El Formidable Escuadrón Gomejo tras el libro de los Doromaggios [Noche, Libre 5/5]
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Re: El Formidable Escuadrón Gomejo tras el libro de los Doromaggios [Noche, Libre 5/5]
Cuando salgamos de acá, tendrán todas las respuestas que quieran, pero no pueden quedarse, no es seguro- Dije en tono muy serio para luego ser interrumpido por los guardias -Solo queremos al robalibros, los demás estarán seguros- Intenté defenderme de aquello para convencer a los otros -Ya los vieron conmigo, pensarán que estamos juntos- Añadí antes que otro guardia me llevara la contraria desde afuera de la habitación -Entréguenlo y podrán irse, no venimos por ustedes- Enojado, dejé de intentarlo y preferí salir de ese lugar antes que los demás decidieran entregarme.
El chico rubio abrió un portal, una ruta de escape que más bien parecía un presagio siniestro, un camino a una muerte colectiva segura, y no es que no confiara en las habilidades mágicas de un jovencito pero, bueno, no confiaba ni un poquito. Y si todo aquello no fuera suficiente, la chica biocibernética se aferró de mi brazo como si ya no fuera a soltarme nunca -Rayos, esto va de mal en peor- Dije mientras la miraba, dejando salir una amable risa nerviosa.
No creo que sea seguro siquiera estar cerca de eso- Le murmuré a la oscura chica aunque me despertaba mucho interés su oferta de los comunicadores -Esto sin duda será de mucha ayuda- Le dije mientras llevaba mi mano a su cabeza para revolver su cabello, aunque sin cabello se veía un poco raro el gesto y más bien parecía que le estaba puliendo la cabeza.
Como sea, dividámonos, no podrán seguirnos a todos- Les indiqué el nuevo plan al tiempo que les lanzaba algunos de esos aparatejos comunicadores a la cabeza de cada uno, contando con que lograran atrapar los pequeños artilugios antes de que ocurriera un accidente -¡Haz que el portal vaya al lugar acordado!- Le dije a Zelas, aunque sin decirle cuál era el lugar acordado, seguramente sabría cuál era, incluso si yo no lo sabía.
Tras aquellas palabras salté por la ventana y por alguna razón quedé sostenido en el aire, no estaba cayendo aparatosamente, sino que bajaba despacio, fue entonces cuando noté que la chica biocibernética seguía sujetándome y bajaba cómodamente con sus botas trepaparedes -No es así como lo había planeado, pero estoy satisfecho, gracias- Le dije a la extraña mujer mientras continuábamos el descenso hasta el piso.
Espero que todos estén bien allá arriba- Dije justo antes de mirar hacia arriba y ver como algunos soldados, y escombros, y escombros con soldados, salían volando por la ventana, incluso la ventana salió volando por la ventana -Ok, eso no se ve bien, mejor vámonos- Dije mientras comenzaba a correr pero algo me detuvo al instante, un sujeto con un rostro igual al mío, pasó corriendo muy cerca de donde me encontraba, llevaba en sus manos un libro y seguro también llevaba las respuestas que necesitábamos, aunque yo aún no tenía siquiera las preguntas, pero en fin.
De prisa, por aquí, conozco un atajo- Nos dijo el gnomo preparado para guiarnos a través de una serie de callejones que nos ayudarían a despistar a los guardias y ponernos a salvo -Oyeee ¿Cómo llegaste ahí?- Pregunté con curiosidad -Bueno, ya no importa, vamos por ahí- Señalé el callejón y me dispuse a seguir la guía del gnomo.
Extrañamente, al entrar al callejón el gnomo ya no estaba, o quizá nunca estuvo, pero lo que sí estaba era un sujeto igualito a mí, saliendo por una ventana con un libro en sus manos -Tenemos que perseguirme, no me dejen escapar- Dije sin detenerme a pensar en lo rara que sonaba aquella frase, pero aquel sujeto parecido a mí era la única pista que teníamos para resolver aquel misterioso caso en el que me acusaban de algo que no tenía ni idea.
El chico rubio abrió un portal, una ruta de escape que más bien parecía un presagio siniestro, un camino a una muerte colectiva segura, y no es que no confiara en las habilidades mágicas de un jovencito pero, bueno, no confiaba ni un poquito. Y si todo aquello no fuera suficiente, la chica biocibernética se aferró de mi brazo como si ya no fuera a soltarme nunca -Rayos, esto va de mal en peor- Dije mientras la miraba, dejando salir una amable risa nerviosa.
No creo que sea seguro siquiera estar cerca de eso- Le murmuré a la oscura chica aunque me despertaba mucho interés su oferta de los comunicadores -Esto sin duda será de mucha ayuda- Le dije mientras llevaba mi mano a su cabeza para revolver su cabello, aunque sin cabello se veía un poco raro el gesto y más bien parecía que le estaba puliendo la cabeza.
Como sea, dividámonos, no podrán seguirnos a todos- Les indiqué el nuevo plan al tiempo que les lanzaba algunos de esos aparatejos comunicadores a la cabeza de cada uno, contando con que lograran atrapar los pequeños artilugios antes de que ocurriera un accidente -¡Haz que el portal vaya al lugar acordado!- Le dije a Zelas, aunque sin decirle cuál era el lugar acordado, seguramente sabría cuál era, incluso si yo no lo sabía.
Tras aquellas palabras salté por la ventana y por alguna razón quedé sostenido en el aire, no estaba cayendo aparatosamente, sino que bajaba despacio, fue entonces cuando noté que la chica biocibernética seguía sujetándome y bajaba cómodamente con sus botas trepaparedes -No es así como lo había planeado, pero estoy satisfecho, gracias- Le dije a la extraña mujer mientras continuábamos el descenso hasta el piso.
Espero que todos estén bien allá arriba- Dije justo antes de mirar hacia arriba y ver como algunos soldados, y escombros, y escombros con soldados, salían volando por la ventana, incluso la ventana salió volando por la ventana -Ok, eso no se ve bien, mejor vámonos- Dije mientras comenzaba a correr pero algo me detuvo al instante, un sujeto con un rostro igual al mío, pasó corriendo muy cerca de donde me encontraba, llevaba en sus manos un libro y seguro también llevaba las respuestas que necesitábamos, aunque yo aún no tenía siquiera las preguntas, pero en fin.
De prisa, por aquí, conozco un atajo- Nos dijo el gnomo preparado para guiarnos a través de una serie de callejones que nos ayudarían a despistar a los guardias y ponernos a salvo -Oyeee ¿Cómo llegaste ahí?- Pregunté con curiosidad -Bueno, ya no importa, vamos por ahí- Señalé el callejón y me dispuse a seguir la guía del gnomo.
Extrañamente, al entrar al callejón el gnomo ya no estaba, o quizá nunca estuvo, pero lo que sí estaba era un sujeto igualito a mí, saliendo por una ventana con un libro en sus manos -Tenemos que perseguirme, no me dejen escapar- Dije sin detenerme a pensar en lo rara que sonaba aquella frase, pero aquel sujeto parecido a mí era la única pista que teníamos para resolver aquel misterioso caso en el que me acusaban de algo que no tenía ni idea.
Bio
Aerandiano de honor
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Re: El Formidable Escuadrón Gomejo tras el libro de los Doromaggios [Noche, Libre 5/5]
Si algo debía agregar a toda esta extraña situación, era el desorden que se estaba armando en mi habitación. Lo mejor en estos casos era huir de ahí antes de que el casero quisiera cobrarme por la destrucción que nada tenía que ver conmigo. - Meleis no te quedes ahí parado y toma todo eso de ahí y mételo en esa bolsa. - Ordené a mi perdido hermano en a medida que yo hacía lo mismo con otras cosas. Ya volvería por Gaegel en su momento de todos modos sabía que no estaba cerca pues la única vibración leve que se desprendía de la medalla era el hecho de que Zelas estaba allí mismo.
El chico hizo lo que le pedí, si quería respuesta pues ya no tenía opción en participar en esto.
Tras mi sugerencia, Zelas no tardó en abrir una especie de portal. De pronto surgió la idea de dividirnos en grupos, lo que básicamente acabó con casi todos ellos lanzándose a lo suicida por la ventana y dejándonos a Zelas, Eve Meleis... ¿El pequeñín? - ¿Cómo llegaste aquí? Acabas de saltar. - Lo miré perpleja.
- Nunca me fui. - Fue su respuesta. No entendía nada pero al parecer todo era un parte de un plan divino o algo así.
- Entonces no estás seguro de que eso sea seguro y aún así piensas que hay que cruzar. - Enfatizó mi muy alterado y preocupado hermano menor a lo que asentí a sus palabras mientras de un brazo tomaba a mi pequeño Bomull y el otro se enlazaba a Zelas, si yo caía, el lo haría conmigo. - Pues pasemos todos juntos y sujetense de donde puedan. - Sentí el agarre de del pequeñín en mi cola.
Meleis, con bastante educación se aclaró la voz. - Espero disculpe mi atrevimiento señorita. - Dijo al colocar la mano sobre el hombro de Eve, cosa que en lo personal yo hubiera aprovechado para aferrarme a su brazo y toquetear un poco más pero acaba de descubrir que mi hermano sin duda era signo virgo.
Como fuera, el destino de nuestras vidas estaba en el portal de Zelas y que nos llevase a donde se suponía debía hacerlo. Solo quería huir de allí y de la horripilante cuenta que seguro me tocaría pagar por esa destrucción.
El chico hizo lo que le pedí, si quería respuesta pues ya no tenía opción en participar en esto.
Tras mi sugerencia, Zelas no tardó en abrir una especie de portal. De pronto surgió la idea de dividirnos en grupos, lo que básicamente acabó con casi todos ellos lanzándose a lo suicida por la ventana y dejándonos a Zelas, Eve Meleis... ¿El pequeñín? - ¿Cómo llegaste aquí? Acabas de saltar. - Lo miré perpleja.
- Nunca me fui. - Fue su respuesta. No entendía nada pero al parecer todo era un parte de un plan divino o algo así.
- Entonces no estás seguro de que eso sea seguro y aún así piensas que hay que cruzar. - Enfatizó mi muy alterado y preocupado hermano menor a lo que asentí a sus palabras mientras de un brazo tomaba a mi pequeño Bomull y el otro se enlazaba a Zelas, si yo caía, el lo haría conmigo. - Pues pasemos todos juntos y sujetense de donde puedan. - Sentí el agarre de del pequeñín en mi cola.
Meleis, con bastante educación se aclaró la voz. - Espero disculpe mi atrevimiento señorita. - Dijo al colocar la mano sobre el hombro de Eve, cosa que en lo personal yo hubiera aprovechado para aferrarme a su brazo y toquetear un poco más pero acaba de descubrir que mi hermano sin duda era signo virgo.
Como fuera, el destino de nuestras vidas estaba en el portal de Zelas y que nos llevase a donde se suponía debía hacerlo. Solo quería huir de allí y de la horripilante cuenta que seguro me tocaría pagar por esa destrucción.
- Off:
- - Como en el Taller, Bio se encargará de cubrir los gastos del coste de materiales de los disfraces. Total : 4
- Zelas y su acompañante.
- Meleis
- BioOutfit
Disfraz de Gomejo [Ropas comunes pobres] No están pensadas para protección en batalla, sino para abrigar y vestir. Al ser de calidad Pobre su estética es deficiente.
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- Inventario:
- Collar de Zafiro [Encantamiento Pudor] - Cuello
- Pieza Metálica - Pecho lado izquierdo.
- Armadura Ligera Normal
- Bolso de Viajero:Contiene un saco de dormir, 4 metros de cuerda, provisiones, pedernal con yesca, cantimplora y 2 antorchas.
- Kit de Arcanos Inferior. - Dentro de Bolso de Viajero.
- Látigo [Arma Flexible Superior - Encantamiento Castigo de Piedra] - Cuelga del lado izquierdo de mi cintura.
- Kit de Curtiduría Inferior - Bolso
- Bomull [Cría de Gomejo]
Meraxes
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Re: El Formidable Escuadrón Gomejo tras el libro de los Doromaggios [Noche, Libre 5/5]
-Ya entiendo- dijo el rubio sin entender nada en realidad, vio a Rauko y al enano salir por la ventana, después vio a los guardias que Xana y el enano enfrentaban para mantenerlos afuera de la habitación, Bio le indicaba que llegara al lugar acordado mientras salía con la mujer por la ventana acompañados del enano, mientras los hermanos dragones junto a Eve y el enano veían que habrían de hacer mientras esperaban que el rubio abriera el portal.
-Muy bien, voy a necesitar algo de tiempo-
-Oh vamos ya no puedo seguir haciendo esto-
-Solo piensa en el lugar acordado-
-Mira se que soy nuevo usando esta habilidad, pero estoy bastante seguro de que esto no funciona así-
-Zelas ya apresúrate... Meraxes te pido disculpas por lo que voy a hacer, Xana! esquiva-
Eve había tomado uno de los muebles que asemejaba a un ropero y lo había lanzado hacia la puerta donde uno de los guardias comenzaba a transformarse en dragón, el guardia había alcanzado a atrapar el mueble antes que le diera, lo que no esperaba era ver como el puño de Eve atravesaba el mueble y le daba un fuerte puñetazo(1), haciendo que el Gomejo Gnomo gritara -COCOCOCOCOOOMBOOO BREAKER- aquel puñetazo lleno del poder de la joven artista marcial dejo aturdido al guardia en medio de la transformación, haciendo que se viera como una creatura horrible a medio terminar. Los demás guardias estaban preparados para entrar cuando Xana grito -Eve Cierra los ojos!- la humana obedeció justo al tiempo que dos orbes azules se ponían entre ella y el mueble que había atravesado su brazo, si bien Eve tenia los ojos cerrados aquello no impidió que vislumbrara el destello rojizo que empujo al mueble y derribo a todos los guardias que trataban de entrar(2).
-Ese fue todo el tiempo que te podemos comprar, ahora sácanos de aquí!-
-De acuerdo, esto es todo o nada, recuerden que debemos cruzar todos!-
El no-elfo procedió a hacer un corte vertical, para continuarlo con uno horizontal haciendo que el espacio-tiempo se cortara y se doblara sobre si mismo(3), rápidamente Mera se aferro a uno de sus brazos quedando este encerrado entre su agarre y sus senos, dando a entender que si caía me arrastraba con ella Eve por su parte se aferraría por la espalda a su cuello en una especie de llave de asfixia, escucho a Meleis que decia sujetar a Eve, Xana por su parte se aferro a su brazo disponible y a diferencia de las otras dos ella si verbalizo lo que pensaba -Si caigo me asegurare que caigas conmigo-
El problema mas grande era que entre tantos agarres y llaves de asfixia apenas si tenia fuerza para sujetar su espada, entonces gracias al gomejo gnomo que se trepo a su cuello y le sujeto por los cabellos de los cuales tiro y gracias a eso fue capaz de avanzar junto a los demás cruzando todos el portal para aparecer instantáneamente en otro lugar, con el portal cerrándose detrás de ellos, Xana le soltó de inmediato, el gnomo también, los pechos de Mera también dejaron de aprisionar su brazo, pero por algún motivo la llave de asfixia no hacia mas que cerrarse con mas fuerza alrededor de su cuello.
-Mi-mira.. es Bio- dijo el rubio con dificultad mientras le daba palmaditas en el brazo frenéticamente señalando su rendición, Zelas interrumpió su señal de rendición justo a tiempo para atrapar la llave que salía disparada de la espada justo al tiempo que Eve finalmente soltaba a Zelas. Este uso la espada de apoyo mientras se tomaba unos momentos para recuperar el aliento,
-¿En que momento se quito el disfraz de gomejo?- Preguntaría Xana mientras enviaba al gnomo a ver hacia donde se dirigía el Bio sin disfraz.
OFF: habilidades y cosas usadas
1_Habilidad de Eve: Combo Breaker: Eve concentra toda su fuerza y energía en un golpe devastador capaz de aturdir a enemigos. [1 uso]
2_Habilidad de Xana: Idilio de estrellas: ✧[Mágica, Nova, 2 usos] Genera dos veloces esferas de energía azul que chocarán entre sí en el lugar deseado. El encuentro genera un fugaz destello rojo capaz de repeler y/o dañar a todos los objetivos dentro de un radio de dos metros, sin afectar a terceros.
3_Habilidad de Zelas: Llave Tetradimensional: [Limitado, 1 uso] La llave tetradimensional se puede fusionar con una espada, concediendo al arma una nueva habilidad y separándose después de usar. Con un tajo crea un portal hacia un sitio que conozca. Si no tiene ese sitio a la vista, necesitará concentrarse por varios minutos sin distracciones ni peligros para lograr la incisión mágica. El portal dura unos pocos instantes y se cierra después de que alguna persona lo atraviese.
-Muy bien, voy a necesitar algo de tiempo-
-Oh vamos ya no puedo seguir haciendo esto-
-Solo piensa en el lugar acordado-
-Mira se que soy nuevo usando esta habilidad, pero estoy bastante seguro de que esto no funciona así-
-Zelas ya apresúrate... Meraxes te pido disculpas por lo que voy a hacer, Xana! esquiva-
Eve había tomado uno de los muebles que asemejaba a un ropero y lo había lanzado hacia la puerta donde uno de los guardias comenzaba a transformarse en dragón, el guardia había alcanzado a atrapar el mueble antes que le diera, lo que no esperaba era ver como el puño de Eve atravesaba el mueble y le daba un fuerte puñetazo(1), haciendo que el Gomejo Gnomo gritara -COCOCOCOCOOOMBOOO BREAKER- aquel puñetazo lleno del poder de la joven artista marcial dejo aturdido al guardia en medio de la transformación, haciendo que se viera como una creatura horrible a medio terminar. Los demás guardias estaban preparados para entrar cuando Xana grito -Eve Cierra los ojos!- la humana obedeció justo al tiempo que dos orbes azules se ponían entre ella y el mueble que había atravesado su brazo, si bien Eve tenia los ojos cerrados aquello no impidió que vislumbrara el destello rojizo que empujo al mueble y derribo a todos los guardias que trataban de entrar(2).
-Ese fue todo el tiempo que te podemos comprar, ahora sácanos de aquí!-
-De acuerdo, esto es todo o nada, recuerden que debemos cruzar todos!-
El no-elfo procedió a hacer un corte vertical, para continuarlo con uno horizontal haciendo que el espacio-tiempo se cortara y se doblara sobre si mismo(3), rápidamente Mera se aferro a uno de sus brazos quedando este encerrado entre su agarre y sus senos, dando a entender que si caía me arrastraba con ella Eve por su parte se aferraría por la espalda a su cuello en una especie de llave de asfixia, escucho a Meleis que decia sujetar a Eve, Xana por su parte se aferro a su brazo disponible y a diferencia de las otras dos ella si verbalizo lo que pensaba -Si caigo me asegurare que caigas conmigo-
El problema mas grande era que entre tantos agarres y llaves de asfixia apenas si tenia fuerza para sujetar su espada, entonces gracias al gomejo gnomo que se trepo a su cuello y le sujeto por los cabellos de los cuales tiro y gracias a eso fue capaz de avanzar junto a los demás cruzando todos el portal para aparecer instantáneamente en otro lugar, con el portal cerrándose detrás de ellos, Xana le soltó de inmediato, el gnomo también, los pechos de Mera también dejaron de aprisionar su brazo, pero por algún motivo la llave de asfixia no hacia mas que cerrarse con mas fuerza alrededor de su cuello.
-Mi-mira.. es Bio- dijo el rubio con dificultad mientras le daba palmaditas en el brazo frenéticamente señalando su rendición, Zelas interrumpió su señal de rendición justo a tiempo para atrapar la llave que salía disparada de la espada justo al tiempo que Eve finalmente soltaba a Zelas. Este uso la espada de apoyo mientras se tomaba unos momentos para recuperar el aliento,
-¿En que momento se quito el disfraz de gomejo?- Preguntaría Xana mientras enviaba al gnomo a ver hacia donde se dirigía el Bio sin disfraz.
OFF: habilidades y cosas usadas
1_Habilidad de Eve: Combo Breaker: Eve concentra toda su fuerza y energía en un golpe devastador capaz de aturdir a enemigos. [1 uso]
2_Habilidad de Xana: Idilio de estrellas: ✧[Mágica, Nova, 2 usos] Genera dos veloces esferas de energía azul que chocarán entre sí en el lugar deseado. El encuentro genera un fugaz destello rojo capaz de repeler y/o dañar a todos los objetivos dentro de un radio de dos metros, sin afectar a terceros.
3_Habilidad de Zelas: Llave Tetradimensional: [Limitado, 1 uso] La llave tetradimensional se puede fusionar con una espada, concediendo al arma una nueva habilidad y separándose después de usar. Con un tajo crea un portal hacia un sitio que conozca. Si no tiene ese sitio a la vista, necesitará concentrarse por varios minutos sin distracciones ni peligros para lograr la incisión mágica. El portal dura unos pocos instantes y se cierra después de que alguna persona lo atraviese.
Zelas Hazelmere
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Re: El Formidable Escuadrón Gomejo tras el libro de los Doromaggios [Noche, Libre 5/5]
Cuando Golosina percibió que el apuesto y hermoso Bio estaba dispuesto a saltar por la ventana, su instinto biocibernético protector calenturiento actuó sin pensar, sujetando al hombre y llevándole hasta el suelo de forma segura, mientras notaba como su corazón latía deprisa y cómo dentro de sí, el irresistible deseo hacia aquel hombre sensual vestido de gomejo.
Tras depositarlo en el suelo e intentando que su ritmo cardiaco volviera a la normalidad, sucedió una terrible explosión. Parapetando a Bio para que no resultase dañado, se alejaron unos metros mientras el edificio del que escapaban parecía explosionar.
A pesar de todas aquellas intensas experiencias, Golosina quedó totalmente paralizada al vislumbrar a un hombre que era totalmente idéntico a Bio. La idea de que la naturaleza hubiera duplicado a aquel hermoso ser era algo casi divino y durante unos segundos, la mente de la biocibernética comenzó a imaginar cual sería su suerte si pudiera disfrutar carnalmente de aquellos dos hombres a la vez.
―Tenemos que perseguirme, no me dejen escapar.
La frase de Bio la hizo volver a la realidad. Entonces, mientras emprendía los primeros pasos en la persecución de aquel atractivo extraño no vestido de gomejo que se parecía a aquel atractivo conocido si vestido de gomejo, dio la voz de alarma por su comunicador.
―¡Atención! Perseguimos a Bio, que no es Bio… Es otro Bio, que no viste como Bio… Si ven a un Bio que no es Bio y no viste como Bio, que sí es Bio, por favor, intercepten al Bio que no es Bio. ¡Cocorocóó!
Tras haber retransmitido el mensaje más coherente de la historia, orgullosa de su buen hacer, corrió tras el sensual sospechoso con la clara intención de detenerle de la forma que fuera posible, mientras Bio y Rauko la acompañaban.
Tras depositarlo en el suelo e intentando que su ritmo cardiaco volviera a la normalidad, sucedió una terrible explosión. Parapetando a Bio para que no resultase dañado, se alejaron unos metros mientras el edificio del que escapaban parecía explosionar.
A pesar de todas aquellas intensas experiencias, Golosina quedó totalmente paralizada al vislumbrar a un hombre que era totalmente idéntico a Bio. La idea de que la naturaleza hubiera duplicado a aquel hermoso ser era algo casi divino y durante unos segundos, la mente de la biocibernética comenzó a imaginar cual sería su suerte si pudiera disfrutar carnalmente de aquellos dos hombres a la vez.
―Tenemos que perseguirme, no me dejen escapar.
La frase de Bio la hizo volver a la realidad. Entonces, mientras emprendía los primeros pasos en la persecución de aquel atractivo extraño no vestido de gomejo que se parecía a aquel atractivo conocido si vestido de gomejo, dio la voz de alarma por su comunicador.
―¡Atención! Perseguimos a Bio, que no es Bio… Es otro Bio, que no viste como Bio… Si ven a un Bio que no es Bio y no viste como Bio, que sí es Bio, por favor, intercepten al Bio que no es Bio. ¡Cocorocóó!
Tras haber retransmitido el mensaje más coherente de la historia, orgullosa de su buen hacer, corrió tras el sensual sospechoso con la clara intención de detenerle de la forma que fuera posible, mientras Bio y Rauko la acompañaban.
Golosina
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Re: El Formidable Escuadrón Gomejo tras el libro de los Doromaggios [Noche, Libre 5/5]
Bio bajó con la bio sujetándolo. Al ver la cara de ambos supe que era prudente empezar a preocuparse por el vampiro que podría ser biolado. Pero no pude seguir cavilando sobre aquello gracias a una inesperada explosión en el lugar de donde escapamos.
–¡Dioses! –exclamé en voz baja–. ¡Zelas, Eve, discípula, ¿están bien?! –grité, temiendo por su bienestar.
–¿Y Xana? –preguntó el gnomo.
–¿Qué pasa con ella?
–¿No te preocupa?
–¿Por qué? ¿Le pasó algo?
Bio, entonces, huyó del lugar, aunque sin su disfraz de gomejo. Miré a la bio a mi lado, encontrándola, para mi sorpresa, junto con Bio con disfraz de gomejo. Por último, miré al gnomo.
–No es lo mismo que lo mío –explicó el pequeñín, y dio un parsimonioso asentimiento de cabeza, aunque eso no me aclaró ninguna duda.
Antes de poder pensar más en la omnipresencia, el gnomo nos alejó del sitio hasta un lugar seguro, donde terminamos reencontrándonos con el Bio no gomejo. Entonces Bio vio a ese Bio y pidió que lo atraparan, algo que la bio vio y repitió de manera más complicada.
–Bueno, tampoco es la primera vez que veo a varias versiones de una misma persona en un mismo lugar –comenté, más para mí mismo, para asimilar la situación recordando a los Vincents de barbas de colores distintos–. Así que confíen en mí –aseguré, señalándome con el pulgar y sonriendo con suficiencia.
Corrí detrás del Bio no gomejo. Fui veloz y acelerado con magia. Pero un momento después, al doblar en una esquina, perdí de vista al objetivo.
–Chicos, ¿a dónde se fue? –recurrí a mis compañeros gomejos.
–¡Por aquí! –nos señaló el gnomo, una calle más adelante, y se lanzó a correr por un callejón.
Sin perder más tiempo, lo seguí y a los pocos segundos me coloqué al lado del pequeño. No obstante, no encontré ni un vestigio de Bio no gomejo.
–¿Estás seguro de que sabes dónde está? –cuestioné.
–Sí, ahí adelante. Síganme.
Extendió una de sus manitas al frente. Miré en la dirección señalada y vi al gnomo en una intersección, seguido por Xana y el resto, y haciendo señas para que lo siguiéramos. Volví la vista a mi lado, pero el gnomo ya había desaparecido de ese sitio, pues nunca estuvo ahí.
Aceleré mis pasos hasta reunirme con el otro grupo.
–¿Cómo supieron que vendríamos por aquí? –les pregunté sin dejar de correr.
–No sabíamos. El gnomo nos ha guiado en todo el camino –contestó Xana.
–No se distraigan –dijo el susodicho antes de detenerse abruptamente y hacer un gesto para que también frenáramos–. Ahí está.
–Pero... ese es nuestro Bio gomejo.
–Ah.
–¡Dioses! –exclamé en voz baja–. ¡Zelas, Eve, discípula, ¿están bien?! –grité, temiendo por su bienestar.
–¿Y Xana? –preguntó el gnomo.
–¿Qué pasa con ella?
–¿No te preocupa?
–¿Por qué? ¿Le pasó algo?
Bio, entonces, huyó del lugar, aunque sin su disfraz de gomejo. Miré a la bio a mi lado, encontrándola, para mi sorpresa, junto con Bio con disfraz de gomejo. Por último, miré al gnomo.
–No es lo mismo que lo mío –explicó el pequeñín, y dio un parsimonioso asentimiento de cabeza, aunque eso no me aclaró ninguna duda.
Antes de poder pensar más en la omnipresencia, el gnomo nos alejó del sitio hasta un lugar seguro, donde terminamos reencontrándonos con el Bio no gomejo. Entonces Bio vio a ese Bio y pidió que lo atraparan, algo que la bio vio y repitió de manera más complicada.
–Bueno, tampoco es la primera vez que veo a varias versiones de una misma persona en un mismo lugar –comenté, más para mí mismo, para asimilar la situación recordando a los Vincents de barbas de colores distintos–. Así que confíen en mí –aseguré, señalándome con el pulgar y sonriendo con suficiencia.
Corrí detrás del Bio no gomejo. Fui veloz y acelerado con magia. Pero un momento después, al doblar en una esquina, perdí de vista al objetivo.
–Chicos, ¿a dónde se fue? –recurrí a mis compañeros gomejos.
–¡Por aquí! –nos señaló el gnomo, una calle más adelante, y se lanzó a correr por un callejón.
Sin perder más tiempo, lo seguí y a los pocos segundos me coloqué al lado del pequeño. No obstante, no encontré ni un vestigio de Bio no gomejo.
–¿Estás seguro de que sabes dónde está? –cuestioné.
–Sí, ahí adelante. Síganme.
Extendió una de sus manitas al frente. Miré en la dirección señalada y vi al gnomo en una intersección, seguido por Xana y el resto, y haciendo señas para que lo siguiéramos. Volví la vista a mi lado, pero el gnomo ya había desaparecido de ese sitio, pues nunca estuvo ahí.
Aceleré mis pasos hasta reunirme con el otro grupo.
–¿Cómo supieron que vendríamos por aquí? –les pregunté sin dejar de correr.
–No sabíamos. El gnomo nos ha guiado en todo el camino –contestó Xana.
–No se distraigan –dijo el susodicho antes de detenerse abruptamente y hacer un gesto para que también frenáramos–. Ahí está.
–Pero... ese es nuestro Bio gomejo.
–Ah.
Rauko
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Re: El Formidable Escuadrón Gomejo tras el libro de los Doromaggios [Noche, Libre 5/5]
Corríamos a toda prisa persiguiéndome sin descanso, aunque a ratos parecía que me perdíamos de vista, no tardábamos mucho en alcanzarme de nuevo, o al menos así era hasta que Rauko y Xana se nos aparecieron justo en frente guiados por el gnomo -Rayos, ya no lo veo- Dije frustrado, pero de inmediato volvió la esperanza cuando nos llamó el pequeño hombrecito que había resultado bastante útil… bueno, no, era lo primero útil que había hecho, pero bastaba para justificar todas las acciones extrañas.
¿Qué esperan? Se nos escapa- Dijo con firmeza -Vengan, por aquí- No hubo tiempo para reaccionar y no me pregunté cómo había abierto esa puerta desde adentro, a la que ahora nos estaba invitando -¿Cómo llegaste ahí?... bueno, ya no importa... De prisa, entremos por esa puerta nada sospechosa y que de ninguna manera parece una trampa- Señalé a la puerta negra con signos de peligro y muerte, estaba seguro que lo peor ya había pasado.
Tristemente estaba muy lejos de la verdad, atravesé la puerta a toda prisa, con la esperanza que el resto del equipo viniera conmigo, aunque al cruzar la puerta me encontré con un escenario indescriptible, era indescriptible porque no se veía nada, todo estaba muy oscuro, incluso con mi buena vista apenas podía distinguir sombras borrosas corriendo alrededor.
¿A dónde nos trajiste? Gnomo traidor- Pregunté mirando hacia la nada, cuando de pronto las luces se encendieron, tan solo estaban esperando a que el resto del grupo entrara para encerrarnos a todos, y frente a mí, no había rastros del gnomo, pero sí un pequeño ejército de sujetos con cuerpos de diferentes formas y tamaños, pero todos ellos con mi cara -Tengo tu nariz… y tu rostro aaaaa- Dijo una mujer con voz chillona y apariencia de pájaro.
No, no, regrésame mi rostro, lo necesito para trabajar- Dije alarmado, pero la mujer no me hizo caso, en su lugar simplemente recorrió con sus garras en su diminuto libro, el mismo que había robado a los doromaggios y que ahora pensaba usar contra mí, haciendo… lo que sea que hiciera el libro.
Eso tampoco te pertenece, regrésamelo- Le dije con autoridad y un poco de magia en mis palabras para convencerla, pero no funcionó, una especie de barrera mágica la protegió de los efectos de mi voz y un fuerte dolor de cabeza me azotó de pronto -Esta noche, tú y tu patético circo de gomejos van a desaparecer, y usaremos su imagen para cometer los peores crímenes que se hayan visto en Aerandir aaaaa- No entendía sus razones para tan oscuro propósito, pero sabía que no podía permitirlo.
Esperaba guardar esto para un momento más épico, pero quizá el momento es ahora- Levanté mi escudo y mi martillo imaginarios y dije con fuerza y voluntad -Gomejos… ¡¡Unidos!!- Y tras aquello señalé al frente para iniciar una batalla campal de gomejos contra Bios que peleaban haciendo poses embarazosas y absurdas, a ratos unos Bios agarraban a otros y los lanzaban como proyectiles, o se usaban unos a otros como escalones para saltar más alto, en apenas unos instantes todo se salió de control.
¿Qué esperan? Se nos escapa- Dijo con firmeza -Vengan, por aquí- No hubo tiempo para reaccionar y no me pregunté cómo había abierto esa puerta desde adentro, a la que ahora nos estaba invitando -¿Cómo llegaste ahí?... bueno, ya no importa... De prisa, entremos por esa puerta nada sospechosa y que de ninguna manera parece una trampa- Señalé a la puerta negra con signos de peligro y muerte, estaba seguro que lo peor ya había pasado.
Tristemente estaba muy lejos de la verdad, atravesé la puerta a toda prisa, con la esperanza que el resto del equipo viniera conmigo, aunque al cruzar la puerta me encontré con un escenario indescriptible, era indescriptible porque no se veía nada, todo estaba muy oscuro, incluso con mi buena vista apenas podía distinguir sombras borrosas corriendo alrededor.
¿A dónde nos trajiste? Gnomo traidor- Pregunté mirando hacia la nada, cuando de pronto las luces se encendieron, tan solo estaban esperando a que el resto del grupo entrara para encerrarnos a todos, y frente a mí, no había rastros del gnomo, pero sí un pequeño ejército de sujetos con cuerpos de diferentes formas y tamaños, pero todos ellos con mi cara -Tengo tu nariz… y tu rostro aaaaa- Dijo una mujer con voz chillona y apariencia de pájaro.
No, no, regrésame mi rostro, lo necesito para trabajar- Dije alarmado, pero la mujer no me hizo caso, en su lugar simplemente recorrió con sus garras en su diminuto libro, el mismo que había robado a los doromaggios y que ahora pensaba usar contra mí, haciendo… lo que sea que hiciera el libro.
Eso tampoco te pertenece, regrésamelo- Le dije con autoridad y un poco de magia en mis palabras para convencerla, pero no funcionó, una especie de barrera mágica la protegió de los efectos de mi voz y un fuerte dolor de cabeza me azotó de pronto -Esta noche, tú y tu patético circo de gomejos van a desaparecer, y usaremos su imagen para cometer los peores crímenes que se hayan visto en Aerandir aaaaa- No entendía sus razones para tan oscuro propósito, pero sabía que no podía permitirlo.
Esperaba guardar esto para un momento más épico, pero quizá el momento es ahora- Levanté mi escudo y mi martillo imaginarios y dije con fuerza y voluntad -Gomejos… ¡¡Unidos!!- Y tras aquello señalé al frente para iniciar una batalla campal de gomejos contra Bios que peleaban haciendo poses embarazosas y absurdas, a ratos unos Bios agarraban a otros y los lanzaban como proyectiles, o se usaban unos a otros como escalones para saltar más alto, en apenas unos instantes todo se salió de control.
- Mujer pájaro:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
[1] Es momento de una batalla final contra una mujer pájaro y un escuadrón de copias de Bio, no he querido meterlos a la fuerza para no metarrolearlos pero, pueden entrar como y cuando gusten, antes que se cierre la puerta, o después si la derriban, o Zelas puede entrar por un portal, o pueden irse a otro lado y dejar a Bio ahí, triste, abandonado, solito... Si lo hacen, no les guardare rencor, pero me vengaré luego haciendo que les de tos con diarrea.
Bio
Aerandiano de honor
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Re: El Formidable Escuadrón Gomejo tras el libro de los Doromaggios [Noche, Libre 5/5]
Tras aferrarnos como pudimos a Zelas, dejando en claro las intenciones de que si caíamos él caía con nosotros, cruzamos aquel peculiar portal.
Llegamos al "lugar indicado" para darnos cuenta que había un sujeto idéntico a Bio pero que no vestía como Bio. - Mendigo animal y yo que me esmeré en hacerle su traje. - Expresé con descontento al ver que no llevaba el traje de gomejo. Claro que había algo que no encajaba,y era el hecho de lo rápido que se cambió de ropa, pero tomando en cuenta que había sido la noche más rara que he tenido a lo largo de mi vida, pues ni siquiera podía compararla con el caos de hace unos días en la taberna, quizás contra toda lógica y leyes, Bio se había cambiado de ropa.
Resultaba que la cosa no fue así, pues la voz de la mujer azabache nos sacó de malos entendidos. - Me duele la cabeza. - Agregué en lo que trataba de entender tan raro mensaje que en resumen tenía que ver con el hecho de un Bio impostor.
Como fuera, y contra toda lógica - de nuevo- , logramos estar juntos el grupo. Guiados por el pequeñín, cuyas enigmáticas habilidades no acababa de comprender, seguimos a Bio Gomejo. Allí estaba una puerta, el pelinegro no dudó en cruzarla y la verdad para este punto era mejor dejase llevar pues si lo pensaba mucho vlvían esas migrañas por hallarle un sentido a todo esto.
- ¡Vamos con él! Hay que... la verdad no sé que hay qué hacer pero vamos... - Dije en la medida que me internaba hacia aquella habitación detrás de él. - Meraxes espera. Yo también voy. - Dijo Meleis corriendo tras de mí.
El escenario, en principio oscuro, tomó un tinte más "serio" con la aparición de una mujer. - Parece una hurraca... - Pensé en voz alta antes su aspecto y tanto parloteo de su parte. Al parecer no sólo había robado la identidad de Bio sino una especie libro,que al menos para él, parecía valioso.
- Sostén a Bomull. - Dije a Meleis mientras se lo pasaba para luego tomar mi látigo. - Escucha, pájaro loco, no estoy de humor para cháchara, y no entiendo nada... sólo sé que nadie le dirá patético a mis disfraces. - Ni a mí - agregó el pequeñín. - Ni a él, aunque no lo hayas nombrado. - Dije con ímpetu tal vez inspirada por el calor del momento. - ¡Gomejos unidos! - Un azote de mi látigo daba la señal de que para mí comenzaba la batalla, tal vez la más extraña de toda mi vida.
Llegamos al "lugar indicado" para darnos cuenta que había un sujeto idéntico a Bio pero que no vestía como Bio. - Mendigo animal y yo que me esmeré en hacerle su traje. - Expresé con descontento al ver que no llevaba el traje de gomejo. Claro que había algo que no encajaba,y era el hecho de lo rápido que se cambió de ropa, pero tomando en cuenta que había sido la noche más rara que he tenido a lo largo de mi vida, pues ni siquiera podía compararla con el caos de hace unos días en la taberna, quizás contra toda lógica y leyes, Bio se había cambiado de ropa.
Resultaba que la cosa no fue así, pues la voz de la mujer azabache nos sacó de malos entendidos. - Me duele la cabeza. - Agregué en lo que trataba de entender tan raro mensaje que en resumen tenía que ver con el hecho de un Bio impostor.
Como fuera, y contra toda lógica - de nuevo- , logramos estar juntos el grupo. Guiados por el pequeñín, cuyas enigmáticas habilidades no acababa de comprender, seguimos a Bio Gomejo. Allí estaba una puerta, el pelinegro no dudó en cruzarla y la verdad para este punto era mejor dejase llevar pues si lo pensaba mucho vlvían esas migrañas por hallarle un sentido a todo esto.
- ¡Vamos con él! Hay que... la verdad no sé que hay qué hacer pero vamos... - Dije en la medida que me internaba hacia aquella habitación detrás de él. - Meraxes espera. Yo también voy. - Dijo Meleis corriendo tras de mí.
El escenario, en principio oscuro, tomó un tinte más "serio" con la aparición de una mujer. - Parece una hurraca... - Pensé en voz alta antes su aspecto y tanto parloteo de su parte. Al parecer no sólo había robado la identidad de Bio sino una especie libro,que al menos para él, parecía valioso.
- Sostén a Bomull. - Dije a Meleis mientras se lo pasaba para luego tomar mi látigo. - Escucha, pájaro loco, no estoy de humor para cháchara, y no entiendo nada... sólo sé que nadie le dirá patético a mis disfraces. - Ni a mí - agregó el pequeñín. - Ni a él, aunque no lo hayas nombrado. - Dije con ímpetu tal vez inspirada por el calor del momento. - ¡Gomejos unidos! - Un azote de mi látigo daba la señal de que para mí comenzaba la batalla, tal vez la más extraña de toda mi vida.
- Off:
- - Como en el Taller, Bio se encargará de cubrir los gastos del coste de materiales de los disfraces. Total : 4
- Zelas y su acompañante.
- Meleis
- BioOutfit
Disfraz de Gomejo [Ropas comunes pobres] No están pensadas para protección en batalla, sino para abrigar y vestir. Al ser de calidad Pobre su estética es deficiente.
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- Inventario:
- Collar de Zafiro [Encantamiento Pudor] - Cuello
- Pieza Metálica - Pecho lado izquierdo.
- Armadura Ligera Normal
- Bolso de Viajero:Contiene un saco de dormir, 4 metros de cuerda, provisiones, pedernal con yesca, cantimplora y 2 antorchas.
- Kit de Arcanos Inferior. - Dentro de Bolso de Viajero.
- Látigo [Arma Flexible Superior - Encantamiento Castigo de Piedra] - Cuelga del lado izquierdo de mi cintura.
- Kit de Curtiduría Inferior - Bolso
- Bomull [Cría de Gomejo]
Meraxes
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Re: El Formidable Escuadrón Gomejo tras el libro de los Doromaggios [Noche, Libre 5/5]
-Deben apresurarse-
-Ya lo oíste-
-Vamos antes de que cambie de opinión-
Y así todo el grupo avanzo rápidamente hacia una puerta, lo que encontrarían seria algo completamente surreal, por desgracia, no era la primera vez que Zelas se encontraba en una situación así.
-¿Entramos en un sueño?- le preguntaría el rubio a Rauko, puesto que esta situación era muy similar a la de la batalla campal que habían tenido chucho, Rauko y el cuando las supuestas "deidades" les habían elegido para combatir, intentando emular aquella situación imagino a un ejercito de 500 Zelas preparados para la batalla.... Pero no paso nada. Tanto Eve como Xana le pellizcarían, una en cada tetilla y el chillido que profirió hizo que algunos Bios y la mujer pájaro se fijaran en el, justo cuando se estaba sobando.
-¿Todavía piensas que estas en un sueño?-
-Que chillido mas varonil-
-Ya me las cobrare contigo frente al senado italiano(?)-
-Qué?-
-Que-
-Ataquen al gomejo rubio primero, no me gusta como chilla-
Comandaría la mujer pájaro y así un grupo de bios se lanzarían al ataque al momento que Gomejo Zelas comenzaría a saltar y a elevarse con la ayuda de un par de explosiones provenientes de sus pies(1) girando la empuñadura de su espada rápidamente 3 veces, haciendo que 3 sonoros VROOOOM! sonaran al momento que los 3 cilindros se encendían, lo que no esperaba era que a pesar de haberse elevado a una altura considerable, los múltiples bios saltarían incluso mas alto que el golpeándole como si de un balón de tratara, después de 7 golpes consecutivos, el ultimo terminaría por devolverlo a tierra de modo no muy amable.
-Ay... ya no quiero jugar...- diría Zelas escupiendo sangre y evidentemente adolorido, debía tomarse a los bios enserio, cuando estos se prestaban a golpearle nuevamente el no-elfo presionaría el gatillo de su espada generando un domo traslucido de 2 metros donde se convertiría en el amo del tiempo(2) esquivando sin mucho esfuerzo los ataques de los múltiples bios posicionándose en un lugar estratégico para deshacerse de ellos, -Hora de devolverles el favor- diría el no-gomejo para comenzar a realizar una especie de danza mortal, cortando a los bios en lugares fatales, un corte, una muerte, una detrás de otra hasta lograr 7 muertes, cortando al ultimo bio por la mitad en un corte ascendente(3), teniendo la posición elevada se impulsaría rápidamente para dar una brutal estocada a otro de los bios(4) momento en el cual atravesaría el domo, el cual haría un sonido similar al cristal roto, al mismo tiempo que empezaría a desvanecerse.
-Hora de cambiar estilos- diría al momento de sacar el orbe y guardar la Banana breaker la cual desaparecería mágicamente dentro del orbe(5), lo que no esperaba era que uno de los bios le pateara la mano antes de poder desenvainar su siguiente arma, Zelas volvería a chillar pero de terror al ver como su orbe se perdía entre el mar de bios, esquivando con algo de dificultad a quienes se interponían entre el y su orbe, fue entonces que uno de los bios se prestaba a destruir aquel ítem mágico cuando una patada voladora de la gomeja Eve salvaría al rubio de perderlo todo, -Trata de no perder esto de nuevo!- gritaría la gomeja Eve al momento que patearía el orbe en dirección a Zelas, al momento en el que el rubio la atraparía, este procedería a desenvainar la ultima gran creación de Rauko, la Dragon Claw para luego volver a guardar el orbe entre sus gomejiles ropas.
-Cuidado!- gritaría Zelas al ver que un bio trataba de atacar por sorpresa a Eve, quien con bastante experticia bajaría todo su cuerpo y apoyada en una mano contraatacaría al bio con una fuerte patada en la cabeza(6), la cual saldría volando para impactar a otro bio.
-Vamos, no necesito que me cuides-
-Tienes toda la razón.. Ahora, espalda con espalda-
Gomejo Zelas y Gomeja Eve juntarían sus espaldas para hacerle frente al mar de Bios mientras esperaban que alguien lidiara con la mujer alada.
-Ya lo oíste-
-Vamos antes de que cambie de opinión-
Y así todo el grupo avanzo rápidamente hacia una puerta, lo que encontrarían seria algo completamente surreal, por desgracia, no era la primera vez que Zelas se encontraba en una situación así.
-¿Entramos en un sueño?- le preguntaría el rubio a Rauko, puesto que esta situación era muy similar a la de la batalla campal que habían tenido chucho, Rauko y el cuando las supuestas "deidades" les habían elegido para combatir, intentando emular aquella situación imagino a un ejercito de 500 Zelas preparados para la batalla.... Pero no paso nada. Tanto Eve como Xana le pellizcarían, una en cada tetilla y el chillido que profirió hizo que algunos Bios y la mujer pájaro se fijaran en el, justo cuando se estaba sobando.
-¿Todavía piensas que estas en un sueño?-
-Que chillido mas varonil-
-Ya me las cobrare contigo frente al senado italiano(?)-
-Qué?-
-Que-
-Ataquen al gomejo rubio primero, no me gusta como chilla-
Comandaría la mujer pájaro y así un grupo de bios se lanzarían al ataque al momento que Gomejo Zelas comenzaría a saltar y a elevarse con la ayuda de un par de explosiones provenientes de sus pies(1) girando la empuñadura de su espada rápidamente 3 veces, haciendo que 3 sonoros VROOOOM! sonaran al momento que los 3 cilindros se encendían, lo que no esperaba era que a pesar de haberse elevado a una altura considerable, los múltiples bios saltarían incluso mas alto que el golpeándole como si de un balón de tratara, después de 7 golpes consecutivos, el ultimo terminaría por devolverlo a tierra de modo no muy amable.
-Ay... ya no quiero jugar...- diría Zelas escupiendo sangre y evidentemente adolorido, debía tomarse a los bios enserio, cuando estos se prestaban a golpearle nuevamente el no-elfo presionaría el gatillo de su espada generando un domo traslucido de 2 metros donde se convertiría en el amo del tiempo(2) esquivando sin mucho esfuerzo los ataques de los múltiples bios posicionándose en un lugar estratégico para deshacerse de ellos, -Hora de devolverles el favor- diría el no-gomejo para comenzar a realizar una especie de danza mortal, cortando a los bios en lugares fatales, un corte, una muerte, una detrás de otra hasta lograr 7 muertes, cortando al ultimo bio por la mitad en un corte ascendente(3), teniendo la posición elevada se impulsaría rápidamente para dar una brutal estocada a otro de los bios(4) momento en el cual atravesaría el domo, el cual haría un sonido similar al cristal roto, al mismo tiempo que empezaría a desvanecerse.
-Hora de cambiar estilos- diría al momento de sacar el orbe y guardar la Banana breaker la cual desaparecería mágicamente dentro del orbe(5), lo que no esperaba era que uno de los bios le pateara la mano antes de poder desenvainar su siguiente arma, Zelas volvería a chillar pero de terror al ver como su orbe se perdía entre el mar de bios, esquivando con algo de dificultad a quienes se interponían entre el y su orbe, fue entonces que uno de los bios se prestaba a destruir aquel ítem mágico cuando una patada voladora de la gomeja Eve salvaría al rubio de perderlo todo, -Trata de no perder esto de nuevo!- gritaría la gomeja Eve al momento que patearía el orbe en dirección a Zelas, al momento en el que el rubio la atraparía, este procedería a desenvainar la ultima gran creación de Rauko, la Dragon Claw para luego volver a guardar el orbe entre sus gomejiles ropas.
-Cuidado!- gritaría Zelas al ver que un bio trataba de atacar por sorpresa a Eve, quien con bastante experticia bajaría todo su cuerpo y apoyada en una mano contraatacaría al bio con una fuerte patada en la cabeza(6), la cual saldría volando para impactar a otro bio.
-Vamos, no necesito que me cuides-
-Tienes toda la razón.. Ahora, espalda con espalda-
Gomejo Zelas y Gomeja Eve juntarían sus espaldas para hacerle frente al mar de Bios mientras esperaban que alguien lidiara con la mujer alada.
- OFF: habilidades y cosas:
1_Vuelo Fúlgido:(Impulso/Acrobacias) [Pasiva] Estando en el aire, puede dar un salto hacia cualquier dirección propulsándose solo con su éter. Pero necesita esperar 3 segundos entre cada salto aéreo.
2_Habilidad de la Banana Breaker->"Fuck you dome" Gasto 1 uso: Crea un domo traslúcido y estático de dos metros de radio que ralentiza el tiempo en su interior para todos, excepto el usuario del arma, durante un turno. Para quien se encuentre en el área de efecto, parecerá que el exterior del domo, así como el personaje, se movieran con una rapidez extraordinaria.
3_Link: (Master Swordsman) [1 uso] realiza 7 potentes cortes consecutivos desde diferentes ángulos siendo el ultimo un corte ascendente. El ultimo golpe puede dar paso inmediato al uso de otra habilidad.
4_Stinger: (Impulso/Master Swordsman)[2 usos] Intensifica su éter y lo usa para propulsarse hacia cualquier dirección y recorrer algunos metros en línea recta a la vez que propicia una brutal estocada.
5_Vaina infinita:[Limitado] Vaina mágica en la que emergerá un arma de tu inventario cuando acerques tu mano. Para convocar otra debes envainar la anterior, que desaparecerá dentro. El arma estará desencantada si ya has usado 6 encantamientos en el tema.
6_Deadly Dodge: Eve lleva todo su peso y su cuerpo al piso para esquivar un ataque, lo cual culmina con un fuerte contra golpe.[2 usos]
Zelas Hazelmere
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Re: El Formidable Escuadrón Gomejo tras el libro de los Doromaggios [Noche, Libre 5/5]
Golosina siguió al verdadero Bio, vestido de verdadero gomejo, hasta el interior de una sala tras atravesar una extraña y oscura puerta.
En la habitación, había numerosas personas, todas ellas parecidas a Bio, aunque en realidad, ninguna de ellas podía igualar la belleza y el porte del verdadero Bio gomejo.
Cuando aquella mujer pájaro expuso sus malvadas intenciones, los puños de Golosina se cerraron con fuerza y se preparó para la lucha. Pero… ¿quién se creía que era esa mujerzuela de plumas con cara de Bio para amenazarles y apoderarse de ese bello e inigualable rostro?
Al grito de gomejos unidos, Golosina se dirigió hacia dos de aquellos extraños seres con falsas caras de Bio. Uno de ellos era un hombre humanoide y la otra una mujer con cuerpo de topo, pero cara de Bio. Era una Biotopa.
―¡Atrás, malvados usurpadores de rostros! ―exclamó alzando su puño derecho.
Su amenaza pareció no ser suficientemente agresiva, pues la Biotopa se abalanzó sobre su cuerpo biocibernético con gran descaro.
Golosina, impactada por la crueldad del enemigo, activó sus sistema de gases haciendo que aquella zona de la sala se llenase de aquel gas rojizo. [1]
Aunque normalmente el gas salía por sus hombros, la biocibernética había olvidado adaptar su elegante traje de gomejo rosa a los implantes de sus hombros por dónde salía el gas, por lo que éste sólo podía salir hacia el exterior del traje por sus aperturas, sobretodo por su cuello.
Al hacerlo, el gas se extendió por el rostro de la biocibernética, haciendo que ella misma quedara con la vista irritada con su propio gas, imposibilitándole ver.
―Maldita seas, Biotopa. ¡No puedo ver!
Tras quedar ambas ciegas y la biocibernética lográndose zafarse de su enemiga, caminó a ciegas por la sala, expandiendo su gas rojizo, dejando con la vista irritada a todos aquellos que se encontraban a su alrededor.
[1] Uso de la habilidad: Gas rojizo [Química] [2 usos de 1 turno]: Golosina libera por unos implantes de sus hombros una toxina en forma de gas rojizo capaz de irritar la vista de las personas que se encuentren a su alrededor, dificultando su visión durante un corto periodo de tiempo. Primer Uso.
En la habitación, había numerosas personas, todas ellas parecidas a Bio, aunque en realidad, ninguna de ellas podía igualar la belleza y el porte del verdadero Bio gomejo.
Cuando aquella mujer pájaro expuso sus malvadas intenciones, los puños de Golosina se cerraron con fuerza y se preparó para la lucha. Pero… ¿quién se creía que era esa mujerzuela de plumas con cara de Bio para amenazarles y apoderarse de ese bello e inigualable rostro?
Al grito de gomejos unidos, Golosina se dirigió hacia dos de aquellos extraños seres con falsas caras de Bio. Uno de ellos era un hombre humanoide y la otra una mujer con cuerpo de topo, pero cara de Bio. Era una Biotopa.
―¡Atrás, malvados usurpadores de rostros! ―exclamó alzando su puño derecho.
Su amenaza pareció no ser suficientemente agresiva, pues la Biotopa se abalanzó sobre su cuerpo biocibernético con gran descaro.
Golosina, impactada por la crueldad del enemigo, activó sus sistema de gases haciendo que aquella zona de la sala se llenase de aquel gas rojizo. [1]
Aunque normalmente el gas salía por sus hombros, la biocibernética había olvidado adaptar su elegante traje de gomejo rosa a los implantes de sus hombros por dónde salía el gas, por lo que éste sólo podía salir hacia el exterior del traje por sus aperturas, sobretodo por su cuello.
Al hacerlo, el gas se extendió por el rostro de la biocibernética, haciendo que ella misma quedara con la vista irritada con su propio gas, imposibilitándole ver.
―Maldita seas, Biotopa. ¡No puedo ver!
Tras quedar ambas ciegas y la biocibernética lográndose zafarse de su enemiga, caminó a ciegas por la sala, expandiendo su gas rojizo, dejando con la vista irritada a todos aquellos que se encontraban a su alrededor.
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[1] Uso de la habilidad: Gas rojizo [Química] [2 usos de 1 turno]: Golosina libera por unos implantes de sus hombros una toxina en forma de gas rojizo capaz de irritar la vista de las personas que se encuentren a su alrededor, dificultando su visión durante un corto periodo de tiempo. Primer Uso.
Golosina
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Re: El Formidable Escuadrón Gomejo tras el libro de los Doromaggios [Noche, Libre 5/5]
Y finalmente, después de tantas gnomonadas del pequeño y extraño ser cuyo nombre ya olvidé, llegamos a un edificio que inspiraba todo menos seguridad. Sin miedo al éxito, entramos dispuestos a... Bueno, en realidad ya ni sabía por qué perseguíamos a Bio número dos. Tal vez podía suponer el motivo de la bio-cibernética, motivo impuro, pero no del resto.
Saber el motivo de nuestros actos habría sido, cuanto menos, algo que hiciera menos difícil asimilar el siguiente problema que conocimos en el interior del edificio. «¿Por qué?», me pregunté, sin necesidad de especificar más; todo había perdido sentido, y no ese día, sino desde mucho tiempo atrás, pero nunca me detuve a pensar sobre eso.
–No lo sé, Zelas –exhalé respondiendo al susodicho–, no lo sé. Esto tiene tanto sentido como vaca sin cabeza.
Sin esperarnos más, la banda de los biolines nos atacaron, tal vez hasta creyendo genuinamente que tenían la más mínima oportunidad contra un grupo de personas disfrazadas de gomejos. Mis compañeros tampoco dudaron en responder al ataque con más violencia y amenazas.
Xana y yo intercambiamos miradas, ambos inexpresivos, pero en sus ojos vi la sutil advertencia para que yo no asesinara, y ella vio en los míos un par de escleras blancas que rodeaban el iris de color verde turquesa que, a su vez, rodeaba una pupila cada una, y, en un borde de los ojos, halló una diminuta pitarra.
–Sí, ya entendí –suspiré. Llevé una mano a mi vaina infinita, que no era infinita realmente sino un diminuto portal, y así convoqué mi poderoso látigo Ganso.[1] Di un paso al frente, hice restallar mi arma y activé su encantamiento de fuego–. Hoy es el último día que han vivido y será el primero de los que les quedan –sentencié, solemne.
Dicho eso, les hice ver cómo lucha un elfo vestido de gomejo y blandiendo un látigo con aspecto de ganso con lengua larga que, además, estaba que ardía. A veces me azotaba a mí mismo por error, pero siempre eran los biolines quienes terminaban peor.
–Este trabajo me está quemando –gimoteó uno de los que derroté; estaba en el suelo, boca abajo, pero con las rodillas flexionadas y los glúteos humeantes apuntando al cielo; quedó flojito luego de que yo lo azotara con mi Ganso ardiente, y esa sería una derrota que él jamás olvidaría, pues quedaría en su memoria como grabada con fuego.
Xana, por otro lado, se dedicó a dar bola. Varios le tocaron las pelotas y terminaron hechos bolita en el suelo. Sus estrellas resplandecientes se estrellaban en tácticas brillantes. Quienes osaban atacarla, sin excepción, terminaban viendo estrellitas. Xana creaba, deshacía y explotaba constelaciones de proyectiles que orbitaban a su alrededor en ataques desorbitantes. A pesar de su participación estelar, no asesinaba a nadie porque ella era un sol de persona, pero pronto se convirtió en el centro de atención de varios enemigos. Estúpidos que no aprendían, siguieron atacando, pero nada los podía salvar una vez que cruzaban el horizonte de sucesos violentos, demasiado tarde para comprender la gravedad de la situación.
Se me acabaron los juegos de palabras.
Siendo una imparable elfa con disfraz de gomejo, solo una cosa pudo derrotarla: el apestoso gas de alguien que no pudo contenerse. Xana sintió ardor en los ojos, estornudó y lo vio todo rojo. Gruñó, cerró los ojos, se los frotó y luego emitió un chillido.
Incapaz de distinguir del todo a las personas, ella era un blanco fácil, así que decidí correr a su lado para protegerla. Ella, por su parte, sabiéndose vulnerable, materializó a su alrededor un torbellino de pequeñas esferas de luz.[2]
Esta vez fui yo quien se voló demasiado cerca del sol.
Choqué con las esferas antes de lograr detenerme y terminé recibiendo una lluvia de pequeñas novas por error de novato.
–¡Al fin, uno menos! –celebró uno de los biolines–. Bravo, equipo. Ya empezaba a sospechar que nosotros no seríamos capaces de derrotar a uno por lo menos.
–Literalmente tuvimos nosotros mismos que ayudarlos a derrotarnos para que al fin uno de nosotros cayera –señaló el gnomo
Saber el motivo de nuestros actos habría sido, cuanto menos, algo que hiciera menos difícil asimilar el siguiente problema que conocimos en el interior del edificio. «¿Por qué?», me pregunté, sin necesidad de especificar más; todo había perdido sentido, y no ese día, sino desde mucho tiempo atrás, pero nunca me detuve a pensar sobre eso.
–No lo sé, Zelas –exhalé respondiendo al susodicho–, no lo sé. Esto tiene tanto sentido como vaca sin cabeza.
Sin esperarnos más, la banda de los biolines nos atacaron, tal vez hasta creyendo genuinamente que tenían la más mínima oportunidad contra un grupo de personas disfrazadas de gomejos. Mis compañeros tampoco dudaron en responder al ataque con más violencia y amenazas.
Xana y yo intercambiamos miradas, ambos inexpresivos, pero en sus ojos vi la sutil advertencia para que yo no asesinara, y ella vio en los míos un par de escleras blancas que rodeaban el iris de color verde turquesa que, a su vez, rodeaba una pupila cada una, y, en un borde de los ojos, halló una diminuta pitarra.
–Sí, ya entendí –suspiré. Llevé una mano a mi vaina infinita, que no era infinita realmente sino un diminuto portal, y así convoqué mi poderoso látigo Ganso.[1] Di un paso al frente, hice restallar mi arma y activé su encantamiento de fuego–. Hoy es el último día que han vivido y será el primero de los que les quedan –sentencié, solemne.
Dicho eso, les hice ver cómo lucha un elfo vestido de gomejo y blandiendo un látigo con aspecto de ganso con lengua larga que, además, estaba que ardía. A veces me azotaba a mí mismo por error, pero siempre eran los biolines quienes terminaban peor.
–Este trabajo me está quemando –gimoteó uno de los que derroté; estaba en el suelo, boca abajo, pero con las rodillas flexionadas y los glúteos humeantes apuntando al cielo; quedó flojito luego de que yo lo azotara con mi Ganso ardiente, y esa sería una derrota que él jamás olvidaría, pues quedaría en su memoria como grabada con fuego.
Xana, por otro lado, se dedicó a dar bola. Varios le tocaron las pelotas y terminaron hechos bolita en el suelo. Sus estrellas resplandecientes se estrellaban en tácticas brillantes. Quienes osaban atacarla, sin excepción, terminaban viendo estrellitas. Xana creaba, deshacía y explotaba constelaciones de proyectiles que orbitaban a su alrededor en ataques desorbitantes. A pesar de su participación estelar, no asesinaba a nadie porque ella era un sol de persona, pero pronto se convirtió en el centro de atención de varios enemigos. Estúpidos que no aprendían, siguieron atacando, pero nada los podía salvar una vez que cruzaban el horizonte de sucesos violentos, demasiado tarde para comprender la gravedad de la situación.
Se me acabaron los juegos de palabras.
Siendo una imparable elfa con disfraz de gomejo, solo una cosa pudo derrotarla: el apestoso gas de alguien que no pudo contenerse. Xana sintió ardor en los ojos, estornudó y lo vio todo rojo. Gruñó, cerró los ojos, se los frotó y luego emitió un chillido.
Incapaz de distinguir del todo a las personas, ella era un blanco fácil, así que decidí correr a su lado para protegerla. Ella, por su parte, sabiéndose vulnerable, materializó a su alrededor un torbellino de pequeñas esferas de luz.[2]
Esta vez fui yo quien se voló demasiado cerca del sol.
Choqué con las esferas antes de lograr detenerme y terminé recibiendo una lluvia de pequeñas novas por error de novato.
–¡Al fin, uno menos! –celebró uno de los biolines–. Bravo, equipo. Ya empezaba a sospechar que nosotros no seríamos capaces de derrotar a uno por lo menos.
–Literalmente tuvimos nosotros mismos que ayudarlos a derrotarnos para que al fin uno de nosotros cayera –señaló el gnomo
(☞°∀°)☞ OFFROL ☜(°∀°☜)
[1] Objetos de Rauko: Vaina infinita [Limitado], para convocar cualquier arma del inventario, una a la vez; y el arma Ganso, con forma de cabeza de ganso con lengua muy larga, y con encantamiento de Arma de fuego.
[2] Habi nvl 2 de Xana: Tertulia de astros, para generar una barrera semicircular de estrellitas que se lanzan sobre el tonto que las toque.
[2] Habi nvl 2 de Xana: Tertulia de astros, para generar una barrera semicircular de estrellitas que se lanzan sobre el tonto que las toque.
Rauko
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Re: El Formidable Escuadrón Gomejo tras el libro de los Doromaggios [Noche, Libre 5/5]
No me imaginaba qué tipo de terribles crímenes pensaba cometer aquella criatura y sus secuaces, pero sabía que no debíamos dejarla ir, menos aún, llevándose el misterioso y poderoso librito de los Doromaggios. Muchas preguntas surcaban mi mente en ese momento ¿Qué había en ese libro? ¿quiénes eran los doromaggios? ¿Cómo se movía el gnomo? ¿qué raza era Zelas? ¿a dónde se fue Arygos? Y la más importante de todas ¿la barba de Vincent era real? Preguntas que no me dejaban dormir aunque de algunas me acababa de enterar.
De cualquier manera, no era momento para pensar en aquellas cosas, había que enfocarnos en el problema que teníamos en frente -Debemos pelear con orden y cautela, podremos vencerlos si… Olvídenlo- Intenté guiar la pelea pero fue en vano, en apenas unos instantes todo se volvió un desnalgue. La costurera amenazaba y discutía sin atreverse a lanzar un golpe, Zelas chillaba más de lo que peleaba, Rauko era muy fuerte pero a veces no sabía con quién peleaba… Y la biocibernética… bueno, cómo decirlo, era una persona bastante especial.
Iré por la pájara, si ella cae, los demás seguro se rendirán- Me dije con mucha seguridad lleno de confianza en mí mismo y en mi plan recién elaborado pero antes de poder iniciar una carrera hacia aquella mujer, la biocibernética, empezó a desprender un extraño gas rojo por toda la sala -¿Por qué no puedo formar un equipo con gente normal?- Me dije a mí mismo con profundo desánimo, medianamente aliviado al ver a Xana que parecía ser la adulta responsable en medio de todo el alboroto.
Tenía a la pajarraca a la vista, nos miraba, analizaba, pensaba diversos planes de acción que a menudo no hacían falta porque como equipo éramos un completo desastre, de momento solo tenía una cosa por hacer, y era evitar que ese gas rojo nos terminara matando a todos -Muy bien, hora de ponernos serios- Dije rebosante de orgullo mientras acomodaba la colita esponjosa de mis disfraz de gomejo y emprendía una rápida carrera hacia Golosina.
Mientras avanzaba saqué una de mis dagas con una mano mientras con la otra tapaba mi nariz y usé mi daga para rasgar un pequeño pero efectivo agujero debajo de la colita esponjosa del disfraz de gomejo de Golosina, de ese modo el gas tendría una salida diferente a la que tenía en su cabeza, luego me puse frente a ella y tomé las orejas de su disfraz para hacerle un bonito lazo apretando su cuello a fin de evitar que el humo siguiera saliendo por esa vía.
Así te verás mejor- Le dije con una sonrisa, pero con los ojos claramente irritados, aunque la pajarraca aprovechó aquel descuido para acercarse por mi espalda, en mi condición seguramente no podría contra ella, me ardían los ojos y me era imposible pelear, y justo aquello me dio una gran idea para salir de tan engorrosa situación -Oh no, mis ojos, esto es más dañino de lo que pensaba- Dije con el reverso de la mano en mi frente de la manera más melodramática posible -Mis ojos, se derriten- Dije fingiendo pánico mientras usaba mi magia de voz para engañar a la pajarraca -Y te va a pasar a ti- [1] Le dije mirándola fijamente.
La mujer bestia se llevó las manos a los ojos -Noooo, no es posible, aaaa- Gritó sin querer creerlo, pero repentinamente sentiría que sus ojos ardían -No cierres los ojos, o el gas hará que se caigan de tu cabeza y se salgan por tu trasero- [1] Reforcé la idea inicial mientras mi magia comenzaba a hacer efecto y la pájara retrocedía -Suficiente por hoy, retirada aaaa- Dijo la mujer mientras escapaba aleteando (aunque sin volar porque no era nivel 4) seguida por todos sus secuaces que aterrados por el estado de su jefa, se tapaban los ojos y apretaban las nalgas, aunque pareciera difícil de creer, el gas rojo de la biocibernética nos había salvado.
[1] Uso mi habilidad de Nivel 6: El miedo que acecha, para hacerle creer a la pájara que el gas rojo es un ácido comeojos y que si los cierra se le van a salir por el trasero, completamente creíble, hay muchos casos así reportados. De cualquier manera, no era momento para pensar en aquellas cosas, había que enfocarnos en el problema que teníamos en frente -Debemos pelear con orden y cautela, podremos vencerlos si… Olvídenlo- Intenté guiar la pelea pero fue en vano, en apenas unos instantes todo se volvió un desnalgue. La costurera amenazaba y discutía sin atreverse a lanzar un golpe, Zelas chillaba más de lo que peleaba, Rauko era muy fuerte pero a veces no sabía con quién peleaba… Y la biocibernética… bueno, cómo decirlo, era una persona bastante especial.
Iré por la pájara, si ella cae, los demás seguro se rendirán- Me dije con mucha seguridad lleno de confianza en mí mismo y en mi plan recién elaborado pero antes de poder iniciar una carrera hacia aquella mujer, la biocibernética, empezó a desprender un extraño gas rojo por toda la sala -¿Por qué no puedo formar un equipo con gente normal?- Me dije a mí mismo con profundo desánimo, medianamente aliviado al ver a Xana que parecía ser la adulta responsable en medio de todo el alboroto.
Tenía a la pajarraca a la vista, nos miraba, analizaba, pensaba diversos planes de acción que a menudo no hacían falta porque como equipo éramos un completo desastre, de momento solo tenía una cosa por hacer, y era evitar que ese gas rojo nos terminara matando a todos -Muy bien, hora de ponernos serios- Dije rebosante de orgullo mientras acomodaba la colita esponjosa de mis disfraz de gomejo y emprendía una rápida carrera hacia Golosina.
Mientras avanzaba saqué una de mis dagas con una mano mientras con la otra tapaba mi nariz y usé mi daga para rasgar un pequeño pero efectivo agujero debajo de la colita esponjosa del disfraz de gomejo de Golosina, de ese modo el gas tendría una salida diferente a la que tenía en su cabeza, luego me puse frente a ella y tomé las orejas de su disfraz para hacerle un bonito lazo apretando su cuello a fin de evitar que el humo siguiera saliendo por esa vía.
Así te verás mejor- Le dije con una sonrisa, pero con los ojos claramente irritados, aunque la pajarraca aprovechó aquel descuido para acercarse por mi espalda, en mi condición seguramente no podría contra ella, me ardían los ojos y me era imposible pelear, y justo aquello me dio una gran idea para salir de tan engorrosa situación -Oh no, mis ojos, esto es más dañino de lo que pensaba- Dije con el reverso de la mano en mi frente de la manera más melodramática posible -Mis ojos, se derriten- Dije fingiendo pánico mientras usaba mi magia de voz para engañar a la pajarraca -Y te va a pasar a ti- [1] Le dije mirándola fijamente.
La mujer bestia se llevó las manos a los ojos -Noooo, no es posible, aaaa- Gritó sin querer creerlo, pero repentinamente sentiría que sus ojos ardían -No cierres los ojos, o el gas hará que se caigan de tu cabeza y se salgan por tu trasero- [1] Reforcé la idea inicial mientras mi magia comenzaba a hacer efecto y la pájara retrocedía -Suficiente por hoy, retirada aaaa- Dijo la mujer mientras escapaba aleteando (aunque sin volar porque no era nivel 4) seguida por todos sus secuaces que aterrados por el estado de su jefa, se tapaban los ojos y apretaban las nalgas, aunque pareciera difícil de creer, el gas rojo de la biocibernética nos había salvado.
Bio
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Re: El Formidable Escuadrón Gomejo tras el libro de los Doromaggios [Noche, Libre 5/5]
Uno a uno nos fuimos sumando a lo que sería la batalla más épica - y absurda- de toda mi vida. Explosiones que no sabía de dónde salían, el pequeñín con habilidades que ofuscaban toda lógica posible. Salían chispas de bajo presupuesto con cada azote que recibían esos monos extraños.
Meleis se mantenía al margen, pateaba a uno que otro que se le acercara pero nada que lo llevara a hacer algo más, parecía que tuviera miedo de romper el traje.
La hurraca puso interés principal en Zelas, pero luego fue una total confusión - en la que no podía describir las acciones de todos pues me llevaría más de un tomo- Bio y la mujer bio hicieron una jugada inesperada. Un gas escarlata tomó protagonismo, seguido de un intenso dialogo por parte de la hurraca y el vampiro.
Me cubrí los oídos ante semejante alarido de aquella loca al mismo tiempo que veía cómo se marchaba tan absurdamente como este lío había empezado.
La manitos del pequeñín se sacudían el polvo. - Fue fácil. - Agregó y lo miré de reojo arqueando una ceja. Volví mi atención hacia Bio. - Entonces... ¿Ganamos? - Pregunté bastante confundida.
Miraba a mi alrededor a los demás atenta a que ninguno estuviera herido, aunque con dos elfos en el grupo eso no sería problema.
Meleis se reincorporó acercandose al grupo, ahora que el "peligro" había huido necesitaba más contexto. - ¿Alguno de ustedes puede decirme qué fue todo eso? Por favor. - Expresó el joven dragón con gran cortesía. Se notaba que no estaba acostumbrado
a este tipo de situaciones.
Meleis se mantenía al margen, pateaba a uno que otro que se le acercara pero nada que lo llevara a hacer algo más, parecía que tuviera miedo de romper el traje.
La hurraca puso interés principal en Zelas, pero luego fue una total confusión - en la que no podía describir las acciones de todos pues me llevaría más de un tomo- Bio y la mujer bio hicieron una jugada inesperada. Un gas escarlata tomó protagonismo, seguido de un intenso dialogo por parte de la hurraca y el vampiro.
Me cubrí los oídos ante semejante alarido de aquella loca al mismo tiempo que veía cómo se marchaba tan absurdamente como este lío había empezado.
La manitos del pequeñín se sacudían el polvo. - Fue fácil. - Agregó y lo miré de reojo arqueando una ceja. Volví mi atención hacia Bio. - Entonces... ¿Ganamos? - Pregunté bastante confundida.
Miraba a mi alrededor a los demás atenta a que ninguno estuviera herido, aunque con dos elfos en el grupo eso no sería problema.
Meleis se reincorporó acercandose al grupo, ahora que el "peligro" había huido necesitaba más contexto. - ¿Alguno de ustedes puede decirme qué fue todo eso? Por favor. - Expresó el joven dragón con gran cortesía. Se notaba que no estaba acostumbrado
a este tipo de situaciones.
- Off:
- - Como en el Taller, Bio se encargará de cubrir los gastos del coste de materiales de los disfraces. Total : 4
- Zelas y su acompañante.
- Meleis
- BioOutfit
Disfraz de Gomejo [Ropas comunes pobres] No están pensadas para protección en batalla, sino para abrigar y vestir. Al ser de calidad Pobre su estética es deficiente.
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- Inventario:
- Collar de Zafiro [Encantamiento Pudor] - Cuello
- Pieza Metálica - Pecho lado izquierdo.
- Armadura Ligera Normal
- Bolso de Viajero:Contiene un saco de dormir, 4 metros de cuerda, provisiones, pedernal con yesca, cantimplora y 2 antorchas.
- Kit de Arcanos Inferior. - Dentro de Bolso de Viajero.
- Látigo [Arma Flexible Superior - Encantamiento Castigo de Piedra] - Cuelga del lado izquierdo de mi cintura.
- Kit de Curtiduría Inferior - Bolso
- Bomull [Cría de Gomejo]
Meraxes
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Re: El Formidable Escuadrón Gomejo tras el libro de los Doromaggios [Noche, Libre 5/5]
-Rápido la pájara se escapa!-
-No vayas!, esta el gas rojo que hará que se te salgan los ojos por el culo-
Eve quedo mirando a Zelas, preguntándose si en verdad había creído aquello, sin embargo, al ver todo lo que ocurría alrededor y como los demás Bios se retiraban decidió no decir nada al respecto, de momento la lucha había terminado y era momento de auxiliar a los aliados afectados.
-Rauko, Xana, acérquense, sigan el sonido de mi voz- señalo el rubio mientras clavaba su espada en el piso y se acercaba al limite de la zona donde se encontraba el gas rojo, una vez estaban cerca de el procedió a tomar sus manos y hacer que Rauko tocara el rostro de Xana y viceversa, el también puso una mano en rostro de cada uno -Muy bien tratemos de sincronizar esto, a las 3 decimos una plegaria.. 1, 2, 3, mamase mamasa mamacusa- exclamo el no-elfo al momento que el éter procedía a hacer lo que haría el éter de un elfo brillando y curando los efectos nocivos del gas rojo caga ojos(1).
Cuando ambos ya se encontraban mejor, Zelas les observo y una vez se aseguro que no habían perdido sus ojos los abrazo a ambos aliviado de que no hubieran tenido que defecar sus ojos. -Vaya eso ha estado cerca, que bueno, ya me habían preocupado un poco- ya viendo que sus amigos estaban mejor, Zelas procedió a ir a buscar su espada y observando que la bruja aun estaba a la vista, el rubio agito su espada haciendo aparecer 5 espadas espectrales e hizo que salieran despedidas hacia la bruja esperando que alguna le llegara o al menos hiciera que tirara el libro raro ese que llamaba la atención(2).
¿Alguno de ustedes puede decirme qué fue todo eso? Por favor.
-Solo un jueves cualquiera joven Meleis, no les des muchas vueltas al asunto o comenzara a afectarte-
Señalaría Zelas dándole una palmada en el hombro.
OFF: habilidades y cosas
1_Imposición de Manos: [Mágica, 1 uso] Puedo imponer mis manos sobre mí o alguien más y realizar una breve plegaria. La Luz sanará la herida más grave del beneficiado y le otorgará un escudo que absorbe daño moderado por una ronda.
2_Doragon Crow Gasto 1 Uso: Se materializan en el aire cinco armas iguales, las que puedo enviar contra un enemigo o lanzarlas en un abanico. Si atacan a un sólo objetivo, pueden ignorar la mitad de cualquier defensa, incluso mágica. (Habilidad de arma)
-No vayas!, esta el gas rojo que hará que se te salgan los ojos por el culo-
Eve quedo mirando a Zelas, preguntándose si en verdad había creído aquello, sin embargo, al ver todo lo que ocurría alrededor y como los demás Bios se retiraban decidió no decir nada al respecto, de momento la lucha había terminado y era momento de auxiliar a los aliados afectados.
-Rauko, Xana, acérquense, sigan el sonido de mi voz- señalo el rubio mientras clavaba su espada en el piso y se acercaba al limite de la zona donde se encontraba el gas rojo, una vez estaban cerca de el procedió a tomar sus manos y hacer que Rauko tocara el rostro de Xana y viceversa, el también puso una mano en rostro de cada uno -Muy bien tratemos de sincronizar esto, a las 3 decimos una plegaria.. 1, 2, 3, mamase mamasa mamacusa- exclamo el no-elfo al momento que el éter procedía a hacer lo que haría el éter de un elfo brillando y curando los efectos nocivos del gas rojo caga ojos(1).
Cuando ambos ya se encontraban mejor, Zelas les observo y una vez se aseguro que no habían perdido sus ojos los abrazo a ambos aliviado de que no hubieran tenido que defecar sus ojos. -Vaya eso ha estado cerca, que bueno, ya me habían preocupado un poco- ya viendo que sus amigos estaban mejor, Zelas procedió a ir a buscar su espada y observando que la bruja aun estaba a la vista, el rubio agito su espada haciendo aparecer 5 espadas espectrales e hizo que salieran despedidas hacia la bruja esperando que alguna le llegara o al menos hiciera que tirara el libro raro ese que llamaba la atención(2).
¿Alguno de ustedes puede decirme qué fue todo eso? Por favor.
-Solo un jueves cualquiera joven Meleis, no les des muchas vueltas al asunto o comenzara a afectarte-
Señalaría Zelas dándole una palmada en el hombro.
OFF: habilidades y cosas
1_Imposición de Manos: [Mágica, 1 uso] Puedo imponer mis manos sobre mí o alguien más y realizar una breve plegaria. La Luz sanará la herida más grave del beneficiado y le otorgará un escudo que absorbe daño moderado por una ronda.
2_Doragon Crow Gasto 1 Uso: Se materializan en el aire cinco armas iguales, las que puedo enviar contra un enemigo o lanzarlas en un abanico. Si atacan a un sólo objetivo, pueden ignorar la mitad de cualquier defensa, incluso mágica. (Habilidad de arma)
Zelas Hazelmere
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Re: El Formidable Escuadrón Gomejo tras el libro de los Doromaggios [Noche, Libre 5/5]
A pesar del caos, Golosina estaba nerviosa al ver cómo Bio había modificado su traje. El hermoso lazo sobre su cuello seguramente sería hermoso, pero no lograba comprender la razón por la que el hombre más sexy de Aerandir quería que su traje tuviera un agujero… ahí detrás.
Pero aquella increíble incredulidad quedó en nada cuándo la biocibernética escuchó atentamente que su gas rojizo producía un terrible efecto en los ojos de los demás, algo que no conocía hasta ahora.
Al ver cómo los elfos usaban su blanca magia para disipar los efectos de su gas, Golosina decidió que quizás debía abstenerse de usar ese gas para siempre, teniendo en cuenta los terribles efectos que podía causar a las almas inocentes de Aerandir.
Con aquel lazo aferrando su garganta y notando el fresquillo de la noche en el trasero, la biocibernética quedó más tranquila al comprobar que ninguno de los miembros de aquella tropa improvisada de élite había resultado herido.
―Disculpen las molestias ocasionadas con el gas. El traje de gomejo no estaba acondicionado a los implantes químicos de mi cuerpo.
Miré directamente a la curtidora. Quizás en nuestro próximo encuentro, debía pedirle que adaptara el elegante traje gomejil a las condiciones específicas de su cuerpo para permitirle luchar vistiendo aquella hermosa ropa.
¿Quizá era la hora de volver a la base de los Bio y pedir una extensa revisión de los implantes de su cuerpo? Mientras meditaba la cuestión, se encandiló de nuevo mirando a Bio, con ojos amorosos, mientras todas las personas a su alrededor se recomponían de la batalla gomejil más épica de la historia.
Consecuencia del rol: Durante los próximos 10 días inmediatos después de este evento, hasta que consiga olvidarlo en su próximo hackeo, Golosina creerá que su gas rojizo es capaz de derretir los ojos de los demás y hacer que los caguen, por lo que se negaría a usarlo.
Pero aquella increíble incredulidad quedó en nada cuándo la biocibernética escuchó atentamente que su gas rojizo producía un terrible efecto en los ojos de los demás, algo que no conocía hasta ahora.
Al ver cómo los elfos usaban su blanca magia para disipar los efectos de su gas, Golosina decidió que quizás debía abstenerse de usar ese gas para siempre, teniendo en cuenta los terribles efectos que podía causar a las almas inocentes de Aerandir.
Con aquel lazo aferrando su garganta y notando el fresquillo de la noche en el trasero, la biocibernética quedó más tranquila al comprobar que ninguno de los miembros de aquella tropa improvisada de élite había resultado herido.
―Disculpen las molestias ocasionadas con el gas. El traje de gomejo no estaba acondicionado a los implantes químicos de mi cuerpo.
Miré directamente a la curtidora. Quizás en nuestro próximo encuentro, debía pedirle que adaptara el elegante traje gomejil a las condiciones específicas de su cuerpo para permitirle luchar vistiendo aquella hermosa ropa.
¿Quizá era la hora de volver a la base de los Bio y pedir una extensa revisión de los implantes de su cuerpo? Mientras meditaba la cuestión, se encandiló de nuevo mirando a Bio, con ojos amorosos, mientras todas las personas a su alrededor se recomponían de la batalla gomejil más épica de la historia.
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Consecuencia del rol: Durante los próximos 10 días inmediatos después de este evento, hasta que consiga olvidarlo en su próximo hackeo, Golosina creerá que su gas rojizo es capaz de derretir los ojos de los demás y hacer que los caguen, por lo que se negaría a usarlo.
Golosina
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Re: El Formidable Escuadrón Gomejo tras el libro de los Doromaggios [Noche, Libre 5/5]
Sobreviví, esta vez sin morir ni sufrir algún cambio de cuerpo. Sin embargo, sí que debía despedirme de mi ignorancia sobre cómo se veía el recóndito y oscuro sendero que solo era surcado por la comida tras ser degustadas, pues mis ventanas del alma lo conocerían si no se respondía a la fatal sentencia que representaba el gas escarlata.
Como era de esperarse, Zelas volvió a salvar la situación, esta vez sin usar su llave o su intrépida lengua como exploradora de bocas sino como mamadora... Eso último, quizás, no sonó como esperaba.
Luego de hacer un trío para tocarnos y hacernos sentir una magia cálida, mis ojos ya no tuvieron que recorrer ningún trasero. Eso sí suena mucho mejor. Aliviado, le sonreí a Zelas. Hice un ademán para mostrarle un pulgar arriba, algo truncado a favor de un abrazo de hermanos de leche.
–¿Por qué dijeron eso de que «mamase»? –preguntó Xana luego, a media voz mientras, innecesariamente, se frotaba un ojo.
–¿Y tú por qué no lo dijiste? –repuse–. Te falta compañerismo. Si tu amigo dice que mamachucha, debes imitarlo.
–«Mamacusa», querrás decir.
–Bueno, cada quien dice las mamadas como quiere.
–Paren, por favor, ya está bien –interrumpió el gnomo con una mirada condescendiente. Y su nombre era Libnik, al fin lo recordé.
Mientras tanto, Zelas hizo ostentación de sus juguetes afilados y disparó cinco espadas que eran la misma. Por desgracia para una de las personas que huían, una de esas espadas que eran la misma golpeó aquello que tenía en su mano, un libro diminuto y extraordinariamente resistente; la espada no lo atravesó, sino que rebotó hacia el lado opuesto de la habitación. El libro terminó cayendo y acompañó su aterrizaje con un estruendoso sonido seco.
Por temor racional al gas de la muerte roja, nadie regresó por él.
–Oh, miren, se les cayó algo –señalé lo obvio como si no lo fuera–. Lo veré.
–¿Estás seguro de querer hacer eso? –inquirió Libnik, ahora en mi hombro, mirándome fijamente y mortalmente serio.
–¿Por qué no? –dije, inconsciente del terrible mal que se cernía sobre mí. Tomé el libro, no sin un poco de esfuerzo para levantarlo, y fui interrumpido antes de poder abrirlo.
–Lo sabrás todo –dijo el gnomo, y se sintió como una advertencia.
–Vaya, qué ofertón –respondí sin comprender.
–Entiendo. No puede evitar la estupidez porque es su destino –murmuró para sí mismo.
Ignorando aquello, abrí el libro. Apenas vi la página, supe, primero que nada, que fui un insensato. Después vino sobre mí, como una cascada descomunal, el conocimiento verdadero sobre todo lo demás. Fue entonces cuando todo cambió, toda mi vida perdió sentido ante lo que había en ese libro. Aquello no era una religión ni una mera creencia; era una verdad absoluta, inequívoca. Tanto poder, tanta sabiduría...
Comprendí por qué el orden de la cronología de cada aventurero nunca era totalmente idéntico al de los demás, aunque vivieran las mismas aventuras; comprendí los múltiples cambios de la realidad en donde el sistema de magia, del mercado y de aprendizaje cambiaron sin que nadie lo notara; comprendí cómo fue posible que en Sacrestic Ville existieran dos realidades superpuestas durante los tiempos del Hombre Muerto y los Jinetes Oscuros, como si las divinidades que escribían nuestros destinos no se comunicaran sus planes entre sí... Y todo fue tan solo viendo el índice del libro.
Por instinto de supervivencia y quizás algo más, Xana se apresuró en arrebatarme el libro, arrojarlo lejos y en derribarme. Sin perder tiempo, tomó mi artilugio antimagia y lo activó clavándolo en el suelo.
Justo antes de que el descomunal e infinito conocimiento dejara de fluir hacia mi mente, miré al gnomo, comprendiendo al fin su verdadera naturaleza. Él me dirigió una mirada sombría con una sonrisa triste.
–Libnik nunca estuvo aquí.
En cuanto dije aquello, la antimagia hizo su efecto y perdí todo el conocimiento adquirido.[1] Y junto a él, también desapareció el gnomo, pues el verdadero nunca estuvo ahí.
–Bueno, entonces... ¿qué haremos ahora? –pregunté al cabo de un rato, al fin recuperado de lo que sea que me hubiera sucedido–. Los biolines escaparon, pero no dudo de que seguirán biolando sin bioética. Será mejor estar preparados, sobre todo si poseen objetos mágicos tan peligrosos como este. –Mostré el libro de los doromaggios, con total cautela, y un momento después volví a guardarlo en un sitio que no revelaré–. Por suerte para nosotros, y este «nosotros» nos incluye a Bio verdadero y a mí pero no a ustedes, estamos en un grupo con bastante experiencia en este tipo de problemas.
Hice una pausa innecesaria, solo para generar suspenso.
–Hace tiempo, surgió una idea: el Séptimo Círculo… La idea era reunir un grupo de personas excepcionales y tratar de convertirlas en algo más, ver si podían unirse cuando necesitáramos que libraran las batallas que no podíamos ganar. Hijo de Coul murió creyendo firmemente en esa idea, sea quien sea, si es que siquiera existió y no es solo un nombre colocado sin motivo en este discurso.
–Creo que su verdadero nombre era Coulso...
–Ya no importa –interrumpí a Xana y coloqué una mano sobre el hombro de Zelas–. ¿Qué opinas? ¿Te interesa unirte a nuestro clan? –Cuando vi que Eve se acercó, le dije–: ¿Y tú qué? ¿Hay algo en lo que pueda ayudarte?
–¿La invitación es solo para Zelas? –me cuestionó Xana.
Suspiré con resignación.
–Está bien, tú también puedes unirte, si quieres –le propuse a Eve.
–¿Y los demás no?
–Pero qué exigente.
–Seremos más poderosos mientras más seamos.
–Eso... es verdad –tuve que admitir–. Está bien, tú también podrás unirte –le dije a Xana.
–Espera, ¿yo aún no era parte del clan? –se indignó.
–Claro que no; Bio me invitó a mí, pero eso jamás te incluyó a ti.
–¡¿Eh?!
–Descuida, estoy bromeando –dije con una sonrisa ladina en un improvisado intento por evitar su furia con una mentirita. Por suerte, funcionó, o eso quise creer. Dicho eso, me dirigí al resto–. Muy bien, ahora sí en serio, somos parte de un clan, y nos cuidamos entre todos. Quizá podamos establecer una alianza. Juntos seremos más fuertes. Y si los zoituanos los atacan, o a nosotros, nos apoyaremos... Ay, perdón, no debía copiar el discurso completo. Era hasta lo de ser fuertes... Pero también tengan cuidado de los Zoituano o...
–Rauko, céntrate.
–Sí, bueno, el punto es que los del Séptimo Círculo somos simpáticos y tenemos biusas.
–¡Ustedes son los que destruyeron mi posada! –gritó alguien enojado desde algún lado.
–Bueno, nosotros nos vamos. Acabo de recordar que dejamos puesto el... Ahm... Sí.
Y me fui porque no había más que hacer, no porque quisiera evitar más líos en aquel día.
Como era de esperarse, Zelas volvió a salvar la situación, esta vez sin usar su llave o su intrépida lengua como exploradora de bocas sino como mamadora... Eso último, quizás, no sonó como esperaba.
Luego de hacer un trío para tocarnos y hacernos sentir una magia cálida, mis ojos ya no tuvieron que recorrer ningún trasero. Eso sí suena mucho mejor. Aliviado, le sonreí a Zelas. Hice un ademán para mostrarle un pulgar arriba, algo truncado a favor de un abrazo de hermanos de leche.
–¿Por qué dijeron eso de que «mamase»? –preguntó Xana luego, a media voz mientras, innecesariamente, se frotaba un ojo.
–¿Y tú por qué no lo dijiste? –repuse–. Te falta compañerismo. Si tu amigo dice que mamachucha, debes imitarlo.
–«Mamacusa», querrás decir.
–Bueno, cada quien dice las mamadas como quiere.
–Paren, por favor, ya está bien –interrumpió el gnomo con una mirada condescendiente. Y su nombre era Libnik, al fin lo recordé.
Mientras tanto, Zelas hizo ostentación de sus juguetes afilados y disparó cinco espadas que eran la misma. Por desgracia para una de las personas que huían, una de esas espadas que eran la misma golpeó aquello que tenía en su mano, un libro diminuto y extraordinariamente resistente; la espada no lo atravesó, sino que rebotó hacia el lado opuesto de la habitación. El libro terminó cayendo y acompañó su aterrizaje con un estruendoso sonido seco.
Por temor racional al gas de la muerte roja, nadie regresó por él.
–Oh, miren, se les cayó algo –señalé lo obvio como si no lo fuera–. Lo veré.
–¿Estás seguro de querer hacer eso? –inquirió Libnik, ahora en mi hombro, mirándome fijamente y mortalmente serio.
–¿Por qué no? –dije, inconsciente del terrible mal que se cernía sobre mí. Tomé el libro, no sin un poco de esfuerzo para levantarlo, y fui interrumpido antes de poder abrirlo.
–Lo sabrás todo –dijo el gnomo, y se sintió como una advertencia.
–Vaya, qué ofertón –respondí sin comprender.
–Entiendo. No puede evitar la estupidez porque es su destino –murmuró para sí mismo.
Ignorando aquello, abrí el libro. Apenas vi la página, supe, primero que nada, que fui un insensato. Después vino sobre mí, como una cascada descomunal, el conocimiento verdadero sobre todo lo demás. Fue entonces cuando todo cambió, toda mi vida perdió sentido ante lo que había en ese libro. Aquello no era una religión ni una mera creencia; era una verdad absoluta, inequívoca. Tanto poder, tanta sabiduría...
Comprendí por qué el orden de la cronología de cada aventurero nunca era totalmente idéntico al de los demás, aunque vivieran las mismas aventuras; comprendí los múltiples cambios de la realidad en donde el sistema de magia, del mercado y de aprendizaje cambiaron sin que nadie lo notara; comprendí cómo fue posible que en Sacrestic Ville existieran dos realidades superpuestas durante los tiempos del Hombre Muerto y los Jinetes Oscuros, como si las divinidades que escribían nuestros destinos no se comunicaran sus planes entre sí... Y todo fue tan solo viendo el índice del libro.
Por instinto de supervivencia y quizás algo más, Xana se apresuró en arrebatarme el libro, arrojarlo lejos y en derribarme. Sin perder tiempo, tomó mi artilugio antimagia y lo activó clavándolo en el suelo.
Justo antes de que el descomunal e infinito conocimiento dejara de fluir hacia mi mente, miré al gnomo, comprendiendo al fin su verdadera naturaleza. Él me dirigió una mirada sombría con una sonrisa triste.
–Libnik nunca estuvo aquí.
En cuanto dije aquello, la antimagia hizo su efecto y perdí todo el conocimiento adquirido.[1] Y junto a él, también desapareció el gnomo, pues el verdadero nunca estuvo ahí.
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–Bueno, entonces... ¿qué haremos ahora? –pregunté al cabo de un rato, al fin recuperado de lo que sea que me hubiera sucedido–. Los biolines escaparon, pero no dudo de que seguirán biolando sin bioética. Será mejor estar preparados, sobre todo si poseen objetos mágicos tan peligrosos como este. –Mostré el libro de los doromaggios, con total cautela, y un momento después volví a guardarlo en un sitio que no revelaré–. Por suerte para nosotros, y este «nosotros» nos incluye a Bio verdadero y a mí pero no a ustedes, estamos en un grupo con bastante experiencia en este tipo de problemas.
Hice una pausa innecesaria, solo para generar suspenso.
–Hace tiempo, surgió una idea: el Séptimo Círculo… La idea era reunir un grupo de personas excepcionales y tratar de convertirlas en algo más, ver si podían unirse cuando necesitáramos que libraran las batallas que no podíamos ganar. Hijo de Coul murió creyendo firmemente en esa idea, sea quien sea, si es que siquiera existió y no es solo un nombre colocado sin motivo en este discurso.
–Creo que su verdadero nombre era Coulso...
–Ya no importa –interrumpí a Xana y coloqué una mano sobre el hombro de Zelas–. ¿Qué opinas? ¿Te interesa unirte a nuestro clan? –Cuando vi que Eve se acercó, le dije–: ¿Y tú qué? ¿Hay algo en lo que pueda ayudarte?
–¿La invitación es solo para Zelas? –me cuestionó Xana.
Suspiré con resignación.
–Está bien, tú también puedes unirte, si quieres –le propuse a Eve.
–¿Y los demás no?
–Pero qué exigente.
–Seremos más poderosos mientras más seamos.
–Eso... es verdad –tuve que admitir–. Está bien, tú también podrás unirte –le dije a Xana.
–Espera, ¿yo aún no era parte del clan? –se indignó.
–Claro que no; Bio me invitó a mí, pero eso jamás te incluyó a ti.
–¡¿Eh?!
–Descuida, estoy bromeando –dije con una sonrisa ladina en un improvisado intento por evitar su furia con una mentirita. Por suerte, funcionó, o eso quise creer. Dicho eso, me dirigí al resto–. Muy bien, ahora sí en serio, somos parte de un clan, y nos cuidamos entre todos. Quizá podamos establecer una alianza. Juntos seremos más fuertes. Y si los zoituanos los atacan, o a nosotros, nos apoyaremos... Ay, perdón, no debía copiar el discurso completo. Era hasta lo de ser fuertes... Pero también tengan cuidado de los Zoituano o...
–Rauko, céntrate.
–Sí, bueno, el punto es que los del Séptimo Círculo somos simpáticos y tenemos biusas.
–¡Ustedes son los que destruyeron mi posada! –gritó alguien enojado desde algún lado.
–Bueno, nosotros nos vamos. Acabo de recordar que dejamos puesto el... Ahm... Sí.
Y me fui porque no había más que hacer, no porque quisiera evitar más líos en aquel día.
(☞°∀°)☞ OFFROL ☜(°∀°☜)
[1] Objeto Limitado: Campo de disrupción de éter, o algo así era. Anula la magia dentro de dos metros por un turno.
Como decía, están invitados unirse a nuestro clan el Séptimo Círculo para ser aún más chéveres, tener biusas gratis y repetir lo de disfrazarse de algo =) Ah, y también hay más beneficios por ser de un clan, pero son irrelevantes frente a tener biusas >=D
Bueno, eso es todo, que ya es momento de pedir exp. Un placer rolear con ustedes, espero sigan sobreviviendo al fin del mundo =')
Como decía, están invitados unirse a nuestro clan el Séptimo Círculo para ser aún más chéveres, tener biusas gratis y repetir lo de disfrazarse de algo =) Ah, y también hay más beneficios por ser de un clan, pero son irrelevantes frente a tener biusas >=D
Bueno, eso es todo, que ya es momento de pedir exp. Un placer rolear con ustedes, espero sigan sobreviviendo al fin del mundo =')
Rauko
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