Fatalidad inminente [Desafío: Un mundo sin sueños]
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Fatalidad inminente [Desafío: Un mundo sin sueños]
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Fatalidad inminente
5 días antes del colapso: Roilkat
Habían pasado varios días desde la muerte de Oniria y los efectos estaban cada vez más presentes, la falta de sueño era muy evidente con síntomas como cansancio, grandes ojeras y muy mal humor, algunas personas estaban siempre a la defensiva, siendo groseros y agresivos en cada interacción.
En Roilkat, una pequeña y modesta tienda se había vuelto bastante peculiar y concurrida, pues ofrecían enormes sumas de aeros a cambio de unos misteriosos cristales cada vez más codiciados en el mercado negro, pues se decía que estos cristales eran la base para la construcción de los espejos de Belov, algo que más de uno seguramente querría replicar ante las enormes posibilidades económicas que esto podía ofrecer.
Las calles de la ciudad se mostraban tensas y poco confiables, con matones vigilando en las esquinas, comunicándose con miradas entre ellos, quizá en busca de objetivos para emboscar y saquear, cualquiera que pareciera llevan encima algo valioso era una potencial víctima, por lo que la precaución y la cautela eran estrictamente necesarios para llegar a salvo al lugar de la venta.
Al entrar a la tienda, sin embargo, el asunto no parecía ser tan sencillo, pues más de uno había llegado a vender cristales falsos, ya fuera por intentar estafar para conseguir dinero, o porque simplemente no sabían cómo se veían los cristales y trataban de vender cualquier cosa extraña y brillante que encontraban.
Que son auténticos, yo misma los saqué de ese maldito gusano- Dijo una ya muy enojada elfa de cabellos azules que intentaba vender su mercancía -¿Y esto también es auténtico?- Dijo un hombre de aspecto tosco y bárbaro mientras le apretaba una nalga a la jovencita -No… me… toques…- Respondió de inmediato tomando la mano del hombre para ponerle una daga en el cuello al pobre desafortunado.
El movimiento fue tan brusco y espontáneo que los cristales de la mujer cayeron al piso y comenzaron a brillar, llamando la atención de los presentes que se miraban unos a otros, era tan solo cuestión de tiempo para que las negociaciones se fueran al traste y aquello se convirtiera en un todos contra todos.
∞ Les damos la bienvenida, Zelas el no-elfo y Sango el explorador de gusanos, a esta ronda de desafíos que pondrá a prueba sus capacidades para resolver el misterio que está causando estragos en Aerandir.
∞ En la primera parte pueden narrar un poco de su camino para llegar a la tienda, aunque la verdadera aventura comenzará cuando estén dentro, la elfa Signi parece estar en un aprieto del que no podrá salir sola, será su decisión ayudarla a salir del embrollo, quedarse sin hacer nada o incluso ayudar a darle su merecido por traidora.
∞ Salvar a Signi les podría dar algo de información acerca de lo que está pasando, pero matarla les dará el dulce placer de la venganza. No obstante, el final de este desafío podría tener desenlaces diferentes de acuerdo a las acciones y decisiones que tomen, sean cautelosos.
En Roilkat, una pequeña y modesta tienda se había vuelto bastante peculiar y concurrida, pues ofrecían enormes sumas de aeros a cambio de unos misteriosos cristales cada vez más codiciados en el mercado negro, pues se decía que estos cristales eran la base para la construcción de los espejos de Belov, algo que más de uno seguramente querría replicar ante las enormes posibilidades económicas que esto podía ofrecer.
Las calles de la ciudad se mostraban tensas y poco confiables, con matones vigilando en las esquinas, comunicándose con miradas entre ellos, quizá en busca de objetivos para emboscar y saquear, cualquiera que pareciera llevan encima algo valioso era una potencial víctima, por lo que la precaución y la cautela eran estrictamente necesarios para llegar a salvo al lugar de la venta.
Al entrar a la tienda, sin embargo, el asunto no parecía ser tan sencillo, pues más de uno había llegado a vender cristales falsos, ya fuera por intentar estafar para conseguir dinero, o porque simplemente no sabían cómo se veían los cristales y trataban de vender cualquier cosa extraña y brillante que encontraban.
Que son auténticos, yo misma los saqué de ese maldito gusano- Dijo una ya muy enojada elfa de cabellos azules que intentaba vender su mercancía -¿Y esto también es auténtico?- Dijo un hombre de aspecto tosco y bárbaro mientras le apretaba una nalga a la jovencita -No… me… toques…- Respondió de inmediato tomando la mano del hombre para ponerle una daga en el cuello al pobre desafortunado.
El movimiento fue tan brusco y espontáneo que los cristales de la mujer cayeron al piso y comenzaron a brillar, llamando la atención de los presentes que se miraban unos a otros, era tan solo cuestión de tiempo para que las negociaciones se fueran al traste y aquello se convirtiera en un todos contra todos.
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∞ Les damos la bienvenida, Zelas el no-elfo y Sango el explorador de gusanos, a esta ronda de desafíos que pondrá a prueba sus capacidades para resolver el misterio que está causando estragos en Aerandir.
∞ En la primera parte pueden narrar un poco de su camino para llegar a la tienda, aunque la verdadera aventura comenzará cuando estén dentro, la elfa Signi parece estar en un aprieto del que no podrá salir sola, será su decisión ayudarla a salir del embrollo, quedarse sin hacer nada o incluso ayudar a darle su merecido por traidora.
∞ Salvar a Signi les podría dar algo de información acerca de lo que está pasando, pero matarla les dará el dulce placer de la venganza. No obstante, el final de este desafío podría tener desenlaces diferentes de acuerdo a las acciones y decisiones que tomen, sean cautelosos.
Ansur
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Re: Fatalidad inminente [Desafío: Un mundo sin sueños]
Zelas avanzaba somnoliento y bostezando de tanto en tanto, ya no recordaba cuando había sido la ultima vez que había soñado algo siquiera, cuando toda la pandemia de no poder dormir había comenzado, el no-elfo decidió recurrir a métodos poco convencionales para conciliar el sueño, así que una vez le hubo salvado la honra de Reike fue por un vial de un veneno que hacia dormir, como consecuencia ahora andaba mas somnoliento que de costumbre y cansado, por lo mismo cuando Belov le encargo la misión de custodiar que la transacción de espejos se llevara a cabo sin problemas, el rubio solo asintió y respondió con un bostezo.
Todos querían los famosos cristales que le habían enviado a custodiar, debido a eso es que el rubio había sido contratado, así que llego a la tienda un par de horas antes y observo como se desentrañaba todo, vio a la elfa de cabellos azules ser acosada y no le importo mucho porque nadie que lleve el cabello de color azul debe ser de fiar, sin embargo, cuando vio caer los cristales y el brillo que estos desprendían, entendió que aquello se trataba de la cosa real por la que estaba allí.
Zelas, quien se encontraba sentado en una esquina, se puso de pie rápidamente cuando noto a otro extraño tratar de acercarse a los cristales, el no-elfo se empuño rápidamente sus manoplas con cruces, o las unga bungas como le gustaba llamarles y apunto con una de ellas al extraño, a pesar de que había poco mas de un brazo de distancia aun entre ambos. -*Yaaaawn*... Bueno que tal si te alejas de esos cristales, la señorita trata de venderlos y creo que no le gustara que alguien toque su mercancía- señalaría el rubio mientras le hacia un gesto a la elfa para que recuperara sus cristales.
-¿Y tu quien rayos eres?¿Quieres ser un héroe o que?- diría el tipo que había tratado de tomar los cristales. quien aun no entendía que rayos hacia ahí.
-Me pagaron para proteger a quien tenga los cristales verdaderos hasta asegurarme que la transacción se cumpla, ahora te daré la oportunidad de alejarte de los cristales que no te pertenecen, de lo contrario tocare esta runa y tu cabeza rodara- respondería el rubio con el pulgar a punto de tocar una inscripción en la manopla de esa mano.
Zelas apuntaría con la otra manopla al hombre al cual la elfa estaba amenazando -Dama si fuera tan amable de recuperar sus cristales, yo me encargare de que pueda venderlos sin problemas, en cuanto a los demás, no hagan ningún movimiento brusco, de lo contrario no respondo por lo que haguaaaaahh- el rubio bostezo y aquello le hizo presionar la runa involuntariamente haciendo que una hoja se desplegara y cortara la cabeza del tipo que había tratado de tomar los cristales.
-Ups... Bueno ya fue, ya ven que no estoy mintiendo-, cuando noto que otro individuo se puso en pie, también le apunto con la manopla que ya tenia la hoja descubierta -No hagan nada raro- amenazo mientras vigilaba que no le pasara nada a la elfa ni a los cristales.
OFF: Mexican Stand off!!!
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PD: me alió con Signi porquequien no quiere a una elfa de cabellos azules(?) Belov me contrato(?)
Todos querían los famosos cristales que le habían enviado a custodiar, debido a eso es que el rubio había sido contratado, así que llego a la tienda un par de horas antes y observo como se desentrañaba todo, vio a la elfa de cabellos azules ser acosada y no le importo mucho porque nadie que lleve el cabello de color azul debe ser de fiar, sin embargo, cuando vio caer los cristales y el brillo que estos desprendían, entendió que aquello se trataba de la cosa real por la que estaba allí.
Zelas, quien se encontraba sentado en una esquina, se puso de pie rápidamente cuando noto a otro extraño tratar de acercarse a los cristales, el no-elfo se empuño rápidamente sus manoplas con cruces, o las unga bungas como le gustaba llamarles y apunto con una de ellas al extraño, a pesar de que había poco mas de un brazo de distancia aun entre ambos. -*Yaaaawn*... Bueno que tal si te alejas de esos cristales, la señorita trata de venderlos y creo que no le gustara que alguien toque su mercancía- señalaría el rubio mientras le hacia un gesto a la elfa para que recuperara sus cristales.
-¿Y tu quien rayos eres?¿Quieres ser un héroe o que?- diría el tipo que había tratado de tomar los cristales. quien aun no entendía que rayos hacia ahí.
-Me pagaron para proteger a quien tenga los cristales verdaderos hasta asegurarme que la transacción se cumpla, ahora te daré la oportunidad de alejarte de los cristales que no te pertenecen, de lo contrario tocare esta runa y tu cabeza rodara- respondería el rubio con el pulgar a punto de tocar una inscripción en la manopla de esa mano.
Zelas apuntaría con la otra manopla al hombre al cual la elfa estaba amenazando -Dama si fuera tan amable de recuperar sus cristales, yo me encargare de que pueda venderlos sin problemas, en cuanto a los demás, no hagan ningún movimiento brusco, de lo contrario no respondo por lo que haguaaaaahh- el rubio bostezo y aquello le hizo presionar la runa involuntariamente haciendo que una hoja se desplegara y cortara la cabeza del tipo que había tratado de tomar los cristales.
-Ups... Bueno ya fue, ya ven que no estoy mintiendo-, cuando noto que otro individuo se puso en pie, también le apunto con la manopla que ya tenia la hoja descubierta -No hagan nada raro- amenazo mientras vigilaba que no le pasara nada a la elfa ni a los cristales.
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PD: me alió con Signi porque
Zelas Hazelmere
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Re: Fatalidad inminente [Desafío: Un mundo sin sueños]
Cuarenta y dos.
- Anónimo.
- Anónimo.
Una vez, un hombre, o una mujer, en un cruce de caminos o en alguna taberna, le contó cuál era el origen de las piedras. Abajo, muy abajo, existen fuerzas que pugnan por consumir el mundo tal y como lo conocemos, dijo. Debido al constante conflicto entre estas fuerzas, las fuerzas que se originan en sus enfrentamiento es tal que es capaz de derretir la propia arena, la propia tierra, le explicó. Cuando una de esas fuerzas cae, el mundo tiembla, y las cordilleras se desplazan, unas caen, otras se alzan y la roca que formaba montañas se quiebra, cae al suelo, se erosiona y acaba convertida en polvo, cerrando el eterno círculo. Aquella historia se la había contado alguien pero no recordaba quién. ¿O quizá se la había inventado?
Ben sacudió la cabeza y dejó de mirar la piedra en el suelo. Ni con historias de mierda soy capaz de dormir, joder. Siguió caminando, arrastrando los pies y apoyándose en los muros de los edificios de Roilkat. Tenía un malestar generalizado que aumentaba a cada minuto que pasaba privado del sueño. ¿Cuántos días van? ¿Veinte? Sin embargo, tenía que seguir intentando cosas. Había escuchado que andaban comprando cristales de caridea para arreglar la situación. No pierdo nada por intentarlo, ¿verdad?
Roilkat y el Arenal habían sido escenarios de grandes acontecimientos en su vida. Como aquel extraño viaje a las puertas de la ciudad, donde cargamos contra los kags. Suspiró y se detuvo a recuperar el aliento. Se encontraba terriblemente cansado, pero ya le quedaba poco. Quizá, con suerte, cuarenta y dos pasos.
Entró en la tienda y tras un traspiés, se colocó a la cola para ser adelantado por alguien que entraba tras él y se acercaba como un auténtico energúmeno hacia la mujer que se encontraba al frente. Sango alzó las cejas, pero antes si quiera, de que pudiera pensar en quién era, el caos se desató. A él le empujaron hacia un lado y observó como todo el mundo empuñaba armas o se amenazaba con los puños o con lo que tuvieran a mano mientras Signi observaba la escena. Reconoció entre los presentas a Zelas.
Entonces comenzó a reír. Una risa apagada pero sincera y sentida. Y siguió riendo hasta que el dolor del insomnio volvió a apoderarse de él. Seguro que acaparaba gran parte de la atención de los presentes.
- Ah, los viejos amigos siempre se reencuentran en los mejores lugares, ¿no es así? Pero no respondáis, aun no. Estos caballeros, que se quieren aprovechar de esta dama, no son conscientes de que el esfuerzo sería en vano. ¿Acaso me equivoco, Signi?- ignoró el tipo que tenía un cuchillo muy mellado y que se le había acercado peligrosamente-.
El silencio era maravilloso, sobre todo si uno podía dormir. Sin embargo, si el sueño te eludía, y eso lo había aprendido por las malas, lo mejor era tener ruido de fondo. Algo que distrajera la mente del verdadero problema. Sango escuchó el comentario que Zelas hacía al tipo que tenía al lado. Sonrió torpemente y entonces, caminó hacia el centro de la estancia, ignorando los cristales que dejaba a su lado.
- ¿No reconocéis la muerte cuándo la tenéis delante? Pero qué vais a reconocer, sois unos idiotas de cojones, si lo que queréis son problemas, ¿por qué no habéis empezado por ahí? Creo que a todos nos vendría bien desentumecer los músculos, ¿verdad?- preguntó mirando a Zelas-.
Agarró el hacha con pesadez y giró sobre sí mismo mientras despegaba el hacha en forma de amenaza. Era todo teatro, pero si aún les quedaba algo de cabeza, se apartarían Signi, de Zelas y de él. Por su bien y por el de los tres que habían decidido formar equipo.
El número cuarenta y dos: Debido a la inexplicable experiencia vivida por Sango en la noche de los espejos locos, este está bajo la influencia del número cuarenta y dos. Todo lo que hace sigue un patrón en el que el número cuarenta y dos es el eje de sus acciones y fuente de sus pensamientos.
-Nótese que todas las intervenciones de Sango tienen cuarenta y dos palabras, también la suma de las intervenciones del monólogo interno de los cuatro primeros párrafos-
Ben sacudió la cabeza y dejó de mirar la piedra en el suelo. Ni con historias de mierda soy capaz de dormir, joder. Siguió caminando, arrastrando los pies y apoyándose en los muros de los edificios de Roilkat. Tenía un malestar generalizado que aumentaba a cada minuto que pasaba privado del sueño. ¿Cuántos días van? ¿Veinte? Sin embargo, tenía que seguir intentando cosas. Había escuchado que andaban comprando cristales de caridea para arreglar la situación. No pierdo nada por intentarlo, ¿verdad?
Roilkat y el Arenal habían sido escenarios de grandes acontecimientos en su vida. Como aquel extraño viaje a las puertas de la ciudad, donde cargamos contra los kags. Suspiró y se detuvo a recuperar el aliento. Se encontraba terriblemente cansado, pero ya le quedaba poco. Quizá, con suerte, cuarenta y dos pasos.
Entró en la tienda y tras un traspiés, se colocó a la cola para ser adelantado por alguien que entraba tras él y se acercaba como un auténtico energúmeno hacia la mujer que se encontraba al frente. Sango alzó las cejas, pero antes si quiera, de que pudiera pensar en quién era, el caos se desató. A él le empujaron hacia un lado y observó como todo el mundo empuñaba armas o se amenazaba con los puños o con lo que tuvieran a mano mientras Signi observaba la escena. Reconoció entre los presentas a Zelas.
Entonces comenzó a reír. Una risa apagada pero sincera y sentida. Y siguió riendo hasta que el dolor del insomnio volvió a apoderarse de él. Seguro que acaparaba gran parte de la atención de los presentes.
- Ah, los viejos amigos siempre se reencuentran en los mejores lugares, ¿no es así? Pero no respondáis, aun no. Estos caballeros, que se quieren aprovechar de esta dama, no son conscientes de que el esfuerzo sería en vano. ¿Acaso me equivoco, Signi?- ignoró el tipo que tenía un cuchillo muy mellado y que se le había acercado peligrosamente-.
El silencio era maravilloso, sobre todo si uno podía dormir. Sin embargo, si el sueño te eludía, y eso lo había aprendido por las malas, lo mejor era tener ruido de fondo. Algo que distrajera la mente del verdadero problema. Sango escuchó el comentario que Zelas hacía al tipo que tenía al lado. Sonrió torpemente y entonces, caminó hacia el centro de la estancia, ignorando los cristales que dejaba a su lado.
- ¿No reconocéis la muerte cuándo la tenéis delante? Pero qué vais a reconocer, sois unos idiotas de cojones, si lo que queréis son problemas, ¿por qué no habéis empezado por ahí? Creo que a todos nos vendría bien desentumecer los músculos, ¿verdad?- preguntó mirando a Zelas-.
Agarró el hacha con pesadez y giró sobre sí mismo mientras despegaba el hacha en forma de amenaza. Era todo teatro, pero si aún les quedaba algo de cabeza, se apartarían Signi, de Zelas y de él. Por su bien y por el de los tres que habían decidido formar equipo.
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Sango se alía con Zelas y Signi para protegerla.El número cuarenta y dos: Debido a la inexplicable experiencia vivida por Sango en la noche de los espejos locos, este está bajo la influencia del número cuarenta y dos. Todo lo que hace sigue un patrón en el que el número cuarenta y dos es el eje de sus acciones y fuente de sus pensamientos.
-Nótese que todas las intervenciones de Sango tienen cuarenta y dos palabras, también la suma de las intervenciones del monólogo interno de los cuatro primeros párrafos-
Sango
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Re: Fatalidad inminente [Desafío: Un mundo sin sueños]
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Fatalidad inminente
¿Quién es realmente Signi?
Con los ojos bien abiertos y sin una pizca de sueño, la elfa peliazul estaba a punto de reaccionar de manera violenta para defenderse de aquellos sujetos, aunque, para su fortuna, un par de valientes héroes acudieron en su rescate. Signi sacó la mano de entre sus ropas en donde había sujetado su daga oculta y la sacó de nuevo para correr a tomar sus cristales azules y guardarlos consigo.
¿Cómo sabes mi nombre?- dijo la chica mientras miraba de reojo a Zelas y luego clavaba la vista en Sango -¿Quién eres?- añadió dubitativa, dando así la oportunidad para que uno de aquellos bribones saltara sobre ella para tratar de quitarle sus cristales por la fuerza. Sin embargo, el forcejeo fue interrumpido por un fuerte temblor que puso en alerta a todos los presentes.
Algunas cosas cayeron al piso por la fuerte sacudida y algunos de los presentes tuvieron que sujetarse de algo para no irse al piso. Los gritos fuera del local no se hicieron esperar. Algo parecía estar causando caos y devastación, algo que Signi aprovechó para patear la entrepierna del bribón y salir corriendo del pequeño establecimiento.
La elfa detuvo su carrera cuando vio lo que le estaba esperando ahí afuera. La gente trataba de escapar aterrada, tanto como sus pocas fuerzas les permitían moverse y, encima de todo, un enorme gusano de las arenas había invadido la ciudad -No puede ser, otra vez no- dijo Signi mientras intentaba correr en dirección contraria, pero, para su desgracia, un segundo gusano emergió del suelo rompiendo un par de casas en el proceso.
Los enormes colosos parecían causar destrozos al azar hasta que una misteriosa melodía los hizo detenerse, haciendo que ahora se giraran hacia el local de donde había salido Signi. Quizás venían a buscar los cristales que custodiaban en su interior, o tal vez buscaban algo más, o a alguien -¡Aléjate! ¡Ya déjame en paz!- dijo Signi al tiempo que arrojaba sus cristales a alguien que parecía no estar ahí.
No se veía nadie en el lugar a donde la peliazul dirigía la vista, pero parecía ser justo el lugar de donde salía la misteriosa y lúgubre melodía similar al sonido producido por una caja musical. Aunque el sonido era señal de que había algo ahí, un par de pisadas dibujadas en el piso daban una señal más clara de la ubicación de esa persona, aunque no de sus intenciones. ¿Se trataba de un aliado o de un enemigo? Quizá no había tiempo para preguntarlo.
∞ ¿Siguen vivos? Rayos, esto no era parte del plan… Lo resolveremos ahora. Algo pasa con Signi, aunque seguramente ustedes, par de personajes tan intrépidos, inteligentes y perspicaces, seguramente ya han notado los detalles. Signi tiene algún problema de memoria, además no muestra síntomas de insomnio, parece que ha podido dormir bien o no necesita hacerlo.
∞ Se enfrentan a dos enormes [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], podría sugerirles no enfrentarlos directamente, pero considerando quiénes son y las decisiones que suelen tomar… En fin, quizá una solución más sana sería seguir la melodía, dicen que la música es capaz de controlar a las bestias.
∞ Alguien, o algo, está persiguiendo a Signi, pero quizá no haya tiempo para una captura sin poner en riesgo a las personas de la ciudad, ya salvaron a esa gente de una manada de Kags, quizá sea momento de repetir el milagro, solo imaginen que son kags más grandes, mucho más grandes. Si no sobreviven, nos ahorran el tedioso trabajo de pensar en recompensas y sabremos agradecerles.
¿Cómo sabes mi nombre?- dijo la chica mientras miraba de reojo a Zelas y luego clavaba la vista en Sango -¿Quién eres?- añadió dubitativa, dando así la oportunidad para que uno de aquellos bribones saltara sobre ella para tratar de quitarle sus cristales por la fuerza. Sin embargo, el forcejeo fue interrumpido por un fuerte temblor que puso en alerta a todos los presentes.
Algunas cosas cayeron al piso por la fuerte sacudida y algunos de los presentes tuvieron que sujetarse de algo para no irse al piso. Los gritos fuera del local no se hicieron esperar. Algo parecía estar causando caos y devastación, algo que Signi aprovechó para patear la entrepierna del bribón y salir corriendo del pequeño establecimiento.
La elfa detuvo su carrera cuando vio lo que le estaba esperando ahí afuera. La gente trataba de escapar aterrada, tanto como sus pocas fuerzas les permitían moverse y, encima de todo, un enorme gusano de las arenas había invadido la ciudad -No puede ser, otra vez no- dijo Signi mientras intentaba correr en dirección contraria, pero, para su desgracia, un segundo gusano emergió del suelo rompiendo un par de casas en el proceso.
Los enormes colosos parecían causar destrozos al azar hasta que una misteriosa melodía los hizo detenerse, haciendo que ahora se giraran hacia el local de donde había salido Signi. Quizás venían a buscar los cristales que custodiaban en su interior, o tal vez buscaban algo más, o a alguien -¡Aléjate! ¡Ya déjame en paz!- dijo Signi al tiempo que arrojaba sus cristales a alguien que parecía no estar ahí.
- Misteriosa melodía:
No se veía nadie en el lugar a donde la peliazul dirigía la vista, pero parecía ser justo el lugar de donde salía la misteriosa y lúgubre melodía similar al sonido producido por una caja musical. Aunque el sonido era señal de que había algo ahí, un par de pisadas dibujadas en el piso daban una señal más clara de la ubicación de esa persona, aunque no de sus intenciones. ¿Se trataba de un aliado o de un enemigo? Quizá no había tiempo para preguntarlo.
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∞ ¿Siguen vivos? Rayos, esto no era parte del plan… Lo resolveremos ahora. Algo pasa con Signi, aunque seguramente ustedes, par de personajes tan intrépidos, inteligentes y perspicaces, seguramente ya han notado los detalles. Signi tiene algún problema de memoria, además no muestra síntomas de insomnio, parece que ha podido dormir bien o no necesita hacerlo.
∞ Se enfrentan a dos enormes [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], podría sugerirles no enfrentarlos directamente, pero considerando quiénes son y las decisiones que suelen tomar… En fin, quizá una solución más sana sería seguir la melodía, dicen que la música es capaz de controlar a las bestias.
∞ Alguien, o algo, está persiguiendo a Signi, pero quizá no haya tiempo para una captura sin poner en riesgo a las personas de la ciudad, ya salvaron a esa gente de una manada de Kags, quizá sea momento de repetir el milagro, solo imaginen que son kags más grandes, mucho más grandes. Si no sobreviven, nos ahorran el tedioso trabajo de pensar en recompensas y sabremos agradecerles.
Ansur
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Re: Fatalidad inminente [Desafío: Un mundo sin sueños]
Con la aparición de Sango en la tienda, aquello parecía que se iba a poner mas divertido, ante la idea de desentumecer los músculos, el rubio negó con la cabeza -No gracias, me gustaría hacer esto con el mínimo esfuerzo posible- señalaría al momento que veía a Signi tomar sus cristales de nueva cuenta y a otro incauto tratar de arrebatárselos, cuando Zelas iba a cortarle, un temblor les hizo a todos tambalear, haciendo que Zelas cortara a otro tipo que estaba ahí y que no tenia nada que ver con el asunto.
-Maldita sea, ¿y ahora que esta pasando?- preguntaría el no-elfo al momento de salir a perseguir a Signi, sin embargo, lo que vería afuera en la ciudad, sin duda era algo para lo que no creía estar preparado, los enormes gusanos rodeando a Signi eran una visual bastante intimidante, lo cual obligo al rubio a despertarse a si mismo con un par de palmadas a la cara -No hay aventura aburrida contigo, verdad Sango, saquemos a elfa y a los cristales de en medio primero, después nos preocupamos de los gusanos- señalaría el no-elfo mientras presionaba la runa de su espada, volviendo a convertirla en una manopla y volvía a enganchar ambas armas a su arnés.
Zelas se sentía mas cansado de lo usual por lo que cuando emprendió carrera, se impulso rápidamente con sus explosiones para avanzar mas rápido(1) y alcanzo a llegar a tiempo para escuchar a la elfa pedir que alguien le dejara en paz, cosa que le extraño puesto que no vio a nadie, aunque el aire estaba cargado de éter a su alrededor(2) no pudo reconocer nada en especifico, sin vacilar tomo los cristales, fue entonces que noto la música que sonaba cerca.
-Sango hay algo raro con todo esto, ¡voy a probar algo!, cúbreme la espalda!- le señalaría a su compañero al momento que buscaba el instrumento en uno de sus bolsillos, Zelas entonces saco una ocarina la cual tenia unas marcas en cada orificio los cuales servían como guías de las notas, entonces comenzó con las siguientes notas antes de empezar su melodía - A ↓ A → ↓ A - (3) entonces como si de un conocimiento prohibido se desbloqueara, el rubio logro tocar una melodía para tratar de contrarrestar a aquella que sonaba en el lugar.
Y así mientras Zelas se batía en un duelo de música para calmar y tratar de controlar a los gusanos, algo mas parecía ocurrir en los alrededores.
OFF: habilidades y cosas usadas
1_Arma cambiante para volver a transformar una de las unga bungas en manopla
2_ Vuelo Fúlgido:(Impulso/Acrobacias) [Pasiva] Estando en el aire, puede dar un salto hacia cualquier dirección propulsándose solo con su éter. Pero necesita esperar 3 segundos entre cada salto aéreo.
3_Ocarina [3 cargas]: Si se toca con gran pasión causa adormecimiento en bestias y humanoides durante un turno, una vez gastado el encantamiento será un instrumento normal (Primer uso)
-Maldita sea, ¿y ahora que esta pasando?- preguntaría el no-elfo al momento de salir a perseguir a Signi, sin embargo, lo que vería afuera en la ciudad, sin duda era algo para lo que no creía estar preparado, los enormes gusanos rodeando a Signi eran una visual bastante intimidante, lo cual obligo al rubio a despertarse a si mismo con un par de palmadas a la cara -No hay aventura aburrida contigo, verdad Sango, saquemos a elfa y a los cristales de en medio primero, después nos preocupamos de los gusanos- señalaría el no-elfo mientras presionaba la runa de su espada, volviendo a convertirla en una manopla y volvía a enganchar ambas armas a su arnés.
Zelas se sentía mas cansado de lo usual por lo que cuando emprendió carrera, se impulso rápidamente con sus explosiones para avanzar mas rápido(1) y alcanzo a llegar a tiempo para escuchar a la elfa pedir que alguien le dejara en paz, cosa que le extraño puesto que no vio a nadie, aunque el aire estaba cargado de éter a su alrededor(2) no pudo reconocer nada en especifico, sin vacilar tomo los cristales, fue entonces que noto la música que sonaba cerca.
-Sango hay algo raro con todo esto, ¡voy a probar algo!, cúbreme la espalda!- le señalaría a su compañero al momento que buscaba el instrumento en uno de sus bolsillos, Zelas entonces saco una ocarina la cual tenia unas marcas en cada orificio los cuales servían como guías de las notas, entonces comenzó con las siguientes notas antes de empezar su melodía - A ↓ A → ↓ A - (3) entonces como si de un conocimiento prohibido se desbloqueara, el rubio logro tocar una melodía para tratar de contrarrestar a aquella que sonaba en el lugar.
- Melodía de la ocarina:
Y así mientras Zelas se batía en un duelo de música para calmar y tratar de controlar a los gusanos, algo mas parecía ocurrir en los alrededores.
OFF: habilidades y cosas usadas
1_Arma cambiante para volver a transformar una de las unga bungas en manopla
2_ Vuelo Fúlgido:(Impulso/Acrobacias) [Pasiva] Estando en el aire, puede dar un salto hacia cualquier dirección propulsándose solo con su éter. Pero necesita esperar 3 segundos entre cada salto aéreo.
3_Ocarina [3 cargas]: Si se toca con gran pasión causa adormecimiento en bestias y humanoides durante un turno, una vez gastado el encantamiento será un instrumento normal (Primer uso)
Zelas Hazelmere
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Re: Fatalidad inminente [Desafío: Un mundo sin sueños]
La sucesión de hechos ocurrió demasiado deprisa como para que Sango pudiera procesar todo lo que estaba viviendo. Primero fue el forcejeo por los cristales de la elfa Signi, desde luego no iban a dejar que la peliazul vendiera la mercancía tan fácilmente. Luego llegó un terrible temblor, el cual Ben achacó al cansancio y solo cuando el resto salió de la estancia se dio cuenta de que no eran sus piernas sino que algo grave ocurría. Se hubiera reído de sí mismo si no estuviera tan cansado y el mundo fuera a desmoronarse a su alrededor.
Una vez fuera, los gritos y las carreras se sucedían por todas partes a su alrededor. Ben seguía a unos y a otros con la mirada y pudo ver qué era el causante de todo aquel caos. Abrió la boca, sorprendido por lo que vio, pero no tanto como cabría esperarse de una situación así. Al fin y al cabo, llevaban más de una semana sin poder dormir y poco podía sorprender a un Sango que lo único en lo que parecían derivar todos sus pensamientos era en dormir. Sin embargo, la desazón por ver a aquellos dos monstruosos seres creció en él.
- Ah, ¿los vástagos de Jörmungandr? El fin de los tiempos parece estar cada vez más cerca y sin embargo,19 no es como en las historias. No, esto no está bien, no es eso, hay algo más, algo mucho más oscuro, mas terrorífico- murmuró entre todo el caos.
Zelas, con un gritó actuó antes siquiera de que Sango pudiera evaluar cómo enfrentar a aquellas dos criaturas. Se lanzó impulsado por una estela de aire o algo parecido que el pelirrojo no llegó a comprender. Sango perdió de vista a Zelas pero una extraña música comenzó a sonar cerca de él. Los gusanos parecieron dejar de destruir todo a su paso y quedaron en una suerte de estado de calma.
Ben sacudió la cabeza y frunció el ceño tratando de hacer su cabeza funcionar. Pero era una tarea casi imposible, había muchas cosas en la que pensar y tan poca energía que incluso se irritaba consigo mismo. Lanzarse contra los gusanos sería una muerte asegurada. Sin embargo, si caminaba hacia el origen de la música, con suerte, podría averiguar algo, incluso si después moría, al menos podría tener alguna respuesta. Volvió a sacudir la cabeza, esta vez con más violencia y se obligó a caminar en dirección a la música.
Por el camino, la gente iba y venía, incluso los había que tropezaban con él. Para cuando se volvía para mirar quién había sido, estos ya se habían alejado lo suficiente como para que no le importara el estado de aquella persona. Los pasos, eran fatigosos, y le dolían en lo más profundo de su ser. Cualquiera diría que después de una semana sin dormir, uno se habría acostumbrado a aquel estado de vela permanente, pero cada vez iba a peor. Apretó los dientes y se obligó a espabilar para estar a la altura de la situación. Era lo mínimo que se esperaba de él. De ellos. De los héroes de Roilkat.
En un giro, encontró a Signi luchando contra el aire, le gritaba y le lanzaba cristales. La visión parecía un sueño: algunos de los cristales de Signi impactaban en un muro invisible, del que parecía surgir la música, y otros pasaban y acababan impactando en el suelo a varios pasos de distancia. Ben no entendía lo que sus ojos les estaban mostrando, y quizá aquella era la clave de todo: no entender nada y dejarse llevar, como en un sueño. A escasos pasos de distancia de Signi y de la música, Sango alzó el brazo con el que aun sujetaba el hacha.
- ¿Qué estás tramando, Signi?- apuntó con el hacha en su dirección aunque la música sonaba justo donde había cristales en el suelo-. Sé de tu condición, elfa. No quiero causar ningún daño, solo respuestas. Quiero ser capaz de saber qué ocurre y tratar de buscar una solución a toda esto que está pasando, solo quiero ayudar a esta pobre gente- dijo bajando el hacha y alternando la vista entre el origen de la música y la elfa-.
Bajó el hacha y extendió el brazo izquierdo con la palma hacia arriba en muestra de colaboración. Sus ojos se fijaron en la disposición de los cristales en el suelo y tragó saliva. Por su cabeza pasaban cientos de historias que se entremezclaban para dar versiones corruptas de lo que en realidad le habían contado o había escuchado. Se pidió concentración y apartó las historias de sus cabeza.
Alzó la mirada hacia Signi para estudiarla. El pelo azul, su descansado rostro, sus rápidos y ágiles movimientos. El cómo era capaz de conservar ese estado no era un secreto para Sango. Pero el cómo había llegado a él, era algo que solo una imaginación privada de sueño era capaz de plantear. La nada de la que procedía la música fue objeto de atención de Sango y señaló con el índice de la mano izquierda.
- ¿Qué clase de truco es este, Signi? ¿Por qué todo este caos, este sufrimiento? Los cristales, los gusanos, no entiendo nada.21 Ayúdame a comprender, ayúdame a buscar una solución. Y si de verdad hay alguien, ¿por qué te mantiene en ese estado?- las preguntas de Sango, aparte de sonar cansadas, sonaron casi a una súplica por encontrar alguna respuesta que al menos le indicara qué debía hacer-.
Se quedó allí mirando a la elfa, con la música sin dejar de sonar, incapaz de hacer nada, valorando, mientras esperaba respuesta, si había tomado la decisión correcta al salir tras el origen de la música que había detenido a los gusanos. Si estaba haciendo lo correcto al no haber ido con Zelas a tratar de buscar una forma para destruirlos. O al menos estar cerca de él para protegerle si algo salía mal. De nada sirve pensar en eso, Ben, céntrate en la elfa y en la música. Ben expulsó aire. Estoy tan cansado. Ben aferró el hacha con más fuerza.
No estaba seguro de qué era lo que había frente a Signi. Quizá era un truco de hechicería, quizá una artimaña para hacerse con todos los cristales. La música no dejaba de sonar en aquel punto y Ben dio un paso al frente, acercándose a Signi y a la nada musical.
- ¿A qué esperáis para responder? Si no está en vuestra voluntad contestar ninguna de las preguntas, entiendo que lo único que pretendéis es generar destrucción, caos y dolor. Si es el caso, resolveremos por la vía armada y yo si os destruiré- sentenció Sango-.
Al menos, si moría, encontraría descanso. O quizá tampoco. Aquel pensamiento le produjo un terrible escalofrío que le recorrió le cuerpo.
Se aferró al hacha con más fuerza aún.
El número cuarenta y dos: Debido a la inexplicable experiencia vivida por Sango en la noche de los espejos locos, este está bajo la influencia del número cuarenta y dos. Todo lo que hace sigue un patrón en el que el número cuarenta y dos es el eje de sus acciones y fuente de sus pensamientos. Todas las intervenciones de Sango tienen cuarenta y dos palabras.
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Una vez fuera, los gritos y las carreras se sucedían por todas partes a su alrededor. Ben seguía a unos y a otros con la mirada y pudo ver qué era el causante de todo aquel caos. Abrió la boca, sorprendido por lo que vio, pero no tanto como cabría esperarse de una situación así. Al fin y al cabo, llevaban más de una semana sin poder dormir y poco podía sorprender a un Sango que lo único en lo que parecían derivar todos sus pensamientos era en dormir. Sin embargo, la desazón por ver a aquellos dos monstruosos seres creció en él.
- Ah, ¿los vástagos de Jörmungandr? El fin de los tiempos parece estar cada vez más cerca y sin embargo,19 no es como en las historias. No, esto no está bien, no es eso, hay algo más, algo mucho más oscuro, mas terrorífico- murmuró entre todo el caos.
Zelas, con un gritó actuó antes siquiera de que Sango pudiera evaluar cómo enfrentar a aquellas dos criaturas. Se lanzó impulsado por una estela de aire o algo parecido que el pelirrojo no llegó a comprender. Sango perdió de vista a Zelas pero una extraña música comenzó a sonar cerca de él. Los gusanos parecieron dejar de destruir todo a su paso y quedaron en una suerte de estado de calma.
Ben sacudió la cabeza y frunció el ceño tratando de hacer su cabeza funcionar. Pero era una tarea casi imposible, había muchas cosas en la que pensar y tan poca energía que incluso se irritaba consigo mismo. Lanzarse contra los gusanos sería una muerte asegurada. Sin embargo, si caminaba hacia el origen de la música, con suerte, podría averiguar algo, incluso si después moría, al menos podría tener alguna respuesta. Volvió a sacudir la cabeza, esta vez con más violencia y se obligó a caminar en dirección a la música.
Por el camino, la gente iba y venía, incluso los había que tropezaban con él. Para cuando se volvía para mirar quién había sido, estos ya se habían alejado lo suficiente como para que no le importara el estado de aquella persona. Los pasos, eran fatigosos, y le dolían en lo más profundo de su ser. Cualquiera diría que después de una semana sin dormir, uno se habría acostumbrado a aquel estado de vela permanente, pero cada vez iba a peor. Apretó los dientes y se obligó a espabilar para estar a la altura de la situación. Era lo mínimo que se esperaba de él. De ellos. De los héroes de Roilkat.
En un giro, encontró a Signi luchando contra el aire, le gritaba y le lanzaba cristales. La visión parecía un sueño: algunos de los cristales de Signi impactaban en un muro invisible, del que parecía surgir la música, y otros pasaban y acababan impactando en el suelo a varios pasos de distancia. Ben no entendía lo que sus ojos les estaban mostrando, y quizá aquella era la clave de todo: no entender nada y dejarse llevar, como en un sueño. A escasos pasos de distancia de Signi y de la música, Sango alzó el brazo con el que aun sujetaba el hacha.
- ¿Qué estás tramando, Signi?- apuntó con el hacha en su dirección aunque la música sonaba justo donde había cristales en el suelo-. Sé de tu condición, elfa. No quiero causar ningún daño, solo respuestas. Quiero ser capaz de saber qué ocurre y tratar de buscar una solución a toda esto que está pasando, solo quiero ayudar a esta pobre gente- dijo bajando el hacha y alternando la vista entre el origen de la música y la elfa-.
Bajó el hacha y extendió el brazo izquierdo con la palma hacia arriba en muestra de colaboración. Sus ojos se fijaron en la disposición de los cristales en el suelo y tragó saliva. Por su cabeza pasaban cientos de historias que se entremezclaban para dar versiones corruptas de lo que en realidad le habían contado o había escuchado. Se pidió concentración y apartó las historias de sus cabeza.
Alzó la mirada hacia Signi para estudiarla. El pelo azul, su descansado rostro, sus rápidos y ágiles movimientos. El cómo era capaz de conservar ese estado no era un secreto para Sango. Pero el cómo había llegado a él, era algo que solo una imaginación privada de sueño era capaz de plantear. La nada de la que procedía la música fue objeto de atención de Sango y señaló con el índice de la mano izquierda.
- ¿Qué clase de truco es este, Signi? ¿Por qué todo este caos, este sufrimiento? Los cristales, los gusanos, no entiendo nada.21 Ayúdame a comprender, ayúdame a buscar una solución. Y si de verdad hay alguien, ¿por qué te mantiene en ese estado?- las preguntas de Sango, aparte de sonar cansadas, sonaron casi a una súplica por encontrar alguna respuesta que al menos le indicara qué debía hacer-.
Se quedó allí mirando a la elfa, con la música sin dejar de sonar, incapaz de hacer nada, valorando, mientras esperaba respuesta, si había tomado la decisión correcta al salir tras el origen de la música que había detenido a los gusanos. Si estaba haciendo lo correcto al no haber ido con Zelas a tratar de buscar una forma para destruirlos. O al menos estar cerca de él para protegerle si algo salía mal. De nada sirve pensar en eso, Ben, céntrate en la elfa y en la música. Ben expulsó aire. Estoy tan cansado. Ben aferró el hacha con más fuerza.
No estaba seguro de qué era lo que había frente a Signi. Quizá era un truco de hechicería, quizá una artimaña para hacerse con todos los cristales. La música no dejaba de sonar en aquel punto y Ben dio un paso al frente, acercándose a Signi y a la nada musical.
- ¿A qué esperáis para responder? Si no está en vuestra voluntad contestar ninguna de las preguntas, entiendo que lo único que pretendéis es generar destrucción, caos y dolor. Si es el caso, resolveremos por la vía armada y yo si os destruiré- sentenció Sango-.
Al menos, si moría, encontraría descanso. O quizá tampoco. Aquel pensamiento le produjo un terrible escalofrío que le recorrió le cuerpo.
Se aferró al hacha con más fuerza aún.
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Sango se va en busca del origen de la música y se encuentra con Signi lanzando los cristales contra "la nada musical". El número cuarenta y dos: Debido a la inexplicable experiencia vivida por Sango en la noche de los espejos locos, este está bajo la influencia del número cuarenta y dos. Todo lo que hace sigue un patrón en el que el número cuarenta y dos es el eje de sus acciones y fuente de sus pensamientos. Todas las intervenciones de Sango tienen cuarenta y dos palabras.
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Sango
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La muerte...
El país inexplorado del que ningún viajero regresa ¿O sí?
La ciudad de Roilkat había estado envuelta en una incómoda paz durante varios días. La gente no había podido dormir y ahora debían enfrentar a los gusanos gigantes que habían aparecido de la nada. En medio de un hedor que era insoportable, algunos guerreros de la ciudad luchaban por contenerlos. Estos guerreros rodeaban a las criaturas arrojando lanzas y flechas, pero la piel acorazada de las criaturas y la falta de fuerzas por el insomnio no permitían causar daño alguno.
Sango y Zelas, los dos valientes héroes de Roilkat, se encontraban ya en las calles de la ciudad, donde la gente corría aterrada escapando de los gusanos. Los héroes de Roikat vieron cómo Signi, trataba de conversar con un ser invisible, del cual salía una melodía que parecía controlar a los gusanos, lo cual le dio al rubio una idea para contrarrestarlo combatiendo fuego con fuego, o más bien, música con música.
Mientras tanto, Sango se acercó a Signi y la abordó con una avalancha de preguntas que en medio del caos y la desesperación quizá no serían de mucha ayuda, con toda la gente corriendo y alguna cosa atacando a Signi, no era el mejor momento para una entrevista -Cállese y ayude, héroe de Roilkat, no es momento para preguntas y respuestas, luego de esto responderé a las preguntas que quiera saber,23 pero primero debemos detener esa cosa y escapar antes que lleguen los otros. Estoy segura que no tardarán mucho- Respondió Signi con cierto enojo y desesperación en su voz.
Mientras tanto, la melodía de Zelas parecían comenzar a tomar efecto, aunque seguramente no el efecto esperado, los enormes gusanos comenzaron a retorcerse como si fueran víctimas de un dolor horrible, y no eran los únicos, las personas que escuchaban durante mucho tiempo la espantosa melodía de Zelas, corrían hacia los gusanos para ser aplastados y terminar con semejante sufrimiento.
De cualquier manera, al final el objetivo fue conseguido, el primero de los gusanos se detuvo cuando sus órganos colapsaron y cayó aparatosamente en dirección a donde se encontraba Zelas y como era de esperarse, no murió, el enorme cuerpo del gusano terminó cayendo justo a un lado del joven héroe que por suerte podría seguir contando sus días.
El segundo gusano había resistido un poco más hasta que finalmente cedió y cayó sobre un edificio que se desplomó en dirección hacia Zelas, que por fortuna y como era de esperarse, no murió, los escombros cayeron apenas a unos metros del joven héroe que por suerte podría seguir contando sus días.
Mientras tanto, Signi al notar que Sango no haría más que preguntar y mirar, decidió vencer sus miedos para salir de aquella situación por sí misma, como lo había hecho antes, varias veces, o alguna vez, no podía recordarlo, pero sí recordaba ser perseguida -No sé qué es lo que quieren de mí, no sé por qué me están siguiendo, pero sí sé que no me atraparán con vida.25 Pueden intentarlo una y otra vez, pero me voy a defender hasta mi último aliento, lo prometo- Dijo la elfa en una frase llena de inconsciente ironía, sacó de entre sus ropas una pequeña daga y la arrojó contra el ser invisible que había detenido su melodía al notar que perdía el control de las bestias.
Para su desgracia, la daga no impactó contra su objetivo, sino que siguió de largo en un camino que nadie podía haber previsto, acabando incrustada en el trasero de Zelas, lo cual era humillante pero no mortal, nadie moría por una punzada en ese lugar, así que por ahora solo su dignidad había muerto.
Con la pérdida de los gusanos, una Signi que ahora presentaría batalla, un Zelas que podría seguir tocando aquella espantosa melodía, y un Sango capaz de hacer frente a cualquier amenaza con incontables preguntas, aquella amenaza invisible optó por retirarse, el sonido de sus pisadas resonó como un eco entre los callejones por donde se perdió en unos instantes.
De nuevo, los Héroes de Roilkat habían logrado salvar a la ciudad, no a sus habitantes, pero eso es lo de menos, no se puede tener todo en la vida, al menos habían salvado a Signi y la tenían cerca para hacerle, ahora sí, todas las preguntas que… O quizás no, la elfa de cabellos azules huyó mientras escribía este párrafo, pero al menos estaba a salvo en algún lugar.
Y en ese momento, cuando ya no había peligros que amenazaran a la ciudad, las personas que habían sobrevivido corrieron a abrazar a sus salvadores, Sango fue levantado por un grupo de personas y otras se dirigieron a hacer lo mismo con Zelas, aunque el suelo bajo los pies del rubio se encontraba bastante inestable y todos terminaron cayendo al vacío en una terrible muerte.
∞ Han demostrado habilidades increíbles e inesperadas para lidiar con la situación y salvar la ciudad, o al menos una parte, y a sus habitantes… o al menos una parte, lo que, considerando lo que harán Meraxes y Reike luego, es todo un logro, como siempre, ha sido un placer leerlos.
∞ Debemos reconocer que con ustedes las cosas se resuelven de la manera más inesperada e impredecible posible, así que las consecuencias de sus acciones también lo han sido, Zelas ha caído por un agujero junto con otras personas, por lo que el destino de su existencia se resolverá en el evento de Fehu, quien amablemente se ofreció a resolver lo que rompamos en otros lados.
∞ Finalmente podemos decir que no fue como esperábamos pero estamos satisfechos, así que por su raro pero entretenido aporte a este desafío y a esta trama, reciben ambos 50 aeros, 5 puntos de experiencia y la Canción de Melusine.
Sango y Zelas, los dos valientes héroes de Roilkat, se encontraban ya en las calles de la ciudad, donde la gente corría aterrada escapando de los gusanos. Los héroes de Roikat vieron cómo Signi, trataba de conversar con un ser invisible, del cual salía una melodía que parecía controlar a los gusanos, lo cual le dio al rubio una idea para contrarrestarlo combatiendo fuego con fuego, o más bien, música con música.
Mientras tanto, Sango se acercó a Signi y la abordó con una avalancha de preguntas que en medio del caos y la desesperación quizá no serían de mucha ayuda, con toda la gente corriendo y alguna cosa atacando a Signi, no era el mejor momento para una entrevista -Cállese y ayude, héroe de Roilkat, no es momento para preguntas y respuestas, luego de esto responderé a las preguntas que quiera saber,23 pero primero debemos detener esa cosa y escapar antes que lleguen los otros. Estoy segura que no tardarán mucho- Respondió Signi con cierto enojo y desesperación en su voz.
Mientras tanto, la melodía de Zelas parecían comenzar a tomar efecto, aunque seguramente no el efecto esperado, los enormes gusanos comenzaron a retorcerse como si fueran víctimas de un dolor horrible, y no eran los únicos, las personas que escuchaban durante mucho tiempo la espantosa melodía de Zelas, corrían hacia los gusanos para ser aplastados y terminar con semejante sufrimiento.
De cualquier manera, al final el objetivo fue conseguido, el primero de los gusanos se detuvo cuando sus órganos colapsaron y cayó aparatosamente en dirección a donde se encontraba Zelas y como era de esperarse, no murió, el enorme cuerpo del gusano terminó cayendo justo a un lado del joven héroe que por suerte podría seguir contando sus días.
El segundo gusano había resistido un poco más hasta que finalmente cedió y cayó sobre un edificio que se desplomó en dirección hacia Zelas, que por fortuna y como era de esperarse, no murió, los escombros cayeron apenas a unos metros del joven héroe que por suerte podría seguir contando sus días.
Mientras tanto, Signi al notar que Sango no haría más que preguntar y mirar, decidió vencer sus miedos para salir de aquella situación por sí misma, como lo había hecho antes, varias veces, o alguna vez, no podía recordarlo, pero sí recordaba ser perseguida -No sé qué es lo que quieren de mí, no sé por qué me están siguiendo, pero sí sé que no me atraparán con vida.25 Pueden intentarlo una y otra vez, pero me voy a defender hasta mi último aliento, lo prometo- Dijo la elfa en una frase llena de inconsciente ironía, sacó de entre sus ropas una pequeña daga y la arrojó contra el ser invisible que había detenido su melodía al notar que perdía el control de las bestias.
Para su desgracia, la daga no impactó contra su objetivo, sino que siguió de largo en un camino que nadie podía haber previsto, acabando incrustada en el trasero de Zelas, lo cual era humillante pero no mortal, nadie moría por una punzada en ese lugar, así que por ahora solo su dignidad había muerto.
Con la pérdida de los gusanos, una Signi que ahora presentaría batalla, un Zelas que podría seguir tocando aquella espantosa melodía, y un Sango capaz de hacer frente a cualquier amenaza con incontables preguntas, aquella amenaza invisible optó por retirarse, el sonido de sus pisadas resonó como un eco entre los callejones por donde se perdió en unos instantes.
De nuevo, los Héroes de Roilkat habían logrado salvar a la ciudad, no a sus habitantes, pero eso es lo de menos, no se puede tener todo en la vida, al menos habían salvado a Signi y la tenían cerca para hacerle, ahora sí, todas las preguntas que… O quizás no, la elfa de cabellos azules huyó mientras escribía este párrafo, pero al menos estaba a salvo en algún lugar.
Y en ese momento, cuando ya no había peligros que amenazaran a la ciudad, las personas que habían sobrevivido corrieron a abrazar a sus salvadores, Sango fue levantado por un grupo de personas y otras se dirigieron a hacer lo mismo con Zelas, aunque el suelo bajo los pies del rubio se encontraba bastante inestable y todos terminaron cayendo al vacío en una terrible muerte.
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∞ Han demostrado habilidades increíbles e inesperadas para lidiar con la situación y salvar la ciudad, o al menos una parte, y a sus habitantes… o al menos una parte, lo que, considerando lo que harán Meraxes y Reike luego, es todo un logro, como siempre, ha sido un placer leerlos.
∞ Debemos reconocer que con ustedes las cosas se resuelven de la manera más inesperada e impredecible posible, así que las consecuencias de sus acciones también lo han sido, Zelas ha caído por un agujero junto con otras personas, por lo que el destino de su existencia se resolverá en el evento de Fehu, quien amablemente se ofreció a resolver lo que rompamos en otros lados.
∞ Finalmente podemos decir que no fue como esperábamos pero estamos satisfechos, así que por su raro pero entretenido aporte a este desafío y a esta trama, reciben ambos 50 aeros, 5 puntos de experiencia y la Canción de Melusine.
- Canción de Melusine:
- Canción de Melusine [Consumible]: Una misteriosa melodía se ha quedado grabada en sus memorias, aunque no la pueden cantar o tocar de la misma manera en que la recuerdan, así que cuando lo intenten, el efecto será devastador en los animales, quienes entrarán en un estado de frenesí, corriendo de un lado a otro de manera salvaje para escapar de tan horribles sonidos. ¿Seguro que quieres usar esto?
Ansur
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