[La Guerra de Lunargenta] Venganza y Fortaleza [3/3Libre][CERRADO]
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[La Guerra de Lunargenta] Venganza y Fortaleza [3/3Libre][CERRADO]
Con el trabajo del noble Duque terminado llego la noticia a mis oídos. En Lunargenta se había declarado una guerra abierta, los vampiros y su séquito contra el resto del mundo. Los dragones aun nos estábamos recuperando de su repugnante enfermedad y la guerra volvía a llamar a nuestra puerta, aquello era imperdonable y solo había una cosa que hacer para impedirlo, luchar y vencer o morir en el intento.
No permitiría que Lavey quedara de nuevo huérfana, pero tampoco podía llevarla a la guerra, aun no era su momento de verter la sangre de sus enemigos en el fango del campo de batalla. Hice lo único que una madre podría hacer en estos momentos, proteger a su retoño mandándolo al lugar mas improbable, con provisiones de sobra, el mapa de mi ante pasada y una amarga despedida, marque la ruta de Lavey hacia la arboleda central de los reinos del este. No entendía porque el mapa tenia marcado un lugar seguro en aquella zona, pero si mostraba el pergamino y nombraba a su antigua dueña seguro que darían asilo a la pequeña.
En cada pueblo se escuchan los bandos que pregonan la llegada de aliados desde diversas partes, en mi caso la decisión fue fácil, pelearía al lado de los míos, tan solo tenia que volar en dirección norte hasta hallar la hueste de los dragones o alguna avanzadilla que aguardara la llegada del grueso de infantería o que protegiera alguna región en concreto.
Al final, termine encontrado a un grupo de avanzada con el estandarte de los dragones en la plaza de Vulwulfar. El aguerrido grupo no tardo en levantar la cabeza ante el sonido del fuerte aleteo de mi vuelo, no tardaron en comenzar a hondear las banderas para llamar mi atención, aquella maniobra era innecesaria porque estaba mas que dispuesta a unirme a sus filas, pero claro, eso ellos no lo sabían y una de las prioridades en la guerra es el conseguir sangre fresca y renovada.
Al aterrizar cambie de forma rápidamente y el comandante al mando me dio la bienvenida con una voz gruesa y potente.
-Bien hallada seas joven dragona. Nos enorgullece que hayas visto y aceptado la llamada a las armas en nombre de nuestro reino. Antes de asignarte a una unidad necesitamos saber sus datos, por si tuviéramos que notificar alguna condolecía as sus familiares... -Hizo una pequeña pausa antes de proseguir. Estaba en su obligación decir aquellas cosas y aunque sabia que era muy probable que muriera, también sabia que no era bueno desanimar a los recién llegados.
-Que los dioses nos asistan, esperamos que eso no suceda. Mmm... Y también sus dotes de batalla, señorita...
-Reivy... Abadder.
Ante la pronunciación de mi apellido el comandante abrió los ojos, no se podía creer la suerte que estaba teniendo. Su cara hablaba por si sola, "Una Abadder entre nuestras filas, nada mas y nada menos que una Caballero dragón controladora de fuego." Ese era el erróneo pensamiento que cruzaba la mente del comandante mientras yo seguía informando de mis habilidades.
-Paso gran parte del tiempo transformada en dragón así que tengo mucha resistencia y puedo estar largas horas de batalla convertida. Mi elemento es el Aire y soy una dragona elemental especializada en el relámpago.
Al escuchar la palabra aire al glorioso comandante le cambio la cara, ahora era seria y taciturna. Por los visto no era la dragona que el esperaba. "Asi que es esa Abadder, el bicho raro que fue repudiado de su familia por mancillar su estirpe con su sucia mutacion."
-Ya, ya... así que elemental. -Decía el comandante con obvio desdén y sin dirigirme la marida. -Tu iras al escuadrón C con el rarito que habla en tercera persona, el chucho sarnoso y la vaca bípeda que lo acompaña. Vuestra misión por ahora sera recolectar provisiones y explorar el terreno. -Al ver que no me movía del sitio suspiro asqueado. -¿A que estas esperando? Vamos! sal de mi vista bicho raro.
-Si... Comandante.
Di la vuelta sobre mis talones y camine mas altiva que nunca, la chusma como el ya no me afectaban... al menos no de forma visible. Maldito desgraciado, ahí se te atragante la bilis y que los vampiros te conviertan en carnada para sus esclavos. Caminaba sin prisa mientras pensaba en mas maneras de ver muerto al becerro del comandante, cuando divise al supuesto escuadrón C a un lado de la plaza.
-Así que tu eres el chucho y tu su amiga la vaca. -Sonreí de oreja a oreja y extendiendo los brazos al reconocer a Ircan y Toro. -¿Como estáis amigos? ojala nos hubiéramos encontrado en otras circunstancias.
________
Off-Rol:
La idea es presentarse ante el comandante (y si queris conmigo tambien xD)
Hacer una aproximacion o contar como llegas hasta la avanzada militar de la ciudad (esto es opcional)
Y encontrarnos en este primer post.
No estais obligados a decirle la verdad sobre vuestro origen y raza al capitan, a el solo le interesa que mateis a cuantos mas mejor, es por eso que quiere conocer vuestras capacidades.
Sobra decirlo pero igual lo dire por si acaso, Sois libre de usar al comandante en vuestros post, siempre y cuando lo hagais con coneerencia siguiendo el "amable" patron de conducta que a tenido en mi post. El color del comandante es [color=#339966]
Habilidad racial: Transformacion en dragon.
No permitiría que Lavey quedara de nuevo huérfana, pero tampoco podía llevarla a la guerra, aun no era su momento de verter la sangre de sus enemigos en el fango del campo de batalla. Hice lo único que una madre podría hacer en estos momentos, proteger a su retoño mandándolo al lugar mas improbable, con provisiones de sobra, el mapa de mi ante pasada y una amarga despedida, marque la ruta de Lavey hacia la arboleda central de los reinos del este. No entendía porque el mapa tenia marcado un lugar seguro en aquella zona, pero si mostraba el pergamino y nombraba a su antigua dueña seguro que darían asilo a la pequeña.
En cada pueblo se escuchan los bandos que pregonan la llegada de aliados desde diversas partes, en mi caso la decisión fue fácil, pelearía al lado de los míos, tan solo tenia que volar en dirección norte hasta hallar la hueste de los dragones o alguna avanzadilla que aguardara la llegada del grueso de infantería o que protegiera alguna región en concreto.
Al final, termine encontrado a un grupo de avanzada con el estandarte de los dragones en la plaza de Vulwulfar. El aguerrido grupo no tardo en levantar la cabeza ante el sonido del fuerte aleteo de mi vuelo, no tardaron en comenzar a hondear las banderas para llamar mi atención, aquella maniobra era innecesaria porque estaba mas que dispuesta a unirme a sus filas, pero claro, eso ellos no lo sabían y una de las prioridades en la guerra es el conseguir sangre fresca y renovada.
Al aterrizar cambie de forma rápidamente y el comandante al mando me dio la bienvenida con una voz gruesa y potente.
-Bien hallada seas joven dragona. Nos enorgullece que hayas visto y aceptado la llamada a las armas en nombre de nuestro reino. Antes de asignarte a una unidad necesitamos saber sus datos, por si tuviéramos que notificar alguna condolecía as sus familiares... -Hizo una pequeña pausa antes de proseguir. Estaba en su obligación decir aquellas cosas y aunque sabia que era muy probable que muriera, también sabia que no era bueno desanimar a los recién llegados.
-Que los dioses nos asistan, esperamos que eso no suceda. Mmm... Y también sus dotes de batalla, señorita...
-Reivy... Abadder.
Ante la pronunciación de mi apellido el comandante abrió los ojos, no se podía creer la suerte que estaba teniendo. Su cara hablaba por si sola, "Una Abadder entre nuestras filas, nada mas y nada menos que una Caballero dragón controladora de fuego." Ese era el erróneo pensamiento que cruzaba la mente del comandante mientras yo seguía informando de mis habilidades.
-Paso gran parte del tiempo transformada en dragón así que tengo mucha resistencia y puedo estar largas horas de batalla convertida. Mi elemento es el Aire y soy una dragona elemental especializada en el relámpago.
Al escuchar la palabra aire al glorioso comandante le cambio la cara, ahora era seria y taciturna. Por los visto no era la dragona que el esperaba. "Asi que es esa Abadder, el bicho raro que fue repudiado de su familia por mancillar su estirpe con su sucia mutacion."
-Ya, ya... así que elemental. -Decía el comandante con obvio desdén y sin dirigirme la marida. -Tu iras al escuadrón C con el rarito que habla en tercera persona, el chucho sarnoso y la vaca bípeda que lo acompaña. Vuestra misión por ahora sera recolectar provisiones y explorar el terreno. -Al ver que no me movía del sitio suspiro asqueado. -¿A que estas esperando? Vamos! sal de mi vista bicho raro.
-Si... Comandante.
Di la vuelta sobre mis talones y camine mas altiva que nunca, la chusma como el ya no me afectaban... al menos no de forma visible. Maldito desgraciado, ahí se te atragante la bilis y que los vampiros te conviertan en carnada para sus esclavos. Caminaba sin prisa mientras pensaba en mas maneras de ver muerto al becerro del comandante, cuando divise al supuesto escuadrón C a un lado de la plaza.
-Así que tu eres el chucho y tu su amiga la vaca. -Sonreí de oreja a oreja y extendiendo los brazos al reconocer a Ircan y Toro. -¿Como estáis amigos? ojala nos hubiéramos encontrado en otras circunstancias.
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Off-Rol:
La idea es presentarse ante el comandante (y si queris conmigo tambien xD)
Hacer una aproximacion o contar como llegas hasta la avanzada militar de la ciudad (esto es opcional)
Y encontrarnos en este primer post.
No estais obligados a decirle la verdad sobre vuestro origen y raza al capitan, a el solo le interesa que mateis a cuantos mas mejor, es por eso que quiere conocer vuestras capacidades.
Sobra decirlo pero igual lo dire por si acaso, Sois libre de usar al comandante en vuestros post, siempre y cuando lo hagais con coneerencia siguiendo el "amable" patron de conducta que a tenido en mi post. El color del comandante es [color=#339966]
Habilidad racial: Transformacion en dragon.
Última edición por Reivy Abadder el Dom Ago 19 2018, 15:24, editado 1 vez
Reivy Abadder
Honorable
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Re: [La Guerra de Lunargenta] Venganza y Fortaleza [3/3Libre][CERRADO]
La ciudad estaba perdida... Sólo unos pequeños grupos ofrecían una pequeña resistencia en lo que parecía ser una guerra de guerrillas con pequeños sabotajes a los vampiros y a otra oscura facción asentada en la ciudad. Ya había aportado mi parte en aquellos menesteres, pero sentí que mi lugar y el de Toro debían de estar en otra parte, en algo un poco más grande. Con pequeñas escaramuzas nunca íbamos a salvar la ciudad, hacia falta un asalto de gran escala. A parte, no me gustaba un pelo lo de aquella facción oculta.
Había escuchado ciertos rumores sobre ejércitos aliados que marcharían sobre la capital. El propio rey de Lunargenta vendría con una armada desde las islas, mientras que desde el sur el ejercito de los norgedos; antiguos repudiados del reino humano, marchaban hacia la capital como aliados; seguramente buscando recobrar su posición en la sociedad. Y desde el norte, un ejercito compuesto por los dragones, que habían acudido al llamado pese a su gran debilidad tras la epidemia. Sin embargo, este ultimo grupo había recibido el apoyo de algunos voluntarios de otras razas que no se habían visto involucradas en el conflicto: licántropos, hombres bestia y elfos. Lo que hacía que la principal fuerza de ataque del norte se fuera incrementando conforme avanzaba hacia el sur. Esa fue una de las razones por las que me uní a ellos.
Gracias a los diversos comentarios de los múltiples viajeros que huían del conflicto o bien viajaban para aprovecharse del mismo, pude saber que un grupo de avanzadilla se había instalado en Vulwulfar.
El improvisado campamento montado en la plaza de la ciudad no era muy interesante. Apeas había un puñado de grandes tiendas y algunas docenas de hombres. Seguramente era la vanguardia destinada a estudiar el terreno y llevar a cabo funciones de reclutamiento.
-¡Vaya Jefe! ¡Vamos a luchar junto a dragones! ¿Podré montar en alguno de ellos? - la emoción de Toro podía palparse en como inspeccionaba a todo el mundo con su único ojo, a la espera de encontrarse con un dragón de 30 metros.
-No lo creo amigo. - le sonreí contagiado por su alegría. - Ya sabes que no son tan grandes como los que nombran las leyendas. Ya conoces a Astrid. Ella no podría contigo. Ella... - el recuerdo de la desaparecida dragona hizo que mi sonrisa se apagara tan rápido como una simple vela dentro de un vendaval.
-¡Uy! ¡Mire Jefe! - el hombre bestia se percato rápidamente de mi tristeza e intento desviar el tema de todo aquello que pudiera hacerme pensar en Astrid. lo que era difícil al estar rodeado de dragones. -Ahí hay uno que se pavonea más que un gayo dentro de un gallinero, seguro que es uno de los que mandan. - señaló a un hombre, al que en verdad sólo le faltaba la cresta para parecerse completamente a la analogía dada por Toro.
-Si, tienes razón. - de haber estado mas animado seguramente hubiese soltado una carcajada.
Al llegar hasta él, nos lo encontramos revisando una serie de papeles que parecían tener cierta importancia, aunque el hombre los pasara con la murmuración de ciertas maldiciones.
-Hola, veniamos...
-No.
-¿No?
-No, no vamos a dar comida, no vamos a reparar tu granero. Y como me sigas molestando te haré azotar. - hizo un ademán con la mano para que me fuera.
Miré incrédulo a Toro, cuya única respuesta fue encogerse de hombros.
-¡Disculpe! - puse ambas manos sobre la mesa para llamar la atención - ¡Querríamos alistarnos! ¿O acaso van sobrados de soldados?
El hombre me miró con cierto interés, aunque no es que fuera algo muy positivo.
-¿Y que experiencia como soldado tiene un pordiosero?
-¿Pordioseros?
Me armé de paciencia.
-Digamos que somos mercenarios con cierta experiencia en combate. Sobretodo mi amigo... No creo que tenga a nadie en su comando en mejor forma. - señalé a Toro que seguía sin saber si arrancarle la cabeza a aquel pedante o simplemente mandarlo a Dundarak de una patada en el trasero.
-Mmm... si... es grande. Nos valdrá muy bien para que sea un buen objetivo para las flechas u otros ataques enemigos. ¿Y tú? ¿Para que sirves?
-Yo...
-Mira me da igual, tu muerte valdrá que que alguien más experimentado viva, con eso me sobra. ¿Nombre y Raza? - el comandante sacó un pergamino, mojé una pluma en tinta y comenzó a escribir.
Me aguante las ganas de ayudar a Toro a mandar a aquel imbécil hasta Dundarak de un tortazo. Tenía que pensar en el bien de los ciudadanos de Lunargenta y del resto de Aerandir. Si aquel conflicto no se acababa pronto podía convertirse en algo mucho mayor.
- Soy Ircan Seiron, raza...- me mordí la lengua. ¿Qué sentido tenía presentarse como licántropo si no sabía transformarme? Era una vergüenza... aunque... "Al menos si consigo algún merito, este recaerá sobre mi raza... Tendré una menor vergüenza cargando sobre mis hombros..."
-No tengo todo el día muchacho.
-Licantropo.
-Perfeco, un chucho sarnoso.
-¿Chucho sarnoso?
-¿Y la vaca?
-¿Vaca?
-Toro. Toro a secas, y raza hombre bestia. - respondí rápidamente antes de que mi compañero nos abriera un consejo de guerra recientemente alistados.
El hombre terminó de escribir los datos antes de dignarse a volver a mirarnos.
-¡Venga! ¿A que esperáis? ¿A que os lleven el equipaje? Ya deberíais de estar en la tienda del escuadrón C.
-¿Y cual es ese escuadrón C?¿ ¿Y dónde está esa tienda?
-Por ahora sólo vosotros. Y la tienda está al lado del establo. Como buen chucho con esa información debería bastar, ¿no? - el gallo del gallinero soltó una carcajada que hizo que me entraran unas terribles ganas de pegarle tal puñetazo que se tragará los dientes.
"Mira que me gusta que te insulten pero... ¿¡Por qué demonios no lo hemos matado ya!?" el lobo me asalto con toda su fiereza, y por una vez quería dejarlo salir...
-En un momento la encontraremos, señor...- Toro me cogió y prácticamente me arrastró para salir de allí. -No vale la pena jefe... está guerra lo pondrá en su lugar. Aunque... con comandantes así... no sería loco decir que estamos sentenciados...
Por suerte la referencia había sido bastante clara. No por el olor. Sino más bien porque el improvisado establo era una de las estructuras que más resaltaba en la plaza en la que se había improvisado el campamento. Al entrar vimos que en efecto eramos los primeros. Había cinco camastros vacíos y ningún otro lujo más. Así es la guerra.
Me senté en el que estaba más alejado de la puerta; supongo que eso me hacia sentir más seguro, y comencé a rebuscar en mis cosas para comprobar que estaba todo y por si tenía que adecentar alguna de mis armas.
Al cabo de unos minutos, una voz conocida con ciertos insultos cargos de ironía con una supuesta imitación me saco del aburrimiento que estaba empezando a experimentar.
-¿Reivy? ¿Qué haces tu aquí rodeada de dragones? - esbocé una sonrisa y me acerqué para darle un abrazo. -Este sitio sólo te traerá peligro.
-¿Dónde está Lavey? - Toro se unió al abrazo envolviéndonos en sus enormes brazos y levantándonos un palmo del suelo.
Había escuchado ciertos rumores sobre ejércitos aliados que marcharían sobre la capital. El propio rey de Lunargenta vendría con una armada desde las islas, mientras que desde el sur el ejercito de los norgedos; antiguos repudiados del reino humano, marchaban hacia la capital como aliados; seguramente buscando recobrar su posición en la sociedad. Y desde el norte, un ejercito compuesto por los dragones, que habían acudido al llamado pese a su gran debilidad tras la epidemia. Sin embargo, este ultimo grupo había recibido el apoyo de algunos voluntarios de otras razas que no se habían visto involucradas en el conflicto: licántropos, hombres bestia y elfos. Lo que hacía que la principal fuerza de ataque del norte se fuera incrementando conforme avanzaba hacia el sur. Esa fue una de las razones por las que me uní a ellos.
Gracias a los diversos comentarios de los múltiples viajeros que huían del conflicto o bien viajaban para aprovecharse del mismo, pude saber que un grupo de avanzadilla se había instalado en Vulwulfar.
Un día más tarde.
El improvisado campamento montado en la plaza de la ciudad no era muy interesante. Apeas había un puñado de grandes tiendas y algunas docenas de hombres. Seguramente era la vanguardia destinada a estudiar el terreno y llevar a cabo funciones de reclutamiento.
-¡Vaya Jefe! ¡Vamos a luchar junto a dragones! ¿Podré montar en alguno de ellos? - la emoción de Toro podía palparse en como inspeccionaba a todo el mundo con su único ojo, a la espera de encontrarse con un dragón de 30 metros.
-No lo creo amigo. - le sonreí contagiado por su alegría. - Ya sabes que no son tan grandes como los que nombran las leyendas. Ya conoces a Astrid. Ella no podría contigo. Ella... - el recuerdo de la desaparecida dragona hizo que mi sonrisa se apagara tan rápido como una simple vela dentro de un vendaval.
-¡Uy! ¡Mire Jefe! - el hombre bestia se percato rápidamente de mi tristeza e intento desviar el tema de todo aquello que pudiera hacerme pensar en Astrid. lo que era difícil al estar rodeado de dragones. -Ahí hay uno que se pavonea más que un gayo dentro de un gallinero, seguro que es uno de los que mandan. - señaló a un hombre, al que en verdad sólo le faltaba la cresta para parecerse completamente a la analogía dada por Toro.
-Si, tienes razón. - de haber estado mas animado seguramente hubiese soltado una carcajada.
Al llegar hasta él, nos lo encontramos revisando una serie de papeles que parecían tener cierta importancia, aunque el hombre los pasara con la murmuración de ciertas maldiciones.
-Hola, veniamos...
-No.
-¿No?
-No, no vamos a dar comida, no vamos a reparar tu granero. Y como me sigas molestando te haré azotar. - hizo un ademán con la mano para que me fuera.
Miré incrédulo a Toro, cuya única respuesta fue encogerse de hombros.
-¡Disculpe! - puse ambas manos sobre la mesa para llamar la atención - ¡Querríamos alistarnos! ¿O acaso van sobrados de soldados?
El hombre me miró con cierto interés, aunque no es que fuera algo muy positivo.
-¿Y que experiencia como soldado tiene un pordiosero?
-¿Pordioseros?
Me armé de paciencia.
-Digamos que somos mercenarios con cierta experiencia en combate. Sobretodo mi amigo... No creo que tenga a nadie en su comando en mejor forma. - señalé a Toro que seguía sin saber si arrancarle la cabeza a aquel pedante o simplemente mandarlo a Dundarak de una patada en el trasero.
-Mmm... si... es grande. Nos valdrá muy bien para que sea un buen objetivo para las flechas u otros ataques enemigos. ¿Y tú? ¿Para que sirves?
-Yo...
-Mira me da igual, tu muerte valdrá que que alguien más experimentado viva, con eso me sobra. ¿Nombre y Raza? - el comandante sacó un pergamino, mojé una pluma en tinta y comenzó a escribir.
Me aguante las ganas de ayudar a Toro a mandar a aquel imbécil hasta Dundarak de un tortazo. Tenía que pensar en el bien de los ciudadanos de Lunargenta y del resto de Aerandir. Si aquel conflicto no se acababa pronto podía convertirse en algo mucho mayor.
- Soy Ircan Seiron, raza...- me mordí la lengua. ¿Qué sentido tenía presentarse como licántropo si no sabía transformarme? Era una vergüenza... aunque... "Al menos si consigo algún merito, este recaerá sobre mi raza... Tendré una menor vergüenza cargando sobre mis hombros..."
-No tengo todo el día muchacho.
-Licantropo.
-Perfeco, un chucho sarnoso.
-¿Chucho sarnoso?
-¿Y la vaca?
-¿Vaca?
-Toro. Toro a secas, y raza hombre bestia. - respondí rápidamente antes de que mi compañero nos abriera un consejo de guerra recientemente alistados.
El hombre terminó de escribir los datos antes de dignarse a volver a mirarnos.
-¡Venga! ¿A que esperáis? ¿A que os lleven el equipaje? Ya deberíais de estar en la tienda del escuadrón C.
-¿Y cual es ese escuadrón C?¿ ¿Y dónde está esa tienda?
-Por ahora sólo vosotros. Y la tienda está al lado del establo. Como buen chucho con esa información debería bastar, ¿no? - el gallo del gallinero soltó una carcajada que hizo que me entraran unas terribles ganas de pegarle tal puñetazo que se tragará los dientes.
"Mira que me gusta que te insulten pero... ¿¡Por qué demonios no lo hemos matado ya!?" el lobo me asalto con toda su fiereza, y por una vez quería dejarlo salir...
-En un momento la encontraremos, señor...- Toro me cogió y prácticamente me arrastró para salir de allí. -No vale la pena jefe... está guerra lo pondrá en su lugar. Aunque... con comandantes así... no sería loco decir que estamos sentenciados...
Por suerte la referencia había sido bastante clara. No por el olor. Sino más bien porque el improvisado establo era una de las estructuras que más resaltaba en la plaza en la que se había improvisado el campamento. Al entrar vimos que en efecto eramos los primeros. Había cinco camastros vacíos y ningún otro lujo más. Así es la guerra.
Me senté en el que estaba más alejado de la puerta; supongo que eso me hacia sentir más seguro, y comencé a rebuscar en mis cosas para comprobar que estaba todo y por si tenía que adecentar alguna de mis armas.
Al cabo de unos minutos, una voz conocida con ciertos insultos cargos de ironía con una supuesta imitación me saco del aburrimiento que estaba empezando a experimentar.
-¿Reivy? ¿Qué haces tu aquí rodeada de dragones? - esbocé una sonrisa y me acerqué para darle un abrazo. -Este sitio sólo te traerá peligro.
-¿Dónde está Lavey? - Toro se unió al abrazo envolviéndonos en sus enormes brazos y levantándonos un palmo del suelo.
Ircan
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Re: [La Guerra de Lunargenta] Venganza y Fortaleza [3/3Libre][CERRADO]
El salto de la carreta donde viajaban dejó al elfo suspendido en el aire para luego devolverlo violentamente al piso del vehículo despertándolo en el acto; abrió los ojos sorprendido y nervioso, llevó la mano a su espalda en busca de su espada y no la encontró, lo cual solo sirvió para aumentar su desconfianza -Mira, ya despertó- Escuchó decir a uno de los conductores, la voz gastada delataba muchos años pasados por esa garganta -¿Quiénes son ustedes? ¿A dónde llevan a Destino?- Protestó el elfo levantándose de golpe para luego volver aparatosamente al piso de la carreta y casi estrellar la cara contra la madera -¿Quiénes son ustedes?- Preguntó el pelinegro incapaz de recordar cómo había llegado hasta ahí -Venimos huyendo de Lunargenta, a cualquier lugar lejos de ese infierno- Dijo el viejo que acompañaba al piloto, este último no había dicho una palabra pero se trataba de un jovencito humano de unos 15 años.
Había el horizonte quedaba dibujado el sendero a la ciudad de los humanos donde Destino no recordaba haber estado pero que era de donde seguramente venía -Aquí está tu espada, si es lo que buscas- Ofreció el viejo al elfo mostrándole su arma pero antes que el elfo de ojos azules pudiera tomarla fue sorprendido por la voz de alerta del chico -Mira abuelo, de nuevo- Señaló hacia el sur donde un grupo de vampiros a caballo parecían acercarse a emboscarlos -Rápido, acelera, no debemos estar lejos de Wulvulfar- Mencionó el viejo y el niño le hizo caso casi sin pensarlo siquiera; no obstante los vampiros eran más rápidos y no demoraron en alcanzar la carreta, algunas flechas volaron hasta impactar a la carreta que avanzaba a toda prisa.
Destino recorrió con la mirada algunos objetos cercamos y los fue tomando uno a la vez, el primero fue una soga que tras atarle de prisa un par de trozos de madera en inicio, arrojo a los pies de uno de los caballos de los vampiros haciendo que se tropezara y cayera para quedarse atrás; los otros dos que le acompañaran se detuvieron a asistir a su compañero y le dieron la oportunidad a los perseguidos, de escapar con buena ventaja hasta aquella ciudad que ya comenzaba a verse a lo lejos.
Justo en la entrada de la ciudad había una patrulla que custodiaba la entrada y salida de vehículos -Lo logramos, abuelo, estamos...- El rostro del chico se transformó al ver que su querido abuelo lo miraba con una sonrisa y gestos de dolor pues una de las flechas lanzadas por los vampiros permanecía incrustada en su pecho -Sé un buen chico- Fue lo último que dijo antes de recostarse y morir; el chico furioso trató de salir de inmediato con una espada en su mano, una que además no le pertenecía -Destino no permitirá que te lleves esa espada- Reclamó el elfo pero ya era tarde, el chico avanzaba decidido hasta el punto de reclutamiento donde una larga cola era expresada en acuerdos y contratos, tropezó con algunos de los presentes incluyendo un hombre toro que levantaba en sus brazos a otros dos -Vaya que se ven cosas raras- Murmuró destino para sí mismo.
Al llegar a la escena, el elfo se encontró una escena que podría resultar hasta cierto punto graciosa -Se los juro, puedo pelear- Dijo el chico sosteniendo la espada de Destino pero su poca maestría no fue capaz de medio menearla -Pero yo, yo solo, necesito matar a esos asesinos, primero mis padres, ahora mi abuelo, ya no tengo a nadie más- Destino bajó los brazos un poco conmovido, sin remordimiento alguno, el pelinegro tomó del cuello al niño y lo lanzó a un lado aunque no sin antes quitarle la espada -Destino irá en lugar del chico- Lo miraron de arriba abajo con algo de desconfianza, algunos rieron durante unos instantes pero el rostro serio del elfo les ayudó a entender la situación -Destino irá a matar vampiros, con o sin ustedes- Se dio media vuelta y comenzó a caminar hacia el horizonte.
El cielo roto a ratos por esporádicos destellos delataba una inminente lluvia, eso detendría al elfo por un rato así que fue por algo de comer, con unas pocas monedas consiguió cosas apetitosas para comer y medio saciarse -¿Cómo te llamas? Guerrero- Preguntó alguien desde atrás -Destino- Respondió el pelinegro; de momento no le quedaba más remedio que irse quedando atrás, con esa partida de inútiles -Destino te traerá la cabeza del culpable- Ofreció al chico con la certeza de que podría lograrlo y si tenía que utilizar a estos soldados del norte lo haría sin remordimiento alguno.
Había el horizonte quedaba dibujado el sendero a la ciudad de los humanos donde Destino no recordaba haber estado pero que era de donde seguramente venía -Aquí está tu espada, si es lo que buscas- Ofreció el viejo al elfo mostrándole su arma pero antes que el elfo de ojos azules pudiera tomarla fue sorprendido por la voz de alerta del chico -Mira abuelo, de nuevo- Señaló hacia el sur donde un grupo de vampiros a caballo parecían acercarse a emboscarlos -Rápido, acelera, no debemos estar lejos de Wulvulfar- Mencionó el viejo y el niño le hizo caso casi sin pensarlo siquiera; no obstante los vampiros eran más rápidos y no demoraron en alcanzar la carreta, algunas flechas volaron hasta impactar a la carreta que avanzaba a toda prisa.
Destino recorrió con la mirada algunos objetos cercamos y los fue tomando uno a la vez, el primero fue una soga que tras atarle de prisa un par de trozos de madera en inicio, arrojo a los pies de uno de los caballos de los vampiros haciendo que se tropezara y cayera para quedarse atrás; los otros dos que le acompañaran se detuvieron a asistir a su compañero y le dieron la oportunidad a los perseguidos, de escapar con buena ventaja hasta aquella ciudad que ya comenzaba a verse a lo lejos.
Justo en la entrada de la ciudad había una patrulla que custodiaba la entrada y salida de vehículos -Lo logramos, abuelo, estamos...- El rostro del chico se transformó al ver que su querido abuelo lo miraba con una sonrisa y gestos de dolor pues una de las flechas lanzadas por los vampiros permanecía incrustada en su pecho -Sé un buen chico- Fue lo último que dijo antes de recostarse y morir; el chico furioso trató de salir de inmediato con una espada en su mano, una que además no le pertenecía -Destino no permitirá que te lleves esa espada- Reclamó el elfo pero ya era tarde, el chico avanzaba decidido hasta el punto de reclutamiento donde una larga cola era expresada en acuerdos y contratos, tropezó con algunos de los presentes incluyendo un hombre toro que levantaba en sus brazos a otros dos -Vaya que se ven cosas raras- Murmuró destino para sí mismo.
Al llegar a la escena, el elfo se encontró una escena que podría resultar hasta cierto punto graciosa -Se los juro, puedo pelear- Dijo el chico sosteniendo la espada de Destino pero su poca maestría no fue capaz de medio menearla -Pero yo, yo solo, necesito matar a esos asesinos, primero mis padres, ahora mi abuelo, ya no tengo a nadie más- Destino bajó los brazos un poco conmovido, sin remordimiento alguno, el pelinegro tomó del cuello al niño y lo lanzó a un lado aunque no sin antes quitarle la espada -Destino irá en lugar del chico- Lo miraron de arriba abajo con algo de desconfianza, algunos rieron durante unos instantes pero el rostro serio del elfo les ayudó a entender la situación -Destino irá a matar vampiros, con o sin ustedes- Se dio media vuelta y comenzó a caminar hacia el horizonte.
El cielo roto a ratos por esporádicos destellos delataba una inminente lluvia, eso detendría al elfo por un rato así que fue por algo de comer, con unas pocas monedas consiguió cosas apetitosas para comer y medio saciarse -¿Cómo te llamas? Guerrero- Preguntó alguien desde atrás -Destino- Respondió el pelinegro; de momento no le quedaba más remedio que irse quedando atrás, con esa partida de inútiles -Destino te traerá la cabeza del culpable- Ofreció al chico con la certeza de que podría lograrlo y si tenía que utilizar a estos soldados del norte lo haría sin remordimiento alguno.
Destino
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Re: [La Guerra de Lunargenta] Venganza y Fortaleza [3/3Libre][CERRADO]
-Jajajaja, ¿Pues que voy hacer? Soy una dragona, mi sitio esta aquí. -Le dije al Ircan entre el estrujón de toro que sacaba paulatinamente el aire de mis pulmones. -La-lavey no esta aquí. -Cuando toro nos soltó a ambos y nos dejo en el suelo di una gran bocanada de aire. -Ella, aun no esta lista para algo de esta magnitud. Le di el mapa de Leo y la mande a un lugar seguro. En un par de días tendría que llegar a su destino.
Al mirar al rededor pude darme cuenta que "él tipo que habla raro" que describió el comandante no estaba junto a nosotros. ¿Comenzó solo la exploración? Me preguntaba mentalmente a la vez que oteaba el campamento.
-Chicos, ¿Fuisteis los primeros en llegar? el aberroncio de comandante ese me dijo que había un hombre mas en la escuadra. -En medio de los saludos y preguntas varias llego hasta mis oídos los gritos de un chico furioso que pedía alistarse para vengar a su padre. -Si ese pimpollo acaba en la guarnición de la ciudad tendrá suerte, sino... seguramente muera antes de desenvainar la espada.
Por inercia y siguiendo a mi remarcada curiosidad, camine hasta llegar a la mesa de inscripciones. Al lado del muchacho había un esbelto elfo de oscura cabellera, que instaba al rapaz a quedarse fuera de todo esto. "Destino irá a matar vampiros, con o sin ustedes" Un hermoso elfo que habla en tercera persona..... ¿¡tercera persona!? En ese momento llego a mi mente la frase retintinante del comandante sobre el ultimo miembro de la escuadra.
-Es él. chicos el elfo es el soldado que nos falta. -Mire a Ircan y Toro a la vez que señalaba al hombre. -Destino, ese es tu nombre ¿Verdad? -En el intento de entablar conversación con el peculiar elfo, avance unos pasos hasta colocarme a su altura. -El comandante me hablo de ti. Te asigno a nuestra escuadra para reconocer el terreno y buscar provisiones. -Aunque muy dentro de mi lo ultimo que quería era buscar provisiones, seguro que habían muchos mas soldados rasos (como el chiquillo que quería apuntarse) para hacer esa tarea. - Sera mejor que nos pongamos en marcha, cuanto antes empecemos antes acabaremos.
Dicho esto puse los pies en marcha hasta las puertas de la ciudad, esperando que Destino aceptara la invitación. Al llegar a la salida el camino real, que unía Vulwulfar con el resto de ciudades nos recibía con charcos llenos de barro y un frondoso bosque en sus limitaciones.
-Si os parece bien, deberíamos dividirnos en el interior del bosque. Separemonos en linea recta hacia un abanico, pero sin perder nunca el contacto visual unos de otros.
Al mirar al rededor pude darme cuenta que "él tipo que habla raro" que describió el comandante no estaba junto a nosotros. ¿Comenzó solo la exploración? Me preguntaba mentalmente a la vez que oteaba el campamento.
-Chicos, ¿Fuisteis los primeros en llegar? el aberroncio de comandante ese me dijo que había un hombre mas en la escuadra. -En medio de los saludos y preguntas varias llego hasta mis oídos los gritos de un chico furioso que pedía alistarse para vengar a su padre. -Si ese pimpollo acaba en la guarnición de la ciudad tendrá suerte, sino... seguramente muera antes de desenvainar la espada.
Por inercia y siguiendo a mi remarcada curiosidad, camine hasta llegar a la mesa de inscripciones. Al lado del muchacho había un esbelto elfo de oscura cabellera, que instaba al rapaz a quedarse fuera de todo esto. "Destino irá a matar vampiros, con o sin ustedes" Un hermoso elfo que habla en tercera persona..... ¿¡tercera persona!? En ese momento llego a mi mente la frase retintinante del comandante sobre el ultimo miembro de la escuadra.
-Es él. chicos el elfo es el soldado que nos falta. -Mire a Ircan y Toro a la vez que señalaba al hombre. -Destino, ese es tu nombre ¿Verdad? -En el intento de entablar conversación con el peculiar elfo, avance unos pasos hasta colocarme a su altura. -El comandante me hablo de ti. Te asigno a nuestra escuadra para reconocer el terreno y buscar provisiones. -Aunque muy dentro de mi lo ultimo que quería era buscar provisiones, seguro que habían muchos mas soldados rasos (como el chiquillo que quería apuntarse) para hacer esa tarea. - Sera mejor que nos pongamos en marcha, cuanto antes empecemos antes acabaremos.
Dicho esto puse los pies en marcha hasta las puertas de la ciudad, esperando que Destino aceptara la invitación. Al llegar a la salida el camino real, que unía Vulwulfar con el resto de ciudades nos recibía con charcos llenos de barro y un frondoso bosque en sus limitaciones.
-Si os parece bien, deberíamos dividirnos en el interior del bosque. Separemonos en linea recta hacia un abanico, pero sin perder nunca el contacto visual unos de otros.
Reivy Abadder
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Re: [La Guerra de Lunargenta] Venganza y Fortaleza [3/3Libre][CERRADO]
-¿Eres una dragona? - nueva noticia para mi.
-¡Wala! ¡Yo me olía algo cuando Lavey dijo eso de los cuernos! - Toro soltó una de esas risas que retumbó en todo el campamento.
Reivy estudió la tienda, como si esperaba que hubiera alguien más, y así resultó ser.
-Si, hemos sido los primeros. Ni siquiera hay pertenencias de alguien más. - me encogí de hombros. -¿A quién buscas? - pero Reivy cambió rápidamente de tema de conversación, refiriendo a los gritos de un niño que habían comenzado a resonar en toda la plaza. -En tiempos de guerra no creo que tenga muchos lujos. Por eso Toro y yo estamos aquí, queremos ahorrar que se pierdan vidas innecesarias.
Al parecer deje de existir para la dragona, pues salio prácticamente corriendo de la pequeña carpa. Momentos después nos llamaba para señalar que aquel hombre de caballos oscuros era la persona a la que buscaba.
"¿Un elfo?" pensé recordando el sombrío recuerdo de la ultima y primera vez que visité Sandorine.
-¿Un come hojas?- dijo en voz alta; claramente era menos discreto que yo.
Reivy se acercó más al susodicho antes de avasallarle a preguntas. Aquello se convirtió de pronto en todo un interrogatorio. El supuesto Destino estaría algo sorprendido ante la espontaneidad de aquella mujer, que se había autoproclamado jefa del escuadrón. No tardó en dar la orden de avance, como si fuera toda una general.
Mientras tanto me acerqué a nuestro inesperado compañero.
-Bueno yo me llamo Ircan, y el grande es Toro. - sonreí intentando ser amable y cercano. -Bienvenido al recién creado escuadrón C. Vamos antes de que perdamos a la emocionada "comandante".
Tuve que correr un poco para ponerme a la altura de mi compañera, se la veía bastante emocionada con la idea, no entendía muy bien porqué, aquello no dejaba de ser una guerra; no era un agradable paseo por el campo. Podíamos perder la vida en la misión más vulgar.
-No es mala idea, pero... ¿Qué buscamos exactamente?
No quería quitarle la ilusión, pero al menos quería saber todos los detalles de la misión.
-¡Wala! ¡Yo me olía algo cuando Lavey dijo eso de los cuernos! - Toro soltó una de esas risas que retumbó en todo el campamento.
Reivy estudió la tienda, como si esperaba que hubiera alguien más, y así resultó ser.
-Si, hemos sido los primeros. Ni siquiera hay pertenencias de alguien más. - me encogí de hombros. -¿A quién buscas? - pero Reivy cambió rápidamente de tema de conversación, refiriendo a los gritos de un niño que habían comenzado a resonar en toda la plaza. -En tiempos de guerra no creo que tenga muchos lujos. Por eso Toro y yo estamos aquí, queremos ahorrar que se pierdan vidas innecesarias.
Al parecer deje de existir para la dragona, pues salio prácticamente corriendo de la pequeña carpa. Momentos después nos llamaba para señalar que aquel hombre de caballos oscuros era la persona a la que buscaba.
"¿Un elfo?" pensé recordando el sombrío recuerdo de la ultima y primera vez que visité Sandorine.
-¿Un come hojas?- dijo en voz alta; claramente era menos discreto que yo.
Reivy se acercó más al susodicho antes de avasallarle a preguntas. Aquello se convirtió de pronto en todo un interrogatorio. El supuesto Destino estaría algo sorprendido ante la espontaneidad de aquella mujer, que se había autoproclamado jefa del escuadrón. No tardó en dar la orden de avance, como si fuera toda una general.
Mientras tanto me acerqué a nuestro inesperado compañero.
-Bueno yo me llamo Ircan, y el grande es Toro. - sonreí intentando ser amable y cercano. -Bienvenido al recién creado escuadrón C. Vamos antes de que perdamos a la emocionada "comandante".
Tuve que correr un poco para ponerme a la altura de mi compañera, se la veía bastante emocionada con la idea, no entendía muy bien porqué, aquello no dejaba de ser una guerra; no era un agradable paseo por el campo. Podíamos perder la vida en la misión más vulgar.
-No es mala idea, pero... ¿Qué buscamos exactamente?
No quería quitarle la ilusión, pero al menos quería saber todos los detalles de la misión.
Ircan
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Re: [La Guerra de Lunargenta] Venganza y Fortaleza [3/3Libre][CERRADO]
Pero yo quiero ir, quiero ser útil, quiero vengar a mis- Destino interrumpió el emotivo monólogo dando un golpe a la parte posterior de la cabeza del chico -¡Oye! ¿Eso qué fue?- Preguntó molesto -Se llama golpe, y si fuera en combate ya estarías muerto- Reprendió al chico que francamente comenzaba a estresarlo, si no fuera porque antes le habían salvado la vida, el pelinegro no dudaría en rebanarle el cuello -Pero yo, yo solo- Bajó la cabeza decepcionado antes de ser interrumpido por una hermosa jovencita, los ojos del chico se abrieron como si ante él brillaran las puertas del cielo mismo -Ho-hola, me llamo Nith- Extendió su mano hacia la joven pero esta pasó a su lado ignorándolo por completo enfocando toda su atención en el elfo -Dije- Aclaró la garganta el chico y trató de hacer su voz más gruesa y ruda -Qué soy- Ninguno de sus esfuerzos tuvo efecto alguno pues la joven solo acosaba con preguntas al pelinegro.
Destino no había terminado siquiera de asimilar la llegada de la chica cuando ya ésta le estaba señalando y gritando qué él era el soldado faltante -Destino no es un soldado, es un- Sin dejarlo hablar la chica continuó su interrogatorio -Así es, Destino, buscado asesi- De nuevo la chica lo interrumpió sin darle oportunidad de terminar su frase -¿Reconocimiento y provisiones?- Preguntó intrigado y con desgano -Destino no está aquí para- Otra vez fue interrumpido por la chica que de nuevo se ponía en marcha sin dejarlo terminar de expresarse.
A estas alturas y ante tantas interrupciones el elfo apretaba los puños al tiempo que un gracioso tic se apoderaba de su ojo derecho, estaba por darse media vuelta e ignorar a la molesta niña cuando el joven Nith le tomó del brazo para llevarlo tras la chica, claramente tenía sus propios intereses pero su avance fue impedido por un muro con cuernos y otro sujeto -¿Come-hojas?- Repitió en su mente el de ojos azules, dirigió la mirada a ambos -Oh, grandioso, más habladores, no estamos aquí para conocer perso- Ni siquiera había terminado cuando de nuevo fue interrumpido ahora por el chico -Genial, un placer conocerlos, nos encanta conocer personas- Señaló la espalda de la chica -Sobre todo si se trata de conocerla a ella ¿Son sus amigos?- Preguntó con interés.
El elfo por su parte estaba cada vez menos interesado en la supuesta tarea -No, de ninguna manera, Destino no irá a hacer trabajo de niños exploradores- Se cruzó de brazos -Tienen a la vaca comepasto y a la niña parlanchina, no necesitan más- Nith se le puso en frente con mirada suplicante -Ni lo intentes, la pena y la compasión son valores que Destino no posee, no existe manera posible para que consigas...- Un par de minutos más tarde, el elfo marchaba junto al resto del grupo tras las pisadas de la intrépida líder -¿Cómo es que convenciste a Destino de venir?- Preguntó el de ojos azules al chico que había resultado bastante elocuente -¿Y cómo es que sigues aquí? Destino vino en tu lugar para que estés a salvo- Las palabras del elfo encendieron el vigor del chico que habló en voz alta para llamar la atención de la chica -Nada nos sucederá en tanto este coloso esté de nuestro lado, menos aún con la guía de nuestra hermosa comandante- Dijo haciendo énfasis en las dos últimas palabras -Oigan ¿la conocen? ¿Cómo se llama nuestra comandante?- Dijo el chico en voz baja dirigiéndose a Ircan y Toro.
No habían pasado 15 minutos cuando el chico se vio en peligro -Oh por los dioses, no, ayuda, ayuda, me atacan- Comenzó a gritar luego de caer al piso -ayuda por favor, mi pierna, me han capturado, mi pierna- Por suerte solo se había separado unos metros de Destino y éste acudió de inmediato hasta llegar a su lado -Mi pierna, algo me quiere comer, mi pierna- Destino lo miró con desdén antes de alzar la espada -Destino la cortará- El chico tardó un poco en asimilar la frase -Sí, sí, eso, corta la... ¡NO! No me cortes la pierna, ¡NO!- Con un último grito el chico cerró los ojos y apretó los puños -Arriba, el camino es largo- Dijo el elfo en tono serio mientras lanzaba a la cara del chico la triste rama con la que se había enredado y lo había hecho caer asustado -No llegará al atardecer- Dijo el de oscuros cabellos al pasar cerca del misterioso sujeto y su vaca.
Destino no había terminado siquiera de asimilar la llegada de la chica cuando ya ésta le estaba señalando y gritando qué él era el soldado faltante -Destino no es un soldado, es un- Sin dejarlo hablar la chica continuó su interrogatorio -Así es, Destino, buscado asesi- De nuevo la chica lo interrumpió sin darle oportunidad de terminar su frase -¿Reconocimiento y provisiones?- Preguntó intrigado y con desgano -Destino no está aquí para- Otra vez fue interrumpido por la chica que de nuevo se ponía en marcha sin dejarlo terminar de expresarse.
A estas alturas y ante tantas interrupciones el elfo apretaba los puños al tiempo que un gracioso tic se apoderaba de su ojo derecho, estaba por darse media vuelta e ignorar a la molesta niña cuando el joven Nith le tomó del brazo para llevarlo tras la chica, claramente tenía sus propios intereses pero su avance fue impedido por un muro con cuernos y otro sujeto -¿Come-hojas?- Repitió en su mente el de ojos azules, dirigió la mirada a ambos -Oh, grandioso, más habladores, no estamos aquí para conocer perso- Ni siquiera había terminado cuando de nuevo fue interrumpido ahora por el chico -Genial, un placer conocerlos, nos encanta conocer personas- Señaló la espalda de la chica -Sobre todo si se trata de conocerla a ella ¿Son sus amigos?- Preguntó con interés.
El elfo por su parte estaba cada vez menos interesado en la supuesta tarea -No, de ninguna manera, Destino no irá a hacer trabajo de niños exploradores- Se cruzó de brazos -Tienen a la vaca comepasto y a la niña parlanchina, no necesitan más- Nith se le puso en frente con mirada suplicante -Ni lo intentes, la pena y la compasión son valores que Destino no posee, no existe manera posible para que consigas...- Un par de minutos más tarde, el elfo marchaba junto al resto del grupo tras las pisadas de la intrépida líder -¿Cómo es que convenciste a Destino de venir?- Preguntó el de ojos azules al chico que había resultado bastante elocuente -¿Y cómo es que sigues aquí? Destino vino en tu lugar para que estés a salvo- Las palabras del elfo encendieron el vigor del chico que habló en voz alta para llamar la atención de la chica -Nada nos sucederá en tanto este coloso esté de nuestro lado, menos aún con la guía de nuestra hermosa comandante- Dijo haciendo énfasis en las dos últimas palabras -Oigan ¿la conocen? ¿Cómo se llama nuestra comandante?- Dijo el chico en voz baja dirigiéndose a Ircan y Toro.
No habían pasado 15 minutos cuando el chico se vio en peligro -Oh por los dioses, no, ayuda, ayuda, me atacan- Comenzó a gritar luego de caer al piso -ayuda por favor, mi pierna, me han capturado, mi pierna- Por suerte solo se había separado unos metros de Destino y éste acudió de inmediato hasta llegar a su lado -Mi pierna, algo me quiere comer, mi pierna- Destino lo miró con desdén antes de alzar la espada -Destino la cortará- El chico tardó un poco en asimilar la frase -Sí, sí, eso, corta la... ¡NO! No me cortes la pierna, ¡NO!- Con un último grito el chico cerró los ojos y apretó los puños -Arriba, el camino es largo- Dijo el elfo en tono serio mientras lanzaba a la cara del chico la triste rama con la que se había enredado y lo había hecho caer asustado -No llegará al atardecer- Dijo el de oscuros cabellos al pasar cerca del misterioso sujeto y su vaca.
- Nith:
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Destino
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Re: [La Guerra de Lunargenta] Venganza y Fortaleza [3/3Libre][CERRADO]
Al llegar al linde del bosque y tras escuchar al grupo, me di cuenta que había sido demandante y que por alguna razón, el mero hecho de estar ayudando a los míos a vengar su sufrimiento a causa de la enfermedad, había provocado en mi un entusiasmo y excitación que estaban fuera de lugar y que podría llevarme a cometer errores estúpidos. Para empezar mi charla e interrogatorio acelerado, dio como resultado frases a medio acabar y probablemente malas impresiones.
-Os pido perdón a todos. -Dije girándome al grupo. -He sido una total mal educada, ni siquiera sabéis mi nombre. -En verdad la mitad del grupo si sabia mi nombre, pero preferí generalizar. -Me llamo Reivy. El objetivo de esta exploración es buscar cualquier cosa fuera de lugar. -Diriji la mirada a Ircan mientras respondía su pregunta. -Los vampiros podrían estar a la vuelta de la esquina, o los maleantes y bandidos aprovechar la situación para saquear la ciudad o asaltar viajeros. -De pronto repare en la presencia del chico, que por alguna razón se había incorporado al grupo. -Tu eras.... -Haciendo uso de la memoria pude rescatar su nombre de entre la verborragia sucesión de preguntas y frase que hice con anterioridad. -Nith, verdad? ¿Que haces aquí?
Espere paciente a que el muchacho contestara o a que alguno de mis compañeros dialogara alguna cosa, pasados un par de minutos proseguí la marcha con la mirada puesta al frente. Con el paso del tiempo los gritos desesperados del joven pusieron en alerta mis sentidos, gire rauda sobre mis talones preparada para cambiar de forma, pero la escena que encontré me hizo dar un traspié hacia delante que me dejo con la espalda inclina hacia abajo.
-Por los Dioses. -Pronuncie abatida llevándome la mano a la cara mientras veía suceder la escena. -Mozo tendrías que tener mas cuidad...
Me quede con la palabra en la boca ante las suplicas del muchacho para que no le cortaran el pie, y justo en el momento que Destino le lanzaba la raíz a la cara rompí a reír. La atónita cara de Nith no tenia precio, la boca entre abierta, las cejas levantadas y un notorio enrojecimiento en las mejillas a causa de la vergüenza. -Bueno... -Dije recuperando el aliento. -Si hemos acabado con el circo podemos proseguir. -Llevábamos cerca de 20 minutos caminado y escrutando el bosque sin encontrar nada. Apenas se veían y oían un puñado de pájaros y algunos roedores, pero 5 minutos después unos arbustos comenzaron a zarandearse de manera atípica.
______
Off: Me a parecido interesante dejar los arbustos de manera abierta para que vosotros decidáis que va salir de ahí. Sera un adorable conejito que asuste a Nith? o un perro famélico que busca caza? Quien sabe, a lo mejor es un vampiro o sus secuaces ÒwÓ o hasta puede llegar a ser todo a la vez, no tenéis porque quedaros con la solución del de arriba... cuantas mas cosas pasen mas interesante se pondrá todo.
-Os pido perdón a todos. -Dije girándome al grupo. -He sido una total mal educada, ni siquiera sabéis mi nombre. -En verdad la mitad del grupo si sabia mi nombre, pero preferí generalizar. -Me llamo Reivy. El objetivo de esta exploración es buscar cualquier cosa fuera de lugar. -Diriji la mirada a Ircan mientras respondía su pregunta. -Los vampiros podrían estar a la vuelta de la esquina, o los maleantes y bandidos aprovechar la situación para saquear la ciudad o asaltar viajeros. -De pronto repare en la presencia del chico, que por alguna razón se había incorporado al grupo. -Tu eras.... -Haciendo uso de la memoria pude rescatar su nombre de entre la verborragia sucesión de preguntas y frase que hice con anterioridad. -Nith, verdad? ¿Que haces aquí?
Espere paciente a que el muchacho contestara o a que alguno de mis compañeros dialogara alguna cosa, pasados un par de minutos proseguí la marcha con la mirada puesta al frente. Con el paso del tiempo los gritos desesperados del joven pusieron en alerta mis sentidos, gire rauda sobre mis talones preparada para cambiar de forma, pero la escena que encontré me hizo dar un traspié hacia delante que me dejo con la espalda inclina hacia abajo.
-Por los Dioses. -Pronuncie abatida llevándome la mano a la cara mientras veía suceder la escena. -Mozo tendrías que tener mas cuidad...
Me quede con la palabra en la boca ante las suplicas del muchacho para que no le cortaran el pie, y justo en el momento que Destino le lanzaba la raíz a la cara rompí a reír. La atónita cara de Nith no tenia precio, la boca entre abierta, las cejas levantadas y un notorio enrojecimiento en las mejillas a causa de la vergüenza. -Bueno... -Dije recuperando el aliento. -Si hemos acabado con el circo podemos proseguir. -Llevábamos cerca de 20 minutos caminado y escrutando el bosque sin encontrar nada. Apenas se veían y oían un puñado de pájaros y algunos roedores, pero 5 minutos después unos arbustos comenzaron a zarandearse de manera atípica.
______
Off: Me a parecido interesante dejar los arbustos de manera abierta para que vosotros decidáis que va salir de ahí. Sera un adorable conejito que asuste a Nith? o un perro famélico que busca caza? Quien sabe, a lo mejor es un vampiro o sus secuaces ÒwÓ o hasta puede llegar a ser todo a la vez, no tenéis porque quedaros con la solución del de arriba... cuantas mas cosas pasen mas interesante se pondrá todo.
Reivy Abadder
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Re: [La Guerra de Lunargenta] Venganza y Fortaleza [3/3Libre][CERRADO]
Casi no me había fijado en el chiquillo. Al parecer tenía mucha energía y una ambición enorme, tal vez demasiado.
-Chico... Creo que tienes grandes aspiraciones... - miré la espalda de Reivy. - MUY grandes. - enfaticé. -Si, supongo que podríamos considerarnos amigos.
Ahora que veía mejor a Reivy me di cuenta de algo. La descripción que me dio Marlowe de una de mis objetivos, se parecía demasiado a la dragona.
"Es como si fuera ella..." la miré mejor. "Mierda... es ella..." me llevé la mano al rostro. "¿Qué voy a hacer?"
Fue innecesario responder a la pregunta sobre el nombre de la ya bautizada "comandante", ella misma hizo los honores.
No es que estuviera haciendo muy bien la misión, puesto que no estaba haciendo ni caso al terreno. Mi cabeza estaba ocupada con otras cuestiones. Por eso casi se me para el corazón ante los chillidos de Nith; a los pocos mi mano acariciaba el pomo de mi espada "Marlowe", mientras que agudizaba mis sentidos para saber de dónde provenía el peligro. Pero no percibí nada1
"¡La madre que lo parió!" se había enganchado con una simple rama.
-Debes de estar más atento chico. - Toro le revolvió el pelo con aquella mano que era tan grande como toda su cabeza.
-Eso o nos si no nos mata de un susto antes... - le respondí al elfo. -Reivy espera un momento. - apresuré el paso hasta ponerme a la altura de la dragona que oteaba detenidamente el bosque. - Cuando tengamos un momento debemos de hablar de algo importante... - aquello fue demasiado incomodo. - A solas...- susurré. Esperaba que no lo mal interpretara.
Me separé de la dragona y volví a mi puesto junto a Toro, aquel no era el momento para hablar de eso.
Sentí la presencia de algo mucho antes de que Reivy nos advirtiera. Unas enormes astas aparecieron tras los arbustos.
-¡Un ciervo! ¡A por él! - cogí mi cuchillo y se lo lancé al animal antes de que saliera corriendo. El arma se clavó en su posadera izquierda.
________________________________________________________________________________________________________
1: Efectos de mi habilidad nivel 2 "Sentidos mejorados".
Tiré las runas aquí [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] y salió el ciervo.Ya podría haberme salido esa maldita runa en el tema con Sigel, cague en to.
-Chico... Creo que tienes grandes aspiraciones... - miré la espalda de Reivy. - MUY grandes. - enfaticé. -Si, supongo que podríamos considerarnos amigos.
Ahora que veía mejor a Reivy me di cuenta de algo. La descripción que me dio Marlowe de una de mis objetivos, se parecía demasiado a la dragona.
"Es como si fuera ella..." la miré mejor. "Mierda... es ella..." me llevé la mano al rostro. "¿Qué voy a hacer?"
Fue innecesario responder a la pregunta sobre el nombre de la ya bautizada "comandante", ella misma hizo los honores.
No es que estuviera haciendo muy bien la misión, puesto que no estaba haciendo ni caso al terreno. Mi cabeza estaba ocupada con otras cuestiones. Por eso casi se me para el corazón ante los chillidos de Nith; a los pocos mi mano acariciaba el pomo de mi espada "Marlowe", mientras que agudizaba mis sentidos para saber de dónde provenía el peligro. Pero no percibí nada1
"¡La madre que lo parió!" se había enganchado con una simple rama.
-Debes de estar más atento chico. - Toro le revolvió el pelo con aquella mano que era tan grande como toda su cabeza.
-Eso o nos si no nos mata de un susto antes... - le respondí al elfo. -Reivy espera un momento. - apresuré el paso hasta ponerme a la altura de la dragona que oteaba detenidamente el bosque. - Cuando tengamos un momento debemos de hablar de algo importante... - aquello fue demasiado incomodo. - A solas...- susurré. Esperaba que no lo mal interpretara.
Me separé de la dragona y volví a mi puesto junto a Toro, aquel no era el momento para hablar de eso.
Sentí la presencia de algo mucho antes de que Reivy nos advirtiera. Unas enormes astas aparecieron tras los arbustos.
-¡Un ciervo! ¡A por él! - cogí mi cuchillo y se lo lancé al animal antes de que saliera corriendo. El arma se clavó en su posadera izquierda.
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1: Efectos de mi habilidad nivel 2 "Sentidos mejorados".
Tiré las runas aquí [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] y salió el ciervo.
Ircan
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Re: [La Guerra de Lunargenta] Venganza y Fortaleza [3/3Libre][CERRADO]
El elfo que avanzaba en el grupo en total descontento por no haber podido asesinar nada hasta ahora, se sorprendió ante el repentino cambio de actitud en la chica que ahora había decidido por fin presentarse y explicar la misión -Reivy- Repitió el pelinegro intentando memorizar el nombre, ya eran tres los que debía sumar a la lista: Nith, Ircan, Reivy y Vaca, de todos ellos solo recordaba con facilidad al último, seguro hasta le podría caer bien al final; mientras tanto, Nith hacía sus propios planes al conseguir por fin la atención de la chica -Sí, así es, hermosa dama- Se inclinó hacia adelante con un gesto circular en las manos bastante torpe pero gracioso a fin de cuentas -Me convertiré en un feroz guerrero para vengar a mi familia que fueron asesinados por los vampiros, aún recuerdo aquella mañana en que rayó el alba teñida de un lúgubre color carmesí, cuando el mundo cruel que llamamos...- Su elocuente discurso fue interrumpido por Destino quien lo agarró por el cuello de la camisa para hacerlo avanzar -Vamos, pequeño bardo, no tenemos todo el día- Pataleó un par de veces tratando de resistirse pero al final acabó caminando rendido.
Al final, el triste episodio con la rama había resultado bastante vergonzoso, desde Destino asustándolo con cortarle la pierna hasta la burla de la chica habían hecho mella en el orgullo del pequeño, cosa que terminó de explotar cuando el hombre bestia le revolvió el cabello, sus mejillas y luego toda la cara se enrojecieron de rabia y se levantó con evidente enojo cuando lo dejaron atrás -No soy un niño ni un cobarde, no lo soy- Murmuró para sí mismo y más pronto que tarde tendría la oportunidad de probarlo -Yo lo traeré- Dijo entusiasmado sin dar tiempo a reacciones y avanzó hasta el ciervo cuando apenas lo tuvo a la vista -Espera, ten cuidado- Destino intentó detenerlo pero el chico fue más rápido; aunque aún más veloz fue el arma de Ircan que consiguió herir la parte posterior del animal y éste, sangrando y herido consiguió alejarse al mismo tiempo que dejaba un rastro de sangre que lo convertiría en una presa fácil de rastrear.
Destino frotó su frente con la palma de la mano con evidente enojo, este niño no duraría mucho tiempo con ellos si seguía como iba -Destino lo detendrá antes que se haga daño- Dijo para seguir al chico al que encontró detenido en una especie de trance aunque reaccionó de prisa -Por aquí- Señaló un camino entre los arbustos a donde de hecho se dirigían las gotas de sangre dejadas por el animal, de esa manera parecía imposible perderlo y solo era cuestión de tiempo antes que el animal muriera desangrado -Debes ser más cauteloso, si sigues así solo conseguirás que te... ¡¡maldita sea!!- Terminó exclamando el elfo cuando el chico emprendió una nueva carrera atravesando arbustos sin ningún cuidado.
Sin más opción, el elfo avanzó tras el chico, los demás seguramente estaban más interesados en alcanzar al ciervo mientras el pelinegro comenzaba a perder la paciencia -Ya deja de- Sin siquiera prestarle atención, el chico señaló de nuevo en otra dirección -Por allá- Esta vez, las marcas en el suelo eran menos evidentes y el chico no parecía ser un cazador experto, incluso parecía estar hablando solo mientras avanzaba -Algo no está bien- Dijo el elfo sin saber si le escucharían, los chillidos del ciervo herido se escuchaban no muy lejos, justo en la dirección que señalaba Nith -Tengan cuidado- Advirtió Destino señalando los arbustos que los separaban de los sonidos del ciervo, pese a no haber ninguna amenaza evidente, el ambiente comenzaba a sentirse pesado y lúgubre.
Al final, el triste episodio con la rama había resultado bastante vergonzoso, desde Destino asustándolo con cortarle la pierna hasta la burla de la chica habían hecho mella en el orgullo del pequeño, cosa que terminó de explotar cuando el hombre bestia le revolvió el cabello, sus mejillas y luego toda la cara se enrojecieron de rabia y se levantó con evidente enojo cuando lo dejaron atrás -No soy un niño ni un cobarde, no lo soy- Murmuró para sí mismo y más pronto que tarde tendría la oportunidad de probarlo -Yo lo traeré- Dijo entusiasmado sin dar tiempo a reacciones y avanzó hasta el ciervo cuando apenas lo tuvo a la vista -Espera, ten cuidado- Destino intentó detenerlo pero el chico fue más rápido; aunque aún más veloz fue el arma de Ircan que consiguió herir la parte posterior del animal y éste, sangrando y herido consiguió alejarse al mismo tiempo que dejaba un rastro de sangre que lo convertiría en una presa fácil de rastrear.
Destino frotó su frente con la palma de la mano con evidente enojo, este niño no duraría mucho tiempo con ellos si seguía como iba -Destino lo detendrá antes que se haga daño- Dijo para seguir al chico al que encontró detenido en una especie de trance aunque reaccionó de prisa -Por aquí- Señaló un camino entre los arbustos a donde de hecho se dirigían las gotas de sangre dejadas por el animal, de esa manera parecía imposible perderlo y solo era cuestión de tiempo antes que el animal muriera desangrado -Debes ser más cauteloso, si sigues así solo conseguirás que te... ¡¡maldita sea!!- Terminó exclamando el elfo cuando el chico emprendió una nueva carrera atravesando arbustos sin ningún cuidado.
Sin más opción, el elfo avanzó tras el chico, los demás seguramente estaban más interesados en alcanzar al ciervo mientras el pelinegro comenzaba a perder la paciencia -Ya deja de- Sin siquiera prestarle atención, el chico señaló de nuevo en otra dirección -Por allá- Esta vez, las marcas en el suelo eran menos evidentes y el chico no parecía ser un cazador experto, incluso parecía estar hablando solo mientras avanzaba -Algo no está bien- Dijo el elfo sin saber si le escucharían, los chillidos del ciervo herido se escuchaban no muy lejos, justo en la dirección que señalaba Nith -Tengan cuidado- Advirtió Destino señalando los arbustos que los separaban de los sonidos del ciervo, pese a no haber ninguna amenaza evidente, el ambiente comenzaba a sentirse pesado y lúgubre.
Destino
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Re: [La Guerra de Lunargenta] Venganza y Fortaleza [3/3Libre][CERRADO]
La exploración daba frutos, un incauto ciervo nos salio al paso saltando de entre los arbustos. En un abrir y cerrar de ojos, antes siquiera de que alguien hiciera algún movimiento, Ircan ya le había clavado un cuchillo al animal, que salio corriendo en la misma dirección por la vino, en un vano intento por sobrevivir.
-Buen tiro Ircan y con Toro con nosotros, sera mucho mas fácil llevar al animal al campamento. -Mientras hablaba el jovenzuelo había hecho de las suyas. Con la inocencia que el joven aun no a tenido tiempo de perder, se acerco hasta el punto de ponerse en la peligrosa posición de recibir una cornada del astado animal. -Chico debes tener mas cuidado, podrías haber recibido una herida grave o incluso haber muert.... Chico vuelve! -Nith salio corriendo poseído por el espíritu de la caza, en un vano intento por quedar bien delante del grupo y demostrar su valía. -Sera mejor que les sigamos antes de que perdamos al muchacho... Lavey da menos trabajo que este rapaz.
Mire al licantropo y al bobino haciéndoles un gesto exasperado y salí corriendo detrás de la pareja, que ya se habían perdido entre la hojarasca. Gracias a la sangre y los agónicos gritos del animal, el rastro fue fácil de seguir, aunque por algún motivo había terminado a la izquierda de Destino y el mozo. -¿A que esperáis? es solo un ciervo moribundo.
No terminaba de entender porque se paraban... Lo cierto es, que ni yo misma me hubiera creído que la caza me embriagara tanto, al punto de no ver nada mas haya de la presa. (y si alguien me lo hubiera dicho, tampoco le hubiera creído.) Salí de los arbustos, mirando fijamente la pata trasera del animal. -Lo siento pequeño, tenemos bocas que alimentar. -En medio de esa frase saque el cuchillo y con una plegaria de agradecimiento interna, introduci el filo en el cuello del animal sesgando la yugular y terminando de verter el resto de su sangre por el pasto.
-Bueno, pues esto ya esta. -Limpiando la hoja en el pelaje del animal me di la vuelta. -¡Por las tetas de Freya! ¿De donde salio eso? -Al girarme por fin vi lo que todos habían visto ya a través de los arbustos. El cuerpo inanimado de un soldado raso yacía en medio de claro, no muy lejos del ciervo. -Esos colores... es un soldado del norte. -Me acerque al cadáver y me quede de cuclillas a su lado.
-Esto es reciente... quizás demasiado. Su cuerpo esta rígido, su piel muy pálida, pero los labios todavía no están morados y el vientre aun esta semis blando... Muchachos mirad esto. -En mitad de la examinacion caí en la cuenta de diversos cortes en los brazos y en cuello, corte precisos que pasaban por los vasos sanguíneos mas grandes del cuerpo. -Tenemos uno o varios problemas, la ciudad puede estar en grave peligro.
El cuerpo no es que estuviera pálido por el tiempo que llevase muerto y los labios no estaban morados porque hubiera muerto hace poco... todos estos síntomas eran porque el cuerpo había sido desangrado hasta la ultima gota. Ahora mismos el joven cadáver a mis pies podría tener 12, 24 o 48 horas muertos, mis facultades medicas no eran lo suficiente avanzadas como para saber mas sobre la muerte del soldado.
-Buen tiro Ircan y con Toro con nosotros, sera mucho mas fácil llevar al animal al campamento. -Mientras hablaba el jovenzuelo había hecho de las suyas. Con la inocencia que el joven aun no a tenido tiempo de perder, se acerco hasta el punto de ponerse en la peligrosa posición de recibir una cornada del astado animal. -Chico debes tener mas cuidado, podrías haber recibido una herida grave o incluso haber muert.... Chico vuelve! -Nith salio corriendo poseído por el espíritu de la caza, en un vano intento por quedar bien delante del grupo y demostrar su valía. -Sera mejor que les sigamos antes de que perdamos al muchacho... Lavey da menos trabajo que este rapaz.
Mire al licantropo y al bobino haciéndoles un gesto exasperado y salí corriendo detrás de la pareja, que ya se habían perdido entre la hojarasca. Gracias a la sangre y los agónicos gritos del animal, el rastro fue fácil de seguir, aunque por algún motivo había terminado a la izquierda de Destino y el mozo. -¿A que esperáis? es solo un ciervo moribundo.
No terminaba de entender porque se paraban... Lo cierto es, que ni yo misma me hubiera creído que la caza me embriagara tanto, al punto de no ver nada mas haya de la presa. (y si alguien me lo hubiera dicho, tampoco le hubiera creído.) Salí de los arbustos, mirando fijamente la pata trasera del animal. -Lo siento pequeño, tenemos bocas que alimentar. -En medio de esa frase saque el cuchillo y con una plegaria de agradecimiento interna, introduci el filo en el cuello del animal sesgando la yugular y terminando de verter el resto de su sangre por el pasto.
-Bueno, pues esto ya esta. -Limpiando la hoja en el pelaje del animal me di la vuelta. -¡Por las tetas de Freya! ¿De donde salio eso? -Al girarme por fin vi lo que todos habían visto ya a través de los arbustos. El cuerpo inanimado de un soldado raso yacía en medio de claro, no muy lejos del ciervo. -Esos colores... es un soldado del norte. -Me acerque al cadáver y me quede de cuclillas a su lado.
-Esto es reciente... quizás demasiado. Su cuerpo esta rígido, su piel muy pálida, pero los labios todavía no están morados y el vientre aun esta semis blando... Muchachos mirad esto. -En mitad de la examinacion caí en la cuenta de diversos cortes en los brazos y en cuello, corte precisos que pasaban por los vasos sanguíneos mas grandes del cuerpo. -Tenemos uno o varios problemas, la ciudad puede estar en grave peligro.
El cuerpo no es que estuviera pálido por el tiempo que llevase muerto y los labios no estaban morados porque hubiera muerto hace poco... todos estos síntomas eran porque el cuerpo había sido desangrado hasta la ultima gota. Ahora mismos el joven cadáver a mis pies podría tener 12, 24 o 48 horas muertos, mis facultades medicas no eran lo suficiente avanzadas como para saber mas sobre la muerte del soldado.
Reivy Abadder
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Re: [La Guerra de Lunargenta] Venganza y Fortaleza [3/3Libre][CERRADO]
-¡Mierda! ¡Mi cuchillo! - no había sido mi mejor disparo y tanto mi arma como mis compañeros no tardaron en desaparecer tras el ciervo. -¡Encima me van a robar la presa!
-Es lo que tiene la caza jefe. - Toro rió y me dio una fuerte palmada en la espalda casi empujándome a unos arbustos antes de adelantarse tras la comitiva.
-Maldita sea...- mascullé dándole una patada a ese conjunto de plantas a las que el hombre bestia casi me lanzó.
Seguí lo más rápido que pude al de los cuernos, ya que sus zancadas eran casi como dos mías.
Más que seguir el rastro del animal, seguí el rastro de mi compañero. Era más fácil ver el hueco que su cuerpo dejaba entre las plantas que la sangre en el suelo.
Antes de pasar por el lado de un gran árbol, mi oído capto un "click" detrás del tronco. Gracias a ello conseguí agacharme antes de que el filo de una espada salida de la nada me rebanará la cabeza. Mientras rodaba por el suelo escuché como el arma se incrustaba en la madera del árbol, ante el quejoso gruñido de su portador.
Mis manos no vacilaron en desenvainar ambas espadas para hacer frente a la amenaza, antes siquiera de visualizarla; mis otros sentidos ya me estaban dando su ubicación exacta. Pero al levantar la vista pude ver a un hombre ataviado con los mismos colores que había visto en el campamento.
-¡Oye! ¡Qué soy de los tuyos! ¡Estamos en el mismo bando! - pude entender que se hubiera confundido y hubiese atacado sin pensar.
Pero el soldado sacó su espada del tronco herido y avanzó de nuevo hacía a mi... Colocando su escudo por delante suya y alzando su espada tras él.
-¿¡Es que no me has escuchado!? - el hombre lanzó su ataque, el que detuve con el filo de mi ambas armas. -¿¡Estas sordo o qué!?
El hombre no se inmutaba ante mis palabras, y ahora que lo tenía más cerca pude que sus ojos mostraban una mirada perdida, como si ni siquiera me viera. Lanzó un golpe con su escudo buscando mis morros, pero lo pude evitar saltando hacía atrás volviendo a tomar distancia.
"¿Estará bajo algún hechizo? ¿Lo estarán controlando?"
Todo indicaba de que ambas eran posibilidades más que certeras, sus movimientos eran como los de un autómata.
"No me gustaría hacerle daño..." miré bien a mi contrincante intentando encontrar algún punto débil que pudiera utilizar para dejarlo fuera de combate sin herirlo de gravedad. -¡Ja! ¡Voy a tener que ponerme serio. - sonreí y me agaché un poco, colocando una de mis espadas por delante mía de forma horizontal y la otra colocándola a mi espalda tomando su empuñadura a la inversa. -¡Vamos allá!
Salí corriendo a gran velocidad contra el enemigo que me esperaba impasible. Cuando estaba a escasos metros, un enorme mandoble salió de la nada golpeando el yelmo del soldado con un poderoso "Gong" haciendo que el hombre cayera al segundo inconsciente al suelo. Me detuve al instante, aunque mis pies derraparon haciendo un pequeño surco en la tierra. Fue entonces cuando vi a Toro al lado de mi desfallecido rival.
-¡Buen trabajo jefe! ¡Lo has distraído muy bien! - Toro colocó su mandoble apoyándolo en su hombro y me miró con una amplia sonrisa y un gesto de aprobación con la mano.
-¡Era mio! ¿¡Por qué me lo has quitado!? - estaba enfadado. Primero había sido el ciervo y luego el soldado; al parecer era el día de todos contra Ircan.
-Porque le hubieses hecho mucho daño jefe...
-¡Lo tenía todo bajo control!
-Ya... claro... - Toro rodó sus ojos.
-Bueno... - resoplé. -Esperemos a ver si retoma la consciencia y pude decirnos que le ha pasado para volverse a si. Espero que hayamos roto aquello que lo tenía controlado.
________________________________________________________________________________________________________
Off rol: Lo subrayado son los efectos de mi habilidad de nivel 2: "Sentidos mejorados (rasgo)"
-Es lo que tiene la caza jefe. - Toro rió y me dio una fuerte palmada en la espalda casi empujándome a unos arbustos antes de adelantarse tras la comitiva.
-Maldita sea...- mascullé dándole una patada a ese conjunto de plantas a las que el hombre bestia casi me lanzó.
Seguí lo más rápido que pude al de los cuernos, ya que sus zancadas eran casi como dos mías.
Más que seguir el rastro del animal, seguí el rastro de mi compañero. Era más fácil ver el hueco que su cuerpo dejaba entre las plantas que la sangre en el suelo.
Antes de pasar por el lado de un gran árbol, mi oído capto un "click" detrás del tronco. Gracias a ello conseguí agacharme antes de que el filo de una espada salida de la nada me rebanará la cabeza. Mientras rodaba por el suelo escuché como el arma se incrustaba en la madera del árbol, ante el quejoso gruñido de su portador.
Mis manos no vacilaron en desenvainar ambas espadas para hacer frente a la amenaza, antes siquiera de visualizarla; mis otros sentidos ya me estaban dando su ubicación exacta. Pero al levantar la vista pude ver a un hombre ataviado con los mismos colores que había visto en el campamento.
-¡Oye! ¡Qué soy de los tuyos! ¡Estamos en el mismo bando! - pude entender que se hubiera confundido y hubiese atacado sin pensar.
Pero el soldado sacó su espada del tronco herido y avanzó de nuevo hacía a mi... Colocando su escudo por delante suya y alzando su espada tras él.
-¿¡Es que no me has escuchado!? - el hombre lanzó su ataque, el que detuve con el filo de mi ambas armas. -¿¡Estas sordo o qué!?
El hombre no se inmutaba ante mis palabras, y ahora que lo tenía más cerca pude que sus ojos mostraban una mirada perdida, como si ni siquiera me viera. Lanzó un golpe con su escudo buscando mis morros, pero lo pude evitar saltando hacía atrás volviendo a tomar distancia.
"¿Estará bajo algún hechizo? ¿Lo estarán controlando?"
Todo indicaba de que ambas eran posibilidades más que certeras, sus movimientos eran como los de un autómata.
"No me gustaría hacerle daño..." miré bien a mi contrincante intentando encontrar algún punto débil que pudiera utilizar para dejarlo fuera de combate sin herirlo de gravedad. -¡Ja! ¡Voy a tener que ponerme serio. - sonreí y me agaché un poco, colocando una de mis espadas por delante mía de forma horizontal y la otra colocándola a mi espalda tomando su empuñadura a la inversa. -¡Vamos allá!
Salí corriendo a gran velocidad contra el enemigo que me esperaba impasible. Cuando estaba a escasos metros, un enorme mandoble salió de la nada golpeando el yelmo del soldado con un poderoso "Gong" haciendo que el hombre cayera al segundo inconsciente al suelo. Me detuve al instante, aunque mis pies derraparon haciendo un pequeño surco en la tierra. Fue entonces cuando vi a Toro al lado de mi desfallecido rival.
-¡Buen trabajo jefe! ¡Lo has distraído muy bien! - Toro colocó su mandoble apoyándolo en su hombro y me miró con una amplia sonrisa y un gesto de aprobación con la mano.
-¡Era mio! ¿¡Por qué me lo has quitado!? - estaba enfadado. Primero había sido el ciervo y luego el soldado; al parecer era el día de todos contra Ircan.
-Porque le hubieses hecho mucho daño jefe...
-¡Lo tenía todo bajo control!
-Ya... claro... - Toro rodó sus ojos.
-Bueno... - resoplé. -Esperemos a ver si retoma la consciencia y pude decirnos que le ha pasado para volverse a si. Espero que hayamos roto aquello que lo tenía controlado.
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Ircan
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Re: [La Guerra de Lunargenta] Venganza y Fortaleza [3/3Libre][CERRADO]
Destino corrió tras el chico al que había decidido proteger aunque cada vez estaba más arrepentido de tal decisión -Está muerto- Musitó el elfo al ver al cadáver aunque ciertamente los datos que ofrecía la chica resultaban bastante interesantes, lo que fuera que había hecho eso debía estar cerca, tal vez incluso podía estarlos observando en ese momento; Destino sacó su espada y se preparó para lo peor aunque no podía ver ninguna amenaza más allá del difunto soldado, aunque todo cambió al escuchar sonidos de una batalla, el choque de los metales fue fácilmente reconocible y dejando atrás al cadáver, el pelinegro se asomó hacia atrás donde aquel hombre que les acompañaba, luchaba con otro soldado de sus mismas tropas.
Si de algo sabía Destino luego de tantas batallas era de ese furor en la mirada del que se impregna un guerrero al pelear, ese afán por eliminar al contrario y aferrarse a la vida propia era algo de lo que carecía la mirada del soldado que sin brillo alguno, se limitaba a seguir torpemente los movimientos del dueño de la vaca, a ratos incluso parecía que atacaba o se defendía sin siquiera usar sus ojos, cual si fuera una simple marioneta hasta que finalmente el hombre de los cuernos consiguió doblegarlo.
El elfo de ojos azules bajó su espada creyendo que el peligro había cesado pero no podía estar más equivocado, con la misma mirada perdida y una daga tomada del cadáver dejado atrás, Nith avanzó tras el elfo buscando apuñalarle la espalda, aunque los pasos pusieron en alerta al pelinegro, no fue capaz de reaccionar lo suficientemente rápido y la daga acabó incrustada en su brazo izquierdo -¿Pero qué haces?- Preguntó dando un salto hacia atrás y colocando la espada de por medio -Monstruos, son monstruos, debo acabar a los monstruos- Repetía el chico ante la atónita mirada de los presentes y si eso fuera poco, comenzaba a ponerse peor.
Una voz femenina y casi imperceptible había comenzado a escucharse en el ambiente, un tenue susurro generador de discordia -El enemigo está cerca... toma la forma de tus amigos... ellos no son reales... son monstruos... debes eliminarlos...- Aquellas instrucciones eran ahora escuchadas por todos, se repetían una y otra vez al tiempo que la vista del elfo comenzaba a nublarse, la visión era opaca y los rostros de sus compañeros comenzaban a perder su forma -No escuchen la voz- Advirtió Destino aunque ya parecía ser tarde, a este punto no podía distinguir a sus compañeros y parecía haber más de los que recordaba.
Se acercó a la chica que era quién más sensata le había parecido pero su vista le había jugado otra mala pasada, pues la silueta que buscó no era quien pensaba, se trataba de otra figura de largo cabello que de inmediato le lanzó un golpe a la cabeza que aunque bloqueado, golpeó justo en la herida del brazo de Destino haciéndolo soltar un grito; pronto otros soldados en esa especie de transe comenzaron a rodearlos, enfrentaban entonces dos difíciles tareas, mantenerse con vida y evitar dañar a las figuras borrosas que tenían frente a ellos, no solo para evitar dañar a sus propios soldados, sino para evitar dañar a sus mismos compañeros de expedición.
Si de algo sabía Destino luego de tantas batallas era de ese furor en la mirada del que se impregna un guerrero al pelear, ese afán por eliminar al contrario y aferrarse a la vida propia era algo de lo que carecía la mirada del soldado que sin brillo alguno, se limitaba a seguir torpemente los movimientos del dueño de la vaca, a ratos incluso parecía que atacaba o se defendía sin siquiera usar sus ojos, cual si fuera una simple marioneta hasta que finalmente el hombre de los cuernos consiguió doblegarlo.
El elfo de ojos azules bajó su espada creyendo que el peligro había cesado pero no podía estar más equivocado, con la misma mirada perdida y una daga tomada del cadáver dejado atrás, Nith avanzó tras el elfo buscando apuñalarle la espalda, aunque los pasos pusieron en alerta al pelinegro, no fue capaz de reaccionar lo suficientemente rápido y la daga acabó incrustada en su brazo izquierdo -¿Pero qué haces?- Preguntó dando un salto hacia atrás y colocando la espada de por medio -Monstruos, son monstruos, debo acabar a los monstruos- Repetía el chico ante la atónita mirada de los presentes y si eso fuera poco, comenzaba a ponerse peor.
Una voz femenina y casi imperceptible había comenzado a escucharse en el ambiente, un tenue susurro generador de discordia -El enemigo está cerca... toma la forma de tus amigos... ellos no son reales... son monstruos... debes eliminarlos...- Aquellas instrucciones eran ahora escuchadas por todos, se repetían una y otra vez al tiempo que la vista del elfo comenzaba a nublarse, la visión era opaca y los rostros de sus compañeros comenzaban a perder su forma -No escuchen la voz- Advirtió Destino aunque ya parecía ser tarde, a este punto no podía distinguir a sus compañeros y parecía haber más de los que recordaba.
Se acercó a la chica que era quién más sensata le había parecido pero su vista le había jugado otra mala pasada, pues la silueta que buscó no era quien pensaba, se trataba de otra figura de largo cabello que de inmediato le lanzó un golpe a la cabeza que aunque bloqueado, golpeó justo en la herida del brazo de Destino haciéndolo soltar un grito; pronto otros soldados en esa especie de transe comenzaron a rodearlos, enfrentaban entonces dos difíciles tareas, mantenerse con vida y evitar dañar a las figuras borrosas que tenían frente a ellos, no solo para evitar dañar a sus propios soldados, sino para evitar dañar a sus mismos compañeros de expedición.
Destino
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Re: [La Guerra de Lunargenta] Venganza y Fortaleza [3/3Libre][CERRADO]
La exploración apacible se daba por terminada, dos cadáveres: Un venado y un soldado raso, daban la entrada a la batalla que se estaba desencadenando. Ircan a nuestras espaldas había sido sorprendido por un soldado de infantería que parecía no estar en sus cabales y para sorpresa de todos Nith había caído bajo el influjo de la seductora voz.
-No muchacho, no la escuches. Seguimos siendo nosotros. -Consciente de que mi figura atraía al joven y apelando a su sexualidad masculina hice lo que pude para traerlo de vuelta. -No me digas que la prefieres a ella, que ni siquiera sabes como es. Te tenia por un joven con mas cabeza. ¡Hasta estaba pensando en darte una oportunidad! Y al final resulta que no eres mas que otro estúpido hombre pica flores.
Por desgracia mi situación no estaban muy lejos de la de Nith, la voz de la mujer taladraba mi cabeza de manera constante. Fue gracias al aviso de Destino que pude contrarrestar su efecto, bueno, eso y el pensamiento constante de volver a ver a mi pequeña niña, la joven Lavey de rubios cabellos y sonrisa inocente, mi dulce hija adoptiva que cuidaba de mi como si fuera su hermana pequeña, la juguetona rapaz que no tenia miedo de comenzar una carrera con un perro huesudo. Esos y muchos mas pensamientos similares fueron la razón de que mi mente no acabara nublada, podía distinguir a mis aliados pero a mi alrededor surgían nuevos enemigos que no sabia si eran personas embaucadas igual que Nith o si por el contrario eran plenamente conscientes de lo que hacían.
Con mi forma humana poco tenia que hacer o aportar a la situación, así que opte por transformarme ya que el sino de mi fuerza recaía en la magia elemental de mi forma draconiana. La transformacional fue rápida y poco grata a la vista, nuevamente me veía forzada a un rápido cambio lo que implicaba un dolor, que recorría todo mi cuerpo mientras hacia la metamorfosis y sufría el ensanchamiento de huesos y músculos, así como la aparición de otros nuevos.
Superado el dolor inicial y con todas las escamas en su sitio, lance un potente rugido y expandí el campo eléctrico que recorre mi cuerpo, por todo el área que me rodeaba, la electricidad que experimentaron los cuerpos y elementos del paisaje apenas fue un leve cosquillo o calambre ocasional que podía ser tomado como electricidad estática, pero aquella energía me vasto para centrar la ubicación de la misteriosa mujer.
Gracias a la carga eléctrica que había generado, ahora podía ver la silueta escondida de la agresora. No sabia que siluetas eran enemigas ni cuales aliadas, el dolor del cambio me había hecho perder la concentración y ahora tampoco distinguía a mis compañeros, pero sabia que la responsable era una mujer y que estaba hablando, lo que me hizo mas fácil su localización gracias al movimiento de las hondas que su voz generaba en el aire.
Con el objetivo claro y centrado, gire la cabeza colocando la cornamenta en su dirección y comencé a correr con toda la fuerza que mis patas me daban, solo tenia una meta. Envestir a aquella que nos ponía en peligro y romper le hechizo con el choque, con un poco de suerte igual hasta se moría.
_______
Off: He echo una tirada de runas y salido normal, lo que significa que localizo al enemigo.
No e querido poner el desenlace de la envestida porque no soy la dueña del npc enemigo y no se cuan fuerte es ni sus estadísticas, dejo a juicio de Destino el resultado del ataque^^
Habilidad racial: Forma dragon.
-No muchacho, no la escuches. Seguimos siendo nosotros. -Consciente de que mi figura atraía al joven y apelando a su sexualidad masculina hice lo que pude para traerlo de vuelta. -No me digas que la prefieres a ella, que ni siquiera sabes como es. Te tenia por un joven con mas cabeza. ¡Hasta estaba pensando en darte una oportunidad! Y al final resulta que no eres mas que otro estúpido hombre pica flores.
Por desgracia mi situación no estaban muy lejos de la de Nith, la voz de la mujer taladraba mi cabeza de manera constante. Fue gracias al aviso de Destino que pude contrarrestar su efecto, bueno, eso y el pensamiento constante de volver a ver a mi pequeña niña, la joven Lavey de rubios cabellos y sonrisa inocente, mi dulce hija adoptiva que cuidaba de mi como si fuera su hermana pequeña, la juguetona rapaz que no tenia miedo de comenzar una carrera con un perro huesudo. Esos y muchos mas pensamientos similares fueron la razón de que mi mente no acabara nublada, podía distinguir a mis aliados pero a mi alrededor surgían nuevos enemigos que no sabia si eran personas embaucadas igual que Nith o si por el contrario eran plenamente conscientes de lo que hacían.
Con mi forma humana poco tenia que hacer o aportar a la situación, así que opte por transformarme ya que el sino de mi fuerza recaía en la magia elemental de mi forma draconiana. La transformacional fue rápida y poco grata a la vista, nuevamente me veía forzada a un rápido cambio lo que implicaba un dolor, que recorría todo mi cuerpo mientras hacia la metamorfosis y sufría el ensanchamiento de huesos y músculos, así como la aparición de otros nuevos.
Superado el dolor inicial y con todas las escamas en su sitio, lance un potente rugido y expandí el campo eléctrico que recorre mi cuerpo, por todo el área que me rodeaba, la electricidad que experimentaron los cuerpos y elementos del paisaje apenas fue un leve cosquillo o calambre ocasional que podía ser tomado como electricidad estática, pero aquella energía me vasto para centrar la ubicación de la misteriosa mujer.
Gracias a la carga eléctrica que había generado, ahora podía ver la silueta escondida de la agresora. No sabia que siluetas eran enemigas ni cuales aliadas, el dolor del cambio me había hecho perder la concentración y ahora tampoco distinguía a mis compañeros, pero sabia que la responsable era una mujer y que estaba hablando, lo que me hizo mas fácil su localización gracias al movimiento de las hondas que su voz generaba en el aire.
Con el objetivo claro y centrado, gire la cabeza colocando la cornamenta en su dirección y comencé a correr con toda la fuerza que mis patas me daban, solo tenia una meta. Envestir a aquella que nos ponía en peligro y romper le hechizo con el choque, con un poco de suerte igual hasta se moría.
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Off: He echo una tirada de runas y salido normal, lo que significa que localizo al enemigo.
No e querido poner el desenlace de la envestida porque no soy la dueña del npc enemigo y no se cuan fuerte es ni sus estadísticas, dejo a juicio de Destino el resultado del ataque^^
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Reivy Abadder
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Re: [La Guerra de Lunargenta] Venganza y Fortaleza [3/3Libre][CERRADO]
Di una palmada y me froté las manos.
-¡Bien! Vamos a averiguar que está pasando. - me acerqué al soldado inconsciente con la intención de despertarlo.
En el pequeño trayecto que me separaba de él, sentí como una suave pero persistente melodía llegaba hasta mis oídos.
"Mátalos... Mátalos a todos..."
"No es el momento para esas cosas lobo..." no debía haberme sorprendido que apareciera.
"Yo no te he dicho nada, imbécil."
"¿Cómo que no?"
"Mátalos... Son monstruos..."
"¡Ves! ¡Otra vez!"
"¡Que no soy yo te he dicho!"
"Son monstruos... Mata a los monstruos..."
Me llevé las manos a la cabeza y me paré en seco. No tenía ni idea de qué estaba pasando.
"¡Oye tu! ¡Este imbécil es mio! ¡No hay hueco para los dos!"
"Ellos mataron a tu madre..."
-¡Ahhh! - me tapé los oídos, ¿cómo podía saber aquello?
"¡Que he dicho que largo!" el lobo gruñó y sentí como me transmitía su rabia, pero el tercero en discordia se había ido.
Respiré aliviado y apoyé mis manos sobre mis rodillas.
"¿Qué ha sido eso?"
No hubo tiempo para obtener una respuesta. En apenas unos mili-segundos sentí como mis sentidos se volvían como locos. Un paso bastante pesado y el acero cortando el aire.1 Conseguí hacerme a un lado antes de que el mandoble de Toro pasará a mili-metros de mi.
¿Pero qué...? - un poderoso golpe con su brazo armado con su armadura me arrebató de todo el aire en mis pulmones al mismo tiempo que me lanzaba hacia atrás unos metros.
Caí, rodando hacía atrás, y llevándome la mano a la estomago tosiendo para intentar recuperar la respiración. Ojeé por debajo de mi capucha a mi atacante. Toro me miraba con unos ojos perdidos en el horizonte, la misma mirada que la del soldado. Pero a diferencia de este, Toro mostraba mucha más pasión. Estaba enfadado, rabioso. Fijo su desorientada mirada en mi y cargó, con su mandoble dejando un surco en la tierra y con sus cuernos por delante.
-Oh... Mierda... - desenvainé ambas espadas, como si aquello me fuera a servir de algo contra aquella mole, a la cual no quería herir.
Me hice a un lado evitando su embestida en el ultimo momento. Casi de forma instantánea el crujido de la madera me indico de que un árbol se estaba desplomando. Toro balanceó su arma con un golpe semicircular que logré desviar usando mis dos aceros y agachándome lo suficiente para que los filos resbalaran entre ellos. Pero nada me salvó de otro manotazo de mi compañero, esta vez sin el brazo armado sino con el otro que iba más desnudo, que hizo que sintiera la calidez de mi sangre al mismo tiempo que salía por los aires de nuevo.
Me limpié la sangre con la manga y volví a ponerme en guardia; aunque algo mareado.
"¡Déjame comerme a la vaca!"
"¡No!" achiné los ojos por el dolor que se extendía por todo mi rostro. "Lo están controlando. No es culpa suya."
"¡Eso díselo cuando te mate!"
El lobo no iba tan desencaminado, ya que yo sólo podía defenderme.
_________________________________________________________________________________________________________
Off rol:
1: Efectos de la habilidad de Ircan "Sentidos mejorados (rasgo)"
-¡Bien! Vamos a averiguar que está pasando. - me acerqué al soldado inconsciente con la intención de despertarlo.
En el pequeño trayecto que me separaba de él, sentí como una suave pero persistente melodía llegaba hasta mis oídos.
"Mátalos... Mátalos a todos..."
"No es el momento para esas cosas lobo..." no debía haberme sorprendido que apareciera.
"Yo no te he dicho nada, imbécil."
"¿Cómo que no?"
"Mátalos... Son monstruos..."
"¡Ves! ¡Otra vez!"
"¡Que no soy yo te he dicho!"
"Son monstruos... Mata a los monstruos..."
Me llevé las manos a la cabeza y me paré en seco. No tenía ni idea de qué estaba pasando.
"¡Oye tu! ¡Este imbécil es mio! ¡No hay hueco para los dos!"
"Ellos mataron a tu madre..."
-¡Ahhh! - me tapé los oídos, ¿cómo podía saber aquello?
"¡Que he dicho que largo!" el lobo gruñó y sentí como me transmitía su rabia, pero el tercero en discordia se había ido.
Respiré aliviado y apoyé mis manos sobre mis rodillas.
"¿Qué ha sido eso?"
No hubo tiempo para obtener una respuesta. En apenas unos mili-segundos sentí como mis sentidos se volvían como locos. Un paso bastante pesado y el acero cortando el aire.1 Conseguí hacerme a un lado antes de que el mandoble de Toro pasará a mili-metros de mi.
¿Pero qué...? - un poderoso golpe con su brazo armado con su armadura me arrebató de todo el aire en mis pulmones al mismo tiempo que me lanzaba hacia atrás unos metros.
Caí, rodando hacía atrás, y llevándome la mano a la estomago tosiendo para intentar recuperar la respiración. Ojeé por debajo de mi capucha a mi atacante. Toro me miraba con unos ojos perdidos en el horizonte, la misma mirada que la del soldado. Pero a diferencia de este, Toro mostraba mucha más pasión. Estaba enfadado, rabioso. Fijo su desorientada mirada en mi y cargó, con su mandoble dejando un surco en la tierra y con sus cuernos por delante.
-Oh... Mierda... - desenvainé ambas espadas, como si aquello me fuera a servir de algo contra aquella mole, a la cual no quería herir.
Me hice a un lado evitando su embestida en el ultimo momento. Casi de forma instantánea el crujido de la madera me indico de que un árbol se estaba desplomando. Toro balanceó su arma con un golpe semicircular que logré desviar usando mis dos aceros y agachándome lo suficiente para que los filos resbalaran entre ellos. Pero nada me salvó de otro manotazo de mi compañero, esta vez sin el brazo armado sino con el otro que iba más desnudo, que hizo que sintiera la calidez de mi sangre al mismo tiempo que salía por los aires de nuevo.
Me limpié la sangre con la manga y volví a ponerme en guardia; aunque algo mareado.
"¡Déjame comerme a la vaca!"
"¡No!" achiné los ojos por el dolor que se extendía por todo mi rostro. "Lo están controlando. No es culpa suya."
"¡Eso díselo cuando te mate!"
El lobo no iba tan desencaminado, ya que yo sólo podía defenderme.
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Off rol:
1: Efectos de la habilidad de Ircan "Sentidos mejorados (rasgo)"
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Re: [La Guerra de Lunargenta] Venganza y Fortaleza [3/3Libre][CERRADO]
No, tú, tú mientes, todos ustedes, están en mi contra- Nith retrocedía al tiempo que apuntaba con su espada a sus propios compañeros, confundido ante las palabras de Reivy sacudió su cabeza y bajó los brazos -¿Qué me sucede?- Dejó caer la espada que se clavó en el piso y él mismo cayó de rodillas con las manos en la cabeza, Destino intentó acercarse pero necesitó un rápido salto hacia atrás para evitar ser cortado por el chico que en un parpadeo y con una destreza sobrehumana tomó la espada y le lanzó un corte dirigido a las piernas -Ustedes, están controlados por el mal, debo liberarlos, debo liberarlos- Se levantó de nuevo espada en mano pero esta vez era diferente, sus ojos se veían rojos y unas gotas de sangre comenzaban a salir de su nariz a pesar de no haber recibido daño físico.
Destino habría preferido controlarlo con palabras, pero él mismo comenzaba a verlo como algo diferente, una silueta difusa y sombría, a este punto solo podía reconocer a sus compañeros por la última ubicación en que los había visto, si la memoria no comenzaba a fallarle podía imaginar quién era quién, aunque eso cambiaría pronto debido a lo agitada que se volvió la situación y en un parpadeo otros guerreros aparecieron en las mismas condiciones, solo que estos mostraban mucha más sangre saliendo de sus fosas nasales, el elfo tomó su espada para defenderse del ataque de Nith que enceguecido comenzó a arremeter contra ellos y no era el único, pronto se vieron rodeados por varios soldados, al parecer todo un regimiento había caído bajo el control de aquella voz.
Repentinamente apareció entre ellos la figura de un imponente dragón que hizo saltar a un lado a Destino para evitar ser arroyado en una veloz carrera que esta emprendió, al parecer estaba huyendo y no la culpaba, era muy joven para enfrentar una situación como esta, a un lado, la vaca también se había vuelto contra su acompañante y arremetía sin piedad, a este paso no quedaría más remedio que matarse entre ellos, no era la mejor solución pero sí la más fácil, el problema era saber quién era el controlado, el hombre o su vaca.
Una especie de onda eléctrica salió del dragón y se expandió erizando los vellos del elfo que desde el suelo de levantó de prisa para evitar un ataque de los recién llegados guerreros que ahora le habían marcado como objetivo; cansado de escapar, el pelinegro lanzó un corte a las piernas de uno de ellos afectando sus músculos y su movilidad aunque a pesar de todos y sin muestra alguna de dolor, el soldado intentaba en vano ponerse de pie para seguir luchando; no obstante la feroz envestida del dragón había captado la atención de la dueña de la voz seductora, y la hizo salir detrás del árbol donde se escondía para evitar ser impactada.
La silueta también sombría y difusa de la causante de todo aquello, corrió de prisa hacia un lado y terminó saltando pero esto le costó el control de los que mantenía bajo su hechizo haciéndolos caer al piso -¡Tú!- Dijo de forma despectiva refiriéndose al dragón, parecían haberlo conseguido pero rápidamente la mujer consiguió de nuevo dominar a un par de soldados que tenía cerca y estos se acercaron a protegerla formando una frágil barrera entre ésta y el dragón, el par de guerreros se mostraban más aguerridos y determinados, pero en cambio los demás dejaban de ser un problema, ahora la escena era incluso más confusa, había aparecido un dragón y había desaparecido la chica, en medio de la confusión Destino no había visto la transformación pero no le sería difícil atar cabos sueltos -¡¡Acábala!!- Gritó desde su posición el pelinegro quien sabía que ese momento de vulnerabilidad difícilmente se repetiría..
* Pueden manejar a cualquiera de mis pnjs introducidos para que construyamos una historia impredecible y que no sepamos en qué va a parar, la verdad, no tengo nada planeado xD Destino habría preferido controlarlo con palabras, pero él mismo comenzaba a verlo como algo diferente, una silueta difusa y sombría, a este punto solo podía reconocer a sus compañeros por la última ubicación en que los había visto, si la memoria no comenzaba a fallarle podía imaginar quién era quién, aunque eso cambiaría pronto debido a lo agitada que se volvió la situación y en un parpadeo otros guerreros aparecieron en las mismas condiciones, solo que estos mostraban mucha más sangre saliendo de sus fosas nasales, el elfo tomó su espada para defenderse del ataque de Nith que enceguecido comenzó a arremeter contra ellos y no era el único, pronto se vieron rodeados por varios soldados, al parecer todo un regimiento había caído bajo el control de aquella voz.
Repentinamente apareció entre ellos la figura de un imponente dragón que hizo saltar a un lado a Destino para evitar ser arroyado en una veloz carrera que esta emprendió, al parecer estaba huyendo y no la culpaba, era muy joven para enfrentar una situación como esta, a un lado, la vaca también se había vuelto contra su acompañante y arremetía sin piedad, a este paso no quedaría más remedio que matarse entre ellos, no era la mejor solución pero sí la más fácil, el problema era saber quién era el controlado, el hombre o su vaca.
Una especie de onda eléctrica salió del dragón y se expandió erizando los vellos del elfo que desde el suelo de levantó de prisa para evitar un ataque de los recién llegados guerreros que ahora le habían marcado como objetivo; cansado de escapar, el pelinegro lanzó un corte a las piernas de uno de ellos afectando sus músculos y su movilidad aunque a pesar de todos y sin muestra alguna de dolor, el soldado intentaba en vano ponerse de pie para seguir luchando; no obstante la feroz envestida del dragón había captado la atención de la dueña de la voz seductora, y la hizo salir detrás del árbol donde se escondía para evitar ser impactada.
La silueta también sombría y difusa de la causante de todo aquello, corrió de prisa hacia un lado y terminó saltando pero esto le costó el control de los que mantenía bajo su hechizo haciéndolos caer al piso -¡Tú!- Dijo de forma despectiva refiriéndose al dragón, parecían haberlo conseguido pero rápidamente la mujer consiguió de nuevo dominar a un par de soldados que tenía cerca y estos se acercaron a protegerla formando una frágil barrera entre ésta y el dragón, el par de guerreros se mostraban más aguerridos y determinados, pero en cambio los demás dejaban de ser un problema, ahora la escena era incluso más confusa, había aparecido un dragón y había desaparecido la chica, en medio de la confusión Destino no había visto la transformación pero no le sería difícil atar cabos sueltos -¡¡Acábala!!- Gritó desde su posición el pelinegro quien sabía que ese momento de vulnerabilidad difícilmente se repetiría..
Destino
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Re: [La Guerra de Lunargenta] Venganza y Fortaleza [3/3Libre][CERRADO]
No hacia falta que lo repitiera dos veces, estaba deseando acabar con aquella arpía. La pobre se creía que estaba a salvo detrás de aquellos dos pelagatos, pues esta dragona tiene muchos ases en la manga y el objetivo seguía siendo el mismo. La carga eléctrica de mi piel se escuchaba y sentía en el aire, aquel chisporroteo que avisaba de lo que estaba por venir, la intensidad de aquella corriente era pequeña y en raras ocasiones mortal, pero dado que los dos guerreros guardianes llevaban espadas y pequeñas placas metálicas, los convertían en un blanco mas doloroso.
Sin pensármelo mucho arremetí contra ellos usando el cráneo como ariete, dejando así paso al resto del cuerpo. En cuanto mi piel toco sus espadas, las manos de los hombres se aferraron con fuerza al mango de sus armas, la electricidad los recorría por su interior entre las placas y la espada de hierro, buscando un punto de tierra por donde disiparse. En un solo parpadeo los hombres comenzaron a convulsionar, ya no eran una amenaza y no había tenido que matarlos.
La mujer se mostraba aterrada pero no palidecía, se mantenía regia a morir con orgullo y dignidad. Podía haber hecho muchas cosas en esos pequeños segundos que la brecha había abierto; morderle la cabeza, sacarle algún miembro de un zarpazo, dejar que se desangrara.... pero no, aquella mujer me valía mas viva. Necesitaba saber quien era, porque estaba ahí y para quien trabajaba. -Esto no quedara así, tu vas a ser mía y seras mi mascota. -Presa del miedo la maga ponía todas sus fuerzas en aquellas palabras, tratando de apresarme en su hechizo, pero aunque me costaba no hacerle caso, gracias a la acción de la batalla su voz casi no me afectaba.
De un zarpazo tumbe al suelo a la hembra y haciendo uso de mi cola aprisione su garganta, no pretendía ahogarla ni dejarla fuera de combate, quería que hablara ahora, pero sin conjuros de por medio. Y con la vida pendiendo de un hilo (o una cola en este caso) la concentración falla, por no hablar que la falta de aire provocaba que llegara menos oxigeno al cerebro y por tanto sus ideas y pensamientos se nublaban.
Ahora solo tenia que esperar a que mis compañeros llegaran, pero para curarme en salud apunte a la mujer con los cuernos.
____________
Off: Perdon por el retraso, esta semana empece a trabajar y aun me estoy acostumbrando a los horarios >.<
Sin pensármelo mucho arremetí contra ellos usando el cráneo como ariete, dejando así paso al resto del cuerpo. En cuanto mi piel toco sus espadas, las manos de los hombres se aferraron con fuerza al mango de sus armas, la electricidad los recorría por su interior entre las placas y la espada de hierro, buscando un punto de tierra por donde disiparse. En un solo parpadeo los hombres comenzaron a convulsionar, ya no eran una amenaza y no había tenido que matarlos.
La mujer se mostraba aterrada pero no palidecía, se mantenía regia a morir con orgullo y dignidad. Podía haber hecho muchas cosas en esos pequeños segundos que la brecha había abierto; morderle la cabeza, sacarle algún miembro de un zarpazo, dejar que se desangrara.... pero no, aquella mujer me valía mas viva. Necesitaba saber quien era, porque estaba ahí y para quien trabajaba. -Esto no quedara así, tu vas a ser mía y seras mi mascota. -Presa del miedo la maga ponía todas sus fuerzas en aquellas palabras, tratando de apresarme en su hechizo, pero aunque me costaba no hacerle caso, gracias a la acción de la batalla su voz casi no me afectaba.
De un zarpazo tumbe al suelo a la hembra y haciendo uso de mi cola aprisione su garganta, no pretendía ahogarla ni dejarla fuera de combate, quería que hablara ahora, pero sin conjuros de por medio. Y con la vida pendiendo de un hilo (o una cola en este caso) la concentración falla, por no hablar que la falta de aire provocaba que llegara menos oxigeno al cerebro y por tanto sus ideas y pensamientos se nublaban.
Ahora solo tenia que esperar a que mis compañeros llegaran, pero para curarme en salud apunte a la mujer con los cuernos.
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Reivy Abadder
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Re: [La Guerra de Lunargenta] Venganza y Fortaleza [3/3Libre][CERRADO]
Me limpié la sangre que corría por la comisura de mis labios y rodé por el suelo esquivando un ataque que me hubiese partido por la mitad.
-¡Cuando vuelvas en ti me las vas a pagar!
Sabía perfectamente los puntos débiles de Toro, prácticamente porque la había creado yo, pero no es que me fueran muy útiles si no quería hacerle daño; aunque cada vez esa opción era más problemática. Toro contaba con un mayor físico que el mio, por lo que yo me cansaría antes que él; una vez alcanzado ese punto sería mi final.
Continué esquivando los poderosos golpes del hombre bestia, que pese a que no me dieran si que dejaban su notable marca en los troncos de los arboles y en el propio suelo. Para mi sorpresa, tras una pequeña onda eléctrica que hizo que se me pusiera el vello de punta, sus movimientos fueron haciéndose cada vez más torpes, como si estuviera perdiendo la concentración dentro del combate; algo inusual en mi compañero.
Aprovechando el momento me coloqué por un hueco que él había abierto en su flanco derecho. Golpeé su rodilla desde atrás haciendo que doblara la pierda y se desequilibrara. Esquivé la horizontal reacción de su espada apoyándome en sus hombros y dando una pirueta por encima suya. A los pocos segundos de volver a tocar el suelo, use todas mis fuerzas para golpearle con ambos pomos de mis espadas en la cabeza; haciendo que se desplomara inconsciente con un pequeño temblor. Aún noqueado hizo el esfuerzo de reponerse, pero apenas alzó unos pocos centímetros su cabeza, esta volvió a caer hacía abajo.
-¡Ufff! ¡Por fin! - caí rendido en el suelo. Sabía perfectamente que algo más había pasado para que el bovino cayera. "Puede que hayan vencido a quien quiera que le controlara."
De repente fui consciente que hacía mucho que nos habíamos separado del grupo. No tenía ni idea de dónde se encontraban, pero en el oeste se escuchaban sonidos de una pequeña refriega que comenzaba a apagarse.
-¿Y ahora como muevo yo a estos dos? - los miré detenidamente. -No es que sean pequeñitos precisamente...
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Off rol: Perdón si el post es flojo. Los exámenes me matan u.u
-¡Cuando vuelvas en ti me las vas a pagar!
Sabía perfectamente los puntos débiles de Toro, prácticamente porque la había creado yo, pero no es que me fueran muy útiles si no quería hacerle daño; aunque cada vez esa opción era más problemática. Toro contaba con un mayor físico que el mio, por lo que yo me cansaría antes que él; una vez alcanzado ese punto sería mi final.
Continué esquivando los poderosos golpes del hombre bestia, que pese a que no me dieran si que dejaban su notable marca en los troncos de los arboles y en el propio suelo. Para mi sorpresa, tras una pequeña onda eléctrica que hizo que se me pusiera el vello de punta, sus movimientos fueron haciéndose cada vez más torpes, como si estuviera perdiendo la concentración dentro del combate; algo inusual en mi compañero.
Aprovechando el momento me coloqué por un hueco que él había abierto en su flanco derecho. Golpeé su rodilla desde atrás haciendo que doblara la pierda y se desequilibrara. Esquivé la horizontal reacción de su espada apoyándome en sus hombros y dando una pirueta por encima suya. A los pocos segundos de volver a tocar el suelo, use todas mis fuerzas para golpearle con ambos pomos de mis espadas en la cabeza; haciendo que se desplomara inconsciente con un pequeño temblor. Aún noqueado hizo el esfuerzo de reponerse, pero apenas alzó unos pocos centímetros su cabeza, esta volvió a caer hacía abajo.
-¡Ufff! ¡Por fin! - caí rendido en el suelo. Sabía perfectamente que algo más había pasado para que el bovino cayera. "Puede que hayan vencido a quien quiera que le controlara."
De repente fui consciente que hacía mucho que nos habíamos separado del grupo. No tenía ni idea de dónde se encontraban, pero en el oeste se escuchaban sonidos de una pequeña refriega que comenzaba a apagarse.
-¿Y ahora como muevo yo a estos dos? - los miré detenidamente. -No es que sean pequeñitos precisamente...
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Ircan
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Re: [La Guerra de Lunargenta] Venganza y Fortaleza [3/3Libre][CERRADO]
Por un lado parecía sencillo evadir los ataques de Nith, un joven sin entrenamiento alguno ni dotes de guerrero, cuyo cuerpo incluso estaba más orientado a criar ovejas que al combate, sin embargo, la misma impericia con la espada lo hacía realizar movimientos impredecibles que por poco tomaban por sorpresa al asesino, más aún porque éste trataba de no hacerle daño al chico; un par de pasos atrás y un salto hacia un lado le dieron el ángulo ideal para neutralizar al chico y con un fuerte golpe con la mano abierta impactó la mano con la que Nith sostenía la espada para finalmente desarmarlo.
Parecía ser el fin y debería serlo, o al menos eso pensaba el elfo quien bajó la guardia y extendió los brazos para apresar al chico pero éste sacó una pequeña cuchilla que llevaba escondida en su bota izquierda y se abalanzó contra su defensor para herirlo en el pecho, Destino logró reaccionar bloqueando la acción con su brazos izquierdo y éste terminó con la cuchilla incrustada; abrió los ojos y como un mero reflejo dirigió su otra mano al rostro de Nith que incapaz de evitar el impacto acabó tendido en el suelo.
¡Y quédate ahí- Gritó al chico mientras tomaba carrera hasta llegar junto al dragón, no sin antes tener que dar varios saltos para evitar ser alcanzado por las descargas eléctricas que salían de la criatura; por su parte la controladora de mentes la estaba pasando bastante mal, aunque a pesar de lo peligrosa que era, era necesario obtener tanta información como pudieran, por ello el elfo pensó en la idea menos letal, tomó de su bolsillo el veneno que había comprado tiempo atrás e impregnó con él las garras de su guante metálico para luego lanzarse sobre la mujer y apretarle el cuello hasta incrustarle las filosas navajas envenenadas, cosa que en unos instantes la puso a dormir.
Habiendo terminado la horrible escena el elfo se dejó caer de bruces al suelo con la mirada fija en el cielo, las nubes marchaban de prisa con la silueta de jinetes en algunas de ellas, vaticinando un futuro nada agradable, la guerra los arroparía en unos días, por lo que este descanso podría ser tal vez uno de los últimos que pudiera ver antes de la devastación que se acercaba.
Cerró los ojos y descansó por un instante para luego sentarse en el piso cuyo pasto casi lo cubría por completo estando acostado -¿Qué harás con ella?- Dijo a la dragona y tras esperar un poco más y recuperar fuerzas, se levantó para ir a donde había dejado tirado al joven Nith -Demonios- Balbuceó al notar que el chico ya no estaba, de alguna manera se había recuperado más pronto de lo planeado y había huido o en el peor de los casos, se lo habían llevado.
* Ahí ya hacen con la tipeja lo que se les antoje =) Parecía ser el fin y debería serlo, o al menos eso pensaba el elfo quien bajó la guardia y extendió los brazos para apresar al chico pero éste sacó una pequeña cuchilla que llevaba escondida en su bota izquierda y se abalanzó contra su defensor para herirlo en el pecho, Destino logró reaccionar bloqueando la acción con su brazos izquierdo y éste terminó con la cuchilla incrustada; abrió los ojos y como un mero reflejo dirigió su otra mano al rostro de Nith que incapaz de evitar el impacto acabó tendido en el suelo.
¡Y quédate ahí- Gritó al chico mientras tomaba carrera hasta llegar junto al dragón, no sin antes tener que dar varios saltos para evitar ser alcanzado por las descargas eléctricas que salían de la criatura; por su parte la controladora de mentes la estaba pasando bastante mal, aunque a pesar de lo peligrosa que era, era necesario obtener tanta información como pudieran, por ello el elfo pensó en la idea menos letal, tomó de su bolsillo el veneno que había comprado tiempo atrás e impregnó con él las garras de su guante metálico para luego lanzarse sobre la mujer y apretarle el cuello hasta incrustarle las filosas navajas envenenadas, cosa que en unos instantes la puso a dormir.
Habiendo terminado la horrible escena el elfo se dejó caer de bruces al suelo con la mirada fija en el cielo, las nubes marchaban de prisa con la silueta de jinetes en algunas de ellas, vaticinando un futuro nada agradable, la guerra los arroparía en unos días, por lo que este descanso podría ser tal vez uno de los últimos que pudiera ver antes de la devastación que se acercaba.
Cerró los ojos y descansó por un instante para luego sentarse en el piso cuyo pasto casi lo cubría por completo estando acostado -¿Qué harás con ella?- Dijo a la dragona y tras esperar un poco más y recuperar fuerzas, se levantó para ir a donde había dejado tirado al joven Nith -Demonios- Balbuceó al notar que el chico ya no estaba, de alguna manera se había recuperado más pronto de lo planeado y había huido o en el peor de los casos, se lo habían llevado.
Destino
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Re: [La Guerra de Lunargenta] Venganza y Fortaleza [3/3Libre][CERRADO]
Destino llego en mi ayuda y gracias a sus filosas garras envenenadas la malévola mujer se puso a dormir en contra de su voluntad. Con su pulso latiendo a relenti, saque mi pata de encima suya y retrocedí un paso, ahora que el peligro había pasado podía volver a mi forma anterior, aunque no por ello la original. Desde siempre sentí y me encontré mas gusto con mi forma dragoniana... me sentía libre, aunque también atada por la falta de interacción dialéctica con el resto de razas, pero esperaba ponerle solución a eso muy pronto.
Repitiendo la secuencia que aconteció en la misteriosa isla, mi retorno a humana fue mas lento de lo normal debido a la rápida expansión que sufrí para desarrollarme en medio de la batalla. Aunque en esta ocasión no hizo falta un "Mantiponcho" (como Lavey le decía) para tapar mi cuerpo, gracias al amuleto de pudor que Ircan nos hizo ami y la niña, ahora podíamos volver a ser humanas sin el miedo de aparecer desnudas en mitad de la calle.
Las escamas fueron perdiendo color y tamaño hasta que comenzo a salir el tejido y las costuras de la ropa, las garras perdian su forma y daban lugar a dedos enguantados y pies provistos de botas, los elementos extras, como alas, cola y cuernos, fueron desaparecion, unos se encogian y otros parecian disipaser en el aire como si fueran pequeña nubes, al final solo quede yo en medio de 4 pisadas que habian quedado marcadas en la hierba.
-Lo mejor es interrogarla. -Le conteste a Destino estirando mi cuerpo y mirando a la hermosa mujer. -Parece que va a tardar un rato en despertar, tendríamos que amordazarla y llevarla al campamento. Esta claro que no es una vampiresa porque esta a plena luz del día, pero podría ser una bruja metalista que les llevara alimento a sus amos. Puede que su guarida este cerca o incluso puede que tenga información sobre como infiltrarnos o colarnos dentro de Lunargenta.
Mientras hablaba miraba a Destino tumbado sobre el pasto, mirando el cielo y descansando tras la pelea, en el claro no se veían señales del resto del grupo, de hecho, el niño desapareció y la vaca y el "chucho" estaban fuera de mi campo de visión. Procedí a amarrar las muñecas de la bruja con el cinturón del soldado muerto. Al verlo recordé el resto de personas en la trifulca, otee las lindes del claro en su busca, pero no encontré nada mas que los dos tipos que había noqueado. Al parecer la mujer había creado varias ilusiones (sin contar con la primera, que confundió a nuestros aliados con enemigos.)
-¿Donde estarán los otros dos? ¡IRCAN! ¡VA..TOROOO! -Alce la voz usando mis manos como potenciador del grito, al apoyarlas sobre la comisura de mi boca. -Deberíamos ir a por ellos, ¿Me ayudas a cargar a la mula esta? -Pregunte al elfo de azabache melena, al tiempo que me acercaba a los hombros de la mujer.
________
Off: Os pido disculpas a los dos por tardar tanto en contestar, ahora solo podre escribir 1 o 2 veces por semana por el trabajo, así que para no alargar mucho el rol y no haceros esperar, si os parece bien, cerrare el tema con las 8 rondas mínimas. Espero que hayáis disfrutado de este humilde tema, que empezó bien y se fue haciendo mas lento con el tiempo U_U lo siento.
Repitiendo la secuencia que aconteció en la misteriosa isla, mi retorno a humana fue mas lento de lo normal debido a la rápida expansión que sufrí para desarrollarme en medio de la batalla. Aunque en esta ocasión no hizo falta un "Mantiponcho" (como Lavey le decía) para tapar mi cuerpo, gracias al amuleto de pudor que Ircan nos hizo ami y la niña, ahora podíamos volver a ser humanas sin el miedo de aparecer desnudas en mitad de la calle.
Las escamas fueron perdiendo color y tamaño hasta que comenzo a salir el tejido y las costuras de la ropa, las garras perdian su forma y daban lugar a dedos enguantados y pies provistos de botas, los elementos extras, como alas, cola y cuernos, fueron desaparecion, unos se encogian y otros parecian disipaser en el aire como si fueran pequeña nubes, al final solo quede yo en medio de 4 pisadas que habian quedado marcadas en la hierba.
-Lo mejor es interrogarla. -Le conteste a Destino estirando mi cuerpo y mirando a la hermosa mujer. -Parece que va a tardar un rato en despertar, tendríamos que amordazarla y llevarla al campamento. Esta claro que no es una vampiresa porque esta a plena luz del día, pero podría ser una bruja metalista que les llevara alimento a sus amos. Puede que su guarida este cerca o incluso puede que tenga información sobre como infiltrarnos o colarnos dentro de Lunargenta.
Mientras hablaba miraba a Destino tumbado sobre el pasto, mirando el cielo y descansando tras la pelea, en el claro no se veían señales del resto del grupo, de hecho, el niño desapareció y la vaca y el "chucho" estaban fuera de mi campo de visión. Procedí a amarrar las muñecas de la bruja con el cinturón del soldado muerto. Al verlo recordé el resto de personas en la trifulca, otee las lindes del claro en su busca, pero no encontré nada mas que los dos tipos que había noqueado. Al parecer la mujer había creado varias ilusiones (sin contar con la primera, que confundió a nuestros aliados con enemigos.)
-¿Donde estarán los otros dos? ¡IRCAN! ¡VA..TOROOO! -Alce la voz usando mis manos como potenciador del grito, al apoyarlas sobre la comisura de mi boca. -Deberíamos ir a por ellos, ¿Me ayudas a cargar a la mula esta? -Pregunte al elfo de azabache melena, al tiempo que me acercaba a los hombros de la mujer.
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Off: Os pido disculpas a los dos por tardar tanto en contestar, ahora solo podre escribir 1 o 2 veces por semana por el trabajo, así que para no alargar mucho el rol y no haceros esperar, si os parece bien, cerrare el tema con las 8 rondas mínimas. Espero que hayáis disfrutado de este humilde tema, que empezó bien y se fue haciendo mas lento con el tiempo U_U lo siento.
Reivy Abadder
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Re: [La Guerra de Lunargenta] Venganza y Fortaleza [3/3Libre][CERRADO]
-¡Vamos Toro despierta! - volví a darle palmadas en la cara con la intención de hacerle reacción a cada cual más fuerza; total después de todo lo que me había hecho ganar me encontraba con la total libertad de obtener ese derecho. -No hay forma... - me volví a sentar derrotado, aquel combate había gastado totalmente la mayor parte de mis energías.
Miré a la infinidad del bosque. El sonido de las reyertas había cesado, al parecer mis compañeros habían neutralizado al enemigo; aunque no tenía ni idea sobre que había sido de ellos.
Mientras intentaba recuperarme, ante mis ojos paso una pequeña y desorientada figura.
"¡Pero si es Nith!"
El pequeño corría a trompicones, como si estuviese ido o huyendo de algo. Eso me hizo pensar en la posibilidad de que las cosas hubiesen salido al revés, y que hubiesen sido los malos los que habían reducido a mis compañeros.
Haciendo acopio de todas mis fuerzas, me levanté y fue detrás del chiquillo.
Aunque las cortas piernas de Nith y su torpeza al correr no le hicieran ir muy rápido, yo tampoco me quedaba atrás. El terrible cansando que se extendía por todo mi cuerpo me hacían ir más lento de lo esperado; haciendo que tardará unos diez minutos en alcanzar al pequeño.
-¡Nith! ¡Espera! - le tomé del brazo.
Este se giró totalmente asustado y me propino un puñetazo en la boca del estomago que me hizo retorcerme; pero no le solté el brazo.
-¡Sueltame! ¡Sueltame!- sus gritos denotaban una especie de trauma reciente junto a un estado de un intenso shock. -¡Sois unos monstruos! ¡Todos sois monstruos!.
Torpemente, conseguí inmovilizar los brazos del pequeño y dejarlo en una posición en la que no pudiera volver a golpearme; en el caso de que me dejara inconsciente o incapacitado para andar no sólo sería vergonzoso, sino que podría hacer que aquel niño se perdiera en el bosque para siempre.
-¡Tranquilo! ¡No soy un monstruo! Soy yo, Ircan ¿No me reconoces?
-¡Sueltame! ¡Sueltame! ¡Por favor! ¡Sueltame!
Se había hecho evidente que el pequeño no se encontraba en un estado mental que le permitiera tener un mínimo de raciocinio.
-¡Oh mierda!
No quedaba otra, tenía que atarlo y obligarle a venir conmigo; puede que en el campamento alguien pudiera ayudarle en recobrar la cordura.
Mientras forcejeaba con Nitch para evitar que se escapase, lo arrastro hasta donde encontraba el inconsciente hombre bestia.
Al llegar veo que esté ya se había incorporado, y que se rascaba la cabeza totalmente confundido.
-¡Hombre! ¡Buenos dias!
-¡QUE ME SUELTES! - gritó Nith ya apunto del llanto.
-Je-jefe... ¿Qué ha pasado?- estaba claro que Toro aún estaba confundido y prácticamente desorientado. -¿Porqué grita Nith? - se llevó las manos a los oidos y a la cabeza por igual; era de esperar que esta le doliera.
El joven ya se había plantado de rodillas llorando y suplicando que le soltara.
-Creo que le han hecho algo horrendo y ha perdido la cordura. No se puede hablar con él. - acerqué al niño al bóvido; que lo tomó de ambas manos reprimiendo otra pataleta. -Creo que tu podrás manejarlo mejor que yo. Deberiamos darnos prisa en encontrar al resto, puede que a ellos también les haya pasado algo malo
En ese momento fui consciente de que si aquella extraña magia había hecho que Toro y yo nos enfrentásemos, era posible que también mis compañeros se hubiesen enfrentado el uno al otro con terribles consecuencias.
Miré a la infinidad del bosque. El sonido de las reyertas había cesado, al parecer mis compañeros habían neutralizado al enemigo; aunque no tenía ni idea sobre que había sido de ellos.
Mientras intentaba recuperarme, ante mis ojos paso una pequeña y desorientada figura.
"¡Pero si es Nith!"
El pequeño corría a trompicones, como si estuviese ido o huyendo de algo. Eso me hizo pensar en la posibilidad de que las cosas hubiesen salido al revés, y que hubiesen sido los malos los que habían reducido a mis compañeros.
Haciendo acopio de todas mis fuerzas, me levanté y fue detrás del chiquillo.
Aunque las cortas piernas de Nith y su torpeza al correr no le hicieran ir muy rápido, yo tampoco me quedaba atrás. El terrible cansando que se extendía por todo mi cuerpo me hacían ir más lento de lo esperado; haciendo que tardará unos diez minutos en alcanzar al pequeño.
-¡Nith! ¡Espera! - le tomé del brazo.
Este se giró totalmente asustado y me propino un puñetazo en la boca del estomago que me hizo retorcerme; pero no le solté el brazo.
-¡Sueltame! ¡Sueltame!- sus gritos denotaban una especie de trauma reciente junto a un estado de un intenso shock. -¡Sois unos monstruos! ¡Todos sois monstruos!.
Torpemente, conseguí inmovilizar los brazos del pequeño y dejarlo en una posición en la que no pudiera volver a golpearme; en el caso de que me dejara inconsciente o incapacitado para andar no sólo sería vergonzoso, sino que podría hacer que aquel niño se perdiera en el bosque para siempre.
-¡Tranquilo! ¡No soy un monstruo! Soy yo, Ircan ¿No me reconoces?
-¡Sueltame! ¡Sueltame! ¡Por favor! ¡Sueltame!
Se había hecho evidente que el pequeño no se encontraba en un estado mental que le permitiera tener un mínimo de raciocinio.
-¡Oh mierda!
No quedaba otra, tenía que atarlo y obligarle a venir conmigo; puede que en el campamento alguien pudiera ayudarle en recobrar la cordura.
Mientras forcejeaba con Nitch para evitar que se escapase, lo arrastro hasta donde encontraba el inconsciente hombre bestia.
Al llegar veo que esté ya se había incorporado, y que se rascaba la cabeza totalmente confundido.
-¡Hombre! ¡Buenos dias!
-¡QUE ME SUELTES! - gritó Nith ya apunto del llanto.
-Je-jefe... ¿Qué ha pasado?- estaba claro que Toro aún estaba confundido y prácticamente desorientado. -¿Porqué grita Nith? - se llevó las manos a los oidos y a la cabeza por igual; era de esperar que esta le doliera.
El joven ya se había plantado de rodillas llorando y suplicando que le soltara.
-Creo que le han hecho algo horrendo y ha perdido la cordura. No se puede hablar con él. - acerqué al niño al bóvido; que lo tomó de ambas manos reprimiendo otra pataleta. -Creo que tu podrás manejarlo mejor que yo. Deberiamos darnos prisa en encontrar al resto, puede que a ellos también les haya pasado algo malo
En ese momento fui consciente de que si aquella extraña magia había hecho que Toro y yo nos enfrentásemos, era posible que también mis compañeros se hubiesen enfrentado el uno al otro con terribles consecuencias.
Ircan
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Re: [La Guerra de Lunargenta] Venganza y Fortaleza [3/3Libre][CERRADO]
El corto descanso les había durado apenas unos instantes, pues al volver a su forma original, la dragona decidió ponerse en marcha, vaya que tenía un ímpetu admirable y una incansable valentía, Destino por su parte estaba más agotado a pesar de haber hecho menos y había comenzado a castigarlo un repentino dolor de cabeza; intentando ignorarlo, el elfo apoyó sus manos en el piso y las usó para impulsarse y ponerse de pie en un ágil salto de kip-up que casi lo hace ir de nuevo al piso al marearse cuando sus pies recién aterrizaban, no obstante logró controlarse y echar adelante para escuchar las palabras de la intrépida líder.
Interrogarla- Repitió Destino con una sonrisa malvada, se le ocurría más de una manera de sacarle información pero ninguna servía si estaba inconsciente; se acercó a la mujer y le haló los labios con desprecio para abrir la boca y encontrarle unos alargados colmillos -No es posible- Dijo mirando a la dragona -Mira esto- Aunque se veían bastante reales, uno de los colmillos simplemente se desprendió al moverlo con fuerza delatando así la falsedad -¿De qué se trata esto?- Los falsos colmillos no eran el único problema, pues al revisar su brazo el elfo encontró una banda con el estandarte de una reconocida escuela de brujos de Beltrexus, lo que solo hacía más difícil entender lo que estaba sucediendo.
No había mucho que pudieran hacer allí, así que el elfo se levantó seguir la instrucción de la chica -Destino cargará a la mula, no te esfuerces más- Como todo un caballero y respetando la dignidad de la prisionera, la agarró por un brazo y se dedicó a arrastrarla por el camino de regreso -Tal vez tengas razón y alguien más está detrás de todo esto- No era una teoría imposible, pues durante el día un vampiro podría necesitar que otros salieran en su lugar pero ¿Por qué el engaño?
De cualquier manera lo más sensato sería regresar al campamento antes de caer la noche o podrían estar en serios problemas; avanzaron juntos en busca de sus compañeros esperando que no todos hubieran puesto empeño en matarse entre ellos, como si los peores pensamientos se hicieran realidad antes que los buenos, encontraron a un Nith aun desquiciado que aunque ya por lo menos no intentaba atacarlos, los acusaba de ser monstruos ¿Qué estaba sucediendo ahí?
Destino dejó caer al piso a la prisionera y le puso el pie en el cuello para detener lo que estuviera haciendo pero la pobre seguía inconsciente, lo que fuera que le hacían al chico no lo estaba haciendo ella; aunque a diferencia de la vez anterior, esta vez la voz del chico manifestaba una mezcla entre rabia y miedo -Déjalo- Dijo Destino en tono serio -Tal vez pueda ser la guía hasta la fuente de estos eventos- Hasta donde el pelinegro sabía, el chico no conocía ese lugar, por lo que sus únicas opciones serían volver al campamento por su cuenta o ir a otro lugar si estaba bajo algún efecto secundario.
Nith retrocedió un par de pasos mirando a todos e intentó correr pero cayó a los pocos metros, volvió a levantarse y caminó apresurado por lo que no fue muy difícil seguirlo; no estaban muy lejos cuando comenzaron a encontrar en el piso los cuerpos de sus compañeros ahora muertos, aunque no presentaban heridas de una batalla, era curioso que todas sus heridas estaban hechas en la espalda, como si simplemente los hubieran atacado a traición.
Al fondo del rastro de cuerpos podía verse una pequeña cueva en cuya entrada se perdía el rastro -Esperen- El elfo extendió su mano para cerrar el paso a sus compañeros y dejar que Nith avanzara solo, de ese modo podrían usarlo como carnada para ver si el asesino o la asesina de los otros aparecía, el problema era ser lo suficientemente rápido para evitar que la carnada se convirtiera en víctima.
* Ahora fui yo el de la demora T.T Lo lamento Interrogarla- Repitió Destino con una sonrisa malvada, se le ocurría más de una manera de sacarle información pero ninguna servía si estaba inconsciente; se acercó a la mujer y le haló los labios con desprecio para abrir la boca y encontrarle unos alargados colmillos -No es posible- Dijo mirando a la dragona -Mira esto- Aunque se veían bastante reales, uno de los colmillos simplemente se desprendió al moverlo con fuerza delatando así la falsedad -¿De qué se trata esto?- Los falsos colmillos no eran el único problema, pues al revisar su brazo el elfo encontró una banda con el estandarte de una reconocida escuela de brujos de Beltrexus, lo que solo hacía más difícil entender lo que estaba sucediendo.
No había mucho que pudieran hacer allí, así que el elfo se levantó seguir la instrucción de la chica -Destino cargará a la mula, no te esfuerces más- Como todo un caballero y respetando la dignidad de la prisionera, la agarró por un brazo y se dedicó a arrastrarla por el camino de regreso -Tal vez tengas razón y alguien más está detrás de todo esto- No era una teoría imposible, pues durante el día un vampiro podría necesitar que otros salieran en su lugar pero ¿Por qué el engaño?
De cualquier manera lo más sensato sería regresar al campamento antes de caer la noche o podrían estar en serios problemas; avanzaron juntos en busca de sus compañeros esperando que no todos hubieran puesto empeño en matarse entre ellos, como si los peores pensamientos se hicieran realidad antes que los buenos, encontraron a un Nith aun desquiciado que aunque ya por lo menos no intentaba atacarlos, los acusaba de ser monstruos ¿Qué estaba sucediendo ahí?
Destino dejó caer al piso a la prisionera y le puso el pie en el cuello para detener lo que estuviera haciendo pero la pobre seguía inconsciente, lo que fuera que le hacían al chico no lo estaba haciendo ella; aunque a diferencia de la vez anterior, esta vez la voz del chico manifestaba una mezcla entre rabia y miedo -Déjalo- Dijo Destino en tono serio -Tal vez pueda ser la guía hasta la fuente de estos eventos- Hasta donde el pelinegro sabía, el chico no conocía ese lugar, por lo que sus únicas opciones serían volver al campamento por su cuenta o ir a otro lugar si estaba bajo algún efecto secundario.
Nith retrocedió un par de pasos mirando a todos e intentó correr pero cayó a los pocos metros, volvió a levantarse y caminó apresurado por lo que no fue muy difícil seguirlo; no estaban muy lejos cuando comenzaron a encontrar en el piso los cuerpos de sus compañeros ahora muertos, aunque no presentaban heridas de una batalla, era curioso que todas sus heridas estaban hechas en la espalda, como si simplemente los hubieran atacado a traición.
Al fondo del rastro de cuerpos podía verse una pequeña cueva en cuya entrada se perdía el rastro -Esperen- El elfo extendió su mano para cerrar el paso a sus compañeros y dejar que Nith avanzara solo, de ese modo podrían usarlo como carnada para ver si el asesino o la asesina de los otros aparecía, el problema era ser lo suficientemente rápido para evitar que la carnada se convirtiera en víctima.
Destino
Maestro de las Mil Espadas
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Re: [La Guerra de Lunargenta] Venganza y Fortaleza [3/3Libre][CERRADO]
-Mmm? -Mire interrogante cuando Destino llamo mi atención. -Esto no tiene ningún sentido. ¿Porque querría una bruja llevar colmillos falso? -Me quede pensativa mientras veía como el elfo se ofrecía a cargar el solo a la mujer. -Gracias amable caballero. -Le dije con una sonrisa. -A lo mejor es una fanática de los vampiros y se puso eso como prueba de que quería ser transformada... quien sabe, igual era una iniciada y estaba pasando una prueba.
El pañuelo con el estandarte de la escuela no paso desapercibido a mis ojos, pero no conocía lo suficiente la sociedad de las brujas como para ponerle nombre a los colores de la bandera. Empece la marcha al lado del elfo y cada pocos minutos alzaba la voz gritando los nombres de nuestros compañeros, entre grito y grito mis ojos se perdían en el cuerpo del hombre, podía apreciar sus músculos marcándose sobre la ceniza piel. Con cada movimiento su espalda se tensaba y sus brazos se marcaban con cada empujón que daba arrastrando a la bruja, su cuerpo era todo un espectáculo para la vista.
Al final encontramos al adolescente junto a Ircan y Toro, suspire aliviada al ver que los dos estaban bien, aunque Nith no dejaba de gritar y despotricar contra nosotros. -Nith todos somos monstruos en algún momento, es inevitable. -Le decía al muchacho en un tono serio pero conciliador. -Nadie es perfecto ni esta libre de pecado. Desdé del padre de familia trabajador que golpea a su familia cuando esta borracho, hasta el hombre-bestia poseído por la furia berseker en medio de la lucha. -Mis palabras no surgían efecto, el joven seguía enloquecido mientras Destino pisoteaba la cabeza inconsciente de la bruja. -Todos somos monstruos ante los ojos prejuiciosos de quienes no nos conocen.
El rapaz salio corriendo como si nosotros fuéramos la muerte, Destino tenia razón, si quería saber que pasaba tendríamos que usar al muchacho de brújula. Me encogí de hombros y mire al licantropo y su compañero, les guiñe el ojo y moví la cabeza animada para que nos siguieran.
Los cadáveres se esparcían y estiraban como si fuera un sendero de migas de pan, definitivamente a Nith tenia que ocurrirle algo grave, pues parecía no ver o no fijarse en ellos. Al final del camino de adoquines dorados se abría la boca de una cueva, espere junto a Destino y mis compañeros, no sucedía nada. Nith se acerco hasta la entrada y se dio la vuelta mirándonos con ojos vacíos, de repente una figura encapuchada y delgada se abalanzo hacia él. El joven callo a plomo al suelo como si fuera un saco de patatas, el atacante estaba a cuatro patas sobre su espalda y cuando alzo la vista solo se veían dos ojos lilas en medio de la sombra que daba la capucha. A simple vista no se podía descifrar si era hombre o mujer.
-Vaya, vaya. Parece que mi cena viene acompañada. -La voz era fina y gutural a la vez. En unas palabras sonaba tranquila y femenina, en otras famélica y masculina. -Hoy tendré un festín. -Nos miraba directamente a los ojos. ¿Nos habría olido? ¿O escuchado? ¿Como unos ojos tan hermosos podían estar plagados de tanta maldad? -Me preguntaba que había pasado con mi concubina, hacia un rato que ya no sentía su presencia. -El misterioso ser se incorporo sobre la espalda del chico y quedo a horcajadas sobre sus lumbares. Inspiro profundo oliendo el aire. -Todavía respira, bien. -Ahora ya no nos miraba a nosotros, sino mas bien detrás de nosotros, al bulto dormido y drogado que llevábamos maniatado. -A veis sido unos niños malos, aunque merecéis un aplauso, Greta es una bruja experimentada y la vencisteis.
La figura estaba tapada de pies a cabeza, no se le veía ni un ápice de piel. Esconderse era una tontería, ya sabia que estábamos ahí. Me puse de pie cuan alta era, salí de los arbustos y di un paso al frente mirando a Ircan de reojo "No dejes que muera." era lo que se podía ver cuando nuestros ojos conectaron durante un instante.
-Sal de encima del chico. -La voz salio decidida y grave, no había miedo, tampoco hacia gala de valentía, solo determinación por salvar un alma inocente. -Hoy no habrá cena, tienes que empezar la dieta. -Ahora sonreía divertida mientras desenfundaba mi espada. -Puedes rendirte y venir con nosotros o puedes luchar, perder y venirte con nosotros.
La espada no era mi mejor manera de pelear, sabia defenderme con ella pues mis hermanas me habían enseñado pero mi fuerte residía en ser un dragón. Podía volver a cambiar de forma, pero antes lo había hecho tan rápido que si lo volviera hacer el dolor podría hacer que perdiera la consciencia, y si lo hacia a un ritmo normal el tiempo se me echaría encima y acabaría hecha un moco en el suelo.
La figura encapuchada río con fuerza, femenina y masculina a la vez. Se incorporo en un salto vertical dejando a Nith entre sus piernas y corrió a una velocidad sobre humana hacia mi posición, con los brazos abiertos y las palmas de las manos estiradas, las puntas de los guantes se rompieron y salieron una uñas negras y afiladas del interior. La velocidad de su ataque solo me permitió ponerme en guardia y parar su golpe con la parte plana de la espada, usando las manos para que su fuerza no pasara mi defensa, una mano en la empuñadura y otra en el centro de la hoja.
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Off: Color del enemigo [color=#ff66ff]
El pañuelo con el estandarte de la escuela no paso desapercibido a mis ojos, pero no conocía lo suficiente la sociedad de las brujas como para ponerle nombre a los colores de la bandera. Empece la marcha al lado del elfo y cada pocos minutos alzaba la voz gritando los nombres de nuestros compañeros, entre grito y grito mis ojos se perdían en el cuerpo del hombre, podía apreciar sus músculos marcándose sobre la ceniza piel. Con cada movimiento su espalda se tensaba y sus brazos se marcaban con cada empujón que daba arrastrando a la bruja, su cuerpo era todo un espectáculo para la vista.
Al final encontramos al adolescente junto a Ircan y Toro, suspire aliviada al ver que los dos estaban bien, aunque Nith no dejaba de gritar y despotricar contra nosotros. -Nith todos somos monstruos en algún momento, es inevitable. -Le decía al muchacho en un tono serio pero conciliador. -Nadie es perfecto ni esta libre de pecado. Desdé del padre de familia trabajador que golpea a su familia cuando esta borracho, hasta el hombre-bestia poseído por la furia berseker en medio de la lucha. -Mis palabras no surgían efecto, el joven seguía enloquecido mientras Destino pisoteaba la cabeza inconsciente de la bruja. -Todos somos monstruos ante los ojos prejuiciosos de quienes no nos conocen.
El rapaz salio corriendo como si nosotros fuéramos la muerte, Destino tenia razón, si quería saber que pasaba tendríamos que usar al muchacho de brújula. Me encogí de hombros y mire al licantropo y su compañero, les guiñe el ojo y moví la cabeza animada para que nos siguieran.
Los cadáveres se esparcían y estiraban como si fuera un sendero de migas de pan, definitivamente a Nith tenia que ocurrirle algo grave, pues parecía no ver o no fijarse en ellos. Al final del camino de adoquines dorados se abría la boca de una cueva, espere junto a Destino y mis compañeros, no sucedía nada. Nith se acerco hasta la entrada y se dio la vuelta mirándonos con ojos vacíos, de repente una figura encapuchada y delgada se abalanzo hacia él. El joven callo a plomo al suelo como si fuera un saco de patatas, el atacante estaba a cuatro patas sobre su espalda y cuando alzo la vista solo se veían dos ojos lilas en medio de la sombra que daba la capucha. A simple vista no se podía descifrar si era hombre o mujer.
-Vaya, vaya. Parece que mi cena viene acompañada. -La voz era fina y gutural a la vez. En unas palabras sonaba tranquila y femenina, en otras famélica y masculina. -Hoy tendré un festín. -Nos miraba directamente a los ojos. ¿Nos habría olido? ¿O escuchado? ¿Como unos ojos tan hermosos podían estar plagados de tanta maldad? -Me preguntaba que había pasado con mi concubina, hacia un rato que ya no sentía su presencia. -El misterioso ser se incorporo sobre la espalda del chico y quedo a horcajadas sobre sus lumbares. Inspiro profundo oliendo el aire. -Todavía respira, bien. -Ahora ya no nos miraba a nosotros, sino mas bien detrás de nosotros, al bulto dormido y drogado que llevábamos maniatado. -A veis sido unos niños malos, aunque merecéis un aplauso, Greta es una bruja experimentada y la vencisteis.
La figura estaba tapada de pies a cabeza, no se le veía ni un ápice de piel. Esconderse era una tontería, ya sabia que estábamos ahí. Me puse de pie cuan alta era, salí de los arbustos y di un paso al frente mirando a Ircan de reojo "No dejes que muera." era lo que se podía ver cuando nuestros ojos conectaron durante un instante.
-Sal de encima del chico. -La voz salio decidida y grave, no había miedo, tampoco hacia gala de valentía, solo determinación por salvar un alma inocente. -Hoy no habrá cena, tienes que empezar la dieta. -Ahora sonreía divertida mientras desenfundaba mi espada. -Puedes rendirte y venir con nosotros o puedes luchar, perder y venirte con nosotros.
La espada no era mi mejor manera de pelear, sabia defenderme con ella pues mis hermanas me habían enseñado pero mi fuerte residía en ser un dragón. Podía volver a cambiar de forma, pero antes lo había hecho tan rápido que si lo volviera hacer el dolor podría hacer que perdiera la consciencia, y si lo hacia a un ritmo normal el tiempo se me echaría encima y acabaría hecha un moco en el suelo.
La figura encapuchada río con fuerza, femenina y masculina a la vez. Se incorporo en un salto vertical dejando a Nith entre sus piernas y corrió a una velocidad sobre humana hacia mi posición, con los brazos abiertos y las palmas de las manos estiradas, las puntas de los guantes se rompieron y salieron una uñas negras y afiladas del interior. La velocidad de su ataque solo me permitió ponerme en guardia y parar su golpe con la parte plana de la espada, usando las manos para que su fuerza no pasara mi defensa, una mano en la empuñadura y otra en el centro de la hoja.
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Off: Color del enemigo [color=#ff66ff]
Reivy Abadder
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Re: [La Guerra de Lunargenta] Venganza y Fortaleza [3/3Libre][CERRADO]
-¡Ahhh! - bostecé y me recosté en la hierba; después de la batalla contra Toro consideré que me había ganado un merecido descanso.
Pero el destino no quería que ese momento llegase aún. A los pocos minutos nuestra improvisada compañía apareció cargando a una mujer.
-¿Y esa quién es? - fruncí los ojos y señalé a la desconocida.
Sin embargo mi pregunta pasó totalmente desapercibida, así que sólo me quedaba teorizar sobre si era la única superviviente de una diezmada compañía, o la responsable de todo aquel lío. Sin embargo, si que recibimos una especie de charla filosófica de esas tan raras. Reflexione sobre la palabra "monstruo", precisamente era algo que yo me consideraba a mi mismo, así que no me ofendía más bien sentía lastima por aquellos que tuvieran que enfrentarlo; o que tuvieran que soportar mi existencia.
- Oye... ¿Por qué la dragoncita me llama monstruo? - me preguntó Toro en un casi imperceptible susurro.
- No se... A lo mejor está intentando cortejarte... - dije en un tono de broma que mi amigo al parecer no captó.
Toro se rascó la perilla y fulminó con la mirada a Reivy, estudiándola.
-Oh... Pero a mi me gustan más grandes... Es muy... ¿fina? - el hombre bestia se encogió de hombros.
-Eres único amigo. - sonreí, aquello me había alegrado el día.
-¡Lo sé! - me guiñó su único ojo; al final no podía reconocer cuando hablaba en serio o cuando me tomaba el pelo.
Tras ello el elfo propuso una verdadera locura; soltar al crió.
- ¡No podemos soltarlo y utilizarlo como carnada! ¡Es sólo un crío! - y eso sonaba muy raro en la boca de un adolescente de dieciséis años.
Miré buscando el apoyo de Reivy, pero esta se puso de acuerdo con el elfo. Aquello me decepcionó totalmente, mis ojos comenzaron a ver a Reivy de otra manera; una totalmente diferente.
El elfo soltó al muchacho y este se marchó, seguido de cerca por los otros, ante mis ojos impasibles sin saber como actuar a toda aquella situación.
-¿Qué hacemos jefe? Con esos dos el crío seguramente morirá...
-No me gusta mezclarme con actos así... me repugna... - después de todo ese niño podría haber sido yo.
"Deberíamos matarlos a todos..." la voz del lobo surgió; después de todo el atardecer había hecho acto de presencia.
Sabía que al lobo no le importaba un pimiento el niño ni mis sentimientos, pero la verdad es que había escogido el mejor momento para aparecer. Un momento en el que ya no era capaz de hacer una distinción entre los malos y los buenos.
"Los buenos no usan esos métodos..." recordé el nombre de Reivy en la lista que me entregó Marlowe. "Ahora comprendo porque aparece su nombre. Sacrificará a los inocentes al igual que Randall; una futura alumna de la cual enorgullecerse... No voy a permitirlo." - me levanté y me sequé las lagrimas de impotencia que habían salido de mis ojos sin que me diera cuenta. -Vamos. Somos la mayor esperanza de ese niño.
Tuvimos que correr para alcanzarlos. Al hacerlo vi todavía mas inútil el haber usado al niño, cualquier ciego hubiese podido seguir un rastro como ese. Dicho camino nos llevo a la boca de una cueva en la que se detuvo Nith. A los pocos segundos apareció una criatura encapuchada de negro que atrapó al crío y básicamente nos amenazó; estaba yo para amenazas... Al menos eso me sirvió para saber que era la mujer; era como si compañera amorosa... así que habría cierto elemento para negociar. Pero por otro lado, supuse que su presencia en aquella cueva y sus negros y gruesos atuendos eran para protegerse del sol, así que... bueno... digamos que los vampiros no tienen fama de ser unos románticos empedernidos.
Reivy fue la primera en adelantarse con una mirada en la que me pedía que salvara al muchacho.
"A buenas horas te preocupas por su seguridad" no pude disimular mi enfado y los inicios de unos ápices de odio; aunque no podría saber si fue por la acción tomada o a por la personalidad que estaba comenzando a descubrir en ella. -Toro ralentizala, yo iré a por el crío. Pero que en ningún momento permitas que la bruja se quede sola. - miré desconcertado al elfo, después de lo visto no sabía si podía confiar de verdad en ellos. -Y ten cuidado. Podría haber más enemigos de los esperados.
Me escabullí entre los arbustos y fui hacia la boca de la cueva evitando la parte central en la que se estaba desarrollando el combate. No es que me alegrara porque a Reivy le estaba yendo mal pero... en cierto modo pensé que se lo merecía. Toro salió embistiendo a los arbustos directo hacia el enemigo. Al estar a escasos metros de él o ella, dio un poderoso pisotón en el suelo y pegó un grave bramido que hizo retumbar el ambiente. La figura del hombre bestia parecía haberse transformado, ahora lucia exactamente como Nith lo había calificado, como un monstruo. Una extraña aura roja salia de su cuerpo, el mismo color que relampagueaba su único pupila sobre un fondo negro. El efecto no tardó en llegar. La criatura lo miró dubitativa y sus movimientos dejaron de ser tan certeros, tenía miedo, tenia miedo de lo que aquella mole pudiera hacerle.
-¿Qué eres tu? - preguntó aquella voz carente de un sexo definido.
-Tu por pesadilla.
Toro cargó con el mandoble y lo descargó sobre su enemigo con la intención de partirlo en dos, pero este consiguió hacerse a un lado en el ultimo momento. Pero no fue lo suficientemente rápido como para evitar el golpe directo en los morros de guantelete armado de Toro, que hizo que se desplazara varios metros. Sin duda, la primera sangre que probaría aquel bicho sería la suya propia.
Yo por mi parte, alcancé al niño inconsciente, e intenté cargarlo sin mucho exito. No era lo suficientemente grande, ni contaba con las fuerzas necesarias para realizar aquello. Así que comencé a arrastrarlo como pude mientras le gritaba que despertara. Niht no respondió, pero mis reclamos no pasaron desapercibidos... Desde dentro de la cueva comenzó a surgir un nuevo sonido.
"¿¡Qué martillos hay ahí dentro!?" pensé utilizando una de las frases de maldición preferidas de Tom.
-Deberás buscarte otro bocado, muchacho. - llegó desde el interior de la cueva con una voz seca y rasposa.
En apenas un parpadeo, otra figura negra salió de la cueva; un atuendo que comenzaba a combinar más con la oscuridad que comenzaba a cernirse sobre el mundo. De sus brazos salieron unas largas garras oscuras, como si fueran dos espadas.
-¡Mierda! - desenfundé a toda prisa mis armas, justo en el momento preciso para interponerlas entre las del contrario y mi pecho.
-Hoy tendremos una rica cena.
_________________________________________________________________________________________________________
Uso la habilitad de Toro "Circulo de dolor": Duración máxima: 3 turnos. Enfriamiento: 6 turnos. Radio de alcance: 15 metros. Daño del arma aumentado en un 15%. Reducción de la agilidad enemiga en un 5% (siempre que la fuerza de Toro, supere bien la fuerza del contrario o su inteligencia).
Color del nuevo enemigo: #ffff00
Aclaro que Ircan se hubiese puesto totalmente en contra en lo del niño y lo hubiese impedido por todos los medios xD. Pero para no marear la perdiz y porque me ha gustado la idea del conflicto tanto interno como con el resto de pjs, y viendo que es sólo un niño a fin de cuentas, pues lo he continuado y ha quedado guay ^^
Pero el destino no quería que ese momento llegase aún. A los pocos minutos nuestra improvisada compañía apareció cargando a una mujer.
-¿Y esa quién es? - fruncí los ojos y señalé a la desconocida.
Sin embargo mi pregunta pasó totalmente desapercibida, así que sólo me quedaba teorizar sobre si era la única superviviente de una diezmada compañía, o la responsable de todo aquel lío. Sin embargo, si que recibimos una especie de charla filosófica de esas tan raras. Reflexione sobre la palabra "monstruo", precisamente era algo que yo me consideraba a mi mismo, así que no me ofendía más bien sentía lastima por aquellos que tuvieran que enfrentarlo; o que tuvieran que soportar mi existencia.
- Oye... ¿Por qué la dragoncita me llama monstruo? - me preguntó Toro en un casi imperceptible susurro.
- No se... A lo mejor está intentando cortejarte... - dije en un tono de broma que mi amigo al parecer no captó.
Toro se rascó la perilla y fulminó con la mirada a Reivy, estudiándola.
-Oh... Pero a mi me gustan más grandes... Es muy... ¿fina? - el hombre bestia se encogió de hombros.
-Eres único amigo. - sonreí, aquello me había alegrado el día.
-¡Lo sé! - me guiñó su único ojo; al final no podía reconocer cuando hablaba en serio o cuando me tomaba el pelo.
Tras ello el elfo propuso una verdadera locura; soltar al crió.
- ¡No podemos soltarlo y utilizarlo como carnada! ¡Es sólo un crío! - y eso sonaba muy raro en la boca de un adolescente de dieciséis años.
Miré buscando el apoyo de Reivy, pero esta se puso de acuerdo con el elfo. Aquello me decepcionó totalmente, mis ojos comenzaron a ver a Reivy de otra manera; una totalmente diferente.
El elfo soltó al muchacho y este se marchó, seguido de cerca por los otros, ante mis ojos impasibles sin saber como actuar a toda aquella situación.
-¿Qué hacemos jefe? Con esos dos el crío seguramente morirá...
-No me gusta mezclarme con actos así... me repugna... - después de todo ese niño podría haber sido yo.
"Deberíamos matarlos a todos..." la voz del lobo surgió; después de todo el atardecer había hecho acto de presencia.
Sabía que al lobo no le importaba un pimiento el niño ni mis sentimientos, pero la verdad es que había escogido el mejor momento para aparecer. Un momento en el que ya no era capaz de hacer una distinción entre los malos y los buenos.
"Los buenos no usan esos métodos..." recordé el nombre de Reivy en la lista que me entregó Marlowe. "Ahora comprendo porque aparece su nombre. Sacrificará a los inocentes al igual que Randall; una futura alumna de la cual enorgullecerse... No voy a permitirlo." - me levanté y me sequé las lagrimas de impotencia que habían salido de mis ojos sin que me diera cuenta. -Vamos. Somos la mayor esperanza de ese niño.
Tuvimos que correr para alcanzarlos. Al hacerlo vi todavía mas inútil el haber usado al niño, cualquier ciego hubiese podido seguir un rastro como ese. Dicho camino nos llevo a la boca de una cueva en la que se detuvo Nith. A los pocos segundos apareció una criatura encapuchada de negro que atrapó al crío y básicamente nos amenazó; estaba yo para amenazas... Al menos eso me sirvió para saber que era la mujer; era como si compañera amorosa... así que habría cierto elemento para negociar. Pero por otro lado, supuse que su presencia en aquella cueva y sus negros y gruesos atuendos eran para protegerse del sol, así que... bueno... digamos que los vampiros no tienen fama de ser unos románticos empedernidos.
Reivy fue la primera en adelantarse con una mirada en la que me pedía que salvara al muchacho.
"A buenas horas te preocupas por su seguridad" no pude disimular mi enfado y los inicios de unos ápices de odio; aunque no podría saber si fue por la acción tomada o a por la personalidad que estaba comenzando a descubrir en ella. -Toro ralentizala, yo iré a por el crío. Pero que en ningún momento permitas que la bruja se quede sola. - miré desconcertado al elfo, después de lo visto no sabía si podía confiar de verdad en ellos. -Y ten cuidado. Podría haber más enemigos de los esperados.
Me escabullí entre los arbustos y fui hacia la boca de la cueva evitando la parte central en la que se estaba desarrollando el combate. No es que me alegrara porque a Reivy le estaba yendo mal pero... en cierto modo pensé que se lo merecía. Toro salió embistiendo a los arbustos directo hacia el enemigo. Al estar a escasos metros de él o ella, dio un poderoso pisotón en el suelo y pegó un grave bramido que hizo retumbar el ambiente. La figura del hombre bestia parecía haberse transformado, ahora lucia exactamente como Nith lo había calificado, como un monstruo. Una extraña aura roja salia de su cuerpo, el mismo color que relampagueaba su único pupila sobre un fondo negro. El efecto no tardó en llegar. La criatura lo miró dubitativa y sus movimientos dejaron de ser tan certeros, tenía miedo, tenia miedo de lo que aquella mole pudiera hacerle.
-¿Qué eres tu? - preguntó aquella voz carente de un sexo definido.
-Tu por pesadilla.
Toro cargó con el mandoble y lo descargó sobre su enemigo con la intención de partirlo en dos, pero este consiguió hacerse a un lado en el ultimo momento. Pero no fue lo suficientemente rápido como para evitar el golpe directo en los morros de guantelete armado de Toro, que hizo que se desplazara varios metros. Sin duda, la primera sangre que probaría aquel bicho sería la suya propia.
Yo por mi parte, alcancé al niño inconsciente, e intenté cargarlo sin mucho exito. No era lo suficientemente grande, ni contaba con las fuerzas necesarias para realizar aquello. Así que comencé a arrastrarlo como pude mientras le gritaba que despertara. Niht no respondió, pero mis reclamos no pasaron desapercibidos... Desde dentro de la cueva comenzó a surgir un nuevo sonido.
"¿¡Qué martillos hay ahí dentro!?" pensé utilizando una de las frases de maldición preferidas de Tom.
-Deberás buscarte otro bocado, muchacho. - llegó desde el interior de la cueva con una voz seca y rasposa.
En apenas un parpadeo, otra figura negra salió de la cueva; un atuendo que comenzaba a combinar más con la oscuridad que comenzaba a cernirse sobre el mundo. De sus brazos salieron unas largas garras oscuras, como si fueran dos espadas.
-¡Mierda! - desenfundé a toda prisa mis armas, justo en el momento preciso para interponerlas entre las del contrario y mi pecho.
-Hoy tendremos una rica cena.
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Uso la habilitad de Toro "Circulo de dolor": Duración máxima: 3 turnos. Enfriamiento: 6 turnos. Radio de alcance: 15 metros. Daño del arma aumentado en un 15%. Reducción de la agilidad enemiga en un 5% (siempre que la fuerza de Toro, supere bien la fuerza del contrario o su inteligencia).
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Aclaro que Ircan se hubiese puesto totalmente en contra en lo del niño y lo hubiese impedido por todos los medios xD. Pero para no marear la perdiz y porque me ha gustado la idea del conflicto tanto interno como con el resto de pjs, y viendo que es sólo un niño a fin de cuentas, pues lo he continuado y ha quedado guay ^^
Ircan
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Re: [La Guerra de Lunargenta] Venganza y Fortaleza [3/3Libre][CERRADO]
En primer lugar, el hombre de la vaca se había puesto en contra de la idea pero Destino estaba decidido a seguir adelante, más aún con el apoyo de la chica que parecía más orientada a usar la lógica y la ventaja estratégica que a dejarse llevar por sentimentalismos; el elfo ciertamente deseaba mantener al chico a salvo, pero en su estado actual era más una molestia y si podía sacar ventaja de la conexión que mantenía con el que estaba tras todo aquello, entonces debían aprovecharla para conseguir salir victoriosos, a fin de cuentas, peores cosas había hecho ya para arrepentirse ahora de esto.
El grupo caminó siguiendo el rastro del chico hasta que el sendero se hizo muy evidente, a juzgar por la cantidad de cuerpos tirados en el camino, debían estar cerca de algo y de alguien con poco interés en mantener un perfil bajo, así pues, llegaron al que parecía ser el destino final de la cacería y una misteriosa figura apareció saltando sobre el joven Nith; Destino apretó los puños con fuerza y entrecerró los ojos, el chico parecía estar bien pero seguro le iba a doler todo cuando volviera a ser él mismo -Greta- Repitió el elfo mientras dejaba caer al piso a la bruja para ponerle el pie en el cuello y asegurarse que no se fuera, aunque no es que estuviera en condiciones tampoco, pero mejor prevenir que lamentar.
Luego de una inquietante y extraña presentación, la arrogante criatura se lanzó a atacar a la jovencita; el pelinegro de ojos azules llevó la mano a su espalda para tomar su espada pero antes que fuera realmente necesario, las poderosas pisadas del hombre vaca lo hicieron no solo retroceder un par de pasos sino también replantearse lo peligroso que resultaría seguir llamándolo “vaca”, de ahora en adelante habría más respeto, tal vez “Señor Vaca” estaría un poco mejor, aunque de momento aquello no era lo importante, el antes intimidante enemigo pasó de ser cazador a una presa asustada ante el imponente hombre bestia.
Aunado a esto, con un enemigo que solo podía arrastrarse por el piso retrocediendo y un veloz Ircan que rápidamente llegaba al rescate del chico todo parecía comenzar a tomar mejor color pero nada más lejos de la realidad, una amenaza aún desconocida salió de la cueva dejándose ver apenas lo suficiente para atacar al encapuchado de la moralidad -Maldita sea, quedan más- Murmuró por lo bajo el asesino aunque con algo de alivio -Por suerte aún nos da ventaja la luz del di…- Al mirar al piso de nuevo pudo notar que la ventaja de la que pensaba presumir ya no estaba, la luz del sol había menguado a tal grado que las sombras comenzaban a apoderarse del entorno, otorgándole una ventaja al misterioso ser cuyas hojillas oscuras amenazaban con liquidar al amigo del Señor Vaca.
El cielo arremolinado y bélico mostraba las figuras sombrías de jinetes ornamentados a ratos por relámpagos que daban un aspecto bastante intimidante -Hay que volver al campamento ahora- Murmuró para sí mismo mientras daba un paso que fue interrumpido cuando la mano de la mujer lo tomó del tobillo haciéndolo tropezar, la prisionera apenas estaba despertando pero había conseguido sujetarlo para evitar que se uniera a la batalla, aunque con muy poco cuidado el elfo giró su espada y lanzó un rápido corte que desprendió la mano de la bruja haciendo que ésta gritara estrepitosamente llamando la atención de sus compañeros.
Ambos enemigos dirigieron la vista hacia el elfo que ahora se ponía de pie junto a la bruja que en el piso se retorcía de dolor -¡Maldito!- Exclamó uno de ellos pero antes que pudiera dar un paso, el elfo clavó su espada en el hombro derecho de la bruja haciéndola gritar de nuevo, a este punto las piernas del pelinegro estaban ensangrentadas al menos hasta las rodillas y aquellos seres ardían de furia, la suficiente como para distraerlos el tiempo suficiente como para que la dragona y el encapuchado y su vaca pudieran encargarse de la situación.
El grupo caminó siguiendo el rastro del chico hasta que el sendero se hizo muy evidente, a juzgar por la cantidad de cuerpos tirados en el camino, debían estar cerca de algo y de alguien con poco interés en mantener un perfil bajo, así pues, llegaron al que parecía ser el destino final de la cacería y una misteriosa figura apareció saltando sobre el joven Nith; Destino apretó los puños con fuerza y entrecerró los ojos, el chico parecía estar bien pero seguro le iba a doler todo cuando volviera a ser él mismo -Greta- Repitió el elfo mientras dejaba caer al piso a la bruja para ponerle el pie en el cuello y asegurarse que no se fuera, aunque no es que estuviera en condiciones tampoco, pero mejor prevenir que lamentar.
Luego de una inquietante y extraña presentación, la arrogante criatura se lanzó a atacar a la jovencita; el pelinegro de ojos azules llevó la mano a su espalda para tomar su espada pero antes que fuera realmente necesario, las poderosas pisadas del hombre vaca lo hicieron no solo retroceder un par de pasos sino también replantearse lo peligroso que resultaría seguir llamándolo “vaca”, de ahora en adelante habría más respeto, tal vez “Señor Vaca” estaría un poco mejor, aunque de momento aquello no era lo importante, el antes intimidante enemigo pasó de ser cazador a una presa asustada ante el imponente hombre bestia.
Aunado a esto, con un enemigo que solo podía arrastrarse por el piso retrocediendo y un veloz Ircan que rápidamente llegaba al rescate del chico todo parecía comenzar a tomar mejor color pero nada más lejos de la realidad, una amenaza aún desconocida salió de la cueva dejándose ver apenas lo suficiente para atacar al encapuchado de la moralidad -Maldita sea, quedan más- Murmuró por lo bajo el asesino aunque con algo de alivio -Por suerte aún nos da ventaja la luz del di…- Al mirar al piso de nuevo pudo notar que la ventaja de la que pensaba presumir ya no estaba, la luz del sol había menguado a tal grado que las sombras comenzaban a apoderarse del entorno, otorgándole una ventaja al misterioso ser cuyas hojillas oscuras amenazaban con liquidar al amigo del Señor Vaca.
El cielo arremolinado y bélico mostraba las figuras sombrías de jinetes ornamentados a ratos por relámpagos que daban un aspecto bastante intimidante -Hay que volver al campamento ahora- Murmuró para sí mismo mientras daba un paso que fue interrumpido cuando la mano de la mujer lo tomó del tobillo haciéndolo tropezar, la prisionera apenas estaba despertando pero había conseguido sujetarlo para evitar que se uniera a la batalla, aunque con muy poco cuidado el elfo giró su espada y lanzó un rápido corte que desprendió la mano de la bruja haciendo que ésta gritara estrepitosamente llamando la atención de sus compañeros.
Ambos enemigos dirigieron la vista hacia el elfo que ahora se ponía de pie junto a la bruja que en el piso se retorcía de dolor -¡Maldito!- Exclamó uno de ellos pero antes que pudiera dar un paso, el elfo clavó su espada en el hombro derecho de la bruja haciéndola gritar de nuevo, a este punto las piernas del pelinegro estaban ensangrentadas al menos hasta las rodillas y aquellos seres ardían de furia, la suficiente como para distraerlos el tiempo suficiente como para que la dragona y el encapuchado y su vaca pudieran encargarse de la situación.
Destino
Maestro de las Mil Espadas
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Re: [La Guerra de Lunargenta] Venganza y Fortaleza [3/3Libre][CERRADO]
¡Y por eso amo los cuernos! Pensé maravillada al ver al coloso compañero de Ircan arremeter con brío contra el famélico enemigo. ¿Como un ser tan bravo había terminado cuidando al joven Ircan? ¿Que poder tendría el adolescente para ser capaz de subyugar a tremenda bestia? No tenia tiempo para saciar mi curiosidad sobre el peculiar dúo, pero si sobrevivía a este encuentro se lo preguntaría.
En medio de aquellos pensamientos, el hombre-bestia desplazo al ya confirmado vampiro (a no ser que fuera un hombre-bestia con alergia al sol... entonces no estaría confirmado.) lo que dejo liberada a mi espada y mi cuerpo dejo de estar comprometido, aunque el que si estaba comprometido era el contrario de Toro, que ahora salia despedido por el claro dejando un par de marcas en el suelo, rastro inequívoco de que su cuerpo había sido arrastrado por el suelo hasta chocar contra un árbol.-Bueeeno pues esto ya esta arreglad...
Que inocente podía llegar a ser. Viendo la situación todo parecía controlado, Toro tenia entre las cuerdas al cabrón numero 1 e Ircan salvaba al niño mientras Destino Vigilaba a la bruja, que estúpida había sido al abrir la boca. Se me heló la sangre cuando vi salir al cabrón numero 2 de la cueva. Este en lugar de brazos tenia cuchillas y fue directo a por Ircan que con asombros reflejos, logro soltar a Nith y defenderse del ataque.
Tenia que pensar, tenia que hacer algo y tenia que ser rapido, Toro estaba enfrascado aunque claramente superaba a su adversario... el no necesitaba ayuda, Destino estaba de guardia procurando que la bruja no ayudara a sus compañeros, estaba claro que el que mas ayudaba necesitaba era el licantropo ¿Pero como hacerlo en mi estado actual? Con el manejo que tenia con la espada lo único que podía hacer era aparentar, desviar algunos ataques y con suerte hacer algún ataque si el enemigo estaba despistado, no... ayudar en un ataque a Ircan solo supondría un estorbo, o aun peor, podría herirlo a el.
Rápidamente enfunde mi arma y acudí a socorrer a Nith que continuaba tendido en el suelo, por detrás de joven herrero. Agarrándolo del tobillo y la muñeca izquierda comencé a tirar de él. Él joven no pesaba demasiado para su edad, pero aun así seguía siendo pesado, me movía mas lenta de lo que me gustaría.
-Vamos, maldita sea. Muévete o despierta. -Haciendo un sobre esfuerzo puse mas empeño en mis brazos y espalda. El aliento ya no salia cálido o ligeramente fresco, ahora salia caliente y pequeñas gotas de sudor perlaban mi frente, sudor que se enfriaba rápidamente conforme la oscuridad aumentaba. -¡Por los huevos del dragón solar!
Levante la vista al cielo al percatarme de la pista que enviaba mi sudor al cuerpo. Ya casi estaba en la linde del claro, escuche perfectamente como la espada del elfo cortaba a la bruja, los segundo se convirtieron en minutos. Una mano rebotando en el suelo, gritos, siseos y gruñidos dirigiéndose al longevo bípedo, un instinto ruge en mi mente en una fracción de segundo, sacando fuerzas de los dioses saben donde comienzo a correr, la mujer deja de gritar, las voces indefinidas hablan, desenvaino la espada y se escuchan mas gritos de la mujer, el tiempo se agota, la distracción termina, mis pisadas se detienen a la espalda del enemigo de Ircan y la brecha se abre. El momento de la ayuda aparece, sin entender muy bien como, mis manos y brazos se han movido solos, han ido directo a los tendones y ligamentos traseros que sostienen las rodillas en perfecta armonía a las piernas de su dueño.
¿Cuantas veces había sucedido esto? ¿En cuantas ocasiones el instinto me había salvado a mi o a mis compañeros? Demasiadas y a la vez muy pocas, porque en pocas ocasiones todo salia como realmente uno lo deseaba. ¿Cuantas veces el instinto nos engaño? ¿Cuantas veces derramamos sangre inocente cegados por los sentimientos que activan nuestro instinto animal?
En medio de aquellos pensamientos, el hombre-bestia desplazo al ya confirmado vampiro (a no ser que fuera un hombre-bestia con alergia al sol... entonces no estaría confirmado.) lo que dejo liberada a mi espada y mi cuerpo dejo de estar comprometido, aunque el que si estaba comprometido era el contrario de Toro, que ahora salia despedido por el claro dejando un par de marcas en el suelo, rastro inequívoco de que su cuerpo había sido arrastrado por el suelo hasta chocar contra un árbol.-Bueeeno pues esto ya esta arreglad...
Que inocente podía llegar a ser. Viendo la situación todo parecía controlado, Toro tenia entre las cuerdas al cabrón numero 1 e Ircan salvaba al niño mientras Destino Vigilaba a la bruja, que estúpida había sido al abrir la boca. Se me heló la sangre cuando vi salir al cabrón numero 2 de la cueva. Este en lugar de brazos tenia cuchillas y fue directo a por Ircan que con asombros reflejos, logro soltar a Nith y defenderse del ataque.
Tenia que pensar, tenia que hacer algo y tenia que ser rapido, Toro estaba enfrascado aunque claramente superaba a su adversario... el no necesitaba ayuda, Destino estaba de guardia procurando que la bruja no ayudara a sus compañeros, estaba claro que el que mas ayudaba necesitaba era el licantropo ¿Pero como hacerlo en mi estado actual? Con el manejo que tenia con la espada lo único que podía hacer era aparentar, desviar algunos ataques y con suerte hacer algún ataque si el enemigo estaba despistado, no... ayudar en un ataque a Ircan solo supondría un estorbo, o aun peor, podría herirlo a el.
Rápidamente enfunde mi arma y acudí a socorrer a Nith que continuaba tendido en el suelo, por detrás de joven herrero. Agarrándolo del tobillo y la muñeca izquierda comencé a tirar de él. Él joven no pesaba demasiado para su edad, pero aun así seguía siendo pesado, me movía mas lenta de lo que me gustaría.
-Vamos, maldita sea. Muévete o despierta. -Haciendo un sobre esfuerzo puse mas empeño en mis brazos y espalda. El aliento ya no salia cálido o ligeramente fresco, ahora salia caliente y pequeñas gotas de sudor perlaban mi frente, sudor que se enfriaba rápidamente conforme la oscuridad aumentaba. -¡Por los huevos del dragón solar!
Levante la vista al cielo al percatarme de la pista que enviaba mi sudor al cuerpo. Ya casi estaba en la linde del claro, escuche perfectamente como la espada del elfo cortaba a la bruja, los segundo se convirtieron en minutos. Una mano rebotando en el suelo, gritos, siseos y gruñidos dirigiéndose al longevo bípedo, un instinto ruge en mi mente en una fracción de segundo, sacando fuerzas de los dioses saben donde comienzo a correr, la mujer deja de gritar, las voces indefinidas hablan, desenvaino la espada y se escuchan mas gritos de la mujer, el tiempo se agota, la distracción termina, mis pisadas se detienen a la espalda del enemigo de Ircan y la brecha se abre. El momento de la ayuda aparece, sin entender muy bien como, mis manos y brazos se han movido solos, han ido directo a los tendones y ligamentos traseros que sostienen las rodillas en perfecta armonía a las piernas de su dueño.
¿Cuantas veces había sucedido esto? ¿En cuantas ocasiones el instinto me había salvado a mi o a mis compañeros? Demasiadas y a la vez muy pocas, porque en pocas ocasiones todo salia como realmente uno lo deseaba. ¿Cuantas veces el instinto nos engaño? ¿Cuantas veces derramamos sangre inocente cegados por los sentimientos que activan nuestro instinto animal?
Reivy Abadder
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