Quinta gran carrera de upeleros [Noche, libre, 6/6][Cerrado]
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Re: Quinta gran carrera de upeleros [Noche, libre, 6/6][Cerrado]
Avanzaba a toda prisa, no era el upelero más veloz, pero sí que se había mantenido a una velocidad constante durante toda la carrera, lo cual me aseguraría un muy buen ritmo y la posibilidad de ganar, considerando que los demás aceleraban y frenaban a ratos, era solo cuestión de tiempo para que comenzaran a quedarse atrás.
Con lo que no contaba era con la misteriosa suerte de Rauko que me pasó a toda velocidad, dirigiéndose al puente como una flecha imparable -Rayos- Murmuré mientras me aferraba a las riendas de mi ulepero y le daba una nalgada para pedirle un poco más de velocidad, una mala decisión, pues avanzar más rápido al inicio podía significar avanzar más lento al final.
Y justo cuando pensaba que mi único problema sería Rauko, otro corredor me pasó dejando el plumero en el camino, literalmente, la chica de las alas emplumadas me adelantó, dejando también a Rauko en el camino, pero entonces algo extraño sucedió, la chica alada había dejado atrás a Rauko, estaba seguro de haberlo visto, pero de alguna manera en un parpadeo todo cambió.
Apenas me había distraído un instante, tan solo un parpadeo, y ahora Rauko estaba en el lugar de la chica y ella en el lugar de Rauko -¿Pero eso qué es?- Pregunté mientras me acercaba también al puente y pasaba a su lado para dejarla atrás de nuevo y ponerme a la cabeza junto con Rauko, pero eso tampoco ocurrió, balé la vista hacia el upelero para felicitarlo con una palmadita y cuando elevé la vista de nuevo, había vuelto a pasar aquel extraño cambio, ahora yo estaba atrás, y la chica cuervo volvía a estar con Rauko a la cabeza.
¡¿Pero esto qué es?!- Exclamé confundido, no entendía muy bien lo que estaba sucediendo, pero podía decir que había algo raro tras ese puente que intercambiaba a los corredores, lo bueno es que, si mi teoría era correcta, aquello seguiría ocurriendo una y otra vez, y ahora el siguiente que pasara por ese puente tomaría mi lugar y yo el suyo, contaba con eso y esperaba no estar equivocado.
Mientras tanto, sin que pudiera verlos, un par de pequeños faes reían a carcajadas ante aquel extraño truco mágico que habían activado en esa casilla, en el que, por alguna manera, cuando alguien lo pisaba, era cambiado de lugar con el siguiente que lo adelantara, un truco sencillo pero con muchas posibilidades de sembrar el caos entre los corredores.
Con lo que no contaba era con la misteriosa suerte de Rauko que me pasó a toda velocidad, dirigiéndose al puente como una flecha imparable -Rayos- Murmuré mientras me aferraba a las riendas de mi ulepero y le daba una nalgada para pedirle un poco más de velocidad, una mala decisión, pues avanzar más rápido al inicio podía significar avanzar más lento al final.
Y justo cuando pensaba que mi único problema sería Rauko, otro corredor me pasó dejando el plumero en el camino, literalmente, la chica de las alas emplumadas me adelantó, dejando también a Rauko en el camino, pero entonces algo extraño sucedió, la chica alada había dejado atrás a Rauko, estaba seguro de haberlo visto, pero de alguna manera en un parpadeo todo cambió.
Apenas me había distraído un instante, tan solo un parpadeo, y ahora Rauko estaba en el lugar de la chica y ella en el lugar de Rauko -¿Pero eso qué es?- Pregunté mientras me acercaba también al puente y pasaba a su lado para dejarla atrás de nuevo y ponerme a la cabeza junto con Rauko, pero eso tampoco ocurrió, balé la vista hacia el upelero para felicitarlo con una palmadita y cuando elevé la vista de nuevo, había vuelto a pasar aquel extraño cambio, ahora yo estaba atrás, y la chica cuervo volvía a estar con Rauko a la cabeza.
¡¿Pero esto qué es?!- Exclamé confundido, no entendía muy bien lo que estaba sucediendo, pero podía decir que había algo raro tras ese puente que intercambiaba a los corredores, lo bueno es que, si mi teoría era correcta, aquello seguiría ocurriendo una y otra vez, y ahora el siguiente que pasara por ese puente tomaría mi lugar y yo el suyo, contaba con eso y esperaba no estar equivocado.
Mientras tanto, sin que pudiera verlos, un par de pequeños faes reían a carcajadas ante aquel extraño truco mágico que habían activado en esa casilla, en el que, por alguna manera, cuando alguien lo pisaba, era cambiado de lugar con el siguiente que lo adelantara, un truco sencillo pero con muchas posibilidades de sembrar el caos entre los corredores.
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Re: Quinta gran carrera de upeleros [Noche, libre, 6/6][Cerrado]
-Oh finalmente te moviste, que bien!- señalo el rubio con evidente sarcasmo, ya era oficialmente el ultimo en la carrera, su upelero definitivamente no estaba hecho para correr pero en el canto o el baile ya era otra historia, el fuego se acercaba peligrosamente y el upelero no hacia ningún intento por moverse mas que esos míseros dos pasos que habia avanzado.
Zelas le tiro de las riendas, le corrió la peluca, le amenazo con hacerle oler el frasco con sus pedos pero no paso nada, -Bien, estamos acabados- entonces el rubio tuvo una idea, arriesgada, probablemente terminarían desfigurados, pero cualquier cosa era mejor que ser devorados por las llamas, Zelas se bajo de su upelero al momento que buscaba el orbe entre sus bolsillos, cuando lo encontró lo saco junto a una pequeña llavecita, acto seguido saco una de sus espadas, y unió la llave a esta, su espada entonces se ilumino con un brillo mágico y diferente.
-Muy bien, con esto avanzaremos hasta el final de la meta.... Donde sea que eso este- señalo al momento que realizaba 2 cortes, uno en vertical seguido por uno horizontal, la realidad y el espacio-tiempo se cortaron y se abrieron en un vacío que no permitía ver que había del otro lado hasta que aquel portal fuera cruzado, Zelas se monto en el upelero de nueva cuenta y tragando saliva, incluso su upelero avanzo ante la situación presentada ante el, lo cual hizo que el rubio sintiera un poco de respeto por la creatura, ambos cruzaron el portal solo para ver como del otro lado, Zelas alcanzaba a ver como el trasero de su upelero terminaba de cruzar el portal -Una puta mierda!- grito furibundo el rubio al notar como en vez de avanzar hacia la meta, había aparecido un poco mas atrás de donde había cruzado originalmente.
Atrapo la llave y la guardo en sus ropas al igual que la espada que guardaría en el orbe, procuraría olvidar que aquello acababa de pasar.
Zelas le tiro de las riendas, le corrió la peluca, le amenazo con hacerle oler el frasco con sus pedos pero no paso nada, -Bien, estamos acabados- entonces el rubio tuvo una idea, arriesgada, probablemente terminarían desfigurados, pero cualquier cosa era mejor que ser devorados por las llamas, Zelas se bajo de su upelero al momento que buscaba el orbe entre sus bolsillos, cuando lo encontró lo saco junto a una pequeña llavecita, acto seguido saco una de sus espadas, y unió la llave a esta, su espada entonces se ilumino con un brillo mágico y diferente.
-Muy bien, con esto avanzaremos hasta el final de la meta.... Donde sea que eso este- señalo al momento que realizaba 2 cortes, uno en vertical seguido por uno horizontal, la realidad y el espacio-tiempo se cortaron y se abrieron en un vacío que no permitía ver que había del otro lado hasta que aquel portal fuera cruzado, Zelas se monto en el upelero de nueva cuenta y tragando saliva, incluso su upelero avanzo ante la situación presentada ante el, lo cual hizo que el rubio sintiera un poco de respeto por la creatura, ambos cruzaron el portal solo para ver como del otro lado, Zelas alcanzaba a ver como el trasero de su upelero terminaba de cruzar el portal -Una puta mierda!- grito furibundo el rubio al notar como en vez de avanzar hacia la meta, había aparecido un poco mas atrás de donde había cruzado originalmente.
Atrapo la llave y la guardo en sus ropas al igual que la espada que guardaría en el orbe, procuraría olvidar que aquello acababa de pasar.
Zelas Hazelmere
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Re: Quinta gran carrera de upeleros [Noche, libre, 6/6][Cerrado]
Jinete y upelero lograron dejar atrás el ardiente sendero del bosque, y la trifulca que los había distanciado. Con renovadas energías volvieron a avanzar a un ritmo constante, aunque no especialmente rápido.
Iltharion sabía que el truco para la victoria era no espolear de más a su montura en las primeras millas, dejar que el resto se cansaran, y aprobechar las zonas donde el terreno era menos agreste para dejar reposar a la montura, y pasar las partes empinadas airoso.
Finalmente, alcanzo al jinete de melenas oscuras. Una cosquilleo extraño le sacudió el cuerpo, y le entumeció las palmas de las manos. Durante un instante se sintió desorientado, pero, cuando logro enfocar la vista y recomponerse, apenas había pasado un instante y seguía en el mismo lugar.
Tras de sí, el sonido de otro contendiente acercándose a él por la espalda lo devolvió a la realidad. Cuando el jinete le adelantase, el místico mareo lo envolvería de nuevo, y esta vez, al enfocar la visión, se hallaría más adelante, allí donde el jinete que le acababa de adelantar.
Siguiendo la carrera a caballo, la soberbia mercenaria parpadeo confusa, cuando el elfo pelirrojo a quien seguia se convirtió repentinamente en otra persona. Siseo entre dientes una maldición, culpando al hijo de sandorai de lo que fuese que hubiera ocasionado ese cambio magico, y azuzo su castrado para alcanzarle, aun convencida de poder presenciar su derrota, por muchas trampas que hiciese.
Off-rol: Al siguiente corredor que pase al lado mio le afecta la casilla y se cambia de posición conmigo
Iltharion sabía que el truco para la victoria era no espolear de más a su montura en las primeras millas, dejar que el resto se cansaran, y aprobechar las zonas donde el terreno era menos agreste para dejar reposar a la montura, y pasar las partes empinadas airoso.
Finalmente, alcanzo al jinete de melenas oscuras. Una cosquilleo extraño le sacudió el cuerpo, y le entumeció las palmas de las manos. Durante un instante se sintió desorientado, pero, cuando logro enfocar la vista y recomponerse, apenas había pasado un instante y seguía en el mismo lugar.
Tras de sí, el sonido de otro contendiente acercándose a él por la espalda lo devolvió a la realidad. Cuando el jinete le adelantase, el místico mareo lo envolvería de nuevo, y esta vez, al enfocar la visión, se hallaría más adelante, allí donde el jinete que le acababa de adelantar.
Siguiendo la carrera a caballo, la soberbia mercenaria parpadeo confusa, cuando el elfo pelirrojo a quien seguia se convirtió repentinamente en otra persona. Siseo entre dientes una maldición, culpando al hijo de sandorai de lo que fuese que hubiera ocasionado ese cambio magico, y azuzo su castrado para alcanzarle, aun convencida de poder presenciar su derrota, por muchas trampas que hiciese.
Off-rol: Al siguiente corredor que pase al lado mio le afecta la casilla y se cambia de posición conmigo
Iltharion Dur'Falas
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Re: Quinta gran carrera de upeleros [Noche, libre, 6/6][Cerrado]
- ¡Muevelo! – grito la dragona mientras con furia espoleaba a su montura, el pobre, tuerto y ligeramente ahumado animal soltó un poderoso cacareo ante la maltratadora orden que daba la muchacha.
Había quedado con sed tras pasar por aquel ardiente paraje, por lo cual su mirada se desvió más de una vez al líquido que había adquirido, aquella bota sudaba ligeramente, y su mano se estiró un poco, pero se detuvo.
“más adelante puede haber otro paraje que me de sed” pensó para sí mirando a lo lejos la espalda de su arlequín favorito.
Una pequeña sonrisa, surgió de sus labios mientras volvió a picar a su upelero, con una fuerza que rozaba el maltrato.
- Muévete inmundo pollo gigante, demuestra que e…..
La muchacha no termino su animoso grito, en un instante el terreno delante de ella había cambiado, tal cambio la desubico y si no fuera por los instintos de “halcón” se hubieran salido del camino.
El animal freno en seco y se giró, la muchacha miro a su alrededor, intentando ubicar el sentido correcto al cual debía moverse.
Había quedado con sed tras pasar por aquel ardiente paraje, por lo cual su mirada se desvió más de una vez al líquido que había adquirido, aquella bota sudaba ligeramente, y su mano se estiró un poco, pero se detuvo.
“más adelante puede haber otro paraje que me de sed” pensó para sí mirando a lo lejos la espalda de su arlequín favorito.
Una pequeña sonrisa, surgió de sus labios mientras volvió a picar a su upelero, con una fuerza que rozaba el maltrato.
- Muévete inmundo pollo gigante, demuestra que e…..
La muchacha no termino su animoso grito, en un instante el terreno delante de ella había cambiado, tal cambio la desubico y si no fuera por los instintos de “halcón” se hubieran salido del camino.
El animal freno en seco y se giró, la muchacha miro a su alrededor, intentando ubicar el sentido correcto al cual debía moverse.
Akapalotl
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Re: Quinta gran carrera de upeleros [Noche, libre, 6/6][Cerrado]
Sucedió. Tal como me temía, sucedió lo que mi instinto me advertía que sucedería. Sin embargo, contra todo pronóstico, no fue tan terrible como lo había imaginado. De hecho, a pesar de mi confusión inicial producto del abrupto teletransporte, había quedado en mejor sitio que antes.
Pero eso me dejaba, a pesar de todo, en un peor dilema: si lo sucedido terminó siendo algo beneficioso, lo más correcto sería no culpar a Nousis, sino agradecerle, lo cual, evidentemente, estaría en contra de todas y cada una de las leyes naturales.
Una superposición de graznido, aullido y mugido, una extraña creación de la garganta de mi upelero, me devolvió a la carrera, por suerte despejando mi mente de cuestiones semánticas innecesarias. Entonces reparé en algo más sorprendente: mi montura corría con la cabeza hacia adelante, y hasta yo aparecí en la posición acorde como jinete.
«Esto es estupendo», tuve que reconocer, y con agrado. «Ahora es cuando realmente nos pondremos serios». Con tal pensamiento, me incliné hacia adelante, espolié a mi animal y dejé florecer en mi rostro una sonrisa lobuna.
Tal escena habría sido igual de estupenda si el asqueroso upelero no estuviera avanzando como si le pesaran de sobremanera sus... plumas.
«Quizás si le doy un incentivo...». Sin pensarlo más, generé una reluciente biusa[1] con forma de manzana dorada, le imbuí éter para dotarla de un aura de aspecto divino, y luego di un respingo, sobresaltado, cuando el upelero, en apenas un instante, dobló el cuello y devoró la fruta para seguir andando con la misma lentitud.
«¡Maldita sea, deberé hacerlo andar en retroceso otra vez!», lloriqueé. Así que, no queriendo desperdiciar más tiempo, desmonté dando un salto al lateral, uno innecesariamente acrobático pero vistoso, para caer a su lado dispuesto a hacerlo girar de alguna manera.
Pero no aterricé; seguí cayendo a un inesperado vacío, pero inesperado solo para mí, pues no había reparado en que estábamos en un puente angosto situado sobre un río.
Tras el chapuzón, nadé hasta tierra y contemplé cómo la victoria escapaba de mis posibilidades mientras los demás corredores aparecían y desaparecían mediante alguna extraña magia.
Entonces lo supe. Finalmente lo supe.
Al final de todo, sí podía simplemente culpar a Nousis.
Pero eso me dejaba, a pesar de todo, en un peor dilema: si lo sucedido terminó siendo algo beneficioso, lo más correcto sería no culpar a Nousis, sino agradecerle, lo cual, evidentemente, estaría en contra de todas y cada una de las leyes naturales.
Una superposición de graznido, aullido y mugido, una extraña creación de la garganta de mi upelero, me devolvió a la carrera, por suerte despejando mi mente de cuestiones semánticas innecesarias. Entonces reparé en algo más sorprendente: mi montura corría con la cabeza hacia adelante, y hasta yo aparecí en la posición acorde como jinete.
«Esto es estupendo», tuve que reconocer, y con agrado. «Ahora es cuando realmente nos pondremos serios». Con tal pensamiento, me incliné hacia adelante, espolié a mi animal y dejé florecer en mi rostro una sonrisa lobuna.
Tal escena habría sido igual de estupenda si el asqueroso upelero no estuviera avanzando como si le pesaran de sobremanera sus... plumas.
«Quizás si le doy un incentivo...». Sin pensarlo más, generé una reluciente biusa[1] con forma de manzana dorada, le imbuí éter para dotarla de un aura de aspecto divino, y luego di un respingo, sobresaltado, cuando el upelero, en apenas un instante, dobló el cuello y devoró la fruta para seguir andando con la misma lentitud.
«¡Maldita sea, deberé hacerlo andar en retroceso otra vez!», lloriqueé. Así que, no queriendo desperdiciar más tiempo, desmonté dando un salto al lateral, uno innecesariamente acrobático pero vistoso, para caer a su lado dispuesto a hacerlo girar de alguna manera.
Pero no aterricé; seguí cayendo a un inesperado vacío, pero inesperado solo para mí, pues no había reparado en que estábamos en un puente angosto situado sobre un río.
Tras el chapuzón, nadé hasta tierra y contemplé cómo la victoria escapaba de mis posibilidades mientras los demás corredores aparecían y desaparecían mediante alguna extraña magia.
Entonces lo supe. Finalmente lo supe.
Al final de todo, sí podía simplemente culpar a Nousis.
(☞°∀°)☞ OFFROL ☜(°∀°☜)
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Con mi post termina esta ronda, así que ya pueden volver a postear =)[1] Uso habi de Rauko: Protobiusa.
PD: Cuando Zelas pase sobre la casilla 10, si algún día avanza, intercambiará posiciones con la última que lo hizo, es decir, con Akapalotl.
Rauko
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Re: Quinta gran carrera de upeleros [Noche, libre, 6/6][Cerrado]
El destello turquesa de la melena de la dragona captó la atención del bardo, quien, con un gesto sobrado y elegante, se despidió de ella con la diestra, afianzando la zurda vehementemente a las riendas. Taconeó los costados del upelero, y ambos se lanzaron al galope, dejando a la muchacha atrás.
El bosque, como un borrón colorido, pasaba a lado y lado del trovador sin captar su atención. Pues los hombres vaca, repartidos alrededor de la pista, resultaban un llamado más bien pobre para sus atenciones, y no lo motivaban en absoluto a dedicarles florituras. La única excepción era la mercenaria montada que esporádicamente se dejaba ver, a quien la repentina fortuna del elfo no parecía gustarle.
Cualquier distracción, o falta de ella, dejó de ser importante cuando upelero y jinete se sumergieron en los oscuros túneles. La montura, que no se había destacado por ninguna capacidad en especial hasta el momento, demostró una habilidad sorprendente para manejarse en las tinieblas, esquivando las estalagmitas que cortaban el camino, y serpenteando alrededor de las estalactitas que hubiesen tirado a su jinete.
Animado por ese descubrimiento, el trovador atusto cariñosamente el cuello de su montura, y le susurro palabras de ánimo.
Off-rol: me compro el poder del kiwi aunque aun no lo uso.
El bosque, como un borrón colorido, pasaba a lado y lado del trovador sin captar su atención. Pues los hombres vaca, repartidos alrededor de la pista, resultaban un llamado más bien pobre para sus atenciones, y no lo motivaban en absoluto a dedicarles florituras. La única excepción era la mercenaria montada que esporádicamente se dejaba ver, a quien la repentina fortuna del elfo no parecía gustarle.
Cualquier distracción, o falta de ella, dejó de ser importante cuando upelero y jinete se sumergieron en los oscuros túneles. La montura, que no se había destacado por ninguna capacidad en especial hasta el momento, demostró una habilidad sorprendente para manejarse en las tinieblas, esquivando las estalagmitas que cortaban el camino, y serpenteando alrededor de las estalactitas que hubiesen tirado a su jinete.
Animado por ese descubrimiento, el trovador atusto cariñosamente el cuello de su montura, y le susurro palabras de ánimo.
Off-rol: me compro el poder del kiwi aunque aun no lo uso.
Iltharion Dur'Falas
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Re: Quinta gran carrera de upeleros [Noche, libre, 6/6][Cerrado]
Recuperando el terreno que había perdido a toda prisa, el anaranjado upelero sobrepasó al jinete que iba en cabeza, que no era otro que el elfo del pergamino, pero cuando la morena echó la vista atrás para ver al peliblanco, éste desapareció ante sus ojos, para reaparecer por delante de ella. - ¿Qué clase de truco ha usado? - se preguntó, percatándose de que no había sido un mero adelantamiento, sino un cambio de posición.
Ahora ella se encontraba algo más atrás sin saber cómo, todo había pasado en apenas unos segundos, demasiado rápido para que pudiese ver nada. Y mientras intentaba comprender lo que acababa de suceder, otro corredor le pasó de largo por uno de los laterales, pero de nuevo, aquella magia, porque tenía que ser magia eso estaba claro, se activó. El moreno pasó de ponerse por delante de ella a estar justo detrás, intercambiando sus puestos y dejando entrever que quizá no fuese algo causado por el herrero sino cosa de las vacas y su extraño circuito.
- No puedo quedarme atrapada aquí. - soltó, espoleando a su montura para alejarse tanto como fuese posible y agradeciendo que el emplumado, ésta vez, respondiese adecuadamente.
Rápidamente dejó atrás el último tramo del puente, pero ya no iba en segundo lugar, en mitad de la confusión otro de los competidores la había sobrepasado y se había hecho con la cabeza de carrera. Sin perder los ánimos, Ava siguió guiando al ave y aprovechó que el elfo se había caído al agua para recuperar su posición, girando el rostro en su dirección al pasarlo para comprobar que no se repitiese el misterioso suceso de antes y también asegurarse de que no se hubiese hecho daño. A fin de cuentas seguía en deuda con aquel hombre y quería tener oportunidad de darle las gracias tras la competición.
Con la mente de nuevo centrada en lo que tenía por delante, avanzó velozmente hacia la entrada de los túneles, atisbando una silueta en la penumbra, la del pelirrojo que montaba el upelero turquesa.
Demostrando una agilidad y destreza que no habría creído posible, su emplumado amigo se las apañó para esquivar los obstáculos y ponerse a la par con su congénere celeste, lo que dejaba a ambos jinetes luchando por el primer puesto, al menos hasta que los demás los alcanzasen.
- Si salgo primero del túnel tendré ventaja… - pensó la cuerva, dejando aflorar cierta competitividad y mirando de soslayo al otro participante. ¿Podría su montura mantener aquel ritmo? Esa era la duda que tenía, sobretodo tras los problemillas que le había dado en el bosque.
No saber qué les esperaba al otro lado también la inquietaba, ¿habría algún cambio nuevo en el terreno? ¿alguna trampa mágica más? Todo era posible.
Off: Avanzo 4 casillas y alcanzo a Iltharion, hora de ponerse serios (?)
Gasto 10 de mis 12 Abb en comprar la Comida de Iori.
Ahora ella se encontraba algo más atrás sin saber cómo, todo había pasado en apenas unos segundos, demasiado rápido para que pudiese ver nada. Y mientras intentaba comprender lo que acababa de suceder, otro corredor le pasó de largo por uno de los laterales, pero de nuevo, aquella magia, porque tenía que ser magia eso estaba claro, se activó. El moreno pasó de ponerse por delante de ella a estar justo detrás, intercambiando sus puestos y dejando entrever que quizá no fuese algo causado por el herrero sino cosa de las vacas y su extraño circuito.
- No puedo quedarme atrapada aquí. - soltó, espoleando a su montura para alejarse tanto como fuese posible y agradeciendo que el emplumado, ésta vez, respondiese adecuadamente.
Rápidamente dejó atrás el último tramo del puente, pero ya no iba en segundo lugar, en mitad de la confusión otro de los competidores la había sobrepasado y se había hecho con la cabeza de carrera. Sin perder los ánimos, Ava siguió guiando al ave y aprovechó que el elfo se había caído al agua para recuperar su posición, girando el rostro en su dirección al pasarlo para comprobar que no se repitiese el misterioso suceso de antes y también asegurarse de que no se hubiese hecho daño. A fin de cuentas seguía en deuda con aquel hombre y quería tener oportunidad de darle las gracias tras la competición.
Con la mente de nuevo centrada en lo que tenía por delante, avanzó velozmente hacia la entrada de los túneles, atisbando una silueta en la penumbra, la del pelirrojo que montaba el upelero turquesa.
Demostrando una agilidad y destreza que no habría creído posible, su emplumado amigo se las apañó para esquivar los obstáculos y ponerse a la par con su congénere celeste, lo que dejaba a ambos jinetes luchando por el primer puesto, al menos hasta que los demás los alcanzasen.
- Si salgo primero del túnel tendré ventaja… - pensó la cuerva, dejando aflorar cierta competitividad y mirando de soslayo al otro participante. ¿Podría su montura mantener aquel ritmo? Esa era la duda que tenía, sobretodo tras los problemillas que le había dado en el bosque.
No saber qué les esperaba al otro lado también la inquietaba, ¿habría algún cambio nuevo en el terreno? ¿alguna trampa mágica más? Todo era posible.
Off: Avanzo 4 casillas y alcanzo a Iltharion, hora de ponerse serios (?)
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Ava Kenrith
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Re: Quinta gran carrera de upeleros [Noche, libre, 6/6][Cerrado]
Luego de lo que parecieron 5 post(?) finalmente el upelero salió del bosque en llamas, la brisa que le llegaba al cruzar el puente era refrescante, reparadora, refrescante, si lo pensó 2 veces y cometió el grave error de vocalizarlo -Al fin, que rica brisa la que hay en este puente eh- y entonces el upelero se freno de golpe justo antes de terminar de cruzar el puente, vio a algunos corredores que también se encontraban en situaciones similares, salvo por un pequeño detalle, la mayoría de ellos parecía estar en un trance que propiciaba la suspensión de incredibilidad, y es que pretendían que seguían corriendo, pero el no-elfo claramente les veía estancados al igual que el después de cada tanto.
-Quizás me faltan drogas- se dijo a si mismo mientras que su upelero miraba al resto con la misma cara de confusión que el, al menos en ese aspecto ambos estaban en la misma sintonía, quizás era momento de ver las cosas desde un lado mas positivo, ya había salido del bosque en llamas que era lo importante, desde ahora en adelante las cosas solo podían mejorar... ¿Verdad?.
Finalmente el rubio comprendió todo -Ha sido la peluca... La peluca se parece a la peluca de Nousis... Nousis suele tener la culpa de todo lo malo que ocurre... Maldito seas Nousis, tu mala suerte me ha perjudicado otra vez!!(?) - se lamento el no-elfo mientras agitaba el puño con fuerza en el aire, vista que para los demás de seguro se vería raro pero bueno, era el ultimo y debido a eso se podía dar unos cuantos lujos(?).
-Quizás me faltan drogas- se dijo a si mismo mientras que su upelero miraba al resto con la misma cara de confusión que el, al menos en ese aspecto ambos estaban en la misma sintonía, quizás era momento de ver las cosas desde un lado mas positivo, ya había salido del bosque en llamas que era lo importante, desde ahora en adelante las cosas solo podían mejorar... ¿Verdad?.
Finalmente el rubio comprendió todo -Ha sido la peluca... La peluca se parece a la peluca de Nousis... Nousis suele tener la culpa de todo lo malo que ocurre... Maldito seas Nousis, tu mala suerte me ha perjudicado otra vez!!(?) - se lamento el no-elfo mientras agitaba el puño con fuerza en el aire, vista que para los demás de seguro se vería raro pero bueno, era el ultimo y debido a eso se podía dar unos cuantos lujos(?).
Zelas Hazelmere
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Re: Quinta gran carrera de upeleros [Noche, libre, 6/6][Cerrado]
Si había una metáfora que pudiera usarse para representar aquella caricaturesca carrera, sería sin lugar a dudas una carrera de frijoles cayendo por una empinada colina, justo así se veía todo, los corredores avanzaban hacia atrás y luego volvían adelante. Mi upelero, por su parte, era la perfecta representación de la frase “sin prisa pero sin pausa”, pues, no aceleraba ni bajaba su velocidad, simplemente avanzaba al mismo ritmo todo el rato, inmutable, inalienable, inexpresivo -Alerta.
Eso último no era parte del carismático texto, sino una advertencia para mi pajarraco, acompañado de un tirón a la derecha para evitar estrellarnos contra otro corredor que apareció allí repentina y mágicamente. No podía explicar cómo había llegado ahí, pero tampoco tenía tiempo para hacerlo, pues todos los corredores habían aprovechado mi momento de confusión para adelantarme.
Apenas un instante de confusión había bastado para que todos me dejaran atrás, o todos menos Akapita y el elfo rubio que parecían ser los menos favorecidos por los dioses. Era momento de ponernos serios, me aferré sobre el upelero, apreté las riendas, le di una nalgada al pollo, grité emocionado y… pues nada, todo siguió exactamente igual, Chocopollo seguía avanzando exactamente al mismo ritmo, en un cómodo trote que al cabo de un rato resultaba desesperante.
Afortunadamente parecía que los dioses estaban a mi favor, pues, aunque yo aún no lo sabía, me iban a favorecer sin que apenas lo notara, y es que justo antes de la entrada de aquellos tétricos túneles en donde los primeros lugares se habían internado, logré ver un atisbo de lo que parecía ser un segundo camino, uno más alegre, apenas visible si se viajaba a la velocidad necesaria.
Eres un genio, Chocopollo- Dije al entender que la escasa velocidad de Chocopollo no era más que una elaborada estrategia de viajar despacio para que yo pudiera ver esta entrada y guiarlo. Tomé las riendas y lo giré con fuerza hacia la entrada de lo que parecía ser un atajo semioculto entre la maleza. El animal se resistió, como si no tuviera idea del sendero, o quizá en alguna advertencia del engañoso peligro que me esperaba en esa ruta, pero logré doblegarlo y en un instante nos perdimos entre la maleza, con rumbo hacia la victoria y sin ningún miedo al éxito.
[1] Avanzo 3 casillas hasta el hermoso atajo. Eso último no era parte del carismático texto, sino una advertencia para mi pajarraco, acompañado de un tirón a la derecha para evitar estrellarnos contra otro corredor que apareció allí repentina y mágicamente. No podía explicar cómo había llegado ahí, pero tampoco tenía tiempo para hacerlo, pues todos los corredores habían aprovechado mi momento de confusión para adelantarme.
Apenas un instante de confusión había bastado para que todos me dejaran atrás, o todos menos Akapita y el elfo rubio que parecían ser los menos favorecidos por los dioses. Era momento de ponernos serios, me aferré sobre el upelero, apreté las riendas, le di una nalgada al pollo, grité emocionado y… pues nada, todo siguió exactamente igual, Chocopollo seguía avanzando exactamente al mismo ritmo, en un cómodo trote que al cabo de un rato resultaba desesperante.
Afortunadamente parecía que los dioses estaban a mi favor, pues, aunque yo aún no lo sabía, me iban a favorecer sin que apenas lo notara, y es que justo antes de la entrada de aquellos tétricos túneles en donde los primeros lugares se habían internado, logré ver un atisbo de lo que parecía ser un segundo camino, uno más alegre, apenas visible si se viajaba a la velocidad necesaria.
Eres un genio, Chocopollo- Dije al entender que la escasa velocidad de Chocopollo no era más que una elaborada estrategia de viajar despacio para que yo pudiera ver esta entrada y guiarlo. Tomé las riendas y lo giré con fuerza hacia la entrada de lo que parecía ser un atajo semioculto entre la maleza. El animal se resistió, como si no tuviera idea del sendero, o quizá en alguna advertencia del engañoso peligro que me esperaba en esa ruta, pero logré doblegarlo y en un instante nos perdimos entre la maleza, con rumbo hacia la victoria y sin ningún miedo al éxito.
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Re: Quinta gran carrera de upeleros [Noche, libre, 6/6][Cerrado]
La muchacha apretó sus afilados dientes, sus ojos carmesíes habían tímidamente percibido la figura del elfo, el seguía delante, y en su rostro se podía percibir que aquello ya le estaba aburriendo.
- Muévete, muévete, muévete maldita sea – la muchacha grito con furia maltratando a su montura, el pobre animal encogió su cuello, y se negó a acelerar.
Ante esta acción la dragona estuvo a punto de bajarse de su montura, echársela al hombro y correr como una idiota detrás de los demás competidores, “levantar a este pollo no será un problema, pero alcanzar a los demás” pensó en silencio, para luego sentir como el ave comenzaba a moverse de nuevo.
La muchacha volvió a azotar las riendas, aunque con un poco más de compasión, el animal no entro en pánico en lugar de eso comenzó a acelerar, empezó a correr con un ritmo satisfactorio para Akapalotl, pero no fue lo suficientemente rápido para alcanzar al elfo.
- Vamos maldición, no me puede ganar ese arlequín
- Muévete, muévete, muévete maldita sea – la muchacha grito con furia maltratando a su montura, el pobre animal encogió su cuello, y se negó a acelerar.
Ante esta acción la dragona estuvo a punto de bajarse de su montura, echársela al hombro y correr como una idiota detrás de los demás competidores, “levantar a este pollo no será un problema, pero alcanzar a los demás” pensó en silencio, para luego sentir como el ave comenzaba a moverse de nuevo.
La muchacha volvió a azotar las riendas, aunque con un poco más de compasión, el animal no entro en pánico en lugar de eso comenzó a acelerar, empezó a correr con un ritmo satisfactorio para Akapalotl, pero no fue lo suficientemente rápido para alcanzar al elfo.
- Vamos maldición, no me puede ganar ese arlequín
Akapalotl
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Re: Quinta gran carrera de upeleros [Noche, libre, 6/6][Cerrado]
Un Popi salvaje aparece
Cargado hasta las cejas con un montón de bártulos, sintiéndose caracol al cargar con un petate sobre otro y otro a la espalda, el caminar del fauno bamboleaba de un lado al otro. Canturreaba mientras tanto, aunque la carga no le permitía brincar. Aun así, se encontraba animado, nunca había sabido cómo o por qué sus pasos siempre lo terminaban llevando allá donde tenía puestos los pensamientos, pero era feliz por ello. Sentía que la descontrolada vida sabía guiarlo.
¡Oh! ¡Hola! ¿Nos conocemos? Juraría que sí. ¡Si! Esas caras son familiares, vosotros, sí, sí, probasteis mi té. Fue grata compañía, gracias, gracias. Lo que es el destino, los lazos siempre nos acaban uniendo, ¿no creéis? Es gracioso, yo pensaba en vosotros y aquí os encuentro, aunque hay otros quienes os piensan también. ¡Qué mundo más pañuelístico! Curiosamente tengo aquí...
Rauko recibes Antídoto de Osaris [consumible]: elixir elaborado a partir de la Osaris, capaz de combatir cualquier veneno, tanto ingerido como en heridas. No aplicable para revertir maldiciones impuestas por un máster.
Bio recibes Guardapelo cambiador [3 cargas]: quien lo lleve puesto podrá transformar su aspecto en el de alguien cuyo pelo guarde el medallón. Sus efectos duran 1 turno. Tiene 3 cargas, pero sólo podrá utilizarse una vez por tema.
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Re: Quinta gran carrera de upeleros [Noche, libre, 6/6][Cerrado]
Una vez fuera del agua, sacudí mi cuerpo como perro y emané una gran descarga de éter luminoso y cálido, logrando así secarme por completo, más por lo segundo que por sacudirme ridículamente. Sin embargo, al mirar atrás, encontré a mi upelero todavía sobre el puente, avanzando solo porque era imposible quedarse inmóvil por completo.
Mientras me debatía entre buscarlo para llevarlo en mi espalda o atender a la pereza que la primera opción me suscitaba, una extraña y pintoresca criatura se acercaba a mí. Pero luego sería nuestro encuentro, pues en este momento ni el upelero me acompañaba.
Obligado a reconocer la deprimente velocidad de mi animal, opté por tumbarme en el suelo para esperarlo y comerme una biusa mientras tanto. Justo entonces, con la biusa recién generada en mi mano, fui sorprendido por el upelero, ahora frente a mí, devorando sin pudor alguno mi fruta mágica. Atónito, parpadeé, y tras ese parpadeo volví a verlo en el puente. Contraje mi rostro, extrañado de sobremanera, cuestionándome a mí mismo si comer queso de las vacas humanoides fue una terrible idea.
Por suerte, el upelero al fin dejó el puente atrás. Cuando apenas puso un pie sobre la tierra, me abalancé hacia él, potencié mi cuerpo inundándome con una descomunal cantidad de éter, agarré al upelero y le hice girarse. Se me fue la mano y dio más vueltas de las que calculé, por lo que tuve que detenerlo por mí mismo. Hecho eso, teniéndolo de nuevo mirando hacia atrás, me monté en su lomo con mi postura de jinete inversa y tiré de su cola. Él emitió un sonido inaudible pero desgarrador para criaturas con mejor oído, y corrió veloz, sin miedo al éxito, dispuesto a ganar de una vez por todas, aunque...
–¿Y ahora... por qué corres de lado? –pregunté en voz baja y con la nariz fruncida.
«No preguntes, solo gózalo», recordé, una sabia frase para momentos como ese, pues lo importante era correr. Sin embargo, pronto algo más tomó prioridad.
–Oye, espera, espera, ¡espera! –terminé gritando con urgencia, pero el animalejo no escuchaba–. ¡No por el túnel oscuro! –señalé–. Ve por ese hermoso camino verde, a través del frondoso bosque de árboles con frutos suculentos y de distintos colores, donde está el upelero color caca... –Desistí y gruñí–. Vale, haz lo que quieras –murmuré cruzándome de brazos y propulsándome con éter para no caerme al no agarrarme de nada, pues el gesto era más importante que la comodidad.
Adentrado en el túnel, mi upelero aún corría de lado y sin girar la cabeza hacia adelante, de alguna manera sorteando todos los obstáculos sin apenas esfuerzo. Poco a poco, segundo a segundo, mi mal humor fue esfumándose, aunque me contrariara, para dar cabida al asombro y la admiración por aquel extraño y desesperante upelero.
Más pronto que nunca pude superar al resto de corredores, incluso a aquella mujer bestia que, por alguna razón desconocida para mí, me miraba más de lo normal. «Al menos no me mira como Golosina miraba a Bio», me dije, y eso fue inusualmente despreocupante.
Entonces, finalmente, la extraña y pintoresca criatura mencionada antes apareció, en el túnel, en la penumbra, solo. Como si no fuera desconcertante encontrar a alguien ahí, lo fue más cuando reconocí su identidad.
–¿Qué? Hola, supongo. Pero... ¿qué? –fue lo que pude responder, pero él, como en nuestro encuentro anterior, hablaba demasiado, contrastando la rapidez de su lengua con la lentitud de sus pies.
Sin apuro alguno, me entregó un objeto. Un obsequio de alguien más, dijo, o eso apenas llegué a entender antes de que se despidiera, tan animado como siempre, y se marchara caminando con calma y desapareciera en la oscuridad.
Miré mis manos. Sostenía el obsequio, un pequeño vial verde, y también sostenía un murciélago mágico que Poppy jamás me entregó. Nada tenía sentido, solo eso entendí. Sin mencionar que jamás dejé de correr mientras Poppy se mantenía... «Lo hizo un mago», preferí pensar, eso para dejar de darle vueltas al asunto y perder la cordura en una vana búsqueda del sentido en el sinsentido.
Mientras me debatía entre buscarlo para llevarlo en mi espalda o atender a la pereza que la primera opción me suscitaba, una extraña y pintoresca criatura se acercaba a mí. Pero luego sería nuestro encuentro, pues en este momento ni el upelero me acompañaba.
Obligado a reconocer la deprimente velocidad de mi animal, opté por tumbarme en el suelo para esperarlo y comerme una biusa mientras tanto. Justo entonces, con la biusa recién generada en mi mano, fui sorprendido por el upelero, ahora frente a mí, devorando sin pudor alguno mi fruta mágica. Atónito, parpadeé, y tras ese parpadeo volví a verlo en el puente. Contraje mi rostro, extrañado de sobremanera, cuestionándome a mí mismo si comer queso de las vacas humanoides fue una terrible idea.
Por suerte, el upelero al fin dejó el puente atrás. Cuando apenas puso un pie sobre la tierra, me abalancé hacia él, potencié mi cuerpo inundándome con una descomunal cantidad de éter, agarré al upelero y le hice girarse. Se me fue la mano y dio más vueltas de las que calculé, por lo que tuve que detenerlo por mí mismo. Hecho eso, teniéndolo de nuevo mirando hacia atrás, me monté en su lomo con mi postura de jinete inversa y tiré de su cola. Él emitió un sonido inaudible pero desgarrador para criaturas con mejor oído, y corrió veloz, sin miedo al éxito, dispuesto a ganar de una vez por todas, aunque...
–¿Y ahora... por qué corres de lado? –pregunté en voz baja y con la nariz fruncida.
«No preguntes, solo gózalo», recordé, una sabia frase para momentos como ese, pues lo importante era correr. Sin embargo, pronto algo más tomó prioridad.
–Oye, espera, espera, ¡espera! –terminé gritando con urgencia, pero el animalejo no escuchaba–. ¡No por el túnel oscuro! –señalé–. Ve por ese hermoso camino verde, a través del frondoso bosque de árboles con frutos suculentos y de distintos colores, donde está el upelero color caca... –Desistí y gruñí–. Vale, haz lo que quieras –murmuré cruzándome de brazos y propulsándome con éter para no caerme al no agarrarme de nada, pues el gesto era más importante que la comodidad.
Adentrado en el túnel, mi upelero aún corría de lado y sin girar la cabeza hacia adelante, de alguna manera sorteando todos los obstáculos sin apenas esfuerzo. Poco a poco, segundo a segundo, mi mal humor fue esfumándose, aunque me contrariara, para dar cabida al asombro y la admiración por aquel extraño y desesperante upelero.
Más pronto que nunca pude superar al resto de corredores, incluso a aquella mujer bestia que, por alguna razón desconocida para mí, me miraba más de lo normal. «Al menos no me mira como Golosina miraba a Bio», me dije, y eso fue inusualmente despreocupante.
Entonces, finalmente, la extraña y pintoresca criatura mencionada antes apareció, en el túnel, en la penumbra, solo. Como si no fuera desconcertante encontrar a alguien ahí, lo fue más cuando reconocí su identidad.
–¿Qué? Hola, supongo. Pero... ¿qué? –fue lo que pude responder, pero él, como en nuestro encuentro anterior, hablaba demasiado, contrastando la rapidez de su lengua con la lentitud de sus pies.
Sin apuro alguno, me entregó un objeto. Un obsequio de alguien más, dijo, o eso apenas llegué a entender antes de que se despidiera, tan animado como siempre, y se marchara caminando con calma y desapareciera en la oscuridad.
Miré mis manos. Sostenía el obsequio, un pequeño vial verde, y también sostenía un murciélago mágico que Poppy jamás me entregó. Nada tenía sentido, solo eso entendí. Sin mencionar que jamás dejé de correr mientras Poppy se mantenía... «Lo hizo un mago», preferí pensar, eso para dejar de darle vueltas al asunto y perder la cordura en una vana búsqueda del sentido en el sinsentido.
(☞°∀°)☞ OFFROL ☜(°∀°☜)
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Con mi post termina esta ronda, así que ya pueden volver a postear =)PD: Al fin conseguí un poder (murciélago por la casilla 16a) =')
Rauko
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Re: Quinta gran carrera de upeleros [Noche, libre, 6/6][Cerrado]
Todo me estaba saliendo bien, no tan bien como para ir de primero, pero al menos no iba de último, ese puesto se lo discutían acaloradamente Akapita y Zelas, quienes lo último que vieron de mí, fue un amable y empático gesto de despedida, sumado a unas palabras de ánimo -Las espero en la meta, niñitas, si es que llegan- Claro, eran palabras de ánimo para mí.
Aún no tenía claro si aquello era un atajo de los que hacen avanzar más rápido o de los que atajan, pero esperaba que no fuera lo segundo. Para mi sorpresa, el camino era bastante tranquilo, de hecho, demasiado tranquilo -Sospechoso- Dije para mí mismo y en efecto, muy tarde tarde fue cuando al frenar, el pollo volcó y hasta el fondo fui a dar, resbalamos por una especie de tobogán, un pequeño riachuelo veloz y resbaloso que nos hizo desplazarnos incluso más rápido de lo que pensábamos avanzar.
Tranquilo, Chocopollo, saldremos de ésta, confío plenamente en tus capacidades y no dudo que puedas con esta situación- Le dije al animal mientras pensaba que inevitablemente íbamos a morir ambos. Por suerte mis palabras parecieron surtir efecto, el animal abrió sus alas para hacer equilibrio y ayudarse a mantener la dirección, usando sus alas para empujarse y ajustar su dirección hasta que finalmente llegamos al final del camino.
Y con final del camino me refiero a final del camino, no podía ver nada más después de ahí, o nada más que una luz incandescente y algunos destellos y sonidos fuertes de gritos y explosiones -Rayos- No alcancé a decir nada más. Al atravesar la luz al final del camino, estábamos en Villarauko, pero no éramos los únicos, también estaban los habitantes de Villarauko, obvio, pero además de eso, también había dragones.
No tenía la más remota idea de las banales razones que habrían llevado a semejante batalla entre vacas y dragones, pero de momento lo más importante sería sobrevivir, algo con lo que Chocopollo estaba completamente de acuerdo, pues aceleró el paso mucho más de lo que había marchado antes. Un par de bolas de fuego cayeron apenas a unos pasos de nosotros, haciendo que Chocopollo diera un salto y acelerara más, algo que sumado al fuego que consumía sus plumas traseras lo hacía ver como un corcel del infierno que avanzaba hacia la meta muy rápido y furioso… o más bien, rápido y nervioso.
[1] Avanzo 3 casillas hasta la hermosa casilla 16b que me hace avanzar otras 2 casillas hasta la hermosa casilla 20 que duplicará mi próxima tirada de runas. La vida es hermosa. Aún no tenía claro si aquello era un atajo de los que hacen avanzar más rápido o de los que atajan, pero esperaba que no fuera lo segundo. Para mi sorpresa, el camino era bastante tranquilo, de hecho, demasiado tranquilo -Sospechoso- Dije para mí mismo y en efecto, muy tarde tarde fue cuando al frenar, el pollo volcó y hasta el fondo fui a dar, resbalamos por una especie de tobogán, un pequeño riachuelo veloz y resbaloso que nos hizo desplazarnos incluso más rápido de lo que pensábamos avanzar.
Tranquilo, Chocopollo, saldremos de ésta, confío plenamente en tus capacidades y no dudo que puedas con esta situación- Le dije al animal mientras pensaba que inevitablemente íbamos a morir ambos. Por suerte mis palabras parecieron surtir efecto, el animal abrió sus alas para hacer equilibrio y ayudarse a mantener la dirección, usando sus alas para empujarse y ajustar su dirección hasta que finalmente llegamos al final del camino.
Y con final del camino me refiero a final del camino, no podía ver nada más después de ahí, o nada más que una luz incandescente y algunos destellos y sonidos fuertes de gritos y explosiones -Rayos- No alcancé a decir nada más. Al atravesar la luz al final del camino, estábamos en Villarauko, pero no éramos los únicos, también estaban los habitantes de Villarauko, obvio, pero además de eso, también había dragones.
No tenía la más remota idea de las banales razones que habrían llevado a semejante batalla entre vacas y dragones, pero de momento lo más importante sería sobrevivir, algo con lo que Chocopollo estaba completamente de acuerdo, pues aceleró el paso mucho más de lo que había marchado antes. Un par de bolas de fuego cayeron apenas a unos pasos de nosotros, haciendo que Chocopollo diera un salto y acelerara más, algo que sumado al fuego que consumía sus plumas traseras lo hacía ver como un corcel del infierno que avanzaba hacia la meta muy rápido y furioso… o más bien, rápido y nervioso.
Bio
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Re: Quinta gran carrera de upeleros [Noche, libre, 6/6][Cerrado]
La pintoresca criatura emplumada siguió correteando en la oscuridad. La penumbra que cubría el túnel, esporádicamente interrumpida por unas tenues y titil antes luz, se emborrononaba por la carrera. El trovador no pudo discernir su naturaleza.
Las sombras que proyectaban las estalagmitas sobre las paredes, parecían a veces personas, a veces seres, haciendo que uno nunca terminara de estar seguro de si había espectadores o solo un terreno engañoso como testigo de las peripecias de los jinetes.
La velocidad del upelero fue viéndose mellada por el sinuoso camino, hasta que una luz brillante se apareció tras una curva, bien al fondo.
Azuzado por la promesa de aire libre, del cielo azul bajo las cabezas, aire desprovisto de húmedas y un refugio de las sombrías siluetas que los perseguían, la bestia volvió al galope más brioso que era capaz de mantener. La corroboración de su jinete le llego un segundo tarde.
Iltharion se sintió raro sobre la silla. Normalmente, el paso presto lo hacía a uno rebotar, y podía este escoger entre ir medio en pie sobre los estribos, y amortiguar el galope con las rodillas, o dejarse el culo contra la silla. Esta vez, sin embargo, los cadentes rebotes del galope no le pasaron factura, y eso le permitió no aflojar el ritmo vertiginoso al que el polluelo turquesa se había abandonado, de nuevo.
Una sonrisa Victoriosa se pintó en su rostro, mientras el elfo ya saboreaba la victoria. Jubilo que se ensombreció casi de inmediato cuando se encontró de frente con las espaldas de un humano de oscura melena y aún más oscuras vestiduras, sobre un upelero de apariencia olvidable que resaltaba sobre los demás corredores justo por eso, por su ausencia de colores fantasía.
Dispuesto a que Bío no le dejase atrás, se inclinó sobre el cuello de su montura, y le susurro palabras de ánimo.
Offrol: Uso los calzoncillos mágicos que me protegen el culo y me permiten mantener el galope hasta alcanzar a Bio.
Las sombras que proyectaban las estalagmitas sobre las paredes, parecían a veces personas, a veces seres, haciendo que uno nunca terminara de estar seguro de si había espectadores o solo un terreno engañoso como testigo de las peripecias de los jinetes.
La velocidad del upelero fue viéndose mellada por el sinuoso camino, hasta que una luz brillante se apareció tras una curva, bien al fondo.
Azuzado por la promesa de aire libre, del cielo azul bajo las cabezas, aire desprovisto de húmedas y un refugio de las sombrías siluetas que los perseguían, la bestia volvió al galope más brioso que era capaz de mantener. La corroboración de su jinete le llego un segundo tarde.
Iltharion se sintió raro sobre la silla. Normalmente, el paso presto lo hacía a uno rebotar, y podía este escoger entre ir medio en pie sobre los estribos, y amortiguar el galope con las rodillas, o dejarse el culo contra la silla. Esta vez, sin embargo, los cadentes rebotes del galope no le pasaron factura, y eso le permitió no aflojar el ritmo vertiginoso al que el polluelo turquesa se había abandonado, de nuevo.
Una sonrisa Victoriosa se pintó en su rostro, mientras el elfo ya saboreaba la victoria. Jubilo que se ensombreció casi de inmediato cuando se encontró de frente con las espaldas de un humano de oscura melena y aún más oscuras vestiduras, sobre un upelero de apariencia olvidable que resaltaba sobre los demás corredores justo por eso, por su ausencia de colores fantasía.
Dispuesto a que Bío no le dejase atrás, se inclinó sobre el cuello de su montura, y le susurro palabras de ánimo.
Offrol: Uso los calzoncillos mágicos que me protegen el culo y me permiten mantener el galope hasta alcanzar a Bio.
Iltharion Dur'Falas
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Re: Quinta gran carrera de upeleros [Noche, libre, 6/6][Cerrado]
Concentrada como estaba en lo que tenía por delante, para guiar a su montura lo mejor posible a través del túnel y así mantener la ventaja que tenía con respecto al resto de corredores, Ava no se percató de que uno de ellos los estaba alcanzando prácticamente hasta que los rebasó. Se trataba del elfo peliblanco, que al parecer se había recompuesto tras su caída del puente y volvía a pelear por la primera posición.
Aquello la tomó por sorpresa pero no dejó que la distrajese, debía seguir adelante, así que espoleó los costados de su emplumado amigo y aceleró en dirección a la tenue luz que indicaba la salida del túnel.
Sin perder de vista su objetivo, la cuerva se recuperó y logró ser la segunda en abandonar la estrecha y cavernosa galería, pero cuando volvió al exterior, otro de los competidores se había hecho con cabeza de carrera. ¿De dónde había salido?
- No es posible… no pasó por el túnel… - habló en voz baja, mientras el pelirrojo ganaba algo de distancia y se ponía a la par con aquel extraño, dejándola en tercer lugar. ¿Cómo los había adelantado? Esa era la pregunta que rondaba su cabeza, ¿acaso había otro camino que se le había escapado? ¿o se trataría de un nuevo truco de las vacas, como el del puente?
Pero sus dudas quedaron en un segundo plano al ver lo que les esperaba, una imagen que solo podía describirse como caótica. - Dragones. - susurró, sintiendo como su cuerpo se tensaba al instante, recordando los problemas que uno de aquellos seres les había dado durante la recolección de Guld en el Bosque de Oro. Que hubiese varios solo complicaba más las cosas, aunque más que en los participantes, parecían estar interesados en arrasar la pequeña Villa que había junto a la orilla.
- ¿Qué debería hacer? - se preguntó, considerando la idea de abandonar la carrera para ayudar a las vacas, pero ¿qué podía hacer realmente? Su golpe de suerte contra la bestia que había irrumpido en el círculo de Guldtrads seguramente no se repetiría, y aún a pesar de estar convencida de ello, la idea de ignorarlos la hacía sentir algo culpable.
Pero mientras la cuerva dudaba, su upelero, alterado por la presencia de las reptilianas criaturas, decidió por ella, acelerando en busca de una escapatoria y quedando justo por detrás de los dos primeros. Sin embargo, a causa del susto al pobre animal se le aflojaron las tripas momentáneamente, dejando un pequeño charco marrón que sin duda no agradaría al siguiente que pasase por allí. [1]
Ignorando ese detalle, ya que su atención iba de los dragones al circuito, Ava trató de concentrarse en no perder de vista a sus contrincantes, vigilando de cuando en cuando a su espalda por si otro de los jinetes amenazaba con sobrepasarla.
Algo más adelante alcanzó a atisbar unas ruinas, que serían el siguiente tramo a recorrer.
Off: Avanzo 4 casillas y me quedo justo detrás de Bio e Iltharion.
[1] Uso la Comida de Iori para marcar mi casilla y dejar un regalito al siguiente que pase por ella.
Aquello la tomó por sorpresa pero no dejó que la distrajese, debía seguir adelante, así que espoleó los costados de su emplumado amigo y aceleró en dirección a la tenue luz que indicaba la salida del túnel.
Sin perder de vista su objetivo, la cuerva se recuperó y logró ser la segunda en abandonar la estrecha y cavernosa galería, pero cuando volvió al exterior, otro de los competidores se había hecho con cabeza de carrera. ¿De dónde había salido?
- No es posible… no pasó por el túnel… - habló en voz baja, mientras el pelirrojo ganaba algo de distancia y se ponía a la par con aquel extraño, dejándola en tercer lugar. ¿Cómo los había adelantado? Esa era la pregunta que rondaba su cabeza, ¿acaso había otro camino que se le había escapado? ¿o se trataría de un nuevo truco de las vacas, como el del puente?
Pero sus dudas quedaron en un segundo plano al ver lo que les esperaba, una imagen que solo podía describirse como caótica. - Dragones. - susurró, sintiendo como su cuerpo se tensaba al instante, recordando los problemas que uno de aquellos seres les había dado durante la recolección de Guld en el Bosque de Oro. Que hubiese varios solo complicaba más las cosas, aunque más que en los participantes, parecían estar interesados en arrasar la pequeña Villa que había junto a la orilla.
- ¿Qué debería hacer? - se preguntó, considerando la idea de abandonar la carrera para ayudar a las vacas, pero ¿qué podía hacer realmente? Su golpe de suerte contra la bestia que había irrumpido en el círculo de Guldtrads seguramente no se repetiría, y aún a pesar de estar convencida de ello, la idea de ignorarlos la hacía sentir algo culpable.
Pero mientras la cuerva dudaba, su upelero, alterado por la presencia de las reptilianas criaturas, decidió por ella, acelerando en busca de una escapatoria y quedando justo por detrás de los dos primeros. Sin embargo, a causa del susto al pobre animal se le aflojaron las tripas momentáneamente, dejando un pequeño charco marrón que sin duda no agradaría al siguiente que pasase por allí. [1]
Ignorando ese detalle, ya que su atención iba de los dragones al circuito, Ava trató de concentrarse en no perder de vista a sus contrincantes, vigilando de cuando en cuando a su espalda por si otro de los jinetes amenazaba con sobrepasarla.
Algo más adelante alcanzó a atisbar unas ruinas, que serían el siguiente tramo a recorrer.
Off: Avanzo 4 casillas y me quedo justo detrás de Bio e Iltharion.
[1] Uso la Comida de Iori para marcar mi casilla y dejar un regalito al siguiente que pase por ella.
Ava Kenrith
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Re: Quinta gran carrera de upeleros [Noche, libre, 6/6][Cerrado]
Gritos, graznidos, amenazas, chillidos, una mezcla de sonidos tortuosos acompañaba a Akapalotl en su avance por la pista, como si de su himno de batalla se tratara, el pobre ser dejaba caer unas cuantas de sus plumas en su andar, no era claro si eran por estrés, por su “buen” estado de salud, o simplemente por los fúricos golpes que le aplicaba la dragona.
- Muévete maldito pollo – grito de nuevo la dragona con furia junto a otro golpe, que era respondido con una pequeña aceleración y un poderoso graznido. El ánimo ya de por si malo de la chica había empeorado con el gesto burlón de Bio.
“esos dos seres de raza inferior no pueden ganarme”
La muchacha estaba tan inmersa en su furia que no se lo pensó dos veces e ingreso a un túnel cuya entrada gritaba a leguas que este había sido abandonado.
Eso no la detuvo, ni a ella ni a su intento de corcel, cuyo tormento no acababa; la dragona intentaba seguir hacia lo que ella consideraba adelante y lo hacía con el único método que había entendido funcionaba, torturar a su tuerto upelero.
Aquellos dentro de la cavernosa ruta podían escuchar un eco casi espectral, de lo que parecía rugidos de una bestia, mezclados con el lamentable y sonoro cacareo de un ave.
- Muévete maldito pollo – grito de nuevo la dragona con furia junto a otro golpe, que era respondido con una pequeña aceleración y un poderoso graznido. El ánimo ya de por si malo de la chica había empeorado con el gesto burlón de Bio.
“esos dos seres de raza inferior no pueden ganarme”
La muchacha estaba tan inmersa en su furia que no se lo pensó dos veces e ingreso a un túnel cuya entrada gritaba a leguas que este había sido abandonado.
Eso no la detuvo, ni a ella ni a su intento de corcel, cuyo tormento no acababa; la dragona intentaba seguir hacia lo que ella consideraba adelante y lo hacía con el único método que había entendido funcionaba, torturar a su tuerto upelero.
Aquellos dentro de la cavernosa ruta podían escuchar un eco casi espectral, de lo que parecía rugidos de una bestia, mezclados con el lamentable y sonoro cacareo de un ave.
Akapalotl
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Re: Quinta gran carrera de upeleros [Noche, libre, 6/6][Cerrado]
-Hmmm... Espera, no avances todavía- le diría a su upelero el cual tampoco hacia mucho por intentar moverse, sin embargo, el rubio había notado algo extraño, cuando se terminaba de cruzar el puente, los corredores solían intercambiar posiciones y siendo el literalmente el ultimo, ya no corría peligro de ser a quien le cambiaran la posición que le obligara a retroceder, solo había ganancia si esperaba a que avanzaran lo suficiente antes de cambiar de posiciones, el upelero entonces y como había sido la tónica de lo que iba de la carrera avanzo cuando se le dio la gana, termino de cruzar el puente y desapareció.
Transportado hacia lo que parecía el interior de una cueva el upelero siguió avanzando pasando raudamente a través de unos cuantos competidores -Jaja! adiós soquetes- diría el rubio antes de que su upelero resbalara con un liquido de dudosa procedencia al momento que perdería el control y la creatura se frenaría justo al lado de Rauko. -Rauko, mi gran amigo, al fin mi upelero se quiso mover pero parece que ya lo averíe, uh donde conseguiste uno de esos- diría señalando el murciélago que tenia Rauko en la mano, solo para que al momento siguiente un murciélago descendiera y se posara en su hombro.
-Aaaw que lindo- diría el no-elfo antes de ser cagado por el murciélago cosa que le haría volver a tener el mismo rostro de frustración que al comienzo de la carrera.
OFF: si no calcule mal, cai en la misma casilla que Rauko, cambio puestos con Akapalotl y debido a la diarrea se me descuenta una casilla cayendo justo donde las ratas con alas(?)
Transportado hacia lo que parecía el interior de una cueva el upelero siguió avanzando pasando raudamente a través de unos cuantos competidores -Jaja! adiós soquetes- diría el rubio antes de que su upelero resbalara con un liquido de dudosa procedencia al momento que perdería el control y la creatura se frenaría justo al lado de Rauko. -Rauko, mi gran amigo, al fin mi upelero se quiso mover pero parece que ya lo averíe, uh donde conseguiste uno de esos- diría señalando el murciélago que tenia Rauko en la mano, solo para que al momento siguiente un murciélago descendiera y se posara en su hombro.
-Aaaw que lindo- diría el no-elfo antes de ser cagado por el murciélago cosa que le haría volver a tener el mismo rostro de frustración que al comienzo de la carrera.
OFF: si no calcule mal, cai en la misma casilla que Rauko, cambio puestos con Akapalotl y debido a la diarrea se me descuenta una casilla cayendo justo donde las ratas con alas(?)
Zelas Hazelmere
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Re: Quinta gran carrera de upeleros [Noche, libre, 6/6][Cerrado]
Y ahí iba, corriendo en la oscuridad, a pesar de que podía ahorrarme el esfuerzo de mis ojos si usaba mi magia para ser una lámpara andante. Mi razonamiento era que, dado que mi visión era más aguda que la de los demás, yo tenía la ventaja en la oscuridad. Pero, cuando al fin me percaté de la realidad, volví a quedar de último. Último sin contar a los que no parecían querer ganar esta carrera.
Con el rostro tenso por contener las emociones que amenazaban con desbordarse de mis labios como improperios, dejé que mi upelero avanzara, todavía de lado, y a un ritmo que en este punto me resultaba mediocre. Mediocre sin contar la de los que no parecían querer ganar esta carrera.
Antes de sumergirme en quejas y lamentos de patética autocompasión, Zelas número 1 –número 1 por ser el primer Zelas, pero nunca por ir de primero en la carrera– me alcanzó. Aquella hazaña me sumió en la perplejidad. Quizás, a pesar de todo, él sí quería ganar la carrera. ¿Quién lo hubiera imaginado?
Luego patinó sobre una sustancia pestilente, una cuyo olor me recordó al incidente de Cantún y la diarrea explosiva, un día donde los gomejos fueron el alivio de muchos. Una sonrisa, rebelándose contra mi voluntad, se dibujó en mis labios precediendo a una risilla. «Pero qué mal le va a Zelas», pensé, divertido.
–Ah, ¿esto? –le respondí al fin y alcé mi murciélago–. No lo sé, apareció de la nada. Y cuando algo aparece de la nada, es mejor no preguntar.
Y otro murciélago apareció, se situó en un hombro de Zelas y usó tal lugar como si fuera un baño. Tal imagen gatilló una idea, el nacimiento de un conocimiento que jamás aprendí, y evocó una sonrisa felina en mi bello rostro de bebé sin barba.
–Ah, esto es genial –exclamé a media voz. Intenté inclinarme hacia Zelas–. Tengo un plan sin fisuras y que te hará decir que no hay fallos en mi lógica. Con esto lograremos ganar en los siguientes minutos.
Con el rostro tenso por contener las emociones que amenazaban con desbordarse de mis labios como improperios, dejé que mi upelero avanzara, todavía de lado, y a un ritmo que en este punto me resultaba mediocre. Mediocre sin contar la de los que no parecían querer ganar esta carrera.
Antes de sumergirme en quejas y lamentos de patética autocompasión, Zelas número 1 –número 1 por ser el primer Zelas, pero nunca por ir de primero en la carrera– me alcanzó. Aquella hazaña me sumió en la perplejidad. Quizás, a pesar de todo, él sí quería ganar la carrera. ¿Quién lo hubiera imaginado?
Luego patinó sobre una sustancia pestilente, una cuyo olor me recordó al incidente de Cantún y la diarrea explosiva, un día donde los gomejos fueron el alivio de muchos. Una sonrisa, rebelándose contra mi voluntad, se dibujó en mis labios precediendo a una risilla. «Pero qué mal le va a Zelas», pensé, divertido.
–Ah, ¿esto? –le respondí al fin y alcé mi murciélago–. No lo sé, apareció de la nada. Y cuando algo aparece de la nada, es mejor no preguntar.
Y otro murciélago apareció, se situó en un hombro de Zelas y usó tal lugar como si fuera un baño. Tal imagen gatilló una idea, el nacimiento de un conocimiento que jamás aprendí, y evocó una sonrisa felina en mi bello rostro de bebé sin barba.
–Ah, esto es genial –exclamé a media voz. Intenté inclinarme hacia Zelas–. Tengo un plan sin fisuras y que te hará decir que no hay fallos en mi lógica. Con esto lograremos ganar en los siguientes minutos.
~~~Interludio~~~
–Oye, Oto.
–Dime Otoñel. No Oto, ni Ñel, ni Tonel. Dime Otoñel.
–¿No te parece que algo raro está pasando?
–No me ignores. Mi nombre es importante.
–No tanto como... esto. ¿No lo sientes en tus huesos, en tus alas, en tus nalgas? Algo muy malo va a pasar, e iniciará con la llave rompetramas de Zelas. Quizás ha abusado de su poder y está deteriorando la continuidad del espacio y del tiempo, cortando los complejos hilos que componen el tejido de las realidades.
–Creo que solo intentas distraer... ¡Santas apariciones de gnomo, ¿qué es esto?!
–¡Maldita sea, es demasiado tarde para detenerlo! ¡El fin de todas las cosas y de todos los tiempos está aquí! ¡No, no, no puede ser! ¡No quiero morir así, sin haber amado!
–¡Hey, espera, espera, tenemos una oportunidad, pero no hay tiempo! ¡Toma mi mano!
–Pero ¿qué harás?
–¡Ven, toma mi mano y te llevaré por un mundo de luz y oscuridad!
–Pero que sepas que no eres mi tipo, ¿vale?
–¡Apresúrate o ya no habrá tiempo!
–No, ¿eso es lo que creo que es? No, no, ¡no, no, no! ¡Estás demente! ¡Un reinicio podría empeorarlo todo!
–¿Acaso tienes alguna mejor idea?
–Yo... ¡Maldito Nousis, todo es tu culpa!
–Vamos, a la una, a las dos y...
–¡Sin miedo al éxito!
–Dime Otoñel. No Oto, ni Ñel, ni Tonel. Dime Otoñel.
–¿No te parece que algo raro está pasando?
–No me ignores. Mi nombre es importante.
–No tanto como... esto. ¿No lo sientes en tus huesos, en tus alas, en tus nalgas? Algo muy malo va a pasar, e iniciará con la llave rompetramas de Zelas. Quizás ha abusado de su poder y está deteriorando la continuidad del espacio y del tiempo, cortando los complejos hilos que componen el tejido de las realidades.
–Creo que solo intentas distraer... ¡Santas apariciones de gnomo, ¿qué es esto?!
–¡Maldita sea, es demasiado tarde para detenerlo! ¡El fin de todas las cosas y de todos los tiempos está aquí! ¡No, no, no puede ser! ¡No quiero morir así, sin haber amado!
–¡Hey, espera, espera, tenemos una oportunidad, pero no hay tiempo! ¡Toma mi mano!
–Pero ¿qué harás?
–¡Ven, toma mi mano y te llevaré por un mundo de luz y oscuridad!
–Pero que sepas que no eres mi tipo, ¿vale?
–¡Apresúrate o ya no habrá tiempo!
–No, ¿eso es lo que creo que es? No, no, ¡no, no, no! ¡Estás demente! ¡Un reinicio podría empeorarlo todo!
–¿Acaso tienes alguna mejor idea?
–Yo... ¡Maldito Nousis, todo es tu culpa!
–Vamos, a la una, a las dos y...
–¡Sin miedo al éxito!
~~~Fin del interludio que jamás sucedió~~~
Entonces salí del túnel. De alguna manera logré salir de último. Último sin contar a los que no parecían querer ganar esta carrera. Atrás pude ver, y con dificultad, la silueta de Zelas, pero jamás pudo alcanzarme, hecho que despertaba cierto pesar en mí, aunque no tanto como para perder de vista que yo debía ganar. Prioridades.
Prioridades que la siguiente imagen que se mostró ante mis ojos desechó con llamas, gritos de dolor y lamento y el olor de una apetitosa carne asada.
–¿Por qué? –me pregunté, una parte de mí negándose a reconocer la gravedad de lo que veía.
Sin más opción, hice arder y acelerar mi éter interno. Lo inyecté en cada uno de mis músculos y huesos, en resonancia con mi creciente espíritu sediento de justicia inflexible e inmediata.
Entonces mi upelero resbaló sobre una sustancia pestilente, una cuyo olor me recordó al incidente de Cantún y la diarrea explosiva, un día donde los gomejos fueron el alivio de muchos. No sé cómo, pero mi pajarraco terminó dando toda clase de giros, saltos y movimientos imposibles intentando no caer mientras patinaba hacia todos lados y hacia ningún lugar.
Mientras tanto, me aferré a él para no sufrir la peor de las suertes. Vi al mundo girar a mi alrededor y sentí mis órganos internos lamentar la inercia. Tras un instante en el que todo se convirtió en un destellante borrón, un apestoso y cálido charco de sospechoso color me recibió en el suelo, sin piedad ni decencia alguna, y me arrebató el poco orgullo que yo aún podía conservar, si es que alguna vez lo tuve.
Por suerte, mi cuerpo seguía potenciado con magia y redujo el daño que debí recibir en el aterrizaje forzado. Pude en poco tiempo sentarme y buscar con la mirada al upelero, a quien encontré, para mi sorpresa, sobre uno de los dragones que atacaban la villa, luchando contra él de manera errática y sin preocuparse por la caída que supondría derrotarlo en pleno vuelo.
Entre aquella extraña sucesión de eventos inesperados, no noté la ausencia de cierto murciélago salvaje, el cual emprendió vuelo durante mi aparatoso desliz sobre el terreno de la inmundicia.
Prioridades que la siguiente imagen que se mostró ante mis ojos desechó con llamas, gritos de dolor y lamento y el olor de una apetitosa carne asada.
–¿Por qué? –me pregunté, una parte de mí negándose a reconocer la gravedad de lo que veía.
Sin más opción, hice arder y acelerar mi éter interno. Lo inyecté en cada uno de mis músculos y huesos, en resonancia con mi creciente espíritu sediento de justicia inflexible e inmediata.
Entonces mi upelero resbaló sobre una sustancia pestilente, una cuyo olor me recordó al incidente de Cantún y la diarrea explosiva, un día donde los gomejos fueron el alivio de muchos. No sé cómo, pero mi pajarraco terminó dando toda clase de giros, saltos y movimientos imposibles intentando no caer mientras patinaba hacia todos lados y hacia ningún lugar.
Mientras tanto, me aferré a él para no sufrir la peor de las suertes. Vi al mundo girar a mi alrededor y sentí mis órganos internos lamentar la inercia. Tras un instante en el que todo se convirtió en un destellante borrón, un apestoso y cálido charco de sospechoso color me recibió en el suelo, sin piedad ni decencia alguna, y me arrebató el poco orgullo que yo aún podía conservar, si es que alguna vez lo tuve.
Por suerte, mi cuerpo seguía potenciado con magia y redujo el daño que debí recibir en el aterrizaje forzado. Pude en poco tiempo sentarme y buscar con la mirada al upelero, a quien encontré, para mi sorpresa, sobre uno de los dragones que atacaban la villa, luchando contra él de manera errática y sin preocuparse por la caída que supondría derrotarlo en pleno vuelo.
Entre aquella extraña sucesión de eventos inesperados, no noté la ausencia de cierto murciélago salvaje, el cual emprendió vuelo durante mi aparatoso desliz sobre el terreno de la inmundicia.
(☞°∀°)☞ OFFROL ☜(°∀°☜)
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Con mi post termina esta ronda, así que ya pueden volver a postear =)PD: Debido a que la próxima tirada de Bio se duplicará por su casilla, y porque él solito ha disfrutado de un atajo, decidí lanzarle el murciélago para que su siguiente runa lo haga retroceder en lugar de avanzar >=)
PD2: Zelitas, lamentamos la confusión. El intercambio es de tu posición final en el turno, no de cuando exactamente pasas por la casilla roja, por lo que seré yo quien cae en la trampa de Ava avariciosa avalada. Pero descuida, sé que igual ganarás sin miedo al éxito =)
Rauko
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Re: Quinta gran carrera de upeleros [Noche, libre, 6/6][Cerrado]
El espacio tiempo había sido alterado otra vez, cuando avanzo termino mas atrás de donde pensaba que habría de estar ante lo cual al final ni siquiera sabia adonde estaba o que debía hacer, así que simplemente dejo que el upelero avanzara hasta la entrada de la cueva donde una especie de gnomo le esperaba.
-Espera un momento, ya había estado acá antes-
-Si, pero a la vez no-
-Espera... ¿Quién eres tu?-
-Dime Otoñel. No Oto, ni Ñel, ni Tonel. Dime Otoñel-
-Muy bien tu, ¿Qué ha pasado?-
-Ocupaste tu llave de maneras muy poco éticas-
-Claro que si, para eso lo hago, fue todo el punto de obtenerla-
-Sobre eso, rompiste algo y mientras lo arreglamos, algunas fluctuaciones harán que esto parezca un viaje de drogas... Probablemente otras cosas también parezcan un viaje de drogas-
-Oh... Eso explica algunas cosas... Entonces que hago por el momento?-
-No se, tienes la peluca de Nousis, piensa ¿Qué haría Nousis en tu lugar?-
y así como apareció el gnomo también desapareció dejándole un muy mal pensamiento en la cabeza, pensar como Nousis era en parte sencillo, trataría de joder al vampiro que va en primer lugar para beneficiar al elfo que también competía por el primer lugar, ante lo cual negó con la cabeza el hecho de poder pensar igual que Nousis, el era prácticamente el opuesto en muchos sentidos así que decidió actuar como tal. -Por los poderes otorgados por esta peluca, Murcielago que has emprendido vuelo hacia Bio, cambia de rumbo y ataca al elfo que va a su lado- exclamo, para luego simplemente relajarse en su upelero a ver que desastre había provocado.
OFF: avanzo 2 casillas y ocupo el poder de la peluca de Nousis para redirigir el murciélago de Rauko y hacer que vaya hacia Iltharion.
PD: si, en efecto, he sido sobornado
PD2: si, en efecto, recibo sobornos(?)
-Espera un momento, ya había estado acá antes-
-Si, pero a la vez no-
-Espera... ¿Quién eres tu?-
-Dime Otoñel. No Oto, ni Ñel, ni Tonel. Dime Otoñel-
-Muy bien tu, ¿Qué ha pasado?-
-Ocupaste tu llave de maneras muy poco éticas-
-Claro que si, para eso lo hago, fue todo el punto de obtenerla-
-Sobre eso, rompiste algo y mientras lo arreglamos, algunas fluctuaciones harán que esto parezca un viaje de drogas... Probablemente otras cosas también parezcan un viaje de drogas-
-Oh... Eso explica algunas cosas... Entonces que hago por el momento?-
-No se, tienes la peluca de Nousis, piensa ¿Qué haría Nousis en tu lugar?-
y así como apareció el gnomo también desapareció dejándole un muy mal pensamiento en la cabeza, pensar como Nousis era en parte sencillo, trataría de joder al vampiro que va en primer lugar para beneficiar al elfo que también competía por el primer lugar, ante lo cual negó con la cabeza el hecho de poder pensar igual que Nousis, el era prácticamente el opuesto en muchos sentidos así que decidió actuar como tal. -Por los poderes otorgados por esta peluca, Murcielago que has emprendido vuelo hacia Bio, cambia de rumbo y ataca al elfo que va a su lado- exclamo, para luego simplemente relajarse en su upelero a ver que desastre había provocado.
OFF: avanzo 2 casillas y ocupo el poder de la peluca de Nousis para redirigir el murciélago de Rauko y hacer que vaya hacia Iltharion.
PD: si, en efecto, he sido sobornado
PD2: si, en efecto, recibo sobornos(?)
Zelas Hazelmere
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Re: Quinta gran carrera de upeleros [Noche, libre, 6/6][Cerrado]
Un murciélago mareado salió disparado, como un borrón negro, parecía ir directo, hacia Bio, pero su vuelo se volvió errático. Durante un tiempo indeterminado, pareció fluctuar entre los dos hombres que iban a la cabeza de la carrera.
—¿Qué coño es eso?.— espetó confuso el bardo, mirando a Bio en busca de una respuesta lógica a aquella carrera que parecía manejarse con sus propias reglas, y comenzaba ya a desconcertarle lo suyo. Las carreras de upeleros eran un asunto mucho más complicado de lo que cualquiera que no hubiese participado pudiese comprender.
El upelero del bardo tampoco parecía comprender muy bien la situación, y se limitaba a mover las patas rápido, dejando la dirección en manos de su jinete, o del destino.
Espiando al murciélago que les rondaba cerca de la testa, el elfo maldijo por lo bajo a quienquiera, dios, sino, o cabrón común y corriente, que hubiese mandado al bicho hacia ellos. Incluso se cagó un poco en los muertos del propio murciélago, que ninguna culpa tenía de lo que estaba aconteciendo.
Ajeno a su conocimiento, y bastante más atrás de donde se hallaba, Zelas se convertía en un kiwi negro apostado sobre la silla de un pollo corredor mucho más grande. Algunos hombres vacas ovacionaron ante dicho espectáculo, y comenzaron a discutir al respecto. El consenso fue que todo era una táctica del elfo para pesar menos y ganar ventaja en la carrera.
Offrol:
Le tiro a Zelas el poder que lo convierte en un kiwi para que no pueda redireccionar el murciélago, y joder mi delantera. Tengo muchos bastardos y necesito el premio parahuir, pagar las manutenciones.
Como no se si avanzo hacia un lado u otro me dejo de descripciones rimbombantes y quedo a merced de los organizadores.
—¿Qué coño es eso?.— espetó confuso el bardo, mirando a Bio en busca de una respuesta lógica a aquella carrera que parecía manejarse con sus propias reglas, y comenzaba ya a desconcertarle lo suyo. Las carreras de upeleros eran un asunto mucho más complicado de lo que cualquiera que no hubiese participado pudiese comprender.
El upelero del bardo tampoco parecía comprender muy bien la situación, y se limitaba a mover las patas rápido, dejando la dirección en manos de su jinete, o del destino.
Espiando al murciélago que les rondaba cerca de la testa, el elfo maldijo por lo bajo a quienquiera, dios, sino, o cabrón común y corriente, que hubiese mandado al bicho hacia ellos. Incluso se cagó un poco en los muertos del propio murciélago, que ninguna culpa tenía de lo que estaba aconteciendo.
Ajeno a su conocimiento, y bastante más atrás de donde se hallaba, Zelas se convertía en un kiwi negro apostado sobre la silla de un pollo corredor mucho más grande. Algunos hombres vacas ovacionaron ante dicho espectáculo, y comenzaron a discutir al respecto. El consenso fue que todo era una táctica del elfo para pesar menos y ganar ventaja en la carrera.
Offrol:
Le tiro a Zelas el poder que lo convierte en un kiwi para que no pueda redireccionar el murciélago, y joder mi delantera. Tengo muchos bastardos y necesito el premio para
Como no se si avanzo hacia un lado u otro me dejo de descripciones rimbombantes y quedo a merced de los organizadores.
Iltharion Dur'Falas
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Re: Quinta gran carrera de upeleros [Noche, libre, 6/6][Cerrado]
Seguía avanzando a buen ritmo, demostrando que no necesitaba ser el más veloz durante toda la carrera, sino mantener un ritmo constante que me ayudara a dejar atrás a los que luego de exprimir a sus corceles emplumados, los terminaban cansando y hacían que bajaran la velocidad.
No obstante, alguien había conseguido avanzar con más prisa de la necesaria. El atajo me había hecho pasar a todos en un giro inesperado, pero el elfo Zanahorio había conseguido alcanzarme -Rayos- Murmuré por lo bajo mientras me acercaba a él al momento de cruzar un nuevo puente. Lo angosto del camino nos acercó lo suficiente como para intentar darle una discreta y sutil patada a su pajarraco y tratar de desestabilizarlo.
Para mi desgracia, aquello no funcionaba, bien porque mi Chocopollo se movía tanto que no me daba la estabilidad necesaria para patear con fuerza, o porque el upelero de Zanahorio se alejaba muy de prisa, y entonces, se puso peor.
Vi su rostro y me llené de pánico al ver que un murciélago se venía acercando a nosotros, venía hacia mí, luego cambió su destino hacia el elfo, pero luego sin más, me puso de nuevo en la mira. Aquello era una ruleta, pero no pensaba dejar mi suerte en manos de un animalejo volador así que, asumiendo la peor de las situaciones posibles tomé el martillo que había encontrado antes y le pegué al bichejo volador cuando lo tuve lo bastante cerca.
Lo había golpeado hacia cualquier lado, pero de alguna manera el proyectil viviente tomó rumbo hacia el elfo Zanahorio haciendo que perdiera el rumbo y terminara marchando en reversa. Yo por mi parte reí satisfecho haciendo gala de toda mi malvada maldad, reí cual villano de cuentos hasta que casi me faltaba el aire en los pulmones.
Aquel puente le había infundido a Chocopollo una velocidad increíble, haciendo que pasara entre saltos, casi volando sobre las pequeñas islas que componían aquella parte de la pista -Corre, corre, corre- Decía emocionado hasta que vi con horror a dónde me estaba llevando -No, espera, no corras, no corras, no corras- Intenté menear las riendas del upelero en todas direcciones pero resultaba imposible detenerlo o hacerlo girar, simplemente avanzaba desbocado y sin control.
Y de pronto ahí estaba, una enorme serpiente marina se preparaba abriendo su boca para tragarnos, y entendía que se quisiera comer al upelero que seguramente tenía sabor a pollo, pero yo en cambio era puro pellejo. Cuando la criatura abrió su boca fue cuando Chocopollo reaccionó y trató de frenar, pero solo pudo evitar ir a la boca de la criatura y en su lugar, rebotamos contra el cuerpo esponjoso y frío.
Una vez en tierra mi corcel abandonó sus deseos de llegar a la meta y prefirió asegurar la preservación de su vida, corriendo en sentido contrario para alejarse de semejante monstruo -Nooo, bestia estúpida, el camino es para el otro lado- Me quejé -Regresa, si vamos con cuidado podremos pasar por otro lado, volando, para eso tienes alas- Iba discutiendo con el pajarraco que seguro ni entendía lo que le estaba diciendo.
[1] Avanzo 10 casillas hasta la hermosa casilla 30 que me hace retroceder 4 casillas hasta la triste casilla 26 donde espero estar a salvo por un rato. por otro lado, uso el Martillo de Golosina para batear el murciélago hasta Ilarión y que sea él quien termine retrocediendo en vez de avanzar, y la casilla 20 transforma su 2 en un 4, por lo que retrocede hasta la casilla 16 en donde tendrá disponible otro murciélago para lanzármelo en la siguiente ronda si aún sigo de primero y hacerme retroceder más... Esto no va a terminar nunca T.T No obstante, alguien había conseguido avanzar con más prisa de la necesaria. El atajo me había hecho pasar a todos en un giro inesperado, pero el elfo Zanahorio había conseguido alcanzarme -Rayos- Murmuré por lo bajo mientras me acercaba a él al momento de cruzar un nuevo puente. Lo angosto del camino nos acercó lo suficiente como para intentar darle una discreta y sutil patada a su pajarraco y tratar de desestabilizarlo.
Para mi desgracia, aquello no funcionaba, bien porque mi Chocopollo se movía tanto que no me daba la estabilidad necesaria para patear con fuerza, o porque el upelero de Zanahorio se alejaba muy de prisa, y entonces, se puso peor.
Vi su rostro y me llené de pánico al ver que un murciélago se venía acercando a nosotros, venía hacia mí, luego cambió su destino hacia el elfo, pero luego sin más, me puso de nuevo en la mira. Aquello era una ruleta, pero no pensaba dejar mi suerte en manos de un animalejo volador así que, asumiendo la peor de las situaciones posibles tomé el martillo que había encontrado antes y le pegué al bichejo volador cuando lo tuve lo bastante cerca.
Lo había golpeado hacia cualquier lado, pero de alguna manera el proyectil viviente tomó rumbo hacia el elfo Zanahorio haciendo que perdiera el rumbo y terminara marchando en reversa. Yo por mi parte reí satisfecho haciendo gala de toda mi malvada maldad, reí cual villano de cuentos hasta que casi me faltaba el aire en los pulmones.
Aquel puente le había infundido a Chocopollo una velocidad increíble, haciendo que pasara entre saltos, casi volando sobre las pequeñas islas que componían aquella parte de la pista -Corre, corre, corre- Decía emocionado hasta que vi con horror a dónde me estaba llevando -No, espera, no corras, no corras, no corras- Intenté menear las riendas del upelero en todas direcciones pero resultaba imposible detenerlo o hacerlo girar, simplemente avanzaba desbocado y sin control.
Y de pronto ahí estaba, una enorme serpiente marina se preparaba abriendo su boca para tragarnos, y entendía que se quisiera comer al upelero que seguramente tenía sabor a pollo, pero yo en cambio era puro pellejo. Cuando la criatura abrió su boca fue cuando Chocopollo reaccionó y trató de frenar, pero solo pudo evitar ir a la boca de la criatura y en su lugar, rebotamos contra el cuerpo esponjoso y frío.
Una vez en tierra mi corcel abandonó sus deseos de llegar a la meta y prefirió asegurar la preservación de su vida, corriendo en sentido contrario para alejarse de semejante monstruo -Nooo, bestia estúpida, el camino es para el otro lado- Me quejé -Regresa, si vamos con cuidado podremos pasar por otro lado, volando, para eso tienes alas- Iba discutiendo con el pajarraco que seguro ni entendía lo que le estaba diciendo.
Bio
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Re: Quinta gran carrera de upeleros [Noche, libre, 6/6][Cerrado]
Los gritos deplorables de la dragona seguían chocando y replicándose en las paredes de la caverna, un murciélago paso por su costado, pero la muchacha lo ignoro, no así su montura, la maltratada ave se desvio un poco a la izquierda, pisando un pequeño regalo, dejado momentos atrás por el upelero de otro competidor.
Las dimensiones de aquel obsequio eran tan desproporcionadas, que la pata izquierda del animal se hundió y cuando salió de aquella masa parte la misma quedo pegada sobre su garra.
El ave empezó a dar traspiés, como si intentara evitar caer efecto de la carga extra que cubría su pata, al final esto provoco que la dragona comenzara a tambalearse sobre su montura, llegando a estar a punto de casi caerse de la misma.
- ¡Que mierda te pasa! Deja de brincar – tenso las riendas y el upelero bajo la velocidad, ya con menos prisa en su andar, la criatura instintivamente comenzó a sacudir su pata embadurnada en aquel regalo café, salpicando a unos cuantos desafortunados espectadores.
Al final tras unas cuantas sacudidas más, se había limpiado, al menos lo suficiente para que no le estorbara en su andar.
Offrol:
Saco 3, pero piso la trampa que dejaron asi que avanzo solo dos, quedo en la 17 creo...
Las dimensiones de aquel obsequio eran tan desproporcionadas, que la pata izquierda del animal se hundió y cuando salió de aquella masa parte la misma quedo pegada sobre su garra.
El ave empezó a dar traspiés, como si intentara evitar caer efecto de la carga extra que cubría su pata, al final esto provoco que la dragona comenzara a tambalearse sobre su montura, llegando a estar a punto de casi caerse de la misma.
- ¡Que mierda te pasa! Deja de brincar – tenso las riendas y el upelero bajo la velocidad, ya con menos prisa en su andar, la criatura instintivamente comenzó a sacudir su pata embadurnada en aquel regalo café, salpicando a unos cuantos desafortunados espectadores.
Al final tras unas cuantas sacudidas más, se había limpiado, al menos lo suficiente para que no le estorbara en su andar.
Offrol:
Saco 3, pero piso la trampa que dejaron asi que avanzo solo dos, quedo en la 17 creo...
Akapalotl
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Re: Quinta gran carrera de upeleros [Noche, libre, 6/6][Cerrado]
Unos agudos chillidos a su espalda hicieron que se girase, justo a tiempo de agacharse y esquivar al murciélago que había salido del túnel, para ir tras los jinetes que se disputaban la primera posición. Pero en comparación con los dragones aquel animalillo parecía inofensivo, y aún así, para su sorpresa, logró trastocar al elfo pelirrojo, cuyo upelero empezó a retroceder, permitiéndole adelantarlo por uno de los costados.
- Puede que tenga una oportunidad ahora… - musitó, espoleando a su anaranjado pollo para que acelerase y así tratar de alcanzar al único corredor que seguía teniendo delante, pero éste le había sacado mucha ventaja, demasiada. Algo frustrada por no poder ponerse a su altura, guió a su emplumado amigo a través de las ruinas lo mejor que pudo, pero la silueta del hombre cada vez se veía más lejana, hasta que de pronto, algo asustó a su montura y lo hizo retroceder también, aunque no tanto como a la cuerva le habría gustado.
- ¿Y ahora qué? Espero que no sea otro truco de esas vacas… - comentó por lo bajo, ya que aquel circuito no dejaba de sorprenderla... pero para mal. Por desgracia sus agudos ojos no alcanzaron a ver cuál había sido el motivo que había llevado al ave a huir de aquella manera, por lo que no le quedaba más remedio que centrarse en acortar la distancia que los separaba y prepararse para cualquier cosa.
Inclinándose sobre el cuello de su upelero, siguió avanzando tan rápido como le fue posible, sin apartar la mirada de aquel sujeto que lideraba la competición, y que de momento parecía inalcanzable. - Vamos, solo necesito que baje un poco el ritmo y podré acercarme. - murmuró, y como si alguien estuviese escuchándola desde algún rincón, un extraño vestido estampado fue a caer justo encima del jinete, lo cual seguramente entorpecería su avance.
¿Quién lo habría lanzado? En realidad no importaba, no mientras no le hiciesen algo parecido a ella.
Echando un fugaz vistazo a su espalda para ver cómo iban los demás, Ava se dio cuenta de que no podía bajar la guardia o el elfo peliblanco la adelantaría, ya que era el más cercano a su posición en aquel momento. Con eso en mente, se giró de nuevo e incitó a su pollo a correr a mayor velocidad, sabiendo que el terreno que pudiese ganar quizá fuese decisivo más adelante, cuando llegase al problema con que se había topado el dueño del pollo marrón.
- Ya no debe quedar mucho para llegar a la recta final del circuito, aguanta un poco más. - animó al plumífero animal, dándole una palmadita en el cuello, tratando de mantener un equilibrio entre la precaución y su repentina competitividad.
Quería ganar, quería que Raiza e Ivaran la viesen cruzar la meta antes que nadie, no le cabía duda de que después de haberse apuntado de forma tan impulsiva, verla llegar primera los sorprendería, pero para lograrlo tenía que hacerse con la cabeza de carrera y luego defenderla, cosas igualmente complicadas.
Off: Avanzo 3 casillas.
Lo siento Bio, no puedo dejar que sigas aumentando tu ventaja así que te lanzo el vestido de cortina de Reike para que tu suerte en el próximo turno sea la peor. ¡Aquí hemos venido a ganar!
- Puede que tenga una oportunidad ahora… - musitó, espoleando a su anaranjado pollo para que acelerase y así tratar de alcanzar al único corredor que seguía teniendo delante, pero éste le había sacado mucha ventaja, demasiada. Algo frustrada por no poder ponerse a su altura, guió a su emplumado amigo a través de las ruinas lo mejor que pudo, pero la silueta del hombre cada vez se veía más lejana, hasta que de pronto, algo asustó a su montura y lo hizo retroceder también, aunque no tanto como a la cuerva le habría gustado.
- ¿Y ahora qué? Espero que no sea otro truco de esas vacas… - comentó por lo bajo, ya que aquel circuito no dejaba de sorprenderla... pero para mal. Por desgracia sus agudos ojos no alcanzaron a ver cuál había sido el motivo que había llevado al ave a huir de aquella manera, por lo que no le quedaba más remedio que centrarse en acortar la distancia que los separaba y prepararse para cualquier cosa.
Inclinándose sobre el cuello de su upelero, siguió avanzando tan rápido como le fue posible, sin apartar la mirada de aquel sujeto que lideraba la competición, y que de momento parecía inalcanzable. - Vamos, solo necesito que baje un poco el ritmo y podré acercarme. - murmuró, y como si alguien estuviese escuchándola desde algún rincón, un extraño vestido estampado fue a caer justo encima del jinete, lo cual seguramente entorpecería su avance.
¿Quién lo habría lanzado? En realidad no importaba, no mientras no le hiciesen algo parecido a ella.
Echando un fugaz vistazo a su espalda para ver cómo iban los demás, Ava se dio cuenta de que no podía bajar la guardia o el elfo peliblanco la adelantaría, ya que era el más cercano a su posición en aquel momento. Con eso en mente, se giró de nuevo e incitó a su pollo a correr a mayor velocidad, sabiendo que el terreno que pudiese ganar quizá fuese decisivo más adelante, cuando llegase al problema con que se había topado el dueño del pollo marrón.
- Ya no debe quedar mucho para llegar a la recta final del circuito, aguanta un poco más. - animó al plumífero animal, dándole una palmadita en el cuello, tratando de mantener un equilibrio entre la precaución y su repentina competitividad.
Quería ganar, quería que Raiza e Ivaran la viesen cruzar la meta antes que nadie, no le cabía duda de que después de haberse apuntado de forma tan impulsiva, verla llegar primera los sorprendería, pero para lograrlo tenía que hacerse con la cabeza de carrera y luego defenderla, cosas igualmente complicadas.
Off: Avanzo 3 casillas.
Lo siento Bio, no puedo dejar que sigas aumentando tu ventaja así que te lanzo el vestido de cortina de Reike para que tu suerte en el próximo turno sea la peor. ¡Aquí hemos venido a ganar!
Ava Kenrith
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Re: Quinta gran carrera de upeleros [Noche, libre, 6/6][Cerrado]
Por un momento sentí que algo sucedió. Lo sentí en cada uno de mis huesos, en mi sangre y en mi éter, algo que daba nacimiento a una siniestra opresión en mi pecho y un escalofrío que me anunciaba lo tarde que era para evadir la desgracia. Era algo terrible, capaz de desencadenar un sin fin de calamidades. Y no era la primera vez que lo sentía. Aun así, nada podría preparar a un ser pensante, fuese un mortal o algo sobrenatural, para afrontar un evento tan atroz.
Eso era, por desgracia, la manifestación de la culpa de Nousis.
Pero nunca fue. Con toda explicación negándose a ser conocida por mí, aquel mal desapareció, al instante, sin siquiera dejar alguna huella de que pudo existir. Me sentí aliviado, incluso me sentí instando a pensar que jamás llegó a nacer ningún mal nousista.
Ante tal desenlace anticlimático, no pude más que preguntarme si había algún motivo importante para ese episodio vivido o si acaso las nornas, las hilanderas del destino, sufrían periodos de bloqueo creativo y entonces rellenaban el tapiz del tiempo y el destino con cualquier sinsentido.
Pero no tendría más tiempo para cavilar en tal asunto, por suerte para todo aquel que decidiera leer este texto esperando encontrar algo que sí mereciese ser escrito y leído.
Sin poder hilar lo de las hilanderas con lo siguiente, fui sorprendido con la repentina aparición del upelero turquesa, el cual, más rápido que durante la mayor parte de la carrera, volvió a pasar cerca de mí, arrastrándose consigo una ventisca que sacudió mi cabello. Observé al pollo y a su jinete. «Realmente es veloz», tuve que reconocer mientras los veía alejarse, «pero a veces no sé si estamos en la misma carrera».
Me di unas palmadas en las mejillas para centrarme en lo importante. Miré la aldea, notando con alivio que las vacas lograban huir de los dragones y del fuego devorador que consumía todo a su paso. Mientras tanto, mi upelero seguía en el cielo, sobre el desafortunado dragón que poco podía hacer para librarse del enemigo en su espalda.
Testigo de aquella batalla épica entre el upelero y el dragón, contemplé cómo adornaban el cielo con plumas y escamas arrancadas. Pronto la trayectoria del dragón se tornó descendente y supe dónde caería.
Recurrí a mi magia para correr tras ellos, con cada paso ganando mayor velocidad hasta que se hizo comprensible sospechar que, efectivamente, andar por mi cuenta era más rápido que sobre el upelero.
Finalmente, el upelero logró darle al dragón un golpe tan fuerte en la cabeza que lo dejó aturdido. El dragón cayó del cielo como una piedra y se estrelló en las ruinas, provocando un estruendo que reverberó entre las paredes rotas y los escombros.
Sin aligerar mi paso, me tomó varios segundos encontrar a mi upelero dentro de las ruinas, que parecían más grandes por dentro que por fuera. No había rastros del dragón, pero supuse que ya no sería una amenaza.
–Eres el éxito –felicité a mi upelero y lo acaricié en la cabeza–. Ahora vamos por los demás dragones –insté antes de subirme a su lomo, esta vez con una posición que me dejaba mirando hacia un lado.
El upelero se lanzó a la carrera otra vez, hacia algún lugar, avanzando mientras también giraba horizontalmente. Quise pensar que, aun así, él sabía cuál era la dirección correcta, pero pronto se hizo evidente la verdad.
–Excelente, nunca espero mucho de ti e igual me decepcionas –murmuré al notar que seguíamos en cualquier lugar menos en donde hacíamos falta. De pronto encontramos a otra competidora. Mi upelero logró alcanzarla para estar al lado de la alada–. Parece que... ¡Ah! –solté por un inesperado salto de mi montura que buscó evadir..., no lo sé, algo. Y tuve que aferrarme a sus plumas para no caer.
Miré hacia atrás buscando a la alada, pero ya la habíamos dejado muy atrás. Volví la vista al frente, o a donde mi upelero giratorio nos llevaba, justo a tiempo para que mis ojos se iluminaran por tener una salida a la vista.
–¡Al fin! Vamos a salvar a... –Salimos, y llegamos a cualquier otro lugar donde tampoco hacíamos falta–. ¿Eh? ¿Desde cuándo hay islas aquí? –Fruncí el ceño al reconocer a otra figura: a la mujer-bestia, aproximadamente a una decena de metros adelante–. Espera, ¿no la habíamos dejado atrás? –pregunté al upelero, al cielo, a los espíritus, a todo o a la nada, a lo que sea que pudiera escuchar–. ¿Y por qué Bio viene hacia acá en vez de...? Ah, no, ya se volvió hacia donde corresponde... Supongo.
Suspiré, resignado ante la sucesión incesante de sinsentidos. Ni siquiera me pregunté en ese punto por qué él tenía encima una bazofia de vestido color caca.
Eso era, por desgracia, la manifestación de la culpa de Nousis.
Pero nunca fue. Con toda explicación negándose a ser conocida por mí, aquel mal desapareció, al instante, sin siquiera dejar alguna huella de que pudo existir. Me sentí aliviado, incluso me sentí instando a pensar que jamás llegó a nacer ningún mal nousista.
Ante tal desenlace anticlimático, no pude más que preguntarme si había algún motivo importante para ese episodio vivido o si acaso las nornas, las hilanderas del destino, sufrían periodos de bloqueo creativo y entonces rellenaban el tapiz del tiempo y el destino con cualquier sinsentido.
Pero no tendría más tiempo para cavilar en tal asunto, por suerte para todo aquel que decidiera leer este texto esperando encontrar algo que sí mereciese ser escrito y leído.
Sin poder hilar lo de las hilanderas con lo siguiente, fui sorprendido con la repentina aparición del upelero turquesa, el cual, más rápido que durante la mayor parte de la carrera, volvió a pasar cerca de mí, arrastrándose consigo una ventisca que sacudió mi cabello. Observé al pollo y a su jinete. «Realmente es veloz», tuve que reconocer mientras los veía alejarse, «pero a veces no sé si estamos en la misma carrera».
Me di unas palmadas en las mejillas para centrarme en lo importante. Miré la aldea, notando con alivio que las vacas lograban huir de los dragones y del fuego devorador que consumía todo a su paso. Mientras tanto, mi upelero seguía en el cielo, sobre el desafortunado dragón que poco podía hacer para librarse del enemigo en su espalda.
Testigo de aquella batalla épica entre el upelero y el dragón, contemplé cómo adornaban el cielo con plumas y escamas arrancadas. Pronto la trayectoria del dragón se tornó descendente y supe dónde caería.
Recurrí a mi magia para correr tras ellos, con cada paso ganando mayor velocidad hasta que se hizo comprensible sospechar que, efectivamente, andar por mi cuenta era más rápido que sobre el upelero.
Finalmente, el upelero logró darle al dragón un golpe tan fuerte en la cabeza que lo dejó aturdido. El dragón cayó del cielo como una piedra y se estrelló en las ruinas, provocando un estruendo que reverberó entre las paredes rotas y los escombros.
Sin aligerar mi paso, me tomó varios segundos encontrar a mi upelero dentro de las ruinas, que parecían más grandes por dentro que por fuera. No había rastros del dragón, pero supuse que ya no sería una amenaza.
–Eres el éxito –felicité a mi upelero y lo acaricié en la cabeza–. Ahora vamos por los demás dragones –insté antes de subirme a su lomo, esta vez con una posición que me dejaba mirando hacia un lado.
El upelero se lanzó a la carrera otra vez, hacia algún lugar, avanzando mientras también giraba horizontalmente. Quise pensar que, aun así, él sabía cuál era la dirección correcta, pero pronto se hizo evidente la verdad.
–Excelente, nunca espero mucho de ti e igual me decepcionas –murmuré al notar que seguíamos en cualquier lugar menos en donde hacíamos falta. De pronto encontramos a otra competidora. Mi upelero logró alcanzarla para estar al lado de la alada–. Parece que... ¡Ah! –solté por un inesperado salto de mi montura que buscó evadir..., no lo sé, algo. Y tuve que aferrarme a sus plumas para no caer.
Miré hacia atrás buscando a la alada, pero ya la habíamos dejado muy atrás. Volví la vista al frente, o a donde mi upelero giratorio nos llevaba, justo a tiempo para que mis ojos se iluminaran por tener una salida a la vista.
–¡Al fin! Vamos a salvar a... –Salimos, y llegamos a cualquier otro lugar donde tampoco hacíamos falta–. ¿Eh? ¿Desde cuándo hay islas aquí? –Fruncí el ceño al reconocer a otra figura: a la mujer-bestia, aproximadamente a una decena de metros adelante–. Espera, ¿no la habíamos dejado atrás? –pregunté al upelero, al cielo, a los espíritus, a todo o a la nada, a lo que sea que pudiera escuchar–. ¿Y por qué Bio viene hacia acá en vez de...? Ah, no, ya se volvió hacia donde corresponde... Supongo.
Suspiré, resignado ante la sucesión incesante de sinsentidos. Ni siquiera me pregunté en ese punto por qué él tenía encima una bazofia de vestido color caca.
(☞°∀°)☞ OFFROL ☜(°∀°☜)
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Con mi post termina esta ronda, así que ya pueden volver a postear =)PD1: Avancé 5 casillas y terminé en la 23, pero, debido al efecto de Ruinas Malditas, intercambié lugares con quien tenía detrás, en este caso con Ava, así que quedo en la 22 y ella en la 23 (la casilla no se activará otra vez con Ava, o ella y yo terminaríamos en un bucle infinito rompeuniversos).
PD2: Yo ya caí antes en la caca que soltó Ava, así que el resto puede pasar sin meterse en ese marrón ='D
PD3: Akapita termina en la casilla 15 porque antes estaba en la 12, le salió runa media para avanzar 3 y no usó poderes para alterar eso (?) Por lo que aún tiene posibilidad de disfrutar la casilla 16a si tiene la suerte >=)
PD4: Si nadie usa un poder para contrarrestar el intento de vestido de Reike, Bio no necesitará lanzar runas: avanzará 2 casillas (1 por peor runa y 1 más por efecto de la casilla 27).
Rauko
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Re: Quinta gran carrera de upeleros [Noche, libre, 6/6][Cerrado]
Anteriormente en la ronda anterior(?)....
-Por los poderes otorgados por esta peluca, Murciélago que has emprendido vuelo hacia Bio, cambia de rumbo y ataca al elfo que va a su lado- exclamo, para luego simplemente relajarse en su upelero a ver que desastre había provocado, sin embargo, lo que no esperaba era que un proyectil viniera en su dirección convirtiéndolo en un kiwi.
"¿Qué ha pasado?, me siento mas ligero y no paro de ver una cosa larga frente a mi... Tengo hambre de semillas... Quiero hacer un agujero profundo... El mas profundo y seco que se haya visto jamás... ¿Por qué sigo viendo esa cosa frente a mi?.... " y en pensamientos así se mantuvo hasta que acabo la ronda y volvió a ser el mismo.
Actualmente en la ronda actual(?)...
-Eso fue raro, muy bien upelero se que no quieres avanzar mas de lo que se te antoje así que... ¿Podrías avanzar un par de casillas, por favor?- y como si hubiera sido magia el upelero avanzo solo un poco, entonces vio como un vestido iba volando, no sabia hacia quien iba dirigido pero tenia claro hacia donde iría a parar -Peluca has lo tuyo, quiero que caiga en el elfo pelirrojo, Hazlo!-(1) y así la peluca hizo su magia haciendo que el vestido cayera en el pelirrojo, quien ahora se encontraba usando el vestido mas feo que hubiera visto, -jajajajaja, eso ha valido la pena- dijo al ver como la peluca comenzaba a desaparecer y con suerte aquello le quitaría la mala suerte que había estado trayendo en las tiradas(?).
Zelas entonces vio el frasco y procedió a tirarlo hacia atrás ya que no quería tener mas pedos suyos que los que ya tenia en sus intestinos(2) lo que no esperaba era lo que ocurriría en la siguiente ronda(?)
OFF: avanzo 2 casillas
1_ ocupo la peluca para que Iltharion se ponga un vestido feo, eso ya no es por el soborno XD.
2_ le tiro el frasco de pedos a Akapalotl para robarle sus poderes antes de que los ocupe, todo culpa de Nousis obviamente
Zelas Hazelmere
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