[Desafío] Høstblót: La máscara de la Agonía [Níniel+Eiz]
Página 1 de 1. • Comparte
[Desafío] Høstblót: La máscara de la Agonía [Níniel+Eiz]
Máscara de la Agonía
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Los ojos de la mujer enferma, cuyas heridas se sanaban apenas por momentos pero siempre aparecían de nuevo, penetró con la vista los ojos de la elfa y luego del dragón, sumergiéndolos en lo que parecía ser una ilusión muy real donde se veían a sí mismos como enfermos, fuera de la ciudad de los bios.
¡Entreguen la cura, sabemos que está ahí!- Gritaba la multitud enfurecida en las afueras de la Base Bio, algunos comenzaban a alterarse y trataban de entrar a la fuerza pero eran fácilmente mermados por los centinelas de acero o incluso, algunos caían al piso a causa de la misma peste. Eran los tiempos de la pandemia y la única esperanza de una cura para la misma se encontraba en el interior del fortificado escenario.
Resultaba imposible mantenerse ajeno al dolor de aquellas personas, rostros demacrados y pieles agrietadas casi al punto de dejar los huesos al descubiertos, y para colmo, alguien estaba a punto de destruir la única cura -No dejen que la destruya- Era una frase que resonaba en la mente de ambos que ahora se encontraban dentro de la base bio, era lógico estar confundidos, no solo se encontraban en otro lugar sino también en otro tiempo, para detener un evento que ya había ocurrido.
La tarea no sería nada fácil, pues debían avanzar hasta la Cámara de Toxinas, que era la fábrica donde estaba, además de venenos y drogas, la cura, pero también era el lugar donde había una batalla sin cuartel entre guardias biocibernéticos y los Raiders, un grupo de guerreros sanguinarios, erráticos y toscos sumidos en un trance de euforia.
∞ Bienvenidos a la fortaleza de los bios y bienvenidos a uno de los eventos más nefastos en la historia de Aerandir (Incluso más que abrir la pirámide y liberar una terrible maldición global por accidente), es el día en que cierta vampira destruyó intencionalmente la posible cura para la pandemia que asoló nuestro mundo.
∞ Su misión será abrirse camino a lo largo de la base de los bios evitando a los guardias mecanizados pero también evitando a los Raiders quienes han entrado a la base a sembrar el caos y destrucción con la excusa de encontrar la cura.
∞ Este desafío se resolverá en dos rondas, no habrá intervención master a menos que sea necesario, hasta que el objetivo sea logrado, en esos turnos deberán evitar a los bandos en conflicto, encontrar la cura y finalmente salir del lugar con ella antes que el lugar comience a explotar irremediablemente.
∞ El desenlace de este desafío puede influir directamente en el evento general y también en futuras tramas. También ofrece la posibilidad de conseguir la Máscara de la Agonía.
¡Entreguen la cura, sabemos que está ahí!- Gritaba la multitud enfurecida en las afueras de la Base Bio, algunos comenzaban a alterarse y trataban de entrar a la fuerza pero eran fácilmente mermados por los centinelas de acero o incluso, algunos caían al piso a causa de la misma peste. Eran los tiempos de la pandemia y la única esperanza de una cura para la misma se encontraba en el interior del fortificado escenario.
Resultaba imposible mantenerse ajeno al dolor de aquellas personas, rostros demacrados y pieles agrietadas casi al punto de dejar los huesos al descubiertos, y para colmo, alguien estaba a punto de destruir la única cura -No dejen que la destruya- Era una frase que resonaba en la mente de ambos que ahora se encontraban dentro de la base bio, era lógico estar confundidos, no solo se encontraban en otro lugar sino también en otro tiempo, para detener un evento que ya había ocurrido.
La tarea no sería nada fácil, pues debían avanzar hasta la Cámara de Toxinas, que era la fábrica donde estaba, además de venenos y drogas, la cura, pero también era el lugar donde había una batalla sin cuartel entre guardias biocibernéticos y los Raiders, un grupo de guerreros sanguinarios, erráticos y toscos sumidos en un trance de euforia.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
∞ Bienvenidos a la fortaleza de los bios y bienvenidos a uno de los eventos más nefastos en la historia de Aerandir (Incluso más que abrir la pirámide y liberar una terrible maldición global por accidente), es el día en que cierta vampira destruyó intencionalmente la posible cura para la pandemia que asoló nuestro mundo.
∞ Su misión será abrirse camino a lo largo de la base de los bios evitando a los guardias mecanizados pero también evitando a los Raiders quienes han entrado a la base a sembrar el caos y destrucción con la excusa de encontrar la cura.
∞ Este desafío se resolverá en dos rondas, no habrá intervención master a menos que sea necesario, hasta que el objetivo sea logrado, en esos turnos deberán evitar a los bandos en conflicto, encontrar la cura y finalmente salir del lugar con ella antes que el lugar comience a explotar irremediablemente.
∞ El desenlace de este desafío puede influir directamente en el evento general y también en futuras tramas. También ofrece la posibilidad de conseguir la Máscara de la Agonía.
Ansur
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2001
Nivel de PJ : : 0
Re: [Desafío] Høstblót: La máscara de la Agonía [Níniel+Eiz]
Todo iba de maravilla; La joven había probado comida deliciosa, había disfrutado de buena música, pasado un rato agradable con su hermana, e incluso había podido convertir sus deseos de descanso y tranquilidad en un acto de curación altruista hacia una anciana necesitada, y conocer a un par de agradables sujetos en el proceso...Lanzar unos bonitos farolillos cargados de buenos deseos sería la guinda para una celebración perfecta. Sin señores del tiempo atacando el bosque, sin sectarios sacrificando inocentes, ni meteoritos amenazando con destruir el mundo entero...¿ Ah, que no? Bueno, pues no.
-¿Qué lugar es este?¿Dónde está mi hermana?- Profirió confundida la joven viéndose ante lo que parecía una ciudad de metal, aunque mucho mayor que cualquier otra similar que hubiese visto. Como aquellos refugios subterráneos del norte, y que también podían encontrarse en el sur. Aquellos parecían más bien instalaciones ocultas y secretas con espacios variables aunque limitados. Lo que ahora tenía ante sus ojos no estaba oculto, y era simplemente y llanamente enorme.
-Que no te asusten esos montones de chatarra. Vamos, consigamos la cura. No se saldrán con la suya.- La animó combativamente un hombre de aspecto poco saludable y con ropajes gastados mientras agitaba violentamente una barra de hierro sobre su cabeza. Níniel dió un paso atrás, y ante aquello el humano la miró extrañado y decidió continuar sin ella. Sin ella pero no solo, pues no tardó en unirse a una marabunta de personas que se lanzaban al unísono contra lo que parecían las grandes puertas de metal de aquella ciudad.
-No puede ser...¿Qué significa esto?- Pensó alarmada la elfa retrocediendo para no ser arrastrada por el gentío. Lo que veía no era posible. Aquella ciudad era la Base Bio-cibernética...Y toda aquella gente eran refugiados que buscaban la cura de la peste que había asolado Aerandir tiempo atrás. Aquel tipo de la barra, y muchos de los demás, estaban infectados...Por una plaga que había desaparecido tan rápido como se propagó.
-¿Esto es el pasado?- Se preguntó en voz baja mientras veía a más y más gente lanzarse contra la entrada de la base, así como a muchos de ellos colapsando antes de lograrlo, o directamente siendo detenidos por las defensas del lugar, que no dudaban en usar la fuerza que fuese necesaria para ello. ¿Era otro de los juegos del señor del tiempo? -¿O es una ilusión?- De ser una debía de ser increíblemente poderosa para afectarla de aquel modo, estando tan acostumbrada a lidiar con ilusionistas de todo tipo. -¿Que no dejen que destruya qué y quiénes?- Añadió en voz más alta a la vocecilla que parecía sonar dentro de su cabeza.
Todo aquello era una locura. Ni el mundo de los sueños resultaba tan confuso como aquella situación. ¿Quién era aquella anciana y por qué estaba haciendo aquello? Muchas preguntas y ninguna respuesta. La peliblanca se llevó una mano a la cara en un intento de controlarse y concentrarse, percatándose entonces que su piel mostraba las señales de la peste...Algo que aunque en un primer momento la conmocionó, enseguida logró lo contrario. Era imposible mostrar los síntomas tán rápido y de ese modo, menos aún siendo una elfa resistente a enfermedades. Estaban jugando con su mente...O estaba ocupando el lugar de una de las personas que estuvieron allí cuando...
-Cuando una explosión destruyó el proyecto de cura...- Recordó la joven atando cabos y comprobando que ninguna columna de humo y gases nocivos se elevara hacia el cielo desde la ciudad. -¿Es eso lo que se supone que debo evitar? ¿Realmente puede evitarse o solo es un juego?- Preguntó en voz alta, lamentándose inmediatamente por parecer una demente. Claro que la situación era ya sumamente demencial como para que sus actos llamaran la atención. -Esto es una locura.- Admitió analizando por primera la situación del modo que lo haría con una misión real en mente, pensando por un momento en, si algo así fuera posible, cómo podría entrar, localizar la fábrica de toxinas del Doctor Peste y evitar que esta ardiera pudiendo salvar así muchas vidas.
Incluso a pesar de tener información privilegiada desde el futuro parecía una labor nada sencilla. Especialmente para una persona sola. Si al menos Catherine estuviera con ella...Miró de nuevo a su alrededor sin ver a nadie conocido y pensó en si sería su única y mejor opción ayudar a aquella gente a atravesar las puertas de la base y colarse en la ciudad junto a ellos.
Fue entonces cuando se fijó en una especie de conducto medio desapercibido en los muros de metal, a unas decenas de metros de donde se congregaba la gente. Debía de ser algún tipo de salida de agua proveniente desde el interior de la ciudad y que, por su escaso diámetro, por el que apenas podría pasar una persona agachada, no estaba vigilado. Por eso y porque parecía tener algún tipo de cierre tecnológico y unos gruesos barrotes impidiendo que nadie pasara por allí. De no haber sido por sus ojos de elfa ni se hubiese percatado de su existencia.
-Merece la pena investigar, supongo.- Se dijo a sí misma la joven yendo hacia allí con un disimulo innecesario y enviando una esfera de luz por el conducto para ver cuan largo era y hacia donde conducía, comenzando después a estudiar aquel cierre tecnológico y el material del mismo y de sus barrotes. Por suerte para ella los Biocibernéticos tenían mucho entre manos como para percatarse de sus actos.
Había dado con su entrada a la ciudad. Y no tardó en usar sus habilidades como ingeniera y como alquimista para averiguar su funcionamiento, sus puntos débiles y crear un químico capaz de descomponer el cierre y abrirle el paso*. En cuestión de unos minutos tuvo vía libre al interior de la urbe biocibernética. Aunque aquel solo era el primer paso.
-¿Qué lugar es este?¿Dónde está mi hermana?- Profirió confundida la joven viéndose ante lo que parecía una ciudad de metal, aunque mucho mayor que cualquier otra similar que hubiese visto. Como aquellos refugios subterráneos del norte, y que también podían encontrarse en el sur. Aquellos parecían más bien instalaciones ocultas y secretas con espacios variables aunque limitados. Lo que ahora tenía ante sus ojos no estaba oculto, y era simplemente y llanamente enorme.
-Que no te asusten esos montones de chatarra. Vamos, consigamos la cura. No se saldrán con la suya.- La animó combativamente un hombre de aspecto poco saludable y con ropajes gastados mientras agitaba violentamente una barra de hierro sobre su cabeza. Níniel dió un paso atrás, y ante aquello el humano la miró extrañado y decidió continuar sin ella. Sin ella pero no solo, pues no tardó en unirse a una marabunta de personas que se lanzaban al unísono contra lo que parecían las grandes puertas de metal de aquella ciudad.
-No puede ser...¿Qué significa esto?- Pensó alarmada la elfa retrocediendo para no ser arrastrada por el gentío. Lo que veía no era posible. Aquella ciudad era la Base Bio-cibernética...Y toda aquella gente eran refugiados que buscaban la cura de la peste que había asolado Aerandir tiempo atrás. Aquel tipo de la barra, y muchos de los demás, estaban infectados...Por una plaga que había desaparecido tan rápido como se propagó.
-¿Esto es el pasado?- Se preguntó en voz baja mientras veía a más y más gente lanzarse contra la entrada de la base, así como a muchos de ellos colapsando antes de lograrlo, o directamente siendo detenidos por las defensas del lugar, que no dudaban en usar la fuerza que fuese necesaria para ello. ¿Era otro de los juegos del señor del tiempo? -¿O es una ilusión?- De ser una debía de ser increíblemente poderosa para afectarla de aquel modo, estando tan acostumbrada a lidiar con ilusionistas de todo tipo. -¿Que no dejen que destruya qué y quiénes?- Añadió en voz más alta a la vocecilla que parecía sonar dentro de su cabeza.
Todo aquello era una locura. Ni el mundo de los sueños resultaba tan confuso como aquella situación. ¿Quién era aquella anciana y por qué estaba haciendo aquello? Muchas preguntas y ninguna respuesta. La peliblanca se llevó una mano a la cara en un intento de controlarse y concentrarse, percatándose entonces que su piel mostraba las señales de la peste...Algo que aunque en un primer momento la conmocionó, enseguida logró lo contrario. Era imposible mostrar los síntomas tán rápido y de ese modo, menos aún siendo una elfa resistente a enfermedades. Estaban jugando con su mente...O estaba ocupando el lugar de una de las personas que estuvieron allí cuando...
-Cuando una explosión destruyó el proyecto de cura...- Recordó la joven atando cabos y comprobando que ninguna columna de humo y gases nocivos se elevara hacia el cielo desde la ciudad. -¿Es eso lo que se supone que debo evitar? ¿Realmente puede evitarse o solo es un juego?- Preguntó en voz alta, lamentándose inmediatamente por parecer una demente. Claro que la situación era ya sumamente demencial como para que sus actos llamaran la atención. -Esto es una locura.- Admitió analizando por primera la situación del modo que lo haría con una misión real en mente, pensando por un momento en, si algo así fuera posible, cómo podría entrar, localizar la fábrica de toxinas del Doctor Peste y evitar que esta ardiera pudiendo salvar así muchas vidas.
Incluso a pesar de tener información privilegiada desde el futuro parecía una labor nada sencilla. Especialmente para una persona sola. Si al menos Catherine estuviera con ella...Miró de nuevo a su alrededor sin ver a nadie conocido y pensó en si sería su única y mejor opción ayudar a aquella gente a atravesar las puertas de la base y colarse en la ciudad junto a ellos.
Fue entonces cuando se fijó en una especie de conducto medio desapercibido en los muros de metal, a unas decenas de metros de donde se congregaba la gente. Debía de ser algún tipo de salida de agua proveniente desde el interior de la ciudad y que, por su escaso diámetro, por el que apenas podría pasar una persona agachada, no estaba vigilado. Por eso y porque parecía tener algún tipo de cierre tecnológico y unos gruesos barrotes impidiendo que nadie pasara por allí. De no haber sido por sus ojos de elfa ni se hubiese percatado de su existencia.
-Merece la pena investigar, supongo.- Se dijo a sí misma la joven yendo hacia allí con un disimulo innecesario y enviando una esfera de luz por el conducto para ver cuan largo era y hacia donde conducía, comenzando después a estudiar aquel cierre tecnológico y el material del mismo y de sus barrotes. Por suerte para ella los Biocibernéticos tenían mucho entre manos como para percatarse de sus actos.
Había dado con su entrada a la ciudad. Y no tardó en usar sus habilidades como ingeniera y como alquimista para averiguar su funcionamiento, sus puntos débiles y crear un químico capaz de descomponer el cierre y abrirle el paso*. En cuestión de unos minutos tuvo vía libre al interior de la urbe biocibernética. Aunque aquel solo era el primer paso.
Off: Níniel usa sus Técnicas descomponer e identificar para entrar por un conducto a la ciudad.
Níniel Thenidiel
Aerandiano de honor
Aerandiano de honor
Cantidad de envíos : : 1149
Nivel de PJ : : 10
Re: [Desafío] Høstblót: La máscara de la Agonía [Níniel+Eiz]
Todo parecía transcurrir tranquilamente. La noche iba en paz, interrumpida ocasionalmente por los grititos emocionados de Dusk al conocer en persona a "una celebridad como Niniel", según sus propias palabras. El lancero no envidiaba la situación de la elfa, mientras hacía lo posible por controlar un poco a su hermana.
Repentinamente, la cara de Dusk pasó de transmitir alegría y emoción a mostrar miedo e incredulidad. Cuando Eiz se volteó a ver qué sucedía, solo pudo notar un extraño y fuerte brillo emanando de los ojos de la anciana enferma.
Cuando esa luz desapareció y el Adelskald por fin abrió sus ojos, el paisaje que los rodea a era completamente distinto. No reconocía el lugar, ni a toda esa gente que lo rodeaba. Lo que sí le resultaba familiar era la situación general, las expresiones de esas personas. Los momentos previos a una batalla donde se jugaban la vida, propia y de seres queridos; las miradas llenas de miedo y decisión a partes iguales, pertenecientes a quienes sabían que no saldrían con vida de allí, pero que también eran conscientes de que debían partir a la batalla. Había visto ese tipo de expresiones antes, durante sus viajes de entrenamiento, y había aprendido que a esa gente era mejor tenerla de aliada que de enemiga.
Lo siguiente que se le cruzó por la cabeza a Eiz, obviamente, fue la pregunta "¿dónde estoy?", rápidamente opacada por la de "¿donde está mi hermana?". A cierta distancia, adelante suyo, pudo ver a Niniel, sin la compañía de su felina hermana. Recordaba haber visto brevemente a la anciana mirando a la elfa antes de dirigir sus brillantes ojos hacia él, por lo que supuso que eran los únicos afectados. Cualquier otra pregunta que pudiera hacer ahora, fue dejada a un lado por una extraña voz que parecía hablar desde su propia mente. -No dejen que la destruya.- Esas cinco palabras se repetían una y otra vez, a intervalos regulares, como si quisiera asegurarse de que no olvidaran esa orden.
Observando sus manos, notó que la piel agrietada que veía en aquellos que lo rodeaban, también estaba presente en él. Parecía haber enfermado súbitamente.
-A juzgar por las construcciones, el aspecto enfermo de todos aquí y las armas improvisadas, supongo que estamos en el asedio a la base de los bio-cibernéticos, cuando buscaban la cura para esa plaga. Recuerdo haber estudiado eso hace un tiempo... La cura fue destruida por una mujer. ¿Eso es lo que debo salvar? No... Debemos salvar. ¿Eso también incluye a Niniel? Pero... ¿Cómo...? ¿Cómo llegamos aquí?-
Miró en dirección a la elfa, justo a tiempo para ver que se escabullía lejos del ejército. Decidió seguirla, ya que era la única figura familiar en todo ese caos y posiblemente su aliada en esta extraña búsqueda del tesoro espacio-temporal. Ya habría tiempo después, por muy irónico que suene, para tratar de entender cómo llegaron a esa situación.
-Tal vez suene como un loco, pero... ¿También escuchas una voz en tu cabeza pidiendo que salvemos algo? Eso, o realmente estoy perdiendo la cordura...- preguntó el dragón al alcanzar a la elfa cerca de una salida de agua. Una vez que ella logró abrirse paso, Eiz la siguió. Algo raro pasaba, y no se sentía bien dejando por su cuenta a un conocido, aunque se tratase de una célebre heroína. Si realmente iban a evitar que destruyeran la cura, una vez dentro deberían ser muy discretos.
El conducto tenía apenas el espacio suficiente como para avanzar agachado o a cuatro patas, por lo que el recorrido fue un tanto incómodo, sobre todo para el lancero y su arma. Completada su infiltración, debían decidir su siguiente movimiento. Eiz observó, oculto, que varios guardias bio-cibernéticos se dirigían hacia donde debía estar la entrada.
-Deberíamos ver desde dónde salen los guardias. Si no se trata de la sala con la cura, sólo tendremos que buscar más pistas.-
Avanzó, poco a poco y con cuidado. A veces algún guardia parecía detectarlos, poniendo de los nervios al dragón. No era bueno con el sigilo, estaba acostumbrado a hacer las cosas de frente. Para su fortuna, el escándalo provocado por la batalla en las puertas y algunas otras que salpicaban el interior cubrían cualquier sonido suyo. Cuando por fin localizó el cuarto de los guardias, tras un buen rato caminando, confirmó lo que sospechaba. No parecía una instalación adecuada para guardar una cura.
Observando los alrededores, oculto tras unas cajas en un depósito, Eiz encontró un corto pasillo que llevaba a otra habitación. Desde su posición actual no lograba ver el interior, pero era la única pista de la que disponía. Una mujer salió de allí, limpiando lo que parecía ser sangre de la comisura de sus labios. La desconocida dirigió su vista al depósito, por lo que el dragón rápidamente dejó de asomarse. Los sonidos de lucha ya se escuchaban bastante más cerca, provocando que la mujer se marchara hacia el campo de batalla.
-Supongo que ese es nuestro próximo destino...- murmuró el lancero, esperando el momento oportuno para salir de su escondite.
Repentinamente, la cara de Dusk pasó de transmitir alegría y emoción a mostrar miedo e incredulidad. Cuando Eiz se volteó a ver qué sucedía, solo pudo notar un extraño y fuerte brillo emanando de los ojos de la anciana enferma.
Cuando esa luz desapareció y el Adelskald por fin abrió sus ojos, el paisaje que los rodea a era completamente distinto. No reconocía el lugar, ni a toda esa gente que lo rodeaba. Lo que sí le resultaba familiar era la situación general, las expresiones de esas personas. Los momentos previos a una batalla donde se jugaban la vida, propia y de seres queridos; las miradas llenas de miedo y decisión a partes iguales, pertenecientes a quienes sabían que no saldrían con vida de allí, pero que también eran conscientes de que debían partir a la batalla. Había visto ese tipo de expresiones antes, durante sus viajes de entrenamiento, y había aprendido que a esa gente era mejor tenerla de aliada que de enemiga.
Lo siguiente que se le cruzó por la cabeza a Eiz, obviamente, fue la pregunta "¿dónde estoy?", rápidamente opacada por la de "¿donde está mi hermana?". A cierta distancia, adelante suyo, pudo ver a Niniel, sin la compañía de su felina hermana. Recordaba haber visto brevemente a la anciana mirando a la elfa antes de dirigir sus brillantes ojos hacia él, por lo que supuso que eran los únicos afectados. Cualquier otra pregunta que pudiera hacer ahora, fue dejada a un lado por una extraña voz que parecía hablar desde su propia mente. -No dejen que la destruya.- Esas cinco palabras se repetían una y otra vez, a intervalos regulares, como si quisiera asegurarse de que no olvidaran esa orden.
Observando sus manos, notó que la piel agrietada que veía en aquellos que lo rodeaban, también estaba presente en él. Parecía haber enfermado súbitamente.
-A juzgar por las construcciones, el aspecto enfermo de todos aquí y las armas improvisadas, supongo que estamos en el asedio a la base de los bio-cibernéticos, cuando buscaban la cura para esa plaga. Recuerdo haber estudiado eso hace un tiempo... La cura fue destruida por una mujer. ¿Eso es lo que debo salvar? No... Debemos salvar. ¿Eso también incluye a Niniel? Pero... ¿Cómo...? ¿Cómo llegamos aquí?-
Miró en dirección a la elfa, justo a tiempo para ver que se escabullía lejos del ejército. Decidió seguirla, ya que era la única figura familiar en todo ese caos y posiblemente su aliada en esta extraña búsqueda del tesoro espacio-temporal. Ya habría tiempo después, por muy irónico que suene, para tratar de entender cómo llegaron a esa situación.
-Tal vez suene como un loco, pero... ¿También escuchas una voz en tu cabeza pidiendo que salvemos algo? Eso, o realmente estoy perdiendo la cordura...- preguntó el dragón al alcanzar a la elfa cerca de una salida de agua. Una vez que ella logró abrirse paso, Eiz la siguió. Algo raro pasaba, y no se sentía bien dejando por su cuenta a un conocido, aunque se tratase de una célebre heroína. Si realmente iban a evitar que destruyeran la cura, una vez dentro deberían ser muy discretos.
El conducto tenía apenas el espacio suficiente como para avanzar agachado o a cuatro patas, por lo que el recorrido fue un tanto incómodo, sobre todo para el lancero y su arma. Completada su infiltración, debían decidir su siguiente movimiento. Eiz observó, oculto, que varios guardias bio-cibernéticos se dirigían hacia donde debía estar la entrada.
-Deberíamos ver desde dónde salen los guardias. Si no se trata de la sala con la cura, sólo tendremos que buscar más pistas.-
Avanzó, poco a poco y con cuidado. A veces algún guardia parecía detectarlos, poniendo de los nervios al dragón. No era bueno con el sigilo, estaba acostumbrado a hacer las cosas de frente. Para su fortuna, el escándalo provocado por la batalla en las puertas y algunas otras que salpicaban el interior cubrían cualquier sonido suyo. Cuando por fin localizó el cuarto de los guardias, tras un buen rato caminando, confirmó lo que sospechaba. No parecía una instalación adecuada para guardar una cura.
Observando los alrededores, oculto tras unas cajas en un depósito, Eiz encontró un corto pasillo que llevaba a otra habitación. Desde su posición actual no lograba ver el interior, pero era la única pista de la que disponía. Una mujer salió de allí, limpiando lo que parecía ser sangre de la comisura de sus labios. La desconocida dirigió su vista al depósito, por lo que el dragón rápidamente dejó de asomarse. Los sonidos de lucha ya se escuchaban bastante más cerca, provocando que la mujer se marchara hacia el campo de batalla.
-Supongo que ese es nuestro próximo destino...- murmuró el lancero, esperando el momento oportuno para salir de su escondite.
Eiz Adelskald
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 56
Nivel de PJ : : 0
Re: [Desafío] Høstblót: La máscara de la Agonía [Níniel+Eiz]
A pesar de haber pasado por alto su presencia en un principio por culpa de la situación, Níniel no pudo sino sentirse en cierto modo aliviada por no estar sola en mitad de toda aquella locura, claro que el susto cuando creyó que la habían atrapado con las manos en la masa no se lo quita nadie. La peliblanca incluso llegó a albergar momentáneamente la esperanza de que Catherine no estuviera muy lejos tampoco, buscándola, aunque pronto quedó patente que la anciana solo había usado...lo que fuese que había hecho, con ellos dos, a saber por qué. Al fin y al cabo eran dos desconocidos entre sí que solo habían hablado brevemente sobre alquimia. Ninguno conocía a la anciana de antemano y solo habían interactuado por querer ambos ayudar a la mujer...
-No, yo también la oigo. Es la voz de esa mujer...y escuchar voces no es lo peor de todo esto. -Comenzó a explicar la joven. -No sé si esto es real o una ilusión, pero estamos viviendo una parte del pasado.- Dijo comenzando a explicarle lo que sabía del acontecimiento que a todas luces se estaba desarrollando ante ellos. Lo hizo sin saber que Eiz ya sabía todo aquello, o al menos la mayor parte. Incluso sabía que la responsable fue una mujer. Su conocimiento de causa era toda una bendición que les ahorraba muchas explicaciones.
-Parece que seguir el juego es nuestra mejor opción.- Convino entonces la joven abriendo la marcha a través de aquel conducto, iluminándolo con un pequeño orbe de luz hasta su salida al otro lado de los muros de la ciudad. Una ciudad que maravillaría a Chimar como maravillaba a la Níniel ingeniera, aunque definitivamente no sería un lugar que la sacerdotisa escogería para vivir. También parecía un lugar donde para ella sería muy fácil perderse, incluso más que en Lunargenta en circunstancias similares, que ya es decir.
-No somos los únicos que hemos logrado colarnos.- Dijo ante las evidentes señales de disturbios que se encontraron nada más llegar, que incluían sonido de luchas, destrozos y patrullas de variopintos guardias biocibernéticos movilizándose. Llegando incluso a pasar a escasos metros de donde la pareja se ocultaba hasta determinar la situación y cuál debía ser su siguiente paso.
-No sé si quiero acercarme al lugar del que vienen...pero no es que podamos parar a uno y preguntar, ¿no?.- Estuvo de acuerdo la elfa con Eiz. Al fin y al cabo en aquellos momentos la cura debía de ser uno de los lugares más vigilados, si es que no lo estaba siempre aquel "laboratorio de toxinas". De ese modo, juntos, avanzaron por la desconocida ciudad con cuidado y aprovecharon el caos reinante para no ser descubiertos hasta llegar a su objetivo, que por desgracia no era ni de lejos lo que estaban buscando, y además tenía demasiados guardias como para entrar a "investigar".
-Reforzad las puertas. No podemos permitir que entren más.-Escuchó Níniel que uno de los guardias instruía a un grupo de tres subalternos con un tono de voz frío y monótono. -Tu no, tu reúnete con la unidad 27-B en el laboratorio de toxinas. Informan que algunos de esos saqueadores han logrado llegar hasta allí. Su defensa tiene prioridad uno. Informa de la situación a la mayor brevedad- Añadió. Y aquello alentó a la joven a pegar aún más el oído a la esquina tras la que se parapetaba, así como a asomarse ligeramente para ver si lograba ver en qué dirección se movía aquel guardia asignado al laboratorio, mirando entonces a Eiz con complicidad antes de tomar ellos un camino que les permitiera seguir a aquel bio sin ser descubiertos. Algo que en lo tuvieron un razonable éxito, al menos hasta que de un momento a otro lo perdieron de vista.
-¿Dónde se ha metido?- Preguntó susurrante la elfa a su compañero, que había liderado el avance. -Estaba justo delante hace un instante.- Se lamentó ocultándose mientras que el dragón revisaba los alrededores tratando de localizar a su involuntario guía, encontrando en su lugar una entrada algo desapercibida de la que salió una mujer con algo de sangre en su boca.
No era una bio, aunque tampoco era una humana. Parecía totalmente fuera de lugar y llevaba una ropa de cuero bastante extraña. Además se movía como si estuviera bajos los efectos de alguna sustancia que la hacía estar..."demasiado contenta". Níniel la vio pasar cerca de ellos, sin percatarse de su presencia, y, eufórica, marcharse a toda velocidad en la dirección en la que los sonidos de lucha eran cada vez mayores y más cercanos. Un encuentro de lo más extraño.
-¿Tú crees?- Respondió al dragón la elfa, mirando aquella puerta con desconfianza y duda. Ciertamente no parecía que hubiese más sitios por lo que aquel bio pudiese haber ido pero...¿Y esa mujer? -Echemos un vistazo...-Aceptó no obstante, saliendo de su cobertura tras cerciorarse de no ser vista, preparándose para enfrentarse a un recibimiento poco afectuoso y accionando los controles de aquella puerta metálica, que se abrió lateralmente con un leve sonido de deslizamiento. Al otro lado había un espacio que conducía a unas escaleras descendentes también de metal. Pero más que las escaleras, lo que atrajo la mirada de Níniel era el cuerpo que había tirado frente a ella en un charco de sangre mezclada con una sustancia lechosa.
-Tenías razón...Aunque parece que ya no va a poder llevarnos más lejos...-Convino con su compañero, pues no había nada que pudiese hacer por él, desviando la mirada de aquel espectáculo hacia las escaleras. -¿Estaremos cerca?- Añadió con esperanza comenzando a bajar, siendo cada vez más consciente de que, un sonido, que al principio era apenas audible, aumentaba cada vez más en intensidad conforme descendían, terminando por ser ensordecedor.
Y era una clase de sonido que la peliblanca conocía bien.
-Es un mecanismo de alarma. Lo he visto en otras instalaciones parecidas y avisa de problemas serios. Como las campanas en pueblos y ciudades. Tal vez esa mujer estuviese con los asaltantes, o tal vez fuera...-La joven no terminó la frase, abriendo la puerta al final de las escaleras en su lugar, pudiendo comprobar a qué se debía aquella potente alarma. La situación que se encontraron habló por ella, y por cualquiera.
Aquel bio les había conducido hasta el "laboratorio de toxinas" pues difícilmente podría existir una instalación de aquel tipo que mereciera más el nombre. Era un lugar enorme, con toda clase de maquinaria y mecanismos de transporte con la clara función, al menos para Níniel, de fabricar toda clase de materiales, ingredientes, pociones y elixires. Disponía de alambiques gigantes, calcinadores masivos, cubas colosales y toda clase de instrumentos que podía reconocer en cierta medida. Incluso había algún tipo de mecanismo de llenado automatizado de frascos, aunque en aquellos momentos parecía totalmente fuera de control y era capaz únicamente de romper los viales, atascar la maquinaria con ellos y empantanar el lugar con toda clase de líquidos y sustancias.
Frente a ellos, había alguna clase de puesto de control, al otro lado de una pasarela de metal suspendida a varios metros del suelo. Bajo ellos, al nivel de la planta de producción, un grupo de personas que vestían aquellas extrañas prendas de cuero, como la mujer de antes, parecían ajenos al riesgo que corrían y entre risas, gritos y bailes celebraban tomando a saber qué sustancias como si creyeran que el sonido de las alarmas fuese la música de un juglar. Incluso se revolcaban en los líquidos que la maquinaria averiada dejaba escapar y hasta había una pareja fornicando impetuosamente al lado de uno de los alambiques que parecía a punto de explotar, y junto al cuerpo destrozado de un par de guardias bio.
-¿Pero quién es esta...gente? Esto está a punto de saltar por los aires.- Dijo la peliblanca, incluso gritando a aquellos inconscientes para que salieran de allí, siendo ignorada debido a su estado sumamente perjudicado y al ruido de las alarmas. Solo un par, que por casualidad miraron en su dirección, la vieron, señalando con el dedo y avisando a otros. Aunque no para evacuar precisamente. A no ser que para salir de allí tuvieran que coger toda clase de armas y buscar un modo de llegar hasta ella. Uno de ellos aún desnudo y...nuevamente, "demasiado contento".
-Es evidente que esta gente no está aquí por la cura...Eiz...Necesito que me ganes un poco de tiempo. Trataré de conseguir la cura. Mantenlos alejados, y prepárate para salir de aquí como alma que lleva el diablo. Este lugar está a punto de explotar. - Pidió y advirtió, usando su magia para aumentar las capacidades de ambos, e invocando a Kiri, su espíritu guardián para que le ayudara*. Dirigiéndose entonces a la carrera a la sala de control para buscar la cura. O más bien, en aquellos mecanismos de control, la fórmula para sintetizarla.
-Verde...espinaca estamínica...Eso explica muchas cosas...Gris...Roja...Naranja, vacuna. Vamos dame la información...-Decía mientras manipulaba aquellos controles, más que contenta porque gracias a sus aventuras y a la esfera de Chimar supiese usar esas "pantallas mágicas" y absorbiendo la información gracias a su maestría alquímica.
En ese momento parte de la maquinaría estalló, comenzando a propagar el fuego peligrosamente por el lugar. El tiempo se agotaba.
-Vamos...sí, sí, eso puedo hacerlo, eso también...eso es ingenioso...vale...vale...Sí. Lo tengo...-Salió de la sala rápidamente. -Lo tengo, salgamos de aquí.-Instó al dragón justo cuando otra explosión derribó parte de la pasarela de metal y envió al señor especialmente contento varios metros abajo, donde moriría por la caída y las cada vez más intensas llamas.
-No, yo también la oigo. Es la voz de esa mujer...y escuchar voces no es lo peor de todo esto. -Comenzó a explicar la joven. -No sé si esto es real o una ilusión, pero estamos viviendo una parte del pasado.- Dijo comenzando a explicarle lo que sabía del acontecimiento que a todas luces se estaba desarrollando ante ellos. Lo hizo sin saber que Eiz ya sabía todo aquello, o al menos la mayor parte. Incluso sabía que la responsable fue una mujer. Su conocimiento de causa era toda una bendición que les ahorraba muchas explicaciones.
-Parece que seguir el juego es nuestra mejor opción.- Convino entonces la joven abriendo la marcha a través de aquel conducto, iluminándolo con un pequeño orbe de luz hasta su salida al otro lado de los muros de la ciudad. Una ciudad que maravillaría a Chimar como maravillaba a la Níniel ingeniera, aunque definitivamente no sería un lugar que la sacerdotisa escogería para vivir. También parecía un lugar donde para ella sería muy fácil perderse, incluso más que en Lunargenta en circunstancias similares, que ya es decir.
-No somos los únicos que hemos logrado colarnos.- Dijo ante las evidentes señales de disturbios que se encontraron nada más llegar, que incluían sonido de luchas, destrozos y patrullas de variopintos guardias biocibernéticos movilizándose. Llegando incluso a pasar a escasos metros de donde la pareja se ocultaba hasta determinar la situación y cuál debía ser su siguiente paso.
-No sé si quiero acercarme al lugar del que vienen...pero no es que podamos parar a uno y preguntar, ¿no?.- Estuvo de acuerdo la elfa con Eiz. Al fin y al cabo en aquellos momentos la cura debía de ser uno de los lugares más vigilados, si es que no lo estaba siempre aquel "laboratorio de toxinas". De ese modo, juntos, avanzaron por la desconocida ciudad con cuidado y aprovecharon el caos reinante para no ser descubiertos hasta llegar a su objetivo, que por desgracia no era ni de lejos lo que estaban buscando, y además tenía demasiados guardias como para entrar a "investigar".
-Reforzad las puertas. No podemos permitir que entren más.-Escuchó Níniel que uno de los guardias instruía a un grupo de tres subalternos con un tono de voz frío y monótono. -Tu no, tu reúnete con la unidad 27-B en el laboratorio de toxinas. Informan que algunos de esos saqueadores han logrado llegar hasta allí. Su defensa tiene prioridad uno. Informa de la situación a la mayor brevedad- Añadió. Y aquello alentó a la joven a pegar aún más el oído a la esquina tras la que se parapetaba, así como a asomarse ligeramente para ver si lograba ver en qué dirección se movía aquel guardia asignado al laboratorio, mirando entonces a Eiz con complicidad antes de tomar ellos un camino que les permitiera seguir a aquel bio sin ser descubiertos. Algo que en lo tuvieron un razonable éxito, al menos hasta que de un momento a otro lo perdieron de vista.
-¿Dónde se ha metido?- Preguntó susurrante la elfa a su compañero, que había liderado el avance. -Estaba justo delante hace un instante.- Se lamentó ocultándose mientras que el dragón revisaba los alrededores tratando de localizar a su involuntario guía, encontrando en su lugar una entrada algo desapercibida de la que salió una mujer con algo de sangre en su boca.
No era una bio, aunque tampoco era una humana. Parecía totalmente fuera de lugar y llevaba una ropa de cuero bastante extraña. Además se movía como si estuviera bajos los efectos de alguna sustancia que la hacía estar..."demasiado contenta". Níniel la vio pasar cerca de ellos, sin percatarse de su presencia, y, eufórica, marcharse a toda velocidad en la dirección en la que los sonidos de lucha eran cada vez mayores y más cercanos. Un encuentro de lo más extraño.
-¿Tú crees?- Respondió al dragón la elfa, mirando aquella puerta con desconfianza y duda. Ciertamente no parecía que hubiese más sitios por lo que aquel bio pudiese haber ido pero...¿Y esa mujer? -Echemos un vistazo...-Aceptó no obstante, saliendo de su cobertura tras cerciorarse de no ser vista, preparándose para enfrentarse a un recibimiento poco afectuoso y accionando los controles de aquella puerta metálica, que se abrió lateralmente con un leve sonido de deslizamiento. Al otro lado había un espacio que conducía a unas escaleras descendentes también de metal. Pero más que las escaleras, lo que atrajo la mirada de Níniel era el cuerpo que había tirado frente a ella en un charco de sangre mezclada con una sustancia lechosa.
-Tenías razón...Aunque parece que ya no va a poder llevarnos más lejos...-Convino con su compañero, pues no había nada que pudiese hacer por él, desviando la mirada de aquel espectáculo hacia las escaleras. -¿Estaremos cerca?- Añadió con esperanza comenzando a bajar, siendo cada vez más consciente de que, un sonido, que al principio era apenas audible, aumentaba cada vez más en intensidad conforme descendían, terminando por ser ensordecedor.
Y era una clase de sonido que la peliblanca conocía bien.
-Es un mecanismo de alarma. Lo he visto en otras instalaciones parecidas y avisa de problemas serios. Como las campanas en pueblos y ciudades. Tal vez esa mujer estuviese con los asaltantes, o tal vez fuera...-La joven no terminó la frase, abriendo la puerta al final de las escaleras en su lugar, pudiendo comprobar a qué se debía aquella potente alarma. La situación que se encontraron habló por ella, y por cualquiera.
Aquel bio les había conducido hasta el "laboratorio de toxinas" pues difícilmente podría existir una instalación de aquel tipo que mereciera más el nombre. Era un lugar enorme, con toda clase de maquinaria y mecanismos de transporte con la clara función, al menos para Níniel, de fabricar toda clase de materiales, ingredientes, pociones y elixires. Disponía de alambiques gigantes, calcinadores masivos, cubas colosales y toda clase de instrumentos que podía reconocer en cierta medida. Incluso había algún tipo de mecanismo de llenado automatizado de frascos, aunque en aquellos momentos parecía totalmente fuera de control y era capaz únicamente de romper los viales, atascar la maquinaria con ellos y empantanar el lugar con toda clase de líquidos y sustancias.
Frente a ellos, había alguna clase de puesto de control, al otro lado de una pasarela de metal suspendida a varios metros del suelo. Bajo ellos, al nivel de la planta de producción, un grupo de personas que vestían aquellas extrañas prendas de cuero, como la mujer de antes, parecían ajenos al riesgo que corrían y entre risas, gritos y bailes celebraban tomando a saber qué sustancias como si creyeran que el sonido de las alarmas fuese la música de un juglar. Incluso se revolcaban en los líquidos que la maquinaria averiada dejaba escapar y hasta había una pareja fornicando impetuosamente al lado de uno de los alambiques que parecía a punto de explotar, y junto al cuerpo destrozado de un par de guardias bio.
-¿Pero quién es esta...gente? Esto está a punto de saltar por los aires.- Dijo la peliblanca, incluso gritando a aquellos inconscientes para que salieran de allí, siendo ignorada debido a su estado sumamente perjudicado y al ruido de las alarmas. Solo un par, que por casualidad miraron en su dirección, la vieron, señalando con el dedo y avisando a otros. Aunque no para evacuar precisamente. A no ser que para salir de allí tuvieran que coger toda clase de armas y buscar un modo de llegar hasta ella. Uno de ellos aún desnudo y...nuevamente, "demasiado contento".
-Es evidente que esta gente no está aquí por la cura...Eiz...Necesito que me ganes un poco de tiempo. Trataré de conseguir la cura. Mantenlos alejados, y prepárate para salir de aquí como alma que lleva el diablo. Este lugar está a punto de explotar. - Pidió y advirtió, usando su magia para aumentar las capacidades de ambos, e invocando a Kiri, su espíritu guardián para que le ayudara*. Dirigiéndose entonces a la carrera a la sala de control para buscar la cura. O más bien, en aquellos mecanismos de control, la fórmula para sintetizarla.
-Verde...espinaca estamínica...Eso explica muchas cosas...Gris...Roja...Naranja, vacuna. Vamos dame la información...-Decía mientras manipulaba aquellos controles, más que contenta porque gracias a sus aventuras y a la esfera de Chimar supiese usar esas "pantallas mágicas" y absorbiendo la información gracias a su maestría alquímica.
En ese momento parte de la maquinaría estalló, comenzando a propagar el fuego peligrosamente por el lugar. El tiempo se agotaba.
-Vamos...sí, sí, eso puedo hacerlo, eso también...eso es ingenioso...vale...vale...Sí. Lo tengo...-Salió de la sala rápidamente. -Lo tengo, salgamos de aquí.-Instó al dragón justo cuando otra explosión derribó parte de la pasarela de metal y envió al señor especialmente contento varios metros abajo, donde moriría por la caída y las cada vez más intensas llamas.
Off: Níniel usa su hab Don sagrado en sí misma y Eiz e invoca al guardián de luz de su bastón.
Níniel Thenidiel
Aerandiano de honor
Aerandiano de honor
Cantidad de envíos : : 1149
Nivel de PJ : : 10
Re: [Desafío] Høstblót: La máscara de la Agonía [Níniel+Eiz]
Avanzaron por el pasillo hasta el cuarto que había abandonado aquella mujer. Cuando Niniel abrió la puerta e ingresaron, se toparon con el cuerpo inerte de su guía. La mezcla de la sangre y ese extraño fluido blanco desprendía un aroma bastante desagradable. Siguieron su camino, bajando las escaleras cercanas, acompañados por un sonido rítmico cuyo volumen iba en aumento cuanto más avanzaban. Por la explicación de la elfa, esa "alarma" no podía significar nada bueno.
Al llegar al piso inferior, una enorme sala les dio la bienvenida. El lugar estaba repleto de instrumentos de diversos tamaños y formas, algunos de los cuales Eiz reconoció como materiales de alquimia. Había extraños aparatos que se movían por sí solos, como si un invisible titiritero los estuviese manipulando. La elfa se adelantó un poco, mientras el lancero contemplaba aquel paisaje maravillado. Al investigar un poco más, encontraron a un extraño grupo de gente, celebrando algo en medio del caos provocado por las batallas de fuera, las alarmas de la sala y diversos aparatos que parecían muy peligrosos. Niniel les gritó, pidiéndoles que se alejara del lugar, pese a los intentos de Eiz por impedirlo.
-Se supone que la mujer que destruyó la cura estaba con un grupo de adictos a no se qué sustancia, ¿verdad? Es obvio que esta gente no está en condiciones normales, podrían formar parte de ese grupo...- Para su desgracia, ya era tarde. Aquellos individuos habían reaccionado a la presencia de los intrusos.
Cumpliendo con el pedido de la sanadora, el dragón se dispuso a hacerle frente a los atacantes, cuando se percató de algunas cosas. Primero, por algún motivo no podía usar su magia elemental como de costumbre; segundo, contaba con magia de apoyo por parte de la elfa; y por último, los oponentes se movían de forma errática. No parecían seguir un plan de ataque, y la sustancia que los "animaba" también afectaba su equilibrio. Cuando Eiz intentó atacar al primero de sus enemigos (el hombre con la... "alegría" a la vista), su arma fue evadida sin ninguna dificultad. Bueno, casi evadida. Si bien la lanza no dio en el torso como había planeado, sí logró lastimar al objetivo. Y así fue como el primer oponente, de un sólo ataque, perdió la batalla... Y a su "amiguito".
El resto del grupo continuó atacando al lancero, algunos de ellos aún riendo por el destino de su compañero. Era la pelea más extraña en la que había participado, sin ninguna duda. Logró mantener a raya a los oponentes por un buen rato, pero la diferencia numérica empezaba a hacerse más evidente. En un momento en el que el dragón intentó por enésima vez usar su magia, por fin lo consiguió pero de una manera diferente a la que estaba acostumbrado. Una onda de agua a alta presión salió despedida de su arma, al blandirla en un arco horizontal frente a él, golpeando a los guerreros enemigos que aún se mantenían en pie. Nadie volvió a levantarse, algunos porque perdieron el conocimiento, otros por agotamiento.
-La cura... Denme la cura, necesito recuperarlo...- murmuraba el hombre de la entrepierna herida, señalando una especie de caja cercana con diversos frascos.
-Jajaja, no seas idiota, eso sólo cura la plaga, no puede regenerarte eso.- respondió uno de sus compañeros, entre risas.
Ante el llamado de la elfa, y la explosión tan cercana, Eiz siguió a la sanadora a toda velocidad. Antes de salir de la sala, sin embargo, decidió tomar la caja que parecía contener la cura. La pareja de intrusos huyó del lugar, esta vez pasando por alto el sigilo, ya que la situación era tan caótica que cada individuo estaba demasiado preocupado por salvar su propio pellejo. No era buena idea salir por aquella tubería por la que ingresaron. Ese trayecto era muy largo, y las explosiones no los esperarían.
-¡Niniel! Sostén esto un momento...- pidió el lancero, mientras le entregaba la caja, cuando alcanzaron una zona donde el muro había caído. -Ah, sí... Tal vez quieras ver hacia otro lado, voy a transformarme y la ropa no se estira tanto...-
Una vez que la elfa apartó la mirada, Eiz se quitó la ropa (dejándola junto a la caja) e inició su transformación. Al terminar, la estructura cercana perdió aún más estabilidad debido al tamaño de la bestia de hielo, por lo que caían más escombros. Haciéndole una señal a la sanadora, ella subió a su lomo y salieron volando de la base bio, dejando atrás las explosiones y llamaradas. En otras circunstancias, podría haber sido etiquetado como un escape muy llamativo, pero esta vez no lo fue tanto.
Por fin, llegaron al campamento donde aparecieron al ser transportados. Una vez recuperada su forma humana, a salvo de miradas indiscretas, Eiz regresó con Niniel para hablar con quien parecía ser el líder de la multitud que buscaba la cura.
-Creo que aquí está la cura. Sé que está aquí, pero no puedo identificarla. Sin embargo, mi compañera sí puede hacerlo. Tal vez no sea suficiente para sanar a todos, pero al menos es un comienzo...- El dragón entregó la caja al corpulento hombre al que se dirigía, mientras la elfa indicaba cuál era la cura. Ojalá sus acciones sirvieran de algo, pero dudaba mucho de poder cambiar el pasado de esa manera.
-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-
Off: Eiz usa la habilidad Lvl 0: Oleada de su nueva ficha.
Al llegar al piso inferior, una enorme sala les dio la bienvenida. El lugar estaba repleto de instrumentos de diversos tamaños y formas, algunos de los cuales Eiz reconoció como materiales de alquimia. Había extraños aparatos que se movían por sí solos, como si un invisible titiritero los estuviese manipulando. La elfa se adelantó un poco, mientras el lancero contemplaba aquel paisaje maravillado. Al investigar un poco más, encontraron a un extraño grupo de gente, celebrando algo en medio del caos provocado por las batallas de fuera, las alarmas de la sala y diversos aparatos que parecían muy peligrosos. Niniel les gritó, pidiéndoles que se alejara del lugar, pese a los intentos de Eiz por impedirlo.
-Se supone que la mujer que destruyó la cura estaba con un grupo de adictos a no se qué sustancia, ¿verdad? Es obvio que esta gente no está en condiciones normales, podrían formar parte de ese grupo...- Para su desgracia, ya era tarde. Aquellos individuos habían reaccionado a la presencia de los intrusos.
Cumpliendo con el pedido de la sanadora, el dragón se dispuso a hacerle frente a los atacantes, cuando se percató de algunas cosas. Primero, por algún motivo no podía usar su magia elemental como de costumbre; segundo, contaba con magia de apoyo por parte de la elfa; y por último, los oponentes se movían de forma errática. No parecían seguir un plan de ataque, y la sustancia que los "animaba" también afectaba su equilibrio. Cuando Eiz intentó atacar al primero de sus enemigos (el hombre con la... "alegría" a la vista), su arma fue evadida sin ninguna dificultad. Bueno, casi evadida. Si bien la lanza no dio en el torso como había planeado, sí logró lastimar al objetivo. Y así fue como el primer oponente, de un sólo ataque, perdió la batalla... Y a su "amiguito".
El resto del grupo continuó atacando al lancero, algunos de ellos aún riendo por el destino de su compañero. Era la pelea más extraña en la que había participado, sin ninguna duda. Logró mantener a raya a los oponentes por un buen rato, pero la diferencia numérica empezaba a hacerse más evidente. En un momento en el que el dragón intentó por enésima vez usar su magia, por fin lo consiguió pero de una manera diferente a la que estaba acostumbrado. Una onda de agua a alta presión salió despedida de su arma, al blandirla en un arco horizontal frente a él, golpeando a los guerreros enemigos que aún se mantenían en pie. Nadie volvió a levantarse, algunos porque perdieron el conocimiento, otros por agotamiento.
-La cura... Denme la cura, necesito recuperarlo...- murmuraba el hombre de la entrepierna herida, señalando una especie de caja cercana con diversos frascos.
-Jajaja, no seas idiota, eso sólo cura la plaga, no puede regenerarte eso.- respondió uno de sus compañeros, entre risas.
Ante el llamado de la elfa, y la explosión tan cercana, Eiz siguió a la sanadora a toda velocidad. Antes de salir de la sala, sin embargo, decidió tomar la caja que parecía contener la cura. La pareja de intrusos huyó del lugar, esta vez pasando por alto el sigilo, ya que la situación era tan caótica que cada individuo estaba demasiado preocupado por salvar su propio pellejo. No era buena idea salir por aquella tubería por la que ingresaron. Ese trayecto era muy largo, y las explosiones no los esperarían.
-¡Niniel! Sostén esto un momento...- pidió el lancero, mientras le entregaba la caja, cuando alcanzaron una zona donde el muro había caído. -Ah, sí... Tal vez quieras ver hacia otro lado, voy a transformarme y la ropa no se estira tanto...-
Una vez que la elfa apartó la mirada, Eiz se quitó la ropa (dejándola junto a la caja) e inició su transformación. Al terminar, la estructura cercana perdió aún más estabilidad debido al tamaño de la bestia de hielo, por lo que caían más escombros. Haciéndole una señal a la sanadora, ella subió a su lomo y salieron volando de la base bio, dejando atrás las explosiones y llamaradas. En otras circunstancias, podría haber sido etiquetado como un escape muy llamativo, pero esta vez no lo fue tanto.
Por fin, llegaron al campamento donde aparecieron al ser transportados. Una vez recuperada su forma humana, a salvo de miradas indiscretas, Eiz regresó con Niniel para hablar con quien parecía ser el líder de la multitud que buscaba la cura.
-Creo que aquí está la cura. Sé que está aquí, pero no puedo identificarla. Sin embargo, mi compañera sí puede hacerlo. Tal vez no sea suficiente para sanar a todos, pero al menos es un comienzo...- El dragón entregó la caja al corpulento hombre al que se dirigía, mientras la elfa indicaba cuál era la cura. Ojalá sus acciones sirvieran de algo, pero dudaba mucho de poder cambiar el pasado de esa manera.
-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-=-
Off: Eiz usa la habilidad Lvl 0: Oleada de su nueva ficha.
Eiz Adelskald
Experto
Experto
Cantidad de envíos : : 56
Nivel de PJ : : 0
Re: [Desafío] Høstblót: La máscara de la Agonía [Níniel+Eiz]
Retorno
[Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
La jornada había sido larga y muy peligrosa, pero haciendo memoria de lo que sabían de aquellos acontecimientos, habían conseguido ponerse en contexto y lograr la misión, sorteando peligros y evitando toparse con ambos bandos alcanzaron el objetivo y sacaron la cura para entregarla fuera de la base de los bios, la misma sería replicada y su fórmula sería puesta a disposición de todas las ciudades de Aerandir para erradicar por completo ese mal.
Por desgracia antes que lograran recibir los agradecimientos por su misión algo extraño comenzó a suceder… podrían ver perplejos como todo comenzaba a arremolinarse alrededor de ellos, los fuertes muros de la base bio se retorcían hacia un lado hasta comenzar a desprender pedazos que cual hollín se perdían arrastrados por el viento y todo el terreno cercano comenzaba a desquebrajarse cayendo luego a un negro y oscuro vacío.
Dos fragmentos de una pequeña llave aparecieron repentinamente en la mano de cada uno mientras la anciana enferma a la que Níniel había ayudado se dibujaba flotando frente a ellos -El pasado se encuentra enormemente agradecido con ustedes, intrépidos viajeros- Pronunció con una voz que se escuchaba como centenares de personas a la vez, las mismas que habían muerto víctimas de la terrible enfermedad -Han salvado más vidas de las que podrían contar, ahora es momento de regresar a su época- Señaló las manos de ambos donde los fragmentos de llave se atraían uno al otro -Junten esa llave y podrán volver a donde vinieron- Tras aquellas palabras la anciana se evaporó convirtiéndose en decenas de espíritus que se arremolinaron hasta desvanecerse al paso que lo hacía aquella realidad.
∞ Han completado en poco tiempo su desafío, y han asegurado su regreso, para salir de este viaje solo deben juntar sus llaves y podrán regresar al evento principal.
∞ La siguiente respuesta podrán hacerla en el evento social aunque deben tener en cuenta algunas particularidades, una vez que vuelvan la llave será una sola y completa en lugar de dos fragmentos, una vez que vuelvan, la llave completa se irá disparada juntarse con la primera llave que se encuentra en poder de Zelas. Además serán las únicas dos personas que recordarán a la anciana enferma, para las demás personas eso desaparecerá de sus recuerdos.
∞ Las recompensas serán entregadas al terminar el evento general.
Por desgracia antes que lograran recibir los agradecimientos por su misión algo extraño comenzó a suceder… podrían ver perplejos como todo comenzaba a arremolinarse alrededor de ellos, los fuertes muros de la base bio se retorcían hacia un lado hasta comenzar a desprender pedazos que cual hollín se perdían arrastrados por el viento y todo el terreno cercano comenzaba a desquebrajarse cayendo luego a un negro y oscuro vacío.
Dos fragmentos de una pequeña llave aparecieron repentinamente en la mano de cada uno mientras la anciana enferma a la que Níniel había ayudado se dibujaba flotando frente a ellos -El pasado se encuentra enormemente agradecido con ustedes, intrépidos viajeros- Pronunció con una voz que se escuchaba como centenares de personas a la vez, las mismas que habían muerto víctimas de la terrible enfermedad -Han salvado más vidas de las que podrían contar, ahora es momento de regresar a su época- Señaló las manos de ambos donde los fragmentos de llave se atraían uno al otro -Junten esa llave y podrán volver a donde vinieron- Tras aquellas palabras la anciana se evaporó convirtiéndose en decenas de espíritus que se arremolinaron hasta desvanecerse al paso que lo hacía aquella realidad.
[Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
∞ Han completado en poco tiempo su desafío, y han asegurado su regreso, para salir de este viaje solo deben juntar sus llaves y podrán regresar al evento principal.
∞ La siguiente respuesta podrán hacerla en el evento social aunque deben tener en cuenta algunas particularidades, una vez que vuelvan la llave será una sola y completa en lugar de dos fragmentos, una vez que vuelvan, la llave completa se irá disparada juntarse con la primera llave que se encuentra en poder de Zelas. Además serán las únicas dos personas que recordarán a la anciana enferma, para las demás personas eso desaparecerá de sus recuerdos.
∞ Las recompensas serán entregadas al terminar el evento general.
Ansur
Master
Master
Cantidad de envíos : : 2001
Nivel de PJ : : 0
Temas similares
» [Desafío] Høstblót: La máscara de los Inocentes [Valyria+Woodpecker]
» [Desafío] Høstblót: La Máscara de los Cazadores [Zellas+Sango]
» [Desafío] Høstblót: La máscara de los Caídos [Eltrant+Magazubi]
» [Desafío] Høstblót: La Máscara de los Olvidados [Asher+Raymond]
» La antigua agonía [Desafío: Bienvenidos a lo desconocido] [CERRADO]
» [Desafío] Høstblót: La Máscara de los Cazadores [Zellas+Sango]
» [Desafío] Høstblót: La máscara de los Caídos [Eltrant+Magazubi]
» [Desafío] Høstblót: La Máscara de los Olvidados [Asher+Raymond]
» La antigua agonía [Desafío: Bienvenidos a lo desconocido] [CERRADO]
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Ayer a las 23:14 por Iori Li
» Laboratorio Harker [Alquimia+Ingeniería]
Ayer a las 19:13 por Zelas Hazelmere
» Pócimas y Tragos: La Guerra de la Calle Burbuja [Interpretativo] [Libre]
Ayer a las 16:18 por Mina Harker
» El vampiro contraataca [Evento Sacrestic]
Ayer a las 05:53 por Lukas
» El retorno del vampiro [Evento Sacrestic]
Ayer a las 00:33 por Vincent Calhoun
» La Procesión de los Skógargandr [Evento Samhain (Halloween)]
Mar Nov 19 2024, 22:49 por Eltrant Tale
» Entre Sombras y Acero [LIBRE][NOCHE]
Mar Nov 19 2024, 22:42 por Cohen
» [Zona de culto] Altar de las Runas de los Baldíos
Lun Nov 18 2024, 12:29 por Tyr
» Susurros desde el pasado | Amice H.
Lun Nov 18 2024, 04:12 por Amice M. Hidalgo
» [Zona de culto] Iglesia del único Dios
Sáb Nov 16 2024, 21:38 por Tyr
» Enjoy the Silence 4.0 {Élite]
Miér Nov 13 2024, 20:01 por Nana
» Vampiros, Gomejos, piernas para qué las tengo. [Privado]
Mar Nov 12 2024, 04:51 por Tyr
» Derecho Aerandiano [Libre]
Dom Nov 10 2024, 13:36 por Tyr
» Propaganda Peligrosa - Priv. Zagreus - (Trabajo / Noche)
Vie Nov 08 2024, 18:40 por Lukas
» Lamentos de un corazón congelado [Libre 3/3]
Vie Nov 08 2024, 01:19 por Tyr