Encuentro en la posada [Libre]

Gaius Lun Sep 27 2021, 13:47

El sol comenzaba a esconderse en los callejones de Lunargenta, aún reconstruyéndose tras la guerra. Las personas honestas comenzaban a refugiarse en sus casas. Unos pocos dispersos, se amontonaban en las posadas a beber, cantar y enterarse de las novedades sobre la situación general del reino, y el mundo en general.

Se podían reconocer rostros de distintas razas haciendo un público de lo mas variado; gente habitual en ese sucucho de piedra, alumbrado por un vibrante hogar de leña en el centro, y otras bujías menos imponentes en las esquinas. El ambiente era cálido y el aroma de la madera se entremezclaba con la carne rostizada y el sudor de gente que ha estado bebiendo.
Una tenue música se confunde entre los cuchicheos y risotadas de los presentes, el sonido de un arpa pequeña sumado al canto dulce de una flauta. Los diálogos de las personas se volvían indistinguibles para el oído común, a menos que se agudice el oido y se preste especial atención a las conversaciones. Era una noche concurrida en particular; pero sin más excusa para celebrar que un día mas de vida.

Gaius, que poseía algún que otro aero en su haber, no había comido en todo el día; así que se acercó al mesonero -Quiero una hogaza de pan, por favor, y un vaso de vino... el más barato que tenga.- Pidió con amabilidad y fue servido, luego de esto se sento en un rincón, a solas, con sus propios pensamientos. No llevaba la mejor dieta cuando estaba en la ciudad pues su presupuesto era el de un mendigo y las ofertas no eran las mas variadas. Pocas veces podía pagar el precio de algún filete de cerdo o pescado, aunque a veces era convidado con alguna sobra. Tenía que conseguir algún trabajo pronto, para poder sobrevivir la siguiente temporada; no le gustaba vender su espada pero siempre había alguna persona necesitada de su voluntad y fuerza.

Mientras comía y bebía observaba con serenidad a los presentes, esperando encontrar algún alma dispuesta a compartir los rumores de la noche, o quizás alguien con quien iniciar un pleito: quien sabe, de toda experiencia puede sacarse algún aprendizaje, sobre todo en la derruida, pero brillante Lunargenta.

**Nero Crimson** Lun Sep 27 2021, 18:13

Nero comenzaba a despertar de su siesta de poder, o al menos así le gustaba llamarlas, lo que sucedía en realidad era que se desmayaba de lo borracho que estaba y quedaba tirado en cualquier lugar, siempre despertaba en algún lugar diferente, nunca se enteraba como había llegado a ese lugar.

Se llevo la mano a la cabeza, le dolía, su centro de gravedad estaba alterado, al parecer seguía un poco ebrio, aquello era bueno, significaba que podía seguir adelante con muchas cosas, cosas que debía ahogar en alcohol antes que volvieran a el, se levanto y perdió el equilibrio, para su suerte el muro de aquel callejón le servía de muleta en lo que recuperaba su sentido de la orientación, avanzo apoyado de la pared hasta que de la nada la pared cedió, haciéndole caer estrepitosamente, aquello donde se había apoyado no era una pared, era una puerta la cual parecía ser la respuesta de todos sus problemas en aquel minuto.

Una posada escondida en los callejones de Lunargenta se convertía en el lugar donde ahora se sumergiría de nuevo en el en el sopor al cual ya estaba acostumbrado a vivir, con dificultad se acerco al primer mesón que encontró, -Tráigame una botella de su alcohol mas fuerte y mas barato- exclamo, mientras se acomodaba en la silla, esperando.

Gaius Lun Sep 27 2021, 20:09

Gaius lo había observado todo, un hombre de mediana edad y cabellos muy oscuros se venía arrastrando desde fuera. Desde la posición de Gaius parecía haber recibido una brutal golpìza y es lo que pensó en un primer momento debido al aspecto de matón que el hombre proyectaba. Instantaneamente sintió piedad e intentó tomar un poco de iniciativa para ayudarle, o conseguir alguien que lo asista, pero a medida que se fue acercando con su paso tambaleante se dio cuenta de todo: ese hombre había estado completamente borracho. Si había algo a lo que Gaius estaba acostumbrado era a ver gente ebria pues en el monasterio los monjes, y en especial su padrino, bebían hasta desmayarse. Durante su infancia lo veía como algo completamente normal.

La primera impresión fue un poco incómoda, el hombre había terminado en el suelo sobre la entrada de la posada, interrumpiendo el cuchicheo a su al rededor por unos segundos. Gaius, al ver que nadie se acercaba a ayudarle tomó iniciativa, pero observó como el hombre volvió a erguirse sin dificultad y sin mosquearse en lo absoluto. De haber estado en su lugar Gaius hubiese dado la vuelta muy avergonzado o pedido disculpas; pero jamás había estado en ese lugar así que prefirió no juzgarlo. La gente siguió su conversación mientras la música sonaba ininterrumpida, pues esta escena con borrachos era típica en el lugar, sobre todo a esas horas.

Esperaba ansioso su hogaza de pan y su vino, y justo cuando estaba por recibirlos del mesonero el recién llegado terminó a parar en uno de los asientos enfrentados al suyo. "Uno pide pan y vino y también le traen compañía." pensó con una sonrisa irónica, la presencia del otro individuo no le molestaba en lo absoluto, de hecho necesitaba socializar un poco, ya que estaba absolutamente solo en la ciudad de Lunargenta.

Antes de que el mesonero se vaya, escuchó como el hombre ordenaba el trago más fuerte y barato que hubiese. -¿La mejor forma de combatir la resaca es seguir ebrio, eh?- Preguntó con amabilidad al hombre después de sorber el vino, era malo, agrio. Tomó el pan que recién había recibido, lo partío por la mitad y ofreció extendiendolo hacia el recién llegado y con un gesto de asentimiento. En realidad tenía mucha hambre, pero nunca evitaba la oportunidad de compartir. -El cuerpo de cristo.- Dijo en tono de inocente burla, parodiar la eucaristía cuando se ofrece pan de esta forma era un chiste común entre los monjes que lo criaron.

**Nero Crimson** Mar Sep 28 2021, 17:42

-No puedes tener resaca si nunca dejas de estar ebrio- replico Nero con una sonrisa, cuando noto el gesto de amabilidad que el hombre que estaba sentado frente al el, cordialmente rechazo la oferta de lo que el había llamado "el cuerpo de cristo", para Nero en cambio solo era la mitad de un pan.

-Gracias, pero no gracias, desconozco la raza de los hombres-pan de los que hablas, pero se que el alcohol y el pan no se llevan bien- se explico al momento que le traían una botella con una etiqueta que solo tenia "X" en el trozo de etiqueta, sin dudarlo Nero se empino un buen sorbo de aquel desconocido brebaje, tenia un sabor fuerte, amargo, desconocido. Arcadas amenazaron con hacerle devolver lo que había ingerido pero el dragón se controlo, el vomito se asomo a su garganta, pero Nero, incapaz de desperdiciar su bebida simplemente se lo trago y lo ahogo con otro sorbo, haciendo que su cuerpo aceptara aquel extraño y probablemente peligroso brebaje.

-Y.. ¿Qué te trae a la ciudad mas pecaminosa de Aerandir?- pregunto el joven dragón intentando hacer como si no hubiera pasado nada, aun con leves espasmos debido a lo que había ingerido, la voz le sonaba un poco quebradiza y los ojos le habían quedado lagrimosos por las arcadas, a su alrededor, el mundo seguía con normalidad, los borrachos eran el pan de cada dia.

Gaius Mar Sep 28 2021, 19:31

Gaius retiró con delicadeza el pan de en frente del hombre recién llegado y bebió un poco más de vino. No le sorprendió la respuesta que le habían dado, pues era algo de esperarse en ese lugar donde los paganos eran mayoría. En verdad, el hombre quizás podía no haber tenido contacto alguno con cristianos en su vida y esto era algo normal incluso en la península de Verisar. Dió un mordisco al pan y masticó lentamente, como si también masticase las palabras de aquel hombre, sin soltar su mirada fija y piadosa. A Gaius no le molestó en lo absoluto la reacción de este hombre, es más, apelo a su buen sentido del humor: un hombre ebrio y gracioso es buena compañía, pero un hombre ebrio y agresivo puede ser lo más peligroso que te encuentres en el camino.

Echó una pequeña risa mientras terminaba de tragar el trozo de pan que había llevado a la boca -Es solo una pequeña broma que hacían mis viejos amigos.- Dijo con un poco de melancolía en la voz, pero sin dejar de lado el aire de comicidad que llevaba la situación, en realidad Gaius se alegraba de que se haya rechazado su oferta pues estaba verdaderamente hambriento. -El pan y el vino es prácticamente mi dieta diaria, pues es lo único que me puedo permitir económicamente.- Soltó en respuesta a lo dicho por el recién llegado, y era verdad, hace mucho que no se permitía un poco de cerdo o carne de res.

Gaius pudo observar con atención el accionar del hombre con respecto a la bebida, era muy probable de que se tratase de un destilado con poca maduración, hecho de restos de cereales y con una graduación alcohólica excesivamente alta aunque podía estar equivocado. La forma de beber del hombre era inhumana, de hecho el hombre tenía algo de inhumano en su parecer y comportarse: pero eso era algo común de ver en Lunargenta, nadie era lo que parecía. Bebió el vino con preocupación, quería decirle algo a ese hombre, pero además de caer en la obviedad conocía la reacción de los alcohólicos al ser cuestionados por su adicción porque su padrino, el hombre que lo crió también era alcohólico. Prefirió no juzgarlo.

Recibió con alegría la pregunta del hombre pues denotaba algún interés en entablar una conversación, Gaius estaba acostumbrado a ser rechazado en todas partes por ser un paladín y por su credo, a las gentes de lugar no les gustaban los santurrones, mucho menos los cristianos. -El hambre.- Respondió antes de dar otro mordisco al pedazo de pan que estaba comiendo. -Necesito trabajo.- Agregó luego de tragar el bocado que se había llevado a la boca. Pensó durante unos momentos mientras observaba el aspecto deplorable del hombre; estaba obligado a ayudarle de una forma, pero todavía no era el momento indicado. -¿Y a tí?- Preguntó con interés mientras el hombre terminaba de ejecutar una arcada.

**Nero Crimson** Miér Sep 29 2021, 18:19

-Necesitas a-ampliar tu horizonte cu-culinario- exclamo haciendo esfuerzo por no vomitar, no quería arruinar la poca comida que podía permitirse el hombre, el mismo sabia por experiencia propia lo que es pasar hambre y tener que comer lo mismo una y otra vez. Observo cada una de las mesas que había a su alrededor la mayoría tenia pocas cosas para comer, salvo por una mesa en una esquina que parecía tener trozos de carne en abundancia, debía planear con cuidado su siguiente movimiento, aquello podía salir muy bien o muy mal.

Escucho los motivos del hombre, sintió un poco de lastima por el y los motivos que le traían a este lugar -Yo ni siquiera recuerdo como llegue acá- exclamo con una sonrisa, para luego beber otro sorbo de aquel extraño liquido, su cuerpo tembló por completo al momento de ingerir aquella sustancia, a la vez que le daba la confianza necesaria para llevar a cabo su plan. -Buen hombre cuyo nombre desconozco, ho-o-oy la comida corre por mi cuenta- dijo al momento de desenrollar una cadena con cuchillas que llevaba atada a la cintura, se acomodo y dio un pisotón en el frio suelo de piedra, aquella acción, prácticamente insignificante, hizo que sin aviso alguno un muro emergiera bajo la mesa que tenia carne en abundancia(1), volteando la mesa y cerrando el camino de quien estaba en ese lugar, Nero rápidamente lanzo su cadena al momento que varias personas se abalanzaban sobre los trozos de carne, la cadena se alcanzo a clavar en un trozo de carne y Nero activo la runa en la empuñadura del arma y esta se retrajo, convirtiéndose en una espada(2), la cual traía consigo un trozo de carne en la punta.

-Si no-no puedes comprarlo, lo cazas- exclamo cortando el trozo de carne y ofreciéndole la mitad al hombre con quien compartía la mesa, -el cuerpo de... Algo?- exclamo al momento que aprovechaba de comer mientras la gente se seguía peleando por la comida que estaba en el piso, la carne sabia mucho mejor que el licor que estaba bebiendo y miro la botella de reojo considerando si arruinar el momento, no, mejor dejaría el licor para después, se centro en comer mientras aun tuvieran tiempo, escuchando como la persona atrapada en la esquina golpeaba el muro, maldiciendo a quien fuera responsable de la situación.

off:
1_ stone
2_ arma cambiante

Gaius Jue Sep 30 2021, 02:23

A Gaius no le gustó mucho el curso con el que continuaron desarrollandose las cosas. Gaius no tomaba personal la actitud de aquel hombre, pues se encontraba completamente ebrio, quien sabe desde hacía cuanto tiempo, pero decirle a una persona que apenas posee recursos para alimentarse que debe expandir su horizonte culinario era por lo menos un gesto con poca educación. Asintió con una sonrisa al escucharlo pues no lo juzgaba por su imprudencia, simplemente continuó masticando el pan, que ya comenzaba a endurecerse porque tampoco había sido recién horneado. Le preocupó un poco que el hombre comenzase a observar el contenido de las otras mesas, por lo que pueda llegar a ocurrir; pero aún no podía hacer nada al respecto.

No le sorprendió el hecho de que el recién llegado no supiera desde donde había llegado, aunque le hacía dudar acerca de su verdadera procedencia, cualquiera podía suponer de alguna forma que el hombre estaba dudando de algo. Mientras Gaius terminaba de sorber el último trago de vino que le quedaba el hombre comenzó a levantarse y dijo unas palabras, de ahí todo sucedió muy rápido: la comida de la mesa del fondo había salido disparada en forma de lluvia por los aires. Cuando pudo darse cuenta de lo que pasó después del estrépito pudo ver un pequeño montículo de roca que había surgido desde el suelo. Y una rebanada de carne de res humeando en frente suyo.

La carne se le presentó como la propia tentación: no era algo que él había adquirido, quizás algún criador trabajó años cuidando el ganado y asegurandose del crecimiento del animal del que este trozo de carne había surgido, luego un carnicero invirtió una fortuna y muchísimo tiempo en despedazar y ahumar la carne del animal, ni hablar del dueño de la posada que con mucho sacrificio podría haber adquirido la pieza del animal y hecho a su mesonera calentarla en las brazas. El entendía todo como una inversión de tiempo, sacrificio, esa era su cosmovisión. No podía aceptarlo, tenía que obtener la comida por su propio valor y esfuerzo. Esto formaba parte de su formación en la orden de los caballeros iluminados, pues sabía que si obraba en contra de las siete virtudes su conexión con la espada sagrada que protegía y llevaba envainada estaría perdida. -Te agradezco, pero el pan se expande con el vino en el estómago, no me entra mas comida.- Respondió tratando de sonar agradecido y razonable, no quería ofender al recién llegado; pero tampoco podía quedarse callado. -Ahora ¿No te parece que lo que estás haciendo es un hurto?- Preguntó con seriedad y profundidad al hombre que le ofrecía comida, mientras permanecía impasivo en su asiento, jugando con el pequeño caliz de madera que hace unos minutos estaba lleno de vino.

**Nero Crimson** Jue Sep 30 2021, 18:41

Se encogió de hombros al notar como el hombre al otro lado de la mesa rechazaba su regalo, probablemente estaba en una dieta o algo parecido, como bien rezaba el dicho, a caballo regalado es porque piedras trae(?), Nero no era de rogar así que se llevo la otra mitad de carne a la boca sin dudarlo, oh rica y deliciosa carne calentita, ideal para una noche donde la lluvia comenzaba a hacerse presente.

-No-no me parefe efo esf lo que esf- respondió con la boca aun llena, viéndose forzado a beber de aquel extraño licor, no le agradaba la idea de mezclar la carne con esa porquería de bebida, pero era mejor que ahogarse con un pedazo de carne, -En efecto, es lo que es, sin embargo, también es cazar mi comida, no veo nada de malo en ello- señalo con un aire que intentaba ser solemne, pero solo lo hacia ver mas borracho de lo que estaba.

-Esa espada que traes, ¿te ha tocado asesinar a alguien con ella?, al final del día todos somos iguales, solo somos personas intentando sobrevivir con lo que nos toco- exclamo dándole un profundo sorbo a la botella, que ahora entraba a su cuerpo como si de agua se tratara, fijando la vista en el hombre que se encontraba al lado opuesto de la mesa, de pronto aquel lugar se comenzaba a llenar de una palpable tensión, mientras aquellos dos hombres conversaban, otros intentaban picar la piedra que había aprisionado a la victima en el rincón, quien seguía maldiciendo a mas no poder.

Gaius Dom Oct 03 2021, 18:17

Gaius sentía alguna especie de compasión por aquel hombre, en efecto sabía que no compartía los mismos valores moralesque él, y en realidad muy pocas personas lo hacían. Ni siquiera en la misma orden de caballeros había una uniformidad de valores pues se trataba de un espacio abierto a personas de cualquier credo. Tuvo que aprender a aceptar y compartir con los caballeros paganos que a veces tenían una forma de entender la realidad mas salvaje, más simple. Quizás la gente de aquella mesa tenía carne de sobra y no estaba dispuesta a compartirla por los hambrientos, entonces en todo caso el comportamiento del hombre ebrio resultaba un caso heroico.

El hombre cuyo nombre aún no conocía parecía estar por meterse en un gran lío, y parecía una situación muy peligrosa; no para él si no para la gente atrapada detrás del muro de piedra. Si no hacía algo rápido, el muro de piedra caería y probablemente esto terminaría de forma sangrienta y era algo que no quería. El caballero se levantó y susurró al hombre que tenía en frente. -Por favor, por lo que mas quieras, solo sigueme el juego.- Le dijo con piedad y seriedad al mismo tiempo, no sabía como empatizar del todo pèro se arriesgó a tomar la iniciativa de sacarlo del lugar.

-Haz prejuiciado a esta pobre gente. En nombre del rey te llevaré a ser juzgado.- Dijo con aire solemne, simulando ser un guardia civil. El desarrollo de lo siguiente dependía de la desición del ebrio. No podía arriesgar la integridad de las personas ahí en la taberna y de ningúna forma quería que este hombre tenga que pagar por algo que no puede decidir debido a su estado, le estaba dando una coartada y esperaba que este aceptase. Aunque en el fondo, sabía de lleno que este rechazaría su oferta y haría algo incluso mas estúpido para mostrar su poderío: para el caballero, el borracho era como un niño con un arma.

**Nero Crimson** Lun Oct 04 2021, 20:54

Nero alzo una ceja al escuchar las palabras del soldado, se sorprendió mas al escuchar y al ver como actuaria después, esbozo una sonrisa y bebió alegremente, no entendía bien que estaba sucediendo ni porque el hombre frente a el había actuado de esa forma, pero estaba seguro de algo, no se iría de allí hasta terminar su trago.

-Al parecer el vino que te dieron estaba mejor que lo que sea que estoy tomando, porque no te sientas y sigues bebiendo un poco mas, lo que es yo no tengo idea de lo que estas hablando- exclamo, era obvio que no compartían el mismo compas moral, la forma en la que simplemente había hecho oídos sordos a su pregunta revelaba la hipocresía del hombre, ante el cual la moral parecía funcionar solo si no se le aplicaba a el mismo. El muro de piedra comenzaba a mermarse ante los golpes de los hombres que intentaban liberar al prisionero de la esquina y el dragón miraba al hombre de pie en el lado contrario de la mesa, cual seria el siguiente movimiento a seguir, Nero lo sabia muy bien.

Un buen sorbo al contenido de esa botella que amenazaba con vaciarse ahora que el liquido pasaba como agua en la garganta del dragón, se acomodo en el respaldo de la silla y observo al hombre para ver como planeaba proceder ahora que la gente comenzaba a posar sus miradas en ellos.

Gaius Mar Oct 05 2021, 15:38

-Entonces no puedo ayudarte.- Respondió Gaius inmediatamente después de escuchar al hombre; esta era una situación a la que el caballero estaba acostumbrado. La seguridad del hombre ebrio le sorprendía un poco, para el estado en el que se encontraba podía seguir manteniendo la calma; y este hecho confirmaba que el desenlace de sus acciones podía no ser tan malo. La gente que ostenta de su destreza o fuerza física le recordaba a los niños con los que se rodeó durante su infancia, la indiferencia frente al ejercicio del abuso, y la autojustificación por medio de la negación del otro eran patrones que se repetían en las personas mayores y algo de lo que Gaius había escuchado hablar repetidas veces a los monjes en sus tiempos de novicio.

El caballero no necesitaba demostrar su capacidad de infligir daño, había tenido que luchar por su propio pan en las calles desde muy joven, y había sido entrenado militarmente: en su conciencia no pesaba la muerte de nadie mas que la de criaturas aberrantes a las que había tenido que castigar como parte de las pruebas para ser ungido como paladín. No consideraba el poder ni la letalidad como una virtud, si no mas bien como una herramienta de la que prefería no presumir; así como presumían los hombres jóvenes de sus proezas sexuales en las rondas y las tabernas. Un caballero llena el vacío de su existencia con nada más que la virtud, donde no hay espacio para la lujuria y la violencia.

Gaius pudo observar como la gente detrás del muro de piedra terminaba de ser liberada mientras se dispersaba la gente que había saltado a recoger la carne desperdigada por el suelo, en este sentido eran tan culpables como el hombre que empezó la escena, pero el principal resposable estaba bien marcado. El caballero se apartó de la mesa al rincón mientras los comensales perjuriados se acercaban al borracho. Observó todo con una sonrisa, este tipo de escenas también eran un cliché dentro de las tabernas del pueblo. Posó una mano sobre su espada sagrada por cualquier cosa que pudiese ocurrir, porque claramente el ebrio no sería arrojado a la calle con una patada en el trasero.

**Nero Crimson** Jue Oct 07 2021, 00:34

-Nadie puede- exclamo con una sonrisa algo nostálgica, termino de beber su extraño licor justo al momento que la prisión de piedra terminaba de ceder, las acciones del hombre en uniforme frente a el le habían sorprendido, si bien eran un poco contradictorias, jamás se le paso por la cabeza que desistiría de aquella acción que intentaba realizar.

-Malditos pordioseros!, ¿Quién de ustedes se atrevió a semejante ofensa hacia mi persona? - exclamo el hombre libre por fin, las miradas de los demás presentes rápidamente se posaron en Nero y su compañero comensal, el hombre que hasta hace unos momentos había sido aprisionado en la esquina, se acerco furibundo a la mesa donde el dragón seguía actuando como si no estuviera sucediendo nada del otro mundo, sin importar lo que pudieran señalar los demás, el no había hecho nada.

-Tú!, todos te señalan como el responsable, ¿Qué tienes que decir en tu defensa?- señalo el hombre apuntando a Nero con el dedo.
-Yo no fui- Exclamo sin siquiera establecer contacto visual.
-Y se supone que eso es prueba suficiente?-
-Miradas contra palabras, tú eliges a quien creerle-
-Eso es absurdo-
-Palabras valientes de alguien que quedo atrapado en una esquina-
-Insolente!-

Tanto el hombre aprisionado como los que le acompañaban estaban a punto de abalanzarse sobre Nero cuando este se levanto de golpe y los apunto con su botella vacía -Ya que todo se ha reducido a esto solo tengo una cosa que decir, que son los excesos, sino, los resquemores del alma, si he de vivir que sea sin timón y en el delirio- acto seguido y para sorpresa de todos, procedió a golpearse el mismo en la cabeza con la botella la cual quebró en el proceso y cayo aparentemente desmayado al piso.

Una mueca de extrañeza recorrió a todos los presentes y el hombre sin posibilidad de hacer algo al respecto puesto que el borracho le había quitado incluso eso exclamo con vehemencia -Esto es ridículo, no tiene sentido en lo absoluto!- entonces procedió a darse un par de vueltas a la vez que intentaba buscar alguna respuesta ante lo que había sucedido, al no encontrar ninguna y sentirse prisionero ahora de las miradas de todos los presentes en la taberna, decidió salir junto a sus hombres a la vez que gritaba acerca de lo absurdo y ridículo que era todo eso.

Gaius Jue Oct 07 2021, 01:41

Lo que ocurrió a continuación fue para Gaius inexplicable. Había generado una predisposición ante los eventos que no coincidía con el final del relato que había construído en su cabeza. Definitivamente, lo que jugo en contra fue un sentimiento de condescendencia frente a alguien que desconocía: de hecho estaba muy seguro de la clase de decisiones que tomaría el otro individuo frente a la circunstancia que iba a enfrentar. Creía saber todo de él, se creía con la experiencia suficiente como para predecir lo peor, pero había sido cruelmente engañado por el destino para captar un solo mensaje que resonaba en su cabeza. "La humildad ante todo."

No se puede ser un salvador. No puede el hombre pretender que siempre va a conseguir desarrollar el rol de salvador y maestro, y quien lo haga está condenado a chocar contra el vacío, en otras palabras, tropezar por inercia hacia la infinutud de posibilidades que ofrece la vida. Y esta sensación fue la que congeló completamente al caballero. Se creía completamente superior al borracho, y se puso en un lugar en el que sería capaz de manipularlo para sacarlo de ahí, pretendiendo que el otro no podría salvarse solo y empeoraría completamente la situación con desiciones que proyectó sobre el sin conocerlo en lo absoluto. Cuando el comensal se había liberado de la pared de piedra, Gaius se aferró a su espada esperando lo peor, no sabía a que bando sumarse porque ni el borracho era completamente responsable de sus actos, ni los hombres de la taberna tenían menos derecho a reclamar por lo que les había sucedido. Esperaba ver mucha sangre ser derramada innecesariamente en el momento.

Pero ocurrió, la botella estallo sobre la cabeza del ebrio como una pompa de jabón al sol, y el silencio que siguió al impacto del hombre inconsciente sobre el suelo fue lo verdaderamente ensordecedor. Vio como los comensales se retiraban indignados del lugar y volvió a si mismo. Estaba pálido y una sensación fría recorría su espina dorsal. Se acercó lentamente al sonriente cuerpo del hombre ebrio, parecía un niño recién dormido luego de jugar en el parque todo el día. -Eso fue algo.- Dijo mirando de pie, con su figura larga y escualida haciendo sombra al hombre cuyo nombre aún no conocía, pero dejando que las luces del candil se filtren por el costado de su rostro y el brillo de su cabello.

**Nero Crimson** Vie Oct 08 2021, 00:40

-Ya se ha ido?- pregunto Nero aun con los ojos cerrados, un par de miradas se posaron en el cuando al fin decidió abrir los ojos y levantarse al notar que sus acusadores ya no estaban en la taberna, se sacudió el vidrio del cabello y se sentó como si nada ante la mirada atónita de algunos comensales.

-Se supone que deberías estar noqueado- señalo el tabernero.
-En serio pensaron que una botella me dejaría así?, vaya que necesito sacarle mas provecho a ese truco, tráiganme otra botella de estas por favor!-

Exclamo el borracho sonriendo a la vez que la situación desataba un par de carcajadas en la taberna aquella escena sin duda le había ganado un par de simpatizantes, el hombre a quien había acompañado esa noche aun seguía de pie al lado de el, al parecer también había causado un impacto en aquella persona, le palmeo el hombro para darle a entender que no debía preocuparse y se acerco al tablón de anuncios en uno de los muros, prestando mucha atención en la parte de personas cuya cabeza tenia recompensa.

-No me digas que eres un criminal- dijo el tabernero quien traía la botella de aquel extraño licor, sin embargo, no parecía dispuesto a entregarle la botella a Nero aun.
-No en esta ciudad, salud!- respondió el borracho al notar que ni su rostro ni su nombre estaban en el tablón.... De momento. Le quito la botella de las manos al tabernero y procedió a seguir bebiendo de lo que ahora parecía ser un néctar divino sabia que vendrían por el en cualquier momento así que debía aprovechar cada momento disponible.

**Reike** Sáb Nov 06 2021, 19:13

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