Arriesgarse por amor [Evento]

·Nivel recomendado: 0-1-2
·Maxmo de participantes: 1
·Recompensa:

- 10 puntos de exp.
- 0-5 puntos de exp de habilidades pasivas.
- 150-200 aeros (principalmente)
- posible objeto.  

*Los nuevos deben tener al menos 10 post on-rol antes de entrar en la quest/mastereado.
*No se debe de estar participando en quest u otro rol mastereado
*Este rol no causará riesgos altos para los pjs.
*El rol debe ser fluido, se deben avisar las ausencias pasadas las 48h, de lo contrario, el pj será avisado, si tras esto no se tienen en consideración las advertencias, el pj será sancionado, expulsado del rol y algún castigo, como podría ser una herida que incapacite o una maldición.



El primer participante en postear se queda con el sitio. Se trata de un evento, por lo que hay que resolverlo en max. 3 post.

La ciudad de Dundarak siempre me había parecido demasiado grande. La gente demasiado pesada y los precios demasiado altos.
Las calles de la ciudad volvían a estar repletas de paradas y tenderos gritando. Siempre llegaba a una ciudad en sus días de mercado, siempre. Pero no estaba allí para reprochar mi mala suerte. Tenia bocas que alimentar y necesitaba un mercader capaz de adentrarse en las montañas para dejar comida para el Nido. Era una tarea de Circenn pero quería escaquearme de mis labores como líder. Estaba agobiado, sobretodo desde la llegada de los nuevos reclutas y las discusiones siguientes.

Ébano y Karalynn no se llevaban muy bien por el hecho de que mi mujer era una vampiresa. A Karalynn no le gustaban las vampiresas, a casi nadie. Los hermanos Calhoun eran atentos y buenos reclutas pero demasiado callados. Bueno...ella, Vincent hablaba mucho. Mi cabeza siempre acababa dolorida cuando los tenia a todos juntos y sobre todo cuando Levia pasaba de asistir a los entrenamientos.
s
En una de mis paradas, examinando artículos de lujo sin muchas ganas pude la oreja en una interesante conversación entre supuestos cazadores.
-Así que has encontrado un agujero de esas gatos eh?
-Si, parece que están anidando así que supongo que el pelaje aun es suave, listo para ser cortado y venido hahahaha!
-Jah! Cuando Rodrik vea las pieles de esos Asski nos lamerá el culo como debió hacer hace meses!

Asski. Esa palabra me izo dejar de golpe el collar que quería comprarle a Ébano. Felinos no mas grandes que un gato domestico. Buscados por su piel, su carne y sus ojos. Criaturas hermosas en peligro de extinción. Jamas había visto uno de verdad, solo en las ilustraciones de los libros del Nido. No me malinterpretéis, su piel o lo que tengan no me interesaba, solo el hecho de ver uno. Pero la actitud de esos cazadores de poca monta no me gusto. El buen cazador debe dejar que la población de un animal sea suficiente para seguir viviendo, la caza indiscriminada debería ser un crimen, pero que puede hacer un viejo tuerto contra ello...Ir a por ellos al viejo estilo de los Cuervos.

Lo bueno de haber sido un caza-recompensas es que sabes como tratar a esa chusma y sobre todo, sabes donde y cuando vas a estar. Una posada cualquiera, con vino mediocre, compañía un tanto sucia y palabras fáciles de sacar. No tarde ni 20 minutos en averiguar donde estaba ese supuesto nido. Hombres con poco aguante en la bebida no duran mucho entre piernas femeninas, eso dice Bjorn. Después de pagar a mis amigas cortesanas por la fácil información me dispuse a salir.
El tiempo no mejoraba, llovía y eso borraría cualquier rastro de algún Asski, pero también los míos, borrando cualquier posibilidad de ser seguido. Me gustaban mucho los bosques del norte, con arboles altos y frondosos. Rabia mucha fauna entre esos gigantes de madera. Eran bosques tranquilos, silenciosos con apenas el ruido de los pequeños riachuelos que lo atravesaban. Mis pasos me condujeron a un rastro reciente, una pequeña muestra de pelo enganchada en una rama. Cogí el pelaje arrancando y lo examine. Suave, mucho. El Asski estaba cerca, asustado tal vez, huyendo.

Unas voces desgraciadamente familiares me obligaron a esconderme entre la maleza. Los malditos cazadores se habían recuperado rápido, aunque se notaba que el vino malo les afectaba en sus pasos. No estarían mucho por la labor y cada flecha o corte futuro seria fallido. Podría aprovecharme de eso, lo haría, mas bien. Sus pasos eran ruidosos, asustaban a todo animal a su alrededor, también asustarían al asski, mala idea.
Los hideputas iban bien armados pero no listos, un ataque sorpresa acabaría con ellos, si no solo fuera uno. Tener a mis polluelos aquí seria buena cosa pero debía hacer esto solo. Una emboscada al mas puro estilo Rojo, algo que no se debe olvidar jamas.
Mis pasos fueron ligeros apenas rompí ramas. Sin desenfundar mi espada me acerque al cazador del final de la fila, distraído, intentado atarse el guantelete de cuero. Lo cogí de la boca, apretándosela y lo aparte del grupo, apretándole el cuello con el antebrazo, lentamente. No iba a matarlo, a ninguno, solo quitarlos del medio. El hombre calló fácilmente, la resaca ayudaba, gracias vino malo.
El penúltimo era un poco mas listo, solo un poco. Se giro y al no ver a su compañero se altero pero yo fui mas rápido. Salí de la espesura del bosque, a su lado, rápido, ligero y le pegue un puñetazo en la mandíbula. Lo deje seco y lo cogí al segundo para que no hiciera ruido, lo arrastre rápidamente detrás de un seto. Uno menos. Quedaban tres.
Los dos siguientes, gemelos, mas feos que el culo de un dragón con diarrea alertan al cabecilla con cara de caballo. Se asustaron, les faltaban dos hombres. sacaron sus armas con manos temblorosas y giraron, miraron, gritaron. El bosque se les hizo pequeño, vi en sus ojos el miedo de la emboscada. Tire una piedra detrás de ellos, se giraron de golpe y salí de la maleza. Con un leño en mis manos golpee al gemelo mas alto en la pierna, justo en la rodilla. Se callo al suelo gimiendo, su hermano se giro y zarandeo la espada sin mucho arte. El leño le golpeo en la mano haciendo volar la espada a un lado. Su cara choco contra el leño y callo encima de su hermano haciéndolo golpearse contra una piedra del camino. Dos pájaros de un...leño.
Una saeta silbo muy cerca de mi cara. Mire hacia el cabecilla que cargaba sin miedo la ballesta. Era bueno pero no suficiente. Usando a los gemelos como trampolín salte hacia el hombre. Otra saeta vuelo, rozando mi costado pero rebotó por el hierro pulido de mi pechera. De un golpe en el aire le hice soltar la ballesta. El hombre gruño y saco su daga. Cortando el aire mientras yo esquivaba sus golpes, bailando a su alrededor, sin sacar arma alguna, no hacia falta. Intento una estocada directa al cuello pero mi pie en su pecho fue mas rápido. Impulsándome con mi otra pierna lo empuje, tirándolo hacia atrás. Se golpeo contra su ballesta y gruño de dolor pero la cogió y por desgracia esta cargada. Era mi oportunidad de probar si mi entrenamiento en telequinesis había resultado útil.
La saeta vuelo hacia mi, dirección mi cuello, me incline al segundo para dar margen de seguridad pero alce mi mano y concentre mi mente en el objeto. Sentí las vibraciones en mis dedos, como la magia fluía en mi y tocaba la saeta. Se desvió, por unos segundos se desvió y se clavo en un árbol. Lo había conseguido. El hombre grito de sorpresa pero no le di tiempo a nada mas, de una puntada de pie en la boca lo puse a dormir. Respire hondo y observe la situación, todos los hombres tumbado, el camino despejado.

Por suerte estaba atento a cada ruido dado el combate, así que escuche los setos moverse y algo correr en dirección al bosque profundo. Me puse en marcha, corriendo detrás de esa cosa, cada vez mas visible, de un color rosado. Era un asski, estaba seguro. Pero lo perdí de vista, cerca de una elevación de roca, el final de un acantilado. Mire hacia arriba y solo vi piedra pero volví a oír algo. Mire alrededor y pude encontrar con la vista un pequeño agujero. Un nido. Una madriguera. Me acerque con cautela y pude comprobar que de la madriguera salia una pequeña y pomposa cola rosada. Un asski. El animal gruño y bufo al sentirme, saliendo de su escondite, encarándose hacia mi. Levante las manos y me agache para mostrarle que no le haría daño pero otro ruido me saco de eso. Había uno mas. Otro?

Cuando el otro asski salió al encuentro de su compañera no pude hacer nada mas que sonreír. Era una imagen muy tierna y el hecho de que arriesgaran la vida el uno por el otro me gusto aun mas. Me agaché, poniéndome a su altura para que no se asustaran. La hembra se acercó al macho quien me miraba con cierto recelo pero algo en ellos, llamarlo instinto, les dijo que podían acercarse a mi, y así lo hicieron. Poco a poco, con un poco de duda y miedo, se acercaron hasta mi mano. Por un momento pensé que me morderían pero no fue así. La hembra primero se restregó contra mi, ronroneando, a gusto con mi contacto cálido. El macho me olisqueaba, curioso y jugaba con las tiras de cuero de mis botas. Parecían cachorros, no sabia que edad ponerles.

El tiempo con ellos paso mas rápido de lo que pudiera desear. Me quedé toda la tarde con ellos, jugando, dándoles de comer, ganándome su confianza. Entonces me acordé que aun había gente en Aerandir que cuidaba y criaba Asskis, buena gente que se preocupaba por estas hermosas criaturas. Debía poner un anuncio en Dundarak, la ciudad mas cercana, y después esperar. Pero en ese momento no quería dejarlos solos, afortunadamente, mi cuervo Rasgo siempre estaba cerca de mi.
Silbé al aire y escuche el aleteo del cuervo mientra se acercaba a mi posición. El Cuervo aterrizo cerca, asustando un poco a los pequeños pero enseguida se acercaron a el para jugar. Ayude a Rasgo a librarse de esos granujillas y le coloque un mensaje en la pata. Con el código propio de los mensajeros, el pregonero sabría que hacer.

-Ve...no tardes...-le susurre, después le di un pequeño beso en la cabecita negra y lo deje volar.Cuando fije de nuevo la vista a la pareja los encontré dándose mimos, limpiándose mutuamente como si nada ni nadie importara, solo ellos dos. En ese momento no pude evitar pensar en Ébano, en todo lo que había pasado. Seria yo capaz de arriesgar la vida por ella? Si, estaba seguro de que si. Cogí a ambos y los resguarde entre mis piernas, ellos, encantados por el trato no duraron en acurrucarse el uno contra el otro y descansar. Apoyándome en un tocón próximo me tape bien con la capa y esperé.

Habían pasado varias horas y no vino nadie. Nadie importante claro esta. Algunos se habían atrevido a venir armados, queriendo por supuesto, dañar a la pareja, pero todos los "valientes" que pensaban que nadie estaría allí se habían encontrado con un brujo armado hasta los dientes. hice bien en coger todo lo necesario. Al fin, después de una larga espera, alguien inesperado apareció de entre la maleza. Una anciana de mirada cálida, bien tapada, con su bastón apoyando en el suelo. Para mi sorpresa la hembra salto de mis brazos y corrió hacia ella, aceptado sus cariños. La anciana, feliz de ver a su amiga me miró a los ojos y vi agradecimiento en ellos.

-Pensé que algo malo le había pasado y resulta que solo quería ver a su amado...que cosas tiene la vida, eh, jovenzuelo?...-me dijo mientras caminábamos hacia su casa. Me había invitado a comer, no quería oro de su parte. Era una anciana muy animada, no dejaba de admirar mis "músculos de hombre trabajador" como decía ella. Me contó cosas sobre su difunto marido y de como me parecía a el. Era muy agradable estar a su lado, como una madre. Estaba muy feliz por lo que había hecho y no había dudado ni un segundo en adentrarse sola en el bosque para ver a su amiga y a su compañero. Los Asski por su parte parecían felices de estar en brazos de la mujer. Tendrían un buen hogar, seguro y cálido.
Ya en casa de la mujer, pide disfrutar de un delicioso puchero y pan recién horneado. Los pequeños dormían en una cesta con mantas calientes y la anciana se mecía en su mecedora, tranquila mientras miraba el fuego. Estaba seguro de que esa mujer fue muy hermosa en sus años mozos. A pesar de mis ganas por seguir allí, lleno de calma y serenidad, debía cumplir mis deberes.
Me despedí de ella, con pena pues su compañía era muy grata. Besé las cabezas de la pareja y acepte encantado el abrazo maternal que la anciana me ofreció. Estuve unos minutos así, entre sus brazos, apretándola levemente para no hacerle daño. Quien era esa mujer? Me hacia sentir seguro, querido.

De camino a Dundarak me permití mirar atrás, hacia el bosque, deseando que todo les fuera bien.

Has finalizado con exito el evento.


Recompensa:

• 10 puntos de exp.
•2 puntos de exp de habilidad pasiva –secundaria-
• regalo de la anciana  

regalo:

Recuerda registrar los [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo], [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] y los [Tienes que estar registrado y conectado para ver este vínculo] en los apartados correspondientes.