¿Amigo o enemigo? Parte II [Privado] [Cerrado]
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¿Amigo o enemigo? Parte II [Privado] [Cerrado]
Y allí estaba por primera vez, de pie junto a la tumba de Loth, observando el grabado en piedra que rezaba su nombre y palabras en élfico que no llegaba a comprender. Era extraño que la tumba estuviese tan cuidada en aquella ciudad, incluso con flores decorándola. Quizás Matthew sí que la apreciaba después de todo...
Estaba cayendo una fina cortina de lluvia, y el viento le daba de lado al caballero. Este llevaba puesta una capucha para esconder su rostro, y una capa la continuaba en la espalda para cubrir también sus ropajes. El Sevna era como una luz pura en medio de la tormenta, en mitad del caos. Nadie debía enterarse que estaba allí, excepto aquel a quien había ido a buscar.
Hincó una rodilla en el suelo, la tierra empezaba a estar demasiado húmeda, pronto se convertiría en barro. Acto seguido, llevó una mano a la fría piedra y cerró los ojos por unos segundos. Luego los abrió para fijarlos sobre la tumba.
-Te proponías hacer disfrutar a la gente y que recordaran tus actuaciones como algo que les marcara en sus vidas...-Guardó silencio un momento-...lo conseguiste...-Pasó la mano con la piedra, llevándose todo el agua acumulada en esta, manchando así su guantelete.
Curiosamente, en aquel lugar de reposo para los difuntos tan solo estaba él. La causa de ello era que, en las puertas del lugar, en el muro exterior, Katrina estaba sentada en un banco, con la caperuza blanca puesta. Al igual que Alward, también quería esconder su identidad. Quién sabía los ojos que podrían reconocerla en Ciudad Lagarto... La vampiresa, a cada sujeto que se le ocurría siquiera acercarse, le hablaba con su voz mágica y le daba un abanicos de motivos por los que era mala idea entrar en ese momento. Algunas eran amenazas, otras manipulaciones, y otras simplemente con un "Date la vuelta y no entres ahí" bastaba. Incluso adoptaba la forma de una vampira mucho más terrorífica de lo que en realidad era, o de alguna criatura sacada de las mismísimas pesadillas de los transeúntes.
Un rato después, Alward salió y vio que su compañera estaba en la misma posición en la que la había dejado.
-¿Ha ido todo bien?
-Por mucha mala fama que tengan, los ciudadanos de esta ciudad son imbéciles de mente débil-Dijo sin dejar de mirar al frente.
-Bien-Asintió, conforme-Pues vamos
El objetivo era ir a la tienda del virrey de la ciudad, es decir, el mismísimo Matthew Owens. El problema era que Alward había estado dos veces en aquella ciudad. La primera vez estaba en llamas, y la segunda no tuvo tiempo para fijarse donde estaba cada recinto ni cada tienda. Todas le parecían iguales. Y para añadir más dificultad, incluso se habían edificado construcciones (de aparente mano de obra y materiales baratos).
-¿Por qué no preguntas al primero que pase por tu lado?
-...no parece buena idea-No quería llamar la atención, y preguntar sobre la tienda del virrey sería hacerlo. Por no hablar de que dudaba de la buena fe de la gente de aquel lugar.
De pronto, llegaron a un lago que contenía una embarcación en su centro. Ni siquiera había puerto, pero allí estaba, el barco con todo su esplendorosa magnificencia. Casi contrastaba con la lo cutre que resultaba la ciudad.
El dúo se detuvo para mirarlo un poco más.
-¿Un barco en un lago?-Torció el gesto, extrañada
-...-Alward se mantuvo en silencio, tan estupefacto como su compañera. Entrecerró un poco los ojos para ver mejor, pues se podía vislumbrar una figura que recorría su casco...
Estaba cayendo una fina cortina de lluvia, y el viento le daba de lado al caballero. Este llevaba puesta una capucha para esconder su rostro, y una capa la continuaba en la espalda para cubrir también sus ropajes. El Sevna era como una luz pura en medio de la tormenta, en mitad del caos. Nadie debía enterarse que estaba allí, excepto aquel a quien había ido a buscar.
Hincó una rodilla en el suelo, la tierra empezaba a estar demasiado húmeda, pronto se convertiría en barro. Acto seguido, llevó una mano a la fría piedra y cerró los ojos por unos segundos. Luego los abrió para fijarlos sobre la tumba.
-Te proponías hacer disfrutar a la gente y que recordaran tus actuaciones como algo que les marcara en sus vidas...-Guardó silencio un momento-...lo conseguiste...-Pasó la mano con la piedra, llevándose todo el agua acumulada en esta, manchando así su guantelete.
Curiosamente, en aquel lugar de reposo para los difuntos tan solo estaba él. La causa de ello era que, en las puertas del lugar, en el muro exterior, Katrina estaba sentada en un banco, con la caperuza blanca puesta. Al igual que Alward, también quería esconder su identidad. Quién sabía los ojos que podrían reconocerla en Ciudad Lagarto... La vampiresa, a cada sujeto que se le ocurría siquiera acercarse, le hablaba con su voz mágica y le daba un abanicos de motivos por los que era mala idea entrar en ese momento. Algunas eran amenazas, otras manipulaciones, y otras simplemente con un "Date la vuelta y no entres ahí" bastaba. Incluso adoptaba la forma de una vampira mucho más terrorífica de lo que en realidad era, o de alguna criatura sacada de las mismísimas pesadillas de los transeúntes.
Un rato después, Alward salió y vio que su compañera estaba en la misma posición en la que la había dejado.
-¿Ha ido todo bien?
-Por mucha mala fama que tengan, los ciudadanos de esta ciudad son imbéciles de mente débil-Dijo sin dejar de mirar al frente.
-Bien-Asintió, conforme-Pues vamos
El objetivo era ir a la tienda del virrey de la ciudad, es decir, el mismísimo Matthew Owens. El problema era que Alward había estado dos veces en aquella ciudad. La primera vez estaba en llamas, y la segunda no tuvo tiempo para fijarse donde estaba cada recinto ni cada tienda. Todas le parecían iguales. Y para añadir más dificultad, incluso se habían edificado construcciones (de aparente mano de obra y materiales baratos).
-¿Por qué no preguntas al primero que pase por tu lado?
-...no parece buena idea-No quería llamar la atención, y preguntar sobre la tienda del virrey sería hacerlo. Por no hablar de que dudaba de la buena fe de la gente de aquel lugar.
De pronto, llegaron a un lago que contenía una embarcación en su centro. Ni siquiera había puerto, pero allí estaba, el barco con todo su esplendorosa magnificencia. Casi contrastaba con la lo cutre que resultaba la ciudad.
El dúo se detuvo para mirarlo un poco más.
-¿Un barco en un lago?-Torció el gesto, extrañada
-...-Alward se mantuvo en silencio, tan estupefacto como su compañera. Entrecerró un poco los ojos para ver mejor, pues se podía vislumbrar una figura que recorría su casco...
Última edición por Alward Sevna el Jue Abr 09 2020, 19:37, editado 1 vez
Alward Sevna
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Re: ¿Amigo o enemigo? Parte II [Privado] [Cerrado]
-No pongas esa cara, tienes que admitir que fue una gran idea - Le decía Matthew a Eil mientras caminaban por el barco - Nadie se esperaría una cosa semejante en medio de la ciudad, podríamos ponerle algunos cañones y.... - El Estafador hizo un gesto como de “y ya sabes el resto”
En realidad ambos sabían el verdadero motivo por el que Owens se había encaprichado en que quería un Barco: Le encantaban los chalecos de capitán. El corte, el estilo, las telas, los brillantes botones, todo era hermoso y distinguido en las vestimentas de un capitán de barco, pero Matt había insistido en que sí quería usar una ropa semejante era NECESARIO el tener algún tipo de navío.
Cualquier persona razonable que pasara el suficiente tiempo con Matt dejaba de intentar entender su línea de pensamiento rápidamente.
-Creo que es una inversión que se paga sola - No solo era estúpido poner un barco atado en un lago, sino que para colmo, no había ningún tipo de salida al mar que permitiera que eso se moviera de allí... Para siempre - ¿Y no crees que me veo encantador con esto? -
Ya habían pasado por muchos estados con la elfa, primero desconfianza, luego un lento acercamiento, siempre con precaución, y finalmente una sensación de tranquila amistad que se había afianzado con bastante firmeza. En líneas generales Matt era perezoso, caprichoso, irritante e impredecible, pero también se mostraba detallista con la elfa, estaba muy atento a sus cambios de humor y siempre tenía algún gesto amable para con ella.
Owens fue caminando desde la popa hasta la proa, pasando los dedos por la suave madera de la baranda. Reivy había hecho un buen trabajo, como era de esperarse, también había hecho un excelente trabajo con la habitación secreta, pero de eso sólo Matt podía dar cuenta.
Se detuvo cuando vio dos siluetas mirando desde lejos. Sonrió de modo gatuno y sacó un catalejo de su bolsillo, porque sí, se había comprado un catalejo sólo para ese tipo de situaciones, y entonces confirmó sus sospechas.
-Una tarde hermosa acaba de ser arruinada - Suspiró - Cielo, tenemos visitas, parece que tu amigo vino a dar una vuelta a la ciudad... Y algo me dice que nos está buscando - Porque si fuera a ver a Eyre no se habría desviado hasta allí, habría ido directo a la mansión que compartían el Virrey y la Hechicera - Este muchacho tiene la increíble capacidad de ponerme de mal humor con tan solo unas pocas palabras - Le comentó a Eil.
Aún así sonrió de modo encantador y saludó al humano desde arriba del barco.
-Sean bienvenidos, marineros de agua dulce ¿Qué los trae por aquí? - Matt desvió la mirada tan solo un segundo hacía la chica que acompañaba a Alward, pero no hizo comentario alguno, ni volvió a fijarse en ella de allí en más - ¿Dónde dejaste mi caballo, Sevna? ¿Sabes lo que le pasó a la última persona que me robó? -
En realidad ambos sabían el verdadero motivo por el que Owens se había encaprichado en que quería un Barco: Le encantaban los chalecos de capitán. El corte, el estilo, las telas, los brillantes botones, todo era hermoso y distinguido en las vestimentas de un capitán de barco, pero Matt había insistido en que sí quería usar una ropa semejante era NECESARIO el tener algún tipo de navío.
Cualquier persona razonable que pasara el suficiente tiempo con Matt dejaba de intentar entender su línea de pensamiento rápidamente.
-Creo que es una inversión que se paga sola - No solo era estúpido poner un barco atado en un lago, sino que para colmo, no había ningún tipo de salida al mar que permitiera que eso se moviera de allí... Para siempre - ¿Y no crees que me veo encantador con esto? -
- Traje de Matt:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Ya habían pasado por muchos estados con la elfa, primero desconfianza, luego un lento acercamiento, siempre con precaución, y finalmente una sensación de tranquila amistad que se había afianzado con bastante firmeza. En líneas generales Matt era perezoso, caprichoso, irritante e impredecible, pero también se mostraba detallista con la elfa, estaba muy atento a sus cambios de humor y siempre tenía algún gesto amable para con ella.
Owens fue caminando desde la popa hasta la proa, pasando los dedos por la suave madera de la baranda. Reivy había hecho un buen trabajo, como era de esperarse, también había hecho un excelente trabajo con la habitación secreta, pero de eso sólo Matt podía dar cuenta.
Se detuvo cuando vio dos siluetas mirando desde lejos. Sonrió de modo gatuno y sacó un catalejo de su bolsillo, porque sí, se había comprado un catalejo sólo para ese tipo de situaciones, y entonces confirmó sus sospechas.
-Una tarde hermosa acaba de ser arruinada - Suspiró - Cielo, tenemos visitas, parece que tu amigo vino a dar una vuelta a la ciudad... Y algo me dice que nos está buscando - Porque si fuera a ver a Eyre no se habría desviado hasta allí, habría ido directo a la mansión que compartían el Virrey y la Hechicera - Este muchacho tiene la increíble capacidad de ponerme de mal humor con tan solo unas pocas palabras - Le comentó a Eil.
Aún así sonrió de modo encantador y saludó al humano desde arriba del barco.
-Sean bienvenidos, marineros de agua dulce ¿Qué los trae por aquí? - Matt desvió la mirada tan solo un segundo hacía la chica que acompañaba a Alward, pero no hizo comentario alguno, ni volvió a fijarse en ella de allí en más - ¿Dónde dejaste mi caballo, Sevna? ¿Sabes lo que le pasó a la última persona que me robó? -
Matthew Owens
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Re: ¿Amigo o enemigo? Parte II [Privado] [Cerrado]
Mathew Owens llevaba exactamente 48 horas buscando cualquier excusa para contar a todo aquel que tuviese oidos sobre su nuevo barco.
La elfa pasaba gran parte del día siguiendo la rutina de su compañero y las frases y datos relacionados con el navío habían pasado de curiosos a interesantes. Luego repetitivas y finalmente irritantes. La chica había tenido paciencia, sin embargo. Había fingido interés constante que tan solo había sido debilitado por dejes de hastío de cuando en cuando. Especialmente cuando la frase " Y obviamente no podía no comprar el catalejo... ¿Dónde se ha visto un capitán sin uno?" casi formaba tono y deje en su cabeza tras repetirla a toda aquella alma en pena de ciudad lagarto que estuviese lo suficientemente ocioso como para querer escucharlo. Y todo aquel que aunque no lo estuviese ,tuviese oidos.
En general. Eilydh prefería a Matt Owens de buen humor, por eso cuando la llevó a elegir color para su nueva chaqueta de capitán, horas antes de que el barco rumbo a la nada de aquel lago zarpase, apenas se molestó ante la insistencia del hombre, indeciso entre un azul cielo atardecido y azul premonición de lluvia.
Para cuando por fin alcanzaron aguas profundas, el vaivén del barco sobre las éstas la transportó a otros mares lejanos de ciudad lagarto e hizo que la charla casi autómata de Matt pasase a un segundo plano. La elfa tenía que reconocer que para sorpresa propia, y aunque sus raíces elfas estaban afianzadas a la tierra que Ímbar puso bajo sus pies por definición, se encontraba extrañamente en paz consigo misma navegando, y aunque había sido algo reticente ante la idea de que un barco de aquel tamaño navegase por las aguas poco profundas del lago sin encallar, debía reconocer que la agradable brisa era algo que debía agradecerle a Owens.
Así que dibujó una sonrisa pícara en su cara cuando el hombre sugirió cañones y se acercó a él rodeándolo con sus pasos, como si jugasen.
-.... Sí. Espero que me regales un loro de plumaje alegre a juego con mis ojos, para sentarlo sobre mi hombro y cambiar tu molesto tono de voz por uno más alegre susurrándome las mismas bobadas al oído- Lo dijo mientras se tapaba un ojo con una mano a modo de parche y con la otra hincaba uno de sus dedos en la cintura de Owens, como si lo ensartase con un sable pirata, a la vez que evitaba una sonrisa sincera, casi infantil.
Hacía tiempo que no se sentía tan cómoda siendo ella misma delante de alguien. El virrey de ciudad lagarto ganaba puntos en la escala de confianza de la elfa, quien sentía que no tenía que contener sus ideas menos correctas, más espontáneas a su lado. Casi sentía que de la misma manera que ella no lo juzgaba, el hombre no lo haría con ella. Y eso era más de lo que podía decir de la mayoría de personas en su vida.
La respuesta autómata e indudablemente falsa que alababa el buen gusto del virrey ante su pregunta fue acallada por el hombre y la sugerencia de que alguien se acercaba al barco. El virrey cambió su tono jocoso por la mirada que Eilydh solía verle al cerrar un negocio del que no estaba muy seguro. Había llamado " su amigo" a la persona que podía ver a través del catalejo, y por un segundo Eilydh pensó a quién se referia. Owens tenía una cierta animadversión a cualquier persona que pudiese robarle protagonismo, y aunque eso jamás había salido de la boca de la elfa, Eilydh podía imaginar al menos 5 personas que entraban en esa descripción tan poco específica.
Cuando Owens acabó de usar el catalejo, Eilydh lo tomó prestado mientras el hombre se acercaba un poco a las dos figuras bajando a cubierta principal mientras los recibía con su más espléndida actuación de anfitrión orgulloso a la que por otro lado, la elfa estaba casi acostumbrada.
Posicionó el catalejo sobre uno de sus hombros y al descubrir la figura alta y henchida de Alward Sevna, no supo bien que pensar. La dualidad del último encuentro con el soldado aún daba vueltas sobre su cabeza. Por un lado, la visión conjunta le había abierto un sinfin de posibilidades todas relacionadas con la identidad de ese desconocido. Por otro, su aparición repentina, sus palabras justas y concisas, casi ensayadas y el hecho de que se marchase dejándola enfadada y con la palabra en la boca no auguraba nada bueno.
... Y también estaba el hecho de que ella le había mentido sobre su nombre. Pero no como solía hacerlo no. Para Alward Sevna, Elydh era nada más y nada menos que la molesta Helena Rhodes.
Si. Casi se había olvidado de ese pequeño, ínfimo detalle.
Sonrió, casi divertida mientras cerraba el catalejo y veía como Owens dirigía la conversación hasta un caballo. La sonrisa de Eilydh se borró de sus labios y su mirada fue de Matt a Alward y de nuevo al estafador.
-Esto va a ser... difícil de explicar. - pensó mientras bajaba las escaleras.
Estaba segura que a Owens no iba a hacerle ninguna gracia que usase el nombre de su querida Helena para presentarse al que eél mismo había llamado "su amigo".Por desgracia el virrey tenía una estima un tanto ilógica hacia Helena con la que Eilydh no coincidía. Y por otro lado...Estaba segura que Alward no apreciaría que iniciasen una conversación basando algo tan simple como un nombre en una mentira.
Bajó las escaleras y se situó junto a Matt cuando el barco casi alcanzaba un panel de madera y hierro forjado que hacía de puerto improvisado.
Alward venía acompañado de una mujer pálida y con gesto cansado y suspicaz. Eilydh apenas le dedicó una mirada a la chica, como pasándola de largo, e igual hizo con el guerrero, al fin y al cabo estaba dolida. Se entretuvo jugueteando con el mango de su espada, escuchando el intercambio de palabras de los hombres.
La elfa pasaba gran parte del día siguiendo la rutina de su compañero y las frases y datos relacionados con el navío habían pasado de curiosos a interesantes. Luego repetitivas y finalmente irritantes. La chica había tenido paciencia, sin embargo. Había fingido interés constante que tan solo había sido debilitado por dejes de hastío de cuando en cuando. Especialmente cuando la frase " Y obviamente no podía no comprar el catalejo... ¿Dónde se ha visto un capitán sin uno?" casi formaba tono y deje en su cabeza tras repetirla a toda aquella alma en pena de ciudad lagarto que estuviese lo suficientemente ocioso como para querer escucharlo. Y todo aquel que aunque no lo estuviese ,tuviese oidos.
En general. Eilydh prefería a Matt Owens de buen humor, por eso cuando la llevó a elegir color para su nueva chaqueta de capitán, horas antes de que el barco rumbo a la nada de aquel lago zarpase, apenas se molestó ante la insistencia del hombre, indeciso entre un azul cielo atardecido y azul premonición de lluvia.
Para cuando por fin alcanzaron aguas profundas, el vaivén del barco sobre las éstas la transportó a otros mares lejanos de ciudad lagarto e hizo que la charla casi autómata de Matt pasase a un segundo plano. La elfa tenía que reconocer que para sorpresa propia, y aunque sus raíces elfas estaban afianzadas a la tierra que Ímbar puso bajo sus pies por definición, se encontraba extrañamente en paz consigo misma navegando, y aunque había sido algo reticente ante la idea de que un barco de aquel tamaño navegase por las aguas poco profundas del lago sin encallar, debía reconocer que la agradable brisa era algo que debía agradecerle a Owens.
Así que dibujó una sonrisa pícara en su cara cuando el hombre sugirió cañones y se acercó a él rodeándolo con sus pasos, como si jugasen.
-.... Sí. Espero que me regales un loro de plumaje alegre a juego con mis ojos, para sentarlo sobre mi hombro y cambiar tu molesto tono de voz por uno más alegre susurrándome las mismas bobadas al oído- Lo dijo mientras se tapaba un ojo con una mano a modo de parche y con la otra hincaba uno de sus dedos en la cintura de Owens, como si lo ensartase con un sable pirata, a la vez que evitaba una sonrisa sincera, casi infantil.
Hacía tiempo que no se sentía tan cómoda siendo ella misma delante de alguien. El virrey de ciudad lagarto ganaba puntos en la escala de confianza de la elfa, quien sentía que no tenía que contener sus ideas menos correctas, más espontáneas a su lado. Casi sentía que de la misma manera que ella no lo juzgaba, el hombre no lo haría con ella. Y eso era más de lo que podía decir de la mayoría de personas en su vida.
La respuesta autómata e indudablemente falsa que alababa el buen gusto del virrey ante su pregunta fue acallada por el hombre y la sugerencia de que alguien se acercaba al barco. El virrey cambió su tono jocoso por la mirada que Eilydh solía verle al cerrar un negocio del que no estaba muy seguro. Había llamado " su amigo" a la persona que podía ver a través del catalejo, y por un segundo Eilydh pensó a quién se referia. Owens tenía una cierta animadversión a cualquier persona que pudiese robarle protagonismo, y aunque eso jamás había salido de la boca de la elfa, Eilydh podía imaginar al menos 5 personas que entraban en esa descripción tan poco específica.
Cuando Owens acabó de usar el catalejo, Eilydh lo tomó prestado mientras el hombre se acercaba un poco a las dos figuras bajando a cubierta principal mientras los recibía con su más espléndida actuación de anfitrión orgulloso a la que por otro lado, la elfa estaba casi acostumbrada.
Posicionó el catalejo sobre uno de sus hombros y al descubrir la figura alta y henchida de Alward Sevna, no supo bien que pensar. La dualidad del último encuentro con el soldado aún daba vueltas sobre su cabeza. Por un lado, la visión conjunta le había abierto un sinfin de posibilidades todas relacionadas con la identidad de ese desconocido. Por otro, su aparición repentina, sus palabras justas y concisas, casi ensayadas y el hecho de que se marchase dejándola enfadada y con la palabra en la boca no auguraba nada bueno.
... Y también estaba el hecho de que ella le había mentido sobre su nombre. Pero no como solía hacerlo no. Para Alward Sevna, Elydh era nada más y nada menos que la molesta Helena Rhodes.
Si. Casi se había olvidado de ese pequeño, ínfimo detalle.
Sonrió, casi divertida mientras cerraba el catalejo y veía como Owens dirigía la conversación hasta un caballo. La sonrisa de Eilydh se borró de sus labios y su mirada fue de Matt a Alward y de nuevo al estafador.
-Esto va a ser... difícil de explicar. - pensó mientras bajaba las escaleras.
Estaba segura que a Owens no iba a hacerle ninguna gracia que usase el nombre de su querida Helena para presentarse al que eél mismo había llamado "su amigo".Por desgracia el virrey tenía una estima un tanto ilógica hacia Helena con la que Eilydh no coincidía. Y por otro lado...Estaba segura que Alward no apreciaría que iniciasen una conversación basando algo tan simple como un nombre en una mentira.
Bajó las escaleras y se situó junto a Matt cuando el barco casi alcanzaba un panel de madera y hierro forjado que hacía de puerto improvisado.
Alward venía acompañado de una mujer pálida y con gesto cansado y suspicaz. Eilydh apenas le dedicó una mirada a la chica, como pasándola de largo, e igual hizo con el guerrero, al fin y al cabo estaba dolida. Se entretuvo jugueteando con el mango de su espada, escuchando el intercambio de palabras de los hombres.
Eilydh
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Re: ¿Amigo o enemigo? Parte II [Privado] [Cerrado]
Aunque no era nada extraño ver a Matthew Owens en las situaciones más inesperadas y de las formas más extravagantes, Alward debía admitir que le sorprendió bastante encontrarse con que el virrey era el capitán de aquel barco, o al menos se hacía pasar por él, porque un barco encallado en un lago poco podía hacer, así que las funciones de su capitán se reducirían a cero.
Sonrió por compromiso ante el saludo del moreno. Katrina miró al castaño extrañada, ¿Lo conocía? Se podría decir que, por desgracia, más de lo que le gustaría.
-El caballo se lo dejé a Eyre-Alzó la voz para que pudiera escucharlo-No soy un ladrón, esta ciudad me viene grande-Se encogió de hombros con un tono sarcástico.
No pudo pasar por alto el detalle de que Owens estaba acompañado, y no era una desconocida, pues aquel rostro se le había quedado muy grabado en la mente. La elfa con la que compartió visión en la Piedra de Odín lo observaba de forma extraña, no como la primera vez que se vieron, sino con cierto rencor. No estuvo equivocado en suponer que ambos se conocían, ese fue el motivo por el que se separó de ella.
Los dos se dispusieron a bajar del barco, Alward y Katrina se acercaron a la tabla de embarque.
-Necesito hablar contigo. Es importante-Le dijo a Owens nada más que este tomó tierra-Es sobre nuestros "amigos" en común-Poco detalle podía dar allí, ya que las paredes (o en este caso la tierra) tendrían oídos y era mejor ser precavido.
Quería también saludar a la elfa, pero vio que esta le dedicó una mirada austera y pasajera, como molesta. Frunció el ceño y centró de nuevo su atención en el moreno.
-Sabes que venir aquí es lo último que haría si no fuese importante-Dijo bajando el tono de voz de forma sutil.
Katrina, a su lado, observaba a todos los presentes en silencio, a modo de análisis. En Matthew detectaba demasiadas sensaciones, por lo que no podría distinguir muy bien qué estaba pensando en ese momento. Lo que sí tenía por seguro era que todo su ser irradiaba un odio masivo, no sabía si exactamente para Alward o para el mundo en general. Era una persona a la que tener lejos, sin duda. La elfa, por su parte, se mostraba impasible, aunque una pizca de curiosidad le picaba, seguramente por la presencia de la propia peliblanca.
Desvió una sutil mirada hacia el Sevna, el cual charlaba sin distraerse con Owens.
-A los dos les domina el odio-Comentó adentrándose en la mente del castaño.
Sonrió por compromiso ante el saludo del moreno. Katrina miró al castaño extrañada, ¿Lo conocía? Se podría decir que, por desgracia, más de lo que le gustaría.
-El caballo se lo dejé a Eyre-Alzó la voz para que pudiera escucharlo-No soy un ladrón, esta ciudad me viene grande-Se encogió de hombros con un tono sarcástico.
No pudo pasar por alto el detalle de que Owens estaba acompañado, y no era una desconocida, pues aquel rostro se le había quedado muy grabado en la mente. La elfa con la que compartió visión en la Piedra de Odín lo observaba de forma extraña, no como la primera vez que se vieron, sino con cierto rencor. No estuvo equivocado en suponer que ambos se conocían, ese fue el motivo por el que se separó de ella.
Los dos se dispusieron a bajar del barco, Alward y Katrina se acercaron a la tabla de embarque.
-Necesito hablar contigo. Es importante-Le dijo a Owens nada más que este tomó tierra-Es sobre nuestros "amigos" en común-Poco detalle podía dar allí, ya que las paredes (o en este caso la tierra) tendrían oídos y era mejor ser precavido.
Quería también saludar a la elfa, pero vio que esta le dedicó una mirada austera y pasajera, como molesta. Frunció el ceño y centró de nuevo su atención en el moreno.
-Sabes que venir aquí es lo último que haría si no fuese importante-Dijo bajando el tono de voz de forma sutil.
Katrina, a su lado, observaba a todos los presentes en silencio, a modo de análisis. En Matthew detectaba demasiadas sensaciones, por lo que no podría distinguir muy bien qué estaba pensando en ese momento. Lo que sí tenía por seguro era que todo su ser irradiaba un odio masivo, no sabía si exactamente para Alward o para el mundo en general. Era una persona a la que tener lejos, sin duda. La elfa, por su parte, se mostraba impasible, aunque una pizca de curiosidad le picaba, seguramente por la presencia de la propia peliblanca.
Desvió una sutil mirada hacia el Sevna, el cual charlaba sin distraerse con Owens.
-A los dos les domina el odio-Comentó adentrándose en la mente del castaño.
Alward Sevna
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Re: ¿Amigo o enemigo? Parte II [Privado] [Cerrado]
El no juzgarse mutuamente era en gran parte lo que mantenía la relación entre Matthew y la Elfa estable, porque claramente eso tenía que involucrar algo de confianza, pero no la suficiente como para que la otra parte pensara que jamás se mentirían, o que podían poner las manos en el fuego por el otro. En todo caso, Owens estaba dispuesto a sacrificar las manos de alguien más en el fuego con tal de defender a Eil, y eso era más de lo que estaba dispuesto a hacer por la mayoría de los que conocía.
Pero toda relación se ponía a prueba cuando un tercero aparecía en escena, y eso era lo que pasaba con la presencia de Alward allí. Claramente el Estafador consideraba que tenía todas la ventajas, dada la situación, pero eso no evitaba que la presencia del Guardia resultara irritante. Bajó por la plataforma hasta quedarse en el muelle justo en frente de ambos invitados indeseados.
“No menciones su nombre en voz alta, imbécil ¿No te das cuenta que hay oídos en todos lados? No, claro que no te das cuenta, eres tan obtuso y sencillo que no eres capaz de ver nada que no seas tú” Pensó el estafador mientras seguía sonriendo.
-¿Es así? Me alegro de oírlo, tomaré las medidas necesarias para que la próxima vez que quieras ir a mi casa explotes en miles de pequeños pedazos - Y sí, podía decir una cosa semejante sin perder ni por un instante la sonrisa amable.
Era evidente que la relación entre Eil y Alward no había quedado en buenos términos, y Matt se alegraba por ello, de ser posible el Humano se encargaría de destruir todas las relaciones que pudiera generar la elfa, sobre todo si era con gente tan opuesta a él. El VIrrey sentía que esa había sido una pequeña victoria personal, aunque jamás lo diría en voz alta, seguramente sí lo hacía la elfa se encargaría de hacer lo opuesto solo para molestarlo y demostrar que ella no hacía lo que otros quisieran.
-¿Amigo en común? Oh no no no, lo que ocurrió esa noche fue un nuevo capítulo de Alward incluyendo a quienes lo rodean en sus problemas - Desde aquella noche Matt había hecho algunas averiguaciones, y si bien no tenía datos detallados de quienes eran esas personas que lo habían intentado matar, sí había podido averiguar que en más de una oportunidad se habían cruzado en el camino del Sevna - Si vienes a proponer que aunemos esfuerzos la respuesta es un rotundo no -
Se cruzó de brazos y lo miró con una ceja levantada.
-Al fin y al cabo ¿Cuando fue la última vez que te preocupaste por alguno de mis problemas? - Y aquí empezaba la parte en la que Matt dejaba de tomarse en serio la charla y simplemente se burlaba de la urgencia con la que hablaba Alward - Siquiera me preguntas cómo estoy o cómo han estado mis cosas desde la última vez. Solo apareces cuando me quieres pedir un favor o robarme - Frunció el ceño, con aires de indignación - Que egoísta eres - Se dio la vuelta y volvió a subir al barco.
Esa era la señal para que Eil tomara el control de la charla y los invitara a subir al barco de todos modos. Así podrían tener la charla, pero bajo las condiciones que Matthew definiera, y por sobre todo, de esa manera a oídos públicos el Virrey se había negado rotundamente a negociar con Alward.
Pero toda relación se ponía a prueba cuando un tercero aparecía en escena, y eso era lo que pasaba con la presencia de Alward allí. Claramente el Estafador consideraba que tenía todas la ventajas, dada la situación, pero eso no evitaba que la presencia del Guardia resultara irritante. Bajó por la plataforma hasta quedarse en el muelle justo en frente de ambos invitados indeseados.
“No menciones su nombre en voz alta, imbécil ¿No te das cuenta que hay oídos en todos lados? No, claro que no te das cuenta, eres tan obtuso y sencillo que no eres capaz de ver nada que no seas tú” Pensó el estafador mientras seguía sonriendo.
-¿Es así? Me alegro de oírlo, tomaré las medidas necesarias para que la próxima vez que quieras ir a mi casa explotes en miles de pequeños pedazos - Y sí, podía decir una cosa semejante sin perder ni por un instante la sonrisa amable.
Era evidente que la relación entre Eil y Alward no había quedado en buenos términos, y Matt se alegraba por ello, de ser posible el Humano se encargaría de destruir todas las relaciones que pudiera generar la elfa, sobre todo si era con gente tan opuesta a él. El VIrrey sentía que esa había sido una pequeña victoria personal, aunque jamás lo diría en voz alta, seguramente sí lo hacía la elfa se encargaría de hacer lo opuesto solo para molestarlo y demostrar que ella no hacía lo que otros quisieran.
-¿Amigo en común? Oh no no no, lo que ocurrió esa noche fue un nuevo capítulo de Alward incluyendo a quienes lo rodean en sus problemas - Desde aquella noche Matt había hecho algunas averiguaciones, y si bien no tenía datos detallados de quienes eran esas personas que lo habían intentado matar, sí había podido averiguar que en más de una oportunidad se habían cruzado en el camino del Sevna - Si vienes a proponer que aunemos esfuerzos la respuesta es un rotundo no -
Se cruzó de brazos y lo miró con una ceja levantada.
-Al fin y al cabo ¿Cuando fue la última vez que te preocupaste por alguno de mis problemas? - Y aquí empezaba la parte en la que Matt dejaba de tomarse en serio la charla y simplemente se burlaba de la urgencia con la que hablaba Alward - Siquiera me preguntas cómo estoy o cómo han estado mis cosas desde la última vez. Solo apareces cuando me quieres pedir un favor o robarme - Frunció el ceño, con aires de indignación - Que egoísta eres - Se dio la vuelta y volvió a subir al barco.
Esa era la señal para que Eil tomara el control de la charla y los invitara a subir al barco de todos modos. Así podrían tener la charla, pero bajo las condiciones que Matthew definiera, y por sobre todo, de esa manera a oídos públicos el Virrey se había negado rotundamente a negociar con Alward.
Matthew Owens
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Re: ¿Amigo o enemigo? Parte II [Privado] [Cerrado]
Siguió a Matt Owens de cerca. Se había levantado una brisa algo suave en aquella zona del lago, y los juncos se agitaban a medida que Matt Owens traspasaba la pasarela hasta el puerto donde lo esperaba Alward Sevna y la chica desconocida.
Eilydh no estaba segura si el estafador se había percatado de aquel detalle y andaba de manera pausada, con teatralidad para darle un toque de drama más surrealista a aquella situación que ya de por si lo era. Lo cierto es que en el tiempo en el que tardó en cruzar aquella pasarela y recitar las palabras a borbotones incluyendo el deje casi satírico sobre como el caballero no se preocupaba de sus sentimientos, la elfa se preguntó varias veces si Matt había considerado escribir obras de teatro en su tiempo libre. Estaba segura que le daría un dinero un tanto más limpio del que recibía ahora. Se lo anotó mentalmente y para cuando ella llegó a tierra firme, el giro teatral de su compañero casi la invitó de nuevo a adentrarse al barco.
Por supuesto la elfa conocía lo suficiente al estafador como para saber que aquello había causado justo el efecto deseado y que por mucha fachada que tuviese, nada le gustaba más que sentirse necesitado, así que sabía exactamente que era lo que le había pedido sin ni siquiera hablar.
-Bienvenido a Ciudad Lagarto, Alward- dijo finalmente Eilydh haciendo una leve inclinación casi tan teatral como la actuación de Matt. La elfa estaba adoptando como suyos algun que otro matiz del virrey y aunque a veces no le gustaban, en aquel momento se alegró de tener algo en lo que camuflarse. - Lamento que tu impresión de ella sea tan... decepcionante. Aunque... si mi memoria no me falla y según recuerdo... nuestro último encuentro también fue una decepción.- Dirigió una sonrisa cómplice a la chica que acompañaba a Alward, como compartiendo un secreto.
Se había acercado de manera sutil al miembro de la guardia. Rodeándolo con pasos elegantes como si sopesase todo lo que era a través de una mirada. El tipo de comportamientos que a ella misma le habría puesto nerviosa. Incluyó en aquel pequeño paseo por tierra firme una vuelta alrededor de Katrina, mientras terminaba de decir aquellas palabras. Clavó la mirada en ella y su gesto frío compuso una mueca agradable que acomodaba una sonrisa que en ningún momento traspasó a sus ojos.
Tras aquello se dirigió de nuevo al Sevna posicionándose frente a él.
-Una verdadera pena- dijo tras fijar su mirada en la del chico por unos segundos, como si hubiese estado aclarando sus pensamientos por un momento y finalmente los dejase ir, casi con un suspiro de melancolía.
-Estoy segura que mi prometido estará encantado de enseñaros nuestra nueva adquisición- dijo finalmente. Enfatizando de manera sutil la palabra prometido e invitándolos a entrar al barco en busca de un lugar más privado donde conversar, como Owens había dado a entender.
Se odió por sus palabras casi al momento. En primer lugar, Eilydh no se sentía orgullosa de que su nombre se mezclase con la promesa de estar atada a alguien. En segundo, el hecho de usar el termino "nuestro" como si tuviesen algo en común casi era como romper uno de sus principios más básicos. Pero lo importante en aquel momento era que todos los mercaderes y viandantes que los rodeaban de cuando en cuando no sospechasen nada más que lo que las habladurías decían: Eilydh era la prometida de Matt Owens. Y por ello debían respetarla. En una ciudad de ladrones, violadores y asesinos, aquella careta era extremadamente importante y Eilydh no pensaba romperla. Al menos no en público.
Por otro lado, después de haber compartido más de una conversación acerca del odio que Owens sentía por Alward y viceversa, y por alguna extraña razón que la elfa no lograba entender, el usar justo aquellas palabras y contemplar el gesto de Alward antes de guiarlos hasta la cubierta principal provocó cierto... ronroneo en su cabeza que duró hasta el momento en el que alcanzaron la estancia donde los recibió el carismático Owens
Como si fuese una revancha sin sentido aparente.
Ciudad lagarto va a volverme casi tan loca como a su virrey.Pensó algo angustiada y acomodó un asiento extra para que la acompañante de Alward se sentas
e.Eilydh no estaba segura si el estafador se había percatado de aquel detalle y andaba de manera pausada, con teatralidad para darle un toque de drama más surrealista a aquella situación que ya de por si lo era. Lo cierto es que en el tiempo en el que tardó en cruzar aquella pasarela y recitar las palabras a borbotones incluyendo el deje casi satírico sobre como el caballero no se preocupaba de sus sentimientos, la elfa se preguntó varias veces si Matt había considerado escribir obras de teatro en su tiempo libre. Estaba segura que le daría un dinero un tanto más limpio del que recibía ahora. Se lo anotó mentalmente y para cuando ella llegó a tierra firme, el giro teatral de su compañero casi la invitó de nuevo a adentrarse al barco.
Por supuesto la elfa conocía lo suficiente al estafador como para saber que aquello había causado justo el efecto deseado y que por mucha fachada que tuviese, nada le gustaba más que sentirse necesitado, así que sabía exactamente que era lo que le había pedido sin ni siquiera hablar.
-Bienvenido a Ciudad Lagarto, Alward- dijo finalmente Eilydh haciendo una leve inclinación casi tan teatral como la actuación de Matt. La elfa estaba adoptando como suyos algun que otro matiz del virrey y aunque a veces no le gustaban, en aquel momento se alegró de tener algo en lo que camuflarse. - Lamento que tu impresión de ella sea tan... decepcionante. Aunque... si mi memoria no me falla y según recuerdo... nuestro último encuentro también fue una decepción.- Dirigió una sonrisa cómplice a la chica que acompañaba a Alward, como compartiendo un secreto.
Se había acercado de manera sutil al miembro de la guardia. Rodeándolo con pasos elegantes como si sopesase todo lo que era a través de una mirada. El tipo de comportamientos que a ella misma le habría puesto nerviosa. Incluyó en aquel pequeño paseo por tierra firme una vuelta alrededor de Katrina, mientras terminaba de decir aquellas palabras. Clavó la mirada en ella y su gesto frío compuso una mueca agradable que acomodaba una sonrisa que en ningún momento traspasó a sus ojos.
Tras aquello se dirigió de nuevo al Sevna posicionándose frente a él.
-Una verdadera pena- dijo tras fijar su mirada en la del chico por unos segundos, como si hubiese estado aclarando sus pensamientos por un momento y finalmente los dejase ir, casi con un suspiro de melancolía.
-Estoy segura que mi prometido estará encantado de enseñaros nuestra nueva adquisición- dijo finalmente. Enfatizando de manera sutil la palabra prometido e invitándolos a entrar al barco en busca de un lugar más privado donde conversar, como Owens había dado a entender.
Se odió por sus palabras casi al momento. En primer lugar, Eilydh no se sentía orgullosa de que su nombre se mezclase con la promesa de estar atada a alguien. En segundo, el hecho de usar el termino "nuestro" como si tuviesen algo en común casi era como romper uno de sus principios más básicos. Pero lo importante en aquel momento era que todos los mercaderes y viandantes que los rodeaban de cuando en cuando no sospechasen nada más que lo que las habladurías decían: Eilydh era la prometida de Matt Owens. Y por ello debían respetarla. En una ciudad de ladrones, violadores y asesinos, aquella careta era extremadamente importante y Eilydh no pensaba romperla. Al menos no en público.
Por otro lado, después de haber compartido más de una conversación acerca del odio que Owens sentía por Alward y viceversa, y por alguna extraña razón que la elfa no lograba entender, el usar justo aquellas palabras y contemplar el gesto de Alward antes de guiarlos hasta la cubierta principal provocó cierto... ronroneo en su cabeza que duró hasta el momento en el que alcanzaron la estancia donde los recibió el carismático Owens
Como si fuese una revancha sin sentido aparente.
Ciudad lagarto va a volverme casi tan loca como a su virrey.Pensó algo angustiada y acomodó un asiento extra para que la acompañante de Alward se sentas
Eilydh
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Re: ¿Amigo o enemigo? Parte II [Privado] [Cerrado]
Ante la negativa de Matthew, el Sevna bajó los hombros seguido de una espiración desanimada. No es que las tuviera todas consigo para que el virrey aceptara, pero no creía que las negociaciones acabaran tan pronto.
-No tienes por qué venir tú, simplemente si me aconsej...--No terminó su frase cuando Owens lo interrumpió.
Se quedó bastante sorprendido que a este le importara que Alward le preguntara por cómo estaba o qué cosas habían pasado desde la última vez que se vieron. Realmente no supo qué decir, y todo acabó con el virrey dándole la espalda y subiendo de nuevo al barco.
Katrina revoleó los ojos y terminó con la mirada puesta sutilmente sobre su acompañante.
Acto seguido, fue la elfa la que se adelantó para charlar con la pareja. La vampiresa la observaba con cautela y suspicacia.
-G-gracias...-Asintió de forma apresurada.-...¿Una decepción?-No sabía a qué se refería. Quizás la visión no le gustó.
La sonrisa que la elfa le dedicó a la peliblanca no fue ni mínimamente devuelta, todo lo contrario. Esta última frunció el ceño advirtiendo así que mantuviese la distancia de su confianza. Aquel gesto se acrecentó en cuanto la rubia empezó a acercarse a Alward y a rodearle con pasos lentos y elegantes. Para el parecer de Katrina, si era algún tipo de cortejo, era demasiado ridículo y pobre.
El castaño, por su parte, se sintió incómodo, pero de forma externa mostraba una sonrisa nerviosa mientras colocaba sus manos en la cintura, adoptando una pose relajada.
-Yo que tú pararía. Estás haciendo el ridículo, perrita faldera.-La voz mágica de la vampiresa resonó por todos los recovecos de la mente de la elfa, haciendo especial énfasis en "Perrita Faldera", palabras lanzadas con toda la intención de hacer daño, pues esa era su arma.-Vete de nuevo con tu amo-Si las palabras fuesen un arma tangible, aquellas palabras habrían sido como dos dagas que se clavan en la espalda ajena.
Siempre que alguien escucha por primera vez la voz de Katrina en su mente suele tener reacciones que divierten a la peliblanca. Algunos se creen que escuchan voces, que están locos. Otros se creen que los propios dioses les hablan. También están aquellos a los que le entra el miedo y se van. ¿Cuál de todo aquel abanico de posibilidades sería la rubia? Sea como fuere, ahora era la peliblanca la que miraba a la elfa con aires de superioridad y una sonrisa socarrona.
Alward notó esto en Katrina. La miró extrañado, pues él no había oído nada. La vampiresa entonces le guiñó un ojo.
El castaño quería indagar en qué es lo que había hecho su acompañante, pero todo eso quedó en un segundo plano en cuanto escuchó la palabra "prometido" de los labios de la propia elfa. Sus ojos se abrieron como platos y sus gestos y posturas dejaron de estar tan relajados.
-¿¡PROMETIDO!?
Katrina rió por lo bajo y se tapó la parte baja del rostro con sus manos. La caperuza blanca la seguía protegiendo, por lo que por un instante su rostro quedó completamente tapado.
-Perrita faldera-Dijo como si tirase un dardo directo a la rubia. Eso sí que lo escuchó Alward.
Acto seguido, la propia mujer los invitó a subir al barco.
-Muchas gracias, señorita...-Se había olvidado completamente de su nombre, así que quedó en una laguna que solucionó con una sonrisa inesperada.
-Perrita faldera-Sonó en la mente de Alward
-Perrita faldera-Dijo con todo el convencimiento del mundo, añadiendo incluso una sonrisa gentil. A los dos segundos se dio cuenta de lo que había pasado y notó como si el corazón se le detuviera. Sus ojos se abrieron y se giró por instinto hacia Katrina con una actitud iracunda y todo el rostro rojo como un tomate-¡CÁLLATE!
Comprometido, volvió a girarse hacia la elfa y gesticuló en demasía para disculparse.
-¡L-lo siento de veras!-Se inclinó demasiadas veces en pocos segundos como para contarlas-¡Ha sido un lapsus!
La elfa, cuyo nombre aún era una laguna para Alward, los guió hasta Matthew Owens. El silencio que se había apoderado de la situación era tan incómodo que incluso le daba miedo romperlo. Todo por culpa de Katrina, a la cual el castaño miraba de vez en cuando con desdén. Esta, simplemente se limitaba a sonreír cada vez que eso pasaba. En todo el paseo por el barco, en todo momento, en la mente de Eilydh, la peliblanca tarareaba una canción sutil que la elfa no podía siquiera diferenciar si era producto de sus propios pensamientos o no.
-Perrita faldera, toma tu correa, sé obediente y vuelve con tu amo. Haz todo lo que te dice, y sé su objeto más preciado. Pobrecita, y qué desdichada... ~~
Toda una canción en bucle hasta que llegaron a donde se encontraba el virrey.
___________________________________________________________
Off: Lo siento, Katrina se ha ensañado con Eilydh y va a aprovechar sus poderes de la voz para hacerle daño y mellar su mente. Tú decides en qué medida te afecta todo, Eil, pero tengo entendido que no es algo agradable para ti :P.
-No tienes por qué venir tú, simplemente si me aconsej...--No terminó su frase cuando Owens lo interrumpió.
Se quedó bastante sorprendido que a este le importara que Alward le preguntara por cómo estaba o qué cosas habían pasado desde la última vez que se vieron. Realmente no supo qué decir, y todo acabó con el virrey dándole la espalda y subiendo de nuevo al barco.
Katrina revoleó los ojos y terminó con la mirada puesta sutilmente sobre su acompañante.
Acto seguido, fue la elfa la que se adelantó para charlar con la pareja. La vampiresa la observaba con cautela y suspicacia.
-G-gracias...-Asintió de forma apresurada.-...¿Una decepción?-No sabía a qué se refería. Quizás la visión no le gustó.
La sonrisa que la elfa le dedicó a la peliblanca no fue ni mínimamente devuelta, todo lo contrario. Esta última frunció el ceño advirtiendo así que mantuviese la distancia de su confianza. Aquel gesto se acrecentó en cuanto la rubia empezó a acercarse a Alward y a rodearle con pasos lentos y elegantes. Para el parecer de Katrina, si era algún tipo de cortejo, era demasiado ridículo y pobre.
El castaño, por su parte, se sintió incómodo, pero de forma externa mostraba una sonrisa nerviosa mientras colocaba sus manos en la cintura, adoptando una pose relajada.
-Yo que tú pararía. Estás haciendo el ridículo, perrita faldera.-La voz mágica de la vampiresa resonó por todos los recovecos de la mente de la elfa, haciendo especial énfasis en "Perrita Faldera", palabras lanzadas con toda la intención de hacer daño, pues esa era su arma.-Vete de nuevo con tu amo-Si las palabras fuesen un arma tangible, aquellas palabras habrían sido como dos dagas que se clavan en la espalda ajena.
Siempre que alguien escucha por primera vez la voz de Katrina en su mente suele tener reacciones que divierten a la peliblanca. Algunos se creen que escuchan voces, que están locos. Otros se creen que los propios dioses les hablan. También están aquellos a los que le entra el miedo y se van. ¿Cuál de todo aquel abanico de posibilidades sería la rubia? Sea como fuere, ahora era la peliblanca la que miraba a la elfa con aires de superioridad y una sonrisa socarrona.
Alward notó esto en Katrina. La miró extrañado, pues él no había oído nada. La vampiresa entonces le guiñó un ojo.
El castaño quería indagar en qué es lo que había hecho su acompañante, pero todo eso quedó en un segundo plano en cuanto escuchó la palabra "prometido" de los labios de la propia elfa. Sus ojos se abrieron como platos y sus gestos y posturas dejaron de estar tan relajados.
-¿¡PROMETIDO!?
Katrina rió por lo bajo y se tapó la parte baja del rostro con sus manos. La caperuza blanca la seguía protegiendo, por lo que por un instante su rostro quedó completamente tapado.
-Perrita faldera-Dijo como si tirase un dardo directo a la rubia. Eso sí que lo escuchó Alward.
Acto seguido, la propia mujer los invitó a subir al barco.
-Muchas gracias, señorita...-Se había olvidado completamente de su nombre, así que quedó en una laguna que solucionó con una sonrisa inesperada.
-Perrita faldera-Sonó en la mente de Alward
-Perrita faldera-Dijo con todo el convencimiento del mundo, añadiendo incluso una sonrisa gentil. A los dos segundos se dio cuenta de lo que había pasado y notó como si el corazón se le detuviera. Sus ojos se abrieron y se giró por instinto hacia Katrina con una actitud iracunda y todo el rostro rojo como un tomate-¡CÁLLATE!
Comprometido, volvió a girarse hacia la elfa y gesticuló en demasía para disculparse.
-¡L-lo siento de veras!-Se inclinó demasiadas veces en pocos segundos como para contarlas-¡Ha sido un lapsus!
La elfa, cuyo nombre aún era una laguna para Alward, los guió hasta Matthew Owens. El silencio que se había apoderado de la situación era tan incómodo que incluso le daba miedo romperlo. Todo por culpa de Katrina, a la cual el castaño miraba de vez en cuando con desdén. Esta, simplemente se limitaba a sonreír cada vez que eso pasaba. En todo el paseo por el barco, en todo momento, en la mente de Eilydh, la peliblanca tarareaba una canción sutil que la elfa no podía siquiera diferenciar si era producto de sus propios pensamientos o no.
-Perrita faldera, toma tu correa, sé obediente y vuelve con tu amo. Haz todo lo que te dice, y sé su objeto más preciado. Pobrecita, y qué desdichada... ~~
Toda una canción en bucle hasta que llegaron a donde se encontraba el virrey.
___________________________________________________________
Off: Lo siento, Katrina se ha ensañado con Eilydh y va a aprovechar sus poderes de la voz para hacerle daño y mellar su mente. Tú decides en qué medida te afecta todo, Eil, pero tengo entendido que no es algo agradable para ti :P.
Alward Sevna
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Re: ¿Amigo o enemigo? Parte II [Privado] [Cerrado]
El Estafador subió al barco con su habitual soltura y gracia, estaba completamente seguro que Eil se encargaría de la situación como correspondía. Además, la cara de desconcierto que había puesto Alward cuando le recriminó su falta de atención a los detalles había sido muy divertida, por lo que su humor estaba ligeramente mejor.
Observó por arriba del hombro la manera de actuar de la elfa, parecía que se estaba divirtiendo “Bien por ella. Le viene bien distraerse un poco” pensó el Humano. Suponía que para alguien como ella el Guardia no podía ser más que un entretenimiento pasajero, Eil tenía los suficientes recursos como para jugar con él a su antojo.
Fue hasta el camarote del capitán y se sentó tras la mesa principal de la sala. Claramente una cabina para alguien como Matt no podía ser sencilla y discreta, por supuesto que no, el Virrey la había llenado de tantos objetos inútiles como le había sido posible. La mesa era amplia y de madera pesada, lo que impedía que se moviera con los vaivenes del barco.... Si fuera un barco que pudiera estar en alta mar. Un mapa de Aerandir que Owens había modificado y cambiado los nombres de las ciudades por cosas que le sonaban más graciosos. (Lunargenta = Lunagentío. Vulwulfar= FuFurFar. Sandorai= Abrasandorai)
En algún momento había desarrollado una afición por los barcos en miniatura dentro de botellas, se maravillaba del nivel de detalle que podían tener, y además consideraba que quedaban preciosos en la estantería, que seguro eso era algo que un capitán tendría. En cuanto a las cosas que tenía colgando del techo, eso no tenía sentido alguno, aunque Matt estaba seguro que los demás le encontrarían alguno, y eso era bueno para confundir.
Se acomodó en su magnífica silla y entrecruzó las manos, apoyándolas en la mesa, era la viva imagen de la calma y la amabilidad.
-Tomen asiento, por favor - No había sillas disponibles más que la de Matt - Aquí podremos hablar con más calma, lejos de oídos indiscretos -Los niveles de paranoia de Matthew iban aumentando día a día, aunque viendo en la ciudad que vivía no era de extrañarse - Bien Alward, dime qué tienes pensado. Y espero que tu propuesta no sea alguna estupidez como la de ir sólo a derrotar a todo un ejército - Revoleó los ojos e hizo una risita sarcástica - Creo que ya quedó comprobado que el método de enfrentarlos cara a cara no funciona ¿O necesitas más tumbas de amigos para terminar de confirmarlo? -
Se escucharon algunos ruidos afuera, parecían ser un par de personas peleando.
-No se preocupen por eso, tengo a alguien de confianza encargándose de los “curiosos” - Sonrió con algo de malicia - Tienes una increíble habilidad para traer problemas a donde sea que te muevas, Sevna - Entonces dejó de mirar al Humano y se fijó en la acompañante - Aunque antes de que sigamos me gustaría que hagas las presentaciones que corresponden - Y ahora hablaba serio, sin apartar los ojos de esa desconocida, como si de pronto su presencia fuera molesta.
Observó por arriba del hombro la manera de actuar de la elfa, parecía que se estaba divirtiendo “Bien por ella. Le viene bien distraerse un poco” pensó el Humano. Suponía que para alguien como ella el Guardia no podía ser más que un entretenimiento pasajero, Eil tenía los suficientes recursos como para jugar con él a su antojo.
Fue hasta el camarote del capitán y se sentó tras la mesa principal de la sala. Claramente una cabina para alguien como Matt no podía ser sencilla y discreta, por supuesto que no, el Virrey la había llenado de tantos objetos inútiles como le había sido posible. La mesa era amplia y de madera pesada, lo que impedía que se moviera con los vaivenes del barco.... Si fuera un barco que pudiera estar en alta mar. Un mapa de Aerandir que Owens había modificado y cambiado los nombres de las ciudades por cosas que le sonaban más graciosos. (Lunargenta = Lunagentío. Vulwulfar= FuFurFar. Sandorai= Abrasandorai)
En algún momento había desarrollado una afición por los barcos en miniatura dentro de botellas, se maravillaba del nivel de detalle que podían tener, y además consideraba que quedaban preciosos en la estantería, que seguro eso era algo que un capitán tendría. En cuanto a las cosas que tenía colgando del techo, eso no tenía sentido alguno, aunque Matt estaba seguro que los demás le encontrarían alguno, y eso era bueno para confundir.
- Cabina del Capitán:
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Se acomodó en su magnífica silla y entrecruzó las manos, apoyándolas en la mesa, era la viva imagen de la calma y la amabilidad.
-Tomen asiento, por favor - No había sillas disponibles más que la de Matt - Aquí podremos hablar con más calma, lejos de oídos indiscretos -Los niveles de paranoia de Matthew iban aumentando día a día, aunque viendo en la ciudad que vivía no era de extrañarse - Bien Alward, dime qué tienes pensado. Y espero que tu propuesta no sea alguna estupidez como la de ir sólo a derrotar a todo un ejército - Revoleó los ojos e hizo una risita sarcástica - Creo que ya quedó comprobado que el método de enfrentarlos cara a cara no funciona ¿O necesitas más tumbas de amigos para terminar de confirmarlo? -
Se escucharon algunos ruidos afuera, parecían ser un par de personas peleando.
-No se preocupen por eso, tengo a alguien de confianza encargándose de los “curiosos” - Sonrió con algo de malicia - Tienes una increíble habilidad para traer problemas a donde sea que te muevas, Sevna - Entonces dejó de mirar al Humano y se fijó en la acompañante - Aunque antes de que sigamos me gustaría que hagas las presentaciones que corresponden - Y ahora hablaba serio, sin apartar los ojos de esa desconocida, como si de pronto su presencia fuera molesta.
Matthew Owens
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Re: ¿Amigo o enemigo? Parte II [Privado] [Cerrado]
-Maravilloso- Pensó y dijo al notar la mirada molesta de la mujer que seguía a Alward.
Por alguna extraña razón Eilydh había empezado a escuchar frases que ciertamente no pertenecían a su cabeza. Lo comprobó en el momento exacto en el que palabras que más bien parecían de alguien poco maduro seguían repitiéndose en su mente, como olas que iban y venían.
Lo cierto es que empezó a frustrarla un poco. La elfa seguía mirando aquí y allá para intentar reconocer de donde provenían, porque ciertamente ella se quería demasiado como para llamarse a si misma "Perrita faldera"
Las palabras de Alward fueron tan solo la confirmación de que no era una simple casualidad y su rostro confuso al pronunciarlas le dio a entender que no habían salido de él, así que se imaginó que provenían de su amiga. Sonrió, de manera sabihonda mientras cruzaba una leve mirada con la desconocida a medida que se sentaban.
De nuevo Matt Owens tenía las palabras que la elfa estaba buscando. Eilydh había empezado a preguntarse si la poción que les permitió conocerse más había alterado de alguna manera su propio raciocinio y lo había conectado con el del hombre. Era eso, o que simplemente ambas mentes eran maravillosas. Eilydh agarró una de las uvas dispuestas sobre la mesa y se la llevó a los labios tras juguetear un poco con ella dejándo hablar al hombre y esperó a que su pregunta sobre quien era aquella mujer terminase para apresurarse a decir:
- Creo que voy a llamarla "Chispita" Es taaaaan mona.. con ese ceño fruncido... le falta un lacito pero podremos arreglarlo con el tiempo....- dijo sonriente- ¿Que te parece Matt? - dijo risueña mientras agarraba la mano del estafador con luz en su mirada- Es un nombre adecuado ya que por lo visto es la nueva perrita faldera de Alward Sevna, Matt- dijo sonriendo con la cancioncilla aun en su cabeza- Se ve que tiene mucho interés en que descubramos precisamente ese detalle. Y por lo visto.. le van los juegos mentales- Eilydh avanzó su cuerpo hasta quedar a dos palmos de las oreja de Alward- Aunque si me permites un consejo, Alward, cariño...Deberías controlarla.Ya sabes lo que dicen: Los animales siempre se parecen a sus dueños. No querrás que bueno.. piensen mal de ti por como tu amiga trata a las personas a las que vienes a pedir ayuda- Lo susurró de manera certera y sin mirar a la chica pero cerciorándose de que esta lo escuchase.
Eilydh ya estaba mayor para juego de niños, y esperaba que la recién llegada comprendiese aquello antes de que hiciese más el ridiculo.
La tensión había crecido de manera proporcional en la sala que ahora se quedó en un silencio cortante, casi antinatural, por ello cuando la elfa apoyó sus dos manos con un estruendo en la mesa, pareció servir de señal para ella misma que se levantó y agarró una botella de vino rosado.
Se entretuvo un rato buscando la adecuada mientras esperaba escuchar las razones por las que Alward había acudido al barco, Trazo con sus dedos una linea sobre las etiquetas para quitar el polvo de varias hasta encontrar la adecuada y cuando lo hizo la destapó con un ruidoso "Plof" que interrumpió la charla.
Miró divertida a Matt y le hizo un ademán preguntandole si quería un poco. No esperó su respuesta para verter el contenido en su copa. Hizo lo mismo con Alward y su amiga, intentando firmar así un tratado de paz temporal.
-Espero que traigas un precio en mente- dijo la elfa- Imagino que sabrás que los favores en ciudad lagarto se pagan alto.- volvió a sentarse de manera relajada sobre un lado de la silla y esperó paciente a las explicaciones de Alward- Y que si vamos a ayudarte... debes prometer que tu palabra tendrá más valor que elegir la puerta más cercana y marchar cuando la cosa se ponga peligrosa- dijo de manera certera, dejandole claro que tenían una conversación pendiente
.Por alguna extraña razón Eilydh había empezado a escuchar frases que ciertamente no pertenecían a su cabeza. Lo comprobó en el momento exacto en el que palabras que más bien parecían de alguien poco maduro seguían repitiéndose en su mente, como olas que iban y venían.
Lo cierto es que empezó a frustrarla un poco. La elfa seguía mirando aquí y allá para intentar reconocer de donde provenían, porque ciertamente ella se quería demasiado como para llamarse a si misma "Perrita faldera"
Las palabras de Alward fueron tan solo la confirmación de que no era una simple casualidad y su rostro confuso al pronunciarlas le dio a entender que no habían salido de él, así que se imaginó que provenían de su amiga. Sonrió, de manera sabihonda mientras cruzaba una leve mirada con la desconocida a medida que se sentaban.
De nuevo Matt Owens tenía las palabras que la elfa estaba buscando. Eilydh había empezado a preguntarse si la poción que les permitió conocerse más había alterado de alguna manera su propio raciocinio y lo había conectado con el del hombre. Era eso, o que simplemente ambas mentes eran maravillosas. Eilydh agarró una de las uvas dispuestas sobre la mesa y se la llevó a los labios tras juguetear un poco con ella dejándo hablar al hombre y esperó a que su pregunta sobre quien era aquella mujer terminase para apresurarse a decir:
- Creo que voy a llamarla "Chispita" Es taaaaan mona.. con ese ceño fruncido... le falta un lacito pero podremos arreglarlo con el tiempo....- dijo sonriente- ¿Que te parece Matt? - dijo risueña mientras agarraba la mano del estafador con luz en su mirada- Es un nombre adecuado ya que por lo visto es la nueva perrita faldera de Alward Sevna, Matt- dijo sonriendo con la cancioncilla aun en su cabeza- Se ve que tiene mucho interés en que descubramos precisamente ese detalle. Y por lo visto.. le van los juegos mentales- Eilydh avanzó su cuerpo hasta quedar a dos palmos de las oreja de Alward- Aunque si me permites un consejo, Alward, cariño...Deberías controlarla.Ya sabes lo que dicen: Los animales siempre se parecen a sus dueños. No querrás que bueno.. piensen mal de ti por como tu amiga trata a las personas a las que vienes a pedir ayuda- Lo susurró de manera certera y sin mirar a la chica pero cerciorándose de que esta lo escuchase.
Eilydh ya estaba mayor para juego de niños, y esperaba que la recién llegada comprendiese aquello antes de que hiciese más el ridiculo.
La tensión había crecido de manera proporcional en la sala que ahora se quedó en un silencio cortante, casi antinatural, por ello cuando la elfa apoyó sus dos manos con un estruendo en la mesa, pareció servir de señal para ella misma que se levantó y agarró una botella de vino rosado.
Se entretuvo un rato buscando la adecuada mientras esperaba escuchar las razones por las que Alward había acudido al barco, Trazo con sus dedos una linea sobre las etiquetas para quitar el polvo de varias hasta encontrar la adecuada y cuando lo hizo la destapó con un ruidoso "Plof" que interrumpió la charla.
Miró divertida a Matt y le hizo un ademán preguntandole si quería un poco. No esperó su respuesta para verter el contenido en su copa. Hizo lo mismo con Alward y su amiga, intentando firmar así un tratado de paz temporal.
-Espero que traigas un precio en mente- dijo la elfa- Imagino que sabrás que los favores en ciudad lagarto se pagan alto.- volvió a sentarse de manera relajada sobre un lado de la silla y esperó paciente a las explicaciones de Alward- Y que si vamos a ayudarte... debes prometer que tu palabra tendrá más valor que elegir la puerta más cercana y marchar cuando la cosa se ponga peligrosa- dijo de manera certera, dejandole claro que tenían una conversación pendiente
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Eilydh
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Re: ¿Amigo o enemigo? Parte II [Privado] [Cerrado]
Las estancias reservadas para el capitán en aquel barco sin duda hacían gala de su temática. Cualquiera diría que se encontraba en alta mar, viajando en busca de tesoros y aventuras.
-Bonito camarote-Dijo el castaño mientras miraba todo lo que este contenía con un rápido barrido de mirada. Le impresionó, para qué mentir.
A continuación, el virrey les ofreció asiento, pero allí no había más silla que la suya propia. Alward y Katrina se miraron confusos y dejaron pasar aquello para centrarse en el tema que les ocupaba.
-No soy idiota. No voy a enfrentarme a ellos de frente.-Dijo en clara negativa-Tan solo necesito colarme en esa mansión. No sé mucho sobre ellos, y la información es poder. Alguien como tú debería saberlo bien, Matthew.-Se cruzó de brazos, adoptando un tono de seriedad que poco lugar daba a bromas-No soy un ladrón, ni un espía... por lo que necesito a alguien experimentado que me ayude a colarme allí.-Parecía tener ya el plan hecho en su cabeza, aunque nada más lejos de la realidad-No quisiera molestarte a ti, tan solo si me pudieses dar a alguien de tu plena confianza...
De pronto, se escucharon ruidos fuera de pelea. Como un acto reflejo, el Sevna y su acompañante se voltearon alerta, el primero incluso se llevó la mano a su espalda, rozando la empuñadura de una de sus espadas con los dedos... pero Matthew les tranquilizó y acabó con todo atisbo de alerta por parte de ambos visitantes.
Entonces, volvieron a voltearse hacia el virrey. La mención del magnetismo innato de Alward para con los problemas generó una mueca de desagrado en este, aunque no era algo que pudiese contradecir.
Katrina, por su parte, se mostró inexpresiva cuando Owens preguntó por ella. Para la peliblanca, no era un asunto de interés, por lo tanto no era necesario que se dignara a responder siquiera.
-Es... una aliada-Dijo mirando de reojo a la chica pálida-Una muy buena. Su nombre es Katrina, y es muda, así que no esperes ninguna respuesta por su parte...-Sonrió, condescendiente.
Si Matthew no le quitaba ojo y la miraba de forma seria, Katrina no se achantaría y le mantendría una mirada fría y penetrante, con las manos entrecruzadas y apoyadas en la parte delantera de su vestido. La vampiresa notaba al virrey molesto con su presencia, cosa que no la hacía más que llenarla de gozo. Un gozo que tan solo mostraría con una fugaz media sonrisa antes de que su atención pasara a la elfa, que ahora parecía tomar el protagonismo de la reunión.
La rubia tenía algún especial interés por caerle mal y de forma cargante a la peliblanca. Qué fácil sería para ella poder influenciar la mente de Alward para decirle todas las cosas que se le pasaban por su mente... aunque no iba a hacerlo, ya que respetaba al humano. Influenciar al virrey era un acto complicado, tan solo su presencia así se lo hacía sentir. Sin embargo, sí que podría seguir jugando con la mente de la elfa un poco... pero eso sería poner en serias complicaciones la estancia tanto de ella como Alward allí, por lo que lo dejó pasar.
Alward, por su parte, frunció su ceño, molesto, y negó con la cabeza ante las palabras de la elfa.
-No trato a mis aliados como mascotas o simples floreros. No sigas por ahí.-Fue todo lo que le respondió.
Ante aquellas palabras de defensa, Katrina sintió un profundo agradecimiento hacia el Sevna. Aunque de forma externa tan solo siguiese con una mirada más profunda y fría que con la que había mirado momentos atrás al virrey.
Alward suspiró y volvió a centrar su atención en Matthew Owens.
-...volviendo al tema...-Se volvió a cruzar de brazos-No me gustaría hacerte perder más tiempo, así que... ¿Qué me dices?-Más que el de Owens, el que no quería perder era su propio tiempo.
El castaño negó el ofrecimiento de vino. Katrina siquiera le respondió, sino que se la quedó mirando como si no entendiese qué había dicho o qué le estaba proponiendo, como si la elfa hubiese hablado en una lengua extranjera imposible de entender. Luego, su rostro se ensombreció y sus colmillos se afilaron de una forma espeluznante. Acto seguido, una lengua viperina salió de sus fauces tratando de asustar de imprevisto a la elfa [1].
Alward suspiró de nuevo. El tira y afloja de las dos mujeres se estaba volviendo incómodo. Quizás hubiese sido mejor que ninguna de las dos hubiese asistido a la reunión. Al menos Matthew sabía ejercer el papel de diplomático oyente ante las peticiones...
Luego, la rubia mencionó algo sobre un precio a pagar. Era incómodo, pero cierto.
-Sé que los favores no se hacen gratis, y menos en esta ciudad...-Reposó su mirada en Owens-...y menos con Matthew Owens...-Apretó el agarre que sus manos ejercían en su cruce de brazos, como si le costase decir sus siguientes palabras-Sabes de mis habilidades y mi puesto, estoy dispuesto a hacer el trabajo que me pidas, sin excepción y sin excusa, dentro de mis posibilidades y lógica.
_________________________________________________________________
Off: -Habilidad Usada: Presencia Vampírica [1]: El vampiro puede alterar la percepción de los demás sobre su apariencia con una ilusión que le hace parecer más temible o más atractivo, a voluntad. Adicionalmente, esto le permite ocultarse con mayor facilidad en lugares oscuros.
-Bonito camarote-Dijo el castaño mientras miraba todo lo que este contenía con un rápido barrido de mirada. Le impresionó, para qué mentir.
A continuación, el virrey les ofreció asiento, pero allí no había más silla que la suya propia. Alward y Katrina se miraron confusos y dejaron pasar aquello para centrarse en el tema que les ocupaba.
-No soy idiota. No voy a enfrentarme a ellos de frente.-Dijo en clara negativa-Tan solo necesito colarme en esa mansión. No sé mucho sobre ellos, y la información es poder. Alguien como tú debería saberlo bien, Matthew.-Se cruzó de brazos, adoptando un tono de seriedad que poco lugar daba a bromas-No soy un ladrón, ni un espía... por lo que necesito a alguien experimentado que me ayude a colarme allí.-Parecía tener ya el plan hecho en su cabeza, aunque nada más lejos de la realidad-No quisiera molestarte a ti, tan solo si me pudieses dar a alguien de tu plena confianza...
De pronto, se escucharon ruidos fuera de pelea. Como un acto reflejo, el Sevna y su acompañante se voltearon alerta, el primero incluso se llevó la mano a su espalda, rozando la empuñadura de una de sus espadas con los dedos... pero Matthew les tranquilizó y acabó con todo atisbo de alerta por parte de ambos visitantes.
Entonces, volvieron a voltearse hacia el virrey. La mención del magnetismo innato de Alward para con los problemas generó una mueca de desagrado en este, aunque no era algo que pudiese contradecir.
Katrina, por su parte, se mostró inexpresiva cuando Owens preguntó por ella. Para la peliblanca, no era un asunto de interés, por lo tanto no era necesario que se dignara a responder siquiera.
-Es... una aliada-Dijo mirando de reojo a la chica pálida-Una muy buena. Su nombre es Katrina, y es muda, así que no esperes ninguna respuesta por su parte...-Sonrió, condescendiente.
Si Matthew no le quitaba ojo y la miraba de forma seria, Katrina no se achantaría y le mantendría una mirada fría y penetrante, con las manos entrecruzadas y apoyadas en la parte delantera de su vestido. La vampiresa notaba al virrey molesto con su presencia, cosa que no la hacía más que llenarla de gozo. Un gozo que tan solo mostraría con una fugaz media sonrisa antes de que su atención pasara a la elfa, que ahora parecía tomar el protagonismo de la reunión.
La rubia tenía algún especial interés por caerle mal y de forma cargante a la peliblanca. Qué fácil sería para ella poder influenciar la mente de Alward para decirle todas las cosas que se le pasaban por su mente... aunque no iba a hacerlo, ya que respetaba al humano. Influenciar al virrey era un acto complicado, tan solo su presencia así se lo hacía sentir. Sin embargo, sí que podría seguir jugando con la mente de la elfa un poco... pero eso sería poner en serias complicaciones la estancia tanto de ella como Alward allí, por lo que lo dejó pasar.
Alward, por su parte, frunció su ceño, molesto, y negó con la cabeza ante las palabras de la elfa.
-No trato a mis aliados como mascotas o simples floreros. No sigas por ahí.-Fue todo lo que le respondió.
Ante aquellas palabras de defensa, Katrina sintió un profundo agradecimiento hacia el Sevna. Aunque de forma externa tan solo siguiese con una mirada más profunda y fría que con la que había mirado momentos atrás al virrey.
Alward suspiró y volvió a centrar su atención en Matthew Owens.
-...volviendo al tema...-Se volvió a cruzar de brazos-No me gustaría hacerte perder más tiempo, así que... ¿Qué me dices?-Más que el de Owens, el que no quería perder era su propio tiempo.
El castaño negó el ofrecimiento de vino. Katrina siquiera le respondió, sino que se la quedó mirando como si no entendiese qué había dicho o qué le estaba proponiendo, como si la elfa hubiese hablado en una lengua extranjera imposible de entender. Luego, su rostro se ensombreció y sus colmillos se afilaron de una forma espeluznante. Acto seguido, una lengua viperina salió de sus fauces tratando de asustar de imprevisto a la elfa [1].
Alward suspiró de nuevo. El tira y afloja de las dos mujeres se estaba volviendo incómodo. Quizás hubiese sido mejor que ninguna de las dos hubiese asistido a la reunión. Al menos Matthew sabía ejercer el papel de diplomático oyente ante las peticiones...
Luego, la rubia mencionó algo sobre un precio a pagar. Era incómodo, pero cierto.
-Sé que los favores no se hacen gratis, y menos en esta ciudad...-Reposó su mirada en Owens-...y menos con Matthew Owens...-Apretó el agarre que sus manos ejercían en su cruce de brazos, como si le costase decir sus siguientes palabras-Sabes de mis habilidades y mi puesto, estoy dispuesto a hacer el trabajo que me pidas, sin excepción y sin excusa, dentro de mis posibilidades y lógica.
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Off: -Habilidad Usada: Presencia Vampírica [1]: El vampiro puede alterar la percepción de los demás sobre su apariencia con una ilusión que le hace parecer más temible o más atractivo, a voluntad. Adicionalmente, esto le permite ocultarse con mayor facilidad en lugares oscuros.
Alward Sevna
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Re: ¿Amigo o enemigo? Parte II [Privado] [Cerrado]
Sonrió satisfecho cuando Alward elogió el camarote y luego asintió aceptando el cumplido, estaba muy orgulloso de su buen gusto.
La propuesta del Guardia era aún más descabellada de lo que Owens había supuesto, ridícula de principio a fin “Digno de alguien que sólo se ha dedicado a seguir órdenes y nunca a planear” pensaba Matt mientras se peinaba la barba con dos dedos como si estuviera considerando la propuesta del Sevna seriamente.
-¿Y porque alguien de MI plena confianza sería alguien en quien TÚ confiarías? ¿No debería ser exactamente a la inversa? - Sonrió ampliamente - Es decir, bien podría enviar a alguien que te entregara en el momento que menos lo esperes, o que te apuñalara por la espalda una vez que el trabajo se haya completado - Se removió en el lugar, disfrutando de la idea - Se me pone la piel de gallina de sólo pensarlo - Claramente era todo un regocijo.
Sintió que Eil lo agarraba de la mano, parecía estar muy interesada en fastidiar a la compañera de Alward “¿Quien soy yo para juzgarla?” pensó el Estafador, a él también le encantaba molestar a la gente. Estaba bastante seguro que la Elfa siempre había sido así, pero a medida que pasaban tiempo juntos parecía que se contagiaban mutuamente sus malos hábitos.
-Jajaja ¿Chispitas? No está mal - Levantó la mano de Eil y la beso - Con que juegos mentales, sé alguna que otra cosa sobre eso - No iba a contar los como ni los porqué, pero viviendo con Eyre no podía sorprenderse de semejante habilidad - No es necesario que digas más, Katrina. Tu silencio lo dice todo - Se empezó a reír de sus propios chistes.
Agarró la copa que Eil le había servido, probó un poco y asintió, había elegido una buena botella. Se detuvo a medio beber cuando Alward comenzó a proponer un posible modo de pago, bajó el vaso lentamente, dejando a la vista una amplia sonrisa, el tipo de sonrisa que no auguraba buenas intenciones.
-¿Cualquier cosa? ¿Sin excepción y sin excusa? - Su tono era como un ronroneo - Ay, mi querido Alward, creo que no te das una idea de lo que estás prometiendo - Se tapó el rostro con una mano, mientras su cuerpo se sacudía por la risa - Jajaja, me has hecho muy feliz, te lo agradezco de todo corazón - Se escuchó como alguien tocaba a la puerta - Puedes entrar, Einar -
Un muchacho pelirrojo y sonriente ingresó a la habitación, iba dejando huellas de sangre a medida que avanzaba.
-¿Por qué esas caras largas? - Exclamó con alegría, siguió caminando hasta ponerse junto a Matt, del lado opuesto en el que estaba Eil - Afuera en cambio hace un día precioso, ni una sola nube en el cielo -
-Me gusta cuando el cielo está despejado - Era un bonito modo en clave para decir que se había encargado de todos los espia - Les presento a Einar, mi nuevo asesino personal - El muchacho hizo una reverencia - ¿Estabas escuchando la conversación? -
-Estoy al tanto de la situación, jajaja - La mirada del Bio delataba su falta de cordura.
-¿Y qué opina mi bella Prometida de todo esto? - Dijo Matt levantando la vista hacía Eil.
La propuesta del Guardia era aún más descabellada de lo que Owens había supuesto, ridícula de principio a fin “Digno de alguien que sólo se ha dedicado a seguir órdenes y nunca a planear” pensaba Matt mientras se peinaba la barba con dos dedos como si estuviera considerando la propuesta del Sevna seriamente.
-¿Y porque alguien de MI plena confianza sería alguien en quien TÚ confiarías? ¿No debería ser exactamente a la inversa? - Sonrió ampliamente - Es decir, bien podría enviar a alguien que te entregara en el momento que menos lo esperes, o que te apuñalara por la espalda una vez que el trabajo se haya completado - Se removió en el lugar, disfrutando de la idea - Se me pone la piel de gallina de sólo pensarlo - Claramente era todo un regocijo.
Sintió que Eil lo agarraba de la mano, parecía estar muy interesada en fastidiar a la compañera de Alward “¿Quien soy yo para juzgarla?” pensó el Estafador, a él también le encantaba molestar a la gente. Estaba bastante seguro que la Elfa siempre había sido así, pero a medida que pasaban tiempo juntos parecía que se contagiaban mutuamente sus malos hábitos.
-Jajaja ¿Chispitas? No está mal - Levantó la mano de Eil y la beso - Con que juegos mentales, sé alguna que otra cosa sobre eso - No iba a contar los como ni los porqué, pero viviendo con Eyre no podía sorprenderse de semejante habilidad - No es necesario que digas más, Katrina. Tu silencio lo dice todo - Se empezó a reír de sus propios chistes.
Agarró la copa que Eil le había servido, probó un poco y asintió, había elegido una buena botella. Se detuvo a medio beber cuando Alward comenzó a proponer un posible modo de pago, bajó el vaso lentamente, dejando a la vista una amplia sonrisa, el tipo de sonrisa que no auguraba buenas intenciones.
-¿Cualquier cosa? ¿Sin excepción y sin excusa? - Su tono era como un ronroneo - Ay, mi querido Alward, creo que no te das una idea de lo que estás prometiendo - Se tapó el rostro con una mano, mientras su cuerpo se sacudía por la risa - Jajaja, me has hecho muy feliz, te lo agradezco de todo corazón - Se escuchó como alguien tocaba a la puerta - Puedes entrar, Einar -
Un muchacho pelirrojo y sonriente ingresó a la habitación, iba dejando huellas de sangre a medida que avanzaba.
-¿Por qué esas caras largas? - Exclamó con alegría, siguió caminando hasta ponerse junto a Matt, del lado opuesto en el que estaba Eil - Afuera en cambio hace un día precioso, ni una sola nube en el cielo -
-Me gusta cuando el cielo está despejado - Era un bonito modo en clave para decir que se había encargado de todos los espia - Les presento a Einar, mi nuevo asesino personal - El muchacho hizo una reverencia - ¿Estabas escuchando la conversación? -
-Estoy al tanto de la situación, jajaja - La mirada del Bio delataba su falta de cordura.
-¿Y qué opina mi bella Prometida de todo esto? - Dijo Matt levantando la vista hacía Eil.
Matthew Owens
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Re: ¿Amigo o enemigo? Parte II [Privado] [Cerrado]
Eilydh escuchaba impasible la petición de Alward. En cierto modo tenía la certeza de que lo que le pedía el guerrero no era tan simple como lo hacía parecer. Nada nunca lo era, y aquello no iba a ser una excepción.
Se sobresaltó un poco ante la habilidad de Katrina de cambiar su apariencia a algo que, supuso, pretendía ser terrorífico. La elfa puso los ojos en blanco y decidió que no iban a firmar la paz que ella le había ofrecido, así que se bebió la copa de vino que le ofreció y decidió hacer como si la tal Katrina no existiese.
Einar entró en la sala con el gesto de alguien que guardaba un secreto. El asesino personal del que Matt llevaba días aladeando aún no había ganado por completo la confianza de Eilydh, quien pensaba que el hombre era demasiada fachada y poco cerebro, como cuando la luz de la casa esta encendida con velas en una habitación pero no hay nadie en casa. Matt, por supuesto había desechado aquellos comentarios una vez compartidos con una de sus frases hechas. Algo así como... "El es la fuerza, yo la inteligencia, querida"
Eilydh no estaba convencida, pero teniendo en cuenta que era lo más animado que había visto al estafador desde la marcha de la Rhodes, no quiso insistirle. Sin duda si Matt pensaba "prestarle" a Einar a Alward quizás aquella fuese una buena oportunidad para saber hasta que punto se podía confiar en él. Aunque claro... si Alward se llegase a enterar de las dudas que Eilydh tenía acerca de la persona que Matt iba a proporcionarle para aquella mision en apariencia tan importante... quizás su labia perfecta de embaucador heróico no fuese tan recatada.
Al fin y al cabo había venido alli por alguien de confianza.
-Pienso que... Einar es perfecto para ese tal... trabajo- hizo un ademán con las manos , como quitándole importancia al asunto- Pero aún no estoy muy convencida de qué ganaríamos nosotros exactamente- posó su cara en su mano y apoyó su codo en la mesa, como focalizando su mirada en los ojos de Alward- Nunca me han gustado los ejemplos generalizados. Creo que debemos dejar bien definido este acuerdo, con sus pros y contras y su letra pequeña... Ambos sabemos tu habilidad de escabullirte de situaciones complejas, Alward- le dijo con menos resentimiento que antes pero aún molesta- Y Einar es una nueva incorporación... no queremos perderlo. No tan pronto- dijo algo más bajito- ¿Sabes lo que nos costó encontrarlo?-
Eilydh no quería volver a pasar por el proceso exhaustivo de selección que había tenido en vela a Matt durante semanas. Si había algo más molesto que un Matt enojado era un Matt entusiasmado por algo nuevo. La novedad duraba poco y el bajon tras su subida era algo con lo que Eilydh no estaba dispuesta a lidiar dos veces en un mismo mes.
-Quizás... quizás deberíamos acompañarlo, Matt- dijo girándose hasta el Virrey- No se tu pero... no me fio de los caballeros de resplandeciente armadura- dijo y le acarició la mejilla a Matt.-Creo que pasan demasiado tiempo puliéndola y demasiado poco manchándola de sangre.
Se sobresaltó un poco ante la habilidad de Katrina de cambiar su apariencia a algo que, supuso, pretendía ser terrorífico. La elfa puso los ojos en blanco y decidió que no iban a firmar la paz que ella le había ofrecido, así que se bebió la copa de vino que le ofreció y decidió hacer como si la tal Katrina no existiese.
Einar entró en la sala con el gesto de alguien que guardaba un secreto. El asesino personal del que Matt llevaba días aladeando aún no había ganado por completo la confianza de Eilydh, quien pensaba que el hombre era demasiada fachada y poco cerebro, como cuando la luz de la casa esta encendida con velas en una habitación pero no hay nadie en casa. Matt, por supuesto había desechado aquellos comentarios una vez compartidos con una de sus frases hechas. Algo así como... "El es la fuerza, yo la inteligencia, querida"
Eilydh no estaba convencida, pero teniendo en cuenta que era lo más animado que había visto al estafador desde la marcha de la Rhodes, no quiso insistirle. Sin duda si Matt pensaba "prestarle" a Einar a Alward quizás aquella fuese una buena oportunidad para saber hasta que punto se podía confiar en él. Aunque claro... si Alward se llegase a enterar de las dudas que Eilydh tenía acerca de la persona que Matt iba a proporcionarle para aquella mision en apariencia tan importante... quizás su labia perfecta de embaucador heróico no fuese tan recatada.
Al fin y al cabo había venido alli por alguien de confianza.
-Pienso que... Einar es perfecto para ese tal... trabajo- hizo un ademán con las manos , como quitándole importancia al asunto- Pero aún no estoy muy convencida de qué ganaríamos nosotros exactamente- posó su cara en su mano y apoyó su codo en la mesa, como focalizando su mirada en los ojos de Alward- Nunca me han gustado los ejemplos generalizados. Creo que debemos dejar bien definido este acuerdo, con sus pros y contras y su letra pequeña... Ambos sabemos tu habilidad de escabullirte de situaciones complejas, Alward- le dijo con menos resentimiento que antes pero aún molesta- Y Einar es una nueva incorporación... no queremos perderlo. No tan pronto- dijo algo más bajito- ¿Sabes lo que nos costó encontrarlo?-
Eilydh no quería volver a pasar por el proceso exhaustivo de selección que había tenido en vela a Matt durante semanas. Si había algo más molesto que un Matt enojado era un Matt entusiasmado por algo nuevo. La novedad duraba poco y el bajon tras su subida era algo con lo que Eilydh no estaba dispuesta a lidiar dos veces en un mismo mes.
-Quizás... quizás deberíamos acompañarlo, Matt- dijo girándose hasta el Virrey- No se tu pero... no me fio de los caballeros de resplandeciente armadura- dijo y le acarició la mejilla a Matt.-Creo que pasan demasiado tiempo puliéndola y demasiado poco manchándola de sangre.
Eilydh
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Re: ¿Amigo o enemigo? Parte II [Privado] [Cerrado]
Alward revoleó los ojos y suspiró.
-Creía que eras más inteligente a la hora de hacer negocios, Matthew.-Le miró torciendo su gesto-Si acudo a ti, claramente es porque no conozco a nadie más que pueda ofrecer un mejor servicio para lo que busco-Lo miró con entereza-...pero si, en cambio, quieres seguir con nuestra riña personal, me temo que poco más tengo que hacer por aquí.
Se le veía muy seguro y convencido de lo que decía, y en parte era cierto. Estaba prácticamente solo en esto. Raven le podría haber echado un cable, pero se había negado en rotundo. Alward, lejos de abandonar la absurda idea de la venganza, ha querido seguir adelante sean cuales sean las consecuencias.
-Y, si vas a mandar a alguien para apuñalarme, mejor hazlo ya. Así ni tú ni yo perderemos el tiempo.-Al acabar de decir eso, se desabrochó la vaina de una de sus espadas y la tiró sobre la mesa del virrey-Eyre nombró a esta espada como "Værdi". Significa "valor". Si quieres matarme, desenvainala y clávamela en el pecho ahora mismo-Una demostración, no solo de resignación ante lo que la loca mente de Matthew pudiera decidir en aquel momento, sino también de valentía. La mirada de Alward era firme y mantenida sobre los ojos de Owens. Se descruzó de brazos y se mostró totalmente vulnerable ante un ataque.
Preocupada, Katrina miró al Sevna. Rondó por su mente la idea de intervenir; podría adentrarse en la mente de Alward e instarlo a que diese un paso atrás, o por otro lado, podría influir a Matthew en la idea de que lo dejara pasar... pero sabría que si hacía eso, Alward no se lo perdonaría. Además, su "numerito" de antes había molestado al castaño, por lo que era reticente a mostrar de nuevo iniciativa.
El castaño entonces asintió ante las palabras del moreno.
-Cualquier cosa dentro de mis posibilidades.
Fue entonces cuando un hombre extraño a la par que extravagante entró en el camarote. Alward y Katrina, desde sus respectivas posiciones, lo siguieron con la mirada, con cierta cautela.
Matthew le pidió una opinión a su acompañante elfa, y entonces esta la dio, pero algo hacía creer a Alward que no se fiaba mucho de él, llegando incluso a dudar de su honestidad o palabra.
-Discúlpame.-Cortó a la elfa, con suma educación-Hablas como si me conocieras, como si supieras qué soy o no capaz de hacer. Si he dicho que estaré a disposición de cualquier trabajo que me encargue el virrey, es porque lo haré. No me confundas con cualquier persona.
Las últimas palabras de la elfa molestaron en demasía al humano, que quiso contenerse, pero no pudo. Iba a decir algo, pero de pronto la voz de Katrina inundó la sala, haciendo que todos los presentes pudiesen oírla.
-¿Y tú quién eres? ¿Alguien que pasa sus días a la sombra de alguien que cree que la trata como un igual?-La mirada fría de la vampiresa se clavó en las de la elfa-Creía que los elfos eran sabios, pero veo que en este caso nos hemos topado con una "sabionda". No sabes nada. No actúes como si lo supieses.
Alward agarró a Værdi y barrió con la mirada a los tres habitantes de la ciudad.
-No tengo tiempo para perder ni convenceros de nada.-Hizo una breve pausa.-Si mi condición os afecta, no hay nada que hacer.-Miró a la elfa.-Si mi persona y nuestra relación os afecta, no hay nada que hacer.-Dijo, mirando ahora a Matthew. Por último, posó su mirada sobre el recién llegado.-Si vuestro deseo es matarme, no hay nada que hacer...
Dicho esto, se dio media vuelta y se dispuso a salir del camarote. Katrina siguió al Sevna, no sin antes dedicar una mirada de decepción al trío de Lagarto.
Alward sabía que aquellas negociaciones no iban a ser tan sencillas. Podría aguantar todo tipo de reproches y acusaciones por parte de Matthew Owens, estaba acostumbrado. Al final incluso podría acabar cediendo, pero aquella elfa lo hizo enfadar. Le había pinchado tanto que no sentía más la necesidad de seguir en esa situación.
Al Sevna le sorprendió la diferencia que había supuesto la actitud de aquella elfa en comparación con el día que visitó la Piedra de Odín. No entendía a qué se debía, ¿Quizás la presencia de Matthew Owens tenía que ver? ¿Era todo un papel? No lo sabía, pero aquella situación se había vuelto insoportable, y no estaba de humor para aguantar a tres Matthew Owens machacándolo.
-Creía que eras más inteligente a la hora de hacer negocios, Matthew.-Le miró torciendo su gesto-Si acudo a ti, claramente es porque no conozco a nadie más que pueda ofrecer un mejor servicio para lo que busco-Lo miró con entereza-...pero si, en cambio, quieres seguir con nuestra riña personal, me temo que poco más tengo que hacer por aquí.
Se le veía muy seguro y convencido de lo que decía, y en parte era cierto. Estaba prácticamente solo en esto. Raven le podría haber echado un cable, pero se había negado en rotundo. Alward, lejos de abandonar la absurda idea de la venganza, ha querido seguir adelante sean cuales sean las consecuencias.
-Y, si vas a mandar a alguien para apuñalarme, mejor hazlo ya. Así ni tú ni yo perderemos el tiempo.-Al acabar de decir eso, se desabrochó la vaina de una de sus espadas y la tiró sobre la mesa del virrey-Eyre nombró a esta espada como "Værdi". Significa "valor". Si quieres matarme, desenvainala y clávamela en el pecho ahora mismo-Una demostración, no solo de resignación ante lo que la loca mente de Matthew pudiera decidir en aquel momento, sino también de valentía. La mirada de Alward era firme y mantenida sobre los ojos de Owens. Se descruzó de brazos y se mostró totalmente vulnerable ante un ataque.
Preocupada, Katrina miró al Sevna. Rondó por su mente la idea de intervenir; podría adentrarse en la mente de Alward e instarlo a que diese un paso atrás, o por otro lado, podría influir a Matthew en la idea de que lo dejara pasar... pero sabría que si hacía eso, Alward no se lo perdonaría. Además, su "numerito" de antes había molestado al castaño, por lo que era reticente a mostrar de nuevo iniciativa.
El castaño entonces asintió ante las palabras del moreno.
-Cualquier cosa dentro de mis posibilidades.
Fue entonces cuando un hombre extraño a la par que extravagante entró en el camarote. Alward y Katrina, desde sus respectivas posiciones, lo siguieron con la mirada, con cierta cautela.
Matthew le pidió una opinión a su acompañante elfa, y entonces esta la dio, pero algo hacía creer a Alward que no se fiaba mucho de él, llegando incluso a dudar de su honestidad o palabra.
-Discúlpame.-Cortó a la elfa, con suma educación-Hablas como si me conocieras, como si supieras qué soy o no capaz de hacer. Si he dicho que estaré a disposición de cualquier trabajo que me encargue el virrey, es porque lo haré. No me confundas con cualquier persona.
Las últimas palabras de la elfa molestaron en demasía al humano, que quiso contenerse, pero no pudo. Iba a decir algo, pero de pronto la voz de Katrina inundó la sala, haciendo que todos los presentes pudiesen oírla.
-¿Y tú quién eres? ¿Alguien que pasa sus días a la sombra de alguien que cree que la trata como un igual?-La mirada fría de la vampiresa se clavó en las de la elfa-Creía que los elfos eran sabios, pero veo que en este caso nos hemos topado con una "sabionda". No sabes nada. No actúes como si lo supieses.
Alward agarró a Værdi y barrió con la mirada a los tres habitantes de la ciudad.
-No tengo tiempo para perder ni convenceros de nada.-Hizo una breve pausa.-Si mi condición os afecta, no hay nada que hacer.-Miró a la elfa.-Si mi persona y nuestra relación os afecta, no hay nada que hacer.-Dijo, mirando ahora a Matthew. Por último, posó su mirada sobre el recién llegado.-Si vuestro deseo es matarme, no hay nada que hacer...
Dicho esto, se dio media vuelta y se dispuso a salir del camarote. Katrina siguió al Sevna, no sin antes dedicar una mirada de decepción al trío de Lagarto.
Alward sabía que aquellas negociaciones no iban a ser tan sencillas. Podría aguantar todo tipo de reproches y acusaciones por parte de Matthew Owens, estaba acostumbrado. Al final incluso podría acabar cediendo, pero aquella elfa lo hizo enfadar. Le había pinchado tanto que no sentía más la necesidad de seguir en esa situación.
Al Sevna le sorprendió la diferencia que había supuesto la actitud de aquella elfa en comparación con el día que visitó la Piedra de Odín. No entendía a qué se debía, ¿Quizás la presencia de Matthew Owens tenía que ver? ¿Era todo un papel? No lo sabía, pero aquella situación se había vuelto insoportable, y no estaba de humor para aguantar a tres Matthew Owens machacándolo.
Alward Sevna
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Re: ¿Amigo o enemigo? Parte II [Privado] [Cerrado]
-Creía que me conocías un poco mejor, Alward ¿Cuando te funcionó el insultar mi inteligencia? Nunca ¿Por Qué crees que mis decisiones tienen que tener algún tipo de hilo lógico? Por algo me llaman el Virrey Loco - Se recostó en el respaldo de su silla y apoyó los pies sobre la mesa, jamás hacía ese tipo de cosas, pero consideraba que esa era la actitud que se esperaría de un Capitán - Acudes a mi porque tienes que hacer un trabajo sucio y cuando piensas en cosas despreciables soy lo primero que viene a tu mente. No intentes hacer ver esto como si fuera halagüeño -
Cuando la elfa dijo con seguridad que enviar a Einar era una buena idea, el Bio hizo un exagerado gesto de sorpresa y se señaló a sí mismo, luego negó con la cabeza y las manos al mismo tiempo.
-¿Yo? ¿Porque yo? - Se cruzó de brazos - No quiero ir con él a ningún lado ¡Se ve muy sospechoso! - Y señaló a Alward como sí estuviera marcando algo evidente - Me da muy mala espina. Me niego -
-Sí es cierto que tiene una apariencia muy sospechosa - Apoyó Matt - Pues, sí Einar no quiere, entonces no hay mucho que se pueda hacer - Owens se sonreía porque evidentemente la situación le causaba mucha gracia... Al menos hasta que el Sevna volvió a mencionar a Eyre, entonces su gesto pasó a uno serio - Eres el peor amigo que pudo haberse buscado ¿Sabes que cada vez que la mencionas la pones en peligro? Y aún así lo sigues haciendo - Apoyó una mano sobre la espada, y por un instante en verdad pareció que iba a utilizarla contra Alward, pero al final sólo la empujó hacía el Guardia - Ya quisieras quedar como como el mártir, asesinado injustamente por el malvado Virrey -
-¿Y yo puedo hacerlo? - Preguntó Einar con gesto de ingenuidad.
-Mmmm, no, creo que el resultado sería el mismo -
La discusión entre Eil, Alward y Katrina iba tornándose cada vez más caliente, el Estafador los miraba en silencio, un poco divertido con los intentos de ambas partes por sonar ofensivos o golpear donde más le dolía a la otra parte. La voz de la vampiro en su cabeza fue una desagradable sorpresa, hizo un gesto de asco, no le gustaba que anduviera hurgando en su mente.
Las negociaciones parecían haberse estancado, el Sevna se dio la vuelta como para irse, y la mujer les dedicó una mirada de decepción que Matt devolvió con una sonrisa burlona.
-Que dramático eres, Alward ¿Lo sabías? Tienes dones para la actuación - Le hizo un gesto a Einar y el Bio estiró el brazo, la mano se extendió hasta llegar a la puerta y agarró el picaporte para evitar que salieran - Vienes ante mi exigiendo ayuda. Te enojas en cuanto te hago unas pocas preguntas para saber de qué se trata todo el asunto. Insultas a mi Prometida. Me insultas a mi. Y ahora me das la espalda - Iba enumerando - ¿Crees que esa es la mejor manera de pedir un favor? No es mi culpa que seas un fracaso como héroe y te veas obligado a recurrir a algo tan por debajo de tus expectativas, así que no me parece que corresponda que te hagas el ofendido - Einar saltó por arriba de la mesa y retrajo el cable para llegar a la puerta más rápido - Ahora, sí eres tan amable, vuelve hacia atrás y cuéntame más en detalle cuales son los planes. Tendrás mi ayuda a cambio de que me prestes tu ayuda en el futuro, tal como prometiste - Su tono era calmado, pero indirectamente le estaba diciendo que hiciera caso o la situación dejaría de ser amable.
Cuando la elfa dijo con seguridad que enviar a Einar era una buena idea, el Bio hizo un exagerado gesto de sorpresa y se señaló a sí mismo, luego negó con la cabeza y las manos al mismo tiempo.
-¿Yo? ¿Porque yo? - Se cruzó de brazos - No quiero ir con él a ningún lado ¡Se ve muy sospechoso! - Y señaló a Alward como sí estuviera marcando algo evidente - Me da muy mala espina. Me niego -
-Sí es cierto que tiene una apariencia muy sospechosa - Apoyó Matt - Pues, sí Einar no quiere, entonces no hay mucho que se pueda hacer - Owens se sonreía porque evidentemente la situación le causaba mucha gracia... Al menos hasta que el Sevna volvió a mencionar a Eyre, entonces su gesto pasó a uno serio - Eres el peor amigo que pudo haberse buscado ¿Sabes que cada vez que la mencionas la pones en peligro? Y aún así lo sigues haciendo - Apoyó una mano sobre la espada, y por un instante en verdad pareció que iba a utilizarla contra Alward, pero al final sólo la empujó hacía el Guardia - Ya quisieras quedar como como el mártir, asesinado injustamente por el malvado Virrey -
-¿Y yo puedo hacerlo? - Preguntó Einar con gesto de ingenuidad.
-Mmmm, no, creo que el resultado sería el mismo -
La discusión entre Eil, Alward y Katrina iba tornándose cada vez más caliente, el Estafador los miraba en silencio, un poco divertido con los intentos de ambas partes por sonar ofensivos o golpear donde más le dolía a la otra parte. La voz de la vampiro en su cabeza fue una desagradable sorpresa, hizo un gesto de asco, no le gustaba que anduviera hurgando en su mente.
Las negociaciones parecían haberse estancado, el Sevna se dio la vuelta como para irse, y la mujer les dedicó una mirada de decepción que Matt devolvió con una sonrisa burlona.
-Que dramático eres, Alward ¿Lo sabías? Tienes dones para la actuación - Le hizo un gesto a Einar y el Bio estiró el brazo, la mano se extendió hasta llegar a la puerta y agarró el picaporte para evitar que salieran - Vienes ante mi exigiendo ayuda. Te enojas en cuanto te hago unas pocas preguntas para saber de qué se trata todo el asunto. Insultas a mi Prometida. Me insultas a mi. Y ahora me das la espalda - Iba enumerando - ¿Crees que esa es la mejor manera de pedir un favor? No es mi culpa que seas un fracaso como héroe y te veas obligado a recurrir a algo tan por debajo de tus expectativas, así que no me parece que corresponda que te hagas el ofendido - Einar saltó por arriba de la mesa y retrajo el cable para llegar a la puerta más rápido - Ahora, sí eres tan amable, vuelve hacia atrás y cuéntame más en detalle cuales son los planes. Tendrás mi ayuda a cambio de que me prestes tu ayuda en el futuro, tal como prometiste - Su tono era calmado, pero indirectamente le estaba diciendo que hiciera caso o la situación dejaría de ser amable.
Matthew Owens
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Re: ¿Amigo o enemigo? Parte II [Privado] [Cerrado]
Eilydh jugueteó de manera distraida acariciando con su dedo el borde de la copa mientras escuchaba la conversación entre aquellos hombres. Parecía no tener que ver nada con ella, incluso empezó a divagar de manera inoportuna sobre frases que uno y otro decían; la exasperación de Alward ante os ataques dolidos de Eilydh. La preocupación innata de su acompañante intentando proteger de cualquier manera posible a su amigo, con fiereza y casi a ciegas. Lo suficiente como para enemistarse con una elfa enfundada en una armadura y fuera de sandorai.
Eilydh dio gracias a Ísil de no haberse enamorado nunca. Si aquella clase de bajezas y locuras eran las necesarias para demostrar amor a otro ser humano, ella no quería jamás sentir aquella emoción. Le bastaba con ver divertida los efectos que causaba en otras personas y relamerse de manera distraída ante los intentos de la chica porque Alward le prestase atención.
Pasó su mirada de Katrina a Alward y de nuevo a la chica mientras escuchaba como Einar y Matt disponían los requisitos de la ayuda que el guardia les pedía. Se mantuvo callada hasta cierto momento tan solo interviniendo para preguntarle de manera sigilosa casi en un susurro a Matt:
-Si no a Einar, ¿a quién vas a mandar?- lo agarró del brazo mientras se acercaba a su oreja para hablar y después clavó su mirada en Owens como leyendo su gesto. Eilydh sabía ya cual era la respuesta y estaba segura de que si aquel era el caso, Matt esperaba un beneficio absoluto ante la posibilidad de ponerse a si mismo en juego.
"No hay ganancia sin riesgo" Parecían decir sus ojos.
Eilydh lo soltó de la manga, serena y de nuevo examinó el gesto de Katrina.Su ropa, Su pelo, sus ojos buscando siempre los de Alward. El gesto de seriedad y molestia cada vez que hablaba ella. Sonrió.
-Lo quiero a él- volvió a susurrarle a Matt al oido esta vez lo suficientemente alto para que Katrina la oyese, con un gesto inquietante casi malvado en su cara. Le acarició la mano como instándolo a prestarle atención solo por un momento Si el riesgo eres tú, quiero que la recompensa sea él. Aquí en ciudad lagarto. Parcialmente a mis órdenes cuando te aburras de que este bajo las tuyas- lo dijo con certeza, como conociendo que la novedad de un Alward a su servicio iba a durarle a Matt el tiempo suficiente como para instigar la curiosidad de Eilydh- Pero lo quiero sin ella.- dijo esta vez más bajito. En aquel momento Eilydh dejó salir la voz del capricho que solía usar cuando vivía en Sandorai. El encanto perverso que la rodeaba al usar sus armas de mujer para conseguir que depende de qué hombre hiciese lo que quisiese cuando su padre la obligaba a ser moneda de cambio en negocios. El fuego que guardaba tan solo para ocasiones especiales y que ahora casi iluminaba a Matt.
Estaba empezando a tomarle el gusto a explorar su lado perverso y dañino.
Estar con Matt Owens siempre sacaba lo mejor de ella.
Eilydh dio gracias a Ísil de no haberse enamorado nunca. Si aquella clase de bajezas y locuras eran las necesarias para demostrar amor a otro ser humano, ella no quería jamás sentir aquella emoción. Le bastaba con ver divertida los efectos que causaba en otras personas y relamerse de manera distraída ante los intentos de la chica porque Alward le prestase atención.
Pasó su mirada de Katrina a Alward y de nuevo a la chica mientras escuchaba como Einar y Matt disponían los requisitos de la ayuda que el guardia les pedía. Se mantuvo callada hasta cierto momento tan solo interviniendo para preguntarle de manera sigilosa casi en un susurro a Matt:
-Si no a Einar, ¿a quién vas a mandar?- lo agarró del brazo mientras se acercaba a su oreja para hablar y después clavó su mirada en Owens como leyendo su gesto. Eilydh sabía ya cual era la respuesta y estaba segura de que si aquel era el caso, Matt esperaba un beneficio absoluto ante la posibilidad de ponerse a si mismo en juego.
"No hay ganancia sin riesgo" Parecían decir sus ojos.
Eilydh lo soltó de la manga, serena y de nuevo examinó el gesto de Katrina.Su ropa, Su pelo, sus ojos buscando siempre los de Alward. El gesto de seriedad y molestia cada vez que hablaba ella. Sonrió.
-Lo quiero a él- volvió a susurrarle a Matt al oido esta vez lo suficientemente alto para que Katrina la oyese, con un gesto inquietante casi malvado en su cara. Le acarició la mano como instándolo a prestarle atención solo por un momento Si el riesgo eres tú, quiero que la recompensa sea él. Aquí en ciudad lagarto. Parcialmente a mis órdenes cuando te aburras de que este bajo las tuyas- lo dijo con certeza, como conociendo que la novedad de un Alward a su servicio iba a durarle a Matt el tiempo suficiente como para instigar la curiosidad de Eilydh- Pero lo quiero sin ella.- dijo esta vez más bajito. En aquel momento Eilydh dejó salir la voz del capricho que solía usar cuando vivía en Sandorai. El encanto perverso que la rodeaba al usar sus armas de mujer para conseguir que depende de qué hombre hiciese lo que quisiese cuando su padre la obligaba a ser moneda de cambio en negocios. El fuego que guardaba tan solo para ocasiones especiales y que ahora casi iluminaba a Matt.
Estaba empezando a tomarle el gusto a explorar su lado perverso y dañino.
Estar con Matt Owens siempre sacaba lo mejor de ella.
Eilydh
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Re: ¿Amigo o enemigo? Parte II [Privado] [Cerrado]
No pudo evitar esconder una delatadora sonrisa en cuanto vio que le impedían el paso, aunque es cierto que en primera instancia pegó un pequeño bote, junto a su compañera, al no esperarse que aquello que lo detuviese fuera el propio brazo extendido del tipo desconocido, cuya mano agarró el picaporte de la puerta de salida.
Ambos se voltearon, y aunque Katrina no entendía muy bien aún qué estaba pasando, todo formaba parte de un improvisado plan que Alward había formado en su cabeza. Con Matthew Owens era imposible hacer una negociación seria y tradicional, eso ya lo tenía aprendido, así que dejó su imaginación volar y se dejó llevar por el momento. Parecía que no le estaba saliendo del todo mal.
Escondió su sonrisa y de nuevo se acercó a la mesa.
-Ya que estás en plena disposición de escucharme, tendré que explicarme.-Tomó aire y ordenó sus pensamientos. Debía saber bien qué decir y qué guardarse, pero a la vez debía de dar la suficiente información para que no hubiesen más preguntas de las necesarias. Se cruzó de brazos y procedió.-¿Por qué acudo a ti? Por dos razones: la primera es que estoy solo, no tengo a nadie.-Dijo, sin reparo alguno.-La segunda es, que necesito a un ladrón escapista, alguien que pueda entrar en nuestra "querida" mansión y salir sin ser visto en ningún momento. ¿Qué mejor sitio para buscar a alguien así que la famosa ciudad sin ley, verdad?-Demostraba una cordialidad y confianza nada habitual para su relación con el virrey-¿Qué es lo que quiero de esa mansión? Información sobre el grupo denominado como "Sierpes", nuestros amigos en común.-Aclaró-¿Para qué quiero esa información? Para acabar con ellos, uno a uno, y consumar una venganza personal.-Dijo de nuevo sin muchos tapujos.-Puedes llamarme loco o inconsciente, pero ese es mi problema, y no creo que a ti te preocupe mi bienestar, ¿Verdad? Una vez que salgamos de allí con lo que quiero, el trabajo habrá finalizado. Fácil, ¿No?-Ojalá lo fuese. El plan ya estaba explicado, ya solo faltaba el beneplácito de Matthew.
La elfa empezó a susurrarle cosas a Owens al oído que hasta un sordo podría descifrar. "Lo quiero a él", esa frase hizo que Alward enarcase las cejas y mirase extrañada a la rubia cuyo nombre aún era un misterio para él, ya que no se acordaba de cuál era.
"Pero lo quiero sin ella", dijo por último la acompañante del virrey. Eso generó en Katrina una mirada asesina y molesta.
Alward entonces intervino, cortándola.
-Déjeme que la corrija, señorita.-Acto seguido, descubrió una de sus manos de su cruce de brazos y en ella tan solo el dedo índice estaba alzado, indicando el número "1".-Tan solo me ofrecí a hacer un trabajo, nada temporal. Ni mucho menos que me ate a esta ciudad. Yo solo sirvo a la Guardia de Lunargenta.-Volvió a esconder su mano-Así que escoged bien. Un solo trabajo, una sola oportunidad. Es lo justo, ya que no puedo pagar vuestros servicios en aeros.
Ambos se voltearon, y aunque Katrina no entendía muy bien aún qué estaba pasando, todo formaba parte de un improvisado plan que Alward había formado en su cabeza. Con Matthew Owens era imposible hacer una negociación seria y tradicional, eso ya lo tenía aprendido, así que dejó su imaginación volar y se dejó llevar por el momento. Parecía que no le estaba saliendo del todo mal.
Escondió su sonrisa y de nuevo se acercó a la mesa.
-Ya que estás en plena disposición de escucharme, tendré que explicarme.-Tomó aire y ordenó sus pensamientos. Debía saber bien qué decir y qué guardarse, pero a la vez debía de dar la suficiente información para que no hubiesen más preguntas de las necesarias. Se cruzó de brazos y procedió.-¿Por qué acudo a ti? Por dos razones: la primera es que estoy solo, no tengo a nadie.-Dijo, sin reparo alguno.-La segunda es, que necesito a un ladrón escapista, alguien que pueda entrar en nuestra "querida" mansión y salir sin ser visto en ningún momento. ¿Qué mejor sitio para buscar a alguien así que la famosa ciudad sin ley, verdad?-Demostraba una cordialidad y confianza nada habitual para su relación con el virrey-¿Qué es lo que quiero de esa mansión? Información sobre el grupo denominado como "Sierpes", nuestros amigos en común.-Aclaró-¿Para qué quiero esa información? Para acabar con ellos, uno a uno, y consumar una venganza personal.-Dijo de nuevo sin muchos tapujos.-Puedes llamarme loco o inconsciente, pero ese es mi problema, y no creo que a ti te preocupe mi bienestar, ¿Verdad? Una vez que salgamos de allí con lo que quiero, el trabajo habrá finalizado. Fácil, ¿No?-Ojalá lo fuese. El plan ya estaba explicado, ya solo faltaba el beneplácito de Matthew.
La elfa empezó a susurrarle cosas a Owens al oído que hasta un sordo podría descifrar. "Lo quiero a él", esa frase hizo que Alward enarcase las cejas y mirase extrañada a la rubia cuyo nombre aún era un misterio para él, ya que no se acordaba de cuál era.
"Pero lo quiero sin ella", dijo por último la acompañante del virrey. Eso generó en Katrina una mirada asesina y molesta.
Alward entonces intervino, cortándola.
-Déjeme que la corrija, señorita.-Acto seguido, descubrió una de sus manos de su cruce de brazos y en ella tan solo el dedo índice estaba alzado, indicando el número "1".-Tan solo me ofrecí a hacer un trabajo, nada temporal. Ni mucho menos que me ate a esta ciudad. Yo solo sirvo a la Guardia de Lunargenta.-Volvió a esconder su mano-Así que escoged bien. Un solo trabajo, una sola oportunidad. Es lo justo, ya que no puedo pagar vuestros servicios en aeros.
Alward Sevna
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Re: ¿Amigo o enemigo? Parte II [Privado] [Cerrado]
Mientras Alward se explicaba, Matt iba haciendo un gesto con la mano como para decirle “continua” o “pasa esa parte que me aburre” dependiendo sí le parecía que eran datos irrelevantes o no. Que estaba solo y no tenía a nadie más para pedir ayuda era una obviedad, claramente no estaría allí sí fuera de otro modo. Que pretendía hacer algo con las Sierpes también era algo que podía deducirse, era el único peligro que ambos tenían en común. Lo que el Joven Guardia no le estaba diciendo es qué información en concreto quería robar con tanta desesperación de la base.
El dato era un poco ambiguo, pero Matt podía trabajar con eso, tendría tiempo para averiguar si había algo más detrás de todo ese asunto una vez que Alward se fuera. Vio que Eil quería decirle algo, así que acercó el oído.
-Podemos hablarlo después- Respondió en relación a la pregunta sobre a quien pensaba enviar si no era a Einar - Bien, supongo que es algo que está entre mis posibilidades, Alward. Estaré ansioso por ver el día en que toques a mi puerta para traerme soluciones y no problemas -
-¿Quien fue el último que hizo algo así? -
-Básicamente: Nadie - El Virrey se masajeaba la sien izquierda, comenzaba a sentirse débil de nuevo por culpa de la maldición “Ya se estaba tardando” pensó Owens con los ojos cerrados.
Entonces sintió el ligero toque de Eil en su mano, abrió los ojos y la miró, intentando averiguar qué era lo que en realidad quería. Parecía que estaba empecinada en hacer enojar a Katrina, y su mejor oportunidad era utilizando como intermediario a Matt, eso hizo que el Humano sintiera una variedad de emociones.
-Tiene razón en eso, un Trabajo vale por un Trabajo - Se encogió de hombros, no es como si no le gustaran los conflictos, de hecho, en gran parte él era culpable de que ahora esos dos se llevaran así. Pero en ese momento estaban complicando las negociaciones, y cerrar tratos era más importante que sus pequeñas discusiones- Aunque ¿No es un poco ofensivo que digas que estás solo considerando que esta encantadora Señorita te acompaña a donde sea que vayas? -
Tendría que dar un largo rodeo sí quería desenredar esa situación, tanto Alward como Eilydh estaban empecinados en mantener su postura, y Matt no quería ni perder el trato con el Sevna, pero tampoco quería tener que convivir con el enojo de la elfa.
-Intentemos lo siguiente, le transfiero mi “Vale por un Trabajo de Alward” a mi querida Prometida ¿Te parece bien así? - Preguntó mirando primero a Eilydh - No va a ser algo que se extienda en el tiempo, sólo algo que ella necesite en un momento determinado y - Se detuvo para señalar a Katrina - Sin Acompañantes. La persona que te voy a recomendar estará sola, así que corresponde que pagues tus deudas tu mismo ¿No lo crees, Honorable Alward? - De esa manera todos obtenian lo que quería- Si no tienes donde dejarla en el mientras tanto siempre puedes traermela a mi - Sonrió con un poco de malicia - Sabes que soy un excelente anfitrión -
El dato era un poco ambiguo, pero Matt podía trabajar con eso, tendría tiempo para averiguar si había algo más detrás de todo ese asunto una vez que Alward se fuera. Vio que Eil quería decirle algo, así que acercó el oído.
-Podemos hablarlo después- Respondió en relación a la pregunta sobre a quien pensaba enviar si no era a Einar - Bien, supongo que es algo que está entre mis posibilidades, Alward. Estaré ansioso por ver el día en que toques a mi puerta para traerme soluciones y no problemas -
-¿Quien fue el último que hizo algo así? -
-Básicamente: Nadie - El Virrey se masajeaba la sien izquierda, comenzaba a sentirse débil de nuevo por culpa de la maldición “Ya se estaba tardando” pensó Owens con los ojos cerrados.
Entonces sintió el ligero toque de Eil en su mano, abrió los ojos y la miró, intentando averiguar qué era lo que en realidad quería. Parecía que estaba empecinada en hacer enojar a Katrina, y su mejor oportunidad era utilizando como intermediario a Matt, eso hizo que el Humano sintiera una variedad de emociones.
-Tiene razón en eso, un Trabajo vale por un Trabajo - Se encogió de hombros, no es como si no le gustaran los conflictos, de hecho, en gran parte él era culpable de que ahora esos dos se llevaran así. Pero en ese momento estaban complicando las negociaciones, y cerrar tratos era más importante que sus pequeñas discusiones- Aunque ¿No es un poco ofensivo que digas que estás solo considerando que esta encantadora Señorita te acompaña a donde sea que vayas? -
Tendría que dar un largo rodeo sí quería desenredar esa situación, tanto Alward como Eilydh estaban empecinados en mantener su postura, y Matt no quería ni perder el trato con el Sevna, pero tampoco quería tener que convivir con el enojo de la elfa.
-Intentemos lo siguiente, le transfiero mi “Vale por un Trabajo de Alward” a mi querida Prometida ¿Te parece bien así? - Preguntó mirando primero a Eilydh - No va a ser algo que se extienda en el tiempo, sólo algo que ella necesite en un momento determinado y - Se detuvo para señalar a Katrina - Sin Acompañantes. La persona que te voy a recomendar estará sola, así que corresponde que pagues tus deudas tu mismo ¿No lo crees, Honorable Alward? - De esa manera todos obtenian lo que quería- Si no tienes donde dejarla en el mientras tanto siempre puedes traermela a mi - Sonrió con un poco de malicia - Sabes que soy un excelente anfitrión -
Matthew Owens
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Re: ¿Amigo o enemigo? Parte II [Privado] [Cerrado]
Eilydh camufló una carcajada al ver de reojo la cara de exsperación de Matt mientras escuchaba la explicación del trabajo que Alward requería. Se sirvió otra copa de vino mientras pensaba en que pasaba por su cabeza en aquellos momentos. Estaba segura de que el hombre estaba empezando a arrepentirse de haber bajado a su barco a las 11 y no a las 9 como le había urgido Brenda. Casi podía imaginar el arrepentimiento en forma de imagen mental del cocido de ternera en el plato del prostíbulo y Matt lo aderezaba con sus manos intentando aprisar las explicaciones de Alward.
Sorbiò de su copa.
No lo culpaba. La urgencia de lo que contaba Alward había sido camuflada, pero Eilydh entendió por el gesto en su cara que aquel era un intento en vano de ocular el peligro al que se podían aventurar si decidia seguirlo, porque para aquel entonces Eilydh ya tenía mas que claro que Matt se iba a ofrecer voluntario a hacer aquello de manera personal. La satisfacción de que el hombre al que cai odiaba más en todo Aerandir le debiese un agradecimiento era recompensa lo suficientemente suculenta como para que el ego de Matt Owens lo dejase escapar.
Algo unico que no podía pagarse con favores minimos, y era justo por aquello por lo que Owens había aceptado cederle el honor del repago a Eilydh, porque claro.. así siempre habría una deuda pendiente no salvada.
Si todo eso del matrimonio no fuese una excusa barata para comprar la libertad de Eilydh, la elfa incluso se hubiese aventurado a decir que podría haber tenido peor suerte elegiendo a un esposo. Bebió otro sorbo.
Desde luego, el vino se le estaba subiendo a la cabeza. Y aquello le recordaba lo poco que bebía antes de llegar a ciudad lagarto. Agitó la botella vacía cerca de ella, como respondiéndose.
Había cambiado bastante desde que llegó.
-No te apures, Alward. No pediré nada que esté fuera de tus posibilidades- miró a Katrina y después añadió- Por eso mismo tu novia no tiene nada de que preocuparse... después de repagarnos, te devolveré a sus brazos... Por mucho que él pida lo contrario.
Se levantó de su asiento sobre Matt y caminó distraida por la habitación. Lo cierto esque le preocupaban aquellos dos hombres en una aventura de tal envergadura. No estaba muy segura de cuando exactamente decidió que iba a seguirlos, pero fue en aquel momento en el que entendió que si algo conocía al Virrey, le sería dificil hacerlo, y si quería que ambos hombres regresasen vivos, tendría que empezar a prepararse.
Sonrió a la nada, fingiendo que estaba sumida en pensamientos muy lejos de allí.
Sorbiò de su copa.
No lo culpaba. La urgencia de lo que contaba Alward había sido camuflada, pero Eilydh entendió por el gesto en su cara que aquel era un intento en vano de ocular el peligro al que se podían aventurar si decidia seguirlo, porque para aquel entonces Eilydh ya tenía mas que claro que Matt se iba a ofrecer voluntario a hacer aquello de manera personal. La satisfacción de que el hombre al que cai odiaba más en todo Aerandir le debiese un agradecimiento era recompensa lo suficientemente suculenta como para que el ego de Matt Owens lo dejase escapar.
Algo unico que no podía pagarse con favores minimos, y era justo por aquello por lo que Owens había aceptado cederle el honor del repago a Eilydh, porque claro.. así siempre habría una deuda pendiente no salvada.
Si todo eso del matrimonio no fuese una excusa barata para comprar la libertad de Eilydh, la elfa incluso se hubiese aventurado a decir que podría haber tenido peor suerte elegiendo a un esposo. Bebió otro sorbo.
Desde luego, el vino se le estaba subiendo a la cabeza. Y aquello le recordaba lo poco que bebía antes de llegar a ciudad lagarto. Agitó la botella vacía cerca de ella, como respondiéndose.
Había cambiado bastante desde que llegó.
-No te apures, Alward. No pediré nada que esté fuera de tus posibilidades- miró a Katrina y después añadió- Por eso mismo tu novia no tiene nada de que preocuparse... después de repagarnos, te devolveré a sus brazos... Por mucho que él pida lo contrario.
Se levantó de su asiento sobre Matt y caminó distraida por la habitación. Lo cierto esque le preocupaban aquellos dos hombres en una aventura de tal envergadura. No estaba muy segura de cuando exactamente decidió que iba a seguirlos, pero fue en aquel momento en el que entendió que si algo conocía al Virrey, le sería dificil hacerlo, y si quería que ambos hombres regresasen vivos, tendría que empezar a prepararse.
Sonrió a la nada, fingiendo que estaba sumida en pensamientos muy lejos de allí.
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Re: ¿Amigo o enemigo? Parte II [Privado] [Cerrado]
Y Owens aceptó. Se podría decir que no le sorprendió, ya que si había ido allí era porque esperaba una respuesta afirmativa, pero por otro lado, respiró aliviado.
El virrey parecía cansado. Alward podría preguntarle qué le ocurría, si es que este fuese a dar una respuesta que fuese cierta o seria. Quizás simplemente habría tenido una mala mañana... Pero, Katrina sentía que algo no iba bien en él. Mientras ambos hombres estaban conversando, había intentado poco a poco deshacer los marañosos hilos que se enredaban en su mente; hilos que formaban parte de su ser a modo de coraza protectora. Antaño esta capa sería robusta y firme, podía notarlo, pero en aquel momento había caído presa del tiempo y el desgaste, por lo que se podían ver huecos. No era la primera que hurgaba en su mente, ni siquiera la segunda. Habían muchos recovecos como para ser tan solo a causa de una debilidad de los mortales con el simple nombre de "tiempo".
Los presentes hablaban de ella, pero no era nada que la sacara de su ensimismamiento y concentración en el virrey loco.
-Katrina no es una aliada de campo, como lo puedo ser yo con mi habilidad para el combate o...-Pensó unos segundos antes de pensar lo que iba a decir para no sonar ofensivo-...Matthew y sus habilidades para la sustracción o artes escapistas...-Sonó demasiado bien para definir a un "Ladrón". Pero eso era al fin y al cabo. Se había documentado sobre la creación de Ciudad Lagarto en la biblioteca del Cuartel de Lunargenta, y tanto Matthew Owens como Oromë Vánadóttir eran allí mencionados.-Ella es especialista en otras cosas, pero me temo que os aburriría con una historia tan larga.-Se encogió de hombros.
Le pilló por sorpresa que Matthew relegara el hecho de que Alward le debiera un favor. Miró a la elfa, extrañado. No sabía si era un destino mejor o peor.
Aceptó las condiciones. No era como si Katrina lo acompañase a todos lados que iba, no supondría ningún problema mayor. Seguramente a la vampiresa tampoco le importara en demasía. La miró de reojo; estaba equivocado, pues una intensa mirada de molestia se centró sobre los presentes. Por suerte, no dijo nada.
De pronto, el semblante de la chica pálida cambió a una media sonrisa en cuanto el virrey mencionó que podría dejarla con él.
-No creo que me quiera tener cerca, mi señor-Entrelazó con calma sus manos y las dejó a modo de reposo delante de su torso, como si fuese una dama de la alta alcurnia. Después de todo, los modales que había aprendido era una cosa que iba a tener con ella para siempre. Su voz mágica se proyectó en todos los presentes de la habitación.-...ya que puedo sacar cosas de su mente que seguramente no quieras que salgan a la luz.-Sonrió de nuevo de medio lado, esta vez mostrando sus colmillos, por un momento estos parecieron alargarse de tal forma que parecían pequeños filos de espadas.
Alward se cruzó de brazos y la miró de reojo otra vez, ¿A qué se refería?
-Quizás quiera dejarnos marchar ya. Su enfermedad está empezando a afligirle, ¿Cierto?-No podía ver claramente qué era, pero había encontrado algo en esos recovecos en la mente de Matthew. Algo le afligía y le angustiaba, y todo apuntaba a un estado nulo de salud.-No se avergüence, mi señor. Todos los mortales son susceptibles a tales cosas.-Acabado su semblante cordial, volvió a adquirir uno neutro poco a poco. Ahora la elfa empezó a hablar con Alward, mientras que estos estaban intercambiando palabras, Katrina en ningún momento había dejado de mirar a Matthew, con una mirada tan gélida que incluso se podrían sentir escalofríos. Ahora, su voz tan solo se proyectó en al mente del virrey.-No es una enfermedad normal, ¿Verdad?-Intentó llamar la atención de Matthew de forma sutil, no quería ser de nuevo el centro de atención-...no puedes curarla.
Alward suspiró.
-No es mi novia.-Se cruzó de nuevo de brazos, estaba empezando a caerle realmente mal la elfa-Si el trabajo se va a basar en venir aquí y escuchar reproches sin sentido durante todo un día, prefiero mil veces que Matthew me mande a limpiar la escoria de la ciudad.-¿Se refería a basura real o a gente que causaba problemas? No lo dejó claro, quizá ambas.-...-Iba a decir algo, pero pensó que era mejor no hablar de lo que sucedió delante de la Piedra de Odín frente a Owens. Cambió su atención a Matthew.-¿Has pensado ya a quién me vas a enviar? Podríamos partir hoy y así ganar tiempo.-La paciencia no era una de las virtudes del Sevna.
El virrey parecía cansado. Alward podría preguntarle qué le ocurría, si es que este fuese a dar una respuesta que fuese cierta o seria. Quizás simplemente habría tenido una mala mañana... Pero, Katrina sentía que algo no iba bien en él. Mientras ambos hombres estaban conversando, había intentado poco a poco deshacer los marañosos hilos que se enredaban en su mente; hilos que formaban parte de su ser a modo de coraza protectora. Antaño esta capa sería robusta y firme, podía notarlo, pero en aquel momento había caído presa del tiempo y el desgaste, por lo que se podían ver huecos. No era la primera que hurgaba en su mente, ni siquiera la segunda. Habían muchos recovecos como para ser tan solo a causa de una debilidad de los mortales con el simple nombre de "tiempo".
Los presentes hablaban de ella, pero no era nada que la sacara de su ensimismamiento y concentración en el virrey loco.
-Katrina no es una aliada de campo, como lo puedo ser yo con mi habilidad para el combate o...-Pensó unos segundos antes de pensar lo que iba a decir para no sonar ofensivo-...Matthew y sus habilidades para la sustracción o artes escapistas...-Sonó demasiado bien para definir a un "Ladrón". Pero eso era al fin y al cabo. Se había documentado sobre la creación de Ciudad Lagarto en la biblioteca del Cuartel de Lunargenta, y tanto Matthew Owens como Oromë Vánadóttir eran allí mencionados.-Ella es especialista en otras cosas, pero me temo que os aburriría con una historia tan larga.-Se encogió de hombros.
Le pilló por sorpresa que Matthew relegara el hecho de que Alward le debiera un favor. Miró a la elfa, extrañado. No sabía si era un destino mejor o peor.
Aceptó las condiciones. No era como si Katrina lo acompañase a todos lados que iba, no supondría ningún problema mayor. Seguramente a la vampiresa tampoco le importara en demasía. La miró de reojo; estaba equivocado, pues una intensa mirada de molestia se centró sobre los presentes. Por suerte, no dijo nada.
De pronto, el semblante de la chica pálida cambió a una media sonrisa en cuanto el virrey mencionó que podría dejarla con él.
-No creo que me quiera tener cerca, mi señor-Entrelazó con calma sus manos y las dejó a modo de reposo delante de su torso, como si fuese una dama de la alta alcurnia. Después de todo, los modales que había aprendido era una cosa que iba a tener con ella para siempre. Su voz mágica se proyectó en todos los presentes de la habitación.-...ya que puedo sacar cosas de su mente que seguramente no quieras que salgan a la luz.-Sonrió de nuevo de medio lado, esta vez mostrando sus colmillos, por un momento estos parecieron alargarse de tal forma que parecían pequeños filos de espadas.
Alward se cruzó de brazos y la miró de reojo otra vez, ¿A qué se refería?
-Quizás quiera dejarnos marchar ya. Su enfermedad está empezando a afligirle, ¿Cierto?-No podía ver claramente qué era, pero había encontrado algo en esos recovecos en la mente de Matthew. Algo le afligía y le angustiaba, y todo apuntaba a un estado nulo de salud.-No se avergüence, mi señor. Todos los mortales son susceptibles a tales cosas.-Acabado su semblante cordial, volvió a adquirir uno neutro poco a poco. Ahora la elfa empezó a hablar con Alward, mientras que estos estaban intercambiando palabras, Katrina en ningún momento había dejado de mirar a Matthew, con una mirada tan gélida que incluso se podrían sentir escalofríos. Ahora, su voz tan solo se proyectó en al mente del virrey.-No es una enfermedad normal, ¿Verdad?-Intentó llamar la atención de Matthew de forma sutil, no quería ser de nuevo el centro de atención-...no puedes curarla.
Alward suspiró.
-No es mi novia.-Se cruzó de nuevo de brazos, estaba empezando a caerle realmente mal la elfa-Si el trabajo se va a basar en venir aquí y escuchar reproches sin sentido durante todo un día, prefiero mil veces que Matthew me mande a limpiar la escoria de la ciudad.-¿Se refería a basura real o a gente que causaba problemas? No lo dejó claro, quizá ambas.-...-Iba a decir algo, pero pensó que era mejor no hablar de lo que sucedió delante de la Piedra de Odín frente a Owens. Cambió su atención a Matthew.-¿Has pensado ya a quién me vas a enviar? Podríamos partir hoy y así ganar tiempo.-La paciencia no era una de las virtudes del Sevna.
Alward Sevna
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Re: ¿Amigo o enemigo? Parte II [Privado] [Cerrado]
Desde hacía un buen rato Matthew sentía una sensación extraña, como si alguien le estuviera haciendo cosquilla... Pero desde adentro para afuera. Se removió en su asiento, detalle que Einar notó, el Bio miró primero al Virrey, luego a Eil por ser la que estaba más cerca, pero la elfa estaba en su propio mundo. Luego dirigió la mirada hacia Alward, y finalmente a Katrina.
Sonrió.
-”Sus habilidades para la sustracción o artes escapistas” - Repitió el Estafador, imitando el tono serio de Alward - Por fin estás aprendiendo a hablar de manera respetuosa, sin duda costó lo suyo, pero me alegra que hayas logrado captarlo - Dio dos aplausos sin demasiado entusiasmo - Solo fue necesario golpearte reiteradas veces y que pierdas a más de la mitad de tus amigos, pero lo lograste -
Supuso que la mirada de odio de la mujer le daría la satisfacción suficiente a Eil como para que estuviera contenta el resto de la noche. “Un asunto menos” pensó Owens, desligándose del problema de tener que aguantar a la elfa ofendida porque no había cumplido con su capricho. De pronto Matthew dejó de hablar y centró su mirada en Katrina, pasó de estar sonriente a estar serio.
Ahora bien, el Humano no tenía la capacidad de leer mentes, ni de enviar su voz tal como lo hacía aquella mujer. Pero vivía con una Hechicera que podía manipular la mente, y había vivido entre vampiros el tiempo suficiente como para saber en líneas generales cómo funcionaba eso.
Y no le gustaba.
-Si crees que puedes amenazarme es que no has revisado lo suficiente dentro de mi mente - Pensó lo más fuerte que pudo, con la intención de que las palabras se reflejaran claramente- Nosotros los mortales tenemos un buen número de desventajas, pero no creas que la inmortalidad es mucho mejor, solo sirve para prolongar el sufrimiento - Su mirada era la de un perdido, pero sonreía, y Einar a su lado, que no podía escuchar nada de lo que se decían, aún así se sacudía emocionado, como si intuyera lo que se venía.
El Guardia había hecho una pregunta pero ni Owens ni a Einar les importaba eso, no parecían haberla escuchado. Matthew asintió y era todo lo que el Bio necesitaba como señal para comenzar, extendió su brazo nuevamente y atrapó el cuello de la Acompañante de Alward, luego activo su habilidad para darle una descarga eléctrica.*
-¡¡No vuelvas a meterte en mi mente!! - Exclamó Matt mientras se levantaba de un salto y golpeaba el escritorio con ambas manos. Para quienes no habían podido seguir toda la charla mental que habían tenido seguro las acciones del Virrey parecían las de un demente - ¡NO VUELVAS A HACERLO! - Repitió y su voz retumbó por toda la habitación - Ahora desaparezcan ambos de mi vista. Vas a saber de mí el día en que esté todo listo para que se cumpla tu pedido - De la nada pareció calmarse de nuevo, sonrió con amabilidad, levantó una mano y los saludó - Adiosito, chau, que tengan un buen viaje de regreso - La Maldición había comenzado a quemarlo por dentro, estaba transpirando y por los gritos repentinos se había despeinado un poco.
Einar ya había soltado a Katrina, sólo había actuado para darle la descarga de advertencia y luego se había quedado riendo a carcajadas mientras Matthew hacía toda esa representación sobreactuada.
----------------------------
*Una combinación de "Arma Extensible" con "Tazer"
Sonrió.
-”Sus habilidades para la sustracción o artes escapistas” - Repitió el Estafador, imitando el tono serio de Alward - Por fin estás aprendiendo a hablar de manera respetuosa, sin duda costó lo suyo, pero me alegra que hayas logrado captarlo - Dio dos aplausos sin demasiado entusiasmo - Solo fue necesario golpearte reiteradas veces y que pierdas a más de la mitad de tus amigos, pero lo lograste -
Supuso que la mirada de odio de la mujer le daría la satisfacción suficiente a Eil como para que estuviera contenta el resto de la noche. “Un asunto menos” pensó Owens, desligándose del problema de tener que aguantar a la elfa ofendida porque no había cumplido con su capricho. De pronto Matthew dejó de hablar y centró su mirada en Katrina, pasó de estar sonriente a estar serio.
Ahora bien, el Humano no tenía la capacidad de leer mentes, ni de enviar su voz tal como lo hacía aquella mujer. Pero vivía con una Hechicera que podía manipular la mente, y había vivido entre vampiros el tiempo suficiente como para saber en líneas generales cómo funcionaba eso.
Y no le gustaba.
-Si crees que puedes amenazarme es que no has revisado lo suficiente dentro de mi mente - Pensó lo más fuerte que pudo, con la intención de que las palabras se reflejaran claramente- Nosotros los mortales tenemos un buen número de desventajas, pero no creas que la inmortalidad es mucho mejor, solo sirve para prolongar el sufrimiento - Su mirada era la de un perdido, pero sonreía, y Einar a su lado, que no podía escuchar nada de lo que se decían, aún así se sacudía emocionado, como si intuyera lo que se venía.
El Guardia había hecho una pregunta pero ni Owens ni a Einar les importaba eso, no parecían haberla escuchado. Matthew asintió y era todo lo que el Bio necesitaba como señal para comenzar, extendió su brazo nuevamente y atrapó el cuello de la Acompañante de Alward, luego activo su habilidad para darle una descarga eléctrica.*
-¡¡No vuelvas a meterte en mi mente!! - Exclamó Matt mientras se levantaba de un salto y golpeaba el escritorio con ambas manos. Para quienes no habían podido seguir toda la charla mental que habían tenido seguro las acciones del Virrey parecían las de un demente - ¡NO VUELVAS A HACERLO! - Repitió y su voz retumbó por toda la habitación - Ahora desaparezcan ambos de mi vista. Vas a saber de mí el día en que esté todo listo para que se cumpla tu pedido - De la nada pareció calmarse de nuevo, sonrió con amabilidad, levantó una mano y los saludó - Adiosito, chau, que tengan un buen viaje de regreso - La Maldición había comenzado a quemarlo por dentro, estaba transpirando y por los gritos repentinos se había despeinado un poco.
Einar ya había soltado a Katrina, sólo había actuado para darle la descarga de advertencia y luego se había quedado riendo a carcajadas mientras Matthew hacía toda esa representación sobreactuada.
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*Una combinación de "Arma Extensible" con "Tazer"
Matthew Owens
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Re: ¿Amigo o enemigo? Parte II [Privado] [Cerrado]
Eilydh no pudo disimular una tos repentina al atorarse con el último sorbo de la botella de vino que tenía frente a ella. No estaba esperando ver a Matt owens enfadarse de manera real con Katrina y aquello sin duda era una delicia. Un regalo que el propio virrey había considerado oportuno para con la elfa.
Contuvo la risa de manera poco efectiva. El alcohol se le había empezado a subir a la cabeza y ver la descarga electrica en el cuello de aquella charlatana sin palabras era simplemente delicioso. Sus ojos empezaron a lloriquear, y sabía que debería mantener la calma pero simplemente no podía. Aquello era ridiculo.
Alward Sevna pidiendo un favor, Matt Owens aceptando prestarle ayuda, Eilydh a sus anchas frente a dos extraños de los que no sabía menos de tres frases y aún así lo suficientemente interesada en ellos como para no largarse de aquella habitación y bueno... su falso prometido enrabietado.
No supo muy bien si fue el vino o su propia realidad lo que hizo que el hecho de que Katrina pretendiese desvelar los secretos mas bien guardados en la mente de Matt a base de la violación de su privacidad la puso de muy mal humor. A la risa que le provocó aquella descarga la siguió la furia, alimentada por el hecho de ver a su compañero molesto, cansado. Enfermo.
Desenfundó a Karma y se acercó a los dos visitantes a los que Matt había pedido que se fuesen.
-Venir a la casa de alguien a pedir un favor es una cosa... pero intentar herirlo, avergonzarlo y chantajearlo en su propio barco... creo que vuestro ticket de paz a expirado, así que como ha dicho el virrey.. ya conocéis la puerta de salida- Eilydh no alzó a Karma tan solo la sostuvo en su mano a modo de advertencia mientras esperaba que ambas siluetas marchase.
Cuando lo hicieron se acercó a Matt por detrás. El efecto del vino parecía haberse marchado de su cabeza tan rápido como llegó. Le dio un leve toquecito en la espalda para que se girase y cuando lo hizo le adecentó el pelo que había escapado de su ordenado aspecto normal debido a los gritos, cuando lo hizo se quedó mirándolo a los ojos fijamente por un segundo, como buscando las palabras adecuadas que decirle.
-Espero que no esperes que te espere aquí- dijo simplemente- Espero que no esperes que te llore en una cabaña perdida de la vista de todos cuando me cuenten que tu cabeza y la de ese caballero pretencioso han acabado en cierta estaca de no se que colonia perdida- Estaba molesta. Se arrepintió de aquella comparación con Eyre en el momento justo en el que la usó y un tono rojizo se apoderó de sus mejillas. No necesariamente por el hecho de que Matt fuese a ponerse en peligro porque sí, al fin y al cabo el hombre era tan libre de hacerlo como lo hubiese sido ella. No. Su molestia provenia de los motivos mismos que en el fuero interno obligaban a Matt a realizar ese acto de valentía mas digno de un caballero noble que de un estafador.- No entiendo muy bien los motivos que te hacen ofrecerte como tributo voluntario ante un enemigo...- Pausó sus palabras mordiéndose el labio inferior.
Bajó sus manos a las solapas de su chaqueta y fijó su mirada ahí distraída.
Por supuesto que los entendía.Las acciones del virrey no eran nunca un libro abierto para nadie, con excepción de todas aquellas que colindaban o involucraban a Eyre de alguna u otra manera. Ella era sin duda su talón de aquiles. Su punto más débil y la vez su anclaje mismo a todo lo que él se esforzaba en no ser. Tan solo por ella.
El amor, sin embargo, nunca viene sin un pago al frente. Él mismo había mencionado la amistad enorme entre Eyre y Alward. El propio estafador se había sentido insultado por la presencia del sevna en su barco, había compartido con Eilydh historias sobre como aquel perdedor rondaba a Eyre aun sabiendo que ella lo tenía a él, y aún así y muy al pesar de la elfa, un enfermo Matthew Owens estaba lo suficientemente enamorado de aquella mujer como para dejar todo aquello a un lado y aventurarse con el caballero. Tan solo porque sabía que de no hacerlo la única herida sería Eyre.
Jugueteó con las solapas de la chaqueta de Matt adecentándolas.
Un sentimiento peligroso, el amor. La perdición de un hombre cauto. El temor de un valiente, el silencio necesario de un parlanchín y el pecado de alguien justo. Y... aún así tremendamente injusto para todo aquel que se asoma a mirarlo desde fuera.
-Quizás hubiese quedado mejor en azul mar en calma- dijo simplemente refiriéndose a la chaqueta y soltándola por fin.
Contuvo la risa de manera poco efectiva. El alcohol se le había empezado a subir a la cabeza y ver la descarga electrica en el cuello de aquella charlatana sin palabras era simplemente delicioso. Sus ojos empezaron a lloriquear, y sabía que debería mantener la calma pero simplemente no podía. Aquello era ridiculo.
Alward Sevna pidiendo un favor, Matt Owens aceptando prestarle ayuda, Eilydh a sus anchas frente a dos extraños de los que no sabía menos de tres frases y aún así lo suficientemente interesada en ellos como para no largarse de aquella habitación y bueno... su falso prometido enrabietado.
No supo muy bien si fue el vino o su propia realidad lo que hizo que el hecho de que Katrina pretendiese desvelar los secretos mas bien guardados en la mente de Matt a base de la violación de su privacidad la puso de muy mal humor. A la risa que le provocó aquella descarga la siguió la furia, alimentada por el hecho de ver a su compañero molesto, cansado. Enfermo.
Desenfundó a Karma y se acercó a los dos visitantes a los que Matt había pedido que se fuesen.
-Venir a la casa de alguien a pedir un favor es una cosa... pero intentar herirlo, avergonzarlo y chantajearlo en su propio barco... creo que vuestro ticket de paz a expirado, así que como ha dicho el virrey.. ya conocéis la puerta de salida- Eilydh no alzó a Karma tan solo la sostuvo en su mano a modo de advertencia mientras esperaba que ambas siluetas marchase.
Cuando lo hicieron se acercó a Matt por detrás. El efecto del vino parecía haberse marchado de su cabeza tan rápido como llegó. Le dio un leve toquecito en la espalda para que se girase y cuando lo hizo le adecentó el pelo que había escapado de su ordenado aspecto normal debido a los gritos, cuando lo hizo se quedó mirándolo a los ojos fijamente por un segundo, como buscando las palabras adecuadas que decirle.
-Espero que no esperes que te espere aquí- dijo simplemente- Espero que no esperes que te llore en una cabaña perdida de la vista de todos cuando me cuenten que tu cabeza y la de ese caballero pretencioso han acabado en cierta estaca de no se que colonia perdida- Estaba molesta. Se arrepintió de aquella comparación con Eyre en el momento justo en el que la usó y un tono rojizo se apoderó de sus mejillas. No necesariamente por el hecho de que Matt fuese a ponerse en peligro porque sí, al fin y al cabo el hombre era tan libre de hacerlo como lo hubiese sido ella. No. Su molestia provenia de los motivos mismos que en el fuero interno obligaban a Matt a realizar ese acto de valentía mas digno de un caballero noble que de un estafador.- No entiendo muy bien los motivos que te hacen ofrecerte como tributo voluntario ante un enemigo...- Pausó sus palabras mordiéndose el labio inferior.
Bajó sus manos a las solapas de su chaqueta y fijó su mirada ahí distraída.
Por supuesto que los entendía.Las acciones del virrey no eran nunca un libro abierto para nadie, con excepción de todas aquellas que colindaban o involucraban a Eyre de alguna u otra manera. Ella era sin duda su talón de aquiles. Su punto más débil y la vez su anclaje mismo a todo lo que él se esforzaba en no ser. Tan solo por ella.
El amor, sin embargo, nunca viene sin un pago al frente. Él mismo había mencionado la amistad enorme entre Eyre y Alward. El propio estafador se había sentido insultado por la presencia del sevna en su barco, había compartido con Eilydh historias sobre como aquel perdedor rondaba a Eyre aun sabiendo que ella lo tenía a él, y aún así y muy al pesar de la elfa, un enfermo Matthew Owens estaba lo suficientemente enamorado de aquella mujer como para dejar todo aquello a un lado y aventurarse con el caballero. Tan solo porque sabía que de no hacerlo la única herida sería Eyre.
Jugueteó con las solapas de la chaqueta de Matt adecentándolas.
Un sentimiento peligroso, el amor. La perdición de un hombre cauto. El temor de un valiente, el silencio necesario de un parlanchín y el pecado de alguien justo. Y... aún así tremendamente injusto para todo aquel que se asoma a mirarlo desde fuera.
-Quizás hubiese quedado mejor en azul mar en calma- dijo simplemente refiriéndose a la chaqueta y soltándola por fin.
Eilydh
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Re: ¿Amigo o enemigo? Parte II [Privado] [Cerrado]
Todo hubiese sido más sencillo si la respuesta a la propuesta de Alward hubiese tenido cualquiera de las siguientes dos respuestas: un "sí" que aceptara el trato con condiciones y sus respectivos modos de pago, y a partir de ahí, estar unidos temporalmente bajo un contrato verbal que los llevara a luchar por un objetivo común, o simplemente un "no" que rechazara toda propuesta e invitara amablemente a los dos invitados a irse del lugar. Pero no, el mundo no era tan sencillo. A la gente, especialmente a Matthew Owens le gustaba ser rogado, dar rodeos sobre un mismo lugar hasta que se pudiese exprimir la última gota de la situación, dando lugar a escenas que poco o nada aportaban al cometido inicial de la visita del caballero a la ciudad sin ley.
Un breve suspiro que no duró ni un segundo salió de la boca del castaño; estaba harto, y hasta alguien como él podía llegar a perder la paciencia. Matthew Owens, con ayuda de su fiel, adorada y grácil mascota con orejas puntiagudas había llenado hasta rebosar el vaso de aquella paciencia, y no solo por aquel día, sino por todo lo que Alward se echaba a sus espaldas cada vez que se encontraba con el antiguo estafador. Ya era suficiente.
Alzó la mirada y con decisión caminó hasta la mesa del virrey. Colocó ambas manos en borde izquierdo de la mesa y la volcó hacia el lado opuesto, tirando todas las cosas que había encima y generando un gran estruendo.
Desenvainó ambas armas y activó sus runas; Værdi se envolvió en fuego y descansó a pocos centímetros de Matthew, el moreno debería sentir un calor tan asfixiante, al borde de la quemadura, la hoja de la Espada de la Guardia por su parte fue recorrida por dos rayos en cada cara, como si de alguna forma toda el arma formara un circuito cerrado deseando tomar contacto. La punta de esta fue colocada a menos distancia aún sobre el pecho del bio-cibernético [1] [2].
-¡QUIETO!-Y su voz le detuvo, solo su voz le detuvo de hacer algo de lo que se arrepentiría. No le dio tiempo tan solo a proyectar su voz en Alward, todos allí pudieron escucharla.
Alward centró su mirada a punto de explotar sobre los ojos del propio Matthew, obviando al resto de presentes. Tomó aire varias veces con fuerza por la nariz y se concienció a sí mismo de no gastar los centímetros que a sus espadas le quedaban para tocar piel ajena.
Katrina se puso en pie, con dificultad y las piernas temblorosas debido a la descarga, su rostro estaba ceñido por aquella molestia.
-Matthew Owens tiene un eslabón débil en su cadena de grandeza... Y varios que se pueden agrietar con el suficiente empeño...-Intentó establizarse. Sonrió de medio lado, aún con molestias por la descarga.-No se atreverá a traicionarnos, si es que quiere mantener todo su mundo en pie...-Le señaló, medio tambaleándose, aún no se había estabilizado [1]-...y yo puedo destruir todo su mundo si le te ocurre hacernos daño o traicionarnos...-Focalizó aquellas últimas palabras como si le tirase una cadena al cuello y lo dejase atado a ella. Sonrió de nuevo de medio lado, como si el que estuviese en la peor posición fuera el que minutos atrás pensaba que era intocable-Mi virrey.-Sonrió de medio lado, satisfecha. Acto seguido, hizo una tambaleante reverencia.
No sabía exactamente a qué se refería Katrina, pero el Sevna bajó las armas, echando un vistazo fugaz tanto a la elfa como al bio cibernético con cautela. Su mirada volvió a centrarse en el virrey cuando las runas de sus armas se apagaron.
La prometida de Matthew desenvainó su arma, a lo que Alward hizo un total caso omiso, tanto a sus acciones como a sus palabras.
-Mi virrey.-Asintió con la cabeza a modo de reverencia y despedida. Acto seguido, se dio media vuelta sin siquiera dedicar una última mirada a la mujer rubia o a la extraña criatura con brazo extensible; era la hora de irse, y Katrina le siguió sin hacer o decir nada más.
El caballero envainó sus armas justo en el momento en el que sus dos pies se posaron firmemente sobre tierra. Ahora, ambos caminaban en la dirección opuesta al estrafalario barco. Ni él ni la vampiresa habían dicho ninguna palabra hasta el momento.
-Casi lo echas todo a perder.-Le recriminó dirigiendo su mirada de forma sutil hacia el humano.
-Debo admitir que la situación me ha venido grande.-Contestó sin hacer contacto visual con su compañera.
-¿Te he molestado?
-No...-Suspiró y la miró-...es solo que, cada vez me siento más desesperado. Encaminándome hacia una locura sin sentido.
-Yo estoy contigo.
-Gracias.-Asintió levemente y le dedicó una débil sonrisa.-¿De verdad te metiste en su mente?
-Por supuesto.-Dijo con un tono casi molesto por la duda.
-¿Y cómo es?
-Imagínate un pasillo oscuro, estrecho y con muchas telarañas...-Explicó mientras gesticulaba para que el Sevna pudiese tener una idea más clara, Alward rió ligeramente ante aquello.-Normalmente, las mentes tienen puestas unos "seguros" para que nadie entre a los lugares más recónditos y escondidos, allí se guardan traumas, experiencias altamente desagradables o secretos inconfesables.-Alward asintió, como afirmación de que le seguía en la explicación-Pues Owens tiene puestos muchos seguros en su mente, demasiados diría yo... no he estado el suficiente tiempo, pero estoy segura de que la mayoría de esos lugares no deberían estar tan "escondidos". Ese hombre está loco... ¿Seguro que podemos confiar en él?
-Claro que no.-Centró su mirada al frente, respondiendo con total naturalidad, algo que dejó un poco desencajada a Katrina. Se hizo unos segundos de silencio, hasta que el propio Alward lo rompió-¿Me vas a contar qué has visto?
-En cierto modo, le he hecho una promesa. Contar lo que he visto sería rebajarme a su nivel.
-Entiendo.-Asintió dibujando una leve sonrisa en su rostro. Debajo de aquella "capa" de ser maquiavélico que rodea a Katrina, se esconde un alma noble y bondadosa, y eso Alward lo agradecía.
El Sevna nunca obligó a la vampiresa a contar sus experiencias dentro de las Sierpes o los secretos que esta sabía sobre aquella organización, y aunque no sea parte de un mismo contexto, iba a mantenerse en esa idea.
______________________________________________________________________________
Off:
-Runa de arma usada [1]: Arma de Fuego.
-Runa de arma usada [2]: Arma Eléctrica.
-Habilidad usada [1]: Vínculo: "Katrina marca a un objetivo con el que comparte un vínculo en cuanto al daño o curación recibida. Este vínculo puede hacerse entre ella y un objetivo, o entre dos objetivos ajenos.". En este caso, Katrina lo utiliza para que si, al salir de allí, ella recibe algún daño, Matthew Owens también lo recibirá.
Un breve suspiro que no duró ni un segundo salió de la boca del castaño; estaba harto, y hasta alguien como él podía llegar a perder la paciencia. Matthew Owens, con ayuda de su fiel, adorada y grácil mascota con orejas puntiagudas había llenado hasta rebosar el vaso de aquella paciencia, y no solo por aquel día, sino por todo lo que Alward se echaba a sus espaldas cada vez que se encontraba con el antiguo estafador. Ya era suficiente.
Alzó la mirada y con decisión caminó hasta la mesa del virrey. Colocó ambas manos en borde izquierdo de la mesa y la volcó hacia el lado opuesto, tirando todas las cosas que había encima y generando un gran estruendo.
Desenvainó ambas armas y activó sus runas; Værdi se envolvió en fuego y descansó a pocos centímetros de Matthew, el moreno debería sentir un calor tan asfixiante, al borde de la quemadura, la hoja de la Espada de la Guardia por su parte fue recorrida por dos rayos en cada cara, como si de alguna forma toda el arma formara un circuito cerrado deseando tomar contacto. La punta de esta fue colocada a menos distancia aún sobre el pecho del bio-cibernético [1] [2].
-¡QUIETO!-Y su voz le detuvo, solo su voz le detuvo de hacer algo de lo que se arrepentiría. No le dio tiempo tan solo a proyectar su voz en Alward, todos allí pudieron escucharla.
Alward centró su mirada a punto de explotar sobre los ojos del propio Matthew, obviando al resto de presentes. Tomó aire varias veces con fuerza por la nariz y se concienció a sí mismo de no gastar los centímetros que a sus espadas le quedaban para tocar piel ajena.
Katrina se puso en pie, con dificultad y las piernas temblorosas debido a la descarga, su rostro estaba ceñido por aquella molestia.
-Matthew Owens tiene un eslabón débil en su cadena de grandeza... Y varios que se pueden agrietar con el suficiente empeño...-Intentó establizarse. Sonrió de medio lado, aún con molestias por la descarga.-No se atreverá a traicionarnos, si es que quiere mantener todo su mundo en pie...-Le señaló, medio tambaleándose, aún no se había estabilizado [1]-...y yo puedo destruir todo su mundo si le te ocurre hacernos daño o traicionarnos...-Focalizó aquellas últimas palabras como si le tirase una cadena al cuello y lo dejase atado a ella. Sonrió de nuevo de medio lado, como si el que estuviese en la peor posición fuera el que minutos atrás pensaba que era intocable-Mi virrey.-Sonrió de medio lado, satisfecha. Acto seguido, hizo una tambaleante reverencia.
No sabía exactamente a qué se refería Katrina, pero el Sevna bajó las armas, echando un vistazo fugaz tanto a la elfa como al bio cibernético con cautela. Su mirada volvió a centrarse en el virrey cuando las runas de sus armas se apagaron.
La prometida de Matthew desenvainó su arma, a lo que Alward hizo un total caso omiso, tanto a sus acciones como a sus palabras.
-Mi virrey.-Asintió con la cabeza a modo de reverencia y despedida. Acto seguido, se dio media vuelta sin siquiera dedicar una última mirada a la mujer rubia o a la extraña criatura con brazo extensible; era la hora de irse, y Katrina le siguió sin hacer o decir nada más.
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El caballero envainó sus armas justo en el momento en el que sus dos pies se posaron firmemente sobre tierra. Ahora, ambos caminaban en la dirección opuesta al estrafalario barco. Ni él ni la vampiresa habían dicho ninguna palabra hasta el momento.
-Casi lo echas todo a perder.-Le recriminó dirigiendo su mirada de forma sutil hacia el humano.
-Debo admitir que la situación me ha venido grande.-Contestó sin hacer contacto visual con su compañera.
-¿Te he molestado?
-No...-Suspiró y la miró-...es solo que, cada vez me siento más desesperado. Encaminándome hacia una locura sin sentido.
-Yo estoy contigo.
-Gracias.-Asintió levemente y le dedicó una débil sonrisa.-¿De verdad te metiste en su mente?
-Por supuesto.-Dijo con un tono casi molesto por la duda.
-¿Y cómo es?
-Imagínate un pasillo oscuro, estrecho y con muchas telarañas...-Explicó mientras gesticulaba para que el Sevna pudiese tener una idea más clara, Alward rió ligeramente ante aquello.-Normalmente, las mentes tienen puestas unos "seguros" para que nadie entre a los lugares más recónditos y escondidos, allí se guardan traumas, experiencias altamente desagradables o secretos inconfesables.-Alward asintió, como afirmación de que le seguía en la explicación-Pues Owens tiene puestos muchos seguros en su mente, demasiados diría yo... no he estado el suficiente tiempo, pero estoy segura de que la mayoría de esos lugares no deberían estar tan "escondidos". Ese hombre está loco... ¿Seguro que podemos confiar en él?
-Claro que no.-Centró su mirada al frente, respondiendo con total naturalidad, algo que dejó un poco desencajada a Katrina. Se hizo unos segundos de silencio, hasta que el propio Alward lo rompió-¿Me vas a contar qué has visto?
-En cierto modo, le he hecho una promesa. Contar lo que he visto sería rebajarme a su nivel.
-Entiendo.-Asintió dibujando una leve sonrisa en su rostro. Debajo de aquella "capa" de ser maquiavélico que rodea a Katrina, se esconde un alma noble y bondadosa, y eso Alward lo agradecía.
El Sevna nunca obligó a la vampiresa a contar sus experiencias dentro de las Sierpes o los secretos que esta sabía sobre aquella organización, y aunque no sea parte de un mismo contexto, iba a mantenerse en esa idea.
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Off:
-Runa de arma usada [1]: Arma de Fuego.
-Runa de arma usada [2]: Arma Eléctrica.
-Habilidad usada [1]: Vínculo: "Katrina marca a un objetivo con el que comparte un vínculo en cuanto al daño o curación recibida. Este vínculo puede hacerse entre ella y un objetivo, o entre dos objetivos ajenos.". En este caso, Katrina lo utiliza para que si, al salir de allí, ella recibe algún daño, Matthew Owens también lo recibirá.
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Re: ¿Amigo o enemigo? Parte II [Privado] [Cerrado]
La situación había llegado a su límite, casi todos los presentes habían sacado sus armas y se apuntaban entre sí, dispuestos a hacer cosas de las que no había vuelta atrás. Alward apuntaba al cuello de Owens, Eil apuntaba a Alward, Matthew sólo seguía sentado y al notar que se esperaba que hiciera algo, Einar se apuntó a sí mismo con la daga que salía desde su muñeca, aún sonriendo.
El Virrey no necesito defenderse, porque la elfa lo hizo por él, Matt agradeció el gesto con una inclinación de cabeza muy leve, ya que tenía el filo y calor de una espada rozando su cuello. Lo que sí hizo, ya que no necesitaba moverse, es proyectar toda una serie de comentarios desubicados y de contenido indecente hacía Katrina mientras le hablaba nuevamente con sus poderes mentales. No permitiría bajo ninguna circunstancia que esa mujer lo intimide, ni ella ni nadie.
-Ya puedes guardar el arma, Einar -
-¿Quieres que los siga? - Preguntó divertido el Bio mientras guardaba la daga.
-Sí, pero sin hacerles nada, solo para asegurarnos de que se van - Matt sonaba agotado, su mirada se quedó perdida en la puerta cuando Einar salió y reaccionó en el momento que sintió el toque de la elfa - ¿Mmm? - Se giró para poder verla a los ojos, sonrió ante el gesto de acomodarle el cabello, pero estaba tan cansado que siquiera podía sonreír con la misma energía de siempre - No, imaginé que no sería el caso - Dijo mientras la agarraba a la altura de la cadera - Dejaré por escrito que si muero deben trasladarse todos mis bienes materiales a tu persona ¿Qué te parece eso? Así esperaras noticias de mi para ver si sigo vivo - Hizo una media sonrisa pícara - Pero de ningún modo sería porque estés preocupada por mi bienestar, claro que no -
Dejó que Eil se siguiera distrayendo con cualquier otra cosa que no fueran sus ojos, Owens supuso que sería una situación complicada para ella, o como mínimo confusa. Le agarró finalmente las manos y las besó con ternura, para luego apoyarlas en su mejilla.
-Gracias por defenderme - Muy poca gente lo hacía, así que era un gesto que en verdad valoraba - Simplemente es algo que tengo que hacer. Si no hago algo de ejercicio de vez en vez terminaré por olvidarme como se siente ser ladrón ¿No crees? - No quería ponerle más dramatismo a la situación del necesario - Deberías aprovechar a acostarte conmigo antes de que me vaya, quien sabe, tal vez sea tu última oportunidad - La soltó y puso las manos tras la nuca, usándolas de almohada y dedicándole una mirada sugerente a la elfa.
El Virrey no necesito defenderse, porque la elfa lo hizo por él, Matt agradeció el gesto con una inclinación de cabeza muy leve, ya que tenía el filo y calor de una espada rozando su cuello. Lo que sí hizo, ya que no necesitaba moverse, es proyectar toda una serie de comentarios desubicados y de contenido indecente hacía Katrina mientras le hablaba nuevamente con sus poderes mentales. No permitiría bajo ninguna circunstancia que esa mujer lo intimide, ni ella ni nadie.
-Ya puedes guardar el arma, Einar -
-¿Quieres que los siga? - Preguntó divertido el Bio mientras guardaba la daga.
-Sí, pero sin hacerles nada, solo para asegurarnos de que se van - Matt sonaba agotado, su mirada se quedó perdida en la puerta cuando Einar salió y reaccionó en el momento que sintió el toque de la elfa - ¿Mmm? - Se giró para poder verla a los ojos, sonrió ante el gesto de acomodarle el cabello, pero estaba tan cansado que siquiera podía sonreír con la misma energía de siempre - No, imaginé que no sería el caso - Dijo mientras la agarraba a la altura de la cadera - Dejaré por escrito que si muero deben trasladarse todos mis bienes materiales a tu persona ¿Qué te parece eso? Así esperaras noticias de mi para ver si sigo vivo - Hizo una media sonrisa pícara - Pero de ningún modo sería porque estés preocupada por mi bienestar, claro que no -
Dejó que Eil se siguiera distrayendo con cualquier otra cosa que no fueran sus ojos, Owens supuso que sería una situación complicada para ella, o como mínimo confusa. Le agarró finalmente las manos y las besó con ternura, para luego apoyarlas en su mejilla.
-Gracias por defenderme - Muy poca gente lo hacía, así que era un gesto que en verdad valoraba - Simplemente es algo que tengo que hacer. Si no hago algo de ejercicio de vez en vez terminaré por olvidarme como se siente ser ladrón ¿No crees? - No quería ponerle más dramatismo a la situación del necesario - Deberías aprovechar a acostarte conmigo antes de que me vaya, quien sabe, tal vez sea tu última oportunidad - La soltó y puso las manos tras la nuca, usándolas de almohada y dedicándole una mirada sugerente a la elfa.
Matthew Owens
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Re: ¿Amigo o enemigo? Parte II [Privado] [Cerrado]
Escuchó la puerta cerrarse tras ella y supo que Einar se había marchado de la sala. Eilydh no estaba muy segura de si confiaba o no en ese matón aún, pero Matt parecía haberle cogido aprecio. Incluso sabiendo que era el primero en acudir a la posada todas las noches y el último en dejarla, la mayoría de las veces siendo cargado e incosnciente. Eilydh se había empezado a preguntar si el estafador no olía los retos de alcohol camuflados en el perfume barato y fuerte, pero ella no dijo nada. Como tantas otras veces, al fin y al cabo no era su problema.
Tenía la sensación de que Owens empezaba a conocerla demasiado bien, el juego de miradas esquivándola, la voz segura para hacerla sentir que todo aquello era menos importante de lo que parecía y sobre todo el hecho de que se esforzase por parecer animado, sabiendo que su enfermedad le impedía ser él mismo más y más cada día. De hecho, a veces, y esto era otra de las cosas que jamás le había dicho al estafador: La elfa pensaba que una de las razones principales por las que tenía a Eyre escondida cual doncella en una casa para él solo era por el mero deseo de conservar la juventud de la bruja entre sus manos. A la elfa no le extrañaba aquel pensamiento egoísta del hombre, lo había visto tener muchos más antes. Y a la vez aquella idea tonta de atesorar los pocos o muchos meses que les quedasen juntos ocultándose de todo lo que le hacía feliz era una contrariedad. Como él mismo.
Esbozó una sonrisa ante la proposición de Matt. No atravesó sus ojos, se quedó en sus labios pero pensó que regalarle al hombre lo que quería en aquel momento y hacerle pensar que aquella broma había funcionado era lo más generoso que podía hacer. La elfa sabía que el dinero robado del virrey apenas alcanzaría para pagar a sus hijos y esposas secretas, cuanto menos para dejarle una moneda en herencia. Aunque quizás aquel barco... La segunda proposición fue sin duda más indecente, y le tinto las mejillas sonrosadas por un momento.
-Nuestro problema, querido prometido, nunca ha sido el acostarnos juntos- dijo la elfa acariciando su cara antes de salir de nuevo a cubierta esta vez para dejarlo solo en barco- El problema con nosotros, Matt Owes es que siempre, aunque durmamos en la misma cama, amaneceremos separados- Le guiñó un ojo al salir.
Tenía la sensación de que Owens empezaba a conocerla demasiado bien, el juego de miradas esquivándola, la voz segura para hacerla sentir que todo aquello era menos importante de lo que parecía y sobre todo el hecho de que se esforzase por parecer animado, sabiendo que su enfermedad le impedía ser él mismo más y más cada día. De hecho, a veces, y esto era otra de las cosas que jamás le había dicho al estafador: La elfa pensaba que una de las razones principales por las que tenía a Eyre escondida cual doncella en una casa para él solo era por el mero deseo de conservar la juventud de la bruja entre sus manos. A la elfa no le extrañaba aquel pensamiento egoísta del hombre, lo había visto tener muchos más antes. Y a la vez aquella idea tonta de atesorar los pocos o muchos meses que les quedasen juntos ocultándose de todo lo que le hacía feliz era una contrariedad. Como él mismo.
Esbozó una sonrisa ante la proposición de Matt. No atravesó sus ojos, se quedó en sus labios pero pensó que regalarle al hombre lo que quería en aquel momento y hacerle pensar que aquella broma había funcionado era lo más generoso que podía hacer. La elfa sabía que el dinero robado del virrey apenas alcanzaría para pagar a sus hijos y esposas secretas, cuanto menos para dejarle una moneda en herencia. Aunque quizás aquel barco... La segunda proposición fue sin duda más indecente, y le tinto las mejillas sonrosadas por un momento.
-Nuestro problema, querido prometido, nunca ha sido el acostarnos juntos- dijo la elfa acariciando su cara antes de salir de nuevo a cubierta esta vez para dejarlo solo en barco- El problema con nosotros, Matt Owes es que siempre, aunque durmamos en la misma cama, amaneceremos separados- Le guiñó un ojo al salir.
Eilydh
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