Misión de Prisionera en Cala de la Luna [Quest]
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Misión de Prisionera en Cala de la Luna [Quest]
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El posteo: Será de acuerdo al órden de llegada
Máximo: 3 participantes.
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A orillas del mar, una botella de vidrio tapada con un corcho reposa media hundida en la arena, con un pergamino dentro. Quien abriera la nota encontraria escrito en una letra de que unas manos nerviosas escribieron quien sabe cuanto tiempo atrás, o tambien si el destinario podría estar con vida aún.
"La soledad me acompaña, el mar pierde sus barcos pues todo viajero que ha intentado llegar se ha perdido para siempre en las profundidades del océano, han pasado años, y en esta prisión el tiempo es eterno, quién fuera que sea el valiente capaz de rescatarme, será bien recompensado, pues en este lugar hay mucha riqueza"
Cerca de esta playa, habia un puerto, un barco no muy grande, mas bien parecía pesquero y una pequeña casa de madera. Afuera estaba quien parecía ser el capitán dle barco, fumando una pipa.
El posteo: Será de acuerdo al órden de llegada
Máximo: 3 participantes.
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A orillas del mar, una botella de vidrio tapada con un corcho reposa media hundida en la arena, con un pergamino dentro. Quien abriera la nota encontraria escrito en una letra de que unas manos nerviosas escribieron quien sabe cuanto tiempo atrás, o tambien si el destinario podría estar con vida aún.
"La soledad me acompaña, el mar pierde sus barcos pues todo viajero que ha intentado llegar se ha perdido para siempre en las profundidades del océano, han pasado años, y en esta prisión el tiempo es eterno, quién fuera que sea el valiente capaz de rescatarme, será bien recompensado, pues en este lugar hay mucha riqueza"
Cerca de esta playa, habia un puerto, un barco no muy grande, mas bien parecía pesquero y una pequeña casa de madera. Afuera estaba quien parecía ser el capitán dle barco, fumando una pipa.
Última edición por Master2 el Lun Nov 11 2013, 16:27, editado 5 veces
Ansur
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Re: Misión de Prisionera en Cala de la Luna [Quest]
"Las islas illidenses"... Asi se llamaban estas islas, o al menos, asi la llamaban unos marineros de Lunargenta que gustosamente me llevaron en barco hasta aqui. Este era uno de los muchos lugares que no habia explorado del amplio mundo en el que me encontraba. Esta era la primera vez que abandonaba el continente principal para visitar un lugar del mundo tan apartado, de hecho esta era la primera vez que montaba en barco para dirigirme a algun sitio en busca de exploracion y aventura, como en mis viejos tiempos.
Mi primera experiencia en un barco fue algo... aterradora... era bastante susceptible a marearme por los continuos meneos del barco. Por suerte no llegue a vomitar en ninguna ocasion, pero a consecuencia de esto los mareos se hacian mas insufribles a cada minuto que pasaba en ese bote de madera.
Cuando el barco llego al puerto, no me demore demasiado en pisar tierra firme. Aun permanecia algo mareado por el viaje, tardaria un poco en recuperarme. Antes de marchar, le di las gracias a los marineros y pescadores del barco que me llevaron a este sitio. Al parecer no les importo mi aspecto fisico ni lo que realmente era, una bestia humana. Al principio esto me sorprendio en el fondo, puesto que los humanos no solian recibir de manera tan amable a alguien como yo. Sera que estas personas habran visto alguna vez a un hombre-bestia felino como yo?
Tras pensarlo durante unos segundos, abandone el puerto para acercarme a la playa costera que habia cerca de este. Me sente en la orilla de la playa para calmar aquellos molestos mareos que persistian en mi cabeza - Jamas pense que montar en barco fuera tan horrible... - pense en voz alta.
Permaneci con la mirada baja hasta que algo en la orilla del mar me llamo la atencion... Se trataba de una botella. Una botella la cual contenia un pergamino dentro. Lo empeze a leer en silencio y con mucho detenimiento, puesto que las letras del pergamino estaban algo borrosas y mi capacidad lectora era muy baja, por no hablar de que ni siquiera sabia escribir.
Tras unos minutos de lectura, recapacite mentalmente en una parte concreta de lo que habia leido. "El mar pierde sus barcos pues todo viajero que ha intentado llegar se ha perdido para siempre en las profundidades del océano"... Yo he llegado en barco hasta aqui y no me ha sucedido nada... o eso creo. Durante el viaje no me habia surgido ningun incidente extraño, tanto a mi como a los tripulantes del pequeño bote de madera.
Me tumbe en la arena para descansar un rato y despejarme la cabeza, sin soltar siquiera el pergamino que tenia entre manos. Todo esto me parecia algo sospechoso y ni siquiera sabia por donde empezar. Este territorio era nuevo para mi, y debia pensar bien cada paso que daba para no arrepentirme despues.
Mi primera experiencia en un barco fue algo... aterradora... era bastante susceptible a marearme por los continuos meneos del barco. Por suerte no llegue a vomitar en ninguna ocasion, pero a consecuencia de esto los mareos se hacian mas insufribles a cada minuto que pasaba en ese bote de madera.
Cuando el barco llego al puerto, no me demore demasiado en pisar tierra firme. Aun permanecia algo mareado por el viaje, tardaria un poco en recuperarme. Antes de marchar, le di las gracias a los marineros y pescadores del barco que me llevaron a este sitio. Al parecer no les importo mi aspecto fisico ni lo que realmente era, una bestia humana. Al principio esto me sorprendio en el fondo, puesto que los humanos no solian recibir de manera tan amable a alguien como yo. Sera que estas personas habran visto alguna vez a un hombre-bestia felino como yo?
Tras pensarlo durante unos segundos, abandone el puerto para acercarme a la playa costera que habia cerca de este. Me sente en la orilla de la playa para calmar aquellos molestos mareos que persistian en mi cabeza - Jamas pense que montar en barco fuera tan horrible... - pense en voz alta.
Permaneci con la mirada baja hasta que algo en la orilla del mar me llamo la atencion... Se trataba de una botella. Una botella la cual contenia un pergamino dentro. Lo empeze a leer en silencio y con mucho detenimiento, puesto que las letras del pergamino estaban algo borrosas y mi capacidad lectora era muy baja, por no hablar de que ni siquiera sabia escribir.
Tras unos minutos de lectura, recapacite mentalmente en una parte concreta de lo que habia leido. "El mar pierde sus barcos pues todo viajero que ha intentado llegar se ha perdido para siempre en las profundidades del océano"... Yo he llegado en barco hasta aqui y no me ha sucedido nada... o eso creo. Durante el viaje no me habia surgido ningun incidente extraño, tanto a mi como a los tripulantes del pequeño bote de madera.
Me tumbe en la arena para descansar un rato y despejarme la cabeza, sin soltar siquiera el pergamino que tenia entre manos. Todo esto me parecia algo sospechoso y ni siquiera sabia por donde empezar. Este territorio era nuevo para mi, y debia pensar bien cada paso que daba para no arrepentirme despues.
Zarknoss
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Re: Misión de Prisionera en Cala de la Luna [Quest]
El joven DeBlade sentía el aire fresco hinchar su pecho y el viento acariciar su rostro. Sus primeros pasos en esta tierra para él desconocida se apresuraron a alejarlo de rastro alguno de civilización. Acababa de llegar a la Cala de la Luna y no sentía especial ilusión por llamar la atención más de la cuenta, o por entablar siquiera contacto alguno con cualquier persona que no representase un beneficio potencial para él.
Pensaba en mil cosas y en ninguna. Su intención en estas Islas era tratar de extender el dominio de su conocimiento a través de una cierta cantidad de personas dispuestas a proporcionarle información, y eso no es fácil de encontrar. Sin embargo, el paisaje embriagó el corazón de Petyr, que empezó a simplemente caminar de forma despreocupada.
Cuando se quiso dar cuenta, sus pasos lo habían llevado a una playa cercana y se habían topado con algo por el camino. Una extraña criatura, uno de esos "hombres-bestia" que habitaban ciertos parajes de Aerandir. Parecía descansar plácidamente y no era la intención de Petyr molestar a nadie, de modo que se disponía a continuar su camino.
Pero entonces advirtió que el extraño hombre-bestia tenía un pergamino en la mano, y una expresión de inseguridad marcaba su rostro y lo delataba como alguien que acababa de leer algo inesperado.
No sería correcto definir a Petyr DeBlade como un hombre altruista, ni por asomo. Y, sin embargo, se interesó por el joven, pensando que podría aprovecharse de un intelecto menos ágil. Al fin y al cabo, estaba buscando seguidores. Fingir preocupación por sus problemas sería un buen comienzo.
-Saludos, caballero. Mis pensamientos me llevaban por un tranquilo paseo, pero no he podido evitar advertir su presencia y, lo más importante, su aparente preocupación. ¿Sucede algo? ¿Puedo ayudarle?
Pensaba en mil cosas y en ninguna. Su intención en estas Islas era tratar de extender el dominio de su conocimiento a través de una cierta cantidad de personas dispuestas a proporcionarle información, y eso no es fácil de encontrar. Sin embargo, el paisaje embriagó el corazón de Petyr, que empezó a simplemente caminar de forma despreocupada.
Cuando se quiso dar cuenta, sus pasos lo habían llevado a una playa cercana y se habían topado con algo por el camino. Una extraña criatura, uno de esos "hombres-bestia" que habitaban ciertos parajes de Aerandir. Parecía descansar plácidamente y no era la intención de Petyr molestar a nadie, de modo que se disponía a continuar su camino.
Pero entonces advirtió que el extraño hombre-bestia tenía un pergamino en la mano, y una expresión de inseguridad marcaba su rostro y lo delataba como alguien que acababa de leer algo inesperado.
No sería correcto definir a Petyr DeBlade como un hombre altruista, ni por asomo. Y, sin embargo, se interesó por el joven, pensando que podría aprovecharse de un intelecto menos ágil. Al fin y al cabo, estaba buscando seguidores. Fingir preocupación por sus problemas sería un buen comienzo.
...
-Saludos, caballero. Mis pensamientos me llevaban por un tranquilo paseo, pero no he podido evitar advertir su presencia y, lo más importante, su aparente preocupación. ¿Sucede algo? ¿Puedo ayudarle?
DeBlade
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Re: Misión de Prisionera en Cala de la Luna [Quest]
El viaje le había llevado más tiempo del que esperaba. Librarse del maldito caballero errante había sido relativamente sencillo, pero conseguir una embarcación que le llevase río abajo fue harina de otro costal.
Tras buscar una forma de descender por el río durante semanas, consiguió colarse en un barco que realizaba intercambios comerciales entre las ciudades a las orillas del río, y estando la suerte de su parte, en pocos días llegó a la desembocadura.
A partir de ese momento, no le costó demasiado esfuerzo reunir unas pocas monedas para pagarse un pasaje hasta las islas Illidenses, trabajando aquí y allá. Pocos días después de haber llegado a la desembocadura del río, ya estaba listo para embarcarse hacia las Islas.
Sobre las dificultades y pormenores del viaje reflexionaba Jézar, mientras caminaba por las playas de la cala de la luna, dejando sus pesadas botas marcadas en la arena.
-De modo que esta es la famosa Cala de la Luna. Un lugar precioso sin duda, aunque no parece tan terrible como cuentan las historias que he escuchado... ¿Y donde demonios están los barcos? Se supone que debería poder embarcarme pronto hacia Verisar.
Todos sus pensamientos se detuvieron en seco cuando observó algo que no se esperaba... Un hombre bestia, otro más, otro como él, tumbado en la arena de la playa, mientras sostenía entre sus dedos algún objeto que no reconoció. Quizás un papel o un trozo de tela. Y a su lado, un personaje también de lo más extraño, con un atuendo que a primera vista consideró, si no de noble, sí de hombre acomodado.
-"Oh por el amor de los Siete, otro tarado errante más... "- Pensó con resignación. Parecía que el mundo estaba lleno de gente con demasiado tiempo libre.
Su desconfianza era grande, pero su curiosidad era mayor todavía. ¿Que hacía en un lugar tan apartado alguien de su misma raza, en compañía de un humano?¿Que les habría traído hasta aquí? ¿Viajarían hacia el mismo lugar que él? ¿Era posible que conocieran a las gentes de su clan? Desde luego, el que estaba tumbado no parecía pertenecer a los Manos Rojas... y el otro ni siquiera era de su misma raza.
Haciendo de tripas corazón, decidió acercarse a la extraña pareja, con cautela y con un hacha en la mano, apoyada en el hombro de manera distraída.
-Saludos camarada. Os he visto tumbado en la arena, junto a este hombre y me preguntaba si os sucedía algo. - Dijo mirando alternativamente a su compatriota y al humano ataviado con ropa de noble
Tras buscar una forma de descender por el río durante semanas, consiguió colarse en un barco que realizaba intercambios comerciales entre las ciudades a las orillas del río, y estando la suerte de su parte, en pocos días llegó a la desembocadura.
A partir de ese momento, no le costó demasiado esfuerzo reunir unas pocas monedas para pagarse un pasaje hasta las islas Illidenses, trabajando aquí y allá. Pocos días después de haber llegado a la desembocadura del río, ya estaba listo para embarcarse hacia las Islas.
Sobre las dificultades y pormenores del viaje reflexionaba Jézar, mientras caminaba por las playas de la cala de la luna, dejando sus pesadas botas marcadas en la arena.
-De modo que esta es la famosa Cala de la Luna. Un lugar precioso sin duda, aunque no parece tan terrible como cuentan las historias que he escuchado... ¿Y donde demonios están los barcos? Se supone que debería poder embarcarme pronto hacia Verisar.
Todos sus pensamientos se detuvieron en seco cuando observó algo que no se esperaba... Un hombre bestia, otro más, otro como él, tumbado en la arena de la playa, mientras sostenía entre sus dedos algún objeto que no reconoció. Quizás un papel o un trozo de tela. Y a su lado, un personaje también de lo más extraño, con un atuendo que a primera vista consideró, si no de noble, sí de hombre acomodado.
-"Oh por el amor de los Siete, otro tarado errante más... "- Pensó con resignación. Parecía que el mundo estaba lleno de gente con demasiado tiempo libre.
Su desconfianza era grande, pero su curiosidad era mayor todavía. ¿Que hacía en un lugar tan apartado alguien de su misma raza, en compañía de un humano?¿Que les habría traído hasta aquí? ¿Viajarían hacia el mismo lugar que él? ¿Era posible que conocieran a las gentes de su clan? Desde luego, el que estaba tumbado no parecía pertenecer a los Manos Rojas... y el otro ni siquiera era de su misma raza.
Haciendo de tripas corazón, decidió acercarse a la extraña pareja, con cautela y con un hacha en la mano, apoyada en el hombro de manera distraída.
-Saludos camarada. Os he visto tumbado en la arena, junto a este hombre y me preguntaba si os sucedía algo. - Dijo mirando alternativamente a su compatriota y al humano ataviado con ropa de noble
Jézar
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Re: Misión de Prisionera en Cala de la Luna [Quest]
Después de que los tres hubieran aclarado sus situaciones, leyeran la nota, el capitán del barco se sintió alegre de ver a unas personas y no dudó en levantarse e ir a ellos. Vio la nota que tenían y su mirada ensombreció. Conocía la letra de la ese pergamino.
-Ohh, ya veo... mi pequeña. Esa nota está desde hace días allí, la devolví al lugar en que estaba... pues no hay esperanza ya. Hace tiempo que la raptaron unos piratas y nunca más volví a saber de ella- explicó con la mirada entristecida.- Su belleza encantaba al hijo de mi hermano, el Lord Artharos, el señor de los mares oscuros. La extraño tanto... pero mi tripulación se fue con él también, supongo que habrán muerto a estas alturas. Desearía saber que hay sobre su destino... pero lamentablemente nadie se atreve a navegar por estas aguas-una lágrima surcó el rostro del marinero y se perdió en su barba descuidada. Los miró y dijo-Mi nombre es Sam, y el desgraciado que ha raptado a mi pequeña, Davies... que no tiene piedad para con nadie-
¿Ayudarían a este marinero a encontrar a su hija?
Hija de Sam, el marinero.
Sam, el capitán.
Artharos, hermano de Sam.
Davies, hijo de Artharos.
-Ohh, ya veo... mi pequeña. Esa nota está desde hace días allí, la devolví al lugar en que estaba... pues no hay esperanza ya. Hace tiempo que la raptaron unos piratas y nunca más volví a saber de ella- explicó con la mirada entristecida.- Su belleza encantaba al hijo de mi hermano, el Lord Artharos, el señor de los mares oscuros. La extraño tanto... pero mi tripulación se fue con él también, supongo que habrán muerto a estas alturas. Desearía saber que hay sobre su destino... pero lamentablemente nadie se atreve a navegar por estas aguas-una lágrima surcó el rostro del marinero y se perdió en su barba descuidada. Los miró y dijo-Mi nombre es Sam, y el desgraciado que ha raptado a mi pequeña, Davies... que no tiene piedad para con nadie-
¿Ayudarían a este marinero a encontrar a su hija?
Hija de Sam, el marinero.
- Spoiler:
Sam, el capitán.
- Spoiler:
Artharos, hermano de Sam.
- Spoiler:
Davies, hijo de Artharos.
- Spoiler:
Ansur
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Re: Misión de Prisionera en Cala de la Luna [Quest]
Tras conversar un rato con los dos extraños en medio de la playa, Jézar contempló acercarse a un viejo marinero canoso, con gesto melancólico, arrastrando los pies entre los montículos de arena que se arremolinaban en la costa.
-"Esta playa está más concurrida de lo que parece a simple vista. ¿Quien será ese viejo y por que viene hacia aquí?"
Cuando llegó junto a ellos, el anciano marinero se presentó y justificó su presencia allí diciendo que la botella que habían recogido del suelo le había llamado la atención, por lo que Jézar preguntó si el pergamino que contenía en su interior le resultaba familiar.
-Ohh, ya veo... mi pequeña. Esa nota está desde hace días allí, la devolví al lugar en que estaba... pues no hay esperanza ya...
A partir de esa frase, el anciano pareció animarse a seguir hablando y por alguna razón ilógica, ya fuera por beber demasiada agua de mar o porque la soledad le había afectado al cerebro, les explicó a los dos hombres-bestia y a aquel humano con gesto altivo, como había perdido a su querida hija, a manos del hijo de su hermano. Entre sollozos y lamentos típicos de una criatura débil y autocompasiva, argumentó que su incapacidad para recuperar a la cría, radicaba en que era demasiado viejo y su tripulación le había traicionado.
-"No conozco al tal Lord Comosellame, pero si era como este tipo, yo no habría seguido a ninguno de los dos"- Reflexiono el corpulento guerrero. En su clan, los hombres como aquellos no estaban a cargo de ningún grupo de guerreros... De hecho ni siquiera acostumbraban a estar vivos.
Aquel hombre le enervaba, pero la situación que planteaba, en la que una mujer (bastante hermosa según como la describía) tenía que aguantar a un mozo, con toda seguridad un mocoso imberbe, por culpa de que su padre era demasiado cobarde para recuperarla, le hacía hervir la sangre más que ninguna otra cosa en el mundo.
Lunargenta podría esperar, necesitaba atrapar a aquella niña y estampársela en los morros al viejo. Quizás así ganase algo de valor.
-No se apure abuelo, casualmente estaba buscando a alguien con suficientes agallas como para llevarme a través de estas aguas. Las maravillas que se cuentan sobre el mar que circunda este lugar son apabullantes. Me gustaría comprobar si son ciertas. Y si además de eso nos encontramos con alguien que conozca el paradero de la cría por el camino, entonces mejor que mejor. Además seguro que estos caballeros estarán dispuestos a echar una mano ¿Que me dice? - Preguntó poniendo una de sus manazas en el hombro del capitán, mientras exhibía los colmillos en una mueca burlona.
-"Esta playa está más concurrida de lo que parece a simple vista. ¿Quien será ese viejo y por que viene hacia aquí?"
Cuando llegó junto a ellos, el anciano marinero se presentó y justificó su presencia allí diciendo que la botella que habían recogido del suelo le había llamado la atención, por lo que Jézar preguntó si el pergamino que contenía en su interior le resultaba familiar.
-Ohh, ya veo... mi pequeña. Esa nota está desde hace días allí, la devolví al lugar en que estaba... pues no hay esperanza ya...
A partir de esa frase, el anciano pareció animarse a seguir hablando y por alguna razón ilógica, ya fuera por beber demasiada agua de mar o porque la soledad le había afectado al cerebro, les explicó a los dos hombres-bestia y a aquel humano con gesto altivo, como había perdido a su querida hija, a manos del hijo de su hermano. Entre sollozos y lamentos típicos de una criatura débil y autocompasiva, argumentó que su incapacidad para recuperar a la cría, radicaba en que era demasiado viejo y su tripulación le había traicionado.
-"No conozco al tal Lord Comosellame, pero si era como este tipo, yo no habría seguido a ninguno de los dos"- Reflexiono el corpulento guerrero. En su clan, los hombres como aquellos no estaban a cargo de ningún grupo de guerreros... De hecho ni siquiera acostumbraban a estar vivos.
Aquel hombre le enervaba, pero la situación que planteaba, en la que una mujer (bastante hermosa según como la describía) tenía que aguantar a un mozo, con toda seguridad un mocoso imberbe, por culpa de que su padre era demasiado cobarde para recuperarla, le hacía hervir la sangre más que ninguna otra cosa en el mundo.
Lunargenta podría esperar, necesitaba atrapar a aquella niña y estampársela en los morros al viejo. Quizás así ganase algo de valor.
-No se apure abuelo, casualmente estaba buscando a alguien con suficientes agallas como para llevarme a través de estas aguas. Las maravillas que se cuentan sobre el mar que circunda este lugar son apabullantes. Me gustaría comprobar si son ciertas. Y si además de eso nos encontramos con alguien que conozca el paradero de la cría por el camino, entonces mejor que mejor. Además seguro que estos caballeros estarán dispuestos a echar una mano ¿Que me dice? - Preguntó poniendo una de sus manazas en el hombro del capitán, mientras exhibía los colmillos en una mueca burlona.
Jézar
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Re: Misión de Prisionera en Cala de la Luna [Quest]
Con una indiferencia apabullante, DeBlade escuchaba vagamente la conversación con aire molesto.
"No puedo permitirme perder el tiempo con estas tonterías...", pensó. Pero entonces, un brillo cambió en sus ojos. Se lo había pensado mejor. "...pero tal vez esta curiosa situación implique la posibilidad de obtener beneficio..."
-Disculpe, caballero.- dijo, moviendo al imponente hombre bestia que hablaba con el anciano y dirigiéndose a este. -Es una historia fascinante y su pérdida es, no cabe duda, una verdadera tragedia. Sin embargo, y creo que estos dos corpulentos guerreros que me acompañan estarán de acuerdo, creo que un gran rescate es merecedor de una recompensa acorde al riesgo. No sé si me estoy explicando con claridad, mi buen anciano: Confío en que ambas partes podamos quedar satisfechas. Usted recupera a su... -Su poco interés le obligó a hacer un pequeño esfuerzo para recordar. -hija, y nosotros ganamos... ¿Qué, exactamente? ¿Qué puede ofrecernos a cambio de nuestra ayuda?-Preguntó dedicándole una amable sonrisa.
"No puedo permitirme perder el tiempo con estas tonterías...", pensó. Pero entonces, un brillo cambió en sus ojos. Se lo había pensado mejor. "...pero tal vez esta curiosa situación implique la posibilidad de obtener beneficio..."
-Disculpe, caballero.- dijo, moviendo al imponente hombre bestia que hablaba con el anciano y dirigiéndose a este. -Es una historia fascinante y su pérdida es, no cabe duda, una verdadera tragedia. Sin embargo, y creo que estos dos corpulentos guerreros que me acompañan estarán de acuerdo, creo que un gran rescate es merecedor de una recompensa acorde al riesgo. No sé si me estoy explicando con claridad, mi buen anciano: Confío en que ambas partes podamos quedar satisfechas. Usted recupera a su... -Su poco interés le obligó a hacer un pequeño esfuerzo para recordar. -hija, y nosotros ganamos... ¿Qué, exactamente? ¿Qué puede ofrecernos a cambio de nuestra ayuda?-Preguntó dedicándole una amable sonrisa.
DeBlade
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Re: Misión de Prisionera en Cala de la Luna [Quest]
Tan solo unos pocos minutos habian pasado desde que me tumbe en la arena. Mi cabeza estaba en otra parte en ese momento, que demonios queria decir el pergamino?
El humano que se acerco a saludar logro despertarme de mis pensamientos. Se presento ante mi con una naturalidad sorprendente y una actitud bastante educada. No entendi muy bien el porque se presento por las buenas ante una bestia humana como yo, tanto interes tenia en mi actitud pensativa?
No, nada fuera de lo normal - conteste respondiendo a ambas de sus preguntas - Trabajas en este puerto? - senti por un momento la necesidad de preguntarle esto, ya que no me parecia conveniente mostrarle el pergamino tan a la ligera. El contenido de este era algo que me traia curiosidad, no tenia porque darselo si no me lo pedia. A no ser que el tuviera algo que ver con el pergamino...
Unos segundos mas tarde, otro hombre se acerco a nosotros. Me pregunto si me sucedia algo, al igual que el humano recien llegado - Que demonios esta pasando aqui? Solo con recoger un simple trozo de papel, dos hombres se me han acercado preguntandome acerca de si me pasa algo... Estaran tratando de...? - no pude pensar por mas tiempo. Alze la mirada para divisar el hombre recien llegado y para mi sorpresa, su rostro me era algo familiar... Antes me habia llamado "camarada", y su rostro era como el de una bestia, pero a la vez era un rostro humano. Este chico... se trataba de otro hombre-bestia?
Un atisbo de curiosidad se reflejo en mi mirada en ese momento - Tu eres... un hombre-bestia? Por los dioses... - me levante lentamente de la arena para situarme frente a la desconocida bestia humana - Llevaba semanas... Quizas meses sin ver a alguien de mi calaña... Tu tambien vienes de los reinos del oeste? - le pregunte justo antes de que otro hombre, de nuevo, viniera hacia donde estabamos.
Por suerte, este no me pregunto si me pasaba algo raro... Al contrario que los otros dos, este ultimo sujeto se intereso en el pergamino que traia entre manos. Observaba las palabras del pergamino con detenimiento, antes de mencionar palabra alguna a los otros dos hombres y a mi - Ohh, ya veo... mi pequeña. Esa nota está desde hace días allí, la devolví al lugar en que estaba... pues no hay esperanza ya - dijo de primeras, antes de contarnos lo que le paso a su hija.
Cuando acabo de hablar, empeze a reflexionar sobre lo ocurrido... En pocas palabras, unos piratas habian secuestrado a la hija de aquel hombre, y como nadie se atrevia a navegar por estas aguas recurrio a nosotros para buscarla. En verdad no queria volver a subir en barco, no hasta dentro de unas horas... Solo de pensar en los meneos que el bote de madera daba continuamente, se me revolvia el estomago. Pero aquel hombre necesitaba ayuda, me sabia mal dejarlo ahi sin mas...y el hombre-bestia, el cual habia aceptado el cargo de buen gusto, nos dedico una mirada cargada de simpatia, queria que le ayudasemos en la mision. Mientras el humano realizaba una consulta con aquel marinero, yo respondi la pregunta del hombre-bestia.
Si, claro.... porque no... - respondi con la duda aun en mente. De verdad queria navegar otra vez en barco? No habian pasado ni diez minutos desde que baje de aquel barco. Ya me encontraba mucho mejor del mareo, no queria volver a marearme otra vez...
El humano que se acerco a saludar logro despertarme de mis pensamientos. Se presento ante mi con una naturalidad sorprendente y una actitud bastante educada. No entendi muy bien el porque se presento por las buenas ante una bestia humana como yo, tanto interes tenia en mi actitud pensativa?
No, nada fuera de lo normal - conteste respondiendo a ambas de sus preguntas - Trabajas en este puerto? - senti por un momento la necesidad de preguntarle esto, ya que no me parecia conveniente mostrarle el pergamino tan a la ligera. El contenido de este era algo que me traia curiosidad, no tenia porque darselo si no me lo pedia. A no ser que el tuviera algo que ver con el pergamino...
Unos segundos mas tarde, otro hombre se acerco a nosotros. Me pregunto si me sucedia algo, al igual que el humano recien llegado - Que demonios esta pasando aqui? Solo con recoger un simple trozo de papel, dos hombres se me han acercado preguntandome acerca de si me pasa algo... Estaran tratando de...? - no pude pensar por mas tiempo. Alze la mirada para divisar el hombre recien llegado y para mi sorpresa, su rostro me era algo familiar... Antes me habia llamado "camarada", y su rostro era como el de una bestia, pero a la vez era un rostro humano. Este chico... se trataba de otro hombre-bestia?
Un atisbo de curiosidad se reflejo en mi mirada en ese momento - Tu eres... un hombre-bestia? Por los dioses... - me levante lentamente de la arena para situarme frente a la desconocida bestia humana - Llevaba semanas... Quizas meses sin ver a alguien de mi calaña... Tu tambien vienes de los reinos del oeste? - le pregunte justo antes de que otro hombre, de nuevo, viniera hacia donde estabamos.
Por suerte, este no me pregunto si me pasaba algo raro... Al contrario que los otros dos, este ultimo sujeto se intereso en el pergamino que traia entre manos. Observaba las palabras del pergamino con detenimiento, antes de mencionar palabra alguna a los otros dos hombres y a mi - Ohh, ya veo... mi pequeña. Esa nota está desde hace días allí, la devolví al lugar en que estaba... pues no hay esperanza ya - dijo de primeras, antes de contarnos lo que le paso a su hija.
Cuando acabo de hablar, empeze a reflexionar sobre lo ocurrido... En pocas palabras, unos piratas habian secuestrado a la hija de aquel hombre, y como nadie se atrevia a navegar por estas aguas recurrio a nosotros para buscarla. En verdad no queria volver a subir en barco, no hasta dentro de unas horas... Solo de pensar en los meneos que el bote de madera daba continuamente, se me revolvia el estomago. Pero aquel hombre necesitaba ayuda, me sabia mal dejarlo ahi sin mas...y el hombre-bestia, el cual habia aceptado el cargo de buen gusto, nos dedico una mirada cargada de simpatia, queria que le ayudasemos en la mision. Mientras el humano realizaba una consulta con aquel marinero, yo respondi la pregunta del hombre-bestia.
Si, claro.... porque no... - respondi con la duda aun en mente. De verdad queria navegar otra vez en barco? No habian pasado ni diez minutos desde que baje de aquel barco. Ya me encontraba mucho mejor del mareo, no queria volver a marearme otra vez...
Zarknoss
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Re: Misión de Prisionera en Cala de la Luna [Quest]
Orden del posteo:
Zarknoss
DeBlade
Jézar
Cualquier salteo será penalizado.
Off: Siento la demora.
Despues de que los jóvenes accedieran a ayudarle, respondió.
-Gracias... por supuesto, tendréis una gran recompensa... Venid... - apremió palmeando el hombro a Zarknoss, a quien tenía más cerca y parecía ser más amable.
Horas más tarde emprendían el viaje hacia el mar. El agua se veía bien clara, celeste aguamarina, no eran muy profundas y había varios arrecifes.
Barco
Casi caía el ocaso con las aguas tranquilas y el cielo despejado. Todo se veia muy calmo. Ahora que estaban dentro del navío, era razonable que el capitán no pudiese comandar solo y se necesitaban de varios para controlar. Se encontraban cenando en el camarote, por orden del mismo marinero, para que descansaran después de la laboriosa jornada.
Los muebles estaban destartalados, la madera húmeda como si días antes hubiera llovido. Todos era una visión de colores marrones, grises, y los cubiertos, fuentes plateadas. Llevaban provisiones de sobras y comían un poco antes de seguir trabajando un poco más e ir a dormir. Se turnarían para la guardia.
Al hombre se lo podía ver muy nervioso en momentos, pero disimulaba tomando unos cuantos tragos de ron de la botella que tuviera a mano y no dejaba de salir frecuentemente a cubierta. La última vez que entró, se sentó junto a los tres sujetos, tomó un vaso y se sirvió la bebida que quedaba allí, y tomó luego una manzana de color amarillenta. Habló sin mirar a nadie.
-¿Díganme, alguna vez vuestras vida corrió peligro...?-comentó y la mano le tembló al dejar el vaso vacio en la mesa con un golpe seco.
Zarknoss
DeBlade
Jézar
Cualquier salteo será penalizado.
Off: Siento la demora.
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Despues de que los jóvenes accedieran a ayudarle, respondió.
-Gracias... por supuesto, tendréis una gran recompensa... Venid... - apremió palmeando el hombro a Zarknoss, a quien tenía más cerca y parecía ser más amable.
Horas más tarde emprendían el viaje hacia el mar. El agua se veía bien clara, celeste aguamarina, no eran muy profundas y había varios arrecifes.
Barco
- Spoiler:
Casi caía el ocaso con las aguas tranquilas y el cielo despejado. Todo se veia muy calmo. Ahora que estaban dentro del navío, era razonable que el capitán no pudiese comandar solo y se necesitaban de varios para controlar. Se encontraban cenando en el camarote, por orden del mismo marinero, para que descansaran después de la laboriosa jornada.
Los muebles estaban destartalados, la madera húmeda como si días antes hubiera llovido. Todos era una visión de colores marrones, grises, y los cubiertos, fuentes plateadas. Llevaban provisiones de sobras y comían un poco antes de seguir trabajando un poco más e ir a dormir. Se turnarían para la guardia.
Al hombre se lo podía ver muy nervioso en momentos, pero disimulaba tomando unos cuantos tragos de ron de la botella que tuviera a mano y no dejaba de salir frecuentemente a cubierta. La última vez que entró, se sentó junto a los tres sujetos, tomó un vaso y se sirvió la bebida que quedaba allí, y tomó luego una manzana de color amarillenta. Habló sin mirar a nadie.
-¿Díganme, alguna vez vuestras vida corrió peligro...?-comentó y la mano le tembló al dejar el vaso vacio en la mesa con un golpe seco.
Ansur
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Re: Misión de Prisionera en Cala de la Luna [Quest]
El capitan acepto de buen grado nuestra ayuda. Supongo que el resto de mis "compañeros" no tendria ningun problema en aceptar el recado, asi que me limite a seguir al capitan hasta su barco. A decir verdad, era el barco mas grande que habia visto nunca, tan solo esperaba no pasarlo mal, soy muy susceptible a los mareos...
Como era de esperar, el capitan no podia estar pendiente de toda la tripulacion, asi que nos exigio que le ayudasemos un poco controlando a toda la gente del barco. No era una tripulacion muy grande, pero todo sea con tal de ayudarle en lo que diga, y asi de paso dejaria de estar pendiente de los meneos del barco para evitar marearme todo lo que pueda. Aun asi, tuve que pedirle unos minutos de descanso por cada una o dos horas trabajadas, necesitaba despejarme un poco de semejante sufrimiento...
Todo siguio normal hasta que cayo la noche... El capitan nos invito de buen gusto a cenar en el camarote, aunque dicha invitacion casi podia confundirse con una orden, si es que no lo era. El interior del camarote se encontraba algo... oxidado... la madera de los muebles estaba humeda, como si dicha inmobiliaria hubiese sido recogida del fondo del mar. Me parecia algo sospechoso, aunque no le di mucha importancia.
La comida estaba sabrosa, hacia dias que no comia tan bien. En cuanto a la bebida habia solicitado un poco de hidromiel para acompañar la cena. Una bebida humana bastante buena, una vez mas le debia mi gratitud a aquella elfa tan agradable y amigable que conoci en Lunargenta, la cual me habia invitado a probar este manjar de bebida.
Disfrute de la comida en silencio, sin mencionar palabra alguna hasta que me acabe todo el plato. Durante la cena, podia ver como el capitan salia y entraba constantemente del camarote, que le estaria pasando? Salia y entraba varias veces, hasta el punto en el que vino a nuestra mesa. Tomo asiento para sentarse cerca de la mesa y con un nerviosismo que jamas habia visto en el esta mañana tomo un trago de la bebida que residia en esta. Poco mas tarde se llevo a la boca una manzana algo amarillenta y nos pregunto si alguna vez nuestra vida habia corrido peligro en algun momento.
Sin duda, una pregunta poco frecuente para conversar en la mesa. Al menos, eso creia yo de los humanos, ellos cuando suelen comer no suelen hablar de estas cosas tan personales, o eso me comento Elise. Aun asi, no encontre el porque no debia responderle a la pregunta - En varias ocasiones... - respondi tan solo en un principio, puesto que el nerviosismo del hombre parecia estar yendo a mayores - ... Sucede algo? - me resultaba raro verlo en este estado, cuando esta mañana parecia estar mas fresco que una lechuga. Sera que habra visto algo fuera del barco que habra levantado sus sospechas? Algo que habria visto antes, hace mucho tiempo? Algo de lo que ha estado intentando huir durante toda su vida?
Como era de esperar, el capitan no podia estar pendiente de toda la tripulacion, asi que nos exigio que le ayudasemos un poco controlando a toda la gente del barco. No era una tripulacion muy grande, pero todo sea con tal de ayudarle en lo que diga, y asi de paso dejaria de estar pendiente de los meneos del barco para evitar marearme todo lo que pueda. Aun asi, tuve que pedirle unos minutos de descanso por cada una o dos horas trabajadas, necesitaba despejarme un poco de semejante sufrimiento...
Todo siguio normal hasta que cayo la noche... El capitan nos invito de buen gusto a cenar en el camarote, aunque dicha invitacion casi podia confundirse con una orden, si es que no lo era. El interior del camarote se encontraba algo... oxidado... la madera de los muebles estaba humeda, como si dicha inmobiliaria hubiese sido recogida del fondo del mar. Me parecia algo sospechoso, aunque no le di mucha importancia.
La comida estaba sabrosa, hacia dias que no comia tan bien. En cuanto a la bebida habia solicitado un poco de hidromiel para acompañar la cena. Una bebida humana bastante buena, una vez mas le debia mi gratitud a aquella elfa tan agradable y amigable que conoci en Lunargenta, la cual me habia invitado a probar este manjar de bebida.
Disfrute de la comida en silencio, sin mencionar palabra alguna hasta que me acabe todo el plato. Durante la cena, podia ver como el capitan salia y entraba constantemente del camarote, que le estaria pasando? Salia y entraba varias veces, hasta el punto en el que vino a nuestra mesa. Tomo asiento para sentarse cerca de la mesa y con un nerviosismo que jamas habia visto en el esta mañana tomo un trago de la bebida que residia en esta. Poco mas tarde se llevo a la boca una manzana algo amarillenta y nos pregunto si alguna vez nuestra vida habia corrido peligro en algun momento.
Sin duda, una pregunta poco frecuente para conversar en la mesa. Al menos, eso creia yo de los humanos, ellos cuando suelen comer no suelen hablar de estas cosas tan personales, o eso me comento Elise. Aun asi, no encontre el porque no debia responderle a la pregunta - En varias ocasiones... - respondi tan solo en un principio, puesto que el nerviosismo del hombre parecia estar yendo a mayores - ... Sucede algo? - me resultaba raro verlo en este estado, cuando esta mañana parecia estar mas fresco que una lechuga. Sera que habra visto algo fuera del barco que habra levantado sus sospechas? Algo que habria visto antes, hace mucho tiempo? Algo de lo que ha estado intentando huir durante toda su vida?
Zarknoss
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Re: Misión de Prisionera en Cala de la Luna [Quest]
La respuesta de aquel extraño anciano suscitó interés en el joven Petyr. Una buena recompensa, sin duda era lo que necesitaba para empezar a montar su imperio. Nadie nace teniéndolo todo salvo reyes y dioses, y DeBlade quería superar a unos y otros, ergo no podía permitirse rechazar lo que parecía una oportunidad de obtener dinero fácil y, con suerte, algo de renombre.
Sin pensarlo más de lo necesario, Petyr aceptó la petición del viejo lobo de mar y, poco tiempo después, se encontraba en alta mar junto con los dos extraños hombres-bestia que habían tomado la misma decisión. El viaje resultó relativamente incómodo para Petyr, que había pasado los pocos viajes en barco que llevaba a sus espaldas descansando en lujosos camarotes con no menos de dos criados. Este viaje fue muy diferente. El barco era lo menos parecido a un cómodo navío de recreo que la imaginación alcanzaba a recrear: un mástil viejo y desgastado que amenazaba con desplomarse de un momento a otro dominaba la desolada cubierta, construida con piezas de madera que probablemente doblaban en edad a nuestro protagonista.
Viajaron casi como miembros corrientes de la tripulación, lo que implicaba recibir órdenes y tener que realizar tareas de mantenimiento. Petyr consiguió escabullirse la mayor parte de las ocasiones, alegando marearse demasiado como para realizar trabajos sin poner en peligro la seguridad de la tripulación. Por supuesto no estaba en absoluto mareado, pero no le gustaba recibir órdenes de nadie.
Ya caída la noche, el anciano invitó a los tres aventureros a una cena en la menos desastrosa de las estancias de la nave. Una cena que DeBlade consideró muy deficiente y una bebida para paladares poco refinados fueron seguidos por una extraña conversación que empezaba con una pregunta inquietante:
-¿Alguna vez han corrido peligro sus vidas? -Preguntó el extraño anciano entre ahogados suspiros e intensos temblores que dejaban al descubierto su nerviosismo.
-En varias ocasiones... -Respondió con incertidumbre el tal Zarknoss, uno de los corpulentos compañeros de viaje. La curiosidad pudo entonces con él, y continuó. -...¿Sucede algo?
Petyr seguía bebiendo a pequeños y elegantes sorbos el único vino que pudo considerar decente y observaba con atención la charla sin mediar palabra. Lo cierto es que no sentía una gran fascinación por los riesgos que pudieran correr él o sus compañeros: Tenía claro que, llegado el momento, los abandonaría a su suerte si con ello tuviese la oportunidad de salvarse de peligro alguno. Pero, por supuesto, disimulaba muy bien su completa falta de honor y fingía interés en las palabras del viejo:
-¿Acaso hay algún peligro del que no tuviésemos conocimiento hasta ahora, buen anciano? -Inquirió finalmente con tono sobrio.
Sin pensarlo más de lo necesario, Petyr aceptó la petición del viejo lobo de mar y, poco tiempo después, se encontraba en alta mar junto con los dos extraños hombres-bestia que habían tomado la misma decisión. El viaje resultó relativamente incómodo para Petyr, que había pasado los pocos viajes en barco que llevaba a sus espaldas descansando en lujosos camarotes con no menos de dos criados. Este viaje fue muy diferente. El barco era lo menos parecido a un cómodo navío de recreo que la imaginación alcanzaba a recrear: un mástil viejo y desgastado que amenazaba con desplomarse de un momento a otro dominaba la desolada cubierta, construida con piezas de madera que probablemente doblaban en edad a nuestro protagonista.
Viajaron casi como miembros corrientes de la tripulación, lo que implicaba recibir órdenes y tener que realizar tareas de mantenimiento. Petyr consiguió escabullirse la mayor parte de las ocasiones, alegando marearse demasiado como para realizar trabajos sin poner en peligro la seguridad de la tripulación. Por supuesto no estaba en absoluto mareado, pero no le gustaba recibir órdenes de nadie.
Ya caída la noche, el anciano invitó a los tres aventureros a una cena en la menos desastrosa de las estancias de la nave. Una cena que DeBlade consideró muy deficiente y una bebida para paladares poco refinados fueron seguidos por una extraña conversación que empezaba con una pregunta inquietante:
-¿Alguna vez han corrido peligro sus vidas? -Preguntó el extraño anciano entre ahogados suspiros e intensos temblores que dejaban al descubierto su nerviosismo.
-En varias ocasiones... -Respondió con incertidumbre el tal Zarknoss, uno de los corpulentos compañeros de viaje. La curiosidad pudo entonces con él, y continuó. -...¿Sucede algo?
Petyr seguía bebiendo a pequeños y elegantes sorbos el único vino que pudo considerar decente y observaba con atención la charla sin mediar palabra. Lo cierto es que no sentía una gran fascinación por los riesgos que pudieran correr él o sus compañeros: Tenía claro que, llegado el momento, los abandonaría a su suerte si con ello tuviese la oportunidad de salvarse de peligro alguno. Pero, por supuesto, disimulaba muy bien su completa falta de honor y fingía interés en las palabras del viejo:
-¿Acaso hay algún peligro del que no tuviésemos conocimiento hasta ahora, buen anciano? -Inquirió finalmente con tono sobrio.
DeBlade
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Re: Misión de Prisionera en Cala de la Luna [Quest]
Después de todo, parecía que los extraños con los que se encontró en la playa, también habían decidido, por unas u otras razones, acompañarle en el viaje con el anciano capitán. Los motivos que les impulsaran a hacerlo poco le importaban a Jézar, el caso es que estaban allí y con eso bastaba. Así no se aburriría tanto durante el viaje, que se le antojaba bastante pesado y monótono.
Al cabo de no mucho tiempo, sus dos acompañantes y él mismo, se encontraban merodeando por la cubierta del barco que capitaneaba el viejo. Como era de esperar, no era nada del otro mundo: Las velas parecían haber sido remendadas repetidas veces y las tablas crujían bajo el peso del fornido guerrero. Sin embargo siempre era mejor que aquellos descensos en canoa por el Tymer, ahora tan solo un recuerdo lejano en su memoria. A menudo aquellos viajes terminaban en una batalla campal entre los pescadores de los clanes, y más de una vez habían terminado sus compañeros de pesca ahogados, o con el cuello abierto flotando sobre las aguas. Para ser sincero consigo mismo, lo echaba de menos....
Estas ensoñaciones, se vieron sin embargo interrumpidas cuando el capitán le encargo que se ocupase de vigilar a la tripulación, de modo que cumpliesen su cometido de la forma más eficiente posible. Jézar dudó entre hacerle caso o tirarlo al mar, pero finalmente se decidió por lo primero.
-Claro anciano, ninguno de nosotros quiere que haya otro motín ¿Eh? - le dijo mostrando socarronamente su afilada sonrisa.
"Si este viejo tuviera algo de valor, habría colgado a sus oficiales del palo mayor cuando se rebelaron. Mi señor padre, salvando sus defectos, tenía un buen criterio para esas cosas."- Pensó con nostalgia.
Después de un arduo día de trabajo, vigilando que cada uno cumpliera con su parte, Jézar estaba bastante hecho polvo, aunque a diferencia de su compatriota, no se sentía en absoluto mareado. En cuanto al humano que les acompañaba, se había retirado al camarote, alegando que no le sentaban nada bien los viajes en barco... Pero en comparación con el otro hombre-bestia (A quien tenía pensado preguntar el nombre en cuanto tuviese un momento) no tenía pinta en absoluto de estar sufriendo por el viaje. No le inspiraba confianza ese tipo, pero si curiosidad.
El descanso de sus tareas llegó cuando fueron invitados por el capitán a una cena en su camarote. Al oír hablar de un plato de comida caliente, Jézar se precipitó hacia allí, con el estómago rugiendo. Durante la comida, los tres se reunieron en la mencionada sala, en la que para deleite del guerrero, sirvieron una abundante cena. Y aunque los otros dos no hablaron ni comieron demasiado, él asalto con furia cada nuevo plato que se le servía, sin prestar atención a las idas y venidas del capitán.
-Bueno señores, creo que todavía no conozco sus nombres... Si vamos a ir en el mismo barco tal vez sería útil GRNMMFFF - Su boca desgarraba una pata de cordero mientras hablaba- que nos presentasemos.
No pudo continuar la conversación, ya que el molesto capitán volvió al comedor, se sentó junto a ellos y realizó una extraña pregunta:
-¿Alguna vez han corrido peligro sus vidas?- Nadie en la mesa se esperaba aquella salida. Incluso Jézar dejó de lado la suculenta pata.
-En varias ocasiones... -Respondió con incertidumbre el hombre-gato. La curiosidad pudo entonces con él, y continuó. -...¿Sucede algo?
-¿Acaso hay algún peligro del que no tuviésemos conocimiento hasta ahora, buen anciano? -Inquirió con voz refinada el joven humano.
Jézar estaba cada vez más convencido de que aquel maldito viejo temblequeante se merecía un guantazo en la cara. Parecía nervioso, incluso asustado, los Siete sabrían de que. En todo caso, su hacha y su escudo permanecían junto a su silla, para reducir molestias, en caso de que las cosas se animasen.
-Eh abuelo, si hay algún problema deberías soltarlo de una vez. Con ese tembleque y el meneo del barco acabarás haciendo que nos siente mal la cena.
Al cabo de no mucho tiempo, sus dos acompañantes y él mismo, se encontraban merodeando por la cubierta del barco que capitaneaba el viejo. Como era de esperar, no era nada del otro mundo: Las velas parecían haber sido remendadas repetidas veces y las tablas crujían bajo el peso del fornido guerrero. Sin embargo siempre era mejor que aquellos descensos en canoa por el Tymer, ahora tan solo un recuerdo lejano en su memoria. A menudo aquellos viajes terminaban en una batalla campal entre los pescadores de los clanes, y más de una vez habían terminado sus compañeros de pesca ahogados, o con el cuello abierto flotando sobre las aguas. Para ser sincero consigo mismo, lo echaba de menos....
Estas ensoñaciones, se vieron sin embargo interrumpidas cuando el capitán le encargo que se ocupase de vigilar a la tripulación, de modo que cumpliesen su cometido de la forma más eficiente posible. Jézar dudó entre hacerle caso o tirarlo al mar, pero finalmente se decidió por lo primero.
-Claro anciano, ninguno de nosotros quiere que haya otro motín ¿Eh? - le dijo mostrando socarronamente su afilada sonrisa.
"Si este viejo tuviera algo de valor, habría colgado a sus oficiales del palo mayor cuando se rebelaron. Mi señor padre, salvando sus defectos, tenía un buen criterio para esas cosas."- Pensó con nostalgia.
Después de un arduo día de trabajo, vigilando que cada uno cumpliera con su parte, Jézar estaba bastante hecho polvo, aunque a diferencia de su compatriota, no se sentía en absoluto mareado. En cuanto al humano que les acompañaba, se había retirado al camarote, alegando que no le sentaban nada bien los viajes en barco... Pero en comparación con el otro hombre-bestia (A quien tenía pensado preguntar el nombre en cuanto tuviese un momento) no tenía pinta en absoluto de estar sufriendo por el viaje. No le inspiraba confianza ese tipo, pero si curiosidad.
El descanso de sus tareas llegó cuando fueron invitados por el capitán a una cena en su camarote. Al oír hablar de un plato de comida caliente, Jézar se precipitó hacia allí, con el estómago rugiendo. Durante la comida, los tres se reunieron en la mencionada sala, en la que para deleite del guerrero, sirvieron una abundante cena. Y aunque los otros dos no hablaron ni comieron demasiado, él asalto con furia cada nuevo plato que se le servía, sin prestar atención a las idas y venidas del capitán.
-Bueno señores, creo que todavía no conozco sus nombres... Si vamos a ir en el mismo barco tal vez sería útil GRNMMFFF - Su boca desgarraba una pata de cordero mientras hablaba- que nos presentasemos.
No pudo continuar la conversación, ya que el molesto capitán volvió al comedor, se sentó junto a ellos y realizó una extraña pregunta:
-¿Alguna vez han corrido peligro sus vidas?- Nadie en la mesa se esperaba aquella salida. Incluso Jézar dejó de lado la suculenta pata.
-En varias ocasiones... -Respondió con incertidumbre el hombre-gato. La curiosidad pudo entonces con él, y continuó. -...¿Sucede algo?
-¿Acaso hay algún peligro del que no tuviésemos conocimiento hasta ahora, buen anciano? -Inquirió con voz refinada el joven humano.
Jézar estaba cada vez más convencido de que aquel maldito viejo temblequeante se merecía un guantazo en la cara. Parecía nervioso, incluso asustado, los Siete sabrían de que. En todo caso, su hacha y su escudo permanecían junto a su silla, para reducir molestias, en caso de que las cosas se animasen.
-Eh abuelo, si hay algún problema deberías soltarlo de una vez. Con ese tembleque y el meneo del barco acabarás haciendo que nos siente mal la cena.
Jézar
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Re: Misión de Prisionera en Cala de la Luna [Quest]
El hombre no pudo responder, se levantó de golpe y salió del camarote a cubierta. Allí arriba tomó una ballesta y apuntó a la nada, girando en sí mismo. Parecía paranoico.
-¡Te huelo bestia inmunda! ¡San de tu escondite! ¡Voy a rescatar a mi niña de las manos de mi hermano y su bastardo hijo! ¡No me lo impedirás!- el el cielo comenzaron formarse nubes oscuras y rayos. Los truenos se hicieron oír de forma ensordecedora. El cielo formó un remolino sobre ellos, y cayó cerca de ellos como huracán revolviendo con furia el agua.
La nave se estremeció y peligraba de voltearse. Dentro del camarote las botellas y frascos de estantes, recipientes, cayeron y muchos se rompieron contra el suelo. Debajo de esto, barriles de bebidas rodaron haciendo peligrar aún más la situación. Sería necesaria la ayuda de dos de los muchachos, mientras que otro podría ir con el capitán.
El tornado tomó la forma de un dragón que rodeó la nave y escupía viento y relámpagos. Uno de éstos dio en un mástil sobre la base, quebrándolo y provocando su caída después al mar por el borde. Arrastró una vela consigo, pero el otro mástil que la sujetaba, impedía que cayera por completo.
Había que buscar una forma de destruir al dragón del huracán, y dos debían amarrar los barriles para evitar que el barco se voltease.
-¡Te huelo bestia inmunda! ¡San de tu escondite! ¡Voy a rescatar a mi niña de las manos de mi hermano y su bastardo hijo! ¡No me lo impedirás!- el el cielo comenzaron formarse nubes oscuras y rayos. Los truenos se hicieron oír de forma ensordecedora. El cielo formó un remolino sobre ellos, y cayó cerca de ellos como huracán revolviendo con furia el agua.
La nave se estremeció y peligraba de voltearse. Dentro del camarote las botellas y frascos de estantes, recipientes, cayeron y muchos se rompieron contra el suelo. Debajo de esto, barriles de bebidas rodaron haciendo peligrar aún más la situación. Sería necesaria la ayuda de dos de los muchachos, mientras que otro podría ir con el capitán.
El tornado tomó la forma de un dragón que rodeó la nave y escupía viento y relámpagos. Uno de éstos dio en un mástil sobre la base, quebrándolo y provocando su caída después al mar por el borde. Arrastró una vela consigo, pero el otro mástil que la sujetaba, impedía que cayera por completo.
Había que buscar una forma de destruir al dragón del huracán, y dos debían amarrar los barriles para evitar que el barco se voltease.
Ansur
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Re: Misión de Prisionera en Cala de la Luna [Quest]
Aquel hombre ni siquiera respondio a nuestras preguntas. Se levanto con prisas para dirigirse a la entrada y salir a cubierta, una vez mas. Ignorando esto por el momento, decidi despejar las dudas del hombre-bestia y del humano sobre mi nombre - Me llamo Rengar, siento no haberlo dicho antes... Entre el trabajo y el mareo que me ocasionaba el meneo del barco estaba algo ocupado y despistado como para responder a preguntas - en ese momento me parecio escuchar al capitan balbucear y posteriormente gritar algunas palabras. Se escuchaba muy bajo desde mi posicion, las constantes charlas y risas de los marineros del camarote me impedian escuchar que era lo que exactamente estaba mencionando el capitan en cubierta. Tan solo le reconoci por la voz, pero no alcanzaba a oir sus palabras exactas.
Lo ois? Creo que el capitan anda ocupado por algo... - un trueno ensordecedor me hizo callar repentinamente. El barco empezo a estremecerse y a moverse con mas frecuencia que antes. Las jarras de bebida, incluida la mia que tenia hidromiel, cayeron al suelo. Algunas se rompieron y otra rodaron de un lado a otro en el mismo sentido que el movimiento del barco, pero lo peor no fue eso, sino lo que escuche debajo del suelo, en la bodega...
Seguramente los barriles se habrian desatado de sus respectivas cuerdas, con lo cual empezarian a girar descontroladamente de un lado para otro en el barco, haciendo peligrar aun mas el movimiento de este. Esto no fue dificil de notar, ya que los meneos constantes del barco se hacian cada vez mas y mas presentes, y fuera del barco estaba teniendo lugar una tormenta...Si esto seguia asi estariamos en problemas, asi que me levante con rapidez para dirigirme a ambos de mis compañeros - Los barriles de la bodega... Fijaos que el movimiento del barco aumenta de intensidad, tiene que ser por los barriles de la bodega... - mire por unos segundos a Jezar. El podria ayudarme, su cuerpo fornido me ayudaria en la tarea de restaurar el orden en la bodega. El humano no parecia falto de fuerzas, pero creo que su actitud formal y diplomatica me seria mas util para otra labor - Tu! El humano! Ve a cubierta y traenos al capitan de vuelta. Tu pareces el mas educado y formal de todos, creo que podras hacerle entrar en razon
Antes de marchar a la bodega, hable con el hombre-bestia - Ven conmigo, necesito tu fuerza para controlar la situacion ahi abajo... Luego iremos a ver al capitan - le dije esperando respuestas por parte de los presentes. La situacion ahora mismo requeria de mano rapida y eficiente, pero lo mejor que podemos hacer ahora mismo es mantener la calma y el control, al menos sobre mis posibles compañeros de viaje. Si el hombre-bestia aceptaba ir abajo, le seguiria sin demora.
Lo ois? Creo que el capitan anda ocupado por algo... - un trueno ensordecedor me hizo callar repentinamente. El barco empezo a estremecerse y a moverse con mas frecuencia que antes. Las jarras de bebida, incluida la mia que tenia hidromiel, cayeron al suelo. Algunas se rompieron y otra rodaron de un lado a otro en el mismo sentido que el movimiento del barco, pero lo peor no fue eso, sino lo que escuche debajo del suelo, en la bodega...
Seguramente los barriles se habrian desatado de sus respectivas cuerdas, con lo cual empezarian a girar descontroladamente de un lado para otro en el barco, haciendo peligrar aun mas el movimiento de este. Esto no fue dificil de notar, ya que los meneos constantes del barco se hacian cada vez mas y mas presentes, y fuera del barco estaba teniendo lugar una tormenta...Si esto seguia asi estariamos en problemas, asi que me levante con rapidez para dirigirme a ambos de mis compañeros - Los barriles de la bodega... Fijaos que el movimiento del barco aumenta de intensidad, tiene que ser por los barriles de la bodega... - mire por unos segundos a Jezar. El podria ayudarme, su cuerpo fornido me ayudaria en la tarea de restaurar el orden en la bodega. El humano no parecia falto de fuerzas, pero creo que su actitud formal y diplomatica me seria mas util para otra labor - Tu! El humano! Ve a cubierta y traenos al capitan de vuelta. Tu pareces el mas educado y formal de todos, creo que podras hacerle entrar en razon
Antes de marchar a la bodega, hable con el hombre-bestia - Ven conmigo, necesito tu fuerza para controlar la situacion ahi abajo... Luego iremos a ver al capitan - le dije esperando respuestas por parte de los presentes. La situacion ahora mismo requeria de mano rapida y eficiente, pero lo mejor que podemos hacer ahora mismo es mantener la calma y el control, al menos sobre mis posibles compañeros de viaje. Si el hombre-bestia aceptaba ir abajo, le seguiria sin demora.
Zarknoss
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Re: Misión de Prisionera en Cala de la Luna [Quest]
El curioso anciano se levantó de pronto de la mesa sin mediar palabra, y salió de la estancia. A Petyr no le importó demasiado, pero se sobresaltó como todos cuando se le empezó a escuchar vociferar incoherencias en cubierta. "Viejo loco.." pensó. "Espero que merezca la pena haber emprendido este viaje."
-Me llamo Rengar. -Dijo entonces uno de los hombres-bestia, tratando de, supuso DeBlade, entablar cierto grado de amistad con los que serían sus compañeros de aventura en las próximas horas. -Siento no haberlo dicho antes... Entre el trabajo y el mareo que me ocasionaba el meneo del barco estaba algo ocupado y despistado como para responder a preguntas.
-Petyr DeBlade, compañero. -Respondió gentilmente Petyr. -Un placer.
Los gritos inconexos y sin sentido del viejo capitán se elevaban cada vez más, batiéndose contra el rugido de lo que parecía ser una tormenta que acababa de desatarse.
-¿Lo oís? -Preguntó Rengar, alarmado. -Creo que el capitán anda ocupado por alg...
Un trueno ensordecedor le hizo callar repentinamente. La tormenta amenazaba con ser mucho más peligrosa de lo que parecía, sin duda no era un conjunto corriente de rayos y truenos: El barco empezó a estremecerse y se precipitaba sobre un lado y sobre el otro dando tumbos a merced de la fuerza de las olas y el viento. Las estanterías temblaban ante la furia de la naturaleza, y los cubiertos, jarras y utensilios se desplomaron al suelo, incluida la jarra de hidromiel de Rengar.
De pronto, un estruendo rompió bajo sus pies el relativo silencio de la bodega, dando pie a sospechar algo terrible:
-Los barriles de la bodega... -Advirtió Rengar. -Fijaos que el movimiento del barco aumenta de intensidad, tiene que ser por los barriles de la bodega...
Tenía razón. Muy probablemente los barriles se habían soltado, aumentando con mucho la inestabilidad del navío. Esto hacía peligrar severamente las vidas de todos los presentes. De pronto se reflejó claramente en los rostros de los tres aventureros la preocupación ante los dos grandes problemas que se habían presentado de forma repentina: Había que estabilizar el barco devolviendo los barriles a su posición original y asegurarse de que el capitán volvía sano y salvo al castillo de popa.
La reacción de Rengar fue casi inmediata:
-¡Tu, el humano! Ve a cubierta y tráenos al capitán de vuelta. Tu pareces el mas educado y formal de todos, creo que podras hacerle entrar en razon. -Le dijo rápidamente a Petyr.
DeBlade odiaba recibir órdenes, pero sabía que hacer gala de su orgullo señorial significaría poner en peligro su vida. No era estúpido. Rápidamente salió al exterior, tratando de localizar en cubierta al capitán. Le costó creer lo que sus ojos de noble contemplaron entonces:
La tormenta en sí no era ni la mitad de amenazante que su terrible acompañante: Un inmenso tornado amenazaba con acercarse demasiado al barco y devorarlo con la fuerza de un dios.
El tornado tomó la forma de un dragón que rodeó la nave escupiendo viento y relámpagos. Uno de éstos dio en un mástil sobre la base, quebrándolo y provocando su caída después al mar por el borde. Arrastró una vela consigo, que quedó pendiente por un palo de otro mástil en el que se había enganchado. Entre ese infierno DeBlade se adentró en el tumulto de marineros que corrían en todas direcciones y trataban de salvar su vida y estabilizar el barco, buscando desesperadamente al enloquecido capitán.
-Me llamo Rengar. -Dijo entonces uno de los hombres-bestia, tratando de, supuso DeBlade, entablar cierto grado de amistad con los que serían sus compañeros de aventura en las próximas horas. -Siento no haberlo dicho antes... Entre el trabajo y el mareo que me ocasionaba el meneo del barco estaba algo ocupado y despistado como para responder a preguntas.
-Petyr DeBlade, compañero. -Respondió gentilmente Petyr. -Un placer.
Los gritos inconexos y sin sentido del viejo capitán se elevaban cada vez más, batiéndose contra el rugido de lo que parecía ser una tormenta que acababa de desatarse.
-¿Lo oís? -Preguntó Rengar, alarmado. -Creo que el capitán anda ocupado por alg...
Un trueno ensordecedor le hizo callar repentinamente. La tormenta amenazaba con ser mucho más peligrosa de lo que parecía, sin duda no era un conjunto corriente de rayos y truenos: El barco empezó a estremecerse y se precipitaba sobre un lado y sobre el otro dando tumbos a merced de la fuerza de las olas y el viento. Las estanterías temblaban ante la furia de la naturaleza, y los cubiertos, jarras y utensilios se desplomaron al suelo, incluida la jarra de hidromiel de Rengar.
De pronto, un estruendo rompió bajo sus pies el relativo silencio de la bodega, dando pie a sospechar algo terrible:
-Los barriles de la bodega... -Advirtió Rengar. -Fijaos que el movimiento del barco aumenta de intensidad, tiene que ser por los barriles de la bodega...
Tenía razón. Muy probablemente los barriles se habían soltado, aumentando con mucho la inestabilidad del navío. Esto hacía peligrar severamente las vidas de todos los presentes. De pronto se reflejó claramente en los rostros de los tres aventureros la preocupación ante los dos grandes problemas que se habían presentado de forma repentina: Había que estabilizar el barco devolviendo los barriles a su posición original y asegurarse de que el capitán volvía sano y salvo al castillo de popa.
La reacción de Rengar fue casi inmediata:
-¡Tu, el humano! Ve a cubierta y tráenos al capitán de vuelta. Tu pareces el mas educado y formal de todos, creo que podras hacerle entrar en razon. -Le dijo rápidamente a Petyr.
DeBlade odiaba recibir órdenes, pero sabía que hacer gala de su orgullo señorial significaría poner en peligro su vida. No era estúpido. Rápidamente salió al exterior, tratando de localizar en cubierta al capitán. Le costó creer lo que sus ojos de noble contemplaron entonces:
La tormenta en sí no era ni la mitad de amenazante que su terrible acompañante: Un inmenso tornado amenazaba con acercarse demasiado al barco y devorarlo con la fuerza de un dios.
El tornado tomó la forma de un dragón que rodeó la nave escupiendo viento y relámpagos. Uno de éstos dio en un mástil sobre la base, quebrándolo y provocando su caída después al mar por el borde. Arrastró una vela consigo, que quedó pendiente por un palo de otro mástil en el que se había enganchado. Entre ese infierno DeBlade se adentró en el tumulto de marineros que corrían en todas direcciones y trataban de salvar su vida y estabilizar el barco, buscando desesperadamente al enloquecido capitán.
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Re: Misión de Prisionera en Cala de la Luna [Quest]
El anciano capitán no se molestó en responder a ninguna de las preguntas anteriores. Se limitó a continuar con sus incesantes temblores, mirar una vez más de forma desencajada a los tres aventureros y salir a cubierta, empujado, supuso Jézar, por algún problema mental derivado de la edad.
-Me llamo Rengar. -Dijo entonces el compatriota de Jézar, el cual aún parecía un poco tocado por el viaje marítimo. -Siento no haberlo dicho antes... Entre el trabajo y el mareo que me ocasionaba el meneo del barco estaba algo ocupado y despistado como para responder a preguntas.
-Petyr DeBlade, compañero. -Respondió con elegancia el humano que les acompañaba. -Un placer.
-Magnífico. Mi nombre es Jézar, Jézar Márkov. Y ahora que ya estamos todos presentados... Oh, por el más oscuro de los infiernos, ¿Que le pasa ahora a ese chiflado? - Espetó el guerrero lanzando su mordisqueada pata de cordero sobre la mesa, con frustración. Los gritos provenían de cubierta. Al parecer el capitán estaba vociferando.
-Creo que el capitán anda ocupado por alg...- El tal Rengar trató de explicarse, pero el poderoso eco de un trueno y el súbito vaivén incontenible de la nave, dejo mudos a los tres interlocutores. En un abrir y cerrar de ojos, todo el barco estaba balanceándose de un lado a otro. Y a juzgar por el estallido que oyó en la bodega, o bien aquella nave había dicho "hasta aquí hemos llegado" y había decidido irse al fondo del mar, o las provisiones de la bodega se habían soltado y todo el barco sufría las consecuencias.
-Fijaos que el movimiento del barco aumenta de intensidad, tiene que ser por los barriles de la bodega...- Advirtió Rengar. Eso convenció a Jézar de que su segunda teoría era acertada.
-¡Tu, el humano! Ve a cubierta y tráenos al capitán de vuelta. Tu pareces el mas educado y formal de todos, creo que podras hacerle entrar en razon. -Le dijo rápidamente al humano llamado Petyr. A continuación se dirigió hacia el propio Jézar - Ven conmigo, necesito tu fuerza para controlar la situacion ahi abajo... Luego iremos a ver al capitan.
No le gustaba nada que otros le dijeran lo que tenía que hacer, pero en un caso tan excepcional como ese, reconoció que su camarada tenía razón. El tal DeBlade solo les estorbaría allí abajo, y ellos dos eran los únicos con suficiente fuerza como para contener los barriles.
-Grrrm.... Está bien, pero yo voy delante. -Gruñó a Rengar- Y si lo conseguimos, haré que ese anciano escupa de una vez lo que sucede en este barco. No me embarqué en esta cáscara de nuez para mover cajas. - Acto seguido anudó sus armas a los correajes de la espalda y enfiló el pasillo directamente hacia la bodega.
-Me llamo Rengar. -Dijo entonces el compatriota de Jézar, el cual aún parecía un poco tocado por el viaje marítimo. -Siento no haberlo dicho antes... Entre el trabajo y el mareo que me ocasionaba el meneo del barco estaba algo ocupado y despistado como para responder a preguntas.
-Petyr DeBlade, compañero. -Respondió con elegancia el humano que les acompañaba. -Un placer.
-Magnífico. Mi nombre es Jézar, Jézar Márkov. Y ahora que ya estamos todos presentados... Oh, por el más oscuro de los infiernos, ¿Que le pasa ahora a ese chiflado? - Espetó el guerrero lanzando su mordisqueada pata de cordero sobre la mesa, con frustración. Los gritos provenían de cubierta. Al parecer el capitán estaba vociferando.
-Creo que el capitán anda ocupado por alg...- El tal Rengar trató de explicarse, pero el poderoso eco de un trueno y el súbito vaivén incontenible de la nave, dejo mudos a los tres interlocutores. En un abrir y cerrar de ojos, todo el barco estaba balanceándose de un lado a otro. Y a juzgar por el estallido que oyó en la bodega, o bien aquella nave había dicho "hasta aquí hemos llegado" y había decidido irse al fondo del mar, o las provisiones de la bodega se habían soltado y todo el barco sufría las consecuencias.
-Fijaos que el movimiento del barco aumenta de intensidad, tiene que ser por los barriles de la bodega...- Advirtió Rengar. Eso convenció a Jézar de que su segunda teoría era acertada.
-¡Tu, el humano! Ve a cubierta y tráenos al capitán de vuelta. Tu pareces el mas educado y formal de todos, creo que podras hacerle entrar en razon. -Le dijo rápidamente al humano llamado Petyr. A continuación se dirigió hacia el propio Jézar - Ven conmigo, necesito tu fuerza para controlar la situacion ahi abajo... Luego iremos a ver al capitan.
No le gustaba nada que otros le dijeran lo que tenía que hacer, pero en un caso tan excepcional como ese, reconoció que su camarada tenía razón. El tal DeBlade solo les estorbaría allí abajo, y ellos dos eran los únicos con suficiente fuerza como para contener los barriles.
-Grrrm.... Está bien, pero yo voy delante. -Gruñó a Rengar- Y si lo conseguimos, haré que ese anciano escupa de una vez lo que sucede en este barco. No me embarqué en esta cáscara de nuez para mover cajas. - Acto seguido anudó sus armas a los correajes de la espalda y enfiló el pasillo directamente hacia la bodega.
Jézar
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Re: Misión de Prisionera en Cala de la Luna [Quest]
Los hombres bestias se dirigieron a la bodega, donde verían al menos unos 30 barriles que rodaban de acá para allá. Eran muy pesados y sería un arduo trabajo sujetarlos. Habían varios postes por diversos lados, y cuerdas largas. Tendrían que tener mucho cuidado para ir por ellos y salvar la nave. Podrían terminar aplastados o con huesos rotos.
En un rincón, en medio de una cuerda enrolladla, había una tarántula, que por la concentración del trabajo que harían, en algún momento se sentiría atacada por toda la tensión, y atacaría a quien acercase su mano primero.
Arriba, en la superficie, DeBlade se encontraría con que las razones del griterío del capitán tenía sus motivos. Podría ver un dragón envolviendo el barco en un torbellino gigante, o un centro de huracán. El hombre, al verlo venir, exclamó.
-¡Ey, muchacho, súbete por la cuerda hasta arriba del mástil y distrae a la criatura! ¡Yo intentaré controlar el timón para salir de esto!-habló esperando que en la bodega, el Felino y el de ojos negros estuvieran sujetando los barriles. Había señalado el mártil más grande, donde unas cuerdas que sujetaban unas de las velas más importantes sobre el centro del navío. Sobre la pared externas habían unos candelabros y cajones (contenían antorchas de alta resistencia para la lluvia) Tal vez eso sería de ayuda.
En un rincón, en medio de una cuerda enrolladla, había una tarántula, que por la concentración del trabajo que harían, en algún momento se sentiría atacada por toda la tensión, y atacaría a quien acercase su mano primero.
Arriba, en la superficie, DeBlade se encontraría con que las razones del griterío del capitán tenía sus motivos. Podría ver un dragón envolviendo el barco en un torbellino gigante, o un centro de huracán. El hombre, al verlo venir, exclamó.
-¡Ey, muchacho, súbete por la cuerda hasta arriba del mástil y distrae a la criatura! ¡Yo intentaré controlar el timón para salir de esto!-habló esperando que en la bodega, el Felino y el de ojos negros estuvieran sujetando los barriles. Había señalado el mártil más grande, donde unas cuerdas que sujetaban unas de las velas más importantes sobre el centro del navío. Sobre la pared externas habían unos candelabros y cajones (contenían antorchas de alta resistencia para la lluvia) Tal vez eso sería de ayuda.
Ansur
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Re: Misión de Prisionera en Cala de la Luna [Quest]
El escenario que se presento ante nosotros no parecia muy favorable... Decenas de barriles se hallaban rodando de un lado a otro del barco. Nos llevaria nuestro tiempo el atar todos los barriles a su sitio correspondiente, por no mencionar el hecho de que podiamos hacernos daño durante la tarea. Necesitaria toda la ayuda posible de mi camarada, entre dos podriamos acabar la tarea sin sufrir daños, siempre y cuando la situacion no se nos vaya de las manos.
Empeze a inspeccionar los barriles rodantes mas cercanos a nosotros, a la entrada de la bodega. Me acerque con cuidado para cojer el primer barril sin levantarlo del suelo, tan solo me limite a cojerlo agachado para que cesara su movimiento. Espere unos pocos segundos, los suficientes para que los barriles cercanos al que tenia agarrado se fuesen al otro lado del barco por el continuo movimiento de este - Jezar! En cuanto venga ese barril de ahi - dedique un rapido vistazo al barril que queria que cojiese. Era el segundo barril mas cercano a nosotros, en unos segundos retomaria media vuelta en su trayectoria para volver a nuestra posicion - Sujetalo, yo me encargo del otro - levante con pesar el barril que tenia cogido desde un principio, lo levante y lo acerque al rincon donde debia estar para impedir que siguiera rodando por el momento. Un barril muy pesado sin duda, aqui deberia haber una buena cantidad de bebida, espero que no se trate de cerveza...
Ya viene Jezar! - el segundo barril mas cercano se acercaba a nosotros, ese era el que Jezar le habia mandado coger. El barril que estaba situado al lado del que habia cogido rodo en direccion hacia mi. Supongo que Jezar lo tendria complicado para sostener dos barriles a la vez, asi que me di media vuelta para encarar este ultimo barril. Nuevamente agachado, espere a que viniera para cogerlo con fuerza y levantarlo, colocandolo al lado del primer barril. Durante el agarre, mi espalda permanecia apoyada en el barril anteriormente cogido, para evitar que este cayese al suelo de nuevo.
No era una estrategia muy rapida, pero no se me ocurria ninguna otra mejor. Esta era la primera vez que me encargaba de un trabajo de tal calibre, y la tormenta no facilitaba nuestra tarea. A paso lento pero sin pausa ibamos controlando la situacion, poco a poco cogiamos cada barril con cuidado para atarlo con su cuerda correspondiente, colocandolo y atandolo al rincon donde estaba junto al resto de barriles. Jezar se encargaria de la tarea de agarre, yo de atar cada barril con otro.
El ultimo rincon del cual nos encargamos, a simple vista para mi no tenia nada de sospechoso, pero mi mente andaba tan concentrada en la tarea que no llego a percatarse de un pequeño peligro... una tarantula yacia cerca de la cuerda de amarre, con lo cual podria morderme aprovechando mi distraccion. En manos de Jezar estaba el evitar esta mordedura, si es que el se percataba de la presencia del animal. Tambien podia existir la posibilidad de que no me mordiera, pero debido al esfuerzo intenso que nos llevaba el atar cada barril a su sitio, seria bastante dificil que esto sucediera...
Empeze a inspeccionar los barriles rodantes mas cercanos a nosotros, a la entrada de la bodega. Me acerque con cuidado para cojer el primer barril sin levantarlo del suelo, tan solo me limite a cojerlo agachado para que cesara su movimiento. Espere unos pocos segundos, los suficientes para que los barriles cercanos al que tenia agarrado se fuesen al otro lado del barco por el continuo movimiento de este - Jezar! En cuanto venga ese barril de ahi - dedique un rapido vistazo al barril que queria que cojiese. Era el segundo barril mas cercano a nosotros, en unos segundos retomaria media vuelta en su trayectoria para volver a nuestra posicion - Sujetalo, yo me encargo del otro - levante con pesar el barril que tenia cogido desde un principio, lo levante y lo acerque al rincon donde debia estar para impedir que siguiera rodando por el momento. Un barril muy pesado sin duda, aqui deberia haber una buena cantidad de bebida, espero que no se trate de cerveza...
Ya viene Jezar! - el segundo barril mas cercano se acercaba a nosotros, ese era el que Jezar le habia mandado coger. El barril que estaba situado al lado del que habia cogido rodo en direccion hacia mi. Supongo que Jezar lo tendria complicado para sostener dos barriles a la vez, asi que me di media vuelta para encarar este ultimo barril. Nuevamente agachado, espere a que viniera para cogerlo con fuerza y levantarlo, colocandolo al lado del primer barril. Durante el agarre, mi espalda permanecia apoyada en el barril anteriormente cogido, para evitar que este cayese al suelo de nuevo.
No era una estrategia muy rapida, pero no se me ocurria ninguna otra mejor. Esta era la primera vez que me encargaba de un trabajo de tal calibre, y la tormenta no facilitaba nuestra tarea. A paso lento pero sin pausa ibamos controlando la situacion, poco a poco cogiamos cada barril con cuidado para atarlo con su cuerda correspondiente, colocandolo y atandolo al rincon donde estaba junto al resto de barriles. Jezar se encargaria de la tarea de agarre, yo de atar cada barril con otro.
El ultimo rincon del cual nos encargamos, a simple vista para mi no tenia nada de sospechoso, pero mi mente andaba tan concentrada en la tarea que no llego a percatarse de un pequeño peligro... una tarantula yacia cerca de la cuerda de amarre, con lo cual podria morderme aprovechando mi distraccion. En manos de Jezar estaba el evitar esta mordedura, si es que el se percataba de la presencia del animal. Tambien podia existir la posibilidad de que no me mordiera, pero debido al esfuerzo intenso que nos llevaba el atar cada barril a su sitio, seria bastante dificil que esto sucediera...
Zarknoss
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Re: Misión de Prisionera en Cala de la Luna [Quest]
-¡Ey, muchacho! -Oyó de pronto Petyr. -¡Súbete por la cuerda hasta arriba del mástil y distrae a la criatura! ¡Yo intentaré controlar el timón para salir de esto!
El capitán habló entre la angustiosa multitud, señalando al mástil más grande, donde unas cuerdas sujetaban unas de las velas más importantes sobre el centro del navío. Sobre la pared externa habían unos candelabros y cajones (contenían antorchas de alta resistencia para la lluvia). DeBlade lo vio y rápidamente fue a coger dos de las antorchas. "Esto servirá" Pensó.
Tras encender las antorchas con el fuego de uno de los candelabros, empezó a subir por la cuerda luchando por no caerse y manteniendo firmes las antorchas en su mano, que podía agarrar las dos de puro milagro.
Tras un largo y sufrido ascenso hasta lo más alto del palo mayor se puso de pie agarrado a la fuerte madera que lo sostenía todo y, manteniendo la compostura con cierta serenidad, miró a la bestia inmensa que amenazaba con terminar de un plumazo su viaje y empezó a agitar con violencia una de las antorchas.
-¡¡Aquí, bestia inmunda!! -Vociferó DeBlade, tratando de hacer llegar su voz al corazón de la tempestad. -¡¡Ven aquí, animal repugnante!! ¡¡No eres más que un error de la naturaleza, ven a por mi y repararé ese error con mi espada!! ¡¡Acércate, bicho estúpido!!
El capitán habló entre la angustiosa multitud, señalando al mástil más grande, donde unas cuerdas sujetaban unas de las velas más importantes sobre el centro del navío. Sobre la pared externa habían unos candelabros y cajones (contenían antorchas de alta resistencia para la lluvia). DeBlade lo vio y rápidamente fue a coger dos de las antorchas. "Esto servirá" Pensó.
Tras encender las antorchas con el fuego de uno de los candelabros, empezó a subir por la cuerda luchando por no caerse y manteniendo firmes las antorchas en su mano, que podía agarrar las dos de puro milagro.
Tras un largo y sufrido ascenso hasta lo más alto del palo mayor se puso de pie agarrado a la fuerte madera que lo sostenía todo y, manteniendo la compostura con cierta serenidad, miró a la bestia inmensa que amenazaba con terminar de un plumazo su viaje y empezó a agitar con violencia una de las antorchas.
[Explicación más detallada: El brazo izquierdo está enganchado en el palo y sujetando la antorcha de reserva, y el brazo derecho se agita enérgicamente con la otra antorcha en la mano]
-¡¡Aquí, bestia inmunda!! -Vociferó DeBlade, tratando de hacer llegar su voz al corazón de la tempestad. -¡¡Ven aquí, animal repugnante!! ¡¡No eres más que un error de la naturaleza, ven a por mi y repararé ese error con mi espada!! ¡¡Acércate, bicho estúpido!!
DeBlade
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Re: Misión de Prisionera en Cala de la Luna [Quest]
El panorama con el que se toparon los dos hombres-bestia al llegar a la bodega no era nada halagüeño, pues los barriles rodaban en todas direcciones, libres de los agarres que los mantenían fijos al suelo.
-Menuda basura de anclajes debían de tener estos toneles. Alguien debería darle un buen escarmiento al tipo que gestiona el asunto del dinero en este barco. Me da que se ha llenado bien los bolsillos - Masculló Jézar mientras se desprendía de sus correajes para ponerse manos a la obra.
Rengar comenzó a inspeccionar el lugar, tratando de encontrar la posición más favorable para ir recogiendo los barriles uno por uno.
- Jezar! En cuanto venga ese barril de ahi - Dijo señalando al segundo barril más cercano - sujétalo, yo me encargo del otro.
-Descuida, no se me escapará - Le aseguró afianzando sus pies en el tambaleante suelo, listo para atraparlo cuando viniese hacia él.
La tarea de recoger los barriles uno a uno no era sencilla, pero el hombre-gato parecía estar tomándose la tarea muy en serio, y mientras Jézar los agarraba y trataba de que no se moviesen, Rengar volvía a amarrarlos para que se estuviesen quietos de una vez y el barco recuperase la estabilidad. El último rincón, en el que se suponía que debían colocar los toneles que aún giraban, no presentaba a simple vista nada especial... Sin embargo, poseedor de los agudos sentidos de los hombres-bestia, y estando menos ocupado que su compañero, el cual se afanaba en llevar los recipientes hacia la última esquina, a Jézar le pareció distinguir una mancha negra en una de las columnas de madera.
Recogiendo un trozo de madera que probablemente habría saltado de alguno de aquellos toneles, mientras rodaban por la bodega, se acercó hasta la columna, para cerciorarse de que solo había sido una impresión momentánea.
-Eh, Rengar... creo que he visto algo detrás de ti... - Comentó sin estar muy seguro de si su vista le había engañado o no.
-Menuda basura de anclajes debían de tener estos toneles. Alguien debería darle un buen escarmiento al tipo que gestiona el asunto del dinero en este barco. Me da que se ha llenado bien los bolsillos - Masculló Jézar mientras se desprendía de sus correajes para ponerse manos a la obra.
Rengar comenzó a inspeccionar el lugar, tratando de encontrar la posición más favorable para ir recogiendo los barriles uno por uno.
- Jezar! En cuanto venga ese barril de ahi - Dijo señalando al segundo barril más cercano - sujétalo, yo me encargo del otro.
-Descuida, no se me escapará - Le aseguró afianzando sus pies en el tambaleante suelo, listo para atraparlo cuando viniese hacia él.
La tarea de recoger los barriles uno a uno no era sencilla, pero el hombre-gato parecía estar tomándose la tarea muy en serio, y mientras Jézar los agarraba y trataba de que no se moviesen, Rengar volvía a amarrarlos para que se estuviesen quietos de una vez y el barco recuperase la estabilidad. El último rincón, en el que se suponía que debían colocar los toneles que aún giraban, no presentaba a simple vista nada especial... Sin embargo, poseedor de los agudos sentidos de los hombres-bestia, y estando menos ocupado que su compañero, el cual se afanaba en llevar los recipientes hacia la última esquina, a Jézar le pareció distinguir una mancha negra en una de las columnas de madera.
Recogiendo un trozo de madera que probablemente habría saltado de alguno de aquellos toneles, mientras rodaban por la bodega, se acercó hasta la columna, para cerciorarse de que solo había sido una impresión momentánea.
-Eh, Rengar... creo que he visto algo detrás de ti... - Comentó sin estar muy seguro de si su vista le había engañado o no.
Jézar
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Re: Misión de Prisionera en Cala de la Luna [Quest]
La bestia dragón se cerró sobre la nave, embistiendo con fuerza y poco rato después, para todos fueron momentos de confusión, dolor, golpes, y mucha agua en sus pulmones.
Despertaron en un amanecer, donde habían quedado exactamente cuándo quedaron inconscientes, en medio de barriles o en el piso de madera de la cubierta del barco.
La nave estaba anclada en la arena de una playa de una isla no muy grande en medio del océano. En el medio parecía encontrarse un templo de forma piramidal, en lo que sería en medio de bosques de vegetación propia del lugar. En el aire había cierta niebla de color rojiza en vez de blanca, era extraño, y no tenía olor.
El capitán despertó en el suelo, con unos cuantos golpes amorotonados en todo el cuerpo. Se levantó y buscó con la mirada a DeBlade, cerca de la entrada del camarote. Lo volteó y le cacheteó el rostro. Respiraba y parecía estar bien. Además tenían la ropa seca, y no había rastro de la tormenta.
Abajo, en medio de los barriles, despertarían Jézar y Rengar, el primero con la araña en su frente, dormida. Necesitaría ayuda del felino para quitársela.
Más tarde, cuando bajaran a tierra firme, podrían ver que cubierta por la arena habían cientos de huesos de esqueleto y calaveras rotas esparcidos por todo el suelo. Habría que pisar sobre ellos para llegar al templo.
Despertaron en un amanecer, donde habían quedado exactamente cuándo quedaron inconscientes, en medio de barriles o en el piso de madera de la cubierta del barco.
La nave estaba anclada en la arena de una playa de una isla no muy grande en medio del océano. En el medio parecía encontrarse un templo de forma piramidal, en lo que sería en medio de bosques de vegetación propia del lugar. En el aire había cierta niebla de color rojiza en vez de blanca, era extraño, y no tenía olor.
El capitán despertó en el suelo, con unos cuantos golpes amorotonados en todo el cuerpo. Se levantó y buscó con la mirada a DeBlade, cerca de la entrada del camarote. Lo volteó y le cacheteó el rostro. Respiraba y parecía estar bien. Además tenían la ropa seca, y no había rastro de la tormenta.
Abajo, en medio de los barriles, despertarían Jézar y Rengar, el primero con la araña en su frente, dormida. Necesitaría ayuda del felino para quitársela.
Más tarde, cuando bajaran a tierra firme, podrían ver que cubierta por la arena habían cientos de huesos de esqueleto y calaveras rotas esparcidos por todo el suelo. Habría que pisar sobre ellos para llegar al templo.
Ansur
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Re: Misión de Prisionera en Cala de la Luna [Quest]
Nuestra tarea en la bodega estaba a punto de terminar. Tan solo unos segundos pasaron despues de que Jezar me advirtiera sobre que habia visto algo sospechoso detras mia. Se referiria a la cuerda de amarre? Apenas pude girarme para ver que era. La sacudida de el barco me lanzo hacia atras con fuerza, golpeandome la cabeza violentamente contra el poste que habia en el centro de la habitacion. Se trataba de un poste de soporte que estaba unido desde el suelo hasta el techo, el golpe contra esta estructura fue tal que acabe inconsciente. Ni siquiera llegue a percibir el extraño ser que estaba detras mia, justo despues de girarme la sacudida hizo acto de presencia, y mi consciencia se perdio a los pocos segundos de esta.
... ... ...
Cuando desperte el escenario que se presento en la bodega no me hizo mucho agrado. Todos los barriles por el suelo, otra vez... La habitacion estaba en peores condiciones que antes, y eso ya era dificil de mencionar....
Gire mi cabeza para dirigir una mirada de reojo a mi compañero, el cual se encontraba cerca de mi. Antes de desmayarnos no estabamos muy lejos el uno del otro. Tenia una tarantula en la frente, supongo que este seria el extraño animal al que se referia antes. Aun medio atontado, guardando todo el silencio posible, me levante con sutileza apartando el barril que tenia sobre mis piernas con sumo cuidado. Me llevo su tiempo el apartarlo de manera silenciosa. Despues, me acerque hacia Jezar de puntillas, tenia las piernas algo doloridas por el peso del barril que tenia entre mis piernas antes. Movi mi mano hacia el rostro de Jezar poco a poco... poco a poco... hasta llegar a pocos centimetros de su frente. Tan solo un manotazo mas o menos limpio, basto para apartar el desagradable animal de su frente. Es probable que el manotazo le despertara, puesto que impacto levemente en su zona frontal. De no ser asi, le despertaria de la manera mas clasica y convencional de los hombres bestia... Dos guantazos medianamente fuertes en sus mejillas. Una forma sutil y efectiva de nuestra raza, sin contar el clasico lanzamiento al rio, lago, o cualquier masa de agua cercana. Esto ultimo lo descarte, no seria buena idea arrojar a un compañero al mar como si de un saco de patatas se tratase.
Estas bien Jezar? Algo me dice que hemos llegado a tierra firme... - los meneos del barco habia censado por completo, incluso el propio barco parecia estar mas inclinado que de costumbre. Ayude al hombre-bestia a levantarse tendiendole la mano - Vamos afuera. Hay que ver si el resto de la tripulacion siguen de una pieza - sin mas, me dirigi hacia afuera del barco, pasando con cuidado mis pies por encima de los barriles. Si resbalaba con estos, la caida podria ser dolorosa.
Una vez en tierra firme el paisaje se presento ante mi de manera... espeluznante... desde luego no me esperaba este resultado. La playa estaba a rebosar de huesos, calaveras y esqueletos aparentemente humanos, no eran huesos demasiado grandes asi que descarte que fueran huesos procendentes de grandes animales. La niebla del lugar no era blanca, sino rojiza, roja como la sangre, como si de sangre vaporizada se tratase.
Con un rostro algo sorprendido y a la vez algo atemorizado, observe el paisaje sin mencionar palabra alguna. Era tal mi sorpresa que incluso habia olvidado por completo al capitan y a aquel humano de antes, los cuales aun permanecian en la cubierta. "Donde demonios me he metido...?" Pense algo nervioso, incluso estaba algo atemorizado. Hacia tanto tiempo que no me sentia asi de intimidado... Que demonios es este sitio? Si con tan solo contemplar el panorama actual ya tenia el corazon acelerado, no queria ni pensar en como seria el interior del bosque. Ya de por si, la extraña piramide ubicada a la lejania, en el corazon del bosque aparentemente, me hacia sospechar todavia mas.
Algo mas tranquilo, me di media vuelta para volver a observar el escenario actual en cubierta. Mi mirada seria volvio a presentarse en mi rostro, observando a todos los presentes que permanecian aun con vida - Chicos... Esto no os va a gustar nada...
Por las deidades del bosque... Elise, mi princesa, vela por mi seguridad alla donde estes... - cavilaba por lo bajo, solo esperaba que ella no se encontrase en este lugar. Despues del acontecimiento sucedido en la llanura nevada en las tierras del norte, puedo esperarme cualquier cosa por su parte. Solo esperaba que se encontrase a salvo.
... ... ...
Cuando desperte el escenario que se presento en la bodega no me hizo mucho agrado. Todos los barriles por el suelo, otra vez... La habitacion estaba en peores condiciones que antes, y eso ya era dificil de mencionar....
Gire mi cabeza para dirigir una mirada de reojo a mi compañero, el cual se encontraba cerca de mi. Antes de desmayarnos no estabamos muy lejos el uno del otro. Tenia una tarantula en la frente, supongo que este seria el extraño animal al que se referia antes. Aun medio atontado, guardando todo el silencio posible, me levante con sutileza apartando el barril que tenia sobre mis piernas con sumo cuidado. Me llevo su tiempo el apartarlo de manera silenciosa. Despues, me acerque hacia Jezar de puntillas, tenia las piernas algo doloridas por el peso del barril que tenia entre mis piernas antes. Movi mi mano hacia el rostro de Jezar poco a poco... poco a poco... hasta llegar a pocos centimetros de su frente. Tan solo un manotazo mas o menos limpio, basto para apartar el desagradable animal de su frente. Es probable que el manotazo le despertara, puesto que impacto levemente en su zona frontal. De no ser asi, le despertaria de la manera mas clasica y convencional de los hombres bestia... Dos guantazos medianamente fuertes en sus mejillas. Una forma sutil y efectiva de nuestra raza, sin contar el clasico lanzamiento al rio, lago, o cualquier masa de agua cercana. Esto ultimo lo descarte, no seria buena idea arrojar a un compañero al mar como si de un saco de patatas se tratase.
Estas bien Jezar? Algo me dice que hemos llegado a tierra firme... - los meneos del barco habia censado por completo, incluso el propio barco parecia estar mas inclinado que de costumbre. Ayude al hombre-bestia a levantarse tendiendole la mano - Vamos afuera. Hay que ver si el resto de la tripulacion siguen de una pieza - sin mas, me dirigi hacia afuera del barco, pasando con cuidado mis pies por encima de los barriles. Si resbalaba con estos, la caida podria ser dolorosa.
Una vez en tierra firme el paisaje se presento ante mi de manera... espeluznante... desde luego no me esperaba este resultado. La playa estaba a rebosar de huesos, calaveras y esqueletos aparentemente humanos, no eran huesos demasiado grandes asi que descarte que fueran huesos procendentes de grandes animales. La niebla del lugar no era blanca, sino rojiza, roja como la sangre, como si de sangre vaporizada se tratase.
Con un rostro algo sorprendido y a la vez algo atemorizado, observe el paisaje sin mencionar palabra alguna. Era tal mi sorpresa que incluso habia olvidado por completo al capitan y a aquel humano de antes, los cuales aun permanecian en la cubierta. "Donde demonios me he metido...?" Pense algo nervioso, incluso estaba algo atemorizado. Hacia tanto tiempo que no me sentia asi de intimidado... Que demonios es este sitio? Si con tan solo contemplar el panorama actual ya tenia el corazon acelerado, no queria ni pensar en como seria el interior del bosque. Ya de por si, la extraña piramide ubicada a la lejania, en el corazon del bosque aparentemente, me hacia sospechar todavia mas.
Algo mas tranquilo, me di media vuelta para volver a observar el escenario actual en cubierta. Mi mirada seria volvio a presentarse en mi rostro, observando a todos los presentes que permanecian aun con vida - Chicos... Esto no os va a gustar nada...
Por las deidades del bosque... Elise, mi princesa, vela por mi seguridad alla donde estes... - cavilaba por lo bajo, solo esperaba que ella no se encontrase en este lugar. Despues del acontecimiento sucedido en la llanura nevada en las tierras del norte, puedo esperarme cualquier cosa por su parte. Solo esperaba que se encontrase a salvo.
Zarknoss
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Re: Misión de Prisionera en Cala de la Luna [Quest]
La bestia, inmensa como nada que se hubiera visto antes, cayó sobre el navío con la fuerza de mil huracanes. Apenas se sintió el golpe. No hubo ruido, ni casi movimiento.
Solo oscuridad y silencio. Como si esa bestia se hubiese llevado por delante todo lo que fuese merecedor de ser visto u oído.
Petyr DeBlade fue despertado por el capitán. Ambos estaban bien, al igual que el resto de la tripulación. Del barco no se podía decir lo mismo, pues estaba encallado tierra adentro. DeBlade se puso en pie y advirtió que sus ropas estaban secas y que no sufría dolor alguno. Avistó entonces el lugar en el que se encontraban:
Estaban en la playa de una isla que no parecía muy grande. Suponía que estaba desierta hasta que vio a lo lejos una extraña edificación en medio de la jungla de mediano tamaño que se extendía hacia el interior de la isla.
-Supongo que este no es nuestro destino...
Solo oscuridad y silencio. Como si esa bestia se hubiese llevado por delante todo lo que fuese merecedor de ser visto u oído.
...
Petyr DeBlade fue despertado por el capitán. Ambos estaban bien, al igual que el resto de la tripulación. Del barco no se podía decir lo mismo, pues estaba encallado tierra adentro. DeBlade se puso en pie y advirtió que sus ropas estaban secas y que no sufría dolor alguno. Avistó entonces el lugar en el que se encontraban:
Estaban en la playa de una isla que no parecía muy grande. Suponía que estaba desierta hasta que vio a lo lejos una extraña edificación en medio de la jungla de mediano tamaño que se extendía hacia el interior de la isla.
"¿Qué diablos es este lugar?"
Observando que el clima estaba tranquilo de pronto, sin rastro de la tormenta ni del horrendo ser que los había arrastrado a esta locura, se dirigió de inmediato al capitán:-Supongo que este no es nuestro destino...
DeBlade
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Re: Misión de Prisionera en Cala de la Luna [Quest]
Jézar no tuvo tiempo de comprobar si lo que había visto era o no producto de su imaginación. De pronto una violenta sacudida agitó todo el barco, sus pies perdieron contacto con el suelo y su cabeza comenzó a dar vueltas. No entendía muy bien que estaba sucediendo, pero algo le decía que las cosas iban a acabar muy mal. No pudo pensar más en el tema, ya que su cabeza se golpeó contra algo duro, tan fuerte que perdió el conocimiento.
Lo siguiente que recordaba era haberse despertado en medio de la bodega, tras recibir un manotazo de Rengar en toda la cara. Se incorporó rápidamente por acto reflejo, y agarró a su compañero del cuello, sin darse cuenta de lo que hacía. Cuando comprendió que tenía una tarántula en la cara (La cual ahora yacía boca arriba en el suelo) y Rengar solo pretendía acabar con ella, se disculpó.
-Perdona, no suelo despertarme con arañas venenosas pegadas a la frente como comprenderás - Explicó Jézar poniendo una mano en el hombro del hombre-gato, a modo de disculpa... Además de usarla para conseguir levantarse del suelo. La verdad es que estaba algo magullado. Suerte que sus armas aún permanecían en la bodega. Las cogió y siguió al otro hombre-bestia al exterior.
Cuando salieron a cubierta, el paisaje que encontraron era desolador. Por lo visto el barco les había llevado hasta una isla desierta, con una extraña construcción en el medio, rodeado de la vegetación propia del lugar. Lo que ya no encajaba de ningún modo en la dichosa isla era el montón de huesos esparcidos por la playa, que parecían pretender atemorizar a cualquiera que osase pisar aquel territorio, por no hablar de la niebla de color sangriento que circundaba todo el lugar. Desde luego, aquel sitio era muy extraño.... y desagradable.
Jézar pudo ver al viejo capitán del navío junto con el elegante humano llamado Petyr, ambos con la ropa seca, conversando en la playa. Mientras tanto, su compatriota permanecía junto a él en la cubierta del barco, observando el panorama con gesto consternado. En un momento dado se dio la vuelta y observó el estado en que había quedado el barco. Desde luego no estaba en condiciones de volver al mar, además de la obvia complicación de que se había quedado varado en un banco de arena.
-Ven conmigo, vamos a descubrir que demonios está pasando aquí. - Le comunicó a Rengar, mientras comenzaba a descender hacia la playa. Se había embarcado en aquel viaje para rescatar a una mujer, debido a que su padre era demasiado cobarde para recuperarla. Pero el maldito anciano no había mencionado nada sobre huracanes sobrenaturales, islas perdidas en el medio del océano ni nieblas mágicas de color estrafalario. Evidentemente sabía más de lo que decía... y Jézar no soportaba que se le ocultase la verdad.
Cuando por fin llegó al lugar en el que estaban hablando los dos hombres, ignoró completamente el tema de conversación, fuera cual fuese, agarró con su manaza el abrigo del capitán, alzándolo en el aire, y comenzó a hablar mientras le zarandeaba.
-Muy bien viejo. Ya me he cansado. Cuando nos embarcamos no nos dijiste nada sobre islas mágicas y huracanes gigantes. Llevas todo el viaje soltando incoherencias sobre poner en peligro la vida y gritándole a la nada. Ahora vas a explicarnos a mis compañeros y a mí que diablos está ocurriendo aquí, quien eres tú en realidad y quien quiere verte muerto. Y más vale que te expliques claramente o usaré tu piel para ponerle al barco unas velas nuevas.
.........
Lo siguiente que recordaba era haberse despertado en medio de la bodega, tras recibir un manotazo de Rengar en toda la cara. Se incorporó rápidamente por acto reflejo, y agarró a su compañero del cuello, sin darse cuenta de lo que hacía. Cuando comprendió que tenía una tarántula en la cara (La cual ahora yacía boca arriba en el suelo) y Rengar solo pretendía acabar con ella, se disculpó.
-Perdona, no suelo despertarme con arañas venenosas pegadas a la frente como comprenderás - Explicó Jézar poniendo una mano en el hombro del hombre-gato, a modo de disculpa... Además de usarla para conseguir levantarse del suelo. La verdad es que estaba algo magullado. Suerte que sus armas aún permanecían en la bodega. Las cogió y siguió al otro hombre-bestia al exterior.
Cuando salieron a cubierta, el paisaje que encontraron era desolador. Por lo visto el barco les había llevado hasta una isla desierta, con una extraña construcción en el medio, rodeado de la vegetación propia del lugar. Lo que ya no encajaba de ningún modo en la dichosa isla era el montón de huesos esparcidos por la playa, que parecían pretender atemorizar a cualquiera que osase pisar aquel territorio, por no hablar de la niebla de color sangriento que circundaba todo el lugar. Desde luego, aquel sitio era muy extraño.... y desagradable.
Jézar pudo ver al viejo capitán del navío junto con el elegante humano llamado Petyr, ambos con la ropa seca, conversando en la playa. Mientras tanto, su compatriota permanecía junto a él en la cubierta del barco, observando el panorama con gesto consternado. En un momento dado se dio la vuelta y observó el estado en que había quedado el barco. Desde luego no estaba en condiciones de volver al mar, además de la obvia complicación de que se había quedado varado en un banco de arena.
-Ven conmigo, vamos a descubrir que demonios está pasando aquí. - Le comunicó a Rengar, mientras comenzaba a descender hacia la playa. Se había embarcado en aquel viaje para rescatar a una mujer, debido a que su padre era demasiado cobarde para recuperarla. Pero el maldito anciano no había mencionado nada sobre huracanes sobrenaturales, islas perdidas en el medio del océano ni nieblas mágicas de color estrafalario. Evidentemente sabía más de lo que decía... y Jézar no soportaba que se le ocultase la verdad.
Cuando por fin llegó al lugar en el que estaban hablando los dos hombres, ignoró completamente el tema de conversación, fuera cual fuese, agarró con su manaza el abrigo del capitán, alzándolo en el aire, y comenzó a hablar mientras le zarandeaba.
-Muy bien viejo. Ya me he cansado. Cuando nos embarcamos no nos dijiste nada sobre islas mágicas y huracanes gigantes. Llevas todo el viaje soltando incoherencias sobre poner en peligro la vida y gritándole a la nada. Ahora vas a explicarnos a mis compañeros y a mí que diablos está ocurriendo aquí, quien eres tú en realidad y quien quiere verte muerto. Y más vale que te expliques claramente o usaré tu piel para ponerle al barco unas velas nuevas.
Jézar
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Re: Misión de Prisionera en Cala de la Luna [Quest]
El capitán se soltó de un manotazo a los antebrazos de Jézar, y le exclamó retrocediendo unos pasos, haciendo crujir unos cuantos huesos.
-No me vengas con amenazas porque soy el único que sabe cómo oes esta isla, y cómo sobrevivir en ella-lo miró con furia pero no tomó el arma. Miró a los otros dos y dijo-Vengan, esta es la isla donde tienen prisionera a mi Hija, en el templo deben estar. Hay enemigos poderosos de las artes de la magia negra. Jézar, eres libre de decidir si nos sigues o mueres acá. No tienes opción. En la noches, las almas malditas se alzan para ir detrás de todo ser vivo-explicó el hombre y se encaminó al bosque.
Todo era una vegetación muy espesa, y parecía haber animales peligrosos. Pudieron escuchar el sonido de una serpiente cascabel por algún lugar. También, cuando avanzaran más, podrían ver telas de arañas gigantescas.
El capitán no lo había visto, pero DeBlade se retrasaría en la caminata horas después de haber entrado a la jungla, por encontrar un mensaje grabado en el tronco de un árbol, y encima, sobre lo alto, un esqueleto colgado de lo que había sido su cuello muchos años antes. Tenía los huesos ennegrecidos, y ropa hecha jirones. En su cintura, sobrevivía un cinturón de cuero y una espada ancha y pesada.
"Ya eres parte de la Isla"rezaba el mensaje en el tronco.
Mas adelante volverían a verse más esqueletos colgados de las ramas más altas de los árboles.
-Sigan, no se retrasen que se vendrá la tarde y estaremos en serios problemas-alentó el capitán, saltando por raices que sobresalían a la superficie del lugar.
Al mediodía llegarían a un estanque con agua clara y pura, una vegetación sana y lejos de esqueletos. En el fondo del agua podía verse un brillo de objetos que no se podían ver en la superficie.
-No me vengas con amenazas porque soy el único que sabe cómo oes esta isla, y cómo sobrevivir en ella-lo miró con furia pero no tomó el arma. Miró a los otros dos y dijo-Vengan, esta es la isla donde tienen prisionera a mi Hija, en el templo deben estar. Hay enemigos poderosos de las artes de la magia negra. Jézar, eres libre de decidir si nos sigues o mueres acá. No tienes opción. En la noches, las almas malditas se alzan para ir detrás de todo ser vivo-explicó el hombre y se encaminó al bosque.
Todo era una vegetación muy espesa, y parecía haber animales peligrosos. Pudieron escuchar el sonido de una serpiente cascabel por algún lugar. También, cuando avanzaran más, podrían ver telas de arañas gigantescas.
El capitán no lo había visto, pero DeBlade se retrasaría en la caminata horas después de haber entrado a la jungla, por encontrar un mensaje grabado en el tronco de un árbol, y encima, sobre lo alto, un esqueleto colgado de lo que había sido su cuello muchos años antes. Tenía los huesos ennegrecidos, y ropa hecha jirones. En su cintura, sobrevivía un cinturón de cuero y una espada ancha y pesada.
"Ya eres parte de la Isla"rezaba el mensaje en el tronco.
Mas adelante volverían a verse más esqueletos colgados de las ramas más altas de los árboles.
-Sigan, no se retrasen que se vendrá la tarde y estaremos en serios problemas-alentó el capitán, saltando por raices que sobresalían a la superficie del lugar.
Al mediodía llegarían a un estanque con agua clara y pura, una vegetación sana y lejos de esqueletos. En el fondo del agua podía verse un brillo de objetos que no se podían ver en la superficie.
Ansur
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