[Cerrado] Guerreros de sangre [3/4][Guerra en Lunargenta]
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[Cerrado] Guerreros de sangre [3/4][Guerra en Lunargenta]
En una ciudad impregnada de la anarquía que había surgido tras la salida del rey, los habitantes de las catacumbas habían visto florecer su abanico de posibilidades, algunos de los más peligrosos criminales habían decidido por fin salir a tomar el control de las calles de la ciudad mientras que otros habían encontrado el negocio de sus vidas, con menos competencia por el dominio de las catacumbas; ya se podía ver toda clase de ofertas descabelladas e inhumanas pero había una que había cobrado mucha popularidad, una especie de competencia diaria llamada “Guerreros de sangre”, no tenía muy claro en qué consistía pero sí sabía que quien lo organizaba parecía estar trabajando para el Aquelarre y debía ser detenido.
Había entrado a la ciudad con apenas tiempo para llegar corriendo al lugar indicado, según la información que había suministrado Manuela, el lugar quedaba en el extremo sur de las catacumbas, cerca de una de las salidas que daba al puerto; y justo por ahí entré al lugar; viajaba cubierto por un abrigo negro que además ocultaba la mitad de mi rostro; tampoco es que fuera difícil encontrar el recinto, pues la competencia se había vuelto tan popular que todos hablaban de ella con absoluta normalidad -¡Hey!- Grité cuando algo tropezó mi pierna, al bajar la mirada encontré un pequeño y peludo niño bestia, las marcas en su cuello y tobillos delataban la presencia de grilletes, posiblemente había estado esclavizado anteriormente pero ahora corría libremente -Ten cuidado, pequeñín, te puedes hacer daño- Le dije con amabilidad pero me sorprendió su agresividad -No, tú ten cuidado, yo te podría hacer daño, me convertiré en un poderoso guerrero de sangre como mi papá- Mis ojos se abrieron como platos pero el chico comenzó a correr tanto que hasta me puso en aprietos para alcanzarlo.
Al cabo de unos minutos llegamos al lugar, una gran puerta en la que estaba dibujada una especie de calavera tribal con cuernos era todo lo que me separaba del espectáculo -Ya comenzó, ya comenzó- Dijo el pequeño para sí mismo con algo e frustración, la cantidad de personas era abrumadora y la atmósfera se sentía extrañamente pesada y hostil -Pero qué rayos- Miré mis temblorosas manos y respiré profundo para calmarme, pero a medida que me acercaba al círculo comenzaba a sentir que mi instinto más salvaje comenzaba a dominarme, aunque no tanto como a los peleadores.
Un grito del pequeño fue el inicio del fin, el que parecía ser el padre del niño fue tomado por sorpresa mientras presumía, la espada de su oponente le atravesó la espalda y salió por su pecho en una escena bastante espeluznante -¡No, no!- Gritó el pequeño hombrecito bestia, un pequeño tigre no tan amenazante y fuerte como su padre pero tigre también, su rival, un grotesco humano, a todas luces más débil pero que había resultado más astuto, hizo retroceder al pequeño de una patada; eso debería haber sido todo pero el pequeño se levantó de nuevo, esquivó la patada del humano y trató de aferrarse a la otra pierna pero solo consiguió un par de golpes del bárbaro humano que bastaron para desencajarle el cuello y mandarlo al piso sin vida -Limpien esta escoria de mi campo de batalla- Pateó los cuerpos y tomó una jarra de hidromiel que se echó encima más de lo que pudo beber -Y bien ¿quién sigue?- Dijo en voz alta mientras seguía pateando ambos cuerpos.
Me sobraban las ganas de saltar sobre él y arrancarle las entrañas, pero debía comportarme, el plan era esperar hasta el final de la noche para saber qué hacían con los ganadores una vez que todo terminaba, según me habían dicho, una vez que ganaban eran enviados a otro lugar y jamás los volvían a ver, tal vez lo mejor sería descubrir a dónde los enviaban para poder esclarecer el asunto.
Había entrado a la ciudad con apenas tiempo para llegar corriendo al lugar indicado, según la información que había suministrado Manuela, el lugar quedaba en el extremo sur de las catacumbas, cerca de una de las salidas que daba al puerto; y justo por ahí entré al lugar; viajaba cubierto por un abrigo negro que además ocultaba la mitad de mi rostro; tampoco es que fuera difícil encontrar el recinto, pues la competencia se había vuelto tan popular que todos hablaban de ella con absoluta normalidad -¡Hey!- Grité cuando algo tropezó mi pierna, al bajar la mirada encontré un pequeño y peludo niño bestia, las marcas en su cuello y tobillos delataban la presencia de grilletes, posiblemente había estado esclavizado anteriormente pero ahora corría libremente -Ten cuidado, pequeñín, te puedes hacer daño- Le dije con amabilidad pero me sorprendió su agresividad -No, tú ten cuidado, yo te podría hacer daño, me convertiré en un poderoso guerrero de sangre como mi papá- Mis ojos se abrieron como platos pero el chico comenzó a correr tanto que hasta me puso en aprietos para alcanzarlo.
Al cabo de unos minutos llegamos al lugar, una gran puerta en la que estaba dibujada una especie de calavera tribal con cuernos era todo lo que me separaba del espectáculo -Ya comenzó, ya comenzó- Dijo el pequeño para sí mismo con algo e frustración, la cantidad de personas era abrumadora y la atmósfera se sentía extrañamente pesada y hostil -Pero qué rayos- Miré mis temblorosas manos y respiré profundo para calmarme, pero a medida que me acercaba al círculo comenzaba a sentir que mi instinto más salvaje comenzaba a dominarme, aunque no tanto como a los peleadores.
Un grito del pequeño fue el inicio del fin, el que parecía ser el padre del niño fue tomado por sorpresa mientras presumía, la espada de su oponente le atravesó la espalda y salió por su pecho en una escena bastante espeluznante -¡No, no!- Gritó el pequeño hombrecito bestia, un pequeño tigre no tan amenazante y fuerte como su padre pero tigre también, su rival, un grotesco humano, a todas luces más débil pero que había resultado más astuto, hizo retroceder al pequeño de una patada; eso debería haber sido todo pero el pequeño se levantó de nuevo, esquivó la patada del humano y trató de aferrarse a la otra pierna pero solo consiguió un par de golpes del bárbaro humano que bastaron para desencajarle el cuello y mandarlo al piso sin vida -Limpien esta escoria de mi campo de batalla- Pateó los cuerpos y tomó una jarra de hidromiel que se echó encima más de lo que pudo beber -Y bien ¿quién sigue?- Dijo en voz alta mientras seguía pateando ambos cuerpos.
Me sobraban las ganas de saltar sobre él y arrancarle las entrañas, pero debía comportarme, el plan era esperar hasta el final de la noche para saber qué hacían con los ganadores una vez que todo terminaba, según me habían dicho, una vez que ganaban eran enviados a otro lugar y jamás los volvían a ver, tal vez lo mejor sería descubrir a dónde los enviaban para poder esclarecer el asunto.
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Última edición por Bio el Miér Jun 13 2018, 00:40, editado 1 vez
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Re: [Cerrado] Guerreros de sangre [3/4][Guerra en Lunargenta]
-Así que… al final tendré que volver.- dije, claramente sin poseer ánimo alguno de cumplir con mi siguiente misión. Luego convertí la carta de Manuela en una simple bola de papel y la dejé caer al suelo.
Realmente yo no quería volver a Lunargenta, pero ya llevaba bastante tiempo sin trabajar, así que necesitaba tener algún ingreso de aeros para que el estúpido de Hyro no me catalogara como un simple holgazán.
Por otro lado, aunque en la carta Manuela había pedido que Xana me acompañara, preferí ocultárselo a la elfa; si ella iba a ese lugar era muy probable que muriera, así que era mejor si solo iba yo para no tener que preocuparme por nadie más que por mí mismo.
Sin prisa alguna me preparé para partir. Tomando en cuenta el lugar al que iba, opté por vendar mi cabeza para ocultar mis orejas y cabellera, me vestí con una túnica vieja con una capucha que también me serviría para cubrir mi cabeza, me armé con mis sables duales y, solo por precaución, también decidí llevar conmigo una de las espadas que había creado por simple aburrimiento, la espada con forma de media luna. Por último, pero menos importante, me tomé el tiempo para vendar también mis brazos; no es que realmente esto me fuera de alguna utilidad, pero sentía que mi disfraz estaría incompleto si no lo hacía. Y sí, lo sé, suena estúpido.
Una vez listo para partir, salí de la casa, tratando de no causar ningún ruido que llamara la atención de Xana o Hyro, y cuando estuve lo suficientemente lejos, emprendí mi caminata con total normalidad.
Obviamente no podía ir a pie hasta Lunargenta, pues de solo pensarlo ya me invadía la pereza, así que debía buscar a alguien que pudiera llevarme, pero solo sería hasta a un lugar cercano a la ciudad, pues nadie se atrevía a adentrarse al nuevo hogar de los vampiros. Desafortunadamente, buscar a alguien también hacía que me invadiera la pereza.
-Vamos, Rauko, tú puedes.- me dije a mí mismo tratando de animarme, para luego darme un par de palmadas en las mejillas. Entonces noté el olor de mi túnica -¿Cómo se supone que debo aguantar este hedor? Cuando llegue a Lunargenta mis pulmones ya se habrán podrido.- protesté -Ah, vamos. ¡Sé hombre! Es tu deber trabajar sin importar los inconvenientes.- me reprendí a mí mismo -Entonces… si dejo de ser hombre, ¿ya no tendría que hacer esto?- Tras escuchar mis palabras, alcé una ceja, confundido -¿Cómo que dejando de ser hombre? ¡¿Acaso piensas cortarte tu…?!- Me encogí de hombros y, despreocupadamente, respondí: -Pues… solo lo uso para orinar “con precisión”, así que no creo que me haga mucha falt…
-¿Rauko?- Una voz conocida sonó detrás de mí, activando mis instintos de supervivencia que me obligaron a tomar distancia con un salto. Entonces noté que, claramente, esa persona conocida, cubierta por una vestimenta como la mía pero sin vendajes, era Xana.
-¿Por qué estás aquí?- Apenas terminé de formular la pregunta cuando ella me mostró la arrugada carta de Manuela -(Maldición, no debí tirarla al suelo)- Fue lo primero que pensé. Dejé salir un largo suspiro e hice otra pregunta: -¿Hay alguna forma de que vuelvas a casa, te cambies esa ropa y olvides esto?
-Nop.- respondió sin dudarlo un segundo. Luego me tomó por la muñeca y me obligó a caminar con ella -He estado entrenando para poder serte de utilidad y pagarte por todo lo que has hecho por mí, quiero recompensarte protegiéndote como tú me has protegido, y no aceptaré un “no” como respuesta…- Sin dejar de caminar, giró la cabeza y me mostró una sonrisa -No olvides que esa fue la promesa que te hice.
-Sí, entiendo, entonces no digas más y continuemos.- respondí con la única intención de acabar con el momento innecesariamente cursi, pero, para no parecer amargado, también sonreí, y pensé: -(Hubiera preferido que me agradecieras preparándome comida)
Y fue así como, luego de un largo viaje, llegamos a las catacumbas. Una vez ahí, a diferencia de lo que esperaba, fue muy fácil continuar hasta nuestro destino, a la arena de combate donde se celebraba la competencia “Guerreros de sangre”, así que fuimos despacio ya que teníamos tiempo de sobra.
Cuando llegamos al lugar indicado, procedimos a conseguir información. Parecía que la competencia consistía en un duelo a muerte donde el cuerpo del perdedor era vendido al terminar la pelea, mientras que al ganador lo enviaban a otro lugar para recompensarlo, aunque nadie sabía cuál era la recompensa más que “nunca volver a ser visto”. Y es que, si me invitaran a arriesgar mi vida para conseguir algo que no sé qué es, yo no aceptaría la invitación como un estúpido. Además, ¿nunca vuelven a ser vistos? ¡¿Quién pelearía sabiendo eso?!
Pasaron varios minutos y durante ese tiempo simplemente me senté a observar el espectáculo desde un lugar apartado. Uno tras otro entraron a la arena y uno tras otro salieron sin vida, mientras que un solo hombre permanecía ileso sin importar a quién se enfrentara. Sin duda alguna, ese guerrero era alguien a quien respetar y temer, aunque yo solo era capaz de temerle, pues su bigote me parecía lo suficientemente ridículo para no querer respetarlo.
Sea como sea, tocaba el último combate, y aquel que venciera recibiría la recompensa desconocida, así que solo debía esperar un poco más para pasar a la siguiente fase de mi trabajo.
Realmente yo no quería volver a Lunargenta, pero ya llevaba bastante tiempo sin trabajar, así que necesitaba tener algún ingreso de aeros para que el estúpido de Hyro no me catalogara como un simple holgazán.
Por otro lado, aunque en la carta Manuela había pedido que Xana me acompañara, preferí ocultárselo a la elfa; si ella iba a ese lugar era muy probable que muriera, así que era mejor si solo iba yo para no tener que preocuparme por nadie más que por mí mismo.
Sin prisa alguna me preparé para partir. Tomando en cuenta el lugar al que iba, opté por vendar mi cabeza para ocultar mis orejas y cabellera, me vestí con una túnica vieja con una capucha que también me serviría para cubrir mi cabeza, me armé con mis sables duales y, solo por precaución, también decidí llevar conmigo una de las espadas que había creado por simple aburrimiento, la espada con forma de media luna. Por último, pero menos importante, me tomé el tiempo para vendar también mis brazos; no es que realmente esto me fuera de alguna utilidad, pero sentía que mi disfraz estaría incompleto si no lo hacía. Y sí, lo sé, suena estúpido.
Una vez listo para partir, salí de la casa, tratando de no causar ningún ruido que llamara la atención de Xana o Hyro, y cuando estuve lo suficientemente lejos, emprendí mi caminata con total normalidad.
Obviamente no podía ir a pie hasta Lunargenta, pues de solo pensarlo ya me invadía la pereza, así que debía buscar a alguien que pudiera llevarme, pero solo sería hasta a un lugar cercano a la ciudad, pues nadie se atrevía a adentrarse al nuevo hogar de los vampiros. Desafortunadamente, buscar a alguien también hacía que me invadiera la pereza.
-Vamos, Rauko, tú puedes.- me dije a mí mismo tratando de animarme, para luego darme un par de palmadas en las mejillas. Entonces noté el olor de mi túnica -¿Cómo se supone que debo aguantar este hedor? Cuando llegue a Lunargenta mis pulmones ya se habrán podrido.- protesté -Ah, vamos. ¡Sé hombre! Es tu deber trabajar sin importar los inconvenientes.- me reprendí a mí mismo -Entonces… si dejo de ser hombre, ¿ya no tendría que hacer esto?- Tras escuchar mis palabras, alcé una ceja, confundido -¿Cómo que dejando de ser hombre? ¡¿Acaso piensas cortarte tu…?!- Me encogí de hombros y, despreocupadamente, respondí: -Pues… solo lo uso para orinar “con precisión”, así que no creo que me haga mucha falt…
-¿Rauko?- Una voz conocida sonó detrás de mí, activando mis instintos de supervivencia que me obligaron a tomar distancia con un salto. Entonces noté que, claramente, esa persona conocida, cubierta por una vestimenta como la mía pero sin vendajes, era Xana.
-¿Por qué estás aquí?- Apenas terminé de formular la pregunta cuando ella me mostró la arrugada carta de Manuela -(Maldición, no debí tirarla al suelo)- Fue lo primero que pensé. Dejé salir un largo suspiro e hice otra pregunta: -¿Hay alguna forma de que vuelvas a casa, te cambies esa ropa y olvides esto?
-Nop.- respondió sin dudarlo un segundo. Luego me tomó por la muñeca y me obligó a caminar con ella -He estado entrenando para poder serte de utilidad y pagarte por todo lo que has hecho por mí, quiero recompensarte protegiéndote como tú me has protegido, y no aceptaré un “no” como respuesta…- Sin dejar de caminar, giró la cabeza y me mostró una sonrisa -No olvides que esa fue la promesa que te hice.
-Sí, entiendo, entonces no digas más y continuemos.- respondí con la única intención de acabar con el momento innecesariamente cursi, pero, para no parecer amargado, también sonreí, y pensé: -(Hubiera preferido que me agradecieras preparándome comida)
Y fue así como, luego de un largo viaje, llegamos a las catacumbas. Una vez ahí, a diferencia de lo que esperaba, fue muy fácil continuar hasta nuestro destino, a la arena de combate donde se celebraba la competencia “Guerreros de sangre”, así que fuimos despacio ya que teníamos tiempo de sobra.
Cuando llegamos al lugar indicado, procedimos a conseguir información. Parecía que la competencia consistía en un duelo a muerte donde el cuerpo del perdedor era vendido al terminar la pelea, mientras que al ganador lo enviaban a otro lugar para recompensarlo, aunque nadie sabía cuál era la recompensa más que “nunca volver a ser visto”. Y es que, si me invitaran a arriesgar mi vida para conseguir algo que no sé qué es, yo no aceptaría la invitación como un estúpido. Además, ¿nunca vuelven a ser vistos? ¡¿Quién pelearía sabiendo eso?!
Pasaron varios minutos y durante ese tiempo simplemente me senté a observar el espectáculo desde un lugar apartado. Uno tras otro entraron a la arena y uno tras otro salieron sin vida, mientras que un solo hombre permanecía ileso sin importar a quién se enfrentara. Sin duda alguna, ese guerrero era alguien a quien respetar y temer, aunque yo solo era capaz de temerle, pues su bigote me parecía lo suficientemente ridículo para no querer respetarlo.
Sea como sea, tocaba el último combate, y aquel que venciera recibiría la recompensa desconocida, así que solo debía esperar un poco más para pasar a la siguiente fase de mi trabajo.
Rauko
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Re: [Cerrado] Guerreros de sangre [3/4][Guerra en Lunargenta]
Los últimos días habían sido muy movidos, en su lucha contra las fuerzas del mal que intentaban hacerse con la ciudad la benjamina de los Calhoun apenas se dedicaba tiempo a sí misma, solo el sol la obligaba a descansar al recluirla en su habitación de la posada. Aquella tarde la joven esperaba inquieta, caminando de un lado al otro de la sala mientras recordaba los rumores que habían llegado a su compañero la noche anterior. Los vampiros no eran el único enemigo que se había instalado en Lunargenta, el aquelarre también tenía allí a varios de sus miembros, y por alguna razón éstos se habían dedicado a organizar peleas en las catacumbas, nada raro en principio, pero al escuchar que los vencedores desaparecían tras alzarse victoriosos en la arena Elen supo que debía haber algo más.
¿Estarían reclutando a los más fuertes para la guerra? La idea no le parecía fuera de lugar, con su magia y su crueldad aquellos hombres y mujeres podrían obligar a otros a hacer lo que quisiesen, pero tenía que probar su teoría antes de actuar. - Tranquilízate Elen, solo quedan un par de horas de luz, luego podremos salir. - dijo Alister, que la observaba desde el borde de la cama. La vampira se detuvo y soltó un suspiro de resignación antes de acudir a su lado y sentarse, no le gustaba nada perder el tiempo allí encerrada mientras sus enemigos se hacían más fuertes.
Pacientemente, ambos aguardaron hasta que el astro rey se puso, momento en que abandonaron la posada y dirigieron sus pasos hacia una de las entradas que daba a las catacumbas, la más cercana al puerto. Cubierta con la capucha de su nueva armadura de cuero la de ojos verdes no tuvo problemas para entrar en los bajos fondos de Lunargenta, donde se concentraban ladrones, estafadores, asesinos, lo peor de la ciudad y sus alrededores. Todos estaban allí para ver el espectáculo, así que imitando al resto, buscaron una zona apartada en la que sentarse a observar sin llamar la atención.
- ¡Bienvenidos al combate estrella de esta noche! ¿Quién se alzará con el título de guerrero de sangre? Pronto lo veremos, ¡contendientes, a sus puestos! - exclamó un individuo, desde el centro de la arena en que tendría lugar la pelea. Una vez dicho esto se despidió de su público con un gesto y permitió que los dos aspirantes tomasen el lugar, en uno de los lados un hombre de cabellos oscuros, bigote y perilla bien cuidados y ataviado con una armadura, mientras en el otro se posicionaba un hombre bestia tigre, su oponente. A la vampira le hubiese gustado decir que aquel combate fue limpio, pero no tuvo nada de eso, en cuanto el moreno encontró su ocasión de atacar a traición lo hizo sin dudarlo, hundiendo su espada en la espalda del felino y consiguiendo que la hoja lo atravesase hasta salirle por el pecho.
Aquella competición no era ningún juego, no bastaba con desarmar al otro o conseguir que se rindiese, era una lucha a muerte por el título. La centinela arrugó el gesto al percibir el aroma de la sangre, había tomado un aperitivo antes de llegar hasta allí pero si los duelos se alargaban mucho quizá tendría que volver a alimentarse. Intentando no pensar en ello los verdes ojos de la joven se clavaron sobre una pequeña silueta que entró a toda prisa en la arena, corriendo hacia el vencedor para atacarlo. Se trataba de un pequeño niño bestia de rasgos casi idénticos al que acababa de morir, su hijo probablemente, pero el espadachín no tuvo consideración alguna con el muchacho, y tras intentar apartarlo de sí con una patada optó por golpearlo brutalmente, hasta que el cuerpo del pequeño se desplomó sin vida a escasos metros de donde yacía su progenitor.
Elen no pudo evitar levantarse de su asiento y apretar los puños, ¿qué clase de persona era aquel individuo? ¿cómo se había atrevido a matar al niño después de haberlo dejado huérfano? - Vamos Elen, podemos acabar con él… borremos esa estúpida sonrisa de su cara… - le susurraron las almas de su medallón, y por un momento se sintió muy tentada de saltar a la arena y destrozar a aquel imbécil con sus poderes, una sola de sus criaturas de las sombras bastaría para despedazarlo y decorar el suelo con sus restos, pero entonces sintió como el dragón le tomaba la mano, quizá sabiendo que con su impulsivo carácter podía tomar la decisión equivocada.
La vampira cruzó una mirada con su compañero, y en sus ojos solo se podía ver la sed de muerte y sangre que estaba sintiendo en aquel instante, ante tal cosa Alister la sujetó con más fuerza y trató de convencerla para que volviese a sentarse. - Hay demasiada gente Elen, cuando el espectáculo haya acabado podremos ir a por él y castigarlo por lo que ha hecho… por favor, no vayas. - pidió en voz baja, pero la benjamina de los Calhoun no se movió, interiormente se estaba debatiendo entre abalanzarse contra el humano y hacerlo pedazos o quedarse allí junto al cazador.
¿Estarían reclutando a los más fuertes para la guerra? La idea no le parecía fuera de lugar, con su magia y su crueldad aquellos hombres y mujeres podrían obligar a otros a hacer lo que quisiesen, pero tenía que probar su teoría antes de actuar. - Tranquilízate Elen, solo quedan un par de horas de luz, luego podremos salir. - dijo Alister, que la observaba desde el borde de la cama. La vampira se detuvo y soltó un suspiro de resignación antes de acudir a su lado y sentarse, no le gustaba nada perder el tiempo allí encerrada mientras sus enemigos se hacían más fuertes.
Pacientemente, ambos aguardaron hasta que el astro rey se puso, momento en que abandonaron la posada y dirigieron sus pasos hacia una de las entradas que daba a las catacumbas, la más cercana al puerto. Cubierta con la capucha de su nueva armadura de cuero la de ojos verdes no tuvo problemas para entrar en los bajos fondos de Lunargenta, donde se concentraban ladrones, estafadores, asesinos, lo peor de la ciudad y sus alrededores. Todos estaban allí para ver el espectáculo, así que imitando al resto, buscaron una zona apartada en la que sentarse a observar sin llamar la atención.
- ¡Bienvenidos al combate estrella de esta noche! ¿Quién se alzará con el título de guerrero de sangre? Pronto lo veremos, ¡contendientes, a sus puestos! - exclamó un individuo, desde el centro de la arena en que tendría lugar la pelea. Una vez dicho esto se despidió de su público con un gesto y permitió que los dos aspirantes tomasen el lugar, en uno de los lados un hombre de cabellos oscuros, bigote y perilla bien cuidados y ataviado con una armadura, mientras en el otro se posicionaba un hombre bestia tigre, su oponente. A la vampira le hubiese gustado decir que aquel combate fue limpio, pero no tuvo nada de eso, en cuanto el moreno encontró su ocasión de atacar a traición lo hizo sin dudarlo, hundiendo su espada en la espalda del felino y consiguiendo que la hoja lo atravesase hasta salirle por el pecho.
Aquella competición no era ningún juego, no bastaba con desarmar al otro o conseguir que se rindiese, era una lucha a muerte por el título. La centinela arrugó el gesto al percibir el aroma de la sangre, había tomado un aperitivo antes de llegar hasta allí pero si los duelos se alargaban mucho quizá tendría que volver a alimentarse. Intentando no pensar en ello los verdes ojos de la joven se clavaron sobre una pequeña silueta que entró a toda prisa en la arena, corriendo hacia el vencedor para atacarlo. Se trataba de un pequeño niño bestia de rasgos casi idénticos al que acababa de morir, su hijo probablemente, pero el espadachín no tuvo consideración alguna con el muchacho, y tras intentar apartarlo de sí con una patada optó por golpearlo brutalmente, hasta que el cuerpo del pequeño se desplomó sin vida a escasos metros de donde yacía su progenitor.
Elen no pudo evitar levantarse de su asiento y apretar los puños, ¿qué clase de persona era aquel individuo? ¿cómo se había atrevido a matar al niño después de haberlo dejado huérfano? - Vamos Elen, podemos acabar con él… borremos esa estúpida sonrisa de su cara… - le susurraron las almas de su medallón, y por un momento se sintió muy tentada de saltar a la arena y destrozar a aquel imbécil con sus poderes, una sola de sus criaturas de las sombras bastaría para despedazarlo y decorar el suelo con sus restos, pero entonces sintió como el dragón le tomaba la mano, quizá sabiendo que con su impulsivo carácter podía tomar la decisión equivocada.
La vampira cruzó una mirada con su compañero, y en sus ojos solo se podía ver la sed de muerte y sangre que estaba sintiendo en aquel instante, ante tal cosa Alister la sujetó con más fuerza y trató de convencerla para que volviese a sentarse. - Hay demasiada gente Elen, cuando el espectáculo haya acabado podremos ir a por él y castigarlo por lo que ha hecho… por favor, no vayas. - pidió en voz baja, pero la benjamina de los Calhoun no se movió, interiormente se estaba debatiendo entre abalanzarse contra el humano y hacerlo pedazos o quedarse allí junto al cazador.
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Re: [Cerrado] Guerreros de sangre [3/4][Guerra en Lunargenta]
A pesar de haber peleado toda la noche, aquel sujeto parecía hacerse cada vez más fuerte y lo que resultaba más extraño es que pese a los combates, no mostraba mayores signos de haber recibido daño -Y así continúa su invicto nuestro campeón de la noche- Anunció la tétrica presentadora del evento, una mujer que parecía sacada de una espeluznante pesadilla, sus ojos blancos como su cabello parecían estar ciegos, sin embargo señalaba a los presentes como si supiera exactamente dónde estaba cada quién al mismo tiempo que acariciaba una extraña esfera que llevaba en sus manos -Tú, debes pelear, lo sé, lo necesitas- Señaló a un caballero cercano a ella y éste no demoró en acercarse con la mirada perdida pero luego lo lanzó al piso de un empujón -¡No!- Apretó la esfera y cerró con fuerza los ojos -Siento algo mejor- Abrió los ojos y levantó las manos haciendo brillar la extraña esfera -Oh, cuanta energía, cuanto poder, debemos obtenerlo- Parecía haber encontrado un mejor oponente para su supuesto campeón de la noche.
Levanté la vista buscando con la mirada el destino de la misteriosa mujer, a todas luces una vampiresa, y de las locas teatrales, vaya que sí, tamaña sorpresa la mía el notar que se acercaba peligrosamente justo en dirección a Elen y su compañero -Oh, rayos, ellos no deberían estar aquí- Murmuré acercándome para tratar de advertirle a mi compañera de gremio, si la bruja podía dominar voluntades, la señora de las sombras podría terminar haciendo cosas de las que después estaría arrepentida -Esa esfera- Fijé mi vista en el objeto y comencé a tratar de acercarme pero en el camino tropecé con alguien más de cabello blanco -Oh, genial, más canosos- De nuevo me invadió la sorpresa cuando al bajar la mirada me encontré nada menos que a Rauko -¿Y tú qué haces aquí?- Pregunté intrigado antes de caer en cuenta que esto solo podía ser obra de Manuela, enviar a varios informantes a la misma misión para asegurarse de no fallar, o tal vez habían venido por razones diferentes -¿Y tú quién eres?- señalé a la chica que lo acompañaba -¿Y qué haces vestido así?- de cualquier modo era necesario sacarlos de ahí.
Tomé al elfo por los hombros y lo sacudí ligeramente -Tienes que ayudarme- Señalé en dirección a la exbruja -Elen está por allá, ve y adviértele que abandone este lugar, yo haré una distracción para que escapen- El lugar era demasiado peligroso y no podía permitir que ninguno de ellos acabara convertido en esclavo mental -Yo te desafío, barbudo- Me posé sobre una mesa para sobresalir y llamar la atención mientras Rauko hacía su parte; afortunadamente conseguí llamar la atención de la extraña mujer y se detuvo apuntándome con su esfera, abrió la boca y se saboreó deslizando la lengua por sus labios en una escena bastante grotesca -Yo acabaré con el campeón- Anuncié en voz alta encendiendo en gritos y frenesí todo el local -Y así fue mi muerte, en las catacumbas peleando contra un tipejo sin mente- Pensé mientras caminaba fingiendo valentía.
A estas alturas Rauko debería haber llegado a Elen, así que simplemente debería hacer un poco de ruido y luego escapar de la batalla o perder a propósito, incluso rendirme sonaba como una opción posible, aunque no contaba con tal nivel de control, ese tipo de control que es difícil de combatir porque ni siquiera notas que te están controlando -Pelear, debo pelear- Dije casi sin darme cuenta mientras entraba a esa especie de círculo donde se llevaban a cabo las peleas, sonreí con malicia al pensar en lo débil que resultaría este rival, ganaría sin siquiera tener que pelear, apenas se vino sobre mí el barbudo, dejé salir una palabra cargada de magia para detenerlo en el acto -¡BASTA!- Grité en su cara pero, sorpresa, mi magia no hizo el efecto esperado, su golpe no se detuvo y me impactó de lleno en la barbilla mandándome atrás un par de pasos.
Mi magia no había hecho efecto alguno y no porque el sujeto fuera inmune, pues así como él, nadie más había sido afectado, ahora el círculo que nos rodeaba brillaba en un tono carmesí bastante siniestro y yo me sentía cansado, más fuerte y furioso sin duda, pero extrañamente cansado -¡ATRÁS!- Grité de nuevo para causar daño al sujeto pero de nuevo la magia parecía desaparecer al salir de mis labios al tiempo que el círculo brillaba y yo me sentía más cansado -¿Pero qué está pasando?- Pensé mientras buscaba a Rauko y Elen con la mirada pero mi vista se comenzó a nublar, mi respiración se aceleraba sin explicación y me invadía un deseo cada vez mayor de asesinar al supuesto campeón.
Sonreí con malicia y avancé hacia él, sin dudarlo me golpeó de nuevo en la barbilla pero esta vez no me hizo retroceder, incluso reí sádicamente y le regresé el golpe para romperle el rostro; para mi sorpresa su herida no tardó en desdibujarse al tiempo que brillaba la esfera en manos de la vampiresa; un incesante deseo de asesinar comenzaba a invadirme sin que pudiera evitarlo, y es que, se lo merecía, luego de asesinar al chico bestia, se lo merecía, quién si no yo para hacerlo pagar; el sujeto sacó un cuchillo con el que jugaba pasándolo de mano a mano -Te arrastraré al infierno- Le dije dejando salir involuntariamente magia en cada palabra, como era de esperarse, el círculo brilló y yo me sentí más cansado, mi vista se oscureció más y dejé de percibir el mundo ¿Ahora qué?
Levanté la vista buscando con la mirada el destino de la misteriosa mujer, a todas luces una vampiresa, y de las locas teatrales, vaya que sí, tamaña sorpresa la mía el notar que se acercaba peligrosamente justo en dirección a Elen y su compañero -Oh, rayos, ellos no deberían estar aquí- Murmuré acercándome para tratar de advertirle a mi compañera de gremio, si la bruja podía dominar voluntades, la señora de las sombras podría terminar haciendo cosas de las que después estaría arrepentida -Esa esfera- Fijé mi vista en el objeto y comencé a tratar de acercarme pero en el camino tropecé con alguien más de cabello blanco -Oh, genial, más canosos- De nuevo me invadió la sorpresa cuando al bajar la mirada me encontré nada menos que a Rauko -¿Y tú qué haces aquí?- Pregunté intrigado antes de caer en cuenta que esto solo podía ser obra de Manuela, enviar a varios informantes a la misma misión para asegurarse de no fallar, o tal vez habían venido por razones diferentes -¿Y tú quién eres?- señalé a la chica que lo acompañaba -¿Y qué haces vestido así?- de cualquier modo era necesario sacarlos de ahí.
Tomé al elfo por los hombros y lo sacudí ligeramente -Tienes que ayudarme- Señalé en dirección a la exbruja -Elen está por allá, ve y adviértele que abandone este lugar, yo haré una distracción para que escapen- El lugar era demasiado peligroso y no podía permitir que ninguno de ellos acabara convertido en esclavo mental -Yo te desafío, barbudo- Me posé sobre una mesa para sobresalir y llamar la atención mientras Rauko hacía su parte; afortunadamente conseguí llamar la atención de la extraña mujer y se detuvo apuntándome con su esfera, abrió la boca y se saboreó deslizando la lengua por sus labios en una escena bastante grotesca -Yo acabaré con el campeón- Anuncié en voz alta encendiendo en gritos y frenesí todo el local -Y así fue mi muerte, en las catacumbas peleando contra un tipejo sin mente- Pensé mientras caminaba fingiendo valentía.
A estas alturas Rauko debería haber llegado a Elen, así que simplemente debería hacer un poco de ruido y luego escapar de la batalla o perder a propósito, incluso rendirme sonaba como una opción posible, aunque no contaba con tal nivel de control, ese tipo de control que es difícil de combatir porque ni siquiera notas que te están controlando -Pelear, debo pelear- Dije casi sin darme cuenta mientras entraba a esa especie de círculo donde se llevaban a cabo las peleas, sonreí con malicia al pensar en lo débil que resultaría este rival, ganaría sin siquiera tener que pelear, apenas se vino sobre mí el barbudo, dejé salir una palabra cargada de magia para detenerlo en el acto -¡BASTA!- Grité en su cara pero, sorpresa, mi magia no hizo el efecto esperado, su golpe no se detuvo y me impactó de lleno en la barbilla mandándome atrás un par de pasos.
Mi magia no había hecho efecto alguno y no porque el sujeto fuera inmune, pues así como él, nadie más había sido afectado, ahora el círculo que nos rodeaba brillaba en un tono carmesí bastante siniestro y yo me sentía cansado, más fuerte y furioso sin duda, pero extrañamente cansado -¡ATRÁS!- Grité de nuevo para causar daño al sujeto pero de nuevo la magia parecía desaparecer al salir de mis labios al tiempo que el círculo brillaba y yo me sentía más cansado -¿Pero qué está pasando?- Pensé mientras buscaba a Rauko y Elen con la mirada pero mi vista se comenzó a nublar, mi respiración se aceleraba sin explicación y me invadía un deseo cada vez mayor de asesinar al supuesto campeón.
Sonreí con malicia y avancé hacia él, sin dudarlo me golpeó de nuevo en la barbilla pero esta vez no me hizo retroceder, incluso reí sádicamente y le regresé el golpe para romperle el rostro; para mi sorpresa su herida no tardó en desdibujarse al tiempo que brillaba la esfera en manos de la vampiresa; un incesante deseo de asesinar comenzaba a invadirme sin que pudiera evitarlo, y es que, se lo merecía, luego de asesinar al chico bestia, se lo merecía, quién si no yo para hacerlo pagar; el sujeto sacó un cuchillo con el que jugaba pasándolo de mano a mano -Te arrastraré al infierno- Le dije dejando salir involuntariamente magia en cada palabra, como era de esperarse, el círculo brilló y yo me sentí más cansado, mi vista se oscureció más y dejé de percibir el mundo ¿Ahora qué?
- Vampiresa:
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Re: [Cerrado] Guerreros de sangre [3/4][Guerra en Lunargenta]
Sería natural pensar que cualquiera que aceptara entrar a la arena de combate, sería simplemente un salvaje que solo busca entretenerse haciendo sufrir y arrebatando vidas sin misericordia. No obstante, solo hizo falta observar por un rato para descubrir que no todo era como parecía. Más que por una recompensa desconocida, o por un título para agrandar el ego, finalmente pude ver que los guerreros no entraban a la arena por su propia voluntad… o yo estaba malinterpretando las cosas, lo que también era posible.
Cuando la presentadora llamó a uno de los espectadores a luchar, este se levantó al instante y caminó hacia ella, con unos ojos que no parecían ser los de alguien con vida. Tal vez los demás guerreros también tenían su misma mirada, pero este era el primero que estaba donde yo podía verle la cara y no la espalda. Entonces lo lógico sería pensar que perdí todo mi tiempo observando nada por sentarme en el lugar equivocado.
Sorprendentemente, la presentadora rechazó al guerrero y prefirió ir ella misma hacia donde estaría un mejor contendiente, mientras decía lo suficiente para que yo tuviera una idea de lo que realmente era la competencia “Guerreros de sangre”.
Posibles decisiones a tomar vinieron a mi mente, pero lo que más consideré, aunque fuera una total imprudencia, fue la posibilidad de simplemente robar la bonita esfera brillante para poder ser yo quien controlara las mentes, y luego procedería a asesinar a la mujer extraña porque… Bueno, ¿por qué no? Ella no parecía una buena persona. Sin embargo, hacer eso podría ponerme en un gran aprieto si no pudiera usar la esfera, o si el control mental fuera gracias a otro artefacto o persona que no dudaría en eliminarme tras exponerme como un estúpido.
-Xana, voy a… hacer una estupidez, así que mantente aquí y sálvame si es necesario.- le dije a la elfa, con mi mirada fijada en mi esférico objetivo.
-¿Eh? ¿Qué piensas hacer?- preguntó y me agarró el brazo para detenerme antes de que yo siquiera intentara moverme.
-Descuida, todo estará bien.- respondí, y luego voltee hacia ella, sonreí y le mostré un pulgar arriba con mi mano libre.
-Rauko, antes, cuando decías que todo iba a estar bien, aunque no me convencieras del todo, me tranquilizaba- explicó la elfa -pero con el tiempo aprendí que, si tú dices eso, es porque ¡nada va a estar bien!
-Puede que tengas razón, pero…- hice una pausa repentina y mis ojos se fijaron en algo detrás de la elfa quien, al ver preocupación en mi semblante, no dudó en voltear alarmada, soltando mi brazo en el proceso, oportunidad que aproveché inmediatamente para girar y alejarme con una sonrisa pícara.
Desafortunadamente no pude dar ni un solo paso sin tropezar con alguien. El impacto desprevenido casi me tira al suelo, pero de alguna manera logré mantener el equilibrio para no caer como un idiota.
-¿Y tú qué haces aquí?- pregunté al mismo tiempo que él con una sincronía sospechosa -Estoy aquí porque Manuela quiso perturbar mi paz otorgándome una misión suicida, pero ahora también quiero aquella bonita esfera mágica para controlar mentes. Ya sabes, lo típico.
-Yo soy Xana.- respondió cordialmente la elfa cuando el vampiro la mencionó.
-Y como sé que no tienes ni idea: solamente gracias a ella sobrevivimos a la horda de no-muertos en Dundarak, pues ella los convirtió nuevamente en simples muertos, además de que también fue fundamental para tu rescate. Sin ella no estarías aquí.- añadí detalles que no eran del todo ciertos, pero no creí que estuviera mal -¿Cierto, Xana?- Le di un pequeño codazo a la elfa, y esta asintió, lo que hubiera estado genial si no lo hubiera hecho vacilante. Entonces Bio se extrañó por mi forma de vestir, y le dije: -¿Eh? La pregunta es: ¿Por qué tú andas vestido así?- Bueno, no es que hubiera un problema con su ropa, pero ¡¿por qué con la mía sí?!
Escuché atentamente las instrucciones del vampiro, me sorprendí de que Elen también estaba cerca y que yo no la había notado, intenté protestar en contra de la idea de escapar, pero antes de poder pronunciar palabra alguna él ya se había metido en un aprieto, como siempre; cuando los problemas no vienen a él, él va a los problemas.
-Ya no hay más opción, vamos.- dijo la elfa agarrándome por el brazo para ir hasta Elen, esta vez sin dudas en su actuar y sin ánimos de perder tiempo.
Rápidamente llegamos hasta la bruja, la cual era acompañada por un hombre con un bigote del que no me quejaría en comparación con el del sádico en la arena de combate.
-Es bueno verte otra vez, aunque me hubiera gustado que fuera en mejores circunstancias.- saludó Xana con cordialidad, aunque parecía estar complacida de reencontrarse con la bruja.
-Hola.- dije mientras saludaba con el gesto de mostrar la palma de mi mano abierta, y después esbocé una pequeña sonrisa que luego sustituí con un semblante de seriedad -Me gustaría seguir hablando un poco más, pero Bio nos advirtió que escapáramos cuanto antes.- Volteé para observar la situación actual del vampiro.
Bio ya se había agotado, el enemigo se sanaba las heridas mágicamente, la presentadora parecía poder influenciar incluso al vampiro y, cada vez que este gritaba, se intensificaba la molesta luz roja. Solo hacía falta analizar un poco la situación para saber que nuestro querido compañero no iba a salir de esta por su propia cuenta.
-Veo que no podremos escapar sin sentirnos culpables luego.- Suspiré -¿Qué hacemos ahora? ¿Algún plan para sacarlo de ahí y sobrevivir en el intento?- pregunté, aunque sabía que Elen podría sobrevivir sin importar si había un plan o no, y yo tenía más posibilidades de sobrevivir si Elen estaba conmigo.
-La luz, hay que deshacernos de esa luz roja.- dijo la elfa -Es un conjuro arcanos avanzado, pero si la apagamos creo que Bio estará libre.
-En caso de que eso fuera cierto, ¿cómo se supone que apaguemos esa luz? No somos vampiros de sombras.- respondí y luego miré a la presentadora -Tal vez solo nos queda ir a por ella, aunque creo que no podremos acercarnos.- Voltee hacia Elen -Pero tú podrías lanzarle un rayo y eliminarla, ¿no?
Cuando la presentadora llamó a uno de los espectadores a luchar, este se levantó al instante y caminó hacia ella, con unos ojos que no parecían ser los de alguien con vida. Tal vez los demás guerreros también tenían su misma mirada, pero este era el primero que estaba donde yo podía verle la cara y no la espalda. Entonces lo lógico sería pensar que perdí todo mi tiempo observando nada por sentarme en el lugar equivocado.
Sorprendentemente, la presentadora rechazó al guerrero y prefirió ir ella misma hacia donde estaría un mejor contendiente, mientras decía lo suficiente para que yo tuviera una idea de lo que realmente era la competencia “Guerreros de sangre”.
Posibles decisiones a tomar vinieron a mi mente, pero lo que más consideré, aunque fuera una total imprudencia, fue la posibilidad de simplemente robar la bonita esfera brillante para poder ser yo quien controlara las mentes, y luego procedería a asesinar a la mujer extraña porque… Bueno, ¿por qué no? Ella no parecía una buena persona. Sin embargo, hacer eso podría ponerme en un gran aprieto si no pudiera usar la esfera, o si el control mental fuera gracias a otro artefacto o persona que no dudaría en eliminarme tras exponerme como un estúpido.
-Xana, voy a… hacer una estupidez, así que mantente aquí y sálvame si es necesario.- le dije a la elfa, con mi mirada fijada en mi esférico objetivo.
-¿Eh? ¿Qué piensas hacer?- preguntó y me agarró el brazo para detenerme antes de que yo siquiera intentara moverme.
-Descuida, todo estará bien.- respondí, y luego voltee hacia ella, sonreí y le mostré un pulgar arriba con mi mano libre.
-Rauko, antes, cuando decías que todo iba a estar bien, aunque no me convencieras del todo, me tranquilizaba- explicó la elfa -pero con el tiempo aprendí que, si tú dices eso, es porque ¡nada va a estar bien!
-Puede que tengas razón, pero…- hice una pausa repentina y mis ojos se fijaron en algo detrás de la elfa quien, al ver preocupación en mi semblante, no dudó en voltear alarmada, soltando mi brazo en el proceso, oportunidad que aproveché inmediatamente para girar y alejarme con una sonrisa pícara.
Desafortunadamente no pude dar ni un solo paso sin tropezar con alguien. El impacto desprevenido casi me tira al suelo, pero de alguna manera logré mantener el equilibrio para no caer como un idiota.
-¿Y tú qué haces aquí?- pregunté al mismo tiempo que él con una sincronía sospechosa -Estoy aquí porque Manuela quiso perturbar mi paz otorgándome una misión suicida, pero ahora también quiero aquella bonita esfera mágica para controlar mentes. Ya sabes, lo típico.
-Yo soy Xana.- respondió cordialmente la elfa cuando el vampiro la mencionó.
-Y como sé que no tienes ni idea: solamente gracias a ella sobrevivimos a la horda de no-muertos en Dundarak, pues ella los convirtió nuevamente en simples muertos, además de que también fue fundamental para tu rescate. Sin ella no estarías aquí.- añadí detalles que no eran del todo ciertos, pero no creí que estuviera mal -¿Cierto, Xana?- Le di un pequeño codazo a la elfa, y esta asintió, lo que hubiera estado genial si no lo hubiera hecho vacilante. Entonces Bio se extrañó por mi forma de vestir, y le dije: -¿Eh? La pregunta es: ¿Por qué tú andas vestido así?- Bueno, no es que hubiera un problema con su ropa, pero ¡¿por qué con la mía sí?!
Escuché atentamente las instrucciones del vampiro, me sorprendí de que Elen también estaba cerca y que yo no la había notado, intenté protestar en contra de la idea de escapar, pero antes de poder pronunciar palabra alguna él ya se había metido en un aprieto, como siempre; cuando los problemas no vienen a él, él va a los problemas.
-Ya no hay más opción, vamos.- dijo la elfa agarrándome por el brazo para ir hasta Elen, esta vez sin dudas en su actuar y sin ánimos de perder tiempo.
Rápidamente llegamos hasta la bruja, la cual era acompañada por un hombre con un bigote del que no me quejaría en comparación con el del sádico en la arena de combate.
-Es bueno verte otra vez, aunque me hubiera gustado que fuera en mejores circunstancias.- saludó Xana con cordialidad, aunque parecía estar complacida de reencontrarse con la bruja.
-Hola.- dije mientras saludaba con el gesto de mostrar la palma de mi mano abierta, y después esbocé una pequeña sonrisa que luego sustituí con un semblante de seriedad -Me gustaría seguir hablando un poco más, pero Bio nos advirtió que escapáramos cuanto antes.- Volteé para observar la situación actual del vampiro.
Bio ya se había agotado, el enemigo se sanaba las heridas mágicamente, la presentadora parecía poder influenciar incluso al vampiro y, cada vez que este gritaba, se intensificaba la molesta luz roja. Solo hacía falta analizar un poco la situación para saber que nuestro querido compañero no iba a salir de esta por su propia cuenta.
-Veo que no podremos escapar sin sentirnos culpables luego.- Suspiré -¿Qué hacemos ahora? ¿Algún plan para sacarlo de ahí y sobrevivir en el intento?- pregunté, aunque sabía que Elen podría sobrevivir sin importar si había un plan o no, y yo tenía más posibilidades de sobrevivir si Elen estaba conmigo.
-La luz, hay que deshacernos de esa luz roja.- dijo la elfa -Es un conjuro arcanos avanzado, pero si la apagamos creo que Bio estará libre.
-En caso de que eso fuera cierto, ¿cómo se supone que apaguemos esa luz? No somos vampiros de sombras.- respondí y luego miré a la presentadora -Tal vez solo nos queda ir a por ella, aunque creo que no podremos acercarnos.- Voltee hacia Elen -Pero tú podrías lanzarle un rayo y eliminarla, ¿no?
Rauko
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Re: [Cerrado] Guerreros de sangre [3/4][Guerra en Lunargenta]
Una nueva silueta apareció en escena mientras el invicto guerrero esperaba a su siguiente oponente, ésta vez se trataba de una extraña mujer de aspecto siniestro, de cabellos blancos a juego con sus ojos, que delataban una ceguera prematura. Elen centró su interés sobre ella al ver cómo acariciaba un brillante orbe que sostenía entre las manos, y solo unos segundos después, como si aquel objeto la ayudase a ver el mundo que la rodeaba, señaló a uno de los hombres del público para invitarlo a participar en la competición. Como si hubiese perdido algo a manos de la vampira, el individuo al que había elegido se levantó de su asiento y comenzó a andar hacia ella con la mirada perdida, sin que su voluntad pudiese entrar en juego, pero nada más llegar a la mujer ésta lo lanzó al suelo de un empujón.
Cerrando los ojos y concentrándose en lo que la esfera le decía, la presentadora encontró a alguien más capaz entre los espectadores, y mientras el artefacto brillaba de nuevo alzó la vista en la dirección en que se encontraban Elen y su compañero. ¿Intentaría doblegar su voluntad para que bajase a pelear? Puede que fuese su idea, pero no tuvo tiempo de hacerlo, antes de que una sola palabra más escapase de sus labios alguien retó al campeón, subiéndose a una mesa para que todas las miradas se centrasen en él. La benjamina de los Calhoun no fue la excepción, apartó su vista de la mujer y la dirigió hacia el valiente, cuyo rostro reconoció al momento. - Bio. - musitó, preguntándose interiormente si sería casualidad que se hubiesen vuelto a encontrar.
Con la aprobación de la presentadora, que lo examinó dirigiendo hacia él su orbe y se relamió los labios, el público comenzó a gritar emocionado, aún les quedaba mucho espectáculo por ver. El vampiro caminó hacia el círculo en que tendría lugar su combate y gritó al guerrero, seguramente utilizando su magia de voz como había hecho en la taberna de las afueras para que su propietario echase a los clientes, pero ésta vez su orden no fue aceptada. El círculo sobre el que se encontraban brilló entonces con un vivo tojo carmesí, y Elen supo al momento que se trataba de un hechizo para anular la magia, así ambos contendientes solo podrían valerse de la fuerza y de sus armas para ganar.
- Tenemos que sacarlo de ahí. - comentó al dragón, tras ver cómo una vez más, el intento de control mental de Bio fracasaba. Los golpes entre el moreno y su oponente se sucedieron, y gracias a eso pronto algo quedó revelado, la presentadora estaba haciendo trampas con su esfera para curar al espadachín, volviéndolo invencible y garantizando que se hiciese con el título de guerrero de sangre. Mientras en su cabeza la joven buscaba un modo de ayudar al informante antes de que saliese mal parado, un par de siluetas llegaron a toda prisa hasta ella, consiguiendo que se girase para mirarlos en cuanto escuchó una voz que conocía. - Xana, sigues viva, eso es bueno. - comentó al ver el rostro de la elfa, aunque solo pudo dedicarle unos segundos antes de que Rauko empezase a hablar.
- ¿Escapar? - preguntó al escuchar lo que el vampiro les había pedido que hiciesen. Elen negó con la cabeza, no lo iba a abandonar allí a su suerte, tenían que sacarlo del círculo o romper el hechizo que había anulado su magia, y pronto. Por suerte para ella Rauko pronto ignoró la petición de Víctor, consciente de que acabaría sintiéndose culpable si se marchaban, y casi al momento comenzaron a buscar un plan para intervenir antes de que fuera tarde. La rojiza luz no dejaba de aparecer, debilitando a Bio y poniéndolo a merced de su contrincante, y tal como apuntó la elfa se trataba de un hechizo de arcanos avanzado, que debían romper si querían equilibrar la pelea.
Apagar el círculo parecía una buena idea, pero no convenció del todo al elfo, que terminó proponiendo otra vía, atacar directamente a la presentadora, y para ello como no, esperaba contar con la electricidad de la antigua hechicera. - Verás, no es tan fácil… ya no tengo esos poderes… he cambiado un poco. - respondió la de cabellos cenicientos, sin dar más detalles. - Déjanos salir Elen, nosotros podemos ocuparnos de esa mujer sin que tengas que exponerte a su control mental. - le susurraron las almas de su medallón, las que habían pasado de ser sus enemigas a unas poderosas aliadas. - Centraos en su orbe, quitádselo. - ordenó, sin importarle que los recién llegados pudiesen escucharla. Las sombras se cernieron en torno a la centinela hasta envolverla por completo, y mientras ésta cerraba los ojos para elegir con cuidado a cuáles de ellas traía a su plano, un par de columnas de humo negro salieron disparadas de su medallón para impactar en las primeras filas de la grada.
Sus criaturas tomaron forma y de inmediato avanzaron hacia la vampira como se les había ordenado, dándole algo de margen para centrarse en el círculo y en la maldita luz. - Intentaré anular el hechizo con la oscuridad pero no tengo claro que funcione, si no es así tendremos que hallar otro modo de sacar a Bio de ahí. - anunció, desviando la vista hacia Alister, que comprendió al instante lo que quería decir. En su forma bestial podía sobrevolar la arena e intentar atrapar al informante con sus garras para ponerlo a salvo pero no sabían el alcance que aquel hechizo podía tener, y si el alado se veía manipulado por la magia de la mujer quizá solo consiguiesen empeorar las cosas.
Elen se concentró y manipuló su sombrío elemento para que rodease el círculo y cubriese la brillante luz rojiza, esperando que aquello surtiese efecto, aunque no podía estar segura de nada. Quizá el único modo de liberar a su aliado fuese hacerse con la esfera, algo que esperaba que sus creaciones consiguiesen.
Off: Habilidad de nivel 6: Llamada a las armas
Cerrando los ojos y concentrándose en lo que la esfera le decía, la presentadora encontró a alguien más capaz entre los espectadores, y mientras el artefacto brillaba de nuevo alzó la vista en la dirección en que se encontraban Elen y su compañero. ¿Intentaría doblegar su voluntad para que bajase a pelear? Puede que fuese su idea, pero no tuvo tiempo de hacerlo, antes de que una sola palabra más escapase de sus labios alguien retó al campeón, subiéndose a una mesa para que todas las miradas se centrasen en él. La benjamina de los Calhoun no fue la excepción, apartó su vista de la mujer y la dirigió hacia el valiente, cuyo rostro reconoció al momento. - Bio. - musitó, preguntándose interiormente si sería casualidad que se hubiesen vuelto a encontrar.
Con la aprobación de la presentadora, que lo examinó dirigiendo hacia él su orbe y se relamió los labios, el público comenzó a gritar emocionado, aún les quedaba mucho espectáculo por ver. El vampiro caminó hacia el círculo en que tendría lugar su combate y gritó al guerrero, seguramente utilizando su magia de voz como había hecho en la taberna de las afueras para que su propietario echase a los clientes, pero ésta vez su orden no fue aceptada. El círculo sobre el que se encontraban brilló entonces con un vivo tojo carmesí, y Elen supo al momento que se trataba de un hechizo para anular la magia, así ambos contendientes solo podrían valerse de la fuerza y de sus armas para ganar.
- Tenemos que sacarlo de ahí. - comentó al dragón, tras ver cómo una vez más, el intento de control mental de Bio fracasaba. Los golpes entre el moreno y su oponente se sucedieron, y gracias a eso pronto algo quedó revelado, la presentadora estaba haciendo trampas con su esfera para curar al espadachín, volviéndolo invencible y garantizando que se hiciese con el título de guerrero de sangre. Mientras en su cabeza la joven buscaba un modo de ayudar al informante antes de que saliese mal parado, un par de siluetas llegaron a toda prisa hasta ella, consiguiendo que se girase para mirarlos en cuanto escuchó una voz que conocía. - Xana, sigues viva, eso es bueno. - comentó al ver el rostro de la elfa, aunque solo pudo dedicarle unos segundos antes de que Rauko empezase a hablar.
- ¿Escapar? - preguntó al escuchar lo que el vampiro les había pedido que hiciesen. Elen negó con la cabeza, no lo iba a abandonar allí a su suerte, tenían que sacarlo del círculo o romper el hechizo que había anulado su magia, y pronto. Por suerte para ella Rauko pronto ignoró la petición de Víctor, consciente de que acabaría sintiéndose culpable si se marchaban, y casi al momento comenzaron a buscar un plan para intervenir antes de que fuera tarde. La rojiza luz no dejaba de aparecer, debilitando a Bio y poniéndolo a merced de su contrincante, y tal como apuntó la elfa se trataba de un hechizo de arcanos avanzado, que debían romper si querían equilibrar la pelea.
Apagar el círculo parecía una buena idea, pero no convenció del todo al elfo, que terminó proponiendo otra vía, atacar directamente a la presentadora, y para ello como no, esperaba contar con la electricidad de la antigua hechicera. - Verás, no es tan fácil… ya no tengo esos poderes… he cambiado un poco. - respondió la de cabellos cenicientos, sin dar más detalles. - Déjanos salir Elen, nosotros podemos ocuparnos de esa mujer sin que tengas que exponerte a su control mental. - le susurraron las almas de su medallón, las que habían pasado de ser sus enemigas a unas poderosas aliadas. - Centraos en su orbe, quitádselo. - ordenó, sin importarle que los recién llegados pudiesen escucharla. Las sombras se cernieron en torno a la centinela hasta envolverla por completo, y mientras ésta cerraba los ojos para elegir con cuidado a cuáles de ellas traía a su plano, un par de columnas de humo negro salieron disparadas de su medallón para impactar en las primeras filas de la grada.
Sus criaturas tomaron forma y de inmediato avanzaron hacia la vampira como se les había ordenado, dándole algo de margen para centrarse en el círculo y en la maldita luz. - Intentaré anular el hechizo con la oscuridad pero no tengo claro que funcione, si no es así tendremos que hallar otro modo de sacar a Bio de ahí. - anunció, desviando la vista hacia Alister, que comprendió al instante lo que quería decir. En su forma bestial podía sobrevolar la arena e intentar atrapar al informante con sus garras para ponerlo a salvo pero no sabían el alcance que aquel hechizo podía tener, y si el alado se veía manipulado por la magia de la mujer quizá solo consiguiesen empeorar las cosas.
Elen se concentró y manipuló su sombrío elemento para que rodease el círculo y cubriese la brillante luz rojiza, esperando que aquello surtiese efecto, aunque no podía estar segura de nada. Quizá el único modo de liberar a su aliado fuese hacerse con la esfera, algo que esperaba que sus creaciones consiguiesen.
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Elen Calhoun
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Re: [Cerrado] Guerreros de sangre [3/4][Guerra en Lunargenta]
Realmente estaba en problemas, los puños del sujeto pasaban muy cerca de mí dándome apenas oportunidad de esquivar; mi vista se hacía cada vez más borrosa y mi cuerpo parecía resistirse al movimiento; a estas alturas ya había entendido que mi magia no funcionaría para sacarme del aprieto, me encontraba anulado y me di cuenta entonces que me había hecho muy dependiente de mis trucos para resolver este tipo de situaciones; llevé mis manos a la parte baja de mi espalda para sacar las dagas que había comprado recientemente y que por fin tendría oportunidad de utilizar, éstas además de ser relativamente pequeñas y fáciles de esconder, eran además muy prácticas, con filos hacia ambos lados y la posibilidad de usarlas como nudilleras; esquivé un par de golpes a la cara y dejé que el tercero me impactara en el pecho; la sonrisa de victoria del bigotudo fue seguida por mi propia sonrisa de trampa, con ambos puños golpeé ambos lados del brazo del sujeto incrustándole las púas de las dagas para al fin hacerlo retroceder adolorido.
Al fin uno de mis planes parecía tener éxito pero la felicitad no me duró mucho, la sangre en sus heridas pareció evaporarse y luego estas desaparecieron por arte de magia y sin daño alguno el sujeto se vino de nuevo sobre mí, grité fuerte más por reflejos que por decisión propia, esperando causarle daño con magia y más tarde de lo debido recordé la consecuencia anterior de esta acción, el círculo que rodeaba la arena brilló, se nubló mi vista, mis piernas fallaron y acabé tirado por el piso; los gritos del eufórico público no se hicieron esperar y a este paso, los guerreros de sangre se darían un festín con MI sangre.
Repentinamente algo cambió -No, no, no, no- Repetí al notar que todo comenzaba a oscurecerse -No lo hagas, huye- Murmuré en voz baja pensando en lo catastrófica de la escena, apenas había logrado captar la atención de la vampira, si ésta se centraba de nuevo en Elen estaríamos en grave peligro todos -Noooooo- Unas siluetas sombrías aparecieron rumbo a la arena y el círculo brilló con más intensidad para finalmente comenzar a apagarse aunque no así la esfera en manos de la vampira, la misma había ido llenándose de un tono rojizo cada vez que usaba mi magia, pero ahora con esto se había llenado por completo en apenas unos segundos.
La vampiresa acarició la esfera con los ojos cerrados y una evidente excitación, había cumplido su objetivo, por lo que el círculo en la arena brilló de manera cada vez más ténue hasta que se extinguió por completo; la ciega se giró y comenzó a caminar hacia la salida aunque ahora parecía tener una mayor facilidad para controlar a los demás, pues a medida que pasaba simplemente caminando junto al público, incluso sin decir una palabra, estos perdían su voluntad y comenzaban a mirar a donde se encontraba Elen para luego caminar hacia ella.
Era mi fin, el sujeto rodeaba mi cuello con una mano ya preparado para acabarme cuando las palabras de la controladora lo interrumpieron -Has peleado bien, eres el guerrero de sangre de esta noche, acábalo y ven conmigo- A pesar de todo la misión no había sido un completo desastre, solo medio desastre, algunas cosas eran claras, la competencia le entregaba guerreros al Aquelarre, aquellos que vencían en las pruebas ganaban el derecho de unirse a las filas del Aquelarre y además, la arena y la esfera reunían magia y sangre de los peleadores con fines que seguían siendo desconocidos, aún necesitábamos más respuestas pero conmigo tan debilitado y con una turba de mentes controladas entre Elen y la ciega, sería bastante difícil capturarla sin lidiar primero con el problema inmediato, una cosa a la vez.
Al fin uno de mis planes parecía tener éxito pero la felicitad no me duró mucho, la sangre en sus heridas pareció evaporarse y luego estas desaparecieron por arte de magia y sin daño alguno el sujeto se vino de nuevo sobre mí, grité fuerte más por reflejos que por decisión propia, esperando causarle daño con magia y más tarde de lo debido recordé la consecuencia anterior de esta acción, el círculo que rodeaba la arena brilló, se nubló mi vista, mis piernas fallaron y acabé tirado por el piso; los gritos del eufórico público no se hicieron esperar y a este paso, los guerreros de sangre se darían un festín con MI sangre.
Repentinamente algo cambió -No, no, no, no- Repetí al notar que todo comenzaba a oscurecerse -No lo hagas, huye- Murmuré en voz baja pensando en lo catastrófica de la escena, apenas había logrado captar la atención de la vampira, si ésta se centraba de nuevo en Elen estaríamos en grave peligro todos -Noooooo- Unas siluetas sombrías aparecieron rumbo a la arena y el círculo brilló con más intensidad para finalmente comenzar a apagarse aunque no así la esfera en manos de la vampira, la misma había ido llenándose de un tono rojizo cada vez que usaba mi magia, pero ahora con esto se había llenado por completo en apenas unos segundos.
La vampiresa acarició la esfera con los ojos cerrados y una evidente excitación, había cumplido su objetivo, por lo que el círculo en la arena brilló de manera cada vez más ténue hasta que se extinguió por completo; la ciega se giró y comenzó a caminar hacia la salida aunque ahora parecía tener una mayor facilidad para controlar a los demás, pues a medida que pasaba simplemente caminando junto al público, incluso sin decir una palabra, estos perdían su voluntad y comenzaban a mirar a donde se encontraba Elen para luego caminar hacia ella.
Era mi fin, el sujeto rodeaba mi cuello con una mano ya preparado para acabarme cuando las palabras de la controladora lo interrumpieron -Has peleado bien, eres el guerrero de sangre de esta noche, acábalo y ven conmigo- A pesar de todo la misión no había sido un completo desastre, solo medio desastre, algunas cosas eran claras, la competencia le entregaba guerreros al Aquelarre, aquellos que vencían en las pruebas ganaban el derecho de unirse a las filas del Aquelarre y además, la arena y la esfera reunían magia y sangre de los peleadores con fines que seguían siendo desconocidos, aún necesitábamos más respuestas pero conmigo tan debilitado y con una turba de mentes controladas entre Elen y la ciega, sería bastante difícil capturarla sin lidiar primero con el problema inmediato, una cosa a la vez.
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Re: [Cerrado] Guerreros de sangre [3/4][Guerra en Lunargenta]
Como era de esperarse, sucedió justo lo que no era de esperarse. ¿Elen ya no tenía poderes? ¿Ahora solo era como una humana común y corriente? ¿Había obtenido una terrible maldición de la que solo podría deshacerse viajando en el tiempo? Sin duda alguna Amaterasu debía morir. Porque sí, yo estaba completamente seguro de que esa detestable mujer tenía alguna relación con el cambio de la desafortunada exbruja. Y si en realidad la nigromante era ajena a este problema, pues igual, ella debía ser castigada por sus viles actos.
Sea como sea, si Elen ya no tenía sus poderes, entonces no me quedaba de otra que lanzarle una de mis espadas a la presentadora y esperar tener buena puntería. Pero antes de hacer algo, la exbruja pidió que nos centráramos en el orbe, así que, sin saber muy bien el porqué, decidí obedecerle. Fijé mi mirada en la bonita esfera mágica y llevé mi mano a mi espalda en busca de mis sables duales. No obstante, Xana colocó una mano en mi hombro para detenerme.
-Espera.- me ordenó la elfa mientras observaba a Elen.
Como era de esperarse, nuevamente sucedió algo que nadie pudo haber esperado. De pronto la exbruja fue envuelta en oscuridad, dando inicio a una escena donde me fue difícil entender lo que estaba presenciando. Cuando me di cuenta, había dos seres oscuros e intimidantes yendo rumbo a la presentadora.
Miré a Elen, luego miré a los seres oscuros, después a Elen y otra vez a los seres oscuros. Más que sorprendido, estaba muy confundido y comencé a cuestionarme si estaba en otro de mis sueños disparatados, pues, ¿dónde más Elen podría ser un vampiro y dónde más un hombre podría luchar toda una noche sin que se le desarregle su bien cuidado bigote?
Xana, por su parte, solo podía mirar a Elen, con una mezcla de extrañeza y preocupación en su semblante. Pero cuando la exbruja habló, nuevamente la elfa volvió en sí y dijo con firmeza: -Debe funcionar.- Miró a Bio y luego a las criaturas oscuras -Pero si no, estoy segur…- Cerró los labios al ver que la situación estaba a punto de empeorar.
La oscuridad no pudo deshacer el hechizo; al contrario, el hechizo absorbió la oscuridad e incrementó su potencia hasta tal punto que algunos espectadores en las primeras filas cayeron sobre sus rodillas, jadeando mientras perdían sus fuerzas. Pero eso no fue lo peor, sino que incluso el aura de las criaturas invocadas por la exbruja también comenzó a ser succionada hacia el círculo, lo que me hizo tener un muy mal presentimiento.
La luz roja se tornó tan intensa que instintivamente cubrí mis ojos con mi antebrazo derecho. Pero solo fue por un instante, pues el círculo dejó de brillar, a diferencia de la esfera de la presentadora. Por suerte los aliados sombríos de Elen no fueron absorbidos, pero ahora eran más lentos y el aura de oscuridad de estos se volvió tenue.
Por lo menos Bio ahora estaba a salvo, así que nuestro plan funcionó al final de todo. Además, la presentadora no decidió controlar nuestras mentes, sino que prefirió escapar junto a su guerrero del elegante mostacho.
Por desgracia, en su escape convirtió a muchos en sus esclavos, y la exbruja se convirtió en el blanco de cada uno de ellos quienes comenzaron a caminar hacia nosotros. Y, para empeorar la situación, las criaturas de Elen, desplazándose lo más rápido que les era posible con su velocidad limitada, se desvanecieron lentamente hasta volverse nada, sin ni siquiera haber logrado acercarse a la presentadora.
Afortunadamente no tendríamos que preocuparnos por Bio, pues los esclavos sin mente lo ignoraban y Xana había tomado ya la iniciativa de ir por él. La elfa fue hacia el vampiro y se colocó de cuclillas a su lado para luego intentar ayudarlo a levantarse -¿Puedes moverte?- preguntó mientras lo examinaba rápidamente con la mirada -¿Puedes recuperarte si bebes sangre? Porque podrías beber de ellos.- Señaló a los espectadores que estaban en el suelo por haber perdido las fuerzas, aunque no estaba segura de que su idea realmente pudiera funcionar de esa manera.
-Esto se ve muy mal.- dije, como si no fuera ya demasiado obvio. Entonces desenvainé una de mis espadas, me puse en guardia y traté de pensar en cómo salir conservando nuestras preciadas vidas -Solo debemos resistir y esperar que vengan hacia nosotros hasta que no queden demasiados en la entrada, así Bio y Xana podrán escapar fácilmente y luego nosotros podremos abrirnos paso y salir de aquí.- expliqué el primer plan que se me ocurrió. No obstante, puede que con Elen tuviera una mejor alternativa con sus nuevos poderes. Así que miré a la exbruja y le dije: -Pero será complicado con tantos de ellos, así que si tienes un mejor plan, este es un buen momento para compartirlo.
Sea como sea, si Elen ya no tenía sus poderes, entonces no me quedaba de otra que lanzarle una de mis espadas a la presentadora y esperar tener buena puntería. Pero antes de hacer algo, la exbruja pidió que nos centráramos en el orbe, así que, sin saber muy bien el porqué, decidí obedecerle. Fijé mi mirada en la bonita esfera mágica y llevé mi mano a mi espalda en busca de mis sables duales. No obstante, Xana colocó una mano en mi hombro para detenerme.
-Espera.- me ordenó la elfa mientras observaba a Elen.
Como era de esperarse, nuevamente sucedió algo que nadie pudo haber esperado. De pronto la exbruja fue envuelta en oscuridad, dando inicio a una escena donde me fue difícil entender lo que estaba presenciando. Cuando me di cuenta, había dos seres oscuros e intimidantes yendo rumbo a la presentadora.
Miré a Elen, luego miré a los seres oscuros, después a Elen y otra vez a los seres oscuros. Más que sorprendido, estaba muy confundido y comencé a cuestionarme si estaba en otro de mis sueños disparatados, pues, ¿dónde más Elen podría ser un vampiro y dónde más un hombre podría luchar toda una noche sin que se le desarregle su bien cuidado bigote?
Xana, por su parte, solo podía mirar a Elen, con una mezcla de extrañeza y preocupación en su semblante. Pero cuando la exbruja habló, nuevamente la elfa volvió en sí y dijo con firmeza: -Debe funcionar.- Miró a Bio y luego a las criaturas oscuras -Pero si no, estoy segur…- Cerró los labios al ver que la situación estaba a punto de empeorar.
La oscuridad no pudo deshacer el hechizo; al contrario, el hechizo absorbió la oscuridad e incrementó su potencia hasta tal punto que algunos espectadores en las primeras filas cayeron sobre sus rodillas, jadeando mientras perdían sus fuerzas. Pero eso no fue lo peor, sino que incluso el aura de las criaturas invocadas por la exbruja también comenzó a ser succionada hacia el círculo, lo que me hizo tener un muy mal presentimiento.
La luz roja se tornó tan intensa que instintivamente cubrí mis ojos con mi antebrazo derecho. Pero solo fue por un instante, pues el círculo dejó de brillar, a diferencia de la esfera de la presentadora. Por suerte los aliados sombríos de Elen no fueron absorbidos, pero ahora eran más lentos y el aura de oscuridad de estos se volvió tenue.
Por lo menos Bio ahora estaba a salvo, así que nuestro plan funcionó al final de todo. Además, la presentadora no decidió controlar nuestras mentes, sino que prefirió escapar junto a su guerrero del elegante mostacho.
Por desgracia, en su escape convirtió a muchos en sus esclavos, y la exbruja se convirtió en el blanco de cada uno de ellos quienes comenzaron a caminar hacia nosotros. Y, para empeorar la situación, las criaturas de Elen, desplazándose lo más rápido que les era posible con su velocidad limitada, se desvanecieron lentamente hasta volverse nada, sin ni siquiera haber logrado acercarse a la presentadora.
Afortunadamente no tendríamos que preocuparnos por Bio, pues los esclavos sin mente lo ignoraban y Xana había tomado ya la iniciativa de ir por él. La elfa fue hacia el vampiro y se colocó de cuclillas a su lado para luego intentar ayudarlo a levantarse -¿Puedes moverte?- preguntó mientras lo examinaba rápidamente con la mirada -¿Puedes recuperarte si bebes sangre? Porque podrías beber de ellos.- Señaló a los espectadores que estaban en el suelo por haber perdido las fuerzas, aunque no estaba segura de que su idea realmente pudiera funcionar de esa manera.
-Esto se ve muy mal.- dije, como si no fuera ya demasiado obvio. Entonces desenvainé una de mis espadas, me puse en guardia y traté de pensar en cómo salir conservando nuestras preciadas vidas -Solo debemos resistir y esperar que vengan hacia nosotros hasta que no queden demasiados en la entrada, así Bio y Xana podrán escapar fácilmente y luego nosotros podremos abrirnos paso y salir de aquí.- expliqué el primer plan que se me ocurrió. No obstante, puede que con Elen tuviera una mejor alternativa con sus nuevos poderes. Así que miré a la exbruja y le dije: -Pero será complicado con tantos de ellos, así que si tienes un mejor plan, este es un buen momento para compartirlo.
Rauko
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Re: [Cerrado] Guerreros de sangre [3/4][Guerra en Lunargenta]
Decididas a cumplir la orden de su señora, las sombrías criaturas ignoraron por completo al público para avanzar en dirección a la extraña presentadora, pero su aparición no pareció alterar en absoluto a la mujer, más bien todo lo contrario. En vez de huir como lo habría hecho cualquier persona sensata en su situación, la vampira mantuvo su posición sin dejar de acariciar el brillante orbe que sostenía, objeto que pronto comenzó a absorber parte de la oscuridad con que Elen trataba de apagar el círculo para sacar a Bio de allí antes de que fuese demasiado tarde. La esfera se tornó de un vivo color rojizo y con esto acabó la competición de la noche, ya tenía a su ganador y también el poder y la sangre que había venido buscando, era hora de marcharse antes de que las cosas se torciesen.
Con sus habilidades de control mental considerablemente aumentadas gracias al orbe, la presentadora comenzó a abandonar el lugar dejando tras de sí a una multitud de hombres y mujeres sin voluntad propia, con el único propósito de alcanzar a la de cabellos cenicientos, seguramente para quitarla de en medio. La ciega solo se detuvo para dedicar unas palabras a su guerrero, que en aquellos momentos sujetaba con fuerza a Bio por el cuello y se preparaba para acabar con él. Ante su orden el espadachín asintió con la cabeza y echó la diestra hacia atrás para tomar impulso antes de apuñalar a su oponente, pero una rápida intervención de la centinela lo detuvo en seco.
Creando un grueso lazo de sombras la joven apresó el brazo del bigotudo, impidiéndole asestar el golpe mortal y apartándolo bruscamente del moreno, consiguiendo que el guerrero aterrizase a un par de metros y reconsiderase sus opciones. Debía seguir a la vampira, así se lo había pedido, pero también le había dicho que acabase con aquel individuo… aunque quizá no le resultase tan sencillo, no con la de ojos verdes de por medio. Al ver que otra muchacha se acercaba a toda prisa, una ágil elfa que tardaría poco en alcanzarlos, el títere de la ciega decidió marcharse tras su señora, dejando para la turba la tarea de ocuparse de Elen y de cuantos se interpusiesen en su camino.
- Una cosa menos. - musitó la benjamina de los Calhoun, dejando escapar un suspiro de alivio al ver a Xana llegando junto a Víctor. - Ahora solo quedan todas esas. - apuntó Alister, señalando a la multitud que avanzaba hacia ellos. Sin llegar a cumplir su cometido, las sombrías criaturas comenzaron a desvanecerse, les había llegado su hora y no podrían ayudarlos, así que sin perder tiempo, Elen permitió que regresasen a su medallón y escuchó el plan que Rauko proponía. - No controlan sus actos, son personas inocentes. - dijo tras oír la idea del elfo, consiguiendo que su compañero resoplase. - ¿Inocentes? Estaban aquí para ver como otros se mataban entre sí, si no nos ocupamos de ellos nos seguirán y podríamos vernos atrapados. - soltó, mientras se apartaba de ambos y su cuerpo empezaba a cambiar.
- Me buscan a mí, alejaos y dejad que vengan, podréis seguir adelante… yo los entretendré aquí para que no os molesten. - sugirió la vampira, para desagrado del dragón. - ¿Dejarte sola contra esa turba? Por encima de mi cadáver. - dijo el alado con tono cortante, mientras sus alargadas pupilas de reptil se clavaban en los verdes ojos de la otrora bruja, mirándola con seriedad. Puede que para ella su actitud pareciese sobreprotectora pero no lo era, simplemente no estaba dispuesto a abandonarla a su suerte, eran un equipo y como tal, saldrían de aquello. - Utiliza la niebla para ocultarte, os abriré un camino. - indicó, para acto seguido batir las alas y salir disparado en dirección a los espectadores sin voluntad.
Valiéndose de su peso y la dureza de su coraza natural, el cazador se abalanzó sobre el gentío con intención de dejar fuera de juego a tantos como pudiese, golpeándolos contra las gradas o las paredes cercanas sin miramientos, buscaba conseguir que perdiesen la consciencia pero si alguno de aquellos desgraciados moría tampoco supondría una gran pérdida. Algunos salieron dolorosamente despedidos hacia el círculo a base de coletazos, mientras otros con menos suerte se las veían con las espinas de la bestia, que no se detuvo hasta conseguir despejar una ruta para el resto. - ¡Ahora! - exclamó, instando a la centinela a marcharse, pero sin usar su fuego Alister estaba limitado de cara al combate, si quería librarse de la multitud necesitaría ayuda.
- No. - respondió Elen, al tiempo que envolvía su cuerpo totalmente con su lúgubre elemento. Las sombras salieron a toda velocidad desde su posición y atraparon a varios de los hombres que rodeaban al cazador e intentaban sobrepasarlo para seguir hacia ella, inmovilizándolos y provocando que cayesen al suelo. - Rauko no puedo retenerlos a todos, ayuda a Alister… deshaceos de los que siguen libres. - pidió, mientras manipulaba su elemento para que comenzase a apretar las gargantas de sus víctimas, que pronto se vieron sin aire y dejaron de resistirse. Una vez inconscientes las sombras los liberaron y se desvanecieron, pero tal como había dicho el alado no podían confiar en que no los siguiesen más adelante, tendrían que hallar un modo de retenerlos de forma algo más permanente, al menos hasta que acabasen con la ciega o le arrebatasen su orbe.
A base de fuerza bruta, y con el apoyo de la vampira, el dragón consiguió quitar de en medio a unos cuantos más, pero no sería suficiente, si querían seguir adelante a través de las catacumbas debían asegurarse de que nadie los atacase por la retaguardia, no podía quedar nadie en pie.
Off: Ya que no se había puesto cómo te librabas del bigotudo lo he añadido yo, si hay algún problema avisadme y lo edito.
Con sus habilidades de control mental considerablemente aumentadas gracias al orbe, la presentadora comenzó a abandonar el lugar dejando tras de sí a una multitud de hombres y mujeres sin voluntad propia, con el único propósito de alcanzar a la de cabellos cenicientos, seguramente para quitarla de en medio. La ciega solo se detuvo para dedicar unas palabras a su guerrero, que en aquellos momentos sujetaba con fuerza a Bio por el cuello y se preparaba para acabar con él. Ante su orden el espadachín asintió con la cabeza y echó la diestra hacia atrás para tomar impulso antes de apuñalar a su oponente, pero una rápida intervención de la centinela lo detuvo en seco.
Creando un grueso lazo de sombras la joven apresó el brazo del bigotudo, impidiéndole asestar el golpe mortal y apartándolo bruscamente del moreno, consiguiendo que el guerrero aterrizase a un par de metros y reconsiderase sus opciones. Debía seguir a la vampira, así se lo había pedido, pero también le había dicho que acabase con aquel individuo… aunque quizá no le resultase tan sencillo, no con la de ojos verdes de por medio. Al ver que otra muchacha se acercaba a toda prisa, una ágil elfa que tardaría poco en alcanzarlos, el títere de la ciega decidió marcharse tras su señora, dejando para la turba la tarea de ocuparse de Elen y de cuantos se interpusiesen en su camino.
- Una cosa menos. - musitó la benjamina de los Calhoun, dejando escapar un suspiro de alivio al ver a Xana llegando junto a Víctor. - Ahora solo quedan todas esas. - apuntó Alister, señalando a la multitud que avanzaba hacia ellos. Sin llegar a cumplir su cometido, las sombrías criaturas comenzaron a desvanecerse, les había llegado su hora y no podrían ayudarlos, así que sin perder tiempo, Elen permitió que regresasen a su medallón y escuchó el plan que Rauko proponía. - No controlan sus actos, son personas inocentes. - dijo tras oír la idea del elfo, consiguiendo que su compañero resoplase. - ¿Inocentes? Estaban aquí para ver como otros se mataban entre sí, si no nos ocupamos de ellos nos seguirán y podríamos vernos atrapados. - soltó, mientras se apartaba de ambos y su cuerpo empezaba a cambiar.
- Me buscan a mí, alejaos y dejad que vengan, podréis seguir adelante… yo los entretendré aquí para que no os molesten. - sugirió la vampira, para desagrado del dragón. - ¿Dejarte sola contra esa turba? Por encima de mi cadáver. - dijo el alado con tono cortante, mientras sus alargadas pupilas de reptil se clavaban en los verdes ojos de la otrora bruja, mirándola con seriedad. Puede que para ella su actitud pareciese sobreprotectora pero no lo era, simplemente no estaba dispuesto a abandonarla a su suerte, eran un equipo y como tal, saldrían de aquello. - Utiliza la niebla para ocultarte, os abriré un camino. - indicó, para acto seguido batir las alas y salir disparado en dirección a los espectadores sin voluntad.
Valiéndose de su peso y la dureza de su coraza natural, el cazador se abalanzó sobre el gentío con intención de dejar fuera de juego a tantos como pudiese, golpeándolos contra las gradas o las paredes cercanas sin miramientos, buscaba conseguir que perdiesen la consciencia pero si alguno de aquellos desgraciados moría tampoco supondría una gran pérdida. Algunos salieron dolorosamente despedidos hacia el círculo a base de coletazos, mientras otros con menos suerte se las veían con las espinas de la bestia, que no se detuvo hasta conseguir despejar una ruta para el resto. - ¡Ahora! - exclamó, instando a la centinela a marcharse, pero sin usar su fuego Alister estaba limitado de cara al combate, si quería librarse de la multitud necesitaría ayuda.
- No. - respondió Elen, al tiempo que envolvía su cuerpo totalmente con su lúgubre elemento. Las sombras salieron a toda velocidad desde su posición y atraparon a varios de los hombres que rodeaban al cazador e intentaban sobrepasarlo para seguir hacia ella, inmovilizándolos y provocando que cayesen al suelo. - Rauko no puedo retenerlos a todos, ayuda a Alister… deshaceos de los que siguen libres. - pidió, mientras manipulaba su elemento para que comenzase a apretar las gargantas de sus víctimas, que pronto se vieron sin aire y dejaron de resistirse. Una vez inconscientes las sombras los liberaron y se desvanecieron, pero tal como había dicho el alado no podían confiar en que no los siguiesen más adelante, tendrían que hallar un modo de retenerlos de forma algo más permanente, al menos hasta que acabasen con la ciega o le arrebatasen su orbe.
A base de fuerza bruta, y con el apoyo de la vampira, el dragón consiguió quitar de en medio a unos cuantos más, pero no sería suficiente, si querían seguir adelante a través de las catacumbas debían asegurarse de que nadie los atacase por la retaguardia, no podía quedar nadie en pie.
Off: Ya que no se había puesto cómo te librabas del bigotudo lo he añadido yo, si hay algún problema avisadme y lo edito.
Elen Calhoun
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Re: [Cerrado] Guerreros de sangre [3/4][Guerra en Lunargenta]
A estas alturas tan solo veía luz y sombras, menos luz y más sombras de hecho, el puño del guerrero apuntaba directo a mí, alcé los brazos intentando protegerme pero antes de ello el grandulón fue detenido y lanzado hacia atrás, casi llevándome con él en el proceso; caí al piso mareado y sacudí mi cabeza varias veces hasta que sentí a la novia de Rauko llegar a mi lado; sus palabras no carecían de sentido ni de lógica, de hecho era la mejor opción que tenía pero aun así no me gustaba para nada, cerré los ojos y vinieron a mi mente algunos recuerdos de mi último encuentro con la reina de las arañas, en donde bajo sus órdenes había hecho cosas terribles y donde había salido a relucir mi naturaleza de predador -Beber sangre- Susurré evitando tomarlo como la única opción.
Cualquier instante que me tomara pensando y meditando era tiempo que les servía para rodearnos y atraparnos, no tardaron mucho en rodear a Xana y lanzarme al piso para saltar sobre mí; el control mental les quitaba un poco de fuerza pero aun así su número les daba ventaja, aunque pudiera soportar unos instantes más, no sería lo mismo con la joven elfa a quien comenzaban a capturar entre varios sin cuidado alguno de hacerle daño, el dragón luchaba pero sus esfuerzos no bastaban para tantos súbditos, no había tiempo para debates morales, haría lo que fuera necesario para mantener a salvo a mis amigos, aun si eso significaba perder mi alma en el proceso.
Cerré los ojos y relajé mi cuerpo recibiendo algunos golpes en el proceso, al abrirlos, era completamente diferente; tomé dos de ellos y estrellé sus cabezas para luego lanzarlos a un lado sin cuidado alguno, con algunas patadas conseguí quitarme a otros de encima y al último de los cercanos lo tomé por el cuello y lo acerqué a mi boca desgarrándolo y bañando mi rostro con su sangre, podía sentir cómo mi cuerpo comenzaba a llenarse de energía y vitalidad, no podía salvar a todos, pero sin duda podía cambiar una vida para salvar las otras.
Tomando el cuello del hombre lo lancé a un lado cerca de los pies de Xana a la que aún mantenían atrapada, con mis nuevas energías podría acabar con algunos de ellos sin problema, pero no con todos y para cuando lo lograra tal vez ya fuera tarde, además de mantenernos a salvo era necesario alcanzar a la ciega del orbe, debía haber una manera y justo se me ocurría una, ahora que ya no había círculo que me limitara en mis poderes, pensé en combatir el control con más control, dando una orden contraria a la que ya tenían podía causar una especie de choque metal en los esbirros mentales de la ciega -¡BASTA!- [1] Dejé salir un grito que hizo eco en todos los rincones, si mi magia era más poderosa, esa instrucción debería sobreescribir a la anterior y detenerlos.
Perdí las fuerzas por un instante ante el esfuerzo que había supuesto tal uso de magia y casi me voy al piso, no obstante, los cuerpos de los dominados comenzaron a detenerse al tiempo que otros simplemente caían al piso, un pequeño dolor de cabeza comenzó a punzarme los lados de la frente pero decidí ignorarlo y levantarme de nuevo -¿Estás bien?- Pregunté a Xana apoyándome sobre ella, algunos de los esbirros aún se mantenían en pie pero ya no sería difícil deshacerse de ellos, de momento había algo más importante qué hacer -La ciega, no debe irse con el orbe- Advertí a mis compañeros de gremio, avancé hasta la puerta por donde se había ido la mujer y encontré una escena bastante perturbadora y extraña.
La mujer parecía estar hablando con alguien mientras miraba el orbe, el guerrero de los bigotes se mantenía junto a ella pero no le respondía, sin embargo ella sí que continuaba diciendo cosas sin sentido -¿Se equivoca, maestro, puedo con ellas, debe sentirlas, su poder nos dará la victoria- No tenía idea de qué estaba hablando hasta que recordé a las criaturas de Elen, de las que una parte había sido devorada por el orbe -¿Dejarlas salir? ¡Me niego! Son mías- Tras estas palabras la esfera de cristal comenzó a mostrar fisuras -No saldrán, me pertenecen- Empujé la puerta descuidadamente y eso captó su atención -Te dije que lo eliminaras, a todos, a todos ellos, mátalos, mátalos a todos- Ordenó a su secuaz la vampiresa hasta el cansancio -BASTA- Repetí con una sonrisa burlesca esperando repetir la hazaña anterior pero esta vez no dio resultado, el sujeto avanzó hacia mí sin ser afectado por mi magia -Bueno, tenía que intentarlo- No lograba entender del todo lo que estaba sucediendo, pero algo parecía andar mal con la esfera de la mujer y ésta no se veía nada contenta.
[1]Habilidad de nivel 9: La Máscara de la Muerte Roja Cualquier instante que me tomara pensando y meditando era tiempo que les servía para rodearnos y atraparnos, no tardaron mucho en rodear a Xana y lanzarme al piso para saltar sobre mí; el control mental les quitaba un poco de fuerza pero aun así su número les daba ventaja, aunque pudiera soportar unos instantes más, no sería lo mismo con la joven elfa a quien comenzaban a capturar entre varios sin cuidado alguno de hacerle daño, el dragón luchaba pero sus esfuerzos no bastaban para tantos súbditos, no había tiempo para debates morales, haría lo que fuera necesario para mantener a salvo a mis amigos, aun si eso significaba perder mi alma en el proceso.
Cerré los ojos y relajé mi cuerpo recibiendo algunos golpes en el proceso, al abrirlos, era completamente diferente; tomé dos de ellos y estrellé sus cabezas para luego lanzarlos a un lado sin cuidado alguno, con algunas patadas conseguí quitarme a otros de encima y al último de los cercanos lo tomé por el cuello y lo acerqué a mi boca desgarrándolo y bañando mi rostro con su sangre, podía sentir cómo mi cuerpo comenzaba a llenarse de energía y vitalidad, no podía salvar a todos, pero sin duda podía cambiar una vida para salvar las otras.
Tomando el cuello del hombre lo lancé a un lado cerca de los pies de Xana a la que aún mantenían atrapada, con mis nuevas energías podría acabar con algunos de ellos sin problema, pero no con todos y para cuando lo lograra tal vez ya fuera tarde, además de mantenernos a salvo era necesario alcanzar a la ciega del orbe, debía haber una manera y justo se me ocurría una, ahora que ya no había círculo que me limitara en mis poderes, pensé en combatir el control con más control, dando una orden contraria a la que ya tenían podía causar una especie de choque metal en los esbirros mentales de la ciega -¡BASTA!- [1] Dejé salir un grito que hizo eco en todos los rincones, si mi magia era más poderosa, esa instrucción debería sobreescribir a la anterior y detenerlos.
Perdí las fuerzas por un instante ante el esfuerzo que había supuesto tal uso de magia y casi me voy al piso, no obstante, los cuerpos de los dominados comenzaron a detenerse al tiempo que otros simplemente caían al piso, un pequeño dolor de cabeza comenzó a punzarme los lados de la frente pero decidí ignorarlo y levantarme de nuevo -¿Estás bien?- Pregunté a Xana apoyándome sobre ella, algunos de los esbirros aún se mantenían en pie pero ya no sería difícil deshacerse de ellos, de momento había algo más importante qué hacer -La ciega, no debe irse con el orbe- Advertí a mis compañeros de gremio, avancé hasta la puerta por donde se había ido la mujer y encontré una escena bastante perturbadora y extraña.
La mujer parecía estar hablando con alguien mientras miraba el orbe, el guerrero de los bigotes se mantenía junto a ella pero no le respondía, sin embargo ella sí que continuaba diciendo cosas sin sentido -¿Se equivoca, maestro, puedo con ellas, debe sentirlas, su poder nos dará la victoria- No tenía idea de qué estaba hablando hasta que recordé a las criaturas de Elen, de las que una parte había sido devorada por el orbe -¿Dejarlas salir? ¡Me niego! Son mías- Tras estas palabras la esfera de cristal comenzó a mostrar fisuras -No saldrán, me pertenecen- Empujé la puerta descuidadamente y eso captó su atención -Te dije que lo eliminaras, a todos, a todos ellos, mátalos, mátalos a todos- Ordenó a su secuaz la vampiresa hasta el cansancio -BASTA- Repetí con una sonrisa burlesca esperando repetir la hazaña anterior pero esta vez no dio resultado, el sujeto avanzó hacia mí sin ser afectado por mi magia -Bueno, tenía que intentarlo- No lograba entender del todo lo que estaba sucediendo, pero algo parecía andar mal con la esfera de la mujer y ésta no se veía nada contenta.
Bio
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Re: [Cerrado] Guerreros de sangre [3/4][Guerra en Lunargenta]
Desde el primer momento en el que se pone un pie en las catacumbas conoces qué tipo de personas desagradables rondan en aquel lugar, y luego de ver cómo ellos pueden deleitarse con la muerte de un niño, ya no hay ninguna duda de que ni siquiera se podría considerarlos personas, sino monstruos que merecen ser erradicados. Sin embargo, Elen me respondió con que eran “inocentes”, lo que, si hubiéramos estado en otras circunstancias, me habría hecho reír hasta que me doliera el estómago.
Fue entonces cuando el compañero de la exbruja, mientras discutía con ella, se transformó en un enorme dragón, algo que me hizo sentir como el menos útil del grupo; Bio podía usar solo su voz para doblegar a cualquiera, Elen era una poderosa vampira de sombras y su amigo una criatura colosal, mientras que yo era un simple chico con un par de espadas y un disfraz absurdo.
Sea como sea, el dragón entró en acción y luchó ferozmente contra la horda de esclavos, aturdiendo a muchos y enviando a algunos pocos desafortunados al mundo de los muertos. Sin embargo, él solo no podría con tantos enemigos, así que apenas Elen lo pidió, emprendí una carrera con espada en mano para ayudar.
Normalmente me inclinaría por la opción de asesinar, pero viendo que los demás intentaban evitar recurrir a eso, además de que Xana estaba presente y por su culpa yo quería dejar de arrebatar vidas si no era meramente necesario, me vi obligado a escoger una vía menos letal pero efectiva para este tipo de situaciones.
Debido a que los esclavos ignoraban a todos menos a Elen, se me hizo muy sencillo acercarme a ellos para hacerles cortes en las piernas, buscando seccionar en dos sus tendones, o cortes en la espalda, buscando seccionar la columna. De este modo no morirían pero tampoco podrían volver a caminar hasta que recibieran la atención de un elfo.
Paralelamente, Xana no había obtenido respuesta de Bio más que un susurro inaudible para ella, por lo que no pudo evitar preocuparse, pues le sería difícil sacar al vampiro estando este tan debilitado y, peor aún, tampoco podría hacer mucho para ayudar al resto en la lucha contra los esclavos.
-Vamos, por favor, reacciona.- suplicó la elfa -No tenemos tiempo que per…- Se vio obligada a callar cuando notó que ahora los esclavos se habían fijado en ella y en el vampiro. Rápidamente llevó su mano a la espalda donde tenía colgando su báculo, pero alguien se le acercó por la retaguardia y la capturó, rodeándola con los brazos y apretándola con fuerza. Entonces recordó que podía hacer una explosión de luz para alejarlos a todos, pero Bio estaba muy cerca; él sería el más afectado por su condición de vampiro. Y la elfa, ignorante sobre la raza de chupasangres, no quiso descubrir cuánto daño podría causarle a su debilitado compañero, todavía no, por lo que optó por gritarle: -Por favor, ¡reacciona!
El grito llegó a mis oídos obligándome a voltear hacia la dirección de la elfa. Xana forcejeaba por liberarse, pero cada vez eran más los que se abalanzaban contra ella. De inmediato me invadió el miedo e intenté desesperadamente deshacerme de los esclavos que me rodeaban para salvar a mi compañera. No obstante, ahora era más difícil; ellos ya no me ignoraban y, por tanto, se esforzaban por esquivar mi espada y atacarme, haciéndome sentir frustrado.
Y fue ahí cuando finalmente, con una sola palabra, Bio liberó a la inmensa mayoría del control mental. Los que habían capturado a Xana cayeron al suelo, dejándola libre, provocando una sonrisa de alivio en mi rostro.
-Ah… Sí… Gracias.- respondió la elfa al vampiro, jadeando.
Al ver que todos mis compañeros todavía estaban vivos, procedí a inmovilizar a los esclavos cercanos que aún se mantenían en pie, y luego avanzamos hacia la entrada para perseguir a la presentadora. Y justo a tiempo para verla mantener una conversación con… alguien… o algo… ¿Tal vez con una entidad dentro de la esfera?, ¿o con la esfera?, ¿o con ella misma?, ¿o con el hombre del mostacho?, ¿o con el mostacho? Cualquier opción podría ser posible viendo lo poco cuerda que aparentaba esa mujer.
Desafortunadamente se percató de nuestra presencia y no dudó en ordenarle al amostachado que nos eliminara. Y este, sin tener la oportunidad de pensar en las consecuencias, fue directamente a por Bio.
Rápidamente Xana y yo cruzamos nuestras miradas, como si con ello pudiéramos conectar nuestras mentes, y de inmediato corrí hacia el guerrero. Él cambió su objetivo y arrojó un puñetazo con dirección a mi rostro. Me agaché, logrando evadirlo, y realicé un ataque horizontal buscando cortar sus piernas. Pero reaccionó al instante dando un salto para dejar que mi espada pasara por debajo de sus pies, y no solo eso, sino que también tuvo la agilidad suficiente para patearme en medio de su salto, nublando mi vista y dejándome, por el momento, desorientado en el suelo.
Debo admitir que eso último no lo vi venir, pero no cambió el curso de la confrontación. Antes de que el amostachado volviera a tocar tierra, en ese corto periodo de tiempo que estuvo en el aire, una esfera de luz impactó en su pecho, una esfera disparada desde la mano de Xana quien ahora esbozaba una media sonrisa. Así que, ignorante sobre lo que había sucedido, él no dudó en atacarme nuevamente, pero eso desencadenó un gran dolor en su pecho, un dolor tan agudo que lo obligó a detenerse, tambalearse y quedar vulnerable a un ataque de mis aliados.
Fue entonces cuando el compañero de la exbruja, mientras discutía con ella, se transformó en un enorme dragón, algo que me hizo sentir como el menos útil del grupo; Bio podía usar solo su voz para doblegar a cualquiera, Elen era una poderosa vampira de sombras y su amigo una criatura colosal, mientras que yo era un simple chico con un par de espadas y un disfraz absurdo.
Sea como sea, el dragón entró en acción y luchó ferozmente contra la horda de esclavos, aturdiendo a muchos y enviando a algunos pocos desafortunados al mundo de los muertos. Sin embargo, él solo no podría con tantos enemigos, así que apenas Elen lo pidió, emprendí una carrera con espada en mano para ayudar.
Normalmente me inclinaría por la opción de asesinar, pero viendo que los demás intentaban evitar recurrir a eso, además de que Xana estaba presente y por su culpa yo quería dejar de arrebatar vidas si no era meramente necesario, me vi obligado a escoger una vía menos letal pero efectiva para este tipo de situaciones.
Debido a que los esclavos ignoraban a todos menos a Elen, se me hizo muy sencillo acercarme a ellos para hacerles cortes en las piernas, buscando seccionar en dos sus tendones, o cortes en la espalda, buscando seccionar la columna. De este modo no morirían pero tampoco podrían volver a caminar hasta que recibieran la atención de un elfo.
Paralelamente, Xana no había obtenido respuesta de Bio más que un susurro inaudible para ella, por lo que no pudo evitar preocuparse, pues le sería difícil sacar al vampiro estando este tan debilitado y, peor aún, tampoco podría hacer mucho para ayudar al resto en la lucha contra los esclavos.
-Vamos, por favor, reacciona.- suplicó la elfa -No tenemos tiempo que per…- Se vio obligada a callar cuando notó que ahora los esclavos se habían fijado en ella y en el vampiro. Rápidamente llevó su mano a la espalda donde tenía colgando su báculo, pero alguien se le acercó por la retaguardia y la capturó, rodeándola con los brazos y apretándola con fuerza. Entonces recordó que podía hacer una explosión de luz para alejarlos a todos, pero Bio estaba muy cerca; él sería el más afectado por su condición de vampiro. Y la elfa, ignorante sobre la raza de chupasangres, no quiso descubrir cuánto daño podría causarle a su debilitado compañero, todavía no, por lo que optó por gritarle: -Por favor, ¡reacciona!
El grito llegó a mis oídos obligándome a voltear hacia la dirección de la elfa. Xana forcejeaba por liberarse, pero cada vez eran más los que se abalanzaban contra ella. De inmediato me invadió el miedo e intenté desesperadamente deshacerme de los esclavos que me rodeaban para salvar a mi compañera. No obstante, ahora era más difícil; ellos ya no me ignoraban y, por tanto, se esforzaban por esquivar mi espada y atacarme, haciéndome sentir frustrado.
Y fue ahí cuando finalmente, con una sola palabra, Bio liberó a la inmensa mayoría del control mental. Los que habían capturado a Xana cayeron al suelo, dejándola libre, provocando una sonrisa de alivio en mi rostro.
-Ah… Sí… Gracias.- respondió la elfa al vampiro, jadeando.
Al ver que todos mis compañeros todavía estaban vivos, procedí a inmovilizar a los esclavos cercanos que aún se mantenían en pie, y luego avanzamos hacia la entrada para perseguir a la presentadora. Y justo a tiempo para verla mantener una conversación con… alguien… o algo… ¿Tal vez con una entidad dentro de la esfera?, ¿o con la esfera?, ¿o con ella misma?, ¿o con el hombre del mostacho?, ¿o con el mostacho? Cualquier opción podría ser posible viendo lo poco cuerda que aparentaba esa mujer.
Desafortunadamente se percató de nuestra presencia y no dudó en ordenarle al amostachado que nos eliminara. Y este, sin tener la oportunidad de pensar en las consecuencias, fue directamente a por Bio.
Rápidamente Xana y yo cruzamos nuestras miradas, como si con ello pudiéramos conectar nuestras mentes, y de inmediato corrí hacia el guerrero. Él cambió su objetivo y arrojó un puñetazo con dirección a mi rostro. Me agaché, logrando evadirlo, y realicé un ataque horizontal buscando cortar sus piernas. Pero reaccionó al instante dando un salto para dejar que mi espada pasara por debajo de sus pies, y no solo eso, sino que también tuvo la agilidad suficiente para patearme en medio de su salto, nublando mi vista y dejándome, por el momento, desorientado en el suelo.
Debo admitir que eso último no lo vi venir, pero no cambió el curso de la confrontación. Antes de que el amostachado volviera a tocar tierra, en ese corto periodo de tiempo que estuvo en el aire, una esfera de luz impactó en su pecho, una esfera disparada desde la mano de Xana quien ahora esbozaba una media sonrisa. Así que, ignorante sobre lo que había sucedido, él no dudó en atacarme nuevamente, pero eso desencadenó un gran dolor en su pecho, un dolor tan agudo que lo obligó a detenerse, tambalearse y quedar vulnerable a un ataque de mis aliados.
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Habilidad nivel 2 de Xana: Reprensión.Rauko
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Re: [Cerrado] Guerreros de sangre [3/4][Guerra en Lunargenta]
Mientras Rauko hacía lo posible por ayudar a Alister a quitarse de encima a la multitud, Elen hizo lo propio y volvió a manipular las sombras para atrapar a algunos de los títeres de la ciega, inmovilizándolos y presionando sus gargantas hasta hacerles perder el sentido por falta de oxígeno. Sus cuerpos se desplomaron sobre las gradas y tardarían un buen rato en despertar, pero la situación no parecía mejorar demasiado, más abajo en el interior del círculo, Xana y Víctor luchaban ferozmente para defenderse de cuantos intentaban atacarlos. Tras su combate particular contra el invicto guerrero el moreno se encontraba algo débil, parte de sus poderes habían sido absorbidos por el orbe al igual que las sombras de la joven, cuyo medallón vibraba intensamente contra su pecho, reclamando lo que era suyo y le había sido arrebatado.
Pero todo eso quedó en un segundo plano de forma repentina, en cuanto el tentador aroma de la sangre llegó hasta ella. Buscando recuperarse, el informante había desgarrado el cuello a uno de sus enemigos, permitiendo que el rojizo líquido manchase su rostro y le diese las fuerzas que necesitaba para decantar la balanza en su favor. Sin la presión del espadachín ni el encantamiento del círculo, Bio consiguió recobrar parte de sus poderes, lo suficiente para utilizar su magia de voz, que a diferencia de las veces anteriores ahora si surtía efecto. Su grito resonó por toda la sala y consiguió que los espectadores sin voluntad se detuviesen, había anulado en gran medida el control mental de la vampira, ahora solo tenían que asegurarse de que no los volviesen a molestar e ir tras ella para descubrir de qué iba todo aquello.
Sin resistencia por parte de la turba, Alister se encargó de mandar a dormir a los que seguían a su alrededor, mientras la benjamina de los Calhoun descendía a toda prisa para reunirse con ellos. - ¡Elen! ¡Tienes que recuperar lo que nos han robado! - escuchó exclamar a las almas de su reliquia, que se mostraban inquietas y molestas. - ¿Esas sombras siguen bajo mi control? - preguntó ella en un susurro apenas audible. - ¿Qué ocurre? - inquirió el dragón al verla llegar mascullando entre dientes. - La ciega se llevó una parte de mis criaturas y el medallón quiere que le sean devueltas. - explicó, esperando aún la respuesta de sus malignas aliadas.
- Nuestras hermanas tratan de escapar, ayúdalas, tráelas de vuelta. - terminaron diciendo las almas, instándola a darse prisa antes de que aquella mujer desapareciese con parte de su poder. Elen se concentró entonces, clavando su mirada en la dirección por la que había huido la presentadora y echando mano de su recién adquirida sensibilidad para captar el sombrío elemento que dominaba. - Puedo percibirlas, no están lejos. - indicó, al tiempo que saltaba de la grada para atravesar el círculo y dirigirse a la puerta. - Sombras que jurasteis servirme, os ordeno que volváis. - soltó con tono firme, y sus palabras, unidas a la atracción del medallón solar, que vibraba cada vez con más fuerza dentro de su armadura, provocaron que el brillante orbe de la ciega comenzase a resquebrajarse.
Aquel artefacto no podría retener por mucho más tiempo a sus aliadas, que buscaban incansablemente el modo de salir, pero antes de poder hacer frente a la vampira, ésta envío de nuevo contra ellos a su vencedor de la noche, el que tendría que ser coronado guerrero de sangre. Bio intentó detener su avance como había hecho con el resto pero el control que la extraña mujer tenía sobre el espadachín debía ser mucho más fuerte, resistió la magia de voz y siguió adelante, aunque solo para encontrarse con unos bien coordinados Xana y Rauko.
Con el elfo como distracción, manteniendo sobre su persona el interés del bigotudo en todo momento, la joven tuvo tiempo de preparar una esfera de luz y lanzarla contra su objetivo, acertándole de lleno en el pecho y provocando que al intentar atacar de nuevo, el guerrero sintiese un terrible dolor, tan intenso que lo dejó a merced del grupo. Consciente de que la vampira no tardaría en utilizar sus habilidades para sanarlo, Elen decidió intervenir, permitiendo una vez más que las sombras recubriesen su mano creando unas largas y afiladas garras, con las que no dudó en seccionar la garganta del hombre, pero no había acabado ahí. Una vez realizado el corte, y aunque el espadachín empezaba a ahogarse con su sangre, echó la mano hacia atrás y tomó impulso para hundirla en su pecho, dejando que las sombras se alargasen a partir de sus dedos y destrozasen las costillas que protegían el corazón.
Sin barreras que pudiesen detenerla, la de cabellos cenicientos introdujo un poco más la mano en el cuerpo del desdichado y sin miramientos le arrancó el palpitante órgano que lo mantenía con vida, deteniéndose unos instantes para mirarlo antes de arrojarlo al suelo. - Arregla esto si puedes. - dijo, retando a la ciega que había enviado a su perro directamente a la muerte. Alister la miró con una mezcla entre sorpresa y disgusto, debían librarse de aquel obstáculo sí, pero había formas más limpias de hacer las cosas… aunque quizá el no fuese el más indicado para juzgarla teniendo en cuenta lo que había hecho en el pasado.
Todavía no olvidaba que tiempo atrás, en un arrebato de furia totalmente justificado en su opinión ya que la vida de su compañera había estado en peligro, le había arrancado la cabeza a un bio cibernético con sus propias fauces.
Off: Espero que no tuvieses planes para el bigotudo... sí, soy un monstruo.
Pero todo eso quedó en un segundo plano de forma repentina, en cuanto el tentador aroma de la sangre llegó hasta ella. Buscando recuperarse, el informante había desgarrado el cuello a uno de sus enemigos, permitiendo que el rojizo líquido manchase su rostro y le diese las fuerzas que necesitaba para decantar la balanza en su favor. Sin la presión del espadachín ni el encantamiento del círculo, Bio consiguió recobrar parte de sus poderes, lo suficiente para utilizar su magia de voz, que a diferencia de las veces anteriores ahora si surtía efecto. Su grito resonó por toda la sala y consiguió que los espectadores sin voluntad se detuviesen, había anulado en gran medida el control mental de la vampira, ahora solo tenían que asegurarse de que no los volviesen a molestar e ir tras ella para descubrir de qué iba todo aquello.
Sin resistencia por parte de la turba, Alister se encargó de mandar a dormir a los que seguían a su alrededor, mientras la benjamina de los Calhoun descendía a toda prisa para reunirse con ellos. - ¡Elen! ¡Tienes que recuperar lo que nos han robado! - escuchó exclamar a las almas de su reliquia, que se mostraban inquietas y molestas. - ¿Esas sombras siguen bajo mi control? - preguntó ella en un susurro apenas audible. - ¿Qué ocurre? - inquirió el dragón al verla llegar mascullando entre dientes. - La ciega se llevó una parte de mis criaturas y el medallón quiere que le sean devueltas. - explicó, esperando aún la respuesta de sus malignas aliadas.
- Nuestras hermanas tratan de escapar, ayúdalas, tráelas de vuelta. - terminaron diciendo las almas, instándola a darse prisa antes de que aquella mujer desapareciese con parte de su poder. Elen se concentró entonces, clavando su mirada en la dirección por la que había huido la presentadora y echando mano de su recién adquirida sensibilidad para captar el sombrío elemento que dominaba. - Puedo percibirlas, no están lejos. - indicó, al tiempo que saltaba de la grada para atravesar el círculo y dirigirse a la puerta. - Sombras que jurasteis servirme, os ordeno que volváis. - soltó con tono firme, y sus palabras, unidas a la atracción del medallón solar, que vibraba cada vez con más fuerza dentro de su armadura, provocaron que el brillante orbe de la ciega comenzase a resquebrajarse.
Aquel artefacto no podría retener por mucho más tiempo a sus aliadas, que buscaban incansablemente el modo de salir, pero antes de poder hacer frente a la vampira, ésta envío de nuevo contra ellos a su vencedor de la noche, el que tendría que ser coronado guerrero de sangre. Bio intentó detener su avance como había hecho con el resto pero el control que la extraña mujer tenía sobre el espadachín debía ser mucho más fuerte, resistió la magia de voz y siguió adelante, aunque solo para encontrarse con unos bien coordinados Xana y Rauko.
Con el elfo como distracción, manteniendo sobre su persona el interés del bigotudo en todo momento, la joven tuvo tiempo de preparar una esfera de luz y lanzarla contra su objetivo, acertándole de lleno en el pecho y provocando que al intentar atacar de nuevo, el guerrero sintiese un terrible dolor, tan intenso que lo dejó a merced del grupo. Consciente de que la vampira no tardaría en utilizar sus habilidades para sanarlo, Elen decidió intervenir, permitiendo una vez más que las sombras recubriesen su mano creando unas largas y afiladas garras, con las que no dudó en seccionar la garganta del hombre, pero no había acabado ahí. Una vez realizado el corte, y aunque el espadachín empezaba a ahogarse con su sangre, echó la mano hacia atrás y tomó impulso para hundirla en su pecho, dejando que las sombras se alargasen a partir de sus dedos y destrozasen las costillas que protegían el corazón.
Sin barreras que pudiesen detenerla, la de cabellos cenicientos introdujo un poco más la mano en el cuerpo del desdichado y sin miramientos le arrancó el palpitante órgano que lo mantenía con vida, deteniéndose unos instantes para mirarlo antes de arrojarlo al suelo. - Arregla esto si puedes. - dijo, retando a la ciega que había enviado a su perro directamente a la muerte. Alister la miró con una mezcla entre sorpresa y disgusto, debían librarse de aquel obstáculo sí, pero había formas más limpias de hacer las cosas… aunque quizá el no fuese el más indicado para juzgarla teniendo en cuenta lo que había hecho en el pasado.
Todavía no olvidaba que tiempo atrás, en un arrebato de furia totalmente justificado en su opinión ya que la vida de su compañera había estado en peligro, le había arrancado la cabeza a un bio cibernético con sus propias fauces.
- Garras de sombra:
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Elen Calhoun
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Re: [Cerrado] Guerreros de sangre [3/4][Guerra en Lunargenta]
Y de nuevo me tocaba ser la damisela en peligro, pero después de mi hazaña de doblegar a las marionetas que nos rodeaban, mis energías se habían ido al traste; ni siquiera podría contra aquel bigotudo grandulón que ahora venía hacia mí; retrocedí como pude esperando el mejor momento para aplicar la mejor técnica que había aprendido y que más útil me había resultado a lo largo de todos mis años: “Escapar valientemente” pero no fue necesario, Rauko y su novia entraron en escena para salvarme el pellejo una vez más, Dejé que el joven elfo hiciera lo que fuera que iba a hacer y fijé mi vista en la vampira que seguía discutiendo con su esfera -¿En serio?- Murmuré extrañado hasta entender que no era así, aunque no lograba escuchar nada, podía sentir que alguien más se comunicaba con ella de alguna manera.
Mi atención volvió a centrarse en la batalla de Rauko cuando lo vi en peligro pero al final todo resultó ser una trampa para darle tiempo a Xana de acertar una pequeña bolita de luz directo al pecho del guerrero que pareció no inmutarse hasta que trató de continuar su ataque; lo que vino a continuación realmente no sabría cómo describirlo -Pero... que... rayos... No de nuevo- Murmuré recordando el susto que había pasado con Elen durante el entrenamiento pero ahora parecía ser más violenta, no era la agresividad natural de un vampiro, parecía haber algo más pero ¿qué?
¡NO!- Gritó la ciega al tiempo que su esfera, ante la orden de Elen comenzaba a fragmentarse, cual si fuera vapor saliendo de un géiser, una nube de sombras comenzaron a salir de la esfera para volver al medallón de la informante ante los gritos de frustración de la mujer que desesperada intentaba mantener la esfera en una pieza -¡Tú! ¡Maldita! ¿Quién te crees que eres?- La esfera finalmente se rompió dejando salir las sombras que volvieron al medallón de Elen y otras más que se dispersaron en diferentes direcciones, las que además producían sonidos bastante lúgubres y perturbadores que me erizaban la piel.
De un momento a otro parecía estar atrapado en una historia de terror, primero Elen arrancando corazones como si de abrir bananas se tratara y luego los gritos, las sombras y se ponía peor, la misteriosa mujer abrió sus ojos como platos y estos comenzaron a tomar un tono rojizo del color del círculo que habíamos visto antes en el círculo de la arena -Perecerán- Dijo en tono calmado a pesar que su rostro expresaba un evidente enojo -Ya quisieras- Dije con una sonrisa antes de dar mi primer paso hacia ella mi cuerpo pareció más pesado al punto que me costó mantenerme en pie.
Miré mis manos que parecían a la vista sin cambio alguno, pero por alguna razón parecían querer irse al piso, al mismo tiempo, los ojos de aquella mujer eran cada vez más brillantes -A... ba... jo- Susurró haciendo que mi cuerpo se sintiera más pesado aún, miré a mis compañeros a ver si solo yo era afectado pero todo el ambiente parecía haberse vuelto extrañamente agotador -No la escuchen, es algo psicológico solamente- Ella rió ante mis palabras con la seguridad que aun sabiendo que era un engaño, no podría hacer nada para evitarlo, iba más allá de mi propia capacidad mágica y se pondría peor -Y se retorcerán devorados por gusanos- Un intenso dolor punzó mi mano izquierda y al mirarla, un agujero comenzaba a formarse y de él se asomaba un gusano, en un instante todo mi cuerpo comenzaba a llenarse de agujeros del mismo modo -Es un engaño, está en nuestras mentes- Repetí a mis compañeros, cerré los ojos y al abrirlos de nuevo todo había desaparecido, por unos instantes sentí que había vencido aquella farsa pero todo comenzó a repetirse desde el inicio, el mismo agujero, mismo gusano, mismos agujeros, mismo dolor, sabía que era falso pero ¿cómo vencerlo? -Hay que llegar a ella y detenerla, aunque el daño sea falso, en nuestra mente parece real- No tenía idea de cómo eso podría ayudarnos o la ilusión que se repetía pero algo había que hacer.
[0]Sí, en realidad no somos más pesados ni nos comen los gusanos, en realidad es un efecto de la voz de la ciega, no pensé en cómo deshacernos de eso así que se los dejo de tarea, algo se les ocurrirá, supongo que darle un trastazo servirá, pueden manejar al pjn y herirla. Mi atención volvió a centrarse en la batalla de Rauko cuando lo vi en peligro pero al final todo resultó ser una trampa para darle tiempo a Xana de acertar una pequeña bolita de luz directo al pecho del guerrero que pareció no inmutarse hasta que trató de continuar su ataque; lo que vino a continuación realmente no sabría cómo describirlo -Pero... que... rayos... No de nuevo- Murmuré recordando el susto que había pasado con Elen durante el entrenamiento pero ahora parecía ser más violenta, no era la agresividad natural de un vampiro, parecía haber algo más pero ¿qué?
¡NO!- Gritó la ciega al tiempo que su esfera, ante la orden de Elen comenzaba a fragmentarse, cual si fuera vapor saliendo de un géiser, una nube de sombras comenzaron a salir de la esfera para volver al medallón de la informante ante los gritos de frustración de la mujer que desesperada intentaba mantener la esfera en una pieza -¡Tú! ¡Maldita! ¿Quién te crees que eres?- La esfera finalmente se rompió dejando salir las sombras que volvieron al medallón de Elen y otras más que se dispersaron en diferentes direcciones, las que además producían sonidos bastante lúgubres y perturbadores que me erizaban la piel.
De un momento a otro parecía estar atrapado en una historia de terror, primero Elen arrancando corazones como si de abrir bananas se tratara y luego los gritos, las sombras y se ponía peor, la misteriosa mujer abrió sus ojos como platos y estos comenzaron a tomar un tono rojizo del color del círculo que habíamos visto antes en el círculo de la arena -Perecerán- Dijo en tono calmado a pesar que su rostro expresaba un evidente enojo -Ya quisieras- Dije con una sonrisa antes de dar mi primer paso hacia ella mi cuerpo pareció más pesado al punto que me costó mantenerme en pie.
Miré mis manos que parecían a la vista sin cambio alguno, pero por alguna razón parecían querer irse al piso, al mismo tiempo, los ojos de aquella mujer eran cada vez más brillantes -A... ba... jo- Susurró haciendo que mi cuerpo se sintiera más pesado aún, miré a mis compañeros a ver si solo yo era afectado pero todo el ambiente parecía haberse vuelto extrañamente agotador -No la escuchen, es algo psicológico solamente- Ella rió ante mis palabras con la seguridad que aun sabiendo que era un engaño, no podría hacer nada para evitarlo, iba más allá de mi propia capacidad mágica y se pondría peor -Y se retorcerán devorados por gusanos- Un intenso dolor punzó mi mano izquierda y al mirarla, un agujero comenzaba a formarse y de él se asomaba un gusano, en un instante todo mi cuerpo comenzaba a llenarse de agujeros del mismo modo -Es un engaño, está en nuestras mentes- Repetí a mis compañeros, cerré los ojos y al abrirlos de nuevo todo había desaparecido, por unos instantes sentí que había vencido aquella farsa pero todo comenzó a repetirse desde el inicio, el mismo agujero, mismo gusano, mismos agujeros, mismo dolor, sabía que era falso pero ¿cómo vencerlo? -Hay que llegar a ella y detenerla, aunque el daño sea falso, en nuestra mente parece real- No tenía idea de cómo eso podría ayudarnos o la ilusión que se repetía pero algo había que hacer.
Bio
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Re: [Cerrado] Guerreros de sangre [3/4][Guerra en Lunargenta]
Luego de recibir una patada en la cara normalmente duraría unos cuantos segundos sin saber dónde estaba, por qué estaba donde sea que estuviera y qué sucedía a mi alrededor. No obstante, en esta ocasión, aunque todavía no era del todo consciente de la realidad, sí que pude reconocer el sonido de la piel siendo atravesada, el crujido de huesos rompiéndose, borbotones de sangre derramándose sobre el suelo y un saco de carne desplomándose luego.
De inmediato coloqué una mano en mi frente para borrar el moretón dibujado por la bota del amostachado y, en unos cuantos segundos, logré volver completamente en sí. Entonces solo tuve que echar un vistazo para comprender lo que había sucedido: Elen asesinó de una forma tan brutal y sanguinaria que hubiera hecho vomitar a cualquier espectador. No obstante, a diferencia de cualquier espectador, yo no me inmuté aunque recreé la escena en mi mente.
Por el contrario, Xana, quien había intentado acercarse a mí para ayudarme, quedó paralizada, horrorizada, asqueada, y sintió repulsión hacia el cadáver que todavía tenía pintado en el rostro el sufrimiento desgarrador y el terror a la muerte que experimentó justo antes de morir. Y no es que la elfa pensara que no había sido necesario asesinarlo, pero todavía no estaba acostumbrada a ver ese tipo de escenas tan inhumanas, y mucho menos si era Elen la protagonista de tal atrocidad.
No obstante, todos nos olvidamos de aquello cuando la presentadora llamó nuestra atención con sus gritos. La esfera se fragmentó en sus manos, dejando salir dentro de ella una ola de sombras que salieron disparadas hacia todos lados, mientras el lugar se inundaba con sonidos que parecían ser el llanto fantasmagórico de almas en pena.
Esta vez sí me congelé, sentí temor y un escalofrío recorrió mi columna vertebral de arriba abajo. Pero luego todo empeoró cuando la presentadora habló y relevó cuál era su poder como vampira.
Cuando finalmente me levanté experimenté como cada órgano y hueso de mi cuerpo se hacía más pesado. Intenté moverme, pero mis piernas no respondían y mis brazos permanecían al lado de mi torso, colgando como si no tuvieran otra función. Luego caí sobre mis rodillas y me encorvé mientras luchaba por no irme al suelo. Haciendo todo el esfuerzo posible giré mi cabeza para ver si Xana estaba bien, pero ella también estaba pasando por lo mismo que yo.
Bio, por su parte, intentó advertirnos que no escucháramos, que todo era una ilusión. Sin embargo, no podíamos hacer nada aun sabiendo que estábamos bajo un hechizo, y mucho menos yo que siempre fui muy vulnerable a ese tipo de ataques. Entonces sentí un doloroso cosquilleo en varios lugares de mi cuerpo, lugares que comenzaron a agujerarse y dejar salir gusanos, agudizando enormemente el dolor.
Apreté los dientes para no gritar en agonía, pero eso me llevó a reír, reír y reír mostrando una sonrisa sádica al borde de la desesperación. Pero, sin dejar de reírme y tratando de no perder la cordura, cerré los ojos, traté de concentrarme en la energía de mi cuerpo, lo que fue una tarea difícil con el dolor presente, y lentamente fui canalizándola en mi boca para materializar un halo de luz alrededor de mi lengua.
-¿Eh? ¿Qué crees que estás haciendo, chico?- preguntó la presentadora manteniendo un tono calmado en su voz -No te permitiré usar tu mag…- Se movió rápidamente a la derecha para evadir una esfera de luz que salió disparada desde la boca de Xana, quien había aprovechado que la presentadora tenía su atención puesta en mí -Chica- Esta vez habló algo irritada -Ahora te haré pagar…- Escuchó venir de vuelta la esfera de luz, así que se agachó para evadir nuevamente el proyectil que seguiría yendo hacia ella gracias al poco control sobre la magia que aún lograba tener la elfa, incluso en esta situación -¡Maldita!- gritó furiosa, cansándose de tener que esquivar una y otra vez -¡Dirige esa esfera hacia ella!- Señaló a Elen.
La esfera cambió su curso hacia la exbruja, pero entonces finalmente paré de reír, separé mis labios, dejé que saliera el halo de luz fuera de mi boca e hice que dicho halo convergiera en un rayo que impactó en el pecho de la presentadora, empujándola un par de metros hacia atrás, obligándola a gritar de dolor y caer sobre sus glúteos.
Inmediatamente volvimos a la normalidad, justo a tiempo para que Xana pudiera detener su esfera antes de que chocara contra la cabeza de Elen, y luego la redirigió hacia el rostro de la presentadora, que gritó:
-¡Abajo!- Esa orden hizo que la elfa perdiera el control sobre el proyectil y que nuevamente nuestros cuerpos se hicieran pesados, pero solo por un instante, pues la esfera, aunque sin ser manejada por nadie, siguió su trayectoria y por sí sola terminó cayendo y explotando sobre una pierna de la presentadora, dejándole un trozo de piel ligeramente quemada y sin tela cubriendo la zona afectada.
Otra vez pudimos volver a la normalidad. Sin embargo, la presentadora volvió a separar sus labios para intentar pronunciar otra palabra cargada de magia, y tanto Xana como yo ya no teníamos más energía que disparar ni suficiente velocidad para acercanos y detenerla.
De inmediato coloqué una mano en mi frente para borrar el moretón dibujado por la bota del amostachado y, en unos cuantos segundos, logré volver completamente en sí. Entonces solo tuve que echar un vistazo para comprender lo que había sucedido: Elen asesinó de una forma tan brutal y sanguinaria que hubiera hecho vomitar a cualquier espectador. No obstante, a diferencia de cualquier espectador, yo no me inmuté aunque recreé la escena en mi mente.
Por el contrario, Xana, quien había intentado acercarse a mí para ayudarme, quedó paralizada, horrorizada, asqueada, y sintió repulsión hacia el cadáver que todavía tenía pintado en el rostro el sufrimiento desgarrador y el terror a la muerte que experimentó justo antes de morir. Y no es que la elfa pensara que no había sido necesario asesinarlo, pero todavía no estaba acostumbrada a ver ese tipo de escenas tan inhumanas, y mucho menos si era Elen la protagonista de tal atrocidad.
No obstante, todos nos olvidamos de aquello cuando la presentadora llamó nuestra atención con sus gritos. La esfera se fragmentó en sus manos, dejando salir dentro de ella una ola de sombras que salieron disparadas hacia todos lados, mientras el lugar se inundaba con sonidos que parecían ser el llanto fantasmagórico de almas en pena.
Esta vez sí me congelé, sentí temor y un escalofrío recorrió mi columna vertebral de arriba abajo. Pero luego todo empeoró cuando la presentadora habló y relevó cuál era su poder como vampira.
Cuando finalmente me levanté experimenté como cada órgano y hueso de mi cuerpo se hacía más pesado. Intenté moverme, pero mis piernas no respondían y mis brazos permanecían al lado de mi torso, colgando como si no tuvieran otra función. Luego caí sobre mis rodillas y me encorvé mientras luchaba por no irme al suelo. Haciendo todo el esfuerzo posible giré mi cabeza para ver si Xana estaba bien, pero ella también estaba pasando por lo mismo que yo.
Bio, por su parte, intentó advertirnos que no escucháramos, que todo era una ilusión. Sin embargo, no podíamos hacer nada aun sabiendo que estábamos bajo un hechizo, y mucho menos yo que siempre fui muy vulnerable a ese tipo de ataques. Entonces sentí un doloroso cosquilleo en varios lugares de mi cuerpo, lugares que comenzaron a agujerarse y dejar salir gusanos, agudizando enormemente el dolor.
Apreté los dientes para no gritar en agonía, pero eso me llevó a reír, reír y reír mostrando una sonrisa sádica al borde de la desesperación. Pero, sin dejar de reírme y tratando de no perder la cordura, cerré los ojos, traté de concentrarme en la energía de mi cuerpo, lo que fue una tarea difícil con el dolor presente, y lentamente fui canalizándola en mi boca para materializar un halo de luz alrededor de mi lengua.
-¿Eh? ¿Qué crees que estás haciendo, chico?- preguntó la presentadora manteniendo un tono calmado en su voz -No te permitiré usar tu mag…- Se movió rápidamente a la derecha para evadir una esfera de luz que salió disparada desde la boca de Xana, quien había aprovechado que la presentadora tenía su atención puesta en mí -Chica- Esta vez habló algo irritada -Ahora te haré pagar…- Escuchó venir de vuelta la esfera de luz, así que se agachó para evadir nuevamente el proyectil que seguiría yendo hacia ella gracias al poco control sobre la magia que aún lograba tener la elfa, incluso en esta situación -¡Maldita!- gritó furiosa, cansándose de tener que esquivar una y otra vez -¡Dirige esa esfera hacia ella!- Señaló a Elen.
La esfera cambió su curso hacia la exbruja, pero entonces finalmente paré de reír, separé mis labios, dejé que saliera el halo de luz fuera de mi boca e hice que dicho halo convergiera en un rayo que impactó en el pecho de la presentadora, empujándola un par de metros hacia atrás, obligándola a gritar de dolor y caer sobre sus glúteos.
Inmediatamente volvimos a la normalidad, justo a tiempo para que Xana pudiera detener su esfera antes de que chocara contra la cabeza de Elen, y luego la redirigió hacia el rostro de la presentadora, que gritó:
-¡Abajo!- Esa orden hizo que la elfa perdiera el control sobre el proyectil y que nuevamente nuestros cuerpos se hicieran pesados, pero solo por un instante, pues la esfera, aunque sin ser manejada por nadie, siguió su trayectoria y por sí sola terminó cayendo y explotando sobre una pierna de la presentadora, dejándole un trozo de piel ligeramente quemada y sin tela cubriendo la zona afectada.
Otra vez pudimos volver a la normalidad. Sin embargo, la presentadora volvió a separar sus labios para intentar pronunciar otra palabra cargada de magia, y tanto Xana como yo ya no teníamos más energía que disparar ni suficiente velocidad para acercanos y detenerla.
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Habilidad nivel 3 de Xana: Nova mejorada.Habilidad nivel 0 de Rauko: Lente convergente
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Re: [Cerrado] Guerreros de sangre [3/4][Guerra en Lunargenta]
Sin su luchador para defenderla la ciega pronto se vio en inferioridad numérica, y para empeorar su situación aún más las sombras de la benjamina de los Calhoun obedecieron su orden, hallando el modo de escapar del orbe para regresar al lugar al que pertenecían. Aquello frustró mucho a la mujer, que seguía esforzándose por mantener su bonita esfera completa, algo que no consiguió. El rostro de la joven no mostró expresión alguna ante las maldiciones que aquella extraña soltaba por la boca, pero cuando finalmente el orbe se rompió y su contenido quedó liberado, sintió que un escalofrío le recorría la columna.
Elen estaba acostumbrada a sus oscuras aliadas, pero éstas no emitían los perturbadores sonidos que de un momento a otro se apoderaron de la sala, aunque quizá pudiese poner fin a eso. Durante su accidentada visita a isla volcánica una de las pocas cosas positivas que había logrado era fortalecer su reliquia absorbiendo más almas, ¿podría adueñarse de aquellas sombras que vagaban por la arena en todas direcciones? La de cabellos cenicientos no terminaba de saber cómo funcionaba su colgante, ya que en ocasiones actuaba por sí solo, pero quiso creer que sí, que podría sacar algo positivo de aquella noche, aunque pronto la realidad le quitó esa idea de la cabeza.
El medallón solo absorbió lo que ya le pertenecía, no parecía interesado en aprovechar la oportunidad de ganar más poder, o puede que simplemente, aquellas criaturas no tuviesen un alma que pudiese unirse al resto. - Lo has conseguido, ahora ¡acaba con ella! - escuchó decir a sus aliadas, dentro de su cabeza. - Ha intentado robarnos, debe morir. - prosiguieron, aunque en realidad no les hacía falta insistir mucho. La de ojos verdes sabía que su enemiga no iba a quedarse de brazos cruzados después de haber perdido su valioso objeto, no, querría venganza y eso solo podía acabar de una manera, con alguien tendido en el piso… probablemente sobre un charco de su propia sangre.
Sangre… el tentador aroma de la del espadachín se unía al de los otros desgraciados que yacían sobre la arena o en las gradas, y en un gesto instintivo la vampira elevó ligeramente su mano para comprobar que sus garras estaban manchadas del líquido carmesí. Podría haberla probado, solo unos centímetros separaban aquellas gotas de sangre de su boca, pero era algo que se había negado desde lo ocurrido en el barco de la logia, puede que de todos modos terminase convirtiéndose en un monstruo a causa de su nueva condición, si no lo era ya, pero no volvería a beber de una persona.
Apartando la vista de la tentación, la centinela se dio cuenta de que aquello, tal como pensaba, no había acabado aún, la ciega volvía a utilizar su magia de voz para intentar imponerse a sus atacantes. Repentinamente su cuerpo parecía pesar mucho más, tanto que las piernas amenazaron con fallarle y hacerla caer de rodillas, pero eso no sería lo peor. Bio no tardó en advertirles, quería que no la escucharan, que la mantuviesen fuera de sus mentes, pero eso era más fácil decirlo que hacerlo. - Y se retorcerán devorados por gusanos. - dijo la presentadora, creando un engaño mucho más desagradable y doloroso.
Elen sintió como si algo se arrastrase por debajo de su piel, torció el gesto y apretó los labios para no dar el gusto a aquella ciega de escuchar sus quejidos, en vez de eso bajó la vista a sus manos, que pronto se vieron plagadas de agujeros, de los cuales no dejaban de salir gusanos. Pronto aquella sensación se extendió a todo su cuerpo, obligándola a llevarse las manos al rostro al notar como otro inmundo gusano salía por su mejilla. Un gutural gruñido hizo que se girase para ver, por desgracia, que Alister también había caído presa del engaño de la vampira y se retorcía en un vano intento por liberarse de los bichos que poblaban su cuerpo.
- Alister cierra los ojos, solo es un truco. - consiguió pronunciar, atrayendo la mirada del dragón hacia su persona. Sin embargo, por mucho que se concentrasen y lograsen detener la ilusión, ésta volvía a empezar de nuevo una y otra vez, y seguiría haciéndolo hasta que se ocupasen de su enemiga, que los miraba con los ojos totalmente rojos. Rauko y Xana fueron los primeros en intentar algo, haciendo uso de su dominio sobre la luz, pero la señora de la voz vio sus intenciones y actuó de inmediato, esquivando la esfera de la joven elfa y obligándola con sus poderes a cambiar de objetivo, poniendo a la centinela como diana para sus propios aliados.
El brillante orbe se desvió de su trayectoria para ir directamente hacia ella, y sin apenas poder moverse a la de cabellos cenicientos solo le quedaba una opción, protegerse con su elemento. Había quedado bastante claro que de los presentes, era a ella a quien la presentadora tenía más ganas de hacer daño, así que sin perder tiempo la benjamina de los Calhoun hizo acopio de fuerzas para empezar a rodear su cuerpo con sombras, pero éstas iban demasiado lentas debido a lo pesada que se sentía, no iba a llegar a tiempo. Por suerte para ella Rauko intervino, disparando un halo de luz hacia la vampira, que cayó al suelo sin poder evitarlo.
Xana detuvo su orbe y lo envió contra la mujer, mientras Elen aprovechaba los instantes de libertad para cambiar de estrategia, separando su sombrío elemento de sí y dándole forma. Su oscura copia había mejorado bastante desde la última vez, ahora se parecía mucho más a ella, y por supuesto, estaba fuera del control de la ciega. Ésta no tardó en recuperarse y volver a darles órdenes para que se sintiesen pesados, pero la esfera de Xana consiguió romper su ilusión al acertarle en una de las piernas, aunque eso solo les brindaría unos segundos. - ¡Que no vuelva a hablar! - exclamó la centinela, y su doppelgänger hizo el resto, salvando la distancia que lo separaba de su objetivo para propinarle un duro golpe en la sien, que quizá no la dejaría inconsciente pero sí la aturdiría durante unos segundos.
La Elen de sombras envolvió a la mujer y sujetó con fuerza su cuello, haciendo presión en su garganta para que se lo pensase dos veces antes de volver a pronunciar palabra. Si se resistía o intentaba algo aquella presión aumentaría y pronto se vería sin aire pero de momento tenía suerte, la de ojos verdes podría haber enviado a su copia directamente a matarla pero no lo había hecho, quería tener la oportunidad de interrogar a aquella reclutadora de guerreros. Por un momento la joven recordó lo sencillo que resultaba sacar información y doblegar a cualquiera con la electricidad, su antiguo elemento causaba un dolor tan grande que tarde o temprano todos hablaban… ahora tendría que tirar de imaginación para hacer lo mismo con sus nuevas habilidades.
Off: Habilidad de nivel 4: Doppelgänger
Elen estaba acostumbrada a sus oscuras aliadas, pero éstas no emitían los perturbadores sonidos que de un momento a otro se apoderaron de la sala, aunque quizá pudiese poner fin a eso. Durante su accidentada visita a isla volcánica una de las pocas cosas positivas que había logrado era fortalecer su reliquia absorbiendo más almas, ¿podría adueñarse de aquellas sombras que vagaban por la arena en todas direcciones? La de cabellos cenicientos no terminaba de saber cómo funcionaba su colgante, ya que en ocasiones actuaba por sí solo, pero quiso creer que sí, que podría sacar algo positivo de aquella noche, aunque pronto la realidad le quitó esa idea de la cabeza.
El medallón solo absorbió lo que ya le pertenecía, no parecía interesado en aprovechar la oportunidad de ganar más poder, o puede que simplemente, aquellas criaturas no tuviesen un alma que pudiese unirse al resto. - Lo has conseguido, ahora ¡acaba con ella! - escuchó decir a sus aliadas, dentro de su cabeza. - Ha intentado robarnos, debe morir. - prosiguieron, aunque en realidad no les hacía falta insistir mucho. La de ojos verdes sabía que su enemiga no iba a quedarse de brazos cruzados después de haber perdido su valioso objeto, no, querría venganza y eso solo podía acabar de una manera, con alguien tendido en el piso… probablemente sobre un charco de su propia sangre.
Sangre… el tentador aroma de la del espadachín se unía al de los otros desgraciados que yacían sobre la arena o en las gradas, y en un gesto instintivo la vampira elevó ligeramente su mano para comprobar que sus garras estaban manchadas del líquido carmesí. Podría haberla probado, solo unos centímetros separaban aquellas gotas de sangre de su boca, pero era algo que se había negado desde lo ocurrido en el barco de la logia, puede que de todos modos terminase convirtiéndose en un monstruo a causa de su nueva condición, si no lo era ya, pero no volvería a beber de una persona.
Apartando la vista de la tentación, la centinela se dio cuenta de que aquello, tal como pensaba, no había acabado aún, la ciega volvía a utilizar su magia de voz para intentar imponerse a sus atacantes. Repentinamente su cuerpo parecía pesar mucho más, tanto que las piernas amenazaron con fallarle y hacerla caer de rodillas, pero eso no sería lo peor. Bio no tardó en advertirles, quería que no la escucharan, que la mantuviesen fuera de sus mentes, pero eso era más fácil decirlo que hacerlo. - Y se retorcerán devorados por gusanos. - dijo la presentadora, creando un engaño mucho más desagradable y doloroso.
Elen sintió como si algo se arrastrase por debajo de su piel, torció el gesto y apretó los labios para no dar el gusto a aquella ciega de escuchar sus quejidos, en vez de eso bajó la vista a sus manos, que pronto se vieron plagadas de agujeros, de los cuales no dejaban de salir gusanos. Pronto aquella sensación se extendió a todo su cuerpo, obligándola a llevarse las manos al rostro al notar como otro inmundo gusano salía por su mejilla. Un gutural gruñido hizo que se girase para ver, por desgracia, que Alister también había caído presa del engaño de la vampira y se retorcía en un vano intento por liberarse de los bichos que poblaban su cuerpo.
- Alister cierra los ojos, solo es un truco. - consiguió pronunciar, atrayendo la mirada del dragón hacia su persona. Sin embargo, por mucho que se concentrasen y lograsen detener la ilusión, ésta volvía a empezar de nuevo una y otra vez, y seguiría haciéndolo hasta que se ocupasen de su enemiga, que los miraba con los ojos totalmente rojos. Rauko y Xana fueron los primeros en intentar algo, haciendo uso de su dominio sobre la luz, pero la señora de la voz vio sus intenciones y actuó de inmediato, esquivando la esfera de la joven elfa y obligándola con sus poderes a cambiar de objetivo, poniendo a la centinela como diana para sus propios aliados.
El brillante orbe se desvió de su trayectoria para ir directamente hacia ella, y sin apenas poder moverse a la de cabellos cenicientos solo le quedaba una opción, protegerse con su elemento. Había quedado bastante claro que de los presentes, era a ella a quien la presentadora tenía más ganas de hacer daño, así que sin perder tiempo la benjamina de los Calhoun hizo acopio de fuerzas para empezar a rodear su cuerpo con sombras, pero éstas iban demasiado lentas debido a lo pesada que se sentía, no iba a llegar a tiempo. Por suerte para ella Rauko intervino, disparando un halo de luz hacia la vampira, que cayó al suelo sin poder evitarlo.
Xana detuvo su orbe y lo envió contra la mujer, mientras Elen aprovechaba los instantes de libertad para cambiar de estrategia, separando su sombrío elemento de sí y dándole forma. Su oscura copia había mejorado bastante desde la última vez, ahora se parecía mucho más a ella, y por supuesto, estaba fuera del control de la ciega. Ésta no tardó en recuperarse y volver a darles órdenes para que se sintiesen pesados, pero la esfera de Xana consiguió romper su ilusión al acertarle en una de las piernas, aunque eso solo les brindaría unos segundos. - ¡Que no vuelva a hablar! - exclamó la centinela, y su doppelgänger hizo el resto, salvando la distancia que lo separaba de su objetivo para propinarle un duro golpe en la sien, que quizá no la dejaría inconsciente pero sí la aturdiría durante unos segundos.
La Elen de sombras envolvió a la mujer y sujetó con fuerza su cuello, haciendo presión en su garganta para que se lo pensase dos veces antes de volver a pronunciar palabra. Si se resistía o intentaba algo aquella presión aumentaría y pronto se vería sin aire pero de momento tenía suerte, la de ojos verdes podría haber enviado a su copia directamente a matarla pero no lo había hecho, quería tener la oportunidad de interrogar a aquella reclutadora de guerreros. Por un momento la joven recordó lo sencillo que resultaba sacar información y doblegar a cualquiera con la electricidad, su antiguo elemento causaba un dolor tan grande que tarde o temprano todos hablaban… ahora tendría que tirar de imaginación para hacer lo mismo con sus nuevas habilidades.
Off: Habilidad de nivel 4: Doppelgänger
Elen Calhoun
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Re: [Cerrado] Guerreros de sangre [3/4][Guerra en Lunargenta]
Mi cuerpo pesaba al menos el triple, si no más, debía hacer un enorme esfuerzo para tan siquiera levantar las manos -Rayos- Murmuré entre dientes cuando mis rodillas pisaron el suelo, y los gusanos, sin duda resultaban ser la cereza del pastel, vaya mal gusto que tenía aquella mujer que carecía completamente de la estética y el refinado gusto de los vampiros de Sacrestic, no, esta mujer parecía sacada directamente de una pesadilla y algo me decía que no sería lo peor que alcanzaríamos a ver esa noche.
Con algo de esfuerzo, Rauko y su novia consiguieron valerse de su astucia para plantar cara a la peliblanca... Elen no, la otra peliblanca y hacerle entender que no la tendría tan fácil y entre un festival de cositos brillantes lograron derribarla, no obstante estaba claro que no había terminado, mientras la vampira pudiera hablar, seguramente encontraría la manera de atacarnos; afortunadamente Elen intervino para dar el golpe de gracia y aunque en cierto modo me asustaba un poco esta versión de la informante, al menos de momento era completamente útil toda la agresividad que pudiera mostrar para acabar con tan molesta adversaria.
Por unos instantes me puso nervioso la manifestación de sombras que creó la exbruja, no obstante esta vez no se trataba de la cosa descontrolada sino de esa especie de réplica más dócil y convenientemente sin una mente que controlar, o al menos eso pensaba yo; la criatura obedeció a Elen sin rechistar y se lanzó sobre la bruja; con el impacto que Xana había logrado, nuestras mentes fueron liberadas y mi cuerpo se sintió más ligero, las figuras de gusanos y agujeros en la piel se desvanecieron como polvo oscuro y de nuevo fuimos libres de aquella funesta pesadilla.
Me acerqué a la mujer que luchaba por liberarse del agarre de aquella cosa sombría aunque sus esfuerzos eran en vano y más aún a medida que sus fuerzas menguaban por la presión en su cuello; el piso comenzó a teñirse de sangre tras el golpe de su cráneo contra el suelo, por lo que me apresuré en llegar hasta ella y sostenerla por los hombros -Ahora nos vas a decir lo que sucede aquí- Le dije con claro enojo mientras la sacudía como un trapo -¿Qué son los guerreros de sangre? ¿A dónde llevan a los desaparecidos?- La interrogué sin mucho éxito, a pesar de su desventajosa situación ésta esbozaba una media sonrisa en sus labios que comenzaba a irritarme.
Saqué una de mis dagas y tras girarla entre mis dedos la incrusté en su costado derecho aunque no tan profundo -¿Qué son los guerreros de sangre?- Pregunté de nuevo sin más respuesta que una risa ahogada por parte de aquella mujer aunque de pronto su rostro cambió totalmente a una expresión de incertidumbre y desconcierto -No, maestro, por favor, aún puedo serle útil- Por un lado me molestaba que me ignorara completamente, pero por otro lado me resultaba muy intrigante saber quién era ese maestro del que hablaba -¿Quién es tu maestro? ¿De qué hablas? ¿Dónde está?- De nuevo la mujer me ignoró y continuó suplicando a su maestro que no la abandonara.
Miré a mis compañeros con cara de no entender lo que sucedía y entonces sucedió, un pequeño dardo se clavó en el cuerpo de la vampira y ésta comenzó a mostrar un extraño brillo rojizo como si la sangre en sus venas se iluminara del color que antes tenían el círculo en la arena y sus ojos, aunque eso parecía dolerle incluso más que cualquiera de mis intentos de tortura, me levanté y retrocedí al ver que lo que fuera, comenzaba a darle más fuerza pero al mismo tiempo la hacía gritar y arrancarse la piel con las uñas -¿Pero qué rayos?- Retrocedí con el último grito de la mujer que tras implorar por última vez al nombre de su maestro comenzó a cambiar, sus brazos se volvieron más grandes y desproporcionados con relación a su cuerpo, no podía siquiera sostenerlos con ese tronco tan débil, luego las piernas siguieron el mismo camino aunque al llegar al torso la piel terminó de romperse y sus órganos comenzaron a regarse por el suelo entre gritos de agonía.
No sabía exactamente qué era lo que habíamos visto, pero sabía que tal cosa no podía significar nada bueno, ningún vampiro era capaz de transformar su cuerpo de esa manera y por las expresiones, estaba claro que aquello no había sido voluntario ¿sería ese el destino de los guerreros que desaparecían? -Eso seguro fue una prueba fallida, pero si es lo que parece y logran perfeccionarlo, el Aquelarre estaría formando guerreros potenciados a costa de sus propias vidas, que les darían una gran ventaja, incluso si no lo lograban, podrían usarlo como arma para hacernos lo mismo que a la vampira- No era experto en el tema pero si antes se habían creado razas a partir de experimentos, no podíamos dejar de lado algo tan alarmante.
De momento no teníamos más pistas, pero desde luego que no nos íbamos a rendir, miré en la dirección de la que había venido el dardo y noté que a lo lejos una figura nos observaba y por descuido al tratar de huir, tropezó algunos cajones e hizo un escándalo que difícilmente pasaría por alto -Allá, hay que atraparlo- Dije a mis acompañantes y comenzó una persecución por los pasillos de las catacumbas, entre saltos y obstáculos luchaba por mantener a la vista al sujeto que, valiéndose de sus conocimientos del lugar, hacía que resultara bastante difícil seguirlo, ahora que habíamos llegado tan cerca no podíamos perder a la única pista que nos quedaba.
Con algo de esfuerzo, Rauko y su novia consiguieron valerse de su astucia para plantar cara a la peliblanca... Elen no, la otra peliblanca y hacerle entender que no la tendría tan fácil y entre un festival de cositos brillantes lograron derribarla, no obstante estaba claro que no había terminado, mientras la vampira pudiera hablar, seguramente encontraría la manera de atacarnos; afortunadamente Elen intervino para dar el golpe de gracia y aunque en cierto modo me asustaba un poco esta versión de la informante, al menos de momento era completamente útil toda la agresividad que pudiera mostrar para acabar con tan molesta adversaria.
Por unos instantes me puso nervioso la manifestación de sombras que creó la exbruja, no obstante esta vez no se trataba de la cosa descontrolada sino de esa especie de réplica más dócil y convenientemente sin una mente que controlar, o al menos eso pensaba yo; la criatura obedeció a Elen sin rechistar y se lanzó sobre la bruja; con el impacto que Xana había logrado, nuestras mentes fueron liberadas y mi cuerpo se sintió más ligero, las figuras de gusanos y agujeros en la piel se desvanecieron como polvo oscuro y de nuevo fuimos libres de aquella funesta pesadilla.
Me acerqué a la mujer que luchaba por liberarse del agarre de aquella cosa sombría aunque sus esfuerzos eran en vano y más aún a medida que sus fuerzas menguaban por la presión en su cuello; el piso comenzó a teñirse de sangre tras el golpe de su cráneo contra el suelo, por lo que me apresuré en llegar hasta ella y sostenerla por los hombros -Ahora nos vas a decir lo que sucede aquí- Le dije con claro enojo mientras la sacudía como un trapo -¿Qué son los guerreros de sangre? ¿A dónde llevan a los desaparecidos?- La interrogué sin mucho éxito, a pesar de su desventajosa situación ésta esbozaba una media sonrisa en sus labios que comenzaba a irritarme.
Saqué una de mis dagas y tras girarla entre mis dedos la incrusté en su costado derecho aunque no tan profundo -¿Qué son los guerreros de sangre?- Pregunté de nuevo sin más respuesta que una risa ahogada por parte de aquella mujer aunque de pronto su rostro cambió totalmente a una expresión de incertidumbre y desconcierto -No, maestro, por favor, aún puedo serle útil- Por un lado me molestaba que me ignorara completamente, pero por otro lado me resultaba muy intrigante saber quién era ese maestro del que hablaba -¿Quién es tu maestro? ¿De qué hablas? ¿Dónde está?- De nuevo la mujer me ignoró y continuó suplicando a su maestro que no la abandonara.
Miré a mis compañeros con cara de no entender lo que sucedía y entonces sucedió, un pequeño dardo se clavó en el cuerpo de la vampira y ésta comenzó a mostrar un extraño brillo rojizo como si la sangre en sus venas se iluminara del color que antes tenían el círculo en la arena y sus ojos, aunque eso parecía dolerle incluso más que cualquiera de mis intentos de tortura, me levanté y retrocedí al ver que lo que fuera, comenzaba a darle más fuerza pero al mismo tiempo la hacía gritar y arrancarse la piel con las uñas -¿Pero qué rayos?- Retrocedí con el último grito de la mujer que tras implorar por última vez al nombre de su maestro comenzó a cambiar, sus brazos se volvieron más grandes y desproporcionados con relación a su cuerpo, no podía siquiera sostenerlos con ese tronco tan débil, luego las piernas siguieron el mismo camino aunque al llegar al torso la piel terminó de romperse y sus órganos comenzaron a regarse por el suelo entre gritos de agonía.
No sabía exactamente qué era lo que habíamos visto, pero sabía que tal cosa no podía significar nada bueno, ningún vampiro era capaz de transformar su cuerpo de esa manera y por las expresiones, estaba claro que aquello no había sido voluntario ¿sería ese el destino de los guerreros que desaparecían? -Eso seguro fue una prueba fallida, pero si es lo que parece y logran perfeccionarlo, el Aquelarre estaría formando guerreros potenciados a costa de sus propias vidas, que les darían una gran ventaja, incluso si no lo lograban, podrían usarlo como arma para hacernos lo mismo que a la vampira- No era experto en el tema pero si antes se habían creado razas a partir de experimentos, no podíamos dejar de lado algo tan alarmante.
De momento no teníamos más pistas, pero desde luego que no nos íbamos a rendir, miré en la dirección de la que había venido el dardo y noté que a lo lejos una figura nos observaba y por descuido al tratar de huir, tropezó algunos cajones e hizo un escándalo que difícilmente pasaría por alto -Allá, hay que atraparlo- Dije a mis acompañantes y comenzó una persecución por los pasillos de las catacumbas, entre saltos y obstáculos luchaba por mantener a la vista al sujeto que, valiéndose de sus conocimientos del lugar, hacía que resultara bastante difícil seguirlo, ahora que habíamos llegado tan cerca no podíamos perder a la única pista que nos quedaba.
Bio
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Re: [Cerrado] Guerreros de sangre [3/4][Guerra en Lunargenta]
Sorprendentemente la presentadora era una mujer que pudo enfrentarse sola a cinco guerreros a la vez, usando simplemente su voz como arma. Pero eso no me hacía admirarla, sino que me hacía sentir como un completo inútil por no poder hacer más que lanzar un pequeño rayo de luz para intentar detenerla. Afortunadamente, al final Elen logró vencer usando otra extraña invocación de sombras. Sin embargo, no pude evitar preocuparme por lo que habría sucedido si ni la exbruja ni Bio hubieran estado para ayudarme; Xana y yo no habríamos salido con vida de las catacumbas, si no es que nos sucedía algo mucho peor que eso.
Dejando esos pensamientos de lado, una vez que mi cuerpo volvió a la agradable normalidad me levanté y comencé a respirar profundamente para calmar mi acelerado corazón. Entonces, mientras los demás se ocupaban de obtener la información que quería Manuela, yo me acerqué a Xana para asegurarme de que ella estuviera bien, lo cual afirmó con un movimiento de cabeza, pero el sufrimiento que acabábamos de experimentar había hecho que sus ojos se humedecieran.
Repentinamente la presentadora comenzó a suplicarle a su maestro, que estaba en algún lado fuera de nuestra vista, pero luego un dardo se clavó en su costado derecho, desatando un sufrimiento abrumador acompañado de dolorosos y luminosos cambios físicos.
De inmediato supe que algo muy desagradable podría suceder, así que agarré a Xana por los hombros, le di media vuelta para dejarla de espalda al espectáculo y le advertí: -Ni se te ocurra ver esto.
El lugar se inundó con los gritos de agonía de la presentadora mientras su cuerpo se ensanchaba a tal grado que su piel, que había alcanzado su límite de elasticidad, comenzó a abrirse, dejando escapar sus órganos internos que luego terminaron esparcidos en el suelo. Pero tras unos segundos volvió el inquietante silencio, prueba innegable de que la desafortunada mujer ya había perdido su vida.
Tratando de ignorar el apestoso olor a sangre impregnado en el aire, escuché la conclusión de Bio y, aunque no me parecía imposible lo que decía, todavía tenía la obligación de investigar más sobre el asunto, pues Manuela no quedaría satisfecha con una simple hipótesis.
Fue entonces cuando el que había disparado el dardo, aparentemente un hombre, vestido con una túnica y con una máscara negra cubriendo su rostro, accidentalmente relevó su ubicación y, al notar que nosotros nos percatamos de su presencia, emprendió una carrera buscando escapar inmediatamente, lo que no sería una tarea sencilla para él.
Sin perder un segundo salí disparado hacia la dirección del enmascarado. Él conseguía desplazarse sin problema por cualquier camino que tomara, sin importar si dicho camino estaba lleno de personas extrañas y objetos que servían como obstáculos. No obstante, solo tuve que concentrar un poco de energía en mis piernas para poder saltar fácilmente por encima de casi cualquier cosa que se me atravesara, lo que en poco tiempo me permitió estar lo suficientemente cerca del enmascarado como para tener la oportunidad de lanzarme hacia él y capturarlo.
Una vez que conseguí estar a la distancia indicada, antes de que yo pudiera hacer algo, el enmascarado se giró y me arrojó una bola negra que, al impactar directamente en mi rostro, estalló, cubriendo todo el lugar con una densa nube de oscuridad en la que no podía ver casi nada. Pero inmediatamente me lancé hacia adelante para capturar al hombre antes de que fuera demasiado tarde.
Afortunadamente la nube de oscuridad se desvaneció en apenas unos pocos segundos, pero ya no había rastro del enmascarado más que su túnica, que logré arrebatársela, y la máscara que ahora estaba tirada en el suelo. Miré rápidamente a mi alrededor buscando su paradero, pero fue en vano. ¿Cómo iba a encontrarlo si no sabía cuál era ahora su apariencia?
-Maldición.- murmuré entre dientes, sintiéndome frustrado por haber fracasado cuando lo tenía tan cerca. Luego agarré la máscara y entonces recordé que mis compañeros estaban conmigo, así que los miré y, sintiéndome culpable de mi ineficiencia, les dije: -Lo lamento, esto es lo único que logré conseguir.- Mostré la túnica y la máscara.
Puede que el ahora no-enmascarado hubiera cambiado su apariencia, pero no podría haberse ido muy lejos. De hecho, podría ser uno de los peatones que caminaban cerca, o podría estar escondido detrás de una de las enormes columnas, o podría haberse ido por el camino a mi izquierda que conducía a un lugar donde, fácilmente, podría fingir ser uno más de la pequeña multitud que observaba una exhibición de niñas encadenadas para su venta, o podría haberse ido por la derecha donde la poca iluminación me hacía difícil ver algo más que el color negro. Pero sea como sea, si todavía era posible capturarlo, era mejor comenzar a rastrearlo cuanto antes.
Dejando esos pensamientos de lado, una vez que mi cuerpo volvió a la agradable normalidad me levanté y comencé a respirar profundamente para calmar mi acelerado corazón. Entonces, mientras los demás se ocupaban de obtener la información que quería Manuela, yo me acerqué a Xana para asegurarme de que ella estuviera bien, lo cual afirmó con un movimiento de cabeza, pero el sufrimiento que acabábamos de experimentar había hecho que sus ojos se humedecieran.
Repentinamente la presentadora comenzó a suplicarle a su maestro, que estaba en algún lado fuera de nuestra vista, pero luego un dardo se clavó en su costado derecho, desatando un sufrimiento abrumador acompañado de dolorosos y luminosos cambios físicos.
De inmediato supe que algo muy desagradable podría suceder, así que agarré a Xana por los hombros, le di media vuelta para dejarla de espalda al espectáculo y le advertí: -Ni se te ocurra ver esto.
El lugar se inundó con los gritos de agonía de la presentadora mientras su cuerpo se ensanchaba a tal grado que su piel, que había alcanzado su límite de elasticidad, comenzó a abrirse, dejando escapar sus órganos internos que luego terminaron esparcidos en el suelo. Pero tras unos segundos volvió el inquietante silencio, prueba innegable de que la desafortunada mujer ya había perdido su vida.
Tratando de ignorar el apestoso olor a sangre impregnado en el aire, escuché la conclusión de Bio y, aunque no me parecía imposible lo que decía, todavía tenía la obligación de investigar más sobre el asunto, pues Manuela no quedaría satisfecha con una simple hipótesis.
Fue entonces cuando el que había disparado el dardo, aparentemente un hombre, vestido con una túnica y con una máscara negra cubriendo su rostro, accidentalmente relevó su ubicación y, al notar que nosotros nos percatamos de su presencia, emprendió una carrera buscando escapar inmediatamente, lo que no sería una tarea sencilla para él.
Sin perder un segundo salí disparado hacia la dirección del enmascarado. Él conseguía desplazarse sin problema por cualquier camino que tomara, sin importar si dicho camino estaba lleno de personas extrañas y objetos que servían como obstáculos. No obstante, solo tuve que concentrar un poco de energía en mis piernas para poder saltar fácilmente por encima de casi cualquier cosa que se me atravesara, lo que en poco tiempo me permitió estar lo suficientemente cerca del enmascarado como para tener la oportunidad de lanzarme hacia él y capturarlo.
Una vez que conseguí estar a la distancia indicada, antes de que yo pudiera hacer algo, el enmascarado se giró y me arrojó una bola negra que, al impactar directamente en mi rostro, estalló, cubriendo todo el lugar con una densa nube de oscuridad en la que no podía ver casi nada. Pero inmediatamente me lancé hacia adelante para capturar al hombre antes de que fuera demasiado tarde.
Afortunadamente la nube de oscuridad se desvaneció en apenas unos pocos segundos, pero ya no había rastro del enmascarado más que su túnica, que logré arrebatársela, y la máscara que ahora estaba tirada en el suelo. Miré rápidamente a mi alrededor buscando su paradero, pero fue en vano. ¿Cómo iba a encontrarlo si no sabía cuál era ahora su apariencia?
-Maldición.- murmuré entre dientes, sintiéndome frustrado por haber fracasado cuando lo tenía tan cerca. Luego agarré la máscara y entonces recordé que mis compañeros estaban conmigo, así que los miré y, sintiéndome culpable de mi ineficiencia, les dije: -Lo lamento, esto es lo único que logré conseguir.- Mostré la túnica y la máscara.
Puede que el ahora no-enmascarado hubiera cambiado su apariencia, pero no podría haberse ido muy lejos. De hecho, podría ser uno de los peatones que caminaban cerca, o podría estar escondido detrás de una de las enormes columnas, o podría haberse ido por el camino a mi izquierda que conducía a un lugar donde, fácilmente, podría fingir ser uno más de la pequeña multitud que observaba una exhibición de niñas encadenadas para su venta, o podría haberse ido por la derecha donde la poca iluminación me hacía difícil ver algo más que el color negro. Pero sea como sea, si todavía era posible capturarlo, era mejor comenzar a rastrearlo cuanto antes.
Rauko
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Re: [Cerrado] Guerreros de sangre [3/4][Guerra en Lunargenta]
Antes de que la de ojos verdes pudiese hacer nada Bio tomó la iniciativa y sujetó a la ciega por los hombros para zarandearla mientras trataba de obtener de ella algo de información que diese sentido a todo lo que estaba ocurriendo allí. Elen aprovechó esos instantes para recomponerse después de la desagradable ilusión de los gusanos y echar la vista atrás para comprobar que Alister se encontraba bien, lo estaba, pero después de la energía que había utilizado tanto para pelear contra los títeres de la mujer como para resistirse a su magia el dragón optó por volver a su forma humana y reponer fuerzas. A pesar de que tuviesen retenida a la vampira la cosa no acababa ahí, seguro que había alguien más tras toda aquella competición de los guerreros de sangre, y tendrían que descubrir quién era el artífice.
Tanto la joven como su compañero se acercaron a su prisionera para ver si el interrogatorio del informante estaba funcionando, pero en vez de responder a sus preguntas, la peliblanca parecía estar más preocupada por otra persona, su maestro, así lo llamaba. ¿Se estaría comunicando con él a través de la telepatía? Elen sabía que algunos vampiros tenían aquella capacidad, Vladimir la había usado para hablar con ella en el norte, pero si se trataba de eso su interlocutor no debía andar lejos. Viendo que el dolor no parecía lograr nada, la benjamina de los Calhoun pasó a escrutar con la mirada cada rincón, topándose con una misteriosa figura que parecía observarlos y se llevaba algo a donde debería tener la boca.
Los agudos oídos de la señora de las sombras escucharon perfectamente como el dardo salía disparado, pero no era ella su objetivo como cabría esperar, fue la ciega la que recibió el proyectil. Sus ruegos no habían servido de nada, en cuestión de segundos su cuerpo comenzó a reaccionar ante la posible toxina, primero haciendo que la sangre de sus venas se iluminase en un vivo tono rojizo muy semejante al del brillo que habían visto en el círculo, lo que vino después fue mucho más desagradable. - Apártate de esa cosa. - ordenó la centinela, consiguiendo que su doppelgänger liberase a la mujer antes de que sus gritos inundasen la estancia.
Poco a poco sus brazos y piernas se fueron deformando, volviéndose desproporcionadamente grandes para su cuerpo, que no pudo resistir el resto de la transformación. La piel se agrietó y finalmente cedió a la presión, abriéndose y dejando escapar los órganos de la presentadora, que acabaron esparcidos por la arena dando una tétrica visión a los presentes. A diferencia de Xana, a la cual su compañero obligó a girarse para que no viese el asqueroso espectáculo de vísceras, Elen observó todo el proceso sin apenas inmutarse, lo único que cambió en su semblante fue el ceño, que frunció al captar el nauseabundo olor proveniente de las entrañas de la vampira, quien no tardó en desplomarse sin vida.
Alister de inmediato torció el gesto y se cubrió la nariz, mientras Víctor lanzaba al aire una teoría sobre lo que acababan de presenciar, en la cual los miembros del aquelarre estarían utilizando la competición no solo para reunir sangre y magia sino también para elegir a los más fuertes y convertirlos en super guerreros a su servicio, aunque para eso alguno de ellos debía sobrevivir al proceso claro. Fuera como fuese no podían quedarse allí, aquellos dardos podían ser un arma de doble filo si el extraño decidía utilizarlos contra ellos, así que casi de inmediato se inició una persecución a través de los estrechos túneles de las catacumbas, con el enmascarado como objetivo.
Gracias a sus nuevas habilidades como vampira la de cabellos cenicientos consiguió no perderle la pista mientras saltaba ágilmente los obstáculos que les iba poniendo en el camino, pero estaban en desventaja, no conocían tan bien los bajos fondos de Lunargenta y eso podía dar muchas opciones al sospechoso. Las catacumbas podían considerarse casi como un laberinto y eso ofrecía múltiples lugares que podían utilizarse como escondite, a lo que tenían que sumar que más allá de la túnica y la máscara no sabían a quién estaban persiguiendo… hecho que pronto cobraría importancia.
Cuando ya casi lo tenía, Rauko saltó hacia el extraño para atraparlo, pero éste actuó con rapidez, volviéndose de forma repentina para disparar una oscura esfera directamente al rostro del elfo. Elen aceleró el paso para alcanzar a su aliado y comprobar que estuviese bien, pero para cuando llegó a su lado y la nube de humo se disipó, no quedaba rastro alguno del hombre al que perseguían. - No puede estar muy lejos, Alister ¿puedes rastrear su olor? - preguntó, girándose hacia el dragón. - Déjame ver. - respondió el cazador, al tiempo que iniciaba su transformación. Una vez en su forma bestial se acercó al elfo y olisqueó tanto la túnica como la máscara durante unos segundos, para luego adelantarse ligeramente y llenar sus pulmones con el cargado aire del túnel.
Allí había demasiada gente en movimiento, demasiados aromas mezclados entre sí, así que le costó un poco descartar una de las rutas, la de la izquierda, en que estaba teniendo lugar una subasta de esclavas, niñas que apenas tendrían nueve o diez años como mucho. En otro momento habrían intervenido para liberarlas y dar un escarmiento a sus captores, pero no tenían tiempo que perder, cada minuto que pasada su objetivo ganaba ventaja y si se les escapaba no conseguirían llegar al fondo del asunto. - Ha ido por ahí. - señaló finalmente, hacia la derecha. - Como no, por el túnel menos iluminado… cuanto echo de menos mis antiguos poderes. - musitó Elen, acordándose de lo útil que resultaba la electricidad para crear pequeñas esferas de energía brillante.
Atenta a cualquier sonido extraño, la benjamina de los Calhoun comenzó a andar en la dirección que el alado había marcado, esbozando una pequeña sonrisa al ver el anaranjado brillo del vientre del dragón, que avanzaba a su lado y hacía lo posible por arrojar algo de luz al estrecho pasadizo, aunque eso delatase su posición. - Podrías lanzar una llamarada y quemar todo lo que tengamos por delante. - propuso la joven, pero tras unos instantes no le pareció tan buena idea, los bajos fondos de la ciudad eran la cuna de criminales y traficantes, no podían saber si más adelante encontrarían alguna sustancia altamente inflamable.
Incómodo por la falta de espacio, que le impedía desplegar sus alas, Alister trató de concentrarse únicamente en seguir el olor y mantenerse en guardia, gracias a eso escuchó el silbido de otro dardo al salir disparado en su dirección. Instintivamente cubrió con su cuerpo a la de ojos verdes para protegerla, con lo que el dardo fue a dar contra su dura coraza natural de escamas, rebotando sin éxito y avisándolos de que su atacante los observaba. - ¡Está aquí, tened cuidado! - exclamó, antes de apartarse de Elen para escupir su elemento en una potente llamarada… aquel desgraciado se había atrevido a atacar a la vampira e iba a pagar por ello.
Un lejano quejido les indicó que podría haberle alcanzado, o al menos que lo había obligado a retirarse ante el intenso calor de las llamas, pronto escucharían unos pasos acelerados, de nuevo el individuo trataba de huir.
Tanto la joven como su compañero se acercaron a su prisionera para ver si el interrogatorio del informante estaba funcionando, pero en vez de responder a sus preguntas, la peliblanca parecía estar más preocupada por otra persona, su maestro, así lo llamaba. ¿Se estaría comunicando con él a través de la telepatía? Elen sabía que algunos vampiros tenían aquella capacidad, Vladimir la había usado para hablar con ella en el norte, pero si se trataba de eso su interlocutor no debía andar lejos. Viendo que el dolor no parecía lograr nada, la benjamina de los Calhoun pasó a escrutar con la mirada cada rincón, topándose con una misteriosa figura que parecía observarlos y se llevaba algo a donde debería tener la boca.
Los agudos oídos de la señora de las sombras escucharon perfectamente como el dardo salía disparado, pero no era ella su objetivo como cabría esperar, fue la ciega la que recibió el proyectil. Sus ruegos no habían servido de nada, en cuestión de segundos su cuerpo comenzó a reaccionar ante la posible toxina, primero haciendo que la sangre de sus venas se iluminase en un vivo tono rojizo muy semejante al del brillo que habían visto en el círculo, lo que vino después fue mucho más desagradable. - Apártate de esa cosa. - ordenó la centinela, consiguiendo que su doppelgänger liberase a la mujer antes de que sus gritos inundasen la estancia.
Poco a poco sus brazos y piernas se fueron deformando, volviéndose desproporcionadamente grandes para su cuerpo, que no pudo resistir el resto de la transformación. La piel se agrietó y finalmente cedió a la presión, abriéndose y dejando escapar los órganos de la presentadora, que acabaron esparcidos por la arena dando una tétrica visión a los presentes. A diferencia de Xana, a la cual su compañero obligó a girarse para que no viese el asqueroso espectáculo de vísceras, Elen observó todo el proceso sin apenas inmutarse, lo único que cambió en su semblante fue el ceño, que frunció al captar el nauseabundo olor proveniente de las entrañas de la vampira, quien no tardó en desplomarse sin vida.
Alister de inmediato torció el gesto y se cubrió la nariz, mientras Víctor lanzaba al aire una teoría sobre lo que acababan de presenciar, en la cual los miembros del aquelarre estarían utilizando la competición no solo para reunir sangre y magia sino también para elegir a los más fuertes y convertirlos en super guerreros a su servicio, aunque para eso alguno de ellos debía sobrevivir al proceso claro. Fuera como fuese no podían quedarse allí, aquellos dardos podían ser un arma de doble filo si el extraño decidía utilizarlos contra ellos, así que casi de inmediato se inició una persecución a través de los estrechos túneles de las catacumbas, con el enmascarado como objetivo.
Gracias a sus nuevas habilidades como vampira la de cabellos cenicientos consiguió no perderle la pista mientras saltaba ágilmente los obstáculos que les iba poniendo en el camino, pero estaban en desventaja, no conocían tan bien los bajos fondos de Lunargenta y eso podía dar muchas opciones al sospechoso. Las catacumbas podían considerarse casi como un laberinto y eso ofrecía múltiples lugares que podían utilizarse como escondite, a lo que tenían que sumar que más allá de la túnica y la máscara no sabían a quién estaban persiguiendo… hecho que pronto cobraría importancia.
Cuando ya casi lo tenía, Rauko saltó hacia el extraño para atraparlo, pero éste actuó con rapidez, volviéndose de forma repentina para disparar una oscura esfera directamente al rostro del elfo. Elen aceleró el paso para alcanzar a su aliado y comprobar que estuviese bien, pero para cuando llegó a su lado y la nube de humo se disipó, no quedaba rastro alguno del hombre al que perseguían. - No puede estar muy lejos, Alister ¿puedes rastrear su olor? - preguntó, girándose hacia el dragón. - Déjame ver. - respondió el cazador, al tiempo que iniciaba su transformación. Una vez en su forma bestial se acercó al elfo y olisqueó tanto la túnica como la máscara durante unos segundos, para luego adelantarse ligeramente y llenar sus pulmones con el cargado aire del túnel.
Allí había demasiada gente en movimiento, demasiados aromas mezclados entre sí, así que le costó un poco descartar una de las rutas, la de la izquierda, en que estaba teniendo lugar una subasta de esclavas, niñas que apenas tendrían nueve o diez años como mucho. En otro momento habrían intervenido para liberarlas y dar un escarmiento a sus captores, pero no tenían tiempo que perder, cada minuto que pasada su objetivo ganaba ventaja y si se les escapaba no conseguirían llegar al fondo del asunto. - Ha ido por ahí. - señaló finalmente, hacia la derecha. - Como no, por el túnel menos iluminado… cuanto echo de menos mis antiguos poderes. - musitó Elen, acordándose de lo útil que resultaba la electricidad para crear pequeñas esferas de energía brillante.
Atenta a cualquier sonido extraño, la benjamina de los Calhoun comenzó a andar en la dirección que el alado había marcado, esbozando una pequeña sonrisa al ver el anaranjado brillo del vientre del dragón, que avanzaba a su lado y hacía lo posible por arrojar algo de luz al estrecho pasadizo, aunque eso delatase su posición. - Podrías lanzar una llamarada y quemar todo lo que tengamos por delante. - propuso la joven, pero tras unos instantes no le pareció tan buena idea, los bajos fondos de la ciudad eran la cuna de criminales y traficantes, no podían saber si más adelante encontrarían alguna sustancia altamente inflamable.
Incómodo por la falta de espacio, que le impedía desplegar sus alas, Alister trató de concentrarse únicamente en seguir el olor y mantenerse en guardia, gracias a eso escuchó el silbido de otro dardo al salir disparado en su dirección. Instintivamente cubrió con su cuerpo a la de ojos verdes para protegerla, con lo que el dardo fue a dar contra su dura coraza natural de escamas, rebotando sin éxito y avisándolos de que su atacante los observaba. - ¡Está aquí, tened cuidado! - exclamó, antes de apartarse de Elen para escupir su elemento en una potente llamarada… aquel desgraciado se había atrevido a atacar a la vampira e iba a pagar por ello.
Un lejano quejido les indicó que podría haberle alcanzado, o al menos que lo había obligado a retirarse ante el intenso calor de las llamas, pronto escucharían unos pasos acelerados, de nuevo el individuo trataba de huir.
Elen Calhoun
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Re: [Cerrado] Guerreros de sangre [3/4][Guerra en Lunargenta]
El paisaje había sufrido una remodelación espantosa, sin embargo no podíamos quedarnos atrás, y eso bien lo había entendido Rauko quien fue el primero en lanzarse a la persecución; con mucho asco traté de saltar cayendo en puntillas al tiempo que intentaba evitar las vísceras y órganos -De prisa, que no escape- Dije a quienes quedaban tras de mí aunque pronto se pusieron en marcha al punto de dejarme atrás -Hoy todos tienen prisa- Murmuré para mí mismo mientras aceleraba el paso para no ser el último de la fila, de igual modo no había esperanza pues me distrajo uno de los callejones por donde una misteriosa figura similar a la que había lanzado el dardo se escondía vigilante hasta que me vio acercarme a ella y entonces también emprendió la fuga.
Ahora había perdido de vista a mis compañeros y al primer sospechoso mientras que el segundo me llevaba seguramente directo a una emboscada, no obstante era un riesgo que debía correr para no quedarnos sin ninguna pista, rodeamos algunos túneles hasta que finalmente lo perdí de vista al entrar a un largo y oscuro túnel por donde solo se veían unas figuras acercarse a lo lejos, uno de ellos iluminaba tenuemente hasta que lo asocié con Alister, así que quienes lo acompañaban eran Elen y Rauko que habían entrado desde el lado contrario; retrocedí y me recosté a una pared al ver que una figura se levantaba para lanzar un dardo hacia los otros; intenté gritarles pero alertaría mi posición, en el instante de duda el dardo fue lanzado pero por suerte se estrelló contra la dura coraza del dragón.
Avancé un poco para sorprender al tirador desde atrás pero mis ojos se abrieron como platos al ver que Alister estaba a punto de lanzar una poderosa y arrasadora llamarada -Rayos no- Murmuré mientras me lanzaba a un lado para esconderme tras unos escombros mientras las llamas me pasaban cerca al punto que no me quedó más remedio que acurrucarme en el rincón para evitar que me alcanzaran; enrollado como un caracol y con las manos en la cabeza esperé hasta que pasó la ráfaga y me levanté entre el olor a azufre y piedra quemada, el sujeto que había lanzado el dardo se quejaba en el suelo pero otro, al que yo había seguido venía corriendo hacia mí -¿Es que solo saben huir estos sujetos?- Dije en voz alta para advertir mi presencia a todos; el hombre detuvo su carrera en seco y dio un salto hacia atrás -Están rodeados, no tienen a dónde ir- Me acerqué a los sujetos sacando mis dagas pero de nuevo había hablado demasiado pronto.
Por donde había entrado Rauko y los otros, se dejó caer una reja metálica al tiempo que tras de mí se escuchaban otros pasos más lentos y calmados -Reconsidera tu última oración- Escuché decir a los tres hombres a la vez aunque luego cada uno tomaría una voz diferente -El maestro ha ordenado- Dijo uno -Debemos obedecer- Afirmó el otro mientras el tercero intentaba ponerse de pie aunque su cuerpo presentaba severas quemaduras -Tengan cuidado, no sabemos con qué puedan salir ahora- Dije en voz alta al tiempo que los sujetos comenzaban a reír como un coro, gritaron y sus cuerpos comenzaron a tomar el mismo brillo rojizo de antes, como si su torrente sanguíneo comenzara a iluminarse, el primero de ellos se fue contra el compañero de Elen en venganza por las heridas que le había causado y que de alguna manera parecía ignorarlas.
El segundo de los sujetos que antes había intentado escapar se lanzó contra mí demostrando la principal cualidad de este grupo, tras impulsarse para tomar carrera salió disparado a una velocidad impresionante, la misma que había mostrado también el que fue por Alister y que luego mostraría el tercero en llegar quien tomó como objetivo a Rauko; aparté la vista de resto para evitar que el que había venido contra mí me incrustara la fina daga con la que jugueteaba pasándola de una mano a otra; su velocidad era tal que me resultaba difícil esquivarle y consiguió hacerme algunas rasgaduras en el abdomen -Maldi- Ni siquiera me dejó terminar la frase pues me dibujó la marca de su calzado en la mitad de la cara y me mandó al piso con una fuerza tan descomunal que me hizo rodar hasta la pared -Pero que ray- Cuando levanté la vista el sujeto ya no estaba, pero rápidamente logré ver hacia arriba desde donde el sujeto venía cayendo de un salto listo para finalizar su batalla conmigo.
Rodé por el suelo para evitarlo mientras la daga dibujaba una serie de agujeros en cada lugar que se incrustaba; no alcanzaba a ver si mis compañeros la pasaban igual de mal pero descuidarme un instante para ver el estado de mis compañeros podía significar el final de mi carrera, no podía apartar la vista de este sujeto o me eliminaría en un parpadeo.
[0]Pues nada, son tres, muy rápidos y muy fuertes, el que pelea contra Alister y Elen ya está herido pero no muestra dolor, hagan lo que gusten con ellos. Ahora había perdido de vista a mis compañeros y al primer sospechoso mientras que el segundo me llevaba seguramente directo a una emboscada, no obstante era un riesgo que debía correr para no quedarnos sin ninguna pista, rodeamos algunos túneles hasta que finalmente lo perdí de vista al entrar a un largo y oscuro túnel por donde solo se veían unas figuras acercarse a lo lejos, uno de ellos iluminaba tenuemente hasta que lo asocié con Alister, así que quienes lo acompañaban eran Elen y Rauko que habían entrado desde el lado contrario; retrocedí y me recosté a una pared al ver que una figura se levantaba para lanzar un dardo hacia los otros; intenté gritarles pero alertaría mi posición, en el instante de duda el dardo fue lanzado pero por suerte se estrelló contra la dura coraza del dragón.
Avancé un poco para sorprender al tirador desde atrás pero mis ojos se abrieron como platos al ver que Alister estaba a punto de lanzar una poderosa y arrasadora llamarada -Rayos no- Murmuré mientras me lanzaba a un lado para esconderme tras unos escombros mientras las llamas me pasaban cerca al punto que no me quedó más remedio que acurrucarme en el rincón para evitar que me alcanzaran; enrollado como un caracol y con las manos en la cabeza esperé hasta que pasó la ráfaga y me levanté entre el olor a azufre y piedra quemada, el sujeto que había lanzado el dardo se quejaba en el suelo pero otro, al que yo había seguido venía corriendo hacia mí -¿Es que solo saben huir estos sujetos?- Dije en voz alta para advertir mi presencia a todos; el hombre detuvo su carrera en seco y dio un salto hacia atrás -Están rodeados, no tienen a dónde ir- Me acerqué a los sujetos sacando mis dagas pero de nuevo había hablado demasiado pronto.
Por donde había entrado Rauko y los otros, se dejó caer una reja metálica al tiempo que tras de mí se escuchaban otros pasos más lentos y calmados -Reconsidera tu última oración- Escuché decir a los tres hombres a la vez aunque luego cada uno tomaría una voz diferente -El maestro ha ordenado- Dijo uno -Debemos obedecer- Afirmó el otro mientras el tercero intentaba ponerse de pie aunque su cuerpo presentaba severas quemaduras -Tengan cuidado, no sabemos con qué puedan salir ahora- Dije en voz alta al tiempo que los sujetos comenzaban a reír como un coro, gritaron y sus cuerpos comenzaron a tomar el mismo brillo rojizo de antes, como si su torrente sanguíneo comenzara a iluminarse, el primero de ellos se fue contra el compañero de Elen en venganza por las heridas que le había causado y que de alguna manera parecía ignorarlas.
El segundo de los sujetos que antes había intentado escapar se lanzó contra mí demostrando la principal cualidad de este grupo, tras impulsarse para tomar carrera salió disparado a una velocidad impresionante, la misma que había mostrado también el que fue por Alister y que luego mostraría el tercero en llegar quien tomó como objetivo a Rauko; aparté la vista de resto para evitar que el que había venido contra mí me incrustara la fina daga con la que jugueteaba pasándola de una mano a otra; su velocidad era tal que me resultaba difícil esquivarle y consiguió hacerme algunas rasgaduras en el abdomen -Maldi- Ni siquiera me dejó terminar la frase pues me dibujó la marca de su calzado en la mitad de la cara y me mandó al piso con una fuerza tan descomunal que me hizo rodar hasta la pared -Pero que ray- Cuando levanté la vista el sujeto ya no estaba, pero rápidamente logré ver hacia arriba desde donde el sujeto venía cayendo de un salto listo para finalizar su batalla conmigo.
Rodé por el suelo para evitarlo mientras la daga dibujaba una serie de agujeros en cada lugar que se incrustaba; no alcanzaba a ver si mis compañeros la pasaban igual de mal pero descuidarme un instante para ver el estado de mis compañeros podía significar el final de mi carrera, no podía apartar la vista de este sujeto o me eliminaría en un parpadeo.
Bio
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Re: [Cerrado] Guerreros de sangre [3/4][Guerra en Lunargenta]
Puede que por un momento me sintiera culpable por mi incompetencia, pero ese sentimiento se esfumó una vez que el amigo de la exbruja demostrara que él no solo era el compañero de ella, sino también su perro… Espera, creo que eso no suena bien. Pero da igual. El punto es que él, transformado en dragón, aprovechó su agudo sentido del olfato para rastrear al fugitivo, llevándonos así hacia el pasillo oscuro, lugar donde podríamos ser emboscados fácilmente.
-Xana, mantente aquí y cuida nuestra retaguardia.- le dije a la elfa, que asintió a mis palabras con un movimiento de cabeza.
-Entiendo, entonces esperaré a Bio.- respondió, para luego obedecer sin notar que, en realidad, mi orden no tenía como objetivo principal que nos protegiera la espalda, sino mantenerla alejada de la oscuridad donde éramos vulnerables.
Por otro lado, ¡¿dónde estaba Bio?! ¿Estaba tan débil que no pudo seguirnos el ritmo o, tal vez, pensó que él ya no sería demasiado útil y prefirió irse a descansar? Sea como sea, opté por ignorar su ausencia y me centré en la persecución, que era lo importante ahora.
Me mantuve a un lado del dragón pero atrás de la exbruja, pues, si permanecía muy atrás, sería muy cobarde de mi parte, y si sucedía algo desde el frente, yo podría ver la reacción de Elen para saber qué hacer, y si ella no reaccionaba a tiempo y era el blanco de algún ataque, entonces me serviría como escudo.
Sé que eso también suena mal, pero creí que sería mejor que el elfo del grupo se mantuviera a salvo; si Elen sufría daño, yo podría sanar sus heridas luego. No obstante, debo admitir que no me sentía cómodo al tomar esa posición, pues también pensé en que invirtiendo los papeles se podría tener más posibilidades de conseguir la victoria; en el ajedrez no sacrificas a una reina para salvar a un peón, sino al revés.
Fue entonces cuando vi que estuve pensando demás, pues la reina ya tenía quien la salvara. Un proyectil fue disparado hacia la exbruja y su compañero la protegió sin problemas. También descubrimos la ubicación del fugitivo y al instante el lugar delante de nosotros fue recorrido por el fuego del dragón.
Mientras tanto aproveché la oportunidad para tomar el dardo del suelo y guardarlo; estaba seguro de que a Manuela le gustaría tener algo más que solo información. Pero de inmediato me puse en guardia para presenciar una cadena de eventos que sucedieron tan rápido que, cuando me di cuenta, ya habíamos caído en una emboscada.
-No importa, por lo menos Xana quedó fuera de esto y todavía somos más.- me dije a mí mismo intentando ver el lado positivo de la situación, aunque, tras ver cómo uno de nuestros enemigos tenía una clara ventaja sobre Bio en combate, no pude evitar preocuparme y desear haber ignorado la carta de Manuela para estar durmiendo en mi segura y cómoda casa.
Y sin tener más tiempo para lamentarme, mi nuevo adversario salió disparado a mi dirección, y su mirada cínica dejaba más que claro su intención de divertirse arrebatándome la vida. Flexioné mis piernas y reuní energía en estas para luego saltar hacia adelante, aunque sin elevarme demasiado ya que buscaba atacar de frente; puede que yo no fuera tan veloz como ellos, pero con mis saltos potenciados podría conseguir algo de velocidad por un instante.
Desafortunadamente él reaccionó a tiempo para apartarse y verme pasar a su lado. Pero no me detuve. Cuando volví a tocar el suelo aproveché el impulso para correr, teniendo a mi contrincante detrás acortando la distancia entre nosotros. Entonces salté hacia la pared delante de mí, en la que coloqué mis pies para conseguir saltar y, gracias a que esa era una superficie vertical, logré salir disparado horizontalmente hacia mi objetivo, empuñando mi espada con las cuchillas duales apuntando al pecho de este.
Y una vez más logró reaccionar a tiempo para evadirme. Pero esta vez no me dejó pasar sin más, sino que, sorprendentemente, tuvo suficiente velocidad para hundir su puño en mi torso, cambiando mi trayectoria hacia el suelo por donde, gracias al impulso previo, terminé rodando hasta que choqué contra una pared.
Intenté levantarme, pero el dolor que experimentaba mi cuerpo me hacía muy difícil moverme, así que coloqué una mano en la zona afectada para intentar recuperarme mediante la magia sanadora, aunque pudiera resultar inútil al final.
Por su parte, mi contrincante, mientras chocaba las nudilleras metálicas en sus puños, caminó hacia mí, sonriendo descaradamente y confiando en que su victoria estaba asegurada.
De pronto se escucharon los pasos apresurados de alguien viniendo a mi posición. Miré el lugar de donde provenía el sonido, acción que imitó mi adversario, y ambos nos percatamos de que ese alguien era Xana, quien había dado la vuelta para entrar al pasillo.
Ella corrió lo más rápido que le era posible, luego saltó, giró hacia un lado mientras permanecía en el aire y lanzó un poderoso golpe horizontal con su báculo de acero, arma que se detuvo al impactar contra el puño de su inmutable objetivo, provocando así el estruendoso sonido del metal chocando. Pero la elfa no se detuvo, sino que inició una cadena de ataques, aunque, por desgracia, tenían el mismo resultado que el primero.
Tratando de ignorar el dolor, que ahora era más leve que antes, aproveché ese momento de distracción para levantarme y dar un gran salto para dejarme caer sobre mi contrincante. Sin embargo, este me evadió al moverse hacia Xana a quien levantó agarrándola por el cuello, esta vez con la intención de acabar con el juego cuanto antes.
No obstante, la elfa dejó escapar la energía en su interior en forma de una onda expansiva, logrando, además de liberarse, empujar así al contrincante a mi dirección. Entonces solo tuve que dejar mi arma en la posición correcta y él se clavó en esta. Pero, por si tener dos chuchillas atravesando su abdomen y columna no fuera suficiente, giré la espada para desencajar una de sus vértebras, haciéndole gemir de dolor, y luego lo dejé caer al suelo.
-Xana, mantente aquí y cuida nuestra retaguardia.- le dije a la elfa, que asintió a mis palabras con un movimiento de cabeza.
-Entiendo, entonces esperaré a Bio.- respondió, para luego obedecer sin notar que, en realidad, mi orden no tenía como objetivo principal que nos protegiera la espalda, sino mantenerla alejada de la oscuridad donde éramos vulnerables.
Por otro lado, ¡¿dónde estaba Bio?! ¿Estaba tan débil que no pudo seguirnos el ritmo o, tal vez, pensó que él ya no sería demasiado útil y prefirió irse a descansar? Sea como sea, opté por ignorar su ausencia y me centré en la persecución, que era lo importante ahora.
Me mantuve a un lado del dragón pero atrás de la exbruja, pues, si permanecía muy atrás, sería muy cobarde de mi parte, y si sucedía algo desde el frente, yo podría ver la reacción de Elen para saber qué hacer, y si ella no reaccionaba a tiempo y era el blanco de algún ataque, entonces me serviría como escudo.
Sé que eso también suena mal, pero creí que sería mejor que el elfo del grupo se mantuviera a salvo; si Elen sufría daño, yo podría sanar sus heridas luego. No obstante, debo admitir que no me sentía cómodo al tomar esa posición, pues también pensé en que invirtiendo los papeles se podría tener más posibilidades de conseguir la victoria; en el ajedrez no sacrificas a una reina para salvar a un peón, sino al revés.
Fue entonces cuando vi que estuve pensando demás, pues la reina ya tenía quien la salvara. Un proyectil fue disparado hacia la exbruja y su compañero la protegió sin problemas. También descubrimos la ubicación del fugitivo y al instante el lugar delante de nosotros fue recorrido por el fuego del dragón.
Mientras tanto aproveché la oportunidad para tomar el dardo del suelo y guardarlo; estaba seguro de que a Manuela le gustaría tener algo más que solo información. Pero de inmediato me puse en guardia para presenciar una cadena de eventos que sucedieron tan rápido que, cuando me di cuenta, ya habíamos caído en una emboscada.
-No importa, por lo menos Xana quedó fuera de esto y todavía somos más.- me dije a mí mismo intentando ver el lado positivo de la situación, aunque, tras ver cómo uno de nuestros enemigos tenía una clara ventaja sobre Bio en combate, no pude evitar preocuparme y desear haber ignorado la carta de Manuela para estar durmiendo en mi segura y cómoda casa.
Y sin tener más tiempo para lamentarme, mi nuevo adversario salió disparado a mi dirección, y su mirada cínica dejaba más que claro su intención de divertirse arrebatándome la vida. Flexioné mis piernas y reuní energía en estas para luego saltar hacia adelante, aunque sin elevarme demasiado ya que buscaba atacar de frente; puede que yo no fuera tan veloz como ellos, pero con mis saltos potenciados podría conseguir algo de velocidad por un instante.
Desafortunadamente él reaccionó a tiempo para apartarse y verme pasar a su lado. Pero no me detuve. Cuando volví a tocar el suelo aproveché el impulso para correr, teniendo a mi contrincante detrás acortando la distancia entre nosotros. Entonces salté hacia la pared delante de mí, en la que coloqué mis pies para conseguir saltar y, gracias a que esa era una superficie vertical, logré salir disparado horizontalmente hacia mi objetivo, empuñando mi espada con las cuchillas duales apuntando al pecho de este.
Y una vez más logró reaccionar a tiempo para evadirme. Pero esta vez no me dejó pasar sin más, sino que, sorprendentemente, tuvo suficiente velocidad para hundir su puño en mi torso, cambiando mi trayectoria hacia el suelo por donde, gracias al impulso previo, terminé rodando hasta que choqué contra una pared.
Intenté levantarme, pero el dolor que experimentaba mi cuerpo me hacía muy difícil moverme, así que coloqué una mano en la zona afectada para intentar recuperarme mediante la magia sanadora, aunque pudiera resultar inútil al final.
Por su parte, mi contrincante, mientras chocaba las nudilleras metálicas en sus puños, caminó hacia mí, sonriendo descaradamente y confiando en que su victoria estaba asegurada.
De pronto se escucharon los pasos apresurados de alguien viniendo a mi posición. Miré el lugar de donde provenía el sonido, acción que imitó mi adversario, y ambos nos percatamos de que ese alguien era Xana, quien había dado la vuelta para entrar al pasillo.
Ella corrió lo más rápido que le era posible, luego saltó, giró hacia un lado mientras permanecía en el aire y lanzó un poderoso golpe horizontal con su báculo de acero, arma que se detuvo al impactar contra el puño de su inmutable objetivo, provocando así el estruendoso sonido del metal chocando. Pero la elfa no se detuvo, sino que inició una cadena de ataques, aunque, por desgracia, tenían el mismo resultado que el primero.
Tratando de ignorar el dolor, que ahora era más leve que antes, aproveché ese momento de distracción para levantarme y dar un gran salto para dejarme caer sobre mi contrincante. Sin embargo, este me evadió al moverse hacia Xana a quien levantó agarrándola por el cuello, esta vez con la intención de acabar con el juego cuanto antes.
No obstante, la elfa dejó escapar la energía en su interior en forma de una onda expansiva, logrando, además de liberarse, empujar así al contrincante a mi dirección. Entonces solo tuve que dejar mi arma en la posición correcta y él se clavó en esta. Pero, por si tener dos chuchillas atravesando su abdomen y columna no fuera suficiente, giré la espada para desencajar una de sus vértebras, haciéndole gemir de dolor, y luego lo dejé caer al suelo.
(☞゚∀゚)☞ OFFROL ☜(゚∀゚☜)
Habilidad nivel 1 de Xana: Nova de luzRauko
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Re: [Cerrado] Guerreros de sangre [3/4][Guerra en Lunargenta]
La de cabellos cenicientos estaba tan concentrada en su objetivo que no se había dado cuenta de lo que habían dejado atrás, o más bien a quién, ya que tanto Bio como Xana se habían quedado en alguna parte del camino. La desaparición del vampiro tenía cierta justificación, después de haber estado expuesto a la magia del círculo y de combatir en la arena podía haber agotado sus fuerzas pero ¿y la elfa? ¿dónde se había metido? Rauko seguía con ellos así que era de esperar que la joven no andase demasiado lejos, quizá estuviese vigilando el pasillo por el que habían seguido a su sospechoso. Un simple vistazo hacia atrás confirmó sus sospechas acerca del paradero de Xana, algo que la tranquilizó un poco ya que no tendrían que preocuparse de cuidar sus espaldas, solo debían continuar y capturar con vida al hombre de los dardos para interrogarlo.
Por suerte para ellos el ataque del dragón había alcanzado a su objetivo y éste se encontraba herido, pero hasta ahí llegaba su buena fortuna, pronto las cosas se complicarían un poco para todos. Finalmente pudieron ver que Bio no se había quedado atrás sino que había tomado otra ruta para cortar el paso a su enemigo, pero ahora no solo debían medirse con un individuo sino con tres, que tras reír a coro, asegurando que debían obedecer a su maestro, comenzaron a proferir el mismo tipo de gritos que habían oído de labios de la ciega.
Al igual que le había pasado a la presentadora minutos atrás, sus cuerpos comenzaron a cambiar a marchas forzadas y sus venas se iluminaron con un brillante color rojizo, pero a diferencia de ella consiguieron soportar la transformación hasta el final, obteniendo el poder suficiente para hacer frente a los intrusos que amenazaban su actividad. Limitado tanto por el espacio como por la presencia del moreno en el lado opuesto del pasillo Alister gruñó guturalmente, no le gustaba pelear en un ambiente tan reducido pero no le quedaría más remedio ya que el individuo al que había conseguido herir con sus llamas volvía a estar en pie y corría a una velocidad asombrosa hacia él y la vampira.
Instintivamente el alado apartó a su compañera para que no la alcanzase, adelantándose y recibiendo por completo el impacto cuerpo a cuerpo del extraño, que arremetió contra él sin dudas, valiéndose de su nueva complexión para tratar de desestabilizarlo al tiempo que extraía una pequeña daga de su vaina. Rápidamente Alister lo obligó a retroceder abriendo y cerrando las fauces muy cerca de su rostro, no le hacía gracia la idea de tener que morder a un tipo por cuyas venas corría claramente algún tipo de toxina pero si no le quedaba más remedio lo haría. Con las alas plegadas el dragón se echó a un lado para esquivar el siguiente ataque de su enemigo pero no consiguió escapar por completo del filo del arma, que no le alcanzó de lleno pero sí le produjo un arañazo a la altura del hombro.
Consciente de que la membrana de sus extremidades superiores era su parte más débil el cazador trató de mantener a raya a su oponente, concentrando su elemento para aumentar la temperatura de su cuerpo y que unas pequeñas llamas cubriesen su armadura natural de escamas, pero esto no bastó para disuadir a su atacante. Dispuesto a todo el lanzador de dardos volvió a acortar distancias con su adversario, momento en que la de ojos verdes decidió intervenir para decantar la balanza en favor de su compañero. Unos gruesos lazos de sombras se arrastraron por el suelo e intentaron apresar las ágiles piernas del guerrero, pero éste consiguió evadirlos gracias a su rapidez, obligando a la vampira a ser algo más brusca.
Sin pensárselo dos veces, y sabiendo que volvería a atacar a Alister en cuanto le fuese posible, seguramente por considerarlo la amenaza mayor de los dos, Elen concentró su oscuro elemento y levantó un muro justo en el momento preciso para que el desgraciado se estampase contra él, lo que dio oportunidad al cazador de embestirlo lateralmente. Las escamas cubiertas de llamas hirieron al extraño y arrancaron un quejido de su garganta pero no acabaron con él, solo lo instaron a retroceder y pensar mejor su siguiente movimiento. Cambiando de estrategia y blandiendo su daga con fuerza el guerrero optó por ocuparse de la vampira, saltó hacia ella y trató de apuñalarla en el vientre, pero Elen estaba preparada para algo así, y haciendo uso de sus habilidades consiguió engañar a su oponente, disfrazando su próximo ataque.
La benjamina de los Calhoun había sido lo suficientemente lista como para desenvainar la matajinetes, arma con la cual solo necesitaba hacer un corte para causar una dolorosa muerte a su víctima, pero cuando trató de realizar el tajo que pondría fin a su pelea con el miembro del aquelarre, éste se hizo a un lado y por los pelos, evitó la afilada hoja. Aprovechando la cercanía no dudó en asestarle un contundente puñetazo en el costado, consiguiendo que la joven se doblase de dolor, pero había perdido su mejor oportunidad de matarla, ahora que había conseguido tocarla Alister no iba a contenerse en absoluto.
Lo siguiente que vio el hombre fueron las afiladas espinas de hueso que cubrían la cola del dragón, avanzando tan rápido hacia él que le resultó imposible esquivar el impacto, por lo que acabó estampándose contra una de las frías paredes de piedra. Solo unos segundos después recibió el segundo golpe, tan fuerte que las espinas se le hundieron en la carne, provocándole varias heridas serias al abandonar su cuerpo. La sangre no tardó en empezar a brotar, pero a pesar de ello el lanzador de dardos seguía con ganas de luchar, debía cumplir la orden de su maestro.
El vientre del alado se tornó de un vivo color anaranjado, estaba listo para calcinar a aquel imbécil sin piedad alguna, pero Elen intervino primero, atrapando a su adversario con sus lazos de sombra para posteriormente clavarle la matajinetes directamente en el corazón. El veneno de Verzhela Tarmúnil hizo el resto, destruyendo todo a su paso desde dentro, con lo que sus órganos comenzaron a disolverse casi de inmediato. Los gritos de aquel pobre diablo podrían escucharse a varios túneles de distancia, pero el dolor cesó de forma rápida, más de la que se merecía. - Si ninguno de estos es el maestro que tanto mencionan, ¿dónde demonios puede estar? - preguntó, al tiempo que devolvía su daga a la vaina y alzaba la vista para comprobar la situación en que se encontraban sus compañeros.
Rauko y Xana se las habían apañado para abatir al otro pero tenían la ventaja numérica de su lado igual que ella la había tenido al contar con Alister, lo que dejaba para Víctor el combate más complicado.
Off: Habilidad de nivel 0: Espectro de la noche (Elen)
Habilidad de nivel 5: Escamas ígneas (Alister)
Por suerte para ellos el ataque del dragón había alcanzado a su objetivo y éste se encontraba herido, pero hasta ahí llegaba su buena fortuna, pronto las cosas se complicarían un poco para todos. Finalmente pudieron ver que Bio no se había quedado atrás sino que había tomado otra ruta para cortar el paso a su enemigo, pero ahora no solo debían medirse con un individuo sino con tres, que tras reír a coro, asegurando que debían obedecer a su maestro, comenzaron a proferir el mismo tipo de gritos que habían oído de labios de la ciega.
Al igual que le había pasado a la presentadora minutos atrás, sus cuerpos comenzaron a cambiar a marchas forzadas y sus venas se iluminaron con un brillante color rojizo, pero a diferencia de ella consiguieron soportar la transformación hasta el final, obteniendo el poder suficiente para hacer frente a los intrusos que amenazaban su actividad. Limitado tanto por el espacio como por la presencia del moreno en el lado opuesto del pasillo Alister gruñó guturalmente, no le gustaba pelear en un ambiente tan reducido pero no le quedaría más remedio ya que el individuo al que había conseguido herir con sus llamas volvía a estar en pie y corría a una velocidad asombrosa hacia él y la vampira.
Instintivamente el alado apartó a su compañera para que no la alcanzase, adelantándose y recibiendo por completo el impacto cuerpo a cuerpo del extraño, que arremetió contra él sin dudas, valiéndose de su nueva complexión para tratar de desestabilizarlo al tiempo que extraía una pequeña daga de su vaina. Rápidamente Alister lo obligó a retroceder abriendo y cerrando las fauces muy cerca de su rostro, no le hacía gracia la idea de tener que morder a un tipo por cuyas venas corría claramente algún tipo de toxina pero si no le quedaba más remedio lo haría. Con las alas plegadas el dragón se echó a un lado para esquivar el siguiente ataque de su enemigo pero no consiguió escapar por completo del filo del arma, que no le alcanzó de lleno pero sí le produjo un arañazo a la altura del hombro.
Consciente de que la membrana de sus extremidades superiores era su parte más débil el cazador trató de mantener a raya a su oponente, concentrando su elemento para aumentar la temperatura de su cuerpo y que unas pequeñas llamas cubriesen su armadura natural de escamas, pero esto no bastó para disuadir a su atacante. Dispuesto a todo el lanzador de dardos volvió a acortar distancias con su adversario, momento en que la de ojos verdes decidió intervenir para decantar la balanza en favor de su compañero. Unos gruesos lazos de sombras se arrastraron por el suelo e intentaron apresar las ágiles piernas del guerrero, pero éste consiguió evadirlos gracias a su rapidez, obligando a la vampira a ser algo más brusca.
Sin pensárselo dos veces, y sabiendo que volvería a atacar a Alister en cuanto le fuese posible, seguramente por considerarlo la amenaza mayor de los dos, Elen concentró su oscuro elemento y levantó un muro justo en el momento preciso para que el desgraciado se estampase contra él, lo que dio oportunidad al cazador de embestirlo lateralmente. Las escamas cubiertas de llamas hirieron al extraño y arrancaron un quejido de su garganta pero no acabaron con él, solo lo instaron a retroceder y pensar mejor su siguiente movimiento. Cambiando de estrategia y blandiendo su daga con fuerza el guerrero optó por ocuparse de la vampira, saltó hacia ella y trató de apuñalarla en el vientre, pero Elen estaba preparada para algo así, y haciendo uso de sus habilidades consiguió engañar a su oponente, disfrazando su próximo ataque.
La benjamina de los Calhoun había sido lo suficientemente lista como para desenvainar la matajinetes, arma con la cual solo necesitaba hacer un corte para causar una dolorosa muerte a su víctima, pero cuando trató de realizar el tajo que pondría fin a su pelea con el miembro del aquelarre, éste se hizo a un lado y por los pelos, evitó la afilada hoja. Aprovechando la cercanía no dudó en asestarle un contundente puñetazo en el costado, consiguiendo que la joven se doblase de dolor, pero había perdido su mejor oportunidad de matarla, ahora que había conseguido tocarla Alister no iba a contenerse en absoluto.
Lo siguiente que vio el hombre fueron las afiladas espinas de hueso que cubrían la cola del dragón, avanzando tan rápido hacia él que le resultó imposible esquivar el impacto, por lo que acabó estampándose contra una de las frías paredes de piedra. Solo unos segundos después recibió el segundo golpe, tan fuerte que las espinas se le hundieron en la carne, provocándole varias heridas serias al abandonar su cuerpo. La sangre no tardó en empezar a brotar, pero a pesar de ello el lanzador de dardos seguía con ganas de luchar, debía cumplir la orden de su maestro.
El vientre del alado se tornó de un vivo color anaranjado, estaba listo para calcinar a aquel imbécil sin piedad alguna, pero Elen intervino primero, atrapando a su adversario con sus lazos de sombra para posteriormente clavarle la matajinetes directamente en el corazón. El veneno de Verzhela Tarmúnil hizo el resto, destruyendo todo a su paso desde dentro, con lo que sus órganos comenzaron a disolverse casi de inmediato. Los gritos de aquel pobre diablo podrían escucharse a varios túneles de distancia, pero el dolor cesó de forma rápida, más de la que se merecía. - Si ninguno de estos es el maestro que tanto mencionan, ¿dónde demonios puede estar? - preguntó, al tiempo que devolvía su daga a la vaina y alzaba la vista para comprobar la situación en que se encontraban sus compañeros.
Rauko y Xana se las habían apañado para abatir al otro pero tenían la ventaja numérica de su lado igual que ella la había tenido al contar con Alister, lo que dejaba para Víctor el combate más complicado.
Off: Habilidad de nivel 0: Espectro de la noche (Elen)
Habilidad de nivel 5: Escamas ígneas (Alister)
Elen Calhoun
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Re: [Cerrado] Guerreros de sangre [3/4][Guerra en Lunargenta]
Aquel sujeto era una máquina asesina incansable e imperturbable, comprobado cuando desde el suelo, para evitar que me aplastara conseguí patearle el pecho con ambas piernas y lanzarlo hasta el muro donde se estrelló de cara; cualquiera se habría quedado allí pero se levantó como si nada hubiera sucedido, aunque sí que había sucedido algo, con la frente y nariz sangrando a borbotones el sujeto ignoraba el dolor que esto pudiera causarle, aunque eso no significaba que los daños no existieran.
El instante de tiempo me alcanzó para escuchar el grito de uno de ellos, el que luchaba contra Rauko había dado una muestra de dolor, cosa que no habían hecho los otros o al menos no al principio, pues el que se enfrentaba a mí parecía dar ligeras muestras de dolor -Eso, comienzan a dolerte los golpes que te he- Interrumpí mi frase al notar que el sujeto llevaba sus manos a sus piernas o brazos, lugares en los que no había recibido daño alguno y sin embargo, estaban afectados.
Sin duda algo no andaba bien con este tipo, el brillo en su torrente sanguíneo se veía cada vez más inestable y su frenética manera de atacar delataba un prominente deseo de terminar el combate lo más pronto posible; y es que con tal fuerza y velocidad no podía ser de otro modo; en un parpadeo consiguió acercarse y golpearme en el pecho con ambos puños para mandarme a la pared en donde mi espalda se impactó con fuerza para luego caer al piso ligeramente mareado, sentía como si me hubiese pateado un caballo pero aún con la vista nublada alcancé a verlo venir y me lancé a un lado rodando por el piso, sí, lo sé, éste no había sido mi mejor combate, era algo que sin duda intentaría olvidar.
La batalla se estaba haciendo más larga de lo esperando pero solo servía para comprobar mis sospechas, estaba claro que sus golpes eran dolorosos, pero aparte de eso, había otras cosas que también había descubierto, por ejemplo, lo que fuera que llevaran dentro tenía cierta duración, pues la fuerza de sus golpes e incluso su velocidad parecían ir menguando cada vez.
El grito del segundo de los esbirros gritó al ser dolorosamente asesinado por Elen, el grito distrajo al tercero que al ver a sus compañeros caídos detuvo su lucha y dio un par de pasos atrás; su piel comenzaba a liberar una especie de vapor rojizo bastante extraño, sus músculos parecían encogerse y su respiración se mostraba al fin agitada y cansada, aunque eso no le impidió tratar de escapar, cayendo un par de veces en el intento -Maestro, por favor, ayuda, maestro- Rogaba mientras avanzaba aparentemente sin rumbo, levanté la mano a mis compañeros indicando que no le hicieran nada más, con suerte nos llevaría hasta su amo si lo dejábamos andar.
Tristemente mi plan no contaba con que la piel del sujeto comenzara a desmoronarse al tiempo que su sangre caliente se evaporaba a través de su ropa, finalmente su mano quedó pegada al borde de una puerta de madera algo roída pero con una marca bastante extraña en ella, algo que parecía ser la silueta de un par de espadas rodeando una gota roja daban un indicio de a dónde habíamos llegado -Creo que encontramos al maestro- Dije con seguridad y una sonrisa de satisfacción; tomé impulso y di una patada a la puerta para derribarla pero tristemente la cerradura era más resistente que la puerta misma y solo mi pie atravesó la puerta haciendo un agujero.
Retiré el pie para fingir que mi plan había sido desde el inicio, abrir tal agujero y me asomé por el mismo; dentro se veía lo que parecía ser un sofisticado taller de alquimia muy avanzado, demasiado para el lugar donde se encontraba -Rayos- Tomé impulso de nuevo y estrellé mi hombro contra la puerta consiguiendo abrirla esta vez -Derrotamos a los pichones y encontramos el nido, pero me temo que mamá ganzo se fue antes- Señalé el interior del espacioso local donde se podía ver a algunos sujetos, peleadores por su aspecto musculoso, desnudos y con marcas de agujas por todo el cuerpo, víctimas al parecer de más de un experimento.
En el centro, diversos envases con pociones de diferentes colores, consistencias y temperaturas, pero nada más -Es tarde, es muy tarde- Se escuchó decir de labios del sujeto que aún agonizaba en el piso -Ya ha comenzado- Lo tomé por el cabello y lo levanté con fuerza pero la mitad de su cráneo quedó en mi puño mientras el resto de él se desplomó al piso -Asco- Solté de prisa el cabello y restos de cráneo que me habían quedado entre los dedos, de nuevo estábamos sin nada -Rauko, Xana, tomen algo que podamos llevarnos y analizar- Señalé los frascos -Alister, has los honores, hay que arrasar este lugar- Dije al dragón mientras salía y me recostaba a la pared -Creo que Manuela no va a estar satisfecha- Intenté bromear al final de todo, al menos estábamos completos y seguro que habíamos causado un retraso al destruir el laboratorio subterraneo, podría haber salido peor.
El instante de tiempo me alcanzó para escuchar el grito de uno de ellos, el que luchaba contra Rauko había dado una muestra de dolor, cosa que no habían hecho los otros o al menos no al principio, pues el que se enfrentaba a mí parecía dar ligeras muestras de dolor -Eso, comienzan a dolerte los golpes que te he- Interrumpí mi frase al notar que el sujeto llevaba sus manos a sus piernas o brazos, lugares en los que no había recibido daño alguno y sin embargo, estaban afectados.
Sin duda algo no andaba bien con este tipo, el brillo en su torrente sanguíneo se veía cada vez más inestable y su frenética manera de atacar delataba un prominente deseo de terminar el combate lo más pronto posible; y es que con tal fuerza y velocidad no podía ser de otro modo; en un parpadeo consiguió acercarse y golpearme en el pecho con ambos puños para mandarme a la pared en donde mi espalda se impactó con fuerza para luego caer al piso ligeramente mareado, sentía como si me hubiese pateado un caballo pero aún con la vista nublada alcancé a verlo venir y me lancé a un lado rodando por el piso, sí, lo sé, éste no había sido mi mejor combate, era algo que sin duda intentaría olvidar.
La batalla se estaba haciendo más larga de lo esperando pero solo servía para comprobar mis sospechas, estaba claro que sus golpes eran dolorosos, pero aparte de eso, había otras cosas que también había descubierto, por ejemplo, lo que fuera que llevaran dentro tenía cierta duración, pues la fuerza de sus golpes e incluso su velocidad parecían ir menguando cada vez.
El grito del segundo de los esbirros gritó al ser dolorosamente asesinado por Elen, el grito distrajo al tercero que al ver a sus compañeros caídos detuvo su lucha y dio un par de pasos atrás; su piel comenzaba a liberar una especie de vapor rojizo bastante extraño, sus músculos parecían encogerse y su respiración se mostraba al fin agitada y cansada, aunque eso no le impidió tratar de escapar, cayendo un par de veces en el intento -Maestro, por favor, ayuda, maestro- Rogaba mientras avanzaba aparentemente sin rumbo, levanté la mano a mis compañeros indicando que no le hicieran nada más, con suerte nos llevaría hasta su amo si lo dejábamos andar.
Tristemente mi plan no contaba con que la piel del sujeto comenzara a desmoronarse al tiempo que su sangre caliente se evaporaba a través de su ropa, finalmente su mano quedó pegada al borde de una puerta de madera algo roída pero con una marca bastante extraña en ella, algo que parecía ser la silueta de un par de espadas rodeando una gota roja daban un indicio de a dónde habíamos llegado -Creo que encontramos al maestro- Dije con seguridad y una sonrisa de satisfacción; tomé impulso y di una patada a la puerta para derribarla pero tristemente la cerradura era más resistente que la puerta misma y solo mi pie atravesó la puerta haciendo un agujero.
Retiré el pie para fingir que mi plan había sido desde el inicio, abrir tal agujero y me asomé por el mismo; dentro se veía lo que parecía ser un sofisticado taller de alquimia muy avanzado, demasiado para el lugar donde se encontraba -Rayos- Tomé impulso de nuevo y estrellé mi hombro contra la puerta consiguiendo abrirla esta vez -Derrotamos a los pichones y encontramos el nido, pero me temo que mamá ganzo se fue antes- Señalé el interior del espacioso local donde se podía ver a algunos sujetos, peleadores por su aspecto musculoso, desnudos y con marcas de agujas por todo el cuerpo, víctimas al parecer de más de un experimento.
En el centro, diversos envases con pociones de diferentes colores, consistencias y temperaturas, pero nada más -Es tarde, es muy tarde- Se escuchó decir de labios del sujeto que aún agonizaba en el piso -Ya ha comenzado- Lo tomé por el cabello y lo levanté con fuerza pero la mitad de su cráneo quedó en mi puño mientras el resto de él se desplomó al piso -Asco- Solté de prisa el cabello y restos de cráneo que me habían quedado entre los dedos, de nuevo estábamos sin nada -Rauko, Xana, tomen algo que podamos llevarnos y analizar- Señalé los frascos -Alister, has los honores, hay que arrasar este lugar- Dije al dragón mientras salía y me recostaba a la pared -Creo que Manuela no va a estar satisfecha- Intenté bromear al final de todo, al menos estábamos completos y seguro que habíamos causado un retraso al destruir el laboratorio subterraneo, podría haber salido peor.
Bio
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Re: [Cerrado] Guerreros de sangre [3/4][Guerra en Lunargenta]
Luego de haberme encargado del que ahora no era más que un simple cadáver, envainé mi espada para posteriormente recostarme en una pared y dejar que la magia élfica terminara de borrar el moretón en mi torso.
No obstante, el peligro no había terminado; Elen no tenía demasiados problemas con un dragón a su lado que la cuidaba, pero Bio estaba solo y un poco de ayuda no hubiera estado mal. Por desgracia me mantuve al margen porque creí que era mejor sanarme antes de intervenir, y no me tomaría más que unos segundos.
Miré a Xana para saber por qué no ayudaba, pero ella tampoco parecía estar bien; tenía sus manos acariciando su cuello y tenía una respiración entrecortada. Pero apenas hice un movimiento para acercarme a ella, esta me hizo una seña con una mano para que me detuviera y luego me mostró un pulgar arriba, indicándome que estaba bien.
Afortunadamente Elen eliminó a su respectivo contrincante, por lo que ahora ella podía ayudar a Bio, liberándome así de mi molesta obligación moral. Pero no hizo falta; el último enemigo en pie, al ver su situación, optó por huir, y además nos llevó hacia su maestro sin pensarlo un instante.
Obviamente no podíamos desaprovechar esa oportunidad, así que, tras un vistazo a mis compañeros para asegurarme de que estuvieran bien, seguí a nuestro nuevo e improvisado guía hasta donde nos llevara. Por desgracia él mostró sus pocas posibilidades de poder disfrutar un destino diferente al de la presentadora. Pero por suerte ya nos había sido útil, así que no sería realmente una desgracia.
Entonces Bio se convirtió en el protagonista de una escena graciosa, y, para no ser ofensivo, aparté la mirada y coloqué una mano en mi boca para contener el deseo de estallar de risa. Ni yo mismo sabía cómo aún tenía ánimos para reírme después de todo lo visto ese día, pero pensé que era mejor evitarlo para que nadie pensara que no me estaba tomando las cosas en serio.
Por desgracia la gracia se perdió cuando vimos lo que había tras la puerta, y mucho más cuando Bio separó una cabeza en dos, lo cual haría vomitar a cualquiera de estómago débil. Pero ignorando esa muerte y las típicas palabras “ya ha comenzado”, que suelen ser dichas por algunos que necesitan sentir que fueron parte de algo importante, rápidamente Xana y yo seguimos la orden que nos fue asignada.
Para poder llevarme lo más que pudiera me quité la túnica para usarla como una bolsa grande donde guardar los recipientes, y luego solo hizo falta hacerle nudos en los lugares indicados y listo. Avanzamos hacia la salida de inmediato.
Por su parte, Xana se mostraba algo decaída mientras observaba a los maltratados cuerpos desnudos en el lúgubre lugar. Puede que tal vez ellos merecieran ese destino, pero a Xana no le agrada. No tanto por la pena y repulsión que sentía al verlos, sino porque le recordaban a la vida de nigromante que tuvo antes de conocerme.
-Oye, Xana, dame la biusa verde.- le dije con total normalidad.
-¿Qué biusa verde?- respondió, dejando en claro que no sabía de qué le estaba hablando. Y con razón, pues tal biusa no existía.
-La que te pedí que trajeras antes de venir, ¿recuerdas?
-Pero si no me pediste que trajera nada. De hecho, ni siquiera me habías dicho que vendrías aquí.- protestó, dejando atrás su reciente actitud depresiva.
-Oh, vamos, pero si sabes muy bien que yo sería incapaz de ocultarte algo.- Esbocé una sonrisa inocente.
La elfa se acercó y me dio un golpe suave en el hombro con un gesto en el rostro que bastó para decirme que no me creía en lo absoluto. Pero por lo menos logré levantarle un poco el ánimo, que era mi objetivo.
Fue entonces cuando algo llamó mi atención: un pequeño cuaderno abierto que estaba sobre el suelo. Se notaba a simple vista que algún líquido había sido vertido anteriormente sobre él, por lo que leer su contenido sería difícil. De todas formas, decidí echarle un vistazo.
-¿Qué conseguiste?- preguntó Xana intrigada.
-Parece el diario de un alquimista que trabajó aquí.- dije, serio por lo que mis ojos leían, aunque con un tono lo suficientemente elevado para que el resto también escuchara -Según esto, en un principio la intención era potenciar humanos comunes llenando su sangre con energía vital. Pero los experimentos no daban buenos resultados, así que optaron por potenciar solo a guerreros, los únicos que han podido resistir por un tiempo sin desgarrarse. También dice que la energía… solo puede ser obtenida al sacrificar seres vivos.
El diario describía a detalle que los primeros sacrificios eran tanto animales como personas de todas las edades, pero decidí no mencionar eso ni la manera tan sanguinaria en que morían antes de que se creara la fachada “Guerreros de sangre”. Aunque también ignoré la mayoría de lo que veía en ese diario, pues solo eran descripciones de atrocidades o palabras ininteligible, y fue casi en las últimas páginas que realmente vi algo relevante.
-Esto menciona que cuando el Aquelarre descubrió este lugar, estos tomaron el control y decidieron cambiar las cosas. Ahora el objetivo era potenciar personas específicas, que tampoco sobrevivían al final, y luego consideraron trabajar en una alternativa: usar la energía como arma.- Fruncí al ceño tras leer la última página con escrito, la cual me pareció muy interesante -Esto… aquí dice que se rindieron, que era inevitable que los potenciados murieran tarde o temprano… y que la energía no duraba mucho tiempo impregnado en objetos, así que recolectarían energía una última noche para potenciar lo único que demostró ser resistente sin importar cuánto fuese potenciado: un dragón.- Me detuve porque el resto de hojas estaban tan deterioradas que su contenido era ininteligible -No puedo leer más; el diario está en muy mal estado. Pero creo que es mejor que nada, por lo menos.
Sin más nada que hacer guardé el cuaderno en mi pequeña bolsa de aeros, que lo que menos tenía era aeros, y salí del lugar. No sabía si habíamos logrado algo importante o si todavía quedaba mucho por saber, pero luego de haber vuelto a las catacumbas y ver nuevamente las atrocidades que se cometen en ese lugar, aunque supiera muy bien que yo no podría hacer mucho al respecto y que sería más cómodo quedarme en casa, consideré la posibilidad de, tal vez, por lo menos, encargarme de algunos otros miembros del tal Aquelarre, esta vez preparándome mejor para esa tarea.
No obstante, el peligro no había terminado; Elen no tenía demasiados problemas con un dragón a su lado que la cuidaba, pero Bio estaba solo y un poco de ayuda no hubiera estado mal. Por desgracia me mantuve al margen porque creí que era mejor sanarme antes de intervenir, y no me tomaría más que unos segundos.
Miré a Xana para saber por qué no ayudaba, pero ella tampoco parecía estar bien; tenía sus manos acariciando su cuello y tenía una respiración entrecortada. Pero apenas hice un movimiento para acercarme a ella, esta me hizo una seña con una mano para que me detuviera y luego me mostró un pulgar arriba, indicándome que estaba bien.
Afortunadamente Elen eliminó a su respectivo contrincante, por lo que ahora ella podía ayudar a Bio, liberándome así de mi molesta obligación moral. Pero no hizo falta; el último enemigo en pie, al ver su situación, optó por huir, y además nos llevó hacia su maestro sin pensarlo un instante.
Obviamente no podíamos desaprovechar esa oportunidad, así que, tras un vistazo a mis compañeros para asegurarme de que estuvieran bien, seguí a nuestro nuevo e improvisado guía hasta donde nos llevara. Por desgracia él mostró sus pocas posibilidades de poder disfrutar un destino diferente al de la presentadora. Pero por suerte ya nos había sido útil, así que no sería realmente una desgracia.
Entonces Bio se convirtió en el protagonista de una escena graciosa, y, para no ser ofensivo, aparté la mirada y coloqué una mano en mi boca para contener el deseo de estallar de risa. Ni yo mismo sabía cómo aún tenía ánimos para reírme después de todo lo visto ese día, pero pensé que era mejor evitarlo para que nadie pensara que no me estaba tomando las cosas en serio.
Por desgracia la gracia se perdió cuando vimos lo que había tras la puerta, y mucho más cuando Bio separó una cabeza en dos, lo cual haría vomitar a cualquiera de estómago débil. Pero ignorando esa muerte y las típicas palabras “ya ha comenzado”, que suelen ser dichas por algunos que necesitan sentir que fueron parte de algo importante, rápidamente Xana y yo seguimos la orden que nos fue asignada.
Para poder llevarme lo más que pudiera me quité la túnica para usarla como una bolsa grande donde guardar los recipientes, y luego solo hizo falta hacerle nudos en los lugares indicados y listo. Avanzamos hacia la salida de inmediato.
Por su parte, Xana se mostraba algo decaída mientras observaba a los maltratados cuerpos desnudos en el lúgubre lugar. Puede que tal vez ellos merecieran ese destino, pero a Xana no le agrada. No tanto por la pena y repulsión que sentía al verlos, sino porque le recordaban a la vida de nigromante que tuvo antes de conocerme.
-Oye, Xana, dame la biusa verde.- le dije con total normalidad.
-¿Qué biusa verde?- respondió, dejando en claro que no sabía de qué le estaba hablando. Y con razón, pues tal biusa no existía.
-La que te pedí que trajeras antes de venir, ¿recuerdas?
-Pero si no me pediste que trajera nada. De hecho, ni siquiera me habías dicho que vendrías aquí.- protestó, dejando atrás su reciente actitud depresiva.
-Oh, vamos, pero si sabes muy bien que yo sería incapaz de ocultarte algo.- Esbocé una sonrisa inocente.
La elfa se acercó y me dio un golpe suave en el hombro con un gesto en el rostro que bastó para decirme que no me creía en lo absoluto. Pero por lo menos logré levantarle un poco el ánimo, que era mi objetivo.
Fue entonces cuando algo llamó mi atención: un pequeño cuaderno abierto que estaba sobre el suelo. Se notaba a simple vista que algún líquido había sido vertido anteriormente sobre él, por lo que leer su contenido sería difícil. De todas formas, decidí echarle un vistazo.
-¿Qué conseguiste?- preguntó Xana intrigada.
-Parece el diario de un alquimista que trabajó aquí.- dije, serio por lo que mis ojos leían, aunque con un tono lo suficientemente elevado para que el resto también escuchara -Según esto, en un principio la intención era potenciar humanos comunes llenando su sangre con energía vital. Pero los experimentos no daban buenos resultados, así que optaron por potenciar solo a guerreros, los únicos que han podido resistir por un tiempo sin desgarrarse. También dice que la energía… solo puede ser obtenida al sacrificar seres vivos.
El diario describía a detalle que los primeros sacrificios eran tanto animales como personas de todas las edades, pero decidí no mencionar eso ni la manera tan sanguinaria en que morían antes de que se creara la fachada “Guerreros de sangre”. Aunque también ignoré la mayoría de lo que veía en ese diario, pues solo eran descripciones de atrocidades o palabras ininteligible, y fue casi en las últimas páginas que realmente vi algo relevante.
-Esto menciona que cuando el Aquelarre descubrió este lugar, estos tomaron el control y decidieron cambiar las cosas. Ahora el objetivo era potenciar personas específicas, que tampoco sobrevivían al final, y luego consideraron trabajar en una alternativa: usar la energía como arma.- Fruncí al ceño tras leer la última página con escrito, la cual me pareció muy interesante -Esto… aquí dice que se rindieron, que era inevitable que los potenciados murieran tarde o temprano… y que la energía no duraba mucho tiempo impregnado en objetos, así que recolectarían energía una última noche para potenciar lo único que demostró ser resistente sin importar cuánto fuese potenciado: un dragón.- Me detuve porque el resto de hojas estaban tan deterioradas que su contenido era ininteligible -No puedo leer más; el diario está en muy mal estado. Pero creo que es mejor que nada, por lo menos.
Sin más nada que hacer guardé el cuaderno en mi pequeña bolsa de aeros, que lo que menos tenía era aeros, y salí del lugar. No sabía si habíamos logrado algo importante o si todavía quedaba mucho por saber, pero luego de haber vuelto a las catacumbas y ver nuevamente las atrocidades que se cometen en ese lugar, aunque supiera muy bien que yo no podría hacer mucho al respecto y que sería más cómodo quedarme en casa, consideré la posibilidad de, tal vez, por lo menos, encargarme de algunos otros miembros del tal Aquelarre, esta vez preparándome mejor para esa tarea.
Rauko
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Re: [Cerrado] Guerreros de sangre [3/4][Guerra en Lunargenta]
A pesar de no contar con ninguna ventaja sobre su oponente, ya que estaban teniendo un combate uno contra uno, Víctor consiguió dañar al extraño de gravedad, el rojizo brillo que recorría sus venas se estaba debilitando, y con ello el poder que la toxina les otorgaba. Sus movimientos se volvieron más lentos y poco a poco fue perdiendo fuerza, tanto que al ver que se había quedado solo, optó por abandonar la lucha y salir huyendo, aunque no llegó muy lejos. De su piel comenzó a emanar un extraño vapor mientras escapaba torpemente, pidiendo ayuda a su maestro, uno que al igual que antes con la ciega, ignoró por completo a su seguidor. La de cabellos cenicientos se vio tentada a alargar sus sombras para atraparlo y terminar con él, pero el vampiro les hizo un gesto para que lo dejaran marchar, con la intención de seguirlo para ver hasta dónde los llevaba.
Con esa idea en mente Elen comenzó a andar, seguida de cerca por su compañero, al cual tendría que revisar en cuanto abandonasen las catacumbas para cerciorarse que el corte que había recibido no era importante. El grupo solo tardó unos minutos en dar de nuevo con el sujeto al que perseguían, muerto ya a causa de los efectos secundarios de aquella extraña toxina que le habían inyectado. - No son más que conejillos de indias, experimentos fallidos. - musitó la joven, bajando la vista durante unos segundos al hombre. Fuera cual fuese el objetivo del aquelarre no les estaba yendo demasiado bien, sí, sus miembros conseguían una fuerza y velocidad desmesurada, pero esto solo duraba unos minutos y luego eran dolorosamente consumidos hasta la muerte, un guerrero así no podría hacer mucho por ellos.
De una patada, el moreno intentó abrir la puerta, pero obtuvo como resultado una escena cuanto menos graciosa, en vez de ceder por completo y abrirse lo único que consiguió fue que su pierna atravesase la madera causando un agujero. En otra situación la benjamina de los Calhoun se habría reído de ello, pero teniendo en cuenta que no sabían qué les esperaba al otro lado su rostro solo mostraba concentración, permanecía atenta a cualquier sonido sospechoso que pudiese llegarle del interior. Aquello desapareció en cuanto Bio abrió finalmente la puerta, allí ya no quedaba ningún miembro del aquelarre ni mucho menos su maestro, solo las agonizantes pruebas de su fracaso en forma de víctima, a la cual con solo tocarla se le desprendió parte del cráneo.
No iban a sacar gran cosa de los implicados así que debían revisar con detenimiento el laboratorio y salvar cualquier cosa que pudiese ser de interés antes de destruirlo, tarea a la que de inmediato se pusieron Rauko y Xana. Fue así como dieron con una especie de diario, perteneciente a uno de los alquimistas que había trabajado en aquella toxina. Los fracasos se habían seguido una y otra vez, sus intentos por crear guerreros con una energía vital superior no terminaban de cuajar, al final todos morían demasiado pronto, tanto que no resultaban útiles a corto o largo plazo.
Que esa energía proviniese de sacrificios no la sorprendió en absoluto, ¿qué se podía esperar de los seguidores de Amaterasu? Nada bueno, por eso debían seguir investigando al respecto y acabar con el maestro y con el alquimista al que hubiese contratado para estabilizar la fórmula, ambos debían desaparecer del mapa antes de que compartiesen con otros sus conocimientos y ambiciones. Mientras Rauko seguía leyendo lo que podía entender del diario, la de ojos verdes se paseó por la sala con tranquilidad, ella misma era alquimista y algunos de los ingredientes que había sobre las mesas le resultaban conocidos, aunque otros no los había visto antes.
Elen podía reconocer varios aromas mezclados, se detuvo junto a una de las estanterías y decidió tomar también muestras para estudiarlas más tarde, ya que no podía salir durante el día de la posada al menos tendría algo con que entretenerse. Sin perder tiempo abrió su bolsa de cuero y extrajo de ella varios frascos vacíos, uno para cada componente, y nada más llenarlos los devolvió a su sitio, permitiéndose tomar también un par de libros forrados con un fino y ornamentado encuadernado negro. “El arte de la nigromancia: rituales.” Pudo leer en la tapa de uno, mientras el otro trataba acerca de la preparación de pociones y elixires, algo mucho más cercano a un alquimista común y corriente.
Consciente de que no podían quedarse allí toda la noche y que debían destruir el lugar, la centinela tomó un par de frascos más de las propias mesas, cuyas sustancias tendría que descifrar, y al igual que el resto del grupo abandonó el laboratorio, dejando a Alister junto a la puerta. Bio, Rauko y Xana llevarían sus descubrimientos a Manuela para que los informantes pudiesen ocuparse del tema, la de cabellos cenicientos por su parte averiguaría cuanto pudiese al respecto, y si encontraba algo de importancia buscaría a los mensajeros del gremio para informar de sus hallazgos. - Toda ayuda es poca. - se dijo, le convenía trabajar con los informantes, quizá así ellos pudiesen darle algo a cambio, como por ejemplo el paradero de sus enemigos.
Una vez fuera, el dragón concentró su elemento y éste subió desde su vientre hasta las fauces, saliendo en forma de potente llamarada, que de inmediato hizo crujir los cristales y comenzó a calcinar buena parte de la sala. Las llamas se extendieron con rapidez, solo un par de minutos bastarían para que nada de lo que quedaba allí dentro se pudiese salvar, y tras asegurarse de que todo era destruido, ambos se marcharon junto con el resto, de vuelta a la superficie. - Hoy ya es tarde, debo alimentarme antes de volver a la posada… pero quizá mañana vayamos a visitar a un viejo amigo. - musitó la vampira, recordando al anciano Félix, el alquimista de la ciudad con el que había colaborado tiempo atrás.
La pareja siguió su camino hasta salir de las catacumbas y una vez allí se despidió del resto del grupo para dirigirse hacia la zona rica de Lunargenta, donde a pesar de los consejos de Víctor, Elen seguía alimentándose a base de animales.
Con esa idea en mente Elen comenzó a andar, seguida de cerca por su compañero, al cual tendría que revisar en cuanto abandonasen las catacumbas para cerciorarse que el corte que había recibido no era importante. El grupo solo tardó unos minutos en dar de nuevo con el sujeto al que perseguían, muerto ya a causa de los efectos secundarios de aquella extraña toxina que le habían inyectado. - No son más que conejillos de indias, experimentos fallidos. - musitó la joven, bajando la vista durante unos segundos al hombre. Fuera cual fuese el objetivo del aquelarre no les estaba yendo demasiado bien, sí, sus miembros conseguían una fuerza y velocidad desmesurada, pero esto solo duraba unos minutos y luego eran dolorosamente consumidos hasta la muerte, un guerrero así no podría hacer mucho por ellos.
De una patada, el moreno intentó abrir la puerta, pero obtuvo como resultado una escena cuanto menos graciosa, en vez de ceder por completo y abrirse lo único que consiguió fue que su pierna atravesase la madera causando un agujero. En otra situación la benjamina de los Calhoun se habría reído de ello, pero teniendo en cuenta que no sabían qué les esperaba al otro lado su rostro solo mostraba concentración, permanecía atenta a cualquier sonido sospechoso que pudiese llegarle del interior. Aquello desapareció en cuanto Bio abrió finalmente la puerta, allí ya no quedaba ningún miembro del aquelarre ni mucho menos su maestro, solo las agonizantes pruebas de su fracaso en forma de víctima, a la cual con solo tocarla se le desprendió parte del cráneo.
No iban a sacar gran cosa de los implicados así que debían revisar con detenimiento el laboratorio y salvar cualquier cosa que pudiese ser de interés antes de destruirlo, tarea a la que de inmediato se pusieron Rauko y Xana. Fue así como dieron con una especie de diario, perteneciente a uno de los alquimistas que había trabajado en aquella toxina. Los fracasos se habían seguido una y otra vez, sus intentos por crear guerreros con una energía vital superior no terminaban de cuajar, al final todos morían demasiado pronto, tanto que no resultaban útiles a corto o largo plazo.
Que esa energía proviniese de sacrificios no la sorprendió en absoluto, ¿qué se podía esperar de los seguidores de Amaterasu? Nada bueno, por eso debían seguir investigando al respecto y acabar con el maestro y con el alquimista al que hubiese contratado para estabilizar la fórmula, ambos debían desaparecer del mapa antes de que compartiesen con otros sus conocimientos y ambiciones. Mientras Rauko seguía leyendo lo que podía entender del diario, la de ojos verdes se paseó por la sala con tranquilidad, ella misma era alquimista y algunos de los ingredientes que había sobre las mesas le resultaban conocidos, aunque otros no los había visto antes.
Elen podía reconocer varios aromas mezclados, se detuvo junto a una de las estanterías y decidió tomar también muestras para estudiarlas más tarde, ya que no podía salir durante el día de la posada al menos tendría algo con que entretenerse. Sin perder tiempo abrió su bolsa de cuero y extrajo de ella varios frascos vacíos, uno para cada componente, y nada más llenarlos los devolvió a su sitio, permitiéndose tomar también un par de libros forrados con un fino y ornamentado encuadernado negro. “El arte de la nigromancia: rituales.” Pudo leer en la tapa de uno, mientras el otro trataba acerca de la preparación de pociones y elixires, algo mucho más cercano a un alquimista común y corriente.
Consciente de que no podían quedarse allí toda la noche y que debían destruir el lugar, la centinela tomó un par de frascos más de las propias mesas, cuyas sustancias tendría que descifrar, y al igual que el resto del grupo abandonó el laboratorio, dejando a Alister junto a la puerta. Bio, Rauko y Xana llevarían sus descubrimientos a Manuela para que los informantes pudiesen ocuparse del tema, la de cabellos cenicientos por su parte averiguaría cuanto pudiese al respecto, y si encontraba algo de importancia buscaría a los mensajeros del gremio para informar de sus hallazgos. - Toda ayuda es poca. - se dijo, le convenía trabajar con los informantes, quizá así ellos pudiesen darle algo a cambio, como por ejemplo el paradero de sus enemigos.
Una vez fuera, el dragón concentró su elemento y éste subió desde su vientre hasta las fauces, saliendo en forma de potente llamarada, que de inmediato hizo crujir los cristales y comenzó a calcinar buena parte de la sala. Las llamas se extendieron con rapidez, solo un par de minutos bastarían para que nada de lo que quedaba allí dentro se pudiese salvar, y tras asegurarse de que todo era destruido, ambos se marcharon junto con el resto, de vuelta a la superficie. - Hoy ya es tarde, debo alimentarme antes de volver a la posada… pero quizá mañana vayamos a visitar a un viejo amigo. - musitó la vampira, recordando al anciano Félix, el alquimista de la ciudad con el que había colaborado tiempo atrás.
La pareja siguió su camino hasta salir de las catacumbas y una vez allí se despidió del resto del grupo para dirigirse hacia la zona rica de Lunargenta, donde a pesar de los consejos de Víctor, Elen seguía alimentándose a base de animales.
Elen Calhoun
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