Miedo y Magia. [libre] [3/4]

Todavía descontento de la agresiva decisión del hombre, caminaba atravesando la entrada de la casa abandonada. La joven tenía intención de ir a la guardia a denunciar aquel ligero conflicto, por definirlo de una forma sutil. Obviamente, antes de acabar el diálogo sobre ello el joven la recomendó que no nos involucrara en aquella pelea. Aquel maleducado que teníamos por compañero siguió lo que parecía ser su instinto de supervivencia y tras observar la casa y ver lo que parecía ser una vieja chimenea en un amplio salón comenzó a romper muebles de madera y a arrojarlos al interior de la misma, cosa que no debió costarle demasiado porque a saber cuántos años llevaban esos muebles cogiendo polvo. Sinceramente a pesar de su constante actitud arrogante y sus apodos ofensivos ya me comenzaba a acostumbrar a la personalidad de aquel joven, algo que, sin duda, se podría catalogar de hazaña.

Tras acabar de destrozar los pocos bártulos de madera que había, se sentó frente a la chimenea y me pidió, de forma descortés, como era de esperar, que si era un piromántico hiciera el favor de prender fuego al montón. Resoplé esforzándome por no perder la compostura por sus modales y me concentré en la madera. Tras unos minutos una pequeña llama logró destacar entre aquel montón de trozos de mueble y suciedad.

-Parece que ya está, pero no sé hasta qué punto va a mantenerse la llama. Lo más probable es que se consuma con la cantidad de suciedad y polvo aquí presente.-añadí tras limpiar un poco un pequeño sofá con la mano para después sentarme en él.

Ahora, ya que me había podido sentar me paré a observar a la joven. Realmente se había puesto algo nerviosa desde...desde que dije que era un brujo. "¿Acaso tendría algún mal recuerdo con alguien de mi raza? ¿O quizá nos odie de por sí? Debería preguntarla amablemente..."-pensé detenidamente.

Por suerte o por desgracia parece que mi compañero también se había percatado y, obviamente tenía que dirigirse a la muchacha directamente sin ningún tipo de tacto, aún sabiendo que estaba nerviosa. Por fin decidió quitarse la capucha que no había sido capaz de mover hasta ahora, y pude verle el rostro, en el que destacaban algunas quemaduras. Sin hacerle mucho caso a su cara, debido a que sabía de sobra que preguntar no me iba a servir de nada, ya que seguramente me respondería con un "y a ti qué te importa" o algo por el estilo, continué escuchando sin intervenir en la conversación. El muchacho parecía tener gran interés en conocer las causas detalladas de que la joven elfa estuviera por este lugar.

-¿Acaso antes no ha dicho que vivía por aquí? Si eso es cierto, lo único que hace es deambular por la zona en la que reside.-dije mientras la guiñaba un ojo a la muchacha, ya que esta intervención intentaba desviar las preguntas directas de cierto personaje sin tacto.

-Pero... volviendo a la pregunta anterior, es verdad que te veo algo nerviosa desde que dije que era un brujo, que sepas que no sé que tipo de experiencias te han hecho actuar así pero yo no pienso hacerte ningún tipo de daño. Por lo tanto, será mejor que te tranquilices.