Robo en la mansión Hammersmith[Libre] [3/3] [Cerrado]
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Robo en la mansión Hammersmith[Libre] [3/3] [Cerrado]
Una situación como esa no era un buen motivo para el reencuentro, y sin embargo allí estaba Amit, parado frente al ataúd de su buen amigo humano. Era un hombre muy mayor, nadie se extrañaba ni había sido un final inesperado, pero eso no hacía que fuera menos doloroso para conocidos y parientes que se encontraban esa noche reunidos en la sala principal de la mansión Hammersmith.
El ambiente se sentía pesado, demasiado silencioso, las personas se reunían en pequeños grupos de tres o cuatro personas y susurraban entre ellos, recordando al fallecido, comentando como lo habían conocido, y lamentándose por su partida. Habían seres de todas las razas, ya que el Señor Hammersmith fue un comerciante toda su vida, y había recorrido Aerandir de punta a punta miles de veces a lo largo de los años.
Siempre decía con orgullo que su fortuna había sido lograda gracias a una vida entera de duro trabajo, este tipo de mentalidad sencilla y honorable era la que le había transmitido a su único hijo y heredero, Will Hammersmith, quien se encontraba parado junto al ataúd, recibiendo las condolencias. Al lado suyo estaba su esposa, también vestida de negro y con un gesto taciturno.
Amit se había enterado del fallecimiento de su amigo casi por casualidad, estaba de paso por Vulwulfar, y se había quedado un día más para vender unas vasijas que había conseguido en un templo abandonado. Fue entonces que uno de los comerciantes le dio la triste noticia, el Mausu sabía que no podía irse de allí sin presentar al menos el pésame y darle el último adiós a Algernon.
Caminó por la sala, los pasos de los invitados eran amortiguados por la gruesa alfombra, lo cual solo hacía más evidente el silencio. Amit fue hacía el hall de entrada, allí había una niña de unos cuatro años sentada en el piso, era Kattie, la hija de Will, la última vez que el roedor la había visto era apenas una bebe. Junto a ella estaba su niñera, la cual intentaba entretenerla con unas muñecas para que no hiciera berrinches durante el velorio.
-Buenas noches, Pequeña Kattie – Dijo el Mausu mientras se acercaba a la niña, no había tanta diferencia de alturas entre ellos, lo que hacía que la chiquilla no se sintiera tan desconfiada, además, Amit no tenía ninguna de las características amenazantes que solían tener los Hombres- Bestia – ¿A qué juegas? -
La niña primero miró a su niñera, como pidiéndole permiso para hablar con un extraño, la nodriza era una mujer de cabello oscuro recogido en un rodete, parecía rondar los cuarenta y miraba al ratón con algo de desconfianza. Luego de meditarlo unos segundos asintió con la cabeza y la muchacha, sonriente, se dispuso a mostrarle a Amit sus muñecas.
-Esta es Brien, esta Sally y esta es Verónica – Las dos primeras eran de tamaño normal, la tercera más pequeña – Y esta es la Señorita Virginia, como mi niñera – le sonrió a la nodriza, quien correspondió y paso una mano por su mejilla con cariño - ¿Conocías a mi abuelo?-
-Sí, lo conocí hace varios años. Era un buen hombre – Al Mausu le gustaban los niños, en su tribu eran considerados lo más importante, ya que representaban el futuro de una civilización – Has crecido mucho, tu abuelo debía estar muy contento de tener a una nieta tan alegre –
-El abuelo trabajaba todo el día, siempre estaba ocupado – Dijo Kattie, encogiéndose de hombros.
-No debes hablar así de los muertos – La corrigió Virginia mientras la levantaba – Ya es muy tarde, es hora de ir a dormir –
-Adiós Señor Ratón – Se despidió la niña, Amit levantó la mano para saludarla y observó cómo se la llevaban escalera arriba.
El roedor movió los bigotes mientras pensaba en sus hijos ¿Ellos dirían cosas así también cuando no estaba? La pérdida de un ser querido siempre ponía a la gente muy reflexiva, y Amit no era la excepción.
El ambiente se sentía pesado, demasiado silencioso, las personas se reunían en pequeños grupos de tres o cuatro personas y susurraban entre ellos, recordando al fallecido, comentando como lo habían conocido, y lamentándose por su partida. Habían seres de todas las razas, ya que el Señor Hammersmith fue un comerciante toda su vida, y había recorrido Aerandir de punta a punta miles de veces a lo largo de los años.
Siempre decía con orgullo que su fortuna había sido lograda gracias a una vida entera de duro trabajo, este tipo de mentalidad sencilla y honorable era la que le había transmitido a su único hijo y heredero, Will Hammersmith, quien se encontraba parado junto al ataúd, recibiendo las condolencias. Al lado suyo estaba su esposa, también vestida de negro y con un gesto taciturno.
Amit se había enterado del fallecimiento de su amigo casi por casualidad, estaba de paso por Vulwulfar, y se había quedado un día más para vender unas vasijas que había conseguido en un templo abandonado. Fue entonces que uno de los comerciantes le dio la triste noticia, el Mausu sabía que no podía irse de allí sin presentar al menos el pésame y darle el último adiós a Algernon.
Caminó por la sala, los pasos de los invitados eran amortiguados por la gruesa alfombra, lo cual solo hacía más evidente el silencio. Amit fue hacía el hall de entrada, allí había una niña de unos cuatro años sentada en el piso, era Kattie, la hija de Will, la última vez que el roedor la había visto era apenas una bebe. Junto a ella estaba su niñera, la cual intentaba entretenerla con unas muñecas para que no hiciera berrinches durante el velorio.
-Buenas noches, Pequeña Kattie – Dijo el Mausu mientras se acercaba a la niña, no había tanta diferencia de alturas entre ellos, lo que hacía que la chiquilla no se sintiera tan desconfiada, además, Amit no tenía ninguna de las características amenazantes que solían tener los Hombres- Bestia – ¿A qué juegas? -
La niña primero miró a su niñera, como pidiéndole permiso para hablar con un extraño, la nodriza era una mujer de cabello oscuro recogido en un rodete, parecía rondar los cuarenta y miraba al ratón con algo de desconfianza. Luego de meditarlo unos segundos asintió con la cabeza y la muchacha, sonriente, se dispuso a mostrarle a Amit sus muñecas.
-Esta es Brien, esta Sally y esta es Verónica – Las dos primeras eran de tamaño normal, la tercera más pequeña – Y esta es la Señorita Virginia, como mi niñera – le sonrió a la nodriza, quien correspondió y paso una mano por su mejilla con cariño - ¿Conocías a mi abuelo?-
-Sí, lo conocí hace varios años. Era un buen hombre – Al Mausu le gustaban los niños, en su tribu eran considerados lo más importante, ya que representaban el futuro de una civilización – Has crecido mucho, tu abuelo debía estar muy contento de tener a una nieta tan alegre –
-El abuelo trabajaba todo el día, siempre estaba ocupado – Dijo Kattie, encogiéndose de hombros.
-No debes hablar así de los muertos – La corrigió Virginia mientras la levantaba – Ya es muy tarde, es hora de ir a dormir –
-Adiós Señor Ratón – Se despidió la niña, Amit levantó la mano para saludarla y observó cómo se la llevaban escalera arriba.
El roedor movió los bigotes mientras pensaba en sus hijos ¿Ellos dirían cosas así también cuando no estaba? La pérdida de un ser querido siempre ponía a la gente muy reflexiva, y Amit no era la excepción.
Última edición por Amit'tek el Dom Abr 14 2019, 15:56, editado 1 vez
Amit'tek
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Re: Robo en la mansión Hammersmith[Libre] [3/3] [Cerrado]
Una de las cosas en las que no había pensado la joven bruja antes de partir de las islas fue en el dinero. Al llegar a la península de Verisar aún le quedaban algunos aeros, pero estaba claro no debería tardar mucho en pensar de qué forma podría ganar algo más de fondo con el que poder costearse el alojamientos y los alimentos.
Y así fue como terminó en aquella situación: Nahir se encontraba en un carro tirado por un burro, en este un hombre, con la apariencia de ciento cincuenta años, transportaba algunos sacos de mercancía entre las ciudades vecinas. La joven estaba en la parte trasera, junto a dos sacos que apenas le dejaban espacio. Al menos es blando… pensaba la bruja con la cabeza apoyada en uno de estos. El hombre había accedido a llevarla hasta las cercanías de una casa en Vulwulfar, ya que su trayecto le obligaba a coger aquel mismo sendero. Después, un corto trayecto a pie y ya estaría en la casa. A cambio del viaje, Nahir le había hecho al anciano unas trenzas en su larga melena, que le nacían desde la frente y que le colgaba hasta las caderas. Había que admitir que el señor tenía una melena plateada envidiable.
Con el movimiento del carro y el sol sobre ella, la chica no puedo evitar ir cerrando los ojos de vez en cuando a lo largo del trayecto. Portaba en sus manos el paquete que debía dejar en la casa, a cambio ella debía obtener el sello de la familia, para retornarlo a la tiendecita de textiles que le había encargado la faena. Un trabajo sencillo con el que podría hospedarse en la cuidad unos tres días más.
-Señorita, esta es su parada. - dijo el hombre haciendo que el burro parase el tiempo necesario para que la joven bajase.
-Gracias, que tenga un buen día…- se despidió ella con la mano alzaba, mientras el carro ya se iba alejando de ahí.
Entre los árboles se abría el camino que la llevaría a la casa, apretó el paquete contra su pecho y se puso a andar. Cuando ya pensaba que debería parar para hacer un descanso, la chica pudo divisar algo a los lejos: la casa. Aquello fue el incentivo necesario para arrancar de nuevo con más energías que antes.
Le sorprendió ver tantos carros frente a la entrada. Picó a la puerta, que apenas tardó unos segundos en abrirse, como si ya esperasen su llegada.
-Hola, buenos días, les traigo el paquete de parte de la señora Aris…- alzó la caja, dedicándole una amplia sonrisa a la mujer.
-Claro, pasa, no tardarán en atenderte…- la mujer se hizo a un lado para que ella pudiese pasar al interior de la caja. Tras cerrar la puerta esta se fue murmurando algo.
Había una niña sentada en el suelo, enseñándole unas muñecas a un… ¿ratón? Se quedó observándolo un momento hasta que la mujer que estaba junto a la niña miró hacia ella, entonces la bruja apartó la mirada ya que no quería incomodar a nadie. Desde donde se encontraba podía ver que había mucha gente en la casa, aunque no terminaba de fijarse en nada como para relacionarlo con una boda o festejo.
La mujer de antes se llevó a la niña escaleras arriba, en aquel momento se le cruzó un joven, este estaba llorando, aunque intentaba no apartar la vista del suelo para que no se le notase. Aquello sorprendió a la bruja, que dio un par de pasos hacia adelante. Entonces lo entendió todo. En la habitación de la derecha, el salón, estaban velando el cuerpo de un hombre.
-Si no te importa me lo llevo, ahora viene mi marido. - la voz quebrada de una mujer la sacó de sus pensamientos. Esta estaba señalando la caja.
-Claro…- susurró la bruja sin saber muy bien que decir o que hacer. –Yo…lo lamento. - la mujer asintió antes de irse hacía el salón.
La joven se sentó en una de las sillas del recibidor, esperado a que llegase el marido con el sello. Aquello le recordó el día en que murió su padre, esperaría allí sin decir nada, seguramente debían estar atareados.
Podía ver por las ventanas como el cielo se iba nublado, seguramente llovería.
Y así fue como terminó en aquella situación: Nahir se encontraba en un carro tirado por un burro, en este un hombre, con la apariencia de ciento cincuenta años, transportaba algunos sacos de mercancía entre las ciudades vecinas. La joven estaba en la parte trasera, junto a dos sacos que apenas le dejaban espacio. Al menos es blando… pensaba la bruja con la cabeza apoyada en uno de estos. El hombre había accedido a llevarla hasta las cercanías de una casa en Vulwulfar, ya que su trayecto le obligaba a coger aquel mismo sendero. Después, un corto trayecto a pie y ya estaría en la casa. A cambio del viaje, Nahir le había hecho al anciano unas trenzas en su larga melena, que le nacían desde la frente y que le colgaba hasta las caderas. Había que admitir que el señor tenía una melena plateada envidiable.
Con el movimiento del carro y el sol sobre ella, la chica no puedo evitar ir cerrando los ojos de vez en cuando a lo largo del trayecto. Portaba en sus manos el paquete que debía dejar en la casa, a cambio ella debía obtener el sello de la familia, para retornarlo a la tiendecita de textiles que le había encargado la faena. Un trabajo sencillo con el que podría hospedarse en la cuidad unos tres días más.
-Señorita, esta es su parada. - dijo el hombre haciendo que el burro parase el tiempo necesario para que la joven bajase.
-Gracias, que tenga un buen día…- se despidió ella con la mano alzaba, mientras el carro ya se iba alejando de ahí.
Entre los árboles se abría el camino que la llevaría a la casa, apretó el paquete contra su pecho y se puso a andar. Cuando ya pensaba que debería parar para hacer un descanso, la chica pudo divisar algo a los lejos: la casa. Aquello fue el incentivo necesario para arrancar de nuevo con más energías que antes.
Le sorprendió ver tantos carros frente a la entrada. Picó a la puerta, que apenas tardó unos segundos en abrirse, como si ya esperasen su llegada.
-Hola, buenos días, les traigo el paquete de parte de la señora Aris…- alzó la caja, dedicándole una amplia sonrisa a la mujer.
-Claro, pasa, no tardarán en atenderte…- la mujer se hizo a un lado para que ella pudiese pasar al interior de la caja. Tras cerrar la puerta esta se fue murmurando algo.
Había una niña sentada en el suelo, enseñándole unas muñecas a un… ¿ratón? Se quedó observándolo un momento hasta que la mujer que estaba junto a la niña miró hacia ella, entonces la bruja apartó la mirada ya que no quería incomodar a nadie. Desde donde se encontraba podía ver que había mucha gente en la casa, aunque no terminaba de fijarse en nada como para relacionarlo con una boda o festejo.
La mujer de antes se llevó a la niña escaleras arriba, en aquel momento se le cruzó un joven, este estaba llorando, aunque intentaba no apartar la vista del suelo para que no se le notase. Aquello sorprendió a la bruja, que dio un par de pasos hacia adelante. Entonces lo entendió todo. En la habitación de la derecha, el salón, estaban velando el cuerpo de un hombre.
-Si no te importa me lo llevo, ahora viene mi marido. - la voz quebrada de una mujer la sacó de sus pensamientos. Esta estaba señalando la caja.
-Claro…- susurró la bruja sin saber muy bien que decir o que hacer. –Yo…lo lamento. - la mujer asintió antes de irse hacía el salón.
La joven se sentó en una de las sillas del recibidor, esperado a que llegase el marido con el sello. Aquello le recordó el día en que murió su padre, esperaría allí sin decir nada, seguramente debían estar atareados.
Podía ver por las ventanas como el cielo se iba nublado, seguramente llovería.
Nahir
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Re: Robo en la mansión Hammersmith[Libre] [3/3] [Cerrado]
Seguía a la elfa en silencio mientras caminábamos hacia la mansión de su, ya muerto amigo y colega de negocios, me sentía incomoda por ir alli, esas cosas no me gustaban mucho ademas que me daban miedo los velorios... Y para colmo ¡Mi hermano me había dejado sola en esto!
El muy malo habia dicho que aun le faltaban muchos encargos y que yo ya habia terminado los míos, por lo cual no me quedaba opción, ademas no podía dejarla sola. Desde que se habia enterado de la muerte del señor Algernon. Se veía triste, algo extraño en ella asi que iría por las buenas o las malas.
Me acerque mas a ella y le tome la mano a la elfa y le sonreí con cariño. Si tal vez solo fuera un miembro de su servidumbre pero, por el simple hecho de todas las cosas que habia hecho por mi hermano y por mi, sentía aprecio por aquella mujer.
- Señorita Ruby, todo estará bien, no es la unica que siente esas cosas - dije mientras la miraba a los ojos.
La elfa sonrío y soltó mi mano para luego acariciar mi cabeza. - Gracias Cryztal... Pero, no es tan fácil... No se si pueda ver a mi amigo por ultima vez - dijo la elfa en un tono triste.
Segui caminando junto a la elfa mientras nos acercábamos a la mansión de la familia de luto, desde la entrada se veía a toda las personas vestidas de negro, pero eran trajes muy elegantes, yo mire el sencillo vestido negro que tenía... Esperaba que fuera suficiente.
- Ven pasemos, debemos ir a pedir el pesame a Will - dijo la elfa mientras caminaba por los jardines hacia la entrada a la gran casa.
Yo la seguía de cerca sin hacer pregunta alguna. Al entrar al pasillo principal me encontré con una gran diversidad de razas, todas hablando por murmullos para no incomodar a la familia dolida, yo los veía a todos, algunos eran socios de la Señorita Ruby otros nunca en mi vida los habia visto.
Seguimos caminando hasta llegar a la habitación principal donde se encontraba el ataúd del muerto en medio con un sin fin de gente llorando y despidiéndose del muerto y dando el pesame al nuevo señor Hammersmith.
- Hola Will, Martina - dijo saludando al joven Hammersmith y a su esposa.
Lo siguiente fue que abraso al hombre diciéndoles unas palabras que no escuche bien luego repitió lo mismo con su esposa, yo solo me acerque y de forma cortes les dis mi pesame a ambos.
Luego sali de la sala principal mientras la señorita Ruby seguía hablando con sus conocidos y amigos que también habían ido a despedirse. Yo solo me quede en el pasillo mirando a la gente mientras esperaba que me dijeran que ya era hora de irnos.
En eso vi pasar a una joven morena muy linda, fue atendida por la esposa de Will, camine hacia la chica y me senté a su lado, de cerca era.
- Hola, ¿También conocías al difunto señor Hammersmith? - le pregunte a la chica de ojos claro con curiosidad.
El muy malo habia dicho que aun le faltaban muchos encargos y que yo ya habia terminado los míos, por lo cual no me quedaba opción, ademas no podía dejarla sola. Desde que se habia enterado de la muerte del señor Algernon. Se veía triste, algo extraño en ella asi que iría por las buenas o las malas.
Me acerque mas a ella y le tome la mano a la elfa y le sonreí con cariño. Si tal vez solo fuera un miembro de su servidumbre pero, por el simple hecho de todas las cosas que habia hecho por mi hermano y por mi, sentía aprecio por aquella mujer.
- Señorita Ruby, todo estará bien, no es la unica que siente esas cosas - dije mientras la miraba a los ojos.
La elfa sonrío y soltó mi mano para luego acariciar mi cabeza. - Gracias Cryztal... Pero, no es tan fácil... No se si pueda ver a mi amigo por ultima vez - dijo la elfa en un tono triste.
Segui caminando junto a la elfa mientras nos acercábamos a la mansión de la familia de luto, desde la entrada se veía a toda las personas vestidas de negro, pero eran trajes muy elegantes, yo mire el sencillo vestido negro que tenía... Esperaba que fuera suficiente.
- Ven pasemos, debemos ir a pedir el pesame a Will - dijo la elfa mientras caminaba por los jardines hacia la entrada a la gran casa.
Yo la seguía de cerca sin hacer pregunta alguna. Al entrar al pasillo principal me encontré con una gran diversidad de razas, todas hablando por murmullos para no incomodar a la familia dolida, yo los veía a todos, algunos eran socios de la Señorita Ruby otros nunca en mi vida los habia visto.
Seguimos caminando hasta llegar a la habitación principal donde se encontraba el ataúd del muerto en medio con un sin fin de gente llorando y despidiéndose del muerto y dando el pesame al nuevo señor Hammersmith.
- Hola Will, Martina - dijo saludando al joven Hammersmith y a su esposa.
Lo siguiente fue que abraso al hombre diciéndoles unas palabras que no escuche bien luego repitió lo mismo con su esposa, yo solo me acerque y de forma cortes les dis mi pesame a ambos.
Luego sali de la sala principal mientras la señorita Ruby seguía hablando con sus conocidos y amigos que también habían ido a despedirse. Yo solo me quede en el pasillo mirando a la gente mientras esperaba que me dijeran que ya era hora de irnos.
En eso vi pasar a una joven morena muy linda, fue atendida por la esposa de Will, camine hacia la chica y me senté a su lado, de cerca era.
- Hola, ¿También conocías al difunto señor Hammersmith? - le pregunte a la chica de ojos claro con curiosidad.
- off-rol:
- Bueno, en el tema Cryz aparece un año antes de comenzar su viaje por Aerandir... Asi que si normalmente es muy inocente... Creo que ahora es peor. Como sea esto se pondrá bien bueno ^u^
Cryz
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Re: Robo en la mansión Hammersmith[Libre] [3/3] [Cerrado]
Amit se sentía desanimado, ver a la niña le había hecho acordar a todos sus hijos, y que hacía largos meses que no sabía nada de ellos. El Mausu se quedó mirando uno de los cuadros de la casa durante largo tiempo, aunque en realidad no le estaba prestando atención, solo pensaba en su familia, cuando salió de su ensimismamiento se dijo a si mismo que sin falta tenía que regresar con su tribu, se marcharía a la mañana siguiente.
Era un pequeño consuelo, pero por el momento le alcanzaba. La vida de los Mausu no era sencilla, y sabía que su trabajo como recolector y comerciante era un aporte importante a la comunidad. Pero no por eso le dolía menos el saber que se perdía gran parte de la vida de sus pequeños, para cuando regresara ya serían adultos con todas las de la ley. Claro que siempre podrían tener más, pero volvería a pasar lo mismo, Amit no podía quedarse mucho tiempo, tenía que salir a explorar.
El roedor suspiró y fue hacía unas sillas, claro que los asientos de los humanos no estaban preparados para que un Mausu los usara. Así que Amit tuvo que acercarse de frente, trepar, empujando unos segundos con las patitas de atrás en el aire, y finalmente acomodarse intentando que la cola no quedara mal apoyada.
No todos los que asistían a la fiesta eran conocidos directos del difunto, al ser una personalidad bastante reconocida también se habían acercado algunos otros comerciantes, clientes, y acompañantes de estos. Por lo mismo, la mayoría solo daba sus saludos, hablaba unos minutos con alguno de los invitados y luego se marchaba.
El roedor los miraba con atención mientras balanceaba las patas, ya que no llegaban a tocar el piso, vio junto a él a una jovencita y a una mujer hablando sobre el acontecimiento. Por su conversación se desprendía que ninguna de las dos era amiga del difunto, Amit desviaba sus ojitos hacía ellas mientras paraba las orejas.
De a poco la sala se iba vaciando, y ya solo quedaban unos pocos amigos cercanos, era tarde en la noche y los vientos que se habían levantado azotaban los árboles.
-Mmmm ¡Tchik! Una mala señal – Murmuraba el roedor - ¿Cómo va a irse el espíritu de mi amigo si afuera esta tan tormentoso? – El Mausu era muy supersticioso, semejante clima durante un velorio no era un buen presagio.
Una de las ventanas se abrió de golpe y el fuerte viento que entró de repente apagó todas las velas de la sala. En la más absoluta oscuridad los sirvientes se apuraron en traer lámparas y restablecer el orden. En cuanto la luz regresó se escuchó el grito de una mujer en el segundo piso.
Amit dio un salto y corrió escalera arriba junto con el resto, eran muy pocos los invitados, solo quedaban los más íntimos, pero fue un gran alboroto mientras subían la escalera. Arriba habían varios sirvientes, una de ellas estaba sentada en el piso, mientras que los demás, arrodillados junto a ella, la abanicaban intentando darle aire para que no se desvanezca.
Frente a ellos la puerta del estudio del Señor Algernon estaba abierta, Will se acercó con la lámpara en la mano para iluminar, el pulso le temblaba, y ahogó un grito tapándose la boca con la mano libre cuando vio por fin lo que había sucedido. Uno de los sirvientes yacía muerto en el despacho, la ventana estaba abierta y la vitrina donde el difunto Hammersmith guardaba su colección de cajas musicales estaba destrozada.
-U-u-un ladrón – Logró apenas articular Will.
-¿Es así? – Amit estaba más acostumbrado a ver cuerpos, su trabajo siempre incluía cierta cuota de riesgo, así que no se sentía tan espantado al ver el cadáver. Con cuidado entró al estudio, se puso en cuatro patas y olió el lugar – Aquí hay demasiados olores ¡Tchik! Pero hay uno que no es de la casa –
Afuera había comenzado a llover con fuerza, el Mausu movió los bigotes, había pensado en seguir el rastro, pero ahora el agua se encargaría de limpiar cualquier pista que el ladrón hubiese dejado.
-Yo… Yo iré a buscar a la guardia – Will salió raudo de la habitación y se perdió por los pasillos.
Era un pequeño consuelo, pero por el momento le alcanzaba. La vida de los Mausu no era sencilla, y sabía que su trabajo como recolector y comerciante era un aporte importante a la comunidad. Pero no por eso le dolía menos el saber que se perdía gran parte de la vida de sus pequeños, para cuando regresara ya serían adultos con todas las de la ley. Claro que siempre podrían tener más, pero volvería a pasar lo mismo, Amit no podía quedarse mucho tiempo, tenía que salir a explorar.
El roedor suspiró y fue hacía unas sillas, claro que los asientos de los humanos no estaban preparados para que un Mausu los usara. Así que Amit tuvo que acercarse de frente, trepar, empujando unos segundos con las patitas de atrás en el aire, y finalmente acomodarse intentando que la cola no quedara mal apoyada.
No todos los que asistían a la fiesta eran conocidos directos del difunto, al ser una personalidad bastante reconocida también se habían acercado algunos otros comerciantes, clientes, y acompañantes de estos. Por lo mismo, la mayoría solo daba sus saludos, hablaba unos minutos con alguno de los invitados y luego se marchaba.
El roedor los miraba con atención mientras balanceaba las patas, ya que no llegaban a tocar el piso, vio junto a él a una jovencita y a una mujer hablando sobre el acontecimiento. Por su conversación se desprendía que ninguna de las dos era amiga del difunto, Amit desviaba sus ojitos hacía ellas mientras paraba las orejas.
De a poco la sala se iba vaciando, y ya solo quedaban unos pocos amigos cercanos, era tarde en la noche y los vientos que se habían levantado azotaban los árboles.
-Mmmm ¡Tchik! Una mala señal – Murmuraba el roedor - ¿Cómo va a irse el espíritu de mi amigo si afuera esta tan tormentoso? – El Mausu era muy supersticioso, semejante clima durante un velorio no era un buen presagio.
Una de las ventanas se abrió de golpe y el fuerte viento que entró de repente apagó todas las velas de la sala. En la más absoluta oscuridad los sirvientes se apuraron en traer lámparas y restablecer el orden. En cuanto la luz regresó se escuchó el grito de una mujer en el segundo piso.
Amit dio un salto y corrió escalera arriba junto con el resto, eran muy pocos los invitados, solo quedaban los más íntimos, pero fue un gran alboroto mientras subían la escalera. Arriba habían varios sirvientes, una de ellas estaba sentada en el piso, mientras que los demás, arrodillados junto a ella, la abanicaban intentando darle aire para que no se desvanezca.
Frente a ellos la puerta del estudio del Señor Algernon estaba abierta, Will se acercó con la lámpara en la mano para iluminar, el pulso le temblaba, y ahogó un grito tapándose la boca con la mano libre cuando vio por fin lo que había sucedido. Uno de los sirvientes yacía muerto en el despacho, la ventana estaba abierta y la vitrina donde el difunto Hammersmith guardaba su colección de cajas musicales estaba destrozada.
-U-u-un ladrón – Logró apenas articular Will.
-¿Es así? – Amit estaba más acostumbrado a ver cuerpos, su trabajo siempre incluía cierta cuota de riesgo, así que no se sentía tan espantado al ver el cadáver. Con cuidado entró al estudio, se puso en cuatro patas y olió el lugar – Aquí hay demasiados olores ¡Tchik! Pero hay uno que no es de la casa –
Afuera había comenzado a llover con fuerza, el Mausu movió los bigotes, había pensado en seguir el rastro, pero ahora el agua se encargaría de limpiar cualquier pista que el ladrón hubiese dejado.
-Yo… Yo iré a buscar a la guardia – Will salió raudo de la habitación y se perdió por los pasillos.
Amit'tek
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Re: Robo en la mansión Hammersmith[Libre] [3/3] [Cerrado]
-Hola, ¿También conocías al difunto señor Hammersmith? - pregunto una joven sentándose a su lado.
-No…- respondió negando con la cabeza -…me han encargado la entrega de unas telas con esta dirección, ni siquiera sabía que…- hizo una mueca con la cara, señalado la sala del velatorio.
El aire silbaba entre los árboles, haciendo que se moviesen de manera violenta. No muy lejos de ellas se había sentado el ratón que había visto hablando con la niña, este murmuraba algo para sí.
Un estruendo hizo que la joven volviese la cabeza, y entonces todo quedó en completa oscuridad. Podía escuchar pasos, seguramente del servicio, ya que quedaban pocos familiares en la otra sala. Poco a poco la luz fue volviendo.
Un grito.
Nahir dirigió la cabeza hacia las escaleras, de donde había venido el sonido, algunas personas, como el ratón, ya estaban subiendo para ver lo ha había pasado. La bruja no sabía si debía acudir, pero al final empezó a subir las escaleras rápidamente, hasta llegar a la segunda planta. Cuando la joven llegó por poco no se choca con Will que salía corriendo de ahí. La bruja alzó la cabeza para ver que estaba pasado, confundida. Había un cuerpo en el suelo, una mujer, estaba muy nerviosa, las manos le temblaban. La vista de la chica continuó avanzando hacía el bullicio. Uno de los sirvientes estaba tumbado en el suelo, muerto. Su cuello presentaba señales de agresión.
-No toquéis nada, vamos abajo a esperar a que llegue la guardia. - dijo uno de los familiares, sujetando a la que parecía su esposa por los hombros y tirando de ella.
Fueron pocos los que se quedaron en aquella habitación. Nahir dio unos pasos para acercarse más, todo aquello era muy raro ¿Quién iba a matar a un hombre del servicio para robar, si tan solo quedaban familiares del fallecido? Los ojos de la chica dejaron de mirar el cuerpo del muerto para fijarse en una vitrina. Esta estaba rota, pero tan solo faltaba una sola caja de música. Aún más raro. La ventana, en cambio no estaba rota, tan solo abierta.
Rodeó la mesa del escritorio.
-Qué raro… la sangre del cadáver está fresca, pero en este sillón hay sangre seca…-murmuró para ella misma, aunque no lo hizo en voz baja. –Además, no creo que nadie haya podido saltar dos pisos, ya que la mayoría de los que estamos aquí no soportaríamos la caída, y más con esta lluvia. Quizás la persona que lo hizo espero escondido en la habitación a que todos entrasen y después se perdió entre la multitud… ¿viste algo raro? - dirigió su pregunta al ratón, ya que había visto que había sido uno de los primeros en salir corriendo escaleras arriba. –Además, esta habitación, teniendo cosas de valor, ¿no debería estar cerrada? - había leído muchos libros de resolución de cosas parecidos a aquel, le encantaban, quizás se estaba pasando con tantas preguntas en un momento tan delicado.
-No…- respondió negando con la cabeza -…me han encargado la entrega de unas telas con esta dirección, ni siquiera sabía que…- hizo una mueca con la cara, señalado la sala del velatorio.
El aire silbaba entre los árboles, haciendo que se moviesen de manera violenta. No muy lejos de ellas se había sentado el ratón que había visto hablando con la niña, este murmuraba algo para sí.
Un estruendo hizo que la joven volviese la cabeza, y entonces todo quedó en completa oscuridad. Podía escuchar pasos, seguramente del servicio, ya que quedaban pocos familiares en la otra sala. Poco a poco la luz fue volviendo.
Un grito.
Nahir dirigió la cabeza hacia las escaleras, de donde había venido el sonido, algunas personas, como el ratón, ya estaban subiendo para ver lo ha había pasado. La bruja no sabía si debía acudir, pero al final empezó a subir las escaleras rápidamente, hasta llegar a la segunda planta. Cuando la joven llegó por poco no se choca con Will que salía corriendo de ahí. La bruja alzó la cabeza para ver que estaba pasado, confundida. Había un cuerpo en el suelo, una mujer, estaba muy nerviosa, las manos le temblaban. La vista de la chica continuó avanzando hacía el bullicio. Uno de los sirvientes estaba tumbado en el suelo, muerto. Su cuello presentaba señales de agresión.
-No toquéis nada, vamos abajo a esperar a que llegue la guardia. - dijo uno de los familiares, sujetando a la que parecía su esposa por los hombros y tirando de ella.
Fueron pocos los que se quedaron en aquella habitación. Nahir dio unos pasos para acercarse más, todo aquello era muy raro ¿Quién iba a matar a un hombre del servicio para robar, si tan solo quedaban familiares del fallecido? Los ojos de la chica dejaron de mirar el cuerpo del muerto para fijarse en una vitrina. Esta estaba rota, pero tan solo faltaba una sola caja de música. Aún más raro. La ventana, en cambio no estaba rota, tan solo abierta.
Rodeó la mesa del escritorio.
-Qué raro… la sangre del cadáver está fresca, pero en este sillón hay sangre seca…-murmuró para ella misma, aunque no lo hizo en voz baja. –Además, no creo que nadie haya podido saltar dos pisos, ya que la mayoría de los que estamos aquí no soportaríamos la caída, y más con esta lluvia. Quizás la persona que lo hizo espero escondido en la habitación a que todos entrasen y después se perdió entre la multitud… ¿viste algo raro? - dirigió su pregunta al ratón, ya que había visto que había sido uno de los primeros en salir corriendo escaleras arriba. –Además, esta habitación, teniendo cosas de valor, ¿no debería estar cerrada? - había leído muchos libros de resolución de cosas parecidos a aquel, le encantaban, quizás se estaba pasando con tantas preguntas en un momento tan delicado.
Nahir
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Re: Robo en la mansión Hammersmith[Libre] [3/3] [Cerrado]
Fui detrás del ratón y la chica luego del grito, tenia miedo de que algo le pasara a la señorita Ruby, pase entre la gente hasta donde ella estaba. Ambas nos miramos, estaba preocupada y me acerque a ella.
- ¿Esta bien? - le pregunte nerviosa.
- No me a pasado nada Cryztal, pero... No creo que esto este bien... - dijo mirando a la joven sirvienta espantada.
Yo segui su mirada desde la mujer asustada hasta la del hombre muerto en la habitación, camine hacia la puerta y me quede alli parada mirando esa escena con miedo. Parpadeé y mire a la mujer morena como observaba la habitación aunque claramente desobedecía las ordenes dadas.
- Cryztal, vamos a abajo - dijo la elfa mientras caminaba hacia las escaleras junto al resto de familiares.
- Voy señorita Ruby - dije para luego dar un paso hacia el interior del paso.
Rodee el cadáver tapándome la nariz, sabia que si olía la sangre vomitaría allí mismo. Solo escuchaba con la morena hablaba de los detalles sospechosos en la habitación, camine hacia un gran gabinete donde se exhibían unas hermosas cajas de musica, unas de plata, otra de madera con decoraciones doradas, otras de cristal... Pero faltaba algo, acerque mi mano al gabinete el cual estaba abierto y me fije que en el gran espacio del centro habia un gran marca de limpieza, alrededor habia comenzado a formarse una fina capa de polvo y justo donde un objeto faltante habia estado habia una gran marca.
- Oigan... Robaron una de las cajas. Creo... No se, solo se que falta un objeto aquí - les dije al ratoncito y a la chica morena mientras señalaba el interior.
Luego de eso un rayo atravesó el suelo oscuro iluminando la habitación, seguido luego por un trueno que logro hacer que la lluvia se intensificaran mucho mas. Estaba nerviosa, no lo negaría. Me acerque a la mujer y me quede alli a su lado en silencio.
Luego de haber visto la habitación sin alterar nada, habia salido de ella ya que no aguantaba mas y baje las escaleras algo preocupada, no quería estar en una sala con un asesino/ladrón, fui junto a la señorita Ruby que descansaba en un banco de terciopelo negro.
- ¿Nos iremos pronto verdad? - pregunte. Ella me sonrío y me acaricio la cabeza.
- Cuando pase la tormenta la tormenta marcharemos de regreso - dijo con un tono tranquilo.
De repente se escuchan unos golpes de caballos entrar al jardín, seguido de unos relinchidos y voces, yo me apegue a la elfa con algo de miedo. Un sirviente abrió la gran puerta, dejando ver a tres guardias en armadura y armados, mojados con la tormenta.
- Oh, señores. - dijo decaído el pobre Will. - An saqueado mi casa mientras mi familia velaba a nuestro querído familiar - dijo cabizbajo.
Los tres hombre miraron a todos los presentes, todos con suma atención.
- ¿La escena sigue igual? - dijo el que encabezaba el trio.
El nuevo cabeza de familia les guio hacia el peso siguiente, seguido por su compañero mientras uno se quedaba en la puerta principal sin dejar de vigilar a nadie.
- ¿Esta bien? - le pregunte nerviosa.
- No me a pasado nada Cryztal, pero... No creo que esto este bien... - dijo mirando a la joven sirvienta espantada.
Yo segui su mirada desde la mujer asustada hasta la del hombre muerto en la habitación, camine hacia la puerta y me quede alli parada mirando esa escena con miedo. Parpadeé y mire a la mujer morena como observaba la habitación aunque claramente desobedecía las ordenes dadas.
- Cryztal, vamos a abajo - dijo la elfa mientras caminaba hacia las escaleras junto al resto de familiares.
- Voy señorita Ruby - dije para luego dar un paso hacia el interior del paso.
Rodee el cadáver tapándome la nariz, sabia que si olía la sangre vomitaría allí mismo. Solo escuchaba con la morena hablaba de los detalles sospechosos en la habitación, camine hacia un gran gabinete donde se exhibían unas hermosas cajas de musica, unas de plata, otra de madera con decoraciones doradas, otras de cristal... Pero faltaba algo, acerque mi mano al gabinete el cual estaba abierto y me fije que en el gran espacio del centro habia un gran marca de limpieza, alrededor habia comenzado a formarse una fina capa de polvo y justo donde un objeto faltante habia estado habia una gran marca.
- Oigan... Robaron una de las cajas. Creo... No se, solo se que falta un objeto aquí - les dije al ratoncito y a la chica morena mientras señalaba el interior.
Luego de eso un rayo atravesó el suelo oscuro iluminando la habitación, seguido luego por un trueno que logro hacer que la lluvia se intensificaran mucho mas. Estaba nerviosa, no lo negaría. Me acerque a la mujer y me quede alli a su lado en silencio.
****
Luego de haber visto la habitación sin alterar nada, habia salido de ella ya que no aguantaba mas y baje las escaleras algo preocupada, no quería estar en una sala con un asesino/ladrón, fui junto a la señorita Ruby que descansaba en un banco de terciopelo negro.
- ¿Nos iremos pronto verdad? - pregunte. Ella me sonrío y me acaricio la cabeza.
- Cuando pase la tormenta la tormenta marcharemos de regreso - dijo con un tono tranquilo.
De repente se escuchan unos golpes de caballos entrar al jardín, seguido de unos relinchidos y voces, yo me apegue a la elfa con algo de miedo. Un sirviente abrió la gran puerta, dejando ver a tres guardias en armadura y armados, mojados con la tormenta.
- Oh, señores. - dijo decaído el pobre Will. - An saqueado mi casa mientras mi familia velaba a nuestro querído familiar - dijo cabizbajo.
Los tres hombre miraron a todos los presentes, todos con suma atención.
- ¿La escena sigue igual? - dijo el que encabezaba el trio.
El nuevo cabeza de familia les guio hacia el peso siguiente, seguido por su compañero mientras uno se quedaba en la puerta principal sin dejar de vigilar a nadie.
Cryz
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Re: Robo en la mansión Hammersmith[Libre] [3/3] [Cerrado]
El Mausu fue oliendo el piso hasta llegar a la ventana, estaba abierta de par en par, pero al girar la hoja para ver la traba no estaba rota, y los vidrios claramente estaban enteros. La mujer que estaba antes sentada en la sala de invitados se acercó a mirar también, Amit le respondió sin mirarla, intrigado por las condiciones en las que estaba el estudio.
-Alguien que tenga la contextura física como para hacer algo así con un cuello… - Dijo el ratón mientras señalaba el cuerpo del sirviente – Quizás pueda saltar desde aquí ¡Tchik! El pobre hombre debe haber escuchado algo y entró a la sala justo en el momento en que el ladrón estaba en pleno hurto – Amit se pasó las patas por la enorme nariz, en un acto reflejo para quitarse los fuertes olores que había en esa casa – Eso no explica el porqué la ventana estaba abierta –
El roedor fue hacía la vitrina rota que señalaba la niña, asintió ante sus palabras, sin duda faltaba algo allí. Miro en el piso donde había una etiqueta caída, la levanto y leyó en voz alta.
-"Caja musical con forma de diamante construida en madera de roble con tapadera biselada y bisagra de latón. Dimensiones: 10 pulgadas de largo por 12 pulgadas de ancho y 8 de alto. Carillón de metal con tambor cilíndrico y lenguas en forma de peine. Llave rústica sin ornamentos da cuerda al tensor que se activa al abrir la tapa. Adquirida en la casa de subastas Moonrow"-
Entonces se habían llevado una caja musical muy específica ¿Por qué no el resto? Los sirvientes seguían mirando desde la puerta, la mujer que había encontrado el cuerpo lloraba, claramente para ellos la muerte era mucho más cercana. Amit bajó las orejas, estaba siendo insensible al ponerse a hablar así frente a ellos, y siendo esa la segunda muerte reciente en esa casa.
Tiro de la manga de la muchacha morena.
-Ven, será mejor que bajemos – Amit pasó junto al personal y bajó la cabeza en señal de respeto y para dar su pésame. Mientras estaban en la escalera le dijo a la mujer – Mi nombre es Amit´tek ¿También te resulta curioso todo esto? – Subir las escaleras humanas era una cosa, pero bajarlas era un poco más difícil, el Mausu tenía que ir agarrándose de la baranda.
Los guardias no tardaron en llegar, hablaron en el portal de la entrada con Will durante unos segundos, pero por el fuerte viento Amit no pudo escuchar nada. Luego se dirigieron hacia la escena del crimen, no sin antes indicarle al resto que permanecieran tranquilos y esperaran en el comedor, ya que se los iba a interrogar uno por uno.
Luego de un rato los guardias bajaron, detrás de ellos, envuelto en una manta, los sirvientes de la casa llevaban el cuerpo.
-Bien, terminemos rápido con esto – Dijo uno de los guardias mientras se acercaba a los testigos, el otro guió a los sirvientes hasta el carro para que subieran el cadáver.
Las preguntas fueron muy básicas “¿Dónde estaban cuando ocurrió el hecho?”, “¿Conocía al difunto?”, “¿Vio a alguien sospechoso en la mansión o en los alrededores?”, anotaba las respuestas sin repreguntar. Y en cuanto hubo terminado cerró su libreta, agradeció y se dirigió a la salida, acompañado por Will.
La tormenta estaba en pleno apogeo, el nuevo Señor de la Casa regreso empapado de afuera.
-Lamento en verdad que tengan que pasar por todo esto, por favor, quédense hasta que la lluvia haya amainado. Es lo mínimo que puedo ofrecerles luego de semejante mal trago –
Amit asintió, no tenía ganas de caminar bajo la tormenta, y aunque dispusiera de un carro sería peligroso ir a ciegas, con el riesgo extra de que los caballos tropezaran y se rompieran una pata.
-Alguien que tenga la contextura física como para hacer algo así con un cuello… - Dijo el ratón mientras señalaba el cuerpo del sirviente – Quizás pueda saltar desde aquí ¡Tchik! El pobre hombre debe haber escuchado algo y entró a la sala justo en el momento en que el ladrón estaba en pleno hurto – Amit se pasó las patas por la enorme nariz, en un acto reflejo para quitarse los fuertes olores que había en esa casa – Eso no explica el porqué la ventana estaba abierta –
El roedor fue hacía la vitrina rota que señalaba la niña, asintió ante sus palabras, sin duda faltaba algo allí. Miro en el piso donde había una etiqueta caída, la levanto y leyó en voz alta.
-"Caja musical con forma de diamante construida en madera de roble con tapadera biselada y bisagra de latón. Dimensiones: 10 pulgadas de largo por 12 pulgadas de ancho y 8 de alto. Carillón de metal con tambor cilíndrico y lenguas en forma de peine. Llave rústica sin ornamentos da cuerda al tensor que se activa al abrir la tapa. Adquirida en la casa de subastas Moonrow"-
Entonces se habían llevado una caja musical muy específica ¿Por qué no el resto? Los sirvientes seguían mirando desde la puerta, la mujer que había encontrado el cuerpo lloraba, claramente para ellos la muerte era mucho más cercana. Amit bajó las orejas, estaba siendo insensible al ponerse a hablar así frente a ellos, y siendo esa la segunda muerte reciente en esa casa.
Tiro de la manga de la muchacha morena.
-Ven, será mejor que bajemos – Amit pasó junto al personal y bajó la cabeza en señal de respeto y para dar su pésame. Mientras estaban en la escalera le dijo a la mujer – Mi nombre es Amit´tek ¿También te resulta curioso todo esto? – Subir las escaleras humanas era una cosa, pero bajarlas era un poco más difícil, el Mausu tenía que ir agarrándose de la baranda.
Los guardias no tardaron en llegar, hablaron en el portal de la entrada con Will durante unos segundos, pero por el fuerte viento Amit no pudo escuchar nada. Luego se dirigieron hacia la escena del crimen, no sin antes indicarle al resto que permanecieran tranquilos y esperaran en el comedor, ya que se los iba a interrogar uno por uno.
Luego de un rato los guardias bajaron, detrás de ellos, envuelto en una manta, los sirvientes de la casa llevaban el cuerpo.
-Bien, terminemos rápido con esto – Dijo uno de los guardias mientras se acercaba a los testigos, el otro guió a los sirvientes hasta el carro para que subieran el cadáver.
Las preguntas fueron muy básicas “¿Dónde estaban cuando ocurrió el hecho?”, “¿Conocía al difunto?”, “¿Vio a alguien sospechoso en la mansión o en los alrededores?”, anotaba las respuestas sin repreguntar. Y en cuanto hubo terminado cerró su libreta, agradeció y se dirigió a la salida, acompañado por Will.
La tormenta estaba en pleno apogeo, el nuevo Señor de la Casa regreso empapado de afuera.
-Lamento en verdad que tengan que pasar por todo esto, por favor, quédense hasta que la lluvia haya amainado. Es lo mínimo que puedo ofrecerles luego de semejante mal trago –
Amit asintió, no tenía ganas de caminar bajo la tormenta, y aunque dispusiera de un carro sería peligroso ir a ciegas, con el riesgo extra de que los caballos tropezaran y se rompieran una pata.
Amit'tek
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Re: Robo en la mansión Hammersmith[Libre] [3/3] [Cerrado]
Nahir escuchaba atentamente al roedor y a la niña mientras estos hablaban, mirando la habitación con el ceño fruncido. Entonces algo tiró de su manga, haciendo que bajase la mirada, dejando de pensar en aquel rompecabezas. Este le indicó de bajar para no incomodar más a la gente que se encontraba ahí.
-Claro…- susurró siguiéndole.
Al pasar junto a la mujer que estaba en el suelo llorando, la bruja apretó los labios, sintiendo aquel dolor y sufrimiento. No dijo nada.
-Yo soy Nahir…-contestó volviendo la cabeza levemente para mirarle- Si…algo no encaja. - pudo ver que a Amit’tek le costaba un poco bajar las escaleras, así que aminoró el ritmo.
El tiempo de espera le estaba resultando eterno. Los guardias llegaron, hablaron con el hijo del primer difunto, informaron, más por mera seguridad y protocolo, a todos los presentes sobre el estado de la situación y subieron a la escena del criminen…
Los efectos de la adrenalina habían menguado en la bruja, por lo que estaba sentada en una silla, con los hombros caídos a los lados, pesaban como dos yunques. Había contado las flores de los azulejos del techo tres veces, siempre parándose en la esquina superior derecha, que una de ellas no encajaba, dejando el dibujo del revés. Pudo escuchar como los pasos de los guardias bajaban las escaleras. Se levantó instintivamente, como esperando una respuesta a todo aquello. Hicieron un par de preguntas genéricas, y puesto que nadie en su sano juicio se culparía por aquello y claramente nadie había visto nada, aquella antojaba ser la noche más larga de todas sus vidas.
Se podía escuchar el viento que movía con violencia los árboles, haciendo que sonase un chirrido agudo de fondo. Las gotas de agua impactaban en los cristales, incesantes. Aunque todo aquello ya se hubiese solucionado posiblemente aun no podría volver de regreso a la ciudad, no con aquella tormenta.
El hijo del difunto volvió a la escena, disculpándose y ofreciendo su casa como resguardo hasta que la tormenta amainase. La bruja se acercó a él.
-Gracias, señor. ¿Necesita que le ayude con alguna cosa? -
Ya que iban a quedarse un rato más, que menos que ser útil. No dejaba de darle vueltas a lo que había pasad ahí arriba. Miró a toda la gente que tenía a su alrededor, intentando buscar algún gesto raro o quizás un comportamiento anormal.
-Claro…- susurró siguiéndole.
Al pasar junto a la mujer que estaba en el suelo llorando, la bruja apretó los labios, sintiendo aquel dolor y sufrimiento. No dijo nada.
-Yo soy Nahir…-contestó volviendo la cabeza levemente para mirarle- Si…algo no encaja. - pudo ver que a Amit’tek le costaba un poco bajar las escaleras, así que aminoró el ritmo.
El tiempo de espera le estaba resultando eterno. Los guardias llegaron, hablaron con el hijo del primer difunto, informaron, más por mera seguridad y protocolo, a todos los presentes sobre el estado de la situación y subieron a la escena del criminen…
Los efectos de la adrenalina habían menguado en la bruja, por lo que estaba sentada en una silla, con los hombros caídos a los lados, pesaban como dos yunques. Había contado las flores de los azulejos del techo tres veces, siempre parándose en la esquina superior derecha, que una de ellas no encajaba, dejando el dibujo del revés. Pudo escuchar como los pasos de los guardias bajaban las escaleras. Se levantó instintivamente, como esperando una respuesta a todo aquello. Hicieron un par de preguntas genéricas, y puesto que nadie en su sano juicio se culparía por aquello y claramente nadie había visto nada, aquella antojaba ser la noche más larga de todas sus vidas.
Se podía escuchar el viento que movía con violencia los árboles, haciendo que sonase un chirrido agudo de fondo. Las gotas de agua impactaban en los cristales, incesantes. Aunque todo aquello ya se hubiese solucionado posiblemente aun no podría volver de regreso a la ciudad, no con aquella tormenta.
El hijo del difunto volvió a la escena, disculpándose y ofreciendo su casa como resguardo hasta que la tormenta amainase. La bruja se acercó a él.
-Gracias, señor. ¿Necesita que le ayude con alguna cosa? -
Ya que iban a quedarse un rato más, que menos que ser útil. No dejaba de darle vueltas a lo que había pasad ahí arriba. Miró a toda la gente que tenía a su alrededor, intentando buscar algún gesto raro o quizás un comportamiento anormal.
- Spoiler:
- perdón por la demora >__<''
Nahir
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Re: Robo en la mansión Hammersmith[Libre] [3/3] [Cerrado]
Me quede alli sentada junto a la señorita Ruby meciendo mis piernas mientras escuchaba la fuerte tormenta de afuera. Los guardias bajan y luego comenzaban a preguntarle a todos los grandes sobre el crimen.
Yo me estremecí al volver a ver la imagen de ese pobre hombre alli muerto, seme helaba la sangre con solo saber que alguien hera capas de hacer algo así a otro. Sacudí la cabeza cuando escuche la voz áspera del guardia mientras le hacia las preguntas a la señorita Ruby, quise hablar tambien pero fui ignorada de llano por el guardia.
Me cruce de brazos mientras fruncía el seño. Luego de unos minutos los hombre se fueron por donde habían llegado, el señor Will nos pidió que pasáramos la noche en su casa ya que era peligroso salir con una tempestad de esa magnitud.
Yo suspire molesta, mi hermano se preocuparía por nosotras y no teníamos forma de comunicarnos con el, pero la señorita Ruby mandaba y ella ya habia aceptado la invitación de quedarnos asi que no me quedaba de otra.
Los minutos pasaban, podía ver como algunos sirvientes iban a la parte superior, supuse que a arreglar el desastre, yo me levante y mire las escaleras para luego seguir e ir con el ratón, era la primera vez que veía a un hombre bestia tan tierno y lindo.
- Hola - dije con una sonrisa mientras me sentaba junto a el. - ¿Crees que el ladrón siga aqui? - dije mirando a la gente mientras esperaba respuesta. - Por cierto, soy Cryz - me presente con una sonrisa.
Vi con atención, a la bruja y al señor de la casa hablando, no le di mucha importancia.
El hombre vio a la joven y unas ideas llegaron a su mente. Este asintió a la pregunta de la joven.
- Vi que te te mostraste atenta a las señales del robo, asi que creo que me podrás ayudar - dijo para luego darle una señal a la muchacha de que le siguiera hasta donde el ratón estaba.
- Necesito que vengan conmigo, quiero hablarles sobre algo - dijo el señor de la casa mientras caminaba hacia la puerta de la sala.
El hombre camino y cruzo la puerta con calma llegando a un pasillo, el cual estaba solo, yo me quede parada mirándole con atención, ya que me había dado curiosidad el hecho que me llamara también a mi ¿En que le podría ayudar? Eso y el simple hecho que soy muy mala diciéndole que no a alguien.
El nuevo señor Hammersmith, miro a todos lados para asegurarse de que nadie estuviera cerca, luego suspiro y nos miro.
- Se preguntaran, sobre que les quiero hablar. Muy fácil, mi familia anda de luto, lo ultimo que necesito es que esta noticia se difunda por toda la ciudad y que el nombre de mi difunto padre se vea envuelto en rumores falsos y calumniosos, ya me encargue de que los guardias no digan nada, pero las cosas no se quedaran asi. Alfred era uno de los ayudante de mi padre, muy apreciado por todos en esta casa, no pienso dejar esto así, quiero encontrar al culpable y recuperar lo que fue arrebatado. Pero sin levantar sospecha alguna sobre lo ocurrido - dijo el hombre lo mas calmado que pudo.
En sus ojos se veía una mezcla de tristeza,dolor y enojo, todo bajo un semblante de calma, eso daba miedo... Mucho miedo, asi que trague algo de saliva para luego ver a los otros dos individuos.
- Puede contar con mi ayuda, aunque no lo conozca, se que mi señora le tiene mucho aprecio a usted y a su familia, asi que le ayudare sin ninguna duda - dije con media sonrisa.
El hombre asintió a mi comentario con la cabeza para luego ver a los otros dos, esperando su respuesta para luego indicarnos otro punto.
- Comenzaran la investigación mañana, cuando el resto de invitados se vaya, asi estarán mas tranquilos, la ayuda que necesiten para completar la investigación no duden en pedírmela, yo mas que nadie quiero que esto acabe - dijo indicándonos que volviéramos a la sala.
Yo volví a la sala y me volví a sentar en el banco mientras le dirigía una mirada a la señorita Ruby, la cual tomaba un te, supuse que se lo habría pedido a alguna sirvienta.
- Supongo que ahora hay que esperar ¿No es asi? - dije viendo a la morena y al ratoncito con curiosidad.
Yo me estremecí al volver a ver la imagen de ese pobre hombre alli muerto, seme helaba la sangre con solo saber que alguien hera capas de hacer algo así a otro. Sacudí la cabeza cuando escuche la voz áspera del guardia mientras le hacia las preguntas a la señorita Ruby, quise hablar tambien pero fui ignorada de llano por el guardia.
Me cruce de brazos mientras fruncía el seño. Luego de unos minutos los hombre se fueron por donde habían llegado, el señor Will nos pidió que pasáramos la noche en su casa ya que era peligroso salir con una tempestad de esa magnitud.
Yo suspire molesta, mi hermano se preocuparía por nosotras y no teníamos forma de comunicarnos con el, pero la señorita Ruby mandaba y ella ya habia aceptado la invitación de quedarnos asi que no me quedaba de otra.
Los minutos pasaban, podía ver como algunos sirvientes iban a la parte superior, supuse que a arreglar el desastre, yo me levante y mire las escaleras para luego seguir e ir con el ratón, era la primera vez que veía a un hombre bestia tan tierno y lindo.
- Hola - dije con una sonrisa mientras me sentaba junto a el. - ¿Crees que el ladrón siga aqui? - dije mirando a la gente mientras esperaba respuesta. - Por cierto, soy Cryz - me presente con una sonrisa.
Vi con atención, a la bruja y al señor de la casa hablando, no le di mucha importancia.
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El hombre vio a la joven y unas ideas llegaron a su mente. Este asintió a la pregunta de la joven.
- Vi que te te mostraste atenta a las señales del robo, asi que creo que me podrás ayudar - dijo para luego darle una señal a la muchacha de que le siguiera hasta donde el ratón estaba.
- Necesito que vengan conmigo, quiero hablarles sobre algo - dijo el señor de la casa mientras caminaba hacia la puerta de la sala.
El hombre camino y cruzo la puerta con calma llegando a un pasillo, el cual estaba solo, yo me quede parada mirándole con atención, ya que me había dado curiosidad el hecho que me llamara también a mi ¿En que le podría ayudar? Eso y el simple hecho que soy muy mala diciéndole que no a alguien.
El nuevo señor Hammersmith, miro a todos lados para asegurarse de que nadie estuviera cerca, luego suspiro y nos miro.
- Se preguntaran, sobre que les quiero hablar. Muy fácil, mi familia anda de luto, lo ultimo que necesito es que esta noticia se difunda por toda la ciudad y que el nombre de mi difunto padre se vea envuelto en rumores falsos y calumniosos, ya me encargue de que los guardias no digan nada, pero las cosas no se quedaran asi. Alfred era uno de los ayudante de mi padre, muy apreciado por todos en esta casa, no pienso dejar esto así, quiero encontrar al culpable y recuperar lo que fue arrebatado. Pero sin levantar sospecha alguna sobre lo ocurrido - dijo el hombre lo mas calmado que pudo.
En sus ojos se veía una mezcla de tristeza,dolor y enojo, todo bajo un semblante de calma, eso daba miedo... Mucho miedo, asi que trague algo de saliva para luego ver a los otros dos individuos.
- Puede contar con mi ayuda, aunque no lo conozca, se que mi señora le tiene mucho aprecio a usted y a su familia, asi que le ayudare sin ninguna duda - dije con media sonrisa.
El hombre asintió a mi comentario con la cabeza para luego ver a los otros dos, esperando su respuesta para luego indicarnos otro punto.
- Comenzaran la investigación mañana, cuando el resto de invitados se vaya, asi estarán mas tranquilos, la ayuda que necesiten para completar la investigación no duden en pedírmela, yo mas que nadie quiero que esto acabe - dijo indicándonos que volviéramos a la sala.
Yo volví a la sala y me volví a sentar en el banco mientras le dirigía una mirada a la señorita Ruby, la cual tomaba un te, supuse que se lo habría pedido a alguna sirvienta.
- Supongo que ahora hay que esperar ¿No es asi? - dije viendo a la morena y al ratoncito con curiosidad.
Cryz
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Re: Robo en la mansión Hammersmith[Libre] [3/3] [Cerrado]
Un silencio incomodo invadía la sala mientras los invitados esperaban a que los guardias dieran su veredicto, aunque Amit no tenía muchas esperanzas de que un par de humanos pudieran encontrar más cosas de las que habían visto ya. La niña que había visto antes se sentó junto al roedor, los Mausu adoraban a los niños, así que Amit siempre se mostraba bien predispuesto cuando se acercaba uno.
-Hola Cryz, mi nombre es Amit ¡Tchik! – El ratón hizo algo así como una sonrisa y agregó – No lo creo, su olor iba hacia la ventana y allí desaparecía, no parece probable que esté por aquí – Se señalo la enorme nariz – Si estuviera aquí entre nosotros ya lo hubiese olido –
Lo cierto es que el roedor no parecía nada preocupado en ese sentido, balanceaba las patitas que le quedaban colgando de la silla con total calma mientras veía pasar a los guardias con el cuerpo. Respondió a las preguntas sin titubear, aunque le pareció evidente que no estaban interesados en encontrar a un culpable, Amit entendería el porqué de esto cuando Will los llamara a un lado para solicitarles un favor.
-¡Tchik! Entiendo – Asintió el Mausu mientras escuchaba al único hijo del Señor Hammersmith, tenía sentido, eran una familia de comerciantes muy prestigiosa y cualquier tipo de rumor podía alterar su economía – Siento un profundo respeto por tu padre, no me gustaría que su memoria fuera empañada por un simple robo – Apoyó una mano sobre su corazón y agregó – Puedes contar conmigo, descubriré quien está detrás de esto –
Will parecía estar aliviado al ver que entendían sus circunstancias, asintió y agradeció a los tres, ofreció nuevamente el que se pusieran cómodos hasta que llegue la mañana.
-Tenemos habitaciones de sobra, pueden dormir en ellas si lo desean – Amit aceptó la propuesta, si iban a trabajar al día siguiente lo mejor sería el estar bien descansados.
Fue junto con Cryz y Nahir a la sala común.
-Así es, sería bueno que descansaran ¡Tchik! En la mañana podremos investigar con más tranquilidad – Dicho eso, el roedor se despidió y subió las escaleras, uno de los sirvientes lo acompañó hasta una de las habitaciones libres. Con todo el alboroto y las emociones que habían vivido ese día el Mausu no tardó en quedarse dormido.
A la mañana siguiente Amit bajó a la sala común desde temprano, de hecho era tan temprano que solo la servidumbre estaba despierta. Le ofrecieron un desayuno mucho más lujoso de lo que el roedor estaba acostumbrado, y el ratón lo aceptó gustoso, de hecho, estaba a punto de empezar a comer con las manos cuando recordó que los humanos usaban instrumentos incómodos como los “cubiertos” para agarrar la comida.
Cuando Cryz y Nahir se acercaran a la cocina allí encontrarían a Amit peleando por lograr agarrar correctamente el cuchillo y el tenedor, junto a él tenía un cuaderno abierto donde estaban anotadas todas las cosas que habían encontrado la noche anterior en el estudio.
-Buenos días – Saludó con alegría – Estaba releyendo las pistas que encontramos ayer ¡Tchik! Creo que deberíamos empezar por la casa de subastas donde el Señor Hammersmith había comprado la caja ¿No creen? – Pinchó con fuerza una frutilla y se la llevó a la boca.
-Hola Cryz, mi nombre es Amit ¡Tchik! – El ratón hizo algo así como una sonrisa y agregó – No lo creo, su olor iba hacia la ventana y allí desaparecía, no parece probable que esté por aquí – Se señalo la enorme nariz – Si estuviera aquí entre nosotros ya lo hubiese olido –
Lo cierto es que el roedor no parecía nada preocupado en ese sentido, balanceaba las patitas que le quedaban colgando de la silla con total calma mientras veía pasar a los guardias con el cuerpo. Respondió a las preguntas sin titubear, aunque le pareció evidente que no estaban interesados en encontrar a un culpable, Amit entendería el porqué de esto cuando Will los llamara a un lado para solicitarles un favor.
-¡Tchik! Entiendo – Asintió el Mausu mientras escuchaba al único hijo del Señor Hammersmith, tenía sentido, eran una familia de comerciantes muy prestigiosa y cualquier tipo de rumor podía alterar su economía – Siento un profundo respeto por tu padre, no me gustaría que su memoria fuera empañada por un simple robo – Apoyó una mano sobre su corazón y agregó – Puedes contar conmigo, descubriré quien está detrás de esto –
Will parecía estar aliviado al ver que entendían sus circunstancias, asintió y agradeció a los tres, ofreció nuevamente el que se pusieran cómodos hasta que llegue la mañana.
-Tenemos habitaciones de sobra, pueden dormir en ellas si lo desean – Amit aceptó la propuesta, si iban a trabajar al día siguiente lo mejor sería el estar bien descansados.
Fue junto con Cryz y Nahir a la sala común.
-Así es, sería bueno que descansaran ¡Tchik! En la mañana podremos investigar con más tranquilidad – Dicho eso, el roedor se despidió y subió las escaleras, uno de los sirvientes lo acompañó hasta una de las habitaciones libres. Con todo el alboroto y las emociones que habían vivido ese día el Mausu no tardó en quedarse dormido.
A la mañana siguiente Amit bajó a la sala común desde temprano, de hecho era tan temprano que solo la servidumbre estaba despierta. Le ofrecieron un desayuno mucho más lujoso de lo que el roedor estaba acostumbrado, y el ratón lo aceptó gustoso, de hecho, estaba a punto de empezar a comer con las manos cuando recordó que los humanos usaban instrumentos incómodos como los “cubiertos” para agarrar la comida.
Cuando Cryz y Nahir se acercaran a la cocina allí encontrarían a Amit peleando por lograr agarrar correctamente el cuchillo y el tenedor, junto a él tenía un cuaderno abierto donde estaban anotadas todas las cosas que habían encontrado la noche anterior en el estudio.
-Buenos días – Saludó con alegría – Estaba releyendo las pistas que encontramos ayer ¡Tchik! Creo que deberíamos empezar por la casa de subastas donde el Señor Hammersmith había comprado la caja ¿No creen? – Pinchó con fuerza una frutilla y se la llevó a la boca.
Amit'tek
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Re: Robo en la mansión Hammersmith[Libre] [3/3] [Cerrado]
Asintiendo, la bruja siguió al dueño de la casa sin decir nada, acompañada de sus dos nuevos compañeros. La curiosidad era mayor a cada paso de daban. Entrecerró los ojos observando a Will cuando este se cercioró de que estaban los cuatro solos para poder hablar.
Nahir asentía mientras la niña hablaba.
- Claro… ¿Qué necesita? – añadió sin dejar de mirarle a los ojos.
“Comenzarán la investigación mañana”. La bruja frunció el ceño, estaba dispuesta a ayudar en lo que fuese necesario, pero nunca había hecho algo así, y temía ser un estorbo. Apretó los labios mientras este terminaba de hablar, moviendo sus anillos con ambas manos sin darse cuenta, lo hacía mucho cuando estaba nerviosa.
Volvieron a la sala, donde la joven se sentó junto a Cryz y Amit. El roedor no tardó mucho en despedirse e ir a dormir a las habitaciones de la planta superior. Nahir esperó un poco más, se había acercado a una de las ventanas para poder observar un poco más de cerca la tormenta. Las gotas de agua impactaban con fuerza en el cristal, seguro que hacía frio fuera. Un bostezo hizo que empañase el cristal, señal de que debía irse a dormir y, aceptando la invitación, Nahir habló con uno de los sirvientes para que le indicasen donde podía pasar la noche, no antes sin despedirse de los que quedaban en la sala. Tardó un poco en dormirse, ya que su cabeza no dejaba de darle vueltas aquel asunto, pero al final el sueño se apoderó de ella.
Los primeros rayos de sol despertaron a la bruja, esta se volvió hacía el otro lado y se tapó con la manta, cerrando nuevamente los ojos. Estaba acostumbrada a madrugar, pero aquel lecho era tan cómodo que no quería levantarse. Dio un salto y se levantó. Bajó a la sala donde habían estado la noche anterior, allí uno de los sirvientes le indicó que en la cocina estaba el desayuno preparado. Hasta ese momento no se había dado canta del hambre que tenía. Se dirigió a la cocina, donde un madrugador Amit ya estaba comiendo.
- Buenos días… - respondió mirando al roedor.
Sus ojos pasaron rápidamente a la mesa, donde había mucha fruta, algo de pan, embutido… la tripa de la joven rugió. Un poco sonrojada, se sentó en la mesa y alargó la mano para coger fruta, le encantaba. Asintió a las palabras del Mauso sin poder evitar sonreír, estaba realmente muerta de hambre.
Parecía una casa familiar, quizás en otros tiempos no muy lejanos lo fue, era grande y antigua. Tras picar a la puerta con los nudillos y esperar unos instantes, un hombre mayor les abrió la puerta.
- Buenos días tengan, pasen… - dijo dejándoles pasar al interior de la casa. – Soy Webber ¿en qué puedo ayudarles? -
El amplio recibidor tenía unos bancos a la derecha, y un par de mesas a la izquierda. Las pareces eran de madera oscura, así como el suelo, lo que le otorgaba a la casa de subastas un aire misterioso. Era realmente grande, aunque quizás los techos altos y las numerosas ventanas ayudaban a que lo pareciese más. Como si de una bifurcación de caminos se tratase, al final de recibidor, a la derecha, había un cartel que decía “sala de subastas” junto a dos puertas de las cuales una estaba cerrada, la otra estaba un poco a abierta, un chico más joven estaba moviendo objetos hacía aquella habitación, seguramente aquella tarde se celebrase alguna subasta. Se podía ver que aquellas habitaciones eran más bien alargadas, con barias filas de sillas, y al final una especie de escenario, con candelabros a los lados. A la izquierda de recibidor estaba el almacén, o eso supuso la bruja, ya que de ahí el joven estaba sacando los objetos para llevarlos a la otra sala. Enfrente, unas escaleras conducían al segundo piso, tenían un pasamanos muy elegante, con ornamentos florales tallados en la madera. En la planta superior debería haber habitaciones, por comodidad seguro que se trataban de los despachos, donde se movía la documentación importante y el dinero.
- Buenos días, señor. Veníamos a preguntarle un par de cosas sobre un objeto en particular…- pareció captar la atención de hombre.
- Oh, sí, las cajas de música, las recuerdo muy bien. Unas buenas piezas de colección… - asentía meciéndose la barba. Les había hecho sentarse en la mesa del recibidor, para estar más cómodos. – Estas se subastaron a principios de año, si mal no recuerdo. Pero como comprenderán la información de mis clientes es confidencial, no puedo decirles quien las adquirió ni quien me las trajo a la casa de subastas. Además, un tiempo después desaparecieron los documentos de compra, así que por mucho que quisiera ayudarles no puedo… -miro hacía un lado cuando dijo eso.
- No se perdieron, las robaron…- en la mesa de al lado se había sentado otro hombre, que estaba trabajando en unos papeles. Su respuesta tan temprana al comentario del señor Webber parecía casi una excusa, como si este le acusase de la perdida de los documentos.
- Lo que sí puedo decirles es que provenían del sanatorio de Bethlem, al parecer las fabricó un tal P.Bandargi- continuó el hombre sin prestar atención al aprendiz.
Este último cogió un par de papeles y se dirigió escaleras arriba.
Nahir asentía mientras la niña hablaba.
- Claro… ¿Qué necesita? – añadió sin dejar de mirarle a los ojos.
“Comenzarán la investigación mañana”. La bruja frunció el ceño, estaba dispuesta a ayudar en lo que fuese necesario, pero nunca había hecho algo así, y temía ser un estorbo. Apretó los labios mientras este terminaba de hablar, moviendo sus anillos con ambas manos sin darse cuenta, lo hacía mucho cuando estaba nerviosa.
Volvieron a la sala, donde la joven se sentó junto a Cryz y Amit. El roedor no tardó mucho en despedirse e ir a dormir a las habitaciones de la planta superior. Nahir esperó un poco más, se había acercado a una de las ventanas para poder observar un poco más de cerca la tormenta. Las gotas de agua impactaban con fuerza en el cristal, seguro que hacía frio fuera. Un bostezo hizo que empañase el cristal, señal de que debía irse a dormir y, aceptando la invitación, Nahir habló con uno de los sirvientes para que le indicasen donde podía pasar la noche, no antes sin despedirse de los que quedaban en la sala. Tardó un poco en dormirse, ya que su cabeza no dejaba de darle vueltas aquel asunto, pero al final el sueño se apoderó de ella.
Los primeros rayos de sol despertaron a la bruja, esta se volvió hacía el otro lado y se tapó con la manta, cerrando nuevamente los ojos. Estaba acostumbrada a madrugar, pero aquel lecho era tan cómodo que no quería levantarse. Dio un salto y se levantó. Bajó a la sala donde habían estado la noche anterior, allí uno de los sirvientes le indicó que en la cocina estaba el desayuno preparado. Hasta ese momento no se había dado canta del hambre que tenía. Se dirigió a la cocina, donde un madrugador Amit ya estaba comiendo.
- Buenos días… - respondió mirando al roedor.
Sus ojos pasaron rápidamente a la mesa, donde había mucha fruta, algo de pan, embutido… la tripa de la joven rugió. Un poco sonrojada, se sentó en la mesa y alargó la mano para coger fruta, le encantaba. Asintió a las palabras del Mauso sin poder evitar sonreír, estaba realmente muerta de hambre.
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Parecía una casa familiar, quizás en otros tiempos no muy lejanos lo fue, era grande y antigua. Tras picar a la puerta con los nudillos y esperar unos instantes, un hombre mayor les abrió la puerta.
- Buenos días tengan, pasen… - dijo dejándoles pasar al interior de la casa. – Soy Webber ¿en qué puedo ayudarles? -
El amplio recibidor tenía unos bancos a la derecha, y un par de mesas a la izquierda. Las pareces eran de madera oscura, así como el suelo, lo que le otorgaba a la casa de subastas un aire misterioso. Era realmente grande, aunque quizás los techos altos y las numerosas ventanas ayudaban a que lo pareciese más. Como si de una bifurcación de caminos se tratase, al final de recibidor, a la derecha, había un cartel que decía “sala de subastas” junto a dos puertas de las cuales una estaba cerrada, la otra estaba un poco a abierta, un chico más joven estaba moviendo objetos hacía aquella habitación, seguramente aquella tarde se celebrase alguna subasta. Se podía ver que aquellas habitaciones eran más bien alargadas, con barias filas de sillas, y al final una especie de escenario, con candelabros a los lados. A la izquierda de recibidor estaba el almacén, o eso supuso la bruja, ya que de ahí el joven estaba sacando los objetos para llevarlos a la otra sala. Enfrente, unas escaleras conducían al segundo piso, tenían un pasamanos muy elegante, con ornamentos florales tallados en la madera. En la planta superior debería haber habitaciones, por comodidad seguro que se trataban de los despachos, donde se movía la documentación importante y el dinero.
- Buenos días, señor. Veníamos a preguntarle un par de cosas sobre un objeto en particular…- pareció captar la atención de hombre.
- Oh, sí, las cajas de música, las recuerdo muy bien. Unas buenas piezas de colección… - asentía meciéndose la barba. Les había hecho sentarse en la mesa del recibidor, para estar más cómodos. – Estas se subastaron a principios de año, si mal no recuerdo. Pero como comprenderán la información de mis clientes es confidencial, no puedo decirles quien las adquirió ni quien me las trajo a la casa de subastas. Además, un tiempo después desaparecieron los documentos de compra, así que por mucho que quisiera ayudarles no puedo… -miro hacía un lado cuando dijo eso.
- No se perdieron, las robaron…- en la mesa de al lado se había sentado otro hombre, que estaba trabajando en unos papeles. Su respuesta tan temprana al comentario del señor Webber parecía casi una excusa, como si este le acusase de la perdida de los documentos.
- Lo que sí puedo decirles es que provenían del sanatorio de Bethlem, al parecer las fabricó un tal P.Bandargi- continuó el hombre sin prestar atención al aprendiz.
Este último cogió un par de papeles y se dirigió escaleras arriba.
Nahir
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Re: Robo en la mansión Hammersmith[Libre] [3/3] [Cerrado]
Le habia pedido permiso a la señorita Ruby para quedarme, aunque a la primera no habia aceptado mi insistencia pudo vencer esta vez, asi que luego de despedirme de ella fui en busca de mis dos nuevos compañeros.
- Buenos dias - dije con una sonrisa.
Me uní al desayuno junto a la mujer y al ratón, tomaba un poco de todo lo que habia en la mesa mientras prestaba atención a las palabras del ratón y asintió ante su idea para luego tomar un poco mas de fruta y comer con tranquilidad.
Aquel lugar era grande y a la vez muy sencillo y cómodo, al ser recibidos por un señor, de seguro el dueño. Vi como ofrecía asiento para hablar cómodamente, yo decidí quedarme parada observando los pocos cuadros que se exhibían en el recibidor.
Habia decidido dejar a los adultos hablar lo suyo, las cosas de negocios siempre terminaban haciendo que la cabeza seme hiciera un ocho, me acerque a la sala de subastas y con cuidado me acerque logrando ver una gran habitación con muchos asientos cómodos.
Decidí seguir adelante y llegar hacia las escaleras, mire hacia arriba y luego voltee a ver a los adultos en la mesa hablando tranquilamente... Ni siquiera se habían percatado de que no estaba, suspire para luego comenzar a subir rápidamente las escaleras tratando de hacer el menor ruido posible.
Habia llegado al segundo piso, un pasillo ancho un poco mas oscuro que el piso anterior y a diferencia, este no poseía adorno alguno, solo una que otra lámpara junto a un par de puertas grabadas.
Me acerque con cuidado y leí los grabados que estas tenía, “Registros de ventas y adquisiciones” , ladee un poco la cabeza algo confundida y curiosa sobre lo que habría detrás de la puerta gire la manilla y abriendo esta un poco.
Me percate de que no habia nadie y decidí entrar para luego ver el lugar con atención. Lo único que habia eran papeles a millón, un gran libro se posaba sobre el escritorio, me acerque a los grandes estantes que poseían una placa grabada, algunas decían “Recibos de venta” seguidos por unas fechas y luego otros que decían “Recibos de compras” con fechas también.
Luego todo estaba ordenado por orden alfabético... Aquello me estaba mareando, tanto orden... Tantos papeles... Aquello tenia que ser el trabajo mas aburrido de todo Aerandir.
- Pensé que abrían cosas interesantes aquí - dije mientras pasaba la mirada por los recibos de ese año.
Justo cuando estuve apunto de salir leí algo que me pareció interesante, es apellido del señor muerto, retrocedí un par de pasos y tome el papel con cuidado y trate de leerlo... Pero honestamente no habia entendido ni un poco de lo que decía asi que solo lo guarde en mi bolsillo para mostrárselo a Nahir y a Amit despues.
Camine hacia la puerta y salí de aquella sala tan aburrida para luego dedicarme a ir hacia las escaleras ya que de seguro mis compañeros se estarían por irse y no me quería quedar en ese lugar tan aburrido, asi que empece a bajar, pero ya cuando estaba por llegar al primer piso choque con alguien.
Era un joven... Me recordó a Andres de sierto modo, y me miro con curiosidad mientras me ayudaba a pararme.
- ¿Que hacías allá arriba? - pregunto el joven cruzándose de brazos.
- Quería ver si habia mas pinturas como esas - dije señalando las que decoraban las paredes. - Pero ese pasillo da miedo - dije para luego ir y sentarme junto al ratoncito.
Ignoraba por completo la mirada desconfiada de aquel joven que luego de darle una mirada hacia las escaleras decidió proseguir con su trabajo.
- Buenos dias - dije con una sonrisa.
Me uní al desayuno junto a la mujer y al ratón, tomaba un poco de todo lo que habia en la mesa mientras prestaba atención a las palabras del ratón y asintió ante su idea para luego tomar un poco mas de fruta y comer con tranquilidad.
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Aquel lugar era grande y a la vez muy sencillo y cómodo, al ser recibidos por un señor, de seguro el dueño. Vi como ofrecía asiento para hablar cómodamente, yo decidí quedarme parada observando los pocos cuadros que se exhibían en el recibidor.
Habia decidido dejar a los adultos hablar lo suyo, las cosas de negocios siempre terminaban haciendo que la cabeza seme hiciera un ocho, me acerque a la sala de subastas y con cuidado me acerque logrando ver una gran habitación con muchos asientos cómodos.
Decidí seguir adelante y llegar hacia las escaleras, mire hacia arriba y luego voltee a ver a los adultos en la mesa hablando tranquilamente... Ni siquiera se habían percatado de que no estaba, suspire para luego comenzar a subir rápidamente las escaleras tratando de hacer el menor ruido posible.
Habia llegado al segundo piso, un pasillo ancho un poco mas oscuro que el piso anterior y a diferencia, este no poseía adorno alguno, solo una que otra lámpara junto a un par de puertas grabadas.
Me acerque con cuidado y leí los grabados que estas tenía, “Registros de ventas y adquisiciones” , ladee un poco la cabeza algo confundida y curiosa sobre lo que habría detrás de la puerta gire la manilla y abriendo esta un poco.
Me percate de que no habia nadie y decidí entrar para luego ver el lugar con atención. Lo único que habia eran papeles a millón, un gran libro se posaba sobre el escritorio, me acerque a los grandes estantes que poseían una placa grabada, algunas decían “Recibos de venta” seguidos por unas fechas y luego otros que decían “Recibos de compras” con fechas también.
Luego todo estaba ordenado por orden alfabético... Aquello me estaba mareando, tanto orden... Tantos papeles... Aquello tenia que ser el trabajo mas aburrido de todo Aerandir.
- Pensé que abrían cosas interesantes aquí - dije mientras pasaba la mirada por los recibos de ese año.
Justo cuando estuve apunto de salir leí algo que me pareció interesante, es apellido del señor muerto, retrocedí un par de pasos y tome el papel con cuidado y trate de leerlo... Pero honestamente no habia entendido ni un poco de lo que decía asi que solo lo guarde en mi bolsillo para mostrárselo a Nahir y a Amit despues.
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Camine hacia la puerta y salí de aquella sala tan aburrida para luego dedicarme a ir hacia las escaleras ya que de seguro mis compañeros se estarían por irse y no me quería quedar en ese lugar tan aburrido, asi que empece a bajar, pero ya cuando estaba por llegar al primer piso choque con alguien.
Era un joven... Me recordó a Andres de sierto modo, y me miro con curiosidad mientras me ayudaba a pararme.
- ¿Que hacías allá arriba? - pregunto el joven cruzándose de brazos.
- Quería ver si habia mas pinturas como esas - dije señalando las que decoraban las paredes. - Pero ese pasillo da miedo - dije para luego ir y sentarme junto al ratoncito.
Ignoraba por completo la mirada desconfiada de aquel joven que luego de darle una mirada hacia las escaleras decidió proseguir con su trabajo.
Cryz
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Re: Robo en la mansión Hammersmith[Libre] [3/3] [Cerrado]
Con la etiqueta de la caja robada los tres investigadores caminaron por las calles de la ciudad hasta llegar a la casa de subastas. Si bien a simple vista el lugar no parecía ser la gran cosas, no había nadie que no conociera ese negocio. La familia Webber llevaba manejándolo desde hacía varias generaciones y se regodeaban en poder decir que eran la casa más segura y en la que se vendían los objetos más extravagantes.
Por lo mismo, a Amit no le sorprendió que el dueño quisiera ocultar que habían sufrido la pérdida de los cuadernos de registros. El dueño del negocio no solo se mostraban reacios a dar información, sino que además era notoria la falta de atención que el Mausu recibía, sobre todo al hablar, sea quien fuere que hiciera la pregunta, el Señor Webber solo le contestaba a Nahir.
-¿Robado? ¿Y se lo comunicaron a la Guardia? – Preguntó el roedor curioso.
-Claro que lo hicimos – Se apresuro en aclararlo pero sin mirar al Mausu, sino a la hechicera – Pero la Guardia está muy ocupada con las cosas que están pasando en Lunargenta como para preocuparse por un libro de registros robado –
Claramente con una guerra en curso, los ataques de los vampiros y los últimos rezagos de una epidemia ningún agente de la ley estaría muy interesado en resolver un caso como este. Pero para ellos tres sí que era importante, quien sea que tuviera los registros había averiguado que el Señor Hammersmith había adquirido una de las cajas, con el consecuente robo del que todos habían sido testigos.
Amit había notado que Cryz no se había quedado con ellos, el ratón no dijo nada, ni tampoco hizo gesto alguno cuando la vio regresar, confiaba en que la joven podría haber averiguado cosas interesantes.
-Le agradecemos su ayuda ¡Tchik! – Dijo educadamente Amit para despedirse del Señor Webber.
Una vez afuera de la casa de subastas, el roedor caminó unos metros para alejarse de la puerta del lugar y luego se detuvo para mirar a sus compañeras. Se rascaba una oreja mientras pensaba qué podrían hacer con tan poca información.
-No parece que tengamos muchas alternativas ¿Deberíamos ir a ese Sanatorio? Aunque no sé si conocer a quien hizo las cajas nos ayude en algo ¡Tchik! – Amit puso los brazos en jarra, estaba molesto con la situación – Pero seguramente podría darnos alguna pista de porque estás cajas son tan valiosas – Miró primero a Cryz y luego a Nahir - ¿Creen que nos haya dicho toda la verdad? -
Por lo mismo, a Amit no le sorprendió que el dueño quisiera ocultar que habían sufrido la pérdida de los cuadernos de registros. El dueño del negocio no solo se mostraban reacios a dar información, sino que además era notoria la falta de atención que el Mausu recibía, sobre todo al hablar, sea quien fuere que hiciera la pregunta, el Señor Webber solo le contestaba a Nahir.
-¿Robado? ¿Y se lo comunicaron a la Guardia? – Preguntó el roedor curioso.
-Claro que lo hicimos – Se apresuro en aclararlo pero sin mirar al Mausu, sino a la hechicera – Pero la Guardia está muy ocupada con las cosas que están pasando en Lunargenta como para preocuparse por un libro de registros robado –
Claramente con una guerra en curso, los ataques de los vampiros y los últimos rezagos de una epidemia ningún agente de la ley estaría muy interesado en resolver un caso como este. Pero para ellos tres sí que era importante, quien sea que tuviera los registros había averiguado que el Señor Hammersmith había adquirido una de las cajas, con el consecuente robo del que todos habían sido testigos.
Amit había notado que Cryz no se había quedado con ellos, el ratón no dijo nada, ni tampoco hizo gesto alguno cuando la vio regresar, confiaba en que la joven podría haber averiguado cosas interesantes.
-Le agradecemos su ayuda ¡Tchik! – Dijo educadamente Amit para despedirse del Señor Webber.
Una vez afuera de la casa de subastas, el roedor caminó unos metros para alejarse de la puerta del lugar y luego se detuvo para mirar a sus compañeras. Se rascaba una oreja mientras pensaba qué podrían hacer con tan poca información.
-No parece que tengamos muchas alternativas ¿Deberíamos ir a ese Sanatorio? Aunque no sé si conocer a quien hizo las cajas nos ayude en algo ¡Tchik! – Amit puso los brazos en jarra, estaba molesto con la situación – Pero seguramente podría darnos alguna pista de porque estás cajas son tan valiosas – Miró primero a Cryz y luego a Nahir - ¿Creen que nos haya dicho toda la verdad? -
Amit'tek
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Re: Robo en la mansión Hammersmith[Libre] [3/3] [Cerrado]
Se despidió del hombre mientras acompañaba a sus compañeros fuera de la casa. Solo se había dado cuenta de que la joven humana se había ausentado cuando volvió a estar junto a ellos. Se moría de ganas de preguntarle si había visto u oído algo interesante, pero no podía hacerlo donde pudiesen escucharles. Entonces habló el roedor.
- No creo que tuviesen motivo para engañarnos… ¿no? –
Se rascaba la cabeza, pensando, aquello estaba resultando complicado. Si aquel hombre les había mentido, seguramente debía ser porque sabía algo de la muerte del señor y del robo de las cajas, y con tan poco tiempo eso les pondría en el punto de mira como sospechosos.
- Si, podríamos ir al sanatorio, en el punto que estamos, cualquier información de más es bienvenida. – giró la cabeza para mirar a la niña. - ¿Dónde has ido antes? – la pregunta iba cargada de curiosidad y entusiasmo. Le fascinó a manera en que la niña pudo irse con tal sigilo que, al menos ella, no se había percatado.
El sanatorio era un lugar… diferente. Solo con verlo desde fuera ya se veía que no era una casa normal. Se veía grande, con sus dos plantas y jardines. Quizás en primavera y verano, con los arboles bien poblados, flores y la luz cálida aquel lugar diese menos escalofríos. Ahora de veía tenebroso: el jardín parecía muerto, los arboles no tenían ni una hoja, no se escuchaban pájaros en aquella zona, el cielo estaba nublado, por lo que las ventanas reflejaban el mismo color grisáceo de este, a conjunto con el color de la fachada. No había nadie en los alrededores, ni trabajadores ni familiares. Todo formaba parte de un conjunto que hacía de aquel sanatorio un lugar lúgubre.
Nahir jamás había estado en un lugar así, y por supuesto, jamás había visto a personas que estuviesen en la situación mental como para estar en un sanatorio mental, por lo que entrar ahí le causaba tanto curiosidad como un poco de angustia.
Miró a la niña, esperando verse reflejada en ella en cuanto a sentimientos, le cogería la mano con fuerza antes de entrar. Pero puesto que no la conocía mucho, aquello le daba un poco de vergüenza, así que solo añadió:
- Bueno ¿algún plan? – los miró a ambos antes de entrar.
Aquella vez tardaron más en abrirles la puerta, en aquel lugar habría muchos protocolos de seguridad, por lo que les costaría más colarse en ciertos sitios o hablar con más gente, o eso pensó Nahir al ver a la persona que les abrió a puerta, un hombre muy serio, parecía no expresar ningún sentimiento ni emoción.
La casa, por dentro, era un lugar bastante amplio, con pocas paredes y todo de un inquietante color gris blanquecino. Se encontraban frente una sala con muchos sillones y mesas, seguramente era una especie de sala de estar. Los separaba una puerta de rejas, parecidas a las de los jardines, o las celdas. En la sala había algunos pacientes, algunos estaban en las mesas, parecía que estaban pintando algo, otros simplemente estaban sentados mirando a la nada. Tenían comportamientos extraños a los ojos de la joven bruja: muchos se movían intermitentemente hacía delante, otros hacían movimientos con los brazos o la cabeza en de manera brusca.
- ¿Vienen a ver a alguien o a solicitar información?
- No creo que tuviesen motivo para engañarnos… ¿no? –
Se rascaba la cabeza, pensando, aquello estaba resultando complicado. Si aquel hombre les había mentido, seguramente debía ser porque sabía algo de la muerte del señor y del robo de las cajas, y con tan poco tiempo eso les pondría en el punto de mira como sospechosos.
- Si, podríamos ir al sanatorio, en el punto que estamos, cualquier información de más es bienvenida. – giró la cabeza para mirar a la niña. - ¿Dónde has ido antes? – la pregunta iba cargada de curiosidad y entusiasmo. Le fascinó a manera en que la niña pudo irse con tal sigilo que, al menos ella, no se había percatado.
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El sanatorio era un lugar… diferente. Solo con verlo desde fuera ya se veía que no era una casa normal. Se veía grande, con sus dos plantas y jardines. Quizás en primavera y verano, con los arboles bien poblados, flores y la luz cálida aquel lugar diese menos escalofríos. Ahora de veía tenebroso: el jardín parecía muerto, los arboles no tenían ni una hoja, no se escuchaban pájaros en aquella zona, el cielo estaba nublado, por lo que las ventanas reflejaban el mismo color grisáceo de este, a conjunto con el color de la fachada. No había nadie en los alrededores, ni trabajadores ni familiares. Todo formaba parte de un conjunto que hacía de aquel sanatorio un lugar lúgubre.
Nahir jamás había estado en un lugar así, y por supuesto, jamás había visto a personas que estuviesen en la situación mental como para estar en un sanatorio mental, por lo que entrar ahí le causaba tanto curiosidad como un poco de angustia.
Miró a la niña, esperando verse reflejada en ella en cuanto a sentimientos, le cogería la mano con fuerza antes de entrar. Pero puesto que no la conocía mucho, aquello le daba un poco de vergüenza, así que solo añadió:
- Bueno ¿algún plan? – los miró a ambos antes de entrar.
Aquella vez tardaron más en abrirles la puerta, en aquel lugar habría muchos protocolos de seguridad, por lo que les costaría más colarse en ciertos sitios o hablar con más gente, o eso pensó Nahir al ver a la persona que les abrió a puerta, un hombre muy serio, parecía no expresar ningún sentimiento ni emoción.
La casa, por dentro, era un lugar bastante amplio, con pocas paredes y todo de un inquietante color gris blanquecino. Se encontraban frente una sala con muchos sillones y mesas, seguramente era una especie de sala de estar. Los separaba una puerta de rejas, parecidas a las de los jardines, o las celdas. En la sala había algunos pacientes, algunos estaban en las mesas, parecía que estaban pintando algo, otros simplemente estaban sentados mirando a la nada. Tenían comportamientos extraños a los ojos de la joven bruja: muchos se movían intermitentemente hacía delante, otros hacían movimientos con los brazos o la cabeza en de manera brusca.
- ¿Vienen a ver a alguien o a solicitar información?
Nahir
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Re: Robo en la mansión Hammersmith[Libre] [3/3] [Cerrado]
Salí junto a mis dos compañeros en silencio, volví a ver a los sujetos de aquel lugar de subastas y luego fui tras mis compañeros para escuchar con atención su conversación, ya que me habia perdido del momento donde le sacaban información a los dos estirados insípidos de hace un rato.
Pero por lo que entendí de lo que la morena y el roedor decían era que no habían conseguido gran cosa de los estirados. Me quede mirando al suelo por un momento para luego voltear a ver a la morena cuando me hablo.
- Fui al segundo piso de esa casa y revisando me encontré con esto - dije sacando el papel de mi bolsillo con algo de pena. - No soy ladrona... No le digan a mi señora que tome esto sin permiso, solo pensé que serviría... En el vi el nombre del señor Hammersmith - dije entregándole el papel a ambos algo apenada.
Me sentía mal, sabia que lo que habia hecho no estaba bien... Mi hermano me habia enseñado a no tomar lo que me pertenecía pero pensé que eso seria lo mejor y ayudaría con la investigación de este caso. Solo faltaba que ellos pensaran igual y no me juzgarán.
Aquel lugar era horrible, tan gris, tan triste, tan feo... Tan... Tan deprimente. ¿Aquel lugar se encargaba de ayudar a las personas? ¿Como se mejorarían si seles encerraba en ese lugar?
- Que lugar tan feo... Cuanto me compadezco por los que estan allá adentro... - dije mientras miraba el edificio frente a nosotros.
En eso sentí la mano de la morena tomar la mía, yo sin dudar la apreté cuando nos dedicábamos a entrar mas en la propiedad, le dirigí la vista a la morena.
- ¿Ser discretos? Y sacar la información de la forma mas simple posible para que nadie sospeche? - dije en forma de pregunta mientras seguía caminando junto a ella.
Esperamos hasta que nos abrieran por fin la puerta se abrió y dejo ver a un hombre que era exactamente igual a el edificio, feo, aterrador, deprimente y frio... Me puse detrás del ratón ya que aquel tipo daba mucho miedo.
Pero al escuchar su pregunta seme ocurrió como convencer al hombre que nos dejara entrar.
- Ve-Venimos a buscar ayuda para un familiar de la joven, ya no queremos que lastime a otros ni a el mismo... Ya se a metido en problemas muy grandes... - dije con algo de miedo.
La mirada del hombre parecía que me escudriñaba con su mirada oscura y apagada. Temia a que descubriera que era una mentira. Mire tanto al ratón como a la chica en ayuda... Ya no seme ocurría nada mas que decir para completar aquello.
Pero por lo que entendí de lo que la morena y el roedor decían era que no habían conseguido gran cosa de los estirados. Me quede mirando al suelo por un momento para luego voltear a ver a la morena cuando me hablo.
- Fui al segundo piso de esa casa y revisando me encontré con esto - dije sacando el papel de mi bolsillo con algo de pena. - No soy ladrona... No le digan a mi señora que tome esto sin permiso, solo pensé que serviría... En el vi el nombre del señor Hammersmith - dije entregándole el papel a ambos algo apenada.
Me sentía mal, sabia que lo que habia hecho no estaba bien... Mi hermano me habia enseñado a no tomar lo que me pertenecía pero pensé que eso seria lo mejor y ayudaría con la investigación de este caso. Solo faltaba que ellos pensaran igual y no me juzgarán.
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Aquel lugar era horrible, tan gris, tan triste, tan feo... Tan... Tan deprimente. ¿Aquel lugar se encargaba de ayudar a las personas? ¿Como se mejorarían si seles encerraba en ese lugar?
- Que lugar tan feo... Cuanto me compadezco por los que estan allá adentro... - dije mientras miraba el edificio frente a nosotros.
En eso sentí la mano de la morena tomar la mía, yo sin dudar la apreté cuando nos dedicábamos a entrar mas en la propiedad, le dirigí la vista a la morena.
- ¿Ser discretos? Y sacar la información de la forma mas simple posible para que nadie sospeche? - dije en forma de pregunta mientras seguía caminando junto a ella.
Esperamos hasta que nos abrieran por fin la puerta se abrió y dejo ver a un hombre que era exactamente igual a el edificio, feo, aterrador, deprimente y frio... Me puse detrás del ratón ya que aquel tipo daba mucho miedo.
Pero al escuchar su pregunta seme ocurrió como convencer al hombre que nos dejara entrar.
- Ve-Venimos a buscar ayuda para un familiar de la joven, ya no queremos que lastime a otros ni a el mismo... Ya se a metido en problemas muy grandes... - dije con algo de miedo.
La mirada del hombre parecía que me escudriñaba con su mirada oscura y apagada. Temia a que descubriera que era una mentira. Mire tanto al ratón como a la chica en ayuda... Ya no seme ocurría nada mas que decir para completar aquello.
Cryz
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Re: Robo en la mansión Hammersmith[Libre] [3/3] [Cerrado]
El sentimiento de culpa era notorio en la niña, Amit respetaba eso, y hasta le parecía una característica positiva. Le sonrió a Cryz, aunque dada su cara de ratón podría ser algo raro de ver, apoyó una mano en su cabeza para calmar sus miedos.
-No debes temer, hiciste lo correcto ¡Tchik! La muerte de una persona es más importante que un papel – Agarró la nota y agregó – En todo caso, cuando terminemos de investigar se lo devolveremos ¿De acuerdo? –
Abrió el papel y sus ojitos se iluminaron ¡Era precisamente lo que necesitaban!
-Parece ser el listado de los clientes que compraron las cajas. Con esto podremos continuar la investigación sin problema – Dijo esto último mirando a la niña, para animarla ya que había conseguido una pieza muy importante de ese intrincado misterio – Vamos, averigüemos qué saben los del sanatorio –
Para el Mausu era difícil diferenciar entre edificios bellos y edificios feos de los humanos, desde su punto de vista todas las viviendas de esas ciudades eran horribles, poco acogedoras y muy poco prácticas. Pero claro, el roedor venía de un sitio donde las casas más bien parecían madrigueras, así que no era de extrañarse que no tuviera la misma visión que sus dos compañeras.
-Nunca entré a un sitio como este, no sé cómo se comportaran los administrativos, o si nos permitirán ver a ese tal Bandargi – Amit se puso a oler el aire, los aromas que le llegaban no eran un buen augurio – Este lugar huele como a… Desperdicios, personas apiñadas y… Cosas más desagradables – Las jóvenes parecían ser más sensibles, así que el ratón prefirió no darles detalles – Será mejor que tengamos cuidado –
Las puertas se abrieron haciendo el correspondiente chirrido tétrico… Y adentro el panorama no era mucho mejor. Cryz se escondió detrás de Amit, pero el ratón se mantuvo firme, era mucho más valiente de lo que uno pensaría al ver su aspecto, abrió la boca para responder que venían a ver a Bandargi, pero la joven humana se le adelantó e inventó una excelente historia.
-La joven ama tiene a un hermano muy enfermo ¡Tchik! La familia ya no puede cubrir sus fechorías – Estaba bastante seguro de que resultaría más creíble el que fuera alguna especie de ratón-mayordomo que un pariente de la mujer – Nos gustaría ver el lugar ¡Tchik! – Además, la morena era quien tenía una mejor presencia, seguramente el hombre no dudaría al ver su porte.
Cuando estuvieron en la sala principal Amit no pudo evitar el poner un gesto de desagrado, el olor era mucho más intenso allí, y además de que el aroma delataba que los pacientes no eran bañados a menudo, su aspecto desprolijo y abandonado dejaba una sensación de profunda desazón. En la tribu de los Mausu los ratones con enfermedades crónicas eran sacrificados, no tenía sentido desperdiciar recursos en seres que no tenían posibilidad de recuperación.
-Como es sabido, las personas que tienen este tipo de comportamiento están poseídos por malos espíritus. Aquí nos encargamos de cuidarlos, oramos para que los demonios se vayan de sus cuerpos y los guiamos por el camino de los dioses, esperando que estos se muestren misericordiosos e iluminen a estas pobres almas – Explico el hombre con un tono absolutamente neutral. Mientras les hablaba varios de los guardias se acercaron a uno de los internos que había empezado a gritar, más que clérigos parecían matones, golpearon al reo hasta que dejó de hacer escándalo y luego se lo llevaron de allí – Acompáñenme, les mostrare las habitaciones –
Las “habitaciones” eran en realidad salas muy grandes con muchas “camas” una al lado de la otra donde los internos dormían, algunos atados, o donde simplemente estaban tirados sin moverse. Amit caminaba tapándose la nariz, aunque le hubiese gustado tener otro par de manos para poder taparse sus sensibles oídos, para el Mausu los gritos de los enfermos se escuchaban como si estuvieran al lado suyo.
El roedor no sabía muy bien cómo encarar el asunto, preguntar directamente sería demasiado sospechoso, pero tampoco conseguirían datos de la nada, era poco probable que el sujeto se pusiera a hablar por su cuenta sobre cajas musicales.
-¡Tchik! Escuchamos que hay algunos internos que eran personas reconocidas en su momento, por ejemplo, un famoso ebanista, mmmm, un tal P. Bandargi – Amit intentó sonar casual en su comentario para no levantar sospechas.
-No debes temer, hiciste lo correcto ¡Tchik! La muerte de una persona es más importante que un papel – Agarró la nota y agregó – En todo caso, cuando terminemos de investigar se lo devolveremos ¿De acuerdo? –
Abrió el papel y sus ojitos se iluminaron ¡Era precisamente lo que necesitaban!
-Parece ser el listado de los clientes que compraron las cajas. Con esto podremos continuar la investigación sin problema – Dijo esto último mirando a la niña, para animarla ya que había conseguido una pieza muy importante de ese intrincado misterio – Vamos, averigüemos qué saben los del sanatorio –
Para el Mausu era difícil diferenciar entre edificios bellos y edificios feos de los humanos, desde su punto de vista todas las viviendas de esas ciudades eran horribles, poco acogedoras y muy poco prácticas. Pero claro, el roedor venía de un sitio donde las casas más bien parecían madrigueras, así que no era de extrañarse que no tuviera la misma visión que sus dos compañeras.
-Nunca entré a un sitio como este, no sé cómo se comportaran los administrativos, o si nos permitirán ver a ese tal Bandargi – Amit se puso a oler el aire, los aromas que le llegaban no eran un buen augurio – Este lugar huele como a… Desperdicios, personas apiñadas y… Cosas más desagradables – Las jóvenes parecían ser más sensibles, así que el ratón prefirió no darles detalles – Será mejor que tengamos cuidado –
Las puertas se abrieron haciendo el correspondiente chirrido tétrico… Y adentro el panorama no era mucho mejor. Cryz se escondió detrás de Amit, pero el ratón se mantuvo firme, era mucho más valiente de lo que uno pensaría al ver su aspecto, abrió la boca para responder que venían a ver a Bandargi, pero la joven humana se le adelantó e inventó una excelente historia.
-La joven ama tiene a un hermano muy enfermo ¡Tchik! La familia ya no puede cubrir sus fechorías – Estaba bastante seguro de que resultaría más creíble el que fuera alguna especie de ratón-mayordomo que un pariente de la mujer – Nos gustaría ver el lugar ¡Tchik! – Además, la morena era quien tenía una mejor presencia, seguramente el hombre no dudaría al ver su porte.
Cuando estuvieron en la sala principal Amit no pudo evitar el poner un gesto de desagrado, el olor era mucho más intenso allí, y además de que el aroma delataba que los pacientes no eran bañados a menudo, su aspecto desprolijo y abandonado dejaba una sensación de profunda desazón. En la tribu de los Mausu los ratones con enfermedades crónicas eran sacrificados, no tenía sentido desperdiciar recursos en seres que no tenían posibilidad de recuperación.
-Como es sabido, las personas que tienen este tipo de comportamiento están poseídos por malos espíritus. Aquí nos encargamos de cuidarlos, oramos para que los demonios se vayan de sus cuerpos y los guiamos por el camino de los dioses, esperando que estos se muestren misericordiosos e iluminen a estas pobres almas – Explico el hombre con un tono absolutamente neutral. Mientras les hablaba varios de los guardias se acercaron a uno de los internos que había empezado a gritar, más que clérigos parecían matones, golpearon al reo hasta que dejó de hacer escándalo y luego se lo llevaron de allí – Acompáñenme, les mostrare las habitaciones –
Las “habitaciones” eran en realidad salas muy grandes con muchas “camas” una al lado de la otra donde los internos dormían, algunos atados, o donde simplemente estaban tirados sin moverse. Amit caminaba tapándose la nariz, aunque le hubiese gustado tener otro par de manos para poder taparse sus sensibles oídos, para el Mausu los gritos de los enfermos se escuchaban como si estuvieran al lado suyo.
El roedor no sabía muy bien cómo encarar el asunto, preguntar directamente sería demasiado sospechoso, pero tampoco conseguirían datos de la nada, era poco probable que el sujeto se pusiera a hablar por su cuenta sobre cajas musicales.
-¡Tchik! Escuchamos que hay algunos internos que eran personas reconocidas en su momento, por ejemplo, un famoso ebanista, mmmm, un tal P. Bandargi – Amit intentó sonar casual en su comentario para no levantar sospechas.
Amit'tek
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Re: Robo en la mansión Hammersmith[Libre] [3/3] [Cerrado]
Nahir al principio dudo un poco al escuchar a sus compañeros, pero no tardó mucho en pillar el rollo de la improvisación que se habían montado en un abrir y cerrar de ojos.
Asintió cuando el ratón hablaba, aprobando sus palabras, ahora su mentón estaba más alto, un gesto que había visto algunas veces a algunas personas importantes frete a gente más corriente, como ella en las islas. Intentó mantenerse seria, así parecería mayor, por algún motivo la gente siempre la miraba diferente si se comportaba de manera más infantil, y aquel no era ni el lugar ni el momento.
Todo a su alrededor le parecía deprimente. Las ropas que portaban los enfermos estaba sucia, alguna incluso un poco desgastada y rota, sus cabellos estaban desaliñados, dándoles un aspecto de dejadez, algunos portaban una especie de manoplas en las manos, a juzgar por las marcas de su cuerpo para que no se autolesionasen. En aquella sala en la que parecía que habían tirado a la gente, se podían ver algunos trabajadores: serios, bruscos y apáticos. A la bruja no le extraño que poca gente saliese de ahí.
Pues parece que no lo hacéis muy bien… Pensó la joven mientras escuchaba al hombre.
Una escena en particular la alarmó, unos hombres estaban callando a un paciente a golpes, su anfitrión apenas pestañeó al presenciarlo, por lo que la chica dedujo que aquello era el pan de cada día. Tubo que apartar la mirada, aquello le rompía el corazón.
El olor era algo molesto, como si les persiguiese por todos lados, pero lo que realmente era horrible eran los grito que se escuchaban de fondo. Al ver al roedor, Nahir no quiso ni imaginarse lo mal que lo estaría pasando él.
- Oh si, algo he escuchado…- contentó Nahir al comentario del roedor, intentando darle más peso al asunto, a ver si así aquel hombre soltaba prenda, ya que parecía impenetrable. –Eso sería maravilloso, ya sabe, si este es un sanatorio con el suficiente prestigio como para hospedar a un personaje notable, quizás también lo sea para mi querido hermano. – se le había colado el parentesco, esperaba que los demás la hubiesen escuchado para después no liarse.
Había un hombre atado a la cama, el arnés de contención le cogía el pecho y pasaba por debajo del colchón, haciendo que no se pudiese levantar, de este mismo arnés salían un par de orejas de la misma tela con la que le habían amarrado las manos, lo único que tenía libre eran las piernas, las que movía de manera violenta, tanto que la cama se estaba empezando a desplazar. Un par de personas, que parecían enfermeros, se acercaron a él para solucionar aquello. Nahir hizo como si nada.
- Vaya, veo que aquí también hay un par de pacientes problemáticos, ¿están acostumbrados a este tipo de comportamiento? ¿ha habido algún incidente? Lo digo porque mi hermano, sobre todo por las noches, pierde el control más de lo normal. Oh, aun me acuerdo lo que le hizo al antiguo cuidador… - le puso un poco de dramatismo al asunto. – Quizás por su seguridad les vendría bien una habitación más aislada ¿Disponen de ellas?
Había lanzado muchos temas a debatir, aunque no había cambiado el semblante ni había titubeado, no quería que aquel hombre dudase de ella por dudar.
Asintió cuando el ratón hablaba, aprobando sus palabras, ahora su mentón estaba más alto, un gesto que había visto algunas veces a algunas personas importantes frete a gente más corriente, como ella en las islas. Intentó mantenerse seria, así parecería mayor, por algún motivo la gente siempre la miraba diferente si se comportaba de manera más infantil, y aquel no era ni el lugar ni el momento.
Todo a su alrededor le parecía deprimente. Las ropas que portaban los enfermos estaba sucia, alguna incluso un poco desgastada y rota, sus cabellos estaban desaliñados, dándoles un aspecto de dejadez, algunos portaban una especie de manoplas en las manos, a juzgar por las marcas de su cuerpo para que no se autolesionasen. En aquella sala en la que parecía que habían tirado a la gente, se podían ver algunos trabajadores: serios, bruscos y apáticos. A la bruja no le extraño que poca gente saliese de ahí.
Pues parece que no lo hacéis muy bien… Pensó la joven mientras escuchaba al hombre.
Una escena en particular la alarmó, unos hombres estaban callando a un paciente a golpes, su anfitrión apenas pestañeó al presenciarlo, por lo que la chica dedujo que aquello era el pan de cada día. Tubo que apartar la mirada, aquello le rompía el corazón.
El olor era algo molesto, como si les persiguiese por todos lados, pero lo que realmente era horrible eran los grito que se escuchaban de fondo. Al ver al roedor, Nahir no quiso ni imaginarse lo mal que lo estaría pasando él.
- Oh si, algo he escuchado…- contentó Nahir al comentario del roedor, intentando darle más peso al asunto, a ver si así aquel hombre soltaba prenda, ya que parecía impenetrable. –Eso sería maravilloso, ya sabe, si este es un sanatorio con el suficiente prestigio como para hospedar a un personaje notable, quizás también lo sea para mi querido hermano. – se le había colado el parentesco, esperaba que los demás la hubiesen escuchado para después no liarse.
Había un hombre atado a la cama, el arnés de contención le cogía el pecho y pasaba por debajo del colchón, haciendo que no se pudiese levantar, de este mismo arnés salían un par de orejas de la misma tela con la que le habían amarrado las manos, lo único que tenía libre eran las piernas, las que movía de manera violenta, tanto que la cama se estaba empezando a desplazar. Un par de personas, que parecían enfermeros, se acercaron a él para solucionar aquello. Nahir hizo como si nada.
- Vaya, veo que aquí también hay un par de pacientes problemáticos, ¿están acostumbrados a este tipo de comportamiento? ¿ha habido algún incidente? Lo digo porque mi hermano, sobre todo por las noches, pierde el control más de lo normal. Oh, aun me acuerdo lo que le hizo al antiguo cuidador… - le puso un poco de dramatismo al asunto. – Quizás por su seguridad les vendría bien una habitación más aislada ¿Disponen de ellas?
Había lanzado muchos temas a debatir, aunque no había cambiado el semblante ni había titubeado, no quería que aquel hombre dudase de ella por dudar.
Nahir
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Re: Robo en la mansión Hammersmith[Libre] [3/3] [Cerrado]
Entramos detrás de aquel hombre que nos comenzó a mostrar el lugar, decidí quedarme igual detrás de Amit, miraba a todos lados con algo de miedo por el aspecto del lugar y los residentes. No era que fuera muy pulcra y delicada pero esa gente paresia mala y loca... Y algo me decía que el presentimiento no me engañaba asi que no me quedaba mucho atras.
Escuchaba con atención al hombre estirado que nos daba el recorrido y la interacción con la señorita Nahir, notaba la incomodidad de el señor ratón por el mal olor y aquellos ruidos espantosos asi me puse detrás de el con cuidado y tapaba la entrada de los oídos un poco con mis manos ya que sus orejas eran muy grandes y mis manos muy pequeñas, al menos asi no serian tan molestos los gritos erráticos que resonaban por el edificios.
Preste atención a lo que hablaba el hombre esperando algo de información pero seguía callado, como si asimilara las cosas cuidadosamente para evitar algún problema. ¿Acaso tendría que ver con el robo y el asesinato? ¿Por eso estaba asi? ¿Era asi naturalmente? O ¿Solo es un hombre muy estricto y metódico?
Aquellas preguntas comenzaron a llenarme la cabeza haciendo que me perdiera un poco en ellos y sin darme cuenta ya me habia quedado algo atras, fue alli cuando vi como maltrataban a un paciente a golpes, aquello me hervía la sangre ¿Con que derecho se creían? Tal vez estuvieran locos pero seguían siendo personas, algo enfermas pero personas a la final. Quise gritarles pero luego uno de los que parecía enfermeros me miro con cara de amenaza.
Me congele por unos segundos para luego salir corriendo detrás de Nahir y Amit mientras temblaba un poco y trataba de calmar un poco mi respiración.
- El señor Bandargi falleció por desgracia hace poco, pero si, hemos hospedado a muchos pacientes de buena posición que por desgracia an sido infectados con demonios... Es una gran pena - dijo respondiendo a la primera pregunta.
Aquello me hizo pensar un poco... ¿Acaso todo esto seria causado por ese deceso? ¿Iría detrás de las otras obras de ese tal P. Bandargi? ¿Acaso mas personas estaban en riesgo?
- Es una gran pena... Pobre de su familia - comente en voz baja pero suficiente audible como para que los demás oyera.
- Ni tanto, nadie vino a reclamar sus "pertenecías" luego de deceso, asi que dudo mucho que les aya afectado - Respondió de forma tan fría que me helaba los huesos.
¿Y el resto de las cosas? ¿Las habían vendido también a aquella casa de subastas? O ¿A otros sitios para vender las demás propiedades? ¿Cuantos objetos habia poseído aquel sujeto mientras estaba encerrado alli?
Otra vez me perdía en mis pensamientos mientras caminaba detrás de mis compañeros.
Escuchaba con atención al hombre estirado que nos daba el recorrido y la interacción con la señorita Nahir, notaba la incomodidad de el señor ratón por el mal olor y aquellos ruidos espantosos asi me puse detrás de el con cuidado y tapaba la entrada de los oídos un poco con mis manos ya que sus orejas eran muy grandes y mis manos muy pequeñas, al menos asi no serian tan molestos los gritos erráticos que resonaban por el edificios.
Preste atención a lo que hablaba el hombre esperando algo de información pero seguía callado, como si asimilara las cosas cuidadosamente para evitar algún problema. ¿Acaso tendría que ver con el robo y el asesinato? ¿Por eso estaba asi? ¿Era asi naturalmente? O ¿Solo es un hombre muy estricto y metódico?
Aquellas preguntas comenzaron a llenarme la cabeza haciendo que me perdiera un poco en ellos y sin darme cuenta ya me habia quedado algo atras, fue alli cuando vi como maltrataban a un paciente a golpes, aquello me hervía la sangre ¿Con que derecho se creían? Tal vez estuvieran locos pero seguían siendo personas, algo enfermas pero personas a la final. Quise gritarles pero luego uno de los que parecía enfermeros me miro con cara de amenaza.
Me congele por unos segundos para luego salir corriendo detrás de Nahir y Amit mientras temblaba un poco y trataba de calmar un poco mi respiración.
- El señor Bandargi falleció por desgracia hace poco, pero si, hemos hospedado a muchos pacientes de buena posición que por desgracia an sido infectados con demonios... Es una gran pena - dijo respondiendo a la primera pregunta.
Aquello me hizo pensar un poco... ¿Acaso todo esto seria causado por ese deceso? ¿Iría detrás de las otras obras de ese tal P. Bandargi? ¿Acaso mas personas estaban en riesgo?
- Es una gran pena... Pobre de su familia - comente en voz baja pero suficiente audible como para que los demás oyera.
- Ni tanto, nadie vino a reclamar sus "pertenecías" luego de deceso, asi que dudo mucho que les aya afectado - Respondió de forma tan fría que me helaba los huesos.
¿Y el resto de las cosas? ¿Las habían vendido también a aquella casa de subastas? O ¿A otros sitios para vender las demás propiedades? ¿Cuantos objetos habia poseído aquel sujeto mientras estaba encerrado alli?
Otra vez me perdía en mis pensamientos mientras caminaba detrás de mis compañeros.
Cryz
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Re: Robo en la mansión Hammersmith[Libre] [3/3] [Cerrado]
La mentira parecía funcionar… O al menos eso parecía. El sujeto los miraba de reojo, y pensaba muy cuidadosamente antes de decir cada palabra, pero quizás era su modo de ser, o tal vez estaba protegiendo a la institución. Sea como fuere, el enterarse que Bandargi había fallecido abría un nuevo capítulo en el misterio, y les cerraba algunas posibilidades también.
-En verdad es una pena, debió ser una sorpresa para todos – En verdad Amit no lo creía así, por cómo eran las condiciones en las que residían los internos, probablemente se les morían a montones.
-Fue una pena, más no una sorpresa. La espantosa pandemia que asolo el continente se llevó a muchos de los internos, lamentablemente. Fueron momentos muy difíciles para esta institución… - Bajó la voz y miró en otra dirección – Y momentos de mucha inspiración para el Señor Bandargi – Murmuro con la mirara perdida – Todos estábamos muy nerviosos, pero los pacientes aún más, y no podía evitarse que se generaran algunos actos de violencia – Parecía haber vuelto en si – Es eso lo que los demonios hacen en nosotros, nos tientan en nuestros momentos de debilidad –
-Entonces murió por…. – Antes de que el ratón pudiera terminar la oración fue interrumpido.
-Otro paciente lo violento – No parecía dispuesto a dar mucho más detalle, terminó la conversación de modo terminante con Amit y se giró hacía Nahir – Claro, tenemos las habitaciones para los reclusos más violentos, los dejamos aislados durante algunos días o semanas, para que tengan tiempo para meditar sobre sus acciones y arrepentirse –
Las únicas conclusiones a las que estaba llegando el Mausu es que los humanos tenían modos muy extraños de tratar a sus enfermos. Un modo bastante cruel además, al menos una vez muertos ya no sentían dolor, pero el tenerlos encerrados por tiempo indeterminado sufriendo crueles castigos parecía muy poco piadoso.
Como el hombre parecía más interesado en convencer a Nahir de que los servicios que se ofrecían eran buenos, Amit agarró la mano de Cryz y la guió por otro de los pasillos.
-Ese hombre es muy sospechoso ¡Tchik! Intentemos con otras personas, quizás tengamos más suerte – El lugar era bastante grande, y pronto perdieron de vista a su compañera y al caballero que los había atendido. Caminaron por los pasillos, esquivando a los internos inofensivos que se encontraban tirados por el piso, podían escuchar los gritos dentro de algunas de las celdas, esos debían ser los más violentos, tal como les habían contado.
Finalmente el roedor vio a alguien que podría serles útil, era uno de los matones que trabajaba en el lugar, se encontraba en uno de los jardines, con la espalda apoyada contra la pared, fumando muy tranquilo y aprovechando el sol de la mañana.
-Oiga buen hombre – Llamo Amit cuando estuvieron a pocos metros de él.
-¿Si? – El humano levantó una ceja, no todos los días se veía a un ratón parlante.
-Disculpe, queríamos hacerle unas preguntas sobre este lugar –
-Hablen con el dueño si quieren saber algo – Se desentendió rápidamente del asunto.
-Él se encuentra ocupado atendiendo a otra clienta y en verdad nos sería de ayuda si pudiera contestarnos – Amit metió la mano en su bolsa y sacó algunos aeros – Le pagaremos por su tiempo.
Ahora si tenían la atención del sujeto.
-En verdad es una pena, debió ser una sorpresa para todos – En verdad Amit no lo creía así, por cómo eran las condiciones en las que residían los internos, probablemente se les morían a montones.
-Fue una pena, más no una sorpresa. La espantosa pandemia que asolo el continente se llevó a muchos de los internos, lamentablemente. Fueron momentos muy difíciles para esta institución… - Bajó la voz y miró en otra dirección – Y momentos de mucha inspiración para el Señor Bandargi – Murmuro con la mirara perdida – Todos estábamos muy nerviosos, pero los pacientes aún más, y no podía evitarse que se generaran algunos actos de violencia – Parecía haber vuelto en si – Es eso lo que los demonios hacen en nosotros, nos tientan en nuestros momentos de debilidad –
-Entonces murió por…. – Antes de que el ratón pudiera terminar la oración fue interrumpido.
-Otro paciente lo violento – No parecía dispuesto a dar mucho más detalle, terminó la conversación de modo terminante con Amit y se giró hacía Nahir – Claro, tenemos las habitaciones para los reclusos más violentos, los dejamos aislados durante algunos días o semanas, para que tengan tiempo para meditar sobre sus acciones y arrepentirse –
Las únicas conclusiones a las que estaba llegando el Mausu es que los humanos tenían modos muy extraños de tratar a sus enfermos. Un modo bastante cruel además, al menos una vez muertos ya no sentían dolor, pero el tenerlos encerrados por tiempo indeterminado sufriendo crueles castigos parecía muy poco piadoso.
Como el hombre parecía más interesado en convencer a Nahir de que los servicios que se ofrecían eran buenos, Amit agarró la mano de Cryz y la guió por otro de los pasillos.
-Ese hombre es muy sospechoso ¡Tchik! Intentemos con otras personas, quizás tengamos más suerte – El lugar era bastante grande, y pronto perdieron de vista a su compañera y al caballero que los había atendido. Caminaron por los pasillos, esquivando a los internos inofensivos que se encontraban tirados por el piso, podían escuchar los gritos dentro de algunas de las celdas, esos debían ser los más violentos, tal como les habían contado.
Finalmente el roedor vio a alguien que podría serles útil, era uno de los matones que trabajaba en el lugar, se encontraba en uno de los jardines, con la espalda apoyada contra la pared, fumando muy tranquilo y aprovechando el sol de la mañana.
-Oiga buen hombre – Llamo Amit cuando estuvieron a pocos metros de él.
-¿Si? – El humano levantó una ceja, no todos los días se veía a un ratón parlante.
-Disculpe, queríamos hacerle unas preguntas sobre este lugar –
-Hablen con el dueño si quieren saber algo – Se desentendió rápidamente del asunto.
-Él se encuentra ocupado atendiendo a otra clienta y en verdad nos sería de ayuda si pudiera contestarnos – Amit metió la mano en su bolsa y sacó algunos aeros – Le pagaremos por su tiempo.
Ahora si tenían la atención del sujeto.
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Re: Robo en la mansión Hammersmith[Libre] [3/3] [Cerrado]
Nahir miraba a unos y después a otros, a medida que estos iban hablando. Su intención era intervenir en la conversación un poco más, pero la verdad que su cabeza aún estaba asimilando la información y digiriéndola bien para no meter la pata en cualquier momento.
Al ver las intenciones de sus compañeros, la joven continuó hablando con el hombre, dando un par de pasos al frente para que la conversación continuase mientras la pareja andaba hacia el frente, dando la espalda a sus compañeros, que no tardarían mucho en desaparecer, así sería más fácil decir que se habían despistado y perdido, si llegase a ser necesario.
- Entiendo…- respondió asintiendo con la cabeza – Me gustaría saber un poco más sobre lo que es la vida en este lugar, a fin de cuentas, mi hermano también tiene días buenos. ¿Qué puede hacer para distraerse? ¿Tienen zonas de lectura, quizás un salón de estar con juegos?...
Quería hacer un poco más de hincapié en el tema de la muerte del señor Bandargi, todo aquello era muy extraño, aunque aún no sabía muy bien cómo hacerlo.
- Partiendo del tema que usted ha mencionado, ¿cómo reaccionaron a un tema tan delicado como la pandemia que trágicamente todos vivimos hace tan poquito? Sabe, creo que mi hermano está peor desde entonces…- esto último lo estaba diciendo un poco más bajo como en un susurro, como si todo aquello debiese quedar entre ellos dos. – Seguro que un demonio…- hizo ver que perdía el hilo de la conversación un momento, como si todo aquello aun estuviese muy reciente en ella. -… lo más extraño de todo es que en esa etapa, es cuando mi hermano hacía los cuadros más extraordinarios, ¿cree usted que eso también es obra de los demonios? – probó suerte, la verdad es que no sabía nada sobre demonios ni nada parecido, así que intentaba estar lo más atenta posible para no perder el hilo y contradecirse en algo.
- Otro tema, con los objetos personales… mire, como entenderá no vivimos muy cerca de aquí, y la mitad de mi familia negará delante de su círculo social que mi hermano estará aquí metido, ya sabe cómo van estas cosas… - dejó de mirar al frente para fijarse un momento en el hombre, para después quitarle hierro al asunto mirando de nuevo hacia el frente - ¿Qué se hacen con las pertenencias, si no venimos a buscarlas en un tiempo después de que él...?- pensó que terminar así la frase quedaría mejor, como si no pudiese pronunciar la muerte de su hermano, pero si su abandono…
- Por cierto ¿sería posible ver al paciente que… mató al residente del que nos ha hablado? No quiero llamar al mal tiempo ni que usted se alarme, pero posiblemente sea el lugar donde termine mi querido hermano si los demonios continúan tentándole. Solo…- pequeña pausa para hacer ver que contenía una lágrima -… tan solo quiero saber cómo estará.
Intentó hacer pausas entre las preguntas, para no parecer muy desesperada. Sus manos estaban enlazadas, dejando que se vez en cuando golpeasen suavemente sobre su falda, así evitaba moverlas demasiado y tocarse los anillos, eso denotaría nerviosismo. La verdad es que no era tan difícil aquello, a medida que se inventaba más cosas le parecía más sencillo, como si la historia se crease en su cabeza a medida que iba hablando.
Al ver las intenciones de sus compañeros, la joven continuó hablando con el hombre, dando un par de pasos al frente para que la conversación continuase mientras la pareja andaba hacia el frente, dando la espalda a sus compañeros, que no tardarían mucho en desaparecer, así sería más fácil decir que se habían despistado y perdido, si llegase a ser necesario.
- Entiendo…- respondió asintiendo con la cabeza – Me gustaría saber un poco más sobre lo que es la vida en este lugar, a fin de cuentas, mi hermano también tiene días buenos. ¿Qué puede hacer para distraerse? ¿Tienen zonas de lectura, quizás un salón de estar con juegos?...
Quería hacer un poco más de hincapié en el tema de la muerte del señor Bandargi, todo aquello era muy extraño, aunque aún no sabía muy bien cómo hacerlo.
- Partiendo del tema que usted ha mencionado, ¿cómo reaccionaron a un tema tan delicado como la pandemia que trágicamente todos vivimos hace tan poquito? Sabe, creo que mi hermano está peor desde entonces…- esto último lo estaba diciendo un poco más bajo como en un susurro, como si todo aquello debiese quedar entre ellos dos. – Seguro que un demonio…- hizo ver que perdía el hilo de la conversación un momento, como si todo aquello aun estuviese muy reciente en ella. -… lo más extraño de todo es que en esa etapa, es cuando mi hermano hacía los cuadros más extraordinarios, ¿cree usted que eso también es obra de los demonios? – probó suerte, la verdad es que no sabía nada sobre demonios ni nada parecido, así que intentaba estar lo más atenta posible para no perder el hilo y contradecirse en algo.
- Otro tema, con los objetos personales… mire, como entenderá no vivimos muy cerca de aquí, y la mitad de mi familia negará delante de su círculo social que mi hermano estará aquí metido, ya sabe cómo van estas cosas… - dejó de mirar al frente para fijarse un momento en el hombre, para después quitarle hierro al asunto mirando de nuevo hacia el frente - ¿Qué se hacen con las pertenencias, si no venimos a buscarlas en un tiempo después de que él...?- pensó que terminar así la frase quedaría mejor, como si no pudiese pronunciar la muerte de su hermano, pero si su abandono…
- Por cierto ¿sería posible ver al paciente que… mató al residente del que nos ha hablado? No quiero llamar al mal tiempo ni que usted se alarme, pero posiblemente sea el lugar donde termine mi querido hermano si los demonios continúan tentándole. Solo…- pequeña pausa para hacer ver que contenía una lágrima -… tan solo quiero saber cómo estará.
Intentó hacer pausas entre las preguntas, para no parecer muy desesperada. Sus manos estaban enlazadas, dejando que se vez en cuando golpeasen suavemente sobre su falda, así evitaba moverlas demasiado y tocarse los anillos, eso denotaría nerviosismo. La verdad es que no era tan difícil aquello, a medida que se inventaba más cosas le parecía más sencillo, como si la historia se crease en su cabeza a medida que iba hablando.
Nahir
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Re: Robo en la mansión Hammersmith[Libre] [3/3] [Cerrado]
Segui al roedor en silencio por los pasillos de aquel lugar tan extraño, no pude evitar voltear un poco antes de perder de vista a Nahir. Luego voltee a ver al roedor mientras me explicaba lo que planeaba. Tenia sentido asi que simplemente asentí con la cabeza mientras seguíamos caminando por el lugar.
No tardamos mucho en terminar en uno de los jardines... Que honestamente eran iguales o pero que el interior de aquel edificio pero bueno... Aquel lugar dejaba en claro que jamas seria cómodo asi que me quede detrás de Amit mientras planeaba alguna forma de poder utilizarle para sacar información. Asi que me quede mirando el suelo por unos segundos hasta que una idea llego.
- E escuchado que aqui esta internado el ebanista P. Bandargi, antes de que horribles espíritus lo poseyeran y lo hicieran desviarse del camino correcto. Llegue a ver muchas de sus hobras de cuando estuvo sano ¿Es eso cierto? - pregunte al sujeto que contaba los aeros que el roedor le habia entregado.
- Pues si... Aunque ya no reside aqui... Hace un rato que estiro la pata ¿Para que quieres saber eso? - pregunto con suma intriga mientras guardaba los aeros.
Me tense un poco por su mirada. Parecía que alli todos tenían una mirada aterradora. Trague algo de saliva para luego continuar mi mentirilla para sacar información.
- P-Por que adoro sus obras, y habia escuchado que mientras estaba aqui habia creado unas obras hermosas... Pero nunca las logre ver y quería preguntarle como podía inspirarse estando en un lugar asi - dije bajando la cabeza algo apenada ante la mirada de aquel sujeto.
- ... ¿Eso es todo? - pregunto mientras se cruzaba. - Pues, no puedo responder ninguna de tus curiosidades ya que ese tipo estaba chiflado... Aqui ninguno de los paciente tiene razón para sus locuras... Aunque de sus locuras.. Decía que luego de sus "pesadillas sueños" siempre conseguía crear sus "obras" como tu las llamas. - dijo mientras volvía a fumar tranquilamente ignorándome totalmente.
- Por favor, debe haber alguien con quien poder saber mas del señor Bandargi - dije tratando de insistir.
El sujeto me miro con seriedad para luego voltear a vernos con una mirada algo aterradora. A mi parecer lo era.
- Este no es un lugar para una niña y su mascota ¿Lo entiendes? La gente de aqui no les importara matarte si tienen la oportunidad... Asi que mejor vete a jugar con tus mascota a otro lado ¿Quieres? - dijo con seriedad aterradora antes de volver a fumar tranquilamente.
Yo trague nerviosa y tome del brazo a Amit, sabia que temblaba, eso no me sorprendía. Apreté su hombro en señal de que tenia miedo y no me podía mover por miedo.
No tardamos mucho en terminar en uno de los jardines... Que honestamente eran iguales o pero que el interior de aquel edificio pero bueno... Aquel lugar dejaba en claro que jamas seria cómodo asi que me quede detrás de Amit mientras planeaba alguna forma de poder utilizarle para sacar información. Asi que me quede mirando el suelo por unos segundos hasta que una idea llego.
- E escuchado que aqui esta internado el ebanista P. Bandargi, antes de que horribles espíritus lo poseyeran y lo hicieran desviarse del camino correcto. Llegue a ver muchas de sus hobras de cuando estuvo sano ¿Es eso cierto? - pregunte al sujeto que contaba los aeros que el roedor le habia entregado.
- Pues si... Aunque ya no reside aqui... Hace un rato que estiro la pata ¿Para que quieres saber eso? - pregunto con suma intriga mientras guardaba los aeros.
Me tense un poco por su mirada. Parecía que alli todos tenían una mirada aterradora. Trague algo de saliva para luego continuar mi mentirilla para sacar información.
- P-Por que adoro sus obras, y habia escuchado que mientras estaba aqui habia creado unas obras hermosas... Pero nunca las logre ver y quería preguntarle como podía inspirarse estando en un lugar asi - dije bajando la cabeza algo apenada ante la mirada de aquel sujeto.
- ... ¿Eso es todo? - pregunto mientras se cruzaba. - Pues, no puedo responder ninguna de tus curiosidades ya que ese tipo estaba chiflado... Aqui ninguno de los paciente tiene razón para sus locuras... Aunque de sus locuras.. Decía que luego de sus "pesadillas sueños" siempre conseguía crear sus "obras" como tu las llamas. - dijo mientras volvía a fumar tranquilamente ignorándome totalmente.
- Por favor, debe haber alguien con quien poder saber mas del señor Bandargi - dije tratando de insistir.
El sujeto me miro con seriedad para luego voltear a vernos con una mirada algo aterradora. A mi parecer lo era.
- Este no es un lugar para una niña y su mascota ¿Lo entiendes? La gente de aqui no les importara matarte si tienen la oportunidad... Asi que mejor vete a jugar con tus mascota a otro lado ¿Quieres? - dijo con seriedad aterradora antes de volver a fumar tranquilamente.
Yo trague nerviosa y tome del brazo a Amit, sabia que temblaba, eso no me sorprendía. Apreté su hombro en señal de que tenia miedo y no me podía mover por miedo.
Cryz
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Re: Robo en la mansión Hammersmith[Libre] [3/3] [Cerrado]
El hombre se quedó mirando a Nahir como si le estuviera diciendo la mayor ridiculez que hubiese escuchado en muchos años de carrera. Por lo mismo, tardó unos segundos en responder.
-Señorita, disculpe si soy directo, pero los internos no están aquí para divertirse, son personas poseídas por el mal – Un aire de suspicacia y sospecha se instaló en su mirada – Lo que ellos necesitan no es distracción, sino oraciones y aislamiento –
No era raro que las familias con cierto bienestar social fueran un poco más curiosas en relación a los servicios que ofrecían, no era igual con familias más humildes, las cuales prácticamente abandonaban a su pariente para no volver a verlos nunca más. Pero lo que esos tres estaban haciendo…
-Tuvimos muchísimas bajas, y eso nos ponía muy nerviosos a todos. Claro que los enfermos son más sensibles a esas cosas…. – Murmuró algunas palabras imposibles de entender mientras se restregaba las manos - … Es normal que pasara lo que pasó- Se aclaró la voz y agregó – Pero sin duda fue una época muy productiva para el señor Bandargi, hizo unos bonitos juegos de cajas, aunque no sé qué fue de ellas. Quizás aun estén en su casa… Si… Allí…-
Por un momento pareció desconectarse de la realidad, pero rápidamente volvió en si, como si acabara de percatarse de que Nahir le hablaba, le sonrió de medio lado.
-Las pertenencias son entregadas a los familiares, de no haber ninguno disponible se llevan a la residencia del enfermo, para que luego sus parientes vayan a buscarlas si así lo desean – Ante la última pregunta negó con la cabeza – El paciente está recluido y no se permiten visitas, es demasiado peligroso – Se detuvo – Y ahora, si me disculpa, tengo que continuar con mi trabajo – Era una forma amable de decirle a la joven que los invitaba a retirarse.
Una vez que tuvo el dinero el sujeto cambió su actitud a una mucho menos amable. Amit agarró de la mano a Cryz y la puso detrás de él para alejarla de ese horrible hombre.
-No es necesario ser maleducado, la joven se lo preguntó amablemente ¡Tchik! – Achicó los ojos y miro de forma amenazante al guardia – Si ya no quiere contestar puede negarse y ya – El Mausu hizo una serie de sonidos que en su idioma eran maldiciones.
-Como quieran – Respondió y chasqueó la lengua. Se dio la vuelta y los dejó allí con cara de no entender lo que sucedía.
-Creo que todos los que están aquí adentro perdieron la cordura ¡Tchik! O al menos los modales- Le dio unas palmaditas en la mano a Cryz – Ven, esperemos a Nahir afuera, veremos si ella pudo averiguar algo –
El roedor fue junto con la humana hasta la entrada del manicomio, y lo cierto era que se sintieron mucho más aliviados cuando estuvieron afuera. Amit se dijo a si mismo que en la medida de lo posible no volvería a entrar a un sitio como ese.
-Ahora tenemos el listado con las personas que compraron el resto de las cajas ¡Tchik! Creo que deberíamos separarnos para hacerlo más rápido – Propuso el Mausu cuando Nahir llego.
-Señorita, disculpe si soy directo, pero los internos no están aquí para divertirse, son personas poseídas por el mal – Un aire de suspicacia y sospecha se instaló en su mirada – Lo que ellos necesitan no es distracción, sino oraciones y aislamiento –
No era raro que las familias con cierto bienestar social fueran un poco más curiosas en relación a los servicios que ofrecían, no era igual con familias más humildes, las cuales prácticamente abandonaban a su pariente para no volver a verlos nunca más. Pero lo que esos tres estaban haciendo…
-Tuvimos muchísimas bajas, y eso nos ponía muy nerviosos a todos. Claro que los enfermos son más sensibles a esas cosas…. – Murmuró algunas palabras imposibles de entender mientras se restregaba las manos - … Es normal que pasara lo que pasó- Se aclaró la voz y agregó – Pero sin duda fue una época muy productiva para el señor Bandargi, hizo unos bonitos juegos de cajas, aunque no sé qué fue de ellas. Quizás aun estén en su casa… Si… Allí…-
Por un momento pareció desconectarse de la realidad, pero rápidamente volvió en si, como si acabara de percatarse de que Nahir le hablaba, le sonrió de medio lado.
-Las pertenencias son entregadas a los familiares, de no haber ninguno disponible se llevan a la residencia del enfermo, para que luego sus parientes vayan a buscarlas si así lo desean – Ante la última pregunta negó con la cabeza – El paciente está recluido y no se permiten visitas, es demasiado peligroso – Se detuvo – Y ahora, si me disculpa, tengo que continuar con mi trabajo – Era una forma amable de decirle a la joven que los invitaba a retirarse.
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-¿Pesadillas? – Amit no entendía muy bien cómo eran los procesos de creación de los humanos, en líneas generales los Mausu creían que las pinturas, escritos y estatuas se hacían para los dioses, eran pocos los ratones que se salían de ese estilo de arte. Por lo mismo, nunca había escuchado de alguien que se inspirara en pesadillas para crear cosas.Una vez que tuvo el dinero el sujeto cambió su actitud a una mucho menos amable. Amit agarró de la mano a Cryz y la puso detrás de él para alejarla de ese horrible hombre.
-No es necesario ser maleducado, la joven se lo preguntó amablemente ¡Tchik! – Achicó los ojos y miro de forma amenazante al guardia – Si ya no quiere contestar puede negarse y ya – El Mausu hizo una serie de sonidos que en su idioma eran maldiciones.
-Como quieran – Respondió y chasqueó la lengua. Se dio la vuelta y los dejó allí con cara de no entender lo que sucedía.
-Creo que todos los que están aquí adentro perdieron la cordura ¡Tchik! O al menos los modales- Le dio unas palmaditas en la mano a Cryz – Ven, esperemos a Nahir afuera, veremos si ella pudo averiguar algo –
El roedor fue junto con la humana hasta la entrada del manicomio, y lo cierto era que se sintieron mucho más aliviados cuando estuvieron afuera. Amit se dijo a si mismo que en la medida de lo posible no volvería a entrar a un sitio como ese.
-Ahora tenemos el listado con las personas que compraron el resto de las cajas ¡Tchik! Creo que deberíamos separarnos para hacerlo más rápido – Propuso el Mausu cuando Nahir llego.
Amit'tek
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Re: Robo en la mansión Hammersmith[Libre] [3/3] [Cerrado]
Nahir no cambiaba de semblante ante las palabras del hombre, iba asintiendo mientras lo escuchaba, pero por dentro estaba horrorizada. En aquel lugar las personas eran tratadas como a… ¿animales? No, los animales tienen la libertad del prado y las montañas, al menos. Los pacientes que entraban en aquel lugar jamás volverían a salir de él, no al menos vivas. Las oraciones no eran suficientes, morirían de inanición, por falta de alimentos, por pena…
¿En su casa? ¿Las cajas estaban en su casa? La chica pudo sentir un arrebato dentro de ella, aquello podría servir, pero ¿dónde debía vivir aquel hombre?
Las palabras del anfitrión la sacaron de sus pensamientos, aunque la conversación no duró mucho más, ya que el hombre le dijo con otras palabras que empezaban a sobrar.
-Claro, deben estar muy liados.Ya nos volveremos a ver- mintió- Que tenga un buen día, señor…- se despidió ya rehaciendo sus pasos para volver a la sala de recepción.
Caminaba mirado hacia los lados, esperando encontrarse con sus compañeros a cada vuelta de esquina, pero no era así ¿Dónde se habían metido?
Los esperaría fuera, a fin de cuentas, aquel lugar era muy grande.
Cuando pasó por las mesas que había justo delante de la puerta de salida, Nahir miró hacia atrás, asegurándose de que el hombre de antes no estaba cerca para poder escucharla.
-Hola, buenos días. El responsable me ha dicho que me pase por aquí para solicitar la que era la dirección actual de uno de los residentes que ha fallecido recientemente. Al parecer, hay algunas pertenencias que han reclamado sus familiares, y debo llevarlas cuanto antes. – dijo con tono decidido
-Oh…bueno…- dijo la mujer mirando entre pilas y pilas de papeles, estaba claro que ahí hacía falta un poco de orden. Cogió una carpeta que había en una estantería que parecía que se iba a caer en pedazos. Chupándose la punta del pulgar, la mujer fue pasando las hojas, no sin fruncir el ceño y entrecerrando los ojos para poder leer las hojas. –Ya veo, aquí tengo la lista de direcciones de todos los pacientes, pero me temo que no consta que deba llevarse nada a casa de nadie…- alzó la mirada para fijarse más en Nahir, dejando el papel sobre la mesa - ¿Quién ha dicho que era usted?
La había pillado, aquello hizo que se pusiera un poco nerviosa, aunque intento que no se le notase.
-Eso es lo que me han comunicado- dijo arrogante la joven, intentando parecer indignada con aquella sospecha hacía su persona. –Vaya a preguntarle usted misma, a ver si tengo o no razón…- sentenció con una mirada penetrante.
A juzgar por la expresión de duda de la mujer, había conseguido sembrar discordia en sus pensamientos. No se movió de su sitio, en lugar de ello gritó:
- ¡Eh Catalina! –hizo una pequeña pausa, hasta que una contestación, también a gritos, salió de entre una de las puertas - ¡Puedes preguntar por ahí si hay que llevar unas…!
Aquel era el momento de actuar, si aquella mujer no iba a moverse, y claramente la iban a pillar en cualquier momento, debía hacer algo.
Abrió mucho las manos, separando los dedos y arqueándolos levemente. Concéntrate, concéntrate… el papel del listado de direcciones comenzó a levantarse de la mesa, levitando por encina de todo el montón de documentos, como si lo meciese el aire. Debía darse prisa, solo faltaba que aquella mujer se volviese en el momento oportuno para ser pillada. Atrajo el papel hasta quedar delante de ella, para después cogerlo con cuidado para no hacer ruido, y empezar a irse marcha atrás. Abrió la puerta y antes de irse, como si de un golpe de aire se tratase, Nahir tiró toda la montaña de papeles, haciendo que se mezclasen unos con otros, así no se daría cuenta de la pérdida de un insignificante ejemplar, al menos no en un buen rato.
-Da igual, déjelo. Ya mandare a otro a que haga la tarea…- usó como despedida antes de cerrar la puerta y bajar los escalones corriendo, apretando el papel contra su pecho.
- ¡Maldito aire, malditos papeles, y maldita tú! - pudo escuchar que gritaba la mujer al otro lado de la puerta, ahora con mucha faena por delante.
Y ahí estaban sus compañeros, se alegró de verlos.
-Sí, estaría bien…- contestó a la propuesta del roedor, aun con el corazón en un puño. –Quizás esto nos sea de ayuda…-les mostró la lista de direcciones de los residentes del sanatorio, entre los cuales estaba la residencia del señor Bandargi.
¿En su casa? ¿Las cajas estaban en su casa? La chica pudo sentir un arrebato dentro de ella, aquello podría servir, pero ¿dónde debía vivir aquel hombre?
Las palabras del anfitrión la sacaron de sus pensamientos, aunque la conversación no duró mucho más, ya que el hombre le dijo con otras palabras que empezaban a sobrar.
-Claro, deben estar muy liados.Ya nos volveremos a ver- mintió- Que tenga un buen día, señor…- se despidió ya rehaciendo sus pasos para volver a la sala de recepción.
Caminaba mirado hacia los lados, esperando encontrarse con sus compañeros a cada vuelta de esquina, pero no era así ¿Dónde se habían metido?
Los esperaría fuera, a fin de cuentas, aquel lugar era muy grande.
Cuando pasó por las mesas que había justo delante de la puerta de salida, Nahir miró hacia atrás, asegurándose de que el hombre de antes no estaba cerca para poder escucharla.
-Hola, buenos días. El responsable me ha dicho que me pase por aquí para solicitar la que era la dirección actual de uno de los residentes que ha fallecido recientemente. Al parecer, hay algunas pertenencias que han reclamado sus familiares, y debo llevarlas cuanto antes. – dijo con tono decidido
-Oh…bueno…- dijo la mujer mirando entre pilas y pilas de papeles, estaba claro que ahí hacía falta un poco de orden. Cogió una carpeta que había en una estantería que parecía que se iba a caer en pedazos. Chupándose la punta del pulgar, la mujer fue pasando las hojas, no sin fruncir el ceño y entrecerrando los ojos para poder leer las hojas. –Ya veo, aquí tengo la lista de direcciones de todos los pacientes, pero me temo que no consta que deba llevarse nada a casa de nadie…- alzó la mirada para fijarse más en Nahir, dejando el papel sobre la mesa - ¿Quién ha dicho que era usted?
La había pillado, aquello hizo que se pusiera un poco nerviosa, aunque intento que no se le notase.
-Eso es lo que me han comunicado- dijo arrogante la joven, intentando parecer indignada con aquella sospecha hacía su persona. –Vaya a preguntarle usted misma, a ver si tengo o no razón…- sentenció con una mirada penetrante.
A juzgar por la expresión de duda de la mujer, había conseguido sembrar discordia en sus pensamientos. No se movió de su sitio, en lugar de ello gritó:
- ¡Eh Catalina! –hizo una pequeña pausa, hasta que una contestación, también a gritos, salió de entre una de las puertas - ¡Puedes preguntar por ahí si hay que llevar unas…!
Aquel era el momento de actuar, si aquella mujer no iba a moverse, y claramente la iban a pillar en cualquier momento, debía hacer algo.
Abrió mucho las manos, separando los dedos y arqueándolos levemente. Concéntrate, concéntrate… el papel del listado de direcciones comenzó a levantarse de la mesa, levitando por encina de todo el montón de documentos, como si lo meciese el aire. Debía darse prisa, solo faltaba que aquella mujer se volviese en el momento oportuno para ser pillada. Atrajo el papel hasta quedar delante de ella, para después cogerlo con cuidado para no hacer ruido, y empezar a irse marcha atrás. Abrió la puerta y antes de irse, como si de un golpe de aire se tratase, Nahir tiró toda la montaña de papeles, haciendo que se mezclasen unos con otros, así no se daría cuenta de la pérdida de un insignificante ejemplar, al menos no en un buen rato.
-Da igual, déjelo. Ya mandare a otro a que haga la tarea…- usó como despedida antes de cerrar la puerta y bajar los escalones corriendo, apretando el papel contra su pecho.
- ¡Maldito aire, malditos papeles, y maldita tú! - pudo escuchar que gritaba la mujer al otro lado de la puerta, ahora con mucha faena por delante.
Y ahí estaban sus compañeros, se alegró de verlos.
-Sí, estaría bien…- contestó a la propuesta del roedor, aun con el corazón en un puño. –Quizás esto nos sea de ayuda…-les mostró la lista de direcciones de los residentes del sanatorio, entre los cuales estaba la residencia del señor Bandargi.
Nahir
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Re: Robo en la mansión Hammersmith[Libre] [3/3] [Cerrado]
Me acerque a Nahir al verla salir de aquel horrible lugar, ya se habia tardado demasiado asi que la habia abrazado. Estaba mas tranquila aquello era buena señal, nadie habia descubierto nada de nada.
- Que buen que ya volviste, me estaba preocupando, empezaba a creer que no habia sido correcto dejarte sola... - dije mientras me separaba para dejarla hablar tranquila.
Tome el papel pero no entendía casi nada de lo que decía... Aquellas personas escribían horrible y casi ilegible, se la pase a Amit a ver si el tenia mas suerte que yo en descifrar aquella pista.
- Lo único que entendí es que dice "Direcciones" ¿Iremos a casa del señor Bandargi? Si es asi despues podemos ir en busca del resto de personas que sale en el recibo y preguntar tambien. - dije rascándome la cabeza mientras trataba de darle lógica a todo este caso.
No era algo fácil, aun no teníamos un sospechoso claro ni razones por las cuales hubieran robado en la mansión y matado a uno de sus sirvientes, aun faltaban muchas piesas que poco a poco comenzaban a aparecer pero era muy difícil encajarlas.
- ¿No seria bueno ir dándole lógica a la poca información que tenemos? Digo con respeto a la casa de subastas y este lugar - señale el lugar de locos que ahora estaba a nuestras espaldas. - Lo digo por que aun no le encuentro mucha lógica a todo esto... - sabia que tenia que aprender a entender las cosas rapido si quería ayudar en esto.
Mire a mis compañeros en busca de alguna respuesta o comentario antes de seguir con nuestro recorrido hacia la siguiente pista que solo los dioses sabrían con exactitud donde estaría y a donde nos llevaría todo eso.
La mañana empezaba a acabarse y la tarde comenzaba ya que mi estomago ya empezaba a reclamar la siguiente comida del dia pero me daba vergüenza mencionarlo al igual que el asunto de que mis piecitos ya me dolían a mas no poder por tanto caminar pero no quería ser una carga y enserio me daba vergüenza comentar esas cosas.
Asi que espere hasta que nos detuviéramos para sentarme sobre una piedra plana y comenzar a masajear mis piecitos adoloridos de caminar y mire a Nahir y Amit para hacerles la pregunta del año.
- ¿Falta mucho? - pregunte de la misma forma que hacia con mi hermano cuando estaba ansiosa por salir a jugar con el o queria que terminara pronto para hacer algo mas entretenido.
- Que buen que ya volviste, me estaba preocupando, empezaba a creer que no habia sido correcto dejarte sola... - dije mientras me separaba para dejarla hablar tranquila.
Tome el papel pero no entendía casi nada de lo que decía... Aquellas personas escribían horrible y casi ilegible, se la pase a Amit a ver si el tenia mas suerte que yo en descifrar aquella pista.
- Lo único que entendí es que dice "Direcciones" ¿Iremos a casa del señor Bandargi? Si es asi despues podemos ir en busca del resto de personas que sale en el recibo y preguntar tambien. - dije rascándome la cabeza mientras trataba de darle lógica a todo este caso.
No era algo fácil, aun no teníamos un sospechoso claro ni razones por las cuales hubieran robado en la mansión y matado a uno de sus sirvientes, aun faltaban muchas piesas que poco a poco comenzaban a aparecer pero era muy difícil encajarlas.
- ¿No seria bueno ir dándole lógica a la poca información que tenemos? Digo con respeto a la casa de subastas y este lugar - señale el lugar de locos que ahora estaba a nuestras espaldas. - Lo digo por que aun no le encuentro mucha lógica a todo esto... - sabia que tenia que aprender a entender las cosas rapido si quería ayudar en esto.
Mire a mis compañeros en busca de alguna respuesta o comentario antes de seguir con nuestro recorrido hacia la siguiente pista que solo los dioses sabrían con exactitud donde estaría y a donde nos llevaría todo eso.
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La mañana empezaba a acabarse y la tarde comenzaba ya que mi estomago ya empezaba a reclamar la siguiente comida del dia pero me daba vergüenza mencionarlo al igual que el asunto de que mis piecitos ya me dolían a mas no poder por tanto caminar pero no quería ser una carga y enserio me daba vergüenza comentar esas cosas.
Asi que espere hasta que nos detuviéramos para sentarme sobre una piedra plana y comenzar a masajear mis piecitos adoloridos de caminar y mire a Nahir y Amit para hacerles la pregunta del año.
- ¿Falta mucho? - pregunte de la misma forma que hacia con mi hermano cuando estaba ansiosa por salir a jugar con el o queria que terminara pronto para hacer algo mas entretenido.
Cryz
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Re: Robo en la mansión Hammersmith[Libre] [3/3] [Cerrado]
El Mausu intentaba calmar a la joven humana mientras esperaban por Nahir. Aunque no lo dijo, si veía que la mujer tardaba mucho más estaba dispuesto a entrar para buscarla, y esta vez no sería tan diplomático, apoyó la mano en el mango de su martillo mientras pensaba en eso. Pero por suerte no fue necesario, la vieron salir a paso acelerado del horrible edificio, y Cryz la recibió con los brazos abiertos.
-¿Qué encontraste? – Pregunto el ratón mientras agarraba la hoja - ¡Tchik! Ya veo, aquí es donde vivía el Señor Bandargi, es perfecto, podremos ir y averiguar qué fue de sus pertenencias o como llegaron las cajas que hizo al salón de subastas –
Amit estaba más que dispuesto a ir en ese mismo instante a averiguar qué había sido de las posesiones de Bandargi, se adelantó varios metros cuando escuchó el comentario de Cryz, se detuvo e hizo un gesto meditabundo, luego asintió con efusividad.
-Es cierto, estamos corriendo desde que salimos de la mansión de los Hammersmith, deberíamos detenernos un momento y juntar las pistas que ya tenemos – Pero en la zona donde estaban no había más que casas y el asilo, por lo que tuvieron que caminar hasta una parte más céntrica para poder encontrar un sitio donde quedarse.
La pregunta de la pequeña enterneció el corazón del Mausu.
-No falta mucho, lo prometo ¡Tchik! Podremos descansar en el siguiente sitio que encontremos –
Finalmente llegaron a una taberna donde pudieron sentarse y pedir algo para comer y beber, el Mausu se trepo a la silla y pidió solo agua y pan. Mientras esperaba a que le trajeran las cosas estiró el papel con las direcciones que había conseguido Nahir y las anotaciones con los distintos compradores que había conseguido Cryz.
-Según esto… Podemos suponer que hay al menos cuatro cajas que hacen juego – Amit señaló cada uno de los nombres en la lista – Y que por algún motivo alguien quiere juntarlas – Y parecía estar dispuesto a hacer cualquier cosa para lograrlo.
¿Qué podían tener unas simples cajas de música para que alguien se obsesionara tanto con ellas? ¿Eran acaso mucho más valiosas de lo que imaginaban? ¿O había algo más? Sin duda el relato de cómo habían sido creadas resultaba escalofriante, en medio de la locura y la muerte, parecían llevar la desgracia a sus dueños.
Cuando los tres terminaron de descansar, se dirigieron a la dirección señalada en las anotaciones de la ficha, esta vez no tardaron tanto porque la vivienda se encontraba en uno de los barrios del centro. Era una casa muy bonita, con varios pisos y no tenía la apariencia de estar abandonada.
-Será que… ¿Alguien vive aquí aún? – Dijo Amit, mirando a sus dos acompañantes en busca de respuestas – Bien, solo parece haber un modo de averiguarlo –
Se acercó a la puerta y dio tres golpes con los nudillos. Se escucharon los pasos en el piso de madera, y a los pocos segundos una señora abrió la puerta.
-¿Si? ¿En qué puedo ayudarlos? – Dijo con amabilidad, por su modo de vestir era evidente que no se trataba de la dueña de casa, sino más bien de algún tipo de sirvienta o ama de llaves.
-¿Qué encontraste? – Pregunto el ratón mientras agarraba la hoja - ¡Tchik! Ya veo, aquí es donde vivía el Señor Bandargi, es perfecto, podremos ir y averiguar qué fue de sus pertenencias o como llegaron las cajas que hizo al salón de subastas –
Amit estaba más que dispuesto a ir en ese mismo instante a averiguar qué había sido de las posesiones de Bandargi, se adelantó varios metros cuando escuchó el comentario de Cryz, se detuvo e hizo un gesto meditabundo, luego asintió con efusividad.
-Es cierto, estamos corriendo desde que salimos de la mansión de los Hammersmith, deberíamos detenernos un momento y juntar las pistas que ya tenemos – Pero en la zona donde estaban no había más que casas y el asilo, por lo que tuvieron que caminar hasta una parte más céntrica para poder encontrar un sitio donde quedarse.
La pregunta de la pequeña enterneció el corazón del Mausu.
-No falta mucho, lo prometo ¡Tchik! Podremos descansar en el siguiente sitio que encontremos –
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Finalmente llegaron a una taberna donde pudieron sentarse y pedir algo para comer y beber, el Mausu se trepo a la silla y pidió solo agua y pan. Mientras esperaba a que le trajeran las cosas estiró el papel con las direcciones que había conseguido Nahir y las anotaciones con los distintos compradores que había conseguido Cryz.
-Según esto… Podemos suponer que hay al menos cuatro cajas que hacen juego – Amit señaló cada uno de los nombres en la lista – Y que por algún motivo alguien quiere juntarlas – Y parecía estar dispuesto a hacer cualquier cosa para lograrlo.
¿Qué podían tener unas simples cajas de música para que alguien se obsesionara tanto con ellas? ¿Eran acaso mucho más valiosas de lo que imaginaban? ¿O había algo más? Sin duda el relato de cómo habían sido creadas resultaba escalofriante, en medio de la locura y la muerte, parecían llevar la desgracia a sus dueños.
Cuando los tres terminaron de descansar, se dirigieron a la dirección señalada en las anotaciones de la ficha, esta vez no tardaron tanto porque la vivienda se encontraba en uno de los barrios del centro. Era una casa muy bonita, con varios pisos y no tenía la apariencia de estar abandonada.
-Será que… ¿Alguien vive aquí aún? – Dijo Amit, mirando a sus dos acompañantes en busca de respuestas – Bien, solo parece haber un modo de averiguarlo –
Se acercó a la puerta y dio tres golpes con los nudillos. Se escucharon los pasos en el piso de madera, y a los pocos segundos una señora abrió la puerta.
-¿Si? ¿En qué puedo ayudarlos? – Dijo con amabilidad, por su modo de vestir era evidente que no se trataba de la dueña de casa, sino más bien de algún tipo de sirvienta o ama de llaves.
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