[MEGAEVENTO] La represa [El Norte no olvida] [Geralt]

Pirámide-chunga-escupe-neblina. Cuatro palabras que nunca habría esperado juntar para describir algo. Para cuando se enteró de que la gente estaba enfermando por ella, a medida que se acercaba a la capital después de su viaje, sus lobos ya habían sido dejados en la granja más lejana que conocía, con una generosa contribución económica para que cazaran sus ovejas o algo así, le traía sin cuidado mientras comieran.

En cualquier caso, la Logia había sido convocada para arreglar ese desastre que, teniendo en cuenta la cantidad de cachivaches que tenían y el hecho de que eran LOS magos de la zona, casi seguro que era culpa suya, no tenía manera de saberlo, había estado ocupado matando un dragón ilusorio para recuperar sus poderes…. Sonaba raro cuando se decía en voz alta, así que realmente no había dado ninguna explicación sobre porque de repente podía volver a hacer explotar cosas. Tampoco habían tenido mucho tiempo, puesto que prácticamente en cuando llego fue convocado por Lucy.

Necesitaban una llave para entrar a la pirámide, no tenían la llave, conseguirían la llave, fácil, incluso tenían un mapa, muy fácil. Solo debía no tocar a nadie, no beber agua y quemar algún niñ… no espera, cultivo, quemar algún cultivo si le apetecía. E incluso tendrían ayuda, aunque la ayuda que podía dar ese chucho era dudosa. –Vigila con los cuchillos dirigidos a la cara Rachel. Nos vemos chucho.- y siguió a su piromante favorita, porque Vincent simplemente no podía competir con Lucy por más poderoso que se volviera. El brujo se estaba poniendo al día, y la verdad era que no tenía buena pinta, por más que Dundarak pareciera estar haciendo las cosas bien, el control de plagas simplemente servía de poco cuando el origen seguía escupiendo enfermedad.

Lucy le aseguró que la puerta no saldría volando simplemente con “un kaboom la ostia de grande” y que necesitarían la llave, así que le dio un mapa y dejo que se las apañara. No le hacía mucha gracia tener que buscar por la represa, en esa agua que se suponía que no podía beber… dudaba que la pudiera tocar siquiera, pero bueno, se las arreglaría, posiblemente. Siguió andando, tranquilamente, sin demasiados problemas, evitando la neblina como podía y la vez que bloqueaba todo el paso, aprovecho un cultivo de maíz cercano. Saco la espada, la rozó con un cuchillo y unas pocas plantas de maíz a su izquierda explotaron, lanzando aire hacia delante y ahuyentando la niebla. La planta empezó a hacer “pops”, así que se fue rápido antes de que alguien fuese a mirar quien estaba explotando medio campo. Solo entonces, cuando se alejó de las plantas empezó a escuchar agua corriendo… en una represa cerrada… alguien estaba haciendo mucho dinero con eso, no tenía la más mínima duda. Pues haría mucho menos en cuando le hiciera saltar por los aires por contaminar media ciudad con su mercado negro. Y entonces empezó a perder el conocimiento, tuvo el tiempo justo de percatarse de la ironía.

La buena noticia era que no estaba muerto, a juzgar por su dolor de cabeza, estaba bastante seguro que los muertos no sentían eso. La mala, que la opción de estarlo empezaba a ser casi atractiva. Estaba atado de pies y piernas, no amordazado, al menos, así que de esa podía librarse usando su labia, o eso pensó durante sus primeros cinco segundos de conciencia, hasta que vio el altar… o un pedestal, no era arquitecto. La maldita llave estaba allí, eso era bueno, pero estaba rodeada de enfermos supurantes que su aguda mente le aseguraba que eran sectarios (eso, y las oraciones), lo que era malo. Pero se las apañaría, siempre lo hacía, solo tenía que encontrar algún truco, alguna idea ingeniosa que le permitiera incapacitar a esos tipos raritos, preferiblemente mediante muerte y desmembramiento, porque le daban mala espina e idealmente, todo eso conseguido mediante alguna explosión, las echaba de menos…

“-No falta mucho para ofrecer la vida del intruso nuestro Dios…-“ a la mierda, estaba fuera, ya pensaría después en cómo recuperar la llave de esos pirados, después de estar seguro de que NO iba a ser sacrificado como un maldito cordero. Ya llevaba un rato frotando las ataduras de su mano contra la roca de… ¿la mina? Pero ahora intensificó sus esfuerzos, casi frenéticamente. Se le antojaban demasiados para mandarlos a volar con un kaboom, al menos sin derrumbar la sala donde estaban… sonaba glorioso, pero lo reservaría como última posibilidad porque apreciaba considerablemente su vida. Sus manos fueron desatadas y paso de inmediato a los pies, sin siquiera parar a masajearse las muñecas. Esta vez fue mucho más fácil porque, obviamente, uso las manos y no alguna piedra afilada que no podía ni ver. Estuvo libre de sus ataduras, así que salió por patas.

Dentro de muchos años, cuando contara sus historias en una taberna, para conseguir bebida gratis, por supuesto, explicaría como su mente aguda, ejemplar para un brujo, había analizado todas las posibles opciones, ponderado los pros y contras y había decidido que la ruta escogida era la mejor opción. ¿La verdad? El camino del centro le daba muy mala espina, y ni siquiera vio el de la izquierda, así que se fue por la derecha con la carrera más rápida pero sigilosa que pudo conseguir…al menos durante los primeros metros, antes de emprender una carrera salvaje. Esconderse, recuperar el aliento, analizar sus armas y opciones, esos eran los pasos a seguir. Secretamente suplico para que no fuese un callejón sin salida, habría sido muy humillante…

Roca, roca, y más roca, una mina no era una muy buena atracción turística, aun sin contar la llave reliquia, o sus cultistas raritos, o la plaga que portaban, que pedía a gritos un poco de fuego purificador, y cuando decía un poco, quería decir lo suficiente como para dejar un castillo a la altura del suelo.

El brujo seguía contemplando las posibilidades mientras avanzaba, sin demasiada prisa, conservando el aliento, tenía que volver a recuperar la llave, lo sabía, su jefa contaba con él, y si era el único que había ido solo, era porque confiaba más en el que en el resto, no iba a fallarla, simplemente… necesitaba un plan que no le pareciera suicida para sus estándares, ya de por si bajos.

O simplemente volver a entrar por donde había salido, genial, simplemente genial.

El hombre que se había encontrado de frente le sacó todo el aire de los pulmones, aunque estaba casi seguro que era más por el brusco aterrizaje que por la magia usada. “Tensai de viento posiblemente” registro la mente del brujo casi instantáneamente, mientras aun volaba. Podía perfectamente con un tensai de viento, pero allí abajo no lo tenía tan claro, nunca se había molestado realmente en regular el poder de sus explosiones, cosa que combinado con el hecho de que no era arquitecto y por lo tanto desconocía cuanta fuerza aguantarían los pilares, lo obligaría a luchar muy por debajo de sus capacidades.

Pero el camino daba la vuelta, no tenía salida, así que tenía que pasar de frente, buscar otro camino, cualquiera. –Vamos allá.- No tenía tiempo de inscribir nada, ni de pensar un ingenioso plan, así que recurrió al plan B, que usualmente implicaba matarlos a todos con una explosión, pero debido a las circunstancias del lugar, esa opción era la C, de manera excepcional. No, esta vez el plan B consistía más bien en imitar a cierto chucho.

Era una mina, había polvo por todas partes, así que recogió un puñado con su mano, luego, con el puño aun cerrado, lo abrió un poco y soplo en toda la cara de ese brujito de aire. Era rastrero, y dejaba mucho que desear, pero más que intentar empalarlo con la espada, Geralt ni siquiera se paró, sino que siguió corriendo, apreciando brevemente que absolutamente NO quería tocar lo que fuese que estaba infectando a esos tipos.

Esa idea se vio puesta a prueba rápidamente, cuando su loca carrera por la sala central de la mina lo llevo de frente contra otro de esos infectados. Escogió la opción sana, se sacó la capa, se la tiró a la cabeza y le estampó un puñetazo en toda la cara con la inercia acumulada, para luego seguir hacia esa estúpida llave mientras el resto aun estaban demasiado confusos como para entender que pasaba. Con una daga hizo unas pocas chispas al frotarla por el pedestal y su capa se incendió. Una pena, pero seguro que podía comprar otra igual de bonita por casi nada, al fin y al cabo la gente necesitaba comida, no capas.

Y luego corrió, corrió como una niña, con esa llave portadora de plagas que no solo tenía mala pinta, sino que seguro que lo estaba enfermando, pero ese era un problema para otro día, para cuando no tuviera que evitar tornados, o cultistas sanguinarios. Centro, escogió centro, era el camino más cercano, y el que más mala pinta le daba, pero estaba un poco resentido con sus instintos por no decirle que ese maldito túnel no tenía salida, así que se arriesgaría. Eso sí, no voló por los aires la sala en la que estaba, por si acaso volvía a ser un camino sin salida, otra vez, o por si realizaba una reacción en cadena por toda la mina. Decidido, en cuando saliera se agenciaría unos cuantos libros de arquitectura.

El miembro 'Geralt' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses

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Ese camino si parecía ser el correcto, lo que era bueno, puesto que ese condenado brujo seguía detrás suyo, persiguiéndolo, y habría sido muy incómodo volver a encontrárselo de cara porque el estúpido camino daba la vuelta. Pero ese no fue el caso, primero sintió el aire en la cara, luego la luz de luna, lo que era muy buena noticia, puesto que la mina parecía estar en las ultimas. Y esa vez no era culpa suya, no había hecho nada… “aún” añadió después de una pausa en su línea de pensamiento.

Recapitulando, estaba fuera, al igual que un montón de sectarios que lo miraban un poco mal, con el objeto de su culto encima, y no había que olvidar a los sectarios que lo seguían allí detrás, en la mina. Podía correr, pero aunque estaba en forma, lo estaba para los estándares brujeriles, así que dudaba que pudiera correr más que todos y cada uno de esos fanáticos, que por otro lado hasta que había aparecido parecían estar protegiendo la represa, la causante de todo eso, porque había estado abierta cuando no debía, aunque si estaba cerrada para evitar que el agua emponzoñara a la gente, mantenerla estancada ahora que ya tenía a la causante en la mano sería malo, solo alargaría la plaga. Podía transformarse en ardilla, pero no tenía ninguna garantía de que todo su equipo se transformara con él. Es decir, funcionaba con la ropa y las armas, pero no había comprobado que pasaba con nada más, y esa llave era muy grande para una ardilla…

Sabía perfectamente lo que haría, solo estaba remoloneando para no tener que ejecutar el peor plan de la historia, incluso el plan C de matarlos a todos sonaba mejor, pero de verdad había un montón. –Contemplad… A VUESTRO DIOS.- Alzó la llave, haciéndola chispear por el filo de la espada, hasta que esta estuvo tan alto como pudo, aun soltando el humo ese rarito, y entonces, cuando todos los pirados estaban, en teoría, contemplando la llave, vino la mejor parte.

Justo detrás de la llave, del centro de visión de todos esos idiotas, en medio de la oscura noche, se produjo una explosión, suave para sus estándares, pero muy, muy brillante, idealmente lo suficiente como para cegar a todos esos tipos unos segundos. Entonces se planteó hacer explotar la mina con el tensai dentro, pero decidió aprovechar el tiempo un poco mejor, por si acaso su glorioso, terrible e improvisado plan no era tan glorioso como pensaba en un principio, además de que el tipo parecía competente y a lo mejor la explosión volaba hacia él y acababa extra crujiente. Y por supuesto, ninguno de sus planes estaba completo sin una desproporcionada cantidad de daño a la propiedad, completamente justificada eso sí, menos aquella vez…o esa otra…o aquella, daba igual, lo importante era que la manera más rápida, difícil de seguir y sencilla era el agua, después de reventar la represa de una explosión. Ya estaba abierta al fin y al cabo, solo debía explotar la pared y saltar al agua. No inmediatamente, esperaría a que las corrientes más fuertes se asentaran, unos pocos segundos, y absolutamente no era para ver sus caras de estupefacción mientras se iba.

Menos mal que sabía nadar, eso le daba una vaga oportunidad ante la corriente que desataría en nada… Le diría a la jefa que había sido el tensai de aire… o uno imaginario de tierra, o fuego… o cinco. Lo que fuera para que no le cobraran una maldita represa entera. Sino.... siempre existía la posibilidad de hacer explotar a su dios, Lucy lo mataría eso si, mejor dejarlo para el plan D.