[Cerrado ]Por estos senderos [Libre]
Página 1 de 2. • Comparte
Página 1 de 2. • 1, 2
[Cerrado ]Por estos senderos [Libre]
Ben estaba decidido a llegar a Ulmer, así lo tenía planeado desde esa misma noche, noche que no había dormido bien y ya iban unas cuantas. No había, que él supiera, algún motivo en particular, salvo esas preguntas y respuestas que andaba buscando. Pero, ¿y si todo aquel viaje no tenía sentido? Es más, ¿y si todo aquel viaje sirviera para mostrarle que por muy emocionante que fuera el viaje, la seguridad y la comodidad que ofrecían un hogar no tenía precio en aquel mundo?
Bueno y qué más da, algún día viviré esa experiencia que tantos de mis antepasados vivieron. Se descubrió hablando en voz alta y se llevó la mano a la cintura, donde reposaba el hacha. Era un bosque con encanto y a pesar de que fuera media mañana, parecía que el día atardecía. Había buenos árboles por allí. Se paró frente a un árbol de un brazo de diámetro con una altura considerable. Aquel árbol tenía la corteza más oscura que los que estaba a su alrededor, casi desentonaba en aquel paisaje sombrío. Se acercó, un paso, dos... Y lo tocó con las dos manos. Las dejó allí apoyadas y observó un punto fijo de la corteza dejando que su cabeza tratara de poner orden, sin embargo se sorprendió pensando en lo que se sentiría al ser un árbol, al estar anclado en el espacio durante generaciones...
Aburrimiento. Concluyó de manera tajante. Antes de apartarse del árbol se fijó en el lento ascenso de una hormiga, seguramente en busca de la esencia de los árboles, como Ben lo llamaba. Zigzagueaba en busca de la ruta más fácil o la más segura o simplemente seguía el rastro de otra hormiga más lista que ella. Se sentía, en parte, identificado con aquella hormiga en el sentido del camino que debía recorrer. Ambos estaban solos, ambos debían apañárselas para llegar a un destino incierto. Siguió a la hormiga un rato más y se dio cuenta de que en una rama había un nido. Con suerte habría huevos para comer aún así, Ben, decidió no perder el tiempo. Se separó del árbol, apartó sus manos, que sacudió para sacudir la suciedad y se dio la vuelta dispuesto a emprender su marcha hacia Ulmer, aunque no le vendría mal hacer una parada en algún arroyo cercano.
Siguió su marcha, concentrado en el suelo, en los obstáculos que había: piedras, barro, raíces, troncos, ramas... Simplemente se dejaba llevar, tal y como había hecho los últimos años, quizá esa hormiga también se dejara llevar... De hecho la hormiga y él se parecían mucho. Ben sacudió la cabeza, se detuvo y echó la vista atrás, ni rastro de aquel árbol y de la hormiga. Suspiró y siguió caminando.
Desde luego... pensar que te pareces a una hormiga... ¡Que estupidez!. Dijo esbozando una sonrisa que dedicaba a aquel bosque. Pero, oh, tocar aquel árbol había sido el comienzo de muchas estupideces.
Bueno y qué más da, algún día viviré esa experiencia que tantos de mis antepasados vivieron. Se descubrió hablando en voz alta y se llevó la mano a la cintura, donde reposaba el hacha. Era un bosque con encanto y a pesar de que fuera media mañana, parecía que el día atardecía. Había buenos árboles por allí. Se paró frente a un árbol de un brazo de diámetro con una altura considerable. Aquel árbol tenía la corteza más oscura que los que estaba a su alrededor, casi desentonaba en aquel paisaje sombrío. Se acercó, un paso, dos... Y lo tocó con las dos manos. Las dejó allí apoyadas y observó un punto fijo de la corteza dejando que su cabeza tratara de poner orden, sin embargo se sorprendió pensando en lo que se sentiría al ser un árbol, al estar anclado en el espacio durante generaciones...
Aburrimiento. Concluyó de manera tajante. Antes de apartarse del árbol se fijó en el lento ascenso de una hormiga, seguramente en busca de la esencia de los árboles, como Ben lo llamaba. Zigzagueaba en busca de la ruta más fácil o la más segura o simplemente seguía el rastro de otra hormiga más lista que ella. Se sentía, en parte, identificado con aquella hormiga en el sentido del camino que debía recorrer. Ambos estaban solos, ambos debían apañárselas para llegar a un destino incierto. Siguió a la hormiga un rato más y se dio cuenta de que en una rama había un nido. Con suerte habría huevos para comer aún así, Ben, decidió no perder el tiempo. Se separó del árbol, apartó sus manos, que sacudió para sacudir la suciedad y se dio la vuelta dispuesto a emprender su marcha hacia Ulmer, aunque no le vendría mal hacer una parada en algún arroyo cercano.
Siguió su marcha, concentrado en el suelo, en los obstáculos que había: piedras, barro, raíces, troncos, ramas... Simplemente se dejaba llevar, tal y como había hecho los últimos años, quizá esa hormiga también se dejara llevar... De hecho la hormiga y él se parecían mucho. Ben sacudió la cabeza, se detuvo y echó la vista atrás, ni rastro de aquel árbol y de la hormiga. Suspiró y siguió caminando.
Desde luego... pensar que te pareces a una hormiga... ¡Que estupidez!. Dijo esbozando una sonrisa que dedicaba a aquel bosque. Pero, oh, tocar aquel árbol había sido el comienzo de muchas estupideces.
Última edición por Sango el Mar Jun 19 2018, 23:27, editado 1 vez
Sango
Héroe de Aerandir
Héroe de Aerandir
Cantidad de envíos : : 572
Nivel de PJ : : 5
Re: [Cerrado ]Por estos senderos [Libre]
No era algo que le gustara demasiado pero había hecho noche en peores lugares, eso seguro. Las tripas rugieron y el pobre fuego que había logrado encender, después de casi dos horas, no ayudaba a mitigar los calambres en el estómago. Hacía un par de días que no comía en condiciones, muchas veces mascaba alguna planta que se encontraba por el bosque, sin cuidar si ese territorio estaba marcado o no por algún animal... o algún otro ser. Aquel bosque lo estaba volviendo loco, en primer lugar, la falta de luz; segundo; la falta de alimentos que llevarse a la boca; tercero, los bichos, insectos de todas las clases. Los odiaba menos a la hormiga, "la hormiga es un ser práctico, hace lo necesario para sobrevivir, punto", pensó. Cogió una ramita y movió unas hojas secas que aun no se habían quemado, el fuego no crecía. Decidió entonces acercarse a soplar para avivarlo un poco.
El problema no es encenderlo, ¿verdad? Es mantenerlo... Y hacer que coja fuerza. Dijo entre gruñidos mientras colocaba la cabeza cerca del fuego dispuesto a soplar. Una. Dos. Tres... Ben estaba cansado. De hecho, se empezaba a preocupar, cuando de repente lo vio. Al otro lado del pobre fuego había un grupo de tres setas con un color marrón muy tenue y con una cabeza casi casi redonda. Sin pensarlo dos veces, Ben, se lanzó a por ellas y las cortó para ensartarlas en un palo y dejarlas unos instantes al fuego mientras decidía qué hacer con ellas. Aquellas setas no las había visto nunca, no sabía que efecto tendrían sobre él, pero tenía hambre y se acordó del nido que vio esa misma mañana. La furia se apoderó de él, ¿desde cuando era tan complaciente? "No, no merecía la pena el esfuerzo, Ben, no le des más vueltas, cómete esas setas y mañana todo saldrá mejor" Pensó. "Vale" Se respondió a sí mismo. Al minuto las tres setas recorrían el interior de su cuerpo.
Habían pasado unos minutos desde que se había comido las setas. El fuego parecía avivarse y Ben estaba embelesado. Una sonrisa tonta e infantil se le había dibujado en la cara. El fuego bailaba con el mundo, no, con el aire, el fuego quería ser aire por eso se escapaba ese humo negro, ¡sí! Ben se empezó a reír con aquella ocurrencia, no era una risa normal, era una carcajada fuerte y sonora que no paró hasta que fue consciente de que le faltaba el aire. Sin darse cuenta estaba tirado en el suelo.
Ay, ay... Dioses... Se incorporó de nuevo hasta quedar apoyado en un tronco de árbol caído que hacía las veces de defensa natural. Al menos por un flanco. Ben alzó la mirada más allá del fuego, a la negrura del bosque. Entrecerró los ojos para tratar de ver algo, pero sólo había oscuridad.
¡Já! Pero yo debería estar en esa oscuridad, sin embargo aquí estoy, en mi refugio de luz, donde la oscuridad, aunque nos envuelva, no puede entrar, sin embargo en la frontera, en esa delgada línea... Sí, el choque entre luz y oscuridad, siempre ha sido así y siempre será, tan antiguo desde que el mundo es mundo... Pero lo que poca gente sabe es el resultado real de esa incansable lucha, ¿quieres saberlo árbol caído? Yo te lo diré, pero antes has de comprender quién soy, y tú amigo árbol creerás que estoy chiflado porque yo, un humano, quiere hablar con un árbol. ¿Los árboles piensan? Espero que no... he matado a muchos... Pero, supongamos que así fuera, de todas formas, ¿no hay hombres lobo? ¿Por qué no un árbol que piensa y razona como un humano? Bien árbol, pero no un árbol cualquiera, sino mi amigo árbol, pocos árboles tienen ese honor, ¿sabes? Tú eres especial, sí, tú me das cobijo en esta fría noche invernal, tú me das de comer en este bosque, tú me... De repente dejó de hablar, cerró los ojos y abriendo la boca empezó a reír a carcajadas, esta vez no eran tan sonoras, sólo cuando cogía aire.
Tardó un rato en calmarse antes de recuperar su postura. Justo en ese instante su expresión se tornó en una mueca de miedo ante lo que tenía en frente. Estaba viendo una bestia justo al lado del fuego. Paralizado por el miedo se tapó la cara con las manos y empezó a gritarle cosas ininteligibles, guturales en su mayoría. Un instante después se puso de pie y sacó el hacha mientras la bestia seguía allí, inmóvil, mirándole desafiante.
¡Te crees que puedes vencerme! ¡Já! ¡Te podría ganar a puñetazos si quisiera! ¿Sabes qué? Lo haré así. Dijo con voz desafiante y clavó el hacha en su amigo árbol, el caído. Se preparó para la batalla y sin pensarlo dos veces cargó contra aquella bestia que no se movió al ver que Ben corría hacia él.
El choque fue brutal, Ben impactó contra él con el hombro izquierdo y debido a la inercia que llevaba también golpeó con la cabeza. El impacto hizo retroceder a Ben tirándolo por el suelo y haciéndole rodar hasta casi su posición inicial, junto al árbol caído, su amigo. Quiso levantarse pero no pudo. El golpe había sido brutal. Se llevó la mano a la cabeza y toco algo viscoso. Se incorporó un poco para ver a la bestia y su estado, pero había desaparecido, sin embargo, había un árbol. Ben empezó a reír y a gemir de dolor con cada carcajada, era algo que no podía parar y que fue cada vez a más. En un último intento por ponerse en pie, se agarró al hacha, pero la corteza del árbol cedió ante su peso y Ben regresó al suelo, aun riendo.
Te abro mi corazón y así me lo pagas, amigo mio. Le dijo al árbol antes de caer rendido y entrar en el mundo de los sueños.
El problema no es encenderlo, ¿verdad? Es mantenerlo... Y hacer que coja fuerza. Dijo entre gruñidos mientras colocaba la cabeza cerca del fuego dispuesto a soplar. Una. Dos. Tres... Ben estaba cansado. De hecho, se empezaba a preocupar, cuando de repente lo vio. Al otro lado del pobre fuego había un grupo de tres setas con un color marrón muy tenue y con una cabeza casi casi redonda. Sin pensarlo dos veces, Ben, se lanzó a por ellas y las cortó para ensartarlas en un palo y dejarlas unos instantes al fuego mientras decidía qué hacer con ellas. Aquellas setas no las había visto nunca, no sabía que efecto tendrían sobre él, pero tenía hambre y se acordó del nido que vio esa misma mañana. La furia se apoderó de él, ¿desde cuando era tan complaciente? "No, no merecía la pena el esfuerzo, Ben, no le des más vueltas, cómete esas setas y mañana todo saldrá mejor" Pensó. "Vale" Se respondió a sí mismo. Al minuto las tres setas recorrían el interior de su cuerpo.
Habían pasado unos minutos desde que se había comido las setas. El fuego parecía avivarse y Ben estaba embelesado. Una sonrisa tonta e infantil se le había dibujado en la cara. El fuego bailaba con el mundo, no, con el aire, el fuego quería ser aire por eso se escapaba ese humo negro, ¡sí! Ben se empezó a reír con aquella ocurrencia, no era una risa normal, era una carcajada fuerte y sonora que no paró hasta que fue consciente de que le faltaba el aire. Sin darse cuenta estaba tirado en el suelo.
Ay, ay... Dioses... Se incorporó de nuevo hasta quedar apoyado en un tronco de árbol caído que hacía las veces de defensa natural. Al menos por un flanco. Ben alzó la mirada más allá del fuego, a la negrura del bosque. Entrecerró los ojos para tratar de ver algo, pero sólo había oscuridad.
¡Já! Pero yo debería estar en esa oscuridad, sin embargo aquí estoy, en mi refugio de luz, donde la oscuridad, aunque nos envuelva, no puede entrar, sin embargo en la frontera, en esa delgada línea... Sí, el choque entre luz y oscuridad, siempre ha sido así y siempre será, tan antiguo desde que el mundo es mundo... Pero lo que poca gente sabe es el resultado real de esa incansable lucha, ¿quieres saberlo árbol caído? Yo te lo diré, pero antes has de comprender quién soy, y tú amigo árbol creerás que estoy chiflado porque yo, un humano, quiere hablar con un árbol. ¿Los árboles piensan? Espero que no... he matado a muchos... Pero, supongamos que así fuera, de todas formas, ¿no hay hombres lobo? ¿Por qué no un árbol que piensa y razona como un humano? Bien árbol, pero no un árbol cualquiera, sino mi amigo árbol, pocos árboles tienen ese honor, ¿sabes? Tú eres especial, sí, tú me das cobijo en esta fría noche invernal, tú me das de comer en este bosque, tú me... De repente dejó de hablar, cerró los ojos y abriendo la boca empezó a reír a carcajadas, esta vez no eran tan sonoras, sólo cuando cogía aire.
Tardó un rato en calmarse antes de recuperar su postura. Justo en ese instante su expresión se tornó en una mueca de miedo ante lo que tenía en frente. Estaba viendo una bestia justo al lado del fuego. Paralizado por el miedo se tapó la cara con las manos y empezó a gritarle cosas ininteligibles, guturales en su mayoría. Un instante después se puso de pie y sacó el hacha mientras la bestia seguía allí, inmóvil, mirándole desafiante.
¡Te crees que puedes vencerme! ¡Já! ¡Te podría ganar a puñetazos si quisiera! ¿Sabes qué? Lo haré así. Dijo con voz desafiante y clavó el hacha en su amigo árbol, el caído. Se preparó para la batalla y sin pensarlo dos veces cargó contra aquella bestia que no se movió al ver que Ben corría hacia él.
El choque fue brutal, Ben impactó contra él con el hombro izquierdo y debido a la inercia que llevaba también golpeó con la cabeza. El impacto hizo retroceder a Ben tirándolo por el suelo y haciéndole rodar hasta casi su posición inicial, junto al árbol caído, su amigo. Quiso levantarse pero no pudo. El golpe había sido brutal. Se llevó la mano a la cabeza y toco algo viscoso. Se incorporó un poco para ver a la bestia y su estado, pero había desaparecido, sin embargo, había un árbol. Ben empezó a reír y a gemir de dolor con cada carcajada, era algo que no podía parar y que fue cada vez a más. En un último intento por ponerse en pie, se agarró al hacha, pero la corteza del árbol cedió ante su peso y Ben regresó al suelo, aun riendo.
Te abro mi corazón y así me lo pagas, amigo mio. Le dijo al árbol antes de caer rendido y entrar en el mundo de los sueños.
Sango
Héroe de Aerandir
Héroe de Aerandir
Cantidad de envíos : : 572
Nivel de PJ : : 5
Re: [Cerrado ]Por estos senderos [Libre]
Ah, si no hubiera estado desesperado jamás se habría metido en esos bosques. No como humano, e incluso aún menos como vampiro. Sin embargo, cuando uno se entera por casualidad de que puede haber un buen botín abandonado en mitad del bosque… ¿Qué opción hay sino correr a ser el primero en encontrarlo?
Taliesin había escuchado la historia directamente de uno de los traficantes de pieles. Yendo del bosque del este a Lunargenta, habían abandonado todo su inventario al verse atacados por un animal enorme, “inimaginablemente grande” según las palabras del cazador. Varios de ellos habían muerto y el resto habían tenido que escapar. “Dejamos atrás decenas de pieles,” le había dicho en confidencia “al menos… mil aeros había allí, fácil.”
Estaban tan aterrorizados por el animal que había visto que no planeaban intentar volver a recuperar las pieles… Pues bien, Taliesin no diría que no a aquella fuente de ingresos. A pesar del miedo. A pesar de los licántropos. A pesar de su mediocre sentido de la orientación, por el cual terminó sin estar muy seguro de dónde estaba ni por donde había venido.
No ayudaba el hecho de que tenía mucha hambre. Se sentía incluso débil, y quizás era por esto que había perdido su camino al no ser capaz de concentrarse.
Por ello cuando primero escuchó unos gritos, distinguió la luz de un fuego, y finalmente encontró a un hombre en medio de aquel bosque, le pareció casi un milagro. ¡Comida! Algo con lo que poder retomar un poco de compostura y poder volver a encontrar el camino. Y parecía estar dormido, con lo que era aquello aún más milagroso. ¡Comida fácil! Al inspeccionar los alrededores no fue capaz de distinguir a ninguna otra persona. Sin perder más tiempo se acercó sigilosamente, se agachó junto al desconocido y clavó sus dientes en su brazo, con cuidado para procurar no despertarlo.
Bebió al menos dos largos tragos y se sintió inmediatamente mejor; aquello era todo lo que necesitaba por el momento. Finalizada la pequeña merienda, se levantó para volver a desaparecer sin llamar la atención y le pareció sentirse más ligero de lo habitual. Qué inesperada, se dijo, la forma en que a veces un almuerzo le devuelve a uno la vida. Lo cierto es que no sólo se encontraba mejor, sino incluso feliz. Miró a aquel desconocido en el suelo y por algún motivo le hizo gracia la forma en la que se encontraba tendido en el suelo, completamente fuera de sí. Y aún más graciosa la forma en la que el hacha estaba clavada en el árbol, como un brazo inútil dado que la parte que servía para algo, la parte afilada... estaba clavada en el árbol... Se escuchó soltar una breve risa ante aquel pensamiento tan absurdo, y al llevarse la mano a la boca se dio cuenta de que estaba sonriendo. Por algún motivo, haber perdido el control de su sonrisa también le pareción muy divertido. Taliesin comenzó a reírse fuertemente.
Taliesin había escuchado la historia directamente de uno de los traficantes de pieles. Yendo del bosque del este a Lunargenta, habían abandonado todo su inventario al verse atacados por un animal enorme, “inimaginablemente grande” según las palabras del cazador. Varios de ellos habían muerto y el resto habían tenido que escapar. “Dejamos atrás decenas de pieles,” le había dicho en confidencia “al menos… mil aeros había allí, fácil.”
Estaban tan aterrorizados por el animal que había visto que no planeaban intentar volver a recuperar las pieles… Pues bien, Taliesin no diría que no a aquella fuente de ingresos. A pesar del miedo. A pesar de los licántropos. A pesar de su mediocre sentido de la orientación, por el cual terminó sin estar muy seguro de dónde estaba ni por donde había venido.
No ayudaba el hecho de que tenía mucha hambre. Se sentía incluso débil, y quizás era por esto que había perdido su camino al no ser capaz de concentrarse.
Por ello cuando primero escuchó unos gritos, distinguió la luz de un fuego, y finalmente encontró a un hombre en medio de aquel bosque, le pareció casi un milagro. ¡Comida! Algo con lo que poder retomar un poco de compostura y poder volver a encontrar el camino. Y parecía estar dormido, con lo que era aquello aún más milagroso. ¡Comida fácil! Al inspeccionar los alrededores no fue capaz de distinguir a ninguna otra persona. Sin perder más tiempo se acercó sigilosamente, se agachó junto al desconocido y clavó sus dientes en su brazo, con cuidado para procurar no despertarlo.
Bebió al menos dos largos tragos y se sintió inmediatamente mejor; aquello era todo lo que necesitaba por el momento. Finalizada la pequeña merienda, se levantó para volver a desaparecer sin llamar la atención y le pareció sentirse más ligero de lo habitual. Qué inesperada, se dijo, la forma en que a veces un almuerzo le devuelve a uno la vida. Lo cierto es que no sólo se encontraba mejor, sino incluso feliz. Miró a aquel desconocido en el suelo y por algún motivo le hizo gracia la forma en la que se encontraba tendido en el suelo, completamente fuera de sí. Y aún más graciosa la forma en la que el hacha estaba clavada en el árbol, como un brazo inútil dado que la parte que servía para algo, la parte afilada... estaba clavada en el árbol... Se escuchó soltar una breve risa ante aquel pensamiento tan absurdo, y al llevarse la mano a la boca se dio cuenta de que estaba sonriendo. Por algún motivo, haber perdido el control de su sonrisa también le pareción muy divertido. Taliesin comenzó a reírse fuertemente.
Taliesin Skatha
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 260
Nivel de PJ : : 2
Re: [Cerrado ]Por estos senderos [Libre]
Por la mañana en Ulmer...
-¿De verdad vas a tomarte eso, jefe? -Toro señaló el frasquito que había conseguido como recuerdo de La Odhá.
-Según la anciana que nos lo dio, está poción aumentaba el poder de quién la ingiriera. - le respondí encogiéndome de hombros.
-¿Y si es veneno?
Miré la botella detenidamente, como si aquello pudiera indicarme alguna pista.
-Lo he pensado, pero se la dieron a mucha gente. No creo que se ponga a envenenar todos... - deje un poco la frase en el aire, no es que aquel argumento fuera muy sostenible.
-Déjamela probar a mi primero. - me quitó la botella antes de acabar la frase, alejándola inmediatamente de mi valiéndose de su altura.
-¡Eh! ¡Devuélvemela! - intenté recuperar la botella, pero Toro me puso una mano en la cabeza haciendo que todos mis esfuerzos fueran en vano y bastante ridículos, es como si fuera un niño de cinco años intentando recuperar algo que le ha quitado su padre. -¡Que si es veneno yo no voy a poder moverte hasta el curandero!
Demasiado tarde. Toro pegó un pequeño trago. No tardó en quedarse anonadado mirando al infinito bajando los brazos, momento en el que aproveché para recuperar el frasco.
-¿Cómo te sientes? - le miré algo preocupado.
-Genial...- se dejó caer sobre una silla con una amplia sonrisa. -Me siento mejor que nunca... más... fuerte...
No necesité más señales para coger el frasco y vaciarlo entero en mi garganta1. Al instante noté como una agradable y cálida energía se dispersaba por todo mi cuerpo. Como si mi poder hubiera aumentado de repente. Me dejé caer en una silla, con la misma expresión en el rostro que Toro, ahora comprendía como se sentía el bovino.
-Deberíamos comprobar si es verdad que somos más fuertes...- el hombre bestia estiró sus músculos antes de levantarse.
-¿Y que propones?
-Irnos a cazar.
-¡Me parece una perfecta idea!- Tom apareció por la puerta que daba a la herrería. -Ya que tenemos que alimentar a un toro. -Tom le lanzó una mirada amistosa a Toro.- Nuestras reservas de alimento se están quedando escasas. Si queremos acabar el mes con algo que llevarnos a la boca, ya puedes espabilar muchacho.
Y dicho y hecho, nos fuimos de caza.
Anocheciendo en los Bosques del Este...
-Esta oscureciendo...- resalté la evidente falta de luz y que comenzaba a sufrir aquella terrible jaqueca provocada por la influencia del lobo2. -Deberíamos acampar, es demasiado tarde como para volver.
-¡Bueno! ¡Al menos hemos averiguado que la anciana tenía razón! -Toro rió haciendo que su risa resonara por todo el bosque, mientras cargaba las piezas de caza y algo de madera que nos habíamos encontrado. -Diez liebres, seis aves y un cuarto de tronco. Vamos a tener comida para varias semanas.
-Depende del consumo.- le guié un ojo al mismo tiempo que me llevaba la mano a la cabeza algo molesto.
Nuestra banal conversación se vio de pronto interrumpida por el lejano sonido de unas carcajadas algo... lunáticas...
-Emmm.... Ahora no he sido yo...
-Vayamos a ver.- como siempre mi curiosidad era superior a mi prudencia.
Conforme nos fuimos acercando vimos la luz de una pequeña hoguera y como el volumen de las risas aumentaba. Cuando por fin encontramos al responsable de aquel escándolo, vimos como este cargaba de cabeza contra un árbol cercano, para luego caer rendido sobre otro que estaba caído en el suelo.
-¿Por qué ese humano está imitando a los de mi especie? ¿No ve que le faltan unos buenos cuernos?
Miré de soslayo a mi compañero y este se encogió de hombros sin comprender, yo esboce una pequeña sonrisa, la forma en la que había puesto la situación había sido bastante graciosa, ya que yo tampoco lo comprendía.
El hombre susurró algo al árbol que lo sostenía antes de caer dormido o inconsciente, más bien lo segundo. Fue entonces cuando nos acercamos a investigar. Aún estando escondidos no tardó en aparecer otro individuo, ¿Sería su amigo?
-Oye… tu sabes más de humanos jefe… ¿Por qué le está chupando el brazo?- Toro señalo al recién llegado -Que costumbres más raras…
-¿Chupándole el brazo?- me fije un poco más algo incrédulo. Y sí, en efecto; le estaba chupando el brazo.
Cuando el nuevo participante se alejó un poco pude ver algo rojo coloreando sus labios… ¿Sangre? ¿Un vampiro?
-¡Es un vampiro! ¡Va a dejarlo seco!
Salí corriendo de los arbustos para intentar ahuyentar al agresor. Tras de mi sonó como algo muy pesado caía al suelo, y al poco tiempo algo muy pesado siguiéndome.
-¡Eh! ¡Tu! ¡Aléjate de él!- le grité desenfundando a Marlowe. Toro me imitó.
Al acercarme vi como el supuesto vampiro se tambaleaba un poco y me sonreía. ¿Estaba demasiado confiado de su poder o el mundo se había vuelto loco? Despues de todo, era la segunda actuación extraña que veía aquella noche.
________________________________________________________________________________________________________
1Uso de objeto máster: poción de Karre'xha: esta poción os brindara 5 puntos de atributos para repartir en cualquiera de vuestros parámetros de forma permanente.
2: Efectos de la habilidad "Un solo ser": efectos de -3 en destreza y -5 en sabiduría e inteligencia por la noche.
Ircan
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 466
Nivel de PJ : : 4
Re: [Cerrado ]Por estos senderos [Libre]
Han pasado ya varios días desde que había partido en búsqueda de aventura, pero lo más cerca que había estado de algo medianamente aventurezco fue un encuentro con un par de animalitos llenos de pelo y osadía. Pensar que se me lanzarían encima por ofrecerles algo de comida... ¡No tenían ni tamaño ni vergüenza los desgraciados! ¡Aún escuecen los arañazos!
Pero bueno, hoy era un nuevo día: Hay pasos que dar, paisajes que ver y gente que conocer.
Y animalitos que evitar.
...Aunque no prometía mucho, hasta ahora había sido igual que sus antecesores: Aburrido.
Inaguantable.
Insoportable.
¡Intolerable!
¡Imperdonable! ¡Indestructi-
Espera, no, creo que esa no expresa lo que quiero.
¡Intangi-
Nope, tampoco.
... ¡Eh!
¿Esto es lo que haré? ¿Caminar sin rumbo mientras hago chistes para mí mismo?
¡Me niego!
Me senté en el suelo junto al árbol más cercano, esperando a que algo interesante pasara corriendo por enfrente, o qué se yo.
Y así pasaron las horas.
Empecé a jugar con mi bastón, haciéndolo girar entre mis manos.
Unas horas más, y aquí estaba, dibujando en la tierra con una ramita.
Más tiempo, y empecé a contar las hojas del árbol en que me apoyaba.
¡Carajo! ¡Perdí la cuenta!
Ah, ya anocheció, con razón no las veía bien.
Espera, ¡¿Ya anocheció?!
No suelo caminar de noche, pero la ausencia de algo que hacer me estaba matando poco a poco. ¿Era buena idea arriesgarse a los peligros de la fauna nocturna sólo para no aburrirse? Probablemente no, pero no hay nadie para impedírmelo, así que aquí estoy, encaminándome a la oscuridad. Con suerte me consigo algún espíritu maligno que tenga que ser destruido o alguna damisela en apuros. Con uno estoy satisfecho.
Aunque no mucha, la luz de los astros nocturnos me bastaba para saber hacia dónde iba. El problema es que no tenía un destino fijado, razón por la que empecé a pasearme de un lado a otro, yendo y viniendo alrededor de los troncos, de los setos y de las flores y demás vida que encontraba en mi camino.
Con cada paso una ocurrencia, con cada crujir de ramas una nota. Ahí empecé, con la orquesta que eran los grillos y las cigarras, y las ramas y la brisa, mi momento de descanso, donde sólo estábamos yo, la música de mi mente y mi bailar. Perdido en mis pensamientos y en mi andar, un brillo en la lejanía me devolvió a la realidad.
¿Fuego?
¡Una fogata!
Con la emoción de algo nuevo que conocer, hice una reverencia al bosque y me encaminé hacia la fuente de la luz. Estaba en un pequeño claro. Escuché voces, que se hacían más claras conforme me acercaba.
''-¡Eh! ¡Tu! ¡Aléjate de él!-'' gritó alguien.
Obviamente me tuve que acercar más, ¿qué puedo hacer más que complacer mi curiosidad? Salí de mi escondite que era el bosque, con paso tranquilo y una sonrisa juguetona.
En el claro habían tres... no, cuatro personas.
El más llamativo era un hombre descomunalmente alto, con piel grisácea llena de marcas de guerra, y brazos tan anchos como mi cuerpo completo. ¡Y cuernos!
Uno creería que eso basta para ser intimidante, pero el espécimen tenía, además, un parche en el ojo y (no podía faltar) una barba.
El segundo y tercero eran de aspecto relativamente normal, por suerte. Un joven rubio y un hombre de vestimentas algo extravagantes (Y mira que lo digo yo). No entiendo muy bien la situación; el joven y el cuernudo parecen querer atacar al otro hombre, pero este les sonríe como si hubiesen contado un muy buen chiste.
¿Y el cuarto personaje de esta inusual escena? Pues estaba tirado en el suelo.
'El dúo quiere vengar a su amigo caído a manos de un terrible villano', podría uno pensar. Pero bien dormido que estaba.
Todo correcto.
-¡Buenas noches, caballeros! -dije con un tono jovial, mientras me quitaba el sombrero a modo de saludo y caminaba en dirección a los extraños.
Viéndolo mejor... Ese hombre... ¿Tiene sangre en la boca?
Ay, no me digas que...
Un escalofrío bajó por mi espalda; No sé si por la presencia de lo que parece un chupasangre o por la emoción que invadió mi cuerpo, pero eso no importaba mucho. Se dibujó en mi rostro una mayúscula sonrisa.
Tengo el presentimiento de que esto será una noche divertida.
Pero bueno, hoy era un nuevo día: Hay pasos que dar, paisajes que ver y gente que conocer.
Y animalitos que evitar.
...Aunque no prometía mucho, hasta ahora había sido igual que sus antecesores: Aburrido.
Inaguantable.
Insoportable.
¡Intolerable!
¡Imperdonable! ¡Indestructi-
Espera, no, creo que esa no expresa lo que quiero.
¡Intangi-
Nope, tampoco.
... ¡Eh!
¿Esto es lo que haré? ¿Caminar sin rumbo mientras hago chistes para mí mismo?
¡Me niego!
Me senté en el suelo junto al árbol más cercano, esperando a que algo interesante pasara corriendo por enfrente, o qué se yo.
Y así pasaron las horas.
Empecé a jugar con mi bastón, haciéndolo girar entre mis manos.
Unas horas más, y aquí estaba, dibujando en la tierra con una ramita.
Más tiempo, y empecé a contar las hojas del árbol en que me apoyaba.
¡Carajo! ¡Perdí la cuenta!
Ah, ya anocheció, con razón no las veía bien.
Espera, ¡¿Ya anocheció?!
No suelo caminar de noche, pero la ausencia de algo que hacer me estaba matando poco a poco. ¿Era buena idea arriesgarse a los peligros de la fauna nocturna sólo para no aburrirse? Probablemente no, pero no hay nadie para impedírmelo, así que aquí estoy, encaminándome a la oscuridad. Con suerte me consigo algún espíritu maligno que tenga que ser destruido o alguna damisela en apuros. Con uno estoy satisfecho.
Aunque no mucha, la luz de los astros nocturnos me bastaba para saber hacia dónde iba. El problema es que no tenía un destino fijado, razón por la que empecé a pasearme de un lado a otro, yendo y viniendo alrededor de los troncos, de los setos y de las flores y demás vida que encontraba en mi camino.
Con cada paso una ocurrencia, con cada crujir de ramas una nota. Ahí empecé, con la orquesta que eran los grillos y las cigarras, y las ramas y la brisa, mi momento de descanso, donde sólo estábamos yo, la música de mi mente y mi bailar. Perdido en mis pensamientos y en mi andar, un brillo en la lejanía me devolvió a la realidad.
¿Fuego?
¡Una fogata!
Con la emoción de algo nuevo que conocer, hice una reverencia al bosque y me encaminé hacia la fuente de la luz. Estaba en un pequeño claro. Escuché voces, que se hacían más claras conforme me acercaba.
''-¡Eh! ¡Tu! ¡Aléjate de él!-'' gritó alguien.
Obviamente me tuve que acercar más, ¿qué puedo hacer más que complacer mi curiosidad? Salí de mi escondite que era el bosque, con paso tranquilo y una sonrisa juguetona.
En el claro habían tres... no, cuatro personas.
El más llamativo era un hombre descomunalmente alto, con piel grisácea llena de marcas de guerra, y brazos tan anchos como mi cuerpo completo. ¡Y cuernos!
Uno creería que eso basta para ser intimidante, pero el espécimen tenía, además, un parche en el ojo y (no podía faltar) una barba.
El segundo y tercero eran de aspecto relativamente normal, por suerte. Un joven rubio y un hombre de vestimentas algo extravagantes (Y mira que lo digo yo). No entiendo muy bien la situación; el joven y el cuernudo parecen querer atacar al otro hombre, pero este les sonríe como si hubiesen contado un muy buen chiste.
¿Y el cuarto personaje de esta inusual escena? Pues estaba tirado en el suelo.
'El dúo quiere vengar a su amigo caído a manos de un terrible villano', podría uno pensar. Pero bien dormido que estaba.
Todo correcto.
-¡Buenas noches, caballeros! -dije con un tono jovial, mientras me quitaba el sombrero a modo de saludo y caminaba en dirección a los extraños.
Viéndolo mejor... Ese hombre... ¿Tiene sangre en la boca?
Ay, no me digas que...
Un escalofrío bajó por mi espalda; No sé si por la presencia de lo que parece un chupasangre o por la emoción que invadió mi cuerpo, pero eso no importaba mucho. Se dibujó en mi rostro una mayúscula sonrisa.
Tengo el presentimiento de que esto será una noche divertida.
Mefisto
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 165
Nivel de PJ : : 1
Re: [Cerrado ]Por estos senderos [Libre]
Había sido un día largo. Sin embargo, decidí salir al bosque. No hay razones para estar aquí- me dije a mí mismo mientras salía de la ciudad.
Empecé mi recorrido como siempre, pasaba por la misma arboleda a ver si encontraba algo interesante, el día realmente era aburrido. Di un par de vueltas y me transformé en lobo, seguí por el bosque un rato más, cuando la noche cayó y pensaba en irme a la ciudad por un trago. Capté un olor peculiar, a sangre.
Conforme me acercaba a él, iba distinguiendo otros más, olí lo que parecía humo. ¿Quizás una fogata?- Pensé acercándome. También noté que eran cuatro personas, tres, porque uno no parecía persona.
¡Carajo!- Me dije cuando me dí cuenta de que me había acercado demasiado. Pero no me vieron, o eso creo. Me di cuenta que los que iban juntos, sacaban sus espadas y le decían algo al que estaba en el suelo, no al que estaba al lado. De pie con sangre en la boca, con un sonrisa cándida, como invitándolos a pasar. Aunque no parece ser el malo, yo no me fiaría de esos ''vampiros'' de los que tanto se habla- Fue la conclusión a la que llegué, mientras me subía a un árbol.
Esos sujetos parecen fuertes, sobretodo el de los cuernos, debe ser un hombre-bestia, muy bestia! No pude evitar soltar una carcajada en mi mente mientras analizaba la situación, el chico de la capucha, no parece estar muy bien. ¿Será su amigo al que mordió el vampiro?- Sin duda había muchas preguntas, decidí esperar a ver que sucedía con ellos, aunque la cosa parecía difícil para el vampiro.
En la cima miré al otro. ¡Buenas noches, caballeros! Dijo él con mucha alegría. Hasta que su cara hizo un cambio radical, al darse cuenta del vampiro, o de la situación. Aunque terminó sonriendo. Parecía alguien que terminó en la fiesta equivocada.
Daba igual cómo terminase, el día terminaría sin ser tan aburrido como pensaba.
Empecé mi recorrido como siempre, pasaba por la misma arboleda a ver si encontraba algo interesante, el día realmente era aburrido. Di un par de vueltas y me transformé en lobo, seguí por el bosque un rato más, cuando la noche cayó y pensaba en irme a la ciudad por un trago. Capté un olor peculiar, a sangre.
Conforme me acercaba a él, iba distinguiendo otros más, olí lo que parecía humo. ¿Quizás una fogata?- Pensé acercándome. También noté que eran cuatro personas, tres, porque uno no parecía persona.
¡Carajo!- Me dije cuando me dí cuenta de que me había acercado demasiado. Pero no me vieron, o eso creo. Me di cuenta que los que iban juntos, sacaban sus espadas y le decían algo al que estaba en el suelo, no al que estaba al lado. De pie con sangre en la boca, con un sonrisa cándida, como invitándolos a pasar. Aunque no parece ser el malo, yo no me fiaría de esos ''vampiros'' de los que tanto se habla- Fue la conclusión a la que llegué, mientras me subía a un árbol.
Esos sujetos parecen fuertes, sobretodo el de los cuernos, debe ser un hombre-bestia, muy bestia! No pude evitar soltar una carcajada en mi mente mientras analizaba la situación, el chico de la capucha, no parece estar muy bien. ¿Será su amigo al que mordió el vampiro?- Sin duda había muchas preguntas, decidí esperar a ver que sucedía con ellos, aunque la cosa parecía difícil para el vampiro.
En la cima miré al otro. ¡Buenas noches, caballeros! Dijo él con mucha alegría. Hasta que su cara hizo un cambio radical, al darse cuenta del vampiro, o de la situación. Aunque terminó sonriendo. Parecía alguien que terminó en la fiesta equivocada.
Daba igual cómo terminase, el día terminaría sin ser tan aburrido como pensaba.
Tobias Pharra
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 118
Nivel de PJ : : 0
Re: [Cerrado ]Por estos senderos [Libre]
Caminaba tranquilamente por una larga extensión de... ¿nada? Aquello era un yermo. El suelo era de tierra pero parecía tener una fina lámina de polvo gris encima, el cielo, a lo lejos, casi se podía confundir con el suelo aunque según se apartaba la vista del horizonte y subía por el cielo, este tornaba a un color más oscuro. Era una tierra extraña aquella y no había sido consciente hasta aquel preciso momento.
-Que extraño, juraría que yo estaba a punto de coger unos huevos en un nido y después...- Se quedó pensativo mientras seguía caminando. Por alguna razón no detenía el paso y su mirada sólo iba al frente. -Puede que el maldito pájaro me haya echado una maldición... ¡Pero si ni siquiera hice ademán de ir a por ellos! Maldito pájaro...- Y como de la nada apareció un pájaro de gran tamaño que se posó a veinte pasos de él y le miró torciendo la cabeza. Era de colores vivos pero destacaba, entre todos ellos, el amarillo. Era curioso que aquel animal tuviera cuatro alas. -¡Já! Aquí estás, creo que es hora de que me liberes de esta maldición. Vamos, ni siquie.- Dejó la frase a medias porque el pájaro se abalanzo sobre él. Sin tiempo de reacción por parte de Sango, el pájaro le arrancó un brazo y se marchó volando. Ben se quedó plantado, quieto, en silencio, interrumpido por su respiración. Se miró el brazo amputado y aún conmocionado se descubrió caminando. Y lo hizo durante un buen rato, mientras trataba de asimilar lo que había pasado.
-¡Me falta un brazo y aquí estoy, caminando por un puto yermo! Increíble, ¿qué clase de mundo es este?- Por respuesta sólo se escuchó una risa, que en principio parecía lejana, pero que se fue haciendo más clara cuanto más avanzaba. Ben frunció el ceño y de repente se quedó parado. Justo donde se había quedado parado se escuchaba perfectamente.
Ah, perfecto... No sólo me arrancas un brazo sino que también te burlas de mí... Echó mano a la cintura y sacó el hacha. Muy bien, mundo, lo siento, pero... Una voz. Muy cerca. Risas y voces. Ben lanzó una pregunta al mundo que aunque parecía muerto, estaba más vivo que una flor en primavera.
-¿Y si estoy muerto?- Un repentino viento recorrió el yermo y levantó un muro de polvo delante de él que se convirtió, rápidamente en un torbellino que empezaba a dejar visible la superficie del suelo y que le colocaba a él en el centro hasta que la corriente se lo llevó. Perdió el hacha y además se sentía como si le dieran patadas por todas partes. Pero de entre todo aquel ruido seguían sonando risas y más voces y algo más...
Abrió los ojos lentamente. Se incorporó poco a poco y fue consciente de dónde estaba. Cerca de él había un hombre que reía. Y de repente se acordó de todo lo que había pasado: el yermo, el torbellino, las voces, la risa, el pájaro... ¡el brazo! Murmuró. Y se sintió genial al ver que estaba allí en su sitio. Y como si nada, intentó levantarse mientras hablaba.
-Amigo árbol, veo que has hecho un nuevo compañero... Ahora dime, en confianza y ya que nadie nos escucha...- hizo una pausa mientras buscaba la mejor postura para iniciar el ascenso. El silencio se hizo en todo el bosque. -¿Podrías decirme dónde encontrar al pájaro de cuatro alas? Tengo unos asuntos pendientes con él... O ella.- Se quedó de rodillas y tiró del hacha para sacarla del árbol caído, cosa que consiguió con relativa facilidad. La cabeza le dolía. Mucho. Se llevó una mano a la cabeza y a parte de encontrar sangre, comprobó que el brazo amputado le dolía. -¿Qué demonios pasa? ¿Qué es real y qué no lo es?- murmuró mientras terminó de ponerse de pie. Y entonces vio a más personas allí. Uno apuntaba con un arma al amigo de su amigo (el árbol caído), que se podía decir, era su amigo, pero, ¿qué amigo era si no se conocían? O al menos eso creía. En cualquier caso, la escena era de todo menos normal.
-Días en este puñetero bosque y cuando el pájaro gigante me ataca, aparecéis todos aquí para...- Dejó de hablar. Y se dio cuenta de que en realidad era un ejército enviado por los Dioses, aquellos hombres le acompañarían en su misión de derrotar al pájaro gigante. Alzó el hacha para llamar la atención.
-Sí, ahora lo entiendo todo... ¡Muy bien, mis valientes camaradas! Nos enfrentamos a una amenaza aún mayor que un colchón lleno de pulgas. El pájaro gigante es un ser que debe ser erradicado de la faz de la tierra. No toleraré el consumo de agua hasta que nos hayamos deshecho de la pimpiripím pum y hayamos ido a pu...- Se sintió desfallecer. Su cabeza daba vueltas, cayó de rodillas y quedó apoyado contra el árbol caído. Sintió movimiento en alguna parte por encima de sus cabezas.
-Oh, amigos míos, el pájaro ya viene... el pájaro es la clave...- Señaló un punto por encima de sus cabezas y de nuevo cayó al suelo. Quedó boca arriba, como antes y parecía que el dolor de cabeza remitía y eso, supuso, era buena señal.
Tan buena señal que, una vez más, se echó a reír.
-Que extraño, juraría que yo estaba a punto de coger unos huevos en un nido y después...- Se quedó pensativo mientras seguía caminando. Por alguna razón no detenía el paso y su mirada sólo iba al frente. -Puede que el maldito pájaro me haya echado una maldición... ¡Pero si ni siquiera hice ademán de ir a por ellos! Maldito pájaro...- Y como de la nada apareció un pájaro de gran tamaño que se posó a veinte pasos de él y le miró torciendo la cabeza. Era de colores vivos pero destacaba, entre todos ellos, el amarillo. Era curioso que aquel animal tuviera cuatro alas. -¡Já! Aquí estás, creo que es hora de que me liberes de esta maldición. Vamos, ni siquie.- Dejó la frase a medias porque el pájaro se abalanzo sobre él. Sin tiempo de reacción por parte de Sango, el pájaro le arrancó un brazo y se marchó volando. Ben se quedó plantado, quieto, en silencio, interrumpido por su respiración. Se miró el brazo amputado y aún conmocionado se descubrió caminando. Y lo hizo durante un buen rato, mientras trataba de asimilar lo que había pasado.
-¡Me falta un brazo y aquí estoy, caminando por un puto yermo! Increíble, ¿qué clase de mundo es este?- Por respuesta sólo se escuchó una risa, que en principio parecía lejana, pero que se fue haciendo más clara cuanto más avanzaba. Ben frunció el ceño y de repente se quedó parado. Justo donde se había quedado parado se escuchaba perfectamente.
Ah, perfecto... No sólo me arrancas un brazo sino que también te burlas de mí... Echó mano a la cintura y sacó el hacha. Muy bien, mundo, lo siento, pero... Una voz. Muy cerca. Risas y voces. Ben lanzó una pregunta al mundo que aunque parecía muerto, estaba más vivo que una flor en primavera.
-¿Y si estoy muerto?- Un repentino viento recorrió el yermo y levantó un muro de polvo delante de él que se convirtió, rápidamente en un torbellino que empezaba a dejar visible la superficie del suelo y que le colocaba a él en el centro hasta que la corriente se lo llevó. Perdió el hacha y además se sentía como si le dieran patadas por todas partes. Pero de entre todo aquel ruido seguían sonando risas y más voces y algo más...
Abrió los ojos lentamente. Se incorporó poco a poco y fue consciente de dónde estaba. Cerca de él había un hombre que reía. Y de repente se acordó de todo lo que había pasado: el yermo, el torbellino, las voces, la risa, el pájaro... ¡el brazo! Murmuró. Y se sintió genial al ver que estaba allí en su sitio. Y como si nada, intentó levantarse mientras hablaba.
-Amigo árbol, veo que has hecho un nuevo compañero... Ahora dime, en confianza y ya que nadie nos escucha...- hizo una pausa mientras buscaba la mejor postura para iniciar el ascenso. El silencio se hizo en todo el bosque. -¿Podrías decirme dónde encontrar al pájaro de cuatro alas? Tengo unos asuntos pendientes con él... O ella.- Se quedó de rodillas y tiró del hacha para sacarla del árbol caído, cosa que consiguió con relativa facilidad. La cabeza le dolía. Mucho. Se llevó una mano a la cabeza y a parte de encontrar sangre, comprobó que el brazo amputado le dolía. -¿Qué demonios pasa? ¿Qué es real y qué no lo es?- murmuró mientras terminó de ponerse de pie. Y entonces vio a más personas allí. Uno apuntaba con un arma al amigo de su amigo (el árbol caído), que se podía decir, era su amigo, pero, ¿qué amigo era si no se conocían? O al menos eso creía. En cualquier caso, la escena era de todo menos normal.
-Días en este puñetero bosque y cuando el pájaro gigante me ataca, aparecéis todos aquí para...- Dejó de hablar. Y se dio cuenta de que en realidad era un ejército enviado por los Dioses, aquellos hombres le acompañarían en su misión de derrotar al pájaro gigante. Alzó el hacha para llamar la atención.
-Sí, ahora lo entiendo todo... ¡Muy bien, mis valientes camaradas! Nos enfrentamos a una amenaza aún mayor que un colchón lleno de pulgas. El pájaro gigante es un ser que debe ser erradicado de la faz de la tierra. No toleraré el consumo de agua hasta que nos hayamos deshecho de la pimpiripím pum y hayamos ido a pu...- Se sintió desfallecer. Su cabeza daba vueltas, cayó de rodillas y quedó apoyado contra el árbol caído. Sintió movimiento en alguna parte por encima de sus cabezas.
-Oh, amigos míos, el pájaro ya viene... el pájaro es la clave...- Señaló un punto por encima de sus cabezas y de nuevo cayó al suelo. Quedó boca arriba, como antes y parecía que el dolor de cabeza remitía y eso, supuso, era buena señal.
Tan buena señal que, una vez más, se echó a reír.
- Edicion:
- Edito a 22/05/2018 por faltas ortográficas y para resaltar los diálogos que estaban sin colorear.
Última edición por Sango el Mar Mayo 22 2018, 17:46, editado 1 vez
Sango
Héroe de Aerandir
Héroe de Aerandir
Cantidad de envíos : : 572
Nivel de PJ : : 5
Re: [Cerrado ]Por estos senderos [Libre]
“-¡Eh! ¡Tu! ¡Aléjate de él!”.
Miró hacia quien había dicho esto, pero aunque su risa disminuyó en intensidad no fue capaz de detenerla del todo. “Va armado y va a pensar que me río de él”. Aquella certitud cruzó su mente en un instante de lucidez, pero al momento siguiente la reflexión se esfumó y Taliesin volvió a comenzar a reír fuertemente, sin inhibición alguna. Desde el punto de vista de alguien que no le conocía y no sabía lo que estaba pasando, el vampiro probablemente parecía un maníaco desquiciado.
El tiempo pareció extenderse. Taliesin estuvo riendo durante lo que parecieron horas. No se acordaba de por qué se reía; se reía por reír, porque reír es divertido, y ya le dolía el estómago y le salían las lágrimas. En algún momento llegó alguien más a la escena, saludó, y Taliesin siguió riéndose de él y de todo. Hacía eones que se reía, milenios; debía haber vivido y muerto cientos de veces mientras seguía riéndose de aquella manera. En algún momento el aire del mundo se terminaría y Taliesin dejaría de reír, pero hasta que aquello pasará estaba condenado a seguir. Era doloroso reír durante generaciones, pero se dejó llevar con estoicismo, porque era su deber.
Pero el curso de su destino de risa eterna cambió cuando aquel otro hombre (le sonaba de algo, ¿acaso lo había visto en alguna otra vida?) se levantó y habló del pájaro de cuatro alas. Hablaba muy lento, a la velocidad a la que nacen las montañas, de forma que Taliesin olvidaba el principio de las frases para cuando llegaba el final. Pero a pesar de todo conseguía entender lo que decía, de una manera profunda, como si el hombre estuviera transmitiendo el secreto de la vida y todo fuera tan primordia y lógico que el sentido fuera innegable. Taliesin dejó de reír y lo observó con los ojos muy abiertos, absorbiendo toda aquella sabiduría.
- ¡El pájaro de cinco alas! ¡Cuatro! ¡Cinco! ¿Cuatro?
¿Cuántas alas eran? Estaba seguro de que aquello era la clave. Se dejó caer de rodillas junto a aquel hombre, aquel sabio, aquel visionario que había hablado del pájaro por primera vez, iluminando la existencia de Taliesin. Ambos estaban en el suelo. Taliesin no sabía por qué estaban los dos en el suelo. Pero sabía que le debía respeto a aquel iluminado.
- ¡Amigo! ¡Sabio! ¡Maestro! ¡Qué palabras más cargadas de verdad! - ¿Pero qué palabras? ¿Qué había dicho el sabio? ¿Cómo podía haber olvidado aquello, lo más importante que había escuchado en su vida? ¡Ah! La prohibición de beber agua. Aquel era el primer mandamiento. – No he bebido ni beberé agua, jamás, jamás, hasta que me haya purificado, hasta que hayamos erradicado todas las pulgas.
Entonces el hombre comenzó a reír. Era una risa malvada. Aquel hombre no era quien decía ser; aquel hombre no era su maestro, ni su amigo, aunque dijera lo contrario.
Se dio cuenta de que había más gente. Era su deber advertirles. Con los ojos muy abiertos y expresión de pánico, alzó ambas palmas y se dirigió a ellos:
- ¡No es un visionario! ¡Está loco!
Miró hacia quien había dicho esto, pero aunque su risa disminuyó en intensidad no fue capaz de detenerla del todo. “Va armado y va a pensar que me río de él”. Aquella certitud cruzó su mente en un instante de lucidez, pero al momento siguiente la reflexión se esfumó y Taliesin volvió a comenzar a reír fuertemente, sin inhibición alguna. Desde el punto de vista de alguien que no le conocía y no sabía lo que estaba pasando, el vampiro probablemente parecía un maníaco desquiciado.
El tiempo pareció extenderse. Taliesin estuvo riendo durante lo que parecieron horas. No se acordaba de por qué se reía; se reía por reír, porque reír es divertido, y ya le dolía el estómago y le salían las lágrimas. En algún momento llegó alguien más a la escena, saludó, y Taliesin siguió riéndose de él y de todo. Hacía eones que se reía, milenios; debía haber vivido y muerto cientos de veces mientras seguía riéndose de aquella manera. En algún momento el aire del mundo se terminaría y Taliesin dejaría de reír, pero hasta que aquello pasará estaba condenado a seguir. Era doloroso reír durante generaciones, pero se dejó llevar con estoicismo, porque era su deber.
Pero el curso de su destino de risa eterna cambió cuando aquel otro hombre (le sonaba de algo, ¿acaso lo había visto en alguna otra vida?) se levantó y habló del pájaro de cuatro alas. Hablaba muy lento, a la velocidad a la que nacen las montañas, de forma que Taliesin olvidaba el principio de las frases para cuando llegaba el final. Pero a pesar de todo conseguía entender lo que decía, de una manera profunda, como si el hombre estuviera transmitiendo el secreto de la vida y todo fuera tan primordia y lógico que el sentido fuera innegable. Taliesin dejó de reír y lo observó con los ojos muy abiertos, absorbiendo toda aquella sabiduría.
- ¡El pájaro de cinco alas! ¡Cuatro! ¡Cinco! ¿Cuatro?
¿Cuántas alas eran? Estaba seguro de que aquello era la clave. Se dejó caer de rodillas junto a aquel hombre, aquel sabio, aquel visionario que había hablado del pájaro por primera vez, iluminando la existencia de Taliesin. Ambos estaban en el suelo. Taliesin no sabía por qué estaban los dos en el suelo. Pero sabía que le debía respeto a aquel iluminado.
- ¡Amigo! ¡Sabio! ¡Maestro! ¡Qué palabras más cargadas de verdad! - ¿Pero qué palabras? ¿Qué había dicho el sabio? ¿Cómo podía haber olvidado aquello, lo más importante que había escuchado en su vida? ¡Ah! La prohibición de beber agua. Aquel era el primer mandamiento. – No he bebido ni beberé agua, jamás, jamás, hasta que me haya purificado, hasta que hayamos erradicado todas las pulgas.
Entonces el hombre comenzó a reír. Era una risa malvada. Aquel hombre no era quien decía ser; aquel hombre no era su maestro, ni su amigo, aunque dijera lo contrario.
Se dio cuenta de que había más gente. Era su deber advertirles. Con los ojos muy abiertos y expresión de pánico, alzó ambas palmas y se dirigió a ellos:
- ¡No es un visionario! ¡Está loco!
Taliesin Skatha
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 260
Nivel de PJ : : 2
Re: [Cerrado ]Por estos senderos [Libre]
-¿Pero que demonios? - el supuesto vampiro había comenzado a reirse como un poseso, haciendo que mi expresión se quedará congelada.
- Jefe, creo que ...
En aquel momento apareció un tercer individuo. Alguien que venía como si paseará tranquilamente por un prado en una tarde estival, se quitó el sombrero saludándonos cordialmente. Nos examinó con la mirada y sonrió ampliamente cuando vio al supuesto vampiro.
"Están todos locos"
Di un salto hacía atrás tras la inesperada resurrección del durmiente que casi me cuesta un paro cardíaco. Para hacerlo todo más complicado empezó a decir cosas cada vez más inconexas, hablando con alguien imaginario y diciendo cosas de un pájaro de cinco alas. Algo que empezó a repetir entre carcajadas el otro lunático.
Mientras todo aquello pasaba, mis sentidos estaban alterados por los efectos que tenían en mi la noche. El lobo quería salir a jugar y eso hacía que sus sentidos y los míos se confundieran. Por ello creí identificar una sexta presencia, oculta cerca de nosotros. ¿Sería aquello una emboscada?
-Toro... - le susurré aprovechando que el vampiro estaba soltando risas e incoherencias a partes iguales.
-Lo se jefe, lo he notado.
Pero, de repente, el lunático de la sangre nos sobresalto como si fuera un viejo chiflado de esos que anuncian el fin del mundo, de una forma muy penosa.
-¡Ya basta de tonterías! ¿Qué está pasando aquí?
-Pues mire Jefe, yo creo que estos dos se han pegado una cogorza de las buenas. De esas que se tienen cada tres años. -Toro bajo el arma aparentando una gran tranquilidad. -Se han pegado una fiesta de dos pares de narices y ahora están soñando con unicornios que vomitan arco iris y gatos morados que mean cerveza.- Toro comenzó a escudriñar los alrededores disimuladamente, buscando seguramente al sexto participante oculto. -Si quiere puedo darles un tortazo y dejarlos durmiendo hasta mañana. Al menos no harán más tonterías. - terminó la propuesta crujiéndose sonoramente los nudillos.
-Puede que no sea una mala idea después de todo... - me rasqué el mentón mirando primero al lunatico despierto y luego al que parecía dormido. -Si se vuelven peligrosos no dudes en hacerlo. - me giré al del sombrero. -¿Y tú? ¿También estas como ellos?
También imité a Toro y me puse a mirar disimuladamente por el lugar, gracias a mi compañero sabía que lo que había sentido no habían sido imaginaciones mías.
- Jefe, creo que ...
En aquel momento apareció un tercer individuo. Alguien que venía como si paseará tranquilamente por un prado en una tarde estival, se quitó el sombrero saludándonos cordialmente. Nos examinó con la mirada y sonrió ampliamente cuando vio al supuesto vampiro.
"Están todos locos"
Di un salto hacía atrás tras la inesperada resurrección del durmiente que casi me cuesta un paro cardíaco. Para hacerlo todo más complicado empezó a decir cosas cada vez más inconexas, hablando con alguien imaginario y diciendo cosas de un pájaro de cinco alas. Algo que empezó a repetir entre carcajadas el otro lunático.
Mientras todo aquello pasaba, mis sentidos estaban alterados por los efectos que tenían en mi la noche. El lobo quería salir a jugar y eso hacía que sus sentidos y los míos se confundieran. Por ello creí identificar una sexta presencia, oculta cerca de nosotros. ¿Sería aquello una emboscada?
-Toro... - le susurré aprovechando que el vampiro estaba soltando risas e incoherencias a partes iguales.
-Lo se jefe, lo he notado.
Pero, de repente, el lunático de la sangre nos sobresalto como si fuera un viejo chiflado de esos que anuncian el fin del mundo, de una forma muy penosa.
-¡Ya basta de tonterías! ¿Qué está pasando aquí?
-Pues mire Jefe, yo creo que estos dos se han pegado una cogorza de las buenas. De esas que se tienen cada tres años. -Toro bajo el arma aparentando una gran tranquilidad. -Se han pegado una fiesta de dos pares de narices y ahora están soñando con unicornios que vomitan arco iris y gatos morados que mean cerveza.- Toro comenzó a escudriñar los alrededores disimuladamente, buscando seguramente al sexto participante oculto. -Si quiere puedo darles un tortazo y dejarlos durmiendo hasta mañana. Al menos no harán más tonterías. - terminó la propuesta crujiéndose sonoramente los nudillos.
-Puede que no sea una mala idea después de todo... - me rasqué el mentón mirando primero al lunatico despierto y luego al que parecía dormido. -Si se vuelven peligrosos no dudes en hacerlo. - me giré al del sombrero. -¿Y tú? ¿También estas como ellos?
También imité a Toro y me puse a mirar disimuladamente por el lugar, gracias a mi compañero sabía que lo que había sentido no habían sido imaginaciones mías.
Ircan
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 466
Nivel de PJ : : 4
Re: [Cerrado ]Por estos senderos [Libre]
Retorné el sombrero a mi cabeza y volví a erguirme, hice girar el báculo con mi diestra antes de hincarlo en el suelo. Después, di otra ojeada al entorno: Si voy a entrometerme en los asuntos de esta gente, lo mínimo es saber en qué asuntos me estoy entrometiendo.
...Y Bien podría haberlo averiguado antes de anunciar mi presencia, ahora que lo pienso...
Veo de reojo un movimiento lejos del grupo, e instintivamente aguzo la vista en la dirección de la que provino. ¿Es un animal? ¿O acaso es una quinta persona? (Bueno, sexta, si me cuento a mí mismo). Cualquiera que sea la respuesta, no me agrada. Si se esconde en la oscuridad es por razones desagradables:
Puede estar acechándonos, esperando al momento justo en que saltarnos al cuello y devorarnos. O puede ser un maníaco del bosque, planeando qué cosas enfermizas hará con nuestros cadáveres una vez nos mate. O peor, alguien pensando tímidamente en cómo superar su pesada ansiedad social y dirigirnos la palabra. Ahg, no me gusta ni un pelo la gente que se pone nerviosa en entornos sociales.
Pero bueno, supongo que es mejor que una bestia hambrienta y que un asesino demente.
Aunque por muy poco.
Una voz me saca de mis cavilaciones. El hombre que estaba tirado en el suelo empezó a hablar con un tronco que había a su lado, sobre un ave de múltiples alas y lo que parecía una misión de proporciones épicas. Puede que hayan sido los días de interminable aburrimiento, pero me encontré a mí mismo escuchando atenta y seriamente los desvaríos de aquél. Y al parecer no era el único, pues el de la boca manchada de sangre dejó de reír y concentró toda su determinación en oír cada palabra que decía el de barba roja, como si le anunciaran algo de trascendental importancia y esa fuese la única oportunidad que tendría de escucharlo. Tan de repente como empezó a hablar el dormilón, cayó al suelo otra vez, no sin antes señalar al cielo, lugar al que dirigí mi mirada con curiosidad. Escuché entonces la voz del presunto chupasangre, dirigiéndose al que acababa de callar.
La vista del cielo nocturno me cautivó, al punto en que por un momento olvidé por completo la situación en que estaba. Pero no por mucho, pues otra vez una voz me devolvió a la realidad. Ahora era sangrucho (apodo provisional que puse al de la boca manchada), advirtiéndonos desesperadamente que no hiciéramos caso a las palabras del acostado, que se reía maniáticamente. ¿Se turnaban para carcajear, o qué?
''-¡Ya basta de tonterías! ¿Qué está pasando aquí?'' Gritó de repente el muchacho rubio, dándome un susto al que respondí con un brinco del que no estoy muy orgulloso.
Entonces el gigantón empezó a hablar (sin darme oportunidad de responderle al joven) sobre su teoría del comportamiento peculiar de los presentes. Retomé la compostura y solté una leve carcajada al oír sus ocurrencias sobre gatos morados orinando cerveza, que corté al escuchar su violento plan de acción. Debería pensarme dos veces lo que haga a su alrededor, con ese tamaño estoy seguro de que provocarlo no es buena idea. ¡Pero nadie me conoce por lo inteligente de mis ideas!
-Esa es una imaginación que tengo que felicitar, colega -Dije con una sonrisa en el rostro.
El muchacho me hizo una pregunta.
-¿Como ellos?-Titubeé. No dudo de mi falta de cordura, pero estos niveles de nula lucidez van más allá de lo que he experimentado- Me temo que no. -Respondí, negando con la cabeza como aderezo a mis palabras.
-Soy Mefisto, por cierto. Será un placer acompañarlos en esta velada.-Me presenté con una reverencia algo exagerada.
...Y Bien podría haberlo averiguado antes de anunciar mi presencia, ahora que lo pienso...
Veo de reojo un movimiento lejos del grupo, e instintivamente aguzo la vista en la dirección de la que provino. ¿Es un animal? ¿O acaso es una quinta persona? (Bueno, sexta, si me cuento a mí mismo). Cualquiera que sea la respuesta, no me agrada. Si se esconde en la oscuridad es por razones desagradables:
Puede estar acechándonos, esperando al momento justo en que saltarnos al cuello y devorarnos. O puede ser un maníaco del bosque, planeando qué cosas enfermizas hará con nuestros cadáveres una vez nos mate. O peor, alguien pensando tímidamente en cómo superar su pesada ansiedad social y dirigirnos la palabra. Ahg, no me gusta ni un pelo la gente que se pone nerviosa en entornos sociales.
Pero bueno, supongo que es mejor que una bestia hambrienta y que un asesino demente.
Aunque por muy poco.
Una voz me saca de mis cavilaciones. El hombre que estaba tirado en el suelo empezó a hablar con un tronco que había a su lado, sobre un ave de múltiples alas y lo que parecía una misión de proporciones épicas. Puede que hayan sido los días de interminable aburrimiento, pero me encontré a mí mismo escuchando atenta y seriamente los desvaríos de aquél. Y al parecer no era el único, pues el de la boca manchada de sangre dejó de reír y concentró toda su determinación en oír cada palabra que decía el de barba roja, como si le anunciaran algo de trascendental importancia y esa fuese la única oportunidad que tendría de escucharlo. Tan de repente como empezó a hablar el dormilón, cayó al suelo otra vez, no sin antes señalar al cielo, lugar al que dirigí mi mirada con curiosidad. Escuché entonces la voz del presunto chupasangre, dirigiéndose al que acababa de callar.
La vista del cielo nocturno me cautivó, al punto en que por un momento olvidé por completo la situación en que estaba. Pero no por mucho, pues otra vez una voz me devolvió a la realidad. Ahora era sangrucho (apodo provisional que puse al de la boca manchada), advirtiéndonos desesperadamente que no hiciéramos caso a las palabras del acostado, que se reía maniáticamente. ¿Se turnaban para carcajear, o qué?
''-¡Ya basta de tonterías! ¿Qué está pasando aquí?'' Gritó de repente el muchacho rubio, dándome un susto al que respondí con un brinco del que no estoy muy orgulloso.
Entonces el gigantón empezó a hablar (sin darme oportunidad de responderle al joven) sobre su teoría del comportamiento peculiar de los presentes. Retomé la compostura y solté una leve carcajada al oír sus ocurrencias sobre gatos morados orinando cerveza, que corté al escuchar su violento plan de acción. Debería pensarme dos veces lo que haga a su alrededor, con ese tamaño estoy seguro de que provocarlo no es buena idea. ¡Pero nadie me conoce por lo inteligente de mis ideas!
-Esa es una imaginación que tengo que felicitar, colega -Dije con una sonrisa en el rostro.
El muchacho me hizo una pregunta.
-¿Como ellos?-Titubeé. No dudo de mi falta de cordura, pero estos niveles de nula lucidez van más allá de lo que he experimentado- Me temo que no. -Respondí, negando con la cabeza como aderezo a mis palabras.
-Soy Mefisto, por cierto. Será un placer acompañarlos en esta velada.-Me presenté con una reverencia algo exagerada.
Mefisto
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 165
Nivel de PJ : : 1
Re: [Cerrado ]Por estos senderos [Libre]
Cuando las cosas parecían ponerse turbias, que todo terminaría en una gresca nocturna en medio del bosque, como cualquier otra. El presunto cadáver, se levantó, como si las cosas no parecían ya extrañas, empezó a decir cosas sobre un pájaro de cuatro alas, el consumo de agua, hasta que volvió a caer rendido, uno creería que es un mal presagio.
El hombre de pie junto a él, parecía sorprendido, hasta que empezó a reírse, los del otro lado bajaron sus armas, y el del sombrero se presentó como ''Mefisto''. El cambio en el ambiente fue drástico, casi como un drama, parecía un ensayo para una obra. Curioso, pensé,el tiempo iba a pasar y el aburrimiento a aumentar. No los veía como alguna amenaza, y espero que no lo sean.
Así que bajé del árbol rápido, fui cerca del que estaba en el suelo. Deberíamos ayudarlo- Dije con una voz gutural de animal...
Otra vez olvidé cambiar. Por un momento, vi sus caras de asombro.
El hombre de pie junto a él, parecía sorprendido, hasta que empezó a reírse, los del otro lado bajaron sus armas, y el del sombrero se presentó como ''Mefisto''. El cambio en el ambiente fue drástico, casi como un drama, parecía un ensayo para una obra. Curioso, pensé,el tiempo iba a pasar y el aburrimiento a aumentar. No los veía como alguna amenaza, y espero que no lo sean.
Así que bajé del árbol rápido, fui cerca del que estaba en el suelo. Deberíamos ayudarlo- Dije con una voz gutural de animal...
Otra vez olvidé cambiar. Por un momento, vi sus caras de asombro.
Tobias Pharra
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 118
Nivel de PJ : : 0
Re: [Cerrado ]Por estos senderos [Libre]
El pánico se apoderó de él, ahí estaba el pájaro de treinta y siete alas. Todavía en el suelo reptó hacia atrás huyendo del pájaro hasta chocar con algo. No era algo, alguien. Y era el que había estado pegando voces hacía tan solo unos instantes.
¡¡Es el pájaro de ochenta de alas!! ¡¡Os avisé compañeros!! Es la hora, ¡afrontemos nuestros destinos y unámonos para erradicar a esta bestia! En un alarde de valentía se puso de pie y cogió del brazo al que tenía al lado para levantarlo también.
Hermano, ¡esta es tu hora! ¡Carga contra los enemigos del imperio! ¡Liberanos de la presencia de esta bestia de ciento treinta y dos alas! De repente se calmó. Dejó de pegar voces, ¿dónde estaba? Dio un par de pasos hacia atrás y tropezó con un árbol caído. Ben era ajeno a todo lo que pasaba al rededor y enterró su cara entre sus manos. Tras unos instantes se miró las manos. En una de ellas, en donde tenía la cicatriz, la cual no recordaba cómo había llegado hasta allí, había sangre.
¡¡Ah, amigos míos!! ¡¡He aquí otra prueba de la maldad del pájaro de setecientas alas!! ¡Mirad! Enseñó la palma de la mano al mundo. Estas heridas fueron causadas en esta batalla que estamos librando. El trabajo de erradicar a este bestia está casi hecho, le he amputado cuatrocientas alas y ahora solo tiene mil treinta y cuatro. Alzó la mano y la cerró en un puño. ¿Estáis conmigo? Bajó el brazo. Sintió un mareo acompañado por una nausea. Se sentó en el tronco caído y resopló con dificultad. ¿Qué le pasaba?
¡¡Seguidme!! Hemos de erradicar al pájaro. He de deciros, que su punto débil son las alas, esta bestia tiene unas tres mil alas, cuantas más le quitemos más difícil será para él huir de nosotros. ¡¡Sed testigos!! Recogió el hacha del suelo y miró a su pupilo. Asintió con determinación y partió hacia el interior del bosque, alejándose de la fogata.
Sentía que le iban siguiendo, ¿o era la brujería del pájaro de cuatro alas? Se detuvo en seco y lanzó un hachazo al frente.
¡¡Muere bestia!! Ninguno de tus trucos te servirá conmigo. Vamos compañeros, cuarenta alas han caído con este golpe, si hacemos todos lo mismo, pronto estaremos celebrando esta victoria. Se detuvo en seco y miró a su alrededor. Vale, Ben, no estás bien, necesitas ayuda. Para... Se dio la vuelta y volvió a caminar en dirección a la fogata.
Tengo una idea... Si prendemos fuego a este bosque, el pájaro morirá y nosotros podremos festejarlo, ¿estáis conmigo? Un mareo, el mundo daba vueltas. No, mejor no... Podemos morir nosotros también, ¿verdad? Sigamos buscándolo. Caminó, de nuevo, hacia el corazón del bosque, en busca del pájaro. Pero en lo más profundo de su ser, una voz interior, que según pasaba el tiempo cobraba más fuerza, le decía que nada de lo que veía o sentía era real.
Sí... busquemos a ese maldito pájaro, pero por los Dioses, que estas visiones dejen de seguirme.
¡¡Es el pájaro de ochenta de alas!! ¡¡Os avisé compañeros!! Es la hora, ¡afrontemos nuestros destinos y unámonos para erradicar a esta bestia! En un alarde de valentía se puso de pie y cogió del brazo al que tenía al lado para levantarlo también.
Hermano, ¡esta es tu hora! ¡Carga contra los enemigos del imperio! ¡Liberanos de la presencia de esta bestia de ciento treinta y dos alas! De repente se calmó. Dejó de pegar voces, ¿dónde estaba? Dio un par de pasos hacia atrás y tropezó con un árbol caído. Ben era ajeno a todo lo que pasaba al rededor y enterró su cara entre sus manos. Tras unos instantes se miró las manos. En una de ellas, en donde tenía la cicatriz, la cual no recordaba cómo había llegado hasta allí, había sangre.
¡¡Ah, amigos míos!! ¡¡He aquí otra prueba de la maldad del pájaro de setecientas alas!! ¡Mirad! Enseñó la palma de la mano al mundo. Estas heridas fueron causadas en esta batalla que estamos librando. El trabajo de erradicar a este bestia está casi hecho, le he amputado cuatrocientas alas y ahora solo tiene mil treinta y cuatro. Alzó la mano y la cerró en un puño. ¿Estáis conmigo? Bajó el brazo. Sintió un mareo acompañado por una nausea. Se sentó en el tronco caído y resopló con dificultad. ¿Qué le pasaba?
¡¡Seguidme!! Hemos de erradicar al pájaro. He de deciros, que su punto débil son las alas, esta bestia tiene unas tres mil alas, cuantas más le quitemos más difícil será para él huir de nosotros. ¡¡Sed testigos!! Recogió el hacha del suelo y miró a su pupilo. Asintió con determinación y partió hacia el interior del bosque, alejándose de la fogata.
Sentía que le iban siguiendo, ¿o era la brujería del pájaro de cuatro alas? Se detuvo en seco y lanzó un hachazo al frente.
¡¡Muere bestia!! Ninguno de tus trucos te servirá conmigo. Vamos compañeros, cuarenta alas han caído con este golpe, si hacemos todos lo mismo, pronto estaremos celebrando esta victoria. Se detuvo en seco y miró a su alrededor. Vale, Ben, no estás bien, necesitas ayuda. Para... Se dio la vuelta y volvió a caminar en dirección a la fogata.
Tengo una idea... Si prendemos fuego a este bosque, el pájaro morirá y nosotros podremos festejarlo, ¿estáis conmigo? Un mareo, el mundo daba vueltas. No, mejor no... Podemos morir nosotros también, ¿verdad? Sigamos buscándolo. Caminó, de nuevo, hacia el corazón del bosque, en busca del pájaro. Pero en lo más profundo de su ser, una voz interior, que según pasaba el tiempo cobraba más fuerza, le decía que nada de lo que veía o sentía era real.
Sí... busquemos a ese maldito pájaro, pero por los Dioses, que estas visiones dejen de seguirme.
Última edición por Sango el Sáb Abr 28 2018, 00:28, editado 1 vez
Sango
Héroe de Aerandir
Héroe de Aerandir
Cantidad de envíos : : 572
Nivel de PJ : : 5
Re: [Cerrado ]Por estos senderos [Libre]
Se sintió muy, muy solo. Los extraños a los que estaba intentando advertir le ignoraron. O, aún peor, le miraron como si estuviera loco. Uno de ellos parecía especialmente enfadado; el segundo se crujió los nudillos como si intentara intimidarlo; el tercero se rio de él; el cuarto era un animal. La agitación que había sentido al, primero, conocer el sentido del todo, y después percibir la traición del visionario, se evaporó. La remplazó la tristeza. Se sentía ninguneado, con una sensación de impotencia. Permaneció así de rodillas en el suelo y dejó que su mirada se clavara en la tierra.
- Velada - repitió una palabra que había escuchado -. Velada, escondida, oculta. Como la verdad. El sentido. Las razones. El origen del sentir, del...
Alguien le cogió del brazo y lo levantó. Fue como si lo sacaran del agua, y al llegar a la superficie Taliesin inhaló una gran bocanada de aire fresco. El súbito movimiento lo mareó; los árboles comenzaron a dar vueltas a su alrededor y a agitar sus ramas amenazadoramente, como si fueran a atacarle.
"Hermano, ¡esta es tu hora! ¡Carga contra los enemigos del imperio!"
En parte fueron estas palabras las que le llevaron a pensar que realmente estaban en peligro y tenían que prepararse para luchar. Su hermano, su gran amigo, le instaba a cargar.
- ¿Cargar? Pero hay demasiados... demasiados enemigos...
Taliesin dio vueltas sobre si mismo, poniéndose en guardia pero sin llegar a tomar ningún paso en ninguna dirección. Entonces su amigo volvió y les enseñó a todos su mano; Taliesin achicó los ojos, concentrándose mucho para comprender por qué aquella herida le resultaba familiar.
Se llevó la mano a los labios y se limpió algo de líquido que tenía allí. Se dio cuenta de que aquella substancia pegajosa era un resto de sangre. "He matado a alguien" pensó, e inmediatamente una revelación cayó sobre él con todo el peso de la verdad: "Yo soy el pájaro de treinta alas". Con pánico, alzó la mirada hacia su amigo. El traidor, después de todo, ¡era él!
Tardó bastante tiempo en procesar esta información. Su amigo, su muy buen amigo al que había traicionado, fue y volvió varias veces, luchando contra lo que él pensaba que era el pájaro de mil alas, sin darse cuenta de que el pájaro estaba más cerca de lo que creía. Al fin Taliesin no pudo más y avanzó hacia su hermano, agarrándolo del brazo para deternerlo.
- ¡Es inútil! - admitió con tristeza - El pájaro soy yo. Pensaba que me conocía, pero nadie se conoce. El pájaro, el traidor, soy yo.
- Velada - repitió una palabra que había escuchado -. Velada, escondida, oculta. Como la verdad. El sentido. Las razones. El origen del sentir, del...
Alguien le cogió del brazo y lo levantó. Fue como si lo sacaran del agua, y al llegar a la superficie Taliesin inhaló una gran bocanada de aire fresco. El súbito movimiento lo mareó; los árboles comenzaron a dar vueltas a su alrededor y a agitar sus ramas amenazadoramente, como si fueran a atacarle.
"Hermano, ¡esta es tu hora! ¡Carga contra los enemigos del imperio!"
En parte fueron estas palabras las que le llevaron a pensar que realmente estaban en peligro y tenían que prepararse para luchar. Su hermano, su gran amigo, le instaba a cargar.
- ¿Cargar? Pero hay demasiados... demasiados enemigos...
Taliesin dio vueltas sobre si mismo, poniéndose en guardia pero sin llegar a tomar ningún paso en ninguna dirección. Entonces su amigo volvió y les enseñó a todos su mano; Taliesin achicó los ojos, concentrándose mucho para comprender por qué aquella herida le resultaba familiar.
Se llevó la mano a los labios y se limpió algo de líquido que tenía allí. Se dio cuenta de que aquella substancia pegajosa era un resto de sangre. "He matado a alguien" pensó, e inmediatamente una revelación cayó sobre él con todo el peso de la verdad: "Yo soy el pájaro de treinta alas". Con pánico, alzó la mirada hacia su amigo. El traidor, después de todo, ¡era él!
Tardó bastante tiempo en procesar esta información. Su amigo, su muy buen amigo al que había traicionado, fue y volvió varias veces, luchando contra lo que él pensaba que era el pájaro de mil alas, sin darse cuenta de que el pájaro estaba más cerca de lo que creía. Al fin Taliesin no pudo más y avanzó hacia su hermano, agarrándolo del brazo para deternerlo.
- ¡Es inútil! - admitió con tristeza - El pájaro soy yo. Pensaba que me conocía, pero nadie se conoce. El pájaro, el traidor, soy yo.
Taliesin Skatha
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 260
Nivel de PJ : : 2
Re: [Cerrado ]Por estos senderos [Libre]
"¿Velada? ¿Se piensa que estamos de fiesta o algo?" miré a los dos que seguían con sus irracionalidades. -Yo soy Ircan, aunque no se si es el mejor momento como para conocer a alguien...
-¡Eyy! ¡Gracias por el halago! - el hombre bestia se acercó a Mefisto y le dio una poderosa palmada en la espalda. -Yo soy Toro ¡Encantado!
A mi espalda el crujido de las hojas me advirtió por fin de la presencia del ultimo invitado. Al darme la vuelta vi a un enorme lobo negro con una especie de placa metal en la boca. ¿Era alguna mezcla de un biocibernetico y un lobo? El lobo gruño y ladró como si tuviera la intención de hablar.
"¡JA! Otro deshonra para la raza. Que daño nos ha hecho la compasión..." gruñó el lobo en mi mente.
"¿Tú le entiendes?" abrí los ojos como platos sin dejar de mirar al animal.
"No soy un inútil como tú..." y se desvaneció de mi mente por unos momentos, parece ser que le divertía más el hecho de verme en aquella situación que molestarme como solía hacer.
Pero tampoco hubo mucho tiempo para más presentaciones. Los dos locos comenzaron a hacer de las suyas enseguida. El del árbol se levantó de nuevo y comenzó a gritar incoherencias sobre aquel pájaro que cada vez tenía más alas. El de la sangre en la boca le seguía el juego, como si se conocieran de toda vida, cosa que era posible porque estaba tan loco como el primero. Me alejé un poco de ellos por precaución, había que ser precavido con seres impredecibles.
El del árbol desapareció en el bosque, aunque seguían escuchándose sus alocados gritos, mientras que el de la sangre se quedó reflexionando como si buscara la respuesta de un complicado acertijo.
"Esto es demasiado..." comencé a pensar que si que era posible que hubiera algo, no sabía si era un pájaro o cualquier otra cosa, que hubiese dejado a esa gente en aquel estado. -¿Qué os ha pasado para estar así?
En ese momento volvió nuestro compañero del árbol gritando que iba a quemar el bosque con tal de matar aquel pájaro que ya era más alas que animal. Y entonces el de la sangre nos dio a conocer su gran revelación, él era el pájaro. ¿Aquello era fruto del delirio o una confesión? ¿Sería él el culpable del estado del otro hombre?
-¡Jefe! ¡Cuando me digas! - Toro se puso en posición de combate, parece ser que las ultimas alucinaciones de los enfermos no le habían gustado demasiado.
-¡Eyy! ¡Gracias por el halago! - el hombre bestia se acercó a Mefisto y le dio una poderosa palmada en la espalda. -Yo soy Toro ¡Encantado!
A mi espalda el crujido de las hojas me advirtió por fin de la presencia del ultimo invitado. Al darme la vuelta vi a un enorme lobo negro con una especie de placa metal en la boca. ¿Era alguna mezcla de un biocibernetico y un lobo? El lobo gruño y ladró como si tuviera la intención de hablar.
"¡JA! Otro deshonra para la raza. Que daño nos ha hecho la compasión..." gruñó el lobo en mi mente.
"¿Tú le entiendes?" abrí los ojos como platos sin dejar de mirar al animal.
"No soy un inútil como tú..." y se desvaneció de mi mente por unos momentos, parece ser que le divertía más el hecho de verme en aquella situación que molestarme como solía hacer.
Pero tampoco hubo mucho tiempo para más presentaciones. Los dos locos comenzaron a hacer de las suyas enseguida. El del árbol se levantó de nuevo y comenzó a gritar incoherencias sobre aquel pájaro que cada vez tenía más alas. El de la sangre en la boca le seguía el juego, como si se conocieran de toda vida, cosa que era posible porque estaba tan loco como el primero. Me alejé un poco de ellos por precaución, había que ser precavido con seres impredecibles.
El del árbol desapareció en el bosque, aunque seguían escuchándose sus alocados gritos, mientras que el de la sangre se quedó reflexionando como si buscara la respuesta de un complicado acertijo.
"Esto es demasiado..." comencé a pensar que si que era posible que hubiera algo, no sabía si era un pájaro o cualquier otra cosa, que hubiese dejado a esa gente en aquel estado. -¿Qué os ha pasado para estar así?
En ese momento volvió nuestro compañero del árbol gritando que iba a quemar el bosque con tal de matar aquel pájaro que ya era más alas que animal. Y entonces el de la sangre nos dio a conocer su gran revelación, él era el pájaro. ¿Aquello era fruto del delirio o una confesión? ¿Sería él el culpable del estado del otro hombre?
-¡Jefe! ¡Cuando me digas! - Toro se puso en posición de combate, parece ser que las ultimas alucinaciones de los enfermos no le habían gustado demasiado.
Ircan
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 466
Nivel de PJ : : 4
Re: [Cerrado ]Por estos senderos [Libre]
Entonces... Ircan. Taché su cara de mi lista mental de personas a las que presentarme oficialmente. Sólo faltan el grandulón y los oráculos del Ave de las cuatro alas, y podría pasar al siguiente paso de nuestra relación: Conocer nuestros nombres.
El cuernudo (asustándome) levantó la voz y recortó la distancia entre nosotros, acto al que respondí trazando en mi mente posibles acciones evasivas y tensando el cuerpo en preparación para la huida. Me parecieron eternos ese par de segundos que me tomó darme cuenta de que sus acciones no eran hostiles, y de que lo que había dicho, lejos de ser un grito de guerra, era un agradecimiento por mi previo cumplido. Aún con el pulso acelerado esperé a que llegara a mi lado, momento en que se presentó y me propinó una palmada en la espalda que además de hacerme tambalear, me calmó un poco.
Al escuchar su nombre aguanté en mis entrañas una (LA) carcajada, en su lugar esbozando una leve sonrisa.
Esperaba algo por los lados de ''Grommash el Destripador de Dragones'', ''Kalamitus, Bárbaro barbárico'' o como mínimo, ''Johansen el de problemas de ira'', pero... ¿Toro?
Aunque esa confesión me hizo quitarle unos puntos en intimidación, bien podría llamarse Tulipan, para el cambio que eso haría en la facilidad con que me rompería la espalda. Entonces, ¡Toro! Tachado de la lista.
El avistamiento de una bestia de pelaje negro me hizo olvidar todos los chistes que había pensado. La sorpresa duró relativamente poco, al recordar que antes ya noté que había algo por ahí. Suspiré profundamente. Tenía suerte, no era ni un asesino enfermo ni una persona con ansiedad social, sino un animal grande con...
- ¿Qué demonios tiene en la boca? -Musité. Me dirigí entonces a Ircan, que parecía darle la debida importancia al recién llegado- ¿Será que busca ayuda para quitarse eso? ¡Pobre!
Dormilón atrajo toda mi atención otra vez. Se levantó del suelo gritando cosas sobre el ave, y otra vez empezó con las teatralidades acompañado de sangrucho. Me dediqué a ver cuidadosamente cada gesto y oír detalladamente cada palabra, ¡esto era ridículamente entretenido! Pero Dormilón se veía algo cansado... ¿Será que se le está pasando el efecto de lo que sea que le esté ocurriendo? ¿O se habrá cansado de caer y levantarse tantas veces? Ah, ahí va, cargando hacia lo profundo del bosque.
...¿No es un poco peligroso que esté armado?
- ¡Yo creo en ti, gran guerrero! ¡Derrota a esa bestia multialada! -Le vitoreé, con un tono alegre.
Y volvió. ¿Quemar el bosque, dice?
...¿Pero no saldría volando el ave y ya?
Entonces, el mayor giro argumental que he presenciado. Sangrucho confesó ser el ave de chorrocientas alas, con un tono de pena que me conmovió. Les hubiese aplaudido, de no ser por la repentina hostilidad que Toro exhibió, al prepararse para un ataque.
Tomé un puñado de hojas que había en el suelo con una mano y me acerqué a él. Me coloqué entre él y los ''oráculos'', le dediqué una sonrisa y me encaminé hacia el ''traidor'' con la mano llena de hojas escondida en mi espalda.
- ¡Mentiras! -Elevé la voz, imitando los actos del par- ¡Tú no eres un traidor! -Lo señalé con la punta del bastón, antes de hincar este en el suelo y apoyar la mano en él- ¿No lo ven? ¡Es el ave, que nos quiere poner en tu contra! Debemos estar unidos ante esta amenaza. -Me esforcé en hacer los gestos más exagerados que podía- ¡Así, el ave no tiene oportunidad! -Con una expresión de asombro, señalé hacia el bosque, a espaldas de sangrucho- ¡Ah! ¡¿Qué es eso?!
Ay, espero que esto funcione.
Aprovechando la distracción, lancé el puñado de hojas al aire, mientras gruñía e imitaba otros sonidos habituales de un combate. Le hice señas a Ircan y Toro, pidiendo su apoyo, y procedí a golpearme el pecho repetidamente con la palma de la mano para hacer ruido, quejarme y finalmente lanzarme al suelo.
Habiendo recuperado la atención de sangrucho me levanté con dificultad simulada, con un grito de victoria, señalando las hojas que se mecían en el aire.
- ¡El ave no tuvo oportunidad contra nuestra fuerza combinada! ¡He ahí lo que queda del que eligió la noche equivocada para salir de su nido!
Volteé hacia Toro y sonreí tímidamente. Fue lo único que se me ocurrió.
El cuernudo (asustándome) levantó la voz y recortó la distancia entre nosotros, acto al que respondí trazando en mi mente posibles acciones evasivas y tensando el cuerpo en preparación para la huida. Me parecieron eternos ese par de segundos que me tomó darme cuenta de que sus acciones no eran hostiles, y de que lo que había dicho, lejos de ser un grito de guerra, era un agradecimiento por mi previo cumplido. Aún con el pulso acelerado esperé a que llegara a mi lado, momento en que se presentó y me propinó una palmada en la espalda que además de hacerme tambalear, me calmó un poco.
Al escuchar su nombre aguanté en mis entrañas una (LA) carcajada, en su lugar esbozando una leve sonrisa.
Esperaba algo por los lados de ''Grommash el Destripador de Dragones'', ''Kalamitus, Bárbaro barbárico'' o como mínimo, ''Johansen el de problemas de ira'', pero... ¿Toro?
Aunque esa confesión me hizo quitarle unos puntos en intimidación, bien podría llamarse Tulipan, para el cambio que eso haría en la facilidad con que me rompería la espalda. Entonces, ¡Toro! Tachado de la lista.
El avistamiento de una bestia de pelaje negro me hizo olvidar todos los chistes que había pensado. La sorpresa duró relativamente poco, al recordar que antes ya noté que había algo por ahí. Suspiré profundamente. Tenía suerte, no era ni un asesino enfermo ni una persona con ansiedad social, sino un animal grande con...
- ¿Qué demonios tiene en la boca? -Musité. Me dirigí entonces a Ircan, que parecía darle la debida importancia al recién llegado- ¿Será que busca ayuda para quitarse eso? ¡Pobre!
Dormilón atrajo toda mi atención otra vez. Se levantó del suelo gritando cosas sobre el ave, y otra vez empezó con las teatralidades acompañado de sangrucho. Me dediqué a ver cuidadosamente cada gesto y oír detalladamente cada palabra, ¡esto era ridículamente entretenido! Pero Dormilón se veía algo cansado... ¿Será que se le está pasando el efecto de lo que sea que le esté ocurriendo? ¿O se habrá cansado de caer y levantarse tantas veces? Ah, ahí va, cargando hacia lo profundo del bosque.
...¿No es un poco peligroso que esté armado?
- ¡Yo creo en ti, gran guerrero! ¡Derrota a esa bestia multialada! -Le vitoreé, con un tono alegre.
Y volvió. ¿Quemar el bosque, dice?
...¿Pero no saldría volando el ave y ya?
Entonces, el mayor giro argumental que he presenciado. Sangrucho confesó ser el ave de chorrocientas alas, con un tono de pena que me conmovió. Les hubiese aplaudido, de no ser por la repentina hostilidad que Toro exhibió, al prepararse para un ataque.
Tomé un puñado de hojas que había en el suelo con una mano y me acerqué a él. Me coloqué entre él y los ''oráculos'', le dediqué una sonrisa y me encaminé hacia el ''traidor'' con la mano llena de hojas escondida en mi espalda.
- ¡Mentiras! -Elevé la voz, imitando los actos del par- ¡Tú no eres un traidor! -Lo señalé con la punta del bastón, antes de hincar este en el suelo y apoyar la mano en él- ¿No lo ven? ¡Es el ave, que nos quiere poner en tu contra! Debemos estar unidos ante esta amenaza. -Me esforcé en hacer los gestos más exagerados que podía- ¡Así, el ave no tiene oportunidad! -Con una expresión de asombro, señalé hacia el bosque, a espaldas de sangrucho- ¡Ah! ¡¿Qué es eso?!
Ay, espero que esto funcione.
Aprovechando la distracción, lancé el puñado de hojas al aire, mientras gruñía e imitaba otros sonidos habituales de un combate. Le hice señas a Ircan y Toro, pidiendo su apoyo, y procedí a golpearme el pecho repetidamente con la palma de la mano para hacer ruido, quejarme y finalmente lanzarme al suelo.
Habiendo recuperado la atención de sangrucho me levanté con dificultad simulada, con un grito de victoria, señalando las hojas que se mecían en el aire.
- ¡El ave no tuvo oportunidad contra nuestra fuerza combinada! ¡He ahí lo que queda del que eligió la noche equivocada para salir de su nido!
Volteé hacia Toro y sonreí tímidamente. Fue lo único que se me ocurrió.
Mefisto
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 165
Nivel de PJ : : 1
Re: [Cerrado ]Por estos senderos [Libre]
Después de que el dormilón se levantará otra vez, volvió a profesar cosas sobre el ave de 454.327,2 alas, o 785.675, ya no recuerdo cuántas eran en realidad. Postuló una manera de derrotarla; quemando el bosque, aunque el ave se iría, mientras el bosque ardía, para él parecía buena idea. Pero no iba a pasar, no en mi guardia.
El vampiro parecía estar teniendo una revelación, diciendo que él era el ave. ¡Ajá, éste es mi momento, debo preguntarle cuántas alas tiene!. Pero, él no parece un ave *Sniff*, ni huele como a una. ¿Quizás nos estamos enfrentando a algo más que una alucinación? Una maldición de proporciones épicas, que amenaza con destruir el mundo como lo conocemos. O todos están locos aquí, aunque sigo con mi teoría de la obra de teatro. Porque, parece que a estos tipos, no les importa que este un canido bípedo de casi dos metros con una mandíbula metálica a sus lados. Oye, sí son actores formidables, no se han inmutado.
Los que iban juntos se presentaron con el del sombrero, Mefisto, creo que era. El que después comenzó a explicar, que el ave de 3.567.312.875.204 alas, estaba jugando con nuestras mentes, parece lógico, el ave es un mal inefable, incontrolable e imparable.
¿Pero qué %·$"=¿ está haciendo el &@¿# elfo, está loco o algo?- Me dije a mi mismo, mientras él agarraba hojas y señalaba al vampiro con su bastón, y se tiraba al suelo, diciendo que podían vencer al ave juntos.
Bueno, estaré al pendiente, el ave de 4 alas parece ser un problema real, uno muy grande. Espero que el otro no se vuelva loco quemando algo aquí, si no le meteré un zarpazo en la boca, mientras espero que los otros no enloquezcan.
Me transformo en humano, para presentarme ante ellos. Soy Jhin, un humilde protector de la naturaleza y cazador de recompensas. Camino hacia ellos, diciéndoles: Podríamos unirnos para derrotar al ave de 14 alas.
Bueno, espero que todo esto no sea una broma de mal gusto...
El vampiro parecía estar teniendo una revelación, diciendo que él era el ave. ¡Ajá, éste es mi momento, debo preguntarle cuántas alas tiene!. Pero, él no parece un ave *Sniff*, ni huele como a una. ¿Quizás nos estamos enfrentando a algo más que una alucinación? Una maldición de proporciones épicas, que amenaza con destruir el mundo como lo conocemos. O todos están locos aquí, aunque sigo con mi teoría de la obra de teatro. Porque, parece que a estos tipos, no les importa que este un canido bípedo de casi dos metros con una mandíbula metálica a sus lados. Oye, sí son actores formidables, no se han inmutado.
Los que iban juntos se presentaron con el del sombrero, Mefisto, creo que era. El que después comenzó a explicar, que el ave de 3.567.312.875.204 alas, estaba jugando con nuestras mentes, parece lógico, el ave es un mal inefable, incontrolable e imparable.
¿Pero qué %·$"=¿ está haciendo el &@¿# elfo, está loco o algo?- Me dije a mi mismo, mientras él agarraba hojas y señalaba al vampiro con su bastón, y se tiraba al suelo, diciendo que podían vencer al ave juntos.
Bueno, estaré al pendiente, el ave de 4 alas parece ser un problema real, uno muy grande. Espero que el otro no se vuelva loco quemando algo aquí, si no le meteré un zarpazo en la boca, mientras espero que los otros no enloquezcan.
Me transformo en humano, para presentarme ante ellos. Soy Jhin, un humilde protector de la naturaleza y cazador de recompensas. Camino hacia ellos, diciéndoles: Podríamos unirnos para derrotar al ave de 14 alas.
Bueno, espero que todo esto no sea una broma de mal gusto...
Tobias Pharra
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 118
Nivel de PJ : : 0
Re: [Cerrado ]Por estos senderos [Libre]
Para cuando quiso darse cuenta ya caminaba solo luchando contra sus fantasmas. Se quedó quieto y antes de ponerse a gritar decidió calmarse y guardar el arma. Se había perdido, le dolía la cabeza y empezaba a tener frío sin embargo sentía que una amenaza lo perseguía, lo observaba y jugaba con él.
No me gusta ser la marioneta de nadie, ¿sabes? Entonces se le ocurrió una idea. Já, si consigo encontrar tu casa, podré coger tus huevos y tomarlos como rehenes para que dejes de acosarme. Ah, eres un genio moderno Ben, las futuras generaciones hablarán de ti. Le rugió el estómago. Aunque puede que me coma uno o dos... No es por ti, es por mi, claro. Si fuera por ti no me los comería, lo dejaría en su nido, pero es por mi, tengo que comer. Un hombre no debería morir de hambre, nunca. El rico debe compartir y tú, pájaro, tú eres rico tienes plumas para vender, vendes plumas para ganar dinero, ganas dinero para ser rico, eres rico y debes compartir y por los Dioses, vaya si lo vas a hacer.
Caminó adentrándonse más aun en el bosque y riéndose con su plan. Era perfecto. Encontraría el nido, se agazaparía detrás de un árbol e invocaría al pájaro, lo mataría y se lo comería. Sí, es un plan perfecto. Pensó. Se dio cuenta de que cada vez pisaba menos hojas muertas y pensó que eso era debido a la brujería, el pájaro de cien alas debía estar bien camuflado entre las copas de los árboles para que Ben no lo viera.
Sí, maldito seas, juegas conmigo, pero ya me comeré a tus hijos y verás como no vuelves a molestarme maldito pájaro del demonio, los Dioses quieren castigarte y yo seré su brazo ejecutor, los Dioses me sonríen esta noche, oh sí, lo hacen y... ¿dónde están los árboles?
El barro, la tierra y las hojas muertas dieron paso a un prado. El bosque había quedado a su espalda. Sin querer, Ben había conseguido salir de aquel maldito bosque, pero en su estado no llegaría muy lejos, si fuera una situación normal debería buscar ayuda, pero...
¡¡Sí, pájaro!! Te he vencido en tu propio terreno, ahora no... un momento... Hizo una pausa y pensó durante unos instantes. Los pájaros vuelan, necesitan aire, por lo tanto no quieren árboles que les estorben... Un miedo repentino recorrió a Ben, estaba expuesto al pájaro. De repente salió corriendo en dirección a los árboles y se ocultó allí de nuevo. Se acurrucó al pie de un árbol y esperó en silencio. En un instante de lucidez, levantó la cabeza y se fijó en lo que había en un rama. Sonrió.
Ahora sí que sí, esperaría. El pájaro llegaría en cualquier momento.
No me gusta ser la marioneta de nadie, ¿sabes? Entonces se le ocurrió una idea. Já, si consigo encontrar tu casa, podré coger tus huevos y tomarlos como rehenes para que dejes de acosarme. Ah, eres un genio moderno Ben, las futuras generaciones hablarán de ti. Le rugió el estómago. Aunque puede que me coma uno o dos... No es por ti, es por mi, claro. Si fuera por ti no me los comería, lo dejaría en su nido, pero es por mi, tengo que comer. Un hombre no debería morir de hambre, nunca. El rico debe compartir y tú, pájaro, tú eres rico tienes plumas para vender, vendes plumas para ganar dinero, ganas dinero para ser rico, eres rico y debes compartir y por los Dioses, vaya si lo vas a hacer.
Caminó adentrándonse más aun en el bosque y riéndose con su plan. Era perfecto. Encontraría el nido, se agazaparía detrás de un árbol e invocaría al pájaro, lo mataría y se lo comería. Sí, es un plan perfecto. Pensó. Se dio cuenta de que cada vez pisaba menos hojas muertas y pensó que eso era debido a la brujería, el pájaro de cien alas debía estar bien camuflado entre las copas de los árboles para que Ben no lo viera.
Sí, maldito seas, juegas conmigo, pero ya me comeré a tus hijos y verás como no vuelves a molestarme maldito pájaro del demonio, los Dioses quieren castigarte y yo seré su brazo ejecutor, los Dioses me sonríen esta noche, oh sí, lo hacen y... ¿dónde están los árboles?
El barro, la tierra y las hojas muertas dieron paso a un prado. El bosque había quedado a su espalda. Sin querer, Ben había conseguido salir de aquel maldito bosque, pero en su estado no llegaría muy lejos, si fuera una situación normal debería buscar ayuda, pero...
¡¡Sí, pájaro!! Te he vencido en tu propio terreno, ahora no... un momento... Hizo una pausa y pensó durante unos instantes. Los pájaros vuelan, necesitan aire, por lo tanto no quieren árboles que les estorben... Un miedo repentino recorrió a Ben, estaba expuesto al pájaro. De repente salió corriendo en dirección a los árboles y se ocultó allí de nuevo. Se acurrucó al pie de un árbol y esperó en silencio. En un instante de lucidez, levantó la cabeza y se fijó en lo que había en un rama. Sonrió.
Ahora sí que sí, esperaría. El pájaro llegaría en cualquier momento.
Sango
Héroe de Aerandir
Héroe de Aerandir
Cantidad de envíos : : 572
Nivel de PJ : : 5
Re: [Cerrado ]Por estos senderos [Libre]
¿No era un traidor? Clavó su mirada en el hombre que había dicho aquello, siguiendo cada uno de sus movimientos aunque no siempre comprendía lo que estaba diciendo. Después, aún pensando en si era o no un judas, se miró a las manos, como si "traidor" fuera algo que pudiera determinarse mirando la piel de uno. Aquel hombre volvió a llamar su atención al golpearse el pecho y lanzarse al suelo. Claramente, estaba en una batalla con algo, algo que estaba dentro de él. Y, gracias a los dioses, salió victorioso de aquella batalla contra - ah, cierto - el pájaro, y de este último sólo quedaron unas pocas plumas que revoloteaban como hojas cayendo de los árboles.
Con todo aquello perdió de vista a su salvador. Pensó en ello. No era su salvador, era un desconocido del que había bebido sangre. Por un momento la influencia de... de lo que fuera aquello, remitió, y en la mente de Taliesin brilló un atisbo de lucidez. La sangre del "salvador" había causado aquello. Taliesin quería que parara. Tenía que diluir la influencia de aquella sangre. Necesitaba la sangre de otra persona.
Miró otra vez al hombre que se había batido con el pájaro, el hombre del sombrero. La mirada de Taliesin se volvió más fija e intensa, cargada de la concentración del cazador. Al mismo tiempo, en la lejanía, se escuchó un gruñido grave, poderoso, pero el vampiro apenas se fijó en aquello. Estaba muchísimo más atento al hombre del sombrero y, más concretamente, su sangre.
Algo más cerca esta vez, volvió a escucharse aquel gruñido. No era el gruñido de un simple lobo, sino de algo más grande, más solitario y más fiero. Si Taliesin hubiera podido pensar claramente, habría relacionado aquello con la historia que le había llevado a adentrarse en el bosque, la bestia que supuestamente había destrozado una expedición de unos traficantes de pieles. En lugar de aquello, sintiendo aquel gruñido reflejaba y amplificaba los instintos que él mismo sentía, el vampiro se lanzó hacia delante para atrapar y beber la sangre del hombre del sombrero.
Con todo aquello perdió de vista a su salvador. Pensó en ello. No era su salvador, era un desconocido del que había bebido sangre. Por un momento la influencia de... de lo que fuera aquello, remitió, y en la mente de Taliesin brilló un atisbo de lucidez. La sangre del "salvador" había causado aquello. Taliesin quería que parara. Tenía que diluir la influencia de aquella sangre. Necesitaba la sangre de otra persona.
Miró otra vez al hombre que se había batido con el pájaro, el hombre del sombrero. La mirada de Taliesin se volvió más fija e intensa, cargada de la concentración del cazador. Al mismo tiempo, en la lejanía, se escuchó un gruñido grave, poderoso, pero el vampiro apenas se fijó en aquello. Estaba muchísimo más atento al hombre del sombrero y, más concretamente, su sangre.
Algo más cerca esta vez, volvió a escucharse aquel gruñido. No era el gruñido de un simple lobo, sino de algo más grande, más solitario y más fiero. Si Taliesin hubiera podido pensar claramente, habría relacionado aquello con la historia que le había llevado a adentrarse en el bosque, la bestia que supuestamente había destrozado una expedición de unos traficantes de pieles. En lugar de aquello, sintiendo aquel gruñido reflejaba y amplificaba los instintos que él mismo sentía, el vampiro se lanzó hacia delante para atrapar y beber la sangre del hombre del sombrero.
Taliesin Skatha
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 260
Nivel de PJ : : 2
Re: [Cerrado ]Por estos senderos [Libre]
El enorme lobo que intentaba hablar resultó ser un licántropo, pues al final optó por transformarse en humano y presentarse para ofrecer su ayuda contra el dichoso pajara.
"¿En serio todo el mundo se ha creído eso?" comenzaba a pensar que el único loco era yo. Hasta que vi el pequeño guiño de Mefisto. "Bueno al menos ya no soy el único..."
La estrategia de aquel hombre funcionó a medias. El que sangraba por la boca se la creyó, pero el que hablaba con los arboles la ignoró y se internó de nuevo en el bosque. Al final si Toro se hubiese puesto a repartir tortazos, no le iba a culpar por ello. Aquella gente no estaba muy bien de la cabeza y eran un peligro para la sociedad en aquel estado. Y no me quedaba muy lejos de la realidad, el de la sangre comenzó a mirar a Mefisto con unos extraños ojos de deseo, pero carentes de todo romanticismo. Si me hubieran dejado apostar, hubiese apostado a que se lo quería comer, literalmente...
Pero tampoco pude entretenerme mucho en eso, aún faltaba un ultimo invitado al que acoger...
A las espaldas del rarito de la sangre, comenzaron a escucharse una pesadas pisadas. Al poco tiempo, dos puntos rojos brillaban en la oscuridad tras aquel hombre. La escasa luz de la hoguera y de la luna revelaron parcialmente lo que parecía ser un esqueleto de pájaro formando su rostro.
"No jodas que al final va a ser verdad lo del pajarraco."
La bestia se abalanzó sobre su presa mientras todos nos quedamos petrificados ante la sorpresa. salvo Toro. Que consiguió adelantarse, apartar de un manotazo al rarito y desviar el ataque de las zarpas del animal con su armadura pesada en forma de escudo humano.
-¡Es un Graphorn! - gritó al mismo tiempo que desenvainaba su mandoble y tomaba distancia respecto al animal. -¡Sus puas son venenosas, y los pelos de su cuello pueden lanzar lava! -el hombre bestia, que parecía conocer la raza de aquel ser, nos advirtió antes de que nos lanzáramos sin conocimiento a una muerte segura.
_________________________________________________________________________________________________________
Off rol: Bueno pues vamos a meter a un verdadero "pajarraco" para darle vidilla a la cosa. Aquí os dejo la ficha del animal, registrado en el bestiario de Aerandir.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
"¿En serio todo el mundo se ha creído eso?" comenzaba a pensar que el único loco era yo. Hasta que vi el pequeño guiño de Mefisto. "Bueno al menos ya no soy el único..."
La estrategia de aquel hombre funcionó a medias. El que sangraba por la boca se la creyó, pero el que hablaba con los arboles la ignoró y se internó de nuevo en el bosque. Al final si Toro se hubiese puesto a repartir tortazos, no le iba a culpar por ello. Aquella gente no estaba muy bien de la cabeza y eran un peligro para la sociedad en aquel estado. Y no me quedaba muy lejos de la realidad, el de la sangre comenzó a mirar a Mefisto con unos extraños ojos de deseo, pero carentes de todo romanticismo. Si me hubieran dejado apostar, hubiese apostado a que se lo quería comer, literalmente...
Pero tampoco pude entretenerme mucho en eso, aún faltaba un ultimo invitado al que acoger...
A las espaldas del rarito de la sangre, comenzaron a escucharse una pesadas pisadas. Al poco tiempo, dos puntos rojos brillaban en la oscuridad tras aquel hombre. La escasa luz de la hoguera y de la luna revelaron parcialmente lo que parecía ser un esqueleto de pájaro formando su rostro.
"No jodas que al final va a ser verdad lo del pajarraco."
La bestia se abalanzó sobre su presa mientras todos nos quedamos petrificados ante la sorpresa. salvo Toro. Que consiguió adelantarse, apartar de un manotazo al rarito y desviar el ataque de las zarpas del animal con su armadura pesada en forma de escudo humano.
-¡Es un Graphorn! - gritó al mismo tiempo que desenvainaba su mandoble y tomaba distancia respecto al animal. -¡Sus puas son venenosas, y los pelos de su cuello pueden lanzar lava! -el hombre bestia, que parecía conocer la raza de aquel ser, nos advirtió antes de que nos lanzáramos sin conocimiento a una muerte segura.
_________________________________________________________________________________________________________
Off rol: Bueno pues vamos a meter a un verdadero "pajarraco" para darle vidilla a la cosa. Aquí os dejo la ficha del animal, registrado en el bestiario de Aerandir.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Ircan
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 466
Nivel de PJ : : 4
Re: [Cerrado ]Por estos senderos [Libre]
Sé que no debo ser un maestro del entretenimiento, pero que un tercio de mi público se haya encaminado al bosque (Como por séptima vez en lo que va de noche) ignorándome completamente es algo cruel. Al menos Sangrucho me prestó atención. Y el animal de ant-
¡Ah!
Muy bien.
Me descuido un momento y ya no es bestia sino hombre. Hombre que dice llamarse Jhin. Otro nombre a la lista.
De repente, una sensación de peligro hace que me olvide otra vez de la existencia de Jhin. Barro el entorno con los ojos. Noto que la mirada de Sangrucho está clavada en mí como el tenedor de alguien que no sabe controlar su ira en su comida. ¿Le habrá gustado tanto que ''derrotara'' al ave? ¡Ja! Seguro ahora me ve como a una figura a la que seguir; después de todo, ¡mi plan fue un éxito!
Espera, ¿Sangrucho no era un vampiro?
Al entender la situación, un escalofrío me baja por la espalda, y mi cuerpo se tensa en respuesta al probable peligro. Sabía que los vampiros no pueden traer nada bueno. Tomo rápidamente el bastón y me preparo para responder a los movimientos de mi posible agresor, pero un par de luces rojas que se acercan desde su espalda interrumpen la formulación de mi plan de acción. ''Es mala idea ir por el bosque de noche'' recordé pensar cuando empecé a caminar, hace ya un buen rato. La cabeza esquelética que acababa de atravesar las sombras es una de las razones de eso. Retrocedí un par de pasos, con el peso del peligro en mis hombros. Podría no hacer nada y al final el alimento sería el mismo Sangrucho, pero vampiro o no, va contra mi naturaleza desamparar a quien me ha entretenido tanto.
-¡Huye! -Le grito al que ignora la muerte que se le acercaba en forma de bestia negra. Mi advertencia viene acompañada de una carrera de Toro, que logró llegar a tiempo de quitar del medio a Sangrucho.
El sonido del impacto entre garra y metal me generó ambos un ligero aturdimiento y alivio, su armadura detuvo el ataque.
Desenfundando su enorme arma y retrocediendo, nos advirtió a lo que nos enfrentábamos. ¿''Graphorn''? ''CorreCorreQueSiTeAgarraTeJode'' (nombre que les tenía yo) me agradaba más.
¿LAVA? Había visto un par de veces en el pasado a un bicho así, pero nunca me acerqué lo suficiente o me quedé el tiempo necesario para detallar sus capacidades.
Me coloqué en una postura de combate e inhalé profundamente, preparándome física y psicológicamente para lo que iba a ocurrir.
Veneno, lava, garras y dientes...
Justo lo que le faltaba a esta fiesta.
¡Ah!
Muy bien.
Me descuido un momento y ya no es bestia sino hombre. Hombre que dice llamarse Jhin. Otro nombre a la lista.
De repente, una sensación de peligro hace que me olvide otra vez de la existencia de Jhin. Barro el entorno con los ojos. Noto que la mirada de Sangrucho está clavada en mí como el tenedor de alguien que no sabe controlar su ira en su comida. ¿Le habrá gustado tanto que ''derrotara'' al ave? ¡Ja! Seguro ahora me ve como a una figura a la que seguir; después de todo, ¡mi plan fue un éxito!
Espera, ¿Sangrucho no era un vampiro?
Al entender la situación, un escalofrío me baja por la espalda, y mi cuerpo se tensa en respuesta al probable peligro. Sabía que los vampiros no pueden traer nada bueno. Tomo rápidamente el bastón y me preparo para responder a los movimientos de mi posible agresor, pero un par de luces rojas que se acercan desde su espalda interrumpen la formulación de mi plan de acción. ''Es mala idea ir por el bosque de noche'' recordé pensar cuando empecé a caminar, hace ya un buen rato. La cabeza esquelética que acababa de atravesar las sombras es una de las razones de eso. Retrocedí un par de pasos, con el peso del peligro en mis hombros. Podría no hacer nada y al final el alimento sería el mismo Sangrucho, pero vampiro o no, va contra mi naturaleza desamparar a quien me ha entretenido tanto.
-¡Huye! -Le grito al que ignora la muerte que se le acercaba en forma de bestia negra. Mi advertencia viene acompañada de una carrera de Toro, que logró llegar a tiempo de quitar del medio a Sangrucho.
El sonido del impacto entre garra y metal me generó ambos un ligero aturdimiento y alivio, su armadura detuvo el ataque.
Desenfundando su enorme arma y retrocediendo, nos advirtió a lo que nos enfrentábamos. ¿''Graphorn''? ''CorreCorreQueSiTeAgarraTeJode'' (nombre que les tenía yo) me agradaba más.
¿LAVA? Había visto un par de veces en el pasado a un bicho así, pero nunca me acerqué lo suficiente o me quedé el tiempo necesario para detallar sus capacidades.
Me coloqué en una postura de combate e inhalé profundamente, preparándome física y psicológicamente para lo que iba a ocurrir.
Veneno, lava, garras y dientes...
Justo lo que le faltaba a esta fiesta.
Mefisto
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 165
Nivel de PJ : : 1
Re: [Cerrado ]Por estos senderos [Libre]
¿Qué pasó?
No lo sé.
Recapitulemos.
Cuanto todo parecía que iba para bien, el humano se quedó sentado en un árbol como un niño asustado, después de tratar de salir del bosque. El señor vampiro miró al loco del palo, de una manera romántica como si quisiese algo de él. ''Oh no, esto es como Brokeback Mountain''- pensé.
Por suerte esa escena fue interrumpida por un Graphorn volando hacia ellos, que fue detenido por el gran Toro ese, cuando todos se preparaban para detener a la bestia, o eso parecía.
Ahí está el chico, el vampiro, el del palo y Toro... Hay algo que no entiendo. ¿Qué haría un ácidido a estas horas de la noche? ¿Por qué intentaría cazar a alguno de nosotros? No, no nos puede estar cazando, no hubo ruido ni nada. ¿Por qué se arriesgaría a atacarnos así? Okey, nunca había visto uno, ¿pero usaría sus garras? ¿No sería mejor, sólo envenenarnos?
Bueno, con huecos argumentales o no, ahí estaba el Graphorn, tan bello y espectacular, corpulento y temeroso. ''Ah, a veces envidio a los dioses con sus habilidades''. Me convertí en lobo, espantarlo sería la mejor opción, no nos haría daño, y nosotros tampoco a él.
Cuando rugí, y no se fue, bueno no sólo me extrañé, me cagué en todos los santos y los dioses. ¿Cómo es posible? Olía a sangre, el Graphorn hacía movimientos extraños. Comencé a cuestionarme ¿Es realmente un Graphorn?
Esta gente estaba loca, pero ahí estaban todos preparados contra el Graphorn. Todos...
No lo sé.
Recapitulemos.
Cuanto todo parecía que iba para bien, el humano se quedó sentado en un árbol como un niño asustado, después de tratar de salir del bosque. El señor vampiro miró al loco del palo, de una manera romántica como si quisiese algo de él. ''Oh no, esto es como Brokeback Mountain''- pensé.
Por suerte esa escena fue interrumpida por un Graphorn volando hacia ellos, que fue detenido por el gran Toro ese, cuando todos se preparaban para detener a la bestia, o eso parecía.
Ahí está el chico, el vampiro, el del palo y Toro... Hay algo que no entiendo. ¿Qué haría un ácidido a estas horas de la noche? ¿Por qué intentaría cazar a alguno de nosotros? No, no nos puede estar cazando, no hubo ruido ni nada. ¿Por qué se arriesgaría a atacarnos así? Okey, nunca había visto uno, ¿pero usaría sus garras? ¿No sería mejor, sólo envenenarnos?
Bueno, con huecos argumentales o no, ahí estaba el Graphorn, tan bello y espectacular, corpulento y temeroso. ''Ah, a veces envidio a los dioses con sus habilidades''. Me convertí en lobo, espantarlo sería la mejor opción, no nos haría daño, y nosotros tampoco a él.
Cuando rugí, y no se fue, bueno no sólo me extrañé, me cagué en todos los santos y los dioses. ¿Cómo es posible? Olía a sangre, el Graphorn hacía movimientos extraños. Comencé a cuestionarme ¿Es realmente un Graphorn?
Esta gente estaba loca, pero ahí estaban todos preparados contra el Graphorn. Todos...
Tobias Pharra
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 118
Nivel de PJ : : 0
Re: [Cerrado ]Por estos senderos [Libre]
¿Cuánto tiempo llevaba esperando? No lo sabía, pero no importaba no se iba a mover de allí. El pájaro no existía. Todo era fruto de su imaginación. Estaba oscuro, se oían ruidos y estaba solo. El miedo lo tenía paralizado y se acordó de que había estado con gente. ¡Mi pupilo! Lo he abandonado a su suerte... Pero, ¿desde cuándo tienes pupilo, Ben? Y yo que sé, pero sé que estará en peligro. Debería ir... Ya claro, deberías, o deberías no... Callate, iré. Soy un Nelad y enfre Un chasquido se escuchó a cincuenta pasos de distancia. Se le encogió el corazón y se abrazó al hacha. Ben no quería morir esa noche, así que se quedó un rato más ahí acurrucado. Pasaron cien latidos antes de que un pensamiento clave se le viniera a la cabeza. Su padre, antes de partir, le dijo que las cosas no llegaban solas, había que hacer algo para conseguir los objetivos.
Por todos los Dioses, ¿qué coño hago aquí? - Se puso de pie y se sacudió las ramas y hojarasca que se le había quedado pegada al cuerpo. Se acordó del chasquido. Dudó unos instantes, tragó saliva y notó cuanto le dolía la cabeza, además el brazo izquierdo lo tenía entumecido. Todo son contratiempos... Dioses, dadme fuerzas.- Se metió de lleno en el corazón del bosque. No se acordaba de nada de lo que había pasado unos instantes antes, recordaba haber buscado comida, un nido, el fuego... ¡Las setas! se quedó quieto durante un momento. Estaba envenenado por las setas. El pánico se apoderó de él, los sintomas del dolor de cabeza y el brazo, ¿se estaba muriendo? Tenía que actuar rápido y decidió que lo más sensato sería purgarse. Sin pensarlo dos veces se metió los dedos en la boca y esperó.
Después de vomitar, se tumbó en el suelo y sintió el rugido de sus tripas. Su cuerpo estaba trabajando para recuperarse rápidamente, ¿cómo había podido caer en el error de comer setas venenosas? Achacó el error a la falta de luz y a la escasez de comidas que había tenido en los últimos días. Tras unos instantes, se volvió a poner de pie, se notaba mucho más despejado, pero más consciente del dolor de cabeza y brazo. Escuchó lo que parecían una voces y viró hacia ellas. Doscientos pasos más adelante vio luz y echó a correr hacia ella. Deseaba llegar allí y poder ver algo distinto a sombras y oscuridad. Cuando se encontraba a cincuenta pasos vio una bestia a lo lejos y gente correr y esquivar. Osea, ¿es verdad lo del puñetero pájaro? Agarró el hacha con la mano derecha, con fuerza, y trotó hacia el claro iluminado. Al acercarse reconoció a un par de personas, no sabía de qué, pero las reconocía y una de ellas parecía ser alguien cercano. No sabía cómo pero se dio cuenta de que estaba corriendo y gritando.
- ¡Aaaarg!- Corría de manera arcaica y muy rara, llevaba el hacha alzada como para asestar un golpe.- ¡¡Pájaroooo!!- Aquello no era un pájaro, Sango pensó que sería algún tipo de brujería y que se estaría riendo de él, así que siguió corriendo hacia él cosa de la que se arrepintería porque a casi seis pasos de la bestia, esta se movió con una delicadeza inimaginada para un ser de aquel tamaño, y le propinó un coletazo a Sango que lo mandó lejos de ella.
Sango empezó a toser y a escupir en el suelo, había perdido el hacha en golpe, pero le daba igual, tenía que ponerse a salvo de aquel ser. Reptó hacia el fuego.
Desde luego, aquello no era ninguna ilusión. Era real, tan real como que Sango había empezado a sangrar de nuevo por la cabeza.
Por todos los Dioses, ¿qué coño hago aquí? - Se puso de pie y se sacudió las ramas y hojarasca que se le había quedado pegada al cuerpo. Se acordó del chasquido. Dudó unos instantes, tragó saliva y notó cuanto le dolía la cabeza, además el brazo izquierdo lo tenía entumecido. Todo son contratiempos... Dioses, dadme fuerzas.- Se metió de lleno en el corazón del bosque. No se acordaba de nada de lo que había pasado unos instantes antes, recordaba haber buscado comida, un nido, el fuego... ¡Las setas! se quedó quieto durante un momento. Estaba envenenado por las setas. El pánico se apoderó de él, los sintomas del dolor de cabeza y el brazo, ¿se estaba muriendo? Tenía que actuar rápido y decidió que lo más sensato sería purgarse. Sin pensarlo dos veces se metió los dedos en la boca y esperó.
Después de vomitar, se tumbó en el suelo y sintió el rugido de sus tripas. Su cuerpo estaba trabajando para recuperarse rápidamente, ¿cómo había podido caer en el error de comer setas venenosas? Achacó el error a la falta de luz y a la escasez de comidas que había tenido en los últimos días. Tras unos instantes, se volvió a poner de pie, se notaba mucho más despejado, pero más consciente del dolor de cabeza y brazo. Escuchó lo que parecían una voces y viró hacia ellas. Doscientos pasos más adelante vio luz y echó a correr hacia ella. Deseaba llegar allí y poder ver algo distinto a sombras y oscuridad. Cuando se encontraba a cincuenta pasos vio una bestia a lo lejos y gente correr y esquivar. Osea, ¿es verdad lo del puñetero pájaro? Agarró el hacha con la mano derecha, con fuerza, y trotó hacia el claro iluminado. Al acercarse reconoció a un par de personas, no sabía de qué, pero las reconocía y una de ellas parecía ser alguien cercano. No sabía cómo pero se dio cuenta de que estaba corriendo y gritando.
- ¡Aaaarg!- Corría de manera arcaica y muy rara, llevaba el hacha alzada como para asestar un golpe.- ¡¡Pájaroooo!!- Aquello no era un pájaro, Sango pensó que sería algún tipo de brujería y que se estaría riendo de él, así que siguió corriendo hacia él cosa de la que se arrepintería porque a casi seis pasos de la bestia, esta se movió con una delicadeza inimaginada para un ser de aquel tamaño, y le propinó un coletazo a Sango que lo mandó lejos de ella.
Sango empezó a toser y a escupir en el suelo, había perdido el hacha en golpe, pero le daba igual, tenía que ponerse a salvo de aquel ser. Reptó hacia el fuego.
Desde luego, aquello no era ninguna ilusión. Era real, tan real como que Sango había empezado a sangrar de nuevo por la cabeza.
Sango
Héroe de Aerandir
Héroe de Aerandir
Cantidad de envíos : : 572
Nivel de PJ : : 5
Re: [Cerrado ]Por estos senderos [Libre]
Y cuando Taliesin pensaba que él era el que se estaba abalanzando sobre alguien, recibió tal empujón desde el costado que cayó al suelo. Reaccionó mal y aterrizó contra la capa de hojaresca medio con la cara, medio con un brazo malamente interpuesto, y se llevó el par de rasguños a juego.
La intoxicación del vampiro comenzaba a mengüar de por si, pero el golpe sin duda ayudó a anclarlo a la realidad. El dolor de la caída fue muy real, y penetró hasta su nivel de consciencia más racional. Escuchó el grito de advertencia de aquel hombre bestia, y al levantar la mirada vio al enorme ser, una especie de calavera de pájaro en un cuerpo de león. Sin duda alguna aquello no era algo que él hubiera podido imaginar; cuando hablaba del pájaro de miles de alas imaginaba otra cosa completamente diferente, más benigno. Alguien había dicho "Graphorn", y Taliesin fue levemente consciente de que conocía esa palabra por haber leído sobre ellos en el pasado...
Pero mucho más apremiante era lo cerca que estaba. Aunque su mente no conseguía acceder a la información que requería, no precisaba de mucho para darse cuenta de que estaba en peligro. Entre el ser y Taliesin se encontraba el hombre bestia y, no muy lejos, el hombre del sombrero. El vampiro, recuperando el control de sus capacidades a cuentagotas, no pudo evitar sorprenderse inmensamente al ver que había tanta gente involucrada en aquello. ¿Qué demonios estaba pasando?
"Pájaroooo" se escuchó, e inmediatamente el sonido seco de un golpe y el de un cuerpo cayendo sobre la hojaresca. Desde el suelo Taliesin no pudo ver qué ocurría pero reconoció la voz: su salvador. Aquello hizo que se pusiera inmediatamente en pie. Como discípulo ¡era su deber ayudarlo!
Corrió inmediatamente hacia el lado del Graphorn, hacia el sonido de hojaresca que había escuchado. Pero cuando llegó a la altura del costado la enorme cola se movió y el vampiro a penas tuvo tiempo de esconderse detrás de un árbol, el cual se sacudió con el impacto. Sin esperar un segundo ni comprobar la reacción de la bestia, Taliesin abandonó su protección, pero esta vez la sensación de peligro activó su instinto vampírico y se dio cuenta de que era capaz de utilizar las sombras para disimular su movimiento*.
Casi se tropezó con el hacha en el suelo y aquello le sirvió para saber que su objetivo estaba cerca.
- ¡Maestro! ¡Maestro! - llamó en voz queda, e inmediatamente pudo verlo, arrastrándose hacia donde se encontraban el claro y el fuego -. Estás sangrando. Levántate, agárrate a mi hombro, ¡rápido!
Y mientras se arrodillaba para ayudarlo, una certitud resonó en un rincón de su mente. ¡No es mi maestro! Pero a pesar de todo e mantuvo firme en su intención de mantenerlo a salvo.
--------
*Efecto de la habilidad racial: presencia vampírica
La intoxicación del vampiro comenzaba a mengüar de por si, pero el golpe sin duda ayudó a anclarlo a la realidad. El dolor de la caída fue muy real, y penetró hasta su nivel de consciencia más racional. Escuchó el grito de advertencia de aquel hombre bestia, y al levantar la mirada vio al enorme ser, una especie de calavera de pájaro en un cuerpo de león. Sin duda alguna aquello no era algo que él hubiera podido imaginar; cuando hablaba del pájaro de miles de alas imaginaba otra cosa completamente diferente, más benigno. Alguien había dicho "Graphorn", y Taliesin fue levemente consciente de que conocía esa palabra por haber leído sobre ellos en el pasado...
Pero mucho más apremiante era lo cerca que estaba. Aunque su mente no conseguía acceder a la información que requería, no precisaba de mucho para darse cuenta de que estaba en peligro. Entre el ser y Taliesin se encontraba el hombre bestia y, no muy lejos, el hombre del sombrero. El vampiro, recuperando el control de sus capacidades a cuentagotas, no pudo evitar sorprenderse inmensamente al ver que había tanta gente involucrada en aquello. ¿Qué demonios estaba pasando?
"Pájaroooo" se escuchó, e inmediatamente el sonido seco de un golpe y el de un cuerpo cayendo sobre la hojaresca. Desde el suelo Taliesin no pudo ver qué ocurría pero reconoció la voz: su salvador. Aquello hizo que se pusiera inmediatamente en pie. Como discípulo ¡era su deber ayudarlo!
Corrió inmediatamente hacia el lado del Graphorn, hacia el sonido de hojaresca que había escuchado. Pero cuando llegó a la altura del costado la enorme cola se movió y el vampiro a penas tuvo tiempo de esconderse detrás de un árbol, el cual se sacudió con el impacto. Sin esperar un segundo ni comprobar la reacción de la bestia, Taliesin abandonó su protección, pero esta vez la sensación de peligro activó su instinto vampírico y se dio cuenta de que era capaz de utilizar las sombras para disimular su movimiento*.
Casi se tropezó con el hacha en el suelo y aquello le sirvió para saber que su objetivo estaba cerca.
- ¡Maestro! ¡Maestro! - llamó en voz queda, e inmediatamente pudo verlo, arrastrándose hacia donde se encontraban el claro y el fuego -. Estás sangrando. Levántate, agárrate a mi hombro, ¡rápido!
Y mientras se arrodillaba para ayudarlo, una certitud resonó en un rincón de su mente. ¡No es mi maestro! Pero a pesar de todo e mantuvo firme en su intención de mantenerlo a salvo.
--------
*Efecto de la habilidad racial: presencia vampírica
Taliesin Skatha
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 260
Nivel de PJ : : 2
Re: [Cerrado ]Por estos senderos [Libre]
La acción de Toro salvó la vida del rarito y seguramente del de orejas picudas, al que había visto mientras se creaba aquella confusión. Sí mientras otras personas se dedicaban a salvar su vida yo me puse a fijarme en aquellos pequeños detalles. El licántropo, yo no el otro, se transformó y le rugió a la bestia, que era de la misma altura que el lobo. Le tengo un gran amor a mi raza pero.. ¿qué esperaba conseguir con eso? Aquel lobo podía intimidar a los humanos, pero no contaba con la presencia como para ahuyentar al Graphpnr que seguramente estaba en su territorio; en realidad el animal tenía motivos para querer matarnos, todos habríamos hecho si algún desconocido entraba en nuestra casa. Pero era él o nosotros, puestos a elegir...
Preparé mis armas y estudié el terreno, intentando encontrar el punto débil de la bestia. Pero la inesperada aparición del amigo de los troncos me distrajo. Este corrió alzando su hacha por encima de cabeza, como si fuera un niño jugando a ser un matadragones. Pero esto no era un juego de niños, el Graphonr se limitó a barrerlo con su cola como una vaca ahuyentaba a las moscas. Y hablando de animales con cuernos... Toro era en verdad el que estaba llamando la atención del animal. El resto no habían demostrado mucho como para impresionarle, pero el hombre bestia había podido detener su avance con sus brazos.
-¡Mefisto! ¡Ayuda a...! - dónde antes estaba el rarito surgieron unas sombras que comenzaron a extenderse por el espacio, hasta que su cuerpo volvió a materializarse al lado de caído. "Un vampiro..." - ¡Al del tronco y al rarito! Pero... ten cuidado... - era vigilar tanto al vampiro para que no acabara con la vida del inconsciente como mantenerlo alejado de la bestia.
Toro mantenía al Graphonr ocupado mediante su mandoble y sus sonoras risas; era obvio que el hombre bestia estaba disfrutando. Su mandobles apartaban las zarpas del animal como quien se espanta a los mosquitos a manotazos. Los golpes eran brutales, el sonido se colaba entre los arboles, ambas criaturas poseían una gran fuerza física y la misma agilidad. Toro no podía atreverse a atacar sin correr el riesgo de ser alcanzado por la bestia, algo que habiendo más gente era innecesario.
-¡Jefe! ¡Es cierto! ¡Esa poción a funcionado!
-Me alegro, pero por los dioses... ¡No te distraigas! - le ordené antes de que se pusiera a vacilar y eso le costara alguna trajedia. -¡Jhin! ¡Ayúdale! ¡Tenéis que abrirme huecos en su defensa!
Agudizando mis sentidos me lancé a la carrera contra el animal. Toro me vio por el rabillo del ojo y lanzó un tajo en horizontal a la bestia haciendo que está se apartara a un lado y rápidamente contraatacara. Pero sus garras se toparon con mis ambas espadas, Toro había movido a la bestia justo al lado por el que yo iba a atacar sabiendo que podría prever tanto su movimiento como el ataque de la bestia. Una vez bloqueada, el mandoble de Toro se alzó del suelo con un corte ascendente contra la bestia. El ataque quedó con un superficial corte en el hombro, había conseguido reaccionar lo suficientemente rápido con un salto hacia atrás como para que las consecuencias fueran más graves.
-¡Vamos a cazarlo Jefe! ¡Me pido llevarme la cabeza!- volvió al conflicto esgrimiendo su arma y manteniendo a raya al animal que había comenzado a enfurecerse por la herida recibida.
-¡Je! Toda tuya.
_________________________________________________________________________________________________________
En lo subrayado utilizo mi habilidad de nivel 2 Sentidos mejorados.
Preparé mis armas y estudié el terreno, intentando encontrar el punto débil de la bestia. Pero la inesperada aparición del amigo de los troncos me distrajo. Este corrió alzando su hacha por encima de cabeza, como si fuera un niño jugando a ser un matadragones. Pero esto no era un juego de niños, el Graphonr se limitó a barrerlo con su cola como una vaca ahuyentaba a las moscas. Y hablando de animales con cuernos... Toro era en verdad el que estaba llamando la atención del animal. El resto no habían demostrado mucho como para impresionarle, pero el hombre bestia había podido detener su avance con sus brazos.
-¡Mefisto! ¡Ayuda a...! - dónde antes estaba el rarito surgieron unas sombras que comenzaron a extenderse por el espacio, hasta que su cuerpo volvió a materializarse al lado de caído. "Un vampiro..." - ¡Al del tronco y al rarito! Pero... ten cuidado... - era vigilar tanto al vampiro para que no acabara con la vida del inconsciente como mantenerlo alejado de la bestia.
Toro mantenía al Graphonr ocupado mediante su mandoble y sus sonoras risas; era obvio que el hombre bestia estaba disfrutando. Su mandobles apartaban las zarpas del animal como quien se espanta a los mosquitos a manotazos. Los golpes eran brutales, el sonido se colaba entre los arboles, ambas criaturas poseían una gran fuerza física y la misma agilidad. Toro no podía atreverse a atacar sin correr el riesgo de ser alcanzado por la bestia, algo que habiendo más gente era innecesario.
-¡Jefe! ¡Es cierto! ¡Esa poción a funcionado!
-Me alegro, pero por los dioses... ¡No te distraigas! - le ordené antes de que se pusiera a vacilar y eso le costara alguna trajedia. -¡Jhin! ¡Ayúdale! ¡Tenéis que abrirme huecos en su defensa!
Agudizando mis sentidos me lancé a la carrera contra el animal. Toro me vio por el rabillo del ojo y lanzó un tajo en horizontal a la bestia haciendo que está se apartara a un lado y rápidamente contraatacara. Pero sus garras se toparon con mis ambas espadas, Toro había movido a la bestia justo al lado por el que yo iba a atacar sabiendo que podría prever tanto su movimiento como el ataque de la bestia. Una vez bloqueada, el mandoble de Toro se alzó del suelo con un corte ascendente contra la bestia. El ataque quedó con un superficial corte en el hombro, había conseguido reaccionar lo suficientemente rápido con un salto hacia atrás como para que las consecuencias fueran más graves.
-¡Vamos a cazarlo Jefe! ¡Me pido llevarme la cabeza!- volvió al conflicto esgrimiendo su arma y manteniendo a raya al animal que había comenzado a enfurecerse por la herida recibida.
-¡Je! Toda tuya.
_________________________________________________________________________________________________________
En lo subrayado utilizo mi habilidad de nivel 2 Sentidos mejorados.
Ircan
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 466
Nivel de PJ : : 4
Re: [Cerrado ]Por estos senderos [Libre]
Lo que antes era una misión para calmar a Sangrucho y Dormilón, se había convertido en un enfrentamiento salvaje.
Toro mantenía a la bestia a raya, cuando Dormilón emergió (otra vez...) del bosque, con intenciones de dar un hachazo al CorreCorreQueSiTeAgarraTeJode. Pero al barbudo lo agarró un golpe de cola. Y lo jodió. Tal como venía corriendo hacia el combate, salió disparado en la dirección contraria.
Entre golpes de zarpa contra metal, escuché a Ircan pedirme que cuidara del par. Giré mi cabeza hacia ellos. Uno se arrastraba al fuego, el otro intentaba ayudarlo a levantarse. Miré entonces a Toro y al CorreCorreQu... Graphorn, que no cedían terreno de ningún lado. El momento en que Ircan se abalanzó sobre la bestia en ayuda de Toro fue como una señal de salida para mí. Corrí en dirección a Dormilón, y escuché un rugido a mi espalda. ¿Le habrán hecho daño al Graphorn? Las heridas pueden ir reduciendo su movilidad. O enfurecerlo.
Llegué a mi destino, y me arrodillé junto a Dormilón. Podría curarle, y con su ayuda y la de Jhin ya la bestia no sería problema. ¿O será mejor esperar un momento mejor? No está en riesgo mortal, y puede que el Graphorn alcance a alguien con algún ataque, y estoy seguro de que eso sí sera algo grave. Bah, no es que pueda hacer algo mejor.
- Tranquilo. Haré que te recuperes. -Dije, al tiempo en que incrustaba mi bastón en el suelo.
1Coloqué mis manos en su espalda y cerré los ojos. Empecé a sentir un cosquilleo en las palmas, acompañados de un ligera calidez. Espero que ese golpe no le haya destrozado algo por dentro, si no estaríamos aquí un buen rato.
- Ayuda a los demás. yo me encargo de él. - Le dije a Sangrucho. Aún en esta situación, tenía el cuerpo tenso. De no ser por el Graphorn no sé qué habría hecho, pero ya lo hablaría en otro momento. Aunque aún cabía la posibilidad de que me atacase si me descuidaba.
- ¡Situación controlada por acá! - Grité a Ircan.
Debo admitir que esto es divertido.
----------------------------------------------------------------------------------
1Uso de habilidad racial: Imposición de manos
Toro mantenía a la bestia a raya, cuando Dormilón emergió (otra vez...) del bosque, con intenciones de dar un hachazo al CorreCorreQueSiTeAgarraTeJode. Pero al barbudo lo agarró un golpe de cola. Y lo jodió. Tal como venía corriendo hacia el combate, salió disparado en la dirección contraria.
Entre golpes de zarpa contra metal, escuché a Ircan pedirme que cuidara del par. Giré mi cabeza hacia ellos. Uno se arrastraba al fuego, el otro intentaba ayudarlo a levantarse. Miré entonces a Toro y al CorreCorreQu... Graphorn, que no cedían terreno de ningún lado. El momento en que Ircan se abalanzó sobre la bestia en ayuda de Toro fue como una señal de salida para mí. Corrí en dirección a Dormilón, y escuché un rugido a mi espalda. ¿Le habrán hecho daño al Graphorn? Las heridas pueden ir reduciendo su movilidad. O enfurecerlo.
Llegué a mi destino, y me arrodillé junto a Dormilón. Podría curarle, y con su ayuda y la de Jhin ya la bestia no sería problema. ¿O será mejor esperar un momento mejor? No está en riesgo mortal, y puede que el Graphorn alcance a alguien con algún ataque, y estoy seguro de que eso sí sera algo grave. Bah, no es que pueda hacer algo mejor.
- Tranquilo. Haré que te recuperes. -Dije, al tiempo en que incrustaba mi bastón en el suelo.
1Coloqué mis manos en su espalda y cerré los ojos. Empecé a sentir un cosquilleo en las palmas, acompañados de un ligera calidez. Espero que ese golpe no le haya destrozado algo por dentro, si no estaríamos aquí un buen rato.
- Ayuda a los demás. yo me encargo de él. - Le dije a Sangrucho. Aún en esta situación, tenía el cuerpo tenso. De no ser por el Graphorn no sé qué habría hecho, pero ya lo hablaría en otro momento. Aunque aún cabía la posibilidad de que me atacase si me descuidaba.
- ¡Situación controlada por acá! - Grité a Ircan.
Debo admitir que esto es divertido.
----------------------------------------------------------------------------------
1Uso de habilidad racial: Imposición de manos
Mefisto
Honorable
Honorable
Cantidad de envíos : : 165
Nivel de PJ : : 1
Página 1 de 2. • 1, 2
Temas similares
» Senderos entrelazados [Rak/Jeannie] [Privado] [Cerrado]
» Wonder [Libre] [Cerrado]
» No me estorbes. [LIBRE 3/4] [CERRADO]
» Espera por mi [Libre] [3/3] [CERRADO]
» El artista [Libre] [CERRADO]
» Wonder [Libre] [Cerrado]
» No me estorbes. [LIBRE 3/4] [CERRADO]
» Espera por mi [Libre] [3/3] [CERRADO]
» El artista [Libre] [CERRADO]
Página 1 de 2.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Hoy a las 04:03 por Níniel Thenidiel
» Ecos De Guerra [Evento Sacrestic] [Noche]
Ayer a las 21:35 por Cohen
» El retorno del vampiro [Evento Sacrestic]
Ayer a las 21:14 por Ingela
» El vampiro contraataca [Evento Sacrestic]
Ayer a las 20:55 por Aylizz Wendell
» Entre Sombras y Acero [LIBRE][NOCHE]
Ayer a las 20:16 por Seraphine Valaryon
» Días de tormenta + 18 [Privado]
Ayer a las 16:30 por Iori Li
» Laboratorio Harker [Alquimia+Ingeniería]
Miér Nov 20 2024, 19:13 por Zelas Hazelmere
» Pócimas y Tragos: La Guerra de la Calle Burbuja [Interpretativo] [Libre]
Miér Nov 20 2024, 16:18 por Mina Harker
» La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]
Mar Nov 19 2024, 22:49 por Eltrant Tale
» [Zona de culto] Altar de las Runas de los Baldíos
Lun Nov 18 2024, 12:29 por Tyr
» Susurros desde el pasado | Amice H.
Lun Nov 18 2024, 04:12 por Amice M. Hidalgo
» [Zona de culto] Iglesia del único Dios
Sáb Nov 16 2024, 21:38 por Tyr
» Enjoy the Silence 4.0 {Élite]
Miér Nov 13 2024, 20:01 por Nana
» Vampiros, Gomejos, piernas para qué las tengo. [Privado]
Mar Nov 12 2024, 04:51 por Tyr
» Derecho Aerandiano [Libre]
Dom Nov 10 2024, 13:36 por Tyr