Sin duda, la ignorancia es felicidad [priv. Sylar] [CERRADO]

“Como decía, pequeño huésped; No es buena idea que salga solito a altas horas de la noche….”


Cuando llegó al poblado de paso el infante recibió esas palabras de la preocupada dueña de la posada. Era una mujer más o menos joven, tal vez estaba cerca del umbral de los 30 pero seguía teniendo rasgos bastantes suaves y juveniles, ella le habló con el ceño fruncido y un tono ligeramente temeroso ¿Temía por el vampirito? No era la primera vez que pasaba, Uriel era un pequeño bastante carismático y tendía a despertar cierto instinto de protección en muchas personas ¡Más de una vez esa misma carisma le salvó la vida, de hecho! Es por eso que no dudaba de las palabras de la mujer ¿Pero qué más podía hacer? Como vampiro, solo podía quedarse uno o dos días antes de empezar a levantar sospechas y necesitaba almacenar sangre para no morir de hambre durante sus viajes. Incluso si por lo que veía las noches eran peligrosas, debía salir de la posada.


Dejando varias excusas medianamente creíbles para no levantar las alarmas en la mujer, Uriel abandonó la posada y descubrió que por las calles de arena no había ni una sola alma. No era extraño, era de noche, así que era bastante normal que no hubiera ni una sola alma ¡Pero apenas había caído el Sol! Hasta hace apenas 10 minutos el Sol seguía alumbrado en tonos anaranjados todo el pueblo ¡Y aún así no había nadie afuera!


“¿Tan grave es el asunto...?”


Uriel llevaba ya 2 días en el pueblo, sabía más o menos que sucedía para que todos se refugiaran en sus moradas tan temprano. Según escuchó, hasta hace no mucho, apenas unos meses, tuvieron unos problemas con unos bandidos que atormentaban a los lugareños, robando ganado, cultivos, objetos de valor y mujeres cada dos por tres ¡Afortunadamente, al pedir ayuda a una ciudad cercana unos mercenarios aceptaron el encargo! Eran personas fuertes y astutas, eliminaron a los mercenarios apenas en una semana ¡Un final feliz perfecto a las preocupaciones de los aldeanos, lastima que la pesadilla apenas empezaba! La medicina resultó ser peor que la enfermedad, los mercenarios montaron un timo extraordinario a todo el poblado, dejándoles con los pantalones bajados de la peor forma posible ¡Y lo peor es que la ciudad que los envió no podían hacer nada! Al parecer, habían nobles de por medio respaldando a los mercenarios ¡No había más que problemas al parecer! Los pobre pueblerinos, sin poder hacer nada, solo podían temblar a la sombra de las crueles y poderosas figuras de esos timadores quienes se aprovechaban de múltiples formas de ellos de formas violentas e irrazonables.


“Será mejor que abandone el pueblo esta noche, si me doy prisa en cazar algo debería poder alejarme bastante de aquí….”


Uriel no quería quedarse demasiado tiempo en el pueblo, únicamente se quedó ese par de días para poder juntar toda la sangre posible del ganado de los lugareños ¡Solo buscaría una cena rápida en el bosque y saldría de ahí antes de que su suerte se agotase! Que hubiera tenido la suerte de no toparse con los arrogantes y violentos mercenarios no significaría que la seguiría teniendo por mas tiempo. Lastima que esa misma suerte desaparecería justo esa noche.


“Niño, tienes agallas para salir solo por tu cuenta...”


“¿Hmmm?”


Mientras terminaba de matar un pequeño conejo que logró cazar, una voz burlona y llena de amabilidad grasosa apareció desde su espalda. El infante se giró confuso y sorprendido, no escuchó al tipo aproximarse hasta que le habló, eso le puso realmente nervioso. Si no fuera por sus ojos vampíricos no hubiera podido verlo, pero gracias a estos vio claramente los rasgos del extraño hombre; Era alto y delgado, casi huesudo y de rasgos muy marcados, casi enfermizos. Su rostro era un extraño contraste entre severo y burlón, casi arrogante. Su cabello corto y de un castaño claro era grasoso y encrespado, pero no sucio, simplemente daba la impresión de estar engominado. Sus ropas y arsenal revelaban a un asesino medianamente experimentado.


“.....Usted...”


Uriel fue criado por mucho tiempo en un clan de vampiros nobles, se le enseñaron muchas cosas; Historia, lenguas, modales y cómo comportarse como “un vampiro debe de ser” ¡Incluso se le instruyó cómo reconocer otras razas por el olor de la sangre! Se le daba realmente bien esto último. En cuanto a ese tipo….No hizo falta siquiera que oliera su sangre para saberlo, sabía perfectamente que es lo que era.


“¿Necesita algo de mi...?”


Replicó Uriel ligeramente nervioso, no necesitaba ser precisamente inteligente para entender qué tan jodido estaba. Incluso teniendo orgullo racial, el vampirito no era precisamente tonto, sabía que tan despiadada era su propia gente incluso entre ellos. Apretando el mango del puñal que sujetaba, el infante se preparó para huir en cualquier momento, en cuanto al otro vampiro, clavó sus fríos ojos marrones en el niño con una suave grasosa sonrisa.


“Oh, no estés tan asustado, niño ¡No haré nada si no me provocas para hacerlo!”


Como vampiro, Uriel sabía que era un vil mentira; Incluso si no lo provocara, como mínimo, saldría gravemente herido de un encuentro con un vampiro desconocido. Si fuera un vampiro vasallo de un clan o perteneciera  a alguna familia podría hacer algo, pero no parecía llevar un blasón en sus robas o armas; Debía de ser un errante. Uriel se puso aún más nervioso, muchos errantes solían ser hostiles a los vampiros con familia ¡Peor aún si se estaba solo y desprotegido! Para estas alturas Uriel ya calificó la situación a vida o muerte, y estaba en una clara  desventaja.


“No pertenezco a la aldea señor, estaba por irme ahora….”


“¿Ya te vas? ¡Que lastima! No todos los días te encuentras a uno de los nuestros tan peculiar~ ¡Y un noble por si fuera poco!”


Joder, lo sabe...


Pensó Uriel cada vez más asustado. Solo por ese comentario, el infante reunió toda a agilidad, rapidez y capacidad física que tenía como vampiro e intentó huir mediante un gran sprint. Desgraciadamente, se enfrentaba a un vampiro más antiguo y fuerte que él. Con un arrogante y divertido “ups~” el adulto lanzó una de sus sus dagas hacía el infante, no logrando impactarle de milagro pero si logrando atrapar sus sucia y maltrecha capa contra el tronco de un árbol. Uriel tiró de la capa para romperla pero fue ya demasiado tarde para huir, el vampiro adulto agarró al pequeño Uriel por el cuello y lo estampó contra el tronco del árbol.


“¡Kuaah...!”


Uriel gritó ahogadamente, el golpe fue duro, si no fuera porque no es un niño normal le hubiera podido romper varios huesos e incluso  haberlo matado. El pequeño luchó violentamente para poder recuperar su libertad y oxígeno, sin muchos resultados, pues incluso como vampiro, un niño no podía aspirar siquiera a enfrentar a un adulto en lo que fuerza se refiere. Desesperadamente, el infante rasguño el brazo de su captor, sin querer dejó caer su puñal cuando fue estampado contra el árbol y apenas podía ofrecer alguna resistencia.


“Ah~ Mira que dije que no me provocaras ¡Bien, bien! Hace tiempo que no encuentro a un pequeño bastardo noble solo~ ¡Oh! ¡No me mires con esos ojos, pequeño! Ya sabes como somos los vampiros~ hahaha~~”


Alzando con su otra mano una daga, el vampiro adulto se río cínicamente mientras observaba al pequeño luchar por su vida. Como si disfrutara del dolor del infante, se quedó unos pocos segundos observándole hasta finalmente dejar caer su mano alzada, obviamente pretendiendo apuñalar mortalmente al vampirito. Con miedo, Uriel cerro los ojos fuertemente con anticipación y terror.

“¿¡Que cojones...!?”


El vampiro se apartó en cuanto vio por el rabillo del ojos un objeto brillante aproximándose rápidamente a su brazo extendido, aún así, no fue lo suficientemente rápido, una fea y profunda herida sangrante apareció en su brazo, cerca de la muñeca. Gritando dolorosamente, el hombre dejó caer al vampirito al suelo, quien asustado, corrió a refugiarse entre los árboles aterrorizado entre gruesas lagrimas que caían por sus mejillas.


Intentando parar el sangrado, el furioso hombre apretó su mano contra la herida mientras buscaba enrabiado el origen del ataque, gracias a su aguda visión nocturna no tardó en hacerlo. Sonriendo molesto pero nervioso, en un tono sarcástico dijo:


“¿Puedo ayudarte en algo, chaval? ¡Tu forma de decir “hola” es bastante agresiva! ¿Sabes?”


Riendo grasosamente, como si contuviera un rugido de ira en vez de una risa, comenzó a sacar un par de espadas cortas de su cinturón. Desde su brazo herido la sangre chorreaba y mojaba la mano y espada del vampiro, pero lo extraño era que si uno se fijaba se podía notar que la herida comenzaba a cerrarse lentamente. Riendo para adentro, el vampiro clavó sus furiosos ojos cargados de malicia el instinto asesino en el licantropo.


“Bien, bien, bien ¡Me encargaré del pequeño entrometido~! Luego iré a por la pequeña ratita asustadiza~”


Riendo y hablando en voz alta consigo mismo, el vampiro se abalanzó contra el licantropo. La noche era la morada de los vampiros, así que naturalmente su desenvolvimiento en esta era mejor en esta ¡La rapidez, agilidad y capacidad de camuflaje de un vampiro no era broma! Sin dejar que el contrincante descansara, asestó rápidos y ágiles golpes uno tras otro por todos los blancos.


“.....”


Desde su lugar entre los árboles, Uriel miraba con lágrimas en los ojos la situación ¡Pensó que moriría! Si ese hombre no hubiera intervenido estaría definitivamente muerto. Su cuerpo temblaba y apenas podía ponerse en pie, si abría la boca solo sería para gimotear y sollozar de miedo por lo ocurrido ¡Quería volver a casa! Pero sus piernas apenas responden…


“Huggg….sniff…¿Hmm?”


Observando la batalla mientras se sacaba las lágrimas con sus temblorosas manitas y sollozaba en voz bajita, el vampirito clavó sus ojos en las dos figuras danzantes que intercambiaban golpes; Del resultado dependía su vida, así que le era imposible no ser indiferente. Entonces, por mera casualidad, notó el brillo tenue de la hacha que fue lanzada al brazo del vampiro ¡Estaba clavada en el tronco de un árbol! Sangre del vampiro goteaba levemente y manchaba la hoja de metal levemente.


“Wawawah….¡B-Bien, v-vamos!”


Torpemente intentó ponerse de pie mientras miraba la batalla y luego la hacha clavada múltiples veces ¡Seguro que el extraño salvador le vendría bien recuperarla! Con ese propósito luchó para ponerse en pie, cayendo sobre estas un par de veces, pero finalmente logrando levantarse tras el 4tro intento. Como un corderito que recién empezaba a caminar, el niño avanzó dando tumbos hacía el hacha, cada vez más seguro y con pasos más firmes.


Cuando finalmente logró llegar en frente del árbol con el hacha clavado, el vampirito se giró para asegurar el estado de la batalla ¡Debía de darse prisa! Al entender que de momento no estaba siendo notado, el niño tomó el hacha por el mango y comenzó a tirar de él para sacarlo. Incluso si para un niño era imposible, como vampiro, tenía una fuerza considerable ¡Tras varios tirones logró sacarla! ¡Pero era increíblemente pesada, apenas podía sostenerla entre sus pequeño bracitos! Abrazándola sin intentar cortarse a sí mismo, el niño caminó más cerca de la batalla y dijo entre tartamudeos:


“¡S-Señor! ¡S-Su hacha!”


Empleando todas sus fuerzas y adrenalina, el niño lanzó la hacha lo más cerca del licántropo que pudo ¡Esperaba que el hombre pudiera luchar más fácilmente así! Por otra parte, el vampiro adulto pareció mosqueado ante la intervención de Uriel. Ya sin ocultar su rabia y frustración exclamó;


“¡Jodido niñato! ¡Voy a matarte..!”


Perdido en su furia, el vampiro se abalanzó con rabia contra Uriel. Quien aterrorizado se quedó mirando cual conejito asustadizo, quietecito y temblando, incapaz de ordenar a su cuerpo moverse.

“¡Mierda!”


El furioso vampiro se dio cuenta de su error demasiado tarde, cuando la figura de un enorme lobo apreció de los dioses saben donde, atacándole e impidiéndole llegar hasta el vampirito. Entendió que en ese preciso momento estaba desprotegido e intentó esquivar pero fue demasiado lento, incluso si el hachazo no le dio en la cabeza sino en su pecho lo único que cambió fue lo rápido que el vampiro moriría ¡Casi es mejor no haber evadido el ataque, al menos sería mas rápido e indoloro! Escupiendo una bocanada de sangre, el hombre cayó al suelo.


“Ahck…...gha…...hug…..”


Respirando con dificultad, el hombre miró aturdido a sus alrededores, no entiendo lo que estaba pasando. Solo cuando se percató de que iba a morir, su rostro se deformó a uno de terror y odio, mirando a Sylar como si fuera su peor enemigo bramó:


“¡Maldito hijo de puta! C-Cómo te atre-..¡Huaaack!.....ah…..ghhh…..m-maldita s-sea….ahg...es….esto no acabará así…..”


Sus furiosas palabras fueron detenidas por una enorme bocanada de sangre que manchó espléndidamente le suelo, no tardaría demasiado en morir ¡De hecho solo duró tanto porque era un vampiro! Un humano promedio ya habría muerto. Empleando sus últimas fuerzas, el vampiro sacó un pequeño silbato y lo sopló con fuerza. Para Uriel no sonó a nada, pero para Sylar y el lobo era otra cosa; Un agudo y fuerte pitido sonó. Era un silbato para perros. Tras utilizar el pequeño y fino silbato, el vampiro cayó muerto al suelo con una extraña y grasosa sonrisa arrogante.


“A-Ah….”


El repentino gemido de un infante sonó a los pocos segundo de que el vampiro muriera junto al sonido de algo cayendo sobre la hierba. Uriel cayó sobre sus propias rodillas mientras miraba conmocionado al cadáver del vampiro ¡Estuvo apunto de morir dos veces! ¡Dos veces! Si eso no le hacía sentir que había vuelto a nacer, no sabía que lo haría. Permaneció un rato perdido en su cabeza, mirando a la nada pero a la vez a todos.


“Hmmm E-Esto….Gracias por salvarme la vida….”


En cuanto recuperó la conciencia sobre sí mismo, el infante miró al desconocido que intervino para salvarle. Estaba agradecido des del fondo de su corazón, sin él estaría doblemente muerto. Levantándose torpemente mientras su cuerpo temblaba como un flan, finalmente pudo encarar apropiadamente a Sylar. Con un suave tono, entre asustado pero a la vez educado se presentó:


“M-Mi nombre es Uriel Nova, del clan de los nova, si lo desea puede llamarme Uri….En verdad habría muerto si no hubiera intervenido, muchas gracias….¡Ah! Usted también, señor lobo….Gracias por detenerle….”


Se presentó tal y como la etiqueta de un vampiro noble requería, peor el temblor en su cuerpo y el tono asustado le hacían parecer más frágil y pequeño de lo usual ¿Pero quién podría culparle? El susto de aquella noche no era algo que un infante pudiera olvidar fácilmente incluso si lo intentaba. Recordando la participación del animal, el vampiro se giró y educadamente agradeció al enorme animal por su intervención ¿Podría entender que estaba agradecido? ¡Aunque para Uriel esa pregunta no existía! Para un infante no existe tal cosa como la lógica o lo obvio, solo el mundo o el momento que sus ojos reflejaban ¡Ese lobo le salvó, así que debía de agradecerle adecuadamente!

“Ese sonido…..¡Oye, algo le pasó a Bruno!”


La voz de lo que parecía ser una mujer resonó en el cuarto de una cabaña de tamaño bastante grande. A su lado, un hombre de unos 40 años le contesto con un poco de sarcasmo:


“¿Que dices ahora, Erys? Te recuerdo que Bruno es un vampiro bastante experimentado y no precisamente débil...”


Contestando con un molesto suspiro, la mujer de unos 30 o 35 años le respondió exasperada y molesta de que dudasen de su fino oído canino;


“Tocó el silbato, sin duda acabo de escucharlo….”


Al comprender que ella no iba en broma, el hombre se mostró primero sorprendido y luego molesto, casi preocupado. tomando su mandoble y colgándola en su espalda, siguió hablando con la mujer.


“Mierda ¡Esto le pasa por arrogante! Llama a Elías y Marc ¡Esos paletos de pueblos finalmente les dio por llevarnos la contraria! Tendremos que bajarles los humos antes de que se les crucen del todo los cables.”


La mujer parecía acostumbrada a las ordenes del tipo, sin rechistar tomó su arco y comenzó a acercase a las escaleras que daban al segundo piso. Riendo divertida, añadió antes de subir;


“Como quieras, aunque no creo que unos debiluchos puedan siquiera llegarnos a la suela de los zapatos~”


Riendo ante su marcha, el hombre le siguió el juego exclamando;


“Jajaja ¿Y crees que yo lo pienso? ¡Vamos! Esto no debería tardar demasiado...”


…………….
……….
…..
.


“¿E-Eh? O-Oh si….Hay un pueblo cerca de aquí, yo me hospedo en la posada de ese pueblo precisamente ¿Quiere que le guíe hasta el lugar?”


Uriel planeaba irse del poblado tan pronto como pudiera pero finalmente desechó la idea por esa noche. Con semejante susto lo menos que quería era estar solo en medio del bosque. Tal vez lo volvería a probar al día siguiente, por ahora se retiraría y descansaría todo toda la noche y día. Ya tenía sangre almacenada, así que no necesitará salir hasta la noche siguiente.


“Aún así, le recomiendo que abandone la zona lo más rápido que pueda, señor. No es una zona muy...tranquila que digamos, yo mismo pensaba irme dentro de poco para evitar problemas…¿Que le trajo a usted por esta zona, señor? ¡Yo me encuentro viajando actualmente~! Jeje~”


Caminando a un paso normal, el infante comenzó a hablarle cada vez más animadamente y de la forma en la que usualmente Uriel se comporta, alegre y juguetón ¡Como si nada hubiera tratado y casi logrado matarlo dos veces! Aunque si uno se fijaba se podía ver que aún seguía temblando levemente y que las palmas de sus manitas estaban demasiado apretadas en un puñito, no parecía haberse tranquilizado del todo.


“¡Oh! ¡Ya casi estamos! Fufu~”

“¿Eh? ¿S-se va ai-...? ¡...! ¡E-Es decir…! Si no tiene suficiente efectivo ¿Quiere quedarse conmigo por esta noche? ¡Es lo menos que puedo hacer por mi salvador! Y en cuanto que atrae a los problemas….Yo no soy muy distinto ¡Es decir! Míreme…..Solo salí a buscar co-......unas setas nocturnas deliciosas que conozco pero acabé siendo atacado por un vampiro….”


Enseguida el vampirito puso excusa para que el recién conocido hombre no se alejara ¡Y no tenía ni idea de porque! Haciendo gala de la arrogancia de un vampiro, Uriel en una circunstancia normal hubiera guiado al hombre y luego, considerando que ya hizo lo suficiente, lo hubiera dejado a su suerte ¡No se le podía pedir peras a un olmo! Como buen vampiro que era, Uriel dejaba que desear en la materia “ser agradecido con tu salvador! ¡El mero hecho de que le ayude a llegar al pueblo ya era un milagro! Pero por alguna razón sentía que no podía dejar solo al hombre.


¡Que raro! Desde la señorita Zoe y Gwynn que esto no sucedía


El vampiro podía ser encandilado con el pasar del tiempo ¡Así se volvió amigo de cierto bio! pero también había gente que se ganaba la atención y sensación de cercanía en apenas un primer encuentro, era raro y solo pasó dos veces ¡Era como si fueran entidades especiales! Personas que salían de la selectiva y arrogante forma de clasificar las personas de Uriel para sacar el lado más curiosamente atento e infantil de Uriel.


¿Será porque me salvó la vida?



Pensando esas palabras, Uriel y Sylar llegaron a las puertas de la posada rápidamente, seguía sin haber una sola alma en la calle a pesar de ser relativamente temprano. Uriel extendió las manitas para abrir la doble puerta que conformaba la entrada a la posada, inventando excusas a la velocidad de la luz para que le hombre no se fuera ¡Pero la repentina figura de un adulto siendo despedido hacía la misma puerta que intentaba abrir hizo que le infante diera un ágil salto al lado para evitar ser mandado a volar también.


“¡No volveré a repetirlo, quiero que salga el hijo de puta que nos buscó las cosquillas!”


La figura de un iracundo hombre salió del interior de la posada, el cuerpo inerte del hombre mandado a volar tiró abajo la puerta, no parecía estar muerto. el infante miró desde el marco de la puerta el interior de la posada con una expresión confusa. Habían 2 personas paradas en el centro de la taberna que conformaba el primera planta de la posada, un hombre y una mujer ¡La voz le pertenecía al hombre!


“Si en 10 minutos no aparecen los responsables juro por los dioses que mataré a cada mujer, niño y anciano del a aldea hasta que aparezcan”


El hombre no tenía nada remarcable a primera vista, sus rasgos eran promedio y tanto el color de ojos como de cabello era café claro. Era un cuarentón de unos 180cm, cuerpo musculoso y cicatrices claras en su piel marrón clara, oscurecida por el paso de la edad. Llevaba una armadura conformada principalmente por un traje de cuero con piezas de metal sueltas en puntos vitales como el cuello o extremidades, en su espalda estaba puerta un gran mandoble de aspecto pesado.


A su lado, había una mujer….¿perro? No, sus largas orejas eran y pelaje tricolor eran más similares a las de un chacal. Su altura era bastante bajita, unos 163 cm, y su cuerpo era más bien fibroso y de aspecto elástico. Sus ropas enfatizaban la movilidad y agilidad, hecha en su mayoría de cuero elástico y tela ajustada en su debida medida. portaba armas arrojadiza y un arco junto a un caracaj de flechas promedio. Ante las viciosas palabras de su compañero parecía mantener una suave y arrogante sonrisa, parecía no molestarle para nada su cruel amenaza ¡De hecho sus azulados ojos amarillentos revelaban una arrogante diversión! Sin duda estaba disfrutando lo que sucedía.


“¿Podría ser...?”


Uriel murmuró esas palabras mientras miraba al par nerviosamente. El hecho de que ese vampiro usara ese silbato para perros en su últimos momentos….Y el hecho de que esa mujer era precisamente de la familia de los perros ¿Podría ser? ¿En verdad tenían tan mala suerte?


“¡Que salga el maldito bastardo que mató a nuestro compañero, Bruno!”


Y al parecer, si podía ser.

- No dije que fuera por no tener dinero, pequeño mocoso – Dijo Sylar viéndose avergonzado por la situación mientras intentaba mostrar un rostro de seriedad – Bueno, si insiste tanto tendré que hacer de canguro algo más de tiempo.

La travesía hasta el destino del dúo fue relajada, no había personas en las calles. Era como si estuviera vigente algún toque de queda que restringiera la libertad de los habitantes del poblado. Sylar era la primera vez que entraba en el poblado por lo que no pensó mucho en este detalle. Cada lugar tiene su cultura e intentar juzgar sin conocer es perdida de tiempo. Por tanto, simplemente disfruto de la tranquilidad y de la compañía de su nuevo pequeño amigo.

Por desgracia para Sylar este ambiente fue roto de golpe. Al entrar a la posada un hombre salió despedido por la puerta en el momento que Uriel se disponía a abrir la entrada. Una voz masculina se pudo escuchar desde dentro. Sylar echó un vistazo al interior, había dos personas, una mujer y un hombre, que con autoridad solicitaban el paradero de los responsables que habían osado ofenderles al matar a uno de sus compañeros. Sylar no tardó en unir a la persona que acaba de matar con este dúo. Más al darse cuenta de la compañera del hombre que perfectamente pudo escuchar el sonido al igual que él.

- Chico, espera un momento – Ordenó Sylar dando unos golpecitos en el hombro derecho de Uriel – La cosa se va a poner fea.

Sylar dejo salir un suspiro antes de entrar al interior de la posada. Una vez dentro anduvo como si nada estuviera fuera de lo que se esperaría en una taberna. Hasta que su mirada se cruzo con la del hombre y la mujer.

- ¿Interrumpo algo? – Preguntó Sylar a unos pasos de la pareja.

“¿E-Eh? E-Espe-......a-ah….Tenga cuidado, por favor…..”


Uriel siguió con la mirada como Sylar entraba a la taberna, intentó detenerlo pero no logró acabar su frase a tiempo. Escondiéndose en el marco de la puerta de entrada a la taberna, el vampirito miró al lobo encarar al par de mercenarios. Se sintió nervioso y asustado pero a su vez….¿Preocupado? No era raro si se tratara de Zero y Gwynn, sus amigos o de Zöe, la mujer que llegó a querer como a su propia madre, pero era raro que lo sintiera por alguien que no fuera ellos ¿Porque le importaba la seguridad e ese hombre? No era lo suficiente para intervenir a su favor pero, ciertamente, sentía una leve opresión en su pecho al pensar que podía salir seriamente herido.


“Extraño...”


Murmuró el vampirito, por unos segundos parecía sumido en sus pensamientos pero la repentina voz alzada del hombre del mandoble le hizo caer de nuevo al a tierra. ante las palabras de Sylar el hombre se giró y clavó sus arrogantes ojos en el licantropo. Era como si viese a un insecto frente a él.


“¿Que quieres, mequetrefe? ¡Desaparece de mi vista antes de que te parta esa puta cara de puberto! No sea que la leche de mami se te enfríe”


Riendo, el hombre se burló abiertamente del licántropo y haciendo un gesto con sus manos lo volvió a ignorar como si no existiera, por otro lado, la mujer chacal de nombre Erys miró fijamente a Sylar con una expresión seria e incluso ligeramente nerviosa.


“Tu….¿Porque hueles igual que Bruno? ¿...? ¡...!”


El fino olfato de la canida le hizo notar el leve olor a sangre en Sylar pero parecía aún insegura de esto, pero de repente, al clavar su vista en las hojas un tanto sucias en sangre de las hachas gemelas del adolescente la mujer esbozó un rostro anonadado. Enseguida se giró a su compañero y exclamó mientras sacaba una flecha de su carcaj.


“¡Espera, Al! Este niño huele a Bruno y tiene sangre en sus hachas ¡Este mocoso es el asesino de Bruno!”


Apenas escuchó a la mujer que ya estaba apuntando al licántropo con una flecha el hombre se giró, con una mirada repleta de odio pero sorpresa también, sacó su mandoble de la vaina en su espalda y lo apuntó de tal forma que el filo de la enorme espada quedaba justo enfrente de la cara de Sylar.


“Tienes 10 segundos para decirme que pasó o te dejaré tan deforme que ni tu propia mamaita no te reconocerá, niño”


Los otros clientes de la taberna ya habían huido entre la confusión, sólo las tres figuras eran visibles en su interior junto a innumerables sillas y mesas tiradas al suelo sin cuidado alguno. Uriel miraba la situación cada vez más tensa con una mirada preocupada, ese chico le salvó de un vampiro medianamente experimentado, sabía que era fuerte pero dudaba que pudiera contra dos personas a la vez.


“Wuaaah…..¡D-Diablos!...”


Frunciendo el ceño como si luchase contra algo, el niño finalmente exclamó una maldición y salió de su escondrijo para dirigirse hacía la amenazante escena con una clara sensación de miedo.


“¡E-Espere! ¡N-No tenemos nada que ver!”


“¿Y este de donde salió? ¡Pensé que tenías a todos localizados, Erys!”


“Si, estaba segura de que no había ningún niño entre...”


“¡Cállate, pedazo de perra inútil! ¡Solo acabemos rápido con esto y bajemosle los humos a estos paletos! No puedo creer que la noche se estropeó por dos putos críos, una jodida inútil y el gilipollas de Bruno...”


Parecía que ya habían decidido que Uriel y Sylar no saldrían impunes de ahí sin siquiera escuchar sus razones ¿Porque preguntó entonces si no tenía la intención de escuchar? El vampirito miró frustrado al hombre que comenzaba a tomar una postura ofensiva y a la mujer que tensó su arco apuntando directamente hacia ellos. Parecía que una pelea era inminente.