Consiguiendo información [Interpretativo/Libre] (Cerrado)

Hilo a hilo, había ido retirándolos de su piel, aunque antes hubo de cortarlos todos. Cada vez que se quedaba con algún fragmento entre los dedos lo iba tirando al suelo. Al sacar el último y mirar la herida, sonrió. Supo que sus sospechas eran acertadas y que no había riesgo de que se reabriera. Se ajustó de nuevo los pantalones y escuchó un ruido proveniente de la ventana.

Rápidamente dirigió la vista hacia ella y pudo observar al brujo que la había amenazado. "¿Desde cuándo está ahí?". Rápidamente la ira la invadió, y comenzó a tirarle cosas.
- ¡Maldito pervertido mirón!, ¡Vete de aquí!
No es que Wondie tuviera mala puntería, es que el brujo iba esquivando todo lo que le tiraba. Cuando estuvo cerca, le puso la espada en el cuello, a lo que la joven respondió con una mirada cargada de odio.
- Mujer, te perdono lo del dinero, pues tengo informacion sobre Forest.
- ¿Todavía con esas? Te he dicho que no robé tu dinero y te lo demostré, puedes poner poner la habitación patas arri...- se calló al percatarse de la segunda parte de la frase-. ¿Cómo sabes que busco a Forest?

Interiormente desconfió aún más de él. A lo mejor no sabía la verdad y le daba información antigua, o tal vez eso era una trampa. Se quedó en silencio unos instantes, decidiendo qué hacer. Como era su única pista, decidió seguirle la corriente.
- Está bien. Dime lo que sepas.
Estaba segura de que le pediría el dinero de vuelta, cosa que así fue. Sacó los 25 aeros que le quedaban y se los dio.
- Dije que no lo tenía y es la verdad, pero si he de pagar por la información así lo haré. Si es más cara, entonces no podré tenerla.

Wallace miro la bolsa de aeros, pequeña y misera y alzo una ceja. Acababa de cobrar asi que mas daba el dinero, es mas, nisiquiera queria el dinero, de ninguno. Carraspeo y empujo a la mujer, desestabilizandola y se puso encima de ella, inmobilizandola. Muy cerca de ella, podia deleitarse del olor de su perfume natural. La miraba a los ojos, fijamente. Que facil seria besarla y tomarla, pero no estaba de humor, y esa mujer necesitaba ayuda. La cogio bien fuerte para que no se moviera mucho.

-Mi ex-cliente, hace poco, fue al funeral de un amigo de un amigo...cosas de borrachos...-le susurro.-...el muerto, el hijo de un simple herrero, se ve que antaño fue escudero de un general...su nombre resono en mi cabeza...en nuestra agradable conversación, tu lo nombraste. Forest...-frunció el ceño.-....se donde esta el herrero...puede que el sepa algo, no crees?..-Dicho eso le sonrio falsamente, sin soltarla.-...no quiero oro...solo quiero acompañarte...-le dijo mientras la miraba detalladamente. La ropa que llevaba se abria un poco, mostrando mas piel de lo que ella seguramente queria. Wallace alzaba una ceja, sonriendo.-...y tampoco quiero ningun tipo de favor...-susurro poniendose serio. No, no estaba para esas cosas. el recuerdo de la cueva, de ella, le martilleó la mente. Que estaba haciendo? pq aflojaba y se volvia debil?

Wallace se apartó de ella bruscamente y se sentó en un mullido sillon de piel y apoyo la cabeza en la mano, cansado.-...mil demonios la maldigan...-masculló. Suspiro y miro a la confusa mujer.-...sere tu guardaespaldas y tu guia...decide...-le susurró, mirandola entre los dedos, La luz del fuego de la habitación lo iluminaba parcialmente, enmarcando su rostro en la oscuridad.

Wallace necesitaba aclarar sus pensamientos, no podia seguir sientiendose como una dama despechada. Encontraria a esa mujer y le haria pagar caro el insulto por abandonarlo. Seria capaz de ponerle una mano encima para hacerle daño? Wallace fruncio el ceño y se maldijo. Ninguna mujer le habia quitado el sueño, ninguna.

-El muchacho y la chupasangre, vendran? si vienen, quiero al niño controlado y a la otra...-hizo una mueca de asco mezclada con odio. La mujer lo podria entender perfectamente. El cazarecompensas tenia la sensación de que era el principio de una locura.



off-rol: Pase el turno siguiendo las normas.
Wallace apesta a vampira. Espero que esta información sea util.

Al ser empujada, la bolsa de dinero cayó al suelo. En un abrir y cerrar de ojos, Wondie tenía al pelirrojo sobre ella y supo lo que le iba a suceder a continuación. Pero no se lo pondría tan fácil. Una de las manos estaba al lado de la capa, y ahí había quedado la daga, medio escondida. Trató de moverse, pero la tenía bien sujeta, y maldijo internamente. Le siguió mirando con odio.

Para su sorpresa, el hombre le comenzó a dar la información que necesitaba.
- No quiero oro...solo quiero acompañarte...
Esa revelación la dejó perpleja. Después de haberla amenazado y semitorturado, ahora quería ir con ella.
- ...y tampoco quiero ningun tipo de favor...
No entendió a lo que se refería, hasta que siguió con su mirada hacia donde él fijaba la vista. Debido al forcejeo su camisa se había abierto.
- Esto no podrías pagarlo. No sé con qué mujeres te juntaras, pero yo no soy ninguna fulana- dijo con altivez.
Vio cómo se alejó y se sentó en un sillón cercano, y ella aprovechó para atarse la camisa y sentarse en la cama.

Había murmurado algo, pero Wondie no lo llegó a oír. Después elevó un poco más la voz, diciéndole que sería su guardaespaldas y guía. Se quedó unos instantes callada, sopesando las opciones. Bien podría negarse y seguir buscando por su cuenta, lo que la llevaría más tiempo. Además, el hombre era peligroso y podía seguirla. Por otro lado, podía aceptar y tenerle vigilado.
- Muy bien.
- El muchacho y la chupasangre, vendran? si vienen, quiero al niño controlado y a la otra...
- No vendrán. Yo trabajo sola y no me gusta meter a la gente en mis asuntos- miró por la ventana unos instantes antes de dirigir de nuevo la vista al hombre-. Apenas quedan unas horas para que amanezca, y será ahí cuando me vaya. Si para entonces no estás abajo en la taberna, me iré sin ti. ¿Queda claro?

Se levantó de la cama y fue descalza hacia la puerta, la cual abrió.
- Ahora, si me disculpas, quiero dormir. He pagado esta habitación y quiero aprovecharla.
Según salió, Wondie cerró de golpe. Fue a cerrar la ventana y seguido volvió semicojeando a la cama, puso la daga bajo la almohada y se cubrió con la capa. Con los ojos cerrados, le dio vueltas al asunto de si era buena idea dejar que ese loco la acompañara. Intuía que debía traer los mismos, o más, problemas que ella. No pudo seguir pensando por mucho tiempo puesto que el sueñhizoo la venció.

Sentir los pies fríos hizo que se despertara. Por cómo estaba el cielo supo que faltaría alrededor de una hora para el amanecer. Se frotó los ojos y después se calzó. Se puso las armas y adecentó su pelo como pudo antes de ponerse la capa. Recogió sus escasas pertenencias, salió a la calle y se dirigió a una tahona. Allí pudo comprar algunos panecillos. Guardó todos excepto un par en su zurrón y volvió a la taberna comiendo por el camino.

Cuando llegó, se sentó en una mesa apartada, mientras daba los últimos bocados al panecillos desplegó el mapa y se quedó mirándolo para saber cuál sería su siguiente destino si su guía le fallaba.

*********************************************************************************************

Offrol: Alessa y Risk me dijeron que no siguen, turno de Wallace.

Clavo la daga justo en la localización, en el mapa de Wondie. La miro desde arriba y le sonrio levemente. se sento enfrente y preparo su pipa. La taberna estaba vacia. La gente de aquel pueblo era nocturna, como era de esperar. Suspirño y jugó con una moneda mientras miraba el mapa.
-El Pueblo Abandonado esta lejos...aunquesi nos tenemos que torcer me parece bien...tu mandas...-le susurro quitandose la capucha. Esa mañana no llevaba la cresta trenzada. Suelta y salvaje, comoda en cierto modo. En su rostro se notaba que no habia dormido mucho. Al escuchar unos pasos giro levemente la cabeza. Una moza no muy alta y hermosa lo miro, sonrojandose y se fue a atender. Wallace sonrio levemente. No habia dormido mucho...ni tampoco habia estado solo. Carraspeó y miro a la mujer.-...yo te sigo donde vayas...-puesto que el no tenia nada que hacer aun. El encuentro con Bjron aun era muy lejano.

Fuera, el poblado tampoco estaba muy animado. Los guardias se encargaban de limpiar la calle de cadaveres, en vano, pues seguramente por la noche habria mas, otra vez. Wallace suspiró y se levantó.-...te espero fuera...y me debes tu nombre...-dicho eso se despidio de la muchacha y salió. El sol estaba cubierto por las nubes. En ese pueblo siempre habia nubes. Miro la plaza central y se quedo mirando la fuente. El agua estaba helada y limpia, para su gran sorpresa. El aire frio le acariciaba la piel, que desprendia cierto vapor, leve, por la temperatura de su cuerpo. Abrio la boca para solar un poco de vao y miro hacia la posada. Cuanto mas iba a tardar aquella mujer? Impaciente se puso a leer su cuadernillo y empezo a esbozar a la mujer que acompañaria durante un largo tiempo. Algunos esbozos se transformaban y se convertian en ella. Wallace gruño de rabia y borró los dibujos que se parecian a la mujer que tanto dolor y rabia le provocaba.

El cielo estaba rebelde, se acercaba una tormenta...

Tuvo la suerte de no haberse concentrado mucho cuando la daga fue clavada en el mapa, o se habría sobresaltado. Apenas levantó la mirada.
- Buenos días a ti también.
Desclavó como pudo la daga y guardó el mapa.

Le dijo que la ciudad de hombros, y la joven se encogió de hombros, dando a entender que le daba igual.
- No hace falta que nos desviemos. Si ese es el destino, allí iremos- dijo decidida.
Observó que una chica estaba mirando y se había sonrojado. No hizo falta más detalles para que Wondie supiera lo que había pasado horas atrás.

Vio como el hombre salió algo incómodo con la situación y le siguió con la mirada. Frunció el ceño. "¿Cuántas veces le habré dicho mi nombre?". Resopló, pensando también que tal vez estaba intentando sacarla de quicio, y no tardó más que unos minutos en seguirle.

Se quedó frente a él, esperando para ponerse en marcha.
- Como te dije anoche, soy Wondie. Y, ya que te voy a tener bastante tiempo siguiéndome, ¿cuál es el tuyo?
Notó una brisa que deparaba tormenta y observó que la luz natural se iba oscureciendo, así que instintivamente se echó la capucha.

La miro a los ojos y sonrio levemente. Un nombre extraño, dificil de recordar. Seria un nombre falso o algun tipo de tapadera? A Wallace le dió igual en aquel momento. Guardo sus cosas y se acomodo la capa.
-Rojo...-susurro mientras caminaba hacia la salida del pueblo. Se quedo quieto y la miro, para seguir andando. No era muy habladora, el tampoco, asi que simplemente se miraban de tanto en tanto, ella soltaba algun que otro carraspeo y el gruñia o escupia en el suelo. Sin hablar o almenos algo de confianza el camino era muuy pesado. La noche llegaba demasiado pronto y de su lado una tormenta.

Las gotas de fria agua empezaron a mojar a Wallace. Este, alzo el rostro para dejarse acariciar por el agua. Debian seguir o resguardarse. Miro a la mujer, que parecia no muy contenta con el clima. Alzó una ceja y espero su orden. Miraba el mapa, pensando. Asi que actuó por si solo.
Saco de su mochila una piedra fuego y empezó a coger ramas secas, que era casi imposible. Con el uso de sus habilidades, encendió un acogedor fuego. Se sentó en un tronco viejo, debajo de un arbol tan espeso que era como un paraguas. La miro, sonriendo, burlon.
-Mujer...mojada no haras nada bueno...-le dijo mientras sacaba una manzana y empezaba a pelarla. La lluvia empeoraba. Wondie se sentó, al fin. Era tozuda como una mula, pero el tambien. Por eso quizas no le incomodaba estar con ella. Era diferente. Con esa cara de enfado constante, casi como la suya misma.

La lluvia tapa el cielo como un manto. El agua corria valiente por los rios. Los dos aventureros caminaban si pararse, apesar de las gotas de lluvia fria y molesta. No sabian que les deparaba el final de aquel camino. Desconocian los peligros que estaban por llegar.

Solo caminaban, bajo la lluvia. Ellos dos.


Continuara