Nieve teñida en sangre [Interpretativo]
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Nieve teñida en sangre [Interpretativo]
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Sydara
Wood
Despair
Alexandra
Offrol----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Olver y Yideth quedaron durmiendo en la carpa que llevábamos, en una cueva, junto a una cálida fogata, mientras yo salí al escuchar ruidos del entrechocar de espadas y gritos. No me sonaban familiar en mi mente, como los que escuchaba desde hacia unos cuantos días. Dos días pasaron desde que llegamos a esas montañas, en busca de un templo donde podía hallarse El Enviado de la Muerte, o encontrar algo sobre los Senderos del Fuego.
No tomé noción del lugar y cuando quise acordar me vi extraviado de donde habíamos pasado la noche, pero a lo lejos en ese pequeño valle donde estábamos, y un poco mas adelante un precipicio que no tenía fin ante mi vista, sobre ese otro lado del abismo, estaba el pico más alto, pero no era eso lo que veía, sino unos bultos medio cubiertos de nieve, pero teñidos en sangre. Habia varios lobos gigantes, blancos, con un tamaño mayor al de una persona, pero estos estaban cerca de esos bultos, echados, y con la cabeza gacha por alguna razón. Mucho más lejos, distinguí a varios jinetes huir a toda prisa, con capuchas de pieles, llevaban lanzas y grandes arcos en mano, y en sus espaldas, colgadas, espadas gigantescas que jamás había visto. ¿Qué clases de cazadores, o asesinos eran? No podían ser excursionistas.
Oí un gemido de dolor proveniente de uno de esos bultos, y corrí hasta ellos, abriéndome paso en la nieve que me llegaba casi hasta las rodillas. Los lobos casi ni se inmutaron ante mi llegada, ni atinaron a atacar siquiera. Ví el origen del sonido, todos vestían con ropas y abrigos blancos, pero ahora cubiertos de sangre. Habían muchos cuerpos, de hombres grandes, y jóvenes, y distinguí entre ellos a tres mujeres. Quien había gemido agonizaba entre los cuerpos muertos tendidos en la nieve, con una flecha clavada en su pecho. Este muchacho miraba a una joven, quien yacía muerta con los ojos abiertos, cerca de él. La chica dejaba ver unos de pupilas verdes, cabellos castaños y rizado. Ella había quedado mirándolo a él, ambos parecían haber sido una pareja, al menos horas antes de que los asesinaran.
Al llegar, me acerqué presuroso a él, tomándole del rostro y obligándole mirarme. No parecía que fuera a sobrevivir por mucho tiempo.
-Aguanta, necesito saber quien les hizo esto muchacho-le dije. Sus ojos marrones se desviaron a mi, dejando caer la cabeza que se apoyaba ahora el mis manos, sujetándolo.
-Busca entre ellos... hemos fracasado-susurró entrecortádamente.
-¡Olver, Yideth, ayudadme! ¡Necesito ayuda por acá!-llamé esperando que fueran a oírme.
El joven cerró los ojos. El lobo que estaba un costado de él se acercó a mí y echó a mi lado, pero inmediatamente escuché el zumbido de unas flechas y el animal cayó sobre mi, muerto. Me quedé inclinado, sujetando aún al muchacho en el suelo. El animal se había puesto como mi escudo. ¿Qué ocurría? A lo lejos, los bandidos se habían vuelto, y al verme me habían tirado sus flechas, pero volvieron a tirar como para asegurar que no quedara nadie con vida.
Rogaba que mis colegas llegaran pronto, no podía arriesgarme a llamarlos de nuevo y hacer que los asesinos vinieran directamente; mientras me quedé cerca del suelo, en medio de los cuerpos muertos, con el joven agonizando, y el animal siéndome de escudo aún.
Sydara
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Alexandra
Offrol----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
- Spoiler:
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Olver y Yideth quedaron durmiendo en la carpa que llevábamos, en una cueva, junto a una cálida fogata, mientras yo salí al escuchar ruidos del entrechocar de espadas y gritos. No me sonaban familiar en mi mente, como los que escuchaba desde hacia unos cuantos días. Dos días pasaron desde que llegamos a esas montañas, en busca de un templo donde podía hallarse El Enviado de la Muerte, o encontrar algo sobre los Senderos del Fuego.
No tomé noción del lugar y cuando quise acordar me vi extraviado de donde habíamos pasado la noche, pero a lo lejos en ese pequeño valle donde estábamos, y un poco mas adelante un precipicio que no tenía fin ante mi vista, sobre ese otro lado del abismo, estaba el pico más alto, pero no era eso lo que veía, sino unos bultos medio cubiertos de nieve, pero teñidos en sangre. Habia varios lobos gigantes, blancos, con un tamaño mayor al de una persona, pero estos estaban cerca de esos bultos, echados, y con la cabeza gacha por alguna razón. Mucho más lejos, distinguí a varios jinetes huir a toda prisa, con capuchas de pieles, llevaban lanzas y grandes arcos en mano, y en sus espaldas, colgadas, espadas gigantescas que jamás había visto. ¿Qué clases de cazadores, o asesinos eran? No podían ser excursionistas.
Oí un gemido de dolor proveniente de uno de esos bultos, y corrí hasta ellos, abriéndome paso en la nieve que me llegaba casi hasta las rodillas. Los lobos casi ni se inmutaron ante mi llegada, ni atinaron a atacar siquiera. Ví el origen del sonido, todos vestían con ropas y abrigos blancos, pero ahora cubiertos de sangre. Habían muchos cuerpos, de hombres grandes, y jóvenes, y distinguí entre ellos a tres mujeres. Quien había gemido agonizaba entre los cuerpos muertos tendidos en la nieve, con una flecha clavada en su pecho. Este muchacho miraba a una joven, quien yacía muerta con los ojos abiertos, cerca de él. La chica dejaba ver unos de pupilas verdes, cabellos castaños y rizado. Ella había quedado mirándolo a él, ambos parecían haber sido una pareja, al menos horas antes de que los asesinaran.
Al llegar, me acerqué presuroso a él, tomándole del rostro y obligándole mirarme. No parecía que fuera a sobrevivir por mucho tiempo.
-Aguanta, necesito saber quien les hizo esto muchacho-le dije. Sus ojos marrones se desviaron a mi, dejando caer la cabeza que se apoyaba ahora el mis manos, sujetándolo.
-Busca entre ellos... hemos fracasado-susurró entrecortádamente.
-¡Olver, Yideth, ayudadme! ¡Necesito ayuda por acá!-llamé esperando que fueran a oírme.
El joven cerró los ojos. El lobo que estaba un costado de él se acercó a mí y echó a mi lado, pero inmediatamente escuché el zumbido de unas flechas y el animal cayó sobre mi, muerto. Me quedé inclinado, sujetando aún al muchacho en el suelo. El animal se había puesto como mi escudo. ¿Qué ocurría? A lo lejos, los bandidos se habían vuelto, y al verme me habían tirado sus flechas, pero volvieron a tirar como para asegurar que no quedara nadie con vida.
Rogaba que mis colegas llegaran pronto, no podía arriesgarme a llamarlos de nuevo y hacer que los asesinos vinieran directamente; mientras me quedé cerca del suelo, en medio de los cuerpos muertos, con el joven agonizando, y el animal siéndome de escudo aún.
Última edición por Sydara el Lun Sep 23 2013, 03:48, editado 3 veces
Sydara
Aerandiano de honor
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Re: Nieve teñida en sangre [Interpretativo]
Los días en compañía del vampiro habían llegado a su final, un final feliz, puesto que nuestra despedida se redujo a un “nos vemos” porque pronto él se ocuparía de mí como una hermana de armas, una guerrera. Por lo pronto era una separación temporaria.
Por un tiempo estuve vagando sin rumbo por las tierras de Aerandir, pero pronto me di cuenta que la vida no tenía suficientes desafíos si uno no estaba acompañado de vez en cuando. Al percatarme de la baja gradual de las temperaturas me di cuenta que me encontraba en el norte y con ello, recordé que el elfo que nos atendió en el hospital vendría a estos lares por alguna de sus fantasías raras. Probablemente terminaría tan muerto como sus discípulos una vez que ellos ya no le sirvieran de escudo.
Había convivido poco con ese tipo, pero realmente me recordaba a mi yo anterior, con un corazón puro, pero demasiado blando y torpe. El frío calaba los huesos y una brisa de aire trajo consigo el olor al elixir de la vida: SAGRE.
Mi cuerpo comenzó a hervir y mi transformación fue un éxito. En pocos minutos me encontré en una saliente de un acantilado en medio de una tormenta de nieve y flechas. Miré la escena abajo. No me gustaba particularmente ser carroñera, pero tampoco tenía intereses ahí abajo.
El viento arremolinaba a mi alrededor. ¿No tenía intereses allí abajo? Algunos lycans estaban siendo masacrados por unos tipos que olían a humano y el tonto de aquél elfo estaba convirtiendo a uno de los mios en su escudo vivo… bueno, más bien muerto ya.
La pelambrera me cubría del frío y la nieve. Crucé mis hachas a mis espaldas, tomé un poco de impulso y me lancé al vacío. Por suerte la nieve actuó como resorte y amortiguó bastante la caída.
¡¿No habíamos tenido ya la discusión del amor propio?! ¿Esos inútiles ya murieron? Esperaba un poco más de ellos…
El elfo no me había visto antes bajo esta forma, pero dudaba que ese corazón pacifista de él me atacara. En cambio me puse frente a él dándole la espalda y saqué con parsimonia las hachas. Al notar que su filo estaba medio congelado las pasé con cuidado sobre mi piel y mientras vigilaba al enemigo le observó de reojo.
Estas muy loco… no me lo podía perder. Si un vampiro no pudo conmigo, ni tus pócimas raras… menos lo harán esos… mis palabras fueron acalladas por el viento y comencé a susurrar mi luaby.
Por un tiempo estuve vagando sin rumbo por las tierras de Aerandir, pero pronto me di cuenta que la vida no tenía suficientes desafíos si uno no estaba acompañado de vez en cuando. Al percatarme de la baja gradual de las temperaturas me di cuenta que me encontraba en el norte y con ello, recordé que el elfo que nos atendió en el hospital vendría a estos lares por alguna de sus fantasías raras. Probablemente terminaría tan muerto como sus discípulos una vez que ellos ya no le sirvieran de escudo.
Había convivido poco con ese tipo, pero realmente me recordaba a mi yo anterior, con un corazón puro, pero demasiado blando y torpe. El frío calaba los huesos y una brisa de aire trajo consigo el olor al elixir de la vida: SAGRE.
Mi cuerpo comenzó a hervir y mi transformación fue un éxito. En pocos minutos me encontré en una saliente de un acantilado en medio de una tormenta de nieve y flechas. Miré la escena abajo. No me gustaba particularmente ser carroñera, pero tampoco tenía intereses ahí abajo.
El viento arremolinaba a mi alrededor. ¿No tenía intereses allí abajo? Algunos lycans estaban siendo masacrados por unos tipos que olían a humano y el tonto de aquél elfo estaba convirtiendo a uno de los mios en su escudo vivo… bueno, más bien muerto ya.
La pelambrera me cubría del frío y la nieve. Crucé mis hachas a mis espaldas, tomé un poco de impulso y me lancé al vacío. Por suerte la nieve actuó como resorte y amortiguó bastante la caída.
¡¿No habíamos tenido ya la discusión del amor propio?! ¿Esos inútiles ya murieron? Esperaba un poco más de ellos…
El elfo no me había visto antes bajo esta forma, pero dudaba que ese corazón pacifista de él me atacara. En cambio me puse frente a él dándole la espalda y saqué con parsimonia las hachas. Al notar que su filo estaba medio congelado las pasé con cuidado sobre mi piel y mientras vigilaba al enemigo le observó de reojo.
Estas muy loco… no me lo podía perder. Si un vampiro no pudo conmigo, ni tus pócimas raras… menos lo harán esos… mis palabras fueron acalladas por el viento y comencé a susurrar mi luaby.
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Re: Nieve teñida en sangre [Interpretativo]
Terminó el ataque de los asesinos, y se interpuso un lobo, pero no era igual a los que yacian allí, solo un par estaban vivos, junto a los cuerpos de sus amos. Los sujetos se alejaron, su intensión era asesinar a los tenian forma humana. Revisé el pulso del muchacho, no tendría un poco mas de mi edad. Tenia que apresurarme, pero estaba solo, segun lo que yo creía.
Miré a los demás cuerpos, y uno tenia su mano en su bolsillo, como aferrando algo que era lo unico que temía que le quitaran. De lejos vinieron el humano seguido por al elfa, trayendo consigo todo lo que llevábamos en ese viaje. El lobo que se habia interpuesto, seguía allí, lo sentía familiar por alguna razón, pero era imposible que fuera quien yo creía. Dudaba que ella, Kaala, estuviera en el mismo destino, aunque me hubiese gustado. No habia recibido carta alguna desde que se marchó a algún destino.
Mis compañeros se acercaron, y la elfa se encargó de sujetar al chico y taparlo con un abrigo que llevaba en el bolso.
-No dijo casi nada, pero por lo que he visto, tiene poderosos enemigos... ya se han marchado-señalé a donde habian estado rato antes los sujetos.
Uno de los lobos gigantes se levantó y se acercó como antes lo habia hecho su compañero. Los otros dos lo imitaron. Me incoporé, llendo luego a tomar ese objeto tan valioso, abriendo con cuidado la mano del hombre. Era una pequeñabolsita de cuero, que llevaba una cuerda para poder colgarselo al cuello o suejtarlo a la muñeca. Lo tomé y guardé, mas tarde vería de que se trata. Ahora debíamos ocuparnos del herido.
-Ese lobo es diferente... -señaló Olver a Wood ayudando a la elfa con el joven.
-Podríamos llevarlo encima del lomo de uno de estos, a cuestas no sobrevivirá... Cerca de este lugar me parece sentir el aroma a un hogar, dejen que yo los guie..-habló la elfa. Ella tenía un buen olfato de elfo, incluso mas desarrolado que yo. Lo mio eran los ruidos.
Ayudé despues a mis compañeros a subir y recostar sobre el lomo al muchacho, incluso lo tapé con otro de los abrigos que llevábamos. El lobo que lo llevaba parecia entendernos, y se incoporporó con cuidado, los demás parecian querer seguirnos. Volví a mirar al lobo extraño mientras nos pusimos en marcha, guiados por Yideth.
-No se porqué, pero algo en tí me resulta conocido...-dije, pero no sabía si podía entenderme.
Miré a los demás cuerpos, y uno tenia su mano en su bolsillo, como aferrando algo que era lo unico que temía que le quitaran. De lejos vinieron el humano seguido por al elfa, trayendo consigo todo lo que llevábamos en ese viaje. El lobo que se habia interpuesto, seguía allí, lo sentía familiar por alguna razón, pero era imposible que fuera quien yo creía. Dudaba que ella, Kaala, estuviera en el mismo destino, aunque me hubiese gustado. No habia recibido carta alguna desde que se marchó a algún destino.
Mis compañeros se acercaron, y la elfa se encargó de sujetar al chico y taparlo con un abrigo que llevaba en el bolso.
-No dijo casi nada, pero por lo que he visto, tiene poderosos enemigos... ya se han marchado-señalé a donde habian estado rato antes los sujetos.
Uno de los lobos gigantes se levantó y se acercó como antes lo habia hecho su compañero. Los otros dos lo imitaron. Me incoporé, llendo luego a tomar ese objeto tan valioso, abriendo con cuidado la mano del hombre. Era una pequeñabolsita de cuero, que llevaba una cuerda para poder colgarselo al cuello o suejtarlo a la muñeca. Lo tomé y guardé, mas tarde vería de que se trata. Ahora debíamos ocuparnos del herido.
-Ese lobo es diferente... -señaló Olver a Wood ayudando a la elfa con el joven.
-Podríamos llevarlo encima del lomo de uno de estos, a cuestas no sobrevivirá... Cerca de este lugar me parece sentir el aroma a un hogar, dejen que yo los guie..-habló la elfa. Ella tenía un buen olfato de elfo, incluso mas desarrolado que yo. Lo mio eran los ruidos.
Ayudé despues a mis compañeros a subir y recostar sobre el lomo al muchacho, incluso lo tapé con otro de los abrigos que llevábamos. El lobo que lo llevaba parecia entendernos, y se incoporporó con cuidado, los demás parecian querer seguirnos. Volví a mirar al lobo extraño mientras nos pusimos en marcha, guiados por Yideth.
-No se porqué, pero algo en tí me resulta conocido...-dije, pero no sabía si podía entenderme.
Sydara
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Re: Nieve teñida en sangre [Interpretativo]
Suspiré. ¿Acaso mandé todo ese discurso para que no me escuchara? Decidí mantenerme en el anonimato, después de todo nos mantendríamos vivos por un buen rato y el juego podría ser interesante. De alguna forma ese trío se las ingenió para cargar al moribundo sobre mis espaldas.
Podría decirse que me daba un poco de temor la idea de terminar de convertir en fiambre al maltrecho humano, pero me hice a la idea que no podría hacer nada más por él que dejarlo en manos del elfo cuando llegáramos a algún lugar seguro. Al cabo de algún rato caminando él hizo un comentario: “ No se porqué, pero algo en tí me resulta conocido...”
Me parecía un poco surreal la idea de que un ser tan inteligente y observador como lo era Sydara necesitara confirmar si podía entenderle. Fue gracias a él que mi alma estaba curada y yo, ya no era Feith o Wood, sino una Woodpecker homogénea y un poco menos chiflada. Me reí y le mostré los dientes negando con la cabeza.
Me acerqué a él, pese a los vanos intentos torpes del humano para negármelo y con cuidado de no sorprender a nadie –además de no ladear la pesada carga- saqué una de mis hachas. Con esa pista tendría que darse cuenta ¿no?. No intentaría comunicarme por voz por un buen rato, porque de alguna manera u otra me hirió que un elfo no me escuchase/entendiese.
Volví a suspirar y me adelanté para acercarme a la elfa que nos iba liderando. Ya comenzaba a impacientarme, no me agradaba particularmente actuar como burro de cargas sobre una densa capa de nieve. Ese humano cada vez estaba más débil y mi pelaje bajo él se sentía muy incómodo…
Los tres lobos que nos acompañaban estaban más impacientes que yo. Parecía que sabíamos a dónde nos dirigíamos aunque tardé en darme cuenta de lo que esto podría significar.
Podría decirse que me daba un poco de temor la idea de terminar de convertir en fiambre al maltrecho humano, pero me hice a la idea que no podría hacer nada más por él que dejarlo en manos del elfo cuando llegáramos a algún lugar seguro. Al cabo de algún rato caminando él hizo un comentario: “ No se porqué, pero algo en tí me resulta conocido...”
Me parecía un poco surreal la idea de que un ser tan inteligente y observador como lo era Sydara necesitara confirmar si podía entenderle. Fue gracias a él que mi alma estaba curada y yo, ya no era Feith o Wood, sino una Woodpecker homogénea y un poco menos chiflada. Me reí y le mostré los dientes negando con la cabeza.
Me acerqué a él, pese a los vanos intentos torpes del humano para negármelo y con cuidado de no sorprender a nadie –además de no ladear la pesada carga- saqué una de mis hachas. Con esa pista tendría que darse cuenta ¿no?. No intentaría comunicarme por voz por un buen rato, porque de alguna manera u otra me hirió que un elfo no me escuchase/entendiese.
Volví a suspirar y me adelanté para acercarme a la elfa que nos iba liderando. Ya comenzaba a impacientarme, no me agradaba particularmente actuar como burro de cargas sobre una densa capa de nieve. Ese humano cada vez estaba más débil y mi pelaje bajo él se sentía muy incómodo…
Los tres lobos que nos acompañaban estaban más impacientes que yo. Parecía que sabíamos a dónde nos dirigíamos aunque tardé en darme cuenta de lo que esto podría significar.
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Re: Nieve teñida en sangre [Interpretativo]
Llegamos a una pequeña llanura en medio de todas ésas montañas. Atrás quedó el camino por el que habíamos venido. Allí había una especie de refugio, grande, fabricado en piedras y maderas pegado a la montaña.
La puerta estaba cerrada, pero como Olver era el más fuerte, fue quién la abrió y pudimos entrar, dejando pasó al lobo extraño. Los gigantes blancos quedaron afuera. Dentro habían un par de habitaciones, en una la principal, con una buena chimenea como para calentar todo el lugar, en la otra con unas cuantas camas, y en otra de estantes y almacenes de provisiones, con un barril de agua.
Dejamos al herido sobre una de las camas, y comencé a atenderlo. La elfa miraba también con aire conocido al lobo, como sí no fuera solamente un animal.
La puerta estaba cerrada, pero como Olver era el más fuerte, fue quién la abrió y pudimos entrar, dejando pasó al lobo extraño. Los gigantes blancos quedaron afuera. Dentro habían un par de habitaciones, en una la principal, con una buena chimenea como para calentar todo el lugar, en la otra con unas cuantas camas, y en otra de estantes y almacenes de provisiones, con un barril de agua.
Dejamos al herido sobre una de las camas, y comencé a atenderlo. La elfa miraba también con aire conocido al lobo, como sí no fuera solamente un animal.
Sydara
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Re: Nieve teñida en sangre [Interpretativo]
F-90 llevaba días en su inagotable marcha, con paso normal, al mismo ritmo, imposible de desesperar, su mente no se desesperaba, su calma inhumana era normal, todo era curiosidad y extrañes para su vista, que analizaba incansablemente todo a su alrededor, como niño pequeño que escudriña dentro de cualquier cueva o árbol en su afán de descubrir los detalles y secretos del mundo que le rodeaba, por mínimos que fuesen, y aunque le acarreasen cualquier tipo de problema, para el todo era divertido, interesante, anormal, extraño, raro, sucesos normales le eran increíbles, impactantes, asombrosos. Hasta un rayo que cayese era suficiente para que su mente lo guardara en forma de vídeo, y lo repitiese cientos de veces, hasta haberlo analizado por completo, asimilado y aprendido todo acerca de el, su memoria se iba rellenando poco a poco, dado que su memoria interna iba recobrando poco a poco un backup que estaba oculto en su base de datos, recuerdos importantes volvían poco a poco a su consciencia, su nombre, su utilidad, sus misiones, alguna que otra trivialidad, el manejo en armas, etc. Pero lo que en sí le importaba mas que todo era descubrir ese mundo raro, increíble. Sus recuerdos de como era la tierra le parecían poco interesantes, la maquinaria, las instalaciones militares, los humanos terrestres le eran de interés mínimo, su interés principal eran esos seres raros y amorfos de ese mundo en el que ahora estaba, quería analizarlos, verlos, observarlos, saber todo sobre ellos, su funcionamiento, sus formas de actuar, de sentir, de pensar(Si es que acaso lo hacían).
Poco a poco, sumido en sus extravagancias perdió la noción del tiempo, sus sensores pronto registraron un descenso drástico en la temperatura, por lo que tuvo que aumentar su emisión de calor a su exterior y no congelarse. La nieve. La nieve le atraía, la tomaba en su mano metálica, sus sensores registraban el frío y lo hacían derretir al instante, entonces era cuando el aplaudía con euforia, su inteligencia artificial recogía todo lo interesante acerca de esa cosa blanca que se llamaba nieve. Nunca la había visto, o no recordaba haberla visto o sentido en el mundo terrestre, esa sensación le era completamente nueva, interesante, asombrosa, se decía. El camino seguía, cada vez las temperaturas descendían de forma drástica gradualmente, en un punto estaba a 01 Cº, y al poco rato estaba a - 05Cº, se temía no encontrar fauna o habitantes de cualquier especie para entretenerse y analizar, como había hecho con varias especies anteriormente en su vagabundeo incesante. Pensaba poner marcha atrás, y a lo pronto vio una especie de refugio en esas montañas perdidas, se veía la puerta abierta, y tres enormes lobos blancos estaban en la entrada, eso había logrado ver desde la distancia que estaba, cinco kilometros decía su sensor de zoom. Activó el sensor térmico y detectó dentro a varias personas. Analizó todo de manera rápida en su procesador mental.
- Personas, animales, interesante, debo poner curso a esa zona. - Dijo su voz metálica, mientras se acercaba a trote ligero a esa especie de refugio, mientras encendía todos sus cachivaches, luces, alarmas, sondeaba la zona. Sacó de su coraza sus armas en caso de que esas bestias fuesen peligrosas y luego de un poco rato estaba a una distancia corta de la que estaba apenas una media hora, estando a al menos cincuenta metros alzó sus bocinas y gritó.
- ¡Buenas noches seres orgánicos, mi nombres es Destroyer-01, serie F-90, robot de reconocimiento terrestre designado a este mundo. Solicito acción social con vosotros! - Y paró a pocos metros de los lobos, que estaban en posición amenazante.
Poco a poco, sumido en sus extravagancias perdió la noción del tiempo, sus sensores pronto registraron un descenso drástico en la temperatura, por lo que tuvo que aumentar su emisión de calor a su exterior y no congelarse. La nieve. La nieve le atraía, la tomaba en su mano metálica, sus sensores registraban el frío y lo hacían derretir al instante, entonces era cuando el aplaudía con euforia, su inteligencia artificial recogía todo lo interesante acerca de esa cosa blanca que se llamaba nieve. Nunca la había visto, o no recordaba haberla visto o sentido en el mundo terrestre, esa sensación le era completamente nueva, interesante, asombrosa, se decía. El camino seguía, cada vez las temperaturas descendían de forma drástica gradualmente, en un punto estaba a 01 Cº, y al poco rato estaba a - 05Cº, se temía no encontrar fauna o habitantes de cualquier especie para entretenerse y analizar, como había hecho con varias especies anteriormente en su vagabundeo incesante. Pensaba poner marcha atrás, y a lo pronto vio una especie de refugio en esas montañas perdidas, se veía la puerta abierta, y tres enormes lobos blancos estaban en la entrada, eso había logrado ver desde la distancia que estaba, cinco kilometros decía su sensor de zoom. Activó el sensor térmico y detectó dentro a varias personas. Analizó todo de manera rápida en su procesador mental.
- Personas, animales, interesante, debo poner curso a esa zona. - Dijo su voz metálica, mientras se acercaba a trote ligero a esa especie de refugio, mientras encendía todos sus cachivaches, luces, alarmas, sondeaba la zona. Sacó de su coraza sus armas en caso de que esas bestias fuesen peligrosas y luego de un poco rato estaba a una distancia corta de la que estaba apenas una media hora, estando a al menos cincuenta metros alzó sus bocinas y gritó.
- ¡Buenas noches seres orgánicos, mi nombres es Destroyer-01, serie F-90, robot de reconocimiento terrestre designado a este mundo. Solicito acción social con vosotros! - Y paró a pocos metros de los lobos, que estaban en posición amenazante.
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Re: Nieve teñida en sangre [Interpretativo]
El elfo no volvió a tomar la palabra hasta que entramos a la casucha aquella. La elfa parecía haberse dado cuenta de quien era, aunque ella tampoco era un sol de carisma.
Me senté al costado de la puerta al lado de los lobos. Ellos estaban tibios, aunque bien que podrían haber entrado con nosotros. El clima era horrendo y las ráfagas de viento parecían cortar al propio aire. Los lobos estaban bien adiestrados, eso era obvio, pero además le tenían lealtad a su/sus amos, lo que me dio una fuerte punzada de celosía.
Una voz hizo eco en la habitación, pero lo que nos alertó –a los lobos y a mi principalmente- fue que dicha voz provenía del exterior. Observé a los canes, no tenían intención de moverse, sus pelambres se encresparon al igual que la mía. Clavé una de mis hachas contra el marco de la puerta mientras la entrecerraba para volver a mi forma humana y hablar fuerte y claro con Ydeth y Olver, porque Sydara parecía estar un tanto ocupado con el herido.
La desnudez no me molestaba demasiado, de no ser por el frío. Mis ropajes los había perdido en el fuego del momento en el que me transformé.
Eh, parece que tenemos visitas… Y es una cosa… que no se si esté viva. Los he visto en el pasado, son duros. me tomé mi tiempo para golpear mis piernas contra el suelo y sobarme los brazos, el frío me iba a matar. No parece en modo bersek… pero no se…Sydara, haré lo que me ordenes… aunque si quieres que me mantenga en esta forma necesitaré un abrigo.
La respiración comenzaba a entrecortarse y mi atención se centraba solamente en mantener mi temperatura alta. Descubrí que las paredes internas estaban bastante cálidas. Los pensamientos comenzarían a congelarse si no tenía una respuesta rápida…
Me senté al costado de la puerta al lado de los lobos. Ellos estaban tibios, aunque bien que podrían haber entrado con nosotros. El clima era horrendo y las ráfagas de viento parecían cortar al propio aire. Los lobos estaban bien adiestrados, eso era obvio, pero además le tenían lealtad a su/sus amos, lo que me dio una fuerte punzada de celosía.
Una voz hizo eco en la habitación, pero lo que nos alertó –a los lobos y a mi principalmente- fue que dicha voz provenía del exterior. Observé a los canes, no tenían intención de moverse, sus pelambres se encresparon al igual que la mía. Clavé una de mis hachas contra el marco de la puerta mientras la entrecerraba para volver a mi forma humana y hablar fuerte y claro con Ydeth y Olver, porque Sydara parecía estar un tanto ocupado con el herido.
La desnudez no me molestaba demasiado, de no ser por el frío. Mis ropajes los había perdido en el fuego del momento en el que me transformé.
Eh, parece que tenemos visitas… Y es una cosa… que no se si esté viva. Los he visto en el pasado, son duros. me tomé mi tiempo para golpear mis piernas contra el suelo y sobarme los brazos, el frío me iba a matar. No parece en modo bersek… pero no se…Sydara, haré lo que me ordenes… aunque si quieres que me mantenga en esta forma necesitaré un abrigo.
La respiración comenzaba a entrecortarse y mi atención se centraba solamente en mantener mi temperatura alta. Descubrí que las paredes internas estaban bastante cálidas. Los pensamientos comenzarían a congelarse si no tenía una respuesta rápida…
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Re: Nieve teñida en sangre [Interpretativo]
-Ya me parecía que te conocía muchacha, pasa tenemos muchos abrigos-dijo la elfa viendo temblar casi incontroladamente de ese frio que calaba hasta los huesos. Olver al darse cuenta, prefirio no hacer preguntas y pasó unas ropas para que pudiera vestirse.
Creo que todos estábamos más helados aun por la voz potente que se habia escuchado afuera. No era la voz de la Parca, por lo que mire por la ventana empañada, limpiandola con un paño que tenia a mano. Le habia quitado la camisa al muchacho, y abrigos, pero debí rompérselas para atenderlo y no causarle más daño. No era tiempo que yo me preocupara por el sujeto de armadura extraña que estaba afuera, en medio de ese temporal de nieve que nos estaba alcanzando.
Fue un proceso dificil el de extraerle la punta de la flecha, que habia llegado a formar una herida profunda. Esperaba que Olver hubiera terminado de encender el fuego en la chimenea y esperar en la puerta al sujeto extraño. Él hizo que las mujeres permanecieran dentro, al abrigo del fuego.
Logré que el joven despertara, tomando la pequeña bolsita que encontré y se lo coloqué en una de sus manos, en tanto tomaba fuerzas para hablar. Mientras comencé a limpiar la herida y luego a vertir algunas sustancias en un intento de detener la hemorragia y calmarle el dolor, pero con la debilidad por la sangre perdida, y la gravedad de su herida, no podía hacer mucho, solo esperar algún milagro. Tenía conmigo la pócima de los muertos, en el fardo donde traia todos los elementos que podrian servirnos en un viaje como en este caso, pero no me parecia prudente volver a beberla despues de lo que ocurrió la ultima vez.
Yideth miró a la joven despues de vestirse y abrigarse bien, sacando de su fardo unas buenas frutas y dos cantimploras.
-Esto no es mucha comida, pero tomando un par de tragos, tendremos todas las vitaminas como si hubiesemos desayunado e ingerido dos almuerzos juntos-le tendió a la joven una manzana grande y amarilla, y una de las cantimploras. Olver seguía esperando al hombre raro, pues no iba atreverse a salir del refugio por razones obvias.
Creo que todos estábamos más helados aun por la voz potente que se habia escuchado afuera. No era la voz de la Parca, por lo que mire por la ventana empañada, limpiandola con un paño que tenia a mano. Le habia quitado la camisa al muchacho, y abrigos, pero debí rompérselas para atenderlo y no causarle más daño. No era tiempo que yo me preocupara por el sujeto de armadura extraña que estaba afuera, en medio de ese temporal de nieve que nos estaba alcanzando.
Fue un proceso dificil el de extraerle la punta de la flecha, que habia llegado a formar una herida profunda. Esperaba que Olver hubiera terminado de encender el fuego en la chimenea y esperar en la puerta al sujeto extraño. Él hizo que las mujeres permanecieran dentro, al abrigo del fuego.
Logré que el joven despertara, tomando la pequeña bolsita que encontré y se lo coloqué en una de sus manos, en tanto tomaba fuerzas para hablar. Mientras comencé a limpiar la herida y luego a vertir algunas sustancias en un intento de detener la hemorragia y calmarle el dolor, pero con la debilidad por la sangre perdida, y la gravedad de su herida, no podía hacer mucho, solo esperar algún milagro. Tenía conmigo la pócima de los muertos, en el fardo donde traia todos los elementos que podrian servirnos en un viaje como en este caso, pero no me parecia prudente volver a beberla despues de lo que ocurrió la ultima vez.
Yideth miró a la joven despues de vestirse y abrigarse bien, sacando de su fardo unas buenas frutas y dos cantimploras.
-Esto no es mucha comida, pero tomando un par de tragos, tendremos todas las vitaminas como si hubiesemos desayunado e ingerido dos almuerzos juntos-le tendió a la joven una manzana grande y amarilla, y una de las cantimploras. Olver seguía esperando al hombre raro, pues no iba atreverse a salir del refugio por razones obvias.
Sydara
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Re: Nieve teñida en sangre [Interpretativo]
La puerta se entreabrió lentamente, y pronto un hombre ¿humano? asomo levemente por ella, desde donde le estuvo observando largo rato, ¿era descortesía o desconfianza? ¿ o bien ambas? Bien sabía que la gente común desconfiaba sobremanera de el, un enorme humanoide que irradiaba luz y que en si, parecía peligroso a cualquiera que lo viese. Movió sus dedos para que no se congelasen en la borrasca que hacía, mientras sus armas se llenaban de una especie de escarcha en su filo. Caminó lentamente a la entrada de la cabaña, mientras sus sensores térmicos detectaban irradiación de calor en su interior, y una columna de humo salía desde el orificio de la chimenea, su paso pesado hacía crujir la grava cubierta de nieve bajo sus pies, y sus distintos motores sonaban con fuerza enorme, trabajando para mantenerlo caliente y que no se congelase. Al poco rato llegó a la puerta, empujó con fuerza la puerta empujando un poco al hombre que estaba tras ella y haciendo gruñir amenazadoramente a los lobos que estaban ahí.
- Con permiso - Dijo su voz electrónica, la había configurado para parecer lo menos amenazador posible en caso que fuese necesario hablar con alguien mas, pero aun así era de potencia tal que asustaba a la persona que la escuchase por primera vez, lo que sumado a su raro aspecto le hacía parecer de poca confianza. Entró y cerró la puerta a sus espaldas, con lo que cesó parte del ruido de la borrasca, y el gélido viento que soplaba al interior mientras esta permanecía entre abierta. No avanzó más, se quedó parado allí donde estaba, mientras su sistema de calefacción en conjunto a la "agradable" temperatura del interior de la cabaña, que estaba protegida del frío, hacían derretir la capa de escarcha que se había formado en su coraza exterior.
- Disculpad si interrumpo algo - Dijo al poco al ver que estaban ocupados atendiendo al parecer a un herido - Hemos viajado durante días en rumbo a esta zona en busca de especies nuevas las cuales conocer, ¿podríais decirme a que especie pertenecéis? - Dijo lentamente, refiriéndose a el y a su IA. Mientras no soltaba sus armas, dada la actitud amenazante que aun sostenían los caninos.
- Con permiso - Dijo su voz electrónica, la había configurado para parecer lo menos amenazador posible en caso que fuese necesario hablar con alguien mas, pero aun así era de potencia tal que asustaba a la persona que la escuchase por primera vez, lo que sumado a su raro aspecto le hacía parecer de poca confianza. Entró y cerró la puerta a sus espaldas, con lo que cesó parte del ruido de la borrasca, y el gélido viento que soplaba al interior mientras esta permanecía entre abierta. No avanzó más, se quedó parado allí donde estaba, mientras su sistema de calefacción en conjunto a la "agradable" temperatura del interior de la cabaña, que estaba protegida del frío, hacían derretir la capa de escarcha que se había formado en su coraza exterior.
- Disculpad si interrumpo algo - Dijo al poco al ver que estaban ocupados atendiendo al parecer a un herido - Hemos viajado durante días en rumbo a esta zona en busca de especies nuevas las cuales conocer, ¿podríais decirme a que especie pertenecéis? - Dijo lentamente, refiriéndose a el y a su IA. Mientras no soltaba sus armas, dada la actitud amenazante que aun sostenían los caninos.
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Re: Nieve teñida en sangre [Interpretativo]
La elfa me recibió de una forma muy calurosa ofreciéndome comida; hacía un par de días que no comía nada decente, pero lo que me hizo aceptar aquella fruta fue su expresión al ofrecérmela Diablos… estos bichos con orejas en punta, te les acercas y ya creen que eres su mascota.
Suspiré y le di una mordida a la manzana, fue entonces cuando terminé de comprender las palabras de ella y me la zambullí de prisa; en realidad las frutas no me caían en mucha gracia, pero bueno… a caballo regalado no se le mira el pelo.
Ya estaba terminando el tentempié cuando ese… ¿droide? traspasó la puerta. La ráfaga que entró tras él también estaba cargada con los sentimientos de mis primos lobunos. De buena gana me eché a reír cuando le escuché a hablar prendido de sus armas.
Mi cuerpo estaba bien escondido tras varias capas de abrigo, incluyendo una bufanda y una pesada capucha. Miré de reojo a la otra fémina mientras abandonaba mi lugar junto a ella en un movimiento grácil y rápido para situarme frente a frente con el nuevo.
Con las manos envueltas en grandes guantes alcé la mano a la altura de sus ojos. Mi frente le daba por debajo de su pecho o lo que fuese. En momentos como ese desee haber tenido alas o algo así para verle a los ojos. Cuando creí que reconoció mis movimientos di unos pasos hacia atrás y gesticulé para que me prestara una mano mientras tomaba la palabra.
¿No crees que es de mala educación irrumpir en un lugar y no presentarse?.
Definitivamente me moría de ganas por probar la resistencia del metal con la que estaba armado. En tiempos anteriores una de esas cosas casi rompe mis hachas y no volvería a tomar el riesgo. Quería morderle uno de sus dedos para probarlo. De hecho, ya se me estaba haciendo agua la boca mientras esperaba ansiosa su respuesta.
Me puse de perfil entre él y Sydara ya que no quería darle la espalda. Eh, elfo… tenemos a esta co…ehm…bueno a eso aquí dije apuntándole con el dedo a alguna parte de la gran masaaún no me dices qué quieres que haga… me… impacientas dije tratando de encontrar las palabras adecuadas. Estar en un solo sitio hacía que se me pusieran los pelos de punta y más si el ambiente estaba cargado como lo estaba en el momento.
Te ayudaré con ese tipo si no te decides, al menos puedo limpiarle la sangre con mayor facilidad dije relamiéndome los labios. Aún no estaba segura si debía revelarle el secreto de mi identidad al desconocido.
Suspiré y le di una mordida a la manzana, fue entonces cuando terminé de comprender las palabras de ella y me la zambullí de prisa; en realidad las frutas no me caían en mucha gracia, pero bueno… a caballo regalado no se le mira el pelo.
Ya estaba terminando el tentempié cuando ese… ¿droide? traspasó la puerta. La ráfaga que entró tras él también estaba cargada con los sentimientos de mis primos lobunos. De buena gana me eché a reír cuando le escuché a hablar prendido de sus armas.
Mi cuerpo estaba bien escondido tras varias capas de abrigo, incluyendo una bufanda y una pesada capucha. Miré de reojo a la otra fémina mientras abandonaba mi lugar junto a ella en un movimiento grácil y rápido para situarme frente a frente con el nuevo.
Con las manos envueltas en grandes guantes alcé la mano a la altura de sus ojos. Mi frente le daba por debajo de su pecho o lo que fuese. En momentos como ese desee haber tenido alas o algo así para verle a los ojos. Cuando creí que reconoció mis movimientos di unos pasos hacia atrás y gesticulé para que me prestara una mano mientras tomaba la palabra.
¿No crees que es de mala educación irrumpir en un lugar y no presentarse?.
Definitivamente me moría de ganas por probar la resistencia del metal con la que estaba armado. En tiempos anteriores una de esas cosas casi rompe mis hachas y no volvería a tomar el riesgo. Quería morderle uno de sus dedos para probarlo. De hecho, ya se me estaba haciendo agua la boca mientras esperaba ansiosa su respuesta.
Me puse de perfil entre él y Sydara ya que no quería darle la espalda. Eh, elfo… tenemos a esta co…ehm…bueno a eso aquí dije apuntándole con el dedo a alguna parte de la gran masaaún no me dices qué quieres que haga… me… impacientas dije tratando de encontrar las palabras adecuadas. Estar en un solo sitio hacía que se me pusieran los pelos de punta y más si el ambiente estaba cargado como lo estaba en el momento.
Te ayudaré con ese tipo si no te decides, al menos puedo limpiarle la sangre con mayor facilidad dije relamiéndome los labios. Aún no estaba segura si debía revelarle el secreto de mi identidad al desconocido.
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Re: Nieve teñida en sangre [Interpretativo]
Mientras presionaba la herida del joven luego de extraerle la flecha, miré al recien llegado y Wood, no me habia fijado mucho en ella, pero dije mirando un momento hacia la puerta de la habitación que estaba por el extremo opuesto de la entrada,
-Wood! Que sorpresa verte acá, eres licantropa?-pregunté sonriendo apenas porque me centraba a lo que ahora me preocupaba- Y respecto al extraño, no te preocupes, parece que es amistoso... es una armadura muy extraña, podria quitársela si desea. Pero sientete cómoda, en cuanto pase la tormenta... partiremos de nuevo, ¿Qué haces por estos lados?-pregunté. Aun la voz del sujeto extraño me dejaba pensando cómo la lograba, no me encajaba ese sonido metálñico que tenía.
Dejé de hablar en cuanto el muchacho tomó mi brazo para indicarme que quería decir algo.
-No fueron cazadores... ni bandidos, teníamos que llevar esa esmeralda del collar al brujo que habita en el Acantilado de la islas Illidenses... Es una piedra que trae una bendición y una maldición... tiene su historia, eso tratamos de proteger, venian a robarla en cuanto apareciste, pero vendran pronto por ustedes. Esa piedra tienes fines buenos o malos según para quienes es destinada... Ademas de ser tan extraordinaria y codiciada para quien la vea, garantiza una venta millonaria... Los sujetos que atacaron... estan dirigidos por mi tio y hermano, ellos tiene su propia legión, pero son poderosos, y haran lo que fuere por tomar de nuevo la piedra. Es todo lo que puedo decir... Con mi legión la llevábamos a quien la protegería y la usaria para buenos fines... Preo nunca la toques con las manos desnudas, está protegida por veneno letal por si fuese robado... ingresa por la piel, y te mata de una forma lenta y dolorosa... -advirtió el muchacho, y exhausto de hablar, cerró los ojos para descansar. Pero mientras en la otra mano tenia la pequeña bolsa de cuero con el colgante, el muchacho cerró mi mano, entregando el apreciado objeto, y dijo, con la respiracion ahora dificultosa-Sé que la protegeréis, el brujo podrá enseñarte con la medicina, y crear una pócima para traer de vuelta a los muertos, a la tierra de los vivos...-
Dejó de hablar y respondí.
-Así será, pero intentaré que sobrevivas y vayas por tí mismo... -prometí guardando el objeto en el bolsillo. Ahora sí estábamos en medio de un problema familiar. Miré hacia la puerta, viendo que comenzaban a charlar con el sujeto de la armadura extraña, pero luego volví a fijarme en el muchacho, para pasarle una sustancia algo espesa por la herida, suturar y vendarlo. Para finalizar me aseguré de ponerle varias frazadas y mantener una temperatura estable en su cuerpo.
Tras asegurarme de que estuviera bien, me levanté, limpie mis manos con el agua que quedaba de mi cantimplora, y a continaución me dirigí a la sala principal. Olver se calentaba las manos en el fuego y al verme salir, fue a la habitación para cuidar al joven. Les expliqué la situación a Wood y la Elfa mientras tanto, pero no dejaba de observar al sujeto. Le dije mientras volteaba la mesa con cuidado y acercaba a una distancia del fuego, como para sentarnos allí y apoyar la espalda cómodamente. La elfa tiró al suelo una manta algo raida, que usabamos para tenderla en el suelo y no ensuciarnos mucho. Era grande, le ayudé a tenderla en el suelo e invite a sentarse al suejto y ambas mujeres. Yo me quedé de pie calentando mis manos al calor del fuego y recordé.
-Por cierto, no te has presentado, Wood, disculpame, no pude atender a tu respuesta sobre cómo has llegado acá o cual es tu destino.. si es que queires contarnos...-dije sonriendo a manera de disculpa si mi pregunta era muy atrevida en su vida personal.
-Wood! Que sorpresa verte acá, eres licantropa?-pregunté sonriendo apenas porque me centraba a lo que ahora me preocupaba- Y respecto al extraño, no te preocupes, parece que es amistoso... es una armadura muy extraña, podria quitársela si desea. Pero sientete cómoda, en cuanto pase la tormenta... partiremos de nuevo, ¿Qué haces por estos lados?-pregunté. Aun la voz del sujeto extraño me dejaba pensando cómo la lograba, no me encajaba ese sonido metálñico que tenía.
Dejé de hablar en cuanto el muchacho tomó mi brazo para indicarme que quería decir algo.
-No fueron cazadores... ni bandidos, teníamos que llevar esa esmeralda del collar al brujo que habita en el Acantilado de la islas Illidenses... Es una piedra que trae una bendición y una maldición... tiene su historia, eso tratamos de proteger, venian a robarla en cuanto apareciste, pero vendran pronto por ustedes. Esa piedra tienes fines buenos o malos según para quienes es destinada... Ademas de ser tan extraordinaria y codiciada para quien la vea, garantiza una venta millonaria... Los sujetos que atacaron... estan dirigidos por mi tio y hermano, ellos tiene su propia legión, pero son poderosos, y haran lo que fuere por tomar de nuevo la piedra. Es todo lo que puedo decir... Con mi legión la llevábamos a quien la protegería y la usaria para buenos fines... Preo nunca la toques con las manos desnudas, está protegida por veneno letal por si fuese robado... ingresa por la piel, y te mata de una forma lenta y dolorosa... -advirtió el muchacho, y exhausto de hablar, cerró los ojos para descansar. Pero mientras en la otra mano tenia la pequeña bolsa de cuero con el colgante, el muchacho cerró mi mano, entregando el apreciado objeto, y dijo, con la respiracion ahora dificultosa-Sé que la protegeréis, el brujo podrá enseñarte con la medicina, y crear una pócima para traer de vuelta a los muertos, a la tierra de los vivos...-
Dejó de hablar y respondí.
-Así será, pero intentaré que sobrevivas y vayas por tí mismo... -prometí guardando el objeto en el bolsillo. Ahora sí estábamos en medio de un problema familiar. Miré hacia la puerta, viendo que comenzaban a charlar con el sujeto de la armadura extraña, pero luego volví a fijarme en el muchacho, para pasarle una sustancia algo espesa por la herida, suturar y vendarlo. Para finalizar me aseguré de ponerle varias frazadas y mantener una temperatura estable en su cuerpo.
Tras asegurarme de que estuviera bien, me levanté, limpie mis manos con el agua que quedaba de mi cantimplora, y a continaución me dirigí a la sala principal. Olver se calentaba las manos en el fuego y al verme salir, fue a la habitación para cuidar al joven. Les expliqué la situación a Wood y la Elfa mientras tanto, pero no dejaba de observar al sujeto. Le dije mientras volteaba la mesa con cuidado y acercaba a una distancia del fuego, como para sentarnos allí y apoyar la espalda cómodamente. La elfa tiró al suelo una manta algo raida, que usabamos para tenderla en el suelo y no ensuciarnos mucho. Era grande, le ayudé a tenderla en el suelo e invite a sentarse al suejto y ambas mujeres. Yo me quedé de pie calentando mis manos al calor del fuego y recordé.
-Por cierto, no te has presentado, Wood, disculpame, no pude atender a tu respuesta sobre cómo has llegado acá o cual es tu destino.. si es que queires contarnos...-dije sonriendo a manera de disculpa si mi pregunta era muy atrevida en su vida personal.
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Re: Nieve teñida en sangre [Interpretativo]
El ambiente se tornó calmado y poco amenazante, por lo que depositó sus armas en la parte de su espalda, y accionó los mecanismos para que estas se guardaran, desapareciendo lentamente en su espalda. Seguía parado ahí, frente a la puerta, inmovil, analizaba a los seres que estaban dentro de la edificación, un humano, una elfa, una... ¿humana?, ni idea, solo sabía que en la habitación contigua estaba un elfo, atendiendo al parecer a un humano...
La humana que estaba casi desnuda, se paseo frente a el, y luego de un rato subió su mano a la altura de sus ojos, le dijo algo de presentarse.
- Disculpad la descortesía, mi nombre es prototipo Destroyer 01, serie F-90, primer y único prototipo en actual funcionamiento. Mucho gusto. - Dijo tendiéndole su pesada mano metálica. El elfo regresó al poco y dijo de una armadura, y quitársela, seguro en referencia a su cuerpo.
- No es una armadura, es mi cuerpo, soy de esa "raza" que ustedes llaman bio-cibérneticos - Dijo sin inmutarse, mientras se sentaba pesadamente en una silla, que se rompió al instante por no soportar su gran peso. Y luego dijo desde el suelo.
- ¿Vosotros sois, elfos humanos y... según mencionaste recientemente, ¿licántropos?, nunca los he visto a ellos, me interesaría saber mas. - Dijo poniendo toda su atención en Woodpecker.
La humana que estaba casi desnuda, se paseo frente a el, y luego de un rato subió su mano a la altura de sus ojos, le dijo algo de presentarse.
- Disculpad la descortesía, mi nombre es prototipo Destroyer 01, serie F-90, primer y único prototipo en actual funcionamiento. Mucho gusto. - Dijo tendiéndole su pesada mano metálica. El elfo regresó al poco y dijo de una armadura, y quitársela, seguro en referencia a su cuerpo.
- No es una armadura, es mi cuerpo, soy de esa "raza" que ustedes llaman bio-cibérneticos - Dijo sin inmutarse, mientras se sentaba pesadamente en una silla, que se rompió al instante por no soportar su gran peso. Y luego dijo desde el suelo.
- ¿Vosotros sois, elfos humanos y... según mencionaste recientemente, ¿licántropos?, nunca los he visto a ellos, me interesaría saber mas. - Dijo poniendo toda su atención en Woodpecker.
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Re: Nieve teñida en sangre [Interpretativo]
¡Claro que aproveché aquél sagrado momento en el que ese tal F-90 alzó la mano hacia mi! Sin pensármelo dos veces le mordí la punta de un dedo con todas mis fuerzas, pero creo que en realidad eso ni siquiera le hizo una pequeña muesca entre aquél metal. Por lo que consideré correcto alejarme un par de pasos de él.
Sydara estaba acabando con el maltrecho humano y repartió a todas voces el secreto de mi licantropía. Sin querer una mirada de odio absoluto cruzó la estancia en su dirección, pero luego me arrepentí y traté de cambiarla por una de moderado recelo. Me encogí de hombros y escuché cada una de sus palabras.
Cuando el elfo dijo lo de la armadura alcé una ceja y sopesé esa posibilidad. La vez que conocí a uno como él fuimos necesarios unos cuantos de varias especies para descuartizarlo, y no había nada aprovechable para mi estómago… no… no podría… esas cosas no son buenas.
En mitad de mi concentración –la cuál era muy difícil de lograr- un ruido estruendoso invadió el ambiente haciendo que los lobos se hicieran presente en actitud amenazante. Resultó que el destroyer ese ya había hecho su primera metida de pata: romper una silla. La situación era graciosa, por lo que dejé estallar una sonora carcajada y volví a acercarme a él para ayudarle a incorporarse, pero me fue imposible bajo la forma humana. Entonces él resolvió mi puzzle mental. En realidad era un bio-cibernetico.
Hice tronar mi lengua e ignoré momentáneamente el comentario del grandote ese. Miré a Sydara con cierto aire de cuestionamiento. Probablemente iba a hacer lo que el moribundo le había pedido. Era muy típico de él… pero preferí guardarme los comentarios para más adelante. Siempre que pudiera descuartizar a algunos “chicos malos” –y alimentarme de ellos en el proceso- yo saldría ganando.
Me puse al costado de la estufa con el elfo para responderle, aunque alcé la voz para que todos en la sala me escuchasen. El prototipo ese estaba cerca de la puerta y cuando me acerqué a él me había dado un poco de frío, aunque yo prefería calentar mis piernas y cola.
Estaba por el vecindario, me gusta vagar ¿sabes? Además creo que esto… ¿cómo le decían…? Ah, ¡si! “Nieve” es muy… peligrosa y como una caja de sorpresas, nunca sabes qué podrías encontrar bajo ella ¡ja! Hice una pequeña pausa en mi discurso, me froté las manos y giré para darle el frente al fuego.
En realidad… quiero volverme más fuerte para no depender de nadie El fuego tenía un tinte melancólico y sentí cierta humedad proviniendo de mis ojos, me los sequé y volví a girar, dándole la espalda al elfo.
Olfatee sangre a cierta distancia y pensaba que podría desayunar a algunos desconocidos más un elfo, pero… ¡diablos! ¿tenías que ser tú? la risa se me notaba en la voz, aunque la reprimí lo mejor que pude… Escucha, sé que harás alguna tontería, asi que… creo que ser tu niñera ya me dará suficientes problemas. Si salgo viva de esto creo que será una buena aventura para contarle a tus nietos cuando mueras. Aún no podía quitarme de la mente los extraños comportamientos de él. Si fuera necesario abusaría de mi forma lobuna para no permitir que él mismo acabase con su vida.
Comencé a quitarme la ropa y avanzar directamente hacia el metálico. Pero… a cambio tienes que prometerme que pensarás más en ti.
Me aseguré que el “prototipo” me analizara bien y luego me transformé cuasi sobre él y le gruñí mostrándole todos los dientes mientras le empujaba para hacerle levantarse. Era una carga pesada, pero nada que no pudiera manejar…
Una idea me cruzó por la mente como un rayo de luz. Si el elfo planeaba hacer lo que creía que iba a hacer, entonces podríamos llevarnos este bastión como defensa, por algo tendría que ser el último de su especie, o lo que fuera, ¿no? Pero Prototipo, Destroyer, o F-90 era muy largo… Pensé en un nuevo nombre y con él a flor de labios me dispuse a regresar a mi forma humana.
Sydara estaba acabando con el maltrecho humano y repartió a todas voces el secreto de mi licantropía. Sin querer una mirada de odio absoluto cruzó la estancia en su dirección, pero luego me arrepentí y traté de cambiarla por una de moderado recelo. Me encogí de hombros y escuché cada una de sus palabras.
Cuando el elfo dijo lo de la armadura alcé una ceja y sopesé esa posibilidad. La vez que conocí a uno como él fuimos necesarios unos cuantos de varias especies para descuartizarlo, y no había nada aprovechable para mi estómago… no… no podría… esas cosas no son buenas.
En mitad de mi concentración –la cuál era muy difícil de lograr- un ruido estruendoso invadió el ambiente haciendo que los lobos se hicieran presente en actitud amenazante. Resultó que el destroyer ese ya había hecho su primera metida de pata: romper una silla. La situación era graciosa, por lo que dejé estallar una sonora carcajada y volví a acercarme a él para ayudarle a incorporarse, pero me fue imposible bajo la forma humana. Entonces él resolvió mi puzzle mental. En realidad era un bio-cibernetico.
Hice tronar mi lengua e ignoré momentáneamente el comentario del grandote ese. Miré a Sydara con cierto aire de cuestionamiento. Probablemente iba a hacer lo que el moribundo le había pedido. Era muy típico de él… pero preferí guardarme los comentarios para más adelante. Siempre que pudiera descuartizar a algunos “chicos malos” –y alimentarme de ellos en el proceso- yo saldría ganando.
Me puse al costado de la estufa con el elfo para responderle, aunque alcé la voz para que todos en la sala me escuchasen. El prototipo ese estaba cerca de la puerta y cuando me acerqué a él me había dado un poco de frío, aunque yo prefería calentar mis piernas y cola.
Estaba por el vecindario, me gusta vagar ¿sabes? Además creo que esto… ¿cómo le decían…? Ah, ¡si! “Nieve” es muy… peligrosa y como una caja de sorpresas, nunca sabes qué podrías encontrar bajo ella ¡ja! Hice una pequeña pausa en mi discurso, me froté las manos y giré para darle el frente al fuego.
En realidad… quiero volverme más fuerte para no depender de nadie El fuego tenía un tinte melancólico y sentí cierta humedad proviniendo de mis ojos, me los sequé y volví a girar, dándole la espalda al elfo.
Olfatee sangre a cierta distancia y pensaba que podría desayunar a algunos desconocidos más un elfo, pero… ¡diablos! ¿tenías que ser tú? la risa se me notaba en la voz, aunque la reprimí lo mejor que pude… Escucha, sé que harás alguna tontería, asi que… creo que ser tu niñera ya me dará suficientes problemas. Si salgo viva de esto creo que será una buena aventura para contarle a tus nietos cuando mueras. Aún no podía quitarme de la mente los extraños comportamientos de él. Si fuera necesario abusaría de mi forma lobuna para no permitir que él mismo acabase con su vida.
Comencé a quitarme la ropa y avanzar directamente hacia el metálico. Pero… a cambio tienes que prometerme que pensarás más en ti.
Me aseguré que el “prototipo” me analizara bien y luego me transformé cuasi sobre él y le gruñí mostrándole todos los dientes mientras le empujaba para hacerle levantarse. Era una carga pesada, pero nada que no pudiera manejar…
Una idea me cruzó por la mente como un rayo de luz. Si el elfo planeaba hacer lo que creía que iba a hacer, entonces podríamos llevarnos este bastión como defensa, por algo tendría que ser el último de su especie, o lo que fuera, ¿no? Pero Prototipo, Destroyer, o F-90 era muy largo… Pensé en un nuevo nombre y con él a flor de labios me dispuse a regresar a mi forma humana.
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Re: Nieve teñida en sangre [Interpretativo]
Escuché las palabras de la loba, y la dejé terminar, y sonreí al final. La miré a los ojos para contestarle.
-Bien Wood, a mi me agrada la nieve, mucho mas que el calor, pero más que congelarte no vas a hallar mucho. Me parece bien, nadie vivirá por tí, y es la mejor manera para poder ser fuerte y sobrevivir en estas tierras- reí por motivos que yo solo conocia, pero con una sonrisa dije a los proximo que me dijo- No se que piensas que está por suceder, pero no temas que saldremos de acá pronto e iremos a la ciudad...Descuida, se defenderme-reí-pero procura cuidarte a tí misma. En todo casi, cuentamos con la ayuda de Olver y Yideth-
Se me ocurrió pensar que quiza ella recordaba el extraño hecho del hospital, cuando me tocó atender a su amigo, pero afortundamente, despues de eso no volvio a ocurrir nada, y hasta habia fabricado una bebida al respecto por las dudas. La vi desnudarse de pronto para tranforamrse, y me divirtió un poco ayudar a levantar al bio cibernetico. Ahora que recordaba, habia conocido a alguien asi, pero habia tenido forma humana. Se trataba de Mireya, quien irrumpio hace dias en el despacho buscando nuevos saberes.
Ayudé como pude a Wood a levantar al bio, y le dije.
-Puedes sentarte acá con nosotros... he dejado esta mesa a modo de asiento... aunque no se si sientas frio...-dije sonriendo. Olver me hizo seña para que me dirigiera al cuarto y allí fui rápido a ver que ocurría.
- ¿No seria correcto hacer algo para que deje de sufrir?...-me miraba con una seriedad que nunca habia visto.
La eutanasia siempre dio lugar a la batala en mi mente. Me acerqué al joven, quien susurraba cosas en voz baja, con los ojos cerrados, inconcientemente, pero no lgoraba distinguir lo que decia. No sabia si volvería a despertar pero no tenia certeza de cuanto mas tiempo estaria sufriendo de esa forma.
- ¿Estás de acuerdo?-preguntó con insistencia. Sabia que era muy duro para el humano ver a alguien asi, asi que le dije.
-No te preocupes, yo me encargo, puedo hablarles desde acá....Ve y sientate junto al fuego, el hombre bio.. es divertido- sonreí instándolo a marchar, pero sin responderle. No tenia palabras para decidir, y no iba a dejar que nadie decidiera. Hacer algo para ultimar su vida cundo aun tenia el minimo rastro de vida me parecía algo muy egoista, pero tambien el hecho de que estuviera sufriendo... Tomé mi fardo y lo dejé sobre una mesita, quitando de la mente la unica posiblidad que se me ocurría.
Olver trajo una silla y se sentó junto a la puerta, afuera de la habitación pero atento a la sitaución que ocurría adentro.
Como la tormenta estaba apenas empezando, seguramente no terminaria hasta la noche, y al medio dia podriamos partir, porque al amanecer, con los primeros rayos del sol, la temperatura decendería mucho más. Dudaba que los atacantes quisieran atacarnos con este clima. Era posible que estuvieran en algun refugio en la misma montaña.
-Bien Wood, a mi me agrada la nieve, mucho mas que el calor, pero más que congelarte no vas a hallar mucho. Me parece bien, nadie vivirá por tí, y es la mejor manera para poder ser fuerte y sobrevivir en estas tierras- reí por motivos que yo solo conocia, pero con una sonrisa dije a los proximo que me dijo- No se que piensas que está por suceder, pero no temas que saldremos de acá pronto e iremos a la ciudad...Descuida, se defenderme-reí-pero procura cuidarte a tí misma. En todo casi, cuentamos con la ayuda de Olver y Yideth-
Se me ocurrió pensar que quiza ella recordaba el extraño hecho del hospital, cuando me tocó atender a su amigo, pero afortundamente, despues de eso no volvio a ocurrir nada, y hasta habia fabricado una bebida al respecto por las dudas. La vi desnudarse de pronto para tranforamrse, y me divirtió un poco ayudar a levantar al bio cibernetico. Ahora que recordaba, habia conocido a alguien asi, pero habia tenido forma humana. Se trataba de Mireya, quien irrumpio hace dias en el despacho buscando nuevos saberes.
Ayudé como pude a Wood a levantar al bio, y le dije.
-Puedes sentarte acá con nosotros... he dejado esta mesa a modo de asiento... aunque no se si sientas frio...-dije sonriendo. Olver me hizo seña para que me dirigiera al cuarto y allí fui rápido a ver que ocurría.
- ¿No seria correcto hacer algo para que deje de sufrir?...-me miraba con una seriedad que nunca habia visto.
La eutanasia siempre dio lugar a la batala en mi mente. Me acerqué al joven, quien susurraba cosas en voz baja, con los ojos cerrados, inconcientemente, pero no lgoraba distinguir lo que decia. No sabia si volvería a despertar pero no tenia certeza de cuanto mas tiempo estaria sufriendo de esa forma.
- ¿Estás de acuerdo?-preguntó con insistencia. Sabia que era muy duro para el humano ver a alguien asi, asi que le dije.
-No te preocupes, yo me encargo, puedo hablarles desde acá....Ve y sientate junto al fuego, el hombre bio.. es divertido- sonreí instándolo a marchar, pero sin responderle. No tenia palabras para decidir, y no iba a dejar que nadie decidiera. Hacer algo para ultimar su vida cundo aun tenia el minimo rastro de vida me parecía algo muy egoista, pero tambien el hecho de que estuviera sufriendo... Tomé mi fardo y lo dejé sobre una mesita, quitando de la mente la unica posiblidad que se me ocurría.
Olver trajo una silla y se sentó junto a la puerta, afuera de la habitación pero atento a la sitaución que ocurría adentro.
Como la tormenta estaba apenas empezando, seguramente no terminaria hasta la noche, y al medio dia podriamos partir, porque al amanecer, con los primeros rayos del sol, la temperatura decendería mucho más. Dudaba que los atacantes quisieran atacarnos con este clima. Era posible que estuvieran en algun refugio en la misma montaña.
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Re: Nieve teñida en sangre [Interpretativo]
La transformación de la mujer que llamaban licántropo le había interesado al extremo de grabarla en su base de datos, mientras la repetía decenas de veces y analizaba todo en su cabeza y guardaba lo importante en su memoria interna. Cuando hubo terminado se paró de un salto y aplaudió fuertemente haciendo sonar sus pesadas manos como una campana y asustando a todos en la sala.
-¡Esa transformación es asombrosa! ¡Es la primera vez que veo algo así! - Dijo mientras seguía aplaudiendo estrepitosamente. Luego de un rato se calmó y tomo un porte mas serio. Pronto se acercó a la puerta que estaba al fondo, el cuerpo que estaba en la cama se tornaba frío, y perdía los signos vitales, o por lo menos eso detectaban sus sensores de calor y movimiento. El elfo seguía ensimismado a la par de el, sentado en una silla, por lo que se acercó lentamente, mientras miraba hacia abajo a los demás seres de la habitación, elfos y humanos ya no le interesaban en absoluto, su nuevo interés eran esos licántropos, tendría que ir a ver sus territorios algún día. Llegó a la puerta y se agachó para poder pasar por ella, adentro estaba el elfo pensativo, tomó la palabra y dijo.
- Ese humano... esta muriendo, ¿porqué no lo dejas ya? su cuerpo se esta poniendo frío ya. - Dijo con toda naturalidad al elfo, mientras se acercaba y tocaba el cuello del humano en busca de signos vitales. No los tenía ya - O mejor dicho.. ya murió - le dijo al elfo volteando su torso girable hacía el y saliendo de la habitación.
- Si necesitáis mi ayuda podré ayudarles por un tiempo, no tengo objetivo fijo en estas tierras, de momento me apagaré para guardar energía - Y diciendo eso desactivó temporalmente sus sistemas, apagando todas sus luces y dejándolo inmovil, como si de una armadura decorativa se tratase.
-¡Esa transformación es asombrosa! ¡Es la primera vez que veo algo así! - Dijo mientras seguía aplaudiendo estrepitosamente. Luego de un rato se calmó y tomo un porte mas serio. Pronto se acercó a la puerta que estaba al fondo, el cuerpo que estaba en la cama se tornaba frío, y perdía los signos vitales, o por lo menos eso detectaban sus sensores de calor y movimiento. El elfo seguía ensimismado a la par de el, sentado en una silla, por lo que se acercó lentamente, mientras miraba hacia abajo a los demás seres de la habitación, elfos y humanos ya no le interesaban en absoluto, su nuevo interés eran esos licántropos, tendría que ir a ver sus territorios algún día. Llegó a la puerta y se agachó para poder pasar por ella, adentro estaba el elfo pensativo, tomó la palabra y dijo.
- Ese humano... esta muriendo, ¿porqué no lo dejas ya? su cuerpo se esta poniendo frío ya. - Dijo con toda naturalidad al elfo, mientras se acercaba y tocaba el cuello del humano en busca de signos vitales. No los tenía ya - O mejor dicho.. ya murió - le dijo al elfo volteando su torso girable hacía el y saliendo de la habitación.
- Si necesitáis mi ayuda podré ayudarles por un tiempo, no tengo objetivo fijo en estas tierras, de momento me apagaré para guardar energía - Y diciendo eso desactivó temporalmente sus sistemas, apagando todas sus luces y dejándolo inmovil, como si de una armadura decorativa se tratase.
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Re: Nieve teñida en sangre [Interpretativo]
En mi forma humana asentí a cada cosa que decía el elfo mientras volvía a abrigarme. Me hizo mucha gracia la manera en que “Yer” aplaudía, me recordaba a algunos niños humanos.
Cuando él fue al encuentro con Sydara lo seguí con cierto sigilo y me agaché para ver lo que estaba sucediendo por entre las piernas del tipo de metal. Observé la situación y escuché atentamente lo que todos decían. El elfo parecía bastante desanimado o… humm.. no sabía como explicarlo, pero las palabras del nuevo no parecían haberle caído en gracia.
Cuando aquella cosa se “¿apagó?” fui al costado del elfo y le observé, luego miré al moribundo. Los he visto peores espeté y acto seguido le lamí el cuello sudoroso al humano limpiándole algunas salpicaduras de sangre e hice lo mismo con los dedos de Sydara.
Pese a su estado de ánimo creo que se sorprendió un poco por mi actuación pero no solté sus manos de entre las mías. Quería brindarle mi apoyo, pero en ese sentido aún este “yo” no había madurado. Lo observé a los ojos y mantuve la mirada ¿Acaso las palabras de Yerson tan importantes?¿Qué pasó con la resolución que tenías? ¿y eso de ser médico y no se qué cosas…?
Me alejé un poco para darle espacio, aunque no estaba muy segura de lo que estaba haciendo. En realidad me daba igual que el humano muriera, carne caliente era lo único que deseaba para palear el frío que me calaba los huesos, aunque lo cierto es que ese ya estaba un poco frío para mi gusto.
Me acerqué al elfo hasta sentir su calor corporal y le susurré al oído ¿Cuál es tu problema? Todos tenemos un destino que cumplir mientras la carne es débil y sucumbe ante los pecados, cuando deja de hacerlo entonces es tiempo que integre parte de otro ser me cercioré de que él comprendiera el verdadero significado de mis palabras y con ello me retiré al frente de la estufa para dormir un rato arropada con el calor del fuego.
Cuando él fue al encuentro con Sydara lo seguí con cierto sigilo y me agaché para ver lo que estaba sucediendo por entre las piernas del tipo de metal. Observé la situación y escuché atentamente lo que todos decían. El elfo parecía bastante desanimado o… humm.. no sabía como explicarlo, pero las palabras del nuevo no parecían haberle caído en gracia.
Cuando aquella cosa se “¿apagó?” fui al costado del elfo y le observé, luego miré al moribundo. Los he visto peores espeté y acto seguido le lamí el cuello sudoroso al humano limpiándole algunas salpicaduras de sangre e hice lo mismo con los dedos de Sydara.
Pese a su estado de ánimo creo que se sorprendió un poco por mi actuación pero no solté sus manos de entre las mías. Quería brindarle mi apoyo, pero en ese sentido aún este “yo” no había madurado. Lo observé a los ojos y mantuve la mirada ¿Acaso las palabras de Yerson tan importantes?¿Qué pasó con la resolución que tenías? ¿y eso de ser médico y no se qué cosas…?
Me alejé un poco para darle espacio, aunque no estaba muy segura de lo que estaba haciendo. En realidad me daba igual que el humano muriera, carne caliente era lo único que deseaba para palear el frío que me calaba los huesos, aunque lo cierto es que ese ya estaba un poco frío para mi gusto.
Me acerqué al elfo hasta sentir su calor corporal y le susurré al oído ¿Cuál es tu problema? Todos tenemos un destino que cumplir mientras la carne es débil y sucumbe ante los pecados, cuando deja de hacerlo entonces es tiempo que integre parte de otro ser me cercioré de que él comprendiera el verdadero significado de mis palabras y con ello me retiré al frente de la estufa para dormir un rato arropada con el calor del fuego.
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Re: Nieve teñida en sangre [Interpretativo]
Nuestro viaje nos llevó hacia el norte, pues uno de mis intereses era examinar las tierras de mi supuesto origen, y el de mi raza. Después de todo tenía sangre de dragón.
Mi cabello y vestido volaban en todas direcciones, en la espalda de Sebastian, mientras sobrevolábamos las tierras nevadas. La tormenta había empeorado, y la visibilidad era pésima. Era agradable poder moverse de día por el exterior, pues no brillaba sol alguno, pero aún siendo guida por un dragón, que estaría acostumbrado al terreno y temperaturas, pues son sus tierras, empezaba a preocuparme un poco por su condición. Sebastian nunca admitiría estar cansado, pero llevábamos horas ya sobrevolando el paisaje blanquecino, y la tormenta lo hizo aún más difícil...
- Sebastin, para. Ahí abajo hay una especie de cabaña. Aunque no note el frío me estoy mojando y mi vestido se estropeará. - Era una mentira, pero no iba a admitir estar preocupada por él. Le grité fuerteménte las palabras al oido para que me oyera, y él, obediente, empezó a descender.
En el aterrizaje levantó remolinando la gran cantidad de nieve acumulada delante de la casita de madera. Bajé de su espalda y unos lobos blancos empezaron a gruñir desconcertados delante de la puerta. Los miré y mis ojos se volvieron de color sangre por un instante. - ¡Callaos! - El poder de la hipnosis funcionó en ellos y se retiraron unos pasos agachando las cabezas, con la cola entre las patas.
No era más que una casucha de madera, pero serviría, que remedio... Al bajar, Sebastian depositó un saco de gran tamaño en el suelo. Éste contenía mis pertenencias y la ropa de él, con la que empezó a vestirse ya afuera de la edificación, y yo sabía muy bien el por qué. No me hacía falta ni el olfato para notar que había gente en el interior, pues de la chimenea salía humo y se oían voces adentro.
Olfateé algo más cerca de la puerta. "Hmm... Que interesante." No valía la pena el ocultar mis colmillos siquiera. Pues entre otros, había un licántropo ahí, que no tardaría en descubrir mi identidad. Pero tampoco hacía falta que me oliese, pues habíamos echo bastante ruido ya. Esperaba que la loba no me causase problemas...
Vi como William se posaba en un árbol cercano para descansar y me pareció bien. Sebastian terminó de vestirse y se dirigió a la puerta. La golpeó un par de veces y después de que le diese una señal con la cabeza la abrió para dejarme entrar. Al instante él entró también, colocándose detrás de mí con una postura firme, pero preparado para cualquier situación que podría presentarse, como buen guardián.
Hice una pequeña reverencia, sujetando mi vestido blanco, y sonreí a todos los presentes. - Buenas tardes, espero que no os importe que me una a la fiesta. Mi nombre es Alexandra Adelia Taryn Raziel. -
Un juguete de metal, una licántropa, dos elfos y dos humanos. No podía verlos a todos, pero sabía que estaban ahí. No parecía que fuese bienvenida en aquel lugar, pero aún así sonreí dulcemente, mostrando los colmillos.
Mi cabello y vestido volaban en todas direcciones, en la espalda de Sebastian, mientras sobrevolábamos las tierras nevadas. La tormenta había empeorado, y la visibilidad era pésima. Era agradable poder moverse de día por el exterior, pues no brillaba sol alguno, pero aún siendo guida por un dragón, que estaría acostumbrado al terreno y temperaturas, pues son sus tierras, empezaba a preocuparme un poco por su condición. Sebastian nunca admitiría estar cansado, pero llevábamos horas ya sobrevolando el paisaje blanquecino, y la tormenta lo hizo aún más difícil...
- Sebastin, para. Ahí abajo hay una especie de cabaña. Aunque no note el frío me estoy mojando y mi vestido se estropeará. - Era una mentira, pero no iba a admitir estar preocupada por él. Le grité fuerteménte las palabras al oido para que me oyera, y él, obediente, empezó a descender.
En el aterrizaje levantó remolinando la gran cantidad de nieve acumulada delante de la casita de madera. Bajé de su espalda y unos lobos blancos empezaron a gruñir desconcertados delante de la puerta. Los miré y mis ojos se volvieron de color sangre por un instante. - ¡Callaos! - El poder de la hipnosis funcionó en ellos y se retiraron unos pasos agachando las cabezas, con la cola entre las patas.
No era más que una casucha de madera, pero serviría, que remedio... Al bajar, Sebastian depositó un saco de gran tamaño en el suelo. Éste contenía mis pertenencias y la ropa de él, con la que empezó a vestirse ya afuera de la edificación, y yo sabía muy bien el por qué. No me hacía falta ni el olfato para notar que había gente en el interior, pues de la chimenea salía humo y se oían voces adentro.
Olfateé algo más cerca de la puerta. "Hmm... Que interesante." No valía la pena el ocultar mis colmillos siquiera. Pues entre otros, había un licántropo ahí, que no tardaría en descubrir mi identidad. Pero tampoco hacía falta que me oliese, pues habíamos echo bastante ruido ya. Esperaba que la loba no me causase problemas...
Vi como William se posaba en un árbol cercano para descansar y me pareció bien. Sebastian terminó de vestirse y se dirigió a la puerta. La golpeó un par de veces y después de que le diese una señal con la cabeza la abrió para dejarme entrar. Al instante él entró también, colocándose detrás de mí con una postura firme, pero preparado para cualquier situación que podría presentarse, como buen guardián.
Hice una pequeña reverencia, sujetando mi vestido blanco, y sonreí a todos los presentes. - Buenas tardes, espero que no os importe que me una a la fiesta. Mi nombre es Alexandra Adelia Taryn Raziel. -
Un juguete de metal, una licántropa, dos elfos y dos humanos. No podía verlos a todos, pero sabía que estaban ahí. No parecía que fuese bienvenida en aquel lugar, pero aún así sonreí dulcemente, mostrando los colmillos.
- Vestido:
- [Tienes que estar registrado y conectado para ver esa imagen]
- William:
- Mi águila mascota.
Alexandra Adelia
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Re: Nieve teñida en sangre [Interpretativo]
Iba a hacer que saliera del cuarto al hmbre extraño, pero se me adelantó y se "apagó" quedando sin las luces que desprendía su armadura. Luego vino Wood, y no pude prestar mucha atención a sus palabras, la tomé tranquilamente de las muñecas y se las aparté con cuidado sin pronunciar palabra. Le lancé una mirada asesina al Droide.
Aunque finalmente respondí.
-Te dará frio si estas acá, te agradezco tus palabras Wood..., pero aun puedo manejar esto-dije con voz queda, pero me volteé a ver al muchacho, sin prestar atención a que alguien ingresaba por la puerta y el aire gélido ingesó trayendo a dos personas consigo. Yideth y Olver reconían a una vampiro y un humano, preguntándose si habría alguna fiesta cerca, por la causalidad de estar varios en ese lugar.
Olver habló interponiendose ante todos, pero sin estar a la defensiva.
-Buenas tardes señorita Alexandra y... a usted..-miró a Sebastian y les indicó que pasaran y toamran asiento.
-¿Cómo es posible que esté por estas tierras que resultan ser fatales para todo mortal?-preguntó la elfa, escapándosele que la muchacha vampira era inmortal. Olver miró a la habitación de nuevo viendo al hombre de rara armadura y recordó un conflicto de antaño de la nada y estuvo alerta por las dudas, por si tenia que interponerse.
Tomé el pulso del joven, estaba muy debil, con el cuerpo frio, a lo que lo tapé hasta el cuello. La voz de éste me sorpredió de nuevo, y dijo de una manera que no sabia si era parte de su agonía o que estaba luchando por vivir.
-Estoy viendolos... un dragón morirá... me lo está susurrando ella....dos van a caer de una gran altura... van a sufrir mucho, la loba... la inmortal y la elfa... apártame de este lugar, lejos...lo sé, veo sus imágenes, de la loba acompañando a un hombre con el brazo roto, a la pareja en un barco, donde todos caen dormidos...-dijo, miré hacia la sala principal a los recien llegados. jamás creerian las palabras de alguien que estaba agonizando. Pero si tenia razon, él sabria como salir de tales situaciones. Yo le creía, y sé en qué lugar estaba.
La vampira seguro lo habia escuchado, y si conocía situaciones de estas, sabría que su acompañante podría estar en peligro. Pero el muchacho sabía cuando podría ocurrir tal cosa y salvarle, al igual a todos los que estaban allí. Sin embargo las palabras de Wood, y el hombre extraño, estaban cobrando vida, y la muerte aferraba lenta y dolorosa.
-Descansa...-dije esperando que dejara de hablar, y quedara dormido pronto. Mi mano aun tomaba su pulso en la garganta, débil. Miré una vez más al cuarto principal. Wood tambien pareció haber escuchado.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------
of rol: Depair, me cuesta mucho poner algo para tu personaje, porque no se si siente algo, xD además decidiste apagarlo, asi que espero nomas tu rol cuando toque tu turno.
Aunque finalmente respondí.
-Te dará frio si estas acá, te agradezco tus palabras Wood..., pero aun puedo manejar esto-dije con voz queda, pero me volteé a ver al muchacho, sin prestar atención a que alguien ingresaba por la puerta y el aire gélido ingesó trayendo a dos personas consigo. Yideth y Olver reconían a una vampiro y un humano, preguntándose si habría alguna fiesta cerca, por la causalidad de estar varios en ese lugar.
Olver habló interponiendose ante todos, pero sin estar a la defensiva.
-Buenas tardes señorita Alexandra y... a usted..-miró a Sebastian y les indicó que pasaran y toamran asiento.
-¿Cómo es posible que esté por estas tierras que resultan ser fatales para todo mortal?-preguntó la elfa, escapándosele que la muchacha vampira era inmortal. Olver miró a la habitación de nuevo viendo al hombre de rara armadura y recordó un conflicto de antaño de la nada y estuvo alerta por las dudas, por si tenia que interponerse.
Tomé el pulso del joven, estaba muy debil, con el cuerpo frio, a lo que lo tapé hasta el cuello. La voz de éste me sorpredió de nuevo, y dijo de una manera que no sabia si era parte de su agonía o que estaba luchando por vivir.
-Estoy viendolos... un dragón morirá... me lo está susurrando ella....dos van a caer de una gran altura... van a sufrir mucho, la loba... la inmortal y la elfa... apártame de este lugar, lejos...lo sé, veo sus imágenes, de la loba acompañando a un hombre con el brazo roto, a la pareja en un barco, donde todos caen dormidos...-dijo, miré hacia la sala principal a los recien llegados. jamás creerian las palabras de alguien que estaba agonizando. Pero si tenia razon, él sabria como salir de tales situaciones. Yo le creía, y sé en qué lugar estaba.
La vampira seguro lo habia escuchado, y si conocía situaciones de estas, sabría que su acompañante podría estar en peligro. Pero el muchacho sabía cuando podría ocurrir tal cosa y salvarle, al igual a todos los que estaban allí. Sin embargo las palabras de Wood, y el hombre extraño, estaban cobrando vida, y la muerte aferraba lenta y dolorosa.
-Descansa...-dije esperando que dejara de hablar, y quedara dormido pronto. Mi mano aun tomaba su pulso en la garganta, débil. Miré una vez más al cuarto principal. Wood tambien pareció haber escuchado.
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Sydara
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Re: Nieve teñida en sangre [Interpretativo]
Me desperecé… estaba resultando un poco difícil dormir si un moribundo dice que vas a sufrir, cuidar de un tipo roto y luego dormir. Sin contar el… “aroma” de la mujer vampiro y del dragón que tenía por chucho.
Giré sobre mi frente a la estufa sin aún levantarme y me quedé observando a la recién llegada con mi barriga en el suelo y sin intención de pestañear. Definitivamente era consciente de que no estaba en mis territorios y que no tenía que armar camorra, pero rayos… ella no tenía las mismas vibras que Daracan, no me terminaba de gustar.
Sentí como la piel se me erizaba y cuando me di cuenta tenía un feo y sordo gruñido en mi garganta. Traté de disimularlo carraspeando, con un movimiento muy deliberado tomé mis hachas y me acerqué a la estufa arrastrando mi cola por el piso para atizar el fuego.
Con mi vista clavada en los carbones rojos le hablé a la desconocida Creo que se ha equivocado de lugar… aquí nadie está celebrando nada. Seño… no sabía como catalogarla, era un vampiro y estaba acompañada de un dragón, la situación era extraña a todo dar. Lo único que me impedía transformarme y tratar de arrancarle la cabeza era un cierto sentimiento de conciencia… que por otro lado podría acallar rápidamente.
Vi como me miraba su acompañante y retrocedí un poco, no solo físicamente sino en mis pensamientos también. Retomé la palabra.
Estimada Adelia, supongo que usted no viene a acabar con el vidente que acaba de decir en pocas palabras que usted y yo sufriremos… porque si ese fuera el caso, me temo… algo me distrajo de mi línea de pensamiento y atrajo mi atención en otra dirección antes de que terminara la frase.
Giré sobre mi frente a la estufa sin aún levantarme y me quedé observando a la recién llegada con mi barriga en el suelo y sin intención de pestañear. Definitivamente era consciente de que no estaba en mis territorios y que no tenía que armar camorra, pero rayos… ella no tenía las mismas vibras que Daracan, no me terminaba de gustar.
Sentí como la piel se me erizaba y cuando me di cuenta tenía un feo y sordo gruñido en mi garganta. Traté de disimularlo carraspeando, con un movimiento muy deliberado tomé mis hachas y me acerqué a la estufa arrastrando mi cola por el piso para atizar el fuego.
Con mi vista clavada en los carbones rojos le hablé a la desconocida Creo que se ha equivocado de lugar… aquí nadie está celebrando nada. Seño… no sabía como catalogarla, era un vampiro y estaba acompañada de un dragón, la situación era extraña a todo dar. Lo único que me impedía transformarme y tratar de arrancarle la cabeza era un cierto sentimiento de conciencia… que por otro lado podría acallar rápidamente.
Vi como me miraba su acompañante y retrocedí un poco, no solo físicamente sino en mis pensamientos también. Retomé la palabra.
Estimada Adelia, supongo que usted no viene a acabar con el vidente que acaba de decir en pocas palabras que usted y yo sufriremos… porque si ese fuera el caso, me temo… algo me distrajo de mi línea de pensamiento y atrajo mi atención en otra dirección antes de que terminara la frase.
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Re: Nieve teñida en sangre [Interpretativo]
Su sistema locomotor, de lamparas y de calefacción habían cesado sus funciones básicas, irradiar luz, hacer sonar sus ventiladores, y moverse para ahorrarse energía, pero sus sensores térmicos, de visión y de movimiento seguían activos en posición de vigía, mientras el puntero o mirilla de análisis observaba atentamente alrededor, por lo que se dio cuenta cuando una mujer - vampiro quizá - entró por la puerta con un hombre detrás de ella. La situación mientras se volvía pesada alrededor de la licántropo y la mujer bebe sangre, por lo que decidió encender sus demás sistemas.
SISTEMAS CARGADOS...
MOTORES ENCENDIDOS...
Sus luces se encendieron cuando en su pantalla saltó la venta verde que decía: Welcome. Pronto se paro con gran ruido mientras sus mecanismos encendían del todo y dijo algo.
- Destroyer 01 sistemas cargados - Miró alrededor escudriñando todo y se puso al medio de la sala, precisamente entre la vampiro y la licántropo, para evitar algún posible altercado - Buenas noches de nuevo, ¿veo que hay mas presentes?
SISTEMAS CARGADOS...
MOTORES ENCENDIDOS...
Sus luces se encendieron cuando en su pantalla saltó la venta verde que decía: Welcome. Pronto se paro con gran ruido mientras sus mecanismos encendían del todo y dijo algo.
- Destroyer 01 sistemas cargados - Miró alrededor escudriñando todo y se puso al medio de la sala, precisamente entre la vampiro y la licántropo, para evitar algún posible altercado - Buenas noches de nuevo, ¿veo que hay mas presentes?
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Re: Nieve teñida en sangre [Interpretativo]
Después de todo aquel numerito de cortesía por parte de la elfa y el humano, el otro humano, que desprendía un fuerte olor a sangre y muerte, empezó a soltar palabrerías extrañas.
Desde donde me encontraba no podía verlo, pero pude escucharlo a la perfección, y lo que pude oír era sobradamente desconcertante. Sobre todo las palabras sobre un dragón y sobre el incidente del barco, en el que me vi implicada días atrás, lllamaron mi atención.
La loba, como supuse, empezó a ladrar, hasta que Sebastian la observó, sugiriéndole con la mirada, que su comportamiento era bastante más que inapropiado. Ella prosiguió con un tono algo más educado cuando un cúmulo de luces y sonidos salió del juguete, que se levantó y se situó entre la licántropa y yo.
Hice una pequeña reverencia hacia el montón de metal en movimiento e ignoré a la muchacha de pelo verdoso para dirigirme hacia el olor de la sangre, con Sebastian detrás de mí.
Caminé ligera, como una bailarina, con paso elegante. No me molesté en pararme a saludar tampoco al par que me recivió con anterioridad, solamente les obsequié con una sonrisa y proseguí hacia mi destino. Entré por la puerta abierta y vi a otro elfo, sentado frente a la cama en la que yacía el humano, desangrándose. El olor era atrayente, pero lo que me llevó a él fueron más sus palabras que el hambre. Lo miré altiva, tratando de ver algún rasgo físico en concreto, pues podría haber estado en aquél barco y tal vez yo pudiese recordarlo, pero no fue así. ¿Cómo lo supo pues? ¿Podría ser que la noticia ya llegase a estas tierras remotas...?
Si era cierto que, la "Muerte", habló con él, significaría que ya tuvo el placer de contemplar el bosque sin color, el reino del partir. En eso sí podía creerle, pues todo vampiro, menos el señor de los señores, había estado ahí antes de regresar como un de los nuestros.
Algo más llamó mi atención, pero no fueron ninguno de los dos hombres de la sala, sino Sebastian. Me giré hacia él y observé que al ver al medio muerto en la cama se exaltó y dio un paso adelante con nerviosidad... Lo miré a los ojos desconcertada y solo entonces se fijó en mí, controlando su expresión. - Mis disculpas, lady Alexandra. - Lo miré como si buscara en sus claros ojos la respuesta a mis preguntas. Cuando Sebastian se convirtió en mi mayordomo, le di un nuevo nombre, pues el suyo ya no lo necesitaría más. También le hice saber que su pasado ya no tenía importancia alguna, pues ahora solo me pertenecía a mí. Esta, fue la primera vez que sentí que no era del todo cierto... - Lo conoces... - Dije en un susurro y nuestras miradas se fundieron en una sola. No me hizo falta una respuesta, pues yo ya lo sabía.
Su rostro inexpresivo respondió por él y mostré sin contenerme el enfado que venía a mí. Me juró lealtad. Me juró su vida. Me juró que su pasado no se interpondría entre nosotros...
Me alejé de él e ignorando al elfo me acerqué al humano agonizante. Su respiración lenta indicaba que su muerte era próxima. ¿Quién podría ser? Alguien que fue capaz de provocar que Sebastian faltase a su promesa... Debía ser alguien de su pasado, y por lo visto, alguien importante...
- Si no hay nadie que se interponga, - dije mirando hacia Sebastian - me quedaré con la vida de este humano. - Lo hice ver como un simple capricho mío, pero si era alguien importante para Sebastian, sentí la necesidad de salvar su vida, y averiguar la relación que los unía... - Una vez que haga despertarle, ya no habrá vuelta atrás, pero no es mi propiedad, así pues. ¿Me dejará hacer de él mi hijo? - Esta pregunta iba dirigida al elfo, que parecía ser más cercano al moribundo que el resto de los presentes en la cabaña.
Desde donde me encontraba no podía verlo, pero pude escucharlo a la perfección, y lo que pude oír era sobradamente desconcertante. Sobre todo las palabras sobre un dragón y sobre el incidente del barco, en el que me vi implicada días atrás, lllamaron mi atención.
La loba, como supuse, empezó a ladrar, hasta que Sebastian la observó, sugiriéndole con la mirada, que su comportamiento era bastante más que inapropiado. Ella prosiguió con un tono algo más educado cuando un cúmulo de luces y sonidos salió del juguete, que se levantó y se situó entre la licántropa y yo.
Hice una pequeña reverencia hacia el montón de metal en movimiento e ignoré a la muchacha de pelo verdoso para dirigirme hacia el olor de la sangre, con Sebastian detrás de mí.
Caminé ligera, como una bailarina, con paso elegante. No me molesté en pararme a saludar tampoco al par que me recivió con anterioridad, solamente les obsequié con una sonrisa y proseguí hacia mi destino. Entré por la puerta abierta y vi a otro elfo, sentado frente a la cama en la que yacía el humano, desangrándose. El olor era atrayente, pero lo que me llevó a él fueron más sus palabras que el hambre. Lo miré altiva, tratando de ver algún rasgo físico en concreto, pues podría haber estado en aquél barco y tal vez yo pudiese recordarlo, pero no fue así. ¿Cómo lo supo pues? ¿Podría ser que la noticia ya llegase a estas tierras remotas...?
Si era cierto que, la "Muerte", habló con él, significaría que ya tuvo el placer de contemplar el bosque sin color, el reino del partir. En eso sí podía creerle, pues todo vampiro, menos el señor de los señores, había estado ahí antes de regresar como un de los nuestros.
Algo más llamó mi atención, pero no fueron ninguno de los dos hombres de la sala, sino Sebastian. Me giré hacia él y observé que al ver al medio muerto en la cama se exaltó y dio un paso adelante con nerviosidad... Lo miré a los ojos desconcertada y solo entonces se fijó en mí, controlando su expresión. - Mis disculpas, lady Alexandra. - Lo miré como si buscara en sus claros ojos la respuesta a mis preguntas. Cuando Sebastian se convirtió en mi mayordomo, le di un nuevo nombre, pues el suyo ya no lo necesitaría más. También le hice saber que su pasado ya no tenía importancia alguna, pues ahora solo me pertenecía a mí. Esta, fue la primera vez que sentí que no era del todo cierto... - Lo conoces... - Dije en un susurro y nuestras miradas se fundieron en una sola. No me hizo falta una respuesta, pues yo ya lo sabía.
Su rostro inexpresivo respondió por él y mostré sin contenerme el enfado que venía a mí. Me juró lealtad. Me juró su vida. Me juró que su pasado no se interpondría entre nosotros...
Me alejé de él e ignorando al elfo me acerqué al humano agonizante. Su respiración lenta indicaba que su muerte era próxima. ¿Quién podría ser? Alguien que fue capaz de provocar que Sebastian faltase a su promesa... Debía ser alguien de su pasado, y por lo visto, alguien importante...
- Si no hay nadie que se interponga, - dije mirando hacia Sebastian - me quedaré con la vida de este humano. - Lo hice ver como un simple capricho mío, pero si era alguien importante para Sebastian, sentí la necesidad de salvar su vida, y averiguar la relación que los unía... - Una vez que haga despertarle, ya no habrá vuelta atrás, pero no es mi propiedad, así pues. ¿Me dejará hacer de él mi hijo? - Esta pregunta iba dirigida al elfo, que parecía ser más cercano al moribundo que el resto de los presentes en la cabaña.
Alexandra Adelia
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Re: Nieve teñida en sangre [Interpretativo]
Vampira? Licántropa? Estuve muy atento a las palabras de ambas, con la mano en la empuñadura del arma. Pero la solté cuando la recien llegada se abrió paso hasta entrar al cuarto.
- Si no hay nadie que se interponga, me quedaré con la vida de este humano- Una vez que haga despertarle, ya no habrá vuelta atrás, pero no es mi propiedad, así pues. ¿Me dejará hacer de él mi hijo? - me dijo y pensé un momento. Pero el herido entreabrió los ojos y observó por breves momentos a Sebastian. Dijo entre susurros de nuevo, ahora algo más lúcido, pero igual no iba a ser por mucho tiempo.
-A ellos lo asesinaron... y Althalos fue un traidor también...todos! Pero ella dice lo que os ocurrirá, y desgraciadamente será vuestra paga...No hubiera deseado eso para ninguno..-eran palabras que sólo el entendía, y el muchacho que acompañaba a la vampria también. El joven la miró y suplicó a la mujer-Haz lo que desees, solo deseé salvar un honor...y hemos fracasado...Ojalá pudieras darle caza a él..No hubiese ocurrido esto!-lo ultimo fue dirigido a Sebastían de nuevo. Las palabras estaban cargadas del dolor de un alma profundamente herida, pero el cuerpo mantiene el equilibrio con el ser interior. Por ello, doblemente herido, gastó sus ultimas fuerzas en esas palabras.
Yo me había apartado un momento, al ver que cierta conexión entre dos jóvenes se hizo presente. Pero supe por la mirada de la vampira que el dragón tenía algún pacto, y no habia podido contener su curiosidad al ver que alguien importante de su vida estaba ante él. Familia, amigo, o algo de su pasado... Dije respondiendole a ella ahora.
-Sus palabras han sido de mucho valor, al decir, que hagas lo que desees, y eso me es suficiente como para cumplir la voluntad de él...-me acerqué y tomé su pulso, seguidamente doblé la frazada hacia la altura de su abdomen, pero no encontré signo alguno de que estuviera respirando.
Era muy diferente ver morir a alguien a mano de tu espada, a un enemigo, que a alguien a causa de manos de algún rival. No hicieron falta las palabras para decirle lo que había ocurrido, ella era vampira, pero quizá ella hallba alguna posiblidad. Habia aceptado yo que hiciese lo que deseaba.
Afuera los lobos blancos parecieron inquietarse, y un ruido seco en la puerta seguido por otro rompieron el silencio momentaneo que había en la habitación principal.
Olver se levantó alarmado, y vió como la licántropa se levantaba también. La elfa solo se limitó a mirar hacia la puerta asustada. Habia estado casi dormitando de tanto estar callada. El bio cibernético, con su visión tecnológica, solo vería una felcha y una daga clavada en la puerta, pero a nadie ni siqueira de lejos.
- Si no hay nadie que se interponga, me quedaré con la vida de este humano- Una vez que haga despertarle, ya no habrá vuelta atrás, pero no es mi propiedad, así pues. ¿Me dejará hacer de él mi hijo? - me dijo y pensé un momento. Pero el herido entreabrió los ojos y observó por breves momentos a Sebastian. Dijo entre susurros de nuevo, ahora algo más lúcido, pero igual no iba a ser por mucho tiempo.
-A ellos lo asesinaron... y Althalos fue un traidor también...todos! Pero ella dice lo que os ocurrirá, y desgraciadamente será vuestra paga...No hubiera deseado eso para ninguno..-eran palabras que sólo el entendía, y el muchacho que acompañaba a la vampria también. El joven la miró y suplicó a la mujer-Haz lo que desees, solo deseé salvar un honor...y hemos fracasado...Ojalá pudieras darle caza a él..No hubiese ocurrido esto!-lo ultimo fue dirigido a Sebastían de nuevo. Las palabras estaban cargadas del dolor de un alma profundamente herida, pero el cuerpo mantiene el equilibrio con el ser interior. Por ello, doblemente herido, gastó sus ultimas fuerzas en esas palabras.
Yo me había apartado un momento, al ver que cierta conexión entre dos jóvenes se hizo presente. Pero supe por la mirada de la vampira que el dragón tenía algún pacto, y no habia podido contener su curiosidad al ver que alguien importante de su vida estaba ante él. Familia, amigo, o algo de su pasado... Dije respondiendole a ella ahora.
-Sus palabras han sido de mucho valor, al decir, que hagas lo que desees, y eso me es suficiente como para cumplir la voluntad de él...-me acerqué y tomé su pulso, seguidamente doblé la frazada hacia la altura de su abdomen, pero no encontré signo alguno de que estuviera respirando.
Era muy diferente ver morir a alguien a mano de tu espada, a un enemigo, que a alguien a causa de manos de algún rival. No hicieron falta las palabras para decirle lo que había ocurrido, ella era vampira, pero quizá ella hallba alguna posiblidad. Habia aceptado yo que hiciese lo que deseaba.
Afuera los lobos blancos parecieron inquietarse, y un ruido seco en la puerta seguido por otro rompieron el silencio momentaneo que había en la habitación principal.
Olver se levantó alarmado, y vió como la licántropa se levantaba también. La elfa solo se limitó a mirar hacia la puerta asustada. Habia estado casi dormitando de tanto estar callada. El bio cibernético, con su visión tecnológica, solo vería una felcha y una daga clavada en la puerta, pero a nadie ni siqueira de lejos.
Sydara
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Re: Nieve teñida en sangre [Interpretativo]
“Oh… genial” Pensé mientras me llevaba una mano hacia el vientre y la otra a la garganta para intentar no hacer arcadas. El ambiente estaba tan tenso que el aire no se respiraba, sino que mantenía a los cuerpos activos debido a su torrente eléctrico.
Todo sucedió tan rápido que apenas creí ser capaz de manejarlo. La mujer vampiro reclamaba su territorio a la muerte… ¡a la muerte! Y todos felices y contentos. El droide despertó, pero no le di mayor importancia al suceso. Lo que realmente me ROMPÍA LA PACIENCIA era esa maldita daga que cortó mi miserable discurso.
Ahora SI tenía ganas de vomitar y las convulsiones comenzaron a generalizarse dentro de mi cuerpo hasta llegar al punto de que creí que mis entrañas explotarían. Me quité los guantes, de hecho, fue lo único que tuve tiempo de hacer antes de verme en mi forma lobuna. Ignoré despreocupadamente a la vampiro mientras le daba la espalda para ponerme en pie y tomar la flecha que estaba al costado de la daga.
Olfatee el rastro y miré a los lobos que hacían guardia. No pude evitar cuestionarme si aún seguirían a su amo si éste regresaba como un vampiro. Con ese pensamiento pudriéndome el juicio me perdí entre la nieve, camuflándome en ella como si ella misma me hubiese parido.
Todo sucedió tan rápido que apenas creí ser capaz de manejarlo. La mujer vampiro reclamaba su territorio a la muerte… ¡a la muerte! Y todos felices y contentos. El droide despertó, pero no le di mayor importancia al suceso. Lo que realmente me ROMPÍA LA PACIENCIA era esa maldita daga que cortó mi miserable discurso.
Ahora SI tenía ganas de vomitar y las convulsiones comenzaron a generalizarse dentro de mi cuerpo hasta llegar al punto de que creí que mis entrañas explotarían. Me quité los guantes, de hecho, fue lo único que tuve tiempo de hacer antes de verme en mi forma lobuna. Ignoré despreocupadamente a la vampiro mientras le daba la espalda para ponerme en pie y tomar la flecha que estaba al costado de la daga.
Olfatee el rastro y miré a los lobos que hacían guardia. No pude evitar cuestionarme si aún seguirían a su amo si éste regresaba como un vampiro. Con ese pensamiento pudriéndome el juicio me perdí entre la nieve, camuflándome en ella como si ella misma me hubiese parido.
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Re: Nieve teñida en sangre [Interpretativo]
Tras las palabras del humano, estaba ya del todo segura que tendría que interrogar a Sebastian sobre este asunto. Era cierto que su vida pasada ya no tendría que tener sentido alguno, ni para él ni para mí, pero en este caso,me molestaba no saber de qué se trataba...
Afuera de la cabaña se oyeron ruidos, un olor a perro mojado se extendió por el interior y la loba salió por la puerta. Bien, al menos no me molestaría mientras hago lo que me proponía a hacer.
Miré a Sebastian a los ojos. Aunque no lo dejaba ver, parecía estar sufriendo, y era mi deber el que a mi mayordomo no le afectasen cosas externas que no tuviesen nada que ver conmigo. Ahora era mío, y me encargaría de que fuese así por toda la eternidad...
- Podéis quedaros o no, no me interesa en lo más mínimo. Pero lo que va a pasar a continuación no es muy agradable de ver para los de vuestra raza. - Le dije al elfo con una sonrisa desafiante. Pero él decidió quedarse de todas formas. Bien pues, que haga lo que quiera, no es de mi interés. - Bien pues, pero os aconsejo que os alejéis cuanto más posible, o moriréis y no tendré razón alguna para sacaros de entre los muertos. - Esta vez escuchó mi consejo y se alejó. Podía empezar...
Observé al muerto fijamente, mis ojos adoptaron un rojo brillante, pero no fugaz como cuando uso la hipnosis, un brillo carmesí permanente. Me acerqué a su cuello abriendo la boca y dejando ver mis colmillos, y a un par de centímetros me detuve y me alejé ligeramente. Miré a Sebastian con el ceño fruncido. - No tienes por que verlo... - Él nunca me había visto convertir a otro en mi hijo antes, y sería aún más duro para él si el individuo no es un extraño para él. Pero no dijo nada. Se quedó de pie al lado de la pared, con la mirada seria, apretando los puños al lado de su cuerpo. Suspiré. - Bien, pero no intervengas. Pase lo que pase, quédate ahí a menos que te llame, es una orden. - Dejé estar a mi dragón y me centré de nuevo en el futuro fruto de uno de mis caprichos. Coloqué una mano a cada lado de uno de sus hombros y me incliné hacia él. Hundí por primera vez desde hacía años mis colmillos en el cuello de otro que no fuese Sebastian, y bebí de su sangre tibia. Cuando vi saciada mi hambre, y tomé la sangre suficiente para iniciar el pacto, me aparté de él. Abrí con uno de mis colmillos una herida en mi muñeca izquierda y dejé gotear la sangre en la boca del humano.
Me fijé en Sebastian, aún con mis ojos carmesí, y observé su expresión, algo dolorida. Sabía que no sería fácil para él verme así, pero, después de todo, lo hacía por él, daba igual mi intención al hacerlo.
De repente el humano se sentó en la cama a gran velocidad. Su cara se volvió tenebrosa y llena de dolor, y sus ojos brillaban de color rojo intenso... Estaba a punto de saltar sobre el elfo, lo veía en su mirada, y con una mano lo agarré del cuello y lo empujé tumbándolo de nuevo sobre el colchón de paja. Intentó coger aire, pero le fue imposible, ya nunca podría hacerlo de nuevo. Me agaché hacia él y le ofrecí mi muñeca, la cual aceptó de inmediato, clavando sin piedad sus colmillos recién adquiridos, tratando de calmar la horrenda hambre que le cegaba la consciencia. "La primera es siempre la peor... Por eso solo el creador puede ofrecerle sangre a su hijo..." Recordé las palabras de mi padre.
Miré de reojo en dirección a Sebastian, que parecía estar impaciente, luchando consigo mismo para no salir en mi ayuda. Con mi mano derecha empecé a acariciar la cabeza de mi hijo. Ahora, el pacto ya estaba sellado, y él era hijo mío, sangre de mi sangre, mi propiedad.
Cuando terminó de saciar su hambre, se volvió a dormir, pero no sería por mucho tiempo. Me sentía algo débil, pues el ritual suponía gastar mucho poder y sangre, para despertar a lo que con ello, era tuyo.
- Despertará dentro de poco, pero su memoria estará borrada, así pues, tendré que hacérsela recordar. - Dije mirando a los dos espectadores que me observaban. El elfo parecía realmente inquieto, pero no me molesté en prestarle atención. - Iros, necesito alimentarme después de esto. - Le ordené al elfo. - Ah, y traed comida humana para mi mayordomo. - Cargué las últimas palabras con las pocas fuerzas que me quedaban, para que no pudiese negarse a obedecer, y salió de la habitación, dejándonos a Sebastian y a mí, junto al muerto viviente que se había convertido en mi hijo.
Afuera de la cabaña se oyeron ruidos, un olor a perro mojado se extendió por el interior y la loba salió por la puerta. Bien, al menos no me molestaría mientras hago lo que me proponía a hacer.
Miré a Sebastian a los ojos. Aunque no lo dejaba ver, parecía estar sufriendo, y era mi deber el que a mi mayordomo no le afectasen cosas externas que no tuviesen nada que ver conmigo. Ahora era mío, y me encargaría de que fuese así por toda la eternidad...
- Podéis quedaros o no, no me interesa en lo más mínimo. Pero lo que va a pasar a continuación no es muy agradable de ver para los de vuestra raza. - Le dije al elfo con una sonrisa desafiante. Pero él decidió quedarse de todas formas. Bien pues, que haga lo que quiera, no es de mi interés. - Bien pues, pero os aconsejo que os alejéis cuanto más posible, o moriréis y no tendré razón alguna para sacaros de entre los muertos. - Esta vez escuchó mi consejo y se alejó. Podía empezar...
Observé al muerto fijamente, mis ojos adoptaron un rojo brillante, pero no fugaz como cuando uso la hipnosis, un brillo carmesí permanente. Me acerqué a su cuello abriendo la boca y dejando ver mis colmillos, y a un par de centímetros me detuve y me alejé ligeramente. Miré a Sebastian con el ceño fruncido. - No tienes por que verlo... - Él nunca me había visto convertir a otro en mi hijo antes, y sería aún más duro para él si el individuo no es un extraño para él. Pero no dijo nada. Se quedó de pie al lado de la pared, con la mirada seria, apretando los puños al lado de su cuerpo. Suspiré. - Bien, pero no intervengas. Pase lo que pase, quédate ahí a menos que te llame, es una orden. - Dejé estar a mi dragón y me centré de nuevo en el futuro fruto de uno de mis caprichos. Coloqué una mano a cada lado de uno de sus hombros y me incliné hacia él. Hundí por primera vez desde hacía años mis colmillos en el cuello de otro que no fuese Sebastian, y bebí de su sangre tibia. Cuando vi saciada mi hambre, y tomé la sangre suficiente para iniciar el pacto, me aparté de él. Abrí con uno de mis colmillos una herida en mi muñeca izquierda y dejé gotear la sangre en la boca del humano.
Me fijé en Sebastian, aún con mis ojos carmesí, y observé su expresión, algo dolorida. Sabía que no sería fácil para él verme así, pero, después de todo, lo hacía por él, daba igual mi intención al hacerlo.
De repente el humano se sentó en la cama a gran velocidad. Su cara se volvió tenebrosa y llena de dolor, y sus ojos brillaban de color rojo intenso... Estaba a punto de saltar sobre el elfo, lo veía en su mirada, y con una mano lo agarré del cuello y lo empujé tumbándolo de nuevo sobre el colchón de paja. Intentó coger aire, pero le fue imposible, ya nunca podría hacerlo de nuevo. Me agaché hacia él y le ofrecí mi muñeca, la cual aceptó de inmediato, clavando sin piedad sus colmillos recién adquiridos, tratando de calmar la horrenda hambre que le cegaba la consciencia. "La primera es siempre la peor... Por eso solo el creador puede ofrecerle sangre a su hijo..." Recordé las palabras de mi padre.
Miré de reojo en dirección a Sebastian, que parecía estar impaciente, luchando consigo mismo para no salir en mi ayuda. Con mi mano derecha empecé a acariciar la cabeza de mi hijo. Ahora, el pacto ya estaba sellado, y él era hijo mío, sangre de mi sangre, mi propiedad.
Cuando terminó de saciar su hambre, se volvió a dormir, pero no sería por mucho tiempo. Me sentía algo débil, pues el ritual suponía gastar mucho poder y sangre, para despertar a lo que con ello, era tuyo.
- Despertará dentro de poco, pero su memoria estará borrada, así pues, tendré que hacérsela recordar. - Dije mirando a los dos espectadores que me observaban. El elfo parecía realmente inquieto, pero no me molesté en prestarle atención. - Iros, necesito alimentarme después de esto. - Le ordené al elfo. - Ah, y traed comida humana para mi mayordomo. - Cargué las últimas palabras con las pocas fuerzas que me quedaban, para que no pudiese negarse a obedecer, y salió de la habitación, dejándonos a Sebastian y a mí, junto al muerto viviente que se había convertido en mi hijo.
Alexandra Adelia
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Re: Nieve teñida en sangre [Interpretativo]
La licántropa sale del refugio y en su paseo en medio de la tormenta, va a encontrarse atrapada en una red y arrastrada a una enorme cueva, donde varios sujetos la aprisionan para que se tranforme. Varios de ellos eran licántropos. Uno de los lobos blancos la había seguido y se puso en la puerta de la cueva, donde se quedó echado esperando. Los otros que quedaron en la puerta del refugio se movian nerviosos.
Olver fue tras ella y no tuvo oportunidad de defenderla, en tanto la elfa, se quedó dentro del lugar, esperando que la vampria terminara el ritual avisando de los que habian salido afuera. Moriría congelado si no hacíamos algo pronto. Pero cayó en manos de los extraños enemigos, que vestian de pieles blancas. Le tiraron un dardo a él y la loba para dormirlos, maniatarlos y llevarlos a la profundidad de una cueva en la montaña, donde un fuego les abrigaría del frio. Estarían muy lejos del refugio. Los dejaron en el suelo, apoyandose cabeza en hombros, y cuando despertaran se sentirían muy débiles por efecto de la droga. Wood no tendría feurzas para tranformarse. Al haberse quedado inconciente, habia vuelto a su forma huamana, y afortunadamente no habia perdido la ropa. A ambos los despojaron de sus armas y dejaron en un rincón.
Cuando el joven intentó atacarme retrocedí unos pasos, pero por dentro sentí cierta facinación por esa tranformación. Me entristecía el hecho de saber que estaría muerto, pero aún así con vida... aunque si no recordaba nada... podría declararme culpable de no solo haber llevado a un joven a la inmortalidad, sino alguien que no sería el que yo quise salvar... ¡Maldita mi decisión!
Salí del cuarto sin decir nada, sintiendome terrible por lo que estaba ocurriendo, pero al ver a Yideth, me dijo.
-Olver y Wood han salido...-ella miró al biocibernético, que parecía haberse apagado nuevamente. (Seguro registrarás los movimientos con tu tecnologia despair, hasta que regreses...) -No se donde han ido, pero están corriendo mucho peligro afuera...-
Miré a la vampira. ¿Tardaría mucho? Le respondí a la elfa.
-Saldré un momento a ver que ocurre...pero regresaré....El bio nos serviría de ayuda..pero...-señalé que estaba apagado.
Salí colocándome uno de los abrigos de pieles, tambien blanco, y salí hacia afuera indicando que la elfa mantuviera al tanto de la situación en cuanto terminara. Cerré la puerta de madera detrás mio y me adentré en medio de la densa movida de nieve y frio gélido. Era de muerte. Esperaba que Olver y Wood regresaran pronto. Noté que los lobos blancos que quedaban parecían nerviosos, moviendose de un lado a otro, y daban constantes miradas hacia un punto lejano. Aunque la tormenta estuviera borrando las huellas, los lobos indicaban donde habian ido mi colega y Wood.
Olver fue tras ella y no tuvo oportunidad de defenderla, en tanto la elfa, se quedó dentro del lugar, esperando que la vampria terminara el ritual avisando de los que habian salido afuera. Moriría congelado si no hacíamos algo pronto. Pero cayó en manos de los extraños enemigos, que vestian de pieles blancas. Le tiraron un dardo a él y la loba para dormirlos, maniatarlos y llevarlos a la profundidad de una cueva en la montaña, donde un fuego les abrigaría del frio. Estarían muy lejos del refugio. Los dejaron en el suelo, apoyandose cabeza en hombros, y cuando despertaran se sentirían muy débiles por efecto de la droga. Wood no tendría feurzas para tranformarse. Al haberse quedado inconciente, habia vuelto a su forma huamana, y afortunadamente no habia perdido la ropa. A ambos los despojaron de sus armas y dejaron en un rincón.
Cuando el joven intentó atacarme retrocedí unos pasos, pero por dentro sentí cierta facinación por esa tranformación. Me entristecía el hecho de saber que estaría muerto, pero aún así con vida... aunque si no recordaba nada... podría declararme culpable de no solo haber llevado a un joven a la inmortalidad, sino alguien que no sería el que yo quise salvar... ¡Maldita mi decisión!
Salí del cuarto sin decir nada, sintiendome terrible por lo que estaba ocurriendo, pero al ver a Yideth, me dijo.
-Olver y Wood han salido...-ella miró al biocibernético, que parecía haberse apagado nuevamente. (Seguro registrarás los movimientos con tu tecnologia despair, hasta que regreses...) -No se donde han ido, pero están corriendo mucho peligro afuera...-
Miré a la vampira. ¿Tardaría mucho? Le respondí a la elfa.
-Saldré un momento a ver que ocurre...pero regresaré....El bio nos serviría de ayuda..pero...-señalé que estaba apagado.
Salí colocándome uno de los abrigos de pieles, tambien blanco, y salí hacia afuera indicando que la elfa mantuviera al tanto de la situación en cuanto terminara. Cerré la puerta de madera detrás mio y me adentré en medio de la densa movida de nieve y frio gélido. Era de muerte. Esperaba que Olver y Wood regresaran pronto. Noté que los lobos blancos que quedaban parecían nerviosos, moviendose de un lado a otro, y daban constantes miradas hacia un punto lejano. Aunque la tormenta estuviera borrando las huellas, los lobos indicaban donde habian ido mi colega y Wood.
Sydara
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