Los cazadores son malos siervos [Trabajo Rumpel y Elen] [Noche]
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Re: Los cazadores son malos siervos [Trabajo Rumpel y Elen] [Noche]
El fuego no hace efecto, aún, sólo vuelve más peligrosa al arma de aquel ser; cosa que no ayuda a la causa pero que si me hace sentirme más a gusto. Pero al golem no le gusto tanto, y eso que acabo de mejorarle el arma gratis, que desconsiderado... Su forma de agradecerlo es ir hacia a mi alzando amenazante su ígnea arma. Para mi suerte, tengo una salvaguarda: las terroríficas sombras de mi socia. Aunque no pueden hacerlo sangrar, desembocan su furia destrozando la madera que formaba su cuerpo.
- ¡Nos os lo agradece señorita Elen! - hago una referencia y corro hacia la puerta buscando la runa central de aquel circuito. -Bueno... si no son de vuestra especialidad habrá que dar paso al grandullón... - aún tenía el ojo hinchado, aunque un poco menos, lo que facilita mi labor con la runa.
Como es de esperar, la "runa" es un conjunto de palabras de extrema finura, lo comprendo y comparto, yo habría hecho lo mismo y es posible que lo copie para cuando tenga mi propia morada digna.
Los sonidos de la batalla suenan a mi espalda, la desesperación de Alister de frente intentando derribar una puerta que no se abrirá a no ser que acabara con aquella runas.
Deprisa, Rumpel... Deprisa... Cierro los ojos sintiendo un temblor en las manos, fruto de la impotencia y la rabia. "La gran variedad de runas es inmensa y conocerlas todas, incluso la más extraña era fruto de años y años de estudio intenso, y yo por ahora soy un neófito... Me entran ganas de unirme a Alister en su fútil intento de abrir la puerta a la fuerza. ¡No! ¡Yo soy más listo! ¡Soy mejor que ese vampiro! Siempre soy mejor...
Miro fijamente la runa como si quisiera destruirla con la mirada, intentando resolver el rompecabezas que me suponía mientras la situación a mi espalda seguía agravándose. Probaba con múltiples palabras pero no había caso.
Espera... si yo fuera él... jugaría al despiste... Si todas las runas son complicadas, lo normal es que la central también lo fuera, lo normal... Poso mi mano sobre la runa y esbozando una sonrisa exclamo en rúnico "Ábrete". Lo sabía... Siempre soy mejor.Sonrío. Acto seguido la runa pierde brillo y la puerta queda reducida a un montón de astillas dando paso al cuerpo de Alister.
El dragón no tarda en unirse a su compañera en el combate contra el golem, mientras que mi parte me centro en asegurar el cargamento, es decir, los rehenes.
-¡Vamos! ¡Vamos! - apresuro a aquellas pobres almas desdichadas que ponen todas sus fuerzas en aquel ultimo empujón hacia su libertad.
Empiezan a correr de forma desesperada a la salida, más cuando ven el monstruo que domina el vestíbulo.
-¡Amo! ¿¡Qué es eso!?
El grito de Meredith atrae la atención del golem que dirige su ataque hacia la indefensa criada. No puedo permitirlo, acabo de adquirirla a fin de cuentas. Con tal de evitarlo vuelvo a prender mis manos y lanzó una de mis bolas de fuego de nuevo a su rostro. Esta vez el ataque impacta, al parecer no me prestaba atención, y hace que el ataque se desvíe lo suficiente como para no dañar a la mujer.
-No te pares insensata, ¿acaso quieres morir? - la tomo del brazo y la empujo hacia la puerta. - ¡Corre! Ayúdame desde el otro lado. Debemos impedir que la señorita Elen salga de la casa hasta que... sea oportuno. - los rayos del sol ya estaban atravesando las montañas, si alguno tocaba la piel de la pelirroja...
-¿Por qué? ¿Qué ocurre? - la criada parecía preocupada.
-Tiene una ligera imposición y deberá recuperarse después de tanto... ejercicio. - realizo una mueca que intenta ser una sonrisa.
-¿Puedo hacer algo para ayudar?
-Ahora que lo dices, sí. Tráenos algo fresco que beber. - le sonrío y me centro en atrancar la puerta. No podía permitir que traspasara cualquier rayo que en un envite en el interior la empujara a que esa luz tocase su piel.
Con suerte al darme la vuelta el golem estaría ardiendo por mis llamas o por las producidas por Alister, aunque añadirle algo más de fuego no estaría mal. Mis manos vuelven a prenderse y me giro disponiéndome a lanzarle más bolas de fuego hasta convertirlo en un montón de cenizas.
- ¡Nos os lo agradece señorita Elen! - hago una referencia y corro hacia la puerta buscando la runa central de aquel circuito. -Bueno... si no son de vuestra especialidad habrá que dar paso al grandullón... - aún tenía el ojo hinchado, aunque un poco menos, lo que facilita mi labor con la runa.
Como es de esperar, la "runa" es un conjunto de palabras de extrema finura, lo comprendo y comparto, yo habría hecho lo mismo y es posible que lo copie para cuando tenga mi propia morada digna.
Los sonidos de la batalla suenan a mi espalda, la desesperación de Alister de frente intentando derribar una puerta que no se abrirá a no ser que acabara con aquella runas.
Deprisa, Rumpel... Deprisa... Cierro los ojos sintiendo un temblor en las manos, fruto de la impotencia y la rabia. "La gran variedad de runas es inmensa y conocerlas todas, incluso la más extraña era fruto de años y años de estudio intenso, y yo por ahora soy un neófito... Me entran ganas de unirme a Alister en su fútil intento de abrir la puerta a la fuerza. ¡No! ¡Yo soy más listo! ¡Soy mejor que ese vampiro! Siempre soy mejor...
Miro fijamente la runa como si quisiera destruirla con la mirada, intentando resolver el rompecabezas que me suponía mientras la situación a mi espalda seguía agravándose. Probaba con múltiples palabras pero no había caso.
Espera... si yo fuera él... jugaría al despiste... Si todas las runas son complicadas, lo normal es que la central también lo fuera, lo normal... Poso mi mano sobre la runa y esbozando una sonrisa exclamo en rúnico "Ábrete". Lo sabía... Siempre soy mejor.Sonrío. Acto seguido la runa pierde brillo y la puerta queda reducida a un montón de astillas dando paso al cuerpo de Alister.
El dragón no tarda en unirse a su compañera en el combate contra el golem, mientras que mi parte me centro en asegurar el cargamento, es decir, los rehenes.
-¡Vamos! ¡Vamos! - apresuro a aquellas pobres almas desdichadas que ponen todas sus fuerzas en aquel ultimo empujón hacia su libertad.
Empiezan a correr de forma desesperada a la salida, más cuando ven el monstruo que domina el vestíbulo.
-¡Amo! ¿¡Qué es eso!?
El grito de Meredith atrae la atención del golem que dirige su ataque hacia la indefensa criada. No puedo permitirlo, acabo de adquirirla a fin de cuentas. Con tal de evitarlo vuelvo a prender mis manos y lanzó una de mis bolas de fuego de nuevo a su rostro. Esta vez el ataque impacta, al parecer no me prestaba atención, y hace que el ataque se desvíe lo suficiente como para no dañar a la mujer.
-No te pares insensata, ¿acaso quieres morir? - la tomo del brazo y la empujo hacia la puerta. - ¡Corre! Ayúdame desde el otro lado. Debemos impedir que la señorita Elen salga de la casa hasta que... sea oportuno. - los rayos del sol ya estaban atravesando las montañas, si alguno tocaba la piel de la pelirroja...
-¿Por qué? ¿Qué ocurre? - la criada parecía preocupada.
-Tiene una ligera imposición y deberá recuperarse después de tanto... ejercicio. - realizo una mueca que intenta ser una sonrisa.
-¿Puedo hacer algo para ayudar?
-Ahora que lo dices, sí. Tráenos algo fresco que beber. - le sonrío y me centro en atrancar la puerta. No podía permitir que traspasara cualquier rayo que en un envite en el interior la empujara a que esa luz tocase su piel.
Con suerte al darme la vuelta el golem estaría ardiendo por mis llamas o por las producidas por Alister, aunque añadirle algo más de fuego no estaría mal. Mis manos vuelven a prenderse y me giro disponiéndome a lanzarle más bolas de fuego hasta convertirlo en un montón de cenizas.
- Off rol:
- Bien creo que será el ultimo turno, ahora también podrás lanzar runas por Alister :D. También, te cedo el control de Rumpel por si quieres añadir la presencia de bolas de fuego contra el golem
Edito tras el lanzamiento de runas: La vida del golem es de 5 puntos tras la tirada de Rumpel :). De todas formas si lo vez muy largo terminarlo en el siguiente post es licito
Última edición por Rumpel el Vie Ago 31 2018, 21:14, editado 1 vez
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Re: Los cazadores son malos siervos [Trabajo Rumpel y Elen] [Noche]
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Re: Los cazadores son malos siervos [Trabajo Rumpel y Elen] [Noche]
Mientras la de ojos verdes hacía lo posible para retener al guardián y facilitar la pelea a sus criaturas, que trataban de arrancar las partes más frágiles del cuerpo de su oponente, Henry echó a correr hacia la puerta con la idea de abrirla y dejar paso al dragón, cuyas habilidades sin duda decantarían la balanza en favor del grupo. - ¡Desarmadlo! - exclamó Elen, instando a sus aliadas a centrarse en el peligroso mazo en llamas que sostenía aquel ser. Dos de ellas se abalanzaron sobre la mano con que empuñaba el arma, al tiempo que la otra, para no dar descanso a su enemigo, destrozaba parte de su costado para debilitarlo y que siguiese teniendo dos frentes abiertos.
El golem se defendió ferozmente, obligando a sus atacantes a retroceder tras una brusca sacudida del brazo con que manejaba su pesado mazo, pero esa libertad apenas duró unos segundos, los lazos de sombra que lo retenían se duplicaron y aquellas sombrías siluetas se le volvieron a echar encima sin pensarlo. - ¡Date prisa Henry! - instó la joven, empezando a notar como el cansancio hacía mella en sus fuerzas. Aquella cosa era fuerte, tanto que apenas podía contenerlo, necesitaba la ayuda del alado para acabar con él, pero de momento, y hasta que el brujo consiguiese anular la runa que mantenía la mansión cerrada, debía ganar tiempo.
Algo crujió sonoramente, la sombra que se encontraba a un lado del protector de la casa había conseguido arrancarle parte de la madera que cubría su lateral, y una vez hecho esto tiró el trozo que le había arrebatado tan lejos como pudo. Aquello lo molestó bastante, tanto como para girarse bruscamente hacia el culpable y golpearlo con la zurda, pero lo que tenía ante sí no era un enemigo normal y corriente al que se le pudiese hacer daño físicamente, estaba hecho a base de la más negra oscuridad, detalle que le daba ventaja. El puño del golem atravesó a la creación de la vampira, pero ésta lejos de apartarse o mostrar algún tipo de dolor por el impacto, sonrió ampliamente, mostrando unos largos y brillantes dientes.
Contra la magia sí eran vulnerables, pero aquel tipo de ataques no les hacían nada, así que ignorando los intentos del guardián por defenderse, volvió a la carga, tratando esta vez de destrozarle el hombro para arrebatarle uno de los brazos. Por suerte para la pelirroja, que en breve iba a necesitar algo de descanso, los refuerzos llegaron pronto, en cuanto el brujo consiguió finalmente anular la protección que rodeaba la entrada principal. La puerta, que ya había sufrido mucho a causa de los ataques del cazador, se hizo astillas, dejando entrar al dragón, que pasó junto al moreno a toda prisa para unirse a la pelea.
Sin dudarlo ni un instante, Alister embistió al ser y lo lanzó al suelo, ignorando su arma y las llamas que la envolvían ya que se trataba de su elemento, uno al cual tenía cierta resistencia. Con los gruesos lazos de sombra agrupándose alrededor de sus extremidades y obligándolo a mantenerlas pegadas al piso, la última defensa de la mansión no tenía muchas posibilidades de vencer, menos aun cuando colaborando con el alado, las almas del medallón consiguieron arrebatarle finalmente el mazo, apartándolo de él de inmediato.
Sacando fuerzas de donde podía, movido por el deber con que había sido creado por su amo, el golem consiguió liberar uno de sus brazos y golpear en el hocico a la bestia que tenía encima, alejándolo de sí durante unos segundos, tiempo suficiente para que volviese a ponerse en pie y reparase en Meredith. - ¡Alister! - exclamó la vampira, corriendo hacia él mientras su compañero sacudía la cabeza para recomponerse. - Estoy bien, apártate un poco, voy a quemarlo. - la avisó, cruzando una fugaz mirada con ella antes de darse la vuelta hacia su contrincante, que acababa de recibir el impacto de un ígneo proyectil.
El hechicero, para proteger a la criada y al resto de rehenes que trataban de salir a toda prisa, había utilizado su elemento contra aquella cosa, consiguiendo salvar a la muchacha en el último momento. Sin darle oportunidad de hacer nada más, el cazador permitió que una potente llamarada escapase de sus fauces, alcanzando de lleno al guardián y consumiendo parte de los materiales de los que estaba formado. Los prisioneros consiguieron abandonar la mansión, pero para la vampira eso no iba a resultar tan sencillo, empezaba a amanecer y los primeros rayos de sol amenazaban con dejarla encerrada en aquella casa hasta el atardecer.
Incapaces de seguir ayudando por la presencia del fuego del reptil, las criaturas del medallón se apartaron de su objetivo, su tiempo en aquel plano había terminado y el medallón volvía a reclamarlas, hecho por el cual sus siluetas se desdibujaron hasta reducirse a unas negras estelas, que flotaron hasta la reliquia. Elen se mantuvo a cierta distancia del conflicto pero no dejó toda la responsabilidad sobre los hombros de su compañero, afianzó los lazos que rodeaban los brazos y piernas del ser y tiró de ellos en distintas direcciones con la esperanza de desmembrarlo.
Henry también se unió a ellos poco después de volver a cubrir la zona de la entrada, con lo que siendo tres contra uno no deberían tener problemas para acabar con la última trampa de Dorian.
Off: Alister utiliza Fuego dragón. En este turno tiro dos runas otra vez, la primera por Alister y la segunda por Elen, las sombras han regresado al medallón así que ya no cuentan.
Edición tras la tirada: - 4 puntos al golem (3 por el dragón y 1 por la vampira), se queda a uno de vida así que date el gustazo de matarlo!
El golem se defendió ferozmente, obligando a sus atacantes a retroceder tras una brusca sacudida del brazo con que manejaba su pesado mazo, pero esa libertad apenas duró unos segundos, los lazos de sombra que lo retenían se duplicaron y aquellas sombrías siluetas se le volvieron a echar encima sin pensarlo. - ¡Date prisa Henry! - instó la joven, empezando a notar como el cansancio hacía mella en sus fuerzas. Aquella cosa era fuerte, tanto que apenas podía contenerlo, necesitaba la ayuda del alado para acabar con él, pero de momento, y hasta que el brujo consiguiese anular la runa que mantenía la mansión cerrada, debía ganar tiempo.
Algo crujió sonoramente, la sombra que se encontraba a un lado del protector de la casa había conseguido arrancarle parte de la madera que cubría su lateral, y una vez hecho esto tiró el trozo que le había arrebatado tan lejos como pudo. Aquello lo molestó bastante, tanto como para girarse bruscamente hacia el culpable y golpearlo con la zurda, pero lo que tenía ante sí no era un enemigo normal y corriente al que se le pudiese hacer daño físicamente, estaba hecho a base de la más negra oscuridad, detalle que le daba ventaja. El puño del golem atravesó a la creación de la vampira, pero ésta lejos de apartarse o mostrar algún tipo de dolor por el impacto, sonrió ampliamente, mostrando unos largos y brillantes dientes.
Contra la magia sí eran vulnerables, pero aquel tipo de ataques no les hacían nada, así que ignorando los intentos del guardián por defenderse, volvió a la carga, tratando esta vez de destrozarle el hombro para arrebatarle uno de los brazos. Por suerte para la pelirroja, que en breve iba a necesitar algo de descanso, los refuerzos llegaron pronto, en cuanto el brujo consiguió finalmente anular la protección que rodeaba la entrada principal. La puerta, que ya había sufrido mucho a causa de los ataques del cazador, se hizo astillas, dejando entrar al dragón, que pasó junto al moreno a toda prisa para unirse a la pelea.
Sin dudarlo ni un instante, Alister embistió al ser y lo lanzó al suelo, ignorando su arma y las llamas que la envolvían ya que se trataba de su elemento, uno al cual tenía cierta resistencia. Con los gruesos lazos de sombra agrupándose alrededor de sus extremidades y obligándolo a mantenerlas pegadas al piso, la última defensa de la mansión no tenía muchas posibilidades de vencer, menos aun cuando colaborando con el alado, las almas del medallón consiguieron arrebatarle finalmente el mazo, apartándolo de él de inmediato.
Sacando fuerzas de donde podía, movido por el deber con que había sido creado por su amo, el golem consiguió liberar uno de sus brazos y golpear en el hocico a la bestia que tenía encima, alejándolo de sí durante unos segundos, tiempo suficiente para que volviese a ponerse en pie y reparase en Meredith. - ¡Alister! - exclamó la vampira, corriendo hacia él mientras su compañero sacudía la cabeza para recomponerse. - Estoy bien, apártate un poco, voy a quemarlo. - la avisó, cruzando una fugaz mirada con ella antes de darse la vuelta hacia su contrincante, que acababa de recibir el impacto de un ígneo proyectil.
El hechicero, para proteger a la criada y al resto de rehenes que trataban de salir a toda prisa, había utilizado su elemento contra aquella cosa, consiguiendo salvar a la muchacha en el último momento. Sin darle oportunidad de hacer nada más, el cazador permitió que una potente llamarada escapase de sus fauces, alcanzando de lleno al guardián y consumiendo parte de los materiales de los que estaba formado. Los prisioneros consiguieron abandonar la mansión, pero para la vampira eso no iba a resultar tan sencillo, empezaba a amanecer y los primeros rayos de sol amenazaban con dejarla encerrada en aquella casa hasta el atardecer.
Incapaces de seguir ayudando por la presencia del fuego del reptil, las criaturas del medallón se apartaron de su objetivo, su tiempo en aquel plano había terminado y el medallón volvía a reclamarlas, hecho por el cual sus siluetas se desdibujaron hasta reducirse a unas negras estelas, que flotaron hasta la reliquia. Elen se mantuvo a cierta distancia del conflicto pero no dejó toda la responsabilidad sobre los hombros de su compañero, afianzó los lazos que rodeaban los brazos y piernas del ser y tiró de ellos en distintas direcciones con la esperanza de desmembrarlo.
Henry también se unió a ellos poco después de volver a cubrir la zona de la entrada, con lo que siendo tres contra uno no deberían tener problemas para acabar con la última trampa de Dorian.
Off: Alister utiliza Fuego dragón. En este turno tiro dos runas otra vez, la primera por Alister y la segunda por Elen, las sombras han regresado al medallón así que ya no cuentan.
Edición tras la tirada: - 4 puntos al golem (3 por el dragón y 1 por la vampira), se queda a uno de vida así que date el gustazo de matarlo!
Última edición por Elen Calhoun el Sáb Sep 01 2018, 11:45, editado 1 vez
Elen Calhoun
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Re: Los cazadores son malos siervos [Trabajo Rumpel y Elen] [Noche]
El miembro 'Elen Calhoun' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: Los cazadores son malos siervos [Trabajo Rumpel y Elen] [Noche]
No tenía tanta suerte. El golem seguía en pie, en llamas si, pero no las suficientes como para doblegar su estructura. Mira que tengo deseos de quemar toda la casa, pero tampoco puedo motivarme; seguramente el noble no suelte el dinero si no tiene casa que recuperar, que era el verdadero objetivo del trabajo, le duela a quien le duela.
En ese momento los rayos del sol comienzan a entrar por la ventana y veo el temor reflejado en los ojos de Elen; debíamos de acabar con aquello en aquel mismo instante, sino las cosas se complicarán más de lo esperado.
Valiéndome del fuego que cubría a la criatura centro mi magia en él para incrementar su potencia convirtiéndolo en una llamas más rojas de lo habitual. Estoy agotado, las piernas me flaquean y el sudor corre libremente por mi frente. Aprieto los dientes y pongo en ello mis ultimas fuerzas con tal de aumentar las acciones de Alister. Pero parece ser que el golem se percata de que la causa de su nuevo dolor soy yo, ese cuerpo escombro que le señala desde la puerta. Anda hacía a mi con el mazo levantado mientras Alister no deja de atacarle, al parecer ha decidido que si iba a ser derrotado lo haría llevándose a alguien consigo.
-¡JA! - sonrío en una mueca con mi gesto casando. -¡Nos no caerá aquí! ¡Nos, Rumpelstilski, te sobrevivirá a ti y a todos los que se interpongan en mi camino! - el guardián siguió avanzando impasible. -¡Conviértete en cenizas maldito! - aumento la potencia sintiendo como se oprime mi corazón.
El guardián esta a escasos metros y alza su arma. Lo miro fijamente manteniendo la fuerza de las llamas que le recorren apretando los dientes con la completa convicción de que voy a derrotarlo.
Al fin, se escucha un crujido y toda su estructura se desmorona convirtiéndose en una enorme hoguera. Doy por finalizada mi intervención con una sonrisa cayendo de rodillas al suelo y apoyándome con las manos para no caer del todo. El fuego baja dramáticamente su intensidad pasando a ser poco más que unas brasas.
-¡Jum! Maldito ser...
En ese momento Meredith aparecer por el pasillo que tanto me había costado limpiar de runas.
-¿Están todos bien? - la mujer mira alrededor valorando los efectos de la pelea.
-Te dije que trajeras algo de beber... Creo que nos lo hemos ganado. ¡JA! - aunque estaba completamente derrotado estaba orgulloso. Por primera vez en mi vida comenzaba a romper mis limites; lo que no dejaba de ser una muy buena señal.
-¿Está seguro que ha limpiado por completo la casa de esa... plaga? - el portavoz de aquel noble seguía desconfiando, pero por poco tiempo.
-Por supuesto. - tomo la jarra de cerveza a la que me he autoinvitado en aquella taberna de bien. -La plaga de sanguijuelas ha sido erradicada. - dejo encima de la mesa cuatro largos colmillos. - Discúlpeme, sustraer otro elemento justificador me daba algo de pudor. - y no era para menos después de como los había masacrado la señorita. - Por cierto... está cerveza está muy buena. Debería frecuentar más este antro. - miro alrededor disfrutando de la molestia que producto por mi simple presencia a la alta sociedad.
-Comprendo... ¿Y la casa? ¿Ha sufrido algún daño? - el hombre entrelazo sus dedos mirándome inquisitivamente.
-No más de los esperados en un encargo como este. - bebo otro trago. - Aquel mosquito era un verdadero maestro arcanista y modifico la casa para que fuera una trampa mortal. Deberá de hacer una pequeña reforma en paredes y suelos de algunos pasillos, una más importante en el vestíbulo donde había un golem y otra en la habitación central por la sangre. ¡Ahh! Se me olvidaba. No se olviden de cambiar las sabanas, llegó a mis oídos de que aquel ser era muy ninfomano, ya me entiende. -le guiño un ojo. Pero el hombre sigue sin fiarse. - ¡Oh, vamos! Nos os ha librado de tres objetivos cuando sólo se me contrató para uno y encima nos ha salvado a todos los siervos de vuestro señor. Darme lo pactado de una vez o empezaré a pensar que disfrutáis de mi compañía y a no ser que os salgan ubres me sentiré incomodo.
Por fin se deja de rogar y deja una pesada bolsa en la mesa.
-Ser Bellens está muy agradecido por sus servicios.
-Y nos por el oro de ser Bellens. - tomo la bolsa con una sonrisa y vacío la jarra de un largo trago. -Si alguna vez necesitáis algún otro servicio de nos, ya sabéis donde encontrarme. Y ahora si me disculpáis una hermosa dama me espera. -sopeso la bolsa de aeros con cierto disfrute y abandono el lugar.
Al salir voy hacia el callejón indicado y no tardo en ver la sombra de la señorita Elen, a su lado la de Alister y un poco más alejada la de Meredith, yo nunca olvido una deuda.
-Aquí tienes lo pactado. - le ofrezco la bolsa con una sonrisa de satisfacción. -Rumpelstilski siempre cumple sus deudas. - hago una pequeña inclinación con la cabeza. -Si alguna vez necesitáis de mis servicios confío en que sabéis donde encontrarme, al igual que nos espera poder contar de nuevo con vuestra habilidad en un futuro.
Después de todo había resultado ser una aventura interesante y hasta divertida de la que había sacado mucho más que oro; una posible sincera amistad y una hermosa criada para satisfacer mis necesidades domesticas. ¿Qué más puedo pedir?
En ese momento los rayos del sol comienzan a entrar por la ventana y veo el temor reflejado en los ojos de Elen; debíamos de acabar con aquello en aquel mismo instante, sino las cosas se complicarán más de lo esperado.
Valiéndome del fuego que cubría a la criatura centro mi magia en él para incrementar su potencia convirtiéndolo en una llamas más rojas de lo habitual. Estoy agotado, las piernas me flaquean y el sudor corre libremente por mi frente. Aprieto los dientes y pongo en ello mis ultimas fuerzas con tal de aumentar las acciones de Alister. Pero parece ser que el golem se percata de que la causa de su nuevo dolor soy yo, ese cuerpo escombro que le señala desde la puerta. Anda hacía a mi con el mazo levantado mientras Alister no deja de atacarle, al parecer ha decidido que si iba a ser derrotado lo haría llevándose a alguien consigo.
-¡JA! - sonrío en una mueca con mi gesto casando. -¡Nos no caerá aquí! ¡Nos, Rumpelstilski, te sobrevivirá a ti y a todos los que se interpongan en mi camino! - el guardián siguió avanzando impasible. -¡Conviértete en cenizas maldito! - aumento la potencia sintiendo como se oprime mi corazón.
El guardián esta a escasos metros y alza su arma. Lo miro fijamente manteniendo la fuerza de las llamas que le recorren apretando los dientes con la completa convicción de que voy a derrotarlo.
Al fin, se escucha un crujido y toda su estructura se desmorona convirtiéndose en una enorme hoguera. Doy por finalizada mi intervención con una sonrisa cayendo de rodillas al suelo y apoyándome con las manos para no caer del todo. El fuego baja dramáticamente su intensidad pasando a ser poco más que unas brasas.
-¡Jum! Maldito ser...
En ese momento Meredith aparecer por el pasillo que tanto me había costado limpiar de runas.
-¿Están todos bien? - la mujer mira alrededor valorando los efectos de la pelea.
-Te dije que trajeras algo de beber... Creo que nos lo hemos ganado. ¡JA! - aunque estaba completamente derrotado estaba orgulloso. Por primera vez en mi vida comenzaba a romper mis limites; lo que no dejaba de ser una muy buena señal.
Al anochecer del día siguiente
-¿Está seguro que ha limpiado por completo la casa de esa... plaga? - el portavoz de aquel noble seguía desconfiando, pero por poco tiempo.
-Por supuesto. - tomo la jarra de cerveza a la que me he autoinvitado en aquella taberna de bien. -La plaga de sanguijuelas ha sido erradicada. - dejo encima de la mesa cuatro largos colmillos. - Discúlpeme, sustraer otro elemento justificador me daba algo de pudor. - y no era para menos después de como los había masacrado la señorita. - Por cierto... está cerveza está muy buena. Debería frecuentar más este antro. - miro alrededor disfrutando de la molestia que producto por mi simple presencia a la alta sociedad.
-Comprendo... ¿Y la casa? ¿Ha sufrido algún daño? - el hombre entrelazo sus dedos mirándome inquisitivamente.
-No más de los esperados en un encargo como este. - bebo otro trago. - Aquel mosquito era un verdadero maestro arcanista y modifico la casa para que fuera una trampa mortal. Deberá de hacer una pequeña reforma en paredes y suelos de algunos pasillos, una más importante en el vestíbulo donde había un golem y otra en la habitación central por la sangre. ¡Ahh! Se me olvidaba. No se olviden de cambiar las sabanas, llegó a mis oídos de que aquel ser era muy ninfomano, ya me entiende. -le guiño un ojo. Pero el hombre sigue sin fiarse. - ¡Oh, vamos! Nos os ha librado de tres objetivos cuando sólo se me contrató para uno y encima nos ha salvado a todos los siervos de vuestro señor. Darme lo pactado de una vez o empezaré a pensar que disfrutáis de mi compañía y a no ser que os salgan ubres me sentiré incomodo.
Por fin se deja de rogar y deja una pesada bolsa en la mesa.
-Ser Bellens está muy agradecido por sus servicios.
-Y nos por el oro de ser Bellens. - tomo la bolsa con una sonrisa y vacío la jarra de un largo trago. -Si alguna vez necesitáis algún otro servicio de nos, ya sabéis donde encontrarme. Y ahora si me disculpáis una hermosa dama me espera. -sopeso la bolsa de aeros con cierto disfrute y abandono el lugar.
Al salir voy hacia el callejón indicado y no tardo en ver la sombra de la señorita Elen, a su lado la de Alister y un poco más alejada la de Meredith, yo nunca olvido una deuda.
-Aquí tienes lo pactado. - le ofrezco la bolsa con una sonrisa de satisfacción. -Rumpelstilski siempre cumple sus deudas. - hago una pequeña inclinación con la cabeza. -Si alguna vez necesitáis de mis servicios confío en que sabéis donde encontrarme, al igual que nos espera poder contar de nuevo con vuestra habilidad en un futuro.
Después de todo había resultado ser una aventura interesante y hasta divertida de la que había sacado mucho más que oro; una posible sincera amistad y una hermosa criada para satisfacer mis necesidades domesticas. ¿Qué más puedo pedir?
- Off rol:
- Para no alargar más de lo deseado el tema en el caso de que saliera una runa mala, he decidido usar a Rumpel para potenciar los efectos del daño de Alister, por lo que el golem ha sido derrotado. Espero que hayas disfrutado roleando con Rumpel tanto como lo he disfrutado yo con Elen. Muchas gracias por esta aventura
Rumpel
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Re: Los cazadores son malos siervos [Trabajo Rumpel y Elen] [Noche]
Cuando el hechicero se unió a sus aliados, las llamas que cubrían al guardián se volvieron más intensas, pero de algún modo éste logró sacar fuerzas para escapar de sus ataduras y levantarse en dirección a su nuevo atacante, recuperando el arma que las sombras le habían quitado por el camino. Decidido a acabar con aquel intruso que se atrevía a enfrentarlo, la criatura avanzó hacia la posición del brujo y alzó el pesado mazo para propinarle un contundente golpe desde arriba, pero antes de que pudiese lanzar su ataque, el fuego combinado de Alister y Henry terminó de debilitar su estructura, que se deformó y fragmentó hasta quedar reducida a un montón de trastos en llamas.
En cuanto la última defensa de la mansión cayó, todos los presentes pudieron respirar aliviados, su trabajo había finalizado por fin, aunque el resultado podía no gustar demasiado al legítimo dueño de la propiedad. En el dormitorio principal seguían los destrozados cuerpos de Dorian y Violet, la sangre manchaba buena parte de la estancia y costaría limpiarla, pero eso no era lo peor. Los pasillos repletos de agujeros, las flechas que habían acabado con la bonita decoración de las paredes, la alfombra del vestíbulo que aún ardía a causa de los restos del golem, el techo y la puerta principal hechos añicos… y eso sin contar con lo que el moreno se hubiese encontrado por el camino desde la zona del sótano.
Sin duda el noble tendría que echar mano a su bolsillo para arreglar todo aquello, pero la casa volvía a sus manos ¿no era eso para lo que los habían contratado? - Qué más da, ahora mismo solo quiero largarme de aquí. - pensó la de ojos verdes, aunque un simple vistazo a cuanto la rodeaba echó por tierra su idea. La claridad que empezaba a colarse en el interior indicaba que ya amanecía, eso iba a ser un problema ya que no podría abandonar la vivienda hasta que el astro rey volviese a esconderse tras el horizonte.
Resignada a ello, la joven relajó su postura y apartándose de la entrada, buscó un lugar donde sentarse, justo al pie de las escaleras, que ya habían retomado su forma normal. Apoyó los codos sobre las rodillas y se quedó mirando la escena en silencio, los rehenes estaban a salvo y eso era lo que importaba, pero a decir verdad les envidiaba un poco, ellos podían marcharse sin preocupaciones mientras ella se veía prisionera en aquel maldito lugar. El dragón se dio cuenta del cambio en su expresión, y dando por hecho que ya no corrían riesgo alguno regresó a su forma humana, apagó las brasas que se extendían por la alfombra como buenamente pudo y luego cruzó una mirada con el tensai. - Nosotros nos quedaremos hasta el atardecer, quizá podamos adecentar esto un poco antes de que el noble llegue. - dijo, aunque era más bien una excusa para que ambos tuviesen algo que hacer y su compañera no se sintiese atrapada allí dentro.
Acto seguido acordaron el lugar en que se reunirían para repartirse la recompensa, y sin más que añadir, el cazador dio la espalda a los demás para ir a sentarse junto a la vampira, dejándose caer ligeramente hacia atrás. - Yo limpiaré el dormitorio, tú podrías encargarte de las flechas del pasillo. - propuso, para que la benjamina de los Calhoun no tuviese que volver a ver la sangrienta escena que había dejado al transformarse en la creación del Hombre Muerto. Elen asintió con la cabeza, pero antes de subir a la primera planta tenían que deshacerse del amasijo de trastos que habían quedado tras la destrucción del guardián de Dorian.
Sin nada mejor que hacer hasta que el sol se pusiese, la pareja intentó reducir los desperfectos que las trampas habían causado, pero poco podían hacer aparte de limpiar las zonas afectadas, aunque eso ya era algo. El alado se ocupó de tirar al exterior los restos que quedaban en el vestíbulo y subió a la habitación del chupasangres, donde no le quedó más remedio que ir reuniendo todos los trozos de los amantes sobre la ya manchada sábana de la cama, cerrándola al terminar y envolviéndola a su vez en otra manta más gruesa para que la sangre no manchase el suelo del pasillo. Abrió las ventanas para que la estancia se airease y procedió a arrastrar los cadáveres hasta el piso inferior, llevándolos fuera de la mansión pero sin molestarse en enterrarlos, quizá el propietario de la villa quisiese una prueba de que el ladrón había pagado por su delito, y aunque resultaba macabro, no podría albergar ninguna duda de ello en cuanto viese los cuerpos.
La centinela evitó mirarlo cuando pasó por su lado, no recordaba haberlos atacado pero estaba claro que lo había hecho bajo el influjo de la sombra de odio, y de una forma brutal, más propia de una animal salvaje que de una persona. Concentrada en su tarea, retiró todas las flechas que seguían clavadas en la pared y colocó con cuidado los cuadros en el suelo a pesar de que ya no servían para nada, no había forma de arreglarlos después de los impactos que habían recibido, pero sería decisión del dueño si tirarlos o no. Después de esto se acercó a la ventana que había roto para dejar salir a su compañero, y con lentitud recogió los cristales que yacían alrededor del marco, guardándolos en un pequeño saquito de tela para que Alister los arrojase al exterior junto con todo lo demás.
Con eso su trabajo allí había terminado, así que se encaminaron a la zona del servicio para aprovechar parte de la comida que había en la despensa y pasar el resto de la tarde. - ¿Te imaginas cómo debe ser vivir aquí? - preguntó la vampira, cuyos cabellos para agrado de ambos, volvían a ser cenicientos. Ambos se encontraban sentados al pie de las imponentes escaleras, después de ver a los criados tirados por los pasillos y la cocina a causa de lo que Henry les había echado en la comida les pareció el mejor lugar para quedarse, y por supuesto, evitaron acercarse al guiso que había ya preparado en uno de los calderos.
La joven bebía de una copa y tenía a su lado un pequeño barril a medio gastar, desconocía el origen de aquella sangre pero no le importaba, necesitaba recuperar fuerzas para regresar a la posada y descansar hasta el día siguiente sin preocuparse por alimentarse. - Demasiado grande para mi gusto. - respondió el cazador, haciendo girar un trozo de pan entre los dedos. - Además, no me sentiría cómodo con alguien sirviéndome… supongo que no es el tipo de vida al que estoy acostumbrado. - añadió, girando el rostro hacia ella al tiempo que curvaba los labios en una tímida sonrisa. - Tienes toda la razón. - musitó, apoyando la cabeza en uno de los escalones y mirando al enorme agujero del techo, donde hasta la noche anterior había una preciosa lámpara de araña.
- ¿Y mi casa de las islas? ¿esa te gustaría? - inquirió, sin moverse. - Es mucho más acogedora que esto, en parte me recuerda a mi hogar en Dundarak, es agradable. - contestó, trayendo a su mente los cortos periodos que habían pasado a las afueras de Beltrexus, en aquella modesta vivienda que la benjamina de los Calhoun se esforzaba por mejorar cada vez que tenía algo de tiempo. - Cuando todo esto acabe… es decir, si la guerra termina y conseguimos matar a los Tarmúnil, si regreso del Oblivion con vida… ¿te vendrías a vivir conmigo a las islas? - preguntó, desviando la mirada para buscar sus ojos. Ya lo había dicho, se lo había pedido a pesar de que soñar con un futuro para ambos quizá fuese demasiado optimista. La situación no pintaba bien para los centinelas, pero ya que había ignorado lo que su cabeza le decía para estar junto al hombre que amaba, ¿por qué detenerse ahora? Él sería una de sus razones para luchar y hacer hasta lo imposible con tal de volver.
- Por supuesto, iría a cualquier parte contigo. - respondió Alister, dejando la comida de lado para tomar la mano de la vampira y entrelazar sus dedos con los de ella. Aquello era importante para él, pues aunque llevaban bastante tiempo viajando juntos y los últimos meses los habían pasado como pareja, compartiendo incluso habitación en la posada, la proposición de Elen era un paso más para ellos, la esperanza de un nuevo comienzo cuando la oscuridad dejase de atormentarla de una vez por todas.
En cuanto la última defensa de la mansión cayó, todos los presentes pudieron respirar aliviados, su trabajo había finalizado por fin, aunque el resultado podía no gustar demasiado al legítimo dueño de la propiedad. En el dormitorio principal seguían los destrozados cuerpos de Dorian y Violet, la sangre manchaba buena parte de la estancia y costaría limpiarla, pero eso no era lo peor. Los pasillos repletos de agujeros, las flechas que habían acabado con la bonita decoración de las paredes, la alfombra del vestíbulo que aún ardía a causa de los restos del golem, el techo y la puerta principal hechos añicos… y eso sin contar con lo que el moreno se hubiese encontrado por el camino desde la zona del sótano.
Sin duda el noble tendría que echar mano a su bolsillo para arreglar todo aquello, pero la casa volvía a sus manos ¿no era eso para lo que los habían contratado? - Qué más da, ahora mismo solo quiero largarme de aquí. - pensó la de ojos verdes, aunque un simple vistazo a cuanto la rodeaba echó por tierra su idea. La claridad que empezaba a colarse en el interior indicaba que ya amanecía, eso iba a ser un problema ya que no podría abandonar la vivienda hasta que el astro rey volviese a esconderse tras el horizonte.
Resignada a ello, la joven relajó su postura y apartándose de la entrada, buscó un lugar donde sentarse, justo al pie de las escaleras, que ya habían retomado su forma normal. Apoyó los codos sobre las rodillas y se quedó mirando la escena en silencio, los rehenes estaban a salvo y eso era lo que importaba, pero a decir verdad les envidiaba un poco, ellos podían marcharse sin preocupaciones mientras ella se veía prisionera en aquel maldito lugar. El dragón se dio cuenta del cambio en su expresión, y dando por hecho que ya no corrían riesgo alguno regresó a su forma humana, apagó las brasas que se extendían por la alfombra como buenamente pudo y luego cruzó una mirada con el tensai. - Nosotros nos quedaremos hasta el atardecer, quizá podamos adecentar esto un poco antes de que el noble llegue. - dijo, aunque era más bien una excusa para que ambos tuviesen algo que hacer y su compañera no se sintiese atrapada allí dentro.
Acto seguido acordaron el lugar en que se reunirían para repartirse la recompensa, y sin más que añadir, el cazador dio la espalda a los demás para ir a sentarse junto a la vampira, dejándose caer ligeramente hacia atrás. - Yo limpiaré el dormitorio, tú podrías encargarte de las flechas del pasillo. - propuso, para que la benjamina de los Calhoun no tuviese que volver a ver la sangrienta escena que había dejado al transformarse en la creación del Hombre Muerto. Elen asintió con la cabeza, pero antes de subir a la primera planta tenían que deshacerse del amasijo de trastos que habían quedado tras la destrucción del guardián de Dorian.
Sin nada mejor que hacer hasta que el sol se pusiese, la pareja intentó reducir los desperfectos que las trampas habían causado, pero poco podían hacer aparte de limpiar las zonas afectadas, aunque eso ya era algo. El alado se ocupó de tirar al exterior los restos que quedaban en el vestíbulo y subió a la habitación del chupasangres, donde no le quedó más remedio que ir reuniendo todos los trozos de los amantes sobre la ya manchada sábana de la cama, cerrándola al terminar y envolviéndola a su vez en otra manta más gruesa para que la sangre no manchase el suelo del pasillo. Abrió las ventanas para que la estancia se airease y procedió a arrastrar los cadáveres hasta el piso inferior, llevándolos fuera de la mansión pero sin molestarse en enterrarlos, quizá el propietario de la villa quisiese una prueba de que el ladrón había pagado por su delito, y aunque resultaba macabro, no podría albergar ninguna duda de ello en cuanto viese los cuerpos.
La centinela evitó mirarlo cuando pasó por su lado, no recordaba haberlos atacado pero estaba claro que lo había hecho bajo el influjo de la sombra de odio, y de una forma brutal, más propia de una animal salvaje que de una persona. Concentrada en su tarea, retiró todas las flechas que seguían clavadas en la pared y colocó con cuidado los cuadros en el suelo a pesar de que ya no servían para nada, no había forma de arreglarlos después de los impactos que habían recibido, pero sería decisión del dueño si tirarlos o no. Después de esto se acercó a la ventana que había roto para dejar salir a su compañero, y con lentitud recogió los cristales que yacían alrededor del marco, guardándolos en un pequeño saquito de tela para que Alister los arrojase al exterior junto con todo lo demás.
Con eso su trabajo allí había terminado, así que se encaminaron a la zona del servicio para aprovechar parte de la comida que había en la despensa y pasar el resto de la tarde. - ¿Te imaginas cómo debe ser vivir aquí? - preguntó la vampira, cuyos cabellos para agrado de ambos, volvían a ser cenicientos. Ambos se encontraban sentados al pie de las imponentes escaleras, después de ver a los criados tirados por los pasillos y la cocina a causa de lo que Henry les había echado en la comida les pareció el mejor lugar para quedarse, y por supuesto, evitaron acercarse al guiso que había ya preparado en uno de los calderos.
La joven bebía de una copa y tenía a su lado un pequeño barril a medio gastar, desconocía el origen de aquella sangre pero no le importaba, necesitaba recuperar fuerzas para regresar a la posada y descansar hasta el día siguiente sin preocuparse por alimentarse. - Demasiado grande para mi gusto. - respondió el cazador, haciendo girar un trozo de pan entre los dedos. - Además, no me sentiría cómodo con alguien sirviéndome… supongo que no es el tipo de vida al que estoy acostumbrado. - añadió, girando el rostro hacia ella al tiempo que curvaba los labios en una tímida sonrisa. - Tienes toda la razón. - musitó, apoyando la cabeza en uno de los escalones y mirando al enorme agujero del techo, donde hasta la noche anterior había una preciosa lámpara de araña.
- ¿Y mi casa de las islas? ¿esa te gustaría? - inquirió, sin moverse. - Es mucho más acogedora que esto, en parte me recuerda a mi hogar en Dundarak, es agradable. - contestó, trayendo a su mente los cortos periodos que habían pasado a las afueras de Beltrexus, en aquella modesta vivienda que la benjamina de los Calhoun se esforzaba por mejorar cada vez que tenía algo de tiempo. - Cuando todo esto acabe… es decir, si la guerra termina y conseguimos matar a los Tarmúnil, si regreso del Oblivion con vida… ¿te vendrías a vivir conmigo a las islas? - preguntó, desviando la mirada para buscar sus ojos. Ya lo había dicho, se lo había pedido a pesar de que soñar con un futuro para ambos quizá fuese demasiado optimista. La situación no pintaba bien para los centinelas, pero ya que había ignorado lo que su cabeza le decía para estar junto al hombre que amaba, ¿por qué detenerse ahora? Él sería una de sus razones para luchar y hacer hasta lo imposible con tal de volver.
- Por supuesto, iría a cualquier parte contigo. - respondió Alister, dejando la comida de lado para tomar la mano de la vampira y entrelazar sus dedos con los de ella. Aquello era importante para él, pues aunque llevaban bastante tiempo viajando juntos y los últimos meses los habían pasado como pareja, compartiendo incluso habitación en la posada, la proposición de Elen era un paso más para ellos, la esperanza de un nuevo comienzo cuando la oscuridad dejase de atormentarla de una vez por todas.
***
Con el oscuro manto de la noche ya sobre la ciudad pudieron acudir al encuentro del hechicero, apartándose a un callejón para no atraer atención indeseada. Meredith también estaba allí, al parecer había contraído algún tipo de deuda con Henry y éste ahora era su nuevo señor, aquello no terminó de agradar a la de cabellos cenicientos, pero estaba claro que en comparación con Dorian, quien la utilizaba de despensa con piernas, el brujo sería mucho mejor. ¿Se valdría de la muchacha para que cuidase de su hijo? Era una opción, y teniendo en cuenta los líos en los que se metía, al chico podría venirle bien tener otra clase de influencia a su alrededor, una que no se lanzase de cabeza al peligro en cuanto tenía ocasión.
- Gracias, puedes contar con nosotros… pero mejor pásate a vernos para invitarnos a algo en la taberna, no viene mal tener una noche tranquila de vez en cuando. - contestó Elen, para acto seguido despedirse de los dos y desandar el camino hacia El cuervo de plata, donde esperaba dormir del tirón hasta el día siguiente. Alister hizo lo propio y se colocó a su lado, tomándola de la mano y esforzándose por sacar de su mente todas las preocupaciones para centrarse solamente en aquel pequeño trayecto que compartían como si de un paseo se tratase. Aún les quedaba mucho por hacer antes de dar por acabada la guerra, pero si todo salía bien dejarían atrás Lunargenta y navegarían hasta las islas, de verdad deseaba que eso ocurriese, y que pudiesen comenzar una nueva vida lejos de todo.
- Gracias, puedes contar con nosotros… pero mejor pásate a vernos para invitarnos a algo en la taberna, no viene mal tener una noche tranquila de vez en cuando. - contestó Elen, para acto seguido despedirse de los dos y desandar el camino hacia El cuervo de plata, donde esperaba dormir del tirón hasta el día siguiente. Alister hizo lo propio y se colocó a su lado, tomándola de la mano y esforzándose por sacar de su mente todas las preocupaciones para centrarse solamente en aquel pequeño trayecto que compartían como si de un paseo se tratase. Aún les quedaba mucho por hacer antes de dar por acabada la guerra, pero si todo salía bien dejarían atrás Lunargenta y navegarían hasta las islas, de verdad deseaba que eso ocurriese, y que pudiesen comenzar una nueva vida lejos de todo.
Elen Calhoun
Aerandiano de honor
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Re: Los cazadores son malos siervos [Trabajo Rumpel y Elen] [Noche]
RECOMPENSAS
Elen y Alister se han convertido en uno de los romances más trágicos de Aerandir, siempre resulta particularmente interesante leerlos, Rumpel por su parte también ha resultado bastante particular e interesante, ambos han dado lo mejor de sí, ofreciendo una historia interesante y amena. La única recomendación que puedo hacer esta vez es que una batalla contra un jefe no debe pasar de dos rondas, por lo que depender de las runas podría hacer que el tema se alargue innecesariamente, afortunadamente no ha sido así esta vez y ha terminado en lo justo.
Reciben ambos esta vez 20 puntos de experiencia y 400 aeros.
Reciben ambos esta vez 20 puntos de experiencia y 400 aeros.
Ansur
Master
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