Sin rumbo en la vida pero no perdida, ¿O sí...? [Libre] [Interpretativo] [4/4] [Cerrado]
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Sin rumbo en la vida pero no perdida, ¿O sí...? [Libre] [Interpretativo] [4/4] [Cerrado]
[ Bosques de Verisar ]
Había mirado a sus alrededores, una y otra vez tras pararse en seco a medio camino, su expresión era de preocupación al menos de forma leve. Continuó mirando a su alrededor, delante y luego a sus costados un par de veces desconcertada, claramente se le veía perdida.
La luz que pasaba entre los árboles reflejaban todo lo que tocaban de aquel terreno tan tranquilo, pero no en este momento para la pequeña mujer-bestia, tenía algo de preocupación en su pensar, aunque no mucha, sabía que sí caminaba recto, a algún lugar iba a llegar, pero el problema era sí se topaba algún animal salvaje que le fuera hostil o algo aún peor, después de todo lo que le habían contado los campesinos de la zona antes de llegar a ese lugar, era normal para ella el tenerle miedo a los mitos, más bien era precavida con ellos, a menos que sea algo completamente irreal, claro.
Elyn había salido al bosque a conseguir algunas hierbas que le había encomendado un viejo doctor de un pueblo cercano, era normal que se la vea haciendo trabajos y recados de este sentido para pagarse la cena y la cama, pero se había encontrado un problema, ¡Se había perdido en su camino! Ya en medio del bosque perdió el sentido de la navegación y quedó varada sin saber en que dirección podía volver a aquel pequeño pueblito ganadero y agricultor.
— Por ahí estuve hace un rato... ¿No? Ese árbol se me hace familiar... —
Decidió caminar un poco más aún claramente perdida, quizá sí recorría un poco la zona se acordaría de algo en particular y se orientaría, ¡Y para nada fue así! Solo hizo que se desconcertara aún más, que perdiera aún más el sentido de orientación y por ende terminase en sentarse contra una roca, dejando salir un suspiro mientras con una pequeña rama que recogió del suelo, empezó a dibujar en la tierra.
— Sí vine por aquí y yendo por el camino me desvié aquí... Luego tomé esta planta allá y acá me detuve a [...]
Un circulo, y luego una linea saliendo del circulo hacia un pequeño rectángulo que había situado a unos diez centímetros, y en aquel rectángulo siguiendo la linea, empezó a dibujar las direcciones que recordaba haber tomado, ¡Intentaba hacer un mapa de su cabeza según los giros que había tomado! Pero terminó por dibujar lineas hacia cada lado que terminó hasta perdiéndose en aquel esquema de tierra mientras hablaba.
—¡Umph! ¡Y la noche llega en un par de horas! Quizá sí camino recto hacia allá... —
Estuvo a punto de maldecir al comienzo de la oración, y luego ya se calmó, intentando solucionar su problema tras un suspiro empezó a murmurar hacia sí misma las diferentes formas que se le ocurrían para ubicarse, pero solo había llegado a la conclusión de caminar en una dirección y rogar que sea la correcta.
Última edición por Elyn el Dom Mar 03 2019, 03:17, editado 2 veces (Razón : Cerrado.)
Elyn
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Re: Sin rumbo en la vida pero no perdida, ¿O sí...? [Libre] [Interpretativo] [4/4] [Cerrado]
Graneros y ratones no se mezclaban… Todo el mundo sabía eso.
Si eras un granjero, y la economía de tu hogar dependía de que pudieras sembrar, cultivar y vender verduras, una de las peores cosas que podía sucederte es que tuvieras una plaga de ratones en tu granero. Hasta el lector menos avispado podrá imaginarse a qué apunta toda esta explicación, supongamos que tenemos al granjero Jency, que se despierta como todas las mañanas y empieza con su rutina.
Y al momento de abrir el granero… Se encuentra con un ratón de un metro durmiendo sobre su mercancía. La mente de Jency tardó varios segundos en entender lo que estaba viendo, y mientras, Amit continuaba descansando muy plácidamente. Es importante aclarar que el Mausu no era ningún ladrón, no había tocado ni una sola de las verduras, siquiera el más pequeño grano. Simplemente necesitaba un sitio donde dormir, y ese granero se le había antojado muy acogedor.
Sin decir una palabra, para no despertar al intruso, Jency estiró la mano, agarró su horquillo y se acercó lentamente al ratón. Pero las sensibles orejas de Amit no pasaron por alto el sonido de las botas sobre la paja, los enormes radares se movieron y esa fue la señal para que el granjero levantara su arma.
-¡¡Tchik!! – Chilló Amit en el mismo instante en que se movía del lugar, evitando por pocos centímetros la punta del horquillo - ¡¡Tchik!! – En cuatro patas comenzó a correr por el lugar, mientras el granjero continuaba intentando atravesarlo con el arma improvisada.
El Mausu corrió en círculos sin dejar de chillar, tan asustado estaba que siquiera lograba articular palabras para intentar que el humano entendiera que no era como cualquier bestia y que no tenía intenciones de ir comiendo los alimentos que no le pertenecían. En uno de los giros logró agarrar su morral y corriendo con tres piernas salió disparado del granero, internándose en el bosque lo más rápido posible.
No tenía demasiado tiempo para ver por donde corría, el roedor temía que lo siguiera no solo uno, sino todos los granjeros del lugar, alertados porque un ratón gigante supuestamente se comía las cosechas. Iba tan apurado que no se dio cuenta que en frente suyo el camino se terminaba abruptamente en un barranco.
Rodo, y rodo, y siguió rodando, articulando chillidos de roedor que no tenían significado alguno para el resto de las razas, pero que para los Mausu eran todo un rosario de insultos. Terminó en el fondo del despeñadero, atrapado entre las ramas de un árbol… Y para peor, medio metro por debajo suyo había una Mujer-Bestia que tenía los rasgos de un felino.
-¡¡¡Tchik!!! – Grito de nuevo Amit mientras sacudía las patas con desesperación, intentando zafarse de las ramas para poder agarrar el martillo que llevaba en la cintura – ¡No te atrevas a acercarte, Gato! ¡Te lo advierto! Te golpearé tan fuerte que te quitaré las nueve vidas de una sola vez – Amenazó el Mausu, aunque al estar en una posición tan desventajosa daba risa más que miedo.
Amit'tek
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Re: Sin rumbo en la vida pero no perdida, ¿O sí...? [Libre] [Interpretativo] [4/4] [Cerrado]
Uriel fue descuidado, su intención era ir al bosque a buscar alimento y volver a su escondite antes de que amaneciese pero pecó de confiado y se vio obligado a permanecer en una cueva pequeña y únicamente habitable para un niño de constitución pequeña como él. Si no fuera porque se encontró, minutos antes del amanecer, ese pequeño orificio en la pared inferior de un barranco realmente hubiera estado en problema. Gracias a que el bosque tapaba los rayos directos del Sol, Uriel podría haber sobrevivido un tiempo e incluso aguantar lo suficiente como para encontrar un refugio mas adecuado pero solo de pensar en las quemaduras y dolor que habría de aguantar prefirió ocultarse en el pequeño agujero.
La pequeña cueva no superaba el metro de ancho y largo pero era increíblemente profunda así que el pequeño vampiro podía gatear hasta quedar en un lugar en donde los rayos no podían alcanzarle perfectamente incluso si un adulto no podía hacerlo. El refugio cumplió su propósito y pudo aguantar todo el día sin demasiadas quemadura del Sol y el atardecer estaba cada vez mas cerca ¡En nada sería de noche! El pequeño vampiro no pudo dormir demasiado bien por lo incomodo que estaba ahí dentro pero mirando al lado bueno no había muerto por culpa del Sol.
Waaaaah Duele, realmente odio el Sol...
Uriel lanzó un quejido de dolor mientras aguantaba las ganas de llorar, logró salir mas o menos bien parado pero un par de rayos del amanecer le golpearon y sufrió quemaduras en su espalda debido a ello ¡Dolían como si de latigazos se trataran! Con ojos llenos de lagrimas y un sollozo apenas audible, el niño esperó pacientemente a que la noche llegase para poder salir pitando de ese maldito bosque y volver a su seguro refugio.
Entonces escuchó el ruido de que algo caía desde lo alto del barranco que chirriaba y sonaba a un animal. Llamando la atención de Uriel, el pequeño escuchó atentamente hasta recibir el impulso auditivo que le decía que el animal había caído en un lugar cercano, no demasiado lejos de la pequeña cueva en la que se ocultaba. Su tripa gruñó y con un poco de saliva en sus labios pensó
Ayer no pude llena mi cantimplora o alimentarme correctamente, con esta hambre dudo que la sangre de animal sea suficiente pero ¡Podré aguantar hasta encontrar cadáveres o aliguen que cazar!
Uriel no cazaba casi nunca, se alimentaba casi plenamente de cadáveres y animales pequeños pero si no tenía otro remedio, para aplacar su hambre que le exigía sangre de alguna raza, cazaría para poder alimentarse. Pero con un poco de suerte ese animal que cayó del barranco sería suficiente para aguantar otro día más antes de volver a necesitar sangre.
Con ojos hambrientos, Uriel aguardó el anochecer que lentamente se iba haciendo visible a medida que le Sol bajaba de su trono por unas horas hasta regresar al día siguiente. Lo parte buena era que su reciente apetito había echo que el pequeño niño se olvidara el dolor de las quemaduras solares en su infantil cuerpo.
La pequeña cueva no superaba el metro de ancho y largo pero era increíblemente profunda así que el pequeño vampiro podía gatear hasta quedar en un lugar en donde los rayos no podían alcanzarle perfectamente incluso si un adulto no podía hacerlo. El refugio cumplió su propósito y pudo aguantar todo el día sin demasiadas quemadura del Sol y el atardecer estaba cada vez mas cerca ¡En nada sería de noche! El pequeño vampiro no pudo dormir demasiado bien por lo incomodo que estaba ahí dentro pero mirando al lado bueno no había muerto por culpa del Sol.
Waaaaah Duele, realmente odio el Sol...
Uriel lanzó un quejido de dolor mientras aguantaba las ganas de llorar, logró salir mas o menos bien parado pero un par de rayos del amanecer le golpearon y sufrió quemaduras en su espalda debido a ello ¡Dolían como si de latigazos se trataran! Con ojos llenos de lagrimas y un sollozo apenas audible, el niño esperó pacientemente a que la noche llegase para poder salir pitando de ese maldito bosque y volver a su seguro refugio.
Entonces escuchó el ruido de que algo caía desde lo alto del barranco que chirriaba y sonaba a un animal. Llamando la atención de Uriel, el pequeño escuchó atentamente hasta recibir el impulso auditivo que le decía que el animal había caído en un lugar cercano, no demasiado lejos de la pequeña cueva en la que se ocultaba. Su tripa gruñó y con un poco de saliva en sus labios pensó
Ayer no pude llena mi cantimplora o alimentarme correctamente, con esta hambre dudo que la sangre de animal sea suficiente pero ¡Podré aguantar hasta encontrar cadáveres o aliguen que cazar!
Uriel no cazaba casi nunca, se alimentaba casi plenamente de cadáveres y animales pequeños pero si no tenía otro remedio, para aplacar su hambre que le exigía sangre de alguna raza, cazaría para poder alimentarse. Pero con un poco de suerte ese animal que cayó del barranco sería suficiente para aguantar otro día más antes de volver a necesitar sangre.
Con ojos hambrientos, Uriel aguardó el anochecer que lentamente se iba haciendo visible a medida que le Sol bajaba de su trono por unas horas hasta regresar al día siguiente. Lo parte buena era que su reciente apetito había echo que el pequeño niño se olvidara el dolor de las quemaduras solares en su infantil cuerpo.
Uri
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Re: Sin rumbo en la vida pero no perdida, ¿O sí...? [Libre] [Interpretativo] [4/4] [Cerrado]
Y ahí iba Mefisto, con una sonrisa en la cara y su sombrero en la cabeza, al paso seguro de quien apenas tiene una ligera idea de adonde va.
Llevaba al hombro un pequeño saco de lino, lleno de manzanas que había conseguido un par de días antes. El elfo tarareaba una tonada alegre, y de vez en cuando cambiaba el ritmo de sus pasos para ajustarlos a esta.
-Tengo la suerte de haber crecido elfo y haber sido enseñado a sobrevivir a la intemperie- pensó, al recordar su trajinar de las últimas semanas. El hambre no solía ser un problema, pero el esfuerzo para mantener el estómago lleno era algo que el muy vago prefería mantener al mínimo.
-Estaría jodidísimo si no- pensaba.
-Espera... pero de no haber nacido elfo, no tendría que vagar por ahí ¿verdad?,
así que... ¿debería estar agradecido por saber sobrevivir y resentido por tener que hacerlo, o
resentido por tener que sobrevivir de esta forma y no haber nacido en otras circunstancias,
o quizás...
Como escapando de la persecución mental que había empezado sobre sí mismo, tomó una manzana del saco y le dio un mordisco. De entre los sonidos de su masticar, a lo lejos, logró percibir algo. Se detuvo al instante, aguzó sus sentidos y dedicó toda su atención a detallar la naturaleza del ruido.
-Es un par de animales, o más. ¿Cazando? ¿Huyendo? -Mefisto se dio cuenta de que el ruido se hacía más claro, a medida que se acercaba- Esos son... ¿chillidos?
La confusión no hizo sino alimentar la ya virulenta curiosidad del elfo, que logró avistar un animal pequeño siendo perseguido por un hombre.
-¡Oh, al fin ocurre algo! -pensó Mefisto, que ya partía en dirección a los sucesos- ¿Será un cazador? No lo parece.
¿Ahuyenta al animal, quizás? ¿Quién habrá molestado a quién?
Sea lo que sea, ¡puedo participar!
-¡Hey! ¿Necesita ayuda con eso? -gritó Mefisto, que ya iba acelerando su paso.
El hombre volteó a verlo con sorpresa, y empezó a detenerse. Parecía faltarle el aliento, lo que tachó la posibilidad de que fuese un cazador. No uno experimentado, al menos.
Mefisto ojeó al animal que se alejaba, y se dio cuenta de que cargaba una bolsa.
-¿No será...?
-¡Quédese aquí, yo me encargaré! -le dijo al hombre, y sin siquiera esperar respuesta, salió disparado en dirección al posible hombre-bestia.
-¡Espera, espera, espera! -Mefisto fue testigo de cómo el animalito desapareció cuesta abajo, al barranco que él mismo apenas logró ver a tiempo de detenerse. Una serie de chillidos fueron prueba de que el animal aún vivía, y aún caía.
Tuvo una idea alocada. Dudó un poco, pero el juicio de Mefisto no es una de sus mejores cualidades.
-Juro que si eres sólo una rata grande, me voy a molestar muuucho.
Sentía su pulso acelerarse, su cuerpo preparase y al Mefisto del futuro arrepentirse. De un saltito, se lanzó.
Milagrosamente, Mefisto se deslizaba por el lecho sin perder el equilibrio. Estrepitosamente, Mefisto se tropezó y se fue de bruces contra el final de su recorrido.
El saco de manzanas amortiguó su caída.
Lo suficiente para no matarse, al menos.
Tirado en el suelo encima de un montón de manzanas aplastadas, Mefisto levantó la cabeza al escuchar quejarse al animal que ahora estaba atrapado en un árbol.
-...¡SÍ! -celebró con la fuerza que podía recolectar dadas sus circunstancias.
-El ratón habla... -dejó caer su cabeza otra vez, aliviado de que la soberana estupidez que había cometido no fue completamente en vano.
Se dio cuenta entonces de que había perdido su sombrero, y si bien la angustia fue como agua fría a la cara, permaneció inmóvil.
Cerró los ojos un momento, ignorando la otra presencia en su cercanía, pues el dolor de su terquedad entumeció hasta su sentido de supervivencia.
Como una hoja el sombrero se deslizó por el aire, de un lado a otro, antes de caer grácilmente en el rostro del elfo, calmando su pesar.
-Al menos hoy no será aburrido... -pensó.
Llevaba al hombro un pequeño saco de lino, lleno de manzanas que había conseguido un par de días antes. El elfo tarareaba una tonada alegre, y de vez en cuando cambiaba el ritmo de sus pasos para ajustarlos a esta.
-Tengo la suerte de haber crecido elfo y haber sido enseñado a sobrevivir a la intemperie- pensó, al recordar su trajinar de las últimas semanas. El hambre no solía ser un problema, pero el esfuerzo para mantener el estómago lleno era algo que el muy vago prefería mantener al mínimo.
-Estaría jodidísimo si no- pensaba.
-Espera... pero de no haber nacido elfo, no tendría que vagar por ahí ¿verdad?,
así que... ¿debería estar agradecido por saber sobrevivir y resentido por tener que hacerlo, o
resentido por tener que sobrevivir de esta forma y no haber nacido en otras circunstancias,
o quizás...
Como escapando de la persecución mental que había empezado sobre sí mismo, tomó una manzana del saco y le dio un mordisco. De entre los sonidos de su masticar, a lo lejos, logró percibir algo. Se detuvo al instante, aguzó sus sentidos y dedicó toda su atención a detallar la naturaleza del ruido.
-Es un par de animales, o más. ¿Cazando? ¿Huyendo? -Mefisto se dio cuenta de que el ruido se hacía más claro, a medida que se acercaba- Esos son... ¿chillidos?
La confusión no hizo sino alimentar la ya virulenta curiosidad del elfo, que logró avistar un animal pequeño siendo perseguido por un hombre.
-¡Oh, al fin ocurre algo! -pensó Mefisto, que ya partía en dirección a los sucesos- ¿Será un cazador? No lo parece.
¿Ahuyenta al animal, quizás? ¿Quién habrá molestado a quién?
Sea lo que sea, ¡puedo participar!
-¡Hey! ¿Necesita ayuda con eso? -gritó Mefisto, que ya iba acelerando su paso.
El hombre volteó a verlo con sorpresa, y empezó a detenerse. Parecía faltarle el aliento, lo que tachó la posibilidad de que fuese un cazador. No uno experimentado, al menos.
Mefisto ojeó al animal que se alejaba, y se dio cuenta de que cargaba una bolsa.
-¿No será...?
-¡Quédese aquí, yo me encargaré! -le dijo al hombre, y sin siquiera esperar respuesta, salió disparado en dirección al posible hombre-bestia.
-¡Espera, espera, espera! -Mefisto fue testigo de cómo el animalito desapareció cuesta abajo, al barranco que él mismo apenas logró ver a tiempo de detenerse. Una serie de chillidos fueron prueba de que el animal aún vivía, y aún caía.
Tuvo una idea alocada. Dudó un poco, pero el juicio de Mefisto no es una de sus mejores cualidades.
-Juro que si eres sólo una rata grande, me voy a molestar muuucho.
Sentía su pulso acelerarse, su cuerpo preparase y al Mefisto del futuro arrepentirse. De un saltito, se lanzó.
. . .
Milagrosamente, Mefisto se deslizaba por el lecho sin perder el equilibrio. Estrepitosamente, Mefisto se tropezó y se fue de bruces contra el final de su recorrido.
El saco de manzanas amortiguó su caída.
Lo suficiente para no matarse, al menos.
Tirado en el suelo encima de un montón de manzanas aplastadas, Mefisto levantó la cabeza al escuchar quejarse al animal que ahora estaba atrapado en un árbol.
-...¡SÍ! -celebró con la fuerza que podía recolectar dadas sus circunstancias.
-El ratón habla... -dejó caer su cabeza otra vez, aliviado de que la soberana estupidez que había cometido no fue completamente en vano.
Se dio cuenta entonces de que había perdido su sombrero, y si bien la angustia fue como agua fría a la cara, permaneció inmóvil.
Cerró los ojos un momento, ignorando la otra presencia en su cercanía, pues el dolor de su terquedad entumeció hasta su sentido de supervivencia.
Como una hoja el sombrero se deslizó por el aire, de un lado a otro, antes de caer grácilmente en el rostro del elfo, calmando su pesar.
-Al menos hoy no será aburrido... -pensó.
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Re: Sin rumbo en la vida pero no perdida, ¿O sí...? [Libre] [Interpretativo] [4/4] [Cerrado]
Ya prácticamente no había sol, los últimos rayos de luz se escapaban por el danzar del viento entre las hojas y las ramas de los árboles hasta llegar a un callejón sin salida, la fría tierra y el pasto en el suelo.
Elyn aún estaba agarrándose la cabeza, miraba su obra "artística" con atención, incluso la limpiaba con mas tierra y la volvía a rehacer, prácticamente del mismo modo que antes y por ende de la misma manera confusa terminaba, esperando que tras hacerlo un par de veces le refresque la memoria, ¡Pero no! Y menos cuando empezó a escuchar chillidos, ¿Un animal salvaje? En su hogar había salido a cazar para otorgar comida al pueblo cada tanto, después de todo casi no había hombre-bestia que no supiera hacerlo en su poblado. Aunque ese no era el problema por los extraños chillidos sin siquiera imaginarse que sería una rata enorme o alguien de su misma raza y esperando lo peor, tomó la empuñadura de su espada mostrando un par de centímetros tras desenfundarla un poco mientras miraba atentamente la dirección en la que venían, sus orejas estaban paraditas, agudizadas para intentar captar lo que era, y de donde venía exactamente, con su cola erizada y recta apuntando en popa, indicaba que estaba alarmada y preocupada, incluso hasta había dado un paso adelante para colocarse en pose de combate.
— ¿¡U-Una bestia...!?
Miles de historias sobre bestias rondaban su cabeza, lo que más tenía en mente eran trolls y animales salvajes, quizá hasta un jabalí rondaría por allí, y eso le mantuvo en alerta, mirando a sus alrededores.
Se paró de la roca al ver algo rodando por el barranco apenas a metros de ella, preguntándose que será esa bola de pelo mientras se preparaba mentalmente para lo peor, ya desenfundando su arma, pero al caer aquel roedor enorme, con aquel bolso mientras la amenazaba, buscando tomar aquel martillo, no pudo evitar arquear una ceja, ¿Un hombre-bestia?
Y más encima dejando salir de su boca oraciones sin sentido, al menos para Elyn que confundida y poco a poco dejó salir una pequeña carcajada por la situación en la que se encontraba el roedor.
— ¿Q-qué...? P-pfff... ¡Como sí tuviera el lujo de tener nueve! Pero bueno, bueno, no me acerco, ¡Y yo que quería ayudarte a bajar! Musitó entre pequeñas risas mientras iba dejando aquella afilada espada en la funda de amarrada a su cintura.
Le miró bien de arriba a abajo y apenas un par de segundos después cayó alguien más a un par de metros, con un sombrero que cayó sobre su cabeza de la forma más caricaturesca posible, que hizo que Elyn suelte otra pequeña risa, pero aún confundida dió un paso atrás solo por precaución, no era normal que dos tipos caigan en frente suyo y más encima un ratón bastante chillón y gracioso le amenace mientras intentaba agarrar una herramienta.
— ¿Y esto...? ¿De donde salieron? ¿Están bien...? ¿Necesitan algo? ¿Quieres ayuda para bajar? —
Finalmente su cola bajó y con ello sus orejas, no parecían del tipo que le harían daño, no alguien que había usado de aterrizaje un bolso de manzanas y menos un ratón que no podía ni liberarse de aquella "trampa" natural por sí solo, se veían inofensivos, o al menos así le decía su instinto felino, aunque no podía evitar sentirse desconfiada con completos extraños que prácticamente habían caído del cielo hacia ella.
Mantuvo una postura recta, con una mano acariciando el pomo de metal con la uña de su dedo índice mientras los demás dedos acariciaban la empuñadura de madera, y así, olvidó al menos de momento que estaba perdida, estaba más enfocada en descubrir quienes eran aquellas personas y sus motivaciones para estar allí para identificarlas como posibles amenazas u posibles amigos, después de todo había escuchado historias de bandidos rondar por los caminos, bosques y sus alrededores atacando a los y viajeros de estos.
Elyn aún estaba agarrándose la cabeza, miraba su obra "artística" con atención, incluso la limpiaba con mas tierra y la volvía a rehacer, prácticamente del mismo modo que antes y por ende de la misma manera confusa terminaba, esperando que tras hacerlo un par de veces le refresque la memoria, ¡Pero no! Y menos cuando empezó a escuchar chillidos, ¿Un animal salvaje? En su hogar había salido a cazar para otorgar comida al pueblo cada tanto, después de todo casi no había hombre-bestia que no supiera hacerlo en su poblado. Aunque ese no era el problema por los extraños chillidos sin siquiera imaginarse que sería una rata enorme o alguien de su misma raza y esperando lo peor, tomó la empuñadura de su espada mostrando un par de centímetros tras desenfundarla un poco mientras miraba atentamente la dirección en la que venían, sus orejas estaban paraditas, agudizadas para intentar captar lo que era, y de donde venía exactamente, con su cola erizada y recta apuntando en popa, indicaba que estaba alarmada y preocupada, incluso hasta había dado un paso adelante para colocarse en pose de combate.
— ¿¡U-Una bestia...!?
Miles de historias sobre bestias rondaban su cabeza, lo que más tenía en mente eran trolls y animales salvajes, quizá hasta un jabalí rondaría por allí, y eso le mantuvo en alerta, mirando a sus alrededores.
Se paró de la roca al ver algo rodando por el barranco apenas a metros de ella, preguntándose que será esa bola de pelo mientras se preparaba mentalmente para lo peor, ya desenfundando su arma, pero al caer aquel roedor enorme, con aquel bolso mientras la amenazaba, buscando tomar aquel martillo, no pudo evitar arquear una ceja, ¿Un hombre-bestia?
Y más encima dejando salir de su boca oraciones sin sentido, al menos para Elyn que confundida y poco a poco dejó salir una pequeña carcajada por la situación en la que se encontraba el roedor.
— ¿Q-qué...? P-pfff... ¡Como sí tuviera el lujo de tener nueve! Pero bueno, bueno, no me acerco, ¡Y yo que quería ayudarte a bajar! Musitó entre pequeñas risas mientras iba dejando aquella afilada espada en la funda de amarrada a su cintura.
Le miró bien de arriba a abajo y apenas un par de segundos después cayó alguien más a un par de metros, con un sombrero que cayó sobre su cabeza de la forma más caricaturesca posible, que hizo que Elyn suelte otra pequeña risa, pero aún confundida dió un paso atrás solo por precaución, no era normal que dos tipos caigan en frente suyo y más encima un ratón bastante chillón y gracioso le amenace mientras intentaba agarrar una herramienta.
— ¿Y esto...? ¿De donde salieron? ¿Están bien...? ¿Necesitan algo? ¿Quieres ayuda para bajar? —
Finalmente su cola bajó y con ello sus orejas, no parecían del tipo que le harían daño, no alguien que había usado de aterrizaje un bolso de manzanas y menos un ratón que no podía ni liberarse de aquella "trampa" natural por sí solo, se veían inofensivos, o al menos así le decía su instinto felino, aunque no podía evitar sentirse desconfiada con completos extraños que prácticamente habían caído del cielo hacia ella.
Mantuvo una postura recta, con una mano acariciando el pomo de metal con la uña de su dedo índice mientras los demás dedos acariciaban la empuñadura de madera, y así, olvidó al menos de momento que estaba perdida, estaba más enfocada en descubrir quienes eran aquellas personas y sus motivaciones para estar allí para identificarlas como posibles amenazas u posibles amigos, después de todo había escuchado historias de bandidos rondar por los caminos, bosques y sus alrededores atacando a los y viajeros de estos.
Elyn
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Re: Sin rumbo en la vida pero no perdida, ¿O sí...? [Libre] [Interpretativo] [4/4] [Cerrado]
La mujer felina no parecía tomarse para nada en serio las amenazas del Mausu, eso hacía que Amit solo se enojara más, chasqueaba la lengua y se revolvía para todos lados mientras la joven reía. Para peor, al lado del roedor cayó otra persona, haciendo una escena casi tan graciosa como la del primero, el Mausu se indignaba porque de alguna manera sentía que la caída de ese hombre solo había ayudado a dejarlo aún más en ridículo.
Recordó entonces que antes lo estaban persiguiendo, mirarlo para intentar reconocerlo no tenía sentido, todos los seres que no eran Hombres-Bestia se parecían mucho entre sí. En lugar de eso, levantó un poco la nariz para sentir su olor, luego de unos segundos estaba bastante seguro de que no era el granjero que lo había atacado antes.
-No necesito ninguna ayuda – Respondió Amit aun enojado y cauteloso, no se olvidaba que frente a él tenía a una impredecible Mujer-Gato, las bestias más caprichosas y letales, en un segundo te trataban bien y al siguiente te traspasaban con sus garras solo por diversión - ¡Tchik! Amit no necesita la ayuda de nadie para bajar –
Finalmente logró llegar hasta su martillo, lo sacó de un solo movimiento y con más fuerza de la que uno podría imaginar en semejante cuerpo rechoncho y adorable, golpeó al árbol que lo tenía prisionero. El efecto del hechizo de tierra que tenía su martillo generaba siempre mucho más impacto que con un arma normal, hizo que todo el tronco se sacudiera y con el zarandeo el Mausu quedó libre.
-Tchik-Tchik-como-si-Amit-fuera-a-necesitar-la-ayuda-de-una-Mujer-Gato-que-se-ríe de-él-que-se-ríe-de-mi-Tchik-es-inaudito-una-falta-de-respeto – El roedor hablaba tan rápido que apenas se podía entender lo que decía, era más bien como una sola oración en bloque, seguida de rechistes y chasqueo de lengua intermitentes.
El Mausu terminó de acomodarse la ropa y vio que su bolsa seguía colgada, tuvo que engancharla con su martillo para poder bajarla, se la colgó al hombro y miró a los dos seres que se habían burlado de él. Si, a esa altura Amit consideraba que el otro hombre se había caído de modo tan torpe solo para hacerlo ver peor, así que también había sido parte de la burla.
-La noche está por llegar, no deberían seguir en el bosque cuando el sol se haya ocultado, Tchik, no es seguro – Miró la cintura de la Mujer-Gato, tenía un arma, además de las que naturalmente debía poder utilizar, como sus garras y sus dientes. Luego observó al hombre, ese parecía ser más frágil, un incompetente que se tropezaba con sus propios pies – Si encuentran la manera de subir por este barranco, a poca distancia hay algunas casas de granjeros. Seguramente ellos podrán darles un sitio donde dormir, Tchik, cuando no eres un ratón deben comportarse con amabilidad – Amit no se olvidaba fácilmente de las ofensas, pero tampoco era una mala persona, no le gustaría irse y quedarse pensando en que había dejado a dos personas perdidas en el bosque.
Se disponía a irse cuando un tercer olor capto su atención, e hizo que el pelo de su espalda se erizara, se quedó congelado y agudizo los sentidos. Si bien la vista de los ratones no era muy buena, su olfato y su oído eran infalible.
-Hay alguien más aquí cerca y… Huele a sangre – Levantó su martillo y se puso en guardia – Tiene el olor de un depredador – Se dio vuelta hacia un lado y hacia el otro con velocidad, intentando discernir en donde se escondía – Sal de donde estés, Tchik ¡Soy Amit´tek y no permitiré que me anden acechando como si fuera un aperitivo!-
Recordó entonces que antes lo estaban persiguiendo, mirarlo para intentar reconocerlo no tenía sentido, todos los seres que no eran Hombres-Bestia se parecían mucho entre sí. En lugar de eso, levantó un poco la nariz para sentir su olor, luego de unos segundos estaba bastante seguro de que no era el granjero que lo había atacado antes.
-No necesito ninguna ayuda – Respondió Amit aun enojado y cauteloso, no se olvidaba que frente a él tenía a una impredecible Mujer-Gato, las bestias más caprichosas y letales, en un segundo te trataban bien y al siguiente te traspasaban con sus garras solo por diversión - ¡Tchik! Amit no necesita la ayuda de nadie para bajar –
Finalmente logró llegar hasta su martillo, lo sacó de un solo movimiento y con más fuerza de la que uno podría imaginar en semejante cuerpo rechoncho y adorable, golpeó al árbol que lo tenía prisionero. El efecto del hechizo de tierra que tenía su martillo generaba siempre mucho más impacto que con un arma normal, hizo que todo el tronco se sacudiera y con el zarandeo el Mausu quedó libre.
-Tchik-Tchik-como-si-Amit-fuera-a-necesitar-la-ayuda-de-una-Mujer-Gato-que-se-ríe de-él-que-se-ríe-de-mi-Tchik-es-inaudito-una-falta-de-respeto – El roedor hablaba tan rápido que apenas se podía entender lo que decía, era más bien como una sola oración en bloque, seguida de rechistes y chasqueo de lengua intermitentes.
El Mausu terminó de acomodarse la ropa y vio que su bolsa seguía colgada, tuvo que engancharla con su martillo para poder bajarla, se la colgó al hombro y miró a los dos seres que se habían burlado de él. Si, a esa altura Amit consideraba que el otro hombre se había caído de modo tan torpe solo para hacerlo ver peor, así que también había sido parte de la burla.
-La noche está por llegar, no deberían seguir en el bosque cuando el sol se haya ocultado, Tchik, no es seguro – Miró la cintura de la Mujer-Gato, tenía un arma, además de las que naturalmente debía poder utilizar, como sus garras y sus dientes. Luego observó al hombre, ese parecía ser más frágil, un incompetente que se tropezaba con sus propios pies – Si encuentran la manera de subir por este barranco, a poca distancia hay algunas casas de granjeros. Seguramente ellos podrán darles un sitio donde dormir, Tchik, cuando no eres un ratón deben comportarse con amabilidad – Amit no se olvidaba fácilmente de las ofensas, pero tampoco era una mala persona, no le gustaría irse y quedarse pensando en que había dejado a dos personas perdidas en el bosque.
Se disponía a irse cuando un tercer olor capto su atención, e hizo que el pelo de su espalda se erizara, se quedó congelado y agudizo los sentidos. Si bien la vista de los ratones no era muy buena, su olfato y su oído eran infalible.
-Hay alguien más aquí cerca y… Huele a sangre – Levantó su martillo y se puso en guardia – Tiene el olor de un depredador – Se dio vuelta hacia un lado y hacia el otro con velocidad, intentando discernir en donde se escondía – Sal de donde estés, Tchik ¡Soy Amit´tek y no permitiré que me anden acechando como si fuera un aperitivo!-
Amit'tek
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Re: Sin rumbo en la vida pero no perdida, ¿O sí...? [Libre] [Interpretativo] [4/4] [Cerrado]
Esta vivo ¡Jo! Yo que pensé que podría obtener comida de su cadáver...Supongo que tendré que cazar, con un poco de suerte podré matar al ganado que hay cerca de aquí...Ya no hay prácticamente Sol, si miro afuera desde dentro de la cueva debería no quemarme.
Con rostro algo amargo y un deje de dolor, Uriel gateo lentamente y estremeciéndose dolorosamente hacia la entrada de la cueva. La vista de los vampiros era cada vez mejor a medida que la noche caía, así que el niño notó de inmediato a las tres personas. La que mas le llamó la atención fue, como no, la ratita que se iba a convertir en su alimento hasta hace no mucho ¡Resulta que es un hombre-bestia! Uriel esbozó un rostro aún mas molesto y hambriento en cuanto lo supo ¡Si hubiese podido alimentarse de él su hambre podría haberse aplacado por completo! Haciendo pucheros infantiles, el vampiro dirigió su atención a los otros dos desconocidos.
Una huma...¿gata? Hmmm pero los gatitos van a cuatro patas y no son humanos ¿Tal vez una mujer bestia algo mas especial? ¡Que extraño! ¡Quiero preguntarle! Hmmmmm pero soy un vampiro y ella esta armada ¿Y si resulta ser una abusadora infantil? Waaaaah ¡No quiero mas dolor!
Con un poco de temer y dolor al recordar las heridas en su espalda, Uriel se encogió levemente mientras observaba a la mujer gato, quien, por capricho temeroso del inocente vampiro, ya casi había caído en el grupo de "abusadores infantiles" sin siquiera haberle echo nada aún.
Apartó la mirada de la chica gato desconocida y dirigió su mirada al ultimo de los tres ahí presentes. En curioso hombre cuyo rostro no podía ver por estar detrás suyo ¡Olía realmente delicioso! No podía saber demasiado bien que raza era porque sus heridas eran leves pero ¡Podía decir que era una aroma realmente agradable y dulce el que poseía su sangre! Con los gruñidos de su estomago resonando mas fuertes y su saliva prácticamente cayendo de su boca, Uriel lamentó que ese par no hubieran muerto en su caída ¡Podría haberse alimentado muy bien e incluso llenar su cantimplora de sangre! Si los hubiera encontrado solos lo mas probable es que hubiera intentado cazarlos, pero incluso teniendo la mente de un niño de 11 años, sabía que era peligroso para él intentarlo cuando habían tres personas de poder desconocido frente a el. Lo mas sabio era esperar a que se fueran y aprovechar la noche para cazar ganado y animales del bosque para luego salir pitando de esa trampa mortal que era el bosque.
" Fufufu ¡Maestro, su aprendiz cada vez es mas listo!"
Con un orgullo y arrogancia cargada de inocencia propias de los infantes, Uriel intento tomar una postura acorde a sus arrogantes emociones pero solo logró que la ropa rozara sus quemaduras y sufrir un choque de dolor, que le hizo tener que contener un quejido. Lloriqueando en silencio, el niño vampiro comenzó a frotarse la zona como pudo, conteniéndose las ganas de rascarse ¡No solo dolía, sino que picaban también!
Wuuuuh D-duele ¡T-todo por culpa de este bosque r-raro y e-el S-Sol! ¡L-los odio! Waaaaah ¡Duele!
Ignorando que con sus palabras estaba exponiéndose fácilmente a los tres desconocidos, siguió gimoteando y conteniéndose para no romper a llorar en cualquier momento ¡Pero era inevitable no quejarse en voz alta! Picaba, pero al frotarse la zona dolía y picaba incluso más, era insoportable para cualquier persona, peor aún si se trataba de un niño como él. Siguió quejándose en voz alta con su voz media rota y exasperada, ya ni siquiera le importaba que el ratoncito había detectado su olor, o incluso que hasta hace nada estaba medio muerto de hambre babeando y lamentándose por no poder cazarlos ¡Simplemente quería que ese dolor y picor en su espalda y parte de sus hombros se detuviera de una vez!
Con rostro algo amargo y un deje de dolor, Uriel gateo lentamente y estremeciéndose dolorosamente hacia la entrada de la cueva. La vista de los vampiros era cada vez mejor a medida que la noche caía, así que el niño notó de inmediato a las tres personas. La que mas le llamó la atención fue, como no, la ratita que se iba a convertir en su alimento hasta hace no mucho ¡Resulta que es un hombre-bestia! Uriel esbozó un rostro aún mas molesto y hambriento en cuanto lo supo ¡Si hubiese podido alimentarse de él su hambre podría haberse aplacado por completo! Haciendo pucheros infantiles, el vampiro dirigió su atención a los otros dos desconocidos.
Una huma...¿gata? Hmmm pero los gatitos van a cuatro patas y no son humanos ¿Tal vez una mujer bestia algo mas especial? ¡Que extraño! ¡Quiero preguntarle! Hmmmmm pero soy un vampiro y ella esta armada ¿Y si resulta ser una abusadora infantil? Waaaaah ¡No quiero mas dolor!
Con un poco de temer y dolor al recordar las heridas en su espalda, Uriel se encogió levemente mientras observaba a la mujer gato, quien, por capricho temeroso del inocente vampiro, ya casi había caído en el grupo de "abusadores infantiles" sin siquiera haberle echo nada aún.
Apartó la mirada de la chica gato desconocida y dirigió su mirada al ultimo de los tres ahí presentes. En curioso hombre cuyo rostro no podía ver por estar detrás suyo ¡Olía realmente delicioso! No podía saber demasiado bien que raza era porque sus heridas eran leves pero ¡Podía decir que era una aroma realmente agradable y dulce el que poseía su sangre! Con los gruñidos de su estomago resonando mas fuertes y su saliva prácticamente cayendo de su boca, Uriel lamentó que ese par no hubieran muerto en su caída ¡Podría haberse alimentado muy bien e incluso llenar su cantimplora de sangre! Si los hubiera encontrado solos lo mas probable es que hubiera intentado cazarlos, pero incluso teniendo la mente de un niño de 11 años, sabía que era peligroso para él intentarlo cuando habían tres personas de poder desconocido frente a el. Lo mas sabio era esperar a que se fueran y aprovechar la noche para cazar ganado y animales del bosque para luego salir pitando de esa trampa mortal que era el bosque.
" Fufufu ¡Maestro, su aprendiz cada vez es mas listo!"
Con un orgullo y arrogancia cargada de inocencia propias de los infantes, Uriel intento tomar una postura acorde a sus arrogantes emociones pero solo logró que la ropa rozara sus quemaduras y sufrir un choque de dolor, que le hizo tener que contener un quejido. Lloriqueando en silencio, el niño vampiro comenzó a frotarse la zona como pudo, conteniéndose las ganas de rascarse ¡No solo dolía, sino que picaban también!
Wuuuuh D-duele ¡T-todo por culpa de este bosque r-raro y e-el S-Sol! ¡L-los odio! Waaaaah ¡Duele!
Ignorando que con sus palabras estaba exponiéndose fácilmente a los tres desconocidos, siguió gimoteando y conteniéndose para no romper a llorar en cualquier momento ¡Pero era inevitable no quejarse en voz alta! Picaba, pero al frotarse la zona dolía y picaba incluso más, era insoportable para cualquier persona, peor aún si se trataba de un niño como él. Siguió quejándose en voz alta con su voz media rota y exasperada, ya ni siquiera le importaba que el ratoncito había detectado su olor, o incluso que hasta hace nada estaba medio muerto de hambre babeando y lamentándose por no poder cazarlos ¡Simplemente quería que ese dolor y picor en su espalda y parte de sus hombros se detuviera de una vez!
Uri
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Re: Sin rumbo en la vida pero no perdida, ¿O sí...? [Libre] [Interpretativo] [4/4] [Cerrado]
La oscuridad en la que estaba sumido el elfo hizo que percibiera de forma más aguda la molestia de su cuerpo, aunque de cierto modo se encontraba en un estado de paz muy alejado de lo que uno esperaría, dadas las circunstancias. Puede que se hubiese dañado la cabeza, pues por un instante tuvo el tupé de creer hasta estar cómodo.
Ese instante fue interrumpido por una voz femenina, seguida de otra ronda de chillidos del animalejo.
-Ay, ay, ay -se quejó, mientras con una mano se quitaba el sombrero del rostro y con la otra se ayudaba para sentarse-... Ya puedo tachar 'saltar de un acantilado' de la lista de cosas que no me parecían buena idea pero que igual hice.
Vio al animalejo llamado Amit forcejear con el árbol. Parecía muy mosqueado, pero no con su situación, sino conmigo y con l-
-...Ese es un gato que no me molestaría acariciar.
Interrumpiendo su hilo de pensamiento la semi-felina les ofreció ayuda. Fue inmediatamente rechazada por Amit, que logró bajarse del árbol y parecía sentirse insultado.
Mefisto sonrió con modestia y negó la oferta con un gesto de las manos. Daba una imagen de seguridad y control total de la situación. O lo haría si no estuviese en el suelo, lleno de magulladuras y restos de manzanas.
Una vez recuperado totalmente de la caída Amit les aconsejó buscar la forma de llegar a los graneros que había cuesta arriba, para pasar la noche.
-Vine hasta acá para asegurarme de que estuvieras bien, ratón. Que me pidas volver a subir hiere un poco. No tanto como la caída, pero...
La sensación pegajosa en la mano atrajo la atención de Mefisto. Tras conectar los puntos, su ánimo se desplomó.
-¡Mierda, mis manzanas! -se quejó, al caer en cuenta de que todo su esfuerzo al recolectarlas se había ido barranca abajo
Una súbita advertencia de Amit hizo que Mefisto se pusiera de pie tan rápido como le permitieron sus extremidades. Se fijó en el lugar al que apuntaba la mirada del roedor, una pequeña cueva, desde la que se empezaron a escuchar las quejas de un... ¿niño?
Aunque tenía un mal presentimiento, se adelantó al roedor a paso lento. Si era un niño y estaba herido, podía usar sus dones para sanarlo y buscar la forma de llevarlo a los graneros mencionados antes. Ese no era lugar seguro, y menos ahora que el sol los abandonaba.
Ese instante fue interrumpido por una voz femenina, seguida de otra ronda de chillidos del animalejo.
-Ay, ay, ay -se quejó, mientras con una mano se quitaba el sombrero del rostro y con la otra se ayudaba para sentarse-... Ya puedo tachar 'saltar de un acantilado' de la lista de cosas que no me parecían buena idea pero que igual hice.
Vio al animalejo llamado Amit forcejear con el árbol. Parecía muy mosqueado, pero no con su situación, sino conmigo y con l-
-...Ese es un gato que no me molestaría acariciar.
Interrumpiendo su hilo de pensamiento la semi-felina les ofreció ayuda. Fue inmediatamente rechazada por Amit, que logró bajarse del árbol y parecía sentirse insultado.
Mefisto sonrió con modestia y negó la oferta con un gesto de las manos. Daba una imagen de seguridad y control total de la situación. O lo haría si no estuviese en el suelo, lleno de magulladuras y restos de manzanas.
Una vez recuperado totalmente de la caída Amit les aconsejó buscar la forma de llegar a los graneros que había cuesta arriba, para pasar la noche.
-Vine hasta acá para asegurarme de que estuvieras bien, ratón. Que me pidas volver a subir hiere un poco. No tanto como la caída, pero...
La sensación pegajosa en la mano atrajo la atención de Mefisto. Tras conectar los puntos, su ánimo se desplomó.
-¡Mierda, mis manzanas! -se quejó, al caer en cuenta de que todo su esfuerzo al recolectarlas se había ido barranca abajo
Una súbita advertencia de Amit hizo que Mefisto se pusiera de pie tan rápido como le permitieron sus extremidades. Se fijó en el lugar al que apuntaba la mirada del roedor, una pequeña cueva, desde la que se empezaron a escuchar las quejas de un... ¿niño?
Aunque tenía un mal presentimiento, se adelantó al roedor a paso lento. Si era un niño y estaba herido, podía usar sus dones para sanarlo y buscar la forma de llevarlo a los graneros mencionados antes. Ese no era lugar seguro, y menos ahora que el sol los abandonaba.
Mefisto
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Re: Sin rumbo en la vida pero no perdida, ¿O sí...? [Libre] [Interpretativo] [4/4] [Cerrado]
Y la gata más confusa se mostró cuando el ratón negó su tan amable ayuda y más encima despreciando esta de esa manera.
Pero luego hizo las conexiones, asumió que era normal, ¡Ella era una felina! Y él un pequeño ratón, quizá desconfiaba de ella o le tenía algún rencor a los felinos en general, nada que pudiera ayudarle al menos por ahora.
Ahora su atención se había fijado en Mefisto, aquel hombre que siguió tirado en el piso mientras la gata asimilaba que no parecía una amenaza ¿Cómo podría? Después de esa forma de caer ya pocas cosas podría tomar en serio de ese hombre, y que hablar de Amit, aunque parecía más... ¿Caprichoso? Y refunfuñón sin duda.
— ¡Y más encima además de refunfuñón eres un amargado! No te aguantas ni que se rían de algo muy chistoso, como quedarse atrapado entre dos ramas frente a una gata, ¡Un ratón! — Y tras la ultima palabra, se reiría un poco más
Y tras escuchar ahora las serias palabras de Amit, recordó lo perdida que estaba, en sus pies, había hecho el garabato de mapa que había dibujado, apartó uno y luego el otro levantándolos bien del piso para no desparramar más la tierra para ver... ¡Su obra de arte estaba perdida! Completamente destrozada, apenas unas lineas se mantenían y ya nada podía entenderse, no es como que antes fuera posible de igual manera.
La cazadora natural de roedores suspiró con molestia y luego miró al ratón, finalmente al otro joven, y así musitó.
— ¡La verdad es que estaba perdida! Y deberías lamentarte por lo de sus manzanas ratón, ajám, y sí, una Mujer-bestia como yo, perdida, suena muy tonto ¿No? ¡Pero lo estoy! ¿Me darían una man...? — Y no terminó la frase que apenas vio los pelos de Amit erizarse, la gata entró en sus sentidos felinos u más bien sus instintos, olfateó de igual manera que Amit sacando su espada casi al mismo instante que el ratón, aunque él no era la razón y sí, era sangre, el roedor tenía razón, tomó una posición de batalla, un pie adelante, el zurdo y el derecho atrás, con dicha arma sujetada en su diestra empezó a dar paso por paso sin intentar hacer ni un ruido, y vaya que se le daba bien, parecía evitar cada rama y hoja quebradiza con gracia y como sí fuera natural para ella sin siquiera mirar, pues sus ojos estaban puestos en la pequeña cueva que recién ahora había notado, ella pensó que era una roca común y corriente.
Pero luego escuchó un sollozar, una voz que se asemejaba a la de alguien llorando y quejándose de forma llorosa, y ahora con dudas en su mente y en el agarre de aquella empuñadura de madera, siguió dando paso por paso con precaución, y sigilo, levemente inclinada hacia adelante, casi agachada tras flexionar las rodillas mientras sus ojos parecían los de un felino, totalmente los de una gata alarmada, depredadora, y precavida, pero con cierta calma, al menos eso decían sus iris, aunque la realidad podía ser bastante distinta, pero no al menos en sus expresiones corporales.
Parecía decidida a avanzar y así fue hasta que llegó a aquella cueva, se agachó ligeramente hacia adelante, vio lo angosta que era y luego, gracias a que era una felina y podía ver un poco mejor en la oscuridad más la ayuda de los últimos rayos del sol, pudo ver a Uri, un niño acobachado, o al menos su figura en el final de la cueva intentando evitar los rayos de sol, aunque no se veía bien, más bien parecía un tumulto lloriqueante, temblón y quejón, o esa impresión le dio a la gata de primeras
— Es un... ¿Niño...? N-no sé... ¡S-Sal de ahí! — Dijo mientras pensaba que podía llegar a meterse en aquel hueco, nuevamente había que bendecir lo flexibles que podían llegar a ser los gatos, sí ponía sus rodillas al piso y se arrastraba no había dudas que llegaría al final arqueando la espalda.
Pero luego hizo las conexiones, asumió que era normal, ¡Ella era una felina! Y él un pequeño ratón, quizá desconfiaba de ella o le tenía algún rencor a los felinos en general, nada que pudiera ayudarle al menos por ahora.
Ahora su atención se había fijado en Mefisto, aquel hombre que siguió tirado en el piso mientras la gata asimilaba que no parecía una amenaza ¿Cómo podría? Después de esa forma de caer ya pocas cosas podría tomar en serio de ese hombre, y que hablar de Amit, aunque parecía más... ¿Caprichoso? Y refunfuñón sin duda.
— ¡Y más encima además de refunfuñón eres un amargado! No te aguantas ni que se rían de algo muy chistoso, como quedarse atrapado entre dos ramas frente a una gata, ¡Un ratón! — Y tras la ultima palabra, se reiría un poco más
Y tras escuchar ahora las serias palabras de Amit, recordó lo perdida que estaba, en sus pies, había hecho el garabato de mapa que había dibujado, apartó uno y luego el otro levantándolos bien del piso para no desparramar más la tierra para ver... ¡Su obra de arte estaba perdida! Completamente destrozada, apenas unas lineas se mantenían y ya nada podía entenderse, no es como que antes fuera posible de igual manera.
La cazadora natural de roedores suspiró con molestia y luego miró al ratón, finalmente al otro joven, y así musitó.
— ¡La verdad es que estaba perdida! Y deberías lamentarte por lo de sus manzanas ratón, ajám, y sí, una Mujer-bestia como yo, perdida, suena muy tonto ¿No? ¡Pero lo estoy! ¿Me darían una man...? — Y no terminó la frase que apenas vio los pelos de Amit erizarse, la gata entró en sus sentidos felinos u más bien sus instintos, olfateó de igual manera que Amit sacando su espada casi al mismo instante que el ratón, aunque él no era la razón y sí, era sangre, el roedor tenía razón, tomó una posición de batalla, un pie adelante, el zurdo y el derecho atrás, con dicha arma sujetada en su diestra empezó a dar paso por paso sin intentar hacer ni un ruido, y vaya que se le daba bien, parecía evitar cada rama y hoja quebradiza con gracia y como sí fuera natural para ella sin siquiera mirar, pues sus ojos estaban puestos en la pequeña cueva que recién ahora había notado, ella pensó que era una roca común y corriente.
Pero luego escuchó un sollozar, una voz que se asemejaba a la de alguien llorando y quejándose de forma llorosa, y ahora con dudas en su mente y en el agarre de aquella empuñadura de madera, siguió dando paso por paso con precaución, y sigilo, levemente inclinada hacia adelante, casi agachada tras flexionar las rodillas mientras sus ojos parecían los de un felino, totalmente los de una gata alarmada, depredadora, y precavida, pero con cierta calma, al menos eso decían sus iris, aunque la realidad podía ser bastante distinta, pero no al menos en sus expresiones corporales.
Parecía decidida a avanzar y así fue hasta que llegó a aquella cueva, se agachó ligeramente hacia adelante, vio lo angosta que era y luego, gracias a que era una felina y podía ver un poco mejor en la oscuridad más la ayuda de los últimos rayos del sol, pudo ver a Uri, un niño acobachado, o al menos su figura en el final de la cueva intentando evitar los rayos de sol, aunque no se veía bien, más bien parecía un tumulto lloriqueante, temblón y quejón, o esa impresión le dio a la gata de primeras
— Es un... ¿Niño...? N-no sé... ¡S-Sal de ahí! — Dijo mientras pensaba que podía llegar a meterse en aquel hueco, nuevamente había que bendecir lo flexibles que podían llegar a ser los gatos, sí ponía sus rodillas al piso y se arrastraba no había dudas que llegaría al final arqueando la espalda.
- Iris en los ojos de Elyn, apariencia en lo subrayado:
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Re: Sin rumbo en la vida pero no perdida, ¿O sí...? [Libre] [Interpretativo] [4/4] [Cerrado]
Rápidamente Amit sacó conclusiones sobre el hombre que había caído tras él desde el barranco: Un completo tonto. Por lo que el Mausu entendía, se había tirado a propósito, no como le había pasado al roedor, y no solo eso, sino que su mayor preocupación era el que había aplastado las manzanas que llevaba en su bolso. Todo eso se resumía en: Un completo tonto.
-No me extraña que te perdieras, los gatos se suben a sitios de los que no saben bajarse, evidentemente tienden a meterse en problemas ¡Tchik! – Respondió el ratón ante el reclamo de la Mujer-Bestia. Amit era un roedor con muy mal genio, y el que lo despertaran amenazándolo y acusándolo de ladrón, para caer luego por un barranco no ayudaba a su humor.
Los sonidos que salían de la cueva interrumpieron cualquier tipo de discusión entre los presentes, por el tono agudo resultaba evidente que se trataba de un niño. Eso hizo que Amit bajara la guardia, los chicos eran algo muy importante para la cultura Mausu, ayudarlos era una prioridad.
-¿Qué hace allí adentro? – Preguntó el ratón sin esperar el recibir una respuesta. Miró hacía arriba, a donde estaba el barranco desde el que había caído, allá arriba estaban las casas de los humanos - ¿Será el hijo de alguno de los granjeros? Quizás está perdido también ¡Tchik! –
La Mujer- gata se le adelantó y se metió en la cueva. Amit se acercó hasta la entrada, y se quedó oliendo esa fragancia a sangre que rondaba por el ambiente, seguramente estaba herido. Guardo su martillo, ya que parecía que no sería necesario, por el tamaño del agujero no podía ser siquiera un niño humano demasiado grande.
-Tú eres elfo – Afirmo el Mausu mirando al tonto sujeto que había decidido caer detrás de él - ¿Podrás curar al niño? No sé qué tan herido estará, pero… - Volvió a sentir el olor – No es un corte pequeño, es bastante más que eso –
El sol ya se había ocultado, pero aun podía verse sin necesidad de lámparas, incluso aunque la noche cerrada los encontrara en medio del bosque, seguramente la mujer- gato podría ver bien, y el roedor tenía sus propios métodos para guiarse. Los otros dos integrantes del grupo necesitarían luz artificial si quería ver por dónde iban.
-Busquemos un camino para poder subir mientras aun hay algo de luz ¡Tchik! No quiero verlos tropezando teniendo a un niño en brazos – El roedor continuaba hablando en un tono poco amistoso, pero había pasado de dejarlos abandonados a su suerte, a ofrecerse a llevarlos hasta las casas de los campesinos – Cuando las granjas estén a la vista me marcho, no tengo interés en regresar a un sitio en el que me tratan como si fuera una rata – Amit era un ratón, había mucha diferencia entre uno y otro.
-No me extraña que te perdieras, los gatos se suben a sitios de los que no saben bajarse, evidentemente tienden a meterse en problemas ¡Tchik! – Respondió el ratón ante el reclamo de la Mujer-Bestia. Amit era un roedor con muy mal genio, y el que lo despertaran amenazándolo y acusándolo de ladrón, para caer luego por un barranco no ayudaba a su humor.
Los sonidos que salían de la cueva interrumpieron cualquier tipo de discusión entre los presentes, por el tono agudo resultaba evidente que se trataba de un niño. Eso hizo que Amit bajara la guardia, los chicos eran algo muy importante para la cultura Mausu, ayudarlos era una prioridad.
-¿Qué hace allí adentro? – Preguntó el ratón sin esperar el recibir una respuesta. Miró hacía arriba, a donde estaba el barranco desde el que había caído, allá arriba estaban las casas de los humanos - ¿Será el hijo de alguno de los granjeros? Quizás está perdido también ¡Tchik! –
La Mujer- gata se le adelantó y se metió en la cueva. Amit se acercó hasta la entrada, y se quedó oliendo esa fragancia a sangre que rondaba por el ambiente, seguramente estaba herido. Guardo su martillo, ya que parecía que no sería necesario, por el tamaño del agujero no podía ser siquiera un niño humano demasiado grande.
-Tú eres elfo – Afirmo el Mausu mirando al tonto sujeto que había decidido caer detrás de él - ¿Podrás curar al niño? No sé qué tan herido estará, pero… - Volvió a sentir el olor – No es un corte pequeño, es bastante más que eso –
El sol ya se había ocultado, pero aun podía verse sin necesidad de lámparas, incluso aunque la noche cerrada los encontrara en medio del bosque, seguramente la mujer- gato podría ver bien, y el roedor tenía sus propios métodos para guiarse. Los otros dos integrantes del grupo necesitarían luz artificial si quería ver por dónde iban.
-Busquemos un camino para poder subir mientras aun hay algo de luz ¡Tchik! No quiero verlos tropezando teniendo a un niño en brazos – El roedor continuaba hablando en un tono poco amistoso, pero había pasado de dejarlos abandonados a su suerte, a ofrecerse a llevarlos hasta las casas de los campesinos – Cuando las granjas estén a la vista me marcho, no tengo interés en regresar a un sitio en el que me tratan como si fuera una rata – Amit era un ratón, había mucha diferencia entre uno y otro.
Amit'tek
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Re: Sin rumbo en la vida pero no perdida, ¿O sí...? [Libre] [Interpretativo] [4/4] [Cerrado]
Para cuando se dio cuenta de que habló alto, ya era muy tarde. Con ojos llenos de lagrimas, fijó su mirada marrón-miel en los tres extraños ahora frente a él. Con confusión y un poco de temor, pues no sabía si habían descubierto que era un hambriento vampiro malherido por culpa del Sol, intentó esconderse mas profundamente en la cueva al ver como la chica gato se agachó para entrar también, pero el dolor lo paralizo y solo se quedó viendo al a mujer bestia con desconfianza.
"N-no t-e a-acerques...."
Uriel con temor, movió su brazo hasta el lado derecho de su cintura en donde estaba su puñal de auto defensa, listo para blandirlo en contra de los 3 desconocidos. Bajo sinsustancias normales, Uriel jamás hubiera sido tan violento ¡Es un niño bueno después de todo! Sin embargo en esos momentos estaba confuso y adolorido, no se percataba de que sus acciones podrían despertar ira o violencia si llegaban a ser malas personas ¡Menos mal que parecía que ese no era el caso! La suerte de Uriel una vez mas le salvó de una mala situación.
En cuanto escuchó la voz de un pequeño ser peludo, Uriel se percató de que era el hombre- bestia que se hubiera convertido en su alimento si hubiera muerto durante la caída. Sus ojos brillaron con alegría y sorpresa en cuanto pudo ver mejor su aspecto ¡Era igualito a Caín, la rata espía de su maestro! Ignorando que la chica gato estaría justo a su lado si se acercase, el niño gateo lentamente, pues aún le dolía la espalda, gateo hasta quedar cerca del ratón para poder verlo mejor. ¡Pelaje blanco, ojos carmesí y figura mas bien estilizada para un roedor! ¡Igualito que Caín! Uriel, incluso con la mentalidad de un niño, no era tan simple como para confundirlos ¡La mascota de su maestro era un ratón normal y corriente, y ese hombre media casi un metro, se sostenía sobre sus patas traseras e incluso podía hablar! Uriel simplemente se sentía fascinado de ver una versión semi humanizada de un ser preciado o que como mínimo, le tenía un profundo cariño.
"¡Caín! ¡El señor ratón es tan parecido a Caín! Waaaaah "
El niño siguió fascinado un par de segundos más hasta que se dio cuenta de prácticamente estaba fuera del a cueva, entonces esbozó un rostro inocentemente sorprendido y confuso ¡¡¿En que momento salió de la cueva?!! Inquieto y confuso, Uriel miró de una dirección a la otra en busca de un lugar al cual huir ¡Pero los extraños estaban tapado todas la rutas! Por instinto, el niño vampiro se encogió sobre si mismo y los miró con ojos de "¡No abusareis de mi tan fácilmente!" mientras dirigía su mano de nuevo al mango de su puñal.
Era bastante irónico que hasta hace no mucho miraba al trío de desconocidos como un delicioso plato al cual no podía acceder, y sin embargo, en ese momento, se sentía amenazado y nervioso ante la incertidumbre de haber sido descubierto ¡Casi como si las tornas se hubieran cambiado! ¿Tal vez el karma? ¡Uriel no lo sabe!
"N-no t-e a-acerques...."
Uriel con temor, movió su brazo hasta el lado derecho de su cintura en donde estaba su puñal de auto defensa, listo para blandirlo en contra de los 3 desconocidos. Bajo sinsustancias normales, Uriel jamás hubiera sido tan violento ¡Es un niño bueno después de todo! Sin embargo en esos momentos estaba confuso y adolorido, no se percataba de que sus acciones podrían despertar ira o violencia si llegaban a ser malas personas ¡Menos mal que parecía que ese no era el caso! La suerte de Uriel una vez mas le salvó de una mala situación.
En cuanto escuchó la voz de un pequeño ser peludo, Uriel se percató de que era el hombre- bestia que se hubiera convertido en su alimento si hubiera muerto durante la caída. Sus ojos brillaron con alegría y sorpresa en cuanto pudo ver mejor su aspecto ¡Era igualito a Caín, la rata espía de su maestro! Ignorando que la chica gato estaría justo a su lado si se acercase, el niño gateo lentamente, pues aún le dolía la espalda, gateo hasta quedar cerca del ratón para poder verlo mejor. ¡Pelaje blanco, ojos carmesí y figura mas bien estilizada para un roedor! ¡Igualito que Caín! Uriel, incluso con la mentalidad de un niño, no era tan simple como para confundirlos ¡La mascota de su maestro era un ratón normal y corriente, y ese hombre media casi un metro, se sostenía sobre sus patas traseras e incluso podía hablar! Uriel simplemente se sentía fascinado de ver una versión semi humanizada de un ser preciado o que como mínimo, le tenía un profundo cariño.
"¡Caín! ¡El señor ratón es tan parecido a Caín! Waaaaah "
El niño siguió fascinado un par de segundos más hasta que se dio cuenta de prácticamente estaba fuera del a cueva, entonces esbozó un rostro inocentemente sorprendido y confuso ¡¡¿En que momento salió de la cueva?!! Inquieto y confuso, Uriel miró de una dirección a la otra en busca de un lugar al cual huir ¡Pero los extraños estaban tapado todas la rutas! Por instinto, el niño vampiro se encogió sobre si mismo y los miró con ojos de "¡No abusareis de mi tan fácilmente!" mientras dirigía su mano de nuevo al mango de su puñal.
Era bastante irónico que hasta hace no mucho miraba al trío de desconocidos como un delicioso plato al cual no podía acceder, y sin embargo, en ese momento, se sentía amenazado y nervioso ante la incertidumbre de haber sido descubierto ¡Casi como si las tornas se hubieran cambiado! ¿Tal vez el karma? ¡Uriel no lo sabe!
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Re: Sin rumbo en la vida pero no perdida, ¿O sí...? [Libre] [Interpretativo] [4/4] [Cerrado]
Mefisto no pudo sino sentir simpatía por la mujer-gato. '¡Tan adorable, se preocupa del cruel destino de mis manzanas! Más gente así habría de existir en el mundo'. O eso opinaba, hasta que la felina se metió de cabeza en la pequeña cueva.
-D-Deberías ser más precavida... -comentó el elfo. 'Podría ser una trampa' pensó.
Lo más probable es que el ratón tuviese razón y fuese un niño que no tuvo cuidado al jugar. Pero si la gata tiene rato aquí, ya habría escuchado sus quejas. Y la gente hubiese empezado a buscarlo. Simplemente, algo no anda bien...
Tuvo un pequeño sobresalto cuando Amit se dirigió a él. Temía haber puesto un rostro muy sombrío, pero parecía preocuparse en vano. Asintió al oír la afirmación del ratón respecto a su raza.
-Tranquilo, compañero. Me encargaré de las heridas del niño -le parecía muy graciosa la diferencia de estatura entre el ratón y él, pero pudo mantener el carácter-. ¿Tú te encuentras bien? ¿Por qué te perseguían allá arriba?
El movimiento proveniente de la cueva llamó su atención. La imagen frente a él no hizo sino dar fuerza a su mal presentimiento. Aunque se estaba haciendo oscuro, su vista de elfo no era inútil del todo: Un niño. Evidentemente asustado, pero carente de ningún daño que justificase el olor a sangre que denunciaba el ratón. La sospecha se hacía pesada en las entrañas. Recordaba esta sensación de otro encuentro, en otro bosque, en otras circunstancias.
'Taliesin...'
Pensó en advertir a sus compañeros, pero el movimiento que hizo el niño lo hizo ponerse a la defensiva. En un instante, con el cuerpo tenso, múltiples planes de acción recorrieron su mente.
'¿Está armado? Humano o no, un arma es suficiente para requerir cuidado.'
Dio un paso en dirección al niño, con ambas palmas en alto, en señal de paz. Si se equivocaba, maltrataría a un infante. Si estaba en lo cierto y no hacía nada, esta podría ser la última vez que viera los rayos del sol.
-¡Hola, amiguito! -recortó la distancia un par de pasos más, lentamente. Su rostro era uno de preocupación sincera, y su instinto el del elfo que ha tratado con seres peligrosos varias veces en el pasado- ¿Te encuentras bien?
-D-Deberías ser más precavida... -comentó el elfo. 'Podría ser una trampa' pensó.
Lo más probable es que el ratón tuviese razón y fuese un niño que no tuvo cuidado al jugar. Pero si la gata tiene rato aquí, ya habría escuchado sus quejas. Y la gente hubiese empezado a buscarlo. Simplemente, algo no anda bien...
Tuvo un pequeño sobresalto cuando Amit se dirigió a él. Temía haber puesto un rostro muy sombrío, pero parecía preocuparse en vano. Asintió al oír la afirmación del ratón respecto a su raza.
-Tranquilo, compañero. Me encargaré de las heridas del niño -le parecía muy graciosa la diferencia de estatura entre el ratón y él, pero pudo mantener el carácter-. ¿Tú te encuentras bien? ¿Por qué te perseguían allá arriba?
El movimiento proveniente de la cueva llamó su atención. La imagen frente a él no hizo sino dar fuerza a su mal presentimiento. Aunque se estaba haciendo oscuro, su vista de elfo no era inútil del todo: Un niño. Evidentemente asustado, pero carente de ningún daño que justificase el olor a sangre que denunciaba el ratón. La sospecha se hacía pesada en las entrañas. Recordaba esta sensación de otro encuentro, en otro bosque, en otras circunstancias.
'Taliesin...'
Pensó en advertir a sus compañeros, pero el movimiento que hizo el niño lo hizo ponerse a la defensiva. En un instante, con el cuerpo tenso, múltiples planes de acción recorrieron su mente.
'¿Está armado? Humano o no, un arma es suficiente para requerir cuidado.'
Dio un paso en dirección al niño, con ambas palmas en alto, en señal de paz. Si se equivocaba, maltrataría a un infante. Si estaba en lo cierto y no hacía nada, esta podría ser la última vez que viera los rayos del sol.
-¡Hola, amiguito! -recortó la distancia un par de pasos más, lentamente. Su rostro era uno de preocupación sincera, y su instinto el del elfo que ha tratado con seres peligrosos varias veces en el pasado- ¿Te encuentras bien?
Mefisto
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Re: Sin rumbo en la vida pero no perdida, ¿O sí...? [Libre] [Interpretativo] [4/4] [Cerrado]
Elyn agachada y apenas metida un poco adentro de la diminuta cueva, con su diestra en su arma estaba por empezar a avanzar, pero primero quería ver bien a lo que se iría a enfrentar y sí sería buena idea entrar, estaba analizando sus opciones allí mismo, pero bien, su vista de felina le hizo ver bien que era un niño, por lo que quieta, estiró su mano zurda y libre para que se la tome, quería ayudarle a salir, quizá se había lastimado y se había escondido allí de algún animal salvaje u de alguien, eso le vino a la mente al menos en ese momento.
— Hey, ¡Niño! ¿Estás bien? ¡Sal! Te ayudaremos, ¡No somos malas personas! Quizá solo el ratón es un poco amargado, pero no parece malo, y el elfo parecía un poco... ¡Torpe! Pero no importa, ¡Ven! Yo te ayudaré. —
Y dicho esto tenía su mano zurda apuntando hacia él a mano abierta y hacia arriba, buscaba que le tome la mano,
Eso dicho hasta ver la mano del niño, ¡Estaba armado! Retiró la mano de inmediato y volvió a la entrada estirando primero una pierna hacia atrás y luego la otra, se quedó agachada frente a la entrada aún en desconfianza del niño, no parecía malo pero... Había que tener precaución en esa situación.
Luego escuchó al niño hablar, ¿Conocía al ratón? Ah, era un parecido con alguien que conocía, y ahora con el niño fuera, Elyn había tomado una posición defensiva de combate mientras le miraba, ¡Nuevamente tenía aquel puñal en la mano! Había que estar alarmados.
— ¿Por qué no sueltas el puñal? ¡No te haremos daño! Queríamos ver sí estabas bien, olimos sangre y luego te escuchamos llorar, pequeño... ¿Dónde estás herido? ¡Estoy segura de que el olor a sangre viene de ti! El elfo además puede curarte... — Y diciendo lo último le echó una mirada a Mefisto, luego volvió al niño mientras iba abandonando aquella pose para demostrar confianza, aunque no lo hacía del todo, había algo raro en el niño, no sabía que, pero así le parecía, después de todo estaba armado y olía a sangre.
— Hey, ¡Niño! ¿Estás bien? ¡Sal! Te ayudaremos, ¡No somos malas personas! Quizá solo el ratón es un poco amargado, pero no parece malo, y el elfo parecía un poco... ¡Torpe! Pero no importa, ¡Ven! Yo te ayudaré. —
Y dicho esto tenía su mano zurda apuntando hacia él a mano abierta y hacia arriba, buscaba que le tome la mano,
Eso dicho hasta ver la mano del niño, ¡Estaba armado! Retiró la mano de inmediato y volvió a la entrada estirando primero una pierna hacia atrás y luego la otra, se quedó agachada frente a la entrada aún en desconfianza del niño, no parecía malo pero... Había que tener precaución en esa situación.
Luego escuchó al niño hablar, ¿Conocía al ratón? Ah, era un parecido con alguien que conocía, y ahora con el niño fuera, Elyn había tomado una posición defensiva de combate mientras le miraba, ¡Nuevamente tenía aquel puñal en la mano! Había que estar alarmados.
— ¿Por qué no sueltas el puñal? ¡No te haremos daño! Queríamos ver sí estabas bien, olimos sangre y luego te escuchamos llorar, pequeño... ¿Dónde estás herido? ¡Estoy segura de que el olor a sangre viene de ti! El elfo además puede curarte... — Y diciendo lo último le echó una mirada a Mefisto, luego volvió al niño mientras iba abandonando aquella pose para demostrar confianza, aunque no lo hacía del todo, había algo raro en el niño, no sabía que, pero así le parecía, después de todo estaba armado y olía a sangre.
Elyn
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Re: Sin rumbo en la vida pero no perdida, ¿O sí...? [Libre] [Interpretativo] [4/4] [Cerrado]
El roedor se lo pensó un poco antes de responderle al elfo, no es que tuviera algo que esconder, pero no le gustaba admitir que lo habían confundido con un ratón silvestre y que lo habían sacado del granero a los escobazos. Ninguno de los presentes lo sabía, probablemente era la primera vez que veían a alguien de la especie de Amit, pero los Mausu eran muy orgullosos, y el hecho de que un granjero lo hubiese tratado así…
-Me encuentro bien ¡Tchik! Pude amortiguar bien los golpes – Dijo Amit mientras se daba golpecitos en la panza, un ratón regordete era un ratón saludable y mejor preparado para las adversidades del camino – Estaba durmiendo en un granero, y el dueño me confundió con una… rata – Arrugó la nariz, no podía entender cómo era posible que cometieran semejante error – Pero Amit no es ninguna rata, y no se anda comiendo las cosas que no le pertenecen. Ese Humano era un tonto – Y por lo mismo no tenía ninguna intención de regresar allí.
Finalmente el niño salió de la pequeña cueva en la que estaba, y el roedor no se imagino que el primero en ser señalado sería él, hizo una especie de sonrisa cuando el chico se le quedó mirando, suponiendo que lo que llamaba su atención era que tuviera apariencia de ratón. Pero no, parecía ser que le recordaba a alguien más.
-¿Cain? ¿Acaso conoces a otro Mausu? – No eran muchos los que andaban por Aerandir, pero lo cierto era que Amit no estaba solo, habían más exploradores como él yendo por las distintas ciudades y tierras, en busca de tesoros que pudieran venderse - … ¡Yo no soy ningún amargado! – Dijo el ratón mientras miraba indignado a la Mujer-Gato.
Que el niño llevara la mano hacía su puñal encendió la alarga en todo el grupo, aunque por el modo en que había sido educado Amit no pudo ponerse en guardia, a las crías había que protegerlas y más cuando estaban heridas. El chico había demostrado tener cierta familiaridad con el ratón, por lo que intentó mostrarse amable y ganarse así su confianza.
-Todo estará bien, Niño ¡Tchik! Sé que la Mujer-Gato da miedo, pero si te molesta la espantaremos con algo de agua y ya está ¿De acuerdo? - Esa era la venganza de Amit por decirle que era amargado – Ven, déjame revisar tus heridas ¡Tchik! –Extendió una patita hacía el chico para animarlo a que se acercara - ¿Eres de por aquí? ¿Vives en las granjas que están aquí cerca? –
Para Amit todos los mamíferos se parecían, por lo que no podía asegurar si se parecía o no a los humanos que había visto en las granjas. Pero eso no importaba, era un chico lo suficientemente grande como para poder guiarlos hasta su hogar sin mayores inconvenientes.
Para ese momento ya había caído la noche, el bosque parecía mucho más amenazante ahora que no tenían luz. Pensando en que quizás alguno del grupo no podría ver bien, Amit sacó de su bolso una lámpara, por suerte era de metal así que no se había roto en la caída. Además del problema de la falta de iluminación el frío se intensificaba a cada momento, sin duda pasar la noche a la intemperie no era una opción.
-Me encuentro bien ¡Tchik! Pude amortiguar bien los golpes – Dijo Amit mientras se daba golpecitos en la panza, un ratón regordete era un ratón saludable y mejor preparado para las adversidades del camino – Estaba durmiendo en un granero, y el dueño me confundió con una… rata – Arrugó la nariz, no podía entender cómo era posible que cometieran semejante error – Pero Amit no es ninguna rata, y no se anda comiendo las cosas que no le pertenecen. Ese Humano era un tonto – Y por lo mismo no tenía ninguna intención de regresar allí.
Finalmente el niño salió de la pequeña cueva en la que estaba, y el roedor no se imagino que el primero en ser señalado sería él, hizo una especie de sonrisa cuando el chico se le quedó mirando, suponiendo que lo que llamaba su atención era que tuviera apariencia de ratón. Pero no, parecía ser que le recordaba a alguien más.
-¿Cain? ¿Acaso conoces a otro Mausu? – No eran muchos los que andaban por Aerandir, pero lo cierto era que Amit no estaba solo, habían más exploradores como él yendo por las distintas ciudades y tierras, en busca de tesoros que pudieran venderse - … ¡Yo no soy ningún amargado! – Dijo el ratón mientras miraba indignado a la Mujer-Gato.
Que el niño llevara la mano hacía su puñal encendió la alarga en todo el grupo, aunque por el modo en que había sido educado Amit no pudo ponerse en guardia, a las crías había que protegerlas y más cuando estaban heridas. El chico había demostrado tener cierta familiaridad con el ratón, por lo que intentó mostrarse amable y ganarse así su confianza.
-Todo estará bien, Niño ¡Tchik! Sé que la Mujer-Gato da miedo, pero si te molesta la espantaremos con algo de agua y ya está ¿De acuerdo? - Esa era la venganza de Amit por decirle que era amargado – Ven, déjame revisar tus heridas ¡Tchik! –Extendió una patita hacía el chico para animarlo a que se acercara - ¿Eres de por aquí? ¿Vives en las granjas que están aquí cerca? –
Para Amit todos los mamíferos se parecían, por lo que no podía asegurar si se parecía o no a los humanos que había visto en las granjas. Pero eso no importaba, era un chico lo suficientemente grande como para poder guiarlos hasta su hogar sin mayores inconvenientes.
Para ese momento ya había caído la noche, el bosque parecía mucho más amenazante ahora que no tenían luz. Pensando en que quizás alguno del grupo no podría ver bien, Amit sacó de su bolso una lámpara, por suerte era de metal así que no se había roto en la caída. Además del problema de la falta de iluminación el frío se intensificaba a cada momento, sin duda pasar la noche a la intemperie no era una opción.
Amit'tek
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Re: Sin rumbo en la vida pero no perdida, ¿O sí...? [Libre] [Interpretativo] [4/4] [Cerrado]
"N-no s-s-ois A-abusadores, entonces...."
Como buen niño pequeño, si se le repetía mucho la misma cosa -Que es ese caso era que no eran malos.- , Uriel tarde o temprano acabaría creyendo. con un suspiro aliviado, soltó el mango del puñal y dejó de buscar una ruta de escape. Una vez los latidos de su corazón se relajaron, el pequeño niño les dirigió una mirada mas bien curiosa que temerosa como la de antes. Recordando los descotes que fue, el pequeño vampiro hizo lo que pudo para salir de la cueva y pararse sobre sus pies sin rozar las quemaduras de la espalda. Tomando una bocanada de aire para contener el ardor en su estomago y espalda, al a vez que acomodaba su temblorosa voz.
"Disculpad lo de antes...Yo, pensé que erais de esos "cazadores" que el maestro aveces menciona....Hmmmm M-mi nombre es Uriel, pero eta bien llamarme Uri. E-esto...E-en v-verdad ¿N-no queréis h-hacerme daño?"
Pro lo general Uriel era juguetón, hiperactivo y muy caprichoso por naturaleza, pero ante la incertidumbre de saber que con sus heridas actuales no podría huir o defenderse correctamente le hacían mas tímido y temeroso ¡Es similar a la precaución de un animal pequeño o cachorro herido de si podrá defenderse de depredadores mas grandes! Después de todo, para un vampiro con la mente de un infante, lo que más miedo daba era encontrarse con los "cazadores" y los anti-vampiro.
Uriel no sentía confianza del todo en ninguno, pero de entre todos, por su parecido con la rata mascota de su maestro, Amit era el que mas confianza le daba así que se escondió muy levemente detrás de él para sentirse, aunque fuera muy poco, protegido. Por lo general Uriel, como vampiro, era bastante arrogante y déspota con las otras razas, aunque esto era mas bien como lo educó su maestro, ya que, por naturaleza propia, Uriel era inofensivo y bastante sumiso ¡Lo que ante sus ojos estaba era el lado mas propio de Uriel, no su lado mas vampirico! Incluso si le daban la oportunidad, el niño no se atrevería a atacarlos o siquiera mostrar hostilidad alguna ¡No quería arriesgarse a que le dañasen mas de lo que estaba!
"¿C-casas? ¿Granjas? Hmmmm No lo sé, yo solo quería comida y explorar el bosque...E-entonces s-sin querer me quemé la e.espalda.....¡Ah! ¡N-no s-sabía que habían...!"
El niño no era buen mentiroso, y de echo siquiera pretendía mentir intencionalmente, así que simplemente se le escapaba más de una vez información referente a su condición de vampiro. Un ejemplo claro era todo lo que había dicho hasta ahora; Mencionar los cazadores, el echo de que un niño que supuestamente debía ser familiar no supiese le camino de vuelta, el que pareciese realmente seguro de que querían hacerle daño e incluso la rareza de que un niño estuviese herido con quemaduras sin haber señales de fuego próximas. Eran cosas simples que, por la inocencia y al sinceridad e Uriel al hablar, pasaban desapercibidas pero que, a oídos de alguien locuaz o perceptivo, eran escabrosas o cuanto menos cuestionables a lo que viene siendo la identidad del pequeño. En cuanto a los granjeros, no sabía siquiera que estaban ahí ¡No hubiera tenido tantos problemas en conseguir comida si lo hubiese sabido! Uriel no hubiera encontrado difícil escabullirse en el amparo de la noche y alimentarse del ganado de los lugareños ¡Incluso, si habían ancianos o enfermos, podría haber probado suerte con algún humano! El niño se sintió algo decaído, pero desechó de inmediato sus pensamientos, en su situación incluso humanos enfermos o heridos eran peligrosos.
Uriel, inocente e inconsciente del echo de que sus palabras eran propensas a desvelar información, comenzó a ganar un poco mas de confianza con los desconocidos, no es como si fuera el usual alegre e hiperactivo Uriel pero ahora dejaba ver su lado curioso levemente. Como si mirase algo nuevo y curioso, el niño alternó sus ojos infantiles entre los tres, a su forma y modo, el niño sentía mucho interés por los tres por igual ¡Quería saber sobre la apariencia humana y sin embargo con orejitas de gato de la señorita, definitivamente quería conocer al agradable señor ratón que no le resultó tan intimidante como los otros dos y sobre el señor elfo que por alguna extraña razón olía a manzanas! Aparate de la dolorosa hambre, Uriel sintió la poderosa e inocente curiosidad infantil acumulándose y oprimiendo su barriga ¡Pero no podía fiarse tan fácilmente de esos interesantes y curiosos personajes ! ¡Como aprendiz del maestro debía ser un vampiro responsable y cauto!
Como buen niño pequeño, si se le repetía mucho la misma cosa -Que es ese caso era que no eran malos.- , Uriel tarde o temprano acabaría creyendo. con un suspiro aliviado, soltó el mango del puñal y dejó de buscar una ruta de escape. Una vez los latidos de su corazón se relajaron, el pequeño niño les dirigió una mirada mas bien curiosa que temerosa como la de antes. Recordando los descotes que fue, el pequeño vampiro hizo lo que pudo para salir de la cueva y pararse sobre sus pies sin rozar las quemaduras de la espalda. Tomando una bocanada de aire para contener el ardor en su estomago y espalda, al a vez que acomodaba su temblorosa voz.
"Disculpad lo de antes...Yo, pensé que erais de esos "cazadores" que el maestro aveces menciona....Hmmmm M-mi nombre es Uriel, pero eta bien llamarme Uri. E-esto...E-en v-verdad ¿N-no queréis h-hacerme daño?"
Pro lo general Uriel era juguetón, hiperactivo y muy caprichoso por naturaleza, pero ante la incertidumbre de saber que con sus heridas actuales no podría huir o defenderse correctamente le hacían mas tímido y temeroso ¡Es similar a la precaución de un animal pequeño o cachorro herido de si podrá defenderse de depredadores mas grandes! Después de todo, para un vampiro con la mente de un infante, lo que más miedo daba era encontrarse con los "cazadores" y los anti-vampiro.
Uriel no sentía confianza del todo en ninguno, pero de entre todos, por su parecido con la rata mascota de su maestro, Amit era el que mas confianza le daba así que se escondió muy levemente detrás de él para sentirse, aunque fuera muy poco, protegido. Por lo general Uriel, como vampiro, era bastante arrogante y déspota con las otras razas, aunque esto era mas bien como lo educó su maestro, ya que, por naturaleza propia, Uriel era inofensivo y bastante sumiso ¡Lo que ante sus ojos estaba era el lado mas propio de Uriel, no su lado mas vampirico! Incluso si le daban la oportunidad, el niño no se atrevería a atacarlos o siquiera mostrar hostilidad alguna ¡No quería arriesgarse a que le dañasen mas de lo que estaba!
"¿C-casas? ¿Granjas? Hmmmm No lo sé, yo solo quería comida y explorar el bosque...E-entonces s-sin querer me quemé la e.espalda.....¡Ah! ¡N-no s-sabía que habían...!"
El niño no era buen mentiroso, y de echo siquiera pretendía mentir intencionalmente, así que simplemente se le escapaba más de una vez información referente a su condición de vampiro. Un ejemplo claro era todo lo que había dicho hasta ahora; Mencionar los cazadores, el echo de que un niño que supuestamente debía ser familiar no supiese le camino de vuelta, el que pareciese realmente seguro de que querían hacerle daño e incluso la rareza de que un niño estuviese herido con quemaduras sin haber señales de fuego próximas. Eran cosas simples que, por la inocencia y al sinceridad e Uriel al hablar, pasaban desapercibidas pero que, a oídos de alguien locuaz o perceptivo, eran escabrosas o cuanto menos cuestionables a lo que viene siendo la identidad del pequeño. En cuanto a los granjeros, no sabía siquiera que estaban ahí ¡No hubiera tenido tantos problemas en conseguir comida si lo hubiese sabido! Uriel no hubiera encontrado difícil escabullirse en el amparo de la noche y alimentarse del ganado de los lugareños ¡Incluso, si habían ancianos o enfermos, podría haber probado suerte con algún humano! El niño se sintió algo decaído, pero desechó de inmediato sus pensamientos, en su situación incluso humanos enfermos o heridos eran peligrosos.
Uriel, inocente e inconsciente del echo de que sus palabras eran propensas a desvelar información, comenzó a ganar un poco mas de confianza con los desconocidos, no es como si fuera el usual alegre e hiperactivo Uriel pero ahora dejaba ver su lado curioso levemente. Como si mirase algo nuevo y curioso, el niño alternó sus ojos infantiles entre los tres, a su forma y modo, el niño sentía mucho interés por los tres por igual ¡Quería saber sobre la apariencia humana y sin embargo con orejitas de gato de la señorita, definitivamente quería conocer al agradable señor ratón que no le resultó tan intimidante como los otros dos y sobre el señor elfo que por alguna extraña razón olía a manzanas! Aparate de la dolorosa hambre, Uriel sintió la poderosa e inocente curiosidad infantil acumulándose y oprimiendo su barriga ¡Pero no podía fiarse tan fácilmente de esos interesantes y curiosos personajes ! ¡Como aprendiz del maestro debía ser un vampiro responsable y cauto!
Uri
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Re: Sin rumbo en la vida pero no perdida, ¿O sí...? [Libre] [Interpretativo] [4/4] [Cerrado]
La oscuridad se hacía más densa con cada momento que pasaba. La tensión era palpable desde la perspectiva de Mefisto, quien no sabía si sentirse tonto por tomar tan serio la amenaza de un infante o sentir lástima por lo poco conscientes que eran esos dos, al ignorar el potencial peligro de un vampiro, tuviese el físico que tuviese.
El niño pareció relajarse, al tiempo que alejaba su mano del arma. El ensombrerado vio dos posibilidades: Se había equivocado y frente a él tenía a un pobre niño en apuros, o el chupasangre ya tenía un plan que seguir y estaba seguro de su victoria. Ninguna le gustaba, pues atacaban su orgullo y su vida, respectivamente.
El niño habló, con la voz rota que su imagen daba a imaginar.
"¿Cazadores?"
"¿...Maestro?"
Una tercera posibilidad golpeó a Mefisto en la frente. Chasqueó la lengua, soltó un suspiro y relajó su cuerpo. Le parecía imposible que un maligno ser sediento de sangre actuara de forma tan convincente como un corderito perdido.
...Y tampoco revelaría su condición de forma tan descuidada con las declaraciones que acababa de hacer. Las respuesta que dio al interrogatorio de Amit no hicieron sino sedimentar la conclusión.
Un sentimiento de alivio entró a los pulmones de Mefisto con el aire que respiraba. Tardó poco en acompañarlo un asco que le revolvió las entrañas.
'¿Qué clase de malnacido le haría eso a un niño? ¿Con qué propósito?'
Apoyó una rodilla en la tierra, ambos para transmitir más confianza y para soportar mejor el peso de la empatía que guindaba de su pecho.
-¿...Cuánto tiempo llevas transformado, pequeñín? -acercó pasivamente su mano al hombro del chico- Está bien, somos gente de fiar. Aunque la gata tiene razón, este ratón es algo gruñón. -sonrió con comprensión. Esta vez, de verdad.
El mundo era un lugar cruel. Aquél niño era una prueba de ello.
Volvió a erguirse, se sacudió el pantalón y giró hacia sus compañeros. En sus ojos se percibía una solemnidad que contrariaba sus actitudes recientes.
Asintió al ver a Amit sacar una lámpara de su bolso. Probablemente el elfo era el único que la necesitaba.
- No hay tiempo que perder. No es hora para que los niños estén despiertos.
El niño pareció relajarse, al tiempo que alejaba su mano del arma. El ensombrerado vio dos posibilidades: Se había equivocado y frente a él tenía a un pobre niño en apuros, o el chupasangre ya tenía un plan que seguir y estaba seguro de su victoria. Ninguna le gustaba, pues atacaban su orgullo y su vida, respectivamente.
El niño habló, con la voz rota que su imagen daba a imaginar.
"¿Cazadores?"
"¿...Maestro?"
Una tercera posibilidad golpeó a Mefisto en la frente. Chasqueó la lengua, soltó un suspiro y relajó su cuerpo. Le parecía imposible que un maligno ser sediento de sangre actuara de forma tan convincente como un corderito perdido.
...Y tampoco revelaría su condición de forma tan descuidada con las declaraciones que acababa de hacer. Las respuesta que dio al interrogatorio de Amit no hicieron sino sedimentar la conclusión.
Un sentimiento de alivio entró a los pulmones de Mefisto con el aire que respiraba. Tardó poco en acompañarlo un asco que le revolvió las entrañas.
'¿Qué clase de malnacido le haría eso a un niño? ¿Con qué propósito?'
Apoyó una rodilla en la tierra, ambos para transmitir más confianza y para soportar mejor el peso de la empatía que guindaba de su pecho.
-¿...Cuánto tiempo llevas transformado, pequeñín? -acercó pasivamente su mano al hombro del chico- Está bien, somos gente de fiar. Aunque la gata tiene razón, este ratón es algo gruñón. -sonrió con comprensión. Esta vez, de verdad.
El mundo era un lugar cruel. Aquél niño era una prueba de ello.
Volvió a erguirse, se sacudió el pantalón y giró hacia sus compañeros. En sus ojos se percibía una solemnidad que contrariaba sus actitudes recientes.
Asintió al ver a Amit sacar una lámpara de su bolso. Probablemente el elfo era el único que la necesitaba.
- No hay tiempo que perder. No es hora para que los niños estén despiertos.
Mefisto
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Re: Sin rumbo en la vida pero no perdida, ¿O sí...? [Libre] [Interpretativo] [4/4] [Cerrado]
Realmente Elyn no solía ser así con niños, al contrario, aunque no le caigan muy bien solía ser amable con ellos y su pura inocencia, pero había conocido a este en circunstancias... Extrañas, ¡En medio de un bosque! Además de escondido y armado, junto a eso ya tenía más que desconfíar de él, por esas quemaduras, y lo que decía sobre los supuestos "cazadores".
— ¡Y-yo no doy miedo! Solo que parecía... Extraño, ¡Y me lo sigue pareciendo! — Estaba claro que en los ojos de la felina no demostraba completa confianza, lo miraba extrañada, con curiosidad y hasta con cierta precaución, como sí no terminase de entender y de unir las evidencias delante de sus ojos. ¿Cómo podía? Nunca antes había conocido a un vampiro, solo había escuchado historias, mitos de lo malvados y crueles que eran, pero este no parecía como tal... ¡Parecía solo un niño inocente! Por eso estaba, extrañada.
Su cola se meneaba de izquierda a derecha desde la mitad de su longitud, inclinada hacia adelante miraría al pequeño fijamente, hasta le olfateaba, aún olía la sangre venir de él, aún seguía lastimado. Y es por esa simple razón que ella no guardó su espada, se la mantenía en su mano aunque no en pose de batalla al menos.
El ratón no parecía tener las mismas sospechas que ella, y se mantuvo extrañada al ver lo crédulo que quizá era el ratón, o al menos que así demostraba ser, ¡Podía ser un malvado ser succiona sangre! Esa sensación le caía a Elyn de Uriel, pero no del todo, claramente.
— Jumh... ¡Yo no quiero hacerte daño! Solo no estoy segura de que estoy a salvo contigo y tú... "¡Extrañeydad~!" — Y luego al escucharle hablar al enano pudo preguntar casi al instante. — ¿Y cómo te quemaste la espalda? ¿Te caíste en un fuego? Jumh...~ — Claramente la muy tonta de Elyn no estaba completamente segura de lo que tenía en frente, ¡Para ella parecía un niño común y corriente! Aunque todo lo que tenía en frente de ella no encajaba con ello.
Y al escuchar a Mefisto afirmó, parecía que él también pensaba aquello, y prácticamente ya lo daba por hecho, ¡Delante de sus narices tenía al primer vampiro que había conocido!
— Entonces... ¿Sí eres un vampiro...? ¿No nos atacaras para chuparnos la sangre? ¡¿Podemos confiar en ti?! ¿Tienes un maestro? ¿Tú maestro es igual de malo? ¿También es un niño? ¿Cuántos años reales tienes? ¿Conoces a un ratón igual de gruñón y torpe que este? ¿Puedo ver tus colmillos? ¿Qué sientes cuando tienes hambre? ¿Tomas agua? ¿Comes otras cosas?...—
Y un sinfín de preguntas habían salido de su boca que no tenían pausa entre sí, eran todas disparadas por su curiosidad, inclinada mientras le veía fijamente con sus ojos gatunos, pero esta vez su iris ya había cambiado, y su mano diestra había enfundado su espada de forma disimulada, como sí nunca la hubiera tenido en la mano. Y así luego empezó con la diestra a acariciar el pelo de Uriel, sus ojitos estaban bien dilatados, ¿Por qué? Porque era de noche, y eso hacían los gatos para poder ver en la oscuridad, pero a la vez sus párpados estaban bien abiertos, su expresión corporal a través de estos indicaban que ya no veía a Uri como una amenaza.
— ¡Ah cierto! ¡Hay que salir de aquí! ¿Alguien sabe el camino hacia algún poblado? —
— ¡Y-yo no doy miedo! Solo que parecía... Extraño, ¡Y me lo sigue pareciendo! — Estaba claro que en los ojos de la felina no demostraba completa confianza, lo miraba extrañada, con curiosidad y hasta con cierta precaución, como sí no terminase de entender y de unir las evidencias delante de sus ojos. ¿Cómo podía? Nunca antes había conocido a un vampiro, solo había escuchado historias, mitos de lo malvados y crueles que eran, pero este no parecía como tal... ¡Parecía solo un niño inocente! Por eso estaba, extrañada.
Su cola se meneaba de izquierda a derecha desde la mitad de su longitud, inclinada hacia adelante miraría al pequeño fijamente, hasta le olfateaba, aún olía la sangre venir de él, aún seguía lastimado. Y es por esa simple razón que ella no guardó su espada, se la mantenía en su mano aunque no en pose de batalla al menos.
El ratón no parecía tener las mismas sospechas que ella, y se mantuvo extrañada al ver lo crédulo que quizá era el ratón, o al menos que así demostraba ser, ¡Podía ser un malvado ser succiona sangre! Esa sensación le caía a Elyn de Uriel, pero no del todo, claramente.
— Jumh... ¡Yo no quiero hacerte daño! Solo no estoy segura de que estoy a salvo contigo y tú... "¡Extrañeydad~!" — Y luego al escucharle hablar al enano pudo preguntar casi al instante. — ¿Y cómo te quemaste la espalda? ¿Te caíste en un fuego? Jumh...~ — Claramente la muy tonta de Elyn no estaba completamente segura de lo que tenía en frente, ¡Para ella parecía un niño común y corriente! Aunque todo lo que tenía en frente de ella no encajaba con ello.
Y al escuchar a Mefisto afirmó, parecía que él también pensaba aquello, y prácticamente ya lo daba por hecho, ¡Delante de sus narices tenía al primer vampiro que había conocido!
— Entonces... ¿Sí eres un vampiro...? ¿No nos atacaras para chuparnos la sangre? ¡¿Podemos confiar en ti?! ¿Tienes un maestro? ¿Tú maestro es igual de malo? ¿También es un niño? ¿Cuántos años reales tienes? ¿Conoces a un ratón igual de gruñón y torpe que este? ¿Puedo ver tus colmillos? ¿Qué sientes cuando tienes hambre? ¿Tomas agua? ¿Comes otras cosas?...—
Y un sinfín de preguntas habían salido de su boca que no tenían pausa entre sí, eran todas disparadas por su curiosidad, inclinada mientras le veía fijamente con sus ojos gatunos, pero esta vez su iris ya había cambiado, y su mano diestra había enfundado su espada de forma disimulada, como sí nunca la hubiera tenido en la mano. Y así luego empezó con la diestra a acariciar el pelo de Uriel, sus ojitos estaban bien dilatados, ¿Por qué? Porque era de noche, y eso hacían los gatos para poder ver en la oscuridad, pero a la vez sus párpados estaban bien abiertos, su expresión corporal a través de estos indicaban que ya no veía a Uri como una amenaza.
— ¡Ah cierto! ¡Hay que salir de aquí! ¿Alguien sabe el camino hacia algún poblado? —
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Re: Sin rumbo en la vida pero no perdida, ¿O sí...? [Libre] [Interpretativo] [4/4] [Cerrado]
Era un vampiro… La idea resonó en la mente de Amit durante unos segundos, se quedó en silencio mirando al niño que tenía en frente, pocas veces se había cruzado con los de su raza, no sabía qué pensar. El Mausu sentía una contradicción, por un lado aparentaba ser un niño, actuaba como uno, olía como uno, todo en él hacía que el ratón quisiera consolarlo como haría con cualquier otro chico de su edad. Pero era un vampiro…
“¿N-no queréis h-hacerme daño?"
La pregunta resonó en la mente de Amit, logrando romper su concentración.
-Claro que no ¡Tchik! Hacerle daño a un niño, solo porque si… - El roedor negó lentamente con la cabeza – Eso no es correcto –El chico parecía estar perdido, y también herido – No es momento para discutir esto. Luego hablaremos de su condición de vampiro ¡Tchik! –
El Mausu miro al elfo, y le hizo un gesto con la cabeza para que atendiera a Uri con sus poderes.
-Ahora muéstrale donde estás herido, él te ayudara -Acercó la lámpara y se aseguró de que pudiera ver bien la espalda del niño mientras lo curaba – No soy gruñón, Elfo-Torpe, mejor asegúrate de hacer bien tu tarea para que podamos marcharnos del bosque antes de que algo nos encuentren – Respondió Amit con algo así como un gesto de enfado en el rostro.
En cuanto la Mujer-Gato se percató de que en verdad estaban ante un vampiro comenzó a hablar, y hablar, y hablar sin detenerse. Amit aguanto las primeras tres o cuatro preguntas en silencio, mientras continuaba sosteniendo la lámpara, pero no pudo aguantarse más y se dio vuelta bruscamente para apuntar con la luz directo a los ojos de la gata.
-¡Silencio mujer! ¡¡Tchik!! ¿No ves que esto es serio? Tchik-Tchik no es momento para parlotear – Quitó el haz de luz de los ojos de la felina – Deberías estar vigilando los alrededores en lugar de hablar tanto, no estamos seguros quedándonos aquí – Agregó en un tono menos histérico, intentando de que el grupo comprendiera la gravedad de la situación.
Cuando todos estuvieron listos Amit se puso por delante del grupo y sacó el martillo del arnés que lo sostenía. Hizo que Uriel fuera junto a él y le pasó la lámpara para que fuera quien alumbrara, si se llegaban a ver envueltos en una pelea el niño no pelearía, por lo que era mejor que fuera quien los ayudaba con la luz, de esa manera el Mausu podía llevar su arma con las dos manos.
-No podemos ir a un poblado ahora – El roedor desestimo la idea de la mujer – Si cualquier humano se da cuenta de lo que es Uri… Podría ser complicado, alertaría al resto de los pobladores y tampoco nosotros nos salvaríamos – Claro que podría pasar que nadie lo notara, pero el Mausu no dormiría tranquilo sabiendo que en cualquier momento podrían ser descubiertos – Pero no deben preocuparse, encontraremos otro sitio – Les dijo para que no se desanimaran.
Ahora dejarlos no era una opción viable para Amit, su consciencia no lo dejaría tranquilo sabiendo que había abandonado a todo un grupo de despistados a su suerte en medio del bosque. Murmuro maldiciones en su idioma mientras avanzaba entre la vegetación.
“¿N-no queréis h-hacerme daño?"
La pregunta resonó en la mente de Amit, logrando romper su concentración.
-Claro que no ¡Tchik! Hacerle daño a un niño, solo porque si… - El roedor negó lentamente con la cabeza – Eso no es correcto –El chico parecía estar perdido, y también herido – No es momento para discutir esto. Luego hablaremos de su condición de vampiro ¡Tchik! –
El Mausu miro al elfo, y le hizo un gesto con la cabeza para que atendiera a Uri con sus poderes.
-Ahora muéstrale donde estás herido, él te ayudara -Acercó la lámpara y se aseguró de que pudiera ver bien la espalda del niño mientras lo curaba – No soy gruñón, Elfo-Torpe, mejor asegúrate de hacer bien tu tarea para que podamos marcharnos del bosque antes de que algo nos encuentren – Respondió Amit con algo así como un gesto de enfado en el rostro.
En cuanto la Mujer-Gato se percató de que en verdad estaban ante un vampiro comenzó a hablar, y hablar, y hablar sin detenerse. Amit aguanto las primeras tres o cuatro preguntas en silencio, mientras continuaba sosteniendo la lámpara, pero no pudo aguantarse más y se dio vuelta bruscamente para apuntar con la luz directo a los ojos de la gata.
-¡Silencio mujer! ¡¡Tchik!! ¿No ves que esto es serio? Tchik-Tchik no es momento para parlotear – Quitó el haz de luz de los ojos de la felina – Deberías estar vigilando los alrededores en lugar de hablar tanto, no estamos seguros quedándonos aquí – Agregó en un tono menos histérico, intentando de que el grupo comprendiera la gravedad de la situación.
Cuando todos estuvieron listos Amit se puso por delante del grupo y sacó el martillo del arnés que lo sostenía. Hizo que Uriel fuera junto a él y le pasó la lámpara para que fuera quien alumbrara, si se llegaban a ver envueltos en una pelea el niño no pelearía, por lo que era mejor que fuera quien los ayudaba con la luz, de esa manera el Mausu podía llevar su arma con las dos manos.
-No podemos ir a un poblado ahora – El roedor desestimo la idea de la mujer – Si cualquier humano se da cuenta de lo que es Uri… Podría ser complicado, alertaría al resto de los pobladores y tampoco nosotros nos salvaríamos – Claro que podría pasar que nadie lo notara, pero el Mausu no dormiría tranquilo sabiendo que en cualquier momento podrían ser descubiertos – Pero no deben preocuparse, encontraremos otro sitio – Les dijo para que no se desanimaran.
Ahora dejarlos no era una opción viable para Amit, su consciencia no lo dejaría tranquilo sabiendo que había abandonado a todo un grupo de despistados a su suerte en medio del bosque. Murmuro maldiciones en su idioma mientras avanzaba entre la vegetación.
Amit'tek
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Re: Sin rumbo en la vida pero no perdida, ¿O sí...? [Libre] [Interpretativo] [4/4] [Cerrado]
"¿Hmm? N-no estoy seguro.....Cr-creo que desde h-hace....¿70 años?....E-el m-maestro dijo que no era necesario que lo r-recordara p-porque m-mi "edad m-mental" es..otra......¡Ah! ¡Entonces en verdad no sois abusadores infantiles! Waaaah ¡En verdad estaba asustado! Jejejeje....."
Como si fuera una mentira, el pequeño niño cambio su tono de voz y postura corporal algo recelosa a una mas relajada, parecía que ahora estaba a gusto. Su mirada era mucho mas suave e infantil que antes, aunque aún podía verse algo de timidez, su aura juguetona había regresado levemente y ahora se podía ver una fina sonrisita inocente en sus labios. Pero, curiosamente, seguía un poco escondido detrás del ratón desconocido, sin atreverse a moverse del sitio.
Ante la repentina explosión de preguntas de parte de la chica gata, Uriel bajó su rostro tímidamente y con sus manos apretó la correa de cuero de su bolsa de investigación, incluso si el tendía a acribillar a preguntas a las personas también era inevitable para un niño sentirse intimidado con tantas preguntar repentinas. Quedándose un rato en silencio para ordenar las respuestas, el pequeño niño susurro sus respuestas con un tono cohibido y avergonzado.
"Y-yo....T-tengo hambre...¿C-creo que s-sí? ¡Ah! P-pero jamas lo h-aría con un grupo grande....No tengo pot-tencial de ata-aque ¿sabes?.... ¿M-mi maestro?....Él.....es el mejor de los vampiros, me adoptó y me crío ¿sabéis? ¡Es el mejor de todos! ¡Un verdadero vampiro! ¡No hay raza que no tiemble ante su sombra Puede cazar a cualquier raza y salir sin heridas. Me enseñó todo referente a los vampiros jejeje ¡Ojala pueda ser tan buen vampiro algún día! Oh, aunque apenas puedo morder o cazar correctamente....."
Su actitud tímida y cohibida ante las preguntas cambio radicalmente cuando empezó a hablar de su maestro, mas que hablara de un padre o maestro hablaba de él como si fuera un Dios al que venerar. Era como un monje devoto hablando de su Dios, era bastante impactante viniendo de un niño pequeño pero era normal si se tenía ne cuenta que ese hombre fue el único, quitando a Los Gorriones, que le ofreció al pequeño Uriel un lugar al que regresar, una identidad y lo mas importante; Una familia a la cual pertenecer. No era el mejor de los hombre, obviamente, pero de momento era le único del cual Uriel podía depender y llamar "padre".
Con una sonrisa alegre por haber recordado a su gran Dios-padre, el niño tarareaba un agradable canción ¡Hablar de su maestro logró que se olvidará pro completo del hambre o el dolor, incluso de su miedo! Solo con eso ya podía verse que tan alta estima lo tenía. No solo eso, también le había recordado que era un vampiro ¡Un verdadero vampiro se mantiene firme y fuerte ante cualquier situación! ¡Como el mejor futuro científico y un verdadero orgulloso vampiro debe mantener la compostura! Con su amplia sonrisa que transmitía mas la sensación de un niño pretendiendo ser adulto que lo que realmente parecía querer decir, el niño dirigió una mirada alegre al trío, habiendo mejorado su humor, añadió:
"¡Yo sé como salir del bosque! Vine hasta aquí porque quería jugar, pero el día me pilló desprevenido y terminé quemándome la espalda ¡Puedo guiaros afuera del bosque desde que fui marcando los arboles para saber como salir! Ah, pero entre por una zona alejada de los poblados. Hmmm no sé si eso es lo que queréis...."
El niño recibió la lámpara con algo de recelo, como vampiro no podía evitar sentirse nervioso con un fuego tan próximo a él, pero como se le encargó la misión de alumbrar el camino para el resto debía ser un vampiro responsable y hacerlo como se debe ¡Como buen niño y vampiro que es, Uriel no permitirá que el grupo se pierda en la noche, el patio de juego de su raza! Sujeto la lámpara con fuerza entre sus dos infantiles manos, incluso si no podía pelear, daría su mejor fuerzo. Como si recordara algo, el pequeño niño dijo con un alegre tono de voz:
"¿Puedo preguntar sus nombres? ¡Creo recordar que no los oí!... "
Como si fuera una mentira, el pequeño niño cambio su tono de voz y postura corporal algo recelosa a una mas relajada, parecía que ahora estaba a gusto. Su mirada era mucho mas suave e infantil que antes, aunque aún podía verse algo de timidez, su aura juguetona había regresado levemente y ahora se podía ver una fina sonrisita inocente en sus labios. Pero, curiosamente, seguía un poco escondido detrás del ratón desconocido, sin atreverse a moverse del sitio.
Ante la repentina explosión de preguntas de parte de la chica gata, Uriel bajó su rostro tímidamente y con sus manos apretó la correa de cuero de su bolsa de investigación, incluso si el tendía a acribillar a preguntas a las personas también era inevitable para un niño sentirse intimidado con tantas preguntar repentinas. Quedándose un rato en silencio para ordenar las respuestas, el pequeño niño susurro sus respuestas con un tono cohibido y avergonzado.
"Y-yo....T-tengo hambre...¿C-creo que s-sí? ¡Ah! P-pero jamas lo h-aría con un grupo grande....No tengo pot-tencial de ata-aque ¿sabes?.... ¿M-mi maestro?....Él.....es el mejor de los vampiros, me adoptó y me crío ¿sabéis? ¡Es el mejor de todos! ¡Un verdadero vampiro! ¡No hay raza que no tiemble ante su sombra Puede cazar a cualquier raza y salir sin heridas. Me enseñó todo referente a los vampiros jejeje ¡Ojala pueda ser tan buen vampiro algún día! Oh, aunque apenas puedo morder o cazar correctamente....."
Su actitud tímida y cohibida ante las preguntas cambio radicalmente cuando empezó a hablar de su maestro, mas que hablara de un padre o maestro hablaba de él como si fuera un Dios al que venerar. Era como un monje devoto hablando de su Dios, era bastante impactante viniendo de un niño pequeño pero era normal si se tenía ne cuenta que ese hombre fue el único, quitando a Los Gorriones, que le ofreció al pequeño Uriel un lugar al que regresar, una identidad y lo mas importante; Una familia a la cual pertenecer. No era el mejor de los hombre, obviamente, pero de momento era le único del cual Uriel podía depender y llamar "padre".
Con una sonrisa alegre por haber recordado a su gran Dios-padre, el niño tarareaba un agradable canción ¡Hablar de su maestro logró que se olvidará pro completo del hambre o el dolor, incluso de su miedo! Solo con eso ya podía verse que tan alta estima lo tenía. No solo eso, también le había recordado que era un vampiro ¡Un verdadero vampiro se mantiene firme y fuerte ante cualquier situación! ¡Como el mejor futuro científico y un verdadero orgulloso vampiro debe mantener la compostura! Con su amplia sonrisa que transmitía mas la sensación de un niño pretendiendo ser adulto que lo que realmente parecía querer decir, el niño dirigió una mirada alegre al trío, habiendo mejorado su humor, añadió:
"¡Yo sé como salir del bosque! Vine hasta aquí porque quería jugar, pero el día me pilló desprevenido y terminé quemándome la espalda ¡Puedo guiaros afuera del bosque desde que fui marcando los arboles para saber como salir! Ah, pero entre por una zona alejada de los poblados. Hmmm no sé si eso es lo que queréis...."
El niño recibió la lámpara con algo de recelo, como vampiro no podía evitar sentirse nervioso con un fuego tan próximo a él, pero como se le encargó la misión de alumbrar el camino para el resto debía ser un vampiro responsable y hacerlo como se debe ¡Como buen niño y vampiro que es, Uriel no permitirá que el grupo se pierda en la noche, el patio de juego de su raza! Sujeto la lámpara con fuerza entre sus dos infantiles manos, incluso si no podía pelear, daría su mejor fuerzo. Como si recordara algo, el pequeño niño dijo con un alegre tono de voz:
"¿Puedo preguntar sus nombres? ¡Creo recordar que no los oí!... "
Uri
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Re: Sin rumbo en la vida pero no perdida, ¿O sí...? [Libre] [Interpretativo] [4/4] [Cerrado]
Mefisto no pudo esconder su sorpresa al escuchar la edad del niño, ¡por poco y era tan viejo como él!
Sopesó un poco las implicaciones que tendría su edad en la forma de comportarse, pero terminó aceptando lo de su 'edad mental' sin mucho esfuerzo.
Asintió en respuesta al gesto de Amit.
- ¿Uri, no? Ven un momento, me encargaré de aliviar esa molestia. -llamó al niño con un gesto de la mano.
Agradeció la luz de Amit, se agachó un poco y colocó las manos por encima de la herida del niño, con cuidado de no tocarla directamente. Respiró hondo, cerró los ojos y se concentró en sus palmas, en el hormigueo y la calidez que se empezaban a percibir en estas. El daño en Uri se empezaba a revertir, poco a poco, hasta que desapareció completamente. [1]
Recordó las veces anteriores que había tenido que auxiliar a los demás de esta forma, y en lo tranquila que era esta ocasión en comparación. Se le antojó curiosa la casualidad: cuatro personas reunidas una noche en un bosque, de las cuales dos eran medio animales y una era un vampiro. El destino era caprichoso, y Mefisto lo sabía bien.
Una vez terminado, el elfo le palpó suavemente la herida y al comprobar que ya todo estaba en orden, volvió a erguirse. La gata soltó una avalancha de preguntas, y escuchó las respuestas del niño con una sonrisa en la cara. Ese 'Maestro' podrá ser un malnacido, pero parecía haber tratado bien al niño todo este tiempo, como mínimo. Saberlo hizo que se tranquilizara.
Las interacciones odiosas de la gata y el ratón le quitaron el peso restante a la atmósfera. Sabía que no era buena idea quedarse más tiempo en ese lugar, pero no le molestaría acompañarlos más tiempo. Era mejor que estar solo, al menos.
El elfo negó con la cabeza a la pregunta de la gata. y se alegró al escuchar las noticias de Uri.
- No tengo un destino preciso, así que por mí no hay problema. ¿Ustedes a dónde van? -cuestionó a sus acompañantes.
Uri alegremente preguntó sus nombres, a lo que Mefisto respondió con un gesto de sorpresa teatral.
- ¡Oh, cierto! Olvidé mis modales con todo eso de caer de un barraco -se quitó el sombrero e hizo una reverencia característicamente exagerada-.Soy Mefisto, y es un placer compartir esta velada con ustedes.
Se irguió y devolvió el sombrero a su lugar. Lanzó un vistazo alrededor, en esperanzas de percibir algo más que tinieblas. Un escalofrío recorrió su espalda, y enserió su mirada. Sabía desenvolverse con facilidad en la intemperie, pero sabía que un grupo tan grande dificultaría un escape, de ser necesario.
- El roedor tiene razón. Hay que partir ya, sea cual sea nuestro destino -tragó saliva-. He pasado muchas noches en bosques en el pasado -sonrió-. Y todas han sido mala idea.
[1] Uso de la habilidad racial.
Sopesó un poco las implicaciones que tendría su edad en la forma de comportarse, pero terminó aceptando lo de su 'edad mental' sin mucho esfuerzo.
Asintió en respuesta al gesto de Amit.
- ¿Uri, no? Ven un momento, me encargaré de aliviar esa molestia. -llamó al niño con un gesto de la mano.
Agradeció la luz de Amit, se agachó un poco y colocó las manos por encima de la herida del niño, con cuidado de no tocarla directamente. Respiró hondo, cerró los ojos y se concentró en sus palmas, en el hormigueo y la calidez que se empezaban a percibir en estas. El daño en Uri se empezaba a revertir, poco a poco, hasta que desapareció completamente. [1]
Recordó las veces anteriores que había tenido que auxiliar a los demás de esta forma, y en lo tranquila que era esta ocasión en comparación. Se le antojó curiosa la casualidad: cuatro personas reunidas una noche en un bosque, de las cuales dos eran medio animales y una era un vampiro. El destino era caprichoso, y Mefisto lo sabía bien.
Una vez terminado, el elfo le palpó suavemente la herida y al comprobar que ya todo estaba en orden, volvió a erguirse. La gata soltó una avalancha de preguntas, y escuchó las respuestas del niño con una sonrisa en la cara. Ese 'Maestro' podrá ser un malnacido, pero parecía haber tratado bien al niño todo este tiempo, como mínimo. Saberlo hizo que se tranquilizara.
Las interacciones odiosas de la gata y el ratón le quitaron el peso restante a la atmósfera. Sabía que no era buena idea quedarse más tiempo en ese lugar, pero no le molestaría acompañarlos más tiempo. Era mejor que estar solo, al menos.
El elfo negó con la cabeza a la pregunta de la gata. y se alegró al escuchar las noticias de Uri.
- No tengo un destino preciso, así que por mí no hay problema. ¿Ustedes a dónde van? -cuestionó a sus acompañantes.
Uri alegremente preguntó sus nombres, a lo que Mefisto respondió con un gesto de sorpresa teatral.
- ¡Oh, cierto! Olvidé mis modales con todo eso de caer de un barraco -se quitó el sombrero e hizo una reverencia característicamente exagerada-.Soy Mefisto, y es un placer compartir esta velada con ustedes.
Se irguió y devolvió el sombrero a su lugar. Lanzó un vistazo alrededor, en esperanzas de percibir algo más que tinieblas. Un escalofrío recorrió su espalda, y enserió su mirada. Sabía desenvolverse con facilidad en la intemperie, pero sabía que un grupo tan grande dificultaría un escape, de ser necesario.
- El roedor tiene razón. Hay que partir ya, sea cual sea nuestro destino -tragó saliva-. He pasado muchas noches en bosques en el pasado -sonrió-. Y todas han sido mala idea.
---
[1] Uso de la habilidad racial.
Mefisto
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Re: Sin rumbo en la vida pero no perdida, ¿O sí...? [Libre] [Interpretativo] [4/4] [Cerrado]
— ¡A-ah! ... — Tapó sus ojos con ambas manos, los cerró fuertemente y apartó su rostro colocándose recta, dejando de invadir el espacio personal de Uri, dejo salir un "¡Tchk!" y miró de mala cara al ratón, sí había algo que le hacía mal era la luz intensa, más que nada en la noche donde sus pupilas estaban más dilatadas y sus ojos bien abiertos, realmente le dañaba la vista.
— ¡Vuelve a hacer eso y la próxima no tendrás mano con que hacerlo! — Era una amenaza bastante fuerte, pero dentro de ella sabía que nunca sería capaz de algo así, era puro bluff.
— ¡B-bueno! ¡Luego me respondes todas las preguntas eh, pequeñín! — Musitó a con una sonrisa, ya olvidando lo del ratón, mientras miraba a Uri, asimiló bastante rápido lo de su edad mental, a pesar de ser el triple mayor que ella actuaba como un niño, o era un vampiro malvado con un acto fenomenal o realmente era un niño a su forma de verlo,y se quedaba con la última.
— ¡El ratón siendo un gruñón! ¡Suéltate un pocoo~! ¡Disfruta de la vida y de tus caídas por el barranco! ¡Deja de estar tan amargado todo el tiempo! — Y ahí está, la gata atemorizada por estar perdida en el bosque ahora estaba bastante calma y con una sonrisa en el rostro, desplegando un aura de felicidad en sus movimientos mientras aún oía al ratón amargado hablar, dejaba dar suspiros de placer y ligeros ademanes con las manos como sí estuviera sacándose tanta negatividad y amargura que le parecía que el ratón le estaba soltando.
— ¡Yo soy Elyn! Una mujer-bestia, como los humanos nos llaman, descendiente felina, ¡Como claramente se ve! Un gusto Uri, un gusto Mefisto, y a tí... Emh, ¿Caín era? —
Y justo cuando dijo eso un olfato extraño entró en su nariz, sus orejitas se pararon y giraron ligeramente en una dirección en común, más o menos en frente de la cueva, bien hacia adentro del bosque. Rápidamente giró su cabeza hacia allí, pudiéndose ver como su pequeña nariz se abría separaba sus fosas nasales repetidas veces en un segundo, estaba buscando captar y sentir el olor exacto de lo que le invadía ahora aquel sentido. Rápidamente mientras lo asimilaba tomó la espada de su cadera y mientras lo hacía, quizá un pequeño descuido por parte del acechador, escuchó una rama quebrarse.
La gata estaba en guardia, con espada en mano se volteó y se colocó así misma frente a Uri, ahora la iris de sus ojos estaban demasiado estiradas en vertical, sus orejas bien erguidas y su cuerpo ligeramente inclinado, todo decía que estaba alertada.
— Mefisto, agarra una rama o algo... —
Y bien hizo en estarlo, pronto un lobo hizo su aparición de detrás de unos árboles, era de color grisáceo oscuro, pronto otro un poco más blanco y finalmente cuatro más le siguieron, todos variando en un tono de gris, pero claramente de la misma manada.
Los lobos no tardaron en rodearlos, la cueva casi pegada al barranco por el que el ratón y el elfo habían caído les hacía creer que no podrían salir de allí fácilmente, serían presa fácil, por lo que aquellos animales les rodearon en una pequeña media luna, acechándolos a unos quince metros de distancia, incluso corriendo, gruñiendo y uno, el del tono más oscuro situado en el medio del perímetro que habían formado, aullando.
Elyn ya podía sentir sudor salir de su cuerpo, en su mano diestra la que dominaba la espada que ahora tenía en mano, tanto como en su pecho, ya la tela se sentía algo húmeda, todo indicaba que no iban a salir de ahí fácilmente.
— ¡Vuelve a hacer eso y la próxima no tendrás mano con que hacerlo! — Era una amenaza bastante fuerte, pero dentro de ella sabía que nunca sería capaz de algo así, era puro bluff.
— ¡B-bueno! ¡Luego me respondes todas las preguntas eh, pequeñín! — Musitó a con una sonrisa, ya olvidando lo del ratón, mientras miraba a Uri, asimiló bastante rápido lo de su edad mental, a pesar de ser el triple mayor que ella actuaba como un niño, o era un vampiro malvado con un acto fenomenal o realmente era un niño a su forma de verlo,y se quedaba con la última.
— ¡El ratón siendo un gruñón! ¡Suéltate un pocoo~! ¡Disfruta de la vida y de tus caídas por el barranco! ¡Deja de estar tan amargado todo el tiempo! — Y ahí está, la gata atemorizada por estar perdida en el bosque ahora estaba bastante calma y con una sonrisa en el rostro, desplegando un aura de felicidad en sus movimientos mientras aún oía al ratón amargado hablar, dejaba dar suspiros de placer y ligeros ademanes con las manos como sí estuviera sacándose tanta negatividad y amargura que le parecía que el ratón le estaba soltando.
— ¡Yo soy Elyn! Una mujer-bestia, como los humanos nos llaman, descendiente felina, ¡Como claramente se ve! Un gusto Uri, un gusto Mefisto, y a tí... Emh, ¿Caín era? —
Y justo cuando dijo eso un olfato extraño entró en su nariz, sus orejitas se pararon y giraron ligeramente en una dirección en común, más o menos en frente de la cueva, bien hacia adentro del bosque. Rápidamente giró su cabeza hacia allí, pudiéndose ver como su pequeña nariz se abría separaba sus fosas nasales repetidas veces en un segundo, estaba buscando captar y sentir el olor exacto de lo que le invadía ahora aquel sentido. Rápidamente mientras lo asimilaba tomó la espada de su cadera y mientras lo hacía, quizá un pequeño descuido por parte del acechador, escuchó una rama quebrarse.
La gata estaba en guardia, con espada en mano se volteó y se colocó así misma frente a Uri, ahora la iris de sus ojos estaban demasiado estiradas en vertical, sus orejas bien erguidas y su cuerpo ligeramente inclinado, todo decía que estaba alertada.
— Mefisto, agarra una rama o algo... —
Y bien hizo en estarlo, pronto un lobo hizo su aparición de detrás de unos árboles, era de color grisáceo oscuro, pronto otro un poco más blanco y finalmente cuatro más le siguieron, todos variando en un tono de gris, pero claramente de la misma manada.
Los lobos no tardaron en rodearlos, la cueva casi pegada al barranco por el que el ratón y el elfo habían caído les hacía creer que no podrían salir de allí fácilmente, serían presa fácil, por lo que aquellos animales les rodearon en una pequeña media luna, acechándolos a unos quince metros de distancia, incluso corriendo, gruñiendo y uno, el del tono más oscuro situado en el medio del perímetro que habían formado, aullando.
Elyn ya podía sentir sudor salir de su cuerpo, en su mano diestra la que dominaba la espada que ahora tenía en mano, tanto como en su pecho, ya la tela se sentía algo húmeda, todo indicaba que no iban a salir de ahí fácilmente.
Elyn
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Re: Sin rumbo en la vida pero no perdida, ¿O sí...? [Libre] [Interpretativo] [4/4] [Cerrado]
El Mausu aun peleaba con sus propios resquemores y fantasmas, cuando la mayoría del grupo decidió que seguir a un vampiro con hambre en mitad de la noche era lo más seguro y lógico. Ciertamente Uri no tenía la apariencia ni la contextura física como para poder dañar a tres personas adultas, pero ¿Y si los llevaba hacia una trampa? El roedor chasqueó la lengua mientras miraba como los demás interactuaban entre sí, por lo pronto, el niño no estaba haciendo nada que pudiera resultar amenazante.
Miro con seriedad a la Mujer-Gato ¿Qué había pasado con el instinto de supervivencia de esa muchacha? Seguramente se había ido junto con la mayoría de sus rasgos felinos.
-No estoy amargado, Tchik, me tomo con seriedad los asuntos que son serios – Frunció el ceño, aunque más que amenazador se veía adorable cada vez que lo hacía – Soy Amit´tek, no sé qué cosa será ese Cain, pero no tenemos nada en común – Y quería resaltar esa diferencia, con la esperanza de que dejaran de confundir su nombre.
No creyó que fuera necesario aclarar su raza, ningún ser inteligente podría confundirlo con ninguna otra cosa que no fuera un Hombre-ratón… Aunque lo de “seres inteligentes” estaba en duda.
No habían hecho más que unos pocos pasos cuando tanto Elyn, como Amit se quedaron quietos, la primera oliendo el aire, y el segundo agachándose para sentir el olor de la tierra. Habían tantos estímulos en el ambiente que era difícil el poder individualizar solo uno, pero pronto los depredadores estaban tan cerca que fue inconfundible.
-Lobos – Susurró el Mausu, levantó se martillo y se puso cubriendo otro de los flancos de Uri, de esa manera el niño quedaría en medio de los tres adultos – Les dije que esto era algo serio ¡Tchik! Pero no quisieron escucharme – Chasqueó la lengua un par de veces en un gesto de desaprobación.
Los lobos no parecían ser más grandes que el promedio, de todos modos eran más altos que Amit, si sus mandíbulas se cerraban en cualquier parte de su cuerpo, era muy poco probable que el ratón pudiera hacer algo para soltarse. Pero tampoco podía saltar o correr como lo hacía siempre, tenía que proteger a Uri. Con todo esto en mente, comenzó a trazar un plan, algo que le permitiera tomar ventaja de su tamaño.
No podía mirar qué estaban haciendo sus compañeros, pero escuchó como los lobos comenzaban el ataque y que estos se defendían. La bestia que miraba a Amit parecía ser ligeramente más precavida, ahora que la tenía en frente, su olor era mucho más penetrante “Es una hembra” pensó el Mausu “Seguro eres más lista que el resto ¿Eh?” agachaba la cabeza y gruñía, pero tardaba en decidirse a atacar.
Amit la esperó, y al final salió victorioso en la competencia de paciencia, ya que la loba saltó primera con la boca abierta, y el roedor la bloqueó poniendo en medio el mango de su martillo. La bestia cerró la mordida, pero no podía romper el mango, lo que si podía hacer era sacudir la cabeza y arrastrar a Amit con ella. El ratón chilló, pero no se soltó tampoco, y en cuanto lo tuvo cerca intentó morderlo también, aunque sus dientes se cerraron en el aire.
Así que quedaban en lo mismo, la loba no soltaba el mango y usaba su fuerza para revolear a Amit de un lado al otro, mientras, el ratón se sujetaba firmemente, y esperaba una oportunidad de poder devolverle el mordisco.
Miro con seriedad a la Mujer-Gato ¿Qué había pasado con el instinto de supervivencia de esa muchacha? Seguramente se había ido junto con la mayoría de sus rasgos felinos.
-No estoy amargado, Tchik, me tomo con seriedad los asuntos que son serios – Frunció el ceño, aunque más que amenazador se veía adorable cada vez que lo hacía – Soy Amit´tek, no sé qué cosa será ese Cain, pero no tenemos nada en común – Y quería resaltar esa diferencia, con la esperanza de que dejaran de confundir su nombre.
No creyó que fuera necesario aclarar su raza, ningún ser inteligente podría confundirlo con ninguna otra cosa que no fuera un Hombre-ratón… Aunque lo de “seres inteligentes” estaba en duda.
No habían hecho más que unos pocos pasos cuando tanto Elyn, como Amit se quedaron quietos, la primera oliendo el aire, y el segundo agachándose para sentir el olor de la tierra. Habían tantos estímulos en el ambiente que era difícil el poder individualizar solo uno, pero pronto los depredadores estaban tan cerca que fue inconfundible.
-Lobos – Susurró el Mausu, levantó se martillo y se puso cubriendo otro de los flancos de Uri, de esa manera el niño quedaría en medio de los tres adultos – Les dije que esto era algo serio ¡Tchik! Pero no quisieron escucharme – Chasqueó la lengua un par de veces en un gesto de desaprobación.
Los lobos no parecían ser más grandes que el promedio, de todos modos eran más altos que Amit, si sus mandíbulas se cerraban en cualquier parte de su cuerpo, era muy poco probable que el ratón pudiera hacer algo para soltarse. Pero tampoco podía saltar o correr como lo hacía siempre, tenía que proteger a Uri. Con todo esto en mente, comenzó a trazar un plan, algo que le permitiera tomar ventaja de su tamaño.
No podía mirar qué estaban haciendo sus compañeros, pero escuchó como los lobos comenzaban el ataque y que estos se defendían. La bestia que miraba a Amit parecía ser ligeramente más precavida, ahora que la tenía en frente, su olor era mucho más penetrante “Es una hembra” pensó el Mausu “Seguro eres más lista que el resto ¿Eh?” agachaba la cabeza y gruñía, pero tardaba en decidirse a atacar.
Amit la esperó, y al final salió victorioso en la competencia de paciencia, ya que la loba saltó primera con la boca abierta, y el roedor la bloqueó poniendo en medio el mango de su martillo. La bestia cerró la mordida, pero no podía romper el mango, lo que si podía hacer era sacudir la cabeza y arrastrar a Amit con ella. El ratón chilló, pero no se soltó tampoco, y en cuanto lo tuvo cerca intentó morderlo también, aunque sus dientes se cerraron en el aire.
Así que quedaban en lo mismo, la loba no soltaba el mango y usaba su fuerza para revolear a Amit de un lado al otro, mientras, el ratón se sujetaba firmemente, y esperaba una oportunidad de poder devolverle el mordisco.
Amit'tek
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Re: Sin rumbo en la vida pero no perdida, ¿O sí...? [Libre] [Interpretativo] [4/4] [Cerrado]
Uriel se estremeció en cuanto notó los lobos. El niño jamas tuvo esta clase de problemas, siempre que se metía por su cuenta en los bosques los animales le evitaban ¿Porque olía a sangre? ¿Notaban por por instinto que el extraño cachorro solitario no era normal? El pequeño vampiro jamás siquiera se dio cuenta, simplemente se centraba en divertirse, pero los animales, los salvajes en especial, le evitaban. Por eso jamás fue atacado cuando se metía solo en el bosque. Quizá era un extraña peculiaridad de ser vampiro.
Esta es la primera vez que es atacado por lobos, así que estaba asustado. Encogiéndose un poco sobre si mismo, pensó en querer correr de ahí rápidamente pero se negó el pensamiento ¡ Si huye estará manchando su honor de vampiro! Uriel no era tonto, de echo se podía considerar bastante calculador, al igual que sabía que no podía enfrentarse a un grupo grande sabía que si se quedaba solo sería presa fácil, no solo eso, sabía que sería evitado por los lobos hasta cierto punto. No lo dijo, pero Uriel se prometió llevar acabo la responsabilidad de alumbrar y guiar fuera del bosque al grupo ¡Dio su honor como vampiro! El niño no sentía apego por la vida de los tres desconocidos, tal vez un poco Amit por recordarle a Cain, pero, como le enseñó su maestro, seguían siendo ganado. En circunstancias normales podría haberlos abandonado. No porque Uriel era una mala persona, sino porque en su inocencia creía que era lo mas normal ¿Quien daría su vida por personas que siquiera considera como tal? Todo lo que le enseñaron implica, al final, que esas tres personas son ganado, y como Uriel no sabía cuan cruel y horrible era eso, los podría abandonar fácilmente. Lo único que le retenía era su orgullo y saber que morirá si los abandona. Era la malicia de vampiro de Uriel, una que ni siquiera el propio Uriel conocía o notaba.
El Señor Cain no puede ver....Hmmmm O al menos Cain no puede ver correctamente en la oscuridad, pero a cambio su olfato es muy fuerte. Debo asegurarme de alumbrarlo, en especial cuando el aroma de la sangre llene el ambiente ¡Es uno bastante fuerte, en especial la de los animales! ¡Eso yo lo sé!....En cuanto a la Señorita Elyn....La gata del maestro, Mary, tenía una buena vista de noche ¡Casi tan buena como la de los vampiros! Seguro que ella también...supongo.... Probablemente...En cuanto al Señor Mefisto ¿Los elfos ven bien en la oscuridad? No creo, el maestro siempre se reía de lo fácil que era pillar a elfos desprevenidos durante la noche...¡Ah! ¿El Señor Mefisto tiene un arma? No recuerdo haberla visto ¡En cualquier caso! ¡Debo asegurarme de alumbrarlo lo mejor que pueda!
Uriel era algo curioso, tal vez era por experiencia de su larga vida, que aunque no le otorgaron edad mental, si le otorgaron una extraña sabiduría. Por instintos sabía muchas cosas; Quien podía ver y quien no, quien era mas vulnerable, a quien debía alumbrar. Curiosamente, Amit eligió a la persona correcta a darle la responsabilidad e alumbrar, Uriel era bastante mas sabio y calculador de lo que su corta edad mental dejaba ver. Era un vampiro, incluso si su forma de ser no lo dejaba ver, vivió 89 años, tal vez la mayor parte fue encerrado en una mansión, pero nada podía quitar que Uriel llevaba vagando casi 10 años; Sabe por instinto lo que debe hacer. Esa es su sabiduría.
Con una mano sujetó la lampara, y con su mano diestra sujetó su puñal. No tiene la intención de quedarse desprotegido incluso si sabe que los lobos le evitaran hasta cierto punto. Es consciente de que le atacaran si se distrae o se aleja de los tres adultos, ademas, sin la lampara, Mefisto, un pilar fundamental para que salga convida de esa situación, morirá. No puede permitirse eso.
Sin separarse de Mefisto y Amit, el niño acomodó su postura y clavo su mirada en los lobos. Podía verlo perfectamente, quien era atacado y no, podía saberlo, como estaban dispuestos los lobos; Media Luna. Y por supuesto, sabia sus números; 6. No era fuerte como cabría esperar de un vampiro, pero era ágil y rápido, era fácil para el moverse entre toda la confusión sin problemas ¡Aunque tal vez se equivocaría por el miedo! Aún así, había algo claro; Uriel, de echo y de forma inesperada, bastante capaz y maduro en situaciones de alto riesgo.
Maestro...Deme fuerzas....
Esta es la primera vez que es atacado por lobos, así que estaba asustado. Encogiéndose un poco sobre si mismo, pensó en querer correr de ahí rápidamente pero se negó el pensamiento ¡ Si huye estará manchando su honor de vampiro! Uriel no era tonto, de echo se podía considerar bastante calculador, al igual que sabía que no podía enfrentarse a un grupo grande sabía que si se quedaba solo sería presa fácil, no solo eso, sabía que sería evitado por los lobos hasta cierto punto. No lo dijo, pero Uriel se prometió llevar acabo la responsabilidad de alumbrar y guiar fuera del bosque al grupo ¡Dio su honor como vampiro! El niño no sentía apego por la vida de los tres desconocidos, tal vez un poco Amit por recordarle a Cain, pero, como le enseñó su maestro, seguían siendo ganado. En circunstancias normales podría haberlos abandonado. No porque Uriel era una mala persona, sino porque en su inocencia creía que era lo mas normal ¿Quien daría su vida por personas que siquiera considera como tal? Todo lo que le enseñaron implica, al final, que esas tres personas son ganado, y como Uriel no sabía cuan cruel y horrible era eso, los podría abandonar fácilmente. Lo único que le retenía era su orgullo y saber que morirá si los abandona. Era la malicia de vampiro de Uriel, una que ni siquiera el propio Uriel conocía o notaba.
El Señor Cain no puede ver....Hmmmm O al menos Cain no puede ver correctamente en la oscuridad, pero a cambio su olfato es muy fuerte. Debo asegurarme de alumbrarlo, en especial cuando el aroma de la sangre llene el ambiente ¡Es uno bastante fuerte, en especial la de los animales! ¡Eso yo lo sé!....En cuanto a la Señorita Elyn....La gata del maestro, Mary, tenía una buena vista de noche ¡Casi tan buena como la de los vampiros! Seguro que ella también...supongo.... Probablemente...En cuanto al Señor Mefisto ¿Los elfos ven bien en la oscuridad? No creo, el maestro siempre se reía de lo fácil que era pillar a elfos desprevenidos durante la noche...¡Ah! ¿El Señor Mefisto tiene un arma? No recuerdo haberla visto ¡En cualquier caso! ¡Debo asegurarme de alumbrarlo lo mejor que pueda!
Uriel era algo curioso, tal vez era por experiencia de su larga vida, que aunque no le otorgaron edad mental, si le otorgaron una extraña sabiduría. Por instintos sabía muchas cosas; Quien podía ver y quien no, quien era mas vulnerable, a quien debía alumbrar. Curiosamente, Amit eligió a la persona correcta a darle la responsabilidad e alumbrar, Uriel era bastante mas sabio y calculador de lo que su corta edad mental dejaba ver. Era un vampiro, incluso si su forma de ser no lo dejaba ver, vivió 89 años, tal vez la mayor parte fue encerrado en una mansión, pero nada podía quitar que Uriel llevaba vagando casi 10 años; Sabe por instinto lo que debe hacer. Esa es su sabiduría.
Con una mano sujetó la lampara, y con su mano diestra sujetó su puñal. No tiene la intención de quedarse desprotegido incluso si sabe que los lobos le evitaran hasta cierto punto. Es consciente de que le atacaran si se distrae o se aleja de los tres adultos, ademas, sin la lampara, Mefisto, un pilar fundamental para que salga convida de esa situación, morirá. No puede permitirse eso.
Sin separarse de Mefisto y Amit, el niño acomodó su postura y clavo su mirada en los lobos. Podía verlo perfectamente, quien era atacado y no, podía saberlo, como estaban dispuestos los lobos; Media Luna. Y por supuesto, sabia sus números; 6. No era fuerte como cabría esperar de un vampiro, pero era ágil y rápido, era fácil para el moverse entre toda la confusión sin problemas ¡Aunque tal vez se equivocaría por el miedo! Aún así, había algo claro; Uriel, de echo y de forma inesperada, bastante capaz y maduro en situaciones de alto riesgo.
Maestro...Deme fuerzas....
Uri
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Re: Sin rumbo en la vida pero no perdida, ¿O sí...? [Libre] [Interpretativo] [4/4] [Cerrado]
Y como si el peligro hubiese escuchado las palabras del elfo y se burlara de él, hizo acto de presencia en ese preciso momento.
Percibió claramente la señal de alerta que era la actitud de ambos hombres-bestia, y sin voltear la mirada al bosque caminó a paso lento hacia el saco donde había aterrizado ratos antes. Cada paso aumentaba su ritmo cardíaco, agudizaba sus sentidos y preparaba su cuerpo para lo que se avecinaba. Su mente daba brincos por cada posible encuentro, yendo desde bandidos hasta criaturas más fantásticas.
El ratón terminó con este proceso al confirmar la identidad del enemigo: Lobos.
Ya al lado del saco, se inclinó y lo recogió del suelo, a la vez que tomaba un par de piedras circundantes. Volteó el saco y lo sacudió, deshaciéndose de los restos de su otrora merienda. La sugerencia de Elyn lo tomó desprevenido, pues le hizo darse cuenta de algo de lo que no se había percatado sino hasta ese momento.
'¿...Palo?'
...
'Palo... '
La humillación le anudó el ceño.
'¡CARAJO! ¡Dejé mi bastón en Roilkat!'
Prometiendo regañar a Mefisto del pasado más tarde, liberó la frustración con un largo suspiro. En este momento, tenía asuntos con más prioridad. Se irguió y giro hacia el bosque, y los vio. Seis lobos de un lado, un barranco del otro. Si hubiese estado solo, hubiese sido sólo un contratiempo menor:
El segundo mayor don de Mefisto era escapar de los problemas.
Mefisto le lanzó un vistazo a Amit, a Elyn y a Uri. Respiró hondo.
'Confío en ustedes.'
Volteó su mirada a los lobos que hacían una media luna, que en su mente había nombrado 'Uno', 'Dos', 'Tres', 'Cuatro', 'Cinco' y 'Chucho', desde la izquierda hasta la derecha. Con un movimiento repentino, lanzó una piedra a Tres lo suficientemente fuerte como para que se enfocara en él, e inmediatamente después se lanzó en carrera hacia el bosque por entre Uno y Dos, esquivando por poco una mordida que le lanzó el último. Sentía el corazón repicarle en las orejas, Se maldijo a sí mismo internamente.
'¿Por qué mierdas disfrutas esto?'
A media carrera dirigió su mirada hacia atrás, con lo que comprobó que los tres lobos le perseguían desde más cerca de lo que había planificado, y vio a Chucho lanzarse hacia Amit. Esperando el éxito del ratón, volvió su mirada a la oscuridad del bosque, y dejó soltar una inmensa carcajada mientras se perdía entre los árboles.
¿Su mayor don?
Buscar esos problemas.
Percibió claramente la señal de alerta que era la actitud de ambos hombres-bestia, y sin voltear la mirada al bosque caminó a paso lento hacia el saco donde había aterrizado ratos antes. Cada paso aumentaba su ritmo cardíaco, agudizaba sus sentidos y preparaba su cuerpo para lo que se avecinaba. Su mente daba brincos por cada posible encuentro, yendo desde bandidos hasta criaturas más fantásticas.
El ratón terminó con este proceso al confirmar la identidad del enemigo: Lobos.
Ya al lado del saco, se inclinó y lo recogió del suelo, a la vez que tomaba un par de piedras circundantes. Volteó el saco y lo sacudió, deshaciéndose de los restos de su otrora merienda. La sugerencia de Elyn lo tomó desprevenido, pues le hizo darse cuenta de algo de lo que no se había percatado sino hasta ese momento.
'¿...Palo?'
...
'Palo... '
La humillación le anudó el ceño.
'¡CARAJO! ¡Dejé mi bastón en Roilkat!'
Prometiendo regañar a Mefisto del pasado más tarde, liberó la frustración con un largo suspiro. En este momento, tenía asuntos con más prioridad. Se irguió y giro hacia el bosque, y los vio. Seis lobos de un lado, un barranco del otro. Si hubiese estado solo, hubiese sido sólo un contratiempo menor:
El segundo mayor don de Mefisto era escapar de los problemas.
Mefisto le lanzó un vistazo a Amit, a Elyn y a Uri. Respiró hondo.
'Confío en ustedes.'
Volteó su mirada a los lobos que hacían una media luna, que en su mente había nombrado 'Uno', 'Dos', 'Tres', 'Cuatro', 'Cinco' y 'Chucho', desde la izquierda hasta la derecha. Con un movimiento repentino, lanzó una piedra a Tres lo suficientemente fuerte como para que se enfocara en él, e inmediatamente después se lanzó en carrera hacia el bosque por entre Uno y Dos, esquivando por poco una mordida que le lanzó el último. Sentía el corazón repicarle en las orejas, Se maldijo a sí mismo internamente.
'¿Por qué mierdas disfrutas esto?'
A media carrera dirigió su mirada hacia atrás, con lo que comprobó que los tres lobos le perseguían desde más cerca de lo que había planificado, y vio a Chucho lanzarse hacia Amit. Esperando el éxito del ratón, volvió su mirada a la oscuridad del bosque, y dejó soltar una inmensa carcajada mientras se perdía entre los árboles.
¿Su mayor don?
Buscar esos problemas.
Mefisto
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Re: Sin rumbo en la vida pero no perdida, ¿O sí...? [Libre] [Interpretativo] [4/4] [Cerrado]
Elyn con la espada en mano la apretujaba con fuerza, no era la primera vez que estaba en ese tipo de peligro pero de igual manera era una situación de vida o muerte, no podía estar tranquila y la adrenalina ya estaba llenando su cuerpo y empezaba a actuar por ella. Ya estaba pensando en mil maneras de escapar de allí, todo se resumió en que no podrían escapar mientras tengan a esos lobos a su alrededor, sí corrían, estaba segura que Uri se quedaría atrás, e inmediatamente descartó la posibilidad de intentar huir de esa manera.
Al final se resumió en luchar e intentar reducir sus números de la mejor manera posible para no salir heridos, o tendrían más de un par de lobos bajo su rastro, tendrían aún más.
Estaba muy concentrada en dos de los lobos frente a ella, ni siquiera escucharía a Mefisto en ese momento, se quedó mirando fijamente al que estaba en el costado de la medialuna y el otro a su lado un poco más centrado a un par de metros.
Empezó a dar ligeros pasos hacia adelante algo inclinada hacia el animal más tirado hacia la izquierda, planeaba provocarlo para luego darle fin a su vida con una estocada a algún punto vital, un plan bastante sencillo y simple pero confiaba en sus habilidades y destreza.
Pero de la nada en su costado voló algo, no, era alguien, Mefisto empezó a correr entre medio de ambos lobos.
— ¡Estás loco, vu-vuelve aquí! —
Logró decir la gata en un grito fuerte, las chances de que esos lobos lo asesinen sin un arma o forma de defenderse eran bastante altas para la mente de la felina.
Gruñó y ahora su atención se fue hacia los otros tres lobos, uno estaba frente a Amit a un par de metros de ella, al ver que tenía problemas decidió ayudarlo de forma rápida, dió un saltito a su costado con agilidad con ambas manos en la empuñadura y apuntándola hacia adelante le daría una estocada en el estómago para luego tirar hacia abajo lo más que pudo y en ese mismo instante sacar la hoja de su cuerpo ya sangrante y rápidamente giró su cabeza a los otros dos que quedaban, uno parecía ser el más grandote de pelaje oscuro y uno un tanto más marrón, ambos parecían machos por el olor que emanaban y se veían enojados por la forma de atacar a la hembra que Elyn ahora tenía a su costado y el ratón frente a él, estaba moribunda y dando leves quejidos como lloriqueos.
— S-solo quedan dos... —
Le hubiera dado lastima sí estaba en otra situación, incluso le hubiera ayudado, pero habían decidido atacarlos, y justo cuando tenían un niño entre ellos, sí ella estaba sola y se presentaba esa situación seguramente ya habría sido alimento en el estómago de esos animales salvajes.
Aún así Elyn estaba concentrada en los otros dos, y bien hizo en estarlo pues apenas la loba cayó dando quejidos de dolor al borde de desangrarse hasta caer, esos dos lobos al parecer enojados, pues gruñían aún más que antes se lanzaron contra Elyn y Amit, el más grande del lado de Elyn se lanzó contra ella y el que restaba estaba en carrera contra Amit.
Elyn en guardia intentó esquivar a dicho animal de un salto al costado pero el lobo había logrado embestir el costado de su cuerpo, ahora estaba entre los tres restantes de aquel pequeño grupo, pero Amit estaba probablemente ocupado con el otro, se resumía entre Elyn, el lobo y Uri también sí es que podía hacerle algo.
— ¡C-cuidado Uri! —
La embestida fue lo suficientemente fuerte como para sacarle el balance, pero ahí debía agradecer a sus partes felinas, rápidamente apoyó ambos pies en el suelo y pudo detener su caída quedando inclinada hacia adelante y con la zurda en el suelo, raspó un poco de la tierra tanto con la mano como con sus piernas y rodillas para detener el empujón y así quedar no tan alejada u tirada en el suelo.
Estaba más cerca de Uri que de ella, pero menos mal que le estaba mirando a ella, parecía que no se había percatado de lo cerca que estaba de Uri u que sin más, no le había tomado como una amenaza al ser tan pequeño, de todas formas era mejor al menos para la mente de la gata, y temiendo que lo peor pasara esta vez fue ella la que lentamente se acercó a aquel lobo esperando que le dé alguna oportunidad de contra-ataque, no se iba a tirar estúpidamente contra un lobo del mismo tamaño que ella sin una abertura.
Al final se resumió en luchar e intentar reducir sus números de la mejor manera posible para no salir heridos, o tendrían más de un par de lobos bajo su rastro, tendrían aún más.
Estaba muy concentrada en dos de los lobos frente a ella, ni siquiera escucharía a Mefisto en ese momento, se quedó mirando fijamente al que estaba en el costado de la medialuna y el otro a su lado un poco más centrado a un par de metros.
Empezó a dar ligeros pasos hacia adelante algo inclinada hacia el animal más tirado hacia la izquierda, planeaba provocarlo para luego darle fin a su vida con una estocada a algún punto vital, un plan bastante sencillo y simple pero confiaba en sus habilidades y destreza.
Pero de la nada en su costado voló algo, no, era alguien, Mefisto empezó a correr entre medio de ambos lobos.
— ¡Estás loco, vu-vuelve aquí! —
Logró decir la gata en un grito fuerte, las chances de que esos lobos lo asesinen sin un arma o forma de defenderse eran bastante altas para la mente de la felina.
Gruñó y ahora su atención se fue hacia los otros tres lobos, uno estaba frente a Amit a un par de metros de ella, al ver que tenía problemas decidió ayudarlo de forma rápida, dió un saltito a su costado con agilidad con ambas manos en la empuñadura y apuntándola hacia adelante le daría una estocada en el estómago para luego tirar hacia abajo lo más que pudo y en ese mismo instante sacar la hoja de su cuerpo ya sangrante y rápidamente giró su cabeza a los otros dos que quedaban, uno parecía ser el más grandote de pelaje oscuro y uno un tanto más marrón, ambos parecían machos por el olor que emanaban y se veían enojados por la forma de atacar a la hembra que Elyn ahora tenía a su costado y el ratón frente a él, estaba moribunda y dando leves quejidos como lloriqueos.
— S-solo quedan dos... —
Le hubiera dado lastima sí estaba en otra situación, incluso le hubiera ayudado, pero habían decidido atacarlos, y justo cuando tenían un niño entre ellos, sí ella estaba sola y se presentaba esa situación seguramente ya habría sido alimento en el estómago de esos animales salvajes.
Aún así Elyn estaba concentrada en los otros dos, y bien hizo en estarlo pues apenas la loba cayó dando quejidos de dolor al borde de desangrarse hasta caer, esos dos lobos al parecer enojados, pues gruñían aún más que antes se lanzaron contra Elyn y Amit, el más grande del lado de Elyn se lanzó contra ella y el que restaba estaba en carrera contra Amit.
Elyn en guardia intentó esquivar a dicho animal de un salto al costado pero el lobo había logrado embestir el costado de su cuerpo, ahora estaba entre los tres restantes de aquel pequeño grupo, pero Amit estaba probablemente ocupado con el otro, se resumía entre Elyn, el lobo y Uri también sí es que podía hacerle algo.
— ¡C-cuidado Uri! —
La embestida fue lo suficientemente fuerte como para sacarle el balance, pero ahí debía agradecer a sus partes felinas, rápidamente apoyó ambos pies en el suelo y pudo detener su caída quedando inclinada hacia adelante y con la zurda en el suelo, raspó un poco de la tierra tanto con la mano como con sus piernas y rodillas para detener el empujón y así quedar no tan alejada u tirada en el suelo.
Estaba más cerca de Uri que de ella, pero menos mal que le estaba mirando a ella, parecía que no se había percatado de lo cerca que estaba de Uri u que sin más, no le había tomado como una amenaza al ser tan pequeño, de todas formas era mejor al menos para la mente de la gata, y temiendo que lo peor pasara esta vez fue ella la que lentamente se acercó a aquel lobo esperando que le dé alguna oportunidad de contra-ataque, no se iba a tirar estúpidamente contra un lobo del mismo tamaño que ella sin una abertura.
Elyn
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