Extraños En La Mina [Libre] [Cerrado]

Luego de abastecerme me dirigí a la ciudad de Baslodia; una sendero empedrado escoltado de farolas que iluminaban el mismo guiaban mi camino.

Nuevamente abrumado por la novedad de conocer una ciudad, apure el paso y a la distancia divisé un tumulto de personas.

Me incorporé en el perímetro de la congregación de lo que parecían ser mineros, su vestimenta y herramientas no dejaban lugar a dudas, pero nunca hay que dar las cosas por hecho, no todo es observable.

―Estábamos trabajando. Accidentalmente, hubo un derrumbe en la que murieron un par de mineros. Al otro lado de la pared, apareció una nueva galería… Al día siguiente de enterrar a nuestros compañeros fallecidos, uno de ellos mi hermano, volvimos al trabajo… Lo que no esperábamos era que… ellos estuvieran allí. En el interior de aquella galería... ¡monstruos! ¡Son monstruos! –

Una leve sonrisa iluminaba mi rostro, que clase de disparates comentaba esa mujer... Y si no? Son explotados de tal manera que las pocas horas de sueño los hacen alucinar? Y si la mina tiene gases nocivos? PRESTA ATENCIÓN LAUPA.

A mi alrededor la multitud murmuraba y comentaba en base al presunto disparate que dijo la mujer. - yo no vi nada - - es verdad - - no pienso volver a bajar - - loca - Esto no llevaba a ningún lado, demasiadas opiniones y la mayoría apoyaban cosas opuestas.

Comencé a adentrarme en la multitud para llegar a la proximidad de la mujer consternada y con una sonrisa exclamé – Tranquilos, tranquilos, los dioses no tienen tan mal gusto para hacer algo así… pffff la mayoría de las veces –

Una vez próximo a la mujer mirándola a los ojos le pregunté – Algo más que deba saber? Otra cosa extraña? –

Ella llevándose las manos a los ojos respondió – Lo, lo siento, no puedo seguir hablando de ellos – Seguidamente otra mujer la tomo de los hombros y la apartó.

Eso era una mierda su respuesta no ayudaba en nada, estaba como al principio. Mis ojos deambulaban entre los presentes en busca de ojos que no denotaran temor o exaltación. Y allí se encontraban, unos ojos azules que parecieran no pestañear, demostraban una necesidad de respuestas igual a los míos.

Enfoque mi mirada en ella y le comenté – por lo visto, parece que tú tambien buscas respuestas. Acabo de llegar, me perdí de algo? -

El borracho se encontraba durmiendo afuera de una taberna cuando los gritos anunciando la tragedia le despertaron, algo sobre una mina, creaturas y derrumbes, todas banderas rojas para Nero, en especial después de su ultima rabieta. -Aunque quisiera ir a ayudar, estoy bajo la penalización de los ancestros, MALDITOS DRAGONES! arruinaron a los dragones(?)- balbuceos sin sentido de una mente delirante e intoxicada, el ciclo de auto-destrucción volvía a repetirse, Nero perdía el control y se transformaba, para luego inconscientemente hacer cosas de las cuales se terminaría arrepintiendo mas tarde y finalmente ahogaba sus remordimientos en mas alcohol del que podía soportar.

-Cualquiera que vaya a prestar ayuda para resolver esta situación podrá beber gratis en esta taberna- aquel anuncio levanto a la mayoría de los borrachos, Nero incluido, que se amontonaron en un grupo de hombres y mujeres que serpenteaban debido a no poder caminar en linea recta, conforme se acercaban a la mina el grupo de borrachos comenzaba a disminuir, ya fuera por que debían vomitar o porque se desviaban hacia otras direcciones o porque se les olvidaba porque iban a la mina en primer lugar.

Finalmente Nero y otro borracho mas llegaron a la mina y observaron de reojo al grupo de personas que había allí, cuando estaban por adentrarse uno de los mineros les detuvo en la entrada de la mina.

-Alto ahí, déjenme adivinar, el tabernero para deshacerse de ustedes les dijo que si solucionaban el problema de las minas podían beber gratis-

Ambos borrachos se miraron a si mismo y asintieron, decididos a cobrar la recompensa.

-De acuerdo, pueden ir a probar suerte pero al menos deben tener algo para alumbrar sus caminos-

El otro borracho al escuchar eso se marcho de ahí, puesto que era mucho trabajo y al parecer no estaba tan borracho, cuando el minero observo a Nero, este solo se limito a eructar, un eructo tan fuerte y cargado de alcohol que el minero agradeció no llevar una antorcha, lo que ocurrió después hizo reír al minero, el cual vio como un trozo de venda que llevaba en la mano se ilumino.

-Adelante, lo que te pase es tu propia responsabilidad-

Nero levanto un pulgar y se adentro sin temores a la oscuridad de la mina, resguardado solo por la luz de su venda y la cadena con cuchillas que tenia clavada en uno de sus brazos.

Había escuchado rumores de que algo pasaba en las minas y los rumores que me llegaban no eran nada buenos, por lo que me parecío razon más que suficiente como para partir hacia allí. Equipado para la ocasión y vestido con unos ligeros pantalones y una camiseta de manga corta, fui hasta allí con una bolsa que deje en la posada donde había hecho la noche anterior, y mi legendaria espada.

Tras haberme hospedado ya el día anterior, como comenté, me fui hacia las minas para tratar de averiguar que ocurría y ayudar a la pobre gente. Lo primero era averiguar que era exactamente lo que estaba pasando y para ello debía conseguir información de los propios mineros.

Al llegar, me encontre con lo que parecía una biocibernética, charlando con varias personas y que parecía estar buscando lo mismo que yo. Afortunadamente, me acerque a tiempo para escuchar cosas realmente importantes, como la parte de los monstruos, que parecían ser los responsables de todo lo que estaba pasando.

- Hola, buenos días. Soy Logan Allen, un hechicero. He oido rumores de lo que pasaba aquí y he venido a ayudar. Si mi magia puede ayudar para libraros de esos monstruos, podeís contar con ella -les dije antes de mirar a la biocibernetica -Cuenta conmigo para limpiar el lugar.

Observe también, que no era el único que deambulaba por aquí, parecia que había más personas aunque no sabía si eran de aquí o si habían venido a ayudar como yo.

-Hey! ese alcohol gratis será mío!- respondió ante las palabras de aquella extraña mujer que le había adelantado, Nero malinterpretando toda la situación, comenzó a correr con su paño luminoso al frente, chocando a la mujer sin querer, aquello fue como si hubiera tropezado con un gran trozo de metal puesto que Nero reboto, primero en la mujer, luego en la pared y posteriormente rodo un par de metros antes de caer por entremedio de una tablas, las cuales cumplían pobremente la función de tapar un socavón.


-AAAAAAAAAHHH!- grito primeramente el borracho al no lograr controlar su estrepitoso descenso, sin embargo, en determinado momento y por cosas del azar termino deslizándose con su estomago y un sonoro -WUUUUJUUUU- se alcanzo a escuchar antes de un ruido sordo que indicaba que había llegado al fondo.

El borracho se quejo y se sobo el estomago mientras intentaba dilucidar donde rayos había caído, intento ponerse de pie, mas no estaba seguro de que lugar era arriba y cual era abajo, había piedra por todos lados y estaba demasiado ebrio para intentar hacer algo. se quedo ahí unos momentos hasta que la gravedad hizo lo suyo y sus pies finalmente tocaron el suelo, se levanto con algo de dificultad e ilumino el lugar en busca de algún lugar al cual dirigirse.

Escuche como la cibernética comentaba que esta gente necesitaba nuestra ayuda y si alguno de nosotros contaba con alguna fuente de luz que permitiera ver en el interior de los túneles. Fue entonces cuando decidí desenvainar mi espada y hacer que la hoja se prendiera con mi característico fuego dorado. —Espero que esto sirva —susurre mientras dejaba que el fuego dorado iluminara la zona, un fuego que tan solo podría hacer daño si realmente yo lo quisiera.

Comencé a caminar junto a la cibernética hasta que la vi encarar al minero que custodiaba la entrada de la cueva, para luego pedirnos que la dejaramos ir la primera. —Ciertamente no creo necesitar su protección. Puedo defenderme, pero esta bien. Ire justo detrás —comenté al respecto y comencé a caminar tras ella, no antes de ofrecerle una mano al tipo borracho que había tropezado. —¿Necesitas ayuda? -le pregunté con toda la buena educación, disponiendome a seguir a la cibernética, aceptara el tipo mi ayuda o no.

La biocibernética se adentró en la cueva. El joven pelirrojo había accedido a acompañarla al interior. Su compañía le resultó muy beneficiosa, ya que el fuego de su espada, acompañada a la visión de sus lentes, hacía que la percepción de los túneles fuese mucho mayor.

Lo que no esperaba era que aquel hombre, en un claro estado de alcoholismo, la adelantara bruscamente y terminara precipitándose unos metros más adelante entre dos tablones de madera, quedándose durante unos segundos encajado entre los mismos, para luego terminar cediendo ante lo que parecía un abismo.


Golosina no pudo reaccionar con la velocidad que requería la situación y claramente frustrada, corrió hacia el lugar dónde el hombre borracho había desaparecido. Gracias a sus lentes, logró divisar una planta unos metros más abajo. La caída habría sido dolorosa.

―Señor, ¿se encuentra bien? ―preguntó, esperando que el hombre aún estuviera vivo, para luego dirigirse hacia el muchacho pelirrojo― ¡No responde!

Unos instantes más tarde, pudo apreciar un tenue movimiento en la oscuridad de aquel abismo. Entonces, recordó la compra que había realizado la noche anterior en el taller de Ingeniería. Ahora tenía una pistola de gancho.

Cogió aquel artilugio de la bolsa que llevaba colgada a su espalda y tras coger el objeto entre sus manos, lo disparo hacia adelante en el túnel. El gancho salió disparado con fuerza hacia la oscuridad, haciendo que la cuerda que lo unía con la pistola, quedara totalmente libre. [1]

―Voy a por el gancho. Introduce la cuerda entre los tablones ―le indicó al joven de la espada de fuego.

Se adentró unos metros más en el interior de la galería, teniendo grandes precauciones sobre el suelo que pisaba. Encontró el gancho unos metros más adelante y se dispuso a recogerlo.

A su vuelta, incrustó el gancho entre los dos tablones de madera, haciendo que la cuerda llevara al interior de aquel abismo, con suerte hasta el lugar dónde el hombre alcoholizado podría encontrarse.

―Deberías bajar primero ―le sugirió al joven pelirrojo, amigo del fuego, mientras ladeaba de nuevo su cabeza hacia la izquierda― Yo me quedaré vigilando y conteniendo el gancho si hay indicios de que logre soltarse. Tranquilo, no le dejaré caer, joven.

Tras ofrecerse a ser su red de seguridad, mostró su abierta e inquietante sonrisa al chico pelirrojo.

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[1] - Uso de mi objeto  Pistola de Gancho: (Artilugio, Limitado, 1 Uso): Aparato complejo similar a una ballesta, que posee una firme, pero delgada cuerda terminada en un gancho metálico. Al lanzarse, se engancha para poder escalar fácilmente. Puede usarse como arma. Es posible recuperar su uso si se tienen algunos minutos para rebobinar la cuerda y volver a poner todo en su lugar.

Escucho un par de voces desde la superficie mientras intentaba dilucidar a donde rayos había ido a caer, cuando escucho a alguien decir que no respondía, recordó que en efecto habían mas personas que quizás podrían ayudarle a terminar el predicamento en el cual se había metido.

-Estoy mas o menos!- grito mientras seguía escuchando sonidos extraños en la parte inferior alumbro con su venda luminiscente hacia ese lugar y observo como algo se alejaba de allí "Hmmm, eso ha sido raro" pensó para si mismo mientras se acercaba al lugar, llegando hasta el lugar, un muro de piedra con una enorme grieta que daba paso a una oscuridad apabullante que por unos momentos asusto al borracho, algo se movía en la oscuridad, no veía con claridad pero lo notaba.

-Creo que deberían apresurarse porque no estoy solo!- grito mientras se devolvía hacia donde estaba, quizás no habría tenido ese problema si hubiera estado en condiciones de utilizar sus habilidades de manera normal aquello no le aterraría tanto, sin embargo, en la situación limitada en la que estaba puede que entrar a una mina donde se rumoreaba habían creaturas que atacaban a la gente no era la mejor de las ideas. Preparándose para lo que podría ocurrir, Nero se quito la cadena con cuchillas que traía clavada a su brazo, grito ante el evidente dolor que aquello le provocaba siempre y toco la runa que transformaba el arma en una espada(1). -Adelante cosa, estoy preparado para lo que sea!-

off: cosas
1_ Arma flexible superior con: Arma cambiante [Encantamiento de Arma] El arma posee una segunda forma a la que se puede cambiar a voluntad del portador. La forma secundaria puede ser otro tipo de arma, siempre y cuando no haya un cambio de masa significativo.

Tras haber tratado de ayudar a aquel hombre del tropezón, al cual no se le escuchaba contestar, observe como la cibernética cogía algo de la bolsa de su espalda, una especie de gancho que salió disparado hacia la oscuridad de un túnel. Ella me pidió ayuda para introducir la cuerda entre los tablones y le ofrecí dicha ayuda sin mayor inconveniente, colocando bien la cuerda.

Observe como ella, tras llegar hasta el gancho, y volvía incrustándolo entre los tablones permitiendo que la cuerda nos pudiera llevar al interior de aquel hombre. Ella me sugirió bajar el primero. Seguramente, al verme con esta espada, entendía que era lo más prudente y no podía estar más de acuerdo. Ella comentaba que se quedaría vigilando y que no dejaría que me cayera. —Eso espero —dije bromeando.

Me coloqué, me cogí de la cuerda y poco a poco fui descendiendo por aquel agujero, apoyándome con los pies en la roca mientras iba poco a poco bajando, con un ritmo lento pero seguro. Mientras bajaba escuche a aquel hombre asegurar que estaba bien. Una tenue luz que llevaba consigo me permitió visualizar su paradero. Sin embargo, para cuando llegue al fondo, él ya se había movido, atraído por algo. —¿Qué has visto? —le pregunté mientras corría a acercarme, mientras volvía a desenvainar mi espada y tras escucharle afirmar que no estaba solo.

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'Rol' :
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Más aliviada por la respuesta del hombre accidentado, Golosina observó con detenimiento cómo el joven pelirrojo decidía seguir su sugerencia y comenzó a ascender. El gancho metálico incrustado entre las dos tablas de madera parecía soportar su peso y satisfecha, la biocibernética decidió descender igualmente cuándo notó que su acompañante había llegado al fondo.

Feliz por el buen cariz de los acontecimientos, Golosina comenzó a descender por la cuerda hasta el piso inferior a ritmo acelerado. Acostumbrada a ello por su entrenamiento en la División de Tácticas Especiales Biocibernéticas, su maestría era ejemplar y tocó el suelo a los pocos segundos.

A ritmo rápido, se acercó hacia el desconocido que había caído desde la gran altura, que en ese momento, parecía algo aturdido.

Un extraño ruido se escuchó unos metros más adelante, en la oscuridad del túnel que los tres tenían ante sí. El cuerpo de la biocibernética se puso completamente tenso y dando un par de pasos hacia adelante, activó su radar en búsqueda de alguna amenaza.


―Estoy analizando si algo cercano, emite calor. Enseguida le ofrezco resultados, Señores.


―Hay algo unos 87 metros más adelante en el túnel. El calor que emite es intenso, por lo que doy por hecho de que su tamaño debe ser considerado. Podríamos… [1]

En ese momento, cómo si la criatura hubiese escuchado las palabras de la biocibernética, el rápido sonido de unos pasos que se acercaban activó todo los sensores en Golosina, que ladeó su cabeza hacia la izquierda, preparándose para atacar si era necesario.

Las lentes nocturnas le permitían una visión extraordinaria, por lo que poco a poco, fue distinguiendo detalles de la enorme figura que se acercaba hacia ellos. Medía entre dos y tres metros, ocupando casi la totalidad de la altura del túnel. A medida que se acercaba, la sombra aumentaba igualmente su tamaño a lo ancho, por lo que era una criatura bastante grande.

―Por favor, den unos pasos hacia atrás, mis Señores― dijo, mientras se echaba hacia la derecha, aprovechando al máximo el terreno de la explanada subterránea dónde habían terminado.

Por la enorme boca del túnel, terminó apareciendo una extraña bestia. Su tamaño era enorme y amplio. Sus características eran similares a las de un puercoespín y su cuerpo estaba totalmente cubierto por afiladas púas. Al verles, abrió su gran boca y un maloliente hedor llegó hasta Golosina.


Cuándo la bestia mostró síntomas de ira y violencia, dando un amenazante paso hacia ellos mientras gritaba, los afilados dientes salieron a la luz, mientras seguía avanzando hacia ellos.


[1] Uso de mi habilidad Racial: Radar: [2 usos] Activo un radar que, por unos pocos segundos, me permite saber la ubicación exacta de cualquier objeto o criatura que emita calor en un radio de 100 metros. (Primer Uso)

Aclaración: mi intención es añadir tras este rol al bestiario la criatura “Puercoespines de la mina”. La criatura en cuestión es similar a un puercoespín gigante, con numerosas púas, y con afilados colmillos. Sois libres de añadir características al animal, algún efecto al pinchazo de sus púas o lo que consideréis. Los iré recapitulando para la futura publicación de la ficha. La idea es que creamos las características de esta bestia onrol entre los tres.

A continuación, Tirada del Día 2 de Septiembre por el Evento de los 13 años de Aerandir para Golosina:

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'Rol' :
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-No estoy del todo seguro, pero estate alerta- respondió el borracho mientras intentaba dilucidar que era lo que se movía a lo lejos, la mujer a la que había chocado les informaba sobre una creatura en las cercanías, ante lo cual el borracho se preparo para enfrentar a lo que fuera que se acercaba.

-Tranquila, sea lo que sea que este al acecho, podremos hacerle frente- exclamo mientras escuchaba a la creatura acercarse, fue asi como la gran masa negra dio paso a una enorme y regordeta creatura llena de filosas púas que hicieron que el borracho retrocediera involuntariamente -Con que así se siente- exclamo puesto que la creatura le recordó a la forma en que le describían su forma ancestral, cuando la creatura abrió la boca una olor asqueroso y nauseabundo -Oh definitivamente así se siente- exclamo deseando tener una camisa o algo de tela en su torso para cubrirse la nariz, la creatura entonces lanzo un agudo y desconcertante chillido que fue lo suficientemente fuerte para aturdirle por unos momentos.

La creatura se volvió una especie de ovillo lo cual hizo que sus púas resaltaran aun mas, lo que le llamo la atención al borracho fue como las púas mantenían a la creatura suspendida levemente del piso, cuando el monstruo comenzó a rodar Nero comenzó a correr en dirección a la roca mas cercana -Si los atrapa los volverá brocheta!- grito mientras se ponía a cubierto aquello era pura logica, una creatura tan grande debía pesar bastante y si esas púas no se rompían con su peso, fácilmente podrían atravesar a una persona, el borracho supuso que si una de ellas le tocaba, el resto no tardaría en atraparle, como los cardos de los bosques que se te pegaban en la ropa, pero como mil veces mas grande.

OFF: Como era de esperarse, el erizo se ha hecho bolita y sus púas amenazan con atrapar a sus victimas y volverlas colador.

PD: procedo a realizar la tirada del 2 de septiembre del dado de aniversario

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'Rol' :
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No tardaríamos en estar los tres reunidos ante lo que quiera que fuera a aparecer en cualquier momento. La criatura que tanto preocupaba estaba por aparecer ante nosotros. Escuche la descripción que había dado la cibernética, poco antes de que la criatura finalmente hiciera acto de presencia. ¿Pero que coño? Fue lo que se me vino de la cabeza al ver a la enorme criatura llena de puas, que apareció ante nosotros. —He derrotado criaturas feroces, pero esto… —susurre, antes de comenzar a dar unos pasos hacia atrás.

Entonces, la criatura se hizo bola y yo, al igual que el resto, comencé a correr tratando de escapar de sus puas. Tratando de ayudarlos, eche el brazo armado hacia atrás e hice que el fuego de mi espada se expandiera lo suficiente como para servir de escudo. Sin embargo y a pesar de lograr protegernos de muchas de las puas, no tarde en sentir como algunas de ellas me alcanzaban por diferentes puntos de piernas y espalda, haciendo que cayera al suelo, gritando de dolor y soltando algo de sangre. —¡¡Socorro!! —comencé a gritar desde el suelo, con miedo de darme la vuelta y ver a la criatura devorarme.

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'Rol' :
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'Rol' :
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Nero alcanzo a ponerse a cubierto antes de escuchar los gritos del tipo que había venido a ayudarle, "Bueno supongo que hasta acá llego la ayuda" pensó para si mismo mientras escuchaba al sujeto pedir ayuda, el borracho se asomo para ver al tipo y cuando vio como la creatura se acercaba a el dijo -nope- y se volvió a cubrir, cubierto detrás de la piedra intento pensar en alguna forma de combatir a la creatura, debía hacer que el noble sacrificio del tipo tuviera sentido, fue entonces que vio una enorme roca desde la cual generaba un perfecto cuello de botella donde podría intentar resguardarse.

-El alcohol, la causa y la solución de todos los problemas- se dijo a si mismo antes de empezar a correr hacia la piedra, fue entonces que escucho la voz de la mujer gritándole que tuviera cuidado, el borracho ladeo la cabeza cuando le vio de nuevo arriba junto al sujeto, "¿En que momento volvieron a subir?" se pregunto antes de ver a la creatura dirigirse hacia el, Nero se lanzo hacia el lugar que había designado como zona segura justo a tiempo para ver a la creatura chocar con la piedra, provocando un leve sismo.

-Ja!, ahora te devolvemos el favor!- el borracho toco la runa de su arma y volviéndola nuevamente una cadena con cuchillas(1) mientras se preparaba para atacarle antes de ser noqueado por una piedra que cayo desde arriba.

OFF: 1_arma cambiante

Creí que era mi final y que no podría sobrevivir a esta. Sabía que era muy peligroso para los demás retroceder y ayudarme, por lo que cuando pedi ayuda, era consciente de que era bastante probable de que ninguno se diera la vuelta. Sin embargo, me lleve la sorpresa cuando vi a Golosina darse media vuelta y venir a ayudarme.

Mientras gritaba de dolor, sentí como ella me cogía y me llevaba rápidamente, logrando alcanzar la cuerda por la que habíamos bajado y ascender a tiempo de ser alcanzados, o al menos por el momento. —Muchas gracias. Me veía muerto —admiti, suspirando ya ahora por la librada que acababa de tener, a pesar de los dolores que seguía sintiendo por las puas que me habían alcanzado.

Cuándo Golosina vio cómo el animal con púas pasaba bajo sus pies, comenzó de nuevo a descender hasta llegar al suelo. Dejó al joven pelirrojo en el suelo, intentando que no sufriera grandes daños y se dispuso a buscar una forma de combatir a aquella bestia.

―Ayudar es siempre mi prioridad, joven.

El suelo estaba lleno de las pequeñas púas que el animal había desechado en su ataque. Afortunadamente, continuó galería abajo hasta dar contra la pared cavernaria a unos cincuenta metros de dónde se encontraban.

Desafortunadamente, Golosina no tenía conocimientos médicos que le permitieran asistir al joven pelirrojo, pero pacientemente, se puso a retirar de su cuerpo las púas del animal que encontró.

―Vigila mientras las quito. No sea que vaya a volver…

Mientras la biocibernética improvisaba, escuchando las comprensibles quejas del chico, se preguntó sobre el destino del otro de sus acompañantes.

―¿Qué ha sido de ese hombre? ¡No se le escucha!

Ajustó sus gafas de visión nocturna y miró en dirección hacia la cual el hombre se había ocultado. Lo detectó unos metros más adelante, por lo que tras comprobar de nuevo que el joven se encontraba relativamente bien, se acercó a dónde se hallaba el hombre alcoholizado.

―¡Vamos hombre, despierte!― gritó Golosina, mientras abofeteaba al hombre en un par de ocasiones, quizás con más fuerza de la que sería de esperar― Vamos, deprisa.

Fue entonces cuándo el sonido de la bestia volvió a sonar. Desde el otro lado del túnel, el puercoespín de la mina volvió a rodar en la dirección de ambos.

La galería de la cual la bestia procedía parecía el lugar más idóneo para acudir. Para ayudar a los pobres mineros de Baslodia habría que terminar con aquel animal lo antes posible.

Cogió al hombre borracho, colocándolo entre sus hombros y corriendo en dirección al chico pelirrojo, le advirtió:

―Sube en busca de ayuda o corre hacia el túnel…

-Bienvenido de vuelta viajero-
-Eh?-

Nero se encontraba en un lugar oscuro y diferente, una especie de templo bastante derruido, una mujer de cabellos rubios con un atuendo que parecía ceremonial y recatado esperaba al borracho sentada en unas escaleras y invitaba al borracho a sentarse cerca de ella, lo mas llamativo de la mujer era aquella mascara que parecía taparle la vista, el borracho se sentó y la mujer extendió su brazo invitándole a recostarse en su regazo.

-¿Puedo?-
-Claro que si-

El sonido de una fuerte bofetada resonó por el lugar cuando la mujer abofeteo al borracho por tratar de tocarle los pechos.

-Eso no-
-Bueno no puedes culparme por intentarlo, diablos que pesada tienes la mano-

Sobándose la cara el borracho se recostó en el regazo de la mujer quien le acariciaba la cabeza, aquello se sentía nostálgico de alguna manera, ambos se encontraban en silencio cuando la mujer realizo la pregunta que Nero suponía habría de hacer.

-Entonces, ¿Qué perturba tu mente?-
-No lo se, no me gusta pelear, yo solo quiero estar tranquilo ¿Acaso es mucho pedir?-
-Algunos simplemente no están destinados para esas cosas-
-¿Eso es todo?, no se, esperaba que me dijeras algo mas esperanzador, ¿no es por eso que aparecen ustedes siempre que estoy desmayado?-
-Pfft no, jajajaja, aun no es tiempo para que descubras por que te visitamos, pero si ya va siendo tiempo que despiertes-
-¿Qué?, no, quiero estar acá un poco mas, estábamos tan bien-
-Bueno siempre puedes KIIIIIIIAAAAAA!-
-Eh?-
-KIIIIIIIIAAAAAAAAAA!-

Nero despertó en medio de distintas sacudidas sentía su cuerpo muy ligero y revuelto mientras era cargado por la mujer con la que había chocado antes, detrás de ellos la creatura rodaba peligrosamente cerca, sin saber si fueron los nervios y el hecho de ser cargado de esa forma, pero el borracho comenzó a vomitar profusamente en dirección a la bestia, los fluidos biológicos terminaron en el rostro del animal y debido a los jugos gástricos y a la cantidad de alcohol, el monstruo detuvo su embestida y comenzó a chillar y a gritar completamente desorientada.

-Bájame!, Bájame!- pidió mientras intentaba soltarse con el riesgo de seguir vomitando, aquello era todo lo malo de embriagarse, parecía que ahora era el quien giraba sin control o al menos eso podrían notar quienes le vieran y notaran como sus ojos giraban erráticamente.

La mujer que vio Nero:

Las púas me estaban causando dolor mientras ella me sujetaba y cuando la criatura paso bajo nuestros pies y ella nos llevo de nuevo abajo, ella comenzó a quitarme las púas y yo no pude evitar gemir de dolor cuando me las iba quitando, pues al final en esos instantes me dolía algo más. Mientras me las quitaba, yo me quede observando para asegurarme de que no regresaba la criatura y de que no nos pillaba en mal momento. Afortunadamente, no paso nada y ella no solo logro quitarme las puas, sino que pudo dedicarse a tratar de despertar al borracho.

Mientras ella trataba de despertar al borracho, yo me incorpore, gimiendo de dolor, aunque ahora me dolía algo menos. Yo me fui acercando a ellos dos y cuando iba a llegar hasta ellos, se escuchó de nuevo el sonido de la bestia y, efectivamente, la criatura reapareció rodando hacia los dos.

Mientras ella corría, sujetando al borracho entre brazos, yo comencé a correr mientras escuchaba sus indicaciones. El tipo comenzó a vomitar mientras corríamos y los vomitos hicieron que la criatura se detuviera y que comenzara a gritar desorientada. —Es nuestra oportunidad —dije mientras cubría mi hoja de fuego y dibujaba un rápido corte, liberando un corte de fuego con el que buscaba golpear a la bestia en sus ojos y cegarlo finalmente de forma permanente.