[Cerrado] Pan y mermelada [Libre]
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[Cerrado] Pan y mermelada [Libre]
Taliesin estaba especialmente de buen humor aquella noche. Casi, casi se sentía como un padre normal.
Aquella era la primera noche que pasarían en aquella casa de Lunargenta cuyo título de propiedad había robado. Su hija, Irina, correteaba por la propiedad, ansiosa por descubrir todos sus secretos, y los grititos de felicidad que dejaba escapar cada vez que abría una puerta llenaban el corazón de Taliesin. Una exclamación más: Irina había descubierto su cuarto, con una cama doble con grandes almohadones y peluches en todas las estanterías. Una risa siguió cuando saltó sobre el colchón, y su voz corrió a la siguiente habitación. De esta manera descubrió el estudio, repleto de libros cubiertos de polvo, el patio trasero, con una pequeña fuente en la que nadaban varios peces, y la entrada al sótano, en el que se apilaban artefactos viejos y misteriosos.
Él también estaba especialmente satisfecho con aquella casa. Había una pequeña habitación en la parte de atrás, probablemente destinada a los sirvientes, en la que no había ni una sola ventana. En otras ocasiones había tenido que esconderse en despensas y sótanos durante el día, así que aquel era un buen cambio.
Le costó horrores convencer a la pequeña para que se fuera a dormir, y después se dedicó a desempolvar muebles y a ordenar aquella casa que no era suya. Las horas pasaron sorprendentemente rápido, pero al fin lo último que le faltaba era dejarle preparado un buen desayuno a Irina y podía relajarse el resto de la noche, quizás salir a por su cena...
… Y allí era donde fallaba su plan ideal. Por supuesto que no había ni cebollas en la despensa. Aquella era una vivienda en desuso, ¿cómo había podido esperar otra cosa? ¿Y ahora qué le prepararía a Irina? Ya podía imaginar su rostro, entre enfadado y decepcionado, por la mañana cuando se levantara. “¡Me lo prometiste!”. Esas tres palabras eran peores que tres golpes de estaca en el corazón.
No podía permitir aquello. ¿Y ahora dónde conseguía comida? Y lo que es peor, ¿cómo pagarla?
Pasó al menos otra media hora buscando monedas por la casa, pero no encontró un solo aero abandonado. Sobre la mesa de la cocina había reunido varios posibles objetos de valor: cubertería, unos jarrones, un candelabro y un espejito de marfil, y no sabía cuál era la peor opción.
Finalmente se decidió; elegida la moneda de cambio, salió de la casa y caminó hasta sentirse a distancia segura. Se dejó guiar por un murmullo de voces hasta encontrar una taberna que seguía abierta a aquellas horas. En momentos como aquél, había aprendido, lo más importante era proceder con resolución y firmeza; así que entró con paso decidido, escaneó muy rápidamente el local, y se acercó a la primera mesa en la que los comensales no habían perdido el conocimiento sobre la mesa.
- Disculpad la interrupción, requiero de un favor simple pero urgente – sin mayor ceremonia, colocó sobre la mesa el espejito de marfil y el candelabro -. Estos son dos objetos de gran valor de mi hogar, un legado que ya era nuestro en tiempos de mi bisabuela. No me preguntéis cuál es su valor exacto, porque no me atrevo a ponerles precio. He venido con la intención de cederlos, y sólo pido un pequeño favor a cambio: un desayuno para mi hija. Una porción de pastel, pan, mantequilla y mermelada, unas frutas frescas. ¿Tenéis algo que pudierais darme?
Aquella era la primera noche que pasarían en aquella casa de Lunargenta cuyo título de propiedad había robado. Su hija, Irina, correteaba por la propiedad, ansiosa por descubrir todos sus secretos, y los grititos de felicidad que dejaba escapar cada vez que abría una puerta llenaban el corazón de Taliesin. Una exclamación más: Irina había descubierto su cuarto, con una cama doble con grandes almohadones y peluches en todas las estanterías. Una risa siguió cuando saltó sobre el colchón, y su voz corrió a la siguiente habitación. De esta manera descubrió el estudio, repleto de libros cubiertos de polvo, el patio trasero, con una pequeña fuente en la que nadaban varios peces, y la entrada al sótano, en el que se apilaban artefactos viejos y misteriosos.
Él también estaba especialmente satisfecho con aquella casa. Había una pequeña habitación en la parte de atrás, probablemente destinada a los sirvientes, en la que no había ni una sola ventana. En otras ocasiones había tenido que esconderse en despensas y sótanos durante el día, así que aquel era un buen cambio.
Le costó horrores convencer a la pequeña para que se fuera a dormir, y después se dedicó a desempolvar muebles y a ordenar aquella casa que no era suya. Las horas pasaron sorprendentemente rápido, pero al fin lo último que le faltaba era dejarle preparado un buen desayuno a Irina y podía relajarse el resto de la noche, quizás salir a por su cena...
… Y allí era donde fallaba su plan ideal. Por supuesto que no había ni cebollas en la despensa. Aquella era una vivienda en desuso, ¿cómo había podido esperar otra cosa? ¿Y ahora qué le prepararía a Irina? Ya podía imaginar su rostro, entre enfadado y decepcionado, por la mañana cuando se levantara. “¡Me lo prometiste!”. Esas tres palabras eran peores que tres golpes de estaca en el corazón.
No podía permitir aquello. ¿Y ahora dónde conseguía comida? Y lo que es peor, ¿cómo pagarla?
Pasó al menos otra media hora buscando monedas por la casa, pero no encontró un solo aero abandonado. Sobre la mesa de la cocina había reunido varios posibles objetos de valor: cubertería, unos jarrones, un candelabro y un espejito de marfil, y no sabía cuál era la peor opción.
Finalmente se decidió; elegida la moneda de cambio, salió de la casa y caminó hasta sentirse a distancia segura. Se dejó guiar por un murmullo de voces hasta encontrar una taberna que seguía abierta a aquellas horas. En momentos como aquél, había aprendido, lo más importante era proceder con resolución y firmeza; así que entró con paso decidido, escaneó muy rápidamente el local, y se acercó a la primera mesa en la que los comensales no habían perdido el conocimiento sobre la mesa.
- Disculpad la interrupción, requiero de un favor simple pero urgente – sin mayor ceremonia, colocó sobre la mesa el espejito de marfil y el candelabro -. Estos son dos objetos de gran valor de mi hogar, un legado que ya era nuestro en tiempos de mi bisabuela. No me preguntéis cuál es su valor exacto, porque no me atrevo a ponerles precio. He venido con la intención de cederlos, y sólo pido un pequeño favor a cambio: un desayuno para mi hija. Una porción de pastel, pan, mantequilla y mermelada, unas frutas frescas. ¿Tenéis algo que pudierais darme?
Última edición por Taliesin Skatha el Dom Jun 24 2018, 20:17, editado 1 vez
Taliesin Skatha
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Re: [Cerrado] Pan y mermelada [Libre]
Aliden se encontraba levemente tumbado entre el taburete, la mesa, y la pared. Por bebida, tenía una sosa jarra de agua que ni se había molestado en probar, sino que la había dejado apartada a un lado, mientras oteaba entre la marabunta de gente que se arremolinaba en la taberna. En esas estaba, cuando el hombre de corta barba y espesas cejas le increpó quien sabe qué para su supuesta hija, y un rollo demasiado aburrido sobre un legado de su abuela. Encima, quería colarle un absurdo espejito y un candelabro. Bah, como si no le hubiesen intentado timar veces con ese pretexto... Aunque el espejito lucía tremendamente caro, le podía servir de algo...Lo miró con el ceño fruncido, y gruñó levemente antes de hablar.
-Supongo que podríamos llegar a un acuerdo. Seamos más simples, ¿A cuanto estás dispuesto a vender el espejito? El rollo de tu hija y tal es innecesario, se como va este tipo de cosas... Dependiendo de tu grado de desesperación por venderlo, tal vez me plantee el comprarlo.-Se incorporó levemente.- Ahora, hablemos de números.
Dejó caer una bolsa que sacó de su bolsillo, tintineando esta levemente en la mesa, mientras le miraba con seriedad, evaluándole. De seguro un señorito como él, bien vestido, debía estar muy desesperado para vender una herencia familiar, así que seguramente se lo dejaría a buen precio. Sonrió con la certeza de aquellos que han conseguido un buen negocio, mientras bebía de su jarra, expectante a la respuesta del hombre.
-Supongo que podríamos llegar a un acuerdo. Seamos más simples, ¿A cuanto estás dispuesto a vender el espejito? El rollo de tu hija y tal es innecesario, se como va este tipo de cosas... Dependiendo de tu grado de desesperación por venderlo, tal vez me plantee el comprarlo.-Se incorporó levemente.- Ahora, hablemos de números.
Dejó caer una bolsa que sacó de su bolsillo, tintineando esta levemente en la mesa, mientras le miraba con seriedad, evaluándole. De seguro un señorito como él, bien vestido, debía estar muy desesperado para vender una herencia familiar, así que seguramente se lo dejaría a buen precio. Sonrió con la certeza de aquellos que han conseguido un buen negocio, mientras bebía de su jarra, expectante a la respuesta del hombre.
Aliden Tenebrae
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Re: [Cerrado] Pan y mermelada [Libre]
Taliesin se rió de buena gana ante aquella respuesta.
- Amigo, sí viene a cuento que sea para mi hija. Yo como cualquier cosa, pero ella es más quisquillosa. La comida es para ella, ergo, tiene que ser algo dulce, el típico desayuno que haría feliz a una niña de nueve años.
Parte de aquella afirmación era mentira, por supuesto. Dado que hacía años que lo único que Taliesin tomaba de buena gana era la sangre, era por definición mucho más selectivo que su hija Irina. Pero siempre hablaba de si mismo como si fuera humano; estaba muy habituado a aquella mentira.
Le debió brillar un destello de avaricia en los ojos cuando escuchó el tintineo de la bolsa. En cualquier otro momento habría vendido aquel espejo, que para él no tenía ningún valor, por unas cuantas monedas.
- Lamentablemente necesito la comida, no el dinero.
En el rostro de Taliesin quedó inmediatamente claro que le molestaba tener que dar aquella respuesta. Pero no tenía otro remedio. No podía agarrar la bolsa de monedas, esperar a que abrieran los mercados, e ir a comprar pasteles y bombones como haría cualquier otro humano: la luz del sol matinal se lo impedía.
Levantó la mirada de la bolsa al desconocido, quizás fijándose por primera vez en su aspecto. Le causó un poco de sobresalto ver sus ojos amarillos y su piel, muy pálida, e inmediatamente cuestionó que aquel hombre fuera humano. ¿Hombre bestia? Pero no veía ningún rasgo claramente animal. ¿Bio? Jamás había visto a uno, pero la descripción no acababa de cuadrar. ¿Vampiro? ¿Era posible? ¿Cómo delatarlo en tal caso? Mientras pensaba en todo esto, no pudo evitar dedicarle una muy larga y evidente mirada al desconocido; un poco demasiado larga y demasiado evidente.
- De veras lo lamento - continuó, intentando disimular al darse cuenta de que se había quedado mirando al extraño demasiado fijamente -. ¿No puedo convenceros? No puede ser muy difícil volver a vuestro hogar y obtener un par de frutas o algún pedazo de pastel.
- Amigo, sí viene a cuento que sea para mi hija. Yo como cualquier cosa, pero ella es más quisquillosa. La comida es para ella, ergo, tiene que ser algo dulce, el típico desayuno que haría feliz a una niña de nueve años.
Parte de aquella afirmación era mentira, por supuesto. Dado que hacía años que lo único que Taliesin tomaba de buena gana era la sangre, era por definición mucho más selectivo que su hija Irina. Pero siempre hablaba de si mismo como si fuera humano; estaba muy habituado a aquella mentira.
Le debió brillar un destello de avaricia en los ojos cuando escuchó el tintineo de la bolsa. En cualquier otro momento habría vendido aquel espejo, que para él no tenía ningún valor, por unas cuantas monedas.
- Lamentablemente necesito la comida, no el dinero.
En el rostro de Taliesin quedó inmediatamente claro que le molestaba tener que dar aquella respuesta. Pero no tenía otro remedio. No podía agarrar la bolsa de monedas, esperar a que abrieran los mercados, e ir a comprar pasteles y bombones como haría cualquier otro humano: la luz del sol matinal se lo impedía.
Levantó la mirada de la bolsa al desconocido, quizás fijándose por primera vez en su aspecto. Le causó un poco de sobresalto ver sus ojos amarillos y su piel, muy pálida, e inmediatamente cuestionó que aquel hombre fuera humano. ¿Hombre bestia? Pero no veía ningún rasgo claramente animal. ¿Bio? Jamás había visto a uno, pero la descripción no acababa de cuadrar. ¿Vampiro? ¿Era posible? ¿Cómo delatarlo en tal caso? Mientras pensaba en todo esto, no pudo evitar dedicarle una muy larga y evidente mirada al desconocido; un poco demasiado larga y demasiado evidente.
- De veras lo lamento - continuó, intentando disimular al darse cuenta de que se había quedado mirando al extraño demasiado fijamente -. ¿No puedo convenceros? No puede ser muy difícil volver a vuestro hogar y obtener un par de frutas o algún pedazo de pastel.
Taliesin Skatha
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Re: [Cerrado] Pan y mermelada [Libre]
Aliden miró al desconocido con intriga. Que manera más curiosa de mendigar un simple y triste desayuno. De seguro en el mercado o en cualquier lugar habría un alma caritativa que le hubiera dado algo, en lugar de en una taberna, donde las posibilidades de que alguien estuviera lo suficientemente sobrio como para hacerlo eran casi nulas.Asintió con cierta convicción, si pedía comida era porque la necesitaba. Cogió el espejito y el candelabro con delicadeza, y los extendió hacia el individuo, indicando que quería devolvérselos. Habló ahora, con un tono algo más suave.
-En ese caso, no será necesario que me deis el espejito ni el candelabro. Podéis darle esta tartaleta de frutas que iba a comerme por pura gula, y dársela a ella, que parece necesitarlo más que yo.-Sonrió con gentileza, mientras sacaba un pequeño recipiente cuadrado con su otra mano, envuelto en una tela blanca y mugrienta de una bolsa que reposaba en el suelo, junto a un estilete.-Podéis darle esto de parte de Aliden, y decirle que a veces los lobos pueden ser de más ayuda que los corderos.
Tras estas enigmáticas palabras, pareció percibir algo al fondo de la taberna, y gruñó levemente, pero apenas apartó la vista del hombre bien vestido, mientras daba la apariencia de haber adquirido cierta incomodidad de repente. Había localizado una presa. Y si el hombrecillo no se daba prisa, la iba a perder. Vio como desaparecía finalmente por la puerta, y hizo gesto de fastidio mientras miraba de nuevo al mendicante.
-En ese caso, no será necesario que me deis el espejito ni el candelabro. Podéis darle esta tartaleta de frutas que iba a comerme por pura gula, y dársela a ella, que parece necesitarlo más que yo.-Sonrió con gentileza, mientras sacaba un pequeño recipiente cuadrado con su otra mano, envuelto en una tela blanca y mugrienta de una bolsa que reposaba en el suelo, junto a un estilete.-Podéis darle esto de parte de Aliden, y decirle que a veces los lobos pueden ser de más ayuda que los corderos.
Tras estas enigmáticas palabras, pareció percibir algo al fondo de la taberna, y gruñó levemente, pero apenas apartó la vista del hombre bien vestido, mientras daba la apariencia de haber adquirido cierta incomodidad de repente. Había localizado una presa. Y si el hombrecillo no se daba prisa, la iba a perder. Vio como desaparecía finalmente por la puerta, y hizo gesto de fastidio mientras miraba de nuevo al mendicante.
Aliden Tenebrae
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Re: [Cerrado] Pan y mermelada [Libre]
En un primer momento aquello lo dejó un poco desconcertado, pero no estaba en situación de hacerle ascos a la generosidad de los desconocidos. Guardó el espejito y asió el candelabro, y con la mano libre sostuvo aquella tartaleta de frutas. Estaba oculta tras el paño blanco, pero la descripción lo convenció de que aquello satisfaría a Irina.
- Gracias. Se lo comunicaré - dijo simplemente.
No, no se lo comunicaría. A Irina no le gustaría oír cómo Taliesin había mendigado su desayuno; preferiría oír que lo había robado. Esa sería la historia oficial si tenía que usarla.
Cuanto menos había completado su objetivo de obtener desayuno para su hija, pero ahora le quedaba el objetivo secundario de encontrar algo para si mismo. Quizás… ¿Quizás podría hacer uso del mismo desconocido que le había dado la tartaleta? Pero seguía pensando que no tenía aspecto humano, y lo de “los lobos” dejaba más y más claro que podía ser un tipo peligroso. No, Taliesin prefería la comida fácil.
Entonces ocurrió algo un poco extraño, y es que el hombre adoptó una postura de incomodidad. Por un segundo Taliesin pensó que habría hecho algo fuera de lugar, pero se dio cuenta de que el desconocido no le miraba a él. Al darse la vuelta, vio a otro hombre desaparecer por la puerta.
- ¿He interrumpido algo? – su mirada voló del desconocido a la puerta, ida y vuelta. - Por favor, que por mí no sea.
Fue a la puerta, que no estaba lejos, a tiempo para ver cómo el hombre que acababa de abandonar la taberna doblaba una esquina.
- Si te interesa… he visto por dónde ha ido – dijo, señalando la dirección general -. Y mi nombre es Taliesin.
- Gracias. Se lo comunicaré - dijo simplemente.
No, no se lo comunicaría. A Irina no le gustaría oír cómo Taliesin había mendigado su desayuno; preferiría oír que lo había robado. Esa sería la historia oficial si tenía que usarla.
Cuanto menos había completado su objetivo de obtener desayuno para su hija, pero ahora le quedaba el objetivo secundario de encontrar algo para si mismo. Quizás… ¿Quizás podría hacer uso del mismo desconocido que le había dado la tartaleta? Pero seguía pensando que no tenía aspecto humano, y lo de “los lobos” dejaba más y más claro que podía ser un tipo peligroso. No, Taliesin prefería la comida fácil.
Entonces ocurrió algo un poco extraño, y es que el hombre adoptó una postura de incomodidad. Por un segundo Taliesin pensó que habría hecho algo fuera de lugar, pero se dio cuenta de que el desconocido no le miraba a él. Al darse la vuelta, vio a otro hombre desaparecer por la puerta.
- ¿He interrumpido algo? – su mirada voló del desconocido a la puerta, ida y vuelta. - Por favor, que por mí no sea.
Fue a la puerta, que no estaba lejos, a tiempo para ver cómo el hombre que acababa de abandonar la taberna doblaba una esquina.
- Si te interesa… he visto por dónde ha ido – dijo, señalando la dirección general -. Y mi nombre es Taliesin.
Taliesin Skatha
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Re: [Cerrado] Pan y mermelada [Libre]
-Bah, no tiene importancia, sólo era un viejo conocido.-agitó la mano restándole importancia.
Oh, por supuesto que la tenía. Llevaba un buen rato sintiendo la energía vampírica del tipo que se acababa de marchar, pero no era buena idea involucrar a Taliesin o decirle "mi pasatiempo es matar vampiros", así que le mintió con descaro.
-Mi nombre es Aliden. Y no, en serio, no hace falta que me digáis nada, ya me lo encontraré por ahí, seguramente.
Miró a aquel individuo. No le acababa de dar confianza, a pesar de que no había hecho nada particular como para suscitarle sospechas de ningún tipo, más no dejaba de pensar lo absurdo que era que pidiese por una taberna, y empezó a pensar sin parar cual podría ser el motivo... Más no halló respuesta, el tipo tenía dinero, eso era evidente, así que carecía de sentido totalmente.
-Y... ¿Que lleva a un hombre de aparente riqueza como vos a mendigar comida en una taberna?-Preguntó sin disimulo, apoyando la cabeza en un brazo que puso en la mesa mientras lo miraba.
Oh, por supuesto que la tenía. Llevaba un buen rato sintiendo la energía vampírica del tipo que se acababa de marchar, pero no era buena idea involucrar a Taliesin o decirle "mi pasatiempo es matar vampiros", así que le mintió con descaro.
-Mi nombre es Aliden. Y no, en serio, no hace falta que me digáis nada, ya me lo encontraré por ahí, seguramente.
Miró a aquel individuo. No le acababa de dar confianza, a pesar de que no había hecho nada particular como para suscitarle sospechas de ningún tipo, más no dejaba de pensar lo absurdo que era que pidiese por una taberna, y empezó a pensar sin parar cual podría ser el motivo... Más no halló respuesta, el tipo tenía dinero, eso era evidente, así que carecía de sentido totalmente.
-Y... ¿Que lleva a un hombre de aparente riqueza como vos a mendigar comida en una taberna?-Preguntó sin disimulo, apoyando la cabeza en un brazo que puso en la mesa mientras lo miraba.
Aliden Tenebrae
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Re: [Cerrado] Pan y mermelada [Libre]
Una pena, porque una parte de él tenía muchas ganas de salir a la oscuridad de las calles, a intentar encontrar alguna víctima, y un poco de movimiento podría haber revelado más sobre Aliden. De cualquier forma aún tenía tiempo que matar y estaba falto de compañía adulta, así que tomó la pregunta como una invitación a conversación.
- "Aparente" es la palabra clave - contestó Taliesin, tomando asiento a la mesa -. Lo único que tengo es el contenido de una casa y las ropas que llevo puestas.
El vampiro estaba tan acostumbrado a mentir que lo hacía con total naturalidad, casi como si se creyera partes de aquella ilusión. La pregunta de "por qué venir a una taberna" no lo pilló desprevenido.
- Mi hija tiene que levantarse muy temprano mañana, le prometí un desayuno... ¡Y se me había olvidado completamente! Menudo ejemplo de buen padre, ¿no? En cualquier caso, no sé si me habría dado tiempo a encontrar algo en un mercado por la mañana; mejor dejarlo listo por la noche y de lo único que hay abierto donde poder mendigar son tabernas como ésta. ¿Tú tienes hijos, familia? - preguntó con intención de desplazar la atención a Aliden; no le convenía que escarbara más en las razones de Taliesin o acabaría encontrando alguna inconsistencia - Si es así sabrás que uno haría lo que fuera por ellos, incluso mendigar, ¿verdad?
Miró la jarra que estaba bebiendo Aliden. Agua.
- Y, ¿qué lleva a un hombre a pasar la noche en una taberna en solitario, bebiendo simplemente agua?
- "Aparente" es la palabra clave - contestó Taliesin, tomando asiento a la mesa -. Lo único que tengo es el contenido de una casa y las ropas que llevo puestas.
El vampiro estaba tan acostumbrado a mentir que lo hacía con total naturalidad, casi como si se creyera partes de aquella ilusión. La pregunta de "por qué venir a una taberna" no lo pilló desprevenido.
- Mi hija tiene que levantarse muy temprano mañana, le prometí un desayuno... ¡Y se me había olvidado completamente! Menudo ejemplo de buen padre, ¿no? En cualquier caso, no sé si me habría dado tiempo a encontrar algo en un mercado por la mañana; mejor dejarlo listo por la noche y de lo único que hay abierto donde poder mendigar son tabernas como ésta. ¿Tú tienes hijos, familia? - preguntó con intención de desplazar la atención a Aliden; no le convenía que escarbara más en las razones de Taliesin o acabaría encontrando alguna inconsistencia - Si es así sabrás que uno haría lo que fuera por ellos, incluso mendigar, ¿verdad?
Miró la jarra que estaba bebiendo Aliden. Agua.
- Y, ¿qué lleva a un hombre a pasar la noche en una taberna en solitario, bebiendo simplemente agua?
Taliesin Skatha
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Re: [Cerrado] Pan y mermelada [Libre]
-Entiendo.-Afirmó Aliden, aunque su explicación le resultaba absurda a más no poder.
Pegó un buche de su jarra y escuchó al hombre hablarle de su hija, y eso le hizo desconfiar más aun de él. Taliesin decía que en el mercado, por la mañana no habría alimentos para su pequeña, pero sí que los había. Aliden era lo suficientemente inteligente para saber que el mercado abría por la mañana lleno de enseres y alimentos, de hecho, por la mañana era cuando más repleto estaba, a partes iguales de comida y personas. El único motivo que llevaría a Taliesin a no ir al mercado era no pisar la calle a la luz del día, y esto solo se podía deber a dos razones, o bien era un criminal buscado, o bien era un vampiro. Aliden entornó sus ojos, examinándolo con más detenimiento.
-No tengo hijos.- Contestó a su pregunta, mientras se encogía de hombros.- Y dudo que los tenga jamás.
Dejó la jarra en la mesa, mientras se estiraba hacia atrás. Tal vez después de esa rara conversación seguiría al tipo, a ver si resultaba ser un vampiro. También podía rastrear a su anterior presa, pero eso iba a ser más complicado.
- Y, ¿qué lleva a un hombre a pasar la noche en una taberna en solitario, bebiendo simplemente agua?
La pregunta del presunto vampiro le pilló desprevenido. Se incorporó mientras pensaba una excusa que darle.
-Bueno, me gusta el ambiente de la taberna y tal, pero odio emborracharme, así que aquí estoy.- Se encogió de hombros nuevamente.- Además, pensaba que quizás encontraría algún provechoso negocio por aquí.
Pegó un buche de su jarra y escuchó al hombre hablarle de su hija, y eso le hizo desconfiar más aun de él. Taliesin decía que en el mercado, por la mañana no habría alimentos para su pequeña, pero sí que los había. Aliden era lo suficientemente inteligente para saber que el mercado abría por la mañana lleno de enseres y alimentos, de hecho, por la mañana era cuando más repleto estaba, a partes iguales de comida y personas. El único motivo que llevaría a Taliesin a no ir al mercado era no pisar la calle a la luz del día, y esto solo se podía deber a dos razones, o bien era un criminal buscado, o bien era un vampiro. Aliden entornó sus ojos, examinándolo con más detenimiento.
-No tengo hijos.- Contestó a su pregunta, mientras se encogía de hombros.- Y dudo que los tenga jamás.
Dejó la jarra en la mesa, mientras se estiraba hacia atrás. Tal vez después de esa rara conversación seguiría al tipo, a ver si resultaba ser un vampiro. También podía rastrear a su anterior presa, pero eso iba a ser más complicado.
- Y, ¿qué lleva a un hombre a pasar la noche en una taberna en solitario, bebiendo simplemente agua?
La pregunta del presunto vampiro le pilló desprevenido. Se incorporó mientras pensaba una excusa que darle.
-Bueno, me gusta el ambiente de la taberna y tal, pero odio emborracharme, así que aquí estoy.- Se encogió de hombros nuevamente.- Además, pensaba que quizás encontraría algún provechoso negocio por aquí.
Aliden Tenebrae
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Re: [Cerrado] Pan y mermelada [Libre]
No estaba seguro de haber convencido a Aliden. Aquel "entiendo" había sonado muy seco, y poco después entornó los ojos de una manera que traducía sospecha. Taliesin procuró sonreír y continuar la conversación como si no tuviera nada que ocultar.
- Quizás algún día te sorprenda la suerte con descendencia. Nunca se sabe. A mí me cambió la vida - respondió alegremente; pero internamente, tras decir "la vida" añadió "y la raza".
Taliesin también tenía más y más claro que los dos mentían y ocultaban algo. Estaba casi completamente seguro de que el hombre no era humano, y si bien disfrutaba de la adrenalina del mentir y la intriga del desconocer la verdad, empezaba a darse cuenta de que quizás estaba tentando a su suerte. Sin embargo la reacción de Aliden apartó por un instante este pensamiento de su mente, porque Taliesin por un segundo se sintió más cazador que presa al darse cuenta de que el hombre no había esperado que le preguntaran por sus motivos, y a penas había podido improvisar una mentira.
- Ah, bueno, no hay nada malo en disfrutar del ambiente de una taberna. Es un buen lugar para conocer aventureros y escuchar historias. Aunque, a estas horas, más que historias hay mentiras - mantuvo la mirada muy fija en Aliden e hizo una pausa un poco más larga de lo necesario; después añadió, como para explicar la anterior frase -, con esto de que la mayoría de los presentes están borrachos.
En seguida se dio cuenta de lo estúpido e innecesario que había sido aquello. Sin duda alguna estaba tentando a la suerte, lanzando indirectas absurdas y riéndose por dentro como si tuviera quince años. Debería haberse ido en cuanto obtuvo la tartaleta. Mejor valía una retirada a tiempo...
- Pero en fin, bastante tarde es ya, no quiero imponerme más. Muchas gracias por la tartaleta, realmente me has salvado la vida. Quizás nos encontraremos otro día por Lunargenta.
Le ofreció la mano para estrecharla y después volvió a coger todas sus pertenencias, listo para salir de aquella taberna.
- Quizás algún día te sorprenda la suerte con descendencia. Nunca se sabe. A mí me cambió la vida - respondió alegremente; pero internamente, tras decir "la vida" añadió "y la raza".
Taliesin también tenía más y más claro que los dos mentían y ocultaban algo. Estaba casi completamente seguro de que el hombre no era humano, y si bien disfrutaba de la adrenalina del mentir y la intriga del desconocer la verdad, empezaba a darse cuenta de que quizás estaba tentando a su suerte. Sin embargo la reacción de Aliden apartó por un instante este pensamiento de su mente, porque Taliesin por un segundo se sintió más cazador que presa al darse cuenta de que el hombre no había esperado que le preguntaran por sus motivos, y a penas había podido improvisar una mentira.
- Ah, bueno, no hay nada malo en disfrutar del ambiente de una taberna. Es un buen lugar para conocer aventureros y escuchar historias. Aunque, a estas horas, más que historias hay mentiras - mantuvo la mirada muy fija en Aliden e hizo una pausa un poco más larga de lo necesario; después añadió, como para explicar la anterior frase -, con esto de que la mayoría de los presentes están borrachos.
En seguida se dio cuenta de lo estúpido e innecesario que había sido aquello. Sin duda alguna estaba tentando a la suerte, lanzando indirectas absurdas y riéndose por dentro como si tuviera quince años. Debería haberse ido en cuanto obtuvo la tartaleta. Mejor valía una retirada a tiempo...
- Pero en fin, bastante tarde es ya, no quiero imponerme más. Muchas gracias por la tartaleta, realmente me has salvado la vida. Quizás nos encontraremos otro día por Lunargenta.
Le ofreció la mano para estrecharla y después volvió a coger todas sus pertenencias, listo para salir de aquella taberna.
Taliesin Skatha
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Re: [Cerrado] Pan y mermelada [Libre]
Aliden guardó silencio ante la diatriba de la descendencia de Taliesin. El sabía mejor que nadie que jamás tendría descendencia, aunque tampoco es que la desease precisamente. Sin embargo, no pudo evitar fruncir el ceño al percibir la provocación del vampiro, el cual no había hecho si no mentir descaradamente. No era quien para hablar, más guardó silencio nuevamente y se limitó a asentir con desgana.
Finalmente, tras un breve silencio, el mendigo se despidió de el alargando una mano que Aliden estrechó innecesariamente fuerte y se despidió de el con cierta desidia.
-A más ver.-Dijo simplemente, mientras veía como el tipo recogía sus cosas y se marchaba por la puerta.
Había tomado la firme decisión de seguirle, así que se levantó y se deslizó hasta la barra, en la cual le habló al tabernero.
-Si ves al tipo pálido con barba de antes y averiguas donde vive, te llevarás estos 20 aeros de recompensa.-Le guiñó el ojo.-Espero que me hagas este favorcillo.
El tabernero miró la bolsa de monedas que Aliden mostró y los ojos le brillaron de codicia.
-¡Por supuesto, señor! -Exclamó alegremente.
Aliden se limitó a asentir con aprobación y se dirigió en pos de Taliesin, intentando ser lo más discreto posible.
Finalmente, tras un breve silencio, el mendigo se despidió de el alargando una mano que Aliden estrechó innecesariamente fuerte y se despidió de el con cierta desidia.
-A más ver.-Dijo simplemente, mientras veía como el tipo recogía sus cosas y se marchaba por la puerta.
Había tomado la firme decisión de seguirle, así que se levantó y se deslizó hasta la barra, en la cual le habló al tabernero.
-Si ves al tipo pálido con barba de antes y averiguas donde vive, te llevarás estos 20 aeros de recompensa.-Le guiñó el ojo.-Espero que me hagas este favorcillo.
El tabernero miró la bolsa de monedas que Aliden mostró y los ojos le brillaron de codicia.
-¡Por supuesto, señor! -Exclamó alegremente.
Aliden se limitó a asentir con aprobación y se dirigió en pos de Taliesin, intentando ser lo más discreto posible.
Aliden Tenebrae
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Re: [Cerrado] Pan y mermelada [Libre]
Había esperado que por algún incomprensible milagro Aliden no se diera cuenta de la muy obvia provocación de Taliesin, pero le parecía que no había sido el caso. El extraño dejó bastante claro, por el silencio que había guardado, que no había quedado demasiado satisfecho con el encuentro.
“¿Y eso de apretarme la mano tan fuerte?” se preguntaba el vampiro al salir de la taberna. ¿Había sido aquello una demostración de fuerza, una amenaza velada? Aceleró un poco el paso y miró hacia atrás, y le pareció ver a una sombra saliendo a la calle tras él.*
¿Aliden? No podía estar seguro. Su primera reacción fue esconderse, así que se dobló bruscamente la siguiente esquina. A los pocos pasos, pensándolo un poco más detenidamente, se dio cuenta de lo sospechoso que era aquello, y lo claro que dejaba que era consciente de que le estaban siguiendo. Se regañó internamente; de hecho estaba muy enfadado consigo mismo por todas las tonterías que estaba haciendo aquella noche. Había salido a por un desayuno, un acto desprovisto de riesgo, y se había empeñado en llamar la atención de alguien que parecía peligroso. "Si es que eres un genio. A ver cómo te las apañas ahora. ¡Genio!".
Lo que tenía claro era que, si Aliden le seguía, lo último que quería era guiarlo a su casa directamente. Intentó pensar qué hacer para evitar algo así. ¿Tender una emboscada? No, eso sí que no. Si Aliden era un lobo, Taliesin se sentía como una verdadera oveja.
Finalmente se decantó por una idea un poco absurda, simplemente porque no tenía mucho tiempo. Al doblar a una esquina y llegar a otra encrucijada inmediatamente, lanzó el candelabro hacia una de las direcciones y él continuó hacia la otra, apretando el paso al escuchar el sonido metálico del candelabro contra los adoquines.
Pero tenía la sensación de que aquello no sería ni de lejos suficiente.
*Offrol: No tiene por qué ser Aliden, Taliesin es un poco paranoico de por si.
“¿Y eso de apretarme la mano tan fuerte?” se preguntaba el vampiro al salir de la taberna. ¿Había sido aquello una demostración de fuerza, una amenaza velada? Aceleró un poco el paso y miró hacia atrás, y le pareció ver a una sombra saliendo a la calle tras él.*
¿Aliden? No podía estar seguro. Su primera reacción fue esconderse, así que se dobló bruscamente la siguiente esquina. A los pocos pasos, pensándolo un poco más detenidamente, se dio cuenta de lo sospechoso que era aquello, y lo claro que dejaba que era consciente de que le estaban siguiendo. Se regañó internamente; de hecho estaba muy enfadado consigo mismo por todas las tonterías que estaba haciendo aquella noche. Había salido a por un desayuno, un acto desprovisto de riesgo, y se había empeñado en llamar la atención de alguien que parecía peligroso. "Si es que eres un genio. A ver cómo te las apañas ahora. ¡Genio!".
Lo que tenía claro era que, si Aliden le seguía, lo último que quería era guiarlo a su casa directamente. Intentó pensar qué hacer para evitar algo así. ¿Tender una emboscada? No, eso sí que no. Si Aliden era un lobo, Taliesin se sentía como una verdadera oveja.
Finalmente se decantó por una idea un poco absurda, simplemente porque no tenía mucho tiempo. Al doblar a una esquina y llegar a otra encrucijada inmediatamente, lanzó el candelabro hacia una de las direcciones y él continuó hacia la otra, apretando el paso al escuchar el sonido metálico del candelabro contra los adoquines.
Pero tenía la sensación de que aquello no sería ni de lejos suficiente.
*Offrol: No tiene por qué ser Aliden, Taliesin es un poco paranoico de por si.
Taliesin Skatha
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Re: [Cerrado] Pan y mermelada [Libre]
Al salir de la taberna, vio a Taliesin girando una esquina a toda velocidad, y se apresuró a seguirlo mientras las sombras de sus habilidades vampíricas envolvían su cuerpo, haciéndolo difícilmente visible en la oscuridad nocturna.
De repente, escuchó un candelabro golpear el asfalto, y mientras que el metálico sonido del candelabro retumbaba en una de las bifurcaciones, unos leves pasos acelerados, los cuales parecían intentar ser disimulados sonaban en la bifurcación opuesta. Taliesin sabía que lo estaba siguiendo. Chasqueó la lengua levemente. Aquel había sido un burdo intento de engañarlo, y sabía lo inconveniente que podría resultar el despistarse lo más mínimo si seguía así: Al final acabaría despistándolo. Así que aligeró el paso, clavando los pies en el suelo y haciendo que se notasen levemente mientras avanzaba hacia la bifurcación, tiró una moneda de su bolsa hacia la dirección de la que provenía el candelabro, haciendo que ambos metales chocasen y retumbasen levemente en la calle. Cuando hizo esto, continuó detrás de Taliesin, camuflando su sombra y pasos lo mejor que pudo. Su entrenamiento de seguro le había servido, y Taliesin no percibiría su presencia de nuevo. O eso esperaba, al menos. Cuando llegase a su casa, estarían en un terreno en el que Aliden tendría mucha más ventaja, y podría observar si de verdad el individuo era un vampiro, lo cual dado su comportamiento sospechoso y sus mentiras innecesarias le parecía lo más probable.
De repente, escuchó un candelabro golpear el asfalto, y mientras que el metálico sonido del candelabro retumbaba en una de las bifurcaciones, unos leves pasos acelerados, los cuales parecían intentar ser disimulados sonaban en la bifurcación opuesta. Taliesin sabía que lo estaba siguiendo. Chasqueó la lengua levemente. Aquel había sido un burdo intento de engañarlo, y sabía lo inconveniente que podría resultar el despistarse lo más mínimo si seguía así: Al final acabaría despistándolo. Así que aligeró el paso, clavando los pies en el suelo y haciendo que se notasen levemente mientras avanzaba hacia la bifurcación, tiró una moneda de su bolsa hacia la dirección de la que provenía el candelabro, haciendo que ambos metales chocasen y retumbasen levemente en la calle. Cuando hizo esto, continuó detrás de Taliesin, camuflando su sombra y pasos lo mejor que pudo. Su entrenamiento de seguro le había servido, y Taliesin no percibiría su presencia de nuevo. O eso esperaba, al menos. Cuando llegase a su casa, estarían en un terreno en el que Aliden tendría mucha más ventaja, y podría observar si de verdad el individuo era un vampiro, lo cual dado su comportamiento sospechoso y sus mentiras innecesarias le parecía lo más probable.
- Habilidad usada:
- Presencia vampírica: El vampiro puede alterar la percepción de los demás sobre su apariencia con una ilusión que le hace parecer más temible o más atractivo, a voluntad. Adicionalmente, esto le permite ocultarse con mayor facilidad en lugares oscuros.
Aliden Tenebrae
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Re: [Cerrado] Pan y mermelada [Libre]
Escuchó un tintineo tras el retumbar del candelabro contra los adoquines e imaginó que aquel ruido se debía a que Aliden se había parado a recogerlo. ¿De veras lo había despistado con eso? Miró hacia atrás y no vio a nadie, pero por si acaso, por si Aliden continuaba la persecución y acababa encontrándolo, siguió caminando. Ya había cometido bastantes estupideces en una noche.
Lo cierto es que había perdido el rumbo y no tenía muy claro dónde estaba. Pero no importaba, porque de todas formas no tenía intención de guiar a un posible perseguidor a su casa. Tenía otro plan en mente, más lento, pero más seguro.
Al poco de caminar distinguió una claridad a la vuelta de una esquina y se encaminó hacia allí. La luz provenía del portón abierto de otra taberna, esparciéndose sobre la oscuridad de la calle junto con las voces de unas pocas conversaciones. Taliesin aceleró el paso y se metió en el edificio, como quien se cobija en una iglesia.
Había entrado con prisa, y debido a que mientras caminaba lanzaba miradas hacia atrás por encima dle hombro, no llegó a parar a tiempo y se chocó contra una de las primeras mesas. El sonido de la madera chirriando contra el suelo de piedra interrumpió algunas conversaciones, y varias miradas se dirigieron a Taliesin. Pero por suerte la taberna no estaba demasiado llena; comprensible dado que era ya bastante tarde por la noche.
Se dio la vuelta hacia la puerta. Trató de aparentar dominio de si mismo mientras la miraba fijamente, esperando que Aliden cruzara el portal de un momento a otro... A no ser que de veras le hubiera dado esquinazo.
Lo cierto es que había perdido el rumbo y no tenía muy claro dónde estaba. Pero no importaba, porque de todas formas no tenía intención de guiar a un posible perseguidor a su casa. Tenía otro plan en mente, más lento, pero más seguro.
Al poco de caminar distinguió una claridad a la vuelta de una esquina y se encaminó hacia allí. La luz provenía del portón abierto de otra taberna, esparciéndose sobre la oscuridad de la calle junto con las voces de unas pocas conversaciones. Taliesin aceleró el paso y se metió en el edificio, como quien se cobija en una iglesia.
Había entrado con prisa, y debido a que mientras caminaba lanzaba miradas hacia atrás por encima dle hombro, no llegó a parar a tiempo y se chocó contra una de las primeras mesas. El sonido de la madera chirriando contra el suelo de piedra interrumpió algunas conversaciones, y varias miradas se dirigieron a Taliesin. Pero por suerte la taberna no estaba demasiado llena; comprensible dado que era ya bastante tarde por la noche.
Se dio la vuelta hacia la puerta. Trató de aparentar dominio de si mismo mientras la miraba fijamente, esperando que Aliden cruzara el portal de un momento a otro... A no ser que de veras le hubiera dado esquinazo.
Taliesin Skatha
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Re: [Cerrado] Pan y mermelada [Libre]
-No...hoy ha habido poca gente, la fiesta de Samhain me ha dejado sin clientela esta semana. Menos tú y aquel granjero medio ciego nadie mas ha entrado mas de una vez...
-Oh.. ¡cuantas veces te he dicho que deberías ser algo más..pulcro!
-¿Que? ¡Chaval a mi hablame en la lengua común!
-Limpio...más limpio.
Por los ojos y los bostezos de mi interlocutor, el tabernero, supe que ya debían de haber pasado las horas de cenar. Siempre olvidaba que no me entendía si no le hablaba de manera vulgar. Era lógico, sus gafas de media luna, su cuerpo esbelto y sus movimientos de dandi de la corte daba por supuesto que estaba en la taberna por obligación y no por placer. Pero en ese caso las apariencias engañaban.
Me había quitado la máscara para poder hablarle. Resultaba poco cortés mantenerla cuando trataba con amigos y conocidos. Era como estar a la defensiva, como luchar por mantener un anonimato que en verdad ya no existía.
-Dime Alan, ¿como que has vuelto? Hace mucho que no he visto hombres lobo por aqui, y que yo recuerde tenías un..¿como se dice? ¡ah si! "Fetiche"
-No es "fetiche" - le eché una mirada cortante- es el olfato, soy capaz de olerlos a cientos de metros de distancia y no tengo ni idea del porque.
-Uuh.. ahora se llama "olfato"? -Su ojos picaros insinuaban placeres carnales, tras limpiarme una jarra la llenó de cerveza y la colocó delante de mi con un gesto poco varonil.-
-Alguna vez te he dicho que te asemejas a un dandi?
-¿Que cojones es un dandi?
- Esos metrosexuales de la corte. Sabía que no lo iba a entender.
-¿¿Sexoque?? -la última sílaba le había salido más aguda que las otras, me reí. Me sentía un poco superior, como un maestro con su aprendiz. Una superioridad benévola y cariñosa.
-Dejalo..No lo entendes....
Estridente como un grito de bebé, un chirrido sonó detrás nuestra. Por reflejo y constumbre, me coloqué la máscara y giré el cuerpo para ver la fuente de tal estruendo. Había entrado un adulto, bastante blanco de rostro y con facciones muy marcadas. Parecía despistado y, a mi juicio, bastante asustado.
Con la mano izquierda, saqué un pequeña pluma.
-Pásame un frasco de tinta -susurré al tabernero con los ojos y el cuerpo fijos en el que ha entrado por la puerta a mi espalda.- Búscame estas cosas, volveré a por ellas en cuanto pueda. -sin mirar la servilleta y escribiendo con la mano izquierda, le dejé 3 nombres que tenía que buscar: 1 yedra marina, 1 piedra lunar y 1 kg de sal.
Como una flecha, fui directo al extraño.
-¿Estás bien, buen hombre? canté, tocándole un hombro e intentando no asustarlo más de lo que ya estaba.
-Oh.. ¡cuantas veces te he dicho que deberías ser algo más..pulcro!
-¿Que? ¡Chaval a mi hablame en la lengua común!
-Limpio...más limpio.
Por los ojos y los bostezos de mi interlocutor, el tabernero, supe que ya debían de haber pasado las horas de cenar. Siempre olvidaba que no me entendía si no le hablaba de manera vulgar. Era lógico, sus gafas de media luna, su cuerpo esbelto y sus movimientos de dandi de la corte daba por supuesto que estaba en la taberna por obligación y no por placer. Pero en ese caso las apariencias engañaban.
Me había quitado la máscara para poder hablarle. Resultaba poco cortés mantenerla cuando trataba con amigos y conocidos. Era como estar a la defensiva, como luchar por mantener un anonimato que en verdad ya no existía.
-Dime Alan, ¿como que has vuelto? Hace mucho que no he visto hombres lobo por aqui, y que yo recuerde tenías un..¿como se dice? ¡ah si! "Fetiche"
-No es "fetiche" - le eché una mirada cortante- es el olfato, soy capaz de olerlos a cientos de metros de distancia y no tengo ni idea del porque.
-Uuh.. ahora se llama "olfato"? -Su ojos picaros insinuaban placeres carnales, tras limpiarme una jarra la llenó de cerveza y la colocó delante de mi con un gesto poco varonil.-
-Alguna vez te he dicho que te asemejas a un dandi?
-¿Que cojones es un dandi?
- Esos metrosexuales de la corte. Sabía que no lo iba a entender.
-¿¿Sexoque?? -la última sílaba le había salido más aguda que las otras, me reí. Me sentía un poco superior, como un maestro con su aprendiz. Una superioridad benévola y cariñosa.
-Dejalo..No lo entendes....
Estridente como un grito de bebé, un chirrido sonó detrás nuestra. Por reflejo y constumbre, me coloqué la máscara y giré el cuerpo para ver la fuente de tal estruendo. Había entrado un adulto, bastante blanco de rostro y con facciones muy marcadas. Parecía despistado y, a mi juicio, bastante asustado.
Con la mano izquierda, saqué un pequeña pluma.
-Pásame un frasco de tinta -susurré al tabernero con los ojos y el cuerpo fijos en el que ha entrado por la puerta a mi espalda.- Búscame estas cosas, volveré a por ellas en cuanto pueda. -sin mirar la servilleta y escribiendo con la mano izquierda, le dejé 3 nombres que tenía que buscar: 1 yedra marina, 1 piedra lunar y 1 kg de sal.
Como una flecha, fui directo al extraño.
-¿Estás bien, buen hombre? canté, tocándole un hombro e intentando no asustarlo más de lo que ya estaba.
Aradu
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Re: [Cerrado] Pan y mermelada [Libre]
Aliden miró la puerta de la taberna con los ojos entrecerrados. Obviamente, aquel era un inconveniente para pillar al vampiro. Lo pensó brevemente hasta que decidió esperar a que Taliesin saliese. Al final, el vampiro tendría que volver a casa, o la suave luz del día lo pillaría desprevenido. Esto le dio una brillante idea. Cuando la noche empezase a clarear, y el día se aposentase, el entraría a la taberna, antes de que la luz le quemase. Así dejaría a Taliesin sin alternativas: Si decidía salir de la taberna a la luz del día, acabaría hecho cenizas. Si de lo contrario, salía y no se quemaba, era obvio que había malinterpretado su actitud. Si se quedaba toda la noche y el día en la taberna, era obvio que era un vampiro, y a partir de esto, elaboraría un plan para eliminarlo. Aunque, sin embargo, no pudo pensar en la pequeña para la cual estaba destinada la tartaleta que le había dado anteriormente. Sacudió la cabeza. No iba a dejar que eso le distrajese. El era un vampiro, no podía tener descendencia. Se sentó delante de la puerta de la taberna, y esperó.
Aliden Tenebrae
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Re: [Cerrado] Pan y mermelada [Libre]
- Sí, estoy bien, todo bien - respondió mecánicamente al hombre que le había tocado el hombro, aún sin dejar de mirar hacia la puerta.
Pero cuando, un poco más seguro de que Aliden no estaba a punto de lanzarse sobre él desde la entrada, se giró hacia el que le había hablado, se encontró de cara con una extraña máscara alargada como un pico. Se sobresaltó y tuvo que mirar hacia todos lados para cerciorarse de que, en efecto, sí se había metido en una taberna y no en un lugar más extraño.
Cuando hubo confirmado que no había terminado en una clínica clandestina, volvio a dirigir su atención hacia la puerta. Aunque aquel hombre con la cara tapada le resultara extraño, su atención seguía muy concentrada en asegurarse de que estaba a salvo. El resto de preguntas vendrían más tarde.
En realidad había esperado que Aliden le siguiera al interiror de la taberna, donde se habría visto forzado a entablar conversación en lugar de pelea. El hecho de que no le siguiera podía significar una de dos: que realmente lo había perdido (o simplemente nunca había estado tras él y era todo imaginación de Taliesin), o que le estaba esperando fuera, quizás para emboscarle.
- Oye, pareces un buen hombre - después de todo, le había preguntado si estaba bien nada más verle entrar por la puerta -. ¿Podrías hacerme un favor? Creo que me sigue alguien. ¿Podrías salir a echar un vistazo, ver si hay un hombre esperándome ahí fuera? Pelo blanco, ojos como amarillos, piel muy pálida.
Estaba bastante seguro de que Aliden no iba por allí atacando a gente aleatoriamente, así que parecía seguro enviar a alguien a comprobar si le estaba esperando. La sensación de ser una presa en fuga seguía atenazándole el pecho, y su aspecto seguía siendo el de alguien bastante asustado. ¿Estaba siendo paranoico? ¡Ojalá! Intentó ser razonable y calmarse un poco: Aliden nunca había mostrado que quisiera herirlo o matarlo, quizás eran todo imaginaciones suyas. Pero a veces los miedos que uno se imagina son los más difíciles de vencer.
Pero cuando, un poco más seguro de que Aliden no estaba a punto de lanzarse sobre él desde la entrada, se giró hacia el que le había hablado, se encontró de cara con una extraña máscara alargada como un pico. Se sobresaltó y tuvo que mirar hacia todos lados para cerciorarse de que, en efecto, sí se había metido en una taberna y no en un lugar más extraño.
Cuando hubo confirmado que no había terminado en una clínica clandestina, volvio a dirigir su atención hacia la puerta. Aunque aquel hombre con la cara tapada le resultara extraño, su atención seguía muy concentrada en asegurarse de que estaba a salvo. El resto de preguntas vendrían más tarde.
En realidad había esperado que Aliden le siguiera al interiror de la taberna, donde se habría visto forzado a entablar conversación en lugar de pelea. El hecho de que no le siguiera podía significar una de dos: que realmente lo había perdido (o simplemente nunca había estado tras él y era todo imaginación de Taliesin), o que le estaba esperando fuera, quizás para emboscarle.
- Oye, pareces un buen hombre - después de todo, le había preguntado si estaba bien nada más verle entrar por la puerta -. ¿Podrías hacerme un favor? Creo que me sigue alguien. ¿Podrías salir a echar un vistazo, ver si hay un hombre esperándome ahí fuera? Pelo blanco, ojos como amarillos, piel muy pálida.
Estaba bastante seguro de que Aliden no iba por allí atacando a gente aleatoriamente, así que parecía seguro enviar a alguien a comprobar si le estaba esperando. La sensación de ser una presa en fuga seguía atenazándole el pecho, y su aspecto seguía siendo el de alguien bastante asustado. ¿Estaba siendo paranoico? ¡Ojalá! Intentó ser razonable y calmarse un poco: Aliden nunca había mostrado que quisiera herirlo o matarlo, quizás eran todo imaginaciones suyas. Pero a veces los miedos que uno se imagina son los más difíciles de vencer.
Taliesin Skatha
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Re: [Cerrado] Pan y mermelada [Libre]
Todos actuaban igual la primera vez que hablaban conmigo. La mirada solía volar hacia todas partes y actuaban un poco desconcertados. En aquel sitio, mirar a todas partes implicaba ver 4 mesas de madera roída por el tiempo, una barra algo mas alta de lo normal detrás de la cual estaba el tabernero con los ojos fijos en el visitante, y las paredes amarillentas por el humo de las antorchas crepitantes y el tabaco barato de pipa. El chico me preguntó si podía ir a ver si alguien lo seguía. La pregunta me pareció algo inapropiada, y más aún para hacersela a un desconocido y ni hablar a uno que ni le puedes ver los ojos pero él a ti sí. Era como tener el alma a descubierto en todo momento, nunca entendí como la gente puede ir así por la vida.
Tras carraspear dije eh..ejem, claro. Era curioso como aquel hombre, de rostro duro y cuerpo bien fornido, en ese momento vacilaba con cada uno de los pasos. En el cuello bien marcado se veía que la yugular le latía con fuerza. Debía de haber corrido e intentaba aparentar seguridad y tranquilidad en la taberna.
Sin más demora, me acerqué a la barra a por mi estoque. Con un ademán rápido, casi de forma incosciente, el dandi de detrás de la barra me lo lanzó. Giré sobre mis talones y, con cada paso, la madera medio podrida crugía de camino hacia la puerta. Pesaba mucho, y esos días solía estar cerrada para alejar los ruidos de la calle. Sin embargo, en aquel momento separaba más que unos simples ruidos. Parecía separar sentimeintos. Acciones. Se palpaba como un muro atemporal entre un mundo donde todo era normal y se vertía con tranquilidad en la copa del tiempo, y otro donde la vida era efímera y en un instante podría ya no estar presente.
Vacilé un segundo, pero finalmente salí.
Tal como había dicho el chico, allí estaba. Tez blanca, pelo plateado y ojos amarillentos incluso, a mi juicio de doctor, enfermizos.
No sabía que relación de amor-odio tenían aquellos dos. Para averiguarlo sólo tenía que hacer una cosa. Era una locura, podríamos acabar en una disputa, incluso podría haber muertos. ¡Era una locura, una verdadera locura!
Abriendo los brazos a modo de invitación, dije:
-¡Buenas noches buen hombre! ¿Que haces allí sólo? ¡Pasa a tomar una jarra que aún estamos abiertos!
Tras carraspear dije eh..ejem, claro. Era curioso como aquel hombre, de rostro duro y cuerpo bien fornido, en ese momento vacilaba con cada uno de los pasos. En el cuello bien marcado se veía que la yugular le latía con fuerza. Debía de haber corrido e intentaba aparentar seguridad y tranquilidad en la taberna.
Sin más demora, me acerqué a la barra a por mi estoque. Con un ademán rápido, casi de forma incosciente, el dandi de detrás de la barra me lo lanzó. Giré sobre mis talones y, con cada paso, la madera medio podrida crugía de camino hacia la puerta. Pesaba mucho, y esos días solía estar cerrada para alejar los ruidos de la calle. Sin embargo, en aquel momento separaba más que unos simples ruidos. Parecía separar sentimeintos. Acciones. Se palpaba como un muro atemporal entre un mundo donde todo era normal y se vertía con tranquilidad en la copa del tiempo, y otro donde la vida era efímera y en un instante podría ya no estar presente.
Vacilé un segundo, pero finalmente salí.
Tal como había dicho el chico, allí estaba. Tez blanca, pelo plateado y ojos amarillentos incluso, a mi juicio de doctor, enfermizos.
No sabía que relación de amor-odio tenían aquellos dos. Para averiguarlo sólo tenía que hacer una cosa. Era una locura, podríamos acabar en una disputa, incluso podría haber muertos. ¡Era una locura, una verdadera locura!
Abriendo los brazos a modo de invitación, dije:
-¡Buenas noches buen hombre! ¿Que haces allí sólo? ¡Pasa a tomar una jarra que aún estamos abiertos!
Aradu
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Re: [Cerrado] Pan y mermelada [Libre]
Aliden miró a aquel desconocido mientras permanecía sentado. Oh, genial. Un demente.
-No, eh... Lo siento, estoy esperando a alguien.-Señaló a la calle, haciendo un amplio gesto con el brazo, dando a entender que lo esperaba fuera de la taberna.
Sonrió amablemente, intentando parecer despreocupado, sin embargo no quitó ojo de la puerta de la taberna. Aquel loco de extravagante vestimenta solo le importunaba, y de continuar molestando así, iba a tener que hacer algo con el. Gruñó para sí mismo, intentando seguir pareciendo amigable.
-No, eh... Lo siento, estoy esperando a alguien.-Señaló a la calle, haciendo un amplio gesto con el brazo, dando a entender que lo esperaba fuera de la taberna.
Sonrió amablemente, intentando parecer despreocupado, sin embargo no quitó ojo de la puerta de la taberna. Aquel loco de extravagante vestimenta solo le importunaba, y de continuar molestando así, iba a tener que hacer algo con el. Gruñó para sí mismo, intentando seguir pareciendo amigable.
Aliden Tenebrae
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Re: [Cerrado] Pan y mermelada [Libre]
Ah, un estoque. Ver aquello le dio cierta seguridad, al pensar que aquel desconocido con el que se había topado podía ser un experto luchador. Taliesin no sabía usar armas con eficacia ni era especialmente fuerte, muy a pesar de lo que pudiera aparentar. Lo único que se le daba más o menos bien era hacer cuentas, leer y hablar, y era justamente lo último lo que le había metido en problemas aquella noche.
Observó cómo el desconocido se dirigía a la puerta y un pensamiento cruzó su mente: "Debería haberle preguntado su nombre". Pero la cuestión quedó suspendida debido a la tensión que invadió a Taliesin cuando el hombre salió taberna. Unos instantes más tarde, pudo escuchar su voz, bajo la forma de un saludo y una invitación a pasar.
Un momento de pánico. ¡Así que no había despistado a Aliden después de todo! Miró al tabernero y articuló, sin levantar la voz y haciendo gestos con las manos: "¿Salida trasera?". El tabernero respondió mirándole raro y negando con la cabeza, lo que a Taliesin no le quedó claro si significaba que no había otra salida, o que no le había entendido.
A través de la puerta, que había quedado semiabierta, le llegó la respuesta de Aliden: una negativa. El hecho de que Aliden se negara, de alguna manera, lo calmó, porque significaba que no tenía la suficiente confianza en sí mismo como para seguirlo fuera a donde fuera, y Taliesin sentía que había ganado una ronda al elegir un terreno en el que su contrincante no se sentía cómodo. Sintiéndose un poco más valiente, el vampiro tomó una bocanada de aire y resolvió enfrentarse a sus problemas, ya que no conseguía evitarlos. Se dirigió a la entrada y abrió la puerta, de forma que pudo ver al enmascarado y a Aliden.
- Es mejor esperar en el interior - aportó, y saludó desde la entrada con un gesto de la mano, mientras la otra permanecía en el pomo de la puerta -. Una jarra y una discusión civilizada podrían ser un gran remedio para el frío de la noche.
Observó cómo el desconocido se dirigía a la puerta y un pensamiento cruzó su mente: "Debería haberle preguntado su nombre". Pero la cuestión quedó suspendida debido a la tensión que invadió a Taliesin cuando el hombre salió taberna. Unos instantes más tarde, pudo escuchar su voz, bajo la forma de un saludo y una invitación a pasar.
Un momento de pánico. ¡Así que no había despistado a Aliden después de todo! Miró al tabernero y articuló, sin levantar la voz y haciendo gestos con las manos: "¿Salida trasera?". El tabernero respondió mirándole raro y negando con la cabeza, lo que a Taliesin no le quedó claro si significaba que no había otra salida, o que no le había entendido.
A través de la puerta, que había quedado semiabierta, le llegó la respuesta de Aliden: una negativa. El hecho de que Aliden se negara, de alguna manera, lo calmó, porque significaba que no tenía la suficiente confianza en sí mismo como para seguirlo fuera a donde fuera, y Taliesin sentía que había ganado una ronda al elegir un terreno en el que su contrincante no se sentía cómodo. Sintiéndose un poco más valiente, el vampiro tomó una bocanada de aire y resolvió enfrentarse a sus problemas, ya que no conseguía evitarlos. Se dirigió a la entrada y abrió la puerta, de forma que pudo ver al enmascarado y a Aliden.
- Es mejor esperar en el interior - aportó, y saludó desde la entrada con un gesto de la mano, mientras la otra permanecía en el pomo de la puerta -. Una jarra y una discusión civilizada podrían ser un gran remedio para el frío de la noche.
Taliesin Skatha
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Re: [Cerrado] Pan y mermelada [Libre]
"-Es mejor esperar en el interior. Una jarra y una discusión civilizada podrían ser un gran remedio para el frío de la noche."
Allí estaba el primer indicio. Esos dos no querían estar en la misma habitación. Pero..¿porque? Eso me quedaba por averiguar. Y la mejor manera de hacerlo es tomando algo con él.
-¡Claro! Vamos a dentro. ¡La noche es larga y alberga muchas copas!- forcé una risa. Intentaba que la tensión se disipe un poco en aquél sitio, aunque no sabía si lo conseguía o no. Eché una mano por encima del hombro, como si fuésemos amigos de toda la vida, y lo llevé hacia una de las muchas mesas vacías.
Intentaba disimular tranquilidad y paciencia. El desconocimiento de la situacón me ponía algo nervioso. ¿Quienes era esos dos? ¿Porque corrian el uno del otro? Aparte de eso, en el fondo de mi corazón notaba algo extraño. Sentía que esos seres eran especiales. Algo tenían en su forma de ser, o en sus olores o en sus ojos que me intranquilizaba. Recordaban a aquella noche..
¿Podría ser? ¿Podrían tener relación con la noche de las vacas en Lunargenta?
Todos esos pensamiento fulminaron mi cabeza como flechas afiladas perforando una manzana. Empecé a sudar, pero no podía dejar que se vea. De camino a la mesa me golpeé con una silla que acabó en un estruendo.
Levanté la mano y, mirando a mi amigo:
-Una jarra para el invitado, por favor. Mirando al invitado, dije -¿Como te llamas?
Allí estaba el primer indicio. Esos dos no querían estar en la misma habitación. Pero..¿porque? Eso me quedaba por averiguar. Y la mejor manera de hacerlo es tomando algo con él.
-¡Claro! Vamos a dentro. ¡La noche es larga y alberga muchas copas!- forcé una risa. Intentaba que la tensión se disipe un poco en aquél sitio, aunque no sabía si lo conseguía o no. Eché una mano por encima del hombro, como si fuésemos amigos de toda la vida, y lo llevé hacia una de las muchas mesas vacías.
Intentaba disimular tranquilidad y paciencia. El desconocimiento de la situacón me ponía algo nervioso. ¿Quienes era esos dos? ¿Porque corrian el uno del otro? Aparte de eso, en el fondo de mi corazón notaba algo extraño. Sentía que esos seres eran especiales. Algo tenían en su forma de ser, o en sus olores o en sus ojos que me intranquilizaba. Recordaban a aquella noche..
¿Podría ser? ¿Podrían tener relación con la noche de las vacas en Lunargenta?
Todos esos pensamiento fulminaron mi cabeza como flechas afiladas perforando una manzana. Empecé a sudar, pero no podía dejar que se vea. De camino a la mesa me golpeé con una silla que acabó en un estruendo.
Levanté la mano y, mirando a mi amigo:
-Una jarra para el invitado, por favor. Mirando al invitado, dije -¿Como te llamas?
Aradu
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Re: [Cerrado] Pan y mermelada [Libre]
Aliden miró fijamente al presunto vampiro. ¿Acaso era idiota? Seguro que era perfectamente consciente de que lo había seguido hasta la puerta de la taberna. Gruñó levemente cuando el otro sujeto le agarró y le obligó a entrar, pero no hizo más gesto de resistencia que ese, y se sentó mirando al demente y al hombre-mendigo-vampiro.
-Una jarra para el invitado, por favor.-Mirando a Aliden, el señor de extravagante vestimenta preguntó -¿Como te llamas?
-Eltrant.- Dijo, mientras el tabernero depositaba una jarra en la mesa.- Aniquilador a tiempo completo de plagas vampíricas.
Dirigió sus ojos levemente hacia Taliesin, intentando percibir alguna reacción del sujeto.
-Es de mala educación preguntar sin responder antes. ¿Cual es vuestro nombre, presunto psicópata amigable?- Preguntó al tipo de la máscara con una leve sonrisa.
-Una jarra para el invitado, por favor.-Mirando a Aliden, el señor de extravagante vestimenta preguntó -¿Como te llamas?
-Eltrant.- Dijo, mientras el tabernero depositaba una jarra en la mesa.- Aniquilador a tiempo completo de plagas vampíricas.
Dirigió sus ojos levemente hacia Taliesin, intentando percibir alguna reacción del sujeto.
-Es de mala educación preguntar sin responder antes. ¿Cual es vuestro nombre, presunto psicópata amigable?- Preguntó al tipo de la máscara con una leve sonrisa.
- OFFROL:
- FRIENDLY ADVICE
Una cosa Aradu, no puedes condicionar conductas de nuestros personajes en tus posts, es metarol. Se que posteamos poco y tal, pero no puedes intentar acelerar las cosas. Imagínate que mi personaje no quiere entrar o al hacer ese gesto te intenta atacar. Si haces eso en tu post estas condicionando nuestro rol, y a mi me da igual en esta ocasión pero igual a otra persona o en otra situación puede molestar e incluso que se lo chivateen a un moderador. Ten cuidadito con esas cosas, estan en las normas básicas del foro.
Como dije, no me importa, así que seguí con el rol que pusiste en tu post, pero tenlo en cuenta las próximas veces.
Aliden Tenebrae
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Re: [Cerrado] Pan y mermelada [Libre]
Bien, al fin estaban todos sentados amigablemente. Habria parecido una cordial reunión entre conocidos, de no ser por la clara tensión que se asentaba entre ellos, tan palpable y obvia como si estuviera ocupando la cuarta silla en aquella mesa. Taliesin mismo era incapaz de pretender que se encontraba a gusto; su sonrisa no se transmitía a sus ojos, y de vez en cuando cambiaba su posición en la silla sin que hubiera necesidad alguna.
De la respuesta de Aliden, lo que le llamó más la atención fue que diera otro nombre. ¿Había mentido antes o mentía ahora? ¿Aliden o Eltrant? Pero si esa parte de lo que decía era mentira, lo de cazador de vampiros podía ser otra invención. Además, era innegable que su aspecto era muy poco humano, y un no humano que caza no humanos... En fin. Taliesin ni comprendía ni apreciaba un comportamiento como aquél.
- Y mi nombre es Taliesin - aportó, y en aquel momento su voz fue sinceramente amigable. Se sentía agredecido por el esfuerzo que había puesto el enmascarado en calmar la situación en la que le habían metido tan de golpe - No me dedico a nada tan interesante como nuestro amigo Eltrant; de hecho carezco de trabajo estable en este momento. ¿Estoy muy equivocado al asumir que tú eres un médico?
Llegó una ronda de cervezas a la mesa, lo cual el vampiro agradeció inmensamente. Habría bebido media jarra de un trago en aquel mismo instante, pero se controló y en su lugar ofreció un brindis:
- Por noches largas, llenas de jarras frías y conversaciones cálidas.
De la respuesta de Aliden, lo que le llamó más la atención fue que diera otro nombre. ¿Había mentido antes o mentía ahora? ¿Aliden o Eltrant? Pero si esa parte de lo que decía era mentira, lo de cazador de vampiros podía ser otra invención. Además, era innegable que su aspecto era muy poco humano, y un no humano que caza no humanos... En fin. Taliesin ni comprendía ni apreciaba un comportamiento como aquél.
- Y mi nombre es Taliesin - aportó, y en aquel momento su voz fue sinceramente amigable. Se sentía agredecido por el esfuerzo que había puesto el enmascarado en calmar la situación en la que le habían metido tan de golpe - No me dedico a nada tan interesante como nuestro amigo Eltrant; de hecho carezco de trabajo estable en este momento. ¿Estoy muy equivocado al asumir que tú eres un médico?
Llegó una ronda de cervezas a la mesa, lo cual el vampiro agradeció inmensamente. Habría bebido media jarra de un trago en aquel mismo instante, pero se controló y en su lugar ofreció un brindis:
- Por noches largas, llenas de jarras frías y conversaciones cálidas.
Taliesin Skatha
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Re: [Cerrado] Pan y mermelada [Libre]
Aquellos dos se aventuraron en presentarse primero. Uno de ellos, supuesto cazador de vampiros y el otro un ser bastante corriente. La tensión entre aquellos dos se volvía a cada movimiento más pesada. Como una cortina de humo que no te dejaba respirar. Tenía que mostrar cuanta más calma y serenidad mucho mejor. Al fin al cabo, sentía como que actuaba de vínculo, de catalizador entre la paz de aquellos dos seres.
-En efecto, amigo mío. Soy médico de profesión, o más bien lo era. Ahora me dedico a errar por la tierra haciendo pócimas y…bebiéndolas.- Dije señalando a la cerveza con indiferencia.
Aparté la suya con cierta melancolía, quería seguir bebiendo sin la máscara sobre el rostro, pero ese momento me lo impedía. Giré la cabeza y miré al tabernero. Sus ojos estaban fijos en nosotros y su cuerpo inclinado sobre la barra del bar, mirándonos. Parecía una dama intentando conquistar a un posible amante. Con las piernas completamente rectas y de puntillas, resultaba más femenino que de normal.
No hacía ningún disimulo en ocultar su interés en aquella situación. Al verle a través de mis lentes, esbozó una sonrisa. Se divertía más que en toda aquella semana. Y con razón. La noche empezaba a cobrar sentido. Los rostros de los invitados eran como un libro abierto esperando ser leídos.
-Eltrant, no está bien llamar psicópata a gente que acabas de conocer. Puede dar lugar a enemistades de las más indeseables- espeté señalándole con el dedo mientras él sonreía- Un psicópata no podría estar aquí con vosotros. Creedme, ¡soy médico! ¿A que tu me crees, Tali querido?- dije girando todo mi cuerpo hacia Taliesin- Y lo siento, no puedo aceptar tu pequeño brindis…máscara- hable tocándome el pico de la máscara como un niño de 5 años.
-¡Contadme! ¿Que habéis hecho esta noche? ¿Tali, querido, porque estaban tan asustado al entrar en la taberna?-dije fingiendo incomprensión -
-En efecto, amigo mío. Soy médico de profesión, o más bien lo era. Ahora me dedico a errar por la tierra haciendo pócimas y…bebiéndolas.- Dije señalando a la cerveza con indiferencia.
Aparté la suya con cierta melancolía, quería seguir bebiendo sin la máscara sobre el rostro, pero ese momento me lo impedía. Giré la cabeza y miré al tabernero. Sus ojos estaban fijos en nosotros y su cuerpo inclinado sobre la barra del bar, mirándonos. Parecía una dama intentando conquistar a un posible amante. Con las piernas completamente rectas y de puntillas, resultaba más femenino que de normal.
No hacía ningún disimulo en ocultar su interés en aquella situación. Al verle a través de mis lentes, esbozó una sonrisa. Se divertía más que en toda aquella semana. Y con razón. La noche empezaba a cobrar sentido. Los rostros de los invitados eran como un libro abierto esperando ser leídos.
-Eltrant, no está bien llamar psicópata a gente que acabas de conocer. Puede dar lugar a enemistades de las más indeseables- espeté señalándole con el dedo mientras él sonreía- Un psicópata no podría estar aquí con vosotros. Creedme, ¡soy médico! ¿A que tu me crees, Tali querido?- dije girando todo mi cuerpo hacia Taliesin- Y lo siento, no puedo aceptar tu pequeño brindis…máscara- hable tocándome el pico de la máscara como un niño de 5 años.
-¡Contadme! ¿Que habéis hecho esta noche? ¿Tali, querido, porque estaban tan asustado al entrar en la taberna?-dije fingiendo incomprensión -
Aradu
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Re: [Cerrado] Pan y mermelada [Libre]
-Bueno, tenéis que admitir que vuestro atuendo y vuestra espontánea manera de traerme hacia la taberna a pesar de deciros que esperaba a alguien dan lugar a ciertas dudas acerca de vuestra cordura.-sonrió con sarcasmo mientras jugueteaba con uno de los cordeles que colgaban de su gambesón.- Y aún así no decís vuestro nombre, lo cual da lugar a más dudas que conciernen a vuestro verdadero propósito y "amabilidad" al reunirnos aquí.
Al llegar las cervezas, y al escuchar a Taliesin proponer un brindis, asintió con una sonrisa lobuna y agarrando el cinturón del cual colgaban sus armas, sacó una bonita y elaborada daga, simple pero elegante, que dejó en la mesa mientras alzaba su jarra y decía con vigor:
-¡Por la muerte de todos los vampiros que corrompen este mundo! -Sonrió a Aradu invitándole a brindar también.
Al llegar las cervezas, y al escuchar a Taliesin proponer un brindis, asintió con una sonrisa lobuna y agarrando el cinturón del cual colgaban sus armas, sacó una bonita y elaborada daga, simple pero elegante, que dejó en la mesa mientras alzaba su jarra y decía con vigor:
-¡Por la muerte de todos los vampiros que corrompen este mundo! -Sonrió a Aradu invitándole a brindar también.
Aliden Tenebrae
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Re: [Cerrado] Pan y mermelada [Libre]
Cuando Aliden pronunció aquel brindis, Taliesin se quedó tieso. No por miedo o intimidación, sino por incredulidad. Le quedó absolutamente claro que, de todas las mesas de Lunargenta, había ido a mendigar a la de un desquiciado. A mendigar y, aún peor, a provocar. Debería haberlo sospechado en cuanto dijo aquello de que "los lobos pueden ser más de ayuda que los corderos".
Se quedó así congelado durante unos segundos, mirando con una sonrisa de incredulidad a Aliden, hasta que finalmente levantó las cejas, torció la sonrisa y le dio un buen trago a la cerveza, tras lo cual fue capaz de recomponer su gesto. Después de todo, que su perseguidor se mostrara tan abiertamente agresivo no le venía mal; demostraba que era peligroso y le daba razones a los demás presentes para ponerse de su lado si terminaba siendo necesario.
- Sí, yo te creo, amigo - respondió. Y continuó preguntando con sincera curiosidad: - . ¿Pero cómo es que dejaste la profesión? Requiere años de práctica y estudio, suele elegirse por vocación y es difícil quedarse en paro. No he conocido a otra persona que lo haya dejado sin que hubiera una buena historia detrás de ello.
No pudo evitar soltar una breve carcajada cuando fue a responder a la pregunta del médico, quien le preguntaba por qué había entrado a la taberna con tanto miedo.¿Valía siquiera la pena mentir? Le parecía que la respuesta había quedado evidente ahora que Aliden había sacado un cuchillo y lo había dejado, tan agresivamente, sobre la mesa. Pensando en esto, de manera inconsciente Taliesin miró a la daga antes de contestar. Descruzó los brazos y se inclinó sobre la mesa como quien relata una confidencia o admite una vergüenza.
- Llámame paranóico, pero me pareció que me seguía alguien por las calles. Y... la verdad... siendo tan tarde no imaginé que pudiera ser con buenas intenciones. Yo estaba de camino a mi casa, pero allí está mi hija, y antes que guiar a un loco hasta ella prefiero entrar a una taberna. Es verdad que entré con mucha precipitación - se separó de la mesa - pero ya me siento mucho más seguro. No hay como una conversación agradable y una cerveza para templar el ánimo. Aunque la verdad es que prefiero cálidas conversaciones en las que no hay dagas sobre la mesa. ¿Vosotros lo véis necesario?
Se quedó así congelado durante unos segundos, mirando con una sonrisa de incredulidad a Aliden, hasta que finalmente levantó las cejas, torció la sonrisa y le dio un buen trago a la cerveza, tras lo cual fue capaz de recomponer su gesto. Después de todo, que su perseguidor se mostrara tan abiertamente agresivo no le venía mal; demostraba que era peligroso y le daba razones a los demás presentes para ponerse de su lado si terminaba siendo necesario.
- Sí, yo te creo, amigo - respondió. Y continuó preguntando con sincera curiosidad: - . ¿Pero cómo es que dejaste la profesión? Requiere años de práctica y estudio, suele elegirse por vocación y es difícil quedarse en paro. No he conocido a otra persona que lo haya dejado sin que hubiera una buena historia detrás de ello.
No pudo evitar soltar una breve carcajada cuando fue a responder a la pregunta del médico, quien le preguntaba por qué había entrado a la taberna con tanto miedo.¿Valía siquiera la pena mentir? Le parecía que la respuesta había quedado evidente ahora que Aliden había sacado un cuchillo y lo había dejado, tan agresivamente, sobre la mesa. Pensando en esto, de manera inconsciente Taliesin miró a la daga antes de contestar. Descruzó los brazos y se inclinó sobre la mesa como quien relata una confidencia o admite una vergüenza.
- Llámame paranóico, pero me pareció que me seguía alguien por las calles. Y... la verdad... siendo tan tarde no imaginé que pudiera ser con buenas intenciones. Yo estaba de camino a mi casa, pero allí está mi hija, y antes que guiar a un loco hasta ella prefiero entrar a una taberna. Es verdad que entré con mucha precipitación - se separó de la mesa - pero ya me siento mucho más seguro. No hay como una conversación agradable y una cerveza para templar el ánimo. Aunque la verdad es que prefiero cálidas conversaciones en las que no hay dagas sobre la mesa. ¿Vosotros lo véis necesario?
Taliesin Skatha
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