Por los Caminos Verdes [Cerrado]
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Por los Caminos Verdes [Cerrado]
Un mes y medio después del ataque en Vulwulfar.
Tercer día de viaje.
Temporada de Lluvias.
Tercer día de viaje.
Temporada de Lluvias.
Un cambio de panorama luego de finalmente tener "todo listo" era lo que mis ojos llevaban tres días viendo. Campos verdes e inundados, caminos llenos de lodo y charcas y una lluvia que no parecía querer detenerse.
Hacía tres días que nos habíamos marchado de Vulwulfar, manteniendo el perfil tan bajo como nos fue posible, por suerte no hubo ningún inconveniente y cada uno había hecho algo para llenar lo mejor posible los bolsillos, y claro está, las provisiones. Al final, por mi parte, había aceptado la locura a la que el elfo suicida nos había metido, después de todo de no se r por mí, ese trio de idiotas estaría muerto, aún me debían el rescate y esperaba mi compensación por ello.
Iba tan equipada como me lo podía permitir , observaba mi entorno con atención y cautela. La lluvia caía tenue sobre el entorno. Mi capa, una barata que había logrado conseguir a buen precio se había encargado de cubrir mi cabeza. Mis botas estaban sucias, llenas de lodo hasta más arriba del tobillo. por suerte la ropa de cuero se encargaba de deslizar el resto del agua. Sin embargo, no iba a negar que en este momento precisaba de algún lugar seco en el cuál poder comer y beber algo. Ya el día estaba bastante avanzado, era poco más de medio día, y el desayuno fue sólo algo de pan a falta de poder encender una buena hoguera por el clima. Mi estomago indudablemente rugió como cual trueno en el cielo. - Demonios, muero de hambre. - Me quejé en voz alta colocando una de mis manos sobre mi plano abdomen.
No parecía que la lluvia fuera a detenerse y no sabía que tan lejos estábamos de la posada más cercana.
Hacía tres días que nos habíamos marchado de Vulwulfar, manteniendo el perfil tan bajo como nos fue posible, por suerte no hubo ningún inconveniente y cada uno había hecho algo para llenar lo mejor posible los bolsillos, y claro está, las provisiones. Al final, por mi parte, había aceptado la locura a la que el elfo suicida nos había metido, después de todo de no se r por mí, ese trio de idiotas estaría muerto, aún me debían el rescate y esperaba mi compensación por ello.
Iba tan equipada como me lo podía permitir , observaba mi entorno con atención y cautela. La lluvia caía tenue sobre el entorno. Mi capa, una barata que había logrado conseguir a buen precio se había encargado de cubrir mi cabeza. Mis botas estaban sucias, llenas de lodo hasta más arriba del tobillo. por suerte la ropa de cuero se encargaba de deslizar el resto del agua. Sin embargo, no iba a negar que en este momento precisaba de algún lugar seco en el cuál poder comer y beber algo. Ya el día estaba bastante avanzado, era poco más de medio día, y el desayuno fue sólo algo de pan a falta de poder encender una buena hoguera por el clima. Mi estomago indudablemente rugió como cual trueno en el cielo. - Demonios, muero de hambre. - Me quejé en voz alta colocando una de mis manos sobre mi plano abdomen.
No parecía que la lluvia fuera a detenerse y no sabía que tan lejos estábamos de la posada más cercana.
Última edición por Meraxes el Mar Sep 20 2022, 15:19, editado 1 vez
Meraxes
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Re: Por los Caminos Verdes [Cerrado]
Zelas se había separado del grupo después del ataque, nuevamente había cambiado de armamento, su espada ridículamente grande había sido almacenada en un lugar de confianza junto con las otras cosas de valor que no siempre podía llevar consigo y ahora pretendía poner a prueba los nuevos juguetes que Rauko había creado para el, las nuevas armas sin duda prometían pero no serviría de nada si no llegaba al lugar de encuentro antes que partieran.
-Bueno, siempre puedo alcanzarles en algún momento- se dijo a si mismo mientras se apresuraba por llegar, si bien la nueva espada que llevaba no se diferenciaba mucho en comparación con la Zumbanana α en cuanto a tamaño, su peso si variaba bastante y hacia que el no-elfo se sintiera un poco mas ligero, ahora que sabia un poco mas sobre la Dark Order su forma de pelear debía mejorar... Sobre todo porque el líder de aquella nefasta organización poseía un poder igual de perverso.
Se detuvo por un momento, ¿Estaba bien que involucrara a sus amigos en algo tan complicado? si no hubiera sido por Mera casi no la cuenta, hablando de Mera debía llevarle algo o sino se lo cobraría toda su vida, elfos y dragones se caracterizan por tener ciclos de vida largos y si bien siempre podía escapar, ya había aprendido que Aerandir de alguna forma era un lugar muy pequeño. Fue justo en ese momento que cayo en la cuenta de que ya debería estar por llegar al punto de reunión, una desganada y muy deprimida Mera se encontraba esperando.
-No eres el tipo de mujer que se vea así por culpa de algún hombre, así que de seguro tienes hambre, toma comete una biusa- exclamo el no elfo mientras llegaba casual sacaba de uno de sus bolsillos aquella fruta bendecida por los dioses, nadie se negaría a una biusa porque era imposible que le desagradara a alguien una fruta que podía adquirir el sabor de aquello que mas te gustaba comer, se la entrego a Mera y busco en otro de sus bolsillos por aquello que pensó le serviría, -Me contaron que si acercas esta piedra a un arma adquiere una propiedad mágica, con el beso que te di deberíamos estar a mano por aquella vez que me salvaste, pero como ya te conozco te doy esto y procura no gastarlo en un arma que se vaya a romper fácil- exclamo sacando la piedra con la runa que consiguió en aquella torre maldita en la que se murió y sobrevivió una vez.
OFF: le entrego a Mera -Castigo de Piedra x 1(Encantamiento sin equipar): Al golpear, se generará una delgada pero moderadamente pesada capa de piedra sobre la zona del impacto, por 30 segundos.
Armas equipadas en esta aventura: Banana Breaker y las Unga Bungas(?)
-Bueno, siempre puedo alcanzarles en algún momento- se dijo a si mismo mientras se apresuraba por llegar, si bien la nueva espada que llevaba no se diferenciaba mucho en comparación con la Zumbanana α en cuanto a tamaño, su peso si variaba bastante y hacia que el no-elfo se sintiera un poco mas ligero, ahora que sabia un poco mas sobre la Dark Order su forma de pelear debía mejorar... Sobre todo porque el líder de aquella nefasta organización poseía un poder igual de perverso.
Se detuvo por un momento, ¿Estaba bien que involucrara a sus amigos en algo tan complicado? si no hubiera sido por Mera casi no la cuenta, hablando de Mera debía llevarle algo o sino se lo cobraría toda su vida, elfos y dragones se caracterizan por tener ciclos de vida largos y si bien siempre podía escapar, ya había aprendido que Aerandir de alguna forma era un lugar muy pequeño. Fue justo en ese momento que cayo en la cuenta de que ya debería estar por llegar al punto de reunión, una desganada y muy deprimida Mera se encontraba esperando.
-No eres el tipo de mujer que se vea así por culpa de algún hombre, así que de seguro tienes hambre, toma comete una biusa- exclamo el no elfo mientras llegaba casual sacaba de uno de sus bolsillos aquella fruta bendecida por los dioses, nadie se negaría a una biusa porque era imposible que le desagradara a alguien una fruta que podía adquirir el sabor de aquello que mas te gustaba comer, se la entrego a Mera y busco en otro de sus bolsillos por aquello que pensó le serviría, -Me contaron que si acercas esta piedra a un arma adquiere una propiedad mágica, con el beso que te di deberíamos estar a mano por aquella vez que me salvaste, pero como ya te conozco te doy esto y procura no gastarlo en un arma que se vaya a romper fácil- exclamo sacando la piedra con la runa que consiguió en aquella torre maldita en la que se murió y sobrevivió una vez.
OFF: le entrego a Mera -Castigo de Piedra x 1(Encantamiento sin equipar): Al golpear, se generará una delgada pero moderadamente pesada capa de piedra sobre la zona del impacto, por 30 segundos.
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Zelas Hazelmere
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Re: Por los Caminos Verdes [Cerrado]
Fango. El fango era un enemigo que hasta ahora había permanecido oculto a los ojos de Artorias. Puede parecer inofensivo para los viajantes y un poco molesto para la gente que le desagrada ensuciarse; y a Artorias no le importaba si era ensuciado ya que siempre traería una coraza que le asilaba de cualquier contacto con el medio externo. Sin embargo, el fango se volvía un enemigo de temer si alguien tan pesado como Artorias camina sobre él. Los pasos del Centinela eran lentos, pero no sonaban demasiado gracias al fango, aunque requeriría un gran esfuerzo para levantar sus pesadas piernas del suelo para seguir caminando. La lluvia se hacia notar por el sonido característico que hacía al chocar con el metal que le recubría y el clima avisaba que habían pocas chances de parar para encender una fogata, aunque lo poco bueno de aquel escenario era que la humedad refrescaba el traje que Artorias portaba.
Y aún con todo, lo más destacable era que Baltazar, el elfo de cabello rojo que había conocido hace algún tiempo, estaba montado sobre él para no tener que pisar el lodo... y por alguna razón Artorias había aceptado esa petición. - Según mis registros, estamos por una vía comercial que no es muy concurrida, así que deberíamos estar bien de momento, aunque mi recomendación es que se mantengan alerta por si ocurre algún suceso imprevisto. - Mencionaría al grupo en voz alta, con aquel tono formal que distinguía a un oficial de la ley. el camino se hacía largo y tortuoso por el clima y el fango, pero eso era un mal menor que podía soportar sin problemas. Pero por otro lado... - Señorita, me temo que no tengo alimentos a nuestra disposición, pero no debería faltar demasiado para llegar a una posada. Así que resista por favor. - Diría el Centinela de forma apenada y algo preocupada por las palabras de aquella mujer. Esto era debido a que Artorias no podía distinguir cosas como el humor o el sarcasmo y todo se lo tomaba al pie de la letra, de la forma como se le había capacitado durante su estadía en la Base de los Bios.
Aún quedaba un buen trecho por recorrer, solo había que seguir caminando hasta llegar a un buen lugar donde reabastecer energías.
Y aún con todo, lo más destacable era que Baltazar, el elfo de cabello rojo que había conocido hace algún tiempo, estaba montado sobre él para no tener que pisar el lodo... y por alguna razón Artorias había aceptado esa petición. - Según mis registros, estamos por una vía comercial que no es muy concurrida, así que deberíamos estar bien de momento, aunque mi recomendación es que se mantengan alerta por si ocurre algún suceso imprevisto. - Mencionaría al grupo en voz alta, con aquel tono formal que distinguía a un oficial de la ley. el camino se hacía largo y tortuoso por el clima y el fango, pero eso era un mal menor que podía soportar sin problemas. Pero por otro lado... - Señorita, me temo que no tengo alimentos a nuestra disposición, pero no debería faltar demasiado para llegar a una posada. Así que resista por favor. - Diría el Centinela de forma apenada y algo preocupada por las palabras de aquella mujer. Esto era debido a que Artorias no podía distinguir cosas como el humor o el sarcasmo y todo se lo tomaba al pie de la letra, de la forma como se le había capacitado durante su estadía en la Base de los Bios.
Aún quedaba un buen trecho por recorrer, solo había que seguir caminando hasta llegar a un buen lugar donde reabastecer energías.
Artorias
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Re: Por los Caminos Verdes [Cerrado]
En un ambiente en donde la soledad se respiraba ocasionalmente, la marcha de sus acompañantes sobre el blanduzco lodo se había convertido en música. Muy en el fondo, el penoso descender de una lluvia que había perdurado hacía más de un mes. El clima en algún punto había comenzado a agradarle, pero su presencia, después de tanto, comenzó a resultarle agotador; quizá fuera por los cielos nublados que no dejaban ni ver ni sentir la cálida magnificencia de Anar, dios solar y de las guerras. Tal vez, y hasta más probable, es que fuera por la poca libertad que tenía de usar ropas holgadas, sueltas.
Llevaba puesto un abrigo oscuro bordado de inscripciones doradas. Aunque era cálido, pues acogía en su composición gruesa torso, cuello y brazos hasta la muñeca, salía bastante de los estándares del pelirrojo. Se le agrega a esto un pantalón ajustado en las caderas, en las pantorrillas, y un par de botas y es absolutamente todo lo que en épocas más normales jamás utilizaría. A pesar de todo... no quejaba de las prendas. Le habían costado dinero. Hasta las estaba cuidando. Ya había perdido el recuerdo de cuando se subió a los hombros del hombre-máquina que había conocido no hace mucho para evitar el fango. Y hablando de él...
-Bien hecho, clank clank -palmeó el "casco" del biocibernético y puso atención, de nuevo, al camino que estaban transitando-. La vista desde aquí arriba es buena, les haré saber si veo algo.
Se supone que, aunque no se lo hubieran pedido, fuera una tarea que debiera estar realizando hace bastante. Pero le era imposible no distraerse con pensamientos estando en un ambiente tan tranquilo. Quizá el estómago de Meraxes lo detestara, porque rugió de tal manera... Baltazar no evitó reírse por la reacción tan plana que tuvo el metálico. -No le hagas caso, no está muriendo realmente. - le dijo - Espero que los demás tampoco. ¿Cómo van de energía, caballeros? - volteó a ver a los dos integrantes de la creciente banda que, sin querer, ya estaban conformando. Uno de ellos la más reciente prueba de esto.
Baltazar
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Re: Por los Caminos Verdes [Cerrado]
Trotes y ligeros respiros empleaba por el esfuerzo del terreno inestable y del clima frio por la lluvia. Hay charcos, lodo y el maldito clima empezó a intentar ir en mi contra. Puede venir Thor y tirarme un rayo, pero mi paso era firme y mantenía el ritmo incluso con el barro queriendo entrar en mis botas, pero no me incomodaba. Llevaba mucho tiempo caminando en tiempo pasado al iniciar mi jornada alejándome del seno de lo poco que quedaba de mi clan y este maldito clima no me lo iba a impedir por mucho que quisiese. Lo único que realmente incomodaba y molestaba era la maldita humedad en mi ropa, aunque fuera de cuero, la sabana que usaba de capucha y capa si se humedecía y se volvía mas pesada, cosa que para no agravar mas la cosa tuve que usar una tapa de un barril a modo de escudo para defenderme del clima. Curiosamente lo unico que no implicaba el mas minimo problema era mi espada en su vaina en la cintura.
Daba ligeros trotes y algunos saltos para evitar hundirme mas en esta tierra de mierda, acompañado de este pintoresco grupo, donde 2 de ellos si los conocía de ante mano antes de iniciar el viaje; miraba de reojo a Baltazar encima del trozo de hierro andante usándolo como si fuera una maldita mula.- ¿Muy sucio para la realeza, seguro que no quisiste comprar la faldita? -Reía por la aparente negativa del pelirojo al caminar con sus propios pies por culpa del clima y el suelo. Tiene panza de guerrero, pero unos gustos de un autentico bebedor de leche.- Cuidado ahí, como se caiga te tocara levantarlo entre la mierda. -Odin no quiera, pero levantar a Artorias del barro necesitaría mínimo uno abajo y otro desde lejos con una cuerda. Como el titan de metal caiga...que Freyja se apiade de nuestras almas.
Ahí estaban hablando acerca de cosas, recompensas y demás cosas que obviamente no me interesaba porque eran cosas que no tenia idea, seguramente producto de alguna vivencia previa a formar este...pintoresco grupo tan raro.- Por si acaso deberíamos hacer una revisión de provisiones. -Metía mi mano en mi bolsa haciendo una gestión de lo que traía y dando un buen reviso de demás recursos útiles en mi posesión.- Tengo Cecina tan aguada como carpa recién pescada. -Maldita lluvia, pero eso no me impedía de poder hincarle los dientes a estas provisiones, comida era comida y no iba andar de exquisito.
Art había dicho que que estábamos en una ruta comercial, el problema es que no encontraremos fácilmente a algún comerciante de forma frecuente para intercambiar objetos útiles, así que esperaba estar cerca porque no quería dar mi cecina ¡¡Es mi cecina!! Lo daría, claro mas que nada a Baltazar porque es el que le tengo mas confianza, pero si pudiese evitarlo no me quejaría para nada.
Daba ligeros trotes y algunos saltos para evitar hundirme mas en esta tierra de mierda, acompañado de este pintoresco grupo, donde 2 de ellos si los conocía de ante mano antes de iniciar el viaje; miraba de reojo a Baltazar encima del trozo de hierro andante usándolo como si fuera una maldita mula.- ¿Muy sucio para la realeza, seguro que no quisiste comprar la faldita? -Reía por la aparente negativa del pelirojo al caminar con sus propios pies por culpa del clima y el suelo. Tiene panza de guerrero, pero unos gustos de un autentico bebedor de leche.- Cuidado ahí, como se caiga te tocara levantarlo entre la mierda. -Odin no quiera, pero levantar a Artorias del barro necesitaría mínimo uno abajo y otro desde lejos con una cuerda. Como el titan de metal caiga...que Freyja se apiade de nuestras almas.
Ahí estaban hablando acerca de cosas, recompensas y demás cosas que obviamente no me interesaba porque eran cosas que no tenia idea, seguramente producto de alguna vivencia previa a formar este...pintoresco grupo tan raro.- Por si acaso deberíamos hacer una revisión de provisiones. -Metía mi mano en mi bolsa haciendo una gestión de lo que traía y dando un buen reviso de demás recursos útiles en mi posesión.- Tengo Cecina tan aguada como carpa recién pescada. -Maldita lluvia, pero eso no me impedía de poder hincarle los dientes a estas provisiones, comida era comida y no iba andar de exquisito.
Art había dicho que que estábamos en una ruta comercial, el problema es que no encontraremos fácilmente a algún comerciante de forma frecuente para intercambiar objetos útiles, así que esperaba estar cerca porque no quería dar mi cecina ¡¡Es mi cecina!! Lo daría, claro mas que nada a Baltazar porque es el que le tengo mas confianza, pero si pudiese evitarlo no me quejaría para nada.
Eirik
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Re: Por los Caminos Verdes [Cerrado]
Tres días... Desde que habíamos salido de Vulwulfar han pasado tres días, y aunque el paisaje pudiese cambiar en sus distintas formas. El hecho de que estuviésemos en época de lluvias lo único que hacía era que todo esto fuera un eterno fango, el cual se asentaba en mis botas de manera persistente. Durante el tiempo previo a nuestra salida cada quien logró hacerse de dinero y equipo. En mi caso, si bien logré conseguir algo significativo, no era una gran fortuna que presumir. El haber tenido que comprar equipo y provisiones me habían dejado con una cantidad ajustada, si se tenía contemplado estar viajando claro está.
Si bien la lluvia que caía no era de esas tormentosas. Era de esas lluvias que podía seguir y seguir por horas, incluso días sin detenerse, y esto volvía tedioso el viaje. Pero bueno, había que tratar de verle el lado positivo a las cosas, después de todo, este viaje ya había iniciado por fin. Una travesía que seguramente nos enfrentaríamos a la muerte más de una vez. Aunque ahora me sentía mucho más preparado que cuando me reuní con Zelas, así que sin dudas podía reaccionar de manera diferente a una situación similar a la que experimentamos en Vulwulfar.
Artorias comentó que nos encontrábamos en una ruta comercial, aunque no muy concurrida. - Eso explica el porqué tenemos tanto rato sin ver a otros viajeros. - Con este clima, hasta los ladrones poco experimentados considerarían estar en este sitio, pero no estaba de más hacer caso la recomendación de mantenernos alertas. El hecho de pasar por un día tan fastidioso como hoy podría volvernos poco precavidos.
Fue en ese momento donde Zelas aparecía en donde habíamos acordado encontrarnos. El desgraciado que había escapado con el botín de mi antiguo corcel había decidido tomar un rumbo diferente a nosotros. Quizá iba a recoger algo importante, pero bueno, al menos el grupo se estaba concretando al fin. Con su llegada le dio una biusa a Mera, y un objeto extra como pago por salvarle la vida en Vulwulfar. Me rasqué la nuca un momento. Eso me hacía recordar que aún tenía una deuda con ella. Aunque en el poblado no encontré nada realmente bueno. No era de las personas que iba a agradecer que me salvaron la vida con alguna minucia. Siempre he vivido con el código de que si obtienes algo, es tu deber retribuirlo de manera equitativa. Pero el hecho de que Mera pudiese reprochármelo me provocaba jaqueca.
En eso escuché el comentario de Eirik, el cual iba dirigido a Baltazar por el hecho de usar al bio cibernético como transporte, no pude evitar reír levemente. Luego de eso, Baltazar hizo un comentario con respecto a nuestras energías. - Nadie está muriendo. Pero no me molestaría cambiar de lugar contigo. - Sonreí de medio lado mientras miraba al elfo pelirrojo con cierto recelo por el hecho de que el iba tranquilo y descansando encima de Artorias.
Luego volví a escuchar una sugerencia de parte de Eirik con respecto a realizar una revisión de las provisiones. - Es una buena idea. Pero sugiero que lo hagamos cuando encontremos algún lugar seco donde podamos refugiarnos y mantenernos secos. Lo digo por el bien de tu cecina y el resto de tus pertenencias y de los demás. - Dicho eso volví mi vista hacia el frente. De verdad esperaba que Artorias estuviera en lo cierto y pronto encontremos alguna posada.
Si bien la lluvia que caía no era de esas tormentosas. Era de esas lluvias que podía seguir y seguir por horas, incluso días sin detenerse, y esto volvía tedioso el viaje. Pero bueno, había que tratar de verle el lado positivo a las cosas, después de todo, este viaje ya había iniciado por fin. Una travesía que seguramente nos enfrentaríamos a la muerte más de una vez. Aunque ahora me sentía mucho más preparado que cuando me reuní con Zelas, así que sin dudas podía reaccionar de manera diferente a una situación similar a la que experimentamos en Vulwulfar.
Artorias comentó que nos encontrábamos en una ruta comercial, aunque no muy concurrida. - Eso explica el porqué tenemos tanto rato sin ver a otros viajeros. - Con este clima, hasta los ladrones poco experimentados considerarían estar en este sitio, pero no estaba de más hacer caso la recomendación de mantenernos alertas. El hecho de pasar por un día tan fastidioso como hoy podría volvernos poco precavidos.
Fue en ese momento donde Zelas aparecía en donde habíamos acordado encontrarnos. El desgraciado que había escapado con el botín de mi antiguo corcel había decidido tomar un rumbo diferente a nosotros. Quizá iba a recoger algo importante, pero bueno, al menos el grupo se estaba concretando al fin. Con su llegada le dio una biusa a Mera, y un objeto extra como pago por salvarle la vida en Vulwulfar. Me rasqué la nuca un momento. Eso me hacía recordar que aún tenía una deuda con ella. Aunque en el poblado no encontré nada realmente bueno. No era de las personas que iba a agradecer que me salvaron la vida con alguna minucia. Siempre he vivido con el código de que si obtienes algo, es tu deber retribuirlo de manera equitativa. Pero el hecho de que Mera pudiese reprochármelo me provocaba jaqueca.
En eso escuché el comentario de Eirik, el cual iba dirigido a Baltazar por el hecho de usar al bio cibernético como transporte, no pude evitar reír levemente. Luego de eso, Baltazar hizo un comentario con respecto a nuestras energías. - Nadie está muriendo. Pero no me molestaría cambiar de lugar contigo. - Sonreí de medio lado mientras miraba al elfo pelirrojo con cierto recelo por el hecho de que el iba tranquilo y descansando encima de Artorias.
Luego volví a escuchar una sugerencia de parte de Eirik con respecto a realizar una revisión de las provisiones. - Es una buena idea. Pero sugiero que lo hagamos cuando encontremos algún lugar seco donde podamos refugiarnos y mantenernos secos. Lo digo por el bien de tu cecina y el resto de tus pertenencias y de los demás. - Dicho eso volví mi vista hacia el frente. De verdad esperaba que Artorias estuviera en lo cierto y pronto encontremos alguna posada.
Gaegel
Lobo Renegado
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Re: Por los Caminos Verdes [Cerrado]
Tal vez y sólo tal vez la fuente de mi ligero mal humor tenía otra razón además del hambre, la llegada de esas dos personas nuevas al grupo aún no me generaban plena confianza. Si bien uno de ellos parecía ser un un ente particular que no padecía de "necesidades humanas" el otro me parecía el sujeto más ruidoso en toda mi maldita existencia. Trataba en la medida de lo posible ignorarlos, eran problema de Baltazar y siempre y cuando ellos no se entrometieran en mis asuntos podría considerar una tregua. Claro que ya había manifestado mi descontento al momento de su "integración" a nuestro grupo, menos dinero para mí pero viéndolo en frío ellos podrían ser útiles o una buena carnada, todo dependería de que tanto me agradaran.
Decidí ignorar el comentario de Artorias por haber tomado de forma muy literal el significado de las mías, como dije, era mejor que Baltazar se encargara de eso. Y más aún de la voz exasperante del energúmeno, desde que ese sujeto había llegado Balto estaba más raro de lo normal, es decir ¿desde cuándo ese maldito y sexy pelirrojo usaba tanta ropa? ...El único normal parecía ser Gaegel y aún así parecía que cargaba una pena en el alma. Y, por si fuera poco, aún no me acostumbraba del todo a que ese maldito broche se la pasara vibrando cuando todos los que los poseíamos estábamos cerca, era ligeramente leve, pues en ese momento sólo Gaegel, Baltazar y yo nos encontrábamos codo a codo, pero pronto la sensación se hizo más intensa, lo que implicaba que podría tratarse nada más y nada menos que Zelas.
El broche no mentía, allí estaba escuchando su voz, cuyas palabras se dirigían hacia mí. Sonreí de medio lado, negando ligeramente con la cabeza. - Cada vez me sorprende más lo mucho que me conoces. - Reí en la medida que tomaba la fruta que me proporcionaba. Tras darle una mordida, por un momento olvidé todo, su sabor era exquisito y me devolvía algo del buen humor.
Degustaba con júbilo la fruta antes de caer en cuenta que Zelas venía con regalos. - Cuando aprendas a besar como se debe yo te diré si eso basta. - Agregué bromeando a su comentario tomando el artefacto que me daba, se sentía la magia en él cosa que me agradó. La levanté lo bastante alto para que tanto el pelirrojo como el peludo amigo lo vieran. - Y así, chicos es como se agradece a esta belleza que salvó sus traseros. - Entoné con notable arrogancia antes de guardar la piedra en el bolso.
Tras dar otro mordisco, miré a Zelas de reojo. - ¿Alguna señal de tus peculiares perseguidores? ¿A dónde se supone que vamos ahora? - Tenía varias dudas, y la verdad salvo la idea de salir de la ciudad no poseía más información, necesitaba aclararlas.
Decidí ignorar el comentario de Artorias por haber tomado de forma muy literal el significado de las mías, como dije, era mejor que Baltazar se encargara de eso. Y más aún de la voz exasperante del energúmeno, desde que ese sujeto había llegado Balto estaba más raro de lo normal, es decir ¿desde cuándo ese maldito y sexy pelirrojo usaba tanta ropa? ...El único normal parecía ser Gaegel y aún así parecía que cargaba una pena en el alma. Y, por si fuera poco, aún no me acostumbraba del todo a que ese maldito broche se la pasara vibrando cuando todos los que los poseíamos estábamos cerca, era ligeramente leve, pues en ese momento sólo Gaegel, Baltazar y yo nos encontrábamos codo a codo, pero pronto la sensación se hizo más intensa, lo que implicaba que podría tratarse nada más y nada menos que Zelas.
El broche no mentía, allí estaba escuchando su voz, cuyas palabras se dirigían hacia mí. Sonreí de medio lado, negando ligeramente con la cabeza. - Cada vez me sorprende más lo mucho que me conoces. - Reí en la medida que tomaba la fruta que me proporcionaba. Tras darle una mordida, por un momento olvidé todo, su sabor era exquisito y me devolvía algo del buen humor.
Degustaba con júbilo la fruta antes de caer en cuenta que Zelas venía con regalos. - Cuando aprendas a besar como se debe yo te diré si eso basta. - Agregué bromeando a su comentario tomando el artefacto que me daba, se sentía la magia en él cosa que me agradó. La levanté lo bastante alto para que tanto el pelirrojo como el peludo amigo lo vieran. - Y así, chicos es como se agradece a esta belleza que salvó sus traseros. - Entoné con notable arrogancia antes de guardar la piedra en el bolso.
Tras dar otro mordisco, miré a Zelas de reojo. - ¿Alguna señal de tus peculiares perseguidores? ¿A dónde se supone que vamos ahora? - Tenía varias dudas, y la verdad salvo la idea de salir de la ciudad no poseía más información, necesitaba aclararlas.
- Off:
- Recibo:
Castigo de Piedra: (Encantamiento sin equipar): Al golpear, se generará una delgada pero moderadamente pesada capa de piedra sobre la zona del impacto, por 30 segundos.
Meraxes
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Re: Por los Caminos Verdes [Cerrado]
-Funciona en 9 de cada 10 mujeres(?)- exclamo el no elfo ante el comentario de Mera, observo al resto del grupo y realizo un movimiento con su mano a modo de saludo para el resto, entre sus conocidos había un par de caras nuevas que no reconocía, sin embargo, intuyo que alguno de ellos habría reclutado mas gente, en especial Balto que iba sobre los hombros de un extraño individuo, acompañado de lo que parecía ser ¿un salvaje?, vio al triste Gaegel y supuso que ya sabría el destino que le había deparado a su fiel corcel.
Sacando otra Biusa la acerco al buen Gg antes que su mirada le siguiera penetrando(?) -Se lo que diras pero antes que digas cualquier cosa que sepas que tu corcel se quebró una pezuña y no me quedo otra que sacrificarlo y venderlo para sacarle el mayor provecho, además tu también lo ibas a vender, ya estaba viejo y su sacrificio sirvio para un bien mayor, solo checa mis armas y..... Toma una Biusa, es tu parte del pago- exclamo justo al momento que Mera realizaba un comentario completamente fuera de lugar acerca de sus habilidades para besar, el rubio sabiéndose capaz de las cosas que podía hacer con su lengua realizo un gesto como si las palabras de la dragona le hubieran dañado profundamente. -Te pasas Mera, te pasas, cuando andes antojada no me vengas a pedir que haga eso con mi lengua(?)- dijo a modo de burla haciéndose el ofendido, en especial porque si se lo pedía era evidente que lo haría sin dudarlo, eran aventureros con beneficios(?).
Zelas entonces volvió a enfocar su atención en Gaegel quien seguro querría alguna compensación por la venta de su fiel corcel, se llevo la mano a uno de sus tantos bolsillos y saco una botellita con un liquido en particular, lo puso en sus manos y cuando iba a explicarle de que trataba la pócima cruzo la mirada con el lycan, se miraron fijamente antes de que el rubio le sujetara el rostro y de manera apasionada le plantara un beso entrelazando sus lenguas para defenderse de la injuria que había recibido anteriormente, Inmediatamente, pasado unos segundos y suponiendo que aún estuviera impactado por su hábil lengua el rubio se alejo de ahí antes de que fuera violentado o violado en el proceso(?), -¿Qué?, me diste la mirada supuse que eso querías, por los dioses controla tus miradas hombre que luego se presta para malos entendidos, bueno eso es una poción de estoicismo, después de beber un poco de ella no sentirás cansancio ni dolor, pero eso no significa que no recibirás daño o fatiga así que úsala con prudencia.... No vaya a ser que te confundas como con las miradas o algo así(?)-
Luego de haber aclarado eso miro a Balto sobre los hombros del extraño y su salvaje -Oh lo siento no he traído nada para ustedes porque no sabia que iban a estar allí y además no les conozco- señalo antes de dirigirse a Balto, -También tengo algo para ti, pero antes checa estas armas suaverificas- exclamo mientras empuñaba las Unga Bungas, en su forma primaria, a simple vista parecían solo unas manoplas con unas cruces de metal con filo que parecían girar conforme movía sus brazos en determinados ángulos a modo de reacción, aquello le recordaba al tiempo que usaba sus cimitarras, solo que ahora sus armas giraban sin la necesidad de ocupar sus dedos o preocuparse de cortarse a si mismo.
OFF: le doy a Gaegel -Poción de Estoicismo [Elixir, Limitado, 2 Usos] Otorga inmunidad ante el dolor e ignorar limitaciones derivadas de heridas (mientras sea razonable). Dura 2 rondas.
Item estaba en mi inventario al igual que el hechizo que le di a Mera y el ítem que le daré a Balto también saldrá de allí.
Sacando otra Biusa la acerco al buen Gg antes que su mirada le siguiera penetrando(?) -Se lo que diras pero antes que digas cualquier cosa que sepas que tu corcel se quebró una pezuña y no me quedo otra que sacrificarlo y venderlo para sacarle el mayor provecho, además tu también lo ibas a vender, ya estaba viejo y su sacrificio sirvio para un bien mayor, solo checa mis armas y..... Toma una Biusa, es tu parte del pago- exclamo justo al momento que Mera realizaba un comentario completamente fuera de lugar acerca de sus habilidades para besar, el rubio sabiéndose capaz de las cosas que podía hacer con su lengua realizo un gesto como si las palabras de la dragona le hubieran dañado profundamente. -Te pasas Mera, te pasas, cuando andes antojada no me vengas a pedir que haga eso con mi lengua(?)- dijo a modo de burla haciéndose el ofendido, en especial porque si se lo pedía era evidente que lo haría sin dudarlo, eran aventureros con beneficios(?).
Zelas entonces volvió a enfocar su atención en Gaegel quien seguro querría alguna compensación por la venta de su fiel corcel, se llevo la mano a uno de sus tantos bolsillos y saco una botellita con un liquido en particular, lo puso en sus manos y cuando iba a explicarle de que trataba la pócima cruzo la mirada con el lycan, se miraron fijamente antes de que el rubio le sujetara el rostro y de manera apasionada le plantara un beso entrelazando sus lenguas para defenderse de la injuria que había recibido anteriormente, Inmediatamente, pasado unos segundos y suponiendo que aún estuviera impactado por su hábil lengua el rubio se alejo de ahí antes de que fuera violentado o violado en el proceso(?), -¿Qué?, me diste la mirada supuse que eso querías, por los dioses controla tus miradas hombre que luego se presta para malos entendidos, bueno eso es una poción de estoicismo, después de beber un poco de ella no sentirás cansancio ni dolor, pero eso no significa que no recibirás daño o fatiga así que úsala con prudencia.... No vaya a ser que te confundas como con las miradas o algo así(?)-
Luego de haber aclarado eso miro a Balto sobre los hombros del extraño y su salvaje -Oh lo siento no he traído nada para ustedes porque no sabia que iban a estar allí y además no les conozco- señalo antes de dirigirse a Balto, -También tengo algo para ti, pero antes checa estas armas suaverificas- exclamo mientras empuñaba las Unga Bungas, en su forma primaria, a simple vista parecían solo unas manoplas con unas cruces de metal con filo que parecían girar conforme movía sus brazos en determinados ángulos a modo de reacción, aquello le recordaba al tiempo que usaba sus cimitarras, solo que ahora sus armas giraban sin la necesidad de ocupar sus dedos o preocuparse de cortarse a si mismo.
OFF: le doy a Gaegel -Poción de Estoicismo [Elixir, Limitado, 2 Usos] Otorga inmunidad ante el dolor e ignorar limitaciones derivadas de heridas (mientras sea razonable). Dura 2 rondas.
Item estaba en mi inventario al igual que el hechizo que le di a Mera y el ítem que le daré a Balto también saldrá de allí.
Zelas Hazelmere
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Re: Por los Caminos Verdes [Cerrado]
Este grupo era bastante extraño a primera vista; y no era porque fueran de distintas razas, sino que las personalidades parecían ser un poco incompatibles e incluso problemáticas en situaciones de riesgo. Artorias ya estaba empezando a cuestionarse si fue una buena idea formar parte de aquel grupo y si eso mancharía la reputación de los Bios en caso de que las cosas salieran mal... pero unos leves golpes en su "cabeza" lo harían salir un momento de su fase analítica; y no era de esperar que otra persona sino Baltazar, quien afirmaba estar bien y que haría la función de vigía. En primera instancia Artorias no comprendería la razón de las siguientes palabras de Baltazar, es decir, ¿por qué ella diría que se está muriendo del hambre si realmente no lo está? Eso no tenía cabida para la lógica y el razonamiento frío; el cuál era la primera capa de la mente del Centinela, peros e guardaría ese pensamiento para no perder el hilo de la conversación. - Afirmativo, Señor Gaegel. - Respondería al razonamiento del hombre, reconociéndole que estaba en lo correcto.
Posteriormente el humano abriría la boca con unas palabras que, si bien no tenían cierta lógica para el Centinela debido a que en ningún momento Baltazar mostró señales de pertenecer a la realeza o gustarles las faldas, parecía que quería burlarse del elfo, y ese comportamiento no lo podía dejar pasar por alto aunque fuese un humano. - Cuide su lenguaje Señor Eirik, debe mostrar respeto en lo sumo posible para evitar problemas innecesarios. ¿Está claro? - Diría el Bio-cibernético mientras la luz amarillenta que salía de su casco se tornaba anaranjada, esperando que Eirik hiciese caso a sus palabras. Por otro lado, la llegada de una nueva persona al grupo parecía traer diversas reacciones, y parecían conocerse lo suficiente como para evitar las formalidades. Eso haría que la luz que salía del casco de Artorias volviese a su color amarillento habitual. La recomendación de Eirik sobre las provisiones no era un tema muy importante para el Bio ya que él no necesitaba comer, pero el resto del grupo si, así que era una buena idea... exceptuando el hecho de que estaban bajo la lluvia y era un punto que el propio Gaegel haría hincapié. y hablando de él... - Señor Baltazar, si ya se siente mejor, permitale al señor Gaegel que tome su lugar para que descanse. - Hablaría el Bio, esperando una respuesta.
Sin embargo, las palabras dirigidas hacia Gaegel sobre la venta de un corcel dejarían en claro dos cosas: la primera que ese hombre era el bandido Trueno, y lo segundo era que él no mostraba ni un ápice de culpa o remordimiento por lo que hizo. Nuevamente la luz del casco volvería a ser anaranjada, pero no tomaría acción ya que parecía que quería compensar su accionar... pero esa resolución por parte de Art se fue al caño al ver aquel beso para nada consensuado justo antes de una justificación muy mal hecha y sin lógica alguna. Eso era sin duda alguna una falta de respeto evidente que haría escarmentar en la brevedad posible. Y eso no tardaría demasiado: Zelas se estaba acercando hacia Baltazar mientras les mostraba unas armas bastante peculiares. Artorias aprovecharía para acercarse también a él mientras se sentía de fondo como algo chillaba, y no era otra cosa que los tanques en su espalda que estaban absorbiendo y comprimiendo el aire. Solo Baltazar podría escuchar ese sonido de manera notable. Ya cuando la distancia fuese lo suficientemente corta, extendería ligeramente su diestra, apuntando su palma al torso del rubio, y abriría las boquillas de su brazo para que el aire comprimido saliera en forma de proyectil (1). No le haría daño, pero si lo empujaría unos metros hacia atrás, probablemente arrojándolo al fango adyacente.
-Tome eso como una señal de advertencia, Bandido Trueno. - Exclamaría el Bio con la autoridad que tenía en su haber. - Si me entero que esa "situación grande" en la que está metido es por culpa de su ineptitud o su falta de respeto hacia los demás, yo mismo me encargaré de que cumpla la ley a cabalidad. - Ahora la luz anaranjada de su casco pasaría a ser un rojo intenso. - Las únicas razones por las que no actúo ahora mismo es porque no conozco todos los detalles de su situación, porque el señor Baltazar me dijo que era buena persona y porque es Humano. Así que tenga mas respeto y cuide su accionar. - Concluiría mientras caminaba hacia el rubio y extenderle la mano para que se pudiese levantar; ya que su apariencia denotaba que era un humano hasta que demostrase lo contrario. La luz volvería paulatinamente a su color habitual y retomaría su camino. Ahora tocaba retomar la travesía cortar distancias con la posada mas cercana.
Posteriormente el humano abriría la boca con unas palabras que, si bien no tenían cierta lógica para el Centinela debido a que en ningún momento Baltazar mostró señales de pertenecer a la realeza o gustarles las faldas, parecía que quería burlarse del elfo, y ese comportamiento no lo podía dejar pasar por alto aunque fuese un humano. - Cuide su lenguaje Señor Eirik, debe mostrar respeto en lo sumo posible para evitar problemas innecesarios. ¿Está claro? - Diría el Bio-cibernético mientras la luz amarillenta que salía de su casco se tornaba anaranjada, esperando que Eirik hiciese caso a sus palabras. Por otro lado, la llegada de una nueva persona al grupo parecía traer diversas reacciones, y parecían conocerse lo suficiente como para evitar las formalidades. Eso haría que la luz que salía del casco de Artorias volviese a su color amarillento habitual. La recomendación de Eirik sobre las provisiones no era un tema muy importante para el Bio ya que él no necesitaba comer, pero el resto del grupo si, así que era una buena idea... exceptuando el hecho de que estaban bajo la lluvia y era un punto que el propio Gaegel haría hincapié. y hablando de él... - Señor Baltazar, si ya se siente mejor, permitale al señor Gaegel que tome su lugar para que descanse. - Hablaría el Bio, esperando una respuesta.
Sin embargo, las palabras dirigidas hacia Gaegel sobre la venta de un corcel dejarían en claro dos cosas: la primera que ese hombre era el bandido Trueno, y lo segundo era que él no mostraba ni un ápice de culpa o remordimiento por lo que hizo. Nuevamente la luz del casco volvería a ser anaranjada, pero no tomaría acción ya que parecía que quería compensar su accionar... pero esa resolución por parte de Art se fue al caño al ver aquel beso para nada consensuado justo antes de una justificación muy mal hecha y sin lógica alguna. Eso era sin duda alguna una falta de respeto evidente que haría escarmentar en la brevedad posible. Y eso no tardaría demasiado: Zelas se estaba acercando hacia Baltazar mientras les mostraba unas armas bastante peculiares. Artorias aprovecharía para acercarse también a él mientras se sentía de fondo como algo chillaba, y no era otra cosa que los tanques en su espalda que estaban absorbiendo y comprimiendo el aire. Solo Baltazar podría escuchar ese sonido de manera notable. Ya cuando la distancia fuese lo suficientemente corta, extendería ligeramente su diestra, apuntando su palma al torso del rubio, y abriría las boquillas de su brazo para que el aire comprimido saliera en forma de proyectil (1). No le haría daño, pero si lo empujaría unos metros hacia atrás, probablemente arrojándolo al fango adyacente.
-Tome eso como una señal de advertencia, Bandido Trueno. - Exclamaría el Bio con la autoridad que tenía en su haber. - Si me entero que esa "situación grande" en la que está metido es por culpa de su ineptitud o su falta de respeto hacia los demás, yo mismo me encargaré de que cumpla la ley a cabalidad. - Ahora la luz anaranjada de su casco pasaría a ser un rojo intenso. - Las únicas razones por las que no actúo ahora mismo es porque no conozco todos los detalles de su situación, porque el señor Baltazar me dijo que era buena persona y porque es Humano. Así que tenga mas respeto y cuide su accionar. - Concluiría mientras caminaba hacia el rubio y extenderle la mano para que se pudiese levantar; ya que su apariencia denotaba que era un humano hasta que demostrase lo contrario. La luz volvería paulatinamente a su color habitual y retomaría su camino. Ahora tocaba retomar la travesía cortar distancias con la posada mas cercana.
- Talentos usados::
- (1) Compresión
Artorias
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Re: Por los Caminos Verdes [Cerrado]
El primero en dirigirle la palabra no fue otro que el salvaje que había reclutado. Era bruto hasta para hablar y mentiría si dijera que se había acostumbrado: le cayeron como baldes de agua fría sus comentarios siendo él responsable de su ‘delicadeza’ se debiera a algo más que glamour, y bajo el sentimiento, pensó: - Eso - mientras lo miraba a través de los párpados -. Sigue fingiendo demencia, desgraciado. - Una sonrisa de lo más hipócrita tomó sus labios, y la sorpresa de que Artorias de pronto saliera en su defensa no hizo sino hacer del gesto algo malicioso, triunfante, hasta levantó las cejas varias veces en presunción del hecho de que estaba bien respaldado.
Si hablamos de responder, por el contrario, fue el de ojos penetrantes quien se adelantó. Artorias intervendría una vez más, pero esta vez para dejar implícito su apoyo a la idea de intercambiar lugares con Gaegel, lo que implicaba bajarse. -Ah… claro… puedo hacerlo - asintió dudosamente mientras estiraba la espalda, los brazos y las piernas como quien despierta por las mañanas -. Mucho habían durado mis botas limpias, una lástima... Con lo bien que las estaba conservando pensé que podría venderlas después, ya que no son muy de mi estilo, pero como que no se va a poder. En verdad una lástima... - arqueó los labios mientras se recogía el cabello sobre los hombros con desilusión, como los extremos de una bufanda. Entonces entreabrió uno de sus ojos para ver si había ablandado un poquitito al colega, y tal vez, solo tal vez, pudiera no bajarse. Conociendo al metálico este se mantendría al margen de su decisión. Después de todo era, en lo que concierne al pelirrojo, humano.
Menos mal que la voz de Merax se alzó para recordar a los presentes, o más bien a los ‘miembros fundadores’ de aquella banda en proceso de conformación, que aún le debían algo en agradecimiento a esa vez que los salvó. Baltazar ni recordaba esa pequeña deuda, pero la aprovechó para ignorar la idea de bajarse. El reclutamiento de Eirik había dejado lo suyo y estaba disfrutando no lidiar con ello en el trayecto. Por si no fuera buena su suerte, Zelas luego se encargó de intercambiar palabras con el Gaegel. No había mejor distracción. Y… ¡por los dioses! ¡Vaya beso el que le plantó! Tanto así que cuando le dirigió la mirada a Balto, este se humedeció los labios y apartó cualquier mechón que entorpeciera.
- A ver - en cuanto le habló, se agarró de la cabeza del metálico para inclinarse a ver las armas, y un segundo después le echaba porras con el brazo levantado al ver el estilo con el que giraba aquellas cruces de metal sin usar los dedos. - ¡Eh, eh, eh, eh! - Con lo que no contó es con la reacción que Artorias tendría ante ello. Su voz opacó el chirrido del mecanismo que, a continuación, hizo disparar hacia el rubio aire comprimido con una intensidad alarmante. Baltazar se bajó en cuanto la luz en el casco se volvió roja y se interpuso entre los dos, en especial porque pensó que el metálico iba a hacer más.
- ¡Ojoooo! ¡Tranquilo, grandote! Va más allá de ineptitud o faltas de respeto. Ya indagaremos en eso. Confía en mí. - extendió los brazos para que no se acercara más y volteó a ver qué había sido de Zelas. - ¿Estás bien? - preguntaría, y conociendo al rubio, aunque era más una responsabilidad con todos, tuvo que adelantarse a agregar para no crear malentendidos. - Lo siento, lamento eso. Los hombres máquina son muy radicales con sus cosas, sus ‘lineamientos’. Aún tengo muuucho que explicarle.
Si hablamos de responder, por el contrario, fue el de ojos penetrantes quien se adelantó. Artorias intervendría una vez más, pero esta vez para dejar implícito su apoyo a la idea de intercambiar lugares con Gaegel, lo que implicaba bajarse. -Ah… claro… puedo hacerlo - asintió dudosamente mientras estiraba la espalda, los brazos y las piernas como quien despierta por las mañanas -. Mucho habían durado mis botas limpias, una lástima... Con lo bien que las estaba conservando pensé que podría venderlas después, ya que no son muy de mi estilo, pero como que no se va a poder. En verdad una lástima... - arqueó los labios mientras se recogía el cabello sobre los hombros con desilusión, como los extremos de una bufanda. Entonces entreabrió uno de sus ojos para ver si había ablandado un poquitito al colega, y tal vez, solo tal vez, pudiera no bajarse. Conociendo al metálico este se mantendría al margen de su decisión. Después de todo era, en lo que concierne al pelirrojo, humano.
Menos mal que la voz de Merax se alzó para recordar a los presentes, o más bien a los ‘miembros fundadores’ de aquella banda en proceso de conformación, que aún le debían algo en agradecimiento a esa vez que los salvó. Baltazar ni recordaba esa pequeña deuda, pero la aprovechó para ignorar la idea de bajarse. El reclutamiento de Eirik había dejado lo suyo y estaba disfrutando no lidiar con ello en el trayecto. Por si no fuera buena su suerte, Zelas luego se encargó de intercambiar palabras con el Gaegel. No había mejor distracción. Y… ¡por los dioses! ¡Vaya beso el que le plantó! Tanto así que cuando le dirigió la mirada a Balto, este se humedeció los labios y apartó cualquier mechón que entorpeciera.
- A ver - en cuanto le habló, se agarró de la cabeza del metálico para inclinarse a ver las armas, y un segundo después le echaba porras con el brazo levantado al ver el estilo con el que giraba aquellas cruces de metal sin usar los dedos. - ¡Eh, eh, eh, eh! - Con lo que no contó es con la reacción que Artorias tendría ante ello. Su voz opacó el chirrido del mecanismo que, a continuación, hizo disparar hacia el rubio aire comprimido con una intensidad alarmante. Baltazar se bajó en cuanto la luz en el casco se volvió roja y se interpuso entre los dos, en especial porque pensó que el metálico iba a hacer más.
- ¡Ojoooo! ¡Tranquilo, grandote! Va más allá de ineptitud o faltas de respeto. Ya indagaremos en eso. Confía en mí. - extendió los brazos para que no se acercara más y volteó a ver qué había sido de Zelas. - ¿Estás bien? - preguntaría, y conociendo al rubio, aunque era más una responsabilidad con todos, tuvo que adelantarse a agregar para no crear malentendidos. - Lo siento, lamento eso. Los hombres máquina son muy radicales con sus cosas, sus ‘lineamientos’. Aún tengo muuucho que explicarle.
Baltazar
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Re: Por los Caminos Verdes [Cerrado]
Bueno, me rechazaron la cecina así que, yo conforme me lo comí. De los nuevos que había solo me parecía normal el sujeto con barba. (Aparte de mi.) ya que parecía el mas tranquilo y el normal en cuanto a actitud y demás a simple vista, cosa que puede ser bueno al principio, pero temía que fuese así todo el tiempo ¡¡Seria un sujeto muy aburrido!! Rezo por Odin que nó. Yo caminaba de lo mas normal junto al grandote y a su "majestad" bromeando al pelirojo cuando Art se enojó de la nada conmigo.- El hierro vive, pero no tiene sentido del humor...que mundo. -Daba un suspiro algo decepcionado de que sea capaz de enojarse u ofenderse, pero no tenga la capacidad de entender un chiste ¡Entonces para que le sirve las emociones! a no ser que esté molestándome apropósito y todo sea un plan enrevesado y elaborado y tenga un sarcasmo muy enfermo...nah, no comprende nada.
Baltazar decía algo sobre ensuciarse las botas y eso me hizo acordar aquellos días de mantenimiento constante de armas y espadas.- Bueno mi amigo lampiño, con una lavadita, barniz y cebo de ganso te quedaran mejor que ahora. -Hasta podríamos venderlo a mayor precio si lo hacemos pasar por nuevo, ya saben..."Legalmente" no estamos haciendo nada malo, solo es habilidad comercial ¿no? aunque eso dependerá de ellos, yo no tengo esa habilidad. Baltazar se estiraba encima del gran gigante de metal como si durmiera en seda relleno de plumas de cisne ¿acaso un trozo duro resultaba cómodo? y lo dice un sujeto como yo que duerme hasta en el barro cómodamente, solo digo.
Como el grandote había dicho, solo tocaba tener algo de paciencia y resistencia hasta llegar a algún enclave o villa donde podríamos re-abastecernos y tener cobijo antes de emprender viaje nuevamente hacia algún sitio que quiera el grupo ¡Apenas conocía a los demás aparte del grandote y el pelo rojito! Baltazar y Artorias eran los únicos que realmente conocía y fue en circunstancias pésimas -excepto Artorias, que fue mas bien incomodo.- y pensaba que tal vez este era buen momento para conocer mejor al resto, pero hasta ahora no se como iniciar la conversación. Quería conversar con el resto hasta que vi como el rubio le dio una exploradita rapida al a boca del otro acompañante del grupo.- ...se me quitaron las ganas de socializar. -Gracias, pero no gracias. Me gusta los duraznos, no la salchicha.
Fue en ese momento que el rubio se nos acercó y habló acerca de traernos cosas.- Por mi, una buena batalla y compañía calida es mas que suficiente, pero si quieres le puedes pulir la lengua a Baltazar como hiciste con el otro. -Sep, no pierdo ni un momento para joder a Baltazar, y eso que no tenemos una amistad tan intima. Fue en ese momento que escuché un chirrido y vi al giganton encabronado por algun motivo y expulsando ¿Un pedo? ESO SIGNIFICA QUE SI PUEDE CAGAR.- ¡¡Hey hey, comportate hierritos, recuerda que tienes al Elfo encima!! -Lo agarraba y usaba todos mis músculos y peso para detenerlo en caso de que quiera avanzar, ya que se fue contra el rubiales, no esperaba que fuera a detenerlo, pero algo hacia.
- ¡¡E-Escucha a Baltazar, estamos en el mismo barco, compañero!! -Que cambio mas abrupto de ambiente, esperaba que con esto y la intervención en seco de Baltazar pueda apaciguar el ¿Corazon? del gigante de metal...¿Tiene corazón? Cada día estoy mas lleno de preguntas con respecto al cuerpo de este sujeto, y por el aparente pedo que se marcó antes, estoy mas que seguro que es capaz de cagar...creo.
Baltazar decía algo sobre ensuciarse las botas y eso me hizo acordar aquellos días de mantenimiento constante de armas y espadas.- Bueno mi amigo lampiño, con una lavadita, barniz y cebo de ganso te quedaran mejor que ahora. -Hasta podríamos venderlo a mayor precio si lo hacemos pasar por nuevo, ya saben..."Legalmente" no estamos haciendo nada malo, solo es habilidad comercial ¿no? aunque eso dependerá de ellos, yo no tengo esa habilidad. Baltazar se estiraba encima del gran gigante de metal como si durmiera en seda relleno de plumas de cisne ¿acaso un trozo duro resultaba cómodo? y lo dice un sujeto como yo que duerme hasta en el barro cómodamente, solo digo.
Como el grandote había dicho, solo tocaba tener algo de paciencia y resistencia hasta llegar a algún enclave o villa donde podríamos re-abastecernos y tener cobijo antes de emprender viaje nuevamente hacia algún sitio que quiera el grupo ¡Apenas conocía a los demás aparte del grandote y el pelo rojito! Baltazar y Artorias eran los únicos que realmente conocía y fue en circunstancias pésimas -excepto Artorias, que fue mas bien incomodo.- y pensaba que tal vez este era buen momento para conocer mejor al resto, pero hasta ahora no se como iniciar la conversación. Quería conversar con el resto hasta que vi como el rubio le dio una exploradita rapida al a boca del otro acompañante del grupo.- ...se me quitaron las ganas de socializar. -Gracias, pero no gracias. Me gusta los duraznos, no la salchicha.
Fue en ese momento que el rubio se nos acercó y habló acerca de traernos cosas.- Por mi, una buena batalla y compañía calida es mas que suficiente, pero si quieres le puedes pulir la lengua a Baltazar como hiciste con el otro. -Sep, no pierdo ni un momento para joder a Baltazar, y eso que no tenemos una amistad tan intima. Fue en ese momento que escuché un chirrido y vi al giganton encabronado por algun motivo y expulsando ¿Un pedo? ESO SIGNIFICA QUE SI PUEDE CAGAR.- ¡¡Hey hey, comportate hierritos, recuerda que tienes al Elfo encima!! -Lo agarraba y usaba todos mis músculos y peso para detenerlo en caso de que quiera avanzar, ya que se fue contra el rubiales, no esperaba que fuera a detenerlo, pero algo hacia.
- ¡¡E-Escucha a Baltazar, estamos en el mismo barco, compañero!! -Que cambio mas abrupto de ambiente, esperaba que con esto y la intervención en seco de Baltazar pueda apaciguar el ¿Corazon? del gigante de metal...¿Tiene corazón? Cada día estoy mas lleno de preguntas con respecto al cuerpo de este sujeto, y por el aparente pedo que se marcó antes, estoy mas que seguro que es capaz de cagar...creo.
- Habilidad usada.:
- Fuerza bruta.
Eirik
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Re: Por los Caminos Verdes [Cerrado]
Mi comentario con respecto a cambiar de lugares con Baltazar, si bien tenía algo de cierto que tenía ganas de descansar, era más que nada una manera de fastidiarlo. - Déjalo así. Sería una que sus botas se atrofien, "monsieur". - Dije con una risa maliciosa para mirar hacia el frente.
Al menos, con la llegada de Zelas, estaba seguro que el ambiente se pondría más ameno, después de todo, este clima lo único que provocaba que el ambiente se pusiera apagado. Aunque no podía evitar mirarlo con cierto recelo, después de todo allí estaba el tipo que se había escapado con las ganancias de la venta de mi burrito. El rubio me miró y se acercó hacia mi, y sacó otra biusa para entregármela mientras afirmaba que mi corcel se había lastimado una pezuña y que tuvo que ser sacrificado. Suspiré levemente, era cierto que ya era algo viejo ese burro, y la explicación de parte de Zelas me tranquilizaba un poco. - Si, ya estaba algo viejo. - Dije mientras tomaba la biusa.
Cuando escuché que esto era parte del pago de las ganancias arqueé la ceja, después de todo suponía que vendría algo más. Hurgó entre sus cosas y me dio una botella la cual seguramente contenía una pócima. Lo miré algo confundido y de un momento a otro y sin previo anuncio el rubio comenzó a violar mi labios. No pude evitar abrir mis ojos de par en par, después de todo ese desgraciado estaba introduciendo su lengua dentro de mi boca con tantas ansias como cuando te reencuentras con tu amante luego de un largo tiempo separados.
Tardé un poco en reaccionar y lanzar un manotazo tratando de propinarle un golpe, pero el hábil elfo se alejó en el momento justo. - Puaj... Por los dioses, que asco. Ya te he dicho que detesto que me beses. - No pude evitar correr hacia un charco y meter algo de agua a mi boca. Hacer gárgaras y luego escupir. Alcancé a escuchar cómo funcionaba la poción. Al menos sabía que esa cosa podría servirme en algún momento que necesitara un impulso extra.
Cuando Zelas se acercó a donde estaba Baltazar ocurrió algo que creí inconcebible. Artorias atacó al rubio. - ¿¡Pero qué carajo!? - Llevé mis manos a mi cabeza. En un acto reflejo miré a Mera, después de todo desde que llegó ese par nuevo ella se había visto algo molesta. Me acerqué a ella y le dije en voz baja. - Yo me ocupo de esto, por favor. No necesitamos que el grandote sea asesinado por Zelas y por ti. - Y dichas esas palabras corrí hacia donde estaba Artorias. - ¡Por amor a Imbar! Serénate Artorias, estamos todos del mismo lado y te puedo asegurar que somos los buenos. - Le dije mientras me colocaba entre el bio-cibernético y el elfo rubio.
Al menos, con la llegada de Zelas, estaba seguro que el ambiente se pondría más ameno, después de todo, este clima lo único que provocaba que el ambiente se pusiera apagado. Aunque no podía evitar mirarlo con cierto recelo, después de todo allí estaba el tipo que se había escapado con las ganancias de la venta de mi burrito. El rubio me miró y se acercó hacia mi, y sacó otra biusa para entregármela mientras afirmaba que mi corcel se había lastimado una pezuña y que tuvo que ser sacrificado. Suspiré levemente, era cierto que ya era algo viejo ese burro, y la explicación de parte de Zelas me tranquilizaba un poco. - Si, ya estaba algo viejo. - Dije mientras tomaba la biusa.
Cuando escuché que esto era parte del pago de las ganancias arqueé la ceja, después de todo suponía que vendría algo más. Hurgó entre sus cosas y me dio una botella la cual seguramente contenía una pócima. Lo miré algo confundido y de un momento a otro y sin previo anuncio el rubio comenzó a violar mi labios. No pude evitar abrir mis ojos de par en par, después de todo ese desgraciado estaba introduciendo su lengua dentro de mi boca con tantas ansias como cuando te reencuentras con tu amante luego de un largo tiempo separados.
Tardé un poco en reaccionar y lanzar un manotazo tratando de propinarle un golpe, pero el hábil elfo se alejó en el momento justo. - Puaj... Por los dioses, que asco. Ya te he dicho que detesto que me beses. - No pude evitar correr hacia un charco y meter algo de agua a mi boca. Hacer gárgaras y luego escupir. Alcancé a escuchar cómo funcionaba la poción. Al menos sabía que esa cosa podría servirme en algún momento que necesitara un impulso extra.
Cuando Zelas se acercó a donde estaba Baltazar ocurrió algo que creí inconcebible. Artorias atacó al rubio. - ¿¡Pero qué carajo!? - Llevé mis manos a mi cabeza. En un acto reflejo miré a Mera, después de todo desde que llegó ese par nuevo ella se había visto algo molesta. Me acerqué a ella y le dije en voz baja. - Yo me ocupo de esto, por favor. No necesitamos que el grandote sea asesinado por Zelas y por ti. - Y dichas esas palabras corrí hacia donde estaba Artorias. - ¡Por amor a Imbar! Serénate Artorias, estamos todos del mismo lado y te puedo asegurar que somos los buenos. - Le dije mientras me colocaba entre el bio-cibernético y el elfo rubio.
Gaegel
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Re: Por los Caminos Verdes [Cerrado]
Era evidente que estaba agradecida por el presente de Zelas, es decir, a qué mujer no le gusta que le den regalos, en especial cuando sabías que lo merecías por haberle salvado el trasero. Esto, hasta cierto punto había mejorado mi humor,más si le agregabas que luego de mi sutil comentario sobre su capacidad cuestionable de besar me hizo testigo de semejante violación hacia la boca de Gaegel.
No lo iba a negar, no sabía que ese par compartían ese tipo de gustos, especialmente tras la respuesta del otro al decir que "No le gustaba que lo besara". ¿Ya lo habían hecho antes? Eso me dejó una inquietante pregunta ¿ Y si la razón de que Zelas nos reuniera allí es que éramos todos de alguna forma aventureros con beneficios hacia su persona? Si bien de Gaegel no me esperaba tal comportamiento, con solo ver a Baltazar la primera vez, toda una damisela en peligro podía intuir tal cosa. Todos cogimos con Zelas en algún punto de nuestra vida, era la explicación más razonable.
Todo ese buen humor y alegría del momento pasó a ser una ira latente en mi interior ante los acontecimientos que se suscitaban. El maldito energúmeno de latón se había atrevido a atacar a Zelas, a mí Zelas y ese malnacido la pagaría caro. Ahora sí que estaba enojada, y no sólo con él sino con la persona que lo había traído.
Gaegel intentó mediar, hablándome en voz baja, como si su voz grave y seductora fuesen a servir de algo en ese momento. Si algo odiaba, era que se metieran con los míos, en este caso con Zelas, que si bien no dudaba de sus capacidades como guerrero, porque bien podía partirle el culo a quien fuera en este lugar, me hervía la sangre, me hacían querer sacar mi bestia interna si realmente tuviera la capacidad de hacerlo.
Todos hasta cierto punto habían reaccionado para mediar, aún desconocía que medidas tomaría Zelas, pero en esta ocasión estaba con él. Tomé el látigo sólo por si llegara a ocuparlo. Proyecté mi voz, hacia un punto especifico, Baltazar. - Todo esto es tu maldita culpa, desde que trajiste a este par de idiotas al grupo sin consultar solo han traído problemas. - Estaba enojada, mi cuerpo temblaba de la ira y mi ceño estaba totalmente fruncido.
- Será mejor que se larguen de aquí - Dirigí mi atención hacia Eirik y Artorias. - Antes de que realmente quiera cortarles el cuello y sigan causando problemas, no son más que un maldito estorbo, una carga, y no pienso aguantar un segundo más en su presencia. El idiota pelirrojo se salva solo porque fue Zelas quien los reclutó, por lo demás será mejor que se vayan de una buena vez. - Seguía imponente ante ellos cosa que mi tamaño contribuía a la perfección.
- Espero haber sido lo bastante clara para sus cortas mentes y miserable existencia. LAR-GO. - Esperaba que con ello hicieran caso, no aceptaría algo más, y de lo contrario, si ellos no accedían a hacerlo , yo bien podría irme por mi lado, estaba acostumbrada a viajar sola.
No lo iba a negar, no sabía que ese par compartían ese tipo de gustos, especialmente tras la respuesta del otro al decir que "No le gustaba que lo besara". ¿Ya lo habían hecho antes? Eso me dejó una inquietante pregunta ¿ Y si la razón de que Zelas nos reuniera allí es que éramos todos de alguna forma aventureros con beneficios hacia su persona? Si bien de Gaegel no me esperaba tal comportamiento, con solo ver a Baltazar la primera vez, toda una damisela en peligro podía intuir tal cosa. Todos cogimos con Zelas en algún punto de nuestra vida, era la explicación más razonable.
Todo ese buen humor y alegría del momento pasó a ser una ira latente en mi interior ante los acontecimientos que se suscitaban. El maldito energúmeno de latón se había atrevido a atacar a Zelas, a mí Zelas y ese malnacido la pagaría caro. Ahora sí que estaba enojada, y no sólo con él sino con la persona que lo había traído.
Gaegel intentó mediar, hablándome en voz baja, como si su voz grave y seductora fuesen a servir de algo en ese momento. Si algo odiaba, era que se metieran con los míos, en este caso con Zelas, que si bien no dudaba de sus capacidades como guerrero, porque bien podía partirle el culo a quien fuera en este lugar, me hervía la sangre, me hacían querer sacar mi bestia interna si realmente tuviera la capacidad de hacerlo.
Todos hasta cierto punto habían reaccionado para mediar, aún desconocía que medidas tomaría Zelas, pero en esta ocasión estaba con él. Tomé el látigo sólo por si llegara a ocuparlo. Proyecté mi voz, hacia un punto especifico, Baltazar. - Todo esto es tu maldita culpa, desde que trajiste a este par de idiotas al grupo sin consultar solo han traído problemas. - Estaba enojada, mi cuerpo temblaba de la ira y mi ceño estaba totalmente fruncido.
- Será mejor que se larguen de aquí - Dirigí mi atención hacia Eirik y Artorias. - Antes de que realmente quiera cortarles el cuello y sigan causando problemas, no son más que un maldito estorbo, una carga, y no pienso aguantar un segundo más en su presencia. El idiota pelirrojo se salva solo porque fue Zelas quien los reclutó, por lo demás será mejor que se vayan de una buena vez. - Seguía imponente ante ellos cosa que mi tamaño contribuía a la perfección.
- Espero haber sido lo bastante clara para sus cortas mentes y miserable existencia. LAR-GO. - Esperaba que con ello hicieran caso, no aceptaría algo más, y de lo contrario, si ellos no accedían a hacerlo , yo bien podría irme por mi lado, estaba acostumbrada a viajar sola.
Meraxes
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Zelas se encontraba muy entretenido haciendo girar sus Unga Bungas cuando para su sorpresa una barrera de pequeños hexágonos se formo frente a el(1) una brisa de aire proveniente del brazo del extraño sobre el que Balto viajaba, de no haber sido por sus aros de éter probablemente habría sido empujado un par de metros, si el disparo hubiera sido dirigido a su cabeza, eso habría sido una buena forma de secar su cabello, o al menos eso pensaba.
La situación escalaba rápidamente y si bien aquel extraño había llamado su atención al atacarle con lo que parecía magia sin activar su don mágico las palabras que profirió después de eso fueron lo que terminaron de sentenciar el asunto, Zelas Hazelmere no rendía cuentas ante nadie, todos intentaban calmar la situación pero aquello solo tenia un desenlace posible, las palabras del hombre pequeño sobre violarle la boca a Baltazar se habrían hecho realidad sino hubiera sido porque una enfurecida Mera le había señalado como el culpable de que aquellos 2 extraños estuvieran allí, -Baltazar ya no te besare por culpa de tu amigo grande, lo siento hombre pequeño no te podre cumplir la fantasía, y en cuanto a ti grandote espérate ahí que ya me encargare de ti- exclamo mientras sin preocuparse del gigante caminaba hacia donde estaba Mera, no por nada le apodaba el látigo sádico.
-Eso paso por que dudaste de mis habilidades para besar- dijo a modo de broma para calmarla un poco, el rubio colgó las Unga Bungas en una parte de sus correas y abrazo a la rubia para intentar aplacar un poco su ira, se acerco a su oído y muy despacio susurro -Tranquila, recuerda que necesitamos a toda la gente posible, y también te necesito a ti, así que si pudieras hacerme el favor de contener solo un poquitito esa sed de sangre que estas irradiando para desatarla en el lugar donde la necesitaremos me harías un gran favor y te lo recompensaría con lo que me pidas- dijo lo ultimo mientras le apretaba una nalga y le guiñaba un ojo, antes de ser el quien sufriera la ira de Mera le dio un tierno beso en la frente y le profirió una frase que siempre le gustaba recordar -Trata a amigos y enemigos por igual y el tiempo te dirá cual es cual, veré si sirven realmente para nuestro trabajo, terminando con esto te pondré al día con nuestra situación actual para el trabajo- dijo al momento que volvía a encarar al tipo de la armadura rara al cual todos intentaban detener por algún gracioso motivo.
-Gaegel, Baltazar, a quien deberían estar sujetando es a Mera, yo ya hice mi parte les toca a ustedes, ahora en cuanto a la situación que acaba de ocurrir déjenme dejarles en claro algo, yo Zelas Hazelmere no rindo cuentas ante nadie y soy la ultima persona a la cual querrías darle una advertencia, Balto y Gg parecen conocerles y la situación a la cual debemos enfrentarnos requiere a la mayor cantidad de gente posible, sin embargo, no estoy dispuesto a luchar lado a lado con nadie, a menos que sangre con ellos antes, así que consideren esto como una entrevista de trabajo- exclamo al momento que volvía a empuñar las Unga Bungas, salvo que en esta ocasión extendió sus brazos y las pequeñas hojas crecieron hasta convertirse en dos espadas casi igual de grandes que la que cargaba en su espalda(2), apoyo una de ellas en su hombro y extendió la otra en dirección al raro y al pequeñín -¿Querían una pelea?, intenten no morir en esta- y para terminar inclino y levanto levemente la espada que tenia extendida hacia ellos, invitándolos a demostrarle que no serian una carga para el trabajo que tenían por delante.
OFF: Habilidades o objetos usados:
1-Aros de Éter Cristalizado: [Joya] Siempre que no lleves una armadura, te permite utilizar un Encantamiento de Armadura sobre tus ropas normales (o falta de ellas). Encantados con: Fortaleza Inamovible [Encantamiento de Armadura o Escudo] la armadura encantada genera resistencia frente al empuje de los golpes. Esto hará que, aún frente los golpes fuertes, el portador no sea derribado ni lanzado por los aires (no cambia la resistencia al daño).
2- Unga Bungas : Hojas Unidas Superiores encantadas con Arma Cambiante, comienzan como una especie de manoplas con cruces de metal para luego cambiar y extender sus hojas, gracias a un mecanismo interno pueden girar hasta 360º.
La situación escalaba rápidamente y si bien aquel extraño había llamado su atención al atacarle con lo que parecía magia sin activar su don mágico las palabras que profirió después de eso fueron lo que terminaron de sentenciar el asunto, Zelas Hazelmere no rendía cuentas ante nadie, todos intentaban calmar la situación pero aquello solo tenia un desenlace posible, las palabras del hombre pequeño sobre violarle la boca a Baltazar se habrían hecho realidad sino hubiera sido porque una enfurecida Mera le había señalado como el culpable de que aquellos 2 extraños estuvieran allí, -Baltazar ya no te besare por culpa de tu amigo grande, lo siento hombre pequeño no te podre cumplir la fantasía, y en cuanto a ti grandote espérate ahí que ya me encargare de ti- exclamo mientras sin preocuparse del gigante caminaba hacia donde estaba Mera, no por nada le apodaba el látigo sádico.
-Eso paso por que dudaste de mis habilidades para besar- dijo a modo de broma para calmarla un poco, el rubio colgó las Unga Bungas en una parte de sus correas y abrazo a la rubia para intentar aplacar un poco su ira, se acerco a su oído y muy despacio susurro -Tranquila, recuerda que necesitamos a toda la gente posible, y también te necesito a ti, así que si pudieras hacerme el favor de contener solo un poquitito esa sed de sangre que estas irradiando para desatarla en el lugar donde la necesitaremos me harías un gran favor y te lo recompensaría con lo que me pidas- dijo lo ultimo mientras le apretaba una nalga y le guiñaba un ojo, antes de ser el quien sufriera la ira de Mera le dio un tierno beso en la frente y le profirió una frase que siempre le gustaba recordar -Trata a amigos y enemigos por igual y el tiempo te dirá cual es cual, veré si sirven realmente para nuestro trabajo, terminando con esto te pondré al día con nuestra situación actual para el trabajo- dijo al momento que volvía a encarar al tipo de la armadura rara al cual todos intentaban detener por algún gracioso motivo.
-Gaegel, Baltazar, a quien deberían estar sujetando es a Mera, yo ya hice mi parte les toca a ustedes, ahora en cuanto a la situación que acaba de ocurrir déjenme dejarles en claro algo, yo Zelas Hazelmere no rindo cuentas ante nadie y soy la ultima persona a la cual querrías darle una advertencia, Balto y Gg parecen conocerles y la situación a la cual debemos enfrentarnos requiere a la mayor cantidad de gente posible, sin embargo, no estoy dispuesto a luchar lado a lado con nadie, a menos que sangre con ellos antes, así que consideren esto como una entrevista de trabajo- exclamo al momento que volvía a empuñar las Unga Bungas, salvo que en esta ocasión extendió sus brazos y las pequeñas hojas crecieron hasta convertirse en dos espadas casi igual de grandes que la que cargaba en su espalda(2), apoyo una de ellas en su hombro y extendió la otra en dirección al raro y al pequeñín -¿Querían una pelea?, intenten no morir en esta- y para terminar inclino y levanto levemente la espada que tenia extendida hacia ellos, invitándolos a demostrarle que no serian una carga para el trabajo que tenían por delante.
OFF: Habilidades o objetos usados:
1-Aros de Éter Cristalizado: [Joya] Siempre que no lleves una armadura, te permite utilizar un Encantamiento de Armadura sobre tus ropas normales (o falta de ellas). Encantados con: Fortaleza Inamovible [Encantamiento de Armadura o Escudo] la armadura encantada genera resistencia frente al empuje de los golpes. Esto hará que, aún frente los golpes fuertes, el portador no sea derribado ni lanzado por los aires (no cambia la resistencia al daño).
2- Unga Bungas : Hojas Unidas Superiores encantadas con Arma Cambiante, comienzan como una especie de manoplas con cruces de metal para luego cambiar y extender sus hojas, gracias a un mecanismo interno pueden girar hasta 360º.
Zelas Hazelmere
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Re: Por los Caminos Verdes [Cerrado]
La situación era tan confusa que parecía que Artorias haría un cortocircuito en cualquier momento. La gente que se le habían lanzado encima, sumado a que una especie de barrera hexagonal había protegido al hombre y su reacción tan despreocupada y el comentario incoherente de la mujer causó que la luz proveniente del casco se tornase azul, en señal de duda y confusión. ¿No debería estar Gaegel enfadado por esa falta evidente de respeto? ¿Por qué Baltazar había mencionado que esas personas eran buenas si su accionar demostraba tener prácticas que en su capacitación habían catalogado como malas? ¿Por qué Eirik tenía una fuerza muy por encima del ser humano? ¿Por qué el bandido Trueno podía usar éter si se veía como un humano y hasta tenía armas para nada comunes en brujos? ¿Por qué la mujer amenazaba con cortarles el cuello si no tenía un arma punzocortante y era improbable que perforase la armadura de Artorias en circunstancias normales? Era algo que Artorias ni con un siglo de preparación podría haber previsto. Era gente demasiado impredecible para el razonamiento del Bio, y aunque eso le desconcertase en gran medida, tal vez solo fuese un gaje del oficio del cual nunca fue advertido; aunque eso, a su parecer, fuese improbable. Ya Artorias ni sabía si debía molestase por el accionar del humano de cabello amarillo respecto a la mujer porque, aparentemente, era aceptado por ellos sin demasiados inconveniente.
-Esto si que es extraño... - Mencionaría Artorias en voz baja mientras usaba esta habilidad para impulsarse en sentido contrario y no ser arrastrado por Eirik (1). Las palabras de Gaegel y Baltazar lo sacarían de ese pensamiento y las dudas no tardarían es ser expresadas. –Señor Gaegel, ¿Por qué no está molesto y por qué permite esa falta de respeto hacia su persona? - Inquiriría al hombre de la barba mientras el Dron saldría del traje (2) para saltar a la cara de Eirik para que este dejase de jalarle el brazo. Esto último como medida de seguridad ya que él había demostrado no ser demasiado inteligente para los estándares que Artorias tenía. – Señor Baltazar, ese accionar no es de una buena persona. Además, mi capacitación me obliga a dejar en claro los derechos del rubio pese a que es un humano; si hubiera querido atacar para herir, no hubiera contenido el aire comprimido. Si él persiste en ese accionar manchará la reputación de las personas que estén cerca de él. – Trataría de razonar con el elfo en base a su entrenamiento. Y es que Artorias tenía un punto muy claro: Si un Bio desobedece las normas, está menospreciando la labor y el trabajo de sus compañeros. Y como Artorias no conocía otro medio a parte del de la Base de los Bios pese a que se le enseñó las nociones básicas del mundo en general, lo aplicaba al vasto mundo de Aerandir.
Por otro lado, las palabras de la mujer no le importaban demasiado al Centinela, es decir, no es como si fuese demasiado importante su estado de ánimo en esos instantes o si era un peligro ya que no mostraba armas ni un rasgo físico destacable más allá de su altura: A los Ojos de Artorias solo era una Humana, y debía dejarla a su margen salvo que demostrase pertenecer a otra raza. Pese a todo, Ese hombre de cabello amarillo estaba fuera de toda expectativa que tenía Artorias respecto a capacidades de combate. “Los humanos son débiles y por eso deben ser protegidos” es el punto principal que mueve a un Bio-cibernético, Pero ese hombre, el cual se presentaría como Zelas, rompía esa regla al mostrarse tan confiado pese a ver tecnología que en Aerandir era resguardada con recelo. ¿Quién era ese hombre?
- ¿Zelas? ¿El mismo que destruyó una taberna en Vulwulfar? De verdad no sé si creerle a Baltazar y a Gaegel de que eres una buena persona pese a que una ciudad completa te está buscando, pero espero que haya una explicación para ello; no es muy diferente tu condición a la de la Ciudad Lagarto. – Esta vez Artorias buscaría razonar con Zelas, ya que el Bio conocía que era buscado cuando conoció a Eirik y a Nero, solo por el simple motivo de que él, a los ojos de Artorias, era un humano: Si se perdona los crímenes cometidos en Ciudad Lagarto que eran mucho peores y por lejos, ¿por qué a él no? Artorias pondría su mano cerca del rostro de Eirik y el Dron volvería a él para caminar por su brazo hasta posarse sobre el casco del Bio. – Ahora bien, creo que el Señor Gaegel ya lo sabe, pero los Bio-cibernéticos tenemos prohibido pelear salvo que sea necesario para ayudar o debamos defendernos. Y usted es un Humano, Señor Zelas, A usted no lo puedo herir por ninguna circunstancia y debo defenderlo con mi vida si hace falta aunque me moleste en gran medida su actitud y trato respecto al señor Gaegel. El empujón de antes solo fue una advertencia, pero la realidad es que no se me permite llegar más lejos salvo que haga algo de enormes proporciones. – Respondería a la invitación del hombre con las espadas que, aparentemente, usaban un mecanismo mecánico o a base de éter para agrandarse. – Sin embargo, si lo que quiere es probar mis capacidades, necesito una autorización clara y concisa de su parte para ello, de otro modo no lo haré. – El Bio sería claro y firme con sus principios. Ese era las normas que tenía inculcadas y debía seguirlas al pie de la letra. El combate era pieza fundamental de su categoría de Bio-cibernético, así que debía cerciorarse de que no estuviese malentendiendo nada.
-Esto si que es extraño... - Mencionaría Artorias en voz baja mientras usaba esta habilidad para impulsarse en sentido contrario y no ser arrastrado por Eirik (1). Las palabras de Gaegel y Baltazar lo sacarían de ese pensamiento y las dudas no tardarían es ser expresadas. –Señor Gaegel, ¿Por qué no está molesto y por qué permite esa falta de respeto hacia su persona? - Inquiriría al hombre de la barba mientras el Dron saldría del traje (2) para saltar a la cara de Eirik para que este dejase de jalarle el brazo. Esto último como medida de seguridad ya que él había demostrado no ser demasiado inteligente para los estándares que Artorias tenía. – Señor Baltazar, ese accionar no es de una buena persona. Además, mi capacitación me obliga a dejar en claro los derechos del rubio pese a que es un humano; si hubiera querido atacar para herir, no hubiera contenido el aire comprimido. Si él persiste en ese accionar manchará la reputación de las personas que estén cerca de él. – Trataría de razonar con el elfo en base a su entrenamiento. Y es que Artorias tenía un punto muy claro: Si un Bio desobedece las normas, está menospreciando la labor y el trabajo de sus compañeros. Y como Artorias no conocía otro medio a parte del de la Base de los Bios pese a que se le enseñó las nociones básicas del mundo en general, lo aplicaba al vasto mundo de Aerandir.
Por otro lado, las palabras de la mujer no le importaban demasiado al Centinela, es decir, no es como si fuese demasiado importante su estado de ánimo en esos instantes o si era un peligro ya que no mostraba armas ni un rasgo físico destacable más allá de su altura: A los Ojos de Artorias solo era una Humana, y debía dejarla a su margen salvo que demostrase pertenecer a otra raza. Pese a todo, Ese hombre de cabello amarillo estaba fuera de toda expectativa que tenía Artorias respecto a capacidades de combate. “Los humanos son débiles y por eso deben ser protegidos” es el punto principal que mueve a un Bio-cibernético, Pero ese hombre, el cual se presentaría como Zelas, rompía esa regla al mostrarse tan confiado pese a ver tecnología que en Aerandir era resguardada con recelo. ¿Quién era ese hombre?
- ¿Zelas? ¿El mismo que destruyó una taberna en Vulwulfar? De verdad no sé si creerle a Baltazar y a Gaegel de que eres una buena persona pese a que una ciudad completa te está buscando, pero espero que haya una explicación para ello; no es muy diferente tu condición a la de la Ciudad Lagarto. – Esta vez Artorias buscaría razonar con Zelas, ya que el Bio conocía que era buscado cuando conoció a Eirik y a Nero, solo por el simple motivo de que él, a los ojos de Artorias, era un humano: Si se perdona los crímenes cometidos en Ciudad Lagarto que eran mucho peores y por lejos, ¿por qué a él no? Artorias pondría su mano cerca del rostro de Eirik y el Dron volvería a él para caminar por su brazo hasta posarse sobre el casco del Bio. – Ahora bien, creo que el Señor Gaegel ya lo sabe, pero los Bio-cibernéticos tenemos prohibido pelear salvo que sea necesario para ayudar o debamos defendernos. Y usted es un Humano, Señor Zelas, A usted no lo puedo herir por ninguna circunstancia y debo defenderlo con mi vida si hace falta aunque me moleste en gran medida su actitud y trato respecto al señor Gaegel. El empujón de antes solo fue una advertencia, pero la realidad es que no se me permite llegar más lejos salvo que haga algo de enormes proporciones. – Respondería a la invitación del hombre con las espadas que, aparentemente, usaban un mecanismo mecánico o a base de éter para agrandarse. – Sin embargo, si lo que quiere es probar mis capacidades, necesito una autorización clara y concisa de su parte para ello, de otro modo no lo haré. – El Bio sería claro y firme con sus principios. Ese era las normas que tenía inculcadas y debía seguirlas al pie de la letra. El combate era pieza fundamental de su categoría de Bio-cibernético, así que debía cerciorarse de que no estuviese malentendiendo nada.
- Habilidades usadas:
(1)Compresión
(2)Control Remoto
- Disclaimer:
- Donde firmo para un entierro digno? (?)
- Artorias luego del "combate":
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
Artorias
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Re: Por los Caminos Verdes [Cerrado]
Por un lado se sintió menos nervioso frente a la idea de que las cosas empeoraran. Dos de sus colegas habían actuado con eficacia para impedir el desarrollo indeseado de las cosas e internamente les agradeció, y es que si Artorias se salía de control, él sería el último de los presentes con la capacidad de frenarlo. Por el otro, sintió un sentimiento amargo que amenazó con echar abajo todo lo demás cuando , por un mal presentimiento, volteó a ver a la única fémina del grupo y esta le miraba con un enojo sin precedentes. No tardó en saber la razón. La cara del pelirrojo era un poema.
- ¡M-Merax! ¡No tienes que ponerte así por...! -
Pero si ya venía hablando con poca firmeza, siendo que no esperaba para nada esa acusación y menos de su parte, no puedo continuar cuando esta terminó de explotar contra sus reclutados: Artorias y Eirik. El pelirrojo quería hablar, pero la rubia imponía con ese arranque que de por sí no terminaba de asimilar y no hizo sino caer en la frustración mientras se frotaba la sien. ¿Por qué las cosas tenían que complicarse así? ¿Qué podía decir? ¿Cómo declarar que no iba a dejar que los echaran aunque reconocía que había sido un fallo suyo reclutarlos sin consentimiento? Habría dicho cualquier cosa para defenderse él y sus acusados, pero entonces Zelas reaccionó por fin para encargar de la situación. No sabía qué relación se cargaba el par, pero si era suficiente para romper la enfermiza tensión en el ambiente, esa a la que tanto le huía y por la que tanto apreciaba ir solo por la vida, caía de perlas.
- Eirik - se apresuró a decir sabiendo la pesada lengua que tenía -. Por favor, no digas ni una palabra contra ella. Ni para responder - pidió, luego enfocándose en el metálico que parecía tener un dilema. De pronto se sintió mal por la ingenuidad que irradiaba con sus palabras y confirmó que definitivamente no podía dejar que se fueran. Menos él. No tenía la culpa de nada. - Entiendo lo que dices, clank, pero está muy mal visto lanzar cosas a los demás... En cuanto a su actitud, no es tan malo como parece. Solo se paciente, ¿sí?, te explicaré todo lo que debes saber cuando tengamos más tiempo - juntó sus manos para pedir como súplica. Que él entendiera la situación era lo primordial.
Ah, y por si en algún momento hubiera pensado que las cosas estarían bien ahora que Merax estaba siendo calmada, Baltazar quiso pegarle a algo cuando Zelas se volvió con aquellas palabras que con rapidez supo por donde iban. - Maldita sea, Zelas - se recogió el cabello molestia mientras volteaba a verle, confirmando sus temores. El desgraciado no tardó en empuñar aquellas armas que cambiaron de forma en un pispás. El pelirrojo estaba frente a sus reclutados con los brazos cruzados, y aunque se le notó molesto, con ganas de decir algo, al final solo se apartó de mala gana sin la intención de siquiera dirigirle la mirada a Meraxes. Estaba molesto, disgustado con la situación. Sobre todo porque conocía al rubio y el idiota tenía de bromista lo que deterco decidido. No se iba a detener por algunos mimos.
En la distancia, en vista de la escenita que estaba por venir, rodó los ojos cansado del lineamiento de Artorias y alzó la voz para acabar con su limitación. No le convenía ahora. - No te dejes engañar. Ahí en donde lo ves Zelas es todo menos humano. Es un traidor a la raza. Un elfo. - reveló de una vez por todas -. Se libre actuar a criterio. Solo no se maten - expresó esto último para el trío de involucrados, aunque en el fondo solo era para el rubio. Lo último que quería era cargar con que, indirectamente, había provocado la muerte del par.
- ¡M-Merax! ¡No tienes que ponerte así por...! -
Pero si ya venía hablando con poca firmeza, siendo que no esperaba para nada esa acusación y menos de su parte, no puedo continuar cuando esta terminó de explotar contra sus reclutados: Artorias y Eirik. El pelirrojo quería hablar, pero la rubia imponía con ese arranque que de por sí no terminaba de asimilar y no hizo sino caer en la frustración mientras se frotaba la sien. ¿Por qué las cosas tenían que complicarse así? ¿Qué podía decir? ¿Cómo declarar que no iba a dejar que los echaran aunque reconocía que había sido un fallo suyo reclutarlos sin consentimiento? Habría dicho cualquier cosa para defenderse él y sus acusados, pero entonces Zelas reaccionó por fin para encargar de la situación. No sabía qué relación se cargaba el par, pero si era suficiente para romper la enfermiza tensión en el ambiente, esa a la que tanto le huía y por la que tanto apreciaba ir solo por la vida, caía de perlas.
- Eirik - se apresuró a decir sabiendo la pesada lengua que tenía -. Por favor, no digas ni una palabra contra ella. Ni para responder - pidió, luego enfocándose en el metálico que parecía tener un dilema. De pronto se sintió mal por la ingenuidad que irradiaba con sus palabras y confirmó que definitivamente no podía dejar que se fueran. Menos él. No tenía la culpa de nada. - Entiendo lo que dices, clank, pero está muy mal visto lanzar cosas a los demás... En cuanto a su actitud, no es tan malo como parece. Solo se paciente, ¿sí?, te explicaré todo lo que debes saber cuando tengamos más tiempo - juntó sus manos para pedir como súplica. Que él entendiera la situación era lo primordial.
Ah, y por si en algún momento hubiera pensado que las cosas estarían bien ahora que Merax estaba siendo calmada, Baltazar quiso pegarle a algo cuando Zelas se volvió con aquellas palabras que con rapidez supo por donde iban. - Maldita sea, Zelas - se recogió el cabello molestia mientras volteaba a verle, confirmando sus temores. El desgraciado no tardó en empuñar aquellas armas que cambiaron de forma en un pispás. El pelirrojo estaba frente a sus reclutados con los brazos cruzados, y aunque se le notó molesto, con ganas de decir algo, al final solo se apartó de mala gana sin la intención de siquiera dirigirle la mirada a Meraxes. Estaba molesto, disgustado con la situación. Sobre todo porque conocía al rubio y el idiota tenía de bromista lo que de
En la distancia, en vista de la escenita que estaba por venir, rodó los ojos cansado del lineamiento de Artorias y alzó la voz para acabar con su limitación. No le convenía ahora. - No te dejes engañar. Ahí en donde lo ves Zelas es todo menos humano. Es un traidor a la raza. Un elfo. - reveló de una vez por todas -. Se libre actuar a criterio. Solo no se maten - expresó esto último para el trío de involucrados, aunque en el fondo solo era para el rubio. Lo último que quería era cargar con que, indirectamente, había provocado la muerte del par.
Baltazar
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Re: Por los Caminos Verdes [Cerrado]
A decir verdad, lo que estaba aconteciendo en este momento era sumamente complicado. Aunque viéndolo desde el punto de vista de Mera, tanto Artorias, como Eirik no habían llegado por petición de Zelas, sino por mero gusto de Baltazar, así que esto era una molestia para el punto de vista monetario, y también, que a excepción de Baltazar, no conocíamos los alcances de ese par tan peculiar. Pero también estaba el hecho de que entre más personas vayan, más era la posibilidad de éxito aumentaban. Y por lo menos a mi, luego de lo que le hizo a Zelas, el cual sabía que estaría bien, si ese movimiento lo hubiese recibido yo, tal vez no estaría en tan buenas condiciones, por lo que al menos Artorias me había probado, de una manera ortodoxa, que tenía una capacidad interesante.
Escuché la pregunta de parte de Artorias, por lo que negué con mi cabeza. - No estoy molesto porque sé perfectamente como actúa Zelas, así que hasta cierto punto, no es como si me extrañase demasiado. Eso lo digo tanto por lo que te conté en Vulwulfar, como la violación a mis labios de hace un momento. - Le dije al bio-cibernético, esperando que el intentara entender mis palabras, aunque lo dicho por Mera era tajante en su decisión de que el par de "invitados" debía de irse. Pero el rubio se acercó a iracunda mujer con la intención de calmarla. Per cuando Zelas regresó a donde estábamos nos dijo tanto a Baltazar como a mi que debíamos de detener a Mera. Pero siendo honestos, esta era una tarea más encomendada hacia mi que al pelirrojo, ya que, de cierta manera, la situación llegó a todo esto por causas de Baltazar, así que el que el elfo interviniese lo único que pasaría sería como echar más leña al fuego.
Ahora Zelas pondría a prueba tanto a Artorias como a Eirik. Y no me lo pregunten cómo, pero de alguna manera intuía que Zelas actuaría así, incluso si Artorias no lo hubiese atacado. Íbamos a una misión con grandes riesgos, y si bien aumentar el número de personas aumentaban las posibilidades, el hecho de que esos acompañantes no tuviesen las aptitudes podría resultar más perjudicial que beneficioso, por lo que ponerlos a prueba era la mejor manera de saber sus capacidades. Pude escuchar como Artorias decía que por su código de bio-cibernéticos no debía de pelear contra humanos, por lo que negué con mi cabeza. - Pues más te vale combatir en esta ocasión Artorias. - Dicho eso me encaminé hacia donde estaba Mera mientras llevaba mi biusa.
Detuve mi andar por un momento, como si tratase de armar un plan para tratar de apaciguar un poco a Mera. - Creo que es más sencillo tener que combatir contra Zelas. - Pensaba mientras miraba a la mujer que estaba allí, y luego de un momento de razonar las cosas concluí que no había una manera sencilla. Me encaminé y me coloqué al lado de Mera mientras estaba mordía la biusa, luego de masticar y tragar la miré de reojo. - Pues parece que nos quedaremos aquí un rato. Tengo un cuenco con cerveza. ¿Quieres un poco? - Le pregunté mientras sacaba de mi bolso una cantimplora y se la mostraba agitándola un poco con una media sonrisa.
Escuché la pregunta de parte de Artorias, por lo que negué con mi cabeza. - No estoy molesto porque sé perfectamente como actúa Zelas, así que hasta cierto punto, no es como si me extrañase demasiado. Eso lo digo tanto por lo que te conté en Vulwulfar, como la violación a mis labios de hace un momento. - Le dije al bio-cibernético, esperando que el intentara entender mis palabras, aunque lo dicho por Mera era tajante en su decisión de que el par de "invitados" debía de irse. Pero el rubio se acercó a iracunda mujer con la intención de calmarla. Per cuando Zelas regresó a donde estábamos nos dijo tanto a Baltazar como a mi que debíamos de detener a Mera. Pero siendo honestos, esta era una tarea más encomendada hacia mi que al pelirrojo, ya que, de cierta manera, la situación llegó a todo esto por causas de Baltazar, así que el que el elfo interviniese lo único que pasaría sería como echar más leña al fuego.
Ahora Zelas pondría a prueba tanto a Artorias como a Eirik. Y no me lo pregunten cómo, pero de alguna manera intuía que Zelas actuaría así, incluso si Artorias no lo hubiese atacado. Íbamos a una misión con grandes riesgos, y si bien aumentar el número de personas aumentaban las posibilidades, el hecho de que esos acompañantes no tuviesen las aptitudes podría resultar más perjudicial que beneficioso, por lo que ponerlos a prueba era la mejor manera de saber sus capacidades. Pude escuchar como Artorias decía que por su código de bio-cibernéticos no debía de pelear contra humanos, por lo que negué con mi cabeza. - Pues más te vale combatir en esta ocasión Artorias. - Dicho eso me encaminé hacia donde estaba Mera mientras llevaba mi biusa.
Detuve mi andar por un momento, como si tratase de armar un plan para tratar de apaciguar un poco a Mera. - Creo que es más sencillo tener que combatir contra Zelas. - Pensaba mientras miraba a la mujer que estaba allí, y luego de un momento de razonar las cosas concluí que no había una manera sencilla. Me encaminé y me coloqué al lado de Mera mientras estaba mordía la biusa, luego de masticar y tragar la miré de reojo. - Pues parece que nos quedaremos aquí un rato. Tengo un cuenco con cerveza. ¿Quieres un poco? - Le pregunté mientras sacaba de mi bolso una cantimplora y se la mostraba agitándola un poco con una media sonrisa.
Gaegel
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Re: Por los Caminos Verdes [Cerrado]
Ya había estallado, esos dos lograron hacerme llegar al límite de una tolerancia que ya no poseía. Lo había dejado muy claro, tenían que irse. En ese instante sólo era capaz de pensar en ello, sentía un deseo de golpearlos pero al mismo tiempo la impotencia de saber que mi poder actual no era el suficiente como para darles la golpiza que necesitaba drenar.
Estaba tan concentrada en ello y apretando los puños tratando de controlar la rabia que ardía en mi interior, esa bestia que me frustraba ahora estaba durmiente, que el abrazo por parte de Zelas me tomó desprevenida. Mis mejillas se ruborizaron ligeramente antes de poder reaccionar a sus palabras. Bajé los humos, luego de un pequeño quejido agudo ante el pellizco, claro que seguía de muy mal humor pero el idiota había sabido cómo apaciguarme un poco, cosa que me frustraba por lo bien que me conocía. - Tch... Haz lo que quieras. - Con la mirada roja y aún el ceño fruncido me alejé de ellos, pues para ese momento se dirigía a Gaegel y Baltazar para pedirles que me calmaran. Con el primero francamente me daba igual, al segundo, no quería ni verlo en esos momentos.
Me alejé unos metros sólo para escuchar como Zelas retaba al par de mamertos a un duelo, al menos me alegraba que no saldrían ilesos y que pondría su fuerza a prueba, pero no tenía ni la menor de las ganas de ver aquel duelo, seguía pensando que eran un par de inútiles. Gaegel, que le había tomado la palabra al elfo se había acercado a mí, para ese punto ya había enrollado mi arma y estaba de brazos cruzados mirando al grupo.
Lo miré de reojo y negué con la cabeza. - No, gracias. Iré a explorar y ver si consigo un lugar decente donde relajarme, avísenme cuando los maten, allí sí te aceptaré la cerveza. - Agregué un poco tajante en lo que los dejaba a ellos con su pelea de bárbaros y me disponía a buscar así fuera un riachuelo en donde respirar profundo, necesitaba esta vez algo más que gotas de lluvia para poder estar en armonía total.
No estaba segura si él me seguiría, tampoco quería que lo hicieran pero para este punto sólo me sentía frustrada. Caminaría hasta que por lo menos dejara de sentir tan fuerte aquella vibración del broche en mi pecho es lo que me indicaría la distancia perfecta alejada del grupo.
Ignorante a esto, a una gran distancia de allí, ocultos, indetectables por fuerzas mágicas, unos ojos certeros nos espiaban.
Estaba tan concentrada en ello y apretando los puños tratando de controlar la rabia que ardía en mi interior, esa bestia que me frustraba ahora estaba durmiente, que el abrazo por parte de Zelas me tomó desprevenida. Mis mejillas se ruborizaron ligeramente antes de poder reaccionar a sus palabras. Bajé los humos, luego de un pequeño quejido agudo ante el pellizco, claro que seguía de muy mal humor pero el idiota había sabido cómo apaciguarme un poco, cosa que me frustraba por lo bien que me conocía. - Tch... Haz lo que quieras. - Con la mirada roja y aún el ceño fruncido me alejé de ellos, pues para ese momento se dirigía a Gaegel y Baltazar para pedirles que me calmaran. Con el primero francamente me daba igual, al segundo, no quería ni verlo en esos momentos.
Me alejé unos metros sólo para escuchar como Zelas retaba al par de mamertos a un duelo, al menos me alegraba que no saldrían ilesos y que pondría su fuerza a prueba, pero no tenía ni la menor de las ganas de ver aquel duelo, seguía pensando que eran un par de inútiles. Gaegel, que le había tomado la palabra al elfo se había acercado a mí, para ese punto ya había enrollado mi arma y estaba de brazos cruzados mirando al grupo.
Lo miré de reojo y negué con la cabeza. - No, gracias. Iré a explorar y ver si consigo un lugar decente donde relajarme, avísenme cuando los maten, allí sí te aceptaré la cerveza. - Agregué un poco tajante en lo que los dejaba a ellos con su pelea de bárbaros y me disponía a buscar así fuera un riachuelo en donde respirar profundo, necesitaba esta vez algo más que gotas de lluvia para poder estar en armonía total.
No estaba segura si él me seguiría, tampoco quería que lo hicieran pero para este punto sólo me sentía frustrada. Caminaría hasta que por lo menos dejara de sentir tan fuerte aquella vibración del broche en mi pecho es lo que me indicaría la distancia perfecta alejada del grupo.
Ignorante a esto, a una gran distancia de allí, ocultos, indetectables por fuerzas mágicas, unos ojos certeros nos espiaban.
Meraxes
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Re: Por los Caminos Verdes [Cerrado]
-Espera, ¿eres ese tipo de Biometalico?- comento el rubio extrañado, aquello sin lugar a dudas le había sacado un poco de onda, ¿seria acaso que este Bio no tenia un amo?, lo cual le llevo a hacer la tentadora pregunta -¿A quien sirves Biometalico?- pregunto antes de atacar, si existía una posibilidad de conseguir un sirviente metálico tenia que intentarlo, entonces Zelas recordó que la vida no era así de buena, en especial la suya.
-Primer error, nunca desperdicies un golpe gratis- exclamo el rubio al momento que se impulsaba rápidamente hacia adelante, breves y contenidas explosiones provenientes de la planta de sus pies hacían que su velocidad aumentara progresivamente(1) eso sumado al pequeño buff que le daban las botas de Njord hicieron que casi en el tiempo de 1 respiro Zelas ya estuviera en frente de ellos, siendo el humano quien recibiría una patada en todo el rostro, aprovechando que el de la armadura rara le había descubierto la cara, seguida de otra que acompañaría una explosión de éter un poco mas grande que las anteriores(2) y que ocuparía para impulsarse hacia el de la armadura rara, sin dudarlo atacaría la parte mas vulnerable de aquel extraño equipamiento, las mangueras que sobresalían fueron asaltadas por las unga bungas que con un sutil movimiento de los brazos del rubio giraron en dirección a esas vulnerabilidades. Aquello solo era el comienzo ya que su cuerpo comenzaría a emanar éter de forma visible, apoyándose en el grandote de metal, el no-elfo se elevo nuevamente por los aires, su siguiente objetivo ya estaba en la mira, aquellos enormes tanques que se cargaba el grandote en la espalda.
-Algo genial!!- grito al momento que extendía y juntaba sus puños hacia adelante y unía ambas espadas mientras giraba hacia su objetivo y entonces como si de un taladro se tratara descendió a su objetivo a toda velocidad mediante otra explosión de éter(3), una vez aterrizando separo sus puños y toco las runa que generaban el cambio de arma, haciendo que las espadas volvieran a convertirse en manoplas, -Veamos, ¿Qué otra cosa tengo que romper para hacerte salir de esa coraza?- exclamo mientras su cuerpo volvía a verse normal, ya sin emanar éter de manera visible.
off: habilidades usadas
1 y 2 : Vuelo Fulgido
3: Stinger
-Primer error, nunca desperdicies un golpe gratis- exclamo el rubio al momento que se impulsaba rápidamente hacia adelante, breves y contenidas explosiones provenientes de la planta de sus pies hacían que su velocidad aumentara progresivamente(1) eso sumado al pequeño buff que le daban las botas de Njord hicieron que casi en el tiempo de 1 respiro Zelas ya estuviera en frente de ellos, siendo el humano quien recibiría una patada en todo el rostro, aprovechando que el de la armadura rara le había descubierto la cara, seguida de otra que acompañaría una explosión de éter un poco mas grande que las anteriores(2) y que ocuparía para impulsarse hacia el de la armadura rara, sin dudarlo atacaría la parte mas vulnerable de aquel extraño equipamiento, las mangueras que sobresalían fueron asaltadas por las unga bungas que con un sutil movimiento de los brazos del rubio giraron en dirección a esas vulnerabilidades. Aquello solo era el comienzo ya que su cuerpo comenzaría a emanar éter de forma visible, apoyándose en el grandote de metal, el no-elfo se elevo nuevamente por los aires, su siguiente objetivo ya estaba en la mira, aquellos enormes tanques que se cargaba el grandote en la espalda.
-Algo genial!!- grito al momento que extendía y juntaba sus puños hacia adelante y unía ambas espadas mientras giraba hacia su objetivo y entonces como si de un taladro se tratara descendió a su objetivo a toda velocidad mediante otra explosión de éter(3), una vez aterrizando separo sus puños y toco las runa que generaban el cambio de arma, haciendo que las espadas volvieran a convertirse en manoplas, -Veamos, ¿Qué otra cosa tengo que romper para hacerte salir de esa coraza?- exclamo mientras su cuerpo volvía a verse normal, ya sin emanar éter de manera visible.
off: habilidades usadas
1 y 2 : Vuelo Fulgido
3: Stinger
- disclaimer:
- resumen de acciones belicas:
Ataco a Eirik,
ataco "vulnerabilidades" la armadura de artorias parte uno: con el ataque dirigido a las mangueras,
ataco "vulnerabilidades" la armadura de artorias parte dos: lo uso de trampolin y usando una habilidad desciendo para partirle su... eso
Zelas Hazelmere
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Re: Por los Caminos Verdes [Cerrado]
El comportamiento de los presentes seguía confundiendo al Bio-cibernético en aspectos que nunca había esperado que fuese posible ya que, como su capacitación le había grabado a fuego en su raciocinio, ellos no seguían normas normales de comportamiento y respeto. Las respuestas dadas por Gaegel y Baltazar no hicieron más que confundirlo todavía más. Era extraño para el Centinela ver que el mismo hombre que estaba llorando y eructando desconsoladamente en Verisar ahora perdonase y viese normal el comportamiento de Zelas. La lógica decía que eso era inapropiado, ¿Será que provenían de una cultura distinta? ¿o sentían atracción física? Dentro de todo, a Artorias se le enseñó a respetar los gustos de cada quien, pero era innegable que ese grupo no era nada normal. Por otro lado, Baltazar seguía diciendo que todo era un malentendido y que no era tan malo como parecía ser. Artorias solo suspiraría con un notable tono metálico mientras el color de la luz generada dentro del casco volvía al habitual color amarillo de siempre. – Espero que no se equivoque Señor Baltazar. – Sería lo único que diría mientras miraba al rubio, esperando una respuesta a la pregunta que el Bio había hecho hace unos instantes atrás.
Y para la sorpresa del Bio, su pregunta no tendría respuesta. Es más, Zelas saldría otra pregunta, con poca relación a lo que se refería el Centinela, que terminaría desviando el tema de conversación. – Somos Bio-cibernéticos, no Biometálicos. Los Bio-cibernéticos no tenemos Amos, señor Zelas. Nuestro trabajo es proteger a los humanos de las demás razas y para ayudar a preservar la paz, no para la servidumbre. – Artorias sería claro en su pensamiento y directo para no dejar dudas. El bio podía ser bastante “inocente” debido a su nulo conocimiento sobre las relaciones sociales comunes en Aerandir, pero tampoco era lo suficientemente ingenuo como para pensar que sería un mayordomo de un humano; simplemente no había sido diseñado ni capacitado para esa labor. Pero hubo algo que desconcertó bastante a Artorias, más concretamente las palabras de Baltazar que afirmaban que Zelas era un traidor de la raza de los elfos. Y aunque Artorias apartaría su mirada del rubio un instante para ver al pelirrojo con cierta incredulidad y confusión porque Zelas no presentaba las orejas típicas de un elfo, al momento de tratar de volver a posar su mirada en el rubio… ya este se había abalanzado hacia Eirik para darle una fuerte patada en el rostro y era evidente que ahora vendría a por el Centinela.
Baltazar parecía tener razón y eso explicaría la condición tan peculiar que tenía el Bandido Trueno. En circunstancias normales Artorias hubiese atacado con aire comprimido en forma de proyectil para mantener la distancia, pero como eso hace unos minutos había resultado ser inefectivo contra el Bandido trueno y no sabía si esa barrera hexagonal también lo protegía de otro tipo de daños, Artorias tendría que mantener la calma, usar su fría capacidad de raciocinio y su entorno para tratar de compensar la evidente desventaja con la que tenía que lidiar. Zelas no tardaría en impulsarse contra el Bio y este daría un paso al frente para solo dejar que dicho pie resbalase hacia adelante gracias al lodo, causando que Artorias se dejase llevar por la gravedad y usando el aire comprimido de las boquillas en distintos puntos del traje para caer, boca arriba, más rápidamente al Suelo (1), sin recibir daños gracias al traje (2), mientras el dron arácnido caminaba y pasaba de estar en su cabeza al centro de su pecho (3). Con esto a duras penas podría esquivar los ataques que iban dirigidos hacia los tubos metálicos que conectaban el traje con los tanques compresores de aire. Sin embargo, Artorias estaba sorprendido por ver como aquel “no humano” había decidido atacar a puntos débiles en un parpadeo y con una seguridad pasmosa. Eso dejaba entrever las capacidades bélicas que poseía esa persona y que era un riesgo latente para cualquier humano que, como Eirik, no fuesen muy inteligentes o que las personas en general quisieran provocarlo sin pensar.
Los tubos no eran tan resistentes como el traje pese a que eran del mismo metal y eran bastante gruesos para así soportar las altas presiones que debían manejar, aunque como mínimo soportarían dos fuertes golpes contundentes, debido a que estaban huecos por dentro y podían doblarse con relativa facilidad, y eso era algo que Artorias debía recordar para cuando volviese a la Base de los Bios para que le proporcionasen una actualización a su traje para corregir ese evidente error de diseño y evitar esos daños considerables a puntos clave en su estructura, pero tomaría más tiempo y recolectar más datos de combate para que su retorno a la base fuese lo más eficiente posible. Volviendo al campo de batalla, Artorias inmediatamente después de caer apuntaría las palmas de sus manos paralelamente a sus piernas para nuevamente expulsar aire comprimido de todas sus extremidades para deslizarse en linea recta por el fangoso suelo (4) y tomar la mayor distancia posible de Zelas. No era la mejor medida de seguridad y quedaba parcialmente descubierto ante otro posible ataque, pero era lo más sensato a los ojos del Centinela para saber a qué se enfrentaba exactamente sin arriesgarse a recibir daño innecesario. Tras esto, Artorias pondría su rodilla izquierda y la planta de su pie derecho en el lodoso suelo para reincorporarse. – Ha superado por completo mis expectativas, señor Zelas. Tal vez esté al nivel de mis superiores. – Sería lo único que comentaría Artorias mientras trataba de mantener su vista fija en Zelas.
Gracias a la caída del Bio, Aparentemente Zelas no tendría nada para impulsarse para terminar su acometida, pero quien sabe, tal vez el bandido trueno tuviese más habilidades por mostrar ante los espectadores presentes, incluso a los indeseados.
Y para la sorpresa del Bio, su pregunta no tendría respuesta. Es más, Zelas saldría otra pregunta, con poca relación a lo que se refería el Centinela, que terminaría desviando el tema de conversación. – Somos Bio-cibernéticos, no Biometálicos. Los Bio-cibernéticos no tenemos Amos, señor Zelas. Nuestro trabajo es proteger a los humanos de las demás razas y para ayudar a preservar la paz, no para la servidumbre. – Artorias sería claro en su pensamiento y directo para no dejar dudas. El bio podía ser bastante “inocente” debido a su nulo conocimiento sobre las relaciones sociales comunes en Aerandir, pero tampoco era lo suficientemente ingenuo como para pensar que sería un mayordomo de un humano; simplemente no había sido diseñado ni capacitado para esa labor. Pero hubo algo que desconcertó bastante a Artorias, más concretamente las palabras de Baltazar que afirmaban que Zelas era un traidor de la raza de los elfos. Y aunque Artorias apartaría su mirada del rubio un instante para ver al pelirrojo con cierta incredulidad y confusión porque Zelas no presentaba las orejas típicas de un elfo, al momento de tratar de volver a posar su mirada en el rubio… ya este se había abalanzado hacia Eirik para darle una fuerte patada en el rostro y era evidente que ahora vendría a por el Centinela.
Baltazar parecía tener razón y eso explicaría la condición tan peculiar que tenía el Bandido Trueno. En circunstancias normales Artorias hubiese atacado con aire comprimido en forma de proyectil para mantener la distancia, pero como eso hace unos minutos había resultado ser inefectivo contra el Bandido trueno y no sabía si esa barrera hexagonal también lo protegía de otro tipo de daños, Artorias tendría que mantener la calma, usar su fría capacidad de raciocinio y su entorno para tratar de compensar la evidente desventaja con la que tenía que lidiar. Zelas no tardaría en impulsarse contra el Bio y este daría un paso al frente para solo dejar que dicho pie resbalase hacia adelante gracias al lodo, causando que Artorias se dejase llevar por la gravedad y usando el aire comprimido de las boquillas en distintos puntos del traje para caer, boca arriba, más rápidamente al Suelo (1), sin recibir daños gracias al traje (2), mientras el dron arácnido caminaba y pasaba de estar en su cabeza al centro de su pecho (3). Con esto a duras penas podría esquivar los ataques que iban dirigidos hacia los tubos metálicos que conectaban el traje con los tanques compresores de aire. Sin embargo, Artorias estaba sorprendido por ver como aquel “no humano” había decidido atacar a puntos débiles en un parpadeo y con una seguridad pasmosa. Eso dejaba entrever las capacidades bélicas que poseía esa persona y que era un riesgo latente para cualquier humano que, como Eirik, no fuesen muy inteligentes o que las personas en general quisieran provocarlo sin pensar.
Los tubos no eran tan resistentes como el traje pese a que eran del mismo metal y eran bastante gruesos para así soportar las altas presiones que debían manejar, aunque como mínimo soportarían dos fuertes golpes contundentes, debido a que estaban huecos por dentro y podían doblarse con relativa facilidad, y eso era algo que Artorias debía recordar para cuando volviese a la Base de los Bios para que le proporcionasen una actualización a su traje para corregir ese evidente error de diseño y evitar esos daños considerables a puntos clave en su estructura, pero tomaría más tiempo y recolectar más datos de combate para que su retorno a la base fuese lo más eficiente posible. Volviendo al campo de batalla, Artorias inmediatamente después de caer apuntaría las palmas de sus manos paralelamente a sus piernas para nuevamente expulsar aire comprimido de todas sus extremidades para deslizarse en linea recta por el fangoso suelo (4) y tomar la mayor distancia posible de Zelas. No era la mejor medida de seguridad y quedaba parcialmente descubierto ante otro posible ataque, pero era lo más sensato a los ojos del Centinela para saber a qué se enfrentaba exactamente sin arriesgarse a recibir daño innecesario. Tras esto, Artorias pondría su rodilla izquierda y la planta de su pie derecho en el lodoso suelo para reincorporarse. – Ha superado por completo mis expectativas, señor Zelas. Tal vez esté al nivel de mis superiores. – Sería lo único que comentaría Artorias mientras trataba de mantener su vista fija en Zelas.
Gracias a la caída del Bio, Aparentemente Zelas no tendría nada para impulsarse para terminar su acometida, pero quien sabe, tal vez el bandido trueno tuviese más habilidades por mostrar ante los espectadores presentes, incluso a los indeseados.
- Habilidades usadas:
(1) y (4) Compresión
(2) Cuerpo Férreo
(3) Control Remoto
- Disclaimer:
- Resumen de Acciones bélicas:
Artorias resbala a propósito para esquivar el 1er ataque de zelas hacia los tubos de aire
en el suelo usa aire comprimido para impulsarse en linea recta y así alejarse del rubio sabroso(?)
Trata de interrumpir el segundo ataque de zelas al impedir que este use a Artorias como trampolín para impulsarse
Artorias
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Re: Por los Caminos Verdes [Cerrado]
Merax lo hacía sentir culpable y al mismo tiempo pensaba que ella también exageraba, pero comentarlo o siquiera dar la mínima señal podría empeorar la situación. El elfo tomaría su distancia dejando así que fuera su compañero de mirada penetrante quién se encargara de ella, él por otro lado estaba en mejores para manejar tan complicada situación que Zelas le había encomendado.
Se alejó así varios metros de donde sería aquella batalla campal, encomendaría a los dioses el destino de aquellos dos en las garras de tan peligroso sujeto que era aquel mal nacido elfo. Permaneció atento, en caso de que tuviera que socorrer y usar sus poderes divinos para auxiliar, su instinto, o más bien conocía tan bien al elfo, que sabía lo lejos que era capaz de llegar. Especialmente si uno de ellos había cometido la imprudencia de atacarlo.
- Y ahí va el primero... - susurró para sí, mordisqueando la uña de su pulgar, miraba como Eirik era amedrentado con una golpe que a una persona común seguro dejaría fuera de sí. No dejaba de sobresaltarse ni dar brincos con cada impacto que sus ojos élficos captaban a la perfección.
Levantaba el índice, como queriendo expresar algo, pero de inmediato el silencio era protagonista siendo su rostro el que hablara por él con muecas de dolor, preocupación, a veces una afirmación dado que tampoco podría negar que era una paliza que causaba un cosquilleo por dentro y despertaba los instintos más primarios.
Se preguntaba cuánto tiempo soportarían esos dos, también, notó cómo la constante vibración del broche se hacía menos intensa, miró a su alrededor un instante. Merax se se había alejado, aquello lo hizo suspirar cabizbajo negando con su cabeza, no obstante se mantuvo firme en su decisión, era mejor quedarse allí y ser útil que buscar la muerte en manos de aquella mujer que en estos momentos era una bestia.
Se alejó así varios metros de donde sería aquella batalla campal, encomendaría a los dioses el destino de aquellos dos en las garras de tan peligroso sujeto que era aquel mal nacido elfo. Permaneció atento, en caso de que tuviera que socorrer y usar sus poderes divinos para auxiliar, su instinto, o más bien conocía tan bien al elfo, que sabía lo lejos que era capaz de llegar. Especialmente si uno de ellos había cometido la imprudencia de atacarlo.
- Y ahí va el primero... - susurró para sí, mordisqueando la uña de su pulgar, miraba como Eirik era amedrentado con una golpe que a una persona común seguro dejaría fuera de sí. No dejaba de sobresaltarse ni dar brincos con cada impacto que sus ojos élficos captaban a la perfección.
Levantaba el índice, como queriendo expresar algo, pero de inmediato el silencio era protagonista siendo su rostro el que hablara por él con muecas de dolor, preocupación, a veces una afirmación dado que tampoco podría negar que era una paliza que causaba un cosquilleo por dentro y despertaba los instintos más primarios.
Se preguntaba cuánto tiempo soportarían esos dos, también, notó cómo la constante vibración del broche se hacía menos intensa, miró a su alrededor un instante. Merax se se había alejado, aquello lo hizo suspirar cabizbajo negando con su cabeza, no obstante se mantuvo firme en su decisión, era mejor quedarse allí y ser útil que buscar la muerte en manos de aquella mujer que en estos momentos era una bestia.
Baltazar
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Re: Por los Caminos Verdes [Cerrado]
Todo estaba volviéndose mas divertido y extraño con cada momento que pasaba, de forma desenfrenada como toro después de ser pateado en las bolas. Una de las cosas que mas me ha impactado era ese engendro del maldito de las profundidades mas asquerosas, profundas y tenebrosas de Helheim y Niflheim ¡¡Una maldita araña recubierta de metal en mi maldito rostro!! Espero que el maldito bastardo no tenga Veneno y si es así, me lo llevare a la tumba. Ni corto ni perezoso es que empecé a darle cabezazos a la muy bastarda contra Artorias, porque llevaba armadura...así que no pasaba nada...maldita araña.
Fue en ese momento que no solo la muy cobarde huía de mi rostro, sino que también descubría que venia de Artorias, te creía un amigo, no un araña amigo. Obviamente no logré dañar a la araña y encima terminé mareado, pero ahora la pequeña bastarda aprenderá a no meterse conmigo de nuevo.- E~esoooo, huye cobarde. -Hablé con orgullo y mareo al espantar a la monstruosidad de patas alargadas y metálicas.
La que aparenta ser la matriarca de este "Clan" tan pintoresco o grupo tan disparejo se la vino contra nosotros dos, al giganton por atacar al rubiales y a mi...por algún motivo,- ¡¿Y yo que hic-?! -Fue en eso que Baltazar me habló y me expresó directamente que no le respondiera, supongo que se refiere a no hacerla enojar. Su espontanea rabieta me hizo recordar una vez en la que mi madre me ató como puerco y me lanzó a una barca maltrecha y la empujó hacia el mar una noche cuando sangraba ahí abajo, padre también sufrió esa noche y terminó escondido en el sotano lleno de mordidas, arañazos y con la ropa destruida-y llorando, pero por su orgullo jamas diré que lo vi llorar- ¿será que ella está sangrando abajo, por qué sangran abajo? Las mujeres son un misterio aun mas misterioso.- Ta bien, te doy mi palabra y no la haré enojar. -Me aguanté las ganas y me quedé callado a petición de Baltazar cruzando los brazos y bufando.
El rubio quería pelea y estaba con muchas ganas de una buena paliza y juerga, pero por lo visto anteriormente de que calmó a doña gritos, lo mas seguro es que sea su amante y si le empiezo a apalear, sea que gane o no, la doña se enrabietara conmigo mas de lo que está y eso son malas noticias. Había hecho caso a Balt para no enojarla por su petición, por ende, por mucho que quisiera reventar dientes, haría algo que está en contra de mi propia naturaleza.- Me niego. -Con un rostro serio y voz profunda pronunciaba aquellas palabras tan...místicas en un ser como yo que vivía de desmadres y peleas.
- Pelear contra ti significa enojar a la mujer, mujer que Baltazar me dijo que no respondiera para no enojarla, y hacerla enojar significa incumplir mi palabra y yo no incumplo mi palabra a mis ami- -Sorpresivamente no hubo tregua ni aviso, simplemente se abalanzo hacia mi después de intercambiar varias palabras con Artorias. Gracias a mis reflejos(1) y experiencias en peleas y locuras de borracheras en bares pude reaccionar lo suficientemente rapido para verlo, levantar un poco los brazos y...recibir la patada de lleno en mi jeta antes de poder defenderme, me había tomado por sorpresa y encima el rubio maldito es mas veloz de lo que aparenta. Tirado en el suelo con la cabeza pesada, sintiendo el dolor en la nariz, notaria el creciente ardor y la sangre escurrirse por uno de los orificios de mi nariz y algo magullada.
Me reincorporaría aun con el lodo encima y con una cara de muerte y rabia en todo mi rostro...aparte de la sangre. Por muy flacucho que parezca, mete unos troncazos como papá borracho, por lo que andaba algo agitado, mareado y sobre todo aturdido, viendo la semejante paliza que le estaba dando al gigante con sus pedos mágicos extraños y sus movimientos de bailarín exótico en el aire, rompiendo total lógica misma que existe ¿Acaso eso es magia Vanir? pues vaya bandido me tocaba cazar antes...
El gigante de metal elogiaba al que fue su enemigo y autor de paliza que recibía.- No te das cuenta ¿verdad? -Extrañado, pude notar claramente el objetivo astuto que el rubio hacia.- Está usando el terreno a su favor, pese a ser perjudicial para él también. ¿No ves que se la pasa volando y tirando pedos? El lodo retrasa su movimiento y el tuyo también, si quieres hacerle algo, mantenlo pegado al suelo. -Yo simplemente sonaria mi nariz para sacar toda la sangre y me acomodaría la nariz para así poder mantener una postura firme como un bastión, con los brazos cruzados y fuertemente emputado con venas sobre saliendo de mi cara- Por mucho que me hagas, no peleare a peticion de Baltazar. -Diria esto...pero realmente queria agarrarle de los pelos y meterle tantos puñetazos como para recubrir el sol con sus dientes y sangre, pero evidentemente mi rostro ocultaba este deseo de manera magistral.
Fue en ese momento que no solo la muy cobarde huía de mi rostro, sino que también descubría que venia de Artorias, te creía un amigo, no un araña amigo. Obviamente no logré dañar a la araña y encima terminé mareado, pero ahora la pequeña bastarda aprenderá a no meterse conmigo de nuevo.- E~esoooo, huye cobarde. -Hablé con orgullo y mareo al espantar a la monstruosidad de patas alargadas y metálicas.
La que aparenta ser la matriarca de este "Clan" tan pintoresco o grupo tan disparejo se la vino contra nosotros dos, al giganton por atacar al rubiales y a mi...por algún motivo,- ¡¿Y yo que hic-?! -Fue en eso que Baltazar me habló y me expresó directamente que no le respondiera, supongo que se refiere a no hacerla enojar. Su espontanea rabieta me hizo recordar una vez en la que mi madre me ató como puerco y me lanzó a una barca maltrecha y la empujó hacia el mar una noche cuando sangraba ahí abajo, padre también sufrió esa noche y terminó escondido en el sotano lleno de mordidas, arañazos y con la ropa destruida-y llorando, pero por su orgullo jamas diré que lo vi llorar- ¿será que ella está sangrando abajo, por qué sangran abajo? Las mujeres son un misterio aun mas misterioso.- Ta bien, te doy mi palabra y no la haré enojar. -Me aguanté las ganas y me quedé callado a petición de Baltazar cruzando los brazos y bufando.
El rubio quería pelea y estaba con muchas ganas de una buena paliza y juerga, pero por lo visto anteriormente de que calmó a doña gritos, lo mas seguro es que sea su amante y si le empiezo a apalear, sea que gane o no, la doña se enrabietara conmigo mas de lo que está y eso son malas noticias. Había hecho caso a Balt para no enojarla por su petición, por ende, por mucho que quisiera reventar dientes, haría algo que está en contra de mi propia naturaleza.- Me niego. -Con un rostro serio y voz profunda pronunciaba aquellas palabras tan...místicas en un ser como yo que vivía de desmadres y peleas.
- Musica Ambiental:
- Pelear contra ti significa enojar a la mujer, mujer que Baltazar me dijo que no respondiera para no enojarla, y hacerla enojar significa incumplir mi palabra y yo no incumplo mi palabra a mis ami- -Sorpresivamente no hubo tregua ni aviso, simplemente se abalanzo hacia mi después de intercambiar varias palabras con Artorias. Gracias a mis reflejos(1) y experiencias en peleas y locuras de borracheras en bares pude reaccionar lo suficientemente rapido para verlo, levantar un poco los brazos y...recibir la patada de lleno en mi jeta antes de poder defenderme, me había tomado por sorpresa y encima el rubio maldito es mas veloz de lo que aparenta. Tirado en el suelo con la cabeza pesada, sintiendo el dolor en la nariz, notaria el creciente ardor y la sangre escurrirse por uno de los orificios de mi nariz y algo magullada.
Me reincorporaría aun con el lodo encima y con una cara de muerte y rabia en todo mi rostro...aparte de la sangre. Por muy flacucho que parezca, mete unos troncazos como papá borracho, por lo que andaba algo agitado, mareado y sobre todo aturdido, viendo la semejante paliza que le estaba dando al gigante con sus pedos mágicos extraños y sus movimientos de bailarín exótico en el aire, rompiendo total lógica misma que existe ¿Acaso eso es magia Vanir? pues vaya bandido me tocaba cazar antes...
El gigante de metal elogiaba al que fue su enemigo y autor de paliza que recibía.- No te das cuenta ¿verdad? -Extrañado, pude notar claramente el objetivo astuto que el rubio hacia.- Está usando el terreno a su favor, pese a ser perjudicial para él también. ¿No ves que se la pasa volando y tirando pedos? El lodo retrasa su movimiento y el tuyo también, si quieres hacerle algo, mantenlo pegado al suelo. -Yo simplemente sonaria mi nariz para sacar toda la sangre y me acomodaría la nariz para así poder mantener una postura firme como un bastión, con los brazos cruzados y fuertemente emputado con venas sobre saliendo de mi cara- Por mucho que me hagas, no peleare a peticion de Baltazar. -Diria esto...pero realmente queria agarrarle de los pelos y meterle tantos puñetazos como para recubrir el sol con sus dientes y sangre, pero evidentemente mi rostro ocultaba este deseo de manera magistral.
- Resumen:
- Eirik intenta safarse de la araña, no haciendo mucho. Quiere saber por qué Mera se enoja con el, pero Baltazar le para en seco y este acepta por ser su compa. Le dice a Zelas que se niega y le intenta decir por qué. Usa sus capacidades de Acrobacia (1) y falla por ser de bajo nivel y por ser tomado por sorpresa. Recibe la patada en la cara y le daña la nariz. (Ademas de dejarlo en el suelo y mareado.) Se levanta y le dice a Artorias su perspectiva de la situación. Vuelve a negarse a pelear. (A regañadientes.) Y se acomoda la nariz.
- La "Disimulada" cara de Eirik:
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Eirik
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Re: Por los Caminos Verdes [Cerrado]
Ya podía saber la respuesta ante mi sugerencia, pero al escucharla me hizo saber que intentara lo que intentara, la ira que tendría Mera se apaciguaría por si sola. Noté como ella se iba y en eso miré mi cuenco con cerveza. - Meh... Tal vez deba conseguir vino especiado para estas ocasiones. - Dije en voz baja, aunque asegurándome de que la muchacha estuviese lo suficientemente lejos para que esta no me escuchara. Suspiré levemente y luego volví a ver hacia donde estaba el grupo.
Uff,.. - La manera en la que Zelas había atacado a Eirik fue tan magistralmente doloroso que no pude evitar acariciar mi propia nariz. Lo vi tan nítidamente que casi hasta sentí su dolor. Esto no demorará mucho. - Pensé mientras miraba como se daban las cosas. Artorias había realizado un buen movimiento para evitar el ataque de Zelas, pero podía saber que el elfo sabría como actuar ante aquello. Volví a mirar de reojo hacia donde se había ido Mera y apenas alcancé a verla en la lejanía.
Volví a suspirar. Aunque era un caso perdido, tampoco era bueno dejar que ella se fuese sola en ese estado, me levanté de donde estaba y comencé a caminar al mismo tiempo que me aseguraba de guardar el cuenco de cerveza en mis pertenencias. Realmente es que esto sucedió de la manera más extraña y complicada que hubiese podido imaginar. ¿Quién diría que Artorias, quien parece el más reflexivo, sería tan impulsivo? Seguramente eso se deba a su entrenamiento. - Estúpidos entrenamientos. - Era evidente que esa manera de entrenarlos era deficiente, ya que, por más que lo intenten, no pueden predecir que todos los acontecimientos se realizan de la misma manera, y por ese lado, el accionar de ellos mismos puede resultar menos óptimo.
Y allí andaba yo, caminando despacio por aquel lugar. Asegurándome no perder de vista a Mera. Sabía que no había forma de que se perdiera, ya que el tener esta pieza metálica es la manera más eficiente para localizarnos, pero lo mejor era evitar que alguien anduviera a solas. Claro, excluyendo de eso al mismo Zelas, ya que el se puede cuidar perfectamente solo, pero considerando la situación. Ninguno de nosotros es lo suficientemente diestro como el, por lo que era importante evitar separarse de más en un paraje de este tipo, en un clima como este.
Uff,.. - La manera en la que Zelas había atacado a Eirik fue tan magistralmente doloroso que no pude evitar acariciar mi propia nariz. Lo vi tan nítidamente que casi hasta sentí su dolor. Esto no demorará mucho. - Pensé mientras miraba como se daban las cosas. Artorias había realizado un buen movimiento para evitar el ataque de Zelas, pero podía saber que el elfo sabría como actuar ante aquello. Volví a mirar de reojo hacia donde se había ido Mera y apenas alcancé a verla en la lejanía.
Volví a suspirar. Aunque era un caso perdido, tampoco era bueno dejar que ella se fuese sola en ese estado, me levanté de donde estaba y comencé a caminar al mismo tiempo que me aseguraba de guardar el cuenco de cerveza en mis pertenencias. Realmente es que esto sucedió de la manera más extraña y complicada que hubiese podido imaginar. ¿Quién diría que Artorias, quien parece el más reflexivo, sería tan impulsivo? Seguramente eso se deba a su entrenamiento. - Estúpidos entrenamientos. - Era evidente que esa manera de entrenarlos era deficiente, ya que, por más que lo intenten, no pueden predecir que todos los acontecimientos se realizan de la misma manera, y por ese lado, el accionar de ellos mismos puede resultar menos óptimo.
Y allí andaba yo, caminando despacio por aquel lugar. Asegurándome no perder de vista a Mera. Sabía que no había forma de que se perdiera, ya que el tener esta pieza metálica es la manera más eficiente para localizarnos, pero lo mejor era evitar que alguien anduviera a solas. Claro, excluyendo de eso al mismo Zelas, ya que el se puede cuidar perfectamente solo, pero considerando la situación. Ninguno de nosotros es lo suficientemente diestro como el, por lo que era importante evitar separarse de más en un paraje de este tipo, en un clima como este.
Gaegel
Lobo Renegado
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Re: Por los Caminos Verdes [Cerrado]
Podía sentir como la vibración en mi pecho cesaba considerablemente siendo solo un ligero zumbido lo que sentía. Eso quería decir dos cosas: que me había alejado lo suficiente de los demás y que sólo uno de ellos me seguía los pasos. Evidentemente Zelas no era uno de ellos, estaba más que segura que le daba su merecida tunda a ese par de inútiles. Eso lo dejaba entre Baltazar y Gaegel, al primero no quería ni verlo en este momento, al segundo siempre se mantuviera al margen podía hacer lo que se le viniera en gana.
No necesitaba protección, ya me sentía lo bastante inútil como para admitir algo que en parte seguramente tenía que ver con mi enojo. Esta travesía requería de una fuerza que hace años ya no poseía, mi podre draconico estaba ausente. Como humana y mujer era complicado ya poder imponer algo de autoridad, una máscara que bien me había funcionado a lo largo del tiempo. Servía para escabullirme, no para dar batalla frente a frente. Tenía miedo, miedo de fallar cuando la situación se complicara, y al mismo tiempo quería demostrar que mi rudeza era equivalente a lo que podía aportar al grupo, hasta ahora sólo había sido cosa de suerte. Una especie de bendición divina que me rodeaba.
La lluvia comenzaba a intensificarse, lo que comenzó como una ligera llovizna, ahora era un cielo gris con truenos aún bastante alejados, la tormenta comenzaba. Dejé que el agua me impregnara, como siempre me hacía pensar y meditar, me relajaba. Estaba en un campo abierto, al frente una extensa plantación de lo que quizás era arroz se perdía en el horizonte, tenía mi momento de paz o eso pensaba...
Alejado y ajeno a mi conocimiento los hilos del destino se enredaban. No estábamos solos, en la lejanía unos ojos grises espiaban, ocultos, planeaban y ejecutaban.
- Es un grupo grande... Es difícil saber cuántos pero dos ellos vienen hacia acá. Es una mujer y un hombre. - Hablaba lo necesario sólo para que su séquito lo escuchara. - Aventureros seguramente, así que podremos hacernos buena pasta con ellos. Si hay más mujeres podemos venderlas cerca. Claro que hay que comprobar la mercancía... - Sonrió con malicia siendo acompañados con algunas risas alrededor. Debido a los truenos y el sonido incesante de la lluvia cayendo estos difícilmente podrían ser detectados.
- Ya saben qué hacer. - Fue la orden siguiente, y así , cinco cuerpos comenzaron su estrategia.
El primero en tomar la delantera fue un hombre de pies ligeros, cabello negro como el azabache y tez oscura. En sus manos sostenía lo que parecían ser agujas. Iba en Zig zag, directo hacia el hombre, debía deshacerse de los problemas mayores antes de rodear al eslabón débil. Iba seguido de un hombre un poco más grande, de cabello castaño, tez blanca y variedad de cicatrices, pero cuyo objetivo denotaba era otro. Y por ultimo un tercero, que no se había movido de su posición, tensaba su arco, apuntaba el proyectil que bien se podría pensar era una flecha y la dirigía entre sus dos objetivos. Una bomba picante que irritaba los ojos era el acto principal. El ataque había comenzado.
No necesitaba protección, ya me sentía lo bastante inútil como para admitir algo que en parte seguramente tenía que ver con mi enojo. Esta travesía requería de una fuerza que hace años ya no poseía, mi podre draconico estaba ausente. Como humana y mujer era complicado ya poder imponer algo de autoridad, una máscara que bien me había funcionado a lo largo del tiempo. Servía para escabullirme, no para dar batalla frente a frente. Tenía miedo, miedo de fallar cuando la situación se complicara, y al mismo tiempo quería demostrar que mi rudeza era equivalente a lo que podía aportar al grupo, hasta ahora sólo había sido cosa de suerte. Una especie de bendición divina que me rodeaba.
La lluvia comenzaba a intensificarse, lo que comenzó como una ligera llovizna, ahora era un cielo gris con truenos aún bastante alejados, la tormenta comenzaba. Dejé que el agua me impregnara, como siempre me hacía pensar y meditar, me relajaba. Estaba en un campo abierto, al frente una extensa plantación de lo que quizás era arroz se perdía en el horizonte, tenía mi momento de paz o eso pensaba...
***
Mientras tanto...
Alejado y ajeno a mi conocimiento los hilos del destino se enredaban. No estábamos solos, en la lejanía unos ojos grises espiaban, ocultos, planeaban y ejecutaban.
- Es un grupo grande... Es difícil saber cuántos pero dos ellos vienen hacia acá. Es una mujer y un hombre. - Hablaba lo necesario sólo para que su séquito lo escuchara. - Aventureros seguramente, así que podremos hacernos buena pasta con ellos. Si hay más mujeres podemos venderlas cerca. Claro que hay que comprobar la mercancía... - Sonrió con malicia siendo acompañados con algunas risas alrededor. Debido a los truenos y el sonido incesante de la lluvia cayendo estos difícilmente podrían ser detectados.
- Ya saben qué hacer. - Fue la orden siguiente, y así , cinco cuerpos comenzaron su estrategia.
El primero en tomar la delantera fue un hombre de pies ligeros, cabello negro como el azabache y tez oscura. En sus manos sostenía lo que parecían ser agujas. Iba en Zig zag, directo hacia el hombre, debía deshacerse de los problemas mayores antes de rodear al eslabón débil. Iba seguido de un hombre un poco más grande, de cabello castaño, tez blanca y variedad de cicatrices, pero cuyo objetivo denotaba era otro. Y por ultimo un tercero, que no se había movido de su posición, tensaba su arco, apuntaba el proyectil que bien se podría pensar era una flecha y la dirigía entre sus dos objetivos. Una bomba picante que irritaba los ojos era el acto principal. El ataque había comenzado.
- Off:
- Resumen de acciones generales:- Llueve más fuerte. Tomar en consideración el terreno pantanoso y la dificultad de visión.
- Merax avanza más de doscientos metros lejos del grupo inicial, es decir: Baltazar, Zelas, Eirik y Artorias. El radar de Artorias no puede detectar calor (Según lo leído en ficha de raza) a más de 100 metros.
- El sujeto observa que hay gente más no puede determinar un número exacto debido a la distancia, sin embargo ve con facilidad a Merax y Gaegel.
- Los cinco sujetos comienzan a moverse.
- Sujeto Tez oscura/cabello negro (Humano #1): Va hacia Gaegel.
- Sujeto fornido (Humano #2): Va hacia a Merax.
- Sujeto con Arco (Brujo): Lanza bomba de pimienta entre Merax y Gaegel. (Tomar en cuenta que el efecto puede ser menos fuerte por la lluvia pero no por ello deja de ser molesto). Oculta a sus aliados restantes con el uso de su técnica. Ref: No estábamos solos, en la lejanía unos ojos grises espiaban, ocultos, planeaban y ejecutaban.- Npc atacantes:
- Humano # 1 :
Nivel 1
Rasgo característico: Tez oscura, cabello negro. Delgado pero ágil.
Armas: Agujas con veneno paralizante.
Pasos suaves (3)
Precisión (3)
Tóxico (3)
Habilidades:
Ligero de Pies: Sus pasos son casi imperceptibles incluso al correr.
Puntos de Presión: Conoce los puntos claves hacia donde lanzar sus agujas para incapacitar ciertos nervios del oponente.Humano # 2 :
Nivel 1
Rasgo característico: Cabello castaño, tez clara, fornido, múltiples cicatrices.
Armas: Martillo
Fuerza (3)
Resistencia (3)
Martillo (3)
Habilidades:
Golpe sísmico (2 usos) : Al golpear genera en el suelo una onda sísmica que desestabiliza diez metro de diámetro.
Adrenalina (1 Uso): Como ultimo recurso, su voluntad férrea activa una fuerza bruta en su cuerpo haciéndolo imparable en ese turno.Brujo
Nivel 1
Rasgo característico: ???
Armas: Arco
Rasgos raciales.
Ilusiones (4)
Telequinesis (2)
Arquería (2)
Habilidades:
Flechas ilusorias (2 usos) : Al lanzar una flecha puede clonar "sombras de esta" lo que dificulta determinar cuál es la real. (La flechas falsas no poseen sombra)
Campo demoníaco (2 Usos): Puede recrear el campo que desee cubriendo lo que requiere en un radio de veinte metros. Usado como camuflaje. (1/2)Elfo
Nivel 2
Rasgo característico: Ojos grises
Armas: ???
Rasgos raciales.
??? (3)
??? (3)
??? (3)
Habilidades:
???Humano #3
Nivel 0
Rasgo característico: ???
Armas: ???
Rasgos raciales.
??? (3)
??? (3)
??? (2)
Habilidades:
???
Meraxes
Honorable
Honorable
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Nivel de PJ : : 4
Re: Por los Caminos Verdes [Cerrado]
Había subestimado al robot puesto que no esperaba una maniobra como esa para evadirle, para cualquier otro enemigo aquello habría sido un desbalance considerable que alguien entendido podría haber aprovechado, pero siendo Zelas y Artorias quienes se enfrentaban, aquello resulto en algo que el rubio supo como aprovechar, en primera oportunidad al sentir que su pierna de apoyo no tenia nada donde apoyarse, basto con una explosión que le elevaría un poco y luego otro par mas para posicionarse donde pretendía(1).
Observo como el metalico enemigo intentaba tomar distancia, el resultado de aquello solo se vería mas adelante -Algo genial!!- grito al momento que extendía y juntaba sus puños hacia adelante y unía ambas espadas mientras giraba hacia su objetivo y entonces como si de un taladro se tratara descendió a su objetivo a toda velocidad mediante otra explosión de éter(2), de manera certera Zelas impacto justo cuando Artorias intentaba levantarse, el impulso generado por ese ataque no se detuvo, ya que obligo al metálico hombre a seguir recostado mientras la lluvia y el barro hacia que el hombre de metal fuera arrastrado debido al ataque se Zelas, quizás mermando lo que de otro modo habría sido un ataque letal, una vez se detuvieron, el rubio salto hacia atrás, separo sus puños y toco las runas que generaban el cambio de arma, haciendo que las espadas volvieran a convertirse en manoplas, -Me sorprendiste ahí, para la próxima que hagas algo así, solo procura ir mas a la ofensiva, ahora revisa que no se haya dañado mucho tu armadura... Creo que escuche algunos crujidos... además del chirrido metálico- exclamo mientras su cuerpo volvía a verse normal, ya sin emanar éter de manera visible.
Su vista se centro en su hombro, vio como su broche metálico vibraba con menor intensidad, de seguro Mera se había alejado, miro a su alrededor y al solo ver a Balto y al enano, supuso que Gaegel le había ido a acompañar y a calmar, comenzó a caminar en dirección a Eirik mientras escuchaba los motivos absurdos por los cuales no iba a luchar, cuando ya estuvo a distancia de apuñalamiento simplemente esbozo lo que pensaba al respecto -Mira comprendo lo que dices, eres un hombre de palabra y lo comprendo, pero no estas entendiendo una cosa, solo la hicieron enojar porque tu amigo de hojalata ataco primero.. o eso creo, esta pelea no tiene nada que ver con esa pelea, ella no se enojara porque pelees ahora conmigo, ya que si quieres participar del trabajo en el cual vamos a participar debes aprender una cosa.... Protege tu vida por sobre todas las cosas, porque yo no lo planeo rescatarte si alguien te tiene para el golpe de gracia.- acto seguido comenzaría a caminar alrededor de el, de la misma forma que un depredador apunto a la pierna de Eirik y sin que este advirtiera toco la runa que aumentaba la longitud de la hoja, apuñalando la pierna y volvió a tocar la runa para que la hoja se desprendiera de su pierna con la misma violencia que entro, musculos, huesos , tendones y nervios lacerados en un pestañeo. -Veras los enemigos con los que nos vamos a enfrentar en el futuro tienes este gusto por el sadismo, si te pueden asesinar rápido lo harán siempre y cuando te consideren una amenaza, sino se tomaran su tiempo y vaya que les gusta tomarse su tiempo- diría solo para seguir caminando ante el pequeño y herido hombre que se sujetaba su pierna con fuerza para evitar desangrarse, Zelas ahora apunto a su brazo y repitió el mismo proceso de tocar la runa, dejar que el cambio de longitud hiciera su trabajo y tocar la runa para devolver la hoja a su tamaño normal, el brazo herido de la misma forma que su pierna los cuales quedarían inútiles si no se actuaba pronto -Espero que ahora entiendas que eso de morir por una promesa es igual de estúpido que morir por una causa justa, la próxima vez que alguien te diga que pelees... pelea-
De manera muy seria, Zelas ahora apuntaría a la cabeza del humano quien solo podría observar lo que ocurriría a continuación -y así estas muerto... por culpa de Baltazar- en ese breve momento de tensión Zelas en vez de tocar la runa guardo sus armas y saco un pequeño frasco de uno de los bolsillos en su arnés, la destapo y la dejo en la mano buena de Eirik -Bebe eso antes de que te mueras desangrado, quizás la lluvia no deja notar pero el barro debajo de tus pies esta demasiado rojo, me has decepcionado bastante, esperaba que hicieras algo al menos, digo pareces un bárbaro, si alguien debía dar pelea eras tu, pero bueno, supongo que te usaremos de señuelo o carne de cañón- dijo en ese tono relajado que no sabían si hablaba de broma o era enserio.
-Baltazar, tu regalo habrá de esperar, hasta que decida si vale la pena o no incluirlos al trabajo, tengo que pensarlo, por cierto donde esta Mera, con esta lluvia que no hace mas que aumentar es mejor que no nos separemos tanto, vamos a buscarles para buscar un refugio antes de continuar- señalaría al momento que estornudaba, esperaba no pescar un resfrió en ese lugar.
Observo como el metalico enemigo intentaba tomar distancia, el resultado de aquello solo se vería mas adelante -Algo genial!!- grito al momento que extendía y juntaba sus puños hacia adelante y unía ambas espadas mientras giraba hacia su objetivo y entonces como si de un taladro se tratara descendió a su objetivo a toda velocidad mediante otra explosión de éter(2), de manera certera Zelas impacto justo cuando Artorias intentaba levantarse, el impulso generado por ese ataque no se detuvo, ya que obligo al metálico hombre a seguir recostado mientras la lluvia y el barro hacia que el hombre de metal fuera arrastrado debido al ataque se Zelas, quizás mermando lo que de otro modo habría sido un ataque letal, una vez se detuvieron, el rubio salto hacia atrás, separo sus puños y toco las runas que generaban el cambio de arma, haciendo que las espadas volvieran a convertirse en manoplas, -Me sorprendiste ahí, para la próxima que hagas algo así, solo procura ir mas a la ofensiva, ahora revisa que no se haya dañado mucho tu armadura... Creo que escuche algunos crujidos... además del chirrido metálico- exclamo mientras su cuerpo volvía a verse normal, ya sin emanar éter de manera visible.
Su vista se centro en su hombro, vio como su broche metálico vibraba con menor intensidad, de seguro Mera se había alejado, miro a su alrededor y al solo ver a Balto y al enano, supuso que Gaegel le había ido a acompañar y a calmar, comenzó a caminar en dirección a Eirik mientras escuchaba los motivos absurdos por los cuales no iba a luchar, cuando ya estuvo a distancia de apuñalamiento simplemente esbozo lo que pensaba al respecto -Mira comprendo lo que dices, eres un hombre de palabra y lo comprendo, pero no estas entendiendo una cosa, solo la hicieron enojar porque tu amigo de hojalata ataco primero.. o eso creo, esta pelea no tiene nada que ver con esa pelea, ella no se enojara porque pelees ahora conmigo, ya que si quieres participar del trabajo en el cual vamos a participar debes aprender una cosa.... Protege tu vida por sobre todas las cosas, porque yo no lo planeo rescatarte si alguien te tiene para el golpe de gracia.- acto seguido comenzaría a caminar alrededor de el, de la misma forma que un depredador apunto a la pierna de Eirik y sin que este advirtiera toco la runa que aumentaba la longitud de la hoja, apuñalando la pierna y volvió a tocar la runa para que la hoja se desprendiera de su pierna con la misma violencia que entro, musculos, huesos , tendones y nervios lacerados en un pestañeo. -Veras los enemigos con los que nos vamos a enfrentar en el futuro tienes este gusto por el sadismo, si te pueden asesinar rápido lo harán siempre y cuando te consideren una amenaza, sino se tomaran su tiempo y vaya que les gusta tomarse su tiempo- diría solo para seguir caminando ante el pequeño y herido hombre que se sujetaba su pierna con fuerza para evitar desangrarse, Zelas ahora apunto a su brazo y repitió el mismo proceso de tocar la runa, dejar que el cambio de longitud hiciera su trabajo y tocar la runa para devolver la hoja a su tamaño normal, el brazo herido de la misma forma que su pierna los cuales quedarían inútiles si no se actuaba pronto -Espero que ahora entiendas que eso de morir por una promesa es igual de estúpido que morir por una causa justa, la próxima vez que alguien te diga que pelees... pelea-
De manera muy seria, Zelas ahora apuntaría a la cabeza del humano quien solo podría observar lo que ocurriría a continuación -y así estas muerto... por culpa de Baltazar- en ese breve momento de tensión Zelas en vez de tocar la runa guardo sus armas y saco un pequeño frasco de uno de los bolsillos en su arnés, la destapo y la dejo en la mano buena de Eirik -Bebe eso antes de que te mueras desangrado, quizás la lluvia no deja notar pero el barro debajo de tus pies esta demasiado rojo, me has decepcionado bastante, esperaba que hicieras algo al menos, digo pareces un bárbaro, si alguien debía dar pelea eras tu, pero bueno, supongo que te usaremos de señuelo o carne de cañón- dijo en ese tono relajado que no sabían si hablaba de broma o era enserio.
-Baltazar, tu regalo habrá de esperar, hasta que decida si vale la pena o no incluirlos al trabajo, tengo que pensarlo, por cierto donde esta Mera, con esta lluvia que no hace mas que aumentar es mejor que no nos separemos tanto, vamos a buscarles para buscar un refugio antes de continuar- señalaría al momento que estornudaba, esperaba no pescar un resfrió en ese lugar.
- Cosas:
- OFF: Acciones realizadas:
-Arreglo el counter de Artorias con la habilidad Vuelo Fulgido (1)
-Habilitando así el resto de mi ataque que estaba negado salvo que cambia un poco el timing ya que al alejarse ahora debo recorrer un poco mas de distancia, siendo el momento en el que intenta incorporarse en el que le golpeo con la habilidad Stinger, el cual debido a la lluvia y el barro en vez de hacer gran parte del daño puro y duro que pretendía, solo hace un daño moderado que se mermo al ser arrastrado.
-Dejo a Artorias para que vea si necesita reparaciones, siendo el fin de mi pelea con el.
-Camino hacia donde esta Eirik quien menciona de nuevo que no peleara por lo que balto le había dicho.
-Le explico porque eso es tonto, camino alrededor de el y le apuñalo un brazo y una pierna utilizando la magia de mis hojas unidas superiores, las cuales tienen una runa de cambio de arma que aumenta la longitud de las hojas.
-Ya valiste wey.... pero entonces le regalo una -Poción de Salud [Elixir, Limitado, 1 Uso] Sana hasta 2 heridas moderadas o leves en pocos segundos, para que se la beba y no se muera.
-Empiezo a ladillar a Baltazar diciendo que son puras mamadas meriyein(?)
-Propongo ir a buscar a Mera
Zelas Hazelmere
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