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[Trama Sandorái] [Parte B-1] Raíz de Atrio

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[Trama Sandorái] [Parte B-1] Raíz de Atrio Empty [Trama Sandorái] [Parte B-1] Raíz de Atrio

Mensaje  Ger Dom Mayo 12 2019, 13:01

Abbey Frost percibió que había gente desconocida incomodando al caballero Sir Sammuel en la costa de la avanzada, y rápidamente abandonó sus quehaceres con sus compañeras Altas Encantadoras y se dedicó a reprenderlas.

-¡Vosotros dos! ¿Qué estáis haciendo? – preguntó llegando de malas maneras hasta donde estaban los desconocidos.
-Lady Frost, no… No hay ningún problema. – instó el elegante y aquejido caballero, llevándose la mano al pecho. Tenía un profundo dolor en la zona pulmonar. – Sólo quieren darme asistencia médica. Este amable elfo pregunta qué raíces podemos utilizar.

Abbey Frost evaluó con la mirada a ambos. Primero a Mefisto, luego a Zöe. Ambos podrían intuir que la joven mujer era alguien importante en el campamento, a tenor de la larga túnica que llevaba. Su cuerpo emitía un intenso frío. Se encontraban nada menos que ante una de las Altas Encantadoras de la Logia.

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La Alta Encantadora Abigail Frost, con su atuendo de batalla, es una de las personalidades más reconocidas del campamento.

-Así que queréis ayudar… – preguntó. – La sacerdotisa Thenidiel indica que los dolores bronquiales de Sir Sammuel se paliarían bien si le preparamos un ungüento medicinal que contenga raíz de Atrio. Crecen muchas en la orilla del lago, a poca profundidad. Tenéis permiso para ir a por ellas. – Asintió la encantadora, agradecida y con confianza. Luego tendió su mirada en el barco de la Logia. Sentía curiosidad por ver qué hacía su compañero de la logia, Ronaldo, allí. Había estado cerca de ganarse un balistazo por parte del poco temperamental rey Rigobert, quien no sabía que éste formaba parte de la logia. – Pensándolo mejor, iré con vosotros. Así supervisaré lo que cogéis.

Caminaron al Sur unos kilómetros. El campamento siempre permanecía perfectamente a la vista. Comenzaba a atardecer y las aguas del lago que bañaban la costa se teñían de color naranja por la luz solar. El ambiente estaba muy tranquilo y el agua en calma mecía la arena. Indicó a los acompañantes que debían buscar la planta, o más bien el alga, a poca profundidad, mojándose los pies, si es que podía hacerlo la cibernética.

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El lugar era casi idílico. Un paraíso en el que se respiraba paz y tranquilidad. Nadie diría que, en apenas unas horas, todo podría quedar reducido a cenizas

Pero pese a lo que les había dicho anteriormente, lo cierto es que Abbey Frost no tenía ni idea de plantas medicinales. Y Zöe y Mefisto no tardarían en descubrirlo. No estaba en condiciones de supervisar a nadie en estos temas. Su mal humor saltaba a la vista cuando se perdía introduciendo sus manos en el agua para buscar las plantas, que supuestamente estaban en la orilla. Odiaba mojarse los pies. Aparte de su frustración por creer estar haciendo algo que no era su cometido. – Maldita Níniel. – Bufaba para sí. Apenas distinguía margaritas de amapolas. Y es que siempre aprobaba con dificultad las clases de herbología en el Hekshold.

-Por fin. Aquí parece que hay una. – Informó. Algo llamó la atención de Frost entre la vegetación de ribera. - ¿Será esto la raíz de Atrio? – Preguntó viendo una llamativa planta sobresaliendo en la costa. Lo tomó pero, sin embargo… - ¡IIIHHH! ¡UNA RATA! ¡UNA RATA! – gritó asustada cuando advirtió que el bajo el plumero había un roedor. Y no uno cualquiera. Sino uno bien grande, de unos treinta centímetros, y para colmo, disfrazado de pirata.
El animal se indignó desde el suelo. –¡¿Una rata?! – preguntó ofendido el animal. ¡Qué encima hablaba! - ¡Sí, claro! ¡Y tú un primate! – Se revolvió sobre su cola y trepó por el cuerpo de Abbey. La bruja comenzó a chillar sufriendo casi un ataque de histeria. Trepó por el interior de su falda, recorrió su capa por la espalda y, finalmente, salió por su escote. – ¡Wow! Bonitas peras, rubia. – Y, de ahí, saltó a la mano de Abbey, donde sujetaba la raíz. La mordió, haciendo que ésta chillara y dejara caer la planta al suelo. El roedor volvió al suelo de nuevo de un salto, la cogió entre sus dientes y comenzó a arrastrarla. Era muy ligera. – ¡Ahí te quedas, caragorila! ¡Ja ja ja! ¡Esta raíz es mía! ¡Mi tesoro!– Se burló mientras Abbey aún se veía la pequeña herida abierta en su mano. El deslenguado animal había comenzado a correr hacia el bosque, allí no lo encontrarían.

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Este atrevido roedor, al contrario que sus congéneres, es una criatura grosera y maleducada.

-¡Argh! ¡Esa rata tiene nuestra medicina!  - Herida en su orgullo, Frost conjuró esquirlas de hielo en su mano y se las lanzó al animal. Pero era un objetivo tan pequeño que le resultaba imposible ser precisa.
-¡JODER, QUE ES UNA BRUJA! ¡MAMÁ! ¡MAMÁAAAA! – gritaba el animal. Sorprendido porque Abbey fuera en realidad una bruja. Todavía estaba en la playa. Saltaba para esquivar no sólo las esquirlas, sino los millones de cristales de hielo en los que se dividía al comper y que para él, por su tamaño, serían mortales.

Por fortuna ninguna le alcanzó, y el animal escapaba hacia el bosque. Por su parte, Abbey sangraba por su mano debido al mordisco. Pero no parecía nada grave. Salivó un poco la herida y perdió de nuevo su mirada en el lago.

Había que conseguir raíz para Sir Sammuel. ¿Cómo sería más sencillo? ¿Perseguir al animal o dejarlo ir y meterse en el agua a por más?

* * * * * * * * * * * *

Mefisto y Zöe (quien postee primero me es indiferente): Habéis elegido la misión de conseguir la cura para sir Sammuel. Vuestro primer objetivo en este evento será construir esta nueva planta para el herbolario. Tenéis libertad creativa. Los únicos requisitos, por cuestiones de trama, es que la planta tendrá el efecto para curar los males pulmonares, y que nace a poca profundidad en la costa, siempre bajo el agua. Además podréis añadirle un efecto de sanación o beneficio que queráis de nivel superior. Finalmente, Abbey Frost conseguirá encontrar un ejemplar y el pirata se la arrebatará. Al menos uno de los dos, tendrá que decidir si ir a atrapar al ratoncillo, o dejarlo ir y meterse en el agua a por más. El que haga esto, tendrá que tirar una runa, porque pasarán diferentes cosas (una pista: Fijaos dónde os encontráis en el mapa del mundo).

Me mantengo la autoridad para limitar el poder del efecto adicional que deseéis añadir a dicha planta en el caso de que lo considere muy poderoso.

Podéis utilizar a la alta encantadora Abbey Frost (Nivel 8 Tensái de Hielo) y al pirata por ahora sin nombre (Nivel 4. Sólo robo y dialéctica. No combate).

Me he permitido de construir un personaje similar a los mausu para promocionar el trabajo de nuestro compañero Amit'Tek. Tenéis más información de los mausus haciendo [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
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[Trama Sandorái] [Parte B-1] Raíz de Atrio Empty Re: [Trama Sandorái] [Parte B-1] Raíz de Atrio

Mensaje  Zöe Miér Mayo 15 2019, 20:49

Por fin el resto de los orgánicos que estaban junto a Sir Sammuel parecieron interesarse por su estado de salud, aunque la presencia del elfo y la mía parecía resultarles sospechosa. Tanto el hombre enfermo como la mujer que acababa de acercarse [ANALIZANDO] parecían tener cierta relevancia en el campamento, sus ropas eran de una calidad distinta al del resto de los soldados que se encontraban allí.

-Raíz de Atrio, entiendo – [DESCARGANDO INFORMACIÓN] – Buscaré en los alrededores del lago ¿Si? – Iba a decirle que no era necesario que vinieran, que mientras más orgánicos me acompañaran más difícil sería mi tarea, pero la mujer llamada Frost se adelantó y nos hizo señas para que la siguiéramos antes de que pudiera abrir la boca.

Nos alejamos apenas unos kilómetros y se nos indicó que buscáramos en la orilla del lago, procedí a cumplir con la orden de inmediato, no me importaba mojarme siempre y cuando pudiera hacer pie, ya que por mi peso me resultaba casi imposible flotar. [ESCANEANDO] Tenía la descripción de la planta en mi base de datos, solo era cuestión de encontrar alguna que tuviera un porcentaje de similitud adecuado como para decidir que era la misma.

El grito de Frost encendió las alargas de mi sistema, me gire de inmediato para encontrarla en algún tipo de enfrentamiento con un ratón de tamaño considerable [ERROR] el ratón había hablado, era un Hombre-bestia. El peso del metal en mi cuerpo sumado al del agua en mis ropas impidió que me acercara a la mujer a tiempo, el roedor llegó a morderla y a escapar para cuando llegue a ella.

-¡Horrible rata miserable, me las vas a pagar! – Seguía diciendo la mujer mientras apretaba la herida – Esto me pasa por hacer tareas que no me corresponden –

-Puedo ver la herida… - Dije acercándome a su mano, pero Abbey la retiró rápidamente.

-No necesito que examines mi mano, necesito que recuperes esa planta o que encuentres otra ¿A qué esperas? – Y dicho eso comenzó a salir del agua, pateándola en el proceso [ANALIZANDO] podía llegar a la conclusión de que estaba muy molesta, sí, eso parecía correcto.

Podría haber perseguido al ratón, pero parecía un esfuerzo innecesario, además, si se la había llevado seguramente era porque la necesitaba, es decir, había algún otro orgánico que estaba enfermo también.

-Mi sistema no me permite hacer cosas que puedan perjudicar a otros orgánicos – Le dije al elfo y a Frost – Así que buscaré otra planta ¿Correcto? – Sonreí de modo mecánico con unos segundos de retraso – La herida en su mano podría infectarse, por favor asegúrese de no meterse en el agua hasta que este curada –

Por el momento la mujer pareció aceptar mis indicaciones, se quedó en la orilla a la espera de que encontrara una nueva planta de Atrio. Me arrodille en el agua y comencé a rastrear nuevamente en busca de la planta, el sol se había ocultado casi por completo, por lo que necesite mi visión nocturna para poder diferenciar algo.

-------------------------------------
*Estamos en proceso de creación de la planta de Atrio con Mefisto ^^ la subiremos junto con su post
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[Trama Sandorái] [Parte B-1] Raíz de Atrio Empty Re: [Trama Sandorái] [Parte B-1] Raíz de Atrio

Mensaje  Mefisto Vie Mayo 17 2019, 05:01

"¡Vosotros dos!" alzó la voz una mujer. Contuve un brinquito ante la sorpresa, y empecé a idear una excusa que darle. "¿Qué estáis haciendo?"

La mujer se acercaba con pasos rápidos, correspondientes a una persona enfadada. Múltiples alarmas se habían encendido en mi cabeza.

Joder, ¿ya me descubrieron? ¡¿Qué hice?! ¡Si no llevo aquí ni diez minutos! ¡Mentira! ¡Tramposa! ¡Calla, calla, vete!

Volteé a verla con un rostro serio, pero amigable, como quien atiende con buenas intenciones a la pregunta de un turista perdido. Me disponía a zafarme de aquello buscando diálogo, pero el viejo que "atendía" se me adelantó.

"No hay ningún problema" dijo el sabio, respetable y muy amable vejete. Pasé mis ojos del señor a la mujer.

¿Ve, "Lady Frost"?

Asentía calmadamente a las palabras del hombre, asegurándome de que mi contacto visual con la tal Frost fuese natural. Ni muy agresivo, ni muy pasivo.

Sólo quiero darle asistencia médica, sí. Soy un amable elfo, así que sé útil y responde a s-A mí pregunta, sí.

Frost me examinó con la mirada, a lo que respondí simplemente no respondiendo. Sin gestos, lenguaje corporal o reacciones que dijeran algo sobre mí. La intensidad de sus ojos era la de la frustración buscando vía de escape, la de alguien que no le da importancia real al asunto. Me bajó un escalofrío por la espalda. Y luego me subió un caidafrío, y luego muchas cosas distintas, todas frías. Aquello no eran nervios o mala espina. Era frío real. Esta mujer, pese al comportamiento que me daba ganas de fastidiarla, era alguien de temer. Mis ánimos de juguetear se enfriaron junto con el aire a mi alrededor, y por ello empecé a tomarme un poco más en serio la situación.

Finalmente abrió la boca, dándome la información exacta que había estado buscando. La posible crisis evitada y un nuevo objetivo en la lista, me disponía a partir al sitio señalado, sin hacer mucho caso a su necesidad de "darnos permiso" para hacerlo.

Allá tú y tu ego, señorita. Yo me v-

"Pensándolo mejor, iré con vosotros. "

...¡JODER!

---

El camino fue mucho más tranquilo de lo que había pensado. Respiraba hondo, sereno, apreciando la vista magnífica del cielo de colores. Me la habían regalado la enfermedad de Sir Sammuel y el mal genio de Lady Frost, pues sin ellos no hubiese estado en ese lugar, en ese momento.

Eventualmente llegamos al punto donde empezaríamos a buscar, y las cosas tomaron un tumbo curioso.

Los tres estábamos con los pies en el agua, rebuscando como podíamos. Yo tenía los pantalones remangados hasta la rodilla, habiendo dejado mis zapatos en la orilla junto con mi capa. Me ayudaba con el bastón para hurgar el fondo, intentado parecer concentrado en lo que hacía. Silbaba mientras una cancioncita de trabajo que conocía desde pequeño.

Están tardando en encontrar alguna... ¿no?

Estaba haciendo tiempo para que alguna de las dos encontrase algo, pero ya me empezaba a aburrir. Justo entonces oí el aviso de Frost, con lo que volteé la mirada. Su siguiente comentario no hizo sino cimentar la idea que me había hecho de que no era el único que estaba manteniendo una farsa, pero dejé eso de lado al sorprenderme con su graciosísimo y repentino chillido.

Observé desde primera fila el espectáculo siguiente, protagonizado por UN AMIT PIRATA, de entre todas las cosas. Conteniendo (con poco éxito) la risa, observé los ágiles movimientos del roedor parlante, que hacía lo que quería con el orgullo de Lady Frost.

Al momento en que la mujer conjuró su magia helada, hice notas mentales de lo corto de su temperamento y las capacidades de su ofensiva, y ahogué una carcajada al ver los brincos que daba el ratón que huía con la planta. Entonces Frost volteó en esta dirección, y maté toda señal de haber disfrutado la vista. La bruja caminó a la orilla, abandonando toda intención de ocultar su estado de ánimo, y la mujer mecánica (¿Es mecánica, cómo funciona?) anunció lo que haría después. Aún no me acostumbrara a su tono de voz siempre-neutro, y a sus expresiones sin vida. Me daba, a la vez, repelús, curiosidad y algo de gracia. Me dirigí entonces a la orilla.

Permítame —llamé a Frost con una voz servicial, pero firme. Intentó rechazar la oferta como lo hizo con la cibernética, pero insistí antes de que tuviera oportunidad. Tenía prisa.

¡...

Sé que no tiene ganas de estar aquí —dije en voz moderadamente baja, para que la idea de que me escuche la mecánica no añadiera leña al estado de la bruja—Y si busca otra raíz de Atrio junto con ella —señalé a la cibernética con la cabeza— volverá al campamento más rápido. Permítame cerrar su herida, y entonces iré tras ese rufián.—repetí, acercando mi mano  a la suya.

Frost parecía una olla a punto de estallar, pero aceptó a regañadientes, para mi sorpresa. ¿Había entendido que era lo más sensato? ¿La urgencia ayudó al resultado? Agradecí a mis adentros sea como haya sido, y entonces acerqué mi palma a su herida, sin terminar de hacer contacto con esta, y sentí el clásico hormigueo y calidez recorrer mis dedos. [1]

Tenía muchas ganas de ir tras el curioso animalillo, así que restauré la herida parcialmente, sólo lo suficiente para que cicatrizara. Asentí, y entonces me lancé en carrera lejos de la orilla, dejando mis zapatos y capa (dañados colateralmente por los ataques de Frost).

¡Señor ratón! —alcé la voz mientras corría hacia el peludo ladrón—¡Tengo una oferta, señor ratón!

¡¿Pero qué dices, pringao?! —respondió volteando la cabeza, pero sin detenerse— ¿Crees que soy tonto? ¡Así mataron a mi tio... Por buena gente! —su voz tenía un tono triste no característico, al mencionar lo último.

¡Para nada, señor ratón! —respondí, mi voz algo afectada por la carrera— ¡Sólo quiero hablar, me quedaré lejos! —afirmé, deteniéndome en seco.

El pequeño pirata, por confianza o mera curiosidad, me imitó tras un momento, y giró su cuerpecito en mi dirección. Estábamos a una distancia de aproximadamente 5 metros. Levanté ambas manos, soltando mi bastón, para que viera que no tenía forma de atacarlo. Reaccionó a esto dando un brinquito hacia atrás, asustado por el súbito movimiento, pero dio un par de pasos hacia delante al darse cuenta de lo que estaba haciendo.

¡¿Y crees que no pensé en que me atacarás con magia, como la caragorila de hielo?! —se dio vuelta con un gesto burlón, pero le interrumpí con una voz cercana a la súplica.

¡Se equivoca, señor ratón! —me quité el sombrero y lo dejé caer a la arena—¡Soy sólo un humilde elfo, y nosotros no podemos usar ese tipo de magia, como ya debe saber!

Hice una apuesta. Si el ratón ignoraba la naturaleza de la magia de la luz, caería en mi farol, pero si lo hacía, había desechado toda posibilidad de ganarme su confianza. Sonreí para mis adentros.

¿Lo tomas, o lo dejas, rata?

---

*[1] Uso mi habilidad racial, Imposición de manos.

*Añado el link al aporte del Atrio: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]

*Siempre estoy dispuesto a editar, así que no dudes en comentarme, Zöe, si algo no te parece. Usted mucho menos, Ger.
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[Trama Sandorái] [Parte B-1] Raíz de Atrio Empty Re: [Trama Sandorái] [Parte B-1] Raíz de Atrio

Mensaje  Tyr Vie Mayo 17 2019, 05:01

El miembro 'Mefisto' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses


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[Trama Sandorái] [Parte B-1] Raíz de Atrio Empty Re: [Trama Sandorái] [Parte B-1] Raíz de Atrio

Mensaje  Ger Sáb Mayo 18 2019, 10:41

Zöe siguió buscando raíces de Atrio por la orilla mientras Mefisto y Abbey Frost se internaron en el bosque. A la biocibernética le llevó un tiempo volver a encontrar aquella especie de junco de flor roja que crecía en el agua, a superficies muy poco profundas. Terminó dando con una pequeña población donde habían crecido ocho o nueve juntas, de manera que las pudo tomar. No eran demasiadas.

Sus ojos pudieron observar, al agacharse a tomar la cogida, cómo una especie de sombra circulaba por el agua. Acompañada de un pequeño ruido que imitaba al de las ballenas de los mares del Norte. ¿Era sólo un espejismo? Fuera como fuera, pronto le perdió la pista.

No pasó nada. Zöe pudo volver a internarse en el bosque. El ambiente se había oscurecido hasta el punto de que ya era casi de noche. No habían avanzado mucho, pero se encontraban frente a un viejo templo elfo que, a simple vista, parecía abandonado y devorado por la hiedra y el paso del tiempo. Era el milenario templo de Anar. El primero de los templos de Sandorái que los elfos construyeron cuando perdieron las islas. Aunque estaba claro que había pasado a mejor vida y, más allá de ser una bonita ruina, no parecía atraer la atención de los presentes. Había tantas a orillas del Tymer…

Allí, Abbey Frost miraba de mala manera a la rata, que discutía con Mefisto de mala manera.

-¡Eh! ¿Qué te pasa, orejitas de porcelana? ¿Eres el chulo de la rubia? ¡No soy una rata! ¡Ni un ratón! ¡Soy un mausu, capullo!  ¿Lo entiendes? – preguntó muy enfadado, pero que con su tono de voz chillón, su gesticulación, y su aspecto resultaba más cómico que ofensivo. – MA, U, SU. ¡Y me llamo Canit! ¿Lo has entendido? Tu novia ha intentado hacerme explotar en mil cachitos con su magia cuando sólo había venido a coger raíz de atrio. ¿Qué pasa? En el Lunargentés también la necesitamos. ¿O crees que sólo tienes tú enfermos?

Abbey Frost hizo negaciones con la cabeza, ignorando la discusión entre ambos. Y apreció que Zöe hubiese llegado. – Oh, veo que has encontrado más. Gracias, chica. ¿Cómo te llamabas? – Preguntó seria, pero agradecida. Haciendo una ademán por tratar de recordar su nombre.

Pero la bruja no era la misma desde que había abandonado la playa. Algo la incomodaba. Y provenía del interior de aquel templo. Los magos más poderosos del mundo eran capaces de sentir un flujos poderosos de éter. Y el que desprendía el templo de Anar era oscuro.

Alguien estaba haciendo un ritual.

-Silencio. – ordenó Frost. Internándose en el interior del mismo. Con su bastón mágico delante de ella. Tenía que moverse con cuidado para no despertar sospechas.
-¿Te jode que tenga la razón, amiga? ¿Es eso? – Inquirió creyendo que la cosa iba por él. La mirada mortal de Frost hizo que el dicharachero ratoncito cerrara el pico, ante un inminente ataque. – Vale, vale. Me callo.

Una especie de luz azulada parecía venir del interior de la ruina. Frost llegó hasta ella. ¡Había un portal interdimensional abierto! Como los que acostumbraba a abrir el Lunargentés para cruzar los mundos. Pero aquel era diferente y el mausu sabía también de que iba el asunto, gracias al Capitán Ronaldo. Abbey Frost, por supuesto, también.

-¿Un jinete oscuro? – se preguntó Abbey, mirando desde una esquina, sin ser vista. El Jinete estaba en medio de un trance en el que parecía no ser consciente de qué sucedía a su alrededor. Estiraba la mano hacia una pequeña circunferencia mágica en el centro. Parecía, literalmente, en otro mundo. Y no era consciente de que estaba siendo observado. Se necesitaba muchísima energía para llevar a cabo el hechizo que estaba realizando. Y es que a través del portal se veía un yermo oscuro y desolado.

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Celebrimbor, el jinete oscuro más veterano y con media cara quemada. En pleno trance mientras abre el portal.

-Está abriendo un portal. ¡Va a llamar a sus amigos! ¿Somos gilipollas o qué? ¡Larguémonos de aquí! – insistió Canit, nervioso.

Sólo había uno, estaba creando una especie de portal. Los Jinetes Oscuros, como elfos, tenían varias maneras de acceder a Aerandir. La más sencilla era mediante portales a lugares cargados de magia poderosa. Los templos élficos, como el de Nís en su momento, o ahora el de Anar, se antojaban lugares clave.

-Eso no es simplemente un portal… - Abbey Frost había estudiado muchísimo. Y conocía los distintos tipos de magia oscura. El jinete no estaba abriendo un simple portal para que sus hermanos accedieran. – Es un rito de triangulación interdimensional. ¡Fíjate en el objeto que está en el centro del rito! – Era una especie de pirámide negra que giraba en torno al portal recién abierto. Atravesando el portal podían acceder al Oblivion sin problema. Pero era poco menos que un suicidio. El mausu se había perdido. No llegaba a tanto.
-Tía… ¿Crees que sé algo de eso? Tú eres la maga. – dijo el ratón – Y deberías saber que esto NO es seguro. – Las pupilas de Abbey miraban el portal abriéndose. Un espectáculo que jamás habían visto sus ojos. Y que desconocía.

Abbey, a diferencia de Lucy, era una apasionada de la magia de los jinetes oscuros. Y había intentado ser centinela en multitud de ocasiones. Llegando a competir en combate contra Elen Calhoun por una reliquia hacía años. Sabía perfectamente lo que estaba pasando.

-Están creando tres portales en distintos lugares de Sandorái. Si completan el rito. La literatura dice que el infierno caería sobre nuestras propias cabezas. – No sabía muy bien de qué manera. Frost había leído historias acerca de las triangulaciones interdimensionales en los necronomicones clásicos. Pero, por supuesto, nunca había visto nada similar a lo que estaba sucediendo allí. - Debemos detenerlo. – insistió Abbey Frost. Dispuesta a salir.
-¡¿Qué?! ¡¿Detenerlo?! ¿Estás colgada? – preguntó el Mausu, tomándole la falda. – ¡Vamos a buscar refuerzos, diablos! ¡No le vamos a hacer ni cosquillas!
-No pienso avisar a su majestad y que venga con el ejército a montar otro de sus numeritos infantiles, con el peligro que eso conllevaría. – Miró a Zöe y Mefisto. Ellos habían visto de primera mano la infantilidad de Rigobert. - No os obligaré a luchar. Si queréis id vosotros. Quizás cuando volvamos sea demasiado tarde.


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El bello templo de Anar vivió tiempos mejores. Ahora, en medio del crepúsculo, un Jinete Oscuro, al final del escenario, trata de abrir un portal. Los héroes estáis justo al frente del riachuelo que baja hacia el Tymer.

* * * * * * * * * *

Zöe y Mefisto: Habéis decidido introduciros en el bosque y habéis llegado al templo de Anar (mirad el mapa), aquel que, en la mitología de los elfos, es el dios solar. Sir Sammuel necesita la cura, así que si queréis curarlo, al menos uno de vosotros tendrá que volver al campamento con la raíz de Atrio. Abbey Frost, por el contrario, está dispuesta a intentar detener el rito de triangulación que está llevando a cabo Celebrimbor. Nadie sabe qué pasará cuando lo completen, pero seguramente no sea bueno. ¿Es capaz la encantadora de derrotar a un jinete oscuro sin reliquia? ¿O será mejor convencerla para ir a buscar refuerzos? Podéis marcharos ambos y dejarla sola, como ella quiere, quedaros con ella y ayudarla a detenerlo o convencerla de que no es la mejor idea y volver los cuatro al campamento. No hará falta que tiréis runa.

Los jinetes oscuros son el eje central de la trama, y vuestra elección no es sencilla. Yo os aseguro que es vital. No os puedo decir que haya una completamente buena. Así que pensad bien las consecuencias. El evento terminará tras lo que decidáis.

Sobre lo de la sombra que ve Zöe… No os preocupéis más por ella en este evento.

Podéis usar a Canit y a Abbey Frost. Pero no a Celebrimbor.
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[Trama Sandorái] [Parte B-1] Raíz de Atrio Empty Re: [Trama Sandorái] [Parte B-1] Raíz de Atrio

Mensaje  Zöe Dom Mayo 19 2019, 02:44

Mientras yo buscaba más plantas de Atrio, el elfo prefirió ir tras el ratón, parecía ser una persona amable, así que no tenía porqué suponer que le haría daño. Finalmente encontré algunas, cuando levanté la vista ya no había nadie conmigo [ANALIZANDO] era extraño, no creía haber tardado tanto. Miré en dirección al lago [ACERCANDO] ¿Había algo en el agua? ¿Un pez? No, no era eso.

Tan rápido como apareció, se fue [CONCLUSIÓN] no era necesario preocuparse más.

Me interné en el bosque, en busca de Mefisto y Frost, los encontré en unas viejas ruinas peligrosamente cercanas al derrumbe. Habían encontrado al Hombre-bestia, eso era algo bueno, pero continuaban discutiendo, me acerqué por atrás y esperé a que hicieran una pausa entre sus diálogos para hablar.

-No es necesario quitarle a Canit sus plantas, he encontrado más - Se las ofrecí a la mujer - Mi nombre es Zöe - Sonreí de modo mecánico - Ahora debemos volver al campamento, Sir Sammuel nos espera -

Ante la orden de Frost me mantuve en absoluto silencio, aparentemente había captado algo sospechoso en el interior del templo. [ANALIZANDO] Extrañas luces salían desde adentro, aunque de no haber estado allí Abbey no hubiese captado mi atención, habría supuesto que se trataba solo de orgánicos haciendo algo sin mayor importancia.

-Un portal... - Repetí sin ser consciente de eso, y es que semejante giro de los acontecimientos era algo imposible de calcular para mi sistema, estaba ¿Sorprendida? Sí, eso era. Sabía de la existencia de los portales, la Base de los Bios tenía como misión el vigilar ese tipo de elementos, pero jamás había visto uno - ¿Jinete Oscuro? - Ese término me era desconocido.

Mire de nuevo hacía donde ese [ANALIZANDO] ... [ERROR] no podía identificar qué era esa cosa, pero sí mi sistema no lo reconocía como un orgánico podía realizar las acciones que considerada más adecuadas. Escuché en silencio la explicación de Frost, y también los argumentos del Mausu, este último tenía razón, era muy peligroso el que se quedaran aquí.

-Canit, deberías irte, tienes que llevarle esas plantas a alguien ¿Correcto? Entonces sigue tu camino y avisa a tus compañeros de lo que sucede - Luego mire a Mefisto - Sir Sammuel morirá si no recibe la medicina, por favor, regresa al campamento y ayudalo, además... - Analicé la situación, pero esta vez sin ayuda de mi sistema - Diles lo que sucede - Abbey ordenó no decirle nada al El Rey de los Dragones, pero había otra alternativa - Hay otro grupo en el campamento, eran quienes estaban cerca del caballero, ellos deberían poder venir ¿Sí? - Mire a Frost, buscando la confirmación en su gesto, la Hechicera asintió.

-¿Qué estás planeando? - Frunció el ceño, apretó la boca ¿Sospechaba de mi? No podía interpretar emociones a un nivel tan complejo.

-Mi deber es proteger a los orgánicos - Sí ese portal era un peligro tenía que detenerlo. Dejé las plantas de Atrio en manos del elfo y me dispuse a quitarme la chaqueta que llevaba arriba de la camisa.

El Ser que no podía ser identificado por mi sistema continuaba concentrado, tenía los permisos para hacerle daño de ser necesario, comencé a desabrochar mi camisa, dejando a la vista una armadura de malla. [ANALIZANDO] Habían muchos parámetros a tener en cuenta, y solo una oportunidad antes de que ese Ser se diera cuenta de que estábamos allí.

Lo único que cubría mi cuerpo en ese momento era la Red de Fibras*, Frost parecía desconcertada, pero cuando comprendió que mi intención era hacer frente a la situación sonrió y se puso en guardia. Me agaché como lo haría un corredor de carreras y puse a todo mi sistema a trabajar para que le diera impulso a mis piernas, aunque mi velocidad no era mucha debido a mi peso, daría mi mayor esfuerzo para alcanzarlo.

Me impulsé hacia adelante a la vez que Abbey comenzaba a conjurar un hechizo, cuando estuve cerca del portal salté para agarrar el triángulo y activar a la vez las runas de mis manos** para anular su magia sea cual fuere. En ese instante, el Ser abrió los ojos, y mi sistema al detectar la amenaza, dejando que se abrieran las escamas de la Red de Fibras***, una potente luz comenzó a salir de mi cuerpo, quemando a quienes estuvieran cerca, aunque confiaba haberme alejado lo suficiente como para que ningún orgánico sufriera daño.

-----------------------------------------------
*Red de Fibras: Armadura pesada de calidad superior.
**Armas cuerpo a cuerpo de Nivel Superior (Las manos de Zöe)
Encantamiento "Purgar": Permite inutilizar temporalmente otros encantamientos cuando entran en contacto con el arma. El efecto dura dos turnos, y solo puede ocurrir una vez por objeto en un mismo tema.
***Red de Fibras: Fabricado por los cibernéticos de Randall Flagg después de capturarte con la doble intención de armarte y ocultar tus heridas.
Habilidad: al verte en peligro, los filamentos se abren dejando libre a las modificaciones que el Hombre Muerto hizo en tu cuerpo: provoca un destello de luz quemadiza a quienes se encuentre cerca de ti.
Duración: 2 turnos
Enfriamiento: 5 turnos.
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[Trama Sandorái] [Parte B-1] Raíz de Atrio Empty Re: [Trama Sandorái] [Parte B-1] Raíz de Atrio

Mensaje  Mefisto Mar Mayo 21 2019, 05:23

Y esperé, mientras el pequeño ladrón se acercaba a las telarañas de mi mentira, para terminar viéndose atrapado y llegar a-

¿...Pero qué...? —respondió, con una mirada que transmitía confusión. Había bajado los brazos, y relajado todo el cuerpo, abandonado completamente su estado de alarma. "No puedo creer que seas tan tonto" es lo que decía su expresión.— ¿No es en serio, verdad? —inclinó la cabeza a un lado, como preocupado.

¡...Pero no me trates con pena, joder!

Evidentemente, mi farol no sólo no funcionó, sino que ni siquiera perdí su confianza. Parecía que a sus ojos yo no era más que un triste y patético imbécil, al haber intentado lo que intenté. Ugh...

Bueno, está bien —recobré la compostura y hablé con voz frustrada, alejada del tono pasivo que tenía hasta hace un momento. Me acerqué tras haber tomado mi sombrero del suelo, sacudirlo y volverlo a poner en mi cabeza— Pero necesitamos la raíz, rató- Roedor... hombre... tú. —dije con un tono que reflejaba de forma sincera mi estado de ánimo, trabajado por el fallo de mi táctica. Ya no tenía razones para intentar manipular al bichejo.

Su rostro se arrugó con mis últimas palabras. Era evidente que no le gustaba que lo llamaran ratón, rata o similares. Pareció aceptarme como una amenaza inexistente, así que siguió caminando, pero lento, para que escuchara bien sus palabras: Así avanzamos en la misma dirección, sin alterar la distancia entre nosotros.

Y así pasamos un ratete, él insultándome de formas curiosas y yo suspirando, y pidiéndole con pocas ganas que me diera la raíz. No volver con ella era tener que aguantarme a Frost, y no me apetecía eso. Pensé entonces en que quizás esta aventura no sería tan emocionante como creí en un principio, cuando una estructura derruida llamó mi atención.

"...Chulo de la rubia..." dijo, señalando a mis espaldas con la cabeza. Volteé, y sólo entonces me di cuenta de que Frost nos había estado siguiendo. A la vez, el comentario del "mausu" se sintió como un pinchazo en la paciencia.

"...Tu novia..."

Tras decir eso, los comentarios de Canit se me iban haciendo más pesados. En contraste a la indiferencia con que lo había recibido desde que estábamos en la orilla, había tocado una fibra sensible, trayéndome a la cara las mismas memorias que buscaba evitar con todo este jalón de infiltración y tareas autoimpuestas. Sin darme cuenta, mi ánimo se había tornado quieto y oscuro. Eso hasta que continuó hablando, nombrando un "Lunargentés", haciendo que la curiosidad despejará mi hostilidad.

¿Lunargentés? ¿Te refieres al barco? —pregunté, incrédulo y algo curioso. Todo el asunto de las plantas casi me había hecho olvidar al barco que salió de la nada, y sólo en ese momento es que uní los cabos. La ropa de pirata no era sólo una excentricidad, después de todo. Y si la raíz era para tratar a los suyos...

Canit parecía preparado para lincharme por preguntar algo aparentemente obvio, pero la aparición de Zöe lo hizo cambiar de foco. La mujer traía más Atrio, suficiente para abandonar la disputa con el grosero mausu. ¿Por qué todos eran tan gruñones? Amit al menos tenía más modales. (¿Sería porque este era un pirata?)

Puedes quedártela, pero que sepas que no sólo la robaste de las manos de Frost, también la atacaste. Técnicamente, podrían encarcel-

Fui interrumpido por Frost. Planeaba responderle con algún chiste creativo, pero la seriedad en su rostro me hizo entender que esto no era uno de sus caprichos.

Me fijé detalladamente en la dirección en la que apuntaba con su bastón, y pude distinguir una anormal luz provenir de lo más profundo del lugar. Seguí a la bruja con pasos sigilosos. Estaba, a la vez, confuso, alterado y curioso. Más allá de la esquina, imité a la mujer y di un vistazo.

No supe cómo reaccionar.

Había un... una... algo. Algo que hacía sonar mis alarmas, seguramente por mi afinidad racial con la magia. Casi hubiese preferido ser un simple humano. No tenía ni idea de qué era, cómo, ni por qué. Simplemente me daba muy mala espina.

¿Jinete oscuro?

La persona a la que se refería Frost estaba frente a la anomalía(¿era la causa?), parecía estar muy concentrado, para nuestra suerte. Ese... portal, como lo llamó Canit, era como una ventana, a través de la que se veía un lugar triste, y acabado.

Un plan... un plan...

Nada. Mi mente estaba disparada, mis latidos acelerados al igual que mi respiración. Intentaba mantener la calma, pero la explicación de Frost no me ayudó para nada. Eso, simplemente, estaba más allá de mí. Difícilmente podría dialogar con esa entidad, mucho menos engañarla. Una distracción sería muerte, estaba seguro. Entonces... entonces...

Mis piernas temblaron un instante, al momento en que la bruja pronunció las palabras que sabía que iba a decir, pero que yo no quería escuchar. Canit se mostró naturalmente reacio ante la idea de intentar detenerlo.

No sé qué está ocurriendo, pero si lo que dijiste es correcto, ese bicho es mucho más poderoso que tú, hay que hallar otra forma... Sólo hay que pensar en algo... —había perdido la calma. Nunca me había enfrentado a una situación remotamente similar. De lo único que estaba seguro es que ese momento tendría un peso considerable en los días por venir.

Para mi sorpresa, Zöe fue la que me respondió. Si bien quería alejarme de eso, rechacé de primeras la idea de huir. Pero a la vez que se me ocurrió una idea, la cibernética explicó los puntos que cruzaban por mi mente.

E-está bien. Sí, lo haré. —tomé las plantas, y miré a Canit a los ojos. Asentí, y di unos pasos en dirección opuesta a la ruina.

Nuevo plan de acción.

1.- Demorar el rito.

Soy inútil. La responsabilidad recae en Frost y Zöe.

2.- Traer apoyo.

Si los berridos que oí en el campamento eran los del Rey, era evidente la razón que tenía Frost de no querer involucrarlo. Tenía que buscar la forma de alertar a gente capaz.

3.- Salvar una vida, en el proceso.

No debía desperdiciar las plantas, ni los esfuerzos Zöe. Puede que no sienta vida en su voz, ni sentimientos en sus ojos,y que no sepa qué la mueve. Pero su valor es el más humano que he visto en una persona, y no pienso trabajar en contra de ello.


Las vi a los ojos. Veía determinación.

...Que Anar las ampare. —dije, antes de marcharme con el roedor.


Mis pasos eran cada vez más rápidos. Vacié el morral a media carrera, metiendo ahí las plantas, y lo tomé firmemente para moverme mejor.

¡Ve al Lunargentés! —alcé la voz— ¡Avísales de lo que está ocurriendo!

Con eso amplié mis zancadas, y Canit y yo tomamos caminos ligeramente separados.


Sentía la tierra en la planta de los pies, y el aire en el rostro. Mis pulmones ardían, y en algún punto había perdido mi sombrero. Pero no importaba. Mis piernas eran movidas por el miedo, y por el deber. La distancia se me hizo infinita, pero a paso veloz yo seguía avanzando.

¡FROST ESTÁ EN PELIGRO! —grité— ¡TODO EL BOSQUE ESTÁ EN PELIGRO!

La adrenalina había nublado mi juicio. Que el monarca ese se enterase ya no me importaba. No tenía tiempo que perder guardando el secreto. Llegado el momento, tendría que plantarle cara, o morir en el intento.
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Mensaje  Ger Mar Mayo 21 2019, 21:17


Había que ser muy valiente, como Abbey Frost, o tener una programación determinada, como Zöe, para enfrentarse a un Jinete Oscuro sin una reliquia de centinela. Pocos habían conseguido herirles siquiera. No sin una reliquia de centinela. ¿Había un lugar en la historia para aquellas dos valientes?

Abbey trató de distraer a Celebrimbor mientras Zöe consiguió inutilizar aquel objeto con sus habilidades. Lo cual enfureció al Jinete Oscuro, que rápidamente desenvainó una espada del tamaño de cualquiera de las dos chicas. Dispuesto a atacar a la cibernética. El jinete oscuro iba ahora a por la biocibernética. Pero Abbey, que la estaba ayudando, la apartó con una fuerte ráfaga de viento helador y se interpuso entre ella. Rápidamente, llamó al elfo y al mausu.

-¡Avisad al rey! – pidió a Mefisto y a Canit, sin apartar la vista del jinete, con su bastón en guardia, mientras comenzaba a conjurar el frío. – ¡También a los ejércitos de Lunargenta! Pedid que busquen a los centinelas. Convocadlos en Árbol Madre. ¡A todos! – Gritó.  – ¡Vamos! ¡Fuera! - Dicho y hecho, elfo y mausu se dividirían para ir a sendos objetivos. El Jinete Oscuro se le acercaba cada vez más.

Entonces, clavó su báculo en el suelo y todo el suelo comenzó a congelarse. El templo quedó convertido en hielo y el frío comenzó a congelar las paredes. A quebrar la vegetación. El jinete, incluso, sentiría un respigo en todo su cuerpo. Y Zöe, malherida en el suelo, comenzaría a sentir cómo su sangre, o su líquido de refrigeración, se congelaba. Impidiéndole moverse sobre el suelo, pero la bruja creó una especie de iglú alrededor de ésta que la aislaría del frío que comenzaba a hacer fuera. Si bien era translúcido, por lo que podía ver el combate a través de éste. Zöe había hecho su trabajo al conseguir inutilizar el ritual. No tenía nivel para enfrentarse a un jinete oscuro.

El caballero atacó a Frost y ella, con los ojos en azul, antepuso su báculo helado. Éste, perteneciente a los grandes encantadores de la Logia durante siglos, consiguió resistir el primero de los impactos, aunque resquebrajándose, incluso llenando de escarcha la espada de Celebrimbor.

-Durante años, he querido convertirme en centinela para acabar con vosotros. – No mentía Frost. La propia Alta Encantadora luchó contra Elen por la reliquia en su día. Ahora, la bruja estaba totalmente cubierta de hielo. El jinete ni siquiera la comprendía. No hablaba su idioma. Sólo quería matarla.

Un segundo contraataque partió el bastón de Abbey por la mitad. La bruja quedó de rodillas en el suelo, y cuando éste le iba a rebanar la cabeza en un tercer golpe, antepuso sus manos convertidas en hielo para detener la hoja, en una poderosa exhibición de telequinesis consiguió desviar hacia atrás el arma y retroceder para ganar unos metros y generar unas astillas de hielo que se desintegrarían al entrar en contacto con el jinete.

Abbey pronto descubrió que por mucho que fuera la bruja de hielo más poderosa del mundo, tenía todas las de perder en aquel combate sin una reliquia de centinela. Tenía que concentrar sus habilidades. Centrarlas en algo productivo que, verdaderamente, diera una vuelta, si no al combate, a la batalla que sabía que vendría después.

Hasta ahora había estado recogiendo plantas. Pero ahora sí estaba haciendo algo que sabía hacer.

Con un gesto de rabia, la bruja comenzó a enfriarse. Su piel comenzó a convertirse en el color de la nieve. Igual que sus cabellos. Dando lugar a un aspecto más amenazador. Una versión que nunca se había visto de ella misma. En el que su ropa parecía ahora un vestido de cristal. Pero para ello necesitaba agotar prácticamente todo su éter.

-No puedo destruir tú mundo.– Lo miró, desafiante. – Pero sí puedo destruir el mío.

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Versión ultimate de Abbey Frost.

El portal seguía abierto. Entonces, la alta encantadora consiguió helar tanto la atmósfera, que incluso el portal, tras el que se vislumbraba el Oblivion, comenzaría a helarse. Las rocas, a tambalearse aún más. Quería destruir el templo de Anar y, con ello, destruir cualquier posibilidad de ritual para el ser.

El jinete trató de detenerlo a toda costa atacándola con un ataque de las sombras que trataba de influir terror en la encantadora. Pronunció unas palabras. Abbey se concentró, tratando de resistir el impacto. Tan fuerte como pudo. Concentrando todo el frío en su figura.

-Te equivocas. – negó, con dificultad, resistiendo tanto como podía. – Tú no puedes matarme. Allá de donde vienes, sólo hay fuego. Destrucción. - Dijo. - Yo soy el agua. Soy el hielo. Nunca. Jamás. Tu fuego del infierno podrá destruir al invierno.

El jinete apretó aún más fuerte su magia oscura. La bruja no aguantaría mucho más. Entonces, Abbey liberó toda la energía resguardada en su interior y provocó explosionar todo lo congelado a su alrededor. Ella misma se desintegró en millones de trozos de hielo. Pero también el templo de Anar, el dios del Sol, quedó destruido en millones de cristales de hielo. También todos los árboles, plantas, rocas y vida en más de cien metros a la redonda. Esto incluía el portal de Celebrimbor, que le permitía volver al Oblivion y al propio jinete oscuro. Quedando inmovilizado convertido en pura escarcha. Era lo único físico, junto con Zöe, protegida por el iglú, que sí que explotó, que no había quedado reducido a cristal en este radio.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Congelación de Celebrimbor.

Tal fue la liberación energía, que el último hálito de vida de Abbey viajó con la onda de hielo cegador que congelaba todo a su paso. Congeló el campamento de Dundarak, el lago Tymer e incluso toda la parte occidental del bosque de Sandorái, hasta un lateral de Árbol Madre.

El último hálito de Abbey pudo ser escuchado por todos en un radio de más de veinte kilómetros. Todo el que conociera a la Alta Encantadora sabría el significado de aquello. Todo lo que barrió quedaría congelado o convertido en hielo durante semanas y la propia Abbey Frost se desintegró en millones de trozos de cristal que se fusionarían con la gélida brisa.

No había muerto. Como ella decía, ahora era el invierno.

[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
El invierno ha llegado...

* * * * * * * * * *

Habéis decidido atacar al Jinete Oscuro. Una decisión valiente y a la vez temeraria que traerá consecuencias para el resto del evento. Pero, como dice el dicho: "De valientes está el cementerio lleno".

Fin del evento. Con una ola de frío, Abbey Frost ha tenido que emplear todo su poder para enfrentarse al jinete y ha destruido por completo el templo de Anar y congelado toda la parte occidental del bosque, incluido el lago Tymer, y el Lunargentés. También ha congelado a Zöe y a Celebrimbor. La temperatura media en un radio de veinte kilómetros a la desciende hasta los -20ºC.

Consecuencias:

El templo del dios Anar ha sido destruido. Uno de los portales oscuros se cierra. Toda la parte occidental del bosque de Sandorái se congela y reduce su temperatura a -20ºC, convirtiéndose en un bosque de cristal.
1/3 Portales de los Jinetes es destruido. Simplemente con esto, habéis conseguido que el Averno no se cierna de primeras sobre vosotros al principio de cierto capítulo. ¡Bien hecho!
Zöe : La explosión te ha dado de pleno. Terminas el evento convertida en un témpano de hielo, inamovible cual roca. Tendrás que esperar para ver qué sucede contigo cuando llegue el rey. Tu piel se tiñe de blanco invernal. Tus ojos se vuelven azules, y tu pelo se tiñe de blanco níveo (más que ahora) durante 4 temas libres. Obtienes una habilidad pasiva permanente para tu armadura que te da un 50% de resistencia a los ataques de hielo.Y tu programación obtiene una nueva maldición/función:Protectora del Invierno.
Protectora del Invierno:

Mefisto, muerto de frío, llega al campamento. Ahora congelado, y consigue curar a Sir Sammuel. Volverás a Anar en el próximo capítulo. Sales ileso de este evento.
Celebrimbor está congelado. Pero no ha muerto. Su mera presencia impone y terror... ¿Y si despierta? El hielo comenzará a resquebrajarse durante los próximos eventos. ¡Que llegue un centinela antes de que despierte!
La Alta Encantadora Abbey Frost ha muerto.
Celebrimor está congelado. Pero sólo un centinela podría matarlo en su actual estado.
.
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