La amargura de la cerveza [Interpretativo. Privado: Darroc]
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La amargura de la cerveza [Interpretativo. Privado: Darroc]
Este post tendrá lugar en la historia de Nana antes de conocer a Brendarid, pero después de la remembranza E N C U E N T R O S {El colmillo de hierro}
Un día como los demás, Leonardo y Alec habían salido de la ciudad para un reclutar a gente para la causa. Nana había aprovechado para fugarse y probar el alcohol, hacía demasiado que no bebía. No fue a la misma taberna a la que solía ir, pues sabía que Leo se acabaría enterando de que volvía a frecuentar aquellos sitios. Había conseguido zafarse de las miradas de Rose y se había pedido la noche libre.
Nana entró a la taberna, era un lugar tranquilo, no como a los que acostumbraba ir, llena de borrachos canturreando, esta era una taberna silenciosa, con poca luz, llena de mercenarios que tomaban tranquilamente una cerveza, había ido allí a ver si conseguía algún trabajillo, algo sencillo como pegarle una paliza a alguien, asustarle, nada de asesinatos. Vestía unas mallas negras con sus botas de piel marrones, una camisa blanca sencilla ceñida a la cintura con un cinturón marrón, el pelo negro ondulado le caía sobre los hombros, revuelto.
-Una cerveza. -Pidió la loba sentándose en un taburete. El camarero sonrió amablemente y sin decir palabra alguna le sirvió la cerveza. Los mercenarios alzaron la cabeza y la miraron, no era normal que una mujer entrase a aquellos lugares donde la gente iba a buscar personas para un trabajo de esas características y menos cuando no llevaba ningún arma encima.
La loba le dio un trago a la cerveza, el sabor amargo de la bebida y el alcohol raspándole la garganta, de verdad echaba de menos aquellas sensaciones. Suspiró hondo y apoyó los brazos sobre la barra mirando la jarra.
Nana
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Re: La amargura de la cerveza [Interpretativo. Privado: Darroc]
Off: Y para Darroc será antes de conocer a Marah
Hacia tiempo que no pasaba por Lunargenta, en los últimos años había estado viajando por Aerandir.
Aquella era la clase de tabernas que Darroc preferia, discretas, oscuras, silenciosas… él, al contrario que casi todos los presentes, no acudia en busca de algún “encarguillo”. Tenia un trabajo entre manos, pero mientras tanto, mataba el tiempo por lunargenta, como era habitual en el importunando a todo aquel con el que se cruzaba. Darroc se encontraba al final de la barra, llevaba un buen rato allí. Esperando que algo interesante ocurriese, o alguien… aunque la gente no solia disfrutar demasiado de su compañía. Pero eso no importaba porque él, disfrutaba incomodandolos a los ellos.
La puerta se abrió y algo poco habitual pasó. Una mujer entró en la taberna, las mujeres no solian frecuentar aquellos lugares. Sin duda, aquello seria interesante. Su mirada celeste se posó sobre ella nada mas abrir la puerta, al igual que el resto de hombres que se encontraban en aquel lugar. Y era normal que la mirasen pues no solo no era normal que una mujer acudiera desarmada a aquellos lugares, era una mujer llamativa casi podria decirse que tenia una belleza salvaje.
Acompañado de toda la arrogancia que siempre solia llevar sobre él, se acercó a la recién llegada y se sentó a su lado – Otra para mi- pidió cuando el camarero sirvió a la recién llegada – Que hace alguien como tú en un lugar como este – Su forma de hablar era tan inexpresiva como su rostro. De hecho, hasta sus preguntas solian sonar de forma llana, sin interrogantes, sin exclamaciones.
Era un hombre alto, piel bronceada, ojos azules con las pupilas ligeramente ovaladas. Llevaba una camisa blanca, completamente abierta dejando al descubierto su musculoso torso. Pantalones negros. Normalmente llevaba una espada colgando a la derecha de su cinturón, pero en aquella ocasión iba desarmado…
Hacia tiempo que no pasaba por Lunargenta, en los últimos años había estado viajando por Aerandir.
Aquella era la clase de tabernas que Darroc preferia, discretas, oscuras, silenciosas… él, al contrario que casi todos los presentes, no acudia en busca de algún “encarguillo”. Tenia un trabajo entre manos, pero mientras tanto, mataba el tiempo por lunargenta, como era habitual en el importunando a todo aquel con el que se cruzaba. Darroc se encontraba al final de la barra, llevaba un buen rato allí. Esperando que algo interesante ocurriese, o alguien… aunque la gente no solia disfrutar demasiado de su compañía. Pero eso no importaba porque él, disfrutaba incomodandolos a los ellos.
La puerta se abrió y algo poco habitual pasó. Una mujer entró en la taberna, las mujeres no solian frecuentar aquellos lugares. Sin duda, aquello seria interesante. Su mirada celeste se posó sobre ella nada mas abrir la puerta, al igual que el resto de hombres que se encontraban en aquel lugar. Y era normal que la mirasen pues no solo no era normal que una mujer acudiera desarmada a aquellos lugares, era una mujer llamativa casi podria decirse que tenia una belleza salvaje.
Acompañado de toda la arrogancia que siempre solia llevar sobre él, se acercó a la recién llegada y se sentó a su lado – Otra para mi- pidió cuando el camarero sirvió a la recién llegada – Que hace alguien como tú en un lugar como este – Su forma de hablar era tan inexpresiva como su rostro. De hecho, hasta sus preguntas solian sonar de forma llana, sin interrogantes, sin exclamaciones.
Era un hombre alto, piel bronceada, ojos azules con las pupilas ligeramente ovaladas. Llevaba una camisa blanca, completamente abierta dejando al descubierto su musculoso torso. Pantalones negros. Normalmente llevaba una espada colgando a la derecha de su cinturón, pero en aquella ocasión iba desarmado…
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Re: La amargura de la cerveza [Interpretativo. Privado: Darroc]
La loba a penas le había dado tres o cuatro sorbos a la jarra de cerveza, cuando uno de los hombres que había por allí se acercó a la barra donde tan solo ella estaba sentada. No se giró para mirarle cuando se sentó, siquiera se giró cuando le hablaba a ella, aún sabiendo que aquellas palabras iban para la loba. Se dedicó a tomar otro sorbo de la cerveza. Había olido aquel olor otras veces, dos veces más, quizá más, sí, muchas veces más, entre a vino viejo refinado y madera de cedro, pero no a aquel olor le faltaba uno para saber qué era exactamente aquel hombre.
-Te lo diría si de verdad te importase. -Respondió Nana sin girar la cara para responder mientras tomaba un sorbo de su cerveza. La dejó toscamente sobre la barra y una vez hubo saboreado el amargo sabor de la cerveza giró la cabeza hacia aquel hombre. Posó sus ojos amarillos en los azules del hombre, impasible y ladeó la cabeza alzándola levemente para mirarle por encima de su nariz.
Volvió a girar la cabeza, tranquila, y tomó otro sorbo de cerveza. Había analizado a cada uno de los mercenarios de la taberna, la mayoría humanos, pero aquel, aquel le despertaba cierta curiosidad, aún así, podría ser un enviado de la manada y tendría que tener los seis sentidos despiertos, no podía bajar la guardia.
-¿Y qué hace un hombre desarmado en un sitio como este? -Formuló la pregunta a modo de contestación a la anterior, se acomodó las mechas que le caían esporádicamente sobre la cara hacia atrás y giró la cara. Arqueó una ceja esperando una respuesta.
Nana
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Re: La amargura de la cerveza [Interpretativo. Privado: Darroc]
- Creeme, realmente me importa. Quizás quieras contratar mis servicios- Guardó silencio mientras el camarero le ponía su cerveza, después de que este se fuera volvió a hablar mostrando la misma indiferencia que ella- O puede que yo quiera contratar los tuyos – Ciertamente era una mujer poco común. Si que a lo largo de su vida se había encontrado con mujeres como aquella, pero en los ultimo tiempos quizás escaseaban.
Se tomó su tiempo para mirarlo por primera vez. Él no la culpó por ello, pues para a apreciar lo que tenia junto a ella debía de mentalizarse y prepararse si no quería acabar locamente enamorada. (xD) Y no seria la primera vez que aquello ocurriera, quizás por esa era una de las razones por las que se crecia con las mujeres. Porque era irresistible y lo sabia. Volvió la vista al frente, del mismo modo que hacia ella, dio sorbo y dejó su jarra en la barra mientras volvia a girarse hacia ella.
No pudo evitar sonreir ante la pregunta de aquella mujer, pero fue una leve sonrisa… casi inexistente, una leve sombra dibujada en la comisura de sus labios durante tan solo unos pocos segundos – Nunca voy desarmado. Todo hombre que se precie guarda su mejor arma en la entre pierna de su pantalón.
Si, siempre empezaba con mal pie sus nuevas amistades y puede que por no tuviera amigos. ¿Pero a quien le importan los amigos? Si lo divertido de la vida era jactarse de los demás.
Se tomó su tiempo para mirarlo por primera vez. Él no la culpó por ello, pues para a apreciar lo que tenia junto a ella debía de mentalizarse y prepararse si no quería acabar locamente enamorada. (xD) Y no seria la primera vez que aquello ocurriera, quizás por esa era una de las razones por las que se crecia con las mujeres. Porque era irresistible y lo sabia. Volvió la vista al frente, del mismo modo que hacia ella, dio sorbo y dejó su jarra en la barra mientras volvia a girarse hacia ella.
No pudo evitar sonreir ante la pregunta de aquella mujer, pero fue una leve sonrisa… casi inexistente, una leve sombra dibujada en la comisura de sus labios durante tan solo unos pocos segundos – Nunca voy desarmado. Todo hombre que se precie guarda su mejor arma en la entre pierna de su pantalón.
Si, siempre empezaba con mal pie sus nuevas amistades y puede que por no tuviera amigos. ¿Pero a quien le importan los amigos? Si lo divertido de la vida era jactarse de los demás.
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Re: La amargura de la cerveza [Interpretativo. Privado: Darroc]
Seguía la loba inmersa en su concentración por calcular lo que bebía, cuando ella quería y disfrutando de cada trago de cerveza, porque no sabía cuándo sería la próxima vez que volvería a tomar aquel néctar que tanto amaba. Realmente no estaba prestando atención al hombre, pero cuando habló de trabajo se giró rápidamente, pero enseguida perdió el interés cuando escuchó su último comentario. Sin poder evitarlo se echó a reír, negó con la cabeza un par de veces y volvió a darle un trago a la cerveza.
-Sin duda el mejor chiste que he oído en mucho tiempo. -Comentó volviendo al mismo rostro serio de antes sin mirar al hombre. -Espero que no te cortes desenfundando. -La loba volvió a negar con la cabeza y le miró a los ojos, retadora, sin duda una forma muy extraña de entablar una conversación, pero Nana no era de esas mujeres que se asusta o se alarman con cosas como aquella, había escuchado comentarios mucho peores.
Nana tomó su jarra de cerveza con una mano y se giró apoyando el brazo con el que la sostenía sobre la barra. Realmente aquel hombre la estaba importunando, si no quería contratarla, ella quería seguir disfrutando de su cerveza en silencio y tranquila. Se mordió el labio y alzó una ceja, impasible.
-¿Hablabas de negocios, pues? -Preguntó la loba dando la vuelta a la jarra de cerveza por el asa. -Si no es por eso, te aconsejo que vuelvas a tu mesa, con suerte aún tendrás la silla caliente. -Finalizó y volvió a apoyar ambos codos en la barra y a dar un sorbo a su jarra de cerveza.
Nana
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Re: La amargura de la cerveza [Interpretativo. Privado: Darroc]
Por la actitud de la mujer era evidente que le estaba importunando, pero a él poco o nada le importaba. Más bien nada… le daba exactamente igual que no le agradase su presencia, de hecho disfrutaba con aquellos momentos. Aunque estaba seguro que lo que más le incomodaba era su atractivo. Seguro, seguro no, segurísimo que estaba intentando fingir que le era indiferente…
Aunque no lo demostró, le hizo gracia ver como la mujer se interesó por él al hablar de algún posible trabajo. Claro que mas gracia le hizo la reacción a sus palabras – Chiste- Dio un sorbo y sin soltar su jarra habló- Estoy seguro que después de probarme… todos los que hasta la fecha hayan pasado entre tus piernas pasarán a ser un mal chiste – Hablaba tranquilamente con pausas, quizás demasiadas pausas entre sus palabras, e indiferencia – Espero que no te cortes desenfundando- Antes de girarse hacia ella sonrió. Esta vez, aunque la sonrisa duró poco, fue algo mas pronunciada que la anterior. Se giró, volviendo a ser casi tan inexpresivo como siempre – Si quieres puedes desenfundarla tu misma, siempre la llevo preparada. No te cortes.
Hizo un intento de despacharle ¿Tan rápido se había cansado de él? bueno, muy probablemente temia no poder seguir resistiéndose a sus encantos masculinos que no seria a la primera mujer que le ocurria tal cosa… y no la culpaba por ello. Le quitó la jarra de entre las manos, lamio el borde y la dejó sobre la mesa – No pienso irme. Prefiero una mujer caliente a una silla – Si, era consciente que la estaba provocando.
Aunque no lo demostró, le hizo gracia ver como la mujer se interesó por él al hablar de algún posible trabajo. Claro que mas gracia le hizo la reacción a sus palabras – Chiste- Dio un sorbo y sin soltar su jarra habló- Estoy seguro que después de probarme… todos los que hasta la fecha hayan pasado entre tus piernas pasarán a ser un mal chiste – Hablaba tranquilamente con pausas, quizás demasiadas pausas entre sus palabras, e indiferencia – Espero que no te cortes desenfundando- Antes de girarse hacia ella sonrió. Esta vez, aunque la sonrisa duró poco, fue algo mas pronunciada que la anterior. Se giró, volviendo a ser casi tan inexpresivo como siempre – Si quieres puedes desenfundarla tu misma, siempre la llevo preparada. No te cortes.
Hizo un intento de despacharle ¿Tan rápido se había cansado de él? bueno, muy probablemente temia no poder seguir resistiéndose a sus encantos masculinos que no seria a la primera mujer que le ocurria tal cosa… y no la culpaba por ello. Le quitó la jarra de entre las manos, lamio el borde y la dejó sobre la mesa – No pienso irme. Prefiero una mujer caliente a una silla – Si, era consciente que la estaba provocando.
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Re: La amargura de la cerveza [Interpretativo. Privado: Darroc]
Los comentarios de aquel hombre estaban irritando a la loba, quizá en otro tiempo le habría reído las gracias y le hubiese tirado los trastos de la misma manera que él hacía, quizá, pero intentaba alejarse todo lo posible de su pasado, centrarse en su deber como líder y ejemplo a seguir, pero le era difícil con gente así por el mundo. Nana negó con la cabeza arqueando una ceja. Miró la jarra, era el último trago. Suspiró hondo y con todo el resentimiento del mundo alzó el brazo.
-Otra. -Imperativa la loba bajó el brazo y el camarero le sirvió otra jarra de cerveza a toda prisa mientras ella se terminaba de un trago lo que quedaba. Se acomodó el pelo alborotado a un lado de la cabeza, giró el cuerpo como anteriormente había hecho para hablarle y se inclinó ligeramente hacia delante para quedar un poco más cerca de él, su mirada, salvaje y retadora no dejaba a nadie indiferente, y el camarero servía la cerveza nervioso, intentando controlar a la perfección la espuma.
-Pues ve al establo, seguro que encuentras muchas yeguas a las que montar. -Le dijo en un susurro a pocos centímetros de su rostro, seria. El camarero había dejado la jarra llena encima de la barra, Nana la cogió con una mano, ya casi estaban nariz con nariz cuando la loba se bajó del taburete escurriéndose con gracilidad entre el espacio que quedaba y jarra en mano se alejó a una de las mesas, pero no sin antes girarse para guiñarle un ojo al hombre que le había arruinado la cerveza.
Se sentó en la silla apartándola con el pie de mala gana y se dejó caer mirando de nuevo la jarra, su jarra, rebosante de espuma con ese olor a madera vieja y a alcohol. "Ahora estamos solas tú y yo" Nana sonrió y le dio un sorbo a la cerveza, realmente sabía mejor después de un momento así.
Nana
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Re: La amargura de la cerveza [Interpretativo. Privado: Darroc]
Intento número uno de llamar su atención: Fallido. Habia esperado cualquier cosa, cualquiera menos que se terminase el trago y pidiese otra al camarero. No es que fuese lamiendo jarras de cerveza allá donde fuera, pero aquella mujer le estaba prestando mas atención a aquella jarra que a él y eso no era muy normal… No estaba acostumbrado a que no le prestasen atención.
Después de lamer la jarra, no había dejado de mirarla… evaluando todas y cada una de sus reacciones. Ella se giró y empezó a acercarse a él. Aquello parecía llevar buen camino, después de todo… lo mismo si que había dado resultado y ahora parecía que le prestaba atención. Toda ella era salvaje, pero en aquel instante su mirada se había vuelto mas intensa… tanto que hasta el inútil del camarero parecía nervioso.
Casi, casi había pensado que se atrevería a besarle. De hecho, si no fuese porque estaba tanteando el terreno y solo quería ver hasta donde iba a llegar… el mismo le hubiera besado. Sus palabras a pocos centímetros de su cara fueron como un chorro de agua fría, maldita zorra que se hacia la interesante. Poca gente era capaz de dejarlo sin palabras, aquella mujer lo acababa de conseguir.
Le siguió con la mirada mientras ella se alejaba, le observó sentarse. Si, estaba molesta. Y luego le vio mantener una conversación no verbal con su jarra. Sonrió, ilusa creía que se iba a librar de él tan fácilmente. Se giró hacia la barra, como si no fuese a ir a importunarla otra vez – Dos mas – Le dijo al camarero. Este miró a la mujer y después a Darroc, incrédulo. Pero sirvió las dos jarras de cerveza.
Con una jarra en cada mano se giró, sus labios esbozaron un extraño semicírculo simulando una media sonrisa. Y caminó hacia ella con su habitual arrogancia. Dejó sobre la mesa las dos jarras, cogió una silla y la acercó lo máximo que pudo a ella. Luego se sentó de manera que sus cuerpos se rozaban si se movían. Él era así, imponiendo su presencia tanto si gustaba como si no… y cuando no gustaba era muuuuucho mas divertido – Hola preciosa ¿Creias que te habias deshecho de mi?
Después de lamer la jarra, no había dejado de mirarla… evaluando todas y cada una de sus reacciones. Ella se giró y empezó a acercarse a él. Aquello parecía llevar buen camino, después de todo… lo mismo si que había dado resultado y ahora parecía que le prestaba atención. Toda ella era salvaje, pero en aquel instante su mirada se había vuelto mas intensa… tanto que hasta el inútil del camarero parecía nervioso.
Casi, casi había pensado que se atrevería a besarle. De hecho, si no fuese porque estaba tanteando el terreno y solo quería ver hasta donde iba a llegar… el mismo le hubiera besado. Sus palabras a pocos centímetros de su cara fueron como un chorro de agua fría, maldita zorra que se hacia la interesante. Poca gente era capaz de dejarlo sin palabras, aquella mujer lo acababa de conseguir.
Le siguió con la mirada mientras ella se alejaba, le observó sentarse. Si, estaba molesta. Y luego le vio mantener una conversación no verbal con su jarra. Sonrió, ilusa creía que se iba a librar de él tan fácilmente. Se giró hacia la barra, como si no fuese a ir a importunarla otra vez – Dos mas – Le dijo al camarero. Este miró a la mujer y después a Darroc, incrédulo. Pero sirvió las dos jarras de cerveza.
Con una jarra en cada mano se giró, sus labios esbozaron un extraño semicírculo simulando una media sonrisa. Y caminó hacia ella con su habitual arrogancia. Dejó sobre la mesa las dos jarras, cogió una silla y la acercó lo máximo que pudo a ella. Luego se sentó de manera que sus cuerpos se rozaban si se movían. Él era así, imponiendo su presencia tanto si gustaba como si no… y cuando no gustaba era muuuuucho mas divertido – Hola preciosa ¿Creias que te habias deshecho de mi?
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Re: La amargura de la cerveza [Interpretativo. Privado: Darroc]
Había disfrutado de cinco minutos felices, tranquilos, en la penumbra de la zona del fondo de la taberna, con su jarra de cerveza y su olor a madera vieja, ciertamente sabía que aquel hombre iba a volver allí, a seguir arruinando su momento de tranquilidad. En otras circunstancias, Nana habría sucumbido a sus encantos, o ella misma se habría acercado pecaminosa al hombre y le habría conquistado sin necesidad de encantos, en parte ambos no eran tan diferentes, animales alimentado con su propio ego. Y él, como ella, jamás se rendirían hasta que una parte de ambas cediese. Lo había entendido todo mucho antes de levantarse de la silla, pero ella siempre gana, al menos la mayoría de las veces.
Tenía una bota apoyada en la silla a su lado, mientras la otra colgaba en la silla, sentada de mala manera mirando por la ventana de la taberna, no pasaba nadie, pero la noche siempre era algo que le llamó mucho la atención, era su entorno.
-No. -Respondió seca a la pregunta del hombre sin siquiera girarse a mirarlo. Sostenía la jarra de cerveza con ambas manos, con gesto inexpresivo, sabía que no había cosa que más odiase esa clase de personas que les ignoraran.
Se rascó la frente con una mano y sin decir palabra alguna se levantó de la silla y se sentó sobre la mesa de madera, apoyando una de sus botas en el borde del asiento de la silla quedando aquel hombre entre sus piernas encima de aquella silla, se echó hacia delante apoyándose en su rodilla y tomó un sorbo de la cerveza, lo miró atentamente, tan solo le llamaba la atención qué sería aquel hombre, no era humano, de eso estaba segura. No dijo nada, simplemente se quedó mirándole a los ojos durante menos de medio minuto, y después se echó hacia atrás y tomó un trago de cerveza, tirándose más de la mitad por encima de la camisa blanca medio desabrochada que llevaba, "accidentalmente".
-Qué torpe...-Negó con la cabeza sin mirar al hombre y dejó la jarra a su lado, y sin pensárselo dos veces se quitó la camiseta. Y se hubiese quedado semi desnuda si no fuese porque se había puesto una camiseta negra ajustada de tirantes finos debajo de la camisa, era de noche y no sabía si aquel hombre había advertido aquella prenda en la loba, fuera como fuese Nana volvió a tomar la cerveza con una mano mientras movía de un lado a otro el pie que colgaba en la mesa. -¿Qué quieres? Me estás espantando a los clientes. -Le dijo seca apoyando la cabeza en su mano, y el codo sobre su muslo. -¿Nunca te han dicho que si juegas con fuego, te acabas quemando? ... -Dijo a penas en un susurro posando sus ojos amarillos que brillaban con la poca luz que había en aquel antro, salvajes por la cercanía de la luna, en los del hombre.
Nana
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Re: La amargura de la cerveza [Interpretativo. Privado: Darroc]
Bien, al parecer quería volver a jugar a ignorarle. La mujer no se había molestado en mirarle cuando se sentó a su lado y su respuesta fue bastante “seca”. Pero a él no se le apetecía seguir chupando jarras de cerveza, la verdad es que prefería bebérselas.
Cogió una de las jarras y dio un largo trago. Mientras pensaba en su próxima jugada, la mujer se adelantó, se sentó en la mesa de tal manera que él quedó entre sus piernas. La miró impasible, aunque había que reconocerle que aquel era un buen giro. Ella se encontraba apoyada en sus propias rodillas, de manera que quedaba muy cerca de Darroc… él acortó distancia echándose hacia delante, con los ojos entre cerrados, sin apartar su mirada de ella. La mujer no tardó en echarse hacia atrás y volver a beber de su jarra… y entonces gran parte del contenido se le derramó.
Su mirada descendió hasta aquella parte humeda de la camisa de la mujer, ni la escuchó cuando hizo referencia a su “torpeza”. Se quitó la prenda mojada y para desilusión de todos los presentes, debajo llevaba otra camiseta - ¿Qué quieres? Me estás espantando a los clientes – Sus labios dibujaron algo similar a una sonrisa, lo cierto es que la gente solia incomodarse cuando él sonreía. Pero no contestó, ella volvió a abrir la boca… esta vez con una provocación - ¿Nunca te han dicho que si juegas con fuego, te acabas quemando?
Sin apartar su mirada de ella, dejó su jarra sobre la mesa. Se puso en pie y se inclinó sobre ella… obligándola a inclinarse hacia atrás. Apoyando las palmas de sus manos en la mesa dejando a la mujer entre sus brazos, sin llegar a tocarla. Sus labios a tan solo un suspiro de los de la mujer – Me gusta el fuego y a menudo juego con él – susurró y después se retiró bruscamente para volver a sentarse en su silla, cogió su jarra y terminó de beberse su cerveza sin molestarse a mirarla.
- Y ahora, hablemos de negocios… ¿Qué clase de trabajo estás buscando?- Dijo volviendo a mirarla, después de dejar la jarra a un lado de ella, sobre la mesa.
Cogió una de las jarras y dio un largo trago. Mientras pensaba en su próxima jugada, la mujer se adelantó, se sentó en la mesa de tal manera que él quedó entre sus piernas. La miró impasible, aunque había que reconocerle que aquel era un buen giro. Ella se encontraba apoyada en sus propias rodillas, de manera que quedaba muy cerca de Darroc… él acortó distancia echándose hacia delante, con los ojos entre cerrados, sin apartar su mirada de ella. La mujer no tardó en echarse hacia atrás y volver a beber de su jarra… y entonces gran parte del contenido se le derramó.
Su mirada descendió hasta aquella parte humeda de la camisa de la mujer, ni la escuchó cuando hizo referencia a su “torpeza”. Se quitó la prenda mojada y para desilusión de todos los presentes, debajo llevaba otra camiseta - ¿Qué quieres? Me estás espantando a los clientes – Sus labios dibujaron algo similar a una sonrisa, lo cierto es que la gente solia incomodarse cuando él sonreía. Pero no contestó, ella volvió a abrir la boca… esta vez con una provocación - ¿Nunca te han dicho que si juegas con fuego, te acabas quemando?
Sin apartar su mirada de ella, dejó su jarra sobre la mesa. Se puso en pie y se inclinó sobre ella… obligándola a inclinarse hacia atrás. Apoyando las palmas de sus manos en la mesa dejando a la mujer entre sus brazos, sin llegar a tocarla. Sus labios a tan solo un suspiro de los de la mujer – Me gusta el fuego y a menudo juego con él – susurró y después se retiró bruscamente para volver a sentarse en su silla, cogió su jarra y terminó de beberse su cerveza sin molestarse a mirarla.
- Y ahora, hablemos de negocios… ¿Qué clase de trabajo estás buscando?- Dijo volviendo a mirarla, después de dejar la jarra a un lado de ella, sobre la mesa.
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Re: La amargura de la cerveza [Interpretativo. Privado: Darroc]
La loba casi que dejó de respirar cuando notó a aquel hombre literalmente encima de ella, se echó hacia atrás todo lo que pudo en la mesa para alejarse, pero su mirada seguía clavada en ella como dos puñales que le llegaban justo a la altura del pecho. Ciertamente la había sorprendido, pero no dejaría ver su sorpresa, pues sus ojos quedaron en los del hombre, seria, esperando su reacción para lo que fuese. Pero no pasó nada, tal y como se puso sobre ella, se quitó, volviéndose a sentar en la silla.
Nana tomó de nuevo la cerveza y le dio un trago volviendo a la situación anterior, colgando una pierna sobre la mesa pero esta vez un poco más alejada del hombre.
-Qué mal educado, mira que tratar a una mujer así y ni siquiera invitarla a una copa antes. -Negó con la cabeza y dio un sorbo de cerveza, impasible. Después alzó la vista para mirarle cuando habló sobre lo del trabajo. Arqueó una ceja, puesto que estaba en aquel tugurio, ¿Qué clase de trabajos se pensaba que iba a ejercer la loba? -Estando aquí, ¿Qué trabajos crees que serían? -Preguntó irónica con una media sonrisa casi sin despegar los labios de jarra.
Miró a un lado y al otro, los mercenarios seguían en las mesas, algunos hablaban entre ellos, pero en general el ambiente era tranquilo y la luz tenue.
-Busco un trabajo sencillo, mutilaciones quizá, pero nada más serio. -Comentó como si nada, se manejaba bien en el argot de la calle, puesto que había vivido muchos años de las peleas clandestinas en las calles de Lunargenta, sabía manejarse a la perfección.
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Re: La amargura de la cerveza [Interpretativo. Privado: Darroc]
Durante un buen rato centró su mirada en la de la mujer. Después se cruzó de brazos y recorrió su cuerpo con la mirada hasta volver a clavar sus ojos en los de ella – No acostumbro a invitar a las mujeres a una copa a menos que antes me revelen su nombre – Realmente poco le importaba la identidad de aquella mujer, seguramente no volverían a encontrarse. Quién sabe. Se ahorró el contestar a la pregunta sobre que clase de trabajos pensaba el que buscaba. Lo cierto es que aquello tampoco le importaba, únicamente se había acercado a ella por aburrimiento. Así era él, odiaba que los demás le hicieran perder el tiempo pero disfrutaba sobremanera hacer que los demás perdieran el tiempo.
- Busco un trabajo sencillo, mutilaciones quizá, pero nada serio – sin desviar sus ojos de los de ella, se descruzó de brazos, echó su cuerpo hacia delante y pasando su brazo por encima de la pierna de ella… cogió su jarra y volvió a apoyar la espalda en el respaldo de la silla. Terminó el contenido de su jarra y volvió a mirarla en silencio, se tomó todo el tiempo del mundo para volver a tomar la palabra – Mutilar es mas cruel que matar – Dijo, con la misma inexpresión que habituaba a expresar – Lo que me han encargado no entra en lo que buscas, puedes volver a la barra y seguir buscando- Le dijo, como si hubiera sido ella la que le había seguido por la taberna.
Volvió a echarse hacia delante para dejar una vez mas la jarra, esta vez vacia, al lado de aquella mujer. Después apoyó la espalda en el respaldo de la silla, se cruzó nuevamente de brazos y dejó de prestar atención a la mujer que había sobre la mesa.
- Busco un trabajo sencillo, mutilaciones quizá, pero nada serio – sin desviar sus ojos de los de ella, se descruzó de brazos, echó su cuerpo hacia delante y pasando su brazo por encima de la pierna de ella… cogió su jarra y volvió a apoyar la espalda en el respaldo de la silla. Terminó el contenido de su jarra y volvió a mirarla en silencio, se tomó todo el tiempo del mundo para volver a tomar la palabra – Mutilar es mas cruel que matar – Dijo, con la misma inexpresión que habituaba a expresar – Lo que me han encargado no entra en lo que buscas, puedes volver a la barra y seguir buscando- Le dijo, como si hubiera sido ella la que le había seguido por la taberna.
Volvió a echarse hacia delante para dejar una vez mas la jarra, esta vez vacia, al lado de aquella mujer. Después apoyó la espalda en el respaldo de la silla, se cruzó nuevamente de brazos y dejó de prestar atención a la mujer que había sobre la mesa.
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Re: La amargura de la cerveza [Interpretativo. Privado: Darroc]
Nana esbozó una media sonrisa al escuchar aquello de las mutilaciones, le dio un trago a la cerveza y después miró al hombre, arqueó una ceja, después de todo lo que le había molestado ahora decía que podía irse, que no le interesaba. Nana resopló molesta, se bajó de un salto de la mesa.
-Deberías de irte tú, puesto que yo me senté antes en este sitio.-Hizo la observación y tomó la cerveza con una mano. -Pero seré benevolente, por esta vez, y te dejaré tu silla calentita, ya que no has conseguido calentar a ninguna mujer. -Dijo en tono irónico y le dio un trago a la cerveza, la cual quedaba más de media jarra. Hizo amago de girarse para irse, pero alzó el índice.
-Ah, una cosa más antes de irme... -Con un rápido movimiento de muñeca Nana derramó lo que quedaba de cerveza, su preciada cerveza, encima de la camisa de aquel hombre. -Una pena, sin duda, era una camisa bonita. -Añadió y se giró. Una risa generalizada se escuchó en toda la taberna, la loba se acercó de nuevo a la barra y alzó el brazo, el camarero en seguida le sirvió otra cerveza. Hoy no era un buen día, y seguramente no conseguiría trabajo después de aquello.
Nana
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Re: La amargura de la cerveza [Interpretativo. Privado: Darroc]
No lo pudo evitar, estalló en carcajadas cuando le echó el contenido de lo que quedaba en la jarra encima de su camisa. Mujer despechada, seguramente molesta porque no le había arrancado la ropa allí mismo después de colocarse encima de ella – Seguro que no he calentado a ninguna mujer, pero eso es solo porque no hay ninguna mujer de verdad por aquí – Dijo mientras la observaba caminar en dirección a la barra, palabras que quizás ella no ecucharia a causa de las risas de los presentes. Pero no se sentía molesto por aquello, todo lo contrario… quizás hasta era algo que sabía que iba a ocurrir.
Durante un par de minutos la observó desde la mesa donde ambos habían estado. Después una sonrisa se dibujó en sus labios y se levantó, caminando hacia ella con su habitual arrogancia, sin prestar atención a los demás presentes quienes llevaban demasiado tiempo siguiendo tanto los movimientos del dragón como de la mujer.
Se colocó detrás de ella y pasó un brazo a cada lado de la mujer casi inmovilizandola, obligandola a quedar pegada a la barra. Acercó sus labios a su oído – Ha sido un placer – susurró justo antes de lamerle la cara, mientras dejaba un par de monedas sobre la barra – Quedese el cambio por las molestias que mi amiga le haya ocasionado.
Y después la liberó y empezó a caminar hacia la salida…
Durante un par de minutos la observó desde la mesa donde ambos habían estado. Después una sonrisa se dibujó en sus labios y se levantó, caminando hacia ella con su habitual arrogancia, sin prestar atención a los demás presentes quienes llevaban demasiado tiempo siguiendo tanto los movimientos del dragón como de la mujer.
Se colocó detrás de ella y pasó un brazo a cada lado de la mujer casi inmovilizandola, obligandola a quedar pegada a la barra. Acercó sus labios a su oído – Ha sido un placer – susurró justo antes de lamerle la cara, mientras dejaba un par de monedas sobre la barra – Quedese el cambio por las molestias que mi amiga le haya ocasionado.
Y después la liberó y empezó a caminar hacia la salida…
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Re: La amargura de la cerveza [Interpretativo. Privado: Darroc]
La cara de asco de la loba era notable, se limpió rápido la mejilla con una servilleta, el olor a saliva que le llegaba a su fino olfato le disgustaba sobremanera, pero por fin había advertido qué clase de hombre era aquel, ya había olido esa saliva antes, saliva de dragón. Cogió uno de los tenedores que había sobre la barra y lo lanzó en un suave movimiento de muñeca contra él, pasando por un lado de su cabeza casi rozándole la oreja y finalmente clavándose entre la puerta y el marco de la puerta de madera, haciendo imposible que se abriese fácilmente. Nana levantó del taburete acomodándose el pelo hacia atrás. Los mercenarios y el camarero miraban asustados la escena, algunos a la defensiva por si la cosa se ponía fea.
-Tú no sabes con quién estás jugando.-Reprochó y se adelantó hasta quedar detrás del hombre, que le daba la espalda. Entonces le agarró del brazo y lo empujó para darle la vuelta, aquella fuerza no era fuerza de una humana normal y corriente, no sabía si captaría la "indirecta". Lo empujó de nuevo del pecho haciéndolo quedar de espaldas contra la pared, justo con el tenedor al lado de la cabeza, que aún bailaba hacia arriba y hacia abajo de la inercia. La loba se acercó hasta quedar tan pegada a él que podía escuchar hasta su respiración.
-Nana Black. -Susurró, y los mercenarios de la primera fila que habían escuchado, se quitaron las capuchas y dejaron las armas sobre la mesa en señal de respeto. Realmente no quería revelar su identidad en un lugar como aquel, pero no le había quedado más remedio. Llevó una de sus manos a la entrepierna del hombre y la agarró con fuerza, sus ojos brillaban amarillos. -La próxima vez que quieras molestarme.. -Susurró a su oído en tono seductor y le mordió la oreja. -Quizá pierdas tus queridos huevos de... Dragón. -Esto último lo dijo en tono amenazante con una sonrisa en la cara, algo sádica, mostrando sus colmillos afilados. Soltó su mano de la entrepierna del hombre y quitó el tenedor de la puerta con una mano, para después retirarse hacia la barra y sacar un par de monedas y tirarlas sobre la barra. -Estas son por las molestias que ha causado mi amigo. -Dijo sin girar a mirarle y el camarero asintió con la cabeza, pues no tenía palabras para dedicarle a la loba.
Nana
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Re: La amargura de la cerveza [Interpretativo. Privado: Darroc]
El tenedor pasó rozándole la oreja y terminó clavado entre la puerta y el marco de esta. Podria haberse girado y haberle soltado cualquier otra de las suyas, pero… dejaría que ella se luciera en aquella ocasión. Sonrió cuando ella le dio la vuelta, algo en su mirada le había hecho sospechar que no era humana… ahora la fuerza que empleaba le confirmaba sus sospechar. Lo empujó hasta dejarlo, supuestamente acorralado, contra la pared. Ella se pegó a su cuerpo y él sonrió. Si, sonrió. Habia logrado romper su tranquilidad y ahora la tenia tan pegada a él que apenas tenia que moverse para besarla… Y se le pasó por la cabeza hacerlo y romper todos y cada uno de los esquemas y argumentos que ella pudiera tener en el interior de aquella cabecita.
Pero dijo su nombre “Nana Black” y los demás reaccionaron ante aquel nombre. Le era familiar, quizás había escuchado sobre ella pero, en su mundo, no existía nada mas importante que él mismo…
Nana llevó una de sus manos a su entre pierna y le lanzó una amenaza. Su sonrisa se hizo mas amplia aún. Ni su tono amenazante, ni su mirada y sonrisa sadica provocó en él el mas minimo escalofrio… Ella lo soltó y después de coger el tenedor volvió a la barra.
Durante un momento se quedó observándola. Luego miró aquellos que, como si esperasen el próximo movimiento de alguno de los dos, aún alternaban su mirada de la loba al dragón. Por una vez se olvidó de sus frases sin expresión y al hablar lo hizo en tono jactoso – Señores…tengo el placer de comunicarles que la mismisima Nana Black me ha tocado las pelotas – Bien, si aquel comentario molestó a la loba poco le importó… porque después de pronunciar sus palabras abrió la puerta y salió de aquella taberna.
Offrol: Y hasta aquí, porque de aquí nada bueno podremos sacar (?) xD
Pero dijo su nombre “Nana Black” y los demás reaccionaron ante aquel nombre. Le era familiar, quizás había escuchado sobre ella pero, en su mundo, no existía nada mas importante que él mismo…
Nana llevó una de sus manos a su entre pierna y le lanzó una amenaza. Su sonrisa se hizo mas amplia aún. Ni su tono amenazante, ni su mirada y sonrisa sadica provocó en él el mas minimo escalofrio… Ella lo soltó y después de coger el tenedor volvió a la barra.
Durante un momento se quedó observándola. Luego miró aquellos que, como si esperasen el próximo movimiento de alguno de los dos, aún alternaban su mirada de la loba al dragón. Por una vez se olvidó de sus frases sin expresión y al hablar lo hizo en tono jactoso – Señores…tengo el placer de comunicarles que la mismisima Nana Black me ha tocado las pelotas – Bien, si aquel comentario molestó a la loba poco le importó… porque después de pronunciar sus palabras abrió la puerta y salió de aquella taberna.
Offrol: Y hasta aquí, porque de aquí nada bueno podremos sacar (?) xD
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