Cronología

Con los elfos controlando todo el sur del continente, y los brujos asentados en el este y nordeste, algunos de los humanos que no habían absorbido la magia decidieron exiliarse a las montañas, donde dedicaban su vida al cuidado de los Dragones Elementales. Éstos, a modo de agradecimiento, les dieron el don de la transformación y de la magia a través de la ingesta de su sangre. Se convirtieron en los actuales dragones y se instalaron definitivamente en el norte del continente.

Los Dragones Elementales desaparecen del mundo. Entre los dragones devotos, surge la esperanza de que regresarán algún día, cuando las razas de Aerandir vuelvan a ser dignas de su presencia.

El infame caballero Rigobert Dahl-Gunderssen organiza un golpe contra el Consejo y se intitula a sí mismo Primer Rey de Dundarak. Muere solo unos meses después en un accidente de vuelo, pero para entonces su tío, también llamado Rigobert, se las ha arreglado para consolidar el poder de la familia en la ciudad y será coronado como Rigobert II.

El anciano rey Rigobert II muere pacíficamente durante el sueño. Aunque se sucedieron algunas revueltas en Dundarak que buscaban restaurar el Consejo de Ancianos, éstas fueron rápidamente acalladas y Godofrey, hijo de Rigobert, fue coronado como tercer rey de los dragones.

El gran terremoto que se produjo este año provocó algunos desprendimientos en las montañas. Uno de ellos despejó la entrada del largamente olvidado Santuario de los Dragones de Cristal, frente al Lago Helado.

Se cree que fue en este año cuando el Nigromante Frendel se asentó en la Isla Volcánica con sus seguidores, buscando despertar al Dragón Oscuro. Si acaso lo consiguieron, el Dragón no se ha manifestado todavía, pero de los nigromantes sí llegarían rumores al resto de Aerandir.

Durante La Noche en que el Tiempo se Detuvo, la enorme clepsidra que indicaba el cambio de turno en el cuartel de los Caballeros Dragón en Dundarak fue destruida al emerger de ella una extraña criatura. La criatura fue reducida y el Tiempo restituido poco después, pero aún no está clara la auténtica relación entre ambos sucesos.

Poco después de que una misteriosa pirámide apareciera de la nada en las afueras de Dundarak, una contagiosa enfermedad comenzó a expandirse por la ciudad. La plaga, que se extendería rápidamente por todo el continente, dejó un recuento de más de 900 muertos solo en el norte. Quizá la más notoria de esas muertes fuera la del rey Godofrey, aunque se produjo con tal rapidez desde el contagio que se rumorea que no fue la enfermedad lo que acabó realmente con su vida. Godofrey fue sucedido por su jovencísimo hijo, Rigobert III. La extraña pirámide que lo había iniciado todo desapareció en el momento en que Rigobert fue proclamado rey.

Rigobert III emprende numerosas obras para modernizar y engrandecer la ciudad de Dundarak. También establece un programa para limpiar las calles de todo tipo de criminales, a quienes les esperan dos únicos destinos: ejecución o trabajos forzados en las Minas del Cadalso, cuya explotación de gemas impulsará el crecimiento económico de la ciudad. Junto a la mina, también se construirá la maquinaria de guerra que asistirá al rey Siegfried en la reconquista de Lunargenta, así como los incipientes afanes expansionistas del propio Rigobert.

Varias de las fuentes que abastecen de agua las calles de Dundarak son envenenadas con flor de nirana, también llamada euforia, creando el caos en la ciudad. En medio del terror y la búsqueda de culpables, tres enormes y poderosos dragones, a quien todos los testigos identifican como los Dragones Ancestrales retornados, restablecen la paz antes de desaparecer de nuevo.

Un enorme dragón es avistado sobrevolando la Isla Volcánica meses después del ataque de euforia en Dundarak. Se envía una expedición liderada por la capitana Friddel, que está convencida de que se trata de otro de los Dragones Ancestrales. La expedición descubre una enorme fuente de éter que mana de la boca de uno de los volcanes y deciden construir un extractor en su cima, al tomarlo por un regalo de los Ancestrales a sus siempre fieles siervos.

Uno de los fragmentos del cometa Minne deja un enorme cráter al caer en un pastizal de una granja de bisontes en la estepa. La forma de nido del cráter, así como su tamaño, refuerza la idea del retorno de los Dragones Ancestrales.

El rey Rigobert III es asesinado a las puertas del Árbol Madre en Sandorai. Al carecer de herederos y haberse producido la muerte tan lejos, las familias nobles del norte aprovechan la circunstancia para restituir el Consejo de Ancianos en Dundarak tras quince años de monarquía despótica.

En una expedición al Macizo Nevado, la capitana Friddel descubre la verdad sobre los supuestos Dragones Ancestrales avistados recientemente en Dundarak y la Isla Volcánica: se trata de dragones normales que se han estado alimentando del éter maldito emanado por uno de los 19 Objetos creados por Ian Edgecomb y atrapado de algún modo en el interior de la tierra misma. Más aún, la creación del Extractor de Éter en la Isla Volcánica ha secado otras fuentes de este éter y dejado a los terribles dragones malditos sin alimento. La capitana logrará convencer al recientemente instaurado Consejo de detener las explotaciones y destinar todo un destacamento a protegerlo tanto de los ataques de estos dragones hambrientos de poder, como del posible interés del peligroso Hombre Muerto. No tardarán en recibir un ataque de una de las bestias. Las pérdidas serán importantes, pero la victoria les enseñará que los dragones no son dioses: se los puede matar.

En Dundarak, crece el descontento general al dividirse la opinión pública entre aquellos que, como el Consejo, dan crédito a las afirmaciones de la capitana Friddel de que los grandes dragones que se aparecieron en la ciudad el año anterior eran impostores engordados con éter maldito, y aquellos que continúan convencidos de que los Dragones Ancestrales han regresado. Estos últimos empiezan a agruparse en reuniones clandestinas.

La tensión estallará finalmente en el emplazamiento del Extractor de Éter, en la Isla Volcánica, donde los Catedráticos del Hekshold planean una reunión con representantes del Consejo Dragón para convencerlos de destruir los Objetos Malditos que custodian. El Hombre Muerto se ha aliado con los tres grandes dragones que visitaron Dundarak año y medio atrás y todo un ejército de sus adoradores, que atacan coordinadamente el lugar. La batalla fue cruenta, pero con la colaboración de los dragones fieles al Consejo, los representantes del Hekshold y un pequeño grupo de elfos recién llegados a la isla, los grandes dragones fueron finalmente destruidos. Esto solo enfureció aún más a sus adoradores, que redoblaron su ataque. En medio del caos, los últimos de los 19 Objetos Malditos existentes en Aerandir fueron arrojados al cráter del Volcán y el propio extractor se derrumbó sobre el mismo. Decenas de testigos aseguran que el propio Hombre Muerto se presentó en el lugar de la batalla y trató de alimentarse del éter liberado por el Volcán Maldito. Afirman también que lo vieron retorcerse de dolor y difuminarse en la nada cuando el volcán estalló. Solo la eficiente organización de los dragones, combinada con la poderosa magia de los Catedráticos del Hekshold consiguió evacuar la zona a tiempo. La Catedrática Lise Meitner fue una de las numerosas bajas de la noche.

Durante un festival en Dundarak, se produce un atentando mediante nada menos que mariposas explosivas. Un grupo espontáneo de civiles logró evitar males mayores, pero entre la reciente pérdida en la Isla Volcánica y el atentado, la capital de los reinos del norte verá su moral severamente reducida.

Se inaugura la primera línea de transporte aéreo entre Dundarak y la península de Verisar. El transporte de pasajeros consiste en una caja semicircular de madera de volarce, tallada con runas para aislar el interior y protegerla de las ventiscas, y afianzada cuidadosamente sobre el lomo de un bégimo del norte adiestrado. Las tarifas son caras y una parte del convoy inaugural hubo de realizar un aterrizaje de emergencia en los bosques del este, pero se espera que este nuevo medio de transporte acabe arraigando entre la población adinerada.

Cunde el terror en Dundarak cuando, durante la ejecución pública de uno de los terroristas responsables del atentado con mariposas explosivas, uno de sus compañeros crea una terrible distracción con el fin de escapar juntos de la justicia. Los criminales están en busca y captura, mientras la capital del norte llora a las víctimas de este nuevo atentado.

Año actual

Al final de la guerra contra los Terrestres, los vampiros dan la bienvenida a las tierras del oeste a los hombres-bestia, como sus aliados en la contienda. La invitación no se extiende a los licántropos, a quienes no perdonan las cuantiosas muertes que habían provocado entre los suyos, aunque hubiera sido bajo el yugo de los Terrestres.

Lejos de convertirse en patio de recreo para los vampiros, La Noche en que el Tiempo se Detuvo propinó un buen susto a un grupo de ellos cuando una extraña criatura emergió del péndulo de un reloj en una taberna de Sacrestic Ville. Aunque la criatura fue regresada a cualquiera que fuera la dimensión de la que venía, los gritos que se oyeron al otro lado protagonizaron los cotilleos en la villa durante semanas.

La gran epidemia que se extendió este año por Aerandir no afectó tanto al oeste del continente, probablemente porque quienes huían de ella buscaban la ayuda de elfos y humanos, a quien se consideraba más preparados para ese tipo de menesteres. En este caso, vampiros y hombres-bestia salieron beneficiados del olvido de sus congéneres.

Un nuevo culto surge en Sacrestic Ville. Se hacen llamar los Hijos de Habak y pretenden resucitar al Primer Vampiro, cuyo cuerpo dicen haber desenterrado de su tumba secreta. Si bien comenzaron en el más oscuro secreto, sus doctrinas sorprendentemente inclusivas se popularizaron cuando se supo que Amanda Bradbury, importante personalidad de la villa, figuraba entre sus adeptos. Se dice que Laluth, la sacerdotisa de los Hijos de Habak, había sido bendecida por Habakhuk y conservaba sus poderes de elfa sanadora incluso después de su iniciación como vampira.

El rey Siegfried de Lunargenta conquista Sacrestic Ville y toma el control de la villa y sus alrededores como represalia por el año en que la capital humana vivió bajo el control de un grupo de vampiros. Los vampiros, repudiados por casi todo Aerandir después del episodio de Lunargenta, vivirán desde entonces en la clandestinidad. Muchos huyen a la comarca de Urd, donde no recibirán la mejor de las bienvenidas por parte de los clanes más tradicionalistas.

En Sacrestic Ville, los Hijos de Habak, habiéndose hecho con uno de los 19 Objetos Malditos, tratan de utilizarlo para resucitar a su dios. El fracaso de la tarea provocará una escisión en sus filas que se refuerza cuando el Objeto Maldito es robado por un agente del Hombre Muerto. Meses después, la desaparición de Laluth junto con la momia del primer vampiro dejaría a los fieles confundidos y sin guía.

En un bosquecillo de la costa suroccidental de los Reinos del Oeste, se celebró la Primera Feria del Orgullo Bestial. El evento, que resultó todo un éxito, fue organizado por un comité compuesto por representantes de diferentes tribus de hombres-bestia y contó con la participación de delegaciones de licántropos, vampiros y hasta dragones.

En Sacrestic Ville aumentan poco a poco las tensiones entre la población vampira y la guardia del rey de Lunargenta, hasta el punto de que un grupo de exaltados se alzan violentamente durante una improvisada competición de Samhain. Por suerte o por desgracia, una estampida de gomejos… ¿En serio?, ¿gomejos? ¿Sí? En fin, está bien… Por suerte o por desgracia, una estampida de gomejos interrumpió el alzamiento. Los golpistas se dispersaron y la guardia recuperó poco a poco el control, aunque a la población le restaría lidiar con las pesadillas gomejiles en las noches venideras.

Una expedición instigada por el comité organizador de la Feria del Orgullo Bestial y apoyada por voluntarios de diversas procedencias logra dar con el paradero de la legendaria D’Orlind Ûr, en las montañas de Nôxhupi-Xhü, casi en el borde mismo en que el infortunado bosque de Midgard da paso a las más húmedas florestas del oeste. El comité, reconvertido en Consejo, decide refundar la ciudad, con el objetivo de convertirla en punto de unión y referencia para todas las personas-bestia de Aerandir.

En las minas del oeste, las revueltas de los mineros obligan a la guardia humana en Sacerdic a dividir su número para tratar de atajar la insubordinación de raíz. Por desgracia, eso deja a la villa baja de efectivos en un momento en que el dominio de Lunargenta sobre el oeste pende de un hilo.

Una cena de gala en Sacrestic Ville es interrumpida bruscamente cuando, de manera inexplicable, dos de los invitados (según testigos presenciales, ambos extranjeros) se coordinan para perpetrar sendos asesinatos. En medio del caos que siguió, ninguno de los criminales pudo ser aprehendido. Lo más extraño de todo el episodio es que, una vez que la guardia logró recuperar el control de la situación y evacuar el lugar, no se encontró ningún cadáver.

Año actual

Fundación de Teritia, la primera colonia bruja en Aerandir, situada entre los reinos del este y del norte, junto a las montañas. Los brujos se acabarían extendiendo por todo el este del continente.

La expansión de los humanos por la península de Verisar supuso una gran presión sobre los brujos, que perdieron sus mejores tierras de cultivo. Las tierras del nordeste ya no eran suficientes para alimentar a la creciente población, que se vio obligada a abandonar Teritia. Estos problemas, unidos a la tradicional rivalidad entre elfos y brujos, acabarían por desencadenar la llamada Primera Guerra Illidense. Los brujos ganarían algunas tierras de cultivo en los lindes de Sandorai, pero las tensiones continuaron creciendo.

Las tensiones crecientes entre elfos y brujos acabarían desatando una Segunda Guerra Illidense. En esta ocasión, la victoria bruja fue total y los elfos cedieron el Archipiélago Illidense. Con el tiempo, los brujos acabarían por abandonar el continente por completo.

En este año, bajo los auspicios del cometa Minne, se reunieron en territorio neutral representantes de todas las razas de Aerandir. Juntos, forjaron una alianza para combatir al invasor extranjero. El lugar de reunión acabaría conociéndose como la Plaza de la Alianza y, en su emplazamiento, se erigió un santuario en conmemoración de este hecho.

Finalizada la guerra contra los Terrestres, los licántropos supervivientes se desperdigaron por Aerandir, pero un grupo importante se instaló en los despoblados bosques del este. Con el tiempo, se fue formando en torno a la Arboleda Central una gran Manada, cuyos miembros habían aprendido a abrazar su naturaleza más animal y vivían apartados de los humanos del sur.

El clan licántropo Colmillo de Hierro declara formalmente su disparidad con la filosofía de la Manada fundando un poblado en el fiordo de Jormungand, Ulmer, donde tratan de recuperar su naturaleza más humana. Por su excepcional emplazamiento, pronto establecerán tratados comerciales con humanos y dragones.

La Noche en que el Tiempo de Detuvo, el Guardián del Tiempo fue visto en los alrededores de la Arboleda Central. Si bien quedó clara su implicación con la detención del tiempo en Aerandir y, tras su derrota, el amanecer no tardaría en llegar, nada se supo acerca de sus motivaciones.

Con la masiva huida hacia el sur provocada por la epidemia iniciada en Dundarak, la enfermedad se extendió rápidamente por los bosques del este. En Ulmer, una ominosa predicción por parte de un extraño bio-cibernético, es tomada como una amenaza por los habitantes del poblado. Gabriel Marlowe aprovechará la rápida escalada de violencia para hacerse con un grupo de seguidores con los que acabaría conformando su propia manada. Aunque desapareció poco después, no tardaría en regresar con más poder de convicción que nunca. Entonces aún no se sabía, pero su nuevo poder se lo había otorgado nada menos que el Hombre Muerto, a través de uno de los 19 Objetos Malditos diseminados por Aerandir.

Gabriel Marlowe sienta a su manada en la aldea costera de Helmfirth. Desde allí, establecerá contacto con las diferentes manadas diseminadas por los reinos del este predicando la venida del lobo Fenrir, que detendrá los conflictos en Aerandir. Lo que no cuenta es que su Fenrir no es otro que el Hombre Muerto, su señor, quien aspira a convertirse en un auténtico Dios.

La Plaza de la Alianza, el gran santuario erigido en el emplazamiento donde tuvo lugar la reunión de razas que llevaría a Aerandir a la victoria contra los Terrestres, vive su momento más caótico durante la celebración anual del Día de la Alianza cuando la multitud es repentinamente alertada de la cercanía del cometa Minne. Algunos afirman que la concentración de éter que protagonizaron muchos de sus asistentes fue lo que provocó que el cometa se desintegrara en la atmósfera, en lugar de impactar contra el continente.

El pequeño poblado de Jólmundröm construye un templo de madera en torno a un fragmento de meteorito procedente de Minne, que atraerá las visitas de numerosos peregrinos en los meses siguientes. Posteriormente, durante las celebraciones de Yule, el meteorito se desgajó en multitud de pedazos, lo que algunos interpretaron como un regalo de Odín a los presentes. Para otros, los más fatalistas, el hecho conformaría un mal augurio para el porvenir.

En Ulmer, una carpintería fue pasto de las llamas cuando los discípulos del Hombre Muerto se llevaron a una niña. Se sabía que la pequeña, una huérfana humana, había entrado en contacto con un objeto de gran poder durante un festival en Verisar poco antes de ser adoptada por la dueña de la carpintería. La implicación del Hombre Muerto revelaría que la maldición de la muchacha había sido producto de uno de los 19 Objetos Malditos.

Las fuertes inundaciones durante la época de lluvias llevaron a un gran número de humanos a trasladarse a las ruinas de la antigua Cantún, lo que provocó algunos conflictos con los licántropos de la zona. En contra de lo que éstos temían, los humanos acabarían trasladándose más al sur, de vuelta en Verisar debido, en parte, a los rumores de extraños acontecimientos sucedidos en las ruinas, que muchos atribuyeron a alguna antigua maldición

Gabriel Marlowe, que ha amasado una importante manada, se traslada con ella a las cercanías de Midgard. Desde allí, organizará un fuerte asalto contra la aldea élfica de Nytt Hus, bajo las órdenes del Hombre Muerto. El líder de la lengua de plata no saldrá vivo de la contienda y los supervivientes de la manada acabarían dispersándose por los bosques.

Thorbald Bukhard, líder de La Manada, busca reafirmar su poder ahora que carece de competidores de importancia. Aprovechando la oscuridad del elipse de sol, organiza un ataque contra territorio humano, sin embargo, se encuentra con una resistencia mucho mayor de la esperada y salva la vida por los pelos. En lo que sí tuvo éxito fue en ocultar la autoría del ataque, que muchos de los afectados atribuirían al clan Colmillo de Hierro. Está por ver en qué afectará el altercado a las relaciones entre Ulmer y Lunargenta.

Uno de los bégimos que conformaban el primer convoy de transporte aéreo entre Dundarak y Verisar descendió envuelto en llamas y se estrelló en medio del bosque. Por fortuna, un brujo de fuego viajaba con el convoy y pudo sofocar las llamas antes de que el incendio se extendiera.

Año actual

Los elfos atienden una petición de ayuda de los humanos, asentados en la península de Verisar. Envían su ejército a la frontera peninsular, lo que es aprovechado por los brujos para orquestar un devastador ataque sobre Sandorai. Así comienza la que fue llamada Primera Guerra Illidense..

La muerte del príncipe elfo Gaender durante una incursión en territorio brujo acabó desencadenando la Segunda Guerra Illidense. La derrota élfica supuso la pérdida del Archipiélago Illidense, pero conservaron los bosques de Sandorai.

Un movimiento racial surge en algunos de los clanes más belicosos de Sandorai. Buscando recuperar los antiguos territorios de sus ancestros, organizan una serie de ataques contra Beltrexus que acabarían causando más bajas entre los propios elfos que entre los brujos. En represalia, los brujos atacaron Sandorai desde el sur, buscando erradicar los focos guerrilleros. Aunque los grandes clanes de Sandorai se mantuvieron al margen, hay quien llama a este bochornoso episodio la Tercera Guerra Illidense.

El autoproclamado Guardián del Tiempo fue visto por multitud de testigos en Sandorai, durante La Noche en que el Tiempo se Detuvo. Tras amenazar con la destrucción de Árbol Madre, trató de volver a los presentes unos contra otros mediante ilusiones, pero los elfos vieron el engaño y derrotaron a la extraña figura. Tras la batalla, llegaría por fin un nuevo día.

La peste que asoló Aerandir en este año llenó los bosques de Sandorai de refugiados en busca de sanación, lo que provocó tensiones y numerosos altercados. El conflicto fue escalando cuando se corrió la voz de que los elfos disponían de una cura para el mal que ocultaban al resto de pueblos afectados por la terrible epidemia.

Atreyu Santya, líder del clan Sondve, es maldita y expulsada de Sandorai tras desobedecer al Consejo. Gran parte de su clan la seguiría al exilio, pero logró convencer a su querida amiga Danethil de que se quedase como líder de aquellos miembros que no tendrían por qué abandonar sus hogares por la desobediencia de Atreyu.

Una extraña corrupción se ha ido extendiendo por el bosque sagrado de Sandorai, al tiempo que un expansionista rey Rigobert se planta en sus puertas con un ejército de dragones. No tardará en descubrirse que la corrupción está relacionada con unos seres de otra dimensión, el Oblivion, que buscan destruir las fuentes de éter en Aerandir. Estos seres, conocidos como los Jinetes Oscuros, organizan un asalto al Árbol Madre que, aunque repelido, deja el árbol en pésimas condiciones. Aunque los elfos guardan celosamente la información, se cree que fueron varios los lugares sagrados atacados por los Jinetes. Además, una amplia sección al noroeste del bosque quedó misteriosamente congelada. En cuanto al ejército dragón, sus oficiales ordenaron la retirada cuando el rey Rigobert fue asesinado ante la vista de todos por un brujo ilusionista.

Tras una larga peregrinación por los lindes de Sandorai, Atreyu y su clan de desterrados, se hacen con el control de un poblado de leñadores humanos en los lindes de Midgard. Atreyu renombra la aldea como Nytt Hus, Nueva Casa, y permite a los humanos que lo deseen quedarse y convivir con su clan, el clan Sondve, siempre que renuncien a la tala de árboles. Se dice que Atreyu planea convertir Midgar en un bosque tan verde y frondoso como el bosque sagrado de Sandorai. Cuando se extiende la noticia, un grupo de peregrinos se presenta ante la líder Sondve con un magnífico regalo. Pronto se descubrirá que se trata de uno de los 19 Objetos Malditos, lo que pondrá a Nytt Hus en el punto de mira del Hombre Muerto.

Se reúne, frente a Árbol Madre, un gran Consejo de Clanes. Han descubierto que el expulsado clan Sondve custodia varios de los 19 Objetos Malditos y planean utilizar su poder para revivir Midgard, pero también que el Hombre Muerto intentará aprovechar su pequeño número para hacerse con los objetos, pues ya lo ha intentado antes. El Consejo concluye que no levantará la sentencia de expulsión pronunciada contra Atreyu, pero acuerdan enviar un destacamento de soldados para ayudar en la defensa de Nytt Hus, cuya líder, ha caído terriblemente enferma por causa de su maldición. Como era de esperar, la decisión no contenta a todo el mundo.

Nytt Hus recibe con alivio los refuerzos enviados de Sandorai, pues la ingente manada de Gabriel Marlowe, conocido discípulo del Hombre Muerto, ya ha sido avistada en las cercanías. Mientras los elfos se preparan para defenderse del inminente ataque, son traicionados por un grupo del Clan Ojosverdes, que rechazan la decisión del Consejo de ayudar en la defensa de los desterrados Sondve. Los defensores conseguirán repeler el ataque de los traidores, pero verán sus fuerzas mermadas cuando llega el asalto final de los licántropos. Un pequeño grupo de aliados organiza una incursión desesperada al centro mismo de las fuerzas enemigas y logra dar muerte a Marlowe, al tiempo que Atreyu Santya, restablecida de sus dolencias, destruye los Objetos Malditos presentes en la batalla armonizando su éter con el remanente de su propia maldición y escudando así a los presentes de los efectos secundarios. Los licántropos supervivientes huirán en desbandada, mientras que los elfos traidores deberán esconderse por su desobediencia.

Una expedición instigada por el comité organizador de la Feria del Orgullo Bestial y apoyada por voluntarios de diversas procedencias logra dar con el paradero de la legendaria D’Orlind Ûr, en las montañas de Nôxhupi-Xhü, casi en el borde mismo en que el infortunado bosque de Midgard da paso a las más húmedas florestas del oeste. El comité, reconvertido en Consejo, decide refundar la ciudad, con el objetivo de convertirla en punto de unión y referencia para todas las personas-bestia de Aerandir.

Año actual

El año en que comenzaron las primeras incursiones vikingas a Aerandir a través del portal marca el inicio de la cuenta de los años para los humanos. La nueva oleada de humanos se fue mezclando con las anteriores y no tardaron en extenderse por las tierras fértiles de la península.

La expansión humana chocó con los intereses de los brujos, que habían perdido sus tierras más fértiles en el proceso. Así comenzaron los ataques brujos a los humanos de la península. Éstos pidieron ayuda a los elfos, cuya intervención acabaría por desencadenar la llamada Primera Guerra Illidense.

Fundación de Lunargenta: Los recién llegados humanos fundan la ciudad de Lunargenta, cuyo primer nombre fue Lüergnet. Con el tiempo, acabaría convirtiéndose en la ciudad más grande e importante de todo Aerandir.

El rey Alathos, en representación de todos los pueblos de Aerandir, firma un tratado de paz con los Terrestres en Lunargenta que pone fin a la guerra contra los extranjeros.

Con la retirada de los Terrestres, su base principal, al norte de la península, queda a cargo de los bio-cibernéticos, relegados a sus propios medios para su subsistencia y reproducción.

A la muerte del rey Alathos III, misteriosamente asesinado, éste fue sucedido por un jovencísimo Siegfried, sobre el que caería desde entonces, la responsabilidad de la casa Carster y del reino humano, con capital en Lunargenta.

La pequeña villa amurallada de Terpoli, en Verisar, atrae la atención de todo Aerandir cuando Frendel lo convierte en blanco de sus nigromantes. Bajo el mando de Lord Treki, comandante de la Guardia del rey, y con apoyo de los brujos de Beltrexus, un grupo de héroes logra repeler a los muertos vivientes y los nigromantes que los acompañaban.

Tras unos meses de tensiones y avisos, los nórgedos, pueblos nómadas que habitan el Arenal de Roilkat, atacan la ciudad. Un grupo de héroes se une a la defensa de la villa y logran repeler el ataque. Sin embargo, la base del grupo en el Arenal no fue destruida por completo. Mientras la ciudad se recupera, también lo hacen los nórgedos.

Durante La Noche en que el Tiempo se Detuvo, cundió el caos en Lunargenta cuando las gárgolas de la torre del reloj cobraron vida y atacaron a los viandantes. Por fortuna, dos intrépidos guerreros lograron destruir a las criaturas, poniendo así a salvo a la población.

En el Arenal de Roilkat, se produce un cambio de liderazgo entre las tribus nórgedas: Con ayuda del propio Flint Roiland, heredero de la casa Roiland de Roilkat, Bashira, a quien pronto se la conocerá como Bashira la Justa, se convierte en la nueva Sheik de los nórgedos y establece su capital en Dalmasca, una incipiente ciudad  oculta en medio del Arenal.

Con la llegada masiva de refugiados que huían de la pandemia en el norte, las principales ciudades de Verisar se verían desbordadas para detener la avalancha. Se multiplicaron los disturbios y, muy pronto, la enfermedad se extendió por toda la península. Sin embargo, el rápido cierre de los puertos impidió que la epidemia saliera del continente.

Durante el pánico generalizado por la extraña enfermedad venida desde el norte, se corrió la voz de que la Base de los Bio-cibernéticos escondía una cura. Se produjo una incursión en el lugar que acabó con la destrucción de uno de los laboratorios.

Cuando el rey Siegfried fue evacuado de Lunargenta para evitar el contagio de la enfermedad, el caos se apoderó de la ciudad. De alguna manera, en medio de la locura y el terror, un grupo de vampiros se abrió paso hasta el palacio y uno de ellos, Dag Thorlak, se asentó en el trono en ausencia de Siegfried. A partir de entonces, las noches de la capital se tornaron más peligrosas y solo ladrones y maleantes lograron sacar provecho del caos y la inestabilidad generalizados.

En Roilkat, un asalto de un grupo de vampiros acaba con el cabeza de la casa Roiland y los hombres que lo defendían. Su residencia es reducida a cenizas y su sobrino, Flint Roiland, asume el liderazgo de su casa y la ciudad. La alianza con Bashira y los nórgedos llega tan deprisa que hay quien asegura que el asesinato de su tío fue un complot urdido por la propia Bashira, que tiene al joven Roiland bebiendo de su mano.

En Vulwulfar, se cierne la tragedia cuando la dama Magrét Vulwulf desaparece misteriosamente en el Monte de la Adoración, a las afueras de la ciudad. El caballero Sir Artúr desaparece y es dado por muerto cuando trata de averiguar el paradero de Lady Magrét. Desde entonces, será llamado Sir Artúr de la profundidad. Para evitar mayores tragedias, el Señor de Vulwulfar ordenó cerrar el acceso al Monte de la Adoración.

En Baslodia, los muertos se levantan en una noche aciaga. Con el tiempo, llegaría a saberse que el suceso fue provocado por el Hombre Muerto, que buscaba uno de los 19 Objetos Malditos, pues había percibido su poder en la ciudad.

El rey vampiro de Lunargenta, a quien se apodaría en el futuro Dag el Breve, es expulsado del trono en un rápido y fulminante ataque de Vladimir el Inmortal. Vladimir, cuyo sobrenombre no tardaría mucho en probarse inadecuado, se colocó entonces la corona de Lunargenta.

Con el apoyo de la flota de Beltrexus, Siegfried se encamina de nuevo a Lunargenta para expulsar a los vampiros de su legítimo trono. Su ataque coordinado, con el apoyo del ejercito de Rigobert III y la alianza de Flint Roiland y Bashira de los Nórgedos, logra hacerse con el control de la ciudad tras una cruenta batalla. Por razones que se desconocen, algunos discípulos del nigromante Frendel también se encontraban en la ciudad durante el enfrentamiento. El fuego fue el gran protagonista y la ciudad quedó en un estado lamentable.

En medio del caos de la batalla, un grupo de ladrones logra sacar un cargamento de riquezas de Lunargenta. No tardarán en fundar su propio asentamiento al norte de Verisar, en un bosquecillo cercano a la base de los bio-cibernéticos. La llamarán Ciudad Lagarto, en honor a su nuevo rey: Lazid Rajesh. Lo que aún no saben es que, muy cerca del lugar, se alza el aún modesto emplazamiento de Edén, donde un grupo de bio-cibernéticos, discípulos del Hombre Muerto, alimentan uno de los 19 Objetos Malditos con el éter de brujos y elfos capturados por todo Aerandir.

La guardia de Lunargenta persigue al usurpador Dag con ayuda de un grupo de licántropos. No consiguen dar con el vampiro, pero descubren que los licántropos son enviados del Hombre Muerto y los expulsan de la ciudad.

Flint Roiland y Bashira de los nórgedos contraen matrimonio en Roilkat. El enlace confirma la alianza política, económica y militar de ambos pueblos, si bien mantienen aún las distancias por razones culturales.

La guardia de Verisar organiza un asalto al reciente asentamiento de Ciudad Lagarto. Un grupo de discípulos del misterioso Hombre Muerto acude al mismo tiempo al lugar, atraídos por uno más de los 19 Objetos Malditos avistado en la villa. El resultado es una sangrienta batalla que acaba con el asentamiento en llamas. El lugar será reconstruido, pero la tierra permanecerá marchita durante más de un año, presa de una maldición del Hombre Muerto. La guardia se retira por el momento.

Durante la celebración del Høstblót en Roilkat, cunde el caos cuando una cúpula invisible encierra a los celebrantes. Unos extraños seres, que se revelarían posteriormente como Suplantadores, atacan a los congregados. Con ayuda de unos cait sith que se habían dejado ver desde hacía un tiempo por la zona, un grupo de héroes logra derrotarlos, pero no sin que una criatura de otro mundo se cuele en Aerandir.

Durante la época de lluvias, se produjo una plaga de ratas en la ciudad de Baslodia. Sus servicios de limpieza estaban tan desbordados que se vieron obligados a contratar mano de obra externa para deshacerse de los ubicuos roedores.

Según fuentes dudosas, una misteriosa torre apareció de la nada en el Arenal de Roilkat. Dichas fuentes afirman también que algo salió de la torre antes de que ésta desapareciera de nuevo.

La Guardia de Verisar se ha hecho con el control de varios de los 19 Objetos Malditos: la Fuente de la Juventud, que utiliza para rejuvenecer a sus soldados veteranos; el Muñeco Neil, con el que animan esculturas inertes para acrecentar su ejército, y el Cáliz de la Clarividencia, que indica a su Comandante el momento y el lugar donde asestarán un importante golpe a las fuerzas del infame Hombre Muerto: Edén, un asentamiento de bio-cibernéticos fieles al Hombre Muerto situado al norte de la península de Verisar.

El líder de Edén y discípulo del Hombre Muerto, APP-bel, ha logrado juntar tantos Objetos Malditos como la propia Guardia y se siente confiado en su capacidad de resistencia, por lo que envía a su propio ejército a atacar el masivo campamento de la Guardia, antes que soportar un largo asedio. El uso simultáneo de media docena de Objetos Malditos en un área tan pequeña provoca una sobrecarga de éter que acaba por destruir todos los Objetos, dejando un rastro de éter inestable en la zona. El asentamiento de Edén será destruido tras el derrumbe de los túneles subterráneos que utilizaban para entrar y salir sin ser vistos, pero la Guardia de Verisar sufrirá enormes pérdidas en la batalla. Los soldados que habían bebido de la Fuente de la Juventud y sobrevivido a la batalla quedarían transformados en niños.

Se dieron extraños reportes de niños desaparecidos durante una celebración en la campiña, en Verisar. El nombre "bruja de Oniria" aparece en algunos de ellos, pero cuando la Guardia quiso hacer seguimiento de la situación, nadie parecía recordar nada de lo ocurrido. Ni siquiera a los supuestos niños.

Durante el eclipse de sol que se dejó ver en buena parte del continente, algunas aldeas al norte de la península de Verisar recibieron ataques de un grupo de licántropos. Se dice que pertenecían al Clan Colmillo de Hierro. Aunque el ataque fue repelido, está por ver las consecuencias que tendrá en las relaciones entre Ulmer y Lunargenta.

Se inaugura la primera línea de transporte aéreo entre Dundarak y la península de Verisar. El transporte de pasajeros consiste en una caja semicircular de madera de volarce, tallada con runas para aislar el interior y protegerla de las ventiscas, y afianzada cuidadosamente sobre el lomo de un bégimo del norte adiestrado. Las tarifas son caras y una parte del convoy inaugural hubo de realizar un aterrizaje de emergencia en los bosques del este, pero se espera que este nuevo medio de transporte acabe arraigando entre la población adinerada.

Los "niños" supervivientes de Edén, repudiados por sus familiares, son concentrados en un antiguo campamento de la Guardia, en Zelirica. Durante su estadía en el campamento, recibieron el ataque de un grupo de mercenarios que habían sido contratados para su exterminio. Aunque gran parte de ellos perecieron la noche del ataque, un grupo de los muchachos tomaron las armas para enfrentarse a los atacantes. La hazaña impresionó al rey Siegfried, que decidió crear una unidad especial en la guardia, nutrida por estos niños-veteranos.

Durante un festival veraniego en Vulwulfar, una ominosa masa de oscuridad se cierne sobre la ciudad tras una extraña explosión en el Monte de la Adoración. Un misterioso anciano, que se presenta como “El Observador”, predice el inicio de tiempos aciagos mientras las huestes de la Oscuridad despiertan en Aerandir. La mañana siguiente, sin embargo, trae consigo una buena noticia, pues la expedición que Lord Vulwuf enviara al Monte de la Adoración ha recuperado a su hija perdida.

En Roilkat, se inaugura una nueva atracción, un enorme domo todo él lleno de espejos. Durante la celebración, cunde el terror entre los invitados cuando quedan atrapados en su interior a merced de un lunático. Tras unos momentos de confusión, algunos de los asistentes deciden atajar la situación por sus propios medios y logran que se abran de nuevo las salidas. Se descubre que había un suplantador detrás de todo, pero se da a entender que no estaba solo. Por alguna razón, tras los eventos acontecidos en el domo, Aerandir se sumiría en un periodo de insomnio generalizado que, afortunadamente, solo duró 13 días.

Numerosos testigos dicen haber visto a dos enormes carideas haciendo estragos por las calles de Roilkat. Como quiera que el suceso aconteciese durante la inexplicable crisis de insomnio colectivo que asoló Aerandir por 13 días, no está claro si el episodio formó parte de la realidad o pertenece al mundo de los sueños.

El hombre conocido como el Observador se reúne con Lord Vulwuf y sus consejeros en la corte de Vulwulfar. Los detalles del encuentro varían notablemente a medida que las voces se alejan del suceso en el tiempo y el espacio, pero todos coinciden en dos datos importantes: las fuerzas de la Oscuridad han elegido un adalid y las fuerzas de la Luz deben ponerse a buscar a los suyos.

Una pequeña pero escurridiza flota de piratas, al mando de un vampiro que se hace llamar Dragut, aterroriza las costas de Verisar, haciendo que multitud de pescadores y otros habitantes de la costa se desplacen en busca de la protección de las murallas de Lunargenta. La ciudad hace lo que puede por darles cobijo, pero se encuentra al límite de capacidad. Con tanta gente compartiendo un mismo espacio, los disturbios están garantizados.

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Los elfos, asentados en el sur de Aerandir, fundan Illdani en la principal isla del archipiélago.

Al final de la Segunda Guerra Illidense, los elfos pierden el archipiélago, quedando limitados a los bosques de Sandorai. Los brujos se instalan en las islas y no tardarán en fundar su propia ciudad: Beltrexus.

En medio de un clima de tensión y resurgimiento de antiguos rencores en Sandorai, Beltrexus trata de aplacar los ánimos enviando una ofrenda con los restos de lo que fue la antigua Illdani. La respuesta de algunos clanes, ofendidos por el envío, fue un ataque sobre Beltrexus que los brujos repelieron con facilidad. Este episodio es conocido por algunos como Tercera Guerra Illidense.

Un terremoto que se sintió en todo Aerandir arrasa casi por completo con la ciudad de Beltrexus. La Nueva Beltrexus sería reconstruida más bella que nunca, combinando el saber arcano de los brujos con la ayuda de los humanos de Verisar y otros pueblos del continente.

Durante la Noche en que el Tiempo se Detuvo, unas misteriosas llamas azules rodearon la ciudad de Beltrexus y no se extinguirían hasta la aparición del Guardián del Tiempo, que amenazaba con erradicar todo vestigio del pasado. El Guardián fue expulsado por dos jóvenes brujos y el tiempo restituido poco después.

Beltrexus recibe al rey Siegfried que ha sido evacuado de Lunargenta debido a la epidemia que asola el continente. Será aquí donde el monarca reciba la noticia de que su trono ha sido usurpado por nada menos que un vampiro. Con la ayuda de sus aliados del archipiélago, comienza los preparativos para su regreso a Verisar en compañía de una flota de conquista.

El archipiélago sufre un fuerte revés económico debido al cierre de todos los puertos del continente durante la pandemia. Aunque la enfermedad no llegó a las islas, el drástico parón del comercio obligó a un fuerte racionamiento e incluso al trabajo obligatorio en los campos para la mayoría de la población.

Ian Edgecomb, a salvo de la pandemia pero aquejado de un fuerte sentimiento de culpa, escribe una confesión en que hace pública la existencia de los 19 Objetos Malditos que creara por error años atrás. Por desgracia, desconoce su paradero, pero los Catedráticos del Hekshold no tardarán en emprender su búsqueda para destruirlos.

El Guardián del Tiempo es avistado una vez más en una mansión de Betrexus aquejada por una extraña maldición. Aunque el Guardián pareció ver el error en sus pasados actos, los hechos acaecidos en la mansión terminaron con la fuga de un Suplantador acompañada de una ominosa declaración: “No tienen idea de lo que se acerca”.

Los catedráticos del Hekshold descubren la Fuente de la Juventud en una aldea del archipiélago llamada Lirio. Descubren también que la Fuente es uno de los 19 Objetos Malditos creados accidentalmente por Ian Edgecomb y la dejan bajo la guardia y custodia de la poderosa familia Harrowmont. Los Harrowmont, sin embargo, no tardan en ver el beneficio a la Fuente y convierten Lirio en un balneario de éxito a sabiendas de que sus habitantes, con sus eternos cuerpos de niño, no tienen la capacidad de impedírselo.

Una imponente flota parte de Beltrexus rumbo a Lunargenta en apoyo del rey Siegfried, que regresa para recuperar su trono de manos de los vampiros que lo han usurpado. La alianza entre brujos y humanos seguirá activa meses más tarde, cuando el rey Siegfried traslade la contienda a Sacrestic Ville.

Refugiados de una extraña ciudad subterránea destruida por discípulos del autoproclamado Hombre Muerto se instalan en las cercanías del Hekshold y comparten su tecnología con la Academia. Lo que nadie sabe aún, es que una poderosa ilusionista, discípula del Hombre Muerto, viaja oculta entre los refugiados. Su intento de hacerse con el objeto mágico que custodia la escuela fracasa, pero cunde la alerta entre los catedráticos: deben encontrar pronto la manera de hallar y destruir los 19 Objetos Malditos, pues el Hombre Muerto también los busca. Incluso es posible que ya posea algunos.

Un ataque de uno de los discípulos del Hombre Muerto a la aldea de Lirio, hogar de la Fuente de la Juventud, lleva a los brujos a aceptar la ayuda de sus aliados de Verisar para asegurar y proteger el Objeto Maldito. Lamentablemente, las tensiones entre los miembros del Hekshold presentes en la aldea y los de la Guardia de Verisar desencadenarán un conflicto armado que acabará con todos los habitantes de Lirio ejecutados por orden de la capitana Áddila. Mediante un poderoso conjuro arcano, la capitana logra llevarse la Fuente a Verisar. El incidente causará estragos en las tradicionales relaciones amistosas entre Beltrexus y Lunargenta.

Los Catedráticos del Hekshold logran destruir uno de los 19 Objetos Malditos. Por desgracia, el hechizo libera una inesperada onda de poder que pone en peligro a alumnos y profesores. Lograrán disipar los efectos adversos, pero el castillo sufrirá severos daños en el proceso. El experimento, sin embargo, enseñará a los Catedráticos que los objetos pueden ser destruidos, siempre que se tengan en cuenta ciertas medidas de salvaguarda.

Los Catedráticos del Hekshold perfeccionan su técnica para la destrucción de los Objetos Malditos. Habiendo destruido con éxito dos objetos más sin que se desaten las nefastas consecuencias de la destrucción del primero, se encaminan hacia el norte. Saben que los dragones custodian uno de los objetos en la Isla Volcánica, sospechan que guardan también alguno más y desean convencerlos de que la destrucción de los objetos es la vía más segura de proteger Aerandir y evitar que el Hombre Muerto adquiera el poder que ansía para convertirse en un Dios. Lamentablemente, la Catedrática Lise Meitner jamás regresará de esa expedición.

Durante tres noches seguidas, brilla sobre el Hekshold y sus cercanías un falso sol. Los detalles de su aparición y desaparición se entremezclan de manera engorrosa con un extraño episodio de insomnio generalizado, por lo que el hecho pasó prácticamente desapercibido en el resto de la isla. Aunque se rumorea que la extinción de dicho sol coincidió con la desaparición de la catedrática Lovelace. De ser esto cierto, habría supuesto un duro golpe para la academia, que aún no ha encontrado un reemplazo apropiado para la difunta Meitner.

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