Imperio salvaje [Interpretativo Libre] [Finalizado]
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Imperio salvaje [Interpretativo Libre] [Finalizado]
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- Pasado el mediodía...:
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-No era por acá-repliqué algo molesto a Zod, el guardia de cabello corto, y que era el que había sugerido este camino. Habíamos visto a una tropa de elfos con unos sujetos de capuchas camino a Sandorai, además que llevaban unos lobos y ante la duda, habían sugerido desviar e camino.
Íbamos por un bosque frondoso, pasadas la hora del mediodía.
Oliver, Lex y Lionel no decían mucho e igual que yo, no estaba contento con el desvío pero no querían armas discusiones con su compañero. Teníamos que andar con cuidado, por la cantidad de bichos venenosos que había a donde quieras que miraras entre grandes arañas, serpientes e incluso plantas que solo con rozarlas envenenaban. No reconocía este lugar y me sentía muy desorientado.
- Bosque:
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Miré a lo alto de los árboles a observar las nubes, y el sol para deducir el camino, pero como antes había dicho o sugerido, Zod salía con su estúpida excusa de que tenía órdenes de resguardar mi seguridad y que debía confiar en él, pero por más que me quedaba callado, no me fiaba. Pude sentir que también estaba desorientado, pero iba delante de nosotros tres, como si conociera a palmo el camino.
Zod no respondió y prosiguió. Pero clavé a su espalda una mirada asesina. Oliver, el de cabello rubio, trepó un árbol caído para ayudarnos a mí, Lionel y Lex a subir cruzar. Escuché el ruido del agua correr en las cercanía y cuando estuve ya trepado en el tronco, me tomé un tiempo para observar el entorno.
-Lo ideal sería seguir el curso del agua…-suspiró Lex detrás de mí.
-Eso pensé también-dije con amargura saltando al suelo.
-Cuidado que ronda una serpiente en el tronco-advirtió Lionel, que tenía su cabello de rulos algo enmarañado tanto pasarse las manos por la cabeza.
Desenfundé mi espada y volteé a mirar el tronco de nuevo mientras mis guardias saltaban también, y la divisé. Había estado muy cerca de nosotros, arrastrándose hasta muy cerca. Pero antes de que pudiera hacer algo, una flecha se clavó en su cabeza contra el tronco haciendo un ruido seco. Miramos hacia atrás a Zod con el arco aun en mano, y la mano del tensor extendida hacia atrás después de disparar.
-Dije que confíen en mí, y aunque me adelante en el camino, estoy alerta del peligro que nos asecha-dijo.
“Eso espero…” pensé molesto fulminándolo con la mirada. Oliver le dio las gracias por mí y por todos al matar a la serpiente antes de proseguir el camino. Empezaba a refrescar, y el sol se ocultaba entre las nubes que iban oscureciendo a medida que se nublaba. A la noche era probable que hubiera lluvia. Esperaba estar en casa antes de que comenzara.
-Por allá se ve un claro, tal vez haya algún pueblo y puedan indicarnos donde nos encontramos…-sugirió Lex, de cabello rojizo, señalando detrás de unos árboles lo que eran unos edificios grandes de piedras. Se veía humo elevarse desde el lugar.
Zod parecía llevarnos hasta allí, y aunque no quisiera admitirlo por su orgullo, también consideraba buena idea acercarse hasta el lugar. Seguimos andando entonces, sintiendo que el cansancio ya pesaba sobre nuestros cuerpos de tan larga caminata desde Lunargenta. Andábamos por un lugar donde había un buen manto de hojas en el suelo, amortiguando el ruido de nuestros pasos mientras rodábamos una pendiente para después bajar por una colina hasta el pueblo.
“Clack” se cerró algo en uno de mis pies produciéndome un dolor atroz que me derribó al suelo con un grito. Los guardias, alertados, se giraron, pero unas cuerdas los sujetaron des de los pies y otras trampas para animales saltaron casi sobre ellos para cerrarse. Zod, como iba más adelante, tuvo gran suerte al no toparse con la trampa que se cerró sobre mi pié derecho, quedó colgado en una red a lo alto de un árbol, mientras otras cuerdas quedaron vacías y en tres de ellas, estaban Lex, Oliver, y Lionel cabeza abajo.
-¡Mierda!-exclamé casi doblándome del dolor, de bruces al suelo, tratando de voltearme para sacarme esa trampa. Mis ojos casi lagrimeaban del dolor. Apenas pude ver mi pié herido con esa trampa y un charco de sangre que empezaba a teñir las hojas en el suelo.
Mis guardias tomaron las dagas de sus ropas para quitarse esas cuerdas, pero oí el ruido que producían varias cerbatanas al disparar sus proyectiles. Al costado mío, derecho, pude ver como Lex se llevaba la mano a la nuca con un grito y al poco tiempo quedaba inmóvil con los brazos colgados. La daga con la que intentó soltarse cayó al suelo. Lo mismo ocurrió con los otros. Saqué mi arma como pude y me giré boca arriba con gran esfuerzo. El dolor de la pierna era insoportable.
Noté que los árboles estaban marcados con símbolos que no conocía, pintados en sangre seca, y algunsa calaveras en conjunto que no habíamos visto en nuestro camino. “¡A dónde demonios nos has traído idiota!”dije para mis adentros hacia Zod, contendiendo un grito de dolor. Quienes fueran que estuvieran cerca, permanecían ocultos, observándome.
-¡¿Quiénes están ahí?! ¡Háganse ver!-exclamé. En vano intenté incorporarme, pero el dolor me obligaba a mantenerme tumbado.
Alguien susurró algo desde detrás de unos árboles cercanos a mí y pregunté rápido, viendo con muy mala espina ese susurro.
-¡¿Qué es lo que quieren!?-
Pero un proyectil salió disparado a mi cuello. Solté la espada con la mano temblorosa, a la par que mi vista comenzó a nublarse muy deprisa y la llevé al cuello para quitarme esa cosa clavada. Pero cuando lo logré y miré hacia el costado derecho, pude ver borrosamente que varios sujetos se me acercaban. Nada más pude hacer, que toda fuerza de mi cuerpo cedió.
Cuando volví a abrir los ojos, ya no estaba el bosque, sino iba colgado sujeto de manos y pies que apenas sentía, por varios sujetos semidesnudos que me conducían por un pasillo alumbrado por antorchas. El techo de piedra no era muy alto, pero llevaba varias simbologías como las de los árboles del bosque.
No duró mucho el trayecto hasta que vi el cielo al atardecer. Pude escuchar gritos detrás de mí, a donde me llevaban y girando la cabeza hacia los lados, observé que era más que un claro de bosque. Había una ciudad de piedras y una cultura extraña, con gente semidesnuda entre mujeres, niños, ancianos con bastones, animales y hombres bestias.
-¡Maldito ser! ¡Mor serlesiles iloyalat! ¡Risere kalenmoryede!-exclamó la voz de un hombre de píe en un pedestal y detrás de él una especie de trono. Estaba contemplando a un costado del lugar a un moribundo que sacaban de la mesa cuatro se sus hombres.
Mis guardias estaban a cada costado atados a dos columnas y las espaldas descubiertas. Estaban semiinconscientes también, saliendo el somnífero que nos habían inyectado. El moribundo fue atado a un poste de hoguera mientras los que me llevaban esperaban en la entrada del lugar hasta que esos cuatro hombres se me acercaron y llevaron hasta la mesa de piedra donde antes torturaron a ese hombre.
Mi cuerpo no respondía a nada por ahora. Dos de ellos se quedaron a los pies atando mis pies, y dos sujetando mis brazos a cada lado, bien estirados que sentía mucha molestia. El jefe, o lo que fuera se acercó para examinarme, rodeando la mesa.
- Jefe de los salvajes:
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Se quitó la máscara y pude ver de cerca sus rasgos en la piel oscura. Sus ojos eran grises, y tenía el rostro marcado con pintura blanca. Al terminar de rodear la mesa, se acercó a mi costado derecho y con una mano giró mi cabeza para ver mi cuello.
-¿Quiénes son?-pregunté, creyendo que mi voz sonaría con firmeza, pero el efecto de la droga no era tan rápido en irse como al hacer efecto una vez inyectado.
-Elfos-gruñó-Elfos malditos ser-miró hacia los dos que estaba a cada costado, sujetando mis brazos y ordenó-Pui Iliten-fruncí el entrecejo. No me había respondido y se apartó. Enseguida los que estaban allí se acercaron y apenas incorporándome con gran fuerza, me lograron despojaron de la camisa y chaqueta hasta desnudar mi torso que arrojaron a una hoguera pequeña a un lado.
Volvieron a estirar mis brazos. Uno de estos dijo algo al jefe señalando el colgante mío que había caído al costado de mi cuello al ser recostado de nuevo bruscamente. Pero el jefe respondió, con este lenguaje del que nada entendía, y los sujetos colocaron una madera bajo el dorso de mi mano, apretando esta contra ellas. Un quinto se acercó con dos estacas grandotas, y un martillo, dándome a entender lo que allí seguía. Traté de resistirme en vano y noté que mis guardias comenzaron a reprochar y forcejar, recuperándose pero fueron azotados con látigos. A ellos les habían rajado la ropa desde la espalda, pero no se las habían quitado.
No pude hacer nada más, y una estaca fue clavada en mis manos contra la madera que sobresalía de la mesa de piedra. Cuando acabaron y la sangre empezó a cubrir la palma de mi mano y la madera debajo del dorso, el jefe se levantó ordenando algo. Unas mujeres comenzaron a bailar alrededor de la escena del rito, y jóvenes tocaban unos tambores. Encendieron la hoguera del moribundo que empezó a dar fuertes alaridos del dolor mientras el fuego iba alcanzándolo.
El jefe se acercó, subió la escalinata hasta la mesa de piedra donde estaba, y tomó el colgante en sus manos, para luego sacarlo de un tirón y ponerlo frente a mis ojos.
-¡No me quites eso, es contra de una maldición!-pude decir entrecortadamente. Tenía mi rostro con sudor, y podía sentir temblorosos mis brazos. El hombre sonrió mostrando sus oscuros dientes y dijo.
-No hablar bien lengua elfa, pero no querer impuros en mis tierras-abrí mi boca de nuevo para replicar pero él me acalló acercándose, llevando su mano a mi mentón para levantarlo e impedir que hablarla. Pero algo extraño sucedió, mis ojos desprendieron un extraño brillo, a la vez que un frío me recorro el cuerpo, y él se apartó alarmado, sin soltar el colgante mío.
-¡Libri celestial, del mor isis olem!-exclamó alzando sus brazos hacia la gente y formó en sus labios una sonrisa.
-Liberaremos el dios de tu mortal carne. Ver la muerte en tus ojos al tocarte-susurró el jefe antes de regresar a su asiento llevándose la reliquia consigo.
-¡NO! ¡Estas equivocado!¡Espera maldita sea! ¡Escúchame!-grité pero el jefe ordenó algo en su lengua y dio algunas instrucciones. Colocaron una mordaza en mi boca.
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Off rol: Pido que el que entre sea constante en las respuestas porfavor. ^^
Off: tanto la aldea como las dimensiones de la misma seran manipuladas para poder lograr un roleo con mayor libertad de espacio y accion, no deben tomarse en cuenta a futuro o al terminar el rol.
Última edición por Sydara el Mar Jun 10, 2014 6:23 pm, editado 4 veces
Sydara
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Re: Imperio salvaje [Interpretativo Libre] [Finalizado]
El día no había sido tan caluroso como otros ya que la niebla apareció a hora temprana haciendo que los bosques se despejaran rápido dejando espacio para que los vampiros sacien su sed de sangre matando animales. En ese espacio, apareció Paul con una capucha y un saco para taparse del sol y tratar de que no termine muerto. Aquel vampiro ya estaba saciado ya que habían demasiados animales muertos en los arbustos y cerca de ellos.
-Vaya... Tenía sed pero tengo ganas de hacer algo...-Dijo Paul haciendo notar lo aburrido que estaba de solo caminar y no sentir la adrenalina en su piel, en su sangre, e incluso en su respiración aunque sea poca. El bosque se veía siniestro pero aun estaba tranquilo y sin ningún problema, algo que hiciera sentir la muerte en cerca. Desde un arbusto salió un lobo furioso pero aquel vampiro lo esquivó y clavo sus colmillos a aquel animal para luego seguir caminando con tranquilidad y con su espada guardada en la funda que tiene en su espalda.
El aire comenzó a volverse pesado, haciendo que un presentimiento aparezca en el corazón de Paul y comience a latir de forma instantánea. -Vaya... Algo va a pasar...-Dijo aquel vampiro caminante, mirando hacia sus lados y buscando lo que iba a suceder, como si pudiese verlo.
Pero de repente, vio unos hombres caminando por aquel bosque, algo inusual ya que al caminar de forma despreocupada por esa zona, es para valientes. -Se ven fuertes... Pero esas orejas... ¿Hay elfos?.-Dijo Paul sorprendido, aunque no mucho ya que los elfos frecuentan las zonas de arboles y pasto...
Para no levantar sospechas, comenzó a seguir de lejos lo que hacían pero algo le sorprendió demasiado... Cayeron en una trampa donde aquel elfo se resistía pero le lanzaron un proyectil que le durmió...
Aparecieron, al parecer unos indios y se los llevaron a una base o algo. Paul se emocionó y siguió los pasos de aquellos indios con cautela y vio que los tomaron de rehenes al parecer. -Vaya... Esto me pone emocionado...-susurró aquel vampiro mientras se infiltraba de forma cautelosa y trataba de que no le pillasen o podría ser secuestrado como los demás.
-Os ayudaré para que haya adrenalina...-Dijo Paul excitado ante esto y comenzó a meterse entre arbustos con cuidado y sin tratar de hacer ruido.
Off: Responderé instantáneamente
-Vaya... Tenía sed pero tengo ganas de hacer algo...-Dijo Paul haciendo notar lo aburrido que estaba de solo caminar y no sentir la adrenalina en su piel, en su sangre, e incluso en su respiración aunque sea poca. El bosque se veía siniestro pero aun estaba tranquilo y sin ningún problema, algo que hiciera sentir la muerte en cerca. Desde un arbusto salió un lobo furioso pero aquel vampiro lo esquivó y clavo sus colmillos a aquel animal para luego seguir caminando con tranquilidad y con su espada guardada en la funda que tiene en su espalda.
El aire comenzó a volverse pesado, haciendo que un presentimiento aparezca en el corazón de Paul y comience a latir de forma instantánea. -Vaya... Algo va a pasar...-Dijo aquel vampiro caminante, mirando hacia sus lados y buscando lo que iba a suceder, como si pudiese verlo.
Pero de repente, vio unos hombres caminando por aquel bosque, algo inusual ya que al caminar de forma despreocupada por esa zona, es para valientes. -Se ven fuertes... Pero esas orejas... ¿Hay elfos?.-Dijo Paul sorprendido, aunque no mucho ya que los elfos frecuentan las zonas de arboles y pasto...
Para no levantar sospechas, comenzó a seguir de lejos lo que hacían pero algo le sorprendió demasiado... Cayeron en una trampa donde aquel elfo se resistía pero le lanzaron un proyectil que le durmió...
Aparecieron, al parecer unos indios y se los llevaron a una base o algo. Paul se emocionó y siguió los pasos de aquellos indios con cautela y vio que los tomaron de rehenes al parecer. -Vaya... Esto me pone emocionado...-susurró aquel vampiro mientras se infiltraba de forma cautelosa y trataba de que no le pillasen o podría ser secuestrado como los demás.
-Os ayudaré para que haya adrenalina...-Dijo Paul excitado ante esto y comenzó a meterse entre arbustos con cuidado y sin tratar de hacer ruido.
Off: Responderé instantáneamente
Paul Brown Moreau
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Re: Imperio salvaje [Interpretativo Libre] [Finalizado]
Furia había estado inquieta los últimos días. Pensaba que ya era tiempo de retornar a las afueras de la ciudad y ver al viejo Julien, pero ese par de animalillos no hacían más que fastidiarme y alegrarme la vida. Desde nuestro último viaje en sacrestic, decidimos retornar por el territorio de los licántropos, recorrer midgar sería una pérdida de tiempo, sobre todo si podía aprovechar las patas de mi curiosa montura.
Los bosques eran pan comido para mi negro corcel, Chy se mantenía en el aire, presto a divisar cualquier anomalía que fuera necesario evitar. Ese maldito pajarillo no hacía más que ponerse más inteligente cada día. Si esto seguía como venía probablemente comenzaría a hablar o algo así. Sonreí para mis adentros y negué con la cabeza. Hacía un par de horas habíamos dejado el camino, ya que el viento nos trajo la esencia de más lobos.
El río nos guió por algún tiempo, pero pronto nos cansamos de escuchar los sonidos del agua. Un movimiento extraño levantó mis sospechas y alarmó a la tranquila yegua. Busqué al halcón con la mirada y le encontré dando un par de vueltas en el aire, como señalando algo. El follaje era denso y difícil de saber qué quería mostrar en realidad. La noche se acercaba y era difícil fijar la vista en ese momento del día en el que la maldita luz no deja de jugar con tus sentidos.
Me apee de la montura y llamé al ave para que se posara en mi hombro. El nerviosismo hacía que mi licantropía se pusiera a flor de piel. Olfatee el aire y examiné los alrededores. No se trataba de animales salvajes o lobos, sino del rastro de un vampiro. La curiosidad fue demasiado fuerte, “¿qué haría un vampiro en estas tierras?, ¿es que la manada ha perdido su toque?” me pregunté y le seguí por algunos metros. El rastro era nuevo, el sigilo se denotaba, si no fuera por mi olfato y alguna huella ocasional sería imposible ir tras él o ella.
Varios metros más adelante el olor a sangre, lamí algunas gotas que se encontraban en la hojarasca medio seca sólo para que se me helara la sangre. Una corriente de recuerdos me golpeó como si hubiese sido atropellada por un toro salvaje y esta vez mi cuerpo entero se sacudió con violencia. Evité transformarme. Ese maldito vampiro me las pagaría. Estaba todo claro, había atacado al despistado de ese tonto elfo confiado. Habían más rastros, muchos más. “¿Qué demonios ocurrió?” me pregunté llevando al ave a mi nariz, para olfatearle y así calmarme.
Vamos chiquillos, si tenemos suerte nos toparemos con cosas interesantes susurré con tono despreocupado pero con los dientes apretados. Nuestro último encuentro había sido fortuito, inesperado y no tuvimos una despedida decente. ¿“Eso sería todo?”. Cerca de un kilómetro más adelante, vi una especie de poblado escondido entre denso follaje y creí comprender lo que estaba sucediendo.
Ahora trataba de reprimir temblores de miedo. “Wood, mantente alejados de ellos. ¡Siempre!” la voz de mi guía repiqueteó fuertemente en mi cabeza, haciendo que me la tomara con ambas manos tratando de acallarla. Hacía años que no le volvía a escuchar. “¿Sería la proximidad a Sydara, estar en esos mismos bosques en donde él murió, o la maldita aldea de locos?””.
Unos gritos desesperados de una voz conocida me quitaron de mi trance y supe enseguida lo que tenía que hacer. Me desvestí y dejé la ropa con el gran animal. Hachas en mano salí de mi escondite con paso firme por la mitad de la aldea hacia el gran templo de piedra y madera. Las mujeres y los niños de pieles curtidas y pintadas me miraban como si de una aparición se tratase. Sonreí de oreja a oreja y mantuve un paso firme más no por eso menos apurado hacia mi destino.
____________________________
Off: Vampirillo, espero que no tengas demasiados problemas con una licántropo desnuda ;). Syd, no sufras porque no estoy cerca de ti u.u (xDDD)
Los bosques eran pan comido para mi negro corcel, Chy se mantenía en el aire, presto a divisar cualquier anomalía que fuera necesario evitar. Ese maldito pajarillo no hacía más que ponerse más inteligente cada día. Si esto seguía como venía probablemente comenzaría a hablar o algo así. Sonreí para mis adentros y negué con la cabeza. Hacía un par de horas habíamos dejado el camino, ya que el viento nos trajo la esencia de más lobos.
El río nos guió por algún tiempo, pero pronto nos cansamos de escuchar los sonidos del agua. Un movimiento extraño levantó mis sospechas y alarmó a la tranquila yegua. Busqué al halcón con la mirada y le encontré dando un par de vueltas en el aire, como señalando algo. El follaje era denso y difícil de saber qué quería mostrar en realidad. La noche se acercaba y era difícil fijar la vista en ese momento del día en el que la maldita luz no deja de jugar con tus sentidos.
Me apee de la montura y llamé al ave para que se posara en mi hombro. El nerviosismo hacía que mi licantropía se pusiera a flor de piel. Olfatee el aire y examiné los alrededores. No se trataba de animales salvajes o lobos, sino del rastro de un vampiro. La curiosidad fue demasiado fuerte, “¿qué haría un vampiro en estas tierras?, ¿es que la manada ha perdido su toque?” me pregunté y le seguí por algunos metros. El rastro era nuevo, el sigilo se denotaba, si no fuera por mi olfato y alguna huella ocasional sería imposible ir tras él o ella.
Varios metros más adelante el olor a sangre, lamí algunas gotas que se encontraban en la hojarasca medio seca sólo para que se me helara la sangre. Una corriente de recuerdos me golpeó como si hubiese sido atropellada por un toro salvaje y esta vez mi cuerpo entero se sacudió con violencia. Evité transformarme. Ese maldito vampiro me las pagaría. Estaba todo claro, había atacado al despistado de ese tonto elfo confiado. Habían más rastros, muchos más. “¿Qué demonios ocurrió?” me pregunté llevando al ave a mi nariz, para olfatearle y así calmarme.
Vamos chiquillos, si tenemos suerte nos toparemos con cosas interesantes susurré con tono despreocupado pero con los dientes apretados. Nuestro último encuentro había sido fortuito, inesperado y no tuvimos una despedida decente. ¿“Eso sería todo?”. Cerca de un kilómetro más adelante, vi una especie de poblado escondido entre denso follaje y creí comprender lo que estaba sucediendo.
Ahora trataba de reprimir temblores de miedo. “Wood, mantente alejados de ellos. ¡Siempre!” la voz de mi guía repiqueteó fuertemente en mi cabeza, haciendo que me la tomara con ambas manos tratando de acallarla. Hacía años que no le volvía a escuchar. “¿Sería la proximidad a Sydara, estar en esos mismos bosques en donde él murió, o la maldita aldea de locos?””.
Unos gritos desesperados de una voz conocida me quitaron de mi trance y supe enseguida lo que tenía que hacer. Me desvestí y dejé la ropa con el gran animal. Hachas en mano salí de mi escondite con paso firme por la mitad de la aldea hacia el gran templo de piedra y madera. Las mujeres y los niños de pieles curtidas y pintadas me miraban como si de una aparición se tratase. Sonreí de oreja a oreja y mantuve un paso firme más no por eso menos apurado hacia mi destino.
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Off: Vampirillo, espero que no tengas demasiados problemas con una licántropo desnuda ;). Syd, no sufras porque no estoy cerca de ti u.u (xDDD)
Woodpecker
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Re: Imperio salvaje [Interpretativo Libre] [Finalizado]
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La tarde estaba nublándose, y el viento avivaba las llamas de la hoguera donde moría calcinado el moribundo antes torturado, llamado como "el maldito". Además de esa, otras hogueras acompañaban el escenario de forma uniforme y con semicírculo del lado izquierdo, donde se juntaban los súbditos del ritualista. Los tambores comenzaron a sonar con ritmo y potencia en el lugar. Podía escucharse con fuerza en los alrededores.
Donde estaba Wood, tres mujeres observaron como una joven con hachas ingresó a la aldea e iba en dirección a la entrada del ritual, a la cual no se podía ingresar si no era por las tres entradas, los tres pasillos subterráneos que atravesaban los muros a la arena. Dos mujeres la vieron y quisieron detenerla, pero en los alrededores habían varios hombres de pié firmemente con lanzas y cerbatanas para defenderlas. El lugar estaba muy protegido y doblaban en número a los extranjeros. Seguirían a Wood y tratarían de empujarla hasta el interior. Quizá tuviera un duelo con alguno de los guerreros de la tribu. A saber según sus actos o las mujeres la obligarían a bailar para el jefe dándole un vestido como el de la esposa de él.
- Yumalai, guerrero Ozuno, otros:
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En cuanto al vampiro, no se dio cuenta de que los que antes tendieron la trampa a los elfos, fueron reemplazados por otros para ocupar los puestos de vigías. Tal vez cayera en una trampa también.
Una muchacha ingresó danzando a la escena desde la entrada del medio que estaba a un costado izquierdo de su “trono” mientras los músicos tamborileaban. Dos muchacha muy jóvenes de edad, abanicaban a cada costado de él mientras disfrutaba del ritual. Otras dos más tenían vino en jarrones que el jefe tomaba a fondo, mojando su torso y enchastrando el suelo. Y detrás de él, junto a unas mesas donde había más vino, dos hombres con apariencia de ancianos, estaban sentados con una media docena de pipas cada uno en su regazo. Tenían apariencia de ser chamanes. Tenían el rostro pintado de rojo, su piel era más clara que la de su jefe, y se cubrían con unos abrigos gruesos sobre los hombros. Miraban fijamente a los elfos azotados y al dios que liberarían de su cuerpo mortal. Todo lo que decía el jefe, era verdad para ellos, súbditos de los dioses suyos.
El muy demente jugaba con el colgante que me protegía de la maldición entre sus dedos y al quitármelo, había visto no se qué y ahora tenía en su cabeza que había un dios en mi cuerpo y vaya a saber la forma en que lo liberaría. Mis guardias estaban siendo azotados cada tanto, al ritmo de la música de los instrumentos.
-Yumalai, la primera de mis quince esposas-sonrió el jefe mirándome desde lejos. La mirada que le dirigí estaba cargada en insultos. Ella se le acercó danzando, haciendo ondear sus brazos y todo su cuerpo al compás de la música y tras un rato se dirigió al centro, entre la mesa, los postes donde mis guardias, las tres entradas, la gente, músicos, hogueras…
No volví a moverme, ya que el efecto del somnífero se había reducido demasiado para mi gusto y el dolor atroz en mi pierna con el de mis manos clavadas en el borde de madera de esa mes de piedra eran insoportables. Odiaba gritar de dolor, pero esto me había superado y ahora me costaba esfuerzo para no hacerlo. Lex, mi guardia de cabello rojizo, no resistió más y el peso de su cuerpo cedió con las cuerdas. Sus dos azotadores le arrojaron baldes con agua para despertarle y los otros tres iban por el mismo camino. La sangre cubría sus espaldas maltratadas.
Pude ver que de la entrada ingresaron seis hombres robustos y grandes, llevando de a dos hasta donde su jefe, con alguna sustancia pesada. En unos de los movimientos, se volcó un poco, dejando ver restos de entrañas humanas y sangre.
Otros seis hombres ingresaron y se dirigieron a mi lado izquierdo, al costado donde clavaron cuatro palos gigantes más como donde estaban mis guardias, y acomodaron unas cuerdas. El ritmo de los tambores cambió. Tras un rato, estos terminaron y se regresaron por donde habían venido. El jefe se levantó, para dirigirse a donde estaba, su esposa se dirigió a buscar un jarrón de vino y los chamanes se pusieron de pié. Mi corazón se aceleró a la vez que mi cuerpo se tensaba con el temor inconscientemente.
-Yo ser Gran Ocker elfos. ¿Cuál es tu nombre mortal y el de tus guardianes? Dios en ti ser de la muerte si no liberar. Dios del frío, la nieve, agua que fluye de río Tymer. Dios muerte enviar jinetes apocalípticos a la faz mortal de tierras. Liberar al dios para cese su ira sobre nosotros-explicó alzando su manos al cielo.
Tragué saliva apartando la vista de él, y preguntándome cómo demonios quería una respuesta si tenía la mordaza. Pronto comenzarían a caer las primeras gotas de lluvia. Los pasos de Ocker subieron las escalinatas y apareció su cabeza sobre mí, para quitarme la mordaza. Tomó mi mentón y giró mi cabeza hacia él.
-¡No soy ningún dios! ¡No tengo…!-se me ocurrió algo y a pesar del dolor, me atreví a sonreír. Quizá delirio, pero debía intentarlo-Tengo una maldición por un dios que si liberan, la muerte caerá sobre todos vosotros!-dije con seriedad y el hombre me miró confuso. Buscó apoyo con los chamanes quienes se adentraron al centro del lugar fumando una pipa cada uno. Tenían olor a opio.
-¡Yo ser Gran Ocker y saber lo que ocurre! ¡Dios tratar de engañarnos a través de tu ser mortal!-
-¡Eres el Gran Imbécil Ignorante!-exclamé con enojo y frustración de no poder aprovecharme de su ignorancia. Era algo malo, pero si podía usarlo como medio para salvarme... Si bien respetaba que había quienes no tenían estudio, estaba muy en desacuerdo con esta cultura y sus sacrificios y dioses. “Ignorantes…” murmuré.
-¡Isabelirus rotbadese mor!-exclamó mirando hacia su pueblo.
Los que traían los grandes jarrones con restos humanos, los trajeron junto a la tarima a un lado de la mesa de piedra. Casi de sorpresa llevó la palma de su mano a mi frente y traté de apartarme pero él me tomó con fuerza. Tus músculos se tensaron, cerró los ojos. Noté un fuerte miedo en él. Un rayo cayó cerca de la ciudad y un trueno resonó con fuerza en todo el lugar, pero los tambores no acallaron.
Ocker abrió los ojos soltándome. Alzó con ambas manos mi reliquia y con lógica propia de él, dijo.
-Joya de poder, y tú, mortal, tener un dios que liberar. Esto dejar de brillar en la liberación…-colgó mi reliquia en un poste de madera que había en la cabecera-Sangre de elfos curar. Súbditos de dios muerte-señaló a mis guardias extendiendo su brazo derecho-dar sangre para curar a enfermos. Tú liberación, sanar espíritus-
Hizo seña a los de los jarrones y dio un paso atrás. Dos hombres se colocaron a cada lado de la mesa y tomaron el jarrón en el medio para llevarlo a la altura de mi pecho y volcar de lleno su contenido.
“Agg” cerré mi boca y ojos, tiré mi cabeza lo más atrás que pude para evitar que algo se me introdujera. El jefe explicó mientras los otros cuatro vertían los otros dos jarrones bañándome en sangre y entrañas de inocentes sacrificados.
-Pureza de cuerpo mortal para liberación. Dioses contentos con sacrificios-
-¿Ah sí?-repliqué mirándolo con una mueca de asco una vez que los seis de los tres jarrones se llevaron hacia una de las entradas los recipientes varios. Mi cuerpo y ropa quedaron cubiertos de sangre. No sabía que decirle, porque tenía respuesta a todo y cualquier cosa que inventara, sería inútil. Suspire frustrado nuevamente. Tenía que hacer algo para salir de aquí.
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Off rol: solo dejé un par de heramientas por si quieren usarlas ^^ Pueden usar los npjs si quieren asiyo no tengo todo el control.
Sydara
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Re: Imperio salvaje [Interpretativo Libre] [Finalizado]
Aquel escena se estaba dificultando bastante ya que los indios estaban vigilando muy bien aquel zona para que nadie pasase... Solo era cuestión de ser fuerte, inteligente e incluso sigiloso para que pudiesen salvar a aquel elfo que al parecer sufría bastante ya que lo podrían estar torturando.
Paul mientras tanto seguía escondido entre los arbustos, tratando de entrar a aquel zona sin que le viesen pero obviamente le iba a ser difícil... La tensión iba aumentando poco a poco mientras traían rehenes de alguna forma y los mataban. Aquel situación era peligrosa y la posibilidad de sobrevivir era muy baja... Demasiado baja, Pero nadie puede cambiar el destino, así que lo que estuviese preparado para todos, sería lo que sucedería.
-Esto se ve un poco siniestro...-Dijo Paul mientras miraba por todos lados y trataba de que no le descubrieran ya que podría ser asesinado y quizá ofrendado a un dios... La verdad no se sabía absolutamente, nada podía ser profesado. Aquel vampiro seguía escondido hasta que vio algo que le hizo producir una hemorragia... Una chica desnuda...
El vampiro se tapó la nariz pero sonrió levemente... -Hmmmm.... Como me gustan Así...-Dijo Paul mordiéndose los labios tan fuerte, que se hirió un poco y trató de mirar para otro lado ya que estaba ardiendo y eso le hacía mal.
Aquel chupasangre pelinegro, siguió caminando sigilosamente, sin hacer ruido alguno. Algunas trampas esperaban a aquel vampiro pero él no se había dado cuenta de ninguna y mucho menos imaginaba que iría a encontrar una. -Un poco más y con éxito, voy por la entrada del ritual... ¡Qué ansias!.-Dijo Paul mientras caminaba pero de repente, oyó que se activaba una trampa.
Rápidamente aquel vampiro esquivó la trampa pero hizo ruido y los indios se percataron de que había alguien. -Mierda...-Dijo aquel vampiro mientras trataba de esconderse... Pero no pasó ni unos segundos para que los indios ya lo tuviesen rodeado y apuntando con sus flechas a Paul.
Aquel vampiro no tenía más opción que sacar su espada y degollar a un indio que tenía cerca para escapar. -¡DIABLOS!.-Dijo Paul mientras corría por su vida, pero fue cuando sintió que le perforaron el brazo, haciendo que pegara un alarido y se fuese a escabullir en los arbustos... Pero lo encontraron.
No había mas remedio que enfrentarse contra esos indios que le volvieron a rodear. -¡MATAR A ASESINO!.-Dijo un indio mientras todos sacaban espadas y atacaban sin piedad a Paul.
Comenzaron a estrellarse las espadas, creando sonidos en aquel bosque mientras aquel vampiro hacía su esfuerzo para no morir ni quedar herido.
-Qué Suerte tengo...-Dijo Paul mientras trataba de esquivar pero fue cortado en su pecho... Solo debía vencer...
Paul mientras tanto seguía escondido entre los arbustos, tratando de entrar a aquel zona sin que le viesen pero obviamente le iba a ser difícil... La tensión iba aumentando poco a poco mientras traían rehenes de alguna forma y los mataban. Aquel situación era peligrosa y la posibilidad de sobrevivir era muy baja... Demasiado baja, Pero nadie puede cambiar el destino, así que lo que estuviese preparado para todos, sería lo que sucedería.
-Esto se ve un poco siniestro...-Dijo Paul mientras miraba por todos lados y trataba de que no le descubrieran ya que podría ser asesinado y quizá ofrendado a un dios... La verdad no se sabía absolutamente, nada podía ser profesado. Aquel vampiro seguía escondido hasta que vio algo que le hizo producir una hemorragia... Una chica desnuda...
El vampiro se tapó la nariz pero sonrió levemente... -Hmmmm.... Como me gustan Así...-Dijo Paul mordiéndose los labios tan fuerte, que se hirió un poco y trató de mirar para otro lado ya que estaba ardiendo y eso le hacía mal.
Aquel chupasangre pelinegro, siguió caminando sigilosamente, sin hacer ruido alguno. Algunas trampas esperaban a aquel vampiro pero él no se había dado cuenta de ninguna y mucho menos imaginaba que iría a encontrar una. -Un poco más y con éxito, voy por la entrada del ritual... ¡Qué ansias!.-Dijo Paul mientras caminaba pero de repente, oyó que se activaba una trampa.
Rápidamente aquel vampiro esquivó la trampa pero hizo ruido y los indios se percataron de que había alguien. -Mierda...-Dijo aquel vampiro mientras trataba de esconderse... Pero no pasó ni unos segundos para que los indios ya lo tuviesen rodeado y apuntando con sus flechas a Paul.
Aquel vampiro no tenía más opción que sacar su espada y degollar a un indio que tenía cerca para escapar. -¡DIABLOS!.-Dijo Paul mientras corría por su vida, pero fue cuando sintió que le perforaron el brazo, haciendo que pegara un alarido y se fuese a escabullir en los arbustos... Pero lo encontraron.
No había mas remedio que enfrentarse contra esos indios que le volvieron a rodear. -¡MATAR A ASESINO!.-Dijo un indio mientras todos sacaban espadas y atacaban sin piedad a Paul.
Comenzaron a estrellarse las espadas, creando sonidos en aquel bosque mientras aquel vampiro hacía su esfuerzo para no morir ni quedar herido.
-Qué Suerte tengo...-Dijo Paul mientras trataba de esquivar pero fue cortado en su pecho... Solo debía vencer...
Paul Brown Moreau
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Re: Imperio salvaje [Interpretativo Libre] [Finalizado]
Como era de esperarse fui rodeada por algunas mujeres, mi idea era deshacerme de ellas, pero como siempre, habían unos guardias que por poco parecían de piedra o unos bio por la seriedad de su rostro y la dureza de su semblante. “ Genial” pensé mientras les seguía hacia una de las entradas a donde me dirigía. Escoltada. Después de traspasar una puerta que se introducía en un montículo, descendimos un par de metros a través de lúgubres escaleras llenas de humedad, moho y agua. Al final, había una arena “Doblemente Genial” pensé sarcástica mientras agarraba fuertemente las hachas.
Era difícil poder comprender su idioma, mucho menos cuando intentaban comunicarse torpemente conmigo. Dos de las jóvenes que me acompañaban se echaban hacia adelante para tocarme el pelo y los senos. Yo les devolvía sonrisas, aunque en realidad no entendía muy bien qué estaba pasando. No es que la situación me molestara, si se pasaban terminarían con algo de menos… cualquiera de ellos, pero me parecía ridículamente bizarro. Entre gestos y palabras mal conectadas me dieron a entender que tendría que vestirme como una mujer que iba pasando varios metros lejos de nosotros.
Yumalai dijeron las féminas con hambre de hablar. Chasquee mi lengua y asentí. Seguiría sus deseos. Esos grandotes custodios eran como fuertes robles y terminarlos me llevaría tiempo. Podría usar la oportunidad que se me estaba dando para llegar a mi objetivo y resolver algo. Aún no sabía si mi amigo estaba con vida, pero pronto lo averiguaría. Cuando los hombres estuvieron seguros de que no atentaría contra sus mujeres, se retiraron para que ellas me vistieran a su agrado. Me pusieron falda, una prenda de cuero sin mangas para la parte superior de mi cuerpo y un fino tocado para el pelo.
Al parecer estaba en buena pista, estaban apuradas por llevarme donde sonaban fuerte tambores y timbales. Por algún motivo, fueron lo suficientemente ingenuos de creer que danzaría con las hachas. “¿Qué tipo de pueblo bárbaro haría eso? ¿dónde queda la seguridad y esas cosas?” pensé mientras me dejaba llevar. El trámite era lento, pero segramente me produciría menos desgaste físico. Aunque aún desconfiaba si realmente iría a bailar para su gran jefe.
A medida que me acercaba sentía que mi corazón se unía al ritmo de los instrumentos musicales, la frecuencia cardíaca aumentaba, pero “¿Por qué?” la respuesta no se hizo de rogar. Frente a mí, un baño de sangre y tripas se estaba llevando a cabo en una especie de altar de piedra y en el centro, como atractivo principal: Sydara. Respiré profundamente. Debía calmarme o mis instintos naturales gobernarían sobre mí y todo se echaría a perder. Claramente iba a ser sacrificado y algunos otros junto con él. La sangre en las espaldas de otros elfos clamaba mi venganza.
Me relamí los labios, no hacía mucho que había comido, pero todo el nerviosismo hacía que viera comida en todos lados. Traté de acercarme al que parecía el jefe, pero su custodia no me lo permitió. Yumalai dije estirando una mano hacia ella, gsto que convertí en un baile entre salvaje y lascivo al ritmo de los timbales.
Danzaba y buscaba acercarme a Sydara o al jefe lo máximo posible. Algunas de las mujeres comenzaron a secundarme en el baile improvisado y pronto habíamos conformado un pequeño caos. Traté de recordar usar mis hachas como adorno y no como arma, o al menos que ellos creyeran eso. La cosa estaba difícil. En un momento logré establecer contacto visual con el elfo y le guiñé un ojo. “Ya llegué” pensé girándome y buscando acercarme a él por algún costado para liberarle. Estaba herido, la sangre estaba profusa y muy bien asegurado con tripas y humores por todos lados.
________________________________
Off:mmm esa fue mi interpretación de los hechos. Si hay algo que no cuadre, no encaje o quieras distinto, me lo haces saber y lo edito... mañana. Tamañana ^^
Era difícil poder comprender su idioma, mucho menos cuando intentaban comunicarse torpemente conmigo. Dos de las jóvenes que me acompañaban se echaban hacia adelante para tocarme el pelo y los senos. Yo les devolvía sonrisas, aunque en realidad no entendía muy bien qué estaba pasando. No es que la situación me molestara, si se pasaban terminarían con algo de menos… cualquiera de ellos, pero me parecía ridículamente bizarro. Entre gestos y palabras mal conectadas me dieron a entender que tendría que vestirme como una mujer que iba pasando varios metros lejos de nosotros.
Yumalai dijeron las féminas con hambre de hablar. Chasquee mi lengua y asentí. Seguiría sus deseos. Esos grandotes custodios eran como fuertes robles y terminarlos me llevaría tiempo. Podría usar la oportunidad que se me estaba dando para llegar a mi objetivo y resolver algo. Aún no sabía si mi amigo estaba con vida, pero pronto lo averiguaría. Cuando los hombres estuvieron seguros de que no atentaría contra sus mujeres, se retiraron para que ellas me vistieran a su agrado. Me pusieron falda, una prenda de cuero sin mangas para la parte superior de mi cuerpo y un fino tocado para el pelo.
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Al parecer estaba en buena pista, estaban apuradas por llevarme donde sonaban fuerte tambores y timbales. Por algún motivo, fueron lo suficientemente ingenuos de creer que danzaría con las hachas. “¿Qué tipo de pueblo bárbaro haría eso? ¿dónde queda la seguridad y esas cosas?” pensé mientras me dejaba llevar. El trámite era lento, pero segramente me produciría menos desgaste físico. Aunque aún desconfiaba si realmente iría a bailar para su gran jefe.
A medida que me acercaba sentía que mi corazón se unía al ritmo de los instrumentos musicales, la frecuencia cardíaca aumentaba, pero “¿Por qué?” la respuesta no se hizo de rogar. Frente a mí, un baño de sangre y tripas se estaba llevando a cabo en una especie de altar de piedra y en el centro, como atractivo principal: Sydara. Respiré profundamente. Debía calmarme o mis instintos naturales gobernarían sobre mí y todo se echaría a perder. Claramente iba a ser sacrificado y algunos otros junto con él. La sangre en las espaldas de otros elfos clamaba mi venganza.
Me relamí los labios, no hacía mucho que había comido, pero todo el nerviosismo hacía que viera comida en todos lados. Traté de acercarme al que parecía el jefe, pero su custodia no me lo permitió. Yumalai dije estirando una mano hacia ella, gsto que convertí en un baile entre salvaje y lascivo al ritmo de los timbales.
Danzaba y buscaba acercarme a Sydara o al jefe lo máximo posible. Algunas de las mujeres comenzaron a secundarme en el baile improvisado y pronto habíamos conformado un pequeño caos. Traté de recordar usar mis hachas como adorno y no como arma, o al menos que ellos creyeran eso. La cosa estaba difícil. En un momento logré establecer contacto visual con el elfo y le guiñé un ojo. “Ya llegué” pensé girándome y buscando acercarme a él por algún costado para liberarle. Estaba herido, la sangre estaba profusa y muy bien asegurado con tripas y humores por todos lados.
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Woodpecker
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Re: Imperio salvaje [Interpretativo Libre] [Finalizado]
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Era probable que el vampiro fuera dormido por los que tenían las cerbatanas para llevarlo ante Gran Okcher y juzgarlo como un ser maldito, dios, o esclavo. Dos que había detrás de los arbustos se divirtieron con la resistencia que oponía el muchacho, pero no iban a matarle. No mataban sino se les ordenaba.
Mi corazón latía al ritmo de los tambores, con fuerza. Gran Ocker rodeó la mesa hasta la cabecera, retrocedió hasta meter a su campo visual a todo el escenario desde los postes donde mi guardias, las entradas, su esposa Yumalai, su pueblo, los músicos y las hogueras. El sujeto de antes yacía envuelto en llamas, inmóvil en su posición de deceso.
El olor a opio y otras hierbas inundaba el ambiente, causando malestares a quienes no estábamos acostumbrados a estas cosas. Lo único bueno que podía sacar, era que la pierna no me dolía, ni las manos tanto como debería a afecto del humo cargado en drogas. Pero entre la humareda de las entradas a cada costado de la mesa y postes, del lado derecho apareció otra chica danzando con cabello corto, y otras más la siguieron para acompañarla en el baile. Yumalai se dirigió al trono donde tomó asiento en lugar de su esposo, quien disfrutaba con aire de satisfacción la escena. Sus dos chamanes subieron a la tarima de la mesa de piedra a ambos costados de él e impidieron el paso a todo el que tratara de acercarse.
Giré mi cabeza con dificultad para ver a la de cabello corto que por algo me resultaba familiar. Yumalai miró con una sonrisa a la muchacha, observándola con tanta atención como yo. Estaba seguro que ya habría descubierto que no era de esa ciudad e hizo caso omiso a la mano que le estiró como invitándola a bailar, según entendí. La mujer se quedó pensativa y miró hacia su esposo y luego clavó la mirada en mí.
La chica se cabello corto se acercó por el costado derecho, cruzando una mirada ambos y apenas sonreí sorprendido al reconocerla. Pero tampoco me alegré mucho, porque Yumalai trazaba planes sobre ella y que pronto informaría a su esposo. En una de las entradas pude oír un alboroto. Quizá traían a otro prisionero.
-¡Inoti lemba barasu imotec!-pronunció Ocker alzando sus manos, acallando todo ruido y danzas. Miraba a su mujer quien con paso firme se abrió paso entre las danzarinas jóvenes y se acercó a su lado, para susurrarle algo al oído.
Un silencio muerto se produjo por unos momentos, con el ruido del viento, las gotas de lluvia, el decrepitar de las llamas y los quejidos de mis guardias colgados en las sogas donde estaban atados. Hasta que la oven se apartó con una sonrisa de satisfacción al terminar de hablarle a Ocker, y se dirigió a paso firme a la muchacha de pelo corto.
Le lancé una mirada de advertencia, de que corriera si podía salvarse, pero desde los techos de los templos que se extendían detrás de las entradas, el pueblo y la muralla, había gente con lanzas, arcos, dardos y cerbatanas. Esto era un todo o nada, y las probabilidades de ganar batalla en esta situación, era totalmente nula.
Ocker consultó a los chamanes lo que su esposa le dijo, y ésta esperaba su asentimiento para proceder su plan con Wood ante ella. Había indicado a dos hombres que se acercaran y a las otras mujeres que se apartaran para intentar despojarlas de sus armas. Una vez consultado, uno de los chamanes buscó en una mesa cercana a la entrada del medio una daga con la que cortó sus venas y vertió sangre en una cuenca. A continuación se la entregó a su compañero chaman e hizo lo mismo para luego darle la vasija a Ocker mientras se vendaban las heridas murmurando cosas en su lenguaje.
- Cuenca de la esencia divina:
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-Iscinci divine de los enviado de los dioses…-dijo Ocker. No podía verlo, ya que estaba sobre la cabecera algo apartado. Solo podía ver débilmente el brillo de mi colgante a unos palmos por encima. Untó dos dedos de su mano derecha en la sangre de sus chamanes y la acercó a mi frente para marcar dos líneas horizontal y una cruzando mis párpados y sien. E hizo una última cruzando desde la frente hasta el puente de la nariz. Yumalai extendió su mano para que su marido le pasara el cuenco e iba a obligar a mantenerse quieta a Wood, para hacerle las mismas marcas mientras pronunciaba.
-Inscinci divine el ederos landesile-y al terminar se apartaría, dejando que su esposo dictara alguna orden.
-¡Mor, aleka, mor, lesles. Mor, debel, mor sorsedes inuriate!-los chamanes repitieron sus palabras al unísono, y el pueblo se les unió. Por último, los tambores, marcando un nuevo ritmo.
Miré a Wood una vez más, confundido, y temeroso de lo que pudiera ocurrir luego. Las voces se oían tan fuertes y resonaban como los tambores rítmicamente.
-¡Mor, aleka, mor, lesles. Mor, debel, mor sorsedes inuriate!-pronunciaban chamanes y Ocker.
-¡Mor, aleka, mor, lesles. Mor, debel, mor sorsedes inuriate!-festejaban.
-¡Mor, aleka, mor, lesles. Mor, debel, mor sorsedes inuriate!- exclamaban.
Yumalai miró una vez más a la joven interponiéndose entre ambos y dijo.
-Como mi marido, soy la segunda en esta tierra que conoce vuestro lenguaje humano. Matrimonio con ser mortal antes de sacrificio. Ser llevados con súbditos a celdas de mortales en separados, pero contiguos de ambos-explicó y me señaló a mí y miró a ella-Ceremonia de comida, y cena de inmortales que beben elixir de vida-refiriéndose a los vampiros-que yacen en celdas especiales. Al anochecer, ser liberados. Yo elegir esposa en ritual de pureza para cuerpo de dios mortal. Ser encadenados para impedir ira. Tierras donde chamanes brujos evitan la transformación de seres demonios-refiere a licántropos, dragones-volteó la vista hacia mí y miró mis manos-Manos matar o curar cuerpo mortal de elfo, rebeldía de mortal para impedir liberación de dios…-
Habian cortado la cabeza del calcinado en las llamas y uno de los dos que custodiaban las hoguera, exclamó.
-¡Mor, mor, mor!-alzando la cabeza quemada con solo unos pocos mechones de cabello oscuro, en señal de triunfo.
Off rol: si prefieren y gustan rolear en celdas (es libre si desean no aceptarlo, yo lo sugiero porque me pareció interesante xD pero no es obligatorio) pero si aceptan, las celdas del vampiro estaría cerca a la de Wood y Sydara en el interior de algún templo. Ya se verá si les gusta la idea ^^. Mañana creo que se me hace imposible responder, como mucho a la noche.
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Re: Imperio salvaje [Interpretativo Libre] [Finalizado]
Paul seguía en guardia por sí le atacaban sorpresivamente o quizá alguna espada le abriese la cabeza como una sandia... Todo era posible en aquel encuentro de los indios contra aquel vampiro valiente e insaciable. La brisa apareció soplando fuertemente en aquel bosque solitario y lleno de hojas verdes, hermosas y sin ningún rasguño... Quizá aquellos indios cuidaban esas hojas con delicadeza y por eso se pospusieron a atacar a quien pasase por allí, pero nada podía ser absolutamente seguro.
El viento era cortado por las espadas que se estrellaban en aquel combate mientras trataban de herir a aquel vampiro y no matarlo, ya que no estaba en sus leyes. El acero impactaba con otro mientras las chispas caían al suelo y se esparcían como el viento que se bailaba en aquel duelo de armas blancas. Paul peleaba con su estilo de Kendo, aprendido, gracias a sus entrenamientos en Sacrestic Ville que daban fruto, los indios peleaban con un estilo bastante salvaje como sí fuesen unos animales... -Vaya... Qué estilo de combate tan inusual...-Dijo nuestro vampiro mientras desbarataba la defensa de un indio y le atravesaba la espadan en su abdomen.
Cuando le enterró aquella espada, se sentía como los huesos se partían dentro del indio y la sangre se espesaba y el instrumento afilado se llenaba de sangre espesa que goteaba pintando las hojas de un color carmesí. Algunos indios se asustaron hasta que apareció un hombre bastante alto y con un hacha ancha que decía "No Lords" mientras que presumía de sus músculos y los indios que estaban allí, se apartaban, dejando espacio al grandullón.
-Yo ser Warrior Keeper... Cuidador del templo y profesor de indios...-Dijo el grandullón mientras agarraba su hacha y miraba seriamente al vampiro. El miedo entró en todo aquel bosque, haciendo que los espectadores, se largaran del lugar y fuesen a cuidar el templo.
Un combate ardiente estaba a punto de estallar en aquel bosque solitario pero lleno de animales salvajes y agresivos... Warrior Keeper iba a enfrentarse a Paul ya que ese vampiro se estaba resistiendo bastante y sería bueno torturarle un poco antes que dormirle con un dardo. -Yo combatir ahora... Tu pelear con fuerza y veracidad.-Dijo aquel indio musculoso mientras comenzaba a mover la hacha hacia los lados.
-Pues comencemos...-Dijo nuestro héroe mientras colocaba su espalda en frente y se ponía en guardia.
Warrior comenzó atacando a Paul con la hacha que vencía a la espada de nuestro héroe notablemente. No hubo más remedio que esquivar el ataque y alejarse un poco más, antes de que termine sin cabeza. -Vaya... Esa hacha es capaz de romper mi espada...-Dijo el vampiro mientras pegaba un salto y trataba de decapitarle la cabeza al indio con su espada. Warrior lo sabía desde un principio y se cubrió con su hacha para luego con un golpe, mandar a volar a Paul contra un árbol.
El golpe fue tan fuerte, que el árbol cayó al suelo mientras nuestro héroe trataba de recuperarse tambaleándose de manera sorprendente. Aquel vampiro no le perdonó lo que hizo y se lanzó a hacerle un corte en el pecho, donde efectivamente pudo hacerlo. -¡TONTO!.-Dijo el indio mientras le enterraba esa hacha en el torso de Paul y haciendo que emane sangre por su boca.
-¡Argh!, Hijo de...-Sin terminar de hablar, el vampiro cayó al suelo derramando sangre mientras aquel indio llevaba el cuerpo de aquel pelinegro a una celda de las que habían allí... Desde ahí, era imposible saber como lo llevaron y si le habían torturado...
El viento era cortado por las espadas que se estrellaban en aquel combate mientras trataban de herir a aquel vampiro y no matarlo, ya que no estaba en sus leyes. El acero impactaba con otro mientras las chispas caían al suelo y se esparcían como el viento que se bailaba en aquel duelo de armas blancas. Paul peleaba con su estilo de Kendo, aprendido, gracias a sus entrenamientos en Sacrestic Ville que daban fruto, los indios peleaban con un estilo bastante salvaje como sí fuesen unos animales... -Vaya... Qué estilo de combate tan inusual...-Dijo nuestro vampiro mientras desbarataba la defensa de un indio y le atravesaba la espadan en su abdomen.
Cuando le enterró aquella espada, se sentía como los huesos se partían dentro del indio y la sangre se espesaba y el instrumento afilado se llenaba de sangre espesa que goteaba pintando las hojas de un color carmesí. Algunos indios se asustaron hasta que apareció un hombre bastante alto y con un hacha ancha que decía "No Lords" mientras que presumía de sus músculos y los indios que estaban allí, se apartaban, dejando espacio al grandullón.
-Yo ser Warrior Keeper... Cuidador del templo y profesor de indios...-Dijo el grandullón mientras agarraba su hacha y miraba seriamente al vampiro. El miedo entró en todo aquel bosque, haciendo que los espectadores, se largaran del lugar y fuesen a cuidar el templo.
- Warrior Keeper:
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Un combate ardiente estaba a punto de estallar en aquel bosque solitario pero lleno de animales salvajes y agresivos... Warrior Keeper iba a enfrentarse a Paul ya que ese vampiro se estaba resistiendo bastante y sería bueno torturarle un poco antes que dormirle con un dardo. -Yo combatir ahora... Tu pelear con fuerza y veracidad.-Dijo aquel indio musculoso mientras comenzaba a mover la hacha hacia los lados.
-Pues comencemos...-Dijo nuestro héroe mientras colocaba su espalda en frente y se ponía en guardia.
Warrior Keeper vs Paul Brown Moreau
Warrior comenzó atacando a Paul con la hacha que vencía a la espada de nuestro héroe notablemente. No hubo más remedio que esquivar el ataque y alejarse un poco más, antes de que termine sin cabeza. -Vaya... Esa hacha es capaz de romper mi espada...-Dijo el vampiro mientras pegaba un salto y trataba de decapitarle la cabeza al indio con su espada. Warrior lo sabía desde un principio y se cubrió con su hacha para luego con un golpe, mandar a volar a Paul contra un árbol.
El golpe fue tan fuerte, que el árbol cayó al suelo mientras nuestro héroe trataba de recuperarse tambaleándose de manera sorprendente. Aquel vampiro no le perdonó lo que hizo y se lanzó a hacerle un corte en el pecho, donde efectivamente pudo hacerlo. -¡TONTO!.-Dijo el indio mientras le enterraba esa hacha en el torso de Paul y haciendo que emane sangre por su boca.
-¡Argh!, Hijo de...-Sin terminar de hablar, el vampiro cayó al suelo derramando sangre mientras aquel indio llevaba el cuerpo de aquel pelinegro a una celda de las que habían allí... Desde ahí, era imposible saber como lo llevaron y si le habían torturado...
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Re: Imperio salvaje [Interpretativo Libre] [Finalizado]
Todo pasaba de sospechoso, siempre que intentaba un plan de camuflaje o algo por el estilo… ¿Qué estaría fallando ahora que las cosas parecían salir bien? la respuesta no tardó en desvelarse. La tal Yumalai se dirigió como un pavo real, contoneándose para su marido y para todos luego de que él pidiera silencio. Le susurró algunas palabras inaudibles en su oído y con esa cara de zorra doméstica me miró, dirigiéndose luego hacia mí. La cosa no estaba bien, nada bien.
Cambié el peso de mi cuerpo de una pierna hacia otra, un sudor frío recorría mi cuerpo, más traté de no demostrarlo, manteniendo mi posición, firme y con cierta valentía testaruda. Sensación que se incrementó cuando, por el rabillo del ojo, intercepté la mirada del elfo que para qué negarlo, parecía bastante nervioso. Nuevamente esa sensación de adrenalina pura comenzó a juguetear por mis venas en muchos lugares a la vez. Reprimí una sonrisa burlona y apreté los labios. Las cartas estaban echadas, sólo esperaba el momento oportuno para morir con dignidad y llevarme a los máximos posibles conmigo.
Lo siguiente que presencié me dejó boquiabierta y no supe como interpretarlo. Realmente eran salvajes y hacían cosas incluso más estúpidas que yo. Probablemente mi maestro se preocupara de que sus cosas no se me pegaran ya que antes solía ser bastante influenciable. No dejé de imaginarme en el lugar de Yumalai por algunos momentos y luego negué con la cabeza. No sería el instrumento de ningún hombre, no así. Mi poder residía en lo que podía o no hacer y no en lo que los demás pudieran hacer por mí. “Hembra de juguete” pensé con cierto aire ácido, sin dejar de observar los alrededores con asco.
Comenzaba a respirar por la boca, no era una buena señal para ellos, buscaba la forma de liberar a Sydara mientras también intentaba concentrarme en lo que pasaba y había a mi alrededor. La situación era compleja y sentía que el aire podía cortarse con tijeras. El líder usó la sangre de sus chamanes; por un momento creí que se la bebería y en ese caso sería un jodidohijodesu…madre si no convidaba. Me puse nerviosa cuando se acercó a mi compañero, pero estaba muy bien vigilada, aunque respiré aliviada al ver que sólo le hacía marcas. Fruncí el ceño, eso no me gustaba nada.
La siguiente en la lista de marcas fui yo. La sangre olía muy bien, era sutilmente dulce, pero a su vez tenía un olor extraño. Casi podría decir que me mareaba; se me hacía la boca agua y a la vez no. “Extraño” pensé mientras cerraba mis ojos para que la insulsa esa pasara sus dedos frígidos, llenos de largas uñas por mi rostro hirviente y lleno de orgullo herido por no poder hacer nada contra ella. Mi vista clavada en sus ojos marrones, seguros y altivos. “Te los arrancaré, ya verás” le sentencié en mis pensamientos.
Sus palabras fueron casi violentas cuando las pronunció y no poder comprender lo que decía me hervía la sangre a la vez que me desorientaba un poco. No sabía qué hacer. Ni siquiera pensaba en matar y eso era preocupante. La expectativa me carcomía como un parásito desde mis interiores hasta la piel. Dejando a la vista un semblante orgulloso, pero por dentro sólo un vacío inimaginable. Vacío que se multiplicó exponencialmente al ver las respuestas a las palabras pronunciadas por el loco con poder. Era una maldita secta de locos.
Me mordí el labio tan fuerte que me salió sangre, pero eso no me hizo detenerme. Las palabras de la humana no las comprendía del todo pero parecían ser un juicio concluyente. “¿Me iban a casar con Sydara?” ese era el colmo de las ironías, pero al menos nos daba tiempo de pensar en algo. Aflojé los dientes y el dolor punzante de mis labios me recordaba que estaba vivita y coleando. Según lo que entendía, Sydara y yo seríamos encarcelados hasta la noche en una celda… “¿para labores conyugales?” enarqué una ceja. No me imaginaba la situación. Me relamí los labios con cierta expectativa. Después se suponía que seríamos liberados… para luego matarnos. Puse mi cabeza de lado, bueno, eso no estaría tan mal, quizás ahí podría probar su sazón, o más bien, la de su propia carne.
Después de algunos actos más que básicamente traté de obviar en mi mente, me encadenaron por una pierna y liberaron al elfo conduciéndonos luego a unas mazmorras sin demasiada privacidad. Allí había fruta y ciertos manjares además de vino y muy poca agua. Odiaba ser arriada de un lugar a otro. La parte buena, es que realmente el lugar era como dos celdas unidas… barrotes y piedra convergían en una extraña comunión. No parecían ser tallados en algunas partes. Realmente había sido un muy buen trabajo.
Respiré hondo, tanteando la firmeza de la cadena y hasta donde me permitía moverme. Aunque hubiésemos llegado allí juntos, nos habían dejado separados. “¿curioso, ¿no?” seguí el olor a tripas y sangre y di con él. Apoyé mi hombro contra la pared de piedra marrón y le hablé.
Encontrarte siempre es un desafío, mi amor sentencié lo último medio en broma. ¿Cómo estás? Si juzgo por el olor, de muerte esta vez no pude evitar reír a carcajadas. Busqué un cuenco con agua y me dirigí a él. Conociéndole un poco no le gustaría estar de esa forma. Ven, he de ayudarte como tú lo hiciste antes conmigo
No estaba segura de querer analizar su rostro, por lo que primero ataqué lo que quedaba de su ropa tratando de no ser invasiva. Al parecer es nuestra tardenoche de bodas, asique no te resistasflashé mis dientes Saldremos de esta, asique cuéntame, ¿qué hay de nuevo? ¿habrá una señora de Edén tratando de cortarme la garganta cuando salgamos de aquí?
Como no había con qué limpiarle, me quité la parte de arriba de mi atuendo. No me molestaba mostrarle mi piel, se podría decir que él era mi médico de cabecera…
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Off: hummm... como no terminé de entender lo que dijo Yumalai, te dejo el resto del ritual a tí y los otros detalles. Carta blanca con el resto Syd
Cambié el peso de mi cuerpo de una pierna hacia otra, un sudor frío recorría mi cuerpo, más traté de no demostrarlo, manteniendo mi posición, firme y con cierta valentía testaruda. Sensación que se incrementó cuando, por el rabillo del ojo, intercepté la mirada del elfo que para qué negarlo, parecía bastante nervioso. Nuevamente esa sensación de adrenalina pura comenzó a juguetear por mis venas en muchos lugares a la vez. Reprimí una sonrisa burlona y apreté los labios. Las cartas estaban echadas, sólo esperaba el momento oportuno para morir con dignidad y llevarme a los máximos posibles conmigo.
Lo siguiente que presencié me dejó boquiabierta y no supe como interpretarlo. Realmente eran salvajes y hacían cosas incluso más estúpidas que yo. Probablemente mi maestro se preocupara de que sus cosas no se me pegaran ya que antes solía ser bastante influenciable. No dejé de imaginarme en el lugar de Yumalai por algunos momentos y luego negué con la cabeza. No sería el instrumento de ningún hombre, no así. Mi poder residía en lo que podía o no hacer y no en lo que los demás pudieran hacer por mí. “Hembra de juguete” pensé con cierto aire ácido, sin dejar de observar los alrededores con asco.
Comenzaba a respirar por la boca, no era una buena señal para ellos, buscaba la forma de liberar a Sydara mientras también intentaba concentrarme en lo que pasaba y había a mi alrededor. La situación era compleja y sentía que el aire podía cortarse con tijeras. El líder usó la sangre de sus chamanes; por un momento creí que se la bebería y en ese caso sería un jodidohijodesu…madre si no convidaba. Me puse nerviosa cuando se acercó a mi compañero, pero estaba muy bien vigilada, aunque respiré aliviada al ver que sólo le hacía marcas. Fruncí el ceño, eso no me gustaba nada.
La siguiente en la lista de marcas fui yo. La sangre olía muy bien, era sutilmente dulce, pero a su vez tenía un olor extraño. Casi podría decir que me mareaba; se me hacía la boca agua y a la vez no. “Extraño” pensé mientras cerraba mis ojos para que la insulsa esa pasara sus dedos frígidos, llenos de largas uñas por mi rostro hirviente y lleno de orgullo herido por no poder hacer nada contra ella. Mi vista clavada en sus ojos marrones, seguros y altivos. “Te los arrancaré, ya verás” le sentencié en mis pensamientos.
Sus palabras fueron casi violentas cuando las pronunció y no poder comprender lo que decía me hervía la sangre a la vez que me desorientaba un poco. No sabía qué hacer. Ni siquiera pensaba en matar y eso era preocupante. La expectativa me carcomía como un parásito desde mis interiores hasta la piel. Dejando a la vista un semblante orgulloso, pero por dentro sólo un vacío inimaginable. Vacío que se multiplicó exponencialmente al ver las respuestas a las palabras pronunciadas por el loco con poder. Era una maldita secta de locos.
Me mordí el labio tan fuerte que me salió sangre, pero eso no me hizo detenerme. Las palabras de la humana no las comprendía del todo pero parecían ser un juicio concluyente. “¿Me iban a casar con Sydara?” ese era el colmo de las ironías, pero al menos nos daba tiempo de pensar en algo. Aflojé los dientes y el dolor punzante de mis labios me recordaba que estaba vivita y coleando. Según lo que entendía, Sydara y yo seríamos encarcelados hasta la noche en una celda… “¿para labores conyugales?” enarqué una ceja. No me imaginaba la situación. Me relamí los labios con cierta expectativa. Después se suponía que seríamos liberados… para luego matarnos. Puse mi cabeza de lado, bueno, eso no estaría tan mal, quizás ahí podría probar su sazón, o más bien, la de su propia carne.
Después de algunos actos más que básicamente traté de obviar en mi mente, me encadenaron por una pierna y liberaron al elfo conduciéndonos luego a unas mazmorras sin demasiada privacidad. Allí había fruta y ciertos manjares además de vino y muy poca agua. Odiaba ser arriada de un lugar a otro. La parte buena, es que realmente el lugar era como dos celdas unidas… barrotes y piedra convergían en una extraña comunión. No parecían ser tallados en algunas partes. Realmente había sido un muy buen trabajo.
Respiré hondo, tanteando la firmeza de la cadena y hasta donde me permitía moverme. Aunque hubiésemos llegado allí juntos, nos habían dejado separados. “¿curioso, ¿no?” seguí el olor a tripas y sangre y di con él. Apoyé mi hombro contra la pared de piedra marrón y le hablé.
Encontrarte siempre es un desafío, mi amor sentencié lo último medio en broma. ¿Cómo estás? Si juzgo por el olor, de muerte esta vez no pude evitar reír a carcajadas. Busqué un cuenco con agua y me dirigí a él. Conociéndole un poco no le gustaría estar de esa forma. Ven, he de ayudarte como tú lo hiciste antes conmigo
No estaba segura de querer analizar su rostro, por lo que primero ataqué lo que quedaba de su ropa tratando de no ser invasiva. Al parecer es nuestra tardenoche de bodas, asique no te resistasflashé mis dientes Saldremos de esta, asique cuéntame, ¿qué hay de nuevo? ¿habrá una señora de Edén tratando de cortarme la garganta cuando salgamos de aquí?
Como no había con qué limpiarle, me quité la parte de arriba de mi atuendo. No me molestaba mostrarle mi piel, se podría decir que él era mi médico de cabecera…
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Off: hummm... como no terminé de entender lo que dijo Yumalai, te dejo el resto del ritual a tí y los otros detalles. Carta blanca con el resto Syd
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Re: Imperio salvaje [Interpretativo Libre] [Finalizado]
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- Great Warrior umgcini uletha ukudla Great Oetker ♪
Letha isipho kuNkulunkulu ka abafi igazi mortal ongafi
Niphuze, futhi iyoqhubela baphuze
Ukweqa a phuza we igazi ofayo ongafi ♪
Ukunqoba Great Warrior and umgcini Ocker kube entsha Grand Ocker.
Futhi Great New Ocker Yumalie beshada amahle ... ♪-canturreaba Warrior Keeper, llevando a rastras al vampiro tan solo con una mano, agarrándole uno de sus tobillos.
En la tierra quedaba marcado el rastro de su cabeza y brazos inertes, y algo se sangre que emanaba de la herida producida por el hacha hasta dejarlo en una celda frente a la de donde estarían Wood y Sydara quienes en esos momentos aun estaban en el ritual. Las paredes de las celdas, tenían unos resplandecientes en color de la sangre a unos desconocidos, para los viajeros, símbolos grabados.
ಉ ಊ ಋ ν ώ x ч ಌ ಎ ಏ ≈ ಐ ಒ ಓ ಔ ಕ ಖ ಗの♈ ◖◗♋ ಘ ಙ ಚ ಛ ೠ ೡ ೦ ೧ ೨ ೩ ೪ ೫ ೬ ೭ ೮ ೯ ௩ ௪ ௫ ௬ ௭ ௮ ௯ ௰ ௱ ௲ ભ મ ય ર લ ળ
- Calabozos:
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“Bien, un tiempo más otorgado por el destino para poder planear un escape…”pensé después de oír las palabras de Yumalai. Ocker asintió e hizo unas extrañas señas que o pude ver, pero vi como encadenaban a Wood y se la llevaban. En tanto que los dos que se encargaban de mantener firmes las cuerdas de mis manos, con un movimiento rápido a la vez, tomaron las estacas clavadas y con fuerza, las quitaron. Previamente me preparé para contener el dolor que supondría eso. Pero me obligué a mantener la boca cerrada y los ojos, notando un sofocante calor cuando me liberaron.
Todo titiló alrededor, los sonidos se amortiguaron un poco y solo me dejé arrastrar, ya que no podía caminar bien con la herida de la pierna hasta el lugar que fuera. La escasa fuerza no me permitió alzar mi cabeza para ver por dónde me llevaban, pero fueron largos caminos hasta entre pasadizos bajo tierra, puertas y salones de diversos ritos.
Recuperé algo de fuerzas en cuanto llegamos a un calabozo, no muy desagradable si contaba el hecho de estar tranquilo un rato, y allí contra la pared opuesta, me encadenaron el tobillo derecho, del pié sano, tirándome contra un catre de heno cubierto con unas frazadas algo malolientes. A mi costado derecho estaba la celda de Wood, a quien pensé que podrían haberla encadenado también en uno de sus tobillos, pero la cadena era larga y podían acercarse lo suficiente, pero no llegar hasta la entrada de la celda.
Al costado izquierdo mío habían dejado una mesa con comida típica del lugar, entre tripas frutas verduras con salsa de insectos y cosas que me revolvían el estómago, además de la sangre húmeda que comenzaba a secarse en mi cuerpo. Estaba hecho un asco, pero en fin. Ignoraba la suerte que tendrían mis guardias. Uno de los guardias dejó colgado en la entrada de la puerta mi colgante afortunadamente.
-Encontrarte siempre es un desafío, mi amor-alcé la vista, acomodando mi espalda en la pared, sentado con la pierna sana encogida y la herida estirada, para mirar a la muchacha. No pude evitar reírme con ganas. Era demasiada irónica la situación ¿Cómo estás? Si juzgo por el olor, de muerte-dijo y buscó un cuenco con agua- Ven, he de ayudarte como tú lo hiciste antes conmigo-volví a reír, esta vez agradecido con su actitud.
Miré mis manos con pesar. Apenas podía moverlas. La sangre continuaba resbalando entre coágulos ahora, pero no con tanta fluidez como al principio.
-Sólo es físicamente, pero nada letal… -respondí volviendo la vista hacia ella que tomaba un cuenco de agua, y que miré con cierta atención. Mis sentidos fallaban un poco por la falta de energía, pero a veces resultaba un beneficio para ver cosas que otros no podían. Algo casual…-Será mejor que no bebas ni comas nada de eso…-dirigí la visa a la comida que habían en las pequeñas mesas cuadradas, con la comida y bebida-Nos tientan a pecar en la tentación, y si probáramos bocado, nos envenenaríamos. Frota un poco de agua entre tus dedos, y veras que queda una leve marca aceitosa-expliqué lamentándome de la situación. Hubiera deseado beber un poco de agua, estaba muy sediento después de tortuosa jornada… literalmente.
- Al parecer es nuestra tardenoche de bodas, asique no te resistas-volví a reír, y no sabía cómo podía sonreír en la situación en qué estábamos, o bien, ya estaba delirando- Saldremos de esta, asique cuéntame, ¿Qué hay de nuevo? ¿Habrá una señora de Edén tratando de cortarme la garganta cuando salgamos de aquí?-miré hacia la entrada del lugar, hacia la reliquia brillante, pensativo. Dejé descansar mi cabeza apoyada en la pared. Pude notar que algo se movía en la celda de enfrente pero no distinguía qué era o quién era. Solo vi que había sangre en su entrada.
Llevé mi mano como pude, con los nudillos, a cierto puntos de mi otro brazo y empecé a realizar movimientos circulares y tardé un momento en responderle a Wood, pero antes, quise explicarle lo que hacía.
-En el hospital de Lunargenta, los humanos suelen convertir las cirugías en carnicerías y un baño de sangre con una profunda tortura de dolor. Pero yo sé cómo detener hemorragias, dolor y hacer cortes sin que salga sangre. No es necesaria una drogas… -dije y tras un breve silencio más-¿Conocerán el clásico escape del prisionero moribundo?-pregunté con una sonrisa cómplice, esperando que entendiera mi plan-No tienen nuestros conocimientos, pero con un movimiento, nos cortarían la cabeza. Seguro podemos salir si planeamos algo No creo que quieran un dios muerto en un cuerpo mortal-reí de nuevo imaginando la situación con los guardias de Okcer-O tal vez, no quieran que algo le ocurra a la “esposa”…-le lancé una mirada cómplice a ella a ver qué le ocurría.
La reliquia resplandeció con un color rojizo en la entrada y que llamó la atención. No percibí nada extraño, pero ya me alarmaban demasiado esos resplandores.
-No creo habértelo dicho, pero hace tiempo portaba una maldición, y que tuve que ir a liberarme en la fortaleza de los hechiceros en Beltrexus… Linda zona turística-comenté con ironía antes de que ella hiciera comentario alguno. ¿Un elfo en el corazón del pueblo enemigo?-Y como era de suponer, no todo salió bien, pero al menos he dejado de encontrarme en situaciones inconscientemente extrañas. Ese collar, supuestamente me protege de ello. Y aun no he averiguado qué sucede si estoy lejos, pero creo que no deseo saberlo y no sé las consecuencias que tendría en un futuro. Es de la mano de un brujo enemigo-expliqué.
Wood se quitó la parte superior de su atuendo, pero no me inmuté. No me resultaba muy extraño ver que se desnudaban freten a mí.
-No quisiera que estos salvajes se aprovecharan de tí al verte-dije con un dejo de halago hacia su físico-reí y fui a lo serio-¿Cómo fue que llegaste acá? ¿O todo ha sido casual?Con mis guardias tomamos un atajo a Sandorai y desafortunadamente llegamos a este lugar al pasar por unas trampas-señalé la herida de mi pierna, donde la trampa se habái cerrado.
- Off rol:
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1-“”La situación era compleja y sentía que el aire podía cortarse con tijeras. El líder usó la sangre de sus chamanes; por un momento creí que se la bebería y en ese caso sería un jodidohijodesu…madre si no convidaba. “” (me mató esto! jajajajaja)
2-Espero que les guste la imagen en el 1er post que hice para el tema de rol
Sydara
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Re: Imperio salvaje [Interpretativo Libre] [Finalizado]
El cuerpo del vampiro caía lentamente en aquel bosque, derrotado por un tipo musculoso y su hacha. La tristeza invadía el cuerpo del pobre perdedor... Perder de un golpe era una ofensa para quien fuese, el honor es el que te mantiene de pie. Warrior Keeper agarró el cuerpo del pobre chupasangre que era arrastrado por el suelo, ensuciando su rostro y su fuerza ante todo. -Derrotado...-Repetía Paul con tristeza mientras llevaba sus ojos cerrados y la sangre pintaba el pasto que allí nacía.
Su cuerpo estaba desangrando en gran manera... Si hubiese sido un humano, ya estaría muerto... Lo único que lo mantiene vivo es la sangre con la que se había alimentado durante toda su vida. El ardiente corazón de un vampiro respetable, se desvanecía lentamente mientras era arrastrado y llevado a una celda, quizá una celda horrible, espantosa, sucia y maloliente. Warrior cantaba una melodía en su idioma que incluía a una tal Yumalie y Oetcker. Lo que había comenzado como un juego extremo, terminó en una pesadilla para todos los presentes.
Esos indios peleaban con sus espadas de forma salvaje. Se veían invencibles ya que estaban derrotando fácilmente a los presentes de allí como sí peleasen con novatos en la espada. Aquel gigante, abrió la celda del vampiro, para luego lanzar su cuerpo dentro de la celda, estrellándole con una pared. -TU DORMIR AQUÍ. Great Warrior umgcini uletha ukudla Great Oetker...♪ -Keeper se fue cantando aquella canción mientras dejaba encerrado al vampiro morocho que sangraba sin parar.
Aquel celda era oscura... Se decía que era la única celda sin iluminación y esa era apta para un "demonio". En aquella "cárcel" se oía a dos seres hablando como sí se conocieren desde hace rato. Paul escuchaba esas voces pero estaba encerrado y además había caído desmayado. Pero desde su interior, escuchaba carcajadas malignas de diferentes clases que se burlaban de él. Era claro... Habían espíritus malvados en aquel celda, demonios que alguna vez fueron humanos pero murieron.
-Estúpido... Este será tu fin...-Gritaban voces amenazantes en aquel lugar tan sombrío y helado. Aunque sea sorprendente, el cuerpo que allí yacía, era pateado por aquellos demonios que le atacaban con fuerza y ganas. Mientras sucedía eso, él estaba comenzando a recobrar memoria mientras con un grande esfuerzo, habría sus ojos mientras su piel se tornaba pálida.
Abrió los ojos de golpe... Los abrió tanto que se notaba el color carmesí de y de ellos, emanaba miedo al que podría dar miedo hasta un rinoceronte cabreado. Su boca se abrió tanto, que su rostro se desfiguraba, creando colmillos grandes y sedientos. Apretó sus puños con tanta fuerza, que gracias a sus uñas largas, se abrió una herida en la palma de su mano...
[Perdón por la calidad tan fea de la imagen xD]
-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARRRGH!-Aquel hambriento, liberó un grito ensordecedor que recorrió todas las celdas e hizo que algunos indios se alarmaran. Paul luego de liberar ese rugido, se levantó y comenzó a golpear la puerta de su celda con demasiado odio. Estaba descargando su temperamento que estaba a punto de explotar. Un indio se acercó corriendo para luego ver la celda y mirar que sucedía. Fue cuando de repente, el chupasangre sacó su mano y agarró la cabeza del indio para luego hacerlo chocar contra la puerta demasiadas veces.
Mientras lo estrellaba y lo estrellaba, aquel vampiro comenzó a alimentarse de la sangre que salía de su cabeza. El indio ya estaba muerto y su frente ya tocaba el cerebro. Estaba loco ese rehén... ¿Acaso un demonio le estaba controlando el cuerpo?, ¿o quizá la sed de sangre le hizo hacer esa barbaridad?... No se sabía... Puesto que su voz no había cambiado y se estaba alimentando de los sesos del indio que volaban por aquel lugar.
Unos guardianes tuvieron que intervenir y abriendo la celda rápidamente, le encadenaron contra una pared lejos de la puerta. Tuvieron que ser aproximadamente 4 guardias para amarrarle contra algo solido y aseguraron aquella celda con demasiados artefactos.
El indio que había sido estrellado contra la puerta y había muerto, se le había estallado el cráneo y su rostro estaba completamente desfigurado y sus ojos habían salido de la órbita. Aquel vampiro Paul, se había pasado con ese guardia...
-WAAAAAAARRRIOR KEEEEEEEEPEEEEER... ¡LIBÉRAME Y COMBATAMOS A MUERTE!.-Gritaba ese chupasangre mientras estaba encadenado en la celda.
Su cuerpo estaba desangrando en gran manera... Si hubiese sido un humano, ya estaría muerto... Lo único que lo mantiene vivo es la sangre con la que se había alimentado durante toda su vida. El ardiente corazón de un vampiro respetable, se desvanecía lentamente mientras era arrastrado y llevado a una celda, quizá una celda horrible, espantosa, sucia y maloliente. Warrior cantaba una melodía en su idioma que incluía a una tal Yumalie y Oetcker. Lo que había comenzado como un juego extremo, terminó en una pesadilla para todos los presentes.
Esos indios peleaban con sus espadas de forma salvaje. Se veían invencibles ya que estaban derrotando fácilmente a los presentes de allí como sí peleasen con novatos en la espada. Aquel gigante, abrió la celda del vampiro, para luego lanzar su cuerpo dentro de la celda, estrellándole con una pared. -TU DORMIR AQUÍ. Great Warrior umgcini uletha ukudla Great Oetker...♪ -Keeper se fue cantando aquella canción mientras dejaba encerrado al vampiro morocho que sangraba sin parar.
Aquel celda era oscura... Se decía que era la única celda sin iluminación y esa era apta para un "demonio". En aquella "cárcel" se oía a dos seres hablando como sí se conocieren desde hace rato. Paul escuchaba esas voces pero estaba encerrado y además había caído desmayado. Pero desde su interior, escuchaba carcajadas malignas de diferentes clases que se burlaban de él. Era claro... Habían espíritus malvados en aquel celda, demonios que alguna vez fueron humanos pero murieron.
-Estúpido... Este será tu fin...-Gritaban voces amenazantes en aquel lugar tan sombrío y helado. Aunque sea sorprendente, el cuerpo que allí yacía, era pateado por aquellos demonios que le atacaban con fuerza y ganas. Mientras sucedía eso, él estaba comenzando a recobrar memoria mientras con un grande esfuerzo, habría sus ojos mientras su piel se tornaba pálida.
Abrió los ojos de golpe... Los abrió tanto que se notaba el color carmesí de y de ellos, emanaba miedo al que podría dar miedo hasta un rinoceronte cabreado. Su boca se abrió tanto, que su rostro se desfiguraba, creando colmillos grandes y sedientos. Apretó sus puños con tanta fuerza, que gracias a sus uñas largas, se abrió una herida en la palma de su mano...
- Rostro de Paul:
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[Perdón por la calidad tan fea de la imagen xD]
-¡AAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAARRRGH!-Aquel hambriento, liberó un grito ensordecedor que recorrió todas las celdas e hizo que algunos indios se alarmaran. Paul luego de liberar ese rugido, se levantó y comenzó a golpear la puerta de su celda con demasiado odio. Estaba descargando su temperamento que estaba a punto de explotar. Un indio se acercó corriendo para luego ver la celda y mirar que sucedía. Fue cuando de repente, el chupasangre sacó su mano y agarró la cabeza del indio para luego hacerlo chocar contra la puerta demasiadas veces.
Mientras lo estrellaba y lo estrellaba, aquel vampiro comenzó a alimentarse de la sangre que salía de su cabeza. El indio ya estaba muerto y su frente ya tocaba el cerebro. Estaba loco ese rehén... ¿Acaso un demonio le estaba controlando el cuerpo?, ¿o quizá la sed de sangre le hizo hacer esa barbaridad?... No se sabía... Puesto que su voz no había cambiado y se estaba alimentando de los sesos del indio que volaban por aquel lugar.
Unos guardianes tuvieron que intervenir y abriendo la celda rápidamente, le encadenaron contra una pared lejos de la puerta. Tuvieron que ser aproximadamente 4 guardias para amarrarle contra algo solido y aseguraron aquella celda con demasiados artefactos.
El indio que había sido estrellado contra la puerta y había muerto, se le había estallado el cráneo y su rostro estaba completamente desfigurado y sus ojos habían salido de la órbita. Aquel vampiro Paul, se había pasado con ese guardia...
-WAAAAAAARRRIOR KEEEEEEEEPEEEEER... ¡LIBÉRAME Y COMBATAMOS A MUERTE!.-Gritaba ese chupasangre mientras estaba encadenado en la celda.
Paul Brown Moreau
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Re: Imperio salvaje [Interpretativo Libre] [Finalizado]
Tardé algo de tiempo en reponerme del shock. Había sido demasiado ilusa al suponer que las personas de mi memoria no cambiaban, yo misma lo había hecho. Sydara además de lastimado, humillado y frío, ahora parecía distante. Su mente, en cuestión de pocos minutos calculaba mucho más de lo que le había visto en otras ocasiones. Cuando terminé de hacer mis preguntas, le tiré la ropa y miré de reojo el agua. Elevé el cuenco hasta la altura de mi hombro, alejado de mi cuerpo y le incliné lo suficiente como para que un delgado hilillo de su contenido se vertiera al suelo de tierra pisada. Enarqué una ceja mientras olfateaba. No había nada. Ni un mísero indicio de nada. Volví a mirar a Sydara, él estaba tocándose los nudillos. Torcí una sonrisa y cuando el pequeño recipiente estuvo vacío le pasé el índice sobre la superficie húmeda.
Llevaba razón. Como siempre. Rocé el dedo mojado con el pulgar y comprobé su textura, no sólo eso le delataba, sino que ahora, en contacto con el sudor de mi piel olía como los demonios y escocía un poco. Hice un gesto con la lengua que me recordó la lastimadura de mis labios. “Nos han fregado” pensé volcándole ahora toda mi atención al elfo. No comprendí mucho el comienzo, pero sí la moraleja. ¿Acaso piensas matarme? pregunté atónita cruzándome de brazos y echando la espalda para atrás; en eso vi con el rabillo del ojo un objeto extraño, aparentemente un colgante, refulgía como la sangre recién sacada.
“Bueno, es la única idea que hay hasta ahora” pensé, tratando de masticar eso de hacerme la muerta. Muchas veces había visto a humanos pedirles a sus mascotas que hicieran ese truquito y me daba vergüenza ajena que lo lograran. ¿Tendría que rebajarme a eso? ¿Dónde quedaba el orgullo guerrero?” Él continuó con su soliquio y yo escuchándole sin moverme, casi sin respirar. “¿Allí en ese lugar habría perdido a Yideth y Olver?” me pregunté dejando que la imaginación corriera salvaje. Nunca había estado en esos lugares… Puse mi cabeza de lado mientras ponderaba una posible excursión.
“Concéntrate Wood” escuché una voz en mi cabeza; parpadee un par de veces y volví al lado de mi compañero. Vamos Syd, tú mismo me has tratado. Los que resultarían mal por estos lares serían ellos bromee mientras hacía un gesto extraño en mi cara. Destensé mi posición y me agarré de los barrotes de nuestras celdas. conque… esos enclenques eran tu guardia. Parecían helmintos revolcándose en una parrilla esta vez estaba un poco preocupada. ¿Es que tu otra guardia se rompió? le pregunté con un cierto deje de inocencia.
Bueno… ha sido casual y no ha sido casual. Verás Syd, ha sido casual que me encontrara en estos bosques. Supongo que recuerdas a Daracan… Pues gracias a él me han desterrado. sonreí ante la idea y luego proseguí El hecho es, que buscaba no llamar la atención por un camino obvio y di con tu sangre. Probablemente sepas que una vez que un lycan conoce una esencia nunca más la olvida. Mucho menos una tan dulce como la tuya viejos recuerdos comenzaban a aflorar, por algunos momentos sentí una cierta reminiscencia de la bestia que había sellado en mi interior y temblé por ello.
Si tú hubieras reconocido mi sangre, prob…no, estoy segura de ello, hubieras ido a rescatarme me encogí de hombros y escupí el piso con restos de la sangre que se había juntado en mi boca. En eso, escuchó los gritos desesperados de un tipo, y luego amenazas de otro para finalmente escuchar a una pequeña tropa acercarse a nuestras celdas. Dame un minuto, ¿si? le comenté gesticulando con mis dedos mientras tomaba la mesa mas pequeña para darla con violencia contra los barrotes de la celda. Haciendo que saltaran maderas y astillas para todos ladosMaldita sea, ¡cállense estúpidos cabrones! me movía trabajosamente con el peso de la cadena, pero no por ello mi energía menguó.
Alcancé a ver y oler a un vampiro. Creí que aquí tenían prisioneros de calidad, no a ratas rabiosas le dije al que parecía poseído Ese chuchesito te ha quedado genial, comenté señalando al cadáver con los sesos desparramados y una gran sonrisa en el rostro pero deberías reservarte para cuando realmente vengan a matarte. No gastes energías en nimiedades le flashé una sonrisa con autoconsciencia. Probablemente ese vampiro también clamara por mi sangre. Inflé los cachetes y cubrí mis pechos mientras volvía al lado de mi elfo.
Entonces, ¿qué tienes pensado? le pregunté con la intención de sentarme en el suelo, pero la maldita falda molestaba, por lo que también la arranqué. ¿Realmente piensas quedarte con toda la acción? la curiosidad me mataba. Quería preguntar y saber tantas cosas. Me rasqué la cabeza. ¿Desde cuándo me había vuelto tan comunicativa?
____________________________
Off:Pffft jajajaja gracias Syd, realmente se siente bien saber que lo que una escribe es aceptado por el resto ^^. Me encantó la imágen y creo que Paul se ve super sexy (?) rodeado de fuego jajaja. A proósito vampirito, espero que no te tomes a mal la cháchara que te mandé en el on, pero sentía que también tenía que hacer acto de presencia xD
Llevaba razón. Como siempre. Rocé el dedo mojado con el pulgar y comprobé su textura, no sólo eso le delataba, sino que ahora, en contacto con el sudor de mi piel olía como los demonios y escocía un poco. Hice un gesto con la lengua que me recordó la lastimadura de mis labios. “Nos han fregado” pensé volcándole ahora toda mi atención al elfo. No comprendí mucho el comienzo, pero sí la moraleja. ¿Acaso piensas matarme? pregunté atónita cruzándome de brazos y echando la espalda para atrás; en eso vi con el rabillo del ojo un objeto extraño, aparentemente un colgante, refulgía como la sangre recién sacada.
“Bueno, es la única idea que hay hasta ahora” pensé, tratando de masticar eso de hacerme la muerta. Muchas veces había visto a humanos pedirles a sus mascotas que hicieran ese truquito y me daba vergüenza ajena que lo lograran. ¿Tendría que rebajarme a eso? ¿Dónde quedaba el orgullo guerrero?” Él continuó con su soliquio y yo escuchándole sin moverme, casi sin respirar. “¿Allí en ese lugar habría perdido a Yideth y Olver?” me pregunté dejando que la imaginación corriera salvaje. Nunca había estado en esos lugares… Puse mi cabeza de lado mientras ponderaba una posible excursión.
“Concéntrate Wood” escuché una voz en mi cabeza; parpadee un par de veces y volví al lado de mi compañero. Vamos Syd, tú mismo me has tratado. Los que resultarían mal por estos lares serían ellos bromee mientras hacía un gesto extraño en mi cara. Destensé mi posición y me agarré de los barrotes de nuestras celdas. conque… esos enclenques eran tu guardia. Parecían helmintos revolcándose en una parrilla esta vez estaba un poco preocupada. ¿Es que tu otra guardia se rompió? le pregunté con un cierto deje de inocencia.
Bueno… ha sido casual y no ha sido casual. Verás Syd, ha sido casual que me encontrara en estos bosques. Supongo que recuerdas a Daracan… Pues gracias a él me han desterrado. sonreí ante la idea y luego proseguí El hecho es, que buscaba no llamar la atención por un camino obvio y di con tu sangre. Probablemente sepas que una vez que un lycan conoce una esencia nunca más la olvida. Mucho menos una tan dulce como la tuya viejos recuerdos comenzaban a aflorar, por algunos momentos sentí una cierta reminiscencia de la bestia que había sellado en mi interior y temblé por ello.
Si tú hubieras reconocido mi sangre, prob…no, estoy segura de ello, hubieras ido a rescatarme me encogí de hombros y escupí el piso con restos de la sangre que se había juntado en mi boca. En eso, escuchó los gritos desesperados de un tipo, y luego amenazas de otro para finalmente escuchar a una pequeña tropa acercarse a nuestras celdas. Dame un minuto, ¿si? le comenté gesticulando con mis dedos mientras tomaba la mesa mas pequeña para darla con violencia contra los barrotes de la celda. Haciendo que saltaran maderas y astillas para todos ladosMaldita sea, ¡cállense estúpidos cabrones! me movía trabajosamente con el peso de la cadena, pero no por ello mi energía menguó.
Alcancé a ver y oler a un vampiro. Creí que aquí tenían prisioneros de calidad, no a ratas rabiosas le dije al que parecía poseído Ese chuchesito te ha quedado genial, comenté señalando al cadáver con los sesos desparramados y una gran sonrisa en el rostro pero deberías reservarte para cuando realmente vengan a matarte. No gastes energías en nimiedades le flashé una sonrisa con autoconsciencia. Probablemente ese vampiro también clamara por mi sangre. Inflé los cachetes y cubrí mis pechos mientras volvía al lado de mi elfo.
Entonces, ¿qué tienes pensado? le pregunté con la intención de sentarme en el suelo, pero la maldita falda molestaba, por lo que también la arranqué. ¿Realmente piensas quedarte con toda la acción? la curiosidad me mataba. Quería preguntar y saber tantas cosas. Me rasqué la cabeza. ¿Desde cuándo me había vuelto tan comunicativa?
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Off:Pffft jajajaja gracias Syd, realmente se siente bien saber que lo que una escribe es aceptado por el resto ^^. Me encantó la imágen y creo que Paul se ve super sexy (?) rodeado de fuego jajaja. A proósito vampirito, espero que no te tomes a mal la cháchara que te mandé en el on, pero sentía que también tenía que hacer acto de presencia xD
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Re: Imperio salvaje [Interpretativo Libre] [Finalizado]
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Reí con cierta maldad al oír lo de Wood sobre mis guardias. Porque me resultaba insoportable estar siempre con ellos detrás de todo lo que hacía y no hacía. Posteriormente me preguntó por la anterior guardia, a quien me costó recordar un poco.
-¿Yideth y Olver?-pregunté con el ceño fruncido, pero por su expresión vi que a ellos se refería-Ellos eran parte del equipo de medicina. Hace mucho tiempo que me separé de ellos, y después estuve un buen tiempo con… -estuve a punto de decir una amiga, pero no recordaba a ninguna. Mi vista se desvió al colgante que por alguna razón volvió a brillar, y esta vez una réplica de su brillo llegó a mostrarse en mis ojos, obligándome a dejar de pensar en ello-No se…-dije titubeante, medio desorientado y rasqué mi cabeza, tratando de recordar lo que venía hablando-Hace tiempo que me separé de ellos… -repetí al volver al tema-Pero tuve que hacer unos viajes, ausentándome por varios meses hasta que me llamaron en Sandorai por tomar mi puesto en el poder…-comenté. Me sentía extraño el decir que poseía poder sobre tierras estando en esta situación.
Afortunadamente, la muchacha cambió de tema, contándome que la habían desterrado y que viajando dio conmigo, el olor de la sangre, y no recordaba que me hubiera dicho que era licántropa, pero ahora era certero. Había pasado demasiado tiempo desde que la vi. Reí cuando mencionó lo de la sangre dulce. Terminé mi trabajo con los nudillos de los dedos sobre el antebrazo izquierdo, sintiéndome mucho mejor, sin dolor y descubriendo que la sangre de las manos y de la pierna habían dejado de fluir del todo. Pero debía continuar cada tanto con el tratamiento, ya que no contaba con vendas ni agua pura y las heridas volverían a sangrar con un mínimo movimiento brusco. Me preocupaba la pierna, puesto que no podía mover el pié y suponía que la trampa había afectado el hueso.
Asentí con sinceridad cuando mencionó lo de que hubiera acudido para rescatarla si hubiera tenido la oportunidad. Era algo que no podía permitir, sobre las cosas injustas de otros seres a los que no podían defenderse. No toleraba en absoluto esas cosas y no me importaría sufrir tal daño con tal de ayudar a otros. Lo físico es físico, mientras el espíritu estuviera fuerte, nada podría destruirme.
Un grito de la celda de enfrente, que apenas podía ver por la pared de barrotes y piedra, me sobresaltó. Giré mi cabeza con el cuerpo tenso, poniéndose en alerta ante el peligro. Sin embargo, no había peligro alguno, cuando vi que el bulto que apenas distinguía en el otro extremo, se levantó. Los ojos rojos que tenía me indicaron que se trataba de un vampiro y desde esa distancia, noté que tenía una profunda herida sobre el abdomen y varias más sobre su cuerpo. ¿Aun así se mantenía en pié? En fin, era vampiro y hasta el momento nunca había tenido buena experiencia con ellos. Wood pidió un momento antes de seguir, y se incorporó, dirigiéndose hasta donde pudo para gritar que callara al vampiro.
Aunque lo que vi me asombró en manera. No me levanté, porque era inútil que pudiera hacer algo. El vampiro tomó a uno de los guardias que se acercó y clavó sus colmillos con fiereza en la cabeza, arrancándole un pedazo y bebiendo su sangre. Tenía entendido que la sangre de los mortales, ayudaban a sanarse las heridas, además de alimentarse y cobrar fuerzas; si es que no estaba mal informado.
El comentario de Wood me hizo reír. Una vez más, no entendía cómo podía reír en esta situación, sabiendo que mis guardias estarían al borde de la muerte, y yo acá encerrado, esperando un amanecer donde me deparaba algún incierto destino antes de que mi cuerpo liberara a tal dios según esta gente. Me sentía tranquilo, no asustado, ni con adrenalina. Era algo interno, con una excesiva confianza. No sentía miedo, ni la sensación de peligro. No lo entendía. Era como algo que decía que todo iba a estar bien, pero no podía ver ninguna lógica en esto.
Los guardias apartaron al muerto del vampiro, quien gritó sobre pelear con un hombre llamado Warrior. Ella tenía razón. Y además el querer buscar la pelea, era signo de… miedo para no decir cobardía. Todo por mi experiencia en entrenamientos y de las vivencias. Así que una vez que ella regresó a sentarse donde antes, quitándose la falda, agregué hacia el compañero de prisión.
-Hombre, no te arriesgues por un-tonto- absurdo orgullo de hombre. Si perdiste, ha sido porque los has desafiado. No busques ir a territorio enemigo para pelear porque ellos conocen a palmo el lugar y tendrán ventajas sobre ti. Mejor has que vengan a ti, pero como este no es tu territorio… sugiero que te limites a planear cómo salir con vida sin llamar la atención de nadie…-dije y dirigí la atención a mi buena amiga licántropa. Arqueé las cejas cuando habló de quedarme con toda la acción.
Dejé la ropa que me dio a un costado, antes de responderle pensativo, con la mirada en la reliquia.
-Como tu decidas, o bien, podemos esperar al amanecer y que salga lo que deba salir. ¿Tienes idea de lo que ocurre cuando se mata a un jefe? ¿Será que si matamos al jefe, tomaríamos su lugar?... O apenas se presentara la oportunidad… tomar la primera arma a mano y usar todas nuestras habilidades para escapar de acá… aunque no es muy prudente. Ya he visto toda la seguridad que tienen en sus muros y entradas… Habrá que ser cautelosos-
Concentré mi energía en las manos, apenas cerrando los puños y recité una plegaria interna para ver si podía sanar las heridas, pero las palabras parecieron varias y volví a repetir el rito en un susurro. Hasta que suspiré con el ceño fruncido y pensé con fastidio qué me impedía curarme.
-Acá hay magia que impide nuestras habilidades….-dije con amargura. Aunque los brujos podían usar sus magias y había visto vampiros. Tal vez nuestro compañero de celda podía sernos de ayuda en esta situación.
Decidí observar un poco lo que me rodeaba. Me encontré con los símbolos en las paredes, huellas de manos con sangre y palabras en lenguajes extraños de prisioneros, seguramente ya muertos. Cada vez que centraba mas la atención en ellos, el brillo del colgante parecía intensificarse más, y en mis pupilas podía verse un brillo naranja con esos símbolos que daba la sensación que giraban en sí, tratando de revelar algún mensaje. Hasta el punto de que parecía estar hipnotizado, pero podía percibir todo lo de alrededor. Seguramente a Wood o al vampiro podía ocurrirle lo mismo. Era obra de brujos. Quizá algo extraño pudiera ocurrirnos si seguíamos centrando la atención en estos. ¿Tal vez, ser poseídos?
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>>Off rol: ^^ me alegra que les haya gustado. Una vez que haya algun plan, seguimos con la accion si estan de acuerdo, sino hay plan, seguimos al amanecer poniendo que descansamos y despues de ahi comenzaria el ritual xD como prefieran. Yo me tiro por el lado de descansar y ritual, pero podemos alargar un poco un intento de escape. ^^
Sydara
Aerandiano de honor
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Re: Imperio salvaje [Interpretativo Libre] [Finalizado]
Los espíritus rondaban por la celda que estaba asegurada con muchos pasadores, candados y llaves que llevaban los guardianes indios. Paul estaba poseído por un demonio altamente maligno puesto que ese comportamiento no era del vampiro seductor y valiente que se le ha conocido desde hacía años. Su pecho y su abdomen estaba al descubierto, solo su pantalón portaba en ese momento crucial de vida o muerte.
De repente, sintió como una presencia pesada, salía de su cuerpo herido y bien formado. Su forma de ser, aparecía rápidamente en su cuerpo, abriendo sus ojos y sonriendo levemente mientras trataba de imaginar a su padre, un colmilludo seductor de toda Sacrestic Ville. La oscuridad le hacía recordar cosas obscenas en la vida que había recorrido durante largos años.... Mas de noventa años. -¡Ugh...!, He vuelto...-Dijo aquel morocho mientras botaba un escupitajo desde su boca y le pegaba a la puerta. Con decisión, quiso levantarse del suelo pero las cadenas que le apretaban sus muñecas, no le dejaban.
Un olor apareció en su celda... un olor reconocible de Paul... Era el de una chica que actualmente se dirigía a él, haciéndole una especie de cumplido de aquel indio deformado que estaba en el suelo.
-Jejeje... Qué bueno que aprecien mi talento... Si no estoy mal, ¿Tu eras la chica desnuda que caminaba por el bosque?.-Dijo el chupasangre, recordando la vez que estaba escondido en los arbustos y de repente había visto una chica desnuda que entraba al ritual sigilosamente.
La chica le aconsejaba que guardara energías para cuando le viniesen a atacar. Él sonrió pero no dijo nada y cerró sus ojos para descansar aunque no dormiría, quizás le matarían. Luego de ello, escuchó la voz de un hombre que también residía allí, pero ese hombre habló sobre dejar de pelear en el territorio de ellos y mejor esperar a que vengan por Paul. -Tienes razón... Pero no aguanto estar encerrado en este lugar... Estoy acostumbrado en vivir en mansiones ya que me lo he proveído.-Dijo el orgulloso joven colmilludo mientras seguía con sus ojos cerrados y trataba llegar sus manos a la nuca.
Sus vecinos de celda, hablaban sobre un plan para escapar, algo que le hizo abrir los ojos y levantarse un poco. -Les ofrezco mi ayuda... Soy un vampiro seductor aunque no soy el mejor de todos, pero puedo ser de ayuda.-Habló mientras se acariciaba alrededor de su boca y se tornaba serio.
De repente, sintió como una presencia pesada, salía de su cuerpo herido y bien formado. Su forma de ser, aparecía rápidamente en su cuerpo, abriendo sus ojos y sonriendo levemente mientras trataba de imaginar a su padre, un colmilludo seductor de toda Sacrestic Ville. La oscuridad le hacía recordar cosas obscenas en la vida que había recorrido durante largos años.... Mas de noventa años. -¡Ugh...!, He vuelto...-Dijo aquel morocho mientras botaba un escupitajo desde su boca y le pegaba a la puerta. Con decisión, quiso levantarse del suelo pero las cadenas que le apretaban sus muñecas, no le dejaban.
Un olor apareció en su celda... un olor reconocible de Paul... Era el de una chica que actualmente se dirigía a él, haciéndole una especie de cumplido de aquel indio deformado que estaba en el suelo.
-Jejeje... Qué bueno que aprecien mi talento... Si no estoy mal, ¿Tu eras la chica desnuda que caminaba por el bosque?.-Dijo el chupasangre, recordando la vez que estaba escondido en los arbustos y de repente había visto una chica desnuda que entraba al ritual sigilosamente.
La chica le aconsejaba que guardara energías para cuando le viniesen a atacar. Él sonrió pero no dijo nada y cerró sus ojos para descansar aunque no dormiría, quizás le matarían. Luego de ello, escuchó la voz de un hombre que también residía allí, pero ese hombre habló sobre dejar de pelear en el territorio de ellos y mejor esperar a que vengan por Paul. -Tienes razón... Pero no aguanto estar encerrado en este lugar... Estoy acostumbrado en vivir en mansiones ya que me lo he proveído.-Dijo el orgulloso joven colmilludo mientras seguía con sus ojos cerrados y trataba llegar sus manos a la nuca.
Sus vecinos de celda, hablaban sobre un plan para escapar, algo que le hizo abrir los ojos y levantarse un poco. -Les ofrezco mi ayuda... Soy un vampiro seductor aunque no soy el mejor de todos, pero puedo ser de ayuda.-Habló mientras se acariciaba alrededor de su boca y se tornaba serio.
Paul Brown Moreau
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Re: Imperio salvaje [Interpretativo Libre] [Finalizado]
“mmm… ” fue lo único que pasó por mi mente al escuchar la escueta respuesta del elfo. Balancee mi cabeza para ambos lados, si yo fuera él, tampoco me contaría nada. Sonreí para mis adentros y continué escuchándole. “¿El poder?”. Mis cavilaciones internas llegaron a un abrupto fin cuando vi como la sangre dejaba de fluir desde sus lastimaduras. “Conque a eso se refería” la capacidad de sanación élfica era algo de lo que sólo había escuchado y presenciarla así, ponía a mi amigo en un nivel superior al de los simples mortales, incluso al mío… o sobre todo al mío.
Un cosquilleo comenzó a recorrer mi cuerpo e inmediatamente sentí como si algo se rompiese en mi interior. Veía que Sydara hablaba pero no comprendía el significado de sus palabras. Sobre la piel podía sentir claramente dos tipos de sensaciones: por un lado frío y por el otro calor y humedad. “¿Pero qué demonios?” comencé a preguntarme cuando un temblor casi me tira al suelo. Me aferré a él pero me di cuenta que no era la tierra, sino mi cuerpo el que se convulsionaba con violencia.
Después de algunos parpadeantes segundos me di cuenta que la carne se había dado cuenta antes de lo que la mente no. Nuevamente Feith y Woodpecker se habían separado y luchaban por la supremacía del poder.
¿Nuevamente la luz del sol? Nah, en realidad la luz de la luna, o algo entre medio… como esa mierda que hemos estado viviendo ¿por cuánto ya? Días… semanas, meses… ¡no! Años. Puta madre con esta mocosa. Aún no ha aprendido a meterse en sus propios asuntos y claro, siempre tengo que venir yo a limpiar sus trastes sucios. ¿Y ahora qué? ¿Nos encontramos en un calabozo atados a un elfo enclenque y con un puto chupasangres de vecino? ¡jA JA Ja ja!. ¿Ese elfo pregunta qué deberíamos hacer? ¿Y en qué mundo vivimos? ¿Un vampiro que se presta a ayudarnos? ¡Bleh!
-¿La ayuda de un seductor?- pregunté con cierto desdén. Siempre podría aceptar su ayuda y luego descuartizarlo lentamente. Sonreí ante la imagen mental. La última vez que había estado en posesión de este cuerpo tan débil también había visto a ese elfo. Me giré y entorné los ojos.
-¿Tú? Alcé la voz girándome del todo y dejando a mis espaldas al vampiro para dirigirme nuevamente a la posición en la que había despertado. Mi voz grave y desencajada, como si en cualquier momento fuera a explotar. Un fuerte dolor de cabeza me golpeó de repente y lo supe. Aquella mocosa realmente quería hacerse con el bien fregado poder. ¡Sobre mi cadáver!.
Feith
…O…otra vez. Nuevamente había sido relegada en una situación de miedo. Pero era extraño. Creía estar manteniendo bajo control la situación. ¿Qué hacía en ese lugar? Woodpecker estaba enseñándole los dientes al vampiro. Esa loba de mal gusto y pecaminosa jamás aprendería a comportarse decentemente. Suspiré… y también lo hizo mi cuerpo. Nos giramos para ver a Sydara. Realmente se encontraba bien y me alegré por ello.
Esperen… ¿realmente habíamos suspirado? ¡Claro! La consciencia comenzó a volver a mi/nuestra memoria, ahora ambas teníamos la misma cantidad de poder sobre nuestro cuerpo. Habíamos hecho un pacto, Woodpecker y yo. ¿Pero, por qué estábamos nuevamente separadas?
-Sydara. ¿Sabes qué lugar es éste? Woodpecker y yo estamos teniendo algunos problemas técnicos con esto…- mi voz sonó dulce, como la recordaba cuando era una niña
-¿Problemas?... Keh, problemas es tener una regla cuando una manda te persigue, problemas es cuando estás en territorio de vampiros y vas sola… ¡esto simplemente es una mierda! – la voz de Woodpecker se dejó escuchar irritada, como siempre.
-Ehm… bueno, ya ves… creo que… hay algo que hace que nuestro acuerdo se disocie… Nosotras… Woodpecker quiere pelear, pero sabe que debemos sobrevivir. Yo preferiría que todos seamos amigos-. Me mordí el labio inferior con un poco de curiosidad -¿De verdad nos vamos a casar? tú eres un elfo… Woodpecker es un lobo, yo una humana… no se sí podríamos ser una fami…
-Eh, elfo, has como si no has escuchado nada de eso.
Después de un pequeño diálogo interno miré a Syd y luego al vampiro. -Bueno, nosotras colaboraremos… y… no estaría mal la ayuda de un buen seductor que cuide nuestras espaldas- concluí con una leve sonrisa, esperando que el vampiro no identificado me escuchase. Todo era demasiado complicado… tenía ganas de llorar, esa situación me daba demasiado miedo y los adornos… sin contar con todo aquél despliegue, era demasiado para mi.
Me senté contra la pared y cuando me di cuenta estaba llorando a moco tendido como lo había hecho cuando mi madre murió.
__________________________
Off: Syd, estas amnésico xDD en una aventura luchamos en el mismo bando…”nieve teñida de sangre?” y me viste en mi otra forma ~-~
Paul, no te respondí al comentario on porque asumí que vino después que me tapé y que eso fue a consecuencia de ese comentario ^^
Espero no haberles causado un dolor de cabeza al leer mi respuesta ^^’ si sirve de ayuda, los colores son bastante orientativos ~-~
Un cosquilleo comenzó a recorrer mi cuerpo e inmediatamente sentí como si algo se rompiese en mi interior. Veía que Sydara hablaba pero no comprendía el significado de sus palabras. Sobre la piel podía sentir claramente dos tipos de sensaciones: por un lado frío y por el otro calor y humedad. “¿Pero qué demonios?” comencé a preguntarme cuando un temblor casi me tira al suelo. Me aferré a él pero me di cuenta que no era la tierra, sino mi cuerpo el que se convulsionaba con violencia.
Después de algunos parpadeantes segundos me di cuenta que la carne se había dado cuenta antes de lo que la mente no. Nuevamente Feith y Woodpecker se habían separado y luchaban por la supremacía del poder.
Narrador Externo:
La licántropo se mantenía casi inmóvil en el suelo. Respiraba con dificultad y de tanto en tanto algunos sonidos ferales se escapaban de su cuerpo humano. Uno de sus ojos brillaba carmesí mientras el otro mantenía cierta sanidad humana. Se levantó lentamente del suelo terruno, con manchas de polvo y tierra sobre el pálido rosa de su piel.
Miró al elfo y esbozó una sonrisa entre tierna y maléfica. Él le dirigía unas últimas palabras acerca de habilidades. Enseguida se incorporó, primero en cuatro patas y luego en dos, con bastante desequilibrio. Parecía una borracha tratando de mantener una línea recta imaginaria que en realidad serpenteaba como si tuviera vida. Miró al vampiro y le gruñó instintivamente.
Woodpecker:Miró al elfo y esbozó una sonrisa entre tierna y maléfica. Él le dirigía unas últimas palabras acerca de habilidades. Enseguida se incorporó, primero en cuatro patas y luego en dos, con bastante desequilibrio. Parecía una borracha tratando de mantener una línea recta imaginaria que en realidad serpenteaba como si tuviera vida. Miró al vampiro y le gruñó instintivamente.
¿Nuevamente la luz del sol? Nah, en realidad la luz de la luna, o algo entre medio… como esa mierda que hemos estado viviendo ¿por cuánto ya? Días… semanas, meses… ¡no! Años. Puta madre con esta mocosa. Aún no ha aprendido a meterse en sus propios asuntos y claro, siempre tengo que venir yo a limpiar sus trastes sucios. ¿Y ahora qué? ¿Nos encontramos en un calabozo atados a un elfo enclenque y con un puto chupasangres de vecino? ¡jA JA Ja ja!. ¿Ese elfo pregunta qué deberíamos hacer? ¿Y en qué mundo vivimos? ¿Un vampiro que se presta a ayudarnos? ¡Bleh!
-¿La ayuda de un seductor?- pregunté con cierto desdén. Siempre podría aceptar su ayuda y luego descuartizarlo lentamente. Sonreí ante la imagen mental. La última vez que había estado en posesión de este cuerpo tan débil también había visto a ese elfo. Me giré y entorné los ojos.
-¿Tú? Alcé la voz girándome del todo y dejando a mis espaldas al vampiro para dirigirme nuevamente a la posición en la que había despertado. Mi voz grave y desencajada, como si en cualquier momento fuera a explotar. Un fuerte dolor de cabeza me golpeó de repente y lo supe. Aquella mocosa realmente quería hacerse con el bien fregado poder. ¡Sobre mi cadáver!.
Feith
…O…otra vez. Nuevamente había sido relegada en una situación de miedo. Pero era extraño. Creía estar manteniendo bajo control la situación. ¿Qué hacía en ese lugar? Woodpecker estaba enseñándole los dientes al vampiro. Esa loba de mal gusto y pecaminosa jamás aprendería a comportarse decentemente. Suspiré… y también lo hizo mi cuerpo. Nos giramos para ver a Sydara. Realmente se encontraba bien y me alegré por ello.
Esperen… ¿realmente habíamos suspirado? ¡Claro! La consciencia comenzó a volver a mi/nuestra memoria, ahora ambas teníamos la misma cantidad de poder sobre nuestro cuerpo. Habíamos hecho un pacto, Woodpecker y yo. ¿Pero, por qué estábamos nuevamente separadas?
-Sydara. ¿Sabes qué lugar es éste? Woodpecker y yo estamos teniendo algunos problemas técnicos con esto…- mi voz sonó dulce, como la recordaba cuando era una niña
-¿Problemas?... Keh, problemas es tener una regla cuando una manda te persigue, problemas es cuando estás en territorio de vampiros y vas sola… ¡esto simplemente es una mierda! – la voz de Woodpecker se dejó escuchar irritada, como siempre.
-Ehm… bueno, ya ves… creo que… hay algo que hace que nuestro acuerdo se disocie… Nosotras… Woodpecker quiere pelear, pero sabe que debemos sobrevivir. Yo preferiría que todos seamos amigos-. Me mordí el labio inferior con un poco de curiosidad -¿De verdad nos vamos a casar? tú eres un elfo… Woodpecker es un lobo, yo una humana… no se sí podríamos ser una fami…
-Eh, elfo, has como si no has escuchado nada de eso.
Después de un pequeño diálogo interno miré a Syd y luego al vampiro. -Bueno, nosotras colaboraremos… y… no estaría mal la ayuda de un buen seductor que cuide nuestras espaldas- concluí con una leve sonrisa, esperando que el vampiro no identificado me escuchase. Todo era demasiado complicado… tenía ganas de llorar, esa situación me daba demasiado miedo y los adornos… sin contar con todo aquél despliegue, era demasiado para mi.
Me senté contra la pared y cuando me di cuenta estaba llorando a moco tendido como lo había hecho cuando mi madre murió.
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Off: Syd, estas amnésico xDD en una aventura luchamos en el mismo bando…”nieve teñida de sangre?” y me viste en mi otra forma ~-~
Paul, no te respondí al comentario on porque asumí que vino después que me tapé y que eso fue a consecuencia de ese comentario ^^
Espero no haberles causado un dolor de cabeza al leer mi respuesta ^^’ si sirve de ayuda, los colores son bastante orientativos ~-~
Woodpecker
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Re: Imperio salvaje [Interpretativo Libre] [Finalizado]
No podía dejar pasar este off:
-¡Wood! –exclamé alarmado y confundido. No entendía lo que le estaba ocurriendo, pero lo más que podía hacer, era usar mis habilidades élfica. El cuerpo de ella cayó al suelo, con los ojos abiertos y cada uno con color distinto. Por un momento me pregunté si estaría transformándose, pero no veía cambio alguno en lo físico, y eso que estaba desnuda.
Ella se incorporó tambaleándose, con la respiración aun dificultosa, mirándome con una sonrisa irónica y maléfica a la vez. Su cuerpo estaba lleno de tierra, pero era lo de menos.
-¿La ayuda de un seductor?-dijo ella a la respuesta del vampiro a quien había escuchado recientemente. Me sentía inútil con estas cadenas y herido, pero no podía hacer nada- ¿Tú?-se giró hacia mí y fruncí el entrecejo, más asustado todavía. Examiné sus ojos, tratando de entender lo que le ocurría.
-Sydara. ¿Sabes qué lugar es éste? Woodpecker y yo estamos teniendo algunos problemas técnicos con esto…-dijo más dulcemente. Ya… un escalofrío recorrió mi cuerpo a esas palabras que no tenían pies ni cabeza. Solté una risa -¿Problemas?... Keh, problemas es tener una regla cuando una manda te persigue, problemas es cuando estás en territorio de vampiros y vas sola… ¡esto simplemente es una mierda! –la voz sonó más brusca. Y luego de un breve silencio en que no tuve palabras, siguió -Ehm… bueno, ya ves… creo que… hay algo que hace que nuestro acuerdo se disocie… Nosotras… Woodpecker quiere pelear, pero sabe que debemos sobrevivir. Yo preferiría que todos seamos amigos-se mordió el labio inferior. Miré hacia la puerta donde el vampiro, a ver si podía entender algo. -¿De verdad nos vamos a casar? tú eres un elfo… Woodpecker es un lobo, yo una humana… no se sí podríamos ser una fami… Eh, elfo, has como si no has escuchado nada de eso-finalmente volvió a mirarme a mí y al vampiro, y dijo que colaboraría… “colaborarían”
Parpadeé mientras se dejaba caer contra la pared, y empezaba a sollozar. Mi sangre estaba helada después de todo esto. Me acerqué lo más que pude a los barrotes ,para apoyarme sobre mi hombro.
-Wood… _dije. No sabía que decirle, ni cómo ayudarla. Lloraba desconsolada. Apoyé mi espalda en la pared tirando la cabeza hacia atrás, pensando.
Dos guardias pasaron por las celdas y fueron dejando unos cuencos con unas hierbas humeantes. Tenían máscaras, e iban semidesnudos como los demás. Ni siquiera nos miraron ni les importó en el estado en qué estábamos. El aroma de esas hierbas no tardaría en impregnarse en nosotros, y nos dificultaría un posible escape al amanecer. Aunque nos soltáramos de las cadenas, sería difícil alcanzarlas porque habían dejado esas cosas a la mitad del pasillo.
Se trataba de una droga alucinógena del terror, donde podíamos perecer del pánico y pesadillas. El humo se intensificaría y entre ellos aparecería en el medio quien era brujo y las llamas de las antorchas se volvieron azules, quedando todo medio en penumbras. Éste tenía los ojos rojizos y una mascarilla de huesos que cubría la parte superior de sus ojos. Se detuvo en el centro del pasillo, delante de una de las vasijas humeantes y dijo:
-Palabras para ustedes en lenguaje mortal desde chamanes: Súbdito de dioses del mortal, enfrentad la primera prueba…Bienvenidos al infierno-diría con una sonrisa antes de marcharse sin escuchar a ninguno.
Me incorporé de golpe, sin que la herida me importara, y exclamé.
-¡Sucio bastardo! ¡Cometes un error al dejarme con vida!-dije amenazante, con los dientes apretados. Pude oír después como cerraban las puertas de hierros en las celdas y todo quedaba a oscuras, con solo unas pequeñas motas de luces azules donde las antorchas.
El humo empezó a hacerse pesado en el aire que respirábamos. Yo permanecí de pié, mirando hacia la puerta, con aire abatido y una mano tendida hacia atrás, la que estaba encadenada. Pero mi pierna derecha flaqueó y caí con un golpe seco a la tierra. No sentí dolor, más que una sustancia cálida volviendo a recorrer por las heridas. Maldije con el rostro casi pegado al suelo. Ese humo era una sustancia llena de mezclas. Haría que la presión arterial se disparara, además de los latidos, y ver nuestras pesadillas, tanto que nos confundiríamos en lo que era real y lo que no.
Ojos se formaron en esa niebla poco iluminada que se extendió muy deprisa por todas las celdas. Donde las paredes y las runas que brillaron como si tuviesen fuego encendido, y hasta podíamos sentir el calor, producto del sudor y fiebre que esa sustancia maligna ingresaba a nuestros pulmones.
Me incorporé de rodillas, y a pesar de que la sangre recorría cálida entre mis puños cerrados, mis manos estaban heladas. Me apoyé contra la celda de la licántropa Wood, sin mirarla. Ella podría ver resplandecer mis ojos de un color naranja y quizá verme sonreír como ella antes lo había hecho y si me tocaba, podría sentir que la muerte estaba cerca. La reliquia resplandecía roja en la entrada de mi celda.
-No debiste venir Wood-murmuré y mirando hacia donde el vampiro dije con voz más fuerte-Y tú, por una mujer desnuda y orgullo… estas acá-mi voz sonó con amargura.
Levanté mi mano derecha, a la vez que la sangre resbalaba por el antebrazo, y miré hacia la silueta de Wood, y los ojos que había detrás de ella y las figuras extrañas que comenzaban a formarse en la humareda. Mi mano temblaba por el pulso pero era como si no lo tuviera. Sentía una poderosa adrenalina que comenzaba a invadirme sin motivo alguno. Voces, ojos, las cosas que temíamos… aparecieran esta noche.
En mi celda, una figura incorpórea se formó, con un cuchillo resplandeciente en sus manos. Me recordé que todo era producto de alucinación, que nada era real.
-No es real, no puede serlo... es alucinación-susurré cerrando los ojos, pero poco después sentí unos cortes y unas cadenas que me tiraron contra el lecho en el suelo, junto a la pared donde estaba encadenado. Cuando abrí los ojos, la cadenas que habían surgido de la nada ya no estaban, pero si los cortes en ms brazos y esa figura comenzó a acercarse. Solo pude ver sus ojos rojos brillantes. No sabía que ocurría con Wood ni el vampiro. Pero si estos cortes eran reales… En un abrir y cerrar los ojos, la criatura clavó de lleno la daga.
Los latidos acelerados, la respiración dificultosa, la muerte tan cerca, y mi menta salía de realidad hacia momentos del pasado que marcaron mi vida, y momentos que casi acabaron conmigo. No pude volver a tomar el control de mi cuerpo, llevando la mano hacia mi pecho con fuerza. La daga ya no estaba, pero sí el dolor, y sentía la sángre salir a borbotones con fuerza. Ladeé mi cabeza hacia la celda de Wood y luego al pasillo, donde gente de mi pasado sonreía apoyandose contra los barrotes, mirándonos el terror que padecíamos y soltando carcajadas con los ojos vacios, en blanco y una piel que desprendía aroma a muerte.
Mi mente me alejó de la realidad para llevarme al último horro vivido, donde decenas de brujos acuchillaron mi cuerpo y en la realidad me tensaba con cada punzaba de dolor, pero resistiendome a gritar. Poco a poco iba sumiendome en la inconciencia, con dolores y la fiebre elevada. Fijé la vista en el techo, tratando de concentrarme y resistir todo esto. Olvidaba esa sustancia y me alejaba de la realidad. Era una ida y venida que no lograba controlar.
- Feth-Wood Vs Smeagol-Gollum:
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Salí de mi ensimismamiento cuando vi que la muchacha empezó a temblar de una forma alarmante. Traté de acercarme lo más que pude a la celda y estiré mi mano a través de los barrotes para tomar la suya, pero entre sus temblores se apartó.-¡Wood! –exclamé alarmado y confundido. No entendía lo que le estaba ocurriendo, pero lo más que podía hacer, era usar mis habilidades élfica. El cuerpo de ella cayó al suelo, con los ojos abiertos y cada uno con color distinto. Por un momento me pregunté si estaría transformándose, pero no veía cambio alguno en lo físico, y eso que estaba desnuda.
Ella se incorporó tambaleándose, con la respiración aun dificultosa, mirándome con una sonrisa irónica y maléfica a la vez. Su cuerpo estaba lleno de tierra, pero era lo de menos.
-¿La ayuda de un seductor?-dijo ella a la respuesta del vampiro a quien había escuchado recientemente. Me sentía inútil con estas cadenas y herido, pero no podía hacer nada- ¿Tú?-se giró hacia mí y fruncí el entrecejo, más asustado todavía. Examiné sus ojos, tratando de entender lo que le ocurría.
-Sydara. ¿Sabes qué lugar es éste? Woodpecker y yo estamos teniendo algunos problemas técnicos con esto…-dijo más dulcemente. Ya… un escalofrío recorrió mi cuerpo a esas palabras que no tenían pies ni cabeza. Solté una risa -¿Problemas?... Keh, problemas es tener una regla cuando una manda te persigue, problemas es cuando estás en territorio de vampiros y vas sola… ¡esto simplemente es una mierda! –la voz sonó más brusca. Y luego de un breve silencio en que no tuve palabras, siguió -Ehm… bueno, ya ves… creo que… hay algo que hace que nuestro acuerdo se disocie… Nosotras… Woodpecker quiere pelear, pero sabe que debemos sobrevivir. Yo preferiría que todos seamos amigos-se mordió el labio inferior. Miré hacia la puerta donde el vampiro, a ver si podía entender algo. -¿De verdad nos vamos a casar? tú eres un elfo… Woodpecker es un lobo, yo una humana… no se sí podríamos ser una fami… Eh, elfo, has como si no has escuchado nada de eso-finalmente volvió a mirarme a mí y al vampiro, y dijo que colaboraría… “colaborarían”
Parpadeé mientras se dejaba caer contra la pared, y empezaba a sollozar. Mi sangre estaba helada después de todo esto. Me acerqué lo más que pude a los barrotes ,para apoyarme sobre mi hombro.
-Wood… _dije. No sabía que decirle, ni cómo ayudarla. Lloraba desconsolada. Apoyé mi espalda en la pared tirando la cabeza hacia atrás, pensando.
Dos guardias pasaron por las celdas y fueron dejando unos cuencos con unas hierbas humeantes. Tenían máscaras, e iban semidesnudos como los demás. Ni siquiera nos miraron ni les importó en el estado en qué estábamos. El aroma de esas hierbas no tardaría en impregnarse en nosotros, y nos dificultaría un posible escape al amanecer. Aunque nos soltáramos de las cadenas, sería difícil alcanzarlas porque habían dejado esas cosas a la mitad del pasillo.
Se trataba de una droga alucinógena del terror, donde podíamos perecer del pánico y pesadillas. El humo se intensificaría y entre ellos aparecería en el medio quien era brujo y las llamas de las antorchas se volvieron azules, quedando todo medio en penumbras. Éste tenía los ojos rojizos y una mascarilla de huesos que cubría la parte superior de sus ojos. Se detuvo en el centro del pasillo, delante de una de las vasijas humeantes y dijo:
-Palabras para ustedes en lenguaje mortal desde chamanes: Súbdito de dioses del mortal, enfrentad la primera prueba…Bienvenidos al infierno-diría con una sonrisa antes de marcharse sin escuchar a ninguno.
Me incorporé de golpe, sin que la herida me importara, y exclamé.
-¡Sucio bastardo! ¡Cometes un error al dejarme con vida!-dije amenazante, con los dientes apretados. Pude oír después como cerraban las puertas de hierros en las celdas y todo quedaba a oscuras, con solo unas pequeñas motas de luces azules donde las antorchas.
El humo empezó a hacerse pesado en el aire que respirábamos. Yo permanecí de pié, mirando hacia la puerta, con aire abatido y una mano tendida hacia atrás, la que estaba encadenada. Pero mi pierna derecha flaqueó y caí con un golpe seco a la tierra. No sentí dolor, más que una sustancia cálida volviendo a recorrer por las heridas. Maldije con el rostro casi pegado al suelo. Ese humo era una sustancia llena de mezclas. Haría que la presión arterial se disparara, además de los latidos, y ver nuestras pesadillas, tanto que nos confundiríamos en lo que era real y lo que no.
Ojos se formaron en esa niebla poco iluminada que se extendió muy deprisa por todas las celdas. Donde las paredes y las runas que brillaron como si tuviesen fuego encendido, y hasta podíamos sentir el calor, producto del sudor y fiebre que esa sustancia maligna ingresaba a nuestros pulmones.
Me incorporé de rodillas, y a pesar de que la sangre recorría cálida entre mis puños cerrados, mis manos estaban heladas. Me apoyé contra la celda de la licántropa Wood, sin mirarla. Ella podría ver resplandecer mis ojos de un color naranja y quizá verme sonreír como ella antes lo había hecho y si me tocaba, podría sentir que la muerte estaba cerca. La reliquia resplandecía roja en la entrada de mi celda.
-No debiste venir Wood-murmuré y mirando hacia donde el vampiro dije con voz más fuerte-Y tú, por una mujer desnuda y orgullo… estas acá-mi voz sonó con amargura.
Levanté mi mano derecha, a la vez que la sangre resbalaba por el antebrazo, y miré hacia la silueta de Wood, y los ojos que había detrás de ella y las figuras extrañas que comenzaban a formarse en la humareda. Mi mano temblaba por el pulso pero era como si no lo tuviera. Sentía una poderosa adrenalina que comenzaba a invadirme sin motivo alguno. Voces, ojos, las cosas que temíamos… aparecieran esta noche.
En mi celda, una figura incorpórea se formó, con un cuchillo resplandeciente en sus manos. Me recordé que todo era producto de alucinación, que nada era real.
-No es real, no puede serlo... es alucinación-susurré cerrando los ojos, pero poco después sentí unos cortes y unas cadenas que me tiraron contra el lecho en el suelo, junto a la pared donde estaba encadenado. Cuando abrí los ojos, la cadenas que habían surgido de la nada ya no estaban, pero si los cortes en ms brazos y esa figura comenzó a acercarse. Solo pude ver sus ojos rojos brillantes. No sabía que ocurría con Wood ni el vampiro. Pero si estos cortes eran reales… En un abrir y cerrar los ojos, la criatura clavó de lleno la daga.
Los latidos acelerados, la respiración dificultosa, la muerte tan cerca, y mi menta salía de realidad hacia momentos del pasado que marcaron mi vida, y momentos que casi acabaron conmigo. No pude volver a tomar el control de mi cuerpo, llevando la mano hacia mi pecho con fuerza. La daga ya no estaba, pero sí el dolor, y sentía la sángre salir a borbotones con fuerza. Ladeé mi cabeza hacia la celda de Wood y luego al pasillo, donde gente de mi pasado sonreía apoyandose contra los barrotes, mirándonos el terror que padecíamos y soltando carcajadas con los ojos vacios, en blanco y una piel que desprendía aroma a muerte.
Mi mente me alejó de la realidad para llevarme al último horro vivido, donde decenas de brujos acuchillaron mi cuerpo y en la realidad me tensaba con cada punzaba de dolor, pero resistiendome a gritar. Poco a poco iba sumiendome en la inconciencia, con dolores y la fiebre elevada. Fijé la vista en el techo, tratando de concentrarme y resistir todo esto. Olvidaba esa sustancia y me alejaba de la realidad. Era una ida y venida que no lograba controlar.
- Ojos?:
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Off rol 2: los cortes no sonreles, pero para mas emoción, podemos unir las visiones y alucinaciones como que la vemos los tres iguales ^^ Sydara
Aerandiano de honor
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Re: Imperio salvaje [Interpretativo Libre] [Finalizado]
Las lágrimas poco me dejaban ver qué era lo que en realidad estaba sucediendo a mi alrededor. Las palabras de Woodpecker martillaban mi cabeza una y otra vez, aunque sabía que ella no buscaba herirme, lo hacía con naturalidad, como si hubiese nacido para eso… o de eso. Sydara esbozó un intento de algo, pero éste se vio interrumpido por una especie de chamán o… brujo de ese lugar que traía cuencos humeantes y con un olor que no podía soportar.
Estaba entregada, atisbé a restregarme los ojos que ahora lloraban profusamente con esa mezcla de cosas en el ambiente. Lo siguiente que recuerdo es a Woodpecker tomando el control.
Lo primero que hice, fue eliminar con el pedazo de cuero curtido llamado “falda” las gotas incesantes que brotaban de nuestros ojos. Lo segundo, intentar darle caza al estúpido engendro que trataba de drogarnos, pero eso terminó siendo contraproducente. No sólo no llegaba a las porquerías de cuencos que habían en el pasillo, sino que además había apurado el proceso de su distribución en el ambiente por mis movimientos bruscos que parecían apurar el fuego que consumía quién sabe qué droga solidificada y reseca.
“Bienvenidos al Infierno” dijo un loco que aparecía de por ahí. “Bienvenido al purgatorio en cuanto salga de aquí” pensé con media sonrisa en el rostro. Estaba segura de que esto no sería nuestra muerte, por lo que le observé y olfateé bien para reconocerlo más adelante. Lo que me sorprendió fue ver la reacción del elfo y escuchar sus palabras. Jamás hubiera esperado nada así de él. Fruncí el entrecejo e intercambié algunas palabras con Feith en silencio.
El olor de la sangre del elfo comenzó a hacerse más notable en el ambiente y no pude evitar arrugar la nariz. Era tan deliciosa como la recordaba en mis recuerdos y deseaba probarla, lo deseaba tanto… que sentí que me volvería un sucio vampiro. Miré la celda de enfrente y me prometí resistir. Los lobos éramos mejores que esas malditas almas condenadas a la eternidad. Esbocé una media sonrisa y escuché a Sydara.
-Al menos nuestro sufrimiento tiene límites dije haciendo una mueca con los labios, tenía asco por la vida y por lo que estábamos atravesando. Escupí al suelo y me senté de espaldas al elfo. Al menos mi presencia calmaba un poco a la niña humana dentro de mí. La parte interesante es que parecía que el elfo estaba comenzando a ver cosas… y pronto me di cuenta que veía lo mismo que él. ¿Ojos? Enarqué una ceja mientras permitía que una dulce melodía llenara mis pulmones.
Los ojos que estábamos viendo eran atacables. Tanto que dejé que mi naturaleza de lobo aflorara para poder cazarlos a discreción. Lo que no esperaba era nuevamente ver a Feith fuera de mi cuerpo. Esa mocosa casi me saca el diablo del cuerpo al aparecerse así, como un maldito fantasma, sin vida.
Esto no es real Sydara lo mismo va para ti Feith, vamos súbete a mi lomo, pelearemos juntas contra lo que venga me permití sonreírles, aunque probablemente se debió ver como una especie de amenaza velada… cuánto mejor para mí. Aunque no estaba preparada para ver al elfo sufrir de esa manera. A nuestro alrededor habían decenas de personas desconocidas. Fruncí el ceño, pero realmente eso no ayudaba a recordarlas.
-Woodpe… comenzó a querer reprocharme la humana en mi lomo para ese entonces, pero la verdad se reveló cuando nos dimos cuenta que no eran nuestros recuerdos lastimosos, sino los de él los que estaban siendo revelados.
Me llevé una mano al pecho. Sentía que me estrujaba con fuerza y no me entraba en la cabeza cómo un lugar tan reducido y cerrado como ése pudiera albergar un vacío tan importante y desgarrador. Sydara estaba allí, echado contra nuestra celda, combatiendo contra los tortuosos sonidos que intentaban emerger de su garganta, producto de aquella cantidad de puñaladas que estaba recibiendo. Espolee a Woodpecker, pero no podríamos hacer nada. Ese era un evento vivido, no podíamos detener ese… ese… recuerdo.
-Parece que se ha ganado su pequeño lugar en algún cielo, ¿no crees? preguntó con cierta ironía la loba. Tenía ganas de pegarle, pero mi educación no me lo permitió. Me contenté con echarle la lengua al animal y fingir estar en un lugar muy apartado de aquí, quizás en el río… con mis padres, pero no duró mucho. El río comenzó a tornarse real y de pronto nos encontrábamos en un pueblo siendo desolado por bestias, garras, viento y fuego. Corríamos del humo, las llamas y de cualquiera que nos iba a atropellar y de pronto Woodpecker había desaparecido. En su lugar había un vampiro que nos…me perseguía con la sed estampada en su rostro. Dos lobos salieron a mi encuentro y uno me mordió la pierna. ¡Carajo! escuché la voz de la loba y de pronto todo era paz.
La luna estaba llena y el viento dormía entre los mismos bosques en los que nos encontrábamos. Mi maestro y amante Luner estaba a nuestro lado, ahora Wood era la protagonista, yo apenas tenía consciencia de ese recuerdo, pero sentía una gran opresión en el pecho.
El gran maestro nos vigilaba echado frente a nosotras. El día había pasado sin complicaciones, habíamos comido y nos habíamos revolcado como nuestros instintos mandaban… pero mi corazón comenzó a latir con tanta fuerza que aquellos recuerdos que había procurado enterrar por tantos años comenzaron a aflorar en un torrente que nos envolvía. Sentí en mi interior revolverse aquél bulto, no se trataba de mi otra yo… no. Era otra cosa. Apareció un lobo, era negro como la más honda oscuridad. Y desafió a Luner.
Él me observó con aquellos ojazos marrones y la muerte nos abrazó
______________________________________
Off: eso de Gollum... xDDDD y bueno, como acordamos, aquí subo mi respuesta.
P.D; no se si es evidente pero bueno, lo explicito: Si, Wood una vez estuvo embarazada y se han de imaginar el final de la escena
Estaba entregada, atisbé a restregarme los ojos que ahora lloraban profusamente con esa mezcla de cosas en el ambiente. Lo siguiente que recuerdo es a Woodpecker tomando el control.
Lo primero que hice, fue eliminar con el pedazo de cuero curtido llamado “falda” las gotas incesantes que brotaban de nuestros ojos. Lo segundo, intentar darle caza al estúpido engendro que trataba de drogarnos, pero eso terminó siendo contraproducente. No sólo no llegaba a las porquerías de cuencos que habían en el pasillo, sino que además había apurado el proceso de su distribución en el ambiente por mis movimientos bruscos que parecían apurar el fuego que consumía quién sabe qué droga solidificada y reseca.
“Bienvenidos al Infierno” dijo un loco que aparecía de por ahí. “Bienvenido al purgatorio en cuanto salga de aquí” pensé con media sonrisa en el rostro. Estaba segura de que esto no sería nuestra muerte, por lo que le observé y olfateé bien para reconocerlo más adelante. Lo que me sorprendió fue ver la reacción del elfo y escuchar sus palabras. Jamás hubiera esperado nada así de él. Fruncí el entrecejo e intercambié algunas palabras con Feith en silencio.
El olor de la sangre del elfo comenzó a hacerse más notable en el ambiente y no pude evitar arrugar la nariz. Era tan deliciosa como la recordaba en mis recuerdos y deseaba probarla, lo deseaba tanto… que sentí que me volvería un sucio vampiro. Miré la celda de enfrente y me prometí resistir. Los lobos éramos mejores que esas malditas almas condenadas a la eternidad. Esbocé una media sonrisa y escuché a Sydara.
-Al menos nuestro sufrimiento tiene límites dije haciendo una mueca con los labios, tenía asco por la vida y por lo que estábamos atravesando. Escupí al suelo y me senté de espaldas al elfo. Al menos mi presencia calmaba un poco a la niña humana dentro de mí. La parte interesante es que parecía que el elfo estaba comenzando a ver cosas… y pronto me di cuenta que veía lo mismo que él. ¿Ojos? Enarqué una ceja mientras permitía que una dulce melodía llenara mis pulmones.
One mischievous little woodpecker
Another day, pecking your holes
Ruining the woods, tree wrecker
The angry old forest god turned your poor beak into a poison knife
Poor little wood pecker
Your nesting holes are all tainted, your food with toxins rife
Touch your friends, and they all will die falling at your feet
Oh, sad little woodpecker
Poisonous tears, shining brightly, as they stream down your cheeks
Another day, pecking your holes
Ruining the woods, tree wrecker
The angry old forest god turned your poor beak into a poison knife
Poor little wood pecker
Your nesting holes are all tainted, your food with toxins rife
Touch your friends, and they all will die falling at your feet
Oh, sad little woodpecker
Poisonous tears, shining brightly, as they stream down your cheeks
Los ojos que estábamos viendo eran atacables. Tanto que dejé que mi naturaleza de lobo aflorara para poder cazarlos a discreción. Lo que no esperaba era nuevamente ver a Feith fuera de mi cuerpo. Esa mocosa casi me saca el diablo del cuerpo al aparecerse así, como un maldito fantasma, sin vida.
- Woodpecker:
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- Feith:
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Esto no es real Sydara lo mismo va para ti Feith, vamos súbete a mi lomo, pelearemos juntas contra lo que venga me permití sonreírles, aunque probablemente se debió ver como una especie de amenaza velada… cuánto mejor para mí. Aunque no estaba preparada para ver al elfo sufrir de esa manera. A nuestro alrededor habían decenas de personas desconocidas. Fruncí el ceño, pero realmente eso no ayudaba a recordarlas.
-Woodpe… comenzó a querer reprocharme la humana en mi lomo para ese entonces, pero la verdad se reveló cuando nos dimos cuenta que no eran nuestros recuerdos lastimosos, sino los de él los que estaban siendo revelados.
Me llevé una mano al pecho. Sentía que me estrujaba con fuerza y no me entraba en la cabeza cómo un lugar tan reducido y cerrado como ése pudiera albergar un vacío tan importante y desgarrador. Sydara estaba allí, echado contra nuestra celda, combatiendo contra los tortuosos sonidos que intentaban emerger de su garganta, producto de aquella cantidad de puñaladas que estaba recibiendo. Espolee a Woodpecker, pero no podríamos hacer nada. Ese era un evento vivido, no podíamos detener ese… ese… recuerdo.
-Parece que se ha ganado su pequeño lugar en algún cielo, ¿no crees? preguntó con cierta ironía la loba. Tenía ganas de pegarle, pero mi educación no me lo permitió. Me contenté con echarle la lengua al animal y fingir estar en un lugar muy apartado de aquí, quizás en el río… con mis padres, pero no duró mucho. El río comenzó a tornarse real y de pronto nos encontrábamos en un pueblo siendo desolado por bestias, garras, viento y fuego. Corríamos del humo, las llamas y de cualquiera que nos iba a atropellar y de pronto Woodpecker había desaparecido. En su lugar había un vampiro que nos…me perseguía con la sed estampada en su rostro. Dos lobos salieron a mi encuentro y uno me mordió la pierna. ¡Carajo! escuché la voz de la loba y de pronto todo era paz.
La luna estaba llena y el viento dormía entre los mismos bosques en los que nos encontrábamos. Mi maestro y amante Luner estaba a nuestro lado, ahora Wood era la protagonista, yo apenas tenía consciencia de ese recuerdo, pero sentía una gran opresión en el pecho.
El gran maestro nos vigilaba echado frente a nosotras. El día había pasado sin complicaciones, habíamos comido y nos habíamos revolcado como nuestros instintos mandaban… pero mi corazón comenzó a latir con tanta fuerza que aquellos recuerdos que había procurado enterrar por tantos años comenzaron a aflorar en un torrente que nos envolvía. Sentí en mi interior revolverse aquél bulto, no se trataba de mi otra yo… no. Era otra cosa. Apareció un lobo, era negro como la más honda oscuridad. Y desafió a Luner.
- Desafiante:
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- Luner:
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Él me observó con aquellos ojazos marrones y la muerte nos abrazó
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Off: eso de Gollum... xDDDD y bueno, como acordamos, aquí subo mi respuesta.
P.D; no se si es evidente pero bueno, lo explicito: Si, Wood una vez estuvo embarazada y se han de imaginar el final de la escena
Woodpecker
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Re: Imperio salvaje [Interpretativo Libre] [Finalizado]
La herida comenzó a sangrar un poco más mientras pasaba el tiempo. Paul seguía con una sonrisa mientras sus ojos se cerraban pero el esfuerzo que hacía por quedar despierto y no desmayar, era mayor. -Vaya... Moriré...-Dijo, recostado contra la pared y trataba de seguir despierto.
Algo comenzó a moverse bruscamente en otra celda, quizá era la chica transformándose o algo así. El vampiro sabía perfectamente que era un licántropo y eso hizo que comience a reír a carcajadas de forma maliciosa mientras esperaba que llegase algo que le salve la vida. El otro ser que estaba al lado del licántropo, estaba tratando de ayudarla pero se escuchaba que era imposible.
La tensión invadía los hogares que habían allí, haciendo que todos comiencen a preocuparse. Pero algo había cambiado en esa chica luego de haber sucedido aquella transformación o lo que fuese... La licántropo tenía una voz demasiado grave que hizo llenar de perplejidad a Paul. -Lo sé, un seductor no sirve de mucho en un combate pero trataré de ayudar.-Habló con nervios pero sin quitar aquella sonrisa pícara que hacía en esa oscura celda.
Él notaba que esa voz o ese ser, tenía un poco de odio a los vampiro, algo que le alegró bastante y con sus uñas, comenzó a jugar. -Vamos... No todos los vampiros malvados.-Respondió mientras seguía emanando sangre de su torso pero no podía limpiarse ya que tenía sus manos encadenadas en la pared para que no volviese a matar a otro indio.
Para más misterio, una voz dulce se escuchó por el lugar, elogiando al colmilludo. -Quizás pueda ayudarles... Gracias-Habló con una sonrisa leve quedando en silencio dado que unos pasos resonaron por el pasillo donde pusieron unos cuencos que llevaba humo. Algo no iba bien ya que ese olor que emanaba, no parecía el de un perfume o algo parecido. El ardiente corazón de Paul comenzó a latir fuertemente mientras seguía encadenado y sus dientes derramaban saliva espesa.
-"Bienvenidos al infierno"-Dijo alguien que estaba fuera de las celdas, para luego irse y dejarlos con el humo y la soledad... Mas la oscuridad...
-Un vampiro no se asusta tan fácilmente... ¡Deberías esconderte, porque hoy no será el día en que yo muera!.-Recriminó valientemente mientras escuchaba los comentarios de sus vecinos de celda. El aire limpio con el humo se mezclaba, haciendo que se respirase algo desconocido... Quizá una droga o algo.
Unos ojos comenzaron a aparecer, intimidando a los presentes. El elfo dijo unas palabras a "Wood" y al moribundo inhumano que se retorcía para quitarse las cadenas "Y tú, por una mujer desnuda y orgullo… estas acá". El oído del pelinegro, se movió un poco e hizo que haya una respuesta ante a esa oración.
-Estoy listo para lo que venga....-Dijo de forma audaz mientras aquel moreno se mantuvo quieto y con un rostro de seriedad que miraba a la puerta. El sudor comenzó a pasar por el herido rostro del vampiro mientras la sangre del torso, coloreaba su camisa de un tono rojo oscuro.
Paul abrió sus ojos como platos y su quijada comenzó a temblar del pánico que había llegado tan de repente. Mas miedo le causó cuando escuchó gritar a sus vecinos de celda que estaban asustados de algo que el seductor no podía ver. -Pedro Moreau... ¿QUÉ HACES AQUÍ?.DESDE DEL INCIDENTE EN SACRESTIC VILLE, ¿NO HABÍAS MUERTO?-Dijo el seductor miedoso , su perplejidad fue tan grande que casi se trauma ante aquella voz grave y pausada que llevaba su amigo. De alguna forma terminó en Sacrestic Ville en una tarde gris viendo a su hermano "Pedro Moreau" su enemigo más grande que ha tratado de matar a Paul más de 10 veces.
-¿Qué pasa Paul?, ¿ACASO TIENES MIEDO?.-Dijo Pedro mientras agarraba el cuello de su hermano y comenzaba a apretar con tanta fuerza que hasta los huesos le tronaban. -S..Su..Sueltame bastardo...-Habló el chupasangre mientras forcejeaba para no morir pero estaba dejando de respirar y quizá estaba a punto de morir.
El barbudo "Pedro" pateó el abdomen de Paul y lo estrelló contra un muro. Aquel colmilludo se levantó tambaleándose mientras botaba un poco de sangre por su boca y trataba de seguir en pie. -No me mates hermano mío... Somos familia y debemos ayudarnos mutuamente.-Dijo mientras botaba una lagrima.
-¡CÁLLATE Y PELEA!.-Dijo Pedro mientras sacaba su espada y se ponía en guardia.
Off: Perdón por el post tan corto, tenía dolor de cabeza y debía asistir a una reunión. Prometo un post más largo en el siguiente.
Algo comenzó a moverse bruscamente en otra celda, quizá era la chica transformándose o algo así. El vampiro sabía perfectamente que era un licántropo y eso hizo que comience a reír a carcajadas de forma maliciosa mientras esperaba que llegase algo que le salve la vida. El otro ser que estaba al lado del licántropo, estaba tratando de ayudarla pero se escuchaba que era imposible.
La tensión invadía los hogares que habían allí, haciendo que todos comiencen a preocuparse. Pero algo había cambiado en esa chica luego de haber sucedido aquella transformación o lo que fuese... La licántropo tenía una voz demasiado grave que hizo llenar de perplejidad a Paul. -Lo sé, un seductor no sirve de mucho en un combate pero trataré de ayudar.-Habló con nervios pero sin quitar aquella sonrisa pícara que hacía en esa oscura celda.
Él notaba que esa voz o ese ser, tenía un poco de odio a los vampiro, algo que le alegró bastante y con sus uñas, comenzó a jugar. -Vamos... No todos los vampiros malvados.-Respondió mientras seguía emanando sangre de su torso pero no podía limpiarse ya que tenía sus manos encadenadas en la pared para que no volviese a matar a otro indio.
Para más misterio, una voz dulce se escuchó por el lugar, elogiando al colmilludo. -Quizás pueda ayudarles... Gracias-Habló con una sonrisa leve quedando en silencio dado que unos pasos resonaron por el pasillo donde pusieron unos cuencos que llevaba humo. Algo no iba bien ya que ese olor que emanaba, no parecía el de un perfume o algo parecido. El ardiente corazón de Paul comenzó a latir fuertemente mientras seguía encadenado y sus dientes derramaban saliva espesa.
-"Bienvenidos al infierno"-Dijo alguien que estaba fuera de las celdas, para luego irse y dejarlos con el humo y la soledad... Mas la oscuridad...
-Un vampiro no se asusta tan fácilmente... ¡Deberías esconderte, porque hoy no será el día en que yo muera!.-Recriminó valientemente mientras escuchaba los comentarios de sus vecinos de celda. El aire limpio con el humo se mezclaba, haciendo que se respirase algo desconocido... Quizá una droga o algo.
Unos ojos comenzaron a aparecer, intimidando a los presentes. El elfo dijo unas palabras a "Wood" y al moribundo inhumano que se retorcía para quitarse las cadenas "Y tú, por una mujer desnuda y orgullo… estas acá". El oído del pelinegro, se movió un poco e hizo que haya una respuesta ante a esa oración.
-Estoy listo para lo que venga....-Dijo de forma audaz mientras aquel moreno se mantuvo quieto y con un rostro de seriedad que miraba a la puerta. El sudor comenzó a pasar por el herido rostro del vampiro mientras la sangre del torso, coloreaba su camisa de un tono rojo oscuro.
Mentiroso...
No existe un ser que no tenga miedo a algo...
Tu mente sabe a qué le tienes miedo y no obraré yo, si no tu mente creará a tu miedo...
Prepárate seductor estúpido...
No existe un ser que no tenga miedo a algo...
Tu mente sabe a qué le tienes miedo y no obraré yo, si no tu mente creará a tu miedo...
Prepárate seductor estúpido...
Paul abrió sus ojos como platos y su quijada comenzó a temblar del pánico que había llegado tan de repente. Mas miedo le causó cuando escuchó gritar a sus vecinos de celda que estaban asustados de algo que el seductor no podía ver. -Pedro Moreau... ¿QUÉ HACES AQUÍ?.DESDE DEL INCIDENTE EN SACRESTIC VILLE, ¿NO HABÍAS MUERTO?-Dijo el seductor miedoso , su perplejidad fue tan grande que casi se trauma ante aquella voz grave y pausada que llevaba su amigo. De alguna forma terminó en Sacrestic Ville en una tarde gris viendo a su hermano "Pedro Moreau" su enemigo más grande que ha tratado de matar a Paul más de 10 veces.
- Pedro Moreau:
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-¿Qué pasa Paul?, ¿ACASO TIENES MIEDO?.-Dijo Pedro mientras agarraba el cuello de su hermano y comenzaba a apretar con tanta fuerza que hasta los huesos le tronaban. -S..Su..Sueltame bastardo...-Habló el chupasangre mientras forcejeaba para no morir pero estaba dejando de respirar y quizá estaba a punto de morir.
El barbudo "Pedro" pateó el abdomen de Paul y lo estrelló contra un muro. Aquel colmilludo se levantó tambaleándose mientras botaba un poco de sangre por su boca y trataba de seguir en pie. -No me mates hermano mío... Somos familia y debemos ayudarnos mutuamente.-Dijo mientras botaba una lagrima.
-¡CÁLLATE Y PELEA!.-Dijo Pedro mientras sacaba su espada y se ponía en guardia.
- Aspecto de Paul:
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Off: Perdón por el post tan corto, tenía dolor de cabeza y debía asistir a una reunión. Prometo un post más largo en el siguiente.
Paul Brown Moreau
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Re: Imperio salvaje [Interpretativo Libre] [Finalizado]
Abrí lentamente los ojos, mientras los ruidos se aclaraban mostrándose en gritos, tambores y el lenguaje de los salvajes. La luz del pegó en mi rostro y tuve que parpadear hasta acostumbrarme. Estaba atado a dos postes, como el día anterior mis guardias y a lado de mí habían otros dos postes y bañaban en una sustancia que olía a diversas flores a alguien. Había arrojado la misma sustancia sobre mí, y afortunadamente me había quitado la sangre con la que me cubrieron antes. Al vampiro no conseguí verlo. Solo sabía que estaba en el centro circular de uso muros, como una arena de lucha, pero acá habían antorchas, gradas donde se apostaban los salvajes y varias entradas de rejas con algún pasadizo a tierra subterránea o salas.
Frente a mí, Ocker dirigía palabras a sus ciudadanos. Éstos estaban impaciente por lo que estaba por acontecer. Yumalai, el guerrero Azuno, Warrior, y los tres chamanes estaban allí con diversas cuencas y cerca, habían dos mesas. Una con armas, y otra con vasijas humeantes y diversas sustancias.
Mi visión estaba demasiado borrosa pero buscaba con la mirada al vampiro, a la licántropa y mis guardias elfos. Sentía mi cuerpo escaso de fuerza, pero con ganas de librarme de todo esto. No podía sucumbir en este lugar. Era indignante… Sabía que la muerte no era justa, pero me parecía demasiado irónico si sucedía acá. Pensé que el joven que estaba enfrente de mi celda, podría haber perdido mucha sangre con su herida. Dudaba si siguiera con vida pero si lo estaba, mejor.
Yumalai se me acercó. Tenía mi colgante en sus manos. Levantó mi mentón para que la viera a los ojos, interponiéndose ante el sol que me encandilaba.
-Vampiro inmortal beber sangre de mortal o de tu esposa y pelear con Ozuno o Warrior. Tú y esposa, tener manos clavadas el uno al otro en el poste de tu mano izquierda para vuestra unión y la sangre que caída, caer a recipiente donde beber un trago ambos-señaló Yumalai la vasija que había debajo.-Esposa dar corazón a cuerpo mortal de dios. Guerrero que quede con vida entre inmortal vampiro y esos dos-señaló a Warrior y Ozuno –purificar corazón de esposa para dios y quemar cuerpo mortal de dios con corazón-habló repitiendo algunas palabras.
Forcejeé con las cuerdas que ataban mis manos hacia los postes de maderas a cada lado mío. Mis pies estaban atados juntos, pero no sentí un nudo muy firme, pero como podía mover solo una pierna, me costaba más. No era muy difícil de desatar.
Yumalai se apartó de nosotros dispuesta a seguir con el plan. Según lo dicho por ella, era posible que el vampiro estuviera vivo. Aun no habían clavado mi mano izquierda con la de Wood y giré mi cabeza para ver si estaba a la par mía. Se interponía uno de los chamanes. Giré sobre las cuerdas y el palo de madera, la muñeca derecha para comprobar que tan fuerte era el nudo. Mis armas seguía teniéndolas el Ocker ese y sus dos guerreros estaban detrás de él, esperando ser elegidos por el vampiro y dar un combate a muerte.
No recordaba bien lo ocurrido durante la noche, pero juraba haber visto a lobos, y otro hombre intentando matar al vampiro. Había tenido fortuna al resistir esa droga del terror en las celdas.
La esposa del jefe pasó mi reliquia la mano de uno de los chamanes, que tenia atuendo diferente a los otros dos. Sonrió mirando la joya en sus manos, entreteniéndose unos momentos y jugueteando. Solté un bufido de rabia cuando Yumalai se me acercó, llevando su dedo índice a mi garganta, presionando con ella hasta dejar una marca, mirándome fijo. En vano ladeé mi cabeza para pasar de esto.
-Si no arrancar corazón a esposa, ella arrancar el tuyo-habló con una sonrisa, mostrando sus dientes.
De un salto con entusiasmo, corrió a lado de su esposo para dirigirse a una tarima apartada a un extremo de ese lugar. No era muy grande. Un resplandor brilló en los ojos del chaman que tenía mi reliquia, y pronto el fulgor se reflejó en mis ojos de repente, sintiendo una sensación extraña en todo mi cuerpo.
-Soltadlo y empezad. ¡Osi eregol!-exclamó para dar inicio al evento Yumalai.
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Off rol: lamento la tardanza.
Frente a mí, Ocker dirigía palabras a sus ciudadanos. Éstos estaban impaciente por lo que estaba por acontecer. Yumalai, el guerrero Azuno, Warrior, y los tres chamanes estaban allí con diversas cuencas y cerca, habían dos mesas. Una con armas, y otra con vasijas humeantes y diversas sustancias.
Mi visión estaba demasiado borrosa pero buscaba con la mirada al vampiro, a la licántropa y mis guardias elfos. Sentía mi cuerpo escaso de fuerza, pero con ganas de librarme de todo esto. No podía sucumbir en este lugar. Era indignante… Sabía que la muerte no era justa, pero me parecía demasiado irónico si sucedía acá. Pensé que el joven que estaba enfrente de mi celda, podría haber perdido mucha sangre con su herida. Dudaba si siguiera con vida pero si lo estaba, mejor.
Yumalai se me acercó. Tenía mi colgante en sus manos. Levantó mi mentón para que la viera a los ojos, interponiéndose ante el sol que me encandilaba.
-Vampiro inmortal beber sangre de mortal o de tu esposa y pelear con Ozuno o Warrior. Tú y esposa, tener manos clavadas el uno al otro en el poste de tu mano izquierda para vuestra unión y la sangre que caída, caer a recipiente donde beber un trago ambos-señaló Yumalai la vasija que había debajo.-Esposa dar corazón a cuerpo mortal de dios. Guerrero que quede con vida entre inmortal vampiro y esos dos-señaló a Warrior y Ozuno –purificar corazón de esposa para dios y quemar cuerpo mortal de dios con corazón-habló repitiendo algunas palabras.
Forcejeé con las cuerdas que ataban mis manos hacia los postes de maderas a cada lado mío. Mis pies estaban atados juntos, pero no sentí un nudo muy firme, pero como podía mover solo una pierna, me costaba más. No era muy difícil de desatar.
Yumalai se apartó de nosotros dispuesta a seguir con el plan. Según lo dicho por ella, era posible que el vampiro estuviera vivo. Aun no habían clavado mi mano izquierda con la de Wood y giré mi cabeza para ver si estaba a la par mía. Se interponía uno de los chamanes. Giré sobre las cuerdas y el palo de madera, la muñeca derecha para comprobar que tan fuerte era el nudo. Mis armas seguía teniéndolas el Ocker ese y sus dos guerreros estaban detrás de él, esperando ser elegidos por el vampiro y dar un combate a muerte.
No recordaba bien lo ocurrido durante la noche, pero juraba haber visto a lobos, y otro hombre intentando matar al vampiro. Había tenido fortuna al resistir esa droga del terror en las celdas.
La esposa del jefe pasó mi reliquia la mano de uno de los chamanes, que tenia atuendo diferente a los otros dos. Sonrió mirando la joya en sus manos, entreteniéndose unos momentos y jugueteando. Solté un bufido de rabia cuando Yumalai se me acercó, llevando su dedo índice a mi garganta, presionando con ella hasta dejar una marca, mirándome fijo. En vano ladeé mi cabeza para pasar de esto.
-Si no arrancar corazón a esposa, ella arrancar el tuyo-habló con una sonrisa, mostrando sus dientes.
De un salto con entusiasmo, corrió a lado de su esposo para dirigirse a una tarima apartada a un extremo de ese lugar. No era muy grande. Un resplandor brilló en los ojos del chaman que tenía mi reliquia, y pronto el fulgor se reflejó en mis ojos de repente, sintiendo una sensación extraña en todo mi cuerpo.
-Soltadlo y empezad. ¡Osi eregol!-exclamó para dar inicio al evento Yumalai.
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Off rol: lamento la tardanza.
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Re: Imperio salvaje [Interpretativo Libre] [Finalizado]
El Sol picaba fuerte y me dolían manos y piernas. Una sensación de resequedad invadía mi garganta, pero lo peor era que me sentía sola, bueno, no exactamente, pero sí. Volvía a ser una sola, la unipersonal Wood. Algunas voces comenzaron a hacerse entendibles, al principio habían sido vagos zumbidos, pero terminé por escuchar tan claro como el cristal. Una mujer estaba hablando muy cerca de mí. Conocía esa voz, pero mi cabeza marchaba muy lentamente.
Abrí los ojos y vi el suelo con tierra y pequeñas piedras al igual que a mis pies. Estaba vestida… nuevamente. Algunos sucesos de la noche anterior comenzaron a pasar rápidamente frente a mis ojos. Parpadee, más despabilada. Levanté la cabeza que me colgaba en la posición extraña en la que me encontraba ahora. “Vaya que tienen manía por vestirme” pensé enfocando la visión borrosa en la tal Yumalai que hablaba con alguien más a mi costado. Miré los alrededores. Aún estaba aletargada.
No es un vampiro inmortal, es Paul murmuré, cada palabra me hacía ampliar la consciencia aunque suponía un esfuerzo hablar. Tenía tanta sed que me dolía la garganta. Olfatee agua de flores y me relamí. La aborigen psicópata decía que nos comeríamos nuestros corazones. Ya habían dos a los que les deparaba la muerte antes de que el mío dejase de latir. Dejé caer mi cabeza, no tenía ganas de mucho.
Las escenas en las mazmorras aún estaban claras en mi mente, esos malditos realmente sabían como desmotivar a alguien. Me preguntaba como estaría el vampiro después de lo de esa noche. “¿Cuánto tiempo habría pasado?” Cerré los ojos y los volví a abrir cuando alguien me movía de posición. Sentí que la sangre volvía a mis extremidades y me sobé donde había estado la piola que me retenía. Me mantuve en cuatro patas en el suelo, tratando de volver en mí. Estaba confusa.
Sentí el olor de Sydara por lo que levanté la vista. Le sonreí a su sombra e intenté incorporarme. Syd… tengo mucha sed. En breve estaré perdida y tendrás que huir de mi. Alguien me levantó del suelo y me jaló de un brazo para que me incorporase. La temperatura estaba subiendo en mi cuerpo y sentía que iba a estallar. Pronto me convertiría en un lobo furioso. Procuré tener en mente la cara de Yumalai y la del tipo de las drogas en el calabozo. Ellos se irían conmigo. Sangre clamé entre delirios para luego comenzar a reír con la poca fuerza que me quedaba. En mi mente, mi canción comenzaba a sonar.
________________________
Off: Esto... como ya dije, no supe a qué atenerme y lo último que escribiste Syd no se a qué apuntaba, por lo que decidí quedarme un poco al margen. Les dejo carta blanca con Wood, por ahora solo parece que se transformará con el olor a sangre y comenzará la lluvia de sangre xD pero bue'... ya verán ustedes
Abrí los ojos y vi el suelo con tierra y pequeñas piedras al igual que a mis pies. Estaba vestida… nuevamente. Algunos sucesos de la noche anterior comenzaron a pasar rápidamente frente a mis ojos. Parpadee, más despabilada. Levanté la cabeza que me colgaba en la posición extraña en la que me encontraba ahora. “Vaya que tienen manía por vestirme” pensé enfocando la visión borrosa en la tal Yumalai que hablaba con alguien más a mi costado. Miré los alrededores. Aún estaba aletargada.
No es un vampiro inmortal, es Paul murmuré, cada palabra me hacía ampliar la consciencia aunque suponía un esfuerzo hablar. Tenía tanta sed que me dolía la garganta. Olfatee agua de flores y me relamí. La aborigen psicópata decía que nos comeríamos nuestros corazones. Ya habían dos a los que les deparaba la muerte antes de que el mío dejase de latir. Dejé caer mi cabeza, no tenía ganas de mucho.
Las escenas en las mazmorras aún estaban claras en mi mente, esos malditos realmente sabían como desmotivar a alguien. Me preguntaba como estaría el vampiro después de lo de esa noche. “¿Cuánto tiempo habría pasado?” Cerré los ojos y los volví a abrir cuando alguien me movía de posición. Sentí que la sangre volvía a mis extremidades y me sobé donde había estado la piola que me retenía. Me mantuve en cuatro patas en el suelo, tratando de volver en mí. Estaba confusa.
Sentí el olor de Sydara por lo que levanté la vista. Le sonreí a su sombra e intenté incorporarme. Syd… tengo mucha sed. En breve estaré perdida y tendrás que huir de mi. Alguien me levantó del suelo y me jaló de un brazo para que me incorporase. La temperatura estaba subiendo en mi cuerpo y sentía que iba a estallar. Pronto me convertiría en un lobo furioso. Procuré tener en mente la cara de Yumalai y la del tipo de las drogas en el calabozo. Ellos se irían conmigo. Sangre clamé entre delirios para luego comenzar a reír con la poca fuerza que me quedaba. En mi mente, mi canción comenzaba a sonar.
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Off: Esto... como ya dije, no supe a qué atenerme y lo último que escribiste Syd no se a qué apuntaba, por lo que decidí quedarme un poco al margen. Les dejo carta blanca con Wood, por ahora solo parece que se transformará con el olor a sangre y comenzará la lluvia de sangre xD pero bue'... ya verán ustedes
Woodpecker
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Re: Imperio salvaje [Interpretativo Libre] [Finalizado]
Sus ojos seguían cerrados... Paul estaba en el suelo con su rostro pálido y sin fuerzas donde el tiempo pasaba llegando la hora de la "muerte"... Solo unos segundos deparaban el alma de ese hombre que escuchaba el ruido del final. Entrando en su sueño, vemos como aquel vampiro está encerrado en llamas mientras que sus ropas se deterioran y se ahoga lentamente. Ser seductor no es tarea fácil y se necesita recorrer mucho para eso...
-¿He muerto?...-Decía ese joven mientras miraba sus manos y veía la palidez extrema que llevaba... Sus venas se marcaban notablemente hasta que se hinchaban por la calor que hay, convirtiendo su sangre liquida, en espesa. Su cuerpo estaba desnudo y esas llamas que le rodeaban, se acercaban mas y mas hasta que el fuego le tocó su cuerpo, prendiéndolo en llamas. -¡AAARRRGH!.-Fue su último alarido luego de haber sido consumido en las llamas.
Luego de eso, la oscuridad y el silencio aparecieron junto con una canción triste. Saliendo del sueño, vemos el cuerpo de Paul en el suelo con sus brazos abiertos y su torso sangrando... Warrior Keeper miraba ese cuerpo y seguía con su rostro serio. -Vampiro no haber resistido el hachazo... Vampiro ha muerto...-Habló aquel musculoso mientras bajaba lentamente su cabeza y guardaba su hacha.
En ese momento se escucho a Woodpecker diciendo la cruda realidad "No es un vampiro inmortal, es Paul". La sangre del colmilludo se dirigía hacia la Licántropo y el elfo que estaban en otra parte donde había una ceremonia. El cuerpo "difunto" del morocho seguía escuchando y oía perfectamente la ceremonia. -¿Por qué sigo escuchando?, ¿acaso no he muerto?-Resonó en la cabeza del "muerto" que estaba en el suelo.
Del cuerpo, comenzó a desprenderse un espíritu que era casi invisible... Ese espíritu iba al cielo de forma desnuda mientras miraba a todos. -Bueno... Creo que este ha sido mi fin...-Se escuchó pero el alma seguía subiendo sin parar como si tuviese alas.
En fin... Fue un vampiro que no le faltó nada.... Tuvo dinero, tuvo mujeres, tuvo alegría, tuvo aventuras pero quiso tener.... ¡HONOR!. Esa alma partía lentamente, abandonando la faz de la tierra y quizá pasando a un lugar majestuoso. Hubieron muchas promesas que iba a cumplir pero no iban a hacer cumplidas... Solo quedaba que pasara los cielos, despidiéndose al fin de la tierra y dejando su cuerpo que se pudra en el fuego.
-No puedo creer que haya perdido la vida...-Habló con tristeza pero con un poco de nostalgia de haber pisado un lugar fantástico.
-No puedo abandonar un combate ni mucho menos dejar morir a mis compañeros. -Habló, dejándome perplejo, puesto que su actitud cambió por unos segundos... Su forma de ser era despreocupada y no le importaba que murieran sus conocidos pero... Dijo unas palabras honorables.
Aunque quería volver a su cuerpo, una fuerza extraña no le dejaba y lo forzaba a seguir flotando para irse de una vez por todas del mundo. Pero una voz aguda y entrecortada lo sorprendió tanto que hizo que dejara de flotar... Esa voz era de su madre, a la que le prometió alguna vez volver luego de su aventura sano y salvo. -No me dejarás sola... ¿Verdad... Hijo?...-El alma de Paul bajó de golpe al cuerpo "difunto" y al regresar de nuevo a su cuerpo, su torso de manera extraña dejó de sangrar y antes un poco aquel liquido carmesí, entró de nuevo.
-*¡No puedo morir sin haber vuelto a donde mi madre....*-Resonó nuevamente por su mente haciendo que Warrior Keeper voltee a mirar y vea la herida de nuevo. -¿QUÉ?, La herida ha cerrado...-Dijo ese fortachon mientras sacaba su hacha y la alistaba, alarmando a Ozuno.
Los dedos del vampiro se movieron al tiempo haciendo que abra un poco su boca. Syd… tengo mucha sed. En breve estaré perdida y tendrás que huir de mi.-Escuchó que salía esa frase de Woodpecker y eso hizo que comenzara a levantarse lenta y dolorosamente. Sus huesos tronaban mientras se levantaban y la sangre salía de su boca mientras forzaba sus pies para que le levantaran.
Al haber estado sobre sus pies, Paul quiso contestar de una manera sonriente y un poco cómica a lo que había dicho anteriormente Wood. -Bebe de mi sangre... Sé que nuestras razas no se entienden, pero prefiero que alguien beba de ese liquido a que se desperdicie en el suelo, jejeje...-Dijo mientras agarraba un indio de los que estaban parados y le bebía la sangre que llevaba, dejándolo tan seco como un desierto.
Unos indios se enfurecieron e iban a atacar pero Warrior les detuvo. -Déjenlo... El restaurar su poder o no durar en el combate.-Acertó el guerrero mientras preparaba al fin su hacha y el combate estaba a punto de comenzar.
Luego de haber absorbido toda la sangre que llevaba ese soldado, apareció una muchacha junto con dos guardianes para decirle a quien de los dos guerreros escoge para pelear. Sin más preámbulo y con cierto grado de ser obvio, escogió a Warrior Keeper, señalándolo mientras sacaba su espada.
-Esta vez si no te lo perdonaré... Warrior...-Habló el chupasangre apretando la espada tan fuerte, que sus venas le brotaban y presionada sus dientes del odio mas el rencor que le tenía.
Los salvajes comenzaron a tocar los tambores mientras una mujer que llevaba una voz angelical, comenzaba a cantar mientras esos dos contrincantes se miraban con odio y furia que se transmitían. -¡Qué comience el combate!-Dijo el que había traído el humo anteriormente que se le veía una sonrisa maliciosa.
Warrior Keeper vs Paul Brown Moreau (Combate a muerte)
Rápidamente los dos estrellaron sus armas, creando una chispa y un poco de brisa por el lugar. El colmilludo pateó al musculoso en el estómago, retrocediendo su cuerpo para luego poner su espada con el filo al frente y lanzarse a clavarla como un toro. Warrior esquivó sin problemas el ataque y le pegó un golpe en el rostro al nuestro héroe, haciéndolo volar contra el suelo. Sin dolor, se levantó y lanzando un escupitajo, estrelló la espada contra la hacha y con aquel arma filosa, desbarató la defensa del indio musculoso para luego cortarle el pecho descubierto que llevaba.
-¡Excelente!.-Habló para luego Warrior Keeper enfurecerse y pegar un hachazo hacia el suelo, haciendo temblar el suelo y creando grietas. Paul esquivó el ataque y con un golpe en el rostro al grandullón, hizo que se encabronara más. -Morirás hoy.-Dijo ese guerrero pegando un hachazo en las costillas del joven. El golpe fue tan fuerte que hizo estrellar al vampiro contra un muro, haciendo caer aquel pared al suelo.
La sangre comenzó a brotar desde las costillas haciendo que le sea difícil respirar pero aún no se daba por vencido. El morocho al voltear, vio a Sydara y Woodpecker que estaban allí ya que había tumbado el muro que los separaba. -H...Hola... ¿Cómo están mis vecinos de celda?... Jeje...-Habló mientras botaba sangre por la boca e iba corriendo hacia Warrior para enterrarle la espada.
El musculoso iba a atacar de nuevo con su hacha pero Paul se movió rápidamente y enterró su espada en el abdomen de su contrincante. -Venganza.-Se burló mientras desenterraba lentamente la espada, haciendo que el monstruo ese le zampe un golpe y lo aleje junto con su espada.
-Jajajá... No doler mucho... Ser grande y fuerte significa ser resistente... ¡Nadie me vence!.-Dijo lanzando el hachazo al colmilludo rápidamente. ¿Alcanzará a esquivar el ataque?, ¿morirá sí lo recibe?, no se sabe... Solo el destino depara todo ello... No será fácil derrotar a Warrior Keeper...
-¿He muerto?...-Decía ese joven mientras miraba sus manos y veía la palidez extrema que llevaba... Sus venas se marcaban notablemente hasta que se hinchaban por la calor que hay, convirtiendo su sangre liquida, en espesa. Su cuerpo estaba desnudo y esas llamas que le rodeaban, se acercaban mas y mas hasta que el fuego le tocó su cuerpo, prendiéndolo en llamas. -¡AAARRRGH!.-Fue su último alarido luego de haber sido consumido en las llamas.
Luego de eso, la oscuridad y el silencio aparecieron junto con una canción triste. Saliendo del sueño, vemos el cuerpo de Paul en el suelo con sus brazos abiertos y su torso sangrando... Warrior Keeper miraba ese cuerpo y seguía con su rostro serio. -Vampiro no haber resistido el hachazo... Vampiro ha muerto...-Habló aquel musculoso mientras bajaba lentamente su cabeza y guardaba su hacha.
En ese momento se escucho a Woodpecker diciendo la cruda realidad "No es un vampiro inmortal, es Paul". La sangre del colmilludo se dirigía hacia la Licántropo y el elfo que estaban en otra parte donde había una ceremonia. El cuerpo "difunto" del morocho seguía escuchando y oía perfectamente la ceremonia. -¿Por qué sigo escuchando?, ¿acaso no he muerto?-Resonó en la cabeza del "muerto" que estaba en el suelo.
Del cuerpo, comenzó a desprenderse un espíritu que era casi invisible... Ese espíritu iba al cielo de forma desnuda mientras miraba a todos. -Bueno... Creo que este ha sido mi fin...-Se escuchó pero el alma seguía subiendo sin parar como si tuviese alas.
En fin... Fue un vampiro que no le faltó nada.... Tuvo dinero, tuvo mujeres, tuvo alegría, tuvo aventuras pero quiso tener.... ¡HONOR!. Esa alma partía lentamente, abandonando la faz de la tierra y quizá pasando a un lugar majestuoso. Hubieron muchas promesas que iba a cumplir pero no iban a hacer cumplidas... Solo quedaba que pasara los cielos, despidiéndose al fin de la tierra y dejando su cuerpo que se pudra en el fuego.
-No puedo creer que haya perdido la vida...-Habló con tristeza pero con un poco de nostalgia de haber pisado un lugar fantástico.
-No puedo abandonar un combate ni mucho menos dejar morir a mis compañeros. -Habló, dejándome perplejo, puesto que su actitud cambió por unos segundos... Su forma de ser era despreocupada y no le importaba que murieran sus conocidos pero... Dijo unas palabras honorables.
Aunque quería volver a su cuerpo, una fuerza extraña no le dejaba y lo forzaba a seguir flotando para irse de una vez por todas del mundo. Pero una voz aguda y entrecortada lo sorprendió tanto que hizo que dejara de flotar... Esa voz era de su madre, a la que le prometió alguna vez volver luego de su aventura sano y salvo. -No me dejarás sola... ¿Verdad... Hijo?...-El alma de Paul bajó de golpe al cuerpo "difunto" y al regresar de nuevo a su cuerpo, su torso de manera extraña dejó de sangrar y antes un poco aquel liquido carmesí, entró de nuevo.
-*¡No puedo morir sin haber vuelto a donde mi madre....*-Resonó nuevamente por su mente haciendo que Warrior Keeper voltee a mirar y vea la herida de nuevo. -¿QUÉ?, La herida ha cerrado...-Dijo ese fortachon mientras sacaba su hacha y la alistaba, alarmando a Ozuno.
Los dedos del vampiro se movieron al tiempo haciendo que abra un poco su boca. Syd… tengo mucha sed. En breve estaré perdida y tendrás que huir de mi.-Escuchó que salía esa frase de Woodpecker y eso hizo que comenzara a levantarse lenta y dolorosamente. Sus huesos tronaban mientras se levantaban y la sangre salía de su boca mientras forzaba sus pies para que le levantaran.
Al haber estado sobre sus pies, Paul quiso contestar de una manera sonriente y un poco cómica a lo que había dicho anteriormente Wood. -Bebe de mi sangre... Sé que nuestras razas no se entienden, pero prefiero que alguien beba de ese liquido a que se desperdicie en el suelo, jejeje...-Dijo mientras agarraba un indio de los que estaban parados y le bebía la sangre que llevaba, dejándolo tan seco como un desierto.
Unos indios se enfurecieron e iban a atacar pero Warrior les detuvo. -Déjenlo... El restaurar su poder o no durar en el combate.-Acertó el guerrero mientras preparaba al fin su hacha y el combate estaba a punto de comenzar.
Luego de haber absorbido toda la sangre que llevaba ese soldado, apareció una muchacha junto con dos guardianes para decirle a quien de los dos guerreros escoge para pelear. Sin más preámbulo y con cierto grado de ser obvio, escogió a Warrior Keeper, señalándolo mientras sacaba su espada.
-Esta vez si no te lo perdonaré... Warrior...-Habló el chupasangre apretando la espada tan fuerte, que sus venas le brotaban y presionada sus dientes del odio mas el rencor que le tenía.
- Paul mirando a Warrior Keeper:
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Los salvajes comenzaron a tocar los tambores mientras una mujer que llevaba una voz angelical, comenzaba a cantar mientras esos dos contrincantes se miraban con odio y furia que se transmitían. -¡Qué comience el combate!-Dijo el que había traído el humo anteriormente que se le veía una sonrisa maliciosa.
Warrior Keeper vs Paul Brown Moreau (Combate a muerte)
Rápidamente los dos estrellaron sus armas, creando una chispa y un poco de brisa por el lugar. El colmilludo pateó al musculoso en el estómago, retrocediendo su cuerpo para luego poner su espada con el filo al frente y lanzarse a clavarla como un toro. Warrior esquivó sin problemas el ataque y le pegó un golpe en el rostro al nuestro héroe, haciéndolo volar contra el suelo. Sin dolor, se levantó y lanzando un escupitajo, estrelló la espada contra la hacha y con aquel arma filosa, desbarató la defensa del indio musculoso para luego cortarle el pecho descubierto que llevaba.
-¡Excelente!.-Habló para luego Warrior Keeper enfurecerse y pegar un hachazo hacia el suelo, haciendo temblar el suelo y creando grietas. Paul esquivó el ataque y con un golpe en el rostro al grandullón, hizo que se encabronara más. -Morirás hoy.-Dijo ese guerrero pegando un hachazo en las costillas del joven. El golpe fue tan fuerte que hizo estrellar al vampiro contra un muro, haciendo caer aquel pared al suelo.
La sangre comenzó a brotar desde las costillas haciendo que le sea difícil respirar pero aún no se daba por vencido. El morocho al voltear, vio a Sydara y Woodpecker que estaban allí ya que había tumbado el muro que los separaba. -H...Hola... ¿Cómo están mis vecinos de celda?... Jeje...-Habló mientras botaba sangre por la boca e iba corriendo hacia Warrior para enterrarle la espada.
El musculoso iba a atacar de nuevo con su hacha pero Paul se movió rápidamente y enterró su espada en el abdomen de su contrincante. -Venganza.-Se burló mientras desenterraba lentamente la espada, haciendo que el monstruo ese le zampe un golpe y lo aleje junto con su espada.
-Jajajá... No doler mucho... Ser grande y fuerte significa ser resistente... ¡Nadie me vence!.-Dijo lanzando el hachazo al colmilludo rápidamente. ¿Alcanzará a esquivar el ataque?, ¿morirá sí lo recibe?, no se sabe... Solo el destino depara todo ello... No será fácil derrotar a Warrior Keeper...
Paul Brown Moreau
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Re: Imperio salvaje [Interpretativo Libre] [Finalizado]
Off rol: dada la situación y sus roles, estamos todos en medio de la arena, no en celdas.
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-Syd… tengo mucha sed. En breve estaré perdida y tendrás que huir de mi.-dijo Wood a mi lado. Reí con ironía, mirando hacia el frente viendo como a unos cuantos metros estaba el vampiro tendido en el suelo incorporándose. Me extrañaba que estuviera con vida después de perder tanta sangre, pero tenía entendido que un vampiro moría si lo descuartizabas, algo así. No lo sabía con exactitud, pero parecía que heridas grandes y la sangre no eran causas de sus muertes.
Luego de levantarse, respondió a la licántropa ofreciendo su sangre, para evitar desperdicio y posteriormente, fue a desafiar a Warrior mientras Ozuno soltaba un bufido, deseando la muerte a su colega, creyendo que no aparentaba ser lo suficiente fuerte para enfrentar a duelo al vampiro.
Con entusiasmo miré la lucha, sin dar importancia a nada más, entre choques de espalda, y nuevas heridas para Paul, además de golpes contra los muros. Uno orgulloso por su propio físico, y otro por placer de matar solamente, según mis observaciones si estaban acertadas. Finalmente todo culminó en que el vampiro hundió su espada al abdomen de Warrior. Hice una mueca de decepción ante la lucha. Si yo hubiese estado en su lugar, hubiera atacado a la garganta, o a los ojos, pero no al abdomen. O en lugar de Warrior, habría estrellado una y mil veces el rostro del rival contra la muralla si tanta fuerza tenía. ¿Qué estaba pensando? ¿Un elfo con semejante actitud? ¡Sí! ¡Odio contenido, ira de toda una vida de traiciones y decepciones!
-Jajajá... No doler mucho... Ser grande y fuerte significa ser resistente... ¡Nadie me vence!...-habló el gigantón, pero tomé aliento y exclamé a toda voz:
-¡Deteneos! Si soy vuestro dios… Tendrán que cumplir mi voluntad, o el mal caerá sobre estas tierras-mis ojos brillaron en un tono anaranjado una vez más. Ocker y su esposa me miraron con extrañeza e hicieron gesto para detener la lucha y dos se interpusieron entre Warrior y el vampiro para detener a este último-¡Desatadme!-ordené a dos guardias salvajes cerca de mí y de Wood. Éstos miraron confusos a sus jefes, quienes asintieron algo dubitativos, pero no fue tan sencillo. Había clavado mi mirada en los ojos del gran Ocker, quien volvió a sentir el miedo de cuando me había tocado la frente en el atardecer anterior.
Froté mis manos una vez liberado, donde las cuerdas habían sujetado mis muñecas y a paso torpe, pero con una actitud firme en mi rostro, caminé al centro del lugar, entre los luchadores, jefes y la licántropa, a quien le dediqué una sonrisa “cariñosa”.
-¿Cómo saber que eres dios? ¡Estás en cuerpo de mortal!-replicó la voz de Yumalai, acercándose después de mirar asustada a su esposo. El colgante que estaba en las manos del chaman, tenía el mismo color que mis ojos pero preferí que lo tuviera un rato más.
Ella me enfrentó y llevé una mano a su mejilla derecha, con una caricia. Ante el contacto con su piel, ésta tensó su cuerpo, quedando sus ojos vacios unos momentos, en los que vio cosas aterrorizantes y que en mi mente solo se transmitieron algunas vagas imágenes. Tomó mi antebrazo y bajó mi mano, respirando con dificultad. Repentinamente se dejó caer de rodillas y llevó su cuerpo hacia adelante, apoyando la cabeza entre sus brazos.
-Seré vuestra fiel servidora…-musitó. Pude notar como temblaba y en todo el lugar se producía un silencio muerto, del cual gocé bastante. Una carcajada salió de mí, y miré a su jefe con desafío a propósito para ver qué cara ponía después de decir:
-Entonces… como mi fiel servidora… quiero que pasemos un rato a solas-enfaticé la última palabra-en la habitación donde te encamas con tu marido Gran Ocker esta noche. ¡Levántate!-ordené y miré a los soldados mientras ésta cumplía la orden-Atad a Paul a los postes y traer a mis súbditos también. Espero que estén con vida… o de lo contrario desataré la ira sobre todos vosotros-pronuncié clavando la mirada en los ojos de todos los que podía, alrededor mío. Los que me miraban fijo, podían sentir algún terror como sus dos jefes.
Tomé a Yumalai y la atraje bruscamente conmigo. Se me ocurrieron muchos planes en tan solo pocos instantes desde que me sentí con “poder”. Giré mi rostro y como si fuera un vampiro, me atreví a oler la piel del cuello de la esposa de Ocker. Aproveché a darle un par de besos en su cuello, con una sonrisa y mirada de rejo a su marido mientras los salvajes cumplían órdenes. La mujer no se resistió, seguía temblando de miedo con la visión que habría tenido.
La solté tan bruscamente como cuando la atraje a mi cuerpo, y mirando a todos, dije:
-Un dios inmortal en cuerpo mortal… ¡Sí! ¡Los dioses me han enviado a un cuerpo mortal para detener las atrocidades que cometéis y ver a los falsos dioses que siguen!-exclamé extendiendo los brazos. Pude notar el miedo en muchos de los salvajes y los chamanes. Creo que ni yo sabía lo que estaba haciendo, pero era como si una voz me dictara todo y un ser actuara a través de mí. Me hacía sentir estupendo.
-Me marcharé en cuanto crea necesario-continué-¡Pero envolveré en llamas a este pueblo si no seguís mis órdenes!-volví a mirar a Wood y a Paul, a quien a pesar de resistirse, había hecho atar donde yo antes estaba.
-¿Cierto… que tenemos una ceremonia, no? ¡Dadme la espada del vampiro!-
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-Syd… tengo mucha sed. En breve estaré perdida y tendrás que huir de mi.-dijo Wood a mi lado. Reí con ironía, mirando hacia el frente viendo como a unos cuantos metros estaba el vampiro tendido en el suelo incorporándose. Me extrañaba que estuviera con vida después de perder tanta sangre, pero tenía entendido que un vampiro moría si lo descuartizabas, algo así. No lo sabía con exactitud, pero parecía que heridas grandes y la sangre no eran causas de sus muertes.
Luego de levantarse, respondió a la licántropa ofreciendo su sangre, para evitar desperdicio y posteriormente, fue a desafiar a Warrior mientras Ozuno soltaba un bufido, deseando la muerte a su colega, creyendo que no aparentaba ser lo suficiente fuerte para enfrentar a duelo al vampiro.
Con entusiasmo miré la lucha, sin dar importancia a nada más, entre choques de espalda, y nuevas heridas para Paul, además de golpes contra los muros. Uno orgulloso por su propio físico, y otro por placer de matar solamente, según mis observaciones si estaban acertadas. Finalmente todo culminó en que el vampiro hundió su espada al abdomen de Warrior. Hice una mueca de decepción ante la lucha. Si yo hubiese estado en su lugar, hubiera atacado a la garganta, o a los ojos, pero no al abdomen. O en lugar de Warrior, habría estrellado una y mil veces el rostro del rival contra la muralla si tanta fuerza tenía. ¿Qué estaba pensando? ¿Un elfo con semejante actitud? ¡Sí! ¡Odio contenido, ira de toda una vida de traiciones y decepciones!
-Jajajá... No doler mucho... Ser grande y fuerte significa ser resistente... ¡Nadie me vence!...-habló el gigantón, pero tomé aliento y exclamé a toda voz:
-¡Deteneos! Si soy vuestro dios… Tendrán que cumplir mi voluntad, o el mal caerá sobre estas tierras-mis ojos brillaron en un tono anaranjado una vez más. Ocker y su esposa me miraron con extrañeza e hicieron gesto para detener la lucha y dos se interpusieron entre Warrior y el vampiro para detener a este último-¡Desatadme!-ordené a dos guardias salvajes cerca de mí y de Wood. Éstos miraron confusos a sus jefes, quienes asintieron algo dubitativos, pero no fue tan sencillo. Había clavado mi mirada en los ojos del gran Ocker, quien volvió a sentir el miedo de cuando me había tocado la frente en el atardecer anterior.
Froté mis manos una vez liberado, donde las cuerdas habían sujetado mis muñecas y a paso torpe, pero con una actitud firme en mi rostro, caminé al centro del lugar, entre los luchadores, jefes y la licántropa, a quien le dediqué una sonrisa “cariñosa”.
-¿Cómo saber que eres dios? ¡Estás en cuerpo de mortal!-replicó la voz de Yumalai, acercándose después de mirar asustada a su esposo. El colgante que estaba en las manos del chaman, tenía el mismo color que mis ojos pero preferí que lo tuviera un rato más.
Ella me enfrentó y llevé una mano a su mejilla derecha, con una caricia. Ante el contacto con su piel, ésta tensó su cuerpo, quedando sus ojos vacios unos momentos, en los que vio cosas aterrorizantes y que en mi mente solo se transmitieron algunas vagas imágenes. Tomó mi antebrazo y bajó mi mano, respirando con dificultad. Repentinamente se dejó caer de rodillas y llevó su cuerpo hacia adelante, apoyando la cabeza entre sus brazos.
-Seré vuestra fiel servidora…-musitó. Pude notar como temblaba y en todo el lugar se producía un silencio muerto, del cual gocé bastante. Una carcajada salió de mí, y miré a su jefe con desafío a propósito para ver qué cara ponía después de decir:
-Entonces… como mi fiel servidora… quiero que pasemos un rato a solas-enfaticé la última palabra-en la habitación donde te encamas con tu marido Gran Ocker esta noche. ¡Levántate!-ordené y miré a los soldados mientras ésta cumplía la orden-Atad a Paul a los postes y traer a mis súbditos también. Espero que estén con vida… o de lo contrario desataré la ira sobre todos vosotros-pronuncié clavando la mirada en los ojos de todos los que podía, alrededor mío. Los que me miraban fijo, podían sentir algún terror como sus dos jefes.
Tomé a Yumalai y la atraje bruscamente conmigo. Se me ocurrieron muchos planes en tan solo pocos instantes desde que me sentí con “poder”. Giré mi rostro y como si fuera un vampiro, me atreví a oler la piel del cuello de la esposa de Ocker. Aproveché a darle un par de besos en su cuello, con una sonrisa y mirada de rejo a su marido mientras los salvajes cumplían órdenes. La mujer no se resistió, seguía temblando de miedo con la visión que habría tenido.
La solté tan bruscamente como cuando la atraje a mi cuerpo, y mirando a todos, dije:
-Un dios inmortal en cuerpo mortal… ¡Sí! ¡Los dioses me han enviado a un cuerpo mortal para detener las atrocidades que cometéis y ver a los falsos dioses que siguen!-exclamé extendiendo los brazos. Pude notar el miedo en muchos de los salvajes y los chamanes. Creo que ni yo sabía lo que estaba haciendo, pero era como si una voz me dictara todo y un ser actuara a través de mí. Me hacía sentir estupendo.
-Me marcharé en cuanto crea necesario-continué-¡Pero envolveré en llamas a este pueblo si no seguís mis órdenes!-volví a mirar a Wood y a Paul, a quien a pesar de resistirse, había hecho atar donde yo antes estaba.
-¿Cierto… que tenemos una ceremonia, no? ¡Dadme la espada del vampiro!-
Sydara
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Re: Imperio salvaje [Interpretativo Libre] [Finalizado]
Una serie de eventos que no podía explicar con mi razón comenzaron a desarrollarse en los alrededores. El vampiro me ofreció su sangre, le dediqué una sonrisa torcida, sintiendo mi cuerpo desfallecer. Empujé a quién me retenía y me mantuve en pie, observando cómo el tal vampiro Paul se peleaba bastante a lo bruto con el salvaje ese. Arrugué el entrecejo. El Sol de la mañana me estaba golpeando con una oleada de calor intensa; puse una mano en mi frente para resguardar la vista y busqué un apoyo para reclinarme que jamás apareció.
Quien sí lo hizo, fue el elfo que había empezado a dar órdenes como el supuesto dios que era. Él me dedicó una sonrisa, y en ese momento supuse que estaba perdida. Un debate se inició acerca de la veracidad de sus palabras. No dudaba de la capacidad de lucha de él, pero no sabía si sus dotes de actuación le igualaban, por lo que decidí quedarme al margen y ver lo que acontecía. La tal Yumalai fue llamada a su lado y pareció recibir una descarga de poder en ese cuerpo frágil suyo; para el momento en que fue liberada por el elfo, en sus ojos estaba la semilla del miedo y la admiración. Arrugué la nariz, desdeñosa de ese fanatismo inexplicable, sobre todo, al ver la respuesta del jefe de esos bárbaros cuando su mujer estaba siendo tocada por otro.
¡Dios, mortal, gusano o lo que fuese! Perecería o sufriría ante el yugo de mi brazo si alguien se dignara a tocar algo preciado para mi corazón. Hice una mueca de disgusto al ver la forma en que ahora se desarrollaba nuestra historia. Sydara comandó varias órdenes más, que fueron acatadas sin dubitación. O ese hijo de Sardonai era muy bueno en el arte del engaño o realmente había perdido los estribos… y lo comprobé cuando mandó a atar a Paul. “¿Ahora sería mi turno también?”. Fui donde el vampiro que estaba siendo atado rápidamente en un poste a pocos pasos de mi. Nos encontrábamos en una especie de arena redondeada. Las miradas recaían en todos nosotros, llenas de admiración y temor. Como si realmente se estuviera desarrollando un verdadero drama en ese reducido espacio de su pérfido y malnacido mundo.
Cierta lucidez comenzó a golpearme, mi cuerpo empezaba a sentirse un poco más ligero. Probablemente los efectos de alguna droga en mi cuerpo estaban desapareciendo. Llegué donde el guerrero dientón y me dejé caer sobre su cuerpo bañado en sangre, cicatrices recientes y sudor. Abrí su maltrecha camisa y pasé mi lengua desde el ombligo hasta el torso, luego saboree y me dispuse a limpiar algunas otras manchas de ese líquido carmesí. Eres delicioso le dije en un tono lascivo, tratando de ignorar las palabras de mi antiguo compañero que cada vez eran más difíciles de acallar en mi mente.
Recordé mis hachas, pero no sabía dónde demonios estaban. Será a la antigua entonces… susurré mordiéndole el cuello para luego besárselo y chupar su sangre. Creo que el de las celdas se irá primero. En el proceso de saciar mi sed a costas de mi enemigo natural, había visto entre los guardias al transportador de las drogas-calabozo. No olvidaré esto le dije estirándome para besarle la comisura de sus labios. Me separé de él y en lo que dura un suspiro estaba transformada en mi apariencia feral.
Los guardias que estaban atendiendo todo y nada no tuvieron tiempo de defender a su compañero que después de que le encajara mis zarpas en su tórax y le hube mordido en cuello hasta desgarrárselo yacía inerte en el suelo con los ojos vidriosos y una amplia sonrisa. Le arrastré hasta más al centro de la arena. Después de todo era mi presa y solo mía. Me di el lujo de probar su carne, aunque fueron sólo un par de mordidas en la región del estómago. Preferí lamer su sangre y con mis manos rasgar su cuerpo tibio para luego echarme sus fluidos vitales sobre la piel. Se sentía tan bien…
Nadie intentó detenerme. Probablemente sería por la presencia de su Dios. “¿Pensarían que yo era su demonio?” sonreí ante la idea y me dirigí hacia el elfo que momentos antes había pedido una espada. La salvaje lo había convertido en una especie de escudo vivo, aunque en realidad todos sabíamos que él no era eso. Iba yo con gesto decidido y la sangre hirviente en mis venas. A unos tres metros del venerado “dios” me detuve, liberando mi licantropía. Me arrodillé ante él, cruda, insaciable, desnuda, la sangre caliente del fallecido ahora entibiaba mi cuerpo que clamaba por una víctima más.
Seré tu esposa, oh dios. Pero antes de cederte mi corazón, la sed que en él reside debe de ser saciada. dije en tono solemne y con toda la fuerza que me permitían los pulmones. Me levanté lentamente y señalé a la salvaje que le acompañaba con mi mirada más pérfida y maliciosa. Los pecados de este cuerpo deben de ser expiados. ¡Pido su corazón! finalicé clamando a gritos. Volví a hincarme agaché la cabeza en señal de sumisión. Ya no sabía qué pensar ni cómo actuar. Ese Sydara estaba jalando los hilos de nuestros destinos a su antojo y no sabía hasta dónde podría confiar en él.
No tenía motivos para desconfiar de que sus fines serían buenos y de que deseaba que todos saliéramos con bien, pero tampoco dejaba de contemplar la idea de que tanto la vida del vampiro como la mia eran prescindibles para él. No le acusaría de traición, no en esa situación, y tampoco me arrepentía de haber estado allí o de cruzármelo en mi camino. Había llevado una vida bastante plena y claro, como todos me arrepentía de unas cuantas cosas, pero lo que más me dolía era la incertidumbre de si podría llevarme conmigo o no a esa zorra de mujer.
Quien sí lo hizo, fue el elfo que había empezado a dar órdenes como el supuesto dios que era. Él me dedicó una sonrisa, y en ese momento supuse que estaba perdida. Un debate se inició acerca de la veracidad de sus palabras. No dudaba de la capacidad de lucha de él, pero no sabía si sus dotes de actuación le igualaban, por lo que decidí quedarme al margen y ver lo que acontecía. La tal Yumalai fue llamada a su lado y pareció recibir una descarga de poder en ese cuerpo frágil suyo; para el momento en que fue liberada por el elfo, en sus ojos estaba la semilla del miedo y la admiración. Arrugué la nariz, desdeñosa de ese fanatismo inexplicable, sobre todo, al ver la respuesta del jefe de esos bárbaros cuando su mujer estaba siendo tocada por otro.
¡Dios, mortal, gusano o lo que fuese! Perecería o sufriría ante el yugo de mi brazo si alguien se dignara a tocar algo preciado para mi corazón. Hice una mueca de disgusto al ver la forma en que ahora se desarrollaba nuestra historia. Sydara comandó varias órdenes más, que fueron acatadas sin dubitación. O ese hijo de Sardonai era muy bueno en el arte del engaño o realmente había perdido los estribos… y lo comprobé cuando mandó a atar a Paul. “¿Ahora sería mi turno también?”. Fui donde el vampiro que estaba siendo atado rápidamente en un poste a pocos pasos de mi. Nos encontrábamos en una especie de arena redondeada. Las miradas recaían en todos nosotros, llenas de admiración y temor. Como si realmente se estuviera desarrollando un verdadero drama en ese reducido espacio de su pérfido y malnacido mundo.
Cierta lucidez comenzó a golpearme, mi cuerpo empezaba a sentirse un poco más ligero. Probablemente los efectos de alguna droga en mi cuerpo estaban desapareciendo. Llegué donde el guerrero dientón y me dejé caer sobre su cuerpo bañado en sangre, cicatrices recientes y sudor. Abrí su maltrecha camisa y pasé mi lengua desde el ombligo hasta el torso, luego saboree y me dispuse a limpiar algunas otras manchas de ese líquido carmesí. Eres delicioso le dije en un tono lascivo, tratando de ignorar las palabras de mi antiguo compañero que cada vez eran más difíciles de acallar en mi mente.
Recordé mis hachas, pero no sabía dónde demonios estaban. Será a la antigua entonces… susurré mordiéndole el cuello para luego besárselo y chupar su sangre. Creo que el de las celdas se irá primero. En el proceso de saciar mi sed a costas de mi enemigo natural, había visto entre los guardias al transportador de las drogas-calabozo. No olvidaré esto le dije estirándome para besarle la comisura de sus labios. Me separé de él y en lo que dura un suspiro estaba transformada en mi apariencia feral.
Los guardias que estaban atendiendo todo y nada no tuvieron tiempo de defender a su compañero que después de que le encajara mis zarpas en su tórax y le hube mordido en cuello hasta desgarrárselo yacía inerte en el suelo con los ojos vidriosos y una amplia sonrisa. Le arrastré hasta más al centro de la arena. Después de todo era mi presa y solo mía. Me di el lujo de probar su carne, aunque fueron sólo un par de mordidas en la región del estómago. Preferí lamer su sangre y con mis manos rasgar su cuerpo tibio para luego echarme sus fluidos vitales sobre la piel. Se sentía tan bien…
Nadie intentó detenerme. Probablemente sería por la presencia de su Dios. “¿Pensarían que yo era su demonio?” sonreí ante la idea y me dirigí hacia el elfo que momentos antes había pedido una espada. La salvaje lo había convertido en una especie de escudo vivo, aunque en realidad todos sabíamos que él no era eso. Iba yo con gesto decidido y la sangre hirviente en mis venas. A unos tres metros del venerado “dios” me detuve, liberando mi licantropía. Me arrodillé ante él, cruda, insaciable, desnuda, la sangre caliente del fallecido ahora entibiaba mi cuerpo que clamaba por una víctima más.
Seré tu esposa, oh dios. Pero antes de cederte mi corazón, la sed que en él reside debe de ser saciada. dije en tono solemne y con toda la fuerza que me permitían los pulmones. Me levanté lentamente y señalé a la salvaje que le acompañaba con mi mirada más pérfida y maliciosa. Los pecados de este cuerpo deben de ser expiados. ¡Pido su corazón! finalicé clamando a gritos. Volví a hincarme agaché la cabeza en señal de sumisión. Ya no sabía qué pensar ni cómo actuar. Ese Sydara estaba jalando los hilos de nuestros destinos a su antojo y no sabía hasta dónde podría confiar en él.
No tenía motivos para desconfiar de que sus fines serían buenos y de que deseaba que todos saliéramos con bien, pero tampoco dejaba de contemplar la idea de que tanto la vida del vampiro como la mia eran prescindibles para él. No le acusaría de traición, no en esa situación, y tampoco me arrepentía de haber estado allí o de cruzármelo en mi camino. Había llevado una vida bastante plena y claro, como todos me arrepentía de unas cuantas cosas, pero lo que más me dolía era la incertidumbre de si podría llevarme conmigo o no a esa zorra de mujer.
Woodpecker
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Re: Imperio salvaje [Interpretativo Libre] [Finalizado]
Alguien llamó a la puerta y el hombre, con rostro cansado, levantó la vista de los papeles que yacían perfectamente ordenados en su mesa de trabajo. Dio la orden de que el mensajero entrase y lo mantuvo esperando, hasta que terminase de leer un párrafo de aparente importancia.
- ¿Y bien? - preguntó el poderoso líder de la Manada.
- Todo está controlado, mi señor. - respondió el pura sangre durante su reverencia, mostrándole respeto a su padre y señor. - El Edén está en la aldea de los Pac Tulum, junto al intruso vampiro y la desterrada. -
Thorbald caviló durante unos segundos, reordenando la gran cantidad de informaciones que constantemente recorrían su mente. - Quién diría que esos neardentales acabarían siéndonos de ayuda al final. -
- Al parecer siguen manteniendo el pacto que les ofreció, mi señor. - afirmó su subordinado, a lo que Thorbald asintió con lentitud.
- Mientras que no interfieran en mis planes podrán permanecer en mi bosque, alejando a los indeseosos de él. Siempre podemos exterminarlos una vez que ya no nos sean de utilidad. -
El mensajero tragó algo de saliva, preparándose para las palabras que se disponía a formular. - Hay algo más, mi señor... No sabemos con seguridad qué es lo que sucede en el interior de su aldea, pero varias fragancias a sangre tiñeron el aroma del viento desde hace rato... -
La sabia mirada del "anciano" reposó sobre la de su interlocutor, y por unos instantes este temió ser devorado por ella, aunque él estuviese perdido en sus propios pensamientos, sin cambiar un solo milímetro la expresión de su rostro. - Entiendo... Doblad las tropas que rodean la aldea y mantenedme informado. No hagáis ningún movimiento todavía. -
Después de eso, el silencio volvió a apoderarse del despacho, escondido en las profundidades de la cueva central de la manada. Poco importase que kilómetros de ella una sangrienta batalla tuviese lugar, nada perturbaba la paz del líder de los licántropos, el cual volvió a centrar su atención en los antiguos pergaminos.
Sydara, no estoy al tanto de la creación de tu clan en realidad, pero si es algo oficial, te recomendaría que arreglases que se actualizase el registro de clanes: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Paul, recuerda que los vampiros no pueden soportar la luz del sol y, según la descripción de tus compañeros, estáis en un lugar abierto bajo el sol de la mañana. Ten cuidado con eso.
Y a todos, recordad el no crear situaciones extremas de las cuales no podáis salir. Suerte.
P.D: "¿Es que la manada ha perdido su toque?" --> No, sigue con la mirada bien atenta. Una vez más, suerte.//
- ¿Y bien? - preguntó el poderoso líder de la Manada.
- Todo está controlado, mi señor. - respondió el pura sangre durante su reverencia, mostrándole respeto a su padre y señor. - El Edén está en la aldea de los Pac Tulum, junto al intruso vampiro y la desterrada. -
Thorbald caviló durante unos segundos, reordenando la gran cantidad de informaciones que constantemente recorrían su mente. - Quién diría que esos neardentales acabarían siéndonos de ayuda al final. -
- Al parecer siguen manteniendo el pacto que les ofreció, mi señor. - afirmó su subordinado, a lo que Thorbald asintió con lentitud.
- Mientras que no interfieran en mis planes podrán permanecer en mi bosque, alejando a los indeseosos de él. Siempre podemos exterminarlos una vez que ya no nos sean de utilidad. -
El mensajero tragó algo de saliva, preparándose para las palabras que se disponía a formular. - Hay algo más, mi señor... No sabemos con seguridad qué es lo que sucede en el interior de su aldea, pero varias fragancias a sangre tiñeron el aroma del viento desde hace rato... -
La sabia mirada del "anciano" reposó sobre la de su interlocutor, y por unos instantes este temió ser devorado por ella, aunque él estuviese perdido en sus propios pensamientos, sin cambiar un solo milímetro la expresión de su rostro. - Entiendo... Doblad las tropas que rodean la aldea y mantenedme informado. No hagáis ningún movimiento todavía. -
Después de eso, el silencio volvió a apoderarse del despacho, escondido en las profundidades de la cueva central de la manada. Poco importase que kilómetros de ella una sangrienta batalla tuviese lugar, nada perturbaba la paz del líder de los licántropos, el cual volvió a centrar su atención en los antiguos pergaminos.
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//He de admitir que tenéis un rol muy interesante montado aquí, pero no se puede ignorar el entrar en territorio de la Manada, y menos tratándose de un desterrado, un enemigo natural y el líder de un clan, sea el que sea. Aunque eso sí, no es mi intención interferir de momento, solo sabed que estoy al tanto. Volveré a postear en cuanto lo vea necesario. Sydara, no estoy al tanto de la creación de tu clan en realidad, pero si es algo oficial, te recomendaría que arreglases que se actualizase el registro de clanes: [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo]
Paul, recuerda que los vampiros no pueden soportar la luz del sol y, según la descripción de tus compañeros, estáis en un lugar abierto bajo el sol de la mañana. Ten cuidado con eso.
Y a todos, recordad el no crear situaciones extremas de las cuales no podáis salir. Suerte.
P.D: "¿Es que la manada ha perdido su toque?" --> No, sigue con la mirada bien atenta. Una vez más, suerte.//
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Re: Imperio salvaje [Interpretativo Libre] [Finalizado]
El combate estaba comenzando a ponerse un poco ardiente. Paul sentía impotencia ante ese grandullón que peleaba con todas sus fuerzas. Aquel lucha quizá se iba a extender por largo tiempo puesto que los dos estaban destacándose demasiado y rara vez se herían por la habilidad de las armas que llevaban. El vampiro practicaba Kempo pero el indio tenía un estilo de combate salvaje que era difícil de descifrar o bueno, quizá por eso atacaba así, para despistar al oponente.
-Tienes un estilo muy raro...-Habló mientras Warrior le lanzaba la hacha que va muy rápido, tanto que se escucha como corta el viento y se crea una especie de sonido fuerte que resuena por todo el lugar... Esa hacha sigue su trayectoria y se acerca cada vez más al vampiro pero Él logra esquivarlo con rapidez y hace que esa arma pesada impacte en el suelo y quede enterrada haciendo que aparezcan grietas. Un sismo apareció de repente por el impacto e hizo que algunos indios que miraban el combate, cayeran al suelo.
El sol de repente comenzó a agotar al joven, haciendo que fuese a buscar al indio que había matado anteriormente para arrebatar sus ropas y cubrirse con ellas pero no fue suficiente ya que no tapaba todo su cuerpo. -Vaya... Ya me estaba molestando esa calor...-Decía mientras alistaba su espada y corría de nuevo hacia Warrior para esta vez, por fin matar ese grandullón que ya estaba causando muchos problemas...
Pero algo sorprendió a Paul... Sydara les dijo que era un "dios" e hizo que le creyeran aquellos indios que por el momento, comenzaron a desatarlo. La incertidumbre comenzó a aparecer a todos los presentes.
-*Buena idea para salir de aquí...*-Pensó mientras llegaban unos indios y paraban ese combate que llevaba el guerrero y el colmilludo ese. Pero la desconfianza apareció cuando aquel elfo pidió que ataran al morocho en un poste, no se sabía por qué pero ya comenzaba a ser sospechoso.
Paul se resistía pero para hacerlo cooperar, comenzaron los indios a torturarle, cortando su abdomen, su cuello y su pecho mientras le metían puñetazos para que se calmase. Luego de haber hecho aquel barbaridad, comenzaron a amarrarle lentamente, dejándolo exageradamente apretado. Esa soga comenzó a presionar su cuerpo, haciendo que la sangre comience a salir más rápido de su cuerpo y trate de soltarse pero le era imposible. El líquido comenzó a gotear en gran manera desde su torso, cayendo gotas espesas que pasaban por su pantalón roto.
-Suéltenme o se arrepentirán... Juro que los mat... -No terminó su frase ese vampiro ya que sintió una especie de cuerpo que estaba recostado en su torso. El sol bajó su intensidad sin saberse por qué... Paul miró quién había puesto su cuerpo en el abdomen suyo y vio que era Wood, la chica licántropo que le atraía la sangre o estaba sedienta.
-Ugh... Eso fue algo imprevisto...-Habló el colmilludo mientras sonreía de forma placentera y veía como aquella chica le abría su camisa para dirigirse al abdomen que estaba ensangrentado. El morocho miró hacia el cielo, sin poder hacer nada ya que estaba junto con un poste y estaba completamente atado. Su camisa cuando fue abierta, sintió frescura y además, sintió algo húmedo que pasaba por su abdomen suavemente, acariciando esas heridas que llevaba... Paul no sabía sí quejarse del dolor o pegar un suspiro de alegría.
-Eres delicioso-Dijo Wood mientras limpiaba las manchas restantes alrededor de su ombligo, haciendo que el joven comience a emanar sudor de su frente seguido de sus colmillos que se agrandaban exageradamente.
-Eso... Eso es halagador...-Respondió en forma de susurro mitad sensual y mitad normal. La chica de repente, se dirigió a su cuello, besándolo y haciendo que el vampiro se ruborice aunque era un tanto raro puesto que el no era apenado. -Será a la antigua entonces...-Afirmó mientras sentía unos colmillos que le perforaban su cuello como la primera vez que se convirtió en vampiro... Unos recuerdos comenzaron a aparecer en aquel lugar, haciendo que Paul sonría exageradamente.
-V...Vaya... Para otros vampiros sería algo deshonorable... Pero para mí, es algo normal...-Dijo mientras trataba de asimilar el dolor y veía que la chica se le acercó un poco al rostro.
Ella le besó la comisura, haciendo que Paul aproveche el momento para morderle su labio inferior y absorberle sangre para degustar aquel líquido carmesí exquisito. -No olvidaré esto.-Dijo la chica mientras se iba y dejaba de nuevo a Paul expuesto al sol. -Yo tampoco.-Sonrió el sediento joven mientras pensaba en un plan para que el sol no le molestara y le hiciese matar.
De repente tuvo una idea y le pidió a los indios que estaban allí, una capa para taparse pero los convenció de manera falsa. -¡HEY!, EL DIOS SYDARA HA DICHO QUE ME TRAJESEN UNA CAPA PARA QUE TENGAN SUERTE ABUNDANTE.-Dijo aquel Moreau haciendo un rostro serio, haciendo que unos indios se miraran entre sí y sin más preámbulo, trajeran una capa que le tapase del sol y le hiciesen el favor de ponérsela.
-Solo porque Dios Sydara mandar, vampiro inmortal.-Dijo mientras la capa le cubría del sol y eso le relajaba bastante. Aquel elfo volvió a hablar y pidió la espada de Paul, haciendo que lleguen los mismos indios que habían traído la capa para arrebatar su espada.
El vampiro sin más preámbulo, no se movió y dejó que se llevaran la espada ya que era una forma de agradecer de que le habían traído la capa para el sol. -Sydara... Por favor... Cuida esa espada... Es una espada que fue pasada de generaciones a generaciones...-Dijo Paul susurrando para que no escuchasen los indios esos...
-Warrior... Cuando me desaten, seguiremos esta batalla ¿Entendido?-
-Tienes un estilo muy raro...-Habló mientras Warrior le lanzaba la hacha que va muy rápido, tanto que se escucha como corta el viento y se crea una especie de sonido fuerte que resuena por todo el lugar... Esa hacha sigue su trayectoria y se acerca cada vez más al vampiro pero Él logra esquivarlo con rapidez y hace que esa arma pesada impacte en el suelo y quede enterrada haciendo que aparezcan grietas. Un sismo apareció de repente por el impacto e hizo que algunos indios que miraban el combate, cayeran al suelo.
El sol de repente comenzó a agotar al joven, haciendo que fuese a buscar al indio que había matado anteriormente para arrebatar sus ropas y cubrirse con ellas pero no fue suficiente ya que no tapaba todo su cuerpo. -Vaya... Ya me estaba molestando esa calor...-Decía mientras alistaba su espada y corría de nuevo hacia Warrior para esta vez, por fin matar ese grandullón que ya estaba causando muchos problemas...
Pero algo sorprendió a Paul... Sydara les dijo que era un "dios" e hizo que le creyeran aquellos indios que por el momento, comenzaron a desatarlo. La incertidumbre comenzó a aparecer a todos los presentes.
-*Buena idea para salir de aquí...*-Pensó mientras llegaban unos indios y paraban ese combate que llevaba el guerrero y el colmilludo ese. Pero la desconfianza apareció cuando aquel elfo pidió que ataran al morocho en un poste, no se sabía por qué pero ya comenzaba a ser sospechoso.
Paul se resistía pero para hacerlo cooperar, comenzaron los indios a torturarle, cortando su abdomen, su cuello y su pecho mientras le metían puñetazos para que se calmase. Luego de haber hecho aquel barbaridad, comenzaron a amarrarle lentamente, dejándolo exageradamente apretado. Esa soga comenzó a presionar su cuerpo, haciendo que la sangre comience a salir más rápido de su cuerpo y trate de soltarse pero le era imposible. El líquido comenzó a gotear en gran manera desde su torso, cayendo gotas espesas que pasaban por su pantalón roto.
-Suéltenme o se arrepentirán... Juro que los mat... -No terminó su frase ese vampiro ya que sintió una especie de cuerpo que estaba recostado en su torso. El sol bajó su intensidad sin saberse por qué... Paul miró quién había puesto su cuerpo en el abdomen suyo y vio que era Wood, la chica licántropo que le atraía la sangre o estaba sedienta.
-Ugh... Eso fue algo imprevisto...-Habló el colmilludo mientras sonreía de forma placentera y veía como aquella chica le abría su camisa para dirigirse al abdomen que estaba ensangrentado. El morocho miró hacia el cielo, sin poder hacer nada ya que estaba junto con un poste y estaba completamente atado. Su camisa cuando fue abierta, sintió frescura y además, sintió algo húmedo que pasaba por su abdomen suavemente, acariciando esas heridas que llevaba... Paul no sabía sí quejarse del dolor o pegar un suspiro de alegría.
-Eres delicioso-Dijo Wood mientras limpiaba las manchas restantes alrededor de su ombligo, haciendo que el joven comience a emanar sudor de su frente seguido de sus colmillos que se agrandaban exageradamente.
-Eso... Eso es halagador...-Respondió en forma de susurro mitad sensual y mitad normal. La chica de repente, se dirigió a su cuello, besándolo y haciendo que el vampiro se ruborice aunque era un tanto raro puesto que el no era apenado. -Será a la antigua entonces...-Afirmó mientras sentía unos colmillos que le perforaban su cuello como la primera vez que se convirtió en vampiro... Unos recuerdos comenzaron a aparecer en aquel lugar, haciendo que Paul sonría exageradamente.
-V...Vaya... Para otros vampiros sería algo deshonorable... Pero para mí, es algo normal...-Dijo mientras trataba de asimilar el dolor y veía que la chica se le acercó un poco al rostro.
Ella le besó la comisura, haciendo que Paul aproveche el momento para morderle su labio inferior y absorberle sangre para degustar aquel líquido carmesí exquisito. -No olvidaré esto.-Dijo la chica mientras se iba y dejaba de nuevo a Paul expuesto al sol. -Yo tampoco.-Sonrió el sediento joven mientras pensaba en un plan para que el sol no le molestara y le hiciese matar.
De repente tuvo una idea y le pidió a los indios que estaban allí, una capa para taparse pero los convenció de manera falsa. -¡HEY!, EL DIOS SYDARA HA DICHO QUE ME TRAJESEN UNA CAPA PARA QUE TENGAN SUERTE ABUNDANTE.-Dijo aquel Moreau haciendo un rostro serio, haciendo que unos indios se miraran entre sí y sin más preámbulo, trajeran una capa que le tapase del sol y le hiciesen el favor de ponérsela.
-Solo porque Dios Sydara mandar, vampiro inmortal.-Dijo mientras la capa le cubría del sol y eso le relajaba bastante. Aquel elfo volvió a hablar y pidió la espada de Paul, haciendo que lleguen los mismos indios que habían traído la capa para arrebatar su espada.
El vampiro sin más preámbulo, no se movió y dejó que se llevaran la espada ya que era una forma de agradecer de que le habían traído la capa para el sol. -Sydara... Por favor... Cuida esa espada... Es una espada que fue pasada de generaciones a generaciones...-Dijo Paul susurrando para que no escuchasen los indios esos...
-Warrior... Cuando me desaten, seguiremos esta batalla ¿Entendido?-
Paul Brown Moreau
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