La Puerta N.G [quest] [Geralt]

El norte, la tierra de las oportunidades. Extremadamente lejos de las islas, de cualquier lugar en realidad, era el lugar perfecto para conseguir objetos mágicos. Cierto era que de momento no había tenido suerte, pero había conseguido completar algunos contratos menores y había aprendido bastante de la fauna local, si decidía volver ahora mismo, volvería más sabio y lo más importante, más rico.

Y allí estaba, en una taberna después de atrapar un Hevonen que resulto ser un caballo con muy mala leche, un caballo precioso, eso si, pero tremendamente vulgar comparado con lo que pensaba que encontraría. Un pequeño mordisco de Freya exigiendo estofado le distrajo de sus pensamientos. Que raro, normalmente es Loki el que... ¿donde se había metido?

No tardo en encontrar a su lobo negro, arrastrándose sigilosamente hacia un gato negro. Loki, no el chucho lo miro y movió una de sus patas hacia delante, más lentamente. NOOOOO Justo cuando estaba a punto de levantarse para tirarle de la cola el lobo recapacito y corrió a su lado. Estaba recompensando a sus dos mascotas cuando empezó a oír alboroto, pero siguió a lo suyo... durante cinco segundos, hasta que se dio cuenta de que no le habían traído su bebida.

¿Como se llamaba esa chica del pelo negro? ¿Sumire? La busco con la mirada, no estaba. El alboroto se intensifico, seguramente estaría allí. Con un suspiro de resignación, el brujo se levanto y se dirigió allí. Un hombre de cabello castaño contra otros tres. El tipo era fuerte, parecía un toro, pero tres... Geralt pasaba el tiempo suficiente en tabernas como para considerar que tenia un problema serio, pero esto también le sirvió para prever como se desarrollaría todo. Le pegaría a uno de los tres gorilas demasiado fuerte, se cabrearía fruto del alcohol, sacaría un arma y se armaría un follón. Ni de coña, el pensaba dormir allí esta noche.

Siguió andando mientras se dirigía hacia la "pequeña" pelea. La pobre chica intentaba separarlos con palabras, era lo más sabio, arrearles un sartenazo podría resultarle caro, pero no estaba funcionando, Geralt creía en un curso de acción más directo. Agarro una botella de aguardiente de una mesa cercana, lanzandole unas pocas monedas al ahora no tan enfadado ex-dueño y tomo un gran sorbo hasta que sus mejillas se hincharon como un pez globo.

Aparto a la pobre Sumire de manera suave, mientras le clavaba sus ojos azules, confusa, el brujo miro a los tipos, se puso un dedo delante de la boca y escupió una llamarada. Siempre había querido probarlo...

Un quinto integrante en la pelea no los habría distraído, y no se consideraba lo suficientemente diestro como para darles una paliza a los cuatro lo suficientemente rápido como para detener el conflicto, pero... ¿una maldita llamarada a apenas dos palmos de sus caras? Eso tenia que llamarles la atención. Seguramente intentaría zurrarles, pero... ¿Un tipo de pelo blanco, con una bonita armadura de cuero, una espada colgando en la espada y cara de pocos amigos? Golpearlo requería por lo menos unos segundos de reflexión. O eso esperaba.

Este no es lugar para vuestra...discusión, si queréis salir afuera de uno en uno, o incluso en parejas... se había metido en medio sin saber nada, pero lo más probable era que ese trío hubiera empezado, por lo que tomando parte a favor del hombre solitario haría que se lo pensaran dos veces.

Después de su espectacular llamarada se armo un follón, alguien arreo a alguien, perdió la botella de alguna manera y antes de que se diera cuenta estaba lleno de salpicaduras de alcohol. Incluso sus lobos, tan rápidos siempre en gruñirle a la gente que lo amenazaba, gritaba o incluso le miraba raro, seguían sentados mirándolo con la cabeza inclinada.

Aunque no hizo falta que se enterara de nada, puesto que que el dueño apareció y calmo los ánimos. El trío se fue por su lado y el se quedo con ese tal Wriggles y la camarera. El brujo se sentó con el tipo al que acababa de rescatar y compartieron una botella de aguamiel. Al principio pensó que se trataba de pura cortesía, pero la conversación se interrumpía siempre a los pocos segundos, como si quisiera decirle algo y no se atreviera. ¿No seria un elfo? No, orejas normales. ¿Ocurre algo? se limito a preguntarle al hombre que tenia delante. Loki y Freya decidieron que era un buen momento para compartir banco con su dueño y se hicieron sitio.

Tu... eres brujo...

Aha

Quería preguntarte... es decir...¿Que sabes de puertas?

Creo que deberías hablar con un carpintero para eso...

No, es decir... puertas mágicas

No querrás que te encante una puerta para que se abra sola o algo así... no seria el primero, una vez le pidieron que encantara una ardilla, UNA ARDILLA, como si fuera a acercarse a esos malditos roedores.

No, no es eso, me refiero... cruzas una puerta y de repente ya no estas allí, no estas en el otro lado

¿Portales?

EXACTO se dio cuenta de que lo había dicho a gritos y bajo la voz. He oído de gente que ha desaparecido, que ha ido a... otro sitio, un sitio extraño

Y quieres saber si es posible... el hombre asintió Es posible... aunque un artefacto capaz de teleportarte a una gran distancia, o un brujo capaz de hacerlo... Algo que podía doblar a voluntad el espacio era algo digno de la guerra mágica, dudaba que unos... campesinos lo hubieran encontrado por casualidad. Aunque tan lejos de las islas... podía perfectamente ser el primer brujo en detenerse el tiempo suficiente por allí como para encontrarse con el rumor. Aunque podía estar equivocándose...

¿Estamos hablando de una puerta en concreto? ¿O la gente simplemente desaparece en puertas al azar?

Acompañar a un tipo que acababa de conocer a un lugar desconocido... Parecía una manera genial de ser apuñalado. Pero, por otro lado, siempre se estaba quejando de la falta de artefactos mágicos, de como todos los brujos acaparaban esos chismes y ya no quedaban para el. Una tierra desconocida, sin explorar... tenia que ir.

Aunque, la verdad, la siguiente historia le hizo dudar. ¿Meterse vete tu a saber donde persiguiendo a una mujer muerta? El si tenia cosas que perder, como su vida. Tendría que recordar esa parte, no pensaba quedarse atrapado en el otro lado como un pardillo, si quería volver, ese tipo no parecía un compañero fiable.

El brujo consiguió comida para el y sus lobos, provisiones para tres días y partió con el hombre. Normalmente dejaba atrás a sus lobos, pero si se quedaba atrapado allí, prefería tener un par de buenos rastreadores para no morirse de hambre. Puede que no fueran adultos, pero ya no le cabían en el bolsillo, estaban empezando a ser útiles.

Oye, sabes que porque una niña siniestra te lo dijera... podría ser que no te encontrases con tu mujer, o no como la recordabas... le ignoro, por supuesto, pero tenia que advertirle. El kilómetro se hizo rápido, y en nada, el brujo estaba parado ante unos pilares de madera.

Es, aquí, seguro había visto que dudaba, como para no hacerlo, había esperado un arco de piedra con lucecitas.

Seis pilares... todos tenían runas y animales. Wriggles debía haber encontrado al único brujo que entendía de bestias y runas en todo el maldito norte, menuda suerte tenia el condenado. Tendría que activarlos, solo esperaba que el orden no importara. Se paro ante el primero, un... ¿gato? Un gato peludo y con manchas en la cara. Miro la inscripción. αγάπη. Amor, ese bicho era un asski, tenian parejas de por vida. Parecía... adecuado demasiado adecuado. Pon la mano sobre la runa el hombre obedeció y esta se ilumino, desfigurando el gato hasta tener madera lisa. El peliblanco se pregunto si esa puerta solo servia para reencontrar amantes o si se había adaptado al objetivo de la búsqueda. Una magia que cambiaba con el contexto era siniestramente impresionante.

El siguiente era un pájaro sentado sobre un nido, aunque esas plumas de la cola lo hacían inconfundible, un tavook. πληρωμή, pago, había que pagar un precio. Esos pequeñajos robaban cosas brillantes para construir su nido, así que dejo un aero en la cesta y vio como la runa se iluminaba. Chupado.

El tercero era un tubo, un maldito tubo de madera. Geralt miro su interior y vio unos pequeños dientecillos. γενναιότητα, valentia. Espera, eso era... Ni de coña, yo no meto el brazo en un maldito gusano de roca Seguro que se lo arrancaba de cuajo. Pero Wriggles no tuvo tantos reparos, y lo aparto, metiendo el brazo hasta el fondo. Hubo un ligero click, la runa se ilumino y... nada mas, saco el brazo como si nada. Era casi decepcionante...

Otro pájaro, inconfundible, un flamenco de fuego, ni siquiera tuvo que mirar la runa, simplemente le arrojo una llamarada y vio como lamia el tótem, sin quemarlo, hasta que la runa brillo. Paso al siguiente, el ultimo pajarraco. Era una simple paloma de madera, y lo peor era que no acababa de entender la runa. ¿Corrección? Examino mas a fondo la rata voladora. Los totems eran burdos, pero en este caso se habían molestado en remarcar algunas plumas, como si fueran importantes por algún motivo.  Oh, un nibar Pajarracos que usaban en las islas, "persona correcta" tendría que probar que era un brujo. Puso la mano sobre la runa, nada, intento chamuscar un poco la madera, solo para tener que apagar el pequeño incendio rápidamente. Justo cuando se estaba planteando restregar su sangre, intento moverla con telequinesis, momento en el que la runa brillo.

El ultimo, al fin, dos ciervos. απόφαση. Decisión. Espera, los duomore nocturnae no existían, eran un mito, eso era hacer trampas, el resto de animales existían. En fin, daba igual, esta era fácil.  Ábrete nada ¿ανοιχτό? brillo ligeramente y luego nada. Tardo unos segundos en entenderlo, pero luego carraspeo y pronuncio de manera clara y firme ανοιχτό La runa brillo más y más, hasta que le cegó y el suelo empezó a temblar.

Cuando se recupero, vio una escalera, una enorme escalera que subía y subía hasta perderse en una nube. Esto va a ser horrible... tardaron una eternidad, no solo por los infinitos tramos de escaleras, sino por el miedo para nada irracional de dar un paso en falso y caer el vacío, o el de tropezar y bajar medio kilómetro dando tumbos. Cuando por fin atravesaron la nube, con el, Wriggles e incuso sus lobos estaban resollando, medio muertos, pero lo que vieron les quito aun más el aire. Un portón de piedra desgastada, allí, flotando, con una neblina/nube que impedía ver más allá.  Wriggles... tenias mi curiosidad, ahora tienes mi atención. No podían hacer nada más que cruzarlo, puesto que se negaba a bajar todas esas escaleras, por lo que tranquilizo a su jauría y avanzo, cerrando los ojos instintivamente para evitar lo que esperaba que no fuera una horrible caída al vacío.

Lo que había detrás de la puerta era bastante... ordinario, casi aerandiano, si no fuera porque había entrado a través de un portal en una maldita nube. Lo que tenia delante era verde, con aire fresco pero no tan frió como el que correspondería a la altura. Puede que se hubieran teleportado de verdad.

Muy bien Sebastian, que te parece si buscamos a... espera, esa mujer no había subido con ellos, cuando la miro más detenidamente, vio a sus labios moverse, pero no oía su voz. Y luego, ese tono tan claro, casi translucido. Esa debía ser su mujer.

Creo que miau Espera, ¿que? La tienes aqmiau ¿maldición? ¿A él? Giramiau como se atrevía a... Seras zmiau Nada mal... Luego buscaría alguna marca en su cuerpo, o señales de algún objeto mágico, o simplemente se lo escribiría en cuando encontrara papel, no iba a perder contra un muerto, seria humillante.

Pero eso no era lo que le preocupaba, un fantasma, una forma incorpórea... requería magia, el lugar era lo suficientemente raro como para considerar la posibilidad de que la obtuviera del entorno, pero si no... Procedía de uno de ellos dos, su "amada" podía acabar matándolo.

Sigamos... se fijo en un cartel, cinco kilómetros para encontrar algo parecido a civilización... no podía estar más cerca ¿verdad? Después de esa subida... Les tomaría poco más de una hora, haría una pausa en medio para llegar en dos horas, aceptable.

Todo parecían normal, vulgar... había arboles, pájaros y esos estúpidos roedores busca-bellotas que no paraba de encontrarse. Y sus lobos no parecían preocupados, estaban a su lado, mirando a lado y lado con curiosidad. ¿No veían al fantasma o les daba igual? Era una diferencia importante, suponía considerar al espíritu  amistoso o no saber si lo era...

Llegaron sin problemas, un mercado, lleno de cosas como era de esperarse, cosas de aspecto raro y cuyo uso desconocía, pero le pasaba lo mismo en Lunargenta, así que no significaba mucho... Puede que quieras preguntar sobre... nuestro objetivo... Sin "miau", chúpate esa fantasma. Aunque lo mejor seria seguir por la mañana, allí parecía ser muy temprano y el aun no había dormido ¿la noche anterior? No estaría mal preguntar la fecha.

Aurora... ¿Le hablaba a el o...? No parecía ser consciente del espíritu, pero era influenciado por el, fascinante, y siniestro, pero sobre todo fascinante. Decididdo a darse prisa con esa pequeña posesión espiritual, el brujo examino la posada. Si pasamos por alto el nombre... en otro ambiente habría resultado un nombre siniestro, pero en un lugar tan bullicioso... debía ser la especialidad de la casa o algo así. Parece un buen lugar para quedarse, podremos encontrarlo fácilmente.

Les hablo una tercera persona, una voz femenina. El brujo miro al fantasma, hasta que se dio cuenta de que su equipaje pesaba un poco menos. La gata esa... Os veo muy atentos... Miro a sus lobos con actitud seria, que bajaron las orejas avergonzados. ¿Que había dicho? Ojitos verdes, polvo de estrella, brújula y velas negras. Parecía un conjunto de objetos curiosos, aleatorios. Yo me encargo de las compras Aunque seguía sin tener claro para que serian. Wriggles estaba pálido como un cadáver, no se fiaba de que aguantara sin caer rendido.

Primero fue a por esos ojos verdes, pero hubo un problema. No veía ningún precio en aeros, y no tenia la más mínima idea de que era un septim. Por supuesto, sus monedas seguían teniendo valor, pero estaba bastante seguro de que un aero valía más que el peso de oro que representaba, por lo que salia perdiendo... Finalmente se decidió por una venta, cambio una bolsita de esas monedas raras por unas pocas runas sencillas, de esas ruidosas que tanto odiaba Wernack a una tienda que parecía vender artículos de broma y se fue directo a una taberna, no hubo suerte, pero al tercer intento encontró hombres apostando con dardos, algo chupado con su telequinesis. Con una abultada bolsa de nuevas monedas y unas pocas joyas, por fin pudo comprar el primer articulo.

Lo siento, no vendemos ese tipo de...cosas, pruebe en otro sitio Era, literalmente, un vendedor de velas, ¿Como que no vendían ese tipo de cosas? Y era el tercero que se lo decía... A lo mejor esa bola de pelo no le estaba vacilando  y realmente eran cosas para algo en concreto, como un conjuro. Tendría que buscar en algún lugar más especializado. La brújula fue adquirida sin problemas, pero tardo casi dos horas enteras, yendo de tienda en tienda, en comprar ese estúpido polvo de estrella, aunque ese joyero tenia un aspecto realmente sospechoso. Se quedo con su cara, por si acaso. Después de dar otra vuelta infructuosa en busca de las dichosas velas, decidió volver a la taberna. No había preguntado sobre su... pasajero espectral, tampoco quería que le tomaran por loco, ya había llamado suficiente la atención con tantas preguntas sobre artículos del mercado.