Años de enano [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
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Años de enano [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
Hoy no es cualquier día, es uno especial. Chimar cumple años, finalmente ha recorrido un año más. Aunque al principio aborrecía la idea ahora está bastante emocionado, a los enanos les gustan los cumpleaños, ley natural. Por suerte al pequeño no lo pilla desprevenido la noticia, es bastante ordenado en lo que fechas se refiere.
Para romper el molde Maquiavelo organizo toda una fiesta en su antigua casa… por obvias razones no pudo usar la ratonera. Una semana de preparativos lograron allanar el terreno, ahora espera en la puerta para recibir invitados, solo desea que las cartas de invitación hayan llegado a su destino.
Todos los Gorriones están preparados, bañados y bien vestidos... algo jamás visto jeje. También tienen instrucciones de no robar, por hoy deben comportarse como niños buenos. Ralphy se encuentra en la parte más oscura de la casa debido a su condición de vampiro pero no cabe duda que se divertirá.
En cuanto a la residencia es una edificación de dos plantas ubicada en los distritos altos, nada demasiado ostentoso pero lo suficiente para despertar admiración. Está completamente acondicionada y fue limpiada con anterioridad para recibir invitados, pueden entrar varias docenas de personas sin problemas de espacio.
Chimar gasto una buena suma de aeros en llenar la casa de aperitivos y bebida, no escatimo gastos esta vez… para algo se roba jeje. No es un baile noble pero llenara las respectivas de los aventureros, sus estándares no son demasiado altos que digamos, se limitan a pensar en cantidad y no calidad.
No se sabe a ciencia cierta quien vendrá, el niño aviso a todo su círculo de amigos, conoce a mucha gente gracias a su naturaleza aventurera. Espera ver rostros conocidos y otros no tanto, pueden venir invitados. Sin embargo estará atento para evitar la entrada de los conocidos “fantasmas fiesteros”, esos que abordan sin permiso cualquier festividad.
Finalmente el mediodía llega, es la hora de iniciar todo, las fiestas infantiles son temprano. Los invitados deberían llegar en cualquier momento, tiempo de ver si valió la pena el esfuerzo. Por su parte el pequeño inventor sonríe como tonto, se encuentra bastante animado por la idea, tal vez crecer no sea tan malo.
Para romper el molde Maquiavelo organizo toda una fiesta en su antigua casa… por obvias razones no pudo usar la ratonera. Una semana de preparativos lograron allanar el terreno, ahora espera en la puerta para recibir invitados, solo desea que las cartas de invitación hayan llegado a su destino.
Todos los Gorriones están preparados, bañados y bien vestidos... algo jamás visto jeje. También tienen instrucciones de no robar, por hoy deben comportarse como niños buenos. Ralphy se encuentra en la parte más oscura de la casa debido a su condición de vampiro pero no cabe duda que se divertirá.
En cuanto a la residencia es una edificación de dos plantas ubicada en los distritos altos, nada demasiado ostentoso pero lo suficiente para despertar admiración. Está completamente acondicionada y fue limpiada con anterioridad para recibir invitados, pueden entrar varias docenas de personas sin problemas de espacio.
Chimar gasto una buena suma de aeros en llenar la casa de aperitivos y bebida, no escatimo gastos esta vez… para algo se roba jeje. No es un baile noble pero llenara las respectivas de los aventureros, sus estándares no son demasiado altos que digamos, se limitan a pensar en cantidad y no calidad.
No se sabe a ciencia cierta quien vendrá, el niño aviso a todo su círculo de amigos, conoce a mucha gente gracias a su naturaleza aventurera. Espera ver rostros conocidos y otros no tanto, pueden venir invitados. Sin embargo estará atento para evitar la entrada de los conocidos “fantasmas fiesteros”, esos que abordan sin permiso cualquier festividad.
Finalmente el mediodía llega, es la hora de iniciar todo, las fiestas infantiles son temprano. Los invitados deberían llegar en cualquier momento, tiempo de ver si valió la pena el esfuerzo. Por su parte el pequeño inventor sonríe como tonto, se encuentra bastante animado por la idea, tal vez crecer no sea tan malo.
Última edición por Chimar el Vie Mar 10 2017, 18:26, editado 1 vez
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Re: Años de enano [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
Hace dos días me encontraba descansando en las ramas de un árbol de la plaza central de la ciudad. El sol, un clima caluroso digno de un día antes de lluvia en la tarde, el bullicio de los niños, la gente.
Ah ¡Qué bien se la pasa cuando llega hielo de los sitios más fríos a Lunargenta! Los comerciantes que se dedican a aquello suelen preparar unos postres deliciosos con eso, logrando con ello que una excelente clientela se acerque a ellos, y tal vez... alguna que otra personilla como yo.
Era algo de eso de lo que puedes decir que es una "buena vida", pero, hey, como todo, eso se acabó, y no es que fuese bruscamente o por una mala jugada, sino por un mensajero. Exactamente, un mensajero ¡Jamás había recibido carta en mi vida! Pero el pobre parecía más cansado que yo. Según sus propias palabras, "Es difícil hallar a alguien que no vive en un lugar fijo". ¡Vaya que ser mensajero era su vocación!
Y pues eso, al abrir el papel me encontré con la letra de un travieso conocido. El cumpleaños de Chimar ¿Eh? Pero qué demonios ¡Necesito encontrar un regalo preciso para el acontecimiento!
Iliaki aquel día había decidido levantarse más temprano que de costumbre. Poniéndose las botas, procuró no hacer ruido al salir, pues en las catacumbas aún había gente durmiendo. La suerte para ella era que los mercados siempre abrían temprano, no obstante, de la misma forma su labor comenzaría lo más rápido posible.
Si bien era diestra a la hora de tomar cosas sin permiso, tardó dos horas por el simple hecho de escoger las mejores frutas raras de la temporada, y aún más esperar a que el confitero abriera su tienda para recoger los mejores caramelos. Lo único a lo que se dignó a pagar fue una canastilla a una humana por el precio de medio aero. Mirando el sol, concluyó que aún era tiempo. Sacó la invitación y procedió a buscar la dirección marcada.
¡Vaya que será difícil encontrar la casa! A esos barrios no voy yo si no es por el techo, de hecho, ahí no voy si no necesito algún bien no perecedero. Oh,ropas y jamones ¡Jamones!
Cruzó varias cuadras de casas, unas más cuidadas y hermosas que otras, pero cada vez más suntuosas y acomodadas, indicando el calibre económico que aquellos que vivían ahí. Miraba y remiraba la invitación, dando vueltas por la zona, confundiendo el número de casas y de calles. Cuando al fin se creyó perdida, encontró una vieja pero elegante residencia, dando por terminada su búsqueda. Plantó sus pies frente a la fachada, y dando un mordisco a una de las frutas, pensó:
Oh ¡Por fin, me duelen los pies de tanto dar vueltas! ¡Espero no llegar tarde! Ahora, simplemente debo tocar la puer... oh, pero que está abierta. Si me dicen algo, no fue mi culpa. Vaya, pero qué arreglado está todo ¿De verdad será aquí? ¿Hola?
- ¿Hola? ¿Hay alguien? - llamaba empujando la puerta. Al no ver a nadie, dejó la canastilla a un lado y se sentó en uno de los banquillos para leer el papel, preguntándose si no se habría equivocado de casa.
De pronto sintió que una mirada se clavaba en ella. En uno de los rincones más oscuros una miradilla se clavaba en ella. Iliaki, asustada al principio, reconoció poco a poco la silueta de un chiquillo pálido, al cual saludó gentilmente con la mano. Después de un rato, la cabeza relamida de su compañero se asomaba.
Tomando carrera, se abalanzó sobre Chimar, abrazándolo de la cabeza y frotando sus nudillos contra sus cabellos.
- ¡Feliz cumpleaños, Chimichangas! ¡Es raro verte sonriente en un lugar que no sea el trabajo o incendiando una casa! - y soltándolo, dejando respirar por fin al chico, agregó mientras se dirigía a su asiento para recoger la canastilla
- Felicidades, enano. - decía estirando su brazo con el regalo. Viendo la fruta mordida, la retiró rápidamente y soltó una enorme sonrisa.
Ah ¡Qué bien se la pasa cuando llega hielo de los sitios más fríos a Lunargenta! Los comerciantes que se dedican a aquello suelen preparar unos postres deliciosos con eso, logrando con ello que una excelente clientela se acerque a ellos, y tal vez... alguna que otra personilla como yo.
Era algo de eso de lo que puedes decir que es una "buena vida", pero, hey, como todo, eso se acabó, y no es que fuese bruscamente o por una mala jugada, sino por un mensajero. Exactamente, un mensajero ¡Jamás había recibido carta en mi vida! Pero el pobre parecía más cansado que yo. Según sus propias palabras, "Es difícil hallar a alguien que no vive en un lugar fijo". ¡Vaya que ser mensajero era su vocación!
Y pues eso, al abrir el papel me encontré con la letra de un travieso conocido. El cumpleaños de Chimar ¿Eh? Pero qué demonios ¡Necesito encontrar un regalo preciso para el acontecimiento!
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Iliaki aquel día había decidido levantarse más temprano que de costumbre. Poniéndose las botas, procuró no hacer ruido al salir, pues en las catacumbas aún había gente durmiendo. La suerte para ella era que los mercados siempre abrían temprano, no obstante, de la misma forma su labor comenzaría lo más rápido posible.
Si bien era diestra a la hora de tomar cosas sin permiso, tardó dos horas por el simple hecho de escoger las mejores frutas raras de la temporada, y aún más esperar a que el confitero abriera su tienda para recoger los mejores caramelos. Lo único a lo que se dignó a pagar fue una canastilla a una humana por el precio de medio aero. Mirando el sol, concluyó que aún era tiempo. Sacó la invitación y procedió a buscar la dirección marcada.
¡Vaya que será difícil encontrar la casa! A esos barrios no voy yo si no es por el techo, de hecho, ahí no voy si no necesito algún bien no perecedero. Oh,ropas y jamones ¡Jamones!
Cruzó varias cuadras de casas, unas más cuidadas y hermosas que otras, pero cada vez más suntuosas y acomodadas, indicando el calibre económico que aquellos que vivían ahí. Miraba y remiraba la invitación, dando vueltas por la zona, confundiendo el número de casas y de calles. Cuando al fin se creyó perdida, encontró una vieja pero elegante residencia, dando por terminada su búsqueda. Plantó sus pies frente a la fachada, y dando un mordisco a una de las frutas, pensó:
Oh ¡Por fin, me duelen los pies de tanto dar vueltas! ¡Espero no llegar tarde! Ahora, simplemente debo tocar la puer... oh, pero que está abierta. Si me dicen algo, no fue mi culpa. Vaya, pero qué arreglado está todo ¿De verdad será aquí? ¿Hola?
- ¿Hola? ¿Hay alguien? - llamaba empujando la puerta. Al no ver a nadie, dejó la canastilla a un lado y se sentó en uno de los banquillos para leer el papel, preguntándose si no se habría equivocado de casa.
De pronto sintió que una mirada se clavaba en ella. En uno de los rincones más oscuros una miradilla se clavaba en ella. Iliaki, asustada al principio, reconoció poco a poco la silueta de un chiquillo pálido, al cual saludó gentilmente con la mano. Después de un rato, la cabeza relamida de su compañero se asomaba.
Tomando carrera, se abalanzó sobre Chimar, abrazándolo de la cabeza y frotando sus nudillos contra sus cabellos.
- ¡Feliz cumpleaños, Chimichangas! ¡Es raro verte sonriente en un lugar que no sea el trabajo o incendiando una casa! - y soltándolo, dejando respirar por fin al chico, agregó mientras se dirigía a su asiento para recoger la canastilla
- Felicidades, enano. - decía estirando su brazo con el regalo. Viendo la fruta mordida, la retiró rápidamente y soltó una enorme sonrisa.
Última edición por Iliaki el Lun Dic 12 2016, 02:10, editado 1 vez (Razón : Edito una cosa de nada para decir que este también es mi post número 100 ¡Larga vida a Aerandir!)
Iliaki
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Re: Años de enano [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
La discusión había sido larga sobre el asunto de la limpieza. Ninguno de los chicos lograba entender muy bien por qué era necesario darse un baño porque alguien cumpliera un año más de vida. ¿Es que acaso eras más sensible a las pulgas ese día?. Como fuera, al final el grupo había entendido que Chimar era... bueno, Chimar. Él tenía esas costumbres raras por un pasado distinto al resto, había tenido dinero y la gente con dinero hace cosas inesperadas.
Demian terminaba de ponerse la ropa en ese momento. Sí, la ropa que había tenido que lavar. Esa había sido una segunda discusión, pero ya que había aceptado el baño, había tenido que aceptar también lo de lavar la ropa. La tela duraba menos cuando se mojaba, pero en fin, nuevamente, cosas de gente con dinero.
Al menos había un lado positivo en todo ello, la comida. La verdad, para Demian había sido una sorpresa cuando vio a su amigo llegar con tanto, de algún modo había estado juntando dinero o algo. La noche anterior habían cenado estofado de rata, literalmente rata, preparado por Arty, y ahora tenían todo un banquete frente a si. Por supuesto, era inevitable que tanto Demian como los otros chicos hubieran ya dado una probada a cada cosa, pero por lo demás se contenían.
En ese momento se desató una pequeña conversación entre los Gorriones. Ni Ratita ni Demian sabían realmente cuál era la fecha de su cumpleaños. Cuando estaba junto a su maestro éste le decía cuántos años tenía, pero sabía que lo habían simplemente encontrado en una puerta cuando pequeño, no cuándo había nacido. Ratita decía que de pequeño le habían celebrado el cumpleaños, pero que ya no recordaba la fecha. Motas trataba de dar con una fórmula para deducir su respectivo cumpleaños, pero no estaba seguro. En algo todos concordaban, cuando fuera que les tocara a ellos querían la misma cantidad de comida... o más.
Estaban en lo mejor de la discusión cuando Demian sintió un pequeño tirón en sus ropas. Miró hacia abajo y allí estaba Arty.
—¿Tiene lo que le encargué? —preguntó solemne el robot mayordomo.
—Sí, sí... claro. Lo dejé atrás... pero, ¿pa-p-para qué puedes n-n-ecesitar tanta nata de leche? —quiso saber.
—Es una sorpresa —fue la única respuesta del pequeño mecánico.
Demian se encogió de hombros y dejó que se marchara. Obtener ese producto no había sido fácil, incluso un guardia había salido herido en el proceso. No es que le importara realmente al chico, claro, pero le daba curiosidad qué podía pretender Arty con todos esos ingredientes. Ya llevaba varios días pidiéndole cosas extrañas. Como si no hubiera ya suficiente comida. Se encogió de hombros y fue donde su amigo.
—Eh, Chim... a qué hora com-m-memos? —preguntó, pero justo en ese momento una elfa ruidosa entraba en escena y saludaba a su amigo, por lo que Demian dio un paso al costado, enfocándose en un trozo de queso que le llamaba poderosamente la atención, desplazándose lentamente hacia él.
Demian terminaba de ponerse la ropa en ese momento. Sí, la ropa que había tenido que lavar. Esa había sido una segunda discusión, pero ya que había aceptado el baño, había tenido que aceptar también lo de lavar la ropa. La tela duraba menos cuando se mojaba, pero en fin, nuevamente, cosas de gente con dinero.
Al menos había un lado positivo en todo ello, la comida. La verdad, para Demian había sido una sorpresa cuando vio a su amigo llegar con tanto, de algún modo había estado juntando dinero o algo. La noche anterior habían cenado estofado de rata, literalmente rata, preparado por Arty, y ahora tenían todo un banquete frente a si. Por supuesto, era inevitable que tanto Demian como los otros chicos hubieran ya dado una probada a cada cosa, pero por lo demás se contenían.
En ese momento se desató una pequeña conversación entre los Gorriones. Ni Ratita ni Demian sabían realmente cuál era la fecha de su cumpleaños. Cuando estaba junto a su maestro éste le decía cuántos años tenía, pero sabía que lo habían simplemente encontrado en una puerta cuando pequeño, no cuándo había nacido. Ratita decía que de pequeño le habían celebrado el cumpleaños, pero que ya no recordaba la fecha. Motas trataba de dar con una fórmula para deducir su respectivo cumpleaños, pero no estaba seguro. En algo todos concordaban, cuando fuera que les tocara a ellos querían la misma cantidad de comida... o más.
Estaban en lo mejor de la discusión cuando Demian sintió un pequeño tirón en sus ropas. Miró hacia abajo y allí estaba Arty.
—¿Tiene lo que le encargué? —preguntó solemne el robot mayordomo.
—Sí, sí... claro. Lo dejé atrás... pero, ¿pa-p-para qué puedes n-n-ecesitar tanta nata de leche? —quiso saber.
—Es una sorpresa —fue la única respuesta del pequeño mecánico.
Demian se encogió de hombros y dejó que se marchara. Obtener ese producto no había sido fácil, incluso un guardia había salido herido en el proceso. No es que le importara realmente al chico, claro, pero le daba curiosidad qué podía pretender Arty con todos esos ingredientes. Ya llevaba varios días pidiéndole cosas extrañas. Como si no hubiera ya suficiente comida. Se encogió de hombros y fue donde su amigo.
—Eh, Chim... a qué hora com-m-memos? —preguntó, pero justo en ese momento una elfa ruidosa entraba en escena y saludaba a su amigo, por lo que Demian dio un paso al costado, enfocándose en un trozo de queso que le llamaba poderosamente la atención, desplazándose lentamente hacia él.
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Re: Años de enano [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
Se escuchaba entre los miembros del gremio de ladrones que uno de los nuestros estaría hoy de cumpleaños y que iba a dar una fiesta. Yo no estaba segura de cuantos de los ladrones irían pero me pareció una buena idea acercarme, primero para conocer mejor a mi grupo y segundo porque había comida gratis y eso nos encantaba a Pelusa y a mí.
Al principio pensé en irme con las ropas que ya cargaba de hace días y no darle mucha importancia, ya que no esperaba gran cosa de una fiesta organizada por alguien del sexo masculino y a parte ladrón, pero cuando iba a salir me dio un poco de remordimiento porque no me gustaba dar una mala imagen. Mi mente se debatía entre ir a arreglarme por completo y ponerme como una reina tal como hacía en los eventos nocturnos o si ir tal cuál estaba. Al final decidí encontrar un punto medio de la situación, a fin de cuentas sólo iba a ser una reunión cualquiera, no hacía falta tanto formalismo. Me hice una trenza en el cabello para no llevarlo suelto y me fui a las calles de Lunargenta en busca de algo lindo que ponerme. Probé varias cositas, pero ninguna me gustaba del todo, eso hizo que mi trenza poco a poco se pusiera imperfecta hasta que por fin encontré algo adecuado para el evento. Era un vestido muy delicado de flores de colores, caía al cuerpo y dejaba al descubierto mis hombros. Mientras pagaba por el traje me puse a pensar en que sería inadecuado y poco bonito que me llevara mi arco y mis flechas. Aunque no me gustaba salir sin mis armas tampoco me quería ver como una niña indefensa, así que me olvidé de la delicadeza y me monté en la espalda el carcaj y el arco.
Salí con Pelusa al evento y antes de llegar me acordé de algo de suma importancia… el regalo. -¿Qué puedo regalarle a un ladrón? ¿Una hojilla para afeitarse?… No sé si tenga barba… Tal vez si le regalo unas prendas del cabello para abrir puertas… ya seguro debe tener. Si le regalo ropa no sabría de qué tamaño comprársela, ufff los regalos para hombres son difíciles… y más cuando no conoces al cumpleañero- pensé -Uyy ¿y si no me dejan entrar?… No no, eso no va a pasar soy muy linda como para que me digan que no, pero… y si el cumpleañero es el que me abre y se da cuenta de que no me conoce?- suspiré -Mejor le llevo un libro y me olvido de la posibilidad que no me dejen entrar… ¿pero y si no sabe leer?… Bueno le regalaré uno que esté en blanco y le regalaré otros dos libros, uno de una historia buenísima de 3 ladrones inteligentísimos y uno de mitos sobre la magia negra; y si no sabe leer que los use de pisa papeles. ¡Si, eso le regalaré!- suspiré devolviéndome hasta una librería a comprar aquellos libros, no eran muy difíciles de encontrar y como ya me los había leído sabía como buscarlos por su cubierta -Espero que el cumpleañero no sea un viejo rabioso-.
Al llegar a la puerta Pelusa me hizo el favor de tocar con sus cachos para informar nuestra llegada y en cuanto abrieron la puerta… mis ojos se dilataron, mi corazón se aceleró y me quedé en shock, aunque el sonido de los tres libros al caer contra el suelo me sacaron de inmediato de aquel estado. Me apuré a recoger los libros del piso y a volver a tomar la postura que debía. -¿Me había equivocado de lugar? ¿Era ahí en dónde sería el cumpleaños del ladrón? ¿Qué hacía ese niño en la puerta? Se suponía que jamás lo iba a volver a ver… pero… sí, estoy en el lugar correcto, no me equivoqué en la dirección- mi cabeza parecía un torbellino de preguntas – Oh Dioses, por favor sáquenme de aquí, que vergüenza…. Por favor díganme que esto es una broma de mal gusto… Díganme que el chico que esta al frente de mí no es el chico que besé deliberadamente cuando tuve aquella aventura en las cuevas, por favor no me digan que él es el chico que es dueño de mi primer beso… Si si, eso… Él sólo se parece al niño aquel al que le salté encima para besar sus labios y luego salir huyendo, sólo se parece y no es él- pensaba desesperadamente mientras suplicaba que fuera una broma -Justo hoy que decidí no arreglarme tanto… ¿estaré bonita? ¿será que le parezco linda? ¿y si es el chico al cuál besé y le gustó mi beso y no le dio tiempo de decirme? ¿será que se acuerda? Oh por Dios… ¡Si es él!… No puede ser- empiezo a entrar en una crisis mental que seguro toda chica entendería -¿Qué estará pensando de mí en este mismo instante? ¿Será que a pensado en mí? No, seguro se le olvidó y no le dio importancia… A parte a lo mejor yo no fui su primer beso pero… ¿Y si es así? ¿Qué haré?… ¿Y si piensa que estoy fea? ¿Por qué me traje a Pelusa? Y si piensa que estoy linda y luego cree que me puse así de linda para él… seguro va a pensar que le pertenezco… no no… menos mal que no me acomodé tanto. ¿Será que le gustan las trenzas en el cabello? ¿Y mi vestido? ¿Está adecuado? ¿Y si él es el cumpleañero? No puede ser que le traje a un niño unos tres libros… seguro le parecerán aburrido y ahora pensará que soy una niña aburrida- respiré profundamente -Bueno ya… Maguita controlate, finge que todo está bien y bajo control… mira que él te está observando… así que hay que actuar como si nada me importara, como si yo no me acordara que él fue mi primer besito de labios y que me da totalmente igual que él sea el cumpleañero, al fin y al cabo yo vine exclusivamente por la comida, hay que actuar con completo desinterés en el asunto-.
-Hola, escuché que había un cumpleaños- dije tratando de que no se notaran mis nervios crecientes -Le traje al cumpleañero unos pisa papeles- extendí mis manos para que agarrara los libros -Fiuf, excelente, así no piensa que soy una cerebrito que lee- suspiré de alivió -¿Tú eres el que cumple años? ¿Crees que Pelusa y yo podamos pasar? Sólo vinimos por la comida- aproveché de preguntar y asegurarme que supiera mi desinterés -¿En dónde puedo dejar mi arco y mi carcaj?-.
Al principio pensé en irme con las ropas que ya cargaba de hace días y no darle mucha importancia, ya que no esperaba gran cosa de una fiesta organizada por alguien del sexo masculino y a parte ladrón, pero cuando iba a salir me dio un poco de remordimiento porque no me gustaba dar una mala imagen. Mi mente se debatía entre ir a arreglarme por completo y ponerme como una reina tal como hacía en los eventos nocturnos o si ir tal cuál estaba. Al final decidí encontrar un punto medio de la situación, a fin de cuentas sólo iba a ser una reunión cualquiera, no hacía falta tanto formalismo. Me hice una trenza en el cabello para no llevarlo suelto y me fui a las calles de Lunargenta en busca de algo lindo que ponerme. Probé varias cositas, pero ninguna me gustaba del todo, eso hizo que mi trenza poco a poco se pusiera imperfecta hasta que por fin encontré algo adecuado para el evento. Era un vestido muy delicado de flores de colores, caía al cuerpo y dejaba al descubierto mis hombros. Mientras pagaba por el traje me puse a pensar en que sería inadecuado y poco bonito que me llevara mi arco y mis flechas. Aunque no me gustaba salir sin mis armas tampoco me quería ver como una niña indefensa, así que me olvidé de la delicadeza y me monté en la espalda el carcaj y el arco.
Salí con Pelusa al evento y antes de llegar me acordé de algo de suma importancia… el regalo. -¿Qué puedo regalarle a un ladrón? ¿Una hojilla para afeitarse?… No sé si tenga barba… Tal vez si le regalo unas prendas del cabello para abrir puertas… ya seguro debe tener. Si le regalo ropa no sabría de qué tamaño comprársela, ufff los regalos para hombres son difíciles… y más cuando no conoces al cumpleañero- pensé -Uyy ¿y si no me dejan entrar?… No no, eso no va a pasar soy muy linda como para que me digan que no, pero… y si el cumpleañero es el que me abre y se da cuenta de que no me conoce?- suspiré -Mejor le llevo un libro y me olvido de la posibilidad que no me dejen entrar… ¿pero y si no sabe leer?… Bueno le regalaré uno que esté en blanco y le regalaré otros dos libros, uno de una historia buenísima de 3 ladrones inteligentísimos y uno de mitos sobre la magia negra; y si no sabe leer que los use de pisa papeles. ¡Si, eso le regalaré!- suspiré devolviéndome hasta una librería a comprar aquellos libros, no eran muy difíciles de encontrar y como ya me los había leído sabía como buscarlos por su cubierta -Espero que el cumpleañero no sea un viejo rabioso-.
Al llegar a la puerta Pelusa me hizo el favor de tocar con sus cachos para informar nuestra llegada y en cuanto abrieron la puerta… mis ojos se dilataron, mi corazón se aceleró y me quedé en shock, aunque el sonido de los tres libros al caer contra el suelo me sacaron de inmediato de aquel estado. Me apuré a recoger los libros del piso y a volver a tomar la postura que debía. -¿Me había equivocado de lugar? ¿Era ahí en dónde sería el cumpleaños del ladrón? ¿Qué hacía ese niño en la puerta? Se suponía que jamás lo iba a volver a ver… pero… sí, estoy en el lugar correcto, no me equivoqué en la dirección- mi cabeza parecía un torbellino de preguntas – Oh Dioses, por favor sáquenme de aquí, que vergüenza…. Por favor díganme que esto es una broma de mal gusto… Díganme que el chico que esta al frente de mí no es el chico que besé deliberadamente cuando tuve aquella aventura en las cuevas, por favor no me digan que él es el chico que es dueño de mi primer beso… Si si, eso… Él sólo se parece al niño aquel al que le salté encima para besar sus labios y luego salir huyendo, sólo se parece y no es él- pensaba desesperadamente mientras suplicaba que fuera una broma -Justo hoy que decidí no arreglarme tanto… ¿estaré bonita? ¿será que le parezco linda? ¿y si es el chico al cuál besé y le gustó mi beso y no le dio tiempo de decirme? ¿será que se acuerda? Oh por Dios… ¡Si es él!… No puede ser- empiezo a entrar en una crisis mental que seguro toda chica entendería -¿Qué estará pensando de mí en este mismo instante? ¿Será que a pensado en mí? No, seguro se le olvidó y no le dio importancia… A parte a lo mejor yo no fui su primer beso pero… ¿Y si es así? ¿Qué haré?… ¿Y si piensa que estoy fea? ¿Por qué me traje a Pelusa? Y si piensa que estoy linda y luego cree que me puse así de linda para él… seguro va a pensar que le pertenezco… no no… menos mal que no me acomodé tanto. ¿Será que le gustan las trenzas en el cabello? ¿Y mi vestido? ¿Está adecuado? ¿Y si él es el cumpleañero? No puede ser que le traje a un niño unos tres libros… seguro le parecerán aburrido y ahora pensará que soy una niña aburrida- respiré profundamente -Bueno ya… Maguita controlate, finge que todo está bien y bajo control… mira que él te está observando… así que hay que actuar como si nada me importara, como si yo no me acordara que él fue mi primer besito de labios y que me da totalmente igual que él sea el cumpleañero, al fin y al cabo yo vine exclusivamente por la comida, hay que actuar con completo desinterés en el asunto-.
-Hola, escuché que había un cumpleaños- dije tratando de que no se notaran mis nervios crecientes -Le traje al cumpleañero unos pisa papeles- extendí mis manos para que agarrara los libros -Fiuf, excelente, así no piensa que soy una cerebrito que lee- suspiré de alivió -¿Tú eres el que cumple años? ¿Crees que Pelusa y yo podamos pasar? Sólo vinimos por la comida- aproveché de preguntar y asegurarme que supiera mi desinterés -¿En dónde puedo dejar mi arco y mi carcaj?-.
- Vestido y peinado de Maguita:
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Re: Años de enano [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
Estaba por los alrededores de la ciudad cuando había visto un pájaro rollizo apetecible, por falta de atención y azares del destino había resultado que había confundido de nuevo una de esas aves mensajeras con un pájaro normal, y para cuando me había percatado, estaba enganchado entre mis dientes con las patas colgando por el costado de mi hocico.
Como las otras veces, solté al pájaro muerto para dar cuenta de el mas tarde, y me fijé en la carta para ver si había algún dato. Para mi sorpresa apareció el nombre de aquel niño con el que me había cruzado meses atrás, y, ya que no conocía el destinatario al menos podría informar al pequeño que sin querer me había deshecho de su pájaro.
Por si fuera aun mas curioso, el contenido de la carta hablaba de una celebración un tanto peculiar. La idea de ser participe de otra costumbre del sur era, como poco emocionante, así que tras informarme debidamente de transeúntes y viejos conocidos e la ciudad, llegue al día indicado con unas ropas decentes, un vestido sencillo que me dejó la vieja bibliotecaria, y un libro de leyendas populares con alguna que otra ilustración envuelto en lino y atado con un cordel.
Era el libro con el que había entretenido a los muchachos la primera vez que había estado en la ciudad, y esperaba que si había servido con otros niños, también llamara la atención del pequeño Chimar.
Cuando llegue delante de la casa la miré con cierta sorpresa, no esperaba que esa clase de edificio fuera la guarida de la que tanto me había hablado, y de la que se había rehusado a mostrarme en nuestro primer encuentro. Me la había imaginado distinta, mas como una madriguera de topos pero con niños, o algo similar.
Golpeé suavemente la puerta y me asomé en la misma, esperando que realmente fuera el mismo Chimar que había conocido, porque ahora que lo pensaba, seguro que había mas niños con ese nombre por la ciudad.
-¿Hola?.-Miré hacia el interior con curiosidad para luego entrar en el domicilio, paquete en mano, para observar a varios niños, hasta una cría de elfo, saludar cálidamente al homenajeado.-Felicidades.-Saludé acercándome al pequeño núcleo, y sintiéndome por primera vez una persona alta en mi forma humana.
Mire a mi alrededor algo desorientada, sin saber muy bien cual era el protocolo que se suponía que tenia que seguir.¿Tenia que darle le regalo ahora? Quizás lo mejor era imitar al resto de niños de la habitación que se veían bastante mas cómodos con la fiesta y probablemente supieran que hacer.
Como las otras veces, solté al pájaro muerto para dar cuenta de el mas tarde, y me fijé en la carta para ver si había algún dato. Para mi sorpresa apareció el nombre de aquel niño con el que me había cruzado meses atrás, y, ya que no conocía el destinatario al menos podría informar al pequeño que sin querer me había deshecho de su pájaro.
Por si fuera aun mas curioso, el contenido de la carta hablaba de una celebración un tanto peculiar. La idea de ser participe de otra costumbre del sur era, como poco emocionante, así que tras informarme debidamente de transeúntes y viejos conocidos e la ciudad, llegue al día indicado con unas ropas decentes, un vestido sencillo que me dejó la vieja bibliotecaria, y un libro de leyendas populares con alguna que otra ilustración envuelto en lino y atado con un cordel.
Era el libro con el que había entretenido a los muchachos la primera vez que había estado en la ciudad, y esperaba que si había servido con otros niños, también llamara la atención del pequeño Chimar.
Cuando llegue delante de la casa la miré con cierta sorpresa, no esperaba que esa clase de edificio fuera la guarida de la que tanto me había hablado, y de la que se había rehusado a mostrarme en nuestro primer encuentro. Me la había imaginado distinta, mas como una madriguera de topos pero con niños, o algo similar.
Golpeé suavemente la puerta y me asomé en la misma, esperando que realmente fuera el mismo Chimar que había conocido, porque ahora que lo pensaba, seguro que había mas niños con ese nombre por la ciudad.
-¿Hola?.-Miré hacia el interior con curiosidad para luego entrar en el domicilio, paquete en mano, para observar a varios niños, hasta una cría de elfo, saludar cálidamente al homenajeado.-Felicidades.-Saludé acercándome al pequeño núcleo, y sintiéndome por primera vez una persona alta en mi forma humana.
Mire a mi alrededor algo desorientada, sin saber muy bien cual era el protocolo que se suponía que tenia que seguir.¿Tenia que darle le regalo ahora? Quizás lo mejor era imitar al resto de niños de la habitación que se veían bastante mas cómodos con la fiesta y probablemente supieran que hacer.
Arygos Valnor
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Re: Años de enano [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
Con todo preparado solo queda esperar, afortunadamente existen maneras de pasar el rato. Una de ellas es tranquilizar los impulsos infantiles del grupo enano, trabajo de medio tiempo pues sin un ojo vigilante acabarían con el alimento. De repente Demian se acerca con una interrogante conocida, es la quinta vez que la formula.
Cuando llegue más gente hermano… falta poco.
Una mentira algo cruel pues primero son las presentaciones y luego el banquete, triste aunque mejor a la alternativa. Arty parece estar construyendo alguna obra culinaria, sin duda se tomó muy enserio lo del pastel. Maquiavelo tiene un repuesto por si sale mal pero algo le dice que ambos dulces colmaran las expectativas, el sirviente mecánico es impecable en su trabajo.
¡Viene alguien, todos a sus puestos!
Grita emocionado, todo está preparado. Fue un reto formidable hacer que los gorriones se bañaran y usaran ropa limpia, es hora de ver si valió la pena. Alcanza la sala rápido aunque termina siendo atacado por algo que no logra distinguir bien, luego de varios instantes molestos todo se aclara.
¿Iliaki? ¡Iliaki! Qué bueno que viniste jeje.
Chimar acepta su regalo de buena gana, los suministros prácticos y sabrosos siempre son bien recibidos. Se trata de la elfa peculiar que ostenta su mismo rango dentro del gremio de ladrones, es imposible aburrirse con ella cerca. El niño inventor sonríe ante las ocurrencias del personaje hasta que nota otra invitada.
Una niña bien vestida aparece, lleva algunos libros. Maquiavelo sonríe pero no logra ubicarla en su mente, algo que sin duda no es correspondido. La señorita deja caer sus presentes mientras forma una cara de asombro sin igual, eso despierta la memoria del chico genio inmediatamente.
¿Sera..?
Cierta imagen le llega al cerebro como un virote, algo que creía olvidado. Un beso, su primer beso fue dispensado por esa invitada. Siente un poco de vergüenza y se sonroja moderadamente, aun no entiende mucho tales gestos. Por suerte la diplomacia triunfa y ninguno de los dos recuerda el momento en público, se limitan a saludarse educadamente.
Gracias, me encantan los libros. Claro que pueden pasar… me encantaría “tos nerviosa” puedes dejar tus cosas en el recibidor.
Las sorpresas no dejan de llegar, otro personaje femenino aparece por la puerta, esta vez en forma adulta. Arygos, la dragona que llevo al chico a volar hace meses. Es agradable verla, fue una experiencia inolvidable que el niño nunca pudo pagar, quizás ahora estén a mano.
Gracias, por favor siéntete en casa.
Ahora tienen suficiente gente como para empezar, es casi seguro que vendrán mas personas pero mantener esperando a los tempraneros es de mala educación. Chimar deja los regalos con Ralphy y se prepara a decir las palabras mágicas, todos los gorriones pueden prácticamente saborear el momento.
Bien damas y caballeros, tiempo de atacar el banquete, no se contengan que tenemos más en la lacena jajaja.
Cuando llegue más gente hermano… falta poco.
Una mentira algo cruel pues primero son las presentaciones y luego el banquete, triste aunque mejor a la alternativa. Arty parece estar construyendo alguna obra culinaria, sin duda se tomó muy enserio lo del pastel. Maquiavelo tiene un repuesto por si sale mal pero algo le dice que ambos dulces colmaran las expectativas, el sirviente mecánico es impecable en su trabajo.
¡Viene alguien, todos a sus puestos!
Grita emocionado, todo está preparado. Fue un reto formidable hacer que los gorriones se bañaran y usaran ropa limpia, es hora de ver si valió la pena. Alcanza la sala rápido aunque termina siendo atacado por algo que no logra distinguir bien, luego de varios instantes molestos todo se aclara.
¿Iliaki? ¡Iliaki! Qué bueno que viniste jeje.
Chimar acepta su regalo de buena gana, los suministros prácticos y sabrosos siempre son bien recibidos. Se trata de la elfa peculiar que ostenta su mismo rango dentro del gremio de ladrones, es imposible aburrirse con ella cerca. El niño inventor sonríe ante las ocurrencias del personaje hasta que nota otra invitada.
Una niña bien vestida aparece, lleva algunos libros. Maquiavelo sonríe pero no logra ubicarla en su mente, algo que sin duda no es correspondido. La señorita deja caer sus presentes mientras forma una cara de asombro sin igual, eso despierta la memoria del chico genio inmediatamente.
¿Sera..?
Cierta imagen le llega al cerebro como un virote, algo que creía olvidado. Un beso, su primer beso fue dispensado por esa invitada. Siente un poco de vergüenza y se sonroja moderadamente, aun no entiende mucho tales gestos. Por suerte la diplomacia triunfa y ninguno de los dos recuerda el momento en público, se limitan a saludarse educadamente.
Gracias, me encantan los libros. Claro que pueden pasar… me encantaría “tos nerviosa” puedes dejar tus cosas en el recibidor.
Las sorpresas no dejan de llegar, otro personaje femenino aparece por la puerta, esta vez en forma adulta. Arygos, la dragona que llevo al chico a volar hace meses. Es agradable verla, fue una experiencia inolvidable que el niño nunca pudo pagar, quizás ahora estén a mano.
Gracias, por favor siéntete en casa.
Ahora tienen suficiente gente como para empezar, es casi seguro que vendrán mas personas pero mantener esperando a los tempraneros es de mala educación. Chimar deja los regalos con Ralphy y se prepara a decir las palabras mágicas, todos los gorriones pueden prácticamente saborear el momento.
Bien damas y caballeros, tiempo de atacar el banquete, no se contengan que tenemos más en la lacena jajaja.
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Re: Años de enano [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
- ¿Qué hacer cuando no sabes qué hacer?:
Más y más invitados van llegando al festejo conforme avanza el sol a través del cénit. Pasaron largos e incómodos minutos típicos del inicio de una reunión, en la que Iliaki no se dignaba a mover un solo músculo de su sitio hasta que el anfitrión decidió dar por fin la señal que tanto ansiaba ¡La hora de comer!
Lanzando un vistazo a la mesa de aperitivos, lo primero que hizo fue poner los ojos como platos al encontrar tanta cosa deliciosa junta, sin embargo, lo que precisamente le faltaba en ese momento era un plato.
Buscó y rebuscó hasta dar con un pequeño bol vacío, haciéndose con él en cuestión de segundos. ¡Todos comían algo sin chistar y sin elegir por mucho tiempo! Aquél comía un trozo de pay de calabaza, aquel otro tomaba un vaso con agua de fruta, y uno más estaba cerca de un queso ¡Oh, queso!
Zampándose sin pensarlo dos veces, terminó arrebatando sin querer el trozo de queso a un pequeño brujo, propinando un mordisco tan rápido como el de un cocodrilo y tan grande como si de un hipopótamo se tratase. Mascó embelesada por el sabor, disfrutando cada gramo del lácteo. Se había vuelto un disfrute celestial para ella hasta que se dio cuenta que el queso había estado en la mira de alguien más. La mirada del chiquillo le recorrió la espalada como un escalofrío.
- Je, je ¿Qué tal? Buena fiesta ¿Eh? Je... jum... - decía tratando de disimular con una risita. Más incómoda y nerviosa que nada, se frotó el cuello y desvió la mirada. Sin saber qué hacer, dio media vuelta sobre su eje y se dirigió al otro lado de la enorme mesa de aperitivos.
Buff, si no fuera porque estoy de "legal" ahora mismo, diríase que es un buen momento para correr como gallina salvando su pellejo. Veamos ¿Qué hay? Mhhh pastelillos, embutidos dulces y salados, guisos, ponche, agua de frutas, mhhh ¿Cuál será la primera cosa que se ofrezca a sacrificarse por mi apetito? ¡Oh, sí, galletas con chispas! ¡Se me hace agua la boca!
Sirviendo tantas galletas y pastelillos de chocolate como le permitía el bol y sus brazos, comenzó a meter toda la obra de repostería que fuera capaz de contener su boca, logrando una suerte de imagen de ardilla guardando reservas en sus mejillas para masticar después.
Al mirar al resto del salón, encontró a varios desconocidos, entre ellos a una niña que le alegró la mirada ¡No la conocía, pero lucía tan encantadora! En busca de respuestas, se colocó sin previo aviso al lado del cumpleañero, apareciendo como un fantasma a sus espaldas.
- Ey, la diña de ahí ¿Efs du novia? Ñom, ñom. - le preguntó con los mofletes llenos de comida mientras lo codeaba en las costillas. Tragando por fin y con las mejillas aún llenas de migajas, agregó - ¡Ah, ya, creo que la vi en el último encargo, cuando fuimos por el lagartijo! ¿Le hablo? - y sin esperar mayor respuesta, gritó - ¡Hey, tú, la chica de trenzas! ¡Chimar tiene algo que decirte! - y susurrando, se dirigió de nuevo al chiquillo - Toda tuya.
Y así, dejó al chico a su suerte, contenta con su travesura, sentándose en una de las sillas a contemplar la escena, poniendo puñados de botanas en su boca. Luego de unos cortos momentos, notó que estaba al lado de una muchacha que de la misma forma contemplaba a la gente. La saludó con la mano y continuó comiendo plácidamente.
Iliaki
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Re: Años de enano [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
Chimar resulta muy entusiasmado de observar a gente acercarse a su fiesta, lo que resulta de lo más extraño para Demian. ¿Por qué sería tan importante regalar comida a la gente?. Pronto parece haber una respuesta, el chico recibe un regalo de parte de sus invitados. Todo comienza a tomar sentido. Comida a cambio de obsequios. Después de todo no es una tradición tan tonta.
Demian ve aparecer a la niña con que alguna vez estuvieron encerrados en una caverna. Recuerda que en ese entonces le jugó una broma muy pesada para hacerla ser más cooperadora, así que no está del todo seguro si ella estará muy encantada de verle.
Una elfa también llega al lugar y tras ella una dragona.
—¿Desde c-cuándo Chimar tiene t-tanto éxito con las chicas? —pregunta Demian a Ratita, quien se encoge de hombros mientras de manera disimulada se mete una galleta a la boca y logra disolverla sin masticarla para no ser descubierto. Demian debe reconocer que el chico tiene habilidades para pasar desapercibido sin magia ni ilusiones.
Demian no alcanza a hacer mucho más, pues en ese momento aparece Artyhom nuevamente, el pequeño robot, quien le toma de la mano y lo arrastra hacia la cocina, indicándole una fuente con lo que parece ser varias claras de huevo.
—Señor Demian, necesito su ayuda para terminar esto a tiempo —indica.
El pequeño mecánico entonces muestra a Demian cómo revolver esa mezcla de manera vigorosa para obtener un resultado deseado y el brujo suspira. Al parecer estará condenado a ser un ayudante de cocina, pero es entendible, Artyhom tiene brazos muy pequeños y lo que sea que esté haciendo parece necesitar de mucho trabajo. Demian suspira y toma el extraño instrumento que no es más que unos alambres doblados de una manera particular.
El ejercicio parece más simple visto que haciéndolo, pues cuesta trabajo mantener el movimiento circular que desea el mecánico, pero pronto parece agarrarle la mano al asunto. Contempla, mientras lo hace, que Arty está elaborando lo que parece ser una pila de panes de consistencia blanda, unidos por distintos tipos de salsas. La cocina en general huele a azúcar y el estómago de Demian ruge con fuerza.
Luego de algunas correcciones de parte de Arty, Demian logra terminar con la preparación de esa cosa blanca. Casi parece arte de magia que los ingredientes anteriores hayan dado como consecuencia ello, pero Arty no parece impresionado y con una paleta agrega eso a la torre de ingredientes que ha hecho. Esa cosa cilíndrica toma un aspecto muy interesante, lleno de colores y detalles.
---
Off: Cuando me toque, no tengan miedo de saltarme. He estado muy inactivo últimamente y lo más probable es que siga estándolo hasta enero al menos.
Demian ve aparecer a la niña con que alguna vez estuvieron encerrados en una caverna. Recuerda que en ese entonces le jugó una broma muy pesada para hacerla ser más cooperadora, así que no está del todo seguro si ella estará muy encantada de verle.
Una elfa también llega al lugar y tras ella una dragona.
—¿Desde c-cuándo Chimar tiene t-tanto éxito con las chicas? —pregunta Demian a Ratita, quien se encoge de hombros mientras de manera disimulada se mete una galleta a la boca y logra disolverla sin masticarla para no ser descubierto. Demian debe reconocer que el chico tiene habilidades para pasar desapercibido sin magia ni ilusiones.
Demian no alcanza a hacer mucho más, pues en ese momento aparece Artyhom nuevamente, el pequeño robot, quien le toma de la mano y lo arrastra hacia la cocina, indicándole una fuente con lo que parece ser varias claras de huevo.
—Señor Demian, necesito su ayuda para terminar esto a tiempo —indica.
El pequeño mecánico entonces muestra a Demian cómo revolver esa mezcla de manera vigorosa para obtener un resultado deseado y el brujo suspira. Al parecer estará condenado a ser un ayudante de cocina, pero es entendible, Artyhom tiene brazos muy pequeños y lo que sea que esté haciendo parece necesitar de mucho trabajo. Demian suspira y toma el extraño instrumento que no es más que unos alambres doblados de una manera particular.
El ejercicio parece más simple visto que haciéndolo, pues cuesta trabajo mantener el movimiento circular que desea el mecánico, pero pronto parece agarrarle la mano al asunto. Contempla, mientras lo hace, que Arty está elaborando lo que parece ser una pila de panes de consistencia blanda, unidos por distintos tipos de salsas. La cocina en general huele a azúcar y el estómago de Demian ruge con fuerza.
Luego de algunas correcciones de parte de Arty, Demian logra terminar con la preparación de esa cosa blanca. Casi parece arte de magia que los ingredientes anteriores hayan dado como consecuencia ello, pero Arty no parece impresionado y con una paleta agrega eso a la torre de ingredientes que ha hecho. Esa cosa cilíndrica toma un aspecto muy interesante, lleno de colores y detalles.
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Off: Cuando me toque, no tengan miedo de saltarme. He estado muy inactivo últimamente y lo más probable es que siga estándolo hasta enero al menos.
Demian
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Re: Años de enano [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
A pesar de que tenía hambre estaba dudando sobre quedarme o no aunque sea solo para aprovecharme de la situación. No me sentía muy cómoda en el cumpleaños, estaba aún un poco avergonzada por lo que ocurrió en aquella cueva; y no digo que me arrepienta, porque no es así, sino que simplemente consideraba que no era la mejor forma de hacerlo. Pero como Pelusa no estaba enterado de todo el proceso mental que estaba llevando a cabo, ni todos los sentimientos extraños que sentía, este fue el primero en entrar y darle una probadita a la comida antes de que el jovensito llamara la atención y diera inicio a la reunión.
Fui a dejar las cosas en el recibidor y me acaricié los brazos un poco insegura de la decisión que estaba tomando al quedarme. Sacudí un poco mi cuerpo y vi al niño serpiente mirándome en ese instante, se trataba de aquel chico súper serio que me jugó una broma pesada con serpientes pero que al final me había rescatado junto con el cumpleañero. Le hice un gesto de saludo con mi mano derecha y no quise crear tanto contacto con él, ya que no estaba segura de nuestra relación amistosa.
Volteé a ver a Pelusa que se devoraba feliz gran cantidad de la comida servida junto con otros invitados que parecían hambrientos y con las mismas ganas de comida que mi mascotica. Sonreí levemente y me resistí a hacer lo mismo que todos ellos, sabía que debía comportarme como una damita; no quería quedar mal con los invitados y mucho menos con aquel niño que había sido dueño de mi primer beso. Esperé que los invitados devoradores terminaran de acaparar la mesa y en cuanto tuve oportunidad acerqué mi mano y con un poquito de telekinesis, que traté de que fuera imperceptible, acerqué un pedacito de pan con queso a mi mano y lo comí con calma mientras buscaba en aquella celebración algo que no me hiciera irme buscando una escusa tonta.
Creí ver algunas caras conocidas, pero no tuve tiempo de verificar si realmente los conocía; al parecer el chico tenía varios amigos, eso tenía que significar algo bueno. Me preguntaba si él realmente quería que yo me mantuviera en su fiesta, yo ni siquiera me acordaba de su nombre.
- ¡Hey, tú, la chica de trenzas! ¡Chimar tiene algo que decirte! - dijo una chica de cabellos blanquesinos.
Mis ojos se abrieron como dos enormes platos en cuanto volteé a verla, esta estaba incitando el momento incómodo que estaba evitando. -La tranquilidad no duró ni cinco minutos- suspiré un poco intranquila porque no sabía muy bien si el chico quería realmente hablar conmigo a decirme algo lindo o esta chica había forzado el momento para hacerle una mala broma. -Si es una broma pesada, no me gustaría participar en eso…- pensé llevando mi mano a la nuca para acariciarme un poco.
-¿De verdad tienes algo que decirme?- me acerqué al chico que había quedado a su suerte después de la exposición de la joven -Yo…- hice una pausa -...no quiero causar problemas, no sabía que este era tu cumpleaños.- respiré profundo -A demás me disculpo por lo de… hmm… tú sabes- hice señas con las manos como para que el completara en su cabeza lo que yo quería decirle.
Fui a dejar las cosas en el recibidor y me acaricié los brazos un poco insegura de la decisión que estaba tomando al quedarme. Sacudí un poco mi cuerpo y vi al niño serpiente mirándome en ese instante, se trataba de aquel chico súper serio que me jugó una broma pesada con serpientes pero que al final me había rescatado junto con el cumpleañero. Le hice un gesto de saludo con mi mano derecha y no quise crear tanto contacto con él, ya que no estaba segura de nuestra relación amistosa.
Volteé a ver a Pelusa que se devoraba feliz gran cantidad de la comida servida junto con otros invitados que parecían hambrientos y con las mismas ganas de comida que mi mascotica. Sonreí levemente y me resistí a hacer lo mismo que todos ellos, sabía que debía comportarme como una damita; no quería quedar mal con los invitados y mucho menos con aquel niño que había sido dueño de mi primer beso. Esperé que los invitados devoradores terminaran de acaparar la mesa y en cuanto tuve oportunidad acerqué mi mano y con un poquito de telekinesis, que traté de que fuera imperceptible, acerqué un pedacito de pan con queso a mi mano y lo comí con calma mientras buscaba en aquella celebración algo que no me hiciera irme buscando una escusa tonta.
Creí ver algunas caras conocidas, pero no tuve tiempo de verificar si realmente los conocía; al parecer el chico tenía varios amigos, eso tenía que significar algo bueno. Me preguntaba si él realmente quería que yo me mantuviera en su fiesta, yo ni siquiera me acordaba de su nombre.
- ¡Hey, tú, la chica de trenzas! ¡Chimar tiene algo que decirte! - dijo una chica de cabellos blanquesinos.
Mis ojos se abrieron como dos enormes platos en cuanto volteé a verla, esta estaba incitando el momento incómodo que estaba evitando. -La tranquilidad no duró ni cinco minutos- suspiré un poco intranquila porque no sabía muy bien si el chico quería realmente hablar conmigo a decirme algo lindo o esta chica había forzado el momento para hacerle una mala broma. -Si es una broma pesada, no me gustaría participar en eso…- pensé llevando mi mano a la nuca para acariciarme un poco.
-¿De verdad tienes algo que decirme?- me acerqué al chico que había quedado a su suerte después de la exposición de la joven -Yo…- hice una pausa -...no quiero causar problemas, no sabía que este era tu cumpleaños.- respiré profundo -A demás me disculpo por lo de… hmm… tú sabes- hice señas con las manos como para que el completara en su cabeza lo que yo quería decirle.
Magazubi
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Re: Años de enano [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
La casa era grande, mas de lo que me había imaginado la guarida de la que me había hablado en nuestro encuentro, y estaba lleno de niños que intuía de diferentes razas, por lo menos hombres bestia estaba segura de que si, quizás de alguna mas, se me daba tan mal identificar la especie de las crías como de los especímenes adultos, al menos, a simple vista.
Las mesas de comida no llamaron mi atención, o no positiva mente, y había tomado la precaución de comer antes de llegar lo justo para no vomitar si la comida sureña olía muy fuerte, y lo suficiente como para no tener hambre al ver una gran cantidad de personas comiendo como si nunca antes hubieran probado bocado.
Paseé en silencio, algunos muchachos me sonaban, quizás los hubiera visto en la calle, y estaba segura de que a un par mas los había tenido cerca durante un buen rato, sin embargo me llamaba la atención mas los gestos y palabras que las personas concretas, y una escena en especial llamó mi atención.
Una muchacha con trenzas hablaba a otra sobre el anfitrión, con una expresión pilla y generando cierta incomodidad, o lo que yo interpreté como tal. Procurando no interferir me quedé en un lado de la sala como una estatua observando su peculiar conversación mezcla de palabras y mímica, cuyo significado intentaba intuir por no comprenderlo por completo, jugando a adivinar a que se referiría la pequeña de quien veía poco mas del perfil por mi posición, pero finalmente reconocí en la muchacha a la adorable cría de brujo que había conocido no hacía demasiado tiempo. Mas adelante ya tendría tiempo de saludarla.
Me habría acomodado mas cerca o en otro lado, pero como menos me moviera menos sería delatada, o como mínimo tenía esa sensación, y, para intentar pasar aun mas desapercibida con el entorno fui tomando poco a poco mi forma humana del todo, sin siquiera parpadear, con tal de no perderme un detalle.
Al principio las escamas desaparecieron, luego los dientes se hicieron mas pequeños, los dedos se redondearon hasta que las garras desaparecieron, los cuernos quedaron en nada, igual que las púas y la mayoría de apéndices, y al final solo dejé quedarse la cola reptiloide que asomaba de lo poco que quedaba de lo que hacia tiempo había sido un vestido azul. Como una invitada mas, que al final era lo que era, pese a que fuera de rebote, quedé en la estancia y contra la pared, contemplando mi propio espectáculo personal sobre interacción social entre crías de diferentes especies.
Las mesas de comida no llamaron mi atención, o no positiva mente, y había tomado la precaución de comer antes de llegar lo justo para no vomitar si la comida sureña olía muy fuerte, y lo suficiente como para no tener hambre al ver una gran cantidad de personas comiendo como si nunca antes hubieran probado bocado.
Paseé en silencio, algunos muchachos me sonaban, quizás los hubiera visto en la calle, y estaba segura de que a un par mas los había tenido cerca durante un buen rato, sin embargo me llamaba la atención mas los gestos y palabras que las personas concretas, y una escena en especial llamó mi atención.
Una muchacha con trenzas hablaba a otra sobre el anfitrión, con una expresión pilla y generando cierta incomodidad, o lo que yo interpreté como tal. Procurando no interferir me quedé en un lado de la sala como una estatua observando su peculiar conversación mezcla de palabras y mímica, cuyo significado intentaba intuir por no comprenderlo por completo, jugando a adivinar a que se referiría la pequeña de quien veía poco mas del perfil por mi posición, pero finalmente reconocí en la muchacha a la adorable cría de brujo que había conocido no hacía demasiado tiempo. Mas adelante ya tendría tiempo de saludarla.
Me habría acomodado mas cerca o en otro lado, pero como menos me moviera menos sería delatada, o como mínimo tenía esa sensación, y, para intentar pasar aun mas desapercibida con el entorno fui tomando poco a poco mi forma humana del todo, sin siquiera parpadear, con tal de no perderme un detalle.
Al principio las escamas desaparecieron, luego los dientes se hicieron mas pequeños, los dedos se redondearon hasta que las garras desaparecieron, los cuernos quedaron en nada, igual que las púas y la mayoría de apéndices, y al final solo dejé quedarse la cola reptiloide que asomaba de lo poco que quedaba de lo que hacia tiempo había sido un vestido azul. Como una invitada mas, que al final era lo que era, pese a que fuera de rebote, quedé en la estancia y contra la pared, contemplando mi propio espectáculo personal sobre interacción social entre crías de diferentes especies.
Arygos Valnor
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Re: Años de enano [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
La señal es pillada por casi todos, los Gorriones lideran la comelona. Chimar anota mentalmente un punto importante, alimentar a sus hermanos previamente antes de cualquier fiesta. Al menos sabe que las reservas aguantaran, no escatimo en gastos para su cumpleaños y tiene más alimentos guardados.
Una invitada resalta al momento de comer, Iliaki. No debería resultar sorpresivo, es prácticamente un Gorrión no juramentado. Si no hubiera sido acogida por el gremio de ladrones probablemente tendría su domicilio en la ratonera… el grupo de Maquiavelo recibe más niños huérfanos que el orfanato local.
De repente la elfa decide jugar un poco con el enano inventor, le pone en una situación forzada. Dicho niño al principio nota subir su nerviosismo, es natural. No se puede decir que sea la persona más elocuente del mundo y las mujeres aun le dan miedo, por otro lado no quiere darle la victoria a su colega de gremio.
Se acerca hasta la niña del vestido y suelta una pequeña frase discreta, “sígueme el juego”, eventualmente ríe como tonto por casi un minuto entero. No es necesario ser un especialista para fingir, si todo sale bien Iliaki quedara tan confundida que no volverá a intentarlo en toda la velada… 50% de posibilidades al menos. Cuando pasa el momento decide conversar con naturalidad.
Gracias por eso jeje, no te preocupes me alegra tenerte aquí.
Finalmente el punto complicado sale a flote, hablamos del beso. A Chimar le pilla por sorpresa esa disculpa, no sabe muy bien que significa, ¿acaso es algo malo?, peor aún ¿su beso fue tan terrible?, ni siquiera entiende porque le interesa el último aspecto… al final suelta una respuesta educada o al menos lo intenta.
No te preocupes fue bueno… ¡no quiero decir que conozca mucho del tema!, bueno tal vez teóricamente… sea como sea no tienes por qué disculparte “risa nerviosa”… ¿Qué te parece si hablamos de otra cosa?
Se acerca a la mesa de aperitivos y toma un pan dulce, sin pausa le da varios mordiscos, la típica táctica del hombre comiendo. Iliaki tendrá que pagar su treta, quizás dejarla sin pastel sea suficiente castigo. Para despejar su mente Chimar pilla el estado de los demás Gorriones, hacen lo que mejor saben.
Ratita y Motas no se separan de la mesa surtida, de seguir así permanecerán despiertos varios días. Ralphy por su parte muerde una que otra cosa pero limita la mayoría del tiempo a servir bebidas, sin duda el adoctrinamiento de su señora vampira es difícil de superar. El dueño de la casa le hace un gesto noble para que pase a divertirse, no tiene por qué trabajar.
Arygos toma una forma más humanizada aunque conserva la cola, esa chica es extraña pero los pillos más pequeños sienten curiosidad de ella. Dem desaparece por un instante del festejo, cuando su hermano cumpleañero lo encuentra no puede evitar reír, el enano brujo acaba de ser “reclutado” por Arty. Eso le da una idea un tanto rara al niño genio, rara para el.
Chicos, cuando terminen de comer que les parece si… ¿jugamos algo?
Una invitada resalta al momento de comer, Iliaki. No debería resultar sorpresivo, es prácticamente un Gorrión no juramentado. Si no hubiera sido acogida por el gremio de ladrones probablemente tendría su domicilio en la ratonera… el grupo de Maquiavelo recibe más niños huérfanos que el orfanato local.
De repente la elfa decide jugar un poco con el enano inventor, le pone en una situación forzada. Dicho niño al principio nota subir su nerviosismo, es natural. No se puede decir que sea la persona más elocuente del mundo y las mujeres aun le dan miedo, por otro lado no quiere darle la victoria a su colega de gremio.
Se acerca hasta la niña del vestido y suelta una pequeña frase discreta, “sígueme el juego”, eventualmente ríe como tonto por casi un minuto entero. No es necesario ser un especialista para fingir, si todo sale bien Iliaki quedara tan confundida que no volverá a intentarlo en toda la velada… 50% de posibilidades al menos. Cuando pasa el momento decide conversar con naturalidad.
Gracias por eso jeje, no te preocupes me alegra tenerte aquí.
Finalmente el punto complicado sale a flote, hablamos del beso. A Chimar le pilla por sorpresa esa disculpa, no sabe muy bien que significa, ¿acaso es algo malo?, peor aún ¿su beso fue tan terrible?, ni siquiera entiende porque le interesa el último aspecto… al final suelta una respuesta educada o al menos lo intenta.
No te preocupes fue bueno… ¡no quiero decir que conozca mucho del tema!, bueno tal vez teóricamente… sea como sea no tienes por qué disculparte “risa nerviosa”… ¿Qué te parece si hablamos de otra cosa?
Se acerca a la mesa de aperitivos y toma un pan dulce, sin pausa le da varios mordiscos, la típica táctica del hombre comiendo. Iliaki tendrá que pagar su treta, quizás dejarla sin pastel sea suficiente castigo. Para despejar su mente Chimar pilla el estado de los demás Gorriones, hacen lo que mejor saben.
Ratita y Motas no se separan de la mesa surtida, de seguir así permanecerán despiertos varios días. Ralphy por su parte muerde una que otra cosa pero limita la mayoría del tiempo a servir bebidas, sin duda el adoctrinamiento de su señora vampira es difícil de superar. El dueño de la casa le hace un gesto noble para que pase a divertirse, no tiene por qué trabajar.
Arygos toma una forma más humanizada aunque conserva la cola, esa chica es extraña pero los pillos más pequeños sienten curiosidad de ella. Dem desaparece por un instante del festejo, cuando su hermano cumpleañero lo encuentra no puede evitar reír, el enano brujo acaba de ser “reclutado” por Arty. Eso le da una idea un tanto rara al niño genio, rara para el.
Chicos, cuando terminen de comer que les parece si… ¿jugamos algo?
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Re: Años de enano [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
La comida era su gloria, llenándose la boca con toda la capacidad que permitía su anatomía, y agregado el momento incómodo que había creado, se deleitaba de placer y entretenimiento, y entre sus bocados y sus respingos, comenzó a preguntarse si la invitada que estaba a un lado disfrutaba la fiesta de la misma manera que ella.
Algo en la mujer había logrado desviar su mirada de su puesta en escena: La metamorfosis, la grandiosa e intrincada metamorfosis de los hombres dragón. Tal fue su admiración que dejó caer su bocado en el bol con la boca abierta.
Esa chica ¡Esa chica! ¡La última vez que pude presenciar algo como eso fue en mi última visita a Dundarak con los hombres dragón! ¡Ella es un dragón, ya no hay duda, ya no hay duda!
Oh, cómo me gustaría poder hacer algo como eso. Pero miren nada más qué majestuosidad, y eso… ¿Eso de ahí es la punta de su cola? Woah ¿De verdad puede realizarlo hasta ese punto?
El movimiento de aquella se volvía cada vez más hipnotizante: Izquierda, derecha, un ritmo mecánico que podía contar en un-dos. Sus brillantes ojos no se despegaban de aquel vaivén ni por un segundo, y su mente no podía prestar atención a otra cosa, atinando sus labios a sólo decir:
- Qué cola más grande tienes.
No fue sino hasta terminar de pronunciar sus palabras que logró darse luz de lo que había dicho. Con la boca aún llena de comida, mordió de nuevo un pastelillo y volteó a las ventanas avergonzada, esperando que la mujer no la hubiese escuchado.
Vaya, Iliaki ¿No te podías controlar? ¿En qué pensab…? Oh, la cola… ¡No, no! Mantén la compostura, tú sigue comiendo...
Es difícil, si no es que imposible, no mirar algo que de verdad atrae tu atención, que te llama como un imán, como el vacío al temeroso, como una elfilla a… a… la cola… ¡Resiste! ¿Por qué sucede esto de este modo? De por sí es difícil no reírse del pobre de esa mesa que creyó que aquella cosa era en verdad chocolate… No mires ¡No!
No obstante, a pesar de intentar poner todo de sí para no voltear a ver de nuevo aquel movimiento, terminó mirando de nuevo de reojo el apéndice de la criatura. Apretaba las dientes, ponía su espalda y sus brazos tensos intentando no mirar directamente, sin embargo su instinto, ignorando toda fuerza, la traicionó.
Se halló así, sin mucho tino ni mucha gracia, atrapando la cola de la chica.
De acuerdo, así están las cosas: Mi bol con toda la comida regada en el suelo, una chica sin culpa alguna, una cola raptada, suave, brillante… ¡Oh, qué desgracia! ¡A pensar rápido!
Soltando rápidamente a la muchacha, la ladronzuela simplemente optó por excusarse.
- Perdone usted – decía en un tono solemne – he perdido mi monóculo y ahora no sé dónde encontrarlo – continuaba mientras se daba a la tarea de palpar el suelo.
Una voz en el fondo de pronto invitó a todos a jugar una vez culminado el almuerzo.
- ¡Oh, claro, un juego! – contestó emocionada la elfilla.
Algo en la mujer había logrado desviar su mirada de su puesta en escena: La metamorfosis, la grandiosa e intrincada metamorfosis de los hombres dragón. Tal fue su admiración que dejó caer su bocado en el bol con la boca abierta.
Esa chica ¡Esa chica! ¡La última vez que pude presenciar algo como eso fue en mi última visita a Dundarak con los hombres dragón! ¡Ella es un dragón, ya no hay duda, ya no hay duda!
Oh, cómo me gustaría poder hacer algo como eso. Pero miren nada más qué majestuosidad, y eso… ¿Eso de ahí es la punta de su cola? Woah ¿De verdad puede realizarlo hasta ese punto?
El movimiento de aquella se volvía cada vez más hipnotizante: Izquierda, derecha, un ritmo mecánico que podía contar en un-dos. Sus brillantes ojos no se despegaban de aquel vaivén ni por un segundo, y su mente no podía prestar atención a otra cosa, atinando sus labios a sólo decir:
- Qué cola más grande tienes.
No fue sino hasta terminar de pronunciar sus palabras que logró darse luz de lo que había dicho. Con la boca aún llena de comida, mordió de nuevo un pastelillo y volteó a las ventanas avergonzada, esperando que la mujer no la hubiese escuchado.
Vaya, Iliaki ¿No te podías controlar? ¿En qué pensab…? Oh, la cola… ¡No, no! Mantén la compostura, tú sigue comiendo...
Es difícil, si no es que imposible, no mirar algo que de verdad atrae tu atención, que te llama como un imán, como el vacío al temeroso, como una elfilla a… a… la cola… ¡Resiste! ¿Por qué sucede esto de este modo? De por sí es difícil no reírse del pobre de esa mesa que creyó que aquella cosa era en verdad chocolate… No mires ¡No!
No obstante, a pesar de intentar poner todo de sí para no voltear a ver de nuevo aquel movimiento, terminó mirando de nuevo de reojo el apéndice de la criatura. Apretaba las dientes, ponía su espalda y sus brazos tensos intentando no mirar directamente, sin embargo su instinto, ignorando toda fuerza, la traicionó.
Se halló así, sin mucho tino ni mucha gracia, atrapando la cola de la chica.
De acuerdo, así están las cosas: Mi bol con toda la comida regada en el suelo, una chica sin culpa alguna, una cola raptada, suave, brillante… ¡Oh, qué desgracia! ¡A pensar rápido!
Soltando rápidamente a la muchacha, la ladronzuela simplemente optó por excusarse.
- Perdone usted – decía en un tono solemne – he perdido mi monóculo y ahora no sé dónde encontrarlo – continuaba mientras se daba a la tarea de palpar el suelo.
Una voz en el fondo de pronto invitó a todos a jugar una vez culminado el almuerzo.
- ¡Oh, claro, un juego! – contestó emocionada la elfilla.
Iliaki
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Re: Años de enano [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
Al observar nuevamente el trozo de comida dulce que tenía frente así no puedo evitar sentir un dejo de orgullo. Sabía que la verdadera mente maestra detrás de eso había sido Arty, pero aún así había colaborado.
—Pastel —aclaró el cibernético —, los humanos tienen la tradición de acompañar el aniversario de su nacimiento comiendo pastel.
Demian no sabía nada de eso, no había tenido celebraciones de cumpleaños ni recordaba haber comido pastel alguna vez en su vida, pero de alguna forma tenía sentido. Sentía unas ganas enormes de probar el sabor de lo que era parcialmente su creación, pero se contuvo.
—Es hora de llevarla a los comensales —indicó Arty.
El chico brujo asintió y tomó la bandeja en la que descansaba el pastel. Pesaba bastante, lo que daba a entender que había una buena cantidad de alimento en esa cosa llena de crema y colores.
—Espere, señor Demian... faltan las velas.
Demian levantó una ceja en confusión. ¿Para qué demonios Arty quería unas velas?, no estaba tan oscuro allá adentro como para necesitarlas y había manera más eficientes de alumbrar una habitación. Aún así, no tuvo más opción que esperar. Arty volvió entonces con unas velas pequeñas, las que al parecer había pintado de colores.
—¿Para qué quieres esas v-v-velas tan pequeñas?
Arty procedió entonces a clavar una en el pastel. Demian estuvo a punto de quitar el pastel del camino, no quería verlo arruinado, pero el cibernético parecía muy decidido y le dejó llenar la superficie de velas. Contó 12 de ellas clavadas en la torta.
—Ahora debemos prenderlas.
Las sorpresas continuaban y Demian se encogió de hombros. ¿Acaso eso no arruinaría el pastel?, ¿que no se iba a llenar de cera y quemarse? suspiró. Aunque costara, no le quedaba más que confiar en el criterio de su mayordomo robótico en miniatura. Liberó entonces uno de sus dedos y dejó que el mana fluyera hasta él.
No había ido a la escuela tensai, como otros, pero todo brujo era capaz de invocar versiones muy débiles de la magia elemental. Nada que fuera útil para el combate, pero no se requería de más que una llama muy pequeña en la punta de su dedo para la tarea. En efecto, el fuego apareció, algo muy pequeño, pero se apresuró a distribuirlo por cada una de las velas, hasta que todas estuvieron prendidas y listas.
Terminada toda esta labor, entraron al salón principal. Arty hizo un ruido que a Demian le pareció algún tipo de animal extraño, pero para el robótico parecía ser un sonido íntimamente ligado a la celebración.
—Emm... ¿f-f-eliz cumpleaños?
—Pastel —aclaró el cibernético —, los humanos tienen la tradición de acompañar el aniversario de su nacimiento comiendo pastel.
Demian no sabía nada de eso, no había tenido celebraciones de cumpleaños ni recordaba haber comido pastel alguna vez en su vida, pero de alguna forma tenía sentido. Sentía unas ganas enormes de probar el sabor de lo que era parcialmente su creación, pero se contuvo.
—Es hora de llevarla a los comensales —indicó Arty.
El chico brujo asintió y tomó la bandeja en la que descansaba el pastel. Pesaba bastante, lo que daba a entender que había una buena cantidad de alimento en esa cosa llena de crema y colores.
—Espere, señor Demian... faltan las velas.
Demian levantó una ceja en confusión. ¿Para qué demonios Arty quería unas velas?, no estaba tan oscuro allá adentro como para necesitarlas y había manera más eficientes de alumbrar una habitación. Aún así, no tuvo más opción que esperar. Arty volvió entonces con unas velas pequeñas, las que al parecer había pintado de colores.
—¿Para qué quieres esas v-v-velas tan pequeñas?
Arty procedió entonces a clavar una en el pastel. Demian estuvo a punto de quitar el pastel del camino, no quería verlo arruinado, pero el cibernético parecía muy decidido y le dejó llenar la superficie de velas. Contó 12 de ellas clavadas en la torta.
—Ahora debemos prenderlas.
Las sorpresas continuaban y Demian se encogió de hombros. ¿Acaso eso no arruinaría el pastel?, ¿que no se iba a llenar de cera y quemarse? suspiró. Aunque costara, no le quedaba más que confiar en el criterio de su mayordomo robótico en miniatura. Liberó entonces uno de sus dedos y dejó que el mana fluyera hasta él.
No había ido a la escuela tensai, como otros, pero todo brujo era capaz de invocar versiones muy débiles de la magia elemental. Nada que fuera útil para el combate, pero no se requería de más que una llama muy pequeña en la punta de su dedo para la tarea. En efecto, el fuego apareció, algo muy pequeño, pero se apresuró a distribuirlo por cada una de las velas, hasta que todas estuvieron prendidas y listas.
Terminada toda esta labor, entraron al salón principal. Arty hizo un ruido que a Demian le pareció algún tipo de animal extraño, pero para el robótico parecía ser un sonido íntimamente ligado a la celebración.
—Emm... ¿f-f-eliz cumpleaños?
Demian
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Re: Años de enano [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
Al encontrarme con el chico, este me dio una señal de que le siguiera el juego. Yo realmente no entendía qué era lo que él quería que yo hiciese, y opté por dejarme llevar.
El chico empezó a reír a carcajadas, al principio se notaban un poco forzadas, pero luego fueron saliendo con naturalidad. Yo no pude aguantarme la risa y sin querer me encontraba yo ahí parada frente a ese niño soltando pequeñas risas que no podía contener en mi boca. Chimar se veía realmente gracioso riendo como loquito, era difícil quitarle la vista de encima y no ponerme a reír con él. Estaba un poco confundida porque no sabía que se traía entre manos, pero su risa contagiosa me invadió.
Cuando las risas cesaron aproveché de establecer un poco de conversación con él, a parte consideraba que se veía lindo riéndose. Traté de disculparme por nuestro último encuentro y dejar las cosas claras con él.
-No es que me arrepienta… - quería aclarar -Me alegro que te haya parecido ¿bueno?- dije mientras mis mejillas se ruborizaban y yo no hallaba qué otra cosa decirle, prefería dejar de aclarar porque sentía que iba a oscurecer la situación.
El chico parecía un poco nerv… simplemente no quería hablar del tema y se escabulló de nuestra conversación con una escusa un poco brusca. Me di cuenta rápido de su incomodidad e imité su comportamiento, me acerqué a la mesa a tomar un bocadillo, ya de los últimos que quedaban servidos, y como vi que se alejó hablando con otros invitados, me quedé en un estado de shock. Miraba a mi alrededor sin despegar los pies del piso, confundida por lo que había pasado y sin saber qué hacer. No conocía a más nadie y quedarme pegada a la mesa de aperitivos me parecía muy abusador.
Mentí. Sí conocía a alguien, la chica que había visto hace un ratico sí se trataba de Arygos, ya que Pelusa se quedó unos instantes viendo su cola cómo lo había hecho en Baslodia, tenía que ser ella; y sino, era casi igualita. La salude con la mano para verificar si me encontraba en lo cierto y me puse a buscar al otro niño de la cueva con la vista.
No lo encontré con facilidad, así que me acerqué a donde se encontraba Pelusa, le acaricié las orejitas y le di un beso en la frente tratando de no lastimarme con sus cuernos. -Diviértete mi consentidito lindo- le susurré.
Caminé hasta una de las ventanas del lugar, quería como fingir que estaba haciendo algo productivo, y después de quedarme sin alguien con quién conversar me sentía rara en esa fiesta, era justo y necesario hacerme la interesante viendo por la ventana. Sólo quería distraerme un rato, en ese momento sentía que me hacía falta mi compañero en las fiestas, mi padrino Werner, el capitansito de mi corazón; tal vez con él estaría menos cortada en aquella reunionsita.
Hubo un gesto que me sacó de mi interesantísimo análisis de la ventana, un niño ofreciéndome bebidas, era realmente amable y delgado. Le agradecí y me dispuse a tomar una de las bebidas que él me ofrecía, a demás aproveché de tratar de sacarle conversación ya que me sentía un poco solita.
-¿Te estás divirtiendo?- le pregunté.
Pasaron unos pocos minutos y Chimar ofreció empezar a darle ambiente a la reunión poniendo juegos en la festividad. Sonreí ante su idea y me quedé expectante para saber si podía o no involucrarme en aquello.
Luego llegó a la escena un pastel gigante, me mordí el labio y me pregunté si el premio del ganador del juego sería comerse toda esa torta. Definitivamente estaba enamorada... era una magnificencia de dulce y color.
El chico empezó a reír a carcajadas, al principio se notaban un poco forzadas, pero luego fueron saliendo con naturalidad. Yo no pude aguantarme la risa y sin querer me encontraba yo ahí parada frente a ese niño soltando pequeñas risas que no podía contener en mi boca. Chimar se veía realmente gracioso riendo como loquito, era difícil quitarle la vista de encima y no ponerme a reír con él. Estaba un poco confundida porque no sabía que se traía entre manos, pero su risa contagiosa me invadió.
Cuando las risas cesaron aproveché de establecer un poco de conversación con él, a parte consideraba que se veía lindo riéndose. Traté de disculparme por nuestro último encuentro y dejar las cosas claras con él.
-No es que me arrepienta… - quería aclarar -Me alegro que te haya parecido ¿bueno?- dije mientras mis mejillas se ruborizaban y yo no hallaba qué otra cosa decirle, prefería dejar de aclarar porque sentía que iba a oscurecer la situación.
El chico parecía un poco nerv… simplemente no quería hablar del tema y se escabulló de nuestra conversación con una escusa un poco brusca. Me di cuenta rápido de su incomodidad e imité su comportamiento, me acerqué a la mesa a tomar un bocadillo, ya de los últimos que quedaban servidos, y como vi que se alejó hablando con otros invitados, me quedé en un estado de shock. Miraba a mi alrededor sin despegar los pies del piso, confundida por lo que había pasado y sin saber qué hacer. No conocía a más nadie y quedarme pegada a la mesa de aperitivos me parecía muy abusador.
Mentí. Sí conocía a alguien, la chica que había visto hace un ratico sí se trataba de Arygos, ya que Pelusa se quedó unos instantes viendo su cola cómo lo había hecho en Baslodia, tenía que ser ella; y sino, era casi igualita. La salude con la mano para verificar si me encontraba en lo cierto y me puse a buscar al otro niño de la cueva con la vista.
No lo encontré con facilidad, así que me acerqué a donde se encontraba Pelusa, le acaricié las orejitas y le di un beso en la frente tratando de no lastimarme con sus cuernos. -Diviértete mi consentidito lindo- le susurré.
Caminé hasta una de las ventanas del lugar, quería como fingir que estaba haciendo algo productivo, y después de quedarme sin alguien con quién conversar me sentía rara en esa fiesta, era justo y necesario hacerme la interesante viendo por la ventana. Sólo quería distraerme un rato, en ese momento sentía que me hacía falta mi compañero en las fiestas, mi padrino Werner, el capitansito de mi corazón; tal vez con él estaría menos cortada en aquella reunionsita.
Hubo un gesto que me sacó de mi interesantísimo análisis de la ventana, un niño ofreciéndome bebidas, era realmente amable y delgado. Le agradecí y me dispuse a tomar una de las bebidas que él me ofrecía, a demás aproveché de tratar de sacarle conversación ya que me sentía un poco solita.
-¿Te estás divirtiendo?- le pregunté.
Pasaron unos pocos minutos y Chimar ofreció empezar a darle ambiente a la reunión poniendo juegos en la festividad. Sonreí ante su idea y me quedé expectante para saber si podía o no involucrarme en aquello.
Luego llegó a la escena un pastel gigante, me mordí el labio y me pregunté si el premio del ganador del juego sería comerse toda esa torta. Definitivamente estaba enamorada... era una magnificencia de dulce y color.
Magazubi
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Re: Años de enano [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
Los pequeños empezaron a hablar y gesticular, incluso el tono de su cara cambió, estaba poniéndose bastante interesante hasta que un comentario llamo mi atención lo suficiente como apra que me girara, tan concentrada como estaba tarde en reaccionar lo justo como para no registrar de donde había venido, así que mire a ambos lados donde los niños seguían engullendo, algunos con la boca abierta, regando el suelo de migas.
Mi vista volvió entonces a la dupla de niños, esos dos que había conocido por separado pero que se habían hablado con familiaridad, y con gestos cómplices propios de aquellos que se pueden entender sin palabras, algo que no el pan de cada día para ninguna de sus especies.
Pero para mi desanimo, ambos se habían dirigido a engullir respectivamente, rompiendo esa fascinante atmósfera que lo había envuelto hacia unos instantes, como de confidencia, incomodidad y vergüenza al mismo tiempo.
Chasquee la lengua y suspiré, dispuesta a buscar otra cosa que hacer o de la que aprender en esa reunión social cuando una presión retuvo el vaivén constante de mi cola. Peque un tirón suave por instinto y gire mi rostro para cruzarme con, ni mas ni menos, que una cría de elfo.
Por si el hecho de que lo que retuviera mi cola fueran sus manos no fuera lo suficientemente extraño, coronó ese peculiar gesto con un comentario algo raro. ¿Un monóculo? Había visto alguno cuando trabajaba en la biblioteca, de esos que amplificaban la imagen para leer las letras mas pequeñas de algunos manuscritos
.
Miré durante unos segundos a la pequeña tantear el suelo, y até cabos.
-Oh, perdón. Quizás lo barrí hacia algún lado sin querer!.-Me puse rápidamente en cuclillas y empecé a tantear el suelo también, dispuesta a ayudarla a encontrar su perdida pertenencia.
-¿Como es?¿Que tipo de marco tiene?¿La lente es lisa o corva?.-Me apuré en preguntar, quizás así sería mas fácil hallarlo, pues podría estar atenta a algún color en particular, o a alguna irregularidad en el suelo.
La propuesta de juego llego en un mal momento.
-Cuando encuentre el monóculo.-Aseveré sin levantar siquiera la mirada del suelo, apurándome a recorrer el mismo antes de que alguno de los niños por allí desperdigados lo pisara por accidente y lo rompiera. Justamente para prevenir eso, alce el tono para que los presentes me oyeran.-La señorita elfa ha perdido su monóculo, fíjense donde pisan por favor, y si alguien quiere ayudar, como mas seamos antes lo encontraremos.
Mi vista volvió entonces a la dupla de niños, esos dos que había conocido por separado pero que se habían hablado con familiaridad, y con gestos cómplices propios de aquellos que se pueden entender sin palabras, algo que no el pan de cada día para ninguna de sus especies.
Pero para mi desanimo, ambos se habían dirigido a engullir respectivamente, rompiendo esa fascinante atmósfera que lo había envuelto hacia unos instantes, como de confidencia, incomodidad y vergüenza al mismo tiempo.
Chasquee la lengua y suspiré, dispuesta a buscar otra cosa que hacer o de la que aprender en esa reunión social cuando una presión retuvo el vaivén constante de mi cola. Peque un tirón suave por instinto y gire mi rostro para cruzarme con, ni mas ni menos, que una cría de elfo.
Por si el hecho de que lo que retuviera mi cola fueran sus manos no fuera lo suficientemente extraño, coronó ese peculiar gesto con un comentario algo raro. ¿Un monóculo? Había visto alguno cuando trabajaba en la biblioteca, de esos que amplificaban la imagen para leer las letras mas pequeñas de algunos manuscritos
.
Miré durante unos segundos a la pequeña tantear el suelo, y até cabos.
-Oh, perdón. Quizás lo barrí hacia algún lado sin querer!.-Me puse rápidamente en cuclillas y empecé a tantear el suelo también, dispuesta a ayudarla a encontrar su perdida pertenencia.
-¿Como es?¿Que tipo de marco tiene?¿La lente es lisa o corva?.-Me apuré en preguntar, quizás así sería mas fácil hallarlo, pues podría estar atenta a algún color en particular, o a alguna irregularidad en el suelo.
La propuesta de juego llego en un mal momento.
-Cuando encuentre el monóculo.-Aseveré sin levantar siquiera la mirada del suelo, apurándome a recorrer el mismo antes de que alguno de los niños por allí desperdigados lo pisara por accidente y lo rompiera. Justamente para prevenir eso, alce el tono para que los presentes me oyeran.-La señorita elfa ha perdido su monóculo, fíjense donde pisan por favor, y si alguien quiere ayudar, como mas seamos antes lo encontraremos.
Arygos Valnor
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Re: Años de enano [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
Una imagen un tanto extraña llama la atención de Chimar, Iliaki acosa directamente la cola de Arygos. Sin duda bastante confuso aunque intrínsecamente gracioso, no todos los días vez a cualquier elfa abraza el trasero de un dragón. Pronto otra cosa capta la mirada del inventor, algo mucho más raro que lo anterior.
Vale, eso es nuevo.
Demian aparece cargando un pastel magistral, es de buen tamaño y la decoración resulta agradable. Cerca viene Arty, el pequeño mayordomo robot. Al parecer es tiempo de cortar el pastel, con las velas encendidas no se puede llegar a otra conclusión… algo apresurado aunque las fiestas infantiles abordan ese punto rápido por obvias razones.
Es una estructura destacable enanos.
Mientras tanto la niña del vestido le dedica algunas palabras a Ralphy, el pequeño vampiro se pone nervioso pero responde educadamente – Es una gran fiesta – dice por lo bajo, a pesar de su timidez innata se muestra más cerrado con personajes del género femenino, definir si esto es por su pasado o la juventud eterna que padece resulta difícil.
“Para variar” otra cosa destaca en la fiesta, al parecer Iliaki extravió un ¿monóculo?, ¿qué rayos hace la pequeña pilla con un artículo de esa índole?, algo huele raro. Sea como sea Arygos organiza una búsqueda general, los gorriones por inercia pasan a rastrear el artefacto… son buenos “encontrando” cosas.
Bien, el que lo encuentre se ganara un premio.
No vale la pena desperdiciar un buen momento, los juegos espontáneos son los mejores. Ahora Chimar tendrá que pensar en un regalo apropiado para el ganador, algún pequeño invento debería bastar. Tiene montones de cosas viejas en su antiguo laboratorio, la mayoría muy desactualizadas.
Toma otro pastelillo y se queda observando la búsqueda, sin duda fue buena idea transformar el momento en un juego. No se puede decir que conozca mucho de juegos pero sabe aprovechar instantes, después de todo es un ladrón prodigioso. Dos pájaros eliminados con un virote, no existe mejor record.
Hace apuestas mentales sobre quien puede salir victorioso, está reñido. Si uno de sus hermanos gana podría verse como arreglado pero no les impedirá jugar, son parte de la fiesta y tienen derecho a participar. Al final deja a todo el mundo con la locura colectiva y avanza hasta Demian, usa su dedo índice para probar el decorado del pastel mientras habla.
Nada mal, tú y Arty tienen buenas habilidades pasteleras jeje.
Sonríe con ironía mientras ayuda a su compañero con la preciada carga, le dejan en la mesa. Cuando termine el juego cantaran cumpleaños, no se puede ofrecer algo así a tantos mocosos y esperar paciencia. Obviamente eso no significara el final de todo, aún pueden compartir más tiempo.
Vale, eso es nuevo.
Demian aparece cargando un pastel magistral, es de buen tamaño y la decoración resulta agradable. Cerca viene Arty, el pequeño mayordomo robot. Al parecer es tiempo de cortar el pastel, con las velas encendidas no se puede llegar a otra conclusión… algo apresurado aunque las fiestas infantiles abordan ese punto rápido por obvias razones.
Es una estructura destacable enanos.
Mientras tanto la niña del vestido le dedica algunas palabras a Ralphy, el pequeño vampiro se pone nervioso pero responde educadamente – Es una gran fiesta – dice por lo bajo, a pesar de su timidez innata se muestra más cerrado con personajes del género femenino, definir si esto es por su pasado o la juventud eterna que padece resulta difícil.
“Para variar” otra cosa destaca en la fiesta, al parecer Iliaki extravió un ¿monóculo?, ¿qué rayos hace la pequeña pilla con un artículo de esa índole?, algo huele raro. Sea como sea Arygos organiza una búsqueda general, los gorriones por inercia pasan a rastrear el artefacto… son buenos “encontrando” cosas.
Bien, el que lo encuentre se ganara un premio.
No vale la pena desperdiciar un buen momento, los juegos espontáneos son los mejores. Ahora Chimar tendrá que pensar en un regalo apropiado para el ganador, algún pequeño invento debería bastar. Tiene montones de cosas viejas en su antiguo laboratorio, la mayoría muy desactualizadas.
Toma otro pastelillo y se queda observando la búsqueda, sin duda fue buena idea transformar el momento en un juego. No se puede decir que conozca mucho de juegos pero sabe aprovechar instantes, después de todo es un ladrón prodigioso. Dos pájaros eliminados con un virote, no existe mejor record.
Hace apuestas mentales sobre quien puede salir victorioso, está reñido. Si uno de sus hermanos gana podría verse como arreglado pero no les impedirá jugar, son parte de la fiesta y tienen derecho a participar. Al final deja a todo el mundo con la locura colectiva y avanza hasta Demian, usa su dedo índice para probar el decorado del pastel mientras habla.
Nada mal, tú y Arty tienen buenas habilidades pasteleras jeje.
Sonríe con ironía mientras ayuda a su compañero con la preciada carga, le dejan en la mesa. Cuando termine el juego cantaran cumpleaños, no se puede ofrecer algo así a tantos mocosos y esperar paciencia. Obviamente eso no significara el final de todo, aún pueden compartir más tiempo.
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Re: Años de enano [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
No… puedo… creerlo… ¡La que he armado! Si bien algunos aún conservan su “compostura”, sin duda, esta es la mejor fiesta a la que haya asistido jamás. Deberían darme el premio a la mejor organizadora de situaciones de Lunargenta, qué digo de Lunargenta ¡De toda Aerandir!
La elfina, con su bol a punto de vaciarse, se acercó de nuevo a la mesa de aperitivos aprovechando que el resto de los invitados comenzaba su búsqueda. Quedóse un momento contemplando los bocadillos, escogiendo y comiendo más con la mirada que con la boca los platillos que la invitaban más a ser devorados. Sin más, habiendo escogido lo suyo, regresó a su pequeña escena del crimen y reflexionó.
¿Debería decirles que no hay nada? Son buena gente, no debería engañarlos de esa forma. Creo que les diré… Nah, mejor después, ahora ¿Dónde hay un sitio para sentarme?
Buscando un sitio cómodo, encontró en vez de asiento a un curioso robot, cuya labor principal había terminado minuciosamente. No había duda, para ser una creatura de manos metálicas, sí que se le daba por hacer un buen…
- ¡PASTEEEEEL! - alertaba emocionada al ver tamaña obra de repostería.
¡Ni en mis sueños más locos habría visto un pastel así! Y yo que pensaba que estas cosas las podían conseguir solamente los más ricos. ¡De-debo hacer algo, sí, por supuesto!
- ¡Chim, Chim, yo te ayudo a repartir! - decía a grandes voces mientras se dirigía a toda velocidad hacia el cumpleañero - ¡Yo, ayudo! ¡Yo ayudooooooo…!
Dando más prisas de lo que sus pies podían coordinar, la elfina cayó de bruces al suelo con un estruendoso ruido que bien podría haber hecho creer a la guardia que algún atacante había logrado poner una bomba en los barrios ricos. Sin más dignidad de la que le quedaba en el suelo, levantó su pulgar izquierdo para hacer saber a los pocos que se habían dado el tiempo de voltear que aún se encontraba con vida.
Esto es lo que dice la filosofía de los sabios, de los ancianos humanos y del saber que durante generaciones han transmitido los elfos para de alguna forma llegar a mis oídos, mis jóvenes e inexpertos oídos: Árbol que nace torcido se lo lleva la corriente. No, creo que así no era. Ya sé… ¡La vida es un eco: lo que envías, regresa. Lo que siembras, cosechas!
Levantando un poco su cabeza, terminó por anunciar:
- Ya encontré el monóculo, gracias por participar – y dejó caer su rostro de nuevo al suelo.
La elfina, con su bol a punto de vaciarse, se acercó de nuevo a la mesa de aperitivos aprovechando que el resto de los invitados comenzaba su búsqueda. Quedóse un momento contemplando los bocadillos, escogiendo y comiendo más con la mirada que con la boca los platillos que la invitaban más a ser devorados. Sin más, habiendo escogido lo suyo, regresó a su pequeña escena del crimen y reflexionó.
¿Debería decirles que no hay nada? Son buena gente, no debería engañarlos de esa forma. Creo que les diré… Nah, mejor después, ahora ¿Dónde hay un sitio para sentarme?
Buscando un sitio cómodo, encontró en vez de asiento a un curioso robot, cuya labor principal había terminado minuciosamente. No había duda, para ser una creatura de manos metálicas, sí que se le daba por hacer un buen…
- ¡PASTEEEEEL! - alertaba emocionada al ver tamaña obra de repostería.
¡Ni en mis sueños más locos habría visto un pastel así! Y yo que pensaba que estas cosas las podían conseguir solamente los más ricos. ¡De-debo hacer algo, sí, por supuesto!
- ¡Chim, Chim, yo te ayudo a repartir! - decía a grandes voces mientras se dirigía a toda velocidad hacia el cumpleañero - ¡Yo, ayudo! ¡Yo ayudooooooo…!
Dando más prisas de lo que sus pies podían coordinar, la elfina cayó de bruces al suelo con un estruendoso ruido que bien podría haber hecho creer a la guardia que algún atacante había logrado poner una bomba en los barrios ricos. Sin más dignidad de la que le quedaba en el suelo, levantó su pulgar izquierdo para hacer saber a los pocos que se habían dado el tiempo de voltear que aún se encontraba con vida.
Esto es lo que dice la filosofía de los sabios, de los ancianos humanos y del saber que durante generaciones han transmitido los elfos para de alguna forma llegar a mis oídos, mis jóvenes e inexpertos oídos: Árbol que nace torcido se lo lleva la corriente. No, creo que así no era. Ya sé… ¡La vida es un eco: lo que envías, regresa. Lo que siembras, cosechas!
Levantando un poco su cabeza, terminó por anunciar:
- Ya encontré el monóculo, gracias por participar – y dejó caer su rostro de nuevo al suelo.
Iliaki
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Re: Años de enano [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
Con todo el asunto del pastel Demian se siente incómodamente en el camino de muchas miradas. Cuando eres un asesino sigiloso, tartamudeas y tienes las habilidades sociales de un clavo no te gusta precisamente estar en esa posición. Deposita el pastel sobre la mesa y trata de salirse del camino disimuladamente.
Para suerte Arty llega al rescate y, como buen asistente, llama la atención de los presentes.
—Es hora de cantar el Cumpleaños Feliz, 1, 2, 3! —dice animado.
Comienza entonces a cantar una pieza que Demian jamás había oído en su vida. Parece una melodía sencillo y su letra no es muy compleja, ciertamente algo que cualquiera puede aprender sin esfuerzo, pero simplemente no la ha oído antes.
Arty pronto se da cuenta que esa melodía no es conocida en este mundo. En su programación debe contener algo sobre el otro mundo, donde fue diseñado, una información de su base de datos que no ha sido adaptada a la cultura en que está envuelto. El robot entonces decide hacer algo para evitar el desastre, lo cual debe ser rápido, pues las velas comienzan a consumirse y la idea es que el cumpleañero pueda soplarlas pidiendo un deseo.
Se acerca entonces a Demian, quien pensaba que ya se había escapado del foco de atención, hablándole en el oído algunas palabras. El joven brujo asiente y se prepara para usar la magia.
—B-b-ajen la luz —indica a los otros gorriones.
Los otros chicos hacen caso y se aseguran de tapar las fuentes de luz disponibles, tapando las ventanas y dejando el ambiente en una penumbra suficiente para resaltar el brillo de las velas.
Entonces Demian hace uso de su magia, creando una ilusión. En el aire se dibujan unas letras brillantes, a la espalda de Chimar, para que sean leídas por los presentes. Aquellos que no sepan leer deberán simplemente seguir al resto, pero al menos con eso ya se puede intentar una canción en conjunto.
La buena memoria de Demian, sumada a la simpleza de la canción, le ayudan a proyectarla correctamente.
Arty entonces comienza nuevamente, dirigiendo con su voz el canto de los presentes, entonando el clásico Cumpleaños Feliz del mundo terrestre. Al terminar, hace un gesto a Demian, quien vuelve a tomar la torta en sus manos.
—Se supone que debes pedir un deseo y s-s-soplar las velas —le indica a su amigo, haciendo un gesto con sus hombros para indicar que no tiene idea de dónde proviene tan extraña costumbre, sólo sigue las instrucciones del pequeño cibernético.
PD: No he puesto la letra de manera explícita porque entiendo que en cada país de habla hispana se usa una versión ligeramente distinta.
Para suerte Arty llega al rescate y, como buen asistente, llama la atención de los presentes.
—Es hora de cantar el Cumpleaños Feliz, 1, 2, 3! —dice animado.
Comienza entonces a cantar una pieza que Demian jamás había oído en su vida. Parece una melodía sencillo y su letra no es muy compleja, ciertamente algo que cualquiera puede aprender sin esfuerzo, pero simplemente no la ha oído antes.
Arty pronto se da cuenta que esa melodía no es conocida en este mundo. En su programación debe contener algo sobre el otro mundo, donde fue diseñado, una información de su base de datos que no ha sido adaptada a la cultura en que está envuelto. El robot entonces decide hacer algo para evitar el desastre, lo cual debe ser rápido, pues las velas comienzan a consumirse y la idea es que el cumpleañero pueda soplarlas pidiendo un deseo.
Se acerca entonces a Demian, quien pensaba que ya se había escapado del foco de atención, hablándole en el oído algunas palabras. El joven brujo asiente y se prepara para usar la magia.
—B-b-ajen la luz —indica a los otros gorriones.
Los otros chicos hacen caso y se aseguran de tapar las fuentes de luz disponibles, tapando las ventanas y dejando el ambiente en una penumbra suficiente para resaltar el brillo de las velas.
Entonces Demian hace uso de su magia, creando una ilusión. En el aire se dibujan unas letras brillantes, a la espalda de Chimar, para que sean leídas por los presentes. Aquellos que no sepan leer deberán simplemente seguir al resto, pero al menos con eso ya se puede intentar una canción en conjunto.
La buena memoria de Demian, sumada a la simpleza de la canción, le ayudan a proyectarla correctamente.
Arty entonces comienza nuevamente, dirigiendo con su voz el canto de los presentes, entonando el clásico Cumpleaños Feliz del mundo terrestre. Al terminar, hace un gesto a Demian, quien vuelve a tomar la torta en sus manos.
—Se supone que debes pedir un deseo y s-s-soplar las velas —le indica a su amigo, haciendo un gesto con sus hombros para indicar que no tiene idea de dónde proviene tan extraña costumbre, sólo sigue las instrucciones del pequeño cibernético.
PD: No he puesto la letra de manera explícita porque entiendo que en cada país de habla hispana se usa una versión ligeramente distinta.
Demian
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Re: Años de enano [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
El chico que servía las bebidas me contestó un poco inseguro y luego se retiró, no me dejó seguir con la conversación. Por suerte el pastel se había llevado casi toda mi atención, haciéndome pensar en otras cosas.
La propuesta de juego de Chimar quedó en que debíamos buscar un monóculo. Varias personas estaban en aquella actividad y algo interesante pasó. La chica que había puesto al cumpleañero en una situación incómoda conmigo se calló. Salí corriendo hasta donde ella se encontraba para ver si estaba bien y luego esta comentó que había conseguido el objeto del juego. -Bueno, supongo que ella ganó el premio- pensé dado por terminada aquella actividad.
-Espero que te encuentres bien- le dije a la chica ayudándola a levantarse.
Luego anunciaron que era hora de cantarle al pastel -¿por qué habría que cantarle un pastel? Seguro es un hechizo de buena suerte, o algo así- pensé de forma graciosa mientras recordaba que mi papi sí me había celebrado los cumpleaños, pero nunca me había preguntado por qué la canción -debe ser para representar alegría y ser de agrado al cumpleañero-.
Me acerqué a la mesa en donde se encontraba aquel monumento de color, canté emocionada aunque mi versión de la canción fuese ligeramente diferente y acompañe la melodía con las palmas. Y sin esperarlo me sentí alegre, alegre por estar ahí compartiendo con unos chicos extraños pero todos casi de la misma edad. Me puse unos segundos a pensarlo y me parecía divertida aquella idea -Debo dejar mi drama… ¡A disfrutaaaar!-.
Cuando la canción terminó y el ritual de cantar cumpleaños con todas sus pequeñas costumbres me acerqué al cumpleañero corriendo para ser la primera en abrazarlo, darle un dulce besito en la mejilla y desearle un nuevo año lleno de salud y cosas divertidad.
-¡Felicitaciones!- dije mientras lo soltaba con un poco de vergüenza y abría paso para que los demás lo felicitaran. Me alejé con Pelusa y esperé ansiosa a que picaran la torta.
La propuesta de juego de Chimar quedó en que debíamos buscar un monóculo. Varias personas estaban en aquella actividad y algo interesante pasó. La chica que había puesto al cumpleañero en una situación incómoda conmigo se calló. Salí corriendo hasta donde ella se encontraba para ver si estaba bien y luego esta comentó que había conseguido el objeto del juego. -Bueno, supongo que ella ganó el premio- pensé dado por terminada aquella actividad.
-Espero que te encuentres bien- le dije a la chica ayudándola a levantarse.
Luego anunciaron que era hora de cantarle al pastel -¿por qué habría que cantarle un pastel? Seguro es un hechizo de buena suerte, o algo así- pensé de forma graciosa mientras recordaba que mi papi sí me había celebrado los cumpleaños, pero nunca me había preguntado por qué la canción -debe ser para representar alegría y ser de agrado al cumpleañero-.
Me acerqué a la mesa en donde se encontraba aquel monumento de color, canté emocionada aunque mi versión de la canción fuese ligeramente diferente y acompañe la melodía con las palmas. Y sin esperarlo me sentí alegre, alegre por estar ahí compartiendo con unos chicos extraños pero todos casi de la misma edad. Me puse unos segundos a pensarlo y me parecía divertida aquella idea -Debo dejar mi drama… ¡A disfrutaaaar!-.
Cuando la canción terminó y el ritual de cantar cumpleaños con todas sus pequeñas costumbres me acerqué al cumpleañero corriendo para ser la primera en abrazarlo, darle un dulce besito en la mejilla y desearle un nuevo año lleno de salud y cosas divertidad.
-¡Felicitaciones!- dije mientras lo soltaba con un poco de vergüenza y abría paso para que los demás lo felicitaran. Me alejé con Pelusa y esperé ansiosa a que picaran la torta.
Magazubi
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Re: Años de enano [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
No encontré nada con mi búsqueda, pero el anfitrión fue tan audaz como para poner a todos los invitados a buscar y encima de buena gana. Tenía que reconocer que ese chiquillo seguía siendo tan ingenioso como cuando lo había encontrado por primera vez, casi me extrañaba y todo que fuera un humano, pese a que todas las razas tuvieran algún que otro sujeto excepcional. Yo estaba segura de que Chimar lo era para los sureños.
La muchacha que había perdido el monóculo fue también la primera en encontrarlo, así que me levante del suelo, y me palmee las manos entre si para sacar el polvo, y así evitar ensuciar nada de lo que pudiera llegar a tocar, entre lo que no iba a encontrarse, bajo ningún concepto, la comida.
Viendo como habían actuado el resto de invitados con los alimentos, casi que me alegré de no compartir sus gustos, mas habría para esos pequeños cuyos rostros se llenaban de júbilo y sonrisas al engullir los pastelillos y galletas con la misma avidez que si fueran ardillas y armiños.
Si me había sorprendido el asombro y felicidad que generaba en los pequeños la comida, me quedé corta para cuando trajeron ese inmenso pastel lleno de..¿Velas?. Esta anonadada y sorprendida a partes iguales, y no fue hasta que todos empezaron a cantar que salí de mi estupor.
Me sumé a los cantos con la voz tímida y temblorosa, no tenia problemas en proyectar la voz haciendo un poderoso rugido, pero cantar, ui, eso estaba muy lejos de mis facultades, y mis palabras quedaron opacadas por el resto de voces de modo que solo los mas cercanos pudieran llegar a oírme.
La cría de brujo varón indicó entonces para que servían las velas, así que asumí que sería alguna clase de rito de su raza, ya que el humano tampoco había entendido su propósito hasta que se lo habían indicado. Me lo anote como algo que investigar una vez volviera a las islas, sin querer dedicarle mi tiempo en ese momento.
Tras ese rito, los invitados se fueron acercando a felicitar al pequeño por turnos, y yo, como todos, hice lo propio.
-Felicidades Chimar, parece que pronto ya no voy a poder llevarte a lomo.-Sonríe ligeramente, con mi alusión a su pronta adultez, y dejé que otros invitados pudieran hacer lo mismo.
Mientras esperaba a que alguien indicara que tocaba ahora, me acerque a la pequeña bruja que me había encontrado por el asunto de las armas desaparecidas, seguida por su inseparable, y apetitoso aion.
-Buenas.-La saludé, imitando aquel gesto que ella me había enseñado en nuestro primer encuentro, haciendo "cara de pez" y presionándome las mejillas en una pulcra imitación de ella.
-No me imagine encontrarte aquí.-Admití.-¿Es la primera vez que vas a un cumpleaños?.-Quizá ella pudiera ilustrarme un poco.
La muchacha que había perdido el monóculo fue también la primera en encontrarlo, así que me levante del suelo, y me palmee las manos entre si para sacar el polvo, y así evitar ensuciar nada de lo que pudiera llegar a tocar, entre lo que no iba a encontrarse, bajo ningún concepto, la comida.
Viendo como habían actuado el resto de invitados con los alimentos, casi que me alegré de no compartir sus gustos, mas habría para esos pequeños cuyos rostros se llenaban de júbilo y sonrisas al engullir los pastelillos y galletas con la misma avidez que si fueran ardillas y armiños.
Si me había sorprendido el asombro y felicidad que generaba en los pequeños la comida, me quedé corta para cuando trajeron ese inmenso pastel lleno de..¿Velas?. Esta anonadada y sorprendida a partes iguales, y no fue hasta que todos empezaron a cantar que salí de mi estupor.
Me sumé a los cantos con la voz tímida y temblorosa, no tenia problemas en proyectar la voz haciendo un poderoso rugido, pero cantar, ui, eso estaba muy lejos de mis facultades, y mis palabras quedaron opacadas por el resto de voces de modo que solo los mas cercanos pudieran llegar a oírme.
La cría de brujo varón indicó entonces para que servían las velas, así que asumí que sería alguna clase de rito de su raza, ya que el humano tampoco había entendido su propósito hasta que se lo habían indicado. Me lo anote como algo que investigar una vez volviera a las islas, sin querer dedicarle mi tiempo en ese momento.
Tras ese rito, los invitados se fueron acercando a felicitar al pequeño por turnos, y yo, como todos, hice lo propio.
-Felicidades Chimar, parece que pronto ya no voy a poder llevarte a lomo.-Sonríe ligeramente, con mi alusión a su pronta adultez, y dejé que otros invitados pudieran hacer lo mismo.
Mientras esperaba a que alguien indicara que tocaba ahora, me acerque a la pequeña bruja que me había encontrado por el asunto de las armas desaparecidas, seguida por su inseparable, y apetitoso aion.
-Buenas.-La saludé, imitando aquel gesto que ella me había enseñado en nuestro primer encuentro, haciendo "cara de pez" y presionándome las mejillas en una pulcra imitación de ella.
-No me imagine encontrarte aquí.-Admití.-¿Es la primera vez que vas a un cumpleaños?.-Quizá ella pudiera ilustrarme un poco.
Arygos Valnor
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Re: Años de enano [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
Pensar rápido trae sus ventajas intrínsecas, una de ellas es conseguir buenos juegos colectivos al parecer. Con todos los invitados buscando, Chimar logra ahorrarse la necesidad de tener que idear un juego. Llega a una conclusión segura, es la mejor fiesta jamás visitada por su persona… no solo porque es en su honor.
Sin caerse…
Iliaki acaba en el suelo por un mal movimiento, es el tipo de cosas que genera un pastel enorme. Sorpresivamente la elfa termina consiguiendo su monóculo, ha ganado con todas las de la ley. Maquiavelo tendrá que buscar algún premio acorde en el almacén pero eso será después de soplar las velas.
Llega el momento más esperado, todos se preparan a su manera. Arty comienza a entonar una extraña canción que nadie reconoce, sin duda tiene algo raro flotando en su memoria. Dem se encarga de orientar con letras mágicas aunque al final todos interpretan su propia versión.
Pronto alcanzan el clímax, tiempo de soplar las velas. El pequeño inventor se acerca a su compañero y termina la tradición, pide un deseo como es costumbre… quizás más de uno. Las felicitaciones no se hacen esperar y la primera en manifestarse es la niña del vestido, dicha señorita le propina un beso en la mejilla al cumpleañero, este último se sonroja y agradece con una sonrisa.
Dejando atrás el momento extraño la segunda en presentarse es Arygos, emite un comentario gracioso que despierta la mente del chico. Envejecer puede traer problemas agregados pero es algo que por primera vez no considera terrible… seguramente mañana cambiara de opinión pero no se puede exigir demasiado.
Todavía falta, aun me quedan muchos vuelos jeje.
Los gorriones también expresan sus buenos deseos, Chimar alborota el cabello de cada uno como respuesta, incluso a Ralphy. Son sus hermanos ahora y les tiene mucho cariño, después de todo sigue siendo un enano. Es sorprendente que luego de quedar huérfano lograra conseguir una familia tan peculiar, el mundo da muchas vueltas.
¡Tiempo de cortar el pastel!
Sin perder tiempo utiliza un cuchillo para separar su pedazo, es la costumbre. Posteriormente Arty se encarga de cortar partes milimétricamente iguales para cada uno, el tamaño del postre asegura que todos pueden repetir varias veces. El chico listo prueba la torta y no logra evitar formar una cara de satisfacción, está muy buena.
Esta vez se superaron chicos.
Termina con rapidez y pide otro pedazo, suerte que guardo espacio para lo mejor. Cuando finaliza decide bajar al laboratorio para buscar el premio de Iliaki, es un niño de palabra. Sin darse cuenta parece activar un prototipo, cierta maquina arácnida le observa desde su baliza, no hace nada pero comienza a mirar con cariño la puerta.
Sin caerse…
Iliaki acaba en el suelo por un mal movimiento, es el tipo de cosas que genera un pastel enorme. Sorpresivamente la elfa termina consiguiendo su monóculo, ha ganado con todas las de la ley. Maquiavelo tendrá que buscar algún premio acorde en el almacén pero eso será después de soplar las velas.
Llega el momento más esperado, todos se preparan a su manera. Arty comienza a entonar una extraña canción que nadie reconoce, sin duda tiene algo raro flotando en su memoria. Dem se encarga de orientar con letras mágicas aunque al final todos interpretan su propia versión.
Pronto alcanzan el clímax, tiempo de soplar las velas. El pequeño inventor se acerca a su compañero y termina la tradición, pide un deseo como es costumbre… quizás más de uno. Las felicitaciones no se hacen esperar y la primera en manifestarse es la niña del vestido, dicha señorita le propina un beso en la mejilla al cumpleañero, este último se sonroja y agradece con una sonrisa.
Dejando atrás el momento extraño la segunda en presentarse es Arygos, emite un comentario gracioso que despierta la mente del chico. Envejecer puede traer problemas agregados pero es algo que por primera vez no considera terrible… seguramente mañana cambiara de opinión pero no se puede exigir demasiado.
Todavía falta, aun me quedan muchos vuelos jeje.
Los gorriones también expresan sus buenos deseos, Chimar alborota el cabello de cada uno como respuesta, incluso a Ralphy. Son sus hermanos ahora y les tiene mucho cariño, después de todo sigue siendo un enano. Es sorprendente que luego de quedar huérfano lograra conseguir una familia tan peculiar, el mundo da muchas vueltas.
¡Tiempo de cortar el pastel!
Sin perder tiempo utiliza un cuchillo para separar su pedazo, es la costumbre. Posteriormente Arty se encarga de cortar partes milimétricamente iguales para cada uno, el tamaño del postre asegura que todos pueden repetir varias veces. El chico listo prueba la torta y no logra evitar formar una cara de satisfacción, está muy buena.
Esta vez se superaron chicos.
Termina con rapidez y pide otro pedazo, suerte que guardo espacio para lo mejor. Cuando finaliza decide bajar al laboratorio para buscar el premio de Iliaki, es un niño de palabra. Sin darse cuenta parece activar un prototipo, cierta maquina arácnida le observa desde su baliza, no hace nada pero comienza a mirar con cariño la puerta.
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Re: Años de enano [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
¡Larga vida les concedan los dioses, por todas las leyes que la naturaleza nos pueda brindar! Había visto las fiestas, las había sentido en carne propia, pero claro, esta era la primera a la que era invitada, comer del plato principal del festejado. Todos se zampan sobre su rebanada y mastican varios bollos más a la vez. Oh, me pregunto en dónde estaré mañana a esta misma hora ¡Seguro que recordando con deleite el día de hoy!
Las velas se han apagado, y el dulce berreo de los invitados llenó el ambiente de una sola frase que incluso se podía respirar: Feliz Cumpleaños, Chim. Qué afortunados son algunos, solamente más por saber el día en que nacieron. ¿Cuántos en esta tierra saben en qué día vinieron a este mundo? ¿Acaso sólo en Lunargenta se hace cuenta? He escuchado que en Sandorai se utiliza un calendario lunar. Increíble.
La elfilla continuaba masticando, cada vez más lento, deteniéndose a saborear cada bocado, pues con cada grado que el sol bajaba hacia el poniente, ella se daba cuenta que el festejo terminaría en cualquier momento. Por primera vez le estaba dando importancia al flujo del tiempo.
Ya algunos haces de luz se infiltraban oblicuos por las rendijas de las ventanas, iluminando algunos rincones de la casa que entonces se hallaban más oscuros, obligando al pequeño vampiro que se encontraba ahí a moverse de su sitio. El resto simplemente cambiaba de sitio, pues la luz que incidía sobre sus ojos llegaba a irritar a algunos más que otros. Iliaki, por supuesto, no fue la excepción.
Con plato en mano, devorando ya su tercera ración de pastel, se movió hacia un corto pasillo que escondía una puerta abierta. Unos brillantes ojos metálicos comenzaron a acecharla. Llena de intriga, Iliaki preguntó al pequeño inventor:
- O- oye, ¿Qué haces?… - dijo señalando temblorosamente mientras asomaba ligeramente sus narices en el marco - ¡Esa, esa, esa, esa cosa! ¡¿Qué es eso?!
Tomando la carrera de su vida, comenzó a correr despavoridamente, tomando las primeras escaleras que encontró como vía de escape. Con grandes ansias de libertad, de jugar o quizá de asesinar, una compleja maquinaria comenzabó a trepar las paredes buscando atrapar a la ladronzuela, armando gran escándalo en la persecución.
- ¡Chimaaaaaaaaaar! - gritaba angustiosa la elfina, corriendo incluso más que cuando la guardia se disponía a atraparla o cuando seres salvajes intentaban cazarla. - ¡Haz algo, ayudaaaaaaa!
Movida por el miedo, el instinto la había obligado a subirse a una de las estanterías del piso superior, tirando tarros, libros y demás papiros con tal de encontrar un apoyo en su escalada a la cima. Mala elección.
Las ágiles patas mecánicas había encontrado un terreno más fácil para llegar a ella. Lentamente, se puso delante de su presa, moviendo sus patas hasta su cara. Observando su triste final, la elfilla aceptó su sacrificio por un festejo digno.
Fue entonces cuando algunas otras voces y llamados se escucharon, llamando la atención del arácnido. Dejando a su víctima, se movió rápidamente a buscar el origen de aquellos sonidos.
Las velas se han apagado, y el dulce berreo de los invitados llenó el ambiente de una sola frase que incluso se podía respirar: Feliz Cumpleaños, Chim. Qué afortunados son algunos, solamente más por saber el día en que nacieron. ¿Cuántos en esta tierra saben en qué día vinieron a este mundo? ¿Acaso sólo en Lunargenta se hace cuenta? He escuchado que en Sandorai se utiliza un calendario lunar. Increíble.
La elfilla continuaba masticando, cada vez más lento, deteniéndose a saborear cada bocado, pues con cada grado que el sol bajaba hacia el poniente, ella se daba cuenta que el festejo terminaría en cualquier momento. Por primera vez le estaba dando importancia al flujo del tiempo.
Ya algunos haces de luz se infiltraban oblicuos por las rendijas de las ventanas, iluminando algunos rincones de la casa que entonces se hallaban más oscuros, obligando al pequeño vampiro que se encontraba ahí a moverse de su sitio. El resto simplemente cambiaba de sitio, pues la luz que incidía sobre sus ojos llegaba a irritar a algunos más que otros. Iliaki, por supuesto, no fue la excepción.
Con plato en mano, devorando ya su tercera ración de pastel, se movió hacia un corto pasillo que escondía una puerta abierta. Unos brillantes ojos metálicos comenzaron a acecharla. Llena de intriga, Iliaki preguntó al pequeño inventor:
- O- oye, ¿Qué haces?… - dijo señalando temblorosamente mientras asomaba ligeramente sus narices en el marco - ¡Esa, esa, esa, esa cosa! ¡¿Qué es eso?!
Tomando la carrera de su vida, comenzó a correr despavoridamente, tomando las primeras escaleras que encontró como vía de escape. Con grandes ansias de libertad, de jugar o quizá de asesinar, una compleja maquinaria comenzabó a trepar las paredes buscando atrapar a la ladronzuela, armando gran escándalo en la persecución.
- ¡Chimaaaaaaaaaar! - gritaba angustiosa la elfina, corriendo incluso más que cuando la guardia se disponía a atraparla o cuando seres salvajes intentaban cazarla. - ¡Haz algo, ayudaaaaaaa!
Movida por el miedo, el instinto la había obligado a subirse a una de las estanterías del piso superior, tirando tarros, libros y demás papiros con tal de encontrar un apoyo en su escalada a la cima. Mala elección.
Las ágiles patas mecánicas había encontrado un terreno más fácil para llegar a ella. Lentamente, se puso delante de su presa, moviendo sus patas hasta su cara. Observando su triste final, la elfilla aceptó su sacrificio por un festejo digno.
Fue entonces cuando algunas otras voces y llamados se escucharon, llamando la atención del arácnido. Dejando a su víctima, se movió rápidamente a buscar el origen de aquellos sonidos.
Iliaki
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Re: Años de enano [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
Después de felicitar al niño wapo por su cumpleaños me aparté para que los demás hicieran lo mismo, esperé que todos lo saludaran y llegara a mis manos un pedazo de pastel repartido por uno de los chicos que estaba en la fiesta.
La torta se veía realmente deliciosa, muy esponjosa y cremosa, llena de mucha azúcar y colores.
Me quedé mirando al infinito mientras pensaba en lo interesante que había sido asistir a un cumpleaños, mis cumpleaños habían resultado un poco diferentes, pero siempre recibía algún lindo regalo de mi papi. Seguí con la mirada perdida y en eso escuché una voz conocida. Se trataba de la chica reptil, la escamosita graciosa. Me saludó e hizo la cara de pez que yo le había hecho alguna vez. No pude evitar reírme y como se veía tan tierna la abracé fuerte tratando de que aquella maniobra no hiciera que mi pedacito de torta se cayera al piso.
-¿Te han dicho que eres muy tierna?- le pregunté aún abrazandola por hacer ese gesto tan bonito con la boquita.-Sí, creo que es primera vez que VOY, a un cumpleaños. A mí mi papito me había celebrado cada añito de vida y yo le celebraba el de él, pero no íbamos a ningún lado, siempre estábamos juntos- hablar de mis experiencias con mi papá me hicieron preguntarme dónde estaría ahora, esperaba que no se encontrase en problemas otra vez. -Ojalá esté bien- pensé.
-¡Pelusa!- le dije regañándolo, al parecer a mi pequeño peludo le gustaba comerse la cola de la chica.
Luego de eso algo extraño pasaba, uno de los invitados gritaba… me asusté al principio, pero al final terminó por darme risa. -Esa chica está loca… quiero conocerla-
La torta se veía realmente deliciosa, muy esponjosa y cremosa, llena de mucha azúcar y colores.
Me quedé mirando al infinito mientras pensaba en lo interesante que había sido asistir a un cumpleaños, mis cumpleaños habían resultado un poco diferentes, pero siempre recibía algún lindo regalo de mi papi. Seguí con la mirada perdida y en eso escuché una voz conocida. Se trataba de la chica reptil, la escamosita graciosa. Me saludó e hizo la cara de pez que yo le había hecho alguna vez. No pude evitar reírme y como se veía tan tierna la abracé fuerte tratando de que aquella maniobra no hiciera que mi pedacito de torta se cayera al piso.
-¿Te han dicho que eres muy tierna?- le pregunté aún abrazandola por hacer ese gesto tan bonito con la boquita.-Sí, creo que es primera vez que VOY, a un cumpleaños. A mí mi papito me había celebrado cada añito de vida y yo le celebraba el de él, pero no íbamos a ningún lado, siempre estábamos juntos- hablar de mis experiencias con mi papá me hicieron preguntarme dónde estaría ahora, esperaba que no se encontrase en problemas otra vez. -Ojalá esté bien- pensé.
-¡Pelusa!- le dije regañándolo, al parecer a mi pequeño peludo le gustaba comerse la cola de la chica.
Luego de eso algo extraño pasaba, uno de los invitados gritaba… me asusté al principio, pero al final terminó por darme risa. -Esa chica está loca… quiero conocerla-
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Re: Años de enano [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
Todo el asunto del pastel, el canto y todas esas jugadas en que había colaborado a Artyhom habían resultado un éxito. Aunque no tods habían cantado a la perfección, se había entendido el mensaje. Si lo pensaba, resultaba muy bonito eso de los cumpleaños al estilo Artyhom, aunque ciertamente era necesario recolectar bastante dinero para hacer uno.
Una vez que todos dieron su saludo correspondiente a Chimar debian se dio a la tarea de reducir la comida. El pastel sabía bien, una vez fue repartido, cargado de dulce con otros gustos inusuales. Por algún motivo a Demian le parecía que comerse un trozo de eso daba más energía que un plato completo de comida. Aún así, no era momento de ponerse tímido con la reducción de alimentos en las mesas.
Esperó un tiempo prudente, ocupado comiendo, pero finalmente no podía seguir postergando lo inevitable. Por incómodo que fuera realizar tales actos de naturaleza social, le correspondía dar los saludos de protocolo al festejado. Arty incluso se lo recordó a su manera, con datos precisos sobre por qué era una parte necesaria de una celebración. "De lo contrario no es diferente a simplemente comer" había explicado el androide.
Demian se acercó a su amigo y compañero de tantas aventuras y carraspeó un momento para conseguir su atención. Por un instante hizo un repaso mental de todo lo que habían vivido juntos, como compañeros gorriones. Hacer amigos era tan distinto a aquello para lo que había sido entrenado.
—Chim... —comenzó a decir —, emmm... pues... m-mu-muchas felicit-taciones por estar un añ-ño más sin morir —le dijo.
Acto seguido, extendió su mano para darle un apretón a la de su compañero.
Lamentablemente, o más bien para suerte de Demian que no era muy de ese tipo de momentos, una conmoción vino a poner pronto término a los intercambios protocolares. Parecía que alguien estaba en problemas de algún tipo, aunque Demian no acababa de comprender realmente qué ocurría.
Por supuesto, actuó de la manera acorde a cualquier conmoción inesperada para alguien como él... sacó sus dagas y se puso en posición de combate.
Una vez que todos dieron su saludo correspondiente a Chimar debian se dio a la tarea de reducir la comida. El pastel sabía bien, una vez fue repartido, cargado de dulce con otros gustos inusuales. Por algún motivo a Demian le parecía que comerse un trozo de eso daba más energía que un plato completo de comida. Aún así, no era momento de ponerse tímido con la reducción de alimentos en las mesas.
Esperó un tiempo prudente, ocupado comiendo, pero finalmente no podía seguir postergando lo inevitable. Por incómodo que fuera realizar tales actos de naturaleza social, le correspondía dar los saludos de protocolo al festejado. Arty incluso se lo recordó a su manera, con datos precisos sobre por qué era una parte necesaria de una celebración. "De lo contrario no es diferente a simplemente comer" había explicado el androide.
Demian se acercó a su amigo y compañero de tantas aventuras y carraspeó un momento para conseguir su atención. Por un instante hizo un repaso mental de todo lo que habían vivido juntos, como compañeros gorriones. Hacer amigos era tan distinto a aquello para lo que había sido entrenado.
—Chim... —comenzó a decir —, emmm... pues... m-mu-muchas felicit-taciones por estar un añ-ño más sin morir —le dijo.
Acto seguido, extendió su mano para darle un apretón a la de su compañero.
Lamentablemente, o más bien para suerte de Demian que no era muy de ese tipo de momentos, una conmoción vino a poner pronto término a los intercambios protocolares. Parecía que alguien estaba en problemas de algún tipo, aunque Demian no acababa de comprender realmente qué ocurría.
Por supuesto, actuó de la manera acorde a cualquier conmoción inesperada para alguien como él... sacó sus dagas y se puso en posición de combate.
Demian
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Re: Años de enano [Interpretativo] [Libre] [Cerrado]
El abrazo de la pequeña me tomo desprevenida, y le di un par de palmaditas en la espalda mientras le devolvía el gesto de forma suave. Sin embargo, ese gesto amable se vió rápidamente opacado por su mascota y su odiosa manía de mordisquearme la cola. Ese aion lucia cada vez mas apetitoso.
El grito de otro de los invitados hizo que el resto de nosotros nos moviéramos cual marea, yo, intentando no chocar con nadie quedé en el final de la marabunta viendo desfilar ante mis narices una hilera de pastel de cumpleaños y bollería mas larga de la que mi delicado estomago podía soportar. Viendo que el resto de invitados ya estaban tomando cartas en el asunto, y que aquello me estaba superando en todos los sentidos empecé a retirarme.
Ya le ahbía entregado a Chimar su regalo, le había cantado una extraña canción, y había jugado a la búsqueda del monóculo, consideraba mi experiencia rica en conocimientos nuevos, y si seguía terminaría tan liada que me costaría hasta analizar esa extraña festividad.
Una ultima cosa me empujaba hasta la puerta, y es que era notablemente mas mayor que la mayoría de invitados y sentía como si estuviera irrumpiendo en uno de esos juegos especiales de mis hermanos menores, en los que, pese a empeñarme en participar no entendía del todo.
Me acerque a Chimar una vez mas antes de irme, y me incline chocando mi frente con la suya con afecto.
-Felicidades de nuevo. Es tiempo de que me retire.-Me despedí con aquel gesto, y dejé atrás la animada fiesta.
El grito de otro de los invitados hizo que el resto de nosotros nos moviéramos cual marea, yo, intentando no chocar con nadie quedé en el final de la marabunta viendo desfilar ante mis narices una hilera de pastel de cumpleaños y bollería mas larga de la que mi delicado estomago podía soportar. Viendo que el resto de invitados ya estaban tomando cartas en el asunto, y que aquello me estaba superando en todos los sentidos empecé a retirarme.
Ya le ahbía entregado a Chimar su regalo, le había cantado una extraña canción, y había jugado a la búsqueda del monóculo, consideraba mi experiencia rica en conocimientos nuevos, y si seguía terminaría tan liada que me costaría hasta analizar esa extraña festividad.
Una ultima cosa me empujaba hasta la puerta, y es que era notablemente mas mayor que la mayoría de invitados y sentía como si estuviera irrumpiendo en uno de esos juegos especiales de mis hermanos menores, en los que, pese a empeñarme en participar no entendía del todo.
Me acerque a Chimar una vez mas antes de irme, y me incline chocando mi frente con la suya con afecto.
-Felicidades de nuevo. Es tiempo de que me retire.-Me despedí con aquel gesto, y dejé atrás la animada fiesta.
Arygos Valnor
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