La casa inhabitable [Libre] [1/4]
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La casa inhabitable [Libre] [1/4]
Los aventureros nacen todos los días, la curiosidad empieza a abundar en la cabeza de los más inocentes; aves descubiertas, nuevas clasificaciones de plantas, lugares ya explorados y muchos otros que aún faltan por explorar pero que ahora se sabe su existencia. En Aerandir las cosas siempre van mejorando, poco a poco todos conocemos un poquito más del mundo que nos rodea, y a medida que vamos aprendiendo y descubriendo vamos ampliando nuestros horizontes, disminuyendo así la brecha de nuestros límites. Yo nunca he sido una chica muy aventurera, por lo general me he dedicado a tener una vida con estabilidad en las catacumbas y las únicas hazañas que hacía eran por pura curiosidad instantánea, nada para considerarlo como algo frecuente. Pero siempre hay primera vez para todo y en esta ocasión no me podía negar.
En un día como cualquier otro caminando por las oscuras calles en donde reinaba la desgracia, los delitos y la delincuencia tuve la dicha de encontrarme con un hombresito pequeño y rosado de poblado bigote que al parecer me estaba siguiendo desde que vio una pequeña demostración de mis habilidades como bruja. Este hombre regordete y con ojos diminutos me explicó que necesitaba a un grupo de personas para algo importante, era un trabajo de exploración, investigación y recolección; claramente era muy difícil para una o dos personas, se necesitaban distintas habilidades para poder cumplir con éxito aquel cometido, y me propuso participar en el proyecto. Al principio pensaba negarme, pero en cuanto comentó que habría la posibilidad de encontrarse con dificultades mágicas y tal vez unos cuantos rincones estrechos acepté la oferta, no porque fuese atractivo aquello que el hombresito comentó, sino porque más bien la autoestima se me alborotó y pensé que no habría nadie mejor para aquel trabajo. Escuché atenta todas las instrucciones y la información previa al encuentro y me preparé para irme de excursión para los reinos del oeste, santuario de vampiros y un lugar al que no había tenido la posibilidad de visitar con anterioridad. Lo poco que sabía de esas tierras era que la vegetación no era muy verde, excepto en la parte cercana al lago y pude inferir que sería un lugar frío tomando en cuenta que los vampiros no eran muy amigos del sol.
Inicié mi viaje con los recursos que el señor Wulcan había proporcionado para la investigación, al parecer esto era de carácter “importantísimo”, ya que hizo un gasto inmenso en aeros para pagar mi traslado, la comida y otras herramientas que seguro también habían invertido sus socios en conseguir al resto del equipo.
Claro estaba que aquella agrupación de adinerados no nos acompañarían, pero a cambio ofrecían grandes cantidades de aeros si lográbamos investigar de quién era la casa, qué hay en el interior de la misma, cómo pasar al recinto y por último confirmar si los mitos son ciertos.
En un día como cualquier otro caminando por las oscuras calles en donde reinaba la desgracia, los delitos y la delincuencia tuve la dicha de encontrarme con un hombresito pequeño y rosado de poblado bigote que al parecer me estaba siguiendo desde que vio una pequeña demostración de mis habilidades como bruja. Este hombre regordete y con ojos diminutos me explicó que necesitaba a un grupo de personas para algo importante, era un trabajo de exploración, investigación y recolección; claramente era muy difícil para una o dos personas, se necesitaban distintas habilidades para poder cumplir con éxito aquel cometido, y me propuso participar en el proyecto. Al principio pensaba negarme, pero en cuanto comentó que habría la posibilidad de encontrarse con dificultades mágicas y tal vez unos cuantos rincones estrechos acepté la oferta, no porque fuese atractivo aquello que el hombresito comentó, sino porque más bien la autoestima se me alborotó y pensé que no habría nadie mejor para aquel trabajo. Escuché atenta todas las instrucciones y la información previa al encuentro y me preparé para irme de excursión para los reinos del oeste, santuario de vampiros y un lugar al que no había tenido la posibilidad de visitar con anterioridad. Lo poco que sabía de esas tierras era que la vegetación no era muy verde, excepto en la parte cercana al lago y pude inferir que sería un lugar frío tomando en cuenta que los vampiros no eran muy amigos del sol.
Inicié mi viaje con los recursos que el señor Wulcan había proporcionado para la investigación, al parecer esto era de carácter “importantísimo”, ya que hizo un gasto inmenso en aeros para pagar mi traslado, la comida y otras herramientas que seguro también habían invertido sus socios en conseguir al resto del equipo.
Claro estaba que aquella agrupación de adinerados no nos acompañarían, pero a cambio ofrecían grandes cantidades de aeros si lográbamos investigar de quién era la casa, qué hay en el interior de la misma, cómo pasar al recinto y por último confirmar si los mitos son ciertos.
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- Mitos:
La casa Squart, se dice que es una casa maldita en donde no pueden entrar los carentes de conocimiento, en donde en cada rincón hay un misterio y un desafío a la mente.
Supuestamente los dueños eran unos vampiros de clase muy alta, pero tuvieron a un niño que nunca se convirtió en vampiro, así que la leyenda cuenta que a él niño lo enterraron vivo y que aún se oye su respiración agitada.
La hermosa familia estaba conformada por: la mamá, el papá y dos hijos, uno que era el mismísimo mal en persona y el otro un dulce niño que murió enterrado bajo la casa.
Cada integrante de la familia representa en joyas:- Mamá y papá:
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- Hijo de la maldad:
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- Niño:
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Pueden entrar máximo 4 personas más (lo ideal serían 3)
La idea es que sean personajes que tengan profesiones que ayuden
a que el trabajo se complete.
Erudito, Trampas y Venenos, Arcanos, y alguna otra que ustedes consideren...
Lo que sale en el spoiler es algo que todo personaje puede saber antes de empezar.
Pd: el mito que ahí sale no es 100% verdad.
La aventura es descubrir cuál es la verdad de lo que ahí sucedió y sacar los colgantes de la casa,
mientras más sepamos del lugar mejor...
¡Anímense!
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Lo que sale en el spoiler es algo que todo personaje puede saber antes de empezar.
Pd: el mito que ahí sale no es 100% verdad.
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Magazubi
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Re: La casa inhabitable [Libre] [1/4]
El lugar era escalofriante, oscuro, lleno de árboles y una espesa neblina opacaba todo la zona, sin duda alguna el viaje no sería tan fácil para un elfo, en cada paso que daba tenía el presentimiento de que los vampiros estarían al acecho esperando el momento indicado para atacarme y devorarme de una forma cruel y sanguinaria, aunque eso sonaba ridículo, de todas formas debía estar preparado para cualquier cosa, era tierra de vampiros, la oscuridad reinaba en cada rincón, la muerte acompañaba a todo ser viviente fingiendo ser la sombra de ellos, sin duda alguna ese lugar podría ser mi último camino, el ocaso de mi existencia, la tumba de mi alma… O tal vez no.
Por otro lado, no tenía que preocuparme tanto, pues no me encontraba solo, contaba con la compañía de Asgeir, un socio de un tal Wulcan quien quería que se realizara una investigación, él me guiaba hacia una casa abandonada donde los misterios eran abundantes, habían varios mitos que narraban la historia de ese lugar y todos parecían ser cuentos para asustar a los niños y llamar a los cazadores de tesoros, pero la aventura, el descubrimiento y los peligros que me tocaría atravesar no me importaban, solo quería los aeros con los que podría comprar mucha comida, sobre todo biusas verdes, aunque me conformaba con comprar una gran cantidad de dulces de chocolate, por comida estaría dispuesto a hacer cualquier cosa, incluso caminar por la oscuridad del mismo abismo de la muerte.
Durante la caminata que parecía ser eterna, Asgeir me explica con detalle los posibles peligros que me esperaban en la casa abandonada y que me tocaría hacer equipo con otros aventureros que jugarían un papel muy importante durante la investigación, incluso se podría decir que todos harían más cosas que yo que solo tenía una escasa habilidad como herrero, sin embargo, si era necesario resolver algún acertijo pues de eso podría encargarme, siempre y cuando dicho acertijo no requiera de una gran capacidad intelectual, pero aun así me sentía como un inútil.
Después de un rato, todavía no llegábamos a nuestro destino, a cada minuto le preguntaba a Asgeir si sabía cuál era el camino y él afirmaba que con su conocimiento jamás nos perderíamos, pero nada podía probar que sus afirmaciones fueran ciertas, entonces esperé que él tuviera la razón.
Una hora pasó y todavía seguíamos caminando, no habíamos encontrado la casa pero por lo menos logré perder mi miedo al lugar, sin embargo, Asgeir cada vez se notaba más nervioso, más inseguro de sí mismo, hasta que en un punto perdió todas sus esperanzas y decidió confesar que no tenía ni la menor idea de dónde nos encontrábamos. De inmediato me provocó matarlo por haberme hecho perder valioso tiempo de mi vida y por dejarnos en medio de un lugar peligroso, pero algo me detuvo de asesinarlo, al lado de nosotros se encontraba nuestro destino. Asgeir se alegró tanto que corrió hacia la casa casi saltando, y detrás de él caminé manteniendo la calma, pero siendo honesto, también quería saltar de la alegría.
Lo sorprendente era que no había más nadie cerca, éramos los primeros en llegar gracias a que partimos desde muy temprano hacia la casa, así que mientras esperaba a los demás decidí reposar al lado de un árbol mientras que no dejaba de pensar en cómo serían mis compañeros.
Por otro lado, no tenía que preocuparme tanto, pues no me encontraba solo, contaba con la compañía de Asgeir, un socio de un tal Wulcan quien quería que se realizara una investigación, él me guiaba hacia una casa abandonada donde los misterios eran abundantes, habían varios mitos que narraban la historia de ese lugar y todos parecían ser cuentos para asustar a los niños y llamar a los cazadores de tesoros, pero la aventura, el descubrimiento y los peligros que me tocaría atravesar no me importaban, solo quería los aeros con los que podría comprar mucha comida, sobre todo biusas verdes, aunque me conformaba con comprar una gran cantidad de dulces de chocolate, por comida estaría dispuesto a hacer cualquier cosa, incluso caminar por la oscuridad del mismo abismo de la muerte.
Durante la caminata que parecía ser eterna, Asgeir me explica con detalle los posibles peligros que me esperaban en la casa abandonada y que me tocaría hacer equipo con otros aventureros que jugarían un papel muy importante durante la investigación, incluso se podría decir que todos harían más cosas que yo que solo tenía una escasa habilidad como herrero, sin embargo, si era necesario resolver algún acertijo pues de eso podría encargarme, siempre y cuando dicho acertijo no requiera de una gran capacidad intelectual, pero aun así me sentía como un inútil.
Después de un rato, todavía no llegábamos a nuestro destino, a cada minuto le preguntaba a Asgeir si sabía cuál era el camino y él afirmaba que con su conocimiento jamás nos perderíamos, pero nada podía probar que sus afirmaciones fueran ciertas, entonces esperé que él tuviera la razón.
Una hora pasó y todavía seguíamos caminando, no habíamos encontrado la casa pero por lo menos logré perder mi miedo al lugar, sin embargo, Asgeir cada vez se notaba más nervioso, más inseguro de sí mismo, hasta que en un punto perdió todas sus esperanzas y decidió confesar que no tenía ni la menor idea de dónde nos encontrábamos. De inmediato me provocó matarlo por haberme hecho perder valioso tiempo de mi vida y por dejarnos en medio de un lugar peligroso, pero algo me detuvo de asesinarlo, al lado de nosotros se encontraba nuestro destino. Asgeir se alegró tanto que corrió hacia la casa casi saltando, y detrás de él caminé manteniendo la calma, pero siendo honesto, también quería saltar de la alegría.
Lo sorprendente era que no había más nadie cerca, éramos los primeros en llegar gracias a que partimos desde muy temprano hacia la casa, así que mientras esperaba a los demás decidí reposar al lado de un árbol mientras que no dejaba de pensar en cómo serían mis compañeros.
Rauko
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Re: La casa inhabitable [Libre] [1/4]
Nos acercábamos al lugar de encuentro, sería justo en la entrada de aquella casa llena de mitos y misterios por rebelar. Pelusa y yo estábamos muy emocionados, ya estábamos entrando en el terreno de exploración y sabíamos que incluso cualquier cosa en el perímetro podría ser importante, así que antes de fijarnos en nuestros compañeros me dediqué a pasar la mirada por mis alrededores para tener una especie de mapa mental que me asegurara de algún peligro.
Por lo general en las salidas en donde había tenido la oportunidad de estar con Pelusa este había significado un pequeño retraso en todos mis planes, pero también era un pequeño recordatorio para darle valor a mi vida, - si yo no estaría para ayudar mi aionsito ¿quién lo ayudaría?- pensé mientras mi mirada ahora se posaba sobre una capa negra que ondulaba en el viento con un aire heroico; luego volteé hacía el otro lado y vi a un chico de cabello blanco que reposaba en un árbol con una expresión que aparentaba ser de “estoy pensando, no me molesten”. Una de las comisuras de mi labio se elevó levemente dejando escapar una leve expresión de agrado y me acerqué para el encuentro. Nos dejaron a cada uno una pequeña bolsa con algunos materiales que probablemente podríamos necesitar dentro de la casa. En la bolsa del chico había un espejo, una lupa, una pequeña daga, comida suficiente para un día y unos dientes de ajo, supuestamente para alejar malas energías. En el saco que le entregaron a la chica habían tres libros no muy pesados, agua suficiente para el día y algunos frascos de especias raras de herbología. Y en mi bolsa había un diario vacío, tinta con altas conducciones mágicas, una hoja de papel de la verdad y suministros extras para pasar la noche en aquella casa. Eso y nuestra mente serían nuestras armas lo que quedaba del día y lo que restaba de la noche.
No tardaron mucho en irse los socios, ya que la situación sería “muy peligrosa”, así que con tranquilidad me sentí con menos responsabilidades encima. Al alejarme de nuestros proveedores me presenté con los demás integrantes del grupo diciendo mi nombre y comentándoles que si lo íbamos a lograr. Ayudaríamos a los vampiros a desmentir sus mitos extraños.
-Buenas, mi nombre es Magita... y él es mi aionsito llamado Pelusa- les digo amablemente. La chica se limitó a hacer un gesto afirmativo y a olvidar mencionar su nombre.
Sin que yo tuviese mucho tiempo de meditar lo que estaba pasando escuché un trabalenguas por parte de aquella joven algún otro idioma.
-¡Vengan!- dijo ella de forma amable dirigiéndose a la entrada principal de la casa.
Me quedé impresionada viendo aquellas columnas hechas de piedra y me quede mirando aquel pequeño libro rojo que la mujer había hallado cerca de uno de los agujeros de ventana de la casa.
- Yo soy un monstruo o estoy vivo. Si mis papás no me quieren, entonces yo no estoy vivo. ¿Por lo tanto yo soy un monstruo o mis papás me quieren?- pronunció lentamente la muchacha. -¡Esto es lógica pura! ¿Alguno sabe quiere intentar descifrar lo que dice?- preguntó mientras seguía leyendo las inscripciones que habían en algunas de las páginas... al parecer alguien había estado escribiendo una especie de diario y preguntas acerca de sí mismo en otro idioma en aquel cuadernito rojo.
-Eso creo que nos podría dar alguna información- le contesté tratando de reordenar las oraciones que ella había dicho – Sin embargo creo que deberíamos pasar a ver el interior de la casa y luego nos encargamos de lo demás. La prioridad ahorita debe ser conseguir los collares de los familiares... es lo que mas vale para nuestros inversionistas.-
-¿Qué?- dijo la chica que al parecer me había ignorado por completo por estar concentrada metida en el texto que había descubierto. Yo suspiré sin ánimos de decirle más nada y me resigné a que ella siguiera viendo que conseguía.
Por lo general en las salidas en donde había tenido la oportunidad de estar con Pelusa este había significado un pequeño retraso en todos mis planes, pero también era un pequeño recordatorio para darle valor a mi vida, - si yo no estaría para ayudar mi aionsito ¿quién lo ayudaría?- pensé mientras mi mirada ahora se posaba sobre una capa negra que ondulaba en el viento con un aire heroico; luego volteé hacía el otro lado y vi a un chico de cabello blanco que reposaba en un árbol con una expresión que aparentaba ser de “estoy pensando, no me molesten”. Una de las comisuras de mi labio se elevó levemente dejando escapar una leve expresión de agrado y me acerqué para el encuentro. Nos dejaron a cada uno una pequeña bolsa con algunos materiales que probablemente podríamos necesitar dentro de la casa. En la bolsa del chico había un espejo, una lupa, una pequeña daga, comida suficiente para un día y unos dientes de ajo, supuestamente para alejar malas energías. En el saco que le entregaron a la chica habían tres libros no muy pesados, agua suficiente para el día y algunos frascos de especias raras de herbología. Y en mi bolsa había un diario vacío, tinta con altas conducciones mágicas, una hoja de papel de la verdad y suministros extras para pasar la noche en aquella casa. Eso y nuestra mente serían nuestras armas lo que quedaba del día y lo que restaba de la noche.
No tardaron mucho en irse los socios, ya que la situación sería “muy peligrosa”, así que con tranquilidad me sentí con menos responsabilidades encima. Al alejarme de nuestros proveedores me presenté con los demás integrantes del grupo diciendo mi nombre y comentándoles que si lo íbamos a lograr. Ayudaríamos a los vampiros a desmentir sus mitos extraños.
-Buenas, mi nombre es Magita... y él es mi aionsito llamado Pelusa- les digo amablemente. La chica se limitó a hacer un gesto afirmativo y a olvidar mencionar su nombre.
Sin que yo tuviese mucho tiempo de meditar lo que estaba pasando escuché un trabalenguas por parte de aquella joven algún otro idioma.
-¡Vengan!- dijo ella de forma amable dirigiéndose a la entrada principal de la casa.
Me quedé impresionada viendo aquellas columnas hechas de piedra y me quede mirando aquel pequeño libro rojo que la mujer había hallado cerca de uno de los agujeros de ventana de la casa.
- Yo soy un monstruo o estoy vivo. Si mis papás no me quieren, entonces yo no estoy vivo. ¿Por lo tanto yo soy un monstruo o mis papás me quieren?- pronunció lentamente la muchacha. -¡Esto es lógica pura! ¿Alguno sabe quiere intentar descifrar lo que dice?- preguntó mientras seguía leyendo las inscripciones que habían en algunas de las páginas... al parecer alguien había estado escribiendo una especie de diario y preguntas acerca de sí mismo en otro idioma en aquel cuadernito rojo.
-Eso creo que nos podría dar alguna información- le contesté tratando de reordenar las oraciones que ella había dicho – Sin embargo creo que deberíamos pasar a ver el interior de la casa y luego nos encargamos de lo demás. La prioridad ahorita debe ser conseguir los collares de los familiares... es lo que mas vale para nuestros inversionistas.-
-¿Qué?- dijo la chica que al parecer me había ignorado por completo por estar concentrada metida en el texto que había descubierto. Yo suspiré sin ánimos de decirle más nada y me resigné a que ella siguiera viendo que conseguía.
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Re: La casa inhabitable [Libre] [1/4]
El día continuaba su curso y Asgeir todavía se encontraba feliz por haber encontrado la casa, tal vez él era nuevo en su trabajo y era la primera vez que caminaba por esos lados tan oscuros y sombríos de Aerandir -Te felicito por tu logro, pero ¿Sabes cómo volver a casa?- Le pregunté a Asgeir para terminar con su felicidad, él al escuchar mis palabras llevó sus manos a su cabeza como muestra de frustración sin decir nada, me sentí un poco culpable por cambiar su ánimo, pero era necesario, él estaba haciendo demasiado escándalo mientras celebraba y lo ideal era estar en silencio para no llamar la atención de cualquier depredador, sin embargo, había sido demasiado tarde para eso, ya que segundos después se logró escuchar unos pasos acercándose -(¿Serán vampiros? ¿Les gustará la sangre de elfos? ¿Podré huir mientras se comen a Asgeir?)- Formulé varias preguntas en mi mente sin poder obtener alguna respuesta convincente, pero la preocupación fue en vano, tan solo se trataba de los otros compañeros que me ayudarían en la exploración… O mejor dicho, a quienes tendría que ofrecerles mi ayuda para la exploración.
Asgeir anteriormente me había comentado sobre quienes serían las otras personas que fueron contratadas por Wulcan y me había hecho una idea de cómo sería la apariencia que tendrían ellos, pero nunca me hubiera imaginado que me tocaría trabajar con una niña. En el momento no creí que realmente sería una aventurera, así que me planteé otras posibilidades que justificaran su presencia -(¿Se habrá perdido? ¿Acaso será una vampiresa que tiene hambre de elfos? ¿Qué clase de criatura es eso que la acompaña?)- Pensaba sin saber realmente que era la cosa peluda que acompañaba a la pequeña ¿Sería una mascota? Si era así ¿Por qué traería una mascota a un lugar peligroso? Por el momento yo no era capaz de entender algunas cosas, y eso me preocupaba, si no podía entender cosas tan sencillas ¿Cómo resolvería los acertijos dentro de la enorme casa?
Dejando de una lado todas las interrogantes y pensamientos inútiles, caminé hacia el punto donde todos se estaban reuniendo, pero no sin antes ser detenido por Asgeir -Antes de que entres a ese lugar…- Me dijo para luego entregarme un pequeño bolso que contenía algunos instrumentos -Esto te servirá, ahí dentro hay un espejo, una lupa, una pequeña daga, comida suficiente para un día y, lo más importante, unos dientes de ajo, ya sabes, para alejar las malas energías. Eso es todo, ahora aprovecharé que los otros socios de Wulcan están aquí para irme con ellos, suerte ahí dentro- Comentó Asgeir para luego estrechar mi mano y finalmente marcharse.
Una vez que solo quedamos los que se aventurarían dentro de la casa me acerqué a las chicas para decir mi nombre y hacer todas esas cosas de buenos modales, pero antes de poder decir alguna palabra la pequeña niña de una forma muy cortés se presentó, sin duda alguna no parecía ser una luchadora, sin embargo, la otra mujer parecía estar preparada para luchar contra todo un ejército, pero no parecía importarle en lo absoluto saber quiénes éramos nosotros, lo que me disgustó un poco, todavía no tenía muy claro quién era el líder del grupo o cómo se tomarían las decisiones, pero era necesario que todos se presentaran y dijeran cuáles eran sus cualidades para que estuviéramos al tanto de las habilidades y limitaciones del grupo -Yo soy Rauko, puedo curarlos de cualquier herida y a pesar de mi apariencia también soy bueno en combate- Comenté con cordialidad tratando de que la mujer también se animara a presentarse, pero ella solo estaba concentrada en el escrito de un libro que había conseguido.
Aquella mujer estaba tan concentrada leyendo los textos del libro que ni siquiera escuchaba la voz de la pequeña chica, cada vez me irritaba más su actitud, si ella era la líder, entonces estaríamos en problemas. Por otro lado, ella había conseguido un acertijo que tal vez podría ser de utilidad en el futuro, pero la respuesta no pasaba por mi cabeza, por lo tanto, era necesario obtener más información para resolverlo, y dicha información posiblemente estaría dentro del lugar a explorar -Mientras deciden qué hacer, yo entraré a la casa, así me aseguraré de que sea seguro para ustedes- Dije para luego desenvainar mi espada y caminar hasta la hasta el interior de la casa con todo el cuidado posible. Aunque no parecía debido a mi gran habilidad para ocultar mis verdaderos sentimientos, yo me encontraba aterrado por lo que me podría encontrar y deseaba que alguien me detuviera.
Asgeir anteriormente me había comentado sobre quienes serían las otras personas que fueron contratadas por Wulcan y me había hecho una idea de cómo sería la apariencia que tendrían ellos, pero nunca me hubiera imaginado que me tocaría trabajar con una niña. En el momento no creí que realmente sería una aventurera, así que me planteé otras posibilidades que justificaran su presencia -(¿Se habrá perdido? ¿Acaso será una vampiresa que tiene hambre de elfos? ¿Qué clase de criatura es eso que la acompaña?)- Pensaba sin saber realmente que era la cosa peluda que acompañaba a la pequeña ¿Sería una mascota? Si era así ¿Por qué traería una mascota a un lugar peligroso? Por el momento yo no era capaz de entender algunas cosas, y eso me preocupaba, si no podía entender cosas tan sencillas ¿Cómo resolvería los acertijos dentro de la enorme casa?
Dejando de una lado todas las interrogantes y pensamientos inútiles, caminé hacia el punto donde todos se estaban reuniendo, pero no sin antes ser detenido por Asgeir -Antes de que entres a ese lugar…- Me dijo para luego entregarme un pequeño bolso que contenía algunos instrumentos -Esto te servirá, ahí dentro hay un espejo, una lupa, una pequeña daga, comida suficiente para un día y, lo más importante, unos dientes de ajo, ya sabes, para alejar las malas energías. Eso es todo, ahora aprovecharé que los otros socios de Wulcan están aquí para irme con ellos, suerte ahí dentro- Comentó Asgeir para luego estrechar mi mano y finalmente marcharse.
Una vez que solo quedamos los que se aventurarían dentro de la casa me acerqué a las chicas para decir mi nombre y hacer todas esas cosas de buenos modales, pero antes de poder decir alguna palabra la pequeña niña de una forma muy cortés se presentó, sin duda alguna no parecía ser una luchadora, sin embargo, la otra mujer parecía estar preparada para luchar contra todo un ejército, pero no parecía importarle en lo absoluto saber quiénes éramos nosotros, lo que me disgustó un poco, todavía no tenía muy claro quién era el líder del grupo o cómo se tomarían las decisiones, pero era necesario que todos se presentaran y dijeran cuáles eran sus cualidades para que estuviéramos al tanto de las habilidades y limitaciones del grupo -Yo soy Rauko, puedo curarlos de cualquier herida y a pesar de mi apariencia también soy bueno en combate- Comenté con cordialidad tratando de que la mujer también se animara a presentarse, pero ella solo estaba concentrada en el escrito de un libro que había conseguido.
Aquella mujer estaba tan concentrada leyendo los textos del libro que ni siquiera escuchaba la voz de la pequeña chica, cada vez me irritaba más su actitud, si ella era la líder, entonces estaríamos en problemas. Por otro lado, ella había conseguido un acertijo que tal vez podría ser de utilidad en el futuro, pero la respuesta no pasaba por mi cabeza, por lo tanto, era necesario obtener más información para resolverlo, y dicha información posiblemente estaría dentro del lugar a explorar -Mientras deciden qué hacer, yo entraré a la casa, así me aseguraré de que sea seguro para ustedes- Dije para luego desenvainar mi espada y caminar hasta la hasta el interior de la casa con todo el cuidado posible. Aunque no parecía debido a mi gran habilidad para ocultar mis verdaderos sentimientos, yo me encontraba aterrado por lo que me podría encontrar y deseaba que alguien me detuviera.
Rauko
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Re: La casa inhabitable [Libre] [1/4]
El joven que se había presentado como Rauko quiso tomar la delantera para adentrarse al lugar, lo que hizo que me alertara y apresurara mis pasitos detrás de él, no quería quedarme solita en la entrada y menos cuando había mucho trabajo por hacer. La otra compañera que aún no se había presentado cerró el libro con lentitud y lo metió en su bolsa junto a los otros libros que había recibido para la realización efectiva de aquel trabajo; sin apresurarse por seguirnos el paso ella caminaba con lentitud por la entrada, al parecer sabía que ni Rauko ni yo íbamos a llegar muy lejos, ya que unos cuantos centímetros dentro del recinto había una puerta de madera muy gruesa cerrada con una herradura que tenía aspecto complejo y a demás tenía una enredadera de raíces encima de aquella puerta.
-Este es sólo el primer obstáculo- pronunció la chica – Me llamo Mónica Claus, ex profesora de herbología en la escuela de magia básica, luego dediqué mi vida al estudio de los lugares más misteriosos y las lenguas más extrañas... y con respecto al combate, sólo me defiendo, pero créeme que será suficiente para estudiar la casa Squart- le guiñó el ojo a Rauko -¿Qué tienes tú para nosotros Pequeña? ¿Y... por qué te trajiste a ese adorable animalito? - dijo volteando a verme intentando ser amable, pero en su expresión se notaba que le preocupaba que Pelusa fuera otro obstáculo.
- Telequinesis avanzada y dominio de unas cuantas runas- pronuncié con una amplia sonrisa aún meditando como íbamos a hacer para cruzar aquella puerta -¿No hay otra entrada?- le pregunté a la joven.
-Hay varías, pero con los recursos que tenemos... esta es la más sencilla- dijo acercándose a la puerta y acariciando con ternura las raíces de un árbol gigantesco que atravesaba la casa, luego dejó de acariciarlas por unos segundos y dos de las raíces le hicieron una especie de ¿reverencia?. Yo estaba muy impresionada, nunca había visto algo igual y me parecía muy fascinante la forma en que Mónica las trataba. -¿Podemos pasar?- le preguntó a una de las raíces y esta se retorció abriendo paso a que pudiésemos tener contacto directo con la puerta. A continuación todas las raíces alrededor hicieron lo mismo, retrocedieron y dejaron visible la madera de la puerta. -Siempre llego hasta este punto con la casa Squart, pero esta vez quería asegurarme de entrar por lo que me uní a los busca recompensas para buscar un equipo, alguno de ustedes debe ser herrero... y a demás alguno de ustedes debe ser brujo... supongo que el herrero es Rauko y tenemos a una pequeña brujita-
-¿Por qué una bruja?- pregunté rápidamente y muy intrigada.
-Porque el roble con el que está hecha la puerta es uno de los conductores más fuertes de magia y no creo que sea una coincidencia... a demás yo sólo soy una humana que sabe mucho sobre herbología y lugares “interesantes”- dijo muy sincera -Después de esto deberíamos encontrar la sala de la familia y una de las ramas mas gruesas del árbol- cambió de tema para ahora referirse a lo que probablemente encontraríamos después de cruzar la puerta.
-Este es sólo el primer obstáculo- pronunció la chica – Me llamo Mónica Claus, ex profesora de herbología en la escuela de magia básica, luego dediqué mi vida al estudio de los lugares más misteriosos y las lenguas más extrañas... y con respecto al combate, sólo me defiendo, pero créeme que será suficiente para estudiar la casa Squart- le guiñó el ojo a Rauko -¿Qué tienes tú para nosotros Pequeña? ¿Y... por qué te trajiste a ese adorable animalito? - dijo volteando a verme intentando ser amable, pero en su expresión se notaba que le preocupaba que Pelusa fuera otro obstáculo.
- Telequinesis avanzada y dominio de unas cuantas runas- pronuncié con una amplia sonrisa aún meditando como íbamos a hacer para cruzar aquella puerta -¿No hay otra entrada?- le pregunté a la joven.
-Hay varías, pero con los recursos que tenemos... esta es la más sencilla- dijo acercándose a la puerta y acariciando con ternura las raíces de un árbol gigantesco que atravesaba la casa, luego dejó de acariciarlas por unos segundos y dos de las raíces le hicieron una especie de ¿reverencia?. Yo estaba muy impresionada, nunca había visto algo igual y me parecía muy fascinante la forma en que Mónica las trataba. -¿Podemos pasar?- le preguntó a una de las raíces y esta se retorció abriendo paso a que pudiésemos tener contacto directo con la puerta. A continuación todas las raíces alrededor hicieron lo mismo, retrocedieron y dejaron visible la madera de la puerta. -Siempre llego hasta este punto con la casa Squart, pero esta vez quería asegurarme de entrar por lo que me uní a los busca recompensas para buscar un equipo, alguno de ustedes debe ser herrero... y a demás alguno de ustedes debe ser brujo... supongo que el herrero es Rauko y tenemos a una pequeña brujita-
-¿Por qué una bruja?- pregunté rápidamente y muy intrigada.
-Porque el roble con el que está hecha la puerta es uno de los conductores más fuertes de magia y no creo que sea una coincidencia... a demás yo sólo soy una humana que sabe mucho sobre herbología y lugares “interesantes”- dijo muy sincera -Después de esto deberíamos encontrar la sala de la familia y una de las ramas mas gruesas del árbol- cambió de tema para ahora referirse a lo que probablemente encontraríamos después de cruzar la puerta.
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Re: La casa inhabitable [Libre] [1/4]
Mientras caminaba hacia la entrada de la casa noté que el camino estaba bloqueado, la puerta estaba cubierta por enredaderas de raíces que me impedían tener posibilidades para abrirla, entonces busqué alguna solución, en ese instante fue cuando la pequeña que se hacía llamar “Magita” optó por seguirme, lo que me hizo pensar en lo desesperado que estaría Wulcan para que llegase a contratar a una inocente y tierna chiquilla, pero por el momento no tenía ninguna información sobre ella así que todavía no podía juzgarla por su apariencia.
Por otro lado, la mujer que parecía ignorar el objetivo del viaje, de alguna forma decidió guardar el libro que estaba leyendo y dirigirse hacia el lugar donde me encontraba con Magita, aunque parecía caminar con toda la lentitud posible, pero finalmente hace las debidas presentaciones. Quedé impresionado con todo lo que dijo sobre su vida ya que a simple vista no aparentaba ser más que una guerrera, pero no supe cómo interpretar el hecho de que me guiñara un ojo -(¿Qué habrá querido decir con ese gesto? ¿Está actuando y quiere que le siga el juego? ¿O Está coqueteándome porque le gustan los peliblancos?)- Pensé sin decir nada al respecto, solo dejé que se dibujara una leve sonrisa en mi rostro para disimular mi confusión. Que una mujer me guiñara un ojo era algo que no sucedía mucho en mi vida, así que por eso me era un poco complicado saber las verdaderas intenciones de ella.
Luego de que la mujer se presentara como Mónica Claus le hizo una pregunta a Magita para saber un poco más sobre esta pequeña quien afirmó tener una gran habilidad de telequinesis y dominio de algunas runas, sin duda alguna todos los del grupo tenían amplias habilidades de gran importancia para la exploración, de hecho, las dos chicas eran más interesantes que yo, así que era mi obligación hacer algo que me hiciera ver útil.
Una vez que terminaron todas las conversaciones sobre las habilidades que las compañeras poseían, era el momento para continuar con la exploración, volvimos a centrarnos en la entrada principal de la casa Squart, aunque yo podría buscar alguna forma de abrir la puerta, primero necesitaba deshacerme de las abundantes raíces, para ello tendría que tardar un rato, entonces Mónica hizo algo que me pareció un poco ridículo, ella le preguntó a una de las raíces si podíamos pasar. Eso carecía de razonamiento… O por lo menos eso creí hasta que las raíces tuvieron un comportamiento extraño y ellas mismas se apartaron de la puerta.
Presenciar aquella escena me dejó inmóvil, tuve que durar unos segundos para poder asimilar lo sucedido, lo mejor que podía hacer era tratar de olvidar el hecho de que una simple humana tuviera más influencia sobre la naturaleza que los mismos elfos -(Al parecer todavía hay cosas que me pueden impresionar)- Pensé para luego seguir escuchando las palabras de Mónica.
Al escuchar el diálogo de las compañeras opté por buscar la forma ideal de abrir la puerta, muchas ideas llegaron a mi cabeza pero para ejecutarlas era necesario instrumentos que en ese momento no poseía -Esperen aquí, volveré pronto- Dije para luego buscar un viejo bolso de viajero que me había encontrado anteriormente llegando al lugar, dentro de éste se encontraban tres agujas y un pequeño diario lleno de runas.
Corrí velozmente en busca del bolso mientras miraba el entorno para no perderme y tras un pequeño recorrido logré encontrarlo cubierto de polvo, lo tomé y luego me dirigí hacia la casa Squart.
-Denme un poco más de tiempo y entraremos- Les comenté a las compañeras mientras me colocaba al frente de la puerta para analizar la cerradura.
Todos los pasadores de las cerraduras consisten en un cilindro que gira dentro de su alojamiento. Cuando está bloqueado, el cilindro se mantiene en su lugar con varios pares de pernos. El perno de la parte superior de cada par sobresale del cilindro y la caja, evitando así que el cilindro gire. Cuando se inserta la llave correcta, empuja los pares de pernos hacia arriba de manera que los pernos superiores ya no entran en el cilindro. Cuando esto sucede, el cilindro puede girar y la cerradura se abre.
Sabiendo eso, tomé una de las agujas del bolso y la doblé por la mitad para improvisar una llave de tensión y así colocarla en la parte inferior del ojo de la cerradura.
Luego tomé otra aguja y doblé su punta para improvisar una ganzúa para luego insertarla en la parte superior del ojo de la cerradura y así sentir los pernos hasta encontrar al más resistente, a éste lo presioné intentando fijarlo, lo que fue un poco complicado, pero valió la pena. Después repetí este paso con los demás pernos mientras utilizaba la llave de tensión para tratar de girar el cilindro y desbloquear la cerradura.
Después de hacer todo lo anterior logré abrir la puerta, me sentí satisfecho por haber logrado algo gracias a mis propios conocimientos como herrero -Sabía que valdría la pena- Me dije a mí mismo mientras observaba mi logro, entonces miré dentro de la casa y pude apreciar el lujo que los antiguos dueños disfrutaron en su momento, y a pesar de que ahora los objetos no eran más que simple antigüedades seguían siendo la envidia de muchos, no obstante, lo único que me desagradaba era una enorme raíz que opacaba la belleza del lugar.
Por otro lado, la mujer que parecía ignorar el objetivo del viaje, de alguna forma decidió guardar el libro que estaba leyendo y dirigirse hacia el lugar donde me encontraba con Magita, aunque parecía caminar con toda la lentitud posible, pero finalmente hace las debidas presentaciones. Quedé impresionado con todo lo que dijo sobre su vida ya que a simple vista no aparentaba ser más que una guerrera, pero no supe cómo interpretar el hecho de que me guiñara un ojo -(¿Qué habrá querido decir con ese gesto? ¿Está actuando y quiere que le siga el juego? ¿O Está coqueteándome porque le gustan los peliblancos?)- Pensé sin decir nada al respecto, solo dejé que se dibujara una leve sonrisa en mi rostro para disimular mi confusión. Que una mujer me guiñara un ojo era algo que no sucedía mucho en mi vida, así que por eso me era un poco complicado saber las verdaderas intenciones de ella.
Luego de que la mujer se presentara como Mónica Claus le hizo una pregunta a Magita para saber un poco más sobre esta pequeña quien afirmó tener una gran habilidad de telequinesis y dominio de algunas runas, sin duda alguna todos los del grupo tenían amplias habilidades de gran importancia para la exploración, de hecho, las dos chicas eran más interesantes que yo, así que era mi obligación hacer algo que me hiciera ver útil.
Una vez que terminaron todas las conversaciones sobre las habilidades que las compañeras poseían, era el momento para continuar con la exploración, volvimos a centrarnos en la entrada principal de la casa Squart, aunque yo podría buscar alguna forma de abrir la puerta, primero necesitaba deshacerme de las abundantes raíces, para ello tendría que tardar un rato, entonces Mónica hizo algo que me pareció un poco ridículo, ella le preguntó a una de las raíces si podíamos pasar. Eso carecía de razonamiento… O por lo menos eso creí hasta que las raíces tuvieron un comportamiento extraño y ellas mismas se apartaron de la puerta.
Presenciar aquella escena me dejó inmóvil, tuve que durar unos segundos para poder asimilar lo sucedido, lo mejor que podía hacer era tratar de olvidar el hecho de que una simple humana tuviera más influencia sobre la naturaleza que los mismos elfos -(Al parecer todavía hay cosas que me pueden impresionar)- Pensé para luego seguir escuchando las palabras de Mónica.
Al escuchar el diálogo de las compañeras opté por buscar la forma ideal de abrir la puerta, muchas ideas llegaron a mi cabeza pero para ejecutarlas era necesario instrumentos que en ese momento no poseía -Esperen aquí, volveré pronto- Dije para luego buscar un viejo bolso de viajero que me había encontrado anteriormente llegando al lugar, dentro de éste se encontraban tres agujas y un pequeño diario lleno de runas.
Corrí velozmente en busca del bolso mientras miraba el entorno para no perderme y tras un pequeño recorrido logré encontrarlo cubierto de polvo, lo tomé y luego me dirigí hacia la casa Squart.
-Denme un poco más de tiempo y entraremos- Les comenté a las compañeras mientras me colocaba al frente de la puerta para analizar la cerradura.
Todos los pasadores de las cerraduras consisten en un cilindro que gira dentro de su alojamiento. Cuando está bloqueado, el cilindro se mantiene en su lugar con varios pares de pernos. El perno de la parte superior de cada par sobresale del cilindro y la caja, evitando así que el cilindro gire. Cuando se inserta la llave correcta, empuja los pares de pernos hacia arriba de manera que los pernos superiores ya no entran en el cilindro. Cuando esto sucede, el cilindro puede girar y la cerradura se abre.
Sabiendo eso, tomé una de las agujas del bolso y la doblé por la mitad para improvisar una llave de tensión y así colocarla en la parte inferior del ojo de la cerradura.
Luego tomé otra aguja y doblé su punta para improvisar una ganzúa para luego insertarla en la parte superior del ojo de la cerradura y así sentir los pernos hasta encontrar al más resistente, a éste lo presioné intentando fijarlo, lo que fue un poco complicado, pero valió la pena. Después repetí este paso con los demás pernos mientras utilizaba la llave de tensión para tratar de girar el cilindro y desbloquear la cerradura.
Después de hacer todo lo anterior logré abrir la puerta, me sentí satisfecho por haber logrado algo gracias a mis propios conocimientos como herrero -Sabía que valdría la pena- Me dije a mí mismo mientras observaba mi logro, entonces miré dentro de la casa y pude apreciar el lujo que los antiguos dueños disfrutaron en su momento, y a pesar de que ahora los objetos no eran más que simple antigüedades seguían siendo la envidia de muchos, no obstante, lo único que me desagradaba era una enorme raíz que opacaba la belleza del lugar.
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Offrol: Subrayado el uso de mi habilidad pasiva: Herrería.
Rauko
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Re: La casa inhabitable [Libre] [1/4]
Los eventos se fueron desarrollando uno tras otro, obstáculo tras obstáculo. Hasta ahora todo había funcionado a la perfección. No estaba muy segura de cómo cada uno de mis compañeros había lidiado con la pequeña tarea que se les había presentado, sin embargo esperaba que me acompañaran hasta el final de la aventura por si necesitaba alguna de esas interesantes habilidades más adelante, puesto que yo no sabía hacer ni la mitad de lo que ellos en tan poco tiempo habían logrado.
La joven le había pedido permiso a las raíces y el chico a pesar de tener un aspecto de elfo besa arboles con púas -para simular que es más valiente- se dedicó a la cerradura. Mi mente dio una vuelta completa, ya que lo lógico era que el elfo hablara con los arboles y la chica se encargara de las cosas no vivas; pero como lo “razonable” últimamente me había defraudado simplemente suspiré y me dejé llevar por la anormalidad del asunto, eso seguro sería lo más lógico y “normal”.
Mientras el chico terminaba con la puerta, yo levanté en mis brazos a mi peludo amiguito y juntos nos acercamos a uno de los lados de la puerta para observar más de cerca esas raíces extrañas.
-Muchas gracias- dije complacida haciendo una reverencia. En consecuencia de ese acto una de las raíces se desprendió de la pared y se movió de un lado a otro de manera rápida, como si fuese un péndulo invertido oscilando de un lado a otro. Al ver aquello di un paso hacía atrás y volví a mirar a mis compañeros, que ya estaban inspeccionando con la mirada todo el interior visible de la sala de estar de la familia.
En el cuarto llegaba poca iluminación, pero suficiente como para detallar perfectamente todo lo que había en el interior. Como bien era sabido, los dueños de la casa tenían una alta posición económica, sin embargo la sala no estaba repleta de cosas caras como yo esperaba, sino que más bien estaba adornada sencilla pero con cosas muy hermosas y sí... se notaban muy costosas. Un estante de libros en la pared, hecho con fina madera que parecía recién comprada; un sofá vinotinto y largo que tenía todos los cojines desgarrados y el interior blanco espumoso salía de aquella tela tan bonita. Los colores cálidos reinaban en el lugar: marrones y rojos decoraban el ambiente. Una mesa de madera que estaba alrevez era el centro de la sala y justo atrás se encontraba una enorme raíz que atravesaba el techo y al parecer se extendía por toda la casa como si la estuviese protegiendo... o descuartizando. Los demás adornos no tenía mucha importancia... floreros con ramas y flores marchitas, estatuas de vidrio rotas en el piso y algo que sí realmente valía la pena observar; por suerte nuestra experta en lugares extraños se aproximó a ver de cerca aquella valiosa información. En una de las paredes había colgado en perfecto estado 3 retratos por separado. Uno era un hombre alto y delgado, vestido con un chaleco negro y una especie de adorno rojo en uno de los bolsillos del mismo, su cara era fría pero tenia rasgos muy delicados. La siguiente foto era un niño, cabello alborotado, ojos grandes y brillantes acompañados de una sonrisa pícara que dejaba mostrar un colmillo que no era humano. Luego había un espacio vació en donde podría caber perfectamente una imagen y por último se encontraba una señora de cabello claro, sonrisa malévola y unos labios pintados; su ropa a diferencia de los otros retratos era de un color blanco.
Dejé que la chica se encargará de analizarlo más a fondo, a lo mejor su información podría ser más argumentada que la mía por lo que yo pasé y me dediqué a dar la vuelta por la sala para ver lo que había detrás del árbol, y como era de esperarse no había nada interesante, excepto el hecho de que parecía que la casa no estaba diseñada o decorada para esa rama atravesada. Tal vez se podría decir que esa rama no estaba ahí en los buenos tiempos de la casa. De cualquier manera, era mucho más revelador lo que mis compañeros habían conseguido, Mónica estaba repitiendo posibilidades en voz alta sobre lo que aquellos cuadros podrían significar y Rauko tenía cerca de sus pies unos pedazos rasgados de una imagen, de hecho, la imagen que faltaba en la pared.
La joven le había pedido permiso a las raíces y el chico a pesar de tener un aspecto de elfo besa arboles con púas -para simular que es más valiente- se dedicó a la cerradura. Mi mente dio una vuelta completa, ya que lo lógico era que el elfo hablara con los arboles y la chica se encargara de las cosas no vivas; pero como lo “razonable” últimamente me había defraudado simplemente suspiré y me dejé llevar por la anormalidad del asunto, eso seguro sería lo más lógico y “normal”.
Mientras el chico terminaba con la puerta, yo levanté en mis brazos a mi peludo amiguito y juntos nos acercamos a uno de los lados de la puerta para observar más de cerca esas raíces extrañas.
-Muchas gracias- dije complacida haciendo una reverencia. En consecuencia de ese acto una de las raíces se desprendió de la pared y se movió de un lado a otro de manera rápida, como si fuese un péndulo invertido oscilando de un lado a otro. Al ver aquello di un paso hacía atrás y volví a mirar a mis compañeros, que ya estaban inspeccionando con la mirada todo el interior visible de la sala de estar de la familia.
En el cuarto llegaba poca iluminación, pero suficiente como para detallar perfectamente todo lo que había en el interior. Como bien era sabido, los dueños de la casa tenían una alta posición económica, sin embargo la sala no estaba repleta de cosas caras como yo esperaba, sino que más bien estaba adornada sencilla pero con cosas muy hermosas y sí... se notaban muy costosas. Un estante de libros en la pared, hecho con fina madera que parecía recién comprada; un sofá vinotinto y largo que tenía todos los cojines desgarrados y el interior blanco espumoso salía de aquella tela tan bonita. Los colores cálidos reinaban en el lugar: marrones y rojos decoraban el ambiente. Una mesa de madera que estaba alrevez era el centro de la sala y justo atrás se encontraba una enorme raíz que atravesaba el techo y al parecer se extendía por toda la casa como si la estuviese protegiendo... o descuartizando. Los demás adornos no tenía mucha importancia... floreros con ramas y flores marchitas, estatuas de vidrio rotas en el piso y algo que sí realmente valía la pena observar; por suerte nuestra experta en lugares extraños se aproximó a ver de cerca aquella valiosa información. En una de las paredes había colgado en perfecto estado 3 retratos por separado. Uno era un hombre alto y delgado, vestido con un chaleco negro y una especie de adorno rojo en uno de los bolsillos del mismo, su cara era fría pero tenia rasgos muy delicados. La siguiente foto era un niño, cabello alborotado, ojos grandes y brillantes acompañados de una sonrisa pícara que dejaba mostrar un colmillo que no era humano. Luego había un espacio vació en donde podría caber perfectamente una imagen y por último se encontraba una señora de cabello claro, sonrisa malévola y unos labios pintados; su ropa a diferencia de los otros retratos era de un color blanco.
Dejé que la chica se encargará de analizarlo más a fondo, a lo mejor su información podría ser más argumentada que la mía por lo que yo pasé y me dediqué a dar la vuelta por la sala para ver lo que había detrás del árbol, y como era de esperarse no había nada interesante, excepto el hecho de que parecía que la casa no estaba diseñada o decorada para esa rama atravesada. Tal vez se podría decir que esa rama no estaba ahí en los buenos tiempos de la casa. De cualquier manera, era mucho más revelador lo que mis compañeros habían conseguido, Mónica estaba repitiendo posibilidades en voz alta sobre lo que aquellos cuadros podrían significar y Rauko tenía cerca de sus pies unos pedazos rasgados de una imagen, de hecho, la imagen que faltaba en la pared.
Magazubi
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Re: La casa inhabitable [Libre] [1/4]
Normalmente no utilizaría mis habilidades para abrir las puertas como si fuese un ladrón, en otras circunstancias me sentiría incómodo con ello, pero como en este caso la casa a invadir no estaba habitada desde hace mucho tiempo entonces no habría problema alguno, además, yo era el único herrero del grupo así que era mi obligación abrir la cerradura, después de eso le tocaría a la pequeña Magita hacer su contribución al grupo.
Después de admirar los viejos detalles del interior de la casa, guardé las herramientas improvisadas en el bolso que me había entregado Asgeir para luego entrar en la sala de estar teniendo todo el cuidado posible, pero me era imposible dejar de tener un mal presentimiento, no dejaba de pensar en que el lugar era habitado por vampiros ya que una casa como esa no podría estar tanto tiempo deshabitada.
Mientras mis compañeras analizaban las antigüedades, yo pensé en dos teorías que me podría dar las respuestas sobre quién habitaba la casa. La primera consistía en la posibilidad de que alguien con algunos poderes mágicos encontró la casa desolada y se adueñó de ésta sellando la entrada con algún hechizo, lo otro que pensé era algo más creíble ya que consistía en que los antiguos dueños nunca se marcharon; podría ser así sólo en el caso de que los dueños eran vampiros.
Tal vez me estaba preocupando más de lo necesario, pero las malas experiencias del pasado me enseñaron a nunca estar confiado, así que necesitaba más información para comprobar alguna de mis teorías, por suerte encontré tres retratos de los antiguos dueños colgando en una de las paredes, cada imagen daba mucha información sobre ellos, uno retrataba la imagen de un hombre cuya personalidad parecía ser la de un asesino frío que había perdido todos los sentimientos hacia los demás, pero su vestimenta me daba a entender que era un hombre orgulloso que siempre quería verse bien para creer que es más que los demás. La otra imagen retrataba a una mujer con una sonrisa tenebrosa que se dibujaba en su rostro, verla bien me hiso entender que se trataba de una mujer ambiciosa y con una implacable sed de sangre, ella seguramente haría lo que fuera para mantener el poder, la riqueza y sobretodo la belleza, sin duda alguna era la típica mujer que quiere ser adorada por todos. La última imagen era la de un niño travieso que disfrutaba de hacer travesuras y desafiar a la autoridad y a la misma naturaleza con tal de obtener un poco de diversión, pero al momento de la derrota seguramente él sería un mal perdedor que buscaría desahogarse realizando una venganza en contra de aquel que lo humilló.
Analizar los retratos fue un tanto fácil y con ello logré saber que los antiguos dueños de la casa era una familia de vampiros, sin embargo, en la pared faltaba una imagen, eso era algo que al parecer los demás también habían notado, así que para saber más sobre aquella misteriosa familia era necesario encontrar el último retrato, entonces opté por caminar para seguir examinando la casa y en tan solo dar un par de pasos hallé lo que buscaba, en el suelo estaban dos trozos de papel -¿Será lo que busco?- Me pregunté para luego tomar esos pedazos y al unirlos formaron la imagen de un niño, el último retrato que faltaba, pero antes de enseñárselo a los demás decidí analizarlo primero.
El niño del retrato, a diferencia de los demás; no era ambicioso, ni travieso, ni orgulloso, de hecho, no mostraba sentimientos, su mirada estaba perdida al igual que la de los muertos, era como si no tuviera deseos por vivir, como si no tuviera alma. Su vestimenta era decente y elegante, demasiado formal para mi gusto, su cabello era suave, corto y peinado hacia atrás, sus ojos eran grandes y poseían una particularidad que me llamó la atención, uno de sus iris era verde y el otro era rojo oscuro, sin embargo, con todos esos detalles no podría decir con certeza si era un vampiro o un simple humano, pero todo indicaba que uno de los mitos era real, siendo así entonces su cuerpo podría estar enterrado en alguna parte.
Dejando de lado los detalles me acerqué a la pared donde estaban los otro retratos y coloqué la imagen del niño en su respectivo lugar -Miren esto, encontré el retrato que faltaba, no parece ser un vampiro, así que tal vez sea el niño que según el mito enterraron bajo esta casa ¿Qué opinan ustedes?- Pregunté esperando la respuesta por parte de Mónica y Magita.
Después de admirar los viejos detalles del interior de la casa, guardé las herramientas improvisadas en el bolso que me había entregado Asgeir para luego entrar en la sala de estar teniendo todo el cuidado posible, pero me era imposible dejar de tener un mal presentimiento, no dejaba de pensar en que el lugar era habitado por vampiros ya que una casa como esa no podría estar tanto tiempo deshabitada.
Mientras mis compañeras analizaban las antigüedades, yo pensé en dos teorías que me podría dar las respuestas sobre quién habitaba la casa. La primera consistía en la posibilidad de que alguien con algunos poderes mágicos encontró la casa desolada y se adueñó de ésta sellando la entrada con algún hechizo, lo otro que pensé era algo más creíble ya que consistía en que los antiguos dueños nunca se marcharon; podría ser así sólo en el caso de que los dueños eran vampiros.
Tal vez me estaba preocupando más de lo necesario, pero las malas experiencias del pasado me enseñaron a nunca estar confiado, así que necesitaba más información para comprobar alguna de mis teorías, por suerte encontré tres retratos de los antiguos dueños colgando en una de las paredes, cada imagen daba mucha información sobre ellos, uno retrataba la imagen de un hombre cuya personalidad parecía ser la de un asesino frío que había perdido todos los sentimientos hacia los demás, pero su vestimenta me daba a entender que era un hombre orgulloso que siempre quería verse bien para creer que es más que los demás. La otra imagen retrataba a una mujer con una sonrisa tenebrosa que se dibujaba en su rostro, verla bien me hiso entender que se trataba de una mujer ambiciosa y con una implacable sed de sangre, ella seguramente haría lo que fuera para mantener el poder, la riqueza y sobretodo la belleza, sin duda alguna era la típica mujer que quiere ser adorada por todos. La última imagen era la de un niño travieso que disfrutaba de hacer travesuras y desafiar a la autoridad y a la misma naturaleza con tal de obtener un poco de diversión, pero al momento de la derrota seguramente él sería un mal perdedor que buscaría desahogarse realizando una venganza en contra de aquel que lo humilló.
Analizar los retratos fue un tanto fácil y con ello logré saber que los antiguos dueños de la casa era una familia de vampiros, sin embargo, en la pared faltaba una imagen, eso era algo que al parecer los demás también habían notado, así que para saber más sobre aquella misteriosa familia era necesario encontrar el último retrato, entonces opté por caminar para seguir examinando la casa y en tan solo dar un par de pasos hallé lo que buscaba, en el suelo estaban dos trozos de papel -¿Será lo que busco?- Me pregunté para luego tomar esos pedazos y al unirlos formaron la imagen de un niño, el último retrato que faltaba, pero antes de enseñárselo a los demás decidí analizarlo primero.
El niño del retrato, a diferencia de los demás; no era ambicioso, ni travieso, ni orgulloso, de hecho, no mostraba sentimientos, su mirada estaba perdida al igual que la de los muertos, era como si no tuviera deseos por vivir, como si no tuviera alma. Su vestimenta era decente y elegante, demasiado formal para mi gusto, su cabello era suave, corto y peinado hacia atrás, sus ojos eran grandes y poseían una particularidad que me llamó la atención, uno de sus iris era verde y el otro era rojo oscuro, sin embargo, con todos esos detalles no podría decir con certeza si era un vampiro o un simple humano, pero todo indicaba que uno de los mitos era real, siendo así entonces su cuerpo podría estar enterrado en alguna parte.
Dejando de lado los detalles me acerqué a la pared donde estaban los otro retratos y coloqué la imagen del niño en su respectivo lugar -Miren esto, encontré el retrato que faltaba, no parece ser un vampiro, así que tal vez sea el niño que según el mito enterraron bajo esta casa ¿Qué opinan ustedes?- Pregunté esperando la respuesta por parte de Mónica y Magita.
Rauko
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Re: La casa inhabitable [Libre] [1/4]
Todos dentro de la casa habíamos hecho un gran trabajo, muy extraño y un tanto fácil pero habíamos descubierto unas cuantas cositas. Rauko había encontrado una pieza importantísima del rompecabezas y eso me aseguraba que cada vez estábamos más cerca de la verdad. En cuanto el joven se acercó a nosotras a mostrarnos la imagen del niño aparentemente humano de la familia me quede observando cada detalle de la imagen y me exalté al ver una pelusita roja en las mangas de su camisa manga larga. Mi expresión hizo que Mónica se llevara el merito por mí descubrimiento y nos comentó en grupo que el diario rojo que ella había estado leyendo al principio en alguna lengua extraña desprendía de su cubierta unas pelusas rojas... eso podría significar que el librito que ella tenía pertenecía a aquel niño que se veía tan inocente y desdichado por vivir con esos vampiros que no tenían ni un poquito de bondad en sus ojos.
Mónica registró sus cosas, la bolsa que su promotor le había entregado y sacó de el dos libros, uno que era, para mí, el diario del niño (el libro rojo) y otro que era como una especie de enciclopedia de lenguajes... supongo que intentaría averiguar más sobre lo que ese libro decía, sin duda eso apresuraría el descubrimiento del misterio en aquella casa.
-Rauko ¿Es Rauko no?... ehmmm si no me equivoco en tu bolsa tienes una lupa, ¿me la prestas un momentico? O bueno acompáñame a ver si conseguimos algo de utilidad en las fotos y después pasamos a inspeccionar el árbol... a pesar de que fue súper amable al dejarnos pasar... no estoy acostumbrada a que los arboles te dejen pasar...- hice una breve pausa -hay algunas cositas que no tienen mucho sentido para mí- dije mientras con mi pie empujaba un poco a Pelusa para que nos acompañara.
Recordatorio:
En la bolsa de Rauko había un espejo, una lupa, una pequeña daga, comida suficiente para un día y unos dientes de ajo, supuestamente para alejar malas energías.
En el saco que le entregaron a Mónica habían tres libros no muy pesados, agua suficiente para el día y algunos frascos de especias raras de herbología.
Y en la bolsa de Maga había un diario vacío, tinta con altas conducciones mágicas, una hoja de papel de la verdad y suministros extras para pasar la noche en aquella casa.
"Yo soy un monstruo o estoy vivo. Si mis papás no me quieren, entonces yo no estoy vivo. ¿Por lo tanto yo soy un monstruo o mis papás me quieren?" frase que sale en el cuaderno rojo.
Datos y notas:
Lo ideal es que en el siguiente post Rauko descubra cosas (lo que tú quieras descubrir con la lupa y las fotos) a demás eres elfo y también podrías sacar conclusiones con respecto a que un árbol salga de la nada en una casa. Tienes libertad creativa en esta área, puedes incluso relacionar las pistas que consigas con las prendas (los collares) familiares.
OffRol:
Disculpa lo corto, ya oficialmente volví al foro y contestaré regularmente como es debido... No quise extenderme tanto en el post ya que necesito la respuesta e interacción de Rauko para poder avanzar. Por cierto te envíe un MP.
Mónica registró sus cosas, la bolsa que su promotor le había entregado y sacó de el dos libros, uno que era, para mí, el diario del niño (el libro rojo) y otro que era como una especie de enciclopedia de lenguajes... supongo que intentaría averiguar más sobre lo que ese libro decía, sin duda eso apresuraría el descubrimiento del misterio en aquella casa.
-Rauko ¿Es Rauko no?... ehmmm si no me equivoco en tu bolsa tienes una lupa, ¿me la prestas un momentico? O bueno acompáñame a ver si conseguimos algo de utilidad en las fotos y después pasamos a inspeccionar el árbol... a pesar de que fue súper amable al dejarnos pasar... no estoy acostumbrada a que los arboles te dejen pasar...- hice una breve pausa -hay algunas cositas que no tienen mucho sentido para mí- dije mientras con mi pie empujaba un poco a Pelusa para que nos acompañara.
Recordatorio:
En la bolsa de Rauko había un espejo, una lupa, una pequeña daga, comida suficiente para un día y unos dientes de ajo, supuestamente para alejar malas energías.
En el saco que le entregaron a Mónica habían tres libros no muy pesados, agua suficiente para el día y algunos frascos de especias raras de herbología.
Y en la bolsa de Maga había un diario vacío, tinta con altas conducciones mágicas, una hoja de papel de la verdad y suministros extras para pasar la noche en aquella casa.
"Yo soy un monstruo o estoy vivo. Si mis papás no me quieren, entonces yo no estoy vivo. ¿Por lo tanto yo soy un monstruo o mis papás me quieren?" frase que sale en el cuaderno rojo.
Datos y notas:
Lo ideal es que en el siguiente post Rauko descubra cosas (lo que tú quieras descubrir con la lupa y las fotos) a demás eres elfo y también podrías sacar conclusiones con respecto a que un árbol salga de la nada en una casa. Tienes libertad creativa en esta área, puedes incluso relacionar las pistas que consigas con las prendas (los collares) familiares.
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Disculpa lo corto, ya oficialmente volví al foro y contestaré regularmente como es debido... No quise extenderme tanto en el post ya que necesito la respuesta e interacción de Rauko para poder avanzar. Por cierto te envíe un MP.
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Re: La casa inhabitable [Libre] [1/4]
Me quedé observando cómo mis compañeras analizaban detalladamente la imagen que les había conseguido, realmente mostraban un gran interés en descubrir algo y en eso la pequeña Magita se sorprendió por algo, tal vez encontró una buena pista, sin embargo, no se atrevió a compartir su descubrimiento. Por otro lado, Mónica nos comentó sobre las pelusas rojas que desprendía el libro rojo que ella estaba leyendo, al parecer en una de las mangas del chico del retrato se encontraba una de esas mismas pelusas -Eso podría significar que el libro haya sido propiedad de ese chico, pues las cosas que hay ahí pudieron ser escritas por él, alguien que parece deprimido y tal vez confundido, tiene sentido- Expliqué tratando de completar la información, no era gran cosa pero mientras más aportes mejor.
Después de la charla, Mónica sacó de su bolsa dos libros, uno era el diario del chico y se lo entregó a Magita, el otro era algo parecido a un diccionario de varios idiomas y se lo quedó ella para saber más de lo que estaba escrito en el diario, así podríamos obtener información importante sobre la tétrica familia.
Por otro lado Magita quiso inspeccionar las fotos para poder conseguir más detalles como la pelusa roja -Sí, Rauko- Afirmé mientras seguía escuchando lo que tenía que decir la pequeña y cuando terminó de hablar quise tratar de explicar algo -Esta casa es muy extraña, el árbol no debería obedecernos, ni siquiera entendernos, todas las plantas están vivas pero ellas carecen de lo que nosotros llamamos “espíritu” y sin esto no debería tener personalidad propia- Hice una pausa para mirar con desconfianza al enorme árbol -Además de eso, ese árbol abrió un gran agujero en el suelo donde está situado, así que fue plantado después de la construcción de la casa, sin embargo, no entiendo cómo llegó la semilla hasta ahí y cómo pudo crecer hasta este extremo- Expliqué tratando de que mis palabras fuesen lo más claras posibles, así tal vez Magita podría compartir alguna teoría.
El asunto era confuso y extraño, por lo que quise pensar en otras cosas, entonces miré una vez más las fotos de la sombría familia para buscar algo que me ayudara a resolver los misterios, fue así cuando noté algo que no había visto antes, las mangas del vestido de la mujer estaban adornados por una delgada línea formada por caracteres extraños de color negro -Mira esto, no se distinguen muy bien pero creo que son runas- Señalé mientras sacaba la lupa de mi bolso para colocarla en las mangas de la mujer -Creo que sí los son. Tú dijiste que tenías dominio en esas cosas así que ¿Qué crees que significa?- Invité a Magita para que me ayudara a descifrar lo que significaban los signos, me interesaba saber lo que decía aunque tal vez la información no serviría de mucho -Si no puedes o crees que no vale la pena entonces acompáñame a inspeccionar el árbol, tal vez encontremos algo más interesante- Dije para darle una segunda opción por si ella no quería traducir las runas.
Ahora que sabía que la mujer le gustaba las runas me puse más atento a esos detalles y así noté algo en el suelo alrededor del árbol, me aproximé y descubrí que había un círculo de runas talladas que lo rodeaban -Aquí también hay runas- Dije para que Magita pudiera oírme -Si prestas atención notarán que todo el círculo está conformado por solo cinco runas que se repiten consecutivamente- Expliqué para luego presionar mis labios con mi pulgar derecho mientras miraba el tallado con intriga.
Después de la charla, Mónica sacó de su bolsa dos libros, uno era el diario del chico y se lo entregó a Magita, el otro era algo parecido a un diccionario de varios idiomas y se lo quedó ella para saber más de lo que estaba escrito en el diario, así podríamos obtener información importante sobre la tétrica familia.
Por otro lado Magita quiso inspeccionar las fotos para poder conseguir más detalles como la pelusa roja -Sí, Rauko- Afirmé mientras seguía escuchando lo que tenía que decir la pequeña y cuando terminó de hablar quise tratar de explicar algo -Esta casa es muy extraña, el árbol no debería obedecernos, ni siquiera entendernos, todas las plantas están vivas pero ellas carecen de lo que nosotros llamamos “espíritu” y sin esto no debería tener personalidad propia- Hice una pausa para mirar con desconfianza al enorme árbol -Además de eso, ese árbol abrió un gran agujero en el suelo donde está situado, así que fue plantado después de la construcción de la casa, sin embargo, no entiendo cómo llegó la semilla hasta ahí y cómo pudo crecer hasta este extremo- Expliqué tratando de que mis palabras fuesen lo más claras posibles, así tal vez Magita podría compartir alguna teoría.
El asunto era confuso y extraño, por lo que quise pensar en otras cosas, entonces miré una vez más las fotos de la sombría familia para buscar algo que me ayudara a resolver los misterios, fue así cuando noté algo que no había visto antes, las mangas del vestido de la mujer estaban adornados por una delgada línea formada por caracteres extraños de color negro -Mira esto, no se distinguen muy bien pero creo que son runas- Señalé mientras sacaba la lupa de mi bolso para colocarla en las mangas de la mujer -Creo que sí los son. Tú dijiste que tenías dominio en esas cosas así que ¿Qué crees que significa?- Invité a Magita para que me ayudara a descifrar lo que significaban los signos, me interesaba saber lo que decía aunque tal vez la información no serviría de mucho -Si no puedes o crees que no vale la pena entonces acompáñame a inspeccionar el árbol, tal vez encontremos algo más interesante- Dije para darle una segunda opción por si ella no quería traducir las runas.
Ahora que sabía que la mujer le gustaba las runas me puse más atento a esos detalles y así noté algo en el suelo alrededor del árbol, me aproximé y descubrí que había un círculo de runas talladas que lo rodeaban -Aquí también hay runas- Dije para que Magita pudiera oírme -Si prestas atención notarán que todo el círculo está conformado por solo cinco runas que se repiten consecutivamente- Expliqué para luego presionar mis labios con mi pulgar derecho mientras miraba el tallado con intriga.
Rauko
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Re: La casa inhabitable [Libre] [1/4]
TEMA PAUSADO (te echamos de menos Maguita)
Sarez
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Re: La casa inhabitable [Libre] [1/4]
Llegamos a la casa embrujada, conocimos a una mujer llamada Mónica, una humana que fue profesora de herbología y sabe mucho sobre lugares y lenguas extrañas; esta chica encontró un libro rojo que parecía ser un diario y decía “Yo soy un monstruo o estoy vivo. Si mis papás no me quieren, entonces yo no estoy vivo. ¿Por lo tanto yo soy un monstruo o mis papás me quieren?”. También había un joven llamado Rauko y a cada uno de nosotros nos habían entregado provisiones. En la bolsa del chico había un espejo, una lupa, una pequeña daga, comida suficiente para un día y unos dientes de ajo, supuestamente para alejar malas energías. En el saco que le entregaron a la chica habían tres libros no muy pesados, agua suficiente para el día y algunos frascos de especias raras de herbología. Y en mi bolsa había un diario vacío, tinta con altas conducciones mágicas, una hoja de papel de la verdad y suministros extras para pasar la noche en aquella casa.
La casa estaba hecha de madera de roble, que era gran conductor de magia para algunos hechizos interesantes, había un gran árbol atravesando el lugar y la puerta principal estaba bloqueada por múltiples ramas; Mónica le hablo a las mismas y estas nos dieron permiso. Luego Rauko se encargó de la cerradura gracias a sus conocimientos en herrería.
Al entrar a la casa habían objetos que no parecían ser muy lujosos, habían estatua y muebles, una raíz enorme en todo el centro del lugar y unos 3 cuadros colgados a la pared, en donde se encontraba la madre, el padre y uno de los hijos, el que parecía ser malévolo. Rauko encontró el retrato que faltaba, el del niño con la mirada perdida, y se lo mostró a todo el grupo. Descubrimos también que el diario era de este último niño. Luego Rauko hizo unas cuantas observaciones interesantes sobre las runas de la manga de la señora del retrato y las del árbol.
Después de todo eso analicé la información que me estaba proporcionando el joven, observé detalladamente las runas que él comentaba y sin decir nada saque de mi morral el libro en blanco y empecé a escribir cosas con tinta normal para descifrar algo. Ambas runas a las que se refería Rauko tenían que ver.
-¡¡Ella es el árbol!!- grité emocionada -Claro, todo tiene sentido…- le mostré al chico mis conclusiones a base de dibujos y algunos significados básicos de escrituras extrañas, para luego mostrárselas a Mónica.
-Es por eso que al hablarle, ella responde…- suspiró la mujer y se puso a observar también las runas -¿Nos entiendes?- preguntó la chica al árbol central.
Las ramas empezaron a moverse con lentitud para desprenderse de las paredes y todas empezaron a hacer señales como hacía los cuartos.
-¡Vamos!- les dije a todos emocionada corriendo hasta los cuartos para encontrarme con la sorpresa de que en la cama matrimonial se encontraban dos cuerpos sin vida. Se trataba del cuerpo del señor Squart y el del niño vampiro y travieso de la foto.
La casa estaba hecha de madera de roble, que era gran conductor de magia para algunos hechizos interesantes, había un gran árbol atravesando el lugar y la puerta principal estaba bloqueada por múltiples ramas; Mónica le hablo a las mismas y estas nos dieron permiso. Luego Rauko se encargó de la cerradura gracias a sus conocimientos en herrería.
Al entrar a la casa habían objetos que no parecían ser muy lujosos, habían estatua y muebles, una raíz enorme en todo el centro del lugar y unos 3 cuadros colgados a la pared, en donde se encontraba la madre, el padre y uno de los hijos, el que parecía ser malévolo. Rauko encontró el retrato que faltaba, el del niño con la mirada perdida, y se lo mostró a todo el grupo. Descubrimos también que el diario era de este último niño. Luego Rauko hizo unas cuantas observaciones interesantes sobre las runas de la manga de la señora del retrato y las del árbol.
Después de todo eso analicé la información que me estaba proporcionando el joven, observé detalladamente las runas que él comentaba y sin decir nada saque de mi morral el libro en blanco y empecé a escribir cosas con tinta normal para descifrar algo. Ambas runas a las que se refería Rauko tenían que ver.
-¡¡Ella es el árbol!!- grité emocionada -Claro, todo tiene sentido…- le mostré al chico mis conclusiones a base de dibujos y algunos significados básicos de escrituras extrañas, para luego mostrárselas a Mónica.
-Es por eso que al hablarle, ella responde…- suspiró la mujer y se puso a observar también las runas -¿Nos entiendes?- preguntó la chica al árbol central.
Las ramas empezaron a moverse con lentitud para desprenderse de las paredes y todas empezaron a hacer señales como hacía los cuartos.
-¡Vamos!- les dije a todos emocionada corriendo hasta los cuartos para encontrarme con la sorpresa de que en la cama matrimonial se encontraban dos cuerpos sin vida. Se trataba del cuerpo del señor Squart y el del niño vampiro y travieso de la foto.
Magazubi
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Re: La casa inhabitable [Libre] [1/4]
Mi valioso y sensacional descubrimiento sin duda alguna había sido magistral ya que gracias a eso obtuvimos la clave para poder llegar al fondo del misterio del árbol, y por ello me sentí satisfecho conmigo mismo; sin embargo, antes de celebrar por mi mérito primero debía esperar las conclusiones de Magita quien se encontraba analizando todas las cosas que escribía en su cuaderno.
Mientras tanto, seguí observando las extrañas y enigmáticas runas con la esperanza de que tal vez con mi amplio conocimiento podría descubrir algo más; observé la ubicación de éstas, el tamaño, la forma en que fueron talladas, y también opté por tocar algunas para tener todos los datos en mi mente. Entonces, tras unos segundos de profundo análisis, finalmente comprendí algo que definiría mi papel en el curso de la investigación -(No entiendo nada, así que mejor le dejaré estas cosas a las chicas)- Pensé para luego simplemente esperar las respuesta de la niña.
Finalmente la conclusión de Magita estaba lista y con entusiasmo y sin dudas en sus palabras compartió lo que había descubierto -(Ella es el árbol… ¿Qué clase de lógica es esa?)- Me pregunté sin poder asimilar la información, pues me parecía una idea bastante descabellada; no obstante Magita me mostró sus anotaciones que, eran mayormente dibujitos y unos que otros garabatos, y por alguna razón su hipótesis comenzaba a cobrar un poco de sentido.
Aquella niña estaba tan alegre por su descubrimiento que también le mostró su cuaderno a Mónica quien sorprendentemente no reaccionó diciendo que no tenía sentido; al parecer yo era el único del grupo que tenía una perspectiva muy reducida del mundo y sus maravillas.
Poco después Mónica le realizó una pregunta al enorme árbol mientras que yo me mantenía como un atento espectador -(Si la hipótesis de Magita es acertada, entonces el árbol en realidad es una prisión, un contenedor para el espíritu de la mujer del cuadro; pero eso me lleva a preguntarme ¿Por qué terminó ahí y qué sucedió con su cuerpo real?)- Me encontraba hundido en mis pensamientos, tratando de descubrir los eventos que tuvieron lugar en aquella casa.
Fue entonces cuando de repente todas las ramas del gran árbol comenzaron a moverse, haciendo señales con la poca movilidad que poseían para mostrarnos el camino hacia los cuartos; sin duda alguna había algo que debíamos saber y Magita no dudó en correr hacia nuestro nuevo destino, sin preocuparse en los posibles peligros que podría encontrarse por el camino -¡Magita, no vayas sola; espérame!- Grité para luego perseguirla sin fijarme si Mónica me había seguido el paso.
Una vez que alcancé a la energética niña, noté que ella parecía haberse sorprendido por algo; así que miré hacia dentro del cuarto y mis ojos se abrieron como platos cuando vi los cadáveres de dos miembros de la familia Squart.
Lo que me alteraba no eran los cadáveres, sino que una niña había los visto, y por ello me sentía obligado a tratar de alejarla para que no sufriera algún trauma -Tranquila, si quieres puedes quedarte afuera; yo puedo encargarme- Sugerí mientras me acercaba a los cuerpos inertes.
Los cadáveres estaban acostados bocarriba y con sus manos juntas sobre su abdomen, misma posición que colocan a los muertos en un ataúd; pero estos dos tenían la misma ropa elegante de los retratos, aunque cubiertas de bastante polvo. Lo sorprendente era que sus cuerpos no poseían heridas letales ni rastros de golpes, así que tal vez murieron por causa de una maldición o fueron envenenados.
Dejando esos detalles de lado, recordé la razón de mi presencia en aquel lugar: los collares; así que examiné los cuellos de los cadáveres, pero sólo encontré cadenas sin ningún accesorio distintivo; no obstante, en uno de los bolsillos del antiguo señor Squart había un trozo de papel con una serie de letras que resultaban ser un poco parecidas a las runas vistas anteriormente.
Desafortunadamente había un problema, el paso del tiempo logró que sólo una línea del texto permaneciera en un buen estado para ser leída, pero tal vez Magita o Mónica podían hacer algo -Encontré algo- Dije mientras extendía mi mano con el trozo de papel para que cualquiera de mis compañeras lo tomara -¿Podrías traducir algunas palabras?- Pregunté, y una vez que obtuviera respuesta me encargaría de seguir examinando la sombría habitación.
Mientras tanto, seguí observando las extrañas y enigmáticas runas con la esperanza de que tal vez con mi amplio conocimiento podría descubrir algo más; observé la ubicación de éstas, el tamaño, la forma en que fueron talladas, y también opté por tocar algunas para tener todos los datos en mi mente. Entonces, tras unos segundos de profundo análisis, finalmente comprendí algo que definiría mi papel en el curso de la investigación -(No entiendo nada, así que mejor le dejaré estas cosas a las chicas)- Pensé para luego simplemente esperar las respuesta de la niña.
Finalmente la conclusión de Magita estaba lista y con entusiasmo y sin dudas en sus palabras compartió lo que había descubierto -(Ella es el árbol… ¿Qué clase de lógica es esa?)- Me pregunté sin poder asimilar la información, pues me parecía una idea bastante descabellada; no obstante Magita me mostró sus anotaciones que, eran mayormente dibujitos y unos que otros garabatos, y por alguna razón su hipótesis comenzaba a cobrar un poco de sentido.
Aquella niña estaba tan alegre por su descubrimiento que también le mostró su cuaderno a Mónica quien sorprendentemente no reaccionó diciendo que no tenía sentido; al parecer yo era el único del grupo que tenía una perspectiva muy reducida del mundo y sus maravillas.
Poco después Mónica le realizó una pregunta al enorme árbol mientras que yo me mantenía como un atento espectador -(Si la hipótesis de Magita es acertada, entonces el árbol en realidad es una prisión, un contenedor para el espíritu de la mujer del cuadro; pero eso me lleva a preguntarme ¿Por qué terminó ahí y qué sucedió con su cuerpo real?)- Me encontraba hundido en mis pensamientos, tratando de descubrir los eventos que tuvieron lugar en aquella casa.
Fue entonces cuando de repente todas las ramas del gran árbol comenzaron a moverse, haciendo señales con la poca movilidad que poseían para mostrarnos el camino hacia los cuartos; sin duda alguna había algo que debíamos saber y Magita no dudó en correr hacia nuestro nuevo destino, sin preocuparse en los posibles peligros que podría encontrarse por el camino -¡Magita, no vayas sola; espérame!- Grité para luego perseguirla sin fijarme si Mónica me había seguido el paso.
Una vez que alcancé a la energética niña, noté que ella parecía haberse sorprendido por algo; así que miré hacia dentro del cuarto y mis ojos se abrieron como platos cuando vi los cadáveres de dos miembros de la familia Squart.
Lo que me alteraba no eran los cadáveres, sino que una niña había los visto, y por ello me sentía obligado a tratar de alejarla para que no sufriera algún trauma -Tranquila, si quieres puedes quedarte afuera; yo puedo encargarme- Sugerí mientras me acercaba a los cuerpos inertes.
Los cadáveres estaban acostados bocarriba y con sus manos juntas sobre su abdomen, misma posición que colocan a los muertos en un ataúd; pero estos dos tenían la misma ropa elegante de los retratos, aunque cubiertas de bastante polvo. Lo sorprendente era que sus cuerpos no poseían heridas letales ni rastros de golpes, así que tal vez murieron por causa de una maldición o fueron envenenados.
Dejando esos detalles de lado, recordé la razón de mi presencia en aquel lugar: los collares; así que examiné los cuellos de los cadáveres, pero sólo encontré cadenas sin ningún accesorio distintivo; no obstante, en uno de los bolsillos del antiguo señor Squart había un trozo de papel con una serie de letras que resultaban ser un poco parecidas a las runas vistas anteriormente.
"το ανακλώμενο φως είναι το κλειδί"
Desafortunadamente había un problema, el paso del tiempo logró que sólo una línea del texto permaneciera en un buen estado para ser leída, pero tal vez Magita o Mónica podían hacer algo -Encontré algo- Dije mientras extendía mi mano con el trozo de papel para que cualquiera de mis compañeras lo tomara -¿Podrías traducir algunas palabras?- Pregunté, y una vez que obtuviera respuesta me encargaría de seguir examinando la sombría habitación.
Rauko
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Re: La casa inhabitable [Libre] [1/4]
Ni Rauko ni Mónica parecían entender bien mis dibujos, eran realmente lindos, obras de arte, pero al parecer no ayudaban a ilustrar la situación de esa casa. Habíamos pasado ya un tiempo en aquel lugar y habíamos descubierto bastante.
Estaba pensando que tal vez las estructuras de roble, ayudaban a concentrar la magia, cosa que ayudo en gran medida a la realización de algún hechizo que encerrara a una mujer dentro de aquel árbol. Era muy interesante todo aquello, estaba claro que eso no era un hechizo que pudiese hacer cualquiera, debió seguramente llevar mucho tiempo e incluso ciertos sacrificios.
En cuanto corrí emocionada a ver lo que el arbolito nos quería decir, quedé impresionada ante aquel panorama. Se trataba nada más y nada menos que de los cadáveres de dos de los varones de la familia Squart. Estaban ahí petrificados con su piel tan blanca, parecían hechos de porcelana, y a demás estaban ahí sin vida con un peculiar olor a ¿muerte?.
Debo admitir que la escena me había asustado, aún no tenía estómago para soportar con tal facilidad las muertes de las personas. Era extraño como de un momento a otro un cuerpo lleno de vida podía quedar tan tan … sin vida.
La voz de Rauko no tardó en posarse sobre mi oído, me apartó suavemente de la escena y su forma de abordar la situación me hizo retroceder y salir despacio del cuarto. Sentí un pequeño vacío en el estómago al pensar en cómo había sucedido eso y me preocupe seriamente por la procedencia de aquel hechizo que tenía prisionera a la mujer.
-Esto no está bien- le dije a mi pequeño Pelusa, mientras lo cargaba como a un bebé y lo llevaba a mi pecho para abrazarlo.
Espere a que Rauko y Mónica se encargaran de investigar, mientras yo empezaba a preocuparme porque pronto sería de noche y no me agradaba pasar mi hora de dormir junto con unos cadáveres y una señora árbol. Teníamos que terminar lo antes posible con la misión o simplemente buscar dormir en otro lado… que tampoco era muy buena opción por los peligrosos colmilludos que nos podríamos encontrar.
El joven salió presumiendo que encontró algo, seguramente alguna pista que nos ayudaría a entender todo este misterio; nos pasó a Mónica y a mí una nota que tenía un escrito muy interesante. Lo vi rapidito y pude entender dos palabritas: luz y clave; por suerte teníamos a alguien que sabía un poco más.
-Dice: la luz reflejada es la clave- pronunció la chica.
Para mí eso no tenía mucho sentido, no sabía a lo que se refería, pero pronto eso no sería mi primera preocupación. Justo después de que Mónica tradujo la nota se escucharon unos fuertes sonidos en el techo, como si algo hubiese aterrizado sobre el. Se escuchaban pasos sobre nosotros y un fuerte rugido de enojo que retumbaba toda la casa.
Estaba pensando que tal vez las estructuras de roble, ayudaban a concentrar la magia, cosa que ayudo en gran medida a la realización de algún hechizo que encerrara a una mujer dentro de aquel árbol. Era muy interesante todo aquello, estaba claro que eso no era un hechizo que pudiese hacer cualquiera, debió seguramente llevar mucho tiempo e incluso ciertos sacrificios.
En cuanto corrí emocionada a ver lo que el arbolito nos quería decir, quedé impresionada ante aquel panorama. Se trataba nada más y nada menos que de los cadáveres de dos de los varones de la familia Squart. Estaban ahí petrificados con su piel tan blanca, parecían hechos de porcelana, y a demás estaban ahí sin vida con un peculiar olor a ¿muerte?.
Debo admitir que la escena me había asustado, aún no tenía estómago para soportar con tal facilidad las muertes de las personas. Era extraño como de un momento a otro un cuerpo lleno de vida podía quedar tan tan … sin vida.
La voz de Rauko no tardó en posarse sobre mi oído, me apartó suavemente de la escena y su forma de abordar la situación me hizo retroceder y salir despacio del cuarto. Sentí un pequeño vacío en el estómago al pensar en cómo había sucedido eso y me preocupe seriamente por la procedencia de aquel hechizo que tenía prisionera a la mujer.
-Esto no está bien- le dije a mi pequeño Pelusa, mientras lo cargaba como a un bebé y lo llevaba a mi pecho para abrazarlo.
Espere a que Rauko y Mónica se encargaran de investigar, mientras yo empezaba a preocuparme porque pronto sería de noche y no me agradaba pasar mi hora de dormir junto con unos cadáveres y una señora árbol. Teníamos que terminar lo antes posible con la misión o simplemente buscar dormir en otro lado… que tampoco era muy buena opción por los peligrosos colmilludos que nos podríamos encontrar.
El joven salió presumiendo que encontró algo, seguramente alguna pista que nos ayudaría a entender todo este misterio; nos pasó a Mónica y a mí una nota que tenía un escrito muy interesante. Lo vi rapidito y pude entender dos palabritas: luz y clave; por suerte teníamos a alguien que sabía un poco más.
-Dice: la luz reflejada es la clave- pronunció la chica.
Para mí eso no tenía mucho sentido, no sabía a lo que se refería, pero pronto eso no sería mi primera preocupación. Justo después de que Mónica tradujo la nota se escucharon unos fuertes sonidos en el techo, como si algo hubiese aterrizado sobre el. Se escuchaban pasos sobre nosotros y un fuerte rugido de enojo que retumbaba toda la casa.
- Ruido proveniente de... :
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Él es el niño del diario, el que parecía inocente... tiene en su cuello todos los collares de sus familiares y está un poco enojado porque irrumpimos su casa.
Es un vampiro con exceso de hormonas xD (tuvo problemas genéticos y su naturaleza vampirica se vio desarrollada tarde)
Magazubi
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Re: La casa inhabitable [Libre] [1/4]
El día había transcurrido más rápido de lo que esperaba, el sol ya estaba desapareciendo en el horizonte para darle en el cielo un lugar para la resplandeciente luna; pero esta vez el orden natural de las cosas no era muy conveniente ya que durante la noche podrían aparecer toda clase de peligros dentro o fuera de aquella misteriosa casa.
Por otro lado, Magita intentó traducir el escrito que gracias a mí encontramos, pero por desgracia no parecía tener el conocimiento para descifrarlo; por suerte apareció Mónica para encargarse del trabajo y en apenas un par de segundos logró traducir el texto -(La luz reflejada es la clave… ¿A quién se le ocurrió escribir eso? y además ¿Por qué en otro idioma? Sin duda alguna sería alguien sin nada mejor que hacer)- Pensé para luego tratar de darle sentido a aquella frase.
Tal vez si el resto de la nota hubiese estado en un poco menos viejo entonces no hubiéramos terminado con más dudas que respuestas, aunque era posible que una simple nota pudiese ayudarnos con alguna cosa.
Fue entonces cuando la estructura de la casa tembló ante un fuerte impacto en el techo y el silencio fue reemplazado por unos ruidos, parecía que se trataba de una enorme criatura cuya mente era dominada por una furia incontrolable y una desquiciada sed de sangre.
-(¡Debo huir por mi vida!)- Fue lo primero que llegó a mi mente quien también me ordenaba salir corriendo como un completo lunático. Afortunadamente mi orgullo me impidió hacer eso… O tal vez el miedo impidió que pudiera moverme.
Sea como sea, traté de tranquilizarme a mí y a las chicas con una nueva idea que tal vez funcionaría si lo decía de una forma convincente -No se asusten. Seguro un fuerte viento derribó un árbol y éste cayó sobre nosotros- Aseguré para luego escuchar unos gigantescos y evidentes pasos de una enorme criatura -Bueno… Son muchos árboles cayen…- Intenté seguir pero me resigné ya que no valía la pena mentir -Olviden lo que dije. Eso no debe ser algo amigable, así que no podemos salir de la casa por ningún motivo… Al menos que esa cosa consiga entrar- Indiqué para luego considerar algo.
Salí de la habitación para dar un rápido recorrido por el pasillo y asegurarme de que no había entradas lo suficientemente grandes para la enorme criatura, y gracias a los dioses todas las ventanas estaban protegidas por enormes ramas, seguramente del enorme árbol de la sala de estar. Sabiendo aquello regresé a donde se encontraban las chicas -Creo que estamos a salvo; no hay forma de que esa cosa entre- Dije ahora un poco más calmado que antes.
De pronto, repentinamente unos nuevos ruidos delataron que la enorme criatura había comenzado a desgarrar una gruesa superficie de madera, y solo una posibilidad llegó a mi mente -(La rama que atraviesa el techo)- Fue lo primero que pensé y por desgracia todo apuntaba que yo tenía razón; pero a pesar de eso traté de negarlo e instintivamente corrí de vuelta hacia la sala de estar para asegurarme que no era cierto.
Una vez en mi destino, miré hacia el techo y quedé atónito al contemplar el amenazante aspecto de un enorme y horripilante murciélago que intentaba abrirse paso por la abertura que era bloqueada por la rama más grande del árbol.
Por instinto de supervivencia o tal vez por mi sangre elfo, corrí hacia el árbol para luego colocar mis manos sobre éste -Vamos, resiste- Dije mientras hacía todo lo posible por sanarlo, o en este caso, hacer que siguiera creciendo; observé el techo una vez más y de nuevo contemplé la enfurecida mirada del enorme murciélago, y no pude evitar descubrir que uno de sus ojos estaba teñido por un color negro con cierto tono rojizo mientras que el otro era un verde muy oscuro -Un momento… ¿Tú eres el hijo menor de los Squart?- Pregunté alzando la voz para ser escuchado, pero como era de esperarse su única respuesta fue una oleada de ataques frenesí hacia el árbol.
Aunque me hubiese gustado saber si esa cosa era el mismo niño del diario, tendría que esperar para después; por ahora lo único importante era defendernos, sin embargo no había mucho que pudiéramos hacer.
Fue entonces cuando noté que en la parte más alta de una de las paredes había un tragaluz, una ventana cuyos cristales todavía dejaban pasar uno de los últimos rayos de sol -("La luz reflejada es la clave")- Recordé aquella frase como si me hubiese tocado la inspiración divina y de inmediato entré en acción -Magita, Mónica, cualquiera; tomen el espejo dentro de mi bolsa y reflejen esa luz hacia el rostro del murciélago- Dije señalando el rayo de sol -Y también tomen mi lupa, servirá para enfatizar la luz- Dicho eso volví a colocar mis manos sobre el árbol mientras mis compañeras actuaban; aunque tal vez mi plan sólo terminara enojando al murciélago, era lo único en lo que podía pensar. Sólo los dioses decidirían nuestro destino…
Por otro lado, Magita intentó traducir el escrito que gracias a mí encontramos, pero por desgracia no parecía tener el conocimiento para descifrarlo; por suerte apareció Mónica para encargarse del trabajo y en apenas un par de segundos logró traducir el texto -(La luz reflejada es la clave… ¿A quién se le ocurrió escribir eso? y además ¿Por qué en otro idioma? Sin duda alguna sería alguien sin nada mejor que hacer)- Pensé para luego tratar de darle sentido a aquella frase.
Tal vez si el resto de la nota hubiese estado en un poco menos viejo entonces no hubiéramos terminado con más dudas que respuestas, aunque era posible que una simple nota pudiese ayudarnos con alguna cosa.
Fue entonces cuando la estructura de la casa tembló ante un fuerte impacto en el techo y el silencio fue reemplazado por unos ruidos, parecía que se trataba de una enorme criatura cuya mente era dominada por una furia incontrolable y una desquiciada sed de sangre.
-(¡Debo huir por mi vida!)- Fue lo primero que llegó a mi mente quien también me ordenaba salir corriendo como un completo lunático. Afortunadamente mi orgullo me impidió hacer eso… O tal vez el miedo impidió que pudiera moverme.
Sea como sea, traté de tranquilizarme a mí y a las chicas con una nueva idea que tal vez funcionaría si lo decía de una forma convincente -No se asusten. Seguro un fuerte viento derribó un árbol y éste cayó sobre nosotros- Aseguré para luego escuchar unos gigantescos y evidentes pasos de una enorme criatura -Bueno… Son muchos árboles cayen…- Intenté seguir pero me resigné ya que no valía la pena mentir -Olviden lo que dije. Eso no debe ser algo amigable, así que no podemos salir de la casa por ningún motivo… Al menos que esa cosa consiga entrar- Indiqué para luego considerar algo.
Salí de la habitación para dar un rápido recorrido por el pasillo y asegurarme de que no había entradas lo suficientemente grandes para la enorme criatura, y gracias a los dioses todas las ventanas estaban protegidas por enormes ramas, seguramente del enorme árbol de la sala de estar. Sabiendo aquello regresé a donde se encontraban las chicas -Creo que estamos a salvo; no hay forma de que esa cosa entre- Dije ahora un poco más calmado que antes.
De pronto, repentinamente unos nuevos ruidos delataron que la enorme criatura había comenzado a desgarrar una gruesa superficie de madera, y solo una posibilidad llegó a mi mente -(La rama que atraviesa el techo)- Fue lo primero que pensé y por desgracia todo apuntaba que yo tenía razón; pero a pesar de eso traté de negarlo e instintivamente corrí de vuelta hacia la sala de estar para asegurarme que no era cierto.
Una vez en mi destino, miré hacia el techo y quedé atónito al contemplar el amenazante aspecto de un enorme y horripilante murciélago que intentaba abrirse paso por la abertura que era bloqueada por la rama más grande del árbol.
Por instinto de supervivencia o tal vez por mi sangre elfo, corrí hacia el árbol para luego colocar mis manos sobre éste -Vamos, resiste- Dije mientras hacía todo lo posible por sanarlo, o en este caso, hacer que siguiera creciendo; observé el techo una vez más y de nuevo contemplé la enfurecida mirada del enorme murciélago, y no pude evitar descubrir que uno de sus ojos estaba teñido por un color negro con cierto tono rojizo mientras que el otro era un verde muy oscuro -Un momento… ¿Tú eres el hijo menor de los Squart?- Pregunté alzando la voz para ser escuchado, pero como era de esperarse su única respuesta fue una oleada de ataques frenesí hacia el árbol.
Aunque me hubiese gustado saber si esa cosa era el mismo niño del diario, tendría que esperar para después; por ahora lo único importante era defendernos, sin embargo no había mucho que pudiéramos hacer.
Fue entonces cuando noté que en la parte más alta de una de las paredes había un tragaluz, una ventana cuyos cristales todavía dejaban pasar uno de los últimos rayos de sol -("La luz reflejada es la clave")- Recordé aquella frase como si me hubiese tocado la inspiración divina y de inmediato entré en acción -Magita, Mónica, cualquiera; tomen el espejo dentro de mi bolsa y reflejen esa luz hacia el rostro del murciélago- Dije señalando el rayo de sol -Y también tomen mi lupa, servirá para enfatizar la luz- Dicho eso volví a colocar mis manos sobre el árbol mientras mis compañeras actuaban; aunque tal vez mi plan sólo terminara enojando al murciélago, era lo único en lo que podía pensar. Sólo los dioses decidirían nuestro destino…
Rauko
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Re: La casa inhabitable [Libre] [1/4]
Los ruidos en la casa eran cada vez más fuerte, definitivamente había algo sobre nosotros y pronto tendríamos que lidiar con ello. El elfo trató de tranquilizarnos y buscar una situación lógica y con poco peligro para atribuírsela al fuerte ruido, pero los rugidos no formaban parte de su explicación.
No sabía hacia donde correr ni como huir, estábamos prácticamente encerrados ahí, así que fui por Pelusa para que con un rico abrazo me pudiese calmar un poco. -Todo va a estar bien, Rauko nos salvará- pensaba repetidas veces, ya que él había sido el primero en tratar de resolver el problema.
Mónica, Pelusa y yo parecíamos depender de las decisiones de aquel elfo, todos empezamos a seguirlo como gallinas miedosas esperando que él lidiara con todo. En un momento de terror todos imitamos la conducta de Rauko, abrazar el árbol. -¡Lo sabía, los elfos son unos abraza árboles!-
Estaba muerta de miedo, desde donde nos encontrábamos podíamos ver lo grande del monstruo que nos acechaba, parecía tener mucha rabia y mucha hambre de brujitas, porque somos la especie más sabrosa de aerandir, pero este ser tenía algo en particular, no estaba muy segura qué era, pero pronto lo descubriríamos.
El elfo se empezó a volver loco, le preguntaba al gigante si este era el hijo menor de los Squart. Yo miré a Rauko con muchas dudas sobre su visión, ya que claramente ese dulce niño maltratado de la fotografía era idéntico a ese monstruo.
-Tiene tres collares- gritó Mónica señalando el cuello de la criatura.
¿Ah? Todo me parecía muy confuso, ¿cómo esa cosa tenía los collares? ¿será que de verdad se trataba del niño? No estaba segura sí Rauko tenía razón con sus sospechas, pero parecía tener sentido gracias a la observación acertada de Mónica.
No me dio mucho tiempo de razonar todo el asunto, pero enseguida seguí las ordenes del elfo. Tenía que correr y buscar su lupa y el espejo, tal vez eso nos podría ayudar a retrasar nuestra futura muerte.
Salí por las cosas de Rauko, corría con velocidad con las piernas un poco temblorosas, llegué, me tiré al piso y rebusqué entre sus cosas para usar la poca luz que quedaba y reflejarla en los ojos de aquella criatura. El plan del elfo estaba funcionando, el murciélago gigantesco se vio atormentado por aquella luz. El monstruo retrocedió unos cuantos pasos tratando de taparse con sus alas mientras gruñía, seguramente de dolor y de rabia.
Aproveché esos pequeños segundos de ventaja para mover mi pie y empujar el bolso de Rauko cerca de los pies de ellos para que tuvieran al menos algunos materiales para defenderse desde allá.
La luz que nos estaba salvando se acabó, el sol ya se encontraba ocultado, suponía que por las montañas, pero ya el monstruo se encontraba listo para devorarnos y descuartizarnos por ser una molestia en sus planes. Saqué a toda velocidad mi arco y una de mis flechas para dispararle, pero estas parecían no hacerle nada.
-¿Alguna idea chicos?- pregunté desesperada por otra instrucción que nos ayudara a salir de esto.
Mónica agarró su bastón y lo colocó enfrente.
-Hay que por lo menos aturdirlo o dejarlo inconsciente. Necesitamos esos collares- dijo lista para usar su arma como para puyar y fastidiar a la criatura.
-Eso eso, distraelo- dije, mientras que desarrollaba un plan para dejarlo inconsciente como Mónica decía – Rauko, ¿crees que puedas hacer que el árbol ayude a Mónica para que la criatura se distraiga mirando a otro lado?-
Con telekinesis hice que algunas de mis agujas salieran volando por uno de los lados, esperaba que con la distracción que pudiesen hacer los muchachos, yo poder clavarle las agujas al murciélago en sitios claves para dejarlo inconsciente.
No sabía hacia donde correr ni como huir, estábamos prácticamente encerrados ahí, así que fui por Pelusa para que con un rico abrazo me pudiese calmar un poco. -Todo va a estar bien, Rauko nos salvará- pensaba repetidas veces, ya que él había sido el primero en tratar de resolver el problema.
Mónica, Pelusa y yo parecíamos depender de las decisiones de aquel elfo, todos empezamos a seguirlo como gallinas miedosas esperando que él lidiara con todo. En un momento de terror todos imitamos la conducta de Rauko, abrazar el árbol. -¡Lo sabía, los elfos son unos abraza árboles!-
Estaba muerta de miedo, desde donde nos encontrábamos podíamos ver lo grande del monstruo que nos acechaba, parecía tener mucha rabia y mucha hambre de brujitas, porque somos la especie más sabrosa de aerandir, pero este ser tenía algo en particular, no estaba muy segura qué era, pero pronto lo descubriríamos.
El elfo se empezó a volver loco, le preguntaba al gigante si este era el hijo menor de los Squart. Yo miré a Rauko con muchas dudas sobre su visión, ya que claramente ese dulce niño maltratado de la fotografía era idéntico a ese monstruo.
-Tiene tres collares- gritó Mónica señalando el cuello de la criatura.
¿Ah? Todo me parecía muy confuso, ¿cómo esa cosa tenía los collares? ¿será que de verdad se trataba del niño? No estaba segura sí Rauko tenía razón con sus sospechas, pero parecía tener sentido gracias a la observación acertada de Mónica.
No me dio mucho tiempo de razonar todo el asunto, pero enseguida seguí las ordenes del elfo. Tenía que correr y buscar su lupa y el espejo, tal vez eso nos podría ayudar a retrasar nuestra futura muerte.
Salí por las cosas de Rauko, corría con velocidad con las piernas un poco temblorosas, llegué, me tiré al piso y rebusqué entre sus cosas para usar la poca luz que quedaba y reflejarla en los ojos de aquella criatura. El plan del elfo estaba funcionando, el murciélago gigantesco se vio atormentado por aquella luz. El monstruo retrocedió unos cuantos pasos tratando de taparse con sus alas mientras gruñía, seguramente de dolor y de rabia.
Aproveché esos pequeños segundos de ventaja para mover mi pie y empujar el bolso de Rauko cerca de los pies de ellos para que tuvieran al menos algunos materiales para defenderse desde allá.
La luz que nos estaba salvando se acabó, el sol ya se encontraba ocultado, suponía que por las montañas, pero ya el monstruo se encontraba listo para devorarnos y descuartizarnos por ser una molestia en sus planes. Saqué a toda velocidad mi arco y una de mis flechas para dispararle, pero estas parecían no hacerle nada.
-¿Alguna idea chicos?- pregunté desesperada por otra instrucción que nos ayudara a salir de esto.
Mónica agarró su bastón y lo colocó enfrente.
-Hay que por lo menos aturdirlo o dejarlo inconsciente. Necesitamos esos collares- dijo lista para usar su arma como para puyar y fastidiar a la criatura.
-Eso eso, distraelo- dije, mientras que desarrollaba un plan para dejarlo inconsciente como Mónica decía – Rauko, ¿crees que puedas hacer que el árbol ayude a Mónica para que la criatura se distraiga mirando a otro lado?-
Con telekinesis hice que algunas de mis agujas salieran volando por uno de los lados, esperaba que con la distracción que pudiesen hacer los muchachos, yo poder clavarle las agujas al murciélago en sitios claves para dejarlo inconsciente.
Magazubi
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Re: La casa inhabitable [Libre] [1/4]
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Re: La casa inhabitable [Libre] [1/4]
Si al principio hubiese sabido que esa investigación iba a ser tan peligrosa, no hubiera dudado en quedarme en casa donde podría estar durmiendo cómodamente, pero las cosas siempre tenían que ser complicadas y para conseguir unos pocos aeros era necesario enfrentarme a sirenas desquiciadas, a enormes criaturas sedientas de sangre, a poderosos brujos expertos en cualquier elemento, o a las feroces mascotas de alguien ambicioso.
Dejando eso de lado, por el momento sólo debía encargarme del gigantesco murciélago, sin embargo mis posibilidades de salir victorioso eran escasas, pero por lo menos no me encontraba solo, pues gracias a los dioses podía contar con la valiosa ayuda de mis compañeras quienes con gran determinación hacían todo lo que estaba a su alcance para sobrevivir… Pero por desgracia, estando bajo presión no pudieron hacer más que abrazar al árbol.
-(¡¿Pero qué creen que hacen?!)- Pensé mientras trataba de no mostrarme… “Impresionado” ante lo que podía contemplar ante mí; sin duda alguna no saldríamos de esa casa con vida.
Fue entonces cuando Mónica nos informó que los collares de los Squart estaban colgando del cuello del murciélago; al escucharla inmediatamente miré hacia arriba para averiguar si era cierto y sí que lo era -(Entonces yo tenía razón, y eso sólo significa una cosa… Nunca hay que molestar a los que aparenten ser buenos)- Aunque no era momento de hacer ese tipo de conclusiones no pude evitarlo.
Finalmente, tras una rápida carrera Magita buscó el espejo y la lupa para luego reflejar un rayo de sol hacia los ojos del murciélago -Vamos, tú puedes- Dije tratando de motivarla y así hacer que desapareciera su miedo e inseguridad.
Afortunadamente los esfuerzos de Magita dieron resultados y en poco tiempo pudo reflejar la luz hacia los ojos de la criatura, sin embargo, eso no fue suficiente; el murciélago sufrió al ser tocado por el rayo de sol, pero la noche había caído y la única iluminación que teníamos ahora era la que nos brindaba la luna.
Magita por su parte, tomó su arco e intentó detener al murciélago disparándole, pero por desgracia fue inútil; ya no había nada que pudiéramos hacer -(No puede ser, debo hacer algo ahora o moriremos)- Pensé sintiéndome frustrado por la impotencia -(Vamos Rauko, piensa)- Apreté mis dientes y mis puños con fuerza pero nada llegaba a mi mente, ni siquiera una idea; no éramos fuertes ni veloces, toda esperanza estaba perdida y eso me atormentaba.
No obstante, mis compañeras todavía querían luchar a pesar de las dificultades, su voluntad era admirable, y por ello yo no debía resignarme; así que miré a mi alrededor para examinar el lugar y cuando Magita me hizo una pregunta, mi mente fue deslumbrada por una brillante y arriesgada idea -Entendido, ya sé qué hacer- Dije con determinación -Mónica, necesito que distraigas a esa cosa por unos segundos, luego yo me encargaré para que ustedes acaben con él- Indiqué mientras observaba a los ojos de las chicas -Confíen en mí- Fueron mis últimas palabras antes de poner manos a la obra.
Fue entonces cuando la criatura desató su furia y con una frenesí cadena de ataques logró destrozar la parte superior del árbol para finalmente abrir una abertura por donde podría entrar para acabar con nosotros, lo que claramente alarmó a los presentes pero nuestra jugada acababa de comenzar.
Mientras tanto, me coloqué al lado del árbol para intentar hacer que mi plan funcionara -Por favor, si quieres ayudarnos, te ruego que hagas lo que te pediré- Susurré para luego proceder a informarle sobre mi fantástica idea.
Una vez dicho todo lo que había que decir, tomé un par de ajos de la bolsa que estaba cerca de mis pies y luego me preparé para hacer una estupidez -¡Hey, enorme bola de pelos!- Grité para llamar la atención del murciélago -¡Atrápame si puedes!- Dije de modo desafiante mientras le arrojaba los ajos a su cabeza, lo que le hizo fijarse solamente en mí con evidentes deseos de arrancármela vida.
Inmediatamente emprendí una vertiginosa carrera hacia el pasillo de la casa mientras que el enfurecido murciélago me perseguía a una velocidad alarmante; seguí corriendo con toda la potencia que podían alcanzar mis piernas mientras que la criatura se encontraba estaba cada vez más cerca de alcanzarme, y finalmente con mi corazón palpitando rápidamente y con la adrenalina recorriendo todo mi cuerpo logré llegar al interior del pasillo donde di un fuerte salto hacia adelante para evitar ser atrapado.
Fue entonces cuando la criatura descubrió que era demasiado grande y por ello no podía entrar en el pasillo donde ahora me encontraba salvo -¡¡Ahora!!- Grité para que todas las ramas que estaban cerca se movieran rápidamente para rodear y sujetar las extremidades del murciélago quien al darse cuenta de lo que sucedía ya era demasiado tarde para actuar; sus tobillos, alas y cuello ahora estaban fuertemente sujetados por las ramas del árbol.
Anteriormente me había encargado de indicarle al árbol que colocara muchas ramas cerca del pasillo para que cuando yo diera la señal atraparan a la criatura, aunque lo del tamaño de éste y del pasillo sólo era una apuesta arriesgada pero al final había funcionado a la perfección.
Desafortunadamente, cuando creí que el problema estaba resuelto, el murciélago mostró más fuerza de lo que me esperaba y comenzó a agitarse desenfrenadamente, y aunque las ramas eran lo suficientemente gruesas logró romper las que sujetaban sus tobillos y pronto se liberaría para eliminar a los intrusos… No obstante, era el momento perfecto para que Magita hiciera su gran jugada.
Dejando eso de lado, por el momento sólo debía encargarme del gigantesco murciélago, sin embargo mis posibilidades de salir victorioso eran escasas, pero por lo menos no me encontraba solo, pues gracias a los dioses podía contar con la valiosa ayuda de mis compañeras quienes con gran determinación hacían todo lo que estaba a su alcance para sobrevivir… Pero por desgracia, estando bajo presión no pudieron hacer más que abrazar al árbol.
-(¡¿Pero qué creen que hacen?!)- Pensé mientras trataba de no mostrarme… “Impresionado” ante lo que podía contemplar ante mí; sin duda alguna no saldríamos de esa casa con vida.
Fue entonces cuando Mónica nos informó que los collares de los Squart estaban colgando del cuello del murciélago; al escucharla inmediatamente miré hacia arriba para averiguar si era cierto y sí que lo era -(Entonces yo tenía razón, y eso sólo significa una cosa… Nunca hay que molestar a los que aparenten ser buenos)- Aunque no era momento de hacer ese tipo de conclusiones no pude evitarlo.
Finalmente, tras una rápida carrera Magita buscó el espejo y la lupa para luego reflejar un rayo de sol hacia los ojos del murciélago -Vamos, tú puedes- Dije tratando de motivarla y así hacer que desapareciera su miedo e inseguridad.
Afortunadamente los esfuerzos de Magita dieron resultados y en poco tiempo pudo reflejar la luz hacia los ojos de la criatura, sin embargo, eso no fue suficiente; el murciélago sufrió al ser tocado por el rayo de sol, pero la noche había caído y la única iluminación que teníamos ahora era la que nos brindaba la luna.
Magita por su parte, tomó su arco e intentó detener al murciélago disparándole, pero por desgracia fue inútil; ya no había nada que pudiéramos hacer -(No puede ser, debo hacer algo ahora o moriremos)- Pensé sintiéndome frustrado por la impotencia -(Vamos Rauko, piensa)- Apreté mis dientes y mis puños con fuerza pero nada llegaba a mi mente, ni siquiera una idea; no éramos fuertes ni veloces, toda esperanza estaba perdida y eso me atormentaba.
No obstante, mis compañeras todavía querían luchar a pesar de las dificultades, su voluntad era admirable, y por ello yo no debía resignarme; así que miré a mi alrededor para examinar el lugar y cuando Magita me hizo una pregunta, mi mente fue deslumbrada por una brillante y arriesgada idea -Entendido, ya sé qué hacer- Dije con determinación -Mónica, necesito que distraigas a esa cosa por unos segundos, luego yo me encargaré para que ustedes acaben con él- Indiqué mientras observaba a los ojos de las chicas -Confíen en mí- Fueron mis últimas palabras antes de poner manos a la obra.
Fue entonces cuando la criatura desató su furia y con una frenesí cadena de ataques logró destrozar la parte superior del árbol para finalmente abrir una abertura por donde podría entrar para acabar con nosotros, lo que claramente alarmó a los presentes pero nuestra jugada acababa de comenzar.
Mientras tanto, me coloqué al lado del árbol para intentar hacer que mi plan funcionara -Por favor, si quieres ayudarnos, te ruego que hagas lo que te pediré- Susurré para luego proceder a informarle sobre mi fantástica idea.
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Una vez dicho todo lo que había que decir, tomé un par de ajos de la bolsa que estaba cerca de mis pies y luego me preparé para hacer una estupidez -¡Hey, enorme bola de pelos!- Grité para llamar la atención del murciélago -¡Atrápame si puedes!- Dije de modo desafiante mientras le arrojaba los ajos a su cabeza, lo que le hizo fijarse solamente en mí con evidentes deseos de arrancármela vida.
Inmediatamente emprendí una vertiginosa carrera hacia el pasillo de la casa mientras que el enfurecido murciélago me perseguía a una velocidad alarmante; seguí corriendo con toda la potencia que podían alcanzar mis piernas mientras que la criatura se encontraba estaba cada vez más cerca de alcanzarme, y finalmente con mi corazón palpitando rápidamente y con la adrenalina recorriendo todo mi cuerpo logré llegar al interior del pasillo donde di un fuerte salto hacia adelante para evitar ser atrapado.
Fue entonces cuando la criatura descubrió que era demasiado grande y por ello no podía entrar en el pasillo donde ahora me encontraba salvo -¡¡Ahora!!- Grité para que todas las ramas que estaban cerca se movieran rápidamente para rodear y sujetar las extremidades del murciélago quien al darse cuenta de lo que sucedía ya era demasiado tarde para actuar; sus tobillos, alas y cuello ahora estaban fuertemente sujetados por las ramas del árbol.
Anteriormente me había encargado de indicarle al árbol que colocara muchas ramas cerca del pasillo para que cuando yo diera la señal atraparan a la criatura, aunque lo del tamaño de éste y del pasillo sólo era una apuesta arriesgada pero al final había funcionado a la perfección.
Desafortunadamente, cuando creí que el problema estaba resuelto, el murciélago mostró más fuerza de lo que me esperaba y comenzó a agitarse desenfrenadamente, y aunque las ramas eran lo suficientemente gruesas logró romper las que sujetaban sus tobillos y pronto se liberaría para eliminar a los intrusos… No obstante, era el momento perfecto para que Magita hiciera su gran jugada.
Rauko
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Re: La casa inhabitable [Libre] [1/4]
Con los pocos rayos de sol que quedaban logré retener al murciélago un poquito, pero luego desató su furia destruyendo parte del techo y dejándonos descubiertos y serviditos con salsa para que aquel monstruo nos comiera completicos. Tendría un postre muy sabroso si me comía de última, pero como claramente yo soy un manjar exquisito, no podía dejar que una cosita tan fea me comiera.
Las cosas no estaban saliendo como me las imaginaba. Sabía que le había dicho a Rauko que lo distrajera, pero no que se suicidara. Aquel elfo tenía agallas sin ser pez, dijo que confiáramos ciegamente en él, una locura, y que lo dejáramos ejecutar su plan.
Mónica distrajo con unos cuantos gritos al murciélago, y después Rauko tuvo una ventana de tiempo para actuar. Empezó a lanzarle cosas a la cara, -¿los ajos?, que conveniente- pensé.
El elfo hacia un gran trabajo distrayendo al murciélago, al lanzarle los ajos salió corriendo por un pasillo y este lo siguió. Me preocupé bastante, ya que sentía que el elfo quedaría atrapado por alguna pared y sería devorado, sin embargo dejé que se fuera solito y se sacrificara por el grupo.
En cuanto el murciélago pasó, yo mantuve una distancia y me acerqué a ellos. Todo fue muy rápido, y en un parpadear de ojos se encontraba aquel monstruo atrapado entre aquellas raíces, que ni sabía que se encontraban cerca, y que al parecer había sido una estrategia planificada por el elfo.
Era mi gran momento, el murciélago no duraría mucho retenido en aquella prisión por lo que le lancé varias agujas desde abajo hasta su cuello para tocar puntos específicos en esa zona que lo hicieran desmayarse, o por lo menos debilitarlo lo suficiente como para investigar bien lo que sucedía en aquella casa.
Las agujas hicieron lo suyo, penetraron la piel de aquel animal gigante y este calló tumbado en el suelo como si se hubiese muerto.
Me quedé mirándolo perpleja por el tamaño de esa cosa, mantuve mi distancia y le pedí el favor a alguno de los presentes para que tocaran al monstruo por mí.
-¿Quién se ofrece a quitarle los collares?- dije sonriendo, haciendo entender que yo no me acercaría a esa cosa.
Mónica soltó el árbol y se incorporó a la escena, se acercó al murciélago, le quito los collares y a demás lo tocó para comprobar sus signos vitales.
-Sigue vivo, sólo se desmayo- afirmó -Definitivamente este chico es el niño “tierno” de la imagen que consiguió Rauko-
-Rauko, ya que tu pareces tener mayor confianza con la mujer árbol, qué te parece si… le preguntas qué sucedió- sabía que era una propuesta extraña, preguntarle a un árbol una historia, pero debíamos intentarlo, de hecho, teníamos que terminar todo lo que íbamos a hacer antes de que despertara el murciélago si queríamos mantenernos a salvo.
Las cosas no estaban saliendo como me las imaginaba. Sabía que le había dicho a Rauko que lo distrajera, pero no que se suicidara. Aquel elfo tenía agallas sin ser pez, dijo que confiáramos ciegamente en él, una locura, y que lo dejáramos ejecutar su plan.
Mónica distrajo con unos cuantos gritos al murciélago, y después Rauko tuvo una ventana de tiempo para actuar. Empezó a lanzarle cosas a la cara, -¿los ajos?, que conveniente- pensé.
El elfo hacia un gran trabajo distrayendo al murciélago, al lanzarle los ajos salió corriendo por un pasillo y este lo siguió. Me preocupé bastante, ya que sentía que el elfo quedaría atrapado por alguna pared y sería devorado, sin embargo dejé que se fuera solito y se sacrificara por el grupo.
En cuanto el murciélago pasó, yo mantuve una distancia y me acerqué a ellos. Todo fue muy rápido, y en un parpadear de ojos se encontraba aquel monstruo atrapado entre aquellas raíces, que ni sabía que se encontraban cerca, y que al parecer había sido una estrategia planificada por el elfo.
Era mi gran momento, el murciélago no duraría mucho retenido en aquella prisión por lo que le lancé varias agujas desde abajo hasta su cuello para tocar puntos específicos en esa zona que lo hicieran desmayarse, o por lo menos debilitarlo lo suficiente como para investigar bien lo que sucedía en aquella casa.
Las agujas hicieron lo suyo, penetraron la piel de aquel animal gigante y este calló tumbado en el suelo como si se hubiese muerto.
Me quedé mirándolo perpleja por el tamaño de esa cosa, mantuve mi distancia y le pedí el favor a alguno de los presentes para que tocaran al monstruo por mí.
-¿Quién se ofrece a quitarle los collares?- dije sonriendo, haciendo entender que yo no me acercaría a esa cosa.
Mónica soltó el árbol y se incorporó a la escena, se acercó al murciélago, le quito los collares y a demás lo tocó para comprobar sus signos vitales.
-Sigue vivo, sólo se desmayo- afirmó -Definitivamente este chico es el niño “tierno” de la imagen que consiguió Rauko-
-Rauko, ya que tu pareces tener mayor confianza con la mujer árbol, qué te parece si… le preguntas qué sucedió- sabía que era una propuesta extraña, preguntarle a un árbol una historia, pero debíamos intentarlo, de hecho, teníamos que terminar todo lo que íbamos a hacer antes de que despertara el murciélago si queríamos mantenernos a salvo.
Magazubi
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Re: La casa inhabitable [Libre] [1/4]
En esos momentos donde reinaba el miedo y la adrenalina, mis compañeras se encontraban bajo una gran presión, y es que todos estábamos pasando por un gran estrés debido a los peligros que habían emergido, pero a pesar de lo mal que iban las cosas, las chicas lograron confiar en mí y en mi maravilloso plan… o tal vez no les quedaba de otra; fuese como fuese, Mónica hizo todo lo que estuvo a su alcance para distraer al murciélago para que yo pudiera hacer mis preparativos, y mientras tanto, Magita preparaba una sorpresa que por el momento nadie podría esperarse de una pequeña e indefensa niña como ella aparentaba ser.
Una vez que el murciélago cayó en mi trampa era el momento perfecto para noquearlo, inhabilitarlo o incluso asesinarlo, aunque para ello debíamos ser valientes o algo estúpidos, pues para realizar estas acciones era necesario acercarse y eso era un suicidio ya que ese monstruo no le había agradado mi grandiosa jugada y por ello se había dejado dominar por una gran furia que lo impulsaba a agitarse frenéticamente con el fin de liberarse y buscar venganza a cualquier costo.
Debido a las circunstancias opté por retroceder lentamente, llevando una de mis manos hacia mi espada para mantenerme preparado ante lo que sea que pudiera suceder -(Sólo necesito los collares y podré irme)- Recordé para luego fijar mi mirada en el cuello del murciélago -(¿Pero cómo puedo conseguirlos? No teng…)- Repentinamente mis pensamientos fueron interrumpidos cuando pude ver frente a mí cómo una ola de agujas emergió desde la nada para clavarse en la enorme criatura quien al experimentar cómo su piel era penetrada intentó soltar un gruñido de dolor, pero no pudo ni siquiera lograr eso, pues de un momento a otro perdió todas sus fuerzas y luego su cuerpo sucumbió ante un extraño debilitamiento que lo obligó a caer de bruces al suelo.
Me mantuve inmóvil por unos segundos, preguntándome qué había sucedido exactamente ante mis ojos; ni siquiera estaba seguro si el murciélago estaba vivo ya que no realizaba ningún movimiento, y tampoco quería averiguarlo acercándome; no obstante, una de mis dudas desapareció cuando vi una vez más el rostro de Magita y recordé que ella había mencionado su gran manejo de la telequinesis -(Un momento… ¿Por qué usa un arco para disparar flechas si puede moverlas con telequinesis?)- Una vez más mi mente fue invadida por una duda, aunque esta vez no sería tan importante encontrar la respuesta.
Dejando eso de lado, me acerqué un poco al murciélago para intentar saber si aún estaba vivo, pero las posibilidades de que despertara y me devorara era altas así que preferí guardar distancia; por desgracia, fue entonces cuando Magita preguntó quién sería el que tomaría los collares, una tarea que claramente yo trataría de evitar -Tú noqueaste al murciélago y yo arriesgué mi vida por ello…- Le respondí con algo de seriedad para luego señalar con el dedo índice a la que tendría la nueva responsabilidad -Mónica, es tu turno, haz lo tuyo- Dije esta vez con un tono más disciplinado para luego mostrar una sonrisa inocente.
Aunque Mónica tomó los collares sin problemas, mantuve una mano en mi espada para atacar si era necesario, pero gracias a los dioses mi preocupación fue en vano ya que el murciélago ya no parecía una amenaza. Por otro lado, pude sentir una gran satisfacción cuando Mónica confirmó mi teoría sobre la identidad de la enorme criatura -(¡Soy un genio! Siempre tuve la razón… Y pensaron que estaba loco ¡¡Pero yo estaba en lo cierto!!)- Quería gritar todas aquellas palabras que sonaban en mi mente y presumir de mi magistral descubrimiento, pero pude contenerme y sólo dejé que una pequeña y pícara sonrisa se dibujara en mi rostro por unos segundos.
Desafortunadamente, cuando finalmente podíamos largarnos y ser felices con nuestras vidas, descubrí que teníamos solamente tres de los cuatro collares de la familia, sólo teníamos los escorpiones y el murciélago, por lo que la búsqueda debía extenderse un poco más hasta encontrar el restante.
En ese instante, Magita me pidió que le preguntara al árbol sobre lo que había sucedido en aquella casa; eso me habría parecido bastante extraño si no fuera porque… No, en realidad sí me pareció bastante extraño, aunque decidí intentarlo ya que no había nada que perder y tal vez podíamos conseguir una pista sobre el último collar -Está bien, pero no prometo lograr que hable- Dije para luego acercarme al árbol.
Mientras tanto, las ramas que adornaban el lugar se desplazaron lentamente hasta cubrir el cuerpo inerte del murciélago hasta formar una especie de capullo para protegerlo o encerrarlo por un tiempo, lo que me hizo sentirme más seguro para intentar “dialogar” con el árbol -Gracias, realmente agradezco tu ayuda, te debemos nuestras vidas- Le susurré… a una planta… Vaya día más raro.
Tras unos cuantos segundos de silencio, procedí a realizar la pregunta -Puede que esto sea inoportuno, pero… ¿Podrías relatarme lo que sucedió aquí?- Propuse con un tono calmado y sosegado con el que esperaba transmitir confianza.
En ese momento tres pequeñas y delgadas ramas emergieron lentamente del enorme tronco, retorciéndose y creciendo hasta que se detuvieron para señalar con sus puntas tres grupos de caracteres del círculo de runas que yo había descubierto anteriormente en el suelo. Dichos grupos de caracteres estaban ubicadas lo más lejos entre sí y eran más notables que el resto del círculo ya que cada uno parecía ser de un lenguaje diferente.
Las intenciones del árbol me eran confusas y tal vez no habría nada que yo pudiera hacer al respecto ya que por el momento las runas eran ajenas a mí, y aunque Magita me había enseñado anteriormente con unos dibujos el significado de algunas runas del círculo, apenas podía recordar que una de esas significaba “colocar”; sin embargo mis compañeras tenían más conocimientos sobre el asunto y ellas serían las que podrían descifrar aquel enigma -Chicas, lo intenté. Creo que esto es trabajo de ustedes- Dije resignado para luego esperar que mis compañeras pudieran con el desafío…
Una vez que el murciélago cayó en mi trampa era el momento perfecto para noquearlo, inhabilitarlo o incluso asesinarlo, aunque para ello debíamos ser valientes o algo estúpidos, pues para realizar estas acciones era necesario acercarse y eso era un suicidio ya que ese monstruo no le había agradado mi grandiosa jugada y por ello se había dejado dominar por una gran furia que lo impulsaba a agitarse frenéticamente con el fin de liberarse y buscar venganza a cualquier costo.
Debido a las circunstancias opté por retroceder lentamente, llevando una de mis manos hacia mi espada para mantenerme preparado ante lo que sea que pudiera suceder -(Sólo necesito los collares y podré irme)- Recordé para luego fijar mi mirada en el cuello del murciélago -(¿Pero cómo puedo conseguirlos? No teng…)- Repentinamente mis pensamientos fueron interrumpidos cuando pude ver frente a mí cómo una ola de agujas emergió desde la nada para clavarse en la enorme criatura quien al experimentar cómo su piel era penetrada intentó soltar un gruñido de dolor, pero no pudo ni siquiera lograr eso, pues de un momento a otro perdió todas sus fuerzas y luego su cuerpo sucumbió ante un extraño debilitamiento que lo obligó a caer de bruces al suelo.
Me mantuve inmóvil por unos segundos, preguntándome qué había sucedido exactamente ante mis ojos; ni siquiera estaba seguro si el murciélago estaba vivo ya que no realizaba ningún movimiento, y tampoco quería averiguarlo acercándome; no obstante, una de mis dudas desapareció cuando vi una vez más el rostro de Magita y recordé que ella había mencionado su gran manejo de la telequinesis -(Un momento… ¿Por qué usa un arco para disparar flechas si puede moverlas con telequinesis?)- Una vez más mi mente fue invadida por una duda, aunque esta vez no sería tan importante encontrar la respuesta.
Dejando eso de lado, me acerqué un poco al murciélago para intentar saber si aún estaba vivo, pero las posibilidades de que despertara y me devorara era altas así que preferí guardar distancia; por desgracia, fue entonces cuando Magita preguntó quién sería el que tomaría los collares, una tarea que claramente yo trataría de evitar -Tú noqueaste al murciélago y yo arriesgué mi vida por ello…- Le respondí con algo de seriedad para luego señalar con el dedo índice a la que tendría la nueva responsabilidad -Mónica, es tu turno, haz lo tuyo- Dije esta vez con un tono más disciplinado para luego mostrar una sonrisa inocente.
Aunque Mónica tomó los collares sin problemas, mantuve una mano en mi espada para atacar si era necesario, pero gracias a los dioses mi preocupación fue en vano ya que el murciélago ya no parecía una amenaza. Por otro lado, pude sentir una gran satisfacción cuando Mónica confirmó mi teoría sobre la identidad de la enorme criatura -(¡Soy un genio! Siempre tuve la razón… Y pensaron que estaba loco ¡¡Pero yo estaba en lo cierto!!)- Quería gritar todas aquellas palabras que sonaban en mi mente y presumir de mi magistral descubrimiento, pero pude contenerme y sólo dejé que una pequeña y pícara sonrisa se dibujara en mi rostro por unos segundos.
Desafortunadamente, cuando finalmente podíamos largarnos y ser felices con nuestras vidas, descubrí que teníamos solamente tres de los cuatro collares de la familia, sólo teníamos los escorpiones y el murciélago, por lo que la búsqueda debía extenderse un poco más hasta encontrar el restante.
En ese instante, Magita me pidió que le preguntara al árbol sobre lo que había sucedido en aquella casa; eso me habría parecido bastante extraño si no fuera porque… No, en realidad sí me pareció bastante extraño, aunque decidí intentarlo ya que no había nada que perder y tal vez podíamos conseguir una pista sobre el último collar -Está bien, pero no prometo lograr que hable- Dije para luego acercarme al árbol.
Mientras tanto, las ramas que adornaban el lugar se desplazaron lentamente hasta cubrir el cuerpo inerte del murciélago hasta formar una especie de capullo para protegerlo o encerrarlo por un tiempo, lo que me hizo sentirme más seguro para intentar “dialogar” con el árbol -Gracias, realmente agradezco tu ayuda, te debemos nuestras vidas- Le susurré… a una planta… Vaya día más raro.
Tras unos cuantos segundos de silencio, procedí a realizar la pregunta -Puede que esto sea inoportuno, pero… ¿Podrías relatarme lo que sucedió aquí?- Propuse con un tono calmado y sosegado con el que esperaba transmitir confianza.
En ese momento tres pequeñas y delgadas ramas emergieron lentamente del enorme tronco, retorciéndose y creciendo hasta que se detuvieron para señalar con sus puntas tres grupos de caracteres del círculo de runas que yo había descubierto anteriormente en el suelo. Dichos grupos de caracteres estaban ubicadas lo más lejos entre sí y eran más notables que el resto del círculo ya que cada uno parecía ser de un lenguaje diferente.
щипцы വിഷമുള്ള
血液恋人
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Las intenciones del árbol me eran confusas y tal vez no habría nada que yo pudiera hacer al respecto ya que por el momento las runas eran ajenas a mí, y aunque Magita me había enseñado anteriormente con unos dibujos el significado de algunas runas del círculo, apenas podía recordar que una de esas significaba “colocar”; sin embargo mis compañeras tenían más conocimientos sobre el asunto y ellas serían las que podrían descifrar aquel enigma -Chicas, lo intenté. Creo que esto es trabajo de ustedes- Dije resignado para luego esperar que mis compañeras pudieran con el desafío…
Rauko
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Re: La casa inhabitable [Libre] [1/4]
Mi estómago empezó a retorcerse, no estaba muy segura de cómo en una situación como esa mi barriga estaba pensando en comida, pero así lo hacía. Busqué en el bolsito que me habían entregado al inicio del encargo para comer algunas provisiones que nos habían dejado mientras Rauko se encargaba de hablar con el árbol.
Mientras saboreaba los pedacitos de pan y el pollo picadito, que obviamente estaban fríos, me puse a pensar en como esa mujer podría ser un árbol. Más que considerar que fuese una criatura mitad árbol consideraba más probable que esa mujer fuera encerrada ahí. En realidad tenía sentido: el chico que siempre se vio frío y triste se convirtió en un monstruo murciélago, el papá y el hermano yacían muertos en una habitación y la mamá estaba encerrada en una planta. Ahora la pregunta era, ¿quién mató al papá y al hermano del niño? ¿había sido la mamá y por eso el niño trató de defenderse y e alguna manera extraña se convirtió en lo que es ahora y encerró a su mamá? O tal vez… el malo era el niño y quería venganza porque toda su vida fueron malos con él y el señor vampiro convirtió a su mujer en árbol para proteger al mundo de aquel murciélago gigante enojado. Habían varias posibilidades, pero sólo las pruebas y pistas que encontráramos en aquella casa nos acercarían a la verdad.
Rauko había conseguido una pista más, al parecer las runas que el había encontrado hace un tiempo y yo no le dí tanta importancia eran la clave de todo. Las ramas de la mujer se extendieron y se movieron a lo largo de la habitación para señalarnos tres palabras escritas en idiomas diferentes. Me acerqué a ver qué decía y llamé a Mónica para que me acompañara. Al principio no le había prestado tanta atención ya que no sabía de qué se trataba, pero en esta ocasión tenía una idea de lo que se referían esas runas. Algunas eran similares a las que yo había conjurado antes para impregnar mis piedritas con emociones y sentimientos; pero encerrar el alma de una mujer en un árbol era otro nivel; para un conjuro así seguramente alguien se tuvo que sacrificar o tener demasiada energía y control mágico. Las runas en sí estaban protegiendo un hechizo de absorción, o algo similar, ya que el alma de la mujer seguía intacta. La intensidad de los trazos de aquellas palabras revelan que iban muy en serio, y que quién sea que haya ayudado en aquel evento tenía experiencia encerrando gente en plantas, porque supongo que para encerrar en objetos inanimados debe ser un poco más fácil. De todas maneras era un tipo de magia que no conocía muy bien, pero definitivamente empezaría a usar distintos lenguajes en mis runas para fortalecer mis encantamientos; aquella era una magnífica idea.
Pude descifrar algunas palabras -Dice ..., venenos, y amante de la sangre- dije - Lo primero es tenazas- comentó Mónica a Rauko para que no se sintiera tan perdido.
[u]
-Esto lo conjuró un vampiro con algún brujo…- me quedé pensando -Yo sabía que los vampiros tenían cierta habilidad mágica pero esto no es muy común… supongo que los distintos idiomas es para darle más fuerza al hechizo, por si alguno de los conjuros no fuera suficientemente fuerte hay otro con un estilo diferente de conjuro para mantener a la mujer encerrada. ¿Ustedes que opinan?- saqué rápido mi cuaderno en blanco para anotar las runas que habían alrededor de aquella mujer -Luego investigaré más sobre esto…-
Mientras estaba anotando todo, Mónica utilizó los materiales de herbología para crear una poción, no estaba muy segura para qué, pero seguí escribiendo tranquila. De reojo vi que le estaba dando la poción al murciélago gigante y ahí fue que me alerté.
-¿Qué estas haciendo?- dejé de escribir y me acerqué a ver.
-Lo estoy matando- dijo muy tranquilamente y habiéndole la poción a las raíces del árbol.
-Nooooooooo. ¿Qué haces? ¿Por qué quieres matar a la mujer?- mi corazón se aceleró -¿Por qué los matas?- le pregunté subiendo mi tono de voz.
-Por que ya no los necesitamos, dentro de poco vendrán a buscarnos y los socios del señor Wulcan van a querer explicaciones y evitarse complicaciones. Nosotros les explicaremos lo que sabemos y les dejaremos la casa sana y salva para que ellos hagan lo que quieran con ella- respiró profundamente -Calma-
-¿Cómo que me calmeee? Acabas de matar a dos seres, y uno de ellos era una excelente objeto de estudio sobre hechicería. ¡¡Raukooooooo, dile que lo que hizo está mal!!-
-Hey, shh. El árbol aún no está muerto, le queda como media hora de vida. A demás le evito la tortura de estar encerrada, y lo pesado que debe ser a unos niños ricos como los Wulcan queriendo hacer investigaciones con ella. Sé de plantas, y estoy segura de que nadie quiere tener una vida así.-
-¡¡¡Pero es su vida, no tuya, no es tu decisión!!!- le dije muy enojada -¡Rauko, has algooo! Se está muriendoooo….- corrí a abrazar a Rauko para no ver la muerte del árbol.
Mientras saboreaba los pedacitos de pan y el pollo picadito, que obviamente estaban fríos, me puse a pensar en como esa mujer podría ser un árbol. Más que considerar que fuese una criatura mitad árbol consideraba más probable que esa mujer fuera encerrada ahí. En realidad tenía sentido: el chico que siempre se vio frío y triste se convirtió en un monstruo murciélago, el papá y el hermano yacían muertos en una habitación y la mamá estaba encerrada en una planta. Ahora la pregunta era, ¿quién mató al papá y al hermano del niño? ¿había sido la mamá y por eso el niño trató de defenderse y e alguna manera extraña se convirtió en lo que es ahora y encerró a su mamá? O tal vez… el malo era el niño y quería venganza porque toda su vida fueron malos con él y el señor vampiro convirtió a su mujer en árbol para proteger al mundo de aquel murciélago gigante enojado. Habían varias posibilidades, pero sólo las pruebas y pistas que encontráramos en aquella casa nos acercarían a la verdad.
Rauko había conseguido una pista más, al parecer las runas que el había encontrado hace un tiempo y yo no le dí tanta importancia eran la clave de todo. Las ramas de la mujer se extendieron y se movieron a lo largo de la habitación para señalarnos tres palabras escritas en idiomas diferentes. Me acerqué a ver qué decía y llamé a Mónica para que me acompañara. Al principio no le había prestado tanta atención ya que no sabía de qué se trataba, pero en esta ocasión tenía una idea de lo que se referían esas runas. Algunas eran similares a las que yo había conjurado antes para impregnar mis piedritas con emociones y sentimientos; pero encerrar el alma de una mujer en un árbol era otro nivel; para un conjuro así seguramente alguien se tuvo que sacrificar o tener demasiada energía y control mágico. Las runas en sí estaban protegiendo un hechizo de absorción, o algo similar, ya que el alma de la mujer seguía intacta. La intensidad de los trazos de aquellas palabras revelan que iban muy en serio, y que quién sea que haya ayudado en aquel evento tenía experiencia encerrando gente en plantas, porque supongo que para encerrar en objetos inanimados debe ser un poco más fácil. De todas maneras era un tipo de magia que no conocía muy bien, pero definitivamente empezaría a usar distintos lenguajes en mis runas para fortalecer mis encantamientos; aquella era una magnífica idea.
Pude descifrar algunas palabras -Dice ..., venenos, y amante de la sangre- dije - Lo primero es tenazas- comentó Mónica a Rauko para que no se sintiera tan perdido.
[u]
-Esto lo conjuró un vampiro con algún brujo…- me quedé pensando -Yo sabía que los vampiros tenían cierta habilidad mágica pero esto no es muy común… supongo que los distintos idiomas es para darle más fuerza al hechizo, por si alguno de los conjuros no fuera suficientemente fuerte hay otro con un estilo diferente de conjuro para mantener a la mujer encerrada. ¿Ustedes que opinan?- saqué rápido mi cuaderno en blanco para anotar las runas que habían alrededor de aquella mujer -Luego investigaré más sobre esto…-
Mientras estaba anotando todo, Mónica utilizó los materiales de herbología para crear una poción, no estaba muy segura para qué, pero seguí escribiendo tranquila. De reojo vi que le estaba dando la poción al murciélago gigante y ahí fue que me alerté.
-¿Qué estas haciendo?- dejé de escribir y me acerqué a ver.
-Lo estoy matando- dijo muy tranquilamente y habiéndole la poción a las raíces del árbol.
-Nooooooooo. ¿Qué haces? ¿Por qué quieres matar a la mujer?- mi corazón se aceleró -¿Por qué los matas?- le pregunté subiendo mi tono de voz.
-Por que ya no los necesitamos, dentro de poco vendrán a buscarnos y los socios del señor Wulcan van a querer explicaciones y evitarse complicaciones. Nosotros les explicaremos lo que sabemos y les dejaremos la casa sana y salva para que ellos hagan lo que quieran con ella- respiró profundamente -Calma-
-¿Cómo que me calmeee? Acabas de matar a dos seres, y uno de ellos era una excelente objeto de estudio sobre hechicería. ¡¡Raukooooooo, dile que lo que hizo está mal!!-
-Hey, shh. El árbol aún no está muerto, le queda como media hora de vida. A demás le evito la tortura de estar encerrada, y lo pesado que debe ser a unos niños ricos como los Wulcan queriendo hacer investigaciones con ella. Sé de plantas, y estoy segura de que nadie quiere tener una vida así.-
-¡¡¡Pero es su vida, no tuya, no es tu decisión!!!- le dije muy enojada -¡Rauko, has algooo! Se está muriendoooo….- corrí a abrazar a Rauko para no ver la muerte del árbol.
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Editado para el subrayado de uso de hab pasiva arcanos.
Última edición por Magazubi el Jue 24 Ago 2017 - 21:20, editado 2 veces
Magazubi
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Re: La casa inhabitable [Libre] [1/4]
Gracias a Mónica descubrimos el significado de los extraños caracteres, aunque ahora yo seguía igual de confundido. Así que intenté buscar alguna respuesta a mis dudas, pero por más creativa y disparatada que fuese mi gran imaginación, no pude responder las interrogantes que hacían eco dentro de mi cabeza.
Igualmente, tanto Magita como Mónica se veían curiosas por saber cuál era la verdad detrás de todo, sobre todo la pequeña quien se veía intentando dar con la respuesta -Creo que tienes razón- Le respondí a Magita para luego mirar detenidamente las runas -(Espero que no se note mi ignorancia en este tema)- Pensé mientras disimulaba mi falta de conocimiento.
Y así, Mónica decidió crear una poción para luego hacer que el enorme murciélago bebiera de ésta. No obstante, Magita, al ver esto, inmediatamente preguntó qué estaba haciendo Mónica, quien respondió que estaba acabando con la vida de aquel monstruo. Tras aquella respuesta procedió a verter el resto de la poción en las raíces del árbol, lo que terminó por alterar a la pequeña la cual se opuso a esta idea y, entrando en desesperación, me pidió ayuda.
Entonces, sin pensarlo demasiado, desenvainé mi espada y me acerqué a la raíz que había sido envenenada. Mi objetivo era cortarla para evitar que el veneno se propagase, sin embargo, antes de lograr mi cometido, una rama se extendió hacia mí logrando tocar mi frente y las runas comenzaron a brillar con intensidad…
-“Ésta… es la historia del lugar que alguna vez… fue mi hogar…”
En una noche como cualquier otra, la familia Squart regresaba después de una cena. Como de costumbre los padres asesinaban a inocentes para obtener sangre, mientras que los niños sólo observaban y aprendían.
Cuando esta familia entró a su enorme y lujosa casa, el señor Squart agarró por la camisa a su hijo quien tenía ojos de diferentes colores, lo levantó con enojo hasta colocarlo al nivel de su rostro y declaró que lo echaría de la casa y no lo reconocería como su hijo si este pequeño nunca se atrevía asesinar para probar que podía ser un vampiro. Mientras tanto la madre sólo observaba y el otro hijo permanecía con una leve sonrisa en su rostro.
No era la primera vez que esto sucedía, uno de los hijos, quien tenía sus ojos de diferentes colores, siempre se negaba a imitar los desagradables actos de sus padres, pues él no quería ser un asesino y tampoco un vampiro; pero aquella familia hacía todo lo necesario para mantener el buen prestigio del apellido Squart y mostrar superioridad por sobre los Singen, la familia rival. La soberbia y el orgullo condujeron a los padres a someter a su hijo a una serie de maltratos sin misericordia. Querían acabar con la bondad del pequeño sin importar lo oscuro y perverso que fuesen los métodos para lograrlo.
No obstante, el pequeño Squart podía encontrar un poco de consuelo, pues siempre que tenía la oportunidad lograba escapar de su casa a escondidas para visitar a su mejor y única amiga, una niña humana llamada Emily, quien siempre jugaba con él y le platicaba sobre las maravillas del mundo, de hecho, ya que Emily era la única persona con la que él podía hablar y sentirse cómodo y feliz, con el tiempo llegó a sentir hacia ella un hermoso sentimiento que sería mucho más que una simple amistad, pero nunca se atrevería a confesarlo.
El único que sabía de los viajes secretos del pequeño Squart era su travieso hermano quien lo chantajeaba pidiéndole favores a cambio de mantener la boca cerrada. A veces, estos favores se convertían en verdaderos desafíos que sólo alguien estrafalario se atrevería a hacer, pero aun sí, el pequeño hacía lo necesario para mantener en secreto la única luz que iluminaba su vida.
Fue entonces cuando los dioses decidieron cambiar el rumbo de esta historia. Esta familia salió a cazar y por el camino encontraron una carreta que avanzaba con lentitud. El señor y la señora Squart no dudaron en masacrar a todas las personas dentro del vehículo, las cuales gritaron con desesperación y suplicaron una y otra vez por sus vidas hasta que, finalmente, murieron en agonía.
El pequeño Squart se mantuvo mirando a otro lado ya que le aborrecía tal escena, pero cuando todo terminó no pudo evitar mirar los cadáveres de los desafortunados y, por desgracia, descubrió que entre las víctimas se encontraba Emily.
El pequeño Squart no quebró en llanto por esa tragedia, pero desde entonces dejó de mostrar expresiones en su rostro, su mirada había perdido su brillo como si ya no tuviera alma; dejó de hablar, de comer, incluso de moverse, pues sus deseos de vivir habían muerto junto a Emily.
Pasado un tiempo, el señor Squart perdió la paciencia. Él sólo quería que el pequeño se convirtiera en un gran vampiro, y si no sería de la manera convencional entonces sería de una manera inconvencional. Así que obligó a su esposa a utilizar un conjuro arcano para que su hijo se transformara a la fuerza. Ella se negó porque nunca se había hecho algo parecido y no deseaba usar a su hijo como sujeto de prueba, pues, aunque fue cruel con él, en realidad lo amaba. Por desgracia terminó cediendo ante los deseos de su esposo y sufrió las consecuencias. Algo salió mal. El niño comenzó a transformarse en un enorme y monstruoso murciélago, y no sólo eso, sino que su sed de venganza salió a flote; en su nueva forma se colocó los collares de la familia y comenzó a asesinar a muchas personas para manchar su apellido.
Luego de esto el señor Squart comprendió lo cruel que llegó a ser por culpa de su orgullo. Se lamentó como nunca lo había hecho en su vida y por primera vez en su adultez, quebró en llanto, y sería por quien ahora deseaba recuperar sin importar el costo. Así que se prometió que salvaría a su hijo y le daría la vida que éste quisiera; ése sería su más grande deseo. No obstante, sabía que su esposa ya no podía hacer nada al respecto, así que él se rebajó a suplicarles a sus enemigos, la familia Singen, que le ayudasen ya que estos eran los mejores en arcanos.
Horas después los Singen prepararon todo en la casa Squart, y cuando el gran murciélago llegó al lugar, el hechizo fue realizado. Tanto el señor Squart como su travieso hijo dieron sus energías vitales para que todo funcionara; un acto tanto de valentía como de amor sincero, pero no sabían que con esto perderían sus vidas, pues los Singen sólo querían acabar con ellos y una vez logrado esto huyeron.
La señora Squart no supo cómo reaccionar por lo sucedido y sólo se dejó dominar por la desesperación y la tristeza, pero ya no tenía nada que perder así que, sin pensarlo bien, realizó un hechizo tan poderoso que nadie podría revertir y se convirtió en un enorme árbol para poder atrapar con sus ramas al monstruo y así liberarlo de su maldición asesinándolo pero, al final, nunca fue capaz de tal acto.
Pasó el tiempo, los Singen lograron su cometido y esparcieron rumores para que nadie intentara acercarse a la casa, la señora Squart fue destinada a pasar la eternidad siendo un árbol sin que nadie pudiera salvarla, mientras que su hijo, con apariencia de murciélago, lentamente perdió su mente hasta convertirse en una criatura que nunca podrá recordar por qué asesina a todo aquel que se acerca a su casa.
“Me he lamentado por mucho tiempo… He sufrido por mucho tiempo… Ahora sólo sueño con que el alma de mi hijo y el mío sean liberadas de este destino… Tal vez en la otra vida… pueda encontrarme con el resto de los Squart… y volver a ser una familia.”
-¿Qué?- Murmuré por instinto, pues estaba confundido, no sabía qué acababa de suceder. Miré a mis compañeras y había otras ramas que estaban cerca de ellas -(¿Acaso ellas también vieron y escucharon lo mismo que yo?)- Me pregunté pero sin ánimos de averiguar la respuesta.
Entonces recordé lo que iba a hacer anteriormente, pero si salvaba al murciélago y a su madre seguramente los Wulcan o alguien más convertiría a aquella criatura en un arma y moriría en batalla, mientras que a la mujer-árbol lo someterían a constantes experimentos, haciéndola sufrir y tal vez también moriría a causa del dolor.
Con eso en mente, me levanté, me acerqué a Magita y moví mi mano por sobre su cabeza para intentar acariciar su cabello -Tranquila, puede que esto sea confuso para ti, pero tal vez esto sea lo mejor- Dije con una voz compasiva para luego mirar con pena al árbol -No los veas como simples objetos de estudio. En esos cuerpos están destinados a sufrir, pero si sus almas son liberadas, entonces… ya no sentirán dolor y podrán encontrarse con el resto de su familia, aunque no sea en esta vida- Bajé mi mirada -A veces dejar ir algo duele menos que mantenerlo-
Poco después llegó Wulcan con sus socios, Mónica se encargó de dar las explicaciones y todos recibimos nuestras recompensas, aunque tal vez Magita no estaría satisfecha con el desenlace final; me sentí mal por ella y realmente deseaba que esa pequeña nunca hubiese estado en esa aventura conmigo, pues aunque al principio todo marchaba bien, al final seguramente la decepcioné con mis acciones y tal vez no podría perdonarme por eso.
Cuando me marché a mi hogar sólo podía pensar en Magita y deseaba que, tarde o temprano, ella pudiera superar los eventos vividos en la casa Squart. Lo único que me aliviaba era que por lo menos los últimos Squart podrían disfrutar de la paz que anhelaron por años, pero… ¿realmente tomé la decisión correcta? Tal vez sólo el tiempo podría darme la respuesta.
Igualmente, tanto Magita como Mónica se veían curiosas por saber cuál era la verdad detrás de todo, sobre todo la pequeña quien se veía intentando dar con la respuesta -Creo que tienes razón- Le respondí a Magita para luego mirar detenidamente las runas -(Espero que no se note mi ignorancia en este tema)- Pensé mientras disimulaba mi falta de conocimiento.
Y así, Mónica decidió crear una poción para luego hacer que el enorme murciélago bebiera de ésta. No obstante, Magita, al ver esto, inmediatamente preguntó qué estaba haciendo Mónica, quien respondió que estaba acabando con la vida de aquel monstruo. Tras aquella respuesta procedió a verter el resto de la poción en las raíces del árbol, lo que terminó por alterar a la pequeña la cual se opuso a esta idea y, entrando en desesperación, me pidió ayuda.
Entonces, sin pensarlo demasiado, desenvainé mi espada y me acerqué a la raíz que había sido envenenada. Mi objetivo era cortarla para evitar que el veneno se propagase, sin embargo, antes de lograr mi cometido, una rama se extendió hacia mí logrando tocar mi frente y las runas comenzaron a brillar con intensidad…
- Música para ambientar:
- - - - - - - - - -
-“Ésta… es la historia del lugar que alguna vez… fue mi hogar…”
En una noche como cualquier otra, la familia Squart regresaba después de una cena. Como de costumbre los padres asesinaban a inocentes para obtener sangre, mientras que los niños sólo observaban y aprendían.
Cuando esta familia entró a su enorme y lujosa casa, el señor Squart agarró por la camisa a su hijo quien tenía ojos de diferentes colores, lo levantó con enojo hasta colocarlo al nivel de su rostro y declaró que lo echaría de la casa y no lo reconocería como su hijo si este pequeño nunca se atrevía asesinar para probar que podía ser un vampiro. Mientras tanto la madre sólo observaba y el otro hijo permanecía con una leve sonrisa en su rostro.
No era la primera vez que esto sucedía, uno de los hijos, quien tenía sus ojos de diferentes colores, siempre se negaba a imitar los desagradables actos de sus padres, pues él no quería ser un asesino y tampoco un vampiro; pero aquella familia hacía todo lo necesario para mantener el buen prestigio del apellido Squart y mostrar superioridad por sobre los Singen, la familia rival. La soberbia y el orgullo condujeron a los padres a someter a su hijo a una serie de maltratos sin misericordia. Querían acabar con la bondad del pequeño sin importar lo oscuro y perverso que fuesen los métodos para lograrlo.
No obstante, el pequeño Squart podía encontrar un poco de consuelo, pues siempre que tenía la oportunidad lograba escapar de su casa a escondidas para visitar a su mejor y única amiga, una niña humana llamada Emily, quien siempre jugaba con él y le platicaba sobre las maravillas del mundo, de hecho, ya que Emily era la única persona con la que él podía hablar y sentirse cómodo y feliz, con el tiempo llegó a sentir hacia ella un hermoso sentimiento que sería mucho más que una simple amistad, pero nunca se atrevería a confesarlo.
El único que sabía de los viajes secretos del pequeño Squart era su travieso hermano quien lo chantajeaba pidiéndole favores a cambio de mantener la boca cerrada. A veces, estos favores se convertían en verdaderos desafíos que sólo alguien estrafalario se atrevería a hacer, pero aun sí, el pequeño hacía lo necesario para mantener en secreto la única luz que iluminaba su vida.
Fue entonces cuando los dioses decidieron cambiar el rumbo de esta historia. Esta familia salió a cazar y por el camino encontraron una carreta que avanzaba con lentitud. El señor y la señora Squart no dudaron en masacrar a todas las personas dentro del vehículo, las cuales gritaron con desesperación y suplicaron una y otra vez por sus vidas hasta que, finalmente, murieron en agonía.
El pequeño Squart se mantuvo mirando a otro lado ya que le aborrecía tal escena, pero cuando todo terminó no pudo evitar mirar los cadáveres de los desafortunados y, por desgracia, descubrió que entre las víctimas se encontraba Emily.
El pequeño Squart no quebró en llanto por esa tragedia, pero desde entonces dejó de mostrar expresiones en su rostro, su mirada había perdido su brillo como si ya no tuviera alma; dejó de hablar, de comer, incluso de moverse, pues sus deseos de vivir habían muerto junto a Emily.
Pasado un tiempo, el señor Squart perdió la paciencia. Él sólo quería que el pequeño se convirtiera en un gran vampiro, y si no sería de la manera convencional entonces sería de una manera inconvencional. Así que obligó a su esposa a utilizar un conjuro arcano para que su hijo se transformara a la fuerza. Ella se negó porque nunca se había hecho algo parecido y no deseaba usar a su hijo como sujeto de prueba, pues, aunque fue cruel con él, en realidad lo amaba. Por desgracia terminó cediendo ante los deseos de su esposo y sufrió las consecuencias. Algo salió mal. El niño comenzó a transformarse en un enorme y monstruoso murciélago, y no sólo eso, sino que su sed de venganza salió a flote; en su nueva forma se colocó los collares de la familia y comenzó a asesinar a muchas personas para manchar su apellido.
Luego de esto el señor Squart comprendió lo cruel que llegó a ser por culpa de su orgullo. Se lamentó como nunca lo había hecho en su vida y por primera vez en su adultez, quebró en llanto, y sería por quien ahora deseaba recuperar sin importar el costo. Así que se prometió que salvaría a su hijo y le daría la vida que éste quisiera; ése sería su más grande deseo. No obstante, sabía que su esposa ya no podía hacer nada al respecto, así que él se rebajó a suplicarles a sus enemigos, la familia Singen, que le ayudasen ya que estos eran los mejores en arcanos.
Horas después los Singen prepararon todo en la casa Squart, y cuando el gran murciélago llegó al lugar, el hechizo fue realizado. Tanto el señor Squart como su travieso hijo dieron sus energías vitales para que todo funcionara; un acto tanto de valentía como de amor sincero, pero no sabían que con esto perderían sus vidas, pues los Singen sólo querían acabar con ellos y una vez logrado esto huyeron.
La señora Squart no supo cómo reaccionar por lo sucedido y sólo se dejó dominar por la desesperación y la tristeza, pero ya no tenía nada que perder así que, sin pensarlo bien, realizó un hechizo tan poderoso que nadie podría revertir y se convirtió en un enorme árbol para poder atrapar con sus ramas al monstruo y así liberarlo de su maldición asesinándolo pero, al final, nunca fue capaz de tal acto.
Pasó el tiempo, los Singen lograron su cometido y esparcieron rumores para que nadie intentara acercarse a la casa, la señora Squart fue destinada a pasar la eternidad siendo un árbol sin que nadie pudiera salvarla, mientras que su hijo, con apariencia de murciélago, lentamente perdió su mente hasta convertirse en una criatura que nunca podrá recordar por qué asesina a todo aquel que se acerca a su casa.
“Me he lamentado por mucho tiempo… He sufrido por mucho tiempo… Ahora sólo sueño con que el alma de mi hijo y el mío sean liberadas de este destino… Tal vez en la otra vida… pueda encontrarme con el resto de los Squart… y volver a ser una familia.”
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-¿Qué?- Murmuré por instinto, pues estaba confundido, no sabía qué acababa de suceder. Miré a mis compañeras y había otras ramas que estaban cerca de ellas -(¿Acaso ellas también vieron y escucharon lo mismo que yo?)- Me pregunté pero sin ánimos de averiguar la respuesta.
Entonces recordé lo que iba a hacer anteriormente, pero si salvaba al murciélago y a su madre seguramente los Wulcan o alguien más convertiría a aquella criatura en un arma y moriría en batalla, mientras que a la mujer-árbol lo someterían a constantes experimentos, haciéndola sufrir y tal vez también moriría a causa del dolor.
Con eso en mente, me levanté, me acerqué a Magita y moví mi mano por sobre su cabeza para intentar acariciar su cabello -Tranquila, puede que esto sea confuso para ti, pero tal vez esto sea lo mejor- Dije con una voz compasiva para luego mirar con pena al árbol -No los veas como simples objetos de estudio. En esos cuerpos están destinados a sufrir, pero si sus almas son liberadas, entonces… ya no sentirán dolor y podrán encontrarse con el resto de su familia, aunque no sea en esta vida- Bajé mi mirada -A veces dejar ir algo duele menos que mantenerlo-
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Poco después llegó Wulcan con sus socios, Mónica se encargó de dar las explicaciones y todos recibimos nuestras recompensas, aunque tal vez Magita no estaría satisfecha con el desenlace final; me sentí mal por ella y realmente deseaba que esa pequeña nunca hubiese estado en esa aventura conmigo, pues aunque al principio todo marchaba bien, al final seguramente la decepcioné con mis acciones y tal vez no podría perdonarme por eso.
Cuando me marché a mi hogar sólo podía pensar en Magita y deseaba que, tarde o temprano, ella pudiera superar los eventos vividos en la casa Squart. Lo único que me aliviaba era que por lo menos los últimos Squart podrían disfrutar de la paz que anhelaron por años, pero… ¿realmente tomé la decisión correcta? Tal vez sólo el tiempo podría darme la respuesta.
Rauko
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