetro de casi dos metros cada uno ocupaban buena parte de la misma. Entonces se detuvo y simplemente señaló a uno de los barriles apartándose y limitándose a quedarse callada y sujetando la luz.
-Aquí no veo nada, solo son barricas de vino...- Dijo la elfa en guardia y preparada para actuar ante algo que aún no había ocurrido y que a juzgar por los nervios de su guía ya debería de haber pasado. -Aunque estas rozaduras en el suelo son delante de este barril son sospechosas.- Se percató la joven gracias a su vista de elfa y pensando que quizá sí que les había conducido hasta una pista. Claro que a juzgar por el respingó que la la chica soltó, a una que no esperaba que viera.
-No..no, eso es, de mover los barriles, la pista es...eso de...- Trató de decir. Pero en ese momento el sonido de la puerta de la entrada al sótano se cerró de golpe interrumpiendo su intento de excusa y como alma que lleva el diablo trató de salir corriendo hacia allí dejando caer incluso el farol con las prisas.
-Debiste aceptar mi proposición, guapo. Debisteis aceptar las bebidas y la buena compañía como hacen todos y no ser tan "profesionales". Porque ahora mismo lo que el "Libertad" necesita son los típicos garrulos incapaces de apartar sus ojos de mis tetas. Para una vez que ese hijo de puta de Joel contrata a alguien decente...-Dijo la aterciopelada y conocida voz de Odalyn conforme su alada y desnuda silueta se dibuja en la penumbra al acercarse hasta ellos con sus alas acariciando los estantes que recorría. -No puedo dejar que lo estropeéis todo ahora así que...Voy a saltarme la norma de no tocar.- Terminó de decir dejando a la vista una larga lanza y haciendo una demostración bastante impresionante de lo que podía hacer con ella incluso en aquel espacio tan limitado. Iba muy pero que muy en serio, y en sus dorados ojos de halcón, una vez se acercó lo bastante a la luz del farolillo, no había más que un feroz instinto combativo.
Iniciada dificultad. Traición de la hasta ahora agradable madame del burdel.
Última edición por Níniel Thenidiel el Lun Feb 13 2017, 19:11, editado 1 vez
Níniel Thenidiel
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Re: Alas de libertad [Trabajo] (Bio-Níniel) [Cerrado]
Niniel comprendió rápido mi señal y aun así decidió seguir el juego, aunque claramente era más sano ir a una trampa sabiendo a dónde se iba, que ser tomado por sorpresa; aunque bajáramos estaríamos preparados para lo que pudiera pasar, tal vez nos tocaría volver a aplicar la estrategia que siempre nos había funcionado, Niniel lanzándose de cabeza al peligro mientras yo formulaba un plan discreto para salvar la situación.
Mi compañera se mostraba bastante segura, lo cual era bueno pues posiblemente nos esperaran abajo con una trampa mortal o tal vez nos lavaran el cerebro para prostituirnos, uno nunca sabe; su comentario acerca de un trabajo fácil me sirvió para relajarme un poco -Me gustan los trabajos fáciles- Dije en tono relajado -Espero que no haya muchos problemas, sabes que me gana la pereza- Agregué para despistar un poco más y tratar de hacer que fuera lo que fuera que planeaban, nos subestimaran.
Finalmente llegamos al lugar en donde nos esperaba una espaciosa sala de piedra que parecía más un museo de coleccionista que un vulgar depósito, y es que tenían para todos los gustos -Es un lugar muy grande para un simple depósito- Comenté a la chica que dio un pequeño salto y se puso nerviosa al notar que le hablaba a ella -Tienen una fortuna acá abajo- Le dije intentando acercarse, tal vez solo me tenía miedo y no se trataba de una trampa para deshacerse de nosotros.
Aunque por más que lo intentara, la chica seguía nerviosa -Cuanto frío hace acá, también estoy que tiemblo- Dije en relación a los nervios tan evidentes de la chica que claramente delataban que no era la persona ideal para estar ahí escondida bajo mentiras; repentinamente Niniel encontró una pista en el piso y aunque la chica trató de desviar su atención, su éxito había sido nulo -Oh, gracias, no la habríamos visto sin ti- Dije con sarcasmo solo para recordarle que no lo estaba haciendo nada bien.
Finalmente sus nervios colapsaron y dejó todo atrás para salir huyendo por la pequeña puerta -No tardes, te estaremos esperando- Le dije mientras se alejaba a toda prisa, aunque de nuevo era momento de ponernos serios; una voz conocida se hizo presente en la sala, una que además me decía guapo, aunque al menos habíamos comenzando por un cumplido y no los típicos apodos despectivos como “Chupasangre”, entre otros menos honorables.
Se trataba justamente de la mujer alada, quien era quien finalmente intentaría deshacerse de nosotros -¿Pero de qué hablas? Ella es la culpable, me trajo a la fuerza- Dije señalando a Niniel y acusándola como responsable de lo ocurrido mientras retrocedía un poco hasta uno de los estantes donde estaban los licores más costosos y tomé una de las botellas para luego arrojársela a la mujer bestia -¿Qué tal si lo discutimos con un buen trago?- Dije retrocediendo un poco mientras desviaba la botella con una de sus alas -Tuviste tu oportunidad, ahora saben demasiado- Protesté de inmediato a sus palabras -Ah sí, claro, sabemos que las has matado- Comenté a ver si le acertaba pero su respuesta fue un reflejo de su indignación -¿Matarlas dices? ¿Jamás les haría daño a mis niñas?- Explicó furiosa pero si no las mataba entonces ¿Por qué tanto secreto?
Miré a Niniel sin entender muy bien la situación, no imaginaba aún qué tipo de negocios turbios tuviera aquella misteriosa mujer, su afecto hacia las chicas parecía sincero pero entonces, hacerlas desaparecer no tenía mucho sentido -¿Tus chicas? ¿Qué no son las chicas de Gray?- Pregunté para meter cizaña ahora que parecía haber encontrado su talón de Aquiles -¿Planeas montar tu propia casa de placeres, ahora entiendo- Dije de nuevo intentando acertar a lo que hacía aunque sin mucho éxito mientras daba un salto hacia atrás para escapar del ataque que me había lanzado con su arma y que me hizo golpear con la espalda el estante de vinos haciendo que algunas botellas se estrellaran contra el piso.
Mi compañera se mostraba bastante segura, lo cual era bueno pues posiblemente nos esperaran abajo con una trampa mortal o tal vez nos lavaran el cerebro para prostituirnos, uno nunca sabe; su comentario acerca de un trabajo fácil me sirvió para relajarme un poco -Me gustan los trabajos fáciles- Dije en tono relajado -Espero que no haya muchos problemas, sabes que me gana la pereza- Agregué para despistar un poco más y tratar de hacer que fuera lo que fuera que planeaban, nos subestimaran.
Finalmente llegamos al lugar en donde nos esperaba una espaciosa sala de piedra que parecía más un museo de coleccionista que un vulgar depósito, y es que tenían para todos los gustos -Es un lugar muy grande para un simple depósito- Comenté a la chica que dio un pequeño salto y se puso nerviosa al notar que le hablaba a ella -Tienen una fortuna acá abajo- Le dije intentando acercarse, tal vez solo me tenía miedo y no se trataba de una trampa para deshacerse de nosotros.
Aunque por más que lo intentara, la chica seguía nerviosa -Cuanto frío hace acá, también estoy que tiemblo- Dije en relación a los nervios tan evidentes de la chica que claramente delataban que no era la persona ideal para estar ahí escondida bajo mentiras; repentinamente Niniel encontró una pista en el piso y aunque la chica trató de desviar su atención, su éxito había sido nulo -Oh, gracias, no la habríamos visto sin ti- Dije con sarcasmo solo para recordarle que no lo estaba haciendo nada bien.
Finalmente sus nervios colapsaron y dejó todo atrás para salir huyendo por la pequeña puerta -No tardes, te estaremos esperando- Le dije mientras se alejaba a toda prisa, aunque de nuevo era momento de ponernos serios; una voz conocida se hizo presente en la sala, una que además me decía guapo, aunque al menos habíamos comenzando por un cumplido y no los típicos apodos despectivos como “Chupasangre”, entre otros menos honorables.
Se trataba justamente de la mujer alada, quien era quien finalmente intentaría deshacerse de nosotros -¿Pero de qué hablas? Ella es la culpable, me trajo a la fuerza- Dije señalando a Niniel y acusándola como responsable de lo ocurrido mientras retrocedía un poco hasta uno de los estantes donde estaban los licores más costosos y tomé una de las botellas para luego arrojársela a la mujer bestia -¿Qué tal si lo discutimos con un buen trago?- Dije retrocediendo un poco mientras desviaba la botella con una de sus alas -Tuviste tu oportunidad, ahora saben demasiado- Protesté de inmediato a sus palabras -Ah sí, claro, sabemos que las has matado- Comenté a ver si le acertaba pero su respuesta fue un reflejo de su indignación -¿Matarlas dices? ¿Jamás les haría daño a mis niñas?- Explicó furiosa pero si no las mataba entonces ¿Por qué tanto secreto?
Miré a Niniel sin entender muy bien la situación, no imaginaba aún qué tipo de negocios turbios tuviera aquella misteriosa mujer, su afecto hacia las chicas parecía sincero pero entonces, hacerlas desaparecer no tenía mucho sentido -¿Tus chicas? ¿Qué no son las chicas de Gray?- Pregunté para meter cizaña ahora que parecía haber encontrado su talón de Aquiles -¿Planeas montar tu propia casa de placeres, ahora entiendo- Dije de nuevo intentando acertar a lo que hacía aunque sin mucho éxito mientras daba un salto hacia atrás para escapar del ataque que me había lanzado con su arma y que me hizo golpear con la espalda el estante de vinos haciendo que algunas botellas se estrellaran contra el piso.
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Re: Alas de libertad [Trabajo] (Bio-Níniel) [Cerrado]
Lanzándole aquella botella de licor a la cara, y aunque su enemiga la desvió sin mucho esfuerzo con una de sus grandes alas, Bio se ganó toda la atención de la mujer-bestia como llevaba haciendo toda la noche, aunque sin duda de una manera mucho menos "agradable" para él ahora que la había hecho enfadar. Resultando especialmente curioso para Níniel que su alada enemiga pareciera más molesta por las palabras del pelinegro que por su extraño y poco honorable modo de atacarla a botellazos.
¿A qué se debía semejante reacción? Realmente parecía sincera en su indignación, como si considerara un gran insulto que la acusaran, ya no solo de haber matado a esas chicas, si no incluso de hacerles daño alguno. La peliblanca podía sentir en aquel modo de responder la misma rabia que ella misma sintió cuando el señor Gray le propuso hacerse pasar por una prostituta en vez de por una guardia más. O como cuando aquel orejas redondas la tomó por una ramera e ignorando sus palabras trató de arrastrarla hacia una de las habitaciones. Era el tipo de reacción que alguien mostraba cuando le acusaban o señalaban como algo que no podía estar más lejos de la realidad. ¿Pero qué estaba más lejos de la realidad que ser una asesina de compañeras? ¿Acaso aquellas chicas y el cliente no habían desaparecido?
La elfa intercambio una mirada de extrañeza con Bio y le indicó con un leve gesto que siguiera preguntando. Tenía que seguir sonsacándole información, seguir usando su don natural para cabrear a las mujeres para obtener esos datos, y a ser posible evitar que acabaran atravesados en aquella lanza en el proceso, lo cual era más fácil decirlo que hacerlo pues, aunque el pelinegro no era precisamente lento o torpe, salvo a lomos de un upelero, Odalyn no tenía nada que envidiarle en ese campo. De hecho demostraba unas aptitudes de lo más inesperadas en una madame de burdel. Aquellos movimientos no eran fruto de años complaciendo a hombres y mujeres a cambio de dinero, era entrenamiento de combate avanzado. ¿Tendría algo que ver con la facilidad que había demostrado para dirigir al resto de chicas del burdel?
Por desgracia el moreno erró también en su siguiente suposición y eso le hizo ganarse un furioso lanzazo que por poco no acaba enterrado en su pecho. Obligándolo a retroceder hasta quedar de espaldas con el estante de botellas momento en el cual la mujer.bestia retiró la lanza de la madera donde se había clavado y usó la inercia de dicho movimiento para girar sobre sí misma y lanzar una patada giratoria con sus piernas desnudas, agitando su larga cascada de ondulado cabello y revelando lo poco de su anatomía que este llegaba a cubrir. Era tan grácil que a pesar de la situación incluso Níniel no pudo evitar sentir admiración ante la elegancia de sus movimientos, era casi como un baile, letal y descarado, pero hermoso en cierto modo. Tanto que la peliblanca casi pasa por alto una extraña marca en el cuello de la madame, una marca que no pudo terminar de ver del todo por la escasa luz pero no parecía un tatuaje normal, eran como letras enroscadas sobre sí mismas y que parecían emitir una propia aunque tenue luz. ¿Magia, arcanos?
-Acaso creés que las sacaría de aquí para condenarlas a más de lo mismo? Ya veo, debes de pensar que como somos putas no valemos para otra cosa, que siempre debemos ser putas. Seguro que ni por un momento te paraste a pensar mientras me arrimaba a ti si lo hacía por gusto, o por necesidad u obligación. Todos sois iguales...- Espetó entonces la mujer percatándose de las botellas rotas alejándose un paso para no pisarlas con los pies descalzos y volviendo a amenazarle con la lanza. -Y tú elfa, tú eres peor que él. Una mujer ayudando a ese malnacido a hacernos esto...- Añadió lanzando una furibunda mirada a la la joven sacerdotisa, que con el bastón en posición defensiva se había acercado para flanquear a tan temible adversaria y de ese modo poder ayudar a Bio, aunque lo cierto es que estaba bastante segura de que no podría ser una rival en combate para Odalyn. Aquellas duras palabras terminaron de descolocar a la joven, al menos lo suficiente para saber que quizá la situación merecía que ambas partes se tranquilizaran un poco y hablaran. Había algo en todo aquel asunto que no encajaba.
-¿A haceros qué? No sé de qué estás hablando. Gray nos contrató para investigar las desapariciones, no quiere que desaparezcan más de sus chicas y quería hacer algo ya que la guardia no se preocupa por vosotras.- Respondió la peliblanca revelando que no eran un par de simples matones si no investigadores. Palabras que por un momento parecieron sorprender a la mujer, aunque al instante comenzó a reírse de una manera histriónicamente sarcástica.
-JAJAJAJA. No me hagas reír. ¿Preocupado por nosotras dices? Solo le preocupa el dinero. Si le pagaran más por dejar que los clientes se lo montaran con nuestros cadáveres ya estaríamos muertas.- Soltó sin paños calientes la llamativa mujer-bestia, aunque al menos sin intentar volver a convertir a Bio en una brocheta de vampiro al toque de vino. -Ya me parecía que erais mucho mejores que los típicos violentos descerebrados que ese cabronazo suele contratar...Al resto con un par de tragos y un polvo los tenía comiendo de mi mano. Os ha engañado con su palabrería, como hace con todos. Qué noble es el señor Gray...-Dijo irónica..- No le importamos lo más mínimo, solo quiere que las chicas sigan generándole aeros y que la guardia siga haciendo la vista gorda.-Explicó.
-Le da igual que nos pequen, le da igual que nos violen o nos dejen marcas mientras el cliente pague y no sean permanentes. Esta es la única marca permanente que sí permite, porque no le hace perder dinero.- Siguió diciendo apartando su pelo hacia un lado y dejando claramente a la vista aquel símbolo que instantes antes pudo atisbar y que efectivamente parecía algún tipo de arcano. -La de nuestra esclavitud.- Explicó, y estaba claro que incluso en ese momento no le gustaba referirse a sí misma como una esclava, y que sentía auténtica repugnancia ante tal condición.
En ese momento la puerta a aquel sótano volvió a abrirse y dos nuevas figuras femeninas se acercaron hasta aquel lugar del sótano tras dejar bien cerrada la salida de aquel lugar. Una de ellas, una rubia humana de piel clara, iba armada con una espada en cada mano. Parecía seria y decidida lo que denotaba que debía de saber usarlas, por lo que Níniel retrocedió un par de pasos para guardar las distancias con ella y con Odalyn mientras se preparaba para usar su habilidades. La otra, también humana pero pelirroja y con la piel cubierta de pecas, las cuales debido a que iba solo ataviada con una túnica podían verse por todo su cuerpo, portaba solamente una espada corta y a diferencia de sus compañeras parecía bastante más inexperta y temerosa ante todo lo que estaba ocurriendo en aquel almacén.
-Pero eso se va a acabar señores investigadores. Me ha llevado tiempo organizarlo todo pero pronto podré poner a salvo a todas las que como yo no pueden soportar esta situación ni un día más. Para cuando ese malparido se de cuenta de que no hay ningún asesino y que los Black no tienen nada que ver... Solo un par de semanas más, vuestro silencio y podremos ser libres. - Dijo, añadiendo eso último en un claro tono de amenaza antes de reanudar el combate al que se sumaron las dos recién llegadas, lanzándose a luchar con Níniel y Bio tan pronto como Odalyn les hizo un leve gesto con la cabeza señalándoles cómo repartirse a los enemigos.
-Espera, nosotros no...- Trató de decir Níniel, pero antes de poder terminar la frase tuvo que interrumpirla para poder bloquear el tajo de una espada. -Escúchanos, podemos...- De nuevo otro corte. - Porras.- Protestó retrocediendo un paso y aprovechando el tiempo que eso le concedió para bendecirse a sí misma y a Bio con un notable incremento de su destreza que les permitiera imponerse en aquel combate, o que al menos les permitiera poder explicarse, porque al menos ella, a esas alturas, estaba bastante segura de que estaban trabajando para la persona equivocada.
¿A qué se debía semejante reacción? Realmente parecía sincera en su indignación, como si considerara un gran insulto que la acusaran, ya no solo de haber matado a esas chicas, si no incluso de hacerles daño alguno. La peliblanca podía sentir en aquel modo de responder la misma rabia que ella misma sintió cuando el señor Gray le propuso hacerse pasar por una prostituta en vez de por una guardia más. O como cuando aquel orejas redondas la tomó por una ramera e ignorando sus palabras trató de arrastrarla hacia una de las habitaciones. Era el tipo de reacción que alguien mostraba cuando le acusaban o señalaban como algo que no podía estar más lejos de la realidad. ¿Pero qué estaba más lejos de la realidad que ser una asesina de compañeras? ¿Acaso aquellas chicas y el cliente no habían desaparecido?
La elfa intercambio una mirada de extrañeza con Bio y le indicó con un leve gesto que siguiera preguntando. Tenía que seguir sonsacándole información, seguir usando su don natural para cabrear a las mujeres para obtener esos datos, y a ser posible evitar que acabaran atravesados en aquella lanza en el proceso, lo cual era más fácil decirlo que hacerlo pues, aunque el pelinegro no era precisamente lento o torpe, salvo a lomos de un upelero, Odalyn no tenía nada que envidiarle en ese campo. De hecho demostraba unas aptitudes de lo más inesperadas en una madame de burdel. Aquellos movimientos no eran fruto de años complaciendo a hombres y mujeres a cambio de dinero, era entrenamiento de combate avanzado. ¿Tendría algo que ver con la facilidad que había demostrado para dirigir al resto de chicas del burdel?
Por desgracia el moreno erró también en su siguiente suposición y eso le hizo ganarse un furioso lanzazo que por poco no acaba enterrado en su pecho. Obligándolo a retroceder hasta quedar de espaldas con el estante de botellas momento en el cual la mujer.bestia retiró la lanza de la madera donde se había clavado y usó la inercia de dicho movimiento para girar sobre sí misma y lanzar una patada giratoria con sus piernas desnudas, agitando su larga cascada de ondulado cabello y revelando lo poco de su anatomía que este llegaba a cubrir. Era tan grácil que a pesar de la situación incluso Níniel no pudo evitar sentir admiración ante la elegancia de sus movimientos, era casi como un baile, letal y descarado, pero hermoso en cierto modo. Tanto que la peliblanca casi pasa por alto una extraña marca en el cuello de la madame, una marca que no pudo terminar de ver del todo por la escasa luz pero no parecía un tatuaje normal, eran como letras enroscadas sobre sí mismas y que parecían emitir una propia aunque tenue luz. ¿Magia, arcanos?
-Acaso creés que las sacaría de aquí para condenarlas a más de lo mismo? Ya veo, debes de pensar que como somos putas no valemos para otra cosa, que siempre debemos ser putas. Seguro que ni por un momento te paraste a pensar mientras me arrimaba a ti si lo hacía por gusto, o por necesidad u obligación. Todos sois iguales...- Espetó entonces la mujer percatándose de las botellas rotas alejándose un paso para no pisarlas con los pies descalzos y volviendo a amenazarle con la lanza. -Y tú elfa, tú eres peor que él. Una mujer ayudando a ese malnacido a hacernos esto...- Añadió lanzando una furibunda mirada a la la joven sacerdotisa, que con el bastón en posición defensiva se había acercado para flanquear a tan temible adversaria y de ese modo poder ayudar a Bio, aunque lo cierto es que estaba bastante segura de que no podría ser una rival en combate para Odalyn. Aquellas duras palabras terminaron de descolocar a la joven, al menos lo suficiente para saber que quizá la situación merecía que ambas partes se tranquilizaran un poco y hablaran. Había algo en todo aquel asunto que no encajaba.
-¿A haceros qué? No sé de qué estás hablando. Gray nos contrató para investigar las desapariciones, no quiere que desaparezcan más de sus chicas y quería hacer algo ya que la guardia no se preocupa por vosotras.- Respondió la peliblanca revelando que no eran un par de simples matones si no investigadores. Palabras que por un momento parecieron sorprender a la mujer, aunque al instante comenzó a reírse de una manera histriónicamente sarcástica.
-JAJAJAJA. No me hagas reír. ¿Preocupado por nosotras dices? Solo le preocupa el dinero. Si le pagaran más por dejar que los clientes se lo montaran con nuestros cadáveres ya estaríamos muertas.- Soltó sin paños calientes la llamativa mujer-bestia, aunque al menos sin intentar volver a convertir a Bio en una brocheta de vampiro al toque de vino. -Ya me parecía que erais mucho mejores que los típicos violentos descerebrados que ese cabronazo suele contratar...Al resto con un par de tragos y un polvo los tenía comiendo de mi mano. Os ha engañado con su palabrería, como hace con todos. Qué noble es el señor Gray...-Dijo irónica..- No le importamos lo más mínimo, solo quiere que las chicas sigan generándole aeros y que la guardia siga haciendo la vista gorda.-Explicó.
-Le da igual que nos pequen, le da igual que nos violen o nos dejen marcas mientras el cliente pague y no sean permanentes. Esta es la única marca permanente que sí permite, porque no le hace perder dinero.- Siguió diciendo apartando su pelo hacia un lado y dejando claramente a la vista aquel símbolo que instantes antes pudo atisbar y que efectivamente parecía algún tipo de arcano. -La de nuestra esclavitud.- Explicó, y estaba claro que incluso en ese momento no le gustaba referirse a sí misma como una esclava, y que sentía auténtica repugnancia ante tal condición.
En ese momento la puerta a aquel sótano volvió a abrirse y dos nuevas figuras femeninas se acercaron hasta aquel lugar del sótano tras dejar bien cerrada la salida de aquel lugar. Una de ellas, una rubia humana de piel clara, iba armada con una espada en cada mano. Parecía seria y decidida lo que denotaba que debía de saber usarlas, por lo que Níniel retrocedió un par de pasos para guardar las distancias con ella y con Odalyn mientras se preparaba para usar su habilidades. La otra, también humana pero pelirroja y con la piel cubierta de pecas, las cuales debido a que iba solo ataviada con una túnica podían verse por todo su cuerpo, portaba solamente una espada corta y a diferencia de sus compañeras parecía bastante más inexperta y temerosa ante todo lo que estaba ocurriendo en aquel almacén.
-Pero eso se va a acabar señores investigadores. Me ha llevado tiempo organizarlo todo pero pronto podré poner a salvo a todas las que como yo no pueden soportar esta situación ni un día más. Para cuando ese malparido se de cuenta de que no hay ningún asesino y que los Black no tienen nada que ver... Solo un par de semanas más, vuestro silencio y podremos ser libres. - Dijo, añadiendo eso último en un claro tono de amenaza antes de reanudar el combate al que se sumaron las dos recién llegadas, lanzándose a luchar con Níniel y Bio tan pronto como Odalyn les hizo un leve gesto con la cabeza señalándoles cómo repartirse a los enemigos.
-Espera, nosotros no...- Trató de decir Níniel, pero antes de poder terminar la frase tuvo que interrumpirla para poder bloquear el tajo de una espada. -Escúchanos, podemos...- De nuevo otro corte. - Porras.- Protestó retrocediendo un paso y aprovechando el tiempo que eso le concedió para bendecirse a sí misma y a Bio con un notable incremento de su destreza que les permitiera imponerse en aquel combate, o que al menos les permitiera poder explicarse, porque al menos ella, a esas alturas, estaba bastante segura de que estaban trabajando para la persona equivocada.
- Las aliadas de Odalyn; Mara y Dibella:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
-Comienzo propiamente dicho de la complicación "la culpable no está sola". Aunque lleva quedando claro desde hace unos turnos.
-Comienzo propiamente dicho de la complicación "No hay un asesino, las chicas tratan de escapar".
-Níniel en este turno usa su habilidad estrella fugaz.
Níniel Thenidiel
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Re: Alas de libertad [Trabajo] (Bio-Níniel) [Cerrado]
Espero que no vayas a cobrarme esa- Señalé la botella que tras ser bloqueada por sus alas fue a dar al piso -No me pagan lo suficiente para pagar un par de esas- Aclaré aunque la mujer bestia lucía más ofendida por las acusaciones que por cualquier otra cosa; justo cuando pensaba dejar de provocar a la chica Niniel me miró indicándome con un gesto que continuara en lo mío; claro, para ella era fácil pues no tenía que evitar ser empalada por una larga estaca -Las armas son para los cobardes, pelea como hombre- Le dije mientras rompía otra botella para lanzarle el licor a la cara; enojarla no era la mejor idea que pudiera tener, lo sabía, pero ya no podía dejar de hacerlo.
La furiosa mujer, después de limpiarse la cara con las manos se lanzó sobre mí con una poderosa patada que era todo un derroche de físico exuberante y desnudez excesiva; me agaché para pasar bajo su pierna en un movimiento con tanta gracia que parecía una ensayada coreografía -Oye, jamás dije eso, ni tampoco las trataría de ese modo- Protesté también casi con la misma indignación que ella misma había mostrado -Acepté este trabajo porque me preocupaba por las chicas, porque creí que no había nadie más dispuesto a ayudarles- Retrocedí un poco más para quedar entre Niniel y la mujer bestia, pendiente desde luego de que no se me terminara el espacio para maniobrar -No todos somos iguales- Dije tomando su lanza y tratando de retenerla unos instantes hasta que su fuerza consiguió que la dejara ir.
Bien, tal vez tengas razón y Gray no se preocupe, pero nosotros sí- Aclaré con una seriedad que pocas veces lucía -No estamos aquí por dinero, hacemos esto por ayudar a quien lo necesita- Dije mientras sacaba las dagas que hasta ahora había mantenido ocultas en la parte baja de mi espalda y las dejé caer al piso como señal de que no deseaba pelear, aunque con lo enojada que estaba seguramente aprovecharía la oportunidad -Niniel, ya no la hagas enojar más- Acusé a mi compañera aunque era yo el que la había llevado a tal estado -Nadie debería ser esclavo de otro- Murmuré despacio al ver su marca por primera vez -Podemos ayudarles, solo...- Me interrumpió el momento en que se abrió la puerta y otro par de mujeres entraron a la habitación, al parecer necesitaban acabarnos a cualquier costo, lo que me hacía suponer que el riesgo era muy grande si Gray descubría lo que estaban tramando.
El par de chicas entraron decididas a hacer lo necesario, aunque una de ellas parecía no estar segura de sus límites, lo que podría suponer una ventaja, una cadena es tan fuerte como lo sea su eslabón más débil y en este caso era justo aquella sensual pelirroja. Con la información que había soltado la mujer alada el caso estaba resuelto, aunque ahora teníamos dos problemas, uno era que no nos dejarían salir por las buenas, y el otro era que si salíamos ¿Qué debíamos hacer?
Tomé un pedazo de madera que se había aflojado del estante para usarlo como escudo y me acerqué a la pelirroja luego de sentir ese misterioso cosquilleo que me invadía cada vez que la elfa usaba su magia rarita sobre mí; pues aunque el efecto me beneficiaba, se sentía bastante extraño; levanté el pedazo de madera ante el temeroso ataque de la pecosa y efectivamente conseguí que la espada se clavara en el trozo de madera, entonces giré de medio lado la madera para desarmar a la chica; di una patada a su rodilla tras la cual perdió el equilibrio, su espada cayó al piso y yo valientemente corrí hasta la puerta -Si quisiéramos delatarlas podría ir ya mismo- Cerré la puerta tras de mí -Podemos ayud- Me agaché de prisa para evitar el impacto de la lanza contra mi frente y estaba seguro que de no ser por la bendición de la elfa mis reflejos no habrían sido suficientes -¿Podrías dejar de intentar matarme y escuchar?- Dije claramente enojado ante la molesta actitud de la mujer alada; aunque esta no dudó en lanzar un segundo araque que pasó rozando mi costado y haciendo una pequeña y apenas visible herida en mi costado izquierdo; el intento de charlar me estaba saliendo más caro, en cualquier momento la destreza de la mujer bestia acabaría sobrepasando a mi suerte.
La furiosa mujer, después de limpiarse la cara con las manos se lanzó sobre mí con una poderosa patada que era todo un derroche de físico exuberante y desnudez excesiva; me agaché para pasar bajo su pierna en un movimiento con tanta gracia que parecía una ensayada coreografía -Oye, jamás dije eso, ni tampoco las trataría de ese modo- Protesté también casi con la misma indignación que ella misma había mostrado -Acepté este trabajo porque me preocupaba por las chicas, porque creí que no había nadie más dispuesto a ayudarles- Retrocedí un poco más para quedar entre Niniel y la mujer bestia, pendiente desde luego de que no se me terminara el espacio para maniobrar -No todos somos iguales- Dije tomando su lanza y tratando de retenerla unos instantes hasta que su fuerza consiguió que la dejara ir.
Bien, tal vez tengas razón y Gray no se preocupe, pero nosotros sí- Aclaré con una seriedad que pocas veces lucía -No estamos aquí por dinero, hacemos esto por ayudar a quien lo necesita- Dije mientras sacaba las dagas que hasta ahora había mantenido ocultas en la parte baja de mi espalda y las dejé caer al piso como señal de que no deseaba pelear, aunque con lo enojada que estaba seguramente aprovecharía la oportunidad -Niniel, ya no la hagas enojar más- Acusé a mi compañera aunque era yo el que la había llevado a tal estado -Nadie debería ser esclavo de otro- Murmuré despacio al ver su marca por primera vez -Podemos ayudarles, solo...- Me interrumpió el momento en que se abrió la puerta y otro par de mujeres entraron a la habitación, al parecer necesitaban acabarnos a cualquier costo, lo que me hacía suponer que el riesgo era muy grande si Gray descubría lo que estaban tramando.
El par de chicas entraron decididas a hacer lo necesario, aunque una de ellas parecía no estar segura de sus límites, lo que podría suponer una ventaja, una cadena es tan fuerte como lo sea su eslabón más débil y en este caso era justo aquella sensual pelirroja. Con la información que había soltado la mujer alada el caso estaba resuelto, aunque ahora teníamos dos problemas, uno era que no nos dejarían salir por las buenas, y el otro era que si salíamos ¿Qué debíamos hacer?
Tomé un pedazo de madera que se había aflojado del estante para usarlo como escudo y me acerqué a la pelirroja luego de sentir ese misterioso cosquilleo que me invadía cada vez que la elfa usaba su magia rarita sobre mí; pues aunque el efecto me beneficiaba, se sentía bastante extraño; levanté el pedazo de madera ante el temeroso ataque de la pecosa y efectivamente conseguí que la espada se clavara en el trozo de madera, entonces giré de medio lado la madera para desarmar a la chica; di una patada a su rodilla tras la cual perdió el equilibrio, su espada cayó al piso y yo valientemente corrí hasta la puerta -Si quisiéramos delatarlas podría ir ya mismo- Cerré la puerta tras de mí -Podemos ayud- Me agaché de prisa para evitar el impacto de la lanza contra mi frente y estaba seguro que de no ser por la bendición de la elfa mis reflejos no habrían sido suficientes -¿Podrías dejar de intentar matarme y escuchar?- Dije claramente enojado ante la molesta actitud de la mujer alada; aunque esta no dudó en lanzar un segundo araque que pasó rozando mi costado y haciendo una pequeña y apenas visible herida en mi costado izquierdo; el intento de charlar me estaba saliendo más caro, en cualquier momento la destreza de la mujer bestia acabaría sobrepasando a mi suerte.
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Re: Alas de libertad [Trabajo] (Bio-Níniel) [Cerrado]
La mujer rubia se convirtió en la enemiga de Níniel y, tal y como había hecho Odalyn, demostró poco o nulo interés por lo que la elfa tuviera que decirle, atacando una y otra vez de forma consecutiva sin dejarla explicarse, razonar o tratar de llegar a algún tipo de acuerdo ahora que sabían la verdad sobre las desapariciones. Resultaba frustrante, pues seguramente si estuvieran dispuestas a escucharles podrían ayudarlas; Níniel no sentía ninguna simpatía hacia los esclavistas y mucho menos ante un hombre que parecía tratarlas como si fueran mero ganado, lo cual unido a que la familia Thenidiel era matriarcal la llevaba a posicionarse a favor de Odalyn y sus chicas, incluso a entender el miedo que las llevaba a no querer ni escucharles, pero evidentemente no iba a dejar que la mataran.
La humana se manejaba bien con dos espadas. No era ni de cerca tan rápida como Odalyn con su lanza ni disponía de su destreza marcial pero desde luego le bastaba para superar a la peliblanca en combate, algo que por otro lado Níniel no tenía interés alguno en presentar, pues era muy consciente de ese hecho. Por ello, mientras la rubia atacaba, Níniel se limitaba a retroceder por entre las hileras de estantes a rebosar de comidas y licores aprovechando su mayor velocidad y destreza para bloquear sus ataques y mantenerla a raya usando lo estrecho de los pasillos a su favor. Aquello podía no parecer una estrategia ganadora, más pronto que tarde sería superada o no podría seguir retrocediendo, pero la elfa no solo ganaba tiempo, si no que lo hacía para poder encontrar una oportunidad con la que girar las tornas. Ese momento en el que su adversaria se encontrara tan segura de su victoria que, subestimándola, cometiera un error. Y ese momento no tardó en llegar.
Tras unos instantes de lucha, la meretriz lanzó un tajo de izquierda a derecha con su mano derecha haciendo que su espada fuera a golpear a un gran trozo de carne en salazón y se quedara allí enganchada, obligándola a desviar su atención y a tirar de ella con más fuerza de la que usaba en sus ataques normales, dejándola por un instante únicamente con su mano izquierda para para detener un posible ataque. No obstante, Níniel en vez de atacarla directamente llevó su bastón hasta los estantes sobre la humana y empujando con el le tiró encima el contenido de varias de las baldas, haciendo que una buena cantidad de botellas, comida y hasta un queso le cayeran encima, aprovechando el dolor de los golpes y su intento por protegerse la cabeza con las manos para golpearla con el bastón bajo el diafragma y colocar el lado filoso y puntiagudo de su bastón contra su cuello para instarla a rendirse.
-Ya es suficiente. Tira las armas.- Le pidió la peliblanca a la humana ahora cubierta de alcohol, restos de comida y un poco de sangre causada por las botellas al romperse. Pero la rubia, incluso aún incapaz de ponerse de pié por el golpe en su abdomen se limitó a lanzarle una mirada de enfado y a escupir hacia el suelo desafiante. ¿Acaso prefería morir antes que rendirse? ¿Tanto odiaba su vida como para preferir que le cortasen el cuello antes de renunciar a su libertad? En cualquier caso era su día de suerte, porque Níniel no pensaba quitarle ni lo uno ni lo otro. -Bueno, pues no las tires, pero al menos hablemos. No quiero hacerte daño, de hecho quiero ayudaros.- Fueron sus palabras. Y esperaba que ya que las pronunciaba en una situación en la que debía de estar claro que no mentía, pues la había vencido, la rubia la creyera y convenciera a Odalyn de poner fin al combate contra Bio. -No somos enemigos.- Pudo por fin decir, y la elfa vio en la desafiante mirada de aquella chica un cambio. Dudas, extrañeza y una chispa de esperanza.
Lentamente Níniel retiró su arma del cuello de la humana y retrocedió un paso midiendo su respuesta. ¿La creería por fin o por el contrario aprovecharía esa nueva oportunidad para volver a atacarla? ¿Podía pensar que era todo un truco para llegar hasta las demás, aquellas que ya habían escapado y las que esperaban su turno? Casi podía escuchar a su cabeza pensar y tratar de decidir...Pero antes de que llegara a una conclusión, el viejo dicho de que las cosas siempre pueden ir a peor volvió a demostrar ser cruelmente cierto.
La puerta a aquel sótano se abrió de golpe, como si alguien le hubiera dado una fuerte patada, y de ella, interrumpiendo el duelo de destreza de mujer-bestia y vampiro, comenzaron a aparecer uno tras otro todo un grupo de fornidos hombres armados que no tardaron en tomar cartas en el asunto, dejando muy claro que no estaban para bromas. Desde donde estaba Níniel, en uno de aquellos pasillos y parcialmente oculta a la vista por las estanterías, no podía ver muy bien de quienes se trataban, pero sí pudo darse cuenta de que dos de ellos eran los musculosos sujetos que guardaban la entrada al local, o al menos muy parecidos, los mismos que se llevaron a rastras el cuerpo inconsciente del calvo barbudo cuando Níniel acabó con él.
Uno de aquellos matones, rápidamente se abalanzó sobre la mujer pelirroja, desarmada y dolorida en esos momentos por obra de Bio, y sin miramientos la abofeteó con fuerza y sonoridad para acto seguido llevársela a rastras hasta la puerta haciendo caso omiso a su quejas y llantos, lanzándosela a los pies de otro sujeto más bajo mientras que hasta cuatro matones más hacían frente a Odalyn y a Bio. Precisamente en el momento en el que un dulzón olor a perfume barato comenzó a impregnar el lugar, mezclándose con el olor a alcohol derramado en una combinación nauseabunda y hasta vomitiva.
-No nos han visto. Escóndete, rápido.- Urgió entonces la elfa a la humana sabiendo que era su única posibilidad de no acabar como la pelirroja y rogando que decidiera confiar en ella.
-Así que era cierto. No me lo podía creer. De entre todas las chicas de ti era en quien más confiaba. Hubiese puesto mi mano en el fuego por ti Odalyn...Me partes el corazón...- Dijo la conocida voz del dueño del Libertad. -Deja ese juguete en el suelo, vamos. Aún podemos solucionarlo.- Pidió.
-!Suéltala ahora mismo Gray!- Instó la mujer-alada desesperada. Pero en cuanto aquel despreciable sujeto sacó una daga de su cinto y la colocó en el cuello de la pelirroja toda resistencia real por parte Odalyn se derrumbó, e incluso sus manos temblaban de impotencia y rabia mientras bajaba los brazos derrotada.
-Así, buena chica. Buen trabajo Vincent. Supe desde que te vi que eras el adecuado para el trabajo. ¿Dónde está esa elfa tuya? Espero que no esté malherida. Sigo pensando que sería una gran incorporación para mi local, especialmente ahora que parece que quedan una vacantes...- Dijo con lascivia volviendo a dejar claro lo mucho que le gustaría tener a una elfa allí y disfrutando aquel momento de triunfo. -Claro que si me decís dónde están el resto de mis chicas podría permitiros seguir trabajando aquí...Tras una buena lección claro.- Siguió diciendo.
-Estoy aquí.- Dijo la joven elfa saliendo a la vista después de hacerle a la humana un gesto para que no hiciera ruido. -La mejor manera de usar magia de apoyo es evitar convertirse en el objetivo de los enemigos.- Comentó para justificar el hecho de salir de entre la penumbra sin mencionar que había otra de las chicas de Odalyn ni el combate contra ella.
¿Cómo se había enterado de dónde estaban? ¿Cómo sabía que no habían sido asesinatos si no desapariciones si Níniel y Bio no lo habían tenido claro hasta haber hablado con odalyn minutos antes? ¿Acaso las mentiras que les había contado para contar con su ayuda no se limitaban únicamente a su preocupación por las mujeres que "trabajaban" para él? La respuesta a eso no tardó en aparecer bajando las escaleras y haciendo que cada paso resonara fuerte por el lugar conforme sus zapatos de tacón golpeaban la madera.
-Mientras recuerdes que el puesto de madame es mío puedes llenar las vacantes con todas las elfas que quieras.- Dijo una voz femenina que destilaba sensualidad con cada sílaba pronunciaba. -Te lo he dicho Joel, todo era cosa suya. Desde la primera desaparición hasta la última. Claro que hasta que no trajiste a los investigadores no habían corrido tantos riesgos, iban sobre seguro y no podía demostrarlo. Supongo que se han ganado unas monedas.- Continuó diciendo aquella atractiva figura vestida de negro quedándose al lado del señor Gray sonriendo con gran satisfacción.
-Suspiro...!Tú!, ¿cómo?, ¿por qué?- Preguntó Odalyn, que por poco no se lanza a por ella en un ataque de furia descontrolada solo evitada por un hilillo de sangre brotando del cuello de la mujer pelirroja que no paraba de sollozar.
-Has sido muy lista y actuado con mucho cuidado, pero no soy tonta Odalyn. Soy "amiga" de Trish, vinimos del mismo sitio. Sabía que quería irse, que no soportaba este lugar. Y sabía que antes de "desaparecer" habló mucho contigo, y no fue la última en la que ví tal coincidencia... Además no eres la única con ojos y oídos aquí, ¿sabes? Ni eres la única que sabe como sonsacar a un hombre.- Dijo acariciando el rostro a dos de aquellos matones a la vez haciendo que esbozaran una sonrisa estúpida sin percatarse de que la atractiva morena les estaba llamando estúpidos a la cara. -Quiero lo que tú tienes, y me lo has puesto en bandeja. Ya sabes, es mejor reinar en el infierno que servir en el cielo.- Terminó de decir ampliando su sonrisa.
-Basta de charlas encanto. Vincent, coge su arma. Os habéis ganado un extra. ¿Te gustan las mujeres-bestia además de las elfas?- Habló de nuevo Gray ofreciéndoles como recompensa a la madame derrotada, al menos a Bio. La situación era complicada, mucho si querían ayudar a las chicas. Pero aún no estaba todo perdido. Claro que quizá tratar de ayudarlas en ese momento no fuese lo mejor ni para ellas ni para ellos.
La humana se manejaba bien con dos espadas. No era ni de cerca tan rápida como Odalyn con su lanza ni disponía de su destreza marcial pero desde luego le bastaba para superar a la peliblanca en combate, algo que por otro lado Níniel no tenía interés alguno en presentar, pues era muy consciente de ese hecho. Por ello, mientras la rubia atacaba, Níniel se limitaba a retroceder por entre las hileras de estantes a rebosar de comidas y licores aprovechando su mayor velocidad y destreza para bloquear sus ataques y mantenerla a raya usando lo estrecho de los pasillos a su favor. Aquello podía no parecer una estrategia ganadora, más pronto que tarde sería superada o no podría seguir retrocediendo, pero la elfa no solo ganaba tiempo, si no que lo hacía para poder encontrar una oportunidad con la que girar las tornas. Ese momento en el que su adversaria se encontrara tan segura de su victoria que, subestimándola, cometiera un error. Y ese momento no tardó en llegar.
Tras unos instantes de lucha, la meretriz lanzó un tajo de izquierda a derecha con su mano derecha haciendo que su espada fuera a golpear a un gran trozo de carne en salazón y se quedara allí enganchada, obligándola a desviar su atención y a tirar de ella con más fuerza de la que usaba en sus ataques normales, dejándola por un instante únicamente con su mano izquierda para para detener un posible ataque. No obstante, Níniel en vez de atacarla directamente llevó su bastón hasta los estantes sobre la humana y empujando con el le tiró encima el contenido de varias de las baldas, haciendo que una buena cantidad de botellas, comida y hasta un queso le cayeran encima, aprovechando el dolor de los golpes y su intento por protegerse la cabeza con las manos para golpearla con el bastón bajo el diafragma y colocar el lado filoso y puntiagudo de su bastón contra su cuello para instarla a rendirse.
-Ya es suficiente. Tira las armas.- Le pidió la peliblanca a la humana ahora cubierta de alcohol, restos de comida y un poco de sangre causada por las botellas al romperse. Pero la rubia, incluso aún incapaz de ponerse de pié por el golpe en su abdomen se limitó a lanzarle una mirada de enfado y a escupir hacia el suelo desafiante. ¿Acaso prefería morir antes que rendirse? ¿Tanto odiaba su vida como para preferir que le cortasen el cuello antes de renunciar a su libertad? En cualquier caso era su día de suerte, porque Níniel no pensaba quitarle ni lo uno ni lo otro. -Bueno, pues no las tires, pero al menos hablemos. No quiero hacerte daño, de hecho quiero ayudaros.- Fueron sus palabras. Y esperaba que ya que las pronunciaba en una situación en la que debía de estar claro que no mentía, pues la había vencido, la rubia la creyera y convenciera a Odalyn de poner fin al combate contra Bio. -No somos enemigos.- Pudo por fin decir, y la elfa vio en la desafiante mirada de aquella chica un cambio. Dudas, extrañeza y una chispa de esperanza.
Lentamente Níniel retiró su arma del cuello de la humana y retrocedió un paso midiendo su respuesta. ¿La creería por fin o por el contrario aprovecharía esa nueva oportunidad para volver a atacarla? ¿Podía pensar que era todo un truco para llegar hasta las demás, aquellas que ya habían escapado y las que esperaban su turno? Casi podía escuchar a su cabeza pensar y tratar de decidir...Pero antes de que llegara a una conclusión, el viejo dicho de que las cosas siempre pueden ir a peor volvió a demostrar ser cruelmente cierto.
La puerta a aquel sótano se abrió de golpe, como si alguien le hubiera dado una fuerte patada, y de ella, interrumpiendo el duelo de destreza de mujer-bestia y vampiro, comenzaron a aparecer uno tras otro todo un grupo de fornidos hombres armados que no tardaron en tomar cartas en el asunto, dejando muy claro que no estaban para bromas. Desde donde estaba Níniel, en uno de aquellos pasillos y parcialmente oculta a la vista por las estanterías, no podía ver muy bien de quienes se trataban, pero sí pudo darse cuenta de que dos de ellos eran los musculosos sujetos que guardaban la entrada al local, o al menos muy parecidos, los mismos que se llevaron a rastras el cuerpo inconsciente del calvo barbudo cuando Níniel acabó con él.
Uno de aquellos matones, rápidamente se abalanzó sobre la mujer pelirroja, desarmada y dolorida en esos momentos por obra de Bio, y sin miramientos la abofeteó con fuerza y sonoridad para acto seguido llevársela a rastras hasta la puerta haciendo caso omiso a su quejas y llantos, lanzándosela a los pies de otro sujeto más bajo mientras que hasta cuatro matones más hacían frente a Odalyn y a Bio. Precisamente en el momento en el que un dulzón olor a perfume barato comenzó a impregnar el lugar, mezclándose con el olor a alcohol derramado en una combinación nauseabunda y hasta vomitiva.
-No nos han visto. Escóndete, rápido.- Urgió entonces la elfa a la humana sabiendo que era su única posibilidad de no acabar como la pelirroja y rogando que decidiera confiar en ella.
-Así que era cierto. No me lo podía creer. De entre todas las chicas de ti era en quien más confiaba. Hubiese puesto mi mano en el fuego por ti Odalyn...Me partes el corazón...- Dijo la conocida voz del dueño del Libertad. -Deja ese juguete en el suelo, vamos. Aún podemos solucionarlo.- Pidió.
-!Suéltala ahora mismo Gray!- Instó la mujer-alada desesperada. Pero en cuanto aquel despreciable sujeto sacó una daga de su cinto y la colocó en el cuello de la pelirroja toda resistencia real por parte Odalyn se derrumbó, e incluso sus manos temblaban de impotencia y rabia mientras bajaba los brazos derrotada.
-Así, buena chica. Buen trabajo Vincent. Supe desde que te vi que eras el adecuado para el trabajo. ¿Dónde está esa elfa tuya? Espero que no esté malherida. Sigo pensando que sería una gran incorporación para mi local, especialmente ahora que parece que quedan una vacantes...- Dijo con lascivia volviendo a dejar claro lo mucho que le gustaría tener a una elfa allí y disfrutando aquel momento de triunfo. -Claro que si me decís dónde están el resto de mis chicas podría permitiros seguir trabajando aquí...Tras una buena lección claro.- Siguió diciendo.
-Estoy aquí.- Dijo la joven elfa saliendo a la vista después de hacerle a la humana un gesto para que no hiciera ruido. -La mejor manera de usar magia de apoyo es evitar convertirse en el objetivo de los enemigos.- Comentó para justificar el hecho de salir de entre la penumbra sin mencionar que había otra de las chicas de Odalyn ni el combate contra ella.
¿Cómo se había enterado de dónde estaban? ¿Cómo sabía que no habían sido asesinatos si no desapariciones si Níniel y Bio no lo habían tenido claro hasta haber hablado con odalyn minutos antes? ¿Acaso las mentiras que les había contado para contar con su ayuda no se limitaban únicamente a su preocupación por las mujeres que "trabajaban" para él? La respuesta a eso no tardó en aparecer bajando las escaleras y haciendo que cada paso resonara fuerte por el lugar conforme sus zapatos de tacón golpeaban la madera.
-Mientras recuerdes que el puesto de madame es mío puedes llenar las vacantes con todas las elfas que quieras.- Dijo una voz femenina que destilaba sensualidad con cada sílaba pronunciaba. -Te lo he dicho Joel, todo era cosa suya. Desde la primera desaparición hasta la última. Claro que hasta que no trajiste a los investigadores no habían corrido tantos riesgos, iban sobre seguro y no podía demostrarlo. Supongo que se han ganado unas monedas.- Continuó diciendo aquella atractiva figura vestida de negro quedándose al lado del señor Gray sonriendo con gran satisfacción.
-Suspiro...!Tú!, ¿cómo?, ¿por qué?- Preguntó Odalyn, que por poco no se lanza a por ella en un ataque de furia descontrolada solo evitada por un hilillo de sangre brotando del cuello de la mujer pelirroja que no paraba de sollozar.
-Has sido muy lista y actuado con mucho cuidado, pero no soy tonta Odalyn. Soy "amiga" de Trish, vinimos del mismo sitio. Sabía que quería irse, que no soportaba este lugar. Y sabía que antes de "desaparecer" habló mucho contigo, y no fue la última en la que ví tal coincidencia... Además no eres la única con ojos y oídos aquí, ¿sabes? Ni eres la única que sabe como sonsacar a un hombre.- Dijo acariciando el rostro a dos de aquellos matones a la vez haciendo que esbozaran una sonrisa estúpida sin percatarse de que la atractiva morena les estaba llamando estúpidos a la cara. -Quiero lo que tú tienes, y me lo has puesto en bandeja. Ya sabes, es mejor reinar en el infierno que servir en el cielo.- Terminó de decir ampliando su sonrisa.
-Basta de charlas encanto. Vincent, coge su arma. Os habéis ganado un extra. ¿Te gustan las mujeres-bestia además de las elfas?- Habló de nuevo Gray ofreciéndoles como recompensa a la madame derrotada, al menos a Bio. La situación era complicada, mucho si querían ayudar a las chicas. Pero aún no estaba todo perdido. Claro que quizá tratar de ayudarlas en ese momento no fuese lo mejor ni para ellas ni para ellos.
Níniel Thenidiel
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Re: Alas de libertad [Trabajo] (Bio-Níniel) [Cerrado]
La elfa mantenía una lucha algo dispareja contra la mujer de las espadas, y es que solo conseguía retroceder, debía hacer algo para llegar a ella antes que le pasara algo aunque finalmente me demostró una vez más que la inteligencia es más útil que la fuerza, dominando a la mujer con una sutil y efectiva estrategia -Tus amigas han caído, es tiempo de rendirte- Le dije a Odalyn señalándole a las dos chicas que la acompañaban; esperaba usarlo como ventaja para que se viera forzada a escucharnos pero nuevamente fuimos interrumpidos -¿Cuántas más vas a traer?- Pregunté indignado pero lo que entraba ahora no era ni de cerca una de las estilizadas siluetas de las chicas de Odalyn, sino la tosca figura de un par de matones que, seguidos por otros tres habían llenado la habitación bloqueando la única salida.
Finalmente se mostró también el molesto dueño del local quien orgulloso de la captura pensaba presumir todo cuanto fuera posible; bastó con una seña del sujeto para que uno de los grandotes tomara a la fuerza a la joven de cabellos rojizos y la arrastrara sin piedad alguna; el entramado misterio de las desapariciones había resultado ser más complejo de lo que pensaba -Que bueno que estoy apoyado por... hey- Pensé mirando hacia atrás buscando a la elfa que ahora había desaparecido, si se había escondido tal vez fuera lo mejor que podría hacer, pues la solución no pintaba nada bien.
Estaba solo, pero Joel aún tenía confianza en mí, una ventaja que no dudaría en aprovechar -Como digas, jefe- Me acerqué a Odalyn que aunque se veía furiosa, era más que evidente su impotencia y frustración al no poder hacer nada ahora que las habían descubierto, estaba seguro que no dudaría en lanzarse contra todos los presentes para asegurar la libertad de sus chicas, pero no lo haría poniendo en peligro a una de ellas -Suficiente, es el fin- Extendí mi mano hacia su arma para que me la entregara por su cuenta; aunque la entrega se vería demorada por la aparición de Niniel que había arruinado el factor sorpresa, seguramente el fulano Joel no fuese buen perdedor, tenía la impresión de que no se detendría hasta tener a la peliblanca en su nómina.
Alcé una ceja al escuchar llegar a una nueva voz, nada menos que la misteriosa Suspiro, esto se ponía cada vez más intrigante, sentía que en cualquier momento llegaría alguien más con otros objetivos ocultos, aunque por ahora ya había sido suficiente; Odalyn reaccionó con agresividad ante las palabras de Joel y de prisa sostuve su hombro para evitar que hiciera una locura. Aquella suspiro era completamente despreciable, tal como podría esperar de las personas en ese lugar, pero Odalyn y las otras intentaban alejarse, debía hacer algo para sacarlas -No me gustan las bestias, prefiero quedarme con esa- Señalé a la pelirroja que tenía amenazada -Si me dejas tenerla ni siquiera te cobraré, a fin de cuentas, somos hombres, hay placeres que valen más que el dinero- Reí de manera pícara mientras Odalyn me escupía a la cara por mis palabras sin saber que eran solo una actuación para liberar a su amiga.
Finalmente arranqué el arma de Odalyn de sus manos y la empujé hacia atrás para luego unirme al grupo de Joel, colocándome de rodillas frente a la chica capturada -Tengo debilidad por las pelirrojas- Acaricié con la mano sus mejillas humedecidas por el llanto; no había rabia en su mirada, sino un profundo temor -Supongo que todos tienen un precio, si ese es el tuyo tómala- Dijo confiado -Aunque quisiera saber cuál es el precio de ella- Señaló a Niniel quien ahora se sabría en problemas, contra aquellos fortachones y con su compañero aparentemente cediendo a los placeres de la carne; solo esperaba que confiara en mí y no pensara que la traicionaría tan vilmente.
Una mirada de Joel bastó para que el grandulón soltara a la chica a la que de inmediato tomé por un brazo y la lancé hacia atrás de Odalyn a quien también le lancé su arma y me preparé para una de las peores ideas que se me hubiesen ocurrido jamás -Nin, no querrás escuchar esto- Dije en código a la elfa esperando que entendiera, ella sabía de sobra el funcionamiento de mi magia de voz, así que tal vez podría tomar alguna precaución o al menos eso esperaba, pues si no estaría solo contra el mundo. Lancé una mirada de advertencia a la elfa mientras ponía las manos en mis oídos para ser más claro en lo que esperaba que hiciera y sin más dejé salir un grito cargado con toda la potencia de mi magia, cosa que de por sí ya era fuerte, pero si además sumábamos la acústica de tan encerrado lugar, el resultado tenía que ser realmente demoledor -¡¡Aliquet!!- [1] Grité con todas mis fuerzas notando cómo el sonido se encapsulaba dentro de la sala y los guardias se tambaleaban llevando las manos a sus oídos aunque ya era muy tarde para eso; tristemente había puesto tanta fuerza al grito que incluso mi propia visión se tornó nublada por unos segundos, mi único consuelo era que los demás estarían peor, o eso esperaba.
[1]Habilidad de Nivel 0: El que susurra en la oscuridad. Finalmente se mostró también el molesto dueño del local quien orgulloso de la captura pensaba presumir todo cuanto fuera posible; bastó con una seña del sujeto para que uno de los grandotes tomara a la fuerza a la joven de cabellos rojizos y la arrastrara sin piedad alguna; el entramado misterio de las desapariciones había resultado ser más complejo de lo que pensaba -Que bueno que estoy apoyado por... hey- Pensé mirando hacia atrás buscando a la elfa que ahora había desaparecido, si se había escondido tal vez fuera lo mejor que podría hacer, pues la solución no pintaba nada bien.
Estaba solo, pero Joel aún tenía confianza en mí, una ventaja que no dudaría en aprovechar -Como digas, jefe- Me acerqué a Odalyn que aunque se veía furiosa, era más que evidente su impotencia y frustración al no poder hacer nada ahora que las habían descubierto, estaba seguro que no dudaría en lanzarse contra todos los presentes para asegurar la libertad de sus chicas, pero no lo haría poniendo en peligro a una de ellas -Suficiente, es el fin- Extendí mi mano hacia su arma para que me la entregara por su cuenta; aunque la entrega se vería demorada por la aparición de Niniel que había arruinado el factor sorpresa, seguramente el fulano Joel no fuese buen perdedor, tenía la impresión de que no se detendría hasta tener a la peliblanca en su nómina.
Alcé una ceja al escuchar llegar a una nueva voz, nada menos que la misteriosa Suspiro, esto se ponía cada vez más intrigante, sentía que en cualquier momento llegaría alguien más con otros objetivos ocultos, aunque por ahora ya había sido suficiente; Odalyn reaccionó con agresividad ante las palabras de Joel y de prisa sostuve su hombro para evitar que hiciera una locura. Aquella suspiro era completamente despreciable, tal como podría esperar de las personas en ese lugar, pero Odalyn y las otras intentaban alejarse, debía hacer algo para sacarlas -No me gustan las bestias, prefiero quedarme con esa- Señalé a la pelirroja que tenía amenazada -Si me dejas tenerla ni siquiera te cobraré, a fin de cuentas, somos hombres, hay placeres que valen más que el dinero- Reí de manera pícara mientras Odalyn me escupía a la cara por mis palabras sin saber que eran solo una actuación para liberar a su amiga.
Finalmente arranqué el arma de Odalyn de sus manos y la empujé hacia atrás para luego unirme al grupo de Joel, colocándome de rodillas frente a la chica capturada -Tengo debilidad por las pelirrojas- Acaricié con la mano sus mejillas humedecidas por el llanto; no había rabia en su mirada, sino un profundo temor -Supongo que todos tienen un precio, si ese es el tuyo tómala- Dijo confiado -Aunque quisiera saber cuál es el precio de ella- Señaló a Niniel quien ahora se sabría en problemas, contra aquellos fortachones y con su compañero aparentemente cediendo a los placeres de la carne; solo esperaba que confiara en mí y no pensara que la traicionaría tan vilmente.
Una mirada de Joel bastó para que el grandulón soltara a la chica a la que de inmediato tomé por un brazo y la lancé hacia atrás de Odalyn a quien también le lancé su arma y me preparé para una de las peores ideas que se me hubiesen ocurrido jamás -Nin, no querrás escuchar esto- Dije en código a la elfa esperando que entendiera, ella sabía de sobra el funcionamiento de mi magia de voz, así que tal vez podría tomar alguna precaución o al menos eso esperaba, pues si no estaría solo contra el mundo. Lancé una mirada de advertencia a la elfa mientras ponía las manos en mis oídos para ser más claro en lo que esperaba que hiciera y sin más dejé salir un grito cargado con toda la potencia de mi magia, cosa que de por sí ya era fuerte, pero si además sumábamos la acústica de tan encerrado lugar, el resultado tenía que ser realmente demoledor -¡¡Aliquet!!- [1] Grité con todas mis fuerzas notando cómo el sonido se encapsulaba dentro de la sala y los guardias se tambaleaban llevando las manos a sus oídos aunque ya era muy tarde para eso; tristemente había puesto tanta fuerza al grito que incluso mi propia visión se tornó nublada por unos segundos, mi único consuelo era que los demás estarían peor, o eso esperaba.
Bio
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Re: Alas de libertad [Trabajo] (Bio-Níniel) [Cerrado]
Resultaba evidente que la mujer alada había contado con que Gray no se quedaría de brazos cruzados mientras sus fuentes de ingresos desaparecían, y por ello habrían operado en secreto y con cautela para que nadie sospechara de ellas, desviando la atención hacia los Black o hacia un posible asesino de prostitutas, algo por desgracia bastante creíble. Ganándose la confianza y los favores de los guardias e incluso la del propio propietario para que no estuvieran muy centrados mientras llevaban a cabo su plan, que parecía ser perfecto salvo por el cliente desaparecido, que a la larga había demostrado ser el principio del fin de todo aquello sin ellas saberlo. Pero parecía que si con algo no contaban era con que una de las suyas las hubiera estado vigilando desde le principio para llegado el momento adecuado traicionarlas, venderlas al señor Gray y medrar a su costa.
Parecía que mientras ellas engañaban a unos, ella los engañaba a todos. Una mujer inteligente y perversa aquella morena que ahora disfrutaba de su momento de gloria. Odalyn ya no debía pensar "pobre Suspiro" precisamente. Se la había jugado pero bien.
Seguramente tramando algo, Bio no tardó en obedecer las instrucciones del señor Gray y despacio se acercó hasta la madame del burdel para tomar su peligrosa y letal lanza ya sin temor a que la usara contra él, pues era consciente de que sola como estaba, con sus compañeras vencidas y hasta tomadas como rehenes como era el caso de la pelirroja, nada podía hacer ante tantos oponentes por mucho que deseara borrarle a Suspiro la sonrisa de la cara. Circunstancias que no obstante no borraron la furia de su mirada, denotando que de existir la más mínima posibilidad de vencer en aquella lucha no dudaría en aprovecharla. Algo que estaba bien, pues iban a necesitar ese fuego si querían ayudar a las chicas en ese momento y salir de una pieza de aquella bodega. Claro que tendrían que tener cuidado; las llamas no distinguen entre amigos y enemigos y de hecho debía de seguir pensando que ellos dos trabajaban para Joel.
En cualquier caso, privar de su arma a la que posiblemente era la mejor guerrera con la que podían contar no parecía una jugada muy inteligente por parte del pelinegro. De hecho Níniel dudó por un momento si el vampiro no estaba entregándosela realmente para cobrar los aeros estipulados y marcharse de allí, ya fuera para volver con refuerzos o con un plan mejor más tarde. ¿O acaso culpaba a Níniel de lo ocurrido en la torre de la logia y pensaba traicionarla y dejarla allí a merced de ese degenerado y sus matones como venganza? ¿La vendería a ese cerdo junto con las demás? No, no sería capaz de algo así. Además debía de ser consciente de que trató en varias ocasiones de salvarle el pellejo, incluso llegando a discutir con una colérica Abbey que pretendía matarlo sin miramientos, a saber por qué.
Fue entonces, al comprender lo que el pelinegro pretendía al pedir que le entregaran a la pelirroja para satisfacer sus más bajos instintos carnales, cuando la elfa pudo entender sus intenciones, que nada tenían que ver con traicionarla, aunque no sabía cómo pretendía que algo así tuviera éxito. Era una jugada muy arriesgada, especialmente para él, y cuando todo empezara tendrían que actuar con rapidez para aprovechar al máximo el efecto sorpresa.
¿Tenía algún as bajo la manga? Era Bio, seguro que sí. Confiaba plenamente en él y él debía de confiar en ella para jugársela de ese modo. De hecho en ese momento Níniel creyó comprender mejor al pelinegro. Bio no era alocado, bueno sí, pero con ella no mostraba temor a lanzarse de cabeza al peligro porque confiaba en que estaría allí para apoyarle...Podría decirse que era algo bonito, claro que una palmadita en la espalda sería una mejor muestra de cariño y confianza. Vampiro tonto.
-Yo también tengo un precio, claro. Lealtad, cariño, confianza. Un corazón a cambio de un corazón. Un precio que tú no puedes ni podrás jamás pagar.-Respondió la peliblanca parafraseando lo que el propio Bio dijera mientras caminaban rumbo a aquel burdel. Y tras decir y aquello, entendiendo el mensaje entre líneas de su amigo y mientras Gray fruncía el ceño contrariado por una nueva negativa por parte de la sacerdotisa, Níniel guiñó un ojo a modo de confirmación y se tapó los oídos a la vez que se concentraba para evitar los efectos de la magia de la voz que en esos momentos se desató con fuerza por todo el lugar.
Gray, sus guardias, Suspiro, Odalyn...Todos resultaron afectados y fueron presas de un gran dolor y una gran conmoción, llevándose las manos a los oídos en un intento desesperado por tratar de hacer que el dolor que se clavaba en sus mentes como si de dagas se tratara cesara, pero era inútil. Ya era tarde y estarían afectados unos momentos por mucho que se taparan las orejas, de hecho que lo hicieran solo obraba en favor del pelinegro y peliblanca.
Níniel, dolorida incluso a pesar de haber podido evitar la mayor parte de los efectos de aquel grito, fue la primera en sobreponerse e iniciar el ataque. Abrió la boca con la cabeza ladeada para tratar de poner fin al molesto zumbido que aún persistía en sus oídos e inmediatamente imbuyó su bastón son su magia y se lanzó a por el más cercano de aquellos matones, aquel que había golpeado a la pelirroja, y con todas sus fuerzas le golpeó en la cabeza dejándolo inconsciente en el suelo. Acto seguido, sin perder ni un segundo y a sabiendas de que Bio no contaba con sus dagas, sacó la suya de entre los pliegues de su ropa y se la lanzó por el suelo para que la usara a discreción, bendiciéndole además con una armadura mágica que le protegiera en caso de que alguno de aquellos tipos se recuperara demasiado pronto.
Su siguiente objetivo fue el propio Gray, que ni siquiera la vio venir, siendo golpeado en la parte posterior de sus piernas con un golpe de barrido que lo envió al suelo y acto seguido con un bastonazo en su pecho que le hizo perder el conocimiento. Puede que dada su condición de sacerdotisa, disfrutar del dolor ajeno estuviese mal, pero Níniel mentiría si alguien le preguntase y dijera que no le gustó poder atizarle a aquel malnacido que tan mal trataba a las mujeres y que llevaba faltándole al respeto toda la noche.
Tras él sería el turno de Suspiro, que ya estaba prácticamente recuperada aunque aún algo confusa. No obstante una gran ala desplegada se interpuso entre ellas antes de que la joven pudiera recorrer la escasa distancia que las separaba e impidiendo que atacase, haciéndola retroceder medio paso. Níniel Miró a Odalyn, que no estaba mejor que Suspiro, y vio que volvía a empuñar su arma con fuerza. No obstante ahora sabía que eran aliados y la elfa no era su objetivo, su objetivo vestía de negro a juego con su maquillaje y el color de su pelo.
-Ella es mía, podéis ocuparos del resto.- Se limitó a decir. Y se lanzó a por la traidora.
Parecía que mientras ellas engañaban a unos, ella los engañaba a todos. Una mujer inteligente y perversa aquella morena que ahora disfrutaba de su momento de gloria. Odalyn ya no debía pensar "pobre Suspiro" precisamente. Se la había jugado pero bien.
Seguramente tramando algo, Bio no tardó en obedecer las instrucciones del señor Gray y despacio se acercó hasta la madame del burdel para tomar su peligrosa y letal lanza ya sin temor a que la usara contra él, pues era consciente de que sola como estaba, con sus compañeras vencidas y hasta tomadas como rehenes como era el caso de la pelirroja, nada podía hacer ante tantos oponentes por mucho que deseara borrarle a Suspiro la sonrisa de la cara. Circunstancias que no obstante no borraron la furia de su mirada, denotando que de existir la más mínima posibilidad de vencer en aquella lucha no dudaría en aprovecharla. Algo que estaba bien, pues iban a necesitar ese fuego si querían ayudar a las chicas en ese momento y salir de una pieza de aquella bodega. Claro que tendrían que tener cuidado; las llamas no distinguen entre amigos y enemigos y de hecho debía de seguir pensando que ellos dos trabajaban para Joel.
En cualquier caso, privar de su arma a la que posiblemente era la mejor guerrera con la que podían contar no parecía una jugada muy inteligente por parte del pelinegro. De hecho Níniel dudó por un momento si el vampiro no estaba entregándosela realmente para cobrar los aeros estipulados y marcharse de allí, ya fuera para volver con refuerzos o con un plan mejor más tarde. ¿O acaso culpaba a Níniel de lo ocurrido en la torre de la logia y pensaba traicionarla y dejarla allí a merced de ese degenerado y sus matones como venganza? ¿La vendería a ese cerdo junto con las demás? No, no sería capaz de algo así. Además debía de ser consciente de que trató en varias ocasiones de salvarle el pellejo, incluso llegando a discutir con una colérica Abbey que pretendía matarlo sin miramientos, a saber por qué.
Fue entonces, al comprender lo que el pelinegro pretendía al pedir que le entregaran a la pelirroja para satisfacer sus más bajos instintos carnales, cuando la elfa pudo entender sus intenciones, que nada tenían que ver con traicionarla, aunque no sabía cómo pretendía que algo así tuviera éxito. Era una jugada muy arriesgada, especialmente para él, y cuando todo empezara tendrían que actuar con rapidez para aprovechar al máximo el efecto sorpresa.
¿Tenía algún as bajo la manga? Era Bio, seguro que sí. Confiaba plenamente en él y él debía de confiar en ella para jugársela de ese modo. De hecho en ese momento Níniel creyó comprender mejor al pelinegro. Bio no era alocado, bueno sí, pero con ella no mostraba temor a lanzarse de cabeza al peligro porque confiaba en que estaría allí para apoyarle...Podría decirse que era algo bonito, claro que una palmadita en la espalda sería una mejor muestra de cariño y confianza. Vampiro tonto.
-Yo también tengo un precio, claro. Lealtad, cariño, confianza. Un corazón a cambio de un corazón. Un precio que tú no puedes ni podrás jamás pagar.-Respondió la peliblanca parafraseando lo que el propio Bio dijera mientras caminaban rumbo a aquel burdel. Y tras decir y aquello, entendiendo el mensaje entre líneas de su amigo y mientras Gray fruncía el ceño contrariado por una nueva negativa por parte de la sacerdotisa, Níniel guiñó un ojo a modo de confirmación y se tapó los oídos a la vez que se concentraba para evitar los efectos de la magia de la voz que en esos momentos se desató con fuerza por todo el lugar.
Gray, sus guardias, Suspiro, Odalyn...Todos resultaron afectados y fueron presas de un gran dolor y una gran conmoción, llevándose las manos a los oídos en un intento desesperado por tratar de hacer que el dolor que se clavaba en sus mentes como si de dagas se tratara cesara, pero era inútil. Ya era tarde y estarían afectados unos momentos por mucho que se taparan las orejas, de hecho que lo hicieran solo obraba en favor del pelinegro y peliblanca.
Níniel, dolorida incluso a pesar de haber podido evitar la mayor parte de los efectos de aquel grito, fue la primera en sobreponerse e iniciar el ataque. Abrió la boca con la cabeza ladeada para tratar de poner fin al molesto zumbido que aún persistía en sus oídos e inmediatamente imbuyó su bastón son su magia y se lanzó a por el más cercano de aquellos matones, aquel que había golpeado a la pelirroja, y con todas sus fuerzas le golpeó en la cabeza dejándolo inconsciente en el suelo. Acto seguido, sin perder ni un segundo y a sabiendas de que Bio no contaba con sus dagas, sacó la suya de entre los pliegues de su ropa y se la lanzó por el suelo para que la usara a discreción, bendiciéndole además con una armadura mágica que le protegiera en caso de que alguno de aquellos tipos se recuperara demasiado pronto.
Su siguiente objetivo fue el propio Gray, que ni siquiera la vio venir, siendo golpeado en la parte posterior de sus piernas con un golpe de barrido que lo envió al suelo y acto seguido con un bastonazo en su pecho que le hizo perder el conocimiento. Puede que dada su condición de sacerdotisa, disfrutar del dolor ajeno estuviese mal, pero Níniel mentiría si alguien le preguntase y dijera que no le gustó poder atizarle a aquel malnacido que tan mal trataba a las mujeres y que llevaba faltándole al respeto toda la noche.
Tras él sería el turno de Suspiro, que ya estaba prácticamente recuperada aunque aún algo confusa. No obstante una gran ala desplegada se interpuso entre ellas antes de que la joven pudiera recorrer la escasa distancia que las separaba e impidiendo que atacase, haciéndola retroceder medio paso. Níniel Miró a Odalyn, que no estaba mejor que Suspiro, y vio que volvía a empuñar su arma con fuerza. No obstante ahora sabía que eran aliados y la elfa no era su objetivo, su objetivo vestía de negro a juego con su maquillaje y el color de su pelo.
-Ella es mía, podéis ocuparos del resto.- Se limitó a decir. Y se lanzó a por la traidora.
Níniel Thenidiel
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Re: Alas de libertad [Trabajo] (Bio-Níniel) [Cerrado]
Mi vista se nubló por unos instantes luego del grito que se había embotellado en la habitación de manera ensordecedora, el daño selectivo era algo que debía practicar en algún momento, sobre todo para seleccionar no autoflagelarme los oídos y la mente; sacudí mi cabeza a los lados y me di un golpe en la frente con la palma de la mano para volver a entrar en razón y lo primero que alcancé a distinguir fue la estilizada y delicada figura de la elfa lanzando porrazos a cuanto incauto se le ponía en frente -¿Cuándo se volvió tan salvaje?- Pensé sorprendido de las capacidades de la peliblanca y pensando en evitar hacerla enojar de nuevo, aunque de pensarlo a cumplirlo podía haber un trecho muy largo.
Aún estaba un poco atontado cuando la peliblanca aturdió al sujeto que había golpeado a la pelirroja, bien que se lo merecía y resultaba incluso justicia poética que fuera una mujer quien lo derrotara sin que pusiera resistencia alguna; el sonido de una daga rodando hasta mis pies me hizo reaccionar y me agaché para tomarla; mientras me levantaba sentí la extraña sensación de que algo mágico envolvía mi cuerpo; sonreí con malicia al imaginar que se trataba de alguna de las cosas raritas que hacía Niniel quien ahora estaba limpiando el piso con el pobre Gray -¡¡Cuidado Nin!!- Dije mientras corría hacia el grandulón que se acercaba a ella desde atrás para sujetarla; caí al piso con el cuerpo del sujeto acolchonando el impacto y usé la daga de mi compañera para cortarle los músculos de los antebrazos de modo que no fuera capaz de sujetar un arma o a nadie más.
Antes que pudiera hacer algo más al sujeto me levanté de prisa al ver que Odalyn bloqueaba el paso a mi compañera de clan -No vayas a- No fue necesario acabar la frase pues claramente la elfa no era su objetivo sino la traidora Suspiro -Pues toda tuya- Dije en un rato de distracción que me saldría bastante caro, pues otro de los sujetos medianamente recompuesto me golpeó en la espalda con ambos puños haciéndome toser todo el aire que tenía en los pulmones y caer al piso de rodillas -¿Creen que pueden traicionar al señor Gray y salir ilesos?- Preguntó con su voz gruesa de malote mientras sus colegas comenzaban a reincorporarse también.
Tosí un par de veces justo antes de recibir una patada en un costado que de no ser por la magia de la elfa me habría roto al menos un par de costillas, pues consiguió incluso levantarme del piso y caer un par de metros lejos -No se queden ahí, tarados- Dijo a sus compañeros -Solo son mujeres, no serán problema- Se sentía victorioso por el simple hecho de ser hombre -No tocarás a ninguna más- Me levanté del piso con una mirada de agresividad y avancé directamente hacia él -¿Te crees muy fuerte?- Pregunté lanzando un fuerte puñetazo a su rostro que detuvo sin problemas -Vale, sí lo eres- Intenté sacar mi puño de su mano pero comenzaba a apretarla cada vez más fuerte mientras reía hasta que hice lo que cualquier caliente guerrero con honor haría, le di una patada en la entrepierna con todas mis fuerzas haciendo que soltara mi mano de inmediato.
El dolor fue tal que se dobló de inmediato con las manos en el área afectada, entonces aproveché para lanzarme sobre él y tras tumbarlo al piso mordí su cuello con salvaje brutalidad hasta desprenderle todo un pedazo de piel y dejar al aire la mitad de su tráquea, la sangre corría de mis labios hasta llenar mi pecho, no lo hacía por alimentarme, lo hacía con ira por el asco que me despertaban esos sujetos; escupí al piso levantándome mientras el sujeto se retorcía en el piso intentando en vano detener la hemorragia con sus manos.
Los dos que quedaban retrocedieron un par de pasos aterrados por la escena -Oh por Odín, es un, es un...- Sus manos comenzaban a temblar al darse cuenta de mi naturaleza, aunque más que mi rostro le aterraba ver a su compañero escupiendo sangre por ese nuevo agujero en su cuello -¿Quién sigue?- Pregunté -Vamos Tim, ve por él, yo te cubro- Dijo tembloroso uno de ellos -Lo lamento amigo, no me pagan lo suficiente para esto- Respondió el otro soltando el intento de cuchillo que había sacado y huyendo escaleras arriba -Vamos amigo, sabes que son solo negocios, no es personal- Sonreí con malicia ante sus palabras -Si crees que yo doy miedo, no la has visto a ella enojada- Señalé a Niniel quien ahora se encontraba cerca del lugar a donde el sujeto había retrocedido sin darse cuenta...
Aún estaba un poco atontado cuando la peliblanca aturdió al sujeto que había golpeado a la pelirroja, bien que se lo merecía y resultaba incluso justicia poética que fuera una mujer quien lo derrotara sin que pusiera resistencia alguna; el sonido de una daga rodando hasta mis pies me hizo reaccionar y me agaché para tomarla; mientras me levantaba sentí la extraña sensación de que algo mágico envolvía mi cuerpo; sonreí con malicia al imaginar que se trataba de alguna de las cosas raritas que hacía Niniel quien ahora estaba limpiando el piso con el pobre Gray -¡¡Cuidado Nin!!- Dije mientras corría hacia el grandulón que se acercaba a ella desde atrás para sujetarla; caí al piso con el cuerpo del sujeto acolchonando el impacto y usé la daga de mi compañera para cortarle los músculos de los antebrazos de modo que no fuera capaz de sujetar un arma o a nadie más.
Antes que pudiera hacer algo más al sujeto me levanté de prisa al ver que Odalyn bloqueaba el paso a mi compañera de clan -No vayas a- No fue necesario acabar la frase pues claramente la elfa no era su objetivo sino la traidora Suspiro -Pues toda tuya- Dije en un rato de distracción que me saldría bastante caro, pues otro de los sujetos medianamente recompuesto me golpeó en la espalda con ambos puños haciéndome toser todo el aire que tenía en los pulmones y caer al piso de rodillas -¿Creen que pueden traicionar al señor Gray y salir ilesos?- Preguntó con su voz gruesa de malote mientras sus colegas comenzaban a reincorporarse también.
Tosí un par de veces justo antes de recibir una patada en un costado que de no ser por la magia de la elfa me habría roto al menos un par de costillas, pues consiguió incluso levantarme del piso y caer un par de metros lejos -No se queden ahí, tarados- Dijo a sus compañeros -Solo son mujeres, no serán problema- Se sentía victorioso por el simple hecho de ser hombre -No tocarás a ninguna más- Me levanté del piso con una mirada de agresividad y avancé directamente hacia él -¿Te crees muy fuerte?- Pregunté lanzando un fuerte puñetazo a su rostro que detuvo sin problemas -Vale, sí lo eres- Intenté sacar mi puño de su mano pero comenzaba a apretarla cada vez más fuerte mientras reía hasta que hice lo que cualquier caliente guerrero con honor haría, le di una patada en la entrepierna con todas mis fuerzas haciendo que soltara mi mano de inmediato.
El dolor fue tal que se dobló de inmediato con las manos en el área afectada, entonces aproveché para lanzarme sobre él y tras tumbarlo al piso mordí su cuello con salvaje brutalidad hasta desprenderle todo un pedazo de piel y dejar al aire la mitad de su tráquea, la sangre corría de mis labios hasta llenar mi pecho, no lo hacía por alimentarme, lo hacía con ira por el asco que me despertaban esos sujetos; escupí al piso levantándome mientras el sujeto se retorcía en el piso intentando en vano detener la hemorragia con sus manos.
Los dos que quedaban retrocedieron un par de pasos aterrados por la escena -Oh por Odín, es un, es un...- Sus manos comenzaban a temblar al darse cuenta de mi naturaleza, aunque más que mi rostro le aterraba ver a su compañero escupiendo sangre por ese nuevo agujero en su cuello -¿Quién sigue?- Pregunté -Vamos Tim, ve por él, yo te cubro- Dijo tembloroso uno de ellos -Lo lamento amigo, no me pagan lo suficiente para esto- Respondió el otro soltando el intento de cuchillo que había sacado y huyendo escaleras arriba -Vamos amigo, sabes que son solo negocios, no es personal- Sonreí con malicia ante sus palabras -Si crees que yo doy miedo, no la has visto a ella enojada- Señalé a Niniel quien ahora se encontraba cerca del lugar a donde el sujeto había retrocedido sin darse cuenta...
Bio
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Re: Alas de libertad [Trabajo] (Bio-Níniel) [Cerrado]
Aquellos sujetos presentaron más batalla de la que Níniel había creído posible al verlos aturdidos y doloridos por la la poderosa voz de Bio. De hecho, a excepción del que había recibido el primer golpe de la elfa y un debilucho señor Gray, el resto no tardó en recuperarse, al menos lo suficiente como para resultar una amenaza, y no dudaron en responder al ataque con contundencia, e incluso procesando una extraña y ferviente lealtad hacia aquel hombre miserable incluso con las tornas cambiando indudablemente en su contra. Gray debía de pagarles muy bien si tras ver como su jefe y dos de sus compañeros eran reducidos en apenas unos segundos, uno de ellos quedando en el suelo retorciéndose de dolor, aún tenían ganas de pelear. Incluso Suspiro sacó una daga de su ropa y entabló una desigual lucha con Odalyn, quien tenía todas las de ganar.
No obstante, y antes de que la lucha se recrudeciera más, aquella lealtad y esas ganas de lucha, incluso su creencia de que era un combate que podían ganar, llegó a su fín. Concretamente cuando aquél que con más vehemencia había contraatacado, llegando incluso a aleccionar a sus compañeros a actuar mientras se lanzaba a por el pelinegro, acabó en el suelo con la garganta arrancada y la sangre brotando a borbotones de la herida de forma escalofriante. Aquello sencillamente fue demasiado para aquellos humanos, que por muy fornidos que fueran no estaban por encima del fundamentado miedo a los hijos de la noche. No era para menos, incluso Níniel se sentía intimidada ante la imagen de Bio avanzando mientras de su boca goteaba sangre fresca.
-¿E...ella?.- Logró pronunciar entre titubeos aquel a quien su compañero había dejado abandonado y que con la anunciada derrota de Suspiro a manos de Odalyn, la cual no tardó en quedar firmada, quedaba solo allí abajo. Demasiado valiente para huír, demasiado cobarde para intentar enfrentarse al pelinegro. Entonces se giró hacia donde estaba la peliblanca y la miró a los ojos con una clara súplica dibujada en ellos antes de caer de rodillas y comenzar a implorar por su vida ante la que por las palabras de Bio consideraba la más peligrosa de los dos. -Por favor no me mate, puedo ayudaros, lo haré gratis. No me muerda por favor. Puedo proteger su castillo durante el día...- Dijo logrando que la joven enarcara una ceja confusa.
Aquello no tenía sentido. ¿Acaso era tan tonto como para pensar que ella también era una vampiresa? ¿No sabía que los elfos no podían convertirse en malditos ni aunque quisieran? Además eso de que todos los vampiros tenían un castillo en el oeste era una idea absurda, de hecho incluso graciosa al imaginarse un pueblo de vampiros en el que cada vecino viviera solo en su castillo, pegado al castillo del vecino y teniendo que discutir por qué parte del foso que compartían era de cada cual.
-Sí claro, incluso te dejaré escoger en cuál de mis castillos podrás montar guardia. Pero discutiremos los detalles más tarde. Buenas noches.- Fue la respuesta de la elfa justo antes de golpearle a él también en la cabeza y dejándolo inconsciente con el bastón. Claro que lo dijo sabiendo que quien realmente iba a decidir qué hacer con él, así como con todos los demás sería Odalyn, no ella.
-Puede que el que ha escapado haya ido a por ayuda.- Comentó entonces mirando hacia las escaleras ascendentes y luego a Bio preguntándose qué les estaría esperando allí cuando subieran. -¿Estás bién? Deberías limpiarte esa sangre. Si ese tipo ha salido corriendo gritando vampiro al menos deberíamos poder negarlo.- Añadió a continuación sin poder evitar pensar en que aquella era la segunda vez que le veía perder el control de esa manera. Puede que el suero corriera más prisa de la que había pensado al escuchar su propuesta horas antes en su casa.
-No debería venir nadie. Estos eran todos los matones de Gray aquí a parte de vosotros dos, y puedes estar segura de que a ningún cliente le interesa meterse en problemas, menos aún con un vampiro. Ni siquiera avisarían a la guardia. ¿Cómo explicarían que estaban en un burdel todos esos "ciudadanos respetables"?- Intervino Odalyn acercándose hasta la mujer pelirroja aunque manteniéndose atenta a aquellas escaleras. Lo cual denotaba que no estaba muy segura de sus palabras. Parecía estar bien, aunque tenía un corte poco profundo en la mejilla derecha. -¿Mara está bien elfa? La chica rubia.- Preguntó entonces. Y ante aquello Níniel no pudo si no mirar detrás de ella, hacia el cuerpo inerte de Suspiro, haciendo a su vez una pregunta que no necesitaba palabras para ser entendida. Pendiente como estaba de su propia lucha y de la de Bio la peliblanca apenas si había captado fugaces momentos del enfrentamiento entre la desnuda mujer alada y la traidora vestida de negro.
-Está viva, aunque es más de lo que se merece.- Respondió secamente y con aspecto preocupado mientras dedicaba unas reconfortantes caricias en el rostro de la pelirroja que parecía serenarse poco a poco gracias a tenerla a ella cerca.
-Estoy bien.- Respondió la propia mujer rubia acercándose aún con dificultades para moverse debido al golpe en el abdomen que le propinase Níniel aunque guardando ciertas distancias con Bio -Quería ayudar pero, la elfa sabe dónde golpear.- Continuó diciendo llevándose una mano hasta aquella zona y haciendo una mueca de dolor. Realmente cada paso le era un suplicio.
-Lo siento, pero tenía que hacer que me escuchases y tú querías matarme.- Respondió la peliblanca acercándose hasta ella y comenzando a aplicarle una sanación que la rubia no dudó en agradecer en cuanto notó como el dolor remitía.
-No tienes que disculparte. Hiciste lo que debías. Al contrario, yo os debo una disculpa a todos. No quise creer que queríais ayudarnos y por mi culpa podríamos haber acabado todas muertas y el resto de las chicas en peligro...Debí ver la clase de persona que es Suspiro...Todo es culpa mía.- Fueron las palabras de Odalyn mientras apretaba uno de sus puños tan fuerte que hasta los nudillos se le pusieron blancos.
-Pero todo ha salido bien al final. Yo tampoco podía creer que alguien de fuera quisiera ayudarnos. De hecho sigo sin saber por qué lo hacéis. Pudisteis coger el dinero y marcharos.- Comentó una recuperada Mara agradeciendo de nuevo sus atenciones a Níniel con una leve inclinación de cabeza aunque mirandoles a los dos con extrañeza. -Una elfa y un vampiro además.-
-Bio, pues así se hace llamar en verdad y no Vincent, no es lo que cualquiera esperaría encontrarse al escuchar la palabra vampiro. En cuanto entendimos la situación...Los dos pensamos lo mismo. Ayudaros era más importante que el dinero. Jamás hubiésemos aceptado un trabajo de Gray si hubiésemos sabido lo que sabemos ahora.- Respondió la sacerdotisa que de hecho nunca había pensado en el dinero como el principal motivo de aceptar aquel encargo. Sí, como todos lo necesitaba y le venía bien, pero detener a un criminal y ayudar a unas mujeres a las que nadie más quería ayudar era más que suficiente para aceptar, y estaba segura de que Bio pensaba lo mismo. Al final las cosas no habían ido como esperaba, eso estaba claro, pero dado que al final sí habían ayudado a aquellas chicas y se habían librado de una mala persona como Joel, se podría decir que había sido todo un éxito.
-Joel suele llevar bastante dinero encima normalmente. No creo que le importe que lo cojais y yo desde luego no voy a impedíroslo.- Sugirió la mujer-bestia mirando en dirección al cuerpo inerte del dueño del burdel. Pero antes de que nadie pudiera decir nada más, unos pasos lentos que bajaban hasta el almacén por las escaleras les instaron a guardar silencio y a ponerse en guardia. ¿Acaso a pesar del pronóstico de Odalyn aquel tipo había logrado conseguir ayuda? ¿De quién? ¿A qué tendrían que enfrentarse? La respuesta no tardó en llegar.
-¿Odalyn?- Preguntó la voz de la camarera del Libertad. Y al quedar a la vista el grupo pudo relajarse al ver que efectivamente se trataba de ella, armada con un cazo de metal que sujetaba con ambas manos. - !Odalyn! menos mal que estáis bien. Cuando vi bajar a Joel me temí lo peor, pero al ver a ese gorila de Stan salir corriendo por la puerta como alma que lleva el diablo sin decir una palabra quise creer que estaríais a salvo.- Dijo la joven lanzándose a los brazos de sus amigas y compañeras, casi atizando sin querer a Mara con el cucharón al olvidarse que lo llevaba en las manos. -¿Pero qué ha pasado aquí? Ay madre, éste está muerto.-
Odalyn no tardó en explicarle la situación a la recién llegada. La traición de Suspiro, cómo los nuevos contratados por Joel habían acabado al final convirtiéndose en sus aliados y cómo, aunque no había sido precisamente como lo habían planeado, habían logrado librarse de Gray y sus matones. Claro que aún quedaban algunas dudas en el aire.
-¿Qué haréis ahora? ¿Os marcharéis todas de aquí? ¿Qué haréis con Gray y con Suspiro?.- Preguntó la peliblanca consciente de que no pensaban matarlos pero tampoco podían dejarlos libres sin más pues sería muy peligroso.
-El plan era ir sacando a un grupo de chicas de confianza poco a poco de aquí. Hay un pasadizo secreto tras aquel enorme barril del fondo del que Joel no tiene ni idea. Esa historia de un asesino y los Black nos vino de perlas y así poco a poco podíamos sacar a las chicas de la ciudad sin llamar la atención. Por desgracia solo podía sacar a unas pocas cada vez y a un alto riesgo...Además no todas quieren irse, algunas no tendrían a dónde ir y por duro que suene no hay nada allí fuera para ellas. -Hizo una breve pausa pensativa.- Estaba resignada a tener que dejarlas atrás y salvar solo a las pocas que pudiera, pero ahora...Ahora podemos convertir este lugar en algo totalmente distinto a lo que es. Un lugar que realmente haga honor a su nombre.- Fueron sus palabras. -Y El señor Gray, será nuestro invitado permanente mientras firma los documentos legales de cesión de la propiedad, luego ya veremos.- Terminó de decir.
En vez de huir se quedaría allí y convertiría aquel antro de perversión, maldad y oscuridad en todo lo opuesto. Un lugar donde ayudar a las que como ellas no recibirían ayuda de nadie más. No era un camino fácil aquel, estaría lleno de obstáculos y seguramente molestarían a más de un jefe de los bajos fondos que las vería como una amenaza, pero Odalyn y las demás no estarían solas. Siempre podrían contar con la ayuda de una extraña pareja de "investigadores" formada por un vampiro pelinegro y una elfa peliblanca.
-¿Y el cliente desaparecido?- Preguntó entonces la elfa, pues no lo había mencionado para nada.
-¿Cliente desaparecido? Ah, Reginald...No ha desaparecido. Salió de la ciudad junto con Oriana, una de las chicas del último grupo que escapó. Por lo que sé se casaron en cuanto dejaron atrás Lunargenta. Eso sí son prisas.- Aclaró, y por primera vez aquella noche, la mujer alada esbozó una amplía y sincera sonrisa.
No obstante, y antes de que la lucha se recrudeciera más, aquella lealtad y esas ganas de lucha, incluso su creencia de que era un combate que podían ganar, llegó a su fín. Concretamente cuando aquél que con más vehemencia había contraatacado, llegando incluso a aleccionar a sus compañeros a actuar mientras se lanzaba a por el pelinegro, acabó en el suelo con la garganta arrancada y la sangre brotando a borbotones de la herida de forma escalofriante. Aquello sencillamente fue demasiado para aquellos humanos, que por muy fornidos que fueran no estaban por encima del fundamentado miedo a los hijos de la noche. No era para menos, incluso Níniel se sentía intimidada ante la imagen de Bio avanzando mientras de su boca goteaba sangre fresca.
-¿E...ella?.- Logró pronunciar entre titubeos aquel a quien su compañero había dejado abandonado y que con la anunciada derrota de Suspiro a manos de Odalyn, la cual no tardó en quedar firmada, quedaba solo allí abajo. Demasiado valiente para huír, demasiado cobarde para intentar enfrentarse al pelinegro. Entonces se giró hacia donde estaba la peliblanca y la miró a los ojos con una clara súplica dibujada en ellos antes de caer de rodillas y comenzar a implorar por su vida ante la que por las palabras de Bio consideraba la más peligrosa de los dos. -Por favor no me mate, puedo ayudaros, lo haré gratis. No me muerda por favor. Puedo proteger su castillo durante el día...- Dijo logrando que la joven enarcara una ceja confusa.
Aquello no tenía sentido. ¿Acaso era tan tonto como para pensar que ella también era una vampiresa? ¿No sabía que los elfos no podían convertirse en malditos ni aunque quisieran? Además eso de que todos los vampiros tenían un castillo en el oeste era una idea absurda, de hecho incluso graciosa al imaginarse un pueblo de vampiros en el que cada vecino viviera solo en su castillo, pegado al castillo del vecino y teniendo que discutir por qué parte del foso que compartían era de cada cual.
-Sí claro, incluso te dejaré escoger en cuál de mis castillos podrás montar guardia. Pero discutiremos los detalles más tarde. Buenas noches.- Fue la respuesta de la elfa justo antes de golpearle a él también en la cabeza y dejándolo inconsciente con el bastón. Claro que lo dijo sabiendo que quien realmente iba a decidir qué hacer con él, así como con todos los demás sería Odalyn, no ella.
-Puede que el que ha escapado haya ido a por ayuda.- Comentó entonces mirando hacia las escaleras ascendentes y luego a Bio preguntándose qué les estaría esperando allí cuando subieran. -¿Estás bién? Deberías limpiarte esa sangre. Si ese tipo ha salido corriendo gritando vampiro al menos deberíamos poder negarlo.- Añadió a continuación sin poder evitar pensar en que aquella era la segunda vez que le veía perder el control de esa manera. Puede que el suero corriera más prisa de la que había pensado al escuchar su propuesta horas antes en su casa.
-No debería venir nadie. Estos eran todos los matones de Gray aquí a parte de vosotros dos, y puedes estar segura de que a ningún cliente le interesa meterse en problemas, menos aún con un vampiro. Ni siquiera avisarían a la guardia. ¿Cómo explicarían que estaban en un burdel todos esos "ciudadanos respetables"?- Intervino Odalyn acercándose hasta la mujer pelirroja aunque manteniéndose atenta a aquellas escaleras. Lo cual denotaba que no estaba muy segura de sus palabras. Parecía estar bien, aunque tenía un corte poco profundo en la mejilla derecha. -¿Mara está bien elfa? La chica rubia.- Preguntó entonces. Y ante aquello Níniel no pudo si no mirar detrás de ella, hacia el cuerpo inerte de Suspiro, haciendo a su vez una pregunta que no necesitaba palabras para ser entendida. Pendiente como estaba de su propia lucha y de la de Bio la peliblanca apenas si había captado fugaces momentos del enfrentamiento entre la desnuda mujer alada y la traidora vestida de negro.
-Está viva, aunque es más de lo que se merece.- Respondió secamente y con aspecto preocupado mientras dedicaba unas reconfortantes caricias en el rostro de la pelirroja que parecía serenarse poco a poco gracias a tenerla a ella cerca.
-Estoy bien.- Respondió la propia mujer rubia acercándose aún con dificultades para moverse debido al golpe en el abdomen que le propinase Níniel aunque guardando ciertas distancias con Bio -Quería ayudar pero, la elfa sabe dónde golpear.- Continuó diciendo llevándose una mano hasta aquella zona y haciendo una mueca de dolor. Realmente cada paso le era un suplicio.
-Lo siento, pero tenía que hacer que me escuchases y tú querías matarme.- Respondió la peliblanca acercándose hasta ella y comenzando a aplicarle una sanación que la rubia no dudó en agradecer en cuanto notó como el dolor remitía.
-No tienes que disculparte. Hiciste lo que debías. Al contrario, yo os debo una disculpa a todos. No quise creer que queríais ayudarnos y por mi culpa podríamos haber acabado todas muertas y el resto de las chicas en peligro...Debí ver la clase de persona que es Suspiro...Todo es culpa mía.- Fueron las palabras de Odalyn mientras apretaba uno de sus puños tan fuerte que hasta los nudillos se le pusieron blancos.
-Pero todo ha salido bien al final. Yo tampoco podía creer que alguien de fuera quisiera ayudarnos. De hecho sigo sin saber por qué lo hacéis. Pudisteis coger el dinero y marcharos.- Comentó una recuperada Mara agradeciendo de nuevo sus atenciones a Níniel con una leve inclinación de cabeza aunque mirandoles a los dos con extrañeza. -Una elfa y un vampiro además.-
-Bio, pues así se hace llamar en verdad y no Vincent, no es lo que cualquiera esperaría encontrarse al escuchar la palabra vampiro. En cuanto entendimos la situación...Los dos pensamos lo mismo. Ayudaros era más importante que el dinero. Jamás hubiésemos aceptado un trabajo de Gray si hubiésemos sabido lo que sabemos ahora.- Respondió la sacerdotisa que de hecho nunca había pensado en el dinero como el principal motivo de aceptar aquel encargo. Sí, como todos lo necesitaba y le venía bien, pero detener a un criminal y ayudar a unas mujeres a las que nadie más quería ayudar era más que suficiente para aceptar, y estaba segura de que Bio pensaba lo mismo. Al final las cosas no habían ido como esperaba, eso estaba claro, pero dado que al final sí habían ayudado a aquellas chicas y se habían librado de una mala persona como Joel, se podría decir que había sido todo un éxito.
-Joel suele llevar bastante dinero encima normalmente. No creo que le importe que lo cojais y yo desde luego no voy a impedíroslo.- Sugirió la mujer-bestia mirando en dirección al cuerpo inerte del dueño del burdel. Pero antes de que nadie pudiera decir nada más, unos pasos lentos que bajaban hasta el almacén por las escaleras les instaron a guardar silencio y a ponerse en guardia. ¿Acaso a pesar del pronóstico de Odalyn aquel tipo había logrado conseguir ayuda? ¿De quién? ¿A qué tendrían que enfrentarse? La respuesta no tardó en llegar.
-¿Odalyn?- Preguntó la voz de la camarera del Libertad. Y al quedar a la vista el grupo pudo relajarse al ver que efectivamente se trataba de ella, armada con un cazo de metal que sujetaba con ambas manos. - !Odalyn! menos mal que estáis bien. Cuando vi bajar a Joel me temí lo peor, pero al ver a ese gorila de Stan salir corriendo por la puerta como alma que lleva el diablo sin decir una palabra quise creer que estaríais a salvo.- Dijo la joven lanzándose a los brazos de sus amigas y compañeras, casi atizando sin querer a Mara con el cucharón al olvidarse que lo llevaba en las manos. -¿Pero qué ha pasado aquí? Ay madre, éste está muerto.-
Odalyn no tardó en explicarle la situación a la recién llegada. La traición de Suspiro, cómo los nuevos contratados por Joel habían acabado al final convirtiéndose en sus aliados y cómo, aunque no había sido precisamente como lo habían planeado, habían logrado librarse de Gray y sus matones. Claro que aún quedaban algunas dudas en el aire.
-¿Qué haréis ahora? ¿Os marcharéis todas de aquí? ¿Qué haréis con Gray y con Suspiro?.- Preguntó la peliblanca consciente de que no pensaban matarlos pero tampoco podían dejarlos libres sin más pues sería muy peligroso.
-El plan era ir sacando a un grupo de chicas de confianza poco a poco de aquí. Hay un pasadizo secreto tras aquel enorme barril del fondo del que Joel no tiene ni idea. Esa historia de un asesino y los Black nos vino de perlas y así poco a poco podíamos sacar a las chicas de la ciudad sin llamar la atención. Por desgracia solo podía sacar a unas pocas cada vez y a un alto riesgo...Además no todas quieren irse, algunas no tendrían a dónde ir y por duro que suene no hay nada allí fuera para ellas. -Hizo una breve pausa pensativa.- Estaba resignada a tener que dejarlas atrás y salvar solo a las pocas que pudiera, pero ahora...Ahora podemos convertir este lugar en algo totalmente distinto a lo que es. Un lugar que realmente haga honor a su nombre.- Fueron sus palabras. -Y El señor Gray, será nuestro invitado permanente mientras firma los documentos legales de cesión de la propiedad, luego ya veremos.- Terminó de decir.
En vez de huir se quedaría allí y convertiría aquel antro de perversión, maldad y oscuridad en todo lo opuesto. Un lugar donde ayudar a las que como ellas no recibirían ayuda de nadie más. No era un camino fácil aquel, estaría lleno de obstáculos y seguramente molestarían a más de un jefe de los bajos fondos que las vería como una amenaza, pero Odalyn y las demás no estarían solas. Siempre podrían contar con la ayuda de una extraña pareja de "investigadores" formada por un vampiro pelinegro y una elfa peliblanca.
-¿Y el cliente desaparecido?- Preguntó entonces la elfa, pues no lo había mencionado para nada.
-¿Cliente desaparecido? Ah, Reginald...No ha desaparecido. Salió de la ciudad junto con Oriana, una de las chicas del último grupo que escapó. Por lo que sé se casaron en cuanto dejaron atrás Lunargenta. Eso sí son prisas.- Aclaró, y por primera vez aquella noche, la mujer alada esbozó una amplía y sincera sonrisa.
Níniel Thenidiel
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Re: Alas de libertad [Trabajo] (Bio-Níniel) [Cerrado]
Me causa gracia la súplica del sujeto y me cuesta un poco evitar reírme ante semejante disparate, aunque más graciosa resulta la respuesta de la elfa siguiéndole el juego, aquello de los castillos era un mito tan extendido que daba risa, y no imaginaba a Niniel con grandes colmillos acechando a sus víctimas; solo su petición de aseo me sacó de mi momento de burla y corrí a tomar una botella de licor para usarla como tapadera, si me la lanzaba encima además de lavarme la cara, el olor a licor sería excelente para ocultar el olor a sangre.
Definitivamente la gracia se perdió un poco cuando nos llamaron matones -Hey, no somos matones- Dije mientras me quitaba la sangre aún con pedazos de carne entre mis colmillos, aunque aquella escena no era precisamente algo a mi favor, afortunadamente el tema se desvió rápido hacia otros asuntos menos comprometedores -Entiendo el recelo, no podían andarle contando su plan secreto a todo el mundo- Las excusé entendiendo perfectamente su situación, nada les aseguraba que estuviésemos de su lado cuando el mismo Joel era quien nos había contratado.
No hacemos esto por dinero, no es algo que me haga falta- Me adelanté a responder aunque Niniel supo explicar mejor nuestras motivaciones altruistas, aunque también se atrevió a desmentir mi alias de Vincent al que lentamente me estaba acostumbrando; la mujer alada por su parte nos ofreció autorecompensarnos con el dinero que Joel llevaba encima, me parecía bastante justo pues a fin de cuentas habíamos resuelto su misterio, aunque no de una manera que le agradara pero el trabajo estaba hecho.
Nuestra charla fue interrumpida por aquellos pasos que se acercaban por las escaleras, unos instantes de suspenso se hicieron presentes hasta que finalmente vimos que se trataba nada menos que de la camarera y estaba de nuestro lado; además había traído buenas noticias -No, no está muerto, solo está...- Miré el cadáver casi flotando en su propio charco de sangre -Bueno, sí está muerto- Dije finalmente con resignación -Pero fue un accidente- Intenté excusarme mirando al piso y poniendo mis manos ensangrentadas en mi espalda.
Tras las explicaciones todo quedó resuelto, desde los supuestos asesinatos hasta el cliente desaparecido, todo había sido un plan muy bien elaborado dejando claro que las mujeres eran mentes siniestras cuando se juntaban a planear -Deberíamos irnos, ya hemos hecho el trabajo- Dije a mi compañera de clan mientras me dirigía a subir las escaleras -Si necesitan ayuda de nuevo, sabrán dónde encontrarla- Les dije a las chicas señalando a la elfa que seguro estaría encantada de volver a ayudarles, yo por mi parte debía darme prisa para resguardarme antes del amanecer o me quedaría atrapado en el Libertad, algo que de hecho sonaba bastante irónico.
Definitivamente la gracia se perdió un poco cuando nos llamaron matones -Hey, no somos matones- Dije mientras me quitaba la sangre aún con pedazos de carne entre mis colmillos, aunque aquella escena no era precisamente algo a mi favor, afortunadamente el tema se desvió rápido hacia otros asuntos menos comprometedores -Entiendo el recelo, no podían andarle contando su plan secreto a todo el mundo- Las excusé entendiendo perfectamente su situación, nada les aseguraba que estuviésemos de su lado cuando el mismo Joel era quien nos había contratado.
No hacemos esto por dinero, no es algo que me haga falta- Me adelanté a responder aunque Niniel supo explicar mejor nuestras motivaciones altruistas, aunque también se atrevió a desmentir mi alias de Vincent al que lentamente me estaba acostumbrando; la mujer alada por su parte nos ofreció autorecompensarnos con el dinero que Joel llevaba encima, me parecía bastante justo pues a fin de cuentas habíamos resuelto su misterio, aunque no de una manera que le agradara pero el trabajo estaba hecho.
Nuestra charla fue interrumpida por aquellos pasos que se acercaban por las escaleras, unos instantes de suspenso se hicieron presentes hasta que finalmente vimos que se trataba nada menos que de la camarera y estaba de nuestro lado; además había traído buenas noticias -No, no está muerto, solo está...- Miré el cadáver casi flotando en su propio charco de sangre -Bueno, sí está muerto- Dije finalmente con resignación -Pero fue un accidente- Intenté excusarme mirando al piso y poniendo mis manos ensangrentadas en mi espalda.
Tras las explicaciones todo quedó resuelto, desde los supuestos asesinatos hasta el cliente desaparecido, todo había sido un plan muy bien elaborado dejando claro que las mujeres eran mentes siniestras cuando se juntaban a planear -Deberíamos irnos, ya hemos hecho el trabajo- Dije a mi compañera de clan mientras me dirigía a subir las escaleras -Si necesitan ayuda de nuevo, sabrán dónde encontrarla- Les dije a las chicas señalando a la elfa que seguro estaría encantada de volver a ayudarles, yo por mi parte debía darme prisa para resguardarme antes del amanecer o me quedaría atrapado en el Libertad, algo que de hecho sonaba bastante irónico.
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Re: Alas de libertad [Trabajo] (Bio-Níniel) [Cerrado]
Ambos tenéis un estilo completamente opuesto, pero que al combinarse da como resultado una lectura amena e interesante. Me ha encantado la forma en que la elfa llevaba la batuta en el tema, así como la manera en que el vampiro hizo su aportación para hacerlo relucir. En general he disfrutado demasiado con vuestro trabajo, especialmente con el giro tan dramático de los acontecimientos. No me hubiese imaginado que todo era a favor de las chicas. Creo que sois un dúo difícil de superar, tanto en calidad como en compenetración.
Aun así, hay algunos puntos que me gustaría señalaros:
Niníel Thenidiel: Estoy realmente complacida con tu forma de rolear. No he logrado detectar ninguna falta de ortografía y leerte es como adentrarse en una fantástica historia, difícil de soltar y apetecible para el lector. Te hago entrega de la puntuación máxima. La calidad está innata en tu escritura. Te insto a seguir buscándola y a no perderla.
Bio: Siempre es un placer leerte, aunque en esta ocasión tu intervención ha sido mínima y considero que eso hizo que no explotaras todo el potencial que posees, lo cual me dejó con un pequeño sabor amargo. No he notado ninguna falta gramatical, por el contrario, creo que la mejora en los diálogos de tu rol es sumamente palpable y no puedo hacer más que elogiarte por ello. Aun así, me ha quedado clavada la espinita de saber cómo os hubiese resultado todo con un poco más de ti en el tema.
Me gustaría veros de nuevo juntos en otro tema, pero por ahora paso a dejarles vuestras recompensas.
~20 puntos de experiencia para Niníel Thenidiel
~18 puntos de experiencia para Bio
~Ambos ganáis 400 Aeros
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Aun así, hay algunos puntos que me gustaría señalaros:
Niníel Thenidiel: Estoy realmente complacida con tu forma de rolear. No he logrado detectar ninguna falta de ortografía y leerte es como adentrarse en una fantástica historia, difícil de soltar y apetecible para el lector. Te hago entrega de la puntuación máxima. La calidad está innata en tu escritura. Te insto a seguir buscándola y a no perderla.
Bio: Siempre es un placer leerte, aunque en esta ocasión tu intervención ha sido mínima y considero que eso hizo que no explotaras todo el potencial que posees, lo cual me dejó con un pequeño sabor amargo. No he notado ninguna falta gramatical, por el contrario, creo que la mejora en los diálogos de tu rol es sumamente palpable y no puedo hacer más que elogiarte por ello. Aun así, me ha quedado clavada la espinita de saber cómo os hubiese resultado todo con un poco más de ti en el tema.
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Wyn
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