Misión del Santo Grial-Periferias de la ciudad- (MASTER/quest)

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Frendel se encuentra sentado frente al pequeño monasterio de piedra, a un lado del sendero, y claro del bosque mismo. De allí podía verse la entrada a la ciudad de Lunargenta.

Su capucha cubría medio rostro, pero su ojo visible mostraba esperanza de que algún viajero quisiera ayudarle. Hasta ahora, quien pasaba por ese lugar, sólo apretaban el paso y seguian de largo, ignorándolo.

Era una mañana más, como cualquier otra en Aerandir, pero dentro del monasterio reinaba un aire triste, de sufrimiento y dolor a causa de la peste. Éste joven parecía ser el único que estaba sano y deseaba hacer algo por su gente. ¿Tendría suerte en este día? Sentado allí, sobre un asiento de piedra junto a la enorme puerta de madera, miraba constantemente a todo el bosque y la entrada de la ciudad, teniendo fe en su Dios en que la ayuda venía en camino.

Mientras el ladrón se dedicaba a su nuevo pasatiempo en un bar de un pueblo en las afueras de Lunargenta, jugar a los dados y claro, con apuestas, de lo contrario no seria emocionante, aunque aquel pasatiempo parecía traerle bastantes problemas, pues en ocasiones su suerte le dejaba y perdía una buena cantidad de dinero, aunque esta no era la ocasión, había ganado una buena cantidad de oro y cuando se dispuso a irse, escucho a dos personas hablando sobre el rumor de que en un lugar de Lunargenta esta infectado con una extraña enfermedad y que alguien necesitaba unos viajeros para emprender la búsqueda del objeto que curaría aquella extraña enfermedad.

Karel se intereso en aquel rumor, por lo que decidió preguntar a los hombres por el lugar donde se supone estaría el hombre que necesitaba ayuda, obtuvo las indicaciones y les pago una cerveza a cada uno pues los dos hombres quedaron en que una cerveza seria suficiente para entregar aquella información.


Cuando llego al lugar, se encontró con lo que parecía ser una elfa y un hombre desarmado, el cual parecía una especie de monje.

Una voz conocida llegó a mis oídos, era Elise, busqué la procedencia del sonido y me acerqué con mi caballo. Había alquilado un caballo en la ciudad hasta que pudiera recuperar a mi amigo, quien estaba siendo bien cuidado en el norte. Me acerqué galopando despacio para no tomar por sorpresa ni asustar a nadie. Tal y como escuché era Elise, y estaba acompañada por dos hombres, uno tenía pinta de forajido al ocultar su rostro tras su capucha y el segundo tenía aspecto de sacerdote.

- Buenas tardes - saludé amablemente al grupo.- Espero no importunar - No sabía que estaba sucediendo pero quería asegurarme que no hubiera problema alguno, sobre todo por la elfa, y si podía ayudar de algún modo, lo haría. Me bajé del caballo y me acerqué caminando a ellos. - Un placer conocerlos, soy Lys Caelum .

Sonreía a Elise quien era obvio me conocía, pero los otros no, y debia ser lo suficientemente cortés como para presentarme.

El muchacho Frendel observó como un milagro se producía de repente.
-Gracias mi señor-juntó sus manos como rezando, cerró los ojos y los abrió dirigidos al cielo para luego volver la vista a los viajeros poniéndose de pie.

Dos elfas, peliroja y la otra de cabello castaño y un hombre a quien se le destacaba una mirada clara debajo de la capucha.

-Buenos días enviados del señor, no iré con mucho rodeo para no aburrirlos, pero como el señor ah dicho-miró a Karel y luego a Elise-y la dulce señorita, entre los los mios hay una terrible enfermedad, y nadie puede entrar o salir de aquí por temor a que la peste se expanda. Afortunadamente, gracias al señor, no he caido aún como ellos, pero necesitamos una cura, y ésta se encuentra en la Isla Lunar... Mucha gente al notar la situación en el monasterio ha preferido apartarse y la fe hacia mi señor está cayendo. Por favor, os ruego que me acompañeis en el viaje, me encargaré de las provisiones y de guiar en el viaje. No se sobre el manejo de arma alguna siquiera para defenderme. Agradeceré mucho la ayuda de ustedes, señorita y señor?..-preguntó por el nombre a ambos y luego observó a la recién llegada y dijo-¿Usted señorita de los bosques, podrá ayudarme Lys? El viaje es peligroso... pero mientras yo pueda guiaros,todo saldrá bien...-comentó el joven cubriendose con la capucha.

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