El tamaño no lo es todo [Trabajo]
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El tamaño no lo es todo [Trabajo]
Algo que Kosir noto nada más salir de su hogar es que las cosas afuera son… monstruosas, en el sentido de tamaño. Los ríos y los lagos son el triple de grandes, por no mencionar esa maldita agua salada que no se puede beber.
Creo que tratan de compensar algo “ríe para sí solo”.
Una de las cosas buenas de tener un lago enorme enfrente es la abundante cantidad de pescado que se puede sacar, incluso con pésimas habilidades de pesca. En este punto la fogata en pleno día y las criaturas escurridizas cocinándose son un buen preludio del paraíso guerrero para el muchacho.
Esto es vida “suelta un eructo bastante sonoro”.
Dos peces ya reposan en su barriga, junto con una gran cantidad de hidromiel ritual. Tuvo que correr todo el día anterior para huir de una manada depredadora rara así que es tiempo de recuperar las reservas.
Otro animal pesca el anzuelo y no tarda en tener el mismo destino que sus parientes, al menos puede morir sabiendo que alimentara a un ser superior. Solo una moza cantando podría mejorar el panorama aunque no se puede tener todo en la vida.
Hay un pueblo cerca pero de momento Kosir no ha paseado por sus calles, suele preferir la naturaleza a los centros urbanos exteriores. Cobran por todo, son delicados, llorones y… endemoniadamente feos.
Sin vacilar el chico pega otro trago de su cantimplora, ya está un poco baja pero tiene una de repuesto en la mochila. Pronto tendrá que encontrar materiales para hacer su brebaje especial aunque esa es una labor gustosa.
La mirada del personaje se pierde algunos instantes en el enorme lago, es sobrecogedor por momentos. No le gustaría quedar en medio y tener que llegar a una de la orillas, sabe nadar pero no es su habilidad favorita.
Bosque negro no tiene aguas muy profundas, no es necesario dominar ese arte. Cuando era pequeño lo tiraron a un lago diminuto para que aprendiera a la fuerza, en la tercera ronda ya era todo un nadador oficial de su tierra.
Otro pescado adquiere una tonalidad deliciosa rápido y su legítimo dueño no duda en comenzar a degustarlo, su mirada muestra satisfacción casi al instante. Es sorprendente que las cosas pequeñas sepan tan bien.
Agradece que esta especie en particular sea fácil de limpiar, la de su última pesca requería todo un proceso. Hay muchas criaturas extrañas en el enorme mundo pero afortunadamente casi todas saben bien con algo de tiempo en el fuego.
Creo que tratan de compensar algo “ríe para sí solo”.
Una de las cosas buenas de tener un lago enorme enfrente es la abundante cantidad de pescado que se puede sacar, incluso con pésimas habilidades de pesca. En este punto la fogata en pleno día y las criaturas escurridizas cocinándose son un buen preludio del paraíso guerrero para el muchacho.
Esto es vida “suelta un eructo bastante sonoro”.
Dos peces ya reposan en su barriga, junto con una gran cantidad de hidromiel ritual. Tuvo que correr todo el día anterior para huir de una manada depredadora rara así que es tiempo de recuperar las reservas.
Otro animal pesca el anzuelo y no tarda en tener el mismo destino que sus parientes, al menos puede morir sabiendo que alimentara a un ser superior. Solo una moza cantando podría mejorar el panorama aunque no se puede tener todo en la vida.
Hay un pueblo cerca pero de momento Kosir no ha paseado por sus calles, suele preferir la naturaleza a los centros urbanos exteriores. Cobran por todo, son delicados, llorones y… endemoniadamente feos.
Sin vacilar el chico pega otro trago de su cantimplora, ya está un poco baja pero tiene una de repuesto en la mochila. Pronto tendrá que encontrar materiales para hacer su brebaje especial aunque esa es una labor gustosa.
La mirada del personaje se pierde algunos instantes en el enorme lago, es sobrecogedor por momentos. No le gustaría quedar en medio y tener que llegar a una de la orillas, sabe nadar pero no es su habilidad favorita.
Bosque negro no tiene aguas muy profundas, no es necesario dominar ese arte. Cuando era pequeño lo tiraron a un lago diminuto para que aprendiera a la fuerza, en la tercera ronda ya era todo un nadador oficial de su tierra.
Otro pescado adquiere una tonalidad deliciosa rápido y su legítimo dueño no duda en comenzar a degustarlo, su mirada muestra satisfacción casi al instante. Es sorprendente que las cosas pequeñas sepan tan bien.
Agradece que esta especie en particular sea fácil de limpiar, la de su última pesca requería todo un proceso. Hay muchas criaturas extrañas en el enorme mundo pero afortunadamente casi todas saben bien con algo de tiempo en el fuego.
Kosir
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Re: El tamaño no lo es todo [Trabajo]
–Reporte de rastreo. Un sujeto de alineación desconocida se encuentra realizando procedimientos de alimentación junto al lago –dice Artyhom.
–Emmm... gracias Arty, pero puedo verlo –contesta Demian con una pequeña sonrisa–. Está literalmente en frente mío.
Demian da un par de pasos más.
La verdad es que lleva caminando hacia el chico junto al lago desde hace ya algunos minutos. Le distingue primero a lo lejos, apenas como una figura que se disuelve en la oscuridad del atardecer, y le entró la curiosidad. Llevaba ya al menos dos días completos de viaje sin hablar con nadie más que con Arty y, si bien podía ser alguien bastante solitario sin problemas, le había entrado la curiosidad.
¿Por qué estaba allí? pues como siempre, como se había vuelto costumbre, lo único que guiaba sus pies era la incertidumbre y las ansias de encontrar una nueva aventura, un nuevo desafío, algo nuevo que el mundo le arrojara para que pudiera aprender, crecer. Al final esa era la misión que le había puesto su maestro hacía lo que parecía tanto tiempo atrás, simplemente recorrer Aerandir y aprender de cada rincón que encontrara, de cada persona que formara parte de su camino, de cada desafío.
Aunque su maestro ya no viviera, seguía siendo su objetivo.
No se acercó de manera hostil, ni realmente precavida. Era cierto que aquel sujeto parecía ir armado, pero confiaba en que podía reaccionar de manera rápida si fuera un potencial enemigo. La verdad es que la vida le había enseñado que, contrario a lo que pensaba cuando entrenaba en el templo, la mayoría de las personas no iba por la vida intentando matar a las demás. La mayoría.
A pesar de esto, ya se había convertido en costumbre disfrazar sus ropas con ilusiones. La armadura que llevaba puesta, con todos sus símbolos mágicos, runas y telas finas, no era precisamente algo que sirviera para no levantar sospechas, así que la llevaba constantemente alterada mediante ilusiones. Así, lucía como ropas simples, algo pobres, raídas, sucias, pero nada exagerado. Cualquiera diría que eran simplemente las ropas de algún chico que vivía de las labores del campo.
Por supuesto, sus dagas siempre iban ocultas mediante ilusiones... por si a caso.
–Saludos –dijo levantando una de sus manos, mostrando una palma abierta.
–Saludos –repitió el pequeño mecánico a su lado.
¡Pío!, trinó Chispa, desde la copa de algún árbol cercano. No se distinguía especialmente del trinar de ningún otro pájaro, pero Demian le conocía. Era su gorrión, después de todo.
–¿Qué haces? –pregunta mientras baja su mano y adquiere una posición de mayor relajo.
Artyhom alternó su vista entre los dos muchachos. Parecía estar tomando notas.
Última edición por Demian el Vie Ene 25 2019, 03:26, editado 1 vez
Demian
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Re: El tamaño no lo es todo [Trabajo]
Mientras Kosir disminuye drásticamente la población acuática del enorme lago no puede evitar ponerse de buen humor… para alguien que debe enfurecerse para combatir bien es todo un evento anual.
Su mente se transporta entonces a los banquetes de su hogar, cuando había motivos de celebración los brumosos lo hacían en grande. Una de las cosas buenas de vivir en un entorno lleno de guerras intestinas es que hay victorias todo el año.
El rostro del muchacho se torna un poco nostálgico, tantos recuerdos que no podrá refrescar jamás. Irónicamente en este tema la ira no le envuelve, es más un sentimiento de decepción personal.
De manera sorpresiva alguien más aparece en el lugar, se debe admitir que tiene una agilidad de los nueve infiernos. Por lo menos es un niño y no hay amenaza de que venga a luchar… o que lo logre de darse el caso.
No más hidromiel… ismuta niño y... ¡¡¡Pero qué demonios!!!
Kosir salta para ponerse de pie con los ojos abiertos como platos, no tarda en colocar su mandoble a modo de barrera como mecanismo defensivo. Aquel chico viene acompañado de una de las cosas más bizarras que jamás ha visto en su vida.
¡¡¿¿Qué clase de muñeco infernal es ese??!!
Ha visto muchas cosas raras desde que salió pero nunca juguetes animados, la cosita que sigue al pequeño recién llegado parece tener vida de algún modo rompiendo cualquier norma natural jamás escrita.
Del susto la comida baja como una piedra… una buena forma de ahorrarse media hora de descanso. Por amenazante que parezca la situación el bichito raro sigue sin mostrar algún tipo de emoción o contramedida, eso desconcierta más a su señalador.
Pronto es notado por el bárbaro que el último pescado de la fogata se está quemando de más, eso le hace tener sentimientos encontrados. Al final y como los visitantes no se muestran tan hostiles clava su mandoble en el suelo y pasa a rescatar la comida
Momento “salva el alimento de chamuscarse, lo sopla y luego pasa a ingerirlo” entender, prioridades “dice esto último con la boca llena”.
A medida que come no puede evitar tener una alocada idea, quizás estos personajes no son una amenaza pese al aspecto del juguete demoniaco… de ser así Kosir tendrá que tener más tacto con seres animados de ahora en adelante.
Y… ¿No vienen a comerme el alma verdad?
Su mente se transporta entonces a los banquetes de su hogar, cuando había motivos de celebración los brumosos lo hacían en grande. Una de las cosas buenas de vivir en un entorno lleno de guerras intestinas es que hay victorias todo el año.
El rostro del muchacho se torna un poco nostálgico, tantos recuerdos que no podrá refrescar jamás. Irónicamente en este tema la ira no le envuelve, es más un sentimiento de decepción personal.
De manera sorpresiva alguien más aparece en el lugar, se debe admitir que tiene una agilidad de los nueve infiernos. Por lo menos es un niño y no hay amenaza de que venga a luchar… o que lo logre de darse el caso.
No más hidromiel… ismuta niño y... ¡¡¡Pero qué demonios!!!
Kosir salta para ponerse de pie con los ojos abiertos como platos, no tarda en colocar su mandoble a modo de barrera como mecanismo defensivo. Aquel chico viene acompañado de una de las cosas más bizarras que jamás ha visto en su vida.
¡¡¿¿Qué clase de muñeco infernal es ese??!!
Ha visto muchas cosas raras desde que salió pero nunca juguetes animados, la cosita que sigue al pequeño recién llegado parece tener vida de algún modo rompiendo cualquier norma natural jamás escrita.
Del susto la comida baja como una piedra… una buena forma de ahorrarse media hora de descanso. Por amenazante que parezca la situación el bichito raro sigue sin mostrar algún tipo de emoción o contramedida, eso desconcierta más a su señalador.
Pronto es notado por el bárbaro que el último pescado de la fogata se está quemando de más, eso le hace tener sentimientos encontrados. Al final y como los visitantes no se muestran tan hostiles clava su mandoble en el suelo y pasa a rescatar la comida
Momento “salva el alimento de chamuscarse, lo sopla y luego pasa a ingerirlo” entender, prioridades “dice esto último con la boca llena”.
A medida que come no puede evitar tener una alocada idea, quizás estos personajes no son una amenaza pese al aspecto del juguete demoniaco… de ser así Kosir tendrá que tener más tacto con seres animados de ahora en adelante.
Y… ¿No vienen a comerme el alma verdad?
Kosir
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Re: El tamaño no lo es todo [Trabajo]
La telekinesis de Demian lentamente movilizó su daga hasta dejarla a unos dos o tres centímetros de sus dedos, lista para ser cogida en una fracción de segundo en el mismo movimiento con que atacaría a su rival... al menos si hacía cualquier movimiento hostil hacia Artyhom.
El pequeño mecánico no parecía ser del agrado de aquel muchacho, que Demian estimó no pasaba de los trece o catorce años, cuya manera de hablar ya resultaba extraña, a pesar del breve intercambio.
Demian se asegura de mantener una expresión pasiva, pero dentro de su cabeza comienza a calcular los mejores lugares donde atacar a quien tiene en frente para una victoria rápida y decisiva. Y por decisiva aquí nos referimos a una dolorosa muerte por desangramiento.
Pero no llega a ocurrir un combate. El chico se acerca a su comida y se zampa rápidamente un pescado. Demian no puede evitar pensar que eso le debe estar quemando la lengua y el paladar dolorosamente.
–¿Comerte... el alma? –contesta Demian levantando una ceja.
Da un par de pasos al frente mientras la daga descansa nuevamente en su lugar. De momento parece que no será necesario un combate, aunque se mantiene alerta.
–Mi maestro decía que el alm-m-ma no existe, sino sólo el Éter. El alma de las personas es su Éter, que puede incluso salir de su cuerpo, enviar mensajes, hasta formar fantasmas –explica.
–¿Tenemos Éter los autómatas? –interrumpe Artyhom, llevando una mano a su mentón.
–Claro Arty, todas las cosas tienen Éter –Demian coge una piedra del suelo y la muestra–. Hasta esta piedra tiene Éter, y eso que no es capaz de hablar, ni hacer l-las cosas que tú haces.
El cibernético mueve la cabeza de forma afirmativa. Ha agregado algo nuevo a su base de datos, una nueva información que puede potencialmente alterar su programación. Tiene Éter y, de acuerdo a la lógica explicada por Demian, tiene alma.
Pero más allá de las deducciones del diminuto robot, la suerte de ambos muchachos está por sufrir un vuelco.
Todo comienza con un objeto cruzando los aires.
–¿Una flecha? –se pregunta Demian, pero pronto su mente descarta tal conclusión.
Efectivamente parece una flecha, pero evidentemente es de mayor tamaño. Bien podría tener el largo de una persona, aunque es difícil juzgar por la distancia y el hecho de que el día está dando paso a la oscuridad. El proyectil claramente no va hacia ellos, sino hasta un punto en el interior del lago.
Demian desvía su mirada a las aguas, pero no se ve nada fuera de lo normal. No es hasta que el proyectil cae que finalmente sus ojos distinguen algo.
Parece una especie de bulto oscuro que brevemente emerge del agua para volver a hundirse. El dardo podría haberle dado, aunque no está seguro. Está ya muy oscuro para poder contemplar nada con calridad. De todas maneras, comparado al tamaño de lo que fuese esa cosa, el dardo no parece ser capaz de hacerle un daño de consideración.
Pero... ¿qué era exactamente esa cosa?
La penumbra del atardecer hace casi imposible decir algo con seguridad. Podría ser una criatura, como bien podría ser simplemente un objeto flotante que fue movido por el proyectil. Incluso un grupo de algas podría calzar con la única descripción a la que honestamente podía llegar, un bulto informe.
–Allí –dice apuntando hacia un grupo de árboles a unos trescientos metros de ellos–, parece que de allí s-s-salió el dardo.
Sin esperar respuesta, se pone a caminar en esa dirección. Artyhom lo sigue. La daga vuelve a ponerse en posición de fácil acceso, oculta bajo ilusiones.
Última edición por Demian el Vie Ene 25 2019, 03:24, editado 1 vez
Demian
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Re: El tamaño no lo es todo [Trabajo]
Aunque el niño frente a Kosir y su espeluznante juguete se muestran calmados, algo en la mirada del chico denota cierta aura siniestra. Es difícil de explicar aunque como bien se sabe en bosque negro los depredadores se reconocen.
Por suerte esta vez las exageradas acciones del muchacho salvaje no desencadenan una batalla, es claro que se está adaptando a las costumbres exteriores… por mucho que eso le disguste personalmente hablando.
Ante una de las expresiones del bárbaro, su interlocutor forzado se muestra confuso. Este mismo personaje no tarda mucho en dar una explicación extraña que roza lo herético para cualquier brumoso.
Suenas como un chamán descarriado “se encoje de hombros” naner.
Las locas ideas expuestas por el chiquillo no tardan en despertar interés en su propio acompañante, dicha entidad se autodenomina de una forma extraña mientras los argumentos van de mal en peor.
Auto… autroman… astron “niega con la cabeza” muñeco infernal queda mejor.
Asegurar que la cosita animada tiene alma es algo que haría llorar a cualquier estudioso de bosque negro... luego llegaría el linchamiento correspondiente pero eso no desestima el momento dramático inicial.
Eventualmente otra cosa toma la entera atención de los presentes, cierta manifestación extraña en el agua. Kosir apenas puede detallar algo pues se mantiene ocupado terminándose el pescado aunque sin duda ve una parte.
Este darpa se pone cada vez más raro.
La curiosidad cala en el niño pequeño quien no tarda mucho en decidirse llegar al fondo del misterio, por otro lado el tercer testigo del hecho le mira extrañado algunos instantes sin entender bien su postura.
Cuando los dos invitados inesperados parten, el legítimo dueño del campamento debate mentalmente los pasos a seguir. No le toma mucho empacar las cosas y ponerse a la par del grupito enano.
No sé qué era eso, pero quiero ver si es mortal “sonríe maliciosamente”.
En la cultura brumosa la naturaleza debe ser medida, por tal motivo buscar el extermino de animales peligrosos es casi una labor sagrada. No se trata de dar falsos sentimientos de seguridad al colectivo, es más una prueba personal de fuerza.
Por suerte esta vez las exageradas acciones del muchacho salvaje no desencadenan una batalla, es claro que se está adaptando a las costumbres exteriores… por mucho que eso le disguste personalmente hablando.
Ante una de las expresiones del bárbaro, su interlocutor forzado se muestra confuso. Este mismo personaje no tarda mucho en dar una explicación extraña que roza lo herético para cualquier brumoso.
Suenas como un chamán descarriado “se encoje de hombros” naner.
Las locas ideas expuestas por el chiquillo no tardan en despertar interés en su propio acompañante, dicha entidad se autodenomina de una forma extraña mientras los argumentos van de mal en peor.
Auto… autroman… astron “niega con la cabeza” muñeco infernal queda mejor.
Asegurar que la cosita animada tiene alma es algo que haría llorar a cualquier estudioso de bosque negro... luego llegaría el linchamiento correspondiente pero eso no desestima el momento dramático inicial.
Eventualmente otra cosa toma la entera atención de los presentes, cierta manifestación extraña en el agua. Kosir apenas puede detallar algo pues se mantiene ocupado terminándose el pescado aunque sin duda ve una parte.
Este darpa se pone cada vez más raro.
La curiosidad cala en el niño pequeño quien no tarda mucho en decidirse llegar al fondo del misterio, por otro lado el tercer testigo del hecho le mira extrañado algunos instantes sin entender bien su postura.
Cuando los dos invitados inesperados parten, el legítimo dueño del campamento debate mentalmente los pasos a seguir. No le toma mucho empacar las cosas y ponerse a la par del grupito enano.
No sé qué era eso, pero quiero ver si es mortal “sonríe maliciosamente”.
En la cultura brumosa la naturaleza debe ser medida, por tal motivo buscar el extermino de animales peligrosos es casi una labor sagrada. No se trata de dar falsos sentimientos de seguridad al colectivo, es más una prueba personal de fuerza.
Kosir
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Re: El tamaño no lo es todo [Trabajo]
Las voces pronto se escuchan cercanas y el chico, a pesar de que se hace de noche, no tarda en divisar al grupo de humanos. Parecen ser tres y se encuentran alrededor de una máquina de asedio tipo escorpión, junto a una fogata. Uno está arrodillado, quizás haciendo reparaciones, mientras que un segundo se acerca al agua como si con eso fuera a obtener una mejor vista. El tercero, sin embargo, es el que más llama su atención.
Es un sujeto enorme, fácilmente supera los dos metros. Tiene barriga, pero pareciera como si el volumen de su cuerpo proviniera más de músculos que de grasa. En efecto, sus brazos parecen troncos, sus manos parecen capaces de envolver una cabeza y sus pectorales luchan por hacer estallar la camisa. En sus manos lleva un enorme martillo, el que en esos momentos reposa sobre sus hombros.
–¿Qué atacan? –pregunta Demian, logrando que el que estaba arrodillado cayera sobre sus nalgas. Ninguno parece haberle visto venir y sólo se han percatado de su presencia cuando ya está prácticamente junto a ellos.
–¡Ja!, ¿vienes a mirar o también quieres la recompensa? –dice el hombre enorme, mientras el frondoso bigote parece bailarle sobre el labio.
–¿R-r-recompensa? –repite la palabra más relevante Demian.
–¿Que no has oído? –dice el hombre dejando caer el martillo a la playa, lo que parece causar un pequeño temblor que llegan a percibir los pies del chico–. Pues del monstruo, obvio. Esa cosa ha estado destruyendo redes y embarcaciones, así que la gente del lugar ha puesto precio a su cabeza.
Demian asiente, digiriendo la información que acaba de obtener.
–¿De verdad es un monstruo?
–La gente dice que mide diez, veinte, treinta metros, que tiene un cuello largo, que su cola tiene aletas más grandes que una persona... dicen que sus colmillos pueden partir a un elefante en dos, incluso el viejo Joe está seguro que vio sus ojos y que están llenos de fuego... claro que el viejo Joe se la pasa ebrio –contó el hombre haciendo gala de un fuerte vozarrón–. A mí me vale un demonio lo que sea, o cómo luzca, yo quiero el dinero y hacerme el mayor asado jamás visto con esa cosa.
Demian mira hacia el agua. Ya se hace de noche y no se aprecian más señales de esa cosa, e incluso ni siquiera puede decir que está seguro de qué es lo que ha visto. Trata de imaginarse a una criatura según la descripción.
–¿Cómo puede una cosa así llegar al l-lago?
–Pues ¿qué más da?, este lago es muy profundo y nadie lo conoce completo. Lo que quiero es que se asome para clavarle un dardo y acabar que me paguen pronto.
El tipo parece bastante seguro de lo que dice y los otros dos guardan un respetuoso silencio mientras habla, por lo que debe ser algún tipo de líder.
–Demian –dice el chico moviendo su mano a modo de saludo.
–Cierto, cierto. Soy Briar, pero me dicen Mano de Piedra –dice el sujeto en voz aún más fuerte.
Demian asiente. Hasta el momento no tiene razón para pensar que el sujeto esté mintiendo, ha visto el harpón y una especie de bulto moverse en el agua. No sabe realmente si es el monstruo o cómo luzca, pero parece ser una buena oportunidad para ganar algo de dinero.
–Bien, Briar –comienza a decir el chico esbozando una sonrisa altanera–. Sería una lástima que alguien consiguiera cazar a esa bestia antes que tú... perderías la recompensa.
Briar emite una risotada que parece hacer temblar el piso otra vez.
–Ya veremos quién obtiene el premio, un hombre de verdad o un par de chiquillos –comenta levantando nuevamente su martillo, intencionalmente haciendo que sus músculos luzcan mientras lo hace.
Última edición por Demian el Vie Ene 25 2019, 03:27, editado 1 vez
Demian
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Re: El tamaño no lo es todo [Trabajo]
Kosir sigue de cerca al par de enanos, pronto todos terminan irrumpiendo en un pequeño campamento. Son solo tres individuos pero tienen bastante equipo y un objetivo muy claro al parecer.
Debe ser un…
Dice cuando detalla bien a uno de los personajes, nada menos que el líder. Es una mole enorme, tan robusto que podría ser un brumoso… su musculatura hace sentir en inferioridad al muchacho salvaje.
El bárbaro niega con la cabeza poco después, no importa que tamaño tenga un exterior… sigue siendo un exterior. Que este se encuentre sobrealimentado y tenga un linaje claramente rastreable hasta bosque negro no significa nada.
Nesner “se sujeta la barbilla”.
Pronto algo más llama la atención del guerrero compacto, el relato sobre una criatura. No le importa mucho la recompensa en sí, para él es más glorioso poder cazar esa bestia escurridiza y asi demostrar su valía al enorme mundo.
El autodenominad Demian muestra curiosidad por saber de dónde vino la cosa, Kosir se limita a poner los ojos en blanco. Entender a la presa no es importante cuando su destino es acabar como un sabroso trozo a la fogata.
Sin vacilar el niño se atreve a lanzar un reto, provocar al trio de mayores. Su iniciativa hace sonreír al muchacho tribal, quien diría que en tan pequeño exterior puede encontrarse un espíritu fuerte.
Que gane el mejor joven “sonríe maliciosamente”.
Una competencia de caza es la mejor forma de bajar la comida, los exteriores no lo saben aún pero ya perdieron. Claramente el joven luchador tendrá que cargar con los dos enanos todo el rato aunque es el precio de la victoria.
Anam “dice junto con un gesto para que Demian y su juguete le sigan”.
Recorre la orilla en busca de algún bote, por suerte no le cuesta mucho encontrar uno. Para ese entonces ya están en los límites del pueblo y se puede ver una pequeña cabaña cercana que gracias a los dioses no tiene gente ahora mismo.
No es un crimen si lo devolvemos, ley brumosa.
Acto seguido insta a todas a subir mientras suelta amarras, empujara la nave en breve. No es muy diestro en el agua pero un espadazo mata cualquier cosa, sea de tierra, de agua, de cielo o de algún otro plano material.
Debe ser un…
Dice cuando detalla bien a uno de los personajes, nada menos que el líder. Es una mole enorme, tan robusto que podría ser un brumoso… su musculatura hace sentir en inferioridad al muchacho salvaje.
El bárbaro niega con la cabeza poco después, no importa que tamaño tenga un exterior… sigue siendo un exterior. Que este se encuentre sobrealimentado y tenga un linaje claramente rastreable hasta bosque negro no significa nada.
Nesner “se sujeta la barbilla”.
Pronto algo más llama la atención del guerrero compacto, el relato sobre una criatura. No le importa mucho la recompensa en sí, para él es más glorioso poder cazar esa bestia escurridiza y asi demostrar su valía al enorme mundo.
El autodenominad Demian muestra curiosidad por saber de dónde vino la cosa, Kosir se limita a poner los ojos en blanco. Entender a la presa no es importante cuando su destino es acabar como un sabroso trozo a la fogata.
Sin vacilar el niño se atreve a lanzar un reto, provocar al trio de mayores. Su iniciativa hace sonreír al muchacho tribal, quien diría que en tan pequeño exterior puede encontrarse un espíritu fuerte.
Que gane el mejor joven “sonríe maliciosamente”.
Una competencia de caza es la mejor forma de bajar la comida, los exteriores no lo saben aún pero ya perdieron. Claramente el joven luchador tendrá que cargar con los dos enanos todo el rato aunque es el precio de la victoria.
Anam “dice junto con un gesto para que Demian y su juguete le sigan”.
Recorre la orilla en busca de algún bote, por suerte no le cuesta mucho encontrar uno. Para ese entonces ya están en los límites del pueblo y se puede ver una pequeña cabaña cercana que gracias a los dioses no tiene gente ahora mismo.
No es un crimen si lo devolvemos, ley brumosa.
Acto seguido insta a todas a subir mientras suelta amarras, empujara la nave en breve. No es muy diestro en el agua pero un espadazo mata cualquier cosa, sea de tierra, de agua, de cielo o de algún otro plano material.
Kosir
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Re: El tamaño no lo es todo [Trabajo]
El muchacho no pierde tiempo y, aprovechando el último poco de luz que ofrece el anochecer, obtiene un bote del lugar. El armatoste no parece haber sido usado en mucho tiempo, pero debería servir.
–¿Vamos a simplemente entrar al agua y esp-p-perar encontrar al monstruo? –pregunta Demian algo desconcertado. No está en su estilo sólo lanzarse ante un problema, sino que es de planificar y preparar estrategias.
Finalmente se encoge de hombros y decide seguirlo. No parecen tener muchas alternativas, de todos modos. Desconocen el paradero del monstruo y el lago es enorme como para esperar a que pase cerca de ellos por casualidad.
–¿Brumosa?, más bien ley de la oportunidad –dice empujando la embarcación a la playa.
No es que tenga nada contra el robo, al final a eso se dedican los Gorriones y es lo que le ha permitido obtener su sustento durante ya largo tiempo.
–Y bueno, extraño... yo soy Demian, ¿cómo te llamas? –le pregunta cuando ya están en el agua.
Navegar no le resulta del todo desconocido. Creció cerca de una playa y no es la primera vez que usa un bote. El uso de los remos es cansador, pero tiene al menos la técnica correcta.
–Y... ¿cuál es el plan?... ¿esperar a que el m-m-monstruo nos ataque?.
Nuevamente, a pesar de que pueda parecer absurdo, es lo mejor que tienen. ya saben, gracias al mercenario, que esa cosa ha atacado embarcaciones, así que existe la posibilidad de que decida ir por ellos.
–Seguro que viene p....
No alcanza a terminar la frase, pues en ese momento se percata de algo inusual.
–Mis... mis pies están mojados –menciona desoncertado.
Al principio parece un simple comentario jocoso. Es evidente que pueden estar mojados si están navegando en un bote en medio de un lago, pero algo le resulta fuera de lo común.(1)
–No, en serio... este bote estaba completamente seco cuando lo sacamos y ahora tengo agua hasta los tobillos –Demian chapotea un poco para demostrar que sus palabras no son al azar–, el agua ha entrado muy rápido.
Demian piensa por unos momentos. Pueden regresar, pero eso sería haber perdido todo el tiempo con el bote y darles más ventaja a los mercenarios. Se agacha para tocar el agua, ya hay varios centímetros.
–No tiene sentido in-n-ntentar sacar el agua, es mucha. Vamos a tener que buscar un lugar donde bajarnos o devolvernos a la orilla.
Se pone de pie para mirar alrededor y escucha un crujido, seguido de una especie de sonido de burbuja. Intenta quedarse quieto y no dar pasos innecesarios.
–Creo que rompí algo –menciona.
Aún de pie, trata de mirar en el lago por puntos cercanos en los que podrían eventualmente desembarcar, pero la noche ya se ha hecho presente y no es fácil distinguir las sombras reales de la simple oscuridad.
–Allí –dice apuntando hacia estribor–, creo que hay tierra y algo... grande.
No está seguro de qué ven sus ojos, pero parece algún tipo de construcción.
–Aún podemos navegar bastante antes que esto se hunda... creo –comenta.
Como respondiendo a sus palabras, un horrendo crujido se escucha en el lugar que ha pisado y el ruido de agua corriendo se hace más fuerte.
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(1) Se agrega la complicación: Cuando estáis lejos de la costa, descubrís que la balsa que os han dado está vieja y tiene una fuga. Tendréis problemas con la misma durante el trabajo.
Demian
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Re: El tamaño no lo es todo [Trabajo]
Con un poco de ayuda infantil no le toma mucho al brumoso meter el bote en su elemento, acto seguido parten de la orilla. El objetivo es claro, buscar al bicho y matarlo… aunque parece que no todos tienen confianza en tan elaborado plan.
Será divertido cachorro.
Claramente Kosir está frente a otro personaje que no conoce nada de su cultura, es increíble la ignorancia del exterior respecto a bosque negro. En cierto modo debe ser porque los forasteros no son precisamente bienvenidos en el lugar.
Me llamo Kosir.
La presentación es breve y es que tardo tiempo en pasar, fueron de un sitio a otro antes de tener un momento de calma. Parece que últimamente el muchacho salvaje solo se consigue con infantes en el enorme mundo.
Es fácil, nos ve, siente hambre y le corto la cabeza de un tajo “ríe estridentemente” tranquilo, estas con un adulto responsable.
No es precisamente el caso pero el brumoso cuida de sus aliados, asi lo criaron. Después de todo otro par de brazos sirve a sobremanera en una batalla, a mas guerreros luchando mejor recompensa y gloria.
¿Porque hablas de manera extraña cachorro?, no recuerdo haber escuchado a nadie asi antes.
Se refiere claro está a las trabas que sufre Demian cada tantas palabras, se nota que no es algo planeado. Sin duda resulta divertido de observar, este niño en una batalla causaría que todos sus hermanos de armas murieran por retrasar las órdenes.
Pronto el propio enano revela algo perturbador, el bote se está hundiendo. Eso explica porque estaba fuera del agua… cruel karma implacable. Kosir no llego a notarlo hasta ahora porque sus botas son impermeables.
Dristan… los dioses tienen sentido del humor.
Dice al notar que están en medio del lago, toda una ironía teniendo en cuenta los pensamientos anteriores del guerrero. A medida que el niño se mueve rompe algo adicional, por suerte también encuentra una posible salvación.
Sujétate de algo niño.
Dice apartándolo de los remos, acto seguido bebe su poción neutra. Pronto forma un rostro de adrenalina pura y pasa a remar en solitario con fuerza, toma una velocidad bastante destacable en breve a medida que su cuerpo consume el estimulante.
Avanza con velocidad al islote sin perder de vista el nivel del agua, sorprendentemente llegan a tierra antes de que la barcaza colapse. Una vez sin riesgo de terminar nadando Kosir se levanta y le da una patada al extremo más cercano, un gran pedazo de madera sale disparado siendo complementado por cierto grito violento del mismo muchacho.
Quedaba algo de energía “jadea” glorioso.
Será divertido cachorro.
Claramente Kosir está frente a otro personaje que no conoce nada de su cultura, es increíble la ignorancia del exterior respecto a bosque negro. En cierto modo debe ser porque los forasteros no son precisamente bienvenidos en el lugar.
Me llamo Kosir.
La presentación es breve y es que tardo tiempo en pasar, fueron de un sitio a otro antes de tener un momento de calma. Parece que últimamente el muchacho salvaje solo se consigue con infantes en el enorme mundo.
Es fácil, nos ve, siente hambre y le corto la cabeza de un tajo “ríe estridentemente” tranquilo, estas con un adulto responsable.
No es precisamente el caso pero el brumoso cuida de sus aliados, asi lo criaron. Después de todo otro par de brazos sirve a sobremanera en una batalla, a mas guerreros luchando mejor recompensa y gloria.
¿Porque hablas de manera extraña cachorro?, no recuerdo haber escuchado a nadie asi antes.
Se refiere claro está a las trabas que sufre Demian cada tantas palabras, se nota que no es algo planeado. Sin duda resulta divertido de observar, este niño en una batalla causaría que todos sus hermanos de armas murieran por retrasar las órdenes.
Pronto el propio enano revela algo perturbador, el bote se está hundiendo. Eso explica porque estaba fuera del agua… cruel karma implacable. Kosir no llego a notarlo hasta ahora porque sus botas son impermeables.
Dristan… los dioses tienen sentido del humor.
Dice al notar que están en medio del lago, toda una ironía teniendo en cuenta los pensamientos anteriores del guerrero. A medida que el niño se mueve rompe algo adicional, por suerte también encuentra una posible salvación.
Sujétate de algo niño.
Dice apartándolo de los remos, acto seguido bebe su poción neutra. Pronto forma un rostro de adrenalina pura y pasa a remar en solitario con fuerza, toma una velocidad bastante destacable en breve a medida que su cuerpo consume el estimulante.
Avanza con velocidad al islote sin perder de vista el nivel del agua, sorprendentemente llegan a tierra antes de que la barcaza colapse. Una vez sin riesgo de terminar nadando Kosir se levanta y le da una patada al extremo más cercano, un gran pedazo de madera sale disparado siendo complementado por cierto grito violento del mismo muchacho.
Quedaba algo de energía “jadea” glorioso.
Kosir
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Re: El tamaño no lo es todo [Trabajo]
–¿Adulto? –menciona levantando una ceja–Eeehh... vale.
Claramente no está muy convencido de cómo el chico se refiere a sí mismo, pero por lo pronto tienen otras circunstancias más urgentes de las que preocuparse.
Demian se pone a pensar en algunas ideas de cómo utilizar la telekinesis para sacarlos de allí más rápido, considerando que claramente los músculos de sus brazos no son lo más eficaz. No alcanza a idear ningún plan, pues el chico de palabras raras se pone a remar con un ímpetu notable tras beber algo.
¿Se tratará de alquimia o alguna droga?
No puede saberlo en ese momento, pero el hecho es bien recibido. Pronto llegan a aquel islote y el muchacho no encuentra nada mejor que hacer que darle de patadas y romper el ya maltratado bote.
–Sabes... podíamos haber intentado repararlo para volver... –comenta con un suspiro.
Siguiendo el mismo espíritu, se sienta sobre una piedra. Ahora se encuentran varados en un islote en medio del lago, con un bote roto como único posible escape.
Mira a su alrededor y es claro de inmediato que allí hay ruinas, pero no parece un lugar habitado. Se asemeja a un castillo o una torre, con muros de piedra derruidos y mohosos. No es muy grande, pero de seguro debe haber sido importante en algún momento de un lejano pasado. La arena no parece del todo estable como para soportar algo así y tiene algunas sospechas de cómo eso ha quedado finalmente destruido y abandonado.
Le recuerda a la Ratonera.
–Yo sé nadar... vaya que s-s-sería un largo camino, pero es una opción –se deja caer a la arena–, pero en medio de la noche no es buena idea.
En eso cae en cuenta que ha vuelto a tartamudear y recuerda que el chico le ha preguntado sobre eso antes. En ese momento estaban con todo el asunto del agua como para responder, pero ahora tienen bastante tiempo entre manos, asumiendo que el monstruo no va a ir a darles un saludo de bienvenida.
–Siempre ha sido así... no, en realidad no. Cuando era muy pequeño no me pasaba –dice usando sus manos como almohada–, creo que apareció desp-pués de hacer mi primera misión. No sé, se pone peor cuando estoy nervioso, pero a veces puedo estar completamente tranquilo y aún así pasa, otras puedo pasar una conversación completa sin nada. Es como si la lengua se negara a obedecer.
Decide volver a sentarse, ahora sólo sobre la arena.
–No es gran cosa, siempre tengo mi ma... –no alcanza a terminar la frase.
Se aguanta de dar un grito, pero emite un gruñido ininteligible. No está seguro de inmediato de qué ha ocurrido, pero sabe que ha sido herido en el hombro. Se gira rápidamente y siente que el movimiento hace que el proyectil que tiene ensartado moleste.(1)
–Hijo de la gran pu... –un nuevo proyectil sale disparado, pero ahora alcanza a reaccionar moviéndose a un costado. La oscuridad es una buena aliada.
Decide recurrir al Éter. El o los atacantes están en demasiada ventaja teniéndolos allí, mientras se esconden en las ruinas. No, eso debe cambiar la situación cuanto antes, poner las cosas en su lugar.
–Busca cubierta –le dice a su compañero, mientras el Éter responde a su llamado.
Con la oscuridad a su alrededor, volverse invisible resulta aún más fácil y en apenas un segundo ya no está a la vista(2).
Comienza a escabullirse, caminando a paso ligero, sin emitir ruidos, buscando flanquear el lugar para encontrar una entrada al lugar de donde, estima, ha venido el dardo.
Debe parar un momento. La cosa duele bastante y le impide concentrarse como es debido. Dedica unos instantes a regular su respiración a modo de apaciguar el dolor.
Ya con mayor control, vuelve a buscar un camino, el que finalmente llega a modo de un muro caído y un montón de piedras acumuladas. Saca una daga con el brazo sano y la sostiene firme. Quien sea que haya osado atacarle tendrá que lidiar con un acero directamente a su garganta.
Escucha otro par de disparos, pero ninguno en su dirección. Sospecha que su compañero se encuentra bajo ataque, pero por el momento asume que es capaz de defenderse por sí mismo. De cualquier manera, no hay mejor defensa que un buen ataque, y eso es lo que piensa hacer cuando encuentre a la fuente de los disparos.
Se escabulle dentro de la torre.
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(1) Agregada la complicación: "Llegáis hasta una especie de isla central con un castillo derruido. Desembarcáis pero sentís la presencia de algo extraño. Algo o alguien os atacará y deberéis defenderos".
(2) Demian ha usado su habilidad de nivel 2: Presencia Fantasmal, para volverse invisible.
Demian
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Re: El tamaño no lo es todo [Trabajo]
La idea sobre volver usando el mismo bote luego de repararlo hace que Kosir se ponga pensativo algunos instantes, al final opta por encogerse de hombros. No sabe nada sobre carpintería lejos de armar empalizadas, mucho menos a prueba de agua.
No cruzo mi mente “suspira”.
Ahora completamente varados, ambos personajes se dedican a pasar algunos instantes hablando entre ellos. La otra idea del niño sobre como volver a tierra es sin duda tan directa que podría ser brumoso honorario.
Una competencia de nado con un demonio acuático rondando, me gusta “sonríe maliciosamente”.
Sea como sea primero deben esperar al amanecer para poder volver a tierra, eso o fabricar una antorcha para ponerse a explorar el curioso islote que ahora los retiene. Lo único que pueden sacar en claro es la aburrida tranquilidad circundante.
Nesner, suena molesto.
Dice por todo el asunto de la lengua del mocoso, parece una especie de enfermedad o maldición… no está seguro si los brumosos lo considerarían inferior solo por ese defecto, ciertamente son algo obsesivos con sus reglas de pureza guerrera.
Repentinamente una lluvia de flechas les cae encima cortando la conversación, proyectiles que curiosamente son pequeños y jodidamente rápidos. Kosir esquiva el primero pero su colega no es tan afortunado, eventualmente los dos atacados se ocultan.
Luego de cambiar de posición Kosir no encuentra por ningún lado a Demian, es como si hubiera desaparecido en la noche. Tales técnicas son de cobardes aunque ahora mismo resultan muy útiles.
¡¡Salir bakars, venir y alimentar mi filo!!
Dice a varios pasos de su cobertura, por desgracia solo recibe una lluvia de ataques a distancia que esquiva por los pelos. Esta gente no tiene honor… no tiene honor pero si una posición elevada y difícil de alcanzar en carga directa.
Frustrado, el muchacho tribal mira para todos lados en un intento por encontrar alguna ruta. Tristemente esta en medio de la playa, cubriéndose con la única estúpida piedra en toda su parte del islote.
¡Maldición, no merezco este karma!
Una pequeña frase para sí mismo, aunque odie admitirlo esta inmovilizado. Ahora depende de que Demian pueda causar una distracción lo suficientemente larga como para abrir la ventana salvadora.
En manos de un cachorro… no se puede caer más bajo.
No cruzo mi mente “suspira”.
Ahora completamente varados, ambos personajes se dedican a pasar algunos instantes hablando entre ellos. La otra idea del niño sobre como volver a tierra es sin duda tan directa que podría ser brumoso honorario.
Una competencia de nado con un demonio acuático rondando, me gusta “sonríe maliciosamente”.
Sea como sea primero deben esperar al amanecer para poder volver a tierra, eso o fabricar una antorcha para ponerse a explorar el curioso islote que ahora los retiene. Lo único que pueden sacar en claro es la aburrida tranquilidad circundante.
Nesner, suena molesto.
Dice por todo el asunto de la lengua del mocoso, parece una especie de enfermedad o maldición… no está seguro si los brumosos lo considerarían inferior solo por ese defecto, ciertamente son algo obsesivos con sus reglas de pureza guerrera.
Repentinamente una lluvia de flechas les cae encima cortando la conversación, proyectiles que curiosamente son pequeños y jodidamente rápidos. Kosir esquiva el primero pero su colega no es tan afortunado, eventualmente los dos atacados se ocultan.
Luego de cambiar de posición Kosir no encuentra por ningún lado a Demian, es como si hubiera desaparecido en la noche. Tales técnicas son de cobardes aunque ahora mismo resultan muy útiles.
¡¡Salir bakars, venir y alimentar mi filo!!
Dice a varios pasos de su cobertura, por desgracia solo recibe una lluvia de ataques a distancia que esquiva por los pelos. Esta gente no tiene honor… no tiene honor pero si una posición elevada y difícil de alcanzar en carga directa.
Frustrado, el muchacho tribal mira para todos lados en un intento por encontrar alguna ruta. Tristemente esta en medio de la playa, cubriéndose con la única estúpida piedra en toda su parte del islote.
¡Maldición, no merezco este karma!
Una pequeña frase para sí mismo, aunque odie admitirlo esta inmovilizado. Ahora depende de que Demian pueda causar una distracción lo suficientemente larga como para abrir la ventana salvadora.
En manos de un cachorro… no se puede caer más bajo.
Kosir
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Re: El tamaño no lo es todo [Trabajo]
Demian siente despertar su instinto asesino. Sí, casi puede saborear la sangre que derramará de quien sea que le esté atacando. No puede esperar a hundir su daga en la suave textura de una arteria y sentir el cálido líquido verterse sobre su mano.
Baja sus lentes para poder hacer uso de su Ojo Mecánico(1) y con él ver a través de las paredes. Pronto aquello demuestra ser de gran utilidad, pues distingue una figura agazapada y con algo en las manos, algo como una ballesta.
No es necesario darle muchas vueltas para generar un plan y no pierde tiempo. Toma el camino más corto y directo, aunque al mismo tiempo sus pies se mueven como flotando por el piso, sin generar el más mínimo ruido.
Como una sombra en la noche, literalmente invisible, se acerca a su objetivo sosteniendo la daga en la mano del brazo sano. Sonríe. Se acerca, apunta...
Se detiene.
–¡¿Qué demonios crees que haces?! –le grita al chico de la ballesta, mientras deshace su ilusión.
Parece no tener más de doce años, de cabella oscuro y ojos saltones, o al menos así parecen del susto. Parece fuerte para su edad, aunque su rostro pueril no diga lo mismo.
–¡No van a matar a Manchitas! –contesta con aire desafiante el muchacho.
–No se quién demonios sea Manchitas, pero no puedes ir por allí matando a la gente, ¡esa cosa podría haberme dado en la cabeza!
Demian se lleva la mano a la herida, toca un poco, frunce el ceño y muestra su mano con sangre al valiente opositor.
–¡¿Acaso querías matarme?! –le dice claramente molesto–. ¡Por mil putas!
Entonces le siente venir. No resulta un enemigo muy silencioso, a decir verdad, así que alcanza a girarse y bloquear con su antebrazo el ataque con el palo. A decir verdad, aunque recibe un golpe, éste no resulta muy efectivo. Quien lo efectuó no parece tener más de nueve años, un chico de cabello rubio y rostro muy pálido. A Demian no le toma más de dos segundos desarmarlo.
–Genial... ¿cuántos son?... y ¿podrían dejar de intentar darme con armas? gracias –comenta con tono sarcástico.
–¡Somos el Club del Lago y no vamos a dejar que nadie nos intimide! –dice el pequeño de cabellos dorados.
–¡Vamos!, no seas un quejica, ni siquiera pareces muy herido –comenta una tercera voz.
Pronto su origen queda claro, cuando una chica de cabellos claros y rostro muy similar al más pequeño, aunque la edad del chico que primero disparaba, emerge de entre las sombras. Ella porta otra ballesta.
–¿No quieres comprobar qué se siente tener una de estas clavada en el hombro? –contesta Demian sin estar realmente bromeando.
Se apoya en una piedra y con cuidado levanta su camisa hasta hacerla salir sobre su cabeza y dejarla colgando del hombro sano, revelando así la herida y el proyectil aún clavado.
–Voy a necesitar que uno d-d-de ustedes apriete la herida cuando salga el dardo –mira a los tres, luego apunta al que parece el más fuerte–. Tú, aprieta fuerte cuando te diga, no quiero perder sangre inútilmente, ¿vale?
–¿Y qué te hace pensar que te ayudaremos, niño de la ciudad? –contesta la muchacha desafiante.
–Primero, porque esta mierda en mi hombro es culpa de ustedes... y segundo, porque podría matarlos a los tres antes de lo que demorarías en chasquear tu lengua. Ahora, consígueme algo limpio que pueda usar para v-vendar la herida.
Demian saca un frasco de su cinturón y lo destapa, pasándoselo al más pequeño.
–Tú. Cuando te diga vas a vaciar la pasta que hay allí y vas a hacerlo sin miramientos. Q-q-quiero que la herida se llene de esa cosa, ¿entendido?
A pesar de que el pequeño conserva una mirada desafiante, asiente y parece dispuesto a obedecer.
Demian entonces se concentra y deja que su telekinesis haga el trabajo. El dardo clavado en su hombro empieza a moverse y el chico aprieta sus dientes y libera una ensalada de malas palabras de tal calibre que es mejor no poner en estas líneas. La peor parte no fue sacar el dardo, de todos modos, sino tener que usar la telekinesis para mover implementos a su propia carne con tal de limpiarla, mientras el otro chico hace presión.
Siente que su cuerpo completo transpira, pero los chicos hacen su trabajo y, bajo las instrucciones de Demian, pronto la herida ha recibido primeros auxilios.(2)
Contempla por unos instantes lo que acaba de salir de su hombro. El dardo claramente es de una ballesta profesional, con una punta metálica de cabeza de flecha y con bastante peso para su tamaño. Sin duda esa cosa podría haberle causado daños graves de haberle dado en un lugar más sensible.
Prácticamente se deja caer para quedar sentado en el suelo, con la espalda contra el muro.
–V-v-vale, ahora me van a decir... ¿quién es Manchitas?.
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(1) Demian ha usado su Ojo Mecánico para ver a través de la pared.
(2) Demian ha usado tanto su profesión de Medicina como una carga del Kit de Sanación para tratar la herida.
Demian
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Re: El tamaño no lo es todo [Trabajo]
Luego de varios minutos de incesantes disparos, las flechas se detienen. Kosir sonríe maliciosamente pues sabe bien que es obra de Demian, ya debe haberse cargado al primer idiota o eso espera.
Quizás está dando mucho por sentado pues se trata de un niño exterior, claramente no es de la clase que mata un oso con un cuchillo de piedra como los de bosque negro… pero algo debe saber hacer, aunque sea distracción.
Sin más ataques el muchacho salvaje salta y corre como un lobo hambriento, no le toma mucho llegar a la torre en sí. Decide escalar en lugar de tomar el camino corriente para sorprender a los enemigos.
Con la adrenalina al máximo llega rápido al sitio fuente de los disparos, sin vacilar entra con mandoble en mano y agarra al primer desafortunado por el cuello. Se prepara para partirlo en dos aunque algo lo detiene al instante.
¿Pero qué diablos en el nombre de los nueve infiernos…?
Literalmente los molestos atacantes son niños, mocosos que no pasan de la edad del propio Demian. Kosir no sabe bien si se trata de una broma cruel pero sostiene al enano varios minutos tensos hasta que su furia disminuye.
Eventualmente aleja de cierto empujón a un asustado de muerte niño y pasa a detallar todo con ojos calmados, el cachorro aliado ha finalizado con buena técnica un tratamiento sanador usando a los propios mini atacantes como ayudantes improvisados.
¿Cuál de ustedes me disparo? “dice con cara de pocos amigos”.
Los tres niños se miran con nerviosismo presintiendo acertadamente que el chico pelirrojo no es tan escuálido como Demian, como ninguno se hace responsable de sus actos terminan recibiendo todos el mismo correctivo por parte del bárbaro.
Sin distinguir entre chico, chica o edad, Kosir le dispensa a cada uno cierto golpe en la cabeza. Nada demasiado violento pero con la típica brusquedad brumosa… la clase de cosas que puedes esperar de un hermano mayor.
Ankar, que sirva de lección, no usar armas hasta haber superado el rito de adultez.
Los quejidos de los mocosos terminan siendo una buena compensación por haber tenido que llenarse de ira en vano, justo y necesario… al parecer los niños son niños sean de bosque negro o el exterior.
¿Manchitas?, ¿Es el perro de la isla?
Sin vacilar el único guerrero presente le lanza una cantimplora al enano herido, necesita un trago de hidromiel fuerte para recuperar el color. Claramente no es de los que saltan en primera línea a recibir y dispensar ataques por igual.
Hasta el fondo cachorro.
Quizás está dando mucho por sentado pues se trata de un niño exterior, claramente no es de la clase que mata un oso con un cuchillo de piedra como los de bosque negro… pero algo debe saber hacer, aunque sea distracción.
Sin más ataques el muchacho salvaje salta y corre como un lobo hambriento, no le toma mucho llegar a la torre en sí. Decide escalar en lugar de tomar el camino corriente para sorprender a los enemigos.
Con la adrenalina al máximo llega rápido al sitio fuente de los disparos, sin vacilar entra con mandoble en mano y agarra al primer desafortunado por el cuello. Se prepara para partirlo en dos aunque algo lo detiene al instante.
¿Pero qué diablos en el nombre de los nueve infiernos…?
Literalmente los molestos atacantes son niños, mocosos que no pasan de la edad del propio Demian. Kosir no sabe bien si se trata de una broma cruel pero sostiene al enano varios minutos tensos hasta que su furia disminuye.
Eventualmente aleja de cierto empujón a un asustado de muerte niño y pasa a detallar todo con ojos calmados, el cachorro aliado ha finalizado con buena técnica un tratamiento sanador usando a los propios mini atacantes como ayudantes improvisados.
¿Cuál de ustedes me disparo? “dice con cara de pocos amigos”.
Los tres niños se miran con nerviosismo presintiendo acertadamente que el chico pelirrojo no es tan escuálido como Demian, como ninguno se hace responsable de sus actos terminan recibiendo todos el mismo correctivo por parte del bárbaro.
Sin distinguir entre chico, chica o edad, Kosir le dispensa a cada uno cierto golpe en la cabeza. Nada demasiado violento pero con la típica brusquedad brumosa… la clase de cosas que puedes esperar de un hermano mayor.
Ankar, que sirva de lección, no usar armas hasta haber superado el rito de adultez.
Los quejidos de los mocosos terminan siendo una buena compensación por haber tenido que llenarse de ira en vano, justo y necesario… al parecer los niños son niños sean de bosque negro o el exterior.
¿Manchitas?, ¿Es el perro de la isla?
Sin vacilar el único guerrero presente le lanza una cantimplora al enano herido, necesita un trago de hidromiel fuerte para recuperar el color. Claramente no es de los que saltan en primera línea a recibir y dispensar ataques por igual.
Hasta el fondo cachorro.
Kosir
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Re: El tamaño no lo es todo [Trabajo]
Kosir da una reprimenda a los chicos, quienes por ahora parecen haber bajado su aire de desafío, pero Demian aún mantiene un ojo en ellos. Pueden parecer indefensos, pero le clavaron un dardo y de alguna manera llegaron solos a esa isla. Entonces recibe una cantimplora.
Tras darle un sorbo, se percata de que contiene alcohol. No es la primera vez ni ciertamente tampoco será la última que Demian prueba una bebida alcohólica, pero aún conserva algunas de las viejas costumbres del templo.
–La bebida es para celeb-brar, no se bebe hasta haber terminado la misión –dice con aire profundo.
Es cierto que técnicamente no se encuentra bajo ninguna misión, pero ese no es el punto. Toda vez que intenta resolver algún tipo de problema o tiene algún tipo de desafío se considera bajo una misión.
Entrega la cantimplora de vuelta y se pone de pie. La herida duele un montón y el chico parece aún más pálido que de costumbre. Acomoda una vez más el vendaje, asegurando que los ungüentos sanadores hagan su trabajo.
–Soy Demian –dice, aunque su tono aún no es del todo amistoso.
–Renard –contesta el muchacho de cuerpo fornido.
–Magda –continúa la única mujer presente.
–Nico –termina el más joven.
Demian asiente y se dirige a una de los agujeros en la muralla que hace las veces de ventana. Desde allí contempla el lago, aunque no hay mucho que ver. Ya se ha hecho de noche y sólo el reflejo de la luna permite distinguir algo.
–¿Cómo demonios llegaron aquí, chicos? –deja finalmente salir la pregunta.
–Arriba de Manch-- –no alcanza a terminar la frase cuando la mano de Renard le tapa la boca.
–De un bote, arriba de un bote –afirma.
Demian mira con sospechas. Es evidente que el o la tal Manchitas es el punto central de la presencia de los chicos en esas ruinas.
–Vale, ¿van a decir quién es Manchitas de una buena vez?.
El silencio del grupo es su respuesta. Demian sabe que puede forzarles a responder, pero ¿qué sentido tendría?. Ha pasado un buen tiempo protegiendo a otros niños de los abusos de los adultos, no va a convertirse en uno más. Suspira derrotado.
Finalmente no son palabras las que rompen el silencio, sino un ruido, un ruido inusual. Parece un el sonido que hace una puerta de hierro oxidada, pero más fuerte, aunque de alguna manera también suena lastimero.
–¡Manchitas! –exclama el pequeño.
Como impulsados por un resorte, los niños corren hacia una escalera, de modo que a Demian no le queda otra opción que seguirlos. Tras bajar, se percata de que da a la playa, donde ya han llegado los otros.
A pesar de que ya sospechaba de qué iba todo el asunto, aún así resulta sorprendente encontrar a la criatura y verla con sus propios ojos.
Es enorme, perfectamente capaz de llevar unas cinco personas cómodamente en su lomo, y tiene un cuello largo como el tronco de un árbol. En vez de patas traseras parece tener unas aletas, pero sus extremidades anteriores lucen como las de un dragón. De ellas sale una capa de piel que le hace pensar en alas, aunque claramente han sido especializadas para el nado. Sus garras parecen capaces de rasgar rocas. Cuando ya está más cerca puede percatarse de que la piel parece oscura, pero está llena de manchas más claras, que cuando reciben la luz de la luna en el ángulo correcto brillan en diferentes colores.
Nico abraza a la criatura por el cuello, mientras que los otros dos se acerca a un costado. Pronto comprende por que.
La bestia lleva clavado un enorme dardo en el costado, sobre una de las aletas. El proyectil aún está allí, visible, dejando una estela de sangre. Demian recuerda el disparo de aquellos mercenarios, por lo que sabe que esa herida debe llevar allí más de una hora. Parece un milagro que haya sobrevivido a un disparo tan fuerte.
–¿Sabían que en el pueblo t-tienen un precio por la cabeza de esa cosa? –comenta el brujo.
–¡No es justo, Manchitas no le hace daño a nadie! –responde iracundo el pequeño Nico.
–Dicen que ha destruido embarcaciones y redes, que es un peligro –continúa.
–Sólo quiere alimentarse –interviene la muchacha–. Manchitas come pescado y cuando ve muchos juntos en las redes quiere comer. Hemos intentado enseñarle a evitar los barcos.
–Chicos, Manchitas no para de sangrar –interviene Renard.
–Nunca he intentado sanar b-bestias gigantes, pero... –Demian suspira–, pero creo que puedo intentarlo.
Demian
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Re: El tamaño no lo es todo [Trabajo]
Ciertamente los niños toman un comportamiento más calmado, nada como el viejo poder de la fuerza para controlar mocosos malcriados. Dicen las leyendas de bosque negro que los pelirrojos son demasiado impetuoso pero en esta oportunidad ese concepto no aplica.
Que aburrido…
Dice a la vez que recibe su cantimplora, acto seguido bebe del contenido hasta acabarse la mitad de un tirón. Se puede ver como las mejillas del muchacho salvaje toman un tono rojizo y es que el hidromiel ritual tiene un efecto vigorizante.
Kosir.
Ve apropiado decir su nombre ya que tiene lugar una presentación rápida, los calificativos que usan afuera son de lo más raros. Se le debe dar crédito a la imaginación exterior pues hasta ahora el joven guerrero no ha visto ningún nombre repetido.
Demian muestra interés en saber cómo llegaron al islote los tres engendros, recibe solo indirectas. Con serenidad el brumoso cierra sus puños y se trona los huesos de las manos aunque esta vez no hay necesidad de violencia infantil.
¿Que en el nombre de los ancestros es eso?
De repente comienza a sonar como si dos osos estuvieran apareándose, los mocosos salen corriendo rumbo al origen y Demian tras ellos. Para no desentonar la única parte restante sigue la corriente.
Una vez en la playa el tribal se queda con los ojos abiertos como platos, literalmente un jodido pescado enorme yace encallado en la arena. La primera reacción del joven adulto es empuñar con firmeza su mandoble y gritar.
¿¿¡¡Ala o muslo!!??
Con intenciones claras avanza pero el rostro que ponen los enanos termina por detenerle, no puede ignorar el hecho de que le tienen aprecio a la jodida cosa… podrá ser recio y violento pero no es un desalmado.
Bien… mejor pan duro “suspira”.
La bestia conocida como Manchitas “nombre claramente seleccionado por los detalles en su cuerpo” ha visto mejores días, un enorme proyectil se encuentra firmemente clavado en su costado vulnerable.
¿Seguro que no podemos comerle… con mucho respeto?
La mirada furiosa y llorosa del más pequeño hace que Kosir desista totalmente sus intentos homicidas, incluso se siente mal algunos instantes. Bien recuerda cuando era un mocoso, solía tomarle cariño a muchas tonterías al igual que el trio de adelante.
No podrás curarle con eso atravesado “se frota las manos como preparándose para un trabajo duro” suerte que soy sanador de campo honorario.
Sin vacilar se monta encima del animal y busca un buen Angulo de agarre, cuando lo consigue hace palanca con sus piernas para luego tirar usando todo su cuerpo. Los gruñidos del monstruo desesperan a sus pequeños admiradores pero todo termina cuando el dardo encuentra un nuevo hogar en la arena.
No he perdido habilidades “sonríe con algo de ego”.
A pesar de que el sangrado no se detiene, Manchitas se muestra de un mejor humor. Sin duda todo esto se puede comparar a lo mismo que siente cualquier persona cuando se le retira una enorme astilla incrustada.
Tu turno cacho… “el ser marino lame la cabeza de Kosir” ¿Era eso necesario? “pasa a sacudirse como un gato”.
Que aburrido…
Dice a la vez que recibe su cantimplora, acto seguido bebe del contenido hasta acabarse la mitad de un tirón. Se puede ver como las mejillas del muchacho salvaje toman un tono rojizo y es que el hidromiel ritual tiene un efecto vigorizante.
Kosir.
Ve apropiado decir su nombre ya que tiene lugar una presentación rápida, los calificativos que usan afuera son de lo más raros. Se le debe dar crédito a la imaginación exterior pues hasta ahora el joven guerrero no ha visto ningún nombre repetido.
Demian muestra interés en saber cómo llegaron al islote los tres engendros, recibe solo indirectas. Con serenidad el brumoso cierra sus puños y se trona los huesos de las manos aunque esta vez no hay necesidad de violencia infantil.
¿Que en el nombre de los ancestros es eso?
De repente comienza a sonar como si dos osos estuvieran apareándose, los mocosos salen corriendo rumbo al origen y Demian tras ellos. Para no desentonar la única parte restante sigue la corriente.
Una vez en la playa el tribal se queda con los ojos abiertos como platos, literalmente un jodido pescado enorme yace encallado en la arena. La primera reacción del joven adulto es empuñar con firmeza su mandoble y gritar.
¿¿¡¡Ala o muslo!!??
Con intenciones claras avanza pero el rostro que ponen los enanos termina por detenerle, no puede ignorar el hecho de que le tienen aprecio a la jodida cosa… podrá ser recio y violento pero no es un desalmado.
Bien… mejor pan duro “suspira”.
La bestia conocida como Manchitas “nombre claramente seleccionado por los detalles en su cuerpo” ha visto mejores días, un enorme proyectil se encuentra firmemente clavado en su costado vulnerable.
¿Seguro que no podemos comerle… con mucho respeto?
La mirada furiosa y llorosa del más pequeño hace que Kosir desista totalmente sus intentos homicidas, incluso se siente mal algunos instantes. Bien recuerda cuando era un mocoso, solía tomarle cariño a muchas tonterías al igual que el trio de adelante.
No podrás curarle con eso atravesado “se frota las manos como preparándose para un trabajo duro” suerte que soy sanador de campo honorario.
Sin vacilar se monta encima del animal y busca un buen Angulo de agarre, cuando lo consigue hace palanca con sus piernas para luego tirar usando todo su cuerpo. Los gruñidos del monstruo desesperan a sus pequeños admiradores pero todo termina cuando el dardo encuentra un nuevo hogar en la arena.
No he perdido habilidades “sonríe con algo de ego”.
A pesar de que el sangrado no se detiene, Manchitas se muestra de un mejor humor. Sin duda todo esto se puede comparar a lo mismo que siente cualquier persona cuando se le retira una enorme astilla incrustada.
Tu turno cacho… “el ser marino lame la cabeza de Kosir” ¿Era eso necesario? “pasa a sacudirse como un gato”.
Kosir
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Re: El tamaño no lo es todo [Trabajo]
Demian observa atónito cómo Kosir recurre a una aproximación simple, directa, pero peligrosa, para tratar la herida de la bestia, o más bien del proyectil clavado en su costado. Retirar un proyectil clavado suele ser un procedimiento delicado, que requiere de preparación y materiales limpios. No fue el caso en esta ocasión.
El chico se apresura para revisar la herida. El dardo ha entrado profundo, lo que sumado a la poco sutil retirada puede haber herido una arteria o un órgano importante.
–No me muerdas –dice con una leve sonrisa.
Demian extiende su mano hacia la herida y utiliza su magia ilusoria. Intenta hacer que el dolor se perciba menos fuerte, que incluso se borre o sea cubierto por una sensación de adormecimiento.
–Ya está, ya está... –dice de manera más suave.
A continuación acerca su escalpelo, el que usualmente lleva escondido en su muñequera, hacia el lugar de la herida. De manera rápida, el chico retira pequeñas aristas con potencial de causar una infección. La bestia parece inquieta. Aunque la ilusión adormece su dolor, aún puede ver que un desconocido juega con un lugar sangrante de su cuerpo.
Para su tranquilidad, los chicos se dedican a hablarle a la criatura para calmarle y evitan que Demian acabe siendo comida de animales marinos.
Ya con la herida limpia, procede a usar todo lo que le queda de pasta curativa para aplicarla en el agujero. Resulta evidente que no podrá aplicar un correcto vendaje a una bestia tan grande, pero al menos intenta con rasgaduras de tela sujetar la pasta en su posición.(1)
Suspira una vez que el trabajo está finalizado y se sienta a descansar. Entre su propia herida y la intensidad de sanar a una criatura en apariencia tan peligrosa, se percata de que está cansado.
–Bueno... creo que esta v-v-v-vez no vamos a tener recompensa –dice echando su cabeza hacia atrás.
–¡Luces! –informa la chica.
Al principio Demian no entiende qué demonios está hablando y no le presta mucha atención, pero ella insiste. El chico finalmente se pone de pie y se acerca al lugar desde donde ella vigila
Efectivamente, hay luces.
Demian pone instintivamente una mano a modo de viscera, a pesar de que no hay sol, para ayudarse a ver mejor. Parece fuego, pero repartido en distintos puntos.
De alguna manera, es como si el cansancio del trabajo le hubiera nublado la inteligencia unos momentos, pero finalmente logra entender lo que
pasa.
–Embarcaciones... v-varias de ellas –comenta en voz moderada, preocupado.
Resulta para todos evidente que las embarcaciones se dirigen a la isla, aunque no es del todo claro cuáles son sus intenciones. La preocupación de todos, aunque no lo digan, es que vayan a por el monstruo.
–Manchitas no puede volver al agua así, se le mojaría toda la medicina y puede tener una inf-fección –comenta Demian, preocupado–, pero si se queda lo encontrarán.
El más joven rápidamente va y abraza a la criatura.
–Nico fue el que lo encontró –comentó Renard–. Él y su hermana recolectan algas en el lago, pero un día Nico encontró un huevo de varios colores en el fondo. Lo dos ayudamos a cuidarlo y mantenerlo en secreto. Tardó mucho, pensamos que estaba muerto, pero Nico no se rindió... de eso ya ha pasado un año.
Con el paso de los minutos, las luces se acercan y ya es posible distinguir algo de sus pasajeros. Son varias embarcaciones, pero una encabeza la marcha. Demian no tarda en reconocer a Briar, Mano de Piedra. La gente no parece muy contenta.(2)
–Esto... esto no parece bueno.
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(1) Demian ha usado su profesión de Medicina para sanar al monstruo.
(2) Introducida la complicación: Un grupo de aldeanos armados con antorchas, picas y hoces se embarca dispuesto a matar al monstruo. Deberéis tratar de convencerles de que es inofensivo. No hay por qué derramar sangre con una criatura tan exótica.
Demian
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Entonces el mocoso revela que no solo sabe curar rasguños, literalmente es habilidoso en las artes curativas. Después de todo se requiere instrucción para poder sanar un demonio marino y no morir en el intento.
¿Que fue todo ese juego con las manos?
Dice a modo curioso por las primeras acciones del chico, hizo algunos movimientos con sus extremidades hábiles que el bárbaro no pudo entender. Quizás solo sea un rito a los dioses y ancestros pero mejor preguntar que quedarse con la duda.
Manchitas parece estar mejor aunque requerirá tiempo para recuperarse, al menos la herida ya no es un peligro mortal. Kosir no puede evitar poner los ojos en blanco por la ironía, un brumoso ayudando a un animal salvaje es inédito.
Algo rompe la tranquilidad de inmediato, la niña les informa que se ven algunas luces en el lago. El muchacho salvaje posa sus ojos en el horizonte constatando de inmediato que las advertencias son ciertas, algo se les acerca rápido.
Demian identifica a los nuevos elementos, parece que el pueblo y los cazadores que vieron en la playa contraria han decidido comer pescado esta noche… curioso cómo se reparten los bandos en esta aventura en particular.
Uno de los mocosos suelta entonces la historia de cómo encontraron al animal, lo cuidaron desde que era un huevo y al final se hicieron sus amigos. El más pequeño se lleva todo el crédito de la historia por su determinación.
Parece que solo hay una senda, mocoso tu matas la mitad, yo me cargo al resto y que los enanos nos apoyen con fuego de flechas.
Dice empuñando su mandoble, la mente de Kosir es bastante sencilla en cuanto a cómo enfrentar los problemas. Para el la decisión acertada suele ser de qué forma dar el golpe y como cubrirse de la respuesta.
¡Hoy es un glorioso día, un hermoso y violento día!
Dice apenas controlando su adrenalina, la primera barcaza que toque tierra recibirá toda su ira. Si bien el número de enemigos es abrumador, no es la primera vez que combate contra tantos rivales.
A su favor tiene una realidad importante, solo uno de los botes viene con gente diestra en batalla. Los otros están cargados con una turba improvisada compuesta de granjeros, pescadores, artesanos y gente que en su vida ha usado una espada.
Prepárate cachorro, ¡¡El que mate más será el mejor!!
¡Esa es mi mamá! “dice con preocupación palpable”.
¡¡¡Mil maldiciones!!! “espeta para luego replegar un poco su arma”.
¿Que fue todo ese juego con las manos?
Dice a modo curioso por las primeras acciones del chico, hizo algunos movimientos con sus extremidades hábiles que el bárbaro no pudo entender. Quizás solo sea un rito a los dioses y ancestros pero mejor preguntar que quedarse con la duda.
Manchitas parece estar mejor aunque requerirá tiempo para recuperarse, al menos la herida ya no es un peligro mortal. Kosir no puede evitar poner los ojos en blanco por la ironía, un brumoso ayudando a un animal salvaje es inédito.
Algo rompe la tranquilidad de inmediato, la niña les informa que se ven algunas luces en el lago. El muchacho salvaje posa sus ojos en el horizonte constatando de inmediato que las advertencias son ciertas, algo se les acerca rápido.
Demian identifica a los nuevos elementos, parece que el pueblo y los cazadores que vieron en la playa contraria han decidido comer pescado esta noche… curioso cómo se reparten los bandos en esta aventura en particular.
Uno de los mocosos suelta entonces la historia de cómo encontraron al animal, lo cuidaron desde que era un huevo y al final se hicieron sus amigos. El más pequeño se lleva todo el crédito de la historia por su determinación.
Parece que solo hay una senda, mocoso tu matas la mitad, yo me cargo al resto y que los enanos nos apoyen con fuego de flechas.
Dice empuñando su mandoble, la mente de Kosir es bastante sencilla en cuanto a cómo enfrentar los problemas. Para el la decisión acertada suele ser de qué forma dar el golpe y como cubrirse de la respuesta.
¡Hoy es un glorioso día, un hermoso y violento día!
Dice apenas controlando su adrenalina, la primera barcaza que toque tierra recibirá toda su ira. Si bien el número de enemigos es abrumador, no es la primera vez que combate contra tantos rivales.
A su favor tiene una realidad importante, solo uno de los botes viene con gente diestra en batalla. Los otros están cargados con una turba improvisada compuesta de granjeros, pescadores, artesanos y gente que en su vida ha usado una espada.
Prepárate cachorro, ¡¡El que mate más será el mejor!!
¡Esa es mi mamá! “dice con preocupación palpable”.
¡¡¡Mil maldiciones!!! “espeta para luego replegar un poco su arma”.
Kosir
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Re: El tamaño no lo es todo [Trabajo]
–¿Juego de manos? –repite Demian ladeando la cabeza.
La verdad es que inicialmente ni siquiera logra asociar la pregunta del muchacho con su magia. Está tan acostumbrado a usar la magia a diario que no le da mayores vueltas al asunto. La magia simplemente es y está.
–¿Hablas de la magia? –dice aún con dudas.
Pero por ahora hay asuntos que parecen ser más urgentes. Una turba se acerca peligrosamente y no parecen tener intenciones muy positivas para con el monstruo.
Matar la mitad.
La idea no suena del todo mal. Demian saber que cuenta con un buen par de trucos para poder acabar con los cabecillas y con ello ya es probable que la turba se disperse. No puede negarlo, la sangre también le llama.
Eso hasta que el más pequeño menciona que allí está su madre.
No, la sola idea de asesinar a un grupo de aldeanos ya de por sí debiera ser suficiente para disuadirle, pero si encima va a perjudicar a un grupo de niños aquello no tiene sentido. Los Gorriones existen para proteger a otros chicos, no para causarles mal.
–Nadie va a matar a nadie hoy... y eso incluye a monstruos –dice acercándose a la playa.
Su presencia no es precisamente intimidadora. Aún está más pálido de lo común (que ya de por sí es bastante), lleva su hombro vendado y su torso tiene señales de sangre. El chico más bien parece que necesita un médico, al menos para quien no le conozca. Aún así, su postura indica un aire de autoridad.
–¡Hasta ahí! –dice con voz fuerte, casi gritando, cuando las personas comienzan a descender de las embarcaciones.
Algunos le miran extrañados, algunos curiosos, pero de alguna manera nadie avanza más de la cuenta.
Como respaldando sus palabras, un dardo cruza los aires, claramente apuntado a una zona libre de personas en el lago. Demian no necesita darse vuelta para saber que los chicos se han ocultado y utilizan sus tácticas ya conocidas, esta vez para intimidar.
Así es mejor, piensa, pues si se ocultan sus padres no tendrán la autoridad de hacerles ceder con una simple mirada.
–Este lugar está protegido, no habrá sangre que corra innecesariamente, ni de persona ni de animal marino –dice con una voz firme.
Lo cierto es que ni siquiera ha usado su habla. Para evitar tartamudeos y para sonar un poco mayor e imponente, Demian está utilizando ilusiones. No se requiere de un esfuerzo muy fuerte para generar sonidos y basta con acompañar moviendo los labios.
–No molestes, niño –dice aquel que se hace llamar Mano de Piedra–, sé que mi proyectil hirió al monstruo y tengo el derecho de ser quien cobre la recompensa.
–Creo que no me has entendido. Nadie matará a la bestia, está bajo nuestro cuidado –responde con una voz aún más fuerte, que ya comienza a ser percibida como sobrenatural por algunas personas.
"Un fantasma", escucha que algunos murmuran.
–¡No es ningún fantasma! –dice el hombre de manera autoritaria–, yo ya le vi más temprano, es sólo un muchacho.
Demian ve una oportunidad en aquellas dudas y se esfuerza más en generar sus ilusiones. Ahora sus ojos adquieren un brillo azul, moviéndose como una llama, y algunas piedras a su alrededor se elevan como movidas por una fuerza invisible. Para completar el cuadro, Demian invoca sus llamas azules(1), el Ignis Fatuus, una de sus ilusiones más poderosas. Así, tres llamas azules aparecen a su alrededor, llamas de una apariencia misteriosa, casi fascinante, que a ratos parecen tener rostros humano y llorar de dolor.
Los murmullos entre la gente aumentan.
–¡Qué va!, a mi no me engañas –brama el sujeto, levantando su enorme martillo–. Si no te haces a un lado te sacaremos a la fuerza. Esta gente necesita deshacerse de esa cosa tan peligrosa.
Algunas personas se adelantan y le acompañan, blandiendo desde armas reales hasta antorchas y herramientas de trabajo. Otras guardan una prudente distancia cerca de los botes.
–Bien, si se niegan a escuchar razones... tendremos que resolver esto de otra manera.
El sujeto da un par de pasos, sosteniendo el martillo sobre su cabeza.
–Un duelo uno a uno –dice de manera seca.
El fornido hombre se detiene, sorprendido por aquellas palabras. No parece ser algo que esperara.
–Como soy yo quien realiza el desafío... –continúa explicando Demian–, tú escoges las condiciones del combate. El perdedor y su grupo se retirarán del islote. ¿Aceptas o te acobardas?.
–¡No me acobarda un enclenque enano! –brama el hombre–. No acostumbro lastimar niños, pero te lo has buscado tú mismo. Las condiciones son simples, el primero que logre que su contrincante se rinda, pierda el conocimiento o muera será el ganador.
Estas palabras van acompañadas de una sonrisa burlesca. Da la impresión que el hombre espera que ante condiciones tan duras Demian se atemorice y retroceda en sus palabras.
–Bien, aceptado –contesta Demian con tranquilidad–, pero como puedes ver, estoy herido –se gira para mostrar mejor el área vendada–, así que en nuestro bando peleará otro como campeón. No te preocupes, no te engaño, también es un muchacho.
Demian apunta hacia Kosir.
–Él peleará en representación del Club del Lago.
El hombre, que por un momento había puesto un rostro de desconfianza, asiente en señal de aceptación y da un paso al frente, buscando un área despejada de la playa. Deposita ruidosamente su martillo en la arena, mientras el grupo completo comienza a juntarse formando un círculo amplio a su alrededor.
Demian mira a Kosir con una pequeña sonrisa en el rostro. No sabe si el chico estará complacido o molesto por haberse tomado la libertad de señalarlo como campeón, pero algo le dice que lo disfrutará.
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(1) Demian ha usado su habilidad de nivel 5: Ignis Fatuus, pero sin lanzarla contra nadie.
Demian
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Re: El tamaño no lo es todo [Trabajo]
La revelación del chico herido desvía un poco la atención de su colega salvaje, otro usuario de la curiosa magia que tienen afuera. Casi parece una cultura distinta al de las personas comunes y corrientes pero eso es imposible.
Nesner… otro chamán.
Ya ha tenido encuentros con gente mágica, casi siempre complicados. Tales cosas parecen ser más tangibles fuera de bosque negro, en casa son más que todo supersticiones y rituales bastante tediosos.
La presencia de los nuevos elementos no se puede ignorar más pues prácticamente están desembarcando, es en ese momento cuando Demian decide tomar una postura tristemente compartida por su aliado directo.
Si si “suspira resignado”.
Los recién llegados se toman las advertencias del mocoso de manera extraña, deciden no llevárselo por el medio más por lástima que otra cosa. Afortunadamente la pequeña entidad mágica tiene varios trucos guardados.
Hace gala de habilidades chamánicas para mantener su posición, varios se tragan el truco aunque por desgracia Mano de Piedra sigue firme como una montaña. Se necesitara algo más que miedo para desarmar este problema.
Demian demuestra tener una mente lista cuando desafía al único elemento que mantiene en pie toda la turba, aunque suene extraño los términos son aceptados y ese no es el fin de las sorpresas para el bárbaro.
¡¡¡Anam!!!
Es elegido como campeón, algo lógico teniendo en cuenta el estado del mocoso. Toda la frustración anterior se transforma en euforia junto con una creciente sed de sangre, será una buena pelea.
Los contrincantes se ponen en posición y apenas dan el visto bueno la compacta máquina de matar se abalanza sobre su rival, es bastante fácil notar que Mano de Piedra no se esperaba algo así.
Como puede el gigante mantiene posición, cubriendo a duras penas los veloces y furiosos golpes que lanza el tribal guerrero. Este último tiene la ventaja en velocidad debido al material del que está hecho su mandoble.
Ante un público cada vez más entusiasmado, el enorme hombre responde. Su primer ataque termina incrustado en la arena y es que Kosir mantiene buen equilibrio entre sus atributos de batalla.
El primer punto es para el muchacho, un corte lateral que hace manar la sangre del enorme cazador. Por desgracia este último lo toma como un llamado de advertencia y logra encadenar cierto golpe con su monstruoso puño.
Es suficiente con decir que el brumoso se lo traga completo, justo en la cara. Da varias vueltas para atrás quedando atontado severos instantes, se puede notar también que la sangre escapa de varios puntos en su rostro.
¿Eso es todo… lo que tienes? “dice para luego escupir sangre”.
Jamás lo admitirá pero eso golpe le hizo recordar a sus ancestros, un par más y quedara inconsciente sin importar nada. Eso sin mencionar que cualquier ataque directo por parte del arma principal enemiga es mortal.
Una nueva carga mutua tiene lugar aunque esta vez el joven luchador sigue un plan más táctico, puede parecer solo un martillo pero siempre busca los mejores métodos para ensartar cada clavo en la madera.
A menos que encadene un ataque crítico Mano de Piedra seguirá erguido, debilitarlo a punta de golpes y tajos tomaría mucho. Es tiempo de jugarse el todo por el todo teniendo en cuenta algo infalible.
El martillo golpea aire gracias a una ágil finta del joven adulto quien rueda por el suelo hasta quedar en el punto deseado, acto seguido saca su puñal tribal y amaga un ataque a… “el arma más valiosa de Mano de Piedra” que solo se detiene en el último instante.
El bicho o tus pelotas, tú decides.
Nesner… otro chamán.
Ya ha tenido encuentros con gente mágica, casi siempre complicados. Tales cosas parecen ser más tangibles fuera de bosque negro, en casa son más que todo supersticiones y rituales bastante tediosos.
La presencia de los nuevos elementos no se puede ignorar más pues prácticamente están desembarcando, es en ese momento cuando Demian decide tomar una postura tristemente compartida por su aliado directo.
Si si “suspira resignado”.
Los recién llegados se toman las advertencias del mocoso de manera extraña, deciden no llevárselo por el medio más por lástima que otra cosa. Afortunadamente la pequeña entidad mágica tiene varios trucos guardados.
Hace gala de habilidades chamánicas para mantener su posición, varios se tragan el truco aunque por desgracia Mano de Piedra sigue firme como una montaña. Se necesitara algo más que miedo para desarmar este problema.
Demian demuestra tener una mente lista cuando desafía al único elemento que mantiene en pie toda la turba, aunque suene extraño los términos son aceptados y ese no es el fin de las sorpresas para el bárbaro.
¡¡¡Anam!!!
Es elegido como campeón, algo lógico teniendo en cuenta el estado del mocoso. Toda la frustración anterior se transforma en euforia junto con una creciente sed de sangre, será una buena pelea.
Los contrincantes se ponen en posición y apenas dan el visto bueno la compacta máquina de matar se abalanza sobre su rival, es bastante fácil notar que Mano de Piedra no se esperaba algo así.
Como puede el gigante mantiene posición, cubriendo a duras penas los veloces y furiosos golpes que lanza el tribal guerrero. Este último tiene la ventaja en velocidad debido al material del que está hecho su mandoble.
Ante un público cada vez más entusiasmado, el enorme hombre responde. Su primer ataque termina incrustado en la arena y es que Kosir mantiene buen equilibrio entre sus atributos de batalla.
El primer punto es para el muchacho, un corte lateral que hace manar la sangre del enorme cazador. Por desgracia este último lo toma como un llamado de advertencia y logra encadenar cierto golpe con su monstruoso puño.
Es suficiente con decir que el brumoso se lo traga completo, justo en la cara. Da varias vueltas para atrás quedando atontado severos instantes, se puede notar también que la sangre escapa de varios puntos en su rostro.
¿Eso es todo… lo que tienes? “dice para luego escupir sangre”.
Jamás lo admitirá pero eso golpe le hizo recordar a sus ancestros, un par más y quedara inconsciente sin importar nada. Eso sin mencionar que cualquier ataque directo por parte del arma principal enemiga es mortal.
Una nueva carga mutua tiene lugar aunque esta vez el joven luchador sigue un plan más táctico, puede parecer solo un martillo pero siempre busca los mejores métodos para ensartar cada clavo en la madera.
A menos que encadene un ataque crítico Mano de Piedra seguirá erguido, debilitarlo a punta de golpes y tajos tomaría mucho. Es tiempo de jugarse el todo por el todo teniendo en cuenta algo infalible.
El martillo golpea aire gracias a una ágil finta del joven adulto quien rueda por el suelo hasta quedar en el punto deseado, acto seguido saca su puñal tribal y amaga un ataque a… “el arma más valiosa de Mano de Piedra” que solo se detiene en el último instante.
El bicho o tus pelotas, tú decides.
Kosir
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Re: El tamaño no lo es todo [Trabajo]
Demian comienza a reunir sutílmente el Éter en su ser. No es que no confíe realmente en las capacidades del muchacho de palabras extrañas, pero tampoco conoce realmente sus habilidades de combate.
Le otorga el beneficio de la duda. Al menos tiene confianza en sí mismo y parece estar en buen estado físico. Si porta un arma es porque debe saber algo sobre cómo se usa.
El plan B es simple. Si Kosir comienza a perder, confundirá al gigante con ilusiones y, si es necesario, le obligará a decir "me rindo" mediante un hechizo de control. La turba es gente común que difícilmente reconocerían que se ha usado magia, al menos hasta que ya sea muy tarde.
En un momento estuvo a punto de llevar a cabo lo planeado, cuando Kosir recibe un impacto muy fuerte en el rostro. Demian mueve sus dedos para conjurar el truco, pero luego lo detiene. El chico no parece haberse rendido y, al contrario, realiza rápidamente un par de maniobras muy efectivas.
Antes de que Demian pudiera siquiera decidir una ilusión apropiada, las palabras más importantes de la noche finalmente se oyen.
–Me rindo.
Demian forma una mezcla de suspiro y sonrisa en su rostro. Al final el asunto parece haberse resuelto de buena manera... eso hasta que se oyó el rugido.
Era difícil describir el sonido. Era una mezcla de león con el chirrido de un metal viejo, unido a una especie de golpeteo como de cascada. Todo con una potencia que, en lo abierto del lago, pareció expandirse sin fin. Parecía como si hasta en Lunargenta pudieran haberlo oído.
La bestia avanzó de manera tan violenta que se podía sentir la vibración en la arena de la playa y en apenas unos segundos se encontraba cerca de Mano de Piedra y le lanzaba un mordisco.
El hombre alcanzó a retroceder y el monstruo no prosiguió en su ataque, sino que se le quedó mirando con una actitud desafiante, al tiempo que se interponía entre él y Kosir.
La gente comenzó a hablar de manera desenfrenada. Algunos estaban asustados y clamaban por ayuda, otros maldecían al monstruo con un cierto valor que sólo era posible en grupo, otros parecían querer dar ideas, pero la turba no se encontraba en un estado completamente razonable para escucharlas.
Una antorcha voló e impactó al monstruo cerca de la herida.
–¡No!, ¡Detente Manchitas! –se oyó la tierna voz de Nico.
El pequeño se interponía entre la turba y la bestia, con ojos llenos de lágrimas, mentón tembloroso, pero postura valiente.
–Ya no pelean, ¿ves? –prosiguió el pequeño.
En ese instante otra antorcha cruzaba el aire. Quien la había lanzado tenía ya una cara de congoja y horror. Aparentemente había actuado antes de percatarse de la presencia del niño y notaba que su proyectil iba directo a éste, antes de que al monstruo.
Para Demian, todo ocurrió en cámara lenta.
Primero fue la teletransportación. En un suspiro ya no estaba en su anterior posición, sino justo frente a Nico. El acto había sido incluso más rápido de lo que acostumbraba, pero la situación así lo ameritaba.(1)
En el siguiente segundo Demian levantaba el antebrazo en actitud defensiva. Era ya muy tarde para usar otro conjuro. Con más tiempo podría haber recurrido a la telekinesis, pero ahora su brazo iba a tener que bastar.
Recibió el impacto dando él mismo un golpe hacia un lado, de modo que la antorcha no quedara encima suyo, sino fuera inmediatamente repelida a un costado. Por suerte no se trataba de un arma o un dardo de ballesta, por lo que el impacto no era peligroso, aunque más tarde se daría cuenta que había dejado una leve quemadura.
Se hizo el silencio.
Los otros integrantes del Club del Lago llegaron sólo unos segundos después, cada uno adoptando una posición protectora frente al monstruo.
–¡Es nuestro amigo! –exclamó la chica del grupo.
–No le hace daño a nadie –dijo en un tono más suplicante Renard.
Nico parecía incapaz de hablar aún, mezcla del llanto y la emoción.
–¡Aléjense del monstruo, mocosos imprudentes! –gritó Mano de Piedra– ¿No ven que puede morderles?
Demian dio un paso al frente.
–No, n-n-no es un peligro –dijo con su voz verdadera, sin ilusiones esta vez–. Es sólo un animal que le tiene c-c-ca-cariño a estos niños. Nico le encontró cuando era un huevo y ahora creció. Lo he visto con ellos y no es p-peligroso.
–Cuando ha atacado redes de pesca es porque tenía hambre, pero ahora le estamos enseñando que no debe hacer eso –explicó la niña.
La turba parecía confundida, con múltiples expresiones de sorpresa. Algunos parecían haber cambiado de opinión, otros dudaban.
El monstruo emitió un sonido lastimero. El esfuerzo por defender a Kosir le había causado dolor en donde hubiera impactado el proyectil más temprano.
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(1) Demian ha usado su habilidad de nivel 3: Paso del Espectro, que le permite teletransportarse a una distancia corta.
Demian
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Re: El tamaño no lo es todo [Trabajo]
El ataque a las pelotas resulta efectivo, Mano de Piedra se rinde enseguida. No es una técnica muy valiente que digamos pero en la guerra todo se vale, especialmente cuando hay no combatientes de por medio.
Al final el hombre desiste y hace honor a su palabra, claro que todo toma un camino peligroso con la intrusión de la bestia. Antes de que ambos guerreros puedan separarse Manchitas interviene mostrando simpatías claras por el pelirrojo.
Bruser, que raro…
Los brumosos no son domadores de animales, en realidad los tienen en poca estima. Muestran respeto cuando cazan y nunca agotan las fuentes de alimentos pero esa es la máxima convivencia que tendrá un habitante de bosque negro con las criaturas que le rodean, sin incluir bestias de granja por obvias razones aunque esa es una relación práctica.
Las cosas van para mal con la intervención del monstruo marino, el sorprendido Kosir apenas repara en que la turba se enciende otra vez. Es claro que ya no honran los términos del pequeño torneo que tuvo lugar ni su resultado.
Una antorcha golpea al ser extraño de costado pero eso no es lo peor, segundos después un temerario Nico pasa a formar el más endeble escudo vivo jamás visto… protección que es puesta a prueba de manera fugaz.
¡¡Claro que no!!
Kosir avanza en carga, aún no sabe cómo actuar pero la misión si está clara, salvarle el trasero al niño. Corre con velocidad aunque su mente comprende bien que no podrá llegar antes del golpe, conoce una que otra cosa de objetos arrojadizos usados como armas.
Extrañamente Demian aparece enfrente del mocoso y recibe la antorcha, literalmente aparece. El joven salvaje no tiene tiempo de frenar por lo que termina de realizar la maniobra que venía planeando, en definitiva saca a Nico de la trayectoria dejándole algunos pasos al lateral… sería algo bastante dramático de no haber llegado tarde.
Eres el primer chamán que veo recibir tantas heridas en primera línea ¡JAJA! “le da un golpetazo en la espalda al niño mágico”.
Los demás niños del lago no tardan en aparecer disminuyendo aún más el bramar violento de la multitud, es fácil notar que algunos de sus padres están entre los presentes. Pronto salen a flote los argumentos correctos.
El alegato de los mocosos y el propio Demian es conmovedor, logra sembrar la duda entre los presentes. Por desgracia las armas se mantienen empuñadas a la espera de cualquier movimiento en falso.
¡¡Kaner!!, es suficiente “sube su tono de voz” esta cosa puede ser fea y amenazante pero claramente no desea pelear “gesticula acaloradamente” no se combate contra un adversario indispuesto, es el codex del guerrero “apunta con su mandoble al tumulto” pueden calmarse y dar media vuelta o venir a enfrentar este bicho, ¡¡Pero tengan en cuenta que la cosa tiene un defensor muy cabreado con ella!!
Al final el hombre desiste y hace honor a su palabra, claro que todo toma un camino peligroso con la intrusión de la bestia. Antes de que ambos guerreros puedan separarse Manchitas interviene mostrando simpatías claras por el pelirrojo.
Bruser, que raro…
Los brumosos no son domadores de animales, en realidad los tienen en poca estima. Muestran respeto cuando cazan y nunca agotan las fuentes de alimentos pero esa es la máxima convivencia que tendrá un habitante de bosque negro con las criaturas que le rodean, sin incluir bestias de granja por obvias razones aunque esa es una relación práctica.
Las cosas van para mal con la intervención del monstruo marino, el sorprendido Kosir apenas repara en que la turba se enciende otra vez. Es claro que ya no honran los términos del pequeño torneo que tuvo lugar ni su resultado.
Una antorcha golpea al ser extraño de costado pero eso no es lo peor, segundos después un temerario Nico pasa a formar el más endeble escudo vivo jamás visto… protección que es puesta a prueba de manera fugaz.
¡¡Claro que no!!
Kosir avanza en carga, aún no sabe cómo actuar pero la misión si está clara, salvarle el trasero al niño. Corre con velocidad aunque su mente comprende bien que no podrá llegar antes del golpe, conoce una que otra cosa de objetos arrojadizos usados como armas.
Extrañamente Demian aparece enfrente del mocoso y recibe la antorcha, literalmente aparece. El joven salvaje no tiene tiempo de frenar por lo que termina de realizar la maniobra que venía planeando, en definitiva saca a Nico de la trayectoria dejándole algunos pasos al lateral… sería algo bastante dramático de no haber llegado tarde.
Eres el primer chamán que veo recibir tantas heridas en primera línea ¡JAJA! “le da un golpetazo en la espalda al niño mágico”.
Los demás niños del lago no tardan en aparecer disminuyendo aún más el bramar violento de la multitud, es fácil notar que algunos de sus padres están entre los presentes. Pronto salen a flote los argumentos correctos.
El alegato de los mocosos y el propio Demian es conmovedor, logra sembrar la duda entre los presentes. Por desgracia las armas se mantienen empuñadas a la espera de cualquier movimiento en falso.
¡¡Kaner!!, es suficiente “sube su tono de voz” esta cosa puede ser fea y amenazante pero claramente no desea pelear “gesticula acaloradamente” no se combate contra un adversario indispuesto, es el codex del guerrero “apunta con su mandoble al tumulto” pueden calmarse y dar media vuelta o venir a enfrentar este bicho, ¡¡Pero tengan en cuenta que la cosa tiene un defensor muy cabreado con ella!!
Kosir
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Re: El tamaño no lo es todo [Trabajo]
Curiosamente, no serían ni los trucos de Demian, ni el coraje de Kosir los que finalmente saldarían el asunto a favor de la bestia, sino la inocencia de un grupo de niños aún más jóvenes que aquel par.
Sus padres formaban buena parte del contingente y ciertamente no iban a permitir que la turba simplemente les lanzara antorchas o proyectiles. Por otro lado, la criatura emitió un tierno ronroneo cuando Nico la acarició.
Era claro que el "monstruo" no constituía un peligro, no como lo habían pintado las historias que se contaban en el pueblo. Nadie podía estar en peligro ante un cachorro gigante que sólo buscaba jugar con un grupo de críos.
–¿Qué demonios es un chamán? –preguntó Demian con tono jocoso.
Se miró a sí mismo y suspiró profundamente. Para no haber tenido que entablar ninguna batalla que pudiéramos considerar real, o a la altura de sus habilidades, se encontraba bastante lastimado. La herida del dardo sanaría, gracias a sus conocimientos de medicina, pero no era nada menor. Debía cuidarla si no quería terminar con una infección inesperada.
–Combates bien, para ser t-tan joven –comentó Demian a Kosir. Es cierto que él es aún más joven, pero eso no cambia la veracidad de la aseveración.
De cualquier manera, el chico sólo tenía una cosa en mente en ese instante... y esa cosa era descansar.
Para ser honestos, no lo tuvo de inmediato, pero por decisión propia. Terminó jugando con Manchitas junto a los niños, al menos hasta que sus padres lograron llevarlos de vuelta a sus hogares. Más de alguno recibió un tirón de orejas o una palmada en partes posteriores, pero al final ninguno resultó herido. Un final bastante positivo para el riesgo que corrieron esos críos con todo el asunto. El hecho de que hubiera llevado armas fue, o bien ignorado, o bien sus padres no alcanzaron a enterarse.
La gente no parecía enojada. Algunos no estaban muy contentos de que el monstruo les hubiera comido algo de pescado o de haber hecho toda esa travesía en medio de la noche para nada, pero, nuevamente, nadie había resultado herido (del pueblo, claro).
Una familia tuvo la amabilidad de ofrecerle transporte a Demian y Kosir para volver a la orilla. El brujo por supuesto aceptó, quedarse varado en un islote en medio de un lago no resultaba un panorama muy alentador.
Ya vendría el tiempo para nuevas aventuras, y ciertamente el chico no tardaría mucho en verse envuelto en algún otro hecho de peligro antes siquiera de terminar la semana, pero por ahora sólo tenía una cosa en mente y fue una cosa la que buscó... un lugar para dormir.
El pueblo no tenía una posada, no una con dormitorios al menos, pero la familia de Nico y Magda le ofreció un lugar para dormir. No era nada lujoso, apenas un poco de paja envuelto en sábanas... era suficiente.
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(*) Con esto concluye mi participación en este trabajo. Dejaré el tema abierto en caso de que Kosir quiera agregar algo más.
Última edición por Demian el Miér Feb 20 2019, 03:54, editado 1 vez
Demian
Aerandiano de honor
Aerandiano de honor
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Re: El tamaño no lo es todo [Trabajo]
Los argumentos de Kosir terminan por inclinar la balanza, la multitud desiste de su postura violenta. Después de todo hay niños involucrados y no se trata de mocosos desconocidos, son parientes, vecinos o amigos.
En un giro extraño de la situación los enanos pasan a jugar con el monstruo marino, actividad en la que se involucra el propio Demian. Si bien Kosir siente algunas ganas de unirse al torpe juego, logra mantener una postura adulta.
Minutos después todo termina tan rápido como inicia, es tarde y viene siendo hora de volver al pueblo. Al final el grupito del lago acaba por obedecer a sus responsables, no muestran mucha resistencia pues al final lograron su objetivo.
Los jóvenes aventureros que ayudaron a resolver todo son invitados a volver en una de las embarcaciones locales, esta vez sin fugas a medio camino vale destacar. En menos de lo que canta un gallo ya están en la orilla contraria.
Cuídate niño chamán “le alborota un poco el cabello a Demian”.
Dice esto dándole más entonación a las últimas palabras, cierto recordatorio de quien tiene más edad y el significado del calificativo nativo. La gente de fuera no suele entender las cosas como Kosir o su gente.
Sin duda Demian es un personaje destacable, quizás incluso haya superado su ritual de adultez y por eso se encuentre solo en el enorme mundo. Algo le dice al bárbaro que sus caminos volverán a cruzarse por ironías del destino.
Luego de despedirse del grupito de engendros con algunos juegos de manos amistosos pero bruscos, el salvaje vuelve a montar un campamento a orillas del rio. Toda la aventura ha despertado otra vez su hambre y como no consiguió un pedazo de la bestia marina tendrá que conformarse con parientes menores.
Demonios infernales acuáticos amistosos “pega un largo trago de su cantimplora” solo faltan vacas voladoras.
Dice esto último a medida que arma una tosca caña de pescar, es buen momento para seguir recuperando fuerzas con proteína animal. Una cosa esta clara, las monedas tintineantes cedidas por los aldeanos avergonzados servirán para comprar el material base de su fuerte bebida alcohólica.
Solo hace falta una mujer pechugona para mejorar este día ¡JAJA!, pero mejor alimentar la barriga y luego el deseo.
En un giro extraño de la situación los enanos pasan a jugar con el monstruo marino, actividad en la que se involucra el propio Demian. Si bien Kosir siente algunas ganas de unirse al torpe juego, logra mantener una postura adulta.
Minutos después todo termina tan rápido como inicia, es tarde y viene siendo hora de volver al pueblo. Al final el grupito del lago acaba por obedecer a sus responsables, no muestran mucha resistencia pues al final lograron su objetivo.
Los jóvenes aventureros que ayudaron a resolver todo son invitados a volver en una de las embarcaciones locales, esta vez sin fugas a medio camino vale destacar. En menos de lo que canta un gallo ya están en la orilla contraria.
Cuídate niño chamán “le alborota un poco el cabello a Demian”.
Dice esto dándole más entonación a las últimas palabras, cierto recordatorio de quien tiene más edad y el significado del calificativo nativo. La gente de fuera no suele entender las cosas como Kosir o su gente.
Sin duda Demian es un personaje destacable, quizás incluso haya superado su ritual de adultez y por eso se encuentre solo en el enorme mundo. Algo le dice al bárbaro que sus caminos volverán a cruzarse por ironías del destino.
Luego de despedirse del grupito de engendros con algunos juegos de manos amistosos pero bruscos, el salvaje vuelve a montar un campamento a orillas del rio. Toda la aventura ha despertado otra vez su hambre y como no consiguió un pedazo de la bestia marina tendrá que conformarse con parientes menores.
Demonios infernales acuáticos amistosos “pega un largo trago de su cantimplora” solo faltan vacas voladoras.
Dice esto último a medida que arma una tosca caña de pescar, es buen momento para seguir recuperando fuerzas con proteína animal. Una cosa esta clara, las monedas tintineantes cedidas por los aldeanos avergonzados servirán para comprar el material base de su fuerte bebida alcohólica.
Solo hace falta una mujer pechugona para mejorar este día ¡JAJA!, pero mejor alimentar la barriga y luego el deseo.
Kosir
Honorable
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Re: El tamaño no lo es todo [Trabajo]
RECOMPENSAS
Personalmente me gusta mucho la manera en la que los niños de Aerandir (Aunque casi todos son Chimar) consiguen mezclar tan armónicamente suspenso, acción y humor, este tema no ha sido la excepción, una pequeña recomendación que podría hacer a Kosir es que al usar palabras extrañas, podría añadir un pequeño offrol indicando lo que significa, eso facilitaría la lectura por parte de personas que no participan en el tema y que soo vienen de curiosos, de resto ha sido una lectura muy entretenida.
Por su trabajo reciben ambos 18 puntos de experiencia y 400 aeros que ya han sido sumados a sus perfiles.
Los puntos de profesión deben ser pedidos en el taller colocando un link a este tema y una breve justificación de su uso.
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Ansur
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