El encargo de Igor [Interpretativo]

Casa abandonada - Imagen orientativa:

Seguimos indicaciones brindadas por el líder para arribar al edificio abandonado. Desde bastantes metros de lejanía era notorio su desgaste y mal estado. La estructura en sí era evidentemente fuerte a pesar de dar la impresión de derrumbarse ante el más mínimo tacto. Las paredes se veían interrumpidas por ventanas y algunos ventanales, en los cuales se lucían vidrios rotos o bien, una total carencia de estos.

Bastó caminar algunos pasos por el interior para apreciar que los mohosos muros, cubiertos por variadas hierbas y plantas, eran de una resistencia mucho mayor a la que creía. La estructura se veía arruinada por fuera pero su interior mantenía la compostura. Uno de los pasillos de madera, iluminados por la luz del sol que se colaba por las ventanas, tenía un gran hoyo que impedía el paso; hoyo en el que, por distracción, uno de los arqueros casi cae.

En el piso superior era frecuente encontrar candelabros dorados en los muros, ofuscados por el polvo y pobladas telarañas. En el mismo estado se encontraba un amplio marco cuya pintura cenicienta parecía haber sido atacada por el fuego.
Faltaban muros y numerosos ladrillos en diversos puntos de la edificación, como si aquella casa abandonada ya hubiese sido víctima de un encuentro bélico, aunque aún se mantenía en pie, y estar en su interior aumentaba la inherente sensación de imponencia que el viejo edificio transmitía.

Estaba acompañado por una quincena de hombres, siendo yo el dieciseisavo. Siete de ellos eran humanos mientras que el resto eran licántropos. La mayoría de los humanos - cinco, para ser exactos - eran expertos arqueros, y sólo dos licántropos compartían esta habilidad; los hombres restantes eran luchadores en su totalidad, maestros de las armas de corto alcance. Los arqueros habían sido distribuidos en los puntos más altos de la casa abandonada y sólo un par esperaba cada uno en una entrada del edificio. Por otro lado, los luchadores aguardaban la llegada de nuestro objetivo en la planta baja, quedando un trío de licántropos cubriendo entradas que los arqueros no.

Pacientemente esperé en el piso superior por el aviso de la llegada de Johannes con sus respectivos prisioneros.

Ya habían pasado unas horas, y se suponía que Johannes llegaría pronto. Con el afán de proteger mi identidad ante los que vendrían me coloqué la recientemente comprada pañoleta, y puse sobre mis hombros la capa del gremio, cubriendo mi cabeza con la capucha; de esta manera sólo se veían mis ojos, el resto del cuerpo estaba totalmente cubierto por tela y cuero.

Pañoleta :

Abandoné el polvoriento mueble sobre el que me apoyaba y, luego de descender por las escaleras, me acerqué a la entrada, donde aguardaba el grupo de licántropos. - Bugron - Dije con voz firme, dirigiéndome al más ágil de los licántropos presentes. -, adentrate en el bosque. Cuando percibas la llegada del objetivo, regresa y da el aviso. - Dicho esto, el hombre asintió y comenzó a caminar en dirección a la arboleda. - No, no. - Espeté negando con la cabeza. - En tu forma lobuna. - Entonces, el licántropo expresó su verdadera naturaleza mientras corría en cuatro peludas patas en dirección al bosque. - Los demás, estén preparados. -

Me acerqué a los arqueros, todos dispuestos en lugares con cierta altura o de difícil acceso desde los cuales podrían disparar de ser necesario sin correr riesgo. - Mantengan sus arcos en alto, apuntando a todos los ajenos al gremio, incluso si parecen inofensivos. - Ordené. Nuevamente, di indicaciones al grupo de licántropos que guardaba la entrada y la planta baja: - Esta puede parecer una misión simple, pero no debemos correr el riesgo de enfrentar un fallo. Una licántropa vendra con Johannes, es una potencial miembro del Gremio, aunque no por eso tendremos piedad si hace lo equivocado. No dañen al prisionero, sólo si es absolutamente necesario; y, dado el caso, eviten matarlo. - Me retiré con esa típica postura altiva y decidí esperar en la penumbra de la luz solar y, a diferencia de gran parte del edificio, el techo de la habitación tenía un prominente hoyo.

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Orden de posteo Sugerido: Nafen - Johannes - Woodpecker - Sydara

Cuando vi a Sydara estaba huyendo, aunque parecía no quedarle ni tiempo ni energías. Los lobos se abalanzaban contra él y el asesino sigiloso, metódico y frío avanzaba sin dar tregua con la mayor de las prestezas y serenidades. Mi sangre hervía aún, y el corazón palpitante se arrojó contra el cuerpo del elfo impactándome contra él desde la espalda con toda la fuerza de la que fui capaz. Sentí un leve cosquilleo de aire rozando mi cuello y cuando quise darme cuenta vi que el que estaba debajo de mi ¬¬¬se quitaba nada más ni nada menos que un dardo. Tragué saliva y junté todas mis energías para incorporarme.

Las miradas de los chicos lobo eran ansiosas y de aprobación. Al parecer no desconfiaban tanto de mí como su otro compañero que con aquél temple frío no dejaba de observarme como el bicho raro que era. Suspiré y dejé que los chicos se hicieran cargo del resto. Por mi parte, volví algo coja, rascándome todo el cuerpo que me picaba por la traspiración y los rasguños. Esos días y esa corrida a lo animal me estaban cobrando lentamente sus facturas…


El descontento era general, sobre todo el de la malvada elfa cuando se dieron cuenta que sus monturas no estaban donde debían. De no ser por la sangre de Joh, me hubiera reído por un buen rato. Pero dada la situación, preferí mantenerme un tanto alejada y dentro de los estándares del comportamiento que se esperaba de mí, aunque en esos aspectos mi mente quedaba en blanco. El par de lobos no dejaban de estar alegres y eso casi levantaba mis ánimos. Chy se había reunido conmigo ni bien pisamos los lindes con el bosque y Bravía bien me hizo saber que era recibida de forma amena ante mi retorno, aunque no se acercó. ¿Por los extraños, tal vez?.

Después de un buen rato sin mayores conversaciones y con muchas quejas por parte de la fémina que nos acompañaba –quién convengamos, estaba comenzando a hartarme- divisamos las ruinas de un gran edificio. Tragué saliva y negué mentalmente. No quería más ruinas, para nada. A medida que nos allegábamos, no sólo los humores comenzaban a volver al grupo, sino que además, la vista se hacía más detallada.

Musgo, antiguos artilugios, rastros de una población en aquellos pedazos de recuerdos tangibles se abrían ante la vista de quiénes llegábamos como dándonos la bienvenida. Me aferré a Chy y le olfatee como solía hacerlo en momentos de crisis. ¿Estás bien? esa pregunta salvaje apareció de la nada y tuve que pestañear dos veces antes de percatarme de quién era o lo que debía decir. Asentí con la cabeza, analizando una pequeña ráfaga de aire mensajera.

Mensajera de malos augurios. Teníamos compañía.

Tuve que pellizcarme para no reír cuando Joh le habló a la figura misteriosa que reposaba en la penumbra. Obviamente que era Nafen, su aroma le delataba. Más no hice ninguna señal de reconocerle, más por respeto a su imagen que por otra cosa. Además, aún no tenía muy en claro como encararle después de todos los sucesos que habíamos vivido en el pasado. Me limité a saludar con la cabeza y tratar de no mirar esa escena pseudo-amorosa de aquella zorra pelirroja.

Esperé la repuesta del brujo y miré a Johannes. No solo descansar, sino que curar esa herida… y pasar…me por el agua realmente no quería verme en un espejo. Sabía que estaba llena de sangre –tanto mía como ajena- y me daba hasta cosa estar usando el vestido que había comprado días atrás en Lunargenta. Suspiré y marché hacia donde me indicaron, sin ganas ya de pelear con nada ni nadie. Probablemente caería muerta del sueño en algún lugar cercano y por varios días.

Off rol: Nafen!!!!!! Leí tu post desde mi cel y accidentalmente toqué negativo en vez de positivo!!! Encima que la internet me andaba mal!! Puse positivos para compensar ^^
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Escuchaba unas voces lejanas, pero no sentía mi cuerpo, solo ruidos, por un largo rato.

Hasta que una luz chocó contra mis párpados. Alguien terminaba de atarme las manos. Moví un poco la cabeza, sintiendo apenas mis manos y pies. Podía sentir mi respiración y los latidos retumbar en mis oídos, más fuertes que esas voces confusas y lejanas. Era incapaz de descubrir donde me habían traído, más que un suelo frío y ser transportado como un objeto cualquiera. Mi garganta y boca estaban completamente secas irritadas ya.

De afuera podrían notar que mis párpados se abrieron un poco, dejando ver mis pupilas dilatas y brillantes. Y quien me tocara podría ver lo que yo en un tormentoso sueño.

El interior de una sala construida sobre piedras, sin ventanas y una sola puerta. El suelo tenía agua que llegaba a la altura de las pantorrillas y podía sentirse que estaba helada. Habían grandes charcos de sangre y varias manchas borrosas que no se distinguían alrededor, más que una que surgió con un chasquido debajo de una capucha negra, clavando repentinamente su guadaña en el cuerpo de quien tuviera la visión. Podría sentirse algún dolor tan atroz que lo llevaría a la realidad, sintiéndose aturdido o confundido ante una visión tan vívida.

Una carcajada estallaría en la cabeza, tanto mía como la de quien estuviera allí, con la diferencia que yo ya la había oído antes y una voz mientras salía del aturdimiento, que diría-¿Quieres que juguemos un poco?--diría la voz de la Muerte.

El colgante atado a mi muñeca resplandecería, dándose al descubierto si lograban verla. Moví mi cabeza en un intento de quitarme esa imagen de la mente. No lograba oír nada ni entender siquiera algo. La diferencia que sentía antes de caer en ese sueño tan repetido, era que ahora sentía bastante frío, como si de pronto recorriera una brisa helada de montaña en el lugar donde fuera que estaba. Quise moverme y despertarme en esa desesperación que tenía. Quería gritar de rabia y dejar que la ira hiciera lo suyo. Pero sólo conseguía... nada. No podía hacer nada...


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Off rol: u.u malos!  No tenía mucho para poner, así que se jode el que toque a Sydara porque tendrá visión y mojará la cama quien la tenga xDD (Eso sí, Sydara nunca mojó cama >.>, es muy valiente ^^ lero lero!)

El lobo salió de la espesa arboleda corriendo a toda velocidad hacia las ruinas. Con sólo verlo, todos los presentes comprendimos que el objetivo se acercaba. Bugron se detuvo a mi lado y retomó su forma humana; gracias a su armadura especial continuaba con su ropa puesta y, más importante aún, se mantenía protegido.

El grupo era más reducido de lo esperado, algo notorio particularmente por la ausencia de caballos. Me acerqué a la entrada, posicionándome entre esta y los recién llegados, quienes saludaron. Entonces Johannes tomó la palabra: - Nafen... ¿Eres tu? ¿A que viene tanto misterio? Bueno, como sea... Hemos llegado con el prisionero y nuestra nueva compañera, Woodpecker. Hemos tenido dificultades pero todo ha salido según lo planeado. - Por unos segundos me mantuve en silencio, mirando los rostros de Johannes y del capturado. Puse un puño en alto, a la altura de mi oído, y extendí los dedos con rapidez. Este movimiento fue suficiente para que la telequinesis entrase en acción, haciendo que la capucha cayera sobre mis hombros y la pañoleta descendiera hasta mi cuello, mostrando mi boca y mentón. - Es más que evidente que deseo proteger mi identidad y lo primero que haces es revelarla. - Suspiré con cierta frustración, lanzando una mirada de desdén a Johannes y a Woodpecker. - En todo caso, buen trabajo. - Dije observando al prisionero inconsciente.

Entonces, una elfina del grupo de Johannes se acercó a mí, y colocando una mano en mi pecho saludó. - Hola querido Nafen... Entraré si no les molesta, estoy harta de las tonterías de estos sujetos. Y se encaminó hacia el edificio. Era de sumo desagrado... una elfina. Una raza impura. Había aprendido a respetar otras razas, pero aún así no las veía para nada atractivas.

Wood saludó asintiendo con su cabeza, a lo que respondí sólo dando una seria mirada. Johannes, nuevamente, hizo uso de la palabra, seguido por la licántropa. - Sí, vayan a descansar. - Respondí. - Iré yo mismo a hablar con el líder. -

Caminé hacia uno de mis hombres, un humano, que llevaba una espada en su cintura. Pretendiendo no ser escuchado comencé a susurrar. - No confío en la licántropa aún, vigilenla de cerca. Y en cuanto al prisionero: si escapa, me voy a asegurar de que sufras en tu muerte. - Me alejé y monté uno de los caballos, encaminándome a la sede del Gremio. Supuse que mi espejo mágico sería suficiente para corroborar la fidelidad de Wood para con el Gremio, aunque lo revisaría una vez estuviese con Igor.



[Off: Syd, me pasó lo mismo que a vos -_- Jajaja Felicitaciones por tu nivel 3!
Sugiero que me salteen en mi próximo turno, para que tenga sentido con respecto al hecho de que mi PJ va a tardar en ir y volver de la sede del gremio. Entonces, el orden de posts seria Joh, Wood, Syd, Joh, Wood, Syd, Naf.]

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Off - Creo que me tome un poco de libertades al comenzar a interrogar a Sydara pero hago esto por que de lo contrario, el no tendría mucho que poner en su siguiente post. Alguna queja o error, favor de informarme.

Uno de los lobos parecía un poco distraído, aunque le ignoré brutalmente. Me importaba más la sangre de Johannes y que nadie se hubiese dignado en curarle, ni siquiera esa zorra pelirroja. De alguna forma me la iba a cobrar, sin dudas. La actitud fría de Nafen, sólo hizo que cuando nos moviéramos me sacudiera para quitarme el chucho de su fría bienvenida. ¿En serio él está aquí? le pregunté a mi compañero cuando se me acercó para darme las gracias. ¿De qué hablas? pregunté sorprendida ante sus palabras. Aún tenía muchas preguntas, quizás demasiadas.

Vi cómo se desarrollaban los hechos con una media sonrisa. Sin dudas me hubiese gustado ir a verlos de caza, pero también sabía que era requerida en ese lugar. Extrañamente, me sentía demasiado a gusto en las ruinas –lugares que tendía a odiar por ciertas otras experiencias pasadas- quizás era, la clave, una compañía decente que hacía que todo resbalara. Fui testigo de la forma poco amigable en que el asesino despertó al elfo, más me contenté con zambullir mi cabeza en el cubo de agua para luego restregar el pelo y limpiar de mi cuerpo otras impurezas.

Así es corroboré cuando dijo lo de las preguntas, aunque continué con mi tarea de ponerme un poco más presentable. Al parecer sería el turno de Sydara y luego el mío. Me encogí de hombros y con la mente en blanco continué mi acción mecánicamente. Casi me sentía como una gata lamiéndose y la idea me causaba bastante risa, que por supuesto, mantuve discretamente a raya.

Nos encontrábamos en una especie de celda de lo más interesante. Tras Johannes y de forma muy siniestra se cuadraba “silencioso”. Respiré profundo, sientiéndome como en una novela de misterio e intriga. La estaba pasando bastante bien.

Lejano me llegó el comentario del peliblanco sobre su herida. Me habían dejado en el suelo, apoyado con algún mueble en la espalda, las manos atadas atrás y mis pies también. Como rato largo más tarde, para mi mente, sentí el golpe del agua en mi rostro. La sed volvió a hacerse presenté, pero recuperé un poco la conciencia con ello. Quise reír con la pregunta del aparentemente humano, pero solo me limité a parpadear y mirarlo con los ojos entrecerrados.Cerca de allí estaba Wood con mis armas. "Hubiese preferido seguir durmiendo si no me dabas algo de agua para beber..." respondí en mi mente.

Él se posicionó en el centro de la habitación y empezó a interrogarme, aclarando que no hiciera mas complicado las cosas, y cómo si yo lo deseara... Podría intentar extorsionarlo, al menos por un poco de agua. Lo demás no importaba. Las cuerdas de mi mano, tomando mi tiempo,podría hacer ceder el nudo con paciencia. Apenas eché una mirada a Reptil, donde solo vi una figura grande demasiado borrosa y volví a mirar al peliblanco soltando apenas un gruñido.

No estaba de humor, pero si estuviera sin sed, hubiera ironizado algo, o reído porque quisiera saber sobre mi vida, aunque pensando bien después, me pregunté qué le interesaría. Además tarde en comprender todo lo que quiso decir. Mis oídos estaban muy embotados.
-Eh... ¿qué te interesa exactamente de mí? Sólo soy lider-preferí omitir decir que con Lys y evitar meterla en esto-en el pueblo de Sandorai, soy bueno en medicina....-omití decir también que sabía pelear-Y tengo un brujo no muy amigo por ahí que ha tratado de fastidiarme un poco....-pensé más en qué podía decirle. No había mucha relevancia en todo esto.Y no iba a hablar de mis padres si podía evitarlo-¿Quieren dinero acaso?-pregunté arqueando las cejas-Habéis tomado demasiado riesgo para ir a buscarme a mi y a Wood... En fin, te diré más si me das algo de agua para beber-acomodé mi espalda con el mueble que estaba atrás, moví las muñecas para ver cuan apretadas estaban las sogas y procuré sentir la piedra fría de la reliquia atada en mi muñeca, y me sentí aliviado de que estuviera.

No había sido mi intención serles un buen rehén, pero bien, me sentía tranquilo o relajado por esa tal toxina, aunque empezaba a sentir frío y la sed me resultaba ya intolerante.

Off: Chicos, siento mucho esta tardanza u.u sé que no les avisé de nada, pero estos días han sido un poco caóticos. Gomen ne u.u. Muchas gracias por esperarme y prometo intentar no atrasarme más >o<

Escuché las palabras del elfo con cierta atención, en realidad estaba bastante preocupada por las manchas y por mi apariencia; después de todo, no cada día vives ese tipo de situaciones además de que estaba segura conocería más gente hoy y sería recordada como la “sucia Wood”, no me molestaba mucho, aunque probablemente eso haría que Joh pusiera alguna cara rara que no quería ver. Pensé en levantarme a buscar agua para Syd, pero Joh tomó la palabra, por lo que decidí aplazarlo un poco.

Sonreí de lado. Si sigues hablando así voy a sentirme importante dije soltando el trapo que había estado usando para restregarme. Me puse en pie y enfilé hacia él pero a medio camino me detuve por la fuerza de las palabras que estaba diciendo. Bueno, ahora harás que me sonroje la ironía comenzaba a salir naturalmente. Jugué un poco con mi pelo y me acerqué a él. Pensé en apoyar una mano en su hombro para tranquilizarle, pero ese silencioso que luego me enteré le decían “Reptil” me miraba con aquellos ojos acusadores, como queriendo leer mis pensamientos. Hice un puchero disimulado y observé un rayo de luz tenue que se filtraba por una vieja abertura.

Han pasado muchas cosas Joh… más de las que quisiera. Pero ninguna que haga cambiar mi parecer respecto a unirme a ti. Recordé la última vez que nos vimos y me giré bruscamente para mirarle un poco sonrojada Por cierto, siento lo de tu camisa… tengo en mi montura un reemplazo. La otra… verás, murió en batalla jajaja. La risa fue un extra, realmente me estaba poniendo nerviosa. Me acerqué a él, pensaba buscar las marcas de nuestro último encuentro, pero me detuve, recordé que no le gustaba que nadie diera por hecho nada con él. Suspiré hincándome a su lado, mirando al elfo.

Siento haberte preocupado, es difícil recordar que no estoy sola las palabras eran entrecortadas, era penoso decirlas en voz alta. Sydara y yo nos conocíamos desde antes… mucho antes. Solía pensar que era un elfo torpe, pero me alegré al saber que no era así y continuaba con vida. instintivamente llevé mis manos a la boca, tapándomela. Nunca me importaba lo que decía, pero ahora era diferente, estaba con personas que me conocían y buenas de corazón.

Momentos después, presencié la violenta y eficaz manera de silencioso para ejecutar órdenes; más no me moví de mi lugar. Aún no sabía que hacer, en mi corazón había una tormenta implacable que sólo deseaba apagar con sueño, mucho sueño. Respiré aliviada cuando Joh dijo que no pensaban matar al prisionero y aunque no fuese con los mejores modales, estaba cuidando sus necesidades.

Ya… Joh, ¿está bien si me ausento un rato? También deberías de hacer tratar esa herida. Sabes que siempre he deseado tu sangre y me la pones difícil aunque esté tan maltrecha esbocé una sonrisa apagada, encaminando a la puerta para esperar su respuesta. Desde el umbral chiflé para llamar al halcón.

Off rol: no hay drama Wood, yo igual he dado like a sus post ^^ porque me han gustado.

-Seguramente.. me estarán buscando...-dije con calma, con el placer de hacerlos sentir presionados.
Arqueé las cejas irónicamente cuando el humano respondió que no era asunto mío saber porqué me tenían aquí e hice una mueca de indiferencia con lo que habló respecto a las molestias.

Hice caso omiso a lo que habló con Wood. Estaba agotado, y con pocas ganas de pensar en otros. Esperaban que se fueran a dormir pronto o se descuidaran en algo para poder estudiar bien los nudos   que ataban mis manos.

Preferí que la licántropa hablara sobre la relación que teníamos entre ambos, y vi como me acercaban un poco de agua que bebí gustoso y al terminar, el tal Reptil apartó. Carraspeé cuando el peliblanco me quitó el filo de la garganta. Finalmente volvió a hablar y lo miré incrédulo.
-¿No sabes que harás conmigo y me has secuestrado por mera diversión?-me jacté medio burlonamente. Habría querido cruzarme de brazos por el enojo, pero me era imposible, obviamente.

Bufé para adentros cuando a mis oídos llegó cierto comentario de Wood, sobre lo que había pensado antes de mí. Me resigné con el nudo por un tiempo, y acomodé mi espalda con el cajón de madera que tenía detrás. Pude observar la herida de "Joh", al menos podía identificarlo con ese nombre ahora. Suspiré con calma y dije.
-Sé de medicina.. tal vez podríamos negociar el nombre de la medicina por algo concreto a lo que respecta de...-señalé con la mirada el lugar y regresé a él--todo este asunto...-

Las lámparas de aceite dejaban en penumbras esa habitación que para mi fortuna, no estaba muy fría. Pensé que debía haber alguna chimenea en otro cuatro. Pasee la mirada por el cuarto, donde en un rincón del techo había un niño de cucarachas, y había una rata husmeando por unas cajas al otro extremo de donde estaba. Traté de adivinar lo que había dentro de ellas, suponiendo que habrían platos, copas, candelabros en desuso.

Notaba el olor a madera húmeda con tierra, y veía algunas manchas de reciente agua absorbida por las mismas en el suelo. El techo tenía goteras, y no era de esperar en un lugar tan deteriorado como en el que estábamos. Había una ventana con las ventanas tan sucias que apenas se veía algo, más que el leve reflejo de quienes estaban de pie.

Una vez estuve en la entrada de la casa abandonada, até las riendas del caballo que había usado como transporte en un poste que se situaba cerca de la puerta principal. Crucé el umbral y caminé hasta la habitación de donde provenían unas voces, entre ellas la de Johannes y Wood. Me acerqué silenciosamente y empujé la puerta, abriéndola con un estridente sonido. Recité en mi mente las órdenes de Igor y paseé mi mirada por la arruinada habitación. Por poco ignoré a Wood y miré al elfo, que ahora estaba despierto. Dejé caer mi daga pero esta no tocó el piso debido a que mi telequinesis la mantenía suspendida centímetros sobre el suelo. Con un sutil movimiento de mi mano la daga voló por la habitación hasta acercarse al prisionero, posándose la punta de la hoja en la garganta del elfo. - Así que... "esto" es nuestro prisionero. - Dije con desprecio. Por supuesto, no me agradaban los elfos, pero al ser este en particular un cautivo del Gremio me resultaba aún más insignificante. Sin duda alguna era una lástima que no pudiésemos divertirnos con su piel, pues Igor había solicitado explícitamente que así fuera. Si el elfo respondiese, lo ignoraría sin siquiera considerar escucharlo.

Nuevamente hice un movimiento y la daga retornó a mi mano. Entonces, caminé hacia Johannes. - Tenemos nuevas órdenes. - Susurré a su oído, tomando la precaución de no ser escuchado por los demás presentes. - El líder me ha pedido que retire a todos los hombres de aquí, pero tú te quedarás sólo con dos soldados a cuidar al prisionero. - De la mochila que llevaba a mis espaldas saqué un vendaje limpio que envolvía dos frasquitos de vidrio que contenían ungüentos curativos. Extendí mi mano hacia Johannes, ofreciendo el material medicinal. - De parte de Igor. Te ayudará a que la herida cicatrice más rápido. -

Por último, lancé una fría mirada a Wood. - Toma tus cosas, nos vamos. - Dije señalando la puerta. Me apoyé contra una de las paredes, esperando que Wood aceptara, pues en caso de que no lo hiciese nos traería ciertas complicaciones. Si eso sucediese la dejaría si pudiera, pero Igor había solicitado que ella fuera a la sede del Gremio.

Observé a Joh reclinarse y escuché a Sydara mientras acariciaba al ave, finalmente obtuve mi permiso para ir a echarme una siestesita después de ver al par de lobos, pero antes de que cruzara el umbral sentí una presencia y me aparté en el momento antes de que la puerta se abriera para dejar entrar a un Nafen bastante enojado. Suspiré y me mantuve en mi lugar, como una espectadora más. Después de todo, ahora no estaba en mis territorios y no había nada que pudiese hacer.

Pestañee un par de veces cuando el brujo me dio la orden directa. Posé mi mirada entre él y Johannes varias veces antes de que éste viniera hacia mi con palabras de aliento. Me sonrojé e intenté negar con mis manos. No fuimos amantes, no no dije en mi defensa en voz baja, aunque después me arrepentí de mis palabras. ¿Por qué lo habría dicho? Reverencié al humano con cierta torpeza y después le dirigí una mirada entre acusadora y dolida al elfo. Me volví hacia Nafen no muy contenta tampoco y con el ave en la cabeza traspasé la puerta.

Supongo que no me dirás a dónde me llevas. Iré tras de ti si no desconfías de que huiré espeté estirándome y dándole paso. Hace tiempo no nos vemos… sentencié mirando por una vieja ventana con algo de nostalgia por aquellos días llenos de libido y placer. Enarqué mis cejas imaginando al brujo en lugar de Philip, pero la idea era más amarga que la hiel y pronto negué con la cabeza bajo un fuerte suspiro que más bien sonó como un resoplido.

Espero no te importe vaya en mi propia montura fue lo último que salió de mi boca. La presencia de ese ser me daba escalofríos además de que no habíamos comenzado nuestra relación en los mejores términos. Digamos que ahora yo estaba un poco más civilizada, pero estaba segura de que a él le valía… poco cualquier cosa que me atañera. Me preguntaba si podría tener corazón o en su lugar un cubo de hielo tan frío como viejo. Esbocé una sonrisa ante el pensamiento.

-Por supuesto... ¿qué tendría de emoción un secuestro sin un poco de alboroto...?-comenté-Y bien...-suspiré finalmente, tratando de adivinar que le hubiese ofrecido el trabajo. No tenía idea si estos trabajaban para los opositores rebeldes, o para Claus o su hija que tenía un motivo distinto al de su progenitor.

Poco después llegó a quien poco le importaba demostrar que era un brujo, que de alguna forma me resultó conocido, pero no sabía decir de donde. Dejó caer al suelo su daga, y admiraba la magia o trucos de los que se podían ver por las ferias, pero lo de llevar con su telekinesis una daga hasta mi garganta, me resultó poco divertido, pero solo tiré mi cuello hacia atrás, notando como el filo del arma  acariciaba mi piel con un cosquilleo. Me alegró que pronto la hiciera retornar a su mano y respondí:
-Si,y "esto"tiene nombre!-contesté con un bufido al brujo, con deseos de provocarlo un poco y el sujeto habló de que tenía ordenes para con los soldados y Wood.

Me mostré indiferente a las palabras de Johannes, pero no dejé de comentar por ello tampoco.
-Más energía...-rápidamente agregué algo por si se interpretaba que guardaba energía para atacar de improviso-de sanación élfica... y de la mejor para mí-dije arqueando las cejas y reproché para mis adentros que me estaba pasando con la arrogancia.

Fruncí el ceño cuando Johannes dijo que lamentaba que la licántropa hubiera tenido algún tipo de relación conmigo y ella habló de ser amantes. No supe bien de que hablaba pero poco me importaba igual. Comprendía que ella se había metido en un grupo de gente asesina a sueldo, si era eso a lo que había concluido, y por la manera de haberme reducido en el bosque, le importaa y no quería arruinar su negocio. Por ello no le dediqué una mirada asesina como lo habría hecho. No me sentía traicionado, y a pesar de no conocerla mucho, respetaba sus decisiones y no le cuestionaría nada.


Suspiré cuando sentí que la mayoría se marchaban, exceptuando Johannes, Reptil y otro al que debían llamar, llamado Grego se quedaban. Era muy tarde ya, y deseaba descansar un poco, pero  tenía que centrarme que si estos descansaban, tendría ventaja para intentar desatar las cuerdas de mis manos. Por suerte la licántropa había dejado a un lado mis armas, que seguramente quedarían a custodia de los que se quedaban.

Volví la vista a Joh de pelo blanco.
-¿Tendrás alguna recompensa por esto que estas haciendo...?-me atreví a preguntar.

Tanto pensar en cómo podría escapar de allí con tres asesinos, se me ocurrieron un par de cosas que tal vez resultara si no tenía éxito con la idea principal, y volví a sonreír para mis adentros.


Off rol: he puesto que dejabas las armas Wood espero que no te moleste, cualquier cosa edito.
Lamento mi poco aporte, es que ando con mal de oido-garganta y siento que no me concentro en nada con el oído sordo u.u

- No has de preocuparte. - Respondí a Wood. - En el lugar al que iremos no te harán daño... o al menos no te matarán. - Concluí con cierto humor, recordando el hecho de que la primera vez que fui a la sede del Gremio estuve muy cerca de morir, de no ser por la preciada sanación mágica de una elfina. Las cicatrices en mi piel eran la permanente constancia de que era partícipe del Gremio de Asesinos. Los latigazos de Johannes y la apuñalada de Igor me habían marcado literalmente, y de manera inconsciente esto había logrado que yo adquiriese un mayor compromiso para con la organización clandestina.

Miré a mi alrededor, en lo que antes había sido una sala de estar los compañeros de Johannes descansaban y en la habitación adyacente se oían las voces de algunos licántropos que me habían acompañado a lo largo de este encargo. - ¿Cuál de ustedes es Grego? - Pregunté mientras alternaba mi vista entre los presentes. Todos, en silencio, dirigieron su mirada a un hombre sentado en un polvoriento sillón. Sus rostros expresaban sorpresa sin ningún motivo aparente. - Johannes te solicita. - Dije señalando con el pulgar la puerta de la habitación donde estaba el prisionero. - Por órdenes de Igor, el resto de nosotros debemos ir a la sede del Gremio de inmediato. - Dicho esto procedí a avisar al resto de los hombres que debíamos irnos. Cada uno de ellos se subieron a sus propias monturas, aunque los acompañantes de Johannes se vieron obligados a compartirla con algunos licántropos. Ordené que escoltaran a Woodpecker, pues a pesar de que sería tonto intentar escapar, era mi misión asegurarme de que ella llegase a la sede del Gremio sana y salva. Mientras el mediodía se cernía sobre nosotros, el galope de los caballos dio inicio a nuestro viaje a donde Igor, el líder del gremio de asesinos, nos esperaba.

Off:: Descuida Nafen, y a todos, siento mucho haberles hecho esperar una semana. De verdad no era mi intención. Espero que no pase nuevamente, pero de hacerlo, les avisaré con tiempo u.u

Tsss fue mi única respuesta al brujo, mientras desviaba mi mirada hacia una de las viejas ventanas y le seguía de cerca. Terminamos en una habitación en donde varios de los pertenecientes al gremio estaban agrupados. Varios de ellos comían. Muchas eran las caras desconocidas, por lo que simplemente me conformé con mirar las corroídas paredes mientras me escudaba en el hombre. Un movimiento de Chy hizo que me percatara de un pedazo de pata que venía por los aires hacia mi, atrapándolo a medio vuelo me vi obligada a ver quién me lo había lanzado.

Já! espeté dándole una suave y sutil patada a las morras de Grego, como forma de agradecimiento. Llevaba días sin carne en mis entrañas y eso ayudaría más que de sobremanera para levantar un poco mis espíritus. Estaba demasiado cansada como para mantenerme despierta, mucho menos para pelear al grandote de Nafen. El resto del camino hacia fuera lo pasé degustando mi patita con ayuda del ave. Iba feliz de la vida sin atender otra cosa hasta que fui rodeada por los camaradas del brujo.

Miré a Nafen y sus compañeros, me achiqué de hombros y terminé de chupar los huesitos que tiré en medio del polvoriento camino que se traqueteaba bajo nuestras feroces bestias galopantes.

El brujo y Wood se marcharon. No la miré ni dije nada. No estaba enfadado con ella, sólo sabía que por razones del destino se había metido a una sociedad extraña y no tenía intensión de juzgarla. Me mantuve tranquilo donde estaba.

El peliblanco se sentó contra la pared y respondió que tal recompensa ya había sido entregada y lo demás no importaba. No dije nada, solo observé como se curaba la herida, planteando internamente que podía tratarse mejor con mis habilidades de medicina, pero no iba a decir nada. Gruñí cuando dijo que le contara algo más de mí, con claro deseo de que estaba cansado y sin deseos de conversar por ahora.

Pronto vino alguien trayendo comida para Johannes y Reptil. Fruncí la nariz ante el olor que llegó a impregnarme y resoplé.
-No es de lujo... pero estoy bien con vuestros servicios-dije arqueando las cejas. Johannes le pidió ira buscar unas velas para pasar la noche, me moví en el lugar hasta apoyar mi espalda contra un poste que hacía de soporte con el techo y apoyé mi hombro contra la caja pesada donde estaba hace unos momentos. Sentí alivio en la espalda al separarme de la superficie tan dura de la madera-Descuida, no tengo apetito-respondí con calma y con aire aburrido.

-¿Qué mas hay de mí...?-retomé la conversación con Johannes de antes, sin mirarlo-No sé que buscar saber...-pensé. La verdad que no tenía nada para decir que pudiera importar.

Pronto comenzaría a cabecear con la modorra que sentía y pensaba a sentir que Johannes era alguna especie de vampiro había tomado algo para vigilarme. Terminé cerrando los ojos, y agudizando mis oidos para sentir cualquier ruido, concentrándome para no quedarme dormido. Era contagioso a esta hora,y además que estaba falto de energía.

Escuché un golpe algo seco, cuando Johannes dio un puntapié a Grego para despertarlo.
-Despierta. Necesito que vigiles por un momento al elfo, necesito salir por un poco de agua, tomar aire fresco y estirar mis músculos afuera-dijo y el otro que despertó entre gruñidos, aceptó.

Los pasos del humano peliblanco se alejaron y quedé solo con el sujeto que debía vigilarme, acomodándose donde estaba sentado, bostezando. Todo estaba demasiado tranquilo para mi gusto. Pasaban imágenes de los recientes sucesos, pero demasiados confusos. "¡Ya, despierta!"me dije de pronto sacudiendo la cabeza. Vi con sorpresa la silueta de Grego, con la cabeza inclinada a un lado, y un leve ronquido surgía de él, dormido.

Suspiré tratando de quitarme tanta relajación, y moví mis manos hacia donde creía que el nudo podría ceder. Tardé rato, pero iba progresando y conseguí agrandar la atadura donde pude liberar una de mis manos. Recogí mis piernas con el sigilo propio de los míos, para llegar a desatar los nudos que ataban mis pies. La reliquia cayó al suelo con un sonido de piedra y maldije por lo bajo, mirando con alarma a Grego.

Seguía dormido, me alivié.
Recogí el colgante y lo até de nuevo a mi muñeca. Sin querer había desatado su nudo además del de la cuerda y que seguía sosteniendo a mi mano por si tenía que defenderme. Aunque mis armas estaban tiradas a un lado del lugar, a un costado del hombre. Me levanté en silencio, procurando seguir el ritmo de los ronquidos del vigía, y a hurtadillas me acerqué visualizando sus dos puntos cerca de la clavícula y garganta para poder dejarlo dormido por unas buenas horas.

Llegué al frente de Grego, conteniendo mi aliento y llevé de un momento a otro mis manos a sus puntos de presión, con fuerza y precisos. Él despertó y sólo tuvo mis ojos al frente. Lo miraba fijamente.
-Vas a dormir largas horas....-susurré mientras seguía presionando a cada costado de su cuello, haciendo presión con los pulgares, y ni tiempo tuvo para intentar defenderse. Quedó inconsciente y me aparté.

Tomé mis armas tratando de hacer el menor ruido posible, y salí a la puerta, mirando a un lado y a otro para buscar la salida. Pero sabía que allí estaría el humano. Decidí volver e intentar salir por la ventana, tomando una silla. Era como un ahora o nunca. Con impulso, tomé la silla del respaldar y la estrellé con estruendo hacia la ventana para destrozarla. Sin esperar mas, salté a otro lado tomándome de la parte superior del alfeizar y saltando. Era correr, solo eso.

Me perdí en la noche, sin mirar hacia atrás.


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Off rol:Di like a tu post, no quise mover más porque si no era mucho. ^^ Cualquier cosa que quieras que edite, solo dime.

La noche estaba demasiado oscura, pero afortunadamente estaba algo despejado por lo que podía guiarme ante la luz de la luna, pero no podía ver bien por donde pisaba y no pude evitar recordar la trampilla para animales en la que había caído tan desafortunadamente. No lograba recordar mucho de lo ocurrido despues, sino como un vago sueño. Estaba seguro que había pasado por drogas y un ambiente extraño, hasta que salí del ese lugar donde los recuerdos estaban más vívidos.No corría como un loco, pero sí tratando de ser prudente aunque fuera inconscientemente. El dolor de la pierna aun lo sentía en mi mente, aunque me hubiese curado.

Pude ver un destello en la reliquia, que se tornaba rojiza de a momentos y rogué no fuera a causarme problemas ahora. Casi ni entendía de qué me servía o de qué me protegía. Tampoco iba a ir a la fortaleza de brujos a averiguarlo. Escuché que me seguían, pero esperaba perder el paso, y eché varias miradas hacia atrás, pero nadie. Estaba en lo profundo de un bosque dnde no sabía donde había algún pozo. Trataba de dirigirme por los claros del bosque y evitar tropiezos. Sabía que estaba cerca de un lago, y trataba de ir hacia él.

Llegué a un claro más, donde el peliblanco se interpuso repentinamente. Llevé mi mano a la empuñadura derecha, agitado de correr y detenerme tan abruptamente. Podía sentir que mis latidos querían salirse del pecho. Retrocedí un paso para mantener una distancia prudencial. miré sus manos por si tenía algún dardo, y miré hacia los costados agudizando mis oidos y sentidos por si tenía compañía. Los mechones de pelo caían algo sudados sobre mis fríos ojos, fastidiado de que a pesar de todo debía seguir peleando. No estaba mal, pero sentía que estaba sobreexigiendo demasiado a mi cuerpo.
-Sabia que eras astuto Sydara de Edén, pero no te será tan fácil huir de este sitio-habló él peliblanco. No oía a nadie detrás ni a los costados. ¿De verdad estaría solo? Con un movimiento sacudí a los mechones de pelo que tapaban mi vista, y me preparé a desenfundar mi espada si veía que él también lo hacía- Muy bien, dime, esas armas no son un mero adorno ¿cierto? me imagino sabrás manipularlas... -siguió él. Y mi mente respondió que por supuesto. Entrecerré los ojos, previendo lo que podría llegar a decir- Seré amable contigo... Supérame en batalla y dejare que te vallas sin ningún otro problema. ¿Que gano yo si te venzo? Quizás solo un momento de diversión, no importa-sacó sus dos katares. Odiaba esas armas. Hubiera preferido que sacase una espada. El hecho de odiar esas armas, es que tenía poca experiencia luchando con ellas, por lo que debería ingeníarmelas.

Así como él sacó sus armas, yo desenfundé mi espada, quien no poseía nombre y pensé que debía darle uno.
-¿Que dices Sydara? ¿No crees que será divertido?-no dije nada de momento, pero apunté desde esa distancia al entrecejo con la mano derecha a Johannes, llevando mi pié derecho hacia adelante y el cuerpo ligeramente de costado. La otra mano, encerrada en un puño sobre mi cintura. En la mano derecha podía verse el resplandor de la reliquia, donde parecía envolverse en un tono rojizo mezclándose con su brillo blanco original.

-No estas en condiciones de pelear...-le dije mirando donde estaba su herida, pero no quité mi guardia y dije-Como prefieras... -dije y se me ocurrió alguna idea.

No importaba quien fuera, pero notaba en los ojos del muchacho que a pesar de la vida que llevaba, había algo bueno en él. Ignoraba lo que ocurriría si su plan conmigo fracasaba, pero no podía sacarle más info de lo que había dicho. Quería terminar rápido y largarme cuanto antes. Pasaría una larga noche si lograba escapar. Podría intentar hallar algún bote y cruzar el lago, que me ahorraría mucho camino hacia el bosque. Estudié levemente su posición con los katares que llevaba, y avancé un paso con intensión de atacarlo, pero solo fue un paso para que el defendiera o atacara. Preferia dejar que el oponente hiciera su primer movimiento.


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Off rol: máster me pidió que debíamos olvidar lo de Imperio Salvaje, por ello puse que Sydara lograba recordar mucho.