La profecía [Desafío: Un mundo sin sueños]
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La profecía [Desafío: Un mundo sin sueños]
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La profecía
7 días antes del colapso: ¿uoıʌılqo?
No le habían creído cuando la gente podía darle atención, mucho menos en estos días en los que la imposibilidad de dormir era la mayor preocupación. Así que ella, Kasha, cambió de estrategia: dejó de hablar de seres de otro mundo que venían a suplantar identidades y a conquistar el mundo. En su lugar, prometió únicamente saber la manera de recuperar el sueño y hasta inventó una profecía al respecto.
Aun así, nadie la escuchaba. Nadie que ella considerara útil para su propósito, al menos. Por lo que llegó a considerar rendirse con Aerandir, irse a un lugar tranquilo a morir en paz con sus gatos que sí le escuchaban y deleitarse con el merecido final de las personas.
Pero alguien llegó. Contra todo pronóstico, una mujer con un mínimo de habilidad parecía que la tomaría en serio. Además, para mejorar la situación, el atuendo de esta era afín a los gustos de Kasha. Ese estilo, pensó la amante de los gatos, garantizaba un buen trabajo en equipo, a pesar del cansancio acumulado que percibió en la vampiresa.
Al principio, Kasha no le dio muchos detalles. Irían a un lugar peligroso, evadirían criaturas peligrosas y llegarían a donde encontrarían la solución, riquezas y poder. No mencionó que no estaba segura de absolutamente nada.
Con un nada disimulado desagrado y llevando un bolso negro, Kasha cruzó un enorme espejo mágico en las ruinas de la Casa de los Espejos, del ya difunto Archivald, en Roilkat. Se sorprendió de que hubiera funcionado, pero ocultó su reacción.
Ya ves, querida, viajar a otro mundo es más sencillo de lo que parece en estos tiempos- dijo con una sonrisa gatuna y soltando el bolso, de donde luego salió una cabeza gris y sin rostro -Mininos, exploren -ordenó, sin mencionar nada sobre cómo consiguió la cabeza de un suplantador. Tampoco mencionó que le desconcertaba no tener ni la más mínima idea de a dónde habían ido a parar.
El grupo de gatos negros que la acompañaban se separó para cubrir más terreno. Kasha se cruzó de brazos y se volvió hacia la vampiresa -Dime, querida, ¿cuál es tu animal favorito?
Por otro lado, ni Gaegel ni Ryra sabían cómo llegaron a aquel lugar. En un momento estaban en el domo de espejos, rompiendo el de la reformación y luego viendo temibles criaturas sin rostro en cada espejo, y al otro momento estaban en un Aerandir extraño, desolado, inhóspito, sin apenas color, pero con una atmósfera pesada. Los instintos de Gaegel incluso le gritaban constantemente que estaba en peligro y el sentido mágico de Ryra la hacía sentir asqueada, aunque aún no vieran nada. Lo que podían ver era un bosque pantanoso y lúgubre, sumido en la bruma, donde ni el sol se atrevía a brillar con todo su esplendor.
De pronto, un gato negro apareció, observó al licántropo en silencio y, al cabo de unos instantes, maulló y se regresó por donde vino, como intentando guiar a ambos aventureros hasta Kasha.
Mientras Gaegel se movía, recuerdos de la última batalla con Oniria vendrían a su mente, fugaces destellos que enfocaban detalles que no había notado antes. Los nueve niños, su comportamiento, su falta de reacción ante la muerte de quien los había raptado, que no hubieran sido afectados por la llave de Zelas cuando esta estalló…
Un aullido rasgó aquel día sombrío. Otros aullidos le sucedieron, formando un coro siniestro, no muy lejos de donde estaba el grupo. Luego fueron graznidos de cuervos, siendo difícil identificar si era sufrimiento o ira lo que sentían, quizás era ambos. Por último, un grito gutural que raspaba el espíritu.
Debemos movernos- instó Kasha, tensa. Sus gatos regresaron corriendo, alertas y con el pelaje erizado -Ahora- Empezó a moverse, siguiendo a uno de sus gatos que sí había encontrado la dirección a la que debían ir, mientras el agua del pantano ondeaba, algunos árboles emitían leves crujidos y murmullos de voces familiares se oían en la distancia.
∞ Les damos la bienvenida, Caoimhe ladrona de biusas y Gaegel rompedor de espejos, a esta ronda de desafíos que pondrá a prueba sus capacidades para resolver el misterio que está causando estragos en Aerandir.
∞ En la primera parte de este desafío tendrán que seguir a un gato a través de un escenario en el que acechan toda clase de males, no limitándose a lobos y cuervos corruptos por magia maldita: en el agua, criaturas humanoides bucarán sumergirlos en torturas infinitas; algunos árboles moverán sus ramas, anhelando un compañero eterno que alivie su soledad; demonios acechadores imitarán voces de tus seres queridos, pero garantizarán la muerte si se les mira a los ojos…
∞ No están obligados a luchar para morir, pues pueden sortear los peligros si saben cómo, o pueden rendirse y huir por el portal que cruzó [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], aunque eso me ahorrará darles recompensa alguna y tampoco descubrirán el misterio de Oniria y el mundo sin sueños.
∞ Sea cual sea el plan que hagan, pueden controlar a Kasha. Ella enviará a sus mininos a luchar si hace falta, pero evitará el combate directo. No obstante, el final de este desafío podría tener desenlaces diferentes de acuerdo a las acciones y decisiones que tomen. Sean cautelosos.
Aun así, nadie la escuchaba. Nadie que ella considerara útil para su propósito, al menos. Por lo que llegó a considerar rendirse con Aerandir, irse a un lugar tranquilo a morir en paz con sus gatos que sí le escuchaban y deleitarse con el merecido final de las personas.
Pero alguien llegó. Contra todo pronóstico, una mujer con un mínimo de habilidad parecía que la tomaría en serio. Además, para mejorar la situación, el atuendo de esta era afín a los gustos de Kasha. Ese estilo, pensó la amante de los gatos, garantizaba un buen trabajo en equipo, a pesar del cansancio acumulado que percibió en la vampiresa.
Al principio, Kasha no le dio muchos detalles. Irían a un lugar peligroso, evadirían criaturas peligrosas y llegarían a donde encontrarían la solución, riquezas y poder. No mencionó que no estaba segura de absolutamente nada.
Con un nada disimulado desagrado y llevando un bolso negro, Kasha cruzó un enorme espejo mágico en las ruinas de la Casa de los Espejos, del ya difunto Archivald, en Roilkat. Se sorprendió de que hubiera funcionado, pero ocultó su reacción.
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Ya ves, querida, viajar a otro mundo es más sencillo de lo que parece en estos tiempos- dijo con una sonrisa gatuna y soltando el bolso, de donde luego salió una cabeza gris y sin rostro -Mininos, exploren -ordenó, sin mencionar nada sobre cómo consiguió la cabeza de un suplantador. Tampoco mencionó que le desconcertaba no tener ni la más mínima idea de a dónde habían ido a parar.
El grupo de gatos negros que la acompañaban se separó para cubrir más terreno. Kasha se cruzó de brazos y se volvió hacia la vampiresa -Dime, querida, ¿cuál es tu animal favorito?
Por otro lado, ni Gaegel ni Ryra sabían cómo llegaron a aquel lugar. En un momento estaban en el domo de espejos, rompiendo el de la reformación y luego viendo temibles criaturas sin rostro en cada espejo, y al otro momento estaban en un Aerandir extraño, desolado, inhóspito, sin apenas color, pero con una atmósfera pesada. Los instintos de Gaegel incluso le gritaban constantemente que estaba en peligro y el sentido mágico de Ryra la hacía sentir asqueada, aunque aún no vieran nada. Lo que podían ver era un bosque pantanoso y lúgubre, sumido en la bruma, donde ni el sol se atrevía a brillar con todo su esplendor.
De pronto, un gato negro apareció, observó al licántropo en silencio y, al cabo de unos instantes, maulló y se regresó por donde vino, como intentando guiar a ambos aventureros hasta Kasha.
Mientras Gaegel se movía, recuerdos de la última batalla con Oniria vendrían a su mente, fugaces destellos que enfocaban detalles que no había notado antes. Los nueve niños, su comportamiento, su falta de reacción ante la muerte de quien los había raptado, que no hubieran sido afectados por la llave de Zelas cuando esta estalló…
Un aullido rasgó aquel día sombrío. Otros aullidos le sucedieron, formando un coro siniestro, no muy lejos de donde estaba el grupo. Luego fueron graznidos de cuervos, siendo difícil identificar si era sufrimiento o ira lo que sentían, quizás era ambos. Por último, un grito gutural que raspaba el espíritu.
Debemos movernos- instó Kasha, tensa. Sus gatos regresaron corriendo, alertas y con el pelaje erizado -Ahora- Empezó a moverse, siguiendo a uno de sus gatos que sí había encontrado la dirección a la que debían ir, mientras el agua del pantano ondeaba, algunos árboles emitían leves crujidos y murmullos de voces familiares se oían en la distancia.
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∞ Les damos la bienvenida, Caoimhe ladrona de biusas y Gaegel rompedor de espejos, a esta ronda de desafíos que pondrá a prueba sus capacidades para resolver el misterio que está causando estragos en Aerandir.
∞ En la primera parte de este desafío tendrán que seguir a un gato a través de un escenario en el que acechan toda clase de males, no limitándose a lobos y cuervos corruptos por magia maldita: en el agua, criaturas humanoides bucarán sumergirlos en torturas infinitas; algunos árboles moverán sus ramas, anhelando un compañero eterno que alivie su soledad; demonios acechadores imitarán voces de tus seres queridos, pero garantizarán la muerte si se les mira a los ojos…
∞ No están obligados a luchar para morir, pues pueden sortear los peligros si saben cómo, o pueden rendirse y huir por el portal que cruzó [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], aunque eso me ahorrará darles recompensa alguna y tampoco descubrirán el misterio de Oniria y el mundo sin sueños.
∞ Sea cual sea el plan que hagan, pueden controlar a Kasha. Ella enviará a sus mininos a luchar si hace falta, pero evitará el combate directo. No obstante, el final de este desafío podría tener desenlaces diferentes de acuerdo a las acciones y decisiones que tomen. Sean cautelosos.
Ansur
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Re: La profecía [Desafío: Un mundo sin sueños]
Los acontecimientos de los últimos días sin lugar a dudas eran sumamente complicados. La falta de sueño me tenía con unas ojeras terribles, no lo iba a negar. Tras los acontecimientos luego de haber roto ese endemoniado espejo podía recordar esas horrorosas criaturas sin rostro en todos los espejos. Aquella había sido una de las experiencias más grotescas y aterradoras que había experimentado. El solo recordarlo me crispaba los nervios. El caso de Ryra no cambiaba demasiado. Si bien encontraba la manera de ocultar un poco sus ojeras con sus trucos femeninos, la verdad es que ambos teníamos un semblante nada agradable a primera vista.
Lo que no podía entender es. - ¿Y ahora cómo llegamos aquí? - Miraba de un lado a otro. Se notaba en mi aquella desorientación, misma que me hizo caer de nalgas al suelo. La bruja tampoco pudo mantenerse en pie. Esta se agachó y sin poder evitarlo comenzó a vomitar un poco. - Por todos los dioses, esto es demasiado. - No la podía culpar. Esta situación no me dejaba nada un buen sabor de boca.
Luego de mirar los alrededores. El ambiente me resultaba ¿familiar? - Oye Ryra... ¿No habíamos estado aquí antes? - Le pregunté a la bruja, quien luego de recuperarse tras devolver lo que tenía en el estomago asintió levemente. - Sí... Terriblemente familiar. - Dijo con una voz aún ronca. - Me lo temía. No tengo la más mínima idea de cómo pero... Este parece el mundo donde matamos a Oniria.
Tal vez no es tan terrible. - Dijo la bruja, el comentario me dejó algo descolocado. - ¿De qué hablas? - Ryra arqueó su ceja. - Bueno... Aquí comenzó todo este lío en el que nos metimos. ¿Quién sabe? Tal vez aquí podamos encontrar algo que nos ayude a solucionarlo. - Tras escucharla decir eso suspiré con pesadez. Odiaba admitirlo. - Tienes un punto. - Estaba a punto de levantarme cuando de pronto pude notar frente a mi a un gato negro, el cual al verme a mi y a Ryra maulló. - ¿Y ese gato? - Tras las palabras de la bruja, el minino comenzó a andar hacia quien sabe donde. - Ni idea. Pero parece que quiere que lo sigamos. - Dije mientras me levantaba. - Genial. Antes te encargabas de matar a brujas encargadas de los sueños, y ahora perseguimos gatos. - Alcé mis hombros. - Lo siento. La falta de sueño atrofia un poco mis ideas, y creo que es lo único que podemos hacer.
Tras esa negociación, parece que ambos acordamos seguir al susodicho gato. Aunque cuando comenzamos a caminar, no pasó mucho tiempo cuando en mi mente comenzaron a pasar imágenes de la batalla contra la bruja loca de Oniria. Esos recuerdos me provocaban gesticular muecas dolorosas, pero a pesar de eso seguí el rastro de ese gato, el cual me condujo hasta donde habían dos mujeres. Una de ellas al ver al gato sonrió y luego al verme a mi y a Ryra entrecerró sus ojos. - Parece que unos aventureros han encontrado a mi curioso gato. ¿O habrá sido al revés? - Dijo con una media sonrisa la muchacha. - Creímos que sería buena idea seguir al gato. Tal vez. - Le respondí sin más.
Tras girar mi vista pude apreciar a la otra mujer que estaba allí. Al solo verla no pude evitar sonreír levemente. Era una mujer muy hermosa. La mujer que parecía dueña del gato que seguía era guapa, pero la otra. Por los dioses... Me dispuse a saludarla como era debido, no podía ser mal educado. - Hol... - Mi saludo con mi característica y galante voz fue interrumpido por una extraña sensación. Antes de eso mi cabeza ya estaba teniendo pensamientos impuros y de pronto me desplomé en el suelo y comencé a convulsionar sin control. (1)
¿Y ahora qué te pasa? Pareces un perro con rabia. - Me preguntó Ryra, la cual no soportó más y comenzó a reír sin más al ver mi deplorable escena. Un deplorable mal comienzo, eso no lo podía negar.
Una vez que logré reincorporarme la mujer dueña de los gatos se dirigió a todos. - Debemos movernos. - Y dicho eso el grupo comenzó a andar de nueva cuenta. Durante ese trayecto, las imágenes del combate contra Oniria volvieron, aunque esos recuerdos tenían otra perspectiva ahora. Podía ver a los niños mientras la bruja moría a manos del esfuerzo de nuestro grupo. Esos niños no habían tenido ninguna reacción tras la muerte de la persona que los había secuestrado. Ninguna. - Eso está muy raro. - Era lo que pasaba por mi cabeza mientras me rascaba la nuca.
No solo eso. Mientras caminaba, comencé a escuchar voces a mis alrededores a lo lejos. Podía escuchar a Meraxes, a Zelas, a Meleis. Estuve tentado a voltearme, cuando de pronto también escuché voces de personas que ya estaban muertas, y fue cuando recordé que en este lugar acechan criaturas sumamente peligrosas a las cuales no se les debía de ver directamente. - Carajo... Este lugar sí que es irritante. - Mi cabeza era un caos, y con toda esa información realmente me sentía desconcertado e impotente, ya que no había nada que pudiese ayudarme en esta situación... Al menos no por ahora. Miré de reojo a Ryra, la cual tenía el mismo semblante que el mío. Parecía que ella también se encontraba en la misma situación que yo. - Al menos por tu cara puedo corroborar que no me estaba volviendo loca. - Asentí con la cabeza. Solo esperaba encontrar algo que pudiese ayudarnos. Era eso o perder la poca cordura que me quedaba.
OFF:
1.- Maldición del tema de Yule parte 2: Vuestros personajes no podrán completar un pensamiento que involucre algo mínimamente sexual sin caer en un ataque epiléptico al recordar a las criaturas horrocósmicas con las que habéis decidido compartir más que aire.
Lo que no podía entender es. - ¿Y ahora cómo llegamos aquí? - Miraba de un lado a otro. Se notaba en mi aquella desorientación, misma que me hizo caer de nalgas al suelo. La bruja tampoco pudo mantenerse en pie. Esta se agachó y sin poder evitarlo comenzó a vomitar un poco. - Por todos los dioses, esto es demasiado. - No la podía culpar. Esta situación no me dejaba nada un buen sabor de boca.
Luego de mirar los alrededores. El ambiente me resultaba ¿familiar? - Oye Ryra... ¿No habíamos estado aquí antes? - Le pregunté a la bruja, quien luego de recuperarse tras devolver lo que tenía en el estomago asintió levemente. - Sí... Terriblemente familiar. - Dijo con una voz aún ronca. - Me lo temía. No tengo la más mínima idea de cómo pero... Este parece el mundo donde matamos a Oniria.
Tal vez no es tan terrible. - Dijo la bruja, el comentario me dejó algo descolocado. - ¿De qué hablas? - Ryra arqueó su ceja. - Bueno... Aquí comenzó todo este lío en el que nos metimos. ¿Quién sabe? Tal vez aquí podamos encontrar algo que nos ayude a solucionarlo. - Tras escucharla decir eso suspiré con pesadez. Odiaba admitirlo. - Tienes un punto. - Estaba a punto de levantarme cuando de pronto pude notar frente a mi a un gato negro, el cual al verme a mi y a Ryra maulló. - ¿Y ese gato? - Tras las palabras de la bruja, el minino comenzó a andar hacia quien sabe donde. - Ni idea. Pero parece que quiere que lo sigamos. - Dije mientras me levantaba. - Genial. Antes te encargabas de matar a brujas encargadas de los sueños, y ahora perseguimos gatos. - Alcé mis hombros. - Lo siento. La falta de sueño atrofia un poco mis ideas, y creo que es lo único que podemos hacer.
Tras esa negociación, parece que ambos acordamos seguir al susodicho gato. Aunque cuando comenzamos a caminar, no pasó mucho tiempo cuando en mi mente comenzaron a pasar imágenes de la batalla contra la bruja loca de Oniria. Esos recuerdos me provocaban gesticular muecas dolorosas, pero a pesar de eso seguí el rastro de ese gato, el cual me condujo hasta donde habían dos mujeres. Una de ellas al ver al gato sonrió y luego al verme a mi y a Ryra entrecerró sus ojos. - Parece que unos aventureros han encontrado a mi curioso gato. ¿O habrá sido al revés? - Dijo con una media sonrisa la muchacha. - Creímos que sería buena idea seguir al gato. Tal vez. - Le respondí sin más.
Tras girar mi vista pude apreciar a la otra mujer que estaba allí. Al solo verla no pude evitar sonreír levemente. Era una mujer muy hermosa. La mujer que parecía dueña del gato que seguía era guapa, pero la otra. Por los dioses... Me dispuse a saludarla como era debido, no podía ser mal educado. - Hol... - Mi saludo con mi característica y galante voz fue interrumpido por una extraña sensación. Antes de eso mi cabeza ya estaba teniendo pensamientos impuros y de pronto me desplomé en el suelo y comencé a convulsionar sin control. (1)
¿Y ahora qué te pasa? Pareces un perro con rabia. - Me preguntó Ryra, la cual no soportó más y comenzó a reír sin más al ver mi deplorable escena. Un deplorable mal comienzo, eso no lo podía negar.
Una vez que logré reincorporarme la mujer dueña de los gatos se dirigió a todos. - Debemos movernos. - Y dicho eso el grupo comenzó a andar de nueva cuenta. Durante ese trayecto, las imágenes del combate contra Oniria volvieron, aunque esos recuerdos tenían otra perspectiva ahora. Podía ver a los niños mientras la bruja moría a manos del esfuerzo de nuestro grupo. Esos niños no habían tenido ninguna reacción tras la muerte de la persona que los había secuestrado. Ninguna. - Eso está muy raro. - Era lo que pasaba por mi cabeza mientras me rascaba la nuca.
No solo eso. Mientras caminaba, comencé a escuchar voces a mis alrededores a lo lejos. Podía escuchar a Meraxes, a Zelas, a Meleis. Estuve tentado a voltearme, cuando de pronto también escuché voces de personas que ya estaban muertas, y fue cuando recordé que en este lugar acechan criaturas sumamente peligrosas a las cuales no se les debía de ver directamente. - Carajo... Este lugar sí que es irritante. - Mi cabeza era un caos, y con toda esa información realmente me sentía desconcertado e impotente, ya que no había nada que pudiese ayudarme en esta situación... Al menos no por ahora. Miré de reojo a Ryra, la cual tenía el mismo semblante que el mío. Parecía que ella también se encontraba en la misma situación que yo. - Al menos por tu cara puedo corroborar que no me estaba volviendo loca. - Asentí con la cabeza. Solo esperaba encontrar algo que pudiese ayudarnos. Era eso o perder la poca cordura que me quedaba.
OFF:
1.- Maldición del tema de Yule parte 2: Vuestros personajes no podrán completar un pensamiento que involucre algo mínimamente sexual sin caer en un ataque epiléptico al recordar a las criaturas horrocósmicas con las que habéis decidido compartir más que aire.
Gaegel
Lobo Renegado
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Re: La profecía [Desafío: Un mundo sin sueños]
Caoimhe escuchó el ronroneo del gato antes de apreciar que estaba en la sala. Su pelaje negro cual noche sin estrellas la sorprendió sin embargo al rededor de su pie izquierdo y tras acabar de captar su atención el minimo saltó sobre el recibidor de aquel mercadillo itinerante moviendo con gracilidad los espejos colgados aquí y allá que formaban parte de la parafernalia que allí se vendía.
No era extraño encontrar tiendas así en Roilkat: La capital al fin y al cabo había amansado la fortuna de una urbe nueva basada en sus cristales, su arena y en consecuencia, sus espejos. Caoimhe llevaba exactamente una semana en aquel lugar: Las consecuencias de sus negocios prolongándose en el tiempo más de lo que a ella le hubiese gustado. Y fue allí donde comenzó a darse cuenta de que su insomnio no era un accidente aislado.
La ciudad comenzó a tener la vida de una ciudad nocturna y a medida que pasaban los días, las calles se llenaban más y más de personas alargando sus quehaceres aprovechando la aparente pandemia del insomnio que la rodeaba.
En una primera instancia aquello la sorprendió: Su vida en la oscuridad difícilmente era compartida más que por las sombras de los suyos propios y aquellos que no lograban encontrar el auxilio de una casa en la noche.Luego la emocionó: Era la primera vez desde que... tenía recuerdo en la memoria en el que hacía vida "normal' independientemente de los plazos solares. Finalmente comenzó a molestarle: Algo en ella le decía que la noche estaba creada para pertenecer a alos vampiros.
Así que para cuando conoció a la dueña de aquel gato negro, Caoimhe ya había evitado que el animal rompiese 4 espejos en aquel tenderete; Se había disculpado con el dueño y le había colocado un cascabel en el cuello para escucharlo llegar y evitar así futuros problemas. Tampoco diría aquello en voz alta si le preguntaban: Pero tan solo hizo falta menos de dos horas para entender que se había encariñado con el minino. Y pues acompañarlo a que le siguiera hasta su dueña no fue una tarea muy esquiva para él.
No voy a mentir: El primer encuentro de la vampiresa con la mujer no fue el más cercano del mundo. Sus palabras sumidas a la expresión de locura acerca de como nadie escuchaba aquello que ella sabía alzaron la desconfianza de Caoimhe.
Pero el gato la guió tres veces hasta ella como si su objetivo final fuese que la entendiese y... aceptar que siempre había algo de sabiduría en la locura.
Al fin y al cabo ella era hija digna de Gaia.
Caoimhe accedió finalmente a los planes de Kasha y la mujer no tardó mucho en guiarla hasta los espejos. La vampiresa casi pensó que la fantasía mental, posiblemente producto del insomnio de aquella mujer acabaría allí. Cuando sus planes de introducirlas a ambas a través de aquel objeto se redujesen a la cruda realidad.
Pero no fue así y tras verse a si misma fundirse con su propio reflejo hasta hacerse una y aparecer en un lugar totalmente desconocido, Caoimhe decidió que a partir de aquel momento no dudaría de ninguna palabra que saliese de la boca de Kasha.
Ambas habían caminado algunos metros a través de aquella oscuridad para cuando la nada comenzó a hacerse figuras. Aquí y alláse revelaban las ramas gruesas de arboles apareciendo en un horizonte hasta entonces vacío. Rocas bajas guardaban lo que parecía ser la orilla del comienzo de un pantano y para cuando llegaron al lugar exacto, Kasha le preguntó cual era su animal preferido.
-Posiblemente los búhos..- respondió sorprendiéndose a si misma y atrayendo hasta su mente imágenes de un tiempo feliz en el que su padre aún vivía y ambos dejaban libres búhos luego de criarlos en su taller- .... Aunque los gatos tiene sin duda un muy cercano segundo lugar - añadió percatándose del gesto sospechoso en la cara de Kasha-
El camino se había hecho de piedra y la oscuridad que los había rodeado hasta entonces se había fundido ahora en cientos de espejos cada uno de una forma y modelo distintos. Algunos reflejando la figura de ambas mujeres. Otros mostrando imágenes distintas a ellas mismas. Personas felices, tristes, algunas con la quietud de la muerte en su expresión. Otras parecían atrapadas. Otros espejos mostraban lugares, Objetos incluso.
Varios maullidos descentraron la atención de Caoimhe en aquella visión momentánea e indicaron que no estaban solos.
Dos figuras aparecieron siguiendo al gato: Una mujer esbelta seguida de un hombre alto y de ojos verde intenso. Kasha no los saludó por lo que Caoimhe no estaba segura de si los conocía. El hombre parecía más afable que la mujer, que se mantenía seria y analizando a Caoimhe.
A la vampiresa aquello no la amenazaba. Sus ojos dispares hacían que a menudo se llevara el grueso de un juicio de valor en los primeros dos minutos tras cruzarse con alguien. Los ojos del hombre eran más cautelos pero comenzaron a inundarse de un interés que Caoimhe conocía de manera extensa:Su raza había creado el balance justo entre atracción y miedo. Una manera eficaz para atraer a las presas antes de alimentarse. La sed de la vampiresa pareció despertarse...
Pero de pronto Gaegel se sumió en un ataque incontrolable de movimientos erráticos. Caoimhe abrió mucho los ojos sin saber muy bien si ayudarlo o no. Aquello pareció pasar en menos de dos minutos y Kasha ignoró aquella escena y los instó a avanzar. La compañera de aquel hombre tampoco pareció preocuparse por su estado y carcajeó llamándolo 'perro' Caoimhe analizó el éter a su alrededor: Quizás aquel eufemismo no había sido una mera casualidad. Tendría que andarse con cuidado: Su último contacto con un hombrelobo no fue muy apaciguador que se dijese.
La vampiresa la siguió pero se quedó algo rezagada para acercarse a los recién llegados
-Por casualidad... ¿alguno sabe decirme dónde nos encontramos?- dijo en un susurro pues no quería que Kasha se sintiese ofendida ante aquella pregunta-
Caoimhe estaba segura que Kasha escuchó su pregunta, pues la urgencia de aquella mujer aumentó de manera desproporcionada instándo a los tres a seguirla a ella, y verdaderamente a su gato quien parecía llevar el liderato de los pasos del grupo, saltando aquí y allá.
Cuando finalmente alcanzaron el pantano Kasha no tuvo problema en seguir caminando por el agua, guiada por sonido del cascabel que Caoimhe había puesto al gato. La vampiresa analizó su situación por un instante:
A ambos lados de aquel pantano las ramas de los árboles se confundían con las raíces formando un entramado irregular de formas oscuras que proyectaban sombras sobre ellos. El musgo había tomado la mayoría de las piedras alrededor de las rocas cercanas, por lo que agarrarse a ellas iba a estar díficil debido a la poca fricción que la haría caer.
No había manera alguna de evitar mojarse, por lo que se recogió el vestido de manera apresurda, dejándo sus medias como única protección entre su piel y el agua y amarró su bolso de manera alzada en torno a su pecho y brazos para evitar que se mojase.
El agua de aquel pantano estaba especialmente fría. Sus poros se erizaron al contacto don la misma y a pesar de que en apariencia estaba en calma, bastaron varios segundos caminando atravesando aquel lugar con el agua hasta su cintura para que la vampiresa entendiese que había una cierta corriente que le dificultaba el paso aquí y allá de cuando en cuando.
Kasha dos o tres metros delante de ella también estaba forcejeando con la corriente. Aquí y allá Caoimhe notaba como sus piernas totalmente sumergidas en el agua eran rozadas de cuando en cuando por lo que deseó fuesen raíces subterráneas. Lo cierto es que no quiso pensar demasiado.
-Deberíamos... creo que quizás deberíamos buscar una alternativa- Le dijo a la mujer que decidió ignorarla- No estoy segura de que vayamos a resistir mucho andando así. Estamos gastando fuerzas de manera estúpida y.... Dios... el agua está helada.
Pero sus palabras no terminaron de escucharse pues un suspiro ahogado las acalló. Sus ojos se posaron de pronto en el agua en la que había estado caminando percatándose finalmente de aquello que la había estado rozando aquí y allá: Lejos de ser raíces aquellas formas parecían alargadas y casi... humanas.
Caoimhe se paró en seco intrigada ante la visión que tenía ante ella. Definitivamente aquellos eran cuerpos humanos y la corriente que había estado notando desde que entró allí no era más que el movimiento pausado de aquellos .. cuerpos rodeando las figuras de aquellos aventureros.
-Espera ¿qué?- Caoimhe se percató entonces de por qué aquel rostro le era tan familiar: Era el panadero de Beltrexus. Había estado 3 semanas haciendole chantaje sobre revelar de donde sacaba la 'harina' para hacer su pan más adictivo si no le pagaba cierta suma de dinero de manera mensual. - ¿Qué diablos hace...?
-NO.- dijo Kasha- No los mires. No te pares.No los toques... Sigue caminando.... tan solo tenemos que llegar a unos metros más hacia el norte y encontraremos la barca qué...
Pero era demasiado tarde. Caoimhe había visualizado el rostro de su secuaz Hugo: Pálido y sumido en un sueño intenso. No pudo resistirse a ayudarlo. Necesitaba sacarlo de ahí como diablos..
En el momento exacto en el que Caoimhe rozó el cabello del hombre león este pareció despertar de manera abrupta, agarrándola con fuerza en un intento de sumergirla en el agua.
-No.... no..no- Kasha tiró de ella hacia el otro lado-
-Pero... es mi amigo... estoy segura de que...- añadió Caoimhe.
-Escuchame bien, señorita. Hay veces que es necesario escoger bien a quien salvamos: Su pellejo ya está perdido. Por favor, vamos a centrarnos en el nuestro y en el de todas las personas que nos esperan ahí fuera..
Caoimhe se mordió el labio inferior. Enrabietada. Su cabello se había mojado de manera parcial y el frío de aquel pantano tan solo parecía intensificarme.
-Ahora... necesitamos encontrar la cuerda a la que está atada la pequeña barca en la que vamos a continuar nuestra expedición- dijo Kasha mirando aquí y allá- No os preocupéis en buscar la barca. Tan solo se nos presentará si encontramos la cuerda que la guía. Debería estar atada a alguna de estas rocas pero claramente... bueno, alguien- y miró al gato de manera significativa- No la dejó en el lugar correcto la última vez.- dijo y el minimo se sentó a lamiarse una de sus patas, ignorándo a Kasha.
-¿Como que la última vez.?¿ Has... has estado aquí antes?- dijo Caoimhe
-Demasiadas preguntas... muy pocas respuestas. Y bien... ¿Quién quiere ser el primero para sumergirse y buscarla? Oh si... casi se me olvidaba... mejor no toquen a... bueno.,.. a los pececillos. Ya ven que no tienen muy buen humor.- La mujer esperó.
No era extraño encontrar tiendas así en Roilkat: La capital al fin y al cabo había amansado la fortuna de una urbe nueva basada en sus cristales, su arena y en consecuencia, sus espejos. Caoimhe llevaba exactamente una semana en aquel lugar: Las consecuencias de sus negocios prolongándose en el tiempo más de lo que a ella le hubiese gustado. Y fue allí donde comenzó a darse cuenta de que su insomnio no era un accidente aislado.
La ciudad comenzó a tener la vida de una ciudad nocturna y a medida que pasaban los días, las calles se llenaban más y más de personas alargando sus quehaceres aprovechando la aparente pandemia del insomnio que la rodeaba.
En una primera instancia aquello la sorprendió: Su vida en la oscuridad difícilmente era compartida más que por las sombras de los suyos propios y aquellos que no lograban encontrar el auxilio de una casa en la noche.Luego la emocionó: Era la primera vez desde que... tenía recuerdo en la memoria en el que hacía vida "normal' independientemente de los plazos solares. Finalmente comenzó a molestarle: Algo en ella le decía que la noche estaba creada para pertenecer a alos vampiros.
Así que para cuando conoció a la dueña de aquel gato negro, Caoimhe ya había evitado que el animal rompiese 4 espejos en aquel tenderete; Se había disculpado con el dueño y le había colocado un cascabel en el cuello para escucharlo llegar y evitar así futuros problemas. Tampoco diría aquello en voz alta si le preguntaban: Pero tan solo hizo falta menos de dos horas para entender que se había encariñado con el minino. Y pues acompañarlo a que le siguiera hasta su dueña no fue una tarea muy esquiva para él.
No voy a mentir: El primer encuentro de la vampiresa con la mujer no fue el más cercano del mundo. Sus palabras sumidas a la expresión de locura acerca de como nadie escuchaba aquello que ella sabía alzaron la desconfianza de Caoimhe.
Pero el gato la guió tres veces hasta ella como si su objetivo final fuese que la entendiese y... aceptar que siempre había algo de sabiduría en la locura.
Al fin y al cabo ella era hija digna de Gaia.
Caoimhe accedió finalmente a los planes de Kasha y la mujer no tardó mucho en guiarla hasta los espejos. La vampiresa casi pensó que la fantasía mental, posiblemente producto del insomnio de aquella mujer acabaría allí. Cuando sus planes de introducirlas a ambas a través de aquel objeto se redujesen a la cruda realidad.
Pero no fue así y tras verse a si misma fundirse con su propio reflejo hasta hacerse una y aparecer en un lugar totalmente desconocido, Caoimhe decidió que a partir de aquel momento no dudaría de ninguna palabra que saliese de la boca de Kasha.
Ambas habían caminado algunos metros a través de aquella oscuridad para cuando la nada comenzó a hacerse figuras. Aquí y alláse revelaban las ramas gruesas de arboles apareciendo en un horizonte hasta entonces vacío. Rocas bajas guardaban lo que parecía ser la orilla del comienzo de un pantano y para cuando llegaron al lugar exacto, Kasha le preguntó cual era su animal preferido.
-Posiblemente los búhos..- respondió sorprendiéndose a si misma y atrayendo hasta su mente imágenes de un tiempo feliz en el que su padre aún vivía y ambos dejaban libres búhos luego de criarlos en su taller- .... Aunque los gatos tiene sin duda un muy cercano segundo lugar - añadió percatándose del gesto sospechoso en la cara de Kasha-
El camino se había hecho de piedra y la oscuridad que los había rodeado hasta entonces se había fundido ahora en cientos de espejos cada uno de una forma y modelo distintos. Algunos reflejando la figura de ambas mujeres. Otros mostrando imágenes distintas a ellas mismas. Personas felices, tristes, algunas con la quietud de la muerte en su expresión. Otras parecían atrapadas. Otros espejos mostraban lugares, Objetos incluso.
Varios maullidos descentraron la atención de Caoimhe en aquella visión momentánea e indicaron que no estaban solos.
Dos figuras aparecieron siguiendo al gato: Una mujer esbelta seguida de un hombre alto y de ojos verde intenso. Kasha no los saludó por lo que Caoimhe no estaba segura de si los conocía. El hombre parecía más afable que la mujer, que se mantenía seria y analizando a Caoimhe.
A la vampiresa aquello no la amenazaba. Sus ojos dispares hacían que a menudo se llevara el grueso de un juicio de valor en los primeros dos minutos tras cruzarse con alguien. Los ojos del hombre eran más cautelos pero comenzaron a inundarse de un interés que Caoimhe conocía de manera extensa:Su raza había creado el balance justo entre atracción y miedo. Una manera eficaz para atraer a las presas antes de alimentarse. La sed de la vampiresa pareció despertarse...
Pero de pronto Gaegel se sumió en un ataque incontrolable de movimientos erráticos. Caoimhe abrió mucho los ojos sin saber muy bien si ayudarlo o no. Aquello pareció pasar en menos de dos minutos y Kasha ignoró aquella escena y los instó a avanzar. La compañera de aquel hombre tampoco pareció preocuparse por su estado y carcajeó llamándolo 'perro' Caoimhe analizó el éter a su alrededor: Quizás aquel eufemismo no había sido una mera casualidad. Tendría que andarse con cuidado: Su último contacto con un hombrelobo no fue muy apaciguador que se dijese.
La vampiresa la siguió pero se quedó algo rezagada para acercarse a los recién llegados
-Por casualidad... ¿alguno sabe decirme dónde nos encontramos?- dijo en un susurro pues no quería que Kasha se sintiese ofendida ante aquella pregunta-
Caoimhe estaba segura que Kasha escuchó su pregunta, pues la urgencia de aquella mujer aumentó de manera desproporcionada instándo a los tres a seguirla a ella, y verdaderamente a su gato quien parecía llevar el liderato de los pasos del grupo, saltando aquí y allá.
Cuando finalmente alcanzaron el pantano Kasha no tuvo problema en seguir caminando por el agua, guiada por sonido del cascabel que Caoimhe había puesto al gato. La vampiresa analizó su situación por un instante:
A ambos lados de aquel pantano las ramas de los árboles se confundían con las raíces formando un entramado irregular de formas oscuras que proyectaban sombras sobre ellos. El musgo había tomado la mayoría de las piedras alrededor de las rocas cercanas, por lo que agarrarse a ellas iba a estar díficil debido a la poca fricción que la haría caer.
No había manera alguna de evitar mojarse, por lo que se recogió el vestido de manera apresurda, dejándo sus medias como única protección entre su piel y el agua y amarró su bolso de manera alzada en torno a su pecho y brazos para evitar que se mojase.
El agua de aquel pantano estaba especialmente fría. Sus poros se erizaron al contacto don la misma y a pesar de que en apariencia estaba en calma, bastaron varios segundos caminando atravesando aquel lugar con el agua hasta su cintura para que la vampiresa entendiese que había una cierta corriente que le dificultaba el paso aquí y allá de cuando en cuando.
Kasha dos o tres metros delante de ella también estaba forcejeando con la corriente. Aquí y allá Caoimhe notaba como sus piernas totalmente sumergidas en el agua eran rozadas de cuando en cuando por lo que deseó fuesen raíces subterráneas. Lo cierto es que no quiso pensar demasiado.
-Deberíamos... creo que quizás deberíamos buscar una alternativa- Le dijo a la mujer que decidió ignorarla- No estoy segura de que vayamos a resistir mucho andando así. Estamos gastando fuerzas de manera estúpida y.... Dios... el agua está helada.
Pero sus palabras no terminaron de escucharse pues un suspiro ahogado las acalló. Sus ojos se posaron de pronto en el agua en la que había estado caminando percatándose finalmente de aquello que la había estado rozando aquí y allá: Lejos de ser raíces aquellas formas parecían alargadas y casi... humanas.
Caoimhe se paró en seco intrigada ante la visión que tenía ante ella. Definitivamente aquellos eran cuerpos humanos y la corriente que había estado notando desde que entró allí no era más que el movimiento pausado de aquellos .. cuerpos rodeando las figuras de aquellos aventureros.
-Espera ¿qué?- Caoimhe se percató entonces de por qué aquel rostro le era tan familiar: Era el panadero de Beltrexus. Había estado 3 semanas haciendole chantaje sobre revelar de donde sacaba la 'harina' para hacer su pan más adictivo si no le pagaba cierta suma de dinero de manera mensual. - ¿Qué diablos hace...?
-NO.- dijo Kasha- No los mires. No te pares.No los toques... Sigue caminando.... tan solo tenemos que llegar a unos metros más hacia el norte y encontraremos la barca qué...
Pero era demasiado tarde. Caoimhe había visualizado el rostro de su secuaz Hugo: Pálido y sumido en un sueño intenso. No pudo resistirse a ayudarlo. Necesitaba sacarlo de ahí como diablos..
En el momento exacto en el que Caoimhe rozó el cabello del hombre león este pareció despertar de manera abrupta, agarrándola con fuerza en un intento de sumergirla en el agua.
-No.... no..no- Kasha tiró de ella hacia el otro lado-
-Pero... es mi amigo... estoy segura de que...- añadió Caoimhe.
-Escuchame bien, señorita. Hay veces que es necesario escoger bien a quien salvamos: Su pellejo ya está perdido. Por favor, vamos a centrarnos en el nuestro y en el de todas las personas que nos esperan ahí fuera..
Caoimhe se mordió el labio inferior. Enrabietada. Su cabello se había mojado de manera parcial y el frío de aquel pantano tan solo parecía intensificarme.
-Ahora... necesitamos encontrar la cuerda a la que está atada la pequeña barca en la que vamos a continuar nuestra expedición- dijo Kasha mirando aquí y allá- No os preocupéis en buscar la barca. Tan solo se nos presentará si encontramos la cuerda que la guía. Debería estar atada a alguna de estas rocas pero claramente... bueno, alguien- y miró al gato de manera significativa- No la dejó en el lugar correcto la última vez.- dijo y el minimo se sentó a lamiarse una de sus patas, ignorándo a Kasha.
-¿Como que la última vez.?¿ Has... has estado aquí antes?- dijo Caoimhe
-Demasiadas preguntas... muy pocas respuestas. Y bien... ¿Quién quiere ser el primero para sumergirse y buscarla? Oh si... casi se me olvidaba... mejor no toquen a... bueno.,.. a los pececillos. Ya ven que no tienen muy buen humor.- La mujer esperó.
Caoimhe
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Re: La profecía [Desafío: Un mundo sin sueños]
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La profecía
¿Quién… o qué es exactamente Kasha?
Gaegel fue el primero en sentir su llegada. Luego fueron los gatos, quienes maullaron atemorizados y alertas. Después Kasha, que sintió una perturbación que caló incluso en su espíritu, si es que era posible algo así. Finalmente, Ryra vería el aire impregnarse de una energía siniestra, irreal y maligna. Caoimhe, por su parte, apenas podría intuir, a través de sus compañeros, a través de las ramas que no eran ramas, a través del agua que aumentaba su temperatura, que un gran mal se cernía sobre ellos. Luego todos oirían una canción que, en otro contexto, podría haber sido una inocente canción de cuna, pero en el pantano era una canción siniestra.
No tenemos tiempo- dijo, entre dientes, Kasha -Hay que buscar la cuerda… -Una risa infantil reverberó como ecos que se originaban desde todos lados y desde ningún lugar. Kasha abrió los ojos como platos -Pensé que sería un suplantador el que vendría hasta aquí, pero jamás esperé que hubiera alguien mucho más tonta- dijo la dueña de aquella misteriosa voz -Y mucho menos que fueran más de una tonta, y que una de las tontas fuese alguien como yo- Volvió a reír y se calló de golpe -Pero Gaegel y Ryra no son tontos, perdón, no me refería a ustedes. Ustedes son buenos. Mataron a la Oniria mala.
Disculpa si debo interrumpirte, querida vocecita- dijo Kasha esforzándose en sonar calmada -Pero, ¿sabes?, tengo asuntos que atender y, si debo ser honesta, no estás ayudando- Hizo señas a sus gatos, que rodearon a cada aventurero como para protegerlos -¿Por qué eres tan mala?- se quejó la voz -Deberíamos ser amigas, ya que somos iguales. Deberías estar de nuestro lado, ayudarnos- decía la voz infantil, molesta -Vocecita, podría ser posible. No lo niego. Pero es un poco complicado si no se me ha informado antes de tus intenciones- contestó Kasha entrecerrando los ojos, oliendo la oportunidad de obtener respuestas sin hacer el viaje completo.
Es verdad- dijo la voz con comprensión -Pues es simple: vamos a salvar el mundo rehaciéndolo- Kasha volvió a abrir los ojos, sorprendida -Sí, mira, sabes de O'Nir, ¿no? Parece que existía, o algo parecido. Es difícil de definir. No era una persona. Creo que mejor lo llamaré Voluntad de Oniria. Digamos que debía mantener algún equilibrio de sueños y pesadillas en el mundo onírico, pero algo, o alguien, no lo sé, lo corrompió.
Suena a fantasía- dijo Kasha con algo de incredulidad -Esa deidad de los sueños, O'Nir, no existe, es un mito ridículo de los mortales- explicó -Antes, quizás, pero ¿no eres tú misma algo parecido, un sueño que la magia hizo realidad?- replicó la voz con un tono socarrón que incomodó a Kasha -Entonces, vocecita, digamos que te creo, ¿qué pasa con esa Voluntad? -preguntó Kasha forzando una sonrisa.
La Voluntad de Oniria quería unir el mundo onírico y Aerandir, aunque sin ningún plan en mente. No sé qué buscaba conseguir con esa unión, pero no parecía algo bueno -siguió explicando la voz -Pero por más inmortal que fuera, la Voluntad no podía estar en Aerandir sin un cuerpo, así que poseyó a una bruja, después lo intentó con nosotros, y en el proceso murió. Algo increíble, de verdad que sí. No se supone que esa Voluntad muriera. Es como matar una idea. ¿Cómo matas una idea? Es hasta tonto, pero supongo que pasó porque ya tenía cuerpo mortal. Ahora ya nadie puede soñar porque la deidad de los sueños murió, o lo que controlaba los sueños de alguna forma.
Y eso es lo que vamos a solucionar- reveló la voz -Vamos a dar a luz a una nueva deidad. Los nueve que heredamos parte de la Voluntad de Oniria lo haremos y uniremos ambos mundos. El Aerandir podrido que conocemos desaparecerá y crearemos el mundo de nuestros sueños, donde todo sea perfecto. Todo será un gran sueño sin fin, sin guerras, sin hambre, sin odio, lleno de amor. Estoy segura de que Gaegel ya sabe a lo que me refiero, él ya estuvo en un sueño así, ¿no? Estoy segura de que preferirá vivir siempre en ese sueño y no en el mundo real, ¿no? Imagínalo. Todos soñaremos eternamente, en paz, felices.
Kasha rio abiertamente, por un largo momento -No me digas, no me digas- dijo cuando pudo controlarse lo suficiente. Recuperó la seriedad -¿Ustedes, delirantes de Oniria, pueden hacer que todos volvamos a dormir como antes… y prefieren destruirlo todo porque son unos inadaptados? ¿Es eso?
Todos sintieron una ola de poder golpearlos desde una misma dirección. Kasha, luchando por mantener el equilibrio, se giró para ver la procedencia del éter.
La niña era una criatura extraña y terrible, que había perdido toda inocencia y bondad al convertirse en la heredera de Oniria. Su rostro era pálido y demacrado; sus ojos irradiaban un poder terrible; su cabello era lacio, negro y sucio. Usaba un vestido esmeralda que apenas cubría su cuerpo flaco y desnutrido. No mostraba ninguna emoción, salvo un odio implacable hacia Kasha.
Bajo ella había una abertura circular, de donde brotaba una luz roja y siniestra. Una herida sangrante en la tierra, que emanaba un calor sofocante.
Del portal emergieron murciélagos demoniacos, rápidos, feroces, capaces de rasgar la carne y chupar la sangre con facilidad. Sus cuerpos eran grises y escamosos, sus alas eran membranosas y puntiagudas, sus cabezas eran redondas con colmillos. Sus ojos eran rojos y malvados, sus chillidos eran agudos y ensordecedores. Los murciélagos eran los siervos de la niña, los soldados de su ejército de pesadillas, los instrumentos de su resentimiento.
En el mundo de sueños, mis padres volverán a amarse y mi hermano estará vivo. Tendré una buena familia- dijo la niña, sin emoción en su voz -En la realidad solo me espera sufrimiento. No quiero volver a una familia rota. No más, no, ya no más- Miró a Gaegel, con una mirada que parecía rogar ayuda -Por favor, Gae, debes entenderme. Yo te salvé de los suplantadores porque sé que me entenderás. Los sueños son mejores, placer sin límite. Tienes que ayudarme- Su mirada pasó a Ryra y a Caoimhe -Tienen que ayudarme. Haremos un mundo mejor. Lo único que necesitan hacer… es ayudarme a sacrificar a esa mujer que ni si quiera es de verdad.
¿Y ahora por qué debo ser sacrificada?- replicó Kasha, colocándose una mano en el pecho con indignación. Sin embargo, un ligero temblor era visible en sus manos -Un comentario que hice y ya te pones así. Esta juventud de ahora es muy sensible. Deberé castigarte, niña, ya has sobrepasado el límite- La niña dejó salir una carcajada sin humor -Eres aún más tonta. Somos hechas por el mundo de los sueños, pero sigues en mi contra, así que devoraré toda esa energía que te da un cuerpo.
Kasha retrocedió. Su ropa perdió nitidez haciéndose de nebulosa oscura -Amiga, Gae y la otra señorita- dijo en voz baja para ser oída solo por los mencionados -Las personas que vimos antes en el pantano… fueron sacrificadas por esta niña. Ahora lo entiendo. No saldremos de aquí si no la derrotamos. Nos sacrificará para sus delirios o nos encargamos de ella, ahora mismo, en este momento.
∞ ¿Siguen vivos? Rayos, esto no era parte del plan… Lo resolveremos ahora. Obtuvieron respuestas valiosas para saber lo que ocurre en Aerandir, aunque nadie lo esperó de esta manera. Como compensación, están en una situación en la que podrían morir o cambiar el futuro de todos los seres vivos.
∞ Tienen la opción de seguir del lado de Kasha para combatir a una niña de los nueve herederos de Oniria. Deberán esforzarse, usar todas sus fuerzas e ingenio para siquiera llegar hasta la niña, que se protegerá invocando criaturas de pesadillas y se hará más poderosa mientras más se le tema. También podrán manejar a Kasha con la misma libertad. Toda ayuda será crucial.
∞ También está la opción de unirse a la niña y sacrificar a Kasha. Una opción mucho más sencilla y menos riesgosa, aunque será complicado atraparla dada su gran agilidad y su ejército de cait sìth. Si lo logran, ¿quién sabe? Quizás puedan conseguir una vida de ensueño. Nada les asegura que la niña los sacrificará. ¿Por qué habría salvado a Gae y a Ryra, si ese fuera el caso?
∞ Una última opción es huir, o intentarlo. Deberán recorrer todo el camino de regreso y cruzar el espejo que usó Kasha. Pero las bestias de pesadillas querrán capturarlos antes, por eso ustedes, en este caso, deberán lanzar una runa que determinará si alcanzan la salida o no. Si no sobreviven, nos ahorran el tedioso trabajo de pensar en recompensas y sabremos agradecerles.
- Melodía misteriosa:
No tenemos tiempo- dijo, entre dientes, Kasha -Hay que buscar la cuerda… -Una risa infantil reverberó como ecos que se originaban desde todos lados y desde ningún lugar. Kasha abrió los ojos como platos -Pensé que sería un suplantador el que vendría hasta aquí, pero jamás esperé que hubiera alguien mucho más tonta- dijo la dueña de aquella misteriosa voz -Y mucho menos que fueran más de una tonta, y que una de las tontas fuese alguien como yo- Volvió a reír y se calló de golpe -Pero Gaegel y Ryra no son tontos, perdón, no me refería a ustedes. Ustedes son buenos. Mataron a la Oniria mala.
Disculpa si debo interrumpirte, querida vocecita- dijo Kasha esforzándose en sonar calmada -Pero, ¿sabes?, tengo asuntos que atender y, si debo ser honesta, no estás ayudando- Hizo señas a sus gatos, que rodearon a cada aventurero como para protegerlos -¿Por qué eres tan mala?- se quejó la voz -Deberíamos ser amigas, ya que somos iguales. Deberías estar de nuestro lado, ayudarnos- decía la voz infantil, molesta -Vocecita, podría ser posible. No lo niego. Pero es un poco complicado si no se me ha informado antes de tus intenciones- contestó Kasha entrecerrando los ojos, oliendo la oportunidad de obtener respuestas sin hacer el viaje completo.
Es verdad- dijo la voz con comprensión -Pues es simple: vamos a salvar el mundo rehaciéndolo- Kasha volvió a abrir los ojos, sorprendida -Sí, mira, sabes de O'Nir, ¿no? Parece que existía, o algo parecido. Es difícil de definir. No era una persona. Creo que mejor lo llamaré Voluntad de Oniria. Digamos que debía mantener algún equilibrio de sueños y pesadillas en el mundo onírico, pero algo, o alguien, no lo sé, lo corrompió.
Suena a fantasía- dijo Kasha con algo de incredulidad -Esa deidad de los sueños, O'Nir, no existe, es un mito ridículo de los mortales- explicó -Antes, quizás, pero ¿no eres tú misma algo parecido, un sueño que la magia hizo realidad?- replicó la voz con un tono socarrón que incomodó a Kasha -Entonces, vocecita, digamos que te creo, ¿qué pasa con esa Voluntad? -preguntó Kasha forzando una sonrisa.
La Voluntad de Oniria quería unir el mundo onírico y Aerandir, aunque sin ningún plan en mente. No sé qué buscaba conseguir con esa unión, pero no parecía algo bueno -siguió explicando la voz -Pero por más inmortal que fuera, la Voluntad no podía estar en Aerandir sin un cuerpo, así que poseyó a una bruja, después lo intentó con nosotros, y en el proceso murió. Algo increíble, de verdad que sí. No se supone que esa Voluntad muriera. Es como matar una idea. ¿Cómo matas una idea? Es hasta tonto, pero supongo que pasó porque ya tenía cuerpo mortal. Ahora ya nadie puede soñar porque la deidad de los sueños murió, o lo que controlaba los sueños de alguna forma.
Y eso es lo que vamos a solucionar- reveló la voz -Vamos a dar a luz a una nueva deidad. Los nueve que heredamos parte de la Voluntad de Oniria lo haremos y uniremos ambos mundos. El Aerandir podrido que conocemos desaparecerá y crearemos el mundo de nuestros sueños, donde todo sea perfecto. Todo será un gran sueño sin fin, sin guerras, sin hambre, sin odio, lleno de amor. Estoy segura de que Gaegel ya sabe a lo que me refiero, él ya estuvo en un sueño así, ¿no? Estoy segura de que preferirá vivir siempre en ese sueño y no en el mundo real, ¿no? Imagínalo. Todos soñaremos eternamente, en paz, felices.
Kasha rio abiertamente, por un largo momento -No me digas, no me digas- dijo cuando pudo controlarse lo suficiente. Recuperó la seriedad -¿Ustedes, delirantes de Oniria, pueden hacer que todos volvamos a dormir como antes… y prefieren destruirlo todo porque son unos inadaptados? ¿Es eso?
Todos sintieron una ola de poder golpearlos desde una misma dirección. Kasha, luchando por mantener el equilibrio, se giró para ver la procedencia del éter.
La niña era una criatura extraña y terrible, que había perdido toda inocencia y bondad al convertirse en la heredera de Oniria. Su rostro era pálido y demacrado; sus ojos irradiaban un poder terrible; su cabello era lacio, negro y sucio. Usaba un vestido esmeralda que apenas cubría su cuerpo flaco y desnutrido. No mostraba ninguna emoción, salvo un odio implacable hacia Kasha.
Bajo ella había una abertura circular, de donde brotaba una luz roja y siniestra. Una herida sangrante en la tierra, que emanaba un calor sofocante.
Del portal emergieron murciélagos demoniacos, rápidos, feroces, capaces de rasgar la carne y chupar la sangre con facilidad. Sus cuerpos eran grises y escamosos, sus alas eran membranosas y puntiagudas, sus cabezas eran redondas con colmillos. Sus ojos eran rojos y malvados, sus chillidos eran agudos y ensordecedores. Los murciélagos eran los siervos de la niña, los soldados de su ejército de pesadillas, los instrumentos de su resentimiento.
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En el mundo de sueños, mis padres volverán a amarse y mi hermano estará vivo. Tendré una buena familia- dijo la niña, sin emoción en su voz -En la realidad solo me espera sufrimiento. No quiero volver a una familia rota. No más, no, ya no más- Miró a Gaegel, con una mirada que parecía rogar ayuda -Por favor, Gae, debes entenderme. Yo te salvé de los suplantadores porque sé que me entenderás. Los sueños son mejores, placer sin límite. Tienes que ayudarme- Su mirada pasó a Ryra y a Caoimhe -Tienen que ayudarme. Haremos un mundo mejor. Lo único que necesitan hacer… es ayudarme a sacrificar a esa mujer que ni si quiera es de verdad.
¿Y ahora por qué debo ser sacrificada?- replicó Kasha, colocándose una mano en el pecho con indignación. Sin embargo, un ligero temblor era visible en sus manos -Un comentario que hice y ya te pones así. Esta juventud de ahora es muy sensible. Deberé castigarte, niña, ya has sobrepasado el límite- La niña dejó salir una carcajada sin humor -Eres aún más tonta. Somos hechas por el mundo de los sueños, pero sigues en mi contra, así que devoraré toda esa energía que te da un cuerpo.
Kasha retrocedió. Su ropa perdió nitidez haciéndose de nebulosa oscura -Amiga, Gae y la otra señorita- dijo en voz baja para ser oída solo por los mencionados -Las personas que vimos antes en el pantano… fueron sacrificadas por esta niña. Ahora lo entiendo. No saldremos de aquí si no la derrotamos. Nos sacrificará para sus delirios o nos encargamos de ella, ahora mismo, en este momento.
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∞ ¿Siguen vivos? Rayos, esto no era parte del plan… Lo resolveremos ahora. Obtuvieron respuestas valiosas para saber lo que ocurre en Aerandir, aunque nadie lo esperó de esta manera. Como compensación, están en una situación en la que podrían morir o cambiar el futuro de todos los seres vivos.
∞ Tienen la opción de seguir del lado de Kasha para combatir a una niña de los nueve herederos de Oniria. Deberán esforzarse, usar todas sus fuerzas e ingenio para siquiera llegar hasta la niña, que se protegerá invocando criaturas de pesadillas y se hará más poderosa mientras más se le tema. También podrán manejar a Kasha con la misma libertad. Toda ayuda será crucial.
∞ También está la opción de unirse a la niña y sacrificar a Kasha. Una opción mucho más sencilla y menos riesgosa, aunque será complicado atraparla dada su gran agilidad y su ejército de cait sìth. Si lo logran, ¿quién sabe? Quizás puedan conseguir una vida de ensueño. Nada les asegura que la niña los sacrificará. ¿Por qué habría salvado a Gae y a Ryra, si ese fuera el caso?
∞ Una última opción es huir, o intentarlo. Deberán recorrer todo el camino de regreso y cruzar el espejo que usó Kasha. Pero las bestias de pesadillas querrán capturarlos antes, por eso ustedes, en este caso, deberán lanzar una runa que determinará si alcanzan la salida o no. Si no sobreviven, nos ahorran el tedioso trabajo de pensar en recompensas y sabremos agradecerles.
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Re: La profecía [Desafío: Un mundo sin sueños]
Mientras caminábamos, la mujer que iba acompañada por la dueña de los gatos preguntó en voz baja si sabíamos en donde estábamos. - Pues. Saber donde estamos, realmente no... Pero ya habíamos estado aquí antes. - Respondí de manera vaga, por lo que la bruja me golpeo el hombro. - Por la experiencia que tuvimos la vez anterior. Podría decirse que es una especie de mundo de sueños y pesadillas que está ligado a Aerandir. - Respondió Ryra con mayor certeza que la mía. - Oye... Apenas iba a esa parte. - Le dije con recelo a la arpía de mi compañera.
Nuestro andar por fin nos llevó a un pantano, el cual tuvimos que adentrarnos. Por todos los cielos, esta agua sí que estaba fría, ya que de un súbito golpe, todo el sueño que me aquejaba había desaparecido por un momento, y pude notar por la reacción de Ryra al entrar que ella estaba maldiciendo en sus adentros, lo cual inevitablemente hizo que sonriera de manera maliciosa. Conforme avanzábamos, la mujer de preciosos ojos que me causaron un ataque sumamente extraño hizo una acotación que estaba bien fundada. Podríamos buscar otra manera de avanzar sin necesidad de ir por el agua. Pero la dueña de los gatos no le dio importancia y siguió avanzando. - Creo que es un no. - Dije rascándome la nuca recalcando lo obvio.
Durante todo mi andar, y del de la bruja también, nos mantuvimos mirando hacia el frente todo el tiempo. Por nuestra experiencia previa sabíamos que era mejor mantener la vista al frente y no buscar tentar a la suerte con este espantoso lugar. Pero parecía que no sería tan sencillo, ya que precisamente la mujer que me había dejado encantado sí vio hacia los lados, distrayéndose con alguien que parecía que conocía. Mientras la mujer de los gatos la regañaba, lo único que atiné a hacer fue alejarla de la persona que había visto. Aunque esa maniobra la hice con los ojos cerrados. - Es preferible no distraerse con nada de lo que nos rodea en este lugar. -
Acto seguido, lo que pasó a continuación fue que la dueña de los gatos dijo que no se veía una cuerda, la cual daría con la barca que tomaríamos. Pero en ese momento, mis instintos caninos comenzaron a alertarme de lo que estaba por ocurrir, por lo que mi corazón comenzó a latir fuertemente. - ¿Gae? - Me miró la bruja con preocupación mientras que los gatos comenzaban a maullar con evidente temor, no pasó mucho tiempo cuando la misma Ryra comenzó a percibir el éter que inundaba aquel lugar. - Esto no me gusta nada. - Dije mirando a todas las mujeres que me acompañaban por un momento mientras en el ambiente comenzó a sonar una melodía que, en este lugar resultaba escabrosa.
La dueña de los gatos nos exigió buscar la cuerda con rapidez, pero de inmediato se hizo presente una risa infantil, la cual comenzó a meterse con Kasha. Parecía que ellas dos se conocían, aunque en la conversación esa niña hizo mención de Ryra y de mi, lo cual me hizo abrir los ojos confundido. Pero eso último me dejó tan confundido como la bruja se encontraba. - ¿La mala... Oniria? - Justo en ese momento, Kasha dio órdenes a sus gatos de rodearnos a todos.
Mientras las dos hablaban, comenzaban a desentramarse más y más cosas que me dejaban extrañado ¿Van a rehacer el mundo? El solo escuchar aquello era inconcebible para mi. ¿Con quién se supone que estábamos tratando ahora mismo?
Me mantuve en silencio durante esa charla, y Ryra hizo lo mismo mientras la bruja colocaba sus manos en su cintura. De igual manera que yo, se encontraba meditando lo que ellas dos discutían. La voz infantil también mencionó que esa tal voluntad de Oniria buscaba unificar ambos mundos, y que, tras la muerte del cuerpo mortal de La Voluntad de Oniria, sucedió el desequilibrio de los sueños en Aerandir. Básicamente lo que nuestro grupo hizo cuando nos encargamos de eliminar a la bruja Oniria.
Fue cuando mencionó "los nueve" que mi cabeza hizo "click" con los recuerdos de la batalla que pasaban por mi cabeza hace rato. - Nueve... Los nueve niños. - Dije en voz alta. Entonces La voluntad de Oniria había sido transmitida a esos niños que salvamos. - Ay carajo. - Me recriminaba ¿Y si el haberlos ayudado a escapar de ese mundo facilitó su plan? La verdad es que me encontraba sumamente alterado en ese momento.
Pero fue cuando la vocecita se dirigió a mi que algo había tocado en mi cabeza. Evidentemente, mi yo del pasado... Ese "yo" que había decidido "matar" para darle paso a mi actual yo parecía gritar de nueva cuenta. ¿Un mundo en paz y feliz? ¿No es eso algo perfecto e incuestionablemente razonable de anhelar?
Pero mis cavilaciones fueron interrumpidas por un golpe de aire que me hizo perder el equilibrio. Al verme dan ido, Ryra me miró con molestia. - ¿Y a ti qué te pasa idiota? Pon atención. - Dijo la bruja mientras que nos dedicamos a resistir aquel embate salvaje de aire. Aunque no había caso, en mi mente estaba en otra parte. ¿Un mundo ideal? En ese mundo sin lugar a dudas sería con mi esposa y mi hijo juntos y siendo inmensamente felices viajando por todo Aerandir. Eso sin lugar a dudas es lo que más podría anhelar.
Parece que para poder llegar a ese mundo solo había que ayudar a esa niña, que ahora tenía un aspecto macabro, a sacrificar a la dueña de los gatos. Por lo que Kasha le recriminó, y nos instó a ponerse de su lado para detenerla. - Claro. Puedes contar con nosotros para detener a esa niña del mal. ¿Verdad, Gaegel? - Cuando la bruja notó la duda en mi mirada, su rostro reflejó confusión. - ¿Gae? ¿De verdad lo estás dudando? - Mi vista se posó en Ryra. - ¿Tú no lo tienes?... ¿Nunca has visualizado tu mundo ideal? Y ahora estamos solo a un paso de hacerlo realidad.
Al escuchar mis palabras, la niña escabrosa rió. - Así es Ryra, todos anhelan un mundo perfecto. Y ahora será posible. - La bruja frunció el sueño. - Claro que tengo un mundo ideal, pero... - La bruja se acercó a mi y me dio una bofetada tan fuerte que me hizo abrir mis ojos estupefacto. - Pero eso es imposible. El mundo perfecto no existe. Todos nosotros somos imperfectos, y esa es la prueba más clara. - Los ojos amielados de Ryra se clavaron en los míos. - Pero si podría decir cual es mi mundo perfecto. Lo más cercano a eso es el mundo actual. Rodeados de nuestros amigos, y de las personas a quienes queremos. Maldito egoísta ¿En tu mundo perfecto estamos nosotros? Yo sé que no. Porque en mi "fantasía" de mundo ideal no estarías tú, estaría mi familia. Pero en el mundo real, Meraxes, Meleis y tú son mi familia. Así que compórtate como el hombre de cuando peleamos por romper ese espejo y rómpele el alma a esa niña siniestra.
Las palabras de Ryra resonaban en mi cabeza. Ella tenía razón. Había sido un idiota al dejarme ilusionar por las palabras de aquella niña. Cerré mis ojos y respiré profundamente. - Sí, tienes razón. Perdóname. - Dije mirando a Ryra con una sonrisa cálida. - La realidad es que mi mundo ideal es el que estoy viviendo actualmente. Y es por eso que todos nosotros estamos luchando por recuperar nuestra capacidad de soñar. Y para eso hay que patear cuantos traseros se nos pongan enfrente. - La niña hizo un mal gesto al escucharme decir eso. - Eres un egoísta. Solo piensas en tu propio beneficio y no piensas en mí y quienes hemos perdido todo.
Comencé a dar unos pasos, poniéndome un poco más adelante de Kasha. - En esta vida todos somos egoístas. Además, todos tenemos pérdidas, pero lo grandioso de la vida es que por muy roto que puedas estar. Siempre puedes encontrar a personas que te reparen. Y si bien nunca volverás a ser el mismo. Al menos sabrás que la vida vale la pena. - En ese momento sentí unas duras palmadas de Ryra, quien estaba al lado de mi. - Ya mejor no digas nada. Toda tu prosa me hará vomitar. - Negué con mi cabeza. - Perdón, es un mal hábito de cuando trabajé como bardo. - Giré mi vista hacia las otras dos mujeres que estaban conmigo. - De acuerdo. Si esa niña combate del mismo modo que la bruja Oniria, mi recomendación sería es que no le tengan miedo... Es como los perros. Olerá tu miedo y se alimentará de el. - Luego de eso volví mi vista al frente y desenfundé mi enorme espada para luego dividirla en dos espadas gemelas. - Aquí vamos. - Suspiré profundamente y comencé a correr hacia la niña.
Sería mucho más sencillo si no estuviésemos en ese pantano y el agua no alentara mis movimientos, pero en fin. Desde el inicio ella comenzó a arrojarnos criaturas espeluznantes, las cuales cuando estaban cerca de mi radio de ataque me encargaba de cortar con mis espadas, al mismo tiempo Ryra iba detrás de mi encargándose de atacar con su ballesta para atacar a las criaturas que no alcanzaba a atacar.
Conforme seguía avanzando, podía notar cómo esas cosas aumentaban en cantidad, lo cual casi me impedía avanzar. - Tch... Qué molestia. - Decía mientras agitaba mi espada de manera diagonal para cortar una de esas criaturas. - Y que lo digas. Son una molestia. - Dijo la bruja mientras que ahora decidió empezar a lanzar flechas encendidas (1) para que sus ataques fuesen más efectivos. Parecía que llegar hasta esa niña no sería fácil. Pero mientras pueda dar un paso hacia adelante. Podría decirse que estaba a un paso menos de distancia... A un paso de distancia de mi espada. Y no le iba a permitir que me separaran de las personas que apreciaba, no les iba a permitir que rompieran a mi nueva familia.
OFF:
1.- Ryra: Nivel 1.- Flechas Ígneas: [Pasiva] [Requiere Arco o Ballesta] Es capaz de lanzar flechas en llamas, sin reducir su velocidad al lanzarlas. [Esta habilidad requiere de los dos talentos, Combate con armas a Distancia y Magia de Fuego. Teniendo mayor importancia Magia de Fuego]
Nuestro andar por fin nos llevó a un pantano, el cual tuvimos que adentrarnos. Por todos los cielos, esta agua sí que estaba fría, ya que de un súbito golpe, todo el sueño que me aquejaba había desaparecido por un momento, y pude notar por la reacción de Ryra al entrar que ella estaba maldiciendo en sus adentros, lo cual inevitablemente hizo que sonriera de manera maliciosa. Conforme avanzábamos, la mujer de preciosos ojos que me causaron un ataque sumamente extraño hizo una acotación que estaba bien fundada. Podríamos buscar otra manera de avanzar sin necesidad de ir por el agua. Pero la dueña de los gatos no le dio importancia y siguió avanzando. - Creo que es un no. - Dije rascándome la nuca recalcando lo obvio.
Durante todo mi andar, y del de la bruja también, nos mantuvimos mirando hacia el frente todo el tiempo. Por nuestra experiencia previa sabíamos que era mejor mantener la vista al frente y no buscar tentar a la suerte con este espantoso lugar. Pero parecía que no sería tan sencillo, ya que precisamente la mujer que me había dejado encantado sí vio hacia los lados, distrayéndose con alguien que parecía que conocía. Mientras la mujer de los gatos la regañaba, lo único que atiné a hacer fue alejarla de la persona que había visto. Aunque esa maniobra la hice con los ojos cerrados. - Es preferible no distraerse con nada de lo que nos rodea en este lugar. -
Acto seguido, lo que pasó a continuación fue que la dueña de los gatos dijo que no se veía una cuerda, la cual daría con la barca que tomaríamos. Pero en ese momento, mis instintos caninos comenzaron a alertarme de lo que estaba por ocurrir, por lo que mi corazón comenzó a latir fuertemente. - ¿Gae? - Me miró la bruja con preocupación mientras que los gatos comenzaban a maullar con evidente temor, no pasó mucho tiempo cuando la misma Ryra comenzó a percibir el éter que inundaba aquel lugar. - Esto no me gusta nada. - Dije mirando a todas las mujeres que me acompañaban por un momento mientras en el ambiente comenzó a sonar una melodía que, en este lugar resultaba escabrosa.
La dueña de los gatos nos exigió buscar la cuerda con rapidez, pero de inmediato se hizo presente una risa infantil, la cual comenzó a meterse con Kasha. Parecía que ellas dos se conocían, aunque en la conversación esa niña hizo mención de Ryra y de mi, lo cual me hizo abrir los ojos confundido. Pero eso último me dejó tan confundido como la bruja se encontraba. - ¿La mala... Oniria? - Justo en ese momento, Kasha dio órdenes a sus gatos de rodearnos a todos.
Mientras las dos hablaban, comenzaban a desentramarse más y más cosas que me dejaban extrañado ¿Van a rehacer el mundo? El solo escuchar aquello era inconcebible para mi. ¿Con quién se supone que estábamos tratando ahora mismo?
Me mantuve en silencio durante esa charla, y Ryra hizo lo mismo mientras la bruja colocaba sus manos en su cintura. De igual manera que yo, se encontraba meditando lo que ellas dos discutían. La voz infantil también mencionó que esa tal voluntad de Oniria buscaba unificar ambos mundos, y que, tras la muerte del cuerpo mortal de La Voluntad de Oniria, sucedió el desequilibrio de los sueños en Aerandir. Básicamente lo que nuestro grupo hizo cuando nos encargamos de eliminar a la bruja Oniria.
Fue cuando mencionó "los nueve" que mi cabeza hizo "click" con los recuerdos de la batalla que pasaban por mi cabeza hace rato. - Nueve... Los nueve niños. - Dije en voz alta. Entonces La voluntad de Oniria había sido transmitida a esos niños que salvamos. - Ay carajo. - Me recriminaba ¿Y si el haberlos ayudado a escapar de ese mundo facilitó su plan? La verdad es que me encontraba sumamente alterado en ese momento.
Pero fue cuando la vocecita se dirigió a mi que algo había tocado en mi cabeza. Evidentemente, mi yo del pasado... Ese "yo" que había decidido "matar" para darle paso a mi actual yo parecía gritar de nueva cuenta. ¿Un mundo en paz y feliz? ¿No es eso algo perfecto e incuestionablemente razonable de anhelar?
Pero mis cavilaciones fueron interrumpidas por un golpe de aire que me hizo perder el equilibrio. Al verme dan ido, Ryra me miró con molestia. - ¿Y a ti qué te pasa idiota? Pon atención. - Dijo la bruja mientras que nos dedicamos a resistir aquel embate salvaje de aire. Aunque no había caso, en mi mente estaba en otra parte. ¿Un mundo ideal? En ese mundo sin lugar a dudas sería con mi esposa y mi hijo juntos y siendo inmensamente felices viajando por todo Aerandir. Eso sin lugar a dudas es lo que más podría anhelar.
Parece que para poder llegar a ese mundo solo había que ayudar a esa niña, que ahora tenía un aspecto macabro, a sacrificar a la dueña de los gatos. Por lo que Kasha le recriminó, y nos instó a ponerse de su lado para detenerla. - Claro. Puedes contar con nosotros para detener a esa niña del mal. ¿Verdad, Gaegel? - Cuando la bruja notó la duda en mi mirada, su rostro reflejó confusión. - ¿Gae? ¿De verdad lo estás dudando? - Mi vista se posó en Ryra. - ¿Tú no lo tienes?... ¿Nunca has visualizado tu mundo ideal? Y ahora estamos solo a un paso de hacerlo realidad.
Al escuchar mis palabras, la niña escabrosa rió. - Así es Ryra, todos anhelan un mundo perfecto. Y ahora será posible. - La bruja frunció el sueño. - Claro que tengo un mundo ideal, pero... - La bruja se acercó a mi y me dio una bofetada tan fuerte que me hizo abrir mis ojos estupefacto. - Pero eso es imposible. El mundo perfecto no existe. Todos nosotros somos imperfectos, y esa es la prueba más clara. - Los ojos amielados de Ryra se clavaron en los míos. - Pero si podría decir cual es mi mundo perfecto. Lo más cercano a eso es el mundo actual. Rodeados de nuestros amigos, y de las personas a quienes queremos. Maldito egoísta ¿En tu mundo perfecto estamos nosotros? Yo sé que no. Porque en mi "fantasía" de mundo ideal no estarías tú, estaría mi familia. Pero en el mundo real, Meraxes, Meleis y tú son mi familia. Así que compórtate como el hombre de cuando peleamos por romper ese espejo y rómpele el alma a esa niña siniestra.
Las palabras de Ryra resonaban en mi cabeza. Ella tenía razón. Había sido un idiota al dejarme ilusionar por las palabras de aquella niña. Cerré mis ojos y respiré profundamente. - Sí, tienes razón. Perdóname. - Dije mirando a Ryra con una sonrisa cálida. - La realidad es que mi mundo ideal es el que estoy viviendo actualmente. Y es por eso que todos nosotros estamos luchando por recuperar nuestra capacidad de soñar. Y para eso hay que patear cuantos traseros se nos pongan enfrente. - La niña hizo un mal gesto al escucharme decir eso. - Eres un egoísta. Solo piensas en tu propio beneficio y no piensas en mí y quienes hemos perdido todo.
Comencé a dar unos pasos, poniéndome un poco más adelante de Kasha. - En esta vida todos somos egoístas. Además, todos tenemos pérdidas, pero lo grandioso de la vida es que por muy roto que puedas estar. Siempre puedes encontrar a personas que te reparen. Y si bien nunca volverás a ser el mismo. Al menos sabrás que la vida vale la pena. - En ese momento sentí unas duras palmadas de Ryra, quien estaba al lado de mi. - Ya mejor no digas nada. Toda tu prosa me hará vomitar. - Negué con mi cabeza. - Perdón, es un mal hábito de cuando trabajé como bardo. - Giré mi vista hacia las otras dos mujeres que estaban conmigo. - De acuerdo. Si esa niña combate del mismo modo que la bruja Oniria, mi recomendación sería es que no le tengan miedo... Es como los perros. Olerá tu miedo y se alimentará de el. - Luego de eso volví mi vista al frente y desenfundé mi enorme espada para luego dividirla en dos espadas gemelas. - Aquí vamos. - Suspiré profundamente y comencé a correr hacia la niña.
Sería mucho más sencillo si no estuviésemos en ese pantano y el agua no alentara mis movimientos, pero en fin. Desde el inicio ella comenzó a arrojarnos criaturas espeluznantes, las cuales cuando estaban cerca de mi radio de ataque me encargaba de cortar con mis espadas, al mismo tiempo Ryra iba detrás de mi encargándose de atacar con su ballesta para atacar a las criaturas que no alcanzaba a atacar.
Conforme seguía avanzando, podía notar cómo esas cosas aumentaban en cantidad, lo cual casi me impedía avanzar. - Tch... Qué molestia. - Decía mientras agitaba mi espada de manera diagonal para cortar una de esas criaturas. - Y que lo digas. Son una molestia. - Dijo la bruja mientras que ahora decidió empezar a lanzar flechas encendidas (1) para que sus ataques fuesen más efectivos. Parecía que llegar hasta esa niña no sería fácil. Pero mientras pueda dar un paso hacia adelante. Podría decirse que estaba a un paso menos de distancia... A un paso de distancia de mi espada. Y no le iba a permitir que me separaran de las personas que apreciaba, no les iba a permitir que rompieran a mi nueva familia.
OFF:
1.- Ryra: Nivel 1.- Flechas Ígneas: [Pasiva] [Requiere Arco o Ballesta] Es capaz de lanzar flechas en llamas, sin reducir su velocidad al lanzarlas. [Esta habilidad requiere de los dos talentos, Combate con armas a Distancia y Magia de Fuego. Teniendo mayor importancia Magia de Fuego]
Gaegel
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Re: La profecía [Desafío: Un mundo sin sueños]
Caoimhe notó como los brazos de Gaegel la ayudaban a alejarse de su secuaz. Aquel lugar estaba comenzando a ponerla nerviosa. Su compañero mantenía los ojos cerrados como si la visión de la vampiresa intentando ayudar a su amigo fuese algo prohibido.
Cuando se deshizo de aquella ayuda el chico pareció sumirse en la rigidez parcial de alguien que siente terror. Por su parte, su acompañante estaba sumida en la visión, para Caoimhe inexistente, de algo que claramente inundaba el aire entre las figuras. Kasha tuvo entonces que apoyarse en una 'rama' cercana. Cesando así su viaje.
Por unos extraños minutos Caoimhe se sintió ajena a todo lo que pasaba por la mente de aquellos desconocidos. Pero el agua en sus rodillas comenzó a tornarse cálida de manera paulatina pero notable, y de pronto aquel pantano se había sumido en la más profunda oscuridad tétrica. Una voz infantil compuso una melodia fantasmal que al principio solo parecía estar en su cabeza pero que poco a poco fue inundando la atmósfera... La quietud de la música intrusiva de aquella cancioncilla mezclada con el temor de los cuerpos que Caoimhe sabía la estaban rodeando hizo que algo en ella entrase en un estado de 'pelea o vuela' y sus músculos se tensaron buscando el lugar del que aquella canción provenía.
Las palabras de Kasha fueron silenciadas de un momento a otro por una voz desconocida para Caoimhe que comenzó a hablar con familiaridad a Gaegel y a Kira pero que desde un primer momento llamo tontas a Kasha y ella misma. Ciertamente alguien no muy agradable.
Caoimhe se vio entonces rodeada de algunos de los gatos de Kasha mientras la mujer cuestionaba las intenciones de aquella voz. Las dos mujeres se sumieron en una charla que parecía resultar esclarecedora, al menos para todos los que la rodeaban. Sin embargo ella no podía creer lo que oía:
'Un mundo de sueños' pensó la chica escuchando como la vocecita que ahora era una niña intentaba romantizar con aquella idea de paz y amor. Y nuevos comienzos.
Sopesó aquella idea durante unos segundos. A la vampiresa poco le importaba el beneficio del resto. Podía aprender a aceptar no dormir durante el resto de su vida... ¡Ah!..Pero la noche había sido inventada para las personas oscuras como ella y por mucho que desease volver a ver el sol, la luna la había guiado de manera elocuente desde que esta maldición vampirica cayó sobre ella.
La noche estaba hecha tan solo para anhelar la llegada del día.
Un zarandéo fuerte venció aquella charla de manera inmediata. La niña ante ellos, de manera macabra y poco inocente, no era lo que podía esperarse por su voz. Algo en su expresión la delataba: Caoimhe conocía demasiado bien las sutilezas de un buen trato como para darse cuenta que quizás había una letra pequeña bajo aquel.
No tan pequeña al fin y al cabo.
Animales oscuros se mostraron a ambos lados de aquella criatura.La vampiresa aprovechó tener que zafarse de aquellos murciélagos para sumergirse de manera sutil y sin que nadie se diese cuenta. Aquella niña ya había tomado su decisión, estaría mejor que fuesen ellos quien buscasen un plan B por si no lograban pasar de aquel punto.
El agua cálida la envolvió de manera inmediata. El aire en sus pulmones tampoco es que fuese perenne, por lo que sin pensar mucho en aquello que estaba tocando comenzó a palpar aquí y allá buscando por la cuerda de aquella barca escondida que Kasha les había instruido. La arena de aquel pantano inundaba sus manos. Tocó texturas de dudosa composición. Una bota que no estaba segura a quien pertenecía. Comenzaba a frustrarse... debía mantenerse en calma si quería amortizar aquel aire.
Nadó algunos minutos aprovechando que continuaba escuchando la voz de Gaegel hablando en la superficie. Notó como los cuerpos que habían estado flotando junto a ella intentaban agarrarla a medida que se aproximaba a la parte profunda del pantano, justo debajo de la posición de la niña. Las manos de aquellos fantasmas reales tirando de su cuerpo menudo aquí y allá. Sentía que el pantano mismo la llamaba y la calidez del agua ahora casi burbujeante no ayudaba la situación.
Pero entonces, al fin, la asió.
Una cuerda o algo parecido alargado y compuesto de nudos. Tiró de aquello a la vez que se desquitaba de las últimas manos de aquellos cuerpos enfadados tras su hazaña.
Cuando resurgió del agua el aire fresco de la superficie la recibió como el mejor premio hasta aquel momento y tiró de aquella cuerda revelando lo que parecía ser una barca fantasma acercándose a ellos de manera paulatina.
Gaegel y Kasha habían comenzado una guerra mortal contra la niña que tenía la habilidad de invocar demonios y animales oscuros. El cielo teñido del fuego de las flechas arrojadas.
Caoimhe tan solo tenía una opción en su mente: Escapar de allī.
Acercó la barca lo más que pudo a ella y muy a duras penas debido al peso de su vestido empapado y pegado a su cuerpo se subió en aquel bote que había atraído hacia ella.
Cuando lo consiguió se percató de que más que una barca aquel bote parecía elevarse sobre las aguas, con un fondo trasparente que le permitía ver todos los cuerpos que bajo ella misma flotaban en el pantano. Todos con la expresión de calma de alguien que esta...
Dormido.
Tragó saliva sopesando por última vez su decisión de huir de aquel lugar. Recordando las palabras de aquella niña y sintiendo el dolor de las mismas como suyo propio. Aquello no estaba bien. Ella había sido aquella niña herida por decisiones que nunca dependieron de ella. También ella había sufrido y esperado día sí y día también una oportunidad para construir un mundo de sueños... hasta que había comprendido que con cada sueño siempre hay una posibilidad de atraer una pesadilla.
Se sumió en su propia presencia vampirica aprovechando el ajetreo de la batalla a su alrededor y la velocidad comedida que le daba aquella barca. [1]Su aspecto tétrico la hizo poder camuflarse sin que nadie la viese mientras continuaba siendo cauta para evitar las flechas dirigidas de sus acompañantes.
Cuando su embarcación estuvo a menos de 20 cm de la pequeña isla donde se encontraba la niña, Caoimhe se reveló ante ella aprovechando su aspecto tétrico para tomarla por sorpresa.
-Dices que quieres vivir en los sueños- Comenzó a decir de manera sugerente y pausada- Y aún no te has atrevido a confrontar tus propios miedos... Yo puedo asegurarte que un mundo de sueños no significa uno de 'ensueño'. No hay dualidad que venga sola, pues el dormir y el soñar siempre atrae la posibilidad de ahondarse en la miseria de las noches oscuras... ¿Acaso crees que de pasarte la vida en un sueño pacífico y amoroso... no voy a aún acecharte en tus pesadillas?- dijo.
Sacó de su pequeño bolso un frasco y lo desencorchó justo delante de aquella niña, evitando aspirar ella el contenido gaseoso que de manera rápida se extendía hacia la nariz de la niña [2]
Caoimhe notó como la pequeña se tensaba mientras ella misma tenía ahora que deshacerse de algún que otro murciélago con su espada.
Esperó la reacción adecuada. Sabía qué iba a pasar: Casi podía ver en la niña el sinfín de imágenes dolorosas sobre sus padres muertos, el dolor de los monstruos que ella misma lanzaba a ambos perforando la piel a base de ataques, la visión terrorífica del cuerpo de Caoimhe y un sin fin de otros miedos personificándose ante la pequeña debido al efecto del veneno.
-Imagina... una eternidad no llena de sueños sino de esas pesadillas, y sin opción de salir de ese tan 'idílico' mundo que nos planteas... Al menos ahora siempre tenemos la posibilidad de despertar. En tu caso... no habría nada después de tus acciones. Uno y otro, y otro día más. Tan solo temor... dolor y desasosiego.-
Caoimhe esperó la reacción de aquella niña a medida que se alejaba de ella un poco desquitándose de algunos monstruos. Se acercó a Kasha, Gaegel y Kira y los invitó a subir a la barca... intentando obtener una ventaja que las aguas pantanosas no le proporcionaban.
----Cuando se deshizo de aquella ayuda el chico pareció sumirse en la rigidez parcial de alguien que siente terror. Por su parte, su acompañante estaba sumida en la visión, para Caoimhe inexistente, de algo que claramente inundaba el aire entre las figuras. Kasha tuvo entonces que apoyarse en una 'rama' cercana. Cesando así su viaje.
Por unos extraños minutos Caoimhe se sintió ajena a todo lo que pasaba por la mente de aquellos desconocidos. Pero el agua en sus rodillas comenzó a tornarse cálida de manera paulatina pero notable, y de pronto aquel pantano se había sumido en la más profunda oscuridad tétrica. Una voz infantil compuso una melodia fantasmal que al principio solo parecía estar en su cabeza pero que poco a poco fue inundando la atmósfera... La quietud de la música intrusiva de aquella cancioncilla mezclada con el temor de los cuerpos que Caoimhe sabía la estaban rodeando hizo que algo en ella entrase en un estado de 'pelea o vuela' y sus músculos se tensaron buscando el lugar del que aquella canción provenía.
Las palabras de Kasha fueron silenciadas de un momento a otro por una voz desconocida para Caoimhe que comenzó a hablar con familiaridad a Gaegel y a Kira pero que desde un primer momento llamo tontas a Kasha y ella misma. Ciertamente alguien no muy agradable.
Caoimhe se vio entonces rodeada de algunos de los gatos de Kasha mientras la mujer cuestionaba las intenciones de aquella voz. Las dos mujeres se sumieron en una charla que parecía resultar esclarecedora, al menos para todos los que la rodeaban. Sin embargo ella no podía creer lo que oía:
'Un mundo de sueños' pensó la chica escuchando como la vocecita que ahora era una niña intentaba romantizar con aquella idea de paz y amor. Y nuevos comienzos.
Sopesó aquella idea durante unos segundos. A la vampiresa poco le importaba el beneficio del resto. Podía aprender a aceptar no dormir durante el resto de su vida... ¡Ah!..Pero la noche había sido inventada para las personas oscuras como ella y por mucho que desease volver a ver el sol, la luna la había guiado de manera elocuente desde que esta maldición vampirica cayó sobre ella.
La noche estaba hecha tan solo para anhelar la llegada del día.
Un zarandéo fuerte venció aquella charla de manera inmediata. La niña ante ellos, de manera macabra y poco inocente, no era lo que podía esperarse por su voz. Algo en su expresión la delataba: Caoimhe conocía demasiado bien las sutilezas de un buen trato como para darse cuenta que quizás había una letra pequeña bajo aquel.
No tan pequeña al fin y al cabo.
Animales oscuros se mostraron a ambos lados de aquella criatura.La vampiresa aprovechó tener que zafarse de aquellos murciélagos para sumergirse de manera sutil y sin que nadie se diese cuenta. Aquella niña ya había tomado su decisión, estaría mejor que fuesen ellos quien buscasen un plan B por si no lograban pasar de aquel punto.
El agua cálida la envolvió de manera inmediata. El aire en sus pulmones tampoco es que fuese perenne, por lo que sin pensar mucho en aquello que estaba tocando comenzó a palpar aquí y allá buscando por la cuerda de aquella barca escondida que Kasha les había instruido. La arena de aquel pantano inundaba sus manos. Tocó texturas de dudosa composición. Una bota que no estaba segura a quien pertenecía. Comenzaba a frustrarse... debía mantenerse en calma si quería amortizar aquel aire.
Nadó algunos minutos aprovechando que continuaba escuchando la voz de Gaegel hablando en la superficie. Notó como los cuerpos que habían estado flotando junto a ella intentaban agarrarla a medida que se aproximaba a la parte profunda del pantano, justo debajo de la posición de la niña. Las manos de aquellos fantasmas reales tirando de su cuerpo menudo aquí y allá. Sentía que el pantano mismo la llamaba y la calidez del agua ahora casi burbujeante no ayudaba la situación.
Pero entonces, al fin, la asió.
Una cuerda o algo parecido alargado y compuesto de nudos. Tiró de aquello a la vez que se desquitaba de las últimas manos de aquellos cuerpos enfadados tras su hazaña.
Cuando resurgió del agua el aire fresco de la superficie la recibió como el mejor premio hasta aquel momento y tiró de aquella cuerda revelando lo que parecía ser una barca fantasma acercándose a ellos de manera paulatina.
Gaegel y Kasha habían comenzado una guerra mortal contra la niña que tenía la habilidad de invocar demonios y animales oscuros. El cielo teñido del fuego de las flechas arrojadas.
Caoimhe tan solo tenía una opción en su mente: Escapar de allī.
Acercó la barca lo más que pudo a ella y muy a duras penas debido al peso de su vestido empapado y pegado a su cuerpo se subió en aquel bote que había atraído hacia ella.
Cuando lo consiguió se percató de que más que una barca aquel bote parecía elevarse sobre las aguas, con un fondo trasparente que le permitía ver todos los cuerpos que bajo ella misma flotaban en el pantano. Todos con la expresión de calma de alguien que esta...
Dormido.
Tragó saliva sopesando por última vez su decisión de huir de aquel lugar. Recordando las palabras de aquella niña y sintiendo el dolor de las mismas como suyo propio. Aquello no estaba bien. Ella había sido aquella niña herida por decisiones que nunca dependieron de ella. También ella había sufrido y esperado día sí y día también una oportunidad para construir un mundo de sueños... hasta que había comprendido que con cada sueño siempre hay una posibilidad de atraer una pesadilla.
Se sumió en su propia presencia vampirica aprovechando el ajetreo de la batalla a su alrededor y la velocidad comedida que le daba aquella barca. [1]Su aspecto tétrico la hizo poder camuflarse sin que nadie la viese mientras continuaba siendo cauta para evitar las flechas dirigidas de sus acompañantes.
Cuando su embarcación estuvo a menos de 20 cm de la pequeña isla donde se encontraba la niña, Caoimhe se reveló ante ella aprovechando su aspecto tétrico para tomarla por sorpresa.
-Dices que quieres vivir en los sueños- Comenzó a decir de manera sugerente y pausada- Y aún no te has atrevido a confrontar tus propios miedos... Yo puedo asegurarte que un mundo de sueños no significa uno de 'ensueño'. No hay dualidad que venga sola, pues el dormir y el soñar siempre atrae la posibilidad de ahondarse en la miseria de las noches oscuras... ¿Acaso crees que de pasarte la vida en un sueño pacífico y amoroso... no voy a aún acecharte en tus pesadillas?- dijo.
Sacó de su pequeño bolso un frasco y lo desencorchó justo delante de aquella niña, evitando aspirar ella el contenido gaseoso que de manera rápida se extendía hacia la nariz de la niña [2]
Caoimhe notó como la pequeña se tensaba mientras ella misma tenía ahora que deshacerse de algún que otro murciélago con su espada.
Esperó la reacción adecuada. Sabía qué iba a pasar: Casi podía ver en la niña el sinfín de imágenes dolorosas sobre sus padres muertos, el dolor de los monstruos que ella misma lanzaba a ambos perforando la piel a base de ataques, la visión terrorífica del cuerpo de Caoimhe y un sin fin de otros miedos personificándose ante la pequeña debido al efecto del veneno.
-Imagina... una eternidad no llena de sueños sino de esas pesadillas, y sin opción de salir de ese tan 'idílico' mundo que nos planteas... Al menos ahora siempre tenemos la posibilidad de despertar. En tu caso... no habría nada después de tus acciones. Uno y otro, y otro día más. Tan solo temor... dolor y desasosiego.-
Caoimhe esperó la reacción de aquella niña a medida que se alejaba de ella un poco desquitándose de algunos monstruos. Se acercó a Kasha, Gaegel y Kira y los invitó a subir a la barca... intentando obtener una ventaja que las aguas pantanosas no le proporcionaban.
Off:
[1]Maldición Desatada [Mágica, 2 usos de 2 turnos]: Mi maldición se vuelve más fuerte, haciendo que la oscuridad me posea. Luzco más siniestro, aterrando a los débiles. Mis ataques realizan daño mágico adicional y puedo ocultarme en las sombras con más facilidad.
- Caótica Cao.:
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[2] pesadilla embotellada: Líquido grisáceo oscuro que parece gas atrapado. Al contacto con el aire se levanta una nube negra, que al ser aspirada causará alucinaciones de los temores más profundos de la persona por un turno.
Caoimhe
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Re: La profecía [Desafío: Un mundo sin sueños]
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La expectativa es…
la raíz de toda angustia.
Ella, que no había tocado su sueño ideal, deseaba alcanzarlo. Gaegel, que ya había vivido en un sueño placentero, rechazaba alcanzarlo y prefirió abrazar la realidad que ya tenía. Eso no tenía sentido para la niña. Se negaba a aceptarlo. Él debía estar mintiendo, o estar demente, o algo peor. Pues, si aceptaba que él decía la verdad, entonces ¿cómo ella podría seguir aferrándose a su propia añoranza? No, no podía. La Voluntad de Oniria se encargó de sumergir esas dudas en un mar de furia.
Pero algo resurgió de aquel mar. Algo oscuro, terrorífico y humano: los temores nacidos de la pérdida. Fue nada menos que Caoimhe la que los revivió luego de golpearla con una verdad ineludible. La misma Kasha, en un pasado ya olvidado, fue testigo del mal con el que se paga la ingenuidad de materializar un mundo de sueños.
La Voluntad de Oniria no pudo volver a sofocar los sentimientos de la niña para su beneficio. Los sentimientos, el horror, tomaron el control y, gracias al propio poder onírico, se materializaron alrededor de la niña, atormentándola en la imaginación y en la realidad. La niña cantó una canción de gritos y lamentos desesperados, sollozos desgarradores y gimoteos dolorosos.
Finalmente, la niña dejó de desear un mundo de sueños. No quería que las pesadillas se hicieran reales.
La Voluntad de Oniria endureció su corazón para encaminar de nuevo hacia la meta soñada. El corazón volvió a ablandarse, rechazando la presencia de aquella voluntad. La niña cayó de rodillas. Las bestias aladas a su alrededor se convirtieron en humo y desaparecieron. Las lágrimas brillaron surcando las mejillas de la niña.
¡Perdón, perdón, perdón!- rogaba entre sollozos -¡Por favor, quiero despertar, despertar, que acabe esta pesadilla!- Pero no se refería únicamente a sus alucinaciones, sino también a su propia realidad que era muy distinta al mundo de cuento de hadas que deseaba -Me rindo. Seré una niña buena. Por favor…
Miró al frente. Kasha estaba justo delante y la miró a los ojos. Le acarició las mejillas a la niña con dulzura, con una sonrisa maternal. Las pupilas de los ojos de Kasha se estrecharon como los de un gato. Un movimiento bastó para romperle el cuello a la pequeña.
Problema resuelto -canturreó Kasha. Se giró hacia sus compañeros y les sonrió felinamente, mientras un aura de colores purpúreos emanaba desde el cadáver -Pero esto no resolverá lo de no poder dormir, a mi pesar. Me pregunto qué deberíamos hacer.
Volvió a mirar a la niña muerte envuelta en niebla mágica. Kasha se relamió los labios y aspiró. Luego de unos segundos, había devorado aquella magia. Ryra, gracias a su percepción mágica, sería la única en notar un sutil y significativo cambio en la esencia de la señora de los gatos, para bien o para mal.
Esto… es triste -murmuró Kasha, de pronto cabizbaja, como si hubiera obtenido un nuevo y desolador conocimiento -Es inevitable. Todo acabará- profetizó como un lamento. Se cubrió el rostro con sus manos enguantadas de negro. Así permaneció por un momento, en silencio, hasta que el buen ánimo volvió a ella, o eso parecía -No teman, no todo está perdido. Debemos volver a Aerandir y pensaremos qué más hacer.
Pero ella sabía muy bien que ya no había más que esperar el final. Pero, si iba a morir al fin, era mejor en un lugar más agraciado.
∞ Y así concluye este emocionante desafío, aunque la historia tras él y los misterios que oculta apenas comienzan. Por lo pronto, los felicitamos por su capacidad de perturbar a una niña que tenía el poder de crear pesadillas. Siéntanse orgullosos.
∞ Aunque nada de esto servirá para evitar el fin del mundo, han obtenido información relevante para el futuro luego del fin de los tiempos. Además de eso, Kasha ha obtenido un nuevo don que la hará especialmente útil cuando los malos sueños vuelvan a atacar. ¿De qué manera? Eso será un secreto.
∞ Por su gran proeza traumatizando a una niña, reciben 50 aeros, 5 puntos de experiencia y una Semilla de Nimue.
Pero algo resurgió de aquel mar. Algo oscuro, terrorífico y humano: los temores nacidos de la pérdida. Fue nada menos que Caoimhe la que los revivió luego de golpearla con una verdad ineludible. La misma Kasha, en un pasado ya olvidado, fue testigo del mal con el que se paga la ingenuidad de materializar un mundo de sueños.
La Voluntad de Oniria no pudo volver a sofocar los sentimientos de la niña para su beneficio. Los sentimientos, el horror, tomaron el control y, gracias al propio poder onírico, se materializaron alrededor de la niña, atormentándola en la imaginación y en la realidad. La niña cantó una canción de gritos y lamentos desesperados, sollozos desgarradores y gimoteos dolorosos.
Finalmente, la niña dejó de desear un mundo de sueños. No quería que las pesadillas se hicieran reales.
La Voluntad de Oniria endureció su corazón para encaminar de nuevo hacia la meta soñada. El corazón volvió a ablandarse, rechazando la presencia de aquella voluntad. La niña cayó de rodillas. Las bestias aladas a su alrededor se convirtieron en humo y desaparecieron. Las lágrimas brillaron surcando las mejillas de la niña.
¡Perdón, perdón, perdón!- rogaba entre sollozos -¡Por favor, quiero despertar, despertar, que acabe esta pesadilla!- Pero no se refería únicamente a sus alucinaciones, sino también a su propia realidad que era muy distinta al mundo de cuento de hadas que deseaba -Me rindo. Seré una niña buena. Por favor…
Miró al frente. Kasha estaba justo delante y la miró a los ojos. Le acarició las mejillas a la niña con dulzura, con una sonrisa maternal. Las pupilas de los ojos de Kasha se estrecharon como los de un gato. Un movimiento bastó para romperle el cuello a la pequeña.
Problema resuelto -canturreó Kasha. Se giró hacia sus compañeros y les sonrió felinamente, mientras un aura de colores purpúreos emanaba desde el cadáver -Pero esto no resolverá lo de no poder dormir, a mi pesar. Me pregunto qué deberíamos hacer.
Volvió a mirar a la niña muerte envuelta en niebla mágica. Kasha se relamió los labios y aspiró. Luego de unos segundos, había devorado aquella magia. Ryra, gracias a su percepción mágica, sería la única en notar un sutil y significativo cambio en la esencia de la señora de los gatos, para bien o para mal.
Esto… es triste -murmuró Kasha, de pronto cabizbaja, como si hubiera obtenido un nuevo y desolador conocimiento -Es inevitable. Todo acabará- profetizó como un lamento. Se cubrió el rostro con sus manos enguantadas de negro. Así permaneció por un momento, en silencio, hasta que el buen ánimo volvió a ella, o eso parecía -No teman, no todo está perdido. Debemos volver a Aerandir y pensaremos qué más hacer.
Pero ella sabía muy bien que ya no había más que esperar el final. Pero, si iba a morir al fin, era mejor en un lugar más agraciado.
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∞ Y así concluye este emocionante desafío, aunque la historia tras él y los misterios que oculta apenas comienzan. Por lo pronto, los felicitamos por su capacidad de perturbar a una niña que tenía el poder de crear pesadillas. Siéntanse orgullosos.
∞ Aunque nada de esto servirá para evitar el fin del mundo, han obtenido información relevante para el futuro luego del fin de los tiempos. Además de eso, Kasha ha obtenido un nuevo don que la hará especialmente útil cuando los malos sueños vuelvan a atacar. ¿De qué manera? Eso será un secreto.
∞ Por su gran proeza traumatizando a una niña, reciben 50 aeros, 5 puntos de experiencia y una Semilla de Nimue.
- Semilla de Nimue:
- Semilla de Nimue [Consumible] Semilla mágica que almacena una pizca del poder de la niña que anhelaba sueños imposibles. Al arrojarla a los pies de un enemigo, la semilla se convertirá en un árbol pequeño y sin hojas que lo inmovilizará por un turno.
Ansur
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