Bajo la ciudad [Interpretativo][Libre]
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Re: Bajo la ciudad [Interpretativo][Libre]
Tan rápido como advertí sobre la persecución del par que había salido despavorido por los oscuros pasillos, Wernack y el hombre que se presentaba como Terion salieron en su búsqueda. Los sujetos encontraron una bifurcación en el camino, una buena oportunidad para intentar confundir a sus perseguidores y lograr escapar, pero al parecer no eran los sujetos más brillantes del subsuelo pues de esa forma sería más sencilla su captura. El chico bestia era rápido, demasiado. El hombre rubio dibujo en mi boca una mueca de sorpresa. De su cuerpo emanaron lo que parecían ser un grupo de escamas que amaban fuego de su interior, con esto logro guiar su camino hasta su presa. - Vaya... Mencione por lo bajo. Con tales muestras de habilidad, no hacia falta que Reb y yo moviéramos un músculo, solo teníamos que esperar lo inevitable.
Poca fue la espera antes de ver el regreso de nuestros compañeros. Ambos habían capturado a los escurridizos marinos quienes forcejeaban temerosamente en un vano intento por escapar de nosotros. - Jamás lo había visto. Respondió Agatha mientras cubría sus labios con su mano. Aparentemente, el chico canido no temía usar la fuerza pues el hombre que había capturado ahora tenia una herida sangrante en la pierna de la cual no dejaba de quejarse debido al dolor. Ambos fueron reunidos espalda a espalda y sujetados para asegurar su estadía mientras dábamos pie al interrogatorio. La señorita Elen ilumino los sorprendidos y nerviosos rostros de ese par mientras comenzaba con las preguntas. Después de todo se trataba de una chica ruda. Estaba siendo bastante directa e intimidante, la decisión en su mirar no mentía, si los sujetos se negaban o intentaban algo estupido, recibirían una dolorosa descarga.
El viejo marino se esforzó en responder. Intentaba ser claro aun cuando una generosa cantidad de sudor frío emanaba pro su frente. A pesar de estar asustad, parecía no mentir pero no podríamos confiar del todo en sus palabras, después de todo estábamos en las catacumbas, la cuna de los estafadores y tramposos, la cuna del perfecto mentiroso. - ¡Mi compañero tiene razón! Añadía el joven de largos y oscuros cabellos mientras lanzaba un alarido al aire. - Maldito perro, si no estuviera atado te haría pagar por lo que hiciste. Decía mientras lanzaba un escupitajo a los pies de Wernack. - ¡Aahhg! Volvía a gritar luego de que pisara la herida en su pie. - No estas en posición de amenazar. Deja de hacernos perder el tiempo y limítate a responder. Le pedí con una mirada tan fría como los húmedos muros del lugar. - Escúchenme... Somos solo un par de marinos. Vinimos aquí para hacer negocios
Arquee una ceja mientras le prestaba atención. - ¿Que tipo de negocios? Pregunte curioso. - Ya sabes... Esclavitud, algo común en este sitio. Si hubiera una niña perdida en este lugar, ellos la tendrían y nosotros la habríamos visto, pero no fue así. Vinimos con el resto de nuestros compañeros, pero nos separamos para disfrutar de algunas sustancias que no queríamos compartir con el resto y nos perdimos. Nuestra reacción fue común debido a las circunstancias, solo mírense. Un perro enorme, una bruja con una gran esfera saliendo de su mano y un par de sujetos peligrosos, sin contar el aspecto de esa horrible mujer. Cualquiera sospecharía de ustedes. El joven se quejo nuevamente pero su mirada parecía ahora más la de alguien resignado. - Como sea... Peden hacer lo que quieran, pero por más que nos lastimen no conseguirán ninguna información. No se puede extraer algo de un jarrón vacío. Aunque hubiera querido que sus declaraciones fueran otras, tenia razón. Sus ojos me indicaban que no estaba mintiendo, teníamos a los sujetos equivocados.
- Suéltenlos. Solo hemos perdido el tiempo con ellos. Estaba seguro de mis palabras. Reb les había echado una olfateada y su interés no se había despertado en ningún instante. Los marinos extraviados fueron soltados para dejarles retirarse. - No se les ocurra abrir la boca, si lo hacen, iremos por ustedes. Les advertí antes de que ambos reanudaran su búsqueda de una salida del lugar. El par se retiraba lentamente, doblaron en la esquina en la siguiente intercepción y desaparecieron de nuestra vista. - No hemos tenido suerte. Agrego la desanimada mujer mientras agachaba la cabeza. De repente, el par de marinos aparecieron nuevamente en la escena y el más viejo se acerco a Elen. - No he venido a molestarlos. Mi señora, acabo de recordar algo que quizás podría ayudarles. Hace algunos minutos, vimos pasar a un trío de personas, todo ellos encapuchados, pero uno de ellos era distinto. Su altura se asemejaba a la de un niño más no parecía ser llevado en contra de su voluntad. Es todo lo que puedo decir. Tomaron esa dirección. Diría apuntando el camino de la derecha con la punta de su dedo. El hombre giro su mirada hacia Agatha mientras rascaba su blanca y desalineada barba. Sin decir más, se encogió de hombros y dieron media vuelta para continuar su camino. - ¿Que sucede, porque has dudado? Pregunto el joven. - No estoy seguro. Respondio entre susurros.
Su nueva intervención había sido confusa. ¿De que hablaban ellos al final? cualquiera que fuera la respuesta, ahora teníamos una nueva pista. Si ese atolondrado par tenia algo de razón ese camino nos llevaría a nuestro destino y podríamos rescatar a esa pobre niña de las fauces de este inquietante sitio. - Entonces en marcha. Reb se adelantaría con Wernack para continuar olfateando mientras el resto les seguíamos. - Ansió tener a mi pequeña entre mis brazos, espero que este bien. Dijo Agatha con anhelo y preocupación.
Atravesábamos ese largo y retorcido pasillo lleno de ratas, hasta que de pronto, Agatha se detuvo de golpe. Sus ojos se abrieron como platos mientras nos pedía guardar silencio. - ¿Escucharon eso? No estaba seguro de lo que debíamos escuchar. Aguante la respiración y utilice toda mi facultad auditiva para intentar percibir algo. Ahora podía percibirlo. Se trataba de un grito ahogado proveniente de la lejanía. Un grito agudo y femenino que parecía clamar por su madre. - ¡Debe ser mi pequeña! La emoción invadió a la mujer de lleno. Había sido tanto para ella que salio corriendo a toda prisa para encontrar el origen de esos gritos. - Espera, no debes ir sola. Le pedí pero fui ignorado. Agatha se había internado en el pasillo con premura. Debíamos ir tras ella.
Poca fue la espera antes de ver el regreso de nuestros compañeros. Ambos habían capturado a los escurridizos marinos quienes forcejeaban temerosamente en un vano intento por escapar de nosotros. - Jamás lo había visto. Respondió Agatha mientras cubría sus labios con su mano. Aparentemente, el chico canido no temía usar la fuerza pues el hombre que había capturado ahora tenia una herida sangrante en la pierna de la cual no dejaba de quejarse debido al dolor. Ambos fueron reunidos espalda a espalda y sujetados para asegurar su estadía mientras dábamos pie al interrogatorio. La señorita Elen ilumino los sorprendidos y nerviosos rostros de ese par mientras comenzaba con las preguntas. Después de todo se trataba de una chica ruda. Estaba siendo bastante directa e intimidante, la decisión en su mirar no mentía, si los sujetos se negaban o intentaban algo estupido, recibirían una dolorosa descarga.
El viejo marino se esforzó en responder. Intentaba ser claro aun cuando una generosa cantidad de sudor frío emanaba pro su frente. A pesar de estar asustad, parecía no mentir pero no podríamos confiar del todo en sus palabras, después de todo estábamos en las catacumbas, la cuna de los estafadores y tramposos, la cuna del perfecto mentiroso. - ¡Mi compañero tiene razón! Añadía el joven de largos y oscuros cabellos mientras lanzaba un alarido al aire. - Maldito perro, si no estuviera atado te haría pagar por lo que hiciste. Decía mientras lanzaba un escupitajo a los pies de Wernack. - ¡Aahhg! Volvía a gritar luego de que pisara la herida en su pie. - No estas en posición de amenazar. Deja de hacernos perder el tiempo y limítate a responder. Le pedí con una mirada tan fría como los húmedos muros del lugar. - Escúchenme... Somos solo un par de marinos. Vinimos aquí para hacer negocios
Arquee una ceja mientras le prestaba atención. - ¿Que tipo de negocios? Pregunte curioso. - Ya sabes... Esclavitud, algo común en este sitio. Si hubiera una niña perdida en este lugar, ellos la tendrían y nosotros la habríamos visto, pero no fue así. Vinimos con el resto de nuestros compañeros, pero nos separamos para disfrutar de algunas sustancias que no queríamos compartir con el resto y nos perdimos. Nuestra reacción fue común debido a las circunstancias, solo mírense. Un perro enorme, una bruja con una gran esfera saliendo de su mano y un par de sujetos peligrosos, sin contar el aspecto de esa horrible mujer. Cualquiera sospecharía de ustedes. El joven se quejo nuevamente pero su mirada parecía ahora más la de alguien resignado. - Como sea... Peden hacer lo que quieran, pero por más que nos lastimen no conseguirán ninguna información. No se puede extraer algo de un jarrón vacío. Aunque hubiera querido que sus declaraciones fueran otras, tenia razón. Sus ojos me indicaban que no estaba mintiendo, teníamos a los sujetos equivocados.
- Suéltenlos. Solo hemos perdido el tiempo con ellos. Estaba seguro de mis palabras. Reb les había echado una olfateada y su interés no se había despertado en ningún instante. Los marinos extraviados fueron soltados para dejarles retirarse. - No se les ocurra abrir la boca, si lo hacen, iremos por ustedes. Les advertí antes de que ambos reanudaran su búsqueda de una salida del lugar. El par se retiraba lentamente, doblaron en la esquina en la siguiente intercepción y desaparecieron de nuestra vista. - No hemos tenido suerte. Agrego la desanimada mujer mientras agachaba la cabeza. De repente, el par de marinos aparecieron nuevamente en la escena y el más viejo se acerco a Elen. - No he venido a molestarlos. Mi señora, acabo de recordar algo que quizás podría ayudarles. Hace algunos minutos, vimos pasar a un trío de personas, todo ellos encapuchados, pero uno de ellos era distinto. Su altura se asemejaba a la de un niño más no parecía ser llevado en contra de su voluntad. Es todo lo que puedo decir. Tomaron esa dirección. Diría apuntando el camino de la derecha con la punta de su dedo. El hombre giro su mirada hacia Agatha mientras rascaba su blanca y desalineada barba. Sin decir más, se encogió de hombros y dieron media vuelta para continuar su camino. - ¿Que sucede, porque has dudado? Pregunto el joven. - No estoy seguro. Respondio entre susurros.
Su nueva intervención había sido confusa. ¿De que hablaban ellos al final? cualquiera que fuera la respuesta, ahora teníamos una nueva pista. Si ese atolondrado par tenia algo de razón ese camino nos llevaría a nuestro destino y podríamos rescatar a esa pobre niña de las fauces de este inquietante sitio. - Entonces en marcha. Reb se adelantaría con Wernack para continuar olfateando mientras el resto les seguíamos. - Ansió tener a mi pequeña entre mis brazos, espero que este bien. Dijo Agatha con anhelo y preocupación.
Atravesábamos ese largo y retorcido pasillo lleno de ratas, hasta que de pronto, Agatha se detuvo de golpe. Sus ojos se abrieron como platos mientras nos pedía guardar silencio. - ¿Escucharon eso? No estaba seguro de lo que debíamos escuchar. Aguante la respiración y utilice toda mi facultad auditiva para intentar percibir algo. Ahora podía percibirlo. Se trataba de un grito ahogado proveniente de la lejanía. Un grito agudo y femenino que parecía clamar por su madre. - ¡Debe ser mi pequeña! La emoción invadió a la mujer de lleno. Había sido tanto para ella que salio corriendo a toda prisa para encontrar el origen de esos gritos. - Espera, no debes ir sola. Le pedí pero fui ignorado. Agatha se había internado en el pasillo con premura. Debíamos ir tras ella.
Johannes
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Re: Bajo la ciudad [Interpretativo][Libre]
El otro humano capturó al hombre más mayor, y ambos fueron interrogados por la bruja, que amenazaba con electrocutarles. El más joven todavía tenia ganas de pelea, y yo se la habría dado encantado, pero ahora estaba trabajando. Evité el repugnante escupitajo que lanzó y pensé en darle una "ligera" patada en la cara, pero Johannes se adelantó y le pisó la herida.
Confesaron no saber nada, lo cual fue algo decepcionante, -Igual deberíamos hacerles gritar un poco, para asegurarnos...- sugerí, pero al humano no le pareció tan buena idea, y simplemente los dejó ir. - Ahora estás desatado, ¿no vas a "hacerme pagar"? -provoqué, con ganas de tener una pelea, aunque fuese corta. Sin embargo, el marinero me ignoró, aunque nos dieron una pista de lo que podría ser la niña. -No me fío... su excusa ha sonado pobre.- pensé en voz alta. Pero tampoco había mucho más que hacer, y no olían a la niña.
Volví a guiar el grupo junto al lobo, girando por los laberínticos pasillos de las catacumbas. En algunas ocasiones, el aroma era engañoso, pues provenía de dos pasillos distintos, y me guié por el instinto de Reb ante la duda. Parecía ser el correcto, pues en poco tiempo, Agatha pareció oír algo. Era extraño, parecía haberlo oído antes que Reb o yo mismo, a pesar de tener sentidos más agudizados. Sería instinto maternal o alguna basura similar... La mujer echó a correr en dirección a los gritos, y un escalofrío cruzó mi espina dorsal. Tenia un mal presentimiento...
Observé como la mujer seguía corriendo, persiguiendo el sonido de la voz de su hija. Algo malo estaba por pasar... pero no corrí. No fui a detener a la mujer, solo me apresuré lo justo para no quedarme atrás. Estaba dudando, pero solo había un camino por el que ir. -No bajéis la guardia...- dije al grupo, mientras desenfundaba nuevamente mi espada bastarda.
Confesaron no saber nada, lo cual fue algo decepcionante, -Igual deberíamos hacerles gritar un poco, para asegurarnos...- sugerí, pero al humano no le pareció tan buena idea, y simplemente los dejó ir. - Ahora estás desatado, ¿no vas a "hacerme pagar"? -provoqué, con ganas de tener una pelea, aunque fuese corta. Sin embargo, el marinero me ignoró, aunque nos dieron una pista de lo que podría ser la niña. -No me fío... su excusa ha sonado pobre.- pensé en voz alta. Pero tampoco había mucho más que hacer, y no olían a la niña.
Volví a guiar el grupo junto al lobo, girando por los laberínticos pasillos de las catacumbas. En algunas ocasiones, el aroma era engañoso, pues provenía de dos pasillos distintos, y me guié por el instinto de Reb ante la duda. Parecía ser el correcto, pues en poco tiempo, Agatha pareció oír algo. Era extraño, parecía haberlo oído antes que Reb o yo mismo, a pesar de tener sentidos más agudizados. Sería instinto maternal o alguna basura similar... La mujer echó a correr en dirección a los gritos, y un escalofrío cruzó mi espina dorsal. Tenia un mal presentimiento...
Observé como la mujer seguía corriendo, persiguiendo el sonido de la voz de su hija. Algo malo estaba por pasar... pero no corrí. No fui a detener a la mujer, solo me apresuré lo justo para no quedarme atrás. Estaba dudando, pero solo había un camino por el que ir. -No bajéis la guardia...- dije al grupo, mientras desenfundaba nuevamente mi espada bastarda.
Asher Daregan
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Re: Bajo la ciudad [Interpretativo][Libre]
Mientras el grupo interrogaba a los sospechosos decidieron que no eran importantes en nuestra investigación. Yo solo me limité a observar pues aquellos jóvenes tendrían ya muchas más pistas que las que habría encontrado yo en los escasos minutos que llevaba con ellos.
La simple idea de que uno de los individuos quisiera ayudarnos después de que el hombre-cánido hiriera a uno de ellos me pareció algo realmente confuso, y sobre todo extraño.
Andábamos ante la dirección de un desconocido, pero si lo que comentaban era cierto encontraríamos a la joven en muy poco tiempo. Sin duda mis sospechas se confirmaron pues un grito agudo despertó el repentino interés de la señora que ansiaba por ver a su pequeña.
Aquello me escamaba así que no corrí en dirección al grito pues algunos individuos del grupo fueron rápidamente en su ayuda. ¿Porqué debería confiar en las palabras de un extraño? Aún así aligeré el paso para asegurarme de que estaba pasando.
La madre corría hacia el epicentro del sonido y Wernack la escoltaba. En mi parecer no debía preocuparme pero aún así no fui capaz de fiarme.
Una niebla más espesa emergió y dejé de ver a ambos cuando la escasa iluminación que teníamos no podía iluminar más de tres palmos delante de nuestras narices.
Posé la mano sobre el canto de mi espada mientras a lo lejos volvía a observar a dos figuras totalmente quietas. ¿Serían ellos o mi imaginación me estaba jugando un mala pasada?
-¿Desde cuando las cosas se resuelven tan fácilmente?- me preguntaba retoricamente mientras intentaba analizar aquella extraña situación. -A lo mejor está vez todo sería más fácil -intenté convencerme aunque duda de ello.
La simple idea de que uno de los individuos quisiera ayudarnos después de que el hombre-cánido hiriera a uno de ellos me pareció algo realmente confuso, y sobre todo extraño.
Andábamos ante la dirección de un desconocido, pero si lo que comentaban era cierto encontraríamos a la joven en muy poco tiempo. Sin duda mis sospechas se confirmaron pues un grito agudo despertó el repentino interés de la señora que ansiaba por ver a su pequeña.
Aquello me escamaba así que no corrí en dirección al grito pues algunos individuos del grupo fueron rápidamente en su ayuda. ¿Porqué debería confiar en las palabras de un extraño? Aún así aligeré el paso para asegurarme de que estaba pasando.
La madre corría hacia el epicentro del sonido y Wernack la escoltaba. En mi parecer no debía preocuparme pero aún así no fui capaz de fiarme.
Una niebla más espesa emergió y dejé de ver a ambos cuando la escasa iluminación que teníamos no podía iluminar más de tres palmos delante de nuestras narices.
Posé la mano sobre el canto de mi espada mientras a lo lejos volvía a observar a dos figuras totalmente quietas. ¿Serían ellos o mi imaginación me estaba jugando un mala pasada?
-¿Desde cuando las cosas se resuelven tan fácilmente?- me preguntaba retoricamente mientras intentaba analizar aquella extraña situación. -A lo mejor está vez todo sería más fácil -intenté convencerme aunque duda de ello.
Terion Riverhash
Experto
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Re: Bajo la ciudad [Interpretativo][Libre]
Agatha negó conocer a los marinos, y al no obtener información de valor del que estaba interrogando la búsqueda podía estancarse. El más joven tomó la palabra, para corroborar lo que su compañero decía e intentar que los soltasen, tras lo cual amenazó al hombre bestia, por haberlo herido en la pierna al atraparlo. Johannes cortó rápidamente aquel comportamiento, pisando su dolorida zona y remarcándole que no les hiciera perder el tiempo y se limitase a responder.
El marino rebeló que se encontraban allí por negocios relacionados con esclavos, cosa que de inmediato hizo a la bruja desconfiar, pero negó que hubiesen visto la niña, aunque aquellos dos formaban parte de un grupo, con lo que era posible que alguno de sus compañeros hubiese atrapado a la pequeña. Aquellas palabras parecieron convencer a Johannes, que decidió soltarlos, no sin antes advertirles que cerrasen la boca o irían tras ellos nuevamente.
Wernack soltó al joven, para luego provocarlo en respuesta a la amenaza que había hecho anteriormente contra él. El hombre bestia parecía tener muchas ganas de meterse en una pelea, pero el marino se limitó a seguir a su compañero y perderse en una de las galerías, por la que volvieron a aparecer poco después, sorprendiendo a todos. El más mayor se acercó a la maga, sin importar que momentos antes ella lo hubiese amenazado con aplicarle una descarga, para darle cierta información que podía resultar valiosa, siempre y cuando fuera cierta.
Ambos se dieron media vuelta y volvieron a tomar su camino, pero todos los allí presentes pudieron escuchar con claridad la pregunta del joven, y la incierta respuesta del otro, que resultaba sospechosa. Elen observó al resto para intentar adivinar si confiaban en lo que les acababan de decir, a lo que Wernack respondió en voz alta dejando claro que no se fiaba de ellos. La hechicera tampoco lo hacía, prefería confiar en las habilidades de los rastreadores que tenían en el grupo.
El grupo inició la marcha nuevamente a través de los oscuros y laberínticos pasillos, con lo que la de ojos verdes se concentró en mantener la brillante esfera de energía que los iluminaba, para que no se les pasase ninguna posible pista. Pronto Agatha se detuvo de forma repentina, indicando al resto que guardasen silencio, ya que había escuchado algo. La bruja aguzó el oído e intentó escuchar más allá de las respiraciones de sus compañeros, consiguiendo al menos por un instante captar el sonido al que la mujer se refería, un lejano y ahogado grito.
Enseguida pudo estar segura de que la voz pertenecía a una chica, por lo aguda que sonaba y las palabras que gritaba, llamaba a su madre. La mujer no se lo pensó dos veces, echó a correr a través del pasillo, guiándose únicamente por los gritos que creía que pertenecían a su hija. - ¡Agatha espera! - exclamó la de cabellos cenicientos, al ver que iniciaba la carrera sin tener en cuenta los peligros que acechaban entre las sombras de las catacumbas.
Elen se lanzó tras ella, temiendo que en su desesperación la mujer terminase haciéndose daño por no ver por dónde iba. Escuchó las palabras de Wernack, que instaba al grupo a no bajar la guardia, quizá tenía un mal presentimiento sobre lo que estaba a punto de ocurrir. Algo parecido a una densa niebla empezó a dificultarles la visión, con lo que la maga concentró aún más la energía, de modo que la luz se volviese más brillante aún, al tiempo que echaba mano a la empuñadura de su daga y se preparaba para desenvainarla
- ¿Agatha? - preguntó, al ver unas siluetas que se habían detenido en medio del túnel. Entornó los ojos y se fue acercando, ya con la daga fuera de la funda y lista para usarse si resultaba necesario.
El marino rebeló que se encontraban allí por negocios relacionados con esclavos, cosa que de inmediato hizo a la bruja desconfiar, pero negó que hubiesen visto la niña, aunque aquellos dos formaban parte de un grupo, con lo que era posible que alguno de sus compañeros hubiese atrapado a la pequeña. Aquellas palabras parecieron convencer a Johannes, que decidió soltarlos, no sin antes advertirles que cerrasen la boca o irían tras ellos nuevamente.
Wernack soltó al joven, para luego provocarlo en respuesta a la amenaza que había hecho anteriormente contra él. El hombre bestia parecía tener muchas ganas de meterse en una pelea, pero el marino se limitó a seguir a su compañero y perderse en una de las galerías, por la que volvieron a aparecer poco después, sorprendiendo a todos. El más mayor se acercó a la maga, sin importar que momentos antes ella lo hubiese amenazado con aplicarle una descarga, para darle cierta información que podía resultar valiosa, siempre y cuando fuera cierta.
Ambos se dieron media vuelta y volvieron a tomar su camino, pero todos los allí presentes pudieron escuchar con claridad la pregunta del joven, y la incierta respuesta del otro, que resultaba sospechosa. Elen observó al resto para intentar adivinar si confiaban en lo que les acababan de decir, a lo que Wernack respondió en voz alta dejando claro que no se fiaba de ellos. La hechicera tampoco lo hacía, prefería confiar en las habilidades de los rastreadores que tenían en el grupo.
El grupo inició la marcha nuevamente a través de los oscuros y laberínticos pasillos, con lo que la de ojos verdes se concentró en mantener la brillante esfera de energía que los iluminaba, para que no se les pasase ninguna posible pista. Pronto Agatha se detuvo de forma repentina, indicando al resto que guardasen silencio, ya que había escuchado algo. La bruja aguzó el oído e intentó escuchar más allá de las respiraciones de sus compañeros, consiguiendo al menos por un instante captar el sonido al que la mujer se refería, un lejano y ahogado grito.
Enseguida pudo estar segura de que la voz pertenecía a una chica, por lo aguda que sonaba y las palabras que gritaba, llamaba a su madre. La mujer no se lo pensó dos veces, echó a correr a través del pasillo, guiándose únicamente por los gritos que creía que pertenecían a su hija. - ¡Agatha espera! - exclamó la de cabellos cenicientos, al ver que iniciaba la carrera sin tener en cuenta los peligros que acechaban entre las sombras de las catacumbas.
Elen se lanzó tras ella, temiendo que en su desesperación la mujer terminase haciéndose daño por no ver por dónde iba. Escuchó las palabras de Wernack, que instaba al grupo a no bajar la guardia, quizá tenía un mal presentimiento sobre lo que estaba a punto de ocurrir. Algo parecido a una densa niebla empezó a dificultarles la visión, con lo que la maga concentró aún más la energía, de modo que la luz se volviese más brillante aún, al tiempo que echaba mano a la empuñadura de su daga y se preparaba para desenvainarla
- ¿Agatha? - preguntó, al ver unas siluetas que se habían detenido en medio del túnel. Entornó los ojos y se fue acercando, ya con la daga fuera de la funda y lista para usarse si resultaba necesario.
Elen Calhoun
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Re: Bajo la ciudad [Interpretativo][Libre]
La oscuridad se pose sobre nosotros mientras Elen se apresuraba para ir en busca de Agatha. Mire a mis espaldas por algunos segundos. Wernack, Terion, incluso Reb parecía no querer continuar, aun así lo hicieron. Solo avanzaban lo suficiente para mantenernos cerca del haz de luz que emitía la esfera de la hechicera. No podía permitirle ir sola. Me adelante al resto del grupo para alcanzar a Elen e intentar detener un poco el frenesí que invadía a Agatha por el abrumador deseo de reencontrarse con su hija. Una extraña y espesa niebla emanaba desde el final del túnel, hecho que llamo mi interés de inmediato. ¿De dónde venía esa espesa y maloliente bruma? quizás sería mejor no averiguarlo, pero ahora estábamos comprometidos hasta el cuello para llegar al final de todo esto.
- ¡Rapido, por aquí! Respondió la eufórica mujer para disipar las dudas de la bruja y el resto de nosotros. En efecto, eran ellas. Al final del túnel, Agatha yacía arrodillada envolviendo tiernamente a su pequeña hija quien no dejaba de llorar ante el feliz encuentro. - ¡allá vamos! Replique mientras apresuraba al grupo con un ademan de mis manos. Estábamos muy cerca, pero antes de que pudiéramos llegar y hacer contacto con el par de féminas, una fuerte luz se encendió a su alrededor, mostrando que ellas se encontraban ahora no en el túnel, si no en una grande y basta cámara con un gran número de antorchas colocadas a su alrededor. Un par de figuras emanaron de las sombras y tomaron por el cuello a Agatha y a su pequeña separándolas de nueva cuenta. - ¡Mi pequeña!, ¡Ayuda! Grito desesperadamente la mujer. - ¡Mama! Los desgarradores gritos de la pequeña anudaban mi garganta. - ¡Apresúrense!
El par de encapuchadas arrastraron sin piedad a madre e hija hasta el interior de una puerta metálica, la cual se cerró antes de que pudiéramos alcanzarlos. Sus ahogados gritos apenas si podían ser escuchados tras la oxidada puerta. Detuve mis intentos por superar aquel obstáculo y mire a mí alrededor. Se trataba de una cámara circular. Nos encontrábamos en medio de un círculo de roca rodeado por fétidas y oscuras aguas de drenaje, las cuales eran responsables de aquella espesa bruma. La cámara superior de la cámara era separada por lo que parecía ser un vasto balcón que rodeaba la vista hacia nuestra posición. Al rededor del balcón, un gran número de sujetos encapuchados fijaban sus miradas en nosotros. Cada uno de ellos comenzaron a reir maliciosamente mientras aplaudían y gritaban incoherencias entre las cuales pude distinguir: "Mátenlos" y "Que comience la diversión". A nuestras espaldas se cerraba una solida y firme trampilla para impedir nuestro regreso por el largo pasadizo. Estábamos atrapados.
Ahora lo sabía. Todo había sido una trampa donde la pequeña niña había sido el cebo para ser guiados a este tipo de improvisado y escalofriante coliseo. - En guardia. Pedí a mis compañeros. La dificultad en nuestra búsqueda apenas comenzaba. Desenfunde las Lenguas de dragón mientras me acercaba a Reb para protegerlo.
Algunos sonidos crujieron tras la puerta metálica. Sus bisagras rechinaron mientras comenzaban a abrirse. - ¡Que los juegos comiencen! Menciono una estridente voz en lo superior de los balcones. - ¡Veremos si pueden con nuestros luchadores! Cuando el presentador termino su enunciado, cuatro sujetos de distinto aspecto atravesaron la puerta. Cada uno de ellos portaba un arma y una extraña mascara para ocultar su identidad. El grupo meneo sus armas con destreza y se lanzaron con violencia al ataque.
___________________________________________- ¡Rapido, por aquí! Respondió la eufórica mujer para disipar las dudas de la bruja y el resto de nosotros. En efecto, eran ellas. Al final del túnel, Agatha yacía arrodillada envolviendo tiernamente a su pequeña hija quien no dejaba de llorar ante el feliz encuentro. - ¡allá vamos! Replique mientras apresuraba al grupo con un ademan de mis manos. Estábamos muy cerca, pero antes de que pudiéramos llegar y hacer contacto con el par de féminas, una fuerte luz se encendió a su alrededor, mostrando que ellas se encontraban ahora no en el túnel, si no en una grande y basta cámara con un gran número de antorchas colocadas a su alrededor. Un par de figuras emanaron de las sombras y tomaron por el cuello a Agatha y a su pequeña separándolas de nueva cuenta. - ¡Mi pequeña!, ¡Ayuda! Grito desesperadamente la mujer. - ¡Mama! Los desgarradores gritos de la pequeña anudaban mi garganta. - ¡Apresúrense!
El par de encapuchadas arrastraron sin piedad a madre e hija hasta el interior de una puerta metálica, la cual se cerró antes de que pudiéramos alcanzarlos. Sus ahogados gritos apenas si podían ser escuchados tras la oxidada puerta. Detuve mis intentos por superar aquel obstáculo y mire a mí alrededor. Se trataba de una cámara circular. Nos encontrábamos en medio de un círculo de roca rodeado por fétidas y oscuras aguas de drenaje, las cuales eran responsables de aquella espesa bruma. La cámara superior de la cámara era separada por lo que parecía ser un vasto balcón que rodeaba la vista hacia nuestra posición. Al rededor del balcón, un gran número de sujetos encapuchados fijaban sus miradas en nosotros. Cada uno de ellos comenzaron a reir maliciosamente mientras aplaudían y gritaban incoherencias entre las cuales pude distinguir: "Mátenlos" y "Que comience la diversión". A nuestras espaldas se cerraba una solida y firme trampilla para impedir nuestro regreso por el largo pasadizo. Estábamos atrapados.
Ahora lo sabía. Todo había sido una trampa donde la pequeña niña había sido el cebo para ser guiados a este tipo de improvisado y escalofriante coliseo. - En guardia. Pedí a mis compañeros. La dificultad en nuestra búsqueda apenas comenzaba. Desenfunde las Lenguas de dragón mientras me acercaba a Reb para protegerlo.
Algunos sonidos crujieron tras la puerta metálica. Sus bisagras rechinaron mientras comenzaban a abrirse. - ¡Que los juegos comiencen! Menciono una estridente voz en lo superior de los balcones. - ¡Veremos si pueden con nuestros luchadores! Cuando el presentador termino su enunciado, cuatro sujetos de distinto aspecto atravesaron la puerta. Cada uno de ellos portaba un arma y una extraña mascara para ocultar su identidad. El grupo meneo sus armas con destreza y se lanzaron con violencia al ataque.
: Off: Les dejo de tarea describir cada uno a su oponente y desarrollar el combate como quieran. Si no les parece algo, enviar MP y con gusto puedo editar.
Tengo el permiso de Wernack y Terion para metarolear su caída en la trampa, espero que Elen no tenga problema con eso.
Johannes
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Re: Bajo la ciudad [Interpretativo][Libre]
Fuera como fuese, acabamos alcanzando a la mujer, que al parecer ahora si podia correr, solo para ver como la separaban nuevamente de su cría. -Se veia venir... en fin, vamos a la trampa.- dije, consciente de que si no continuaba por ese camino no cobraría. Entré a la gran cámara, con balcones en los que habia gente gritando. Era una arena.
Una rejilla se cerró detrás de nosotros para dejarnos atrapados. Desenvainé y liberé parte de mi cadena, preparado para el combate. Algunos de los espectadores soltaban insultos y tonterías... tanto ruido era insoportable. Había uno especialmente insoportable que gritaba incoherencias, algo sobre "sabueso sarnoso" y más verborrea nada agradable de escuchar. Desenrollé toda la cadena y la hice girar un par de veces para lanzar el gancho en dirección al sujeto en cuestión, que estaba tan asomado al balcón como podía. El gancho le desgarró la ridícula máscara y su cara, haciéndole sangrar profundamente. -Callate...- dije, aburrido. El hombre se alejó del balcón entre maldiciones y con una nueva marca en la cara.
Después, un chirrido metálico sonó en la sala, seguido de la voz del anunciador que avisó de que el combate estaba por empezar. ¿Cuatro contra cuatro? Iba a ser demasiado fácil. -Pediría que soltaseis a cuatro más, pero seguiría siendo injusto para vosotros.- provoqué. Supuse que solo mataría a uno, para dejarles algo a los demás... "Soy demasiado considerado" pensé.
Elegí a mi objetivo, un hombre grande con mandoble, y le hice una señal de que se acercase, aburrido. Este cargó hacia mi para lanzar un corte vertical con todo su peso, movimiento previsible, que evité con un salto a mi izquierda. Ahora estaba vulnerable, asi que realicé un ligero tajo contra su costado... No para matar, solo para hacerle daño. No quería hacer que el combate fuese corto.
El hombre lanzó otro tajo, esta vez horizontal, que rechacé con un corte en sentido contrario. Mi espada era bastarda, lo suficientemente pesada para responder bien, pero más rápida que su mandoble. Dejé que siguiese atacando, rechazando o esquivando todos sus ataques y respondiendo con ligeros cortes, frustrándole y enfureciondole cada vez más, hasta que se descuidó lo suficiente. El humano dejó su defensa vulnerable al poner demasiada fuera en un golpe, y con un tajo rápido, le corté la mano desprotegida por la muñeca, haciéndole gritar de dolor. Mientras gritaba, aturdido por el dolor, me coloqué detrás de él, enrollé mi cadena en torno a su cuello, y le estrangulé. Con solo una mano, le era imposible liberarse.
Seguí apretando hasta que dejó de oponer resistencia y se desplomó en el suelo. Solo para asegurarme, clavé mi espada en su cuello, y me giré a ver que tal se desenvolvían los demás.
Una rejilla se cerró detrás de nosotros para dejarnos atrapados. Desenvainé y liberé parte de mi cadena, preparado para el combate. Algunos de los espectadores soltaban insultos y tonterías... tanto ruido era insoportable. Había uno especialmente insoportable que gritaba incoherencias, algo sobre "sabueso sarnoso" y más verborrea nada agradable de escuchar. Desenrollé toda la cadena y la hice girar un par de veces para lanzar el gancho en dirección al sujeto en cuestión, que estaba tan asomado al balcón como podía. El gancho le desgarró la ridícula máscara y su cara, haciéndole sangrar profundamente. -Callate...- dije, aburrido. El hombre se alejó del balcón entre maldiciones y con una nueva marca en la cara.
Después, un chirrido metálico sonó en la sala, seguido de la voz del anunciador que avisó de que el combate estaba por empezar. ¿Cuatro contra cuatro? Iba a ser demasiado fácil. -Pediría que soltaseis a cuatro más, pero seguiría siendo injusto para vosotros.- provoqué. Supuse que solo mataría a uno, para dejarles algo a los demás... "Soy demasiado considerado" pensé.
Elegí a mi objetivo, un hombre grande con mandoble, y le hice una señal de que se acercase, aburrido. Este cargó hacia mi para lanzar un corte vertical con todo su peso, movimiento previsible, que evité con un salto a mi izquierda. Ahora estaba vulnerable, asi que realicé un ligero tajo contra su costado... No para matar, solo para hacerle daño. No quería hacer que el combate fuese corto.
El hombre lanzó otro tajo, esta vez horizontal, que rechacé con un corte en sentido contrario. Mi espada era bastarda, lo suficientemente pesada para responder bien, pero más rápida que su mandoble. Dejé que siguiese atacando, rechazando o esquivando todos sus ataques y respondiendo con ligeros cortes, frustrándole y enfureciondole cada vez más, hasta que se descuidó lo suficiente. El humano dejó su defensa vulnerable al poner demasiada fuera en un golpe, y con un tajo rápido, le corté la mano desprotegida por la muñeca, haciéndole gritar de dolor. Mientras gritaba, aturdido por el dolor, me coloqué detrás de él, enrollé mi cadena en torno a su cuello, y le estrangulé. Con solo una mano, le era imposible liberarse.
Seguí apretando hasta que dejó de oponer resistencia y se desplomó en el suelo. Solo para asegurarme, clavé mi espada en su cuello, y me giré a ver que tal se desenvolvían los demás.
Asher Daregan
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Re: Bajo la ciudad [Interpretativo][Libre]
Tras alcanzar al grupo observé que la madre no se encontraba, pero ese no fue el mayor de mis asombros, pues nos encontrábamos en una trampa en la que nos obligarían a luchar. Allí nos encontrábamos los cuatro contra otros cuatro oponentes.
En frente de mí se encontraba un hombre con una armadura ligera y una mascara totalmente negra y cubierta de pinchos. Estaba equipado una katana, cosa que me alegro bastante pues sería una batalla de espadas y no cuerpo a cuerpo. Realmente me resultaba extraño su mascara, porque no llegaba a comprender como veía. Me agaché intentando ver que se ocultaba tras ella, mas me fue inútil.
-¿Se puede saber como vas a luchar si no puedes ver?- pregunté mientras agarraba el mango de mi espada aún enfundada.
-No necesito ver para derrotarte...- me contesto con un aire de superioridad.
Su respuesta me impactó de tal manera que solté mi espada y decidí hacer lo más noble que se me ocurrió. -Pues si tu vas a luchar sin ver entonces yo lucharé sin espada- repliqué con el mismo tono con el que me había respondido. Me puse en posición de combate y mostré las escamas de dragón de mis brazos, las cuales utilizaría para defenderme, pues eran más resistentes que el propio acero.
-Qué así sea noble guerrero- dijo a la vez que hacía una reverencia. Blandió su espada y corrió en mi dirección haciendo un tajo vertical el cual resistí con uno de mis brazos. Sin duda sería un oponente digno, pues la fuerza que ejercía aquella espada demostraba un gran entrenamiento. Aún así me extrañaba que alguien con tanta educación se encontrara en un lugar tan basto como ese, pero él y solo él había decidido enfrentarse así que yo daría todo lo posible por ganar en un combate totalmente justo. A medida que intentaba asestar un tajo yo lo paraba con mis escamas aunque cada vez con más esfuerzo. Quizás había sobrestimado las debilidades de mi adversario, pues a medida que me movía podía sentir mi presencia o oír mi pasos y se abalanzaba sobre mí.
-¿Porqué alguien tan noble se rodea con gente tan mezquina?- pregunté dificultosamente pues paraba el inmenso peso que ejercía con su katana. Las dudas me podían incluso en mitad de un combate.
-Acaso crees que no me lo pregunto, pero un servidor está aquí porque nadie se blandiría contra un invidente- dijo con más rabia y dejando enterrada su espada en una de mis escamas. Esto me hizo más fácil desarmarlo, y al hacer esto el hombre cayó de rodillas. Una pequeña lágrima se dejaba caer bajo su máscara, y el hombre dijo en baja voz -Nunca seré un buen guerrero si ni siquiera soy capaz de ver a mi adversario.
Aquellas palabras solo me hicieron sentir lastima por aquel hombre. -No has peleado mal, pero quizás no entrenas con la gente adecuada. Hay mucha gente que pagaría por batirse con un guerrero tan digno- le contesté mientras le ofrecía mi mano para que se levantara. -Vamos, levántate, aprenderás mucho más con guerreros realmente dignos y no con esta escoria- le dije en señal de que agarrara mi mano y se levantara.
Al encontrarse de pie apoyé mi mano en su hombro para darle ánimos. -Aún así no puedo olvidar lo que has hecho, espero que lo entiendas. Espero batirme contigo en mejores situaciones- acto seguido golpeé su estomago con tanta fuerza que el hombre se desplomó sobre mis brazos. Lo deposité a un lado de la arena entre abucheos y cuando me dí la vuelta observé como mis compañeros luchaban contra sus oponentes.
En frente de mí se encontraba un hombre con una armadura ligera y una mascara totalmente negra y cubierta de pinchos. Estaba equipado una katana, cosa que me alegro bastante pues sería una batalla de espadas y no cuerpo a cuerpo. Realmente me resultaba extraño su mascara, porque no llegaba a comprender como veía. Me agaché intentando ver que se ocultaba tras ella, mas me fue inútil.
-¿Se puede saber como vas a luchar si no puedes ver?- pregunté mientras agarraba el mango de mi espada aún enfundada.
-No necesito ver para derrotarte...- me contesto con un aire de superioridad.
Su respuesta me impactó de tal manera que solté mi espada y decidí hacer lo más noble que se me ocurrió. -Pues si tu vas a luchar sin ver entonces yo lucharé sin espada- repliqué con el mismo tono con el que me había respondido. Me puse en posición de combate y mostré las escamas de dragón de mis brazos, las cuales utilizaría para defenderme, pues eran más resistentes que el propio acero.
-Qué así sea noble guerrero- dijo a la vez que hacía una reverencia. Blandió su espada y corrió en mi dirección haciendo un tajo vertical el cual resistí con uno de mis brazos. Sin duda sería un oponente digno, pues la fuerza que ejercía aquella espada demostraba un gran entrenamiento. Aún así me extrañaba que alguien con tanta educación se encontrara en un lugar tan basto como ese, pero él y solo él había decidido enfrentarse así que yo daría todo lo posible por ganar en un combate totalmente justo. A medida que intentaba asestar un tajo yo lo paraba con mis escamas aunque cada vez con más esfuerzo. Quizás había sobrestimado las debilidades de mi adversario, pues a medida que me movía podía sentir mi presencia o oír mi pasos y se abalanzaba sobre mí.
-¿Porqué alguien tan noble se rodea con gente tan mezquina?- pregunté dificultosamente pues paraba el inmenso peso que ejercía con su katana. Las dudas me podían incluso en mitad de un combate.
-Acaso crees que no me lo pregunto, pero un servidor está aquí porque nadie se blandiría contra un invidente- dijo con más rabia y dejando enterrada su espada en una de mis escamas. Esto me hizo más fácil desarmarlo, y al hacer esto el hombre cayó de rodillas. Una pequeña lágrima se dejaba caer bajo su máscara, y el hombre dijo en baja voz -Nunca seré un buen guerrero si ni siquiera soy capaz de ver a mi adversario.
Aquellas palabras solo me hicieron sentir lastima por aquel hombre. -No has peleado mal, pero quizás no entrenas con la gente adecuada. Hay mucha gente que pagaría por batirse con un guerrero tan digno- le contesté mientras le ofrecía mi mano para que se levantara. -Vamos, levántate, aprenderás mucho más con guerreros realmente dignos y no con esta escoria- le dije en señal de que agarrara mi mano y se levantara.
Al encontrarse de pie apoyé mi mano en su hombro para darle ánimos. -Aún así no puedo olvidar lo que has hecho, espero que lo entiendas. Espero batirme contigo en mejores situaciones- acto seguido golpeé su estomago con tanta fuerza que el hombre se desplomó sobre mis brazos. Lo deposité a un lado de la arena entre abucheos y cuando me dí la vuelta observé como mis compañeros luchaban contra sus oponentes.
Terion Riverhash
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Re: Bajo la ciudad [Interpretativo][Libre]
Agatha respondió a su pregunta, instando al grupo a que se diese prisa por alcanzarlas. Oír aquella voz tranquilizó a la maga, que guardó la daga y se aproximó al par de figuras, que poco a poco pudo identificar como las de madre e hija. La mujer se encontraba arrodillada, envolviendo con los brazos a su pequeña, que lloraba de felicidad por el reencuentro con su madre.
- No ha sido tan complicado, con guiarlas de vuelta a la superficie habremos terminado nuestra misión. - pensó para sí, sin saber cuan equivocada estaba. Elen avanzaba hacia ellas, pero no logró alcanzarlas, ya que una intensa luz iluminó la amplia sala de forma repentina, cegándola por unos instantes. Colocó una mano delante de sus ojos para protegerlos de aquella fuerte luz, hasta que estos se habituaron a la luminosidad y le permitieron ver lo que pasaba allí.
Unas figuras encapuchadas separaron a Agatha de su hija, para acto seguido arrastrarlas ambas a otra zona, separada de aquella cámara por una resistente puerta metálica. Las antorchas iluminaban aquella amplia sala circular, que tenía bastante parecido con una arena, y en cuyo centro había quedado el grupo. Elevó la vista y observó la parte superior de aquel lugar, que parecía ser un enorme balcón desde el que una multitud de encapuchados los observaban, lanzando gritos incoherentes.
Maldijo interiormente al darse cuenta de que habían caído en una trampa, escuchando como se cerraba tras ellos la entrada por la que habían llegado, atrapándolos en aquella arena. Johannes pidió al resto que estuviesen en guardia, antes de desenvainar sus armas, gesto que la bruja imitó de inmediato, sacando su daga de la funda mientras una estridente voz anunciaba el comienzo de los juegos. La puerta metálica chirrió al abrirse, para dejar paso a los cuatro luchadores que serían sus oponentes en aquel espectáculo.
Todos llevaban el rostro cubierto por una extraña máscara, agitaron sus armas y se lanzaron hacia ellos con rapidez. La bruja analizó con la mirada al que venía directamente hacia ella, un individuo menudo pero ágil, armado con una daga cuyo filo relucía bajo la luz de las antorchas. Cerró el puño con fuerza y soltó una descarga en su dirección, antes de que pudiese acercarse demasiado a ella, utilizando así la ventaja que tenían los de su raza en el combate a distancia.
El hombre lo esquivó por los pelos, con una expresión de sorpresa en el rostro que quedó escondida tras la máscara, no se le había pasado por la mente que pudiese ser una hechicera. Sabía que tenía que darse prisa en alcanzarla, esquivó otra descarga y corrió a toda prisa en su dirección, vigilando con atención las manos de la joven por si volvía a atacarle. La de cabellos cenicientos mantuvo esta vez el puño a medias escondido tras su cuerpo, esperó a que se acercase y se preparó para usar su daga como defensa.
Ya lo tenía todo planeado, entornó los ojos y dedicó una fría mirada a su contrincante, si algo faltaba a la maga en aquellos días era paciencia, no perdería el tiempo con aquellos jueguecitos. El ágil encapuchado la alcanzó, cortó el aire con su daga intentando acertarle en el pecho, pero Elen bloqueó su ataque con el metálico filo de su arma. Las hojas de ambas dagas chocaron un par de veces más, antes de que la de ojos verdes golpease duramente con la empuñadura a aquel hombre, en un movimiento ascendente que le alcanzó la mandíbula.
La bruja aprovechó el momento de confusión de su oponente para desarmarlo con un golpe en la muñeca, para luego apoyar la afilada punta de su daga en su cuello. El individuo supo que había perdido, no intentó siquiera moverse mientras la joven le arrebataba la máscara, dejando al descubierto su rostro y el terror que había en sus ojos. - Hora de dormir. - musitó ella, y sus palabras dejaron al luchador aún más confundido. Apartó el puñal y colocó su mano izquierda en torno a su cuello con rapidez, dejando que la electricidad invadiese el cuerpo de aquel que había intentado matarla.
Ella no era como aquel tipo, no se rebajaría a su nivel. Le aplicó una descarga directamente sobre la piel, haciendo que sufriera algunas convulsiones y perdiese el sentido. Se desplomó de espaldas sobre el suelo, en un estado de inconsciencia que duraría al menos un par de horas, con lo que ya no sería una amenaza para ellos. - ¡Bruja atrevida! - gritó uno de los encapuchados desde el balcón, asomándose peligrosamente al borde y con el puño en alto.
- ¡Hace falta que un hombre de verdad te baje los humos! - añadió también gritando. Elen le dedicó una mirada fría, antes de soltarle una descarga de forma repentina, con lo que no pudo esquivarla. El hombre se tambaleó y cayó a la arena, pronto se encontró con la hechicera a su lado, quien le propinó un contundente puñetazo en el cubierto rostro. - Dime listillo, ¿dónde están los hombres de verdad aquí? - dijo con voz cortante, arrancándole la capucha con brusquedad para verlo mejor. - Ni tú, ni ninguno de los que están ahí arriba os acercáis siquiera a serlo. Os divertís con el sufrimiento ajeno, como las despreciables ratas de alcantarilla que en realidad sois. - añadió, antes de repetir con él lo que había hecho al menudo, dejándolo inconsciente.
Levantó la vista y volvió al centro, observando cómo sus compañeros habían acabado ya con algunos de sus oponentes.
- No ha sido tan complicado, con guiarlas de vuelta a la superficie habremos terminado nuestra misión. - pensó para sí, sin saber cuan equivocada estaba. Elen avanzaba hacia ellas, pero no logró alcanzarlas, ya que una intensa luz iluminó la amplia sala de forma repentina, cegándola por unos instantes. Colocó una mano delante de sus ojos para protegerlos de aquella fuerte luz, hasta que estos se habituaron a la luminosidad y le permitieron ver lo que pasaba allí.
Unas figuras encapuchadas separaron a Agatha de su hija, para acto seguido arrastrarlas ambas a otra zona, separada de aquella cámara por una resistente puerta metálica. Las antorchas iluminaban aquella amplia sala circular, que tenía bastante parecido con una arena, y en cuyo centro había quedado el grupo. Elevó la vista y observó la parte superior de aquel lugar, que parecía ser un enorme balcón desde el que una multitud de encapuchados los observaban, lanzando gritos incoherentes.
Maldijo interiormente al darse cuenta de que habían caído en una trampa, escuchando como se cerraba tras ellos la entrada por la que habían llegado, atrapándolos en aquella arena. Johannes pidió al resto que estuviesen en guardia, antes de desenvainar sus armas, gesto que la bruja imitó de inmediato, sacando su daga de la funda mientras una estridente voz anunciaba el comienzo de los juegos. La puerta metálica chirrió al abrirse, para dejar paso a los cuatro luchadores que serían sus oponentes en aquel espectáculo.
Todos llevaban el rostro cubierto por una extraña máscara, agitaron sus armas y se lanzaron hacia ellos con rapidez. La bruja analizó con la mirada al que venía directamente hacia ella, un individuo menudo pero ágil, armado con una daga cuyo filo relucía bajo la luz de las antorchas. Cerró el puño con fuerza y soltó una descarga en su dirección, antes de que pudiese acercarse demasiado a ella, utilizando así la ventaja que tenían los de su raza en el combate a distancia.
El hombre lo esquivó por los pelos, con una expresión de sorpresa en el rostro que quedó escondida tras la máscara, no se le había pasado por la mente que pudiese ser una hechicera. Sabía que tenía que darse prisa en alcanzarla, esquivó otra descarga y corrió a toda prisa en su dirección, vigilando con atención las manos de la joven por si volvía a atacarle. La de cabellos cenicientos mantuvo esta vez el puño a medias escondido tras su cuerpo, esperó a que se acercase y se preparó para usar su daga como defensa.
Ya lo tenía todo planeado, entornó los ojos y dedicó una fría mirada a su contrincante, si algo faltaba a la maga en aquellos días era paciencia, no perdería el tiempo con aquellos jueguecitos. El ágil encapuchado la alcanzó, cortó el aire con su daga intentando acertarle en el pecho, pero Elen bloqueó su ataque con el metálico filo de su arma. Las hojas de ambas dagas chocaron un par de veces más, antes de que la de ojos verdes golpease duramente con la empuñadura a aquel hombre, en un movimiento ascendente que le alcanzó la mandíbula.
La bruja aprovechó el momento de confusión de su oponente para desarmarlo con un golpe en la muñeca, para luego apoyar la afilada punta de su daga en su cuello. El individuo supo que había perdido, no intentó siquiera moverse mientras la joven le arrebataba la máscara, dejando al descubierto su rostro y el terror que había en sus ojos. - Hora de dormir. - musitó ella, y sus palabras dejaron al luchador aún más confundido. Apartó el puñal y colocó su mano izquierda en torno a su cuello con rapidez, dejando que la electricidad invadiese el cuerpo de aquel que había intentado matarla.
Ella no era como aquel tipo, no se rebajaría a su nivel. Le aplicó una descarga directamente sobre la piel, haciendo que sufriera algunas convulsiones y perdiese el sentido. Se desplomó de espaldas sobre el suelo, en un estado de inconsciencia que duraría al menos un par de horas, con lo que ya no sería una amenaza para ellos. - ¡Bruja atrevida! - gritó uno de los encapuchados desde el balcón, asomándose peligrosamente al borde y con el puño en alto.
- ¡Hace falta que un hombre de verdad te baje los humos! - añadió también gritando. Elen le dedicó una mirada fría, antes de soltarle una descarga de forma repentina, con lo que no pudo esquivarla. El hombre se tambaleó y cayó a la arena, pronto se encontró con la hechicera a su lado, quien le propinó un contundente puñetazo en el cubierto rostro. - Dime listillo, ¿dónde están los hombres de verdad aquí? - dijo con voz cortante, arrancándole la capucha con brusquedad para verlo mejor. - Ni tú, ni ninguno de los que están ahí arriba os acercáis siquiera a serlo. Os divertís con el sufrimiento ajeno, como las despreciables ratas de alcantarilla que en realidad sois. - añadió, antes de repetir con él lo que había hecho al menudo, dejándolo inconsciente.
Levantó la vista y volvió al centro, observando cómo sus compañeros habían acabado ya con algunos de sus oponentes.
Elen Calhoun
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Re: Bajo la ciudad [Interpretativo][Libre]
Las fichas habían sido puestas sobre el tablero. Lo quisiéramos o no, tendríamos la labor de entretener y divertir las retorcidas mentes de los habitantes del subsuelo, cosa que me repudiaba por completo. Sería un cuatro contra cuatro... Pero, ¿Terminaría luego de esto? es decir, si lográbamos superarlos en combate ¿Ganaríamos nuestra libertad y la de Agatha y su pequeña? Esperaba que la respuesta fuera positiva.
Cada uno de nuestros contrincantes tomo su posición de combate y encaro al que seria su oponente en esa extraña arena. Mis compañeros estaban listos para combatir aun en contra o a favor de su voluntad. El que seria mi oponente, dio algunos pasos para mostrar sus intenciones y blandió con fuerza sus armas. Se trataba de un hombre alto, su rostro era cubierto en su totalidad por una extraña y cónica mascara de acero. En su mano derecha, blandía un grande y pesado escudo, mientras su siniestra sujetaba una espada mediana con un acabado en forma de diamante. Arrastro los pies por la arena y se preparo para el ataque. Reb rugió en alto para encarar al sujeto, pero le hice retroceder, no estaba dispuesto a arriesgar su integridad. - Atras, Reb. Deja que me encargue. Aunque no muy convencido, el lobo blanco retrocedió y se puso a mis espaldas.
El hombre no haría esperar más. Con todas sus fuerzas se lanzo a la carga. Por mi experiencia en el combate y aquella forma de encarar, sabría que su estilo sería agresivo y sofocante, no podía permitirme cometer errores en esta ocasión. Me lance al encuentro y choque mis armas contra su escudo, una defensa que seria difícil de superar. Mi enemigo se defendía enérgicamente, su combate era experimentado y metódico. Mientras intentaba conectar un corte sobre su piel, él bloqueaba con su escudo y luego repelía mi arma para intentar asestar un aguijonazo hacia mi pecho, pero gracias a mi velocidad, podría mantener el ritmo hasta encontrar el momento exacto.
El sujeto parecía furioso, incluso desesperado por finalizar su encuentro conmigo. Sin esperarlo y luego de bloquear uno de mis ataques, el hombre tomo la iniciativa del ataque esta vez, impactando su escudo contra mis armas con gran fuerza. Mi firmeza no fue suficiente para mantener mi posición. Perdí el equilibrio y azote de espalda contra la pared. - Maldición. Pensé. El extraño con sed de homicidio volvía por más. Era su oportunidad perfecta para asestar un golpe mortal. Se acerco con celeridad e imprudencia para atravesar mi corazón, pero sería ese momento de descuido el que le costaría el combate. Solo por algunos centímetros, pude evitar la punta de su espada y contraataqué con un profundo corte en su pierna derecha con el amplio filo de mi katar.
El sujeto cayo al suelo lamentando su dolor. Era mi oportunidad. Podía poner fin a su vida en un solo segundo, sería fácil para mi hacer un corte cruzado y separar cu cuello del resto de su cuerpo, pero no... Algo en mi mente lo evitaba, se rehusaba a tomar la vida de ese infeliz. - No lo haré. Hábilmente, con una patada lo despoje del casco que cubría su rostro lleno de temor, conecte un puñetazo en su rostro y el hombre quedo fuera de combate.
La multitud rugía emocionada mientras veía brotar la sangre, los Aeros se movían de aquí para allá, fruto de las numerosas apuestas en el palco, más no estaban del todo satisfechos. Habían venido a ver el noble acto de la muerte cosechando almas en manos de simples mortales, pero solo uno se había atrevido a complacer sus ojos, aquel del que menos habrían esperado. El malicioso interés de los presentes crecía al ver al hombre bestia cosechando la vida de su agresor. Cada uno de ellos había podido notar la satisfacción y frialdad con la que había actuado.
Elen logro derribar a uno de los sujetos en el palco, lo cual no dejaba tranquilo al resto de presentes. - ¡Basta! Escucharíamos desde arriba. - No pueden continuar dañando a nuestros invitados. Ordeno la dueña de la voz. Su figura emano de entre la multitud y mostró su rostro hacia todos. - Maldita perra... Dije entre dientes al ver que se trataba de la misma Agatha. - Pequeña ¿Quieres venir a ver lo que traje para ti? La que se suponía era la niña que habíamos estado buscando, asomo su rostro por la orilla del palco con una sonrisa traviesa entre dejando ver sus grandes colmillos de vampiro. - ¡Mami, Mami! jajaja. Agrego con una tierna y burlona voz mientras se apartaba para evitar que le hicieran daño – No se confundan, mi edad supera la de cualquiera de ustedes. Es muy ventajoso parecer una dulce niña, ¿No creen?. Afirmo para nuestra sorpresa.
Agatha se volvió hacia sus invitados y tomo la atención de todos los presentes. - Estos tontos han caído en nuestra trampa. Ya sea por bondad, por curiosidad o por codicia, más uno destaca entre la basura. Señor Werack... Decía mientras tomaba un gran saco con monedas. - Usted ha mostrado ser un gran guerrero. Un digno voluntario a nuestra fila de campeones, pero debe probar su valía. Mate a los que fueron sus compañeros y este dinero, incluso mucho más será suyo. ¿No buscaba una paga? pues aquí esta. Acéptalo o muere a su lado Agatha utilizaba sus más seductoras palabras. No había duda de que la mujer era una gran actriz, incluso nos había arrastrado hasta este agujero tan solo con palabras. Del otro lado de la puerta, podían ser escuchados más sonidos, lo cual indicaría que había más oponentes listos para encararnos.
Deje de mirar a Agatha para dirigir mi atención hacia Wernack. No podría asegurar si aceptaría el trato o no, pero como miembro de la hermandad de la media noche, sabia que todos tenían su precio. Aunque odiaba la idea, debía estar preparado en caso de traición.
Cada uno de nuestros contrincantes tomo su posición de combate y encaro al que seria su oponente en esa extraña arena. Mis compañeros estaban listos para combatir aun en contra o a favor de su voluntad. El que seria mi oponente, dio algunos pasos para mostrar sus intenciones y blandió con fuerza sus armas. Se trataba de un hombre alto, su rostro era cubierto en su totalidad por una extraña y cónica mascara de acero. En su mano derecha, blandía un grande y pesado escudo, mientras su siniestra sujetaba una espada mediana con un acabado en forma de diamante. Arrastro los pies por la arena y se preparo para el ataque. Reb rugió en alto para encarar al sujeto, pero le hice retroceder, no estaba dispuesto a arriesgar su integridad. - Atras, Reb. Deja que me encargue. Aunque no muy convencido, el lobo blanco retrocedió y se puso a mis espaldas.
El hombre no haría esperar más. Con todas sus fuerzas se lanzo a la carga. Por mi experiencia en el combate y aquella forma de encarar, sabría que su estilo sería agresivo y sofocante, no podía permitirme cometer errores en esta ocasión. Me lance al encuentro y choque mis armas contra su escudo, una defensa que seria difícil de superar. Mi enemigo se defendía enérgicamente, su combate era experimentado y metódico. Mientras intentaba conectar un corte sobre su piel, él bloqueaba con su escudo y luego repelía mi arma para intentar asestar un aguijonazo hacia mi pecho, pero gracias a mi velocidad, podría mantener el ritmo hasta encontrar el momento exacto.
El sujeto parecía furioso, incluso desesperado por finalizar su encuentro conmigo. Sin esperarlo y luego de bloquear uno de mis ataques, el hombre tomo la iniciativa del ataque esta vez, impactando su escudo contra mis armas con gran fuerza. Mi firmeza no fue suficiente para mantener mi posición. Perdí el equilibrio y azote de espalda contra la pared. - Maldición. Pensé. El extraño con sed de homicidio volvía por más. Era su oportunidad perfecta para asestar un golpe mortal. Se acerco con celeridad e imprudencia para atravesar mi corazón, pero sería ese momento de descuido el que le costaría el combate. Solo por algunos centímetros, pude evitar la punta de su espada y contraataqué con un profundo corte en su pierna derecha con el amplio filo de mi katar.
El sujeto cayo al suelo lamentando su dolor. Era mi oportunidad. Podía poner fin a su vida en un solo segundo, sería fácil para mi hacer un corte cruzado y separar cu cuello del resto de su cuerpo, pero no... Algo en mi mente lo evitaba, se rehusaba a tomar la vida de ese infeliz. - No lo haré. Hábilmente, con una patada lo despoje del casco que cubría su rostro lleno de temor, conecte un puñetazo en su rostro y el hombre quedo fuera de combate.
La multitud rugía emocionada mientras veía brotar la sangre, los Aeros se movían de aquí para allá, fruto de las numerosas apuestas en el palco, más no estaban del todo satisfechos. Habían venido a ver el noble acto de la muerte cosechando almas en manos de simples mortales, pero solo uno se había atrevido a complacer sus ojos, aquel del que menos habrían esperado. El malicioso interés de los presentes crecía al ver al hombre bestia cosechando la vida de su agresor. Cada uno de ellos había podido notar la satisfacción y frialdad con la que había actuado.
Elen logro derribar a uno de los sujetos en el palco, lo cual no dejaba tranquilo al resto de presentes. - ¡Basta! Escucharíamos desde arriba. - No pueden continuar dañando a nuestros invitados. Ordeno la dueña de la voz. Su figura emano de entre la multitud y mostró su rostro hacia todos. - Maldita perra... Dije entre dientes al ver que se trataba de la misma Agatha. - Pequeña ¿Quieres venir a ver lo que traje para ti? La que se suponía era la niña que habíamos estado buscando, asomo su rostro por la orilla del palco con una sonrisa traviesa entre dejando ver sus grandes colmillos de vampiro. - ¡Mami, Mami! jajaja. Agrego con una tierna y burlona voz mientras se apartaba para evitar que le hicieran daño – No se confundan, mi edad supera la de cualquiera de ustedes. Es muy ventajoso parecer una dulce niña, ¿No creen?. Afirmo para nuestra sorpresa.
Agatha se volvió hacia sus invitados y tomo la atención de todos los presentes. - Estos tontos han caído en nuestra trampa. Ya sea por bondad, por curiosidad o por codicia, más uno destaca entre la basura. Señor Werack... Decía mientras tomaba un gran saco con monedas. - Usted ha mostrado ser un gran guerrero. Un digno voluntario a nuestra fila de campeones, pero debe probar su valía. Mate a los que fueron sus compañeros y este dinero, incluso mucho más será suyo. ¿No buscaba una paga? pues aquí esta. Acéptalo o muere a su lado Agatha utilizaba sus más seductoras palabras. No había duda de que la mujer era una gran actriz, incluso nos había arrastrado hasta este agujero tan solo con palabras. Del otro lado de la puerta, podían ser escuchados más sonidos, lo cual indicaría que había más oponentes listos para encararnos.
Deje de mirar a Agatha para dirigir mi atención hacia Wernack. No podría asegurar si aceptaría el trato o no, pero como miembro de la hermandad de la media noche, sabia que todos tenían su precio. Aunque odiaba la idea, debía estar preparado en caso de traición.
Johannes
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Re: Bajo la ciudad [Interpretativo][Libre]
Por algún motivo, fui el único que acabó con la vida de su oponente. Esto pareció emocionar a los espectadores, que parecian apreciar mi técnica. Era... satisfactorio, tal vez estuviese hecho para luchar en arenas. Desde luego a esa escoria le gustaba, y a mi me gustaba que me aclamasen. Elevé la espada en un gesto triunfal, orgulloso. Apenas acababa de empezar, y ya les gustaba... me acabarían adorando si me quedase más tiempo.
La anciana a la que se suponía que estábamos ayudando, Agatha, parecía ser la líder de la multitud. Era una trampa desde el principio, como había sospechado. Al parecer estaba complacida por mi combate, y ofrecía una gran cantidad de dinero a cambio de luchar con mis "compañeros".Todo el mundo había callado, al parecer esperando mi respuesta. Empecé a reír ligeramente, pero acabó convirtiéndose en una carcajada maliciosa y amenazante. -¿Quieres verme matar, Agatha?- pregunté, con una sonrisa lupina. -Bien, podrás verme en primera fila mientras te desangras lentamente, vieja arpía.- Nadie me tendía una trampa y vivía para contarlo. Además, sabia de sobra cuando alguien no pensaba dar el dinero que ofrecía. Si esa mujer se pensaba que iba a aceptar, es que me tomaba por idiota.
-Tomaré el dinero de tu arrugado cadáver, pero solo tras haber destruido todo lo que hayas podido apreciar.- terminé, desafiándola con la mirada. No dudaba de que entre los cinco, podríamos acabar con todos ellos. Pero si se diese el caso de que tuviésemos que escapar, todavía podría cobrarme una venganza. Fuera como fuese, más enemigos iban a entrar por la misma puerta que antes. -Será mejor que alguien se cuele por esa puerta mientras el resto acabamos con los enemigos.- sugerí. No era una mala idea, aunque también lo decía con ganas de tener más objetivos que matar yo mismo. -Y no os confundáis. No lo he hecho por vosotros.- sentencié. Bueno, igual la presencia de Reb habia tenía algo que ver, pero no iba a admitirlo. No era la imagen que me interesaba dar.
La anciana a la que se suponía que estábamos ayudando, Agatha, parecía ser la líder de la multitud. Era una trampa desde el principio, como había sospechado. Al parecer estaba complacida por mi combate, y ofrecía una gran cantidad de dinero a cambio de luchar con mis "compañeros".Todo el mundo había callado, al parecer esperando mi respuesta. Empecé a reír ligeramente, pero acabó convirtiéndose en una carcajada maliciosa y amenazante. -¿Quieres verme matar, Agatha?- pregunté, con una sonrisa lupina. -Bien, podrás verme en primera fila mientras te desangras lentamente, vieja arpía.- Nadie me tendía una trampa y vivía para contarlo. Además, sabia de sobra cuando alguien no pensaba dar el dinero que ofrecía. Si esa mujer se pensaba que iba a aceptar, es que me tomaba por idiota.
-Tomaré el dinero de tu arrugado cadáver, pero solo tras haber destruido todo lo que hayas podido apreciar.- terminé, desafiándola con la mirada. No dudaba de que entre los cinco, podríamos acabar con todos ellos. Pero si se diese el caso de que tuviésemos que escapar, todavía podría cobrarme una venganza. Fuera como fuese, más enemigos iban a entrar por la misma puerta que antes. -Será mejor que alguien se cuele por esa puerta mientras el resto acabamos con los enemigos.- sugerí. No era una mala idea, aunque también lo decía con ganas de tener más objetivos que matar yo mismo. -Y no os confundáis. No lo he hecho por vosotros.- sentencié. Bueno, igual la presencia de Reb habia tenía algo que ver, pero no iba a admitirlo. No era la imagen que me interesaba dar.
Asher Daregan
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Re: Bajo la ciudad [Interpretativo][Libre]
Todo había ocurrido muy rápido, y no entendía absolutamente nada. Al parecer la dulce señora y la niña eran ¿vampiros? Realmente no entendí la situación en la que nos encontrábamos, pero ahora nuestro objetivo de salvar a la niña había cambiado por completo, ahora el plan consistía en acabar con ella. Mis compañeros parecían decididos y claramente yo no me iba a quedar atrás.
Wernack indicó una puerta por la que seguirían entrando más enemigos, así que raudo corrí hacia ella para encargarme de todo aquel que entrara. Entré con prudencia, mas me fui inútil, pues aquel estrecho pasillo no mostraba ningún lugar donde esconderse. Otros tres luchadores entraron por el pasillo armados y gritando a viva voz. En ese momento supe que debería darlo todo, así que solté un rugido al cielo y empecé a transformarme en dragón. Los guerreros ahora parecían bastante exaltados, pero aún así se abalanzaron sobre mí.
No entendía muy bien como esos tres tiparracos pensaban encargarse de un dragón, pues de un solo coletazo perdieron el conocimiento. Rápidamente más guerreros gritaban a los lejos en dirección a la puerta, por lo que llevé a cabo el PLAN B, que consistió en golpear alrededor de la puerta para tapiarla.
Una vez la puerta se encontraba inservible me giré y lancé una bocada de fuego a los soportes del palco en el que se encontraban los espectadores. -¡Vamos, pasen y véanlo en primera fila!- me burlé con mi voz ronca mientras huían y gritaban despavoridos. Algunos cayeron al desplomarse el palco, entre ellos Agatha y la niña que tantos problemas nos estaba dando.
Parte de los espectadores se enganchaban a mi o me atacaban con pequeños cuchillos, sinceramente todo era bastante patético, así que me sacudí para terminar con esta lucha absurda tirando a los "valientes" al centro del campo donde mis compañeros se encontraban listos para la acción.
Wernack indicó una puerta por la que seguirían entrando más enemigos, así que raudo corrí hacia ella para encargarme de todo aquel que entrara. Entré con prudencia, mas me fui inútil, pues aquel estrecho pasillo no mostraba ningún lugar donde esconderse. Otros tres luchadores entraron por el pasillo armados y gritando a viva voz. En ese momento supe que debería darlo todo, así que solté un rugido al cielo y empecé a transformarme en dragón. Los guerreros ahora parecían bastante exaltados, pero aún así se abalanzaron sobre mí.
No entendía muy bien como esos tres tiparracos pensaban encargarse de un dragón, pues de un solo coletazo perdieron el conocimiento. Rápidamente más guerreros gritaban a los lejos en dirección a la puerta, por lo que llevé a cabo el PLAN B, que consistió en golpear alrededor de la puerta para tapiarla.
Una vez la puerta se encontraba inservible me giré y lancé una bocada de fuego a los soportes del palco en el que se encontraban los espectadores. -¡Vamos, pasen y véanlo en primera fila!- me burlé con mi voz ronca mientras huían y gritaban despavoridos. Algunos cayeron al desplomarse el palco, entre ellos Agatha y la niña que tantos problemas nos estaba dando.
Parte de los espectadores se enganchaban a mi o me atacaban con pequeños cuchillos, sinceramente todo era bastante patético, así que me sacudí para terminar con esta lucha absurda tirando a los "valientes" al centro del campo donde mis compañeros se encontraban listos para la acción.
Terion Riverhash
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Re: Bajo la ciudad [Interpretativo][Libre]
El resto de sus compañeros se habían librado ya de sus oponentes, que quedaron sobre la arena inconscientes, excepto el que se había enfrentado con Wernack, aquel había encontrado la muerte y su cuerpo inerte yacía en medio de un pequeño charco de color granate. El hombre bestia al fin estaba teniendo lo que quería, algo de acción y una buena pelea, los encapuchados comenzaron a aclamarle, satisfechos al ver como arrebataba la vida al luchador.
Una voz femenina llegó desde el palco, para quejarse de que la bruja hubiese tirado a uno de sus invitados a la arena. La de cabellos cenicientos frunció el ceño al ver el rostro de la mujer, que no era otra que la supuesta y desesperada madre, Agatha. La pequeña niña se asomó al borde del palco, mostrando los afilados colmillos que la delataban como una vampira, antes de apartarse por precaución, mientras aseguraba que su edad era muy superior a la de cualquiera de ellos.
Agatha les dio la espalda para dirigir unas palabras a sus invitados, mientras la hechicera sentía unas ganas tremendas de hacerla caer a la arena como había hecho con el otro encapuchado. Quería darle su merecido, aunque con ella no se mostraría tan bondadosa, no después de haberlos engañado de aquel modo para arrastrarlos a una trampa. Pero antes de que pudiese hacer nada, la mujer se giró con una abultada bolsa de aeros en su mano, para ofrecérsela a Wernack si aceptaba acabar con sus compañeros y unirse a la fila de luchadores que tenían allí.
La de ojos verdes desvió su atención hacia el hombre bestia, preparada para actuar en caso de que decidiese aceptar la oferta. Al otro lado de la metálica puerta podía escucharse a otros contendientes, listos para salir si rechazaba lo que Agatha le proponía. Por suerte para ellos, Wernack no estaba dispuesto a tomar parte en aquel juego, y aunque el dinero le interesaba y había sido el motivo que lo había llevado a unirse a aquel grupo, prefería arrancárselo a la mujer de las manos, cuanto terminase con ella.
La puerta se abriría en breve para dar paso a los nuevos oponentes, así que debían prepararse para hacerles frente. Wernack aconsejó que alguien se colase por la puerta cuando se abriese, antes de aclarar que no había rechazado la oferta por ellos. Terion lo escuchó y se adelantó a toda prisa para situarse a la entrada, por la que ya se acercaban tres nuevos luchadores, ávidos de sangre y gloria.
Un grave rugido salió de la garganta del rubio, mientras comenzaba a abandonar su forma humana para transformarse en dragón. El público enmudeció de repente, para luego gritar exaltados ante el nuevo giro de los acontecimientos, que les ofrecía un mayor espectáculo. Los luchadores dudaron, pero finalmente se lanzaron contra el dragón, que con un rápido movimiento de la cola los golpeó, dejándolos fuera de combate.
Sin embargo aquello no parecía cercano a terminar, nuevos ruidos empezaban a escucharse por el mismo pasillo por el que había entrado los últimos, indicando que les llegaban refuerzos. Terion actuó con rapidez, golpeando lo que rodeaba la puerta para que los escombros la tapiasen y no pudiesen seguir llegando oponentes a la arena. Aquello les ayudaría a concentrar sus esfuerzos contra la gente que se encontraba en el palco, más concretamente contra Agatha y la vampira que los habían engañado para llevarlos hasta allí.
El dragón lanzó una llamarada a los soportes del palco, consiguiendo que varios de los que allí se encontraban cayesen a la arena, entre ellos la mujer y la pequeña. Las tornas cambiaron, empezando a ponerse a favor del grupo, que ahora tenía a sus objetivos a mano. La bruja esquivó el cuerpo de uno de los encapuchados, que había salido volando tras la sacudida del dragón. El hombre trató de recomponerse y atacarla, pero había perdido su arma al atacar a Terion, con lo que solo podía enfrentarse a ella con las manos desnudas.
Elen alzó la mano y soltó una descarga contra él, pero al aplicar la electricidad desde la distancia y no directamente contra su piel expuesta, solo consiguió que quedase momentáneamente confundido. Aprovechó el momento y salvó los metros que los separaban, para golpearle el rostro con la empuñadura de su daga, haciendo que cayese de rodillas sobre la arena. No debía perder tiempo, así que se ocupó de dejarlo inconsciente para seguir adelante, tenía la vista clavada en Agatha, que trataba de levantarse tras el impacto por la caída.
- Te arrepentirás de habernos arrastrado hasta aquí…- musitó, antes de echar un vistazo a sus compañeros para ver cómo les iba y echarse a correr en dirección a la culpable de que estuviesen allí.
Una voz femenina llegó desde el palco, para quejarse de que la bruja hubiese tirado a uno de sus invitados a la arena. La de cabellos cenicientos frunció el ceño al ver el rostro de la mujer, que no era otra que la supuesta y desesperada madre, Agatha. La pequeña niña se asomó al borde del palco, mostrando los afilados colmillos que la delataban como una vampira, antes de apartarse por precaución, mientras aseguraba que su edad era muy superior a la de cualquiera de ellos.
Agatha les dio la espalda para dirigir unas palabras a sus invitados, mientras la hechicera sentía unas ganas tremendas de hacerla caer a la arena como había hecho con el otro encapuchado. Quería darle su merecido, aunque con ella no se mostraría tan bondadosa, no después de haberlos engañado de aquel modo para arrastrarlos a una trampa. Pero antes de que pudiese hacer nada, la mujer se giró con una abultada bolsa de aeros en su mano, para ofrecérsela a Wernack si aceptaba acabar con sus compañeros y unirse a la fila de luchadores que tenían allí.
La de ojos verdes desvió su atención hacia el hombre bestia, preparada para actuar en caso de que decidiese aceptar la oferta. Al otro lado de la metálica puerta podía escucharse a otros contendientes, listos para salir si rechazaba lo que Agatha le proponía. Por suerte para ellos, Wernack no estaba dispuesto a tomar parte en aquel juego, y aunque el dinero le interesaba y había sido el motivo que lo había llevado a unirse a aquel grupo, prefería arrancárselo a la mujer de las manos, cuanto terminase con ella.
La puerta se abriría en breve para dar paso a los nuevos oponentes, así que debían prepararse para hacerles frente. Wernack aconsejó que alguien se colase por la puerta cuando se abriese, antes de aclarar que no había rechazado la oferta por ellos. Terion lo escuchó y se adelantó a toda prisa para situarse a la entrada, por la que ya se acercaban tres nuevos luchadores, ávidos de sangre y gloria.
Un grave rugido salió de la garganta del rubio, mientras comenzaba a abandonar su forma humana para transformarse en dragón. El público enmudeció de repente, para luego gritar exaltados ante el nuevo giro de los acontecimientos, que les ofrecía un mayor espectáculo. Los luchadores dudaron, pero finalmente se lanzaron contra el dragón, que con un rápido movimiento de la cola los golpeó, dejándolos fuera de combate.
Sin embargo aquello no parecía cercano a terminar, nuevos ruidos empezaban a escucharse por el mismo pasillo por el que había entrado los últimos, indicando que les llegaban refuerzos. Terion actuó con rapidez, golpeando lo que rodeaba la puerta para que los escombros la tapiasen y no pudiesen seguir llegando oponentes a la arena. Aquello les ayudaría a concentrar sus esfuerzos contra la gente que se encontraba en el palco, más concretamente contra Agatha y la vampira que los habían engañado para llevarlos hasta allí.
El dragón lanzó una llamarada a los soportes del palco, consiguiendo que varios de los que allí se encontraban cayesen a la arena, entre ellos la mujer y la pequeña. Las tornas cambiaron, empezando a ponerse a favor del grupo, que ahora tenía a sus objetivos a mano. La bruja esquivó el cuerpo de uno de los encapuchados, que había salido volando tras la sacudida del dragón. El hombre trató de recomponerse y atacarla, pero había perdido su arma al atacar a Terion, con lo que solo podía enfrentarse a ella con las manos desnudas.
Elen alzó la mano y soltó una descarga contra él, pero al aplicar la electricidad desde la distancia y no directamente contra su piel expuesta, solo consiguió que quedase momentáneamente confundido. Aprovechó el momento y salvó los metros que los separaban, para golpearle el rostro con la empuñadura de su daga, haciendo que cayese de rodillas sobre la arena. No debía perder tiempo, así que se ocupó de dejarlo inconsciente para seguir adelante, tenía la vista clavada en Agatha, que trataba de levantarse tras el impacto por la caída.
- Te arrepentirás de habernos arrastrado hasta aquí…- musitó, antes de echar un vistazo a sus compañeros para ver cómo les iba y echarse a correr en dirección a la culpable de que estuviesen allí.
Elen Calhoun
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Re: Bajo la ciudad [Interpretativo][Libre]
Afortunadamente, El hombre perro había tomado la mejor decisión, rechazando la tentadora oferta de la mujer que nos había engañado. Agatha se mostró especialmente furiosa el ver como el peludo había optado por un camino distinto. - Bien... ¡Entonces serás el alimento de las ratas! Grito con ira hacia nosotros. Los sonidos tras la puerta central de la arena se hicieron cada vez mayores, pronto nuestros nuevos oponentes se presentarían para intentar acabarnos, pero en esta ocasión, sentía que el combate no sería tan sencillo como el anterior.
Para mi sorpresa, el sujeto rubio, aquel que se había presentado como Terion, todo la forma en la que ya todos sospecharíamos llegaría el momento. Sí, su forma de dragón emergió desde su interior tomando una forma amenazante e imponente. Los enemigos que atravesaban la puerta apenas si podían creer lo que habían presenciado pero aún así, estaban ahí para luchar y morir o ganar. Retroceder no era ninguna opción para ellos pues ese era su único trabajo. Cada uno de ellos ataco raudamente pero sin sacar provecho a sus habilidades, pues Terion los dejo de combate en tan solo un instante. - Bien. Es nuestra oportunidad, descubramos que hay del otro lado de la puerta. Al parecer no fui escuchado pues la puerta fue sellada por la fuerza del dragón, bloqueando nuestra única vía de escape.
El dragón, no satisfecho con su acto destructivo inicial, lanzo una llamarada que venció los soportes que sostenían el palco donde se encontraban los espectadores, cayendo hacia la arena sin poder hacer nada para evitarlo. ¡Cuidado! Dije para alertar a Reb y todo el que se encontrara cerca en la trayectoria de los escombros y los individuos que caían horrorizados hacia el suelo. Algunos corrieron con suerte pudiendo esquivar la caída y tomando una puerta al fondo del pasillo por donde seguramente habrían ingresado, empujándose con temor y desesperación cual rata en desastre. - Esa es nuestra salida. Dije a mi mismo mientras notaba la escalera improvisada que había formado los escombros del palco.
Mientras algunos quedaron inconcientes o gravemente heridos sobre el suelo y los charcos de maloliente agua, algunos otros se levantaban para cobrar venganza de nuestro grupo. Ninguno corrió con suerte al intentarlo así que el resto abandono la idea de continuar luchando, buscando algún escondite entre los muertos o los escombros. Justo en medio del caos y la destrucción, se encontraba Aghata un poco mal herida. Su frente sangraba poco a poco mientras luchaba por levantarse. Al levantar la mirada, pudo ver a nuestro grupo abalanzándose como la misma sombra de la muerte y aunque sabia en su interior que no podría ser perdonada, intento hacer uso nuevamente de sus trucos. - Perdónenme, se los ruego. La desesperación, la ruina y la pobreza me orillaron a cometer este tipo de actos para sobrevivir sobre esta fría y cruel tierra. Sé que la bondad y el perdón habita en el corazón de todos ustedes, les ruego hagan acopio de ella en este momento y perdonen la vida de esta mujer tan equivocada. Decía entre lagrimas, suplicas y reverencias.
La mire fríamente por algunos instantes. - No eres un vampiro, ¿Cierto? La mujer asintió con un amargo y apenado semblante. - ¿Donde esta la niña? Pregunte, pero al parecer Agatha tampoco lo sabia. - ¿Ovelia, donde estas? ¡Ovelia! Gritaba confundida, buscando por todos lados con su mirar, pero al parecer la pequeña vampiro había logrado escapar. Tome una de mis dagas y me acerque hasta ella, pero no tenia caso. ¿Para que manchar mis manos con una muerte sin precio? volví a enfundar mi arma y escale por los escombros para dirigirme a la salida. - Vamos Reb. Dejare que los otros decidan. Sin otra palabra, me dirigí hacia la puerta por donde los otros habían escapado y espere por la llegada del resto de mis compañeros.
________________________________________Para mi sorpresa, el sujeto rubio, aquel que se había presentado como Terion, todo la forma en la que ya todos sospecharíamos llegaría el momento. Sí, su forma de dragón emergió desde su interior tomando una forma amenazante e imponente. Los enemigos que atravesaban la puerta apenas si podían creer lo que habían presenciado pero aún así, estaban ahí para luchar y morir o ganar. Retroceder no era ninguna opción para ellos pues ese era su único trabajo. Cada uno de ellos ataco raudamente pero sin sacar provecho a sus habilidades, pues Terion los dejo de combate en tan solo un instante. - Bien. Es nuestra oportunidad, descubramos que hay del otro lado de la puerta. Al parecer no fui escuchado pues la puerta fue sellada por la fuerza del dragón, bloqueando nuestra única vía de escape.
El dragón, no satisfecho con su acto destructivo inicial, lanzo una llamarada que venció los soportes que sostenían el palco donde se encontraban los espectadores, cayendo hacia la arena sin poder hacer nada para evitarlo. ¡Cuidado! Dije para alertar a Reb y todo el que se encontrara cerca en la trayectoria de los escombros y los individuos que caían horrorizados hacia el suelo. Algunos corrieron con suerte pudiendo esquivar la caída y tomando una puerta al fondo del pasillo por donde seguramente habrían ingresado, empujándose con temor y desesperación cual rata en desastre. - Esa es nuestra salida. Dije a mi mismo mientras notaba la escalera improvisada que había formado los escombros del palco.
Mientras algunos quedaron inconcientes o gravemente heridos sobre el suelo y los charcos de maloliente agua, algunos otros se levantaban para cobrar venganza de nuestro grupo. Ninguno corrió con suerte al intentarlo así que el resto abandono la idea de continuar luchando, buscando algún escondite entre los muertos o los escombros. Justo en medio del caos y la destrucción, se encontraba Aghata un poco mal herida. Su frente sangraba poco a poco mientras luchaba por levantarse. Al levantar la mirada, pudo ver a nuestro grupo abalanzándose como la misma sombra de la muerte y aunque sabia en su interior que no podría ser perdonada, intento hacer uso nuevamente de sus trucos. - Perdónenme, se los ruego. La desesperación, la ruina y la pobreza me orillaron a cometer este tipo de actos para sobrevivir sobre esta fría y cruel tierra. Sé que la bondad y el perdón habita en el corazón de todos ustedes, les ruego hagan acopio de ella en este momento y perdonen la vida de esta mujer tan equivocada. Decía entre lagrimas, suplicas y reverencias.
La mire fríamente por algunos instantes. - No eres un vampiro, ¿Cierto? La mujer asintió con un amargo y apenado semblante. - ¿Donde esta la niña? Pregunte, pero al parecer Agatha tampoco lo sabia. - ¿Ovelia, donde estas? ¡Ovelia! Gritaba confundida, buscando por todos lados con su mirar, pero al parecer la pequeña vampiro había logrado escapar. Tome una de mis dagas y me acerque hasta ella, pero no tenia caso. ¿Para que manchar mis manos con una muerte sin precio? volví a enfundar mi arma y escale por los escombros para dirigirme a la salida. - Vamos Reb. Dejare que los otros decidan. Sin otra palabra, me dirigí hacia la puerta por donde los otros habían escapado y espere por la llegada del resto de mis compañeros.
La pequeña vampiro escapo. Pienso usarla en otro tema xD
Johannes
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Re: Bajo la ciudad [Interpretativo][Libre]
Una gran cantidad de combatientes entraron a la arena. La mayoría no tenía mucha experiencia, y no eran rivales para nosotros. A pesar de mis continuas burlas y desvíos sin atacar directamente, no ofrecían ningún desafío y murieron rápidamente en cuanto ataqué. Había uno con escudo que fue más problemático, bloqueó muchos de mis ataques, pero no estaba mostrando mi capacidad real. Una finta, seguida de un lanzamiento de mi gancho, y el combate ya había terminado.
En cuestión de minutos, el dragón que era nuestro... "compañero" estaba sembrando destrucción por la arena, derrumbando los palcos y acabando con los enemigos que se acercaban. La escena era caótica, pero eso estaba a nuestro favor. Esquivé los derrumbamientos sin mucha dificultad y busqué posibles combatientes en pie.
Los pocos que no estaban heridos, buscaban esconderse. Muchos estaban arrastrándose en el suelo, pero vivos. Me acerqué a ellos y les clavé la espada en el cuello, negandoles la posibilidad de sobrevivir. Repetí la ejecución tres o cuatro veces, Para cuando había acabado el ruido, había mucha sangre y cadáveres, y la mujer, Agatha, estaba herida y sangrando. Me acerqué, relajado, hacia la anciana, que suplicaba clemencia.
Por algún motivo, o tal vez a sabiendas de lo que iba a pasar, Johannes no mató a Agatha. Sin embargo, su destino ya estaba sellado. -Vaya... ¿quien va a ser comida para ratas ahora, hmm?- dije. Solté una ligera risa, burlandome de la mujer. Lentamente, alcé la espada, pero en vez de cortar, la hundí lentamente en el costado de la mujer, que gritaba de dolor. -Ahí está la herida sangrante. Bueno, Angela...- Me habría encantado matar a su hija delante de ella para cumplir mi promesa, pero se había escapado. -¿No querías verme matar?- terminé, lanzando un tajo a su garganta, que empezó a sangrar profundamente mientras la vida de la anciana se escapaba de su cuerpo. Lo último que escuchó la mujer fueron mis palabras, la última herida que necesitaba para destruirla. -Me ocuparé de que la pequeña muera lentamente.- Una vez exhaló su último aliento, la aparté con mi pata, buscando la bolsa de dinero que había mostrado antes. No hubo suerte, probablemente estaría bajo los escombros.
Suspiré y me dirigí a la puerta donde Johannes y Reb estaban esperando. -Johannes.- llamé. Abrí mi puño delante de él, soltando el listón para que lo cogiese el humano. -La vampiresa buscará venganza. Encuentrala antes de que te encuentre a ti.- A mi no me iba a servir de mucho, pues me iría de Lunargenta en un par de días, y Reb era el único de los demás con buen olfato. Mientras esperaba a los demás, me agaché junto al lobo y le acaricié la cabeza. -Es un buen lobo. Tal vez deberías conseguirle algo de protección.- Era consciente de que el humano no había dejado que el animal combatiese, probablemente por temor a que fuese herido. Había oído que algunos herreros y curtidores hacían armaduras para licántropos en forma de lobo, así que supuse se podría adaptar de alguna forma.
En cuestión de minutos, el dragón que era nuestro... "compañero" estaba sembrando destrucción por la arena, derrumbando los palcos y acabando con los enemigos que se acercaban. La escena era caótica, pero eso estaba a nuestro favor. Esquivé los derrumbamientos sin mucha dificultad y busqué posibles combatientes en pie.
Los pocos que no estaban heridos, buscaban esconderse. Muchos estaban arrastrándose en el suelo, pero vivos. Me acerqué a ellos y les clavé la espada en el cuello, negandoles la posibilidad de sobrevivir. Repetí la ejecución tres o cuatro veces, Para cuando había acabado el ruido, había mucha sangre y cadáveres, y la mujer, Agatha, estaba herida y sangrando. Me acerqué, relajado, hacia la anciana, que suplicaba clemencia.
Por algún motivo, o tal vez a sabiendas de lo que iba a pasar, Johannes no mató a Agatha. Sin embargo, su destino ya estaba sellado. -Vaya... ¿quien va a ser comida para ratas ahora, hmm?- dije. Solté una ligera risa, burlandome de la mujer. Lentamente, alcé la espada, pero en vez de cortar, la hundí lentamente en el costado de la mujer, que gritaba de dolor. -Ahí está la herida sangrante. Bueno, Angela...- Me habría encantado matar a su hija delante de ella para cumplir mi promesa, pero se había escapado. -¿No querías verme matar?- terminé, lanzando un tajo a su garganta, que empezó a sangrar profundamente mientras la vida de la anciana se escapaba de su cuerpo. Lo último que escuchó la mujer fueron mis palabras, la última herida que necesitaba para destruirla. -Me ocuparé de que la pequeña muera lentamente.- Una vez exhaló su último aliento, la aparté con mi pata, buscando la bolsa de dinero que había mostrado antes. No hubo suerte, probablemente estaría bajo los escombros.
Suspiré y me dirigí a la puerta donde Johannes y Reb estaban esperando. -Johannes.- llamé. Abrí mi puño delante de él, soltando el listón para que lo cogiese el humano. -La vampiresa buscará venganza. Encuentrala antes de que te encuentre a ti.- A mi no me iba a servir de mucho, pues me iría de Lunargenta en un par de días, y Reb era el único de los demás con buen olfato. Mientras esperaba a los demás, me agaché junto al lobo y le acaricié la cabeza. -Es un buen lobo. Tal vez deberías conseguirle algo de protección.- Era consciente de que el humano no había dejado que el animal combatiese, probablemente por temor a que fuese herido. Había oído que algunos herreros y curtidores hacían armaduras para licántropos en forma de lobo, así que supuse se podría adaptar de alguna forma.
Asher Daregan
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Re: Bajo la ciudad [Interpretativo][Libre]
Tras una batalla sangrienta por parte de nuestro compañero Wernack,observé que realmente aquel grupo se desenvolvía bastante bien, realmente ya no necesitaban de mi ayuda. Solté un leve rugido y me volví a transformar en humano, tras unos segundos me recompuse y cogí mi espada que había caído al suelo durante mi previa transformación. Empuñe mi espada y sacudí el polvo de mi ropa y camine hacía un pequeño agujero posiblemente originado por el derrumbe anterior.
-Veo que ya no precisáis de mi ayuda. Ha sido un placer combatir a vuestro lado, mas me temo que ya no soy de ayuda- dije mientras observaba apenado a todas aquellas víctimas, pues a pesar de ser gente si corazón estaba seguro que alguien en el mundo los echaría en falta. El guerrero con el que había luchado anteriormente se encontraba bajo varios escombros, así que rápidamente los aparté y le ayudé a levantarse.
-Te llevaré a tu casa, además creo que habrás aprendido la lección- dije mientras salía con el hombre que a duras penas se apoyaba en mi hombro. Quizás no era la mejor manera de despedirse de aquel pequeño grupo, pero desde luego no compartía su "particular" hábito de matar tan descaradamente a la gente, aún así sabía que aquellos jóvenes actuaban de manera correcta, pero supongo que no fui capaz de aceptarlo.
Mientras andaba por los callejones el hombre jadeaba un poco, pues mostraba una herida bastante grave en el abdomen. Debía darme prisa y llevarlo ante algún médico o curandero, o seguramente se encontraría en su último día, estaba claro que no iba a permitir que eso ocurriese, pues algún día volvería a luchar contra él...
OFF TOPIC: Dejo post :3
-Veo que ya no precisáis de mi ayuda. Ha sido un placer combatir a vuestro lado, mas me temo que ya no soy de ayuda- dije mientras observaba apenado a todas aquellas víctimas, pues a pesar de ser gente si corazón estaba seguro que alguien en el mundo los echaría en falta. El guerrero con el que había luchado anteriormente se encontraba bajo varios escombros, así que rápidamente los aparté y le ayudé a levantarse.
-Te llevaré a tu casa, además creo que habrás aprendido la lección- dije mientras salía con el hombre que a duras penas se apoyaba en mi hombro. Quizás no era la mejor manera de despedirse de aquel pequeño grupo, pero desde luego no compartía su "particular" hábito de matar tan descaradamente a la gente, aún así sabía que aquellos jóvenes actuaban de manera correcta, pero supongo que no fui capaz de aceptarlo.
Mientras andaba por los callejones el hombre jadeaba un poco, pues mostraba una herida bastante grave en el abdomen. Debía darme prisa y llevarlo ante algún médico o curandero, o seguramente se encontraría en su último día, estaba claro que no iba a permitir que eso ocurriese, pues algún día volvería a luchar contra él...
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Terion Riverhash
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Re: Bajo la ciudad [Interpretativo][Libre]
Elen observó como Johannes y Reb se dirigían hacia los escombros, que al caer se habían amontonado creando una especie de escalera improvisada, aquello les serviría para salir de la arena y volver a la superficie. El guerrero solo se detuvo durante unos instantes junto a Agatha, para preguntarle a dónde había huido la pequeña vampira, que al parecer había tenido más suerte, consiguiendo escapar entre la multitud.
Sin embargo, ni siquiera la mujer lo sabía, comenzó a llamarla a gritos mientras recorría los alrededores con la mirada, buscándola en vano. Johannes acercó una de sus dagas a ella, pero tras unos segundos decidió no mancharse las manos con su sangre, llamó a Reb y comenzó a escalar por los escombros hacia la salida. Terion lo siguió tras una breve despedida, llevando consigo a uno de los luchadores, que estaba ciego y parecía herido de gravedad.
La bruja no pudo entender aquel gesto del dragón, no después de que aquel hombre hubiese intentado matarlo, pero cada cual tenía su manera de actuar. Wernack en cambio era más drástico, sin duda le costaba poco arrebatar una vida, incluso parecía disfrutar con ello. Tampoco pudo entender ese carácter suyo, se limitó a observar como el hombre bestia terminaba con Agatha, haciéndole un corte en la garganta.
Wernack intentó encontrar la bolsa de aeros que la mujer había enseñado anteriormente, apartando su cuerpo con una de sus patas, pero no halló nada, lo más probable era que se hubiese perdido durante la caída, quedando bajo los escombros. En cuanto el hombre bestia dejó atrás el inerte cuerpo, la hechicera avanzó y se detuvo a su lado, observó el rostro de la mujer y negó levemente con la cabeza. - Sus elecciones la han llevado a acabar así, se lo buscó. - dijo con voz apenas audible.
Aquel era el destino para la mayoría de criminales que frecuentaban las catacumbas, terminar muertos en algún callejón o sitio recóndito, donde tardasen en encontrarlos varios días. Probablemente nadie la echase de menos, y aquello le parecía lo más triste de toda aquella situación, Agatha no dejaba nada bueno por lo que ser recordada, como mucho la pequeña vampira buscaría venganza en su nombre, pero nada más.
Apartó de su mente aquellos pensamientos y comenzó a subir por los escombros, tarea que no se le hizo del todo fácil. No tenía demasiada fuerza en los brazos y eso le dificultaba el soportar su peso con ellos, por lo que tuvo que buscar apoyo con los pies constantemente, hasta alcanzar la parte alta. Una vez arriba se acercó a sus compañeros, al menos a los que aún se encontraban allí, ya que Terion parecía haberse ido.
Wernack entregó el listón a Johannes para que buscase a la vampira antes de que ella lo buscase a él, dando por sentado que Reb sabría aprovechar el olor que aún quedaba para rastrearla. - Creo que deberíamos salir de aquí, ya hemos tenido bastante. - dijo la maga, en cuanto estuvo algo más cerca de ellos. Echó un último vistazo a la arena, y a la grotesca imagen que mostraba con todos los cuerpos de los fallecidos, pero aquella visión no consiguió que se inmutara, había visto cosas mucho más atroces en sus pesadillas.
Sin esperar respuesta se giró y comenzó a andar hacia la salida, esperando que el camino a la superficie no fuese largo. Después de lo ocurrido en las catacumbas necesitaba un descanso, se arriesgaría a intentar dormir lo que quedaba de noche.
Sin embargo, ni siquiera la mujer lo sabía, comenzó a llamarla a gritos mientras recorría los alrededores con la mirada, buscándola en vano. Johannes acercó una de sus dagas a ella, pero tras unos segundos decidió no mancharse las manos con su sangre, llamó a Reb y comenzó a escalar por los escombros hacia la salida. Terion lo siguió tras una breve despedida, llevando consigo a uno de los luchadores, que estaba ciego y parecía herido de gravedad.
La bruja no pudo entender aquel gesto del dragón, no después de que aquel hombre hubiese intentado matarlo, pero cada cual tenía su manera de actuar. Wernack en cambio era más drástico, sin duda le costaba poco arrebatar una vida, incluso parecía disfrutar con ello. Tampoco pudo entender ese carácter suyo, se limitó a observar como el hombre bestia terminaba con Agatha, haciéndole un corte en la garganta.
Wernack intentó encontrar la bolsa de aeros que la mujer había enseñado anteriormente, apartando su cuerpo con una de sus patas, pero no halló nada, lo más probable era que se hubiese perdido durante la caída, quedando bajo los escombros. En cuanto el hombre bestia dejó atrás el inerte cuerpo, la hechicera avanzó y se detuvo a su lado, observó el rostro de la mujer y negó levemente con la cabeza. - Sus elecciones la han llevado a acabar así, se lo buscó. - dijo con voz apenas audible.
Aquel era el destino para la mayoría de criminales que frecuentaban las catacumbas, terminar muertos en algún callejón o sitio recóndito, donde tardasen en encontrarlos varios días. Probablemente nadie la echase de menos, y aquello le parecía lo más triste de toda aquella situación, Agatha no dejaba nada bueno por lo que ser recordada, como mucho la pequeña vampira buscaría venganza en su nombre, pero nada más.
Apartó de su mente aquellos pensamientos y comenzó a subir por los escombros, tarea que no se le hizo del todo fácil. No tenía demasiada fuerza en los brazos y eso le dificultaba el soportar su peso con ellos, por lo que tuvo que buscar apoyo con los pies constantemente, hasta alcanzar la parte alta. Una vez arriba se acercó a sus compañeros, al menos a los que aún se encontraban allí, ya que Terion parecía haberse ido.
Wernack entregó el listón a Johannes para que buscase a la vampira antes de que ella lo buscase a él, dando por sentado que Reb sabría aprovechar el olor que aún quedaba para rastrearla. - Creo que deberíamos salir de aquí, ya hemos tenido bastante. - dijo la maga, en cuanto estuvo algo más cerca de ellos. Echó un último vistazo a la arena, y a la grotesca imagen que mostraba con todos los cuerpos de los fallecidos, pero aquella visión no consiguió que se inmutara, había visto cosas mucho más atroces en sus pesadillas.
Sin esperar respuesta se giró y comenzó a andar hacia la salida, esperando que el camino a la superficie no fuese largo. Después de lo ocurrido en las catacumbas necesitaba un descanso, se arriesgaría a intentar dormir lo que quedaba de noche.
Elen Calhoun
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Re: Bajo la ciudad [Interpretativo][Libre]
todo terminaba como aquella delgada línea en el horizonte al alba. El escenario había sido diezmado por el caos, la malicia y el incontrolable deseo de sobrevivir en cada uno de nosotros. Nuestros enemigos habían sido ultimados a manos del hombre bestia quien no dejaba de sorprenderme. Ultimar la vida de todo aquel que estorbara en su camino era algo sencillo para él. Quizás este sujeto podría ser una perfecta adquisición para la hermandad, pero debía pensarlo por algún tiempo. Sin lugar a dudas volvería a encontrármelo y quizás extendería para él una invitación al gremio.
Mientras aguardaba en la boca de la puerta que utilizaríamos para abandonar el sitio, Terion se acercaba lentamente llevando consigo aquel que había sido su oponente. Mire sus ojos por algunos instantes, ahora que sabia que era un imponente dragón, mi percepción frente a él había cambiado por completo. Era por todos sabido que los de su especie son criaturas temperamentales, pero de igual modo, poseen en su interior una nobleza notable, cualidad no desconocida para aquel que se había convertido en mi compañero durante esta aventura. Asentí con respeto a sus palabras y ayude a su paso abriéndole la puerta para que pasara con aquel que había decidido rescatar de las frías y crueles garras de las catacumbas. - Ve con cuidado. Añadí como ultima frase para que luego desapareciera de mi vista.
Wernack se acerco hasta mi y deposito el listón que había pertenecido a la pequeña vampiro. Una prenda aún impregnada por su aroma. - Gracias. Seguramente me servirá. Le dije tomándolo en mis manos. Por ahora, lo único seguro es que volvería a esperar con paciencia el regreso de mi amada. No podría interponer otro asunto a su llegada. Luego de ese suceso, podría reestructurar mis actividades y la manera en las que serian desarrolladas. Tome el pequeño listón y lo guarde entre mis cosas mientras veía como Wernack se inclinaba para ofrecer algún tipo de despedida al lobo blanco, Reb. - Es un buen consejo. Puedes estar seguro que lo haré. Respondí con una sonrisa de lado.
Elen fue la ultima en aproximarse a la salida. - Debo decir que cuando me acerque para conversar con usted, jamás me imagine que viviría algo similar en su compañía y la de tan pintoresco grupo. Ha sido un placer. Si la suerte es grata, compartiremos otra bebida, esta vez en un lugar sin muchas ratas. Reí sutilmente ante mi ultimo comentario y aguarde hasta que cruzara la puerta.
Una vez del otro lado, atravesamos un largo pasillo donde al final de este encontramos algunos tenues rayos de luz lunar colándose por las hendiduras de una trampilla. Esa sería nuestra vía de escape para esta locura, así terminaba todo... Entre un grueso hilo de sangre y un más delgado listón de rayos de luna.
Mientras aguardaba en la boca de la puerta que utilizaríamos para abandonar el sitio, Terion se acercaba lentamente llevando consigo aquel que había sido su oponente. Mire sus ojos por algunos instantes, ahora que sabia que era un imponente dragón, mi percepción frente a él había cambiado por completo. Era por todos sabido que los de su especie son criaturas temperamentales, pero de igual modo, poseen en su interior una nobleza notable, cualidad no desconocida para aquel que se había convertido en mi compañero durante esta aventura. Asentí con respeto a sus palabras y ayude a su paso abriéndole la puerta para que pasara con aquel que había decidido rescatar de las frías y crueles garras de las catacumbas. - Ve con cuidado. Añadí como ultima frase para que luego desapareciera de mi vista.
Wernack se acerco hasta mi y deposito el listón que había pertenecido a la pequeña vampiro. Una prenda aún impregnada por su aroma. - Gracias. Seguramente me servirá. Le dije tomándolo en mis manos. Por ahora, lo único seguro es que volvería a esperar con paciencia el regreso de mi amada. No podría interponer otro asunto a su llegada. Luego de ese suceso, podría reestructurar mis actividades y la manera en las que serian desarrolladas. Tome el pequeño listón y lo guarde entre mis cosas mientras veía como Wernack se inclinaba para ofrecer algún tipo de despedida al lobo blanco, Reb. - Es un buen consejo. Puedes estar seguro que lo haré. Respondí con una sonrisa de lado.
Elen fue la ultima en aproximarse a la salida. - Debo decir que cuando me acerque para conversar con usted, jamás me imagine que viviría algo similar en su compañía y la de tan pintoresco grupo. Ha sido un placer. Si la suerte es grata, compartiremos otra bebida, esta vez en un lugar sin muchas ratas. Reí sutilmente ante mi ultimo comentario y aguarde hasta que cruzara la puerta.
Una vez del otro lado, atravesamos un largo pasillo donde al final de este encontramos algunos tenues rayos de luz lunar colándose por las hendiduras de una trampilla. Esa sería nuestra vía de escape para esta locura, así terminaba todo... Entre un grueso hilo de sangre y un más delgado listón de rayos de luna.
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Finalizado
Johannes
Aerandiano de honor
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