Cosecha de puertas malditas [Libre] [Samhain 2019]
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Re: Cosecha de puertas malditas [Libre] [Samhain 2019]
Cerró los ojos y suspiro mientras escuchaba hablar a los presentes. Trago una larga bocanada de aíre. Se centró en lo que entraba por sus oídos y en como su éter volvía poco a poco. Recibió con alivio tremendo pasar de las armas a la diplomacia junto con su magia recuperándose.
Casi se deja llevar por la idea de prender una bola de fuego, pero pensó que sería más sensato guardarse la magia de momento. El sentirla fluyendo con fuerza creciente era suficiente.
Vio a los chicos marcharse con la mujer con algo de desconfianza. Después de todo, seguía tratando con adultos desconocidos que hablaban de una posible amenaza. “Son Chimar y Canel” Pensó para sí mismo. Sabía que los chicos con más recursos de Aerandir podrían proteger a Pyp y cargarse a lo que pusieran en su camino.
Optó por sentarse en el mismo lugar en posición de loto mirando al que hablaba antes de que se dirigiese a la puerta. Se tomó unos momentos para meditar mejor la situación. Quizás habría sido buena idea hacerse pasar por Giaco, pero recordó que Chimar y este nuevo nombre compartían el mismo apellido. No podía dejar al pequeño de lado si era una tarea dejada por su padre y bien entendía de tareas familiares a medias.
-No soy Giaco ni mucho menos un Maquiavelo. Soy Kendovlah-. Miro hacía Xana y luego hacía Rauko. De momento solo estaba tratando de intercambiar información y el forzado anfitrión había comenzado el trueque. -¿Turantis? No me suena para nada. Chimar solo nos pidió ayuda con algo que estaba investigando y accedimos. Básicamente así llegamos aquí. El resto fue un poco de magia y algo que salió mal, supongo-. Termino de explicar para volver a cerrar sus ojos y pensar. Necesitaba más que eso.
El grito de la mujer que había llevado a los niños no se hizo esperar, así como la respuesta del tal Jomul. Kendovlah por su parte sufrió un leve mareo pero pudo componerse y seguir la carrera, volviendo a portar su arma y esta vez con fuego rodeando su puño libre.
Llegando a la hoguera pudo ver el rápido actuar de los lugareños y comprendió mejor a la amenaza. O mejor dicho, no quiso creerla posible. Se acercó para investigar aliviado de que los niños estuviesen bien. Cierto revoltijo de sensaciones en su estómago ataco tras ver los ojos de la victima y calcular su edad aproximada.
Una vez en el patio el revoltijo en el estómago no hizo sino más aumentar. Entendía a la perfección la rabia de Chimar, pero seguir avanzando así no era buena idea. Primero porque no entendían a que se enfrentaban del todo, y segundo era organizar al grupo si querían sacarle el máximo provecho. Esta vez le tocaría ir al frente…
-Momento. No sabemos cuántos más habrán, Chimar. La urgencia es obvia, pero sugiero la siguiente formación-. Dice parando frente al muchacho y al grupo. -Rauko y yo al frente. Vande y Jomul a la retaguardia. Chimar y Canel, ustedes con Xana pueden apoyar desde el centro a la vez que protegen a tu amiga-. Termina mirando al pequeño genio. Sus ojos eran demandantes y no se haría a un lado hasta que usara la cabeza.
-Necesitamos ahorrar recursos y actuar en conjunto-. Hablaba seguro, aunque estar al frente no le causaba nada de seguridad pues solo contaba con habilidades limitadas y una espada que no servía de mucho.
-En el patio Kendovlah intenta emplear su maestría de estrategia.
Casi se deja llevar por la idea de prender una bola de fuego, pero pensó que sería más sensato guardarse la magia de momento. El sentirla fluyendo con fuerza creciente era suficiente.
Vio a los chicos marcharse con la mujer con algo de desconfianza. Después de todo, seguía tratando con adultos desconocidos que hablaban de una posible amenaza. “Son Chimar y Canel” Pensó para sí mismo. Sabía que los chicos con más recursos de Aerandir podrían proteger a Pyp y cargarse a lo que pusieran en su camino.
Optó por sentarse en el mismo lugar en posición de loto mirando al que hablaba antes de que se dirigiese a la puerta. Se tomó unos momentos para meditar mejor la situación. Quizás habría sido buena idea hacerse pasar por Giaco, pero recordó que Chimar y este nuevo nombre compartían el mismo apellido. No podía dejar al pequeño de lado si era una tarea dejada por su padre y bien entendía de tareas familiares a medias.
-No soy Giaco ni mucho menos un Maquiavelo. Soy Kendovlah-. Miro hacía Xana y luego hacía Rauko. De momento solo estaba tratando de intercambiar información y el forzado anfitrión había comenzado el trueque. -¿Turantis? No me suena para nada. Chimar solo nos pidió ayuda con algo que estaba investigando y accedimos. Básicamente así llegamos aquí. El resto fue un poco de magia y algo que salió mal, supongo-. Termino de explicar para volver a cerrar sus ojos y pensar. Necesitaba más que eso.
El grito de la mujer que había llevado a los niños no se hizo esperar, así como la respuesta del tal Jomul. Kendovlah por su parte sufrió un leve mareo pero pudo componerse y seguir la carrera, volviendo a portar su arma y esta vez con fuego rodeando su puño libre.
Llegando a la hoguera pudo ver el rápido actuar de los lugareños y comprendió mejor a la amenaza. O mejor dicho, no quiso creerla posible. Se acercó para investigar aliviado de que los niños estuviesen bien. Cierto revoltijo de sensaciones en su estómago ataco tras ver los ojos de la victima y calcular su edad aproximada.
(…)
Una vez en el patio el revoltijo en el estómago no hizo sino más aumentar. Entendía a la perfección la rabia de Chimar, pero seguir avanzando así no era buena idea. Primero porque no entendían a que se enfrentaban del todo, y segundo era organizar al grupo si querían sacarle el máximo provecho. Esta vez le tocaría ir al frente…
-Momento. No sabemos cuántos más habrán, Chimar. La urgencia es obvia, pero sugiero la siguiente formación-. Dice parando frente al muchacho y al grupo. -Rauko y yo al frente. Vande y Jomul a la retaguardia. Chimar y Canel, ustedes con Xana pueden apoyar desde el centro a la vez que protegen a tu amiga-. Termina mirando al pequeño genio. Sus ojos eran demandantes y no se haría a un lado hasta que usara la cabeza.
-Necesitamos ahorrar recursos y actuar en conjunto-. Hablaba seguro, aunque estar al frente no le causaba nada de seguridad pues solo contaba con habilidades limitadas y una espada que no servía de mucho.
Off:
-En el patio Kendovlah intenta emplear su maestría de estrategia.
Kendovlah
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Re: Cosecha de puertas malditas [Libre] [Samhain 2019]
Mientras los demás hablaban, me concentré en mi conexión psíquica con mi mascota, pero no pude sentirlo. Solté un suspiro, resignándome a aceptar que me encontraba muy lejos de casa.
Al cabo de unos segundos buscando la determinación para ignorar la pereza, finalmente me levanté y me acerqué al grupo despreocupadamente. Xana también se había aliviado al no producirse un enfrentamiento innecesario. Sin embargo, al mencionarse la búsqueda de un prisma, tuvimos un mal presentimiento. Debí quedarme en casa, fue lo que pensé.
De pronto se escuchó un grito. Los niños estaban en peligro, y eso fue suficiente para lograr seguirle el ritmo al hombre y a Xana. Cuando llegamos al lugar, sin embargo, no hizo falta mi intervención.
Xana se acercó al cadáver, creando una pequeña esfera de luz para facilitar la examinación. Al descubrir lo que era la pequeña criatura, su rostro se ensombreció. Luego miró a los niños, preocupada.
–Demonios, Chimar, no tendríamos que preocuparnos por ti si crecieras rápido –me quejé en un murmullo que nadie escuchó.
Cerré los ojos y me concentré en mi éter. No podría usar ciertas técnicas mágicas, pero no las necesitaba para luchar. Aun así, no podría moverme con la agilidad acostumbrada.
El comportamiento de Chimar me sacó de mi ensimismamiento, haciéndome alzar una ceja, incrédulo. Intercambié una mirada con Xana, también sorprendida. Ella abrió la boca para decirle algo a Chimar, pero prefirió mantenerse en silencio en cuanto el brujo intervino.
–De acuerdo –asentí, desenvainando a Retniw, y tomé mi posición asignada–. Estoy listo para asesinar a cuantos niños aparezcan, como todo un héroe filántropo. –Forcé una media sonrisa que no duró más de un par de segundos. Asesinar niños no era una tarea más desagradable que matar adultos; si alguien era una amenaza, debía ser eliminado, y mostrar piedad podría ser un error con graves consecuencias. Además, desde mi perspectiva, los infantes de aquel mundo ya estaban muertos. No podría salvarlos, pero sí proteger a mis compañeros. Por lo tanto, mi verdadera preocupación era si tendría o no la habilidad necesaria para ello.
Xana, por su parte, tomó el bastón en su espalda, Wehmut, retirando de uno de los extremos la cubierta que ocultaba la cuchilla. Por primera vez, estaba dispuesta a utilizar el arma como una lanza.
Se acercó a la pequeña… ¿cómo se llamaba? ¿Se había presentado, siquiera? Bueno, hasta que no dijera su nombre, cariñosamente me referiré a ella como «Meadora».
Se acercó a Meadora, la única del grupo que parecía no tener capacidades de combate, y le dijo:
–Bien, pequeña, quédate cerca de mí y disfruta del espectáculo de luces que haré si se atreven a atacarnos de nuevo. –Le ofreció una sonrisa llena de confianza y una breve caricia en la cabeza, usando un poco de magia élfica para intentar transmitir una sensación de bienestar–. Todo saldrá bien.
Al cabo de unos segundos buscando la determinación para ignorar la pereza, finalmente me levanté y me acerqué al grupo despreocupadamente. Xana también se había aliviado al no producirse un enfrentamiento innecesario. Sin embargo, al mencionarse la búsqueda de un prisma, tuvimos un mal presentimiento. Debí quedarme en casa, fue lo que pensé.
De pronto se escuchó un grito. Los niños estaban en peligro, y eso fue suficiente para lograr seguirle el ritmo al hombre y a Xana. Cuando llegamos al lugar, sin embargo, no hizo falta mi intervención.
Xana se acercó al cadáver, creando una pequeña esfera de luz para facilitar la examinación. Al descubrir lo que era la pequeña criatura, su rostro se ensombreció. Luego miró a los niños, preocupada.
–Demonios, Chimar, no tendríamos que preocuparnos por ti si crecieras rápido –me quejé en un murmullo que nadie escuchó.
Cerré los ojos y me concentré en mi éter. No podría usar ciertas técnicas mágicas, pero no las necesitaba para luchar. Aun así, no podría moverme con la agilidad acostumbrada.
El comportamiento de Chimar me sacó de mi ensimismamiento, haciéndome alzar una ceja, incrédulo. Intercambié una mirada con Xana, también sorprendida. Ella abrió la boca para decirle algo a Chimar, pero prefirió mantenerse en silencio en cuanto el brujo intervino.
–De acuerdo –asentí, desenvainando a Retniw, y tomé mi posición asignada–. Estoy listo para asesinar a cuantos niños aparezcan, como todo un héroe filántropo. –Forcé una media sonrisa que no duró más de un par de segundos. Asesinar niños no era una tarea más desagradable que matar adultos; si alguien era una amenaza, debía ser eliminado, y mostrar piedad podría ser un error con graves consecuencias. Además, desde mi perspectiva, los infantes de aquel mundo ya estaban muertos. No podría salvarlos, pero sí proteger a mis compañeros. Por lo tanto, mi verdadera preocupación era si tendría o no la habilidad necesaria para ello.
Xana, por su parte, tomó el bastón en su espalda, Wehmut, retirando de uno de los extremos la cubierta que ocultaba la cuchilla. Por primera vez, estaba dispuesta a utilizar el arma como una lanza.
Se acercó a la pequeña… ¿cómo se llamaba? ¿Se había presentado, siquiera? Bueno, hasta que no dijera su nombre, cariñosamente me referiré a ella como «Meadora».
Se acercó a Meadora, la única del grupo que parecía no tener capacidades de combate, y le dijo:
–Bien, pequeña, quédate cerca de mí y disfruta del espectáculo de luces que haré si se atreven a atacarnos de nuevo. –Le ofreció una sonrisa llena de confianza y una breve caricia en la cabeza, usando un poco de magia élfica para intentar transmitir una sensación de bienestar–. Todo saldrá bien.
Rauko
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Re: Cosecha de puertas malditas [Libre] [Samhain 2019]
No había mucho que explicarle al muchacho Maquiavelo. Todo lo que Vande y Jomul sabían, lo que cualquiera en Turantis llegó a saber nunca, era que en cierto momento, los niños del reino habían empezado a comportarse de forma extraña, se volvieron más agresivos. No ocurrió con todos a la vez, pero no pasó mucho tiempo hasta que todos se vieron afectados.
Los curanderos llegaron a la conclusión de que debía tratarse de algún tipo de enfermedad, por la forma en que sus ojos se iban llenando de venas rojas. A medida que se volvían completamente rojos, cosa que podía llevar entre unas horas y un par de días en los casos más resistentes, los niños se volvían más violentos, hasta el punto de atacar a todo adulto a su alrededor.
Probaron todo lo que se les ocurrió para encontrar una cura, pero, muy pronto, se vieron superados en número y obligados a luchar por sus vidas o perderlas a manos de sus propios hijos, nietos, sobrinos… Jomul y Vande habían sobrevivido a duras penas y hacía meses que no habían visto a otro adulto vivo. Esto es, hasta la aparición de nuestros héroes.
La pareja aprovechó los cinco minutos concedidos por el autoproclamado líder del grupo para preparar sus armas, pues sabían bien que donde había un niño, solía haber otros cerca. Ambos se movían en silencio, apenas necesitaban palabras para entenderse, pero sus actitudes empezaban a mostrarse muy distintas. Mientras que Jomul se veía esperanzado, animado incluso con la nueva perspectiva, el rostro de Vande se tornó serio y su mirada triste.
Salieron todos al patio y se colocaron en formación, pero nada podía proteger a la joven Pyp de un enemigo desconocido. Así fue que la muchacha no tardaría en sentir una punzada en su nuca, aunque pronto pasó a un segundo plano, a medida que una cierta inquietud crecía en su interior. Otro tipo de inquietud creció también en el interior de Jomul cuando su renovada esperanza cedió el tiempo suficiente para percatarse de la muy diferente actitud de su compañera.
—Ni lo pienses —le dijo en un susurro irritado—. No sabes si ya lo tiene, puede que esté bien.
—Pero, ¿y si ya es tarde? —murmuró ella en respuesta—, ¿y si los condenamos también a ellos?
—No está dentro de ti. —La respuesta tomó a los dos humanos por sorpresa, pues venía de Canel, que se había detenido y los miraba con gesto compasivo— Está detrás de ella.
Los dos miraron hacia donde el pequeño les señalaba, hacia Pyp y Xana, pero no vieron nada fuera de lo normal. Ninguno de los presentes vería nada fuera de lo normal, salvo… ¿era su imaginación o podía apreciarse un fino hilillo rojo surcando uno de los ojos de la muchacha? A Vande se le cortó la respiración durante un momento, ¿por qué ella precisamente? Jomul, por su parte, levantó la ballesta en un gesto lento pero firme.
—Lo siento —dijo con la mandíbula apretada y el rostro lívido—, si se ha contagiado no hay nada que hacer.
Pero Canel sabía que aquello no era un simple contagio, porque no había nada que contagiar. El joven gorrión siempre había sabido que su forma de ver el mundo era distinta a la de los demás. No importaba, cada uno tenía su forma y no estaba bien imponer la propia a otros, aunque él tuviera esa capacidad, literalmente. Aquella ocasión era distinta, sin embargo, pues se trataba de salvar una vida, así que suspiró, cerró los ojos y dejó que sucediera. Utilizando su propio éter, tocó las mentes de sus compañeros para que, esta vez sí, pudieran ver lo que él veía. Todos, salvo Pyp, pues su mente ya tenía suficiente por el momento.
A los pocos segundos, todos pudieron ver cómo un ser, que no era de este plano, se materializaba a la espalda de la muchacha. Una especie de enorme escarabajo cuyas mandíbulas se habían clavado con fuerza en la nuca de la chica.
¡Minijuego desbloqueado!
La suerte de Pyp ha querido que descubráis, por fin, lo que les ocurrió realmente a los niños de Turantis. Se trata de unos simpáticos parásitos que se enganchan a la nuca de su huésped segregando una veneno directamente a su cerebro. El veneno no los mata, sino que cumple dos funciones: por un lado, paraliza el desarrollo cerebral de los niños para que no llegue nunca a adquirir el estado adulto; por otro lado, produce un desequilibrio en los niveles hormonales de los muchachos, lo que genera, como resultado, una actitud cada vez más agresiva. De esta forma, las emociones, el alimento de estos bichos, se liberan de forma aún más explosiva y menos racionalizada.
A medida que el vínculo entre niño y parásito crece, el cuerpo de este último empieza a fusionarse con el del primero y, como un cangrejo ermitaño cambiando de vivienda, el parásito abandona el cascarón, que acabará desprendiéndose, para pasar a formar parte de su huésped. Debido a esto, no veréis ningún escarabajo a la espalda de los demás niños que os encontréis. No hay salvación posible para ellos, pero aún no es tarde para Pyp.
Pyp: Mientras nuestro amigo escarabajo permanezca enganchado a ti, alterando las hormonas de tu cerebro, te sentirás cada vez más agresiva. Como contrapartida, la ballesta de Jomul apuntando hacia ti no te causará el mismo miedo paralizante de antes. La mayor parte de tu agresividad se dirigirá hacia Canel, pues tu nuevo acompañante lo percibe como una amenaza. Puedes intentar luchar contra esas sensaciones, de momento. Este turno no tiras runas.
Chimar: No intentes arrancar al bicho de su huésped por la fuerza, está firmemente aferrado a ella y podrías causarle un daño irreparable a su mente. Hay una forma de hacer que el escarabajo (a falta de un nombre mejor) decida desprenderse por sí mismo de Pyp y Canel tiene la clave para ello. Te daré una pista: de entre todos los gorriones conocidos, sólo hay otro que tendría la capacidad de ayudar en esta situación, lo conoces bien. Tú sí sigues tirando runas, pues puede haber más de esos bichitos por los alrededores.
Ambos: Podéis poneros de acuerdo entre los dos para coordinar vuestras respuestas e incluso cambiar el orden de posteo entre ambos si así os viniera mejor. Yo intervendré de nuevo detrás de vosotros dos, antes de que llegue el turno de Kendovlah. Este minijuego es sólo para los niños.
Para cualquier duda o aclaración, me tenéis disponible por mp.
Los curanderos llegaron a la conclusión de que debía tratarse de algún tipo de enfermedad, por la forma en que sus ojos se iban llenando de venas rojas. A medida que se volvían completamente rojos, cosa que podía llevar entre unas horas y un par de días en los casos más resistentes, los niños se volvían más violentos, hasta el punto de atacar a todo adulto a su alrededor.
Probaron todo lo que se les ocurrió para encontrar una cura, pero, muy pronto, se vieron superados en número y obligados a luchar por sus vidas o perderlas a manos de sus propios hijos, nietos, sobrinos… Jomul y Vande habían sobrevivido a duras penas y hacía meses que no habían visto a otro adulto vivo. Esto es, hasta la aparición de nuestros héroes.
La pareja aprovechó los cinco minutos concedidos por el autoproclamado líder del grupo para preparar sus armas, pues sabían bien que donde había un niño, solía haber otros cerca. Ambos se movían en silencio, apenas necesitaban palabras para entenderse, pero sus actitudes empezaban a mostrarse muy distintas. Mientras que Jomul se veía esperanzado, animado incluso con la nueva perspectiva, el rostro de Vande se tornó serio y su mirada triste.
Salieron todos al patio y se colocaron en formación, pero nada podía proteger a la joven Pyp de un enemigo desconocido. Así fue que la muchacha no tardaría en sentir una punzada en su nuca, aunque pronto pasó a un segundo plano, a medida que una cierta inquietud crecía en su interior. Otro tipo de inquietud creció también en el interior de Jomul cuando su renovada esperanza cedió el tiempo suficiente para percatarse de la muy diferente actitud de su compañera.
—Ni lo pienses —le dijo en un susurro irritado—. No sabes si ya lo tiene, puede que esté bien.
—Pero, ¿y si ya es tarde? —murmuró ella en respuesta—, ¿y si los condenamos también a ellos?
—No está dentro de ti. —La respuesta tomó a los dos humanos por sorpresa, pues venía de Canel, que se había detenido y los miraba con gesto compasivo— Está detrás de ella.
Los dos miraron hacia donde el pequeño les señalaba, hacia Pyp y Xana, pero no vieron nada fuera de lo normal. Ninguno de los presentes vería nada fuera de lo normal, salvo… ¿era su imaginación o podía apreciarse un fino hilillo rojo surcando uno de los ojos de la muchacha? A Vande se le cortó la respiración durante un momento, ¿por qué ella precisamente? Jomul, por su parte, levantó la ballesta en un gesto lento pero firme.
—Lo siento —dijo con la mandíbula apretada y el rostro lívido—, si se ha contagiado no hay nada que hacer.
Pero Canel sabía que aquello no era un simple contagio, porque no había nada que contagiar. El joven gorrión siempre había sabido que su forma de ver el mundo era distinta a la de los demás. No importaba, cada uno tenía su forma y no estaba bien imponer la propia a otros, aunque él tuviera esa capacidad, literalmente. Aquella ocasión era distinta, sin embargo, pues se trataba de salvar una vida, así que suspiró, cerró los ojos y dejó que sucediera. Utilizando su propio éter, tocó las mentes de sus compañeros para que, esta vez sí, pudieran ver lo que él veía. Todos, salvo Pyp, pues su mente ya tenía suficiente por el momento.
A los pocos segundos, todos pudieron ver cómo un ser, que no era de este plano, se materializaba a la espalda de la muchacha. Una especie de enorme escarabajo cuyas mandíbulas se habían clavado con fuerza en la nuca de la chica.
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¡Minijuego desbloqueado!
La suerte de Pyp ha querido que descubráis, por fin, lo que les ocurrió realmente a los niños de Turantis. Se trata de unos simpáticos parásitos que se enganchan a la nuca de su huésped segregando una veneno directamente a su cerebro. El veneno no los mata, sino que cumple dos funciones: por un lado, paraliza el desarrollo cerebral de los niños para que no llegue nunca a adquirir el estado adulto; por otro lado, produce un desequilibrio en los niveles hormonales de los muchachos, lo que genera, como resultado, una actitud cada vez más agresiva. De esta forma, las emociones, el alimento de estos bichos, se liberan de forma aún más explosiva y menos racionalizada.
A medida que el vínculo entre niño y parásito crece, el cuerpo de este último empieza a fusionarse con el del primero y, como un cangrejo ermitaño cambiando de vivienda, el parásito abandona el cascarón, que acabará desprendiéndose, para pasar a formar parte de su huésped. Debido a esto, no veréis ningún escarabajo a la espalda de los demás niños que os encontréis. No hay salvación posible para ellos, pero aún no es tarde para Pyp.
Pyp: Mientras nuestro amigo escarabajo permanezca enganchado a ti, alterando las hormonas de tu cerebro, te sentirás cada vez más agresiva. Como contrapartida, la ballesta de Jomul apuntando hacia ti no te causará el mismo miedo paralizante de antes. La mayor parte de tu agresividad se dirigirá hacia Canel, pues tu nuevo acompañante lo percibe como una amenaza. Puedes intentar luchar contra esas sensaciones, de momento. Este turno no tiras runas.
Chimar: No intentes arrancar al bicho de su huésped por la fuerza, está firmemente aferrado a ella y podrías causarle un daño irreparable a su mente. Hay una forma de hacer que el escarabajo (a falta de un nombre mejor) decida desprenderse por sí mismo de Pyp y Canel tiene la clave para ello. Te daré una pista: de entre todos los gorriones conocidos, sólo hay otro que tendría la capacidad de ayudar en esta situación, lo conoces bien. Tú sí sigues tirando runas, pues puede haber más de esos bichitos por los alrededores.
Ambos: Podéis poneros de acuerdo entre los dos para coordinar vuestras respuestas e incluso cambiar el orden de posteo entre ambos si así os viniera mejor. Yo intervendré de nuevo detrás de vosotros dos, antes de que llegue el turno de Kendovlah. Este minijuego es sólo para los niños.
Para cualquier duda o aclaración, me tenéis disponible por mp.
Fehu
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Re: Cosecha de puertas malditas [Libre] [Samhain 2019]
Chimar de momento esta como en trance psicótico, no por alguna alteración externa claro, simple ira moral. Después de todo para su idealizada mente los otros niños son casi sagrados, algo que debe proteger a toda costa.
Este tipo de ideal se formó en su mente luego de tener que proteger a tantos hermanos pequeños, tuvo que tomar la postura de un adulto maduro con respecto al cumulo de mocosos que le rodean.
Estar en un mundo con un problema tan peculiar simplemente lo descoloca, no tendría reparo si fueran adultos pero tener que luchar mortalmente contra otros contemporáneos… es casi como el averno para él.
Los comentarios de Rauko no le caen nada bien y lo demuestra con una mirada asesina, aunque evita dialogar. No tiene ganas de palabras, ni de chistes, ni de frases morales, solo quiere terminar con esto.
Vale.
Palabra que expresa ante el comentario técnico de Kendo pues a pesar de estar molesto, sabe reconocer una buena estrategia cuando la ve. Después de todo puede imprimir velocidad desde cualquier lugar en la cadena.
Es allí cuando todo se pone extraño, algo que comienza de parte de Canel claro. Sus argumentos se vuelven cada vez más curiosos hasta que decide mostrar un poco de lo que ve al resto, todo un hito.
¡¡¡Por todos los dioses de la ciencia!!! “dice apuntando su ballesta al enorme bicho que tiene Pyp en la espalda”.
¡¡¡No!!!
Ante la reacción violenta de Chimar, el pequeño brujito no tarda en ponerse como barrera humana. Sabe algo que el resto no sabe y está dispuesto a manifestarlo cuando su pariente por elección se calme, algo que deja entrever con sus movimientos de manos.
Si se lo retiras de esa forma no habrá salvación para ella.
¿Qu… que es esa cosa?
Es algo que no es de este lugar… ni de ningún otro.
“La mueca del inventor se vuelve más confusa”.
Solo piénsalo bien.
El niño genio cierra entonces los ojos luego de superar el shock, dejando que su mente rápida actué. Si bien le cuesta un poco centrarse por toda la situación que le rodea, un par de respiraciones pertinentes le permiten entrar en el increíble juego de la lógica.
Planos “abre los ojos lentamente” vienen del espacio entre los planos…
“Canel asiente”.
Puedes verlos porque… de ilusiones están hechos y “sus ojos saltan algunos instantes” ¡¡Con éter pueden desprenderse!!
“Una sonrisa de ánimo se forma en el niño hechicero”.
Esta gente no logro superar la amenaza porque son incapaces de controlar el éter “argumento que hace bajar la mirada en los dos nativos” Dime hermano, ¿Que debemos hacer?
Es la primera vez que Maquiavelo pone el completo curso de los acontecimientos en su hermanito, siempre ha estado bastante involucrado en los pasos tomados por el pequeño. No por desconfianza, es simple proteccionismo cariñoso… pero ahora es un peón ante las circunstancias y lo sabe bien.
Este tipo de ideal se formó en su mente luego de tener que proteger a tantos hermanos pequeños, tuvo que tomar la postura de un adulto maduro con respecto al cumulo de mocosos que le rodean.
Estar en un mundo con un problema tan peculiar simplemente lo descoloca, no tendría reparo si fueran adultos pero tener que luchar mortalmente contra otros contemporáneos… es casi como el averno para él.
Los comentarios de Rauko no le caen nada bien y lo demuestra con una mirada asesina, aunque evita dialogar. No tiene ganas de palabras, ni de chistes, ni de frases morales, solo quiere terminar con esto.
Vale.
Palabra que expresa ante el comentario técnico de Kendo pues a pesar de estar molesto, sabe reconocer una buena estrategia cuando la ve. Después de todo puede imprimir velocidad desde cualquier lugar en la cadena.
Es allí cuando todo se pone extraño, algo que comienza de parte de Canel claro. Sus argumentos se vuelven cada vez más curiosos hasta que decide mostrar un poco de lo que ve al resto, todo un hito.
¡¡¡Por todos los dioses de la ciencia!!! “dice apuntando su ballesta al enorme bicho que tiene Pyp en la espalda”.
¡¡¡No!!!
Ante la reacción violenta de Chimar, el pequeño brujito no tarda en ponerse como barrera humana. Sabe algo que el resto no sabe y está dispuesto a manifestarlo cuando su pariente por elección se calme, algo que deja entrever con sus movimientos de manos.
Si se lo retiras de esa forma no habrá salvación para ella.
¿Qu… que es esa cosa?
Es algo que no es de este lugar… ni de ningún otro.
“La mueca del inventor se vuelve más confusa”.
Solo piénsalo bien.
El niño genio cierra entonces los ojos luego de superar el shock, dejando que su mente rápida actué. Si bien le cuesta un poco centrarse por toda la situación que le rodea, un par de respiraciones pertinentes le permiten entrar en el increíble juego de la lógica.
Planos “abre los ojos lentamente” vienen del espacio entre los planos…
“Canel asiente”.
Puedes verlos porque… de ilusiones están hechos y “sus ojos saltan algunos instantes” ¡¡Con éter pueden desprenderse!!
“Una sonrisa de ánimo se forma en el niño hechicero”.
Esta gente no logro superar la amenaza porque son incapaces de controlar el éter “argumento que hace bajar la mirada en los dos nativos” Dime hermano, ¿Que debemos hacer?
Es la primera vez que Maquiavelo pone el completo curso de los acontecimientos en su hermanito, siempre ha estado bastante involucrado en los pasos tomados por el pequeño. No por desconfianza, es simple proteccionismo cariñoso… pero ahora es un peón ante las circunstancias y lo sabe bien.
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Re: Cosecha de puertas malditas [Libre] [Samhain 2019]
El miembro 'Chimar' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: Cosecha de puertas malditas [Libre] [Samhain 2019]
Vande ahogó un grito de espanto, tapándose la boca con una mano, al ver la cosa que había hecho presa en la joven muchacha. Jomul, por su parte, dio un paso atrás, horrorizado, antes de recuperar la compostura y volver a apuntar con la ballesta. Afortunadamente, su reacción no fue rápida o el pequeño Canel podría haber recibido el virote en el lugar de aquel bicho. Sólo una cosa lograron entender de la conversación que estaba teniendo lugar entre los dos hermanos.
—¿Quieres decir que podéis salvarla? —preguntó Vande con un hilo de voz. La mano que había despegado ligeramente de la boca para poder hablar le temblaba visiblemente—. ¿Y a los otros?
No fue necesario que nadie respondiera, la mirada triste de Canel era suficiente expresiva como para saber que ya era tarde para eso. La propia Vande no guardaba ya esperanza de que pudiera hacerse algo con ellos, había pasado demasiado tiempo. Sin embargo, el recuerdo de los horrores pasados, todas esas muertes de seres inocentes, unido a la idea de que podría haberse evitado, si sólo hubieran sabido cómo, acabó por hacer mella en ella. Sin que pudiera hacer nada por evitarlo, sus ojos se llenaron de lágrimas. Eran lágrimas de tristeza, por el sufrimiento acumulado, pero también de alivio. Por primera vez, desde que supo lo que albergaba su vientre, podía ver un rayo de esperanza en el horizonte.
Jomul pasó un brazo por sobre los hombros de su compañera y bajó la ballesta que tenía en la otra mano. Ahora era él el que fruncía el ceño. La revelación de los muchachos había traído de nuevo a su mente al pequeño que yacía muerto junto a la sala de las columnas. No era, ni mucho menos, el primer niño al que mataba; en realidad, había perdido ya la cuenta de cuantos iban. Había sido una cuestión de supervivencia, ya no eran niños, sino bestias. Pero en aquel momento, se sintió un poco más muerto por dentro al pensar que todo aquello podría haberse evitado.
—¿Qué es lo que hay que hacer, entonces? —dijo con voz ronca—. ¿Qué es eso del éter?
—Diferentes pero complementarios. —Fue la única respuesta de Canel y se volvió hacia el brujo adulto y los dos elfos—. Igual que con las columnas.
Disculpadme por la tardanza, chicos, está siendo un mes complicado. En primer lugar, nos ocuparemos del asunto de Pyp. Puesto que no estaría bien dejar a un pj abandonado en otro mundo (por la cosa de que quizá la usuaria quiera volver al foro más adelante), la trataremos como si fuera un pnj hasta el momento en que regreséis a la Esfera (si es que regresáis). Procuraremos, eso sí, manejarla lo menos posible; tenemos la suerte de que está siendo afectada por la toxina del “escarabajo” este astral, así que tampoco pasará nada serio si nos salimos un poco del personaje al usarlo.
He de confesar, Chimar, que tu solución contra el parásito no era la que tenía en mente, pero me gusta más que la mía, así que te la compro. Como habéis visto sugerir a Canel, necesitaréis la intervención de un elfo y un brujo. Bastará con que ambos la toméis de la mano (o establezcáis contacto físico con ella de otra manera que no de escalofríos; no olvidéis que es una menor) y compartáis parte de vuestro éter con ella. Tened en cuenta que ella se resistirá, dada la influencia del parásito. Aún así, no será necesario que empleéis dos posts en esto, valdría con que Kendovlah, con el permiso de Rauko, manejase brevemente a Xana o al propio Rauko. Alternativamente, podéis intercambiar el orden de posteo en este turno y dejar que sea Rauko quien se ocupe, manejando a Canel o Kendovlah, con permiso de sus respectivos usuarios.
Una vez que el bicho suelte a Pyp, podréis deshaceros de él por los medios que gustéis utilizar. Vande se llevará a una Pyp algo indispuesta a la sala de las columnas, así no tenemos que manejarla más de lo imprescindible. Podéis enviar a algún otro personaje con ellas, si así lo deseáis, pero Jomul se quedará con vosotros, como guía. Puesto que soy yo quien está dividiendo al grupo, quienes permanezcan en la sala de las columnas no recibirán el ataque que indiqué más arriba.
Por lo demás, continuad con las instrucciones que os di más atrás y yo intervendré cuando estéis todos de vuelta en la sala de las columnas. Chimar sigue tirando runas por si alguno de esos seres se siente atraído por la presencia infantil, pero, durante lo que queda de tema, seguiréis bajo la influencia del hechizo de Canel, así que esta vez sí podréis verlos venir y actuar antes de que atrapen al niño.
—¿Quieres decir que podéis salvarla? —preguntó Vande con un hilo de voz. La mano que había despegado ligeramente de la boca para poder hablar le temblaba visiblemente—. ¿Y a los otros?
No fue necesario que nadie respondiera, la mirada triste de Canel era suficiente expresiva como para saber que ya era tarde para eso. La propia Vande no guardaba ya esperanza de que pudiera hacerse algo con ellos, había pasado demasiado tiempo. Sin embargo, el recuerdo de los horrores pasados, todas esas muertes de seres inocentes, unido a la idea de que podría haberse evitado, si sólo hubieran sabido cómo, acabó por hacer mella en ella. Sin que pudiera hacer nada por evitarlo, sus ojos se llenaron de lágrimas. Eran lágrimas de tristeza, por el sufrimiento acumulado, pero también de alivio. Por primera vez, desde que supo lo que albergaba su vientre, podía ver un rayo de esperanza en el horizonte.
Jomul pasó un brazo por sobre los hombros de su compañera y bajó la ballesta que tenía en la otra mano. Ahora era él el que fruncía el ceño. La revelación de los muchachos había traído de nuevo a su mente al pequeño que yacía muerto junto a la sala de las columnas. No era, ni mucho menos, el primer niño al que mataba; en realidad, había perdido ya la cuenta de cuantos iban. Había sido una cuestión de supervivencia, ya no eran niños, sino bestias. Pero en aquel momento, se sintió un poco más muerto por dentro al pensar que todo aquello podría haberse evitado.
—¿Qué es lo que hay que hacer, entonces? —dijo con voz ronca—. ¿Qué es eso del éter?
—Diferentes pero complementarios. —Fue la única respuesta de Canel y se volvió hacia el brujo adulto y los dos elfos—. Igual que con las columnas.
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Disculpadme por la tardanza, chicos, está siendo un mes complicado. En primer lugar, nos ocuparemos del asunto de Pyp. Puesto que no estaría bien dejar a un pj abandonado en otro mundo (por la cosa de que quizá la usuaria quiera volver al foro más adelante), la trataremos como si fuera un pnj hasta el momento en que regreséis a la Esfera (si es que regresáis). Procuraremos, eso sí, manejarla lo menos posible; tenemos la suerte de que está siendo afectada por la toxina del “escarabajo” este astral, así que tampoco pasará nada serio si nos salimos un poco del personaje al usarlo.
He de confesar, Chimar, que tu solución contra el parásito no era la que tenía en mente, pero me gusta más que la mía, así que te la compro. Como habéis visto sugerir a Canel, necesitaréis la intervención de un elfo y un brujo. Bastará con que ambos la toméis de la mano (o establezcáis contacto físico con ella de otra manera que no de escalofríos; no olvidéis que es una menor) y compartáis parte de vuestro éter con ella. Tened en cuenta que ella se resistirá, dada la influencia del parásito. Aún así, no será necesario que empleéis dos posts en esto, valdría con que Kendovlah, con el permiso de Rauko, manejase brevemente a Xana o al propio Rauko. Alternativamente, podéis intercambiar el orden de posteo en este turno y dejar que sea Rauko quien se ocupe, manejando a Canel o Kendovlah, con permiso de sus respectivos usuarios.
Una vez que el bicho suelte a Pyp, podréis deshaceros de él por los medios que gustéis utilizar. Vande se llevará a una Pyp algo indispuesta a la sala de las columnas, así no tenemos que manejarla más de lo imprescindible. Podéis enviar a algún otro personaje con ellas, si así lo deseáis, pero Jomul se quedará con vosotros, como guía. Puesto que soy yo quien está dividiendo al grupo, quienes permanezcan en la sala de las columnas no recibirán el ataque que indiqué más arriba.
Por lo demás, continuad con las instrucciones que os di más atrás y yo intervendré cuando estéis todos de vuelta en la sala de las columnas. Chimar sigue tirando runas por si alguno de esos seres se siente atraído por la presencia infantil, pero, durante lo que queda de tema, seguiréis bajo la influencia del hechizo de Canel, así que esta vez sí podréis verlos venir y actuar antes de que atrapen al niño.
Fehu
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Re: Cosecha de puertas malditas [Libre] [Samhain 2019]
Después de todo lo que había vivido, después de todo lo que había entrenado, después de haberse esforzado tanto para dejar de ser la chica indefensa y dependiente que no podía hacer nada por otros, nuevamente Xana fue inútil.
Le dijo a la chica que todo estaría bien y al siguiente instante esta tenía un extraño insecto convirtiéndola en las mismas bestias que vivían en aquel mundo.
Pasó tan rápido. Y no pudo hacer absolutamente nada.
La impotencia, el miedo, el remordimiento, la tristeza, el odio hacia sí misma. No creyó que volvería a sentirlos desde que decidió convertirse en una guerrera, ni mucho menos con tanta intensidad.
Y yo no me sentía mucho mejor, pero estaba más acostumbrado que ella, lo que me permitió, aunque me pesara, concluir que había que segar la vida de la chica por el bien de los demás. Y si nadie quería ser el ejecutor, yo lo sería aun si me desgarrara el corazón acabar con aquella niña inocente.
Pero Canel dijo que podíamos salvarla.
–Entiendo –respondimos Xana y yo al instante. Me coloqué enseguida detrás de Meadora y la sujeté rodeándola con mis brazos potenciados con éter. Ella intentó desasirse, pero no tenía la fuerza suficiente–. Xana, Kendo, por las manos. –No necesité decir más.
Xana asintió con la cabeza y tomó una mano de la chica, entrelazando sus dedos con los de ella y juntando las palmas. Cuando Kendovlah sujetó la otra mano, Xana, con determinación, murmuró:
–Te salvaremos.
Al instante tres tipos de éter interactuaron entre sí: uno cálido y sosegador y uno ardiente e intenso, ambos empujando a uno puro y débil. De pronto la chica empezó a sacudirse violentamente, obligándome a sujetarla con más fuerza y clavar mis pies en el suelo.
No obstante, a pesar de todo, el escarabajo seguía allí después de un minuto.
–¿Qué sucede? –inquirió Xana, intranquilizándose más a cada segundo–. ¿Por qué no funciona?
–Funcionará. Solo debes ser paciente –fue todo lo que pude decir, aunque mis esperanzas también se esfumaban de forma paulatina.
–Tal vez hay que… –Miró al brujo–. No te contengas –le exigió–, como si quisieras llenar todos sus músculos y todos sus huesos con todo tu éter lo más pronto posible.
En lo siguientes segundos un aura resplandeciente fue cubriendo uno de los brazos de la chica, mientras que el otro brazo era cubierto por un aura que, aunque incolora, desprendía un aire caliente. Tal vez por ese calor, o tal vez porque el escarabajo reconoció el peligro y usó cualquier medio para intentar detenernos, Meadora empezó a soltar alaridos de dolor.
Entonces lo vi. Luz y fuego. Ambos convergiendo en la nuca de la chica, convirtiéndose en una pequeña espiral de llamas doradas que no tardó en cubrir la mandíbula del escarabajo y propagarse por el resto de su cuerpo.
Salté hacia atrás instintivamente. El escarabajo se desprendió de su presa. Xana atrapó el cuerpo de la chica antes de que cayera. Empuñé mi espada, la cubrí con energía, potencié mi cuerpo y en un instante tracé tres arcos, seccionando al escarabajo mientras este volaba. Antes de que cada trozo tocara el suelo, Xana los destruyó disparándoles ráfagas de luz.
–¿Está bien? –pregunté a Xana enseguida.
Ella examinó los ojos de la chica, luego recorrió con la mano los brazos de esta y la nuca. Entonces, con sus ojos humedeciéndose y mostrando una gran sonrisa, asintió con la cabeza vigorosamente.
Suspiré, sintiendo un enorme peso menos encima, y me permití sentarme en el suelo para descansar un poco.
Le dijo a la chica que todo estaría bien y al siguiente instante esta tenía un extraño insecto convirtiéndola en las mismas bestias que vivían en aquel mundo.
Pasó tan rápido. Y no pudo hacer absolutamente nada.
La impotencia, el miedo, el remordimiento, la tristeza, el odio hacia sí misma. No creyó que volvería a sentirlos desde que decidió convertirse en una guerrera, ni mucho menos con tanta intensidad.
Y yo no me sentía mucho mejor, pero estaba más acostumbrado que ella, lo que me permitió, aunque me pesara, concluir que había que segar la vida de la chica por el bien de los demás. Y si nadie quería ser el ejecutor, yo lo sería aun si me desgarrara el corazón acabar con aquella niña inocente.
Pero Canel dijo que podíamos salvarla.
–Entiendo –respondimos Xana y yo al instante. Me coloqué enseguida detrás de Meadora y la sujeté rodeándola con mis brazos potenciados con éter. Ella intentó desasirse, pero no tenía la fuerza suficiente–. Xana, Kendo, por las manos. –No necesité decir más.
Xana asintió con la cabeza y tomó una mano de la chica, entrelazando sus dedos con los de ella y juntando las palmas. Cuando Kendovlah sujetó la otra mano, Xana, con determinación, murmuró:
–Te salvaremos.
Al instante tres tipos de éter interactuaron entre sí: uno cálido y sosegador y uno ardiente e intenso, ambos empujando a uno puro y débil. De pronto la chica empezó a sacudirse violentamente, obligándome a sujetarla con más fuerza y clavar mis pies en el suelo.
No obstante, a pesar de todo, el escarabajo seguía allí después de un minuto.
–¿Qué sucede? –inquirió Xana, intranquilizándose más a cada segundo–. ¿Por qué no funciona?
–Funcionará. Solo debes ser paciente –fue todo lo que pude decir, aunque mis esperanzas también se esfumaban de forma paulatina.
–Tal vez hay que… –Miró al brujo–. No te contengas –le exigió–, como si quisieras llenar todos sus músculos y todos sus huesos con todo tu éter lo más pronto posible.
En lo siguientes segundos un aura resplandeciente fue cubriendo uno de los brazos de la chica, mientras que el otro brazo era cubierto por un aura que, aunque incolora, desprendía un aire caliente. Tal vez por ese calor, o tal vez porque el escarabajo reconoció el peligro y usó cualquier medio para intentar detenernos, Meadora empezó a soltar alaridos de dolor.
Entonces lo vi. Luz y fuego. Ambos convergiendo en la nuca de la chica, convirtiéndose en una pequeña espiral de llamas doradas que no tardó en cubrir la mandíbula del escarabajo y propagarse por el resto de su cuerpo.
Salté hacia atrás instintivamente. El escarabajo se desprendió de su presa. Xana atrapó el cuerpo de la chica antes de que cayera. Empuñé mi espada, la cubrí con energía, potencié mi cuerpo y en un instante tracé tres arcos, seccionando al escarabajo mientras este volaba. Antes de que cada trozo tocara el suelo, Xana los destruyó disparándoles ráfagas de luz.
–¿Está bien? –pregunté a Xana enseguida.
Ella examinó los ojos de la chica, luego recorrió con la mano los brazos de esta y la nuca. Entonces, con sus ojos humedeciéndose y mostrando una gran sonrisa, asintió con la cabeza vigorosamente.
Suspiré, sintiendo un enorme peso menos encima, y me permití sentarme en el suelo para descansar un poco.
(☞゚∀゚)☞ OFFROL ☜(゚∀゚☜)
Manejo un poquito a Kendito con su permiso =)Rauko
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Re: Cosecha de puertas malditas [Libre] [Samhain 2019]
Escuchó la conversación de los más veteranos con Canel y frunció el ceño a ver a la amiga de Chimar. Aquello no debía pasar, no estaba entre los planes. ¿Se había equivocado una vez más? La estrategia parecía no tener fallos, pero claro... Su mirada se hizo sombría. «De haber sido uno enemigo conocido, habría funcionado...» Pensó para si mismo mientras miraba con odio profundo al parásito que amenazaba con controlar a un miembro del equipo. Equipo que intentaba proteger y mantener unido.
Su anterior aventura con Demian y el trabajo con Zero hacía que se culpará el doble. Tomaba mucho peso a la estrategia, pero no estaba listo para enfrentar la consecuencia de sus acciones. Acción y reacción era algo que recién estaba arañando. Entendía más o menos la impotencia y no le agradaba. Solo quedaba pensar como solucionar e impedir un desastre mayor de haber una segunda oportunidad. Aún tenía la urgencia de mantener al grupo bien consolidado y compenetrado en la tarea que tenían enfrente.
Miro al joven Canel e intento relajar el semblante sin mucho resultado. Quizás desde las columnas habían hecho la cosa mal y esto era solo una consecuencia de su plan, claro que no tenía como saberlo.
Tomo un respiro de sus dudas al escuchar las voz de Rauko. Por fortuna, era primera vez que trabajaba con un equipo de extraños que parecía aceptar sus planes. No podía permitirse negar soluciones ajenas si todos tenían las mismas intenciones.
Su mano se poso sobre la de Pyp para proceder a sujetarla con fuerza. No estaba muy seguro de como transmitir éter a seres vivos, a penas entendía como se moldeaba para controlar el fuego y la telequinesis. Esto le hizo dudar aún cuando podía sentirlo. No solo el suyo, para su sorpresa también pudo sentir el de los elfos. También parecía poder compartir parte de la duda con Xana.
No entendía cual era la situación de su compañera mayor e intentó enfocarse en esto y en entender mejor la situación actual. Sin embargo, tuvo que abrir los ojos al sentir su mirada y escuchar el reproche.
—V-vale... —Tartamudeo un poco, inseguro. Suspiró y volvió a concentrarse. La idea de la elfa no le complacía, pero entendía el concepto. Lo había practicado con Zero más o menos, y ahora tenía una urgencia mayor. Se enfureció por las dudas y esto pareció funcionar, pues el éter comenzaba a responder de la forma que quería.
Pudo sentir la extensión de su éter mezclándose con el de Xana, aunque solo duro mientras el parásito en la joven humana se resistía.
Al terminar, tragó saliva y suspiró aliviado cuando los elfos eliminaron la amenaza. —Uno menos, quedan todos los que no podemos contar —Su tono de voz volvía a ser el mismo apacible de siempre. Trataba de concentrarse en lo que había sentido, al menos enfocarse en esto le ayudaba a despejar sus dudas.
Miró su mano empuñada. —Eso del éter, es complicado —Respondió con el ceño fruncido. Fue extraño, pero al rodear su mano con fuego pudo notar este, por algunos segundos, mucho más brillante de lo usual.
—Sigamos, sugiero no romper la formación. ¿Qué dices, Chimar? —Preguntó al pequeño genio. Esta vez algo más decidido y animado.
Su anterior aventura con Demian y el trabajo con Zero hacía que se culpará el doble. Tomaba mucho peso a la estrategia, pero no estaba listo para enfrentar la consecuencia de sus acciones. Acción y reacción era algo que recién estaba arañando. Entendía más o menos la impotencia y no le agradaba. Solo quedaba pensar como solucionar e impedir un desastre mayor de haber una segunda oportunidad. Aún tenía la urgencia de mantener al grupo bien consolidado y compenetrado en la tarea que tenían enfrente.
Miro al joven Canel e intento relajar el semblante sin mucho resultado. Quizás desde las columnas habían hecho la cosa mal y esto era solo una consecuencia de su plan, claro que no tenía como saberlo.
Tomo un respiro de sus dudas al escuchar las voz de Rauko. Por fortuna, era primera vez que trabajaba con un equipo de extraños que parecía aceptar sus planes. No podía permitirse negar soluciones ajenas si todos tenían las mismas intenciones.
Su mano se poso sobre la de Pyp para proceder a sujetarla con fuerza. No estaba muy seguro de como transmitir éter a seres vivos, a penas entendía como se moldeaba para controlar el fuego y la telequinesis. Esto le hizo dudar aún cuando podía sentirlo. No solo el suyo, para su sorpresa también pudo sentir el de los elfos. También parecía poder compartir parte de la duda con Xana.
No entendía cual era la situación de su compañera mayor e intentó enfocarse en esto y en entender mejor la situación actual. Sin embargo, tuvo que abrir los ojos al sentir su mirada y escuchar el reproche.
—V-vale... —Tartamudeo un poco, inseguro. Suspiró y volvió a concentrarse. La idea de la elfa no le complacía, pero entendía el concepto. Lo había practicado con Zero más o menos, y ahora tenía una urgencia mayor. Se enfureció por las dudas y esto pareció funcionar, pues el éter comenzaba a responder de la forma que quería.
Pudo sentir la extensión de su éter mezclándose con el de Xana, aunque solo duro mientras el parásito en la joven humana se resistía.
Al terminar, tragó saliva y suspiró aliviado cuando los elfos eliminaron la amenaza. —Uno menos, quedan todos los que no podemos contar —Su tono de voz volvía a ser el mismo apacible de siempre. Trataba de concentrarse en lo que había sentido, al menos enfocarse en esto le ayudaba a despejar sus dudas.
Miró su mano empuñada. —Eso del éter, es complicado —Respondió con el ceño fruncido. Fue extraño, pero al rodear su mano con fuego pudo notar este, por algunos segundos, mucho más brillante de lo usual.
—Sigamos, sugiero no romper la formación. ¿Qué dices, Chimar? —Preguntó al pequeño genio. Esta vez algo más decidido y animado.
Kendovlah
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Re: Cosecha de puertas malditas [Libre] [Samhain 2019]
la solución está en el aire, por suerte los demás elementos toman la iniciativa y es que nadie quiere ver a Pyp transformarse en una maquina asesina. Entre más rápido le quiten esa cosa horrenda de la espalda, mejor.
Por primera vez en mucho tiempo, Maquiavelo resulta ser el elemento inútil. Después de todo las cosas arcanas se le escapan por obvias razones, solo puede confiar en sus compañeros y mantener la ansiedad a raya.
Con los puños cerrados, observa todo el proceso. Su hermana más resiente se resiste al éter aunque jamás como la criatura parasitaria que tiene encima, es justo decir que los chillidos del escarabajo retumban por los alrededores.
El pequeño genio evita desesperarse, más que todo por ayuda de su propio hermanito. El niño brujo no tardo en tomar la mano de su pariente por elección al notar el malestar residual, percibe con bastante eficiencia tales cosas.
Todo termina bien para variar, con un insecto enorme estallando en pedazos. Pyp parece abrumada pero el sudor frio se detiene, al parecer Canel ha dado en el clavo como suele ser costumbre… y vaya que esta vez es algo que Chim agradece desde el fondo de su alma.
Mejor será separarnos “niega con su cabeza para recuperar la compostura” los elementos en desventaja estarán más seguros en la sala de las columnas.
Tienen una ligera base atrincherada allí, fácil de defender y con pocas entradas. Toma ese camino táctico por una sencilla razón, duda que la niña gorriona pueda reponerse tan rápido de la traumática experiencia.
Claro que Chimar y Canel no se consideran a sí mismos como piezas frágiles de la partida. Pese a que su naturaleza infantil puede obrar en contra durante este escenario particular, pues las han pasado peores.
Una vez el grupo se divide, Maquiavelo aclara su garganta para llamar la atención del resto. Deben continuar, entre más rápido estén fuera del jodido plano infernal mejor. Eso sin mencionar que el joven inventor tiene las alertas internas sonando por sus hermanos y hermanas en Aerandir, su naturaleza proteccionista prácticamente le grita que realice conteo.
Se da media vuelta, aunque antes de iniciar el avance táctico le propina un fuerte abrazo al pequeño rubio. Se queda así durante casi dos minutos hasta que finalmente se separa, con algunas señales de estar conmovido. No hacen falta palabras, es un agradecimiento entre hermanos.
Una ligera sonrisa noble compartida es suficiente para terminar el tierno momento. Lo siguiente es ver al inventor movilizándose con la ballesta a punto, manteniendo la formación especificada en un principio. Están en un mundo terriblemente hostil, mejor disparar primero y luego preguntar.
Ahora los escarabajos arcanos serán visibles.
Bueno saberlo “le da un ligero empujoncito al niño peculiar antes de continuar”.
Por primera vez en mucho tiempo, Maquiavelo resulta ser el elemento inútil. Después de todo las cosas arcanas se le escapan por obvias razones, solo puede confiar en sus compañeros y mantener la ansiedad a raya.
Con los puños cerrados, observa todo el proceso. Su hermana más resiente se resiste al éter aunque jamás como la criatura parasitaria que tiene encima, es justo decir que los chillidos del escarabajo retumban por los alrededores.
El pequeño genio evita desesperarse, más que todo por ayuda de su propio hermanito. El niño brujo no tardo en tomar la mano de su pariente por elección al notar el malestar residual, percibe con bastante eficiencia tales cosas.
Todo termina bien para variar, con un insecto enorme estallando en pedazos. Pyp parece abrumada pero el sudor frio se detiene, al parecer Canel ha dado en el clavo como suele ser costumbre… y vaya que esta vez es algo que Chim agradece desde el fondo de su alma.
Mejor será separarnos “niega con su cabeza para recuperar la compostura” los elementos en desventaja estarán más seguros en la sala de las columnas.
Tienen una ligera base atrincherada allí, fácil de defender y con pocas entradas. Toma ese camino táctico por una sencilla razón, duda que la niña gorriona pueda reponerse tan rápido de la traumática experiencia.
Claro que Chimar y Canel no se consideran a sí mismos como piezas frágiles de la partida. Pese a que su naturaleza infantil puede obrar en contra durante este escenario particular, pues las han pasado peores.
Una vez el grupo se divide, Maquiavelo aclara su garganta para llamar la atención del resto. Deben continuar, entre más rápido estén fuera del jodido plano infernal mejor. Eso sin mencionar que el joven inventor tiene las alertas internas sonando por sus hermanos y hermanas en Aerandir, su naturaleza proteccionista prácticamente le grita que realice conteo.
Se da media vuelta, aunque antes de iniciar el avance táctico le propina un fuerte abrazo al pequeño rubio. Se queda así durante casi dos minutos hasta que finalmente se separa, con algunas señales de estar conmovido. No hacen falta palabras, es un agradecimiento entre hermanos.
Una ligera sonrisa noble compartida es suficiente para terminar el tierno momento. Lo siguiente es ver al inventor movilizándose con la ballesta a punto, manteniendo la formación especificada en un principio. Están en un mundo terriblemente hostil, mejor disparar primero y luego preguntar.
Ahora los escarabajos arcanos serán visibles.
Bueno saberlo “le da un ligero empujoncito al niño peculiar antes de continuar”.
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Re: Cosecha de puertas malditas [Libre] [Samhain 2019]
El miembro 'Chimar' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: Cosecha de puertas malditas [Libre] [Samhain 2019]
Al final se decide por la separación del grupo. «Divide y vencerás» Pensó para si mismo, aunque la estrategia no iba enfocada al motivo original de la cita. Fuese otra la situación habría aceptado con gusto, pero dado el caso, no le quedó más que hacer una mueca y guardar silencio sin rechistar.
Había que coger el condenado cristal cuanto antes y volver, además de cuidar a los niños que seguían presentes de los parásitos espaciales. —Vaya fastidio —Dijo al tratar de entender mejor la situación. Ahora que eran menos, tendría que llamar refuerzos mágicos. Por unos segundos se le antojo bastante la actitud descuida y perezosa de Rauko.
Una vez acordado el avance hacía el ala real, Kendovlah sujeta su muñeca con su otra mano. La palma libre apuntaba hacía arriba mientras suspira, y trata de concentrar su éter en el foco mencionado. De forma paulatina comienza a aparecer una calavera que, de igual manera se rodea en llamas.
Sonríe satisfecho al ver su hechizo. No le hacía falta mover la mano para controlarlo, pero de alguna manera sentía que la calavera se movía con mayor fluidez. Entonces esta comienza a rodear al grupo, cumpliendo la función de vigilante y primera línea de defensa.
—Como uno de esos bichos o renacuajos poseídos se acerque a nosotros —Comenzó a hablar mientras se ponía al frente del grupo—. Se llevará una sorpresa explosiva, ya verán.
El patio era enorme. Se podía apreciar que alguna vez fue majestuoso, pero ahora ese resplandor estaba en constante decadencia. Seguramente a los múltiples enfrentamientos y perdidas debido a la situación actual de aquella dimensión. Algunos muros podían notarse agrietados, ya sea por el tiempo o secuelas de algún combate, cuando la fuerza del castillo aún era considerable.
Pudo adivinar que tuvieron que pasar muchos años de combate para llegar a ese estado tan deplorable. Algunas estructuras estaban a medias, principalmente las que sirvieron como guarnición para armas de entrenamiento. Arcos rotos, espadas oxidadas. Alguna que otra pieza de armadura por aquí y otra por allá. Del verde del patio quedaba poco, siendo sustituido por un café y gris que llevaría mucho tiempo arreglar. O al menos eso era lo que Kendovlah adivinaba, imaginando apariencias del pasado comparando los matices presentes.
El sentido de alerta cuando llego el silencio en el grupo tras la escena infantil se hizo bastante incomodo. Podía esperar un ataque sorpresa por cualquier flanco.
«¿Cuánto tiempo habrán tenido que resistir?» Pensó con el ceño fruncido y algo compadecido por sus guiás en ese extraño mundo. Ciertamente, la imagen le recordaba a como debía estar ahora la casa donde se crío con sus padres. Claro, con la diferencia que esta última solo ha sido azotada por el abandono.
Llegó el momento de hacer valer sus palabras, cuando pudo observar frente suyo un píe moviéndose frente a uno de los primeros pilares, llegando a la zona de entrada hacía el ala real. El píe comienza un perezoso movimiento para levantar el cuerpo completo y poco a poco, apoyando una mano en el pilar; se dejo ver uno de los pequeños demonios poseídos. Este miraba en dirección al grupo, y con un grito desgarrador para la edad aparente se lanzo en la dirección indicada.
Esta vez fue un Kendovlah cabreado el primero en reaccionar. La calavera voló entre sus compañeros en modo proyectil, impactando directamente en la nuca del muchacho zombie. La puntería había sido certera en el momento que este comenzaba a moverse —directo a donde adivinó que estaría el parásito arcano. La explosión fue motivo de satisfacción al ver buenos resultados, aunque la idea de atacar infantes seguía sin agradarle.
—¿Soy yo o tenemos más compañía? —Dice haciendo un gesto con la mano mientras mira expectante al rededor. La mano en cuestión, por su puesto ahora estaba rodeada de fuego, mientras que la libre en el mango de la espada. Listo para atacar si era necesario.
-Kendovlah usa su habilidad máster centinela contra uno de los poseídos. Al explotar entra en enfriamiento y no se mantiene para el siguiente turno.
Había que coger el condenado cristal cuanto antes y volver, además de cuidar a los niños que seguían presentes de los parásitos espaciales. —Vaya fastidio —Dijo al tratar de entender mejor la situación. Ahora que eran menos, tendría que llamar refuerzos mágicos. Por unos segundos se le antojo bastante la actitud descuida y perezosa de Rauko.
Una vez acordado el avance hacía el ala real, Kendovlah sujeta su muñeca con su otra mano. La palma libre apuntaba hacía arriba mientras suspira, y trata de concentrar su éter en el foco mencionado. De forma paulatina comienza a aparecer una calavera que, de igual manera se rodea en llamas.
Sonríe satisfecho al ver su hechizo. No le hacía falta mover la mano para controlarlo, pero de alguna manera sentía que la calavera se movía con mayor fluidez. Entonces esta comienza a rodear al grupo, cumpliendo la función de vigilante y primera línea de defensa.
—Como uno de esos bichos o renacuajos poseídos se acerque a nosotros —Comenzó a hablar mientras se ponía al frente del grupo—. Se llevará una sorpresa explosiva, ya verán.
El patio era enorme. Se podía apreciar que alguna vez fue majestuoso, pero ahora ese resplandor estaba en constante decadencia. Seguramente a los múltiples enfrentamientos y perdidas debido a la situación actual de aquella dimensión. Algunos muros podían notarse agrietados, ya sea por el tiempo o secuelas de algún combate, cuando la fuerza del castillo aún era considerable.
Pudo adivinar que tuvieron que pasar muchos años de combate para llegar a ese estado tan deplorable. Algunas estructuras estaban a medias, principalmente las que sirvieron como guarnición para armas de entrenamiento. Arcos rotos, espadas oxidadas. Alguna que otra pieza de armadura por aquí y otra por allá. Del verde del patio quedaba poco, siendo sustituido por un café y gris que llevaría mucho tiempo arreglar. O al menos eso era lo que Kendovlah adivinaba, imaginando apariencias del pasado comparando los matices presentes.
El sentido de alerta cuando llego el silencio en el grupo tras la escena infantil se hizo bastante incomodo. Podía esperar un ataque sorpresa por cualquier flanco.
«¿Cuánto tiempo habrán tenido que resistir?» Pensó con el ceño fruncido y algo compadecido por sus guiás en ese extraño mundo. Ciertamente, la imagen le recordaba a como debía estar ahora la casa donde se crío con sus padres. Claro, con la diferencia que esta última solo ha sido azotada por el abandono.
Llegó el momento de hacer valer sus palabras, cuando pudo observar frente suyo un píe moviéndose frente a uno de los primeros pilares, llegando a la zona de entrada hacía el ala real. El píe comienza un perezoso movimiento para levantar el cuerpo completo y poco a poco, apoyando una mano en el pilar; se dejo ver uno de los pequeños demonios poseídos. Este miraba en dirección al grupo, y con un grito desgarrador para la edad aparente se lanzo en la dirección indicada.
Esta vez fue un Kendovlah cabreado el primero en reaccionar. La calavera voló entre sus compañeros en modo proyectil, impactando directamente en la nuca del muchacho zombie. La puntería había sido certera en el momento que este comenzaba a moverse —directo a donde adivinó que estaría el parásito arcano. La explosión fue motivo de satisfacción al ver buenos resultados, aunque la idea de atacar infantes seguía sin agradarle.
—¿Soy yo o tenemos más compañía? —Dice haciendo un gesto con la mano mientras mira expectante al rededor. La mano en cuestión, por su puesto ahora estaba rodeada de fuego, mientras que la libre en el mango de la espada. Listo para atacar si era necesario.
Off:
-Kendovlah usa su habilidad máster centinela contra uno de los poseídos. Al explotar entra en enfriamiento y no se mantiene para el siguiente turno.
Kendovlah
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Re: Cosecha de puertas malditas [Libre] [Samhain 2019]
«No puedo fallar otra vez», se dijo Xana a sí misma mientras veía marcharse a Meadora y a Vande. Luego miró a los dos niños, y apretó los puños, los cuales mostraban un ligero temblor que no pasé por alto.
Suspiré con los ojos cerrados. Me tomé unos segundos para pensar. Para relajarme.
A pesar de todo, yo seguía siendo descuidado. De no ser por Canel, la chica estaría muerta. Yo no habría podido hacer absolutamente nada para salvarla. Ese hecho era amargamente frustrante.
Poco después reanudamos la búsqueda del cristal. Entonces Kendovlah realizó una invocación llamativa.
–Una… calavera –musitó Xana para sí misma, rememorando fragmentos de su pasado que prefería olvidar. Sacudió la cabeza y volvió a centrarse; no era momento para distraerse.
Yo, al contrario, no podía concentrarme. Aún me pesaba el haber fallado en proteger a la chica. Necesitaba pensar en cómo podría haberlo evitado. Y no tardé demasiado en tener una idea. Miré a Canel, preguntándome cómo ser tan perceptivo como él.
Sí, con su capacidad, no habría sucedido lo de…
Fruncí levemente el ceño. Siendo tan perceptivo, ¿cómo demonios Canel no detectó al escarabajo, cuyo tamaño era considerable, antes de que este tomara a la chica? ¿Cómo pudo ser tan despistado?
Justo entonces apareció un niño poseído. Tanto Xana y yo tensamos nuestros músculos, observamos fijamente a la amenaza y pensamos en cómo lidiar con él en silencio para evitar atraer a otros más.
Por desgracia, el niño gritó. Kendovlah lo eliminó disparándole la calavera y haciéndola explotar. Eso, por supuesto, fue ruidoso, resultando naturalmente que muchos más engendros aparecieran desde distintas direcciones.
–Maldita sea –masculló Jomul, ya disparando a los poseídos–, fuimos demasiado lentos. Debimos asesinarlo antes de que aullara el infeliz.
Alcé mi espada. El aire a mi alrededor se hizo gélido. Rápidamente un torbellino se formó delante de mí, alcanzando una altura que duplicaba la mía. Entonces se disipó en un instante, dejando ver a un dragón de hielo que no tardó en correr hacia la ola de poseídos.[1]
–Xana, cúbreme –fue lo último que dije antes de seguir a mi invocación mientras intensificaba el éter en mi interior.[2]
Al estar a la distancia adecuada, el dragón dio un enorme salto. Aunque tenía alas, no volaría. Como siempre, el objetivo de su nacimiento era suicida. El cuerpo de hielo aterrizó con violencia, quebrándose en miles de fragmentos tras haber aplastado a unos cuatro que no alcanzaron a esquivarlo.
Inmediatamente después, con un tajo veloz decapité a otro poseído y tomé su cabeza antes de que cayera al suelo para luego arrojarla con fuerza hacia otro, que terminó desplomándose con la nariz destrozada.
Cientos de partículas de luz aparecieron a mi alrededor, cada una salió disparada hacia los enemigos que estaban rodeándome, sobre todo hacia los ojos de estos, estallando al impactar.[3] Ciegos, retorciéndose de dolor y llenando el lugar con sus alaridos, no pudieron evitar que mi espada determinara el final de sus existencias en una danza sangrienta.
Uno, tres, cinco. Sin arrepentimiento o remordimiento. Seis, siete, nueve. Feroz, brutal, despiadado. Diez, doce, trece vidas arrebatadas más.
Xana quería acabar con todos los poseídos para proteger al grupo, pero verme luchar como una bestia le hizo notar que, aunque deseábamos lo mismo, éramos muy diferentes. Para protegerlos, yo asesinaría a cualquiera sin importar su apariencia o lo que fuera o haya sido. Ahora ella podía verlo.
¿Cómo yo podía golpear, amputar, asesinar niños tan fácilmente?, se preguntó con pesar. ¿Qué tan roto habría que estar?
Si quería ser una gran heroína, ¿también debía adoptar esta faceta que veía en mí?
Sacudió la cabeza una vez más. No podía permitirse divagar en medio de la batalla. No podía fallar otra vez, dejar que otros sufrieran por su despiste.
Una exhalación e inspiración profundas después, apretó los dientes y extendió una mano hacia adelante, formando una esfera de luz delante de la palma de su mano abierta, apuntando a su siguiente objetivo.
«No son niños», se dijo a sí misma, «no son niños, no son niños, no son niños». Solo así, cambiando su percepción, tal vez no sentiría tristeza ni que era tan aborrecible como cuando fue una nigromante.
Suspiré con los ojos cerrados. Me tomé unos segundos para pensar. Para relajarme.
A pesar de todo, yo seguía siendo descuidado. De no ser por Canel, la chica estaría muerta. Yo no habría podido hacer absolutamente nada para salvarla. Ese hecho era amargamente frustrante.
Poco después reanudamos la búsqueda del cristal. Entonces Kendovlah realizó una invocación llamativa.
–Una… calavera –musitó Xana para sí misma, rememorando fragmentos de su pasado que prefería olvidar. Sacudió la cabeza y volvió a centrarse; no era momento para distraerse.
Yo, al contrario, no podía concentrarme. Aún me pesaba el haber fallado en proteger a la chica. Necesitaba pensar en cómo podría haberlo evitado. Y no tardé demasiado en tener una idea. Miré a Canel, preguntándome cómo ser tan perceptivo como él.
Sí, con su capacidad, no habría sucedido lo de…
Fruncí levemente el ceño. Siendo tan perceptivo, ¿cómo demonios Canel no detectó al escarabajo, cuyo tamaño era considerable, antes de que este tomara a la chica? ¿Cómo pudo ser tan despistado?
Justo entonces apareció un niño poseído. Tanto Xana y yo tensamos nuestros músculos, observamos fijamente a la amenaza y pensamos en cómo lidiar con él en silencio para evitar atraer a otros más.
Por desgracia, el niño gritó. Kendovlah lo eliminó disparándole la calavera y haciéndola explotar. Eso, por supuesto, fue ruidoso, resultando naturalmente que muchos más engendros aparecieran desde distintas direcciones.
–Maldita sea –masculló Jomul, ya disparando a los poseídos–, fuimos demasiado lentos. Debimos asesinarlo antes de que aullara el infeliz.
Alcé mi espada. El aire a mi alrededor se hizo gélido. Rápidamente un torbellino se formó delante de mí, alcanzando una altura que duplicaba la mía. Entonces se disipó en un instante, dejando ver a un dragón de hielo que no tardó en correr hacia la ola de poseídos.[1]
–Xana, cúbreme –fue lo último que dije antes de seguir a mi invocación mientras intensificaba el éter en mi interior.[2]
Al estar a la distancia adecuada, el dragón dio un enorme salto. Aunque tenía alas, no volaría. Como siempre, el objetivo de su nacimiento era suicida. El cuerpo de hielo aterrizó con violencia, quebrándose en miles de fragmentos tras haber aplastado a unos cuatro que no alcanzaron a esquivarlo.
Inmediatamente después, con un tajo veloz decapité a otro poseído y tomé su cabeza antes de que cayera al suelo para luego arrojarla con fuerza hacia otro, que terminó desplomándose con la nariz destrozada.
Cientos de partículas de luz aparecieron a mi alrededor, cada una salió disparada hacia los enemigos que estaban rodeándome, sobre todo hacia los ojos de estos, estallando al impactar.[3] Ciegos, retorciéndose de dolor y llenando el lugar con sus alaridos, no pudieron evitar que mi espada determinara el final de sus existencias en una danza sangrienta.
Uno, tres, cinco. Sin arrepentimiento o remordimiento. Seis, siete, nueve. Feroz, brutal, despiadado. Diez, doce, trece vidas arrebatadas más.
Xana quería acabar con todos los poseídos para proteger al grupo, pero verme luchar como una bestia le hizo notar que, aunque deseábamos lo mismo, éramos muy diferentes. Para protegerlos, yo asesinaría a cualquiera sin importar su apariencia o lo que fuera o haya sido. Ahora ella podía verlo.
¿Cómo yo podía golpear, amputar, asesinar niños tan fácilmente?, se preguntó con pesar. ¿Qué tan roto habría que estar?
Si quería ser una gran heroína, ¿también debía adoptar esta faceta que veía en mí?
Sacudió la cabeza una vez más. No podía permitirse divagar en medio de la batalla. No podía fallar otra vez, dejar que otros sufrieran por su despiste.
Una exhalación e inspiración profundas después, apretó los dientes y extendió una mano hacia adelante, formando una esfera de luz delante de la palma de su mano abierta, apuntando a su siguiente objetivo.
«No son niños», se dijo a sí misma, «no son niños, no son niños, no son niños». Solo así, cambiando su percepción, tal vez no sentiría tristeza ni que era tan aborrecible como cuando fue una nigromante.
(☞゚∀゚)☞ OFFROL ☜(゚∀゚☜)
[1] Habi de la espada Retniw.[2] Mención del rasgo de Rauko: Con la ventisca.
[3] Habi nivel 5 de Xana: Polvo de estrellas.
Rauko
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Re: Cosecha de puertas malditas [Libre] [Samhain 2019]
No hay nada más que decir luego de la separación, solo algunas miradas pertinentes en cada miembro del grupo tienen lugar. Lo siguiente es el avance estratégico, siempre cuidando los laterales.
Más cuidado con lo que dices.
No tarda en soltar tajantemente y con cierto rostro de furia al personaje de túnica naranja, que los niños de este mundo sean ahora maquinas mortales no quita lo que alguna vez fueron… lo mínimo que pueden hacer es acabar con ellos de forma rápida, sin hacer fiesta.
Entonces se forma un silencio sepulcral, posiblemente desencadenado por las propias palabras de Chimar. Todo esto mientras avanzan entre las ruinas de un otrora gigante palacio, todo lo que resta de una civilización orgullosa en su momento.
Claro que por primera vez en mucho tiempo, Maquiavelo no le pone atención al ambiente. Sigue molesto, quiere golpear a alguien y eso no le agrada en lo más minino. Un escenario con condiciones tan terribles perturba su psiquis hasta la medula.
Y no es que este poseído por algún escarabajo gigante, simplemente sus propios valores ahora mismo le están taladrando el cerebro. Lo único que le mantiene racional es saber que su hermanito está cerca.
Es justo en ese momento cuando todo cambia para peor, aparece uno de los niños poseídos y aunque termina siendo abatido bastante rápido, tiene el suficiente tiempo como para desencadenar un gutural chillido.
Lo siguiente es la aparición de muchos más infantes distorsionados, atraídos como abejas a la miel por la manifestación sonora. Chim pone al pequeño Canel en medio del circulo protector y prepara su ballesta especial para combatir.
Apunta a diversos objetivos varias veces pero no llega a accionar el gatillo, sus compañeros son lo suficientemente diestros para neutralizar a cada una de las amenazas, de formas diversas y definitivas.
Todo toma un tono más dramático cuando Chimar cae de rodillas, el rostro le tiembla a medida que sujeta de forma errática su cabello. Lo siguiente es un lamentable intento por contener el llanto, cosa que no termina de lograr.
Llora, llora como un bebe de pecho. Todo mientras se abraza el torso, incapaz de mirar a cualquiera de los demás presentes. Matar niños es una aberración natural… un niño que mata a otros niños es el peor de los pecados.
En todo momento Canel se mantiene cerca, con un patente abrazo para que el chico genio no caiga al suelo. Apoyándolo sin emitir palabras, pero el afectuoso gesto vale más que un millón de argumentos ahora mismo.
La batalla termina, pero el llanto del chico continua al menos diez minutos. Le cuesta bastante siquiera parar el lagrimeo y si lo logra no tarda en volver a comenzar, solo cuando está completamente desahogado para.
Se limpia el rostro con su mano diestra y trata de levantarse, por desgracia las piernas le tiemblan y vuelve a quedar de rodillas. Es entonces que pasa a respirar profundamente, sin poder completar ningún intento de forma correcta claro.
Deb.. debemos encontrar ese cristal “el llanto trata de iniciar otra vez pero se contiene” no perda… perdamos tiempo “alza los brazos, una petición para que algún adulto lo ayude a levantarse apropiadamente”.
Más cuidado con lo que dices.
No tarda en soltar tajantemente y con cierto rostro de furia al personaje de túnica naranja, que los niños de este mundo sean ahora maquinas mortales no quita lo que alguna vez fueron… lo mínimo que pueden hacer es acabar con ellos de forma rápida, sin hacer fiesta.
Entonces se forma un silencio sepulcral, posiblemente desencadenado por las propias palabras de Chimar. Todo esto mientras avanzan entre las ruinas de un otrora gigante palacio, todo lo que resta de una civilización orgullosa en su momento.
Claro que por primera vez en mucho tiempo, Maquiavelo no le pone atención al ambiente. Sigue molesto, quiere golpear a alguien y eso no le agrada en lo más minino. Un escenario con condiciones tan terribles perturba su psiquis hasta la medula.
Y no es que este poseído por algún escarabajo gigante, simplemente sus propios valores ahora mismo le están taladrando el cerebro. Lo único que le mantiene racional es saber que su hermanito está cerca.
Es justo en ese momento cuando todo cambia para peor, aparece uno de los niños poseídos y aunque termina siendo abatido bastante rápido, tiene el suficiente tiempo como para desencadenar un gutural chillido.
Lo siguiente es la aparición de muchos más infantes distorsionados, atraídos como abejas a la miel por la manifestación sonora. Chim pone al pequeño Canel en medio del circulo protector y prepara su ballesta especial para combatir.
Apunta a diversos objetivos varias veces pero no llega a accionar el gatillo, sus compañeros son lo suficientemente diestros para neutralizar a cada una de las amenazas, de formas diversas y definitivas.
Todo toma un tono más dramático cuando Chimar cae de rodillas, el rostro le tiembla a medida que sujeta de forma errática su cabello. Lo siguiente es un lamentable intento por contener el llanto, cosa que no termina de lograr.
Llora, llora como un bebe de pecho. Todo mientras se abraza el torso, incapaz de mirar a cualquiera de los demás presentes. Matar niños es una aberración natural… un niño que mata a otros niños es el peor de los pecados.
En todo momento Canel se mantiene cerca, con un patente abrazo para que el chico genio no caiga al suelo. Apoyándolo sin emitir palabras, pero el afectuoso gesto vale más que un millón de argumentos ahora mismo.
La batalla termina, pero el llanto del chico continua al menos diez minutos. Le cuesta bastante siquiera parar el lagrimeo y si lo logra no tarda en volver a comenzar, solo cuando está completamente desahogado para.
Se limpia el rostro con su mano diestra y trata de levantarse, por desgracia las piernas le tiemblan y vuelve a quedar de rodillas. Es entonces que pasa a respirar profundamente, sin poder completar ningún intento de forma correcta claro.
Deb.. debemos encontrar ese cristal “el llanto trata de iniciar otra vez pero se contiene” no perda… perdamos tiempo “alza los brazos, una petición para que algún adulto lo ayude a levantarse apropiadamente”.
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Re: Cosecha de puertas malditas [Libre] [Samhain 2019]
El miembro 'Chimar' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: Cosecha de puertas malditas [Libre] [Samhain 2019]
La batalla dio mucho de que hablar, pero que Kendovlah se limitó a pensar y meditar lo que había visto. Después de todo ni el enemigo ni el lugar en el que se encontraban representaban la mejor actuación del grupo. Era efectivo, pero el enemigo hacía que dudarán sus acciones. Ciertamente cada miembro del grupo estaba claro, que si el enemigo estuviese en sus cabales serían objeto de protección, y sin embargo, sabían muy bien cual era el caso; el parásito ya había dominado por completo su voluntad. «No hay nada más que hacer por ellos» Pensó queriendo responder a Chimar, pero entendía que la situación le afectaba a él más que a nadie.
La habilidad de Rauko le tomó por sorpresa al igual que su percepción de la situación. Sin duda demostraba ser el más moldeable del equipo, despiadado y efectivo. «Fuego con fuego...»
En el momento que se activo la habilidad de Xana, Kendovlah pudo observar el momento en que los escarabajos se sintieron superados y abandonaron los recipientes que ocupaban.
Antes de que pudieran escapar, levantando ambas manos logra formar diez bolas de fuego, no más grandes que unas canicas normales. Estas salieron disparadas a los más cercanos y antes de impactar salió otra carga de diez. No acabaría con todos, pero al menos se aseguraba que un montón no volvería a molestar. Jomul por su parte también ayudo con la misma idea, usando su ballesta ahora que el blanco era visible.
La amenaza real había sucumbido por ahora, pero se sorprendió al darse cuenta que los chiquillos que le acompañaban no hicieron nada. Normalmente eran ellos quienes se llevaban la carta sorpresa.
En vez de eso, encontró a un Chimar totalmente quebrado y destruido por dentro. No era la primera vez que uno de sus compañeros menores sentía algo de empatía con el enemigo, aunque podía comprender en parte el punto de quiebre del pequeño inventor. Sobre todo después de haber conocido su hogar y a su familia por elección.
Suspira algo molesto, pero no era el momento de reprocharle. Además podía esperar que eso empeorase la situación y separase al equipo aún más. Antes de que alguien más se moviese decide pararse de espaldas a Chimar, agachándose con la distancia suficiente para que el pequeño pudiese subirse en su espalda.
Teniéndolo bien sujetado su semblante se muestra más oscuro, para bien o para mal apoyaba la actitud de Rauko. Sentir lástima por el enemigo no estaba bien en esta situación en concreto. Se puso de píe y le dio unas palmaditas en la cabeza a Canel. —Te esperan en la esfera, aquí no podemos hacer nada más por ellos —Dijo algo fastidiado. No era un intento de consuelo, pero debían estar a la altura a la hora que más gente dependiese de ellos. No podían darse el lujo de quebrarse así de fácil.
—Rauko, eres el más indicado para ir al frente. El resto que mantenga la posición, vamos por ese condenado cristal y volvamos —Su tono claramente era molestia pura. No le gustaba para nada su posición actual, pero debía reconocer cuando había gastado casi todos sus recursos útiles. Ahora solo le quedaba guiar en lo posible al grupo desde una posición más central, y más cargando con uno de los niños en sus hombros.
-Kendovlah emplea su maestría de fuego para finiquitar algunos escarabajos.
La habilidad de Rauko le tomó por sorpresa al igual que su percepción de la situación. Sin duda demostraba ser el más moldeable del equipo, despiadado y efectivo. «Fuego con fuego...»
En el momento que se activo la habilidad de Xana, Kendovlah pudo observar el momento en que los escarabajos se sintieron superados y abandonaron los recipientes que ocupaban.
Antes de que pudieran escapar, levantando ambas manos logra formar diez bolas de fuego, no más grandes que unas canicas normales. Estas salieron disparadas a los más cercanos y antes de impactar salió otra carga de diez. No acabaría con todos, pero al menos se aseguraba que un montón no volvería a molestar. Jomul por su parte también ayudo con la misma idea, usando su ballesta ahora que el blanco era visible.
La amenaza real había sucumbido por ahora, pero se sorprendió al darse cuenta que los chiquillos que le acompañaban no hicieron nada. Normalmente eran ellos quienes se llevaban la carta sorpresa.
En vez de eso, encontró a un Chimar totalmente quebrado y destruido por dentro. No era la primera vez que uno de sus compañeros menores sentía algo de empatía con el enemigo, aunque podía comprender en parte el punto de quiebre del pequeño inventor. Sobre todo después de haber conocido su hogar y a su familia por elección.
Suspira algo molesto, pero no era el momento de reprocharle. Además podía esperar que eso empeorase la situación y separase al equipo aún más. Antes de que alguien más se moviese decide pararse de espaldas a Chimar, agachándose con la distancia suficiente para que el pequeño pudiese subirse en su espalda.
Teniéndolo bien sujetado su semblante se muestra más oscuro, para bien o para mal apoyaba la actitud de Rauko. Sentir lástima por el enemigo no estaba bien en esta situación en concreto. Se puso de píe y le dio unas palmaditas en la cabeza a Canel. —Te esperan en la esfera, aquí no podemos hacer nada más por ellos —Dijo algo fastidiado. No era un intento de consuelo, pero debían estar a la altura a la hora que más gente dependiese de ellos. No podían darse el lujo de quebrarse así de fácil.
—Rauko, eres el más indicado para ir al frente. El resto que mantenga la posición, vamos por ese condenado cristal y volvamos —Su tono claramente era molestia pura. No le gustaba para nada su posición actual, pero debía reconocer cuando había gastado casi todos sus recursos útiles. Ahora solo le quedaba guiar en lo posible al grupo desde una posición más central, y más cargando con uno de los niños en sus hombros.
Off:
-Kendovlah emplea su maestría de fuego para finiquitar algunos escarabajos.
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Re: Cosecha de puertas malditas [Libre] [Samhain 2019]
Afortunadamente no fue tan difícil acabar con la ola de poseídos, lo que hubiera sido diferente si hubieran sido adultos y sin la ayuda de todos mis… bueno, de la mayoría de mis compañeros.
Cuando regresé con el grupo, apenas le di una breve mirada a Chimar, sin ninguna expresión en mi rostro. Tal vez debí intentar consolarlo. Tal vez, pero no pude. Cualquier cosa que pudiera decirle no lograría eso, no cuando veía mi yo niño en él, el yo del pasado al que odiaba por lo incompetente que fui para proteger lo que era importante.
Asentí con la cabeza ante la indicación de Kendovlah y reanudé la caminata, ignorando la mirada pesarosa que Xana tenía sobre mí.
Después de la masacre, ella quería ver en mí algo de culpa, aunque solo fuera un poco de remordimiento, pero no lo vería.
Avanzó detrás de mí, sin decir nada.
Luego de un par de minutos sin inconvenientes llegamos a nuestro destino, por fin. Sin perder tiempo, procedimos a buscar el cristal. Jomul nos dio una descripción del objeto y luego se mantuvo en silencio, buscando con algo de prisa.
–Deberías limpiarte –dijo Xana colocándose a mi lado–. Estás… empapado.
–Descuida, la sangre de niños no me matará, no cuando he estado cubierto con peores cosas –contesté, restándole importancia al tema.
Tras unos instantes de vacilación, finalmente tuvo el coraje para preguntar en voz baja:
–¿Cómo lo haces?
–¿A qué te refieres?
–Eran niños, y los… mataste sin piedad. ¿Cómo logras no sentir… nada?
Me detuve. Sabía el peso que podría tener esa pregunta, así que decidí que respondería con honestidad. Suspiré y dije:
–No eran niños. Alguna vez lo fueron, pero, al igual que los adultos, ya no lo son. Son bestias sin mente, bestias dispuestas a asesinarnos.
–Pero…
–Y si fueran niños aún –le interrumpí, entonces alcé la mirada, pensando en qué hubiera hecho si la situación fuera diferente. No tardé demasiado en saberlo–, es posible que, si fuese necesario, los hubiera matado también.
Detestable.
–¡Pero ¿cómo puedes hacer eso?! –exclamó Xana.
–Xana, quieres ser una heroína, ¿no? Pues deberías saberlo. Salvar a uno significa no poder salvar a otro, y a veces tendrás que ser tú misma la que tenga que asesinar a un inocente para salvar a dos, asesinar a dos para salvar a tres, asesinar a tres para salvar a cuatro.
–P-pero… asesinar inocentes… ¡Eso no es justo!
–La justicia, el honor, la piedad… Aferrarte a tales ideas no te hará salvar a más de los que verás morir –declaré con aspereza, sorprendiendo a Xana, y luego la miré directo a los ojos–. ¿Crees que estaríamos vivos si hubiéramos llorado como Chimar? ¡Por supuesto que no! Una actitud como esa nos habría hecho morir. Sentir pena por los enemigos te hará perder a los que realmente tienes que proteger. No importa si son niños, ancianos, mujeres embarazadas o animales. Muchos no sentirán pena por ti y tampoco les interesará jugar limpio. Buscarán tus puntos débiles y te atacarán sin piedad. Por eso debes deshacerte de tus sentimientos y ser tan despiadada como ellos, o te harán ver sufrir y morir frente a ti a las personas que amas, que te importan, que quieres proteger.
Detestable.
–Eso, Chimar –continué, mirando al niño genio–, deberías entenderlo también. Si nosotros hubiéramos sido niños indefensos y tú fueras el único capaz de luchar, ¿habrías llorado por los niños poseídos, niños muertos, en vez de proteger a los que dependen de ti? ¿Crees que habrías protegido a la chica que vino con nosotros con tu actitud? No, de hecho, casi muere. –Miré a Canel–. Y tú. –Entorné los ojos–. ¿Cómo demonios, aun con tus capacidades, permitiste que un enorme escarabajo tomara a la chica? Por esa negligencia pudo morir, ¿entiendes?
–Rauko. –Xana colocó una mano en mi hombro, con una mirada que rogaba que me detuviera–. Por favor. Son solo niños.
–¡No me importa, porque a esas bestias poseídas tampoco les importa! –Y porque a los criminales no les importó arruinar mi vida asesinando a mi madre y luego a mi familia adoptiva. La vida era demasiado cruel y me odiaba por no haberlo comprendido a tiempo, y tampoco podía evitar odiar a los dos infantes al ver algo de mí en ellos.
Detestable.
–No –suspiré, intentando calmarme–. Tienes razón. Seguir discutiendo atraerá a más poseídos. –Fui un insensato. Mi actitud pudo ponernos en peligro de nuevo.
Detestable.
Regresé a la búsqueda, en silencio. Pero no podía concentrarme. Muchos recuerdos regresaban a mí, remembranzas de las veces que mi negligencia, haber mostrado compasión y tomar malas decisiones trajeron trágicas consecuencias para las personas a mi alrededor; remembranzas de lo que tuve que hacer para que no se repitiera, las acciones que me permitieron salvar a otros mientras yo mataba parte de mi humanidad.
Xana, por su parte, se mantuvo de pie con la mirada baja, simplemente reflexionando sobre mis palabras, cuestionando su meta y, sobre todo, recordando su incapacidad de proteger a la chica del escarabajo.
«Tal vez… nunca podré ser la heroína que quiero ser. Parece que es solo una fantasía inalcanzable, después de todo», fue el pensamiento que cruzó por su mente mientras se sumía en la desesperanza.
–Lo encontré –informó Jomul, mostrándonos el cristal en su mano.
No sentí aquello como una victoria.
–Bien, entonces regresemos de inmediato –fue todo lo que dije antes de marchar a la sala de las columnas.
Cuando regresé con el grupo, apenas le di una breve mirada a Chimar, sin ninguna expresión en mi rostro. Tal vez debí intentar consolarlo. Tal vez, pero no pude. Cualquier cosa que pudiera decirle no lograría eso, no cuando veía mi yo niño en él, el yo del pasado al que odiaba por lo incompetente que fui para proteger lo que era importante.
Asentí con la cabeza ante la indicación de Kendovlah y reanudé la caminata, ignorando la mirada pesarosa que Xana tenía sobre mí.
Después de la masacre, ella quería ver en mí algo de culpa, aunque solo fuera un poco de remordimiento, pero no lo vería.
Avanzó detrás de mí, sin decir nada.
Luego de un par de minutos sin inconvenientes llegamos a nuestro destino, por fin. Sin perder tiempo, procedimos a buscar el cristal. Jomul nos dio una descripción del objeto y luego se mantuvo en silencio, buscando con algo de prisa.
–Deberías limpiarte –dijo Xana colocándose a mi lado–. Estás… empapado.
–Descuida, la sangre de niños no me matará, no cuando he estado cubierto con peores cosas –contesté, restándole importancia al tema.
Tras unos instantes de vacilación, finalmente tuvo el coraje para preguntar en voz baja:
–¿Cómo lo haces?
–¿A qué te refieres?
–Eran niños, y los… mataste sin piedad. ¿Cómo logras no sentir… nada?
Me detuve. Sabía el peso que podría tener esa pregunta, así que decidí que respondería con honestidad. Suspiré y dije:
–No eran niños. Alguna vez lo fueron, pero, al igual que los adultos, ya no lo son. Son bestias sin mente, bestias dispuestas a asesinarnos.
–Pero…
–Y si fueran niños aún –le interrumpí, entonces alcé la mirada, pensando en qué hubiera hecho si la situación fuera diferente. No tardé demasiado en saberlo–, es posible que, si fuese necesario, los hubiera matado también.
Detestable.
–¡Pero ¿cómo puedes hacer eso?! –exclamó Xana.
–Xana, quieres ser una heroína, ¿no? Pues deberías saberlo. Salvar a uno significa no poder salvar a otro, y a veces tendrás que ser tú misma la que tenga que asesinar a un inocente para salvar a dos, asesinar a dos para salvar a tres, asesinar a tres para salvar a cuatro.
–P-pero… asesinar inocentes… ¡Eso no es justo!
–La justicia, el honor, la piedad… Aferrarte a tales ideas no te hará salvar a más de los que verás morir –declaré con aspereza, sorprendiendo a Xana, y luego la miré directo a los ojos–. ¿Crees que estaríamos vivos si hubiéramos llorado como Chimar? ¡Por supuesto que no! Una actitud como esa nos habría hecho morir. Sentir pena por los enemigos te hará perder a los que realmente tienes que proteger. No importa si son niños, ancianos, mujeres embarazadas o animales. Muchos no sentirán pena por ti y tampoco les interesará jugar limpio. Buscarán tus puntos débiles y te atacarán sin piedad. Por eso debes deshacerte de tus sentimientos y ser tan despiadada como ellos, o te harán ver sufrir y morir frente a ti a las personas que amas, que te importan, que quieres proteger.
Detestable.
–Eso, Chimar –continué, mirando al niño genio–, deberías entenderlo también. Si nosotros hubiéramos sido niños indefensos y tú fueras el único capaz de luchar, ¿habrías llorado por los niños poseídos, niños muertos, en vez de proteger a los que dependen de ti? ¿Crees que habrías protegido a la chica que vino con nosotros con tu actitud? No, de hecho, casi muere. –Miré a Canel–. Y tú. –Entorné los ojos–. ¿Cómo demonios, aun con tus capacidades, permitiste que un enorme escarabajo tomara a la chica? Por esa negligencia pudo morir, ¿entiendes?
–Rauko. –Xana colocó una mano en mi hombro, con una mirada que rogaba que me detuviera–. Por favor. Son solo niños.
–¡No me importa, porque a esas bestias poseídas tampoco les importa! –Y porque a los criminales no les importó arruinar mi vida asesinando a mi madre y luego a mi familia adoptiva. La vida era demasiado cruel y me odiaba por no haberlo comprendido a tiempo, y tampoco podía evitar odiar a los dos infantes al ver algo de mí en ellos.
Detestable.
–No –suspiré, intentando calmarme–. Tienes razón. Seguir discutiendo atraerá a más poseídos. –Fui un insensato. Mi actitud pudo ponernos en peligro de nuevo.
Detestable.
Regresé a la búsqueda, en silencio. Pero no podía concentrarme. Muchos recuerdos regresaban a mí, remembranzas de las veces que mi negligencia, haber mostrado compasión y tomar malas decisiones trajeron trágicas consecuencias para las personas a mi alrededor; remembranzas de lo que tuve que hacer para que no se repitiera, las acciones que me permitieron salvar a otros mientras yo mataba parte de mi humanidad.
Xana, por su parte, se mantuvo de pie con la mirada baja, simplemente reflexionando sobre mis palabras, cuestionando su meta y, sobre todo, recordando su incapacidad de proteger a la chica del escarabajo.
«Tal vez… nunca podré ser la heroína que quiero ser. Parece que es solo una fantasía inalcanzable, después de todo», fue el pensamiento que cruzó por su mente mientras se sumía en la desesperanza.
–Lo encontré –informó Jomul, mostrándonos el cristal en su mano.
No sentí aquello como una victoria.
–Bien, entonces regresemos de inmediato –fue todo lo que dije antes de marchar a la sala de las columnas.
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Re: Cosecha de puertas malditas [Libre] [Samhain 2019]
Chimar se lleva una gran sorpresa cuando es cargado por el personaje hechicero, al menos en esta oportunidad resulta ser grata. No está en condiciones de moverse solo ahora mismo, necesita calmarse bien primero.
Nota vestigios de dureza en el tono de Kendo pero estas contrastan con el buen trabajo que hace al llevarlo encima. Chim decide entonces ignorar tales manifestaciones y es que ahora mismo las emociones están a flor de piel.
Canel sujeta el pantalón de su hermano mayor, respondiendo al bonito gesto del adulto con una sonrisa. No se despegará de allí, ni aunque sean atacados por otra jauría de niños dementes… es bastante obstinado cuando quiere serlo.
Gracias hermano…
Deja escapar finalmente Maquiavelo, aunque a diferencia otras veces sus palabras no van dirigidas al brujito, pone especial énfasis en que lleguen al personaje de túnicas coloridas. Acto seguido se aferra más fuerte a medida que el rostro le tiembla un poco, las ganas de llorar no se disipan.
Si todo hubiera terminado allí, podría traducirse como un buen final. Por desgracia la suerte tiene otros planes, caminos severos en los cuales Rauko posee plena responsabilidad de acción ante los comentarios.
Básicamente el habitante del bosque despotrica sobre las pobres acciones llevadas a cabo por el chico genio, o mejor dicho la ausencia de acciones. Es bastante rudo, de una forma que el pequeño nunca había sido víctima antes.
En condiciones normales se molestaría, insultaría y mostraría su arrogancia de pleno, negando haber tomado el curso de acción menos lógico… pero ahora no puede hacer eso, sabe bien que cada palabra es verdad.
Sin nada más que poder hacer y al sentirse justamente asediado, vuelve a estallar en llanto. Ocultando su mirada inundada de lágrimas en la espalda de Kendo, solo pausando para decir intercaladamente.
¡¡¡Lo sé!!!... no pude… ¡¡¡No puedo!!!
Gritos que se ahogan por el acto natural de llorar, aunque la reprimenda no acaba allí. Entonces el joven elfo carga contra Canel, algo que Chim no puede dejar pasar así como así. Tal es su ira repentina que adquiere la suficiente fuerza para apuntar con su ballesta al miembro de lengua floja, aun encima de su otro aliado.
A mi hermanito no.
Permanece en esa pose hasta que la propia fuente del problema baja la guardia, entonces regresa al punto inicial. No importa cómo se encuentre, siempre defenderá a su pariente de cariño por encima de todo.
Lo siguiente es un desplazamiento más callado, con la negativa del propio Rauko pues todo el tema pasa a ser ignorado. Claro que las miradas que le pega Xana al personaje auguran muchas interacciones acaloradas más adelante.
Consiguen la cosa objetivo entre ruinas y habitaciones deterioradas, una gema cristalizada bastante vistosa por la que más de una persona pagaría bien en Lunargenta. Viene siendo hora de volver a las columnas, en este mundo tiene una connotación incluso más valiosa.
Cuando salen al ambiente exterior, Maquiavelo retorna al suelo. Ya se encuentra mejor y no quiere abusar de los buenos sentimientos que muestra Kendo, una postura que de por si le sorprendió en un principio.
Muchas gracias...
Palabras que corresponde con un ligero abrazo, de ahora en adelante considerara al frijol como una persona valiosa, ya no solo es alguien de confianza. Chim podrá ser complicado de tratar a veces, pero es alguien justo y un excelente amigo.
La partida regresa sobre sus pasos, sin mayores problemas esta vez. Si bien escuchan movimientos extraños alrededor, ningún ataque se materializa. Ya sea por temor o suerte, los niños dementes siguen en las sombras.
Canel “lo rodea con su brazo diestro” ni se te ocurra creer esas cosas.
Dice al notar a su querido amigo algo cabizbajo y ostentando su mejor rostro de seriedad, casi como reprochándole la postura aunque de una forma preocupada, el típico cariño entre hermanos que sale siempre a flote.
El brujito no emite palabra pero asiente y sonríe, eso suele significar que comprende las cosas. Afortunadamente las noticias mejoran también y es que el punto de partida se vislumbra cerca, la sala de las columnas está a pocos pasos.
Nota vestigios de dureza en el tono de Kendo pero estas contrastan con el buen trabajo que hace al llevarlo encima. Chim decide entonces ignorar tales manifestaciones y es que ahora mismo las emociones están a flor de piel.
Canel sujeta el pantalón de su hermano mayor, respondiendo al bonito gesto del adulto con una sonrisa. No se despegará de allí, ni aunque sean atacados por otra jauría de niños dementes… es bastante obstinado cuando quiere serlo.
Gracias hermano…
Deja escapar finalmente Maquiavelo, aunque a diferencia otras veces sus palabras no van dirigidas al brujito, pone especial énfasis en que lleguen al personaje de túnicas coloridas. Acto seguido se aferra más fuerte a medida que el rostro le tiembla un poco, las ganas de llorar no se disipan.
Si todo hubiera terminado allí, podría traducirse como un buen final. Por desgracia la suerte tiene otros planes, caminos severos en los cuales Rauko posee plena responsabilidad de acción ante los comentarios.
Básicamente el habitante del bosque despotrica sobre las pobres acciones llevadas a cabo por el chico genio, o mejor dicho la ausencia de acciones. Es bastante rudo, de una forma que el pequeño nunca había sido víctima antes.
En condiciones normales se molestaría, insultaría y mostraría su arrogancia de pleno, negando haber tomado el curso de acción menos lógico… pero ahora no puede hacer eso, sabe bien que cada palabra es verdad.
Sin nada más que poder hacer y al sentirse justamente asediado, vuelve a estallar en llanto. Ocultando su mirada inundada de lágrimas en la espalda de Kendo, solo pausando para decir intercaladamente.
¡¡¡Lo sé!!!... no pude… ¡¡¡No puedo!!!
Gritos que se ahogan por el acto natural de llorar, aunque la reprimenda no acaba allí. Entonces el joven elfo carga contra Canel, algo que Chim no puede dejar pasar así como así. Tal es su ira repentina que adquiere la suficiente fuerza para apuntar con su ballesta al miembro de lengua floja, aun encima de su otro aliado.
A mi hermanito no.
Permanece en esa pose hasta que la propia fuente del problema baja la guardia, entonces regresa al punto inicial. No importa cómo se encuentre, siempre defenderá a su pariente de cariño por encima de todo.
Lo siguiente es un desplazamiento más callado, con la negativa del propio Rauko pues todo el tema pasa a ser ignorado. Claro que las miradas que le pega Xana al personaje auguran muchas interacciones acaloradas más adelante.
Consiguen la cosa objetivo entre ruinas y habitaciones deterioradas, una gema cristalizada bastante vistosa por la que más de una persona pagaría bien en Lunargenta. Viene siendo hora de volver a las columnas, en este mundo tiene una connotación incluso más valiosa.
Cuando salen al ambiente exterior, Maquiavelo retorna al suelo. Ya se encuentra mejor y no quiere abusar de los buenos sentimientos que muestra Kendo, una postura que de por si le sorprendió en un principio.
Muchas gracias...
Palabras que corresponde con un ligero abrazo, de ahora en adelante considerara al frijol como una persona valiosa, ya no solo es alguien de confianza. Chim podrá ser complicado de tratar a veces, pero es alguien justo y un excelente amigo.
La partida regresa sobre sus pasos, sin mayores problemas esta vez. Si bien escuchan movimientos extraños alrededor, ningún ataque se materializa. Ya sea por temor o suerte, los niños dementes siguen en las sombras.
Canel “lo rodea con su brazo diestro” ni se te ocurra creer esas cosas.
Dice al notar a su querido amigo algo cabizbajo y ostentando su mejor rostro de seriedad, casi como reprochándole la postura aunque de una forma preocupada, el típico cariño entre hermanos que sale siempre a flote.
El brujito no emite palabra pero asiente y sonríe, eso suele significar que comprende las cosas. Afortunadamente las noticias mejoran también y es que el punto de partida se vislumbra cerca, la sala de las columnas está a pocos pasos.
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Re: Cosecha de puertas malditas [Libre] [Samhain 2019]
El miembro 'Chimar' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: Cosecha de puertas malditas [Libre] [Samhain 2019]
La cosa desde la perspectiva de Kendovlah iba de mal en peor. Sí, ya se había acostumbrado a cargar a Canel. No era algo que le molestaba pero llevando a Chimar, temía que este pequeño también se acostumbrase. Al final, lo peor que podría llevarse de aquel viaje multiversal era ser visto como mula de carga...
Caminaban sin problemas hacía el cristal, cuando a Xana se le ocurre apretar el gatillo que haría explotar a Rauko.
Entendía el punto de Rauko, pero también compartió el de Xana. Después de todo habían podido salvar a la niña, y también había sentido otro revoltijo en el estómago al ver el espectáculo del elfo. Sin embargo, el de la túnica negra ya había pasado por la aceptación de matar al enemigo. En varias ocasiones haber sentido lástima por ellos, habría sido un error fatal.
¿Dónde estaba el matiz? En el tacto. Definitivamente, Rauko era el más apto para ir al frente, pero no la mejor opción si tuviera que decidir quien se encargaría de mantener al equipo unido. No sólo Xana, sino también Chimar y Canel se llevaron parte de la explosión de palabras.
«¿Por qué la necesidad de explotar con tus compañeros?» Pensó para si mismo. Admiraba la facilidad con la que lo hacía, él no sería capaz de explotar así con los que debía ayudar ni por estresante que fuese la situación... «¡Eso es! Quizás...»
El resto del camino fue pensar y aventurarse a conclusiones, algunas sin sentido por la falta de información necesaria.
A penas si pudo notar el nuevo mote usado por Chimar, o el abrazo recibido por este cuando vuelven al lugar inicial. Era realmente malo para decir lo que sentía, pero necesitaba hacer algo.
De momento se limito a corresponder el abrazo del pequeño despeinando su cabello de forma juguetona.
Jomul mostró el cristal a Vandel una vez en la habitación de los cristales, pero esta vez fue Kendovlah quien se adelanta adivinando ya como funcionaría el asunto. Coge el cristal y se para frente al grupo.
—Se hizo lo que se debía hacer, no siempre podemos estar a la altura —Dijo esto mirando a Rauko y luego a Xana—. Lo importante es que estamos todos en una pieza y encontramos el condenado cristal.
Suspiró tratando de mostrarse más amistoso, aunque la situación realmente era un fastidio que deseaba evitar. —Ahora adivinaré que necesito a uno de los dos para cargar esta cosa —Se toma unos segundos para pensar y añade—: ¿Aspirante a heroína o el guerrero experimentado?
Se había quedado corto sin duda y quizás no había jugado su mejor pieza en el tablero, pero lo dicho anteriormente: era pésimo diciendo lo que sentía. Su intención era clara o al menos eso esperaba, quería que el grupo vuelva a ser más unido o que al menos diera la impresión.
Aunque eso significase retrasar más su regreso, para Kendovlah era importante ver sus falencias a la hora de tomar el liderazgo. Después de todo, en sus últimas aventuras era uno de esos temas que más fastidio le causaba.
Caminaban sin problemas hacía el cristal, cuando a Xana se le ocurre apretar el gatillo que haría explotar a Rauko.
Entendía el punto de Rauko, pero también compartió el de Xana. Después de todo habían podido salvar a la niña, y también había sentido otro revoltijo en el estómago al ver el espectáculo del elfo. Sin embargo, el de la túnica negra ya había pasado por la aceptación de matar al enemigo. En varias ocasiones haber sentido lástima por ellos, habría sido un error fatal.
¿Dónde estaba el matiz? En el tacto. Definitivamente, Rauko era el más apto para ir al frente, pero no la mejor opción si tuviera que decidir quien se encargaría de mantener al equipo unido. No sólo Xana, sino también Chimar y Canel se llevaron parte de la explosión de palabras.
«¿Por qué la necesidad de explotar con tus compañeros?» Pensó para si mismo. Admiraba la facilidad con la que lo hacía, él no sería capaz de explotar así con los que debía ayudar ni por estresante que fuese la situación... «¡Eso es! Quizás...»
El resto del camino fue pensar y aventurarse a conclusiones, algunas sin sentido por la falta de información necesaria.
A penas si pudo notar el nuevo mote usado por Chimar, o el abrazo recibido por este cuando vuelven al lugar inicial. Era realmente malo para decir lo que sentía, pero necesitaba hacer algo.
De momento se limito a corresponder el abrazo del pequeño despeinando su cabello de forma juguetona.
Jomul mostró el cristal a Vandel una vez en la habitación de los cristales, pero esta vez fue Kendovlah quien se adelanta adivinando ya como funcionaría el asunto. Coge el cristal y se para frente al grupo.
—Se hizo lo que se debía hacer, no siempre podemos estar a la altura —Dijo esto mirando a Rauko y luego a Xana—. Lo importante es que estamos todos en una pieza y encontramos el condenado cristal.
Suspiró tratando de mostrarse más amistoso, aunque la situación realmente era un fastidio que deseaba evitar. —Ahora adivinaré que necesito a uno de los dos para cargar esta cosa —Se toma unos segundos para pensar y añade—: ¿Aspirante a heroína o el guerrero experimentado?
Se había quedado corto sin duda y quizás no había jugado su mejor pieza en el tablero, pero lo dicho anteriormente: era pésimo diciendo lo que sentía. Su intención era clara o al menos eso esperaba, quería que el grupo vuelva a ser más unido o que al menos diera la impresión.
Aunque eso significase retrasar más su regreso, para Kendovlah era importante ver sus falencias a la hora de tomar el liderazgo. Después de todo, en sus últimas aventuras era uno de esos temas que más fastidio le causaba.
Kendovlah
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Re: Cosecha de puertas malditas [Libre] [Samhain 2019]
Durante el camino de regreso Xana y yo nos mantuvimos en silencio, cada uno abstraído en nuestros respectivos pensamientos.
Después de la última escena, sentía que no podría durar mucho más en ese mundo. Estaba cansado. Pero no físicamente; mi cuerpo podría resistir muchas más batallas. El cansancio estaba en mi mente, o en mi alma. No solo era por esta última aventura, sino por todo.
Sin embargo, no era momento de siquiera pensar en descansar. Debía estar alerta hasta que volviéramos a Aerandir. También debía confinar mis sentimientos para evitar explotar de nuevo. Debía seguir como una máquina cuya única función es la de proteger a otros.
Xana, mientras tanto, se mantuvo detrás de mí. Como siempre, seguía mis pasos. Pero esta vez ella era consciente de que mi camino no era el que había idealizado. Fue recordando y conectando mucho de lo que sabía sobre mí, encontrando incógnitas y posibles respuestas que no le agradaban. Y así, parte de la admiración que sentía por mí fue transformándose en pena.
Llegamos a la sala de las columnas. Entonces Kendovlah habló. «No siempre podemos estar a la altura», fueron las palabras que resonaron en mi cabeza. Lo sabía muy bien, pero aún me era difícil aceptar que no siempre sería capaz de salvar a alguien.
«Aspirante a heroína cuando ni siquiera pude proteger a una niña», pensó Xana paralelamente. «Ni siquiera pude ver hasta ahora que el héroe que he admirado necesita ser salvado».
Xana y yo cruzamos nuestras miradas. Con un movimiento de la cabeza le indiqué que se hiciera cargo del cristal. Ella asintió y se acercó a Kendovlah.
Xana cerró los ojos e imbuyó el cristal en éter. Éter que años atrás, antes de conocerme, ella no poseía. Éter de luz.
Eso le hizo recordar, llevándola a descubrir un nuevo deseo, uno más fuerte que el de ser una heroína que salvara a muchos.
Cuando el cristal fue cargado, Xana había grabado una nueva promesa en su corazón. No sabía cómo la cumpliría exactamente, pero eso no la detendría. Y lo primero que haría sería hablarme sobre ello en cuanto volviéramos a Aerandir.
Regresó a mi lado. Ahora más calmada, miró a la niña.
–Kendovlah tiene razón –musitó para que solo yo la escuchara.
–¿Uh?
–Ella está viva, a pesar de todo.
–Pero pudo no estarlo si no contáramos con por lo menos un brujo con nosotros –repliqué en un susurro. No había enojo en mi voz, solo cansancio.
–Lo sé, pero… aunque hubiera ocurrido lo peor, no habría sido nuestra culpa.
–Sí lo sería. Debí estar… debimos estar preparados para esta situación.
–Rauko, no siempre podemos estar a la altura –citó a Kendovlah.
–Pero… –Obviamente no pude contradecir esa maldita verdad.
–Y eso no significa ser negligente –añadió. Y lo que sentí al escuchar eso fue… difícil de describir. Mi corazón incluso pareció saltarse un latido–. Además, recuerda que ella está viva. No detectamos el escarabajo a tiempo, pero sí lo eliminamos antes de que fuera demasiado tarde. Hicimos todo lo que pudimos hacer y eso fue suficiente.
Miré a la niña por un momento. Ella estaba viva, me dije varias veces. Ella estaba viva, al igual que todos, y eso era lo importante.
Aun así, tras lo ocurrido, me sentía obligado a prepararme para que no se repitiera. Para ello, tal vez, tendría que hablar con Canel sobre su percepción.
Mi mirada se fijó en ambos niños. Ahora, habiendo logrado relajarme un poco, reconocí un nuevo error. Aunque no me arrepentía de lo que dije, no hablé de la mejor manera.
Cerré los ojos y solté un breve suspiro. Sería molesto y vergonzoso, pero no me sentiría bien hasta disculparme. Además, si no lo hacía, difícilmente Canel se ofrecería a ayudarme.
Vaya fastidio.
Decidí posponerlo hasta nuestro regreso a Aerandir.
Después de la última escena, sentía que no podría durar mucho más en ese mundo. Estaba cansado. Pero no físicamente; mi cuerpo podría resistir muchas más batallas. El cansancio estaba en mi mente, o en mi alma. No solo era por esta última aventura, sino por todo.
Sin embargo, no era momento de siquiera pensar en descansar. Debía estar alerta hasta que volviéramos a Aerandir. También debía confinar mis sentimientos para evitar explotar de nuevo. Debía seguir como una máquina cuya única función es la de proteger a otros.
Xana, mientras tanto, se mantuvo detrás de mí. Como siempre, seguía mis pasos. Pero esta vez ella era consciente de que mi camino no era el que había idealizado. Fue recordando y conectando mucho de lo que sabía sobre mí, encontrando incógnitas y posibles respuestas que no le agradaban. Y así, parte de la admiración que sentía por mí fue transformándose en pena.
Llegamos a la sala de las columnas. Entonces Kendovlah habló. «No siempre podemos estar a la altura», fueron las palabras que resonaron en mi cabeza. Lo sabía muy bien, pero aún me era difícil aceptar que no siempre sería capaz de salvar a alguien.
«Aspirante a heroína cuando ni siquiera pude proteger a una niña», pensó Xana paralelamente. «Ni siquiera pude ver hasta ahora que el héroe que he admirado necesita ser salvado».
Xana y yo cruzamos nuestras miradas. Con un movimiento de la cabeza le indiqué que se hiciera cargo del cristal. Ella asintió y se acercó a Kendovlah.
Xana cerró los ojos e imbuyó el cristal en éter. Éter que años atrás, antes de conocerme, ella no poseía. Éter de luz.
Eso le hizo recordar, llevándola a descubrir un nuevo deseo, uno más fuerte que el de ser una heroína que salvara a muchos.
Cuando el cristal fue cargado, Xana había grabado una nueva promesa en su corazón. No sabía cómo la cumpliría exactamente, pero eso no la detendría. Y lo primero que haría sería hablarme sobre ello en cuanto volviéramos a Aerandir.
Regresó a mi lado. Ahora más calmada, miró a la niña.
–Kendovlah tiene razón –musitó para que solo yo la escuchara.
–¿Uh?
–Ella está viva, a pesar de todo.
–Pero pudo no estarlo si no contáramos con por lo menos un brujo con nosotros –repliqué en un susurro. No había enojo en mi voz, solo cansancio.
–Lo sé, pero… aunque hubiera ocurrido lo peor, no habría sido nuestra culpa.
–Sí lo sería. Debí estar… debimos estar preparados para esta situación.
–Rauko, no siempre podemos estar a la altura –citó a Kendovlah.
–Pero… –Obviamente no pude contradecir esa maldita verdad.
–Y eso no significa ser negligente –añadió. Y lo que sentí al escuchar eso fue… difícil de describir. Mi corazón incluso pareció saltarse un latido–. Además, recuerda que ella está viva. No detectamos el escarabajo a tiempo, pero sí lo eliminamos antes de que fuera demasiado tarde. Hicimos todo lo que pudimos hacer y eso fue suficiente.
Miré a la niña por un momento. Ella estaba viva, me dije varias veces. Ella estaba viva, al igual que todos, y eso era lo importante.
Aun así, tras lo ocurrido, me sentía obligado a prepararme para que no se repitiera. Para ello, tal vez, tendría que hablar con Canel sobre su percepción.
Mi mirada se fijó en ambos niños. Ahora, habiendo logrado relajarme un poco, reconocí un nuevo error. Aunque no me arrepentía de lo que dije, no hablé de la mejor manera.
Cerré los ojos y solté un breve suspiro. Sería molesto y vergonzoso, pero no me sentiría bien hasta disculparme. Además, si no lo hacía, difícilmente Canel se ofrecería a ayudarme.
Vaya fastidio.
Decidí posponerlo hasta nuestro regreso a Aerandir.
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Re: Cosecha de puertas malditas [Libre] [Samhain 2019]
La niña estaba bien. Vande apenas podía creerlo. Tan increíble le resultaba, que no le había quitado la vista de encima en todo el camino de vuelta. Pero ahí estaba, tan claro como el día, y aparte de un par de sobresaltos ante algún contacto repentino, volvía a parecer la chiquilla inocente a la que Jomul había hecho orinarse encima.
Aquella chica y el joven de la túnica lo habían hecho parecer tan fácil. Cruzaron la oscura sala del consejo, cuyo suelo había fregado tantas veces, y no pudo evitar recordar los días previos a “la Epidemia”. Los días en los que todo discurría aún con normalidad. Entonces, volvió a su mente aquel suelo ensangrentado… ¡No vuelvas ahí!, se dijo, el pasado es pasado, ya no hay nada que hacer.
Para mantener su mente ocupada, pasó el tiempo de espera adecentando la sala de las columnas. Primero, encendió varias antorchas y revisó bien el lugar para evitar futuras sorpresas. Luego animó a Pyp a que le ayudara a limpiar un poco la extraña mesa y la base de las columnas, retirando cualquier basura que se hubiera acomodado con el tiempo. Ella misma se encargó, discretamente, de limpiar el charquito de orina que había quedado en el suelo.
Lo peor llegó cuando terminaron. El tiempo parecía ir marcha atrás mientras esperaban, sin saber qué había sido del grupo. Finalmente, oyeron ruido en la sala del consejo. Vande se colocó delante de la niña con la ballesta preparada.
—¡Lo encontramos! —anunció Jomul nada más cruzar la puerta. Vande bajó la ballesta, aliviada, y recibió al hombre con un abrazo.
—Entonces —dijo cuando volvieron a separarse—, ¿crees que funcionará?
—Eso espero —dijo Jomul caminando hacia el puesto de mando, la extraña mesa que habían adecentado antes Vande y Pyp—. Sólo tengo que recordar dónde es que iba… —Su voz se perdió mientras pasaba la vista por los grabados de la superficie, intentando recordar.
Vande se fijó entonces en el que parecía el mayor de los muchachos, el que había asumido el liderazgo en un primer momento, pero apartó inmediatamente la vista al cruzarse con los ojos enrojecidos del chico. No sabía lo que había pasado, pero podía imaginárselo. Ella había vomitado hasta las entrañas la primera vez que… ¡No!, volvió a decirse a sí misma y enfocó su concentración en el cristal, que brillaba con intensidad después de lo que fuera que habían hecho con él aquella chica de orejas puntiagudas y el joven de la túnica.
—Creo que es esto —dijo Jomul de repente—. Estoy seguro de que es aquí —añadió con un tono más firme—. Pasadme el cristal.
En cuanto colocó el cristal sobre la mesa, los grabados comenzaron a iluminarse. La luz se extendió en seguida a los grabados de las toscas columnas mientras el brillo del cristal se volvía cada vez más tenue.
—¿Ahora qué? —preguntó Vande nerviosa mientras un zumbido cada vez más sonoro llenaba la sala.
—No lo sé —gritó el hombre por encima del creciente ruido—. La princesa estaba aquí cuando envió el mensaje —añadió y apremió a los demás para que se unieran a él, frente a ambas columnas.
Sin previo aviso, Vande perdió el contacto con el suelo para salir despedida en medio de un torbellino de oscuridad y rayos azulados. El zumbido se hizo más insistente, hasta que, justo cuando volvió a caer sobre una superficie dura y fría, un fuerte y largo crujido eclipsó cualquier otro sonido. A través de sus párpados, fuertemente apretados, percibió varios destellos de claridad que se apagaron de repente, al tiempo que se hizo el silencio a su alrededor.
—¿Estás bien? —fue lo primero que oyó. Jomul se había acercado a ella para ayudarla a levantarse del suelo. Abrió los ojos y percibió, poco a poco, la luz que se colaba por una puerta abierta, pero la sala permanecía en silencio. El lugar no se parecía a aquel del que habían partido.
—Estoy bien —respondió—. ¿Y los demás?, ¿lo conseguimos?
Nos acercamos al final, pero no os sentéis a descansar todavía, queda trabajo por hacer. La mala noticia es que la sala del portal se ha sobrecargado y los pilares y runas que la activaban se han resquebrajado. No funcionará más. La buena noticia es que no os habéis quedado atrapados del otro lado. Hay que ver las cosas con perspectiva.
Supongo que éste es un buen momento para traer a colación aquellas runas que tiré en mis dos primeras intervenciones. A estas alturas, quizá hayáis adivinado qué era aquello que se coló por el portal mientras vosotros viajabais en dirección opuesta. Al menos una de las criaturas que invadieron el mundo de Jomul y Vande llegó a la Esfera y el primero que tuvo la “fortuna” de toparse con ella fue Bee, [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] que posee una particular afinidad con las abejas. Por suerte para vosotros, ya tenéis experiencia con estas cosas.
Al caminar por los pasillos de la Esfera, la encontraréis extrañamente silenciosa. Llegados a cierto punto podréis oír un zumbido que se hará más intenso a medida que os acerquéis a su origen. Tenéis tres objetivos que podéis llevar a cabo en conjunto o dividiros entre vosotros:
Objetivo 1A: Debéis salvar a Bee de la criatura que lo ha tomado como alimento. Como brujo, el éter que fluye a través de él tiene algo confundido al escarabajo, por lo que, aunque lleve más tiempo que Pyp con él a cuestas, aún no es tarde para el muchacho. Hay un pequeño problema; debido a ese éter brujo, el veneno del parásito está produciendo unos efectos un tanto diferentes: paranoia. El niño está muy asustado, piensa que van a por él y sus abejas atacarán a todo aquel que se acerque. Para este cometido, hará falta un elfo, que puede ser Rauko, Xana o la gorriona Iliaki (si elegís a Iliaki, revisad primero el objetivo 2).
Objetivo 1B: Acabar con el parásito, obviamente. No queremos una plaga de esos bichos en Aerandir, ¿cierto?
Objetivo 2: Debéis comprobar que los niños estén bien y ocuparos de ellos. Debido al estado alterado de Bee, la mayoría estarán asustados y muchos tendrán picaduras de abejas. Sobre todo, si han intentado acercarse para ayudar a su hermano. Estarán escondidos por la Esfera, así que debéis buscar bien.
Objetivo 3: Siguiendo el espíritu de la Cuarentena (así, con mayúsculas, seguro que a alguno os suena), deberéis comprobar que no haya habido ninguna brecha de seguridad en la Esfera. Ninguna otra, quiero decir. Es importante asegurarse de que, si alguna otra de esas criaturas ha entrado por el portal, no haya salido a las calles de Lunargenta. Porque, repito, no queremos una plaga de esos bichos en Aerandir, ¿cierto?
No hay un límite de turnos para cumplir los objetivos y podéis valeros de Jomul y Vande para ello. Después de todo lo que han pasado, estarán encantados de ayudaros. Les habéis dado una nueva esperanza.
Aquella chica y el joven de la túnica lo habían hecho parecer tan fácil. Cruzaron la oscura sala del consejo, cuyo suelo había fregado tantas veces, y no pudo evitar recordar los días previos a “la Epidemia”. Los días en los que todo discurría aún con normalidad. Entonces, volvió a su mente aquel suelo ensangrentado… ¡No vuelvas ahí!, se dijo, el pasado es pasado, ya no hay nada que hacer.
Para mantener su mente ocupada, pasó el tiempo de espera adecentando la sala de las columnas. Primero, encendió varias antorchas y revisó bien el lugar para evitar futuras sorpresas. Luego animó a Pyp a que le ayudara a limpiar un poco la extraña mesa y la base de las columnas, retirando cualquier basura que se hubiera acomodado con el tiempo. Ella misma se encargó, discretamente, de limpiar el charquito de orina que había quedado en el suelo.
Lo peor llegó cuando terminaron. El tiempo parecía ir marcha atrás mientras esperaban, sin saber qué había sido del grupo. Finalmente, oyeron ruido en la sala del consejo. Vande se colocó delante de la niña con la ballesta preparada.
—¡Lo encontramos! —anunció Jomul nada más cruzar la puerta. Vande bajó la ballesta, aliviada, y recibió al hombre con un abrazo.
—Entonces —dijo cuando volvieron a separarse—, ¿crees que funcionará?
—Eso espero —dijo Jomul caminando hacia el puesto de mando, la extraña mesa que habían adecentado antes Vande y Pyp—. Sólo tengo que recordar dónde es que iba… —Su voz se perdió mientras pasaba la vista por los grabados de la superficie, intentando recordar.
Vande se fijó entonces en el que parecía el mayor de los muchachos, el que había asumido el liderazgo en un primer momento, pero apartó inmediatamente la vista al cruzarse con los ojos enrojecidos del chico. No sabía lo que había pasado, pero podía imaginárselo. Ella había vomitado hasta las entrañas la primera vez que… ¡No!, volvió a decirse a sí misma y enfocó su concentración en el cristal, que brillaba con intensidad después de lo que fuera que habían hecho con él aquella chica de orejas puntiagudas y el joven de la túnica.
—Creo que es esto —dijo Jomul de repente—. Estoy seguro de que es aquí —añadió con un tono más firme—. Pasadme el cristal.
En cuanto colocó el cristal sobre la mesa, los grabados comenzaron a iluminarse. La luz se extendió en seguida a los grabados de las toscas columnas mientras el brillo del cristal se volvía cada vez más tenue.
—¿Ahora qué? —preguntó Vande nerviosa mientras un zumbido cada vez más sonoro llenaba la sala.
—No lo sé —gritó el hombre por encima del creciente ruido—. La princesa estaba aquí cuando envió el mensaje —añadió y apremió a los demás para que se unieran a él, frente a ambas columnas.
Sin previo aviso, Vande perdió el contacto con el suelo para salir despedida en medio de un torbellino de oscuridad y rayos azulados. El zumbido se hizo más insistente, hasta que, justo cuando volvió a caer sobre una superficie dura y fría, un fuerte y largo crujido eclipsó cualquier otro sonido. A través de sus párpados, fuertemente apretados, percibió varios destellos de claridad que se apagaron de repente, al tiempo que se hizo el silencio a su alrededor.
—¿Estás bien? —fue lo primero que oyó. Jomul se había acercado a ella para ayudarla a levantarse del suelo. Abrió los ojos y percibió, poco a poco, la luz que se colaba por una puerta abierta, pero la sala permanecía en silencio. El lugar no se parecía a aquel del que habían partido.
—Estoy bien —respondió—. ¿Y los demás?, ¿lo conseguimos?
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Nos acercamos al final, pero no os sentéis a descansar todavía, queda trabajo por hacer. La mala noticia es que la sala del portal se ha sobrecargado y los pilares y runas que la activaban se han resquebrajado. No funcionará más. La buena noticia es que no os habéis quedado atrapados del otro lado. Hay que ver las cosas con perspectiva.
Supongo que éste es un buen momento para traer a colación aquellas runas que tiré en mis dos primeras intervenciones. A estas alturas, quizá hayáis adivinado qué era aquello que se coló por el portal mientras vosotros viajabais en dirección opuesta. Al menos una de las criaturas que invadieron el mundo de Jomul y Vande llegó a la Esfera y el primero que tuvo la “fortuna” de toparse con ella fue Bee, [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] que posee una particular afinidad con las abejas. Por suerte para vosotros, ya tenéis experiencia con estas cosas.
Al caminar por los pasillos de la Esfera, la encontraréis extrañamente silenciosa. Llegados a cierto punto podréis oír un zumbido que se hará más intenso a medida que os acerquéis a su origen. Tenéis tres objetivos que podéis llevar a cabo en conjunto o dividiros entre vosotros:
Objetivo 1A: Debéis salvar a Bee de la criatura que lo ha tomado como alimento. Como brujo, el éter que fluye a través de él tiene algo confundido al escarabajo, por lo que, aunque lleve más tiempo que Pyp con él a cuestas, aún no es tarde para el muchacho. Hay un pequeño problema; debido a ese éter brujo, el veneno del parásito está produciendo unos efectos un tanto diferentes: paranoia. El niño está muy asustado, piensa que van a por él y sus abejas atacarán a todo aquel que se acerque. Para este cometido, hará falta un elfo, que puede ser Rauko, Xana o la gorriona Iliaki (si elegís a Iliaki, revisad primero el objetivo 2).
Objetivo 1B: Acabar con el parásito, obviamente. No queremos una plaga de esos bichos en Aerandir, ¿cierto?
Objetivo 2: Debéis comprobar que los niños estén bien y ocuparos de ellos. Debido al estado alterado de Bee, la mayoría estarán asustados y muchos tendrán picaduras de abejas. Sobre todo, si han intentado acercarse para ayudar a su hermano. Estarán escondidos por la Esfera, así que debéis buscar bien.
Objetivo 3: Siguiendo el espíritu de la Cuarentena (así, con mayúsculas, seguro que a alguno os suena), deberéis comprobar que no haya habido ninguna brecha de seguridad en la Esfera. Ninguna otra, quiero decir. Es importante asegurarse de que, si alguna otra de esas criaturas ha entrado por el portal, no haya salido a las calles de Lunargenta. Porque, repito, no queremos una plaga de esos bichos en Aerandir, ¿cierto?
No hay un límite de turnos para cumplir los objetivos y podéis valeros de Jomul y Vande para ello. Después de todo lo que han pasado, estarán encantados de ayudaros. Les habéis dado una nueva esperanza.
Fehu
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Re: Cosecha de puertas malditas [Libre] [Samhain 2019]
Llegan entonces a la sala de las columnas, trayendo el peculiar cristal consigo. Con propiedad pueden decir que lograron el objetivo prioritario, es tiempo de volver a casa y dejar el plano maldito muy atrás.
Claro que no hay demasiadas miradas felices en los héroes aerandianos, las acaloradas palabras de Rauko siguen muy presentes en la mayoría. Prueba de esto es que el propio Kendo termina por emitir juicio de valor.
Es curioso pero el personaje hechicero demuestra tener una madures inmaculada, al menos durante toda esta aventura. Chim ya no lo ve como un frijol inútil, ahora es un hermano mayor con sabiduría para él.
Rauko y Xana protagonizan tensos momentos aunque afortunadamente el joven elfo no estalla de nuevo, incluso podría decirse que se siente algo avergonzado por sus acciones… no es para menos teniendo en cuenta que se puso a gritar verdades a un par de niños.
Sea como sea, ya pueden iniciar los procedimientos pertinentes para largarse del averno astral. Al menos los dos habitantes del devastado mundo si se muestran muy animados y es que su pesadilla está a punto de terminar.
Se distribuyen los papeles técnicos y antes de lo que canta un gallo ya están interactuando con el cristal planar, lo siguiente es repetir el proceso aunque de manera mucho más imperativa que en un principio.
El orden de los factores no altera el producto y los personajes vuelven a quedar atrapados en la vorágine, claro que esta vez traen dos personajes adicionales. La locura tiene lugar arrojando el mismo resultado al final.
Tanto Chimar como Canel terminan uno encima del otro, pero a rasgos generales siguen siendo los mismos niños curiosos. A medida que el inventor abre los ojos, reconoce su adorada casa. La euforia que experimenta es tal que no tarda en besar el suelo.
Los pilares expulsan extraños destellos arcanos, es claro que resultaron dañados de alguna forma. Si bien todo en el mundo se puede reparar con dedicación… pues Maquiavelo no piensa volver a tocar esas cosas en mucho tiempo.
Hogar dulce hogar “ayuda a Canel a levantarse”.
La esfera se encuentra particularmente silenciosa, una señal rara pero que no sorprende demasiado al inventor de buenas a primeras. Después de todo están en una de las secciones prohibidas.
Las cosas se ponen extrañas cuando abre la exclusa de acceso y una abeja le pica en la nariz… literalmente. El joven inventor reacciona de manera previsible pero son las connotaciones del hecho lo que termina por sonar sus alarmas.
Hay problemas…
“Canel asiente con rostro serio”.
Es en ese instante cuando el genio siente verdadero miedo, tiene muchos hermanos en la esfera. No se podría perdonar jamás si por sus acciones irresponsables alguno resulta lastimado, mucho menos el grupito entero.
¡¡¡Debemos revisar todo, busquen a mis hermanos!!!
Reacciona entonces como cualquier familiar cariñoso haría cuando sus parientes están en peligro, se puede ver la desesperación en su rostro. Ahora mismo la lógica pasa a segundo plano pues sus protegidos están en peligro.
Lo peor es ver la cara de los antiguos habitantes de la dimensión demente, básicamente sienten que acaban de volver a la sartén. Pero están dispuestos a ayudar eso si, después de todo son los que poseen más experiencia.
Canel termina por tomar la mano del inventor y se le queda mirando, Chimar reconoce entonces lo que trata de decir sin palabras de por medio. No será de ayuda si continua con esa actitud descontrolada, es tiempo de pensar las cosas en frío.
Yo… “cierra los ojos y respira profundamente” entiendo “pasa a asentir, ahora con una mirada segura”.
Su prodigiosa mente se pone entonces a trabajar, identificando los escenarios que deben paliar en aras del bien colectivo. No le toma mucho generar varios objetivos y es que por algo es un chico listo.
De momento Bee parece estar comprometido, es un niño brujo que manipula abejas. Debemos buscarlo para ayudarle, esto es imperativo… “vuelve a respirar al notar que se está desesperando otra vez” los demás gorriones deben estar escondidos, se tiene que realizar un conteo y evaluar su estado, son prioridad también. Es necesario además realizar un estudio completo para evaluar la integridad de la esfera, eso nos dirá cuantas cosas pasaron y si lograron salir al mundo exterior “baja la mirada” Canel y yo somos los únicos que podemos cumplir este objetivo, conocemos los sistemas…
No le agrada nada dejar la seguridad de sus hermanos en manos de otros, incluso si son de su absoluta confianza. Por desgracia la lógica debe prevalecer en casos de emergencia y sus palabras fueron acertadas.
Por favor “manifiesta con los ojos llenos de lágrimas” salven a mis hermanos… “dice esto último antes de iniciar la marcha, el cuarto de mando espera”.
Claro que no hay demasiadas miradas felices en los héroes aerandianos, las acaloradas palabras de Rauko siguen muy presentes en la mayoría. Prueba de esto es que el propio Kendo termina por emitir juicio de valor.
Es curioso pero el personaje hechicero demuestra tener una madures inmaculada, al menos durante toda esta aventura. Chim ya no lo ve como un frijol inútil, ahora es un hermano mayor con sabiduría para él.
Rauko y Xana protagonizan tensos momentos aunque afortunadamente el joven elfo no estalla de nuevo, incluso podría decirse que se siente algo avergonzado por sus acciones… no es para menos teniendo en cuenta que se puso a gritar verdades a un par de niños.
Sea como sea, ya pueden iniciar los procedimientos pertinentes para largarse del averno astral. Al menos los dos habitantes del devastado mundo si se muestran muy animados y es que su pesadilla está a punto de terminar.
Se distribuyen los papeles técnicos y antes de lo que canta un gallo ya están interactuando con el cristal planar, lo siguiente es repetir el proceso aunque de manera mucho más imperativa que en un principio.
El orden de los factores no altera el producto y los personajes vuelven a quedar atrapados en la vorágine, claro que esta vez traen dos personajes adicionales. La locura tiene lugar arrojando el mismo resultado al final.
Tanto Chimar como Canel terminan uno encima del otro, pero a rasgos generales siguen siendo los mismos niños curiosos. A medida que el inventor abre los ojos, reconoce su adorada casa. La euforia que experimenta es tal que no tarda en besar el suelo.
Los pilares expulsan extraños destellos arcanos, es claro que resultaron dañados de alguna forma. Si bien todo en el mundo se puede reparar con dedicación… pues Maquiavelo no piensa volver a tocar esas cosas en mucho tiempo.
Hogar dulce hogar “ayuda a Canel a levantarse”.
La esfera se encuentra particularmente silenciosa, una señal rara pero que no sorprende demasiado al inventor de buenas a primeras. Después de todo están en una de las secciones prohibidas.
Las cosas se ponen extrañas cuando abre la exclusa de acceso y una abeja le pica en la nariz… literalmente. El joven inventor reacciona de manera previsible pero son las connotaciones del hecho lo que termina por sonar sus alarmas.
Hay problemas…
“Canel asiente con rostro serio”.
Es en ese instante cuando el genio siente verdadero miedo, tiene muchos hermanos en la esfera. No se podría perdonar jamás si por sus acciones irresponsables alguno resulta lastimado, mucho menos el grupito entero.
¡¡¡Debemos revisar todo, busquen a mis hermanos!!!
Reacciona entonces como cualquier familiar cariñoso haría cuando sus parientes están en peligro, se puede ver la desesperación en su rostro. Ahora mismo la lógica pasa a segundo plano pues sus protegidos están en peligro.
Lo peor es ver la cara de los antiguos habitantes de la dimensión demente, básicamente sienten que acaban de volver a la sartén. Pero están dispuestos a ayudar eso si, después de todo son los que poseen más experiencia.
Canel termina por tomar la mano del inventor y se le queda mirando, Chimar reconoce entonces lo que trata de decir sin palabras de por medio. No será de ayuda si continua con esa actitud descontrolada, es tiempo de pensar las cosas en frío.
Yo… “cierra los ojos y respira profundamente” entiendo “pasa a asentir, ahora con una mirada segura”.
Su prodigiosa mente se pone entonces a trabajar, identificando los escenarios que deben paliar en aras del bien colectivo. No le toma mucho generar varios objetivos y es que por algo es un chico listo.
De momento Bee parece estar comprometido, es un niño brujo que manipula abejas. Debemos buscarlo para ayudarle, esto es imperativo… “vuelve a respirar al notar que se está desesperando otra vez” los demás gorriones deben estar escondidos, se tiene que realizar un conteo y evaluar su estado, son prioridad también. Es necesario además realizar un estudio completo para evaluar la integridad de la esfera, eso nos dirá cuantas cosas pasaron y si lograron salir al mundo exterior “baja la mirada” Canel y yo somos los únicos que podemos cumplir este objetivo, conocemos los sistemas…
No le agrada nada dejar la seguridad de sus hermanos en manos de otros, incluso si son de su absoluta confianza. Por desgracia la lógica debe prevalecer en casos de emergencia y sus palabras fueron acertadas.
Por favor “manifiesta con los ojos llenos de lágrimas” salven a mis hermanos… “dice esto último antes de iniciar la marcha, el cuarto de mando espera”.
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Re: Cosecha de puertas malditas [Libre] [Samhain 2019]
Al final resulto ser la aspirante a heroína, una vez más. Imbuyeron el cristal con los dos éter, mientras el brujo se concentraba en lo que sucedía en su interior. El punto en que ambos convergen se extiende, aunque el cristal funciona como deposito hambriento, puede sentir con más fuerza que las dos anteriores el éter ajeno... «¿Será que ambas razas si pueden coexistir en armonía?» Pensó con una leve sonrisa al verla volver con su compañero.
Resultó bien para haberse quedado corto de palabras, era extraño y fastidioso a la vez. Sentía que había aceptado una carga importante sobre sus hombros y realmente no sabía si podría estar a la altura, a pesar de la verdad que había escupido momentos atrás.
La sala de los pilares a la que habían llegado parecía un tanto más pulida. Pudo reconocer el trabajo que las mujeres realizaron mientras ellos no estaban. Una lástima que no planeaban quedarse ahí mucho tiempo, aunque a la vez esto le producía cierta alegría.
Entregó el cristal y tomo su lugar en la mesa...
Observó como los locales discutían la activación de los pilares, pero al no tener la menor idea de como funcionaba prefirió prepararse para el viaje. Ya sabía que no era nada agradable y el anterior le había costado bastante reservas mágicas. No quería sentirse indefenso de nuevo.
Sus píes vuelven a dejar el suelo y esta vez no comete el error de abrir los ojos, entendió lo que estaba sucediendo. «Aerandir, listo o no...» Pensó mientras sentía que sus interiores se revolvían más que la primera vez, quizás cerrar los ojos no fue la mejor de las ideas.
Al llegar y recomponerse, el brujo toma su posición de loto y comenzaba una evaluación de lo vivido. La primera conclusión fue simple: «No volveré a salir de Aerandir, definitivamente no lo haré»
Escucha las primeras conversaciones que toman lugar, aún con los ojos cerrados. Al parecer si quedo algo por salvar en Turantis y de alguna forma imprevista lo habían conseguido. Salvo que el viaje hubiese fallado, no era algo que Kendovlah le interesase descubrir aún pues seguía evaluando lo vivido. «Necesitare varios tragos después de esto...» Pensó y aunque la idea de emborracharse no le agradaba, olvidar gran parte ocurrido en el día de la alianza, le decía que era el trayecto más favorable para dar vuelta la página luego.
Las palabras de Chimar, a pesar de ser preocupantes, le decían que el viaje si había ocurrido y que efectivamente estaban de vuelta en el punto de inicio. Eso y que algo había ocurrido en su ausencia multiversal. Naturalmente, el pequeño genio aún se encontraba alterado tras lo ocurrido en el otro mundo, pero ahora contaban con la ventaja local y de conocer al posible enemigo.
—Vande y Jomul lograron llegar a Aerandir. Muchos parásitos sin duda buscaron nuevos contenedores —Hablaba con tono calculador y como dicta la costumbre, sin darse cuenta de que pensaba en voz alta. La posibilidad le causaba escalofríos después de haber visto el resultado de la propagación. Aerandir para aquellas criaturas sería un manjar servido en bandeja de oro. La esfera era solo un suculento tentempié.
—La integridad de los habitantes debería ser la prioridad mayor. Si cuentan con niños elfos, junto con Bee y Canel deberían mantenerse con el equipo de acción —Especuló, aunque aún meditaba el curso de acción—. Reunir las fuerzas y encerrarnos en la esfera. Parece lo correcto. ¿Canel, aún podemos ver los parásitos?
Con lo último, una mirada severa se posó sobre el tamborilero. Aunque su enfado no iba dirigido hacía él, sino a la situación que se había planteado en su cabeza.
—Espero equivocarme, pero debemos evaluar a Bee primero —Añadió con tono más autoritario y se puso de píe abriendo los ojos—. Iremos al frente con Rauko, esta vez se nos suma Chim como guía. El resto puede mantener la misma posición.
Resultó bien para haberse quedado corto de palabras, era extraño y fastidioso a la vez. Sentía que había aceptado una carga importante sobre sus hombros y realmente no sabía si podría estar a la altura, a pesar de la verdad que había escupido momentos atrás.
La sala de los pilares a la que habían llegado parecía un tanto más pulida. Pudo reconocer el trabajo que las mujeres realizaron mientras ellos no estaban. Una lástima que no planeaban quedarse ahí mucho tiempo, aunque a la vez esto le producía cierta alegría.
Entregó el cristal y tomo su lugar en la mesa...
Observó como los locales discutían la activación de los pilares, pero al no tener la menor idea de como funcionaba prefirió prepararse para el viaje. Ya sabía que no era nada agradable y el anterior le había costado bastante reservas mágicas. No quería sentirse indefenso de nuevo.
Sus píes vuelven a dejar el suelo y esta vez no comete el error de abrir los ojos, entendió lo que estaba sucediendo. «Aerandir, listo o no...» Pensó mientras sentía que sus interiores se revolvían más que la primera vez, quizás cerrar los ojos no fue la mejor de las ideas.
(…)
Al llegar y recomponerse, el brujo toma su posición de loto y comenzaba una evaluación de lo vivido. La primera conclusión fue simple: «No volveré a salir de Aerandir, definitivamente no lo haré»
Escucha las primeras conversaciones que toman lugar, aún con los ojos cerrados. Al parecer si quedo algo por salvar en Turantis y de alguna forma imprevista lo habían conseguido. Salvo que el viaje hubiese fallado, no era algo que Kendovlah le interesase descubrir aún pues seguía evaluando lo vivido. «Necesitare varios tragos después de esto...» Pensó y aunque la idea de emborracharse no le agradaba, olvidar gran parte ocurrido en el día de la alianza, le decía que era el trayecto más favorable para dar vuelta la página luego.
Las palabras de Chimar, a pesar de ser preocupantes, le decían que el viaje si había ocurrido y que efectivamente estaban de vuelta en el punto de inicio. Eso y que algo había ocurrido en su ausencia multiversal. Naturalmente, el pequeño genio aún se encontraba alterado tras lo ocurrido en el otro mundo, pero ahora contaban con la ventaja local y de conocer al posible enemigo.
—Vande y Jomul lograron llegar a Aerandir. Muchos parásitos sin duda buscaron nuevos contenedores —Hablaba con tono calculador y como dicta la costumbre, sin darse cuenta de que pensaba en voz alta. La posibilidad le causaba escalofríos después de haber visto el resultado de la propagación. Aerandir para aquellas criaturas sería un manjar servido en bandeja de oro. La esfera era solo un suculento tentempié.
—La integridad de los habitantes debería ser la prioridad mayor. Si cuentan con niños elfos, junto con Bee y Canel deberían mantenerse con el equipo de acción —Especuló, aunque aún meditaba el curso de acción—. Reunir las fuerzas y encerrarnos en la esfera. Parece lo correcto. ¿Canel, aún podemos ver los parásitos?
Con lo último, una mirada severa se posó sobre el tamborilero. Aunque su enfado no iba dirigido hacía él, sino a la situación que se había planteado en su cabeza.
—Espero equivocarme, pero debemos evaluar a Bee primero —Añadió con tono más autoritario y se puso de píe abriendo los ojos—. Iremos al frente con Rauko, esta vez se nos suma Chim como guía. El resto puede mantener la misma posición.
Kendovlah
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Re: Cosecha de puertas malditas [Libre] [Samhain 2019]
El viaje de regreso no fue diferente al de antes. Sin embargo, esta vez nuestro aterrizaje fue mucho mejor… Bueno, el aterrizaje de Xana. Yo volví a caer de forma estrepitosa sobre mi espalda.
«Descuiden, estoy bien. Gracias por preguntar», es lo que quise decirles, pero el dolor y, sobre todo, la pereza nacida del cansancio me lo impidieron. Xana no tardó en ayudarme en levantarme.
Miré el lugar en busca de escarabajos, por precaución. Nada. Solté un largo suspiro, aliviado.
–De vuelta a casa –musité, cerrando los ojos. Quería tomar una buena siesta cuanto antes.
Pero había algo que tenía que hacer primero.
Cuando me volteé hacia el par de infantes, Xana me detuvo colocando una mano en mi hombro.
–Rauko –susurró–, hay algo… que quiero decirte. –Negó con la cabeza–. Bueno, no ahora –añadió mostrando un asomo de sonrisa–. Hablaremos luego. Primero hay que darles la bienvenida a ellos. –Miró a Jomul y a Vande. Se acercó a hablarles tras darme una suave palmada, dejándome intrigado sobre lo que quería decirme.
Me encogí de hombros; ya lo sabría después. Me acerqué a Chimar.
Entonces algo activó sus alarmas, y no tardó en informarnos sobre el problema.
Apreté los dientes y empuñé mi espada de nuevo. ¿Qué sucedía exactamente? ¿Acaso, de alguna manera, los malditos escarabajos llegaron a nuestro mundo? Fuera como fuera, solo sabía que varias vidas podrían estar en grave peligro y, una vez más, este improvisado grupo debía hacer algo al respecto, de inmediato.
Pero Chimar no parecía entenderlo. El terror y la desesperación le impidieron actuar como se debía. Al igual que antes, sus emociones le impedían hacer lo correcto.
Así él no salvaría a más de los que vería morir.
Chasqueé la lengua. Di un paso hacia su dirección.
Y me detuve.
Canel se encargó de la situación. Gracias a él, Chimar pudo tranquilizarse un poco.
Observé, solo eso, esperando que finalmente se acercara a la actitud ideal. La impaciencia me lo dificultaba, pero me forcé a esperar. Y mi recompensa fue escuchar el plan de Chimar, un buen plan creado en un momento de tensión.
Al verlo hacer la petición de salvar a sus hermanos, su familia, con sus ojos húmedos, ya no distinguí al yo niño en él.
–Los salvaremos, pase lo que pase –declaré con firmeza, mirándolo a los ojos.
Kendovlah, entonces, complementó el plan de Chimar, aunque modificando cierta parte.
–Vale, como sea, démonos prisa –fue todo lo que dije antes de iniciar nuestra nueva inesperada misión.
«Descuiden, estoy bien. Gracias por preguntar», es lo que quise decirles, pero el dolor y, sobre todo, la pereza nacida del cansancio me lo impidieron. Xana no tardó en ayudarme en levantarme.
Miré el lugar en busca de escarabajos, por precaución. Nada. Solté un largo suspiro, aliviado.
–De vuelta a casa –musité, cerrando los ojos. Quería tomar una buena siesta cuanto antes.
Pero había algo que tenía que hacer primero.
Cuando me volteé hacia el par de infantes, Xana me detuvo colocando una mano en mi hombro.
–Rauko –susurró–, hay algo… que quiero decirte. –Negó con la cabeza–. Bueno, no ahora –añadió mostrando un asomo de sonrisa–. Hablaremos luego. Primero hay que darles la bienvenida a ellos. –Miró a Jomul y a Vande. Se acercó a hablarles tras darme una suave palmada, dejándome intrigado sobre lo que quería decirme.
Me encogí de hombros; ya lo sabría después. Me acerqué a Chimar.
Entonces algo activó sus alarmas, y no tardó en informarnos sobre el problema.
Apreté los dientes y empuñé mi espada de nuevo. ¿Qué sucedía exactamente? ¿Acaso, de alguna manera, los malditos escarabajos llegaron a nuestro mundo? Fuera como fuera, solo sabía que varias vidas podrían estar en grave peligro y, una vez más, este improvisado grupo debía hacer algo al respecto, de inmediato.
Pero Chimar no parecía entenderlo. El terror y la desesperación le impidieron actuar como se debía. Al igual que antes, sus emociones le impedían hacer lo correcto.
Así él no salvaría a más de los que vería morir.
Chasqueé la lengua. Di un paso hacia su dirección.
Y me detuve.
Canel se encargó de la situación. Gracias a él, Chimar pudo tranquilizarse un poco.
Observé, solo eso, esperando que finalmente se acercara a la actitud ideal. La impaciencia me lo dificultaba, pero me forcé a esperar. Y mi recompensa fue escuchar el plan de Chimar, un buen plan creado en un momento de tensión.
Al verlo hacer la petición de salvar a sus hermanos, su familia, con sus ojos húmedos, ya no distinguí al yo niño en él.
–Los salvaremos, pase lo que pase –declaré con firmeza, mirándolo a los ojos.
Kendovlah, entonces, complementó el plan de Chimar, aunque modificando cierta parte.
–Vale, como sea, démonos prisa –fue todo lo que dije antes de iniciar nuestra nueva inesperada misión.
Rauko
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Re: Cosecha de puertas malditas [Libre] [Samhain 2019]
La estrategia de Chimar pese a haber sido concebida en medio de emociones fuertes, tiene mucha lógica intrínseca. Claro que para bien o para mal no todos los adultos están de acuerdo, en esta oportunidad el argumento discordante viene por parte de Kevin.
Chim no puede evitar mirarle de forma curiosa, no arrogante pero si extraña. Lo cierto es que ahora mismo no tiene ánimos para mostrarse fastidioso, solo quiere salvar a sus hermanos a como dé lugar.
“Canel asiente ante la pregunta de su semejante mayor”.
Entender que siguen teniendo la ventaja de poder ver a los insectos genera un fuerte alivio en Maquiavelo, a nadie le gusta combatir enemigos que pueden burlar los sentidos principales del ser vivo.
De acuerdo “asiente decidido” Bee primero.
Su respuesta se da por tres razones. La primera es que está cansado y no quiere refutar, El segundo motivo es que desea garantizar la seguridad de los demás gorriones rápido y por ultimo pero no menos importante, la esfera se sella en situaciones de emergencia.
Su apremiante necesidad de revisar los controles era para poder identificar bien el número de amenazas que se colaron, es difícil que la integridad del sello se vea comprometida… al menos con gente cuerda todavía adentro.
Las palabras de Rauko le roban una sonrisa sincera al inventor, elemento que no tarda en asentir agradecido. Es curioso que hace virtualmente poco ese mismo personaje le gritara en una situación complicada, hay lugar y momento para todo al parecer.
Con la postura abierta del elfo, inician entonces el plan. Bee se vuelve el objetivo prioritario de todos los presentes, de momento es el único niño afectado que pueden confirmar. Cada segundo cuenta vale destacar pues estas cosas afectan la mente de sus víctimas, Chim solo puede esperar que la magia intrínseca del gorrión colmena les permita devolverlo a la normalidad.
Avanzan por el corredor entonces, siguiendo un patrón que también es establecido por Kendo. Después de todo sus dotes estratégicos no pueden negarse, incluso se ha ganado el respeto del propio Chimar.
Iliaki es una niña elfa… es peculiar pero estará encantada de ayudar si la encontramos.
Lo bueno de los gorriones es que poseen integrantes de todas las razas, son un grupito muy abierto en lo que respecta a las membresías. La inclusión de frijoles amistosos termino por convertir eso en dogma.
Las luces de la esfera poseen un nivel bastante tenue, es una medida que toma Carol cuando la seguridad está comprometida. Es difícil que el reactor o la propia bio hayan sido afectados de alguna forma pero los pasos de rieles suelen ser algo infranqueable para una inteligencia tecnificada, Chim tendrá que sacarla de su estado presencialmente más adelante.
Ahora mismo y por desgracia, las luces de emergencia solo sirven para aumentar la expectativa y el miedo. Tratan con un enemigo que puede sacar mucha ventaja de un entorno semi-iluminado, eso sin mencionar el factor psicológico.
Tiene lugar un movimiento extraño adelante, en uno de los habitáculos contiguos que hacen frontera con la sala común. El personaje más listo de la partida despabila aunque no tarda en dejar en claro algo con palabras primero.
Tengan cuidado, lastimar a mis hermanos no es una opción “pone rostro severo” y hablo enserio.
Chim no puede evitar mirarle de forma curiosa, no arrogante pero si extraña. Lo cierto es que ahora mismo no tiene ánimos para mostrarse fastidioso, solo quiere salvar a sus hermanos a como dé lugar.
“Canel asiente ante la pregunta de su semejante mayor”.
Entender que siguen teniendo la ventaja de poder ver a los insectos genera un fuerte alivio en Maquiavelo, a nadie le gusta combatir enemigos que pueden burlar los sentidos principales del ser vivo.
De acuerdo “asiente decidido” Bee primero.
Su respuesta se da por tres razones. La primera es que está cansado y no quiere refutar, El segundo motivo es que desea garantizar la seguridad de los demás gorriones rápido y por ultimo pero no menos importante, la esfera se sella en situaciones de emergencia.
Su apremiante necesidad de revisar los controles era para poder identificar bien el número de amenazas que se colaron, es difícil que la integridad del sello se vea comprometida… al menos con gente cuerda todavía adentro.
Las palabras de Rauko le roban una sonrisa sincera al inventor, elemento que no tarda en asentir agradecido. Es curioso que hace virtualmente poco ese mismo personaje le gritara en una situación complicada, hay lugar y momento para todo al parecer.
Con la postura abierta del elfo, inician entonces el plan. Bee se vuelve el objetivo prioritario de todos los presentes, de momento es el único niño afectado que pueden confirmar. Cada segundo cuenta vale destacar pues estas cosas afectan la mente de sus víctimas, Chim solo puede esperar que la magia intrínseca del gorrión colmena les permita devolverlo a la normalidad.
Avanzan por el corredor entonces, siguiendo un patrón que también es establecido por Kendo. Después de todo sus dotes estratégicos no pueden negarse, incluso se ha ganado el respeto del propio Chimar.
Iliaki es una niña elfa… es peculiar pero estará encantada de ayudar si la encontramos.
Lo bueno de los gorriones es que poseen integrantes de todas las razas, son un grupito muy abierto en lo que respecta a las membresías. La inclusión de frijoles amistosos termino por convertir eso en dogma.
Las luces de la esfera poseen un nivel bastante tenue, es una medida que toma Carol cuando la seguridad está comprometida. Es difícil que el reactor o la propia bio hayan sido afectados de alguna forma pero los pasos de rieles suelen ser algo infranqueable para una inteligencia tecnificada, Chim tendrá que sacarla de su estado presencialmente más adelante.
Ahora mismo y por desgracia, las luces de emergencia solo sirven para aumentar la expectativa y el miedo. Tratan con un enemigo que puede sacar mucha ventaja de un entorno semi-iluminado, eso sin mencionar el factor psicológico.
Tiene lugar un movimiento extraño adelante, en uno de los habitáculos contiguos que hacen frontera con la sala común. El personaje más listo de la partida despabila aunque no tarda en dejar en claro algo con palabras primero.
Tengan cuidado, lastimar a mis hermanos no es una opción “pone rostro severo” y hablo enserio.
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