La mansión Stocker, el retorno del rey díscolo [Noche][Trabajo]
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La mansión Stocker, el retorno del rey díscolo [Noche][Trabajo]
La sensación persecutoria se mantuvo durante toda la noche (1), haciendo que incluso con la llegada del alba se me dificultara conciliar el sueño. La idea de ser observados incomodaba, y más sabiendo las cosas que poco a poco empezaban a cocinarse en aquella villa. Pronto partiríamos al Archipiélago Illidense para lidiar con los asuntos de Gnosis y la petición de la joven maga, pero Sacrestic temblaba en sus raíces y los crujidos de sus pilares resonaban en el ambiente.
Los vampiros deseaban terminar con la ocupación humana, y yo pretendía ser parte importante de tal desenlace con mis motivos personales. Por tal razón, el colaborar con Oneca noches atrás simbolizaba la génesis de lo que se aproximaba en la capital del Oeste. Un movimiento de peón para poco a poco ganar posición. En ese sentido, era factible pensar que existiese oposición a las ambiciones de recuperar Sacrestic. Por lo que resultaba lógico suponer que alguien pudiera querer espiar a los implicados de la misión de Amanda y Oneca (2).
Sin dar explicaciones a la joven maga, salí de la habitación para bajar y sentarme en una de las mesas de la taberna, la Posada estaba acondicionada principalmente para vampiros, por lo que la luz del día no era capaz de penetrar las ventanas con cortinas gruesas. Necesitaba un momento para reflexionar y disfrutar de la soledad, mientras simultáneamente analizaba los allí presentes, buscando satisfacer mis inquietudes sobre quien nos seguía la noche anterior.
El tiempo pasaba con lentitud, las personas entraban y salían de la posada, y en sus rostros no era capaz de vislumbrar a mi posible perseguidor. La copa a medio llenar acompañada de un aperitivo sin tocar castigaban el paso del tiempo en mi larga espera. El sueño y cansancio del día poco a poco me ganaban, por lo que ya me disponía a volver a la habitación a fin de descansar.
Mientras me levantaba y colocaba la pesada silla de madera en su lugar debajo de la mesa, una mujer de pasos silenciosos se acercó sin yo percatarme de su presencia. Y en un tono tenaz entre invitación y amenaza, entre dulzura y dureza, comentó – Me gustaría invitarle una nueva copa de lo que bebe, mi señor. Disculpe si le parezco imprudente, pero debo hacerle una oferta a usted, de quien tengo buenas referencias.
Mi silencio encubría mi pensar agitado que buscaba alternativas para lidiar con aquella situación, la posibilidad de ser una amenaza era significativa, pero mis dudas se calmaron cuando la mujer añadió: “No cerréis las puertas que no he abierto yo”.
Aquella frase hizo que mis hombros se relajaran y nuevamente apartara la silla de la mesa para tomar asiento. No compartía el significado de aquella especie de santo y seña, pero me servía para entender las razones de su persecución. Solo quedaba oír la petición, ya que parecía no tener muchas opciones de negarme… y al final de cuentas, si se trataba de los Hijos de Habakhuk o parte de la insurgencia de Sacrestic, tenía motivos para escuchar sus palabras.
_____________________Los vampiros deseaban terminar con la ocupación humana, y yo pretendía ser parte importante de tal desenlace con mis motivos personales. Por tal razón, el colaborar con Oneca noches atrás simbolizaba la génesis de lo que se aproximaba en la capital del Oeste. Un movimiento de peón para poco a poco ganar posición. En ese sentido, era factible pensar que existiese oposición a las ambiciones de recuperar Sacrestic. Por lo que resultaba lógico suponer que alguien pudiera querer espiar a los implicados de la misión de Amanda y Oneca (2).
Sin dar explicaciones a la joven maga, salí de la habitación para bajar y sentarme en una de las mesas de la taberna, la Posada estaba acondicionada principalmente para vampiros, por lo que la luz del día no era capaz de penetrar las ventanas con cortinas gruesas. Necesitaba un momento para reflexionar y disfrutar de la soledad, mientras simultáneamente analizaba los allí presentes, buscando satisfacer mis inquietudes sobre quien nos seguía la noche anterior.
El tiempo pasaba con lentitud, las personas entraban y salían de la posada, y en sus rostros no era capaz de vislumbrar a mi posible perseguidor. La copa a medio llenar acompañada de un aperitivo sin tocar castigaban el paso del tiempo en mi larga espera. El sueño y cansancio del día poco a poco me ganaban, por lo que ya me disponía a volver a la habitación a fin de descansar.
Mientras me levantaba y colocaba la pesada silla de madera en su lugar debajo de la mesa, una mujer de pasos silenciosos se acercó sin yo percatarme de su presencia. Y en un tono tenaz entre invitación y amenaza, entre dulzura y dureza, comentó – Me gustaría invitarle una nueva copa de lo que bebe, mi señor. Disculpe si le parezco imprudente, pero debo hacerle una oferta a usted, de quien tengo buenas referencias.
Mi silencio encubría mi pensar agitado que buscaba alternativas para lidiar con aquella situación, la posibilidad de ser una amenaza era significativa, pero mis dudas se calmaron cuando la mujer añadió: “No cerréis las puertas que no he abierto yo”.
Aquella frase hizo que mis hombros se relajaran y nuevamente apartara la silla de la mesa para tomar asiento. No compartía el significado de aquella especie de santo y seña, pero me servía para entender las razones de su persecución. Solo quedaba oír la petición, ya que parecía no tener muchas opciones de negarme… y al final de cuentas, si se trataba de los Hijos de Habakhuk o parte de la insurgencia de Sacrestic, tenía motivos para escuchar sus palabras.
Off
(1): Se conecta con el final del tema [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
(2): Se conecta con la trama vampírica del desafío con Cohen: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], lamentablemente a día del inicio de este trabajo aún no se ha concluido dicho tema, por lo que se desconocen las consecuencias directas.
Para este tema incluyo: Bendición de Aquiesencia
Durante uno cualquiera de tus próximos 3 temas (libres o privados), tu camino se verá libre de impedimentos: tus opositores estarán más predispuestos a ver las cosas a tu modo y será más fácil convencer a cualquiera de echarte una mano en tus propósitos.
La mujer desconocida =#9933ff
Última edición por Zagreus el Jue Ene 19 2023, 02:58, editado 1 vez (Razón : Incluir bendición)
Zagreus
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Re: La mansión Stocker, el retorno del rey díscolo [Noche][Trabajo]
Las pequeñas historias de los “Aeros de sangre” que aún conservaba, la atraparon a un nivel en que le fue complicado no releerlas constantemente, preguntándose incluso cómo en el estado que se encontraba el tal Krane, podría haber escrito todo aquello o podría ser entonces que justamente esa sustancia le diera acceso a una imaginación dañada. Fue mientras se internaba en la fantasía espeluznante del folleto que, Zagreus, se precipitó en silencio a la salida, y ella sólo levantó la vista para observarle. -¿A dónde va? Es día aún...- Se limitó a pensamientos, al verlo salir y cerrar detrás de su paso la puerta. El sueño comenzaba a apoderarse de sus párpados, y motivada por ello se retiró del asiento, llegando a bastante grande cama, dónde se recurrió a un rincón junto la pared, y cerró los ojos.
Pasados unos minutos, evidentemente, dormir era difícil con ideas revoloteando, más que ideas eran dudas, así que se obligó a ponerse de piel, vestirse y abandonar temporalmente la habitación, no sin antes tomar la vieja llave y echar el cerrojo. Un tanto dubitativa sobre sí invadir la soledad del vampiro, estuvo en la cima de las escaleras, hasta que se armó de entereza para bajar al salón principal, uno oscuro apenas iluminado por las velas en los candelabros. Tal sorpresa se llevó cuando al estar en pleno salón, pudo ver al vampiro, acompañado... El semblante de la bruja era de pura frialdad, observando a la mujer como quien quiere lanzar fuego de los ojos, pero despabilando de aquel extraño sentir y no fue la primera vez que sucedía en este tiempo desde su reunión en esta misma ciudad, respiró profundamente y cruzó el sitio para llegar a ellos. Ambos sentados ante una mesa del rincón.
Precavidamente se colocó detrás del vampiro, e inspeccionó un poco a la mujer en completo silencio, era una visión melancólica, como un fantasma en pena. Una mujer alargada, con cuerpo aparentemente atlético, rostro duro y elegante, ojos grises y cabello como hilos de gasa blanca. Su vestuario era elegante pero no perdía la solemnidad, y su forma de hablar era rasposa y lenta. -Verá, mi señor, debo solicitar su soporte en un acto sin precedentes. Se trata de recuperar la mansión familiar del señor a quien sirvo con suma lealtad. Lord Drol, heredó de su familia la mansión, siendo un símbolo innegable de estatus e influencia en lo que a éstos territorios respecta. La invasión de vulgar ganado y su osadía de combatirnos, mitigó el orden y poder de nuestra raza, a pesar de ello resistimos. Pero como seguramente usted ya lo sabe, fuimos diezmados. Ésto no se trata únicamente de terrenos, casas y nombres, Lord Drol, debe recuperar aquello que ha sido robado de nuestra especie. Hemos tolerado lo suficiente, es por eso que me he acercado a usted.- La mujer dirigió una lánguida mirada a la bruja, ambas se observaron con curiosidad, pero la pesadumbre en los ojos de aquella mujer le dolió en el pecho. -Mi Sr. Drol, como usted y yo, no puede usar el éter a su favor, la astucia y la fuerza son imprescindibles, pero requiero un poco de ayuda extra.- Guardó una pausa. ¿Estaba cansada? O ¿Era el efecto de pesares que atormentan a aquella mujer?
-He observado, que va acompañado, y me tomó un poco de deducciones como de información adicional, reconocer su naturaleza. Viéndome en la aparente ventaja de que usted, cuenta con una posesión que será de utilidad en nuestro cometido, si usted lo permitiese, por supuesto.- Al poco rato un par de cálices hicieron presencia en la mesa, traídos por la tendera, y de vuelta a la privacidad ella continuó, no sin antes dar unos largos tragos a la copa y relamer sus labios posteriormente. -Lord Drol, es alguien orgulloso y fuerte, pero los humanos han encontrado formas de enfrentarnos. Si me ayuda usted a lograr el cometido, y retomar nuestro poder aquí de esa manera, se verá gratamente recompensado.- Torció ligeramente sus labios, en una sonrisa que apenas se notaba, y observó a Zagreus expectante.
La mujer no insistió, pero se puso de pie y le dio un poco más de tiempo: -Mi señor llegará a Sacrestic en dos noches, si acepta tomar ésta encomienda, los veré en el crepúsculo, dentro de tres noches, aquí mismo, yo los llevaré donde mi señor. Mi nombre es Ágatha. Señorita Agatha Christie, mayordoma de la casa Stocker.- Tomó unos segundos de pausa, como pensando en si agregar algo más, echando un vistazo por el rabillo a la bruja. Sin más hizo amago de una reverencia con un movimiento de cabeza ante el vampiro, y se retiró, con la airosidad de una sombra. Por su parte Itzamaray no sabía si debería indignarse, por haber estado ahí, y que la mujer hablara como si no existiera a pesar de haber cruzado la mirada con la bruja. La mujer había tomado rumbo a un pasillo y atravesado una puerta interna. De ahí en más, ella dedujo tomaría su descanso, pues era la hora usual de su especie.
Entonces la hechicera dejó las espaldas del vampiro, para posicionarse al frente, con una expresión entre molesta y dudosa, y taciturna como era, mantuvo aquella mirada en silencio, esperando saber qué era lo que comandaría él ante aquella situación. Aún con la actitud de la mujer, que la había prácticamente tratado como un objeto del que disponer, la sola idea de participar en la toma posesión de la dichosa mansión y ser devuelta a manos de un vampiro antiguo, atrajo sobre sí la luz de lo que representa actuar dentro de los conflictos entre humanos y vampiros, siendo muy probablemente una puerta abierta a una era diferente, pero probable era que, su remolino de pensamientos fueran sueños grandilocuentes, entre ensueños de poder y de entregarle todo aquello que pidiera su Lord Markov.
Pasados unos minutos, evidentemente, dormir era difícil con ideas revoloteando, más que ideas eran dudas, así que se obligó a ponerse de piel, vestirse y abandonar temporalmente la habitación, no sin antes tomar la vieja llave y echar el cerrojo. Un tanto dubitativa sobre sí invadir la soledad del vampiro, estuvo en la cima de las escaleras, hasta que se armó de entereza para bajar al salón principal, uno oscuro apenas iluminado por las velas en los candelabros. Tal sorpresa se llevó cuando al estar en pleno salón, pudo ver al vampiro, acompañado... El semblante de la bruja era de pura frialdad, observando a la mujer como quien quiere lanzar fuego de los ojos, pero despabilando de aquel extraño sentir y no fue la primera vez que sucedía en este tiempo desde su reunión en esta misma ciudad, respiró profundamente y cruzó el sitio para llegar a ellos. Ambos sentados ante una mesa del rincón.
Precavidamente se colocó detrás del vampiro, e inspeccionó un poco a la mujer en completo silencio, era una visión melancólica, como un fantasma en pena. Una mujer alargada, con cuerpo aparentemente atlético, rostro duro y elegante, ojos grises y cabello como hilos de gasa blanca. Su vestuario era elegante pero no perdía la solemnidad, y su forma de hablar era rasposa y lenta. -Verá, mi señor, debo solicitar su soporte en un acto sin precedentes. Se trata de recuperar la mansión familiar del señor a quien sirvo con suma lealtad. Lord Drol, heredó de su familia la mansión, siendo un símbolo innegable de estatus e influencia en lo que a éstos territorios respecta. La invasión de vulgar ganado y su osadía de combatirnos, mitigó el orden y poder de nuestra raza, a pesar de ello resistimos. Pero como seguramente usted ya lo sabe, fuimos diezmados. Ésto no se trata únicamente de terrenos, casas y nombres, Lord Drol, debe recuperar aquello que ha sido robado de nuestra especie. Hemos tolerado lo suficiente, es por eso que me he acercado a usted.- La mujer dirigió una lánguida mirada a la bruja, ambas se observaron con curiosidad, pero la pesadumbre en los ojos de aquella mujer le dolió en el pecho. -Mi Sr. Drol, como usted y yo, no puede usar el éter a su favor, la astucia y la fuerza son imprescindibles, pero requiero un poco de ayuda extra.- Guardó una pausa. ¿Estaba cansada? O ¿Era el efecto de pesares que atormentan a aquella mujer?
-He observado, que va acompañado, y me tomó un poco de deducciones como de información adicional, reconocer su naturaleza. Viéndome en la aparente ventaja de que usted, cuenta con una posesión que será de utilidad en nuestro cometido, si usted lo permitiese, por supuesto.- Al poco rato un par de cálices hicieron presencia en la mesa, traídos por la tendera, y de vuelta a la privacidad ella continuó, no sin antes dar unos largos tragos a la copa y relamer sus labios posteriormente. -Lord Drol, es alguien orgulloso y fuerte, pero los humanos han encontrado formas de enfrentarnos. Si me ayuda usted a lograr el cometido, y retomar nuestro poder aquí de esa manera, se verá gratamente recompensado.- Torció ligeramente sus labios, en una sonrisa que apenas se notaba, y observó a Zagreus expectante.
La mujer no insistió, pero se puso de pie y le dio un poco más de tiempo: -Mi señor llegará a Sacrestic en dos noches, si acepta tomar ésta encomienda, los veré en el crepúsculo, dentro de tres noches, aquí mismo, yo los llevaré donde mi señor. Mi nombre es Ágatha. Señorita Agatha Christie, mayordoma de la casa Stocker.- Tomó unos segundos de pausa, como pensando en si agregar algo más, echando un vistazo por el rabillo a la bruja. Sin más hizo amago de una reverencia con un movimiento de cabeza ante el vampiro, y se retiró, con la airosidad de una sombra. Por su parte Itzamaray no sabía si debería indignarse, por haber estado ahí, y que la mujer hablara como si no existiera a pesar de haber cruzado la mirada con la bruja. La mujer había tomado rumbo a un pasillo y atravesado una puerta interna. De ahí en más, ella dedujo tomaría su descanso, pues era la hora usual de su especie.
Entonces la hechicera dejó las espaldas del vampiro, para posicionarse al frente, con una expresión entre molesta y dudosa, y taciturna como era, mantuvo aquella mirada en silencio, esperando saber qué era lo que comandaría él ante aquella situación. Aún con la actitud de la mujer, que la había prácticamente tratado como un objeto del que disponer, la sola idea de participar en la toma posesión de la dichosa mansión y ser devuelta a manos de un vampiro antiguo, atrajo sobre sí la luz de lo que representa actuar dentro de los conflictos entre humanos y vampiros, siendo muy probablemente una puerta abierta a una era diferente, pero probable era que, su remolino de pensamientos fueran sueños grandilocuentes, entre ensueños de poder y de entregarle todo aquello que pidiera su Lord Markov.
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*Bendición de Intuición: Durante uno cualquiera de tus próximos 3 temas (libres o privados), disfrutarás de un sexto sentido para encontrar cualquier cosa que busques, ya sea un objeto, una persona o, simplemente, el camino a seguir. Solo sigue tu intuición y no podrás perderte, aunque no siempre acabes donde creías que debías ir.
*
- Agatha Christie:
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Itzamaray
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Re: La mansión Stocker, el retorno del rey díscolo [Noche][Trabajo]
La dama de pelo ceniciento, como el mío, comenzó disculpándose por haber estado los últimos días espiando nuestros pasos. Dentro de sus argumentos destacaba que, si bien tenía referencias sobre mi persona, no podría fiarse de nosotros solo basándose en palabras. El trabajo para el cual nos contactaba era de gran importancia, por lo que no podría encomendarlo a cualquiera. Entendí su posición, las tensiones en Sacrestic iban acrecentándose en las sombras. Los incautos, donde destacaba a los humanos, podrían suponer que todo se mantenía en la tranquilidad propia de los últimos tiempos en la capital del oeste, pero la verdad es que los vampiros poco a poco querían sacarse los grilletes impuestos por los errores de su raza.
Mientras continuaba con las presentaciones cordiales, recalcando en todo momento porque yo era el elegido para la tarea, la joven maga bajó de la habitación y tímidamente se posó detrás de mí. La mujer ignoró su presencia, en todo momento sus palabras se dirigían a mí, incluso cuando en sus frases suponía que mi posesión podría ser una ventaja en la misión.
El pensar que debía estar acompañado me amargaba. Si bien un aliado podría suponer una ventaja, la maga era inútil en cuanto a sus habilidades mágicas. Un manojo de emociones andante, ingenua y sin experiencia. Reconocía que había aceptado su compañía e incluso el dirigirnos a la península para atender sus asuntos, pero esto era distinto, eran mis asuntos. La maga solo era una carga pesada.
Mantuve el silencio durante toda la exposición de la mujer, no era necesario que confirmara mi compromiso en la tarea, ya que entendía que las implicaciones de ese vampiro en la villa supondrían un fuerte aliado en los días venideros de Sacrestic.
La curiosidad por conocer a este tal Drol me animaba a reflexionar en posibles planes y estrategias para retomar la mansión. No obstante, la dosis de realidad se hacía presente cuando la mujer se retiró de la posada. Este trabajo podría complicarse con suma facilidad. Era imprescindible actuar con cabeza y tratar de mantener a la guardia humana lejos de esto. El suponer que Lannet tomara cartas en el asunto podría detonar que en Lunargenta se activaran varios mecanismos para estropear lo que poco a poco se cocinaba en Sacrestic.
Me levanté mientras seguía centrado en las hipótesis y suposiciones sobre el trabajo, poco era el tiempo para prepararse. Sin embargo, en el movimiento de levantarme de la silla, mi espalda tocó el cuerpo pequeño de Itzamaray, haciendo que nuevamente me percatara de la presencia de la esclava. Al cruzar miradas con ella, la irritación dentro de mí se hizo evidente nuevamente. La idea de deshacerme de ella parecía tan sencilla y viable para facilitar todo. Trabajar en equipo no solía ser mi fuerte, y menos si se trataba de alguien que supondría un obstáculo en la misión. Silencié mis ideas con una mueca de rechazo y me encaminé a la habitación para descansar.
Al llegar al sillón que ocupaba para dormir me dirigí con un tono autoritario. – Duerme, ni se te ocurra preguntar nada sobre lo que escuchaste en aquella mesa. – Las palabras para castigar la imprudencia de la joven maga repicaban en mi cabeza, la idea de prohibir su participación en aquel trabajo, o mejor aún, el simple hecho de terminar con su miserable existencia parecía lo lógico, el paso a seguir. Pero no dije nada más… La joven había sobrevivido y jurado devoción hacia mí, entrecerré los ojos y esperé que el día continuara.
El día previo a la reunión con el vampiro lo había destinado a prepararme, buscar información sobre la mansión en cuestión, indagar sobre el linaje del señor Drol y pensar sobre todas las posibles complicaciones del trabajo. Era menester anticiparse a los posibles pormenores de la misión, ya que su resultado no solo se centraba en una posible compensación monetaria, el recuperar la mansión Stocker implicaba ganarse el favor de mi raza, resaltando mi nombre dentro de los principales actores en los planes futuros de la villa, implicaba asentar en Sacrestic un vampiro poderoso que si las palabras de Agatha eran ciertas, supondría una pieza clave a la cruzada.
Los diálogos con la bruja habían sido contados desde la charla con la mujer en la posada. Su simple presencia aumentaba con creces las probabilidades de errores, pero ahí estaba, como un objeto, inmóvil detrás de mí mientras esperaba nuevamente ver el rostro de la señorita Christie.
La mujer de pelo blanco entró a la posada y con una reverencia saludó desde la puerta en nuestra dirección, sentado en la misma mesa que nuestro encuentro previo. Sin mediar palabra seguimos los pasos de la vampiresa que se desplazaba con soltura entre las callejuelas oscuras.
Que la mortal no se pierda en la oscuridad – señaló con aires de superioridad haciendo gala de su visión nocturna. No me preocupé en voltear y asistir a la maga, le correspondía a ella valerse por sí misma si de verdad quería seguirme (1).
Mi señor espera en una de las catacumbas subterráneas que existen en Sacrestic. En otros tiempos existían redes de túneles y caminos secretos que conectaban diferentes puntos de la villa, como mansiones de los linajes de vampiros importantes, centros de culto, en especial al dios Habakhuk y otros lugares de interés estratégico. Las grandes familias las utilizaban para emergencias, pero hoy por hoy son pocos los que conocen su existencia. – Señaló mientras al final de un callejón presionaba una baldosa de piedra en la pared.
No era la primera vez que veía ese tipo de mecanismos, y tras unos segundos, los ladrillos de una de las paredes del callejón empezaron a moverse dando paso a un pasadizo oscuro.
Mi señor espera más adelante, por favor midan bien sus palabras, su temperamento puede ser inestable, y admito que su actitud hacia las otras razas no es la más amigable, así que tú – dijo mirando con sus ojos brillantes a Itzamaray – no hagas ninguna estupidez.
___________________________Mientras continuaba con las presentaciones cordiales, recalcando en todo momento porque yo era el elegido para la tarea, la joven maga bajó de la habitación y tímidamente se posó detrás de mí. La mujer ignoró su presencia, en todo momento sus palabras se dirigían a mí, incluso cuando en sus frases suponía que mi posesión podría ser una ventaja en la misión.
El pensar que debía estar acompañado me amargaba. Si bien un aliado podría suponer una ventaja, la maga era inútil en cuanto a sus habilidades mágicas. Un manojo de emociones andante, ingenua y sin experiencia. Reconocía que había aceptado su compañía e incluso el dirigirnos a la península para atender sus asuntos, pero esto era distinto, eran mis asuntos. La maga solo era una carga pesada.
Mantuve el silencio durante toda la exposición de la mujer, no era necesario que confirmara mi compromiso en la tarea, ya que entendía que las implicaciones de ese vampiro en la villa supondrían un fuerte aliado en los días venideros de Sacrestic.
La curiosidad por conocer a este tal Drol me animaba a reflexionar en posibles planes y estrategias para retomar la mansión. No obstante, la dosis de realidad se hacía presente cuando la mujer se retiró de la posada. Este trabajo podría complicarse con suma facilidad. Era imprescindible actuar con cabeza y tratar de mantener a la guardia humana lejos de esto. El suponer que Lannet tomara cartas en el asunto podría detonar que en Lunargenta se activaran varios mecanismos para estropear lo que poco a poco se cocinaba en Sacrestic.
Me levanté mientras seguía centrado en las hipótesis y suposiciones sobre el trabajo, poco era el tiempo para prepararse. Sin embargo, en el movimiento de levantarme de la silla, mi espalda tocó el cuerpo pequeño de Itzamaray, haciendo que nuevamente me percatara de la presencia de la esclava. Al cruzar miradas con ella, la irritación dentro de mí se hizo evidente nuevamente. La idea de deshacerme de ella parecía tan sencilla y viable para facilitar todo. Trabajar en equipo no solía ser mi fuerte, y menos si se trataba de alguien que supondría un obstáculo en la misión. Silencié mis ideas con una mueca de rechazo y me encaminé a la habitación para descansar.
Al llegar al sillón que ocupaba para dormir me dirigí con un tono autoritario. – Duerme, ni se te ocurra preguntar nada sobre lo que escuchaste en aquella mesa. – Las palabras para castigar la imprudencia de la joven maga repicaban en mi cabeza, la idea de prohibir su participación en aquel trabajo, o mejor aún, el simple hecho de terminar con su miserable existencia parecía lo lógico, el paso a seguir. Pero no dije nada más… La joven había sobrevivido y jurado devoción hacia mí, entrecerré los ojos y esperé que el día continuara.
[…]
La noche del encuentro
El día previo a la reunión con el vampiro lo había destinado a prepararme, buscar información sobre la mansión en cuestión, indagar sobre el linaje del señor Drol y pensar sobre todas las posibles complicaciones del trabajo. Era menester anticiparse a los posibles pormenores de la misión, ya que su resultado no solo se centraba en una posible compensación monetaria, el recuperar la mansión Stocker implicaba ganarse el favor de mi raza, resaltando mi nombre dentro de los principales actores en los planes futuros de la villa, implicaba asentar en Sacrestic un vampiro poderoso que si las palabras de Agatha eran ciertas, supondría una pieza clave a la cruzada.
Los diálogos con la bruja habían sido contados desde la charla con la mujer en la posada. Su simple presencia aumentaba con creces las probabilidades de errores, pero ahí estaba, como un objeto, inmóvil detrás de mí mientras esperaba nuevamente ver el rostro de la señorita Christie.
La mujer de pelo blanco entró a la posada y con una reverencia saludó desde la puerta en nuestra dirección, sentado en la misma mesa que nuestro encuentro previo. Sin mediar palabra seguimos los pasos de la vampiresa que se desplazaba con soltura entre las callejuelas oscuras.
Que la mortal no se pierda en la oscuridad – señaló con aires de superioridad haciendo gala de su visión nocturna. No me preocupé en voltear y asistir a la maga, le correspondía a ella valerse por sí misma si de verdad quería seguirme (1).
Mi señor espera en una de las catacumbas subterráneas que existen en Sacrestic. En otros tiempos existían redes de túneles y caminos secretos que conectaban diferentes puntos de la villa, como mansiones de los linajes de vampiros importantes, centros de culto, en especial al dios Habakhuk y otros lugares de interés estratégico. Las grandes familias las utilizaban para emergencias, pero hoy por hoy son pocos los que conocen su existencia. – Señaló mientras al final de un callejón presionaba una baldosa de piedra en la pared.
No era la primera vez que veía ese tipo de mecanismos, y tras unos segundos, los ladrillos de una de las paredes del callejón empezaron a moverse dando paso a un pasadizo oscuro.
Mi señor espera más adelante, por favor midan bien sus palabras, su temperamento puede ser inestable, y admito que su actitud hacia las otras razas no es la más amigable, así que tú – dijo mirando con sus ojos brillantes a Itzamaray – no hagas ninguna estupidez.
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1: Uso de mi rasgo racial: Ojos de la Noche: Puedo ver en la oscuridad como si fuera de día.
Zagreus
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Re: La mansión Stocker, el retorno del rey díscolo [Noche][Trabajo]
-Que la mortal no se pierda en la oscuridad.- Itzamaray sólo alzó una ceja, algo irritada por la actitud de la peliblanca, era sumamente arrogante a su parecer, pero no por ello dijo nada. Usó luz tenue evocada en la mano para poder ver el camino más inmediato sin ser demasiado llamativo. Era sumamente interesante que hubiera catacumbas debajo de la ciudad, sonaba como una ciudad debajo, no tenía demasiado claro el concepto, pero le bastaba la imaginación para figurar en su mente. El mecanismo que les abrió paso le causó impresión, abriendo sus ojos muy bien para no perder los pocos detalles que su luz le daba, incluso el sonido era curioso. La mujer se tomó su tiempo para dar indicaciones, una vez más, referente a la bruja. Contuvo la respiración un momento, hacía parecer que el vampiro al que verían era sumamente peligroso, idea difícil de creer, tomando en cuenta que a su falta de experiencia y edad, lo único peligroso que pensaba existía era Zagreus.
En silencio siguió a ambos vampiros por el pasillo que poco a poco lucía más fúnebre, las piedras se mezclaban con el barro duro, y entre ellos se notaban pequeñas piezas que llegó a pensar eran huesos. Fue necesario apresurar sus pasos, caminando a través de una especie de laberinto, el cual era evidente que ella conocía perfectamente. Una vez hubieron dado una larga caminata, y recorrido aquellas paredes en las que sí, habían huesos, cráneos, marcas extrañas que parecían simbolismos ocultos. Sacrestic escondía secretos, interesantes y hermosos, arquitectura que seguramente inspiraba a quienes seguían la oscuridad. El olor dentro era de humedad, tierra y
Se detuvieron de golpe y casi choca con sus cuerpos, frenando justo a tiempo, para que la mujer se inclinara en una reverencia frente a alguien que ella todavía no podía ver a lo lejos. Habían llegado a una especie de bóveda, seguramente los caminos se conectaban en varias como aquella, el techo era una cúpula del mismo material que los muros, y no era demasiado alto. -Mi señor, he aquí la persona de quien le he hablado. El señor Markov. He aquí mi señor Stocker, único amo y por derecho propietario, de la mansión en cuestión.- Los vampiros apenas se dirigieron la palabra, más que la presentación inicial, mientras que la bruja se mantenía detrás de ellos, alejada de la vista.
-Señor Markov, este asunto es de suma importancia. Le he traído un artículo de utilidad, tanto como valioso. Los planos de la mansión.- Al parecer el hombre de la noche no se andaba con un sólo rodeo, y directamente al tema le otorgó el par de pergaminos enrollados, los cuales su propio señor tomó de inmediato. -Hasta donde hemos obtenido información, se crearon sellos mágicos, con una magia distinta, al parecer basada en fuego y luz.- La hechicera abrió los ojos como platos, detestaba el fuego, y pensar en ingresar en aquella estructura para terminar rodeada de dicho elemento no le causaba ningún tipo de entusiasmo. Pero no tendría opción. -Mi señor, con su permiso. Señor Markov, si ingresamos a la mansión, deshacernos de los humanos invasores, y sobre todo requerimos de alguien con éter para una tarea al respecto de los sellos. Son, aparentemente, activables con seres que no posean éter.- Hizo una larga pausa, mientras el peliblanco asimilaba la información.
-¿La mascota es bruja entonces?- La pregunta era más una afirmación mezclada con duda respecto su raza, no su condición, un par de ojos brillantes casi carmesí se notaron ante el reflejo suave de la luz que la hechicera mantenía con la mano debajo, como los depredadores felinos en las selvas. Por lo poco que percibía, estaba claro que tendría un gran tamaño, y su voz era casi gutural. -Así es mi señor, me disculpo por ello, pero podría ser necesario en cierto punto para poder entrar o salir...-
-Continúa con las indicaciones para el señor Markov.- ¿Era una broma? La bruja retrocedió dos pasos, guardando suficiente distancia de ellos, quería reclamar algo pero saldría perdiendo de ello, y tampoco quería que su amo perdiese la oportunidad de obtener su ganancia de todo ello. Así que se tragó sus réplicas, y miró hacia el suelo, mordiendo el labio inferior. -Hay actualmente una familia adinerada pero de linaje impuro, viviendo ahí, cuentan con guardias humanos, y hasta donde sabemos al menos un licántropo infiltrado entre ellos. El actual impostor, cuenta con buenas relaciones dentro del ejército, por lo tanto es importante estar conscientes de que quizás, haya aún más personas dentro como protección.-
-Nadie debería salir vivo de ahí, y es importante desaparecer los cuerpos aquí, en las catacumbas hay algunas secciones aptas para ello.- Guardaron silencio, claramente permitiendo que Zagreus pudiera analizar los planos, y que tuviera clara la información. A la par que la bruja pensaba él cómo iba a tener que desactivar los sellos, y si realmente se activaban sólo con seres cuya carencia de manipulación del éter tuvieran contacto con ellos.
_______________________En silencio siguió a ambos vampiros por el pasillo que poco a poco lucía más fúnebre, las piedras se mezclaban con el barro duro, y entre ellos se notaban pequeñas piezas que llegó a pensar eran huesos. Fue necesario apresurar sus pasos, caminando a través de una especie de laberinto, el cual era evidente que ella conocía perfectamente. Una vez hubieron dado una larga caminata, y recorrido aquellas paredes en las que sí, habían huesos, cráneos, marcas extrañas que parecían simbolismos ocultos. Sacrestic escondía secretos, interesantes y hermosos, arquitectura que seguramente inspiraba a quienes seguían la oscuridad. El olor dentro era de humedad, tierra y
Se detuvieron de golpe y casi choca con sus cuerpos, frenando justo a tiempo, para que la mujer se inclinara en una reverencia frente a alguien que ella todavía no podía ver a lo lejos. Habían llegado a una especie de bóveda, seguramente los caminos se conectaban en varias como aquella, el techo era una cúpula del mismo material que los muros, y no era demasiado alto. -Mi señor, he aquí la persona de quien le he hablado. El señor Markov. He aquí mi señor Stocker, único amo y por derecho propietario, de la mansión en cuestión.- Los vampiros apenas se dirigieron la palabra, más que la presentación inicial, mientras que la bruja se mantenía detrás de ellos, alejada de la vista.
-Señor Markov, este asunto es de suma importancia. Le he traído un artículo de utilidad, tanto como valioso. Los planos de la mansión.- Al parecer el hombre de la noche no se andaba con un sólo rodeo, y directamente al tema le otorgó el par de pergaminos enrollados, los cuales su propio señor tomó de inmediato. -Hasta donde hemos obtenido información, se crearon sellos mágicos, con una magia distinta, al parecer basada en fuego y luz.- La hechicera abrió los ojos como platos, detestaba el fuego, y pensar en ingresar en aquella estructura para terminar rodeada de dicho elemento no le causaba ningún tipo de entusiasmo. Pero no tendría opción. -Mi señor, con su permiso. Señor Markov, si ingresamos a la mansión, deshacernos de los humanos invasores, y sobre todo requerimos de alguien con éter para una tarea al respecto de los sellos. Son, aparentemente, activables con seres que no posean éter.- Hizo una larga pausa, mientras el peliblanco asimilaba la información.
-¿La mascota es bruja entonces?- La pregunta era más una afirmación mezclada con duda respecto su raza, no su condición, un par de ojos brillantes casi carmesí se notaron ante el reflejo suave de la luz que la hechicera mantenía con la mano debajo, como los depredadores felinos en las selvas. Por lo poco que percibía, estaba claro que tendría un gran tamaño, y su voz era casi gutural. -Así es mi señor, me disculpo por ello, pero podría ser necesario en cierto punto para poder entrar o salir...-
-Continúa con las indicaciones para el señor Markov.- ¿Era una broma? La bruja retrocedió dos pasos, guardando suficiente distancia de ellos, quería reclamar algo pero saldría perdiendo de ello, y tampoco quería que su amo perdiese la oportunidad de obtener su ganancia de todo ello. Así que se tragó sus réplicas, y miró hacia el suelo, mordiendo el labio inferior. -Hay actualmente una familia adinerada pero de linaje impuro, viviendo ahí, cuentan con guardias humanos, y hasta donde sabemos al menos un licántropo infiltrado entre ellos. El actual impostor, cuenta con buenas relaciones dentro del ejército, por lo tanto es importante estar conscientes de que quizás, haya aún más personas dentro como protección.-
-Nadie debería salir vivo de ahí, y es importante desaparecer los cuerpos aquí, en las catacumbas hay algunas secciones aptas para ello.- Guardaron silencio, claramente permitiendo que Zagreus pudiera analizar los planos, y que tuviera clara la información. A la par que la bruja pensaba él cómo iba a tener que desactivar los sellos, y si realmente se activaban sólo con seres cuya carencia de manipulación del éter tuvieran contacto con ellos.
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Lord Drol
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Planos de la mansión
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Itzamaray
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Re: La mansión Stocker, el retorno del rey díscolo [Noche][Trabajo]
Con semblante pleitesía, Agatha presentó a su señor, un vampiro impotente y con cara orgullosa. Lord Drol justificaba solo con su físico todas las habilidades que su subordinaba alardeaba con tanto hincapié. Sin duda, si mis objetivos se completaban podría tratarse de un agregado importante a los propósitos de Sacrestic Ville, no me dejaba intimidar por él, pero sabía que lo más sensato era ser aliados y no enemigos.
Las presentaciones fueron cortas, aquel hombre parecía ser víctima de sus impulsos y sus ansias de actuar ganaban espacio, presentando ante mí unos documentos para empezar a idear un plan. En las paredes de aquella bóveda subterránea se respiraba el desprecio hacia la maga que me acompañaba, al igual que los humanos invasores.
Vi con detenimiento en mis manos los planos de aquella mansión, en mi cabeza figuraba las posibles áreas de conflicto que serían resguardadas por guardias, así como las posibles salidas en caso de que el plan se fuera de las manos.
Mi rostro reflejaba cierto tinte de desconfianza, al igual que desconcierto. Un quejido acompañó mi acción cuando doblando aquellos planos estiré mi brazo para dárselos, como si me negara a continuar. Los ojos de Drol se mostraban confundidos, sus largas y pobladas cejas relataban una curva de incredulidad.
Agradezco su confianza para solicitar mi apoyo en tal crítica misión, pero no pienso trabajar si no conozco cuál es su verdadero objetivo, yo participo por mis propias intenciones, pero no me bastan como para apostar en algo que parece ser un suicidio. – dije mientras con rostro estoico cruzaba mis brazos.
Agatha ofendida avanzó hacia mí vociferando - ¡¿Cómo te atreves sucia sanguijuela a dirigirte con ese tono a mi señor, lord Drol del linaje Stocker?! ¿Acaso tú… - su discurso colérico fue silenciado por el vampiro de caballera larga color ébano. Con sus dedos fuertes tomó a la vampiresa por el cuello, su fuerza le permitía ser capaz de alzar unos centímetros del suelo a aquella mujer. No se inmutaba ni mostraba hacer esfuerzo. Sus largos dedos abrazaban en su totalidad el delicado cuello de Agatha, clavando sus largas uñas cuales garras, evitando que su agarre cediera a los intentos fútiles de la mujer en librarse de la mano de su amo.
La escena duró apenas segundos, y tras soltar súbitamente el cuello, Agatha calló de rodillas tosiendo mientras frotaba su garganta con sus manos.
No vuelvas a osar interrumpirnos. – Señaló sin mirar a su subordinaba mientras ahora con ojos serios arropaba a Itzamaray blandiendo una sutil amenaza. – Escupe Markov, ¿qué mantiene tus reservas? - designó dirigiendo sus ojos nuevamente a mí.
De lo que más hago alarde es mi inteligencia, por lo que si alguien me considera tonto me lo tomo muy personal… Todas las incoherencias que me dijo tu … - indiqué dando una mirada de desprecio a la mujer que nuevamente se colocaba de pie sumisa. – solo cubren un plan falible con una motivación insípida. ¿Acaso podemos dejar de jugar?
Una media sonrisa asomó el rostro de aquel monstruo. El silencio confirmaba el derecho a proseguir con mis inquietudes.
¿Por qué yo? … Nosotros – corregí para incluir a la maga a mis espaldas.
En mis años de estadía en Sacrestic logré conocer muchos vampiros, gente de confianza y estima. Sin embargo, desde el suceso de – su voz parecía fracturada desde la impotencia – ...Lunargenta, son pocos a quienes puedo llamar aliados. Cuando alguien de aquellos hombres y mujeres me indica algo, soy capaz de confiar ciegamente en sus palabras, por eso deposito mi “confianza” en ti, aunque no te conozca.
Además… - el hombre subió una de sus manos para frotarse el mentón – más que una mansión es una fortaleza, mi familia siempre fue paranoica con los de sangre sucia, por tal motivo prácticamente es un palacio inexpugnable. Las puertas requieren de algo más que fuerza bruta, y he oído que puede que seas un ingeniero capaz.
Si el reto es tan complejo como dicen… ¿Por qué no venir con más hombres? – señalé con desdén.
Yo valgo por 100 hombres – indicó retomando su postura de brazos cruzados, orgulloso como pocos, vanidoso como yo. - No es un trabajo que necesite muchas manos, es una misión para pocos, algo íntimo y que necesita precisión. Incluso me atrevo a decir que el ganado que traes contigo no pinta mucho aquí, pero dejaré que tú te encargues de tu mascota. Quizás su capacidad con el éter pueda ser útil. – Sus ojos tomaron un rojo sombrío que conocía bien, no surtía efecto en mí sus artimañas vampíricas, pero las mismas iban dirigidas a la joven y vulnerable maga. – y si con su magia no alcanza siempre se le podrá sacar provecho a su sangre…
Me reservé los comentarios altaneros de Drol, estaba centrado en mis inquietudes para operar tal misión. – ¿Una vez tomemos la mansión no has contemplado que el mismísimo Peter Lannet vendría con un ejército de humanos desde Lunargenta para recuperar lo que asumen les pertenece?
Su rostro se tornó incómodo a mi pregunta y al mencionar aquel nombre sus músculos se tensaron y sus ojos volvieron a su estado normal. – Lo que me interesa no es recuperar mi hogar, lo que me importa es tomar lo que por derecho es mío… - dubitativo se quedó contemplando si era prudente seguir hablando – en un cuarto detrás de muros secretos existe un artefacto que me permitiría no preocuparme por las consecuencias de retomar la mansión Stocker.
No te preocupes por lo que suceda después, no moriré pronto… No antes sin ver Sacrestic siendo lo que debería ser.
Entendía que insistir en recibir información por ese artefacto pondría al vampiro a la defensiva. Por ello no seguí, Lord Drol había cooperado y a mí me tocaba corresponder.
Aceptaré trabajar contigo. Y recalco la horizontalidad de nuestro acuerdo, no tolero mirar hacia arriba. Si eso no es un impedimento para ti, me gustaría tomar un tiempo para redefinir algunos detalles. – indiqué desenrollando los planos una vez más, para así poderlos revisar con el detenimiento debido.
Señor, lamento, interrumpir – dijo Agatha retomando su posición como fiel sirviente del señor vampiro. – Ya pronto llegará la luna a su punto más alto, debemos actuar cuando usted indique.
Tienen 15 minutos, sigan el camino – indicó alargando su dedo índice resaltando uno de los pasadizos de aquel laberíntico lugar – apaguen toda luz a su paso.
El hombre dio un giro haciendo que su capa larga levantara el polvo del suelo, su armadura ornamentada solo quedaba opacada por la vaina que guardaba lo que parecía ser un espadón de finos detalles en su pomo. La vampiresa siguió sus pasos y se perdieron entre la negrura de aquel camino señalado.
Ya estando nuevamente solos, me volteé para dirigirme a mi acompañante.
Itzamaray, te ruego, no hagas ninguna estupidez, sino yo mismo seré quien me encargue de ti. – indique amenazando la maga por las implicaciones de aquel trabajo. – no puedo darte mi daga en esta ocasión y espero eso no suponga que te conviertas en una carga. Si tienes algo que decir aprovecha ahora, revisaré estos planos y cuando haya terminado avanzaremos para entrar a la mansión. Espero que puedas lidiar con aquellos sellos, el éter está prohibido para los de nuestra raza, y aunque deteste admitirlo mi ingenio o la fuerza de Drol no será suficiente para ese tipo de obstáculos…
Sabía que esa afirmación supondría una carga para la joven e ingenua maga, pero la única forma de garantizar su supervivencia era aceptar tal asignación.
________________Las presentaciones fueron cortas, aquel hombre parecía ser víctima de sus impulsos y sus ansias de actuar ganaban espacio, presentando ante mí unos documentos para empezar a idear un plan. En las paredes de aquella bóveda subterránea se respiraba el desprecio hacia la maga que me acompañaba, al igual que los humanos invasores.
Vi con detenimiento en mis manos los planos de aquella mansión, en mi cabeza figuraba las posibles áreas de conflicto que serían resguardadas por guardias, así como las posibles salidas en caso de que el plan se fuera de las manos.
Mi rostro reflejaba cierto tinte de desconfianza, al igual que desconcierto. Un quejido acompañó mi acción cuando doblando aquellos planos estiré mi brazo para dárselos, como si me negara a continuar. Los ojos de Drol se mostraban confundidos, sus largas y pobladas cejas relataban una curva de incredulidad.
Agradezco su confianza para solicitar mi apoyo en tal crítica misión, pero no pienso trabajar si no conozco cuál es su verdadero objetivo, yo participo por mis propias intenciones, pero no me bastan como para apostar en algo que parece ser un suicidio. – dije mientras con rostro estoico cruzaba mis brazos.
Agatha ofendida avanzó hacia mí vociferando - ¡¿Cómo te atreves sucia sanguijuela a dirigirte con ese tono a mi señor, lord Drol del linaje Stocker?! ¿Acaso tú… - su discurso colérico fue silenciado por el vampiro de caballera larga color ébano. Con sus dedos fuertes tomó a la vampiresa por el cuello, su fuerza le permitía ser capaz de alzar unos centímetros del suelo a aquella mujer. No se inmutaba ni mostraba hacer esfuerzo. Sus largos dedos abrazaban en su totalidad el delicado cuello de Agatha, clavando sus largas uñas cuales garras, evitando que su agarre cediera a los intentos fútiles de la mujer en librarse de la mano de su amo.
La escena duró apenas segundos, y tras soltar súbitamente el cuello, Agatha calló de rodillas tosiendo mientras frotaba su garganta con sus manos.
No vuelvas a osar interrumpirnos. – Señaló sin mirar a su subordinaba mientras ahora con ojos serios arropaba a Itzamaray blandiendo una sutil amenaza. – Escupe Markov, ¿qué mantiene tus reservas? - designó dirigiendo sus ojos nuevamente a mí.
De lo que más hago alarde es mi inteligencia, por lo que si alguien me considera tonto me lo tomo muy personal… Todas las incoherencias que me dijo tu … - indiqué dando una mirada de desprecio a la mujer que nuevamente se colocaba de pie sumisa. – solo cubren un plan falible con una motivación insípida. ¿Acaso podemos dejar de jugar?
Una media sonrisa asomó el rostro de aquel monstruo. El silencio confirmaba el derecho a proseguir con mis inquietudes.
¿Por qué yo? … Nosotros – corregí para incluir a la maga a mis espaldas.
En mis años de estadía en Sacrestic logré conocer muchos vampiros, gente de confianza y estima. Sin embargo, desde el suceso de – su voz parecía fracturada desde la impotencia – ...Lunargenta, son pocos a quienes puedo llamar aliados. Cuando alguien de aquellos hombres y mujeres me indica algo, soy capaz de confiar ciegamente en sus palabras, por eso deposito mi “confianza” en ti, aunque no te conozca.
Además… - el hombre subió una de sus manos para frotarse el mentón – más que una mansión es una fortaleza, mi familia siempre fue paranoica con los de sangre sucia, por tal motivo prácticamente es un palacio inexpugnable. Las puertas requieren de algo más que fuerza bruta, y he oído que puede que seas un ingeniero capaz.
Si el reto es tan complejo como dicen… ¿Por qué no venir con más hombres? – señalé con desdén.
Yo valgo por 100 hombres – indicó retomando su postura de brazos cruzados, orgulloso como pocos, vanidoso como yo. - No es un trabajo que necesite muchas manos, es una misión para pocos, algo íntimo y que necesita precisión. Incluso me atrevo a decir que el ganado que traes contigo no pinta mucho aquí, pero dejaré que tú te encargues de tu mascota. Quizás su capacidad con el éter pueda ser útil. – Sus ojos tomaron un rojo sombrío que conocía bien, no surtía efecto en mí sus artimañas vampíricas, pero las mismas iban dirigidas a la joven y vulnerable maga. – y si con su magia no alcanza siempre se le podrá sacar provecho a su sangre…
Me reservé los comentarios altaneros de Drol, estaba centrado en mis inquietudes para operar tal misión. – ¿Una vez tomemos la mansión no has contemplado que el mismísimo Peter Lannet vendría con un ejército de humanos desde Lunargenta para recuperar lo que asumen les pertenece?
Su rostro se tornó incómodo a mi pregunta y al mencionar aquel nombre sus músculos se tensaron y sus ojos volvieron a su estado normal. – Lo que me interesa no es recuperar mi hogar, lo que me importa es tomar lo que por derecho es mío… - dubitativo se quedó contemplando si era prudente seguir hablando – en un cuarto detrás de muros secretos existe un artefacto que me permitiría no preocuparme por las consecuencias de retomar la mansión Stocker.
No te preocupes por lo que suceda después, no moriré pronto… No antes sin ver Sacrestic siendo lo que debería ser.
Entendía que insistir en recibir información por ese artefacto pondría al vampiro a la defensiva. Por ello no seguí, Lord Drol había cooperado y a mí me tocaba corresponder.
Aceptaré trabajar contigo. Y recalco la horizontalidad de nuestro acuerdo, no tolero mirar hacia arriba. Si eso no es un impedimento para ti, me gustaría tomar un tiempo para redefinir algunos detalles. – indiqué desenrollando los planos una vez más, para así poderlos revisar con el detenimiento debido.
Señor, lamento, interrumpir – dijo Agatha retomando su posición como fiel sirviente del señor vampiro. – Ya pronto llegará la luna a su punto más alto, debemos actuar cuando usted indique.
Tienen 15 minutos, sigan el camino – indicó alargando su dedo índice resaltando uno de los pasadizos de aquel laberíntico lugar – apaguen toda luz a su paso.
El hombre dio un giro haciendo que su capa larga levantara el polvo del suelo, su armadura ornamentada solo quedaba opacada por la vaina que guardaba lo que parecía ser un espadón de finos detalles en su pomo. La vampiresa siguió sus pasos y se perdieron entre la negrura de aquel camino señalado.
Ya estando nuevamente solos, me volteé para dirigirme a mi acompañante.
Itzamaray, te ruego, no hagas ninguna estupidez, sino yo mismo seré quien me encargue de ti. – indique amenazando la maga por las implicaciones de aquel trabajo. – no puedo darte mi daga en esta ocasión y espero eso no suponga que te conviertas en una carga. Si tienes algo que decir aprovecha ahora, revisaré estos planos y cuando haya terminado avanzaremos para entrar a la mansión. Espero que puedas lidiar con aquellos sellos, el éter está prohibido para los de nuestra raza, y aunque deteste admitirlo mi ingenio o la fuerza de Drol no será suficiente para ese tipo de obstáculos…
Sabía que esa afirmación supondría una carga para la joven e ingenua maga, pero la única forma de garantizar su supervivencia era aceptar tal asignación.
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El efecto de mi Bendición de Aquiesencia continua, haciendo que Drol e incluso Itzamaray se ajusten a mis planteamientos.
Zagreus
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Re: La mansión Stocker, el retorno del rey díscolo [Noche][Trabajo]
Avanzamos siguiendo las órdenes del señor vampiro. La bruja temerosa se arropaba tras mi sombra siguiendo mis pasos por la oscuridad, guiando su camino a una responsabilidad que no le correspondía. Su devoción y deuda hacia mí la forzaba a cumplir un trabajo para el cual no estaba preparada. Dudaba de ella.
Recorrimos por un largo trecho entre pasillos oscuros de paredes decoradas con imágenes talladas de tiempos antiguos que solo los ojos malditos podrían ver en la penumbra. Sin duda aquellos pasadizos arrastraban las penurias de muchos y mostraban la historia de grandes linajes.
Stocker… - reflexionaba. Las leyendas alrededor de aquel nombre se quedaban cortas con la realidad de lo sanguinario que podrían llegar a ser. Incluso los mitos más fantasiosos no le hacían honor a la presencia terrorífica que impone Drol. No pretendía arrodillarme frente a él, pero reconocía que su poder me sobrepasaba con creces.
Entendía por qué alguien como Amanda quería cooperar con aquella casa de sangre. Un aliado como Drol supondría una ventaja en cualquier enfrentamiento, no obstante, bastaba oír al lord hablar para entender que su rencor no cabía en las propuestas diplomáticas. Sin duda, Oneca tendría una mejor oferta para el vampiro exiliado.
Tras varios minutos caminando por pasadizos laberínticos y estancias sombrías. Llegamos a unas escaleras de madera oscura que ascendían por las paredes de piedra tallada un par de metros. Al final, una puerta de gran tamaño que irradiaba una energía que incluso nosotros, vampiros malditos sin éter, podíamos sentir.
Un sello cubría aquella entrada. La luz y el fuego protegían el acceso, ningún vampiro podría lidiar con aquella magia. Acercarnos quemaba nuestra piel y todos los presentes comprendíamos que la fuerza bruta no sería suficiente para liberar aquel hechizo.
Es tu turno bruja, demuestra que tu amo tiene razón en protegerte. - dijo la vampiresa.
La joven temerosa avanzó subiendo los escalones con sus pies descalzos. El tintineo de sus joyas era lo único que interrumpía el silencio. A pesar del frío de aquellos túneles subterráneos, la bruja empezó a sudar mientras más se acercaba a la puerta. El sello de luz era poderoso, pero estaba dirigido a vampiros. Yo o incluso Drol independientemente de su poder, acabaríamos convertidos en cenizas por aquella magia. En cambio, ella podía tolerar la fuerza del sol como si se tratase de una tarde calurosa.
Itzamaray empezó a recitar palabras en voz baja, la magia se agitaba, el pomo de aquella puerta temblaba, pero nada cambiaba. La maga insistía, cerraba sus ojos y tanto sus cabellos como las telas de su vestimenta se sacudían.
Mortal, rompe el sello de inmediato. - dijo ya molesto el Lord.
Varios segundos pasaron, pero nada cambió. La maga cayó de rodillas y si bien su rostro estaba tapado por su pelo que caía a los costados, era evidente que lloraba.
Lord Drol colérico empezó a dirigirse a la maga, su mano abierta mostraba garras afiladas que sin duda serían capaces de decapitar a un humano. Su sed de sangre era evidente, la maga había irritado al vampiro que no pretendía esperar o ver su vuelta al reino entorpecido por una simple bruja.
Sin embargo, el sello lo mantenía alejado, al intentar poner un pie sobre el escalón, su pie provocó una leve corriente de humo. Si continuaba se quemaría hasta las cenizas. La magia poderosa seguía activa, la misión de recuperar la mansión parecía imposible.
¡Ahh! Maldita sea. Inútil, solo te dejé vivir por el sello y ahora no eres ni siquiera capaz de romperlo. Debí cortarte el cuello. - vociferaba intimidante el vampiro a la maga que seguía mirando el suelo decepcionada de su actuar. Ni siquiera Agatha era capaz de interrumpir el discurso de su amo.
Tú - dijo mirándome - esto es tu culpa Zagreus, ¿en qué cabeza cabe aceptar una mascota tan inservible y traerla a un trabajo como este? Quizás Amanda solo exageró cuando te recomendó para esta misión.
El vampiro tenía razón, aquel instrumento no era perfecto. Itzamaray había fracasado y me hacía reflexionar sobre su rol en mi cruzada. Quizás había sido ingenuo en aceptar su compañía y arrastrar a la mortal a una misión que no le correspondía.
Yo me encargaré - Una parte de mí deseaba eliminar a la bruja por mis propias manos. Una herramienta imperfecta no me servía. Era mi error el haber subestimado su rol y peso en aquel trabajo. Sin embargo, debía asumir mis fallos y matarla no sería la forma mas adecuada de hacerlo.
El vampiro Drol seguía quejándose, gritaba y discutía sin parar. Su ira era desmedida y al no poder deshacerse de la maga como quería, su rabia parecía redirigirse hacía mí.
Yo voy a resolver esto. - dije levantando la voz. El vampiro se sintió ofendido al interrumpir su discurso errático de ira y frustración (1). Sin embargo, cedió cuando vio que no le desviaba la mirada. Sabía lo imprudente que podría ser desafiarlo, pero mi palabra era garantía. - Ya te dije, que yo me encargaré.
El vampiro se cruzó de hombros cediendo a mis palabras.
Itzamaray, vuelve a la posada. - indiqué sin vacilar. Ni Drol ni Agatha se interpondrán en mi mandato.
La bruja avergonzada caminaba sin levantar la mirada. Tendría que volver por la oscuridad, pero era la única manera de conservar su vida. Nada tenía que aportar si no era capaz de romper el sello. Solo el par de vampiros y yo recuperaríamos la mansión.
_________________
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(1) Bendición de Aquiesencia
Durante uno cualquiera de tus próximos 3 temas (libres o privados), tu camino se verá libre de impedimentos: tus opositores estarán más predispuestos a ver las cosas a tu modo y será más fácil convencer a cualquiera de echarte una mano en tus propósitos.
Complicación 1: El sello arcano no lo pudo eliminar la maga, ahora me corresponde a mi improvisar algo para poder lidiar con el obstáculo anti vampiros.
Complicación 2: Drol quedó insatisfecho con la incompetencia de la bruja, por lo que ahora me tocará avanzar solo en el trabajo, ya que Itzamaray debe volver a la posada si quiere seguir viviendo.
Resumen= Por motivos de la ausencia de mi compañera, el trabajo ha estado en pausa muuucho tiempo. Si bien mi intención era esperarla (ya que su user me indicó que pretendía volver hace unos meses), al no reincorporarse preferí continuar solo, ya que el tema en si resulta de gran importancia para mi trama relacionada a los eventos del Oeste. Incluso, el trabajo se conecta con desafíos relacionados directamente con Amanda y Oneca.
El turno en su momento fue discutido para que la maga pudiera lidiar con el sello, siendo así un argumento valido para aceptar un brujo en una misión de vampiros. No obstante, al no estar la maga, se convierte en una complicación importante para mi. Igualmente, el simple hecho de continuar solo lo coloco como complicación.
Espero que los masters perdonen el metarol por controlar a Itzamaray en este turno, pero era indispensable para poder continuar. Igualmente pido comprendan mi decisión de seguir solo.
Aclaro que con la bendición de Itza, no tendrá problemas para volver por el camino oscuro, y si la user de aquí a junio es capaz de volver al foro, cuenta con las herramientas y recursos narrativos para regresar al trabajo.
Recorrimos por un largo trecho entre pasillos oscuros de paredes decoradas con imágenes talladas de tiempos antiguos que solo los ojos malditos podrían ver en la penumbra. Sin duda aquellos pasadizos arrastraban las penurias de muchos y mostraban la historia de grandes linajes.
Stocker… - reflexionaba. Las leyendas alrededor de aquel nombre se quedaban cortas con la realidad de lo sanguinario que podrían llegar a ser. Incluso los mitos más fantasiosos no le hacían honor a la presencia terrorífica que impone Drol. No pretendía arrodillarme frente a él, pero reconocía que su poder me sobrepasaba con creces.
Entendía por qué alguien como Amanda quería cooperar con aquella casa de sangre. Un aliado como Drol supondría una ventaja en cualquier enfrentamiento, no obstante, bastaba oír al lord hablar para entender que su rencor no cabía en las propuestas diplomáticas. Sin duda, Oneca tendría una mejor oferta para el vampiro exiliado.
Tras varios minutos caminando por pasadizos laberínticos y estancias sombrías. Llegamos a unas escaleras de madera oscura que ascendían por las paredes de piedra tallada un par de metros. Al final, una puerta de gran tamaño que irradiaba una energía que incluso nosotros, vampiros malditos sin éter, podíamos sentir.
Un sello cubría aquella entrada. La luz y el fuego protegían el acceso, ningún vampiro podría lidiar con aquella magia. Acercarnos quemaba nuestra piel y todos los presentes comprendíamos que la fuerza bruta no sería suficiente para liberar aquel hechizo.
Es tu turno bruja, demuestra que tu amo tiene razón en protegerte. - dijo la vampiresa.
La joven temerosa avanzó subiendo los escalones con sus pies descalzos. El tintineo de sus joyas era lo único que interrumpía el silencio. A pesar del frío de aquellos túneles subterráneos, la bruja empezó a sudar mientras más se acercaba a la puerta. El sello de luz era poderoso, pero estaba dirigido a vampiros. Yo o incluso Drol independientemente de su poder, acabaríamos convertidos en cenizas por aquella magia. En cambio, ella podía tolerar la fuerza del sol como si se tratase de una tarde calurosa.
Itzamaray empezó a recitar palabras en voz baja, la magia se agitaba, el pomo de aquella puerta temblaba, pero nada cambiaba. La maga insistía, cerraba sus ojos y tanto sus cabellos como las telas de su vestimenta se sacudían.
Mortal, rompe el sello de inmediato. - dijo ya molesto el Lord.
Varios segundos pasaron, pero nada cambió. La maga cayó de rodillas y si bien su rostro estaba tapado por su pelo que caía a los costados, era evidente que lloraba.
Lord Drol colérico empezó a dirigirse a la maga, su mano abierta mostraba garras afiladas que sin duda serían capaces de decapitar a un humano. Su sed de sangre era evidente, la maga había irritado al vampiro que no pretendía esperar o ver su vuelta al reino entorpecido por una simple bruja.
Sin embargo, el sello lo mantenía alejado, al intentar poner un pie sobre el escalón, su pie provocó una leve corriente de humo. Si continuaba se quemaría hasta las cenizas. La magia poderosa seguía activa, la misión de recuperar la mansión parecía imposible.
¡Ahh! Maldita sea. Inútil, solo te dejé vivir por el sello y ahora no eres ni siquiera capaz de romperlo. Debí cortarte el cuello. - vociferaba intimidante el vampiro a la maga que seguía mirando el suelo decepcionada de su actuar. Ni siquiera Agatha era capaz de interrumpir el discurso de su amo.
Tú - dijo mirándome - esto es tu culpa Zagreus, ¿en qué cabeza cabe aceptar una mascota tan inservible y traerla a un trabajo como este? Quizás Amanda solo exageró cuando te recomendó para esta misión.
El vampiro tenía razón, aquel instrumento no era perfecto. Itzamaray había fracasado y me hacía reflexionar sobre su rol en mi cruzada. Quizás había sido ingenuo en aceptar su compañía y arrastrar a la mortal a una misión que no le correspondía.
Yo me encargaré - Una parte de mí deseaba eliminar a la bruja por mis propias manos. Una herramienta imperfecta no me servía. Era mi error el haber subestimado su rol y peso en aquel trabajo. Sin embargo, debía asumir mis fallos y matarla no sería la forma mas adecuada de hacerlo.
El vampiro Drol seguía quejándose, gritaba y discutía sin parar. Su ira era desmedida y al no poder deshacerse de la maga como quería, su rabia parecía redirigirse hacía mí.
Yo voy a resolver esto. - dije levantando la voz. El vampiro se sintió ofendido al interrumpir su discurso errático de ira y frustración (1). Sin embargo, cedió cuando vio que no le desviaba la mirada. Sabía lo imprudente que podría ser desafiarlo, pero mi palabra era garantía. - Ya te dije, que yo me encargaré.
El vampiro se cruzó de hombros cediendo a mis palabras.
Itzamaray, vuelve a la posada. - indiqué sin vacilar. Ni Drol ni Agatha se interpondrán en mi mandato.
La bruja avergonzada caminaba sin levantar la mirada. Tendría que volver por la oscuridad, pero era la única manera de conservar su vida. Nada tenía que aportar si no era capaz de romper el sello. Solo el par de vampiros y yo recuperaríamos la mansión.
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Durante uno cualquiera de tus próximos 3 temas (libres o privados), tu camino se verá libre de impedimentos: tus opositores estarán más predispuestos a ver las cosas a tu modo y será más fácil convencer a cualquiera de echarte una mano en tus propósitos.
Complicación 1: El sello arcano no lo pudo eliminar la maga, ahora me corresponde a mi improvisar algo para poder lidiar con el obstáculo anti vampiros.
Complicación 2: Drol quedó insatisfecho con la incompetencia de la bruja, por lo que ahora me tocará avanzar solo en el trabajo, ya que Itzamaray debe volver a la posada si quiere seguir viviendo.
Resumen= Por motivos de la ausencia de mi compañera, el trabajo ha estado en pausa muuucho tiempo. Si bien mi intención era esperarla (ya que su user me indicó que pretendía volver hace unos meses), al no reincorporarse preferí continuar solo, ya que el tema en si resulta de gran importancia para mi trama relacionada a los eventos del Oeste. Incluso, el trabajo se conecta con desafíos relacionados directamente con Amanda y Oneca.
El turno en su momento fue discutido para que la maga pudiera lidiar con el sello, siendo así un argumento valido para aceptar un brujo en una misión de vampiros. No obstante, al no estar la maga, se convierte en una complicación importante para mi. Igualmente, el simple hecho de continuar solo lo coloco como complicación.
Espero que los masters perdonen el metarol por controlar a Itzamaray en este turno, pero era indispensable para poder continuar. Igualmente pido comprendan mi decisión de seguir solo.
Aclaro que con la bendición de Itza, no tendrá problemas para volver por el camino oscuro, y si la user de aquí a junio es capaz de volver al foro, cuenta con las herramientas y recursos narrativos para regresar al trabajo.
Zagreus
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Re: La mansión Stocker, el retorno del rey díscolo [Noche][Trabajo]
Analicé por varios minutos aquella puerta (1)(2). Sus grandes bisagras sostenían la madera ornamentada, sin embargo, si bien aquella entrada supondría un obstáculo, ya que era evidente que no seria fácil derribarla incluso usando la fuerza; el desafío real era el sello que la protegía y alejaba a todos los vampiros que quisieran evitar la entrada principal. Ademas, teníamos que procurar entrar sin avisar a todos los residentes que ocupaban la mansión, no podíamos subestimar a los invasores.
El tiempo pasaba y yo seguía en silencio observando cada detalle. Agatha y Drol estaban profundamente irritados, pero entendían que yo era su única opción. - Creo que tengo una idea.
Me agaché y sobre el suelo coloqué mi kit de ingeniería. Lo abrí y fui sacando todas las herramientas y piezas elementales que traía dentro. Los vampiros me miraban con asombro mientras con un trabajo meticuloso empezaba a juntar engranajes y placas metálicas.
Era sin duda un desafío intenso, sentía como algunas gotas de sudor se formaban en mi frente mientras trabajaba contemplando la presión del momento y lo improvisado del artificio que pretendía hacer. Ya en el Lucero del Alba había estudiado algunos esquemas de objetos que permiten sabotear el éter, sin embargo, en aquellos pasillos subterráneos no tenía todos los materiales a mi disposición, tenía que olvidarme de la estética y centrarme en quitar el sello con lo que traía en mi kit. Necesitaba un cristal capaz de refractar el poder de mi sangre, por lo que tomé el collar de rubí de mi familia y lo incorporé en el corazón del objeto improvisado.
Casi una hora había pasado en silencio hasta que por fin terminé. El artefacto que parecía una amalgama caótica de engranajes, resortes y placas metálicas, era una estructura circular aplanada que se colocaba en el suelo. Su funcionamiento se basaba en un núcleo central con el cristal de rubí alimentado por mi sangre (A) que circulaba a través de delgadas mangueras entrelazadas entre los componentes mecánicos. Los engranajes y resortes no solo estructuraban físicamente al aparato, sino que también regulaban el flujo y la presión de la sangre hacia el núcleo, asegurando la estabilidad y la constancia del campo antimagia generado.
Campo antimagia de Asta (3), lo bauticé. Tenía muchas ideas para mejorar su funcionamiento, pero la base teórica es que con el circuito mecánico interno la sangre potenciada con mi maldición proyectará un campo de al menos un par de metros, en él, la corrupción del éter vampírico interfiere cualquier magia. El éter representaba el regalo de luz otorgado por los dioses y dragones primigenios; sin embargo, la maldición nos privaba de ese regalo y por ello nuestro rechazo al sol. Sin embargo, las virtudes de la oscuridad no envidiaban a las del éter que bendecía a elfos y magos humanos. Mi invento era capaz de corromper aquel sello.
Y así fue, el brillo del sello se fue opacando, y tras unos segundos la magia se disipó. Ninguno de los presentes sentía efecto alguno de como la magia se veía inutilizada a nuestro alrededor, pero todos sabíamos que ya podíamos avanzar.
Tomé la iniciativa y subí las escaleras, seguro de mi invención y orgulloso de los resultados. Drol no hizo comentario alguno, pero sabía que se contenía de decir algún halago o mostrar una sonrisa. Al estar junto a la puerta intenté empujarla girando de su pomo, pero la puerta no cedió. No había llave y destruirla sería alertar a todos. Por lo que retomando las grandes bisagras que había observado anteriormente (4), me acerqué y con una palanca empleando mis herramientas pude empezar a desarmarlas. Un par de golpes sutiles, un poco de fuerza y al cabo de un minuto la puerta estaba lista para ser desmontada.
Bien - dijo el señor vampiro. - La idea es aniquilar primero a los guardias que se encargan del turno nocturno. Una vez terminemos con el primer piso, avanzaremos al segundo. Agatha, encárgate del ala este; Zagreus, tú puedes ir al oeste. Yo, me encargaré del resto.
El lord se mostraba confiado. Y no era para menos, al instante siguiente Drol se convirtió en una nube sombría de murciélagos que revoloteaba. Escondiéndose en la oscuridad volaba silente en esa masa de tinieblas y terror. El vampiro estaba sediento de sangre, de venganza. Aquellos humanos lo habían ofendido profundamente.
La orden era sencilla, acabar con todos.
_______________________________El tiempo pasaba y yo seguía en silencio observando cada detalle. Agatha y Drol estaban profundamente irritados, pero entendían que yo era su única opción. - Creo que tengo una idea.
Me agaché y sobre el suelo coloqué mi kit de ingeniería. Lo abrí y fui sacando todas las herramientas y piezas elementales que traía dentro. Los vampiros me miraban con asombro mientras con un trabajo meticuloso empezaba a juntar engranajes y placas metálicas.
Era sin duda un desafío intenso, sentía como algunas gotas de sudor se formaban en mi frente mientras trabajaba contemplando la presión del momento y lo improvisado del artificio que pretendía hacer. Ya en el Lucero del Alba había estudiado algunos esquemas de objetos que permiten sabotear el éter, sin embargo, en aquellos pasillos subterráneos no tenía todos los materiales a mi disposición, tenía que olvidarme de la estética y centrarme en quitar el sello con lo que traía en mi kit. Necesitaba un cristal capaz de refractar el poder de mi sangre, por lo que tomé el collar de rubí de mi familia y lo incorporé en el corazón del objeto improvisado.
Casi una hora había pasado en silencio hasta que por fin terminé. El artefacto que parecía una amalgama caótica de engranajes, resortes y placas metálicas, era una estructura circular aplanada que se colocaba en el suelo. Su funcionamiento se basaba en un núcleo central con el cristal de rubí alimentado por mi sangre (A) que circulaba a través de delgadas mangueras entrelazadas entre los componentes mecánicos. Los engranajes y resortes no solo estructuraban físicamente al aparato, sino que también regulaban el flujo y la presión de la sangre hacia el núcleo, asegurando la estabilidad y la constancia del campo antimagia generado.
- Campo Antimagia de Asta (prototipo versión 0.9)):
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Campo antimagia de Asta (3), lo bauticé. Tenía muchas ideas para mejorar su funcionamiento, pero la base teórica es que con el circuito mecánico interno la sangre potenciada con mi maldición proyectará un campo de al menos un par de metros, en él, la corrupción del éter vampírico interfiere cualquier magia. El éter representaba el regalo de luz otorgado por los dioses y dragones primigenios; sin embargo, la maldición nos privaba de ese regalo y por ello nuestro rechazo al sol. Sin embargo, las virtudes de la oscuridad no envidiaban a las del éter que bendecía a elfos y magos humanos. Mi invento era capaz de corromper aquel sello.
Y así fue, el brillo del sello se fue opacando, y tras unos segundos la magia se disipó. Ninguno de los presentes sentía efecto alguno de como la magia se veía inutilizada a nuestro alrededor, pero todos sabíamos que ya podíamos avanzar.
Tomé la iniciativa y subí las escaleras, seguro de mi invención y orgulloso de los resultados. Drol no hizo comentario alguno, pero sabía que se contenía de decir algún halago o mostrar una sonrisa. Al estar junto a la puerta intenté empujarla girando de su pomo, pero la puerta no cedió. No había llave y destruirla sería alertar a todos. Por lo que retomando las grandes bisagras que había observado anteriormente (4), me acerqué y con una palanca empleando mis herramientas pude empezar a desarmarlas. Un par de golpes sutiles, un poco de fuerza y al cabo de un minuto la puerta estaba lista para ser desmontada.
Bien - dijo el señor vampiro. - La idea es aniquilar primero a los guardias que se encargan del turno nocturno. Una vez terminemos con el primer piso, avanzaremos al segundo. Agatha, encárgate del ala este; Zagreus, tú puedes ir al oeste. Yo, me encargaré del resto.
El lord se mostraba confiado. Y no era para menos, al instante siguiente Drol se convirtió en una nube sombría de murciélagos que revoloteaba. Escondiéndose en la oscuridad volaba silente en esa masa de tinieblas y terror. El vampiro estaba sediento de sangre, de venganza. Aquellos humanos lo habían ofendido profundamente.
La orden era sencilla, acabar con todos.
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(2)= Uso de mi Kit de Ingeniería Superior: [Limitado,2 Usos] Mediante este kit, compuesto por engranajes y otros materiales mecánicos, puedes usar el efecto de cualquier Técnica de Ingeniería hasta nivel Experto que conozcas en un rol. Incluye herramientas básicas.
(1)= Identificar [Técnica] Mediante pequeños experimentos y astuto uso de herramientas, logras identificar cómo funciona, así como los materiales que componen, cualquier maquinaria o estructura compleja, así como nociones de cómo desactivarla o destruirla.
(3)= Creación y modificación de: Campo Antimagia de Asta (versión prototipo)=[Artilugio, Limitado, 1 Uso] Aparato que, al ser anclado al suelo u otra superficie inmóvil, se engancha firmemente y despliega un campo de 2 metros de radio que no permite realizar conjuros en su interior. Los objetos mágicos con habilidades activas tampoco pueden ser usados. Si es movido de su lugar o tras 10 minutos su efecto cesa. Corrompe el éter. No se recomienda su uso por magos.
(4)= Ingeniería Reversa [Técnica] Permite desarmar o sabotear cualquier objeto con partes mecánicas móviles, incluyendo cerraduras de llave, puertas o estructuras más complejas.
(A)= Mis talentos relacionados al control de sangre me permiten sacar el liquido vital por mis poros sin sufrir daño ni verme perjudicado.
Resuelvo la complicación de la puerta modificando el funcionamiento del objeto de ingeniería Campo de Disrupción del Éter (Campo Antimagia de Asta en mi taller). Considero que los argumentos para el cambio son coherentes y válidos para el objeto en cuestión. Igualmente, incluyo elementos que justifican el funcionamiento, como el tema del éter y la maldición. En la mitología griega, el éter se entiende como una representación (dios primordial) de lo más brillante, de la luz y lo más puro. Por ello, la idea de que el mismo se ve corrupto por la maldición del vampirismo me parece interesante, contemplando así que la magia es interferida por mi sangre maldita.
Dejo a consideración del master si la forma de lidiar con la complicación es la adecuada y si las licencias que utilicé para aplicar mi profesión y modificación del objeto limitado son válida.
(2)= Uso de mi Kit de Ingeniería Superior: [Limitado,
(1)= Identificar [Técnica] Mediante pequeños experimentos y astuto uso de herramientas, logras identificar cómo funciona, así como los materiales que componen, cualquier maquinaria o estructura compleja, así como nociones de cómo desactivarla o destruirla.
(3)= Creación y modificación de: Campo Antimagia de Asta (versión prototipo)=[Artilugio, Limitado, 1 Uso] Aparato que, al ser anclado al suelo u otra superficie inmóvil, se engancha firmemente y despliega un campo de 2 metros de radio que no permite realizar conjuros en su interior. Los objetos mágicos con habilidades activas tampoco pueden ser usados. Si es movido de su lugar o tras 10 minutos su efecto cesa. Corrompe el éter. No se recomienda su uso por magos.
(4)= Ingeniería Reversa [Técnica] Permite desarmar o sabotear cualquier objeto con partes mecánicas móviles, incluyendo cerraduras de llave, puertas o estructuras más complejas.
(A)= Mis talentos relacionados al control de sangre me permiten sacar el liquido vital por mis poros sin sufrir daño ni verme perjudicado.
Resuelvo la complicación de la puerta modificando el funcionamiento del objeto de ingeniería Campo de Disrupción del Éter (Campo Antimagia de Asta en mi taller). Considero que los argumentos para el cambio son coherentes y válidos para el objeto en cuestión. Igualmente, incluyo elementos que justifican el funcionamiento, como el tema del éter y la maldición. En la mitología griega, el éter se entiende como una representación (dios primordial) de lo más brillante, de la luz y lo más puro. Por ello, la idea de que el mismo se ve corrupto por la maldición del vampirismo me parece interesante, contemplando así que la magia es interferida por mi sangre maldita.
Dejo a consideración del master si la forma de lidiar con la complicación es la adecuada y si las licencias que utilicé para aplicar mi profesión y modificación del objeto limitado son válida.
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Re: La mansión Stocker, el retorno del rey díscolo [Noche][Trabajo]
Desaté mi maldición (1), un aura oscura rodeó mi cuerpo que ahora lucía más siniestro y aterrador. Venas de color negro rodeaban mis ojos sombríos que habían perdido todo brillo. Ahora, gracias a la maldición, además de potenciar mis capacidades, me permitía fundirme entre la penumbra, logrando desplazarme oculto por los pasillos del ala oeste de la mansión.
Comencé mi camino en solitario, cauteloso de no avisar a los guardias que seguramente harían guardia como si custodiaran un tesoro. Recordaba los planos de la casa que nos habían mostrado anteriormente, sin duda un palacio digno de los barrios altos de Sacrestic Ville, un símbolo para el linaje de la casa Stocker.
En el interior de la mansión reinaba la oscuridad, solo perforada por la tenue luz de las antorchas encendidas por los humanos con intención de iluminar y alejar a los vampiros. Arañas tejían sus telarañas en las esquinas, y el eco de pasos resonantes a la distancia en los pasillos vacíos era el único sonido que perturba el silencio sepulcral. Silente me acercaba entre las sombras al origen de aquel tenue sonido.
Un aire frío y húmedo impregnaba el ambiente, cargado de la historia de un pasado sangriento y de la presencia fantasmal del linaje Stocker que aún parece vagar por sus dominios. Las habitaciones, otrora opulentas y llenas de tesoros, ahora están vacías y desoladas, con muebles polvorientos y tapices raídos. Pocos eran los objetos que permanecían intactos tras la ocupación humana.
Pinturas y esculturas vandalizadas, bibliotecas y porcelanas destruidas. El ala oeste, prácticamente inhabitada, solo mostraba los recuerdos de lo que habían sido pasillos lujosos propios de la fortuna construida con sudor y sangre, sobre todo sangre.
La tonada de alguien silbando saliendo de lo que parecía ser un baño captó mi atención. Seguramente no me conseguiría muchos incautos en aquella zona de la vivienda, pero la directriz era clara, ningún humano tendría contemplación.
Me acerqué sigiloso aprovechando las sombras que facilitaban fundirme en la oscuridad. Desenvainé mi daga del crepúsculo y tomando al sujeto incauto por la espalda, como una víbora que estrangula a su presa, realicé un triángulo al cuello. La llave lo había tomado desprevenido, la mata león como acto reflejo lo invitaba a patalear e intentar combatir mi brazo, pero todo resultaba inútil. El hombre poco a poco fue cediendo y sus movimientos erráticos se iban calmando. Con la fuerza y agarre adecuado en 10 segundos la víctima perdía la conciencia, con 20 las lesiones cerebrales eran irreversibles, con 30 me aseguraba su muerte.
Dejé el cuerpo en el suelo, tratando de arrinconar para no entorpecer el camino de vuelta y continué por aquel oscuro pasillo. Exploré el resto de habitaciones del ala oeste, tuve que emplear en dos ocasiones la daga. Eficacia total apuntando siempre a órganos vitales o las principales arterias para garantizar la muerte sin alertar al resto. Todos humanos, todos militantes de la guardia, todos con una muerte sorpresiva.
Ya me había asegurado de revisar cada esquina de todas las habitaciones de la parte que me tocaba investigar. Tenía certeza de que ningún humano quedaba en aquella zona, todos habían sido neutralizados. Ninguno de los guardias estaba preparado para aquel ataque furtivo, todos, por el contrario, parecían estar cómodos con su rutina de “custodiar” algo que era improbable que atacaran. Los humanos vigilaban las habitaciones plácidamente sentados en sillones viejos mientras leían una novela, o sencillamente paseaban con sueño por los pasillos oscuros dentro de la monotonía de no esperar ser turbados.
Sin embargo, un sonido estrepitoso revolcó la mansión. Seguido, una alarma sonó por todos los rincones. Las campanadas advertían que habíamos sido descubiertos. Listo para afrontar las consecuencias y contemplando que mi labor había sido ejecutada sin dejar clavos sueltos, corrí hasta la segunda planta del palacio.
____________________Comencé mi camino en solitario, cauteloso de no avisar a los guardias que seguramente harían guardia como si custodiaran un tesoro. Recordaba los planos de la casa que nos habían mostrado anteriormente, sin duda un palacio digno de los barrios altos de Sacrestic Ville, un símbolo para el linaje de la casa Stocker.
En el interior de la mansión reinaba la oscuridad, solo perforada por la tenue luz de las antorchas encendidas por los humanos con intención de iluminar y alejar a los vampiros. Arañas tejían sus telarañas en las esquinas, y el eco de pasos resonantes a la distancia en los pasillos vacíos era el único sonido que perturba el silencio sepulcral. Silente me acercaba entre las sombras al origen de aquel tenue sonido.
Un aire frío y húmedo impregnaba el ambiente, cargado de la historia de un pasado sangriento y de la presencia fantasmal del linaje Stocker que aún parece vagar por sus dominios. Las habitaciones, otrora opulentas y llenas de tesoros, ahora están vacías y desoladas, con muebles polvorientos y tapices raídos. Pocos eran los objetos que permanecían intactos tras la ocupación humana.
Pinturas y esculturas vandalizadas, bibliotecas y porcelanas destruidas. El ala oeste, prácticamente inhabitada, solo mostraba los recuerdos de lo que habían sido pasillos lujosos propios de la fortuna construida con sudor y sangre, sobre todo sangre.
La tonada de alguien silbando saliendo de lo que parecía ser un baño captó mi atención. Seguramente no me conseguiría muchos incautos en aquella zona de la vivienda, pero la directriz era clara, ningún humano tendría contemplación.
Me acerqué sigiloso aprovechando las sombras que facilitaban fundirme en la oscuridad. Desenvainé mi daga del crepúsculo y tomando al sujeto incauto por la espalda, como una víbora que estrangula a su presa, realicé un triángulo al cuello. La llave lo había tomado desprevenido, la mata león como acto reflejo lo invitaba a patalear e intentar combatir mi brazo, pero todo resultaba inútil. El hombre poco a poco fue cediendo y sus movimientos erráticos se iban calmando. Con la fuerza y agarre adecuado en 10 segundos la víctima perdía la conciencia, con 20 las lesiones cerebrales eran irreversibles, con 30 me aseguraba su muerte.
Dejé el cuerpo en el suelo, tratando de arrinconar para no entorpecer el camino de vuelta y continué por aquel oscuro pasillo. Exploré el resto de habitaciones del ala oeste, tuve que emplear en dos ocasiones la daga. Eficacia total apuntando siempre a órganos vitales o las principales arterias para garantizar la muerte sin alertar al resto. Todos humanos, todos militantes de la guardia, todos con una muerte sorpresiva.
Ya me había asegurado de revisar cada esquina de todas las habitaciones de la parte que me tocaba investigar. Tenía certeza de que ningún humano quedaba en aquella zona, todos habían sido neutralizados. Ninguno de los guardias estaba preparado para aquel ataque furtivo, todos, por el contrario, parecían estar cómodos con su rutina de “custodiar” algo que era improbable que atacaran. Los humanos vigilaban las habitaciones plácidamente sentados en sillones viejos mientras leían una novela, o sencillamente paseaban con sueño por los pasillos oscuros dentro de la monotonía de no esperar ser turbados.
Sin embargo, un sonido estrepitoso revolcó la mansión. Seguido, una alarma sonó por todos los rincones. Las campanadas advertían que habíamos sido descubiertos. Listo para afrontar las consecuencias y contemplando que mi labor había sido ejecutada sin dejar clavos sueltos, corrí hasta la segunda planta del palacio.
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(1)= Maldición Desatada: [Mágica, 2 usos] Mi maldición se vuelve más fuerte, haciendo que la oscuridad me posea. Por 2 turnos luzco más siniestro, aterrando a los débiles. Mis ataques realizan daño mágico adicional y puedo ocultarme en las sombras con más facilidad.
Zagreus
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Re: La mansión Stocker, el retorno del rey díscolo [Noche][Trabajo]
Corrí hacia la dirección de donde provenía el ruido de alarma. Al llegar, me topé un río de sangre que caía como una cascada por las escaleras centrales. En lo alto de las mismas, de espaldas se veía la silueta imponente del Lord Stocker. Drol sostenía la cabeza de un cuerpo que no mostraba señales de vida. El vampiro alzaba el cadáver tomándolo desde el cráneo, levantando todo el peso con fuerza sobrehumana.
Lentamente empecé a subir los escalones.
La vampiresa también había llegado y miraba con devoción a su amo que exhibía su ira desbordada. El tirano era despiadado y procuraba rematar cada obstáculo. Su velocidad y poder era congruente con el linaje que lideraba. Sin duda un ser excepcional que demostraba el potencial de la maldición de sangre.
Tú... tu no deberías estar aquí. Esto no te pertenece. - dijo un humano que apuntaba con una lanza de acero al vampiro mientras temblaba presa del miedo. Otros soldados se le unieron saliendo de habitaciones cercanas.
Esto me pertenece por derecho. Esto me lo gané yo con mi esfuerzo. - entre los vampiros era bien conocido lo estricto del linaje Stocker para la sucesión. El mérito de ser el jefe de la casa involucraba desafíos y torturas que rozaban la fantasía perversa de los mas viles. Pesadilla que solo el más apto sería capaz de afrontar. El hecho de que Drol estuviese en ese puesto llevando la carga del apellido de una de las 12 casas primigenias de la maldición de Habak solo resaltaba los méritos del vampiro.
Los ojos del Lord irradiaban un rojo intenso mientras por su mentón la sangre descendía hasta su barbilla, cayendo al suelo y manchando parte de su torso. En ningún momento el vampiro había desenvainado su gran espada, sus garras eran suficiente para decapitar a los guardias de la mansión.
Maldito, eres un monstruo. - dijo en su frustración el guardia que ahora se veía rodeado de aliados. Intentando sonar atemorizante sin generar reacción alguna en el vampiro.
Drol apretó su mano derecha y un crujido fue seguido de un golpe seco. El cuerpo había caído al suelo, partes del cráneo y el cerebro mancharon el piso en un gran charco de vísceras y sangre. El Lord miraba en silencio a los hombres al frente de él. Ya la alarma había parado y de la puerta que daba a lo que sería la recámara principal, un humano con armadura salió captando la mirada del resto de soldados.
En serio osas interrumpir en mi morada, bestia. - dijo el hombre con un bigote espeso que terminaba en una curva pronunciada. Su armadura de placas de metal destacaba a la de sus compañeros, era evidente que se trataba de su líder. En su pecho los colores de Lunargenta y un león grabado en oro. A diferencia del resto de humanos, su voz no vacilaba. Era capaz de sostener su mirada con la de Drol.
Amo Drol, es él y no está solo. - interrumpió Agatha a las espaldas del Lord.
Lo sé, huelo el miedo de jóvenes y una mujer. - dijo alzando el rostro, como si lamiera el aire y saboreara el terror, como si su olfato fuese capaz de recorrer toda la mansión, como si su oído escuchara los latidos de todos los presentes.
Tú debes ser el mariscal Thorin. - dijo cruzando los brazos sobre su pecho - Niño, ¿acaso no te has dado cuenta de que este no es tu hogar? ¿Por qué tendrías que traer aquí a tu familia a vivir contigo? - el tono amenazante de Drol resquebrajaba la moral de los hombres que se apoyaban en la confianza de su líder para enfrentar al demonio.
Analizaba la escena en completo silencio a las espaldas del vampiro, su confrontación resultaba algo personal y respetaba su decisión. Intentar mediar aquella disputa o ganar protagonismo combatiendo al mariscal me sumiría en tierra de nadie, donde podría ser objetivo de ambos colosos.
La desventaja numérica no parecía ser un problema. Era insensato subestimar a los humanos, pero la rabia desenfrenada del rey díscolo que volvía del exilio a su tierra prometida era imparable. Una fuerza incapaz de ser calmada.
Disfrutaré atravesar tu maldito corazón con mi lanza. Seguramente me cedan parte del barrio alto de Sacrestic por terminar con una de las casas de sangre. ¡Por Siegfried! - en un grito de guerra se abalanzaron por Drol quien en un veloz movimiento desenvainó su gran espada con ambas manos.
Lentamente empecé a subir los escalones.
La vampiresa también había llegado y miraba con devoción a su amo que exhibía su ira desbordada. El tirano era despiadado y procuraba rematar cada obstáculo. Su velocidad y poder era congruente con el linaje que lideraba. Sin duda un ser excepcional que demostraba el potencial de la maldición de sangre.
Tú... tu no deberías estar aquí. Esto no te pertenece. - dijo un humano que apuntaba con una lanza de acero al vampiro mientras temblaba presa del miedo. Otros soldados se le unieron saliendo de habitaciones cercanas.
Esto me pertenece por derecho. Esto me lo gané yo con mi esfuerzo. - entre los vampiros era bien conocido lo estricto del linaje Stocker para la sucesión. El mérito de ser el jefe de la casa involucraba desafíos y torturas que rozaban la fantasía perversa de los mas viles. Pesadilla que solo el más apto sería capaz de afrontar. El hecho de que Drol estuviese en ese puesto llevando la carga del apellido de una de las 12 casas primigenias de la maldición de Habak solo resaltaba los méritos del vampiro.
Los ojos del Lord irradiaban un rojo intenso mientras por su mentón la sangre descendía hasta su barbilla, cayendo al suelo y manchando parte de su torso. En ningún momento el vampiro había desenvainado su gran espada, sus garras eran suficiente para decapitar a los guardias de la mansión.
Maldito, eres un monstruo. - dijo en su frustración el guardia que ahora se veía rodeado de aliados. Intentando sonar atemorizante sin generar reacción alguna en el vampiro.
Drol apretó su mano derecha y un crujido fue seguido de un golpe seco. El cuerpo había caído al suelo, partes del cráneo y el cerebro mancharon el piso en un gran charco de vísceras y sangre. El Lord miraba en silencio a los hombres al frente de él. Ya la alarma había parado y de la puerta que daba a lo que sería la recámara principal, un humano con armadura salió captando la mirada del resto de soldados.
En serio osas interrumpir en mi morada, bestia. - dijo el hombre con un bigote espeso que terminaba en una curva pronunciada. Su armadura de placas de metal destacaba a la de sus compañeros, era evidente que se trataba de su líder. En su pecho los colores de Lunargenta y un león grabado en oro. A diferencia del resto de humanos, su voz no vacilaba. Era capaz de sostener su mirada con la de Drol.
- Mariscal Thorin:
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Amo Drol, es él y no está solo. - interrumpió Agatha a las espaldas del Lord.
Lo sé, huelo el miedo de jóvenes y una mujer. - dijo alzando el rostro, como si lamiera el aire y saboreara el terror, como si su olfato fuese capaz de recorrer toda la mansión, como si su oído escuchara los latidos de todos los presentes.
Tú debes ser el mariscal Thorin. - dijo cruzando los brazos sobre su pecho - Niño, ¿acaso no te has dado cuenta de que este no es tu hogar? ¿Por qué tendrías que traer aquí a tu familia a vivir contigo? - el tono amenazante de Drol resquebrajaba la moral de los hombres que se apoyaban en la confianza de su líder para enfrentar al demonio.
Analizaba la escena en completo silencio a las espaldas del vampiro, su confrontación resultaba algo personal y respetaba su decisión. Intentar mediar aquella disputa o ganar protagonismo combatiendo al mariscal me sumiría en tierra de nadie, donde podría ser objetivo de ambos colosos.
La desventaja numérica no parecía ser un problema. Era insensato subestimar a los humanos, pero la rabia desenfrenada del rey díscolo que volvía del exilio a su tierra prometida era imparable. Una fuerza incapaz de ser calmada.
Disfrutaré atravesar tu maldito corazón con mi lanza. Seguramente me cedan parte del barrio alto de Sacrestic por terminar con una de las casas de sangre. ¡Por Siegfried! - en un grito de guerra se abalanzaron por Drol quien en un veloz movimiento desenvainó su gran espada con ambas manos.
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Re: La mansión Stocker, el retorno del rey díscolo [Noche][Trabajo]
El fragor de la batalla irrumpió como un trueno, un rugido de guerra que hacía temblar las mismas piedras del castillo. Los gritos de los hombres, un coro desesperado alzando el nombre de su rey, se mezclaban con el choque del acero contra la carne.
Dos desdichados soldados, víctimas del filo despiadado de Lord Drol, vieron sus torsos desgarrados en un abrir y cerrar de ojos. Ni malla ni tela resistieron la fuerza bruta del vampiro, quien los atravesó como si fueran simples muñecos de paja. Su poder era aterrador, una fuerza desatada que convertía a los hombres en carne picada.
Agatha y yo, nos adelantamos para cubrir los flancos y ganar terreno en el segundo piso. Nuestras dagas, extensiones de nuestras voluntades, bailaban con una precisión mortal. Los enemigos, presas del pánico, solo podían ofrecer una resistencia torpe y desesperada. No los juzgaba, era la reacción natural ante semejante espectáculo de horror. La muerte los acechaba, y solo una plegaria por una rápida partida les brindaba un atisbo de esperanza. Quizás, en ese macabro escenario, nuestra intervención como verdugos era una forma de piedad. Evitar la furia de Lord Stocker era sinónimo de una muerte en paz.
Mientras tanto, Drol y Thorin se enfrentaban en un duelo titánico. El vampiro, imparable fuerza de la naturaleza, avanzaba sin tregua, buscando al líder de la guardia para asestarle el golpe final. Thorin, por su parte, empleaba su lanza con maestría, defendiendo cada pulgada de terreno, consciente de que un solo descuido podía significar su perdición. El espacio era reducido, una jaula de piedra que convertía la batalla en una danza macabra. La destreza de Thorin lo mantenía en la lucha, pero la brutalidad de Drol lo acorralaba cada vez más.
La batalla continuaba, un torbellino de acero y sombras bajo la tenue luz de las antorchas. El destino de la mansión, y quizás de todo Sacrestic Ville, pendía de un hilo. El mariscal, orgullo de las tropas humanas, arremetía con gran ferocidad intentando atravesar al vampiro. Sus estocadas eran veloces, pero Drol lograba desplazarse, como si fuese capaz de fundirse entre sombras, prácticamente intocable.
Los pocos adversarios que combatimos Agatha y yo no fueron obstáculo alguno. Su moral mermada por el terror infundido por el Lord que volvía del exilio para tomar por la fuerza lo que en su momento le arrebataron, había borrado cualquier atisbo de esperanza para su defensa.
La frente de Thorin, perlada por el sudor, reflejaba el agotamiento. Todos sus esfuerzos se centraban en buscar bocanadas de aire que le permitieran mantener el ritmo. Poco a poco sus músculos se tensaban y acalambraban, perdían aquella energía de su primera embestida. Por su parte, el vampiro solo ganaba rabia en su mirada, se burlaba de su enemigo, controlando todos sus movimientos como si se tratase de una coreografía ensayada, retardando incluso cuándo dar el golpe final. Él era quien determinaba cuándo la muerte tocaría la puerta del famoso mariscal.
Me cansé de jugar contigo, invasor. Tú serás el primero en caer del nuevo resurgimiento del oeste. Y todos aquellos que se opongan seguirán el mismo destino. - dijo el vampiro apoyando su espada en el suelo. - no cometeremos los mismos errores, esta vez actuaremos como uno. La maldición de la oscuridad se esparcirá sobre Verisar. - sus amenazas reflejaban el miedo de todo humano, la noche eterna que apuntaban los mitos y leyendas del oeste. Los vampiros nuevamente tendrían algo que decir. Las 12 casas apuntaban a un enemigo en común que desde el trono acosaba cómodamente a los malditos.
Levantó su arma, el humano apoyó su lanza en el piso al frente de él, intentando mantener la distancia sosteniéndose con todas sus fuerzas con ambas manos. Su respiración agitada, el sudor, el miedo, todo lo honorable se difuminaba. La virtud era opacada por el terror. - Luchaste bien, mortal.
Con un tajo agresivo la lanza fue cortada haciendo que su punta de acero cayera al suelo, acto seguido la cabeza del mariscal Thorin siguió el mismo trayecto descendente, golpeando el piso para girar un par de pasos dejando un pequeño rastro de sangre. Su cuerpo permaneció de pie, sujetando firme su arma quebrada.
Veía asombrado aquella muestra de poder, sin duda Drol seria una pieza importante en los planes para el resurgir del oeste. Tenia que ganarme su estima y confianza, tener aliados tan poderosos significaba ganar influencias dentro de las casas. Ademas de que me servia de punto de comparación directo. Tenia que superar a Lord Drol Stocker si quería destacar en Aerandir.
¿Ahora qué? - dije mientras limpiaba la sangre de mi daga y me acercaba al Lord.
Dos desdichados soldados, víctimas del filo despiadado de Lord Drol, vieron sus torsos desgarrados en un abrir y cerrar de ojos. Ni malla ni tela resistieron la fuerza bruta del vampiro, quien los atravesó como si fueran simples muñecos de paja. Su poder era aterrador, una fuerza desatada que convertía a los hombres en carne picada.
Agatha y yo, nos adelantamos para cubrir los flancos y ganar terreno en el segundo piso. Nuestras dagas, extensiones de nuestras voluntades, bailaban con una precisión mortal. Los enemigos, presas del pánico, solo podían ofrecer una resistencia torpe y desesperada. No los juzgaba, era la reacción natural ante semejante espectáculo de horror. La muerte los acechaba, y solo una plegaria por una rápida partida les brindaba un atisbo de esperanza. Quizás, en ese macabro escenario, nuestra intervención como verdugos era una forma de piedad. Evitar la furia de Lord Stocker era sinónimo de una muerte en paz.
Mientras tanto, Drol y Thorin se enfrentaban en un duelo titánico. El vampiro, imparable fuerza de la naturaleza, avanzaba sin tregua, buscando al líder de la guardia para asestarle el golpe final. Thorin, por su parte, empleaba su lanza con maestría, defendiendo cada pulgada de terreno, consciente de que un solo descuido podía significar su perdición. El espacio era reducido, una jaula de piedra que convertía la batalla en una danza macabra. La destreza de Thorin lo mantenía en la lucha, pero la brutalidad de Drol lo acorralaba cada vez más.
La batalla continuaba, un torbellino de acero y sombras bajo la tenue luz de las antorchas. El destino de la mansión, y quizás de todo Sacrestic Ville, pendía de un hilo. El mariscal, orgullo de las tropas humanas, arremetía con gran ferocidad intentando atravesar al vampiro. Sus estocadas eran veloces, pero Drol lograba desplazarse, como si fuese capaz de fundirse entre sombras, prácticamente intocable.
Los pocos adversarios que combatimos Agatha y yo no fueron obstáculo alguno. Su moral mermada por el terror infundido por el Lord que volvía del exilio para tomar por la fuerza lo que en su momento le arrebataron, había borrado cualquier atisbo de esperanza para su defensa.
La frente de Thorin, perlada por el sudor, reflejaba el agotamiento. Todos sus esfuerzos se centraban en buscar bocanadas de aire que le permitieran mantener el ritmo. Poco a poco sus músculos se tensaban y acalambraban, perdían aquella energía de su primera embestida. Por su parte, el vampiro solo ganaba rabia en su mirada, se burlaba de su enemigo, controlando todos sus movimientos como si se tratase de una coreografía ensayada, retardando incluso cuándo dar el golpe final. Él era quien determinaba cuándo la muerte tocaría la puerta del famoso mariscal.
Me cansé de jugar contigo, invasor. Tú serás el primero en caer del nuevo resurgimiento del oeste. Y todos aquellos que se opongan seguirán el mismo destino. - dijo el vampiro apoyando su espada en el suelo. - no cometeremos los mismos errores, esta vez actuaremos como uno. La maldición de la oscuridad se esparcirá sobre Verisar. - sus amenazas reflejaban el miedo de todo humano, la noche eterna que apuntaban los mitos y leyendas del oeste. Los vampiros nuevamente tendrían algo que decir. Las 12 casas apuntaban a un enemigo en común que desde el trono acosaba cómodamente a los malditos.
Levantó su arma, el humano apoyó su lanza en el piso al frente de él, intentando mantener la distancia sosteniéndose con todas sus fuerzas con ambas manos. Su respiración agitada, el sudor, el miedo, todo lo honorable se difuminaba. La virtud era opacada por el terror. - Luchaste bien, mortal.
Con un tajo agresivo la lanza fue cortada haciendo que su punta de acero cayera al suelo, acto seguido la cabeza del mariscal Thorin siguió el mismo trayecto descendente, golpeando el piso para girar un par de pasos dejando un pequeño rastro de sangre. Su cuerpo permaneció de pie, sujetando firme su arma quebrada.
Veía asombrado aquella muestra de poder, sin duda Drol seria una pieza importante en los planes para el resurgir del oeste. Tenia que ganarme su estima y confianza, tener aliados tan poderosos significaba ganar influencias dentro de las casas. Ademas de que me servia de punto de comparación directo. Tenia que superar a Lord Drol Stocker si quería destacar en Aerandir.
¿Ahora qué? - dije mientras limpiaba la sangre de mi daga y me acercaba al Lord.
Zagreus
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Re: La mansión Stocker, el retorno del rey díscolo [Noche][Trabajo]
El lord vampiro, con la mirada encendida por la ira contenida, permanencia inmóvil frente a la gran puerta que conectaba con la recámara principal. Sus ropajes manchados de sangre, evidenciaban la batalla recién librada. Agatha, su fiel sirvienta, se movía con sigilo a su lado, lista para asistirlo en cualquier momento.
Tomar lo que es mío. Aún queda gente que ocupa mi mansión - rugió el vampiro, limpiando con desdén las manchas carmesí de sus vestimentas. Su voz, grave y cavernosa, resonaba en las paredes de piedra, impregnando el ambiente de una fría amenaza.
Mientras el señor vampiro se limpiaba la sangre con ayuda de Agatha, aproveché para explorar el segundo piso. Las habitaciones, antes llenas de vida y opulencia, ahora se abrían ante mí como tumbas vacías. Bibliotecas polvorientas, instrumentos musicales mudos y atriles de arte cubiertos de telarañas componían el desolador paisaje. El par de habitaciones que estaban asignadas a los guardias, ahora mostraban literas vacías, como ecos de un poderío que ya no existía.
Nada llamativo, cuartos de huéspedes abandonados, algunos balcones, un par de baños y espacios de dispersión y descanso. Lo típico de una mansión antigua que reflejaba el gran poder adquisitivo de sus dueños. A diferencia de la primera planta, en esta se notaban más los cambios del uso cotidiano. Las sombras de los Stocker habían sido cambiadas por elementos humanos de la familia de Thorin y el reino de Lunargenta.
Avancé por el estrecho pasillo, abriendo el resto de cuartos con cautela, precavido de toparme con algún guardia rezagado. Sin embargo, una de las recámaras estaba sellada con llave, la fuerza de dos tacleadas con mi hombro no fue suficiente para derribar la cerradura. Dejé la curiosidad de lado y continué mi paseo por el resto de cuartos de la segunda planta teniendo aquella estancia cerrada en mi mente.
Todas las habitaciones estaban vacías, muchas incluso desarregladas. Ya estaba dispuesto a volver con mis acompañantes cuando el sonido de un llanto me invitó a devolverme. Dentro de un armario grande al fondo de lo que parecía ser un cuarto para invitados, tres sirvientas lloraban abrazadas sentadas en el suelo. Las miré con completa seriedad, el miedo al verme las desbordó, todo control o intento de contener el terror había quedado atrás. Ahora solo lloraban, sollozando y gritando histéricas.
Levántense y síganme - ordené con voz firme, dando un paso atrás para darles espacio.
Dudaban si querían seguir mis directrices. Vacilaban mirándose a los ojos.
Si me hacen repetir una vez más les cortaré la garganta - advertí con frialdad. No tenía intenciones de continuar con el derramamiento de sangre, aquellas mujeres ni siquiera eran parte de la guardia.
Ahora, bajo mis amenazas, las tres mujeres se levantaron torpemente y empezaron a seguirme por el pasillo intentando contener las lágrimas. Como si estuviesen caminando por el patíbulo hacia su inminente final.
El lord vampiro, con la ira aún presente en su mirada, las observaba en silencio desde la distancia del pasillo. Los pasos de la servidumbre resonaban en el silencio de la mansión, marcando el inicio de una nueva era bajo su dominio. Las sirvientas, presas del miedo y la incertidumbre, solo podían seguirme, sin saber qué destino les esperaba en la oscuridad de la mansión.
No obstante, antes de continuar hacia Drol, quien ahora impoluto esperaba frente a las puertas ornamentadas que daban a la habitación principal, su recámara personal; me detuve al lado de la puerta cerrada que intente abrir antes. - Abre esta puerta.
Una de las mujeres con nerviosismo empezó a barajar un llavero con decenas de llaves, torpemente identificó la adecuada para acto siguiente abrir aquel cuarto. Un chirrido acompañó la puerta que se abría con lentitud. Dentro, un cuarto de juegos infantiles. Caballos mecedores de madera, peluches y muñecas. Algunas pelotas de tripa y un armamento ficticio de juguete. La habitación destacaba en colores al resto de estancias, se notaba que no pertenecía a la antigua mansión Stocker y se trataba de una remodelación reciente.
Estiré el cuello hacia atrás prediciendo los próximos escenarios. Cerré la puerta y continué con mi séquito de siervos que ya habían dejado de llorar y aceptaban desde la impotencia su destino.
Veo que traes más invasores. - dijo el vampiro con tono severo.
Mi señor, ¿qué desea hacer con la servidumbre?
Hmm. Considero que una muerte rápida sería lo más benevolente.
Las mujeres empezaron nuevamente a quejarse entre llantos y gritos. Una se tiró en el suelo pidiendo clemencia mientras otra rezaba a un dios que esa noche la había abandonado.
Drol - dije sin utilizar adjetivo que acentuara jerarquía. - Estas mujeres no son invasoras, poco tienen que ver con la familia que usurpó tu mansión.
El ceño del lord vampiro se dirigió hacia mí. Sus ojos afilados centelleaban con la ira de oponerme a su mandato. No obstante, no permití que el vampiro siquiera respondiera. Además, Agatha ya había quedado advertida de no interponerse en nuestras conversaciones, por lo que guardó silencio y me dejó continuar.
Una vez recuperes tu mansión necesitarás servidumbres, ¿o acaso Agatha se encargará de los cuidados de todos tus caprichos? - señalé sin desviar la mirada.
Si deseas puedes convertirlas en seres malditos y si no cumplen tus expectativas puedes deshacerte de ellas. Estoy seguro de que estarán agradecidas de por vida si eres capaz de darles una oportunidad. (1) - Mis palabras sensatas apaciguaron al vampiro.
El vampiro miró a las mujeres, acto seguido, Agatha con palabras malditas ordenó -Regresaran a su escondite y se encerraran. No intenten huir o salir de la mansión. Luego procederemos a la conversión y finiquitar su acuerdo de vida.
Las mujeres presas de la influencia de la vampiresa corrieron de vuelta a su habitación. Aferrándose a un trato que no podrían rechazar si pretendían mantenerse con vida.
Habías dicho que un humano acaudalado era quien ocupaba mi morada. Resulta que el mismo Thorin era quien vivía aquí…
Disculpe mi señor, mis informantes deben haberse equivocado. Sí, al parecer, quien ocupaba su lugar era el mariscal con su familia. Una jugada de la guardia para asegurar mayor protección en la mansión y recompensar a sus altos mandos.
Lord Drol Stocker avanzó y puso su mano sobre la manilla de la puerta.
___________________________Tomar lo que es mío. Aún queda gente que ocupa mi mansión - rugió el vampiro, limpiando con desdén las manchas carmesí de sus vestimentas. Su voz, grave y cavernosa, resonaba en las paredes de piedra, impregnando el ambiente de una fría amenaza.
Mientras el señor vampiro se limpiaba la sangre con ayuda de Agatha, aproveché para explorar el segundo piso. Las habitaciones, antes llenas de vida y opulencia, ahora se abrían ante mí como tumbas vacías. Bibliotecas polvorientas, instrumentos musicales mudos y atriles de arte cubiertos de telarañas componían el desolador paisaje. El par de habitaciones que estaban asignadas a los guardias, ahora mostraban literas vacías, como ecos de un poderío que ya no existía.
Nada llamativo, cuartos de huéspedes abandonados, algunos balcones, un par de baños y espacios de dispersión y descanso. Lo típico de una mansión antigua que reflejaba el gran poder adquisitivo de sus dueños. A diferencia de la primera planta, en esta se notaban más los cambios del uso cotidiano. Las sombras de los Stocker habían sido cambiadas por elementos humanos de la familia de Thorin y el reino de Lunargenta.
Avancé por el estrecho pasillo, abriendo el resto de cuartos con cautela, precavido de toparme con algún guardia rezagado. Sin embargo, una de las recámaras estaba sellada con llave, la fuerza de dos tacleadas con mi hombro no fue suficiente para derribar la cerradura. Dejé la curiosidad de lado y continué mi paseo por el resto de cuartos de la segunda planta teniendo aquella estancia cerrada en mi mente.
Todas las habitaciones estaban vacías, muchas incluso desarregladas. Ya estaba dispuesto a volver con mis acompañantes cuando el sonido de un llanto me invitó a devolverme. Dentro de un armario grande al fondo de lo que parecía ser un cuarto para invitados, tres sirvientas lloraban abrazadas sentadas en el suelo. Las miré con completa seriedad, el miedo al verme las desbordó, todo control o intento de contener el terror había quedado atrás. Ahora solo lloraban, sollozando y gritando histéricas.
Levántense y síganme - ordené con voz firme, dando un paso atrás para darles espacio.
Dudaban si querían seguir mis directrices. Vacilaban mirándose a los ojos.
Si me hacen repetir una vez más les cortaré la garganta - advertí con frialdad. No tenía intenciones de continuar con el derramamiento de sangre, aquellas mujeres ni siquiera eran parte de la guardia.
Ahora, bajo mis amenazas, las tres mujeres se levantaron torpemente y empezaron a seguirme por el pasillo intentando contener las lágrimas. Como si estuviesen caminando por el patíbulo hacia su inminente final.
El lord vampiro, con la ira aún presente en su mirada, las observaba en silencio desde la distancia del pasillo. Los pasos de la servidumbre resonaban en el silencio de la mansión, marcando el inicio de una nueva era bajo su dominio. Las sirvientas, presas del miedo y la incertidumbre, solo podían seguirme, sin saber qué destino les esperaba en la oscuridad de la mansión.
No obstante, antes de continuar hacia Drol, quien ahora impoluto esperaba frente a las puertas ornamentadas que daban a la habitación principal, su recámara personal; me detuve al lado de la puerta cerrada que intente abrir antes. - Abre esta puerta.
Una de las mujeres con nerviosismo empezó a barajar un llavero con decenas de llaves, torpemente identificó la adecuada para acto siguiente abrir aquel cuarto. Un chirrido acompañó la puerta que se abría con lentitud. Dentro, un cuarto de juegos infantiles. Caballos mecedores de madera, peluches y muñecas. Algunas pelotas de tripa y un armamento ficticio de juguete. La habitación destacaba en colores al resto de estancias, se notaba que no pertenecía a la antigua mansión Stocker y se trataba de una remodelación reciente.
Estiré el cuello hacia atrás prediciendo los próximos escenarios. Cerré la puerta y continué con mi séquito de siervos que ya habían dejado de llorar y aceptaban desde la impotencia su destino.
Veo que traes más invasores. - dijo el vampiro con tono severo.
Mi señor, ¿qué desea hacer con la servidumbre?
Hmm. Considero que una muerte rápida sería lo más benevolente.
Las mujeres empezaron nuevamente a quejarse entre llantos y gritos. Una se tiró en el suelo pidiendo clemencia mientras otra rezaba a un dios que esa noche la había abandonado.
Drol - dije sin utilizar adjetivo que acentuara jerarquía. - Estas mujeres no son invasoras, poco tienen que ver con la familia que usurpó tu mansión.
El ceño del lord vampiro se dirigió hacia mí. Sus ojos afilados centelleaban con la ira de oponerme a su mandato. No obstante, no permití que el vampiro siquiera respondiera. Además, Agatha ya había quedado advertida de no interponerse en nuestras conversaciones, por lo que guardó silencio y me dejó continuar.
Una vez recuperes tu mansión necesitarás servidumbres, ¿o acaso Agatha se encargará de los cuidados de todos tus caprichos? - señalé sin desviar la mirada.
Si deseas puedes convertirlas en seres malditos y si no cumplen tus expectativas puedes deshacerte de ellas. Estoy seguro de que estarán agradecidas de por vida si eres capaz de darles una oportunidad. (1) - Mis palabras sensatas apaciguaron al vampiro.
El vampiro miró a las mujeres, acto seguido, Agatha con palabras malditas ordenó -Regresaran a su escondite y se encerraran. No intenten huir o salir de la mansión. Luego procederemos a la conversión y finiquitar su acuerdo de vida.
Las mujeres presas de la influencia de la vampiresa corrieron de vuelta a su habitación. Aferrándose a un trato que no podrían rechazar si pretendían mantenerse con vida.
Habías dicho que un humano acaudalado era quien ocupaba mi morada. Resulta que el mismo Thorin era quien vivía aquí…
Disculpe mi señor, mis informantes deben haberse equivocado. Sí, al parecer, quien ocupaba su lugar era el mariscal con su familia. Una jugada de la guardia para asegurar mayor protección en la mansión y recompensar a sus altos mandos.
Lord Drol Stocker avanzó y puso su mano sobre la manilla de la puerta.
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(1)= Bendición de Aquiesencia
Durante uno cualquiera de tus próximos 3 temas (libres o privados), tu camino se verá libre de impedimentos: tus opositores estarán más predispuestos a ver las cosas a tu modo y será más fácil convencer a cualquiera de echarte una mano en tus propósitos.
Zagreus
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Re: La mansión Stocker, el retorno del rey díscolo [Noche][Trabajo]
El lord vampiro entró a la habitación, en el fondo una madre lloraba desesperada cubriendo a dos infantes detrás de ella. El miedo en sus rostros era prácticamente palpable.
El vampiro se acercó a los humanos con pasos lentos, rodeado de sombras que creaban la ilusión de vuelo, como si flotara sobre suelo, dando la impresión de que la alfombra no era digna de tocar sus botas ensangrentadas. Agatha y yo entramos a la gran recámara principal, manteniendo nuestra distancia de Drol que en total silencio continuaba su trayecto de redención.
La mujer del mariscal, desesperada entre gritos arrojaba objetos hacia el vampiro. Un par de adornos, una pequeña lámpara de aceite e incluso un almohadón. La puntería de la viuda atinó en todos sus lanzamientos, pero el vampiro no se inmutó en ningún momento. Su marcha continuaba, lentamente, sin cambiar la expresión de su rostro.
La mujer tomó un cuchillo y nerviosa apuntó al vampiro agarrándolo con ambas manos. La sombra del Lord cubría a los humanos, la mujer con un grito lanzó una estocada para apuñalar a Drol.
Lord Stocker soltó una macabra carcajada, el cuchillo penetraba un costado de su abdomen. Un pequeño hilo de sangre se deslizaba por la daga. Sin embargo, al ver que no representaba una herida significativa, la expresión victoriosa de la mujer desapareció dando paso nuevamente al terror absoluto.
Con el reverso de su mano el Lord vampiro impactó una cachetada en la humana mandándola a volar un par de metros. Los niños gritaron al ver la escena, la mujer toscamente luchaba por recuperarse del impacto, solo para ver como el vampiro tomaba a uno de los niños, el mayor, que seguramente no pasaría de los 8 años.
El vampiro lo alzó hasta que sus ojos estuvieran a la altura de su cara, su hermano intentaba golpear la pierna del vampiro sin causar reacción alguna.
Drol, ya tomaste tu mansión, ¿acaso este espectáculo es necesario?
El vampiro borró su mueca maquiavélica y arrojó al niño con fuerza hacia su madre. Lentamente, se volteó y me miró con ira.
Tú. - dijo mientras las sombras se desplegaron por toda la habitación con un estruendo como si mil murciélagos revoloteaban saliendo de una cueva abisal. - Tú no entiendes nada. Primero vienes con una mascota inútil y ahora pretendes entrometerte en mi venganza… Pensé que eras un tipo inteligente Markov, un sujeto racional.
Lo soy, por eso insisto que dejarse llevar por las emociones es innecesario.
¡Silencio! - sentenció el vampiro con un eco que estremeció los muros de la mansión. - Los humanos no merecen clemencia. Su único rol es como ganado, ellos… - su voz se fracturaba con melancolía. Stocker guardó silencio. Agatha desvió la mirada.
El vampiro con una velocidad sobrehumana, prácticamente teletransportándose, apareció delante de mí y con un gancho ascendente me golpeó en el estómago, sacándome el aire y haciendo que por la fuerza del impacto me levantara del suelo. Si hubiese sido una persona de una complexión más pequeña sin duda el golpe me hubiese hecho impactar contra el techo de la habitación.
Caí tosiendo, retorciéndome del dolor. - Qué lástima, te habías ganado mi estima, pero siempre tienes algo que decir, ¿no? Tienes que entender que no estás a mi altura como para exigir o dar órdenes. - El vampiro dio una patada a mi costado, haciendo que el poco aire que había recobrado abandonara mi cuerpo. El dolor era agudo, la fuerza del vampiro era descomunal y algo me decía que se estaba conteniendo.
Los humanos. - dijo mirando a la mujer que abrazaba acariciando a sus hijos recuperándose del golpe anterior. - Corrijo, el resto de razas, dragones, elfos, bestias… ninguno de ellos ha tenido que vivir lo que nosotros, seres malditos, hemos tenido que vivir. Para ellos somos monstruos, y sin razón han insistido en atacarnos. - el vampiro ahora caminaba para terminar su cometido con aquellos que ocuparon su morada.
Me levanté con dificultad. Sangraba y el dolor punzante me sobrepasaba. Me exigía para no ceder y caer, mis piernas tambaleaban. - Drol - dije entre dificultades con los dientes manchados de rojo por las heridas internas. - Detente (1).
El lord se volteó y dedicó unos segundos a valorar mi esfuerzo por no rendirme. - Sin duda serás una pérdida sensible para los planes de Amanda. Aunque yo prefiero otros métodos menos diplomáticos… pero dicho sea el caso, los vampiros perderemos con tu muerte Zagreus Markov, pero no me dejas otra alternativa.
Con el resto de fuerzas que me quedaban me preparé para enfrentar al vampiro (2). Sabía que no tenía oportunidad alguna, pero no perdería contra él. Agatha guardaba silencio, sabía que nada de lo que dijera haría cambiar de parecer a su amo. Parecía evidente mi destino, al igual que la sentencia de los humanos con vida en la mansión Stocker.
Mantenía la mirada baja, controlando mi respiración lo más que podía para no sucumbir a la fatiga y el dolor. De mi brazo como una extensión se solidificó una espada de sangre (3). El arma no poseía las propiedades de mis creaciones habituales, el uso de la sangromancia me exigía mucho control, y en aquella situación apenas podía mantener la forma básica de una espada, que vacilaba entre una estructura fluida y sólida.
Metí mi mano izquierda dentro del panel frontal de mi chaqueta negra (4), dando a entender a Drol que el dolor me sobrepasaba, pero incluso así, con solo una mano, herido, con una espada incompleta, lo enfrentaría. Drol me subestimaba, puesto que no se dignó a desenvainar su espadón. Acabaría conmigo con sus manos.
Sabía como atacaría el lord, y aprovecharía esa ventaja. La nube de oscuridad se desplazó con gran velocidad y me golpeó en el rostro. Solté el arma de sangre y al volver a mirar los ojos rojos de Drol un nuevo golpe impactó mi cara. Perdí el equilibrio y por el impacto tuve que dar pasos torpes hacia atrás, hasta toparme con una pared que si no hubiese estado habría caído de espaldas.
Solté una mueca, la sangre caía por mi rostro y mis cabellos de color ceniza ahora se cubrían de rojo. La muerte parecía tocar mi puerta y las garras de Lord Drol ahora tomaban un impulso para atravesar mi corazón. El vampiro era predecible y la sangre en sus enemigos lo motivaba al mismo tiempo que cegaba. Mi mano izquierda no intentaba apaciguar el dolor de mis heridas en mi torso, el vampiro se había acercado demasiado.
Aguanté la respiración, aunque ya la sangre en mi nariz y garganta facilitaba ese trabajo. Rompí con mi mano oculta un bote de cristal cortando mi palma con el vidrio. Ya no importaban las heridas.
Una nube gris (5) se formó con gran velocidad emergiendo desde los adentros de mi vestimenta de cuero. El vampiro intentó reaccionar, pero ya era tarde, el gas habría entrado en su sistema y rápidamente se alejó. El lord se tambaleaba chocando contra los muebles de la habitación, Agatha rápidamente intentó socorrerlo, pero el vampiro agitaba los brazos con tal vehemencia que todo lo que estaba a su paso era destruido.
La vampiresa mantuvo su distancia, preguntando a voz alta qué le ocurría al vampiro. Mientras el lord luchaba contra sus peores pesadillas, tomé una poción para reducir mis heridas (6), no las eliminaría, pero me daría la oportunidad de recomponerse para finalizar la misión. Más tarde tendría que buscar ayuda para curarme y seguido tomar un largo descanso. Sobreviviría.
La furia y brutalidad del vampiro fue apaciguando, ahora en silencio el lord se mantenía de rodillas en el suelo, cabizbajo con los brazos caídos. Su cabellera le cubría el rostro, pero una lágrima se desprendió cayendo sobre el alfombrado de la recámara. El vampiro lentamente se levantó, las sombras parecían haberse disipado. Se suponía que la Pesadilla Embotellada aún debería de surtir efecto, pero aquel hombre había vivido ya muchas pesadillas en su vida y el impacto del veneno parecía no suponer mayor consecuencia. Podría matarme, pero aquello que vio lo hizo entrar en razón.
Agatha, este hombre tiene razón. Ustedes - dijo acercándose a los humanos. - abandonarán Sacrestic y más nunca volverán al oeste. Recordarán la misericordia de la casa Stocker. - comentó taciturno. La mujer tomó a ambos hijos y corriendo salió de la habitación, abrazando la vida con fuerza. Tomando el regalo del señor vampiro.
Drol se acercó a la gran cama desacomodada, dio un par de pasos observando aquel lecho que parecía agitar sus recuerdos. Ya estando cerca de la cabecera, hizo presión sobre un ornamento de la pared. Seguido, giró el adorno para mostrar una especie de botón oculto. Al presionarlo, se activó un complejo sistema mecánico. La estantería frente a la cama se movió, mostrando una abertura en la pared de piedra. Dentro se alcanzaba ver una pequeña habitación secreta con algunos libros y escritos, armas y armaduras ornamentadas, sacos de aeros y otros objetos de valor.
“Esa es la habitación secreta que había comentado el vampiro, que suponía la razón de recuperar la mansión…” pensaba viendo con detenimiento al vampiro prácticamente solo por un ojo, ya que el hematoma en mi rostro no me permitía abrir el otro. Esperaba algún arma secreta, alguna receta alquímica o tomo prohibido. Algo que hiciera aquella misión útil y no un mero capricho.
Agatha. - dijo el vampiro entrando solo a la habitación, aun con la voz melancólica. - lleva a nuestro socio a un sitio donde pueda recuperarse, incluso puedes ponerte en contacto con la bruja. Luego contacta con Amanda para que venga a mi mansión en dos noches. Aún debo arreglar mi morada.
El Vampiro salió de aquel rincón secreto y su rostro había cambiado, seguía triste, pero de algún modo brillante, cálido. Inclusive 'felicidad' podría ser una palabra que cabría señalar tras salir de aquel cuarto oculto. En sus manos traía consigo una pintura de un metro con un marco dorado en forma de óvalo con filigranas.
También escuché que la familia Reis tenía una propuesta interesante. Quizás también podríamos intentar contactar con ellos, es tiempo que las casas nos pongamos de acuerdo con algunas cosas sobre el oeste. - El vampiro tomó la pintura y estiró sus brazos para darle una mirada al óleo.
Vi el arte, un dibujo exquisito, no tenía más comentarios que agregar. Ninguna crítica o reproche. Solo guardé silencio y me despedí del vampiro.
Gracias Markov, la casa Stocker recordará tu labor.
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(1)= Bendición de Aquiesencia
Durante uno cualquiera de tus próximos 3 temas (libres o privados), tu camino se verá libre de impedimentos: tus opositores estarán más predispuestos a ver las cosas a tu modo y será más fácil convencer a cualquiera de echarte una mano en tus propósitos.
(2)= Nivel 1: Un paso por delante [Mágica] – Activa (1 uso) Duración= 2 turnos
Zagreus aumenta la producción y trasporte en su torrente sanguíneo de catecolaminas (adrenalina, noradrenalina y dopamina), aumentando considerablemente sus reflejos, concentración y velocidad (mental y física) en combate.
(3)= Nivel 0: Pacto carmesí [Mágica] – Activa (2 usos) Duración= 2 turnos
Debido a la sangromancia de Zagreus, el vampiro puede extraer cantidades de sangre por los poros de su piel sin perjudicarse y a partir de ella crear armas de sangre a una mano.
Zagreus solo puede crear una arma por activación. Igualmente, puede emplear un uso de la habilidad para cambiar el tipo de arma de sangre creada al instante
(4)= Representación de la acción relatada
(6)= Poción de Salud [Elixir, Limitado, 1 Uso] Sana hasta 2 heridas moderadas o leves en pocos segundos.
Complicación 3= Me opongo a las formas brutales de mi aliado Lord Drol, El vampiro no le agrada mi oposición por lo que se enfrenta a mi.
El vampiro se acercó a los humanos con pasos lentos, rodeado de sombras que creaban la ilusión de vuelo, como si flotara sobre suelo, dando la impresión de que la alfombra no era digna de tocar sus botas ensangrentadas. Agatha y yo entramos a la gran recámara principal, manteniendo nuestra distancia de Drol que en total silencio continuaba su trayecto de redención.
La mujer del mariscal, desesperada entre gritos arrojaba objetos hacia el vampiro. Un par de adornos, una pequeña lámpara de aceite e incluso un almohadón. La puntería de la viuda atinó en todos sus lanzamientos, pero el vampiro no se inmutó en ningún momento. Su marcha continuaba, lentamente, sin cambiar la expresión de su rostro.
La mujer tomó un cuchillo y nerviosa apuntó al vampiro agarrándolo con ambas manos. La sombra del Lord cubría a los humanos, la mujer con un grito lanzó una estocada para apuñalar a Drol.
Lord Stocker soltó una macabra carcajada, el cuchillo penetraba un costado de su abdomen. Un pequeño hilo de sangre se deslizaba por la daga. Sin embargo, al ver que no representaba una herida significativa, la expresión victoriosa de la mujer desapareció dando paso nuevamente al terror absoluto.
Con el reverso de su mano el Lord vampiro impactó una cachetada en la humana mandándola a volar un par de metros. Los niños gritaron al ver la escena, la mujer toscamente luchaba por recuperarse del impacto, solo para ver como el vampiro tomaba a uno de los niños, el mayor, que seguramente no pasaría de los 8 años.
El vampiro lo alzó hasta que sus ojos estuvieran a la altura de su cara, su hermano intentaba golpear la pierna del vampiro sin causar reacción alguna.
Drol, ya tomaste tu mansión, ¿acaso este espectáculo es necesario?
El vampiro borró su mueca maquiavélica y arrojó al niño con fuerza hacia su madre. Lentamente, se volteó y me miró con ira.
Tú. - dijo mientras las sombras se desplegaron por toda la habitación con un estruendo como si mil murciélagos revoloteaban saliendo de una cueva abisal. - Tú no entiendes nada. Primero vienes con una mascota inútil y ahora pretendes entrometerte en mi venganza… Pensé que eras un tipo inteligente Markov, un sujeto racional.
Lo soy, por eso insisto que dejarse llevar por las emociones es innecesario.
¡Silencio! - sentenció el vampiro con un eco que estremeció los muros de la mansión. - Los humanos no merecen clemencia. Su único rol es como ganado, ellos… - su voz se fracturaba con melancolía. Stocker guardó silencio. Agatha desvió la mirada.
El vampiro con una velocidad sobrehumana, prácticamente teletransportándose, apareció delante de mí y con un gancho ascendente me golpeó en el estómago, sacándome el aire y haciendo que por la fuerza del impacto me levantara del suelo. Si hubiese sido una persona de una complexión más pequeña sin duda el golpe me hubiese hecho impactar contra el techo de la habitación.
Caí tosiendo, retorciéndome del dolor. - Qué lástima, te habías ganado mi estima, pero siempre tienes algo que decir, ¿no? Tienes que entender que no estás a mi altura como para exigir o dar órdenes. - El vampiro dio una patada a mi costado, haciendo que el poco aire que había recobrado abandonara mi cuerpo. El dolor era agudo, la fuerza del vampiro era descomunal y algo me decía que se estaba conteniendo.
Los humanos. - dijo mirando a la mujer que abrazaba acariciando a sus hijos recuperándose del golpe anterior. - Corrijo, el resto de razas, dragones, elfos, bestias… ninguno de ellos ha tenido que vivir lo que nosotros, seres malditos, hemos tenido que vivir. Para ellos somos monstruos, y sin razón han insistido en atacarnos. - el vampiro ahora caminaba para terminar su cometido con aquellos que ocuparon su morada.
Me levanté con dificultad. Sangraba y el dolor punzante me sobrepasaba. Me exigía para no ceder y caer, mis piernas tambaleaban. - Drol - dije entre dificultades con los dientes manchados de rojo por las heridas internas. - Detente (1).
El lord se volteó y dedicó unos segundos a valorar mi esfuerzo por no rendirme. - Sin duda serás una pérdida sensible para los planes de Amanda. Aunque yo prefiero otros métodos menos diplomáticos… pero dicho sea el caso, los vampiros perderemos con tu muerte Zagreus Markov, pero no me dejas otra alternativa.
Con el resto de fuerzas que me quedaban me preparé para enfrentar al vampiro (2). Sabía que no tenía oportunidad alguna, pero no perdería contra él. Agatha guardaba silencio, sabía que nada de lo que dijera haría cambiar de parecer a su amo. Parecía evidente mi destino, al igual que la sentencia de los humanos con vida en la mansión Stocker.
Mantenía la mirada baja, controlando mi respiración lo más que podía para no sucumbir a la fatiga y el dolor. De mi brazo como una extensión se solidificó una espada de sangre (3). El arma no poseía las propiedades de mis creaciones habituales, el uso de la sangromancia me exigía mucho control, y en aquella situación apenas podía mantener la forma básica de una espada, que vacilaba entre una estructura fluida y sólida.
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Metí mi mano izquierda dentro del panel frontal de mi chaqueta negra (4), dando a entender a Drol que el dolor me sobrepasaba, pero incluso así, con solo una mano, herido, con una espada incompleta, lo enfrentaría. Drol me subestimaba, puesto que no se dignó a desenvainar su espadón. Acabaría conmigo con sus manos.
Sabía como atacaría el lord, y aprovecharía esa ventaja. La nube de oscuridad se desplazó con gran velocidad y me golpeó en el rostro. Solté el arma de sangre y al volver a mirar los ojos rojos de Drol un nuevo golpe impactó mi cara. Perdí el equilibrio y por el impacto tuve que dar pasos torpes hacia atrás, hasta toparme con una pared que si no hubiese estado habría caído de espaldas.
Solté una mueca, la sangre caía por mi rostro y mis cabellos de color ceniza ahora se cubrían de rojo. La muerte parecía tocar mi puerta y las garras de Lord Drol ahora tomaban un impulso para atravesar mi corazón. El vampiro era predecible y la sangre en sus enemigos lo motivaba al mismo tiempo que cegaba. Mi mano izquierda no intentaba apaciguar el dolor de mis heridas en mi torso, el vampiro se había acercado demasiado.
Aguanté la respiración, aunque ya la sangre en mi nariz y garganta facilitaba ese trabajo. Rompí con mi mano oculta un bote de cristal cortando mi palma con el vidrio. Ya no importaban las heridas.
Una nube gris (5) se formó con gran velocidad emergiendo desde los adentros de mi vestimenta de cuero. El vampiro intentó reaccionar, pero ya era tarde, el gas habría entrado en su sistema y rápidamente se alejó. El lord se tambaleaba chocando contra los muebles de la habitación, Agatha rápidamente intentó socorrerlo, pero el vampiro agitaba los brazos con tal vehemencia que todo lo que estaba a su paso era destruido.
La vampiresa mantuvo su distancia, preguntando a voz alta qué le ocurría al vampiro. Mientras el lord luchaba contra sus peores pesadillas, tomé una poción para reducir mis heridas (6), no las eliminaría, pero me daría la oportunidad de recomponerse para finalizar la misión. Más tarde tendría que buscar ayuda para curarme y seguido tomar un largo descanso. Sobreviviría.
La furia y brutalidad del vampiro fue apaciguando, ahora en silencio el lord se mantenía de rodillas en el suelo, cabizbajo con los brazos caídos. Su cabellera le cubría el rostro, pero una lágrima se desprendió cayendo sobre el alfombrado de la recámara. El vampiro lentamente se levantó, las sombras parecían haberse disipado. Se suponía que la Pesadilla Embotellada aún debería de surtir efecto, pero aquel hombre había vivido ya muchas pesadillas en su vida y el impacto del veneno parecía no suponer mayor consecuencia. Podría matarme, pero aquello que vio lo hizo entrar en razón.
Agatha, este hombre tiene razón. Ustedes - dijo acercándose a los humanos. - abandonarán Sacrestic y más nunca volverán al oeste. Recordarán la misericordia de la casa Stocker. - comentó taciturno. La mujer tomó a ambos hijos y corriendo salió de la habitación, abrazando la vida con fuerza. Tomando el regalo del señor vampiro.
Drol se acercó a la gran cama desacomodada, dio un par de pasos observando aquel lecho que parecía agitar sus recuerdos. Ya estando cerca de la cabecera, hizo presión sobre un ornamento de la pared. Seguido, giró el adorno para mostrar una especie de botón oculto. Al presionarlo, se activó un complejo sistema mecánico. La estantería frente a la cama se movió, mostrando una abertura en la pared de piedra. Dentro se alcanzaba ver una pequeña habitación secreta con algunos libros y escritos, armas y armaduras ornamentadas, sacos de aeros y otros objetos de valor.
“Esa es la habitación secreta que había comentado el vampiro, que suponía la razón de recuperar la mansión…” pensaba viendo con detenimiento al vampiro prácticamente solo por un ojo, ya que el hematoma en mi rostro no me permitía abrir el otro. Esperaba algún arma secreta, alguna receta alquímica o tomo prohibido. Algo que hiciera aquella misión útil y no un mero capricho.
Agatha. - dijo el vampiro entrando solo a la habitación, aun con la voz melancólica. - lleva a nuestro socio a un sitio donde pueda recuperarse, incluso puedes ponerte en contacto con la bruja. Luego contacta con Amanda para que venga a mi mansión en dos noches. Aún debo arreglar mi morada.
El Vampiro salió de aquel rincón secreto y su rostro había cambiado, seguía triste, pero de algún modo brillante, cálido. Inclusive 'felicidad' podría ser una palabra que cabría señalar tras salir de aquel cuarto oculto. En sus manos traía consigo una pintura de un metro con un marco dorado en forma de óvalo con filigranas.
También escuché que la familia Reis tenía una propuesta interesante. Quizás también podríamos intentar contactar con ellos, es tiempo que las casas nos pongamos de acuerdo con algunas cosas sobre el oeste. - El vampiro tomó la pintura y estiró sus brazos para darle una mirada al óleo.
Vi el arte, un dibujo exquisito, no tenía más comentarios que agregar. Ninguna crítica o reproche. Solo guardé silencio y me despedí del vampiro.
- El tesoro de Drol.:
Gracias Markov, la casa Stocker recordará tu labor.
______________________
Off
(1)= Bendición de Aquiesencia
Durante uno cualquiera de tus próximos 3 temas (libres o privados), tu camino se verá libre de impedimentos: tus opositores estarán más predispuestos a ver las cosas a tu modo y será más fácil convencer a cualquiera de echarte una mano en tus propósitos.
(2)= Nivel 1: Un paso por delante [Mágica] – Activa (1 uso) Duración= 2 turnos
Zagreus aumenta la producción y trasporte en su torrente sanguíneo de catecolaminas (adrenalina, noradrenalina y dopamina), aumentando considerablemente sus reflejos, concentración y velocidad (mental y física) en combate.
(3)= Nivel 0: Pacto carmesí [Mágica] – Activa (2 usos) Duración= 2 turnos
Debido a la sangromancia de Zagreus, el vampiro puede extraer cantidades de sangre por los poros de su piel sin perjudicarse y a partir de ella crear armas de sangre a una mano.
Zagreus solo puede crear una arma por activación. Igualmente, puede emplear un uso de la habilidad para cambiar el tipo de arma de sangre creada al instante
(4)= Representación de la acción relatada
- (4):
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(6)= Poción de Salud [Elixir, Limitado, 1 Uso] Sana hasta 2 heridas moderadas o leves en pocos segundos.
Complicación 3= Me opongo a las formas brutales de mi aliado Lord Drol, El vampiro no le agrada mi oposición por lo que se enfrenta a mi.
Zagreus
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