Laberinto de sombras [Desafío de supervivencia]
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Re: Laberinto de sombras [Desafío de supervivencia]
Haber cruzado por la puerta de cuerpo era la decisión más sensata; definitivamente no tenía mucha idea sobre magia y mi flojera de pensar demasiado seguro haría que la puerta de mente fuese una muy mala idea, así que no titubee en entrar.
Me sentía más tranquila con más luz y rodeada de gente, pero la idea de avanzar y salir de ahí había hecho que volviera a un entorno tétrico, oscuro, pesado y con mucha tensión.
Seguí caminando con cautela manteniendome detrás y apretando un poco mis manos para no apretar al caballero que iba adelante. -Todo va a estar bien, todo va a estar bien- repetía mientras me balanceaba para usar al joven de escudo.
En eso otro hombre comentó su nombre y empezó a hablar…-Anotado, Zagreus y Destino- pensé -¿Estará tratando de desviar la atención del tema de suplantadores para enfocarnos en el Sr extraño de hace rato? Es verdad que es un enemigo en común, pero es probable que no aparezca más hasta que juguemos su juego-
Por quedarme unos segundos pensando me pasé un poco la presentación y me ví acusada por amenazar al conejo, -¿Está hablando del chico del disfraz, sí? Bueno, anotado, Rauko.- pensé mientras negaba un poco con la cabeza ante la acusación.
- Primero, me llamo Ari…- suspiré -y con respecto a ese joven…- recordé su aparición y mis pulsaciones empezaron a subir.
-!¿Quién en su sano juicio estaría en un ambiente tan terrorífico vestido de un conejito?!- dije alterada mientras mi respiración se había ido por los cielos.
-Este sitio es horrible, me da miedo- dije siendo muy sincera -y tuve una mala experiencia con conejos- frustrada solté -Rauko no parece mal muchacho, de hecho se veía agradable; pero su atuendo me parecía una broma de mal gusto- los ojos se me empezaron a aguar -Están por todos lados- dije con preocupación para luego levantar un poco los lentes del casco y pasar mis manos a limpiar mis ojos.
-Lo siento- solté muy apenada.
Aún con los ojos aguados y el corazón revuelto seguí caminando tratando de recomponerme para no convertir esto en una situación muy dramática.
-Con respecto a lo del …-
-¡¡El suelo se cae!!- gritó Destino.
-¿Qué? ¿Qué dientes está pasando?- dije mientras trataba de quitarme a Destino de encima que en su intento de salvarse había chocado conmigo y me había enredado toda.
De un momento a otro terminé girando sobre mi propio eje para luego ver que Zagreus era muy hábil y que ya había logrado escapar del peligro que nos acechaba.
Salí corriendo tras Destino con todas mis fuerzas mientras el piso bajo nosotros se deshacía. Por suerte había visto a Zagreus desenfundar una pistola, lo que me llevó a sacar la mía y disparar hacia una de las estructuras del techo para terminar balanceándome y cayendo de manera poco elegante del otro lado.
-Gracias- dije jadeando y aún en el piso -Tal vez más adelante necesitemos tu ayuda, pero creo que no tendría sentido si no pudiese avanzar los primeros retos solita. No quiero ser una carga-.
Terminé de levantarme y devolví la cuerda de la pistola -¡Ahh se dañó!- me quejé un poco al ver el gancho de la misma.
-¡Ah! Y casi se me olvida. Estoy de acuerdo con que hagamos equipo, pero no creo que avancemos mucho si no jugamos su juego.- hice una breve pausa y guardé mi pistola -Sean suplantadores o no, no votare por ustedes. Si alguno de nosotros es suplantador podremos resolverlo más adelante; pero podemos avanzar más seguros si nos ponemos de acuerdo y vamos eliminando amenazas juntos.-
____________
OffRol
- Me altero
- Me sincero
- Choco con Destino
- Uso mi pistola de cuerda
- Me uno a la idea de hacer equipo
Inventario
Daga pequeña: [Arma] (calidad pobre)
Kit de Ingeniería Inferior: [Limitado, 2 Usos]
Pistola de Cuerda: [Artilugio, Limitado, 1 Uso]
Bomba Luminosa: [Artilugio, Limitado, 1 Uso]
Gorrito de Calabaza [Consumible]
Casco del Genio Paranoico: [Yelmo]
Catalejos del Pirata: [Artilugio]
Maldición de los peluditos.
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Me sentía más tranquila con más luz y rodeada de gente, pero la idea de avanzar y salir de ahí había hecho que volviera a un entorno tétrico, oscuro, pesado y con mucha tensión.
Seguí caminando con cautela manteniendome detrás y apretando un poco mis manos para no apretar al caballero que iba adelante. -Todo va a estar bien, todo va a estar bien- repetía mientras me balanceaba para usar al joven de escudo.
En eso otro hombre comentó su nombre y empezó a hablar…-Anotado, Zagreus y Destino- pensé -¿Estará tratando de desviar la atención del tema de suplantadores para enfocarnos en el Sr extraño de hace rato? Es verdad que es un enemigo en común, pero es probable que no aparezca más hasta que juguemos su juego-
Por quedarme unos segundos pensando me pasé un poco la presentación y me ví acusada por amenazar al conejo, -¿Está hablando del chico del disfraz, sí? Bueno, anotado, Rauko.- pensé mientras negaba un poco con la cabeza ante la acusación.
- Primero, me llamo Ari…- suspiré -y con respecto a ese joven…- recordé su aparición y mis pulsaciones empezaron a subir.
-!¿Quién en su sano juicio estaría en un ambiente tan terrorífico vestido de un conejito?!- dije alterada mientras mi respiración se había ido por los cielos.
-Este sitio es horrible, me da miedo- dije siendo muy sincera -y tuve una mala experiencia con conejos- frustrada solté -Rauko no parece mal muchacho, de hecho se veía agradable; pero su atuendo me parecía una broma de mal gusto- los ojos se me empezaron a aguar -Están por todos lados- dije con preocupación para luego levantar un poco los lentes del casco y pasar mis manos a limpiar mis ojos.
-Lo siento- solté muy apenada.
Aún con los ojos aguados y el corazón revuelto seguí caminando tratando de recomponerme para no convertir esto en una situación muy dramática.
-Con respecto a lo del …-
-¡¡El suelo se cae!!- gritó Destino.
-¿Qué? ¿Qué dientes está pasando?- dije mientras trataba de quitarme a Destino de encima que en su intento de salvarse había chocado conmigo y me había enredado toda.
De un momento a otro terminé girando sobre mi propio eje para luego ver que Zagreus era muy hábil y que ya había logrado escapar del peligro que nos acechaba.
Salí corriendo tras Destino con todas mis fuerzas mientras el piso bajo nosotros se deshacía. Por suerte había visto a Zagreus desenfundar una pistola, lo que me llevó a sacar la mía y disparar hacia una de las estructuras del techo para terminar balanceándome y cayendo de manera poco elegante del otro lado.
-Gracias- dije jadeando y aún en el piso -Tal vez más adelante necesitemos tu ayuda, pero creo que no tendría sentido si no pudiese avanzar los primeros retos solita. No quiero ser una carga-.
Terminé de levantarme y devolví la cuerda de la pistola -¡Ahh se dañó!- me quejé un poco al ver el gancho de la misma.
-¡Ah! Y casi se me olvida. Estoy de acuerdo con que hagamos equipo, pero no creo que avancemos mucho si no jugamos su juego.- hice una breve pausa y guardé mi pistola -Sean suplantadores o no, no votare por ustedes. Si alguno de nosotros es suplantador podremos resolverlo más adelante; pero podemos avanzar más seguros si nos ponemos de acuerdo y vamos eliminando amenazas juntos.-
____________
OffRol
- Me altero
- Me sincero
- Choco con Destino
- Uso mi pistola de cuerda
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Daga pequeña: [Arma] (calidad pobre)
Kit de Ingeniería Inferior: [Limitado, 2 Usos]
Bomba Luminosa: [Artilugio, Limitado, 1 Uso]
Gorrito de Calabaza [Consumible]
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Ari Eun-Young
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Re: Laberinto de sombras [Desafío de supervivencia]
Cohen analizó los comportamientos de los allí presentes con atención, viendo por qué puerta se decantaban. A la hora de la verdad, sólo Corlys pareció decantarse por la puerta de la mente, al igual que él.
Su experiencia junto al vampiro había sido positiva hasta entonces, ya que en las ocasiones anteriores en las que habían coincidido, en las que en ambas sus vidas habían estado en peligro, habían podido colaborar. Pero… ¿se daría de nuevo el mismo caso? ¿Era el verdadero Corlys o se trataba de una de aquellas malditas sombras? El tiempo lo diría…
La sala de la Mente que se abrió ante sus ojos no parecía nada peculiar. Un pedestal y un pergamino.
―Corlys, ¿qué crees que significará? ―preguntó, a la vez que pensaba en lo molestas que resultaban aquellas adivinanzas.
Cuándo la puerta tras ellos, por la que habían accedido allí, se cerró, las paredes de ambos lados comenzaron a moverse ligeramente hacia el centro de la habitación. La tranquilidad que hasta entonces habían sentido desapareció de golpe y la habitación acababa de convertirse en una trampa mortal.
―Pero…
La sensación de que las paredes iban a aplastarles hizo a Cohen querer concentrarse, pero había algo que se lo impedía. En su interior, un hambre voraz surgía, una sed de sangre que parecía insaciable. Cohen necesitaba sangre y Corlys era la única persona allí que podía cederle parte de la suya, la suficiente como para terminar con su sed. Aunque la sangre de vampiro no era del todo deseable, era la única a mano.
―Joder…
Cohen analizó las palabras, con la mente confusa, intentando encontrar una solución al acertijo.
"¿Qué desaparece al nombrarlo? Quizás debería pedir a Corlys un poco de su sangre. ¿La luz de una vela que se apaga al hablar? No. Joder, tengo sed. Le daría un mordisco... Pero ¿y si es un suplantador? ¿Qué me pasaría si bebo la sangre de un suplantador? Las paredes se acercan, van a aplastarme y yo pensando sólo en sangre. Puedo utilizar mi habilidad de la magia de la voz para sonsacarle si es un suplantador. Luego, antes hay que resolver este acertijo. No es el momento. Pero tengo que beber... Calma, silen...."
―¿Es el silencio? ¡Es el silencio!
Miró a su compañero de reto, creyendo que la respuesta era la correcta. Pero extrañado, miró entonces que las paredes continuaban moviéndose, dispuestas a aplastarles. ¿Acaso la respuesta no era la correcta?
Comienzo con los síntomas de la sed extrema provocada por la cercanía de objetos mágicos de las rondas anteriores a causa de mi maldición. En este turno, pierdo el primer uso de la habilidad "Sombras de Tormento"
Su experiencia junto al vampiro había sido positiva hasta entonces, ya que en las ocasiones anteriores en las que habían coincidido, en las que en ambas sus vidas habían estado en peligro, habían podido colaborar. Pero… ¿se daría de nuevo el mismo caso? ¿Era el verdadero Corlys o se trataba de una de aquellas malditas sombras? El tiempo lo diría…
La sala de la Mente que se abrió ante sus ojos no parecía nada peculiar. Un pedestal y un pergamino.
―Corlys, ¿qué crees que significará? ―preguntó, a la vez que pensaba en lo molestas que resultaban aquellas adivinanzas.
Cuándo la puerta tras ellos, por la que habían accedido allí, se cerró, las paredes de ambos lados comenzaron a moverse ligeramente hacia el centro de la habitación. La tranquilidad que hasta entonces habían sentido desapareció de golpe y la habitación acababa de convertirse en una trampa mortal.
―Pero…
La sensación de que las paredes iban a aplastarles hizo a Cohen querer concentrarse, pero había algo que se lo impedía. En su interior, un hambre voraz surgía, una sed de sangre que parecía insaciable. Cohen necesitaba sangre y Corlys era la única persona allí que podía cederle parte de la suya, la suficiente como para terminar con su sed. Aunque la sangre de vampiro no era del todo deseable, era la única a mano.
―Joder…
Cohen analizó las palabras, con la mente confusa, intentando encontrar una solución al acertijo.
"¿Qué desaparece al nombrarlo? Quizás debería pedir a Corlys un poco de su sangre. ¿La luz de una vela que se apaga al hablar? No. Joder, tengo sed. Le daría un mordisco... Pero ¿y si es un suplantador? ¿Qué me pasaría si bebo la sangre de un suplantador? Las paredes se acercan, van a aplastarme y yo pensando sólo en sangre. Puedo utilizar mi habilidad de la magia de la voz para sonsacarle si es un suplantador. Luego, antes hay que resolver este acertijo. No es el momento. Pero tengo que beber... Calma, silen...."
―¿Es el silencio? ¡Es el silencio!
Miró a su compañero de reto, creyendo que la respuesta era la correcta. Pero extrañado, miró entonces que las paredes continuaban moviéndose, dispuestas a aplastarles. ¿Acaso la respuesta no era la correcta?
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Comienzo con los síntomas de la sed extrema provocada por la cercanía de objetos mágicos de las rondas anteriores a causa de mi maldición. En este turno, pierdo el primer uso de la habilidad "Sombras de Tormento"
Cohen
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Re: Laberinto de sombras [Desafío de supervivencia]
La oscuridad se disipó de manera automática en el momento justo en el que las figuras que se habían decantado por la puerta de la magia la atravesaron de manera paulatina. La conversación superficial no solía agradar a Caoimhe: Para la vampiresa la comunicación reciproca siempre tenía algún objetivo y el usar palabras de manera autómata era un gasto de tiempo y esfuerzo con poco que obtener a cambio.
Sin embargo, entendía que en momentos de incertidumbre y, quizás, nerviosismo, el sentimiento de 'pertenencia' podía servir de alivio para algunos y empujaba la asociación de caracteres y vínculos que quizás en otros momentos no hubiesen sido fáciles.
Aquello relajó buena parte de su mente: Su vida, sus habilidades y trabajo se basaban en vínculos. Quizás no estaba tan perdida al fin y al cabo. Quizás aquel sueño podía llegar a ser, de alguna manera, revelador.
-Hasta lo excéntrico se vuelve cotidiano cuando lo sumas en la rutina...- dijo ante el comentario que Eberus hizo sobre sus ojos. Uniéndose así a la superficialidad de la situación y dedicándole una media sonrisa de complicidad.- Quizás tu mismo encuentres algo diferente si te miras al espejo, ¿no?- dijo de manera burlona pero de cierta manera acusadora
La nueva sala frente a ellos los arrancó de lleno de la densidad de la anterior: Todo alrededor de las 4 figuras parecía incitar a la relajación. A las dosis de serotonina asociadas con la recompensa tras un gran esfuerzo. Quizás también al sentimiento de 'premio' al sentirse elegidos de entre el resto,
Especiales.
¿Pero acaso lo eran? ¿Por qué?
La mente de Caoimhe observó con curiosidad al grupo a su alrededor. Dos de ellos parecían conocerse pues la familiaridad de las palabras que el hombre alto y fornido le había dedicado al humano a su lado daban aquella impresión. Pero a su vez... eran solo palabras. Bien podrían ser un esfuerzo mínimo para confundir. Un elemento de 'pertenencia' quizás camuflado en camaraderia.
Sospechoso.
Por otro lado el elfo seguía en silencio. Posiblemente también analizando la nueva situación en la que se habían visto envueltos. No había hecho gesto alguno que denotase que al menos reconocía su cara. Quizás ella podría aprovechar también aquel limbo en el que se encontraban para... empezar de cero.
-Mi nombre es Caoimhe -dijo caminando de manera pausada distraída por los elementos de la sala- Aunque también me conocen como Lilith.- Añadió, algo reticente- Y como Keeva..- añadió algo azorada- Digamos que bueno...... podéis elegir como llamarme- Sonrió genuinamente,algo que no hacía en demasía y dos hoyuelos aparecieron a ambos lados de sus mejillas dándole un aspecto quizás más inocente que el que a menudo reflejaban sus esencia vampira- Teniendo en cuenta lo extravagante de la situación en la que nos encontramos... una dosis extra de confianza no nos vendría mal para calmar los ánimos.- finalizó, justificando su repentina sinceridad.
Se movió de manera pensativa concentrándose en sus sentidos, peleando de manera liviana para no sumirse a la relajación que aquella sala proponía. Pero sucumbiendo en cierta manera a aquello mismo.
Tras las palabras del hombre caraespejo, lo que menos esperaba era ser beneficiada con una habilidad que les ayudase en su tarea. Pero imaginó que había motivos mucho más profundos que no alcanzaban su conocimiento aún y se sintió de pronto bendecida y de alguna manera aliviada de haber escogido aquella puerta. Todo ello a pesar de las señales mezcladas que el lugar le ofrecía:
Distintas voces de pronto susurrando en su oído palabras que parecían haber leído su mente. Hablando con el tecnicismo mismo que ella solía usar al leer la sangre. Demasiado familiar. Su demonio removiéndose en su garganta como reacción en cadena a todas aquellas palabras que de pronto se posaban en su oído. Todas tentadoras. Sediento.
Todas y cada una conocían a la perfección cada uno de sus deseos.
A manera de expresión visual, el flujo de sentido y seducción en las palabras que susurraba aquella sala se había transformado en tres fuentes. Las tres emplazadas de manera lineal en el centro de una sala tan solo compuesta por paredes llenas de imágenes, que de nuevo incitaban a relajarse. Algo en ella la mantenía temerosa de que aquella sala de hecho fuese una ilusión y mantuvo cerca de ella el cristal de los sueños por si tenía que usarlo. Contrariada y seducida por las palabras en sus oídos que auguraban una cura a su demonio, sin embargo... decidió también confiar.
Quizás tan solo tenía que hacer justo eso. Bueno... y calmar su sed.
Se acercó a una de las fuentes. El sonido del agua parecía pronunciar sus nombres. Todos y cada uno de ellos. El halo que rodeaba aquella imagen la invitaba a acercarse y puesto que no había mucho más que hacer en aquel lugar, así lo hizo.
El mármol en la base de la fuente estaba curtido con imágenes florales. En su vértice la visión esculpida de su propia cara la sorprendió al percatarse. Se preguntó si para el resto también sus rostros adornarían la fuente escogida. Se aupó de manera grácil hasta quedar sentada al borde del recipiente donde el agua fresca era recogida tras su caída. Hizo su cabello a un lado y como si de pronto toda su sed estuviese contenida en aquel instante, bebió de manera pausada, tan solo lo suficiente para humedecer sus labios sutilmente.
La frustración volvió a ella en el instante mismo en el que descubrió que de hecho, aquella fuente no había saciado para nada su sed de sangre, como ilusamente había esperado que hiciese. Aquello la puso de mal humor de manera inmediata. No estaba segura el porqué de aquel 'regalo' pero sus sospechas seguían enquistadas en su mente y esperaba encontrarse cara a cara con la persona que la hubiese puesto en aquella situación para asegurarse de que toda la rabia que sentía en aquel momento era vertida en hacerlo desaparecer.
Se giró a mirar las elecciones de sus compañeros.
-------Off
Caoimhe está bastante recelosa y aunque cree que lo que están viendo en aquella sala es de hecho una trampa... elige la fuente de la ilusión. (No quiero que Ansur me maldiga por no seguir sus instrucciones xD)
-
Sin embargo, entendía que en momentos de incertidumbre y, quizás, nerviosismo, el sentimiento de 'pertenencia' podía servir de alivio para algunos y empujaba la asociación de caracteres y vínculos que quizás en otros momentos no hubiesen sido fáciles.
Aquello relajó buena parte de su mente: Su vida, sus habilidades y trabajo se basaban en vínculos. Quizás no estaba tan perdida al fin y al cabo. Quizás aquel sueño podía llegar a ser, de alguna manera, revelador.
-Hasta lo excéntrico se vuelve cotidiano cuando lo sumas en la rutina...- dijo ante el comentario que Eberus hizo sobre sus ojos. Uniéndose así a la superficialidad de la situación y dedicándole una media sonrisa de complicidad.- Quizás tu mismo encuentres algo diferente si te miras al espejo, ¿no?- dijo de manera burlona pero de cierta manera acusadora
La nueva sala frente a ellos los arrancó de lleno de la densidad de la anterior: Todo alrededor de las 4 figuras parecía incitar a la relajación. A las dosis de serotonina asociadas con la recompensa tras un gran esfuerzo. Quizás también al sentimiento de 'premio' al sentirse elegidos de entre el resto,
Especiales.
¿Pero acaso lo eran? ¿Por qué?
La mente de Caoimhe observó con curiosidad al grupo a su alrededor. Dos de ellos parecían conocerse pues la familiaridad de las palabras que el hombre alto y fornido le había dedicado al humano a su lado daban aquella impresión. Pero a su vez... eran solo palabras. Bien podrían ser un esfuerzo mínimo para confundir. Un elemento de 'pertenencia' quizás camuflado en camaraderia.
Sospechoso.
Por otro lado el elfo seguía en silencio. Posiblemente también analizando la nueva situación en la que se habían visto envueltos. No había hecho gesto alguno que denotase que al menos reconocía su cara. Quizás ella podría aprovechar también aquel limbo en el que se encontraban para... empezar de cero.
-Mi nombre es Caoimhe -dijo caminando de manera pausada distraída por los elementos de la sala- Aunque también me conocen como Lilith.- Añadió, algo reticente- Y como Keeva..- añadió algo azorada- Digamos que bueno...... podéis elegir como llamarme- Sonrió genuinamente,algo que no hacía en demasía y dos hoyuelos aparecieron a ambos lados de sus mejillas dándole un aspecto quizás más inocente que el que a menudo reflejaban sus esencia vampira- Teniendo en cuenta lo extravagante de la situación en la que nos encontramos... una dosis extra de confianza no nos vendría mal para calmar los ánimos.- finalizó, justificando su repentina sinceridad.
Se movió de manera pensativa concentrándose en sus sentidos, peleando de manera liviana para no sumirse a la relajación que aquella sala proponía. Pero sucumbiendo en cierta manera a aquello mismo.
Tras las palabras del hombre caraespejo, lo que menos esperaba era ser beneficiada con una habilidad que les ayudase en su tarea. Pero imaginó que había motivos mucho más profundos que no alcanzaban su conocimiento aún y se sintió de pronto bendecida y de alguna manera aliviada de haber escogido aquella puerta. Todo ello a pesar de las señales mezcladas que el lugar le ofrecía:
Distintas voces de pronto susurrando en su oído palabras que parecían haber leído su mente. Hablando con el tecnicismo mismo que ella solía usar al leer la sangre. Demasiado familiar. Su demonio removiéndose en su garganta como reacción en cadena a todas aquellas palabras que de pronto se posaban en su oído. Todas tentadoras. Sediento.
Todas y cada una conocían a la perfección cada uno de sus deseos.
A manera de expresión visual, el flujo de sentido y seducción en las palabras que susurraba aquella sala se había transformado en tres fuentes. Las tres emplazadas de manera lineal en el centro de una sala tan solo compuesta por paredes llenas de imágenes, que de nuevo incitaban a relajarse. Algo en ella la mantenía temerosa de que aquella sala de hecho fuese una ilusión y mantuvo cerca de ella el cristal de los sueños por si tenía que usarlo. Contrariada y seducida por las palabras en sus oídos que auguraban una cura a su demonio, sin embargo... decidió también confiar.
Quizás tan solo tenía que hacer justo eso. Bueno... y calmar su sed.
Se acercó a una de las fuentes. El sonido del agua parecía pronunciar sus nombres. Todos y cada uno de ellos. El halo que rodeaba aquella imagen la invitaba a acercarse y puesto que no había mucho más que hacer en aquel lugar, así lo hizo.
El mármol en la base de la fuente estaba curtido con imágenes florales. En su vértice la visión esculpida de su propia cara la sorprendió al percatarse. Se preguntó si para el resto también sus rostros adornarían la fuente escogida. Se aupó de manera grácil hasta quedar sentada al borde del recipiente donde el agua fresca era recogida tras su caída. Hizo su cabello a un lado y como si de pronto toda su sed estuviese contenida en aquel instante, bebió de manera pausada, tan solo lo suficiente para humedecer sus labios sutilmente.
La frustración volvió a ella en el instante mismo en el que descubrió que de hecho, aquella fuente no había saciado para nada su sed de sangre, como ilusamente había esperado que hiciese. Aquello la puso de mal humor de manera inmediata. No estaba segura el porqué de aquel 'regalo' pero sus sospechas seguían enquistadas en su mente y esperaba encontrarse cara a cara con la persona que la hubiese puesto en aquella situación para asegurarse de que toda la rabia que sentía en aquel momento era vertida en hacerlo desaparecer.
Se giró a mirar las elecciones de sus compañeros.
-------Off
Caoimhe está bastante recelosa y aunque cree que lo que están viendo en aquella sala es de hecho una trampa... elige la fuente de la ilusión. (No quiero que Ansur me maldiga por no seguir sus instrucciones xD)
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Caoimhe
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Re: Laberinto de sombras [Desafío de supervivencia]
Mientras andaba, estuve reflexionando seriamente, a pesar de mi aspecto y de mi gran rapidez que siempre fue mayor a la de la inteligencia, la cual jamás consiguió alcanzarme. Pensaba, analizaba, cavilaba, y demás sinónimos para decir lo mismo en una innecesaria redundancia. Sin embargo, a pesar de mis no considerables esfuerzos, logré exitosamente fracasar en que germinara en mi mente alguna respuesta convincente sobre la presencia del humano pelirrojo, para cuya carne era esquivo el don del éter, en el camino de la magia.
Sospechoso.
Bueno, en realidad no, pero sospechar era la tendencia del momento.
Lo que sí resultaba sospechoso era el lugar al que nuestros pasos nos condujeron al final del pasillo. «Bastante lindo», reconocí, con una leve sonrisa de aparente despreocupación curvando mis labios, «pero mi disfraz lo es más». Por supuesto, eso no era lo importante a considerar en el momento. Supuse que alguna trampa esperaba su momento de tomarnos desprevenidos, por lo que mis ojos iniciaron una cacería de pistas y presagios de peligros escondidos en la instancia.
Caoimhe, la mujer de los ojos en colorido desacuerdo, se presentó ante todos, revelándonos también otros nombres suyos, por si se le agotaba el primero. «Lilith y Kebab, anotados sus nuevos nombres», me dije. Luego hasta nos obsequió la oportunidad de ver una faceta que no vi antes en ella, ni siquiera tras el incidente del que es mejor no hablar.
—Yo soy Rauko —dije, con mi mirada volviendo a aventurarse en cada detalle del lugar—, aunque algunos otros me conocen también como Rauko, pero ustedes, si así lo prefieren, pueden llamarme Rauko.
Mis ojos buscaron los de mis improvisados compañeros y les mostré una sonrisa perezosa. «Pero lo más probable es que nadie me llamará así, o no dicho correctamente», supuse, considerando mi historial de presentaciones.
—Y si no me amenazan con cuchillos y saben apreciar la perfección de las biusas —proseguí—, contarán con mi apoyo para salir de aquí y… para poner a prueba los reflejos del Cara de Espejo y hacer que se le caiga la cara de la vergüenza.
Mi atención regresó a la sala, esta vez cayendo bajo la atracción de las fuentes de agua y éter en distintas mezclas de bendiciones y maldiciones. Entorné ligeramente mis ojos observando dichas fuentes, atento a la magia fluyendo en ellas, y con mis oídos siendo acariciados con promesas seductoras.
—Estas fuentes dan poderes —aseguré sin pruebas—. Lo sé de buena fuente, pues las fuentes de mi información son las propias fuentes ante nosotros.
«Ahora todos usarán sus espejos para eliminarme solo para evitar más de mis chistes sin gracia», pensé, intentando tomármelo con humor, aunque me encontraba distraído por las bendiciones que se nos ofrecían y el contexto que oscurecía su esplendor. Sin duda alguna, aquello de las fuentes era…
Sospechoso.
Y esta vez de verdad.
Todos mis instintos me advertían que las fuentes eran una trampa, aunque no alcanzaba a comprender cómo nos afectaría. La incertidumbre dificultaba la elección y la ignorancia pesaba sobre mis pensamientos.
Decidí entonces que, si mi razón no podía guiarme hacia el mejor camino, quizás mi suerte, que me ofrecía su benevolencia contra amenazas letales pero no en carreras de upeleros, podría ayudarme una vez más.
Sospechoso.
Bueno, en realidad no, pero sospechar era la tendencia del momento.
Lo que sí resultaba sospechoso era el lugar al que nuestros pasos nos condujeron al final del pasillo. «Bastante lindo», reconocí, con una leve sonrisa de aparente despreocupación curvando mis labios, «pero mi disfraz lo es más». Por supuesto, eso no era lo importante a considerar en el momento. Supuse que alguna trampa esperaba su momento de tomarnos desprevenidos, por lo que mis ojos iniciaron una cacería de pistas y presagios de peligros escondidos en la instancia.
Caoimhe, la mujer de los ojos en colorido desacuerdo, se presentó ante todos, revelándonos también otros nombres suyos, por si se le agotaba el primero. «Lilith y Kebab, anotados sus nuevos nombres», me dije. Luego hasta nos obsequió la oportunidad de ver una faceta que no vi antes en ella, ni siquiera tras el incidente del que es mejor no hablar.
—Yo soy Rauko —dije, con mi mirada volviendo a aventurarse en cada detalle del lugar—, aunque algunos otros me conocen también como Rauko, pero ustedes, si así lo prefieren, pueden llamarme Rauko.
Mis ojos buscaron los de mis improvisados compañeros y les mostré una sonrisa perezosa. «Pero lo más probable es que nadie me llamará así, o no dicho correctamente», supuse, considerando mi historial de presentaciones.
—Y si no me amenazan con cuchillos y saben apreciar la perfección de las biusas —proseguí—, contarán con mi apoyo para salir de aquí y… para poner a prueba los reflejos del Cara de Espejo y hacer que se le caiga la cara de la vergüenza.
Mi atención regresó a la sala, esta vez cayendo bajo la atracción de las fuentes de agua y éter en distintas mezclas de bendiciones y maldiciones. Entorné ligeramente mis ojos observando dichas fuentes, atento a la magia fluyendo en ellas, y con mis oídos siendo acariciados con promesas seductoras.
—Estas fuentes dan poderes —aseguré sin pruebas—. Lo sé de buena fuente, pues las fuentes de mi información son las propias fuentes ante nosotros.
«Ahora todos usarán sus espejos para eliminarme solo para evitar más de mis chistes sin gracia», pensé, intentando tomármelo con humor, aunque me encontraba distraído por las bendiciones que se nos ofrecían y el contexto que oscurecía su esplendor. Sin duda alguna, aquello de las fuentes era…
Sospechoso.
Y esta vez de verdad.
Todos mis instintos me advertían que las fuentes eran una trampa, aunque no alcanzaba a comprender cómo nos afectaría. La incertidumbre dificultaba la elección y la ignorancia pesaba sobre mis pensamientos.
Decidí entonces que, si mi razón no podía guiarme hacia el mejor camino, quizás mi suerte, que me ofrecía su benevolencia contra amenazas letales pero no en carreras de upeleros, podría ayudarme una vez más.
(☞°∀°)☞ OFFROL ☜(°∀°☜)
Haré la de Sango y elegiré una fuente mediante la suerte que me brinden los dioses =)
De resistencia ancestral (1-3), de celebridad (4-6), de resistencia elemental (7-9), de resistencia psíquica (10-13).
De resistencia ancestral (1-3), de celebridad (4-6), de resistencia elemental (7-9), de resistencia psíquica (10-13).
- Inventario:
- Armas y accesorios:
✾Espada superior Doppelsäbel, encantada con Bendición de Thor.
✾Espada épica Retniw, encantada con Arma cambiante, en su forma de guante en la mano derecha.
✾Espada superior de dos manos, Riesentöter, encantada con Runa de penetración. No la lleva encima.
✾Dagas superiores Henker y Erlöser, en sus Fundas Ocultas cuya ubicación no revelaré.
✾Diadema del duelista, objeto legendario.
✾Botas de upelero (Botas de Njord, pero con buen diseño).
Objetos limitados:
✾Vaina infinita (∞).
✾Campo de disrupción del éter (1/1).
✾Runa de impulso (1/1).
✾Runa de teleportación (1/1).
✾Runa de territorio (1/1).
✾Toque de sopor (1/1).
✾Toque paralizante (1/1).
Consumibles:
✾Tragaéter (2/2).
✾Caramelo de Jade (2/2).
✾Gato de bolsillo (2/2).
✾Sombrero de Eostre (1/1).
✾Cristal de sueños (1/1).
Rauko
Aerandiano de honor
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Re: Laberinto de sombras [Desafío de supervivencia]
El miembro 'Rauko' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: Laberinto de sombras [Desafío de supervivencia]
Era una estancia tranquila y desentonaba tantísimo con el pasillo y la sala previa que casi mareaba. Sin embargo nada de peligro se percibía allí, ninguna de las amenazas de Carasespejo se habían cumplido. Los Dioses sonreían su audacia.
- Os lo dije- habló en voz alta-, os lo dije- sonrió levemente-. El Héroe marca el camino a la victoria, el camino a Caraespejo, el camino a la muerte y a la victoria- el tono del discurso era de euforia contenida, una euforia que manaba de la elección que había hecho-. Sí, saldremos de esta.
Contempló las fuentes, tres, y luego a los compañeros de cacería que habían tenido a bien seguirle, otros tres. Le resultó curioso y nada más. Mientras escuchaba sus presentaciones, Sango, se acercó a una de las fuentes y notó un leve cosquilleo en la punta de los dedos. Centró su atención en el agua y en cómo corría por su superficie, ondulando su superficie y curvando el aire sobre ella, transportando promesas susurradas de grandes dones, como había afirmado Rauko gracias a sus fuentes.
Se pasó la lengua por los labios y acercó la cara al agua. Con la mano derecha hizo una suerte de cuenco y la introdujo en el agua para subirla y acercarla a sus labios para sorber con ruido. Saboreó el agua un breve instante antes de tragar y repetir la operación. Finalmente se tiró agua en la cara para refrescar y se alejó un par de pasos de la fuente. Los susurros desaparecieron y la fuente recobró su estado natural de fuente.
- Ah, muy refrescante- posó la diestra en el cinto de las armas-. Yo soy Sango- dijo sin apartar la mirada del gomejo gigante-. La verdad es que en este lugar hay gente vestida de manera extraña... ¿os acordáis de qué estabais haciendo antes de dar con vuestros pasos en la sala de ahí atrás?- preguntó señalando al lugar por el que se supone que habían entrado y se movió en torno a las fuentes-. Bien, sea lo que sea que nos depare este lugar, venceremos.
Su mano derecha no se había separado de la cabeza del hacha mientras que en la izquierda seguía sosteniendo el condenado espejo. Algo le decía que aquella calma no tardaría mucho en volverse caos.
- Os lo dije- habló en voz alta-, os lo dije- sonrió levemente-. El Héroe marca el camino a la victoria, el camino a Caraespejo, el camino a la muerte y a la victoria- el tono del discurso era de euforia contenida, una euforia que manaba de la elección que había hecho-. Sí, saldremos de esta.
Contempló las fuentes, tres, y luego a los compañeros de cacería que habían tenido a bien seguirle, otros tres. Le resultó curioso y nada más. Mientras escuchaba sus presentaciones, Sango, se acercó a una de las fuentes y notó un leve cosquilleo en la punta de los dedos. Centró su atención en el agua y en cómo corría por su superficie, ondulando su superficie y curvando el aire sobre ella, transportando promesas susurradas de grandes dones, como había afirmado Rauko gracias a sus fuentes.
Se pasó la lengua por los labios y acercó la cara al agua. Con la mano derecha hizo una suerte de cuenco y la introdujo en el agua para subirla y acercarla a sus labios para sorber con ruido. Saboreó el agua un breve instante antes de tragar y repetir la operación. Finalmente se tiró agua en la cara para refrescar y se alejó un par de pasos de la fuente. Los susurros desaparecieron y la fuente recobró su estado natural de fuente.
- Ah, muy refrescante- posó la diestra en el cinto de las armas-. Yo soy Sango- dijo sin apartar la mirada del gomejo gigante-. La verdad es que en este lugar hay gente vestida de manera extraña... ¿os acordáis de qué estabais haciendo antes de dar con vuestros pasos en la sala de ahí atrás?- preguntó señalando al lugar por el que se supone que habían entrado y se movió en torno a las fuentes-. Bien, sea lo que sea que nos depare este lugar, venceremos.
Su mano derecha no se había separado de la cabeza del hacha mientras que en la izquierda seguía sosteniendo el condenado espejo. Algo le decía que aquella calma no tardaría mucho en volverse caos.
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Sango bebe de la fuente que da resistencia mágica y será resistencia ancestral.Sango
Héroe de Aerandir
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Re: Laberinto de sombras [Desafío de supervivencia]
El brujo no era demasiado hablador. Sin embargo, en ciertas ocasiones le convenía soltar un poco su lengua. Esta vez, el acto de ofrecer un halago a aquella apuesta mujer se volvió en su contra. O, quizás eso pretendía ella. - ¿Algo diferente? ¿Tengo un moco en la nariz, o algo?
¿Qué sabría aquella vampira? ¿Quizás esos espejos revelaban alguna verdad oculta para muchos? De cualquier modo, el brujo contestó a su sutil acusación mostrando inocencia, expresando que no sabía a qué se refería.
Al llegar a la sala de las fuentes se sorprendió por su inocua apariencia, y comenzó directamente a desconfiar. - No es cabal que, dentro de una situación tan turbia, nos hagan llegar a una sala tan aparentemente bondadosa, así, sin más - expresó mientras estudiaba con los ojos entornados los rincones de aquella nueva estancia.
Aquellos susurros bífidos se deslizaban por sus oídos, con intenciones más bien translúcidas. Eberus sintió cómo esas serpenteantes voces se filtraban en su desconfianza, debilitándola con sutileza al prometerle realidades anheladas. Esas voces, maestras de la persuasión, hacían crecer la ambición del brujo, la cual pisoteaba a su suspicacia logrando alzarse con la victoria, pero sin llegar a hacer que desapareciera ese recelo residual que le mantenía cauteloso. En medio de estos conflictos internos, sus piernas ya le habían llevado hacia una de aquellas dudosas fuentes, de la cual acabó bebiendo.
¿Cómo había llegado hasta allí? ¿Qué había hecho antes de verse presente en aquel lugar? ¿Qué indicios había que ayudasen a dilucidar el nivel de realidad de lo que estaba viviendo? ¿Con qué nivel de seguridad podía afirmar que los presentes eran quienes parecían ser?
Sus pensamientos habían tomado un grado de velocidad que nunca antes había experimentado, en parte desencadenados por la pregunta que les había hecho su camarada Sango. Y, lo más sorprendente de todo: lograba controlarlos. Podía prácticamente vislumbrar su interconectada red de pensamientos y operar con ellos como si fuera un gran maestro de ajedrez moviendo sus piezas. Y esto parecía transmitirse también a sus movimientos. Dio cinco pasos en la dirección contraria a las fuentes como si hubiera dado uno. Tremendamente excitado, imaginaba el potenciamiento que podría suponer esto para sus propias habilidades de mentalista.
Sentía incluso cómo su piel se rodeaba de una energía inusual... Similar quizás al éter de un brujo elementalista.
- Dioses... esto es increíble - expresó con vocablos acelerados. - No he probado droga así ni en mis tiempos más escandalosos. ¿Será posible?
Sin dejar casi pausas entre sus oraciones, prosiguió.
Vale, voy a exponer mi razonamiento - comenzó explicando, dirigiéndose a todos ellos uno por uno. - Claro que vamos a vencer, Sango. Escuchad, por favor. Sigo pensando lo mismo de antes. No es cabal que nos ofrezcan esto dentro de un sitio en el que tenemos que... Esto es como en aquel libro que leí. ¿Cómo era? Ah... sí. Un diablo engañaba a tres amigos para enfrentarlos, y para ello les otorgó un arma diferente a cada uno, pero ese arma no era la que querían ellos, sino la que deseaba uno de los otros dos. ¿Entendéis? Quiero decir... Tras reflexionar en todo esto, creo que si nos otorgan esta bendición es para utilizarla de alguna manera en nuestra contra más adelante. Y con "nuestra" no me refiero en términos egoístas, sino de colaboración en equipo.
Se regaló una breve pausa, e inmediatamente después soltó una breve carcajada, aparentemente sin contexto, pero la detuvo enseguida. Había reactivado en su mente la contestación que le había dado aquella persona disfrazada a la vampira, repitiendo su nombre tres veces, pero pronto advirtió que dicha persona era un elfo. Entonces, recuperó su expresión seria y estoica y le dedicó un sobrio saludo. - Hola, Rauko.
Sus conclusiones no habían acabado, sin embargo. - Por otro lado considero que, si es verdad que hay impostores entre nosotros, van a actuar como si no lo fueran, obviamente. De momento, por lo tanto, no podemos confiar en nadie a ciencia cierta, por muy duro que suene esto. Y, ya que vamos a compartir todos nosotros este camino de la magia creo que, aunque debamos estar alerta por si alguno de nosotros es impostor, debemos colaborar para establecer unos objetivos que nos beneficien a todos, pues si operamos solos es menos probable que salgamos de esta. Me parece que es imposible que nos libremos del riesgo de compartir camino con un hijoputa de esos, por eso debemos actuar los cuatro en conjunto. Así, si hay un impostor aquí, estará obligado a reducir su margen de maniobra para encajar en las demandas del grupo. Ahora bien, sí o sí tenemos que deshacernos de los impostores. Si están entre nosotros, no debe ser por nada bueno. Un placer, por cierto - finalizó contestando a Caoimhe mientras le tendía la mano con una caballerosidad aduladora, pues justo había recordado que, antes del comentario del elfo, ella se había presentado mientras el brujo se prendía de las embriagadoras sugerencias de las fuentes.
- ¿Qué pensáis? Si encontráis algún error en mi razonamiento, decidlo. Debemos estar todos de acuerdo en algo. Pero yo, sinceramente, creo que no me equivoco.
El reservado brujo se había saltado por completo las normas de su naturaleza. Aquella implacable celeridad mágica y la conveniencia de trabajar en equipo le llevaron a hablar lo que nunca había hablado.
_________
OFF: Bebo de la fuente de la Celeridad
Le tiendo la mano a Caoimhe tras su presentación
Saludo a Rauko con un poco de racismo implícito
Me dirijo a Sango
¿Qué sabría aquella vampira? ¿Quizás esos espejos revelaban alguna verdad oculta para muchos? De cualquier modo, el brujo contestó a su sutil acusación mostrando inocencia, expresando que no sabía a qué se refería.
Al llegar a la sala de las fuentes se sorprendió por su inocua apariencia, y comenzó directamente a desconfiar. - No es cabal que, dentro de una situación tan turbia, nos hagan llegar a una sala tan aparentemente bondadosa, así, sin más - expresó mientras estudiaba con los ojos entornados los rincones de aquella nueva estancia.
Poderoso brujo, ven, escúchame atentamente...
Aquellos susurros bífidos se deslizaban por sus oídos, con intenciones más bien translúcidas. Eberus sintió cómo esas serpenteantes voces se filtraban en su desconfianza, debilitándola con sutileza al prometerle realidades anheladas. Esas voces, maestras de la persuasión, hacían crecer la ambición del brujo, la cual pisoteaba a su suspicacia logrando alzarse con la victoria, pero sin llegar a hacer que desapareciera ese recelo residual que le mantenía cauteloso. En medio de estos conflictos internos, sus piernas ya le habían llevado hacia una de aquellas dudosas fuentes, de la cual acabó bebiendo.
¿Cómo había llegado hasta allí? ¿Qué había hecho antes de verse presente en aquel lugar? ¿Qué indicios había que ayudasen a dilucidar el nivel de realidad de lo que estaba viviendo? ¿Con qué nivel de seguridad podía afirmar que los presentes eran quienes parecían ser?
Sus pensamientos habían tomado un grado de velocidad que nunca antes había experimentado, en parte desencadenados por la pregunta que les había hecho su camarada Sango. Y, lo más sorprendente de todo: lograba controlarlos. Podía prácticamente vislumbrar su interconectada red de pensamientos y operar con ellos como si fuera un gran maestro de ajedrez moviendo sus piezas. Y esto parecía transmitirse también a sus movimientos. Dio cinco pasos en la dirección contraria a las fuentes como si hubiera dado uno. Tremendamente excitado, imaginaba el potenciamiento que podría suponer esto para sus propias habilidades de mentalista.
Sentía incluso cómo su piel se rodeaba de una energía inusual... Similar quizás al éter de un brujo elementalista.
- Dioses... esto es increíble - expresó con vocablos acelerados. - No he probado droga así ni en mis tiempos más escandalosos. ¿Será posible?
Sin dejar casi pausas entre sus oraciones, prosiguió.
Vale, voy a exponer mi razonamiento - comenzó explicando, dirigiéndose a todos ellos uno por uno. - Claro que vamos a vencer, Sango. Escuchad, por favor. Sigo pensando lo mismo de antes. No es cabal que nos ofrezcan esto dentro de un sitio en el que tenemos que... Esto es como en aquel libro que leí. ¿Cómo era? Ah... sí. Un diablo engañaba a tres amigos para enfrentarlos, y para ello les otorgó un arma diferente a cada uno, pero ese arma no era la que querían ellos, sino la que deseaba uno de los otros dos. ¿Entendéis? Quiero decir... Tras reflexionar en todo esto, creo que si nos otorgan esta bendición es para utilizarla de alguna manera en nuestra contra más adelante. Y con "nuestra" no me refiero en términos egoístas, sino de colaboración en equipo.
Se regaló una breve pausa, e inmediatamente después soltó una breve carcajada, aparentemente sin contexto, pero la detuvo enseguida. Había reactivado en su mente la contestación que le había dado aquella persona disfrazada a la vampira, repitiendo su nombre tres veces, pero pronto advirtió que dicha persona era un elfo. Entonces, recuperó su expresión seria y estoica y le dedicó un sobrio saludo. - Hola, Rauko.
Sus conclusiones no habían acabado, sin embargo. - Por otro lado considero que, si es verdad que hay impostores entre nosotros, van a actuar como si no lo fueran, obviamente. De momento, por lo tanto, no podemos confiar en nadie a ciencia cierta, por muy duro que suene esto. Y, ya que vamos a compartir todos nosotros este camino de la magia creo que, aunque debamos estar alerta por si alguno de nosotros es impostor, debemos colaborar para establecer unos objetivos que nos beneficien a todos, pues si operamos solos es menos probable que salgamos de esta. Me parece que es imposible que nos libremos del riesgo de compartir camino con un hijoputa de esos, por eso debemos actuar los cuatro en conjunto. Así, si hay un impostor aquí, estará obligado a reducir su margen de maniobra para encajar en las demandas del grupo. Ahora bien, sí o sí tenemos que deshacernos de los impostores. Si están entre nosotros, no debe ser por nada bueno. Un placer, por cierto - finalizó contestando a Caoimhe mientras le tendía la mano con una caballerosidad aduladora, pues justo había recordado que, antes del comentario del elfo, ella se había presentado mientras el brujo se prendía de las embriagadoras sugerencias de las fuentes.
- ¿Qué pensáis? Si encontráis algún error en mi razonamiento, decidlo. Debemos estar todos de acuerdo en algo. Pero yo, sinceramente, creo que no me equivoco.
El reservado brujo se había saltado por completo las normas de su naturaleza. Aquella implacable celeridad mágica y la conveniencia de trabajar en equipo le llevaron a hablar lo que nunca había hablado.
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OFF: Bebo de la fuente de la Celeridad
Le tiendo la mano a Caoimhe tras su presentación
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Eberus
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Re: Laberinto de sombras [Desafío de supervivencia]
El camino se volvió aún más opresivo tras tomar la puerta de la mente, con una niebla tan densa que podría cortarla con un cuchillo y untármela en un trozo de pan, o al menos me plantearía hacerlo si no fuera porque era incapaz de comer alimentos normales. Al llegar a una sala, nos encontramos con un pedestal levantado en el medio con un pergamino sobre él. Pero a pesar de las malas sensaciones que me transmitía ese pergamino con solo mirarlo, el acertijo que venía en él era relativamente sencillo. Debía tener alguna trampa. No metías a gente en una sala para ponerles simplemente eso. Cohen tampoco parecía especialmente impresionado cuando me hizo la pregunta.
- No parece muy complicado, pero seguro que hay trampa.
Y como cuando alguien decía que nada podría ir peor, y todo empeoraba, tras mis palabras, la puerta se cerró y empezaron a moverse las paredes hacia nosotros. Me callé las blasfemia que estaba a punto de soltar por si eso resultaba en una respuesta fallida y acabábamos convertidos en tortilla, y confié en que la respuesta de Cohen sirviera de algo.
Pero aunque estaba convencido de que era la cierta, no me llegaba a confiar con las retorcidas reglas de este lugar, por lo que opté por otra aproximación. Le di unos golpes en el hombro para llamar su atención, y le hice una señal de que se callara, poniendo mi dedo índice perpendicular a mi boca. Cohen pilló rápidamente la señal y nos quedamos ambos callados, esperando que el silencio consiguiera servir para que se detuvieran las paredes.
Si esto fallaba seguramente nos encontraríamos con un destino poco agradable y preocupantemente similar al de una cucaracha merodeando por una cocina, pero tampoco se me ocurría que más hacer, ni teníamos a más gente que pudiesen pensar por nosotros.
- No parece muy complicado, pero seguro que hay trampa.
Y como cuando alguien decía que nada podría ir peor, y todo empeoraba, tras mis palabras, la puerta se cerró y empezaron a moverse las paredes hacia nosotros. Me callé las blasfemia que estaba a punto de soltar por si eso resultaba en una respuesta fallida y acabábamos convertidos en tortilla, y confié en que la respuesta de Cohen sirviera de algo.
Pero aunque estaba convencido de que era la cierta, no me llegaba a confiar con las retorcidas reglas de este lugar, por lo que opté por otra aproximación. Le di unos golpes en el hombro para llamar su atención, y le hice una señal de que se callara, poniendo mi dedo índice perpendicular a mi boca. Cohen pilló rápidamente la señal y nos quedamos ambos callados, esperando que el silencio consiguiera servir para que se detuvieran las paredes.
Si esto fallaba seguramente nos encontraríamos con un destino poco agradable y preocupantemente similar al de una cucaracha merodeando por una cocina, pero tampoco se me ocurría que más hacer, ni teníamos a más gente que pudiesen pensar por nosotros.
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Intentamos no decir nada como respuesta al acertijo.
- Inventario::
- EQUIPAMIENTO
Lanza normal
Escudo normal
Botas de Njord
Laúd refinado
Trineo-barca
Hoja de servicio
LIMITADOS
Kit de carpintería inferior
Kit de carpintería regular
Kit de arcanos inferior
Trampa de red
Trampa pestilente
CONSUMIBLESHongos de Lithe
Cerveza de mantequilla ?
Galleta del olvido
Manzana de IddunMariposa de la desgracia
Galletas podridasPastel de Freya
Bolita de pétalos biusificados
Espejo multicolor x2
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Re: Laberinto de sombras [Desafío de supervivencia]
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Laberinto de sombras
¿Qué es lo que acecha debajo del tejido de la realidad?
Los tres grupos lograron superar sus respectivas pruebas, las paredes dejaron de moverse, el fuego fue dejado atrás y el poder fluyó en quienes bebieron del éter. Ahora un nuevo camino se abrió ante ellos, una puerta de la que escapaba una luz cálida que les invitaba a avanzar.
El silencio era sepulcral, roto solo por el eco de sus pasos y un ocasional murmullo con palabras indescifrables y origen desconocido.
De repente, sin previo aviso, todos los aventureros se sintieron paralizados, incapaces de moverse o hablar. Toda luz se esfumó, y el mundo que los rodeaba desapareció. Ya no había paredes, ni techo, ni suelo. Solo una oscuridad infinita, que los envolvía como un sudario. Los aventureros apenas podrían mirarse unos a otros, pero no emitir algún sonido.
Entonces, desde la negrura insondable, surgieron unos brazos completamente blancos, largos y delgados, con dedos afilados y puntas escarlatas como garras ensangrentadas. Eran decenas, quizás cientos, de brazos que se extendían hacia algunos aventureros, hacia Corlys, Rauko, Eberus y Sango, como si quisieran abrazarlos.
Una de las manos blancas se aferró al tobillo de Destino, que sentiría un frío mortal en su pierna. Los demás aventureros verían cómo el elfo sería arrastrado hacia la oscuridad, sin poder hacer nada por ayudarlo. Todo intento de resistirse sería inútil para Destino. Los brazos lo envolverían por completo, y lo engullirían en la noche eterna.
Tan súbitamente como había comenzado, todo terminó. La luz regresó y el laberinto volvió a la normalidad. Los aventureros se encontraron en las mismas posiciones que antes, como si nada hubiera pasado.
Pero Destino ya no estaba con ellos.
Ha sido una elección predecible- dijo un susurro desde las sombras, cada quien escuchándolo con la voz de ellos mismos -¿Pero fue la correcta?- Unas suaves carcajadas reverberaron y se perdieron en el regreso del silencio.
Susurros nacidos de ninguna parte se deslizaron en sus oídos, advirtiéndoles, con voces envenenadas de malicia, los aciagos futuros que las palabras podrían forjar.
El techo de la sala no era tal, sino un ventanal que daba a un cielo de tormenta y tinieblas. Desde los nubarrones y la neblina, pendían innumerables brazos largos, blancos y tétricos, que se retorcían como serpientes enfurecidas y rascaban el cristal que separaba ambos mundos. Eran los habitantes de un reino tenebroso, que acechaban a los intrusos que osaban profanar su dominio.
Las plataformas eran de diferentes formas y tamaños, y se movían de diferentes maneras. Algunas estaban quietas, otras se desplazaban de un lado a otro, otras giraban en círculos, otras rotaban sobre su propio eje. Había que saltar con precaución y en el momento en que las plataformas se acercaran entre ellas, o caerían al abismo.
Más allá de aquellas, flotaban plataformas hechizadas con trampas elementales: superficies de hielo, que amenazaban con congelar los pies de quienes las tocaran o hacerles resbalar al vacío, o chispas que anunciaban una posterior explosión eléctrica.
Aquellas eran la prueba que debían enfrentar, pero no serían las únicas por mucho tiempo. Pronto, se empezó a sentir unas ventiscas fuertes, que venían de direcciones impredecibles. Eran vientos que soplaban con furia, que querían derribarlos como cómplices de la muerte que esperaba debajo de ellos.
La plataforma empezó a moverse lentamente, alejándose hacia el otro lado trazando trayectorias impredecibles.
Empezaron a oír unos susurros siniestros, que venían de todas partes y de ninguna. Eran voces que hablaban de muerte, de vida, de dolor, de placer, de maldición y de liberación. Voces que los llamaban por sus nombres, que les decían sus temores, que les prometían su perdición, o que les propiciaban promesas de caminos invisibles y seguros frente a ellos y que recibirían con agrado el peso de sus pies.
El abismo era infinito, las voces se hacían más fuertes y la plataforma aumentaba su velocidad.
ᚩ Saludos, apreciados cobayas, han conseguido superar la primera sala de cada camino, casi todos. Ahora, sin embargo, tendrán que enfrentar mayores riesgos.
∞ La ruta de la mente presenta un desafío con un poco más de dificultad. A medida que avancen por esta ruta extrañarán la facilidad de la sala anterior, aunque, de momento, solo se requiere pensar un poco para dar con la solución al problema actual.
ᚩ Quienes transitan la ruta del cuerpo dependerán de sus objetos y habilidades para avanzar. Cooperar entre ustedes podría facilitar la tarea, pero no hacerlo aumentaría las posibilidades de eliminar pasivamente al compañero.
∞ Finalmente, la ruta de la magia pondrá a prueba la elección tomada anteriormente. Lo que parecía un favor de los dioses, ahora podría convertirse en una trampa burlesca. Jueguen sus cartas correctamente y podrán avanzar.
ᚩ No hay orden de posteo y no es necesario enviar el mp con su elección en el mismo día en que realicen el post, pero sí antes de que termine la ronda, la cual acaba el 28 de enero.
∞ Destino ha sido eliminado por votación. Para volver al tema, alguien deberá consumir una carga del Espejo del Laberinto.
El silencio era sepulcral, roto solo por el eco de sus pasos y un ocasional murmullo con palabras indescifrables y origen desconocido.
De repente, sin previo aviso, todos los aventureros se sintieron paralizados, incapaces de moverse o hablar. Toda luz se esfumó, y el mundo que los rodeaba desapareció. Ya no había paredes, ni techo, ni suelo. Solo una oscuridad infinita, que los envolvía como un sudario. Los aventureros apenas podrían mirarse unos a otros, pero no emitir algún sonido.
Entonces, desde la negrura insondable, surgieron unos brazos completamente blancos, largos y delgados, con dedos afilados y puntas escarlatas como garras ensangrentadas. Eran decenas, quizás cientos, de brazos que se extendían hacia algunos aventureros, hacia Corlys, Rauko, Eberus y Sango, como si quisieran abrazarlos.
Una de las manos blancas se aferró al tobillo de Destino, que sentiría un frío mortal en su pierna. Los demás aventureros verían cómo el elfo sería arrastrado hacia la oscuridad, sin poder hacer nada por ayudarlo. Todo intento de resistirse sería inútil para Destino. Los brazos lo envolverían por completo, y lo engullirían en la noche eterna.
Tan súbitamente como había comenzado, todo terminó. La luz regresó y el laberinto volvió a la normalidad. Los aventureros se encontraron en las mismas posiciones que antes, como si nada hubiera pasado.
Pero Destino ya no estaba con ellos.
Ha sido una elección predecible- dijo un susurro desde las sombras, cada quien escuchándolo con la voz de ellos mismos -¿Pero fue la correcta?- Unas suaves carcajadas reverberaron y se perdieron en el regreso del silencio.
Senda de la mente
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Llegaron a una sala circular, cuyo centro ocupaba un abismo sin fondo. Sobre él, dos pequeñas plataformas de metal reluciente y cristal reflectante, sostenidas por una magia invisible, les esperaban al borde de las fauces de la oscuridad sin retorno. No se oía más que el rumor de una fuerza secreta que confería a las plataformas el poder de desafiar la gravedad, aunque el peso de los aventureros podría hacerlos inclinarse levemente al recibirlos.Susurros nacidos de ninguna parte se deslizaron en sus oídos, advirtiéndoles, con voces envenenadas de malicia, los aciagos futuros que las palabras podrían forjar.
«La lengua reemplazará la labor de tus pies y será tus alas; el sonido de tu voz recitando una verdad o una mentira de tu aliado animará a tu suelo levitante a moverse hacia el siguiente destino. Pero escuchad con atención: decid una verdad de vuestro compañero y caerás; decid una mentira sobre él y serás dado como ofrenda para aquello sobre vuestras cabezas»
El techo de la sala no era tal, sino un ventanal que daba a un cielo de tormenta y tinieblas. Desde los nubarrones y la neblina, pendían innumerables brazos largos, blancos y tétricos, que se retorcían como serpientes enfurecidas y rascaban el cristal que separaba ambos mundos. Eran los habitantes de un reino tenebroso, que acechaban a los intrusos que osaban profanar su dominio.
Senda del cuerpo
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Este camino era ancho y alto, y tampoco tenía suelo. Solo un abismo sin fondo se abría bajo sus pies. Para llegar al otro lado, debían saltar sobre una serie de plataformas que flotaban sobre el vacío, aunque estas no les darían una grata bienvenida sobre ellas como las demás.Las plataformas eran de diferentes formas y tamaños, y se movían de diferentes maneras. Algunas estaban quietas, otras se desplazaban de un lado a otro, otras giraban en círculos, otras rotaban sobre su propio eje. Había que saltar con precaución y en el momento en que las plataformas se acercaran entre ellas, o caerían al abismo.
Más allá de aquellas, flotaban plataformas hechizadas con trampas elementales: superficies de hielo, que amenazaban con congelar los pies de quienes las tocaran o hacerles resbalar al vacío, o chispas que anunciaban una posterior explosión eléctrica.
Aquellas eran la prueba que debían enfrentar, pero no serían las únicas por mucho tiempo. Pronto, se empezó a sentir unas ventiscas fuertes, que venían de direcciones impredecibles. Eran vientos que soplaban con furia, que querían derribarlos como cómplices de la muerte que esperaba debajo de ellos.
Senda de la magia
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La última de las tres sendas era larga y estrecha, nuevamente con el suelo ausente. Otro precipicio, como una boca negra que los invitaba a caer. Para llegar al otro lado, solo había dos opciones: volar veinte metros o usar una pequeña plataforma, que flotaba con magia sobre el vacío, y que contaba con el tamaño para llevar a tres personas apretujadas encima de ella.La plataforma empezó a moverse lentamente, alejándose hacia el otro lado trazando trayectorias impredecibles.
Empezaron a oír unos susurros siniestros, que venían de todas partes y de ninguna. Eran voces que hablaban de muerte, de vida, de dolor, de placer, de maldición y de liberación. Voces que los llamaban por sus nombres, que les decían sus temores, que les prometían su perdición, o que les propiciaban promesas de caminos invisibles y seguros frente a ellos y que recibirían con agrado el peso de sus pies.
El abismo era infinito, las voces se hacían más fuertes y la plataforma aumentaba su velocidad.
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ᚩ Saludos, apreciados cobayas, han conseguido superar la primera sala de cada camino, casi todos. Ahora, sin embargo, tendrán que enfrentar mayores riesgos.
∞ La ruta de la mente presenta un desafío con un poco más de dificultad. A medida que avancen por esta ruta extrañarán la facilidad de la sala anterior, aunque, de momento, solo se requiere pensar un poco para dar con la solución al problema actual.
ᚩ Quienes transitan la ruta del cuerpo dependerán de sus objetos y habilidades para avanzar. Cooperar entre ustedes podría facilitar la tarea, pero no hacerlo aumentaría las posibilidades de eliminar pasivamente al compañero.
∞ Finalmente, la ruta de la magia pondrá a prueba la elección tomada anteriormente. Lo que parecía un favor de los dioses, ahora podría convertirse en una trampa burlesca. Jueguen sus cartas correctamente y podrán avanzar.
ᚩ No hay orden de posteo y no es necesario enviar el mp con su elección en el mismo día en que realicen el post, pero sí antes de que termine la ronda, la cual acaba el 28 de enero.
∞ Destino ha sido eliminado por votación. Para volver al tema, alguien deberá consumir una carga del Espejo del Laberinto.
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Re: Laberinto de sombras [Desafío de supervivencia]
- ¿Otra puerta hacia otro lugar apacible? No es lógico - El brujo pensaba en silencio que, esta vez, esa apariencia bondadosa no volvería a ofrecerles ninguna bendición más. ¿Qué vendría ahora si no? ¿La dádiva de la vida eterna?
Mirando a los demás y ofreciéndoles una mirada cautelosa, comenzó a mover sus piernas para que le llevaran hacia aquella nueva puerta. De nuevo, había llegado muchísimo antes de lo que le habría tomado en condiciones normales. En parte, se sentía implacable. - Me cago en los piratas... esto es una maravilla - musitó dejando ver una pequeña sonrisa en su expresión seria y observadora.
Tenía que tomar control de su nuevo don. Estaba a punto de sacar su varita del interior de su túnica, para experimentar con qué velocidad podría hacerlo ahora, cuando la oscuridad secuestró todo rastro de luz. Su brazo se adelantó a sus expectativas, y ya se hallaba con la varita en la mano sin siquiera haber sido consciente del movimiento realizado. Pero ahora, con una razón de un peso mayor estaba agarrándola, pues, en principio, de la oscuridad no podía vislumbrar ningún detalle visual, y el oído tampoco le daba pistas, pero después comenzaron a aparecer unas aterradoras formas blancas con apariencia amenazante. Esas formas resultaron ser brazos, eran multitud, y hacían gala de unas garras tan rojas como sedientas. Le recordaron lejanamente a las manos de Caoimhe, con aquellas garras ornamentales. ¿Tendría algo que ver?
Trató de moverse sobre sí mismo para vigilar si había más de esos, pero su cuerpo había pasado de ser extremadamente útil, a no serlo en ningún sentido. Sus músculos no respondían a sus deseos, y su corazón latía cada vez con más fuerza. Con sudor en la frente, observaba cómo esas aterradoras garras se deleitaban con sus tentativas de arañazos, que con suerte no llegaban a nada. Pero eran lo suficientemente amenazantes como para hacer que el brujo, con cada amago, cerrara los ojos esperando un dolor intenso. Una de esas garras se mostró ante su rostro, y en un movimiento súbito hizo que el brujo cerrara los ojos para recibir a la muerte, pero esta no llegó.
Cuando los volvió a abrir, la luz había vuelto a iluminarlo todo, y ya había recuperado el control sobre su cuerpo. Afortunadamente también conservaba su nuevo don, y con la varita aún en la mano se secó el sudor de la frente con la manga de la túnica y miró hacia atrás. - Dioses... ¿Qué cojones ha sido eso? - preguntó entre aterrado y furioso. - ¿Dónde mierda estamos? - Se tomó un respiro para intentar entrar de nuevo en calma, y continuó. - Bueno, de peores hemos salido, joder. Adelante - Retomó más sereno el camino y acabó llegando a la nueva sala.
Se palpó los bolsillos para asegurarse de tener ciertos objetos mágicos que quizás le iban a servir. - Se acabaron las fuentes, ¿eh? Me cago en sus muertos... - susurró asqueado. Un largo precipicio amenazaba con engullir a los cuatro. La única forma de atravesarlo involucraba a una plataforma flotante, no muy grande, y se movía. ¿Cabrían los cuatro?
Eberus analizó los movimientos de esta, la magia que la rodeaba, la longitud del precipicio... Su cerebro, ahora extremadamente ágil, no dejaba de estar sesgado hacia el egoísmo como siempre lo había estado, y llegó entonces, en lo que dura un parpadeo, a dar con una estrategia. Y la llevó a cabo.
A vista de un observador externo parecería que no había cavilado ni lo más mínimo, pero se abalanzó sin mediar palabra hacia la plataforma para tener la garantía de que él sí iba a conseguir pasar, con un plan en mente. Aterrizó sin embargo en el borde de esta, por el maldito rumbo impredecible que llevaba. Se recolocó, e inmediatamente apuntó con su varita hacia la plataforma esperando que la magia que se encargaba de transportarla no fuera implacable, pues planeaba hacer que no se alejara hacia el final del gran agujero (1).
Pero con la misma imprevisibilidad de la oscuridad anterior, susurros, voces, amenazas, comenzaron a envenenar gradualmente los oídos del brujo.
- No vas a poder...
- Es inútil. ¡Eres inútil!
- Sálvate tú. No son tus amigos...
Cada vez había más voces. Venían todas de todos lados, y el brujo tragó saliva. Mirara a donde mirara no veía a nadie. - ¿Vosotros oís eso? ¡Callaos!
- Tranquilo, nosotras nos encargamos...
- ¡No sirve de nada! ¡Les vas a electrocutar!
- Mira... ¿Ves? Esta no es la única plataforma...
- ¿Qué? - el brujo tenía los oídos embriagados de vejaciones, amenazas y promesas. Sentía como si esas voces vinieran ahora del interior de su propio cráneo y preguntó asombrado, al aire, expresando su incredulidad al ver cómo había surgido otra plataforma flotante enfrente de él, más cercana a sus compañeros. Su cabeza comenzó a retumbar como si la reverberación de aquellas voces la zarandeara por dentro, y ya no sabía si aquella nueva plataforma había sido un producto incontrolado de su mente, o si era real. (2).
La realidad es que, mientras se intentaba concentrar para mover la plataforma que había bajo sus pies hacia donde estaban sus compañeros, su mente pudo haber sufrido una saturación fatal, confusa y guiada por aquellas manipuladoras voces y por una novedosa velocidad que, bajo esas circunstancias, se le hacía difícil manejar. Él intentaba acercar la plataforma hacia el borde, pero únicamente lograba mantenerla en la misma posición, a duras penas. Y, para más inri, consideraba que ya no era necesario esmerarse en demasía gracias a la nueva plataforma que consideraba ventajosa. Aún con todo, él seguía intentándolo, pero las voces eran cada vez más, y la base que le sostenía cada vez se tornaba más brava.
- Menos mal... ¡Saltad! - dijo en tono de alivio, pero aún visiblemente aturdido y con cierto deje de rechazo hacia las fuerzas superiores que parecían entretejer toda aquella maraña de adversidades. Además, el movimiento de su cabeza hacía ver que seguía aún intentando buscar los orígenes de esas voces.
_______
OFF: 1. Telequinesis: Eberus controla los elementos físicos que le rodean
2. Ilusión: Eberus manipula el éter para crear fenómenos perceptibles por los sentidos de los demás, y los suyos.
Eberus ha caído en las manipulaciones de las voces, y la bendición de la fuente de la celeridad le ha llevado a crear una ilusión visual de otra plataforma flotante sin poder controlarlo. CUIDADO
Mirando a los demás y ofreciéndoles una mirada cautelosa, comenzó a mover sus piernas para que le llevaran hacia aquella nueva puerta. De nuevo, había llegado muchísimo antes de lo que le habría tomado en condiciones normales. En parte, se sentía implacable. - Me cago en los piratas... esto es una maravilla - musitó dejando ver una pequeña sonrisa en su expresión seria y observadora.
Tenía que tomar control de su nuevo don. Estaba a punto de sacar su varita del interior de su túnica, para experimentar con qué velocidad podría hacerlo ahora, cuando la oscuridad secuestró todo rastro de luz. Su brazo se adelantó a sus expectativas, y ya se hallaba con la varita en la mano sin siquiera haber sido consciente del movimiento realizado. Pero ahora, con una razón de un peso mayor estaba agarrándola, pues, en principio, de la oscuridad no podía vislumbrar ningún detalle visual, y el oído tampoco le daba pistas, pero después comenzaron a aparecer unas aterradoras formas blancas con apariencia amenazante. Esas formas resultaron ser brazos, eran multitud, y hacían gala de unas garras tan rojas como sedientas. Le recordaron lejanamente a las manos de Caoimhe, con aquellas garras ornamentales. ¿Tendría algo que ver?
Trató de moverse sobre sí mismo para vigilar si había más de esos, pero su cuerpo había pasado de ser extremadamente útil, a no serlo en ningún sentido. Sus músculos no respondían a sus deseos, y su corazón latía cada vez con más fuerza. Con sudor en la frente, observaba cómo esas aterradoras garras se deleitaban con sus tentativas de arañazos, que con suerte no llegaban a nada. Pero eran lo suficientemente amenazantes como para hacer que el brujo, con cada amago, cerrara los ojos esperando un dolor intenso. Una de esas garras se mostró ante su rostro, y en un movimiento súbito hizo que el brujo cerrara los ojos para recibir a la muerte, pero esta no llegó.
Cuando los volvió a abrir, la luz había vuelto a iluminarlo todo, y ya había recuperado el control sobre su cuerpo. Afortunadamente también conservaba su nuevo don, y con la varita aún en la mano se secó el sudor de la frente con la manga de la túnica y miró hacia atrás. - Dioses... ¿Qué cojones ha sido eso? - preguntó entre aterrado y furioso. - ¿Dónde mierda estamos? - Se tomó un respiro para intentar entrar de nuevo en calma, y continuó. - Bueno, de peores hemos salido, joder. Adelante - Retomó más sereno el camino y acabó llegando a la nueva sala.
Se palpó los bolsillos para asegurarse de tener ciertos objetos mágicos que quizás le iban a servir. - Se acabaron las fuentes, ¿eh? Me cago en sus muertos... - susurró asqueado. Un largo precipicio amenazaba con engullir a los cuatro. La única forma de atravesarlo involucraba a una plataforma flotante, no muy grande, y se movía. ¿Cabrían los cuatro?
Eberus analizó los movimientos de esta, la magia que la rodeaba, la longitud del precipicio... Su cerebro, ahora extremadamente ágil, no dejaba de estar sesgado hacia el egoísmo como siempre lo había estado, y llegó entonces, en lo que dura un parpadeo, a dar con una estrategia. Y la llevó a cabo.
A vista de un observador externo parecería que no había cavilado ni lo más mínimo, pero se abalanzó sin mediar palabra hacia la plataforma para tener la garantía de que él sí iba a conseguir pasar, con un plan en mente. Aterrizó sin embargo en el borde de esta, por el maldito rumbo impredecible que llevaba. Se recolocó, e inmediatamente apuntó con su varita hacia la plataforma esperando que la magia que se encargaba de transportarla no fuera implacable, pues planeaba hacer que no se alejara hacia el final del gran agujero (1).
Pero con la misma imprevisibilidad de la oscuridad anterior, susurros, voces, amenazas, comenzaron a envenenar gradualmente los oídos del brujo.
- No vas a poder...
- Es inútil. ¡Eres inútil!
- Sálvate tú. No son tus amigos...
Cada vez había más voces. Venían todas de todos lados, y el brujo tragó saliva. Mirara a donde mirara no veía a nadie. - ¿Vosotros oís eso? ¡Callaos!
- Tranquilo, nosotras nos encargamos...
- ¡No sirve de nada! ¡Les vas a electrocutar!
- Mira... ¿Ves? Esta no es la única plataforma...
- ¿Qué? - el brujo tenía los oídos embriagados de vejaciones, amenazas y promesas. Sentía como si esas voces vinieran ahora del interior de su propio cráneo y preguntó asombrado, al aire, expresando su incredulidad al ver cómo había surgido otra plataforma flotante enfrente de él, más cercana a sus compañeros. Su cabeza comenzó a retumbar como si la reverberación de aquellas voces la zarandeara por dentro, y ya no sabía si aquella nueva plataforma había sido un producto incontrolado de su mente, o si era real. (2).
La realidad es que, mientras se intentaba concentrar para mover la plataforma que había bajo sus pies hacia donde estaban sus compañeros, su mente pudo haber sufrido una saturación fatal, confusa y guiada por aquellas manipuladoras voces y por una novedosa velocidad que, bajo esas circunstancias, se le hacía difícil manejar. Él intentaba acercar la plataforma hacia el borde, pero únicamente lograba mantenerla en la misma posición, a duras penas. Y, para más inri, consideraba que ya no era necesario esmerarse en demasía gracias a la nueva plataforma que consideraba ventajosa. Aún con todo, él seguía intentándolo, pero las voces eran cada vez más, y la base que le sostenía cada vez se tornaba más brava.
- Menos mal... ¡Saltad! - dijo en tono de alivio, pero aún visiblemente aturdido y con cierto deje de rechazo hacia las fuerzas superiores que parecían entretejer toda aquella maraña de adversidades. Además, el movimiento de su cabeza hacía ver que seguía aún intentando buscar los orígenes de esas voces.
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OFF: 1. Telequinesis: Eberus controla los elementos físicos que le rodean
2. Ilusión: Eberus manipula el éter para crear fenómenos perceptibles por los sentidos de los demás, y los suyos.
Eberus ha caído en las manipulaciones de las voces, y la bendición de la fuente de la celeridad le ha llevado a crear una ilusión visual de otra plataforma flotante sin poder controlarlo. CUIDADO
Eberus
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Re: Laberinto de sombras [Desafío de supervivencia]
Para nuestra fortuna, el plan salió bien, las paredes dejaron de intentar convertirnos en papilla y se nos abrió un pasillo ante nosotros. No me emocionaba el ir a tener que atravesar pruebas hasta que alguien decidiera que había tenido suficiente diversión, pero no quedaban más opciones que avanzar.
Pero no todo podía salir bien, pues mientras avanzábamos por el pasillo todo se puso oscuro y fue como si el tiempo, y nosotros con él, se congelara. Y no iba a limitarse a eso, porque empezaron a emerger unos perturbadores brazos pálidos con las uñas manchadas de sangre que se acercaban peligrosamente hacia mi. Tras una breve tensión en la que valoré si no hubiera sido mejor que pasase a ser una mancha entre paredes, las manos desaparecieron igual que habían llegado y el mundo volvió a su estado normal. Al menos tan normal como podía serlo estando perdidos en un laberinto probablemente mágico. Una voz dijo algo sobre una mala decisión, pero no llegué a entender a que se refería, aunque por malas decisiones no sería, tomaba de esas con demasiada frecuencia..
De todas formas, preferí no decir nada y continué avanzando por el pasillo hasta llegar a una nueva sala. En esta había dos plataformas flotando en el aire sobre un abismo. Al apoyarme en ellas noté un descenso, pero apenas tardó unos momentos en adaptarse a mi peso y volver a su posición. Abajo solo había un negro vacío, mientras que el techo parecía estar poblado de esas perturbadoras manos que se agitaban en la niebla. No me gustaba. Al igual que no me gustaron las indicaciones que me vinieron de parte de esa voz. Había que hablar para que avanzase, pero no podíamos decir la verdad porque entonces me despeñaría, y no podía mentir porque entonces sería entregado a las manos.
No veía opciones seguras, pero tenía un plan. Por desgracia era un plan que implicaba una gran confianza en el compañero porque la única forma de lograrlo sería que los dos nos sincronizásemos.
- Tengo una idea, pero tenemos que decir lo mismo a la vez para que no nos borren de la existencia a ambos. ¿Entendido?- Después de mi comentario, suspiré sopesando las posibilidades de que esto saliera mal, pero no se me ocurrían más opciones.- Cohen va a ser entregado como ofrenda a aquello sobre nuestras cabezas.
Dije mi parte de la paradoja y confié en que la plataforma no procediera a enviarme directo a una muerte segura. Si Cohen seguía el plan, no podría mandarnos arriba porque entonces estaría siendo sincero ni bajarnos al abismo porque eso sería mentir. Pero eso era solamente la teoría, siempre había opción de ir a lanzarnos muy fuerte hacia nuestra destrucción. Aunque puestos a elegir, si había que morir me convencía más el abismo, parecía más limpio.
Pero no todo podía salir bien, pues mientras avanzábamos por el pasillo todo se puso oscuro y fue como si el tiempo, y nosotros con él, se congelara. Y no iba a limitarse a eso, porque empezaron a emerger unos perturbadores brazos pálidos con las uñas manchadas de sangre que se acercaban peligrosamente hacia mi. Tras una breve tensión en la que valoré si no hubiera sido mejor que pasase a ser una mancha entre paredes, las manos desaparecieron igual que habían llegado y el mundo volvió a su estado normal. Al menos tan normal como podía serlo estando perdidos en un laberinto probablemente mágico. Una voz dijo algo sobre una mala decisión, pero no llegué a entender a que se refería, aunque por malas decisiones no sería, tomaba de esas con demasiada frecuencia..
De todas formas, preferí no decir nada y continué avanzando por el pasillo hasta llegar a una nueva sala. En esta había dos plataformas flotando en el aire sobre un abismo. Al apoyarme en ellas noté un descenso, pero apenas tardó unos momentos en adaptarse a mi peso y volver a su posición. Abajo solo había un negro vacío, mientras que el techo parecía estar poblado de esas perturbadoras manos que se agitaban en la niebla. No me gustaba. Al igual que no me gustaron las indicaciones que me vinieron de parte de esa voz. Había que hablar para que avanzase, pero no podíamos decir la verdad porque entonces me despeñaría, y no podía mentir porque entonces sería entregado a las manos.
No veía opciones seguras, pero tenía un plan. Por desgracia era un plan que implicaba una gran confianza en el compañero porque la única forma de lograrlo sería que los dos nos sincronizásemos.
- Tengo una idea, pero tenemos que decir lo mismo a la vez para que no nos borren de la existencia a ambos. ¿Entendido?- Después de mi comentario, suspiré sopesando las posibilidades de que esto saliera mal, pero no se me ocurrían más opciones.- Cohen va a ser entregado como ofrenda a aquello sobre nuestras cabezas.
Dije mi parte de la paradoja y confié en que la plataforma no procediera a enviarme directo a una muerte segura. Si Cohen seguía el plan, no podría mandarnos arriba porque entonces estaría siendo sincero ni bajarnos al abismo porque eso sería mentir. Pero eso era solamente la teoría, siempre había opción de ir a lanzarnos muy fuerte hacia nuestra destrucción. Aunque puestos a elegir, si había que morir me convencía más el abismo, parecía más limpio.
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Intentamos usar una paradoja para que las plataformas no nos maten. De momento solo digo mi parte por lo que Cohen podría cometer la traición.
- Inventario::
- EQUIPAMIENTO
Lanza normal
Escudo normal
Botas de Njord
Laúd refinado
Trineo-barca
Hoja de servicio
LIMITADOS
Kit de carpintería inferior
Kit de carpintería regular
Kit de arcanos inferior
Trampa de red
Trampa pestilente
CONSUMIBLESHongos de Lithe
Cerveza de mantequilla ?
Galleta del olvido
Manzana de IddunMariposa de la desgracia
Galletas podridasPastel de Freya
Bolita de pétalos biusificados
Espejo multicolor x2
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Re: Laberinto de sombras [Desafío de supervivencia]
Al levantarme me sacudí la ropa antes de seguir avanzando. Logré ver una luz cálida y antes de decidirme a continuar miré a mis compañeros en señal de seguir y me dispuse a dar unos pasos para acercarme a lo que sería la siguiente etapa.
A medida que avanzaba, un poco más segura porque había superado la primera etapa y había coordinado con los caballeros a hacer equipo, todo empezaba a cobrar un aspecto extraño y silencioso.
El silencio y el repentino cambio de iluminación hicieron que me pusiera nerviosa otra vez. De repente era capaz de ver a todos los participantes que estaban al inicio de este extraño juego. Todo parecía estar bien hasta que me percato que no me puedo mover y que una especie de cosa aterradora blanca con garras amenaza con destruirnos.
Mi mente pensaba en mantenerme calmada y observar qué sucedía, sentía que era parte importante de entender el juego; sin embargo no aguanté y cerré los ojos.
Cuando por fin sentí que volvía el control a mi cuerpo fue que me atreví a abrir los ojos lentamente, para darme cuenta que ya Destino no estaba con nosotros. Lo busqué con la mirada por todo lo que estaba a mi alcance y no había rastro de él, había desaparecido. ¿Será que habían votado por él? Era la única explicación razonable, porque él había logrado superar la primera prueba.
¿Por qué habrían votado por Destino? No se veía muy aterrador ni una amenaza; tampoco se veía extravagante; y yo no había votado por él; había cumplido mi promesa. Tenía que tener cuidado, porque si otros equipos se habían puesto de acuerdo para votar por personas específicas de un grupo pudiese ser la siguiente.
-¿Qué pasó con Destino? ¿Viste lo que sucedió? - le pregunté a Zagreus.
La idea de que me pudiese suceder algo horrible, como probablemente le había pasado a Destino, no era algo muy bonito; necesitábamos avanzar.
-Creo que la idea de hacer equipo se dañó un poco- suspiré -Yo aún estoy dispuesta a apoyarte en lo que pueda- comenté.
Avancé unos cuantos pasos y alfrente había una especie de vacio y unas cuantas plataformas. Suspiré y entendí de inmediato que tocaba atravesarlas. Salté un par de veces en donde me encontraba y me dí cuenta que al inicio no había mucho peligro, era probable que todo se pusiera feo cuando empezaramos a avanzar.
Me senté en el suelo y saqué rápidamente mi kit de ingeniería, quería aprovechar de que podía; y con ayuda de los materiales que tenía empecé a reparar mi pistola de cuerda. El problema que tenía es que el gancho se había deformado, asi que con las herramientas procedí a acomodar mi pistola. (1)
-Tengo el presentimiento de que esas plataformas se mueven o hacen algo-
Volteé a ver otra vez mi kit y saqué algunas tuercas que ahí habían. (2) Lancé una de las tuercas a una de las plataformas más pequeñas. Cuando la tuerca tuvo contacto con la plataforma, la tuerca se rodeó de una llama intensa. Abrí los ojos como platos al ver eso y se me ocurrió lanzar un engranaje para una de las plataformas que parecían estar a mitad el camino; cuando esta tuvo contacto con la plataforma, la plataforma creó un cuerpo de agua y se tragó el engranaje.
Tras lanzar dos piezas más me encontré con una plataforma que parecía generar una fuerte descarga eléctrica, y otra que hacía que su superficie fuese de hielo.
Sólo me quedaba una tuerca para probar, y cuando la lancé sobre una plataforma, esta se movió y mi tuerca se fue por el abismo.
-Interesante- dije para mí misma -Bueno, ya… que sea lo que los Dioses quieran… 3, 2, 1 ya!-
Salí corriendo y salté hacía la primera plataforma, la que había comprobado que era de fuego, y esta generó una intensa llama que empezó a rodearme las piernas, haciendo que se me quemaran los zapatos y la tela de mi pantalón hasta la rodilla. Apreté la mandíbula con fuerza para aguantar el dolor y rápidamente salté a la siguiente plataforma, que según mis pruebas previas generaba una superficie de hielo. No me encantaba la idea de pisar una superficie con tanto contraste, pero prefería eso a ser tragada por agua, ya que no se me ocurría cómo salir de ahí.
La plataforma de hielo me jugó una mala pasada, ya que no tuvo el mismo efecto que en mis pruebas, en esta oportunidad una fina capa de hielo empezaba a cubrirme de los pies intentando subir a la cabeza. A penas me dí cuenta de esto tomé mi daga y la clavé en mis piernas para liberarme de la prisión de hielo y saltar lo más rápido posible a la siguiente plataforma.
A penas tuve contacto con esta, la plataforma empezó a moverse de arriba a abajo, a dar vueltas y a tratar de tumbarme. Me acosté sobre ella y me aferré tratando de no caer.
Me quedaban sólo dos plataformas para terminar de cruzar pero ya de ahí no sabía qué me iba a encontrar.(3)
Me fui acostumbrando al movimiento de la plataforma y así pude lanzarme a la siguiente, que por suerte también se movía pero un poco más lento que la anterior. (4) Lo malo de es que empecé a sentir fuertes ráfagas de viento que intentaban tumbarme.
Sin pensarlo demasiado pasé a la siguiente plataformar, y con las peores de las suertes posibles, esta se movió haciendo que me cayera en el vacio. (5)
En mi intento desesperado por sobrevivir se me ocurrió que la única manera de salvar mi vida era si sacrificaba otra, asi que saqué el espejo que se nos habían otorgado al inicio y le imploré - Por favor sacrifica a fhugusufhg- susurré al final. (6)
______________
OffRol
(1) Uso mi kit de ingeniería inferior con la técnica manitas para recuperar el uso de pistola de cuerda.
(2) Uso engranajes de mi kit de ingeniería, evitando que pueda usar otra vez mi kit de ingeniería para construir o reparar (sólo puedo desarmar)
(3) Lanzo dados para ver cómo es mi suerte con las dos últimas plataformas.
(4) Estoy aprovechando la buena suerte de mi runa.
(5) La peor de las suertes.
(6) Uso el espejo del laberinto para sacrificar a alguien.
Inventario
Daga pequeña: [Arma] (calidad pobre)
Kit de Ingeniería Inferior: [Limitado, 1/2 Usos] (Limitación: Sólo puedo usar Identificar)
Pistola de Cuerda: [Artilugio, Limitado, 1 Uso]
Bomba Luminosa: [Artilugio, Limitado, 1 Uso]
Gorrito de Calabaza [Consumible]
Casco del Genio Paranoico: [Yelmo]
Catalejos del Pirata: [Artilugio]
Espejo del laberinto [1/2 cargas]
Maldición de los peluditos.
Más info: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
A medida que avanzaba, un poco más segura porque había superado la primera etapa y había coordinado con los caballeros a hacer equipo, todo empezaba a cobrar un aspecto extraño y silencioso.
El silencio y el repentino cambio de iluminación hicieron que me pusiera nerviosa otra vez. De repente era capaz de ver a todos los participantes que estaban al inicio de este extraño juego. Todo parecía estar bien hasta que me percato que no me puedo mover y que una especie de cosa aterradora blanca con garras amenaza con destruirnos.
Mi mente pensaba en mantenerme calmada y observar qué sucedía, sentía que era parte importante de entender el juego; sin embargo no aguanté y cerré los ojos.
Cuando por fin sentí que volvía el control a mi cuerpo fue que me atreví a abrir los ojos lentamente, para darme cuenta que ya Destino no estaba con nosotros. Lo busqué con la mirada por todo lo que estaba a mi alcance y no había rastro de él, había desaparecido. ¿Será que habían votado por él? Era la única explicación razonable, porque él había logrado superar la primera prueba.
¿Por qué habrían votado por Destino? No se veía muy aterrador ni una amenaza; tampoco se veía extravagante; y yo no había votado por él; había cumplido mi promesa. Tenía que tener cuidado, porque si otros equipos se habían puesto de acuerdo para votar por personas específicas de un grupo pudiese ser la siguiente.
-¿Qué pasó con Destino? ¿Viste lo que sucedió? - le pregunté a Zagreus.
La idea de que me pudiese suceder algo horrible, como probablemente le había pasado a Destino, no era algo muy bonito; necesitábamos avanzar.
-Creo que la idea de hacer equipo se dañó un poco- suspiré -Yo aún estoy dispuesta a apoyarte en lo que pueda- comenté.
Avancé unos cuantos pasos y alfrente había una especie de vacio y unas cuantas plataformas. Suspiré y entendí de inmediato que tocaba atravesarlas. Salté un par de veces en donde me encontraba y me dí cuenta que al inicio no había mucho peligro, era probable que todo se pusiera feo cuando empezaramos a avanzar.
Me senté en el suelo y saqué rápidamente mi kit de ingeniería, quería aprovechar de que podía; y con ayuda de los materiales que tenía empecé a reparar mi pistola de cuerda. El problema que tenía es que el gancho se había deformado, asi que con las herramientas procedí a acomodar mi pistola. (1)
-Tengo el presentimiento de que esas plataformas se mueven o hacen algo-
Volteé a ver otra vez mi kit y saqué algunas tuercas que ahí habían. (2) Lancé una de las tuercas a una de las plataformas más pequeñas. Cuando la tuerca tuvo contacto con la plataforma, la tuerca se rodeó de una llama intensa. Abrí los ojos como platos al ver eso y se me ocurrió lanzar un engranaje para una de las plataformas que parecían estar a mitad el camino; cuando esta tuvo contacto con la plataforma, la plataforma creó un cuerpo de agua y se tragó el engranaje.
Tras lanzar dos piezas más me encontré con una plataforma que parecía generar una fuerte descarga eléctrica, y otra que hacía que su superficie fuese de hielo.
Sólo me quedaba una tuerca para probar, y cuando la lancé sobre una plataforma, esta se movió y mi tuerca se fue por el abismo.
-Interesante- dije para mí misma -Bueno, ya… que sea lo que los Dioses quieran… 3, 2, 1 ya!-
Salí corriendo y salté hacía la primera plataforma, la que había comprobado que era de fuego, y esta generó una intensa llama que empezó a rodearme las piernas, haciendo que se me quemaran los zapatos y la tela de mi pantalón hasta la rodilla. Apreté la mandíbula con fuerza para aguantar el dolor y rápidamente salté a la siguiente plataforma, que según mis pruebas previas generaba una superficie de hielo. No me encantaba la idea de pisar una superficie con tanto contraste, pero prefería eso a ser tragada por agua, ya que no se me ocurría cómo salir de ahí.
La plataforma de hielo me jugó una mala pasada, ya que no tuvo el mismo efecto que en mis pruebas, en esta oportunidad una fina capa de hielo empezaba a cubrirme de los pies intentando subir a la cabeza. A penas me dí cuenta de esto tomé mi daga y la clavé en mis piernas para liberarme de la prisión de hielo y saltar lo más rápido posible a la siguiente plataforma.
A penas tuve contacto con esta, la plataforma empezó a moverse de arriba a abajo, a dar vueltas y a tratar de tumbarme. Me acosté sobre ella y me aferré tratando de no caer.
Me quedaban sólo dos plataformas para terminar de cruzar pero ya de ahí no sabía qué me iba a encontrar.(3)
Me fui acostumbrando al movimiento de la plataforma y así pude lanzarme a la siguiente, que por suerte también se movía pero un poco más lento que la anterior. (4) Lo malo de es que empecé a sentir fuertes ráfagas de viento que intentaban tumbarme.
Sin pensarlo demasiado pasé a la siguiente plataformar, y con las peores de las suertes posibles, esta se movió haciendo que me cayera en el vacio. (5)
En mi intento desesperado por sobrevivir se me ocurrió que la única manera de salvar mi vida era si sacrificaba otra, asi que saqué el espejo que se nos habían otorgado al inicio y le imploré - Por favor sacrifica a fhugusufhg- susurré al final. (6)
______________
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(1) Uso mi kit de ingeniería inferior con la técnica manitas para recuperar el uso de pistola de cuerda.
(2) Uso engranajes de mi kit de ingeniería, evitando que pueda usar otra vez mi kit de ingeniería para construir o reparar (sólo puedo desarmar)
(3) Lanzo dados para ver cómo es mi suerte con las dos últimas plataformas.
(4) Estoy aprovechando la buena suerte de mi runa.
(5) La peor de las suertes.
(6) Uso el espejo del laberinto para sacrificar a alguien.
Inventario
Daga pequeña: [Arma] (calidad pobre)
Kit de Ingeniería Inferior: [Limitado, 1/2 Usos] (Limitación: Sólo puedo usar Identificar)
Pistola de Cuerda: [Artilugio, Limitado, 1 Uso]
Bomba Luminosa: [Artilugio, Limitado, 1 Uso]
Gorrito de Calabaza [Consumible]
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Maldición de los peluditos.
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Última edición por Ari Eun-Young el Sáb Ene 27 2024, 05:05, editado 1 vez
Ari Eun-Young
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Re: Laberinto de sombras [Desafío de supervivencia]
El miembro 'Ari Eun-Young' ha efectuado la acción siguiente: La voluntad de los dioses
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Re: Laberinto de sombras [Desafío de supervivencia]
No había sido un trayecto agradable. Los brazos se habían extendido hacia él, habían jugado con sus piernas, había sentido, incluso, como presionaban y tiraban de él. Y no había sido capaz de hacer nada, presa del miedo como sus compañeros de viaje. Sin embargo seguían y una nueva sala se abría ante ellos.
- Llegaremos hasta el final. Venceremos, podéis estar seguros.
Sin embargo había un gran obstáculo que se interponía entre ellos y la siguiente puerta. Una plataforma, de forma cuadrada, y quizás algo pequeña, describía movimientos erráticos por un suelo inexistente. Estaba convencido de que la oscuridad que emulaba el abismo bajo la plataforma era una ilusión, pero entonces las voces llegaron él. Eran voces familiares, casi reconfortantes, como recuerdos de un tiempo mejor, un tiempo en el que no había que levantar las armas en el que lo único de lo que debía preocuparse era en ver con quién jugaba o hacia dónde iría a pasar la tarde. Recuerdos de una infancia que parecía estar a una vida de distancia.
Ben se aproximó peligrosamente al abismo y echó un rápido vistazo. Sonrió levemente antes de girarse hacia sus compañeros.
- Con cuidado de no caer, ¿eh?
Eberus parecía estar ocupado intentando controlar la plataforma. Podía tener éxito. Esperaba que así fuera, pero él no se arriesgaría a sufrir una sacudida de la impredecible plataforma y caer al falso vacío. Ben echó mano a uno de los bolsos de la capa y sacó una flor. Sin darle muchas vueltas al asunto, se la metió en la boca y comenzó a masticarla.
Desató los correajes de la capa y la dejó caer al suelo, junto con el cinto de las armas y el escudos. La armadura de le llevó algo más de tiempo pero la costumbre y la práctica de años realizando los mismos movimientos le permitieron deshacerse de ella con relativa facilidad. Finalmente se quitó las botas y la camisa quedándose, únicamente, con el pantalón. Lo envolvió todo en la capa y miró al frente. Solo importaba llegar al otro lado. Avanzar. No quedarse atrás. No caer. Los pantalones cayeron sobre el resto de cosas y entonces caminó hacia el borde y saltó.
La transformación fue casi inmediata, apenas un parpadeo. Apenas un latido. Un dragón de cristal se alzó con poderosas batidas de las alas y se acercó para posarse y mirar a sus compañeros antes de gruñir levemente. Les daría aquel tiempo para decidirse. Un breve espacio de tiempo en lo que él tardaba en coger sus enseres con las patas delanteras y salir hacia el otro extremo. Debían seguir avanzando, no había tiempo que perder.
Saltó hacia atrás y batió sus alas hasta llegar al otro extremo. Soltó las cosas y se posó sobre ellas antes de volver a su forma normal. Al volver a verse las extremidades reales, las de verdad, sonrió de forma auténtica. Se sentó junto a sus cosas y empezó el lento ritual de volver a armarse. Lentamente. Poco a poco mientras sus ojos se posaban en el otro extremo de la sala, en la plataforma.
Había conseguido cruzar. Estaba más cerca de Caraespejo.
Flor de transmutación [Consumible] Masticar esta flor te permite sustituir tus habilidades raciales por las de alguna otra raza durante dos turnos. Utilizar la habilidad racial activa consumirá sus usos disponibles.
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- Llegaremos hasta el final. Venceremos, podéis estar seguros.
Sin embargo había un gran obstáculo que se interponía entre ellos y la siguiente puerta. Una plataforma, de forma cuadrada, y quizás algo pequeña, describía movimientos erráticos por un suelo inexistente. Estaba convencido de que la oscuridad que emulaba el abismo bajo la plataforma era una ilusión, pero entonces las voces llegaron él. Eran voces familiares, casi reconfortantes, como recuerdos de un tiempo mejor, un tiempo en el que no había que levantar las armas en el que lo único de lo que debía preocuparse era en ver con quién jugaba o hacia dónde iría a pasar la tarde. Recuerdos de una infancia que parecía estar a una vida de distancia.
Ben se aproximó peligrosamente al abismo y echó un rápido vistazo. Sonrió levemente antes de girarse hacia sus compañeros.
- Con cuidado de no caer, ¿eh?
Eberus parecía estar ocupado intentando controlar la plataforma. Podía tener éxito. Esperaba que así fuera, pero él no se arriesgaría a sufrir una sacudida de la impredecible plataforma y caer al falso vacío. Ben echó mano a uno de los bolsos de la capa y sacó una flor. Sin darle muchas vueltas al asunto, se la metió en la boca y comenzó a masticarla.
Desató los correajes de la capa y la dejó caer al suelo, junto con el cinto de las armas y el escudos. La armadura de le llevó algo más de tiempo pero la costumbre y la práctica de años realizando los mismos movimientos le permitieron deshacerse de ella con relativa facilidad. Finalmente se quitó las botas y la camisa quedándose, únicamente, con el pantalón. Lo envolvió todo en la capa y miró al frente. Solo importaba llegar al otro lado. Avanzar. No quedarse atrás. No caer. Los pantalones cayeron sobre el resto de cosas y entonces caminó hacia el borde y saltó.
La transformación fue casi inmediata, apenas un parpadeo. Apenas un latido. Un dragón de cristal se alzó con poderosas batidas de las alas y se acercó para posarse y mirar a sus compañeros antes de gruñir levemente. Les daría aquel tiempo para decidirse. Un breve espacio de tiempo en lo que él tardaba en coger sus enseres con las patas delanteras y salir hacia el otro extremo. Debían seguir avanzando, no había tiempo que perder.
Saltó hacia atrás y batió sus alas hasta llegar al otro extremo. Soltó las cosas y se posó sobre ellas antes de volver a su forma normal. Al volver a verse las extremidades reales, las de verdad, sonrió de forma auténtica. Se sentó junto a sus cosas y empezó el lento ritual de volver a armarse. Lentamente. Poco a poco mientras sus ojos se posaban en el otro extremo de la sala, en la plataforma.
Había conseguido cruzar. Estaba más cerca de Caraespejo.
---------------------------------------------------------------
Sango usa la flor de la transmutación y cambia las raciales de humano por las raciales de dragón. Se convierte en dragón -antes se quita toda la ropa y demás para que no se rompa- y cruza al otro lado dando un pequeño margen de tiempo para que Caoimhe, Eberus y Rauko, si lo desean, suban al dragón Sango.Flor de transmutación [Consumible] Masticar esta flor te permite sustituir tus habilidades raciales por las de alguna otra raza durante dos turnos. Utilizar la habilidad racial activa consumirá sus usos disponibles.
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Sango
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Re: Laberinto de sombras [Desafío de supervivencia]
Cohen se introdujo en la nueva sala, aliviado por no haber muerto estrujado entre aquellas dos paredes, pasando a la siguiente notando cómo su hambre aumentaba.
Quizás debería pedir a Corlys que le diera algo de su sangre, pero la duda sobre su verdadera naturaleza le echaba para atrás. Cada turno, notaba cómo su hambre aumentaba, rozando ya la desesperación.
La nueva habitación tenía un par de plataformas. La voz era clara, al igual que sus explicaciones, pero la mente de Cohen estaba ausente, distraída, tan deseosa de sangre cómo su boca. Sólo le quedó claro que tenían que decir algo del otro, pero que no podía ser verdad ni mentira ni que el resultado de sus palabras no diera ningún resultado que fuera verdadero, pero al igual ninguno falso. O algo así...
“Hoy no estoy para estas mierdas”
Corlys tomó la iniciativa en esta sala y Cohen se limitó a aceptar. Aunque en la anterior había dado con la respuesta, fue Corlys el que encontró la forma de aplicarla. Era inteligente y parecía concentrado, algo que él no. Pues… decidió confiar ciegamente en él… y poner su destino en sus manos.
Al escuchar que el vampiro pretendía que dijera lo mismo que él, pero haciendo ilusión a su persona, Cohen intentó captar las palabras de Corlys a la perfección y pronunciarlas lo más rápido posible tras las suyas, aunque teniendo cuidado de que la dicción fuera lo más clara y fiel posible.
―Corlys va a ser entregado como ofrenda a aquello sobre nuestras cabezas.
Cohen entendió la intención de su compañero y cerró los ojos, aferrando en su mano el espejo. En el momento en que se sintiera caer hacia abajo, lo usaría… si le daba tiempo…
Usarlo en la plataforma resultaba inviable, pues no podía decir en ella verdad o mentira alguna. La única solución estaría confiar en superar aquella prueba. Al menos, si moría, lo haría con la ropa de lencería más elegante de todo Aerandir...
Continúo con los síntomas de la sed extrema provocada por la cercanía de objetos mágicos de las rondas anteriores a causa de mi maldición. En este turno, pierdo también el segundo uso de la habilidad "Sombras de Tormento"
Quizás debería pedir a Corlys que le diera algo de su sangre, pero la duda sobre su verdadera naturaleza le echaba para atrás. Cada turno, notaba cómo su hambre aumentaba, rozando ya la desesperación.
La nueva habitación tenía un par de plataformas. La voz era clara, al igual que sus explicaciones, pero la mente de Cohen estaba ausente, distraída, tan deseosa de sangre cómo su boca. Sólo le quedó claro que tenían que decir algo del otro, pero que no podía ser verdad ni mentira ni que el resultado de sus palabras no diera ningún resultado que fuera verdadero, pero al igual ninguno falso. O algo así...
“Hoy no estoy para estas mierdas”
Corlys tomó la iniciativa en esta sala y Cohen se limitó a aceptar. Aunque en la anterior había dado con la respuesta, fue Corlys el que encontró la forma de aplicarla. Era inteligente y parecía concentrado, algo que él no. Pues… decidió confiar ciegamente en él… y poner su destino en sus manos.
Al escuchar que el vampiro pretendía que dijera lo mismo que él, pero haciendo ilusión a su persona, Cohen intentó captar las palabras de Corlys a la perfección y pronunciarlas lo más rápido posible tras las suyas, aunque teniendo cuidado de que la dicción fuera lo más clara y fiel posible.
―Corlys va a ser entregado como ofrenda a aquello sobre nuestras cabezas.
Cohen entendió la intención de su compañero y cerró los ojos, aferrando en su mano el espejo. En el momento en que se sintiera caer hacia abajo, lo usaría… si le daba tiempo…
Usarlo en la plataforma resultaba inviable, pues no podía decir en ella verdad o mentira alguna. La única solución estaría confiar en superar aquella prueba. Al menos, si moría, lo haría con la ropa de lencería más elegante de todo Aerandir...
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Continúo con los síntomas de la sed extrema provocada por la cercanía de objetos mágicos de las rondas anteriores a causa de mi maldición. En este turno, pierdo también el segundo uso de la habilidad "Sombras de Tormento"
Cohen
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Re: Laberinto de sombras [Desafío de supervivencia]
La quietud era densa en la siguiente sala. La idea de perfección y bienestar de la anterior había desaparecido de un plumazo y en su lugar una sala silenciosa y estrecha ocupaba la visión principal de las cuatro figuras que ahora la habitaban.
La idea era simple: cruzar al otro lado usando... La logística escapaba un poco del control de los presentes. Al menos en apariencia: La única plataforma flotante permanecía tener un recorrido errático y difícil de pronosticar. Además la tarea de intentar desvelar quien era la persona suplantada recaía en un lugar pausado de su mente, como una tarea en progreso.
Eberus pareció tenderle la mano en un intento de una presentación formal. Caoimhe recorrió su muñeca con interés, notando el lugar exacto en el que la manga dejaba ver algo de piel translucida.No hizo amago de estrecharla, sin embargo, aquel brujo parecía conocer los nombres de todos los presentes y hablaba con la familiaridad de alguien que comparte pasado con ellos.
-Y... ¿ Habéis venido juntos?- le dijo la chica-Digo... claramente os conocéis. Tan solo me parece curioso conocer a tantas personas en un ambiente tan fuera de lo común- añadió suspicaz.
A su lado, Eberus parecía concentrado en algo más allá de ellos. Su mirada en un punto fijo, como si el resto de personas a su alrededor no existiesen. La vampiresa conocía bien esa mirada. La había visto en su madre multiples veces aunque en su escenario. a menudo solía consolidar un pensamiento al borde de la psicosis y con el que ella tenía que lidiar a posteriori. Nada bueno solía obtenerse de alguien con una mirada tan fija en un punto.
Pero ella no estaba dispuesta a condescender y dejarse guiar por los intentos de éxito de aquel brujo. A pesar de estar encerrada en un lugar con desconocidos, ella seguía siendo ella y la sed mantenía la urgencia en su garganta, instándola a apresurarse. Tampoco lo dudó mucho.
Un movimiento certero de su mano izquierda activó a Caerus.[1] y para cuando la pieza metálica regresó a ella, la chica ya había sacado de su bolsillo un tarro de cristal pequeño en el que de manera disimulada vertió la cantidad ínfima de sangre de Eberus mientras comprobaba como el hombre había conseguido hacerse al fin con el control de la plataforma y subía a ella.
Para su desgracia, no tuvo mucha opción de aprovecharse de su éxito. Pues como pronosticó la mirada sostenida del brujo, había tenido sus consecuencias y otra plataforma casi idéntica a la primera apareció frente a ellos instándolos a precipitarse sobre la misma y perecer así en una muerte silenciosa camino al abismo.
Además no estaba muy segura de que el camino al otro lado en aquel pedazo flotante fuese precisamente tranquilo.
Decisiones.
A su lado las otras dos figuras estaban sin duda poniendo en marcha el plan para salvarse quizás si usase el gorro de las calabazas podría...
Vio demasiado. De hecho tuvo que mirar a su lado un par de veces instando a Rauko a confirmarle que aquello no era un espejismo para confirmar que frente a ella Sango se había desnudado de manera paulatina y despreocupada como si lo hiciese en la quietud de una habitación privada y no frente a 4 desconocidos. La parsimonia de aquel casi ritual la estaba empezando a poner nerviosa. Giró la vista intentando fingir normalidad teniendo en cuenta que a su lado Rauko no pareció inmutarse por aquella acción.
Aún se cuestionaba si aquello era un sueño pero no estaba segura de querer descubrir que tipo de sueño era. El color ciñó sus mejillas con incomodidad hasta el momento exacto en el que el hombre se transformó en dragón y el motivo real de sus acciones se desveló.
No estaba segura de que otras opciones le quedaban, pero Sango ofreció por unos segundos la posibilidad de montar su lomo y la plataforma se alejaba de manera primitiva a su lado. Si aquello era un sueño aceptar generosidad no supondría una deuda.
Se subió a la espalda de Sango reclinándose en un lado mientras buscaba un punto de apoyo entre su cuello ahora de dragón. La superficie del Sango-dragón era curiosamente cómoda a pesar de su aspecto. La sangre volvió a hacerse eco en su garganta, sin embargo y después del primer batir de las alas del hombre, cuando se había acostumbrado al traqueteo del vuelo buscó de nuevo un punto blando y cálido en el cuello de Sango y clavó de manera superficial su guantelete.[2] El rojo intenso de la sangre de Sango desbordando de manera casi inapreciable lo traslúcido de su piel. Presionó con cuidado su piel camuflando aquel pinchazo con un intento de asirse de manera más segura a su cuello. El abismo bajo sus pies era aliciente suficiente. El resto fue tan solo maña y destreza.
El peso de ambos botes en su bolsillo fue la satisfacción misma que la recibió al otro lado mientras se apresuraba a bajarse del Sango-Dragón y a darle su espalda, esperando la inminencia de su transformación de vuelta en hombre y las consecuencias físicas que aquello acarreaba.
-Gracias por el viaje- dijo aún de espaldas a Sango observando de manera perspicaz el segundo tarrito que había conseguido aquella noche mientras lo ocultaba sin que nadie se diese cuenta mientras un poco de su contenido rozaba sus dedos [3] cerró los ojos concentrándose- Una prestamista no olvida nunca una deuda- le dijo girándose para encontrarlo ya semi vestido y observando el trayecto de Eberus en la plataforma.
Off:
[1] [2]Uso mi talento Pausa para ser exitosa en la toma de sangre de manera disimulada de Eberus y Sango. (Ambos dieron su consentimiento para que mi personaje pudiese obtener la sangre)
[3]Uso mi habilidad Rastro en la sangre de Sango para obtener información.
Agradezco al sangoverso el paseo en dragón :)
La idea era simple: cruzar al otro lado usando... La logística escapaba un poco del control de los presentes. Al menos en apariencia: La única plataforma flotante permanecía tener un recorrido errático y difícil de pronosticar. Además la tarea de intentar desvelar quien era la persona suplantada recaía en un lugar pausado de su mente, como una tarea en progreso.
Eberus pareció tenderle la mano en un intento de una presentación formal. Caoimhe recorrió su muñeca con interés, notando el lugar exacto en el que la manga dejaba ver algo de piel translucida.No hizo amago de estrecharla, sin embargo, aquel brujo parecía conocer los nombres de todos los presentes y hablaba con la familiaridad de alguien que comparte pasado con ellos.
-Y... ¿ Habéis venido juntos?- le dijo la chica-Digo... claramente os conocéis. Tan solo me parece curioso conocer a tantas personas en un ambiente tan fuera de lo común- añadió suspicaz.
A su lado, Eberus parecía concentrado en algo más allá de ellos. Su mirada en un punto fijo, como si el resto de personas a su alrededor no existiesen. La vampiresa conocía bien esa mirada. La había visto en su madre multiples veces aunque en su escenario. a menudo solía consolidar un pensamiento al borde de la psicosis y con el que ella tenía que lidiar a posteriori. Nada bueno solía obtenerse de alguien con una mirada tan fija en un punto.
Pero ella no estaba dispuesta a condescender y dejarse guiar por los intentos de éxito de aquel brujo. A pesar de estar encerrada en un lugar con desconocidos, ella seguía siendo ella y la sed mantenía la urgencia en su garganta, instándola a apresurarse. Tampoco lo dudó mucho.
Un movimiento certero de su mano izquierda activó a Caerus.[1] y para cuando la pieza metálica regresó a ella, la chica ya había sacado de su bolsillo un tarro de cristal pequeño en el que de manera disimulada vertió la cantidad ínfima de sangre de Eberus mientras comprobaba como el hombre había conseguido hacerse al fin con el control de la plataforma y subía a ella.
Para su desgracia, no tuvo mucha opción de aprovecharse de su éxito. Pues como pronosticó la mirada sostenida del brujo, había tenido sus consecuencias y otra plataforma casi idéntica a la primera apareció frente a ellos instándolos a precipitarse sobre la misma y perecer así en una muerte silenciosa camino al abismo.
Además no estaba muy segura de que el camino al otro lado en aquel pedazo flotante fuese precisamente tranquilo.
Decisiones.
A su lado las otras dos figuras estaban sin duda poniendo en marcha el plan para salvarse quizás si usase el gorro de las calabazas podría...
Vio demasiado. De hecho tuvo que mirar a su lado un par de veces instando a Rauko a confirmarle que aquello no era un espejismo para confirmar que frente a ella Sango se había desnudado de manera paulatina y despreocupada como si lo hiciese en la quietud de una habitación privada y no frente a 4 desconocidos. La parsimonia de aquel casi ritual la estaba empezando a poner nerviosa. Giró la vista intentando fingir normalidad teniendo en cuenta que a su lado Rauko no pareció inmutarse por aquella acción.
Aún se cuestionaba si aquello era un sueño pero no estaba segura de querer descubrir que tipo de sueño era. El color ciñó sus mejillas con incomodidad hasta el momento exacto en el que el hombre se transformó en dragón y el motivo real de sus acciones se desveló.
No estaba segura de que otras opciones le quedaban, pero Sango ofreció por unos segundos la posibilidad de montar su lomo y la plataforma se alejaba de manera primitiva a su lado. Si aquello era un sueño aceptar generosidad no supondría una deuda.
Se subió a la espalda de Sango reclinándose en un lado mientras buscaba un punto de apoyo entre su cuello ahora de dragón. La superficie del Sango-dragón era curiosamente cómoda a pesar de su aspecto. La sangre volvió a hacerse eco en su garganta, sin embargo y después del primer batir de las alas del hombre, cuando se había acostumbrado al traqueteo del vuelo buscó de nuevo un punto blando y cálido en el cuello de Sango y clavó de manera superficial su guantelete.[2] El rojo intenso de la sangre de Sango desbordando de manera casi inapreciable lo traslúcido de su piel. Presionó con cuidado su piel camuflando aquel pinchazo con un intento de asirse de manera más segura a su cuello. El abismo bajo sus pies era aliciente suficiente. El resto fue tan solo maña y destreza.
El peso de ambos botes en su bolsillo fue la satisfacción misma que la recibió al otro lado mientras se apresuraba a bajarse del Sango-Dragón y a darle su espalda, esperando la inminencia de su transformación de vuelta en hombre y las consecuencias físicas que aquello acarreaba.
-Gracias por el viaje- dijo aún de espaldas a Sango observando de manera perspicaz el segundo tarrito que había conseguido aquella noche mientras lo ocultaba sin que nadie se diese cuenta mientras un poco de su contenido rozaba sus dedos [3] cerró los ojos concentrándose- Una prestamista no olvida nunca una deuda- le dijo girándose para encontrarlo ya semi vestido y observando el trayecto de Eberus en la plataforma.
Off:
[1] [2]Uso mi talento Pausa para ser exitosa en la toma de sangre de manera disimulada de Eberus y Sango. (Ambos dieron su consentimiento para que mi personaje pudiese obtener la sangre)
[3]Uso mi habilidad Rastro en la sangre de Sango para obtener información.
Agradezco al sangoverso el paseo en dragón :)
Caoimhe
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Re: Laberinto de sombras [Desafío de supervivencia]
Mis improvisados compañeros de aventuras bebieron de sus elecciones. El poder se derramó dentro de ellos, transformándolos con sutileza y condenándonos a consecuencias ocultas bajo el velo del futuro. Pero aquello sería eclipsado por un presente tangible.
Eberus habló, con el poder relampagueando en su sangre y su lengua blandiendo palabras en la exposición de un punto interesante, el cual sembró algunas ideas en mi mente sedienta de respuestas sobre el misterio de las fuentes. Por desgracia, nada vino con la compañía de la certeza, así que recurrí a la paciencia para esperar que las respuestas llegaran solas en cuanto viera a los demás usar sus respectivos dones.
Aquel sujeto, sin embargo, también despertaba inquietud en sus interlocutores mediante su comportamiento errático. «¿Por qué siempre soy el único cuerdo a donde sea que voy?», me pregunté, como si no anduviera disfrazado de gomejo gigante y como si la idea de enfrentarme a peligros mortales no me afectara como debería en una persona que valorara su propia vida.
En cualquier caso, llegó el momento de reanudar la marcha a través de lo desconocido. Esta vez con el peso de mi bendición presionando sobre mi paciencia. «¿Ellos siempre caminaron así de lentos?», pensé, conteniendo el deseo de preguntarles si acaso les pesaban las nalgas para andar sin ninguna prisa.
Y el mundo desapareció. Mi cuerpo fue restringido por una fuerza invisible e inconmesurable. Todo el poder que acumulé durante años de entrenamiento, sacrificios, lágrimas y sangre reducido a nada frente a lo que nos había arrancado del laberinto para atraparnos al territorio de la oscuridad sin fin. Incluso los más poderosos enemigos a los que alguna vez enfrenté no podrían hacer nada en aquella zona en ninguna parte, supuse con mi alma inquieta.
Manos se manifestaron, manos escalofriantes y, a mi pesar, que se me hacían familiares; eran similares a las que intentaron salir de una puerta ancestral que Zelas y yo lograron mantener cerrada, siglos atrás, aunque a costa de la primera vida de Zelas.
«¿Entonces esto es lo que hay al otro lado de la puerta?», cavilé, con incipiente terror acelerando mi corazón y dibujando crueles finales para mis compañeros en el lienzo de mi imaginación.
Destino fue el primer elegido, al primero al que le metieron mano en un espectáculo de horror en el que se les fue la mano. Y ni siquiera pude hacer un movimiento para darle una mano a Destino.
Luego regresamos a la realidad en el laberinto, ahora conscientes de nuestra insignificancia como mortales. Necesité de varios segundos, con los ojos muy abiertos y la mirada fijada en la nada, para asimilar lo ocurrido. Tragué saliva y seguí a los demás, con el fantasma de recuerdos recientes rondando en mis pensamientos.
La siguiente prueba para nosotros representaba una dificultad abismal, o eso aparentaba, al menos para mis compañeros. Observé la distancia que se debía cruzar sobre el abismo, calculando mis posibilidades.
Eberus saltó al único transporte, una plataforma que se sostenía en la nada. Vi su éter moverse y al instante apareció una nueva plataforma, aunque de naturaleza engañosa. «Sí… Creo que no daré ese salto de fe», decidí, reduciendo mis opciones.
Sin ninguna explicación que nos anticipara lo que veríamos, Sango se desnudó con calma y sin pudor alguno, permitiéndonos ver un cuerpo bien esculpido. No se manifestó ningún dios ni ninguna bruja que abusaran de su autoridad para nalguearlo, así que concluí que sus glúteos no eran mejores que los míos.
Mis ojos buscaron a la única persona con un mínimo de aparente cordura en el lugar. El espíritu de Caoimhe tenía cierta perturbación por el acto del Sango exhibicionista. «Si eso puede alterarla, no quiero ni imaginar si me hubiera visto bailar desnudo frente a un amigo que acababa de quedar inconsciente», pensé. «¿Y por qué demonios hice eso?».
Me deshice de cuestiones irrelevantes para nuestro presente y, en cuanto la mujer encontró su camino hacia el otro lado del precipicio, yo aceleré mi éter, que surcó mi cuerpo como luz y relámpagos vigorizantes. Flexioné mis piernas, agazapándome como un depredador, y me catapulté hacia adelante, impulsado por mis músculos potenciados y explosiones de éter.[1]
Recorrí varios metros en un instante, trazando un arco con una estela de luz dejada tras mi espalda, estela creada por el simple motivo de ser vistoso. En cuanto la gravedad reclamó mi cuerpo, expulsé de mis pies una potente ráfaga de éter para dar otro gran salto en el aire.[2]
«No será suficiente», deduje justo antes de que mi trayectoria empezara a dibujar un nuevo descenso. «Pero nada que no resuelva… una… ¡biusa!», pensé mientras materializaba una fruta, una cargada de magia, y la arrojaba hacia abajo.[3]
De inmediato desaté su energía contenida. La explosión resultante bañó en un momento fugaz el pasillo y me empujó hacia arriba.[4]
Volé durante los últimos metros, o, mejor dicho, caí con estilo, dando giros innecesarios pero espectaculares antes de aterrizar a un lado de Sango y de Caoimhe, con el precipicio a mi espalda y con mi disfraz de gomejo igual de lindo.
Miré al par, con una sonrisa perezosa en mis labios, y generé una nueva biusa, una con forma de zanahoria.
—¿Y… qué hay de nuevo, viejo? —pregunté para luego darle un buen mordisco a la biusa.
Giré sobre mis talones para buscar a Eberus, quien faltaba por llegar. Esperarlo con mi nueva percepción acelerada me sumergía en el tedio que se extendía hacia la eternidad, y la existencia de las manos blancas en la oscuridad seguía engendrando en mí una renovada y creciente preocupación.
Eberus habló, con el poder relampagueando en su sangre y su lengua blandiendo palabras en la exposición de un punto interesante, el cual sembró algunas ideas en mi mente sedienta de respuestas sobre el misterio de las fuentes. Por desgracia, nada vino con la compañía de la certeza, así que recurrí a la paciencia para esperar que las respuestas llegaran solas en cuanto viera a los demás usar sus respectivos dones.
Aquel sujeto, sin embargo, también despertaba inquietud en sus interlocutores mediante su comportamiento errático. «¿Por qué siempre soy el único cuerdo a donde sea que voy?», me pregunté, como si no anduviera disfrazado de gomejo gigante y como si la idea de enfrentarme a peligros mortales no me afectara como debería en una persona que valorara su propia vida.
En cualquier caso, llegó el momento de reanudar la marcha a través de lo desconocido. Esta vez con el peso de mi bendición presionando sobre mi paciencia. «¿Ellos siempre caminaron así de lentos?», pensé, conteniendo el deseo de preguntarles si acaso les pesaban las nalgas para andar sin ninguna prisa.
Y el mundo desapareció. Mi cuerpo fue restringido por una fuerza invisible e inconmesurable. Todo el poder que acumulé durante años de entrenamiento, sacrificios, lágrimas y sangre reducido a nada frente a lo que nos había arrancado del laberinto para atraparnos al territorio de la oscuridad sin fin. Incluso los más poderosos enemigos a los que alguna vez enfrenté no podrían hacer nada en aquella zona en ninguna parte, supuse con mi alma inquieta.
Manos se manifestaron, manos escalofriantes y, a mi pesar, que se me hacían familiares; eran similares a las que intentaron salir de una puerta ancestral que Zelas y yo lograron mantener cerrada, siglos atrás, aunque a costa de la primera vida de Zelas.
«¿Entonces esto es lo que hay al otro lado de la puerta?», cavilé, con incipiente terror acelerando mi corazón y dibujando crueles finales para mis compañeros en el lienzo de mi imaginación.
Destino fue el primer elegido, al primero al que le metieron mano en un espectáculo de horror en el que se les fue la mano. Y ni siquiera pude hacer un movimiento para darle una mano a Destino.
Luego regresamos a la realidad en el laberinto, ahora conscientes de nuestra insignificancia como mortales. Necesité de varios segundos, con los ojos muy abiertos y la mirada fijada en la nada, para asimilar lo ocurrido. Tragué saliva y seguí a los demás, con el fantasma de recuerdos recientes rondando en mis pensamientos.
La siguiente prueba para nosotros representaba una dificultad abismal, o eso aparentaba, al menos para mis compañeros. Observé la distancia que se debía cruzar sobre el abismo, calculando mis posibilidades.
Eberus saltó al único transporte, una plataforma que se sostenía en la nada. Vi su éter moverse y al instante apareció una nueva plataforma, aunque de naturaleza engañosa. «Sí… Creo que no daré ese salto de fe», decidí, reduciendo mis opciones.
Sin ninguna explicación que nos anticipara lo que veríamos, Sango se desnudó con calma y sin pudor alguno, permitiéndonos ver un cuerpo bien esculpido. No se manifestó ningún dios ni ninguna bruja que abusaran de su autoridad para nalguearlo, así que concluí que sus glúteos no eran mejores que los míos.
Mis ojos buscaron a la única persona con un mínimo de aparente cordura en el lugar. El espíritu de Caoimhe tenía cierta perturbación por el acto del Sango exhibicionista. «Si eso puede alterarla, no quiero ni imaginar si me hubiera visto bailar desnudo frente a un amigo que acababa de quedar inconsciente», pensé. «¿Y por qué demonios hice eso?».
Me deshice de cuestiones irrelevantes para nuestro presente y, en cuanto la mujer encontró su camino hacia el otro lado del precipicio, yo aceleré mi éter, que surcó mi cuerpo como luz y relámpagos vigorizantes. Flexioné mis piernas, agazapándome como un depredador, y me catapulté hacia adelante, impulsado por mis músculos potenciados y explosiones de éter.[1]
Recorrí varios metros en un instante, trazando un arco con una estela de luz dejada tras mi espalda, estela creada por el simple motivo de ser vistoso. En cuanto la gravedad reclamó mi cuerpo, expulsé de mis pies una potente ráfaga de éter para dar otro gran salto en el aire.[2]
«No será suficiente», deduje justo antes de que mi trayectoria empezara a dibujar un nuevo descenso. «Pero nada que no resuelva… una… ¡biusa!», pensé mientras materializaba una fruta, una cargada de magia, y la arrojaba hacia abajo.[3]
De inmediato desaté su energía contenida. La explosión resultante bañó en un momento fugaz el pasillo y me empujó hacia arriba.[4]
Volé durante los últimos metros, o, mejor dicho, caí con estilo, dando giros innecesarios pero espectaculares antes de aterrizar a un lado de Sango y de Caoimhe, con el precipicio a mi espalda y con mi disfraz de gomejo igual de lindo.
Miré al par, con una sonrisa perezosa en mis labios, y generé una nueva biusa, una con forma de zanahoria.
—¿Y… qué hay de nuevo, viejo? —pregunté para luego darle un buen mordisco a la biusa.
Giré sobre mis talones para buscar a Eberus, quien faltaba por llegar. Esperarlo con mi nueva percepción acelerada me sumergía en el tedio que se extendía hacia la eternidad, y la existencia de las manos blancas en la oscuridad seguía engendrando en mí una renovada y creciente preocupación.
(☞°∀°)☞ OFFROL ☜(°∀°☜)
[1] Uso todos los rasgos del talento Potencia Fulgurante.
[2] Habi pasiva nvl 4: Vuelo fúlgido, para dar saltitos en el aire.
[3] Habi extra: Protobiusa, para hacer una protobiusa.
[4] Habi nvl 2: Toque luminiscente (1/2), para convertir la biusa en explosivo al toque nomás.
[2] Habi pasiva nvl 4: Vuelo fúlgido, para dar saltitos en el aire.
[3] Habi extra: Protobiusa, para hacer una protobiusa.
[4] Habi nvl 2: Toque luminiscente (1/2), para convertir la biusa en explosivo al toque nomás.
- Inventario:
- Armas y accesorios:
✾Espada superior Doppelsäbel, encantada con Bendición de Thor.
✾Espada épica Retniw, encantada con Arma cambiante, en su forma de guante en la mano derecha.
✾Espada superior de dos manos, Riesentöter, encantada con Runa de penetración. No la lleva encima.
✾Dagas superiores Henker y Erlöser, en sus Fundas Ocultas cuya ubicación no revelaré.
✾Diadema del duelista, objeto legendario.
✾Botas de upelero (Botas de Njord, pero con buen diseño).
Objetos limitados:
✾Vaina infinita (∞).
✾Campo de disrupción del éter (1/1).
✾Runa de impulso (1/1).
✾Runa de teleportación (1/1).
✾Runa de territorio (1/1).
✾Toque de sopor (1/1).
✾Toque paralizante (1/1).
Consumibles:
✾Tragaéter (2/2).
✾Caramelo de Jade (2/2).
✾Gato de bolsillo (2/2).
✾Sombrero de Eostre (1/1).
✾Cristal de sueños (1/1).
Rauko
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Re: Laberinto de sombras [Desafío de supervivencia]
Ya no está… - dije respondiendo a la mujer con casco. - las manos acabaron con él. - Bien podría describir aquella escena oscura, pero Ari ya estaba muy traumada con Rauko disfrazado de gomejo como para seguir menguando su moral.
Habíamos vivido segundos de angustia al finalizar la anterior estancia cuando la oscuridad total nos congeló. Destino ya no estaba con nosotros y seguramente su destino, valga la curiosidad de las palabras, sería incierto. ¿Estaba muerto? La voz susurraba dentro del espejo para que lo resucitara, ¿pero y si era un suplantador?, la paranoia volvió a hacer acto de presencia.
Ari comentó que estaba dispuesta a seguir con la alianza, cuestión que me sacó una sonrisa escéptica, ya que tanto ella como Destino habían rechazado la ayuda durante el fuego. No confiaban en mí, y era entendible. Sin embargo, si queríamos sobrevivir debíamos apostar a nuestra alianza.
No pretendía quedarme solo en la sala de cuerpo. Delante teníamos un nuevo obstáculo y preferí observar con cautela el nuevo desafío en vez de centrarme en los posibles impostores. Ari por su lado, quizás queriendo mostrarse capaz y no solo una joven asustada con miedo a los gomejos, tomó la iniciativa y rebuscando objetos en lo que parecía ser su humilde kit de ingeniería empezó a lanzar engranajes a las plataformas flotantes. No era la mejor manera de usar aquellas piezas...
No era del todo impulsivo su actuar. Su método era curioso y al mismo tiempo efectivo para conocer el terreno y que nos deparaba esas plataformas. Sin embargo, la mujer prefirió actuar por su cuenta y saltar sin antes discutir sus hallazgos y diseñar un plan. De poco servía conocer los efectos de las trampas si tu estrategia radica en caer sobre ella…
La mujer avanzó entre dolores y aprietos un par de plataformas. Grité algunas palabras de apoyo dando indicaciones que seguramente no escuchó entre la adrenalina del momento. Menos mal tenía una poción de salud para dársela al finalizar la prueba.
Estudiaba sus pasos para no repetirlos, no obstante, ya cercano al final, cayó. La mujer se perdió entre la negrura debajo de las plataformas. El viento susurrante no traía ninguna voz, Ari ya no estaba y me quedaba solo. Podía traerla a la vida, pero primero debía pasar aquel desafío.
Tenía artilugios y herramientas que podría usar. Mi gorro aún mejoraba mi agilidad, mi pistola de gancho y mis alas de Ícaro podrían combinarse para pasar al otro extremo, pero un error y terminaría junto a la bio cibernética.
Cumpliré tu voluntad Ari - dije mientras alzaba el espejo ante mí. - Un alma por un alma, sacrifico al falso Rauko -sin Xana y un traje de gomejo, ni él se lo cree. - para superar esta maldita prueba.
Muchos habían entrado en las otras habitaciones y era una cuestión de probabilidades, quedarme solo en los desafíos físicos haría que me preocupase más por las pruebas de fuerza que por los infiltrados.
_______________________________Habíamos vivido segundos de angustia al finalizar la anterior estancia cuando la oscuridad total nos congeló. Destino ya no estaba con nosotros y seguramente su destino, valga la curiosidad de las palabras, sería incierto. ¿Estaba muerto? La voz susurraba dentro del espejo para que lo resucitara, ¿pero y si era un suplantador?, la paranoia volvió a hacer acto de presencia.
Ari comentó que estaba dispuesta a seguir con la alianza, cuestión que me sacó una sonrisa escéptica, ya que tanto ella como Destino habían rechazado la ayuda durante el fuego. No confiaban en mí, y era entendible. Sin embargo, si queríamos sobrevivir debíamos apostar a nuestra alianza.
No pretendía quedarme solo en la sala de cuerpo. Delante teníamos un nuevo obstáculo y preferí observar con cautela el nuevo desafío en vez de centrarme en los posibles impostores. Ari por su lado, quizás queriendo mostrarse capaz y no solo una joven asustada con miedo a los gomejos, tomó la iniciativa y rebuscando objetos en lo que parecía ser su humilde kit de ingeniería empezó a lanzar engranajes a las plataformas flotantes. No era la mejor manera de usar aquellas piezas...
No era del todo impulsivo su actuar. Su método era curioso y al mismo tiempo efectivo para conocer el terreno y que nos deparaba esas plataformas. Sin embargo, la mujer prefirió actuar por su cuenta y saltar sin antes discutir sus hallazgos y diseñar un plan. De poco servía conocer los efectos de las trampas si tu estrategia radica en caer sobre ella…
La mujer avanzó entre dolores y aprietos un par de plataformas. Grité algunas palabras de apoyo dando indicaciones que seguramente no escuchó entre la adrenalina del momento. Menos mal tenía una poción de salud para dársela al finalizar la prueba.
Estudiaba sus pasos para no repetirlos, no obstante, ya cercano al final, cayó. La mujer se perdió entre la negrura debajo de las plataformas. El viento susurrante no traía ninguna voz, Ari ya no estaba y me quedaba solo. Podía traerla a la vida, pero primero debía pasar aquel desafío.
Tenía artilugios y herramientas que podría usar. Mi gorro aún mejoraba mi agilidad, mi pistola de gancho y mis alas de Ícaro podrían combinarse para pasar al otro extremo, pero un error y terminaría junto a la bio cibernética.
Cumpliré tu voluntad Ari - dije mientras alzaba el espejo ante mí. - Un alma por un alma, sacrifico al falso Rauko -sin Xana y un traje de gomejo, ni él se lo cree. - para superar esta maldita prueba.
Muchos habían entrado en las otras habitaciones y era una cuestión de probabilidades, quedarme solo en los desafíos físicos haría que me preocupase más por las pruebas de fuerza que por los infiltrados.
Off
Mucha calma es muy sospechosa, siendo representante de cuerpo y de la voluntad de Destino y de Ari (que no entendí mucho su lanzamiento de runas para auto sabotearse (?)) utilizo una carga del espejo para atravesar mi desafío. Para el momento de mi acción desconozco el futuro de Ari, así que no sé como supera la prueba gracias a su sacrificio incógnito.
Espejo del laberinto [2 cargas]: Un misterioso espejo (que no se puede romper. Es contigo, Sango) que ofrece la posibilidad de pedirle a los dioses del laberinto alguno de los siguientes favores:
1. Revivir a un compañero caído. [Consume una carga]
2. Cambiar de ruta si no puedes avanzar en el que has elegido. [Consume una carga]
3. Sacrificar a un compañero a cambio de superar una prueba del laberinto. [Consume una carga]. Rauko (No es personal. No soy, yo eres tú. Igual sigues siendo el éxito)
Zagreus
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Re: Laberinto de sombras [Desafío de supervivencia]
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Laberinto de sombras
Una nueva oportunidad para la alianza… o para eliminar a todos los demás
Las pruebas no representaron un problema para los aventureros. Cada una fue superada con éxito, algunas más que otras, aunque una tuvo un costo que trascendió su propio camino y marchitó posibilidades que estuvieron pronto a crecer para dar sus frutos.
En la penumbra del laberinto, Caoimhe finalmente aprovechó una oportunidad para saborear la verdad mediante magia y sangre. El líquido vital del humano fue desentrañado en el paladar de la vampira, buscando degustar el dulce conocimiento revelador.
Pero no tendría demasiado tiempo para hacer algo con lo que obtuvo, pues se encontró en el epicentro de un acontecimiento misterioso. Un aura de suspenso envolvió la escena mientras ella permanecía inmóvil. De repente, sin previo aviso, un espejo etéreo tomó forma bajo sus pies, su superficie pulida reflejando la palidez de su tez vampírica.
En un instante el espejo estalló en mil fragmentos de cristal. Los cristales se desprendieron alrededor de la vampira, como impulsados por una fuerza sobrenatural. Se congregaron y giraron en una espiral ascendente.
Caoimhe quedó envuelta por la tormenta de cristales, su figura se desdibujó entre destellos luminosos. Y finalmente los cristales cayeron, revelando la ausencia de Caoimhe. La vampira había desaparecido en el éter, como si se hubiera fundido con las sombras mismas. El silencio se apoderó de la escena, solo interrumpido por el eco lejano de risas siniestras.
Pero no se perdería en un castigo incierto sin la compañía de su aliado elfo. Rauko se convirtió en el protagonista de una escena que replicaba la anterior, sin opción alguna para cambiar su final ya escrito. Fue el segundo sacrificio. La segunda moneda de cambio. La segunda alma devorada para la victoria indiscutible de Ari y de Zagreus, par de aventureros salvados de sus adversidades y transportados en un parpadeo hacia su siguiente camino.
No, la victoria indiscutible sería para uno de ellos dos.
Antes de poder procesar lo ocurrido, volvió a suceder. El mundo desapareció para todos. La inmovilidad regresó. Las manos emergieron de la oscuridad, se acercaron con tensa lentitud hacia sus presas. Sango sintió el toque de las manos en su cuello, pero no avanzaron más como sí lo hicieron con Zagreus. Las manos rozaron las largas uñas rojizas en las mejillas del vampiro y los brazos lo envolvieron casi por completo, apenas dejando un espacio para que él viera a la biocibernética Ari ser atrapada por otras manos y ser arrastrada al reino desconocido para la luz y la esperanza.
Todos volvieron al laberinto, excepto la biocibernética, ahora perdida también dentro de lo insondable.
En el corazón de la isla había dos palancas imponentes que sobresalían del suelo, una con el símbolo del camino de la magia, otra con la del camino de la mente. Sin embargo, un desafío se interponía en su camino. Una gran serpiente hecha de agua, majestuosa y amenazadora, yacía entre él y las palancas. La criatura se deslizaba con gracia, siendo una con el agua, y su mirada fija revelaba una terquedad inquebrantable, un espíritu feroz capaz de perseguir fijamente a un único objetivo hasta aniquilarlo antes de ir a por otra presa. Y con la velocidad de la criatura, superarle sería imposible para el solitario Zagreus.
El sonido del agua y el eco de sus propios pasos se mezclarían en la atmósfera, mientras el vampiro contemplaba las opciones ante él. Será necesario hallar una estrategia para distraer a la criatura y alcanzar las palancas. La ausencia de compañeros se notaría ahora más que nunca.
En constante cambio y regeneración, empezaron a emerger desde el suelo seres espectrales, como hijos de la arena moldeable y los torbellinos violentos. Si fueran golpeados, cortados y destrozados con magia, la arena se reformaría y la criatura renacería con renovada ferocidad. Mientras estuvieran en aquel territorio desértico, la inmortalidad les abrazaría.
Las paredes de la sala parecían contener secretos insospechados, pero la única salida aparente estaba en el techo, un acceso bloqueado que parecía inalcanzable.
Un símbolo misterioso adornaba dicha salida y coincidía con el símbolo del camino del cuerpo. En el centro de la sala, por su parte, flotaba la escultura con la forma de un ojo inusual, el Ojo Jojo. Si lo tocaban, una conexión sutil se establecería, y de repente, sus percepciones se ampliarían.
A través del ojo, podrían ver las salas del camino del cuerpo y de la magia, una a la vez. La comunicación entre los otros compañeros se haría posible, como si sus palabras estuvieran vinculadas por un hilo invisible conectadas detrás del tiempo y el espacio. La información compartida se convertiría en una herramienta esencial, ya que el ojo actuaría como una ventana a través de la cual podrían entender el entorno y coordinar estrategias.
La tensión crecía mientras las criaturas de arena persistían en su ciclo interminable de destrucción y renacimiento. La clave para desbloquear la salida y superar este desafío yacía en descifrar el significado del acertijo entrecruzado y utilizar la conexión proporcionada por el ojo.
Monstruos de fuego emergieron de la oscuridad, sus formas etéreas parpadeando con llamas vivas que los envolvían como defensa y ataque a la vez. Estas criaturas, inmunes a los ataques de lo tangible, desafiaban cualquier método primitivo de lucha. La única salida visible, una puerta en el techo, permanecía cerrada y obstaculizada por los monstruos que bloqueaban el camino hacia ella. Pero el símbolo grabado en ella, iluminada por las llamas demoniacas, era el mismo del camino del cuerpo.
Las llamas acechaban con una intensidad amenazante. La sala, envuelta en sombras y calor, aguardaba la resolución de este desafío que ponía a prueba la destreza y la astucia de estos valientes aventureros.
ᚩ Tres más han caído en esta ronda, aunque, gracias a los espejos, aún tienen posibilidad de volver al juego, si alguno de sus compañeros los traen de regreso.
∞ En esta ronda se enfrentan a un mismo desafío. Aunque los que van por el camino de la mente tienen una ventaja para descifrar el misterio y coordinar la estrategia, necesitarán mover los hilos para que las acciones necesarias se lleven a cabo… Si se decide no sacrificar compañeros para asegurar la superación de la prueba actual.
ᚩ El Ojo Jojo es una ventaja que Corlys y Cohen deben saber aprovechar para encontrar las respuestas que les permitan continuar el recorrido, tanto a ellos como a los de las otras salas. En esta ronda podrán cooperar no solo entre los integrantes de su sala, sino entre todos.
∞ Esta ronda acaba el 04 de febrero.
En la penumbra del laberinto, Caoimhe finalmente aprovechó una oportunidad para saborear la verdad mediante magia y sangre. El líquido vital del humano fue desentrañado en el paladar de la vampira, buscando degustar el dulce conocimiento revelador.
Pero no tendría demasiado tiempo para hacer algo con lo que obtuvo, pues se encontró en el epicentro de un acontecimiento misterioso. Un aura de suspenso envolvió la escena mientras ella permanecía inmóvil. De repente, sin previo aviso, un espejo etéreo tomó forma bajo sus pies, su superficie pulida reflejando la palidez de su tez vampírica.
En un instante el espejo estalló en mil fragmentos de cristal. Los cristales se desprendieron alrededor de la vampira, como impulsados por una fuerza sobrenatural. Se congregaron y giraron en una espiral ascendente.
Caoimhe quedó envuelta por la tormenta de cristales, su figura se desdibujó entre destellos luminosos. Y finalmente los cristales cayeron, revelando la ausencia de Caoimhe. La vampira había desaparecido en el éter, como si se hubiera fundido con las sombras mismas. El silencio se apoderó de la escena, solo interrumpido por el eco lejano de risas siniestras.
Pero no se perdería en un castigo incierto sin la compañía de su aliado elfo. Rauko se convirtió en el protagonista de una escena que replicaba la anterior, sin opción alguna para cambiar su final ya escrito. Fue el segundo sacrificio. La segunda moneda de cambio. La segunda alma devorada para la victoria indiscutible de Ari y de Zagreus, par de aventureros salvados de sus adversidades y transportados en un parpadeo hacia su siguiente camino.
No, la victoria indiscutible sería para uno de ellos dos.
Antes de poder procesar lo ocurrido, volvió a suceder. El mundo desapareció para todos. La inmovilidad regresó. Las manos emergieron de la oscuridad, se acercaron con tensa lentitud hacia sus presas. Sango sintió el toque de las manos en su cuello, pero no avanzaron más como sí lo hicieron con Zagreus. Las manos rozaron las largas uñas rojizas en las mejillas del vampiro y los brazos lo envolvieron casi por completo, apenas dejando un espacio para que él viera a la biocibernética Ari ser atrapada por otras manos y ser arrastrada al reino desconocido para la luz y la esperanza.
Todos volvieron al laberinto, excepto la biocibernética, ahora perdida también dentro de lo insondable.
Senda del cuerpo
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Cuando Zagreus avanzó través de los corredores sombríos del laberinto, siguiendo el destino que se le presentaba, emergió en una sala majestuosa, bañada por una luz tenue y niebla gélida deslizándose sobre lo que parecía un océano cuyos bordes, si es que existían, se ocultaban en la bruma. Una pequeña isla en el centro de la sala llamaba su atención, rodeada por plataformas flotantes que parecían desafiar las leyes de la física.En el corazón de la isla había dos palancas imponentes que sobresalían del suelo, una con el símbolo del camino de la magia, otra con la del camino de la mente. Sin embargo, un desafío se interponía en su camino. Una gran serpiente hecha de agua, majestuosa y amenazadora, yacía entre él y las palancas. La criatura se deslizaba con gracia, siendo una con el agua, y su mirada fija revelaba una terquedad inquebrantable, un espíritu feroz capaz de perseguir fijamente a un único objetivo hasta aniquilarlo antes de ir a por otra presa. Y con la velocidad de la criatura, superarle sería imposible para el solitario Zagreus.
El sonido del agua y el eco de sus propios pasos se mezclarían en la atmósfera, mientras el vampiro contemplaba las opciones ante él. Será necesario hallar una estrategia para distraer a la criatura y alcanzar las palancas. La ausencia de compañeros se notaría ahora más que nunca.
Senda de la mente
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Corlys y Cohen llegaron a una sala iluminada por una luz misteriosa que parecía emanar desde el suelo y las paredes. La atmósfera estaba cargada de un resplandor dorado que resaltaba la arena que cubría el suelo, creando un escenario deslumbrante y, al mismo tiempo, inquietante.En constante cambio y regeneración, empezaron a emerger desde el suelo seres espectrales, como hijos de la arena moldeable y los torbellinos violentos. Si fueran golpeados, cortados y destrozados con magia, la arena se reformaría y la criatura renacería con renovada ferocidad. Mientras estuvieran en aquel territorio desértico, la inmortalidad les abrazaría.
Las paredes de la sala parecían contener secretos insospechados, pero la única salida aparente estaba en el techo, un acceso bloqueado que parecía inalcanzable.
Un símbolo misterioso adornaba dicha salida y coincidía con el símbolo del camino del cuerpo. En el centro de la sala, por su parte, flotaba la escultura con la forma de un ojo inusual, el Ojo Jojo. Si lo tocaban, una conexión sutil se establecería, y de repente, sus percepciones se ampliarían.
A través del ojo, podrían ver las salas del camino del cuerpo y de la magia, una a la vez. La comunicación entre los otros compañeros se haría posible, como si sus palabras estuvieran vinculadas por un hilo invisible conectadas detrás del tiempo y el espacio. La información compartida se convertiría en una herramienta esencial, ya que el ojo actuaría como una ventana a través de la cual podrían entender el entorno y coordinar estrategias.
La tensión crecía mientras las criaturas de arena persistían en su ciclo interminable de destrucción y renacimiento. La clave para desbloquear la salida y superar este desafío yacía en descifrar el significado del acertijo entrecruzado y utilizar la conexión proporcionada por el ojo.
Senda de la magia
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Por otro lado, Eberus y Sango se encontraron en una sala envuelta en penumbra, donde la escasa luz temía acercarse demasiado a los rincones más oscuros. La atmosfera estaba cargada con una calidez ominosa que avisaba la presencia de los peligros que les esperaban. El suelo, cubierto por una neblina sutil, resplandecía con timidez, revelando siluetas de espectros ardientes.Monstruos de fuego emergieron de la oscuridad, sus formas etéreas parpadeando con llamas vivas que los envolvían como defensa y ataque a la vez. Estas criaturas, inmunes a los ataques de lo tangible, desafiaban cualquier método primitivo de lucha. La única salida visible, una puerta en el techo, permanecía cerrada y obstaculizada por los monstruos que bloqueaban el camino hacia ella. Pero el símbolo grabado en ella, iluminada por las llamas demoniacas, era el mismo del camino del cuerpo.
Las llamas acechaban con una intensidad amenazante. La sala, envuelta en sombras y calor, aguardaba la resolución de este desafío que ponía a prueba la destreza y la astucia de estos valientes aventureros.
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ᚩ Tres más han caído en esta ronda, aunque, gracias a los espejos, aún tienen posibilidad de volver al juego, si alguno de sus compañeros los traen de regreso.
∞ En esta ronda se enfrentan a un mismo desafío. Aunque los que van por el camino de la mente tienen una ventaja para descifrar el misterio y coordinar la estrategia, necesitarán mover los hilos para que las acciones necesarias se lleven a cabo… Si se decide no sacrificar compañeros para asegurar la superación de la prueba actual.
ᚩ El Ojo Jojo es una ventaja que Corlys y Cohen deben saber aprovechar para encontrar las respuestas que les permitan continuar el recorrido, tanto a ellos como a los de las otras salas. En esta ronda podrán cooperar no solo entre los integrantes de su sala, sino entre todos.
∞ Esta ronda acaba el 04 de febrero.
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Re: Laberinto de sombras [Desafío de supervivencia]
Cohen cumplió su parte e imitó mis palabras, lo que pareció confundir lo suficiente a la prueba como para no matarnos. Al terminar volvió esa terrible sensación de parálisis, pero como las veces anteriores, no pareció pasarnos nada. Al volver a las mazmorras, continuamos avanzando, llegando a una nueva sala. Esta estaba llena de arena, y de ella emergían unos seres de ese mismo material de dudosas intenciones. Sin dudarlo demasiado entré a la carga, pero aunque mis golpes los podían romper, antes de que pasase nada volvían a formarse.
Decidí cambiar de estrategia, me quedé más a la defensiva mientras observaba el resto de la sala. Las paredes estaban cubiertas de mensajes, pero no conseguía descifrar nada, en el techo se alzaba una puerta con el símbolo del cuerpo y en medio flotaba una escultura con forma de ojo. Sin más ideas, opté por acercarme al ojo, confiando en que Cohen mientras tanto distrajera a los demonios de polvo.
Al inspeccionarlo y tocarlo, fue como si mis sentidos hubieran volado a otra sala. En ella se encontraba solamente Zagreus en una sala con un océano infinito en el que solo destacan dos cosas, una isla con dos palancas con los símbolos del camino de la magia y el de la mente, y una monstruosa serpiente de agua que parecía protegerlo todo. Quité la mano del ojo asimilando lo que acababa de ver, y volví a colocarla, esta vez pensando en el grupo de la sala de la magia. Ante mí aparecieron Eberus y un dragón que supuse que era Sango por las palabras del brujo. Su sala era similar a la nuestra, pero más luminosa y con espectros de fuego que parecían impedirles la salida.
- Oye. ¿Podéis oírme?- Su reacción me hizo pensar que si. Entonces quité la mano del ojo y me volví hacia Cohen.- Tengo una idea. Creo que hay una forma de que podamos salir todos los que aún seguimos aquí de esta sala. Necesito que te encargues de esos seres de polvo mientras tanto. También estaría bien si encuentras alguna salida. Tengo un par de teorías, pero no tengo demasiada confianza en ninguna de ellas. Y si mi opción principal falla y al bajar el nivel del agua en la sala donde tenemos a Zagreus al inundar el resto aparece una salida, la respuesta debe estar en los mensajes ocultos de este lugar.
Entonces volví a coger el ojo y me dispuse a contarles el plan a mis compañeros en las otras salas, saltando entre una y otra para poder ir hablando a todos ellos.
- Zagreus. Creo que podemos salir de aquí si colaboramos entre todos, necesito que vayas hasta esas palancas y abras la del cuerpo. Yo voy a intentar mandarte ayuda, aguanta hasta entonces.- Salté a la sala de la magia en busca del ilusionista.- Eberus, Sango, creo que podemos escapar de aquí, pero vamos a necesitar que trabajemos juntos y confiéis en mis palabras. Primero, Eberus, tienes que ir a la sala del cuerpo, usa tu magia para crear falsos Zagreus que distraigan a la criatura que hay allí. Se que quizás no quieras gastar una carga para eso, pero si sobrevivimos los dos a esta sala, te lo cambio por el mío, está sin usar. Una vez allí, Zagreus debe abrir la puerta, y entonces tu debes usar tu ilusionismo para que la serpiente entre por esa puerta. Eso hará que entre agua por vuestro agujero del techo, Sango, resulta muy oportuno que seas un dragón, al verdad. Confío en que el agua destruirá esos seres de fuego que os impiden salir, aprovecha eso para salir volando y reunirte con los otros dos.
Les di un tiempo para que empezaran a actuar y no abrumarlos con peticiones, y entonces volví a la sala del cuerpo para seguir con Zagreus, confiando en que el brujo apareciera pronto para ejecutar la primera parte del plan y así pudieran oir estos todos los miembros posibles.
- Si conseguís liberar a Sango e inundar esa sala, pasaremos a la segunda parte. Repetir la misma jugada con la sala de la mente. Haced que baje la serpiente, y una vez dentro, que destruya la copia de Zagreus y tenga como objetivo más cercano a unos seres de tierra que tenemos aquí. Estos seres son indestructibles y se regenerarán cada vez que los destruyan, así que no deberían terminar nunca de luchar y nos libraríamos de ambos. Pero eso también hará que se inunde nuestra sala, así que agradecería que ya que tenéis un dragón y artefactos de ingenieros, nos saquéis de allí. Una vez hagamos todo eso, confío en que la salida aparezca por el descenso del agua, pero tampoco tengo todas conmigo. En cualquier caso, nos habríamos librado de los peligros de este lugar y podríamos buscar con más calma.
No sabía si esto iba a ninguna parte, pero al menos sabría que había intentado aumentar las opciones de todos de avanzar por este lugar, especialmente viendo como nuestro número cada vez más reducido solo nos complicaba el seguir progresando. La parte de dejar mi destino en manos de toda esta gente colaborase puede que no hubiera sido la mejor parte del plan, pero era el caballo por el que había decidido apostar. Es cierto que hubiera sido más fácil sacrificar a alguien con el espejo como me pedía que hiciera y seguir avanzando, pero de todas las cosas que podían decirse de mi, que tuviera buen criterio no era una de ellas.
Decidí cambiar de estrategia, me quedé más a la defensiva mientras observaba el resto de la sala. Las paredes estaban cubiertas de mensajes, pero no conseguía descifrar nada, en el techo se alzaba una puerta con el símbolo del cuerpo y en medio flotaba una escultura con forma de ojo. Sin más ideas, opté por acercarme al ojo, confiando en que Cohen mientras tanto distrajera a los demonios de polvo.
Al inspeccionarlo y tocarlo, fue como si mis sentidos hubieran volado a otra sala. En ella se encontraba solamente Zagreus en una sala con un océano infinito en el que solo destacan dos cosas, una isla con dos palancas con los símbolos del camino de la magia y el de la mente, y una monstruosa serpiente de agua que parecía protegerlo todo. Quité la mano del ojo asimilando lo que acababa de ver, y volví a colocarla, esta vez pensando en el grupo de la sala de la magia. Ante mí aparecieron Eberus y un dragón que supuse que era Sango por las palabras del brujo. Su sala era similar a la nuestra, pero más luminosa y con espectros de fuego que parecían impedirles la salida.
- Oye. ¿Podéis oírme?- Su reacción me hizo pensar que si. Entonces quité la mano del ojo y me volví hacia Cohen.- Tengo una idea. Creo que hay una forma de que podamos salir todos los que aún seguimos aquí de esta sala. Necesito que te encargues de esos seres de polvo mientras tanto. También estaría bien si encuentras alguna salida. Tengo un par de teorías, pero no tengo demasiada confianza en ninguna de ellas. Y si mi opción principal falla y al bajar el nivel del agua en la sala donde tenemos a Zagreus al inundar el resto aparece una salida, la respuesta debe estar en los mensajes ocultos de este lugar.
Entonces volví a coger el ojo y me dispuse a contarles el plan a mis compañeros en las otras salas, saltando entre una y otra para poder ir hablando a todos ellos.
- Zagreus. Creo que podemos salir de aquí si colaboramos entre todos, necesito que vayas hasta esas palancas y abras la del cuerpo. Yo voy a intentar mandarte ayuda, aguanta hasta entonces.- Salté a la sala de la magia en busca del ilusionista.- Eberus, Sango, creo que podemos escapar de aquí, pero vamos a necesitar que trabajemos juntos y confiéis en mis palabras. Primero, Eberus, tienes que ir a la sala del cuerpo, usa tu magia para crear falsos Zagreus que distraigan a la criatura que hay allí. Se que quizás no quieras gastar una carga para eso, pero si sobrevivimos los dos a esta sala, te lo cambio por el mío, está sin usar. Una vez allí, Zagreus debe abrir la puerta, y entonces tu debes usar tu ilusionismo para que la serpiente entre por esa puerta. Eso hará que entre agua por vuestro agujero del techo, Sango, resulta muy oportuno que seas un dragón, al verdad. Confío en que el agua destruirá esos seres de fuego que os impiden salir, aprovecha eso para salir volando y reunirte con los otros dos.
Les di un tiempo para que empezaran a actuar y no abrumarlos con peticiones, y entonces volví a la sala del cuerpo para seguir con Zagreus, confiando en que el brujo apareciera pronto para ejecutar la primera parte del plan y así pudieran oir estos todos los miembros posibles.
- Si conseguís liberar a Sango e inundar esa sala, pasaremos a la segunda parte. Repetir la misma jugada con la sala de la mente. Haced que baje la serpiente, y una vez dentro, que destruya la copia de Zagreus y tenga como objetivo más cercano a unos seres de tierra que tenemos aquí. Estos seres son indestructibles y se regenerarán cada vez que los destruyan, así que no deberían terminar nunca de luchar y nos libraríamos de ambos. Pero eso también hará que se inunde nuestra sala, así que agradecería que ya que tenéis un dragón y artefactos de ingenieros, nos saquéis de allí. Una vez hagamos todo eso, confío en que la salida aparezca por el descenso del agua, pero tampoco tengo todas conmigo. En cualquier caso, nos habríamos librado de los peligros de este lugar y podríamos buscar con más calma.
No sabía si esto iba a ninguna parte, pero al menos sabría que había intentado aumentar las opciones de todos de avanzar por este lugar, especialmente viendo como nuestro número cada vez más reducido solo nos complicaba el seguir progresando. La parte de dejar mi destino en manos de toda esta gente colaborase puede que no hubiera sido la mejor parte del plan, pero era el caballo por el que había decidido apostar. Es cierto que hubiera sido más fácil sacrificar a alguien con el espejo como me pedía que hiciera y seguir avanzando, pero de todas las cosas que podían decirse de mi, que tuviera buen criterio no era una de ellas.
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Les planteo un plan de colaboración a todos los presentes para intentar sobrevivir, no voy a intentar resumirlo aquí que es muy largo, lean el diálogo.
- Inventario::
- EQUIPAMIENTO
Lanza normal
Escudo normal
Botas de Njord
Laúd refinado
Trineo-barca
Hoja de servicio
LIMITADOS
Kit de carpintería inferior
Kit de carpintería regular
Kit de arcanos inferior
Trampa de red
Trampa pestilente
CONSUMIBLESHongos de Lithe
Cerveza de mantequilla ?
Galleta del olvido
Manzana de IddunMariposa de la desgracia
Galletas podridasPastel de Freya
Bolita de pétalos biusificados
Espejo multicolor x2
Corlys Glokta
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Re: Laberinto de sombras [Desafío de supervivencia]
Las voces se callaron y la plataforma le llevó al fin hacia el otro lado del precipicio. Iba a felicitar a sus compañeros, pero ahora solo quedaba uno de ellos. Sango. - Qué dolor de cabeza, macho... - se quejó. - ¿Dónde cojones están los demás, por cierto?
La siguiente parte a superar de aquel incomprensible lugar incluía a numerosos seres dañinos y una propuesta de colaboración que, con determinación, aceptó. - ¿Esa es la voz de Corlys? Debe estar observando desde algún lugar y, por lo que dice, debe saber cosas que nosotros no. Nos vemos, camarada - se despidió mientras se miraba en el espejo, cerró los ojos, y cuando los abrió sus sentidos le enseñaban otra realidad (1).
- ¡Zagreus! Volvemos a cooperar, ¿eh? - saludó recordando aquella experiencia en las tierras del norte. Pero al mismo tiempo, por el rabillo del ojo una enorme estructura acaparó toda su atención. Aquella era en realidad la criatura a la que se refería Corlys. Por "criatura", Eberus no se esperaba algo de tal calibre. - Me cago en... - soltó asombrado.
Con suerte toda su actividad mental, junto con la corporal, era notablemente más eficiente gracias a aquella fuente. Esta inmensa bestia acuática parecía verse atraída por el vampiro y, para salir vivos de allí, tenía que evitar aquello. - ¡Ahora somos más, tragasables! - exclamó el ilusionista, mientras se concentraba en hacer aparecer otras dos figuras lo más parecidas posible a Zagreus (2), aprovechándose de la bendición que le ayudaba a concentrarse y actuar más rápido. Esperaba que aquella bestia no tuviera una capacidad visual élfica, pues sus ilusiones aún no lograban captar los mínimos detalles del vampiro como el color de sus botas y la definición precisa de su cabello. Sobre todo bajo esas circunstancias y no creando una, sino dos ilusiones. Además, tenía que hacer que estas se movieran por el lugar para que hicieran de cebo y que increparan a la gigantesca serpiente a ir a por ellas, en lugar de a por el verdadero.
Mientras tanto, él mantenía una distancia, protegido por esta y por la bendición que le permitiría esquivar y anticiparse a los ataques de aquella bestia en caso de que decidiera ir a por él. Esperaba que aquello fuera suficiente, y en su cabeza discurría el plan que le había sugerido Corlys, llevándolo a la acción y manejando las ilusiones para tal propósito.
- ¡Si necesitas que haga algo más, dímelo! ¡Hoy me noto hábil, compañero! - gritó dirigiéndose a Zagreus, intentando sobrepasar los sonidos del agua para aclararle que estaba a su disposición, más que nada para que todos se salvaran el culo, sobre todo él mismo.
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OFF: 1. Gasto un uso del espejo para cambiar de sala a la de Cuerpo
2. Uso mi talento Ilusión
Me ofrezco para que Zagreus escriba que le ayudo con algo más si lo llegara a necesitar en su acción. También tengo telequinesis por si las moscas jejeje
Perdón por el post poco elaborado y tal, tengo ahora los exámenes y me he saltado varias cosas, pero el fin de semana que viene (si es que llegamos) ¡ya estaré libre!
La siguiente parte a superar de aquel incomprensible lugar incluía a numerosos seres dañinos y una propuesta de colaboración que, con determinación, aceptó. - ¿Esa es la voz de Corlys? Debe estar observando desde algún lugar y, por lo que dice, debe saber cosas que nosotros no. Nos vemos, camarada - se despidió mientras se miraba en el espejo, cerró los ojos, y cuando los abrió sus sentidos le enseñaban otra realidad (1).
- ¡Zagreus! Volvemos a cooperar, ¿eh? - saludó recordando aquella experiencia en las tierras del norte. Pero al mismo tiempo, por el rabillo del ojo una enorme estructura acaparó toda su atención. Aquella era en realidad la criatura a la que se refería Corlys. Por "criatura", Eberus no se esperaba algo de tal calibre. - Me cago en... - soltó asombrado.
Con suerte toda su actividad mental, junto con la corporal, era notablemente más eficiente gracias a aquella fuente. Esta inmensa bestia acuática parecía verse atraída por el vampiro y, para salir vivos de allí, tenía que evitar aquello. - ¡Ahora somos más, tragasables! - exclamó el ilusionista, mientras se concentraba en hacer aparecer otras dos figuras lo más parecidas posible a Zagreus (2), aprovechándose de la bendición que le ayudaba a concentrarse y actuar más rápido. Esperaba que aquella bestia no tuviera una capacidad visual élfica, pues sus ilusiones aún no lograban captar los mínimos detalles del vampiro como el color de sus botas y la definición precisa de su cabello. Sobre todo bajo esas circunstancias y no creando una, sino dos ilusiones. Además, tenía que hacer que estas se movieran por el lugar para que hicieran de cebo y que increparan a la gigantesca serpiente a ir a por ellas, en lugar de a por el verdadero.
Mientras tanto, él mantenía una distancia, protegido por esta y por la bendición que le permitiría esquivar y anticiparse a los ataques de aquella bestia en caso de que decidiera ir a por él. Esperaba que aquello fuera suficiente, y en su cabeza discurría el plan que le había sugerido Corlys, llevándolo a la acción y manejando las ilusiones para tal propósito.
- ¡Si necesitas que haga algo más, dímelo! ¡Hoy me noto hábil, compañero! - gritó dirigiéndose a Zagreus, intentando sobrepasar los sonidos del agua para aclararle que estaba a su disposición, más que nada para que todos se salvaran el culo, sobre todo él mismo.
_______
OFF: 1. Gasto un uso del espejo para cambiar de sala a la de Cuerpo
2. Uso mi talento Ilusión
Me ofrezco para que Zagreus escriba que le ayudo con algo más si lo llegara a necesitar en su acción. También tengo telequinesis por si las moscas jejeje
Perdón por el post poco elaborado y tal, tengo ahora los exámenes y me he saltado varias cosas, pero el fin de semana que viene (si es que llegamos) ¡ya estaré libre!
Eberus
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Re: Laberinto de sombras [Desafío de supervivencia]
El sacrificio había sido aceptado por los dioses de aquel juego retorcido. Haciendo que en un pestañeo me encontrase en el otro lado de la habitación de las trampas, superando el desafío sin arriesgar. A mi lado, estaba Ari. De algún modo la biocibernética había sobrevivido con apenas algunas quemaduras tratables por su paso imprudente en las plataformas. Seguramente era obra del espejo que siguiera viva.
Sin embargo, sin poder siquiera intercambiar palabras u ofrecer mi poción de salud para atender su estado, la oscuridad nos arrastró nuevamente al plano donde permanecíamos impotentes. Las manos jugaron con algunos de los presentes, incluido yo. Acercándose a mi rostro tanteando y acariciando mi piel. Éramos menos de los que habíamos entrado y la intención de confrontar al hombre con cara de espejo se veía menguada por la paranoia y pruebas desquiciadas. No obstante, las garras terminaron tomando a mi compañera de estancia, Ari.
Era lamentable que sus esfuerzos para sobrevivir habían sido en vano, ahora me quedaba solo y la magia del espejo era más débil. Podría intentar traerla de vuelta, pero tenía que calcular con mucho detenimiento mis jugadas si pretendía llegar al final para enfrentar a la criatura sádica que nos habría puesto en aquel escenario de pesadilla.
Avancé por el pasillo oscuro hasta que una densa neblina empezó a opacar mi visión. Mis pasos se detuvieron cuando sentí como si pisara un charco de agua. Me detuve intrigado mientras poco a poco la bruma se disipaba permitiendo ver lo que parecía ser un océano infinito. Unas pequeñas olas golpeaban mis piernas mientras con cautela avanzaba. El agua era clara y en el centro una silueta levantaba una sutil capa de espumas.
Me mantuve quieto mientras analizaba con detenimiento todo. En el centro, una especie de isla acompañada de unas plataformas flotantes se destacaba del resto de aquella "habitación". No lograba ver del todo, pues aquel montículo estaba alejado; sin embargo, si lograba divisar que sobre el mismo había dos palancas. Era evidente que aquello era la meta de aquel desafío.
Di un par de pasos escépticos de la “simpleza” de aquella prueba mientras me quitaba el estúpido gorro de calabaza y lo tiraba sobre el agua. Sabía que no sería tan sencillo como nadar y ya… Y estaba en lo correcto. Ya cuando el agua alcanzaba mis rodillas, una figura se alzó entre las olas. Era un elemental con forma de serpiente. Formado completamente de agua se elevaba por decenas de metros causando que con su nado el océano de aquella sala se agitara, creando olas de un par de metros que rompían con las paredes del infinito de aquella estancia. Las corrientes se arremolinaban haciendo que retrocediera un par de pasos ante la amenazante criatura que en la distancia custodiaba la isla mirándome con ojos tan oscuros como la profundidad del océano misma.
Maldita sea… - dije sabiendo que no podría derrotar a aquella criatura. Tomé el espejo tentado a tomar el camino fácil, pero su magia se sentía débil y sabía que el haberlo usado antes había restado su poder. Era la única oportunidad estando solo - Espejo - dije tomándolo con fuerza poniéndolo al frente de mi rostro mientras que la sombra de la serpiente me alcanzaba, sabía que no podía siquiera acercarme. - quiero que…
Una voz se hizo presente. Logré reconocerla sin mucha dificulta, era la de aquel marinero que había luchado a mi lado como mercenario tiempo atrás. - Te escucho - respondí mientras trataba de entender a qué se debía aquella intervención y si se trataba de una trampa o no. El plan del vampiro me daba a entender que el resto de caminos tenían desafíos que resultaba imposible si no cooperamos entre los 3 recorridos: magia, mente y yo en cuerpo.
No tenía tiempo para planes rebuscados porque mis recursos eran bastante limitados. La comunicación se entrecortaba con directrices toscas, pero el hecho de que Corlys pudiera verme suponía una ventaja a considerar. Corrí torpemente sobre el agua viendo como el elemental me seguía con recelo esperando la ayuda del vampiro. Yo era su objetivo, pero parecía ser una prioridad custodiar la isla y por ello esperaba paciente a que yo me acercase.
La marea parecía crecer y crecer, pronto el correr se hacía imposible y parecía más óptimo empezar a nadar. Si no comenzaba a moverme terminaría a merced de la corriente y acabaría ahogándome con el oleaje y remolinos que propiciaba el nado agresivo alrededor de la isla de aquella sierpe.
Eberus se materializó a mi lado, dando un saludo propio del viejo ladrón que no se había percatado de la amenaza titánica que teníamos delante. No había tiempo para ponerse al día. El plan era distraer a la bestia y acercarse para activar la palanca en el orden correcto. Llegar no sería fácil y contaba con que el ilusionista hiciera bien su trabajo.
Espero que tus ilusiones hayan mejorado, aquella vez creaste un ser que solo era capaz de ser descrito en las pesadillas de los dioses. - dije de forma sarcástica reclamando al mago y a la vez recalcando la necesidad de un buen truco esta vez. Nuestra vida dependía de ello.
Guardé el espejo confiando en mis nuevos aliados. Rebusqué entre mis bolsas un frasco del cual destape y tomé un sorbo (1), le ofrecí un poco al mago que continuaba concretado en su ilusión. - Toma, con esto vas a poder respirar bajo el agua. Si eres capaz de mantener la ilusión sobre la superficie, la serpiente seguro intentará destruirla, procura que eso no suceda. Yo… intentaré nadar con todas mis fuerzas la corriente. - Era un suicido intentar hacer eso, pero si el mago era capaz de captar la atención del elemental y alejarlo de la isla, seguramente habría aperturas que me permitirían nadar sin ser arrastrado por el cuerpo de agua de la serpiente gigante. Si no lo lograba, al menos no moriría ahogado y buscaría la forma de usar el espejo como último recurso. - Si es necesario, ocúltate bajo el agua, pero garantiza que los ojos de la bestia no se dirijan a la isla central.
El mago con gran velocidad terminó de crear mi copia. -Es horrible, pero has mejorado al menos. - dije. Me ofendía que con un modelo como yo, el mago hiciera un esperpento ilusorio como aquel. Sin embargo, la bestia de agua parecía confundirse con la presencia de aquel falso Zagreus.
Comencé a nadar tras un pequeño clavado procurando sacar todas las fuerzas de mi cuerpo (2). Propiciando la potencia de la sangre para avanzar mientras me sumergía a las profundidades donde el agua se veía menos alterada por los embates de la serpiente que perseguía a la copia.
Nadé luchando contra la corriente. Mi hipótesis parecía ser correcta, mientras más me sumergía, más fácil era nadar. No obstante, la presión se hacía más notable y se tornaba una proeza mantener el ritmo y respirar. La visibilidad era casi nula a pesar de lo cristalino del agua, una mancha negra se asomaba en la superficie y debajo, en el fondo que parecía inalcanzable, dos estructuras sobresalían, parecían una especie de placa o compuerta que se difuminaban en el agua.
La fatiga era inaguantable, pero la adrenalina silenciaba la necesidad de descansar. Los minutos nadando, luchando contra la corriente, parecían meses. Tras casi palpar el fracaso, empecé a ascender, los músculos de mis piernas se sentían acalambrados y el frío del agua parecía quemar mi piel blanca. Subí desesperado a la sombra de la isla y sacando mi mano del agua tomé el borde de piedra de aquella plataforma. Me subí con dificultad a la isla mientras respiraba agitado y frotaba los ojos. Mis pulmones estaban secos, aunque no entendía bien las propiedades de la Respirantia, agradecía su capacidad prácticamente mágica. Tras unos pocos segundos para recobrar la compostura tomando grandes bocanadas de aire, con el ápice de fuerzas que me quedaban, fui y tiré de la palanca que Corlys me había dicho sin siquiera cuestionar cual activar primero, Magia.
La ilusión seguía tomando la atención completa de la bestia de agua, corriendo sobre el agua evitando las embestidas de las olas y la sierpe. El nivel del agua parecía descender con velocidad. - ¡Eberus! - grité victorioso mientras me sacaba mi capa mojada que pesaba bastante y peinaba mi cabellera empapada hacia atrás. El monstruo también volteó y al ver como había sido engañado se dirigió colérico hacia mi posición, pero ya la marea no le permitía alcanzarme en la plataforma que ahora flotaba sobre el agua. Impotente se dirigió nuevamente a la ilusión del mago quien debía continuar con el resto del plan y
Ajusté el mecanismo de la pequeña mochila que llevaba en mi espalda, mis alas de Ícaro (3) y tomé la pistola de gancho (4) revisando que el agua no estropease sus mecanismos de disparo. Estaba dispuesto a ayudar al mago ilusionista. Sin embargo, los que estaban en las otras estancias ahora tendrían que lidiar con el océano que les caería desde el cielo. Abrir primero la puerta de Magia implicaba que el tal Sango debía hacerse con la suya para no morir ahogado con al agua que empezaría a descender por aquella compuerta que según entendía, conectaba con el techo de su estancia. Si lograba salir vivo, debía actuar con velocidad para cerrar esa compuerta y accionar la otra palanca. La sierpe debía bajar luego por Mente, por lo que debía confiar en que "Sango" pudiera salir por el techo nadando para tirar de la otra palanca. No sabia quien era, había pensado que era un bárbaro y resultó ser un mago, pero todo apuntaba que tampoco era un mago, solo quedaba esperar que Corlys tuviese razón o la sangre de aquel suejto estaría en mis manos sin saber si era un suplantador o no.
_______________________________Sin embargo, sin poder siquiera intercambiar palabras u ofrecer mi poción de salud para atender su estado, la oscuridad nos arrastró nuevamente al plano donde permanecíamos impotentes. Las manos jugaron con algunos de los presentes, incluido yo. Acercándose a mi rostro tanteando y acariciando mi piel. Éramos menos de los que habíamos entrado y la intención de confrontar al hombre con cara de espejo se veía menguada por la paranoia y pruebas desquiciadas. No obstante, las garras terminaron tomando a mi compañera de estancia, Ari.
Era lamentable que sus esfuerzos para sobrevivir habían sido en vano, ahora me quedaba solo y la magia del espejo era más débil. Podría intentar traerla de vuelta, pero tenía que calcular con mucho detenimiento mis jugadas si pretendía llegar al final para enfrentar a la criatura sádica que nos habría puesto en aquel escenario de pesadilla.
Avancé por el pasillo oscuro hasta que una densa neblina empezó a opacar mi visión. Mis pasos se detuvieron cuando sentí como si pisara un charco de agua. Me detuve intrigado mientras poco a poco la bruma se disipaba permitiendo ver lo que parecía ser un océano infinito. Unas pequeñas olas golpeaban mis piernas mientras con cautela avanzaba. El agua era clara y en el centro una silueta levantaba una sutil capa de espumas.
Me mantuve quieto mientras analizaba con detenimiento todo. En el centro, una especie de isla acompañada de unas plataformas flotantes se destacaba del resto de aquella "habitación". No lograba ver del todo, pues aquel montículo estaba alejado; sin embargo, si lograba divisar que sobre el mismo había dos palancas. Era evidente que aquello era la meta de aquel desafío.
Di un par de pasos escépticos de la “simpleza” de aquella prueba mientras me quitaba el estúpido gorro de calabaza y lo tiraba sobre el agua. Sabía que no sería tan sencillo como nadar y ya… Y estaba en lo correcto. Ya cuando el agua alcanzaba mis rodillas, una figura se alzó entre las olas. Era un elemental con forma de serpiente. Formado completamente de agua se elevaba por decenas de metros causando que con su nado el océano de aquella sala se agitara, creando olas de un par de metros que rompían con las paredes del infinito de aquella estancia. Las corrientes se arremolinaban haciendo que retrocediera un par de pasos ante la amenazante criatura que en la distancia custodiaba la isla mirándome con ojos tan oscuros como la profundidad del océano misma.
Maldita sea… - dije sabiendo que no podría derrotar a aquella criatura. Tomé el espejo tentado a tomar el camino fácil, pero su magia se sentía débil y sabía que el haberlo usado antes había restado su poder. Era la única oportunidad estando solo - Espejo - dije tomándolo con fuerza poniéndolo al frente de mi rostro mientras que la sombra de la serpiente me alcanzaba, sabía que no podía siquiera acercarme. - quiero que…
Una voz se hizo presente. Logré reconocerla sin mucha dificulta, era la de aquel marinero que había luchado a mi lado como mercenario tiempo atrás. - Te escucho - respondí mientras trataba de entender a qué se debía aquella intervención y si se trataba de una trampa o no. El plan del vampiro me daba a entender que el resto de caminos tenían desafíos que resultaba imposible si no cooperamos entre los 3 recorridos: magia, mente y yo en cuerpo.
No tenía tiempo para planes rebuscados porque mis recursos eran bastante limitados. La comunicación se entrecortaba con directrices toscas, pero el hecho de que Corlys pudiera verme suponía una ventaja a considerar. Corrí torpemente sobre el agua viendo como el elemental me seguía con recelo esperando la ayuda del vampiro. Yo era su objetivo, pero parecía ser una prioridad custodiar la isla y por ello esperaba paciente a que yo me acercase.
La marea parecía crecer y crecer, pronto el correr se hacía imposible y parecía más óptimo empezar a nadar. Si no comenzaba a moverme terminaría a merced de la corriente y acabaría ahogándome con el oleaje y remolinos que propiciaba el nado agresivo alrededor de la isla de aquella sierpe.
Eberus se materializó a mi lado, dando un saludo propio del viejo ladrón que no se había percatado de la amenaza titánica que teníamos delante. No había tiempo para ponerse al día. El plan era distraer a la bestia y acercarse para activar la palanca en el orden correcto. Llegar no sería fácil y contaba con que el ilusionista hiciera bien su trabajo.
Espero que tus ilusiones hayan mejorado, aquella vez creaste un ser que solo era capaz de ser descrito en las pesadillas de los dioses. - dije de forma sarcástica reclamando al mago y a la vez recalcando la necesidad de un buen truco esta vez. Nuestra vida dependía de ello.
Guardé el espejo confiando en mis nuevos aliados. Rebusqué entre mis bolsas un frasco del cual destape y tomé un sorbo (1), le ofrecí un poco al mago que continuaba concretado en su ilusión. - Toma, con esto vas a poder respirar bajo el agua. Si eres capaz de mantener la ilusión sobre la superficie, la serpiente seguro intentará destruirla, procura que eso no suceda. Yo… intentaré nadar con todas mis fuerzas la corriente. - Era un suicido intentar hacer eso, pero si el mago era capaz de captar la atención del elemental y alejarlo de la isla, seguramente habría aperturas que me permitirían nadar sin ser arrastrado por el cuerpo de agua de la serpiente gigante. Si no lo lograba, al menos no moriría ahogado y buscaría la forma de usar el espejo como último recurso. - Si es necesario, ocúltate bajo el agua, pero garantiza que los ojos de la bestia no se dirijan a la isla central.
El mago con gran velocidad terminó de crear mi copia. -Es horrible, pero has mejorado al menos. - dije. Me ofendía que con un modelo como yo, el mago hiciera un esperpento ilusorio como aquel. Sin embargo, la bestia de agua parecía confundirse con la presencia de aquel falso Zagreus.
Comencé a nadar tras un pequeño clavado procurando sacar todas las fuerzas de mi cuerpo (2). Propiciando la potencia de la sangre para avanzar mientras me sumergía a las profundidades donde el agua se veía menos alterada por los embates de la serpiente que perseguía a la copia.
Nadé luchando contra la corriente. Mi hipótesis parecía ser correcta, mientras más me sumergía, más fácil era nadar. No obstante, la presión se hacía más notable y se tornaba una proeza mantener el ritmo y respirar. La visibilidad era casi nula a pesar de lo cristalino del agua, una mancha negra se asomaba en la superficie y debajo, en el fondo que parecía inalcanzable, dos estructuras sobresalían, parecían una especie de placa o compuerta que se difuminaban en el agua.
La fatiga era inaguantable, pero la adrenalina silenciaba la necesidad de descansar. Los minutos nadando, luchando contra la corriente, parecían meses. Tras casi palpar el fracaso, empecé a ascender, los músculos de mis piernas se sentían acalambrados y el frío del agua parecía quemar mi piel blanca. Subí desesperado a la sombra de la isla y sacando mi mano del agua tomé el borde de piedra de aquella plataforma. Me subí con dificultad a la isla mientras respiraba agitado y frotaba los ojos. Mis pulmones estaban secos, aunque no entendía bien las propiedades de la Respirantia, agradecía su capacidad prácticamente mágica. Tras unos pocos segundos para recobrar la compostura tomando grandes bocanadas de aire, con el ápice de fuerzas que me quedaban, fui y tiré de la palanca que Corlys me había dicho sin siquiera cuestionar cual activar primero, Magia.
La ilusión seguía tomando la atención completa de la bestia de agua, corriendo sobre el agua evitando las embestidas de las olas y la sierpe. El nivel del agua parecía descender con velocidad. - ¡Eberus! - grité victorioso mientras me sacaba mi capa mojada que pesaba bastante y peinaba mi cabellera empapada hacia atrás. El monstruo también volteó y al ver como había sido engañado se dirigió colérico hacia mi posición, pero ya la marea no le permitía alcanzarme en la plataforma que ahora flotaba sobre el agua. Impotente se dirigió nuevamente a la ilusión del mago quien debía continuar con el resto del plan y
Ajusté el mecanismo de la pequeña mochila que llevaba en mi espalda, mis alas de Ícaro (3) y tomé la pistola de gancho (4) revisando que el agua no estropease sus mecanismos de disparo. Estaba dispuesto a ayudar al mago ilusionista. Sin embargo, los que estaban en las otras estancias ahora tendrían que lidiar con el océano que les caería desde el cielo. Abrir primero la puerta de Magia implicaba que el tal Sango debía hacerse con la suya para no morir ahogado con al agua que empezaría a descender por aquella compuerta que según entendía, conectaba con el techo de su estancia. Si lograba salir vivo, debía actuar con velocidad para cerrar esa compuerta y accionar la otra palanca. La sierpe debía bajar luego por Mente, por lo que debía confiar en que "Sango" pudiera salir por el techo nadando para tirar de la otra palanca. No sabia quien era, había pensado que era un bárbaro y resultó ser un mago, pero todo apuntaba que tampoco era un mago, solo quedaba esperar que Corlys tuviese razón o la sangre de aquel suejto estaría en mis manos sin saber si era un suplantador o no.
Off
(1)=Extracto de Respirantia [Elixir, Limitado, 2 usos] Líquido ligero de un suave verde fosforito que, al beberse, hará que la persona pueda respirar bajo el agua. El efecto dura aproximadamente 1 hora. Gasto los 2 usos, ya que yo tomo uno y Eberus el otro (el user acepta la poción gratis)
(2)= Nivel 1: Un paso por delante [Mágica] – Activa (1 uso) Duración= 2 turnos
Zagreus aumenta la producción y trasporte en su torrente sanguíneo de catecolaminas (adrenalina, noradrenalina y dopamina), aumentando considerablemente sus reflejos, concentración y velocidad (mental y física) en combate.
(3)= Manto de Ícaro [Artilugio, Limitado, 1 Uso] Pequeña mochila capaz de desplegar un paracaídas. Si el usuario tiene tiempo para volver a poner todo en su lugar tras aterrizar (al menos 5 minutos), recupera el uso gastado.
(4)= Pistola de Gancho [Artilugio, Limitado, 1 Uso] Aparato complejo similar a una ballesta, que posee una firme, pero delgada cuerda terminada en un gancho metálico. Al lanzarse, se engancha para poder escalar fácilmente. Puede usarse como arma. Es posible recuperar su uso si se tienen algunos minutos para rebobinar la cuerda y volver a poner todo en su lugar.
Resumen: Tras quedarme solo en Cuerpo y ver el desafío imposible, accedo a participar del plan de Corlys. Le doy a Eberus una poción para que no nos ahoguemos y mientras él distrae yo voy a la isla para activar la palanca que abre la compuerta de Magia para que parte del agua empiece a descender y ayude a Sango con su estancia. Luego, si todo sale bien, abrir la compuerta de Mente para que el resto de agua y el elemental caigan allí.
Al final de mi post me preparo con mis alas que me permite planear y mi pistola de cuerda por si alguien necesita ayuda. Les doy permiso de manejar mi personaje para ofrecer la ayuda si lo consideran pertinente.
Tonto el que me vote.
(1)=Extracto de Respirantia [Elixir, Limitado, 2 usos] Líquido ligero de un suave verde fosforito que, al beberse, hará que la persona pueda respirar bajo el agua. El efecto dura aproximadamente 1 hora. Gasto los 2 usos, ya que yo tomo uno y Eberus el otro (el user acepta la poción gratis)
(2)= Nivel 1: Un paso por delante [Mágica] – Activa (1 uso) Duración= 2 turnos
Zagreus aumenta la producción y trasporte en su torrente sanguíneo de catecolaminas (adrenalina, noradrenalina y dopamina), aumentando considerablemente sus reflejos, concentración y velocidad (mental y física) en combate.
(3)= Manto de Ícaro [Artilugio, Limitado, 1 Uso] Pequeña mochila capaz de desplegar un paracaídas. Si el usuario tiene tiempo para volver a poner todo en su lugar tras aterrizar (al menos 5 minutos), recupera el uso gastado.
(4)= Pistola de Gancho [Artilugio, Limitado, 1 Uso] Aparato complejo similar a una ballesta, que posee una firme, pero delgada cuerda terminada en un gancho metálico. Al lanzarse, se engancha para poder escalar fácilmente. Puede usarse como arma. Es posible recuperar su uso si se tienen algunos minutos para rebobinar la cuerda y volver a poner todo en su lugar.
Resumen: Tras quedarme solo en Cuerpo y ver el desafío imposible, accedo a participar del plan de Corlys. Le doy a Eberus una poción para que no nos ahoguemos y mientras él distrae yo voy a la isla para activar la palanca que abre la compuerta de Magia para que parte del agua empiece a descender y ayude a Sango con su estancia. Luego, si todo sale bien, abrir la compuerta de Mente para que el resto de agua y el elemental caigan allí.
Al final de mi post me preparo con mis alas que me permite planear y mi pistola de cuerda por si alguien necesita ayuda. Les doy permiso de manejar mi personaje para ofrecer la ayuda si lo consideran pertinente.
Tonto el que me vote.
Zagreus
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Re: Laberinto de sombras [Desafío de supervivencia]
No hubo mucho tiempo para que él expresara sus reservas con respecto al plan porque Eberus desapareció, como lo habían hecho Caoimhe y Rauko en su paso al otro lado. Pero no importaba, no había tiempo para mirar atrás. Estaba solo y debía reconocer que se sentía traicionado. No solo por Eberus que le había abandonado sin ni siquiera compartir lo que pensaba sino también porque Caoimhe y Rauko no lo habían conseguido.
- Ahora estoy solo. Eh, vosotros, cabronazo, no temáis, os mataré a todos- dijo Ben mirando las formas que se arremolinaban en su entorno.
Por suerte para el éxito del plan elaborado por Corlys, o por alguien que tenía su voz, él seguía masticando la flor que le permitía transformarse. Sin embargo, antes de hacer nada, dedicó un momento a pensar en cómo era él y en cómo actuaba. Sin duda, la hechicería del lugar le estaba afectando sobremanera. Pero en momentos de lucidez como aquellos era capaz de ver el engaño, de ver más allá del velo.
- Quizá esté todo en mi mente- habló en voz alta para las sombras ígneas mientras repetía la operación, capa, botas...- Quizá, vosotros, solo seáis una ilusión. Una jodidamente buena- la armadura había quedado mal ajustada de la anterior sala y no tardó demasiado en desajustar las cinchas-. Un brujo, un... Caraespejo- dijo con desprecio antes de quitarse la armadura y dejarla caer al suelo. Terminó por desnudarse y colocó todo de manera apresurada sobre la capa-. Que te den Caraespejo, a ti y a tus mierdas de ilusiones. No podrás conmigo. Ni con cómo soy- Sango agarró el espejo y susurró a la superficie, dos veces, antes de dejarlo caer (1).
La transformación en dragón fue como la vez anterior, pero esta vez se permitió rugir con intensidad hacia la neblina antes de alzar el vuelo con sus pertenencias en una de las patas. El agujero se abrió y un gran torrente de agua comenzó a caer como si fuera la mismísima Cascada del Dragón en Sandorai. Sango se impulsó, alejándose de allí a toda velocidad y precipitándose hacia el agujero por el que salió y llegó a la siguiente sala.
Había una serpiente gigante que a ojos de dragón y desde la perspectiva que le daba el aire, seguía siendo igual de inmensa. Como si se hubiera creado una copia del mismísimo Jormundgandr. Perdió el sentido de lo que debía hacer a continuación hasta que vio como se abría otra compuerta y figuras ilusorias eran derrotadas por la serpiente que avanzaba, azorada, hacia la nueva compuerta. Sango, que vio como se abría la puerta para la nueva estancia, voló hacia ella y se abalanzó sin pensárselo dos veces, incluso antes de que la sierpe gigante lo hiciera, provocando el enfado de esta que le siguió a gran velocidad.
El agua caía sobre la arena con un caudal elevadísimo y entonces vislumbró a las dos figuras a las que debía rescatar y voló hacia ellas a gran velocidad. La gran serpiente parecía haberle seguido y emitió un enorme rugido ensordecedor mientras el agua seguía cayendo con un gran estruendo. Las figura se hicieron cada vez más grande a medida que se acercaba y cuando estuvo cerca, planeó junto al suelo extendió las alas para golpearles antes de alzar el vuelo de nuevo y olvidarse de la serpiente y de aquellos dos suplantadores que habían jugado con ellos desde el principio (2).
Al salir y regresar a la estancia del agua, no lo pensó demasiado. Se abalanzó sobre la figura, exhausta, que estaba en el islote de las palancas para repetir el mismo ataque que había hecho con anterioridad (2). Alzó el vuelo y voló hacia Eberus el brujo, el que le había abandonado de primeras, sin ni siquiera despedirse sin vacilar. Escupió la flor y volvió a su forma natural algo cansado. Se quedó de rodillas junto a Eberus y no quiso mirarle.
- Eran ellos o nosotros- dijo agachándose para recuperar su equipo-. De hecho, eran ellos o yo.
Desenvolvió la mochila que había creado con la capa y con un rápido movimiento desenvainó la espada y atacó a Eberus sin ningún tipo de compasión (3).
- Ahora estoy solo. Eh, vosotros, cabronazo, no temáis, os mataré a todos- dijo Ben mirando las formas que se arremolinaban en su entorno.
Por suerte para el éxito del plan elaborado por Corlys, o por alguien que tenía su voz, él seguía masticando la flor que le permitía transformarse. Sin embargo, antes de hacer nada, dedicó un momento a pensar en cómo era él y en cómo actuaba. Sin duda, la hechicería del lugar le estaba afectando sobremanera. Pero en momentos de lucidez como aquellos era capaz de ver el engaño, de ver más allá del velo.
- Quizá esté todo en mi mente- habló en voz alta para las sombras ígneas mientras repetía la operación, capa, botas...- Quizá, vosotros, solo seáis una ilusión. Una jodidamente buena- la armadura había quedado mal ajustada de la anterior sala y no tardó demasiado en desajustar las cinchas-. Un brujo, un... Caraespejo- dijo con desprecio antes de quitarse la armadura y dejarla caer al suelo. Terminó por desnudarse y colocó todo de manera apresurada sobre la capa-. Que te den Caraespejo, a ti y a tus mierdas de ilusiones. No podrás conmigo. Ni con cómo soy- Sango agarró el espejo y susurró a la superficie, dos veces, antes de dejarlo caer (1).
La transformación en dragón fue como la vez anterior, pero esta vez se permitió rugir con intensidad hacia la neblina antes de alzar el vuelo con sus pertenencias en una de las patas. El agujero se abrió y un gran torrente de agua comenzó a caer como si fuera la mismísima Cascada del Dragón en Sandorai. Sango se impulsó, alejándose de allí a toda velocidad y precipitándose hacia el agujero por el que salió y llegó a la siguiente sala.
Había una serpiente gigante que a ojos de dragón y desde la perspectiva que le daba el aire, seguía siendo igual de inmensa. Como si se hubiera creado una copia del mismísimo Jormundgandr. Perdió el sentido de lo que debía hacer a continuación hasta que vio como se abría otra compuerta y figuras ilusorias eran derrotadas por la serpiente que avanzaba, azorada, hacia la nueva compuerta. Sango, que vio como se abría la puerta para la nueva estancia, voló hacia ella y se abalanzó sin pensárselo dos veces, incluso antes de que la sierpe gigante lo hiciera, provocando el enfado de esta que le siguió a gran velocidad.
El agua caía sobre la arena con un caudal elevadísimo y entonces vislumbró a las dos figuras a las que debía rescatar y voló hacia ellas a gran velocidad. La gran serpiente parecía haberle seguido y emitió un enorme rugido ensordecedor mientras el agua seguía cayendo con un gran estruendo. Las figura se hicieron cada vez más grande a medida que se acercaba y cuando estuvo cerca, planeó junto al suelo extendió las alas para golpearles antes de alzar el vuelo de nuevo y olvidarse de la serpiente y de aquellos dos suplantadores que habían jugado con ellos desde el principio (2).
Al salir y regresar a la estancia del agua, no lo pensó demasiado. Se abalanzó sobre la figura, exhausta, que estaba en el islote de las palancas para repetir el mismo ataque que había hecho con anterioridad (2). Alzó el vuelo y voló hacia Eberus el brujo, el que le había abandonado de primeras, sin ni siquiera despedirse sin vacilar. Escupió la flor y volvió a su forma natural algo cansado. Se quedó de rodillas junto a Eberus y no quiso mirarle.
- Eran ellos o nosotros- dijo agachándose para recuperar su equipo-. De hecho, eran ellos o yo.
Desenvolvió la mochila que había creado con la capa y con un rápido movimiento desenvainó la espada y atacó a Eberus sin ningún tipo de compasión (3).
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(1) Sango gasta dos cargas del espejo.
(2) Sango ataca en forma de dragón a Cohen, Corlys y Zagreus.
(3) Sango ataca en forma humana a Eberus.
Sango
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Re: Laberinto de sombras [Desafío de supervivencia]
Cohen dejó que Corlys liderara el plan. Hasta el momento, había sido el mejor compañero de sala que podía tenerse. Había puesto su vida en las manos del vampiro y siempre había cumplido su parte. Aquella hambre intensa se había apoderado de su ingenio y si no fuera por Corlys, no hubiera llegado hasta allí, por lo que su confianza en él era completamente ciega.
Le pidió que intentara entretener a aquellos seres, hijos de arena y viento. Cohen intentó acudir a la magia del tormento, pero no lo logró [1]. Asustado, rompió una de las gemas de sangre que guardaba en sus bolsillos [2]. Una vez sentía cómo recuperaba la magia de tormento, pronunció una palabra oscura que permitió que Corlys diera las instrucciones pertinentes. Aunque no sabía hasta que punto aquellos seres de viento y arena podían verse influidos por la magia de su voz [3].
Aprovechando sus habilidades de agilidad [4], consiguió ir esquivándolas cómo le era posible, distrayéndolas, hasta que Corlys logró transmitir su mensaje.
Luego, los hechos se precipitaron. La compuerta del techo se abrió por completo y un potente torrente de agua comenzó a caer, cayendo sobre la arena y arrasando con los espectros de aire, que, al mojarse, parecían quedar neutralizados.
Luego, llegó un dragón, que sobrevolaba hacia ellos. Una enorme serpiente de agua se precipitaba a la sala detrás del dragón. Cómo si éste hubiera llamado su atención.
Corlys le dio a entender que el dragón se trataba de Sango. Pero lo que no esperaba era que los atacase. Cohen se echó a un lado, mojándose por completo por el agua que comenzaba a inundar la sala, desviando el ataque.
Al ponerme de nuevo en pie, ya con el agua hasta las rodillas, vi cómo la enorme serpiente de agua se aproximaba hacia nosotros.
Sango se suponía que debía sacarnos de allí, pero no había rastro de él ahora. Sin duda, era un suplantador y les había dejado en la estacada.
A medida que la serpiente se aproximaba, Cohen cogió su espejo y deseó cambiar de sala. [5] Al instante, se encontraba en la sala del Cuerpo, lejos del peligro de la serpiente, pero aún ligeramente inundada. Esperaba que Corlys pudiera hacer lo mismo antes de que la serpiente llegara a él. Ya no parecía haber otro objetivo que llamara su atención en aquella sala.
Esperó a que el nivel de agua se fuera reduciendo. Al fondo, contempló cómo Sango en forma humana ya, atacaba a Eberus.
“Pero… ¿qué le sucede a este chico?”
Había escuchado que era un héroe en Aerandir. Su comportamiento no encajaba en absoluto con la leyenda que se suponía que él era.
Se fue acercando sigilosamente, nadando lentamente, aferrado a la pared de la sala, para evitar ser arrastrado caer por uno de los dos huecos del suelo, a los que el poco agua de la habitación parecía difuminarse… y cuándo estuvo lo suficientemente cerca del humano, completamente empapado y con una ropa de lencería bellísima, totalmente mojada, transparente y totalmente ajustada a su hermoso cuerpo de varón, comenzó a silbar [6].
Daba un paso tras otro mientras se acercaba a Sango, con la intención de neutralizar sus ataques. Para impedir que hiciera daño a nadie. Su comportamiento era traicionero y sospechoso. Muy diferente a aquel al chico amable, increíblemente sensual y heroico que había conocido en una cabaña encantada en mitad de un bosque.
“¿Acaso te ha picado esa serpiente?”
Continuó silbando, acercándose viendo cómo los efectos de la magia modificaban el comportamiento de Sango. Comenzó a verle sonreír, a causa del efecto de su magia, haciendo que sus movimientos fueran mucho más torpes, restando capacidades a su cuerpo.
Se dirigió entonces hacia las dos palancas que daban acceso a las dos salas y las volvió a accionar. Lo último que quería era que la serpiente se volviera a colar de nuevo en esa sala [7]. Esperaba que el destino del traicionado Corlys fuera positivo.
Una vez las dos trampillas fueron debidamente cerradas, con cuatro hombres en aquella sala, Cohen llevó sus manos al espejo.
No sabía dónde estaba la salida, no sabía si habían resuelto el juego correctamente. No sabía si iba a morir. Sólo sabía que si no estaba en la sala correcta, en la sala dónde se encontraba la salida, debía de sacrificar a alguien para sobrevivir.
Sin más reparo, llevó su boca hasta el espejo y pronunció el nombre [8]
_______________________________________________________
[1] - Mis habilidades de Tormento se ven impedidas a causa de que perdí su uso en los turnos anteriores a causa de mi maldición. [ya no encuentro la maldición tan buena...]
[2] - Uso mi objeto Gema de Sangre (una unidad de las dos que tengo): Pequeño cristal con una gota carmesí en su centro. Rómpelo en tu mano y la sangre purificada de su interior te proporcionará un impulso de energía: Recuperas todos los usos de una habilidad de nivel 5 o inferior. Recupero los dos usos de la habilidad siguiente:
[3] Uso de mi habilidad: Sombras de Tormento [Mágica, 2 usos de 1 turno]:
Cohen pronuncia una palabra oscura que induce a creer a un par de personas que numerosas sombras malignas le rodean con la intención de poseer sus cuerpos, pudiendo causar en ellas auténtico terror. - Primer Uso
[4] - Alusión a mi talento de Agilidad:
[5] - Primer Uso del Espejo para cambiar a la Sala de Cuerpo.
[6] Uso de mi habilidad: El Bufón De La Corte [Mágica, 1 uso de 2 turnos]:
Cohen comienza a silbar una cancioncilla inocente que hace que todas las personas de su alrededor sientan una intensa felicidad, creando un ambiente festivo y de júbilo. Aunque frente a ellos se cometan atrocidades, todo les parecerá realmente divertido, entorpeciéndoles reaccionar de forma natural y coherente.
[7] Presiono de nuevo las dos palancas para cerrar de nuevo las trampillas e impedir que la Serpiente vuelva a la Sala del Cuerpo y para intentar impedir que nadie salga de allí.
[8] Segundo Uso del Espejo: Por el texto de Ansur, creo que la salida está en la sala de Mente, porque pone lo siguiente en su post: " Las paredes de la sala parecían contener secretos insospechados, pero la única salida aparente estaba en el techo, un acceso bloqueado que parecía inalcanzable."
Esto supone lo siguiente:
>> No sé si por la Sala de Cuerpo se puede salir o no, aparte de hacia las dos otras salas, pues no se habla de otra posible salida ni se da pista alguna o nada puede intuirse...
>> No puedo volver a la Sala de la Mente para intentar buscar otra salida o salir por allí, porque la Señora Serpiente no parece nada amigable y soy demasiado sexy con mi lencería de Nogseverk para morir a manos de una víbora (?)
Así que no me queda más remedio que hacer un sacrificio que comunico a Ansur por privado.
Le pidió que intentara entretener a aquellos seres, hijos de arena y viento. Cohen intentó acudir a la magia del tormento, pero no lo logró [1]. Asustado, rompió una de las gemas de sangre que guardaba en sus bolsillos [2]. Una vez sentía cómo recuperaba la magia de tormento, pronunció una palabra oscura que permitió que Corlys diera las instrucciones pertinentes. Aunque no sabía hasta que punto aquellos seres de viento y arena podían verse influidos por la magia de su voz [3].
Aprovechando sus habilidades de agilidad [4], consiguió ir esquivándolas cómo le era posible, distrayéndolas, hasta que Corlys logró transmitir su mensaje.
Luego, los hechos se precipitaron. La compuerta del techo se abrió por completo y un potente torrente de agua comenzó a caer, cayendo sobre la arena y arrasando con los espectros de aire, que, al mojarse, parecían quedar neutralizados.
Luego, llegó un dragón, que sobrevolaba hacia ellos. Una enorme serpiente de agua se precipitaba a la sala detrás del dragón. Cómo si éste hubiera llamado su atención.
Corlys le dio a entender que el dragón se trataba de Sango. Pero lo que no esperaba era que los atacase. Cohen se echó a un lado, mojándose por completo por el agua que comenzaba a inundar la sala, desviando el ataque.
Al ponerme de nuevo en pie, ya con el agua hasta las rodillas, vi cómo la enorme serpiente de agua se aproximaba hacia nosotros.
Sango se suponía que debía sacarnos de allí, pero no había rastro de él ahora. Sin duda, era un suplantador y les había dejado en la estacada.
A medida que la serpiente se aproximaba, Cohen cogió su espejo y deseó cambiar de sala. [5] Al instante, se encontraba en la sala del Cuerpo, lejos del peligro de la serpiente, pero aún ligeramente inundada. Esperaba que Corlys pudiera hacer lo mismo antes de que la serpiente llegara a él. Ya no parecía haber otro objetivo que llamara su atención en aquella sala.
Esperó a que el nivel de agua se fuera reduciendo. Al fondo, contempló cómo Sango en forma humana ya, atacaba a Eberus.
“Pero… ¿qué le sucede a este chico?”
Había escuchado que era un héroe en Aerandir. Su comportamiento no encajaba en absoluto con la leyenda que se suponía que él era.
Se fue acercando sigilosamente, nadando lentamente, aferrado a la pared de la sala, para evitar ser arrastrado caer por uno de los dos huecos del suelo, a los que el poco agua de la habitación parecía difuminarse… y cuándo estuvo lo suficientemente cerca del humano, completamente empapado y con una ropa de lencería bellísima, totalmente mojada, transparente y totalmente ajustada a su hermoso cuerpo de varón, comenzó a silbar [6].
Daba un paso tras otro mientras se acercaba a Sango, con la intención de neutralizar sus ataques. Para impedir que hiciera daño a nadie. Su comportamiento era traicionero y sospechoso. Muy diferente a aquel al chico amable, increíblemente sensual y heroico que había conocido en una cabaña encantada en mitad de un bosque.
“¿Acaso te ha picado esa serpiente?”
Continuó silbando, acercándose viendo cómo los efectos de la magia modificaban el comportamiento de Sango. Comenzó a verle sonreír, a causa del efecto de su magia, haciendo que sus movimientos fueran mucho más torpes, restando capacidades a su cuerpo.
Se dirigió entonces hacia las dos palancas que daban acceso a las dos salas y las volvió a accionar. Lo último que quería era que la serpiente se volviera a colar de nuevo en esa sala [7]. Esperaba que el destino del traicionado Corlys fuera positivo.
Una vez las dos trampillas fueron debidamente cerradas, con cuatro hombres en aquella sala, Cohen llevó sus manos al espejo.
No sabía dónde estaba la salida, no sabía si habían resuelto el juego correctamente. No sabía si iba a morir. Sólo sabía que si no estaba en la sala correcta, en la sala dónde se encontraba la salida, debía de sacrificar a alguien para sobrevivir.
Sin más reparo, llevó su boca hasta el espejo y pronunció el nombre [8]
_______________________________________________________
[1] - Mis habilidades de Tormento se ven impedidas a causa de que perdí su uso en los turnos anteriores a causa de mi maldición. [ya no encuentro la maldición tan buena...]
[2] - Uso mi objeto Gema de Sangre (una unidad de las dos que tengo): Pequeño cristal con una gota carmesí en su centro. Rómpelo en tu mano y la sangre purificada de su interior te proporcionará un impulso de energía: Recuperas todos los usos de una habilidad de nivel 5 o inferior. Recupero los dos usos de la habilidad siguiente:
[3] Uso de mi habilidad: Sombras de Tormento [Mágica, 2 usos de 1 turno]:
Cohen pronuncia una palabra oscura que induce a creer a un par de personas que numerosas sombras malignas le rodean con la intención de poseer sus cuerpos, pudiendo causar en ellas auténtico terror. - Primer Uso
[4] - Alusión a mi talento de Agilidad:
[5] - Primer Uso del Espejo para cambiar a la Sala de Cuerpo.
[6] Uso de mi habilidad: El Bufón De La Corte [Mágica, 1 uso de 2 turnos]:
Cohen comienza a silbar una cancioncilla inocente que hace que todas las personas de su alrededor sientan una intensa felicidad, creando un ambiente festivo y de júbilo. Aunque frente a ellos se cometan atrocidades, todo les parecerá realmente divertido, entorpeciéndoles reaccionar de forma natural y coherente.
[7] Presiono de nuevo las dos palancas para cerrar de nuevo las trampillas e impedir que la Serpiente vuelva a la Sala del Cuerpo y para intentar impedir que nadie salga de allí.
[8] Segundo Uso del Espejo: Por el texto de Ansur, creo que la salida está en la sala de Mente, porque pone lo siguiente en su post: " Las paredes de la sala parecían contener secretos insospechados, pero la única salida aparente estaba en el techo, un acceso bloqueado que parecía inalcanzable."
Esto supone lo siguiente:
>> No sé si por la Sala de Cuerpo se puede salir o no, aparte de hacia las dos otras salas, pues no se habla de otra posible salida ni se da pista alguna o nada puede intuirse...
>> No puedo volver a la Sala de la Mente para intentar buscar otra salida o salir por allí, porque la Señora Serpiente no parece nada amigable y soy demasiado sexy con mi lencería de Nogseverk para morir a manos de una víbora (?)
Así que no me queda más remedio que hacer un sacrificio que comunico a Ansur por privado.
Cohen
Honorable
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Re: Laberinto de sombras [Desafío de supervivencia]
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Las tres amenazas que formaban un mismo acertijo, habían sido resueltas con la cooperación de las partes en discordia, alianzas efímeras que entretejían conspiraciones mortales. No pasaría mucho tiempo antes que esta cooperación llegara a su fin, y el primero en dejar de cooperar fue el humano Sango, quien de un momento a otro pareció alocarse para atacar a sus compañeros.
Lo que parecía ser la pieza principal en la supervivencia se convirtió en la mayor amenaza del grupo, atacando a unos y otros sin piedad. Había conseguido herir a algunos, pero la oportuna intervención de un héroe inesperado consiguió salvar la situación; una extraña, sutil y misteriosa melodía silbada por un vampiro interrumpió las acciones de Sango para ponerlo a bailar.
Aquel baile fue interrumpido por la negrura infinita, el territorio yermo para el movimiento y la música. Una vez más, fueron transportados a un dominio inescrutable. Una vez más, aquellas terroríficas manos emergieron. Una vez más, la visita a la zona en ningún lugar fue pagada con una vida. Esta vez, Sango fue la víctima, y fue arrastrado a la oscuridad, llevado mientras mantenía una peculiar postura de un paso de baile congelado en el tiempo. Por última vez, los demás fueron devueltos al laberinto.
Aunque las pruebas conectadas eran cosa del pasado, en la sala del cuerpo los supervivientes aún no estaban a salvo. Un par de espejos etéreos tomaron forma bajo los pies de Cohen y Eberus, su superficie pulida reflejando sus rostros de asombro.
Aunque para su sorpresa, el espejo a los pies de Cohen de pronto de disolvió en la nada y el peligro que le acechaba fue enviado ahora bajo los pies de Zagreus. En un instante el espejo estalló en mil fragmentos de cristal. Los cristales se desprendieron alrededor de sus víctimas, impulsados por una fuerza sobrenatural. Se congregaron y giraron en una espiral ascendente.
Ambos quedaron envueltos por la tormenta de cristales, sus figuras se desdibujaron entre destellos luminosos. Y finalmente los cristales cayeron, revelando la ausencia de los dos.
Tras las bajas, habían quedado apenas un par de supervivientes, los últimos en pie, que no resultaban ser los más fuertes, ni los más poderosos, pero sí los más astutos… o solamente los más queridos por la suerte.
Cohen había quedado en una sala sin salida, pero, gracias a su uso del espejo, consiguió avanzar hasta la siguiente prueba. Corlys, por su parte, se encontraba en la sala correcta en el momento indicado. Gracias a esa suerte, podría ver aparecer letras misteriosas que brillarían en una amalgama de colores variados y que lloverían sobre una pared, la cual se disolvió revelando un camino hacia la siguiente prueba.
La serpiente de agua, que antes amenazaba sus vidas, se había disuelto en lodo viviente que también había absorbido a los seres de arena, creando una criatura deforme poseída por numerosas voluntades pugnando por dar forma a su nuevo cuerpo, una batalla que jamás concedería victoria para algún bando. Ya no eran una amenaza para nadie más.
Al fondo de la sala se encontraba la puerta de salida, pero no sería tan fácil como avanzar y pasar, pues un enorme guardián de casi cuatro metros estaba listo para evitar el escape.
Era un coloso enorme, tan grande y fuerte como lento y tosco, por lo que, si trabajaban juntos, seguramente podrían superarlo, con el riesgo de que un solo golpe de aquel custodio los dejaría pegados al suelo en un caldo de sangre y huesos rotos.
Sin embargo, no era la única opción, pues, alejada del coloso, en el centro de la sala encontrarían una palanca. Sería el mismo gigante quien, con una voz tétrica que hacía temblar las paredes, les señaló sus opciones.
Bienvenidos, Corlys y Cohen, al final del camino. Ahora, si avanzan para superarme, encontrarán una recompensa modesta que se dividirá entre ustedes dos- Señaló uno a uno con su espada antes de estrellarla contra el suelo. Las paredes y el techo de la sala se sacudieron y llovió polvo sobre todos -O pongan a prueba su ambición y su suerte. Si uno activa la palanca y los dioses lo acompañan, podrá avanzar a cambio de dejar a su compañero hecho de piedra. Pero cuidado: si los dioses no están del lado del activador, él mismo se hará de piedra para dar la victoria a su compañero. Quien avance de este modo logrará una recompensa mucho mayor y sin compartirla con nadie más.
Aquella oferta sonaba más seductora, aunque igualmente riesgosa.
Elijan el camino que consideren correcto para abandonar este lugar- dijo la criatura, con su voz poderosa y enlatada en el metal de su casco.
En este momento los dos vampiros enfrentarían una terrible amenaza que no venía de la sala si no de ellos mismos. Si su ambición les ganaba podrían obtener mucho o perderse a sí mismos y formar parte de la colección de estatuas que decoraban la sala.
ᚩ Tal parece que el final del desafío está ante ustedes, y falta apenas un último esfuerzo para vencer y obtener la anhelada recompensa. Pero dependerá de ustedes la opulencia adicional de dicho premio, y para ello tendrán dos soluciones principales:
∞ Si quieren ir por lo seguro, pueden cooperar entre ustedes. Son pequeños y veloces, así que seguramente con sus objetos y habilidades podrían escabullirse y superar al guardián de la puerta, aunque el bajo riesgo implica también una recompensa no tan elevada que compartirán entre ambos.
ᚩ Si la ambición y la curiosidad les corroe las entrañas, pueden caer en la tentación de mover la palanca, aunque esa misma ambición los podría dejar peor que con las manos vacías. En este caso, sí necesitarán la ayuda de los dioses, por lo que tendrán que lanzar runas.
∞ La suerte obtenida en las runas y la recompensa final son adicionales a las recompensas básicas de aeros y experiencia por participar en el desafío.
ᚩ Esta ronda cierra el 11 de febrero.
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Laberinto de sombras
Ambición genuina y palabras falsas
Las tres amenazas que formaban un mismo acertijo, habían sido resueltas con la cooperación de las partes en discordia, alianzas efímeras que entretejían conspiraciones mortales. No pasaría mucho tiempo antes que esta cooperación llegara a su fin, y el primero en dejar de cooperar fue el humano Sango, quien de un momento a otro pareció alocarse para atacar a sus compañeros.
Lo que parecía ser la pieza principal en la supervivencia se convirtió en la mayor amenaza del grupo, atacando a unos y otros sin piedad. Había conseguido herir a algunos, pero la oportuna intervención de un héroe inesperado consiguió salvar la situación; una extraña, sutil y misteriosa melodía silbada por un vampiro interrumpió las acciones de Sango para ponerlo a bailar.
Aquel baile fue interrumpido por la negrura infinita, el territorio yermo para el movimiento y la música. Una vez más, fueron transportados a un dominio inescrutable. Una vez más, aquellas terroríficas manos emergieron. Una vez más, la visita a la zona en ningún lugar fue pagada con una vida. Esta vez, Sango fue la víctima, y fue arrastrado a la oscuridad, llevado mientras mantenía una peculiar postura de un paso de baile congelado en el tiempo. Por última vez, los demás fueron devueltos al laberinto.
Aunque las pruebas conectadas eran cosa del pasado, en la sala del cuerpo los supervivientes aún no estaban a salvo. Un par de espejos etéreos tomaron forma bajo los pies de Cohen y Eberus, su superficie pulida reflejando sus rostros de asombro.
Aunque para su sorpresa, el espejo a los pies de Cohen de pronto de disolvió en la nada y el peligro que le acechaba fue enviado ahora bajo los pies de Zagreus. En un instante el espejo estalló en mil fragmentos de cristal. Los cristales se desprendieron alrededor de sus víctimas, impulsados por una fuerza sobrenatural. Se congregaron y giraron en una espiral ascendente.
Ambos quedaron envueltos por la tormenta de cristales, sus figuras se desdibujaron entre destellos luminosos. Y finalmente los cristales cayeron, revelando la ausencia de los dos.
Tras las bajas, habían quedado apenas un par de supervivientes, los últimos en pie, que no resultaban ser los más fuertes, ni los más poderosos, pero sí los más astutos… o solamente los más queridos por la suerte.
Cohen había quedado en una sala sin salida, pero, gracias a su uso del espejo, consiguió avanzar hasta la siguiente prueba. Corlys, por su parte, se encontraba en la sala correcta en el momento indicado. Gracias a esa suerte, podría ver aparecer letras misteriosas que brillarían en una amalgama de colores variados y que lloverían sobre una pared, la cual se disolvió revelando un camino hacia la siguiente prueba.
La serpiente de agua, que antes amenazaba sus vidas, se había disuelto en lodo viviente que también había absorbido a los seres de arena, creando una criatura deforme poseída por numerosas voluntades pugnando por dar forma a su nuevo cuerpo, una batalla que jamás concedería victoria para algún bando. Ya no eran una amenaza para nadie más.
Senda del alma
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Cohen y Corlys se descubrirían de nuevo juntos en un nuevo lugar, el último desafío que pondría a prueba los lazos entre ellos. La sala era un lugar con iluminación muy tenue, lleno de decenas de estatuas en diferentes posiciones; algunas corriendo, otras postradas en el suelo; pero todas con rostros que expresaban un inefable terror. Al fondo de la sala se encontraba la puerta de salida, pero no sería tan fácil como avanzar y pasar, pues un enorme guardián de casi cuatro metros estaba listo para evitar el escape.
Era un coloso enorme, tan grande y fuerte como lento y tosco, por lo que, si trabajaban juntos, seguramente podrían superarlo, con el riesgo de que un solo golpe de aquel custodio los dejaría pegados al suelo en un caldo de sangre y huesos rotos.
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Sin embargo, no era la única opción, pues, alejada del coloso, en el centro de la sala encontrarían una palanca. Sería el mismo gigante quien, con una voz tétrica que hacía temblar las paredes, les señaló sus opciones.
Bienvenidos, Corlys y Cohen, al final del camino. Ahora, si avanzan para superarme, encontrarán una recompensa modesta que se dividirá entre ustedes dos- Señaló uno a uno con su espada antes de estrellarla contra el suelo. Las paredes y el techo de la sala se sacudieron y llovió polvo sobre todos -O pongan a prueba su ambición y su suerte. Si uno activa la palanca y los dioses lo acompañan, podrá avanzar a cambio de dejar a su compañero hecho de piedra. Pero cuidado: si los dioses no están del lado del activador, él mismo se hará de piedra para dar la victoria a su compañero. Quien avance de este modo logrará una recompensa mucho mayor y sin compartirla con nadie más.
Aquella oferta sonaba más seductora, aunque igualmente riesgosa.
Elijan el camino que consideren correcto para abandonar este lugar- dijo la criatura, con su voz poderosa y enlatada en el metal de su casco.
En este momento los dos vampiros enfrentarían una terrible amenaza que no venía de la sala si no de ellos mismos. Si su ambición les ganaba podrían obtener mucho o perderse a sí mismos y formar parte de la colección de estatuas que decoraban la sala.
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ᚩ Tal parece que el final del desafío está ante ustedes, y falta apenas un último esfuerzo para vencer y obtener la anhelada recompensa. Pero dependerá de ustedes la opulencia adicional de dicho premio, y para ello tendrán dos soluciones principales:
∞ Si quieren ir por lo seguro, pueden cooperar entre ustedes. Son pequeños y veloces, así que seguramente con sus objetos y habilidades podrían escabullirse y superar al guardián de la puerta, aunque el bajo riesgo implica también una recompensa no tan elevada que compartirán entre ambos.
ᚩ Si la ambición y la curiosidad les corroe las entrañas, pueden caer en la tentación de mover la palanca, aunque esa misma ambición los podría dejar peor que con las manos vacías. En este caso, sí necesitarán la ayuda de los dioses, por lo que tendrán que lanzar runas.
- Runas:
- - Runa Buena o Excelente: Consigues superar el desafío y la recompensa más alta. A cambio, tu compañero se quedará en la sala convertido en una estatua.
- Runa Media: Podrás avanzar y recibirás una recompensa baja.
- Runa Mala o Muy Mala: Las cosas no salen como esperabas. Serás tú quien se convierta en estatua y tu compañero podrá avanzar, incluso sin tener que tomar el riesgo de la palanca.
∞ La suerte obtenida en las runas y la recompensa final son adicionales a las recompensas básicas de aeros y experiencia por participar en el desafío.
ᚩ Esta ronda cierra el 11 de febrero.
Ansur
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